Cuaderno de Poesia Critica N 73 Roberto Fernandez Retamar PDF
Cuaderno de Poesia Critica N 73 Roberto Fernandez Retamar PDF
Cuaderno de Poesia Critica N 73 Roberto Fernandez Retamar PDF
-3-
Escritor cubano nacido en La Habana el 9 de junio de 1930. Tras licenciarse en Filosofa y Letras, obtuvo una beca que le permiti doctorarse en la universidad francesa La Sorbona. Fue invitado por la
Universidad de Yale para dar un curso sobre Literatura hispanoamericana. En Praga y Bratislava tambin dict conferencias sobre dicha
literatura.
A lo largo de su vida ha desempeado diversas actividades en el
campo literario, educativo y poltico.
Por su creacin lrica pertenece a los poetas de la Revolucin,
siendo uno de los mejores exponentes del coloquialismo hispanoamericano. Su obra artstica se inici tempranamente con el poemario
Del principio (1948-1949), donde se aparta del hermetismo predominante hasta entonces en la lrica cubana, utilizando una expresin
clara e irnica que en algunos versos se haca coloquial. Ese tono se
desarroll ms an en Alabanzas, conversaciones (1951-1955) y en
Vuelta a la antigua esperanza (1959) y culmin tras el triunfo revolucionario en Con las mismas manos (1962), Historia antigua (1965),
Buena suerte viviendo (1966) y Que veremos arder (1970). Otros ttulos son: Elega como un himno (1950), Mi hija mayor va a Buenos
Aires, Una salva de porvenir y Vuelta de la antigua esperanza. Sin
embargo, para un sector de la crtica, lo mejor de la poesa de Retamar se encuentra en sus textos ms ntimos y menos programticos,
como los que integran A quien pueda interesar (1970).
-4-
-5-
A un poeta de antes
http://www.literatura.us/roberto/arder.html
-6-
-7-
-8-
3
Antes de ser,
un poema
es
una hoja blanca
y un montn de memorias,
una hoja blanca
y el corazn entusiasmado,
una hoja blanca
y ms deseos de vivir,
una hoja blanca
y el pueblo cantando en las calles,
una hoja blanca
y el trueno de la Revolucin.
De: Cartas y otros poemas
-9-
Como a ellos
- 10 -
- 11 -
No hay momento
en que no piense en ti.
Hoy quizs ms,
y mientras ayude a construir esta escuela
con las mismas manos de acariciarte.
- 12 -
- 13 -
Desagravio a Federico
- 14 -
- 15 -
- 16 -
- 17 -
- 18 -
El capitn
- 19 -
El otro
- 20 -
En el mar. taca
- 21 -
Epitafio de un invasor
Agradecido a Edgar Lee Masters
Tu bisabuelo cabalg por Texas,
viol mexicanas trigueas y rob caballos
hasta que se cas con Mary Stonehill y fund un hogar
de muebles de roble y God Bless Our Home.
Tu abuelo desembarc en Santiago de Cuba,
vio hundirse la Escuadra espaola, y llev al hogar
el vaho del ron y una oscura nostalgia de mulatas.
Tu padre, hombre de paz,
slo pag el sueldo de doce muchachos en Guatemala.
Fiel a los tuyos,
te dispusiste a invadir a Cuba, en el otoo de 1962.
Hoy sirves de abono a las ceibas.
Fuente: Poemas del alma
- 22 -
Epitafio en Girn
- 23 -
- 24 -
- 25 -
Hacia el anochecer
- 26 -
Los feos
A Alejo Carpentier
- 27 -
- 28 -
Fuente: www.artepoetica.net
- 29 -
Llama guardada
http://amediavoz.com/fernandezRet.htm
- 30 -
Es lo mismo de siempre:
As que este hombre est muerto!
As que esta voz
delgada como el viento, hambrienta y huracanada,
como el viento,
es la voz de nadie!
As que esta voz vive ms que su hombre,
y que ese hombre es ahora discos, retratos, lgrimas,
un sombrero
con alas voladoras enormes
y un bastn!
As que esas palabras echadas sobre la costa plateada
de Varadero,
hablando del amor largo, de la felicidad, del amor,
y aquellas, nicas, para Santa Isabel de las Lajas,
de tremendo pueblerino en celo,
y las de la vida, con el ojo fosforescente de la fiera ardiendo en
la sombra,
y las lgrimas mezcladas con cerveza junto al mar,
y la carcajada que termina en punta, que termina en aullido,
que termina
en qu cosa ms grande, caballeros;
As que estas palabras no volvern luego a la boca
que hoy pertenece a un montn de animales innombrables
y a la tenacidad de la basura!
A la verdad, quin va a creerlo?
Yo mismo, con no ser ms que yo mismo,
No estoy hablando ahora?
- 31 -
Palacio cotidiano
- 32 -
- 33 -
Slo existe
- 34 -
- 35 -
- 36 -
- 37 -
- 38 -
Entre los blancos a quienes, cuando son casi polares, se les ve circular
la sangre por los ojos, debajo del pelo pajizo,
Y los negros nocturnos, azules a veces, escogidos y purificados a travs
de pruebas horribles, de modo que slo los mejores sobrevivieron y
son la nica raza realmente superior del planeta;
Entre los que sobresaltaba la bomba que primero haba hecho
parpadear a la lmpara y remataba en un joven colgando del poste
de la esquina,
Y los que aprenden a vivir con el canto marchando vamos hacia un
ideal, y deletrean Camilo (quiz ms joven que nosotros) como
nosotros Ignacio Agramonte (tan viejo ya como los egipcios cuando
fuimos a las primeras aulas);
Entre los que tuvieron que esperar, sudndoles las manos, por un
trabajo, por cualquier trabajo,
Y los que pueden escoger y rechazar trabajos sin humillarse, sin mentir,
sin callar, y hay trabajos que nadie quiere hacerlos ya por dinero, y
tienen que ir (tenemos que ir) los trabajadores voluntarios para que el
pas siga viviendo;
Entre las salpicadas flojeras, las negaciones de San Pedro, de casi todos
los das en casi todas las calles,
Y el herosmo de quienes han esparcido sus nombres por escuelas,
granjas, comits de defensa, fbricas, etctera; porque no podamos ir
a sus colegios ni llegamos a creer en sus dioses,
Ni mandamos en sus oficinas ni vivimos en sus casas ni bailamos en
sus salones ni nos baamos en sus playas ni hicimos juntos el amor ni
nos saludamos,
- 39 -
Y otra clase en la cual pedimos un lugar, pero no tenemos del todo sus
memorias ni tenemos del todo las mismas humillaciones,
Y que seala con sus manos encallecidas, hinchadas, para siempre
deformes,
A nuestras manos que alis el papel o trastearon los nmeros;
Entre el atormentado descubrimiento del placer,
La gloria elctrica de los cuerpos y la pena, el temor de hacerlo mal,
de ir a hacerlo mal,
Y la plenitud de la belleza y la gracia, la posesin hermosa de una
mujer por un hombre, de una muchacha por un muchacho,
Escogidos uno a la otra como frutas, como verdades en la luz;
Entre el insomnio masticado por el reloj de la pared,
La mano que no puede firmar el acta de examen o llevarse la maldita
cuchara de sopa a la boca,
El miedo al miedo, las lgrimas de la rabia sorda e impotente,
Y el jbilo del que recibe en el cuerpo la fatiga trabajadora del da
y el reposo justiciero de la noche,
Del que levanta sin pensarlo herramientas y armas, y tambin un
cuerpo querido que tiembla de ilusin;
Entre creer un montn de cosas, de la tierra, del cielo y del infierno,
Y no creer absolutamente nada, ni siquiera que el incrdulo existe de
veras;
Entre la certidumbre de que todo es una gran trampa, una broma descomunal, y qu demonios estamos haciendo aqu, y qu es aqu,
- 40 -
Y la esperanza de que las cosas pueden ser diferentes, deben ser diferentes, sern diferentes;
Entre lo que no queremos ser ms y hubiramos preferido no ser, y
lo que todava querramos ser,
Y lo que queremos, lo que esperamos llegar a ser un da, si tenemos
tiempo y corazn y entraas;
Entre algn guapo de barrio, Roenervio por ejemplo, que poda ms
que uno, qu coo,
Y Jos Mart, que exaltaba y avergonzaba, brillando como una estrella;
Entre el pasado en el que, evidentemente, no habamos estado, y por
eso era pasado,
Y el porvenir en el que tampoco bamos a estar, y por eso era
porvenir,
Aunque nosotros furamos el pasado y el porvenir, que sin nosotros
no existiran.
Y, desde luego, no queremos (y bien sabemos que no recibiremos)
piedad ni perdn ni conmiseracin,
Quiz ni siquiera comprensin, de los hombres mejores que vendrn
luego, que deben venir luego: la historia no es para eso,
Sino para vivirla cada quien del todo, sin resquicios si es posible
(Con amor s, porque es probable que sea lo nico verdadero).
Y los muertos estarn muertos, con sus ropas, sus libros, sus
conversaciones, sus sueos, sus dolores, sus suspiros, sus grandezas,
sus pequeeces.
- 41 -
- 42 -
Victoria
- 43 -
- 44 -
Bibliografa
En Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_Fern%C3%A1ndez_Retamar
Roberto Fernndez Retamar: Poeta y terico literario
Recital Silvio Rodrguez Roberto Fernndez Retamar en YouTube
En el arte no puede hablarse de derecha e izquierda
La lealdad a la verdad (Entrevista con Roberto Fernndez Retamar)
Recitacin: Con las mismas manos
A quien pueda interesar: poesa, 1958-1970
Literatura u.s.: Roberto Fernndez Retamar ; poemas
Recitacin de un poema: Usted tena razn, Tallet
Entre los poetas mos Roberto Fernndez Retamar
- 45 -
ndice
3
5
6
7
9
10
12
13
16
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
36
37
38
42
44
Apunte biogrfico
A un poeta de antes
Al devolver el original de un poema
Canciones de pocas palabras
Como a ellos
Con las mismas manos de acariciarte
Deber y derecho de escribir sobre todo
Desagravio a Federico
Duerme, suea, haz
El capitn
El otro
En el mar. taca
Epitafio de un invasor
Epitafio en Girn
Esta tarde y su lluvia
Felices los normales
Hacia el anochecer
Los feos
Los poetas nos han dejado dicho
Los que se casan con trajes alquilados
Llama guardada
Oyendo un disco de Benny Mor
Palacio cotidiano
Que veremos arder
Slo existe
Sonata para pasar esos das y piano
Splica del ciego
Una salva de porvenir
Usted tena razn, Tallet
Victoria
Bibliografa
- 46 -
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
- 47 -
Biblioteca Virtual
OMEGALFA
Marzo
2014