El Superlativo "Discreto". Una Grieta Imperceptible Entre Los Diversos Grados de Significación Del Adjetivo Español
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El Superlativo "Discreto". Una Grieta Imperceptible Entre Los Diversos Grados de Significación Del Adjetivo Español
V poca - No. 2
septiembre-diciembre 2013
7. El superlativo discreto: una grieta imperceptible entre los diversos grados de significacin
del adjetivo espaol.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra(Vicente Huidobro)
Por Rafael Ochoa Gmez1
RESUMEN
El espaol es una lengua unitaria, slida y con muy buena salud. El punto
de encuentro de todos los hispanohablantes es el empleo de una gramtica
comn, sin obviar las notables diferencias con que se manifiesta el idioma
a nivel geogrfico y social. Sin embargo, aunque la gramtica es una
especie de supranorma colectiva, y bajo el prejuicio de estar escrita con
un discurso para sabios, los hablantes eluden la tarea de reflexionar
acerca del empleo de la lengua, sustrayndose a la responsabilidad de
involucrarse en la construccin de nuevos puntos de vista que permitan
replantear la organizacin y el funcionamiento del sistema lingstico
espaol. Este ensayo enfoca su atencin, precisamente, en ese acto
reflexivo acerca de un tema gramatical: el adjetivo espaol, orientando
la mirada hacia un nuevo modo de explicar y usar esa categora, lo cual
redunda, por supuesto, en un incremento de la eficacia comunicativa.
Quienes muestran inters en usar el adjetivo con propiedad, en la lengua
escrita, sin duda quedarn satisfechos con el punto de vista expuesto en
las siguientes lneas.
PALABRAS CLAVE
Norma, tercera norma, sustantivo, adjetivo, graduable, positivo,
comparativo, superlativo, elativo, semntico, absoluto, relativo,
discreto, lxico, morfolgico, sufijo, morfema, morfosintctico, sistema
lingstico, categora gramatical, grados de significacin, enunciar,
denotar, connotar.
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INTRODUCCIN
Entre las diversas instituciones sociales, la ms democrtica de todas es
el sistema de la lengua. Contradictoriamente, y a pesar de que no existe
ningn impedimento jurdico ni cultural para que los hablantes echen
mano de ella, son pocos los usuarios que se atreven a reflexionar acerca
de su organizacin, su funcionamiento y su estructura. Es cierto que el
fenmeno de la globalizacin ha incentivado el aprendizaje de otros
idiomas, como: el ingls, el chino mandarn, el japons, el francs y otras
lenguas modernas; pero an bajo esa amplia cobertura idiomtica, todava
priva aquel recelo o indiferencia de muchos hispanohablantes para
cultivar la necesaria intimidad con la gramtica de la lengua espaola.
Por supuesto que nuestro idioma se enriquece continuamente en el
contacto con esas lenguas extranjeras y esa interaccin lingstica le
permite mantenerse joven y saludable. Se trata de un proceso vertiginoso,
de una batalla contra el tiempo debido a la rapidez con que se dispersan
los idiomas por el mundo. Sin embargo, es curioso quela actividad de
reflexin sobre la lengua no avance al mismo ritmo con que se produce
el acelerado fenmeno de interaccin lingstica. An ms preocupante
resulta: cada vez son menos los hablantes que consultan la gramtica
de nuestro idioma para emplear con propiedad y correccin el cdigo
de la lengua espaola. La consecuencia: un rosario de conjeturas y
arbitrariedades socavando el uso de las distintas categoras gramaticales,
sometidas al capricho individual de quien las usa en la lengua hablada y
en la escritura.
Y en medio de esa aridez normativa, los hablantes actan como
desamparados de orientacin para emplear el sustantivo o como hurfanos
de informacin gramatical relacionada con el adjetivo. Hay quienes usan
esta ltima categora segn su libre albedro: unos, sin reparar en el
contexto del cual se desprende el uso del adjetivo; otros, sin tomar en
cuenta el significado, amplio o restringido, acuado por el sistema de la
lengua.
Como quiera que sea, el uso del adjetivo sucumbe ante esa vorgine
discursiva, donde cada hablante hace lo suyo segn su propia opinin,
limitndose a cumplir con el principio mnimo de eficiencia comunicativa;
y de eso, por supuesto, no se salva ni la lengua hablada ni la lengua
escrita. Ya en el plano de la oralidad, los hablantes salvadoreos han
comenzado a depreciar la funcin calificativa del adjetivo, al sustituirlo
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Sin embargo, aquella duda relativa a los efectos que el adjetivo poda
provocar en el universo del discurso, todava no quedaba clara para la
mayora de hispanohablantes que cotidianamente entraban en contacto
con el laureado oficio de escribir. Tal vez la excepcin en este caso era
la de los periodistas, quienes por norma suelen evitar el uso del adjetivo
en la redaccin de un texto noticioso, en su defensa enardecida por
construir el fundamento de la objetividad informativa. Sin embargo, ni
siquiera los exponentes de la tercera norma -as se le conoce a la lengua
empleada por los periodistas en los distintos medios informativos- estn
inmunes al peligro de usar errneamente los adjetivos, debido al rumbo
que actualmente toma el espaol entre las pginas de los peridicos, en
los canales de televisin y en los dilogos de las pelculas subtituladas. La
premura informativa y la emigracin de abundantes giros trasegados del
ingls al espaol son, por lo general, algunas de las razones que vuelven
proclives a los periodistas en el empleo de esta norma:
Actualmente estamos asistiendo a la aparicin de una
tercera norma que es el instrumento de expresin de los
medios internacionales de comunicacin de masas. El
modelo de esta norma se encuentra en las emisiones del
canal CNN de Atlanta, pero sus caractersticas tambin
aparecen en canales comerciales de Miami, por lo que la
llamaremos norma exgena, puesto que se ha creado fuera
del mbito natural de la lengua.
Las actividades que siguen esta norma estn dirigidas, en
primer lugar, a la comunidad llamada hispana de los
EEUU y en segundo lugar, a toda Hispanoamrica. Su fuerza
reside en su poder de expansinEste espaol, construido
artificialmente, es el que se usa en los productos comerciales
como las emisiones de noticias y las telenovelas. Se parece
mucho al espaol general, solo que este espaol no es una
entelequia sino una realidad difundida por los medios a
todos los lugares.(Tejera, 2001, 5 y 6)
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Tu casa es amplia
Luca es hermosa.
El paisaje es bello.
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Pero adems del grado positivo, existe otro grado de significacin mediante
el cual, la cualidad sealada por el adjetivo incrementa o disminuye a
travs de un proceso de comparacin. En este caso hablamos de un grado
comparativo, el cual a su vez se subdivide en comparativo de igualdad:
Tu casa es tan amplia como la ma; comparativo de inferioridad: Tu casa
es menos amplia que la ma; y comparativo de superioridad: Tu casa
es ms amplia que la ma. Como quiera que sea, los distintos estilos
de comparacin se construyen mediante el empleo de algunos recursos
morfosintcticos de la lengua, pues la construccin de uno u otro grado
exige seleccionar ciertos elementos formales del sistema, sujetos a un
orden especfico en la organizacin de los enunciados o de la oracin
gramatical.
Adems de los anteriores, se puede usar tambin otro modo de
matizar los significados del adjetivo. Se trata del grado superlativo,
ese que por tradicin se construye para destacar la expresin de una
cualidad en grado sumo. Es decir, cuando percibimos que la cualidad
ha logrado alcanzar el grado ms alto o elevado en su representacin,
y que se manifiesta en el sistema de la lengua mediante el uso de los
siguientes morfemas intensificadores: -simo/a (bellsimo-amplsima);
-rrimo/a (pauprrimo-librrima). Por supuesto que este ltimo
modo de construir el grado superlativo es frecuente en el nivel de la
lengua culta: pulqurrimo debido a que el hablante est mayormente
informado sobre los recursos y estilos del idioma-, pues en su defecto, los
hablantes del espaol coloquial recurren a la anteposicin del adverbio
intensificador muy, seguido despus del adjetivo: muy bello, por cierto,
esta frmula goza de igual reputacin ponderativa, de la que son objeto
los otros recursos de la lengua mostrados con anterioridad: muy bello =
bellsimo/ muy ntegro = integurrimo.
Obviamente que el grado superlativo llamado elativo en la gramtica
actual (RAE, 2010)no se encuentra inmune a la vocacin taxonmica
que caracteriza a la gramtica de nuestro idioma, pues entre los matices
de significacin denotados por ese elativo, se advierten dos modalidades
claramente marcadas que por lo general lo identifican. As, por una
parte, existe el superlativo absoluto, utilizado para indicar que la
cualidad est por encima de todo lo calificado: La casa es amplsima
(elativo morfolgico: indica la categora ms alta, sin que medie una
comparacin);mientras por otra, se reconoce tambin la existencia de
un superlativo relativo: La casa es la ms amplia de todas (cuando se
singulariza bajo la modalidad de una comparacin tcita o implcita).
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