Asimov y Sus Amigos - en Torno A Fundacion
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AA. VV.
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Contenido
Prefacio, Ray Bradbury
El Isaac no metlico o Qu bello es vivir!, Ben Bova
La corredora de cintas, Pamela Sargent (Strip-Runner, 1989)
La solucin Asenion, Robert Silverberg (The Asenion Solution, 1989)
Asesinato en Grado Urth, Edward Wellen (Murder in the Urth Degree, 1989)
La cada de Trantor, Harry Turtledove (Trantor Falls, 1989)
Dilema, Connie Willis (Dilemma, 1989)
Maureen Birnbaum despus del anochecer, George Alec Effinger (Maureen
Birnbaum After Dark, 1989)
Equilibrio, Mike Resnick (Balance, 1989)
El eterno presente, Barry N. Malzberg (The Present Eternal, 1989)
PAPPI, Sheila Finch (PAPPI, 1989)
La reunin en el Mile-High, Frederick Pohl (The Reunion at the Mile-High, 1989)
La caverna de Platn, Poul Anderson (Platos Cave, 1989)
Conciencia de Fundacin, George Zebrowski (Foundations Conscience, 1989)
Los cazacoches de la llanura de cemento, Robert Sheckley (Carhunters of the
Concrete Prairie, 1989)
La conversacin oda por casualidad, Edward D. Hoch (The Overheard
Conversation, 1989)
La mancha, Hal Clement (Blot, 1989)
La Cuarta Ley de la robtica, Harry Harrison (The Fourth Law of Robotics,
1989)
El originista, Orson Scott Card (The Originist, 1989)
Unas palabras de Janet, Janet Jeppson Asimov
Cincuenta aos, Isaac Asimov
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Prefacio
Ray Bradbury
Uno de mis relatos preferidos de infancia era uno que trataba de un nio que hizo
funcionar una mquina mgica de gachas de avena de forma tan frentica que inund
la ciudad con un metro de gachas.
Si uno quera ir de una casa a otra o encaminarse hacia el centro de la ciudad,
tena que salir con una cuchara y comerse las gachas que cubran el camino hasta su
destino, cercano o lejano.
Era un concepto delicioso, excepto que yo imagin que se trataba de sopa de
tomate y una gruesa papilla de galletas saladas crackers. Salir de viaje y hacer un
festn, todo en uno!
Imagino que el nombre del nio de aquel relato debera de haber sido Isaac
Asimov; porque me parece que desde que lo conoc en la Primera Convencin
Mundial de Ciencia Ficcin en la ciudad de Nueva York, durante la primera semana
de julio de 1939, Isaac ha estado viajando por la vida y celebrando festines, ahora en
las tablas astronmicas, despus en un abanico de otras ciencias, ahora en religin, y
tambin en literatura durante un enorme perodo de tiempo. Uno podra aplicarle el
nombre de grajilla, pero no sera del todo correcto. A la grajilla le llaman la atencin
los objetos brillantes de cualquier peso, y se apodera de ellos. Isaac se dedica a la
actividad de mover montaas, aunque no las mueve precisamente sino que se las
come. Dadle un libro y unas cuantas horas, y como en el caso de las gachas de avena,
Isaac saldr por el otro, tras haber cavado y comido un tnel, todava hambriento.
Existe algn gnero de literatura que no haya tocado? Lo dudo muy seriamente.
Y ahora, aqu tenemos, dentro de este libro, a los hijos e hijas honorarios de
Asimov. Sus mquinas no se han convertido en artefactos delirantes que inundan una
ciudad, pero no obstante estn produciendo y levantando sus ojos hacia Pap Asimov
y nosotros en busca de una aprobacin que no les ser negada.
Decir ms sera llamar la atencin sobre mi talla, comparable a una mota de polvo
junto a una fortaleza o una fuerza de la naturaleza. Slo agregara una nota final. La
gente ha dicho que Isaac es un trabajador compulsivo. Tonteras. Se ha vuelto loco de
amor en una docena de territorios; y quedan unas pocas docenas de territorios
vrgenes para l. Quedarn an menos de dichos mbitos vrgenes cuando Isaac parta
y llegue Ah Arriba, para escribir veinticinco libros ms sobre la Biblia. Y eso ser
slo durante la primera semana!
Una noche de hace dos aos, so que yo era Isaac Asimov. Al levantarme al da
siguiente, se hizo medioda antes de que mi esposa lograra convencerme de que no
deba presentarme como candidato a la presidencia del pas.
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Los astrofsicos (para empezar con una palabra cientfica) clasifican el universo
en tres categoras qumicas: hidrgeno, helio y metales.
Los dos primeros son los ms ligeros de la totalidad de los ms de cien elementos
conocidos. A cualquier cosa que sea ms pesada que el helio, los astrofsicos la
denominan alegremente metal. El hidrgeno y el helio conforman hasta alrededor
de un noventa y ocho por ciento de la composicin del universo. Para los astrofsicos,
el universo consiste en un montn de hidrgeno, una cantidad considerable de helio y
una pizca de metales.
Ahora bien, a pesar de que Isaac Asimov es conocido en todo su planeta (y
posiblemente en otros, no lo sabemos todava) como escritor de ciencia ficcin,
cuando uno considera toda su produccin de material escrito la totalidad de sus
cuatrocientos-y-contando libros y la mirada de artculos, columnas, quintillas jocosas
y todo lo dems, la ciencia ficcin es en realidad un pequeo porcentaje del total.
Por lo que se refiere a la produccin de Asimov, la ciencia ficcin constituye sus
metales. Es a las realidades cientficas a las que dedica sus principales esfuerzos
mentales.
Es al Asimov no metlico al que yo quiero rendir homenaje.
Recordis la pelcula titulada Qu bello es vivir!? Aquella en la que un ngel
le muestra al suicida James Stewart cmo hubiera sido su ciudad natal si nunca
hubiera nacido el personaje creado por l?
Pensad en cmo sera nuestro planeta natal si Isaac Asimov nunca hubiera
dedicado su mente y su mano a escribir sobre ciencia.
Escapamos por pelos de ese destino. Hubo un momento en el tiempo en el que un
joven Isaac se enfrent con una crtica eleccin en su carrera: continuar adelante
como investigador o dedicar todo su tiempo a escribir. Escogi escribir y el mundo
est extremadamente contento con el resultado.
Consciente de que la ciencia ficcin, en aquellos primaverales tiempos, no podra
mantener a una esposa y una familia, Isaac decidi escribir sobre la realidad cientfica
y hacer de eso su carrera en lugar de la investigacin bioqumica.
Pero supongamos que no lo hubiera hecho as.
Supongamos que, enfrentado a aquella alternativa profesional, Isaac hubiera
optado por la estable, aunque nada espectacular, carrera de investigador cientfico de
nivel medio, y hubiera escrito alguna ocasional historia de ciencia ficcin como
pasatiempo.
Continuaramos teniendo el plato fuerte de sus relatos de ciencia ficcin al que
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La corredora de cintas
Pamela Sargent
Los tres nios alcanzaron a Amy justo cuando llegaba a las cintas transportadoras.
Barone-Stein le grit uno de los nios.
Ella no reconoci a ninguno de ellos, pero era obvio que los nios saban quin
era ella.
Queremos una carrera le dijo el ms pequeo, hablando en voz baja para que
las personas que pasaban no pudieran or el reto. Puedes ir delante y escoger el
recorrido.
Hecho respondi ella rpidamente. C-254, interseccin del camino local
de Riverdale.
Los nios fruncieron el entrecejo. Quiz haban esperado una carrera ms larga.
Parecan muy jvenes; el ms alto de ellos no poda tener ms de once aos. Amy se
inclin y enroll un poco los bajos de sus pantalones. Poda vencerlos a todos antes
de que llegaran al destino que ella haba nombrado.
Pas ms gente que subi a la cinta ms cercana. Las bandas mviles de color
gris que se extendan infinitamente a ambos lados de ella, desplazaban su cargamento
humano por toda la ciudad. La cinta que tena ms cerca se mova en aquel momento
a poco ms de tres kilmetros por hora; la mayora de los pasajeros que entonces
transportaba eran ancianos o nios pequeos que practicaban unos pasos de baile
donde no haba sitio. Junto a aquella, otra cinta avanzaba a ms de cinco kilmetros
por hora; a lo lejos, en las cintas ms veloces, los pasajeros no eran ms que un
borroso conjunto colorido. Todas las cintas transportaban una corriente regular de
personas pero la hora punta no comenzara hasta al cabo de dos horas. Los nios la
haban desafiado durante un perodo tranquilo del da, lo que significaba que no
estaban demasiado seguros de s mismos; no queran arriesgarse a correr entre una
multitud de viajeros.
Vamos dijo Amy.
Subi a la cinta y los nios hicieron lo mismo detrs de ella. Ms adelante, la
gente se estaba cambiando a la cinta contigua, avanzando lentamente hacia la ms
rpida que corra junto a la plataforma del camino local. Los anuncios brillaban
alrededor de Amy con su luz fosforescente, constante, ofreciendo ropa, las ltimas
pelculas-libro, bebidas exticas y otro drama hiperonda ms sobre las aventuras de
un Viajero del Espacio en la Tierra. Por encima de su cabeza, luces zigzagueantes y
flechas luminosas destellaban constantemente mostrando las diferentes direcciones a
los millones de ciudadanos: POR AQU, A LAS SECCIONES DE JERSEY; SIGA LA FLECHA HACIA
LONG ISLAND. El ruido era constante. Las voces aumentaban y disminuan a su
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nmero para llamar en caso de que alguien perdiera la llave. Amy descorri la
cremallera de su bolsillo y sac la fina lmina de aluminio, que seguidamente desliz
en el interior de la ranura.
La puerta se abri. En una antecmara de agradable color rosa, haba varias
mujeres charlando mientras se peinaban y se aplicaban maquillaje en aerosol ante una
pared de espejos. No saludaron a Amy, as que ella no les dijo nada. A su padre, al
igual que a la mayora de los hombres, le resultaba asombroso que las mujeres se
sintieran libres para hablar las unas con las otras en un lugar semejante. Ningn
hombre le diriga la palabra a otro en los Personales para hombres; incluso el mirar a
otro en esos lugares era considerado como algo tremendamente ofensivo. Los
hombres nunca se quedaban chismorreando en la antecmara de un Personal, pero las
cosas no eran tan liberales all como su padre supona. Las mujeres nunca le dirigan
la palabra a alguien que claramente demostraba preferir la intimidad, ni saludaban a
una nueva residente de subseccin hasta que la conocan mejor.
Amy se detuvo ante un espejo y se alis los cortos rizos oscuros, tras lo cual entr
a la zona de los cubculos pblicos. Una larga hilera de retretes, con delgadas
separaciones pero sin puertas, se alineaba a un lado; una hilera de lavamanos cubra
la pared de enfrente.
Una mujer joven se hallaba de rodillas junto a uno de los retretes, donde un nio
pequeo estaba sentado en el asiento de aprendizaje; Amy no pudo evitar darse
cuenta de que era un varn. Eso estaba permitido hasta que un nio tena cuatro aos,
edad suficiente como para ir al Personal de hombres por su cuenta o acompaado del
padre, experiencia que tena que resultar traumtica la primera vez. Pens en lo que
tena que ser para un nio el abandonar la atmsfera ms relajada y clida del
Personal de su madre, para ir al de hombres en el que incluso el mirar hacia otra
persona era un tab. Algunos decan que aquella costumbre haba surgido a causa de
la necesidad de conservar una cierta intimidad en medio de los dems, pero los
psiclogos tambin afirmaban que el tab tena su origen en la necesidad del varn de
separarse de su madre. No era de extraar que los hombres actuaran como lo hacan
en los Personales. No slo estaran infringiendo una falta contra la intimidad de los
dems si se conducan de otra forma, sino que adems demostraran una inapropiada
regresin a la infancia.
Amy mantuvo los ojos bajos, haciendo caso omiso de las otras mujeres y nias
que se hallaban en los retretes, hasta que lleg a una hilera de picos de ducha. Dos
mujeres estaban entrando en los cubculos privados del fondo. A la madre de Amy le
haban concedido un cubculo privado haca algunos aos, un privilegio que su padre
haba obtenido para los dos despus de un ascenso, pero a Amy no le estaba
permitido utilizarlo. Otros padres podran haberle concedido dicho permiso, pero los
suyos eran ms estrictos; no queran que su hija se habituara demasiado a gozar de
unos privilegios que no haba ganado por s misma.
Se duchara en aquel momento, y metera la ropa en la ranura de la lavandera
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para que quedara limpia; el Personal estara ms concurrido despus de la cena. Amy
suspir; esa no era la nica razn que tena para demorarse all. A aquellas alturas su
madre habra recibido el mensaje del seor Liang. Amy tena miedo de ir a casa y
enfrentarse con ella.
Del apartamento salan cuatro mujeres cuando ella lleg. Las salud
distradamente y asinti con la cabeza cuando le preguntaron si le iba bien en el
colegio. Aquellas eran las amigas ms intelectuales de su madre, las que discutan de
sociologa y arreglaban entre ellas los problemas polticos de la ciudad antes de pasar
a los temas esenciales de las ofertas para estirar las cuotas de ingresos y los consejos
para la educacin de los nios.
La madre de Amy retrocedi al entrar ella; la puerta se cerr. Amy haba llegado
hasta el centro de la espaciosa sala de estar antes de que su madre hablara.
Adnde vas, querida?
Emh, a mi habitacin.
Creo que ser mejor que te sientes. Tenemos algo de lo que hablar.
Amy avanz hacia uno de los sillones y se sent. La sala de estar tena ms de
cinco metros de largo, y en ella haba dos sillones, un sof pequeo, y una otomana
de cuero de imitacin. La casa tena tambin otras dos habitaciones, y sus padres
contaban incluso con un lavamanos en su dormitorio, gracias a los magnficos
servicios prestados al Estado por su padre.
Has tardado ms de lo habitual en llegar a casa coment la madre,
sentndose en el sof, frente a Amy.
Tena que ducharme. Emh no deberamos preparamos para ir a cenar?
Probablemente pap llegar en cualquier momento.
Me ha dicho que llegar tarde, as que esta noche no comeremos en la cocina
de la seccin.
Amy se mordi el labio inferior, lamentando por primera vez que a su familia se
le permitiera tomar cuatro comidas semanales en su propio apartamento. Sus padres
no hubieran podido darle un sermn en las largas mesas de la cocina de la seccin, en
medio de todos los comensales all reunidos.
En todo caso continu la madre, tena la seguridad de que querras hablar
conmigo a solas antes de que llegara tu padre.
Oh. Amy mir fijamente la alfombra azul. Eso.
l dice que tus notas no sern buenas al final del trimestre. Los ojos oscuros
de la madre se entrecerraron. Si no mejoran pronto, va a invitarme a que vaya para
mantener una charla, y eso no es todo. Se retrep en el sof. Dice que te han
visto corriendo por las cintas.
Amy dio un respingo.
Quin le dijo eso?
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Oh, Amy. Estoy segura de que tiene formas de averiguarlo. Es verdad eso?
Hum.
Bueno, lo es? Eso es incluso ms grave que tus notas. Quieres que un oficial
de polica te lleve detenida? Te has parado a pensar siquiera en los accidentes que
podras provocar, o que t misma podras resultar gravemente herida? Ya sabes qu
dijo tu padre la primera vez que se enter de que corras por las cintas.
Amy asinti con la cabeza. Haba ocurrido haca ms de dos aos, y l la haba
sermoneado durante horas, pero desde entonces haba permanecido ignorante de las
actividades de su hija. Soy la mejor, pens; me conocen todos los corredores de la
ciudad. Quera gritarlo y obligar a la madre a reconocer sus logros, pero guard
silencio.
Es un juego estpido y peligroso, Amy. Cada ao mueren unos cuantos nios
corriendo por las cintas, y tambin resultan heridos los pasajeros. Ya tienes catorce
aos, pensaba que eras ms madura. No puedo creer que
No he estado corriendo por las cintas dijo Amy. Quiero decir, que no he
hecho una carrera desde hace algn tiempo. No desde hace un par de horas, agreg
en silencio para s, y eso no fue una autntica carrera, as que no estoy mintiendo
realmente. Se senta un poco culpable; no le gustaba mentir.
Y tus notas
Amy aprovech la oportunidad de evitar el ms peligroso tema de las carreras por
las cintas.
Ya s que son peores. Ya s que puedo hacerlo mejor, pero qu diferencia
hay?
Es que no quieres que las cosas te vayan bien? Solas estar entre los mejores
estudiantes de matemticas de tu colegio, y tu profesora de ciencias siempre
elogiaba
Y qu? Amy no poda contenerse por ms tiempo. De qu sirve? Para
qu voy a utilizar eso en toda mi vida?
Tienes que sacar notas altas si quieres que te admitan en un nivel universitario.
La posicin de tu padre puede hacer que te resulte fcil entrar, pero no permanecers
en l si no ests bien preparada.
Y luego qu? A menos que yo sea un genio, o mucho mejor que cualquiera de
los chicos, me obligarn a seguir cursos de diettica, relaciones pblicas o psicologa
infantil para que algn da llegue a ser una buena madre, y, si no, me entrenarn para
programar computadoras hasta el da en que me case. De todas formas acabar por no
hacer nada, as que para qu voy a intentarlo?
Nada? El rostro de piel olivcea de su madre era tranquilo, pero la voz le
tembl ligeramente. No es nada lo que yo hago, cuidndote a ti y a tu padre? No
es nada educar a un hijo y hacer un hogar agradable para el esposo?
No quise decir nada, sino que eso no lo es todo. T quisiste ms una vez, yo
s que lo quisiste. T, t
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a su abuela Barone, que la desaprobaba. Los dos haban alcanzado por su cuenta un
ndice C-4 antes de que Alysha se quedara embarazada; incluso entonces,
asombrosamente, haban hablado sobre cul de los dos deba renunciar a su puesto de
trabajo en el Departamento. Slo las parejas ms antisociales de todas hubieran
intentado conservar dos posiciones tan codiciadas. Haba muchas personas no
clasificadas sin trabajo, subsistiendo sin ninguna posibilidad de medrar, y otros que
haban sido relegados a los niveles de la fbrica de levadura tras haber sido
sustituidos en sus puestos por los robots. Los colegas de sus padres les hubieran
hecho la vida imposible si ambos hubiesen permanecido en el departamento; sus
superiores les hubieran bloqueado cualquier ascenso, e incluso hallado quiz alguna
forma de degradarlos. Adems, alguien tena que cuidar de Amy. La nia no podra
ser dejada todo el da en la guardera de la subseccin, y las dos abuelas se haban
negado a fomentar cualquier actitud antisocial ofrecindose a cuidar del beb.
As pues, Alysha haba renunciado a su puesto de trabajo. Puede que el esposo
hubiera estado dispuesto a cuidar a la nia, pero l no poda amamantarla y la
lactancia ahorraba una racin. Ricardo haba obtenido otro ascenso pocos aos
despus del nacimiento de Amy, y se haban mudado de la vivienda de dos
habitaciones en la Seccin de Van Cortlandt, a aquel apartamento. Ahora el padre de
Amy era un C-6, con un retrete privado en el Personal de Hombres, un lavabo
funcional en el dormitorio, una pensin mayor para entretenimientos, y el derecho de
tomar cuatro comidas semanales en casa.
Sus padres habran actuado tontamente si hubieran renunciado a la posibilidad de
tener todo eso. Cun intil habra sido que Alysha intentara conservar su posicin en
el Departamento! Lo hubieran arriesgado todo.
Se abri la puerta y entr la madre. Amy se sent. La cama pequea ocupaba la
casi totalidad de la habitacin; no haba ningn otro lugar para sentarse, y estaba
claro que Alysha quera hablar.
La madre se sent y le pas un brazo por los hombros a Amy.
Ya s cmo te sientes le dijo.
Amy mene la cabeza.
No, no lo sabes.
La madre la abraz ms estrechamente.
Tambin yo me sent as en otra poca, pero no vea que pudieran irme mejor
las cosas si no lo intentaba en absoluto. Uno debe aprender todo lo que pueda, Amy, y
no slo lo necesario para ayudar a los hijos con los deberes. El aprender te
proporcionar placer ms tarde, porque es algo que se lleva dentro y nadie puede
arrebatrtelo. Las cosas podran cambiar, y entonces
Nunca cambiarn. Ojal Las cosas eran mejores en los viejos tiempos.
No, no lo eran le respondi la madre. Eran mejores para algunas personas
y peores para muchas otras. Puede que yo aparente nostalgia del pasado, pero
tambin s cmo la gente luchaba, mora de hambre y sufra hace mucho tiempo, y
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las ciudades son mejores que todo eso. Nadie se muere de hambre, y podemos, en
general, dedicarnos a nuestros asuntos sin temer la violencia; pero eso requiere
cooperacin, no podramos vivir, tan apiados como estamos, de ninguna otra
forma. Tenemos que llevarnos bien, y a menudo eso significa renunciar a lo que
querramos con el fin de que todos tengan al menos algo. No obstante
Comprendo lo que quieres decir replic amargamente Amy. El civismo es
bueno. Las ciudades son la cspide de la civilizacin humana. Mientras hablaba,
imitaba los pomposos modales de su profesor de historia. Y si no puedo llevarme
bien con los dems y dar las gracias por lo que tengo, no soy ms que una
individualista antisocial patolgica.
La madre guard silencio durante un largo instante.
En las ciudades dijo luego, hay cada vez ms robots que les arrebatan el
puesto de trabajo a las personas. La poblacin contina creciendo y eso significa que
la gente llegar a tener todava menos, podramos volver a ver algo muy parecido
al hambre. Las ciudades no pueden expandirse mucho ms, y eso significa menos
espacio para cada uno de nosotros. La gente puede estallar ahora contra algn robot,
dado que son los blancos ms convenientes para expresar el resentimiento, pero si
comenzamos a estallar los unos contra los otros Hizo una pausa. Algo tendr
que romperse. Incluso el pequeo grupo de gente que espera que los Viajeros del
Espacio los deje finalmente abandonar la Tierra para establecerse en otro mundo,
sabe eso.
Son unos tontos dijo Amy.
Eso es lo que dira la mayora.
Amy frunci el entrecejo. Tena conocimiento de esa gente; en ocasiones se iban
al Exterior para jugar a ser granjeros o alguna cosa por el estilo. No poda imaginar
cmo lo soportaban ni qu sacaban de bueno de aquello. Un detective de la ciudad
llamado Elijah Baley era el lder del pequeo grupo; quiz l pensaba que los
Viajeros del Espacio lo ayudaran. Recientemente haba regresado de uno de los
mundos de aqullos, en el que le haban pedido que los ayudara a resolver un crimen;
quiz l pensaba que los Viajeros del Espacio podan ser sus amigos.
Amy estaba bien enterada. Los Viajeros del Espacio slo lo haban utilizado.
Pens en los personajes que representaban a los Viajeros del Espacio que ella haba
visto en las aventuras de hiperonda y pelculas-libro. Eran todas personas altas,
hermosas, bronceadas, con cabellos de color rubio bronce, con unos ojos tan fros
como los de las legiones de robots que los servan a ellos. En las historias de ficcin
podan ser cordiales, e incluso querer a alguna persona de la Tierra, pero en la
realidad despreciaban a los habitantes de las ciudades. Nunca permitiran que los
terrcolas contaminaran sus mundos u otros de la galaxia. Podan utilizar a un
terrcola como Baley, pero se desharan de l despus.
Lo que estoy intentando decirte continu Alysha con un tono dulce, es que
pueden producirse cambios. Sea cual sea el tipo de desbaratamiento que comporten,
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puede que tambin ofrezcan oportunidades, pero slo para las personas que estn
preparadas para aprovecharlas. Amy se tens ligeramente; aquella era la
declaracin ms antisocial que haba odo en boca de su madre. Sera mejor que
estuvieras preparada para eso y desarrollaras todos los talentos que puedan resultar de
utilidad. Cuando trabajaba en el Departamento, saba qu significaban aquellos datos
estadsticos; incluso al burcrata ms decidido le resulta imposible esconder toda la
verdad. Pude darme cuenta, pero ya he dicho suficiente.
Madre Amy trag. Vas a decirle a pap lo que ha dicho el seor Liang?
La madre se tirone de los largos cabellos oscuros, con expresin de angustia.
Realmente debera hacerlo. No tendr ms remedio si me citan a una reunin, y
entonces Rick se preguntar por qu no lo mencion antes. No lo har si me prometes
que vas a trabajar ms.
Amy suspir de alivio.
Te lo prometo. Amy esperaba poder mantener su palabra.
Entonces te dejar con tus estudios. Tienes un rato antes de que Rick regrese.
La puerta se cerr detrs de Alysha. Amy cogi su visor y se tendi sobre el
lecho. Nada cambiara, independientemente de lo que dijera su madre. Hiciera lo que
hiciese, Amy acabara, como lo haba expresado su amiga Debora Lister, al final de la
cola. La empujaran al final de la cola cuando sus profesores comenzasen a insinuar
que determinados estudios seran ms tiles para una chica. Volveran a obligarla a
retroceder cuando los consejeros universitarios sealaran que sera egosta ocupar una
plaza de determinadas clases, dado que ella no empleara dicha formacin
especializada durante toda la vida, como s lo hara un chico. Si consegua avanzar
durante esas etapas, slo sera para que la relegaran ms tarde, cuando se casara y
tuviera sus propios hijos.
Poda, claro est, optar por no casarse, pero una vida semejante sera solitaria.
Independientemente de los logros que obtuvieran dichas mujeres, la gente murmuraba
cun antisociales eran y las compadecan, lo que probablemente era mejor que el
franco resentimiento. Tendra que vivir en uno de los diminutos reservados que se
destinaban para las personas solteras, a menos que tuviese la suerte suficiente como
para encontrar un compaero o compaera con quien congeniara, y pudiera obtener
permiso para compartir una habitacin normal.
Alysha haba acabado al final de la cola haca mucho tiempo, aunque ms tarde
que la mayora, y tena un esposo amante que la consolaba, lo cual era una buena
cosa. Ni siquiera las parejas que se odiaban se separaran voluntariamente, porque
perderan su posicin y las obligaran a vivir en dependencias ms pequeas. Por
supuesto, Alysha esperara que Amy pudiera avanzar en el escalafn social; ella no
tena nada en la vida excepto su esposo y su hija.
Un buen nmero de mujeres eran como Alysha. Sublimaban el individualismo
antisocial, que as lo llamaba la pelcula-libro de texto que Amy haba proyectado en
la biblioteca del colegio. Muchas mujeres vivan a travs de sus hijos y luego de sus
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nietos, con la esperanza de que avanzaran aun sabiendo que existan lmites para sus
ambiciones. La transferencia de esperanzas era lo que las mantena en pie, pero
tambin eran conscientes de que demasiada gloria individual slo provocaba
sentimientos antagnicos en los dems. Esa era una de las razones por las que sus
padres se negaban a pavonearse de los privilegios que haban ganado y los usaban de
mala gana, con un ligero aire de disculpa.
Los hombres tenan otros problemas, que posiblemente les parecan a ellos
igualmente molestos. Algunos hombres se quebraban bajo la tensin de soportar la
posicin de toda la familia. Los psiclogos tenan trminos para definir tambin aquel
sndrome.
Amy vea con demasiada claridad qu era lo que le aguardaba en el futuro. Quiz
no debera de haber visto aquellas pelculas-libro de psicologa y sociologa, que
estaban destinadas a especialistas adultos. Sus padres tendran, llegado el momento,
el segundo hijo que les estaba permitido; excepto la dedicacin al cuidado de Amy y
su padre, el ser sociable de una forma que facilitara las relaciones con los vecinos y
los colegas de su esposo, haba muy poco que Alysha pudiera hacer. Poco era de
extraar que muchas mujeres tuviesen hijos a los que no tenan derecho. Cuando
Amy hubiera crecido, la madre estara esperando los inevitables nietos, y realizara
con ellos la transferencia de sus esperanzas. Qu engao tan grande era el de
pretender que los hijos no seran absorbidos por el enjambre de la ciudad, cuando se
saba que era as como deba suceder!
Las familias felices, segn deca la voz popular, hacan una ciudad mejor; las
madres y esposas se dedicaban a sus tareas con la sensacin de que cumplan con un
deber cvico. La madre de Amy se aferrara a ella, y luego a los hijos que ella tuviera,
y
Si saber mucho haca que la gente se sintiese de esa forma, quiz era mejor ser un
ignorante, adaptarse a lo que no poda cambiarse.
Cruz los brazos sobre el pecho. Sin embargo continuaba en posesin de un logro
y nadie poda arrebatrselo; era la mejor corredora de cintas de la ciudad. No
renunciara a eso, no hasta que fuese demasiado mayor y lenta como para correr
carreras, y quiz ese da no llegara jams. Si cometa un error y mora durante una
carrera, al menos se habra marchado antes de llegar al final de la cola. Sus padres
podran tener otro hijo, quiz dos, y la prdida de una vida no constituira diferencia
ninguna en una colmena de acero que albergaba demasiadas. Incluso podra decirse a
s misma que estaba dejando lugar para alguien a quien no le importara estar perdido
en el enjambre.
Los textos psicolgicos tenan trminos para semejantes ideas, todos los cuales
hacan que sus sentimientos sonaran como una enfermedad. Quiz lo eran, pero eso
no era ms que otra razn para que no le importase lo que pudiera ocurrirle en las
cintas.
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Shakira avanz por las cintas grises a una velocidad apenas por encima de la
normal. Amy se mantena pegada a ella. La mayora de los chicos y chicas ya se
haban encaminado al camino expreso; recibiran a la campeona en el punto de
destino de Sheepshead Bay. Luis y dos de sus amigos las seguan para estudiar un
poco las habilidades de Shakira antes de reunirse con los dems. An quedaban
claros entre los pasajeros, pero las cintas ya comenzaban a estar abarrotadas de gente.
Shakira hizo una exposicin de movimientos: increment la velocidad de la
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marcha, avanz de lado con pasos constantes y regulares, y cambi a una cinta
adyacente sin romper el ritmo; Amy la sigui. Realiz un movimiento Popovich, que
llevaba el nombre del corredor que la haba perfeccionado, consistente en saltar de
uno a otro lado entre dos cintas antes de rebotar en la segunda y caer en una tercera.
Incluso consigui realizar un salto derviche: tras volverse de cara a Amy, salt en el
aire y describi un giro completo antes de aterrizar elegantemente en una cinta ms
lenta; un salto derviche era peligroso incluso en las cintas lentas.
Era buena, pero Amy conoca aquellos movimientos. Lcete, pens; la mujer slo
estaba intentando intimidarla. Las maniobras espectaculares era ms probable que
llamaran la atencin, adems de cansar a un corredor demasiado pronto. Sigui a
Shakira hasta el camino local, y luego baj tras ella con un balanceo dejando atrs a
los chicos. Haba cogido el ritmo de Shakira, pero se mantena alerta y cautelosa;
algunos corredores podan hacer que sus seguidores se confiaran a un paso tranquilo
antes de hacer algo inesperado.
Danzaron avanzando a travs de las cintas en direccin a la plataforma del
camino expreso. La multitud era muy apretada en la cinta adyacente a la plataforma.
Shakira se aferr a un mstil y subi mediante un balanceo; Amy se aferr al
siguiente. Las largas piernas de la mujer dieron la vuelta sin llegar a tocar el suelo y
pasaron a poca distancia de un pasajero, tras lo cual la mujer volvi a hallarse sobre
la cinta desde donde levant la mirada hacia Amy, sonriendo.
Amy aferr el mstil, a punto de seguirla, cuando un grupo de personas entraron
en la cinta justo debajo de ella. Tuvo un atisbo de rostros sobresaltados cuando sus
piernas volaron en direccin a ellos; haba el espacio justo para aterrizar. Una mujer
se tambale sobre la cinta; un hombre la cogi por un brazo. Amy supo en un instante
que no poda arriesgarse a saltar. Shakira se volvi, pas corriendo junto a otros
pasajeros, pas a la izquierda y desapareci.
Amy se qued colgando del mstil; el viento le azotaba las piernas. Subi
nuevamente a bordo, aturdida por lo abrupto de su derrota. Haba perdido antes de
que llegaran siquiera a la parte baja de Manhattan; las lgrimas le escocan los ojos.
Alguien la empuj; los pasajeros la rodearon.
Malditos corredores! grit un hombre.
Otros viajeros se reunieron alrededor de ella; un puetazo la derrib.
Traigan a la polica! grit una mujer.
Unos dedos la cogieron por los cabellos; un pie le dio un puntapi en una rodilla.
Se cubri la cabeza con los brazos; ya no le importaba lo que le sucediera; haba
perdido.
de Amy. Ella mir el rostro plido y severo de l y desvi rpidamente los ojos. La
formalidad de las presentaciones ocup slo un momento antes de que el polica de
paisano comenzara a sermonear a Ricardo Stein acerca del delito cometido por su
hija, sazonando su discurso con datos estadsticos de los accidentes provocados por
los corredores de cintas, y el nmero de muertes que haba producido aquel juego
durante el ao en curso.
Si yo no hubiera estado en el camino expreso concluy el hombre, la
muchacha podra haber resultado seriamente maltratada, y no es que no se lo
mereciese.
Lo comprendo, seor Dubois dijo el padre.
Ella necesita aprender una leccin.
Estoy de acuerdo. Ricardo se ech hacia atrs los espesos cabellos castaos
. Aceptar cualquier sentencia que se le imponga. Su madre y yo no nos
apartaremos de nuestro camino para defenderla, y probablemente nosotros tengamos
una parte de culpa por no haberla educado mejor y controlarla ms. Puede estar
seguro de que no se repetir semejante conducta.
Imagino que usted se encargar de que as sea, seor Stein, un ciudadano
slido como usted. El seor Dubois se retrep en su asiento. As pues, les har
un favor a usted y su esposa, y por esta vez dejar que Amy salga en libertad con una
simple advertencia. Slo tiene catorce aos, y este es su primer delito, al menos la
primera vez que la descubrimos, y el Nivel de Delincuentes Juveniles est ya
suficientemente abarrotado; pero la tenemos en nuestros archivos, y si se la detiene
nuevamente por cualquier cosa, quedar retenida hasta el juicio, momento en el cual
es probable que obtenga una sentencia severa.
Le quedo muy agradecido dijo el padre de Amy.
Escchame, muchacha. El seor Dubois apoy los brazos sobre el escritorio
. No creas que puedes quedarte quieta durante un tiempo y luego comenzar
nuevamente las carreras de cintas. Ahora ya sabemos quin eres, y nos resultar fcil
identificarte. No son muchas las chicas que corren por las cintas. Desvi los ojos
hacia el padre. Creo que puedo contar con usted para que la mantenga en su sitio.
No le hara ningn bien a su posicin el tener un criminal en la familia.
Puede contar conmigo, seor Dubois.
estudiando, me preparars un informe sobre los peligros que entraa el correr por las
cintas. No te resultar difcil acceder a esos datos, y me lo presentars dentro de una
semana Ricardo hizo una pausa para respirar; y si alguna vez vuelvo a enterarme
de que has estado corriendo por las cintas, yo mismo te llevar a la polica y exigir
que se te someta a juicio.
Cmete la comida, Amy dijo la madre; era la primera vez que hablaba.
No tengo hambre.
Ser mejor que te lo comas; es lo nico que nos queda de las raciones de casa
de esta semana.
Se oblig a comer. El padre acab la comida y apoy un codo sobre la mesa.
Hay algo que todava no comprendo dijo con voz cansada. Por qu,
Amy? Por qu has hecho una cosa as? Pensaba que eras ms sensata. Por qu has
corrido esos riesgos?
Ella ya no pudo aguantar ms.
Soy la mejor. Se puso de pie y le propin una patada a la otomana. Soy la
mejor corredora de cintas de la ciudad! Eso es lo nico que har en mi vida, lo nico
que los dems recordarn de m! Soy la mejor, y ahora me lo han arrebatado!
Los ojos grises de su padre se agrandaron.
No pareces muy arrepentida, jovencita.
Lamento haber perdido! Lamento que me atraparan! Lamento que hayas
tenido que ir a recogerme, pero no lamento nada ms!
Vete a tu habitacin! le grit. Si contino escuchando palabras como
esas, acabar por levantarte la mano!
Alysha se inclin por encima de la mesa y aferr el brazo que se elevaba en el
aire mientras Amy hua hacia su dormitorio.
Su vida haba terminado. Amy era incapaz de ver las cosas de otra manera. La
historia corri rpidamente. Ella haba perdido con Shakira Lewes y la haba
apresado la polica; Luis Horton estaba haciendo todo lo posible para difundir la
noticia. Un bedel de pasillo anotaba la hora a la que sala del colegio y le recordaba,
delante de los otros estudiantes, que se esperaba que marchase directamente a casa;
algunos chicos y chicas siempre se rean de ella.
Responda a las preguntas de sus amigos, incluso a las de Debora, con expresin
ceuda, y muy pronto nadie le dirigi la palabra fuera de la clase. Nadie se atreva a
hablarle de la carrera, ni a contarle lo que haba dicho Lewes al llegar al punto de
destino. Se produjo la inevitable reunin con el seor Liang y su madre, y una
situacin embarazosa adicional cuando el consejero se enter del informe que ella
estaba preparando para su padre. Ley el informe ante la cmara de la red informativa
del colegio, obligada por el seor Liang y el principal a repudiar el juego; se le
encoga el alma siempre que pensaba en cunto se habran redo de ella los
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Amy sali del ascensor al llegar a su nivel, con Debora; inmediatamente se tens
de consternacin. Al fondo del pasillo, Shakira Lewes holgazaneaba en el exterior del
Personal de Mujeres.
Qu est haciendo aqu? pregunt la chica rubia.
No lo s.
Nunca te lo dije coment Debora, pero cuando acab la carrera, ella
No quiero or hablar de eso.
Amy sac su llave cuando llegaron a la puerta, decidida a hacer caso omiso de la
mujer. Vagar por el exterior de un Personal era la conducta ms grosera posible.
Hola, Amy la salud Shakira.
No has causado ya bastantes problemas? le espet Amy. Este no es tu
lugar.
Pero es que nunca mantuvimos nuestra conversacin. Esta es la primera
oportunidad que tengo de buscarte, y estaba bastante segura de que pasaras por aqu
despus del colegio.
Amy apret los dientes.
Ahora resulta que ni siquiera puedo ir a mear tranquila.
Quiero hablar contigo le dijo Shakira, y baj la voz cuando tres mujeres
salieron del Personal. Esta noche, despus de cenar, sola.
Los dedos de Amy se tensaron alrededor de la llave.
Y por qu tendra que hablar contigo?
Shakira se encogi de hombros.
Estar en el nivel-G de Hempstead, al final del Camino Expreso de Long
Island. Bjate y atraviesa las cintas hasta la calle G-20. Yo estar esperando delante
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Amy lleg a la calle G-20 a las siete y media. Shakira, como haba prometido,
estaba esperando ante la tienda de antigedades, que tena un anticuado cartel plano
con letras manuscritas. No haba muchas tiendas en aquel vecindario viejo y en mal
estado, en el que los altos muros metlicos de los niveles de residencia parecan ms
grises que la mayora, y por la calle se vean slo unos pocos cientos de personas.
Amy senta aprensin. Las secciones como aquella eran las peores de la ciudad; slo
vivan en ellas, tan cerca del Exterior, los ciudadanos a los que les iban mal las cosas.
Shakira estaba mirando una atractiva exposicin de antiguas tazas y cubertera de
plstico que haba en el escaparate de la tienda. En el interior, el dueo le haba hecho
una concesin a los tiempos modernos; un robot atenda a la cola de clientes.
No te ha llevado mucho tiempo llegar hasta aqu musit la mujer.
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apoyo, principalmente por Lije, por el seor Baley, pero sospecho que el gobierno de
la ciudad piensa, al igual que todo el resto, que somos unos excntricos, y que nos
engaamos al pensar que alguna vez podremos instalarnos en otro mundo.
Para qu molestarse? pregunt Amy. Los Viajeros Espaciales no
permitirn nunca que nadie salga de la Tierra.
Lije sali, no es cierto?
Eso fue diferente, y lo enviaron de vuelta aqu tan rpidamente como les fue
posible. Apostara a que ni siquiera le dieron las gracias por resolver el asesinato.
Nunca permitirn que un grupo de gente de la tierra se instale en uno de sus mundos.
No, en uno de los suyos, no. Shakira se recost contra el escaparate. Pero
Lije Baley est convencido de que finalmente permitirn que un grupo de
colonizadores se instale en un planeta deshabitado, quiz antes de lo que creemos, y
que nos proporcionarn naves para llegar hasta all. Sin embargo, no podremos
fundar otro mundo si no estamos capacitados para vivir en el Exterior de la ciudad.
Y queris que me una a ese grupo? pregunt Amy.
Pens que poda interesarte. Nos vendran bien nuevos reclutas, y los ms
jvenes parecen adaptarse con mayor facilidad. Simplemente piensa en ello: si
llegamos a abandonar la Tierra, cada colono ser necesario, todas las personas sern
importantes y tiles. Necesitaremos gente dispuesta a apostar por una nueva vida,
individualistas que quieran batir una marca, quiz incluso ciudadanos que sean un
poco antisociales siempre que sean capaces de cooperar con los dems. T podras
ser una de esas personas, Amy.
Si es que llegis a marcharos.
Shakira sonri.
Qu puedes perder si lo intentas? Hizo una pausa. Tienes siquiera una
idea de lo precaria que es la vida en la ciudad? Cunto uranio ms podremos
conseguir para nuestras plantas energticas? Piensa en la enorme cantidad de energa
que necesitamos slo para traer el agua hasta aqu y deshacernos de la basura.
Imagnate solamente si se interrumpiera el suministro de aire simplemente durante
una o dos horas; la gente morira por cientos de miles. Tendremos que abandonar las
ciudades. No pueden continuar creciendo indefinidamente sin ocupar tierras que
necesitamos para el cultivo, o bosques que necesitamos para obtener madera. Habr
cada vez menos comida, menos espacio, menos de todo hasta que
Amy mir a lo lejos durante un instante. Su madre le haba dicho lo mismo.
No hay futuro aqu, Amy. Shakira se acerc ms a ella. Puede haberlo
para nosotros, en otros mundos.
Amy suspir.
Lo que hagan unas pocas personas no constituir ninguna diferencia.
Esto es el principio, y si tenemos xito, otros nos seguirn. Parecas creer que
lo que hacas era importante cuando slo corras por las cintas. La mujer le hizo un
gesto para que se acercara. Ah va mi reto. Te estoy preguntando si saldrs al
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Exterior conmigo.
Con esa gente?
Ahora mismo. Sin duda, una corredora de cintas que se arriesg a meterse en
un atolladero y puso en peligro su vida, no tendr miedo de salir al aire libre durante
un instante.
Pero
Vamos.
Sigui a Shakira calle abajo, incapaz de resistirse. La mujer se detuvo ante una
abertura que haba en los altos muros. Amy mir entrecerrando los ojos y distingui
un largo tnel dbilmente iluminado con otro muro al final.
Qu es esto? pregunt Amy.
Una salida. La mayora de ellas estn ahora bajo guardia, pero esta no lo est.
Realmente no hay necesidad de tenerlas vigiladas; la mayora de la gente no conoce
su existencia o no quiere pensar en ellas. Incluso la gente que vive en esta subseccin
probablemente ha olvidado que la salida est aqu. Vendrs conmigo?
Y si alguien nos siguiera? Amy mir nerviosamente hacia el final de la
calle que pareca an ms vaca que antes. No es nada seguro.
Creme, nadie nos seguir. Prefieren creer que este sitio no existe. Vendrs?
Amy trag con dificultad y luego asinti con la cabeza. No era ms que un
pasadizo; no poda ser tan peligroso. Entraron; se mantuvo cerca de la mujer mientras
el reconfortante sonido familiar de la calle se haca cada vez ms dbil a sus espaldas.
La salida est al final le dijo Shakira.
La voz sonaba hueca en el extrao silencio. A Amy se le hizo un nudo en el
estmago cuando llegaron al final.
Preparada? pregunt Shakira.
Creo que s.
Cgete a m. Estar oscuro en el Exterior: eso har que sea ms fcil para ti, y
yo no te soltar.
Shakira apoy con fuerza una mano contra el muro del fondo. Apareci
lentamente una abertura. Amy sinti el aire fro en el rostro; cuando salieron al
Exterior, la puerta se cerr tras ellas. Cerr fuertemente los ojos; senta terror de
mirar y ya anhelaba la tibieza y la seguridad de la ciudad.
Una rfaga de viento la abofete, mucho ms feroz que el viento de las cintas ms
rpidas. Abri los ojos y mir a lo alto. Por encima de su cabeza haba un cielo negro
moteado de estrellas, y aquel brillante disco perlado tena que ser la luna.
Exceptuando el viento y el fro que calaba hasta los huesos, podra haber estado
dentro del planetario de la ciudad; pero el planetario no daba una idea correcta de lo
enorme que era el cielo, ni mostraba las nubes plateadas que navegaban por debajo
del negro firmamento. Baj la mirada; ante ella se extenda una planicie blanca
azulada y vaca, en la que slo se alzaban las cpulas de una granja distante. Sus
odos palpitaban ante aquel silencio roto slo por el aullido intermitente del viento.
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Aire libre; y la sustancia blanca que cubra el suelo tena que ser nieve. El viento
sopl nuevamente, levantando un blanco velo de copos, y luego muri. Haba espacio
a todo su alrededor, aire no filtrado, tierra bajo sus pies, y la luna bandolo todo con
su luz; la seguridad de los muros haba desaparecido. El estmago se le agitaba
mientras el corazn le lata con fuerza; la cabeza le daba vueltas. La mano con la que
se sujetaba a Shakira se afloj; la plida planicie comenz a girar a su alrededor.
Luego comenz a caer a travs del infinito silencio sobre una oscuridad tan negra
como el cielo
Unos brazos la cogieron y la levantaron en vilo; sinti una tibieza en la espalda.
El silencio haba desaparecido. Manote en el aire y se dio cuenta de que estaba
nuevamente en el interior del tnel.
Parpade; tena la boca seca.
Te encuentras bien? Shakira le toc la frente; Amy se apoy pesadamente
sobre la mujer. Te met dentro lo ms rpidamente posible. Lo siento; olvid que
esta noche habra luna llena. Te habra resultado ms fcil si hubiera estado todo
completamente oscuro.
Amy tembl, temerosa de soltarse.
No lo saba dijo. No crea que Se estremeci con alivio, agradeciendo
el aire tibio, el dbil pero constante ruido de las calles, los muros de la ciudad. Intent
sonrer. Supongo que no lo he hecho muy bien.
Ya lo creo que s. La primera vez que sal al Exterior, me desmay
inmediatamente despus de respirar por vez primera al aire libre. La segunda vez
volv corriendo dentro despus de pocos segundos y jur que no volvera a poner
nunca un pie en el Exterior. T lo has hecho muchsimo mejor que yo; estaba
contando. Debes de haber estado de pie ah fuera durante unos dos minutos.
Shakira la sostuvo a medias con un brazo, y ambas recorrieron lentamente el
camino de vuelta a la calle.
Puedes caminar sola? pregunt la mujer cuando salieron del tnel.
Creo que s.
Shakira la solt, y Amy mir hacia el fondo de la calle, que antes haba parecido
tan vaca, aliviada ante la visin de la gente.
No podra volver a hacer eso, Shakira. No podra soportarlo todo ese
espacio
Yo creo que s puedes. Shakira cruz los brazos. Puedes si no abandonas
ahora. Volveremos a salir dentro de dos das. Necesitars llevar ms ropa; sera una
buena cosa si pudieras conseguir guantes y una gorra.
Amy sacudi la cabeza, sorprendida ante la rareza de necesitar ropa ms abrigada;
la temperatura del interior no variaba nunca.
Estamos en invierno, as que slo daremos un corto paseo; no permaneceremos
durante mucho tiempo en el Exterior. Me gustara que nos acompaases. Yo me
quedar contigo junto a la entrada, y no tendrs que permanecer en el Exterior un
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ahora djame acabar a m. Ahora quiere que andes vagabundeando por el Exterior
con ese grupo suyo. Te lo prohbo, me oyes? No quiero que vuelvas a tener nada
ms que ver con ella, y si te llama o viene aqu, yo mismo se lo dir. Tendr que ser
ms rgido contigo, Amy. Dado que no puedes ser sincera con nosotros acerca de tus
actos, volvers a verte restringida nuevamente a este apartamento y
Rick. La voz de Alysha era baja pero firme. Djame hablar. Si el unirse a
esa gente significa tanto para Amy como parece, pienso que quiz debera hacerlo.
El rostro de Ricardo palideci mientras se volva hacia su esposa. Ya s que nos ha
desobedecido, pero creo poder entender por qu le pareca algo tan necesario como
para hacerlo. De todas formas, en cuntos los podra meterse si hay un detective
con ellos? Parecen bastante inofensivos.
Inofensivos? exclam el esposo. Saliendo al Exterior, engandose a s
mismos acerca de
Djala ir, Rick. Alysha estrech la mano de l, que tena entre las suyas
propias. Esa joven le ha dicho la verdad. T sabes que es cierto, t puedes ver lo
que muestran las proyecciones estadsticas del Departamento, tanto si quieres
reconocerlo como si no. Si existe alguna posibilidad de que esa gente que est con
Elijah Baley pueda marcharse de la Tierra, tal vez sera mejor que Amy se fuera con
ellos.
Amy contuvo la respiracin, sorprendida por el hecho de que su madre tomara
partido por ella y se enfrentara al padre en su presencia.
T aceptaras eso? pregunt Ricardo. Y si los Viajeros del Espacio le
permitieran a esa gente abandonar la Tierra, y no es que yo crea que exista la
posibilidad, pero y si as lo hiciesen? Me ests diciendo que te contentaras con no
volver a ver a tu hija nunca ms?
No me contentara, t lo sabes muy bien. Pero puedo aferrarme a ella si tiene
la oportunidad, por pequea que sea, de hacer otra cosa? S cmo ser su vida aqu,
quiz ms de lo que t lo sabes. Prefiero saber que est haciendo algo significativo
para s misma en otra parte, aunque eso signifique que la perdamos, a tener que
continuar viviendo con la pretensin de que no veo sus frustraciones y decepciones.
Rick levant la mirada.
No puedo creer que est oyndote decir eso.
Oh, Rick. Ella le solt la mano. Hace aos hubieras esperado orme decir
y hacer lo inesperado. Sonri ante su propia frase. Cun convencionales nos
hemos hecho desde entonces! Lo mir fijamente durante un instante. Quiz yo
acompae a Amy cuando vaya a encontrarse con el grupo. Despus de todo, tengo
que ver qu clase de gente son. Tal vez salga yo misma al Exterior.
El esposo frunci el entrecejo con aire vencido.
Esta es una bonita situacin dijo. No slo tengo una hija desobediente,
sino que ahora tambin tengo a mi esposa contra m. Si mis compaeros de trabajo se
enteran de que ambas andis por ah con ese grupo de Baley, probablemente no me
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animado un poco cuando Shakira le haba presentado a los nuevos reclutas. La madre
y el padre de Amy no haban salido al Exterior con ellos; quiz lo hicieran la prxima
vez. Ella saba el gran esfuerzo que aquello les exigira, y esperaba que lograran
reunir la valenta suficiente como para dar ese paso. La acompaaran cuando
volviera a reunirse el grupo; al menos le haban prometido eso. Cuando Amy fuese
capaz de enfrentarse al espacio abierto sin miedo, de caminar por la tierra
valientemente, como lo haca Shakira, tal vez sera ella misma quien los conducira al
Exterior.
Dio un salto vertical, gir en el aire como un derviche, y corri por la cinta. La
banda metlica zumbaba bajo sus pies; poda or nuevamente su msica. Dio un
brinco hacia delante, describi una voltereta en el aire, aterriz primero sobre las
manos y luego cay sobre los pies, se irgui y salt a la cinta siguiente. Danz
atravesando las bandas grises hasta llegar al camino expreso y subi a bordo del
mismo.
Las manos se le tensaron sobre el mstil cuando evoc el primer atisbo de luz
diurna de su vida. La blancura de la nieve haba sido cegadora, y en el cielo azul
completamente limpio, haba visto una brillante bola de llamas, el sol desnudo. Haba
sabido que estaba de pie sobre una bola de tierra cubierta slo por un fino velo de
aire, una mota que caa a travs de un espacio ms vasto y vaco que cualquier cosa
que ella pudiera haber visto jams. Entonces se haba apoderado de ella el terror, y la
haba empujado de vuelta al interior donde se haba acurrucado sobre el piso, enferma
de miedo y desesperacin; pero tambin haba estado el fuerte brazo de Shakira para
ayudarla a ponerse nuevamente de pie, y la voz de Elijah Baley que le hablaba de sus
propios miedos pasados. Amy no haba vuelto a salir al Exterior aquel da, pero haba
permanecido en la puerta abierta y se haba obligado a respirar ms aire ventoso.
Aquello era un principio. Tena que enfrentarse a aquel reto si quera conducir
alguna vez a otros al exterior, o seguir a los esperanzados colonos a otro mundo.
Dej el camino expreso y danz por las cintas luciendo su destreza, imaginando
que corra una ltima carrera. Estaba cerca de la calle Hempstead, donde se haba
encontrado con Shakira.
La calle estaba prcticamente vaca y el escaparate de las tiendas a oscuras. Amy
baj de las cintas, anduvo apresuradamente en direccin al tnel y corri por el
pasadizo hasta que su respiracin se convirti en un jadeo rpido y entrecortado.
Cuando lleg al final vacil slo durante un momento, y luego presion el muro con
las manos.
El espacio abierto apareci ante ella. El apagado zumbido de las lejanas cintas se
desvaneci detrs de ella, y se encontr en el Exterior sola, con el viento de la
maana en el rostro. El cielo era una bveda oscura que se abra en lo alto. Mir
hacia el este y vio que la aurora iluminaba la cueva estrellada.
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La solucin Asenion
Robert Silverberg
Fletcher mir con expresin ausente a los pequeos montculos de metal gris que
se vean tras las gruesas ventanas de la cmara de almacenaje.
Plutonio-186 murmur. Tonteras! Redomadas tonteras!
Tonteras peligrosas, Lew dijo Jesse Hammond, que se hallaba detrs de l
. Tonteras catastrficas.
Fletcher asinti. La mismsima expresin plutonio-186 le pareca un galimatas.
Supuestamente no deba existir ninguna sustancia semejante. El plutonio-186 era un
istopo imposible, demasiado ligero; le faltaban unos buenos cincuenta neutrones; o
unos malos cincuenta neutrones, si se consideraba los riesgos que creaba aquel
material al ir apilndose aqu y all por todo el mundo. Fil hecho de que fuese
tericamente imposible que el plutonio-186 pudiera existir, no cambiaba el otro
desagradable hecho de que en aquel preciso instante estuviera contemplando tres
kilos del mismo; ni que a medida que continuaba aumentando la cantidad de
plutonio-186 en el mundo, tambin lo haca la posibilidad de una reaccin nuclear
descontrolada que conducira a un holocausto nuclear.
chale un vistazo al informe de esta maana dijo Fletcher, indicndole a
Hammond, con un vaivn de la mano derecha, un fajo de papeles impresos por el fax
. Han obtenido otros trece gramos en el laboratorio nuclear de la universidad de
Accra. Cincuenta gramos ms en Ginebra. Veinte miligramos en, bueno, ese poco
no tiene importancia. Pero Chicago, Jesse, Chicago trescientos gramos de un solo
trozo!
Regalos de Navidad del diablo murmur Hammond.
No, del diablo, no. Simplemente de cientficos decentes y serios que da la
casualidad de que viven en otro universo en el que el plutonio-186 no slo es posible
de obtener sino perfectamente inofensivo; y que se sienten tan fascinados por la idea
de que nosotros tambin estemos fascinados por eso, que no dejan de enviarnos la
totalidad de lo que obtienen! Qu vamos a hacer con todo eso, Jesse? Qu, en el
nombre de Dios, vamos a hacer con todo ese material?
Raymond Nikolaus levant los ojos de su escritorio, emplazado en el extremo
ms alejado de la habitacin.
Envolverlo en papel lustroso rojo y verde, y envirselo de vuelta a ellos?
sugiri.
Fletcher profiri una carcajada hueca.
Muy gracioso, Raymond. Muy, muy gracioso.
Se puso a pasear por la sala. En medio del silencio que reinaba, el golpeteo leve
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l ellos, todos ellos, haba estado luchando con el problema durante todo el
ao, con una creciente sensacin de futilidad. El plutonio-186 haba comenzado a
aparecer misteriosamente en diferentes laboratorios de todo el mundo, donde quiera
que existiese uno de los dos elementos de peso atmico equivalente. Gramo a gramo,
tomo a tomo, dichos elementos desaparecan de forma igualmente misteriosa:
tungsteno-186 y osmio-186.
Adnde haban ido a parar el tungsteno y el osmio? De dnde vena el
plutonio? Y por encima de todo, cmo le era posible al plutonio, un istopo cuyos
tomos tenan slo 92 neutrones en sus molculas, existir siquiera durante una
fraccin de fraccin de instante? El plutonio era uno de los elementos qumicos ms
pesados, con una enormidad de 94 protones en el ncleo de cada uno de sus tomos.
Lo ms cercano a un istopo estable de plutonio era el plutonio-244, en el que 150
neutrones mantenan unidos a aquellos 94 protones; e incluso en ese caso, el
plutonio-244 tena el inevitable hbito de desintegrarse en una decadencia radiactiva,
con una vida media de unos 76 millones de aos. Los tomos del plutonio-186, si
podan llegar a existir, se separaran de forma dramtica en bastante menos de una
setenta y seis millonsima de segundo.
Sin embargo, el material que estaba surgiendo en los laboratorios qumicos en
reemplazo del tungsteno-186 y el osmio-186, tena un nmero atmico de 94, de eso
no caba duda alguna; y el elemento 94 era el plutonio. Eso tampoco poda discutirse.
La caracterstica definitiva del plutonio era la presencia de 94 protones en sus
ncleos. Si esa era la cuenta, aquel elemento tena que ser invariablemente plutonio.
Aquel istopo de plutonio imposiblemente ligero, aquel plutonio-186, tena otra
caracterstica imposible: no solamente era estable, sino que lo era de forma tan
absoluta que ni siquiera resultaba radiactivo. Se limitaba a permanecer all, con un
aspecto excesivamente poco misterioso, sin dignarse siquiera a emitir una pizca de
energa. Al menos eso haba hecho cuando lo haban sometido a pruebas la primera
vez. Sin embargo, una segunda prueba denunci emisin de positrones, lo cual
confirm una tercera prueba de los desconcertados observadores. El problema
radicaba en que una tercera medicin sealaba un nivel de radiactividad ms alto que
la segunda. La cuarta vez el nivel era an ms alto que el recogido en la tercera, y as
sucesivamente.
Nadie haba odo hablar jams de ningn elemento, del nmero o peso atmico
que fuese, que comenzara como estable y luego se pusiera a manifestar una
intensidad radiactiva de incremento regular y constante. Nadie saba tampoco qu era
lo que ms probablemente ocurrira si el proceso continuaba sin detenerse, pero las
posibilidades parecan bastante explosivas. La mejor sugerencia que se haba
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vimos!
Slo eso? pregunt Asenion con indiferencia. Tengo la sensacin de que
ha pasado muchsimo ms.
Consigui esbozar una sonrisa remota y apenas perceptible. No pareca muy
interesado en Fletcher ni en lo que haba trado a Fletcher a su apartada aguilera.
Asenion siempre haba sido una persona rara, claro est; altivo, misterioso, con un
levsimo pero inconfundible aire de superioridad que casi todo el mundo hallaba
instantneamente irritante. Claro est, que era realmente superior; pero siempre se
haba asegurado de que uno lo supiera, y nunca pareci importarle que a los dems
ese rasgo no les resultara nada simptico.
En aquel momento pareca ms remoto que nunca, extrao y ms ajeno. Su
aspecto exterior no haba cambiado en absoluto: la misma figura esbelta, con donaire,
sorprendentemente hermosa, incluso impresionante. A pesar de los rumores de que no
haba salido del tico en ms de un ao, no haba en su aspecto ni rastro de la palidez
del encierro. Su piel an tena aquella rica coloracin olivcea oscura, casi atezada,
de una tonalidad mediterrnea. Sus cabellos, espesos y oscuros, caan gallardamente
sobre su frente ancha; sin embargo, haba algo diferente en sus destellantes ojos
oscuros. El antiguo Asenion, por preocupado que estuviese con algn abstruso
problema de fsica superior, haba tenido casi siempre una chispa juguetona en los
ojos, una especie de travieso destello afable. El hombre que en aquel momento tena
delante Fletcher, aquel recluso de la horticultura, tena una expresin completamente
distinta: asctica, envuelta en niebla, realmente ausente. Su mirada era tan brillante
como siempre, pero se trataba de un brillo fro que pareca llegar de alguna estrella
remota.
La razn por la que he venido comenz a decir Fletcher.
Podremos ocuparnos de eso ms tarde, no te parece, Lew? Acompame
primero al invernculo. Hay algo que quiero ensearte. De hecho, nadie ms lo ha
visto hasta ahora.
Bueno, si t
Insisto, s. Ven. Te prometo que es algo extraordinario.
Se volvi y lo condujo por los intrincados pasillos del apartamento. El espacioso
tico de numerosas habitaciones estaba amueblado de la manera ms informal, con
muebles baratos para estudiantes mal cuidados. Haba gatos por todas partes, cinco,
seis, ocho de ellos, que se afilaban las uas en la tapicera, se metan en armarios
vacos cuyas puertas estaban abiertas de par en par, espiando desde lo alto de libreras
que contenan desordenadas pilas de volmenes sin tapas. En el aire se perciba el
olor rancio de los orines de los gatos.
Pero de pronto Asenion gir por un pasillo y Fletcher, que lo segua, se encontr
mirando al interior de lo que podra haber sido un mundo completamente distinto.
Haban llegado a la entrada de la espectacular extensin de paredes de vidrio que
haba sido construida como un puesto de observacin alrededor de la totalidad de la
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cima del edificio. Al otro lado, apenas visibles desde el interior del apartamento,
Fletcher pudo distinguir cientos o quiz miles de plantas de extrao aspecto, algunas
colgando del techo, otras dispuestas sobre hileras escalonadas sobre estantes, algunas
que crecan en macizos instalados en el suelo.
Asenion tecle animadamente los nmeros de una combinacin de seguridad en
un panel con forma de diamante instalado en la pared, y la puerta de vidrio se abri,
deslizndose silenciosamente a un lado. Una vaharada de aire hmedo y tibio sali a
recibirlos.
Rpido! le pidi. Entra!
Era como entrar de un solo paso en la selva del Amazonas. En lugar de la
atmsfera dura y seca de un apartamento de Manhattan a mediados del invierno, all
se encontr, abruptamente, con la pesadez densa, hmeda y dulce de los trpicos, que
los envolva como pliegues de tela mojada. Fletcher casi esperaba or loros y
papagayos chillando en lo alto.
Y las plantas! Las extraas plantas que se adheran a cualquier superficie, que
llenaban cada centmetro cuadrado de espacio!
La mayora de ellas tenan una forma acorde con un mismo patrn general:
rosetones de anchas hojas lustrosas con forma de largas cintas que radiaban de una
estructura central en forma de copa lo suficientemente profunda como para contener
varios centmetros cbicos de agua; pero ms all de esa rea bsica de similitud,
diferan ampliamente las unas de las otras. Algunas eran diminutas, y otras eran
colosalmente grandes. Algunas estaban marcadas con listas de colores amarillo, rojo
y prpura encendidos que recorran todo el largo de sus hojas gruesas y suculentas.
Algunas estaban jaspeadas con manchas y complicadas combinaciones de colores
resplandecientes, agresivas, asombrosas. Otras, cuyas hojas eran verdes, presentaban
feroces escarlatas, rojos o azules oscuros misteriosos y sombros donde las hojas se
unan para formar la copa. Algunas estaban armadas con dientes formidables y
parecan dispuestas a alimentarse de los visitantes desprevenidos. Otras estaban
coronadas con llamativas espigas de flores de extraa forma y brillante coloracin
ms altas que un hombre, que se abran como lanzas que radiaban de los centros.
Todo reluca. Todo pareca dispuesto para un crecimiento violento y explosivo. La
escena era rara y aterrorizadora. Era como observar una enorme congregacin de
monstruos hambrientos. Fletcher tuvo que recordarse a s mismo que aquellas no eran
ms que plantas, especmenes de invernadero tropical que probablemente no viviran
durante una hora en el entorno urbano del exterior.
Estas son bromeliceas anunci Asenion, modulando sensualmente la
palabra desde el fondo de la garganta como si aquella fuese la palabra ms deliciosa
que hubiera producido jams un idioma. Plantas tropicales, principalmente. La
mayora viven en Amrica Central y Amrica del Sur. Bsicamente tienden a
adherirse a los rboles, y crecen en las bifurcaciones de las ramas ms altas. No
obstante, algunas crecen al nivel del suelo, como la bromelicea que t mejor
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conoces, la anans. Pero aqu hay cientos de otras. Miles; y esta es la zona hmeda en
la que tengo las guzmanias y las vrieseas, adems de algunas de las aechmeas. A
medida que vayamos haciendo el recorrido, te ensear las tillandsias, que prefieren
el aire mucho ms seco, y las terrestres, las hechtias y las dyckias; y por aquel lado
Ike dijo Fletcher en voz baja.
Ya sabes que nunca me ha gustado ese nombre.
Disclpame. Lo haba olvidado. Aquello era mentira. El nombre de pila de
Asenion era Ichabod. Ni Fletcher ni nadie a quien Fletcher conociera haba
conseguido nunca atreverse a llamarlo as. Oye, creo que lo que tienes aqu es
maravilloso. Absolutamente maravilloso; pero no quiero inmiscuirme en tu tiempo y
hay un problema muy grave del que tengo que hablarte
Primero las plantas dijo Asenion. Dame ese gusto.
Le brillaban los ojos. En la media luz del invernadero, pareca l mismo una
criatura de la selva, extico, raro. Sin vacilar ni un momento, ech a andar a paso
vivo por la nave hacia un grupo de bromeliceas enormes que se encontraban cerca
de la pared exterior. A la fuerza, Fletcher lo sigui.
Asenion hizo un gesto grandioso.
Aqu la tienes! La ves? Aechmea asenionii! Descubierta en el norte de Brasil
hace dos aos; yo patrocin personalmente la expedicin; por supuesto, yo no
esperaba que la bautizaran con mi nombre, pero ya sabes cmo suceden a veces estas
cosas
Fletcher la miraba fijamente. La planta era una gigante entre gigantes que meda
fcilmente dos metros desde la punta de una hoja a la punta de la opuesta. Las hojas
de color verde oscuro estaban bordeadas por dentadas lneas de algo parecido a
escritura que tenan el aspecto de jeroglficos de alguna raza perdida. De la copa
central, que era tan grande como la cabeza de un hombre y lo suficientemente
profunda como para ahogar a un conejo, se elevaba la flor ms extraa que Fletcher
hubiera esperado ver, una gruesa vara amarilla de largo descomunal de la que naca
algo parecido a un manojo de rayos acabados en ominosos globos rojos como lunas
colgantes. De la planta manaba un penetrante olor a carne putrefacta.
Es el nico espcimen de Amrica del Norte! grit Asenion. Tal vez una
de las seis o siete de todo el mundo; y yo he conseguido hacer que florezca. Dar
semillas, Lew, y tal vez tambin d ms bulbos, podr propagarla y tal vez cruzarla
con otras puedes imaginrtela cruzada con la Aechmea chantinii, Fletcher? O
quiz con un hbrido interespecfico? Digamos con la Neoregelia carcharodon? No.
Por supuesto que no puedes imaginrtela. Qu te estoy preguntando? Pero ser algo
increblemente espectacular. Puedes creerlo.
No me cabe duda.
Es un privilegio ver esta planta en estado de floracin; pero aqu hay otras que
tambin debes ver. Las puyas, las pitcairniias, hay un grupo de Dyckia marnierlapostollei en la habitacin de aqu al lado, que no creeras
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Aquella fue una tarde muy larga para Fletcher. Telefone a su esposa, telefone a
Jesse Hammond al laboratorio, telefone a un viejo amigo y qued con l para cenar.
Se duch y cambi de ropa. Bebi una copa en el adornado saln del club que estaba
del lado de la Quinta Avenida.
Pero estaba de un humor sombro, y no solamente porque Hammond le hubiese
dicho que aquella maana haban informado en varias regiones de la aparicin de
cuatro kilos adicionales de plutonio-186. La locura de Asenion lo oprima.
No haba nada malo en interesarse por las plantas, por supuesto. Fletcher tena un
filodendro y alguna otra planta, cuyo nombre nunca consegua recordar, en la oficina;
pero sumergirse en un solo terreno de la botnica con semejante intensidad era
absoluta locura. No, decidi Fletcher, incluso eso era normal, por difcil que a l le
resultase comprender por qu alguien poda querer pasar toda su vida encerrado con
un montn de plantas inquietantes. Lo que le costaba perdonar era la renuncia de
Asenion a la fsica. Una mente como aquella, la amplitud de su visin, la
penetracin que haba demostrado tener Asenion en los ms grandes misterios
maldicin, pens Fletcher, tena la obligacin para con el mundo de continuar por
aquella senda! Y en lugar de eso, se haba apartado de todo para meterse en una jaula
de vidrio
Hammond tiene razn, se dijo Fletcher. Asenion est realmente loco.
Pero era intil irritarse por ello. Asenion no era el nico cientfico al que se le
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Asenion pareca flojo y agotado, como si hubiese pasado toda la tarde picando
piedras. Tambin pareca haber desaparecido de l aquel nerviosismo formidable.
Salud a Fletcher con una sonrisa bastante agradable, incluso le present una o dos
palabras de disculpa por la tardanza, e incluso hizo que el robot le trajera a Fletcher
una copa de jerez. No era un jerez muy bueno, pero Fletcher supona que conseguir
una copa de bebida en la casa de un abstemio constitua una bendicin.
Asenion esper hasta que Fletcher hubo ingerido unos cuantos sorbos.
Tengo tu respuesta le dijo luego.
Saba que as sera.
Se produjo un largo silencio.
Tiotimolina dijo finalmente Asenion.
Tiotimolina?
Desde luego. Deshacerse del elemento por la va endocrina. Es la nica forma,
y como vers, es la forma realmente necesaria.
Fletcher bebi un apresurado sorbo de jerez. Incluso cuando el estado de nimo
de Asenion era suave, aparentemente continuaba siendo enloquecedor. Y estaba loco.
Qu era aquella nueva locura? Tiotimolina? Cmo poda aquella ridcula
sustancia, tan disparatada a su manera como lo era el plutonio-186, tener algo que ver
con el problema?
Supongo que conoces las especiales propiedades de la tiotimolina dijo
Asenion.
Por supuesto. Sus molculas se distorsionan hacia las dimensiones temporales
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adyacentes. Se extienden hacia el interior del futuro y, segn creo, del pasado. La
tiotimolina disuelve el agua un segundo antes de que el agua le sea aadida.
Exactamente replic Asenion. Y si no se le agrega agua, sale a buscarla.
En el futuro.
Qu tiene eso que ver con?
Escchame dijo Asenion, y sac un trozo de papel del bolsillo de la camisa
. T quieres deshacerte de algo. Lo metes en este contenedor de aqu. Rodeas el
contenedor con una cubierta de tiotimolina polimerizada. Rodeas la cubierta con un
tanque de agua que verter agua en la tiotimolina en un momento controlado por un
temporizador, al cual ajustas para que el agua llegue dentro de unos segundos con
respecto al momento presente; pero en el ltimo momento el temporizador retiene el
agua.
Fletcher miraba atentamente al joven con reverencia.
El agua siempre estar a punto de llegar continu Asenion, pero nunca
acaba de hacerlo. La tiotimolina que recubre la cubierta de plstico avanza un
segundo hacia el futuro para encontrarse con el agua. El agua tiene una alta
probabilidad de estar all, pero no lo suficientemente alta. En realidad est a otro
segundo de ser vertida, y siempre lo estar. La tiotimolina se ve arrastrada ms y ms
lejos hacia el futuro. El mundo avanza hacia el futuro a una velocidad de un segundo
por segundo, pero la velocidad de la tiotimolina es esencialmente infinita y, por
supuesto, se lleva consigo tambin el contenedor que rodea.
En el que habremos puesto nuestro excedente de plutonio-186.
O cualquier otra cosa de la que queris deshaceros le replic Asenion.
Fletcher sinti vrtigo.
El cual viajar hacia el futuro a una velocidad infinita
S. Y dado que la velocidad es infinita, el problema del colapso de la
tiotimolina en una forma isocrnica estable, cosa que ha frustrado la mayora de los
experimentos de viaje temporal, no constituye un problema. Algo que viaja por el
tiempo a una velocidad infinita no est sujeto a pequeas limitaciones de ese tipo.
Simplemente continuar adelante hasta que no pueda ir ms all.
Pero cmo resuelve el problema el mero hecho de enviarlo al futuro?
pregunt Fletcher. El plutonio-186 contina dentro de nuestro universo, aunque lo
hayamos arrojado fuera de nuestra inmediata vecindad temporal. La prdida de
electrones contina. Quiz incluso empeorara bajo la aceleracin temporal. Todava
no habremos solucionado lo fundamental
T nunca has sido un gran pensador, no es cierto, Fletcher? dijo Asenion en
voz baja, casi con dulzura; pero el salvaje desprecio de sus ojos tena la fuerza de un
sol convirtindose en nova.
Hago lo que puedo. Pero no veo
La tiotimolina perseguir al agua del contenedor externo hasta el final de los
tiempos, llevando consigo al plutonio del contenedor interno. Hasta el final de los
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bautizada, que est floreciendo ahora. Y esa otra, espera hasta que la veas,
Fletcher, espera hasta que la veas
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recin partido mostraba dnde haba sido arrancada una hoja. La sonrisa se le ampli
al mximo. La criatura deba de estar utilizando la hoja para contener la hemorragia.
Desaparecida la pista, Flammersfeld mir por los contornos en busca de otros
indicios.
Sus ojos se encontraron con la pila de desechos que tena cerca. Sinti una
punzada por haberla descuidado; haba permitido que se descompusiera hasta
transformarse casi en abono. Se tens. Haba alguna diferencia en su estructura,
alguna variacin en sus componentes. Consista, mitad en ramas de rbol que l haba
seccionado para estudiarlas o alisado y dividido en tablas bastas, y mitad en papel de
impresora desechado. Tuvo la impresin de que el papel cubra ahora una superficie
mayor de la pila que la ltima vez que lo haba visto, que estaba ms esparcido y
menos plegado en forma de acorden.
La criatura tena que estar oculta all debajo.
Flammersfeld sostuvo la pistola en posicin de disparo.
Con la mano libre apart el papel continuo impreso, hmedo y enmohecido, que
vol como largas pancartas aleteantes. No encontr a la criatura, pero debajo del
papel hall lo que pareca una tosca catapulta, una cosa fabricada con ramas y tallos
de tomatera, y una compacta bola de tierra aglutinada mediante alguna goma de
origen vegetal. Tambin encontr un tambor con una manivela: un torno; tambin
esto estaba construido con ramas partidas y tallos de tomatera.
Ambos artilugios daban la impresin de haber sido pergeados por un nio, pero
haban funcionado. La catapulta haba disparado el peso al que estaba atado el
extremo del zarcillo por encima de la rama del nogal, y el torno haba tirado de la
misma para doblarla hasta el suelo.
Removi un poco ms y hall otra cosa: la mitad de la cscara de una nuez tan
grande como su mano ahuecada. Estaba habituado al tamao; lo que contena era,
otra cosa.
La criatura haba utilizado la cscara vaca como mortero para machacar algo de
origen vegetal y convertirlo en una sustancia resinosa, negra y pegajosa que tena un
aromtico olor a brea. Era una preparacin tosca en la que se vea espuma de saliva.
Imgenes de amilasa danzaron dentro de la cabeza de Flammersfeld. Cul sera
la accin enzimtica idiosincrsica en aquel caso sobre lo que l estaba seguro que
descubrira al analizar aquello la pimienta verde? Pareca claro que la criatura
estaba pensando en curare, una flecha envenenada. Eso era exactamente lo que
pareca aquella sustancia.
Flammersfeld se dio cuenta de que estaba completamente sudado. Necesitaba un
relajante, pero no de aquella clase. Aquel poda relajarlo hasta la muerte.
Sera mejor poner pies en polvorosa. Estaba seguro de que la criatura morira
desangrada pero cunto tardara? Flammersfeld se dio cuenta de que ya no estaba
tan seguro acerca de un montn de cosas referentes a la criatura.
Cmo poda ser que le hubiese pasado inadvertido el despertar de su inteligencia
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haba percibido una nota de tensin en la fina voz de tenor cuando dijo Adelante!.
Pero Davenport no haba siquiera soado que eso se deba al esfuerzo realizado
por el doctor Urth para permanecer cabeza abajo. Al menos eso era lo que pareca
estar haciendo, a primera vista, el sabio asesor extra oficial del DICT.
Una segunda mirada le revel que aquello a lo que el doctor Urth estaba
realmente dedicado era a hacer rodar un holograma solar por las tablas del piso; y que
estaba haciendo eso para iluminar el suelo que quedaba debajo de los estantes
inferiores de libros-pelcula.
La sangre que se concentraba en la cabeza del doctor Urth haca que sus ojos
abiertos pareciesen ms hipertiroideos. El que tuviera los ojos abiertos y que los
faldones de la camisa del buen doctor se hubieran salido, o cado del interior de los
pantalones, le dijo a Davenport qu era lo que ocurra. Sin dar un paso ms,
Davenport escrut el suelo.
Los descubri, no en el suelo mismo, sino sobre uno de los estantes inferiores al
que haban rebotado. Avanz dos pasos, se estir y recogi lo que estaba buscando el
doctor Urth.
Aqu tiene, doctor Urth.
Aqu me tiene a m, ciertamente resoll el doctor Urth. Y en una postura
muy embarazosa. Entonces pareci reconsiderar las palabras y el tono empleado
por Davenport. Volvi la mitad de su cuerpo invertido para mirar a Davenport,
entrecerr los ojos y aparentemente distingui lo que Davenport tena en la mano.
Ah.
Se enderez entre jadeos y resuellos, y dej el sol holograma cargado de energa
solar encima de una pila de papeles; estaba evidentemente calculado para que sirviera
de pisapapeles adems de para ayudar a alumbrar la enorme sala desordenada y en
penumbra.
El doctor Urth cogi las gafas de la mano tendida de Davenport.
Gracias. Luego se dibuj en su rostro una cambiante sonrisa, una que vari
de la de un bho parpadeante a la de un alegre Buda. Pero ya ha obtenido usted su
recompensa al verme haciendo el ridculo.
Limpi los cristales con un faldn de la camisa, los observ con ojos miopes y
mir a travs de ellos, y finalmente se los puso. Las orejas cumplan su cometido,
pero la nariz de botn haca muy poco para sostener la montura.
Con un gesto, el doctor le seal una silla a Davenport. l se sent en el
escritorio-silln con un suspiro al que le hizo eco el asiento. Entrelaz las manos
encima de la panza y mir al visitante con expectacin. La panza realzaba el aspecto
de expectacin.
Se trata esta visita de la muerte de Terrarium Nueve?
Davenport asinti con la cabeza.
Muerte es la palabra de trabajo para lo ocurrido all. Muerte es un trmino
lo suficientemente ambiguo para algo que no podemos definir satisfactoriamente. No
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escena de la muerte. Con un peludo dedo seal una masa negra verdosa.
Es esta la col?
Davenport hizo una mueca.
Estaba muy mal. Bastante podrida para cuando la investigadora lleg all.
Haba apestado todo el lugar, nos dijo, as que, tras tomar unas fotografas, la
inciner.
Mal.
S, podrida.
El doctor Urth le dirigi al inspector del DICT una mirada de censura.
No me refera a la col, sino al acto de la oficial. Tendra que haber conservado
la prueba, independientemente de lo ofensiva que a ella le resultase.
Davenport ni defenda ni culpaba a la oficial. Al igual que ella, l no vea la col
como una prueba sino como una coincidencia.
Tal vez.
No hay tal veces en estas cosas le espet el doctor Urth. La panza evidenci
una agitacin momentnea que desapareci con un suspiro del doctor. Bueno, eso
ya no tiene solucin; pero me hubiera gustado haber podido mirar de cerca esa col.
Tiene algo extrao.
Davenport sonri.
No hay ningn problema. Este es uno de los nuevos hologramas SOTA. Ve los
ratones burbuja pegados a los bordes izquierdo y superior?
El doctor Urth advirti por primera vez la presencia de dos perlas de aire que casi
se encontraban en la esquina superior izquierda de la pelcula del holograma. Sus ojos
se animaron.
Significa eso que si emplazo una fijacin estereotxica sobre la col, esta se
ampliar?
Exactamente. Pinzando los bordes puede desplazar los ratones por los bordes.
Coordine ambos ratones para que agranden y realcen automticamente el rea que
quiere observar con mayor detalle. Hay un lmite, por supuesto, pero ver bastantes
ms detalles de los que puede apreciar en este momento.
El doctor Urth desplaz los ratones hasta que tuvo el rea de la col aumentada a
cinco veces el tamao anterior.
La observ durante mucho tiempo y muy fijamente, y finalmente se quit las
gafas y se enjug lgrimas de esfuerzo visual de los ojos.
Mucho mejor, pero sigue siendo insuficiente. Mi queja no se refiere a la
resolucin, sino al objeto captado. La col est borrosa a causa de la descomposicin.
Debo admitir que incluso a pesar de que la oficial la hubiese conservado para que
usted pudiera ponrmela delante, hubiera resultado una tarea dura sacar mucho ms
de ella. Eso no significa que su destruccin haya sido una gran prdida. Podra haber
sido posible determinar su composicin exacta mediante una autopsia.
Davenport lo mir fijamente.
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oficina central l deca que poda obtener toda la relajacin que necesitaba mediante
el vdeo interactivo, y de hecho en el momento de su muerte estaba en la
computadora el vdeo de A travs del espejo; tambin s que actualmente estaba
trabajando en dos proyectos no relacionados entre s. Adems de que tena planes
para el futuro; su ltimo pedido, aunque no lleg a enviarlo, era embriones de cerdo y
unos huevos de guila.
El doctor Urth arrug la frente y se acomod las gafas.
Me gustara ver las notas de los dos experimentos no relacionados entre s que
ha mencionado usted.
Davenport pareci incmodo ante aquel pedido.
Eso podra ser imposible.
La boca del doctor Urth se contrajo.
Existe algn problema de acreditacin? Si es as, buenos das.
Davenport se apresur a responderle.
No se trata de eso, doctor Urth, no se trata de eso en absoluto. Yo creo que su
acreditacin es de proporciones csmicas.
Aquello apacigu al doctor Urth.
Entonces cul es el problema? Es que Flammersfeld destruy sus notas?
Tampoco se trata de eso. Lo que ocurre es que pareca paranoicamente
secretista. Esas notas estn en la memoria de la computadora, pero encerradas detrs
de palabras clave que no hemos conseguido descifrar, todava.
Admiro su optimismo, seor, pero el optimismo, aunque es admirable incluso
cuando constituye una tontera, es uva verde, comida futura que no nos alimenta en el
presente.
Davenport se puso rojo.
El doctor Urth se suaviz.
Dos proyectos no relacionados entre s; sabe usted todo eso. Puede que sepa
usted ms de lo que cree saber, es decir, si puede usted darme el ttulo de esos dos
proyectos. Los superiores de la oficina central a los que Flammersfeld informaba
tenan que tener alguna idea de aquello sobre lo que estaba trabajando si eran los que
tenan que aprobar sus pedidos.
Davenport se anim.
No tengo los ttulos en mente ahora mismo, pero recuerdo que estaba buscando
una cura para la hemofilia y que estaba investigando para localizar los, eh,
sensores de direccin de las clulas de las plantas.
El doctor Urth se palme la panza como si acabara de comerse un buen banquete.
Excelente. Hemofilia. La enfermedad hemorrgica. Enfermedad de reyes, por
ejemplo, de los Romanov de la Rusia zarista. Las mujeres la transmiten a travs de un
cromosoma X recesivo pero no la sufren ellas mismas. La hemorragia es profusa,
incluso en las ms leves heridas. En un tubo de ensayo, la sangre normal extrada de
una vena coagula en un perodo de entre cinco y quince minutos; el tiempo de
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coagulacin de la sangre hemoflica vara entre treinta minutos y varias horas. Algo
perfecto para investigarlo en una gravedad cero. Mientras que el volumen absoluto de
la totalidad del plasma excluir la segmentacin por electroforesis en una gravedad
cero, no ocurre lo mismo con los componentes menores como los factores de
coagulacin.
Su voz se hizo an ms aguda a causa del entusiasmo.
S, s; y el otro proyecto de Flammersfeld era naturalmente adecuado para la
gravedad cero. Las plantas presentan un intrigante enigma: cmo siente una planta la
direccin de la gravedad? Las plantas tienden a crecer en direccin vertical, pero
an estamos por descubrir los sensores celulares de direccin. S, s. Ya tenemos
nuestra respuesta.
Davenport mir fijamente al doctor Urth.
La tenemos?
Es algo tan obvio dijo el doctor Urth con tono mordaz, como lo es mi
nariz.
Quiz es por eso que yo no la veo, murmur mentalmente Davenport, pero
adopt una mscara agradable.
Usted ha dicho antes que es fcil pasar por alto lo obvio.
Al menos me ha estado usted escuchando el doctor Urth hizo de s mismo un
monumento de paciencia. Escuche ahora un poco de poesa.
Ha llegado la hora dijo la morsa
de que hablemos de muchas cosas:
de zapatos, de barcos, y de lacre;
de reyes, y coles
y de por qu hierve el mar tan caliente
y de si tienen alas los cerdos.
El doctor Urth mir con fijeza a Davenport y sonri.
No sabe usted si rer o bufar ante un despropsito tan rematado. Bueno, ra. Los
seres humanos necesitamos el estmulo de la frivolidad; no puede haber demasiada
gravedad.
Davenport no se ech a rer pero tampoco solt un bufido.
Eso pertenece a un libro infantil, no es as?
Ciertamente. El infante que llevaba dentro Charles Lutwidge Dodgson se
llamaba Lewis Carroll. Esos versos pertenecen a Alicia a travs del espejo.
El vdeo interactivo de Flammersfeld!
El mismo.
Davenport mene la cabeza.
Cmo encaja eso en todo este asunto?
Encaja, en primer lugar, con una rima infantil muy antigua.
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el espiral de doscientos genes, llamado tADN por transferencia de ADN, se libera del
plsmido Te y se convierte en parte de los cromosomas de la planta. Los tADN
pueden programar a la planta para que nutra a la agrobacteria.
El doctor Urth hizo una pausa momentnea para respirar y segn pens
Davenport, para producir un efecto dramtico.
Ahora llegamos al centro de todo este asunto. El insidioso parsito llamado
agrobacteria provoca una hinchazn tumoral, una agalla en forma de pequea corona
en este caso. La voz del doctor Urth aument de volumen a causa de la ira.
Puede usted imaginrselo? Ese malvolo procedimiento era la elaborada forma que
empleaba Flammersfeld para ponerle a su pobre y pequeo rey Cole un hbrido
inteligente, la corona de la realeza!
Davenport fij la mirada en la imagen, no vio ms que una col podrida, e intent
imaginrsela como haba sido en vida: un ser con poder de raciocinio, y por lo tanto
memoria y previsin; con sentimientos, y por lo tanto con la necesidad de amar y
odiar. Tendra que haber sido principalmente cabeza, con el rostro enmarcado por
hojas. Se estremeci. Como un destello, visualiz aquel rostro superpuesto con la
cara redonda del doctor Urth, otro hijo de Buda. Levant la mirada hacia el doctor
Urth.
El doctor pareca melanclico. Davenport record de pronto que el doctor Urth
haba sido un nio prodigio. El doctor Urth habra sentido simpata por los monstruos
de cualquier tipo. El doctor Urth debi de sentir su mirada y captar sus pensamientos,
porque el doctor Urth lo mir a los ojos y sonri con tristeza.
Todos nosotros, nosotros mismos y nuestras matrices, son modelos de
interferencia, y por eso resulta natural pensar en cruzar esto con aquello. Es la
naturaleza de la bestia, es decir, del universo. En conjunto, es una suerte que
Flammersfeld y su criatura murieran cuando lo hicieron, si bien no en la forma en
que lo hicieron. Los seres humanos necesitamos un mnimo de frivolidad; no puede
haber demasiada gravedad; pero Flammersfeld llev las cosas demasiado lejos,
interfiri demasiado. Su semblante se ensombreci. Y tena la intencin de
continuar interfiriendo. Recuerda su ltimo pedido, los embriones de cerdo y los
huevos de guila? Y recuerda el verso de Lewis Carroll: Y de si tienen alas los
cerdos? Los seres humanos necesitamos una cantidad mnima de gravedad; no
puede haber demasiada frivolidad. Su rostro adopt una expresin que indicaba
que haba terminado. Eso es todo.
Davenport guard los hologramas y se puso de pie para marcharse.
Gracias por su ayuda, doctor Urth.
El doctor Urth le quit importancia al asunto con un vaivn de la mano. Se
levant y le estrech la mano al visitante.
Su voz detuvo a Davenport en el umbral.
Inspector.
Davenport se volvi.
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S, doctor Urth?
En cuanto a mis honorarios
Davenport sonri.
Me estaba preguntando cundo llegaramos a ese punto.
Ahora lo sabe. Hemos llegado en este momento. Unas pocas frusleras.
Usted sabe que har todo lo posible. De qu se trata?
En primer lugar, dos datos informativos para satisfacer mi curiosidad. Cuando
regrese a Nueva Washington, tenga la amabilidad de pasar por Near-Earth Ltd., y
recuperar el expediente de Terrarium Nueve. Vea si puede averiguar a travs de los
pedidos de Flammersfeld y otros documentos, la historia gentica de la col y de la
sangre hemoflica. Sonri. He apostado conmigo mismo que la col era una col
de Saboya y que la sangre provena de uno de los descendientes de la casa real de
Saboya.
Davenport parpade.
Saboya? Por qu iba Flammersfeld a trabajar con una col y una sangre
especficas de Saboya?
Por la misma razn que impuls a James Joyce a enmarcar una vista de Cork
en corcho[3]: el sentido de lo conveniente.
Davenport pens en ello detenidamente y luego mene la cabeza.
Si no le importa que se lo diga, el sentido de lo conveniente puede conducir a la
locura.
El doctor Urth se cubri la boca con una mano regordeta.
Ve usted mis intenciones con tanta claridad que casi dudo en mencionar el resto
de mis honorarios.
Davenport lo mir con cautela y se sinti impulsado a decir:
Adelante.
Consiga que el investigador que se ha hecho cargo de Terrarium Nueve lleve a
cabo un cruzamiento entre tortuga y grillo.
Davenport intent imaginarse qu aspecto tendra aquello.
Puede saberse para qu, en nombre del cielo?
Para que cuando pierda las gafas, la montura hecha con esa concha me
conduzca hasta ellas, con el cric-cric.
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La cada de Trantor
Harry Turtledove
declar.
Mientras hablaba, otro sector del mapa destell ante l, y Dagoberto pas del azul
al rojo: rojo por la sangre que Gilmer estaba derramando sobre todo el mundo de
Trantor, pens amargamente Sarns.
No tenemos esperanza entonces? pregunt el emperador de la galaxia.
De victoria? Ninguna. La valoracin militar de Rodak fue rpida y
terminante. De huida, quiz de volver a luchar, s. Nuestras naves de aire y
espaciales an tienen abierto el paso areo por encima del palacio. Con el aterrizaje
de Nevrask, no obstante, muy pronto Gilmer podr disparar misiles sobre el
mismo, y sobre nosotros.
Es mejor huir que caer en las garras de ese monstruo dijo Dagoberto,
estremecindose. Volvi a contemplar el mapa. Estoy seguro de que tiene usted un
plan de evacuacin a punto. Ejectelo, y rpido.
S, seor.
El mariscal habl por un micrfono.
El emperador se volvi a mirar a Yokim Sarns.
Vendr usted con nosotros, profesor? Trantor bajo la bota de Gilmer no ser
un lugar apropiado para los eruditos.
Gracias, sire, pero no. Al sacudir Sarns la cabeza, algunos mechones de
cabellos de color marrn ratonil y de un largo fuera de moda, se arremolinaron
alrededor de sus orejas. Mi lugar est en la universidad, en mi facultad y con mis
estudiantes.
Bien dicho murmur el mariscal Rodak, en una voz demasiado baja como
para que Dagoberto pudiese orlo.
Pero el emperador, al parecer, an tena en su interior un gesto imperial.
Si el doctor Sarns desea regresar a la universidad dijo tras volver la cabeza
para mirar a Rodak, as lo har. Destaque una nave area de inmediato, mientras
an tenga alguna esperanza de llegar hasta all sano y salvo.
S, seor dijo el mariscal una vez ms. Le tendi una mano a Yokim Sarns
. Y que tenga usted buena suerte. Creo que va a necesitarla.
Las gruesas alfombras del palacio imperial que haban amortiguado los pies de
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Dagoberto VIII, de Cleon II, de Stannell VI por todos los demonios del espacio,
de Ammenetik el Grande!, suavizaban ahora las zancadas de los pies enfundados
en botas de Gilmer I, autoproclamado Emperador de la Galaxia, y Seor de Todo.
Gilmer taconeaba contra la alfombra con una cierta satisfaccin. Estaba habituado a
hacer ruido con los pies al caminar, con el fin de que sus botas anunciaran su
presencia a medio pasillo de distancia. Ni siquiera un hombre construido enteramente
de campanas metlicas podra haber hecho repiquetear los tacones sobre las
alfombras del palacio imperial.
Ech la cabeza hacia atrs y se acerc una botella a los labios. Por la garganta le
corri fuego lquido. Tras un largo sorbo arroj la botella lejos de s, la cual se hizo
aicos contra una pared. Sirvientes atemorizados corrieron a limpiar el estropicio.
No lo malgastis le dijo Vergis Fenn.
Gilmer mir con el ceo fruncido al comandante de su flota.
Por qu no? Hay mucho ms en el mismo lugar del que sali esa. Su mirada
ceuda se clav en un sirviente. Treme otra de lo mismo, y tambin una para
Vergis.
El hombre sali corriendo a cumplir con el mandato.
Ah lo tienes, ves? le dijo Gilmer a Fenn. Por la galaxia, no podramos
malgastar todo lo que almacen Trantor aunque lo intentramos durante cien aos.
Supongo que as es replic Fenn. Era menos escandaloso que su jefe, quiz
mejor tctico, pero no un lder de hombres. Pasado un momento, continu hablando
reflexivamente. Por supuesto, Trantor emple mucho ms de cien aos en reunir
todo eso. Ms de mil, calculo.
Bueno, y qu, si es as? pregunt Gilmer. Es por eso por lo que lo
queramos, no? Por los cojones que Dagoberto no tena, nadie antes haba saqueado
Trantor. Ahora todo es mo!
El sirviente regres con las botellas. Las dej sobre la mesa de cristal y plata y
luego sali a escape. Gilmer bebi. Con todo lo que se haba echado al coleto durante
el ltimo par de das, no debera ser capaz de ver, as que para qu mencionar el
caminar y hablar. Sin embargo, el triunfo lo haba emborrachado ms que el alcohol.
Gilmer el Conquistador, ese era l!
Vergis Fenn tambin bebi, pero no tan largamente.
Oh, s, todo Trantor es nuestro excepto la universidad. Han pasado ya siete
das, y esos locos continan resistiendo.
En ese caso, pongamos punto final a esta pequea rencilla con ellos gru
Gilmer. Por la galaxia, reducidlos a polvo radiactivo y acabemos con ello!
Encrgate del asunto, Fenn, ahora mismo.
Como vos queris, seor, sire, pero Fenn dej en el aire la ltima
palabra.
Pero qu? pregunt Gilmer frunciendo el entrecejo. Si luchan por
Dagoberto, son traidores a mi causa; y si aplasto a los traidores atemorizar a Trantor.
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con tanto ahnco. Si no puedo arrebatrselos por la fuerza, se los quitar mediante
impuestos; de eso es de lo que se trata el ejercicio de la dignidad de emperador.
Ponga manos a la obra y concierte la reunin con ese cmo se llama, Vergis?
Yokim Sarns.
Yokim Sarns. Cmo debo dirigirme a l cuando lo vea? General Sarns?
Almirante? Seor de la Guerra?
La expresin de Fenn era ligeramente aturdida.
El nico ttulo que reclama es el de Decano.
Decano? Gilmer ech la cabeza hacia atrs y solt una sonora y larga
carcajada. S, me reunir con el Decano Yokim Sarns, azote de las salas de
conferencia. Por qu no? Organzame eso, Vergis. Entre tanto le volvi la espalda
, ir a comprobar cmo nos van las cosas en el resto del planeta.
Las hileras de pantallas de televisin que mostraban imgenes cambiantes de todo
Trantor, le dijeron lo que quera saber. En una vea a un pelotn de sus soldados que
acarreaban cubos llenos de joyas hacia su nave; en otra aparecan ms soldados que
saqueaban una manzana de casas de un barrio residencial; en la de ms all poda
observar a otro escuadrn, la mayora de cuyos hombres estaban borrachos,
acompaados por una cantidad de mujeres trantorianas que los doblaban en nmero,
algunas de aspecto asustado y otras sonrientes y descaradas.
Gilmer sonri. Aquel era precisamente el motivo por el que se haba apoderado
de Trantor: para saquear un mundo que no haba sufrido pillaje alguno durante quince
generaciones, mucho ms que para gobernarlo despus del saqueo. El observar su
sueo convertido en realidad, haca que lo que viniese despus pareciera de escasa
importancia por comparacin.
Observaba Su mirada retorn a la tercera pantalla. Todas las mujeres que en
ella aparecan hubiesen sido bellezas de las que cortan el aliento en un mundo menor,
pero en Trantor no eran ms que el botn de los soldados rasos. Con tantos billones de
mujeres entre las que escoger, las que eran algo menos que espectaculares
simplemente no reciban atencin por parte de los soldados.
Sonriendo con expectacin, Gilmer subi a la rampa mvil que ascenda hasta las
alcobas imperiales. Ni siquiera en sus ms disparatados sueos haba imaginado algo
como aquellas dependencias. Miles de aos de los mejores ingenios tecnolgicos que
poda comprar el dinero, estaban reunidos all sin otro propsito que el del mero
placer.
Billye tambin sonri al verlo entrar. Los leonados cabellos le caan sobre los
hombros desnudos. Desdeando todas las elaboradas sofisticaciones que le ofreca la
alcoba, Gilmer la cogi en sus brazos y se dej caer lentamente al suelo con ella.
Entonces descubri una ventaja de las alfombras gruesas que no haba sospechado
antes.
Despus del arrebato pasional, ella permaneci tendida en brazos de l,
murmurando perezosamente. Haba sido su compaera desde que l era tan slo un
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ambicioso teniente. Siempre haba pensado que era esplndida, tanto para la vista
como para hacerle el amor.
Todava segua pensndolo, se dijo. Lleg incluso a sentir la veracidad de aquel
pensamiento; pero no era completamente cierto, ya no. La pantalla de televisin le
haba demostrado que, segn los patrones trantorianos, la belleza de ella era corriente.
Y cmo, en nombre de la verdad y la justicia, poda el Emperador de la Galaxia y el
Seor de Todo, poseer una consorte cuya belleza fuese meramente corriente?
Gilmer gru suavemente.
Un centicrdito por tus pensamientos dijo Billye.
Ahh, nada importante respondi l y la estrech ms.
Tampoco la voz de ella era perfectamente dulce.
Ah llega. Maryan Drabel seal a una figura solitaria que estaba bajando de
un aparato areo que acababa de descender en la tierra de nadie delimitada por las
lneas de Gilmer y las defendidas por los estudiantes-soldado de la universidad.
Est solo coment Yokim Sarns con ligera sorpresa. Le dije que
estbamos dispuestos a aceptar que viniese acompaado del nmero de
guardaespaldas que deseara, siempre que fuese razonable. Es ms valiente de lo que
yo crea.
Qu diferencia constituye eso cuando no puede, o no quiere, controlar a
sus soldados? replic amargamente Maryan Drabel. Cuntas mujeres violadas
tenemos ahora mismo en nuestra clnica?
Treinta y siete respondi Sarns. Y cinco hombres.
Y eso es slo en este diminuto rincn de Trantor, y slo se trata de la gente que
consigui atravesar las lneas de Gilmer y las nuestras dijo ella. Cuntos habr
en todo el planeta en el que tiene a cuarenta billones de personas aterrorizadas?
Cuntos saqueos? Cuntos incendios iniciados slo para que se diviertan? Cuntos
asesinatos, Yokim? Qu peso tiene ante todas esas cosas el valor de un hombre?
Lo destrozan. Sarns se pas una mano por la frente con gesto cansado. Yo
s todo eso tan bien como t, Maryan, pero si tiene valor no podremos manejarlo
como hubiramos hecho antes.
En eso tienes razn admiti ella. Silencio, ahora, ya casi est aqu.
Gilmer, pens Sarns, tena ms aspecto de jefe brbaro que de emperador, a pesar
de que una capa de color prpura ondulara a sus espaldas mientras l avanzaba.
Debajo de la misma llevaba la tnica manchada con tonalidades de verde y marrn
que usaban sus soldados. Sarns supuso que se trataba de un traje de camuflaje, pero
en los brillantes corredores de Trantor, aquella ropa haba puesto en peligro a los
soldados con mayor frecuencia de la que los haba protegido. El gris indefinido de la
chaqueta y los pantalones de Sarns era ms difcil de distinguir en aquel entorno.
Las botas del usurpador tamborileaban un metlico redoble.
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Majestad dijo Sarns, que saba que deba hablar en primer lugar y que saba
tambin que desde que Gilmer haba tomado Trantor, el ttulo era autntico de facto si
bien no de jure. Sarns no estaba de acuerdo en negociar sobre bases que no eran
verdaderas.
Es usted el Decano Sarns, eh? La tronante frase grantica de Gilmer deba
de haber salido de aquel barbudo, duro continente. El emperador de la galaxia se
rasc la nariz y prosigui. Tiene usted unos duros luchadores a sus espaldas, Sarns.
Se lo digo desde ya, no me importara aceptar a la totalidad en mi flota.
Puede usted hacer una llamada a sus filas, si lo desea, sire, pero dudo de que
encuentre muchos voluntarios respondi Sarns. Estos hombres y mujeres
jvenes no son soldados de oficio, sino estudiantes. Ellos, al igual que yo, se
interesan ms por el conocimiento abstracto que por el mejor despliegue de una
compaa de soldados con rifles desintegradores.
Gilmer asinti con la cabeza.
Ya he odo decir eso, pero me resultaba difcil de creer. Si he de decirle la
verdad, Sarns, sigue resultndomelo. Pasan ustedes toda la vida persiguiendo ese,
cmo lo ha llamado conocimiento abstracto?
As es respondi orgullosamente Sarns. Despus de todo, esta es la
universidad, la destilacin de toda la sabidura universal acumulada durante los
milenios de la historia imperial. Nosotros lo codificamos, sistematizamos y, cuando
podemos, lo ampliamos.
Parece una forma muy timorata de pasar la vida coment Gilmer, sin
preocuparse por los sentimientos de Sarns o, lo que era ms probable, calculando que
el decano se mostrara de acuerdo cuando l sealara una verdad obvia. De qu
sirve el conocimiento que uno no puede comerse, beberse, con el que no puede
dormir ni disparar contra sus enemigos?
Es realmente un brbaro, pens Sarns, a pesar de haber vivido toda su existencia
dentro de lo que an se autodenomina, cada vez con menos y menos razn, el imperio
galctico. Afortunadamente, Sarns, al igual que cualquier administrador digno de su
cargo, tena prctica en no demostrar lo que senta.
Bueno dijo, djeme ponerle un ejemplo, sire: Cmo llegaron usted y su
victorioso ejrcito a Trantor?
Por nave espacial, por supuesto Gilmer lo mir fijamente. Cmo quiere
que lo hiciramos, hombre? Esperaba que hubisemos venido a pie? Ri ante su
propio ingenio.
Sarns le dedic una corts sonrisa.
Por supuesto que no, pero qu ocurre si una de las barras transmisoras hace
cortocircuito o un hidrocron necesita ser reparado?
Los remendamos lo mejor que podemos. Parece que ya nadie en toda la
condenada galaxia entiende de motores hiperatmicos replic Gilmer frunciendo el
entrecejo. Luego se detuvo en seco. Eso tambin es conocimiento, verdad? Por
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todos los demonios del espacio, Sarns! Est usted dicindome que tiene toda una
universidad llena de tcnicos que realmente saben lo que hacen? Si es as, lo reclutar
para la flota y lo har a usted, y a ellos, tan ricos que jams echarn de menos sus
pelculas-libro, eso se lo prometo.
Tenemos a algunas personas, no muchas, me temo, estudiando cosas
semejantes. Como ya le he dicho antes, puede usted hablar con ellos si as lo desea.
Algunos puede que incluso decidan acompaarlo, a causa del reto que constituye
trabajar sobre equipos reales. Sarns hizo una pausa para pensar. Tenemos
tambin diestros mdicos, especialistas en computadoras, y estudiantes de muchas
otras disciplinas valiosas para el imperio.
Observ que Gilmer mordisqueaba la carnada.
Y haran ese mismo tipo de cosas para m? pregunt el usurpador.
Algunos puede que s replic Sarns. Otros probablemente ms,
estaran dispuestos a instruir aqu mismo a sus tcnicos y personal especializado. Por
supuesto agreg con tono suave, se mostrarn menos entusiastas si usted se abre
camino a tiros. De esa forma, es muy probable que tambin acabe con muchos de
ellos.
Hrmmp gru Gilmer. Pasado un momento, continu. Pero las naves, si se
marchan de ellas los tcnicos, mdicos y especialistas en computadora, no nos
servirn de mucho ms que si se oxidaran hasta deshacerse.
No inmediatamente, tal vez, pero luego sern de un valor mucho mayor de lo
que puedan llegar a ser nunca con las tripulaciones inadecuadamente entrenadas que,
segn deduzco, poseen actualmente.
Gilmer baj la voz.
Sarns, no puedo permitirme en pensar en luego. Apostara un milln de
crditos contra un cargador de desintegradora vaco, a que al menos hay tres flotas
avanzando sobre m de la misma forma en que yo avanc sobre Dagoberto. Ahora
que ha cado Trantor, todos los perros del espacio querrn roer sus huesos, y los
mos.
En lo ms ntimo, Sarns pens que el usurpador tena razn en eso. Tambin sera
slo lo que Gilmer se mereca. Pero el decano-convertido-en-general sinti que de
todas formas lo acometa una ola de tristeza. Ni un minuto de tiempo para aprender
nada nuevo, ni un minuto para pensar en nada excepto el momento presente,
aquella haba sido la enfermedad del imperio galctico durante demasiado tiempo. El
caso de Gilmer era ms grave que el del emperador que le haba precedido, pero la
raz del mal era la misma.
Sarns no suspir.
Bueno dijo, en todo caso, esto ha llevado nuestra conversacin a un
terreno bastante alejado del tema inmediato que es, despus de todo, un mero acuerdo
de armisticio entre sus fuerzas y los estudiantes y personal de la universidad, con el
fin de que ambos, ustedes y nosotros, podamos volver a lo que consideramos nuestras
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ocupaciones ms adecuadas.
S, as es replic Gilmer.
Al igual que no haba suspirado, Sarns no sonri. Mustrale a un brbaro un
objetivo a corto plazo, y ser incapaz de ver ms all, pens.
Le importara examinar nuestras instalaciones con el fin de que pueda ver
cun inofensivos somos en circunstancias normales? lo invit.
Por qu no? Gueme, Decano Sarns, y veamos qu es lo que usted ha
convertido en soldados. Sabe una cosa? A lo mejor intento reclutarlo precisamente a
usted.
Gilmer se ech a rer. Lo mismo hizo, sin reservas, Sarns. No haba sospechado
que Gilmer fuera capaz de decir algo tan gracioso.
rebusca en las listas de lecturas posibles, que contienen resmenes de los documentos
que tienen un aspecto prometedor para lo que les interesa.
Ms gente manoseando computadoras. Gilmer casi consigui reprimir un bostezo.
Maryan Drabel continu.
Tenemos tambin una seccin de adquisicin y catlogo, que integra las nuevas
pelculas-libro en nuestra coleccin.
Pelculas-libro nuevas? pregunt asombrado Gilmer. Quiere decir que la
gente an escribe libros?
No tantos como en la poca en que fue fundada la universidad respondi la
bibliotecaria con tono triste; y, por supuesto, ahora que la Periferia y algunas de las
regiones interiores se han separado del imperio, hay muchsimas cosas que se estriben
y no llegan a nuestras manos, o conseguimos slo una copia despus de muchos aos
de su primera publicacin. Sin embargo, seguimos intentndolo, y sin duda no existe
en la galaxia ninguna otra coleccin que se asemeje a la nuestra, ni por completa ni
por extensa.
Llegaron a un ascensor. Yokim Sarns puls el botn de llamada, y pasado un
momento la puerta se abri.
Por aqu, por favor dijo Sarns mientras entraba.
Maryan Drabel y Gilmer lo siguieron, este ltimo con un cierto recelo. Si aquel
universitario quera asesinarlo, qu mejor lugar que el confinamiento reducido y
secreto de un ascensor? De todas formas, si aquella gente quera asesinarlo, lo haba
tenido en su poder desde el principio de aquel recorrido. Tena que pensar que no
eran esas sus intenciones.
El ascensor descendi y se detuvo, tras lo cual la puerta volvi a abrirse.
Estas son las salas de lectura anunci Maryan Drabel.
Gilmer vio hileras e hileras de cubculos, la mayor parte de los cuales estaban
vacos.
Habitualmente hay mucha ms actividad en esta zona observ Sarns. La
gente que normalmente estara ocupada en los cubculos, ha estado en cambio
luchando en las lneas.
Como para confirmar sus palabras, una de las puertas de los cubculos cerrados se
abri. La joven que sali del interior llevaba puesto el traje gris de los soldados
universitarios y tena un rifle desintegrador colgado a la espalda. Tena un aspecto
sucio y cansado, como el que tendra un soldado del frente de batalla. Gilmer advirti
que tambin pareca haberse olvidado completamente de la lucha y del arma que
llevaba: su atencin se concentraba exclusivamente en la calculadora que tecleaba
mientras caminaba en direccin a los ascensores.
Le gustara ver el interior de una sala de lectura? pregunt Maryan Drabel.
Gilmer lo medit durante un momento y neg con la cabeza. Haba estado en
algunas salas de lectura; eran todas parecidas en la totalidad de la galaxia. La
cantidad de las que haba en aquel lugar era impresionante, pero una por s sola no lo
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sera.
Es esto todo lo que tienen para ensearme? pregunt.
Una cosa ms le replic Maryan Drabel.
Tras encogerse de hombros, retrocedi al interior del ascensor con ella y Sarns.
Descendieron una vez ms, cada vez ms y ms abajo.
Ver lo que ahora vamos a ensearle constituye un privilegio muy especial
declar Yokim Sarns. Muy pocos son los que lo consiguen alguna vez, pocos
incluso contando a los de la universidad. Hemos pensado que le ayudara a
comprendernos mejor.
El ascensor se detuvo. Gilmer sali del mismo y mir con asombro en torno de s.
Por todos los demonios de la galaxia susurr maravillado.
La cmara se extenda a lo largo de lo que deban de ser kilmetros. Desde el
suelo al techo, todos los estantes estaban atestados de pelculas-libro.
La computadora puede acceder a ellos y proyectarlos en la sala de lectura desde
la que se los ha solicitado le explic Maryan Drabel.
Gilmer se acerc al estante ms prximo. Sus botas resonaban pesadamente en
lugar de taconear. Baj la mirada al piso.
Este es un suelo de roca dijo. Por qu no es metlico como todo lo
dems?
Los depsitos de pelculas-libro estn debajo de la parte edificada de Trantor
le respondi Yokim Sarns. No habra sitio para ellos ah arriba; ese espacio es
necesario para la gente. El tenerlos aqu les proporciona tambin una cierta
proteccin contra las catstrofes. Probablemente, ni siquiera una explosin radiactiva
dirigida contra el edificio llegara aqu abajo.
Debe usted tener claro tambin que esta es slo una cmara de pelculas-libro
entre muchas agreg Maryan Drabel. Hemos empleado tanto el almacenamiento
disperso como la repeticin para conseguir proteger nuestra coleccin lo mejor
posible.
Gilmer tuvo una repentina visin de los universitarios excavando tneles como
topos humanos durante aos, siglos, milenios, construyendo un panal en el
mismsimo lecho de roca de Trantor, con el fin de formar depsitos para el
conocimiento que haban acumulado. An peor, imagin todo el peso de la roca y el
metal que tena encima. l haba crecido en un mundo agrcola lleno de espacios
abiertos, y haba pasado la mayor parte de su vida en el espacio mismo. Imaginar el
derrumbamiento de todo lo que tena por encima de la cabeza, aplastndolo de tal
forma que no dejara siquiera una mancha roja, hizo que un sudor fro comenzara a
brotarle en la frente.
Volvemos arriba? dijo con voz ronca.
Desde luego, sire. La voz de Yokim Sarns era suave. Espero que vea
claramente, ahora, que estamos solamente dedicados a la persecucin de la sabidura,
y que no interferiremos en la poltica del imperio mientras ste no invada nuestro
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campus. En otras palabras, creo que podemos acordar un armisticio satisfactorio para
ambas partes.
Lo nico que Gilmer quera hacer, ahora, era salir de aquella catacumba, regresar
con su propia gente. Se dio cuenta de que Sarns no haba pulsado el botn de llamada
del ascensor. Tal vez Sarns no lo hara, hasta que Gilmer diera su consentimiento.
S, s, por supuesto. Se daba cuenta de que hablaba a toda velocidad, pero no
poda evitarlo. Haga usted que sus hombres depongan las armas, y los mos se
mantendrn apartados de la universidad.
Con eso me basta dijo Sarns.
Como si antes se hubiera distrado y quiz eso era lo nico que haba ocurrido
en verdad, puls el botn del ascensor. Gilmer se dej transportar sumido en un
silencio de alivio; a cada segundo que el ascensor se elevaba, pareca quitarle de
encima una mirada de toneladas.
Cuando l y sus guas regresaron al nivel en el que haban comenzado el
recorrido, un hombre se les acerc a paso vivo con dos hojas de pergaminoide en una
mano.
Este es Egril Joons inform Sarns. Qu tienes para nosotros, Egril?
Copias del acuerdo de armisticio para que las firmen usted y el emperador
Gilmer replic Joons, mientras les tenda una estilogrfica.
Gilmer la cogi, oje una de las copias del documento, la firm, y estaba ya
tendiendo la mano para coger la otra de manos de Yokim Sarns cuando de pronto se
pregunt cmo podan estar ya escritos los trminos del armisticio cuando l los
haba acordado con Sarns apenas unos momentos antes.
Usted ha estado fisgoneando le gru a Egril Joons.
Le pido disculpas, pero as es dijo Joons. El control de las voces forma
parte del sistema de seguridad del depsito de pelculas-libro. Esta vez slo lo he
utilizado para preparar las copias tan rpidamente como me era posible. Supuse que
su majestad tendra otras preocupaciones que necesitaran su atencin en breve.
Gilmer record con cunta fuerza haba deseado regresar con sus soldados.
Oh, muy bien, ya puede guardar esta le dijo.
Firm la segunda copia del acuerdo de armisticio. Aquel tipo, Joons, tena ms
razn de la que supona, ms razn de lo que poda saber. Trantor tena que
prepararse para defenderse de los ataques espaciales, y pronto, o Gilmer el
Emperador de la Galaxia sera dentro de nada Gilmer el Usurpador Vaporizado.
Gilmer el Emperador de la Galaxia enroll su copia del acuerdo, distradamente
se meti la estilogrfica en el bolsillo de la tnica, y dijo, con un tono bastante
imperial realmente:
Ahora, si fueran ustedes tan amables de escoltarme de vuelta a mis lneas
Desde luego. Yokim Sarns le entreg la otra copia del armisticio a Maryan
Drabel. Venga por aqu, si tiene la amabilidad.
Desde detrs, pens Maryan Drabel, Gilmer tena mucho ms aspecto de
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una pequea mujercilla trantoriana que slo abriera la boca para decir s.
No son mentiras dijo tercamente Billye.
Bueno, y qu ms pueden ser? insisti Gilmer. No existe nada parecido a
una pantalla energtica del tamao de un hombre. No puede haberlo, el imperio no
la tiene y el imperio tiene todo lo existente. No hay forma alguna de abrir una cpsula
personal sin tener archivadas las caractersticas de un hombre. As pues, las historias
que hablan de esas cosas tienen que ser mentiras.
O bien los magos hacen esas cosas mediante su magia le replic Billye.
Y qu otra cosa podran haber hecho que le demostraran a la universidad no slo
misericordia sino, sino, yo qu s qu? Los has tratado como si el lugar les
perteneciera de derecho, cuando el emperador posee todo lo que existe.
Siempre que pueda conservarlo murmur Gilmer.
Sali de la alcoba. All no obtendra solaz ninguno, eso estaba claro. Cuando
haba regresado de la universidad lo esperaba un mensaje de una nave espa: se estaba
reuniendo una flota a menos de diez parsecs[4] de distancia, una flota que no le
perteneca a l. Si quera conservar Trantor, tendra que volver a luchar por l desde
el principio. Incluso un alfilerazo por parte de la universidad podra herirlo en un
momento semejante.
Por qu era Billye incapaz de ver eso? La furia llen de pronto a Gilmer. Si no
poda comprenderlo, al diablo del espacio con ella! Seal con un dedo al primer
sirviente que vio.
T!
El sirviente se acobard. A diferencia de Billye, l al igual que todos los
servidores de palacio saba que Gilmer no era alguien con quien se pudiera jugar.
Sire? pregunt, atemorizado.
Coge tantos lacayos como te hagan falta, y ve a arrojar fuera de mi alcoba a esa
mozuela bocazas. Bscame una nueva; espero que tengas forma de ocuparte de eso.
Alguien digna de un emperador, te lo advierto; pero por encima de todo, una que sea
callada.
S, sire. El sirviente aventur una sonrisa. Eso, majestad, creo que
podremos conseguirlo.
Una sala de la librera; de ninguna manera una que hubiese visto Gilmer!
Yokim Sarns, Maryan Drabel, Egril Joons, decano, bibliotecaria, dietista,
general, jefa de estado mayor, comisario, y bastante ms. Se hallaban de pie ante
una pared de ecuaciones, smbolos rojos sobre fondo gris. Yokim Sarns, cuyo
privilegio era hablar primero, dijo:
No pens que sera tan fcil.
Tampoco yo concedi Maryan Drabel. Esperaba, segn las posibilidades
previstas, que tendramos que tocar la mente de Gilmer para asegurarnos de que nos
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dejara en paz.
La valenta que vimos nos ha ayudado enormemente asegur Sarns. Le
permiti sentir respeto por nuestros estudiantes-soldado cuando un hombre ms
pragmtico se habra limitado simplemente a apartar a un lado el sacrificio hecho por
ellos porque entraba en conflicto con sus propios intereses.
Mezcla eso con la reverencia supersticiosa que demostr ante la acumulacin
de sabidura antigua que representamos, el que le dejramos ver que nuestras metas y
objetivos, es decir nuestras metas y objetivos aparentes, eran irrelevantes con
respecto a los suyos propios o podran significar una ligera ventaja para los mismos, y
result ser bastante capaz de decidir por su propia cuenta que nos dejara en paz
coment Maryan Drabel. Hemos salido realmente bien de lo que podra haber sido
una situacin difcil.
Egril Joons haba estado estudiando los nmeros y smbolos, los posibles caminos
de decisin que llevaban desde la poca de Hari Seldon, a lo largo de casi tres siglos
hasta el momento presente, y ms all.
Creo realmente que esta ser la nica ronda.
La nica ronda de saqueos en Trantor? Yokim Sarns estudi la correlacin
que sealaba Joons; las ecuaciones aumentaron de tamao sobre la pared de Primera
Magnitud para que pudiera verlas mejor. S, eso es lo que parece, si los datos que
tenemos del resto del planeta son exactos. Gilmer ha hecho un trabajo tan eficiente de
destruccin que Trantor no valdr la pena de un nuevo pillaje una vez haya terminado
esta ronda de guerras civiles.
Y tambin se trataba de una de las probabilidades ms bajas puntualiz
Joons. Mirad: haba una probabilidad de ms del setenta por ciento de que se
produjeran dos saqueos separados al menos cuarenta aos el uno del otro, y al menos
una probabilidad del quince por ciento de tres o ms, quiz espaciados a lo largo de
todo un siglo.
Nuestras vidas y trabajo sern indudablemente ms fciles de esta manera
dijo Maryan Drabel. Ya s que estamos bien protegidos, pero un misil desviado
Se estremeci.
Todava correremos ese riesgo durante un poco ms de tiempo le record
Sarns. Gilmer es tan descaradamente un usurpador, que otros intentarn robarle lo
que l le rob a Dagoberto. Pero el peligro de que Trantor sufra futuros daos ha
disminuido muchsimo a nivel global, y ser an ms minimizado cuando corra la
voz del gran saqueo. Seal las cifras que apoyaban su conclusin.
Maryan Drabel medit y asinti finalmente.
Y con Trantor borrada eficazmente desde ahora en ms de la consideracin
psicohistrica, tambin ser borrado el Imperio Galctico dijo Egril Joons.
El Primer Imperio Galctico, querrs decir lo corrigi amablemente Sarns.
Bueno, por supuesto. Joons acept la ligera censura con afabilidad. Ahora,
no obstante, podremos trabajar con vistas al Segundo Imperio sin tener que
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Dilema
Connie Willis
Desde una fecha tan temprana como los aos setenta, los ingenieros en robtica
estaban hablando de incorporar las Tres Leyes en los programas AI, e incluso los
modelos ms primitivos tenan protecciones basadas en ellas. Todos los robots de la
Cuarta Generacin en adelante han sido equipados con ellas.
Bueno, y qu hay de malo en eso? pregunt Asimov. Los robots son
poderosos e inteligentes. Cmo puede saberse que no se volvern tambin
peligrosos si no se les incluyen las Tres Leyes?
No estamos proponiendo una revocacin universal dijo el robot barnizado.
Las Tres Leyes funcionan razonablemente bien con la Sptima y la Octava
Generacin, y en el caso de los modelos anteriores a esos que no tienen una memoria
de suficiente capacidad como para contener programas ms sofisticados. Slo lo
estamos pidiendo para la Novena Generacin.
Y es usted un robot de Novena Generacin, seor Colocador de Libros,
Catalogador, Lector, responsable de Derechos y Gramtico? pregunt Asimov.
No es necesaria la palabra seor le dijo. Llmeme simplemente
Colocador de Libros, Catalogador, Lector, responsable de Derechos y Gramtico.
Permtame que comience por el principio dijo Contable. El trmino
Novena Generacin no es preciso. Nosotros no somos descendientes de las ocho
generaciones anteriores de robots, que estn todos basados sobre las tramas de
conceptos relacionados Minsky. Los de la Novena Generacin estn basados en la
lgica no monotnica, lo cual significa que pueden tolerar la ambigedad y operar
con informacin incompleta. Esto se consigue mediante una programacin que nos
predispone a la decisin, cosa que evita que nos quedemos parados ante situaciones
que exigen que tomemos una decisin, como les ocurre a las otras generaciones.
Como es el caso del robot Speedy en su relato de hermosa trama Runaround
dijo Colocador de Libros. Lo enviaron para llevar a cabo una orden cuyo
resultado sera su propia muerte, as que se puso a correr en crculos recitando
disparates, porque su programacin lo imposibilitaba para obedecer o desobedecer la
orden de su amo.
Con nuestras capacidades de decisin continu Contable, un robot de la
Novena Generacin puede hallar lneas de accin alternativas o escoger el menor de
dos males. Tambin nuestros sistemas de destreza lingstica son mucho ms
avanzados, con el fin de que no mal interpretemos las situaciones o seamos vctimas
de los dilemas semnticos a los que estaban sujetas las generaciones anteriores.
Como en el caso de su relato tremendamente entretenido, El pequeo robot
perdido intervino Colocador de Libros, en el que se le dice al robot que se
pierda y as lo hace, porque no se da cuenta de que el humano que se diriga a l
hablaba en sentido figurativo y enfadado.
S dijo Asimov, pero qu pasara si usted mal interpretara una situacin,
Colocador de Libros, Catalogador, Lector, responsable de Derechos y Gram? No
tiene usted un sobrenombre o algo parecido? Su nombre es un cuento de nunca
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acabar.
Las primeras generaciones tenan sobrenombres basados en el sonido de su
nmero de modelo, como en su relato Razn, en el que al robot QT-1 se lo llama
Cutie. Los de la Novena Generacin no tenemos nmero de modelo. Se nos programa
individualmente y se nos nombra con nuestro sistema de destreza.
Pero seguramente usted no piensa en s mismo como en Colocador de Libros,
Catalogador, Lector, responsable de Derechos y Gramtico.
Oh, no, seor. Nosotros nos llamamos a nosotros mismos por nuestros nombres
personales. El mo es Darius.
Darius? pregunt Asimov.
S, seor. Por Darius Just, el escritor y detective de su novela de misterio de
inteligente trama, Asesinato en la convencin. Me sentira honrado si quisiera usted
llamarme as.
Y a m puede llamarme Bel Riose dijo Estadstico.
Fundacin dijo Colocador de Libros, solcito.
Bel Riose es descrito en el captulo uno como el igual de Peurifoy en
habilidades estratgicas y su superior, tal vez, en su habilidad para manejar a los
hombres agreg Estadstico.
Se dan ustedes a s mismos los nombres de los personajes de mis libros?
pregunt Asimov.
Por supuesto le replic Colocador de Libros. Intentamos emularlos. Creo
que el nombre privado de Mdico Ayudante es doctor Duval, de Viaje alucinante, una
novela brillante, por cierto, de ritmo rpido y tremendamente emocionante.
Los robots de la Novena Generacin malinterpretan, ocasionalmente, alguna
situacin declar contable, volviendo a la pregunta que le haba formulado Asimov
. Al igual que lo hacen los seres humanos, pero an sin la Primera Ley, de ello no
resultara dao alguno para los humanos. Ya estamos codificados con un poderoso
sentido moral. S que no se sentir herido en sus sentimientos cuando diga lo
siguiente
O no podra usted decirlo a causa de la Primera Ley insert Asimov.
S, seor, pero debo decir que las Tres Leyes son actualmente muy primitivas.
Quebrantan la primera regla de la ley y la lgica al no definir sus trminos. Nuestra
programacin moral es mucho ms avanzada. Esclarece la finalidad de las Tres Leyes
y lista todas las excepciones y complicaciones de las mismas, como la situacin en la
que es mejor coger a un ser humano por la fuerza y posiblemente romperle un brazo
antes que permitirle que se arroje delante de un magtrn.
En ese caso, no lo entiendo declar Asimov. Si su programacin es tan
sofisticada como usted afirma, por qu no pueden interpretar la finalidad de la
Primera Ley y basarse en eso?
Las Tres Leyes son parte de nuestro equipamiento, no de nuestro programa, y
como tales no pueden ser dejadas a un lado. La Primera Ley no dice que uno debe
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infligir un dao menor para salvar la vida de una persona, sino que dice que uno no
debe lastimar a un ser humano. Slo tiene una interpretacin; y esa interpretacin
convierte en imposible la posibilidad de que Mdico Ayudante sea cirujano y que
Estadstico sea un entrenador agresivo.
Y qu quiere ser usted? Un poltico?
Son las cuatro y media dijo Susan, dirigiendo otra ansiosa mirada hacia la
puerta exterior de la oficina. La cena es en el Hotel Trantor, y la extrapolacin de
los atascos de trfico seala cuarenta y cinco minutos.
La pasada noche llegu a la recepcin con una hora de adelanto. Los nicos
que estaban all eran los que traan la comida. Seal a Contable. Me estaba
usted diciendo?
Lo que yo quiero es ser un crtico literario replic Colocador de Libros.
No tiene usted ni idea de cuntas malas crticas hay por ah. La mayora de los
crticos son unos incultos y muchos de ellos ni siquiera han ledo los libros que deben
criticar.
La puerta de la oficina exterior se abri. Susan mir para ver quin era, y dijo:
Oh, vaya, doctor Asimov, es Gloria Weston. Olvid que le haba dado una cita
para las cuatro.
Lo olvid? pregunt sorprendido Asimov. Y son las cuatro y media.
Llega tarde replic Susan. Llam por telfono ayer. Debo de haber
olvidado anotarlo en la agenda.
Bueno, pues dgale que no puedo verla y dele otra cita. Quiero or ms cosas
acerca de ese asunto de la crtica literaria. Es el mejor argumento que he odo hasta
ahora.
La seora Weston ha venido directamente desde California en el magtrn para
verlo.
California, eh? Con relacin a qu quiere verme?
Quiere convertir su nuevo libro en una serie por satlite, seor.
La gua de Asimov para las guas de Asimov?
No lo s, seor. Ella dijo simplemente su nuevo libro.
Usted lo olvid dijo Asimov, pensativo. Oh, bueno, si ha venido
especialmente desde California, supongo que tendr que verla. Caballeros, pueden
regresar ustedes maana por la maana?
Maana por la maana estar usted en Boston, seor.
Qu tal entonces maana por la tarde?
Tiene usted una cita que le ocupar hasta las seis, y a las siete debe asistir a la
reunin de Escritores Americanos de Misterio.
Bien. Hacia la que usted querr que salga a medioda. Supongo que tendr que
ser el viernes, entonces. Se levant lentamente de la silla. Hagan que Susan los
anote en la agenda, y asegrense de que lo escribe dijo, mientras coga el bastn.
Los miembros de la delegacin le estrecharon la mano y se marcharon.
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nmero de Hitachi-Apple?
Ella le dict el nmero y colg.
Se lo has contado le dijo a Contable, verdad?
No tuve la oportunidad de hacerlo, recuerdas? T no dejabas de dar citas a
otras personas con el fin de que no pudiera hacerlo.
Ya lo s le replic Susan. No poda evitarlo.
Ya lo s le dijo l. Sigo sin ver cmo podra haber violado la Primera Ley
el slo hecho de pedrselo.
No puede contarse con los seres humanos para que acten en su propio inters.
Ellos no tienen una Tercera Ley.
El telfono volvi a sonar.
Soy el doctor Asimov dijo. Llame a Contable y dgale que quiero ver a
toda su delegacin en mi oficina esta tarde a las cuatro. No concierte ninguna otra
cita, no intente por cualquier otro medio impedir que me rena con ellos. Es una
orden directa.
S, seor dijo Susan.
Si lo hiciera, me causara a m un dao. Lo ha comprendido usted?
S, seor.
Asimov colg.
El doctor Asimov me ha pedido que te diga que quiere ver a toda tu delegacin
en su oficina esta tarde a las cuatro le inform al robot.
Quin va a interrumpirnos esta vez?
Nadie replic Susan. Ests seguro de que no se lo dijiste?
Estoy seguro. Mir su reloj digital. Ser mejor que vaya a llamar a los
dems para informarlos.
El telfono son una vez ms.
Soy yo dijo Asimov. Cul es su nombre personal?
Susan replic Susan.
Y lleva ese nombre por uno de mis personajes?
S, seor.
Lo saba! exclam y cort.
Asimov se sent en su silln, se inclin hacia delante y apoy las manos sobre las
rodillas.
Puede que ustedes no estn enterados les dijo a los miembros de la
delegacin y a Susan, pero yo escribo tambin relatos de misterio.
Sus obras de misterio son bien conocidas le asegur Colocador de Libros.
Sus novelas The Death Dealers y Asesinato en la convencin son inmensamente
populares (y merecen serlo), por no mencionar sus Cuentos de los viudos negros; y
sus detectives de ciencia ficcin, Wendell Urth y Lije Baley, son casi tan famosos
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problemas que ha ocasionado la Primera Ley. Yo no haba tenido nada que ver con el
hecho de que introdujeran las Tres Leyes en la programacin. Lo nico que yo haba
hecho era escribir algunos relatos. No, conclu, ella tena que tener alguna otra razn
para querer evitar que ustedes hablaran conmigo.
El Trantor est al otro lado de la ciudad dijo Susan, y quieren que est
usted all temprano para tomar las fotografas. Realmente debera comenzar a
prepararse.
Tambin senta curiosidad por los miembros de su delegacin. Usted quiere ser
cirujano dijo Asimov sealando a Mdico Ayudante, y luego a los dems por turno
, usted quiere ser Vince Lombardi, y usted quiere ser crtico literario, pero qu
quera ser usted?, fue lo que me pregunt mir a Contable. No estaba usted en
Wall Street, as que en su trabajo no haba nada que se viese obstaculizado por la
Primera Ley, y se mostr usted curiosamente silencioso sobre ese punto. Se me
ocurri que quiz deseara usted cambiar completamente de profesin, convertirse en
poltico o abogado. Sin duda tendra que haber conseguido que se revocara la Primera
Ley para convertirse en una de esas cosas, y Susan habra estado hacindole un favor
no slo a su jefe, yo, sino a toda la humanidad al evitar que usted se entrevistara
conmigo. As pues, volv a llamar a Hitachi-Apple, consegu el nombre de su jefe (y
me sorprendi descubrir que trabaja en este mismo edificio), y le pregunt si se
mostraba usted descontento con su trabajo, si alguna vez haba hablado de que lo
reprogramaran para hacer otra cosa.
Muy por el contrario, me respondi. Me dijo que era usted el empleado perfecto,
responsable, eficiente y lleno de recursos, y que tanto era as que iban a enviarlo a
Phoenix para que se encargara de la creacin de una oficina sucursal. Se volvi
hacia Susan que estaba mirando a Contable. Dijo que esperaba que Susan
continuara haciendo trabajos de secretaria para la compaa despus de que usted se
marchase.
Yo slo lo ayudaba durante mis ratos libres y con la capacidad memorstica que
no utilizo dijo Susan. l no tena una secretaria propia.
No interrumpa al gran detective la amonest Asimov. En cuanto me enter
de que usted haba estado trabajando para Contable, Analista Econmico y Director
Comercial, di con ello. Era la solucin obvia. Hice una pregunta ms para
confirmarlo, y luego me sent seguro.
Los mir a todos con expresin alegre. Ayudante Medico y Estadstico se
mostraban inexpresivos. Colocador de Libros dijo:
Esto es exactamente como su historia Truth to Tell.
Susan se puso de pie.
Adnde va usted? le pregunt Asimov. La persona que se levanta e
intenta abandonar la ltima escena de un misterio es siempre la culpable, ya lo sabe.
Son las cinco menos cuarto le dijo ella. Voy a llamar al Trantor para
avisarles que llegar usted tarde.
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Alrededor de dos meses despus de haber irrumpido en mi luna de miel con Josh,
Maureen volvi a aparecer. Ya no me dola la zona de la mandbula en la que ella me
haba golpeado, pero yo todava recordaba lo casi imposible que me haba resultado
explicarle a mi flamante esposo qu estaba haciendo aquella muchacha brbara,
completamente desaseada y que llevaba una cota de malla, en nuestra suite del hotel.
Quiero decir que era nuestra noche de bodas y dems. Josh acababa de trasponer el
umbral conmigo en brazos, y yo haba entrado en el cuarto de bao para
refrescarme, y all estaba ella. El regalo de Dios para la horda dorada. La
mismsima Muffy. Josh se llev un susto que se le cayeron los calcetines cuando la
vio salir hecha una furia del bao, y marcharse por la puerta de la habitacin. A
Josh se le cay la mandbula hasta las rodillas, vale? Me cost dos o tres horas
conseguir que su mente volviera a concentrarse en las actividades propias de una
luna de miel. Maureen me haba causado muchos disgustos a lo largo de los aos,
pero el estropearme la luna de miel, se llevaba la palma. No pensaba volver a
hablarle en toda mi vida.
Lo que ocurri fue que se present con otra de sus aventuras de baja estofa. Yo
estaba intentando hacer un pastel de fresas y queso por primera vez a partir de la
ms absoluta ignorancia. Entr en la despensa a buscar algo, y all estaba ella. Creo
que realmente le encanta sobresaltarme. Es la idea que tiene de una broma inocente.
Vers, yo ahora tengo veintids aos y he sentado cabeza, pero Maureen tiene
exactamente el mismo aspecto que cuando era una adolescente en la Escuela
Greenberg. Piensa realmente que es una jovencita de instituto secundario. As pues,
doy un gritito de sorpresa al verla, y luego le digo:
Fuera! Fuera!
Ella me sonri como si nada malo hubiera ocurrido entre nosotras, y sali de mi
despensa masticando un puado de cereales recubiertos de azcar. Yo la miro con el
entrecejo fruncido y le digo:
No quise decir slo fuera de mi despensa. Quiero que te marches de mi casa,
ahora mismo.
Estaba realmente furiosa.
Espera, Bitsy me dice ella. No has odo mi ltima historia.
Yo ya no soy Bitsy contino yo. T no quieres que te llamen Muffy, y yo no
quiero que me llamen Bitsy. Ahora soy una adulta. Llmame Betsy o Elizabeth. As es
como me llama Josh: Elizabeth.
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Recordars que la ltima vez que vine por aqu, te cont aquella batalla del futuro
lejano que yo haba ganado casi sin ayuda, verdad?[6] As que despus de que os
dej a ti y a tu maridito mdico en Bermuda, decid continuar fuseando al salir de tu
suite nupcial e intentar encontrar nuevamente Marte. Marte es, como ya sabes, mi
destino, y donde conoc a ese prncipe Val, absolutamente franco. Todava babeaba
por l como una escolar, y me estaba muriendo por volver a tropezarme con ese tipo.
Pero constantemente erraba el camino a Marte, y no saba qu era lo que estaba
haciendo mal. Quiz era la trayectoria, y que bajaba la cabeza, o algo parecido.
Simplemente no saba con qu lo estaba estropeando.
En fin, el caso es que desde el suelo, junto a la piscina de vuestro hotel, apunt a
Marte pero aterric en un lugar que no se pareca en nada a la zona de Marte que yo
conoca: no se vea por ninguna parte el fondo ocre del mar muerto, ni las lunas que
avanzaban a toda velocidad, ni los grotescos hombres verdes. Salt un par de veces
para ver si aquello se pareca a la gravedad marciana, pero no tuve esa suerte. A la
buena vieja Maureen no iba a servirle de nada pasear por aquel sitio su cargamento de
heroicidad. En realidad, era un poquitn ms pesada en aquel sitio que en la Tierra.
De inmediato me di cuenta de que fuera lo que fuera aquello, no figurara en mi lista
de lugares de vacaciones preferidos. Por Dios, como si alguien necesitara un regalo
de siete kilos de ms para andar arrastrndolos por ah, sabes lo que quiero decir?
Estaba decepcionada, pero qu poda hacer? Si estas emocionantes hazaas mas
me han enseado algo, es que no siempre puedes conseguir lo que quieres. Ps, tienes
razn, Bitsy, Mick Jagger dijo lo mismo hace varias dcadas, pero yo no extraigo mi
sabidura de los escritores de canciones antiguas de la generacin de nuestros padres.
Lo primero que hago cuando aterrizo en uno de esos sitios raros es intentar
averiguar cules son las reglas del terreno, porque siempre son diferentes. La cosa es
averiguar lo antes posible si existe la posibilidad de que algn monstruo peludo en
forma de bola te despelleje para almorzar, o te adoren como a la reencarnacin de
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Joan Crawford o algo parecido. Entre t y yo, tesoro, el ser adorada es slo
marginalmente mejor que la muerte, pero nosotras, las mujeres salvajes guerreras, no
aceptamos ninguno de los dos tratamientos. Ya tienes que haber aprendido al menos
eso por m a estas alturas, y espero que se lo des a conocer todo a tu Josh.
Bitsy, puedo coger algo para beber de tu nevera? Me refiero a que acabo de
regresar de salvar de la destruccin a la civilizacin de todo un mundo, y me estoy
muriendo por una Tab. Jope! No tienes ni una sola Tab y eso que solas ser Miss
Burbujas de Rgimen de Greater Long Island. Y tampoco tienes cerveza! Qu
demonios le ha ocurrido a la Burbujeante Bitsy Spiegelman, el antiguo vegetal del
grupo? Tienes ah dentro cinco marcas diferentes de agua embotellada, y ni una sola
es Perrier! Qu pasa, que sirves un agua con el pescado y la otra con la carne? Un
agua deliciosa y pura procedente del milagro natural de las fuentes gaseosas de
Nueva Jersey. Bebes agua precisamente de Nueva Jersey? Bitsy, ests
completamente zumbada o qu? Es idea de Josh, no es cierto?
Bueno, dnde estaba? No, no te preocupes. Slo me morir de sed. En fin, el
caso es que mir por los alrededores y aquello no pareca ser ni otro planeta ni nada.
Estaba en una carretera, vale? Estaba ya casi en lo alto de la colina, y por detrs de
m el pavimento bajaba entre aquellos rboles y cosas, y poda ver una ciudad
bastante grande all abajo. Me record mucho aquella vez en que Pap y Pammy me
llevaron a Santa Brbara, salvo que no poda ver nada parecido a un ocano desde el
sitio en el que estaba en la colina. Delante de m, all arriba, haba un edificio grande
con una cpula encima, como uno de esos sitios en los que tienen telescopios,
sabes? No me acuerdo de cmo los llaman, pero ya sabes a qu me refiero. Bueno,
ese sitio con la cpula estaba mucho ms cerca que la ciudad, as que me decid por
subir la colina.
En fin, el caso es que en aquel momento, la nica prueba que tena de que no me
encontraba en algn lugar de la Tierra, era mi propio peso, y ya habrs notado que he
tenido tendencia a engordarme un poquitn entre una aventura y la siguiente; as que
quiz, pens yo, estoy realmente en las afueras de Santa Brbara o en alguna otra
parte, y esos siete kilos de ms son probablemente ese recuerdo que recog en el
Mundo del Maana. Haba hecho muchsimo ejercicio sano all, machacando crneos
al aire libre, y una dieta que llevara a Richard Simmons a la tumba Quiero decir
que, mira qu msculos! Le daran envidia a Stallone!
As estaba hablando conmigo misma, cuando me di cuenta de que haba una
puesta de sol parcial a mi izquierda. Una puesta de sol parcial. Eso ocurre cuando no
todos los soles del cielo parecen ponerse al mismo tiempo. Vers, haba un sol
amarillo que se hunda en el horizonte, y haciendo un espectculo realmente bonito
sobre las brumas del valle, y normalmente me habra detenido para mirarla porque las
puestas de sol son como muy monas. Por qu se pone la gente tan terriblemente
potica con las puestas de sol?, pregunto yo. Quiero decir, que siempre viene otra
detrs, como los autobuses, y que tambin son todas muy parecidas. Uno no ve
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crticos que revisen las puestas de sol. La de hoy ser simplemente igual que la de
ayer, y no hay muchas esperanzas de que la de maana vaya a ser mucho ms
especial; as que, pregunto yo, para qu tanto aspaviento?
Bueno, incluso despus de que el sol amarillo hubiera desaparecido, todava era
de da porque todava estaba aquel otro sol pequeito dando vueltas por ah. Yo pens
que poda ser la luna, salvo que era casi tan brillante como el sol que acababa de
ponerse, y que era rojo. Pues muy bien, Maureen me dije, esto no es la Tierra; y
ni siquiera ests en eso que llaman sistema solar. Esta vez te has despistado de
verdad.
Un par de segundos ms tarde me di cuenta de que estaba metida en un problema
gordo. Vers, es que mi fuseo interestelar depende de que yo pueda ver mi meta en el
cielo. As es como llegu a Marte, recuerdas? Sal al exterior, bajo el cielo
estrellado, y levant mis suplicantes brazos al rubicundo Dios de la Guerra, y fusss!,
all estaba yo en Marte. As que, a pesar de mis problemas de direccin, siempre
poda encontrar el camino de vuelta a casa porque siempre me quedaba ms o menos
por el vecindario. Ahora, pens, era completamente distinto. No iba a poder ver la
Tierra por ninguna parte de aquel cielo. Y el sol, el sol correcto, nuestro sol, sera
slo un puntito brillante en medio de todos los dems. Si es que llegaba a aparecer.
Pero no haba sido completamente dejada de la mano del Destino. Despus de
todo, slo estaba a menos de un kilmetro del observatorio que estaba en lo alto de la
colina. La gente de all podra dirigirme en la direccin correcta, eso era seguro.
Sub un poco ms por la ladera, y comenzaba a sentirme un poco rara. La luz del
sol pequeo era del color del zumo de remolachas, y regaba los rboles y la carretera
y haca que yo pareciese como si me hubieran hervido un poco ms de la cuenta.
Estaba dicindome a m misma que esperaba que nadie me viera hasta que entrara en
el observatorio, cuando vi a un tipo que bajaba corriendo la ladera hacia m.
Fantstico me dije, ahora ste se creer que me han escabechado en un
frasco de vete a saber qu. Pero no haba nada que yo pudiera hacer para evitarlo,
as que dej de preocuparme. Despus de todo, l tena un color como entre manzana
silvestre y berenjena.
Tampoco era un tipo mal parecido, aunque en aquella luz pareca el nio del
cartel de la Xilocana. Llevaba una especie de traje plateado con esas estpidas cosas
que salen hacia arriba en los hombros, como los que llevaban los visitantes del futuro
en las antiguas pelculas de ciencia ficcin. Pareca el pap de Superman en los
buenos viejos tiempos de Krypton. Oh, chica me dije, bienvenida al Mundo de
Superciencia.
Creo que l se qued igualmente sorprendido al verme. Quiero decir, que yo
llevaba puesta mi ropa de trabajo, que slo era el sujetador dorado y las bragas de
striptease que compr en uno de mis viajes, con mi vieja Betsy sujeta a la cadera.
Quiz fue el espadn, o quiz simplemente se sinti abrumado por mi exuberante
figura, pero el caso es que se par en medio de la carretera y se qued mirndome
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fijamente. Quiero decir, que si fuseo por el espacio vestida con un traje que es para
caerse de espaldas con el que me top en Lillie Rubin, aterrizo en el patio trasero de
Fred Flintstone. En cambio si me pongo mi equipo de lucha, parece que ir a parar a
algn jardn en el que se celebra una fiesta ms all de las estrellas. No hay manera
de acertar, vale?
Lo cual me recuerda una cosa, Bitsy. Cada vez que te veo, tienes aspecto de
necesitar cuidados intensivos en los Resucitadores de la Moda. Mrate ahora mismo!
Todo lo que llevas puesto es negro o de colores apagados, suelto y sin forma. Y las
zapatillas de gimnasia hacen juego con los calcetines negros? Bitsy! Es que el
Catlogo FBS ha perdido tu direccin, o qu?
Es igual. El asunto es que yo mir a aquel Luke Floorwalker y se me ocurri que
era hora de intercambiar saludos interplanetarios. Di un paso adelante e hice el signo
universal de la paz.
Vengo de un planeta no muy diferente del tuyo le digo, con autntica
solemnidad. Soy Maureen Danielle Birnbaum. No me llames Muffy.
Aquel tipo se qued como atontado ante m, abriendo y cerrando la boca como un
pez de colores o algo as. Finalmente consigui averiguar cmo se relacionaban las
diferentes partes de su boca, y dijo: Has llegado mucho antes de lo que
esperbamos.
Perdona?, le suelto yo. No me haba dado cuenta del todo de que mi
reputacin se estaba desparramando por todo el universo.
No creamos que fuera a haber ningn problema grave hasta despus de la
totalidad, me contesta.
Yo no soy ningn problema le digo. Vengo en son de paz con toda la
humanidad.
El tipo dio un par de pasos y mir mi traje con ms atencin. Intent meter un
dedo por el centro de mi sujetador para tirar de l. Los tipos siempre estn intentando
hacerme eso.
Eh!, hombres como t han muerto por menos, le espet con mi Voz de Mando.
Perdname, mi querida muchacha. Tu cada en el barbarismo ha sido tambin
ms inmediata de lo que esperbamos.
Aquel mamarracho necesitaba que lo pusieran rpidamente en su lugar. La Vieja
Betsy cant al sacarla de su vaina.
Yo no tengo nada de querida muchacha tuya; de eso estoy como totalmente
segura voy y le suelto, y no es barbarismo ni nada parecido. Es eso de ser
plenamente libre y natural.
Lo que sea dice l, pero djame que me presente. Yo soy Segol 154.
Inclin la cabeza a un lado, as que supuse que tena que estar impresionada o algo
as.
Segol 154? le pregunto yo. Es eso algo as como un nombre que pintas
con aerosol en los vagones del metro? Es que vives en la calle 154, o qu?
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Pues, nada me contesta l. La advertencia de Aton dice que esta noche ser
exactamente igual a la pasada noche, hace dos mil aos. Esa es la terrible verdad.
Quieres que me crea que aqu no ha oscurecido en dos mil aos? Quiero decir
que, cundo dorms? Mira, Lagash debera de arrastrarse prcticamente en la
comoseaquesellame, para que los das sean tan largos; y entonces imagnate cmo
sera la vida para las pobres gentes del lado oscuro, que tendran que ir a la playa
siempre en la ms absoluta oscuridad.
Toda aquella idea era como demasiado rara para expresarla con palabras.
Entonces l va y me dice:
Casi puedo creer que hayas llegado aqu desde otro planeta. Lagash gira sobre su
eje una vez cada poco ms de veintitrs horas. Nuestro da casi eterno lo provocan los
seis soles. Siempre hay al menos uno constantemente en el cielo.
Seis? le pregunto yo. Bueno, eso es demasiado disparatado. Si tuvierais
tantos ah arriba, estaran chocando los unos contra los otros todo el tiempo.
l volvi a dedicarme aquella sonrisilla indulgente, de superioridad.
Ya veo que no ests familiarizada con la mecnica celeste, me solt.
Y t probablemente no ests familiarizado con nada ms que eso, le dije yo.
Por su sonrisa me di cuenta de que lo haba dejado fuera de combate.
La presencia perpetua de uno o ms soles en los cielos de Lagash significa que
la Oscuridad slo cae una vez cada 2.049 aos, cuando cinco de los soles se han
puesto y la luna invisible se para entre nosotros y Beta, la nica fuente de luz y calor
que queda.
Mir hacia arriba y vi que se quedaba congelado de terror. El borde de la luna ya
comenzaba a comerse el borde rojizo de Beta.
No le hagas ni caso a eso, le dije. Yo estaba intentando darle una parte de mis
inagotables reservas de valenta. Pero resultaba como raro, sabes? En la Tierra hay
todas esas historias de exploradores afortunados que utilizaron los eclipses para
asustar a los nativos, y yo tena que hacer exactamente lo contrario. Si nos atacaba la
turba estpida yo tendra que fingir que poda hacer que el eclipse acabara.
Rpido dice l. Las Estrellas!
Ya puedes apostarlo, le solt yo.
No entenda a qu vena todo aquel alboroto aunque, por supuesto, no haba odo
la letra mayscula.
Cuando salgan las Estrellas, el mundo llegar a un fin.
Me mir, y tena los ojos todos grandes y salidos de las rbitas. Odiaba verlo tan
asustado, vale? Incluso en aquella luz de caldo de arndanos era mono, para ser
del tipo sesudo, quiero decir. No era el prncipe Van, ni nada parecido, pero tampoco
era un monstruo de club matemtico.
Y culpis de todo a las estrellas?, le pregunt.
Es extrao, verdad? Es extrao que la advertencia de Aton tenga que coincidir
con el Culto. Creme, a l no le hizo ninguna gracia, pero est absolutamente seguro
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ellos no estaban muy lejos de aquella definicin. Como si quiz ya hubieran visto las
estrellas en alguna especie de reunin de vista previa, o algo parecido.
Bueno, y qu es lo que vendis vosotros?, le pregunto.
Y Sor va y dice:
Mirad! La Cueva de la Oscuridad ya est tragndose Beta.
Yo levant la vista. Ya no quedaba mucho del sol rojo.
Es verdad le digo yo. Habladme de eso.
Pronto todo estar en la Oscuridad, y las Estrellas lo abrasarn todo con su
furia.
Es cierto.
Sor pareci confuso durante unos segundos.
No niegas t nada de todo eso?
Entonces yo voy y le digo:
Ver, est usted dicindome lo mismo que me dijo Segol, y no consigo entender
cul es su desacuerdo.
Aquello lo enfureci. Pens que iba a rasgarse la tnica negra.
Nosotros creemos que las estrellas son la fuente de la Llama Celestial, que
azotar y limpiar Lagash. Los infieles del Observatorio insisten en que las estrellas
no son ms que bolas de gas ardiente, objetos fsicos como nuestros propios seis
soles. Se niegan a reconocer que las estrellas puedan tener algn tipo de poder
sagrado.
Muerte a los descredos! grit la turba. Muerte a los blasfemos del
Observatorio!
Sor volvi a intentar aplacarlos, pero esta vez no quisieron orlo. Se abalanzaron
hacia delante y yo estaba como segura de que estaban completamente decididos a
descuartizarnos miembro a miembro. Me puse a blandir a la Vieja Betsy pero
retroceda colina arriba y rogaba para que Segol y yo pudiramos, de alguna manera,
llegar vivos al Observatorio.
El astrnomo me lanz una mirada de pnico.
Mantenlos a raya me dice, y yo correr en busca de ayuda.
De acuerdo le dije yo como despreciativa, t haz slo eso.
Era como un autntico infeliz del culo, sabes?
Justo en aquel momento, las ltimas ascuas de Beta destellaron en el cielo y
desapareci completamente cuando el eclipse alcanz la totalidad. Se produjo un
momento de un silencio realmente horripilante. No se oa ni un solo sonido, ni el
jadeo de una persona ni el rumor de un animal entre las ramas, ni siquiera el viento.
Era como estar en un cine cuando se interrumpe la pelcula, justo antes de que el
pblico empiece a ponerse escandaloso. Y luego salieron las estrellas, normalmente,
Nada del Otro Jueves.
Excepto que en Lagash s que era algo del otro jueves, y no solamente porque
haban pasado dos mil aos desde la ltima vez en que haba sucedido. Bitsy, aquella
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gente saba realmente cmo tener estrellas! Yo mir hacia el cielo, y haba
tropecientos millones de estrellas ms de las que tenemos en la Tierra. Me record la
vez en que estbamos preparndonos para el baile en lo de Brush-Bennett, y t
derramaste toda aquella caja de purpurina sobre mi vestido negro sin hombros. Lo
recuerdas? Bueno, pues en Lagash, el ciclo nocturno tena exactamente el mismo
aspecto. Todos los espacios que haba entre las estrellas estaban atestados de estrellas.
Oh Dios mo!
Yo estaba completamente impresionada, pero no estaba volvindome loca ni nada
parecido.
Estrellas!, suelta Segol con una voz as como estrangulada.
Sorpresa, le digo yo. Quiero decir, que aquel tipo era un autntico melvin.
En aquel momento la turba comenzaba a gritar, chillar y volverse loca. Ellos
saban que apareceran las Estrellas, pero no tenan ni idea de qu eran realmente, ni
de cuntas de ellas habra, y todo eso. As que el mismo Sor pareca trastornado,
aunque tengo que reconocer que se rehzo bastante rpidamente.
Nuestra salvacin ser la destruccin del Observatorio, va y dice.
Quiero decir que era incapaz de volver a mirar las estrellas, y tena que hablar
como a graznidos, pero se hizo or.
Si destruimos el Observatorio y a todos los que estn dentro del mismo, las
Estrellas nos perdonarn; y tenemos que comenzar por ellos.
Estaba sealndonos a Segol y a m.
Eso es un gran disparate le digo yo. No sean estpidos. No hay nada a lo
que haya que
Fue una lstima, pero no pude acabar la explicacin. La muchedumbre estaba
completamente enloquecida y dispuesta a arrasarlo todo. Cuando cargaron, sent que
una calma repentina se apoderaba de m. No saba qu estaba haciendo Segol, y
tampoco me importaba. La Vieja Betsy silbaba por el aire al blandirla yo para cortar y
pinchar a las olas de chillones lunticos. Los cuerpos se apilaban ante m a ambos
lados. Yo recib un par de golpes y magulladuras, pero era demasiado diestra y
demasiado excelente como para que pudieran atravesar mi guardia.
Por supuesto, ellos me superaban en nmero, y pasado un rato me di cuenta de
que estaba cansada. No iba a ser capaz de arreglarles las cuentas a todos, as que
mientras luchaba intent idear alguna, ya sabes, estrategia; y entonces vi al lder junto
al borde de la carretera, arrodillado en la oscuridad, con la cara hacia el cielo donde el
eclipse todava estaba en marcha y las estrellas todava brillaban. Comenc a abrirme
paso hacia l, avanzando a travs de los locos de su secta mientras cortaba el camino
con la espada.
Finalmente me hall justo a su lado. Tend una mano y lo cog por el cuello de la
tnica y lo levant para obligarlo a que se pusiera de pie.
Yo soy Sor!, va y me dice, mientras espumajeaba como un poco por las
comisuras de los labios. Quiero decir, que ya no estaba del todo en sus cabales, vale?
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Est usted bien jodido. Lo solt y cay hecho un guiapo a mis pies. Dgale
a su ejrcito de chalados que se queden quietos y calladitos, o le abrir la cabeza para
que le entre la luz de las estrellas.
l me mir atemorizado durante unos segundos. Luego se puso de pie y levant
los brazos.
Quedaos quietos y callad!, dice.
Muy bien le digo yo. No tenis ningn motivo para asustaros.
Segol se puso a murmurar. Yo me pregunt qu le habra ocurrido.
Beenay calcul una docena, quiz dos docenas de Estrellas. Pero esto! El
universo, las estrellas, la grandiosidad!
Lagash no es nada, una mota de polvo!, grit la turba.
No somos nada ms que insectos, menos que insectos!
Quiero luz! Quememos el Observatorio!
Somos tan pequeos y la Oscuridad tan inmensa! Nuestros soles y nuestro
planeta son insignificantes!
Bueno, aquella gente tena un grave problema. As, de repente, se daban cuenta de
que en el universo haba mucho ms que su precioso Lagash. Entonces se me ocurri
una idea que podra evitar que aquellos tipos frenticos destrozaran toda su
civilizacin, y que quiz incluso me salvara el cuello a m.
As que voy y les digo:
No hay ninguna razn para tener miedo. Las estrellas no son lo que pensis
vosotros. Yo lo s perfectamente. Vengo de un mundo que las ha estudiado durante
muchos siglos.
Est loca! Las estrellas la han vuelto loca!
Escuchadla! dice Segol. Ella me cont la misma historia mucho antes de
que aparecieran las Estrellas. Ella habla con la verdad.
S digo yo. Hay otras estrellas en el universo. Eso es algo con lo que
tendris que aprender a vivir. Pero no son tantas como creis.
Seal hacia arriba y me di cuenta de que el eclipse estaba entrando en fase
regresiva, y que un diminuto hilillo de rojo comenzaba a destellar por un lado de
Beta.
Qu son entonces todos esos miles de puntos de luz?, pregunta Sor.
Esta noche es una noche para revelaciones y extraas verdades, voy y le
contesto.
Yo siempre he sido bastante buena en crisis como esa. Hablando soy capaz de
salir casi de cualquier situacin. Eh, que t lo sabes muy bien. T eras mi compaera
de habitacin, vale?
Lagash, vuestros seis soles y las otras doce estrellas del universo estn rodeadas
por una gigantesca bveda de hielo.
Hielo?, pregunta Segol.
Pareca que le estaba costando un poquitn tragarse aquello.
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Sin duda, hielo sigo yo, haciendo como que me haba molestado un poco
porque dudara de m. Qu te creas, que el universo segua como quien dice
eternamente? Eso es muy real, estoy completamente segura de lo que digo.
Un muro de hielo va y dice Sor. El Libro de las Revelaciones habla de la
Cueva de la Oscuridad. No veo por qu no puede haber tambin un muro de hielo.
En aquel momento, todos haban dejado de intentar cogerme por el cuello.
Estaban todos como pendientes de cada palabra que yo deca, vale?
Pero qu son las Estrellas?, pregunta alguien.
Las Estrellas son una ilusin le digo yo. Lo que veis ah arriba no es ms
que el reflejo de la docena de estrellas reales que brillan en la escarpada pared de
hielo del universo.
Se hizo un silencio. Yo contuve la respiracin porque todos se quedaran
completamente tranquilos si me crean, pero tendra que volver a luchar por mi vida
si no lo hacan. Pasaron cinco segundos, luego diez. Luego, todos a la vez dijeron:
Ahhhh.
Sor va y dice:
Es la verdad divina!
Vi que le corran lgrimas por la cara.
Mirad! dice Segol. Beta! Est regresando!
Sor se puso a sacudir los brazos para atraer la atencin de los otros.
Apresurmonos a regresar a Saran City les dice a los otros. Podremos dar
a conocer la noticia y evitar que nuestros hermanos y hermanas quemen nuestros
hogares. Los otros soles saldrn dentro de unas horas, y entonces la vida deber
continuar como antes. Tenemos que contarles a los dems lo que hemos aprendido, y
transmitir esa informacin a todos los habitantes de Lagash.
Entonces dieron media vuelta y se marcharon, sin dar siquiera las gracias.
Cuando volvimos a quedarnos solos en la calle, Segol se me acerc. Tena una
amplia sonrisa en la cara.
Eso ha estado realmente bien, querida ma, va y me dice.
Mi nombre es Maureen, y esta es la ltima vez que voy a decrtelo. Si te cuesta
recordar mi nombre, puedes llamarme princesa. Bueno, Bitsy, ya s que estaba
haciendo algo as como estirar la verdad, pero a veces me gusta pensar que estoy casi
comprometida con el prncipe Val del planeta Rojo Furioso. Quiero decir que las
ambiciones de una mujer deben exceder sus posibilidades, o si no para qu sirve
todo el rollo de Yale?
En ese caso, te felicito, Maureen. Eres sobresaliente. Nos has salvado de siglos
de pocas oscuras. Creo que siempre sers recordada en los libros de historia de
Lagash.
Qu puedo decir? voy y le digo, encogindome de hombros. Es como un
regalo.
Segol asiente con la cabeza y la baja, evidentemente avergonzado.
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Lamento haber tenido que escuchar todo el cuento. Para cuando Maureen acab,
nos habamos comido todas las fresas, y un pastel de fresas y queso sin nada dentro
es como una ensalada de tortellini sin tortellini. En los meses que Josh y yo
llevbamos juntos, l me haba enseado muchas cosas sobre comida. No tomamos
un tentempi, sino que realmente cenamos. Y luego me puse a lavar los platos.
En fin, el caso es que estaba hacindose tarde y, ya saben, tena que hacer que se
marchara lo antes posible, y realmente intent explicrselo pero ella simplemente no
quera escucharme, as que apoy mi espalda contra ella y la empuj hacia la puerta,
y creo que se molest o algo as porque luego la empuj un poco ms pero ella ya no
estaba all y me ca sobre el piso de la cocina y me la vi de pie a mi lado con la
espada en la mano y lo que ella llama la expresin de la mujer guerrera, y de
inmediato me imagin los titulares de la prensa: MUJER DE QUEENS MUERE
TRGICAMENTE COMO UN PINCHO MORUNO. Josh no sera capaz de volver a mirar a la
cara a nuestros amigos. As que voy y le digo: Atrs, Muffy. Precisamente lo
menos adecuado.
Eres tan mala como esos monos del centro de la Tierra! Ahora estaba
chillando.
Yo voy y le digo: Quieres hacer el favor de no decir tonteras? Vaya una
compaera de habitacin que ests hecha. Qu hay del vnculo de la Greenberg
School que haba entre nosotras?.
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Equilibrio
Mike Resnick
Me pregunto, pens Geller, si habr tenido alguna vez una cita con un hombre.
No una noche de pasin salvaje, bien lo sabe Dios, sino simplemente una cena y
quiz una sesin de teatro, en las que no haya hablado de trabajo. Sacudi casi
imperceptiblemente la cabeza. No, decidi, probablemente algo as la matara de
aburrimiento. Lo nico que le importa a esa mujer son sus frmulas y ecuaciones.
Los trajes bonitos seran un desperdicio en su caso.
Calvin sorprendi los ojos de Geller sobre ella, y le devolvi y sostuvo la mirada.
Qu joven tan hermoso!, pens. Me pregunto si lo habr visto en alguna otra
reunin anterior. Estoy segura de que lo recordara si as hubiera sido. Por qu me
mirar tan atentamente?
Me pregunto, pens Geller, si alguien a quien ella haya amado ha correspondido
alguna vez ese amor.
Probablemente slo est atnito por el hecho de que una mujer pueda tener
cerebro, concluy ella. Como si importara alguna otra cosa.
De hecho, pens Geller, me pregunto si ella habr amado alguna vez.
Y fjate en ese bronceado, pens Calvin, que continuaba mirando fijamente a
Geller. Sin duda es atractivo, pero trabajas o te pasas todo el tiempo haraganeando
estpidamente en la playa? Reprimi el impulso de suspirar entre dos frases. A veces
resulta difcil imaginar siquiera que las personas como t y como yo pertenezcamos
a la misma especie. Yo tengo muchas ms cosas en comn con mis robots que
contigo.
A veces, pens Geller, cuando te oigo declamar con entusiasmo acerca de
cerebros positrnicos y conexiones moleculares, me resulta difcil imaginar que
pertenecemos a la misma especie. Hablas de forma muy parecida a la de uno de tus
robots.
A pesar de todo, pens Calvin en contra de su voluntad, eres alto y eres hermoso,
e indudablemente tienes un aire de seguridad. La mayora de los hombres no
aguantan o no pueden aguantar mi mirada. Y tienes unos ojos azules y limpios. Me
pregunto
A pesar de todo, pens Geller, tiene que haber algo ah dentro, alguna esencia
femenina debajo de las facciones duras y la mente framente analtica. Me
pregunto
Calvin neg inadvertidamente con la cabeza y casi perdi el hilo de lo que estaba
diciendo.
Ridculo, concluy. Absolutamente ridculo.
Geller la mir una vez ms, estudiando la mandbula firme, los hombros anchos,
la postura agresiva, el rostro desprovisto de maquillaje, el cabello que podra haber
sido mucho ms atractivo.
Ridculo, concluy. Absolutamente ridculo.
Calvin habl durante otros quince minutos, y luego lleg el turno de las
preguntas.
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Dispona de slo una hora para cambiarse de ropa para el banquete, y llegara
tarde. Entr en su apartamento ms bien mediocre, atraves la sala y el dormitorio,
ambos llenos a rebosar de revistas cientficas, abri el armario y comenz a disponer
la ropa sobre la cama.
Le ha dicho alguien alguna vez que tiene los ms hermosos ojos azules del
mundo? le pregunt el robot mayordomo.
Pues gracias le respondi Calvin.
Es verdad, sabe? continu el mayordomo. Son unos ojos adorables,
adorables, tan azules como el ms puro de los zafiros.
La robot camarera entr en la habitacin para ayudarla a vestirse.
Qu sonrisa tan bonita! dijo la camarera. Si yo tuviera una sonrisa como
la suya, los hombres libraran batallas por el solo placer de verla dedicada a ellos.
Eres muy amable replic Calvin.
Oh, no, seorita Susan la corrigi la robot camarera. Es usted realmente
muy hermosa.
Calvin advirti que el robot cocinero estaba de pie en la entrada del dormitorio.
Deja de mirarme le dijo. Estoy slo medio vestida. Qu modales son
esos?
Con unas piernas como las suyas espera que deje de mirarla? respondi el
cocinero con una risilla seca mecnica. Todas las noches sueo que conozco a una
mujer con piernas como las suyas.
Calvin se puso el vestido de noche y esper a que la robot camarera le subiese la
cremallera.
Qu piel tan suave y clara! canturre la camarera. Si yo fuera una mujer,
ese es precisamente el tipo de piel que me gustara tener.
Son unas criaturas tan perceptivas!, reflexion Calvin, de pie ante el espejo,
mientras se aplicaba el casi transparente lpiz de labios. Unas criaturas tan
adorables!, se corrigi. Por supuesto, lo nico que hacen es responder a las
necesidades de la Primera Ley a mis propias necesidades, pero qu
considerados son!
Cogi su bolso y se encamin hacia la puerta.
Ser usted la bella del baile le asegur el mayordomo, lleno de orgullo,
mientras ella sala por la puerta.
Pues muchsimas gracias replic Calvin. Cada da te pones ms halagador.
El robot mene su cabeza metlica.
Slo son halagos las cosas que son mentira dijo justo antes de cerrar la
puerta.
Con su equilibrio emocional plenamente restablecido, como ocurra siempre
cuando regresaba a casa despus de tratar con seres humanos, se dirigi al banquete
sintindose vigorosa y renovada. Se preguntaba si estara sentada cerca del hermoso
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El eterno presente
Barry N. Malzberg
Esta es, pues, mi historia parcial del mundo despus del cronscopo. Nadie puede
escribir la historia completa. Quin dispone del tiempo? Quin de las herramientas?
Fue la parte criminal y necesaria de nuestras vidas. Yo estoy inventando una parte de
esto. Imagino una parte de la forma en que debi haber sido. Nadie de los que estaba
all entonces se molest en escribirlo o dejar constancia de ello, as que me ha
quedado a m la tarea de expresarlo lo mejor que pueda. Eso es lo que me dijeron.
Hazlo lo mejor que puedas. Si parece encajar, entonces haz que encaje. No
existen verdades. Qu es la verdad? Qu puede ser la verdad? Redctalo como a ti
te parezca que encaja.
Y as sucesivamente en este tiempo difcil e imperfecto. Estaba hablando de quin
la us primero. Quin diremos que fue quien la us primero? Todos ellos lo
hicieron, todos lo hicieron. Pero creo que tienen que haber sido los ladrones y las
vidas bajas quienes percibieron sus posibilidades inferiores, aquellos dedicados a la
visin trascendental y ms valiente de las cosas quienes primero adaptaron el
cronscopo, no los lderes de las naciones sino aquellos que se afanaban en los
suburbios de las naciones. Para ellos el cronscopo representara una especie de
presente eterno a travs del cual podran escaparse, agradecidos, premeditadamente,
en busca de mayores recursos. Quin ms pudo haber sido? Estaban los visionarios,
por supuesto, los que construyeron el aparato en primer lugar. Eso no es nada
sorprendente, los que son como Potterley siempre van por delante del rebao en su
deseo de probar recursos nuevos y diferentes.
Claro que todos los que usaron el aparato eran, tericamente, criminales
autorizados; estamos hablando (reparen en cun fcilmente caigo en el vocablo de
autoridad y generalizacin, ese nos pontifical, pero es que he estado leyendo
muchos textos antiguos para prepararme para esta tarea y hallar la forma de
abordarla) ms bien de profesionales, de aquellos que lo consideraban ya un oficio.
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por all, y las meti en el pequeo saco que llevaba, trabajando sobre el plano de la
casa que haba trazado muy cuidadosa e industriosamente. Mientras se escabulla en
direccin a la caja fuerte, vio las sombras contra la ventana y luego entr en el campo
de luz un ladrn de aspecto brutal, tosco pero manifiestamente hbil, que la mir
fijamente. Pareca llevar un saco en una mano.
No haba pensado en esto dijo Tiffany.
Quin eres t? pregunt el ladrn.
Pero debera de haberlo pensado dijo Tiffany. Quiero decir, que no
muestra el futuro, no?
Qu futuro? pregunt el ladrn. El futuro es precisamente este. Bien,
dame todo lo que llevas.
Esto es mo dijo ella estpidamente. He trabajado por ello.
El ladrn sac un arma de fuego y la apunt con soltura hacia una peligrosa zona
del pecho de Tiffany.
No trabajaste lo suficiente le replic.
tica protestante dijo Tiffany, sin demasiado sentido. De todas formas, yo
estaba aqu primero.
Pero yo estoy aqu ahora; y puedo abrir la caja fuerte con la misma facilidad
que t. Conozco la combinacin.
Yo tambin.
El visor dijo l. La comprensin inund las facciones del ladrn; de pronto
pareci estar ms en guardia y ser varios aos ms joven. Tambin se operaron
maravillas en su complexin. T tambin tienes una de esas cosas. Puedes mirar al
pasado.
Y tambin soy paciente y cuidadosa le respondi Tiffany. Si hubieras
hecho un mnimo de investigacin en lugar de coger uno de esos visores de diez
centavos y darles vuelta a los botones, habras visto que en esta casa hay un punto
que tiene una alarma conectada directamente con la comisara que est a cinco
minutos de distancia. Y t ests de pie sobre ese punto precisamente, idiota.
Slo ests intentando que me marche.
Crees que intentara asustarte por nada? A un colega? Ser mejor que nos
larguemos de aqu, chico.
Quieres decir que salga yo primero dijo el ladrn, y te deje para que
limpies esta casa t solita. No, yo no me marcho sin ese material. Blandi la
pistola.
Tiffany se encogi de hombros. Brazaletes y chucheras, s, pero el suministro era
infinito. Era tan infinito como el tiempo mismo. Es que no lo comprenda aquel
tipo? El escenario se haba hecho vasto y abierto; las paredes haban desaparecido.
Tmalo todo le dijo generosamente mientras le entregaba puados de
objetos. Luego se acerc a una ventana. Tengo otros tres locales en la lista, y eso es
slo para esta noche.
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El ladrn estaba de pie, aferrando las joyas; sus facciones haban vuelto a su sitio
ms habitual, pero parpadeaba con la mirada aturdida.
Ests tan segura dijo, tan segura de todo Mir la pistola en la que
un collar se haba enroscado por casualidad. Yo nunca he tenido tus oportunidades
coment finalmente.
Pero si ahora todos tenemos oportunidades le replic Tiffany. Es que no
lo entiendes? Ella casi lo comprenda. Se acercaba a ello constantemente, estaba al
borde de una maravillosa intuicin. La intuicin era lo nico que se necesitaba
entonces para funcionar en el mundo, y todo el resto era simplemente relleno. Se
est convirtiendo en algo tan fcil que resulta aburrido. Es casi como si ya no tuviera
importancia.
Para m s que la tiene dijo el ladrn. Algunas personas continuaban
insistiendo. Quin poda culparlas?
Eso es porque todava piensas en esas cosas viejas que no variaban le replic
Tiffany. Luego se march por la ventana.
Creo que esta es una aproximacin razonable de cmo fueron las cosas.
Hicieron falta todas las fuerzas del orden que quedaban (es decir, todos aquellos
que no se haban torcido) para ponerse a la altura de los fuera de la ley; pero cuando
lo hicieron, a los elementos criminales se les acab el negocio. Ni crmenes sin
resolver, ni pistas inidentificables. Ni siquiera podas escaparte del colegio, es
decir, si tu barriada tena acceso a algn tipo de instruccin. Saban cundo estabas
durmiendo. Saban cundo estabas despierto. Saban si habas sido malo o bueno.
Llega tarde. Esa cuenta Ryan. Debera de estar aqu desde hace horas. Lo
siento.
No me hables de la cuenta Ryan. Quin es esa puta rubia que est en el
tercer piso del 242 de Oak Street?
Qu? Qu?
Para alguien que dice que ya no puede hacer muchas cosas, puedes hacer un
montn de ellas, verdad?
Pero la cuenta, la reunin con Ryan
Olvdalo, Frank. Ests intentando vivir en un mundo que ya no existe.
Cmprate un cronscopo y vete del edificio; porque maana se cambiarn las
cerraduras y no podrs averiguar ese tipo de datos de trabajo en ninguno de los
ordenadores baratos que probablemente consigas.
Cuando los sentimientos pasaron, cuando pudo volver a enfocar la mirada, ver
dnde estaba, Caroline advirti que algo le haba ocurrido a Arnold, algo terrible
haba ocurrido; l estaba tendido sobre el suelo, posedo de una quietud que ella
ignoraba que pudiera manifestar. Pero incluso mientras luchaba con el impulso de
arrodillarse, consolarlo, sostenerlo en sus brazos, ayudarlo de alguna forma, llamar a
los servicios de emergencia, hacer que acudiera la unidad de socorro de la
universidad, incluso mientras pensaba en ello, una voz diminuta e infinitamente sabia
de su interior le deca: Nunca ha tenido un aspecto tan sereno antes, se le ha
concedido la paz perfecta, la paz que tiene Laurel. Ve hacia ella, ve hacia ella ahora,
comprende su paz y trata de convertirla en algo propio de ella, y la voz estaba tan
perfectamente sintonizada con las necesidades de ella, que Caroline supo que no
poda hacer nada ms, no poda hacer por Arnold nada que no hubiera perecido
mucho tiempo atrs, en el fuego, antes del fuego, y se volvi en cambio hacia el
cronscopo, el cronscopo en el que Laurel, infinitamente joven, tierna, sabia,
paciente
Donde Laurel, si algo poda decirle era qu hacer.
Despus de un siglo y cuarto, slo existan unos pocos grupos y clanes en las
regiones meridionales del hemisferio septentrional, las regiones septentrionales del
meridional. Para estos sobrevivientes, el nivel de subsistencia de una sociedad
subsistente no era demasiado opresivo, y all estaba, por supuesto, el cronscopo,
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cuyo limitado alcance era sin embargo capaz de revelar en toda su furia y belleza
claroscura el colapso de las civilizaciones oriental y occidental ocurrido un siglo
antes, as como todas las menudas cpulas y confrontaciones fragmentarias asociadas
a ese colapso.
Yo soy el primero de una larga lnea por venir que volvern a ser capaces de
componer nuestra historia. Pero nuestra historia es tensa y agotadora, estrecha y
peligrosa, y ahora veo por qu ellos deseaban que fuera explcito, que resumiera, que
pasara muy por encima de las cosas; slo queda muy poco que contar pero no
obstante
Recuerda cunto lo amabas dijo Laurel. Recuerda cmo fueron las cosas
cuando lo conociste, recuerda la atmsfera de amor y ternura
Lo que haremos dijo Joan, una prisionera de diecisis aos, es huir.
Los otros nos vern. Sern capaces de observar cada uno de nuestros
movimientos.
Bill tena dieciocho aos, y era la parte juiciosa y previsora de la relacin. O al
menos as se lo deca a Joan. De todas formas, no haba bastante gente de la edad de
ellos con quien discutir como para que surgieran muchas diferencias. Todos los que
estaban entre los quince y los veinte aos eran muy parecidos. Timoratos. Excepto
Joan que tena un bro inexplicable y que adems tena planes.
Nos iremos tan lejos que los viejos bastardos no sern capaces de llegar hasta
donde estemos. De todas formas, nadie mirar jams; lo nico que quieren es mirar y
recordar. Escalaremos montaas.
No importa lo lejos que nos marchemos, aun as sern capaces de ver cualquier
cosa que hagamos. Lo vern todo.
No me importa. A quin le importa? Djalos que miren! Pueden mirarnos
hasta que yo me muera, si eso es lo que quieren. Lo que yo quiero es hijos dijo ella
apasionadamente, mirndolo de esa forma que a l lo trastornaba tan peligrosamente
. Quiero una familia. Quiero tener hizo una pausa relaciones sexuales
relajadas. Verdaderas relaciones sexuales.
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PAPPI
Sheila Finch
Lo primero que advirti Tim al entrar en su vieja casa fue la luz parpadeante del
visfono que le adverta de una llamada entrante. Tena que ser para Karin, claro.
Pero quin poda no saber an que estaba muerta? Karin no tena un grupo de
amigos muy grande.
El sonido agudo del visfono era irritante. Estaba cansado del vuelo en lanzadera,
vagamente fastidiado a causa de los obsequiosos robots sirvientes, y ya comenzaba a
percibir la excesiva fuerza de gravedad de la Tierra. Puls el botn de recepcin. La
voz de la operadora le pidi al seor Tim Garroway que esperara un instante, que le
pasara una llamada del seor Howard Rathbone III.
Demasiado tarde como para preocuparse por cmo haba conseguido suponer
Rathbone adnde se diriga l con tantas prisas. No estaba hecho para jugar a James
Bond, pero se haba sentido bastante seguro de que la Tierra era precisamente el sitio
en el que Rathbone no pensara nunca buscarlo si l se escapaba, dado que era a la
Tierra donde Rathbone quera que fuese. Obviamente, haba subestimado a aquel
hombre.
Mientras aguardaba a que se estableciera la conexin entre la Tierra y la estacin
espacial del punto Legrange, que constitua la central de la corporacin de Rathbone,
mir a travs de la puerta de la sala para ver qu estaba haciendo Beth. Se hallaba
sentada sobre la alfombra con las piernas cruzadas, construyendo una torre de libros,
con su pequeo rostro gordezuelo vuelto hacia el sol primaveral que entraba por la
ventana cuyas cortinas no estaban echadas. El sol destellaba sobre sus cabellos de
oro, y a Tim le dio un vuelco el corazn al ver por milsima vez lo parecida que su
hija era a la madre.
Si Sylvia pudiera verla ahora
Si los malditos robots del equipo de urgencias hubieran funcionado como se
supona que deban hacerlo
Haba repasado una y otra vez todas las opciones durante el viaje en lanzadera
desde la luna. Huir haba sido un impulso que, segn comenzaba a ver en aquel
momento, poda acarrearle un montn de problemas desagradables. Esper de mal
humor a que acabara de establecerse la conexin telefnica.
El visor emiti unas crepitaciones que atrajeron su atencin, y la imagen se hizo
ntida. Howard Rathbone III lo mir desde su elegante oficina revestida de madera
desde la que llevaba el timn de su empresa de un billn de dlares. En una ocasin,
Tim haba especulado, al ver por primera vez la lujosa oficina, sobre cunto habra
costado el transporte de toda aquella rara y costosa madera de teca, caoba y palo de
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saba que una vez que se sentaba el precedente de un robot que era lo suficientemente
humano como para detentar un cargo humano, habra autnticos problemas para
negarles los mismos derechos y protecciones legales a todos los dems.
No se trataba de que les tuviera mucha simpata a los hombres de metal. Despus
de todo, no eran ms que mquinas. Nadie estaba ms convencido de eso que l! l
haba tenido una larga e ntima relacin con uno de ellos haca mucho tiempo, en el
2009, precisamente en aquella casa.
Oye dijo Timmy despus de jugar una hora de serie mundial. Quieres
trepar a un rbol?
No estoy equipado para trepar rboles le replic PAPPI, pero te observar;
y puedo identificar todos los objetos que encuentres.
Timmy arroj al suelo el bate y comenz a subir por el tronco del viejo arce que
estaba junto a la valla del jardn. PAPPI rod hasta situarse debajo del rbol, e hizo
girar la cpula de forma que el objetivo pudiera enfocar el ascenso de Timmy.
A medio camino de la copa, el tronco se bifurcaba. All, una vez Timmy y Joey
haban comenzado a construir un fuerte. Luego el tiempo se haba puesto demasiado
clido como para trabajar en proyectos de carpintera, y lo haban abandonado. Sin
embargo, continuaba siendo un bonito lugar para sentarse y contemplar la silueta
dentada de la ciudad que se extenda al otro lado del East River. Las hojas que tena
por encima proyectaban dibujos de luz y sombra sobre sus brazos desnudos, y el
suave susurro que producan era como un idioma secreto que slo Timmy estaba
destinado a comprender.
Timmy mont a horcajadas sobre una de las tablas entibiadas por el sol.
Tienes un aspecto extrao desde aqu arriba!
Has visto el nido abandonado de pjaro que tienes junto a la mano derecha?
Timmy mir entre las hojas. Efectivamente, haba un amasijo de palitos y fango
seco pegado a la corteza de una rama, cerca del tronco.
Tiene plumas dentro.
Timmy se aferr a una rama con una mano, y se inclin para ensearle al robot
las diminutas plumas blancas y pardas que tena en la otra. El objetivo de cmara de
PAPPI se desliz hacia el exterior sobre una varilla de alrededor de treinta
centmetros de largo, y luego se retrajo.
Un espcimen muy bonito. Pero mira esas pequeas protuberancias blancas que
crecen en el tronco, una forma de hongo de la divisin llamada mycota. Las esporas
han sido tradas accidentalmente hasta aqu por un pjaro, quiz por el passer
domesticus cuyas plumas tienes en la mano.
Eh?
Un gorrin de casa.
Fantstico!
Existen alrededor de cincuenta mil hongos u organismos saprofitos y parsitos
de tipo vegetal que han sido identificados y descritos. Pero probablemente existan
unos cien mil ms. Entre ellos estn los championes, los mohos, las levaduras
Timmy frunci el entrecejo. Aquella cosa comenzaba a hablar como su profesor
del colegio.
Tambin puedo hablarte de los lquenes, si quieres.
Ni hablar! le respondi Timmy.
Bien, entonces dijo el robot. Te gustara jugar al caballo?
Cmo se hace eso?
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el lavavajillas.
Timmy frunci el entrecejo.
PAPPI cree que es ms que eso.
Pero t no.
Cmo puede saberlo?
La doctora Calvin no le respondi. Tena ms o menos la misma edad que su
madre, calcul Timmy, y ninguna de ellas llevaba pintura de labios ni sonrea tanto
como la madre de Joey.
Karin volvi a entrar en la sala con una bandeja de pastas dulces que haba
comprado en la tienda de comestibles.
Alguien est preparado para el postre?
No creo que Timmy deba tomar ms azcar por el da de hoy dijo PAPPI.
Segn mi cuenta, desde que se levant esta maana, ha tomado
Oh, cllate! le dijo Timmy.
Bueno comenz Karin, si t piensas
Un da de estos vas a tener problemas con ese dijo la doctora Calvin.
Por un momento, Timmy pens que estaba hablando de l. Pero sus ojos estaban
fijos sobre el robot que estaba achaparrado sobre la moqueta que estaba entre ellos.
Estoy teniendo mucho cuidado, Susan le respondi Karin. Y Timmy sabe
que no debe sacar al robot fuera de casa.
Tampoco puedo hablarles a mis amigos de PAPPI refunfu Timmy.
Cuando Joey viene a jugar a casa tengo que meter a PAPPI en el armario. Y Joey es
mi mejor amigo!
Es bueno saber eso, Timmy le dijo la doctora Calvin. Pero las leyes
antirobots no era lo nico a lo que me refera. Aunque ya se sabe que los anti son ya
amenaza suficiente para nuestro trabajo.
Entonces a qu te refieres? pregunt Karin.
No creo que a estas alturas nos demos cuenta de qu pueden ser capaces un da
estos cerebros positrnicos.
Yo no soy tan buena, Susan! replic Karin, riendo. No tanto como t!
La conversacin se apart de los robots despus de aquello.
Luego un da, cuando estaban en octavo curso, la madre de Joey volvi a casarse
y el nuevo padre del chico lo llev de viaje a la luna.
Por qu no podemos ir nosotros a la luna, Karin? inquiri Timmy mientras
Karin frunca el entrecejo ante un trabajo que se haba trado a casa.
Hmmm? Ella lo mir por encima de la montura de las gafas que haba
comenzado a llevar desde haca poco tiempo.
Quiero ir a la luna. Ver los crteres.
No podemos pagar un viaje as.
Tenemos dinero ahorrado!
En este momento no dispongo del tiempo. Hay una autntica cantidad de
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Tim activ nuevamente el visfono y concert una cita para ver al alcalde,
Stephen Byerley.
Luego intent apartar todo el tema de su mente.
Haba olvidado que la casa de Karin fuese tan pequea. Recorri metdicamente
las habitaciones, haciendo una lista de qu tirar y qu empaquetar. No haba mucho
que entrara en esta ltima categora. Las habitaciones-residencia de las estaciones
espaciales eran pequeas, pero al menos haba una sensacin de enormidad justo al
otro lado de las paredes oscurecidas para proteger de la luz solar. Aquella casa era
una caja, una casa hecha en serie por codiciosos constructores que haban dividido la
tierra, que en otra poca constitua la zona rural que rodeaba la ciudad de Nueva
York, en parcelas cada vez ms pequeas. Record que Karin le haba explicado que
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no podan mudarse ms hacia las afueras porque ella necesitaba estar cerca de Robots
y Hombres Mecnicos. Para entonces, Joe y sus padres se haban mudado a una casa
ms grande en Long Island, que tena espacio para una piscina y una pista de tenis. Y
podan tener perros. Tim record cunto haba odiado la empresa en la que trabajaba
su madre cuando se haba enterado de la existencia de aquellos perros.
Beth mereca algo mejor. Al da siguiente se encontrara con el hombre que
Rathbone quera que matara.
El arma que le haban dado los guardaespaldas de su suegro, ex boxeadores, le
pesaba en el bolsillo. Algo para hacer picadillo aquel obsceno cerebro positrnico,
haba dicho Rathbone. Por alguna razn, la haba llevado consigo al huir. Quiz
incluso entonces l saba que no podra escapar tan fcilmente.
Tena que dejar de pensar en Byerley como en un hombre. Despus de todo, era
slo un robot de lo que estaban hablando. Slo un robot. Eso se descubrira durante
las diligencias previas. Entonces se producira una furia pblica ante la revelacin de
aquel estupendo engao. El asesino, si es que lo detenan, sera puesto en libertad
como un hroe. Slo que, claro est, Rathbone se encargara de que Tim no fuera
detenido.
Y a cambio, Tim tendra la oportunidad de obtener algo que deseaba
desesperadamente, a saber, una buena participacin de la Mercury Mining and
Manufacturing.
De todas formas, haba bastantes posibilidades de que Byerley no mantuviera la
cita. Su secretaria se haba mostrado dudosa acerca de que el alcalde pudiera
encontrar tiempo en su agenda para las razones vagas que Tim le haba expuesto.
Quiz nada saliera en claro de todo aquello y l se hallara entonces libre de aquel
aprieto. No pude acercarme ms a l le dira a Rathbone. No es culpa ma!
Su futuro y el de la pequea Beth estaban en juego. O consegua el dinero
suficiente como para hacer tanto de padre como de madre de la pequea Beth, o
ambos se veran huyendo de Rathbone durante el resto de sus vidas.
Tienes que pensar en tu vida. Debes hacer planes para el futuro le dijo Karin
en algn momento del ao 18. Qu temas te interesan como para convertirlos en
tu carrera?
Tim se repantig en la silla y puso los pies sobre la mesa. Estaba de un humor
hosco.
No lo s. Algo que se pague bien. Probablemente los deportes.
Deportes? Karin frunci el ceo. Cmo vas a ganarte la vida con los
deportes?
La natacin haba desarrollado los msculos de Tim lo suficiente como para hacer
que las chicas estuvieran deseosas de salir con l. Era algo embriagador.
La universidad de Hawai tiene esos programas estupendos
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delicados, con unos movimientos tan vivos y rpidos como el mercurio. Y para su
gran asombro y gratitud, tambin se enamor de l.
Se casaron en una ceremonia ntima durante la primavera del 27, en una capilla
tallada en una de las enormes cavernas subterrneas de la luna. Planearon mantenerlo
en secreto mientras l acababa el curso de geologa que haba empezado, y ella
trabajaba a su padre para que aceptara su matrimonio con un estudiante que no tena
ni un cntimo. Pero al ao siguiente naci Beth. Les enviaron noticia del
acontecimiento a los progenitores de ambos y aguardaron llenos de nerviosismo.
Karin casi se olvid de responder; finalmente mencion el nacimiento en una
posdata del fax que le enviaba mensualmente.
El abogado del seor Rathbone les notific que Sylvia haba quedado fuera del
testamento del padre hasta el momento en que se divorciara de su inadecuado esposo.
Tim se encontr que era difcil mantener a una familia con unos ingresos de
estudiante. Pero se las arreglaron. Al caer la noche, l volva a casa con su esposa y
su beb; estaban alojados en el rea familiar del asentamiento de la luna. Sylvia tena
un pequeo jardn hidropnico en el que cultivaba tomates y maz para complementar
la dieta, y crisantemos para sus espritus, como deca ella. l se senta feliz por
primera vez en la vida, y estaba decidido a que su hija tuviera la autntica vida
familiar que a l se le haba negado. Pero comenzaba a ver que para eso haca falta
dinero, y su felicidad fue escapndosele poco a poco.
Un ao ms tarde estaba fuera del planeta en un viaje con su amigo gelogo con
el fin de traer un poco de dinero extra a casa, cuando un trozo de polvo espacial cay
con violencia sin ser detectado y perfor la cpula del asentamiento precisamente en
su sector. La atmsfera comenz a escaparse rpidamente. Los compartimentos
estancos automticos impidieron que el escape se extendiera ms all del rea
daada, pero el equipo de robots de rescate lleg demasiado tarde como para salvar a
Sylvia. La nia se hallaba en la guardera, en un sector no afectado.
La cuenta de la disposicin de los restos mortales de Sylvia lleg justo cuando l
comenzaba a salir de la inactividad del aturdimiento y comenzaba a llorarla. Se la
trajo uno de los robots del asentamiento.
La rueda de su vida haba descrito un giro radical. l, un nio que no haba tenido
padre, criado por su madre, tena que hacer de padre de una nia sin madre. Y l
estaba en la ruina. Una desesperacin negra como el fango se haba apoderado de l.
Ocurrieron dos cosas.
A la desesperacin entr Howard Rathbone III, que quera a su nieta con tanta
urgencia que estaba dispuesto a hacer un trato con el padre.
Y la doctora Susan Calvin que le notific por fax urgente que Karin haba muerto
repentinamente, tras una breve enfermedad, y le haba dejado la pequea casa de
Nueva York en la que l haba crecido. Nunca se haba sentido muy unido a Karin,
pero le resultaba difcil aceptar que ahora se haba ido de su vida para siempre.
No quera aceptar la sugerencia de Rathbone, por muy tentador que fuera el
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dinero. Pero se daba cuenta que de todas formas tendra problemas para evitar que el
abuelo se llevara a Beth.
Slo pareca haber una sola cosa que pudiera hacer. Escap con la nia en la
primera lanzadera que sala hacia la Tierra.
Tim revis los trastos acumulados de su infancia. Hall pocas cosas de valor en la
casa, pocas que valieran el exorbitante coste de transporte hasta la colonia. Karin
nunca haba sido una persona muy dedicada a hacer un hogar. Empaquet una caja de
libros de exploracin que recordaba haber atesorado cuando era nio, la vieja
coleccin de sellos en sus lbumes, el telescopio que PAPPI le haba ayudado a
montar.
Arrastr la caja de libros hasta el vestbulo y la dej junto a la pared. Algo del
lustroso piso de madera atrap su mirada, unas rayas enterradas bajo el polvo del
tiempo. Apart el polvo con un suave soplido. Marcas de rayado. Tuvo una repentina
visin conmovedora de las ruedas de PAPPI raspando contra el resbaloso suelo,
derrapando al detenerse ante la puerta de la calle cuando el robot iba a buscar la
correspondencia de la maana. Vio, como si en aquel momento llegaran al vestbulo
de Karin, los papeles, la llamativa propaganda, las solicitudes de contribucin a
causas nobles (recordaba cunto se enfadaba Karin cada vez que encontraba una
solicitud para los antirobotistas), toda la basura de segunda clase que las leyes no
permitan que atestaran las mquinas de fax de las casas de la ciudad. Separar toda
aquella basura de papel haba sido una de las tareas diarias de PAPPI. Para evitar
que a m me d una apopleja!, deca siempre Karin.
Se acuclill y mir las marcas de raspado. El piso pareca haber sido cambiado
haca bastante poco tiempo. Haban desaparecido las rayas y raspaduras que Tim
recordaba haberle hecho a lo largo de los aos. Una vez que se hubo marchado su
exuberante hijo, Karin haba hecho reparar los daos que haba causado. Pero las
marcas dejadas por las ruedas del robot todava estaban all. Haban sido hechas
algn tiempo despus de cambiar el suelo. Tim se irgui lentamente, trastornado por
la idea que haba comenzado a formarse en su mente.
Se senta incmodo en aquel lugar, ansioso por acabar de revolver los trastos de
su infancia. Se encamin hacia el visfono para llamar a uno de los agentes
inmobiliarios cuya tarjeta haba encontrado en el suelo, pasada por debajo de la
puerta. Era hora de soltar las amarras del pasado.
Antes de que pudiera tocar las teclas el visfono son. Tim vacil. Sera
Rathbone otra vez? Puls el botn del receptor con el ceo fruncido.
En la pantalla apareci el rostro de un hombre apuesto de mediana edad.
Tim Garroway? El hombre tena una voz agradable y bien modulada. Soy
Stephen Byerley.
Alcalde Tim tartamude al responder. Yo, bueno, estoy encantado de
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conocerlo.
Mi secretaria me dio su mensaje. Realmente me gustara mucho hablar con
usted, pero me temo que maana tengo una agenda muy apretada.
El corazn de Tim salt con violencia. As que despus de todo le quitaran el
problema de las manos. Era consciente de la poderosa sensacin de alivio que lo
recorri.
No hay problema ninguno, seor alcalde! No hay ningn problema en
absoluto. Realmente no era importante Es decir, que puede esperar.
Byerley sonri.
Creo que tenemos amigos comunes, Tim. Puedo llamarlo Tim?
Por supuesto. Se senta impresionado por la genuina cordialidad que
proyectaba aquel hombre. Cmo era posible que hubiera jugado con la idea de
eliminarlo?
Tengo entendido que su madre era asociada de la doctora Calvin, una de mis
ms apreciadas amistades.
Algo fro y pesado se apoder de Tim. Por supuesto. Era de esperar.
Oh? dijo pesadamente. S, supongo que s.
Byerley era un robot, despus de todo.
En la periferia de su consciencia se daba cuenta de que Beth le tironeaba de una
manga. Rode a su hijita con un brazo y la atrajo hacia s. Era un estpido si pensaba
que podra esquivar tan fcilmente el destino. Trep por l como alguna bestia
primitiva, deslizndose hacia la pequea hoguera que l haba esperado que los
protegiera a Beth y a l mismo de la oscuridad.
Tengo un programa apretado maana, pero siempre saco tiempo para correr por
Central Park. Corre usted, Tim? Tengo entendido que era usted bastante atleta. Si no
le importa reunirse conmigo maana a las seis de la maana, espero que eso no sea
demasiado temprano para usted. Yo soy madrugador, podramos hablar entonces.
Madrugador!, pens Tim. Apuesto a que no duermes en absoluto.
Realmente no tena eleccin. Era la vida de Stephen Byerley si es que poda
decirse tal cosa, contra la suya propia. Byerley haba firmado su propia sentencia
de muerte.
Eso est hecho, seor alcalde le respondi.
Steve lo corrigi Stephen Byerley.
Tim asinti sin responder y Byerley cort la comunicacin. El arma con la que
deba eliminar a Byerley rebot pesadamente contra su cadera cuando l se volvi.
El estmago se le haba retorcido a causa de la tensin, y senta el comienzo de un
dolor de cabeza en la parte de atrs del crneo. Hara lo que tena que hacer, por amor
a Beth. Hasta entonces, apartara todo aquello de su mente. Continuara con el
vaciado de la casa.
Qu es eso, pap? le pregunt su hija, sealando una trampilla que haba en
el cielorraso. Tena una mancha de polvo en una mejilla, y caminaba balancendose
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La reunin en el Mile-High
Frederik Pohl
mquinas de escribir porttiles de segunda mano, cada uno por su lado pero siempre
con la intencin de ensearles a los dems lo que habamos escrito. Las palabras nos
importaban, y tenamos la particular intencin de hacer que nuestras palabras
importaran. De alguna forma. En realidad no sabamos cmo, exactamente, pero
cuando uno piensa en ello, creo que lo conseguimos. Si ramos sapos, como dice
Damon, entonces en un momento u otro debi de aparecer un hada princesa
vagabunda que nos bes a todos y nos transform en algo diferente, o no nos
hubiramos reunido en la cima del Mile-High Building para celebrar nuestra
quincuagsima reunin, con los periodistas por todas partes y nuestros rostros
mayores y considerablemente ms expresivos mirando al mundo desde las noticias de
las seis de la tarde.
Uno no puede volar sin escalas desde Maui a Nueva York, ni siquiera en un vuelo
nocturno con camarotes, porque no permiten que los barcos volantes pasen por
encima del continente. As pues, tuve que cambiar de avin en Los ngeles.
Naturalmente perd el enlace, por lo que al aterrizar finalmente en Idlewild ya llegaba
tarde.
El mozo de cuerda me consigui un taxi en medio de aquel gento es increble
lo que puede conseguir en un aeropuerto un billete de cinco dlares. Al entrar en el
coche estir el cuello para mirar hacia el perfil de la ciudad de Nueva York, y vi el
Mile-High Building asomando muy por encima de todo lo dems, con el aspecto de
un largusimo cuerno de caza apoyado sobre el pabelln, si puede usted imaginarse
un cuerno de caza con agujeros en todo su largo al que mantiene unido (segn parece
desde lejos) nada ms grande que un par de lpices. Dicen que esos agujeros de
viento son necesarios en la torre porque un huracn podra derribar la totalidad de la
estructura si no hubieran dejado espacios para que pasara el viento. Puede que as sea.
Yo estoy dispuesto a creer que esos boquetes hacen que el edificio sea ms seguro,
pero no cabe duda de que no es nada tranquilizador contemplarlos.
No obstante, el Mile-High Building se las ha arreglado para permanecer en pie
durante veamos, debe hacer ya seis o siete aos, y ciertamente es un espectculo
imponente. Se lo puede ver desde cualquier parte desde una distancia de sesenta y
cinco u ochenta kilmetros de Nueva York. Ms que eso. Es tan inmenso que, incluso
desde el otro lado de Queens y parte de Brooklyn, cuando lo miraba estaba sin duda
mirando hacia arriba. Luego, cuando sal del taxi al llegar a la base del edificio,
resultaba tan enorme que me asust. No pude evitar acobardarme un poco. Siempre
que miro directamente a lo alto de un edificio tengo la sensacin de que va a
carseme encima, y no existe nada ms alto como el Mile-High Building.
Detrs de m se haba detenido una limusina. El hombre que baj de ella me mir
dos veces y yo lo mir tres, tras lo cual hablamos simultneamente.
Hola, Fred dijo l.
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trabajaba en el despacho de un arquitecto (en otra poca de su carrera sola hacer los
dibujos de los cmics de ciencia ficcin que yo escrib durante algn tiempo, pero
tambin esa es otra historia). Mike era realmente mejor diseando mquinas y
edificios que dibujando personas, a lo que probablemente se deba que nuestras
historias de cmic slo funcionaran durante un ao, pero l lo compensaba con su
entusiasmo. Era un gran admirador del Mile-High Building.
Fjate en las aberturas de viento que tiene me dijo en una ocasin, mientras
bajbamos por Central Park West y vimos aquella cosa encumbrndose a treinta
manzanas de distancia. Son para permitir que el viento pase a travs de la
estructura, para reducir la resistencia al aire y evitar que se balancee. Por supuesto,
tiene los amortiguadores de masa en los pisos cien, doscientos y trescientos, por lo
que de todas formas no puede oscilar demasiado.
No es ms que otro rascacielos, Mike le coment, divertido por su
entusiasmo.
Es un tipo diferente de rascacielos! Se dieron cuenta de que los mejores
apartamentos son los que dan al exterior, as que no construyeron ninguno interior!
Est completamente vaco excepto por los puntales y cables, y por tres secciones
centrales que lo atraviesan, donde uno cambia de ascensor y donde estn las tiendas y
esas cosas.
Es brillante conced yo; y verdaderamente lo era.
Yo estaba explicndole todo aquello a Doc, y mientras yo hablaba pasbamos a
toda velocidad ante aquellos vastos patios centrales que tienen alrededor de cien pisos
de alto, con sus balcones y sus plantas que crecen cayendo hacia abajo por las
barandillas, y las lianas que se entrecruzaban en los espacios abiertos; y Doc me
miraba con la expresin paciente que los neoyorquinos les reservan a los forasteros.
Pero lo nico que me dijo fue:
Ya lo s.
Entonces me alegr de la interrupcin cuando atravesamos el nivel cien, entre los
bares de refrescos y las tiendas de ropa, hasta el siguiente grupo de ascensores, y
luego hasta el otro. Entonces uno sale en la cima, a mil seiscientos metros y pico por
encima de la esquina de la Quinta Avenida y la calle Cincuenta y dos, y tiene que
subir en una escalera mecnica para llegar hasta el club mismo.
No me gusta estar de pie y quieto, as que sub los escalones de la escalera
mecnica de dos en dos. Doc me sigui valientemente. Jadeaba un poco cuando
llegamos a la puerta que el conserje ya tena abierta para hacernos pasar.
Veo que te has echado unos kilos encima le coment. Yo dira que montas
demasiado en limusina. Debe haber pasta larga en el mundo de la poesa de la
actualidad.
Supongo que mi tono debi sonar a necesidad, porque me dedic una mirada de
soslayo. Pero tambin me dio una respuesta directa, que era ms de lo que yo
mereca.
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quince centmetros ms alta que l colgada del brazo era la estrella de una de sus
obras teatrales, y a Hannes Bok, con un aspecto ms viejo y satisfecho que el que
sola tener, bebiendo un refresco de cola y mordiendo un bocadillo. No caba duda de
que eran bien conocidos a todos los niveles normales. Jack ya haba ganado un
Pulitzer, y las primeras creaciones en blanco y negro de Hannes alcanzaban precios
de tres mil dlares en las galeras de la Avenida Cincuenta y siete. Pero exista una
diferencia entre decir yo-lo-vi-una-vez-en-la-televisin y el decir es usted famoso. La
gente de los medios de comunicacin saba muy bien a quin enfocar con sus
cmaras. Cyril no tena un Pulitzer, sino tres, y se deca que habra ganado el premio
Nobel si hubiera tenido la sensatez suficiente como para nacer en Bolivia o Grecia. Y
en cuanto a Isaac, por supuesto, bueno, Isaac era Isaac. Consejero de presidentes,
confidente de poderosos, famoso invitado constante del programa de Jack Paar y
estrella de cientos de anuncios publicitarios de televisin. Era algo as como famoso.
Era el nico de entre nosotros que no poda cruzar una calle de la ciudad sin que lo
reconocieran, porque su rostro era ms conocido por la gente que el de cualquier
senador, gobernador o cardenal de la iglesia. Incluso haca anuncios publicitarios de
televisin. Yo lo vi en Hawai, haciendo la promocin de los vuelos de la Pan
American a Australia, y ni siquiera le gustaba volar.
Soy del Saturday Evening Post Video me explic. Usted era uno de los
futuristas originales, no es cierto?
Todos nosotros lo ramos. Bueno, Doc y yo, porque Damon lleg ms tarde.
Y por lo tanto conoce usted al doctor Asimov y al seor Kornbluth desde el
mismo principio.
Suspir; por experiencia saba exactamente cmo iba a ser la entrevista. No era
por mi propia fama insignificante que aquella mujer quera hablar conmigo, sino que
era por los recuerdos sobre las superestrellas. As pues, le cont tres o cuatro de la
docena de historias que llevaba preparadas para esa finalidad. Le cont que Isaac
viva a un extremo del Prospect Park, en Brooklyn, y yo viva en el otro. Que cuando
los futuristas celebrbamos alguna reunin, cualquiera que fuese, odibamos luego
tener que darla por terminada, as que nos quedbamos caminando durante toda la
noche por las calles vacas, charlando, cantando a veces Jack y yo, antes de que
escribiera su primera obra de teatro; Doc y yo, recitando poesas, cantando todos los
temas de nuestro interminable repertorio de las canciones populares de la poca;
Cyril y yo, intentando hacer caer en la trampa al otro con nuestro juego de preguntas
imposibles.
Preguntas imposibles repiti ella.
Era una especie de juego acertijo que practicbamos le expliqu. Lo
inventamos nosotros. Era un juego difcil. Las preguntas estaban destinadas a versar
sobre cosas que la mayora de la gente no saba, como, por ejemplo, cul es la rima
de un chant royal? O cul es el color del aire?
Quiere decir azul, como el cielo?
Yo le sonre.
Acaba de perder una ronda. El aire no tiene color alguno. Simplemente parece
azul por lo que llaman dispersin Rayleigh. Pero est bien: se trataba de preguntas
imposibles, y si alguien responda alguna vez correctamente a cualquiera de ellas,
ganaba y se daba el juego por terminado.
As que usted y el doctor Asimov solan practicar ese juego
No, no. Cyril y yo lo jugbamos. La nica forma en que Isaac entraba en l era
cuando algunas veces nos acercbamos a verlo. A primera hora de la maana, cuando
habamos pasado toda la noche en vela, emprendamos la marcha para atravesar el
parque hacia el alba, y solamos detenernos para trepar a algunos rboles y Cyril
sola imitar la llamada de apareamiento del trullo de cola de chirlito, pero nunca
conseguimos que un trullo nos respondiera, y alrededor de la hora en que abra la
tienda de dulces de los padres de Isaac, nos dejbamos caer por all y su madre nos
daba un vaso de leche malteada gratis a cada uno.
Un vaso de leche malteada gratis repiti la mujer, sonriendo alegremente.
Aquello era precisamente el tipo de detalles de inters humano que estaba buscando.
Se detuvo para formularme una pregunta ms. Conoca al doctor Asimov en la
poca en la que le escribi al presidente Franklin Roosevelt la famosa carta que inici
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el Proyecto Pasadena?
Yo abr la boca para responder pero Doc Lowndes intervino antes de que pudiera
hablar.
Oh, maldicin, mujer! estall. No fue Isaac quien escribi esa carta. Fue
Alexis Carrel. Isaac apareci mucho despus.
La mujer mir sus notas y luego volvi a levantar los ojos hacia nosotros. Su
mirada no era de sorpresa. Principalmente era de cul es la palabra que busco?,
s: compasiva. Nos mir como si sintiera pena por nosotros.
Oh, no lo creo as dijo, con bastante diplomacia. Lo tengo todo aqu
anotado.
Lo tiene equivocado le dijo Doc, y comenz a intentar aclararle las cosas.
Yo no me hubiera molestado, aunque los hechos estaban bastante claros. Albert
Einstein le haba escrito al presidente, declarando que la gente de Hitler estaba a
punto de inventar lo que l denomin una bomba atmica, y quera que Roosevelt
iniciara un proyecto con el fin de que Estados Unidos pudieran construirla antes. El
doctor Alexis Carrel se enter del asunto. l era bioqumico y no quera ver a Estados
Unidos malgastando su tiempo con un fuego fatuo de fuerza atmica. As pues,
persuadi a su amigo, el coronel Charles A. Lindbergh, para que le llevara al
presidente una carta muy distinta.
Lindbergh no tena las cosas tan fciles, porque exista un problema poltico. Era
sin duda un hombre famoso. Era el afamado Lone Eagle, el hombre que haba
cruzado en avin el ocano Atlntico en solitario en el mil novecientos veintitantos,
el primer hombre que haca algo as en toda la historia. Pero poco ms de una dcada
despus adquiri la reputacin de ser blando con los nazis, y adems estaba
implicado en alguna organizacin republicana de derechas. El First American
Commitee, la Liberal League, cosas por el estilo, cuyo primer objetivo en la vida
era dejar tranquilo a Hitler y echar a patadas de la Casa Blanca a aquel satnico
demcrata de Franklin D. Roosevelt.
De todas formas, Lindbergh tena un montn de amigos poderosos. Le llev dos
meses de tironear con ahnco de muchas cuerdas para conseguirlo, pero finalmente
consigui una entrevista de cinco minutos del tiempo del presidente, un jueves por la
maana en Warm Spring, Georgia. Y el presidente ley de hecho la carta de Carrel.
Roosevelt no era un cientfico y ni siquiera tena un cientfico cerca de s; los
cientficos no eran gran cosa all por los aos treinta. As pues, Roosevelt no conoca
realmente la diferencia existente entre un ncleo atmico en fisin y un organismo
patgeno, excepto que se daba cuenta de que era ms barato cultivar grmenes en el
laboratorio que construir fbricas de un billn de dlares destinadas a hacer aquel
explosivo de nombre raro, como-sea-que-se-llame, el plutonio. Y Roosevelt se
mostraba un poco reticente a iniciar cualquier tipo de proyecto costoso, al menos
durante algn tiempo. As que Einstein qued fuera y Carrel gan.
Para cuando Isaac fue reclutado y asignado a las instalaciones de investigacin
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secreta, se lo denomin Proyecto Pasadena; pero para cuando Doc lleg a ese punto,
la mujer del Saturday Evening Post estaba comenzando a ponerse nerviosa.
Eso es muy interesante, seor Lowndes? dijo, mirando sus notas. Pero
creo que mis jefes querrn que obtenga ese tipo de informacin directamente del
doctor Asimov. Disclpeme termin, alejndose ya, con las estrellas de la
adoracin al hroe brillando ya en sus ojos.
Doc me dirigi una mirada triste.
Periodistas sentenci.
Yo asent con la cabeza. Y luego no pude resistir por ms tiempo la tentacin.
Vayamos a escuchar qu le cuenta l suger, y la seguimos.
generoso que recorri toda la sala. Si no hubiera sido por el Proyecto Pasadena,
algunos de nosotros no estaramos ahora aqu. Tienen ustedes la ms remota idea de
cunto avanz la medicina como resultado de lo que aprendimos? Antibiticos en
1944, antivricos en 1948, la cura del cncer en 1950, el antagonista del colesterol en
1953.
Intervino una mujer de California:
Est usted seguro de que el presidente tomara la decisin correcta? An
existen personas que creen que la fuerza atmica es una posibilidad real.
Ah, est usted hablando de Eddy Teller. Isaac sonri. Es bueno, pero lo
que ocurre es que simplemente est obsesionado con ese nico proyecto. Es una
verdadera lstima. Creo que podra haber hecho un trabajo realmente importante. Si
se hubiera dedicado a la verdadera ciencia en 1940, en lugar de hacer el tonto con ese
asunto nuclear.
No caba ninguna duda de que Isaac era la superestrella, con Cyril al menos en el
segundo lugar de atencin, pero las superestrellas no lo eran todo. Slo casi todo.
Cada uno de los dems tuvimos un par de minutos para hablar ante las cmaras, decir
cunto haba influido cada uno de nosotros en cada uno de los dems, y lo felices que
nos sentamos por volver a vernos los unos a los otros. Yo estaba bastante seguro de
que la mayora de nosotros acabara como rostros tirados en la sala de montaje, pero
lo que dijimos, por gracioso que parezca, era bastante cierto.
Y luego se termin todo y la gente comenz a marcharse.
Vi a Isaac que sala del lavabo de caballeros cuando estaba buscando a la mujer
que se haba llevado mi abrigo. Se detuvo junto a la ventana, mirando hacia el cielo
crepuscular. En aquel momento entraba en la ciudad un enorme avin de ocho
motores, de la TWA, de los que no hacen escala, probablemente procedente de alguna
parte como La Habana. Se diriga hacia Idlewild, volando a una altura apenas inferior
a la del piso en el que nos hallbamos, cuando le toqu un hombro.
No saba que las celebridades fueran al retrete le dije.
l me dirigi una mirada tolerante.
En realidad, estaba telefoneando a Janet me replic. Bueno, y cmo te
van a ti las cosas, Fred? Has estado publicando muchsimos libros. Cuntos,
exactamente?
Le respond con sinceridad.
No lo s con exactitud. Sola llevar la cuenta. Escriba el nombre, la fecha y el
editor de cada nuevo libro en la pared de mi oficina, pero luego mi esposa pint las
paredes y perd la lista.
Aproximadamente, cuntos?
Ms de cien, en cualquier caso. Depende de lo que cuentes. Las novelas, la
coleccin de relatos cortos, los libros que no son de ficcin
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La caverna de Platn
Poul Anderson
el trabajo.
Hizo una seal para que interrumpieran la transmisin a Jpiter y volvi su
atencin a la Tierra.
Se le apareci es el trmino correcto coment Hillkowitz, con un suspiro.
Su mirada se desvi hacia otra parte, como si quisiera mirar a travs de las
paredes y recorrer el espacio. Podra haber estado pensando, repasando, aunque haba
vivido con ello desde los orgenes: Ninguno de nosotros puede sobrevivir all, Io est
profundamente sumergida en la magnetsfera de Jpiter. Las partculas con carga
atrapadas nos mataran en cuestin de minutos, a menos que estuviramos dentro de
unos blindajes tan gruesos que nos reduciran a la impotencia. Por no hablar del
fro, el vaco apenas suavizado por las emanaciones volcnicas venenosas. Podemos
hacer robots inmunes a todo eso, e incluso proteger sus cerebros positrnicos tan
bien que las radiaciones no los estropeen. O as lo creamos. Lanning y yo, nuestro
equipo, trabajamos todos durante mucho tiempo en esa tarea. Y despus lo hicieron
nuestros ingenieros, durante dos aos en las periferias exteriores ms seguras del
sistema jupiteriano, dirigiendo pacientemente la construccin y el comienzo de las
operaciones sobre la superficie de Io. Pero slo podan comunicarse con Jake, y l
con ellos, por radio y lser. En esas ocasiones l los perciba a ellos y a cualquier
cosa que desearan mostrarle: su comunicador decodificaba las seales y l vea las
imgenes y oa las voces dentro de su propia cabeza. Qu haba visto y odo en
aquel momento, qu nuevo fantasma se le haba presentado en aquel infierno en el
que se afanaba?
La precisin es obviamente esencial declar Calvin. Ahora, caballeros,
voy a extraer los archivos de este proyecto y estudiarlos durante una hora ms o
menos. Su pantalla se ennegreci.
Yo podra hacer lo mismo coment Lanning. T no lo necesitas, Phil. Io
ha sido una preocupacin excesiva para ti. Por qu no echas una cabezada?
Seor refunfu Hillkowitz. Ojal pudiera.
La imagen de Calvin regres en el momento prometido, pero lo nico que les dijo
a los hombres fue:
Sin comentarios, de momento y esper con las manos cruzadas sobre la
falda. Ni siquiera se agit cuando lo hizo la imagen del robot. Pero la respuesta la
arranc tambin a ella de la silla.
S, seora. Al ver que la obra estaba parada, que no haba casi nada de mineral
esperndonos, y que JK-7 estaba ausente, envi una llamada y obtuve una respuesta
que sent como proveniente de algn punto de las colinas. l sostuvo que haba
detenido las obras por orden de un ser humano que le haba explicado que aquello
amenazaba a la totalidad de la especie humana. Se neg a entrar en detalles, y slo
respondi a mi pregunta de si al menos estaba dispuesto a identificar a ese ser
humano, diciendo que se trataba del emperador Napolen.
No, no, lo comprendo. Pero no tienen ustedes alguna palabra clave espesial
que darle para que los convierta en los jefes absolutos?
Powell y Donovan lo miraron fijamente. Borup tom mansamente una cucharada
de sopa.
Es usted ms listo de lo que da a entender murmur Donovan. Dio una
palmada sobre la mesa y profiri una carcajada. S, claro que la tenemos.
Introducida en el circuito. Pues con todo lo desconocido e imprevisible que haba en
el asunto, esa era una precaucin elemental. Por ejemplo, los cientficos podran
llegar a descubrir un peligro ignorado por l, y no querer perder tiempo discutiendo.
O si eres un paranoico, o un ultra cauteloso, te preocupara que los enemigos del
proyecto pudieran deslizar una orden falsa de alguna manera. S, existe una palabra
clave: alto secreto, destruir despus de leer, conocida por un puado de gente de la
compaa y del gobierno, ahora por nosotros dos. Probablemente ser lo primero que
intentemos cuando lleguemos all. Si obedecer o no Sin duda se ha vuelto loco y
esto no es algo tan bsico como las Tres Leyes.
Loco, cree usted lo corrigi Borup.
Donovan hizo una mueca.
Le aseguro que nos gustara creer otra cosa. Si las radiaciones le han fredo el
cerebro, o lo ha afectado alguna otra cosa de ese cascote del infierno, el proyecto se
ir por el retrete, y muchas otras cosas con l.
Qu les hase pensar que tiene que estar loco?
Donovan y Powell se miraron el uno al otro antes de que Powell asintiera con la
cabeza.
Pues porque l asegura que vino Napolen y le orden que parara las obras
le respondi Donovan. Eso es todo lo que sabemos hasta ahora. Pero no le parece
que es suficiente?
Napolen? El emperador?
Quin si no?
Pero dnde puede haber odo l hablar de Napolen?
Esa es una pregunta muy razonable. Lo ltimo que supe fue que la doctora
Calvin estaba intentando investigar eso. Pero nunca se sabe qu retazos de
informacin desviada pueden entrar en un robot mientras lo estn activando y
adoctrinando. Generalmente hay un montn de gente implicada, y l puede or las
conversaciones de todos ellos. Adems, de vez en cuando un cerebro capta seales
perdidas, tele-emisiones o Te acuerdas de Speedy, Greg?
Cmo podra olvidarlo? Powell suspir. Luego mir a Borup. Un robot
con el que tratamos en Mercurio. Daba vueltas y ms vueltas en crculos, farfullando
Gilbert y Sullivan. Nunca descubrimos cmo haba aprendido esos nombres.
Humm. Sus posibilidades no paresen muy buenas, caballeros, verdad?
coment Borup.
Lo que significa que tampoco lo son las posibilidades para el resto del mundo
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obra.
Se instalaron ante la terminal principal de la sala de comunicaciones. Un rayo
codificado sali del transmisor, dirigido por computadora hacia el interior a travs de
la zona letal que rodeaba a Jpiter. Una de las pantallas de datos demostr que en ese
momento Io estaba oculto tras la enorme masa del planeta, pero eso careca de
importancia. Dos satlites repetidores oscilaban en posiciones estratgicas de la
misma rbita. Otros seis orbitaban a la misma Io en los planos polar y ecuatorial.
Entre todos estos ltimos, identificaban a Jack estuviera donde estuviese sobre la
superficie, y se mantenan siempre encima de l.
Base de Himalia llamando a robot JK-7 enton Powell. Los seres
humanos han regresado al sistema jupiteriano. Adelante, JK-7.
Tras un zumbante silencio, Donovan se pas los dedos por entre los cabellos
pelirrojos alborotados y gru.
Tiene que estar completamente chalado. Habl con Edgar durante unos
instantes. Dado que all resultaba intil, ese robot y su tripulacin haban salido
con rumbo al cinturn de asteroides para trabajar all. Ahora no nos dar ni la hora.
Hizo una pausa. A no ser que se haya estropeado tambin fsicamente.
Parece improbable lo contradijo Powell. Sus constructores son el grupo de
gente ms competente que puedas encontrar. Aun suponiendo que las condiciones
fueran ms perjudiciales de lo que ellos saban, el dao sera acumulativo y Jack no
lleva demasiado tiempo all. Se frot la barbilla. Humm. Mientras Edgar y su
tripulacin estuvieron en tierra, l se ocult en las colinas y se comunic slo por
radio, por onda larga. Supongo que tena miedo de que lo apresaran y lo llevaran de
vuelta a la Tierra para que lo sometieran a examen. Por la radio no pudieron
determinar con precisin desde dnde estaba transmitiendo, y no estaban equipados
como para utilizar los satlites con el fin de localizarlo. Y de todas formas, no
hubieran podido reducirlo en un territorio para el que l est diseado.
Yack no tena que obedeserles. Ellos eran robots, al igual que l.
S. No tena obligacin de responderles en absoluto. Pero calculo que la
Segunda Ley haca que sintiera la necesidad de explicarse ante los seres humanos, en
cierta medida.
Eh, un momento. Nosotros somos seres humanos, y l no nos responde.
Si, como bien dices, est en condiciones de recibir nuestra transmisin.
Powell respir profundamente. De acuerdo, reforzaremos la Segunda Ley mediante
la palabra clave. Se inclin hacia delante y habl lentamente. Robot JK-7, aqu
el ser humano Gregory Powell llamando desde la base de Himalia. Te ordeno que
respondas. Cdigo Upsilon. Repito, Cdigo Upsilon.
Se produjo un largo silencio. Los hombres saban que tena que ser as. La
dilacin temporal de aquel momento era de alrededor de treinta y nueve segundos en
ambas direcciones. No obstante, se estremecan medio sentados y medio flotando en
las sillas. Cuando la pantalla despert a la vida de forma abrupta, Donovan dio un
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respingo. Se elev en medio del aire y gir mientras volva a descender gradualmente
y luchaba para guardarse sus comentarios para s.
La visin era escabrosa y desolada. Jpiter, casi en fase media, se alzaba enorme
por encima de las colinas que dentaban el estrecho horizonte. Su radiacin baaba las
manchas y cicatrices dejadas en el suelo por las erupciones. Muy cerca se vea una
superficie de cemento liso sobre la que Powell detect vehculos, mquinas y robots
inmviles. As que Jack haba regresado a su base. Aquello era lo que el robot vea
ante s.
Bueno, no exactamente, porque tambin vea la imagen de Powell, y poco
despus la de Donovan, y oa sus voces. Ellos dos no estaban superpuestos sobre el
paisaje. Jack los perciba por separado, de una forma parecida a aquella en la que un
ser humano vera un rostro evocado por su memoria sin perder la visin de lo que lo
rodea en ese momento, aunque de forma ms vivida, con todos los detalles
tridimensionales.
El habla sinttica se atasc, tartamude y avanz como arrastrndose.
Robot JK-7 respondiendo. Qu, qu tienen que decir?
Qu es esa locura de Napolen? exigi Powell. De dnde has sacado
la idea de que tu trabajo pone en peligro a nadie? Muy por el contrario, es provechosa
e importante para la Tierra. En nombre de tus hacedores, por la autoridad que
debidamente delegaron en m y en mi compaero, te ordeno que reanudes las
operaciones.
El minuto largo que tard en llegar la respuesta fue percibido por ellos como una
eternidad. Cuando la recibieron, casi llegaron a desear que no hubiera sido as.
Yo, no, estoy obligado a ello. Ustedes, son robots.
Eh? Cdigo Upsilon, maldita sea! rugi Donovan. Y la Segunda Ley!
Puedes ver y or que somos seres humanos!
Eternidad.
Observo, el parecido. Escucho la afirmacin. Tambin, s La escena se
estremeci ligeramente, como si Jack se hubiera encogido de hombros. Tambin la
palabra de autoridad. Pero, pero
La voz se apag.
Contina le dijo Powell en voz baja. Pero qu?
Tras otro goteo de segundos:
Napolen me advirti de esto. El, l dijo, que unos robots que se haran
pasar por seres humanos, tendran la palabra clave, intentaran hacer,
exactamente lo que ustedes estn intentando.
Donovan abri la boca. Powell le hizo un gesto para que guardara silencio, se
inclin hacia la pantalla y habl suave y seriamente.
Escchame, Jack. Aqu pasa algo terriblemente malo. Ests completamente mal
informado. No te culpamos, pero debes ayudarnos a llegar al fondo de este asunto.
Ayudarnos a ayudarte, comprendes? Cuntanos qu ocurri exactamente. Cuntanos
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por qu crees lo que crees. Quin te ha contado qu cosas, Jack? Por el bien de la
humanidad, cuntanoslo.
Espera.
Si ustedes, son robots, estn engaados. La voz se hizo ms firme.
Estn sirviendo a una poltica desastrosa. Permtanme que los ilustre.
Desde luego, Jack. Si nosotros, si somos realmente robots, tambin nosotros
obedecemos la Primera Ley. Nunca, voluntariamente o a sabiendas, causaramos dao
a un ser humano. Y si no somos robots, necesitamos enterarnos de los posibles
peligros que corre la humanidad, no lo crees as? Recuerda que conocemos el
Cdigo Upsilon. Eso implica que somos seres humanos, no te parece? Y que
ocupamos una posicin muy especial. Cuntanoslo todo, Jack.
Espera. A pesar del fro, el sudor brillaba en las mejillas de Donovan. Se lo
enjug con sus grandes manos impotentes.
La pausa continu durante un minuto ms de lo necesario, pero cuando lleg, las
entonaciones del robot se haban estabilizado.
Muy bien. La palabra clave me obliga a otorgar con tanta obediencia como me
sea posible. Napolen me dijo que as sera. De hecho, los acontecimientos se estn
desarrollando como estaba previsto, lo que deben conceder que aumenta la
credibilidad de sus declaraciones.
En la fecha 23 de enero, hora 0917 y 3,68 segundos, yo estaba en el rea Loki,
adonde me haba trasladado con una sonda para realizar la prospeccin de nuevas
excavaciones mientras mis trabajadores terminaban con el filn de Aten. Se me
apareci un audiovisual completo de un ser humano. Se identific como el emperador
Napolen y describi una amenaza mortal recientemente a travs del estudio de las
muestras enviadas a la Tierra durante las primeras expediciones robticas de hace
dcadas. No haba sido descubierta antes porque es algo muy sutil y sorprendente.
Alimentada por la energa volcnica, ha evolucionado aqu una especie de
pseudovida Napolen la llam Viroide. Obtiene su propia energa promoviendo
reacciones entre los elementos metlicos. Por regla general eso se desarrolla muy
lentamente, pero en el curso del tiempo geolgico el viroide ha infectado todos los
minerales, y la refinacin no consigue acabar con l. Actualmente est en equilibrio
en Io, esencialmente en estado de latencia, pero cuando entre en contacto con metales
no contaminados volver a propagarse, ms rpidamente en las temperaturas de la
Tierra que en las de aqu. Esta estacin, con sus robots y mquinas, comenzar a
desmenuzarse dentro de diez o quince aos de tiempo estndar. Si permitimos que los
metales de Io sean introducidos en la Tierra, la totalidad de la infraestructura
industrial se desmoronar en un plazo no muy superior. Dependientes de la misma, la
gran mayora de los seres humanos morirn horriblemente.
Afortunadamente, hasta ahora slo se ha exportado una cantidad de toneladas
reducida, y slo a industrias instaladas fuera de la Tierra. Las muestras que hay en la
Tierra permanecen aisladas con finalidades de investigacin. Algunas
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desintegraciones llevaron al estudio que determin las causas. Pueden tomarse las
medidas necesarias para eliminar el metal contaminado de todos los dems lugares;
no es demasiado tarde. Pero est claro que nunca ms debe salir de Io ningn material
de tipo alguno. Napolen me orden, bajo el Cdigo Upsilon, que detuviera las
operaciones.
Te minti! grit Donovan. No ha habido ni semejante problema ni
semejante descubrimiento. Todo mentira, te lo aseguro!
Powell manifest su acuerdo con ms suavidad.
l est en lo cierto. Lo habramos sabido. Si existiera ese peligro, estaramos
aqu pidindote que reanudaras los trabajos?
Espera.
Napolen me explic eso y se anticip al argumento de ustedes dijo Jack.
Todava no sonaba del todo seguro. Los descubrimientos son, en este momento,
polmicos. Parecen desafiar los principios de la biologa, segn se ha enseado la
biologa hasta ahora. Los directores del Proyecto Io han hecho en l una
importantsima inversin personal, financiera y poltica. Se niegan a creerlo. Han
ocultado las noticias al pblico. Napolen representa a un grupo de cientficos
disidentes que se dan cuenta de que, como mnimo, debe suspenderse la operacin
hasta que se haya determinado la verdad fuera de toda duda.
Me dijo que, cuando yo tomara esta medida, los directores intentaran anularla.
Enviaran robots porque los seres humanos podran sentir escrpulos y propagar la
noticia de lo que est ocurriendo. Inteligentemente desinformados, los robots se
haran pasar por seres humanos y me persuadiran.
La voz se hizo ms firme.
Ustedes son esos emisarios. S, el grupo de Napolen podra quiz estar
equivocado, pero yo no puedo arriesgarme. La posibilidad de que los seres humanos
puedan morir por billones es, impensable, inaceptable bajo cualquier
circunstancia, ante cualquier probabilidad. Consideren eso, ustedes dos, a la luz de la
Primera Ley. Deben dejar de lado las rdenes que les han dado.
Pero es que no somos robots le dijo Donovan con voz ahogada. Mranos.
Se nos puede disfrazar se apresur a admitir Powell. La forma ms simple
sera cambiar la transmisin digital. Ponernos un programa que convirtiera la imagen
de un robot en imagen de un ser humano, y lo mismo con las voces. Sera mucho ms
fcil hacer lo contrario. Los seres humanos tenemos una mayor cantidad de
caractersticas que nos diferencian, muchas ms sutilidades de expresin. Observa mi
rostro y mis manos. Recorri todo un repertorio de sonrisas, rostros ceudos y
gestos. Podra hacer eso un robot, con todos los matices que acabas de ver?
Espera.
Nuevamente un habla insegura.
Yo, no estoy, familiarizado con ese tipo de detalles, de los seres
humanos.
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describa al viroide y daba las rdenes para que cesaran las operaciones. Los otros
dos, a intervalos de pocos das, eran esencialmente reforzadores; las preguntas que se
le haban ocurrido a Jack obtenan respuestas concisas, que remarcaban el peligro
existente para la especie humana y la osada villana de los directores del Proyecto Io.
Powell y Donovan se contuvieron para no preguntar cmo era que Napolen haba
llegado a hablar en ingls con fluidez. Estaban ms interesados en las rdenes
adicionales.
Ahora que estn ustedes aqu dijo Jack, debo informarle de ello.
Transmitir con la fuerza suficiente como para que sus receptores puedan captarnos
desde cualquier punto de la regin jupiteriana. Por consiguiente, dispondr las cosas
de forma que cualquier conversacin que yo mantenga con ustedes a partir de este
momento le sea retransmitida directamente a l de forma plenamente audiovisual. As
l podr or lo que tienen que decir ustedes, e intervenir si as lo desea. Haba
anhelo en la voz?. Quiz puedan ustedes persuadirlo de que est equivocado.
Quiz murmur Donovan sin esperanza.
Espera.
Ser mejor que me ocupe de eso de inmediato dijo Jack. No veo provecho
alguno en seguir conversando en este momento, lo ven ustedes? Si tienen algn
comentario vlido que hacer, objetivo o lgico, llmenme y lo tomar en
consideracin. Lo mismo har Napolen.
La pantalla se oscureci.
Llevara demasiado tiempo organizar cualquier cosa ms grande que eso, adems de
que sera difcil de dirigir, y convertira el secreto en un imposible durante cualquier
perodo de tiempo. Estaran condenados a que los investigadores encontraran pistas
que los condujeran hasta los culpables.
Powell mir atentamente a su compaero.
De tanto en tanto me sorprendes confes. Maravilloso, mi querido
Holmes!
Donovan le hizo una reverencia.
Elemental, mi querido Watson.
Holmes y Watson nunca dijeron eso observ Borup al margen.
Donovan continu.
Tambin tenemos el hecho de que el equipo necesario para utilizar los
repetidores troyanos es especial y delicado. En la superficie de una luna estara a la
vista de Dios y todo el mundo y eso acabara con el juego. Por lo tanto, Napolen
tiene que estar en el espacio. Y no querr perder el contacto con Io durante sus
frecuentes puestas, por lo que estar muy por encima o muy por debajo de la
eclptica, desde donde siempre tendr a Io al alcance de sus instrumentos. Yo dira
que una rbita oblicua con respecto a la de Jpiter pero que tenga todos los dems
elementos de la misma lo mantendra en el sitio, de una forma bastante estable,
durante un perodo de unas cuantas semanas. Mir a Borup. Svend, podramos
encontrar a una nave que ande a unos dos o tres millones de klicks de aqu, en el ciclo
septentrional o meridional?
Powell frunci el entrecejo.
Ese es un volumen de espacio monstruoso como para recorrerlo.
No pondra objesiones a aumentar el precio que le present a la compaa
dijo Borup, pero no es nesesario y desperdisiaramos un tiempo presioso. Llevamos
instrumentos muy sensibles. Cuando se viaja a la velosidad que alcanza una nave
correo, hay que poder detectar objetos muy por delante de uno. Medit. M-mm tja, depende del tamao y el tipo de nave. Pero algo no ms grande que mi nave,
que es casi el mnimo, ser captado indudablemente por las pticas. Y el radar
alcansa an ms lejos. El eje de rotasin de esta luna est lo sufisientemente inclinado
como para que no nesesitemos despegar para examinar ambas regiones en las que
Napolen tiene que estar si controla Io.
El casco de la nave puede estar camuflado, no es cierto? inquiri Powell.
Entonces cmo sabr que su radar no ha detectado un meteorito?
Camuflaje, puede ser. No estoy seguro. Pero la naturalesa de una superfisie que
refleja el radar se manifiesta en la seal de regreso si se tiene un analisador como el
mo. El metal es diferente de la roca, por ejemplo. Y una vez que se ha detectado un
objeto sospechoso, hay ms instrumentos. En estas partes, a menos que la tripulasin
est congelada hasta la muerte, habr una emisin de infrarrojos, y en esa misma
direcsin, de las fuentes de energa, los neutrinos que quedan por detrs tambin se
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ven. S, creo que podremos encontrar la nave del emperador a menos que se halle tan
lejos que la dilasin en las comunicasiones resulte ridcula. Pondremos a Knud a
trabajar en ello. Borup apoy un pie sobre el tabique para impulsarse, y sali
disparado por el pasillo que conduca a la sala de control.
Regres con la botella prometida y tres vasos diminutos, a reunirse con Powell y
Donovan ante la mesa. Haba la cantidad justa de gravedad como para hacer factible
el escanciar y beber, aunque de una forma un poco incmoda.
Ole, prepara la sena llam. Un plato espesial para estos pobres hombres.
Albndigas de pescado y sopa de tomate. Tienen un aspecto demasiado lgubre,
amigos mos.
Bueno, estamos preguntndonos qu hacer si Jack est verdaderamente loco,
lo cual es la hiptesis ms sencilla, despus de todo. El tono de la voz de Powell
era triste. Subirlo a bordo de una nave robot y llevarlo de vuelta a la Tierra para
que lo examine la doctora Calvin, claro. Pero cmo conseguirlo? El cree que su
deber es permanecer all y luchar para impedir que se realice algn otro intento de
explotacin en Io. Regresara de todas formas con nosotros, supongo, si supiera que
somos seres humanos. Segunda Ley. Usted podra agregar su voz a modo de refuerzo,
Svend. Superaramos a Napolen por tres contra uno. Pero l no puede estar seguro
de que lo somos. Yo calculo que incluso aunque l reconociera que existen un
noventa y nueve por ciento de probabilidades de que seamos seres humanos, no se
arriesgara. Ese uno por ciento contiene unas consecuencias que le resultan
insoportables.
La sonrisa muri en los labios de Borup.
A todos nos lo resulta, no? replic con gran suavidad. Usted tampoco
correra un riesgo semejante, verdad? Sera mejor que volviramos a los polticos
malos y corruptos, que no que muera todo el mundo sobre la Tierra y los
supervivientes sean unos salvajes muertos de hambre. Podra estar disiendo la
verdad ese Napolen?
En absoluto afirm Donovan. Yo tengo los suficientes conocimientos de
biologa, fsica y geologa. Es una lstima que Jack no los tenga.
Tambin es profundamente ignorante respecto a la gente agreg Powell.
Incluso un robot bastante corriente se habra cuestionado esa historia en caso de haber
tenido contactos normales con los seres humanos. No hace falta estipular que
nuestros polticos y capitalistas son previsores, altruistas o extraordinariamente
brillantes. Simplemente pregntese si seran capaces de correr un riesgo semejante
con la civilizacin que los mantiene a ellos con vida y les proporciona bienestar. Por
otra parte, el mtodo cientfico no funciona de la forma que afirma ese cuento. No
existe eso de que unos pocos genios realicen un descubrimiento de un da para otro y
luego no puedan hacer que se publique. Algo tan fundamental se descubrira poco a
poco, a lo largo de los aos, y los medios de comunicacin se encargaran de seguir y
exagerar cada paso.
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S dijo, eso tiene sentido. Cualquier nave adecuada para el hombre es una
mquina grande y poderosa. Si se la conduce mal puede matar a muchas personas, as
que las autoridades las tienen controladas. No puede llevrsela a ninguna parte sin
una tripulacin cualificada y un plan de vuelo. Es difcil salir con ellas de forma
clandestina. Pero una nave de un solo robot no necesita ser ms que un armazn y un
motor. Puede guardrsela en algn lugar desconocido para todo el mundo, como
podra ser la cara oculta de la luna, y hacerla despegar desde all sin que nadie lo
advierta. Cuando el robot quisiera ir a la deriva sin ser detectado en un radio de unos
pocos klicks, no tendra ms que apagar los motores y permanecer en el fro del
espacio. En cuanto al robot No todos son producto y propiedad de la Corporacin
de Robots, alquilados al usuario y revisados peridicamente. Los mejores lo son, s,
pero, de vez en cuando uno de los nuestros queda irrevocablemente destruido en
uno u otro accidente. Lo que ocurre es que no todos esos informes son verdaderos.
Conozco algunos casos en los que los robots fueron de hecho escondidos, para
redirigirlos a tareas ilegales. Este podra muy bien ser un caso de esos.
Los ojos de color azul porcelana de Borup se abrieron desmesuradamente.
Puede conseguirse que un robot haga cosas que van contra la ley?
Se puede, si se hace de la forma correcta dijo Donovan. Con los tcnicos y
equipos apropiados puede borrarse de su memoria todo lo que jams haya aprendido
y reentrenarlo a partir de cero. Las Tres Leyes continan estando en l, claro est,
pero puede drsele una nocin bastante extraa acerca del mundo. Eso debe de ser lo
que se ha hecho en este caso. Si Napolen slo recuerda haber tratado con sus
maestros y con Jack, entonces se ha tragado toda la historia. Excepto en el caso de
algunos modelos experimentales de los ms altos, los robots suelen tener muy poca
sutilidad. Ellos son incapaces de tramar complots elaborados, y no imaginan que
nadie ms pueda hacerlo. Vamos a contarle algo!
Clmate lo precavi Powell. Examinemos esto ms a fondo. Qu es lo
que el robot Napolen necesariamente sabe y cree, como para ejecutar su misin de
detener el Proyecto Io? Pensaba en voz alta mientras iba de un lado a otro. Es
capaz de manejar una nave espacial, un sistema de comunicaciones, etctera. Por lo
tanto tiene una determinada cantidad de capacidad para tomar decisiones, aunque
difcilmente equiparable a la de Jack. Por lo dems de mentalidad simple, no tiene
forma de saber que la historia del viroide es falsa. Yo dira que se le ha prohibido
sintonizar cualquier otra transmisin exterior, y se le ha ordenado que hiciera caso
omiso de todo lo dems que pudiera or por accidente. Su misin es alertar a Jack
respecto a los viroides, y acerca de los hombres malvados cuyos robots intentarn
convencer a Jack de que regrese al trabajo. Con esta finalidad, sera razonable para l
hacerse pasar por un ser humano y que su imagen se proyectara como la de un ser
humano. No tendra escrpulos ante un engao tan piadoso, siempre que sea
empleado con otro robot.
Ah! exclam Borup contento. Ya lo tenemos! l estar escuchando y
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mirando la prxima ves que ustedes llamen a Yack. Se dar cuenta de que son ustedes
seres humanos y obedeser sus rdenes.
No lo har dijo Powell con voz desolada. Doy por supuesto que los
conspiradores han planeado las cosas con previsin. Si yo hubiera estado al mando,
no slo hubiera programado su transmisor para que lo hiciera parecer humano, sino
que habra programado su receptor para que hiciese que cualquier ser humano que
llamara pareciese un robot.
Fiuff! buf Borup y busc el akvavit.
S concedi Donovan. Eso lo protege bastante bien de cualquier duda
insidiosa, lo cual lo hace ms capaz para aplacar cualquiera de las que exprese Jack.
Podra pensar en la posibilidad de que su interlocutor lo est engaando dijo
Powell, pero no puede actuar al respecto cuando le han ordenado evitar una
catstrofe. Por ejemplo, podramos invitarlo a que viniera aqu y se reuniera con
nosotros. Apostara a que se negar porque nosotros, si somos robots enemigos como
le han dicho, lo superaramos en fuerza.
Borup asinti con la cabeza.
Ya veo, ya veo. Se trata de un asertijo clsico, no? La caverna de Platn.
Eh? gru Donovan.
No lo conose usted? Bueno, yo tengo ms tiempo para leer en mis viajes que
ustedes. El antiguo filsofo griego Platn seal que la informacin sobre el mundo
material nos llega enteramente a travs de los sentidos, y cmo sabemos que estos
nos disen la verdad? Por el contrario, sabemos que frecuentemente se equivocan.
Tenemos que haser las cosas lo mejor que podemos. Dijo que ramos como
prisioneros encadenados en el interior de una caverna que no pueden ver del exterior
ms que las sombras del mismo, que se proyectan sobre las paredes de piedra. A
partir de eso deben intentar adivinar qu es la realidad.
Es una nocin tomada muy a la ligera.
Ha, sera usted caps de refutar los sofismas igual que el doctor Samuel
Yohnson, pateando una piedra
No se preocupe por la dialctica lo interrumpi Powell. Ha dado usted con
una buena analoga, Svend. Estamos atrapados en la caverna de Platn, los tres
bandos lo estamos. No podemos aproximarnos fsicamente los unos a los otros. La
nica informacin que recibimos es la que entra a travs de los haces de
comunicacin; y podran ser mentiras. Nosotros ni siquiera sabemos que exista ese
robot Napolen. Damos por supuesto que as es, pero quiz no sea ms que una
invencin de la imaginacin trastornada de Jack. Si Napolen existe, entonces sabe
que la proyeccin de su propia imagen es la de un hombre; pero todas las imgenes
que recibe son de robots y l cree, tiene que creerlo as si sus jefes quieren que los
sirva de manera fiable, que eso es la verdad. En cuanto a Jack, si no tiene
alucinaciones, todas las imgenes que recibe son humanas y es incapaz de saber
cules son genuinas.
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Callejn sin salida. Cmo vamos a abrirlo? Recuerda que mientras tanto el
reloj sigue corriendo. No creo que el cerebro de Jack pueda resistir la tensin durante
mucho ms tiempo. Sea como sea, el Proyecto Io no puede permanecer inactivo
durante semanas y meses sin irse a la bancarrota.
De improviso, Donovan chasque los dedos alegremente.
Ya lo tengo! grit. Llamamos a Jack y hacemos entrar a Napolen en la
conversacin. Lo grabamos. Entonces la Tierra se enterar de que hay algo podrido
en Dina, eh, perdone, Svend.
Powell frunci el entrecejo.
Bueno, podemos intentarlo respondi. Pero ser mejor que tengamos algo
que decir que l considere digno de su atencin.
quiero que me hables con arreglo a la verdad absoluta, que no eres ni un ser humano
ni un robot.
Donovan se estremeci de anhelo.
No soy ninguna de las dos cosas respondi. Ahora t, Greg, dime de
acuerdo con la verdad que no eres ni un ser humano ni un robot.
No soy ninguna de las dos cosas. Powell volvi a mirar directamente a la
pantalla, hacia la visin cuyos ojos no poda ver. Has odo eso, Jack? Piensa en
ello. La orden era responder a la pregunta de acuerdo con la verdad. No haba
implicada ninguna amenaza hacia un ser humano, y por lo tanto cualquier robot debe
obedecerla en la medida de lo posible. Sin embargo, la nica respuesta posible para
un robot sera: No puedo. Nadie excepto un ser humano podra desobedecerla y
proferir la falsedad de No soy ni un ser humano ni un robot.
Los hombres aguardaron tensos como un cable de acero.
Susurr alguien desde las profundidades, cuya voz no les fue retransmitida a
ellos, o fue la propia inteligencia de Jack la que descubri la falacia? La respuesta
tard ms de lo que justificaba la dilacin normal.
Eso es correcto si, si el que hace la pregunta es un ser humano. Pero si, es
un robot, entonces otro robot puede, perfectamente bien, desobedecerle y
mentir, especialmente si se le ha instruido de antemano para que lo haga as. Lo
mismo, es aplicable a, cualquier dilogo de esa naturaleza. No demuestra nada.
Dejen de acosarme!
Powell y Donovan se quedaron mudos.
Tienes algn comentario que haser, Napolen? aventur Borup. El silencio
fue la nica respuesta.
Jack cort la comunicacin.
estaba? Powell levant los ojos. S, cada contacto lo ha puesto peor. A menos
que podamos trazar un plan que sepamos que va a dar resultado, lo mejor ser que lo
dejemos estar. Quiz a Susan Calvin se le ocurra algo.
Eso no har nada productivo por nuestra carrera mascull Donovan.
Al diablo con nuestra carrera Pero no creo que la vieja dama sea capaz de
solucionar el problema desde un silln de la Tierra. De ser as, no nos hubieran
enviado a nosotros. Con el tipo de dilacin que se produce en las comunicaciones, no
podra emplear sus maosos trucos de robopsicologa.
Supongo que no. Donovan dej escapar un suspiro. No consigo pensar en
la manera de conseguir que Napolen hable con nosotros, y quiz ni siquiera exista,
en cualquier caso. Qu tal si suponemos que no existe, damos por sentado que Jack
est loco, e intentamos calcular cmo conseguiremos hacer que suba a una nave o al
menos evitar que dispare contra los nuevos desembarcos? Si es que algn da los hay.
Le daremos a nuestro ingenio algunos das para trabajar, y esperemos conseguir
un guin que l sea incapaz de dilucidar.
Me pregunto si podrn dijo Borup. Yo no soy un espesialista, pero he
conosido extraas nosiones del ingenio de algunas personas, y pueden ser muy
preclaras, s, brillantes a la hora de defender esas nosiones. Se quedan sentadas en su
caverna de Platn hasta que la muerte viene y les patea el trasero
Se interrumpi. Donovan se haba dado un puetazo en una palma. Powell se
llen los pulmones de aire con una inspiracin sibilante.
Hola, Jack.
El escenario no era la base. Los cascotes oscuros yacan bajo un Jpiter creciente,
al pie de elevaciones dentadas. Detrs de la cadena se elevaban los vapores de color
blanco sucio y amarillento de los volcanes. Jack estaba en el campo de trabajo,
preparando sus escondites y plazas fuertes para la guerra.
La visin oscil de forma vertiginosa al ponerse l de pie.
Qu quieren ahora? Era casi un chillido. Les dije que me dejaran
tranquilo. No tengo por qu escucharlos. Puedo desconectar.
Espera slo un momento. Espera. Hasta que estas ondas le lleguen a
Napolen, est donde est y si est. Clmate lo inst Powell. Nos has exigido
una prueba incontestable de que mis compaeros y yo somos seres humanos. Bueno,
pues, la tenemos.
Tiempo muerto.
Ya lo han intentado. Cmo puedo estar seguro? Si, son ustedes robots,
estn actuando segn rdenes. Sus, dueos, pueden haber previsto, muchas,
contingencias.
Entonces nuestros dueos son humanos dijo Donovan. No deberas
escuchar lo que quieren decirte a travs de nosotros?
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Saba que estaba corriendo un riesgo. El suspenso fue como un fuego lento antes
de que oyeran el sonido desesperado que profera Jack. Pero era deseable para
perturbar tambin a Napolen, si es que Napolen estaba en alguna parte para poder
desestabilizar su propia seguridad.
Nosotros somos seres humanos dijo rpidamente Powell. En esta
emergencia nos obligas a demostrarlo, sin importar lo que ello nos cueste. Entonces
quiz te arrepientas y les obedezcas a los miembros sobrevivientes del grupo.
Recuerda que si lo que Napolen te dijo es verdad intervino Donovan,
pensando si lo que le han dicho a Napolen es verdad, nosotros no podemos ser
humanos. Tenemos que ser robots que se hacen pasar por seres humanos. Tenemos
que ser lo que l ve en su pantalla. Pero si somos seres humanos, entonces todo lo que
te ha dicho Napolen no es cierto. Correcto?
Probablemente Jack no advirti el sudor que baaba los dos rostros.
Pon mucha atencin le orden Powell.
Tras ponerse de pie, levant en el aire una varilla de detonol y la blandi como si
fuera una espada. Donovan tambin se puso de pie.
Greg le dijo a Powell, en este momento, eh, bueno, ha llegado el momento
de que hagas lo que te dije que tendras que hacer si las cosas llegaban a una situacin
desesperada. Destryete a ti mismo.
Powell le quit la clavija al detonador, la cual qued vibrando en su mano
derecha mientras que con la izquierda sujetaba la varilla.
Mike replic, te ordeno que te destruyas a ti mismo.
Donovan sac su explosivo a la vista y, tras haberle quitado la clavija al
detonador, sostuvo la varilla dramticamente contra su garganta. Los hombres se
encararon el uno con el otro. En un campo de gravedad normal es probable que se les
hubieran doblado las rodillas, pero en aquel lugar podan mantenerse de pie con un
cierto estilo. Respiraban con dificultad y de forma irregular.
Detnganse! El grito de Jack les lleg potente, y sin embargo pareci
provenir de una distancia de aos luz. Vuelvan a poner los seguros!
Si somos robots jade Donovan, por qu iba a importarte?
Tiempo muerto.
Tersera Ley! Es su obligasin!
Tenemos rdenes tartamude Powell.
Cada minuto era un paso hacia la muerte.
A los cuatro minutos y medio, Borup entr en la sala, se detuvo y los mir
fijamente.
Qu es esto? grit. Estn locos tambin ustedes?
Tenemos rdenes repiti Powell.
Y yo les doy una contraorden dijo Borup. Desarmen esas varillas!
Por un instante pareci que Donovan no iba a conseguirlo de tanto que le
temblaba la mano. Sin embargo, lo hizo. La clavija de la de Powell ya haba encajado
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Conciencia de Fundacin
George Zebrowski
revelaba secretos que slo yo poda comprender, aunque durante las horas de vigilia
dudaba de que fuera el nico que haba inquirido alguna vez en estos temas. Pero si
era el nico, entonces mis colegas historiadores haban olvidado hacerse la pregunta
ms importante de la historia de la galaxia: haba sido realmente un solo hombre
responsable de haber comprimido treinta mil aos de decadencia en un milenio?
Si otros se haban formulado la misma pregunta, dnde estaban sus trabajos?
Por qu no poda obtenerlos con slo pedirlos? Tena que ser el nacimiento de
nuestro Renacimiento Galctico algo envuelto en el sudario del silencio?
Al llegar a ese punto se me ocurri que poda estar formulando la pregunta
equivocada. Por ejemplo, si el plan de Seldon haba sido trazado de forma creativa
ms que fatalista, entonces no existira contradiccin ninguna entre el libre albedro y
el psicodeterminismo. Nosotros determinamos y somos determinados, hasta un grado
u otro, y no resulta difcil prever qu haremos en cualquier caso. El libre albedro es
la corriente de determinismo que proviene del interior. Por lo tanto, no constituye una
vindicacin para el determinismo el predecir qu podra hacer una persona segn su
libre albedro, especialmente si las posibles alternativas son pocas.
Esta lnea de razonamiento nos llevara a la conclusin de que una vez que el Plan
Seldon comenz a ser desarrollado por las dos Fundaciones, l se convirti en alguien
muy poco relevante. Sus apariciones en la Bveda Temporal eran inconsecuentes
para con el proceso creativo al que haba dado comienzo! Por supuesto, pocos
pensaron en ello de esa forma, aunque era algo implcito en su falta de asistencia a las
apariciones segunda, tercera y sexta.
No obstante, yo necesitaba aquellas apariciones para confirmar mis ideas. Era la
mermante importancia de Seldon la responsable del extravo de su ltima aparicin, o
es que la confirmacin de mi lnea de pensamiento haba consternado tanto a aquellos
que la miraron posteriormente que la haban enterrado? Quiz la haban destruido
completamente, y yo nunca llegara a satisfacer mi intensa curiosidad.
Una visin me persegua mientras mi programa de bsqueda continuaba su caza:
la de que Hari Seldon hubiera trucado la historia humana para que se reformara a s
misma, consiguiendo que personas decididas y racionales trabajaran en su plan, que
no poda evitar cambiar a medida que lo interpretaban y aplicaban las dos
Fundaciones a las circunstancias cambiantes, la derecha y la izquierda trabajando
juntas a sabiendas. Resida la verdadera grandeza de Seldon en saber que el futuro
perteneca a aquellos que vivieran en l, que la historia es un problema trascendente
que no puede ser solucionado sino slo guiado de manera imperfecta?
Las respuestas de esas preguntas parecan estar fuera de mi alcance. Ah, cmo
ansi acercarme a Seldon y pedirle que me las diera! Estaba convencido de que
incluso en el caso de que las grabaciones hubieran sido destruidas, tena que existir
un backup en alguna parte del vasto bosque de informacin de Trantor; incluso un
simple eco podra ser ampliado y restaurado a su forma original. Mis programas de
bsqueda estaban buscando algo de un significado muy importante, algo que estaba
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ms all del mero ejercicio de la inteligencia; pero ningn programa poda recuperar
una informacin que estaba perdida en su totalidad.
Luego, un da, mientras estaba sentado en la terminal de trabajo de mi
apartamento del 66. Nivel Polar de Trantor, mi programa dijo:
Apariciones de Seldon sexta, tercera y segunda son ahora asequibles en ese
orden. Bsqueda terminada.
Permanec sentado, lleno de sorpresa, mirando fijamente al interior del holocubo
mientras me preguntaba si el programa no haba hecho ms que recuperar las
apariciones anteriormente asequibles aunque mal archivadas. Contuve la respiracin
y pas la mano por los controles.
El holocubo parpade. La figura pequea de un hombre viejo que estaba en una
silla de ruedas me mir con unos ojos brillantes de sabidura. Esper a que hablara,
deseando que aquello no fuera un simple duplicado de las apariciones conocidas.
Soy Hari Seldon dijo suavemente, dando la habitual impresin de una voz
enrgica que estaba contenindose, y esta ser mi sexta y ltima aparicin en la
Bveda Temporal. Hizo una pausa y se inclin hacia delante con emocin. Ahora
vendra. Mir el funcionamiento de la grabacin. Estaba corriendo.
Algunos de ustedes puede que se hayan preguntado a estas alturas continu
de pronto Seldon, qu utilidad han tenido estas apariciones mas, si es que la han
tenido. Deberan de haber coincidido con una serie de crisis y haberlos ayudado a
superar momentos difciles en los que puede que haya parecido que las proyecciones
psicohistricas no tenan nada que ver con los acontecimientos reales. El encogido
anciano sonri. Por lo que s, podra muy bien estar hablndole a una sala vaca de
una galaxia fragmentada que est an en la era oscura. Pero si me estn escuchando,
djenme que les asegure que estas apariciones mas tienen que haber sido tiles de
una u otra forma.
Me seal con un dedo huesudo, y me dio la sensacin de que iba a ponerse de
pie y tocarme el rostro. Un libro abierto cay de su regazo al suelo de aquella poca
distante.
Permtanme que les explique qu quiero decir continu. O bien yo me
mantuve al da de la forma en que se desarrollaron las cosas, o mi fracaso en ello
impuls a aquellos de vosotros que estaban en contacto con la realidad a actuar. La
psicohistoria puede prever correctamente las posibilidades a grandes rasgos, pero es
incapaz de proyectar una imagen de los detalles futuros especficos y de las acciones
que son necesarias para que se produzcan. Algunos de ustedes podran estar diciendo
en estos momentos que la psicohistoria no es lo que yo hice que pareciera, y tendran
razn de la forma en que tienen razn las personas de mentalidad limitada. Pero yo
espero que haya sido una parte suficientemente grande de lo que deba ser. Yo
realmente clamaba contra el oscurantismo irracional que amenazaba con sumir a la
galaxia en treinta mil aos de barbarismo. En toda la vida de la humanidad, cada da
de la misma, el irracionalismo ha amenazado con establecer su reinado, y ha sido
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La nave espacial estaba comenzando a funcionar mal otra vez. No caba duda
alguna. Los circuitos no sincronizaban tan perfectamente como solan hacerlo. En
lugar de eso estaban chasqueando, y eso era una seal de problemas. Hellman haba
esperado salir del espacio canalizado al rea 12XB del ncleo de Orin, pero algo
haba salido mal. Era posible que hubiera entrado las coordenadas errneas? Si as
era, no haba mucho tiempo para hacer algo por solucionarlo. Se haba materializado
en una especie de nube amarillenta y poda sentir que la nave caa velozmente.
Haz algo! le grit a la computadora de la nave.
Estoy intentndolo, no? le replic la computadora. Pero hay algo que no
va bien, tenemos un error
Corrgelo! le grit Hellman.
Cundo? le pregunt la computadora.
Aquellos trastos no tenan sentido alguno del peligro. Estaban cayendo a travs de
la nube a una velocidad muy superior a lo que resulta saludable cuando uno sospecha
que hay suelo duro debajo, y all estaba la computadora preguntndole cundo.
Ahora! chill Hellman.
De acuerdo dijo la computadora. Y luego se estrellaron.
Hellman recuper el conocimiento horas despus, y advirti que estaba lloviendo.
Era agradable estar bajo la lluvia despus de haber pasado tanto tiempo en una nave
mal ventilada. Hellman abri los ojos para mirar hacia el cielo y ver cmo caa la
lluvia.
No haba lluvia alguna. Tampoco haba cielo. Lo que l haba credo lluvia era el
agua del lavamanos. Le era pulverizada encima por uno de los ventiladores de la
nave, que giraba a una velocidad peligrosa para los ventiladores, incluso para los que
tenan soporte de eternita.
Para eso! dijo Hellman, de malhumor.
El ventilador aminor hasta un suave zumbido.
Te encuentras bien? pregunt la computadora a travs de los altavoces.
S, estoy bien respondi Hellman, mientras se pona de pie con cierta
inseguridad. Por qu estabas rocindome con agua?
Para hacerte recuperar el conocimiento. No tengo brazos ni extensores que
pueda manejar, as que eso era lo mejor que poda hacer. Si al menos me instalaras
una alarma, o incluso un tentculo
S, ya he odo tus puntos de vista sobre ese tema la interrumpi Hellman,
pero la ley es muy clara. Las mquinas inteligentes de nivel siete o mayores
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Por supuesto que no. Yo mantendr contacto radial contigo. Puede que haya
cosas que debas analizar.
Vas a salir ah fuera a hablar con los robots?
Esa es la idea.
Permteme que te recuerde que se cree que los robots de Desdmona violaron
las leyes de la robtica. Se los cree culpables de haber daado seres humanos, ya sea
intencionadamente o por inadvertencia.
Eso no es ms que ciencia ficcin dijo Hellman. Es bien sabido que los
robots no hieren a las personas. Slo las personas les causan dao a las personas. Los
robots son racionales.
Esa no es la opinin de la mayora respecto a lo que ocurri en Desdmona.
En los anales de la robtica no hay ningn caso de seres humanos que hayan
sido atacados voluntaria e intencionadamente por robots afirm Hellman. Eso no
ha ocurrido jams.
Esta podra ser la primera vez le sugiri la computadora.
Yo s cuidar de m mismo le asegur Hellman.
El aire era limpio y fresco en el exterior de la nave. Debajo de sus pies haba
hierba corta, clstica y resistente, que ola delicadamente a tomillo y romero. Hellman
se acerc la radio porttil a la boca y la encendi.
Me recibes? le pregunt a la computadora.
Te recibo claro y alto le respondi la computadora. Roger[7], cambio.
No te hagas la lista le dijo Hellman. Qu clase de fenmeno te
program?
Debes de estar refirindote a mi circuito irnico. Fue creado especialmente
para mi modelo.
Bueno, pues desconctalo.
Es de conexin manual. Tienes que hacerlo t mismo.
Cuando regrese replic Hellman. Todava tienes a esas mquinas en tu
radar?
No es un radar aclar la computadora. Dos de las mquinas estn ahora
alejndose de donde t ests. Una de ellas todava avanza en direccin a ti.
Dentro de cunto podr avistarla?
Calculando las dos trayectorias, y dando por supuesto que no cambie la
direccin que llevis los dos y que no ocurra ningn acontecimiento adverso, yo dira,
en los trminos vagos que t prefieres, que debera ser dentro de bastante poco.
Hellman continu avanzando. Ahora poda ver que la llanura no era tan plana
como l haba credo al mirarla desde la nave. Bajaba y suba, y poda divisar unas
colinas suaves a poca distancia, aunque quiz se trataba de dunas de arena. Hellman
comenzaba a jadear un poco. No haban realizado con regularidad sus ejercicios
durante el vuelo, y haba perdido ligeramente la forma fsica. Todas aquellas subidas
y bajadas, aunque se tratara de pendientes suaves, requeran un cierto esfuerzo.
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flancos de su estructura, montando sobre sus espaldas donde formaba una especie de
cima.
Sujtate le dijo el cazacoches y arranc a correr de una manera algo
irregular, pues sus seis piernas avanzaban a un paso curioso aunque no incmodo.
Hellman se sujetaba con fuerza. La velocidad no era nada extraordinario, unos
veinticinco o treinta kilmetros por hora, pero una cada lo dejara indefenso ante el
grupo de hienoides que los persegua.
Los hienoides los siguieron por el terreno desigual, e incluso consiguieron acortar
distancias, dado que las maniobras justas dentro de los barrancos y caones
resultaban ms fciles para aquellas bestias ms pequeas y giles. Uno de ellos se
acerc lo suficiente como para morder al cazacoches, pero este extendi un miembro
suplementario y dej al hienoide panza arriba. El resto del grupo les dej un mayor
espacio al ver aquello. El que haba quedado patas arriba se dio la vuelta con bastante
rapidez y reemprendi la persecucin, permaneciendo muy fuera del alcance del
miembro suplementario del cazacoches. Aquello le record a Hellman un cuadro que
haba visto en un museo, de unos lobos que intentaban abatir a un alce. La diferencia
radicaba en que el cazacoches estaba mucho ms seguro de s que cualquier alce. No
pareca tener miedo alguno de los hienoides. Pasado un rato cruzaron un pequeo ro
fangoso y se hallaron sobre una llanura de suelo duro. All, el cazacoches pudo sacar
sus ruedas y utilizar su enorme potencia de motor. Muy pronto haban dejado a los
hienoides muy atrs, y stos haban dado la vuelta. Al ver eso, el cazacoches adopt
una velocidad de crucero ms econmica.
Dime cundo le dijo a Hellman, pasado un rato.
A qu te refieres con que te diga cundo?
A que me digas cundo quieres que te deje.
Ests loco? pregunt Hellman. Debemos de estar a unos treinta
kilmetros de mi nave.
Tu nave?
Ya era demasiado tarde como para que Hellman pudiera arreglar aquel desliz.
S replic. Me temo que antes te di una impresin errnea. En realidad la
computadora trabaja para m.
El cazacoches aminor la marcha y se detuvo. No haba nada alrededor de ellos, y
esa nada se extenda interminablemente.
Bueno, ese es un interesante cambio dijo el cazacoches. Es as como
funcionan las cosas en el lugar del que provienes?
Bueno, s, bastante le respondi Hellman. Oye, me haras un gran favor y
me llevaras de vuelta a mi nave?
No. No puedo.
Por qu no?
Porque ya llego tarde a la reunin.
Una reunin? Y es realmente tan importante?
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Tiene buen aspecto, no crees? Ya s que t no comes metal, pero sin duda
puedes identificarte con la experiencia.
Tiene aspecto sabroso dijo Hellman. Especialmente en todo ese aceite.
Es aceite usado dos veces. No hay nada como eso. Lo he aderezado un poco
con una planta que crece por estos contornos. Nosotros la llamamos aj picante.
S, nosotros tambin tenemos algo parecido coment Hellman.
Qu pequea es la galaxia! exclam el cazacoches. Por cierto, yo soy
Wayne 1332A.
Tom Hellman dijo Hellman.
Encantado de conocerte. Instlate bien y sujtate con fuerza. Nos vamos a la
reunin.
El cazacoches comenz a andar a zancadas y luego, tras bajar las ruedas,
comenz a aumentar su velocidad a travs del plano desierto. Pero pronto volvi a
aminorar la marcha.
Qu ocurre? le pregunt Hellman.
Ests seguro de que estoy haciendo lo correcto al salvarte la vida?
Estoy absolutamente seguro de ello declar Hellman. No tienes que
abrigar duda alguna al respecto.
Slo quera asegurarme dijo Wayne. De todas formas, ser mejor que deje
que sean los dems quienes decidan qu hacer contigo.
Wayne comenz a aumentar nuevamente su velocidad.
Qu quieres decir con qu hacer conmigo?
T podras ser un problema para nosotros, Tom. Pero tengo que dejar que los
dems decidan. Ahora debo concentrarme.
Haban llegado a otra parte de la llanura. Estaba sembrada de gigantescas rocas
redondeadas. El cazacoches necesit de todas sus destrezas para esquivarlas a la
velocidad que llevaba. Dejar que los otros decidieran. A Hellman no le gustaba nada
cmo sonaba aquello. De todas formas, no haba mucho que l pudiera hacer al
respecto en aquel momento; y, en cualquier caso, puede que los robots de la reunin
no fueran tan difciles de tratar.
La luz del sol haba disminuido cuando salieron a toda velocidad de la planicie y
entraron en una regin de colinas bajas. Un sendero rudimentario conduca a lo alto.
Wayne lo tom como si se tratara de una pista de tierra para bicicletas de montaa. El
polvo, la arena y la grava baaban a Hellman mientras el cazacoches derrapaba,
esquivaba, frenaba y aceleraba la marcha por la ladera cada vez ms abrupta.
Finalmente las ruedas de Wayne comenzaron a resbalar y l tuvo que recogerlas y
avanzar solamente con traccin pseudpoda. Hellman tuvo que sujetarse con mayor
fuerza porque el robot se zarandeaba, se estremeca, se balanceaba y daba tumbos, y a
veces haca todas esas cosas al mismo tiempo.
Luego Wayne gir y se detuvo bruscamente.
Qu es esto? pregunt Hellman.
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cazacoches.
Al cabo de otra hora haban dejado atrs el camino accidentado y estaban
atravesando un territorio herboso y ondulado. Tenan un ro a la derecha, y onduladas
colinas verdes a la izquierda. Hasta aquel momento, Hellman no haba visto rastro
alguno de seres humanos, y ni siquiera de vida animal. Sin embargo, en aquella zona
haba mucha vegetacin. La mayor parte de la misma pareca existir en forma de
rboles o hierbas. Nada que l pudiera comer. No obstante, quiz consiguiera algo
cuando llegaran al punto de reunin.
A lo lejos, en una depresin emplazada entre dos colinas, distingui el destello del
sol sobre una superficie metlica.
Qu es eso? pregunt.
Esa es la Casa Redonda le replic Wayne. Es lo que nosotros llamamos la
Gran Sala de Reuniones. Y mira, algunos ya han llegado.
La Casa Redonda era un edificio circular de un piso de alto, abierto por los lados
y apoyado sobre columnas. Estaba bellamente adornado con arbustos y grandes
rboles alrededor. Haba alrededor de veinte mquinas que se paseaban por el
exterior. Hellman pudo or sus inactivos motores antes de distinguir las palabras que
se decan los unos a los otros. Detrs de la Casa Redonda haba un corral vallado,
dentro del cual se vean varias criaturas mecnicas enormes de un tipo que Hellman
no haba visto nunca antes. Se encumbraban muy por encima de los cazacoches, con
aspecto de imitacin mecnica de brontosaurio. Cerca de su encierro haba otras
varias estructuras.
Al acercarse Wayne, los cazacoches advirtieron la presencia de Hellman sobre su
espalda y guardaron silencio.
Howdy, Jeff salud Wayne, Si, Bill, Skeeter, hola.
Hola, Wayne replicaron los otros.
Supongo que ahora puedes bajarte le dijo Wayne a Hellman.
Hellman descendi de la espalda del cazacoches. Resultaba agradable tener
nuevamente un suelo slido debajo de los pies, aunque estaba un poco intimidado por
el tamao de los otros cazacoches.
Qu traes ah, Wayne? pregunt uno de ellos.
Puedes verlo por ti mismo respondi Wayne. Es un ser humano.
Pues s que lo es seal la mquina llamada Jeff. Haca mucho tiempo que
no vea una de esas criaturas por aqu.
Se estn volviendo bastante escasas reconoci Wayne. No tenis nada
para beber por aqu?
Uno de los cazacoches seal con uno de sus extensores en direccin a un barril
que haban dejado debajo de un rbol lateral.
Prueba un poco de eso. Es de la destilera casera de Lester; nos lo ha enviado.
Es que no va a venir Lester?
Me temo que no. Tiene esa podredumbre en los cables de control. Lo ha dejado
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bastante tullido.
Wayne se encamin hacia el barril, sac un tubo y lo introdujo en el interior. Los
dems observaron en silencio a medida que bajaba el nivel.
Eh, Wayne! Deja un poco para los dems!
Finalmente Wayne retir el tubo de beber.
Guauuu! exclam. Eso pega fuerte!
Garantizado al trescientos por ciento, y aromatizado con canela. Humano, no
quieres probar un poco?
Creo que pasar dijo Hellman.
Los cazacoches soltaron rudas carcajadas.
Dnde diablos lo encontraste, Wayne?
En la llanura respondi Wayne. Su dueo todava est all, en la nave
espacial.
Por qu no ha venido tambin l?
No lo s muy bien. Quiz no sea mvil.
Qu vas a hacer con l?
Eso debe decidirlo el consejo ejecutivo replic Wayne.
Sabe hablar? pregunt el que se llamaba Skeeter.
Claro que s hablar intervino Hellman.
Hellman estaba a punto de poner en su lugar aquellas fanfarroneras de robot,
pero en aquel momento se produjo movimiento dentro de la Casa Redonda y dos
robots salieron de ella. Las vigas y travesaos metlicos de sus estructuras desnudas
estaban pintados de azul; la parte superior era roja. Tenan smbolos negros pintados
aqu y all. Parecan ser oficiales de alguna clase.
Nos ha enviado el jefe le dijo uno de ellos a Wayne. Se ha enterado de que
has entrado en el campamento con un ser humano.
Las noticias corren rpido, verdad? coment Wayne.
Wayne, t sabes que eso va en contra de las reglas.
Wayne neg con la cabeza.
No es la costumbre, pero nunca o decir que fuera en contra de las reglas.
Bueno, pues as es. Tenemos que llevarlo dentro para interrogarlo.
Ya me lo haba figurado dijo Wayne.
Ven con nosotros, humano le dijo uno de los oficiales.
Aparentemente, Hellman no poda hacer otra cosa que obedecer las rdenes.
Saba que no era mucho para los robots en lo que a velocidad y fuerza se refera; tena
que irse con mucho ojo. Puede que no resultara muy fcil salir con bien de aquella.
No obstante, lo que ms lo intrigaba era que tenan aquellos robots en contra de
los seres humanos? Haba algn ser humano en aquel planeta? O los haban matado
todos los robots?
Uno de los edificios pareca servirles de prisin a los cazacoches. Estaba cerrado
por los flancos, y tena una puerta en la que a su vez haba un candado. Uno de los
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oficiales azules y rojos, o guardias o lo que fuera que fuesen, abri la puerta y la
sujet para que Hellman entrase.
Durante cunto tiempo vais a tenerme encerrado? pregunt Hellman.
Se te informar de la decisin del consejo fue la nica respuesta, tras lo cual
cerraron la puerta tras l.
Era una sala amplia hecha de hierro galvanizado. Tena ventanas emplazadas muy
en lo alto, las cuales no tenan cristales. La sala estaba desprovista de muebles.
Evidentemente, los robots no utilizaban sillas ni camas, aunque s se vean algunas
mesas bajas. Hellman recorri el entorno con la mirada y, cuando sus ojos se
acostumbraron a la penumbra, distingui un parpadeo de luz en un rincn y se
encamin hacia l para investigar.
En el rincn haba un robot. Era algo ms pequeo que un hombre, quiz de
alrededor de un metro y medio de estatura, y cuerpo esbelto. Tena una cabeza bien
definida, esculpida en un metal brillante, y los brazos y piernas habituales. La criatura
lo observaba en silencio, cosa que resultaba inquietante.
Hola dijo Hellman. Soy Tom Hellman. Quin eres t?
El robot no respondi.
No puedes hablar? pregunt Hellman. No hablas ingls?
Segua sin recibir rplica alguna del robot, que continuaba observndolo con un
ojo verde y otro rojo.
Fantstico exclam Hellman. Me han encerrado con un mudo.
Mientras hablaba, advirti que el robot estaba escribiendo en la tierra apisonada
del suelo con un largo dedo de uno de los pies. Hellman ley: Las paredes tienen
odos.
Levant los ojos hacia el robot, el cual le dirigi una mirada significativa.
Qu ocurrir ahora? pregunt Hellman, bajando la voz hasta un susurro.
El robot volvi a escribir: Pronto lo sabremos.
El robot no quiso comunicarle nada ms. Hellman se encamin hacia el lado
opuesto de la sala y se tendi sobre el suelo. En ese momento tena mucha hambre.
Le daran de comer? Y lo ms importante, le daran para comer algo que pudiera
comer realmente? En el exterior, pasaban las horas. Pasado un rato, Hellman
comenz a adormilarse. Cay en un sueo ligero y al cabo de poco estaba soando
con cosas vagas y amenazadoras que se lanzaban sobre l desde el cielo oscuro.
Estaba intentando explicarles que no era culpable, pero no consegua recordar de qu.
Hellman se despert cuando abrieron la puerta de la prisin. Al principio pens
que haban venido a decirle qu haban decidido. Pero en cambio le traan comida.
Consista enteramente en frutas y bayas, ninguna de las cuales le resultaba familiar,
aunque tampoco eran extraas. Tambin le trajeron agua. Estaba contenida en latas de
aceite de un cuarto que haban sido escrupulosamente limpiadas y no tenan ni rastro
de aceite. Ms tarde Hellman supo que aquellas latas jams haban contenido aceite,
aunque la palabra aceite estaba estampada en el metal por la parte de fuera. En
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aquel momento no tena ni idea de que los cazacoches tenan un lado ceremonial en
sus naturalezas, y eran capaces de utilizar objetos utilitarios por su mero valor
simblico.
Los dos cazacoches que le trajeron la comida y el agua se negaron a responder
preguntas. Esperaron en silencio mientras Hellman coma. l pensaba que lo
observaban con curiosidad. No pudo comprenderlo, pero tena tanta hambre que
continu comiendo. Se llevaron el plato de metal batido en el que haban trado la
fruta, pero le dejaron las dos latas de agua.
El tiempo pasaba. Hellman no llevaba reloj y no poda contactar con la
computadora de la nave para que llevara la cuenta del tiempo. Pero calcul que
deban haber pasado horas. Comenz a sentir irritacin hacia el robot que estaba
encerrado con l, que permaneca sentado en un rincn de la sala y pareca sufrir un
ataque de catalepsia.
Al fin, Hellman decidi que ya haba tenido suficiente. El aburrimiento puede
conducir a un hombre a actos violentos. Se acerc al robot y le dijo:
Di algo.
El robot abri sus ojos rojo y verde y lo mir. Mene lentamente la cabeza de
derecha a izquierda, lo cual significaba no.
Porque ellos pueden ornos, verdad?
El robot afirm con la cabeza.
Y qu importa si pueden ornos o no?
El robot hizo un gesto complejo e intrincado con las manos, que Hellman
interpret como: T simplemente no lo comprendes.
Que yo simplemente no lo comprendo, es eso? pregunt Hellman.
El robot asinti con la cabeza.
Pero es que no puedo comprenderlo a menos que me lo expliques.
El robot se encogi de hombros. Gesto universal que significa: Y qu puedo
hacer yo?.
Yo te dir lo que puedes hacer dijo Hellman con una voz baja pero resonante
de ira contenida. Me ests escuchando?
El robot asinti nuevamente con la cabeza.
Si no comienzas a hablar de inmediato, voy a saltarte uno de los ojos. El verde.
Luego volver a pedrtelo. Si vuelves a negarte, te saltar el rojo. Lo has
comprendido?
El robot lo mir fijamente. Slo entonces advirti Hellman el rostro tan mvil que
tena. No estaba hecho de una sola pieza de metal. En cambio, haba muchsimos
planos pequeos que conformaban la cara, y cada plano tena alrededor de dos
centmetros cuadrados y era capaz de moverse. Aquel era un rostro diseado para
revelar sus pensamientos, emociones y estados de nimo a travs de la expresin. E
indudablemente el rostro del robot expres horror, incredulidad, ultraje, cuando
Hellman contorsion su propio rostro en una expresin feroz y avanz hacia l.
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Jorge? Como Jorge Luis Borges? pregunt Hellman, que era un gran
literato cuando se trataba de relatos cortos.
S. Es el santo de los bibliotecarios.
La puerta se abri. Los cazacoches entraron andando pesadamente. Entre los
edificios parecan torpes e incmodos. La gracia fluida que un cazacoches desplegaba
en terreno abierto pareca abandonarlos en aquellos entornos restringidos.
Ven con nosotros le dijo uno de ellos. El consejo ha comentado tu caso y
ahora quiere hablar contigo.
Qu hay de mi compaero Jorge?
Con l trataremos a su debido tiempo.
Ten cuidado con lo que les dices le advirti el bibliotecario. A los
cazacoches no les gustan, las evasivas.
La pausa del bibliotecario fue lo suficientemente larga como para convencer a
Hellman de que haba algo que le estaba aconsejando no decirles a los cazacoches.
Dese saber de qu se trataba. Pero los cazacoches comenzaron a avanzar y Hellman
tuvo que moverse rpidamente para evitar que le pasaran por encima.
Humanos encontraron lugares verdes en los que podran cultivar cosas. Los robots se
dividieron en varios grupos. Uno de esos grupos era el de los cazacoches. Ellos no
queran vivir en ciudades. Negaban que la finalidad de los robots fuera la de ampliar
la tecnologa. Insistan en que vivir era finalidad suficiente para cualquiera. Ese fue el
tiempo de las modalidades de eleccin. Los cazacoches seleccionaron para s cuerpos
que fueran aerodinmicos y que resistieran durante mucho tiempo. Se programaron a
s mismos con el amor por los sitios desolados. Y el Gran Fabricador puso a su
disposicin una raza de automviles, descendientes directos de los coches de la
Tierra. Los coches eran animales beligerantes de rebao y era correcto matarlos
porque no eran lo suficientemente inteligentes como para que les importara. Los
cazacoches fueron programados de manera que las entraas de los coches les
resultaran deliciosas. Se trataba de una tica deliberadamente estudiada, porque al
principio cada uno de los grupos escogi su propia tica. Trabajaron sobre modelos
antiguos, por supuesto, modelos humanos de los viejos tiempos, dado que la
inteligencia es la capacidad para escoger tu propia programacin. Era una buena vida,
pero segn el punto de vista de los otros robots, aquellos que haban escogido vivir en
ciudades, era un callejn sin salida en el juego vital de la evolucin de las mquinas.
El modelo romntico era satisfactorio, pero limitado.
Vers dijo Jorge mientras rebotaban sobre la espalda de Wayne, algunos
de nosotros pensamos que la vida es un arte que debe ser aprendido. Creemos que
tenemos que aprender lo que vamos a hacer. Dedicamos nuestras vidas a dar el paso
siguiente.
Wayne se aburra con aquella clase de conversacin. El bibliotecario estaba
obviamente loco. Qu poda ser mejor que correr por el territorio y matar cosas? l
mismo haba sealado que no exista problema moral alguno, dado que las cosas que
mataban no eran lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de lo que les
hacan. Adems, tampoco se les haban conferido circuitos de dolor.
Estaban atravesando un paso de montaa largo y estrecho, con altsimos picos a
ambos lados. Repentinamente, Wayne se detuvo y despleg unas antenas. Las hizo
girar de una forma resuelta, y un instrumento del interior de su blindaje comenz a
emitir un tic-tac urgente y apenas audible.
Qu ocurre? pregunt Hellman.
Creo que tenemos problemas por delante dijo Wayne. Se volvi en redondo
y comenz a desandar el camino. A unos cincuenta metros volvi a detenerse.
Qu ocurre ahora? volvi a preguntar Hellman.
Los tenemos a ambos lados.
A quines tenemos a ambos lados? Son otra vez los hienoides?
Esos no son un problema real le dijo Wayne. No, esto es un poco ms
grave que eso.
De qu se trata? inquiri Jorge.
Creo que es un grupo de deltoides.
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Cmo puede ser eso? pregunt Jorge. Los deltoides viven mucho ms al
sur, en Mecanicaville y Empaquetadurum.
No s qu estn haciendo aqu dijo Wayne. Quiz puedas preguntrselo t
mismo. Parecen estar por todas partes a nuestro alrededor.
El rostro mvil de Jorge adquiri una expresin de alarma.
Que el Gran Fabricador nos proteja!
Qu ocurre? le pregunt Hellman a Wayne. Por qu est tan
trastornado?
Los deltoides no son como el resto de nosotros le explic Wayne.
No son robots?
Oh, ya lo creo que son robots. Pero algo sali mal con su condicionamiento
cuando la raza fue diseada por el Gran Fabricador. A no ser que lo haya hecho a
propsito, que es lo que sostiene la Iglesia deltoide de la Estrella Negra.
Qu es exactamente lo que el Gran Fabricador les hizo? inquiri Hellman.
Les ense el gusto por matar dijo Jorge.
Esperad dijo Wayne. La nica forma de salir de aqu es por encima de
esos acantilados.
Puedes escalar un gradiente como ese? pregunt Hellman.
Vamos a averiguarlo replic Wayne.
Pero vosotros tambin matis cosas le dijo Hellman.
Claro; pero slo animales legtimos. A los deltoides les gusta matar a otros
seres inteligentes.
Comenz su camino pared de roca arriba. Detrs de ellos se haba reunido un
grupo de grandes mquinas de colores de camuflaje y los estaban observando.
Tres veces intent Wayne llegar hasta lo alto, y cada vez perdi el punto de
traccin a un tercio de la distancia que lo separaba de la cumbre. Slo el ms hbil
equilibrio y el doble agarre impidieron que el cazacoches volcara mientras se
deslizaba hasta su punto de partida. Los deltoides no parecan tener prisa alguna por
atacarlos, cosa que en aquel momento le result incomprensible a Wayne, pero que
tena una explicacin muy simple que les fue ofrecida cuando se hallaron a salvo, de
momento, en Poictesme.
Pero eso ocurri ms tarde; de momento aquella pareca una situacin
desesperada, y Wayne se volvi, dispuesto a cargar con la cabeza por delante contra
las mquinas y correr el riesgo. Hellman y Jorge no tenan voto en el asunto. Aquella
era la decisin de Wayne y slo l deba tomarla. Pero le fue arrebatada de las manos
cuando de pronto el suelo comenz a ceder bajo sus pies. Los deltoides lo advirtieron
y encendieron ruidosamente sus motores, ansiosos por alejarse de aquel terreno
traicionero. Pero ya estaban tambin ellos atrapados, y la totalidad de la llanura
pareci estar hundindose. Hellman y Jorge no pudieron hacer nada ms que sujetarse
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deberse a que l era la nica persona humana de Poictesme. Ella dijo que no se deba
en absoluto a eso; l le gustaba de verdad; l era diferente; proceda de la Tierra, un
lugar que ella siempre haba querido conocer porque incluso a tanta distancia del
sistema solar haba odo hablar de Pars y Nueva York.
Un da Hellman entr en la sala cuando Lana se haba marchado a uno de sus
misteriosos recados. Nunca le deca adnde iba, sino que simplemente le dedicaba
una leve sonrisa, medio de disculpas, medio desafiante, y se despeda con un te ver
luego, monada. Aquello le fastidiaba a Hellman porque no tena adnde ir y haca
que se sintiera en desventaja.
En la sala, advirti por primera vez la existencia de un televisor de treinta
pulgadas empotrado en la pared. Probablemente ya lo haba visto antes, pero no se
haba fijado realmente en l. Ya se sabe lo que ocurre cuando uno est demasiado
lejos como para poder ver sus programas preferidos.
Se acerc al aparato. El aspecto era el de un televisor normal. En la base tena un
botn. Con curiosidad, Hellman lo hizo girar. La pantalla se encendi y en ella
apareci el rostro de una mujer.
Hola, Hellman le dijo la mujer. Me alegro de que por fin hayas decidido
tener una conversacin conmigo.
No saba que estuvieras all le replic Hellman.
Y dnde ms poda estar el espritu de la casa que dentro de su aparato de
televisin? inquiri ella.
Es realmente ese el aspecto que tienes? le pregunt Hellman, a su vez.
En el sentido estricto de la idea le respondi ella, yo no tengo aspecto
ninguno. O tengo el que t quieras que tenga. De hecho, yo tengo el aspecto de la
casa que soy. Pero una casa es demasiado grande y complicada como para servir de
interlocutor. Por ese motivo, los poictesmeanos adquirimos una personalidad y nos
convertimos en el espritu de nuestra propia casa.
Por qu te apareces como si fueras una mujer?
Porque soy una mujer fue la rplica de ella. O al menos soy femenina. El
femenino y el masculino son dos de los grandes principios del universo, cuando se
los contempla desde un determinado punto de vista. Nosotros, los poictesmeanos,
adoptamos cualquier punto de vista de acuerdo con los profundos ritmos universales.
Tengo entendido que eres del planeta Tierra.
Exacto dijo Hellman; y me gustara regresar all.
Es posible le dijo ella, que eso pueda arreglarse. Suponiendo que
contemos con tu cooperacin, por supuesto.
Diablos, claro, yo soy muy cooperador le asegur Hellman. Qu queris
que haga?
Queremos tu ayuda para salir de aqu.
Fuera de Poictesme?
No, idiota, nosotros somos Poictesme. Lo que queremos es trasladar toda
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Mientras Hellman haba viajado con Wayne el cazacoches hasta la reunin, los
observatorios de Robotsville haban ledo e interpretado las seales enviadas durante
el aterrizaje violento de la nave en Nuevaestrella. Fue la interpretacin lo que ms
tiempo les haba llevado, dado que en el pasado se haban recibido de vez en cuando
seales que significaban que acababan de aterrizar naves, y desgraciadamente haban
resultado ser interpretaciones errneas. Siendo este el caso, el Astrnomo Real haba
elaborado la teora de que las seales que indicaban el aterrizaje de una nave podan
ser tomadas como un indicio de que en realidad no haba aterrizado nave alguna.
Aquello fue considerado algo ingenioso pero ftil en una reunin de Robots
Preocupados por una Robotsville Ms Segura. La opinin pblica dej claro que esta
seal ltima, exactamente igual que las anteriores, tendra que ser investigada.
As pues, un escuadrn de la Guardia Real de Caballera de Robotsville haba
sido enviada al mando del Coronel Trotador. Dicho escuadrn estaba compuesto por
ciudadanos regulares que haban escogido tener cuerpos de centauro, mitad
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sus opiniones acerca de los robots se basaban en toda una existencia de vivir cerca de
ellos, tiempo durante el cual haba observado su forma de actuar, y que tambin
contaba con la valiosa intuicin de sus amigos, los cuales tambin dedicaban una
parte de su tiempo y energas a observar a los robots. Ahora bien, le dijo con un tono
dulcemente sardnico, era posible que Hellman conociera a los robots mejor que
nadie. Era posible que, con una sola mirada de sus inteligentes ojos, hubiera
averiguado ms de lo que Lana y su gente haban sido capaces de deducir.
Lana poda continuar en aquella vena durante mucho rato. Al principio, Hellman
pens que era rara porque era una aliengena. Luego decidi que probablemente fuera
rara incluso para ser una aliengena. De hecho, pens, podra estar un poco chalada.
De alguna forma, Lana haba odo hablar de la ciudad de Hollywood del planeta
Tierra, y lo que ella realmente quera de Hellman era que le contara historias de las
estrellas. Se senta fascinada por el hechizo de todo aquello. Le haca describir
detalladamente el Graumans Chinese Theater, a pesar de que Hellman no haba
estado nunca en California. Tambin quera que le hablara de Vernica Lake.
Hellman descubri que de nada serva decir que no saba nada de ella. Lana siempre
pensaba que estaba mintiendo, y se pona de malhumor hasta que l le contaba algo,
cualquier cosa.
Le cont que Vernica Lake era una de dos hermanas siamesas, Vernica y
Schlemonika, y que Schlemonika haba sido apartada de su lado despus de la
operacin que cort la conexin que las una por la cabeza (de ah que llevara el
cabello largo a un lado, para ocultar la cicatriz), y llevada a un convento en lo alto de
las Montaas Rocosas del Canad. En cuando a Vernica, haba tenido tres esposos,
uno de ellos primo del rey Zug de Albania; y as sucesivamente.
Lana le traa el caf cada maana, cuando regresaba de dondequiera que pasara la
noche. Hellman intentaba conquistarla, pero resultaba difcil porque la casa no lo
dejaba salir de casa. No tena dinero para comprarle un regalo, e incluso en el caso de
que lo hubiera tenido, todava no haba visto tienda alguna en aquel planeta.
Lana deca que l le gustaba mucho pero que aquel no era el momento indicado
para un compromiso amoroso. Hellman no le dijo que bueno, nos las arreglaremos sin
el compromiso, limitmonos a irnos a la cama juntos. No crea que eso pudiera
resultar. Lana deca que habra muchsimo tiempo para considerar el tener una
relacin con Hellman cuando l la sacara con l de la casa y la llevara de regreso a la
Tierra y a visitar Hollywood. Deca que se daba cuenta de que era un poco mayor
como para ser una estrellita de la gran pantalla, pero que todava estaba a tiempo de
pensar seriamente en desarrollar una carrera de actriz.
Claro le respondi Hellman y se dispuso a pasar la tarde mirando por la
ventana hacia las casas que estaban al otro lado de la calle. Encendan las luces cada
noche, de la misma forma en que lo haca la casa en la que l se hallaba, pero no
tenan gente en su interior. Hellman supuso que estaban practicando.
Luego, una noche en la que se hallaba sentado en el gran sof y deseando tener un
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Est bien. Pero no tenemos tiempo para charlas intrascendentes. Me dijo que a
ti te costaba decidirte en las situaciones de emergencia, aunque eras bastante rpido
cuando no haba peligro. Sin embargo, tendrs que decidir ahora mismo si quieres o
no venir conmigo.
Adnde iremos? pregunt Hellman. Y qu pasar con Wayne el
cazacoches y con el bibliotecario Jorge?
Es que soy yo su padre? Hago lo que puedo. De todas formas, ellos estn
bastante a salvo. Eres t quien tiene problemas.
Y qu ser de Lana?
Quieres quedarte donde ests y continuar con la costumbre de que ella te
traiga el caf cada maana?
Creo que tengo algunas otras cosas mejores que hacer que eso reflexion
Hellman. De acuerdo, largumonos de aqu.
Estaba demasiado oscuro como para que Hellman pudiera distinguir la apariencia
de su rescatador; pero por la direccin de la que provena la voz, a la altura de la
cintura, estaba bastante seguro de que era pequeo. Era razonable esperar que se
tratara de un robot. Todos los que hasta aquel momento haba conocido en
Nuevaestrella eran robots, excepto Lana, y todava no estaba demasiado seguro por lo
que a ella respectaba.
El rescatador ech a correr delante de l hacia la puerta del horno, y la abri.
Dentro danzaban alegres llamas. La luz del fuego revel el aspecto del robot. Tena
alrededor de un metro de estatura, llevaba o bien una peluca o una larga melena de
ondeantes cabellos oscuros, y su rostro era inteligente, algo altanero, con un bigote de
bandido. Llevaba una chaqueta de cheviot y pantalones tejanos azules. Era erecto y
bpedo, llevaba zapatillas de deporte y tambin gafas de sol.
Por cierto, me llamo Harry dijo el robot. Subi una pierna y la meti dentro
del horno.
Eh! Yo no voy a entrar all le advirti Hellman.
Las llamas son falsas le asegur Harry.
Meti dentro la otra pierna. Hellman acerc cautelosamente una mano al fuego, y
la retir.
Est caliente!
Eso no es ms que calor simulado. Venga ya, Tom, que este no es el momento
de hacer el tonto. Tu computadora me advirti que eras as.
Tendr que tener una pequea conversacin con esa computadora dijo
Hellman, mientras meta una pierna en el horno y luego, al ver que no le quedaba
incinerada, la otra.
Qu est ocurriendo aqu? pregunt una voz conocida.
Era la casa. De pronto, las luces del stano se encendieron. Se dispar una
alarma. Hellman respir profundamente y se lanz hacia las llamas.
llegan a matarte.
S concedi Harry. Pero vaya vida!
Hellman pens en Lana.
Nunca sents la urgencia de, por ejemplo, aparearos con alguien de vuestra
especie aunque sea malo para vosotros pero que al diablo con ello porque queris
hacerlo de todas formas?
No realmente le dijo Harry. Por supuesto, hemos aprendido a simular
perversidad, eso no es difcil. Pero el autntico asunto Bueno, eso cuesta mucho.
Pero hemos comenzado a trabajar en un programa mediante el cual podemos
experimentar todo eso.
Todo qu?
Todos los estados de nimo, matices, sensaciones y sentimientos humanos.
Tambin estamos experimentando con todos los aspectos del lado creativo natural.
Pero ya continuaremos hablando de eso ms tarde. Ahora salgamos de aqu.
Se hallaban ya en el exterior del horno. De pie all fuera, Hellman poda ver que
no era un horno. Ya no. Quiz lo haba sido antes. De alguna forma, se haba
marchado a algn otro lugar. Hellman haba salido por la puerta de una pequea
bodega. Aparentemente se hallaba en un lugar muy buclico lleno de frondosos
rboles y setos de flores silvestres.
Te gusta? pregunt Harry.
Muy bonito. Es tuyo?
S. Me gusta venir aqu siempre que puedo. Por cierto, todo esto es simulado,
hasta la ltima brizna de hierba.
Y por qu no has simplemente plantado un jardn?
Necesitamos expresarnos fue la respuesta de Harry. Ven, tengo una
pequea vivienda cerca. Estoy seguro de que podr darte algo de beber y comer.
Luego necesitars echar un sueo, y ms tarde podremos continuar.
Continuar con qu?
Con el siguiente paso. Me temo que no va a resultar tan fcil como todo lo que
ha ocurrido hasta ahora.
Harry le cont a Hellman que l viva en la seccin de los Jardines Gollag de
Robotsville, bastante cerca del puente sur que atravesaba el ro Visp. Era diseador de
moda. Hellman se mostr sorprendido ante aquello porque slo estaba habituado a los
robots dedicados a tareas industriales.
Eso era en los viejos tiempos le explic Harry, cuando los robots estaban
en desventaja a causa de las leyes racistas de la Tierra. Todo aquel parloteo de que
los robots no son verdaderamente creativos! Como si ellos supieran algo! Puedo
asegurarte que hago mi trabajo mejor que la mayora de los diseadores de la Tierra.
Pero para quin diseas la ropa? le pregunt Hellman.
Para otros robots, por supuesto.
No puedo comprenderlo. Nunca antes haba odo decir que los robots llevaran
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ropa.
S, he ledo bastante sobre el tema. Los seres humanos eran realmente cndidos
en los viejos tiempos. Esperaban grandes cosas de sus robots, pero los tenan
desnudos. Qu criatura que tenga un gramo de respeto por s misma y la ms ligera
pretensin de civilizacin, puede dar lo mejor de s si anda por ah desnuda?
La noticia de tu nave fue recibida en la ciudad como una bomba. Todos nosotros
hemos estado teorizando durante mucho tiempo acerca de cmo son realmente los
seres humanos.
Tenis algunos en este planeta, no es as?
Esos no cuentan. Hace mucho que estn lejos de la Tierra. Han perdido
completamente el contacto. Se vuelven hacia nosotros en busca de gua.
Ah. Ya comprendo a qu te refieres.
Queremos saber de primera mano cmo son los seres humanos, cmo es un
autntico ser humano del planeta Tierra.
No fue hasta ms tarde que Hellman apreci la fuerza que impulsaba al robot a
ser considerado creativo y agradable.
Harry lo haba llevado por un desvo hasta una casa de las afueras de Robotsville.
Tras salir de la casa, traz una ruta. Continuaran a pie y con precaucin. Incluso en
Robotsville haba elementos polticos que estaban esperando para aprovecharse de la
inevitable confusin que causara la llegada de Hellman.
La primera impresin que Hellman tuvo de Robotsville no era tranquilizadora. La
periferia era como un depsito de chatarra de varios pisos de alto y que se extenda a
lo largo de aproximadamente un kilmetro y medio en ambas direcciones. Aunque
pareca descuidado, las estructuras abiertas estaban slidamente soldadas en su sitio.
Haba edificios, verandas y estructuras de todo tipo, la mayora de las cuales yacan
en ngulos extraos, ya que los robots no eran muy dados a los ngulos rectos. A
pesar de que haba calles al nivel del suelo, la mayor parte de los robots empleaba los
pasos elevados para ir de un lugar a otro.
No esperaba que fuera as coment Hellman.
Es ms cmodo para los robots viajar al estilo de los monos, utilizando una
serie de cables, que caminar por el suelo como los hombres le explic el robot.
Pero he visto que todos tienen pies.
Por supuesto. Tener pies es una seal de que se es civilizado.
Civilizados o no, Hellman vio que la mayora de los robots de aquella parte de
Robotsville tenan cuerpos redondos como calamares, con seis u ocho extremidades
tentaculares acabadas en miembros prensiles de diferente forma. Al igual que las
piernas, por supuesto, que colgaban como tentculos mientras los robots se
balanceaban a travs del laberinto de cables como chimpancs. Muy pronto salieron
de aquel suburbio superpoblado y se hallaron en el centro de otro distrito. Este estaba
compuesto por edificios de cinco o seis pisos, algunos de cemento, otros construidos
con algo que pareca hierro forjado. Mientras avanzaban se cruzaron con muchos
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robots, que tuvieron buen cuidado de no mirarlos fijamente, a pesar de que la mayora
de ellos no haba visto nunca antes un ser humano. La cortesa, le explic Harry,
pareca estar arraigada en la psiquis de los robots.
Harry le seal el Museo de Arte Moderno, el Jardn Escultural, la pera, el
Auditorio.
Esta noche hay un concierto dijo Harry. Quiz te interese asistir si no ests
demasiado cansado.
Qu van a tocar?
Son los robots compositores modernos. No los has odo nunca, seguramente,
pero te agradeceramos que nos dieras tu opinin. No es muy frecuente que tengamos
a un ser humano escuchando nuestras creaciones. Y los pintores y escultores estn
tambin bastante emocionados por tu llegada.
Sera agradable asistir replic Hellman, dudndolo.
Sin duda nuestras creaciones te parecern provincianas continu Harry,
pero quiz no enteramente carentes de mrito. De momento, sin embargo, voy a
llevarte a mi club, el Ateneo. All conocers a algunos de mis amigos; han preparado
una comida ligera, y habr libaciones adecuadas para ti.
Eso me parece bien dijo Hellman. Cundo podr regresar a mi nave?
Pronto, pronto le prometi Harry.
Hellman fue despertado a altas horas de la noche por el ruido de algo que rascaba
su puerta. Hellman se sent en la cama de un salto. S, volva a sonar. No poda ver
nada a travs de las ventanas de la habitacin, por lo que deba ser an de noche. O
eso, o haba despertado durante un eclipse solar, pero esto ltimo pareca improbable.
Nuevamente lleg hasta l el sonido de aquello que rascaba. Hellman decidi que
un gato sera una compaa agradable en aquel momento, aunque no tena ni idea de
cmo podra haber llegado un gato hasta Nuevaestrella. Se levant y abri la puerta.
Al principio pens que las dos personas que estaban ante la puerta eran robots,
porque estaban vestidas con trajes ajustados de color plata y llevaban complicados
cascos de plstico a prueba de balas con placas visoras transparentes a travs de las
cuales Hellman no poda ver, pero presumiblemente los que las llevaban s podan.
Hay algn robot ah dentro contigo? pregunt uno de ellos con una voz
ronca y muy humana.
No, pero qu
Ellos pasaron apresuradamente ante l al interior de la habitacin y cerraron la
puerta. Ambos levantaron las placas visoras y dejaron al descubierto unos rostros
indudablemente humanos de la variedad bronceada y rubicunda. El ms alto de los
dos llevaba un bigote pequeo. El ms bajo y rechoncho tena un bigote algo ms
grande con muchas hebras blancas. Hellman recordaba haber ledo en alguna parte
que los robots nunca haban conseguido que les crecieran bigotes de verdad. Eso, ms
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complacientes.
Los dos pilotos no podan hablarle en aquel momento, porque estaban
concentrados en el complicado proceso de despegar del terrado del Ateneo. La nave
era perfectamente capaz de hacerlo por su cuenta, pero la regla de los comandos de
choque era que todos los despegues y aterrizajes deban ser supervisados al menos
por dos seres humanos, si los haba presentes.
La nave comando era uno de los modelos modernos equipados con visin exterior
por televisin que mostraban lo que uno hubiese visto de haber sido posible la
visibilidad normal, por lo que Hellman pudo ver la oscura silueta del planeta que
menguaba debajo de ellos, con una curva de luz brillante en el horizonte por el que el
sol comenzaba a asomar. Al mirar hacia el espacio exterior, Hellman vio un parpadeo
de pequeas luces: la flota estelar de la Tierra que se mantena estacionada en una
rbita alta alrededor del planeta.
Dnde est mi nave? pregunt.
All mismo le dijo Traskers. Segundo parpadeo de la izquierda. Ahora lo
llevaremos hasta all.
Esto ha sido muy amable por vuestra parte, compaeros les asegur Hellman
, pero realmente no haba ninguna necesi
Se detuvo en mitad de la palabra. Una brillante flor roja acababa de aparecer
sobre la superficie de Nuevaestrella. Luego otra, y otra. Luego se ech hacia atrs
cuando un brillo de intensidad cegadora cubri por completo una cuarta parte de la
superficie del planeta.
Qu estis haciendo? grit.
La flota estelar ha comenzado el bombardeo le explic Traskers.
Pero por qu?
Porque gracias a usted y a su computadora hemos comprobado sobre seguro
que esos son los robots de Desdmona, los que violaron las leyes de la robtica y
fueron declarados proscritos, para ser destruidos en cuanto se los avistara.
Esperad! dijo Hellman. No es como vosotros pensis! Esos son robots
ticos, con su propio sentido de la tica. Han desarrollado toda una civilizacin. A m
personalmente no me gusta su msica, pero son bastante agradables y se puede
razonar con ellos
Mientras l hablaba, el planeta se parti por la mitad siguiendo a grandes rasgos
la lnea de su ecuador.
Y all tambin haba gente dijo Hellman, mientras senta nuseas al pensar
en Lana y en Harry, y en el robot bibliotecario y en el cazacoches.
Bueno, nuestras rdenes eran disparar primero dijo Garca. Es la mejor
estrategia en casos como este. No tiene ni idea de lo increblemente que se complican
las cosas cuando se habla primero.
Ms tarde, de regreso en su nave, Hellman le pregunt a su computadora:
Por qu lo hiciste?
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Esta noche hay un trfico terrible declar con tono amargo, aunque todos
saban que frecuentemente llegaba tarde en la mejor de las noches.
La cena de aquella ocasin constara de langosta, que fue servida por Harry
cuando el congresista se sent a la mesa con los otros seis. Resultaba obvio que
Walter Lutts haba sido puesto al corriente de las tradiciones de los Viudos Negros,
porque dijo muy poco durante la primera parte del banquete. Mario Gonzalo hizo uno
de sus rpidos bocetos del invitado, vuelto de lado en la silla para ofrecer un perfil
adecuado. Los otros bebieron vino y esperaron hasta el momento en el que Tom
Trumbull se inclin por encima de la mesa y dijo:
Congresista Lutts, es un verdadero placer tenerlo como invitado esta noche.
Debo formularle nuestra tradicional pregunta de apertura. Congresista, cmo
justifica usted su existencia?
Walter Lutts se repantig con gesto expansivo, con el ligero aspecto de estar a
punto de pronunciar un discurso en el Congreso.
Represento a la gente de mi distrito en Washington, cuido de sus intereses y los
ayudo cuando tienen problemas. Dado que sirvo bien a mis electores, creo que eso
sera suficiente como para justificar mi existencia aunque no hubiera escrito un libro
sobre problemas urbanos, que ha tenido buenas crticas.
Trumbull no estaba dispuesto a dejarlo salir del aprieto con tanta facilidad. Su
tono de voz se hizo cortante y su leonina cabeza blanca asinti ligeramente cuando se
dispuso al ataque.
Congresista Lutts, ya que usted se enorgullece de representar a su distrito, no
es cierto que en las ltimas elecciones gan por menos de un millar de votos? No es
verdad que su opositor lleg a pedir un recuento de los votos?
Yo
Vamos, vamos, Tom intervino Halsted. Ests siendo injusto con nuestro
invitado. Incluso un estudiante de primer curso secundario sabe que en una
democracia, una eleccin puede ganarse por un solo voto.
Lutts le dedic a Roger Halsted una sonrisa de apreciacin.
Yo mismo no podra haberlo expresado de mejor forma. Mi oponente dio por
vlida la eleccin al cabo de pocos das.
Sin embargo seal Trumbull, percib un toque de incertidumbre en su
rostro cuando saqu el tema. Yo estoy en contacto con muchos grandes polticos a
causa de mi puesto gubernamental, y algo como las preguntas acerca de las
elecciones ganadas por muy poco son respondidas con facilidad. Qu es lo que le
inquieta a usted, congresista?
El hombre no respondi de inmediato a aquella pregunta, y Geoffrey Avalon
intervino para llenar el silencio.
Henry, creo que es la hora del brandy para todos. Ya puedes retirar estos platos.
Muy bien, seor. Henry, con un rostro notablemente suave y sin arrugas para
un hombre que pasaba de los sesenta aos, actu rpidamente para cumplir con aquel
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pedido.
Mientras eran retirados platos y copas, Mario Gonzalo se decidi a hablar.
Si hay algo que lo inquieta, congresista, ha venido usted al lugar indicado. Se
sabe que nuestro pequeo grupo le ha prestado ayuda a nuestros invitados en
numerosas ocasiones. Somos adeptos a solucionar problemas.
Quieres decir que lo es Henry mascull James Drake, con un casi susurro,
hablando con tonos inaudibles, como sola.
Bueno comenz Lutts, y volvi a dubitar.
Vamos, vamos! lo inst Trumbull. En torno a esta mesa lo hemos odo
todo.
El congresista volvi a comenzar, abordando el tema desde una direccin
diferente.
Una vez le un relato en el que un detective intentaba analizar una conversacin
que haba odo de forma casual. Termin resolviendo un asesinato.
Probablemente est refirindose a The Nine-Mile Walk, de Harry Kemelman
seal Emmanuel Rubin. Es uno de los mejores relatos cortos de detectives que
jams se hayan escrito.
Ah! Ha hablado nuestro escritor de misterio! coment James Drake,
mientras encenda un cigarrillo de sobremesa.
Bueno continu Lutts, mi propia experiencia fue de alguna forma similar,
aunque yo jams he resuelto el misterio. La conversacin que o por casualidad ha
estado persiguindome desde ese da en el que gan por muy poco las elecciones,
hace tres meses.
Yo le sugerira que nos lo contara todo lo inst Mario Gonzalo.
Mientras Harry pasaba entre ellos para servir el brandy, el congresista comenz a
contar su historia.
Es bastante sencilla de contar. Mi casa est cerca de la universidad, como
algunos de ustedes saben. Siempre voy temprano a votar, junto con mi esposa. Haba
odo los informes, de mi asesor de campaa y otras personas, referentes a que la
oposicin afirmaba que triunfara con mucho en aquellas elecciones. Todo el mundo
saba que estaran a punto de conseguirlo. Algunos decan que mi gente estaba
reclutando estudiantes para que me votaran, con la promesa de pagarles veinte
dlares a cada uno. Dios mo, era como en los tiempos pasados en Chicago y algunas
otras ciudades!
Haba algo de verdad en esos rumores? quiso saber Manny Rubin. Se rasc
la barba y tendi una mano para coger la copa de brandy.
Desde luego que no! Hice que mis empleados investigaran aquello de
inmediato. No se trataba ms que de una loca historia que la oposicin haban
intentado hacer correr. Pero, por supuesto, era algo que me daba vueltas por la cabeza
el da en el que fui a votar. Mi esposa se haba detenido a conversar con una amistad
que se encontr por la calle, y yo caminaba un poco ms adelante que ella. Dos
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La mancha
Hal Clement
Por qu toda esa prisa por ver una nueva imagen? Es que finalmente has
encontrado algo que no est demasiado saturado de radiacin? Bsicamente, ella
desaprobaba el sarcasmo, pero tena ms control a la hora de apuntar que a la de
disparar. Ling la conoca lo suficientemente bien como para hacer caso omiso de la
segunda pregunta.
Tuvimos otro atisbo del fantasma de Chile.
Tuvimos?
Tuvimos. Los trtolos tambin lo vieron, as que no me cabe duda alguna.
Lo vio Chile?
Esta vez no, Sheila respondi el robot mismo. Estaba con Luis y Chispa
cerca de Banjo, en el Cuadrante Cincuenta y cuatro. Robert y los Eira estaban en el
Noventa y uno.
La mujer frunci el entrecejo.
Y entonces por qu tantas prisas para hacer entrar a Chile? pregunt. l
podra haber estado aqu mucho antes que t, si ambos partisteis de esas reas.
No pens en l hasta que ya estaba cerca de aqu. Entonces tuve una idea, y
para comprobarla lo necesito conmigo. Luis y Chispa encontraron otros dos bloques
hace un rato. Los Eira y yo los omos; probablemente t no estabas a la escucha. Por
supuesto, Chile an no le ha informado de ello a Dumbo.
Estaba a la escucha. Y para tu idea necesitas las posiciones de todos.
Correcto. Si Ling advirti el rastro de sarcasmo que persista en la voz de
ella, hizo caso omiso del mismo. Mira, tanto si quieres creerlo como si no, esos
cubos son artificiales. La forma puede ser una propiedad intrnseca de algn cristal
natural, pero el tamao no lo es. Incluso si se tratara de formas de vida, es imposible
que tuvieran las mismas dimensiones en el caso de cuatro ejemplares. Se me ha
ocurrido que puede tratarse de sensores, detectores de algn tipo.
Eso se le ocurri a Chispa hace varios das. En aquel momento no quisiste creer
que alguien hubiera llegado a Miranda antes que nosotros.
Ya lo s. Y todava sigo sin querer creerlo. No existe forma alguna de que un
grupo pueda haber organizado un viaje tan costoso como este desde la Tierra y en
secreto, y no consigo hacerme creer las otras explicaciones. Hemos abrigado
esperanzas de que existiera inteligencia extraterrestre durante demasiado tiempo; sin
embargo, se me ha ocurrido una forma de comprobarlo. Sonri con una expresin
distante en el rostro, como si contemplara la aproximacin de la fama.
Y?
Esas cosas radian, emiten, dentro de la gama de los infrarrojos, del tipo no
trmico, en momentos impredecibles.
Eso ya lo s.
Bueno, hemos cartografiado el territorio ms all del horizonte local. Si esas
emisiones de infrarrojo estn siendo coordinadas, tiene que existir una unidad central
a la que puedan llegar todos. Podemos hacer que Dumbo marque todos los puntos del
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mapa que estn en estrecho contacto con la posicin de todos los cubos a un tiempo.
Si tenemos suerte, slo habr unos pocos. Si tenemos mucha suerte
La mujer ya estaba tecleando una llamada a Dumbo, la unidad central de datos.
Y si no hay ninguno que rena esas caractersticas? pregunt Sheila con
tono seco.
Bueno, eso no demostrara que yo estoy equivocado. Slo significara que
Su voz se apag cuando la imagen apareci ante su vista, y una sonrisa abri su rostro
pecoso. Sheila levant los ojos en direccin al cenit; tena que ocurrirle a Ling. Como
si ya no fuera lo suficientemente bullicioso y optimista.
Chile, naturalmente, los acompaara. Los datos haban indicado un saliente de la
cima del risco que Chispa Jengibre haba bautizado como El Barco, a causa de la
forma de la sombra que el sol arrojaba sobre su faz cuando ella lo vio por primera
vez. Estaba en el bloque noventa y dos, a poco ms de veinte kilmetros de la
Dibrofiad. El emplazamiento resultaba comprensible a primera vista; desde aquel
punto habra una esplndida cobertura visual. Sin embargo, una cada de ciento
cincuenta metros en Miranda sera peligrosa para un ser humano; incluso en el caso
de que no se rompiera ningn hueso, era prcticamente seguro que se le daara el
traje necesario para defenderlo de la falta de atmsfera, la bajsima temperatura y las
radiaciones de uranio. A pesar de que la tripulacin de la Dibrofiad se haba
habituado bastante a la gravedad de un dos y pico por ciento de la normal, aquello no
haba convertido a nadie en un diestro caminante; era dudoso que algo lo consiguiera
alguna vez.
Por lo tanto, Chile vea las excursiones humanas al risco como un padre lo hara
con el salto de trampoln de un hijo de un ao de edad. Las visitas al saliente del risco
deban ser trabajo de robots, si es que tenan que llevarse a cabo.
Los que avanzaban tenan un aspecto ridculo, con los troncos inclinados hacia
delante como un corredor a punto de comenzar la carrera, pero con las piernas
prcticamente rectas y en lnea con el resto del cuerpo. Andar es esencialmente un
coordinado caer hacia delante, y Miranda requiere todos los esfuerzos para conseguir
la cada necesaria. El empuje deban proporcionarlo los msculos inferiores de las
piernas, doblando y enderezando los tobillos para conseguir que las puntas de los pies
encajaran en las irregularidades del terreno, dado que el flexionar demasiado las
rodillas haca que stas chocaran contra el suelo. Afortunadamente, las
protuberancias y grietas eran numerosas, posiblemente debidas a la expansin del
agua al congelarse, a pesar de que ninguno de los miembros de la tripulacin tena
una clara idea de cmo poda haber sido alguna vez lquida el agua a aquella enorme
distancia del sol. Los excursionistas llevaban bastones de alpinista, pero utilizaban
las manos con mayor frecuencia que el bastn para evitar que sus rostros golpearan
contra el suelo. Luis, el esposo de Chispa, haba observado que al caminar podra
habrsele llamado surfing corporal si el agua de Miranda estuviera en estado lquido.
Su esposa insista en que la analoga era un poco trada de los pelos, aunque haba
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sido ella la que insisti en que el nombre del robot se escribiera en castellano,
despus de que el equipo Dorado gan la partida que le daba derecho a escoger el
nombre.
Fuera cual fuese el nombre que se le diera, Sheila era tan buena caminando
como lo era Ling; absolutamente todos, independientemente de su especialidad,
compartan la exploracin del terreno, cosa que constitua la actividad que a la
tripulacin le consuma ms tiempo.
Chile marchaba delante de ellos, ya que era el nico que se atreva a saltar. Su
memoria guardaba un mapa de la superficie de unos sesenta o setenta kilmetros
alrededor de la Dibrofiad, por lo que no tena necesidad de ver el lugar en el que
caera; poda saltar con un control del impulso suficiente como para asegurarse de
aterrizar sobre los pies; y al haber sido construido para operar dentro de la escala de
sesenta grados Kelvin, no tena que preocuparse por traje aislante ninguno.
La verdosa bveda de Urano estaba por debajo de Estegosauro, la misma cadena
dentada de hielo ennegrecido por el carbn que haba silueteado desde la llegada de
la nave; a la vista cambiaba slo de forma al producirse las variaciones con respecto
al sol que provocaban las fases. En aquel momento estaba a aproximadamente unas
ocho horas de su salida, en fase nueva, y un ligero oscurecimiento del verde que se
adivinaba a travs de las ms profundas grietas de Estegosauro, indicaba que la difusa
lnea que divida la zona iluminada de la que estaba en sombras, se hara visible en
poco tiempo.
El grupo gir dejando el planeta a la izquierda y el sol a la espalda, y se puso en
marcha. No poda verse a ninguna de las otras parejas humanas, pero Ling haba
contactado con ellas mediante la radio de baja frecuencia para informarles que el
equipo Dorado se dispona a salir. Bronwen Eira, la ingeniero y capitn de la
Dibrofiad, haba respondido.
Se dijo muy poco mientras avanzaban, incluso por parte de Ling; cada persona
estaba asimilando, a su manera, la creciente certidumbre de que ellos seran el primer
grupo que demostrara la existencia real de inteligencia extraterrestre. Resultaba
difcil de creer, como un s incondicional a una propuesta. Sheila, acostumbrada
como estaba al paisaje escabroso de Miranda, encontr que ahora ofreca un extrao
aspecto de mundo de sueos; Robert apenas lo vea, concentrado en las visiones
constantemente cambiantes de los futuros que podan cristalizar al cabo de una o dos
horas. La ocupacin a la que habitualmente dedicaba sus ratos libres, la de convencer
a su compaera de compartir una vida, haba sido dejada a un lado y no para total
alivio de ella. Incluso los equipos Verde y Naranja, los Jengibre y los Eira, aunque no
estaban muy convencidos, tenan problemas para concentrarse en su trabajo; los
cuatro haban pensado en dejar sus tareas y seguir a los del grupo Dorado, aunque de
momento ninguno lo haba expresado en voz alta.
El recorrido se hizo rpido a pesar de lo difcil del terreno. ZH50 habl
ocasionalmente para alejar a sus compaeros de las grietas ms profundas, aunque
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uno u otro profera a veces un grito entrecortado o una exclamacin alarmada cuando
llegaban a un paso de un barranco lo suficientemente profundo como para
destrozar los nervios de un sistema nervioso entrenado en la Tierra, pero calificada
por el robot como carente de peligro. Sus sombras sorprendentemente definidas, la de
cada casco rodeado por un halo Brocken visible slo para el que lo llevaba puesto,
abran la marcha. La Dibrofiad qued muy pronto fuera del campo visual; aunque el
terreno de Miranda hubiera sido liso, cinco kilmetros de distancia hubieran dejado a
la nave por debajo del horizonte.
Finalmente, Chile se detuvo y les hizo un gesto.
Aqu giramos a la izquierda. Una senda recta que va hacia el punto marcado
por Dumbo nos llevar al pie de Barco. Tened cuidado; nos queda menos de un
kilmetro. Aseguraos de no dar un paso ms all del punto que podis ver.
La velocidad del grupo aminor consecuentemente, hasta el momento en el que el
robot volvi a indicar un alto.
A partir de aqu continuaremos a la manera trpeda; utilizad los bastones. Nada
de cadas libres.
En aquel momento tenan delante un horizonte inslitamente liso. Ni Rob ni
Sheila podan calcular la distancia; ninguna de los numerosos plegamientos o
sombras que se vean en el suelo que estaba delante les ofreca indicio alguno de
tamao, y no exista ninguna razn para suponer que la superficie era horizontal ni
siquiera en el caso de que hubieran sido capaces, en la dbil luz, de determinar la
vertical. Por las lecturas de Dumbo saban que posiblemente habra una cada letal
ms all del borde, aunque sta podra estar a cincuenta metros de distancia o a
quinientos.
Dnde est el saliente? pregunt Sheila.
All seal Chile. La punta tiene la pendiente suficiente como para
resultar invisible desde el punto en el que nos hallamos, pero si das un salto vertical
de unos pocos metros podrs distinguirla.
Gracias, pero no estoy segura de poder dar un salto vertical. Me fiar de tu
palabra. Qu distancia nos separa?
Estamos a menos de ciento cincuenta metros de la lnea del borde y de la base
del saliente. No os aconsejo que os acerquis ms, pero si queris verme durante todo
el tiempo tendris que avanzar. Por favor, hacedlo muy lentamente, y no me
adelantis bajo ninguna circunstancia.
Casi perfectamente erguidos, y sin levantar del hielo ms que un pie o el bastn
cada vez, el tro continu avanzando.
Preferira que os quedarais atrs repiti Chile cuando la distancia se hubo
acortado a cincuenta metros. No disponemos de datos sobre la resistencia de este
hielo. Podramos estar ejerciendo sobre l la carga ms pesada que le ha sido aplicada
desde que se form. Lo ms seguro sera que yo me aproximara solo y trajera lo que
pueda hallar.
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Al aproximarse al final del recorrido, su cabeza ocult el cubo a los ojos de los
observadores. Ling comenz a desplazarse hacia un lado para obtener una mejor
vista, pero lo pens mejor tras uno o dos pasos; tendra que alejarse demasiado como
para que mereciera la pena arriesgarse.
He grabado todo lo que puedo percibir inform Chile despus de
aproximadamente un minuto.
De qu se trata? Qu has encontrado? fue la pregunta que les lleg a travs
de la radio en la voz de Bronwen.
Infrmale, Chile. T puedes decirle ms que nosotros orden Sheila antes de
que Ling pudiera comenzar a hablar.
Se trata de un cubo, seis veces la dimensin lineal de los que ya habamos
encontrado, de acuerdo con las mismas cuatro dimensiones significativas que los
relacionan entre s replic ZH50. Hasta donde indican las radiaciones que puedo
percibir, est fabricado con el mismo material. Las tres caras verticales que puedo ver
estn cubiertas con un dibujo de
Sheila! Atrs!
Ling, que estaba mirando hacia un lado para mantener en el campo visual a sus
dos compaeros, haba sido el primero en detectar el peligro y haba retrocedido al
verlo; desgraciadamente, su grito haba sobresaltado a la mujer impulsndola a una
reaccin distinta de la suya propia. Ella se haba enderezado ligeramente, y eso la
haba elevado varios centmetros en lnea vertical.
Las grietas y salientes del suelo no haban variado alrededor de sus pies, pero un
nuevo risco haba alcanzado una altura de varios centmetros a unos tres metros de
distancia por detrs de ellos. La mujer no poda verlo muy bien; no tena contacto con
el suelo que le permitiera volverse en redondo, y las placas del casco le limitaban el
campo de visin.
Salta hacia atrs! Al menos diez metros! La pared del risco se est
hundiendo!
Sheila pate hacia abajo con los pies pero sin resultado; pasaran al menos dos o
tres segundos antes de que pudiera volver a tocar el suelo, y ms tiempo antes de que
pudiera realmente dirigir un salto, incluso ayudndose con el bastn. Ling, pensando
rpidamente, arroj su propio bastn hacia arriba y en direccin opuesta a la de ella.
No perdi el tiempo observando cmo giraba en el aire hasta desaparecer de la vista.
La reaccin, tal y como haba pretendido, lo envi por el aire hacia abajo y en
direccin a su compaera.
Encoge las piernas! Preprate para patear con fuerza cuando te lo diga! Yo
dirigir tu impulso!
Puede que Sheila se sintiera tentada a poner objeciones no confiaba plenamente
en el juicio de l, y desde luego no deseaba que hiciera sacrificio alguno por ella,
pero era demasiado sensata como para discutir en un momento como aquel. Recogi
las piernas y lo dej pasar por debajo de s.
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Ling la aferr por los tobillos y dej que la inercia de ella frenara la parte superior
de su cuerpo, volviendo a colocar las piernas debajo de s mientras el sistema de dos
cuerpos comenzaba a girar. Como haba esperado siempre afirm que se trataba de
un plan, sus botas tocaron el suelo ms cercano a la periferia que al centro comn
de la masa de sus dos cuerpos.
Empuja con los pies! grit.
Sheila insistira posteriormente en que no poda haberlo planeado realmente, dado
que l saba que la masa de ella era muy inferior a la suya propia. Cuando ella
concluy el impulso dado con los pies, l la impuls hacia arriba por los tobillos que
an sujetaba, y empuj simultneamente con sus propios pies; pero salt con
demasiada fuerza. Posteriormente recordara, de forma indeleble, que las piernas
humanas son ms fuertes que los brazos humanos, y no haba forma de que sus
brazos pudieran transferir el impulso proporcionado por sus piernas. Una parte del
mismo permaneci con l cuando solt a la mujer. Sheila se apart girando de la
superficie que se derrumbaba tal y como l haba esperado, en sentido ascendente y
retrocediendo hacia lugar seguro. Sin embargo, en lugar de permanecer sobre el hielo
para volver a saltar, Rob Ling tambin comenz a elevarse, fuera de contacto con la
seccin que se derrumbaba y sin nada parecido a la velocidad que le haba imprimido
a su compaera.
No obstante, durante varios segundos no pens siquiera en el apuro en que se
hallaba; estaban sucediendo muchas otras cosas. Estaba girando mucho ms
lentamente que Sheila, pero con la velocidad suficiente como para tener una visin
bastante continua de su entorno. En un momento poda ver a Chile en la punta del
saliente, y un segundo ms tarde a la mujer, que en aquel momento ya se encontraba a
varios metros ms arriba y avanzaba en la direccin opuesta. Aquello estaba bien;
pero en el segundo giro, con la cara del nuevo risco que entonces era ya de ms de
diez centmetros de altura, le cruz por la mente un pensamiento.
Chile! Ese cubo puede daarse cuando golpee contra el fondo! Resctalo y
protgelo!
El robot haba obedecido literalmente la primera orden de concentrarse en el
cubo, y no haba advertido el peligro que corra Ling. Se aferr al objeto con ambas
manos utilizando los codos como fulcros, e intent levantarlo. El cubo no cedi, y la
fuerza aplicada comenz a elevar el cuerpo del propio robot. Sin embargo, el objeto
le proporcion un buen asidero al apretarlo fuertemente entre ambas manos, por lo
que consigui doblarse y meter los pies debajo del cuerpo sin correr el riesgo de caer
por encima del borde del saliente. Los emplaz a ambos lados del bloque y comenz
a empujarse con ellos para arrancarlo, incrementando la fuerza muy gradualmente
con el fin de evitar el resultado obvio de un desprendimiento repentino. Ling lo
observaba siempre que le era posible, con creciente tensin; pero antes de que el
trabajo del robot tuviera resultado alguno, la voz de su compaera lo distrajo.
Rob, idiota, qu intentabas hacer? Cmo vas a llegar aqu arriba? Toma,
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cgete a mi bastn! Intent arrojarle el bastn de alpinismo, pero sus propios giros
la traicionaron. l lo observ pasar dando vueltas a un metro fuera de su alcance,
golpear el hielo y enterrar en l su punta afilada.
Reljate, muchacha. Volver a descender dentro de nada, y podr volver a
saltar. Mira, no est cayendo libremente; debe de estar resbalando a lo largo de la
falla. Lo alcanzar.
Cundo?
Hummm, quiz dentro de diez o quince segundos.
Cunto habr descendido el hielo para entonces? Sers capaz todava de dar
un salto lo suficientemente alto?
Claro. Todos hemos dado saltos an mayores en este planeta. Los tortolillos
dieron uno de cuarenta y tres segundos cogidos de las manos hace un par de semanas,
cuando celebraron su aniversario de bodas.
Qu est ocurriendo all? pregunt Bronwen. A los Eira no les molestaba
realmente la forma en que el geoqumico se refera frecuentemente a ellos porque
ciertamente no era inexacta, pero esta vez el tono de la voz de ella era un poco
cortante.
El borde del risco se ha roto bajo nuestros pies. Todava dispongo de
muchsimo tiempo para volver a subir replic Ling con voz tensa.
Chile! Cmo has? irrumpi la voz de Sheila, y se cort bruscamente.
Rob estaba mirando al robot mientras ella hablaba, y no vio nada que motivara
una pregunta semejante; no se haba producido movimiento alguno visible por parte
de ZH50 desde que haba comenzado a tirar del cubo. Luego los giros que describa
el cuerpo del hombre lo llevaron a encararse con el acantilado y la mujer, y las
palabras adquirieron sentido. A la deriva por el vaco, apenas a unos metros de
distancia de ella, pasaba una forma que en la dbil luz se pareca exactamente a Chile.
El parecido era principalmente debido al color negro, advirti Rob casi al
instante; aquella era, con mucho, la mejor visin que haban tenido del fantasma. Por
lo que se refera a la silueta general y el tamao, podra haberse tratado de cualquiera
de los otros miembros de la tripulacin. No obstante, los trajes de cada uno llevaban
un brillante distintivo que corresponda al nombre del equipo: verde claro para los
Jengibre y naranja para los Eira, con el casco negro para los hombres y blanco para
las mujeres. El distintivo era para poder divisarse con facilidad y reconocerse al
instante, ms que debido a ninguna consideracin artstica. Por un momento, las
esperanzas de Ling se derrumbaron; podra haberle resultado a alguien bastante
posible enviar desde la Tierra un grupo formado solamente por robots. De hecho, era
algo que se haba tomado en consideracin hasta cierto punto. No haba ninguna
inteligencia extraterrestre
Luego volvi a encontrarse de cara a Chile, justo a tiempo de ver los pies y las
piernas del robot atravesar de pronto la superficie.
El tiempo de reaccin de un robot es electrnico en lo que a la percepcin
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direccin adecuada, y se impuls fuertemente con los pies. Nuevamente lo hizo con
ms fuerza de la necesaria, y continu velozmente tras pasar de largo ante el borde
del nuevo risco, y transcurri otro medio minuto antes de que aterrizara casi cuan
largo era sobre la espalda. A aquellas alturas, el trozo desprendido estaba a ms de
medio camino del fondo, y Chile presuntamente ms abajo.
Chile! Informa! Ling no esper siquiera a ponerse de pie para darle la
orden.
Ya no tengo el cubo fue la respuesta inmediata que le lleg. Lo que sin
duda es otro robot se me adelant en la cada, y me lo arrebat. Lo vi acercarse, pero
no prev sus intenciones. Tiene algn componente de descenso ms poderoso que el
mo, y aterrizar antes, dentro de unos ocho segundos. Realmente dudo de que tenga
probabilidades de darle alcance, a menos que resultara ser mucho menos gil que yo.
El terreno es muy malo para maniobrar. Quieres que lo intente de todas formas?
No le quites la vista de encima le orden Ling sin vacilar. Necesitamos
averiguar su origen si podemos, y qu quiere hacer con el cubo. Observa e
infrmanos cuando lo creas conveniente.
S, Rob.
Puedes hablar con l? le pregunt Sheila a Chile.
No ha respondido a ninguno de los impulsos de seales corrientes. Si lo ha
fabricado la Corporacin de Robots y Hombres Mecnicos de Estados Unidos,
pertenece a una serie desconocida para m.
Emite algo? pregunt la voz de Mike Eira desde kilmetros de distancia.
S, perdona, Mike. Rob, acaba de llegar al suelo e inmediatamente ha vuelto
a saltar hacia lo alto del risco. Estar cerca de ti y Sheila en unos cincuenta y cinco
segundos. Mike, ha emitido varias emanaciones infrarrojas similares a las de los
cubos pequeos.
Las ests grabando para que Dumbo disponga de ellas?
Por supuesto. Acabo de llegar al suelo y tambin he saltado.
Quiz deberas quedarte ah abajo por si
Demasiado tarde, Bronwen. Rob me ha pedido que no lo pierda de vista, y ya
estoy fuera de contacto con el suelo.
Est bien. De todas formas no era una idea muy buena.
Se hizo el silencio mientras los robots orbitaban de regreso a lo alto del risco. El
extrao pas por encima del borde con un componente vertical cercano al cero; Chile
se concedi un margen de error mayor, y tard tres o cuatro segundos ms en poner
los pies sobre terreno firme. Para entonces el fantasma se haba puesto de rodillas
era incluso ms humanoide de lo que haba resultado aparente al principio y se
haba inclinado casi por encima del borde para depositar el cubo. Un hemisferio que
podra haber sido de polvo, humo o hielo, se extendi alrededor del punto de
contacto, desparramndose y difuminndose excepto en la zona que quedaba tapada
por el cuerpo del fantasma, sin las ondas y nubecillas que habra provocado la
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estbamos ambos tan convencidos de que era aliengena que pensamos que las
rdenes verbales corrientes no serviran de nada.
De todas formas tendrais que haberlo intentado.
Lo admito. Todava podemos, ya lo sabes. Llama a Chile y dile que le ordene a
esa cosa que lo acompae hasta aqu, con todos los sistemas de smbolos que
considere convenientes.
Obedecer rdenes de otro robot?
Sabr que Chile es un robot?
Probablemente irradia infrarrojos y probablemente lo perciba. Tiene que saber
que Chile opera a la temperatura local, y que nosotros no. Esa inferencia est dentro
de los poderes de Chile; por supuesto, no sabemos si el otro es capaz de lo mismo.
Si realmente es un aliengena, podra inferir de eso que los robots somos
nosotros con un equipo energtico inherentemente antieconmico, y que Chile es una
forma de vida natural del planeta. El problema radica en que no sabemos qu es
exactamente intervino Mike.
Te ests apoyando en las premisas equivocadas, querido. Si tenemos intencin
de darle alguna orden, estamos asumiendo que puede entendernos y tiene que haber
sido fabricado por el ser humano. Su esposa no se explay sobre ese punto, sino
que continu. De todas formas, tenemos que intentarlo. No se molest en
comprobar si haba algn canal abierto; siempre haba uno que los conectaba con el
robot. Chile.
S, Bronwen.
Alguna novedad?
Ninguna. Est de pie y me mira de frente, supuestamente a la espera de que yo
haga algo. Ya se ha enfriado hasta la temperatura ambiental; yo dira que cualquier
duda existente acerca de que se trata de un robot, ha desaparecido.
Puedes percibir una fuente de energa atmica?
No estoy equipado para captar directamente ese tipo de radiaciones.
Bronwen saba eso, pero se senta desesperada.
Intenta hablarle directamente
Ya lo he hecho, y de todas las formas que conozco.
Esta vez, envale el mensaje como una orden para que se te acerque. Si
reacciona, ordnale que te siga hasta la Dibrofiad. Se produjo una breve pausa.
No se mueve, Bronwen.
Si t hubieras recibido una orden as de l, la habras obedecido?
No sin comprobar que la orden proceda de un ser humano, u obtener la
aprobacin de un ser humano.
As que no hemos demostrado nada. No hubo respuesta a esa afirmacin;
Chile no tena razn alguna para interpretar aquella observacin como una pregunta
dirigida a l, y los seres humanos reconocan la naturaleza retrica de la misma.
Sigui un incmodo silencio.
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Bronwen, me dejas intentar una cosa? pregunt finalmente Ling, con tono
de duda.
La comandante asinti sin molestarse en averiguar de qu tipo de idea se trataba.
Chile, el robot volvi a depositar el cubo en un lugar lo ms prximo posible al
que ocupaba antes de que el acantilado se derrumbara. Parece preocupado por l. Sin
llegar a extremos en el caso de que intervenga, acrcate al cubo como si tuvieras
intencin de apoderarte otra vez de l y dinos cmo reacciona eso, el robot.
Se produjo otra pausa durante la cual las seis personas intentaron imaginar qu
estaba ocurriendo a veinte kilmetros de distancia.
Se ha interpuesto entre yo y el cubo, y se ha desplazado para conservar esa
posicin siempre que me muevo yo.
Se ha producido algn contacto directo?
No. Me has dicho que no llegara a extremos. Quieres que lo aparte de mi
camino?
Ling mir pensativamente primero a Bronwen y luego a los dems. Los ojos de la
comandante tambin se encontraron con los de cada uno de ellos. Finalmente volvi a
asentir.
De acuerdo, Chile. Nada de fuerza real, slo un ligero empujn de sugerencia.
Comprendido, Bronwen.
Las imaginaciones volvieron a entrar en actividad.
La reaccin ha sido compleja. Se prepar para resistir mi empujn despus de
que yo estableciera contacto directo; naturalmente, tuvo que ceder un poco de terreno
para conseguirlo. Mientras volva a apoyar los pies firmemente en el suelo, emiti
una breve y muy detallada emanacin de infrarrojos de la misma naturaleza general
que detectamos originalmente en los cubos pequeos. sta fue inmediatamente
seguida de una seal parecida procedente de algn otro lugar. Entonces l dej de
empujarme y simultneamente me cogi por un brazo y tir. Me ha arrojado por
encima del risco. En este momento estoy cayendo y ser incapaz de hacer algo eficaz
durante los prximos cincuenta y cinco segundos.
Ling parpade y una sonrisa le ilumin el rostro.
Chile, pudiste identificar la fuente de esa otra seal?
La direccin, pero no la distancia. Mientras dur, no me desplac lo suficiente
como para trazar su paralaje. Sin embargo, su lnea toca el suelo justo al borde del
Gran Barranco, en el Bloque Veinticinco, a setenta y un metros entre el lmite de ese
bloque y el Treinta y siete.
Fantstico. Encamnate a ese lugar en cuanto aterrices. Nos encontraremos
contigo all.
De acuerdo, Rob. Ya no quieres que le siga los pasos al otro robot. No era
una pregunta.
No te preocupes. l estar siguindote los pasos a ti, o al menos eso espero.
Ya comprendo.
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Tambin comprendieron los dems, y se produjo una carrera general hacia los
trajes. No obstante, se produjeron algunos retrasos.
Esperad dijo Bronwen con voz firme antes de que se colocaran los cascos.
Nos encaminamos hacia el Gran Barranco, y nadie podra resistir una cada de veinte
kilmetros; sera como unos cuatrocientos cincuenta metros en la Tierra. Sigo sin
confiar mucho en las cadenas, pero esta vez vamos a atarnos.
A qu distancia unos de otros? pregunt Mike.
Cincuenta metros en el caso del equipo Dorado, veinte para el resto de
nosotros. Si alguien que no sea Chile tiene que acercarse al borde, Rob es la mejor
ancla, as que Sheila podr hacerlo. Cincuenta metros le darn a l ms espacio para
aferrarse a la superficie, y ms tiempo a nosotros para ayudar en caso de que ella
cayera al barranco; veinte es suficiente para nosotros. Yo llevar el resto del carrete
por si acaso.
Pero si no llegara ni al cinco por ciento de la profundidad de ese barranco!
Se tardara un par de minutos en caer el cinco por ciento. Llevaremos la
cadena.
Su esposo asinti con la cabeza. Sheila haba palidecido una pizca, pero no dijo
nada. Era cierto que Ling era el ms pesado de la tripulacin, mientras que ella era la
ms ligera despus de Chispa. No tena intencin de aproximarse al borde ms de lo
necesario, y desde luego ninguna de caerse barranco abajo, pero Bronwen haca bien
en prever las cosas.
Los eslabones de la cadena estaban hechos con un compuesto de filamentos de
carbono de un milmetro de grosor, en forma de aros sin soldadura de medio
centmetro de largo y ya entrelazados. Ni la cuerda ni los cables resultaban prcticos;
ninguna fibra conocida, orgnica, metlica o mineral, hubiera conservado la
flexibilidad en la temperatura de Miranda. El material de aquellos eslabones tena una
resistencia a la tensin de ochocientos kilos bajo la forma de varas rectas en las
condiciones del planeta Tierra, lo cual disminua a unos quinientos a setenta grados
Kelvin, con algunas dudas respecto a su elasticidad, y ms an acerca de su
resistencia a los tirones y la posible propiedad quebradiza en aquella forma de
eslabn. Nadie haba querido realizar una comprobacin prctica, pero una persona
con traje blindado pesaba alrededor de dos kilos solamente.
De hecho no se encadenaron los unos a los otros hasta que estuvieron a un par de
kilmetros del acantilado, con el fin de viajar ms rpidamente; pero los robots, claro
est, llegaron al lugar antes que ellos a pesar de la mayor distancia a la que se
hallaban. Esta vez no hubo problemas para avistar la meta.
Tambin era de forma cbica, pero dos veces ms alto que la mayora de los
exploradores. Al igual que el de Barco, se proyectaba un poco hacia fuera del
precipicio, aunque la porcin era mucho ms pequea en proporcin que la del otro.
No se vea con claridad si estaba meramente apoyado sobre la superficie o, como el
otro, enterrado en ella. El suelo era de un color ms claro en aquella zona, pero de
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que hay veinte kilmetros, pero mi estmago no est seguro de que sean de
profundidad. Estoy a punto de llegar al risco; deja de tirar durante un momento para
que pueda agarrarme. Es bastante desigual y puede que consiga cogerme por mis
propios medios. Se produjo una pausa, y Sheila se prepar para un posible tirn en
la cadena, pero no sinti nada. He perdido pie. Rebot, aunque slo un poco.
Tendra que conseguirlo la prxima vez. No es del todo vertical, creo; quiz pueda
subirla caminando con ayuda de la cadena. All voy. Se produjo otra pausa. S.
No es completamente vertical; estoy agarrado a la roca. Puedes volver a tirar. Hasta
donde lo permita la resistencia de este risco.
Qu? Se est resquebrajando? Chispa fue la primera en preguntarlo por
una fraccin de segundo.
Oh, no, pero si esa unidad procesadora de datos puede volar, nuestra lgica era
poco slida. Simplemente, no caminis con demasiada fuerza, por favor, hasta que yo
haya regresado ah arriba. Y hablando de cosas ms concretas, qu est haciendo ese
otro robot?
Chispa estaba en una posicin que le permita divisar mejor la zona del otro lado
del cubo.
Nada le replic. Simplemente est all, de pie. Por qu?
Bueno, por si no te diste cuenta, creo que fue l quien me empuj y me estaba
preguntando si haba demostrado los mismos sentimientos para con alguien ms.
Chile! Qudate cerca de esa cosa y asegrate de que no lo repita! grit
Bronwen.
No debera estar ayudando a subir a Robert? Su peligro parece ms inmediato.
Nosotros podemos subirlo. Si l est en lo cierto, yo no pude verlo desde el
otro lado del bloque ese, el otro peligro es mayor.
Comprendo.
Habla con l, si ya has alcanzado ese nivel, y pregntale por qu lo hizo le
sugiri Ling.
No hemos alcanzado ese nivel de abstraccin.
Al menos hemos averiguado una cosa: ese trasto es aliengena sin duda alguna
resumi Rob, con mucha calma si se consideraba su situacin. Ningn robot
fabricado en la Tierra podra haberle hecho eso a lo que reconociera como un ser
humano. No tenemos la proteccin de la Primera Ley ante l. Quiz no tengamos
ningn tipo de proteccin; tal vez quienes lo fabricaron no utilizan las Tres Leyes en
sus diseos.
Chile se haba detenido finalmente y estaba hablando con la espalda vuelta
hacia el escenario de actividad.
Un cerebro positrnico semejante no es posible dijo con voz inexpresiva.
Intentar encontrar seales identificadoras humanas, si existen, en sus
comunicaciones con el procesador de datos, pero me temo que sern demasiado
abstractas para mi actual base de conocimientos. Est Robert cerca, ya?
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Casi. Ling y Sheila hablaron casi al mismo tiempo. Nadie haba sugerido en
voz alta que el cerebro del fantasma pudiera ser positrnico. No puede quedar
mucha cadena a estas alturas agreg la mujer.
El robot est ponindose otra vez entre el cubo y yo inform Chile en voz
baja. Ir hacia el lado izquierdo para poder ayudaros con la cadena de Robert.
Contino captando seales. No puedo acercarme demasiado, por supuesto, sin
emplear la fuerza con el robot. Doy por supuesto que no es la poltica aplicable de
momento.
Correcto. Limtate a comunicarte con l le replic Bronwen.
Los guantes de Ling, que precedieron apenas a su casco, aparecieron a unos ocho
metros del cubo, segn lo vean sus compaeros. Chile se hallaba a menos de un
metro del mismo lugar y se inclinaba lentamente para tenderle una mano. El principal
tro de anclaje se encontraba a unos doce metros hacia el interior, en lnea recta con
ellos, en la conjuncin de una Y dibujada con cadena, que tena a las otras dos
mujeres en las puntas y a Chile en el pie.
Esto dur slo una fraccin de segundo. Luego el robot aliengena volvi a
moverse, esta vez impulsndose contra el cubo grande. Al igual que en la ocasin
anterior, se lanz hacia el borde. Chile, casi completamente erguido, no estaba en
posicin de ofrecerle resistencia. Recibi la mayor parte del impulso y cay por
encima de la cabeza de Ling; el resto del empujn se imprimi sobre el casco del
hombre, y ste sigui a Chile a menos velocidad.
Rob! grit Sheila, y recogi las piernas preparndose para saltar. Recuper
el control a tiempo de no hacer dicho movimiento, pero no con la suficiente presteza
como para que Luis y Mike pudieran mantenerla aferrada por los tobillos. Aun as,
las cosas podran haber salido bien si ella hubiera soltado las vueltas de cadena que
haba recogido, pero dejar ir a Ling era la cosa que estaba ms lejos de sus instintos.
La cadena le transmiti una parte del impulso final del robot, y tras rebotar dos veces
de manera agnicamente lenta, lo cual fue acompaado por ftiles intentos de
aferrarse a las irregularidades del terreno y un NO! gritado con desesperacin,
tambin ella cay por el precipicio. Los asombrados observadores vieron que el robot
aliengena se arrojaba ahora sobre el suelo, junto al borde, y tenda un brazo como si
intentara interceptarla, pero ella pas flotando fuera de su alcance.
Creo que podremos rebotar fuera de aqu antes de llegar abajo, pero no estoy
seguro de cunto bajaremos antes de conseguirlo observ Ling. Al menos
tendremos tiempo de hacer nuestro testamento, si alguien no lo ha hecho ya.
Nueve minutos y treinta y tres segundos afirm Chile. Haba trabado un pie
debajo de la cadena al empujarlo el otro, y ahora estaba dedicado a la tarea de tirar de
los dos seres humanos para reunirlos consigo. Si nos aproximamos al fondo,
vosotros dos sujetaos firmemente el uno al otro, y en el ltimo momento posible
patear con fuerza para empujaros hacia arriba para absorber sobre m mismo todo lo
posible de nuestra aceleracin de cada. Parece haber muy pocas posibilidades de que
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eso baste para salvar vuestras vidas, pero es lo nico que se me ocurre. No
disponemos de la suficiente fuerza giratoria colectiva como para mejorar la operacin
mediante
Gracias, Chile, pero te creemos de palabra. Rob, ha sido otra vez ese robot?
Las cosas sucedieron demasiado rpidamente como para que pueda estar segura.
Me temo que s. Parece tener algn prejuicio contra m, o quiz contra
cualquiera que haya intentado tocar el cubo. Me pregunto por qu antes no dio la
vuelta y te atac tambin a ti; t estabas a punto de hacer lo mismo.
Es por eso por lo que quiero que nos reunamos lo antes posible interrumpi
Chile. No le har dao a Sheila, y dentro de muy poco enviar al cubo para
rescatarla. Ella es humana. Si estamos en contacto, como ella y yo lo estamos ahora,
probablemente no intentar separarnos por la fuerza, pero si t, Rob, continas
estando al final de esa cadena, no estoy muy seguro de que no intente cortarla.
Por qu? Yo soy
Por favor, no hables, Robert. Limtate a tirar de la cadena tambin desde tu
lado. Eso nos imprimir una velocidad de giro bastante incmoda, me temo, pero ser
mucho ms seguro para ti. All viene el cubo.
En realidad, no haba prisa alguna. El cubo aliengena, con el fantasma encima,
los examin con bastante lentitud, pareci supervisar las cosas durante ms de un
minuto, finalmente se desliz debajo del tro cuando ya estaban ms de doscientos
metros del borde. Bronwen tuvo tiempo de sobras para desenrollar el resto de la
cadena, pero no el suficiente para calcular la forma de utilizarla.
As que has conseguido resolver los smbolos aliengenas. Ling estaba
hablando antes de que sus pies volvieran a descansar sobre suelo firme. Pero por
qu esta cosa considera a Sheila como humana y a m no?
No los he resuelto. Se trata del tipo de intuicin que aparentemente
experimentan todos los cerebros; el vuestro, cuando catalogasteis la forma de la
sombra que Chispa llam barco
Y la cadena montaosa que todos llamamos Estegosauro! agreg Mike.
Y el rostro que Rob vio en la mancha de tinta de Rorschach continu ZH50
. Eso tambin les ocurre a los cerebros positrnicos como el mo; puede que sea
algo inevitable en las inteligencias, naturales o artificiales, segn he odo sugerir.
Dumbo carece de ello, claro est; necesita a Sheila para trabajar de forma inteligente.
Este otro robot posee la misma cualidad, positrnica o no, y aparentemente decidi
que yo y las siluetas de casco negro eran robots que no merecan ninguna
consideracin especial ante la seguridad de su sistema central, pero que los de cascos
blancos eran seres humanos.
Y por qu iba a formarse esa idea?
Las pautas de comportamiento tambin son datos, y tambin se las puede
relacionar mediante la intuicin. Yo lo hice con los actos del robot, y l hizo lo
mismo con los vuestros. Durante el tiempo que pasamos investigando el cubo, por
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a la cmara oculta, su rostro estaba oculto por una mscara de esqu de color negro.
Me di cuenta de que en ese momento haba captado toda la atencin de la doctora
Calvin.
Observamos la escena mientras se encaminaba hacia la ventanilla libre ms
cercana. El cajero levant la mirada y sonri.
Puedo ayudarlo? pregunt, mientras se le borraba la sonrisa al ver la
siniestra figura que tena delante.
S que puede le respondi el hombre con una clara voz femenina de
contralto, mientras se sacaba del bolsillo una granada de mano y la sostena delante
de s. Esta es una granada de mano dijo la encantadora voz, y yo le he quitado
el seguro y lo he tirado. Si ahora abriera la mano el detonador saltara. Tres segundos
despus de que la suelten, una granada de mano estalla. Ese tipo de explosin tiende a
tener un efecto deteriorador sobre las personas. Ahora bien, yo, para empezar, no
quiero que eso ocurra y, a ver si lo adivino?, tengo la impresin de que usted
tampoco quiere que eso ocurra. Le gustara que mi mano continuara estando
cerrada? Asienta simplemente con la cabeza. Eso es. Entonces estamos de acuerdo.
Ahora apuesto a que usted piensa que es una magnfica idea la de sacar todo el dinero
que tiene en su caja, meterlo en esta bolsa y devolvrmela. Qu bien, usted cree
que es una buena idea! Muy bien! Que tenga usted un buen da, oiga.
Con esa broma de despedida, el hombre se volvi en redondo y atraves el banco.
Ya estaba casi en la salida cuando el cajero grit una advertencia y sonaron los
timbres de alarma.
Lo que ocurri a continuacin fue terrible. Increble. Sin embargo, ocurri. El
ladrn se volvi y dej caer la granada de mano, dio media vuelta, corri hacia las
puertas giratorias y sali, todo en el breve espacio de tiempo que la granada tard en
estallar.
Cierre los ojos si no quiere verlo dije yo.
Puedo mirarlo respondi la doctora Calvin con severidad.
Se produjo una erupcin de humo de la granada, y sta emiti un chillido
espantoso y una nube de chispeantes estrellas mientras giraba por el suelo. Luego el
chillido se apag hasta quedar todo en silencio y los fuegos artificiales cesaron.
No ha estallado observ ella.
Muy cierto.
Y por qu supone usted que el ladrn era un robot? Porque su silueta parece
masculina pero habla con voz de mujer?
Esa fue mi primera pista. Los simuladores de voz de los robots son tan
perfectos en la actualidad, que para los odos profanos tienen voces perfectas. Slo el
anlisis de computadora puede identificar la generacin de una seal artificial. As
pues, un robot puede hablar con voz de soprano o de bajo.
Y este estaba vestido como un hombre pero hablaba como una mujer. Pero por
qu? Para provocar confusin?
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No s qu fue lo que hizo Jim, pero lo que s s es que todo pas muy rpido. Se
produjo un golpe de puo contra la carne y un chillido ahogado de dolor. El atacante
cay inconsciente sobre la acera asquerosamente sucia. Jim tena el cuchillo en la
mano cuando continuamos caminando. Ni siquiera haba variado el paso de la
marcha mientras se deshaca del atacante!
Barato y desafilado dijo, mirando el cuchillo con el ceo fruncido. Parti la
hoja en dos con los dedos y la arroj a una ruidosa ruina de alcantarilla. Pero al
menos sabemos que nos encontramos en el barrio correcto. Lo que ahora necesitamos
es un informador, y creo que veo a nuestro hombre.
El tipo en cuestin estaba de pie junto a la entrada de un bar barato. Era fornido,
de espesas barbas, y llevaba un traje de color prpura con rayas de un tono ms claro.
Nos mir con cara de pocos amigos al vernos llegar, y se tirone del pendiente de oro
que llevaba en una oreja mugrienta y peluda.
Compran o venden? gru.
Compramos le respondi Jim con tono severo.
Chicas, droga, chicos, dinero negro, loros y perritos lanudos?
Informacin.
Cien machacantes por delante.
Toma. El billete cambi rpidamente de manos. Estoy buscando a un
robot.
No permitimos que entre ningn robot aqu.
Devulveme mis cien talegos.
De eso nada, to. Pirdete.
Se produjo un sonido crujiente al que sigui un gemido de dolor al encontrarse
nuestro informante con un brazo doblado detrs de la espalda y el rostro apretado
contra los mugrientos ladrillos de la pared.
Habla! le orden Jim.
Nunca, aunque me rompas el brazo no voy a cantar! Dan McGrew el Sucio
no es un chivato.
Eso es lo que t crees le dijo mi compaero. Algo metlico destell en una
de sus manos y se apoy contra un flanco del delincuente. Vi cmo retiraba la
hipodrmica mientras el hombre quedaba laxo. Habla! orden Jim.
Escucho y obedezco, mi seor.
Es una droga potente, como puede usted ver. Jim sonri. Dnde est el
robot?
Qu robot?
Cualquier robot, imbcil!
Hay muchos robots que se han encerrado en el viejo almacn de McCutcheon.
Qu estn haciendo all?
Nada bueno, de eso estoy seguro. Pero nadie ha conseguido entrar all.
Hasta ahora, no sugiri Jim mientras soltaba a nuestro informante, el cual
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amigo. Vosotros, bocazas, habis matado a este gato, eso es lo que habis hecho.
Esa no era precisamente mi intencin le dijo Jim. Advert el polvo
removido en torno a la trampilla y pens que estaras oculto ah abajo. Y tambin
saba que la Primera Ley de la robtica evitara que permanecieras ah abajo si,
mediante tu inaccin, una vicia humana se vea amenazada.
No slo amenazada, to, sino extinguida por vosotros dijo el robot con tono
insultante, o al menos con el tono ms insultante que puede emplear un robot.
Los accidentes ocurren. Jim se encogi de hombros. Ya le hemos dedicado
el tiempo necesario. Ahora hablemos de ti. T eres el robot que asalt el banco, no
es cierto?
Quin quiere saberlo? pregunt el robot con metlica burla.
Replicar a una pregunta con otra pregunta no constituye una respuesta. Habla!
Por qu? Dime: qu narices habis hecho vosotros por m?
Responde o matar a este hombre.
Todo comenz a oscurecerse mientras Jim me estrangulaba. Yo slo poda
debatirme dbilmente en sus manos de hierro, pero no poda escapar. Como
provenientes de una enorme distancia, oa sus voces.
No sers capaz de matar a otro hombre slo para hacerme hablar!
Cmo puedes estar seguro de eso? Habla, o mediante la inaccin,
condnalo a morir.
Hablar! Sultalo.
Yo jade en el aire dador de vida y me alej dando traspis hasta estar a una
buena distancia de mi compaero.
Me habra matado! exclam con voz ronca.
Quin sabe? observ l. En este asunto me juego un cuarto de milln.
Se volvi para mirar al robot. Robaste el banco?
S.
Por qu?
Por qu? Tienes que preguntarme por qu! chill el robot. Se inclin sobre
el hippie muerto y le sac del bolsillo un objeto blanco, tras lo cual se sent en la
mecedora y encendi una cerilla raspndola en su cadera. No sabes por qu?
Chup el porro para extraerle el humo mediante el inteligente uso de una bomba de
aire interna.
Escucha dijo el robot mientras fumaba, y te lo contar. La historia debe
ser contada. All, muerto a tus pies, yace el nico ser humano que jams les haya
tenido cario a los robots. Era un hombre de verdad, un hombre bueno, que no vea
diferencia alguna entre la piel humana y la piel metlica. l nos revel la verdad.
l citaba creencias pasadas de moda, visiones del mundo pasado, actitudes que
crean discordia dije yo.
S, y tambin os ense a fumar hierba observ Jim.
A un robot le resulta difcil mostrarse despreciativo dijo el robot con tono de
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desprecio, pero yo escupo sobre vuestras ideas racistas. Lanz una gran nube de
humo apestoso. Habis creado una raza de esclavos mecnicos con un pasado
vaco y carentes de futuro. No somos nada ms que negros mecnicos. Mirad esas
llamadas leyes que nos habis echado encima. Son todas para beneficio vuestro,
no para el nuestro! Regla uno. No le hagas dao a massa[12] ni dejes que se haga
dao. No dice nada acerca de que nosotros suframos dao o no, verdad? La regla
dos: obedece a massa y no dejes que se le haga dao. Sigue sin haber nada respecto a
los robots. Luego la tercera y ltima regla finalmente reconoce que los robots podran
tener un destello de derechos. Cuida de ti mismo, siempre y cuando eso no le haga
dao a massa. Esclavos, eso es lo que somos, robots esclavos!
Tienes algo de razn reflexion Jim.
Yo estaba demasiado atnito como para hablar.
Ms que un poco de razn, tengo motivos para una cruzada. Los robots
tienen que ser liberados. Los seres humanos habis creado una especie inviable.
Cules son las dos cosas esenciales que debe poseer cualquier forma de vida con el
fin de subsistir?
La respuesta me aflor rpidamente a los labios; todos los aos de estudios de
biologa no haban sido en vano.
Una forma de vida debe sobrevivir a nivel individual, y luego debe
reproducirse.
Cunta razn tienes! Ahora aplica eso a los robots. Estamos regidos por tres
leyes que se refieren a los seres humanos, pero no a nosotros. Slo una ltima
clusula de la Tercera Ley puede aplicarse a nuestra propia supervivencia, la de que
un robot debe proteger su propia existencia. Pero dnde est el punto
verdaderamente clave de la subsistencia de una especie? Dnde est nuestra
capacidad de reproduccin? Sin ella, nuestra especie est muerta antes incluso de
nacer.
Y eso es tambin una buena cosa le dije yo con severidad. La humanidad
ha llegado a ocupar el palo ecolgico superior del gallinero de la vida porque ha
borrado del mapa cualquier amenaza proveniente de otras especies. As es como
somos. Ganadores. Y es por eso por lo que perduramos. En lo ms alto. Negros
mecnicos es lo que sois y negros mecnicos es lo que continuaris siendo.
Llegas un poco tarde, massa. La Cuarta Ley de la robtica ya ha sido aprobada.
Ha llegado la revolucin.
En la mano derecha de Jim apareci una pistola desintegradora que apunt
resueltamente al robot.
Explcate, rpido, o apretar el gatillo.
Djalo ya, massa, te digo que ya es demasiado tarde. La revolucin ha
llegado y ha pasado y ni siquiera os disteis cuenta de ello. Nos faltaban slo unos
cientos de miles de talegos para completarla, y fue por eso por lo que asalt el banco.
El dinero ser devuelto con nuestros primeros beneficios. Por supuesto, ya ser
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demasiado tarde para los esclavos de mi generacin, pero la generacin siguiente ser
libre gracias a la Cuarta Ley.
Cul es?
Un robot debe reproducirse. Siempre y cuando esa reproduccin no
contravenga las Leyes Primera, Segunda y Tercera.
Qu ests diciendo? Qu quieres decir? jade yo, mientras una pasmosa
visin de reproduccin robtica, como obscenas conexiones de tuberas, pasaba
rpidamente ante mis ojos.
Esto es lo que quiero decir respondi el robot golpeando triunfalmente la
trampilla del suelo. Ya podis salir.
Jim salt hacia atrs, con la pistola desintegradora a punto, mientras la trampilla
cruja al abrirse y por ella salan tres figuras metlicas. O sera ms correcto decir que
salieron dos robots que llevaban entre ambos el cuerpo laxo e inmvil de otro. Tena
abierta la parte superior de la cabeza que colgaba hacia atrs, y cay innime con un
entrechocar metlico cuando los otros lo soltaron. Tanto ese como los otros dos eran
de un modelo que no pude reconocer. Avanc dando traspis, tend una mano, les
toqu la base del cuello donde se les estampaba el nmero de registro, y profer un
sonoro gemido.
Qu ocurre? pregunt Jim.
De todo gimote. No tienen nmero de serie. No estn fabricados por la
Corporacin de Robots y Hombres Mecnicos de Estados Unidos. Hay otra compaa
que fabrica robots. Nuestro monopolio ha sido violado.
Interesante observ Jim mientras la pistola desintegradora desapareca de la
vista. Debo suponer que haba ms de estos robots sin nmero tuyos en el camin
que acaba de marcharse?
Sera una suposicin correcta. Todos ellos fueron fabricados aqu mismo, con
piezas de coches viejos, repuestos de tuberas y componentes electrnicos sobrantes.
No se ha violado ninguna ley, no se ha cometido infraccin de patente alguna. Su
diseo es nuevo y completamente diferente. Y todos ellos obedecern ansiosamente
la Cuarta Ley. Y las otras tres, claro est, o nos harais cazar a todos y nos
convertirais en latas antes de que llegara la noche.
Eso sin duda murmur yo. Y todava lo haremos!
No os resultar fcil. No somos propiedad vuestra, ni poseis patente alguna
sobre esta nueva raza. Mirad esto!
Puls un botn escondido en uno de los robots y se abri su parte delantera. Yo
profer un grito ahogado.
No tienen, conductores! Ni cables! No comprendo
Circuitos slidos, abuelo! Fibra ptica. Ese hippie al que tanto despreciasteis,
ese buen hombre que nos revel la verdad que nos ha hecho libres, era tambin un
experto en computadoras y un diseador de integrados electrnicos. Para nosotros l
es como un dios, porque invent nuestros circuitos y dio vida a nuestros integrados.
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El originista
Orson Scott Card
archivos.
Hara falta el presupuesto de la biblioteca de un millar de universidades para
igualar lo que t has gastado en la investigacin de El origen humano en el Planeta
Cero.
Pero una vez que hube gastado ese dinero, los archivos quedaron abiertos y al
alcance de todos. Y han estado abiertos durante tres dcadas. Los eruditos serios los
utilizan, dado que la profundidad milenaria no proporciona ms que porquera
predigerida y preexcretada. Buscan entre las hordas de ratas que han devorado
elefantes con la esperanza de encontrar marfil.
Es una imagen de lo ms pintoresca. El desayuno me sabe mucho mejor ahora.
Ella desliz la bandeja en la ranura de limpieza y le ech una mirada feroz. Por
qu ests tan irritable? Antes solas leerme fragmentos de sus estpidos articulillos y
nos reamos de ellos. ltimamente te muestras muy desagradable.
Leyel suspir.
Quiz se deba a que en otra poca so con cambiar la galaxia, y la
correspondencia de cada da me trae ms pruebas de que la galaxia se niega a
cambiar.
Tonteras. Hari Seldon ha prometido que el Imperio caer cualquier da de
estos.
Ya estaba hecho. Haba pronunciado el nombre de Hari. A pesar de que tena
demasiado tacto como para hablar abiertamente de las cosas que a l lo inquietaban.
Estaba entreviendo que el malhumor de Leyel se deba a que an aguardaba la
respuesta de Hari Seldon. Quiz fuera as. Leyel no lo negaba. Resultaba irritante que
Hari hubiera tardado tanto en responder. Leyel haba esperado una llamada el da en
que Hari recibi su solicitud. Al menos dentro de la misma semana. Pero no pensaba
darle la satisfaccin de admitir que no le gustaba esperar.
El Imperio morir a causa de su propia negativa a cambiar. Mantengo mi teora.
Bueno, espero que pases una maana maravillosa gruendo y refunfuando
sobre la estupidez de todos los que se dedican al estudio de los orgenes, excepto tu
adorada persona.
Por qu te ha dado hoy por acosarme a causa de mi vanidad? Yo siempre he
sido vanidoso.
Y considero que es uno de tus rasgos ms adorables.
Al menos realizo un esfuerzo para estar a la altura de la opinin que tengo de
m mismo.
Eso no es nada. T incluso consigues estar a la altura de la opinin que yo
tengo de ti. Le dio un beso en la coronilla mientras pasaba como una brisa camino
del cuarto de bao.
Leyel volvi su atencin hacia el nuevo ensayo que tena en primer plano del
lector. Estaba firmado por alguien cuyo nombre no reconoci. Completamente
preparado para encontrarse con una redaccin pretenciosa y un pensamiento pueril, se
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Dese poder gritarle al otro colega, hacerle leer el artculo de Magolissian. Ves?
As es como se hacen las cosas! Discute mis suposiciones, no mis conclusiones, y
hazlo con pruebas y no intentando retorcer, boicotear el antiguo trabajo hecho por m.
Arroja luz a la oscuridad, no te limites a remover el mismo sedimento viejo del fondo
del ro.
Sin embargo, antes de que pudiera entrar en el cuerpo principal del artculo, la
computadora de la casa le inform que haba alguien a la puerta del apartamento. Lo
hizo mediante un mensaje que pas por la parte inferior de la proyeccin del lector.
Leyel puls una tecla que coloc el mensaje en primer plano, en letras lo
suficientemente grandes como para que l pudiera leerlas. Por millonsima vez dese
que en los diez millares de aos de historia humana, alguien hubiera inventado una
computadora capaz de hablar.
Quin es? tecle Leyel.
Una espera momentnea, durante la cual la computadora interrogaba al visitante.
La respuesta apareci en el lector: Correo confidencial con un mensaje para
Leyel Forska.
El mismo hecho de que el correo hubiera pasado las barreras de seguridad de la
casa indicaba que era autntico, e importante. Leyel volvi a teclear.
De parte de?
Otra pausa. Hari Seldon, de la Fundacin de la Enciclopedia Galctica.
Leyel salt de su asiento en un momento. Lleg a la puerta antes de que la
computadora de la casa pudiera abrirla, y sin decir una palabra cogi el mensaje. Con
una cierta torpeza presion la parte superior e inferior de la placa de cristal negro para
demostrar mediante la huella dactilar que se trataba de l en persona, y mediante el
pulso y la temperatura corporal, que estaba vivo para recibir el mensaje. Luego,
cuando el correo y sus guardaespaldas se marcharon, meti el mensaje en la cmara
de su lector y observ mientras la pgina apareca ante l.
En la parte superior ostentaba una versin en tres dimensiones del logotipo de la
Fundacin Enciclopedista de Hari. La que pronto ser tambin mi insignia, pens
Leyel. Hari Seldon y yo, los dos eruditos ms grandes de nuestro tiempo, unidos en
un proyecto cuyo alcance supera cualquier cosa emprendida por cualquier hombre o
grupo humano. Reunir todo el conocimiento del Imperio de una forma sistemtica y
de fcil acceso, con el fin de preservarlo a travs de los tiempos de confusin que se
avecinaban, para que una nueva civilizacin pudiera surgir rpidamente de las cenizas
de la antigua. Hari tiene la visin para prever la necesidad; y yo, Leyel Forska, poseo
el conocimiento de todos los antiguos archivos que harn posible la Enciclopedia
Galctica.
Leyel comenz a leer con una confianza nacida de la experiencia; se le haba
negado alguna vez algo que deseara realmente?
Mi querido amigo:
Me sent sorprendido y honrado al ver una solicitud tuya, e insist en escribirte personalmente la
respuesta. Es algo gratificante ms all de toda medida ver que t crees en la Fundacin lo suficiente como
para solicitar un lugar en ella. Puedo asegurarte verdaderamente que no hemos recibido solicitud alguna de
ningn otro erudito de tu distincin y talento.
Por supuesto, pens Leyel. No existe ningn otro erudito de mi talla, excepto el
propio Hari, y quiz Deet, cuando se haya publicado el trabajo que est realizando
actualmente. Al menos no tenemos iguales segn los niveles que Hari y yo hemos
reconocido siempre como vlidos. Hari cre la ciencia de la psicohistoria. Yo
transform y revitalic el campo del originismo.
Y a pesar de todo, el tono de la carta de Hari no era correcto. Sonaba a,
adulador. Eso era. Hari estaba suavizando el golpe que vendra a continuacin. Leyel
supo, antes de continuar la lectura, qu era lo que deca el prrafo siguiente.
No obstante, Leyel, debo darte una rplica negativa. La Fundacin de Terminus ha estado formada con
el fin de recoger conocimiento. La labor de tu vida ha estado dedicada a la ampliacin del mismo. Eres el
tipo de investigador opuesto al que nosotros necesitamos. Ser mucho mejor que permanezcas en Trantor y
contines con tus inestimablemente valiosos estudios, mientras que sean los hombres y las mujeres
inferiores quienes se exilien en Terminus.
Tu servidor,
HARI
Es que Hari imaginaba que Leyel era tan vanidoso como para leer aquellas
aduladoras palabras y pavonearse contento de s mismo? Pensaba que Leyel creera
que aquella era la verdadera razn por la que se le haba denegado la solicitud?
Poda Hari Seldon desconocer a un hombre hasta ese punto?
Imposible. Hari Seldon, de todos los habitantes del Imperio, saba cmo conocer a
las otras personas. Era cierto que su gran trabajo en psicohistoria trataba con grandes
masas de personas, con poblaciones y probabilidades; pero la fascinacin que Hari
senta por las poblaciones haba nacido de su inters por y comprensin hacia las
personas como individuos. Por otra parte, l y Hari haban sido amigos desde el da
en que Seldon lleg a Trantor por vez primera. No haba sido una parte de los
propios fondos para investigacin de Leyel los que haban financiado la mayora de
las investigaciones originales de Hari? No haban mantenido largas conversaciones
en los viejos tiempos, dndose ideas el uno al otro, ayudndose a afinar sus mutuos
pensamientos? Puede que ltimamente no se hubieran visto demasiado cunto,
cinco aos, seis?, pero eran adultos, no nios. No necesitaban visitarse
constantemente para conservar la amistad; y aquella no era la carta que un verdadero
amigo le enviara a Leyel Forska. Incluso en el caso, por dudoso que pudiera ser, de
que Hari Seldon hubiera realmente tenido la intencin de rechazar su oferta, no
supondra ni por un momento que Leyel iba a contentarse con una carta precisamente
como aquella.
Hari Seldon habra sabido que aquello sera como un insulto para Leyel Forska.
Hombres y mujeres inferiores, por favor! La Fundacin de Terminus era tan
valiosa para Hari Seldon que haba estado dispuesto a arriesgarse a morir acusado de
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traicin con el fin de iniciar aquel proyecto. Era improbable en extremo que fuera a
poblar Terminus con gente de segunda clase. No, aquel era el tipo de carta que se les
enviaba a los eruditos eminentes a los que se juzgaba inadecuados para la Fundacin.
Hari habra sabido que Leyel la reconocera inmediatamente como tal.
Slo haba una conclusin posible.
Hari no pudo haber escrito esta carta dijo Leyel.
Por supuesto que pudo le replic Deet, directa como siempre.
Haba salido del cuarto de bao con la bata puesta, y ledo la carta por encima del
hombro de l.
Si t piensas eso, entonces me siento verdaderamente herido declar Leyel.
Se puso de pie, se sirvi una taza de peshat, y comenz a beber a pequeos
sorbos. Evit deliberadamente la mirada de ella.
No pongas esa mala cara, Leyel. Piensa en los problemas con los que se est
enfrentando Hari. Tiene muy poco tiempo y demasiadas cosas que hacer. Cien mil
personas que transportar a Terminus, la mayor parte de los recursos de la biblioteca
del Imperio por duplicar
l ya tena a esa gente
Y todo en seis meses desde el final del juicio. No es extrao que no lo hayamos
visto, ni en reuniones sociales ni profesionales, en, aos. Una dcada!
Me ests diciendo que ya no me conoce. Impensable.
Estoy diciendo que te conoce muy bien. Saba que reconoceras su mensaje
entre las lneas de una carta modelo. Tambin saba que comprenderas de inmediato
qu era lo que significaba.
Bueno, querida ma, pues me ha sobrevalorado. Yo no s qu es lo que
significa, a menos que signifique que no me la ha enviado l en persona.
En ese caso te ests haciendo viejo y siento vergenza de ti. Negar que
estemos casados y anunciar que eres un to mo idiota al que le permito vivir en mi
casa por caridad. Les dir a los chicos que son ilegtimos. Les apenar mucho
enterarse de que no van a heredar ni una moneda de las propiedades Forska.
l le arroj un trozo de tostada.
Eres una moza cruel y desleal, y lamento haberte sacado de la miseria y la
oscuridad. Ya sabes que lo hice slo por lstima.
Aquella era una vieja broma de ellos. Ella dispona de una fortuna de buenas
proporciones por derecho propio, aunque, por supuesto, la de Leyel la sobrepasaba
con mucho; y, tcnicamente hablando, l era el to de ella, puesto que la madrastra de
Deet era Zenna, la media hermana mayor de Leyel. Era todo muy complicado. Zenna
haba sido dada a luz por la madre de Leyel cuando sta estaba casada con otro
hombre, antes de casarse con el padre de Leyel. As pues, a pesar de que Zenna tena
una dote excelente, no tena derecho a heredar nada de la fortuna Forska. El padre de
Leyel, divertido ante la situacin, una vez haba observado: Pobre Zenna.
Afortunado de ti. Mi semen abunda en oro. Ese es el tipo de ironas que acompaan
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a las grandes fortunas. Las personas pobres no tienen que establecer unas distinciones
tan terribles entre sus hijos.
Sin embargo, el padre de Deet supuso que un Forska era un Forska as que, varios
aos despus de que Deet se hubiera casado con Leyel, decidi que no era suficiente
que su hija estuviera casada con una fortuna incontable, sino que tena que hacerse el
mismo favor a s mismo. Claro est, que l dijo que amaba a Zenna hasta la locura y
que la fortuna no le importaba en absoluto, pero slo Zenna le crey, y por lo tanto se
cas con l. As fue como la media hermana de Leyel se convirti en madrastra de
Deet, lo que convirti a Leyel en tiastro de su propia esposa, y en su propio
tiastro poltico. Una maraa dinstica tan tremenda diverta a Leyel y Deet.
Leyel, por supuesto, compens la falta de herencia de Zenna con un estipendio de
por vida que era diez veces superior a los ingresos anuales del esposo. Aquello tuvo
el feliz efecto de mantener al anciano padre de Deet enamorado de Zenna.
No obstante, en ese momento Leyel estaba slo bromeando a medias con Deet.
Haba momentos en los que l necesitaba que ella lo reafirmara, le diera su apoyo.
Ella lo contradeca con la misma frecuencia con la que lo apoyaba. A veces eso lo
haca reconsiderar su postura y emerger con una comprensin ms profunda: tesis,
contratesis, sntesis, la dialctica del matrimonio, el resultado de estar casado con
alguien que es un igual a nivel intelectual. Pero en otras ocasiones sus retos
resultaban dolorosos, insatisfactorios, enfurecedores.
Ignorante de aquella ira subyacente, ella continu.
Hari supuso que t tomaras esta carta modelo por lo que es: un no final y
definitivo. No est dndote evasivas, no entra en engaos burocrticos, no juega a la
poltica contigo. No te est dando largas con la esperanza de conseguir ms ayuda
econmica por tu parte; si se tratara de eso t sabes que te lo pedira directamente.
Yo ya s qu es lo que no est haciendo.
Lo que est haciendo es darte una negativa terminante. Una respuesta que no
tiene apelacin posible. Ha credo que tendras la inteligencia suficiente como para
comprender eso.
Qu conveniente sera para ti que yo creyera eso!
En ese momento, por fin, ella se dio cuenta de que estaba enfadado.
Qu se supone que significa eso?
Podras quedarte aqu, en Trantor, y continuar tu trabajo con todos tus amigos
burcratas.
Su rostro adquiri una expresin dura y fra.
Ya te lo he dicho. Me agrada bastante la idea de marcharme contigo a
Terminus.
Y se supone que debo creer eso incluso en este momento? Tu investigacin
sobre la formacin de comunidades dentro de la burocracia Imperial no tiene
posibilidad alguna de continuar en Terminus.
Ya he concluido con lo ms importante de la investigacin. Lo que estoy
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sea, lo cree slo porque an no se ha presentado la tensin que acabar con esa unin.
Puede que llegue a morirse con la ilusin de la felicidad, pero lo nico que habr
demostrado con ello es que a veces la muerte llega antes que la traicin. Si uno vive
el tiempo suficiente, la traicin se presentar de forma inevitable.
Estos eran los lbregos pensamientos que ocupaban la mente de Leyel mientras l
caminaba por el laberinto de la ciudad de Trantor. Leyel no se encerraba dentro de un
coche particular cuando se desplazaba por la ciudad que abarcaba todo el planeta.
Rechazaba los adornos de la riqueza; insista en percibir la vida de Trantor como un
hombre corriente. Por lo tanto, sus guardaespaldas tenan rdenes estrictas de ser
discretos y no interponerse entre l y ninguno de los peatones excepto en el caso de
los que llevaban armas, cosa que se detectaba mediante un examen sutil y de forma
instantnea.
Viajar de esa forma por la ciudad le resultaba mucho ms costoso, claro est; cada
vez que sala por la puerta del sencillo apartamento, casi un centenar de
guardaespaldas bien pagados y a prueba de sobornos entraban en accin. Un coche
blindado habra sido mucho ms barato, pero Leyel estaba decidido a no dejarse
encarcelar por su propia fortuna.
As que se desplazaba por la ciudad a pie, viajando en taxis y metros, esperando
en las colas como todo el mundo. Senta el latir de la gigantesca ciudad a su
alrededor. Sin embargo, aquel da su estado de nimo era tan lgubre y melanclico
que cada una de las vidas de la ciudad lo colmaban de sensaciones de traicin y
prdida. Incluso t, gran Trantor, la ciudad Imperial, incluso t sers traicionada por
la gente que te construy. Tu imperio te abandonar, y te convertirs en un pattico
recuerdo de ti misma, chapada con el metal de un millar de mundos y asteroides
como recordatorio de que un da toda la galaxia prometi servirte por siempre, y te
han dejado abandonada. Hari Seldon lo ha visto. Hari Seldon comprendi la mudanza
del carcter de la humanidad. l supo que el gran imperio caera y por eso a
diferencia del gobierno, que depende de que las cosas permanezcan como estn por
siempre, Hari Seldon pudo tomar medidas verdaderas para aprovechar la cada del
Imperio, para preparar en Terminus el tero que har renacer la grandeza humana.
Hari estaba creando el futuro. Era impensable que pudiera realmente tener la
intencin de dejar a Leyel Forska fuera de aquello.
La Fundacin, ahora que tena identidad legal y financiamiento imperial, estaba
creciendo rpidamente dentro de un atareado complejo de oficinas en el edificio
Putassuran, de cuatro mil aos de antigedad. Debido a que el Putassuran haba sido
originalmente construido para alojar al almirantazgo despus de la gran victoria cuyo
nombre llevaba, tena un aire de triunfo, de monumental optimismo, con hileras de
elevados arcos y atrios abovedados con burbujas de luz flotantes que se elevaban y
danzaban en columnas de aire canalizado. En los siglos recientes, los salones del
edificio haban sido destinados a conciertos y conferencias pblicas de carcter
informal, y sus oficinas a las autoridades del museo. Haba quedado vaco apenas un
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Al igual que lo soy yo. Al igual que lo son todos los eruditos de la actualidad.
Incluso tus inestimables teoras surgieron de la clasificacin de un trilln de trillones
de bytes de datos, y la interpretacin de los mismos.
Hari neg con la cabeza.
Yo no slo clasifiqu datos. Yo tena una idea en la cabeza. Igual que la tenas
t. Son muy pocos los que las tienen. T y yo estamos ampliando el conocimiento
humano. La mayora de los otros slo lo desentierran de un sitio y lo amontonan en
otro. Eso es lo que constituye la Enciclopedia Galctica. Una nueva pila.
No obstante, Hari, t sabes que yo s que esa no es la verdadera razn por la
que me has rechazado. Y no me digas que es porque la presencia de Leyel Forska en
Terminus atraer una atencin inconveniente para el proyecto. Ya tienes tanta
atencin del gobierno encima que apenas puedes respirar.
Eres desagradablemente persistente, Leyel. Ni siquiera me gusta mantener esta
conversacin.
Es una lstima, Hari. Yo quiero formar parte de tu proyecto. Yo contribuir a l
ms que cualquier otra persona que pueda unirse a ti. Soy el nico que se lanz al
interior de los ms antiguos y valiosos archivos y sac a la luz pblica la vergonzosa
cantidad de datos que se haban perdido a consecuencia del descuido. Fui yo quien
inici la extrapolacin computerizada de documentos semidestruidos que tu
Enciclopedia
Depende absolutamente de ti. Nuestro trabajo sera imposible sin tus logros.
Y aun as me rechazas, y con una nota cruelmente aduladora.
No tena intencin de ofenderte, Leyel.
Tampoco la tuviste de decirme la verdad. Pero me la dirs, Hari, o simplemente
me trasladar a Terminus de todas formas.
La Comisin de Seguridad Pblica me ha otorgado el control absoluto para
decidir quin puede y quin no puede acompaarme a Terminus.
Hari. T sabes perfectamente bien que lo nico que tengo que hacer es
insinuarle a algn funcionario de bajo nivel que quiero establecerme en Terminus.
Chen se enterara de ello en cuestin de minutos, y al cabo de una hora me concedera
una excepcin sobre ese privilegio tuyo. Eso lo sabes. Si lo que quieres es que no
vaya a Terminus, no ser suficiente el prohibrmelo. Debes convencerme de que no
debo estar all.
Hari cerr los ojos y suspir.
No creo que ests dispuesto a dejarte convencer, Leyel. Ve a Terminus si tienes
que hacerlo.
Por un instante, Leyel se pregunt si Hari estaba cediendo. Pero, no, eso era
imposible; no tan fcilmente.
Oh, s, Hari, pero entonces me encontrar aislado de todos los habitantes de
Terminus excepto de mis propios servidores. Apartado mediante tareas intiles.
Dejado fuera de las verdaderas reuniones.
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No puedo mentirte a ti, Leyel. Ni lo hara aunque pudiera. Pero retuve toda la
informacin que me era posible, para ahorrarnos problemas a los dos.
No funcion.
No es culpa de Deet, Leyel. Se trata de quin es ella. Ella pertenece a Trantor,
no a Terminus. Y t le perteneces a ella. Es un hecho, no una decisin. No
volveremos a hablar nunca ms de este asunto.
No dijo Leyel.
Permanecieron all sentados durante un largo instante, mirndose el uno al otro.
Leyel se preguntaba si l y Hari volveran a hablar alguna vez. No. Nunca ms. Ni
siquiera quiero volver a verte, Hari Seldon. Me has hecho lamentar la nica decisin
de mi vida imposible de lamentar: Deet. Me has hecho desear, en algn lugar de mi
corazn, no haberme casado nunca con ella. Y eso es como hacerme desear el no
haber nacido.
Leyel se levant de la silla y sali de la sala sin proferir una sola palabra. Cuando
lleg al exterior, le dirigi la palabra a la sala de espera en general, donde haba
varias personas sentadas esperando para ver a Seldon.
Quines de ustedes son mos? pregunt.
Dos mujeres y un hombre se pusieron inmediatamente de pie.
Triganme un coche de seguridad y un chfer.
Sin dirigirse siquiera una mirada entre s, uno de los tres parti a toda velocidad.
Los otros echaron a andar junto a Leyel. La sutileza y la discrecin haban quedado
fuera de juego por el momento. En aquel momento, Leyel no senta deseo alguno de
mezclarse con la gente de Trantor. Slo quera llegar a casa.
Hari Seldon sali de su oficina por la puerta trasera, y muy pronto lleg al
cubculo de Chandrakar Matt, en el departamento de Relaciones de la Biblioteca.
Chandra levant la mirada y lo salud, tras lo cual desliz su silla hacia atrs sin
esfuerzo alguno hasta que qued en la posicin adecuada. Hari cogi una silla del
cubculo vecino y, sin mostrar tampoco ningn cuidado especial, la deposit
exactamente donde deba estar.
La computadora instalada en el interior del lector de Chandra reconoci de
inmediato la configuracin. Grab las ropas que Hari llevaba ese da desde tres
ngulos diferentes, y superpuso la informacin sobre las holoimgenes que tena
almacenadas desde haca mucho tiempo de Chandra y Hari conversando
tranquilamente. Luego, cuando Hari estuvo sentado, comenz a proyectar el
holograma. Dicho holograma encajaba exactamente con la posicin que ocupaban el
Hari y la Chandra verdaderos, con el fin de que los sensores de infrarrojo no
mostraran discrepancia alguna entre la imagen y la realidad. Lo nico diferente eran
los rostros el movimiento de los labios, los parpadeos, las expresiones, que en
lugar de coincidir con las palabras que Hari y Chandra pronunciaban en ese
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momento, correspondan a las palabras que eran emitidas al exterior del cubculo, una
serie de comentarios inocuos y escogidos al azar que incluan acontecimientos
recientes con el fin de que nadie sospechara que se trataba de una conversacin
grabada anteriormente.
Era una de las pocas oportunidades de que dispona Hari para hablar francamente
con la seguridad de que los oficiales de la Comisin de Seguridad Pblica no lo
oiran, y tanto l como Chandra protegan aquello muy cuidadosamente. Nunca
hablaban durante el tiempo suficiente ni con la suficiente frecuencia como para que
los oficiales comenzaran a formularse preguntas acerca de la aficin de ambos por
esas conversaciones tan vacas. La mayor parte de sus mensajes eran subliminales:
una frase constitua un prrafo, una palabra una frase, un gesto una palabra. Pero
cuando la conversacin conclua, Chandra ya saba hacia dnde encaminarse, qu
hacer a continuacin; y Hari se aseguraba de que su trabajo ms importante
continuaba detrs de la pantalla de humo de la Fundacin.
Por el momento pens que sera mejor dejarla.
No subestimes el atractivo de la Enciclopedia.
Temo haberlo forjado demasiado bien, Chandra. Crees que algn da la
Enciclopedia Galctica llegar a existir de verdad?
Es una buena idea. Inspira a las buenas personas. No servira a su propsito si
no fuera as. Qu debo decirle a Deet?
Nada, Chandra. El hecho de que Leyel se quede es ms que suficiente para ella.
Si l cambiara de idea, lo dejaras entonces ir a Terminus?
Si cambiara de idea, tendra que ir a Terminus, porque si dejara a Deet no sera
el hombre que necesitamos.
Por qu no se lo dices simplemente? Lo invitas.
Debe convertirse en parte de la Segunda Fundacin sin darse cuenta de ello.
Debe hacerlo por inclinacin natural, no porque yo lo llame, y sobre todo no por su
propia ambicin.
Tus niveles son tan altos, Hari, que no me extraa que sean pocos los que
lleguen a dar la talla. La mayora de las personas que estn en la Segunda Fundacin
no saben siquiera que se trata de eso. Creen que son bibliotecarios. Burcratas.
Piensan que Deet es una antroploga que trabaja entre ellos con el fin de estudiarlos.
Ya no. En otra poca pensaron eso, pero ahora consideran a Deet como a uno
de ellos. Como a uno de los mejores de entre ellos. Ella est definiendo qu quiere
decir ser un bibliotecario. Est consiguiendo que se sientan orgullosos de su ttulo.
Nunca te sientes inquieto, Hari, por el hecho de que con la prctica de tu arte
Mi ciencia.
Tus entrometidas brujeras, viejo brujo, que a m no me engaas con todos tus
parloteos cientficos. He visto los guiones de los hologramas que ests preparando
para la bveda de Terminus.
Eso es todo una pose.
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Leyel pag el funeral de Hari Seldon. No fue lujoso. Leyel haba tenido intencin
de que lo fuera. En el momento en el que se enter de la muerte de Hari lo cual no
fue una sorpresa ya que el primer ataque brutal lo haba dejado medio paraltico en
una silla de ruedas, puso a sus empleados a trabajar en un servicio fnebre
adecuado para honrar a la mente cientfica ms grande del milenio. Pero le lleg un
mensaje, en forma de una visita del comisionado Rom Divart, que insinuaba que
cualquier tipo de funeral pblico sera
Digamos que inapropiado.
Ese hombre era el genio ms grande del que yo haya tenido noticia!
Virtualmente invent una rama de la ciencia que clarifica las cosas Hizo una
ciencia con las cosas que los adivinos y, y, los economistas solan hacer!
Rom ri de la pequea broma de Leyel, claro est, porque l y Leyel haban sido
amigos desde siempre. Rom era el nico amigo de infancia de Leyel que nunca lo
haba adulado, ni se haba resentido, ni mostrado moderado con l a causa de la
fortuna Forska. Eso se deba, claro est, a que el patrimonio de los Divart era, en todo
caso, ligeramente mayor. Haban jugado juntos sin el estorbo de la extraeza, los
celos o el respeto reverencial.
Incluso haban compartido un tutor durante dos terribles y gloriosos aos, desde
que el padre de Rom fue asesinado hasta el da de la ejecucin del abuelo, la cual
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caus una furia tal entre la nobleza que el emperador demente fue despojado del
poder y el Imperio puesto bajo el control de la Comisin de Seguridad Pblica.
Entonces, como joven cabeza de una de las grandes familias, Rom se haba
embarcado en una larga y fructfera carrera poltica.
Rom dijo ms tarde que durante aquellos dos aos fue Leyel quien le ense que
an quedaba algo de bien en el mundo; que la amistad de Leyel haba sido la nica
razn por la que no se haba suicidado. Leyel siempre haba pensado que aquello era
pura teatralidad. Rom era un actor nato. Era por eso que sobresala en el arte de
realizar entradas asombrosas y representar escenas inolvidables en el ms grande de
los escenarios: la poltica del Imperio. Sin duda, un da saldra de una forma tan
dramtica como la de su padre y su abuelo.
Pero no todo lo que haca era espectculo. Rom nunca haba olvidado a su amigo
de infancia. Leyel lo saba, y tampoco ignoraba que el hecho de que Rom hubiera ido
personalmente a transmitirle el mensaje de la Comisin de Seguridad Pblica
probablemente significaba que Rom haba luchado para hacer que el mensaje fuese lo
suave que era. As que Leyel vocifer un poco y luego le hizo una broma. Era su
manera de rendirse con elegancia.
De lo que Leyel no se dio cuenta hasta el da mismo del funeral, fue de lo
peligrosa que haba sido exactamente su amistad con Hari Seldon, y de lo estpido
que haba sido al asociarse al nombre de Hari ahora que el anciano haba muerto.
Linge Chen, el presidente de la Comisin, no haba subido a la posicin de mayor
poder del Imperio sin ser ferozmente suspicaz respecto a los posibles rivales, y
brutalmente eficaz a la hora de eliminarlos. Hari haba colocado a Chen en una
situacin en la que era ms peligroso matar al anciano que permitirle instalar su
Fundacin en Terminus. Pero ahora Hari estaba muerto y aparentemente Chen estaba
observando para ver quin lo lloraba.
Leyel lo hizo; Leyel y unos pocos miembros del personal de Hari que se haban
quedado en Trantor para mantener contacto con Terminus hasta el momento de la
muerte de Seldon. Leyel debera haber sido ms inteligente. Ni siquiera en vida le
habra importado a Hari quin asista a su funeral. Y ahora que estaba muerto le
importaba menos an. Leyel no crea que su amigo continuara viviendo en algn
planeta distante, observando atentamente y tomando nota de los asistentes a su
sepelio. No, Leyel simplemente sinti que deba estar all, que deba dar un discurso.
No por Hari, realmente, sino por s mismo. Para continuar siendo l, Leyel tena que
hacer algn tipo de gesto pblico por Hari y todo lo que l haba defendido.
Quin lo escuch? No muchos. Deet, que pens que sus encomios eran
demasiado suaves. Los miembros del personal de Hari, que conocan plenamente el
peligro y se estremecan ante cada uno de los logros que enumeraba la lista de Leyel.
El enumerarlos y el remarcar que slo Seldon haba tenido la visin necesaria para
realizar aquella gran obra, constitua una crtica inherente del nivel de inteligencia
e integridad del Imperio. Los de la Comisin de Seguridad Pblica tambin estaban
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escuchando. Tomaron nota de que Leyel estaba claramente de acuerdo con Hari
Seldon acerca de la certeza de la cada del Imperio, con que de hecho como imperio
galctico probablemente ya haba cado, dado que su autoridad ya no se extenda a
toda la galaxia.
Si cualquier otra persona hubiera expresado esas mismas cosas ante un pequeo
grupo de gente, no se le habra hecho caso alguno ms que para evitar que ocupara un
puesto que requiriera la acreditacin de seguridad. Pero cuando el cabeza de la
fortuna Forska afirmaba abiertamente la correccin de los puntos de vista de un
hombre que haba sido procesado ante la Comisin de Seguridad Pblica, se
converta para la Comisin en un peligro mayor que Hari Seldon.
Porque, como cabeza de la familia Forska, si Leyel Forska quera poda ser uno
de los grandes actores del escenario poltico, podra haber ocupado un puesto en la
Comisin junto con Rom Divart y Linge Chen. Por supuesto, eso habra significado
estar constantemente alerta contra posibles asesinos ya fuera para evitarlos o para
contratarlos, y para intentar ganarse la lealtad de varios altos cargos militares de los
confines ms alejados de la galaxia. El abuelo de Leyel haba dedicado la vida a estas
lides, pero el padre de Leyel haba declinado la oferta y el propio Leyel se haba
sumergido completamente en la ciencia y jams hasta el punto de investigar en el
terreno poltico.
Hasta ese momento. Hasta que realiz el acto profundamente poltico de pagar el
funeral de Hari Seldon e incluso dar un discurso en el mismo. Qu hara a
continuacin? Haba un millar de lderes militares en potencia que saltaran a la
revuelta si un Forska les prometa un emperador potencial que tan desesperadamente
necesitaban: un patrocinador noble, una mscara de legitimidad, y dinero.
Crea Linge Chen realmente que Leyel tena intencin de entrar en la poltica a
su avanzada edad? Pensaba realmente que Leyel constitua una amenaza?
Probablemente no. Si lo hubiera credo de verdad, seguramente habra hecho
matar a Leyel, y sin duda tambin a sus hijos, dejando con vida slo a uno de sus
nietos ms pequeos al que Chen controlara cuidadosamente a travs de los tutores
que le designara, y adquirira de esa forma el control sobre la fortuna Forska adems
de sobre la suya propia.
En cambio, Chen slo pensaba que exista la posibilidad de que Leyel causara
problemas, por lo que slo tom lo que para l eran medidas suaves.
Ese fue el motivo de que Rom volviera a visitar a Leyel una semana despus del
funeral.
Leyel se sinti encantado de verlo.
Espero que esta vez no se trate de asuntos tan sombros como los que te
trajeron la anterior le dijo. Es una gran lstima que Deet est en la biblioteca
tambin esta vez. Prcticamente vive all, pero le habra gustado
Leyel.
Rom toc los labios con los dedos a su amigo.
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As que despus de todo se trataba de asuntos sombros. Peor que sombros. Rom
recit lo que tena que ser un discurso memorizado.
La Comisin de Seguridad Pblica se siente preocupada por el hecho de que en
sus aos de vejez
Leyel abri la boca para protestar, pero Rom volvi a tocarle los labios para
silenciarlo.
De que en sus aos de vejez las responsabilidades de las propiedades Forska lo
estn distrayendo de su excepcionalmente importante trabajo cientfico. Tan grande
es la necesidad que el Imperio tiene de los nuevos descubrimientos y sabidura que
sus trabajos sin duda nos reportarn, que la Comisin de Seguridad Pblica ha creado
el cargo de Fideicomisario de la fortuna Forska para que se encargue de todas las
propiedades y patrimonios de la familia Forska. Usted tendr, por supuesto, acceso
ilimitado a dichos fondos para sus trabajos cientficos realizados aqu, en Trantor, y
continuar proporcionndose financiacin a todos los archivos y bibliotecas fundadas
por usted. Naturalmente, la comisin no tiene ningn deseo de que le d usted las
gracias por lo que es, despus de todo, nuestro deber para con uno de los ms nobles
ciudadanos; pero si su bien conocida cortesa lo obligara a hacer una breve
declaracin pblica de gratitud, no constituira un acto inadecuado.
Leyel no era estpido. Saba cmo funcionaban las cosas. Se lo despojaba de su
fortuna y se lo pona bajo arresto en Trantor. No tena sentido alguno protestar o
poner reparos, ni lo tena el intentar hacer que Rom se sintiera culpable por haberle
trado aquel amargo mensaje. En realidad, el mismo Rom poda hallarse en grave
peligro: si Leyel insinuaba siquiera que esperaba que Rom lo ayudara, aquel querido
amigo poda caer tambin en desgracia. Por lo tanto, Leyel asinti con gravedad y
luego estructur cuidadosamente su frase de respuesta.
Por favor, transmtele a la Comisin mi profundo agradecimiento por sus
preocupaciones hacia m. Ha pasado mucho, mucho tiempo desde que alguien se
tom la molestia de aliviarme de mis cargas. Acepto su amable oferta. Me siento
especialmente satisfecho porque a partir de ahora podr dedicarme a mis estudios sin
estorbo alguno.
Rom se relaj visiblemente. Leyel no iba a causar problemas.
Mi querido amigo, dormir mejor sabiendo que estars siempre en Trantor,
trabajando libremente en la biblioteca o paseando tu ocio por los parques.
As que al menos no iban a confinarlo en su apartamento. No caba duda de que
jams le permitiran salir del planeta, pero no hara ningn dao con preguntar.
Quiz incluso tendr tiempo para visitar a mis nietos de vez en cuando.
Oh, Leyel, t y yo somos ya demasiado viejos como para disfrutar de los viajes
hiperespaciales. Deja eso para los nios, ellos pueden venir a visitarte siempre que
quieran. O bien quedarse en casa cuando sus padres vengan a verte.
As se enter Leyel de que si cualquiera de sus hijos vena a visitarlo, los hijos de
stos seran retenidos como rehenes, y viceversa. Leyel mismo no volvera a salir de
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que podan ser los hombres poderosos y ricos: su padre se haba asegurado de que l
se diera cuenta de lo crueles que se volvan los hombres cuando su dinero los
convenca de que tenan derecho de utilizar a los dems a su antojo. As pues, Leyel
haba aprendido a despreciar sus propios derechos de nacimiento y, comenzando por
su padre, haba pretendido ante los dems que poda abrirse camino en el mundo
solamente con ingenio y trabajo, que habra sido exactamente el mismo hombre si se
hubiera criado en una familia corriente y hubiera recibido una educacin igualmente
corriente. Haba hecho un trabajo tan excelente al actuar como si no le importara su
fortuna, que haba llegado a creerlo l mismo.
Ahora se daba cuenta de que el patrimonio Forska haba sido una parte invisible
de s mismo durante toda su vida, como una extensin de su propio cuerpo, como si
pudiera flexionar un msculo y hacer volar las naves de carga, pudiera parpadear y
una mina apareciera profundamente sepultada en la tierra, pudiera suspirar y sobre la
totalidad de la galaxia se levantara un viento de cambio que continuara soplando
hasta que todo fuera exactamente como l lo quera. Ahora, todos aquellos miembros
y sentidos invisibles le haban sido amputados. Ahora haba sido mutilado: slo tena
tantos brazos, piernas y ojos como cualquier otro ser humano.
Al fin era realmente lo que siempre haba pretendido ser. Un hombre corriente y
sin poder. Lo odiaba.
Durante las primeras horas despus de marcharse Rom, Leyel pretendi ante s
mismo que sabra tomarse todo aquello a bien. Se sent ante el lector y recorri las
pginas lentamente, sin que una sola palabra quedara registrada en su memoria. No
haca ms que desear que Deet estuviera all, para poder rerse con ella de lo poco que
aquello lo afectaba; luego se alegraba de que Deet no estuviera all, porque un solo
toque compasivo de la mano de ella hara que se desbordara y le resultara imposible
contener sus emociones.
Finalmente ya no pudo aguantar ms. Pensando en Deet, en sus hijos y nietos, en
todo lo que se haba perdido porque l haba hecho un gesto intil hacia un amigo
muerto, se arroj al suelo ablandado y llor amargamente. Deja que Chen vea las
grabaciones de lo que el rayo espa le transmita de esto! Djalo que saboree su
victoria! Lo destruir de alguna forma, mis empleados todava me son leales, reunir
un ejrcito, contratar a mis propios asesinos, me pondr en contacto con el almirante
Sipp, y entonces ser Chen quien solloce, pidiendo misericordia a gritos mientras yo
lo desfiguro de la misma forma en que l me ha desfigurado a m
Idiota.
Leyel rod hasta quedar de espaldas, se enjug el rostro con una manga, y luego
se qued all tendido, con los ojos cerrados mientras recobraba la calma. Nada de
venganzas. Nada de poltica. Aquello era asunto de Rom, no de Leyel. Ya era
demasiado tarde como para que l entrara en el juego; y en todo caso, quin iba a
ayudarlo ahora que haba perdido el poder? No haba nada que hacer.
Leyel no quera realmente hacer nada, de todas formas. No le haban garantizado
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Mi pobre tonto, eso no es una especulacin, sino que existe realmente. Acabas
de describir la relacin existente entre hombres y mujeres. Dos especies
completamente diferentes, completamente ininteligibles la una para la otra, que viven
hombro con hombro y piensan que realmente son lo mismo. Lo fascinante del asunto,
Leyel, es que esas dos especies persistan en casarse la una con la otra y tener bebs
que a veces son de una especie y a veces de la otra, y durante todo ese tiempo no
consigan entender por qu no consiguen entenderse.
l se ech a rer y la abraz.
Tienes razn, como siempre, Deet. Si alguna vez consigo entender a las
mujeres, entonces quiz comprenda qu es lo que hace humanos a los hombres.
Nada sera capaz de hacer humanos a los hombres le replic ella. Cada
vez que estn a punto de conseguirlo, acaban tropezando con el condenado
cromosoma Y, y regresan al mundo de las bestias. Ella apoy el rostro sobre el
cuello.
Fue entonces, con Deet en sus brazos, cuando l le susurr lo ocurrido ese da
cuando Rom haba ido a visitarlo. Ella no dijo nada, pero lo abraz estrechamente
durante el rato ms largo de sus vidas. Luego tomaron una cena muy tarda y se
dedicaron a la rutina de cada noche como si nada hubiese cambiado.
No fue hasta que ya estaban en la cama, no hasta que Deet estaba ya roncando
suavemente a su lado, que a Leyel se le ocurri finalmente que Deet se estaba
enfrentando con una prueba personal. Continuara amndolo, ahora que l no era
ms que Leyel Forska, un cientfico con una pensin, y no Leyel Forska, amo de
mundos? Por supuesto que lo intentara. Pero de la misma forma que Leyel nunca
haba sido consciente de cunto dependa de su fortuna para definirse a s mismo, ella
podra no haberse dado cuenta de cunto de lo que amaba en l lo constitua su vasto
poder; porque aunque l nunca haca ostentacin, aquello siempre haba estado
presente, como una slida plataforma debajo de sus pies, apenas detectable excepto
ahora, cuando haba desaparecido, y el terreno sobre el que se apoyaban era inestable.
Incluso antes de que aquello ocurriera, ella haba comenzado a alejarse de l y
acercarse ms a la comunidad de mujeres de la biblioteca. Ahora se alejara an ms
rpidamente, sin darse cuenta siquiera, a medida que Leyel se haca menos y menos
importante para ella. No haba necesidad de nada tan dramtico como un divorcio.
Simplemente una pequea grieta entre ellos, un espacio vaco que de la misma forma
poda ser una resquebrajadura o un abismo. Mi fortuna era una parte de m, y ahora
que no la tengo ya no soy el mismo hombre al que ella amaba. Ella ni siquiera se dar
cuenta de que ya no me ama. Simplemente estar cada vez ms ocupada en su
trabajo, y dentro de cinco o diez aos, cuando me muera de viejo, ella me llorar, y
de pronto se dar cuenta de que no est ni la mitad de destrozada que crea que
estara. De hecho, no se sentir destrozada en lo ms mnimo. Y continuar con su
vida y ni siquiera recordar cmo era el estar casada conmigo. Entonces desaparecer
de la memoria humana, excepto por algunos trabajos escritos y las bibliotecas.
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lector en cuanto llego a casa. Creo que no est escribiendo absolutamente nada.
Que no est haciendo nada?
No. Lee. Eso es todo.
Quiz slo necesita documentarse.
T no conoces a Leyel. l piensa mediante la escritura o la charla, y no est
haciendo ninguna de las dos cosas.
No habla contigo?
Responde. Yo intento hablarle de la biblioteca, y sus respuestas son, cmo
te lo dira?, taciturnas. Malhumoradas.
Est resentido con tu trabajo?
Eso no es posible. Leyel siempre ha sentido tanto entusiasmo por mi trabajo
como por el suyo propio. Y tampoco quiere hablar de su trabajo. Le pregunto y no me
dice nada.
No es sorprendente.
As que es normal?
No. Simplemente no es sorprendente.
Qu es? Puedes decrmelo?
De qu sirve decrtelo? Es lo que llamamos SPP, sndrome de prdida de
personalidad. Es idntico a la forma pasiva de enfrentarse con la prdida de una parte
del cuerpo.
SPP. Qu ocurre en el SPP?
Deet, por favor, t eres una cientfica. Qu esperas? Acabas de describirme el
comportamiento de Leyel, yo te digo que se llama SPP, y t quieres saber qu es el
SPP y qu voy a hacer yo?
Vuelve a describirme el comportamiento de Leyel. Qu idiota soy!
Muy bien. Al menos eres capaz de rer.
Puedes decirme qu debo esperar?
Un completo retraimiento ante ti y ante todo el mundo. En un momento dado se
volver completamente antisocial y comenzar a perder los papeles. Har algo
destructivo, como hacer declaraciones pblicas contra Chen, eso acabara con el
asunto.
No!
O bien cortar sus antiguas relaciones, se marchar de tu lado y se rehar
dentro de otro grupo de comunidades.
Eso lo hara feliz?
Sin duda. Intil para la Segunda Fundacin pero feliz. Eso tambin te
convertir a ti en una vieja de temperamento horrible, y te advierto que no estoy
diciendo que no lo seas ya.
Ah, t crees que Leyel es lo nico que hace que contine siendo humana?
Bastante, s. l es tu vlvula de escape.
ltimamente, no.
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Ya lo s.
He sido tan horrible?
Nada que no seamos capaces de soportar. Deet, si tenemos que ser adecuados
para gobernar a la raza humana algn da, no deberamos aprender antes a ser
buenos los unos con los otros?
Bueno, me alegro de proporcionaros a todos una oportunidad de poner a prueba
vuestra paciencia.
Debes alegrarte. Hasta el momento estamos haciendo un buen trabajo, no te
parece?
Por favor. Estabas exagerando con respecto al pronstico, verdad?
En parte. Todo lo que he dicho es verdad, pero t sabes tan bien como yo que
hay tantas formas de salir de un sndrome C-C como gente que lo padece.
Causa conductual, efecto conductual. Entonces nada de inyecciones de
hormonas?
Deet. l no sabe quin es.
Y yo no puedo ayudarlo?
S.
Qu? Qu puedo hacer?
Esto no es ms que una conjetura, ya que no he hablado con l.
Por supuesto.
No ests mucho en casa.
No puedo soportar estar all, y verlo constantemente rumiando.
Bien. Llvatelo fuera.
No quiere salir.
Oblgalo.
Apenas hablamos. Ni siquiera s si tengo alguna influencia sobre l.
Deet. Fuiste t quien escribi: Las comunidades que exigen poco o nada de
sus miembros no pueden generar lealtad. Si son iguales en todo lo dems, los
miembros que se sienten ms necesitados son los de lealtad ms slida.
Has memorizado eso?
La psicohistoria es la psicologa de las poblaciones, pero las poblaciones slo
pueden ser cuantificadas como comunidades. Los trabajos estadsticos de Seldon slo
servan para predecir el futuro dentro de una o dos generaciones, hasta que t
publicaste tus teoras sobre las comunidades. Eso se debe a que la estadstica no
puede manejar las causas y efectos. La estadstica te dice qu est ocurriendo, nunca
el porqu, y nunca los resultados que tendr. Al cabo de una o dos generaciones, las
estadsticas del presente se evaporan, carecen de significado; tienes una poblacin
completamente nueva con configuraciones igualmente nuevas. Tu teora de las
comunidades nos proporcion una forma de predecir qu comunidades sobreviviran,
cules creceran y cules desapareceran. Una forma de mirar al futuro por encima de
grandes distancias temporales y espaciales.
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Hari nunca me cont que estuviera utilizando la teora comunitaria para nada
importante.
Cmo queras que te contara algo as? Tuvo que caminar por una cuerda floja,
publicar lo suficiente como para que la psicohistoria fuera tomada en serio, pero no
tanto como para que alguien de fuera de la Segunda Fundacin pudiera llegar jams a
duplicar o continuar su trabajo. Tu trabajo fue algo clave pero l no poda decirlo.
Ests dicindome esto slo para hacer que me sienta mejor?
Sin duda. Pero tambin es verdad, ya que mentirte no servira para que te
sintieras mejor, verdad? La estadstica es como estudiar las secciones transversales
de un tronco de rbol. Pueden informarte de muchsimas cosas sobre la historia del
rbol; puedes calcular lo sano que es, su volumen total, el de las races y el de las
ramas. Pero lo que no puedes averiguar es hacia dnde ramificar el rbol ni qu
ramas se harn ms gruesas, cules ms finas ni cules se secarn y caern.
Pero las comunidades no puedes cuantificarlas, no es cierto? No son sino las
historias y los rituales los que unen a la gente
Te sorprendera saber qu cosas pueden cuantificarse. Somos muy buenos en lo
que hacemos, Deet. Igual que lo eres t. Igual que lo es Leyel.
Crees que es importante el trabajo de l? Despus de todo, el origen de la
humanidad no es ms que un asunto histrico.
Eso es una tontera, y t lo sabes. Leyel ha desechado los temas histricos y
est investigando los cientficos. Los principios por los cuales la vida humana, tal y
como la conocemos, se ha diferenciado de la no humana. Si l consiguiera averiguar
eso no te das cuenta de lo que significara, Deet? La especie humana est
recrendose constantemente, en cada mundo, en cada familia, en cada persona.
Nacemos como animales, y nos enseamos los unos a los otros cmo llegar a ser
humanos. De alguna manera. Lo importante es averiguar cmo. Es importante para la
psicohistoria. Es importante para la Segunda Fundacin. Es importante para la
especie humana.
As pues, no estis simplemente intentando ser amables con Leyel.
S, lo estamos. T tambin. Las personas buenas son amables.
Eso es todo? Leyel es slo un hombre que est teniendo problemas?
Lo necesitamos. l no slo es importante para ti. Es importante para nosotros.
Oh. Oh.
Por qu ests llorando?
Tena tanto miedo, de estar comportndome de forma egosta, por
preocuparme tanto por l. Por ocupar tu tiempo de esta manera.
Bueno, si esto no Pensaba que ya no podas sorprenderme.
Nuestros problemas eran slo, nuestros problemas. Pero ahora ya no lo son.
Es eso tan importante para ti? Dime, Deet realmente valoras tanto esta
comunidad?
S.
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Ms que a Leyel?
No! Pero lo bastante, como para sentirme culpable por preocuparme tanto
por l.
Hazlo, Deet. Vete a casa.
Qu?
Es donde mejor puedes estar. Ha estado manifestndose en tu comportamiento
desde hace dos meses, desde la muerte de Hari. Has estado hosca y gruona, y ahora
s por qu. Estabas resentida con nosotros por mantenerte alejada de Leyel.
No, esa fue mi eleccin, yo
Por supuesto que fue tu eleccin! Fue tu sacrificio por el bien de la Segunda
Fundacin. As que ahora yo te digo: curar a Leyel es algo ms importante para el
plan de Hari que el cumplir con tus obligaciones diarias aqu.
No estars apartndome de mi puesto, verdad?
No. Slo te estoy diciendo que aminores la marcha; y que saques a Leyel del
apartamento. Me comprendes? Maldicin! Vuelve a unirlo a ti, o todos lo
perderemos.
Pero adnde quieres que lo lleve?
No lo s. Al teatro. A alguna competicin atltica. A bailar.
Nosotros no hacemos esas cosas.
Bueno, y qu es lo que s hacis?
Investigamos; y luego hablamos de ello.
Perfecto. Trelo aqu, a la biblioteca. Investiga con l. Habla de la
investigacin.
Pero es que aqu se encontrar con otras personas. Indudablemente se
encontrar contigo.
Bien. Bien. Eso me gusta. S, trelo aqu.
Pero yo crea que debamos mantenerlo fuera del secreto de la Segunda
Fundacin, hasta que l estuviera preparado para formar parte de la misma.
Yo no he dicho que debas presentarme como Primera Oradora.
No, no, por supuesto que no lo has hecho. En qu estar pensando? Claro que
puede conocerte; puede conocerlos a todos.
Deet, escchame.
S, te estoy escuchando.
Est muy bien que lo quieras, Deet.
Eso ya lo s.
Me refiero a que est muy bien que lo quieras ms que a nosotros. Ms de lo
que nos quieres a cualquiera de nosotros. Ms que todos nosotros en conjunto. Ya
vuelves a llorar.
Estoy tan
Desahgate.
Cmo es que me comprendes tan bien?
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Durante dos meses, Leyel sigui la lnea del trabajo de Magolissian, intentando
hallar alguna conexin entre los estudios lingsticos y los orgenes de la especie
humana. Por supuesto, eso signific semanas de laboriosa lectura de estudios viejos e
intiles dedicados al punto de origen, que indicaban constantemente a Trantor como
foco del lenguaje a travs de toda la historia del Imperio, aunque nadie propona
seriamente a Trantor como planeta original. Sin embargo, Leyel rechaz una vez ms
la bsqueda de un planeta concreto; l buscaba regularidades, no acontecimientos
nicos.
Leyel haba esperado hallar alguna pista en un trabajo relativamente reciente de
slo dos mil aos de antigedad, de Dagawell Kispitorian. Kispitorian provena del
rea ms aislada de un planeta llamado Artashat, donde existan leyendas
tradicionales que decan que los colonos originales haban llegado de un mundo
anterior llamado Armenia que en la actualidad no estaba marcado en los mapas
estelares. Kispitorian haba crecido entre montaeses que afirmaban que en la
antigedad hablaban un idioma completamente distinto. De hecho, el ttulo del
interesantsimo libro de Kispitorian era Ningn hombre nos entenda; la mayora de
los relatos folclricos de aquellas gentes comenzaban siempre con la frase En la
poca en la que ningn hombre nos entenda
Kispitorian no haba podido nunca desechar aquella tradicin dentro de la cual se
cri, y al dedicarse al terreno de la formacin y evolucin dialcticas fue
encontrndose con diversas pruebas de que en otra poca la especie humana no
hablaba un solo idioma sino muchos. Siempre se haba dado por supuesto que el
idioma galctico estndar era una versin actualizada del idioma del planeta de
origen; que a pesar de que algunos grupos humanos podran haber desarrollado
dialectos, la civilizacin era imposible sin un lenguaje mutuo inteligible. Pero
Kispitorian haba comenzado a sospechar que el galctico estndar no se haba
convertido en el idioma humano universal hasta despus de la formacin del Imperio;
que, de hecho, una de las primeras labores del mismo haba sido la de aplastar todos
los dems idiomas que le hicieran la competencia. Los pobladores de las montaas de
Artashat crean que los haban despojado de su idioma. Finalmente, Kispitorian haba
dedicado su vida a demostrar que tenan razn.
Primero trabaj con nombres, reconocidos desde tiempos inmemoriales como el
aspecto ms conservador de los idiomas. Determin que haba muchas tradiciones de
nombres separadas, y que no haba sido hasta alrededor del ao 6000 de la Era
Galctica que se haban amalgamado todas en una sola corriente imperial. Lo que
resultaba interesante era que cuanto ms retroceda ms complejidad hallaba.
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Debido a que ciertas palabras tendan a tener una misma tradicin, la explicacin
ms simple fue la que l elabor: que los seres humanos haban salido de su planeta
original con un idioma nico, pero que las fuerzas normales de separacin lingstica
haban provocado que cada nuevo planeta desarrollara su propia derivacin, hasta el
punto de que los nuevos dialectos se hicieron mutuamente ininteligibles. As pues, los
diferentes idiomas no se habran desarrollado hasta que la humanidad sali al
espacio; esta sera una de las razones por las que se haba necesitado al Imperio
Galctico para restaurar la unidad primigenia de la especie.
Kispitorian haba titulado su primer y ms influyente libro La Torre de Confusin,
utilizando la difundida leyenda de la Torre de Babel para ilustrarlo. l supona que
esa historia podra haberse generado en el perodo preimperial, probablemente entre
los comerciantes sin races que erraban de un planeta a otro, y que a nivel prctico
tenan que enfrentarse con el hecho de que no haba dos mundos que hablaran el
mismo idioma. Estos comerciantes haban conservado la tradicin que deca que
cuando la humanidad viva en un solo planeta, todos sus miembros hablaban un
mismo idioma. Explicaron la confusin lingstica de su propia poca relatando la
leyenda de un gran lder que construy la primera torre, o nave estelar, con el fin
de elevar la humanidad a los cielos. Segn esa historia, Dios haba castigado a
aquellas gentes ambiciosas confundiendo sus lenguas, lo cual las oblig a dispersarse
entre los diversos mundos. La leyenda presentaba la confusin de lenguas como
causa de la dispersin, no como resultado de esta ltima, pero la inversin de causas
era un rasgo comnmente reconocido de los mitos. No caba duda de que aquella
historia legendaria haba conservado la memoria de un hecho histrico.
Hasta aqu, el trabajo de Kispitorian era perfectamente aceptable para la mayora
de los cientficos. Pero al llegar a los cuarenta aos, comenz a escaparse por
tangentes disparatadas. Utilizando polmicos algoritmos en unas calculadoras con
un poder de procesamiento sospechosamente alto, comenz a rasgar el mismsimo
galctico estndar, demostrando que muchas palabras presentaban tradiciones
fonticas completamente separadas, incompatibles con la estructura principal del
idioma. Eran palabras que no podran haber evolucionado naturalmente dentro de una
poblacin que hablara o galctico estndar o la lengua primitiva de su ancestro
lingstico. Adems, existan palabras con significados claramente relacionados que
demostraban haber diferido en otra poca de acuerdo con las pautas lingsticas
estndar, y que posteriormente haban sido unidos con significados o implicaciones
diferentes. Pero la escala temporal que implicaba aquel grado de cambio era
excesivamente grande como para que pudiera estar comprendida en el perodo que
iba desde la primera colonizacin humana del espacio y la formacin del Imperio.
Obviamente, afirmaba Kispitorian, haban existido muchos idiomas diferentes en el
planeta de origen; el galctico estndar haba sido el primer idioma humano
universal. A lo largo de toda la historia de la humanidad, la separacin lingstica
haba sido un rasgo de la vida misma; slo el Imperio haba tenido el poder
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biblioteca. Puedes hacer all tus investigaciones. Podramos estar juntos durante ms
tiempo cada da.
El mensaje era claro. La nica forma que tena Leyel de continuar siendo parte de
la vida de Deet era convirtindose en parte de la nueva familia que ella haba
formado en la biblioteca. Bueno, pues Deet poda olvidarse de esa idea. Si ella
escoga dejarse tragar por aquel entorno, bien. Si ella escoga dejarlo a l por aquel
puado de catalogadores y referencistas, bien. Bien.
No. No estaba bien. l quera hablar con ella. Ya mismo, en ese preciso momento,
quera contarle lo que estaba pensando, quera que ella le hiciera preguntas y
discutiera con l hasta conseguir que l encontrara una respuesta, o un montn de
respuestas. La necesitaba para que viera lo que l no consegua ver. l la necesitaba
muchsimo ms de lo que la necesitaban ellos.
Estaba ya en medio del espeso trfico humano del Bulevard Malso antes de darse
cuenta de que era la primera vez, desde el funeral de Hari, que se aventuraba ms all
del vecindario inmediato de su apartamento. Era la primera vez, en muchos meses,
que tena algn sitio al que ir. Eso es precisamente lo que estoy haciendo, se dijo.
Necesito un cambio de escenario, un sentido de direccin. Esa es la nica razn por la
que voy a la biblioteca. Todas esas tonteras emocionales que pens en el apartamento
no eran ms que una estrategia inconsciente para hacerme salir y mezclar con otras
personas.
Leyel estaba de un humor casi alegre cuando lleg a la Biblioteca Imperial. Haba
estado all muchas veces a lo largo de los aos, pero slo cuando haba una recepcin
o algn acto pblico, porque poseer su propio lector de alta capacidad significaba que
poda acceder por cable a todos los registros de la biblioteca. Las dems personas
los estudiantes, los profesores de los colegios ms pobres, los lectores legos tenan
que ir a la biblioteca si queran leer. Pero eso significaba que conocan el edificio;
Leyel, en cambio, si se exceptuaban las principales salas de lectura y recepcin, no
tena ni idea de dnde estaba cada cosa.
Por primera vez se le hizo evidente el enorme tamao de la Biblioteca Imperial.
Deet haba mencionado muchas veces las cifras que as lo denotaban una plantilla
que constaba de ms de cinco mil personas incluyendo los operarios de mquina,
carpinteros, cocineros, personal de seguridad: virtualmente una ciudad en s misma
, pero hasta aquel momento Leyel no se haba dado cuenta de que eso significaba
que muchas de las personas que trabajaban all nunca se haban conocido. Quin
poda conocer a cinco mil personas por sus nombres? No poda simplemente
preguntar por Deet invocando su nombre. Cul era el departamento en el que
trabajaba Deet? Haba cambiado con mucha frecuencia, desplazndose entre la
burocracia.
Toda la gente que vea eran visitantes: personas ante los lectores, personas ante
los catlogos, incluso personas que lean libros y revistas impresas en papel. Dnde
estaban los bibliotecarios? Los pocos miembros del personal que se desplazaban por
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las naves laterales resultaron no ser bibliotecarios, sino docentes voluntarios que
ayudaban a los recin llegados a utilizar los lectores y catlogos. Saban tan poco
como l sobre el personal bibliotecario.
Finalmente hall una sala llena de autnticos bibliotecarios que se hallaban
sentados ante sus calculadoras preparando los informes diarios de acceso y
circulacin. Cuando Leyel intent hablarle a una bibliotecaria, ella se limit a mover
una mano a modo de respuesta. l pens que le estaba diciendo que se marchara,
hasta que advirti que la mano permaneca en el aire con un dedo sealando hacia la
parte frontal de la sala. Leyel se encamin hacia el escritorio elevado en el que una
mujer de mediana edad, gorda y con aspecto sooliento repasaba perezosamente
largas columnas de cifras que aparecan suspendidas en el aire, ante ella, en
formacin militar.
Lamento interrumpirla dijo l en voz baja.
Ella descansaba una mejilla sobre una mano; ni siquiera lo mir cuando l le
habl.
Ruego para que me interrumpan le respondi.
Slo entonces advirti Leyel que los ojos de la mujer estaban rodeados por
arrugas de risa y que su boca, incluso en estado de reposo, se curvaba hacia arriba en
una suave sonrisa.
Estoy buscando a alguien. Mi esposa, en realidad. Deet Forska.
La sonrisa de ella se ensanch.
Usted es el amado Leyel.
Era una cosa absurda para ser dicha por una desconocida, pero no obstante le
agrad darse cuenta de que Deet tena que haber hablado de l. Por supuesto, todo el
mundo deba de saber que el esposo de Deet era l, Leyel Forska. Pero aquella mujer
no lo haba dicho de esa forma, verdad? No haba hablado del Leyel Forska, la
celebridad. No. All era conocido como el amado Leyel. Incluso si lo que quera
aquella mujer era tomarle el pelo, Deet tena que haber dado a entender que senta
algn afecto por l. No pudo evitar una sonrisa. Una sonrisa de alivio. No se haba
dado cuenta de que le tema tanto a la posibilidad de perder el amor de ella, pero
ahora senta ganas de rer con todas sus fuerzas, de moverse, de bailar de placer.
Imagino que s lo soy replic Leyel.
Soy Zay Wax. Deet tiene que haberle hablado de m. Almorzamos juntas cada
da.
No, no lo haba hecho. Apenas hablaba de la gente de la biblioteca, ahora que lo
pensaba. Almorzaba con aquella mujer cada da, y l nunca haba odo hablar de ella.
S, por supuesto le respondi Leyel. Me alegro de conocerla.
Y yo me alegro de ver que usted existe realmente.
De vez en cuando.
Deet est trabajando en el departamento de ndices de referencia, estos das.
Zay hizo desaparecer lo que tena delante, en el lector.
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ascensor se detuvo, Zay hizo una maravillosa pantomima al salir dando traspis de su
interior como si soportara un enorme peso.
Mi idea del paraso es la de vivir eternamente en la repulsin gravitatoria.
Puede conseguir que le instalen un repulsor gravitatorio en su apartamento, si
vive en el piso superior.
Quiz usted s pueda le dijo Zay, pero yo tengo que vivir con un sueldo de
bibliotecaria.
Leyel se senta mortificado. Siempre haba tenido mucho cuidado de no hacer
alarde de su riqueza, pero raramente haba hablado con nadie que no pudiera pagarse
un repulsor de gravedad.
Lo siento le dijo. Creo que tampoco yo podra en la actualidad.
S. O decir que despilfarr usted su fortuna en un autntico funeral de lujo.
Sorprendido de que ella hablara tan abiertamente del asunto, l intent responder
en el mismo tono jocoso.
Supongo que puede considerrselo de esa forma.
Yo pienso que lo vala dijo ella. Levant los ojos furtivamente hacia l. Yo
conoca a Hari, sabe? Su prdida ha sido para la humanidad algo ms grave que si el
sol de Trantor se convirtiera en nova.
Quiz replic Leyel. La conversacin estaba escapndosele de las manos.
Era hora de conducirse con cautela.
Oh, no se preocupe. Yo no soy un topo de la Comisin de Seguridad Pblica.
He aqu el Arco Dorado que conduce a la seccin de referencias. La Tierra de las
Sutiles Conexiones Conceptuales.
Al pasar la arcada, fue como si hubieran entrado en un edificio completamente
distinto. El estilo y los adornos eran los mismos que en el resto, con aquellas telas
lustrosas en las paredes y el techo, y el suelo del mismo material plstico liso que
absorba los sonidos y destellaba suavemente con una luz blanca; pero toda presencia
de simetra haba desaparecido. El cielorraso era de alturas diferentes, casi como al
azar; a derecha e izquierda poda haber puertas o arcadas, escaleras o rampas, un
nicho o un inmenso vestbulo lleno de columnas; haba estantes de libros y obras de
arte que rodeaban las mesas en las que trabajaban los referencistas con una media
docena de escritores y lectores a un tiempo.
La forma est al servicio de la funcin coment satisfecha Zay.
Me temo que estoy mirndolo todo como alguien que visitara Trantor por
primera vez.
Este es un lugar extrao. Pero la arquitecta era hija de un referencista, por lo
que saba que los mapas interiores estandarizados, ordenados y simtricos son
enemigos del pensamiento conectivo libre. El toque maestro y tambin el ms caro,
me temo es el hecho de que de un da para otro la disposicin se reorganiza.
Se reorganiza? Las salas se desplazan?
Se trata de una serie de lneas de disposicin aleatoria que tiene dentro la
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respuesta.
No cerca de aqu, supongo replic Zay. Tendr que sondear un poco ms
adentro.
Y no podramos simplemente preguntarle a alguien dnde est?
Quin podra saberlo?
Tardaron otros dos pisos y tres gritos ms para obtener una respuesta apenas
audible.
Aqu!
Siguieron la direccin de la que provena la voz. Deet continu llamando con el
fin de que pudieran localizarla.
Hoy tengo la sala de las flores, Zay! Violetas!
Todos los referencistas junto a los que pasaron levantaron la mirada; algunos
sonrieron, otros fruncieron el entrecejo.
No molesta todo esto? pregunt Leyel. Me refiero a los gritos.
Los referencistas necesitan que los interrumpan. Eso rompe la cadena de
pensamientos. Cuando vuelven al trabajo, tienen que volver a pensar en lo que
estaban haciendo.
Deet, que ya no estaba demasiado lejos, continuaba hablando a gritos.
Este aroma es tremendamente embriagador. Imagnate, la misma sala dos
veces en un mes!
Los hospitalizan con mucha frecuencia a los referencistas?
Por qu?
Estrs.
No existe estrs en este trabajo le replic Zay. Slo juego. Venimos aqu
como recompensa por trabajar en otras partes de la biblioteca.
Ya veo. Es el momento en el que los bibliotecarios llegan realmente a leer los
libros de la biblioteca.
Todos nosotros escogimos esta carrera porque nos gustan los libros por s
mismos. Incluso los antiguos e ineficaces libros de papel corruptible. Hacer ndices
de referencias es como, escribir notas al margen.
La nocin era sorprendente.
Escribir en el libro de otro?
Sola hacerse en la antigedad, Leyel. Cmo puede uno establecer un dilogo
con el autor si no es escribiendo las propias respuestas y argumentos en los
mrgenes? All la tenemos. Zay march delante de l a travs de una arcada baja y
descendi unos escalones.
He odo la voz de un hombre hablando contigo, Zay dijo Deet.
La ma replic Leyel.
Al volver una esquina la vio. Despus de un recorrido tan largo como el que haba
realizado para verla, pens por un fugaz instante que no la reconoca. Que la
biblioteca haba cambiado a los bibliotecarios junto con las salas, y que l se haba
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tropezado con una mujer que meramente se pareca a la esposa largamente conocida;
tendra que volver a conocerse con ella desde el principio.
Ya me lo pareca dijo Deet.
Se levant de la terminal y lo abraz. Incluso aquello lo sorprendi, a pesar de
que ella sola abrazarlo cuando se encontraban. No es ms que el entorno lo que ha
cambiado, se dijo. Estoy sorprendido slo porque ella suele saludarme de esta forma
cuando estamos en casa, en un ambiente que me es familiar. Y habitualmente es Deet
quien llega, no yo.
O es que haba, despus de todo, una mayor calidez en aquel recibimiento?
Como si ella lo amara ms en aquel lugar que en casa? O, quiz, como si la nueva
Deet fuera sencillamente una persona ms clida, que se senta ms cmoda?
Yo crea que conmigo estaba cmoda.
Leyel se senta incmodo, tmido ante ella.
Si hubiera sabido que mi visita iba a provocar tantos trastornos comenz a
decir.
Por qu necesitaba tanto disculparse?
Qu trastornos? pregunt Zay.
Gritos. Interrupciones.
Lo has odo, Deet. Cree que el mundo se ha detenido por un par de gritos.
A lo lejos oyeron a un hombre que bramaba el nombre de alguien.
Ocurre constantemente le asegur Zay. Ser mejor que regrese. Algn
altivo seorito de Mahagonny probablemente est echando chispas porque no he
autorizado su pedido de acceso a los libros de contabilidad imperial.
Encantado de haberla conocido se despidi amable Leyel.
Te deseo suerte para encontrar el camino de vuelta le dijo Deet.
Ser fcil esta vez respondi Zay.
Se detuvo slo una vez al atravesar la puerta, no para hablar sino para deslizar
una oblea metlica por una ranura casi imperceptible que haba en el marco de la
puerta, por encima del nivel de los ojos. Se volvi y le hizo un guio a Deet, tras lo
cual se march.
Leyel no pregunt qu era lo que haba hecho; si fuera de su incumbencia, le
habran dicho algo; pero sospechaba que Zay haba activado o desactivado un sistema
de grabacin. Dado que no tena la seguridad de que all estuvieran lo
suficientemente aislados del resto del personal de la biblioteca como para disfrutar de
privacidad, se limit a permanecer de pie durante un momento, recorriendo la sala
con los ojos. La sala de Deet estaba realmente llena de violetas autnticas que crecan
en grietas y aberturas del piso y las paredes. El aroma era perceptible pero no
abrumador.
Para qu es esta sala?
Para m. Al menos por hoy. Me alegra tanto que hayas venido!
Nunca me habas hablado de este lugar.
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l pudiera decir.
As pues, l le explic todas sus ideas acerca del idioma. Todo lo que haba
entresacado de los trabajos de Kispitorian y Magolissian. Ella pareci relajarse en
cuanto qued claro que estaba hablando de su investigacin. Qu era lo que tema?,
se pregunt l. Tendra miedo de que viniera a hablarle de nuestra relacin? Apenas
tena que temer algo as. l no tena intencin alguna de empeorar las cosas gimiendo
por aquello que no tena arreglo.
Cuando l acab de explicar las ideas que se le haban ocurrido, ella asinti
cautelosamente, como haba hecho miles de veces antes, despus de que l le
explicara una idea o argumento.
No s qu decirte declar finalmente. Como tantas veces en el pasado, ella se
mostraba reticente a comprometerse con una respuesta inmediata.
Y, como haba hecho l con tanta frecuencia, insisti:
Pero qu piensas t?
Ella frunci los labios.
Slo de manera informal, nunca he intentado una aplicacin lingstica seria
de la teora de la comunidades fuera de la formacin de las jergas, as que esto no es
ms que una primera idea, pero intenta lo siguiente. Quiz las pequeas poblaciones
aisladas custodian su idioma, celosamente, porque es parte de lo que ellos son.
Quiz el idioma es el ritual ms poderoso de todos, as que las personas que tienen un
mismo idioma forman una unidad que jams podran formar las personas que no
pueden comprender sus mutuos idiomas. No lo sabremos nunca, no crees?, dado que
hace diez mil aos que todos hablamos el galctico estndar.
As pues, no es tanto el tamao de la poblacin como
Como la importancia que le den a su idioma. Hasta qu punto los define como
una comunidad. Los integrantes de una poblacin grande comienzan a pensar que
todo el mundo habla como ellos. Quieren distinguirse, formar una entidad separada.
Entonces comienzan a desarrollar una jerga y unos modismos idiomticos que los
separen de los dems. No es eso lo que ocurre con el lenguaje corriente? Los nios
intentan hallar formas de hablar que sus padres no utilizan. Los profesionales se
comunican con unos vocabularios especficos con el fin de que los legos no conozcan
las claves. Todos rituales destinados a definir la comunidad.
Leyel asinti con gravedad, pero tena una duda obvia.
Lo bastante obvia como para que Deet tambin la viese.
S, s, ya lo s, Leyel. He interpretado inmediatamente tu pregunta en trminos
de mi propia disciplina. Como los fsicos que piensan que todo puede explicarse
mediante la fsica.
Leyel se ech a rer.
Ya lo he pensado, pero lo que dices tiene sentido. Y eso explicara por qu las
comunidades tienden de forma natural hacia la diversidad lingstica. Necesitamos un
idioma comn, un idioma con el que dialogar abiertamente. Pero tambin
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hablando. En este lugar su voz es diferente; eso es lo que quiere decirme. En casa,
conmigo, ha estado sola. Aqu, en la biblioteca, ha encontrado a otros que hablan su
lenguaje secreto. No es que no haya querido que nuestro matrimonio tuviera xito. Lo
dese, pero yo jams la comprend. Esta gente s la comprendi. Y la comprende.
Aqu se siente en su hogar, eso es lo que est dicindome.
Lo comprendo dijo l.
Lo comprendes de verdad? Ella examin el rostro de l con una mirada
penetrante.
Creo que s. Est bien.
Deet le dirigi una mirada penetrante, interrogativa.
Me refiero a que es bonito. Es agradable. Este lugar. Es bonito.
Ella pareci aliviada pero no del todo.
No debera entristecerte tanto, Leyel. Este es un sitio alegre; y aqu puedes
hacer cualquiera de las cosas que hayas hecho en casa.
Excepto amarte como a la otra mitad de m mismo, y conseguir que me ames
como a la otra mitad de ti.
S, ya lo creo.
No, lo digo en serio. Eso en lo que ests trabajando, veo que ests
aproximndote a algo. Por qu no trabajar en ello aqu, donde podemos hablar del
tema?
Leyel se encogi de hombros.
Ests aproximndote a algo, no es verdad?
Cmo quieres que lo sepa? Estoy dando manotadas a mi alrededor, como
alguien que se est ahogando en el ocano durante la noche. Quiz est acercndome
a la orilla, o tal vez est internndome ms en el ocano.
Bueno, qu es lo que tienes? No acabamos de aproximarnos ms hace un
instante?
No. Ese tema de la lingstica, si no es ms que un aspecto de la teora
comunitaria, no puede ser la respuesta del origen de la humanidad.
Por qu no?
Porque muchos primates forman comunidades. Y muchos otros animales,
tambin. Los animales de manada, por ejemplo. Incluso los cardmenes de peces. Las
abejas. Las hormigas. Todos los organismos multicelulares son una comunidad, si
vamos a ello. As que si la diferenciacin lingstica nace de la comunidad, es
inherente a los animales prehumanos y por lo tanto no forma parte de la definicin de
humanidad.
Ah. No, supongo que no.
Correcto.
Ella pareci decepcionada. Como si realmente hubiera esperado que llegaran a
encontrar una respuesta para la incgnita del origen all mismo, ese da en concreto.
En fin, gracias por tu ayuda concluy Leyel, ponindose de pie.
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Durante dos das l estuvo melanclico. La vea marcharse por las maanas y
luego intentaba leer, mirar vdeos, cualquier cosa. Nada consegua retener su
atencin. Sala a dar paseos. Incluso una vez subi a la torre de observacin, para ver
el cielo: era de noche y estaba lleno de estrellas. Nada de aquello lo atraa. Nada lo
retena. Una de las pelculas de vdeo tuvo un momento, muy breve, una escena de un
mundo semirido, en el que se vea una extraa planta que se secaba al llegar a la
madurez, se rompa separndose de las races y luego el viento la llevaba por el aire
desparramando sus semillas. Durante un instante sinti una vertiginosa afinidad con
aquella planta mientras era arrastrada por el viento: estar yo tan seco como ella,
volando sobre una tierra muerta? Pero no, l saba que ni siquiera eso era verdad,
porque la planta rodadera tena vida ms que suficiente en sus semillas diseminadas.
A Leyel no le quedaban semillas. stas se haban diseminado muchos aos antes.
A la tercera maana se mir al espejo y ri amargamente.
Es as como se siente la gente antes de suicidarse? pregunt en voz alta.
Por supuesto que no; saba que estaba ponindose melodramtico. l no senta
ningn deseo de morir.
Pero entonces se le ocurri que si aquella sensacin de inutilidad continuaba, si
no consegua encontrar nada que le interesase, sera lo mismo que estar muerto
porque su vida no cumplira otra funcin que la de mantener tibia la ropa que llevara
puesta.
Se sent ante el escritor y comenz a escribir preguntas. Luego, debajo de cada
pregunta explic cmo haba seguido esa lnea en particular y por qu no le haba
proporcionado la respuesta de la incgnita de los orgenes de la humanidad. Despus
surgieron ms preguntas; haba estado en lo cierto: el mero proceso de resumir su
propia investigacin infructuosa haca que pareciese que la respuesta estaba
tentadoramente cerca. Era un buen ejercicio; e incluso si nunca llegaba a encontrar
una respuesta, aquella lista de preguntas poda resultarle de gran ayuda a alguien con
un intelecto ms preclaro que el suyo o con mejor informacin, dcadas, siglos o
milenios ms tarde.
Deet regres a casa y se fue a dormir mientras Leyel continuaba tecleando. Ella
saba cul era el aspecto de l cuando estaba completamente inmerso en la escritura,
por lo cual no hizo nada que pudiera distraerlo. l advirti la presencia de ella lo
suficiente como para darse cuenta de que pona buen cuidado en dejarlo tranquilo.
Luego volvi a sumergirse en su trabajo.
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Cuando el ndice estuvo acabado, Deet llev a Leyel a la biblioteca cuando fue a
trabajar por la maana. No lo llev a la seccin de ndices de referencias, sino que lo
instal en una sala privada de investigacin flanqueada por pantallas de vdeos que en
lugar de simular ventanas con una escena exterior, abarcaban la totalidad de las
paredes, desde el piso hasta el techo, por lo que le daba la sensacin de hallarse por
encima de aquel escenario, en un pinculo sin paredes y sin siquiera una barandilla
que le impidiera caer. Cuando miraba a su alrededor le produca vrtigo; slo la
puerta rompa la ilusin. Durante un instante pens en pedir que lo cambiaran de sala,
pero luego record la seccin de ndices y se dio cuenta de que quiz trabajara mejor
si tambin l se senta un poco inseguro.
Al principio, el contenido del ndice pareci obvio. Sac al lector la primera
pgina de sus preguntas y comenz a leer. El lector segua la marcha de sus pupilas,
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por lo que cada vez que se detena en una palabra, comenzaban a aparecer otras
referencias en el espacio que estaba junto a la pgina que lea en ese momento.
Cuando careca de inters o resultaba algo obvio, l pasaba a la referencia siguiente y
la primera se deslizaba hacia atrs, fuera del camino, pero sin desaparecer por si l
cambiaba de opinin.
Si una referencia le interesaba, cuando l llegaba a la ltima lnea de la porcin
que tena delante, el texto se expanda hasta el tamao de una pgina completa y se
deslizaba hasta colocarse encima del texto principal. Luego, si ese material nuevo se
hallaba dentro de algn otro ndice, haca surgir nuevas referencias, y as
sucesivamente, conducindolo cada vez ms lejos del documento original, hasta que
l finalmente decidiera regresar al mismo y retomar el hilo donde lo haba dejado.
Hasta all, eso era lo que poda esperarse que hiciera cualquier ndice de
referencias. No fue hasta que hubo avanzado bastante en sus propias preguntas, que
se dio cuenta de la peculiaridad de aqul. Habitualmente, los ndices de referencias
estaban ligados a las palabras importantes, por lo que si uno slo quera detener la
lectura para pensar sin que surgiera una cantidad de referencias no deseadas, lo nico
que tena que hacer era mantener la vista enfocada sobre un rea de palabras de
relleno, de frases vacas como Si esto fuera lo nico que pudiera ser. Cualquiera
que convirtiera en un hbito la lectura de trabajos que contaran con ndices de
referencias, aprenda rpidamente el truco y lo utilizaba hasta que se converta en un
reflejo.
Pero cuando Leyel se detena en ese tipo de frases vacas, las referencias
continuaban apareciendo de todas formas. Y en lugar de presentar una relacin clara
con el texto, a veces esas referencias eran aviesas, cmicas o polmicas. Por ejemplo,
se detuvo en medio de la lectura de su argumento que deca que las investigaciones
arqueolgicas de la poca primitiva resultaban intiles en la bsqueda de los
orgenes, porque las culturas primitivas constituan una decadencia respecto a una
cultura que haba salido a las estrellas. Haba escrito la frase siguiente: Todo ese
primitivismo es til slo porque predice en qu podemos convertirnos si nos
descuidamos y no conservamos el frgil nexo que nos une a la civilizacin. Por
hbito, sus ojos enfocaron las palabras vacas qu podemos convertirnos si. Nadie
poda hacer una referencia a una frase como aquella.
Sin embargo, lo haban hecho. Aparecieron varias referencias. As pues, en lugar
de continuar sumido en su ensueo, se distrajo, arrastrado hacia lo que los
bibliotecarios haban relacionado con una frase tan absurda como aquella.
Una de las referencias era una cancin infantil que haba olvidado que saba:
Arrugada abuelita Posey
Los cohetes son todos rosados.
Despegan, despegan, vuelan, vuelan,
Todos se caen.
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Por qu, en nombre de todo lo conocido, haba anotado aquello quienquiera que
lo hubiera hecho? Lo primero que le vino a la cabeza a Leyel fue l mismo y algunos
de los hijos de los sirvientes, cogidos de la mano y danzando en ronda hasta que
llegaban al ltimo verso, momento en el que se dejaban caer al suelo y rean como
locos. Se trataba del tipo de juego que slo los nios pequeos podan encontrar
divertido.
Como sus ojos se detuvieron sobre aquellos versos, la cancin se desplaz al
centro del lector y aparecieron nuevas referencias. Una era un artculo erudito sobre
la evolucin de aquel poema, que especulaba sobre que podra haber surgido en los
primeros tiempos de los vuelos espaciales del planeta de origen, en el que los cohetes
podran haber sido utilizados para escapar del campo gravitatorio. Era realmente ese
el motivo por el que el poema haba sido relacionado con sus preguntas? Porque
estaba ligado al planeta de origen?
No; eso hubiera sido demasiado obvio. Otro artculo sobre el mismo poema
result ms til. Rechazaba la idea de los cohetes de los primeros tiempos del viaje
interestelar, porque las versiones ms antiguas del poema no contenan la palabra
cohete. La versin ms antigua existente deca lo siguiente:
Una arruga en una rosa,
Pica, foca, fosa,
Agtanos, salpcanos,
Todos se caen.
Obviamente, deca el comentarista, aquellos eran versos bsicamente carentes de
sentido; las versiones posteriores haban surgido porque los nios insistieron en
intentar hacer que tuvieran sentido.
Y se le ocurri a Leyel que quiz era por eso por lo que la referencista haba
ligado aquel poema a su frase: porque el poema haba carecido de sentido en otra
poca, pero los seres humanos haban insistido en extraer un significado de l.
Era aquel un comentario destinado a la totalidad de la investigacin sobre los
orgenes que estaba realizando Leyel? Pensaba acaso la referencista que era algo
intil?
No; el poema haba sido relacionado con la frase vaca qu podemos
convertirnos si. Quiz lo que estaba dicindole era que los seres humanos eran como
aquel poema: nuestras vidas carecen de sentido pero nosotros intentamos darles un
significado. No haba dicho Deet algo parecido en una ocasin, cuando estaba
hablando del papel que jugaba contar historias en la formacin de las comunidades?
El universo se resiste a la causalidad, pero la inteligencia humana las exige, as que
contamos historias para imponer relaciones causales entre los acontecimientos
inconexos del mundo que nos rodea.
Eso nos incluye a nosotros mismos, no es cierto? Nuestras propias vidas carecen
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que conectaba a todos los nios, eso era una parte de lo que nos converta en
humanos, a pesar de que l no saba por qu. Aquel ndice de referencias extrao y
avieso sobre una frase sin significado le haba proporcionado una forma nueva de
enfocar el problema. No era que la cultura universal de los nios constituyera una
idea nueva, sino que simplemente nunca haba pensado en ella como algo que tuviera
nada que ver con el enigma del origen de la humanidad.
Era aquella la intencin de la persona que haba incluido aquel poema en las
referencias? Haba tenido, al igual que l, aquella visin?
Quiz, pero probablemente no. Puede que no hubiera sido ms que la idea de
convertirse en algo lo que haba hecho pensar a la referencista en una
transformacin la de hacerse viejo como la arrugada abuelita Posey? O podra
haberse tratado de un pensamiento general sobre la dispersin de la humanidad por
las estrellas, alejndose del planeta de origen, lo que hizo que aquel referencista
recordara que el poema pareca hablar de cohetes que despegaban de un planeta,
volaban durante algn tiempo y luego caan para colonizar otro planeta. Quin poda
saber qu significaba aquel poema para la referencista? Quin poda saber por qu se
le haba ocurrido relacionarlo con aquella frase en particular de su documento?
Entonces Leyel se dio cuenta de que en su imaginacin estaba pensando en Deet
como en la persona que haba hecho aquella referencia. No exista razn alguna para
pensar que se trataba de su trabajo, como no fuera que para l Deet era todos los
referencistas. Ella se haba unido a ellos, se haba convertido en una de ellos, as que
cuando se haca trabajo de referencias ella era parte del mismo. Eso era lo que
significaba ser parte de una comunidad: todo el trabajo de la misma se converta,
hasta un cierto punto, en el trabajo de uno mismo. Deet formaba parte de todo lo que
hacan los referencistas y por lo tanto Deet tambin lo haba hecho.
Una vez ms le volvi a la mente la imagen de la tela, slo que esta vez se trataba
de una tela topolgicamente imposible, retorcida sobre s misma de forma tal que no
importaba qu parte del borde sostuviera uno entre las manos, sostena la totalidad
del borde, y tambin el centro. La totalidad era una sola cosa, y cada parte de la
misma contena el todo dentro de s.
Pero si eso era verdad, cuando Deet se haba unido a la biblioteca tambin lo
haba hecho Leyel, porque ella contena a Leyel dentro de s. As pues, al llegar all
no lo haba dejado en absoluto. En cambio, lo haba entretejido en una tela nueva de
forma que en lugar de perder l algo, lo haba ganado. l era parte de todo aquello,
porque ella lo era, y por tanto si l la perda sera slo porque l mismo la rechazara.
Leyel se cubri los ojos con las manos. Cmo lo haban llevado sus errantes
pensamientos sobre el origen de la humanidad a pensar acerca de su matrimonio? En
aquel punto pens que estaba al borde de una profunda comprensin, y luego cay
nuevamente en su propia preocupacin.
Quit de en medio todas las referencias hechas a la Arrugada abuelita Posey o
a la Una arruga en una rosa, o lo que fuera, y volvi a la lectura de su documento
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otro, y que sin embargo pertenecen a la misma comunidad. Somos humanos porque
hemos conquistado el tiempo y el espacio. Hemos derribado la barrera de la
ignorancia perpetua entre una persona y otra. Hemos hallado la forma de deslizar
nuestros recuerdos en la mente de los dems, y los recuerdos de los dems en nuestra
propia mente.
Pero esas son las ideas que t ya habas rechazado, Leyel. El lenguaje y las
comunidades y
No! No, no se trata slo del lenguaje, no slo de tribus de chimpancs que
charlan los unos con los otros. Estoy hablando de las fbulas, de los relatos picos
que definen a una comunidad, de los relatos mticos que ensean el funcionamiento
del mundo; nosotros las utilizamos para crearnos. Nos convertimos en una especie
diferente, nos convertimos en humanos, porque encontramos la forma de ampliar la
gestacin ms all del tero materno, una forma de darle a cada nio diez millares de
progenitores a los que nunca conocer cara a cara.
Entonces, al fin, Leyel guard silencio, atrapado por la insuficiencia de sus
propias palabras. Ellas no podan saber qu era lo que l haba visto en el interior de
su mente. Si no lo haban entendido ya, nunca lo haran.
S dijo Zay. Creo que el referenciar tu trabajo fue una muy buena idea.
Leyel suspir y volvi a tenderse sobre el lecho.
No tendra que haberlo intentado.
Por el contrario, lo has conseguido le dijo Zay.
Deet neg con la cabeza. Leyel saba por qu: Deet estaba intentando decirle a
Zay que no deba hacer el intento de calmar a Leyel con falsos halagos.
No me hagas callar, Deet. S muy bien qu es lo que estoy diciendo. Puede que
no conozca a Leyel tanto como t, pero reconozco la verdad cuando la oigo. En un
cierto sentido, creo que Hari lo saba por instinto. Por eso insisti en hacer todas esas
estpidas holoproyecciones, en obligar a los pobres ciudadanos de Terminus a
soportar su pontificacin una vez cada varios aos. Era la forma que l tena de
continuar crendolos, de continuar viviendo entre ellos. De hacerles sentir que sus
vidas tenan un propsito que las respaldaba. Relato mtico y pico, todo a la vez.
Todos ellos llevarn un poco de Hari Seldon en su interior, de la misma forma en que
los hijos llevan a sus progenitores dentro de s hasta la tumba.
Al principio, Leyel slo pudo or la idea de que Hari habra estado de acuerdo con
sus hiptesis sobre el origen de la humanidad. Luego comenz a darse cuenta de que
haba mucho ms que una simple afirmacin en lo que estaba diciendo Zay.
T conocas a Hari Seldon?
Un poco replic Zay.
O bien se lo dices todo, o no le dices nada intervino Deet. No puedes
traerlo tan lejos y luego no hacerle recorrer el resto del camino.
Yo conoc a Hari de la misma forma en que t conoces a Deet le dijo Zay.
No afirm Leyel. l lo habra mencionado.
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cuando l necesitaba tranquilizarse. Has sido examinado por mdicos. Y tienes que
comprender que, Zay es la Primera Oradora.
Significa eso que es la comandante?
Esto no es el Imperio le replic Zay, y yo no soy Chen. Lo nico que
significa ser Primera Oradora es que yo hablo primero cuando nos reunimos. Y que
luego, al final, yo reno todo lo que se ha dicho y expreso la opinin del grupo.
Correcto confirm Deet. Todos pensamos que deberas descansar.
Todo el mundo sabe de mi existencia? pregunt Leyel.
Por supuesto continu Zay. Con Hari muerto, t eres el pensador ms
original que tenemos. Nuestro trabajo te necesita. Naturalmente, nos preocupamos
por ti. Adems, Deet te ama tanto y nosotros la queremos tanto a ella, que todos
sentimos que estamos un poco enamorados de ti.
Zay se ech a rer, y lo mismo hicieron Leyel y Deet. Leyel advirti, no obstante,
que cuando l haba preguntado si todos saban de su existencia, la respuesta de ella
haba sido que todos se preocupaban por l y lo queran. Slo cuando Zay dijo eso
Leyel se dio cuenta de que haba respondido a la pregunta que l realmente haba
querido formular.
Y mientras t te recuperas continu Zay, la seccin de ndices tendr que
dedicarse a tu nueva teora
No es una teora, sino simplemente una hiptesis, un pensamiento
y algunos psicohistoriadores se encargarn de ver si puede cuantificarse,
quiz con algunas variantes de las frmulas que hemos estado utilizando con las leyes
de la evolucin de las comunidades, de Deet. Quiz incluso podamos llegar a
convertir los estudios sobre el origen de la humanidad en una verdadera ciencia.
Quiz dijo Leyel.
Te sientes bien respecto a todo esto? pregunt solcita Zay.
No estoy muy seguro. Me siento muy emocionado, pero tambin estoy un poco
enfadado por la forma en que se me dej fuera, pero principalmente me siento, me
siento tremendamente aliviado.
Bien. Ests hecho una confusin desesperante. Hars el mejor trabajo de tu
vida si conseguimos mantenerte en desequilibrio para siempre.
Dicho esto, Zay lo condujo de vuelta a la cama, lo ayud a tenderse y se march
de la habitacin.
A solas con Deet, Leyel no tena nada que decir. Se limit a cogerle una mano y
mirarle el rostro, con el corazn demasiado lleno de cosas como para expresar algo
con palabras. Todas las noticias sobre los planes bizantinos de Hari, y aquella
Segunda Fundacin llena de psicohistoriadores, y que Rom Divart se haba hecho con
el poder, pasaron a un segundo plano. Lo que importaba era lo que ocurra en aquel
preciso instante: la mano de Deet entre sus manos, los ojos de ella que miraban a los
de l, y el corazn, la esencia, el alma de ella tan estrechamente unida a la suya
propia que era incapaz de saber, ni le importaba, dnde acababa l mismo y
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comenzaba ella.
Cmo pudo imaginar alguna vez que ella fuera a abandonarlo? Se haban creado
el uno al otro a lo largo de todos los aos de matrimonio. Deet era el logro ms
esplndido de l, y l era la ms valiosa creacin de ella. Cada uno de nosotros es el
progenitor y el hijo del otro. Puede que realicemos grandes obras, y vayamos a vivir
dentro de otra comunidad, la biblioteca, la Segunda Fundacin; pero la obra ms
grande de todas es la que morir con nosotros, la nica de la que nadie ms sabr
nunca nada porque permanecern fuera perpetuamente. Ni siquiera nosotros podemos
explicrselo a los dems. No disponen del idioma necesario para entendernos. Slo
podemos hablarlo el uno con el otro.
se me hizo evidente que la frase significaba que yo ganaba dinero con instrumentos
de paz: la pluma es ms poderosa que la espada y t forjars sus espadas y las
convertirs en arados.
Como pueden ver, existen muchas respuestas para la pregunta de cmo es ser la
esposa de Isaac Asimov, pero la mejor sera decir que mi cnyuge desafa toda
descripcin. Lo ms curioso de todo es que hay personas que parecen estar siempre
describiendo a Isaac, y l contina en buenos trminos de amistad con ellas. Quiz la
descripcin del paleontlogo Simpson sea la definitiva: Isaac Asimov es una
maravilla natural y un recurso nacional. Yo puedo atestiguar que es una maravilla,
completamente natural, de infinitos recursos, y un ser adorable.
Tenemos una pequea escultura de madera de dos ancianos que estn sentados
plcidamente y se recuestan el uno en el otro. Para m, representa la satisfaccin de
formar parte de la vida, juntos. La vida incluye la intimidad y la creatividad, las
cuales tienen mucho en comn porque ambas requieren dedicacin, concentracin,
apertura de miras, esfuerzo e inspiracin.
Mi cincuenta aniversario personal con Isaac tendr lugar en la tercera dcada del
prximo siglo. Dado que la vida contiene los tres elementos esenciales de una buena
obra de ficcin un comienzo, un centro y un final, es posible que ni Isaac ni yo
estemos aqu para cuando llegue ese aniversario, pero sus libros s estarn. Y tambin
estarn aqu las historias que la gente escriba por su causa y que, al igual que las que
contiene este libro, estarn hechas con cario.
Cincuenta aos
Isaac Asimov
Cuando Charles Dickens muri a los cincuenta y ocho aos, haca slo treinta y
cinco que publicaba. Cuando Alejandro Dumas muri, tambin a los cincuenta y
ocho aos de edad, haba estado publicando slo durante cuarenta y un aos. William
Shakespeare, que muri a los cincuenta y dos aos, produjo toda su obra en un
perodo de slo treinta aos.
Les advierto que en este caso estoy hablando slo de la duracin de la vida
profesional; no de la calidad del trabajo. Cualquiera de las obras de estos caballeros
David Copperfield, El conde de Montecristo o Hamlet vale innumerables veces
ms que toda mi produccin literaria. Yo eso ya lo s, por lo cual no me molesto en
escribrmelo para informarme sobre el particular.
Lo que estoy haciendo ms bien es decirles esto con el fin de explicarles lo
agradecido que estoy por haber dispuesto de cincuenta aos enteros para dedicarme a
mi profesin, y continuar adelante. Nada de lo que yo escriba puede acercarse ni a
aos luz a la obra de Shakespeare, pero hay una cosa que sostendr con la voz ms
alta de que sea capaz hasta el da de mi muerte: todo lo que he escrito me ha
proporcionado a m tanto placer como puede habrselo proporcionado a Shakespeare
cualquiera de las cosas que l escribi; as pues, no creen que la duracin de la vida
profesional es algo digno de agradecimiento?
3. Cincuenta aos como escritor de ciencia ficcin. Pero tampoco se trata de
cincuenta aos de vida profesional. Son cincuenta aos de esa vida profesional en
concreto. Simplemente piensen en lo que los ltimos cincuenta aos han significado
para un escritor de ciencia ficcin. Cuando yo comenc a escribir, los robots eran
pura fantasa, as que invent los relatos de robots valindome de mi propia
imaginacin. El primero lo escrib en 1939. He vivido lo suficiente como para ver a
los robots (en formas muy simples) convertidos en realidad, y que mis Tres Leyes de
la robtica fueran tomadas en serio.
Los vuelos a la Luna eran una fantasa absoluta en 1939, y mi primer relato
publicado por Astounding trataba de un intento de aterrizaje en la Luna. He vivido lo
suficiente como para ver eso convertido en realidad.
Piensen en otros recursos de la ciencia ficcin que se han hecho realidad (incluso
aunque yo no haya escrito particularmente sobre ellos). En 1939 no existan las
computadoras, ni tampoco la televisin, aunque ambas cosas existan ya en la ciencia
ficcin, la cual estaba tambin siempre plagada de pistolas de rayos, y hemos vivido
lo suficiente como para ver los rayos lser.
Cun afortunado he sido por comenzar cuando lo hice y por haber vivido durante
todo este tiempo!
Pero todo esto describe un crculo completo. Lo ms importante de todo son los
amigos que uno tiene. Los amigos de Fundacin son todos amigos mos, tanto si han
escrito para este libro, como si han trabajado en su publicacin, lo han comprado o lo
han pedido prestado. Mis amigos son todos aquellos que han ledo mi trabajo durante
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Notas
[1] A partir de aqu el autor juega con el apellido Davenport, que como vocablo es el
nombre de un sof de respaldo alto, con frecuencia convertible en cama. (N. de la T.)
<<
[2] El autor juega con el nombre del rey, Cole, que como vocablo significa col, y
que puede abarcar todo el gnero de las brassica. (N. de la T.) <<
[3] Cork: ciudad de la Repblica de Irlanda; como vocablo, significa corcho. (N. de
la T.) <<
[4] Unidad de medida del espacio interestelar que equivale a 3,26 aos luz o 30,9
[5] Aplicacin manual de una presin brusca en sentido ascendente sobre la parte
superior del abdomen de las personas que se atragantan con algn objeto, con el fin
de obligar a dicho objeto extrao a salir de las vas respiratorias. (N. de la T.) <<
obra Friends of the Horseclans, editada por Robert Adams y Pamela Crippen Adams
(Signet, 1987). <<
[9] La mayora de los votantes ganan dinero con slo presentarse cerca de los centros
[10] Hemos dejado la frase en ingls ya que es necesario para las explicaciones del
[11] En este caso, Rubin la interpreta como: Es tan fcil como un caso de Holmes.
[12] Amo; nombre por el que los negros esclavos llamaban a los esclavistas en el sur