El Caso Poluco Pidenco

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El caso poluco-pidenco

Negacin y criminalizacin del conflicto sociopolitico de las comunidades mapuche


Martes 15 de febrero de 2005, por Administrador // Presos Mapuche

ADMINISTRACIN DE LA JUSTICIA CHILENA E INTERCULTURALIDAD


Negacin y criminalizacin del conflicto sociopolitico de las comunidades mapuche de
Malleko: el caso poluco-pidenco[1]
EDUARDO MELLA SEGUEL[2] FABIEN LE BONNIEC[3]
INTRODUCCION
La experimentacin y aplicacin de un nuevo sistema judicial en la Novena regin ha significado
nuevos desafos para la sociedad civil del sur de Chile y particularmente para el Pueblo Mapuche.
La reforma procesal adems de introducir nuevos actores tales como los fiscales o los defensores,
ha creado un escenario bastante problemtico para cientos de familias Mapuche quienes han visto
a sus miembros encarcelados y procesados por hechos relacionados a las reivindicaciones
socioculturales, polticas y territoriales.
La administracin de la justicia de parte del estado chileno en dicho contexto ha reproducido las
relaciones de subordinacin hacia el Pueblo Mapuche, ms particularmente a travs de la
imposicin de normas y leyes ajenas a su cultura - por la razn - , y tambin la aplicacin de la
violencia fsica y simblica - por la fuerza -. El actuar de los fiscales, en este sentido ha sido muy
significativo, poniendo a la luz actitudes propias de un medio de referentes sociocultural que
tiende a negar toda especificidad y legitimidad de las reivindicaciones Mapuche.
La implementacin de la reforma procesal ha producido nuevas situaciones, llevando a los
dirigentes y miembros de comunidades afectadas a inventar y desarrollar nuevas estrategias
polticas y socioculturales para afrontarlas. Esto lleva a reflexionar sobre la inercia del sistema
jurdico chileno muy pegado a la idea de estado de derecho y por otra parte la capacidad de los
actores indgenas a adaptarse culturalmente y polticamente y proyectarse cotidianamente ante
tales situaciones de relaciones intertnicas asimtricas.
CONTEXTO
De manera similar a varios movimientos sociales en el mundo, las organizaciones y comunidades
Mapuche

han

tenido

que

afrontar

un

proceso

de

judicializacin

de

sus

acciones

de

reivindicacin[4]. Lo que ha significado la multiplicacin desde 1998 de las detenciones de


dirigentes y miembros de comunidades en conflictos territoriales. Estas personas corresponden por
lo general a autoridades tradicionales del pueblo mapuche, tales como lonkos y werken. En este

marco encontramos en la actualidad un total de 5 presos mapuche repartidos en las crceles de


Angol, Concepcin y Traiguen, y 9 prfugos de la justicia. Las acusaciones van desde desordenes
pblicos, hurto de madera y trigo, usurpacin de tierra, incendio, secuestro, lesiones, asociacin
ilcita y terrorismo.
Todos los hechos relacionados a estos delitos han ocurrido dentro el marco de conflictos
territoriales en el cual se oponen comunidades Mapuche a particulares, grandes empresas y el
Estado. Tales conflictos, que se pretenda resolver en el pasado a travs de la justicia ordinaria o
por la implementacin de polticas indgenas [CONADI, Programa Orgenes, dilogos comunales]
y sociales, han sido relegados hoy en da al plano completamente judicial teniendo como
consecuencias: la estigmatizacin del Mapuche quien reivindica su tierra como agresor y violento;
y una solucin coercitiva en contra de l. Esta situacin se ha ido intensificando con la
implementacin de la reforma procesal en la Novena Regin en diciembre del 2000.
A partir de la puesta en marcha de dicha reforma procesal penal, se generaron diversas reacciones
y expectativas debido a que su funcionamiento piloto se implementara en el escenario histrico en
el cual se manifiestan las reivindicaciones y demandas polticas, culturales y territoriales del
pueblo mapuche. De ah que para el movimiento mapuche no se vera con buenos ojos esta nueva
forma de administracin de justicia, tanto as que desde las organizaciones mapuche no faltaron
quienes atribuan la designacin de la Araucana como regin piloto como una forma de frenar el
movimiento cuyo discurso de tendencia tnico nacional se venia gestando a partir del ao 1992.
Sin embargo, desde el Estado se argumentaba la eleccin de las regiones de la Araucana y
Coquimbo por las caractersticas del territorio, facilidades en la comunicacin, numero de causas
registrada, la existencia de facultades de derecho, etc.
En la prctica, esta forma de administrar la justicia involucro que desde el estado se creara un
Ministerio Publico, el cual estara conformado por un fiscal nacional, regional y adjuntos. Los
fiscales investigaran delitos y persecuciones penales en representacin de la comunidad,
dirigiendo la actuacin de la polica ante el tribunal del juicio oral, sustentaran la actuacin penal,
adoptaran medidas de proteccin de las vctimas y testigos. Durante la investigacin, presentaran
la acusacin ante el tribunal del juicio oral y sustentaran la accin penal. Tambin aparecera en
este escenario de maquinaria estatal los Defensores; que tendran la funcin de proveer de
defensa al - ahora- imputado. A poco andar, y producto de la cantidad de imputados de origen
mapuche, se crea una oficina denominada defensoria mapuche[5].
En el contexto regional de la Novena Regin, la aplicacin de dicha reforma procesal penal ha
provocado la detencin y procesamiento de ms de 210 Mapuche, intensificando el proceso de
judicializacin de las demandas Mapuche cuya tnica ha sido la imputacin de uno o mas delitos
por un mismo hecho, sumado al adjetivo de terrorista de estos. Estos procesos judiciales se estn
desarrollando en paralelo al surgimiento de una serie de opiniones emergidas desde el mundo

empresarial y poltico, las cuales han expresado su temor de ver el estado de derecho amenazado
por las movilizaciones Mapuche en el sur del pas. Cabe mencionar que dicha doctrina del estado
de derecho es objeto de discusiones tanto al nivel internacional como regional, estas apunten a su
relatividad, su carcter fabricado y su estrecha relacin con el desarrollo del neoliberalismo.
Las aspiraciones actuales del movimiento Mapuche tendiendo a la reconstruccin de la historia, es
decir en los trminos de Pierre Bourdieu[6] a la reconstruccin del gnesis representan un
potente dispositivo discursivo para cuestionar la legitimidad y naturaleza del estado de derecho
impuesto. Desde el mundo indgena se ha generado otra visin de la historia y de los derechos que
han ido constituyendo a lo largo de esta. Esta visin tiende a argumentarse y sustentarse sobre
las bases del Derecho Internacional, considerando que hasta 1881 exista entre el rio Bio Bio y el
rio Toltn, un territorio independiente, un pas o una Nacin Mapuche cuya soberana, ratificada a
travs de distintos Parlamentos y tratados, ha sido violada por el estado chileno en fase de
formacin[7].
En este sentido, vale recordar que el pueblo Mapuche es un pueblo derrotado militarmente cuyo
territorio y poblacin han sido integrado recientemente a la nacin chilena. Este proceso de
integracin desde la mal dicha pacificacin de la Araucana hasta la dictadura y aun hoy en da[8]
ha significado el ejercicio una cierta violencia, ya sea simblica o fsica - Por la razn o la
Fuerza -, de parte del estado chileno[9]. Se ha aplicado una poltica de colonialismo interno con el
fin de asimilar esta poblacin y explotar su riqueza natural. Todo lo anterior en el marco de una
basada sobre la dominacin de un grupo sobre otro.
Las nociones estrechamente relacionadas de estado de derecho y unidad nacional, permanecen
hoy en da incuestionables en Chile. Con el fin de preservarlas el Estado Chileno hace uso de
distintas instituciones de coercisin social, ejerciendo cuando es necesario la violencia fsica o
simblica. En este sentido, recordamos los trabajos desarrollados por socilogos europeos desde
Max Weber hasta Pierre Bourdieu sobre la razn del estado, y el monopolio que el Estado se
adjudica para hacer uso de la violencia fsica pero tambin simblica[10]. El caso Mapuche
constituye un ejemplo significativo para entender los mecanismos de regulacin y subordinacin
social puestos en accin por el estado chileno con el fin de mantener este presupuesto estado de
derecho y el carcter unitario de la nacin chilena. Instituciones tales como la educacin, la salud,
la justicia o la religin, han sido inculcando de manera violenta[11] durante dcadas. Estas se han
impuestas como un nico modelo y esto con fines de asimilacin. Es solamente despus de la
aplicacin de Ley Indgena que se ha empezado a tomar otra perspectiva acerca de la
especificidad de tales instituciones en el mundo indgena.
Historia del conflicto de Poluco Pidenco.

En este marco de la judicializacin de las demandas territoriales mapuche, encontramos el Proceso


por Incendio y Asociacin ilcita terrorista denominado Poluco Pidenco, en el cual autoridades
tradicionales de las comunidades de Tricauco, Jose Guion y Chekenko, se encuentran acusadas de
incendio terrorista. Delitos supuestamente cometidos en el predio particular correspondientes a los
fundos Poluco y Pidenco, de propiedad de la forestal Mininco S.A. Cabe recordar que posterior al
famoso juicio de los lonkos [Pichun, Norin, Troncoso] el caso Poluco Pidenco es el segundo juicio en el marco de la Reforma Procesal Penal - en el cual el Ministerio Publico, gobierno y empresa
forestal[12], sustentan una acusacin en las leyes especiales que sancionan conductas terroristas
en contra de lonkos y werkenes Mapuche que se encontraban reivindicando derechos territoriales
y socioculturales sobre la ahora propiedad privada. Los principales argumentos por parte del
ministerio publico para mantener la prisin preventiva a los comuneros mapuche es la poseer
pruebas testimoniales de testigos que en un primer momento se les reserva la identidad y que
posteriormente dan a conocer sus nombres; constatndose que corresponden a comuneros
mapuche de las mismas comunidades.
A partir del escenario antes descrito tenemos como consecuencia la ocurrencia de dos fenmenos:
Las argumentaciones del ministerio publico a travs de sus fiscales para explicar o mas bien
llevar a cabo la preservacin del estado de derecho, y:
Las transgresiones en el orden social y espiritual producidas al interior de las comunidades
producto del encarcelamientos de comuneros y constatar que gente de su propia comunidad
[incluido parientes] los acusan.
A la ocurrencia de juicios y audiencias que el estado y particulares llevan a cabo a travs del
Ministerio Publico en contra de Mapuche se han podido observar que los principales argumentos
utilizados para encausar gente y oponerse sistemticamente a su libertad han sido la proteccin
del estado de derecho puesto que en sus acusaciones sostienen que obedece a un plan
premeditado de atentar contra una categora o grupo determinado de personas [] cual es, todos
los propietarios; sean empresas forestales; agricultores vecinos de comunidades mapuche [] en
el cual existen grupos que buscan la recuperacin de dicha tiras al margen del estado de derecho
[][13]. considerar que la libertad de los mapuche detenidos constituye un peligro para la
sociedad. Entendido como peligro para la sociedad el encontrndose reivindicando derechos
territoriales y polticos.
Por otro lado; el Ministerio Publico no ha contextualizado socio culturalmente su acusacin. Al
hablar de propiedad privada e individualizar a las vctimas de la violencia Mapuche refirindose a
estos como vecinos de las comunidades; ha olvidado darle un contexto socio-historico a la ahora
propiedad privada.

Por lo anterior, al referirse a la comunidad de Tricauco necesariamente deben ponerse en el tapete


una serie de antecedentes histricos y culturales como lo es que en 1898 se le entrega a Santiago
Segundo Len Catrimil, junto con 34 de sus familiares una superficie de 150 hectreas de la
hijuela N 392 A bajo el titulo de merced N 521, y se le hace Merced de tierras bajo el Titulo N
748 por 372 hectreas a Manuel Len Catrimil en el lugar denominado Tricauco. Sin embargo los
deslindes de dichos ttulos de merced dejan fuera las tierras antiguas de la comunidad.
Las tierras sobrantes a la radicacin el estado se las adjudica para si mismo, declarndolas como
tierras fiscales, dejando abierta la especulacin econmica sobre ellas: en este marco se producen
una serie de remates de la llamada propiedad austral. En lo que se refiere a Tricauco; observamos
que en 1913 los lotes de tierras correspondientes a tierras antiguas de la comunidad [actuales
fundos Poluco y Pidenco] son adquiras por doa Elvira Muoz y Elba Muoz Rivera en subasta
publica realizada en Santiago. Posterior a esto, en 1915 Elba Muoz Rivera vendi sus derechos a
don Daniel Muoz Rivera.
A partir de 1927 se dicta una serie de legislaciones, entre ellas la Ley N 4.169, la cual crea un
tribunal especial en Temuco, promoviendo la divisin de las comunidades. En este contexto, se
observa que en 1929 Fernando Huenulao - mapuche de Tricauco- en representacin de su
reduccin solicita que previo a la divisin se le restituyan las tierras antiguas de la comunidad
que se encuentran usurpadas por don Daniel Muoz. Lo anterior se constituira en la primera
demanda por restitucin de tierras usurpadas en el cual median tribunales chilenos. En 1930 se
dicta una nueva Ley, la N 4.802, que como la anterior, tena como concluir con el sistema de las
comunidades mediante la aceleracin de las divisiones y su posterior incorporacin al sistema legal
comn. En 1938 es dividida la propiedad comunitaria de los mapuches de Tricauco al amparo de
las leyes antes mencionadas.
Posterior a estos hechos, en 1947 el fundo Pidenco es traspasado -va operacin de compraventaa la seora Ana Kohler. En el relato de los actuales Kimche de Tricauco da cuenta que Poluco
perteneca al mapuche, pero se hizo cargo Galvarino Muoz, este Muoz le vende a Antonio Orpis,
despus llega Tomas Agua. Orpis era diputado, era dueo del fundo la laguna de Pailahueke. Eso
fue en el ao 1957, Antonio Seplveda ocupaba la parte de Luis Valenzuela,despus se corri
hasta poluco.
A partir de 1964 la comunidad de Tricauco comienza con movilizaciones tendientes a que se les
restituyan las tierras antiguas. Dando paso a que en 1970 la comunidad haga ocupacin del fundo
Pidenco y comience la explotacin de este. Los anteriores hechos se insertan en el denominado
proceso de reforma agraria impulsado durante la Unidad Popular, por lo que en 1971 es
expropiado el Fundo Pidenco y es traspasado a la comunidad de Tricauco. Sin embargo, en 1971,
posterior a la expropiacin, el estado impulsa la creacin de dos asentamientos, uno destinado a
los mapuche de Tricauco [wicham mapu] y otro a los campesinos chilenos [Cobre e Chile], ex

trabajadores del fundo. La situacin producida es que ahora los ex trabajadores del fundo
expropiado pasan a convertirse en ocupantes de las tierras antiguas de la comunidad. En el mismo
ao -1971- la comunidad de Tricauco - parte del sindicato campesino denominado unin Mapuche
Loncotraro de Ercilla- enva un memorando al gobierno de la unidad popular en donde solicita que
se les restituyan las tierras antiguas usurpadas por particulares correspondientes al fundo Poluco y
fundo pidenco. En 1974 se le reconoce derecho a reserva a la ex propietaria del fundo Pidenco
[Ana Kolher] por acuerdo N 2141 del 2 de mayo de 1974 del Honorable Consejo de la
Corporacin de Reforma Agraria.
Como ya es conocido, posterior al golpe militar, se inicia la denominada contra-reforma agraria, en
el cual los predios reformados vuelven a manos de sus anteriores dueos, o bien son traspasadas
a la Corporacin Nacional Forestal. En este contexto, el ao 1977 efectivos del ejrcito y
carabineros proceden a desalojar el predio ocupado por los mapuche de Tricauco quemando 3
casas y deteniendo a mapuche de la comunidad. Dichos terrenos son traspasados a la CONAF y
entre los aos 1978-79 son adquiridos [fundos Poluco y Pidenco] por la empresa forestal Mininco
S.A.
En 1981 - pleno periodo de dictadura militar- , bajo los decretos de Ley N 2.568 y el N 2.750 de
1979, es dividida la comunidad mapuche, instaurndose el rgimen de propiedad individual.
La historia de reclamos por las tierras antiguas de la comunidad no concluyen en esto, en 1987
dirigentes de la comunidad envan una carta al General Pinochet solicitndole que se les restituyan
las tierras usurpadas ahora por la empresa forestal Mininco.
Posterior a la llegada de la democracia y ya promulgada la actual Ley Indgena, se constituye
[1995] la comunidad indgena de de Tricauco. La gente de la comunidad plantea que desde esa
fecha utilizaron a la CONADI como interlocutora de sus conflictos de tierra, sin embargo, como no
tuvieron respuesta.
Durante el mes de diciembre del 2001, se produce un incendio en el predio forestal, en el que los
Mapuche de Tricauco niegan su autora. Lo anterior trae como consecuencia que el 20 de
diciembre del 2001 la Gobernacin provincial de Malleco presente una demanda, a travs de su
Gobernador Mario Venegas Crdenas, exponiendo: Entabla querella criminal en contra de los
autores, cmplices, encubridores y cualesquiera que resulte responsable de: Incendio, Robos con
violencia, lesiones, usurpacin en el grado de tentativa otros. En tanto, la Empresa Forestal
Mininco, un mes despus, el 21 de enero del 2002 presente una querella Criminal, y solicita que el
Ministerio Publico investigue los delitos de Robo con Violencia e incendio de bosques. 10 de los
imputados en la causa permanecen recluidos por casi 14 meses y obtuvieron su libertad en febrero
del 2004.

Antecedentes culturales : transgresin y envidia en comunidades Mapuche, y el uso de


la justicia chilena por los Mapuche. Los distintos procesos histricos descriptos en el capitulo
anterior han tenido entre otras consecuencias la transgresin de las normas socioculturales
propias a la cultura Mapuche agudizando la desintegracin social y la perdida de poder de las
autoridades tradicionales en el seno de las comunidades. Las distintas divisiones - familiares,
polticas, religiosas - sobresaliendo de estos procesos constituyen hoy en da una caracterstica
comn a una grande parte de las comunidades Mapuche en Chile.
En el caso de las comunidades en conflictos territoriales donde sus dirigentes y miembros han sido
procesados, tal como el caso de Tricauco y San Ramn, estas divisiones han sido determinantes.
En efecto, la existencia de testigos, miembros de la misma comunidad que los acusados, ha
constituido un argumento de acusacin muy importante. Sin embargo, se revela relevante
entender en cual contexto dichas acusaciones han sido emitidas. Si es cierto, que los distintos
datos socio-historicos entregados anteriormente nos permiten aprehender tal contexto, es
necesario agregar una perspectiva sociocultural a esta y considerar varios elementos propios a la
cultura mapuche y mas especficamente relacionados a la convivencia en comunidad.
Que sea a travs los testimonios orales como los documentos escritos, se puede observar que las
oposiciones existentes entre distintas familias en el interior de una misma comunidad no son
situaciones nuevas. Uno de los motivos principales de tales conflictos se relacionan a la tenencia
de la tierra. Ya como le seala Carlos Quezada [1956:216] en 1956, los Mapuche no hesitaban
recurrir a la tribunales de justicia chilena para resolver los conflictos de tierras[14]. Mas
sorprendente era el echo que la mayora de los juicios se referan a cantidad escasa de tierra y
oponan un miembro de comunidad a otro familiar. Ya como le veremos ms adelante, este tipo de
conflicto que se sustenta sobre divisiones profundas al interior de la comunidad se han repetido
hasta hoy en da. Es importante sealar que a la ocasin de estas situaciones, el Mapuche ha sido
intercultural visto que ha recurrido, y an recurre, a ambas formas de justicia : la tradicional y la
chilena. Sin embargo, la justicia chilena ha demostrado sus limites y su poca capacidad a entender
estos conflictos desde una perspectiva que no sea la del derecho chileno, lo que ha permitido al
derecho propio [ az Mapu] de seguir vigente en varias comunidades contemporneas[15].
Tambin, no es sorprendente encontrar varios casos donde miembros o familias enteras acusados
de haber transgredido las normas socioculturales, han sido enjuiciados y sancionados por el resto
de la comunidad, provocando la exclusin de estas. Estas sanciones duran en el tiempo y
interactan con un elemento fundamental en la convivencia mapuche y la forma de relacionarse a
dentro del grupo : el az che [caractersticas de la persona]. Este define no solamente como es la
persona pero tambin a travs de su relacin al tuwun, el kupalme y el reyma, el az indica como
es su ascendencia y descendencia de dicha persona Esto se traduce por el hecho que siempre en
una comunidad, una persona o una familia esta conocida por ser ladrn, cuatreros o

mezquinos En la actualidad existe una tendencia a definir el az de una persona y una familia
bsicamente en trminos positivos o negativos. Es desde esta perspectiva que se puede
entender las distintas oposiciones enumeradas anteriormente y en cual se sustentan, por ejemplo,
los conflictos de tierras entre miembros de una misma comunidad.
La intervencin de la justicia chilena, y mas especficamente del Ministerio Publicos, en tal
contexto ha obedecido a esta misma lgica, de divisin del mundo sociocultural en el interior de
las comunidades. En el caso Poluco Pidenco, no es casual el echo que los fiscales hayan pagado
legalmente a travs del sistema de proteccin de testigos a comuneros conocidos en toda la
comunidad por ser cuatreros o weefe[16]. Estamos frente a familias que acusan a otras : tres
hermanos estn procesados nicamente por ser acusados por otra familia. Como lo hemos visto
adelante con la historia sociocultural local de la comunidad, los distintos procesos que esta ha
traveseado han provocado varios quiebres en su interior que se pueden interpretar en termino de
transgresin de varias normas. El echo que comuneros hayan optado a la religin evanglica y
decidieron de no participar a las ceremonias tradicionales ha sido interpretado en trminos de
transgresin, tal como la situacin afrontada entre la reforma agraria y la dictadura donde
comuneros denuncian a otros al rgimen militar, provocando la muerte y desaparicin de varios
dirigentes y miembros de comunidades.
Le envidia - trir en mapudungun - constituye un otro elemento importante a considerar para
entender el sistema de oposicin interno a la comunidad en cuales estn interveniendo los fiscales.
En la actualidad, la envidia es un componente integrado a la cultura Mapuche, visto que se
relaciona a la transgresin de las normas de esta :
La envidia motiva enfermedades que afectan la parte fsica y psicolgica del individuo no solo por
transgresiones vinculadas con el mbito del individuo, sino tambin por faltas a las reglas que
guardan relacin con el campo ritual o religioso. [] La envidia opera como un mecanismo de
exteriorizacin y racionalizacin que permite al individuo situar la transgresin en otro, al que
traspasa la responsabilidad.[17]
Desde esta perspectiva, el hecho de salir adelante - de manera econmica, social o poltica - en
una comunidad puede estar interpretado como una ruptura de la reciprocidad, es decir una
transgresin, y entonces producir envidia. Por lo tanto, no es casualidad de encontrar en varios
testimonios de los imputados, el argumento de la envidia para explicar que un familiar, u otra
familia, haya sido testigo en su contra. En la actualidad, el mismo echo de salir beneficiado por un
subsidio de tierra o un proyecto estatal puede producir envidia en una comunidad, tal como es el
caso de varios imputados quienes son dirigentes y que han logrado a obtener algn beneficios
para su familia como una parte de la comunidad. Segn unas entrevistas realizada en Tricauco, el
mismo hecho que uno de los hijos de Mireya Figueroa haya salido a estudiar medicina a Cuba

produjo algn envidia de parte de un familiar suyo, quien hoy en da testigo en contra de ella y de
su hijo[18].
Si es cierto que tradicionalmente la envidia se expresa en el seno de la comunidad a travs del
mal de ojo o de un calcu[19], la implementacin de la reforma procesal penal y la entrada en
escena de los fiscales han constituido un medio inesperado para transmitir el mal y el dao que
estn asociado a esta. Es en este sentido que se puede hablar del uso de la justicia por los
Mapuche. La justicia chilena, y en este caso los fiscales, constituyen herramientas emergidas de la
sociedad dominante cuyo uso permite hacer efectivos dispositivos socioculturales propios a la
cultura Mapuche : la envidia o la venganza encuentran su eficacia gracias al actuar de la justicia
chilena.
De estas situaciones de procesamiento y encarcelamiento que han afectado a un centenar de
Mapuche, se puede tambin destacar los efectos patolgicos que estn ha provocado sobre los
imputados y sus familiares. En efecto, nos ha llamado la atencin la facilidad con la cual
enfermedades se han declarado y desarrollado tanto en las crceles como en el seno de las
comunidades afectadas por la represin. Todos los afectados relacionan la enfermedad al
encarcelamiento y la represin policial, lo que nos lleva a entender la enfermedad desde la
perspectiva Mapuche, es decir como el producto del desequilibrio. A parte de ser privado de
libertad, los presos estn completamente cortados de su entorno sociocultural, natural y se ven
incapacitados de poder practicar su cultura tal como el uso de plantas medicinales, o la
participacin a ceremonia socioreligiosa.
Esta ltima prohibicin implica la imposibilidad de mantener la relacin de reciprocidad que existe
entre los distintas equilibrios que constituyen la vida. Si se agrega a estos factores, la condicin
misma de vivir con una alimentacin poca equilibrada en un espacio de cemento, poco ventilado y
bastante fro en invierno, no es sorprendente que la mayora de los presos mapuches sufren de
distintos males[20]. Como le indica Jos Quidel [2001;16] , el cuerpo no es una entidad cerrada,
por lo tanto la transgresin de uno puede afectar a los dems; es decir que la enfermedad, el
kutran, afecta no solamente a los presos sino que tambin a su entorno. Vale decir que la
persecucin policial, los allanamientos y las detenciones al interior de los hogares tienen sus
efectos sobre la salud de los familiares de los imputados quienes desarrollan patologas que se
relacionan con la situacin judicial vivida por sus hijos, hermanos, marido.
Para remediar a estas situaciones - que como le hemos visto van ms all del mbito jurdico - los
imputados y sus familiares han detenido que requerir a estrategias basadas sobre sus propios
recursos socio-culturales :
Organizacin de Ngellipun[21] [rogativa] dentro y en las afueras de las crceles, con el objetivo
de dar fuerza a los presos, sus familiares y los abogados.

Utilizacin de medios mgicos para fortalecer les abogados [lawen] durante los juicios.
Uso de los vestidos tradicionales con trarilonko durante los juicios.
Utilizacin del mapudungun para declarar.
Uso de peritaje de Kimche[22] .
Estos distintos medios son no solamente destinados a mostrar a la opinin publica y los jueces que
los imputados son ante de todo Mapuche, con su cultura, sus costumbres y su historia ; sino que
se vuelven fundamentales, y a veces vitales para los propios imputados y sus familiares. Las
ceremonias tradicionales o el uso de recursos socioculturales mapuches constituyen un medio
legitimo

adaptado

para

restablecer

un

cierto

equilibrio

interno

quebrantado

por

el

encarcelamiento y la ausencia
CONCLUSION
As, se puede observar que durante estos procesos judiciales operan varios determinantes
socioculturales e histricos, que hasta hoy en da no estn tomados en cuenta por la acusacin y
los tribunales. Para aprehender este conflicto socio-cultural que se va desarrollando a la ocasin de
procesamientos y juicios de personas en el marco del conflicto territorial Mapuche, consideramos
importante considerar y usar el concepto de habitus[23] desarrollada por la sociologa francesa, y
ms especficamente por Pierre Bourdieu.
En efecto uno de los elementos significativos paraentenderla percepcin de los operadores de la
justicia [fiscales del Ministerio Publico], y de los actores sociales asociados al mismo habitus.
Recordando el alegato de abertura hecho por la fiscala durante el juicio de Patricia Troncoso,
Aniceto Norin y Pascual Pichun [el juicio de los lonkos primer juicio oral por terrorismo en contra
de mapuche ] Segn ellos, existen teoras desarrolladas por sectores indigenistas e intelectuales
tales como Jos Aylwin o Jos Bengoa, en cuanto a las validez de las reivindicaciones Mapuche. O
bien las reacciones que produjo en la derecha poltica y tambin en la concertacin las
conclusiones de la comisin verdad histrica y nuevo trato. Ah se ve claramente las
consideraciones de los fiscales y de una cierta clase social en Chile sobre lo que son las
reivindicaciones territoriales Mapuche: son teoras. Segn estas mismas consideraciones, los actos
de reivindicaciones territoriales, tales como las recuperaciones, serian fenmenos relativamente
reciente relacionados al quinto aniversario del descubrimiento de Amrica y a la intervencin de
actores externos.
Lo que llama la atencin es que los discursos [que incluyen prejuicios y estereotipos racistas] y
practicas del estado de derecho encontrados en las fuentes del comienzo del siglo y en la historia
local de una actual comunidad mapuche aun estn vigentes a la ocasin de los juicios y audiencias

orales y publicas que se han llevado en contra de mapuche. El Mapuche y sobre todo el Mapuche
que reivindica, sigue atemorizando a una cierta clase [indiviualizados por el Ministerio Publico
como vecinos agricultores; empresas forestales y parceleros de las comunidades]. Estos discursos
no son nuevos, corresponden a un imaginario desarrollado generalmente desde el centro del pas,
segn el cual existira en el sur de Chile, un Farwest o ms bien Farsouth donde no imperan las
leyes[24]. Para entender el proceso de judicializacin de las reivindicaciones Mapuche es necesario
entender estos discursos, sustentado sobre perjuicios, y saber quienes le emiten: Encontrndose
ante la reproduccin de un discurso y practicas que dan cuenta de relaciones basadas sobre la
dominacin.
La objetividad a la cual aspiran en su labor los actuales operadores de esta nueva forma de la
justicia, se revela imposible porque se opone a otra percepcin de la realidad social, a otra
objetividad : la de los Mapuche. Las percepciones y actitudes del Ministerio Publico acerca de los
conflictos territoriales corresponden a un cierto habitus. Su origen social y cultural le facilitan el
acceso a este tipo de cargo y les hacen sentirse investidos del deber de perseguir, vigilar y
castigar a quienes consideran como peligro para el orden social y la propiedad privada, en
definitiva, el Estado de Derecho. Este mismo orden social ha sido impuesto y reproducido a travs
la historia por la misma clase dominante - en trminos social, econmico, tnico y poltico - de
donde provienen la mayora de los actuales fiscales, jueces, abogados y por supuesto latifundistas.
Hay que recordar que el estado de derecho que particularmente defienden los actores sociales
antes mencionados es un invento. Hace 130 aos no exista en la denominada regin de la
Araucana: territorio araucano sin rey, sin ley como decan en las crnicas de la poca. Este
estado de derecho ha sido construido e impuesto por una elite. La clase que se constituye como
dominante y que se ha ido reproduciendo socialmente, y hoy en da los que tienen la
responsabilidad de hacer respetar este estado de derecho salen de la misma clase[25]. La
conflictiva propiedad austral se ha constituido a partir y segn la imposicin de este estado de
derecho. Los que aprovecharon mas de la constitucin de la propiedad austral no son los
Mapuches: sino que son los mismos que ayer y hoy defienden el estado de derecho. En tal
contexto, vale la pena preguntarse cual es la posibilidad de alcanzar a una verdadera prctica de
la interculturalidad en el mbito de la justicia chilena si las estructuras de poder que la dominan y
determinan no cambian.
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Sanchez, Juan, 2001, El Az-Mapu o sistema jurdico Mapuche, Revista CREA, Universidad Catlica
de Temuco, Numero 2 [1] Ponencia presentada en el II Taller de Interculturalidad realizado el 10,
11 y 12 de diciembre del 2003, por las Facultades de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad de Chile, Santiago.
[2] Trabajador Social del Programa de Derechos Indgenas del Instituto de Estudios Indgenas de
la Universidad de la Frontera de Temuco.
[3] Antroplogo, Escuela de Altos estudios en Ciencias Sociales, EHESS-Paris, Francia. Colabora al
Programa de Derechos Indgenas, Instituto de Estudios Indgenas de la Universidad de la Frontera.
[4] Si es cierto que las reivindicaciones mapuches actuales toman una dimensin social, no se
puede ignorar la caracterstica cultural que predomina estas. En este sentido, el movimiento
Mapuche sufre de un doble desprecio tanto como movimiento social como tnico.

[5] El Defensor Nacional , Alex Carocca , comentaba el Jueves 23 de Agosto de 2001 a El Mercurio
electrnico que la nueva oficina [mapuche] tiene el propsito de atender a los imputados de
ascendencia mapuche, que muchas veces tienen problemas para una debida defensa, en razn de
sus diferencias culturales
[6] Pierre Bourdieu [1994 : 107]
[7] Es desde esta perspectiva que el abogado Mapuche Jos Lincoqueo considera que los
imputados mapuches detenidos en las crceles de la novena regin son rehenes Mapuche en su
propio territorio Tal postura ha sido ms que desconsiderada por las autoridades polticas como
las instancias de justicia chilena, sin embargo expresa muy bien una percepcin compartida por
muchas personas mapuches en cuento al carcter relativo y ambiguo de la justicia impuesta por el
estado chileno.
[8] Sin embargo, conviene no olvidar que el estado de derecho vigente en Chile se concibi en
pleno periodo de dictadura militar, en el cual las leyes especiales mencionadas anteriormente eran
utilizadas para perseguir a la disidencia poltica. Por lo que su aplicacin hoy en da, con sus
readecuaciones incluidas, pondran de nuevo en vigencia la tesis del enemigo interno, ahora ya no
los marxistas leninistas como decan los militares, sino que los mapuche insertos en su conflicto
terrorista, como se refieren los defensores del estado de derecho. Defensores que incluyen a la
derecha poltica y a la concertacin. En este sentido, es contradictorio que los ayer perseguidos
por la dictadura y que hoy administran el poder estatal no tengan ningn miramiento en defender
ese estado de derecho heredado, y mas aun, promuevan y patrocinen querellas fundamentadas en
esas leyes especiales que ayer los persiguieron como disidentes al rgimen de Pinochet.
[9] Recordamos que el estado es el nico que se adjudica el monopolio de esta violencia que sea
fsica como simblica [cf. Bourdieu 1994].
[10] En este sentido, la razn y la fuerza constituyen las expresiones de un mismo fenmeno,
la violencia, la primera pudiendo ser simblica y la segunda fsica.
[11] Referimos aqu principalmente a los trabajos de Yvon Kellner y Guillaume Boccara quienes se
refieren a las teoras sobre la violencia simblica de Bourdieu por entender el caso Mapuche.
[12] La querella presentada por la Gobernacin Provincial de Malleko, patrocinada por un abogado
del Ministerio del Interior, a la cual se suma la empresa forestal Mininco es por Incendio
terrorista, Robos con violencia, lesiones, usurpacin en el grado de tentativa y otros
[13] Juzgado Mixto de Collipulli, Investigacin RUC 0100086954-2, RIT 23-2003 por Incendio
Terrorista: Acusacin presentada por el Ministerio Publico a travs del Fiscal de Collipulli Alejandro
Rios:

[14] Partiendo de las mismas observaciones, Louis Faron [1961:24] hizo un comentario discutible
sobre el echo que los Mapuches se vean mas interesados por la defensa de sus parcelas que de su
territorio ancestral.
[15] Sobre un caso de aplicacin de la justicia propia Mapuche en una comunidad Mapuche
contempornea, ver Juan Sanchez Curihuentro [2001].
[16] Ladrn
[17] Citarella [2000:124]
[18] Cabe mencionar que, sobre la base de 4 testimonios, el hijo de Mireya Figueroa, Oscar
Queipo, ha sido acusado por el ministerio publico de ser uno de los protagonistas del incendio del
fundo Poluco Pidenco. Tales acusaciones han sido invalidadas por la defensa que ha comprobado
que Oscar Queipo estaba pasando su prueba de aptitud en otra ciudad este mismo dia.
[19] Un mal.
[20] Adems de los clsicos enfriamiento, bronquitis y gripe, se ha podido constatar varios casos
de dolores de huesos, de dientes adems de angustia.
[21] El Ngellipun o rogativa es una forma de oracin echo por la machi en ocasiones especiales.
Segn Martin Alonqueo [1979:25] el Ngillatun Ngellipun es una ceremonia de arrepentimiento
expiatorio, de impetracin de misericordia sobre las desgracias que han sufrido por los terremotos,
avenidas provocadas por las grandes lluvias, heladas y las prolongadas sequas u otras
calamidades que han padecido durante el ao. En este contexto, el encarcelamiento de miembros
y autoridades de una comunidad aparece esta percibido como una catstrofe por la comunidad as
que tambin por el Pueblo Mapuche.
[22] Kim : Conocimiento ; Che : persona. Personas de un cierto edad reconocidas por su calidad
de gozar de un gran conocimiento acerca de la cultura y de la historia local.
[23] Es el socilogo francs Pierre Bourdieu es quien desarrollo la nocin de habitus. Dice que son
los gestos, los pensamientos, las maneras de ser adquiridos e integrados, que uno ni siquiera se
da cuenta de la existencia. Este habitus se constituye segn el capital social, cultural, econmico
del individuo. Es un fuerte marcador del origen social, tnico, nacional de un individuo ; es un
conjunto de disposiciones durables que guan el actuar de uno. Es decir, corresponde a Las
estructuras mentales a travs de las cuales los agentes aprehenden el mundo social. Son en lo
esencial el producto de la internalizacin del mundo social, en este sentido, El Habitus produce
prcticas y representaciones que estn disponibles para la clarificacin, que estn objetivamente
diferenciadas, pero que no son inmediatamente percibidas como tales, mas que por los agentes

que poseen el cdigo, los esquemas clasificatorios para comprender su sentido social [] en el
habitus se socializa la subjetividad. En este sentido, Bourdieu plantea al habitus como Sistemas
perdurables y transponibles de esquemas de percepcin, apreciacin y accin resultante de la
institucin de lo social []. Citado de Pierre Bourdieu [1988:134] y Pierre Bourdieu y Loic
Wacquant [1995: 83]
[24] Ver el informe de la Comisin de Constitucin, Legislacin, Justicia y Reglamento del Senado,
disponible en

Internet:

http://www.mapuche.nl/doc/senado_vs_conflictomapuche.doc

[25] Los trabajos presentados por Alfredo Seguel y Vctor Toledo a la ocasin del Seminario
Internacional sobre Derechos Humanos y Pueblos Indgenas [Temuco, 20-22 de julio de 2003]
ilustran la conformacin de estas redes de poderes econmico y poltico - las familias Matte
Alessandri, Angelini , Edward -, son las que aun hoy en da manejan la prensa de una cierta parte
de la opinin publica pero tambin de los polticos y de sus discursos.

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