Paz y Relaciones Internacionales Eirene12cap7
Paz y Relaciones Internacionales Eirene12cap7
Paz y Relaciones Internacionales Eirene12cap7
1. Estas comunidades polticas que forman las naciones, van unidas a la aparicin
de los Estados modernos, todava un trmino impreciso, que detentan las Monarquas
autoritarias del Occidente europeo a partir del siglo XVI. La nacin adquiere su carta de
naturaleza, como una unidad espiritual, en el Concilio de Constanza (1414-1418) cuando
ante dificultades de organizacin al ser muy crecido el nmero de personas con voto, se
decidi un nuevo modo de sufragio y fue dividir a los concurrentes en cuatro naciones:
italiana, francesa, alemana e inglesa; los espaoles al encontrarse todava a favor del Papa
Luna, no estuvieron representados.
2. TILLY, C. (1992) Coercin, Capital y los Estados europeos 990-1990, Madrid.
230
1.
Como es sabido, la poca moderna constituye un periodo revolucionario en Europa y va a significar un avance en todos los campos resultado
de reajustes polticos y econmicos internos en los que el ncleo urbano4 ,
el desarrollo comercial al mismo tiempo que el robustecimiento del poder
de la autoridad real, juegan un papel fundamental. Todo ello va a conducir
a una aceleracin del proceso de desarrollo que se gest en los ltimos
siglos de la Edad Media. Bien es verdad que continan las tradiciones
y prcticas medievales: los lazos de lealtad hacia el monarca, las ideas
sobre el poder y su articulacin basadas en textos romanos que conformarn el devenir monrquico5 ; la potestad de dar leyes como la facultad
de impartir justicia del rey6 , pero con todo, la monarqua autoritaria
sustituye a la concepcin feudal del monarca. En un marco que cada da
se haca ms novedoso por la intervencin de nuevos cambios socioeconmicos, conviene destacar por el momento, algunos factores que afectaban al ciudadano de a pie: la recuperacin del sentido de la seguridad
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7. Asimismo se ha dicho del descubrimiento del poder social de la razn y del dinero,
que sern los mediadores formales de todos los contenidos cognoscitivos y materiales de
la vida humana.
8. Esta expresin de Estado moderno la aplicamos, por el momento, a las naciones
de la Europa occidental dentro de una visin eurocntrica de la Historia, aunque por sentido
trasla-ticio la palabra Estado puede referirse a otras comunidades polticas del pasado. Sobre
el Estado vase: SCHULZE, H. (1997) Estado y nacin en Europa. Madrid; PADIOLEAU,
P. (1989) El Estado en concreto. Mxico; HALL, J.A y IKENBERRY, G.J. (1993) El Estado.
Madrid.
9. Entre las innovaciones ms importantes que presenta el Estado moderno estaran:
a) Territorialidad; b) Control de los medios de violencia; c) Estructura impersonal del poder;
d) Legitimidad (Cfr. HELD, D.(1997) La democracia y el orden global. Barcelona, 71).
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13. Recordemos que es la poca de la instauracin de la diplomacia de modo permanente, a travs de representantes junto a las principales cortes europeas, y que jugarn
un papel polifactico: informacin, mediacin y negociacin.
14. Era lgico que los Estados se aferrasen, por otra parte, al concepto bodiniano de
la soberana que les permita ser sujetos originarios del Derecho Internacional.
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1.1.
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que la guerra por cuanto que adems de la paz interna, segua existiendo
la coexistencia y la paz entre otros Estados.
Atenindonos solamente al interior de los mismos, nos pueden servir
estas interrogantes: No hubo espacios de paz que dependan en su
extensin en proporcin inversa a la de las guerras? Cuntos seres
humanos intervinieron en esos acontecimientos? Hasta qu punto afect
realmente a una gran parte de la poblacin los avatares de una guerra
en su convivencia pacfica?17.
Precisamente, dentro de este escenario poltico, por este carcter de
su anormalidad, las guerras han servido en muchas ocasiones de pautas
para separar periodos y se ha tomado el hecho blico, unas veces como
expresin acabada de una larga poca: Quin no recuerda la Guerra de
los Cien Aos como fenmeno terminal del Medioevo en donde se da
la ltima lucha con clave medieval como fue la derrota de la caballera
francesa en Crecy? Y otras veces, como culminacin de un proceso, es
decir, para significarcambios cualitativos que hacenirrumpir otros periodos
histricos en el devenir del tiempo: recurdese el paso del Medievo a la
poca Moderna para el que se elige la conquista de Constantinopla por
los turcos o el triunfo cristiano de Granada. Entre 1453 de la primera y
1492 de la segunda, se hace alumbrar la nueva poca: la llamada Edad
Moderna, aunque no en todos los pases tiene la misma significacin, en
cuanto a su periodizacin o a las nuevas connotaciones que comporta.
Cindonos concretamente al periodo que nos ocupa, hallamos que
la guerra est con frecuencia presente, debido en gran manera a la diferente
monarcas, que encarnaban la soberana y eran los representantes principales del Estado,
a cuyos inters todo deba estar subordinado; en tercer lugar, por el concepto histrico
descriptivo o de una historia crnica en la que el papel de las guerras como acontecimientos
trgicos y extraordinarios ocupaba una extensin e importancia, sin lugar a dudas, desproporcionada; y, por ltimo, como explicacin en parte de la anterior, se da una equiparacin psicolgica en la informacin que recibimos hoy da, donde la frase inglesa bad
news are news, tiene una total vigencia, significando que slo lo que es extraordinario,
anormal o extravagante o se presenta como tal, tiene capacidad de absorber nuestra
atencin.
17. Hay casos en los que la guerra por su duracin, por su impulso destructor u otras
circunstancias, alarga su radio de accin y endurece sus actuaciones, entonces la poblacin
sufre toda clase de violencias y desastres: asalto, saqueo, pillaje, alojamiento de las tropas,
impuestos y tasas, etc., como sucedi en numerosos lugares de Alemania en la Guerra
de los Treinta Aos.
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1.2.
Llegados a este punto, de una forma muy sucinta, sealemos que los
paradigmas de esta poca se centran en tres grandes cuestiones fundamentales que tienen su expresin en las relaciones internacionales:
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23. En los documentos de la poca se llama a veces con las expresiones de inters
superior del Reino o provecho pblico. Se ha definido como la mxima del obrar
poltico, la ley motora del Estado (MEINECKE, F. (1983) La idea de la razn de Estado
en la Edad Moderna. Madrid, 46) o como aquella necesidad que tienen quienes gobiernan
de tomar medidas propias para asegurar la continuidad en el poder y en periodo de crisis,
la salvacin del Estado (GAUTIER, L. (1971) Maquiavelo. Mxico, 98).
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24. Idea de gran enjundia que tendr multiples aspectos: Desde la cuestin del origen
de la soberana y el papel que desempea el pueblo y el rey hasta el ms riguroso absolutismo
monrquico. Recurdese la lucha de los monarcmanos protestantes contra la Corona
francesa, la respuesta de Jean Bodin (1530-1596), en 1570, con Los Seis Libros de la
Repblica, defendiendo contra los extremistas la inmunidad del rey al que se imponan
las leyes fundamentales (leyes de Dios, de la naturaleza y costumbres), pero desechaba
la subordinacin a una teocracia y defenda la libertad religiosa. Era la primera tentativa
que se haca para fundamentar de un modo racional la teora del poder monrquico. Y
a partir de 1585, sern los catlicos franceses, por razones obvias, los que adopten las
teoras antimonrquicas llegando a la apologa del tiranicidio.
25. En el Reino Unido desde el siglo XVI se aduce que la ley internacional forma
parte de la ley del pas (International law is a part of the law of the land).
26. La teora de la soberana universal del Emperador no tena ninguna efectividad,
era, pues, una pura entelequia. Ni siquiera Carlos V lleg a pensar en tal posibilidad, como
240
puso de manifiesto Menndez Pidal al analizar las diferencias que separaban al Csar de
las Memorias de su secretario Mercurino de Gattinara. Son curiosas las lminas que se
conservan de principios del siglo XVI que dibujan esta comunidad universal cristiana
colocando en su centro al Emperador, a su derecha, al rey de Francia y a su izquierda
al de Espaa, y ya en posicin inferior, los nobles en sus diferentes titulaciones.
1.3.
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27. Se denomina tambin a esta paz silenciosa, paz imperfecta (F.A.MUOZ), paz
relativa (SCHWARZENBERGER), eficaz, neutra, etc.
28. Cfr. HELD, D.(1997), 101-102.
29. Recurdese la alianza de Ginebra, entre Francia y Suiza, firmada el 7 de noviembre
de 1515; En cuanto a los tratados valga como recordatorio, el de Troyes entre Francia e
Inglaterra, en 1564, por el que sta renunciaba a Calais a cambio de 227 millones de coronas;
La pacificacin de Gante en 1576 en que todas las provincias de los Pases Bajos pactaron
para defender sus intereses nacionales y religiosos, expulsar a los espaoles y, en una
asamblea posterior, resolver todos los conflictos; Como concordato, sirva de botn de
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243
34. A los actores pacifistas los encontramos, por doquier, en la historia de cada
pas. Baste citar aqu, en el caso de Espaa, a Ruy Gmez de Silva, prncipe de Eboli,
amigo y consejero de Felipe II que en la segunda mitad del siglo XVI hasta su muerte
se enfrentar al partido belicista del duque de Alba; o en la Francia de la misma poca,
el partido de los llamados polticos dirigidos por LHospital y sostenido por la reina Catalina
de Mdicis, que buscar el equilibrio entre los catlicos radicales y los hugonotes,
considerando que el Estado deba existir por encima de las rivalidades religiosas y por
lo tanto, se trataba de promover reuniones para llegar a acuerdos pacficos y componendas
(snodos, asambleas, concilios y paces); Otro ejemplo el del grupo armoniano holands,
dirigido por el gran pensionario Jan Oldenbarneveldt, a principios del siglo XVII. Al igual
podemos encontrar en el Papado.
35. Citemos slo la ms conocida del siglo XVI, la de Tomas Moro: Utopa (1516)
que combatir entre otras cosas el espritu de conquista y la guerra sera permitida slo
por motivos humanitarios. Para este tema puede consultarse: DAVIS, J.C. (1985) Utopa
y sociedad ideal: Estudio de la literatura utpica inglesa 1516-1700. Mxico; y en un
244
245
2.
Con el objetivo de esclarecer los conceptos que expresan las Relaciones internacionales de un lado, y del otro, la Historia de la paz,
es conveniente que deslindemos estas dos cuestiones, comenzando por
los enfoques con los cuales los Relaciones internacionales han sido estudiadas
y comprendidas. De estos enfoques nos interesan bsicamente dos, que
son el idealismo y el realismo poltico internacional, dejando de lado la
visin cientifista, de la que se asume slo la concepcin cientfica que
conlleva39 . Acto seguido, pasaremos a la concrecin de nuestras posiciones
con respecto a la Historia de la Paz en estrecha conexin con las Relaciones
Internacionales.
Hemos visto en las pginas precedentes como se constituye la comunidad internacional40 en una estructura que, decimos, se califica de anrquica,
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41. Esta razn de Estado serva de coartada moral para acallar la conciencia, al emplear
cualquier medio con la expresin el fin justifica los medios. Nos referimos a los polticos
y ms altos dignatarios del siglo XVI. Es el examen de conciencia al que tuvieron que
someterse los monarcas, a pesar de la laxitud moral que daba el principio superior de la
salvacin de la sociedad (fuera catlica o protestante), justificando todos los medios a
su alcance. Pensemos en nuestro mismo Felipe II con la ejecucin de Montigny en Simancas,
sin proceso y ocultando la causa verdadera de su muerte o el del secretario de D.Juan
de Austria, Escobedo, en Madrid, a instigacin de Antonio Prez; o la matanza desde el
poder en las luchas religiosas en Francia, acallada bajo la denominacin de bien pblico
para evitar la descomposicin del Estado.
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42. Ms todava cuando esta cara del realismo poltico depende, no ya de los fenmenos
debidos a la fortuna (al fatum, al azar, lo que se nos viene dado como dir el mismo
Maquiavelo), sino a los que posee la propia naturaleza del ser humano. No entramos aqu
en una polmica que puede no tener fin, slo afirmamos que el hombre es capaz de aportar
su voluntad y su decisin, marcados por unos principios tico-polticos a nivel individual
y a nivel estatal o internacional.
43. Para una sntesis completa de las distintas etapas y movimientos (realismo,
behaviorismo, cientifismo, idealismo, neo-realismo, etc.) vase DEL ARENAL, C. (1990,
3 ed.) Introduccin a las Relaciones Internacionales. Madrid, 109 y 126 y ss.; KRIPPENDORFF, E. (1985) El sistema internacional como historia. Mxico; MERLE, M.
(1995), 27-106.
44. Si bien el fenmeno del poder est presente siempre en la poltica como un elemento
indispensable, no quiere decir que todo deba girar en torno al mismo.
45. Entre las crticas al realismo y al behaviorismo norteamericano y a la imposible
separacin de las consideraciones valorativas de las puramente cientficas, an sigue
teniendo vigencia la obra de Raymond Aron y la de su discpulo Hoffmann (ARON, R.
(1963) Paz y guerra entre las naciones. Madrid).
46. Vase si no las teoras de Arthur Schleinger y de Bruce Porter, ante la crisis de
la democracia en los Estados Unidos, creen que se necesita un enemigo exterior, retomando
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tradicionales ideas, para que pueda sobrevivir una sociedad constituda en Estado. Son
el desarrollo de las nuevas fuerzas centrfugas de la sociedad actual (TARNAWSKI, E.
(1997) Las inciertas perspectivas de la democracia en la poca del choque de las
civilizaciones, en CANO, M.J. y MUOZ, F. (Eds.), 137-154). Tambin DUNN, J. (1996)
La agona del pensamiento poltico occidental. Madrid y COCHRAN, T. (1996) La cultura
contra el Estado. Madrid.
47. KEOHANE, Robert O. (ed.) (1986), Neorealism and its Critics. New York.
48. Para los distintos enfoques de la problemtica que presentan las Relaciones
internacionales como materia cientfica, vase entre otros: DEL ARENAL, C. (1990), 95203; MERLE, M. (1995). 99-106.
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nueva: Es esta ciencia de la paz, sui generis, una ciencia, de un lado, abierta
y dinmica que promueve una epistemologa de la complejidad 49 y de
otro, es una ciencia de valores50 que obliga a la voluntad a guiarse por
valores supremos como son la solidaridad, el amor y el respeto de los
derechos humanos51 . En nuestro caso, es la misma Paz que conlleva un
compromiso tico y que nos mueve a desentraar lo que de Paz, en sus
mltiples facetas, haya en la historia del pasado.
Pero qu concepto de paz estamos utilizando? El concepto que
utilizamos es el de la paz negativa, en su nivel ms bajo, es decir, la ausencia
de violencia fsica, la cual trasladada a la disciplina de las Relaciones
internacionales, supone la ausencia de guerra o de conflictos armados.
Esta paz negativa es el eje alrededor del cual gira el contenido conceptual
que nos debe servir de criterio histrico. A tenor de lo dicho, queremos
subrayar la posibilidad de una nueva reinterpretacin de la Historia y, en
este caso, la elaboracin de la Historia de la Paz.
No obstante, debemos sealar que la elaboracin no puede responder
a una amplitud global y absoluta. No puede ser una elaboracin acabada
y menos an en la historia, que es una ciencia en construccin y que
depende de los conocimientos y del nivel que hayamos alcanzado para
ampliar nuestro arsenal tanto epistemolgico como metodolgico, con el
que poder llevar a cabo nuevas reinterpretaciones de aquella realidad
fenomnica.
3.
250
51. Cfr. LEWIS, H. (1994) La cuestin de los valores humanos. Barcelona; KNG,
H. (1995) Proyecto de una tica mundial. Madrid.
52. Frente al modelo de integracin est el de conflicto, que se interesa por la divergencia
de intereses de la sociedad y estima que el consenso slo sera un ocultamiento de las
relaciones fcticas de poder (VON BEYME, K. (1977) Teoras polticas contemporneas,
Madrid, 42).
53. Ya hace muchos aos que Spykman, en su teora del conocimiento, distingua
entre la realidad emprica y el mundo de concepto y valores: El conocimiento no procede
de la observacin de la realidad sino que se adquiere a travs de la observacin de la
realidad mediante las categoras especficas de conocimiento (MEDINA, M. (1983), 49).
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54. Me vienen aqu, a la memoria, las palabras de Giovanni Botero, quien en aquellas
fechas tan conflictivas, donde la razn de Estado se impona en todas las Cortes, se deja
llevar por su ntima conviccin repudiando la fuerza y la guerra, al preguntarse: De
qu sirven las conquistas violentas, las guerras o la exaltacin de la fuerza? De nada. Para
que un pas florezca slo requiere justicia, paz y abundancia (BOTERO, G. (1603) Delle
cause della grandezza delle citt).
55. ENRIQUEZ DEL ARBOL, E. (1997) Historia y Paz. Hacia un nuevo paradigma
en DIAZ BARRADO, M. (Coord.) Historia del tiempo presente. Teora y metodologa.
Cceres, 259-266.
56. En resumen, a la luz de estas manifestaciones, las categoras que hemos presentado
y que necesitan profundizarse en estudios histricos futuros, son primordialmente: La
coexistencia pacfica, la cooperacin internacional y el pacifismo en teora y prctica,
adems de una conceptualizacin de los enfoques del realismo pacfico y del idealismo
restringido.
57. La riqueza de la historia como globalidad del devenir de las sociedades humanas,
hace que sean numerosas las incursiones desde otras disciplinas ya que la Historia ofrece
el acontecer espacio-temporal en su gnesis y desarrollo a cada una de las posibles ciencias.
253
Por ltimo debemos aadir que este anlisis, en el que hemos planteado
hiptesis de trabajo sobre las que se habr de volver ms de una vez, es,
en definitiva, un estudio preparatorio que nos ha servido para delinear
la posicin terico-prctica que hemos asumido sobre la Historia de la
Paz en el marco del Mundo moderno, y, que no es ms que una aproximacin, como decamos al principio, que no tiene otras pretensiones sino
las de ser un reto al que debemos enfrentarnos.