El documento describe la importancia de meditar continuamente en la Pasión de Cristo. Rumiar la Pasión hace que Jesús renazca en nuestro corazón y nos convirtamos en su alimento continuo. Muchos santos como Teresa de Ávila y Alfonso María de Ligorio enfatizaron los frutos espirituales de meditar en los sufrimientos de Cristo. La Pasión es una fuente para una unión más íntima con el Señor y el camino a la santidad.
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El documento describe la importancia de meditar continuamente en la Pasión de Cristo. Rumiar la Pasión hace que Jesús renazca en nuestro corazón y nos convirtamos en su alimento continuo. Muchos santos como Teresa de Ávila y Alfonso María de Ligorio enfatizaron los frutos espirituales de meditar en los sufrimientos de Cristo. La Pasión es una fuente para una unión más íntima con el Señor y el camino a la santidad.
Descripción original:
De los escritos de la Sierva de Dios Luisa Picarreta
El documento describe la importancia de meditar continuamente en la Pasión de Cristo. Rumiar la Pasión hace que Jesús renazca en nuestro corazón y nos convirtamos en su alimento continuo. Muchos santos como Teresa de Ávila y Alfonso María de Ligorio enfatizaron los frutos espirituales de meditar en los sufrimientos de Cristo. La Pasión es una fuente para una unión más íntima con el Señor y el camino a la santidad.
El documento describe la importancia de meditar continuamente en la Pasión de Cristo. Rumiar la Pasión hace que Jesús renazca en nuestro corazón y nos convirtamos en su alimento continuo. Muchos santos como Teresa de Ávila y Alfonso María de Ligorio enfatizaron los frutos espirituales de meditar en los sufrimientos de Cristo. La Pasión es una fuente para una unión más íntima con el Señor y el camino a la santidad.
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y me hace resucitar en su corazn, y cada vez que lo hace le doy
como recompensa una nueva vida de gracia; de manera que ella es mi
alimento y yo me hago su alimento continuo. As pues, lo que ms me gusta es que el alma rumie continuamente mi pasin. Rumiar continuamente los dolores de la Pasin, hace que Jess se desclave de la cruz para nacer en nuestro corazn, convirtindose l en nuestro alimento continuo, y nosotros en su alimento. De los escritos de la Sierva de Dios Luisa Picarreta Como Canonesas de la Cruz meditaremos constantemente la Pasin del Seor, como lo hizo nuestra Madre Teresa, as como ellaseremos seducidas por el Crucificado que nos dice a cada una: esta es tu vocacin, ste es tu Modelo, ste es tu amor qu ms quieres? Un Don para toda la Iglesia II, N 67
Nuestro Seor mismo nos ha enseado innumerables veces a travs de
los tiempos por medio de todos sus Santos, de tantas almas privilegiadas, del Magisterio mismo de la Iglesia y, por supuesto, tambin por medio de los escritos de Luisa, La Pequea Hija de la Divina Voluntad , la trascendente importancia que tiene el meditar en su Pasin; y no slo meditarla, sino el vivir interiormente, intensamente y continuamente todo lo que Jess mismo quiso sufrir por amor a cada uno de nosotros.
La Pasin de Cristo es una de las fuentes ms provechosas que procura y
facilitan una unin ms ntima con nuestro Seor y nos traza un camino seguro haca la Santidad, como nos lo recuerda la Sagrada Escritura: Sed santos, pues yo soy Santo" (Lv 11, 44). Es por esto que la meditacin de la Pasin de Jess ha sido uno de los temas preferidos por muchos de los Santos durante el transcurso de toda la Historia de la Iglesia. Incluso el segundo libro ms ledo despus de la Biblia nos lo recalca: El cristiano que medite atentamente en la vida, Pasin y Muerte del Seor, encontrar all en abundancia, todo lo que le es necesario para progresar en su vida espiritual, sin necesidad de ir a buscar fuera de Jess algo que le pueda aprovechar mejor (Tomas de Kempis. La Imitacin de Cristo.) Nos refiere San Luis Mara Grignon de Montfort en El secreto admirable del Santsimo Rosario: Afirma San Agustn que no hay ejercicio tan fructuoso y til para la salvacin como pensar con frecuencia en los sufrimientos del Seor. San Alberto Magno, maestro de Santo Toms, supo por revelacin que el simple recuerdo o la meditacin de la pasin de Jesucristo es ms meritorio para el cristiano que ayunar durante todo un ao a pan y agua todos los viernes, o disciplinarse sangrientamente cada semana, o rezar el salterio todos los das. Esto es lo que nos dice San Alfonso Mara de Ligorio sobre la Pasin de Cristo: Nuestro tiempo no es tiempo de temor ya que somos testigos de un Dios que ofreci la vida para lograr hacerse amar. La pasin de Jess fue llamada un exceso, por lo cual nadie que la medite podr seguirle a medias. Si quieres crecer en la vida del espritu, piensa todos los das en los padecimientos del Seor porque pensando en ellos es imposible que no te llenes de amor y fortaleza; amor capaz de relativizar los dems efectos en comparacin con el suyo, y fortaleza para sobrellevar con gozo las pruebas y las cargas inevitables de la vida. Quin podr desesperarse o irritarse por lo injusto de sus sufrimientos viendo a Jess herido y despedazado? Quin rehusar sujetarse a las
exigencias del bien comn al recordar a Cristo obediente hasta la muerte?
Quin podr temer si se abraza a la cruz de nuestro Redentor? Se lamentaba Santa Teresa de que algunos libros le hubieran aconsejado dejar de meditar la pasin, porque la humanidad de Cristo hubiera pudiera impedirle la contemplacin de su divinidad; y consciente del error exclamaba: "Oh Seor y bien mo, Jess crucificado, me pareca haberte hecho una gran traicin, pues de dnde me vinieron todos los bienes sino de vuestra cruz?". Deca San Pablo que solo ambicionaba saber la ciencia de la cruz, es decir, el amor que ella encierra: "Pues no quise entre vosotros sino a Jesucristo, y ste crucificado" (1 Co 11,2). Preguntado San Buenaventura de dnde sacaba tan copiosa y excelente doctrina como pona en sus obras, dijo mostrando un crucifijo: "Este es el libro que me dicta todo lo que escribo. Aqu he aprendido lo poco que s". Dudaras de consagrarte por entero al Redentor si verdaderamente conocieras el misterio de la cruz? Cmo habindote amado hasta la locura no ha logrado an gobernarte el corazn? Ten presente que "Cristo muri por todos, para que los que viven no vivan para s, sino para El que muri y resucit por ellos" (2 Co 5,15). Hija ma, quien est siempre rumiando mi pasin, y siente dolor y me compadece, me agrada tanto que me siento como retribuido por todo lo que sufr en el curso de mi pasin; el alma, rumindola siempre, llega a formar un alimento continuo que contiene diferentes condimentos y sabores que producen en ella diferentes efectos. As que, si durante mi pasin me dieron sogas y cadenas para atarme, el alma me desata y me da la libertad. Ellos me despreciaron, me escupieron y me deshonraron, ella me aprecia, me limpia los salivazos y me honra. Ellos me desnudaron y me flagelaron, ella me cura y me viste. Ellos me coronaron de espinas, tratndome como Rey de burla, me amargaron la boca con hiel y me crucificaron; el alma, rumiando todas mis penas, me corona de gloria y me honra como su Rey, me llana la boca de dulzura, dndome el alimento ms exquisito, como es el recordarse de mis mismas obras, y me desclava de la cruz