Juegos y Deportes en La Edad Media

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IE “ Fe y Alegría N° 24”

FICHA DE LECTURA : JUEGOS Y DEPORTES EN LA EDAD MEDIA GRADO:


SECCIÓN:
Profesora: Ana Luisa Meza Pillco. NOMBRE Y APELLIDO:
La principal ocupación de los señores en la Edad Media eran las guerras, pero cuando los caballeros no estaban en la guerra pasaban el tiempo
disfrutando de diversos deportes y juegos que todavía hoy muchos de ellos se siguen practicando, y al igual que ahora
no estaban exentos de ciertos riesgos.

Los torneos.

Los torneos, batallas individuales preparadas entre caballeros, surgieron en el siglo X y contaron desde sus inicios con la
condena del Papa, en el segundo Concilio de Letrán, bajo el Papa Inocencio II, y de los reyes de Europa, que no
aprobaban las heridas y las muertes producidas entre sus caballeros por lo que ellos consideraban una actividad frívola.
Sin embargo los torneos se extendieron, formando parte importante de la vida de un caballero y convirtiéndose en destacados acontecimientos
sociales, llegando a atraer a patrocinadores y participantes desde lejanos lugares.
Se construyeron recintos especialmente destinados a ellos, con pabellones para los combatientes y gradas para los espectadores. Los
caballeros seguían batiéndose individualmente, pero ahora lo hacían también en equipos. Se retaban utilizando diversas armas y llevaban a cabo
simulacros de batalla con cuadrillas. Las justas o lizas, un enfrentamiento de dos caballeros con lanza, se convirtieron en el
acontecimiento más celebrado. Los caballeros competían como los atletas de nuestros tiempos para obtener premios, prestigio y la mirada de
las damas que llenaban las gradas.

En el siglo XIII, murieron tantos hombres durante los torneos que los gobernantes de Europa, incluyendo el Papa, comenzaron a alarmarse. El
Papa quería disponer del mayor número posible de caballeros para luchar en Tierra Santa.
Sos del Rey Católico
Los retos normalmente se planteaban de forma amistosa, pero si existían rencores entre
combatientes, estos podían resolverse en un combate a muerte. Los perdedores eran capturados
y debían pagar un rescate en caballos, armas y armaduras a los vencedores para su liberación. Los
heraldos llevaban un control de los resultados del torneo, como los marcadores actuales. Un
caballero de bajo rango podía amasar una fortuna gracias a los premios obtenidos y atraer a
alguna dama adinerada.
La caza.

La caza era deporte de ricos y pobres, nobles y plebeyos, aunque, naturalmente, existían diferencias. El poderoso buscaba, sobre todo, el oso y el jabalí, con
acompañamiento de peones que batían el terreno y de perros que olfateaban primero y acosaban y acorralaban después la pieza perseguida. Otros animales
codiciados, aunque en menor medida, eran los ciervos, lobos y zorros. Estas piezas no estaban al alcance de los pobres, que se tenían que conformar con el cobro
de la liebre y el conejo, actividad que, al no representar peligro alguno ni excesivo esfuerzo físico para el cazador, no tenía el mismo interés para la clase
dominante. No obstante, esta libertad de caza para el campesinado pobre siempre estaba condicionada por la permisibilidad del señor de las tierras, porque el
campo, aparte de algunos terrenos comunales, era de propiedad señorial. Dotados de poco armamento, lo suplían con astucia, preparando lazos, ligas o trampas.
En cuanto a la caza de aves los señores se reservaban para su uso exclusivo la caza de aves de altos vuelos, utilizando para ello otra ave cuidadosamente
entrenada para ello, el halcón o azor, dando nombre al arte de la cetrería. De origen oriental, esta modalidad de caza llegó a España a través de los árabes y la
posesión de una de estas aves era motivo de orgullo del rey y de cualquier caballero que pudiera permitirse un deporte tan caro. Como de costumbre, el pobre se
las tenía que ingeniar para, con un poco de audacia, poder cazar alguna perdiz, codorniz, gorrión o cualquier pajarillo que se posara en alguna rama de los árboles.
La caza menor permitida al villano está reglamentada por los concejos municipales. Ya en 1252 se acepta por el rey Alfonso X la institución de la veda desde el
carnaval a San Miguel, en septiembre, lo que además de ayudar a la procreación de las especies, favorecía a la abstinencia de carne que la Iglesia católica
preconiza a partir de Carnestolendas. Igualmente en la misma época se prohibía el comercio de huevos de perdices y codornices.

El lugar adecuado para que los campesinos ejercieran el deporte de la caza eran las tierras de dominio común concejil siempre y cuando no estuvieran
sembradas. Viñas y tierras de cereales estaban protegidas por la ley municipal contra los cazadores. El permiso de cazar a los vecinos del pueblo presupone que
éstos vendiesen las piezas cobradas en el mismo lugar pagando el impuesto correspondiente. Por eso se prohíbe en casi todas las zonas sacar esas piezas para
venderlas en otros lugares bajo multa y pérdida de las piezas cobradas.

Carreras de carros. Impulsados por 2, 4 o 6 caballos, generaron pasión en los primeros siglos de la era cristiana. En Constantinopla, capital del
poderoso Imperio Bizantino, existía un inmenso hipódromo de 500 metros de largo y 117 de ancho en el que se realizaban eventos que duraban
todo un día.

Justas. Son consideradas la principal práctica deportiva de la Edad Media. Se trataba de un cruce de jinetes con una lanza de madera en la mano.
Aunque inicialmente eran duelos sanguinarios, que solían generar la muerte o graves heridas en los derrotados, luego aumentaron los cuidados
físicos, y el objetivo era solamente romper la lanza contra la armadura del rival.

Lucha. No muy diferente a la actual: un combate libre en el que había que derribar al adversario con una limitación: no valía golpear debajo de la cintura.
Pelota. Los juegos con pelota eran varios. “La soulé”, por ejemplo, se trataba de arrojar el balón con distintas partes del cuerpo, especialmente los pies, hacia algún
objetivo. “La palma” consistía en dos equipos que, separados por una línea, debían golpear la pelota con la palma de sus manos hacia el campo rival. Los más
pudientes utilizaban guantes, ya que las pelotas, de cuero, lastimaban la piel. En 1292 existían en Francia trece fabricantes de pelotas. Luis X, rey de Francia, murió
en 1316 por beber agua muy fría en el descanso de un partido de pelota.
Soga-tira. Conocido juego en el que dos equipos tiran de una cuerda para medir fuerzas. Su popularidad se mantuvo hasta el siglo XX: llegó a ser deporte olímpico.
Actividad:
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