Protesta Social
Protesta Social
Protesta Social
AREQUIPA PER
2015
Introduccin.
tanto, insisten en reportar actos de violencia -a menudo, aislados e inconexos- que han
surgido en algunas protestas para justificar discursos populistas y polticas de mano
dura. Si bien es cierto que el Estado tiene el deber de garantizar la seguridad
ciudadana y el orden pblico, debe hacerlo respetando los derechos de las personas,
entre los que se encuentra el derecho a manifestase pacficamente. Cuando la
respuesta policial consiste en el uso de la fuerza de forma desproporcionada y no
focalizada, sin atender a la magnitud de los desrdenes que se trata de controlar, y sin
distinguir a las personas que provocan estos incidentes de manifestantes pacficos; se
vulneran los compromisos internacionales asumidos por los Estados en materia de
derechos humanos.
Otro elemento inquietante es la promulgacin de leyes cuyo objeto es restringir el
legtimo ejercicio del derecho a la protesta, leyes que amplan la definicin de delitos de
desorden pblico -o que incluso los equipara a actos de terrorismo-, y otras iniciativas
que extienden el margen de actuacin de las fuerzas policiales, adems de las que
permiten la detencin de manifestantes por el solo hecho de cubrir sus rostros. Se
recuerda que los Estados deben garantizar que la legislacin nacional cumpla con las
normas internacionales de derechos humanos, y en el caso de existir restricciones
estas deben ser excepcionales y necesarias para la proteccin de la sociedad en
general. Si bien el Estado tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad pblica
mediante un marco legislativo adecuado, esto no debe impedir ni disuadir el ejercicio
legtimo del derecho a manifestarse y protestar. Aprovechamos la instancia para hacer
un llamado a los Estados a entablar un dilogo abierto e incluyente al afrontar el
fenmeno de la protesta, compatibilizando el ejercicio del derecho a manifestarse con
la prevencin de situaciones de violencia, en pleno respeto a los estndares
internacionales de derechos humanos. La experiencia ha demostrado que las peores
tormentas polticas ocurren cuando los gobiernos intentan reprimir estos derechos, ya
que la represin promueve la frustracin y alimenta la violencia. En una regin con
altsimos niveles de desigualdad y un pasado no tan lejano de abusos graves y
sistemticos de derechos humanos, es imperioso para las autoridades nacionales
privilegiar el dilogo.
En este contexto, destacamos la necesidad de asegurar la plena rendicin de cuentas
por los abusos y las violaciones de los derechos humanos cometidos en el contexto de
manifestaciones pacficas. Los Estados deben investigar y sancionar cualquier caso de
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1. Objetivos.
1.1.
Objetivo general.
Objetivos especficos
sociedad globalizada
Dar a conocer los derechos de las personas en la protesta social.
Conocer las formas de protesta social y las consecuencias de estas.
2. Problemas.
Hoy en da se ha criminalizado la protesta social, se ha aprovechado el bien comn
en un bien propio, la protesta social tiene como gran resultado un conflicto social, la
desigualdad de opiniones trae como consecuencia conflictos irreparables y por lo
general esta se inicia por el desacuerdo o estar en contra de algo que se ha dicho o
hecho.
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3. Marco Terico.
3.1.
Es
exhibicin
pblica
de
la
opinin
de
un
participa.
En
algunas
manifestaciones
se
producen
disturbios
3.3.
10
3.4.
Contextualizar a Marx.
Amrica una realidad en cierto modo soslayada, o sea, ocultada en el mismo acto
de referirse a ella.
A partir de lo hasta aqu afirmado pienso que para avanzar en la dilucidacin del
problema lo que corresponde es analizar la forma en que Amrica Latina aparece
en Marx por ejemplo, en el panfleto desmedidamente negativo sobre la figura de
Bolvar -, forma que, en mi opinin, exige para su develamiento ir ms all de los
contenidos explcitos de los textos directamente referidos al tema. Se trata, por lo
tanto, de construir una trama ms vasta que permita contextualizar a Marx
confrontando sus textos americanos con los que paralelamente dedic al anlisis
del complejo fenmeno de descomposicin del mundo no burgus. Dicho de otro
modo, y para aclarar mejor el sentido de mi reflexin, no interesa tanto saber si
Marx tena o no razn frente a Bolvar como indagar por qu tenda a verlo del
modo en que lo vio. En caso contrario la discusin no tendra otro valor que el
estrictamente historiogrfico, el cual, como es obvio, no tiene para nuestro caso
relevancia alguna. Para saber algo de Bolvar nunca se necesit leer el panfleto de
Marx; pero ste y otros textos suyos siguen siendo muy importantes para nosotros
no por los conocimientos que aportan sobre el tema en s, sino por lo que nos
ensean del propio Marx y de su modo de abordar realidades en buena parte
ajenas al mundo social y cultural que dio razn de ser a sus concepciones.
3.5.
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Basada en una distincin que rechazo como incorrecta o por lo menos superficial
entre un Marx cientfico y un Marx poltico, es casi una frase hecha la afirmacin
de que muchas de las reflexiones de Marx sobre la poltica y la diplomacia
mundiales, por provenir de artculos periodsticos justificados por razones
econmicas personales, no tienen un valor terico propio. Se trataran, por tanto,
de trabajos ocasionales factibles de ser dejados de lado en el estudio de la
naturaleza estricta del programa cientfico trazado por Marx. Y no puede negarse
que durante muchos aos fueron prcticamente desconocidos o no suficientemente
utilizados por los investigadores. Material de acarreo de innumerables antologas,
slo se los utilizaba para alimentar la vocacin enciclopdica de una filosofa de la
historia convertida en saber absoluto. Pero si recordamos que la abrumadora
mayora de sus textos sobre el mundo europeo, o para decirlo con ms precisin
sobre el mundo no capitalstico-cntrico, fueron escritos periodsticos, al aceptarlos
slo como material de segunda clase estamos obligados a concluir que el anlisis
hecho por Marx sobre las formas particulares que adoptaba el proceso de devenir
mundo del capitalismo occidental no constituye una reflexin sustantiva. Sus
trabajos sobre Rusia, el mundo esclavo, China y la India, Turqua, la revolucin en
Espaa, y hasta la cuestin irlandesa, no nos ensearan nada equivalente a lo que
en trminos de teora nos ofrecen sus anlisis de formaciones sociales concretas
como Inglaterra, Francia o Alemania.
Esta explicacin, en el caso de que fuera reconocida como tal, es una tontera que
hace muy poca justicia al estilo de trabajo de Marx. Utilizada por quienes rechazan
a priori la existencia de fuertes tensiones internas en su pensamiento acaban
fragmentndolo en un extrao ser bifronte que hace ciencia a la maana y escribe
liviandades a la tarde. Basta comparar sus escritos periodsticos sobre Irlanda, por
ejemplo, con las muchas pginas dedicadas a la acumulacin originaria del capital
en su obra terica ms relevante para advertir hasta dnde existe entre ambos
textos una alimentacin recproca. Lo cual, como se comprende, es un proceso
lgico, natural e inevitable que funda el rechazo de cualquier distincin o
jerarquizacin de corte althusseriano de sus textos.
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Quizs sea sta la objecin de mayor peso, aunque pienso que antes que a Marx
habra que aplicarla a esa construccin terica que arranca de l pero se constituye
como sistema luego de su muerte, hacia fines de siglo. Si el marxismo enfatiz la
supuesta divisin de la realidad en base y superestructura divisin que
indudablemente est en Marx, pero que tiene connotaciones distintas y sostuvo
que las formaciones sociales slo podan ser analizadas arrancando de la
infraestructura, es lgico pensar que este mtodo era de difcil aplicacin a
sociedades cuya estructuracin de clase en el caso de existir era gelatinosa, y cuya
organizacin giraba en torno al poder omnmodo del Estado nacional o de los
poderes regionales.
Sin embargo, si analizamos desde nuestra perspectiva los escritos de Marx sobre
Espaa, o sobre Rusia, nos sorprender observar que sus razonamientos parecen
adoptar un camino inverso al previsible, y es precisamente este hecho el que an
15
antes
As
se
de
apelar
evita
que
las
stas
instancias
se
econmico
conviertan
sociales
en Dei
ex
3.5.4. El eurocentrismo?
La ltima explicacin del soslayamiento de Marx apela al socorrido argumento del
supuesto desprecio eurocntrico. Si dejamos de lado esa nocin pedestre del
concepto que se funda en la idea de una ontolgica ininteligibilidad del mundo no
europeo por la cultura occidental idea sta profundamente arraigada en Amrica
Latina, en cuanto mundo de naciones an en bsqueda de una identidad propia
siempre evanescente e indeterminada nos queda de todas maneras la
fundamentacin que el concepto recibe por parte de quienes, colocados en una
perspectiva distante de la romntica-nacionalista que la visin de eurocentrismo
conlleva, enfatizan el hecho indiscutible de un Marx pensador de su tiempo y
posedo, como es lgico, de una creencia nunca puesta en cuestin en el progreso,
en la necesidad del dominio del hombre sobre la naturaleza, en la revalorizacin de
la tecnologa productiva, y en una laicizacin de la visin judeocristiana de la
historia.
16
3.6.
17
Pienso que cualquier estudio que se haga sobre su obra debe necesariamente ser
capaz de integrar tales perspectivas que parecen contradecir una lectura en clave
sistmica de tal obra.
Es debido a esta y otras razones por las que creo encontrar en la diatriba de Marx
contra Bolvar elementos para fundar una interpretacin que privilegie en cambio la
presencia en sus reflexiones de una previa y prejuiciosa actitud poltica desviante
de su mirada. La caracterizacin de Bolvar como delator, oportunista, incapaz, mal
estratega militar, autoritario y dictador, y su identificacin con el haitiano Soulouque,
encontraba luego el tercero y verdadero trmino de comparacin en el denostado
Luis Bonaparte contra cuyo rgimen Marx despleg toda su capacidad de anlisis
terico y denuncia poltica, y todas sus energas de combatiente.
El rechazo del bonapartismo como obstculo esencial para el triunfo de la
democracia europea, el temor por las consecuencias polticas de la apertura hacia
Amrica de Napolen III y la identificacin de Bolvar como una forma burda de
dictador bonapartista, fueron los parmetros sobre los que Marx construy una
perspectiva de anlisis que uni a la hostilidad poltica una irreductible hostilidad
personal. Este cabal prejuicio poltico pudo operar como un reactivador en su
pensamiento de ciertos aromas ideolgicos que, como aquella idea hegeliana de
los pueblos sin historia, constituyeron dimensiones nunca extirpadas de su mirada
del mundo. Y es indudable que tal idea subyace en su caracterizacin del proceso
latinoamericano, aunque nunca como en otros casos haya sido claramente
expresada; es indudable que ms por lo no dicho que por lo dicho podemos
descubrir en Marx la consideracin de los pueblos de la Amrica hispana como
conglomerados humanos carentes de potencialidad propia y, podramos decir, de
esa masa crtica siempre necesaria para la constitucin de una nacin legitimada
en sus derechos de existencia.
18
3.8.
autoritaria
del
proyecto
bolivariano
no
expresaba
Estas son las razones por las que creo que es un camino inconducente atribuir a un
supuesto europesmo de Marx su paradgico soslayamiento de la realidad
latinoamericana. Inconducente, porque clausura un nudo problemtico que slo a
condicin de quedar abierto libera las capacidades crticas del pensamiento de
Marx para que puedan ser utilizadas en la construccin de una indita capacidad
de representar lo real, de una nueva racionalidad que nos permita leer aquello que,
como recordaba Hofmannsthal, jams fue escrito.
Unicamente si la investigacin marxista avanza a contrapelo en la historia puede
cuestionar un patrimonio cultural que reclama siempre el momento destructivo para
que la memoria de los sin nombre atraviese una historia que en la conciencia
burguesa es siempre el cortejo triunfal de los vencedores. Es en los puntos lmites
de su pensamiento donde podemos encontrar todo aquello que Marx an nos sigue
diciendo. Pero esta tarea es posible slo porque siendo un pensador que alcanz
una aguda conciencia de la crisis fue capaz de leer en el libro de la vida la
pluralidad de las historias que fragmentan un mundo que se propuso destruir, para
que la posibilidad del futuro pudiera abrirse paso
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CONCLUCIONES
Los conflictos son una parte estrecha de la existencia del hombre, en su vida
cuando el hombre se relaciona con otros hombres y con la sociedad, siempre estas
en peligro de encontrarse en su camino con conflictos de diferentes ndoles e
importancia, por este motivo nunca deben tomarse los conflictos por su lado
negativo, sino como una fuente de desarrollo humano, como algo positivo que lo
harn analizar a fondo sus ideas, estimularan sus pensamientos y mejoraran sus
juicios y que se resuelvan satisfactoriamente mejoraran las relaciones entre las
partes considerablemente.
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RECOMENDACIONES
1. Reconocer el conflicto para la bsqueda de soluciones.
2. Siempre que la naturaleza del conflicto lo permita utilizar la mediacin.
3. Mirar el lado positivo de los conflictos.
4. Poner en prctica las recomendaciones para la solucin de conflictos que se han
dado en trabajo.
5. Se recomienda el analisis del conflicto social ya que en algunas ocaciones se
lucha por los derechos de las personas
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