Gvñvniei Chi Rukapijañ

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gvvniei ci rukapija1

Esa maana Pierre Chlonge no saba que iba a morir, pero lo haba intuido. En la
noche anterior vino un sueo a darle aviso, pero l no lo pudo entender, la altura
orgullosa de su logos en el engranaje de su pensamiento no se lo permiti. So
que caminaba junto a Lousette por el Sena, casi llegando al pont des arts y de
improviso aparece una bandada de cuervos que deja caer sus heces sobre ellos,
ambos gritan y entran en pnico, ella corre hacia una direccin y l, extraamente,
corre hacia otra; de pronto se ve detenido en medio de la calle en el suburbio
africano de Berlioz, donde un grupo de pandilleros negros comienzan a rodearlo
amenazantes, justo antes de gritar logra escapar del sueo, pero trajo consigo el
alarido que despert a su padre Philiphe, y a su hermano mayor Jean Baptiste.
Eran las 04:00 a.m., hora en la cual deban levantarse para cargar el equipo
dentro del Jeep con el que subiran hasta el Centro de Sky de Pucn, lugar desde
donde emprenderan la ltima escala de sus vidas.
"Llegaron antes de ayer, iban y venan, no ensuciaban mucho la verdad, parece
que se la pasaban haciendo deporte", deca Nancy Millahual, la mucama de 54
aos que trabaja part time en el legendario Hotel Antumalal, ante las preguntas
que le haca el detective Mario Pozo, luego de ocurrida la tragedia. Nancy
trabajaba hace 4 aos en el hotel, pero toda su vida la ha pasado en Quetroleufu,
a unos 15 kilmetros de Pucn. Y desde siempre haba escuchado que el volcn
tiene dueos. Su abuela materna se lo deca desde muy pequea: "ponwitu
rukapija mew, beyta mogeleygvn kie kudepapay ka i meli wenxu pvvn,
beyengvn may ta geh beytaci degi tati. Kuiby mew, bemlu ta amutufui kintugvjiw
mawida mew, epuwe ci xipantv amvntufuy kie wecewenxu kam kie vlcadomo,
doy wefvlay, doy turpu petulefui, bey mu: pu wenxu gehmapu yelvenew,
deumatulai bewla, piefungvn tai butakece" 2. Nancy lo recordaba muy bien y no
pudo callarlo cuando el silencio del polica le permiti hablar, pero este solo se
limit a escucharla con un desprecio que no pudo ni quiso disimular. "Tanto mejor",
pens despus la mujer, "de lo contrario estas personas seran capaces de ir a
apresar a los espritus del volcn".

1 Tiene hambre el Rucapillan.


2 Dentro del Rucapillan, vive una ancianita con sus cuatro hijos, ellos son los
dueos del volcn. Antiguamente, cuando bamos a pionear a la montaa,
ao por medio se perda un joven hombre o mujer, no apareca ms, nunca
ms lo encontrbamos, entonces mis mayores decan: los hombres dueos de
esta tierra se lo han llevado, ahora no hay nada que hacer.

Jean Baptiste y Pierre, haban ido el da anterior a nadar y practicar kitesurf,


aprovechando el viento sur que corra a toda velocidad haciendo blanquear la
superficie del lago. Lo hicieron tan bien que sacaron aplausos de los pocos
visitantes que el Club de Yates. Philiphe, por su parte, dejaba su paciencia en las
oficinas de la Federacin de Andinismo para obtener los permisos de rigor.
Lamentablemente no los consigui, y prefiri guardar silencio por el bien de la
aventura.
Uno de los dueos del hotel, Dusan Pollak, antiguo amigo de Philiphe, se haba
encargado de conseguir todo el equipamiento necesario, incluyendo el de
escalada para sortear los empinados murallones de hielo del Pichillancahue. Una
vez pasados los 2 muros, solo quedaran 200 metros para llegar a la boca ardiente
del volcn. Escuchar esas indicaciones emocionaban a los franceses como si
fueran nios a punto de conocer a un superhroe. Por eso memorizaron cada una
de los senderos para no dejar que nada les quitara su nica orientacin. "Solo as
nos tendremos a nosotros mismos", pensaba Philiphe, mirando a sus hijos con un
orgullo que por supuesto no le caba en su pecho esqueltico y que haca escapar
por el brillo de sus ojos azules. Los jvenes, por su parte, indiferentes como casi
siempre en la vida, solo contemplaban el vapor de lava que suba lentamente
hacia el cielo.
A las 5:30 hrs., comenzaron la caminata, un enorme cndor macho, de seguro
perdido, los asust con el grueso sonido de sus alas al emprender el vuelo.
Empero la suerte estaba echada y aunque comenzara la lluvia, no recularan su
andar. La primera meta era el fin del bosque de araucarias, a unos 1.600 metros,
en ese lugar comeran y luego seguiran hasta el primer ventisquero, donde
deberan cambiar de equipo. Sin embargo, ese fue su ltimo destino, a 2.200
metros de altura ocurrira lo peor. Ya haban avanzado 50 de los 120 metros del
primer hielo escarpado, pero una rfaga de viento hizo resbalar el hacha de Jean
Baptiste, clavndola en la cabeza de su hermano a la altura de la sien. Su padre,
quien iba en la retaguardia, dio un grito y un sobresalto que lo hizo desenganchar
las dos estacas que soportaban su peso, l fue quien los hizo caer, aunque bien
dicho Pierre ya vena muerto, l fue el elegido. Alcanzaron a soportar dos horas
con vida, notable resistencia, considerando la cantidad de los huesos rotos con
que cada uno lleg a la base del muralln.
Al da siguiente, cuando Remigio Subercaseaux, vio dos cuerpos sin vida, se
percat de la presencia de un tercero, con su radio de alto alcance pudo dar
contacto de inmediato con la oficina de CONAF. Luego, y para su mayor sorpresa,
advirti las huellas de una persona que se perdan hacia el oriente del sendero
"ser el sobreviviente?", pens, pero el instinto no le permiti seguir las seales.
Al contrario, prefiri bajar hasta el ex refugio donde se estacion el helicptero de

rescate, no obstante, cuando subi junto a los soldados, las huellas que divis ya
no estaban. Al principio y por miedo, prefiri callar, pero luego debi dar
testimonio, una vez que se confirm la prdida del tercer cuerpo.

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