Leyenda de Moquegua - Ilo
Leyenda de Moquegua - Ilo
Leyenda de Moquegua - Ilo
No se puede ubicar de donde sale ese maravillo animal. Sale bramando, dicen
algunos; otros dicen que tranquilo corre por las faldas del cerro. Sale de noche,
entre el lmite de un da y otro da, arrastrando una larga cadena de oro. Es un
toro barroso, cuentan. Es negro chillo, dicen otros. Los ms afirman que es
dorado, oro puro, como si el sol estuviera correteando por el cerro al filo de la
media noche. Nadie dice que es verde o azul, pero podra ser. Aparece y
desaparece. Muchos hablan que lo han llegado a ver, pero no es creble;
porque el da que alguien lo vea se a encantar, quedar convertido en piedra;
es posible que muchas piedras que hay en ese lugar sean de cristianos que lo
vieron retozando con su cadena de oro.
Antes de que el guardin sea un toro, era una enorme serpiente, la que agitaba
su tremenda cola golpeando los hielos y las aguas de los ros y lagunas para
que desciendan de las alturas de los valles. Era una criatura propia de las
tierras libres, viva oculta de las miradas de los hombres. Habitaba
compartiendo los misterios de la entraa nocturna y sala cuando era necesario
para que las aguas lleguen a las tierras sedientas de la costa.
No se sabe el momento o la poca cuando el toro reemplaz al inmenso ofidio
enemigo de las acequias.
Ahora en el Cerro Bal merodea un toro con una larga cadena de oro. As
dicen. Nadie lo ha visto. Otros dicen que es una cadena que sirve para
aherrojar, oprimir, el espritu rebelde del Cerro Bal; que el toro es el guardin
que impide que la serpiente salga a la superficie para que el agua baje a los
valles a fructificar las tierras. Muchas cosas e historias se cuentan. El hecho
real es que aqu me encuentro desde hace muchos aos esperando que salga
ese cornpeta para adorarlo o para matarlo.
MUJER DE ARENA
No s si ser un cuento o una leyenda lo que les voy a decir, Ud. crea lo ms
conveniente:
Hace mucho tiempo en la Pampa Inalmbrica vivan una linda jovencita con sus
padres. La joven siempre sola pasear por las noches para encontrase con su
enamorado. En algunas ocasiones se escapaba de su casa porque sus
progenitores se oponan a la relacin con el joven. La pareja se pasaban
conversando toda la noche y por el da se dedicaban a dormir. Es por eso que
los padres tomaron la frrea decisin de no dejarla salir a la joven ni a la puerta
de su casa.
Una noche ante la negativa de los padres, la joven decidi escaparse de su
casa con su enamorado, planeo muy bien lo que iba a hacer y en el momento
ms oportuno decidi salir de su casa por la noche. Con su enamorado
quedaron que sera el cerro el lugar del encuentro, camin mucho y tras el
largo recorrido se dio con la sorpresa que su enamorado no lleg, pasaron hora
y horas y no hubo siquiera esperanzas que el enamorado llegara. Se puso a
llorar y de tanto estar en este estado se qued profundamente dormida.
Nadie sabe hasta el da de hoy su paradero. Los padres siempre van a
buscarla por donde le dijeron que la vieron la ltima vez y solo encuentran
figuras de arenas que se asemejan a una mujer. Muchos dicen que los
ventarrones se la llevaron aquella noche de espera y cada vez que corre viento
fuerte en la pampa inalmbrica, trae arena en su corriente para formar figuras
de mujer.
LA HORMA
Al norte de la ciudad de Ilo, hay un manantial copioso que desemboca en la
playa El Platanal, llamada as porque en su lecho se levantan palmeras a la
cual debe su nombre, adems de higueras y otras plantas.
Aqu habitaba un pequeo pero aguerrido pueblo perteneciente a la cultura
chinchorro. Su vida cotidiana se desarrollaba entre la paz de sus quehaceres
domsticos, los hombres se dedicaban a la pesca, al cultivo y a la orfebrera, y
las mujeres al tejido y cermica.
Cuando Wiracocha vino a Ilo a sumar territorios para incorporarlos a su Imperio
, tuvo conocimiento de las ricas minas de oro que existian al norte enviando un
pequeo grupo de guerreros . Debido a la dificultad de acceso a la quebrada El
Platanal, no pudieron doblegar a los dueos de casa.
Irritado , el Apu Wiracocha, cuenta la leyenda, vol hacia el lugar y aterrizo
cerca al manantial dejando estupefactos a los del chinchorro y sometindolos
de este modo.
Testigo de esto , es que hoy en da se puede apreciar en una roca la horma del
pie que el inca Wiracocha dejo al llegar.
LA DAMA ENCANTADA
Cuenta la leyenda que cierta vez en el valle Chiribaya de la provincia de Ilo se
hallaba un chombo, el cual fue encontrado por un explorador , percatndose
que emanaba un olor ftido del mismo.
Al darse cuenta de dicho olor, el explorador decidi abrir el chombo. Al
destaparlo, no pudo soportar la fetidez , perdiendo la conciencia por algunos
segundos.
Al despertar, se topo con una bellsima dama, ella haba salido del chombo.
Al cruzar miradas la dama le dirigi la palabra para pedirle que no dijera nada
sobre su existencia y a cambio de su silencio le concedera cualquier deseo.
LA POZA DE LA SIRENA
Yo tuve la suerte de conversar en esa
poca muy nio todava con un seor
que tena cerca de noventa aos de
nombre Don Amador Mazuelos y l nos
aseguraba una leyenda que haba
sucedido en Ilo. En esa poca Ilo era
una caleta, un casero se puede decir,
porque era un grupo muy pequeo; las
casas estaban
diseminadas,
casi
aisladas en ciertos sitios del puerto. As
que esa gente, en esa poca, solamente se conoca la manera ms rstica de
cocinar que era a lea Entonces la materia prima era la lea y haba gente
que viva de ese trabajo. Y se trata cabalmente de uno de estos seores que
en una poca en que se fue al valle a traer su materia prima para las cocinas,
se entretuvo en el valle comiendo fruta, porque era temporada de frutas y,
cuando acord, ya el tiempo se le haba vencido. Comenz a recolectar la lea,
form su atado y se lo puso a la espalda y este seor comenz a caminar por
rutina por el mismo sitio que era el camino del puerto al valle, por la orilla del
mar hasta la Boca del Ro. As que cuando estaba pasando por un trecho muy
pegado al mar, siente una voz de una mujer que estaba tarareando, una voz
muy bonita. Pero el agarr y pens: ! Caray! esta mujer a dnde viene a cantar
en este desierto Pero despus se qued parado y sorprendido porque
recapacit y resulta que l se orienta bien y ve que la voz sala del mar.
Cmo dijo- una mujer bandose a estas horas de la noche? Y esa era una
noche oscura, no haba luna. As que a las justas, dejo tirado la lea en el
suelo, se sent sobre el atado y se puso a escudriar el mar.
Y en el mar haba un mochito y all se vea un bulto que se mova, pero l deca
que era un lobo; pero senta que desde all sal una voz que era de una mujer
que gritaba, que cantaba, que entonaba algo. Pero de repente vio con sorpresa
que siente un chapuzn y ve en la espuma blanca que con velocidad sala en
su direccin, una raya blanca que se diriga hacia l. Cuando de repente ve que
sale del agua una mujer. El no se dio cuenta de la cola ni nada y recin supo
ms tarde que era una sirena. El problema era de comunicarse hasta que se
comunicaron con mmica y al fin se comprendieron. Entonces ella le deca
Qu haces ac? Y l le sealaba la lea y as.
Luego de una larga conversacin, resulta que se despiden pero la sirena le
dice que ponga las manos juntas que le iba a dar algo. Entonces mete la sirena
debajo del agua las manos y comienza a llenarle las manos con lo que del
fondo sacaba y el se lo mete al bolsillo. Luego se despiden y recin cuando se
da la vuelta, se da cuenta el leador recin que la mujer tenia una cola de
pescado. Cuando la sirena desapareci, l se sent un rato sobre la lea,
pensativo y se dijo Esto no lo puedo contar en el puerto, porque si lo cuenta
me van a decir que estoy loco, que estoy chiflado; nadie me va a creer porque
no hay otra persona que lo haya visto. Entonces se qued calladito.
Lleg al puerto y comenz a repartir la lea; cada persona necesitaba dos
palitos para cocinar. Termina su venta y entonces se queda pensativo y va y se
acerca a un bar; en ese tiempo los bares solo vendan vino. Cuando termin,
meti la mano al bolsillo, saca la plata para pagar y empez a examinar unas
cosas raras como una bolitas de fierro, pero brillante, medio blanquizcas. Como
los del costado conocan de esto, dijeron ! Perlas! El leador meti la mano al
bolsillo, pag y se fue asustado pensado en las perlas.
Pero dicen que en pueblo chico infierno grande; vol la noticia y todo el
mundo se enter, hasta las autoridades de esa poca. Ellas se reunieron y se
informaron de quin tena las perlas, que era un pobre diablo que viva de la
lea, que cmo puede tener perlas, que de dnde las habr sacado, que
seguro las habr robado y especularon muchas cosas, incluso que haba
encontrado un banco de perlas. ! Vamos a ser ricos dijeron entonces y
decidieron chapar al leador. Luego de hacerlo le quitaron las perlas y le
dijeron que confiese de donde las haba sacado. El se mantuvo en silencio
porque tena miedo de decir la verdad, hasta que decidi contarlo todo pero a
condicin de que le crean: Me las dio una sirena les dijo. No bien dijo esto lo
castigaron. Le echaron agua, lo colgaron y le pegaron, lo que le mortific
mucho; pero como insista en su versin, uno de sus captores propuso que
hiciera lo mismo para demostrar que deca la verdad. As que lo enviaron al
mismo sitio custodiado por soldados sin mayor fortuna por espacio de quince o
veinte veces, recibiendo castigos por mentiroso. Uno de ellos le dijo Por qu
no te concentras y as puedas transmitirle a la sirena para que venga? As que
el leador se concentraba y llamaba a la sirena, hasta que en una noche sin
luna sali nuevamente hacia el lugar seguido de cerca por sus captores. Se
puso frente al mar y de repente, igual que en la primera vez, escuch el canto
de la sirena y su figura sobre la roca en medio del mar. ! La sienten?! La
sienten?! empez a gritar. Tiro la lea al suelo y la llamaba a gritos ! Ven
sirena! Ven sirena! Sinti el chapuzn, vio la espuma del mar y la raya blanca
que se le acercaba.
Al preguntarle qu pasaba, el leador le coment que desde el da que la haba
visto, en vez de ser una alegra haba sido una desgracia porque haba sufrido
mucho y le cont lo sucedido. Entonces el leador se agarr las puntas de la
camisa formando una bolsa y le dijo Dame perlas, dame perlas La sirena le
entendi el mensaje y le lleno la camisa con lo que peda; luego de lo cual
llam a las autoridades para que vean lo que tena. Al llegar al sitio algunos
lograron ver algo de la sirena y al dar su chapuzn pudieron verla por completo
perdindose en el mar. la gente curiosa fue a ver lo que le haba entregado al
leador y ste solt su camisa y las perlas se fueron al suelo, luego de lo cual
todos se arrodillaron para poder agarrar algo de ella, mientras el leador
desapareci por completo del lugar en el momento de la confusin.
CALIENTA NEGROS
Graciela Vera contaba sobre la playa Calienta Negros la siguiente leyenda: La
misteriosa playa de Calienta Negros est enclavada en un paradisiaco lugar
rodeada de silenciosos peascos, ternos y celosos guardianes de lo que all
sucedi. Esta enigmtica y seductora playa tiene el increble sortilegio de
atraer, enamora y despertar profunda curiosidad por sus raras leyendas de
acontecimientos ocurrido durante la Colonia. La leyenda cuenta de cuando
llegaron por mar raras e impresionantes embarcaciones a vela, flameando
ttricas banderas negras y despertando el temor de la poblacin. En esos
galeones viajaban temibles y sanguinarios piratas en su afn de rapia por
haberse enterado de los fabulosos tesoros en el Per. Aquellos ocultaban sus
naves en playas pequeas y tranquilas par asechar a los espaoles portadores
de sus inmensas riquezas. Pero tambin llegaban con sus bodegas llenas de
esclavos trado desde el Congo.
Hombres y mujeres negros eran tratados como bestias de carga y vendidos
como tales. En la playa se les someta a subasta en donde se les cotizaba por
su estatura, fsico y dentadura, adornado con grilletes que llevaran hasta el fin
de sus das.
Fondeados sus galeones, los diablicos piratas en su estratgico escondite
procedan a desembarcas la triste y lacerada mercanca humana es la playa ,
apartada tanto del humilde pueblo y aprovechando de ese lugar para calentar o
reanimar bajo los reconfortantes rayos de sol a los miserables negros,
desventurada gente que llegaba despus de una penosa, larga y sacrificada
travesa de largos meses por el mar sin poder siquiera caminar ni estirar su
cuerpo, medios moribundos, desnutridos y con mltiples enfermedades. Esta
famosa e histrica playa que los piratas utilizaban para calentar a los negros
por espacio de algunos das y alimentarlos con mariscos y pescado antes de su
comercializacin se conoce hasta nuestros das como Caleta Negros (Calienta
Negros).
All tambin ocurri otro hecho: Dicen que una hermosa y bien formada negrita
era requerida y asediada por un robusto y barbado pirata ingls, y cuentan que
en una tranquila y oscura noche de verano all junto al roquero el pirata
pretendi hacerla su mujer. La negrita angustiada se defendi como poda y
desesperada, ya no saba quehacer y antes de perder su honor en manos de
ese brbaro pirata, cogi una daga del cinto del pirata y en vista que los
ruegos no el importaban ni las lgrimas conmovan a aquel hombre cruel, ella
perdi la razn, se hundi la daga en el pecho y se parti el corazn.
Otra versin no habla de piratas si no de comerciantes ingleses quienes
desembarcaba por Puerto Ingls y utilizaban Calienta Negros para los fines que
se han comentado lneas. Es de all donde vendra el nombre de Calienta
Negros: el lugar donde se calentaba a los negros vendidos como esclavos, o la
caleta de los negros, en donde se les comerciaba para introducirlos en los
valles de Sama, Moquegua, Tacna, Arica y Tarapac.