Wittgenstein y Agustin PDF
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DOCUMENTO N 25
DOCUMENTOS CESO N 25
LA CRTICA DE WITTGENSTEIN A LA NOCIN
DE TIEMPO DE AGUSTN DE HIPONA
HCTOR HOYOS AYALA. 2002
EDICIONES UNIANDES. 2002
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CONTENIDO
INTRODUCCIN
1.2 TIEMPO
1.2.1
1.2.2
1.2.3
1.2.4
1.2.5
1.3 CONCLUSIONES
TIEMPO Y LENGUAJE
A SU NOCIN DE TIEMPO
6
9
12
14
15
15
16
17
20
26
28
En el Cuaderno azul
En las Investigaciones filosficas
En la Gramtica filosfica
En el Cuaderno marrn
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFA
28
29
38
38
44
50
52
61
63
ABREVIATURAS
UTILIZADAS1
BB
CAM
CF
Confesiones
DM
De magistro
DT
De trinitate
GF
Gramtica filosfica
IF
Investigaciones filosficas
TLP
Tractatus Logico-Philosophicus
Zettel
INTRODUCCIN
El segundo Wittgenstein ve en la filosofa de Agustn
de Hipona varias posiciones filosficas que considera
necesario combatir. De acuerdo a Wittgenstein, la
manera en que Agustn trata el problema del lenguaje
no slo llega a conclusiones erradas sino que da pie a
confusiones en la comprensin de conceptos psicolgicos y a tratar de resolver por medio de una teora
cuestiones que deben resolverse describiendo el uso
cotidiano de ciertos conceptos en el lenguaje. En general sera una mala comprensin de la gramtica de
ciertos enunciados aquello que llevara al santo a considerar como problemticas, cuestiones que en realidad no deberan serlo.
El problema del que se ocupa este trabajo se encuentra dentro del marco de esta crtica general de Wittgenstein a la filosofa de lenguaje de Agustn y a sus
consecuencias. La particular manera de argumentar
de Wittgenstein hace difcil encontrar un asidero textual para justificar una lectura completa de su rechazo
hacia la filosofa agustiniana, no slo porque no es
claro en dnde termina el rechazo a Agustn y empieza el rechazo a otros filsofos, sino en general porque
del pensamiento de Wittgenstein para entender su crtica al tiempo agustiniano, tratar el tema del tiempo
en los dos autores permitir ver la confrontacin entre
las filosofas de lenguaje de Wittgenstein y Agustn en
torno a un punto concreto. Si como hiptesis de trabajo se considera que la crtica de Wittgenstein al concepto de tiempo de Agustn se sostiene en la crtica a
su imagen del lenguaje, presentar la crtica al tiempo
nos permitir explicar algunos rasgos de aquella crtica ms general.
Si bien no ser posible dar en este trabajo con una
propuesta de interpretacin a la crtica general de
Wittgenstein a Agustn, s se busca ofrecer una interpretacin de la crtica al concepto de tiempo en el
marco de sta. De ah que no se pretenda dar una visin completa de la crtica a la teora del lenguaje
agustiniana, pero s presentar algunos de sus elementos en la medida en que permiten entender la crtica
del tiempo. Por lo menos en lo que toca al tiempo se
podr establecer qu aspectos del argumento
agustiniano son tenidos en cuenta por la crtica de
Wittgenstein y cmo se lleva sta a cabo. Tambin se
har nfasis en mostrar la tesis de que esta crtica debe
entenderse en el marco de ciertos elementos de la crtica a la imagen agustiniana del lenguaje, como son el
asignar a la referencia un papel demasiado importante
en la explicacin al lenguaje, el creer errneamente
que una explicacin del lenguaje debe llegar a unas
pocas leyes generales que se aplican en muchos casos
o el dejarse llevar por falsas analogas entre distintos
juegos de lenguaje.
6 DOCUMENTOS CESO 25
1.1 LENGUAJE
Un aspecto importante de la teora de lenguaje de
Agustn es el papel que cumple en ella la referencia.
El que las palabras refieran a algo hace parte central
de la explicacin del aprendizaje del lenguaje y en general del concepto de lenguaje de Agustn. Para el santo la referencia es esencial al lenguaje humano y
necesaria para su comprensin. As, las preguntas qu
es el tiempo? o cmo se mide? van a recibir respuestas marcadas por la importancia dada a la referencia en la explicacin a fenmenos del lenguaje, ms si
tenemos en cuenta que 1) uno de los criterios principales para decir que se comprende una palabra consiste en poder identificar su referente y 2) el sentido de
una palabra depende principalmente de su referente.
Conviene entonces echar un vistazo a la concepcin
del lenguaje de Agustn. Aparte de tratar de entender
el importante rol que cumple la referencia en la teora
de lenguaje agustiniana, se har una presentacin de
otros rasgos relevantes de esta teora para el tema del
tiempo. Se tendr en cuenta lo que se afirma sobre el
tema en las Confesiones, y en alguna medida tambin
en el De magistro y en el De trinitate.
travs del lenguaje (v). En esa misma medida, la memoria ocupa una posicin central en esta teora del
lenguaje. Tener presentes las imgenes de lo nombrado permite que pueda haber aprendizaje, comprensin y lenguaje verbal3. Aprendizaje por lo ya dicho,
comprensin porque si el adulto y el nio logran entenderse al decir mesa es porque ambos tienen imgenes en su memoria; y lenguaje porque para que ste
exista y funcione necesita haber sido aprendido y poder generar comprensin.
Con respecto a (v) cabe aadir que existen menciones
al respecto en otros lugares de la obra de Agustn. En
su De trinitate por ejemplo, Agustn dice que sera
peor vivir en sociedad a vivir en soledad si los hombres no pudieran mezclar sus pensamientos a travs de
la conversacin (si cogitationes suas conloquendo non
misceant) (DT X,1,2). En ese mismo libro se sugiere
que el lenguaje es algo que permite que los hombres
compartan su mundo interior y sus emociones. Se afirma tambin que el lenguaje que comparten los hombres expresa lo que cada hombre tiene ya en el lenguaje
de su corazn.
Informado el pensamiento por la realidad conocida [Formata cogitatio ab ea re quam scimus],
es verbo lo que decimos en nuestro corazn
[verbum est quod in corde dicimus], verbo que
no es griego, ni latino, ni pertenece a idioma
[lingua] alguno conocido; pero siendo preciso
hacerlo llegar a conocimiento de aquellos con
quienes hablamos, se emplea un signo que expresa nuestra palabra interior. (DT XV,10,19)
El lenguaje que comparten los hombres es por as decirlo un puente entre el alma de cada uno y el mundo
exterior. Patrick Bearsley concluye a partir de esta
misma cita que en la teora de lenguaje agustiniana
puede sostenerse que las expresiones verbales son traducciones de sentimientos internos, que la teora de
lenguaje del santo permitira hablar de un lenguaje
privado y de uno pblico, y que el segundo dependera
del primero (Bearsley 235). Si bien el fragmento pue-
8 DOCUMENTOS CESO 25
Se ha simplificado la teora referencialista de Agustn. Podra hablarse de otros niveles de referencia, por ejemplo a
partir de CF X, 15, 23. All sostiene el santo que en el alma
no hay imgenes de pasiones como la tristeza, el deseo, la
alegra o el miedo sino que estn all las pasiones mismas, es
decir que el alma no trata con imgenes sino con los objetos
mismos. En otros apartes de la misma Confesin dice tambin que los objetos matemticos y los de las artes liberales
residen por s mismos en la memoria. Podra pensarse que
estas clases de objetos ocupan un nivel distinto de referencia al de otros objetos o imgenes de objetos. De todos
modos, la teora de lenguaje de Agustn no dejar por ello de
ser una teora referencialista, en la medida en que de una u
otra clase la referencia seguir siendo un elemento central
en su explicacin al lenguaje.
No es slo por su vastedad o divinidad que tan extraordinaria facultad puede contener los referentes y ser as
garante de la comprensin. La memoria tambin tiene
un papel fundamental para la comprensin. Si no es
por la memoria, afirma el santo, por ejemplo no podramos entender qu cosa sea la salud estando enfermos. En la memoria confluyen todas las impresiones
de los sentidos (nuntii corporales) y se da lugar al discernimiento (CF X,10,17). Si no fuera por la memoria
el hombre no podra discernir, ya que es en la memoria que se recoge lo que los sentidos presentan de manera confusa. Pinsese por ejemplo en la trayectoria
de un proyectil. Si no se recuerdan las condiciones
iniciales o cuando menos una parte del movimiento,
no se podra discernir cmo es la trayectoria. Si no se
recordara lo que pas hace un instante, difcilmente se
podra discernir lo que est pasando, por ms informacin que provean los sentidos. Del mismo modo,
como en el ejemplo de saber qu es la enfermedad
estando sano, si no fuera por la memoria no podra
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tenerse conceptos de nada que no se est viviendo inmediatamente. Adems, sin la memoria tampoco se
podra esperar algo del futuro, pues otro de sus atributos es dar capacidad de expectacin, cosa que en el
ejemplo permitira suponer cmo ser la trayectoria
que todava le falta por recorrer al proyectil. Con base
en lo que recuerdo, s a qu atenerme: en virtud de
las experimentadas [cosas], las cuales, cotejndolas con
las pasadas, infiero de ellas acciones futuras, acontecimientos y esperanzas, todo lo cual lo pienso como presente. (CF X,8,14). La memoria es as por varias
razones condicin indispensable del discernimiento.
En la memoria se encuentran las imgenes de los objetos, imgenes que como se mencion son necesarias
para que el lenguaje tenga sentido de acuerdo a la teora referencialista de Agustn. Contrario a lo que podra pensarse a partir del argumento del aprendizaje
ostensivo del lenguaje, estas imgenes no se forman
necesariamente a partir de las impresiones de los sentidos, como una suerte de abstraccin suya. Por el contrario, sostiene Agustn que hay imgenes que ya estn
en el alma. En un argumento que recuerda la anamnesis
platnica, el santo considera que cuando aprendemos
recordamos, pues el aprender puede caracterizarse
como un poner a la mano de la memoria contenidos
suyos que se encontraban dispersos (CF X, 11,18).
As, cuando el maestro del ejemplo utilizado seala el
animal y dice perro, no est sino instando al alumno
a que en su propia alma recuerde algo que de cierta
manera ya sabe, o en otras palabras, asocie lo que ve
con la imagen que tiene extraviada en su memoria8.
Aprender algo nuevo es similar a encontrar algo perdido9.
No hay ocasin en este trabajo para profundizar en los
atributos de la memoria, pero conviene reiterar que
8
y la teora del alma, porque si es necesario que el olvido est en el alma para entenderlo, entonces no se explica cmo pueda sta recordar qu es el olvido, pero
si no est entonces no entiende qu es. Podra incluso
decirse que olvido es un contraejemplo a la teora
referencialista, y que precisamente no es algo que deba
entenderse a partir de la referencia tal como la maneja
el santo. En primera instancia Agustn intenta superar
esta paradoja considerando la posibilidad que no sea
el olvido mismo, como objeto, lo que se encuentre en
el alma cuando entiendo la expresin olvido, sino
slo una imagen de ese objeto. Esto no le satisface,
pues para haberse formado esa imagen de olvido sera
necesario poder recordar el olvido, lo cual implica
contradiccin.
Lejos de sugerir una flaqueza en el vnculo entre la
teora del alma y la del lenguaje o de insinuar la falibilidad de la referencia como explicacin del lenguaje,
la aparente paradoja del concepto de olvido recibe una
solucin. Esa solucin muestra qu tan slida considera Agustn que es su teora referencialista.
No se puede, pues, decir que nos olvidamos totalmente, puesto que nos acordamos al menos
de habernos olvidado y de ningn modo podramos buscar lo perdido que absolutamente hemos olvidado. (CF X,19,28)
Al decir que no existe el olvido total sino slo el olvido parcial del que se habla en la cita, Agustn ratifica
el poder explicativo que ve en su teora referencialista,
incluso para un caso a todas luces difcil. Si alguien
estuviera tentado a no estar satisfecho con el argumento del olvido parcial y a decir que de todas maneras
all no hay un referente para entender la expresin olvido sino slo para entender qu es un objeto extraviado o algo similar, probablemente el santo respondera
que el recuerdo de haber olvidado est all por el olvido, y en esa medida olvido no es una expresin que
carezca del todo de referente.
Si de todas maneras no se estuviera satisfecho y se sugiriera que olvido es una expresin que no tiene un
referente vlido, y que en esa medida sirve de
contraejemplo a la teora referencialista de Agustn
pues sta no dara cuenta de todos los significados del
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Agustn no explica detalladamente cmo pueda hacerse la substitucin de todas las partes de la oracin
por nombres. Si se concede que todas las partes de la
oracin significan algo, entonces puede decirse que
todas las partes de la oracin deben poder reemplazarse por nombres, si bien no se haga mencin explcita
de los referentes que tendran partes de la oracin como
entonces, y, o, etc. El santo dedica unas lneas de
DM V a mostrar que los verbos tambin pueden ser
nombres, pues en x corre el verbo hace referencia al
correr, o sea, tambin puede ser entendido como un
pronombre12. Del resto de partculas gramaticales poco
se ocupa, con excepcin del siguiente fragmento en
donde se muestra cmo al menos algunas partculas
de la oracin (si y puesto que) son pronombres.
Agustn. Suponte que vemos algo all a lo lejos, y no sabemos si es un animal o una piedra, u
otra cosa, y que yo te digo puesto que es un
La razn mostr que todas las partes de la oracin son tambin nombres, y que de todas puede decirse que nombran algo. (dem)
13
Luego de mostrar que si y puesto que son pronombres13, Agustn confa en manos de su interlocutor la
tarea de, en caso de considerarlo necesario, terminar
de sustituir por nombres el resto de las partculas de la
oracin. No se dan pistas sobre cmo abordar tal tarea, aparte de que ello puede hacerse por s mismo
segn esta regla. Tampoco es claro si la regla consiste
en tratar el resto de partculas de una oracin o bien
como posibles sujetos de una frase de las formas x
desagrada o y agrada, o si por el contrario la regla
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1.2 TIEMPO
Se estudiar el argumento del tiempo como se presenta en la Confesin XI, pero sin profundizar en los problemas teolgicos que le estn relacionados, puesto
que se asume que estos no son necesarios para la comprensin del argumento como tal y puesto que Wittgenstein tambin los deja a un lado. Hay varios
elementos que componen el argumento, entre los cuales estn las negaciones a las nociones de tiempo como
eternidad, tiempo como movimiento, o tiempo como
duracin. Agustn no va a decir qu sea el tiempo y
cmo se mide sino hacia el final de la Confesin, en
donde sostiene la tesis de que el tiempo es una distensin del alma. Sin embargo, antes de dar con esa tesis
va a hacer una serie de observaciones sobre qu no es
el tiempo. En esta seccin del trabajo se presentar no
slo la tesis del tiempo como distensin del alma sino
tambin los pasos que llevan a tal afirmacin, pues
cuando se hacen observaciones sobre lo que no es el
tiempo tambin se est aclarando qu se entiende por
tiempo y se est mostrando en qu medida puede ser
problemtico el concepto de tiempo dentro del pensamiento agustiniano.
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Tratar con las expresiones tiempo largo y tiempo breve pone de relieve la apora. Si bien se sabe qu quieren decir estas expresiones, no tiene mucho sentido
pensar en un futuro o pasado largo, o en un futuro o
pasado breve, pues ni el futuro ni el pasado son algo.
El futuro todava no es y el pasado ya fue. Qu sentido tendra entonces decir que son largos o breves?
Agustn se pregunta por qu puede decirse que cien
aos antes de ahora es un tiempo largo y que hace
diez das es un tiempo corto, si para ninguna de estas
expresiones existe un referente. En efecto, en dnde
estn los cien aos que acabaron de pasar?, en dnde
los ltimos diez das? Aparentemente no hay un objeto que se pueda sealar como referente de cosas pasadas. Lo mismo suceder con las cosas futuras. Si se
dice que es un tiempo breve el que falta para pascua,
pero largo para el siguiente siglo, se aplica la misma
pregunta: Pero cmo puede ser largo o breve lo que
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18 DOCUMENTOS CESO 25
de los astros, difcilmente podra aceptarse que es anterior al movimiento de todos los cuerpos. Agustn
dice sin embargo enftico al respecto: Porque yo oigo,
y t [Dios] lo dices, que ningn cuerpo se puede mover
si no es en el tiempo; pero que el mismo movimiento
del cuerpo sea el tiempo no lo oigo, ni t lo dices (CF
XI,24,31. Mi nfasis) y un poco ms adelante: No es,
pues, el tiempo el movimiento de los cuerpos.
(ibdem). Qu pasara entonces si se detuviera simultneamente el movimiento de todos los cuerpos? Podra decirse que pasa el tiempo? Agustn no trata esta
posibilidad en los textos consultados, pero puede decirse algo al respecto. Supngase que el santo camina
por un monasterio cuando se percata que de repente
han dejado de trinar los pjaros, no sopla el viento, el
sol se queda fijo en un punto del firmamento, l no
puede mover ninguno de sus miembros o siquiera parpadear, en fin, se han detenido todos los cuerpos. Ciertamente le sera difcil en tales condiciones saber
exactamente cunto tiempo pasa, pero puede pensar
algo as como ha pasado algn tiempo desde que se
detuvo el movimiento de todos los cuerpos. En su
fuero interno podra por ejemplo orar, o contar de uno
al infinito. Incluso, si sabe que recitar un verso toma
regularmente tanto tiempo, puede recitar ese verso
repetidas veces para as calcular cunto tiempo pasa
sin movimiento. Si se trata de un intervalo sin movimiento, es decir, que al cabo de un rato el movimiento
de todos los cuerpos se reanuda, puede ir a contarle a
los monjes que recit un verso tantas veces mientras
los cuerpos estaban quietos, o sea que aproximadamente pas tanto tiempo sin movimiento19. Si en definitiva no vuelve a haber movimiento, de todas maneras
no debera confundirse el movimiento de los cuerpos
con el paso del tiempo; podra decirse ya no s cunto
tiempo ha pasado, pero no se ha detenido el tiempo.
En esa medida el tiempo sera anterior lgicamente al
movimiento de todos los cuerpos.
Ahora bien, podra pensarse que para que Agustn
pudiera percibir el paso del tiempo durante tales intervalos, sera necesario que se diera cierto tipo de
movimiento en su alma. Esta cuestin es ms compleja y se podr decir algo al respecto cuando se haya
1 9 Para otra posicin sobre cmo es pensable medir intervalos
sin movimiento, vase Shoemaker.
avanzado ms en la exposicin del argumento agustiniano. Por lo pronto puede pensarse que el movimiento de todos los cuerpos no es igual al tiempo y que el
tiempo es lgicamente anterior al movimiento de todos los cuerpos, toda vez que ese movimiento no sea
entendido como una suerte de movimiento en el alma.
En adelante, cuando se diga movimiento, se tratar
del movimiento de todos los cuerpos, haciendo nota
que a menos que se indique lo contrario, no se considera all algn movimiento en el alma.
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20 DOCUMENTOS CESO 25
El primer punto parte de lo presentado en 1.2.3. Puesto que Agustn ha mostrado que no hay manera en que
movimiento de cuerpos y duracin puedan ser tomados como referentes suficientes para explicar cmo
puede decirse que se mide el tiempo, esto lo lleva a
suponer que lo que es medido no es otra cosa que el
tiempo mismo, es decir, que as como se estableci
que el tiempo tiene prioridad lgica sobre el movimiento y la duracin (pues tales nociones ya implican
la nocin de tiempo) asimismo se dir que si se quiere
medir el tiempo no ser suficiente con medir cosas
que impliquen al tiempo, sino que habr que medir al
tiempo directamente. El santo presenta esta posicin
con las siguientes palabras.
Dos poemas pueden ser ledos atendiendo a las medidas de la prosodia, y sin embargo si se compara la
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22 DOCUMENTOS CESO 25
Las unidades de la prosodia tienen el mismo problema que las unidades de tiempo: no persisten en el presente21. As, se insina que tanto para que el tiempo
como la prosodia puedan medir sus partes en relacin,
es necesario que intervenga la memoria. Puede entonces considerarse que medir el tiempo s es en cierta
forma medir sus partes en relacin, pero que no puede
ser solamente eso; para que tal medida siquiera sea
2 1 Para Agustn, la divisin del tiempo en das y aos, y la
capacidad, familiar a cualquier retrico de la Antigedad, de
comparar entre s slabas largas y breves, designan propiedades del propio tiempo. (Ricoeur 644)
posible, es necesario que la memoria intervenga y retenga las partes que han pasado y con las que se compara las partes que estn pasando (en la prosodia, la
slaba anterior y la slaba que se est pronunciando)22.
El tiempo como distensin del alma
El que la memoria aparezca dentro del argumento no
debiera causar sorpresa, si se recuerda no slo los grandes atributos que tiene esta facultad en la filosofa de
Agustn, sino tambin su vnculo con la teora del lenguaje referencialista del santo. Como se ha visto, el
argumento del tiempo se puede caracterizar como la
bsqueda de referentes para explicar cmo sea posible
decir significativamente que se mide el tiempo, hay
un tiempo largo o en general para entender qu sea el
tiempo. Los caminos recorridos hasta ahora desembocan en la nocin de tiempo como distensin del alma,
que tambin podra llamarse distensin de la memoria. Esta nocin ofrece respuestas a varios interrogantes dejados en el camino, al tiempo que da pie para
nuevos interrogantes.
Una primera pregunta que puede hacerse es qu relacin guarda la nocin de tiempo como distensin del
alma con el resto de la Confesin XI. Dice el santo que
De aqu me pareci que el tiempo no es otra cosa que
una extensin; pero de qu? No lo s, y maravilla ser
si no es de la misma alma (dem). A qu se refiere
con la expresin de aqu (inde)? Si se entiende en un
2 2 Antes de pasar a exponer la nocin de tiempo como distensin del alma puede hacerse una consideracin en defensa
del argumento agustiniano que si bien no es mencionada por
el santo, se puede extraer del argumento tal como lo ha
venido desarrollando. Supongamos que alguien quiere formular una hiptesis intermedia entre el tiempo como movimiento y el tiempo como relacin de partes. Alguien dice
que s hay elementos mnimos constitutivos de los cuales se
componga cualquier longitud de tiempo, y que stos son
ciertos movimientos. Alguien podra decirle al santo, por
ejemplo, que s hay un referente fijo para la medida un
segundo que es 9,192,631,770 ciclos de radiacin del tomo de Cesio-133. Esa definicin del segundo, que por cierto
es la que da el sistema mtrico internacional, ya habra sido
descartada por Agustn con su argumento de que el tiempo
no es movimiento. Si entonces se acept su posicin sobre
la prioridad lgica del tiempo sobre el movimiento, tambin debe aceptarse que falla la hiptesis que busca combinar la hiptesis del tiempo como movimiento con la
hiptesis del tiempo como relacin entre partes mayores y
menores.
23
sentido fuerte, implicativo, entonces difcilmente podra ser esa una proposicin verdadera. Ciertamente
no es una inferencia vlida el que si el tiempo no es
una relacin entre partes constitutivas entonces es una
distensin del alma. La expresin de aqu pareciera
entonces estarse refirindose no tanto al ltimo argumento expuesto como al conjunto de argumentos que
la anteceden, y que se ha venido examinando: que el
tiempo no es movimiento, ni duracin, ni la coordinacin de ambos, ni sola relacin de partes; que cuando
se dice medir el tiempo se habla de medir el tiempo
mismo y no de medir otra cosa; que un objetivo del
argumento es superar la apora de saber y no saber qu
cosa sea el tiempo23.
El de aqu seala no tanto las premisas para algo que
se dispone a concluir, sino los intentos fallidos que
llevan a formular una nueva hiptesis y a tratar de defenderla. Desde el comienzo de la Confesin XI se ha
estado haciendo indicaciones sobre lo que no es el
tiempo, comenzando por cuestiones como que no es
algo anterior a la creacin ni es eternidad. Llega pues
la hora de decir qu cosa s sea el tiempo.
Para precisar la tesis de la distensin del alma, Agustn
recuerda algo ya establecido: que si tiene sentido decir que se mide el tiempo ello no ser ni porque se
mida el pasado ni el presente ni el futuro, pues ningu-
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En el ejemplo de los condenados hay sin embargo varios errores. El tiempo de Agustn admite cierto relativismo, pero no un relativismo tal que raye en la
incomprensin. Agustn nunca pierde de vista que sabemos qu es el tiempo y sabemos medirlo. Eso no
est en discusin, sino el hecho de que inicialmente
no pueda darse con una explicacin a cmo sabemos
qu es el tiempo y lo podemos medir. Adems, las
expresiones de tiempo no seran distintas de otras expresiones del lenguaje que tienen sus referentes en lo
hondo del alma humana: estos habran sido puestos
all por Dios, el maestro interior, y l garantizara que
no cayramos en solipsismos ni incomprensiones (Cf.
Gilson 1969: 98).
Una consecuencia ms problemtica que se podra
desprender de la nocin de tiempo como distensin
del alma es que sta se encuentre en contradiccin
con la hiptesis de que el tiempo no es el cambio.
No sera la distensin del alma un cambio? Qu
podra estar queriendo decir Agustn al afirmar que
el tiempo no es cambio y que es una distensin del
alma? Supngase que se puede entender el cambio
de la siguiente manera. Si se dice que x es x, era antes
y, y ser algo distinto a x (podra volver a ser y, podra
ser z), entonces se ve que en efecto el cambio supone
al tiempo, y as el tiempo ser lgicamente anterior
al cambio. Para entender que algo sea distinto a lo
que era o a lo que ser es necesario suponer el tiempo, tanto en una secuencia x-y-z (el nio se vuelve
hombre y luego se vuelve anciano) como en x-y-x
(del polvo vienes y al polvo te convertirs). No es
concebible el cambio sin tiempo, e incluso se usan
expresiones como a Fulano no le pasan los aos para
decir que no ha cambiado. Qu pasara entonces si
se piensa que para hablar de distensin del alma hay
que hablar de cambio? La distensin del alma no
supondra que el transcurrir del tiempo es una suerte
de cambio entre la expectacin, la atencin y la memoria?
Este es un problema que Agustn no trata, por lo menos en los textos consultados. Los comentarios de
Guitton, Gilson y ODonnell tampoco dan luces al
respecto. Puede pensarse que Agustn no lo considera
un problema. Si en efecto la distensin del alma es una
forma de cambio, sta no supone necesariamente al-
agustiniano se presta a la incomprensin con otros seres humanos, tambin podra pensarse que no habra
manera de conciliarlo con cosas que habitualmente
usamos para medir el tiempo. Como en aquel caso, en
ste nuevamente se estara dejando de lado una parte
del argumento agustiniano. De acuerdo a Agustn es
posible usar un reloj de sol, por ejemplo, para medir
el tiempo, si bien aquello que se mide no va a estar en
el reloj sino en el alma misma. Aunque el tiempo es
lgicamente anterior al movimiento de los astros y al
cambio externo, puede coordinarse con ellos. As se
sugiere en los siguientes pasajes.
Son las estrellas y luminares del cielo signos
para distinguir los tiempos, das y aos; lo son
sin duda; pero ni yo dira que una vuelta de aquella ruedecilla de madera es un da, ni tampoco,
por lo mismo, podra decir que dicha vuelta no
es tiempo. (CF XI, 23, 29. Mi nfasis)
() el tiempo largo no se hace largo sino por
muchos movimientos que pasan y que no pueden coexistir a la vez, y que en la eternidad, al
contrario, no pasa nada () (CF XI,11.13)
He aqu que existen el cielo y la tierra, y claman
que han sido hechos, porque mudan y cambian.
(CF XI,4,6)
27
1.3 CONCLUSIONES
TIEMPO Y LENGUAJE
28 DOCUMENTOS CESO 25
atencin y a la expectacin que pueda haber tanto tiempo, como lenguaje. Facultades del alma, tiempo y lenguaje estn as estrechamente relacionadas y es
precisamente gracias a esa relacin que Wittgenstein
va a poder hacer su crtica.
2 8 Se trata ac slo con el segundo Wittgenstein. Hintikka documenta que en su juventud el filsofo ofreci conceptos
sustantivos para tiempo: memory-time e informationtime, en donde el primero era una suerte de tiempo interno
e individual, parecido al de Agustn, mientras que el segundo
era un tiempo convencional, compartido por todos los hombres. Vase Hintikka 3 ss.
Atendiendo a estas consideraciones y a lo poco sistemtico que es Wittgenstein en la exposicin de su pensamiento sobre el tiempo agustiniano, la estructura de
este captulo est dada por la exgesis de ciertos pasajes relevantes para entender el problema en cuestin.
Esos pasajes no se presentarn en orden cronolgico.
Si bien las Investigaciones filosficas fueron escritas
despus de los Cuadernos azul y marrn, de considerarse necesario se tratarn las menciones de esta obra
antes que las de aquella, y as con otros textos consultados. Con esto se busca ofrecer una visin de la crtica al concepto de tiempo, pues si bien Wittgenstein no
expone de manera sistemtica sus observaciones sobre el tiempo agustiniano, considerar atentamente los
fragmentos en donde se hace mencin al problema s
permite dar con una posicin coherente. Los fragmentos, tomados de distintas obras, podrn relacionarse
siguiendo un orden en el marco de los elementos mencionados.
Pocos son los fragmentos en donde Wittgenstein se
refiere explcitamente a la concepcin agustiniana de
tiempo, principalmente: GF 50,471; CAM 54-55,
141ss; IF 89-90. As, sobre cada uno de stos ser posible decir algo. Pocas fueron tambin las pginas en
que Agustn construy su argumento del tiempo. En
ninguno de los dos pensadores, sin embargo, se trata
de observaciones marginales. Se ha podido constatar
que hablar de tiempo en Agustn llev a presentar una
visin de distintos aspectos interrelacionados de su
pensamiento, cuyo punto de contacto de alguna manera era el tiempo. Asimismo, para exponer la crtica de
Wittgenstein al tiempo agustiniano se har necesario
hacer mencin a varios de sus conceptos. El tiempo,
como otros puntos a los que se har mencin, no es
slo un concepto que se puede abordar desde dos autores, sino un escenario de confrontacin entre dos
maneras de hacer filosofa.
Antes de presentar las menciones explcitas al problema del tiempo, conviene hacer algunas consideraciones sobre la relacin entre la teora de lenguaje de
Agustn y el concepto de lenguaje de Wittgenstein. En
esta seccin se busca introducir algunos de los aspectos de la crtica a la teora de lenguaje agustiniana en
los que se enmarca la crtica de Wittgenstein al concepto de tiempo del santo. La relacin entre la crtica
a la teora del lenguaje y la crtica al tiempo se seguir
tratando en las secciones siguientes, pues las menciones explcitas de la crtica a la nocin agustiniana de
tiempo tambin darn cuenta de esta relacin.
P.M.S. Hacker menciona varios puntos sobre la posicin de Wittgenstein con respecto a la teora de lenguaje de Agustn.
El hecho de que las Investigaciones empiecen
con una cita de San Agustn es de primordial
importancia. De manera implcita en esa inconsciente fbula autobiogrfica, Wittgenstein encontr un Urbild (prototipo) que constituye las
races prefilosficas de las malcomprensiones
sobre el lenguaje y el significado. La imagen
agustiniana del lenguaje se caracteriza en relacin a la idea de que nombrar y describir constituyen la esencia del lenguaje. Las teoras
filosficas del significado elaboran este prototipo de maneras cada vez ms sofisticadas. La confianza en estos supuestos infecta la construccin
filosfica de conceptos psicolgicos, que a su
vez inmiscuyen la reflexin en la naturaleza del
lenguaje y su relacin con la experiencia es
decir, en los conceptos de pensar, entender,
imaginar, la memoria, el reconocer, la intencin
y el querer decir algo [meaning something]. De
aqu que malcomprensiones sobre palabras tales como dolor (entendida como el nombre de
un objeto psicolgico privado), pensar (entendida como el nombre de una actividad mental), entender (el nombre de un estado mental),
recordar (el nombre de un proceso interno),
desear, tener la intencin de algo o querer
decir algo (como nombres de actos o eventos
internos) constituyan un tema continuo que repica a lo largo de las Investigaciones. () La
resistencia ante el campo de influencia de la
imagen agustiniana del lenguaje se manifiesta
desde el principio hasta el final del libro. (Hacker
124)
29
Es la filosofa del lenguaje de Agustn como una suerte de caja de Pandora donde Wittgenstein encuentra
buena parte de los males filosficos que busca erradicar? Exagera Hacker en este prrafo? A qu podra estarse refiriendo para no exagerar? Tan
significativa porcin de la agenda filosfica del segundo Wittgenstein parte del rechazo a la imagen
agustiniana del lenguaje?
De acuerdo a lo que desarrolla Hacker en las pginas
siguientes a la cita, para Wittgenstein la posicin del
santo sera paradigmtica de las teoras referencialistas
del lenguaje29. En esa medida, la crtica a Agustn hara parte de esa crtica ms general de la que el santo
sera un representante. Podra suponerse entonces, siguiendo el argumento de Hacker, que tambin las posiciones de Russell y del Tractatus30 estaran cobijadas
bajo el mismo manto, en la medida en que habra una
creencia que comparten con Agustn y que al parecer
es la que da pie para tantas confusiones: que nombrar
y describir constituyen la esencia del lenguaje. Wittgenstein parecera entonces estar desconociendo matices voluntariamente, sugiriendo que hay una serie de
creencias filosficas que pueden explicarse a partir de
algunas de Agustn. Sea eso cierto o no, el argumento
que ms claramente se le estara atribuyendo a Agustn,
esto es, creer que nombrar y describir constituyen la
esencia del lenguaje, s puede traer al menos algunas
de las consecuencias que le achaca Hacker.
En efecto, la teora del alma de Agustn es la otra cara
de su teora del lenguaje. La teora de lenguaje de
Agustn da un papel importante al nombrar en la medida en que, como ya se mencion, ve en la asociacin
entre el significado y la referencia la norma general
para comprender el lenguaje. El nombrar es as algo
que establece el vnculo entre la referencia y el signo.
Ya se ha visto cmo la necesidad de un referente vlido para tiempo lleva al santo a escudriar el alma en
2 9 Como tambin puede pensarse a partir del testimonio de
Malcolm, cuando dice que Wittgenstein tena un gran respeto por los escritos de San Agustn. Me dijo que haba
resuelto empezar sus Investigaciones con una cita de las
Confesiones, no porque no se pudiera hallar en otros filsofos la idea expresada en dicha cita, sino porque tal idea deba
ser importante si un intelecto tan grande la haba adoptado
(Malcolm 71)
3 0 Vid. IF 46.
30 DOCUMENTOS CESO 25
expresin medir tiene un significado propio, por fuera de todo contexto, y ms an un referente propio.
Medir podra entonces tener un significado que puede combinarse con el de otras palabras en distintas
oraciones, y habra algo que es esencialmente medir
para todos los casos, sin importar si se miden distancias o duraciones. Asimismo, medir podra siempre
suponer una suerte de extensin como referente. El
significado de medir podra esencialmente estar asociado a una extensin como referente, y de ese modo
habra que encontrar una extensin para mostrar cmo
puede usarse significativamente medir en distintos
contextos. As, la extensin para poder decir que se
mide el tiempo podra buscrsela en el alma.
La creencia de que todas las partes de la oracin se
comportan como nombres, y que consecuentemente
su significado est dado porque hacen referencia a algo,
puede llevar a buscar referentes para satisfacer los vacos de una teora referencialista del lenguaje a la hora
de explicar fenmenos del lenguaje que no deberan
explicarse a partir de la sola referencia.
Examinar algunos fragmentos de la crtica a la teora
de lenguaje del santo permite entender mejor lo que se
ha dicho hasta ahora.
Una primera escala obligada es el aforismo 1 de las
Investigaciones. Si bien all se citan unas lneas de
Agustn que ya se han mencionado, conviene prestar
especial atencin a cmo se citan.
1. Agustn, en las Confesiones (1.8): cum ipsi
(majores homines) appellabant rem aliquam, et
cum secundum eam vocem corpus ad aliquid
movebant, videbam et tenebam hoc ab eis vocari
rem illam, quod sonabant, cum eam vellent
ostendere. Hoc autem eos velle ex motu corporis
aperiebatur: tamquam verbis naturalibus
omnium gentium, quae fiunt vultu et nutu
oculorum, ceterorumque membrorum actu, et
sonitu vocis indicante affectionem animi in
petendis, habendis, rejiciendis, fugiendisve
rebus. Ita verba in variis sententiis locis suis
posita, et crebro audita, quarum rerum signa
essent, paulatim colligebam, measque jam
voluntates, edomito in eis siginis ore, per haec
enuntiabam [Cuando ellos (los mayores) nombraban alguna cosa y consecuentemente con esa
apelacin se movan hacia algo, lo vea y comprenda que con los sonidos que pronunciaban
llamaban ellos a aquella cosa cuando pretendan sealarla. Pues es lo que ellos pretendan
se entresacaba de su movimiento corporal: cual
lenguaje natural de todos los pueblos que con
mmica y juegos de ojos, con el movimiento del
resto de los miembros y con el sonido de la voz
hacen indicacin de las afecciones del alma al
apetecer, tener, rechazar o evitar cosas. As,
oyendo repetidamente las palabras colocadas en
sus lugares apropiados en diferentes oraciones,
colega paulatinamente de qu cosas eran signos y, una vez adiestrada la lengua en estos signos, expresaba ya con ellos mis deseos.]
En estas palabras obtenemos, a mi parecer, una
determinada figura de la esencia del lenguaje
humano. Concretamente sta: Las palabras del
lenguaje nombran objetos las oraciones son
combinaciones de esas denominaciones. En
esta figura del lenguaje encontramos las races
de la idea: Cada palabra tiene un significado.
Este significado est coordinado con la palabra.
Es el objeto por el que est la palabra.
De una diferencia entre gneros de palabras no
habla Agustn. Quien as describe el aprendizaje del lenguaje piensa, creo yo, primariamente
en sustantivos como mesa, silla, pan y en
nombres de personas, y slo en segundo plano
en los nombres de ciertas acciones y propiedades, y piensa en los restantes gneros de palabras como algo que ya se acomodar.
31
32 DOCUMENTOS CESO 25
De este antagonismo dan cuenta algunos de los primeros juegos de lenguaje considerados en las Investigaciones. Puede as el ejemplo del tendero y las
manzanas sealar problemas que Wittgenstein encuentra en la teora del lenguaje de Agustn? Para responder a esta pregunta conviene recordar un ejemplo
empleado por el santo.
Perdi la mujer la dracma y la busc con la linterna; mas si no la hubiese recordado, no la hallara tampoco; porque si no se acordara de ella,
33
Hay situaciones en las cuales tras or una palabra viene a la mente una imagen. Sin embargo, no por ello
debe concluirse que toda comprensin dependa de una
imagen mental o de alguna suerte de referente interno.
Podra argumentarse en defensa de la teora
agustiniana que Wittgenstein, por haber omitido el
papel de la memoria en la comprensin, estara concluyendo que la referencia no es una base slida para
explicar la esencia del lenguaje. Si hubiera prestado
ms atencin a cmo en la Confesin X se habla de las
facultades del alma, vera que estas facultades son garantes de la referencia y explican el papel que tiene la
referencia en toda comprensin. Lo que Wittgenstein
34 DOCUMENTOS CESO 25
respondera a esto es que precisamente tratar de mostrar que la teora referencialista da cuenta de todos los
fenmenos del lenguaje es lo que lleva siquiera a hablar de la memoria como el lugar en donde se encuentran los referentes. Al considerar con el ejemplo del
tendero que el asociar una palabra con un referente no
explica la comprensin de una orden simple (el tendero no entiende la orden solamente por disponer de
una tabla de color), se le quitara pie a la nocin de
que los referentes son de tanta importancia para el
lenguaje como lo cree Agustn. As, por ms que haya
una compleja teora del alma respaldando el papel de
la referencia, tal teora no har sino dar lugar a conceptos psicolgicos que tratarn de servir de referentes pero que en verdad no son necesarios para describir
todo lo que sucede en el lenguaje. Ms bien, examinar
los usos de las palabras es lo que permitir entender
cmo opera el lenguaje, no ya en el sentido universal
en el que la referencia pretenda dar cuenta del lenguaje, sino con respecto a situaciones particulares.
Otras menciones permiten as entender el ejemplo del
tendero no solamente como el punto en el que se empieza a presentar un nuevo concepto de significado,
sino como una elucidacin sobre el papel de los referentes en un caso dado.
Hay un medio de evitar, por lo menos parcialmente, la apariencia oculta de los procesos de
pensamiento y es el de reemplazar en estos procesos parte del trabajo de la imaginacin por
actos de observacin de objetos reales. As, puede parecer esencial que, por lo menos en ciertos
casos, cuando oigo la palabra rojo comprendindola, tiene que haber ante mi visin mental
una imagen roja. Pero por qu no podra sustituir yo el imaginar una mancha roja por la visin de un trozo de papel rojo? () Para nuestros
propsitos, podramos reemplazar perfectamente bien cada proceso de imaginar por un proceso de mirar un objeto o de pintar, dibujar o
modelar; y cada proceso de hablar con uno mismo por procesos de hablar en voz alta o de escribir. (CAM 30)
lista probablemente no siempre considerara referentes como un cajn con un letrero escrito, sino que sus
referentes podran estar ocultos, seran algo subyacente y que habra que descubrir mediante una investigacin filosfica; tales referentes podran ser
psicolgicos, como lo son en Agustn (pinsese en la
investigacin para hallar el referente de olvido), o
bien podran tener un esttus ontolgico especial como
los objetos platnicos, que nos permiten entender las
cosas en la medida en que stas participan de ellos, o
podran ser referentes ocultos tras una larga cadena de
causas, como en ciertas teoras causales de la referencia (vid. Devitt & Sterelny 66-82). No es posible en
este trabajo dar razn sino del primer tipo de referentes, pero no sobra recordar que la crtica est dirigida
contra Agustn en tanto representante de una serie de
creencias filosficas afines a la suya. Cuando Wittgenstein utiliza referentes triviales como un cajn, busca
dirigir la atencin hacia el problema de si los referentes profundos lograran explicar lo que sucede en el
caso del tendero de manera ms convincente. As como
el tendero hubiera podido pasarle el pedido a su cliente sin cotejar con un referente como el cajn del letrero, tambin podra ser el caso que no necesitara tener
una imagen mental para entender la orden. Se muestra as que, por ms que tengamos ante los ojos el referente, con ello no sabremos si entendi o no: el criterio
ser su accin, no solamente el que conozca el referente para el signo empleado. Esto por supuesto tendra consecuencias para la teora de lenguaje de
Agustn y su manera de entender la comprensin como
la coincidencia entre la imagen que tiene en mente
quien pronuncia un signo, y aquella que se representa
otro al escucharlo: podra caracterizarse as la comprensin que se da en algunos casos (recuerdas la
luna que haba esa noche?), pero no en todos los que
pretendera la imagen agustiniana.
En 2 Wittgenstein presenta un lenguaje en el cual
vale una descripcin como la que ha dado Agustn.
Este es el que pueden tener un albail y su ayudante
cuando se pasan materiales de mano en mano, gritando cubo, pilar, losa etc. Dice que ste puede concebirse como un lenguaje primitivo completo, y en 3
hace una observacin sobre en qu sentido se trata de
algo primitivo: Agustn describe, podramos decir,
35
Ahora bien, es en verdad simple la teora de lenguaje de Agustn? No estara siendo ms bien simplista
la presentacin de Agustn que hace Wittgenstein?
Bearsley presenta la siguiente posicin al respecto.
Acusar a Agustn de tener una visin simplista
del lenguaje porque siempre trat de explicar el
significado de una palabra en trminos de lo que
es significado, sera como acusar a Wittgenstein
de tener una visin simplista del lenguaje porque siempre busc explicar el significado de una
palabra en trminos de su uso. (Bearsley 236)
36 DOCUMENTOS CESO 25
tido de poco sofisticada, propia de un filsofo aprendiz o algo por el estilo. En esto hay que darle la razn
a Bearsley, y Wittgenstein sera el primero en hacerlo,
pues considera tan persuasiva la imagen agustiniana
del lenguaje que se dedica con atencin a atacarla.
Sin embargo, la analoga que hace Bearsley condena a
Agustn ms que defenderlo. Siempre buscar explicar
el significado de una palabra en trminos de su referente puede no ser algo simple, de hecho las ms de
las veces ser algo muy complicado. Buscar all las
explicaciones al lenguaje puede dar lugar a teoras incluso ms complejas que la de Agustn, pero de todas
maneras hay un sentido en el que puede decirse que
ofrecern una visin simplista del lenguaje. Siempre
buscar explicar el significado a travs del referente
puede ser una tarea compleja, pero a diferencia de
explicar el significado a travs del uso conllevar una
visin unvoca, reduccionista del lenguaje. Para Wittgenstein, si bien la referencia puede tener un papel al
describir ciertos juegos de lenguaje, atentara contra la
multiplicidad del lenguaje el pensar que puede darse
razn de l primordialmente en trminos de referencia. Por ms compleja que sea la teora referencialista en cuestin, de todas maneras estar limitada por
aquella determinada figura de la esencia del lenguaje humano (ein bestimmtes Bild von dem Wesen der
menschlichen Sprache) que puede verse en Agustn,
que adoptaran otras teoras referencialistas y que limitar su visin del lenguaje a ser tambin demasiado
simple. En esta medida, si se consideraran los muchos textos ms que podran dar una visin cada vez
ms compleja de la teora del santo, esto no afectara
la posicin de Wittgenstein, pues lo que l busca criticar es una imagen del lenguaje, un prototipo (Urbild)
que puede verse en Agustn34. A menos que se contra-
Fuera!
Ay!
Auxilio!
Bien!
No!
37
2.2 MENCIONES
EXPLCITAS EN CONTRA DE LA
38 DOCUMENTOS CESO 25
Se irn desglosando uno a uno los planteamientos contenidos en (i)-(vi). En (i) se habla de una actitud hacia
el lenguaje que Wittgenstein est tratando de ilustrar y
que a su parecer da origen a confusiones. Unas lneas
ms arriba explica que tal actitud hacia el lenguaje es
la de hablar de l como si se tratara del simbolismo
usado en un clculo exacto, en las ciencias o las matemticas. De acuerdo al filsofo, una fuente de confusin es la de tratar de estudiar al lenguaje como se
estudian los objetos que caen bajo el fuero de las ciencias. El filsofo se vale entonces del concepto de
39
cmo una teora referencialista puede llevar a confusiones conceptuales cuando se la enfrenta con un trmino que no debera explicarse siguiendo su estrategia
para dar cuenta de fenmenos del lenguaje. La pregunta qu es el tiempo?, entendida en el marco de tal
teora, lleva a un espasmo mental o confusin, en la
medida en que hace pensar que dar con una definicin
va a resolver un problema filosfico, mientras que por
el contrario es el tratar de responder a la pregunta con
una definicin lo que va a generar un problema. Wittgenstein, en lugar de responder a la pregunta, se pregunta si es pertinente como est planteada.
En (iii) Wittgenstein se pregunta si existe una razn
vlida para que haya alguna perplejidad hacia la falta
de una definicin para tiempo. Hay muchos trminos para los que puede faltar una definicin, y sin embargo ello no causa perplejidad. Por qu entonces
causara perplejidad no dar con una definicin para
tiempo? Probablemente porque tiempo es un trmino que utilizamos tan frecuentemente como silla,
y que al parecer entendemos. De manera similar al
razonamiento de Agustn, parece que entendemos el
trmino pero que no lo entendemos en el sentido en
que falta una definicin para l (sabemos y no sabemos qu es el tiempo). Sin embargo, Wittgenstein seala que la falta de definicin no implica el que no se
entienda la palabra. As como no conocer una definicin de silla no implica que no se entienda cmo se
usa la palabra silla o de hecho cmo se usa una silla,
tampoco es el caso que no dar con una definicin de
tiempo implique que no se entienda tiempo. Tambin se seala que de ser la definicin condicin para
no estar perplejo sobre algo, entonces habra muchos
casos en donde se estara. En esa medida, no se entiende por qu privilegiar al tiempo como problema filosfico, y no a la silla.
Visto este punto desde Agustn, podra decirse que es
fcil dar con un referente de silla (sealando una) y
en esa medida la comparacin de Wittgenstein no sera exitosa. A la pregunta de por qu privilegiar el problema del tiempo, se respondera que precisamente, a
diferencia de tantas otras cosas, sta es una cuyo referente no se puede sealar fcilmente. De este modo, la
crtica de que no encontrar una definicin para tiempo no es un problema filosfico tambin estara apo-
40 DOCUMENTOS CESO 25
Hay palabras cuyas funciones son ms difciles de entender que otras, pero no conviene querer explicar las
funciones de las palabras difciles como si fuesen palabras regulares. As, a la pregunta qu es el significado? Wittgenstein no da una respuesta regular, no
ofrece una definicin. De hacerlo, se podra llegar a
un pseudoproblema. Si no se llega a una satisfactoria
definicin ltima de significado no es porque haya
que profundizar ms en la investigacin hasta que por
fin se pueda ofrecer tal definicin; por el contrario,
debiera primero preguntarse si se lograra algo con la
definicin. En este sentido dice Wittgenstein que a
menudo algo parece un problema filosfico pero no
est fundado en un conocimiento de hecho ms sutil
sino en el desagrado que causa una notacin (CAM
92). No nos explicamos por qu el lenguaje opera de
un cierto modo, y pensamos que debe haber un problema filosfico subyacente. Ello lleva a la perplejidad, a que parezcan extraas palabras que sabemos
usar normalmente. En lo que sigue, cuando se empleen trminos como raro, extrao, confuso, perplejo, etc., se har teniendo en cuenta lo dicho al
respecto, entendiendo que esas confusiones se originan
en una malcomprensin de cmo opera el lenguaje, y
que uno de los objetivos de la filosofa de Wittgenstein
es precisamente disolver tales confusiones.
En el punto (iv) se busca precisamente diluir la confusin, acabar con la perplejidad. Wittgenstein postula
entonces dos tesis con respecto al argumento del tiempo: que la confusin mencionada en (i) no hizo sino
llevar al santo a una nueva y quizs ms honda confusin, y que esta segunda confusin est caracterizada
por la perplejidad que causa la gramtica del tiempo.
Pero cmo puede la perplejidad llevar al error?
Agustn probablemente aceptara que se encontraba
perplejo con respecto al problema y que precisamente
por ello adelant una investigacin hasta encontrar
una respuesta que consider satisfactoria. Tambin
aceptara que le causaba perplejidad el notar que el
pasado no puede ser medido por haber pasado, el futuro por no haber llegado y el presente por efmero. Sin
embargo, el santo considerara superada esa perplejidad con la respuesta final: el tiempo es una distensin
del alma, se ha encontrado su referente propio. En esa
medida sera verdad que su confusin inicial lo llev a
otra, pero no lo sera que la bsqueda en ltimas desemboque en una confusin ms. La observacin de
Wittgenstein sobre cmo las confusiones llevan a ms
confusiones podra ser como una suerte de lo que
empieza mal termina mal; sin embargo cuando se
busca explicar algo, con frecuencia se va por caminos
errados hasta encontrar la respuesta, que no por ello
se encuentra viciada. A primera vista entonces no es
clara la falla en el argumento agustiniano, pues aun si
se concede que parte de una confusin y pasa por otra,
de ello no se sigue que su conclusin tambin sea una.
Debe entonces tratar de entenderse qu clase de confusin sea la llamada confusin gramatical, para que
Wittgenstein considere que pueda viciar tambin la
respuesta final. Para ello se harn dos cosas. Primero,
se explicar brevemente qu entiende Wittgenstein por
gramtica, y luego se pasar a considerar (v) pues en
la analoga de medir una banda mvil se aclara cul
sera la confusin gramatical del santo y qu consecuencia trae sobre su conclusin final.
Si bien se podra discutir extensamente el concepto de
gramtica en Wittgenstein, para propsitos de este trabajo puede decirse que la gramtica filosfica es el
conjunto de las reglas y criterios que rigen el uso de los
conceptos (Holgun, sin paginar). De qu tipo de reglas se trata? Un ejemplo de una regla gramatical sera
41
42 DOCUMENTOS CESO 25
Agustn consistira entonces en querer entender medir el tiempo siguiendo la misma estrategia con la que
entendera medir la distancia. Mientras que en el segundo caso podra hablarse de una extensin fsica
como referente de la medicin, en el primer caso causa perplejidad el hablar siquiera de una extensin. La
extensin en la que se mide el tiempo es sin duda una
extensin distinta a cualquier extensin conocida.
Wittgenstein no pensara que este nuevo tipo de extensin sea el fruto de un descubrimiento filosfico, sino
por el contrario una nueva confusin, resultado de
buscar una respuesta metafsica a algo que podra abordarse gramaticalmente.
Hay algunas menciones en el argumento de Agustn
que permiten pensar que Wittgenstein tiene razn al
decir que el santo confunde el caso de la distancia con
el del tiempo. Por ejemplo, Agustn no explica cmo
pueda el alma ser un lugar que no es lugar (X,9,16).
Al cabo de la exposicin del santo sigue siendo un
misterio cmo pueda el alma ser algo extenso, siquiera en sentido metafrico. Se sabe que tiene que ser algo
extenso si queremos explicarnos el tiempo, en el marco
del pensamiento agustiniano y de su teora del lenguaje. Podra decirse entonces que la exigencia argumental
de considerar el oxmoro alma extensa desaparece si
no se considera que el tiempo es algo que deba ser
explicado, como tampoco debe ser explicada la silla.
El tiempo no necesitara ser explicado, pues la perplejidad hacia l radica en confundir dos sentidos de la
expresin medir algo. As, la posicin que Agustn
debiera haber adoptado sera la de desistir de su investigacin, reparando en que no hay nada de misterioso
en torno a decir medir el tiempo, pues no es necesario encontrar un referente que equivalga a la extensin
para el caso de medir la distancia.
Otra mencin que sugiere que Agustn podra haber
confundido extensin y tiempo es su pregunta: Dnde est, pues, el tiempo que llamamos largo? (Ubi est
ergo tempus, quod longum dicamus?) (CF XI,15,20.
Mi nfasis.) Wittgenstein vera ac un ejemplo de la
confusin41. Buscndole un sentido a la expresin me4 1 Tambin en Sin embargo, qu es lo que medimos sino el
tiempo en algn espacio? (Quid autem metimur nisi tempus
in aliquo spatio?) (CF XI, 21, 27)
43
44 DOCUMENTOS CESO 25
misma ansia de generalidad, que radica en querer explicarse el tiempo siguiendo el mismo esquema con el que
se vena explicando varias otras cuestiones, esto es, buscando un referente vlido para ello y as confundiendo
la gramtica de juegos de lenguaje distintos.
Hasta este momento hay dos elementos que Wittgenstein no ha explicado en detalle: cmo es la analoga
entre dos estructuras similares de nuestro lenguaje
que lleva a Agustn al error42, y cmo examinar la analoga entre la banda mvil y el pasar del tiempo puede
sacar a alguien del error. Estos puntos se explorarn
en las menciones de otros textos. Parece sin embargo
que expresiones del tipo medir el tiempo llaman a
que se las trate por fuera de una teora referencialista
del lenguaje. Lo dicho hasta ahora sugiere que cada
una de las crticas de (i)-(v) est sostenida en ltimas
sobre las diferencias fundamentales en la manera en
que Wittgenstein entiende el lenguaje.
45
46 DOCUMENTOS CESO 25
Wittgenstein cita Son las cosas ms manifiestas y comunes, y sin embargo con frecuencia se esconden de
nuevo, y es nuevo su descubrimiento. Wittgenstein no
revela de dnde cita, ni a qu obedece exactamente el
que la cita aparezca entre parntesis. Sin embargo puede pensarse que en estas palabras de Agustn se vera
uno de los callejones sin salida del filosofar: el creer
que la esencia est oculta. Lo interesante de la cita es
el vnculo que se hace entre esto y el que el lenguaje
corriente nos parezca demasiado crudo. Ese podra
ser el caso de una teora referencialista del lenguaje,
que no busca explicaciones en la superficie, sino en
referentes que pueden estar ocultos. En el caso especfico del tiempo, en efecto, para Agustn no es suficiente con que en el lenguaje corriente se maneje tiempo
y otras expresiones afines, es decir, que se usen significativamente palabras como tarde, temprano, da,
etc. Le hace falta ir ms all, dar con una esencia. De
este modo, la manera en que una teora referencialista
se relaciona con el lenguaje lleva al esencialismo cuando se trata de explicar palabras de tarea rara (oddjobs) bajo su esquema.
Esta sospecha se confirma si consideramos el contexto del que Wittgenstein extrajo la cita: ni ms ni menos
que el Libro XI de las Confesiones.
He aqu que has hecho viejos mis das, y pasan;
mas cmo? No lo s. Y hablamos de tiempo y
de tiempo y de tiempos y tiempos, y en cunto tiempo dijo aqul esto?, en cunto tiempo
hizo esto aqul? y cun largo tiempo hace que
4 6 No hay ocasin en este trabajo para examinar detenidamente el concepto de juego de lenguaje. Al respecto, vase el
captulo 3 Verdad sin fundamentos en Melndez, 1998. La
discusin que all tiene lugar sobre el tipo de criterio de
verdad al que da lugar el segundo Wittgenstein bien puede
extrapolarse al tipo de interpretacin que se le d a la nocin de juego de lenguaje: hay quienes han visto en ella un
criterio holista, de utilidad prctica, de convencin, de coherencia, etc. Desde ninguna de esas posibles lecturas de
juego de lenguaje se niega el vnculo con las actividades
cotidianas, vnculo que se ha mencionado aqu como fuente
de objecin hacia Agustn.
47
48 DOCUMENTOS CESO 25
tipo definido de fenmenos, claramente similares entre s. Los usos de tiempo en el lenguaje pueden ser en
cambio diferentes entre s de maneras en que falle el
poder explicativo de la definicin de Agustn. La confusin del santo sera la de creer que su investigacin
es en cierta manera cientfica48 (pues explicara una
gran cantidad de fenmenos), y que as dar con una
definicin va a ser provechoso para superar su apora.
El aforismo inmediatamente posterior permite precisar mejor lo dicho hasta ahora.
90. Nos parece como si tuviramos que penetrar
los fenmenos: nuestra investigacin, sin embargo, no se dirige a los fenmenos, sino, como
pudiera decirse, a las posibilidades de los fenmenos. Nos acordamos, quiere esto decir, del
tipo de enunciado que hacemos sobre los fenmenos. De ah que Agustn se acuerde tambin
de los diversos enunciados que se hacen sobre la
duracin de los sucesos, sobre su pasado, presente o futuro. (stos no son, naturalmente, enunciados filosficos sobre el tiempo, el pasado, el
presente y el futuro.)
Nuestro examen es por ello de ndole gramatical. Y ste arroja luz sobre nuestro problema
quitando de en medio malentendidos.
Malentendidos que conciernen al uso de las palabras; provocados, entre otras cosas, por ciertas analogas entre las formas de expresin en
determinados dominios de nuestro lenguaje.
Algunos de ellos pueden apartarse sustituyendo una forma de expresin por otra esto puede
llamarse un anlisis de nuestras formas de expresin, pues el proceso tiene a veces semejanza
con una descomposicin.
49
puede evitar la confusin sustituyendo la primera forma de expresin por son las 11:55 y Juan el Verdugo
qued de llegar a las 12 en punto. Para el correspondiente caso de la perplejidad generada por el pasado,
en lugar de decir han pasado cincuenta aos desde la
muerte de Ludwig, expresin que podra estarse tentado a comparar con hemos recorrido cincuenta kilmetros sin encontrar un pueblo, se podra decir es
2001 y Ludwig muri en 1951, o bien hoy hace medio siglo agonizaba, etc. Ejemplo de estas sustituciones que ayudan a disolver el problema tambin sera el
mencionado caso del estudiante que olvida la ecuacin de tiempo en su examen de fsica.
As como la pregunta cundo comprendemos una oracin? puede dar claridad sobre la gramtica de comprender, preguntar cundo mido un periodo de
tiempo? pondra de relieve la confusin de Agustn y
permitira entender mejor la gramtica de expresiones
como mido un periodo de tiempo. Tanto con la comparacin que se haca en IF 89 entre el peso especfico del
hidrgeno y el tiempo, como con la pregunta cundo
comprendemos una oracin? se dirige la atencin hacia el sentido que tiene decir comprender en un determinado contexto. Como se expuso en el captulo 1,
Agustn asocia el comprender al poder dar con referentes para los signos. Sin embargo, an si no se comprendiera la esencia o el referente de tiempo, a juicio
de Wittgenstein eso no conllevara en ningn sentido
que no se comprendiera qu es el tiempo. Al confrontarse con lo extrao que es preguntarse cundo se
50 DOCUMENTOS CESO 25
comprende el tiempo, el peso especfico del hidrgeno o una oracin, es posible percatarse de que no existe una esencia para la comprensin.
Comprender puede usarse en distintos juegos de lenguaje. S que alguien comprende qu es el tiempo cuando llega puntualmente a sus citas a voluntad, s que
alguien comprende las reglas del ajedrez cuando estamos disputando una partida o simplemente cuando
estamos hablando de la que alguien ms disput (y s
tambin que entonces sera irrelevante preguntar si
las comprende o no), s que alguien comprende el sentido de una oracin de acuerdo a sus actos en relacin
con sta, como cuando el tendero me pasa las cinco
manzanas rojas. Es fruto del esencialismo pensar que
para estos y otros usos de comprender haya un referente ltimo, una suerte de indicador universal de
comprensin. Grandes confusiones surgiran de confundir comprendo cmo funciona este motor con
comprendo este teorema, por ejemplo.
La Gramtica filosfica empieza con el problema de
cmo entender la gramtica de comprensin. En uno
de los primeros aforismos del libro, Wittgenstein critica una posicin sobre la comprensin que se asemeja
mucho a la de la imagen agustiniana del lenguaje, esto
es, la de creer que el signo es como una medicina que
ha de producir en otras personas el mismo estado que
en m mismo, creencia relacionada con el pensar que
la comprensin es esencialmente una cosa y que los
signos son slo medios para lograrla (GF I 2, p. 71).
En efecto, puede decirse que en la imagen agustiniana
del lenguaje lo esencial es la comprensin y los signos
lo secundario, si se piensa en su tesis de que el lenguaje no ensea nada. El lenguaje agustiniano es usado
para generar comprensin como una medicina, es
decir, buscando que en la mente de otro se d el mismo estado que en la propia, que el otro se represente el
objeto que me represento, haga presente a su memoria
aquello que yo tengo presente en la ma. Dentro de la
teora de lenguaje del santo y su vnculo con la teora
del alma, puede decirse que la comprensin se entiende entonces como un estado. Wittgenstein considera
que en algunos casos, pero no en todos, puede entenderse la comprensin como un estado (ests viendo
lo que yo veo?). As como el significado de un trmino tiene bordes borrosos y no conviene decir que el
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se mide el tiempo slo cuando es de da, no est nublado y la sombra del estilo da sobre el cuadrante del
reloj de sol, etc. Teniendo en cuenta estas posibles
respuestas y viendo cmo la pregunta puede ser significativa en muchos casos pero no dentro del campo de
la especulacin filosfica, toda una nube de filosofa
se habra condensado en una gotita de gramtica (IF,
p. 507). Si se puede decir que sera difcil dar cuenta
de la pregunta cundo mido el tiempo? a partir de la
teora agustiniana del tiempo51, ms debe decirse antes que es absurdo entender sta como una pregunta
filosfica. Entender cundo medimos el tiempo como
una pregunta filosfica es tan engaoso como entender dnde medimos el tiempo de este modo.
En una ltima mencin que hace al respecto Wittgenstein en su Gramtica, compara el problema del
tiempo agustiniano con otro que est tratando en ese
momento. De nuevo, el tiempo agustiniano aparece
como ejemplo de confusin, y como una anotacin al
margen se dice sobre ste algo que bien puede resumir
lo dicho hasta ahora:
Al igual que el enigma del tiempo para San
Agustn, el enigma del contnuo resulta del hecho de que el lenguaje nos conduce al error de
aplicar a ste una figura que no le conviene. (GF
p. 931. Mi nfasis)
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levanta; cuando ms o menos est en el cenit, l almuerza, etc. As, procederemos entonces a hacer que
el nio complete una historia en imgenes de este tipo
que nosotros hemos dejado incompleta.
Hacia dnde apunta Wittgenstein con este ejemplo?
Muestra un tipo primitivo de narracin de sucesos
pasados. As como el ejemplo de los albailes en IF 2
es un lenguaje primitivo completo, esta es una narracin primitiva completa. El juego de lenguaje de los
albailes es uno que hace parte de nuestro lenguaje
pero al cual no puede reducirse todo lo que sucede en
el lenguaje. Anlogamente, esta narracin primitiva
sucede en el lenguaje, pero no pretende dar cuenta de
todas las narraciones posibles de hechos pasados. El
nio as entrenado podra entender cuestiones como
que ayer almorz a medioda o que anteayer, que el sol
ya caa cuando pas a la mesa, almorz tarde, etc.,
pero no podra entender la narracin de sucesos en
una obra literaria, por ejemplo. Sin embargo, es de
notar que este es un entrenamiento plausible en la narracin de sucesos pasados, y que en este entrenamiento, no juega un papel un concepto sustantivo de tiempo.
En otras palabras, el ejemplo muestra que se puede
explicar cmo narrar sucesos pasados sin que por ello
haya que explicar qu es el tiempo o sin que el nio
tenga que asociar el medir el tiempo a un particular
estado mental. Los ejemplos siguientes permitirn ilustrar mejor esta posicin y otras afines.
Antes de presentar los ejemplos de 52ss conviene tratar este primer juego desde la perspectiva de Agustn.
El santo sostiene que no se puede pensar que el tiempo
sea igual al movimiento de los astros. Estara Wittgenstein diciendo que s se puede pensar que el tiempo
es igual al movimiento del sol? No. Estara por tanto
de acuerdo en que el tiempo no es igual al movimiento
del sol? Tampoco. Wittgenstein est precisamente poniendo en duda el que podamos hablar de el tiempo
en el sentido metafsico de Agustn, de tal manera que
a la pregunta de si el tiempo es igual al movimiento
del sol no respondera ni que s ni que no, sino que esa
pregunta est mal encaminada. Cmo entender entonces el caso del nio que aprende a narrar sucesos
pasados tomando como referencia el movimiento del
sol? Desde la teora agustiniana, habra que decir que
si es posible que aprenda de este modo, esto ser por-
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tratar de investigar ese contar para resolver un problema filosfico con el concepto de tiempo, en lugar de
estudiar las reglas de uso de las expresiones de tiempo,
que es en donde podran encontrarse respuestas. Encontrar una distensin del alma que siempre suceda
cuando se mide el tiempo sera como encontrar que
siempre se est contando. Ni la distensin ni la cuenta
seran el tiempo mismo o aquello que esencialmente
se mide cuando se mide el tiempo. Esto por supuesto
es anlogo al caso de la comprensin, si se tiene en
cuenta el argumento expuesto sobre cmo tampoco
tiene sentido entender esencialmente la comprensin
como un estado.
Naturalmente, esto no significa que hayamos puesto de manifiesto que a las expresiones de nuestros pensamientos no les acompaan actos de
conciencia peculiares. Lo nico que ya no decimos es que tengan que acompaarlos. (CAM 73)
Mediante este ejemplo de los contadores se busca hacer notar cun absurdo es hablar de un indicador directo para el tiempo, de un referente ltimo. Incluso en el
caso de estos particulares seres humanos, no tendra
sentido decir que el tiempo es en ltimas ese contar.
Cmo podra darse razn de cada uno de los usos de
tiempo con respecto a ese contar? Querra entonces
la expresin me falta tiempo decir algo as como he
estado contando muy rpidamente? Cmo podra ese
contar dar el significado de tiempo?53 Alguien podra
5 3 Pensar que un significado especial de tiempo como distensin del alma es el significado real de tiempo es como pensar
que el verdadero significado es la corona en el siguiente ejemplo: yo quiero jugar al ajedrez y una persona pone al rey
blanco una corona de papel, dejando inalterado el uso de la
pieza, pero dicindome que la corona tiene un significado
para l en el juego, significado que no puede expresar mediante reglas. Yo digo: en la medida en que no altera el uso de la
pieza, no tiene lo que yo llamo un significado. (CAM 99)
56 DOCUMENTOS CESO 25
As, no necesariamente tiene que haber un acto de conciencia peculiar para que alguien pueda decir por ejemplo pienso que se hace tarde. Tal expresin puede ser
posterior a un acto de conciencia (como la deliberacin) o puede no serlo. No sera entonces necesario
que siempre que se usan expresiones del tipo de medir el tiempo hubiera un acto de conciencia peculiar
o un fenmeno psicolgico oculto como podra serlo
la distensin. Adems, incluso si siempre estuviera
sucediendo algo mientras se dice que se mide el tiempo, no habra por qu creer que eso es el tiempo mismo o su verdadera medicin, como en el caso del contar.
Estas observaciones tambin ejemplifican por qu se
dice que la teora de lenguaje de Agustn puede llevar
a malcomprensiones de los conceptos psicolgicos.
En 55 Wittgenstein presenta un juego primitivo en
donde puede aprenderse, sin que el concepto metafsico de presente tenga un papel, a usar la expresin
ahora. Considerar cmo puede aprenderse a usar esta
expresin tambin busca mostrar que no hay nada mgico en las expresiones temporales, como se sugiri a
partir de lo dicho sobre aprender a narrar sucesos pasados.
En 56 Wittgenstein hace varios puntos. El primero
es que tambin aprendemos a hablar de sucesos futu-
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de luego, sera como decir que aqu es el nombre de un lugar, esto el nombre de una cosa y
yo el nombre de una persona. (CAM 146)
tes. Todo lo que quiere decir es que estas palabras son instrumentos diferentes de nuestros lenguaje. (CAM 101)
Es fcil ver que, a menos que por ejemplo se est pidiendo aclaraciones por telfono, causa perplejidad la
pregunta dnde queda aqu? Aqu no es el nombre
de un lugar, y tampoco es el nombre de muchos lugares, es una expresin que pertenece a una variedad de
juegos de lenguaje en los que desempea diversos papeles. Acaso no sea tan fcil notar esto con cundo es
el ahora? Ahora es sin embargo una expresin que
pertenece a determinados contextos y cuyo sentido
depende de ellos. Pinsese en la diferencia de funcin
de ahora en Ahora! (proferido cuando los corredores estn listos en sus marcas) o en un enftico no
ahora, estoy trabajando (ante la oferta de tomar un
trago). El significado de ahora depende tanto del contexto en el que se profiera como el de aqu. Ahora es
una expresin que tiene sentido dentro de ciertos contextos, pero que lo pierde si se trata de entender por
fuera de estos contextos. Por ms tentadora que resulte la analoga, ahora cumple diversos papeles en diversos juegos y no tiene una funcin esencial de ser
una especificacin de tiempo (alguien podra pensar
que fuera algo as como una metaespecificacin, o
algo peor). De ese modo, hacerse preguntas sobre la
naturaleza del ahora no lleva sino a confusin y a
teorizacin o a la poesa, como en el epgrafe de
Schiller que antecede este trabajo.
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rios aos54; en fin, es claro que por presente se entienden muchas cosas en distintas situaciones55. As,
de buscar un referente para presente no podra resultar sino algo tan literalmente- flexible como la distensin del alma. Mientras que para nombres como
pastor alemn es fcil pensar en un referente que podra semejar un cuadro o un dibujo del can, para nombres como tiempo, ahora o presente se hara
necesario un referente muy especial. Logra la distensin del alma dar razn de los mltiples usos de tiempo? Aun si se concediera por ejemplo que la atencin
es condicin sine qua non para percibir el paso del
tiempo, difcilmente podra concluirse de ah que la
atencin sea el tiempo. Antes que buscar un referente
comn para tantos distintos usos de presente, Wittgenstein hubiera preferido describir algunos de esos
usos para que se entendiera la gramtica de la expresin. Esa distinta estrategia hubiera ahorrado una paradjica consecuencia del argumento agustiniano: que
si bien una presunta ventaja de la teora referencialista
por sobre aproximaciones menos sistemticas al lenguaje es que ofrece explicaciones generales y simples,
la distensin del alma est lejos de ser un referente
simple para un nombre, como podra haberlo para pastor alemn.
esa supuesta simetra el futuro parece menos existente que el pasado. Podra confundirse la gramtica de
expresiones como la batalla de Hastings ha sido en
1066 56 y nos vemos cuando vuelva con las de casos
como la Universidad de Cambridge se empez a construir alrededor de 1200 y la nueva planta se empezar a construir en el 2006. Si se deja uno llevar por la
analoga, parece que el pasado es algo cierto, como la
Universidad de Cambridge que todava est en pie,
mientras que el futuro es an incierto, como la nueva
planta.
Al comparar acontecimientos futuros con acontecimientos pasados uno casi puede inclinarse a
decir que aunque los acontecimientos pasados
no existen realmente a la plena luz del da, existen en un mundo inferior al que han pasado desde la vida real, mientras que los acontecimientos
futuros no tienen siquiera esta existencia fantasmal. (CAM 146)
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Es difcil decir qu otras confusiones filosficas pudiera tener Wittgenstein en mente con estas menciones del Cuaderno marrn. Lo que s logra es reiterar
que pueden nacer confusiones de malcomprender la
gramtica de expresiones de tiempo y que se puede
llegar a asignarle propiedades maravillosas a expresiones sacadas de su contexto. As como el futuro no
ha sido describe una regla de uso para futuro, mas no
una propiedad del futuro, habra otras confusiones
posibles58. Esto permite ver la crtica a la nocin
agustiniana de tiempo bajo la perspectiva no slo de la
crtica a la teora referencialista del lenguaje, sino en
general de un ejercicio por evitar confusiones a las que
se pueden prestar las expresiones de tiempo.
5 8 Como por ejemplo creer que al decir lo hecho, hecho est
hablamos de una propiedad del pasado (que no puede ser
cambiado) en lugar de estar expresando una regla del
simbolismo. Asimismo, alguien podra creer que al decir el
tiempo va acompaado de cambio se revela una verdad
metafsica sobre el tiempo y el cambio. Esto sin embargo
no quiere decir sino que en determinados contextos se puede
proferir simultneamente expresiones como pasa el tiempo y x cambia. El que tiempo y cambio aparezcan
con frecuencia relacionados no revela una propiedad del
tiempo y del cambio, sino que es una regla gramatical de
nuestro uso de esas expresiones. Alguien podra replicar
pero siempre que puedes decir pasa el tiempo puedes
decir que algo cambia (y aqu algo se entendera como un
nombre propio). Podra ello ser una indicacin valiosa
sobre el cambio o el tiempo? No, sera slo un maravillarse
ante el simbolismo. Puede decirse, pero con ello no se describe un rasgo esencial de una cosa, sino una regla de uso.
As, cuando Agustn se enfrenta a la cuestin de la prioridad
lgica entre tiempo y cambio, y trata de probar la tesis de
que el tiempo no es igual al cambio, no se estara ocupando
sino de un pseudoproblema. Lo mismo podra decirse de las
cuestiones de si el tiempo es igual al movimiento, duracin,
coordinacin de ambos, etc. En esta direccin tambin parece estar apuntando Wittgenstein en otro pasaje, cuando
dice que si bien se puede tomar un movimiento (el de la
tierra, el del reloj) como paradigma para definir la duracin
de una hora, cuando se dice algo as como a cada hora sigue
otra no se est hablando sobre la posibilidad de que el planeta Tierra prevalezca o algo por el estilo, sino que est
expresando una regla del simbolismo: que en l, a cada hora
puede seguir otra. Denn die Bedeutung der Bezeichnung
eines Zeitmaes ist ja an ein Geschehnis gebunden: den Umlauf
eines Zeigers, die Bewegung der Erde, etc., etc.: sagen wir
aber auf jede Stunde folgt eine nchste, und haben wir die
Stunde etwa durch den Umlauf eines bestimmten Zeigers (als
Paradigma) definiert, so wollen wir mit jeder Aussage dennoch
doch nicht prophezeien, da sich dieser Zeiger in alle Ewigkeit
so weiter drehen wird; - wir wollen aber sagen: da er sich
immer so weiter drehen kann; und das ist eben eine Aussage
ber die Grammatik unserer Zeitbestimmungen.
Philosophische Bemerkungen p. 309 ln. 5
CONCLUSIONES
A pesar de que Wittgenstein se preciaba de no leer a
los filsofos59, Agustn de Hipona es uno de los pocos
filsofos a los que s ley. Se sabe que entre los pocos
libros que Wittgenstein tena consigo cuando falleci
se encontraban una edicin en latn y una traduccin
al alemn de las Confesiones, al parecer la nica obra
de Agustn que leyera (Hallet 761). En ms de una
ocasin Wittgenstein expres su admiracin por el
santo, pero tambin su profundo rechazo hacia algunas de sus teoras. Si bien de la admiracin apenas se
tiene noticia (Malcolm 71, von Wright 21), el rechazo
es un punto importante en la obra del pensador
austriaco. Esto puede verse en el caso de la nocin de
tiempo de Agustn. El filsofo se vale de la nocin de
tiempo agustiniano tanto como ejemplo de aquello
contra lo cual se opone con su filosofa, como de un
recurso para ilustrar diversos elementos de su pensamiento.
As, el tiempo agustiniano ejemplifica el esencialismo
o ansia de generalidad; la confianza excesiva en la referencia, la definicin y el nombrar para explicar el
lenguaje; la creencia de que el lenguaje es algo ms
homogneo de lo que es; el considerar como un problema filosfico algo que debiera resolverse mirando
la gramtica de las palabras; el que una teora
referencialista del lenguaje pueda llevar a confusiones
sobre conceptos psicolgicos; la confusin entre proposiciones gramaticales y proposiciones empricas; el
que se llegue a teorizar a partir de la perplejidad que
pueden causar ciertas falsas analogas entre juegos de
lenguaje distintos, ahondando as la confusin. Dentro
de los textos de Wittgenstein el tiempo agustiniano
tambin sirve como ejemplo de otras erradas tendencias filosficas que podran partir de confusiones pa5 9 W., laughing, assured Karl Britton that no assistant lecturer in philosophy in the country had read fewer books on
philosophy than he had (Britton, Portrait, 60-61). He
actually warned his students against reading philosophical
works. If we took a book seriously, he would say, it ought
to puzzle us so much that we would throw it across the room
and think about the problem for ourselves. Wittgenstein
almost never referred to books in his lectures; seldom to
the views of any philosopher not actually present (ibid.,
58; see Gasking and Jackson, Wittgenstein, 54). (Hallet
759)
61
6 0 Acaso von Wright se refera a esto y a que ambos mencionen expresiones del lenguaje corriente dentro de sus explicaciones cuando dice, exagerando: The philosophical
sections of St. Augustines Confessions show a striking
resemblance to Wittgensteins own way of doing
philosophy. (von Wright 21)
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KENNY, ANTHONY. The Ghost of the Tractatus. Understanding Wittgenstein. Godfrey Vesey
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GORDILLO, ALEJANDRO. Puede o no decirse del metro patrn que tiene 1 metro? Ideas y
Valores No. 105, diciembre 1997.
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Deben presentarse dos copias en papel y una copia en diskette en Word para Windows o Word para
Macintosh.
La extensin del texto no debe ser superior a 70 pginas (incluyendo grficos, fotografas y/o tablas) en
letra Times tamao 12. El interlineado debe ser: 1.5 lneas. Las mrgenes superior, inferior, izquierda y
derecha deben tener un mnimo de 3 centmetros.
En la bibliografa deben aparecer nicamente las referencias citadas en el texto. sta debe ser presentada
de la siguiente forma:
En el caso de libro:
GUTIRREZ de Pineda, Virginia y PINEDA Giraldo, Roberto (1999). Miscegenacin y cultura en
Colombia. 1750-1810. Bogot, Colciencias-Universidad de los Andes.
En el caso de articulo de revista:
MELO, Jorge Orlando (1999). Medio siglo de historia colombiana: notas para un relato inicial. Revista
de Estudios Sociales, 4: 9-22. Bogot, Universidad de los Andes.
En el caso de artculo en libro:
VIVIESCAS, Fernando (2000). El urbanismo y las ciencias sociales: la ciudad en busca de un pensamiento. En: LEAL, E y REY, G. (eds.). Discurso y razn. Una historia de ciencias sociales en Colombia.
Bogot, Universidad de los Andes-Tercer Mundo. pp. 315-325.
Cuando el texto incluya fotografas o/y mapas, stos deben ser adjuntados en su formato original (foto en
papel y diapositiva o mapas en buen estado para su reproduccin).
El Comit Editorial presentar el trabajo a pares acadmicos, con quienes se evaluar y se tomar la decisin de
publicarlo o en su caso hacer correcciones. El autor recibir respuesta acerca de la decisin del comit en un
tiempo mximo de treinta das.
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