Revista Pasos (DEI) No. 96
Revista Pasos (DEI) No. 96
Revista Pasos (DEI) No. 96
Franz J. Hinkelammert
Pablo Richard
Maryse Brisson
Jos Duque
Elsa Tamez
Silvia Regina de Lima Silva
Wim Dierckxsens
Germn Gutirrez
! El pensamiento de Franz
Hinkelammert desde la perspectiva de
una filosofa latinoamericana
Estela Fernndez Nadal
Colaboradores
Hugo Assman Luis Rivera Pagn Frei Betto Julio de
Santa Ana Jorge Pixley Otto Maduro Fernando Martnez
Heredia Leonardo Boff Jos Francisco Gmez Jung Mo
Sung Enrique Dussel Pedro Casaldliga Giulio Girardi
Juan Jos Tamayo Michel Beaudin Ral Fornet
Betancourt Maruja Gonzlez Georgina Meneses
Contenido
PASOS
N96
EDITORIAL DEI
Departamento Ecumnico de Investigaciones
Apartado Postal 390-2070 Sabanilla
San Jos, Costa Rica
Telfonos (506)253-0229 253-9124
JULIO
AGOSTO
2. Hay una serie de textos que expresan ntidamente una espiritualizacin del sacrificio, del sacerdocio y del templo. Estos temas religiosos son
aplicados a realidades profanas y pierden su carcter
sagrado. O bien, si se quiere decirlo de otra forma:
todo lo que era sagrado se hace profano o todo lo
profano se hace sagrado. Los sacrificios no se
distinguen de los actos profanos, el sacerdocio no es
una funcin al lado de las actividades humanas
profanas y no hay ms templo, o bien porque todo es
templo o bien porque el templo son los mismos
cristianos. Esta primera serie de textos es muy
importante en vista de que muestra un lmite. Ningn
otro texto puede suprimir o reducir o contradecir esos
textos muy claros.
Pablo inaugura as la parte prctica de la carta a
los Romanos:
Os exhorto, pues, hermanos, por la
misericordia de Dios, a que ofrezcis vuestros
cuerpos como una vctima viva, santa,
agradable a Dios: tal ser vuestro culto
espiritual. Y no os acomodis al mundo
presente, antes bien transformaos mediante la
renovacin de vuestra mente, de forma que
podis distinguir cul es la voluntad de Dios:
lo bueno, lo agradable, lo perfecto (Rom.
12,1-2).
El culto aqu es "espiritual", no es "cultual", "litrgico", no es una actividad sacral separada de la
vida profana. Lo que hace el culto es la mocin del
Espritu Santo. Todo lo que hace el discpulo de
Cristo en el Espritu en toda la vida corporal es culto.
El objeto de la oferta es el cuerpo vivo actuando en lo
bueno, lo agradable, lo perfecto. Cada una de estas
palabras podra ser comentada, no obstante los
comentarios no cambiaran el sentido fundamental. El
culto desde ahora es la propia vida profana. El mismo
acto de ofrecer no es un acto cultual. Podemos
entender sencillamente que el actuar bajo la fuerza
del Espritu es el acto de ofrecer.
Adems, el sentido de la palabra ofrecer aparece
claramente en otro texto. Dice Pablo:
DOS, Sino
Liberacin/Salvacin
Juan Jos Tamayo
Vamos a centrarnos en los aspectos religiosos ,
bblicos y teolgicos de los trminos liberacin/salvacin que , como aparecer a lo largo de todo el
desarrollo, poseen dimensiones sociopolticas y econmicas difcilmente esquivables en una concepcin
integral de ambos.
La liberacin/salvacin constituye el horizonte de
todas las religiones. En ese sentido, bien podemos
afirmar que el objetivo ltimo de las distintas tradiciones religiosas es mostrar a sus seguidores el
camino que lleva a la salvacin y ayudarlos a
liberarse de las ataduras que les impiden su
consecucin. Pero dicho esto, surgen enseguida las
preguntas: salvar de qu o de quin?, liberar para
qu? En las respuestas a esas preguntas comienzan las
diferencias entre unas y otras religiones. Las hay que
ponen el objetivo en liberar al ser humano de la
historia porque se la considera un obstculo para la
salvacin, pasar por ella como por brasas para no
contaminarse con el impureza del mundo. Otras, sin
embargo, consideran la historia como escenario de
salvacin y entienden sta como liberacin en la
historia, sin por ello agotarse en ella. sta es la
concepcin, tanto juda como cristiana, de la
salvacin, que vamos a desarrollar.
1. La creacin en el horizonte de
la salvacin
1.1. Creacin y salvacin en la historia
En un influyente estudio publicado por Gerhard
von Rad en 1936 bajo el ttulo El problema teolgico
de la fe en la creacin en el Antiguo Testamento, el
biblista alemn expona la tesis, todava hoy vigente
en amplios sectores exegticos y teolgicos, de que la
doctrina de los primeros captulos del Gnesis sobre
la creacin se ubica en el horizonte de la salvacin y
constituye un desarrollo secundario de la doctrina
2. El xodo: paradigma de la
liberacin
2.1. La liberacin es posible
El xodo es la experiencia fundante de la
liberacin de Israel de la opresin impuesta por el
faran en Egipto, el ncleo central del Antiguo
Testamento en torno al que se desarrollan las
diferentes tradiciones de Israel y el paradigma de las
revoluciones histricas posteriores. El acontecimiento
del xodo viene a mostrar que la utopa de la
liberacin no se queda en fantasmagorera, sino que
puede hacerse realidad en la historia, si bien en medio
de contradicciones y no de manera lineal, sino con
avances y retrocesos, entre fracasos y cambios de
rumbo.
El xodo reaparece como memorial de la esperanza en las diferentes etapas de la historia del pueblo
hebreo y logra movilizar las energas utpicas en
momentos de depresin colectiva. Viene a mostrar
que todo fatalismo puede ser vencido y que la experiencia religiosa no tiene por qu ser alienante, sino
que puede desplegar lo mejor del ser humano al
servicio de la liberacin. No se puede negar que la
religin ha adormecido y sigue adormeciendo la
conciencia de las personas y de los pueblos, que ha
operado tambin en la historia bblica y sigue
operando con un excedente de opio desmovilizador.
No obstante puede ayudar al pueblo a liberarse de sus
cadenas y suscitar rebeliones de pueblos enteros
contra sus coloniadores y opresores.
En la religin bblica de la esperanza que se abre
con el xodo se esconde un rico potencial
emancipador que pertenece a los condenados de la
tierra, pero del que se apropian los seores de la
religin y de la poltica sumos sacerdotes y
faraones divinos. Lo mejor de Dios compasin,
sensibilidad con el sufrimiento humano, solidaridad
con los empobrecidos se pone del lado de las
vctimas, y no de los que manejan a su antojo los
hilos de la historia. El Dios del xodo no es neutral
ante los asuntos humanos y las cosas terrenales al
estilo de los dioses del Olimpo, sino que se implica
en la historia hasta embarrarse haciendo suya la causa
de la justicia.
Ahora bien, la liberacin no es obra de un deus ex
machina que acte desde arriba y desde fuera de la
historia, ni sucede por arte de magia cual si se tratara
de la lmpara maravillosa de Aladino. Requiere el
concurso de las mediaciones humanas. La utopa es
realizable si se entiende como un proceso gradual, no
exento de obstculos y tentaciones difcilmente superables, que pueden desembocar en desaliento personal
y colectivo porque la meta se presenta inalcanzable.
El miedo a la libertad por conquistar pesa de modo
negativo en el nimo del pueblo ms que la esclavitud
de la que se est saliendo. Con todo, hay que seguir
caminando, asumiendo los fracasos del itinerario y
renovando la esperanza.
Muchas y muy encontradas han sido las interpretaciones dadas a esta definicin en la historia de la
exgesis veterotestamentaria. Una de ellas, la ms
extendida y arraigada en la teologa dogmtica, es la
que ve en el texto la definicin de la esencia divina.
Segn esto, Dios se presentara a Moiss como el ens
per se subsistens, ens a se, vere esse, ipsum esse, el
nico ser absoluto y fuente primera de todo lo que
existe. A partir de aqu, Anselmo define a Dios como
"un ser por encima del cual no puede pensarse nada"
y elabora el argumento ontolgico, que tiene su base
en la idea de que la existencia es parte necesaria de la
esencia divina. . Gilson llega a hablar a este
respecto de una "metafsica del xodo". Esta
interpretacin ontolgica arranca de la traduccin
griega de los LXX: ego eimi o on ("yo soy el que
soy"), fue ratificada por Filn de Alejandra,
transmitida por la Patrstica griega y latina y aceptada
por la Escolstica.
Ahora bien, lo que cabe decir de ella es que
introduce la mentalidad griega en el mundo bblico.
En la reflexin Juda sobre Dios se produce as la
influencia del pensamiento especulativo occidental,
que entonces le era ajeno.
Otra teora considera que la respuesta de Dios a
Moiss es una evasiva, y significara algo as como
"sea yo quien sea", "no te importa quin sea yo". Dios
se habra negado a comunicar su nombre,
reafirmando de esta forma su trascendencia y
preservando el misterio que se esconde tras l.
Una tercera interpretacin cree que la traduccin
correcta es "l-es", y con ella se designa a Dios en su
calidad de "viviente", en contraposicin a los dolos
que no tienen vida.
Cabe subrayar que el verbo hayah no tiene el
sentido absoluto que la filosofa escolstica le
atribua. Por eso, no se puede dar a Yhwh el
significado de Ser primero. Principio y Fuente de
todo lo que existe. La traduccin ms correcta de Ex.
3,14 parece ser: "Yo ser el que ser". El Dios que se
revela a Moiss no le comunica sus atributos
metafsicos; es el Dios que crea historia, mira al
futuro y est comprometido de manera total y
dinmica con la liberacin de su pueblo; el Dios-connosotros, el Dios-delante-de-nosotros. En el ser-el-
3. Jesucristo, salvador y
liberador
Dos son las cuestiones fundamentales que se
plantea la teologa en tomo a la salvacin-liberacin
cristiana: Qu relacin existe entre la cristologa
misin encomendada por Dios al profeta (Le. 4,1621; cf. Is. 61,1-2): anunciar a los pobres la Buena
Nueva, proclamar la liberacin a los cautivos y la
vista a los ciegos, dar la libertad a los oprimidos y
proclamar un ano de gracia del Seor. Es a ellos a
quienes se llama felices, bienaventurados, en el
sermn de la Montaa (Mt. 5,3; Le. 6,20) y a quienes
se dirigen las acciones liberadoras de Jess (Mt. 11,56).
Otro grupo era el formado por los publcanos, los
pecadores y las prostitutas. Ms que de "un grupo
moralmente reprensible", se trataba de "una clase
social tan desfavorecida" que tena que dedicarse "a
profesiones 'deshonrosas' para poder vivir" 6. Pues
bien, estos colectivos, excluidos de la comunidad
religiosa juda, entran a formar parte del movimiento
de Jess y son los destinatarios privilegiados de la
invitacin a participar en el banquete del reino.
Jess establece una relacin intrnseca entre este
grupo de personas y el reino de Dios cuando dice a
los ancianos y sumos sacerdotes que los publcanos y
las prostitutas les precedern en el reino de los cielos
(Mt. 21,31). Una aseveracin tan contundente caus
un gran revuelo y un no menor escndalo. Y no era
para menos, ya que lo que anunciaba era que unas
mujeres transgresoras del orden religioso-moral iban
a anteceder en el reino de Dios a los judos "justos"
que cumplan fielmente la ley. Eso sonaba a
blasfemo!
La traduccin castellana del logion de Mt. 21,31
dice:
En verdad, en verdad os digo,
los publcanos y las prostitutas
llegan antes que vosotros [los
sumos sacerdotes y ancianos
del pueblo] al Reino de Dios.
Con ella se est indicando que tanto las autoridades de Israel como la gente de mal vivir entran en
el reino, si bien aqullas entran despus de sta. No
6
obstante es necesario matizar esta traduccin. La expresin griega utilizada en el evangelio de Mateo es
progousin y ms eis ten basilean tou theo, y
corresponde al arameo megaddemin lekon, cuyo
significado es excluyente, y no solamente de
precedencia temporal. Segn esto, lo que se afirma en
realidad es, de acuerdo con J. Jeremas, que
...los publcanos y las rameras
entrarn en el Reino de Dios, pero
vosotros [los dirigentes judos] no
7
.
El tercer grupo son los enfermos y tullidos. Los
relatos evanglicos se refieren con frecuencia a las
curaciones y los exorcismos, que constituyen uno de
los objetivos fundamentales de la misin de Jess
(Me. 1,32-34) y de sus discpulos (Mt. 10,1.7s.). Las
curaciones y los exorcismos prefiguran la liberacin
integral de la persona, muestran que la salvacin tiene
carcter totalizante, y no puramente espiritual
(redencin del alma), y apuntan a la salud plena del
ser humano. Son gestos compasivos y solidarios con
quienes sufren; son como la mano tendida al ser
humano cado, maltrecho, tocado por la enfermedad,
excluido de la comunidad, sometido al poder del mal.
Sin embargo, lo que caracteriza la prctica curativa
de Jess es su gratuidad. l no es un curandero que
abusa de los clientes, sino que ejerce la funcin sanadora con generosidad y sentido compasivo.
Es verdad que a travs de las curaciones y los
exorcismos no consigue eliminar todo mal y toda
desgracia del mundo, pero indica
...una direccin para la fe en la
salvacin,
la
deque
la
mitigacin y ulterior supresin
de toda humana miseria, de la
enfermedad, del hambre, de la
ignorancia, de la esclavitud y
En ese marco cobran su sentido pleno la hospitalidad y la mesa compartida. Jess no pide que se
d limosna a los misioneros, porque no son
mendigos, ni sueldo por la predicacin, pues sta ha
de ser gratuita, ni que se hagan obras de caridad con
ellos, ya que no son personas imposibilitadas. Lo que
propone es la prctica comunitaria de la comensala,
la cual se mueve dentro del ideal de una comunidad
igualitaria donde se comparten todos los recursos
disponibles y no existen intermediarios. La
comensala, segn J.-D. Crossan, es
...una estrategia destinada a
construir
o
reconstruir
la
comunidad campesina sobre unos
principios radicalmente distintos
de los conceptos de honra y
deshonra, o patrocinio o clientela.
Deba basarse en la participacin
igualitaria en el poder material y
espiritual al nivel ms popular
imaginable. Por eso, la apariencia
de la indumentaria y dems
accesorios era tan importante
como la aceptacin de la masa y la
mesa10.
12
13
14
4. Dialctica salvacin-liberacin
Salvacin cristiana y liberacin histrica no son
trminos yuxtapuestos, y menos an contrapuestos.
Entre ellos se da una relacin dialctica y de complementariedad. G. Gutirrez ha formulado dicha relacin distinguiendo tres niveles en el concepto
"liberacin":
El primer nivel acenta el carcter conflictivo
del proceso histrico y expresa las aspiraciones de las
personas y los grupos empobrecidos.
El segundo nivel subraya el carcter dinmico
de la realidad y los cambios que en ella se producen:
la realidad es proceso, afirma Bloch. Liberacin
significa entonces el proceso de emancipacin del ser
humano a travs del cual asume su propio destino.
En el tercer nivel, el concepto se ubica en las
fuentes bblicas que describen la historia de la liberacin de un pueblo desde la esclavitud de Egipto,
pasando por el xodo y la tierra prometida, los sucesivos destierros y ocupaciones, hasta llegar a Cristo,
quien trae la salvacin. Cmo? Liberando al ser
humano del pecado, que es la alienacin fundamental
y
15
16
17
Gutirrez, 1972:69.
18
Ibid., pgs.l99s.
Boff, 1981:23.
...funcionan
de
modo
casi
automtico, haciendo ms rgidas
la situaciones de riqueza de los
unos y de pobreza de los otros (No.
16).
Y junto a la denuncia, la prctica. En cuanto
fuerza de salvacin, el cristianismo no se queda en la
declaracin de principios, sino que impulsa proyectos
histricos de liberacin entre las personas, los
sectores, los pueblos y los continentes ms
desfavorecidos, conducentes a la concientizacin y
promocin integral. El horizonte no es la accin
benfico-asistencial, sino la praxis solidaria, que debe
ir acompaada del testimonio de vida.
Bibliografa
Auzou, G. De la servidumbre al servicio. Estudio del
libro del
xodo. Madrid, FAX, 1969.
Boff, L. Jesucristo y la liberacin del hombre.
Madrid,
Cristiandad, 1981.
Boff, L.-Boff, C. Libertad y liberacin. Salamanca,
Sigeme,
1982.
Brueggemann, W. La imaginacin proftica.
Santander, Sal
Terrae, 1986.
Cullmann, O. La historia de la salvacin. Barcelona,
Pennsula,
1967.
Ellacura.I. "Liberacin", en Floristn C.-TamayoAcosta,]. J. (eds.). Conceptos fundamentales del
cristianismo. Madrid, Trotta, 1993, pgs. 690710.
Espeja, J., "Redencin", en Floristn C.-TamayoAcosta,). j. (eds.). Conceptos fundamentales del
cristianismo. Madrid, Trotta, 1993, pgs 1.1121.122.
Gutirrez, C. Teologade la liberacin. Perspectivas.
Salamanca, Sigeme, 1972 (1990,14a. ed.).
1. Qu es la filosofa
latinoamericana?
En 1840, Juan Bautista Alberdi formul lo que
luego se ha considerado como el programa
fundacional de una filosofa latinoamericana 1. En el
marco del florecimiento de una conciencia epocal
nueva, que descubra la raz histrica, social y
nacional de la teora, Alberdi abogaba por el
surgimiento de un saber comprometido con "las
necesidades ms imperiosas" del pas y de la hora,
que alumbrara una filosofa social y coronara la
independencia poltica de los nuevos Estados con la
emancipacin del pensamiento. Un siglo despus,
Jos Gaos se pregunt por la existencia de rasgos
peculiares en las producciones tericas de la regin, a
partir de los cuales fuera posible caracterizar una
filosofa hispanoamericana, y concluy sealando
notas especficas, tanto formales (ametodismo,
preferencia por las formas orales y privadas de
expresin, esteticismo, intencin formativa, etc.)
como materiales (compromiso con la realidad social,
predileccin por temas polticos, pedaggicos, ticos,
estticos) 2. Sin embargo, ni el programa de Alberdi
ni la descripcin gaosiana de la trayectoria objetivada
de un tipo de filosofar especfico en nuestro
continente, han desplazado de modo definitivo la
duda persistente sobre la cuestin de si es viable
*
Jos Caos, "Significacin filosfica del pensamiento hispanoamericano. Notas para una interpretacin histrico-filosfica",
en Cuadernos Americanos (Mxico), Ao 2, Vol. 3, No. 2
(marzo-abril, 1943), pgs. 63-86.
relaciones entre parcialidades aparentemente inconexas. Pensar desde el punto de vista de la totalidad
supone aspirar a comprender como histrica y socialmente producido lo que se muestra a primera luz
como una legalidad ciega que gobierna la vida
humana, a fin de posicionarnos como sujetos capaces
de transformar una realidad, que, en la medida en que
escapa a nuestra capacidad de conceptuacin, nos
agobia y domina. Concebir la "totalidad" es someter a
un proceso de "des-naturalizacin" e "historizacin"
radicales las significaciones y prcticas establecidas;
es arrojar luz sobre las relaciones sociales, las
acciones individuales y los comportamientos
colectivos que parecen naturales, invariables y
eternos; es cuestionar el "espritu de especializacin",
herencia del positivismo todava operante en el
campo de las ciencias particulares, y proyectar una
mirada crtica y dialctica capaz de revelar la
significacin de cada aspecto aislado de la
experiencia cotidiana en la totalidad de la que forma
parte y que otorga valor y dignidad a la vida humana.
Esta idea de "totalidad" como especfica de la
filosofa es inseparable de las nociones de "crtica" y
de "utopa". Plantear la cuestin decisiva del sentido
de las significaciones y objetivaciones sociales instituidas "de hecho", dirigir una sospecha hacia la legitimidad de prcticas, instituciones y formas de vida
naturalizadas y alienantes, interrogarse por su gnesis
"humana, demasiado humana"; conforman actitudes
propias de una poltica terica reflexiva y crtica respecto de todo legado, al tiempo que sostenida en la
conviccin de que su transformacin es, no solamente
necesaria, sino tambin posible.
A una tal comprensin del quehacer filosfico no
puede resultarle problemtica la adjetivacin de "latinoamericano". Hacer filosofa latinoamericana es
ocuparse de nuestra identidad, en sus diversas y
conflictivas formulaciones histricas, y de nuestras
races culturales; de las nuevas y viejas formas de
emergencia y resistencia prctica de sujetos que no
siempre consiguen articular sus voces como discurso;
de los problemas sociales y polticos especficos de
nuestros pueblos; de sus smbolos, mitos, sueos y
realizaciones colectivas; de la peculiaridad de las
ideas polticas, econmicas, pedaggicas, morales,
La imposicin en la regin de las medidas neoliberales fue posibilitada por el terrorismo de Estado en
los pases del cono sur, que, en las dcadas de los
setenta y los ochenta, elabor y puso en prctica un
plan sistemtico de destruccin del tejido social, de
sometimiento de todas las formas de resistencia de la
poblacin en general y de eliminacin fsica de sus
cuadros dirigentes. En este sentido, las polticas
neoliberales actuales son la continuacin de las
polticas represivas anteriores, y se montan sobre la
desmoralizacin de sociedades arrasadas por el terror
e inermes ante la voracidad del capital, que se
presenta ahora como nico sector capaz de proponer
una salida "realista" ante la crisis provocada por la
imposicin forzada de sus intereses (deuda externa,
vaciamiento del Estado de bienestar,
desindustrializacin, desocupacin).
Para Hinkelammert, el proceso de globalizacin
actual aparece como el ulterior producto de la lgica
instrumental que moldea desde dentro la racionalidad
moderna. La modernidad puede, en efecto, ser entendida como el proceso de secularizacin de la
cosmovisin medieval tradicional, en el cual los
mundos trascendentes los mitos de la
reconciliacin plena del hombre con DOS, COn la
naturaleza y con los otros hombres, en un mbito
"ms all" de esta vida son reemplazados por
mundos trascendentales esto es, por idealizaciones
construidas por abstraccin y proyectadas al futuro
como mecanismos de funcionamiento perfecto. La
operacin moderna consiste bsicamente en la
abstraccin de la realidad que, en adelante, ser
percibida como obstculo que impide la concrecin
de la perfeccin idealizada y que debe ser, por ende,
reducido o eliminado para el logro de la meta a
alcanzar.
Puede decirse que el ego cogito "desde el cual se
supone el dominio cientfico del mundo, tiene otra
versin, la del ego conqueror", cuyo smbolo es la
conquista de Amrica, y que ambos egos se complementan
10
3. La transicin pospuesta al
poscapitalismo
3.1. La temporal obstaculizacin de la
socializacin de los conocimientos a
nivel mundial
En la medida en que la competitividad se ve
restringida por los lmites que existen a la capacidad
de sustitucin de la tecnologa en razn de su
creciente costo, el cual da al traste con todos los
avances en la productividad, tiende a bajar la tasa de
beneficio en los sectores productivos. Pero antes de
renunciar a su propia racionalidad, que sera lo lgico
desde la ptica del Bien Comn, el capital, en funcin
del inters privado, har lo imposible para evitar
abandonar su racionalidad.
Una salida temporal para que el capital pueda
mantener sus inversiones dentro del sector
productivo, consiste en la socializacin del costo de
la innovacin tecnolgica y la apropiacin privada de
las ganancias va patentes cada vez ms reguladas y
ampliadas. La socializacin de los costos de esa
innovacin mediante subsidios crecientes, pagados a
su vez mediante la imposicin de impuestos a la
ciudadana, apunta esencialmente a la necesidad de
socializar sus beneficios. Las denuncias en el plano
internacional en el sentido que las transnacionales
farmacuticas impiden por medio de patentes
desarrollar medicamentos genricos para combatir el
Sida, es un ejemplo elocuente de eso, aunque no el
nico.
Ahora bien, una socializacin ascendente de los
costos de la innovacin tecnolgica, acompaada de
una tasa de beneficio en descenso a pesar de la
poltica de patentes, es seal de que la eficiencia
econmica a partir del inters privado pierde terreno
y reclama, al menos implcitamente, una regulacin
econmica a partir del Bien Comn. Una racionalidad
poscapitalista tendra tambin una poltica de
Bibliografa
Amin, Samir 2000. Lf hgmonismo des Etats-Unies
et If effacement du projet europen.
Paris, L' Harmattan.
Beinstein, Jorge 1999. La crisis de la economa
global. Buenos Aires, Editorial Corregidor.