Borges Lector de Schopenhauer
Borges Lector de Schopenhauer
Borges Lector de Schopenhauer
A mi padre, siempre.
A mi gran madre y hermana, a Carlitos, a Negrita y Pablo.
A mi padrino, Huguito.
A mis grandes amigos: Jorge, Gustavo, Adrin, Vctor, Celeste.
A mi gran compaera, Gabriela.
ndice
Abreviaturas......5
Introduccin..........6
Una aproximacin a Schopenhauer..11
La preeminencia ontolgica de lo universal sobre lo particular..18
El concepto de Genio creador..34
La consistencia onrica de la realidad.................43
Conclusin..60
Bibliografa.64
Abreviaturas
Las referencias a las obras de Borges en el trabajo, se harn de acuerdo con las
siglas que se consignan abajo, seguidas del nmero de pgina correspondiente, como se
expone a continuacin. Para la mayora de las citas, se utilizarn las Obras Completas Vol.
I, Sudamericana, Buenos Aires, 2011. Aqu, se especificar entre parntesis la fecha de la
primera edicin de las obras.
Inquisiciones (1925)
A El Aleph (1949)
OI Otras Inquisiciones. Emec, Buenos Aires, 2005. (1952)
H El Hacedor. Emec, Buenos Aires, 1996. (1960)
Introduccin
Alazraki, Jaime. La prosa narrativa de Borges. Gredos, Madrid, 1968. pg. 30.
Otro ejemplo, es el poema Talismanes, en el que Borges elabora una lista de sus
tesoros personales, y nombra, entre otras cosas, Los cinco tomos de la obra de
Schopenhauer.3
Tales opiniones del escritor argentino sobre el filsofo alemn, nos ha motivado a
cotejar algunas ideas de ste ltimo en textos literarios del primero, ya que es indudable la
admiracin que tuvo Borges por este pensamiento filosfico.
Sabido es que el autor argentino emprendi el estudio del alemn para leer a
Schopenhauer en su idioma original. Borges, a lo largo de su vida, cont con distintas
ediciones del filsofo:
La ms antigua, realizada por Edward Grisebach para la editorial
Philip Reclam Jun, data de 1859 y corresponde a la 3 edicin de Die
Welt als Wille und Vorstellung, ltima edicin ampliada que dio
Schopenhauer a la imprenta. Le seguir la edicin de Paul Deussen para
R. Piper & Co. De 1911 y la de Otto Weiss para Hesse Becker de 1919.
Este catlogo incluye tambin un ejemplar de Parerga und
Paralipomena de 1891 de la casa Brockhaus, que fue el sello editorial
de este filsofo.
Esto quiere decir, que Borges contaba con una gran familiaridad con estas obras
del autor alemn, por lo que nuestra hiptesis de trabajo se ve, aun ms, justificada.
2
Borges, J.L. El crculo secreto. Emec, Buenos Aires, 2003. pg. 63.
Borges, J.L. Obra potica. Emec editores, Buenos Aires, 2008. pg. 429.
4
Rosato, Laura- lvarez Germn. Borges, libros y lecturas. Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2010. pg.
26.
3
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Arthur Schopenhauer
En primera instancia, creemos productivo para nuestro estudio realizar una breve
introduccin a la biografa, y al pensamiento del filsofo alemn, consiguiendo, de esta
manera, aportar a una mayor comprensin de sus postulados filosficos, para luego
ponerlos en vinculacin con algunos textos especficos del escritor argentino.
Arthur Schopenhauer naci el 22 de febrero de 1788 en la ciudad de Danzig, hoy
Gdansk, Polonia. Hijo de padres comerciantes, y pertenecientes a una clase social elevada.
A los quince aos, gracias al apoyo paterno, eligi emprender un viaje por gran parte de
Europa, hecho que fue significativamente importante para su formacin, que luego se
dejara ver en el particular cosmopolitismo de su obra filosfica, dando gran importancia a
la filosofa oriental y el budismo.
En 1819 publica por primera vez El mundo como voluntad y representacin,
trabajo que se convertira en su obra capital. Este libro fue revisado y complementado en
varias ocasiones por el autor, hasta su versin definitiva en 1859. Gracias a una herencia
paterna, y a rentas, Schopenhauer nunca sufri apremios econmicos, lo que le permiti
5
Schopenhauer, A. El mundo como voluntad y representacin. Akal, Madrid, 2005. pg. 901.
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dedicarse exclusivamente a pensar por largos intervalos, para luego verter sus reflexiones
en textos escritos. Sus meditaciones, sus abstracciones, tienen como propsitos desentraar
el enigma del mundo, ir en busca de la verdad, encontrar la cosa en s. Todo ello, sin
importar las consecuencias que susciten.
Schopenhauer, por el 1820 imparte clases como docente en la Universidad de
Berln, hasta 1832, ao en que decide establecerse en Frncfort, ciudad en la que vivir por
el resto de su vida. En el ao 1851, con la publicacin de Parerga y Paralipomena, que
contena una exposicin para un pblico lector ms amplio, empieza a ganar un gran
reconocimiento por parte de la sociedad, que El mundo como voluntad y representacin no
haba conseguido. Hasta el 21 de septiembre del ao 1860, que muere a causa de una
neumona.
Para muchos estudiosos de su obra, entre los que se encuentra Pilar Lpez de
Santa Mara, Schopenhauer concret una filosofa acabada, una visin del mundo y
principalmente del hombre, en su obra capital El mundo como voluntad y representacin.
Por este motivo, las obras posteriores son consideradas complementarias. Lo esencial de la
cosmovisin schopenhaueriana se concentr en su obra principal, y las obras subsiguientes
como Sobre la voluntad en la naturaleza (1836), Los dos problemas fundamentales de la
tica (1841), Parerga y Paralipomena (1851) , entre otras, son consideradas ampliaciones,
comentarios, o aclaraciones sobre su pensamiento. Por este motivo, se ha considerado su
obra como toda una unidad, como un sistema de pensamiento acabado en s. En palabras
del propio autor:
Un nico pensamiento, por extenso que sea, debe guardar la ms
perfecta unidad. Aunque dicho pensamiento pueda por necesidades de
12
13
Borges, Jorge Luis. Obras Completas IV. Emec, Buenos Aires, 2009. pg. 503.
14
En consecuencia, tanto el sujeto como el objeto son vistos como un todo, estn
ligados, y se definen mutuamente. Siempre hay un sujeto que conoce al mundo, esto es,
siempre hay un objeto que es conocido por alguien.
En este mismo artculo, Borges, tambin define de forma escueta el concepto de
Voluntad:
Pero adems es voluntad, ya que cada uno de nosotros siente que a la
briosa pleamar y envin continuo de las cosas externas podemos oponer
nuestra volicin. Nuestro cuerpo es una mquina para registrar
percepciones; mas es tambin una herramienta que las transforma como
quiere. Esta fuerza cuya existencia atestiguamos todos es la que llama
voluntad Schopenhauer: fuerza que duerme en las rocas, despierta en las
plantas y es consciente en el hombre10
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consecuencia el particular pesimismo schopenhaueriano, puesto que esta esencia del mundo
es un deseo ciego que vive insatisfecho, y genera dolor. La existencia se vuelve absurda, y
carece de sentido. El hombre es visto como un ser que desea incesantemente, por lo que
nunca puede alcanzar la felicidad, o sea, nuestra vida est condenada a la carencia de valor
y de sentido.
Toda satisfaccin, o lo que comnmente se llama felicidad, es, en
realidad y en esencia, siempre negativa, nunca positiva. No es una dicha
originaria que venga a nosotros por s misma, sino que tiene que ser
siempre la satisfaccin de un deseo. Pues el deseo, es decir, la carencia,
es la condicin previa de todo placer. () La satisfaccin o la felicidad
no pueden ser otra cosa que el liberarse de un dolor, de una necesidad,
pues en esta categora entra no slo todo sufrimiento verdadero y
evidente, sino tambin todo deseo inoportuno que perturba nuestra
tranquilidad, e incluso el mortfero aburrimiento que hace de nuestra
existencia una carga pesada.11
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lo
que
quede
despus
de
eliminar
todas
las
Schopenhauer, A. El mundo como voluntad y representacin. Akal, Madrid, 2005. pg. 923.
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espacio, es decir, las cosas particulares y los individuos, sometidos al principio de razn, y
que slo tienen una existencia aparente y soada. Sobre esto, leemos un pasaje:
Por ejemplo, los leones que nacen y mueren son como las gotas de las
cataratas, pero la leonitas, la idea o forma del len es como el
imperturbable arco iris. Por eso Platn no atribua verdadero ser sino a
las ideas, es decir, a las species, y a los individuos slo un incansable
nacer y perecer. 16
21
En este sentido, podemos decir que lo que entiende Alazraki como smbolo,
tambin puede ser visto como anlogo a la concepcin de Schopenhauer sobre los
Universales, ya que ambos tienen un carcter ms concreto e intenso que lo particular. En
efecto, hablamos de una primaca de uno sobre el otro en un orden ontolgico.
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18
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Con respecto a este punto, nos enfocaremos en el tratamiento que realiza Borges
sobre la preeminencia ontolgica de los universales por encima de lo individual.
Hallamos una alusin en un pasaje del poema Amorosa anticipacin:
Arrojado a quietud,
divisar esa playa ltima de tu ser
y te ver por primera vez, quiz,
como Dios ha de verte,
desbaratada de la ficcin del Tiempo,
sin el amor, sin m. (LE 161)
24
Por otro lado, tambin encontramos una apreciacin muy clara del propio Borges
sobre el tema en cuestin, en el texto Historia de la eternidad:
Los individuos y las cosas existen en cuanto participan de la especie
que los incluye, que es su realidad permanente. Busco el ejemplo ms
favorable: el de un pjaro. El hbito de las bandadas, la pequeez, la
identidad de rasgos, la antigua conexin con los dos crepsculos, el del
principio de los das y el de su trmino, la circunstancia de que son ms
frecuentes al odo que a la visin todo ello nos mueve a admitir la
primaca de la especie y la casi perfecta nulidad de los individuos. ()
Schopenhauer, el apasionado y lcido Schopenhauer, () aade luego,
no sin una sonrisa: Quien me oiga asegurar que el gato gris que ahora
juega en el patio, es aquel que brincaba y traveseaba hace quinientos
aos, pensar de mi lo que quiera, pero locura ms extraa es imaginar
que fundamentalmente es otro. (H. E. 643)
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En este sentido, Borges termina afirmando que las novelas, al igual que las
alegoras, tienden a construir elementos universales. Es decir, una vez ms, a travs del
ejemplo de las novelas, lo genrico adquiere ms peso que lo individual.
Otro ejemplo esclarecedor sobre la cuestin de los universales, lo podemos
apreciar en el poema El otro tigre que figura en el libro El hacedor:
Pienso en un tigre. La penumbra exalta
la vasta Biblioteca laboriosa
y parece alejar los anaqueles;
fuerte, inocente, ensangrentado y
nuevo,
l ir por su selva y su maana
y marcar su rostro en la limosa
margen de un ro cuyo nombre ignora.
(En su mundo no hay nombres ni
pasado
ni porvenir, slo un instante cierto.) (H 92)
29
Este tercer tigre que busca el yo lrico, es la idea, el arquetipo. En este sentido,
ese tigre se distingue del de carne y hueso, y el del poema. Es el tigre que perdura
eternamente.
Por otro lado, esta misma manera de conocimiento del dios de la cosmogona de
Baslides, en Discusin, la hallamos en el poema Oda compuesta en 1960, que trata
sobre el sentimiento de la patria:
19
Schopenhauer, A. El mundo como voluntad y representacin. Akal, Madrid, 2005. pg. 902. Tal
apreciacin sobre la eternidad de los animales, la encontramos nuevamente en el cuento de Borges El
inmortal: Ser inmortal es balad; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo
divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal. (A 841)
30
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personal no puede adquirir mayor consistencia real que el conjunto de ilusiones que
conforman el mundo como representacin. 21
21
Sobre esta cuestin del yo y la identidad personal en Schopenhauer, vase el captulo Los dos niveles:
Locke y Schopenhauer en Bodei, Remo. Destinos personales: la era de la colonizacin de las conciencias.
Prlogo y traduccin de Sergio Snchez. El cuenco de plata, Buenos Aires, 2006.
33
22
23
Schopenhauer, A. El mundo como voluntad y representacin. Akal, Madrid, 2005. pg. 216.
Schopenhauer, A. op. cit. pg. 214.
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Simmel, Georg. Schopenhauer y Nietzsche. Prometeo libros, Buenos Aires, 2005. pg. 87.
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genio, ya que l consigue desprender el intelecto de la voluntad, de tal forma que queda
liberado a la intuicin, logrando en el mundo como representacin su completa
objetivacin.
Un texto que podemos tomar de ejemplo es el cuento El Zahir. En un prrafo
de este texto, un pintor musulmn logra captar la esencia primigenia del tigre:
Aos despus, Taylor visit las crceles de ese reino; en la de Nittur el
gobernador le mostr una celda, en cuyo piso, en cuyos muros, y en
cuya bveda un faquir musulmn haba diseado (en brbaros colores
que el tiempo, antes de borrar, afinaba) una especie de tigre infinito. Ese
tigre estaba hecho de muchos tigres, de vertiginosa manera; lo
atravesaban tigres, estaba rayado de tigres, inclua mares e Himalayas y
ejrcitos que parecan otros tigres. (A 897)
La facultad de genio del pintor logra captar el universal, la idea del Tigre. Esta
idea incluye a todo el gnero (podemos retomar lo dicho por Borges: lo genrico es ms
intenso que lo real). La contemplacin de esa idea hace que el genio creador pueda
expresar ese universal desprendido del peso del tiempo.
Otro texto de Borges que podemos citar a modo de ejemplo es el cuento
Parbola del palacio. En este relato, el Emperador Amarillo invita a un poeta para que
contemple su palacio, que es descripto como si fuera infinito, abarrotado de antecmaras,
patios, bibliotecas, torres y un laberntico jardn. Luego de este paseo entre ambos
personajes por el inmenso Palacio, el poeta recita una composicin que logra captar y
describir cabalmente el lugar:
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est en su lecho de muerte, viviendo sus ltimos suspiros, cuando una mujer coloca una
rosa amarilla en una copa cerca de l. En ese momento, el poeta recita:
Prpura del jardn, pompa del prado,
gema de primavera, ojo de abril
En este prrafo, nuevamente se nos plantea al poeta como ese sujeto puro de
conocimiento, quien logra compenetrarse con su intuicin para aprehender ese arquetipo,
la idea de Rosa. Por este motivo, es que logra contemplarla en toda su eternidad. O
contemplndola, por primera vez como lo hizo Adn en el Paraso.
Del mismo modo, es vlido afirmar que, como dice Schopenhauer, los dems
sujetos de conocimiento tienen la capacidad para poder apreciar, cierta facultad innata para
experimentar el placer esttico que una obra de arte puede ofrecer, ya sea un poema, una
msica, una escultura, etc. Por ello, el emperador se da cuenta de que el poeta ha logrado
captar la esencia de su infinito palacio. La complejidad de la realidad era demasiado para el
41
este personaje que conoce a travs de la razn, al contrario del poeta que apela a la
contemplacin esttica para poder aprehenderla, en el sentido ms puro de la palabra.
Es por esta misma circunstancia, que los descendientes del emperador estn
condenados a buscar en vano esa palabra del universo. Ellos no son sujetos puros de
conocimiento, no se separan de su individualidad, ni de sus intenciones para conocer el
mundo, al contrario del poeta, del genio creador, quien logra compenetrarse con el objeto,
abarcando toda su esencia, suspendiendo toda marca temporal. El poeta capta el palacio en
cada instante de su interminable pasado.
En pocas palabras, es el poeta, con su atributo de genio, quien logra una
contemplacin esttica pura, es el nico posibilitado para compenetrarse con el objeto,
dejando a un lado su egosmo, y sin tener en cuenta las relaciones que mantiene las cosas
entre s, y dejando a un lado la Voluntad.
Tambin, es vlido aclarar, que este modo de conocer del genio, puede incluso
emparejarse con el Dios (como ya mencionamos en Una vindicacin de Baslides y en
Oda compuesta en 1960) 28 , ya que ambos logran captar esa esencia primigenia de la
realidad: los arquetipos.
28
En el cuento La escritura del Dios, el protagonista, un mago de la pirmide de Qaholom, est en prisin,
y desde all puede ver un jaguar todos los mediodas. Repentinamente, descubre que en las manchas de este
animal se encuentra la escritura del Dios. El mago lo contempla y se pregunta: Qu tipo de sentencia (me
pregunt) construir una mente absoluta? Consider que aun en los lenguajes humanos no hay proposicin
que no implique el universo entero, decir el tigre es decir los tigres que lo engendraron, los ciervos y tortugas
que devor, el pasto de que se alimentaron los ciervos, la tierra que fue madre del pasto, el cielo que dio luz a
la tierra. Consider que en el lenguaje de un dios toda palabra enunciara esa infinita concatenacin de hechos,
y no de un modo implcito, sino explcito, y no de un modo progresivo, sino inmediato. () Un dios,
reflexion, slo debe decir una palabra y en esa palabra la plenitud. (A 901).
42
29
Borges, Bioy Casares, Ocampo. Antologa de la literatura fantstica. Debolsillo, Buenos Aires, 2007.
pg. 148
30
Schopenhauer, A. El mundo como voluntad y representacin. El mundo como voluntad y representacin.
Akal, Madrid, 2005. pg. 45.
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intuicin, del conocimiento inmediato con las cosas. En otras palabras, todas las
representaciones se manifiestan en este rgano. Leemos:
La misma funcin cerebral que durante el sueo hace surgir como por
encanto un mundo completamente objetivo, intuitivo, incluso palpable,
ha de tener una participacin igual de amplia en la representacin del
mundo objetivo de la vigilia. Aunque ambos mundos se diferencien por
su materia, evidentemente estn fundidos en una misma forma. Esta
forma es el intelecto, la funcin cerebral. 33
45
Todo esto quiere decir que el cerebro del sujeto tiene la capacidad para
conocerse a s mismo, y el sujeto puede adquirir una autoconciencia, por lo que no es
imprescindible la existencia de otros sujetos para auto conocerse.
Por otro lado, afirma Schopenhauer que tanto el tiempo como el espacio son
categoras propias del modo de conocer de los sujetos. Nuestro filsofo retoma a Kant, y
nos dice:
Kant ha demostrado que tanto el espacio como el tiempo son meras
formas de nuestra intuicin, que por lo tanto no pertenecen a las cosas
en s. Lo que no est ni en el espacio ni en el tiempo tampoco puede ser
objeto; por tanto el ser de las cosas en s ya no puede ser objetivo. Por
consiguiente, en aquel principio kantiano tambin se halla ste: que el
mundo objetivo existe slo como representacin.35
34
35
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En este poema, vemos con claridad la alusin que hace Borges al pensamiento de
Berkeley, pero especialmente al de Schopenhauer. Al referirse al mundo como una
actividad de la mente, si nadie suea el mundo, si no existe nadie que se lo represente, ste
puede desaparecer. Por ello leemos: Si estn ajenas de sustancias las cosas. Es el sujeto
48
quien le otorga consistencia a las cosas. O como sostena Schopenhauer: todo existe para
ser representado.
En este texto, como hemos visto con anterioridad, es el sujeto el portador del
mundo; es l quien elabora y reelabora constantemente el mundo externo. El mundo est
en la mente del sujeto, o sea, el mundo slo puede existir gracias a la representaciones que
el sujeto realiza con su mente. En este sentido, es vlido apelar a la afirmacin de
Schopenhauer de que el mundo pende de un hilo. Tal inquietud es la que siente el yo
lrico del poema; el temor de que el mundo puede desaparecer de un instante a otro si nadie
lo suea, esto es, si nadie lo percibe.
Este temor inquietante que siente el yo lrico se repite en un fragmento del poema
Caminata, del mismo libro.
En la cncava sombra
vierten un tiempo vasto generoso
los relojes de la media noche magnfica,
un tiempo caudaloso
donde todo soar halla cabida,
tiempo de anchura de alma, distinto
de los avaros trminos
que miden las tareas del da.
Yo soy el nico espectador de esta calle;
si dejara de verla se morira. (FV 45)
50
hincapi en el carcter ilusorio del mundo, y en rol del sujeto como el ser que da existencia
a las cosas:
En lo ataente a negar la existencia autnoma de las cosas visibles y
palpables, es fcil avenirse a ello pensando: La Realidad es como esa
imagen nuestra que surge en todos los espejos, simulacro que por
nosotros existe, que con nosotros viene, gesticula y se va, pero en cuya
busca basta ir, para dar siempre con l. (I 129)
Una vez ms, se niega que los objetos del mundo existen de manera
independiente, ya que es el sujeto el hacedor del mundo, es decir, es l quien conoce el
mundo, y por lo tanto, el mundo externo est subordinado exclusivamente al conocimiento
que el sujeto tenga de l.
Por otra parte, otro ensayo muy significativo al respecto de esta concepcin
ficticia del mundo, es Avatares de la tortuga, en la que el escritor argentino analiza la
parbola de Zenn de Elea negando el movimiento, y tomando como ejemplo, una carrera
entre Aquiles y la tortuga. En el presente ensayo, Borges analiza la postura de diferentes
filsofos como Spinoza, Aristteles, William James, y dems, sobre el infinito, hasta que
por ltimo, se concentra en la filosofa idealista. En este prrafo, leemos:
Ms adelante, Borges nos dice: Admitamos lo que todos los idealistas admiten:
el carcter alucinatorio del mundo (D 540). Finalmente, Borges aprueba esta concepcin
onrica del mundo y concluye con estas lneas:
52
otro. Al lector, se le presenta una confusin de planos, entre lo real y lo soado; sus lmites
se disipan y se superponen entre s.
Tal es el caso del cuento de Ficciones, Las ruinas circulares
donde un
Durante los primeros intentos, el mago no logra concentrarse, sus sueos son
caticos y complicados de asir. Hasta que va adquiriendo experiencia, logra enfocarse y
empieza a soar su hijo parte por parte, rgano por rgano. Paulatinamente lo va
acostumbrando a la realidad. Su propsito estaba cumplido, aunque recuerda que el fuego
era el nico elemento de la tierra que poda poner en evidencia que su hijo era una mera
proyeccin del sueo de un hombre. El personaje se dirige al templo que se estaba
incendiando para buscar a su creacin pero no lo encuentra. Ya resignado a su vejez decide
dejarse consumir por las llamas, aunque stas slo lo acariciaron.
Al leer este final inesperado, Borges nos plantea la fragilidad de nuestra esencia
ontolgica como hombres en el mundo. Nos pone en el centro de una disyuntiva, y nos
obliga a pensar en que todos podemos ser una mera representacin, una proyeccin
53
imaginaria de otro ser. Precisamente aqu, los lmites de lo real y lo ilusorio son
desplazados y se superponen. La creacin e imposicin de este hombre es una ficcin,
aunque nuestra propia realidad tambin puede ser otra ficcin, un sueo. Toda esta realidad
que nos presenta el texto, da cuenta de un mundo que tiene un fuerte carcter alucinatorio,
una consistencia de ensueo.
El mundo externo, tambin, es tratado como una representacin del sujeto. Es l,
quien por medio de su cerebro elabora la realidad. El mundo emprico, en toda su
objetividad, existe slo por y para el sujeto que se le representa.
Otro ejemplo de la obra borgeana, muy esclarecedor sobre esta concepcin del
mundo externo como una creacin mental, es el cuento Tln, Uqbar, Orbis Tertius, que
creemos necesario analizarlo con un poco ms de detenimiento, ya que consideramos que
este texto puede iluminarnos sobre la concepcin borgeana de lo fantstico en relacin a la
metafsica
En el cuento, el protagonista llamado Borges, por un hecho fortuito descubre un
libro titulado A first Encyclopaedia of Tln Vol. XI. Este libro, detalla la historia de un
planeta desconocido. Este planeta profesa como modo de conocer el mundo la filosofa
idealista:
Las naciones de ese planeta son congnitamente- idealistas. Su
lenguaje y las derivaciones de su lenguaje la religin, las letras, la
metafsica- presuponen el idealismo. (F 727)
Para los hombres de este planeta el mundo no es ms que una seria de procesos
mentales, es decir, una elaboracin puramente mental. Al mismo tiempo, el lenguaje para
estos hombres, tambin, es visto una clasificacin arbitraria del mundo. No hay sustantivos
54
(lo que quiere decir, no hay objetos que existan por s mismos, sino que dependen de quien
los nombre), solamente acumulaciones de adjetivos, o adverbios, por ello luna se dice:
areo-claro sobre oscuro redondo o anaranjado-tenue-del cielo. (F 727)
Hay poemas famosos compuestos por una sola enorme palabra. Esta palabra
integra un objeto potico creado por el autor. (F 728) 36
Por otro lado, en relacin a la nocin de metafsica en este nuevo planeta,
leemos:
Los metafsicos de Tln no buscan la verdad ni siquiera la
verosimilitud: buscan el asombro. Juzgan que la metafsica es una rama
de la literatura fantstica. Saben que un sistema no es otra cosa que la
subordinacin de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de
ellos. (F 729)
Sobre esta cuestin del lenguaje en Borges, leemos el ensayo Palabrera para versos: El lenguaje es un
ordenamiento eficaz de esa enigmtica abundancia del mundo. Dicho sea con otras palabras: los sustantivos
se los inventamos a la realidad. Palpamos un redondel, vemos un montoncito de luz color de madrugada, un
cosquilleo que nos alegra la boca, y mentimos que esas tres cosas heterogneas son una sola y que se llama
naranja. La luna misma es una ficcin. Fuera de conveniencias astronmicas que no deben atarearnos aqu, no
hay semejanza alguna entre el redondel amarillo que ahora est alzndose con claridad sobre el paredn de la
Recoleta, y la tajadita rosada que vi en el cielo de la Plaza de Mayo, hace muchas noches. Todo sustantivo es
abreviatura. En lugar de contar fo, filoso, hiriente, inquebrantable, brillador, puntiagudo, enunciamos pual
en sustitucin de alejamiento de sol y profesin de sombra, decimos atardecer. (TE 204) Sobre este tema,
tambin vase Rest, Jaime. El laberinto del universo. Eterna Cadencia Editora, Buenos Aires, 2009.
55
Por todo lo mencionado anteriormente, podemos pensar sin esfuerzo que nuestro
mundo, tal y como lo conocemos, tambin es producto de escritores, filsofos,
matemticos, ingenieros, bilogos, metafsicos, qumicos, y dems, e incluso tambin
podemos encontrarlo reducido en una enciclopedia, como el caso de Tln. Tambin es una
creacin intelectual, y al mismo tiempo, arbitraria. Por ello, leemos este indiferente final:
En otras palabras, Tln es una creacin mental tan ilusoria y arbitraria, como lo
es nuestro propio mundo, por este motivo, que nuestro mundo sea Tln es indiferente, ya
que ambos comparten la misma consistencia artificial. 38
37
Borges, J. L. Textos recobrados (1931-1955). Emec, Buenos Aires, 2007. pg. 245.
Todo esto, trae a cuenta, que mucho se ha escrito sobre si Borges en su obra, ha elaborado una filosofa
acabada o no, de lo que si estamos seguros es de que el pensamiento de varios filsofos a nutrido
abundantemente sus ficciones. Es que para Borges, no existe una gran distincin entre las filosofas, las
teologas y la ficcin, o el relato fantstico, son como gotas de agua. Todas ellas postulan una manera humana
de comprender la realidad. Leemos en una nota a After Death de Weatherhead: Yo he compilado alguna vez
una antologa de la literatura fantstica. () pero delato la culpable omisin de los insospechados y mayores
maestros del gnero: Parmnides, Platn, Juan Escoto Ergena, Spinoza, Kant, Bradley, Alberto Magno,
Leibniz. En efecto, qu son los prodigios de Wells o de Edgar Alan Poe una flor que nos llega del porvenir,
un muerto sometido a la hipnosis- confrontados con la invencin de Dios, con la teora laboriosa de un ser que
de algn modo es tres y que solitariamente perdura fuera del tiempo? () qu son todas las noches de
Shahrazad junto a un argumento de Berkeley? (D 563)
38
56
En resumen, podemos decir que este cuento en particular, nos ha servido para
mostrar brevemente la concepcin del escritor argentino sobre lo fantstico, vinculada
estrechamente con la filosofa o la teologa. Para Borges, todas ellas son igualmente
arbitrarias, igualmente ficciones.
Continuando con nuestro tema, otro cuento que podemos nombrar al respecto de
de la realidad ilusoria es El Zahir, en l escribe Borges:
57
Tal es el caso de otro cuento del autor, Un problema que figura en el libro El
Hacedor. En l, Borges nos invita a pensar en qu sucedera con el personaje de Don
Quijote, s en nuestra realidad apareciera el texto de Cide Hamete Benengeli. De este
modo, nos propone algunas contestaciones a cmo reaccionara don Quijote. Una es
negativa, ya que la muerte forma parte de la vida de un caballero que se bate en combate
asiduamente con encantadores o endriagos. Una segunda posibilidad es pattica, ya que un
Alonso Quijano al ver la muerte cara a cara despierta de su sueo y se despabila de su
consentida locura para siempre. Otra tercera posibilidad que Borges juzga la ms
verosmil, es que don Quijote no admita su delirio ni mucho menos el acto que ha
cometido, por lo que no podr escaparse de su locura.
Finalmente, Borges nos propone un cuarto desenlace ms complejo y ms
antiguo. El quijote que ya es un rey de los ciclos del Indostn se limita a pensar que nacer
y matar son actos divinos que trascienden la condicin humana. Intuye que todo no es ms
que una mera ilusin: la espada ensangrentada, su vida, el universo y, por supuesto, l
mismo.
En este texto, tenemos otro ejemplo en donde Borges pareciera poner en duda
nuestra propia existencia, al yuxtaponer el mundo soado con el real. Nuestro autor toma
como punto de partida a Alonso Quijano, un personaje literario que se suea a s mismo
como un caballero o hroe pico. En este sentido, vemos cmo Borges, nuevamente, hace
58
En este fragmento, se nos plantea una vez ms que nuestra vigilia, nuestro
despertar puede ser otro sueo, y por ello, el mundo sigue conservando esa esencia de
ensoacin, de ilusin. Tal y como sugera Schopenhauer cuando marcaba el engao que
genera el sueo al confundirse con la vigilia.
En consecuencia, en muchos textos de Borges el mundo es delimitado y
producido por el intelecto humano, o como sostiene Schopenhauer, por nuestro rgano del
sueo. La realidad puede ser slo una simple invencin intelectual, y por ello el mundo
tiene una esencia que se diluye, inestable. Nuestra existencia en este mundo es una
abstraccin de los hombres.
59
Conclusin
60
39
62
Quizs Borges, al igual que los metafsicos de Tln no busc la verdad, sino el
asombro
63
Bibliografa
Obras
de la literatura
fantstica.
64
Bibliografa especfica
Alazraki, Jaime. Estructura y funcin de los sueos en los cuentos de Borges.
Borges Studies Online. On line. J. L. Borges Center for Studies &
Documentation. Internet: (http://www.borges.pitt.edu/bsol/iaavel.php)
Almeida, Ivn. "Borges, 'Avelino Arredondo' o la complejidad de los hechos
-Ensayo de interpretacin abductiva-" Borges Studies Online. On line. J. L.
Borges
Center
for
Studies
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Internet:
(http://www.borges.pitt.edu/bsol/iaavel.php)
-------------------. De Borges a Schopenhauer. Borges Studies Online. On
line. J. L. Borges Center for Studies & Documentation. Internet:
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Arana, Juan. El centro del laberinto. Los motivos filosficos en la obra de
Borges. Eunsa, Pamplona, 1994.
Arana, Juan. Las primeras inquietudes filosficas de Borges. Borges
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Baez, Fernando: Borges filsofo? en Ensayos borgesianos, Buenos Aires,
2000.
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Bibliografa General
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Coleccin
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68
Email: [email protected]
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