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Milagro!... Milagro!

P. Daniel Albarrn
Ttulo original:
Milagro!... Milagro!
Autor: Daniel Albarrn

Depsito legal: lf: 08120102002494


ISBN: 978-980-12-4483-7
Diseo, configuracin y edicin: Daniel Albarrn
Diseo de Portada: Daniel Albarrn

Impreso tambin en los talleres de autoreseditores.com


Bogot-Colombia

E-mail: [email protected]
Pgina web: daniel-albarran.blogspot.com

Impreso de manera artesanal en


Barcelona, Anzotegui, 2011.
1

Seran como las seis de la maana. Un poco antes, tal


vez. El sol entraba por las rendijas de la ventana y su claridad
pareca ser una mucama que vena a quitar las sbanas, porque
era hora de estar levantados. Se saboreaba el ltimo calorcito de
la cama y se entraba en la lucha de entre ya es hora y otro
poquito ms porque la estancia estaba rica y acogedora. Haba
que levantarse. Ya el cuerpo habituado en su reloj rutinario
indicaba que no era tiempo de estar acostado. Era hora de estar
de pie. No haba nada que exigiera el levantarse a esa hora, ni
ms temprano, pero la fuerza de la costumbre programa los
cerebros como un reloj suizo y el cuerpo obedeca a un
programa de vida de toda una vida. Quedarse en la cama era
perder tiempo, sobre todo si se quera dormir, a no ser que en
verdad el cuerpo pidiera estar acostado por razones de
quebrantamiento de salud. Y, an as, el instinto de la
costumbre llevaba a estar despierto desde muy temprano.
No haba nada qu hacer levantado a esa hora de la
maana. La rutina matutina se segua como se haba seguido
siempre. Agradecer al Creador el nuevo da de manera
instintiva, como siempre. Colocarse en sus manos y elevar el
pensamiento junto con el sentimiento a su voluntad y
predisponerse a ser fiel a sus designios, por sobre todas las
cosas, tambin como siempre. Todo era el ritual matutino.

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En la televisin estaban dando la pelcula en la que
Robin Williams haca de un estudiante de medicina con ideas
nuevas para sus compaeros de clases y para sus profesores.
Propona que haba que mejorar no solo la salud fsica, sino
emocional de los pacientes. Todo se desarrollaba en un hospital
con pacientes de cncer, sobre todo muchos nios con cncer.
Las ideas del personaje eran vistas por todos como ideas propias
de una persona desequilibrada. La medicina tena que tomarse
en serio y no a la ligera ni con humor, como pretenda este
estudiante. Lo novedoso que se propona era que haba que
trabajar con los pacientes, con nombres y apellidos, y no como
nmeros de cama y de habitacin. Haba que llamar e
identificar a cada paciente de manera personalizada y no con la
clasificacin numrica de manera imparcial. Haba que
involucrarse emocionalmente con los pacientes de cncer.
Haba que mejorar la calidad de vida, y no solo retrasar la
muerte, como tradicionalmente hacen muchos profesionales de
la medicina. Para eso haba que hacer rer a los pacientes.
Hacerlos rer. Este estudiante se colocaba una goma roja de
payaso en la nariz e iba por las habitaciones del hospital
haciendo payasadas. Provocaba la risa de algunos y el disgusto
de otros. Algunas de las enfermeras lo secundaban. Otras lo
criticaban. Los mdicos, sobre todo uno, que era su profesor, lo
tenan en tres y dos. Lo tena en la mira y no aprobaba para
nada sus comiqueras fuera de sitio y lugar. El hospital era
asunto serio y los pacientes tambin, y haba que tomarse las
cosas con su respectiva seriedad. Un compaero de clases, que
era el prototipo de estudiante dedicado con seriedad, sufra de
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manera especial las actitudes y comportamientos de este
estudiante que se tomaba las cosas sin ninguna aparente
responsabilidad. Lo bueno era que este estudiante-payaso era
sobresaliente en sus notas y calificaciones, a pesar de que su
compaero prototipo, con quien comparta la habitacin, nunca
lo vea estudiando y dedicado como lo era l. No se explicaba
que saliera mejor que l. La competencia, tal vez, en el fondo
era lo que lo intrigaba y lo haca sufrir.
Como no haba nada qu hacer que implicara estar
levantado, aunque s despierto inevitablemente, se dispuso a
mirar la pelcula que estaban dando en la televisin, esa
maana. La temtica le fue envolviendo poco a poco a punto de
encontrarse interesado nuestro personaje. Senta una especial
simpata por el actor en cuestin.

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Recordaba de Robin Williams algunas pocas pelculas.


Popeye, Peter Pan; y una pelcula en la que interpretaba a un
mdico al que se le haba muerto su esposa, despus de un
trauma emocional tras la muerte de sus hijos. La esposa no
haba podido asimilar la prdida de sus hijos y se haba negado
a vivir. Ella muere. Al poco tiempo tambin muere l, y va al
cielo. l quiere encontrarse con su esposa en esos mundos del
ms all, pero no la encuentra. Le asignan un gua para que le
instruya en los asuntos del misterio del ms all. En la Iglesia se
llama esas verdades, el mundo de las postrimeras. Pero son
misterios. Tampoco es que la Iglesia deba saber de esas cosas
l busca las maneras de encontrarse con ella, pero le
informan que ella se encuentra en el purgatorio, y que es
imposible que ambos se encuentren. No se puede pasar las
fronteras. Ni de un lado ni del otro. Son incomunicables esas
dos dimensiones. l se ofusca y se empea en refutarle al gua
que nada hay imposible para el que quiere algo, segn el mismo
gua le haba enseado desde un comienzo. Solo era cuestin de
quererlo y de imaginarlo, y todo se hara como se lo imaginase,
querindolo con conviccin. Y todo se hara. No haba
imposibles.
l lucha contra todos los obstculos y al fin llega a
encontrarse con ella. Ella no lo reconoce. l se dedica a buscar
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la manera de que ella lo vaya identificando. Ella se negaba a
todo. Ella viva en una ambigedad. En eso consista el
purgatorio. Y la pelcula se desarrolla en esa idea.
Recordaba vagamente la pelcula. Desde que haba visto
algo de esa pelcula haba quedado prendado de las muchas
ideas fascinantes que se decan y se desarrollaban. Le haba
parecido interesante esa manera de enfocar las realidades de la
vida y las maneras de enfrentarse al hecho de la existencia
humana.
Tambin recordaba algo, no mucho, de una pelcula en
la que Robin Williams, haca de un hombre disfrazado de mujer
que trabajaba en una casa de familia, que era su propia familia,
y as poda cuidar y ver a sus hijos. Las situaciones eran muy
complicadas para el hombre, porque tena que salir corriendo a
vestirse de mujer, unas veces; y otras, a vestirse de hombre para
despistar y no lo descubrieran. Cmica la pelcula en ese ir y
venir de ese paso de dos roles, de mujer y de hombre, hasta que
al final se descubre la verdad, y se complican ms las cosas

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En el transcurso de esa maana, nuestro personaje no


descrito ni tipificado, porque no es lo principal, haba buscado
la manera de averiguar el nmero de telfono de un conocido
suyo, para comunicarle una idea, y pedirle un favor.
-- Hola, P. -- cmo anda la vida, por esos mundos de
Dios?
-- Como usted es bastante conocedor de pelculas y de
esos desenvolvimientos, no sera posible que usted consiguiera
en formato de DVD todas las pelculas que pueda conseguir de
Robin Williams?
-- Lo que recuerdo de l, son muy pocas cosas que he
visto y le indic algunos datos de algunas pelculas que haba
visto, as de manera general, sin decir ningn ttulo por no
recordar ni saber ninguno.
P. se haba comprometido a que hara todo lo posible, y
que contara con eso. Sera un hecho.
La idea consista en disponerse a ver todas las pelculas
posibles del actor referido, y dedicarse a buscar todas las ideas
transmitidas en ellas. Tarea nada fcil porque significara
tiempo y dedicacin. Pero, motivado por el mismo mensaje de
una de sus pelculas, de que todo es cuestin de quererlo y de
imaginarlo con conviccin, para que algo se haga realidad,
esperaba hacer realidad lo que ahora estaba comenzando a
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imaginarse. La conviccin empezaba a descubrirse porque
estaba haciendo que fuese realidad al hacer con la peticin del
favor lo que estaba pensando y quera. Todo era cuestin de
dedicacin. No por arte de magia. Sino por conviccin. La
conviccin era de la dedicacin con que empezaba. Y la
conviccin sera la perseverancia con que esperaba mantenerse.
Nada era cuestin de quererlo y no hacerlo. No haba
ambigedad y no caba. Quererlo era hacerlo. Hacerlo era
lograrlo. No solo desearlo. Dedicarse. Esa era la conviccin.
Ya el favor y la peticin eran un hecho. Por lo menos,
haba transmitido la inquietud y la necesidad. El primer paso
estaba dado. En lo que dependa de l, todo ya haba
comenzado.
No saba nada, o muy poco de le que llegara a
descubrir y de lo que habra de pasar. Lo sospechaba. Lo intua.
Lo presagiaba. Por eso senta las ganas de dedicarse a lo que
estaba comenzando. Empresa ardua. Pero empresa que ya
comenzaba a ser una realidad.

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Los das iban transcurriendo.


Nuestro personaje en algunos desenvolvimientos
sociales era muy torpe.
Un da, por esos das, haba tenido que diligenciar
algunas cosas en un banco de la ciudad. Haba pasado cuatro
horas y media en la cola esperando su turno para realizar la
actividad bancaria que requera por esos das. La cola avanzaba
con lentitud monstruosa. Los que iban detrs de l, casi todos se
haban fatigado en la espera y se haban ido. A veces nuestro
personaje quedaba de ltimo hasta que no llegase otro a
ubicarse como el ltimo, que variaba entre diez y quince
minutos, hasta que ese ultimo se iba; y as, en todo el tiempo
que estuvo en el banco. Iba conversando con los de adelante y
con los de detrs suyo. Conversaba de informalidades.
Cuando, ya pasadas las dos de la tarde, le corresponda
el turno de ser atendido, la seora promotora de la agencia
bancaria, y que era la nica que estaba prestando los servicios al
pblico, en ese departamento, anunci enrgicamente que ya no
atendera ms por ese da. Que vinieran al da siguiente. Se
oyeron voces de reclamo. l tambin se hizo sentir con su voz
ronca, pero de manera atenta, mostrando su malestar por la
ineficiencia en los servicios de esa agencia en particular. Desde
el da anterior estaba en esos menesteres, y en otra sucursal de
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la misma compaa le haban indicado que no haba material de
oficina, y que se dirigiera a esa sucursal en la que se hallaba en
ese da. De otras oficinas haban venido remitidos muchos de
los que esa maana haban requerido tales servicios en concreto,
justo a esa, en la que, ahora, ya no seran atendidos. Entre ellos
estaba nuestro personaje.
De manera corts, nuestro hroe se dirigi a la
expendiente-bancaria y le seal los papeles, indicando con ello
a lo que iba al banco. La mujer con voz fuerte segura de que la
oan en toda la sala, casi se burlaba a carcajada al comprender
que se estaba vengando de l, al decir:
-- Eso no es por aqu. Eso es atencin al cliente.
Vaya con Dios!
Nuestro hroe se sinti ridculo. Se haba metido en la
cola que no era. Justo la cola de al lado, y que circulaba con
mucha rapidez, era la que llevaba a ser atendidos por la casilla-
ventana. No tuvo de otra que meterse en la cola que le
corresponda, despus de cuatro horas y media en el banco, en
una cola que no era la que le llevara a ser atendido, as hubiera
llegado de madrugada.
Esper su turno en el avance rpido y fluido de la cola
correspondiente. No tard diez minutos en recibir los servicios a
los que iba. Fue muy bien atendido. Sali un poco avergonzado
consigo mismo Tanto tiempo

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En todas las obras escritas, casi siempre se describen los


personajes, porque es importante que nos hagamos una idea de
quien estamos tratando. As, por ejemplo, algunos ponen un
promedio de edad, un promedio de estatura, un promedio de
todo. Hasta el caballo, en el caso de Don Quijote disfrut de una
descripcin. No solamente fue descrito, sino que fue re-
bautizado por el hidalgo caballero, de aventuras sin par. El
mismo Sancho Panza, e igual su burro, fueron descritos. Favor
que se les haca y hace en la posteridad. Flaco uno, en el caso de
El Quijote; y rellenito de carne, en el caso de Sancho. Flaco el
caballo, como el dueo, en el caso de Rocinante; y burro, el
burro de Sancho, tal como el dueo. Esas descripciones nos
ayudan a imaginar a ste y aquel otro personaje. Nos ayudan a
poder fantasear y a seguir sus peripecias.
Si es hroe, nos lo imaginamos tal como nos los
describen. Si villano, tambin nos ayudan sus caractersticas. Es
necesario por el bien de los personajes, y por el bien de nuestra
imaginacin, una descripcin lo ms fidedigna posible del
individuo en cuestin. Como de individuos trata en la novela
Los miserables, su autor, Vctor Hugo, a algunos de sus
personajes, sin negar que hace con detalle una descripcin de
algunos centrales de su maravillosa obra, como el Obispo, en
sus primeros captulos, o del ermitao y expresidiario Jean
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Valjean, o de la muchacha, llamada Marius con nombres
propios para identificarlos e identificarnos en nuestra salud
mental, al poder tener la referencia en nuestra mente. O en el
caso del mismo Dostoievsky, con sus fascinantes y
embelesadores personajes, como Sonia, Dunia, la vieja, la
hermana de la vieja, Raskolnikov. O en los mismos Evangelios,
en donde no aparece descripcin de ninguno de los apstoles, ni
siquiera del mismo Jess, pero que no por ello ya cada uno se lo
imagina, a pesar de carecer de sus descripciones. A cada
personaje corresponde por derecho de ciudadana y de
existencia, as sea personaje ficticio, una descripcin aunque sea
mnima, y por lo menos, un nombre. Para tener la referencia.
Igual ha de suceder con nuestro personaje. Habr que
describirlo, para hacernos una idea. Es necesario. Adems, es
salud mental saber de quien estamos tratando, y de cmo es l,
o de qu lugar se enamoraron de l. Porque no se puede negar,
ni mucho menos, que al tener una descripcin de cmo es l, y
todas esas cosas, nos va a permitir estar enamorados, por lo
menos de la idea. Y cmo es el
Hay que imaginarse a un hombre alto, guapo, de
bigotes, de buen vestir, de elegancia al caminar, de soltura torpe
pero tierna, de mirada prolongada y profunda. As, justamente,
no es nuestro personaje.
Por otra parte, ayuda a que nos hagamos la idea de un
hombre chiquito, ms bien relleno, de espaldas anchas, ms
anchas que el resto del relleno para poder cubrirlo; de caminar
acelerado, a pesar de lo rellenito Tampoco as es nuestro
hroe.
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No tiene caballo. Porque en este mundo moderno de
hoy no se puede andar con y en caballo por la ciudad. Sera un
abuso. Mucho menos en burro. Sobre todo, porque no habra
sitio para estacionar ni a uno ni a otro. Y el problema sera que
despus tendra que limpiar sus gracias en donde hubiese
encontrado sitio para estacionarlo, mientras ira o al banco o a
cualquier otro lugar a cualquier cosa que fuese. Son muy lindos
los caballos y se ven muy bonitos los policas montados en
ellos, como en Nueva York. Les da mucha personalidad a los
caballos. O los caballos le dan gallarda a los policas. Y
tambin a la ciudad. Sin embargo, ha habido ciudades que han
pretendido copiar esa realidad de caballo y polica, y, entonces,
se ven feos, tambin el caballo; y ms feas esas ciudades.
Nuestro personaje tampoco es polica; tampoco caballo. Y no
tiene caballo. Y menos mal, porque no tiene que limpiar las
gracias de los caballos, si hubiese encontrado sitio para
estacionarlo en la ciudad. No es el caso de nuestro hroe.
Aunque, en algunos lugares del mundo se dice cul es su
gracia, para pedir que alguien diga su nombre; entonces, aqu
podra ser doble la gracia, la del caballo o el burro, en caso de
hacerla, y el apelativo o el nombre con que se llame al caballo,
porque as hubo sucedido con el caballo de El Quijote, que
antes se llamaba Rocn, y despus de rebautizado por la usanza
que se le iba a dar al ser cabalgado por tan digno caballero, el
de la triste figura, habra de llamarse, entonces, Rocn-ante; o
sea, que antes era Rocn y despus Rocinante, segn dijera el
mismo autor del libro, al decir que, cuatro das se le pasaron
en imaginar qu nombre le pondra... y as despus de muchos
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nombres que form, borr y quit, aadi, deshizo y torn a
hacer en su memoria e imaginacin, al fin le vino a llamar
Rocinante, nombre a su parecer alto, sonoro y significativo de
lo que haba sido cuando fue rocn, antes de lo que ahora era,
que era antes y primero de todos los rocines del mundo. Y en
el caso de Sancho, su burro se llamaba Rucio, sin rebautizo, y
esa era igual su gracia.
Nuestro individuo, para continuar con la ideas de la
revolucin francesa y del estilo de Vctor Hugo, en la novela
que ya se dijo, s tiene nombre, pero tambin es un individuo. Y
es necesario que lo bauticemos y lo identifiquemos con nombre
para referirnos a l con propiedad. Podra llamarse Pedro, o
Juan, o Luis, o Rebeca o Mara, o Carmen. Y depende del
nombre que le demos, sea masculino, o sea femenino, tenemos
que darle un sexo, porque su nombre ira en consonancia con su
gnero. Si se escoge que sea hombre, tenemos que darle una
edad, para hacernos mejor idea de cmo es, para ver si nos
enamoramos de l, o no; igual, si es mujer. Y si es mujer,
tenemos que ponerla o vieja o joven. Si joven, o fea o bonita; o
sexy o con gracia. Si vieja, entonces, casada o divorciada; si con
hijos, o sin hijos, o hurfanas de hijos; o viuda. Y si viuda, o
alegre o triste; con amante o sola. Y si con amante, con pasin o
sin ella. Porque si es con pasin y con amante, nos tiene que
llevar a inventarle mundos apasionados y tendramos que darle
rienda suelta a la imaginacin. Si es seria y casada nos llevara a
ubicarla en una familia, y eso nos llevara a buscar una familia
modelo, aunque no lo fuese, sino para esta obra.

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A este punto, es necesario pensar en un hombre casado.
Tampoco es as nuestro personaje.
Habr de ser, entonces, mujer. Y bonita. Tampoco as
es nuestro personaje.
Pero podra ser nio
En este momento es mejor que no describamos a
nuestro individuo, que a la vez es el personaje y el hroe, y que
tiene que ser nuestro. O nuestra. Que en caso de ser nuestra
tendra que ser personaja, porque correspondera en gnero y en
nmero, porque sera una sola. Porque no es lo mismo decir
nuestro personaje, que implicara la idea de ser masculino, a la
idea fiel de nuestra personaje, y habra con ello una disonancia
sonora, aunque no gramatical.

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A los dos das, nuestro personaje se haba quedado


embelesado con otra pelcula que estaban dando en la
televisin. Ya sabemos lo de su rutina matutina. Eran las siete y
dieciocho minutos de la maana. Sola encender la televisin
despus de algunas pequeas cosas rutinarias, y la mantena
encendido, mientras realizaba lo de siempre: el bao, el aseo
personal, prepararse el desayuno, y todo lo dems que inclua ya
su rutina, hasta que parta de su apartamento, casi siempre a las
ocho de la maana. Muy pocas veces ms tarde.
Esa maana estaban dando una pelcula sobre un
escritor famoso, que en sus buenos tiempos haba publicado sus
artculos en una revista. Estaba mayor y tena a un joven como
empleado que era jugador de basket y viva en el mismo
departamento. El joven era un gran deportista y estaba becado
en una universidad. Este muchacho haba tenido la curiosidad
por escribir y le haba pedido que le enseara cmo hacerlo. El
seor tom una mquina de escribir y empez a escribir,
mientras le iba diciendo que escribir es escribir, y no pensar;
que hay que escribir sin pensar, tal como vayan saliendo las
cosas, sin corregir; solamente escribir. Y mientras iban
hablando, el seor iba escribiendo. Al terminar de conversar
sobre el asunto, sac la hoja de la mquina halndola por la
parte frontal de la mquina y se la dio al muchacho, quien al
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leer lo que haba escrito, qued sorprendido. El seor lo haba
hecho con tanta soltura y sin detenerse a pensar lo que estaba
escribiendo Fue transcurriendo la pelcula, y a pesar de que
nuestro personaje no haba visto el antes, ni el comienzo de la
misma, no aguant la tentacin de quedarse mirando la
televisin, sentado en un extremo de la cama, apoyando su
cuerpo con los brazos hacia atrs
El tiempo iba pasando. Ya eran las ocho y veinte. Mir
su reloj. Tena programado salir a las siete y media, pero lo que
estaba mirando se tornaba interesante. Sobre todo que le
resultaba til. Tena programado ir a la compaa de servicio de
televisor por cable para anular la suscripcin del servicio. La
razn era que por problemas de electricidad la antena repetidora
no transmita la seal con regularidad. En las noches su
televisor se quedaba todo en azul, precisamente porque la seal
dependa de las antenas repetidoras, y como la electricidad
estaba presentado problemas por el racionamiento que se estaba
aplicando, no haba seal televisiva en su aparato. En las
maanas siempre haba electricidad, y era cuando aprovechaba
ese poco tiempo para mirar algo, como ese da.
El muchacho de la pelcula asista a la universidad y
contaba con el asesoramiento del escritor, con quien conversaba
mucho. Y como era lgico absorba de los conocimientos y de
la cultura del seor. Un da en clases, el profesor interrog a un
alumno sobre un autor, y el alumno no saba absolutamente
nada sobre el autor y su obra, sobre la que estaba hablando en
clase. El muchacho deportista murmur el nombre del autor, y
el profesor se sinti ofendido porque no le estaba preguntando a
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l. Entonces, el profesor se dedic a carear al muchacho con
citas de autores para ponerlo en ridculo. La sorpresa fue grande
porque el muchacho deportista interrumpa al profesor citando
al autor y continuando la frase que el profesor deca. El profesor
haba quedado desautorizado por el muchacho, quien, segn el
profesor tena que ser bueno solo en el deporte, y no en letras.
Al regreso a la casa, el muchacho deportista haba
comentado todo el impasse con su amigo y tutor. Tuvieron su
intercambio de ideas. El seor le advirti que tuviera cuidado
porque el profesor se haba sentido humillado, y que podra
venir represalias. El muchacho no vea el motivo. E hicieron un
trato: que todo lo que el muchacho escribiera que no se lo
enseara a nadie, hasta que no tuviera terminado. Porque, de
hecho, el muchacho haba comenzado a escribir algunas cosas.
El seor le dijo que escribiera, y si lo iba a publicar, que lo
publicara intacto, sin correcciones, porque escribir es escribir y
no pensar. Volvi a insistir en la idea el seor y empez a sacar
sus frustraciones de escritor, que haba visto mucho de sus
artculos corregidos, amputados y encuadrados a los gustos y
estilos de los crticos. Nunca haba sido publicado tal como
haba escrito, sino como haban querido las casas editoriales.
Haba pasado con algunos de sus libros. Porque el escritor sigue
su vena de escritor. No escribe para gustar y para complacer
gustos y pareceres. Escribe porque as lo siente. Por lo que
deca, el seor tena muchas experiencias amargas al respecto. E
invit al muchacho que escribiera sobre un tema que ya el seor
haba escrito. Le sugiri el mismo ttulo, que era algo as como
la poca de la fe verdadera, o algo por el estilo, que tena que
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ver con la fe y con una poca. Pero, con la promesa de no
drselo a nadie.
En esos das, en la universidad, se estaba realizando un
concurso de ensayos de escritores. Era parte del curso. El
muchacho haba participado con un artculo. Despus del
entrenamiento de basket, el muchacho fue llamado a la oficina
del rector de la universidad. Lo estaba esperando toda la
comitiva acadmica para conversar sobre el artculo para que
diera razones. Le preguntaron que si su artculo era suyo. El
muchacho respondi afirmativamente. Le preguntaron que si
esas ideas eran suyas o copiadas. Suyas, respondi. El profesor
que llevaba el ataque y el interrogatorio era el profesor del
impasse en la clase, con la asistencia y aprobacin del resto de
los profesores. Cuando el profesor consider que ya lo haba
acorralado lo suficiente, se acerc con una revista abierta en la
pgina donde comenzaba el artculo del escritor tal, que haba
escrito un artculo con el mismo ttulo, y desenmascar al
muchacho El mismo profesor reconoca la originalidad de las
ideas del artculo del muchacho, pero le criticaba el mismo
ttulo, y la primera lnea que eran tal cual las mismas con que
empezaba el artculo el seor, cuando haba publicado el
artculo. Entonces, el profesor le pidi que escribiera una nota
reconociendo que se haba copiado, cosa que no era verdad, y
que la leyera en clases. El muchacho no escribi nada, por lo
menos en ese momento de la pelcula.
Nuestro personaje estaba absorto y por de ms
interesado. Ya haba pasado la hora que tena programada de
salir. Pero el momento de la pelcula vala la pena. Mir el reloj
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y se disculp consigo mismo, como si tuviese obligacin de
hacerlo. Era su propio tiempo y no tena que dar explicaciones.
El muchacho de la pelcula lleg rabioso a la casa. El
seor lo abord. El muchacho le cont todo con lujos de
detalles. El seor le pidi que hiciera la nota, que se disculpara
y que reconociera que se haba copiado. El muchacho aleg
furioso todas sus razones, que diferan del seor. En ese
momento se desat un lazo muy bonito de cario entre los dos.
El seor empez a aflorar su instinto paternal de proteccin.
Nuestro personaje se levant de la cama donde estaba
sentado. Apag el televisor, tom su maletn, tom las llaves de
su carro y del apartamento, apag las luces, y sali de la
habitacin
No se supo el desenlace de la pelcula. Ni qu pas con
el muchacho.

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En esa misma maana, nuestro hroe recibi una


llamada telefnica. Era una persona amiga. Estuvieron hablando
largo rato. Tal vez una hora. O menos.
Esto, al igual que con el nombre, nos obliga a ubicar a
nuestro personaje. Ser mecnico, u odontlogo, o mdico? No
lo es. Y, polica? Ya se dijo que no, cuando se le relacion con
el caballo. Ni caballo, ni polica. Tampoco burro, cuando se le
refiri con Sancho. Aunque pueda que algo de burro en cuanto a
sus acciones, pero es muy mala fama que se le da al pobre
animal, que de burro tiene el nombre, y ni para saber cmo se le
llamara si no fuese burro el burro, porque el apelativo o mote
de burro, y no la gracia como nombre, la lleva el que es burro,
sin ser animal. Algo de esto tena nuestro personaje, sin serlo.
Pero que si se mira con claridad y objetividad tiene ms de
burro el caballo que el mismo burro, porque un burro se enterca
y no quiere pasar cuando detecta un peligro inminente en el
camino; mientras que el caballo, apenas siente las espuelas se
lanza sin mirar a donde va, y se porta brutalmente dcil al que
lo monta causando con ello desgracias y tragedias, tanto para l
mismo como para el jinete que lo domina y manda. No sucede
igual con el burro que entonces con su comportamiento se
muestra inteligente; y el caballo con su docilidad, ms bien
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burro parece y lo es, aunque no lo sea ni lleve ni el apelativo ni
el mote ni la gracia, y con ello sea mayor la gracia que
consecuencia su actuar, al punto que su accin torpe en la
obediencia ciega al que lo gua le lleva a rebautizar su obra de
gracia con des, para pasar a llamarse, como el rocn que era
antes el caballo del loco aquel que ya se dijo, para quedar como
des-gracia la nueva obra con nuevo nombre y apelativo, y
nueva y distinta la gracia y distinta la suerte. Porque no vea el
caballo rebautizado del loco flaco y enjuto de carnes de las
aventuras del personaje del escritor Cervantes, la mole de los
muros grandes del molino con el que se ira a estrellar, primero
l como el objeto en movimiento que secundara la accin, y el
primero en llevarse el sopetn en el impacto del golpe con las
aspas del molino por un lado, y por el otro, los muros mismos
de la construccin. No hubiese sucedido igual con el burro
Rucio que montaba Sancho, porque de plano, su jinete no le
hubiese exigido, ni con espuelas de caballero ni con rama de
burrero menos, arremeter contra lo que no era ms que una
mole imposible de derribar con cabezazo y cuerpo, as fuese
duro el cuerpo del burro o macizo el cuerpo del jinete, que en
este caso hubiese sido el mismo Sancho; pero que no, porque
burro y jinete no vean ms que un molino, siendo molino el
molino, como lo que era, y no gigante armado, viendo lo que
crea ver y no lo que en verdad era la verdad. Esa era la
diferencia que haca distinta la accin y distinta la
consecuencia, porque distintas eran las visiones y distintos los
resultados, como adolorido un cuerpo y con ello tambin el del
caballo con bautizo nuevo, y sano el otro y sin doler como
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tambin hallbase por entonces el burro, sin bautizo nuevo, que
no era necesario para estar sano y sin dolor, y no re-bautizado
para llevarse semejante atropello de la estrellada sin
misericordia contra pared y aspas.
Obligados estamos en cierta manera a dar un oficio a
nuestro personaje. Como caballero era el primero del caso que
ya tenemos, o burrero el otro, como ya dijimos. El oficio como
que fuese clave para poder darnos y hacernos una imagen de
nuestro hroe, que en caso de no serlo como tal, habr de serlo
para esta obra, porque de alguien tenemos que hablar en
concreto, y algo ha de hacer para poder ubicarnos mejor. Tarea
forzada en la que nos hallamos porque es preciso decir quin es
y qu hace, pues de lo contrario hablamos de un nadie y de un
uno que no se sabe y qu papeles tocaba o toca, y ni para saber
si le han dado vela en este velorio, al querer darle carta de
ciudadana y existencia en nuestra obra, que ya tiene, aunque no
la tenga definida y precisada. Pero del que ya nos venimos
haciendo una idea, a pesar de no describirlo ni detallar cmo y
qu hace, ni cmo es. Aunque su actuar ya indicara y nos diera
pistas de quien o de qu se trata.
A este punto es justo precisar, para ubicarnos, que
tampoco as es nuestro personaje.
Entonces, cmo habr de serlo; y necesario ser que
tenga un prototipo al cual asirnos para poder pensar bien en l
cuando ya pensemos? Lo bueno para l, es que ya se piensa, aun
cuando no tenga una descripcin exacta porque no se ha
descrito.

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Milagro!... Milagro!... 28
Traigamos a la mente a Raskolnikov, personaje de
Dostoievsky, para ver si de l nos valemos, ya que a este autor y
personaje hemos referido antes al querer darle un nombre a
nuestro hroe. Ser estudiante como el mozo aquel del estilo y
objetivo del autor ruso? Estar dubitando y se hallar
entrampado en su juego de la mente, y ambigerar, como en la
ambigedad andaba entre hacer lo que ya haba pensado y
planificado de matar o no a la vieja, sobre la que trata toda la
obra en concreto de Crimen y Castigo? Y ya con esto que recin
apuntamos nos convertimos en padre y asumimos la criatura
como nuestra, sin saberlo que quizs ya otro lo haya hecho,
porque no se puede negar que todo el que en artes anda, en
padre se convierte con mucho o con poco, pero igual en padre
se convierte, como ya nos hemos convertido de manera
inmediata al usar la palabra ambigerar, y que tiene como
madre de la criatura el sustantivo ambigedad, que para alivio
nuestro es femenino, ya que habr de decirse siempre la
ambigedad, y no el ambigedad, aunque sea masculino la
aplicacin, pues se dice que esto o aquello es ambiguo, y con
ello cambia el gnero, a pesar de femenino ser el sustantivo; sin
negar, como habr de ser lo justo, que si en femenino se usase
como se usa, entonces, tambin cambia el gnero con que se
use, si es de usarse en femenino, como por ejemplo, esa idea es
ambiga, o, esa situacin es ambiga. Y la paternidad habr de
ser en la forma de usar el sustantivo como verbo al decir
ambigerar, porque est referido a una accin de
incertidumbre y de inseguridad dudosa propia del enfermo en
debilidad mental, que piensa una cosa ahora mismo y otra en el
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Milagro!... Milagro!... 29
siguiente instante y otra de una vez, que por fin no sabe lo que
piensa y siente, y estando en constante sufrimiento, llegando a
tormentos acumulados y en crecida siempre, como lo andaba el
personaje del citado autor del nombre de la obra que ya dijimos,
despus que del El Quijote y Cervantes hablramos, y del que
en este momento nos ocupamos. Pero que si lo referimos como
comparacin a nuestro personaje nos preguntbamos, ser que
ambigerar?, y con ello colocbamos como futuro posible al
hacerlo en forma de pregunta, o como futuro simple, si
simplemente lo afirmamos, al conjugar el futuro, como yo
ambigarar, tu ambigarars, l ambigarar y que en el
caso de la relacin con el personaje del autor ruso, era como
pregunta de esa posibilidad. Con el detalle en la usanza vlida
en esta obra, y como habr de ser cuando se use en otros casos,
insistiendo en los dos puntos de la , porque segn manda la
buena gramtica habra de pronunciarse la para que suene
como ha de sonar, que es eso lo que quiere decir los dos
puntitos sobre la u en el caso de la nica letra que lleva en buen
espaol, por lo menos en el gramatical normado, pues no tiene
otra aplicacin en otra letra vocal, por lo menos en espaol; y si,
en cambio en otros idiomas, como en el francs o el alemn por
referir algo conocido. Igual aplicacin tendra, al menos en la
escritura, la palabra Pariagan, porque la puntuada sera el
indicativo que la suena, como de hecho suena en la
pronunciacin diaria.
En el caso de nuestro personaje, tampoco se parece en
nada al personaje ruso que estamos refiriendo. Ya de eso
habramos de darnos cuenta y conocimiento desde un comienzo,
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Milagro!... Milagro!... 30
pues se ve que en el caso nuestro, o nuestra en caso de ser
femenino el personaje, como igual dijimos, tiene un hacer
decidido y resuelto.
Y, entonces, como habr de ser Y cmo es l a
qu dedica el tiempo libre? Y habr que hacerlo
entrecomillando lo que acabamos de entrecomillar, porque es de
otro la paternidad, como lo es la nuestra en esta obra, tanto con
la palabra que dijimos, como en el caso de nuestro personaje,
que ya tiene forma pero no se ha descrito, y an as tiene ya
existencia, porque no se puede negar, igualmente, que ya todos
pensamos en ese como nuestro, y que es nuestro hroe, o
personaje o individuo, para con ello, en las tres palabras usadas
satisfacer tendencias y gustos, como si el que en creaciones
procura ser autntico, su balanza por los gustos ajenos inclinar
debera; porque en caso de serlo, sera dar muerte a su
creatividad en ingenio y en intuicin en aras de caer en gracia y
en simpata, y entonces, no sera fiel a s mismo, sino que
pasara a ser su produccin un producto y no una creacin, que
es distinto.
Tal vez, por eso, es que nuestro personaje no debera
parecerse ni a El Quijote, ni a su caballo, ni al burro, ni a
Sancho; como tampoco, tendra que parecerse en caractersticas
y propiedades a Raskolnikov, ni a la vieja a quien aquel
desnucara con el hacha, porque son creaciones mentales de sus
respectivos autores. Aunque no tanto se aplica en el caso de
Cervantes, ya que ste dudaba segn el prlogo de su gran obra,
si seguir y recoger las aventuras que ya se contaban del tal
Quijote y que despus re-contara a su forma y manera; como
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Milagro!... Milagro!... 31
igual con el nombre que le dara con exactitud al loco sin
carnes; o como si usaba frases en latn o no, para mostrar su
finura, como entonces se acostumbrara en todo aquel que se
preciara de letras, encontrndose en ello una cierta irona en
contra de esa usanza, y que otros en caminos paralelos igual
hicieran, y que el Cervantes utilizara en el antagonismo tanto de
las figuras flaco-gordo, alto-chiquito, inteligente-bruto, ledo-
sin letras, astuto-mentecato, personalizadas estas ideas en El
Quijote-Sancho, o en las mismas imgenes de la caballera,
caballo-burro, Rocn-ante-Rucio. Tampoco se trata de continuar
las locuras que en ese libro se cuentan, y que son fantsticas y
propias para entretenerse sabiamente, como algunos intentaron
dar continuidad como en el caso de aquel que titulara una obra
Don Quijote en Amrica o sea la cuarta salida del ingenioso
Hidalgo de La Mancha1, y que es vlido porque se queda
tentado de esa hazaa, la de prolongar la historia al continuarla,
quien haya consumido en lectura toda la obra de autor ibrico.
Pero cada cual en su paternidad y con su prole, con la suya
propia. Ya que al asumir como propio lo ajeno o pretender
parentesco con ello, no pasa de ser ms que burda la paternidad,
al punto de ser padrastro, o arrimado o acomodado, y no
acomoda para nada el intento sano de apropiarse o de
acomodarse a la idea- hija que ya ha nacido y crecido con
propia personalidad distinta que la se quiere, y debera ser otra

1
Don Tulio Febres Cordero, autor merideo. Esta pequea obra no pasa de ser una
lectura pintoresca de un ambiente merideo de paseos a la Otra Banda y dems
encuentros de familias de la ciudad de Mrida Es pintoresca, pero muy lejano al estilo
de lo que pudiese ser un intento serio de continuacin de la obra de Cervantes Muy
lejos Nota del autor.
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Milagro!... Milagro!... 32
por ser otra la creatividad; todo porque obedece a su tiempo y
espacio. Aunque no por ello sea otro el hijo y otro el padre
como resultado de distintas las uniones y realidades que los
crearon, y ya por eso, son distintas las obras, como ha de serlo.
Pues a esta que emulaba a la del autor espaol, por lo menos en
el ttulo como idea, ya que la diferenciaba al decir que era en
Amrica, pero que no se niega que ilusionaba y esperanzas
creaba de ser continuidad al completarla con la idea de que se
trataba de la cuarta salida del ingenioso Hidalgo de la
Mancha no era sino creacin propia y original al exponer la
idea de lo opuesto del regionalismo y con ello cierto patriotismo
necesario con la influencia extranjera que en alguna forma su
autor quera insistir Por eso ya era otra la idea, otro el padre y
otro el hijo, y otro el resultado. Y no sabemos si otro el Espritu
Santo, que dudamos que sea, ya que es el mismo espritu el que
gua las letras y los inquieta para hacerlo como siempre lo han
hecho y lo harn, siempre-siempre.
No es, entonces, parecido en nada ni a ese ni a cualquier
otro, como ha de serlo, nuestro personaje. Ni al del espaol, ni
al del merideo. El nuestro tiene y ya existe, aunque todava no
tenga su carta de ciudadana, que se da cuando es presentado un
nio en la prefectura en el caso del asentamiento civil, y que
aqu se da desde el mismo momento en que se le nombra, y es
harto lo que ya se le ha nombrado, y que as como cada
personaje de cada autor de los muchos que en el mundo hay,
exige se le nombre junto con el padre que lo haya creado; as,
igual, con el nuestro, ha de nombrrsele porque existe. Al punto
que ya de l hablamos y de l una imagen tenemos. Cada cual
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Milagro!... Milagro!... 33
ha de tener ya la suya. Pero, sigue siendo como necesario, sin
embargo, que le demos nombre, ya de mote, ya de gracia,
porque no parece justo que solo le demos el apelativo, como se
dijera en algunos pueblos, de nuestro personaje; porque
cmo lo irn a referir, o lo haremos, cuando en alguna obra u
ocasin de l hablemos? Podra decirse en referencia que de
nuestro personaje se trata. Y aunque nadie lo cite o lo refiera,
no puede negarse, ni mucho menos, que tiene un padre, porque
ya es un hijo al estar en esta obra implcito, y porque de l hace
rato que nos ocupamos, aunque pueda que ya estemos como
aquel dilogo entre Abbott y Costello, cuando hablaban de los
jugadores que iran a ocupar las bases en el equipo de St. Louis
en el juego de la temporada, en donde Quien ira a ocupar la
primera base, Cual la segunda, y Nolos, la tercera. A la
pregunta de cmo se llamaba el de la primera base, la respuesta
era Quien, porque Quien era el que iba a ocupar la primera
base, se generaba una discusin porque el que preguntaba que
como se llamaba el de la primera base, reciba como respuesta
que Quien, y volva a preguntar el que preguntaba que quin
era el de la primera base, y volva a recibir la respuesta que
Quien iba a ser la primera. Otro tanto suceda cuando
preguntaba por el de la segunda, reciba como respuesta que
Cual, el de la segunda, y Cual volva a ser la respuesta, y se
presentaba un jaloneo verbal porque Quien, Cual y
Nolos seran los respectivas bases de ese juego, para estar
ambos claros en la conversacin, porque el que responda deca
los verdaderos nombres de los jugadores, porque as se
llamaban, y el que quera saber los nombres, a pesar de que oa
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Milagro!... Milagro!... 34
los nombres pertinentes como eran, no entenda que le estaban
respondiendo correctamente, y se confunda al punto de perder
la paciencia y acalorarse en el dilogo del show.
Por otra parte, adems, es muy til tener en
consideracin que son ms famosos los personajes creados, que
los mismos autores o padres de ellos. Citemos, por ejemplo, a
un Pinocho, a un Superman, o a un Tarzn, o a un El Zorro, o al
mismo Hombre Araa, o de muchos otros que en el arte hay.
Quin de su autor se acuerda, o los nombra en referencia
respetuosa para aludir a ellos? Nadie. Tan solo que en sus
mundos un experto sea, o que un erudito de la escena viva. An
as. Ms fcil es recordar al personaje que al autor. Porque, de
los personajes referidos hay que resaltar que existieron primero
en el papel y en la mente de sus creadores que en la pantalla
grande o pequea, que es donde mayor resalte adquieren. O el
caso ms reciente del tan conocido Harry Potter, quien
recuerda a su creadora? Ms no sucede igual que con la criatura,
a quien todos recuerdan e identifican. E, incluso, del ltimo que
en boga est, como son los Simpsons, nadie cita, sino para los
interesados en ello, a su autor. Todos recordamos, y as siempre
ha sido, ms al hijo que al padre, aunque al recordar al hijo, ya
debera estar contento su progenitor y creador, pues es su obra.
El caso es que tenemos que dar un nombre a nuestro
personaje, porque es necesario que nombre tenga. Cmo le
llamaremos, matarile rile ron?, como deca la cancin que
cantramos de nio, u otrora, para utilizar una sonancia de
refinados y de gente de letras, como si con ello nos hiciera ms
letrados y diestros en el escribir y en el habla. O, como podra
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Milagro!... Milagro!... 35
continuar en cualquier algaraba infantil, como habra de serlo
en los tiempos viejos de aquellos aos bellos de recuerdo
eterno, al continuar escogiendo este o aquel nombre, para hacer
ms gracioso el baile entretenido de una alegra sin fin: Yo
escojo a Ramn... matarile rile ron... Y qu nombre le
pondremos matarile rile ron... Le pondremos Miguelito...
matarile rile ron. Ese nombre no le gusta... matarile rile ron. Le
pondremos rey Luisito... matarile rile ron. Ese nombre no le
gusta... matarile rile ron. Porque, al fin y al cabo, el nombre
no era importante, aunque s, porque el juego no segua hasta
que no se escogiera el nombre que gustara, y explotar en
carcajadas de inocencia que todo lo celebraba, porque estaba
ms que viva y vivita la imaginacin., y como ha de estarlo para
el que escribe y crea un personaje, como hemos de crearlo, ya
sea partiendo de un modelo de carne y hueso, o del fruto de una
invencin, como lo han sido tantos en la historia, para
ayudarnos a la salud mental, as sea pura imaginacin. El
Quijote, es uno de ellos, en nuestra riqueza y patrimonio de la
humanidad. Pero no citemos porque sera largo y sin fin el
intento y nos llevara a otra parte, que no es nuestra tarea en esta
ocasin.
Mientras el nombre se nos viene para escogerlo y
utilizarlo para llamar a nuestro personaje, sigamos tratando de
otras cosas tiles que van a ser necesarias en nuestra narracin.
Ser el estilo que utilizaremos para justificar lo que ya estamos
contando. Tipo verso, en forma de poema, sera muy trabajoso,
porque nos obligara a rimar todas las terminaciones de frase
con on, como camisn, o pantaln, o cancin, o reunin; o
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Milagro!... Milagro!... 36
palabras que cuadren para no borrar ni quitar el final con on.
Eso en caso de querer combinar todo con esa terminacin.
Porque si fuese otra la silaba con que termine la frase, en
iguales aprietos habremos de encontrarnos para hacer que todo
cuadre. Otros lo han logrado y han convertido sus obras en
maestras y modelos, ya de la figura, ya de la imagen, como del
estilo. Pero para eso se requiere adems de ingenio, mucha
genialidad; y en ambos, tal vez, el ingenio no nos abandone,
porque ingeniarse una idea o un personaje puede ser ms
sencillo, solo es cuestin de cerrar los ojos y de imaginarse esto
o aquello, y ya la mente nos lleva por mundos maravillosos. O
si no, es esperar la noche para dormir, que ya el sueo nos
regalar una nueva creacin; ms si ayudamos a la mente con
una sopa llena de grasa o algo que altere el buen
funcionamiento digestivo. Sin duda, que saldran personajes
nuevos, comenzando con seres tiernos y terminando con
fantasmas, como consecuencia de una alteracin estomacal que
nos pondr la mente a parir en figuritas nuevas y extraas.
Podra sentirse feliz, entonces, el pensador aquel que dijera que
hay que hacer parir la mente, cuando propona que haba que
pensar; pero que en nuestro caso no debera tener mucha
aplicacin, porque haba sugerido aquel otro hombre de la
pelcula, que hay que escribir y no pensar. Hay que escribir,
deca. Escribir y escribir Cuando se escribe no se piensa,
porque, si no, no se escribe
No es el caso de escoger la forma de poemas por las
razones ya esgrimidas. As haya habido genios en ese doble
arte. Pero tampoco se trata de que copiemos.
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Milagro!... Milagro!... 37
Habr de ser, entonces, el estilo de la historia por el
que optemos en nuestra escogencia? Y hay muchas obras por
ese estilo. Es larga la lista. No se trata de darnos de eruditos y
de citar a este y aquel otro para saber, como aquel autor
mexicano de reciente renombre, como para saber que se sabe y
es extensa la informacin. O de repetir como el loro lo que otros
loros igual repiten. No es historia-historia lo que aqu
contaremos, porque no es fidelidad a los hechos y a los
acontecimientos, y no se trata mucho menos de biografa, o algo
por el estilo. Que no porque sea biografa sea tediosa, sino
porque toda biografa llega justo a esos lmites de lo aburrido.
En todo caso, se trata de respetar los gustos y los colores,
porque no todos disfrutan de los mismos placeres en el placer
del disfrute de la vida. Hay quien disfruta ms lo fantasioso y lo
creativo, como la novela, o la historieta, o lo que sea, pero que
no se encuentra en la biografa, que es ms bien fra, y al punto
de ser considerada de todas las formas de escribir la ms pobre
de todas. Sin negar, por supuesto, que adentrarse en esa forma
requiere paciencia para sumar y juntar datos de aqu y de all
para contarlos con objetividad. Lo que tambin requiere su
cansancio y fatiga, y su mrito tiene que tener, que es la
consulta de datos para la posteridad. Admirando, sin embargo, a
los que su memoria ejercitan en ese estilo.
Tampoco habr de ser en este caso la escogencia de la
forma que utilizaremos y que ya estamos usando, como
habremos de darnos cuenta. Ni la poesa, ni la historia. Aunque
ya hay poesa como creatividad en la historia que se pueda estar
contando, porque eso es poesa, no otra cosa que creatividad.
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Milagro!... Milagro!... 38
Pero no la poesa como rima, sino como idea e imaginacin.
Tampoco se trata de poesa como recurso de sacar lo bello de lo
que ya es bello; aunque en eso consiste el arte segn Vincent
van Gogh en la recopilacin de sus cartas en el libro posterior a
su muerte, titulado Cartas a Tho, en donde en esas
correspondencias se puede descubrir el sufrimiento de van
Gogh, pero se puede, igualmente, descubrir la mxima
definicin del arte, como el grito de la naturaleza que le gritaba
que la interpretara, segn se desprenden de su rico aporte a la
humanidad sobre lo que es el arte, sobre todo en la ltima carta,
por de ms reveladora y estremecedora. Sin negar que lo bello
ya es bello en s, la tarea del poeta, ya pintor o en la forma que
se exprese el genio, est interpretando con sus palabras, o con
los colores si a los colores se dedica, lo que la naturaleza le est
interpelando a revelar. Difcil tarea, entonces, la del arte, como
la dijera ya en uno de sus libros aquel autor alemn, Herman
Hesse, titulado En el balneario de Baden. Pero no se trata de
drnosla de sabedores, sino de entretejer la idea que estamos
queriendo precisar desde un comienzo en esta obra, en la que
todava no tiene nombre el personaje, sino el apelativo de
nuestro personaje, pero que ya nos ubica en la misma para
poder continuar. Y que no es otra cosa que una obediencia a
interpretar a la naturaleza que nos est gritando a que la
interpretemos, que la traduzcamos, que la demos para que otros
puedan descubrirle la belleza que ya de por s los tocados de esa
locura estn captando y percibiendo visceralmente. Y en cuanto
a que un hijo a otro engendra y en padre en cierta manera se
convierte, por lo menos en cuanto a idea se refiere y como obra,
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Milagro!... Milagro!... 39
sin contar en este caso la paternidad de que sta o aquella idea
crea el autor, podemos aqu juntar la otra filiacin en otra idea
como grupo en el grupo de msica espaol, que llevara por
nombre La oreja de van Gogh, porque hasta una oreja quitada
de un tajo en un arrebato por van Gogh, aunque en esto no se
juntan los que la historia hacen, pues segn otros no fue el
propio van Gogh quien l mismo la oreja se quitara, sino que
fuese en una disputa en un bar por Paul Gauguin, otro pintor
que quien con l en algo tambin litigara, y que por una mujer
el motivo fuera y que Rachel de apelativo llevara, y quien fuera
que la oreja del propio van Gogh en persona ella recibiera;
aunque en esto igual tampoco los datos se igualan; en todo caso,
por muy muerta que la oreja quedara al ser desmembrada sin
misericordia de su cuerpo, an en su muerte y frialdad, a otros
inspirara para, por lo menos, rescatar la oreja y darle vida por lo
menos con el nombre, y con ella al loco que de su cabeza la
quitara, con sus canciones no escasa de igual locura, porque
hasta para componer canciones que hagan con sus letras y notas
perfecta armona, algo de desquicio el autor ha de igual de
tener, y sobre todo mucho en ocio igual de vivir, que en algo del
ocio quiera huir, aunque ya el desquicio y amor por la oreja van
Gogh siempre tena porque desde ese desenlace muchas
pinturas de oreja produjera, sobre todo en los tan valorados
cuadros suyos de autoretratos, lo que se hiciera pensar, por otro
lado, el gran amor que por su oreja el pintor siempre tuviera, y
que homenajes post-mutilacin, siempre igual en sus cuadros
reflejara el amor por su antigua compaera, aunque algunos
hayan llegado a afirmar que van Gogh se la quitara l mismo
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Milagro!... Milagro!... 40
para infringirse un castigo y vivir ms y mejor su cristianismo,
como si fuera sano de cristianos bien formados el cuerpo auto-
flagelarse, aunque en otros tiempos esta macabra usanza por
desquiciados se usase, y que en nada tienen que ver ni en
cercana de vecindad ni en lejana de distancia con la vida
propuesta por Jess al llevar por amor a l la propia cruz en el
diario y concreto trajinar, y que el pintor admirara en las ideas
subyacentes en los cuadros de Antn Mauve, pintor holands,
quien ejerciera mucha influencia en l y a quien visitara para
aprender a dibujar al carbn y a la tiza, al difuminado y al
pincel; como al ruso Jean Franois Millet, de quienes dice con
gran admiracin que a no ser que por los cuadros de Mauve y
de Millet, nunca hubiera ni escuchado ni visto un buen sermn
sobre la resignacin, en cuyos cuadros s encontraba lo que es la
verdadera resignacin, en esas mujeres altas y flacas, esas
pobres mujeres vencidas y agotadas, negras, blancas, morenas;
estn pacientes, sumisas, prontas, resignadas, calmas Estn
jadeantes, cubiertas de sudor, pero no se quejan, no protestan,
no se lamentan de nada Encuentro en ese cuadro una
filosofa notablemente elevada, prctica y silenciosa, que
parece decir: saber sufrir sin quejarse es la nica cosa
prctica, sta es la gran ciencia, la leccin que se debe
aprender, la solucin al problema de la vida Me parece
que este cuadro de Mauve sera uno de los raros cuadros
delante de los cuales Millet se detendra largo tiempo
murmurando: tiene corazn este pintor. Aunque si se coloca
seriamente a mirar y comparar los cuadros y las obras referidas,
se piensa que ms Mauve, ms bien fuese Millet, de quien
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Milagro!... Milagro!... 41
pareciera estar van Gogh hablando; que aunque otras orejas son
tambin famosas en la historia, como la oreja derecha de la que
San Pedro le quita con su espada al siervo del Sumo Sacerdote,
y que Malco se llamase el desorejado que segn Mateo y Juan
as debi de quedarse, porque no dicen que Jess la oreja a
Malco le devolvi, siendo slo el Evangelio de Lucas el que
dijera que su oreja le cur; otra oreja famosa en la historia, sin
contar las de las faenas taurinas que otorgan a los toreros que
las merecen por su faena en la arena frente al toro, es la oreja
que Mike Tyson mordiera dos veces a su contrincante Evander
Holyfield y que por ello su pelea perdiera, sin dejar de contar
como ha de ser lgico la misma oreja de El Quijote que el
vizcano le quitara en la primera refriega de la salida de Don
Quijote, y que fuera la segunda dizque justificada hazaa que el
Sancho presenciara, despus de la de los treinta o cuarenta
molinos confundidos como gigantes, cuando como su escudero
su inocente oficio desempeara para recibir el propio Sancho la
primera golpiza por pretender despojar de todo cuanto el pobre
fraile llevaba, creyendo que a l todo le tocaba por la victoria de
su amo; sea, as, cuatro los famosos de que sin orejas se
quedaran: el siervo del Sumo Sacerdote, Van Gogh, Don
Quijote, y Holyfield, sin poder llegar a contar los toros de las
plazas en las ferias; pero volvamos a Vincent van Gogh, quien
en correspondencia con su hermano, de un poco tiempo antes,
de por lo menos dos aos, donde no se dejara de admirar la
confesin del propio artista a su hermano Tho, a quien siempre
le diriga sus cartas, al confesarle y aconsejarle desde lo ms
profundo de que tratase de comprender la ltima palabra de lo
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Milagro!... Milagro!... 42
que dicen las obras de arte de los grandes artistas, los maestros
serios, y vers a Dios all dentro. Alguien lo ha escrito o dicho
en un libro y alguien en un cuadro. Porque como dijera otro
autor y que es el mismo2 de lo que usted ahora lee, en otro hijo
que en otro entonces produjera, que en el arte cualquiera su
expresin sea, Dios se deja por el hombre encontrar, al hombre
la belleza en sus mltiples formas buscar y al mismo tiempo
hallar.
Esa misma verdad implcita y lacerante, en el caso del
ate, que grita en el dentro del dentro de los que poseen esa
sensibilidad, y que se ven obligados a comunicarla, como
siempre lo han hecho, y lo harn los que en futuro les toque su
espacio y tiempo, como en eterna cadena sin fin, para con ello ir
mejorando al ser humano, pues de eso se trata; irn ayudando a
crecer en conciencia de su riqueza interna e irn aflorando ms
y ms el potencial puro y fino de la humanidad, al punto de
llegar a estar de acuerdo y en total consonancia con Vctor
Hugo, en su genial creacin de su obra Los miserables, que
hay que espantarse del que no tenga gustos por el arte, y de que
hay dudar del que no sienta inclinacin por la belleza
descubierta por los que descubren los artistas, cualquiera sea su
manifestacin. Aunque no dejaramos de dejar de sentir
compasin y tristeza de los que en artes andan porque algo de
locura en su ingenio tienen, si no mucho, para poder vivir en
esos mundos mentales que viven, para ser, por desgracia suya,

2
Vase los libros El piar de un gorrin, y, Preguntas y respuestas de toda persona
inquieta sobre la oracin, en donde se tratan estas ideas.
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Milagro!... Milagro!... 43
ajenos a sus tiempos y de sus contemporneos, como siempre
ha sucedido. Pero, la humanidad de ellos est necesitada para
crecer, a pesar del sacrificio que estos signifiquen. Tal vez en
eso consiste el eterno sacrificio a los dioses de todos los
tiempos. Cada tiempo necesita un ser especial para la ofrenda.
Su locura y su demencia en aras del crecimiento. Porque loco
es, sin duda, un creador de Raskolnikov, como de El Quijote,
para poder seguir contando lo que cada uno de ellos como
personajes iba realizando y sufriendo. Y si lo sufran los
personajes era porque en sus mentes sus creadores les daban
riendas sueltas en sus andanzas y complicaciones. Complicado
era el del ruso con sus batallas internas en su justificacin de
que les estaba permitido a los seres extraordinarios hacer
cualquier cosa a costa de los seres ordinarios, que no eran otra
cosa que el popular, el comn. Eso era una locura. Por eso
mataba a la vieja, porque era loable que alguien le diera un
hachazo, pues era un favor deshacerse de seres como ellas, viles
y repugnantes en todo. Pero tarea que les sera permitida segn
pretendiese el personaje de ese clsico de la humanidad en
suerte de la creacin de Dostoievsky, o en su desdicha por la
locura que eso conllevara y se le desarrollara, porque es de
imaginarse el torbellino interno que debi vivir-viviendo que se
le viva en su cabeza e imaginacin, y que su tiempo se tomaba
para transmitirlo a sus lectores, que tambin locos eran, y an lo
son y tambin habrn de ser, para creer en semejantes locuras, y
sobre todo, tener paciencia para leerse un libro de tan cantidad
de pginas, de principio a fin, y no dar descanso a su alma hasta
devorarlo todo y llegar a saber la suerte de la empresa
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Milagro!... Milagro!... 44
comenzada, ya en el autor quien se lo imaginado haba, como
en el lector, que en su alma igualmente sufra, por eso lo lea y
lo leer quien en suerte tenga la grande dicha y buena ventura
de encaminarse por esos mundos de la desventura de ser vctima
del mundo de las artes en la versin de letras. Porque bien dice
el refrn que es ms loco que el loco, quien con el loco anda,
porque llegar a creerse semejante hazaa y tener paciencia para
tomarse el tiempo para perderlo en una locura de prdida de
tiempo en slo dedicarse a leer. Ocioso ha de estar, primero, el
que a esa invencin se dedique, ponerse a inventar mundos en
su fantasa y despus atreverse a comunicrselo a otros a travs
de la escritura; cosa doblemente ociosa, primero el crearlas,
despus el escribirla. Doble ocio. Falta de oficio ese el del que
escribe o ser mucho el ocio en el que vive, que no tiene otra
que entretenerse en algo. Pero lo ms risa que da todo esto, es
que hay quien paga por ese ocio, y entre ms ocioso sea el que
en ese ocio vive, ms seguidores tendr; porque habr de hallar
a gente ms ociosa an que disfrute y exige cosas ms
descabelladas que leer y escuchar y ver y sentir con los
sentidos. Lo de ocioso ya el mismo Cervantes lo dice en el
prlogo de su libro que ya tenemos dicho, cuando en el mismo
comienzo ya al lector lo clasifica al decir desocupado lector,
como habr de serlo quien igual en estas letras vaya, y por
gracia no detenerse quiera.
En cuanto a la manera que usaremos y que usando
estamos ya, tal vez sea un poco a la manera de contar la que
usaba Cervantes, con los verbos al final de la frase, o con
oraciones enrevesadas para darle algo de elegancia o por lo
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Milagro!... Milagro!... 45
menos as creerlo, pero que no slo era el uso propio de
Cervantes, sino que por la poca as se escriba, como cuando
los textos de los autores de por entonces acudimos, como un
San Juan de la Cruz o sor Juana, por decir algunos.
Cosa realmente curiosa esa la de los genios en la
creacin. Entre ms descabellada sea su imaginacin ms
hechiza y ms fieles y adictos tendr que le crean y defiendan.
Porque quien no habrase dado cuenta que El Quijote no es ms
que una idea y un puro invento, al igual que el Raskolnikov?
Solo por seguir a estos dos que desde un principio hemos
colocado como modelo de la escritura, mas no por ello, es que
seamos clasistas, cosa que es inevitable en la comparacin, que
nos obligaba a tomar a unos y dejar al resto de los otros. Pero
no se hizo por pensamiento ni por separatismo, sino por
espontaneidad del momento en el momento que de esto
escribamos desde un comienzo. Tampoco se trata de colocar
modelos, como si de ello se tratase. No vaya a ser que se llegue
al otro extremo de colocar a El Quijote como el modelo de vida
y como el proyecto para el hombre de algn tiempo. Cosa que
la risa despierta, acompaada de carcajada y de burla, como de
hecho a ese extremo se haya llegado en una sociedad poltica,
no tan lejana, sino muy de nuestros das. Quien semejante
ignorancia cometa, en aras de muchas letras, olvida siempre que
El Quijote, no es ms que un personaje inventado de un ocioso
de los muchos que en el arte existen; y que si es grande el
personaje era porque grande y exuberante de quien lo inventara,
quien fuese escogido como la ofrenda a los dioses de su tiempo,
como en otros fuera la doncella ms bonita, segn de culturas e
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Milagro!... Milagro!... 46
historias nos cuentan. Su aporte en su creacin estaba, como
habr de serlo siempre, para ayudar a la humanidad a soar y a
fantasear, porque de eso est siempre necesitada la humanidad
de todos los tiempos. Y de esos elementos de siempre necesita
para poder llegar a pulir lo ms puro de su ser que es oro puro.
Precisamente, porque el que en artes busca, se encuentra
encontrando y en l inmerso vive para depender de la pulitura
de su ms profundo ser. Y se encontrar encontrando lo que los
artistas expresan en su exquisita sensibilidad. Tal vez por eso
era que sufra tanto van Gogh, y por eso tanto andaba buscando
y se alegraba de hallar en este o aquel otro pintor alguna nueva
faceta que era el fruto de su necesidad encontrada y proyectada.
Cosa de locos, sin duda. Como cosa de locos lo de un El
Quijote, que andaba haciendo estragos y deshaciendo entuertos
en la imaginacin de Cervantes, primero, y ms tarde en la
Mancha, como lugar escogido de sus locuras. Porque por
mucho que como modelo a El Quijote colocar queramos, no
sera de sanos, que confundiera a unos monjes que por el
camino iban como una cuerda de malos hombres que llevaban
presa a una princesa y que se haban disfrazado para pasar
desapercibidos y que para el caballero andante no los
reprendiera. Eso por citar alguna cosa referible de semejante
loco, fruto de un sacrificado, como ya dijimos. Pero resulta ms
loco que el mismo loco, en el caso del personaje que citamos
estamos, si por alarde de mucho saber y de mucho aplicar, a El
Quijote queramos colocar de modelo a seguir, en un afn de
reducirlo todo a un sistema de vivir. Tal vez por ese modelo a
seguir todo lleve a transmutar los hechos, ya que se ve gigante
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Milagro!... Milagro!... 47
donde es molino, u otra cosa distinta de la realidad para estar
siempre en una realidad ficticia, llevando con ello,
lamentablemente a toda una sociedad, que como muchos
Sanchos, a sabiendas que su amo loco era, ms poda su
esperanza de convertirse en gobernador de la nsula que el jefe
le prometiera, que sus sueos y carencias le llevaban tambin a
creer lo que en su sano juicio no era ms que quimera. Y lo
saba bien Sancho, pero su deseo de sentirse grande, aunque ya
lo era, lo llevaban a transmutar igual su realidad con su sueo
ajeno, porque no tena necesidad de nsula ni de su gobierno.
No por eso atrs se daba el Sancho, porque su mente lo tena
igual en trampa, en aras de tener lo que no le fuera, pero que
parecer verdad al pobre gordo todo en su mente le resultaba de
tanto escuchar al loco en sus andanzas y sufrir con ellas todas
las clases de penurias que por andar con loco quien sano est.
Pero como aporte a la humanidad y que como
patrimonio ha de ser, como lo es, adems de las cosas locas que
en la imaginacin nos crea y nos entretiene con gusto esas
locuras, es preciso que nos preguntemos: dnde est el fruto y
la riqueza que este personaje aporta? Al reducirlo lo
empobrecemos, sin duda; sea vlido, sin embargo para este
momento, en todo caso, cometer semejante atrevimiento, al
comprimir al mximo lo que es extenso, por ser muy
voluminosa la obra y la imaginacin y la toda la ricura que de l
se vive, que son tres los quijotes que en el hombre existen: el
quijote, que no era otro que el mucho haba ledo y su mente
enjuta haba convertido, siendo este el primero; el del fruto de
tantas lecturas, que de caballera todas trataba, en caballero
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Milagro!... Milagro!... 48
andante convertirse quiso, para ser as el segundo Quijote que
en todos igual existe, como diciendo que somos frutos de lo que
en el entorno tenemos; finalmente, el tercer quijote, y el ms
triste de todos, que igual somos, el loco, el de las andanzas, del
que depende de lo que pensamos e imaginamos. Porque si en
locura estamos en locura nos moveremos. Como en locura era
lo de las caballeras y de caballeros, en locuras de lo mismo era
el comportamiento.
Eso en el caso del primero de los personajes que aqu
hemos colocado como inspiracin y modelo de manera
espontnea y sin ser forzados en nada. Porque en el de
Raskolnikov mucha es la interiorizacin, y con ello la pulitura
del oro del ser humano que todos somos y que igual, todos
tenemos. El muchacho era de una inteligencia especial. Agudo
y profundo. Estudiaba para ser abogado. Haba ido a San
Petesburgo a estudiar. Pero por cuestiones de dinero haba
dejado los estudios y se haba dedicado a no ser nada, sino a
puro pensar, aunque tena las maneras para buscar trabajo y
poder pagarse los estudios. Haba escrito un artculo en un
peridico donde deca que a los hombres se les divide en dos
clases: en seres ordinarios y en seres extraordinarios. Los
ordinarios han de vivir en la obediencia y no tienen derecho a
faltar a las leyes, por el simple hecho de ser ordinarios. En
cambio, los individuos extraordinarios estn autorizados a
cometer toda clase de crmenes y a violar todas las leyes, sin
ms razn que la de ser extraordinarios. Se fundamentabas en
Licurgo, Soln, Mahoma, Napolen; e inclusive, sostena que si
las ideas de Newton por una circunstancia o por otra, no
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Milagro!... Milagro!... 49
hubieran podido llegar a la humanidad sino mediante el
sacrificio de una, o cien, o ms vidas humanas que fueran un
obstculo para ello, Newton habra tenido el derecho, e incluso
el deber, de sacrificar esas vidas, a fin de facilitar la difusin de
sus descubrimientos por todo el mundo. Esto no quera decir, ni
mucho menos, que Newton tuviera derecho a asesinar a quien
se le antojara o a cometer toda clase de robos, sino que la
mayora de esos bienhechores y guas de la humanidad han
hecho correr torrentes de sangre. Deca, que no slo los grandes
hombres, sino aquellos que se elevan, por poco que sea, por
encima del nivel medio, y que son capaces de decir algo nuevo,
son por naturaleza, e incluso inevitablemente, criminales, en un
grado variable, como es natural. Si no lo fueran, les sera difcil
salir de la rutina. No quieren permanecer en ella, crea que no lo
deben hacer. O, quizs habra que emular y tener en alta
consideracin lo que dijera por otros caminos otro autor, como
lo fuera Jos Ingenieros en su obra por de ms impactante que
llevara por ttulo El hombre mediocre, al hombre en sociedad
en tres dividir, como lo seran segn su pensamiento el hombre
inferior, el mediocre, y el hombre idealista; siendo este ltimo
el capaz por su ingenio del mundo transformar, contribuyendo
con sus ideales a la evolucin social, al ser original y nico no
sometindose a los dogmas morales ni sociales, y al que los
mediocres se le opondran, por ser idealista y soador,
entusiasta y culto, de personalidad diferente, generoso e
indisciplinado contra las estructuras del momento, aspirando
siempre a lo mejor, teniendo su propia verdad, movido siempre
segn ideales ms altos y pensando por s mismo, no buscando
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Milagro!... Milagro!... 50
el xito, sino la gloria, ya que el xito es solo momentneo, tan
pronto como llega se va.
Raskolnikov justificaba el hecho de matar a la vieja. La
mat, de hecho, y de paso a la hermana de la vieja, a Elisa,
tambin. Le doli ms esta segunda muerte, que no estaba en
sus planes, pero en el momento se le haban complicado las
cosas, y no tuvo otra que tambin mandarla al mundo de los
difuntos. Desde entonces comienza la crisis de si que ya saban
quien haba sido el asesino y de que si no, y comienza el
personaje a delatarse y a dar todas las pistas que nadie ni por
casualidad tena. En sus conversaciones en medio de sus
delirios mentales se va enredando ms y ms con el paso de los
das. Enferma cada vez ms hasta que no tiene alternativa de
entregarse, muy con la ayuda de su amiga Sonia, quien a tomar
conciencia con sus consejos le ayudase.
Y, al igual que con El Quijote en alguna forma nos
preguntbamos por saber su aporte para la humanidad y su
contribucin para pulir y llegar al hombre, que es a todas
siempre de oro puro, con este, igual preguntar debemos, dnde
avanza el hombre para s mismo y para con ello sacar el oro que
el hombre tiene? Y la respuesta ha de ser, que no otra cosa, que
la conciencia del mal hecho y su efecto que roe hasta llevarlo al
cruel tormento, y no hallar descanso ni del alma ni del cuerpo,
porque en ese todo es completo, llevando al hombre a ruina
completa para enflaquecerlo y enfermarlo. Y para eso el autor
se las juega todas para convertirse en vctima de su propio
personaje, al llevarlo a mundos complicados en sus recovecos,
porque para escribir tan largo y tan complejo, ha de tener un
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Milagro!... Milagro!... 51
alma y un espritu bien refinado y cultivado en esos mundos, o
descubrir cosas nuevas, que tambin habr de descubrirlas el
lector cuando tal historia lea. Porque no halla mayor
satisfaccin que el que artes anda que encontrar eco en alguien
que sepa valorar su esfuerzo y dedicacin, y sobre todo que se
haga partcipe igual de su creacin.
Porque no hay cosa ms cierta y valedera que el arte
requiere que haya otros que por esos mundos tambin caminen.
Y los habr siempre, para consuelo y alegra de quienes en esos
mundos su vida gasta. Sanos valido un ejemplo, y del pintor
Rembrandt nos valdremos para citar un caso por de ms
conocido por los entendidos. Solo un caso de sus muchos
cuadros sanos para este punto por ahora permitido, que no sea
ms que el cuadro por de ms sabido, que El regreso del hijo
prdigo, y las maravillosas experiencias que en l y por l y a
travs de l, experimentase el escritor Henri Nouwen, y que a su
vez creara, al titular un gran trabajo con el sugestivo ttulo de
Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt, para indicar con
ello que un hijo ajeno a otro en padre tambin convierte si en su
caso el primer hijo, aunque sea de otro, lleva a engendrar otra
idea nueva como efecto reproductivo, como siempre habr de
serlo. Y no tanto porque Nouwen escribiera, o porque otros
tambin lo hicieran, sino porque quien frente a la obra de
Rembrandt se pare a contemplar, encontrar vibraciones que
slo quien lo haga con sincera sensibilidad habr de descubrir.
Y si ese hijo a otros hijos tambin engendrase significa que se
est multiplicando la familia, por una parte, y la raza humana en
su humanidad se est extendiendo, no tanto por el nmero como
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Milagro!... Milagro!... 52
de ello se encarga lo biolgico, sino de la conciencia, que es
tarea de lo psicolgico. Tampoco se puede negar que quien el
libro de Nouwen leyera, a su vez, de quien de Rembrandt se
beneficiara, aprender a admirar y a mirar cosas ms profundas
que del cuadro haba hecho en una simple vista. Y a su vez,
admirar a Nouwen quien fuese el instrumento para volver a
mirar a Rembrandt, y llevar a mirar una y muchas veces ms el
cuadro, pero tambin llevar a mirar la primera obra, que es, sin
duda, la misma de la parbola y a Jess y a los Evangelios que
es de donde viene la criatura implcita. O sea, que un hijo a
otros hijos ha creado. El primero en la idea arrebatadora de la
idea de un padre bueno y del hijo en su regreso, y del encuentro
de ambos en amor eterno, y despus un mundo fascinante
interpretativo de la obra en s del pintor en su ingenio, al
plasmar en las manos del padre el juego de las dobles manos, al
interpretar la idea de la madre y del padre al mismo tiempo,
como en la luz de la frente del padre que ilumina al cuadro, y
que fuera necesario que Nouwen esos detalles descubriera y
relatara; todo ello teniendo el origen en la riqueza misma de la
parbola que Jess dijera y que Lucas en su Evangelio de
manera maravillosa fuera el nico que tan rica obra escribiera.
Y todo ello suma a lo que ya se suma, en relacin estrecha de la
misma idea del ingenio y de la creatividad, que a otros hijos
igual engendra, porque en este caso todo comienza en una
parbola, igual recurso literario; despus otra obra de arte, como
si ya la primera no lo fuera, en una pintura de un genio de los
colores y de las sombras a travs del pincel y su virtualismo en
manejarlos sabiamente, para convertir el cuadro en otra
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Milagro!... Milagro!... 53
parbola ms, e igual resaltar el primer hijo que la engendrara.
Y as lo que primero ya era bello se hace ms bello an en la
interpretacin, porque sta nos lleva a lo sublime al comprender
la grandeza de la primera idea Toda una prole de hijos con el
mismo padre.
Entonces, si volvemos a lo que se dijo, de que hay que
espantarse y desconfiar del que no guste del arte porque no
tiene humanidad y no es sensible a la belleza, es porque no pule
el oro que tiene y posee. El arte lleva a descubrirnos y a
profundizarnos cada vez ms. El caso citado antes ya as lo
indica. Porque el arte nos hace ms rico en humanidad.
El caso es que toda creacin y proyeccin en el mundo
de la belleza nos lleva a nosotros mismos. Contribuido en ello
lo han hecho los que imaginacin han tenido. De ellos estamos
en el fondo con grande deuda. El mundo necesita de gente que
nos haga soar con la imaginacin. Tal vez por eso que ese
recurso sea utilizado para manipular y engaar, igualmente,
aunque sea de por s un engao a sabiendas que son
invenciones. Pero se necesita un lmite y un freno, porque as
sea necesario poder imaginar, no lo es, sin embargo, el engaar.
As no se puede negar todo el bien que se ha hecho con la
invencin de Santa Claus, que en verdad nos hace soar adems
en la parte ms bella de nuestra vida, como la de el nio en
nuestro ser, pero que igualmente, se ha engaado para crear
gente en una masa manipulada y sin ningn criterio de saber un
lmite poner. Aunque es necesario que exista gente que nos
haga imaginar, pero todo su justa medida ha de tener.

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Milagro!... Milagro!... 54
Como ha de ser, entonces, nuestro personaje? Ser
invencin, o ser real? Que aunque sea imaginario ya es real,
como dijeran los entendidos de las ideas lgicas en la metafsica
filosfica, y con ello ser seguidores de Aristteles y sus
seguidores en el pensar, como la de los tomistas y toda esa
poca de pensadores lgicos que han marcado una etapa del
pensamiento humano porque si existe en la idea y como una
idea, ya existe, por ser idea. Y eso ya le da su realidad. El solo
hecho de pensarlo ya existe, y entonces, no se puede negar que
ya es real. Pero, ser real, de carne y hueso? Sera, entonces,
una biografa o una historia o el relato de algo sucedido a
alguien en concreto, con lugar, espacio y tiempo especficos.
Aqu se corre el riesgo de confundir lo real que existe de forma
material concreta con la existencia como fruto mental y de la
imaginacin. Le daremos a nuestro personaje, que as
dijimos que se llamaba y que an su nombre todava no
precisamos, una consistencia concreta desde una persona de
carne y hueso? Nos fatigaramos en esa empresa porque no es
de historia lo que aqu se trata, aunque ya sea una historia lo que
en ella estamos, porque si en estas pginas todava vamos es
porque de un alguien estamos hablando, que ya existe porque ya
nos lo inventamos. Y ya que hemos llegado a este punto, en la
forma y fondo de lo que ser pensar tenemos, porque es
importante que todos esos detalles mejor los precisemos.
Al igual que de modelos nos hemos valido para de
alguna forma referir y comparar, valgmonos en este momento
igual, de otros que ya existen. Puede servirnos la forma de
revelacin que algunos ya han utilizado, como por ejemplo,
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Milagro!... Milagro!... 55
Dante Alighieri, con su magnifica obra La Divina Comedia, con
su invencin y revelacin de un sueo, con la inspiracin de
Beatriz quien fuese su musa, como segn l mismo cuenta en
sus mismos comienzos, para aprovechar el viaje por mundos
imaginarios del cielo, del infierno y del purgatorio; y colocar en
ellos a quienes el propio autor quera y consideraba que
deberan estar. Colocando en una esfera del infierno segn iba
descendiendo a unos, y ms profundo a otros, segn sus propios
criterios, y que no eran sino sus propios juicios, como si Dios l
mismo fuese. Tampoco se trata que de jueces y de sentencias
con esta obra queramos, pero no deja de ser un poco atrevido
que as lo hagamos, pero aun de esto no se ve salvado quien al
crear un algo, mucho de rebelda, sin duda, tenga. O todo lo
opuesto al autor italiano que a las alturas y a mundos de las
postrimeras fuera, de otro autor nos valgamos, como de Julio
Verne, o sus creaciones proyectadas en futuro pero solo de su
imaginacin tomadas teniendo como base los adelantos de la
ciencia por ese su entonces, en los Viajes, ya al fondo de la
tierra ya al fondo del mar, o de entre la tierra y la luna, para
igual a mundos de imaginacin fantstica llevarnos, y ser as
con su espritu visionario el precursor en forma de novela de la
misma fsica cuntica, y con ello ubicarse en la lnea de los
inspiradores de los descubrimientos de Albert Einstein, como
tambin el inspirador de los estudios profundos de la masa de la
tierra, como con todo lo que tenga que ver con la geologa, ya
sea la geofsica y la geoqumica, siendo as, Julio Verne un
autor de gran importancia para el mundo de hoy, an cuando su
aporte haya sido en forma fantstica y en forma de novela
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Milagro!... Milagro!... 56
ficcin, porque tambin son importantes en esa misma lnea la
serie del Sper Agente 86, con su hasta entonces forma
particular de Maxwell Smart de llamar por telfono con la suela
de su zapato, siendo el inspirador de los telfonos celulares; o
como por otra parte, la misma serie de Los Supersnicos, en
donde se mezcla una especie de reciclaje de Los Picapiedras,
en una vuelta al pasado con una proyeccin futurista, porque no
se ha nos ha de olvidar que sean las comiquitas y las pelculas
las promotoras de las grandes ideas que despus el hombre pone
en prctica y hace posible en la tecnologa para, igualmente,
mejorar al hombre en su misma esencia en esa escalada
maravillosa de la evolucin.
Y dos muestras aqu tenemos para una de las dos
valernos, ya sea del aqu se trate, o lejano como el mismo cielo,
aunque ambos de pura imaginacin se trate. En el caso del
italiano, revelado en un sueo fuera, llegando al juicio y a
enjuiciados despus de muertos; y en el del francs, que en la
tierra sus pasos pusiera, pero sin su imaginacin quitar para
darnos mundos fantsticos que a todos los que sus obras leyera
no dejara de imaginar. O seguir en la lnea del escritor italiano,
que ya tenemos comparado, nos colocaramos a imaginar que
somos transportados, ya por un sueo, o en sueos revelados, o
de imaginar encuentros de tierras lejanas con personajes que ya
existencia tuvieron como con Jess de Nazareth, en el caso de
El caballo de Troya, de J. J. Bentez, o de Og Mandino, con
OK. Operacin Jesucristo, quienes, entre otros, se inventaran
un retroceso en el tiempo para tener con l, en el caso de Jess,
trato y entrevista; o la de inventarse una novela con carcter
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Milagro!... Milagro!... 57
poltico y social, porque un autor es hijo de su poca como lo
resaltara Jos Ortega y Gasset en su aporte de filosofa de la
historia, y colocar a Jess de Nazareth en el tema por de ms
delicado y fronterizo de la fe comprometida en la vida diaria
con la sociedad, como en el caso de Miguel Otero Silva, con su
obra La piedra que era Cristo, corriendo el riesgo de un
reduccionismo de personaje como Jess, quien en la historia de
la humanidad creara un hito; es decir de antes de Cristo y de
despus de Cristo, como se suele hacer las referencias como
patrn de la historia. En el caso de que acudamos a los sueos
revelados, ya sea por experiencias msticas profundas o por
proyecciones mentales en manifestaciones privadas de las
muchas que en la mstica de todos los tiempos siempre hay; en
caso de que a esos mtodos acudamos, tendremos que
imaginarnos mucho y bien los puntos que se nos van a
comunicar para poder transmitir a los fieles lectores que algn
da nos leern, para trastornarlos igualmente, como ya de alguna
forma lo habremos ya de estar, y que no sea ms que
perturbados en esas pretendidas manifestaciones,
considerndonos escogidos por la divinidad de manera muy
especial, proyectando con ello nuestras posibles propias
limitaciones y nuestras frustraciones sexuales, como siempre lo
han hecho quienes por esos mundos han andado y quienes se
han auto-considerados instrumentos preferidos de manera
personal de la propia deidad, ya en forma de apariciones de
vrgenes o de otras revelaciones, que siempre nunca se han de
acabar, por estar el mundo lleno de desplazados mentales que,
como dijera otro autor, como el mismo Simon Freud, que por
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Milagro!... Milagro!... 58
necesidad tendremos que citar, siempre el esquizofrnico con lo
religioso su mundo mental todo lo ha de mezclar; considerando
que es necesario, entonces, el mundo de los sueos dignos
siempre de estudiar; y valorar con ello todo lo que han hecho
los que en esos mundos mentales han pretendido a la persona
humana por de ms complicada, con su dedicacin comprender
que es ms sencillo y bonito y fascinante el mundo del hombre
de todos los tiempos en cuanto se quiera al mximo
comprender. Y sea vlido el estudio de muchos estudiosos que
en esos mundos sus vidas han gastado para llegar en la
bsqueda de pulir ms el oro que el hombre siempre es, y que
siempre a ello todo nos ha de llevar, para hacer ms sencillo lo
que parece complicado en el hombre en su simple mirar, porque
tendremos que con Vctor Hugo, otra vez decir, al hablar de
Javert, el polica, que en el hombre todos los animales a un
mismo tiempo todos se dan, desde la ostra hasta el guila,
desde el puerco hasta el tigre; tal vez, por eso en otra culturas
como la china, cada ao est representado en algn animal;
porque del psicoanlisis y de esas otras ciencias habremos y
tendremos por fuerza siempre acudir, para llegar a lo ms
profundo de la mente y descubrir proyecciones y frustraciones
no realizadas y prolongarlas en auto-revelaciones pretendiendo
con ello a otros desquiciar, a pesar de que sea de libre
aceptacin su credibilidad, o como ya lo dijera San Juan de la
Cruz, en su famoso poema La subida del monte Carmelo, ya
que el mismo autor dijera que el alma pura, cauta y sencilla, y
humilde, con tanta fuerza y cuidado ha de resistir las
revelaciones y otras visiones, como las muy peligrosas
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Milagro!... Milagro!... 59
tentaciones; o como se lo dijera, igualmente, en el Catecismo
Catlico en sus nmeros 66 y 67, que las tan famosas y en boga
revelaciones privadas, no pertenecen al depsito de la fe de la
Iglesia. Abundantsimas son las revelaciones privadas que hoy
en da en boga estn, y que a muchos fascinan y no a muy pocos
igual trastornan, porque de que alucinan-alucinan, eso no se
puede negar, porque la imaginacin con la emocin sumada
desquicia la mente, tal vez, como la de El Quijote, que de tantas
lecturas de caballera y de ese estilo, su mente en locura le llev
a parar, aunque no fuera sino en la mente de Cervantes quien su
padre fuera, y no fuese nada cierto en la vida real. Igual sucede
con esas lecturas que tanto adicto tiene y que llevan a encontrar
por todos lados apariciones y revelaciones y no cesan de en ese
crculo siempre rodar. Sanos permitido algn caso concreto
aqu citar, como el tan en expansin que hoy se da, es el caso
del San Po de Pietrelcina, o mejor conocido como Padre Po,
que tanto furor y contagio en sus lectores, est haciendo tanto
efecto sin ninguna pizca de criterio y sin ninguna o poca
objetividad; siendo el mayor impacto de su biografa lo de los
supuestos estigmas que en sus manos y cuerpo, que segn ellos
mismos dicen, que Dios le supo dar; cuando a todas-todas no
van las huellas de la crucifixin de Cristo con las marcas que en
las palmas de las manos el santo ya citado tuvo y tena en su
vida terrenal, pues no eran en las palmas, sino en los brazos
donde solan los romanos a los judos crucificar; y Jess no fue
la excepcin en ese tipo de muerte que por entonces sufran los
que eran visto como peligrosos como para el imperio tumbar.
Con toda seguridad esa interpretacin de que los clavos que a
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Milagro!... Milagro!... 60
Cristo le clavaron fueron en las palmas de las manos, se debe de
una lectura al pie de la letra del Evangelio de San Juan; pues los
romanos a los que crucificaban, los clavos los colocaban en los
huesos del antebrazo, es decir, entre el cubito y el radio, que
est justo debajo de la mueca, para que el cuerpo del
crucificado soportara todo el martirio y sirviera de escarnio
pblico, para todo aquel que contra la autoridad romana se
quisiera levantar. Y ese dato que no concuerda con la historia
hace que sea poco creble lo del padre Po, a pesar de que haya
tanta gente que lo siga en su devocin popular. Pero sean las
palabras del Magisterio de la Iglesia, en la persona del Papa
Benedicto XIV, palabras que aqu debemos tomar, como en
estos asuntos sea la mxima autoridad, que no es ni obligatorio
ni posible darles un asentimiento de fe catlica, sino solamente
de fe humana, conforme a las reglas de la prudencia, que nos
las presenta como probables y piadosamente crebles, cuando
el Papa en ese entonces hablaba de los casos de las revelaciones
privadas de Santa Hildegarda, Santa Brgida, Santa Catalina de
Sienna, y que en estos casos y otros muchos esa frmula, por de
ms de sabia, siempre se habr de aplicar. Porque es importante,
igual, comprender que as es como necesario pulir el oro que el
hombre es, en nada o poco ayuda una postura de esas que aqu
acabamos de referir, porque en vez de sacar ms brillo porque el
oro lo tiene, ms bien lo llena de polvo y tierra al llevar a sus
lectores las realidades invertir, haciendo de esta vida una triste y
constante escapatoria con la pretendida idea del cielo aqu vivir;
para, entonces, tener algo de razn, si no mucha, aquellos que
alguna vez el atrevimiento tuvieron, porque todo en el arte es
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Milagro!... Milagro!... 61
una autntica rebelda a las estructuras del momento y del
concreto y diario acontecer, cuando dijeran que la religin para
el pueblo era un opio, o una droga, como lo dijeran
Shopenhauer y otros que su pensamiento e idea prolongaran
cuando llegaron a descubrir y a pensar que en aras de un cielo
post-mortem haba que perseguir sacrificando un presente
histrico concreto como si eso fuese la razn principal de la
existencia, y en contra de esa praxis se opusieran, buscando a la
humanidad los ojos abrir, y generando con ello una frontera
declarada entre lo que se diera por llamar el idealismo por un
lado, en oposicin a materialismo, por el otro como polos
opuestos, como si fe fuese proyectar a un futuro que es misterio
y como si la muerte fuese lo prioritario en detrimento y
desprecio de lo terreno, llegando al extremo de una apata
enfermiza por la vida en su plenitud asumir. En otras esferas la
guerra entre sacralismo y secularismo tristemente se generara,
como si de opuestos radicales la idea de los opuestos se tratara;
porque los opuestos no son radicalmente irreconciliables, como
a veces en la prctica se evidenciara, sino que los opuestos son
bsicamente necesarios y complementarios, necesitndose
mutuamente para juntamente explicarse. O como ya lo dijera en
alguna parte Vctor Hugo en su obra Los miserables, cuando
coloca en franco dilogo a G., o al como en ese mismo captulo
el autor el convencional llamara, con el Obispo, cuando del
rey hablaban, y G. ante el requerimiento del clrigo que le peda
que se explicara, G. entonces sus razones y explicaciones daba,
al decir que el hombre tiene un tirano, que es la ignorancia, y
que en su contra l haba votado, por haber engendrado la falsa
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Milagro!... Milagro!... 62
autoridad, en lugar de la autoridad que se apoya en lo
verdadero; y que el hombre no debe ser gobernado ms que por
la ciencia; y a este punto el autor coloca al Obispo completando
que tambin la conciencia; pero que no es el Obispo sino en
mismo autor que as piensa, porque no dejar de ser recurso de
escritura el colocar en otros lo que se quiere decir, y para ello
personajes se inventan, como es de gran utilidad al escribir, para
completar con el propio G., personaje como ya se ha dicho, que
ciencia y conciencia es lo mismo, ya que la conciencia es la
cantidad de ciencia innata que tenemos en nosotros mismos; o
lo que fuera lo mismo que dijera en otros trminos, en su obra
por de ms sabida y conocida, el propio San Agustn, cuando
por su entonces, entonces igual dijera al querer poner a Dios un
lugar y no encontrarlo ms que en s mismo, y con ello
msticamente decir, que siendo as que Vos estabais ms
dentro de m, que lo ms interior que hay en m mismo, y ms
elevado y superior, que lo ms elevado y sumo de mi alma.
Eso en caso de que a sueos y revelaciones, ya de
apariciones o de otras maneras especiales quisiramos echar
mano en todo esto que pretendemos aqu sanamente escribir.
Porque, no podemos negar, que el que en artes indaga y al que
en artes algo expresa, su vida queda en alto porcentaje igual en
eso que inventa, su personalidad siempre ha de quedar; siendo
as su obra en una parte su biografa, y que el quiera en ella los
rasgos del que en eso que plasma todo su ser queda fiel grabado
como si fuese una fiel fotografa, como lo dijera el mismo
Cervantes al decir que l no he podido contravenir al orden de
naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y as,
_______________

Milagro!... Milagro!... 63
qu poda engendrar el estril y mal cultivado ingenio mo,
sino la historia de un hijo seco?, o como en buen humor el
poeta aquel cuando a su amada una serenata matutina llevara,
para pedirle que de la cama se levantara porque era muy
pequea la cama y no caban los dos. Dice fielmente as el
poema de Aquiles Nazoa, de nombre, Serenata a Rosala,
porque es hijo, y como ya hemos dicho que a toda criatura hay
que nombrarla, porque es creacin, la hemos nombrado para
andar slido y respetuoso en esta ocasin, y quedando plasmado
la personalidad de su autor, que se est burlando con su estilo
de una cosa seria, como era la de enamorar a su amada, pero
que le est pidiendo que se levante, porque en la misma cama
no caben los dos, para soltar la risa al no andar por el estilo de
un poema que enamora con la peticin ms firme de su
incmoda situacin Dice as el poema en cuestin, que
tambin lleva a pulir en el ser humano lo ms puro que es el oro
a travs del humor:

Levntate, Rosala
a ver la luna de plata
que el arroyuelo retrata
y el lago fotografa.

Levntate, vida ma;


anda, pues, no sea ingrata!
Levntate con la bata,
o sin ella Rosala.

_______________

Milagro!... Milagro!... 64
Ay, levntate mi nena:
s complaciente, se buena
y levntate, por Dios!

Levntate, pues triguea,


que esta cama es muy pequea
y no cabemos los dos!

O la de sacarle lo jocoso a la propia realidad que se vive


cada da, como lo han hecho muchos de aqu y de all, porque
de eso se trata la creacin en el arte, la de transcender la propia
realidad, hacindola ms bella de lo que ya es, y al
transcenderla la estamos haciendo sublime y exquisita; o para
ser o pretender ser ms finos, al decir de allende las
fronteras, para decir que otros ms all de aqu como lugar y
situacin tambin lo dicen y lo viven diciendo con sus letras ya
escritas con buen verso y prosa, ya como crtica, ya como
anlisis, y hasta en canciones, adems de las muchas
expresiones que el arte tiene; otros, como el mismo Perucho
Conde, con su famosa y siempre actual su cancin de la cotorra
criolla, que era una especie de adaptacin de la cancin del
grupo Sugar Hill Gang, que era de Nueva York, y Rappers
Delight como se llamara la cancin, haciendo con su humor una
simptica versin criolla, con su estilo propio y venezolano su
propia creacin, y que vale la pena que traigamos en este
momento para ilustrar y rernos tambin de la situacin, al
cantar su letra en forma de rap, y admirar lo que halla que
admirar, porque como ya se ha dicho, y ese sea nuestro
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Milagro!... Milagro!... 65
horizonte, de que el arte no es otra cosa que la misma naturaleza
que grita para que la sepamos interpretar, y hay gente que eso
hace en sus mltiples creaciones, como la que damos a
continuacin, que dijimos que es de Perucho Conde, y que es
necesario ponerle atencin:

Que f, que f
que yo no sea musi

Me gusta la cotorra y aqu estoy pues


con mi cotorra criolla que no habla ingls
vivo en Caricuao y trabajo en El Marqus
llevo lea en esta vida al derecho y al revs
le debo al Italiano al Portugus
al Turco, al Zapatero y a Doa Ins
y en el apartamento de la UD3
me botan pala calle si no pago en este mes
Como la ves, como la ves!

Que vaciln, que vaciln!

Ja ja ja... no es tan seria!!!

Y como se quiera en el humor est la crtica, ya mordaz,


ya en stira, de la poltica, que hace que sea ms bello el humor.
O la de inventar largas historias como la de Coelho, con
su famosa obra El Alquimista, para igual entretener en la
imaginacin endulzando el alma y purificndola al llevarla a
_______________

Milagro!... Milagro!... 66
pulir como se pule el oro ms fino, como ya hemos dicho. O de
inventarnos personajes, como es lgico y natural que sea, que
aparecen para decir cualquier cosa que el autor quiere en su
invencin como recurso, para volverlos a desaparecer a placer
para mantener en velo a quien su obra lea, como, otra vez, Og
Mandino, al inventarse al personaje Simon, el trapero, y su
legado de el memorando de Dios dejarnos, quedando la duda
de si fue misterioso el hombre aquel que desapareci, que
muchos llegan a pensar que fue verdad, olvidando que a los en
estos mundos del arte algn personaje inventan a su antojo y
necesidad para decir en ellos los que ellos mismos quieren y
hace tiempo piensan. O seguiremos el fantstico mundo de
Robert Langdon, quien viajase entre una tarde y una maana de
Paris a Zurich para resolver, en la brillante imaginacin de Dan
Brown, en la novela por de ms brillante de El cdigo Da Vinci,
el complicado mundo en conflicto y misterioso que generara un
cliz, en el que bebiera Cristo en la ltima Cena, y al cliz que
el nombre de Santo Grial le diera, y entretejer mundos
poderosos en conflicto por el poder, para admirar, sin duda, la
imaginacin e invencin del autor, que al mundo con su relato,
por de ms fantstico y de soberbial belleza, en ascuas y
confusin pusiera; al punto de que muchos hoy ni siquiera se
ubican en la idea de que es fruto de una creacin y hasta llegan
a alegar con datos, como si de eso la obra se tratara, y que es del
gnero de las artes de la novela. O colocarnos en seguir un
descifrar una intrincada escritura encriptada en el pecho del
muerto de la novela, con lo que comienza, para confundir la
mente del que tal obra leyera, al estar escrita en latn y en forma
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Milagro!... Milagro!... 67
de una estrella en un pentculo, al tener el muerto con pies y
brazos, la forma de el hombre de Vitruvio, que en garabatos en
su haber el pintor Leonardo Dan Vinci en sus buenos tiempos
hiciera. Y al estar la escritura en latn y encriptada para
descifrarse, y ah el juego novelesco de su genio Dan Brown
tuviera y se valiera para entretener la imaginacin del que esas
invenciones leyera, coloca a un lado, su crtica a la Iglesia, y
por el otro con la figura del pentculo, tambin a los judos en la
confusin y en la mira igual pusiera, valindose de la idea del
cliz del que Cristo bebiera, fuera la causa de la causa del
mundo todos los males. Y se olvida el mundo que invencin
fuera lo que el autor de la obra se propusiera.
Y, as, como antes una obra en otras igual se
multiplicara, como tiene su efecto multiplicador el arte, como
siempre lo ha sido y lo ser, por los siglos de los siglos, el
hecho de la ltima Cena, como realidad histrica, por de ms
bella y hermosa, fue interpretada por Leonardo Da Vinci en un
lienzo; tal vez, porque el lienzo le gritaba que esa obra, por
favor creara, porque, como se dijo que la mxima expresin del
arte lo definiera Van Gogh, al decir que la naturaleza le gritaba
que la interpretara, como antes ya dijimos; quizs por eso, Da
Vinci, entonces esa maravillosa obra produjera. Y as como una
realidad, por de ms de bella, llevaba a la otra para enriquecerla
y comprenderla; de esa misma forma multiplicadora, Dan
Brown, con su aproximacin a esa expansin y comprensin su
grano tambin pusiera, dando con ello hijos, lo que hijo ya de
por s engendraba. Pero cada uno en su tiempo y espacio, como
igual, en otra oportunidad ya dijimos.
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Milagro!... Milagro!... 68
Podramos ms modelos colocar para ver de cul de
ellos podramos valernos en nuestra manera. O de poltica, y
entonces temas ms serios aqu tratar, como a Carlos Marx con
su Capital, con su aporte maravilloso en el orden social; o de
Maquiavelo, con su propuesta de que el que aspira poder de
todos los medos se debe valer.
Entonces llegar a la indecisin de todos y los muchos
modelos que hay en la historia, no saber de cul de ellos, nos
podremos valer; para llegar a reaccionar como antes igual lo
hiciramos, que de ninguno de ellos echaremos mano, ya que
hijos de otros son, y no lo podemos negar. Tampoco se trata de
copiar a otros, porque son otras las paternidades, como otras las
circunstancias y muy concretas las diferencias y las
mentalidades.
Con todo esto, precisos y claros estamos. No se puede
hacer propio lo que ajeno es, aunque hayan causado impacto;
adems, porque en el ingenio no hay modelos y tampoco
escuelas. Tampoco es que ingenio se trate de genialidad, sino de
creatividad, y de imaginacin; y en esto, todos somos creadores
de nuestros mundos, porque es muy bonito poder soar, como
no se puede negar que Da Vinci, o Lope de Vega, o Julio Verne,
o el mismo Dante, eran maestros en ingenio, como tampoco
actualmente Dan Brow, o la autora J. K. Rowling con su obra,
por de ms fantstica e ingeniosa de Harry Potter. Porque esa es
la grandeza del arte que a otros contagia y hechiza siempre en
un espiral eterno. Por eso siempre locos al crear siempre habr,
y locos al contemplar y seguir nunca dejarn de aparecer
pidiendo a gritos que por favor y por piedad sepan a la
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Milagro!... Milagro!... 69
naturaleza en sus gritos interpretar, porque al ellos en el mundo
existir, alivio y consuelo aportarn a los que a profundidades
quieren ir siempre, porque es una constante en el ser humano de
todos los tiempos. Qu sera del mundo si no existiese el arte y
los artistas que nos ayudan a ver la belleza que el mundo tiene!
Son ellos los instrumentos para volvernos a la misma
naturaleza, como en otras experiencias ya lo dijera el mismo
Teilhard de Chardin, de que si llegase a peder la fe se
quedara con el mundo, con la tierra, porque desde ella volvera
a tener la fe que hubiese perdido, de manera hipottica, como l
deca. Porque el artista es esa individualidad especialmente
dotada para llevarnos al encuentro con nosotros mismos, a
travs de los que ellos msticamente encuentran con su profunda
pasin que los hace morir y vivir, como igual lo dijera por otros
caminos la santa mexicana sor Juana Ins de la Cruz, pero que
no por ello hablen de Dios en sus obras de manera ex-profesa
como los ltimos que estamos citando, porque al descubrir la
belleza que el mundo tiene, es al mismo Dios descubrir, aun
cuando se ande por caminos que nada tengan que ver con lo que
siempre hemos llamado fe. Porque, al fin y al cabo, Dios es una
experiencia de bsqueda y de apertura, ms que la palabra como
tal; y a Dios lo descubren todos en el arte, porque se trata de la
belleza y de sus profundidades, o como consideran algunos
judos adelantados, que no es tanto a Dios al que hay que
buscar, sino a la belleza, porque a Dios hay que superar y eso es
lo que a Dios le encanta, como lo dijera Erich Fromm, en su

_______________

Milagro!... Milagro!... 70
obra El humanismo judo, y que otro como padre engendrara un
hijo de nombre Debajo de la matica, otro de los muchos padres3
que con otro hijo y paternidad por esos mundos anda, por ser
tan extenso el mundo de la creatividad; y para comprender que
todo es un eterno girar, de un ir y volver al mismo punto y
centro, para llegar a comprender que nada nuevo hay bajo el
sol, como igual tambin dijera el autor del libro del Eclesiasts,
para un libro de la Biblia en este extenso tema, tambin citar;
como ya lo ha plasmado el pensador aquel con la idea del
castigo de Ssifo, quien transportaba una piedra hasta la cima y
una vez llegado al final, la piedra rodaba hacia abajo, y Ssifo
tena que volver a comenzar a empujarla hasta llegar a la cima,
y se volva a repetir el subir empujando la piedra, porque sta
estando arriba volva a rodar hasta el comienzo de la cuesta, y
todo volva a comenzar; idea sta reflejada en el sol que sale
todos los das y todos los das al atardecer se oscurece en el
horizonte, para volver al otro da su rutina repetir, como en un
sin fin y en un eterno, porque es lo mismo todo en el hombre en
su eterno vivir, porque era la paga o el precio que el personaje
de la mitologa griega tena que pagar para no morir, repetir y
repetir, la misma cuesta con la piedra que llegaba a la cima, y
ya en lo alto, disponerse otra vez a empujar porque la piedra se
volva a rodar. Y ya con esa idea, en padre a otro convierte, para
utilizar en forma imaginativa e ilustrativa lo que es eterno en el
hombre, y en el arte, lo cotidiano iluminar; para volver a lo que

3
El mismo autor de este libro ha escrito un libro con el ttulo Debajo de la matica, en
donde se cuestiona la importancia y lo nefasto, al mismo tiempo, del genio judo.
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Milagro!... Milagro!... 71
ya se ha dicho, de la importancia que tiene el arte en la vida del
ser humano pues nos descubre la belleza que tiene en s la vida
y su trajinar misterioso; y con ello la familia aumentar porque
otros la misma idea han tratado y enriquecido como Albert
Camus, mucho tiempo despus al volver con su pesimismo
propio, mas no por ello fuera de lo real, pero con un nuevo
enfoque e idea que fue una aplicacin concreta del hombre
como esclavo de su dependencia como obrero y en el campo
laboral; porque vuelve a hacerse eterna la idea de que a otros
hijos engendra una idea, y esa de Ssifo, que de Homero, del
autor griego fuera su paternidad, porque como dijera el mismo
Albert Camus, al final de su estudio respecto a Ssifo, que el
esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un
corazn de hombre, y que por eso es mejor imaginarse a
Ssifo dichoso, porque a pesar de que tenga que volver a
empujar la piedra, y de cero comenzar, ya la sola idea de que va
a llegar a la cima, es ms que suficiente para que el hombre est
contento en su eterno empujar. Y el arte un gran aporte nos da
para comprender metafricamente lo que pesado puede resultar,
y es por eso que la belleza el artista ha de siempre descubrir
porque se trata de que a la naturaleza hay que saber interpretar,
como igual dijimos cuando la mxima definicin del arte van
Gogh nos supiera dar.
Ahora tratemos de cmo la forma de contar lo que aqu
estamos haciendo en nuestra idea y en nuestra historia, si en
relatos cortos o en si formas largas; o si con muchos puntos, o
pocas comas y puntos y comas, o puntos y apartes, o pocos
signos, por una parte habremos de usar; o como ya lo hicimos,
_______________

Milagro!... Milagro!... 72
como es evidente en todas las pginas de atrs; o si seguiremos
como hasta ahora vamos o es que tenemos algo nuevo por
inventar. Pero como ya igual dijimos, no se trata de genialidad,
sino ms bien de ingenio, es decir de creatividad. No se trata de
ser inventores, o de aportes a lo que ya existe, como si con ello
furamos las cosas transformar; sanos mejor las cosas de la
imaginacin permitidas, que en eso nada pecamos y con ello
nuestro derecho sano de poder sanamente imaginar. A este
punto ya estamos de nuestra historia, que no es historia como ya
dijimos, porque no se trata de una verdad o hecho concreto
historiografiar, sino de un recurso ms que vlido en estos
muchos que en el arte de la invencin en el mundo hay.
Pasemos a lo que queremos, entonces, y permitido
sanos el continuar. Pero, definitivamente, demos nombre a
nuestro hroe y no alarguemos ms este asunto, porque como
dijimos cuando se dijo que en el juego de matarile rile ron el
juego no se poda seguir hasta que no se escogiera el nombre
que gustase en esa algaraba infantil, asignemos uno para
proseguir; y el nombre que nos gusta ser por los momentos, el
de la N o el del N, y as complaceremos los dos gustos, ya
sea femenino o masculino, para emular la doble fuerza que
otros en sus aportes han tratado, como el mismo Dan Brow ,en
su obra que ya tenemos citada, de la del El cdigo Da Vinci, por
un lado, y por otro, la otra obra suya, la primera, ngeles y
Demonios, en las que trata de la importancia de los polos
opuestos que son necesarios, lo femenino y lo masculino, pero
no en oposicin abierta, sino en complemento y necesidad. Tal
vez en esto consista el mayor aporte de su ingenio en el caso de
_______________

Milagro!... Milagro!... 73
Jess y Magdalena como la aplicacin subyacente en toda su
obra, y que tanta confusin su idea generara, para volver a la
misma idea de la complementariedad, y que el autor encuentra
expresada en la obra por de ms famosa de la ltima cena de
Da Vinci. O como del yin y del yang, en otros pensamientos se
insistiera como la necesidad de lo opuesto para existir, ideas
que ya estn implcitos en los mismos libros considerados como
sagrados, al colocar que su opuesto necesario y complemento es
como en luz/oscuridad, sonido/silencio, calor/fro,
movimiento/quietud, vida/muerte, mente/cuerpo,
masculino/femenino, trigo-cizaa, y de los muchos que en la
Biblia hay. Por eso el nombre que igual usemos habr de ser
indistintamente, llamado unas veces la N, o el N, pero se
trata del mismo personaje, y no porque sea ambiguo, sino
porque se trata de la idea de la complementariedad y de la doble
fuerza en el ser humano que son necesarias para poder
explicarse mutuamente, como igual se explica la nada desde la
existencia, o la criatura desde el Creador, o el fro en oposicin
al calor, o el hambre con la hartura, o la bonanza con la
desgracia, o la salud con la enfermedad, o la muerte con la vida,
o la noche con el da, o la oscuridad con la luz, o el odio con el
amor, o lo uno con lo otro, porque se complementan y se
necesitan.
Y como el nombre es necesario, y como ya se lo
pusimos, rebautizando con ello a nuestro hroe, como El
Quijote a su caballo, que antes era Rocn, y despus Rocn-ante,
y Aldonza Lorenzo por Dulcinea del Toboso, y a las dos mozas
que le ayudaron en la venta donde lo hicieran y juramentaran
_______________

Milagro!... Milagro!... 74
como caballero, y una se le llamaba Tolosa, por ser hija de un
remendn natural de Toledo, y la otra la llamaban la Molinera,
por ser hija de un honrado molinero de Antequera, les dio el
nuevo nombre de Doa Tolosa, a una, y de Doa Molinera, a la
otra, y a todo le cambiaba el nombre, porque nueva era la nueva
historia que desde l se empezabay en este punto no deja uno
de pensar, sobre todo en el trance de Don Quijote que no poda
comer por lo incmodo de sus armaduras, y ese momento nos
lleve a pensar en aquella obra titulada el caballero de la
armadura oxidada; pero volviendo a nuestro caso, nuestro
hroe se llamaba nuestro personaje, y ahora se llama "N",
para llamarse as hasta el final, con una nueva sorpresa para
llegarlo a rebautizar justo para terminar, empecemos a continuar
lo que ya empezamos y permtanos sea el poder imaginar,
porque de eso se trata en el hermoso arte de lo que se llama
fantasear, porque, en parte, la humanidad necesita de locos que
la hagan soar, y como ya en esto estamos, pues vamos a
continuar Y con el nombre comienza ya la creacin, como
igual comienza el libro del Gnesis cuando de lo creado nos
quiere informar que todo es obra de Dios, y dice que dijo que
haya luz, y viendo que estaba bien, apart la luz de la
oscuridad, llamndose entonces a lo que recin creaba con el
nombre de da; y as, atardeci y amaneci, y fue el da
primero; e igual con lo sucesivo en su obra hasta llegar al
hombre, y que segn sorpresa para verificar su nombre a la
Biblia en esta vez con esa curiosidad se acudiese, para abrir los
ojos en la sorpresa, no dice que Dios al hombre nombre le diese,
sino que dice que Dios dijo que hagamos al ser humano a
_______________

Milagro!... Milagro!... 75
nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los
peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en
todas las alimaas terrestres, y en todas las sierpes que serpean
por la tierra; y al ser humano a imagen suya, a imagen de
Dios le cre, macho y hembra los cre; pero no dice que algn
nombre le dio; aunque por otros caminos, a este punto el poeta
venezolano con su humor y su propiedad dice que Adn es el
ejemplar que Dios fabric con pantano y a quien el nombre
de humano le dio por disimular. La intencin que tuvo Dios
fue fabricar un cacharro, pero estaba malo el barro y eso fue
lo que sali; as lo estila en su manera y forma tan original,
nuestro Aquiles Nazoa en su poema titulado un sainete o
astrakn donde en subidos colores se les muestra a los lectores
la torta que puso Adn. Porque la curiosidad es grande cuando
en la Biblia no aparece que Dios a su gran creacin nombre le
diera, y s a los tres ros que cre para que regaran el jardn en el
Edn, siendo ellos Pisn, Guijn, y Eufrates; pero no a Adn
como Adn, y ni otro cualquiera, aunque queda claro que
cuando dice que Dios dice que dijo hagamos al ser humano a
nuestra imagen, como semejanza nuestra, ya queda implcito
que ser humano se llamara; de lo que deducir se pudiera que
Adn es el sin nombre, porque no se sabe de dnde sale su
gracia, aunque el que esos datos de fe cuenta, el autor que eso
cuenta, y que se imagina en su invencin porque en eso consiste
igual el arte, pareciera que al polvo y a la nada se refiera; y de
inmediato en ese relato el sin nombre se apropia una
atribucin y bautiza con nombre a lo que de su costilla saliera,
al darle el nombre de mujer, y a pesar de que no hila con su
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Milagro!... Milagro!... 76
origen, el texto dice que ser llamada mujer, porque del varn
ha sido tomada, lo lgico fuese en la lgica de la palabra que
varona se llamara y no mujer como lo dice que Adn a Eva le
pusiera. Y ya que en la Biblia estamos para justificar lo de lo
nombres, no podemos pasar por olvido todo lo que se
transforma de un antes y un futuro, como en lo de Abram por
Abraham, lo de Saray por Sara, Jacob por Israel; hasta llegar a
Jess, llamado el Enmanuel, y que su nombre por un ngel
fuese puesto desde el mismo momento de la noticia de su
concepcin; para despus pasar por Pablo, que de Saulo pasa a
ser Pablo, porque es importante el nombre que era antes como
referencia, para revalorizar el nuevo nombre como el caballo
que antes era Rocn con su nuevo nombre de antes, que no era
antes sino al final para completar Rocinante porque lo que
cuenta es el futuro y lo que har, como se acostumbraba en
otros tiempos cuando las mujeres se iban al convento o decidan
vida religiosa o de claustro llevar, o algunos monjes que tanta
tena que ser la renuncia que hasta del nombre antiguo no se
queran acordar, como Juana Ins de Asbaje y Ramrez de
Santillana, que as se llamara primero, y despus que a religiosa
se metiera por Sor Juana Ins de la Cruz se hiciera llamar; o
como aquel otro de por los mismos tiempos, Juan de Yepes
lvarez por nombre llevase, despus fray Juan de Santo Mata,
cuando estudiante era, y ms tarde como San Juan de la Cruz,
en otro cuando tambin su nombre cambiase; y sea infinita la
nmina de casos de cambio de nombre, indicando con ello que
el cambio de vida hasta el nombre implicaba; como en el caso
que se cuenta de dos que se saludan, y uno insiste en el cambio
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Milagro!... Milagro!... 77
que en todo en el otro encuentra, y en insistir que ahora estaba
ms gordo y ms alto, y en esto y en aquello, y ante la
aclaratoria del otro en decirle que l no era Juan, sino Luis
Marcos; y ante la insistencia de uno y de otro, uno en hacerle
notar los cambios que en el otro hallaba, y el otro en que l no
era de quien el uno hablaba, entonces, sigue notando el uno el
cambio que dice que cunto era el cambio que el otro haba
hecho que hasta el nombre se haba cambiado Costumbre
todava hoy en usanza porque cuando uno que se hace famoso
sobre todo en la escena y del pblico cambia su nombre de pila
por otro artstico para ser ms fcil y reconocido su triunfo; o en
el caso de los Papas, cuando los eligen, ya no se llaman Karol,
sino Juan Pablo II, o Juan XXIII, o Len XIII, para indicar con
ello que sus vidas en otras se cambian; o como aquel caso del
que llega a la instancia civil a presentar a su hijo para que quede
su nombre asentado y tenga carta de ciudadana, cuando el
encargado de los menesteres de asentamiento de los datos que
corresponden pregunta al padre el nombre de cmo habr de
llamarse su hijo, Tigre 24 contesta el interpelado; ante el
asombro del secretario que los datos al libro pasaba, el padre del
nio sus razones de tal nombre alega, y la nica que dice es que
as como ha habido alguien con el nombre de Len 23, por qu
ha de ser extrao que su hijo, igual, Tigre 24 se llame; o como
aquel caso del padre que llega a bautizar a su hijo, y cuando el
prroco por el nombre del hijo pregunta al campesino, este el
nombre que a su pimpollo pondra se le olvida, y hace que el
prroco rece el credo completo, porque el campesino recordaba
que en la Iglesia todos los domingos el nombre decan; y no
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Milagro!... Milagro!... 78
hubo otra para el prroco que el credo rezar, y cuando el
prroco el credo rezaba y en la parte de la concepcin del Hijo
el prroco iba fue concebido por obra y gracia del Espritu
Santo y naci bajo el Poder de Poncio Pilato, el
campesino hizo que el padre se detuviera porque el prroco ya
el nombre que para el hijo el campesino haba escogido el padre
en esa parte ya lo haba dicho, y el nombre era Ignacio, porque
el padre en el credo lo deca y era el recordatorio que el
campesino usaba, y era en la parte donde deca y naci y el
campesino pensaba que un nombre lo que el padre deca;
porque cada cual recuerda y relaciona como mejor le parece y
resulta; y con ello quedamos con lo del nombre resuelto para
avanzar en lo que ser el futuro de esta historia que tambin es
cuento.

_______________

Milagro!... Milagro!... 79
8

N haba recibido la llamada telefnica en esa


maana. La conversacin haba sido larga y extensa. Haban
tratado temas de gran profundidad y de ninguna importancia.
Porque los temas profundos de nada sirven para la vida. Temas
como el saber de dnde venimos y a dnde vamos. Temas de
gente ociosa que no tiene ms en qu pensar, y que cree que al
abordar esos temas eternos y de nunca acabarse estn yendo a
solucionar todos los problemas de la vida y de la existencia.
Algunos han llegado a pensar en los elementos esenciales de la
existencia como el agua, el fuego y el aire, y desde que se tiene
conocimiento del pensamiento humano, siempre ha sido el tema
de los temas. Y eso est considerado como hacer filosofa, y lo
es. De esos temas haban tratado en esa conversacin.
Inutilidades, pero igual lo conversaron. Temas tan eternos y de
un crculo del que no se sale, como el tema de qu fue primero,
si el huevo o si la gallina?, en donde algunos se esmeran en
demostrar que fue primero la gallina, de donde viene el huevo;
y los otros, en sostener que fue primero el huevo, porque sin l
no es posible el pollito que despus ser gallina, porque sin
huevo no hay gallina; pero sin gallina, no hay huevo, y se entra
en una duda constante de reconocer que ambos tienen razn,
porque sin gallina no hay huevo, como tampoco sin huevo,
gallina; dejando de un lado, que sin gallo, no hay ni huevo ni
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Milagro!... Milagro!... 80
gallina; pero que sin huevo y sin gallina, tampoco hay gallo. Y
entonces, no se sabe cul de los tres es ms importante, porque
sin uno no hay ni uno ni otro, y tampoco el tercero. Entonces,
viene a tener razn la niita que le contesta a su mam, en el
libro Teresa, de Armando Jos Sequera, que ella la hizo mam,
cuando la seora y la nia pasaban frente a la clnica donde la
haba trado al mundo, muy contenta le comenta y le ensea la
clnica y le dice hija, ah en esa clnica yo te traje al mundo,
y la niita despus de mirar el edificio de la clnica y de mirar a
la mam le contesta, o sea, mami, que ah fue donde yo te hice
mam; y en ambos casos, las dos tenan razn, porque sin
gallina no hay huevo; y sin huevo no hay gallina, aunque el
gallo tambin dependiera del huevo, porque vuelve a repetirse
la historia y el cuento que nunca tiene fin, como los temas que
siempre se conversan para demostrar que se est haciendo
profunda filosofa. O como cuando el Chapuln Colorado, otro
hijo como idea de otro autor, de Roberto Gmez Bolaos,
creados para hacernos soar y fantasear, en algn aprieto que se
encuentra y quiere intervenir para l tambin ayudar, y cuando
nadie tiene soluciones a los problemas que se presentan en esos
momentos, entonces, el Chapuln suele intervenir para proponer
alguna idea, y apenas dice yo opino, enseguida lo mandan a
callar, porque as como El Quijote, en vez de las cosas mejorar,
las pone mayores porque en vez de desfacer entuertos o
desfacer agravios, como era la intencin del caballero de
andanzas sin igual, no desface, o deshace, que es lo mismo lo
que quiere decir Cervantes en su espaol hablado por los
tiempos de su redaccin; porque en ambos casos, el tuerto
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Milagro!... Milagro!... 81
quedaba igual de tuerto, o tal vez ms; y si no era tuerto, pues
ya lo iba a ser desde ese momento de la torpeza cometida que
complicaba ms las cosas, como en el primer caso del caballero,
y muchas y variadas por otro lado las del Chapuln, que preciso
sea traer al cuento lo que Cervantes de su personaje en su
ingenio inventa para entretener sanamente en su por de ms
sabido entretenimiento, como entonces, relata su primer
encuentro con el labrador que castigaba a su criado porque en
su trabajo era muy descuidado y sus ovejas cada da una cada
vez se iban perdiendo, y como los gritos del muchacho al
caballero su atencin le haba llamado, se acerc entonces el
justiciero para aplicar justicia, entuertando la situacin que en
su firme convencimiento estaba enderezando, como dice que
dijo don Quijote al labrador pero qudense los zapatos y las
sangras por los azotes que sin culpa le habis dado; que si l
rompi el cuero de los zapatos que vos pagastes, vos le habis
rompido el de su cuerpo; y si le sac el barbero sangre estando
enfermo, vos en sanidad se la habis sacado; ans que, por esta
parte, no os debe nada, sobre todo porque el labrador al
caballero en su derecho le alegaba, y para justificar los azotes
que al muchacho le daba, y ms que por eso para no pagarle
nada al muchacho, porque el caballero en justicia un pago y un
sueldo para el joven reclamaba, el labrador para no pagar los
setenta y tres reales que la cuenta a Don Quijote le daba, de la
suma de nueve meses, segn el mismo muchacho dijera, y a
siete reales por mes, o para pagar menos, en su lista el labrador
peda que de esa cantidad se descontara en cuenta tres pares
de zapatos que le haba dado y un real de dos sangras que le
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Milagro!... Milagro!... 82
haban hecho estando enfermo; en vez de eso, apenas se haba
marchado el justiciero que quera deshacer entuertos, como
diciendo enderezar lo que torcido estuviese, lo torci ms para
el pobre Andrs, que as se llamaba el muchacho, porque apenas
ido el jinete en su caballo, se las cobr ms fuerte el labrador,
quedando todo con todo esto en ms azotado el muchacho y
llorando y su amo riendo se qued, porque como se est
diciendo si no era tuerto, lo iba a ser desde la torpeza a pesar de
ser sana y buena la intencin, aunque de inmediato el mismo
don Quijote quedara ms desfacido, o deshecho, con la cada
que por defender a su hermosura Dulcinea frente a unos
mercaderes pidiendo que reconocieran su belleza se les quera
imponer, y ante el atrevimiento que segn a l le pareca, con su
espada quisiese al mercader atrevido quien de la Dulcinea
pidiese como muestra de ella un retrato, y que aunque ella fuese
tuerta de un ojo y que del otro le manara bermelln y piedra
azufre, con todo ello, para complacerlo en su peticin
afirmaran de ella lo que l les pidiese, y ante el embarazo de
Rocinante, Don Quijote al suelo con armas y todo en esa
embestida se cayese, para recibir en remate una golpiza de un
mozo de mula que en el grupo se encontraba. Pero con la
diferencia del Chapuln, al Quijote la desgracia en ese trance le
sucedi en su contra, porque en el del traje rojo y con el martillo
del chipote, todos los malos ratos y desenlaces les suceden a los
que l quiere siempre ayudar, como igual sucede en el caso de
los otros trances que se cuentan en la historia de Don Quijote a
partir de ese entonces, aunque haya parecidos con el Chapuln,
que en sus entradas apenas lo invocan hace su aparicin siempre
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Milagro!... Milagro!... 83
cometiendo algunas trastadas llevndose por delante las mesas,
las sillas o lo que le entorpezca su sorpresiva aparicin y desde
ah comienzan las complicaciones para los que lo invocaron
pidiendo su ayuda, que a diferencia de Don Quijote a ste nadie
le solicita su socorro.
Volvamos a la llamada de telfono. Haban estado
hablando de la constitucin septenaria del hombre, y como
cada loco en su tema siempre anda, esa maana esos dos locos
en ese tema anduvieron. Hablaban profundo, procurando saber
de muchas cosas e ignorndolas todas; pero como los locos lo
son sin pedir permiso ni les otorgan licencia para serlo, y las
naturaleza les hace sus jugadas, estos dos locos a pesar de su
cordura hablaban de que el hombre est compuesto de cuerpo,
alma y espritu, y haban entrado en una clasificacin un tanto
curiosa como la del cuerpo Fsico, la Vitalidad, el Cuerpo
Astral, el Alma Animal, el Alma Humana, el Alma Espiritual, y
el Espritu; todo ello fruto de una lectura de algunos autores
hindes. "N" se haba quedado pasmado y no saba mucho qu
decir ante el abordamiento del tema. Procuraba, sin embargo,
hacer un esfuerzo por entender el camino que su interlocutor
telefnico llevaba, y que indicaba que quera hablar de que el
ser humano se halla dividido entre un ser superior y otro
inferior, como as lograba la idea tomar; es la idea de que el
hombre es de constitucin septenaria y no simplemente una
dualidad, o sea, solo cuerpo y alma como dos realidades
opuestas y antagnicas, fundamentado en la idea de la cadena
planetaria y de las siete razas, que dan la idea de la naturaleza
septenaria del hombre, porque cada principio est
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Milagro!... Milagro!... 84
correlacionado con un plano, un planeta y una raza, y los
principios humanos estn en cada plano en correlacin con las
sptuples fuerzas ocultas, incluido en la una trinidad que son
Espritu, Discernimiento y Mente, y que tienen su base en los
cuatro instrumentos o vehculos inferiores que son Pasiones y
Deseos, Principio de Vida, Cuerpo Astral, y Cuerpo Fsico, y
por ser inferiores y materiales son transitorios y estn sujetos de
por s a ser desintegrados y es lo que se llama como muerte, que
no afecta en nada al hombre verdadero que de por s es
inmortal, haciendo as la diferencia radical entre el hombre
visible, compuesto de cerebro, nervios, sangre, huesos, linfa,
msculos, rganos de sensacin y accin, y piel; difiriendo del
hombre fsico invisible, que est compuesto de Cuerpo Astral,
Pasiones y deseos, El Principio de Vida (prana o jiva).
"N" haba escuchado atentamente toda la conversacin
que anterior hemos referido; y en alguna que otra parte colocaba
su tmida opinin, pero en nada lograba atinar el tema porque la
otra persona en la lnea del telfono se hallaba a sus anchas y no
quera perder la ocasin de sentirse escuchada. "N" no entenda
del todo. A su recuerdo llegaban algunos autores hindes que
haba alguna vez ledo. Ignoraba mucho del arte hind y de la
India, y de lo poco que saba, a su recuerdo en ese momento
algunas imgenes hacan el fatigoso intento de traer algo de
algo de lo que casi nada saba. Aquello le pareca un cruel
tormento esotrico y lo nico que a su mente vena era un
enredo de cuerpos como los que suelen colocar en las imgenes
del Kamasutra, todo confundido con brazos, cuerpos y piernas.
Algunas pinturas pasaban por su mente, y lo nico que lograba
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Milagro!... Milagro!... 85
vislumbrar en sus colores e impresiones eran unos azules
etreos y como vagando en la vaciedad y en las dimensiones del
sueo, y se imaginaba a un hombre divagando como en una
mezcla de especie de mstico, de soador y de idealista, con una
cierta obstinacin y voluntarioso, con tendencia a la dejadez,
amando la soledad, evitando la compaa de las personas,
deleitndose en medio de la naturaleza, comunicndose con los
espritus con quienes buscase complacerse, y conducido por un
profundo anhelo por conocer la verdad, comprender la razn de
la existencia y entender el significado de la vida; ms conectado
con un mundo externo que con el real, del que se hallaba
desentendido. Su comunicacin sera con los espritus,
utilizando para el encuentro la ayuda de los mdiums, o
personas con algunas propiedades de clarividentes para
conectarse con los espritus, porque stos buscan la
comunicacin con los vivos, y que por ser seres especiales
tienen poderes telepticos, segn creencias y dogmas de
esoterismo. Pasaba por su cabeza la idea de la teosofa y su
relacin con algunas religiones con una mezcla de cristianismo,
de esoterismo y budismo, expresado y practicado por una fuerte
tendencia de espiritismo.
La otra persona iba hablando y se explicaba. "N" trataba
de entender. Su estmago se revolva a medida que se mantena
la conversacin. Era bueno que hablaran e hicieran filosofa,
pero aquella tertulia telefnica sus tripas le revolvan.
La otra persona continuaba en su tema. En el universo
una ley existe de los septenios. La naturaleza se renueva cada 7
aos. Los 7 das de la semana, las 7 notas musicales bsicas, los
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Milagro!... Milagro!... 86
7 colores fundamentales; todo est regido por el 7. El Hombre
tiene 7 cuerpos, a saber: Etero-fsico (lo ms concreto);
Energtico o Prnico (nuestra energa vital, que circula
esencialmente en la sangre); Emocional o Astral (pues somos
susceptibles, por Ley de Correspondencia, a las influencias
csmicas de los astros. La influencia de la Luna sobre las
emociones es un claro ejemplo); Mental Inferior o Kama Manas
(Kama=Deseo, Manas=Mente; cuerpo donde se concentran
nuestras pasiones, nuestro lado racional y lgico); Mental
Superior o Manas (cuerpo de nuestra mente desposeda de todo
egosmo, es la sede de nuestros altos ideales y de nuestros
sentimientos y pensamientos ms puros); Intuicional o Budhi
(el cuerpo de la verdadera inteligencia, aquella que nos hace
discernir lo bueno de lo malo, es el cuerpo que nos conecta con
la Sabidura Eterna e Infinita); Voluntad o Atm (Atm
significa Alma, es la Mnada de los tesofos, la indisoluble, la
que no le alcanza la muerte, nuestro autntico y verdadero Yo).
"N" estaba confundido con aquella forma y manera de
hablar. Aquello le pareca etreo y vago, pero en la vaguedad
del vaco como en la dimensin de lo impreciso y difuso.
Recordaba haber comenzado a leer de un abogado llamado
Otahola algunos libros que iban por ese estilo, pero no haba
podido continuar porque le pareca un estilo que le estropeaba
las tripas, sobre todo cuando hablaba de la etereoidad csmica y
astral, difusa como la luz entre el atardecer lnguido de la luz
que se desvanece y la noche que se encima, o como el
desperezarse del amanecer indeciso e impreciso de una luz que
se va y no se va, pero que igual hace su refulgente aparicin
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Milagro!... Milagro!... 87
para invadirlo todo dejando sbitamente detrs la somnolencia
de la aurora entrelucida y oscurecina, de lo que son claro reflejo
muchos de los cuadros de artistas hindes con gran influencia
de visiones de Buda. No dejaba de pensar en Pablo Cohelo y su
obra el Alquimista, en donde encontraba manifiestamente
marcada esa tendencia. Encontraba en su simbologa una
maraa de ideas confusas y obligadamente entrelazadas
representado por una serpiente que rodeaba en crculo grande la
parte externa del sello, y en la parte interna un par de tringulos
invertidos y entrelazados, como tomando el escudo de la
simbologa de la estrella de David, pero remarcado en negro el
tringulo que apuntaba la parte larga del mismo hacia abajo; los
tringulos se entrelazaban de manera que se hacen imposible
separarlos porque en un extremo, igualmente representado por
otro sub-tringulo, estaba superpuesto sobre el otro tringulo, y
en el siguiente yuxtapuesto o por debajo del tringulo anterior,
formando a su vez en todo el conjunto seis sub-tringulos; en
todo el centro de los dos tringulos grandes, que daban y
generaban un hexgono, estaba una cruz con una especie de
doble crculo en la parte superior; en todo el centro de la parte
superior de la figura donde se una la cabeza de la serpiente con
la cola, para cerrar la figura y encerrar a todos los tringulos y
con sub-tringulos y con la cruz con el doble crculo, el centro
era la simbologa de la cruz que usara Hitler y que fuera usada
por los nazis (la svstica) cruz gamada o rueda del sol, como
significando en s misma la idea de unir a varias culturas y
religiones, adems de representar el curso del sol en los cielos,
como tambin representar el poder del Boomerang, todo lo que
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Milagro!... Milagro!... 88
haces se devuelve, adems, de que todo lo que sube tiene que
bajar. En todo el centro de la unin de los dos tringulos se
visualizaba un diamante, para los que haba tapar dos tringulos
simultneamente, tanto de la derecha como de la izquierda, y
repetir la misma accin en el siguiente segmento para
visualizar, igualmente, otro diamante, llegando a la suma de tres
diamantes diamatremalmente y sincronizados, tanto de derecha
como de izquierda, de manera que en el sentido anti-horario o
hacia la izquierda daba tres, o en el sentido horario, es decir,
hacia la derecha, igualmente daba tres diamantes; si se repeta la
accin con rapidez, de tapar los dos sub-tringulos de izquierda
y de derecha daba la sensacin de movimiento, ya sea en
direccin opuesta, ya sea en direccin de las agujas del reloj, al
punto de repetir y reproducir una imagen centrfuga, de las que
estuvo en boga algn tiempo y de las que hacan cuadros con
cuerdas de colores para adornar las paredes de muchas casas.
Aquella representacin de imgenes le pareca a N como si
estuviera leyendo los pasajes del libro del Apocalipsis, e igual,
aun cuando fuera considerado libro sagrado e inspirado, no
dejaba de retorcerle las tripas, acompaado con ciertos impulsos
vomitivos y de nuseas.
N estaba realmente sorprendido con aquella
conversacin. Le sorprenda la conviccin que su interlocutor
telefnico manifestaba sobre estos asuntos que para N era
cosas de locos.
No poda, por otra parte, N dejar de pensar tambin
en el libro El cdigo Da Vinci, de Dan Brown, y aunque no
tena certeza, o por lo menos, no lo recordaba con precisin, no
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Milagro!... Milagro!... 89
saba si algo de eso y en ese estilo la obra de ese best seller algo
de eso hubiese. La manera intrincada de escribir ese autor y el
descifre de lo enripiado, le hacan recordar que algn parentesco
con esas ideas haba de tener. Recordaba de ese libro, fruto de la
imaginacin de su autor, lo complicado del lenguaje encriptado,
primero con la pura y simple representacin del Hombre de
Vitruvio, de Leonardo da Vinci, con la que comenzara la
novela, posicin en la que fuera encontrado el cuerpo de
Jacques Saunire, en el Museo de Louvre, en Pars; despus el
mensaje crptico escrito a su costado y el pentculo dibujado en
el pecho con su propia sangre, para hacer todo el recorrido por
la historia de su historia novelesca, valida y admirable en su
creacin y entretenimiento, como toda creacin ha de serlo de
por s y en s misma, sin a nada ni a nadie, nada deber, ni mucho
menos temer, ni rendir cuenta ni permiso pedir, porque obedece
a un patrn de imaginacin y enriquecimiento propia del padre
que la idea engendr y dio alimento para verla crecer, aun
cuando en ella de un santo Grial como fundamento de su excusa
y pretexto literario y temario a desarrollar, ms que vlido y
valedero; y pasar, entonces, por la implicacin de sociedades en
otros tiempos existentes, y ahora con nuevas vidas en su obra
como recurso, como las de la misteriosa sociedad secreta del
Priorato de Sin, por un lado; y por otro, los Caballeros
templarios, y hasta implicar de los catlicos, en su historia ms
que vlida y justificada la orden del Opus Dei, generando con
ello un escndalo maysculo por abarcar en su creacin a los
judos, primero, y a los catlicos cristianos, despus, que
reciban en herencia una copa, y que al final se genera una
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Milagro!... Milagro!... 90
inquietud mayor complicada que la anterior, porque no parece
que fuera el cliz, sino Sophie Neveu, la nieta del viejo que
encontraron muerto en el museo, y quien ayuda a descifrar lo
que haba sido dejado escrito en clave bien encriptada, en forma
de anagramas o de pistas que llevaban a otra pista para llegar
hasta donde estaba el secreto de los secretos pero que
pareciera que la nieta es la heredera de sangre de la lnea de
Jess y la Magdalena, y que este pareciera que fuera el mayor
escndalo de lo que en su imaginacin, Brown como escritor
por entonces produjera; siendo mejor la trama en el libro escrito
y no tan bien lograda en la pelcula que de ese best seller se
hiciera. Lo interesante de toda esta sampablera es que muchos
empezaron a escandalizarse de las cosas de la inventiva de su
autor, dando por cierto todo lo que l deca en su obra maestra
de la imaginacin y del arte de la invencin, siendo as una obra
de coleccin por su belleza, en el que la clave estaba, la
utilizacin de anagramas o frases enrevesadas para que solo
entendieran los que en esos juegos algo supieran, y que no es
nada nuevo, porque que hasta de nios se juega cuando se juega
en frases encriptadas, como cuando para decir algo a la palabra
se le aade o antes o despus, dependiendo del patrn o del
criterio o del cdigo infantil que se invente para comunicarse,
algunas letras para que solo entiendan los que estn y andan
codificados en eso que ya han pactado, y no entiendan nada en
absoluto los que no tienen ni idea de lo se haya pactado; como
por ejemplo, se le colocaba a toda palabra la combinacin pre
y todo tena que decirse con ese cdigo en la conversacin,
entendiendo solo los que eso entendan, como para decir que
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Milagro!... Milagro!... 91
se va a comprar chocolate a la tienda de la esquina, como
medida de ejemplo, entonces, todo tena que tener o antes, o en
medio, o al final la combinacin pre, y a su vez se dira que
prese preva prea precomprar prechocolate prea prela prede
prela preesquina, y solo entenda el otro nio que en ese juego
estaba; y la dificultad era mayor segn la pericia y rapidez,
porque las aadiduras podran ser tambin al principio, y en el
medio y al final simultneamente en cada palabra, haciendo que
fuera realmente imposible adivinar si no se estaba diestro en ese
arte de la comunicacin, para hacer ms bella la vida de
entonces cuando nios jugbamos y nos enriquecamos en
nuestra imaginacin, llevando con ello tambin un desarrollo
mental y cerebral, haciendo que se fuera o ms inteligente o
menos, de acuerdo con la ocasin. Otro tanto se podra decir
con la obra de Brown que a tanta gente espant, pero que no es
sino una creacin de las muchas que en el arte hay para hacer
mejores y desarrollar nuestra imaginacin, que cuando es con
diversin es ms profunda y definitiva en nuestra formacin y
crecimiento; y con ello es mejor el pulimento del oro que todos
llevamos y que todos igual tenemos y somos, porque hasta en el
juego del ahorcado en el que se colocaba una letra al comienzo
y la ltima de la palabra que se tena que adivinar quedando
solo las rayitas o los puntos de la cantidad de letras que hacan
falta para la palabra completar, y a cada letra fallida iban
haciendo una figurita a la que despus se le hara una cuerda
para ahorcarlos o salvarse de perder si la palabra no se lograba
completar; o la de cambiar una palabra de lo adelante para atrs
para en vez de decir medio se deca diome, todo vlido en
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Milagro!... Milagro!... 92
nuestro hermoso formar. Lo de los anagramas son una
diversin; lo fueron cuando nios ramos, y ahora de grandes
igual lo son; solo hay que ver cmo andan con revistas de sopas
de letras y de otros muchos acertijos, que sin con lneas
paralelas u horizontales o verticales, o si en dos dibujos existen
siete o ms diferencias; todo ello indica que a todos nos gustan
los anagramas porque nos entretiene, nos divierte y nos saca del
tedio cuando no se tiene nada qu hacer, siendo algunos
realmente adictos y aficionados; pero cada cual mata su tiempo
como mejor puede, como lo est matando el lector que en este
punto va, y el que esto escribe igual su tiempo mata, de eso ni
dudar; como mataba el tiempo en sus tiempos Agatha Christie
con sus famosas novelas, y terminaba el lector sorprendido de
su falta de lgica porque la autora le haba dado todas las pistas
para descubrir en su desarrollo el autor de los crmenes, y
recriminarse el no haber pensado en el que era, y que al final la
autora al fin revelaba, siendo eso mismo una especie de
anagrama y de crucigrama que haba que llenar. Pero el caso es
que a N esa conversacin que mantena en esa maana lo
tena con las tripas a punto de expulsar, por lo intrincado de lo
que se imaginaba, todo dependiendo del nmero 7, que era la
clave de lo que se conversaba. El 7 como nmero y referencia
en todo, como son siete los das de la semana, como ya se dijo,
e igual, siete los colores del arco iris y siete los pecados
capitales, siendo ellos la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira,
la gula, la envidia y la pereza; 7 las virtudes cardinales que a los
7 anteriores buscan rivalizar y hacerles frente para combatirlas
y en lucha encarnizada en la vida diaria no dejarlas triunfar,
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Milagro!... Milagro!... 93
siendo 7 las virtudes cardinales, como ya se mencion, la
primera de ellas la humildad, despus la generosidad, la
castidad, la paciencia, la templanza, la caridad y la diligencia,
siendo esta ltima en contra de la pereza, y as cada una
enfrentndose a su opuesto para no dejarle en ningn terreno
avanzar; y tambin son 7 los dones del Espritu Santo, siendo
ellos la sabidura, la inteligencia, el consejo, la fortaleza, la
ciencia, la piedad y el temor de Dios; tambin son 7 las palabras
de Jess en la cruz, que segn algunos Jess dijera; segn
algunos cuentan dicen que William Shakespeare, igualmente,
dividi en 7 las edades del hombre, la infancia, la niez, el
amante, el soldado, el adulto, la edad avanzada y la senilidad;
son 7 las notas musicales, do, re, mi, fa, sol, la, si; 7 las artes, la
pintura, la escultura, la arquitectura, la literatura, la msica, la
danza y por ltimo el cine, bien llamado el sptimo arte; 7 los
mares, el golfo Prsico, el mar Negro, el mar Caspio, el mar
Rojo, el mar Mediterrneo, el mar Adritico, y el mar Arbico,
siendo famosa la reflexin que hiciera con su aplicacin
concreta Hugo Wast, con su aporte en El peligro de los siete
mares; 7 eran en otros tiempos las maravillas del mundo; 7
brazos tiene el candelabro de la Menorah; 7 son los chakrs, o
siete centros de energa en el cuerpo humano; 7 los maridos del
recurso hipottico que los saduceos le ponen a Jess en su
comparacin para burlarse de l, porque ellos no crean en la
resurreccin, segn nos cuenta el Evangelio de San Marcos,
porque la mujer estuvo casada con los 7 hermanos; 7 son los
derramamientos de sangre de Jesucristo, el sudor de sangre, los
latigazos, la corona de espinas, la barba arrancada de su rostro,
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Milagro!... Milagro!... 94
los clavos de las manos, los clavos de los pies, y la lanza en el
costado, segn algunos que esos detalles buscan en nmeros
precisar; en 7 das Dios cre al mundo; 7 son los enanos que
tena Blanca Nieves; y 7 vidas tiene el gato, segn siempre se
ha dicho, aunque sea una sola la que tiene, como todo ser
viviente, sin ser para nada la excepcin; 7 vacas gordas y 7
vacas flacas las que en el sueo el Faran so y que despus a
Jos contara para que su significado revelara; 7 sellos que en el
libro del Apocalipsis el Cordero abri, para aparecer en los
cuatro primeros sellos abiertos tras la revelacin un caballo de
distinto color, para ser el primero un caballo blanco, el segundo
un caballo rojo, el tercero un caballo negro, y el cuarto un
caballo verdoso, quedando en suspenso en los otros tres
restantes la aparicin de caballos y sus respectivos colores, pero
nada dice el libro sobre si eran 7 caballos, o no; igualmente,
nada dice de sus colores en igual cantidad, y que son conocidos
por muchos como los cuatro caballos y los cuatro jinetes del
Apocalipsis, adquiriendo as de inmediato un carcter
fantasmagrico y de presagio de desastres; 7 candeleros de oro
que en el sueo tuviera el autor del libro del Apocalipsis, para
indicar que eran 7 las estrellas y 7 las Iglesias a las que ira cada
uno de los 7 mensajes que a ellas ira la revelacin, siendo as
las 7 bienaventuranzas del Apocalipsis; 7 panes en la segunda
multiplicacin de los panes, segn se nos cuenta en los
Evangelios que eso cuentan; 7, igualmente las cestas que se
recogieron totalmente llenas de lo que sobr en esa
multiplicacin; aunque algunos suman 7, igualmente, en la
primera multiplicacin, pues dicen que eran 5 panes y dos
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Milagro!... Milagro!... 95
peces, sumando todo ello simplemente 7 los elementos de la
operacin.
7 veces la condicin y la medida que Pedro pone como
la prctica del perdn, pero setenta veces 7 es la nueva
aplicacin, segn respondiera como la nueva medida por Jess
en lo humano una sana relacin, y que si se aplica como
resultado de 70 veces 7, va como resultado 490 veces las veces
que se habran de perdonar, como resultado de la
multiplicacin; tres veces 7 es el nmero que identifica al
polica que personifica Cantinflas en una de sus intervenciones
en el sptimo arte, como dijimos que es el nmero del cine, en
la lista de las artes, utilizando siempre el 777, como queriendo
decir, el tres veces 7, o tres veces santo y perfecto, y tal vez,
haya en esa alusin una alegora al Santo, Santo, Santo, que se
canta en la misa, para hacer la referencia al perfecto orden,
porque con el humor se llega a las profundidades de lo ms
profundo de la esencia del hombre, porque al ser alabado el
Creador en su perfeccin y santidad, es enaltecido la criatura en
su fragilidad.
Para sorpresa de sorpresas, 7 son las peticiones que se
hacen en la oracin del Padrenuestro.
Todas estas relaciones tenan a N sorprendido.
Ciertamente el nmero 7 tena y tiene su importancia, y en
parte, su interlocutor telefnico no estaba desvariando del todo,
aunque s un poco las vsceras de N que se revolvan.

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Milagro!... Milagro!... 96
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Despus de la por la dems interesante conversacin del


da y de la maana que tenemos dicho, N sigui buscando la
pelcula que le haba pedido en encargo de que se buscase a su
amigo P, y que desde esa peticin tena tiempo, como dos
meses que no lo vea, cuando semanalmente siempre se vean.
N, sin embargo, haba hecho sus propias diligencias para dar
con la pelcula. En las ventas de pelculas copiadas no las haba
encontrado. No le interesaba si las pelculas eran o no
originales, y aunque le preocupaba en verdad lo del derecho de
autor, no se poda negar que a la hora de adquirir un CD, igual
le daba si era original o copia, pues por mucho que consideraba
y valoraba los esfuerzos de sus respectivos autores y todo lo que
sus trabajos deberan recibir en compensacin, por eso la ley
que les favoreca y les garantizaba todos los beneficios, le tena
sin cuidado infringir esa sacrosanta ley, porque su bolsillo y su
economa no estaban para darse esos gustos de obtener
originales, aun cuando proliferaran las ventas de copias y que
pudiesen recibir el castigo de un delito pblico; sin embargo,
valoraba y consideraba que los autores deberan sentirse ms
que satisfechos que sus canciones o sus pelculas se oyeran, se
vieran y se disfrutaran. No vea en esa prctica de leyes y su
aplicacin ms que una campaa de las casas productoras y
editoriales en su beneficio econmico, ms que una proteccin
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Milagro!... Milagro!... 97
del respeto de la creacin; vea ms productivo y enriquecedor,
adems de orgullo para los creadores, el que sus nombres se
repitieran por todos lados, sobre todo que sus ideas fueran
citadas; eso lo vea ms que suficiente, aun cuando sus
promotores y divulgadores buscasen su recompensas a sus
inversiones en dar a conocerlos, aun cuando en muchos casos
de libros, aparecieran en las primeras pginas en las que
aparecen los crditos de autores y editores que bajo ningn
motivo se puede citar, copiar, referir, pronunciar, etc las ideas
que se hallan en ese libro, sin la estricta licencia de su autor o la
casa editora; casi hasta se prohbe leer el libro, o hasta casi es
prohibido abrirlo sin incurrir en una pena; cosa absurda en
donde prevalece lo estrictamente econmico, eso en caso de que
una obra una cierta creacin u obra d altos beneficios
rentables, que a un autor no le va mal, porque con solamente
fama no se vive, aunque la fama enaltece el ego, pero el ego
engrandecido y con algo de retribucin monetaria, hace que el
ego sea ms ego y con justificaciones y motivos; porque hasta
en esto el mismo Cervantes en el mismsimo prlogo de su gran
obra de El Quijote no niega sus profundas aspiraciones, como
habr de tenerlas un escritor, al decir quisiera que este libro,
en el caso suyo de Cervantes, y que en algo se parece al
presente, como hijo del entendimiento, fuera el ms hermoso, el
ms gallardo y ms discreto que pudiera imaginarse. Pero no
he podido yo contravenir al orden de naturaleza; que en ella
cada cosa engendra su semejante, y que por feo que sea el
hijo, el padre ms lo ama y le perdona sus faltas, como igual lo
dijera en su prlogo Cervantes, como igual se dijo; como
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Milagro!... Milagro!... 98
tambin es el caso de que cada cual escribe como habla, y en
eso igual se le debe perdonar, porque es fruto de su propia
historia, y no porque mucha cultura tenga y por eso se le
autorice a escribir y ello sea una limitante, porque de locura se
trata como en antes tambin se dijo lo que motiva a hacer los
que otros no se atreven por ser muy cautos y en cometer errores
muy precavidos, mas no tanto los que como muchos han sido
atrevidos, ya sea por el mucho ocio en que viven, o ya porque
les corre en la imaginacin y en el pensamiento un bicho que se
llama invencin o lo mismo que es que se llama locura; pero no
habr de juzgrseles por sus atrevimientos o falta de gramtica,
sino por su produccin y riesgo, como en un caso conocido en
donde su autor quera hablar de el colon y de una enfermedad
de l padecida, hablaba de colo, porque as a l le sonaba, y
as mismo lo escriba; como, igualmente, en ese mismo libro
quera decir que se trataba de pnsum de estudios, y en vez de
eso, escriba pensul, porque tambin igualmente as le sonaba,
y como se escribe como se habla, as igual escriba, y algunos
eruditos del lenguaje sus vestiduras rasgaban por la falta de
conocimientos y de gramtica y de cultura del que de esos
errores en un libro que haba publicado se cometa, y que sea el
mismo Daniel Albarrn, autor por m conocido, en su libro Por
culpa de la tripa (o gracias a ella), como en su estilo el mismo
Cervantes se auto-citara de manera valiente y sin falsa
humildad, al final del captulo 6, cuando el cura y el barbero
disponan de qu libros de caballera, que eran de Don Quijote
en propiedad, iran a parar al corral, con la ayuda del brazo de la
sobrina y del ama de llaves de Don Quijote, para pasar despus
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Milagro!... Milagro!... 99
por la pena de la hoguera por ser considerados los causante de
la locura del seor Quijana, que era como se llamaba El Quijote
cuando en su pleno buen juicio estaba, entonces, cuando en su
relato Cervantes llega en la seleccin de los libros que se iran a
quemar, y al colocar su propia obra llamada La Galatea, de
Miguel de Cervantes, ledo y enunciado por el barbero,
entonces el cura, que era el que decida cul ira al fuego y cul
no, dice: -- Muchos aos ha que es grande amigo mo ese
Cervantes, y s que es ms versado en desdichas que en versos.
Su libro tiene algo de buena invencin; propone algo, y no
concluye nada: es menester esperar la segunda parte que
promete; quiz con la enmienda alcanzar del todo la
misericordia que ahora se le niega; y, entre tanto que esto se
ve, tenedle recluso en vuestra posada; y as el personaje del
cura pasa a ser el mismo autor, o sea, Cervantes, porque el que
escribe simplemente utiliza personajes para querer decir en ellos
lo que siempre ha querido decir, y lo dice, como ya el mismo
Cervantes lo recalca en el prlogo, cuando estaba buscando no
justificarse, pero dando razones para no tener que dar citas y
citaciones de obras y de autores y de gente famosa, para darle
peso y autoridad a su obra, como si le diera, segn su parecer,
ms valor real; entonces, dice porque yo me hallo incapaz de
remediarlas, por mi insuficiencia y pocas letras, y porque
naturalmente soy poltrn y perezoso de andarme buscando
autores que digan lo que yo me s decir sin ellos, ante la nota
que hace en su prlogo de no querer ceirse a la forma
tradicional de buscar autoridad y crdito ajeno para darle valor a
lo que ya tiene de por s como obra, y que podra verse como
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Milagro!... Milagro!... 100


arrogancia, pero que es sinceridad en la creacin, como ya se
dijera antes, de que no se puede andar buscando gustos y
complacencias el que en artes anda, sino la de seguirse a s
mismo siguindose; o como dijera el cantante de que a amar,
se aprende, amando, porque no hay tcnicas ni escuelas que
eso enseen, sino la propia experiencia y camino, distinto uno
de otro; o como igual lo dijera en otras palabras pero en las
mismas verdades el poeta de que caminante, no hay caminos;
se hace camino al andar.

El caso es que no haba encontrado en las pocas ventas


callejeras la pelcula que le tena interesado, lo que lo obligaba a
buscarla en tiendas exclusivas, y con toda seguridad tendra que
pagar lo que costase una original. No quera llegar a esos
extremos de gastar innecesariamente, ms cuando en resumidas
cuentas lo que le interesaba era poder asimilar la idea principal
de la pelcula que estaba buscando, que era lo que le motivaba,
tomar lo que una vez haba logrado ver que tena ella en su
mensaje, tal vez innovador y aleccionador.
En la televisin haban dado algunas veces seguidas la
pelcula en cuestin, pero haba sido despus de las diez de la
noche, y el sueo haba podido ms que las ganas de ver la
pelcula. Se guardaba las esperanzas de encontrarla en alguna
venta de buhoneros, y se renda a los brazos de Morfeo, como
es que se dice cuando se va a dormir o se cae rendido a las
fuerzas naturales que reclaman un descanso reparador.

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Milagro!... Milagro!... 101


10

Whoopi Goldberg, en una pelcula hace el papel de una


mujer que todo lo resolva por telfono.
Igualmente, aquellos dos amigos en esa maana, todo lo
haban resuelto por telfono. Haban sido filsofos profundos
sin ninguna importancia para la vida, pero como el hablar
pistoladas es gratis, menos la llamada de ese da que uno de los
dos tena que pagar, por lo menos el que estaba llamando, se
daban el lujo de drselas de sabedores de esto y de aquello,
aunque no estaban muy ciertos de lo que estaban hablando, cosa
que tampoco es necesario, como lo dijera en sus tiempos, con
vigencia de siempre, porque eso si ha tenido vigencia, aunque,
igualmente, nadie lo cite, ni se acuerde, el autor Erasmo de
Rtterdam, en su obra magnfica de el Elogio de la locura, que
hay que ser, ciertamente, necio para saber vivir y convivir y
hacer la vida ms agradable, a diferencia de los sabios, o por lo
menos los as considerados por los de su poca a los que se vea
que quera ridiculizar y criticar, aunque en el mismo prlogo y
dedicatoria a su gran amigo Toms Moro, de ese su libro,
Erasmo se pusiese a la defensiva, cuando buscaba justificar que
ese estilo, fuese visto con seguridad por los criticastros y que
lo censurasen por la posibilidad de que fuese visto como
bagatelas para ser obra de un telogo, y, entonces, cita a
algunos autores de la antigedad que ya por ese camino
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Milagro!... Milagro!... 102


andasen, y diciendo dice que, Homero cant las guerras de las
ranas y de los ratones en la Batracomiomaquia; Virgilio, a los
mosquitos y al almodrote; Ovidio, a las nueces; Polcatro hizo
el elogio de Busiris, e Iscrates lo fustig; Glauco celebr la
injusticia; Favorino, a Tersites y las cuartanas; Sinesio, la
calvicie; Luciano, las moscas y los parsitos; Sneca escribi
la apoteosis de Claudio; Plutarco, el dilogo de Grillo con
Ulises; Luciano y Apuleyo, el asno; y no s quin, el testamento
del cochinillo Grunio Corocota, de que hace mencin San
Jernimo; y con el propsito de su obra, como l mismo dice,
que era ms el agradar que el morder le da personificacin a
la necedad, as como en el libro del Eclesistico, en el caso de
la Biblia, la Sabidura habla en primera persona, sobre todo a
partir del captulo 24 del mismo libro, igualmente la Necedad,
en la obra de Erasmo, habla en primera persona al decir que
sola, yo soy, no obstante, la que tiene virtud para distraer a
los dioses y a los hombres, y la que no necesita cambiar de
apariencia porque es tal como aparece sin disimular en nada
porque tampoco eso se propone, precisamente porque es la
misma necedad y en eso consiste su desempeo, y tampoco es
que quiera drsela de que sabe porque no sabe, y llama con
irona a los que esas nfulas se dan, para llamarlos mirsofos,
o sabios-necios, que hacen suyo lo que no es de su propiedad
como autora, pero que se ufanan de ser autores, y se dan el lujo
de citar lo citable para drselas de muy entendidos, para ganarse
el respeto de los que no saben y la aprobacin de los que algo o
poco en letras son instruidos, para con ello concordar con la
misma idea que dijera Cervantes, y que ya dijimos; la Necedad
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Milagro!... Milagro!... 103


es hija de Pluto y Hebe; ante Pluto se trastornan los cimientos
de las cosas sagradas y profanas; por cuyo arbitrio se rige la
guerra, la paz, los imperios, los consejos, la justicia, las
asambleas populares, los matrimonios, los tratados, las alianzas,
las leyes, las artes, lo cmico, lo serio, en una palabra, todos los
negocios pblicos y privados de los hombres; y Hebe es la
ninfa de la juventud, que es mil veces ms bella y ms alegre; la
Necedad es fruto del amor de los besos, y no del inspido amor
conyugal, naci en las islas Afortunadas, en donde todo crece
espontneo y sin cultivo, y le amamant la embriaguez, hija
de Baco, y la impericia, hija de Pan, y de otras ninfas como
el amor propio, la adulacin, el olvido, la pereza, la
demencia, la molicie, la voluptuosidad, sin dejar de pasar
por altos a dos dioses ms, que son, Con, el genio de los
banquetes, y el otro, Morfeo o sublime Modorra, el genio
del sueo, haciendo con todos ellos un propio imperio y
podero, al que se someten hasta grandes seores sin ninguna
distincin, pues la Necedad es el principio y fin de la vida, el
alfa y la omega de la existencia, porque la vida no sera vida sin
el placer, y eso mismo es la Necedad, ya que hay un solo da
en la vida que no sea triste, montono, inspido, aburrido y
molesto, si no se le adereza con el placer, es decir, con la salsa
de la necedad?, aun cuando los acostumbrados a dominarse
frente al placer como los estoicos digan lo contrario, pues
tambin ellos sienten placer, y eso no se puede negar, y aunque
ellos mismos digan que la sabidura consista en seguir la razn,
y la necedad, por el contrario, en dejarse llevar por las pasiones;
siendo la edad del nio la ms ventajosa y la ms grata,
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Milagro!... Milagro!... 104


siguindole a ella la edad de la juventud, edad que le sucede a la
infancia, para despus llegar a la edad de la vejez, edad tediosa,
refunfuadora y molesta tanto para s mismo como para los
dems, pero que si no fuera por la Necedad que mete su mano
para volverlos a la infancia, y que no en vano se le llama a la
vejez la segunda infancia, llevndolos a los mrgenes del ro
El Leteo, ro que nace en las islas Afortunadas, para que beban
a grandes sorbos el agua del Olvido, para que aminoren sus
cuidados y vuelvan a la juventud, a pesar de que eso mismo sea
chochear y divagar, pero por eso vuelven a ser nios,
porque nadie, entonces soportara a un anciano en su plenitud
de fuerzas mentales el rigor de sus crticas, para ser un beneficio
la necedad, por consiguiente, en la vejez, para hacerle y hacerse
ms agradable en su convivencia, al punto que los viejos
quieren con frenes a los nios, y stos a los viejos, sin duda
porque (como dice el poeta Homero) los dioses se complacen
en poner siempre juntos a los que se semejan. En qu otra
cosa se diferencia sino en que el viejo tiene ms arrugas y ms
aos? Por lo dems, todo es igual entre ellos: cabellos
descoloridos, boca desdentada, cuerpo pequeo, apetencia de
la leche, balbuceo, charlatanera, frivolidad, olvido de las
cosas y falta de reflexin; siendo la encarnacin de la misma
necedad la mujer, porque disfrcese como se disfrace mona
siempre se queda, pero por su misma necedad, ellas son ms
felices que los hombres, teniendo como privilegio la hermosura
para pretender con ello agradar a los hombres, para lo que son
sus adornos, sus tintes, sus peinados, sus perfumes y dems,
precisamente, todo por la necedad y por ella sean ellas las que
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Milagro!... Milagro!... 105


en verdad dominen y manden; la Necedad tambin es llamada
Ingenuidad, como lo que hace que lo feo sea visto como
bello, el viejo ame a la moza, y la moza al viejo, eso mismo, la
Necedad es lo que hace agradable la vida; la Necedad es lo que
hace que el pueblo soporte a su gobernante, el jefe al sbdito, el
amigo al amigo, la esposa al marido y viceversa, el anfitrin al
invitado y viceversa, con algo de adulacin, comenzando por s
mismo porque es necesario autoafirmarse antes de dar
importancia a la aprobacin de los dems, para lo que la
Filaucia da grandes facilidades para que nadie se queje de su
fisonoma, ni de su ingenio, ni de su nacimiento, ni de su
estado, ni de su educacin, ni de su patria, de tal manera que
nadie aspire ser otro que l mismo, o lo que sera igual a decir
con la teologa moral de la Iglesia Catlica a que todos
tenemos que ser fieles a nuestra conciencia, como lo fuese el
propio San Francisco de Ass en su tiempo cuando a la Iglesia
de la opulencia de entonces hiciera oposicin, pero con la
caracterstica de su sumisin a la experiencia del Magisterio,
que lo diferenciara precisamente de otros que como l se
opusieran de manera radical como el mismo monje Savonarola
y otros ms de ese estilo; o como tambin lo dijera el filsofo
espaol Jos Ortega y Gasset con aquella idea de ser nosotros
mismos sin alterarnos, es decir, sin tomar y decir como
comportamiento propio lo que otro piensa y opina, con el
pretexto de que se piensa o se dice lo que la gente dice, como
si eso fuese criterio suficiente para despersonalizarnos; todo
esto para decir con Erasmo de la necesidad de la Necedad de la
que se fortalece la Filaucia, como ya se dijo, porque no son
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Milagro!... Milagro!... 106


los sabios hechos para gobernar, ni para poltica, ni para la vida
social, cosa que si es dada para los que son necios y sepan
cualquier vanalidad sin importancia inventar, porque la necedad
es el manantial de donde nacieron los hechos famosos de los
grandes hroes que han exaltado hasta las nubes los oradores y
literatos, y de todas las artes, porque el afn de gloria y
reconocimiento universal es lo que mueve en el fondo a un
autor, y esos es necedad, como lo es especialmente hoy por hoy
el cine, donde se estn haciendo magias para hacer ilusionar y
soar, o como lo que interpreta el gran actor Robin Williams, en
la que haca de un estudiante que haca las veces de payaso en
un hospital, en la por de ms famosa pelcula sobre Patch
Adams, pelcula dirigida por Tom Shadyac, basada en la
historia real de Hunter "Patch" Adams y el libro Gesundheit:
Good Health is a Laughing Matter, de los autores Adams y
Maureen Mylander; siendo Match Adams, el inventor de la
risoterapia, para producir beneficios mentales y fsicos por
medio de la risa, sobre todo, de la experiencia grupal y de rerse
de uno mismo, y eso no es otra cosa que Necedad, no dicho por
Erasmo, sino aadido por el que esto escribe, porque la
Necedad, y entonces volvemos otra vez a Erasmo y a su libro,
para decir que la Necedad es la que engendra las naciones,
conserva los imperios, las leyes, la religin, las asambleas y los
tribunales, porque la vida humana no es otra cosa que un juego
de necios, y en eso consiste la representacin de la comedia
humana, que el que ms necedad tenga como conveniencia, ms
felicidad tendr, y en la que es necesario mucho porcentaje de
no avergonzarse de nada y de atreverse a todo, a diferencia del
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Milagro!... Milagro!... 107


sabio e inteligente, que por no errar tiene demasiada prudencia
y nunca hace nada, sustentndolo todo en la reflexin y
precaucin, afianzando con ello su falta de carcter y sus
muchos temores, mientras que el necio se deja llevar por sus
impulsos y hace, porque el necio no ve sino los hechos,
porque gracias a esa misma necedad la vieja quiere parecerse
joven y para ello su apariencia retoca, sometindose a toda clase
de suplicios con tal de no parecer vieja, como igual tambin el
viejo que busca disimular su vejez con mltiples artificios, y
eso es necedad, pero que es necesario para hacer que todos se
hallen contentos, y en algo felices, porque la necedad es propio
de la naturaleza; siendo las ciencias las que ms se asemejan a
la Necedad, la medicina, que busca, entre otras cosas, agradar al
enfermo; despus los hombres de leyes, ya que ellos a su antojo
regulan los grandes y los pequeos negocios, y as aumentan su
fortuna y son ms felices; mientras que los que ms lejos de la
felicidad se hallan son los que cultivan mucho el saber, pasando
a ser doblemente necios, ya que olvidando que son naturalmente
mortales, procuran con ejercicios y dems acciones alejarse de
ella, como si con ello superaran y perfeccionaran a la naturaleza
misma; adems los necios tienen una cualidad y es que son
francos, sinceros y directos, y eso no se puede despreciar,
mientras que el sabio tiene dos lenguas, una para decir la
verdad, y la otra, slo lo que le conviene segn las
circunstancias, y de estos se rodean los que gobiernan pues
necesitan de quien los adule y alabe en todo cuanto hacen, pues
los que mandan no aman la verdad; la Necedad es considerada
por los sabios como la locura misma, y no hay peor desgracia
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Milagro!... Milagro!... 108


que ella, segn los sabios, pero hay dos tipos de locura, una la
que pierde todos los sentidos y le hace ver lo que es como otra
cosa distinta como consecuencia del extravo de la razn, y otra
es la locura que sin perder ningn sentido se lleva a creer
verdadero lo que no es, como la de aquellos que se complacen
en contar o en or milagros y mentiras monstruosas y nunca se
cansan de escuchar las fbulas ms extraas acerca de
espectros, de duendes, de fantasmas, de infiernos y de otras mil
maravillas por el estilo, las cuales, cuanto ms se apartan de la
verdad, ms crdito les dan las gentes, y con mayor delicia las
escuchan, de entre los que se hallan los clrigos y los
predicadores, como dice e insiste Erasmo; o de lo que
ltimamente se ha insistido en la famosa existencia de un santo
Grial, del que fuese y es famoso el libro El cdigo Da Vinci,
como igual dijimos, y desde entonces, ya todos hablan de un
hecho y realidad de la existencia del tan irrisorio cliz del que
bebiera Cristo, como reliquia que anda andando por el mundo, y
de esto nadie da como invencin sino como cierto, como el
mismo Santa Claus, u otros muchos cuentos que hoy se dan por
ciertos y sin ninguna discusin, o como lo que el mismo
Erasmo refuta en su obra que aqu llevamos, de aquellos que
creen que si ven alguna imagen o cuadro de San Cristbal, el
Polifemo cristiano, ya no se morir aquel da; los que por rezar
cierta oracin ante la efigie de Santa Brbara, se imaginan que
volvern sanos y salvos de la guerra; y tambin los que por
visitar la imagen de San Erasmo en ciertos das, llevndole

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Milagro!... Milagro!... 109


tantas velas y dicindole tales o cuales preces, esperan que muy
pronto van a ser ricos1; la Filaucia y la Adulacin se
diferencian en que la primera consiste en pasarse la mano a s
mismo por el lomo, mientras que la segunda consiste en
pasrsela a los dems, y sta es buena ya que hay una
adulacin que es mala como la que emplean algunos para
engaar a incautos, mientras la adulacin buena es la que
levanta las almas abatidas, consuela a los tristes, vigoriza a los
dbiles, despabila a los torpes, alivia a los enfermos, doma a los
soberbios, hace que nazcan y duren las amistades, inspira a los
nios en el estudio de las letras, regocija a los viejos, hace que
el hombre sea ms agradable y querido para s mismo2, lo que
hace que de hecho sea la ms grande dicha que pueda haber y
existir, aunque suene a auto engao; pero lo que es cierto y
seguro es que las cosas dependen del valor que nosotros mismos
les demos, y no de las cosas en s mismas, sino de la
importancia que para nosotros tenga, independiente de su valor,
porque como dijeran otros autores y ya no Erasmo, que cada
cosa es un sacramento para cada uno porque para cada uno cada
cosa le dice algo ms de lo que representa por si sola, o lo que
sera lo mismo a decir que cada cosa es valiosa porque nos
trasciende ms all de lo que es, y como ha de ser lgico y
natural, convierte en todas las cosas de valor relativo y nada de
absoluto, de como igualmente se podra definir el arte, aunque

1
Erasmo de Rtterdam, Elogio de la locura, Capitulo XL, La supersticin como forma
de necedad.
2
Capitulo XLIV, Loores de la adulacin.
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Milagro!... Milagro!... 110


ya lo hemos precisado cuando a van Gogh citbamos en este
respecto, porque, entonces, el arte no tiene belleza universal,
sino absolutamente particular, porque no dice lo mismo a todos,
sino algo distinto en cada uno que una obra contempla, lee u
oye, o saborea, porque tambin es arte la cocina, y no en vano
habra de llamarse, como as bien se llama ese oficio bien
desarrollado y desempeado el arte culinario, y que debera
ser el primero de los artes, a pesar de que no se cuenta en la lista
de las artes, ya que es primero el comer, despus el filosofar,
porque primero le dan tetero o mamila al nio, y mucho pero
mucho tiempo despus el que piense y discierna; y de ese arte
culinario es famosa y de gran leccin la pelcula Ratatouille,
que hace referencia a un plato especial de una regin de
Francia, teniendo la pelcula como enseanza en el crtico del
sabor Anton Ego que la buena comida y su buen gusto nos
recuerda los momentos gratos y agradables vividos, sobre todo
en la infancia, de all que el gusto en el comer es arte porque
nos remite a momentos felices de nuestra vida y nos vuelve a
hacer felices, como fuera lo que experimentara cuando con
sorpresa de sorpresa el plato que el la rata Remy le prepara para
someterse a su aprobacin, y a su memoria un recuerdo de sus
aos de nio volviera, apenas probara el plato que le sirvieran, y
que no era otra cosa que el confit byaldi del que del plato
francs ratatouille fuera una variacin; y a pesar de que el
crtico culinario, Antn Ego, es suspendido de sus licencias
como crtico culinario por la asociacin francesa, Antn Ego
forma una sociedad con Linguini, que era el cocinero flaco y
falto de experiencia en la cocina al que la rata ayuda, y Colette,
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Milagro!... Milagro!... 111


y por supuesto la rata Remy que es la experta en la cocina y
ciertamente el chef y la creadora, o ms bien creador, porque es
macho y entonces debera ser ratn, y compran y crean un
nuevo restaurante, llamado precisamene restaurante La
Ratatouille; mas no debemos olvidarnos que todo hijo su padre
tiene, como en otra parte muchas se dijo, aqu algunos datos de
los creadores algo tenemos que decir, porque todo hijo de su
padre se siente orgulloso, y sea dicho algo de la ficha tcnica de
la pelcula que su guin fue obra de Jan Pinkava, Jim
Capobianco, Brad Bird, Emily Cook, Kathy Greenberg y Bob
Peterson, sin contar ni mencionar a sus muchos realizadores
porque es una pelcula de animacin por computadora
producida por Pixar y distribuida por Walt Disney Pictures, y
con ello somos fieles a lo que ya se dijo y hemos mantenido.
Pero sigamos con Erasmo, ya que de su obra nos
valemos para seguir hablando de la necedad y de lo necesaria
que es en el mundo, haciendo como Erasmo hace la diferencia
de una y otra necedad, pues este autor insiste en que as como es
necesario y til la necedad para poder ser feliz en este mundo,
porque del otro no se sabe, hay, sin embargo, otra necedad que
hace creer que lo que se considera sabio no es ms que la propia
necedad en esencia, de la que son partcipes los gramticos, los
literatos, sobre todo los que buscan a todas costas tener fama y
buen renombre, distinto de aquellos que escriben sin tener
reparo y que son necios, en cierta manera los buenos necios, por
no someterse a normas ni a buenos criterios; despus, entre
otros, estn los filsofos y los telogos, stos ltimos a quienes
Erasmo ataca en su obra con mucha insistencia y de quienes
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Milagro!... Milagro!... 112


dice que los mismos apstoles necesitaran una nueva Venida
del Espritu Santo si tuvieran que disputar sobre estas materias
con esta nueva especie de telogos3, complacindose ms a s
mismos, para diferenciarlos de los otros telogos que son ms
versados en las ciencias y que han tenido tiempo de hojear los
Evangelios y las cartas de San Pablo para ser ms realistas y
con las verdades de la verdad conformes, y que esas cosas de
los anteriores les producen nuseas, y quienes hablan y
justifican sus elucubraciones con sofismas y lgicas, y hasta del
infierno con familiaridad hablan, como si hubieran vivido
muchos aos en este pas, o sea el infierno mismo, de las que
otros autores han sido tambin contestatarios como el mismo
Martn Lucero, al entre otras cosas las indulgencias y de sus
abusos y exageraciones, con mucha razn histrica en su tiempo
con gran atino supiera criticar, o el mismo Dante Alighieri, con
su gran obra de la Divina Comedia, en los infiernos y
purgatorios a muchos importantes colocara para de sus formas
fantsticamente ironizar; y que gracias a la gran apertura del
Concilio Vaticano II, en la Dei verbum, en ese sentido se han
dado grandes pasos al insistir y ensear que es necesario las
Escrituras saber interpretar, no en el sentido literal, sino en el
sentido completo de la Revelacin, para lo que hay mucho
dedicar tiempo y estudiar.
El caso es que en esa maana como dos necios que
perdan el tiempo de cosas sin importancia hablaban, y un buen
rato en conversacin esa maana los dos pasaban, y si no fuesen

3
Capitulo LIII, Los Telogos.
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Milagro!... Milagro!... 113


verdades o cierto lo que hablaran, ambos su buen tiempo para
creerse felices, y serlos, porque de eso y de otro la vida se
trataba, porque tena razn, y aqu y en esto y todo otro se
aplicaba, lo que Erasmo en su obra escribiera de ser necios y la
necedad sobre ellos felizmente reposaba y de ambos se
escuchaban sus tremendas carcajadas, porque era serio y no lo
era todo lo que conversaban, porque es propio de necios pasarla
bonito y bien, como habr de estarla pasando el que en este
momento esto mismo se halla leyendo, porque de que habr de
ser necio para estar perdiendo tiempo y haber llegado hasta este
punto, de seguro habr de serlo, porque es necio, pero del necio
bueno, como del que habla Erasmo en forma de stira y de
sarcasmo al exaltar al necio visto por otros como del montn y
del monte, como lo dijera la propaganda de la salsa de tomate
en la televisin, pero habr de seguirlo siendo para saber en qu
para toda esta historia y ver qu de ella saca, pero para eso,
habr de continuar en el prximo captulo, que es donde se
encuentra lo ms necio de esta necedad de perder el tiempo de
dedicarse a escribir, y doblemente necio, del que esto,
igualmente sigue leyendo, porque como ya dijimos cuando
Cervantes en el prlogo al lector lo tratara de desocupado,
porque un ocupado en otra cosa su tiempo dedica, y no en este
libro su tiempo pierde, porque perderlo en ello es de necio,
como ya se dijo, pero es solo de necio buscar pulir el oro que
el hombre tiene y es cuando del arte, igualmente se hablara, y
eso nos hace diferentes, afirmando la importancia y la necesidad
de la Necedad, que es sin duda la misma locura, pero la buena,

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Milagro!... Milagro!... 114


porque no sera justo que un pulpero a su queso no alabe, y no
sera conveniente no alabarlo.
Pero como en este punto la cosa es muy emocionante y
por ms que parar se quiera, no podemos dejar de caer en la
tentacin, porque caer en ella es propio de necios, y que como
de sabios no nos la queremos dar, ni mucho de drnosla de
mirsofos o de sabios-necios, como ya dijimos que Erasmo
dijo, cuando a los sabios e inteligentes en su irona y sarcasmo
criticaba, acudamos al mismo San Pablo, para comprender y
sorprendernos de igual manera, al descubrir que ya el apstol
igualmente lo dijera cuando en su carta a los Corintios, por
entonces estas cosas de manera magistral resumiera, y as muy
bonito le saliera que se podra repartir en limosnas todo lo que
tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada
me sirve. El amor es comprensivo, el amor es servicial y no
tiene envidia; el amor no presume, ni se engre; no es mal
educado ni egosta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se
alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa
sin lmites, cree sin lmites, espera sin lmites, aguanta sin
lmites. El amor no pasa nunca.4 Y todo esto para concordar
con Erasmo cuando de estas cosas habla y las ubica en lo que
muy bien llama la Adulacin, pero la buena, que consiste,
como ya se dijo en pasarle la mano en el hombro al otro para
estimularlo, aun cuando algunos digan que es auto-engao,
porque es mismo es necedad, pero necesaria para poder
encontrar algo de la felicidad; pero sanos permitido un poco

4
Corintos: 12, 31-13, 8.
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Milagro!... Milagro!... 115


regresar, ya que por no drnosla de no ser sabios ni inteligentes,
sera lo mismo a una falsa humildad, y entonces, alguna razn
ha de tener Federico Nieszche, cuando en su libro As habl
Zaratustra, a los cristianos critica precisamente en el tema de
la humildad, y entonces en mordaz crtica, pero con toda su
razn, en ese punto tenga absoluta validez, y caigamos en lo
que Erasmo quiere criticar, y pasemos a ser los sabios-necios, o
doblemente necios, por drnosla de lo que no poseemos, ni por
gracia, ni por naturaleza, ni por virtud ni por mritos.

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Milagro!... Milagro!... 116


11

P al fin llev la pelcula que N le haba pedido en


favor que le buscase.
Era lunes. Un poco ms de las cuatro de la tarde. N
haba dispuesto ver la pelcula en detalle esa tarde. Antes haba
hecho caf en una cafetera de presin tipo italiana, lo haba
servido en una taza pequea con su respectivo plato, y lo haba
saboreado gustosamente, antes de dedicarse a lo que se iba a
dedicar. Conect los aparatos en sus respectivos conectores de
electricidad. Arrastr su silla tipo sof de color verde claro y la
puso frente a la mesa donde tena todo dispuesto para dedicarse
a lo que hara. Estaba ligero de ropas, ms bien, demasiado
ligero, y para no sentir el fro del aire acondicionado se puso
una franela de color negro para cubrirse apenas un poquito ms.
A diferencia de El Quijote que se haba apertrechado para su
salida y su gran hazaa en su locura, N, por el contrario, se
haba despojado de casi todo, por lo menos en esa tarde, para
emprender su grande hazaa de contemplar y disfrutar una obra
del sptimo arte, como se dijo que se dice y se cataloga el arte
que es el cine, con su maravillosa magia y endulzamiento que a
todos embeleza y transforma, como ha de transformar siempre
el arte, que no es otra cosa que buscar pulir el oro que es el ser
humano y que tiene en su ms profundo de su esencia; quizs en
eso estaba consistiendo el que N estuviese ligero de ropa,
como indicando su disposicin mental e intelectual de
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Milagro!... Milagro!... 117


despojarse de todo, como diciendo que se quitaba toda idea y
preconcepcin y prejuicio, para absorber el todo del todo de lo
que iba a realizar; tal vez, porque se trataba de leer un nuevo
libro o una enciclopedia completa de un tema que le iba a ser
nuevo, aunque ya tena alguna idea cuando alguna vez haba
visto algo de la pelcula que ya iremos a referir y a presentar en
desde este captulo; tal vez, porque se trataba de ver y
contemplar un cuadro o una pintura, en la que l no era muy
experto, pero que tena necesidad existencial de ver y
contemplar, y en la que estaba abierto a toda una nueva y
enriquecedora experiencia; en eso consistira el hecho del caf
que se haba tomado, como si fuese un caf compartido con un
extrao en una mesa de cualquier sitio donde se pudiese tomar
un caf en un dilogo franco y abierto, sin reservas, ni
miramientos ni reparos en expresar lo que se pensase, y
disfrutar doblemente el momento exquisito de un caf y lo que
eso significa; podra verse aquel momento como un caf en un
caf, en donde habra intercambio de ideas y de pensamientos y
del que se sacara una experiencia realmente maravillosa como
lo es el compartir la mesa, y como habr de serlo siempre, en la
que el caf sera, igualmente, una experiencia de belleza como
lo es el arte de compartir, porque como todo arte,
indudablemente, tambin se cultiva, se riega, y se desarrolla;
esa disposicin de N no era consciente ni saba que lo de
ligero de ropas, y lo del cafecito antes de disponerse a ver la
pelcula, podra ser una disposicin de apertura y de franco
dilogo, que hubiera sido muy distinto si se hubiese cruzado de
brazos, posicin y postura que le hubiesen preparado con cierta
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Milagro!... Milagro!... 118


predisposicin negativa a estar vulnerable, y sera una postura
de impermeabilidad y, ms bien, de cerrazn, porque con ello
indicara que nada de lo que viera le iba a hacer cambiar de
opinin, cosa que hubiese sido, igualmente, si en un caf
conversara con un extrao guardando distancias y sosteniendo
posturas, tal vez hermticas, y entonces, no hubiese sido una
disposicin a un dilogo, como a veces y comnmente pasa y
puede pasar, o como la de no mirar a los ojos en la
conversacin, sino con mirada dispersa y distrada mirase a otro
lado y no a su interlocutor, fuese quien fuese.
Ya hacan su aparicin los primeros letreros
identificando las compaas de cine que haban estado asociadas
en esa produccin. Todos los crditos de toda obra, como en un
libro, despus de la portada, en las primeras pginas aparecen el
nombre en cuestin de la obra, su ttulo original, su autor, su
casa editora, su casa o empresa o taller donde se imprimi el
libro; as, estaba apareciendo en la pantalla del aparato
reproductor de video todos los crditos de produccin, que son
necesarios identificar, y que forman parte de la historia de esa
obra como tal, ya que nada se da de la nada, y todo tiene un
origen, mucho ms cuando sean ideas y pensamientos que es
importante precisar, porque todo hijo, en creacin, tiene su
padre, y de eso hay que ser respetuosos y agradecidos, como ha
de ser lgico; y el caso es que de entre los muchos datos que
aqu se deben decir, aparecan y aparecen en la pelcula los que
a continuacin se dan como crditos generales, como el Ttulo:
Ms all de los sueos, Direccin: Vincent Ward; Produccin;
Barnet Bain; Guin: Ronald Bass, basado en la novela de
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Milagro!... Milagro!... 119


Richard Matheson; Msica: Michael Kamen; Reparto: Max
Von Sydow, Annabella Sciorra, Cuba Gooding Jr., Robin
Williams; entre otros de los muchos datos que se deben citar;
porque toda idea tiene su pensador, aunque no se fuera indito,
ya que como dijera Jos Ortega y Gassett, todos somos hijos de
la poca, y se piensa y se siente, y se tiene los gustos de la
poca, y as en una generacin y en otra, aunque cuando a veces
quisiramos drnosla de originales, pues no lo somos, ya que
nos determina en cierta forma la poca a la que pertenecemos.
N haba tomado una libreta para tomar las ideas que
pensaba le iban a ser til y de reflexin de la pelcula que estaba
comenzando. La escena con la que comenzaba y comienza la
pelcula es un lago. Dos jvenes van en distintas como especies
de canoas de paseo por el lago, son un joven y una joven.
Ambos se ven y tratan de entablar una comunicacin a distancia
de una canoa a la otra, pero no se entienden. Ella intenta hablar
en italiano. El no entiende y as se lo dice en una respuesta en
un italiano de paso, porque ella pregunta que si la entiende:
--- Capisce? pregunta ella.
-- No capisce contesta l.
Despus se sientan en una especie de prado a conversar.
Se presentan. Ella viene de Suiza, y comienzan a ser agradables
en la conversacin de mutuo escrutinio. Ella saca una especie
de manta, la sacude y la estira para sentarse sobre ella. Esos
movimientos son muy hermosos en su figura femenina, y tienen
algo de sensual, con las ropas blancas que ella llevaba encima,
detalles que l no se deja de percibir y pasar por alto. Ella se

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Milagro!... Milagro!... 120


siente segura de la mirada de l y disfruta sus movimientos
femeninos llenos de gracia.
La siguiente escena pasa a un matrimonio en un templo.
Entran un par de novios. La novia toda vestida de blanco.
Hermosa. El novio a su lado, llevndola del brazo y hacindoles
algunas picardas con la cara. Eran ellos dos, los que haban
estado en el lago. Se estaban casando.
La siguiente escena es en una casa. La seora, que antes
haba sido la novia, prepara el desayuno para los dos hijos que
van a la escuela. Algunos detalles de familia, como las tpicas
recomendaciones de la mam y del pap para que los hijos las
apliquen en la escuela, que si no comer comida chatarra, sino
que comerse la merienda que mam les est preparando, y otros
detalles matutinos. Esa maana la mam no va a llevar a los
nios a la escuela, los va a llevar la seora que trabaja en la
casa. El pap sale y los despide en el carro y vuelve a repetirse
las recomendaciones de siempre. La camioneta se va, y el pap,
que es Robin Williams, y que en la pelcula se llama Cristy, se
queda despidiendo a la camioneta que se iba con su dos hijos.
En ese momento el telfono celular indicaba con su
alarma de aviso que estaba llegando un mensaje. N estir la
mano derecha para detener la pelcula en el aparato reproductor
de video, y poder leer el mensaje que estaba entrando justo en
ese momento, aunque de principio pens leer el mensaje ms
tarde, pero pens que podra ser importante, y una vez la
pelcula en pausa, fue hacia la mesa de noche de color caoba,
hacia la cabecera de la cama, a tomar el telfono y atender la
comunicacin que estaba entrando. No era nada de importancia,
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Milagro!... Milagro!... 121


aunque si era importante la comunicacin, como el telfono
celular, para eso su invento y su profusin, pero se trataba de un
mensaje de rutina y de saludo. Lo ley, y no contest nada
porque consideraba que su silencio en nada ira a afectar a la
persona del mensaje.

12

N antes de volver al silln de color verde claro, fue a


la cocina a tomar un poco de agua.
Volvi a estirar su silla para acomodarse. Activ el
video.
Los dos hijos haban tenido un accidente. Murieron.
Las escenas que prosiguieron eran en una Iglesia, en el
funeral de los dos muchachos: Marie, la muchacha, y el
muchacho, Ian Nielsen. Dos urnas blancas. En la parte
delantera, en el primer puesto, estn la madre y el padre de los
dos cuerpos que estn en medio de la Iglesia. La madre est
vestida toda de negro y tiene una mirada perdida. El padre tiene
algo de seguridad, pero, igualmente, se le ve compungido por el
dolor y la perdida, como habr de serlo en caso semejante. El
predicador est hablando, y lo que habla no es muy
convincente, como suele suceder tambin en esos y en muchos
casos, y aun cuando lo fuera, quin va estar buscando
comprender y tener razones especulativas convincentes o sin
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Milagro!... Milagro!... 122


conviccin ante situacin tan penosa. Por la cabeza del pap
pasan algunas imgenes de sus hijos, sobre todo del varn.

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Milagro!... Milagro!... 123


13

4 aos despus, es la leyenda que aparece en el


siguiente desenvolvimiento de la pelcula. Annie,
interpretado por Annabella Sciorra, que es la esposa est
preparando una exposicin de sus cuadros y pinturas. Ella
es una pintora famosa y reconocida. l es doctor. Y estn a
punto de celebrar el da DD, un cdigo clave que los dos
utilizan para entenderse en su amor, como es lgico entre
los enamorados, aun de casados, porque la convivencia
marital no debe disminuir el hechizo del amor, como ha de
ser siempre la sorpresa en la novedad en la cotidianidad de
la vida, y como dijera otro autor, Ksawery Knotz, un autor
polaco con su libro Sexo como Dios manda dice que de
estas cosas trata en las relaciones de la pareja en el
matrimonio que algunas personas, cuando hablan de las
relaciones sexuales dentro del matrimonio catlico, piensan
que estn privadas de alegra, pasin y fantasa, porque el
sexo resulta esencial para que hombre y mujer se
entiendan, crezcan juntos y aprendan a amarse de manera
plena. El sexo es una manera importante con la que
cuentan las parejas casadas para expresarse su amor y as
sentirse ms cerca de Dios, porque celebran el
sacramento del matrimonio y su vida con Cristo tambin
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Milagro!... Milagro!... 124


durante sus relaciones sexuales; de donde para sorpresa de
mucha gente, ese libro est siendo considerado por los
conocedores de la materia, como el Kamasutra catlico,
aunque nada nuevo hay bajo el sol, como dice otro libro de
la Biblia, ya que estas cosas estn implcitas en algunos
otros documentos como en la familiaris consortio, cuando
dice que la sexualidad, mediante la cual el hombre y la
mujer se dan uno a otro con los actos propios y exclusivos
de los esposos, no es algo puramente biolgico, sino que
afecta al ncleo ntimo de la persona humana en cuanto
tal1; pero el caso es que Annie y Cristi estn a punto de
celebrar una fecha que tiene que ver con su matrimonio y al
que haban decidido darle un cdigo, y ste era el da DD.
Ella est en el museo. l en su consultorio, y atiende a una
nia. En ese momento l recibe una llamada telefnica de
su esposa, Annie. Ella le dice que no va a poder ir donde l,
y da sus razones y motivos. l se compromete a ir donde
ella. Le ha comprado un presente y lo ha empaquetado en
papel de regalo, con tarjeta de dedicatoria y todo. l, al salir
de su consultorio, se dirige al sitio donde est ella. De vez
en cuando mira el regalo que lleva a su esposa, y se siente
orgulloso y contento del regalo que le lleva, y que ha
colocado en el asiento delantero, el del pasajero. Mientras
iba de camino en un tnel de la misma va un carro lo
sobrepasa y delante de l ese mismo carro choca. Hay una
explosin como consecuencia de la colisin y del choque.

1
Juan Pablo II, Familiaris consortio, 11e.
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Milagro!... Milagro!... 125


l se baja. Lleva consigo su maletn de doctor y va
corriendo a auxiliar a los heridos. Mientras corre, l dice
que l es mdico. Llega a uno de los carros que est con las
ruedas hacia arriba, y dentro hay una persona. l se
identifica. Pregunta que si est bien a la persona que est
con la cabeza hacia abajo. En eso l se levanta y se voltea.
Viene otro carro, y por lo visto, lo sorprendi el tumulto de
carros en el tnel, y se viene de frente despus de elevarse y
agranda y empeora la situacin. El doctor es alcanzado por
ese carro y es victima. El carro lo atropella. Viene el
personal paramdico y auxilian al doctor.
En la siguiente escena, el doctor Cristi est en una sala
de hospital. Muere.
En la parte que por primera vez este caso se dijo de la
pelcula se dijo que ella haba muerto primero; pero despus
de ver la pelcula, se comprob que quien muri primero
fue l, pero se deja tal como est escrito, porque se dijo, que
se trataba de escribir y escribir, y no de pensar lo que se iba
a escribir, sino, no se escribira, como le deca el escritor
famoso a su amigo estudiante, cuando de eso se hablara en
su oportunidad, porque sera igualmente que un pintor en su
cuadro hiciera un trazo hoy, y tres das despus volviera
sobre ese trazo para cambiarle el grosor, las dimensiones,
los colores, o difuminarlo ms, o menos, a lo que sera a
coquetear con su obra para adornarla para que se viera ms
bonita o ms atrayente; y nunca as acabara de pintar un
solo cuadro en toda su vida, y se perdera el mundo de su
expresin y rebelda y originalidad, aun cuando a los tres
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Milagro!... Milagro!... 126


meses su obra mejorara a la anterior, porque de eso se trata
el que en artes anda, que hoy dice y maana siempre dir lo
mismo, pero con un cierto crecimiento constante, que hace
la diferencia y la riqueza de su obra en todo su conjunto,
siempre en la eterna bsqueda y en el eterno encuentro sin
fin, y sin agotarse jams esa fuerza doble del dar y el recibir
al mismo tiempo, que lo enriquece y lo alimenta, y a la que
est terriblemente atado en la belleza de su propio
descubrimiento, que lo impela a seguir hacindolo como
una necesidad de aire para respirar y de razn para vivir-
viviendo, como lo es y ha sido siempre la trabazn de la sin
razn del ser del artista, y eso en todas sus expresiones que
el arte tiene.

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Milagro!... Milagro!... 127


14

La siguiente parte de la pelcula contina en que el


doctor llega a una casa. Lo recibe un joven de color, conversa
con l, pero de manera borrosa. Las imgenes de las personas
no se ven claras ni precisas. El doctor en ese momento se entera
que est muerto.
Enseguida el doctor entra a un prado con un jardn
hermoso, de muchas flores de muchos colores.
El joven de color se llama Albert Lewis, interpretado
por Cuba Gooding, Jr., es el encargado de hacer de gua del
nuevo que llega al cielo; es decir, el doctor Cristi, o sea, Robin
Williams quien es el actor de ese personaje; se dan unos
dilogos de presentacin y de recibimiento por parte del gua; le
dice que l, Cristi, acaba de morir y que ahora se encuentra en
el cielo; que ah, en el cielo, todo es posible, que todo es
cuestin de imaginrselo y todo se dar; no hay imposibles, es
cuestin de desearlo desendolo con conviccin, y eso mismo
se dar y se realizar; todo est en el pensamiento; querer algo
es verlo realizado inmediatamente; y comienzan a aparecer
algunos jardines de muchos y variados colores; Cristi cuando
estaba vivo era amante del arte, sobre todo de la pintura, amaba
la pintura, adems su esposa era pintora y artista; consideraba
que a travs de la pintura se consigue descubrir la belleza de la
vida, adems de engrandecer a la persona en su auto bsqueda y
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Milagro!... Milagro!... 128


encuentro; ambos, gua y guiado, mantienen algunas
conversaciones; Albert, que es el gua, como ya se dijo, pero
que volvemos a decirlo para recordarlo, le dice que en el cielo
no hay reglas, que todo lo que quiera se har, hasta volar, si se
quiere, o de pasar de un lugar a otro con solo pensarlo y
desearlo sinceramente; ambos comienzan a caminar por aqu y
por all, siempre conversando; algunas veces Cristi preguntaba
esto o aquello, como hace una persona nueva en un sitio al que
va por primera vez, y a todas las cosas iba respondiendo y
contestando Albert, el gua; un ave grande apareci volando,
vena hacia donde estaban ellos, pero en la altura; el ave tomaba
varios colores; Cristi peguntaba que si el ave era real, que si se
poda cambiar de forma de ave, que si poda cambiar de colores,
y a todas esas preguntas de sorpresas la respuesta era la misma,
que s, que todo era posible, que todo era cuestin de quererlo y
de desearlo, porque as sera; desearlo con conviccin era
hacerse tal cual, y al instante; todas las figuras que aparecan
estaban bajo los colores acrlicos de pintar; era como si todo
fuese una mezcla de colores de acuarela o de mezcla de pinturas
de artista; algunas veces, unas dos o tres, la pisada de Cristi
dejaron en el piso la pisada como en un charco de pintura, y dos
veces dio la impresin de resbalarse en esa mezcolanza y
melcocha de pintura; Albert apareci caminando sobre el agua,
y Cristi que estaba en una especie de altura o montculo lo
observaba y le llam la atencin que Albert estuviese
caminando sobre el agua, sin hundirse, y se lo hizo saber; lo que
quieras se har, le contest Albert, y entonces Cristi quiso
caminar hacia donde estaba Albert y se hundi como en una
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Milagro!... Milagro!... 129


especie de pantano, que a su vez era agua, flores, pintura,
charco de pintura, y algo de rocas, pero todo en una mezcla
variadsima de colores; Cristi se ech a rer, pero con una risa,
ms bien de inseguridad y de peticin de auxilio, y de hecho
pidi que lo ayudara, y en un santiamn apareci Albert
estirndole la mano y halndolo hacia s para sacarlo de la
especie de pantano de acuarela y de pintura acrlica donde
estaba; volvi a aparecer el pjaro grande volando sobre ellos;
Cristi se qued mirando el pjaro, en eso el pjaro pas, y cay
en el hombro y en la cabeza de Cristi un poco de pintura,
indicando que el pjaro se haba hecho sobre l, y entonces,
Cristi le dice a Albert, que l no haba pensado eso se ren, y
Albert le dice que l si lo haba pensado; despus comienzan a
caminar por encima de las aguas de una especie de lago; Cristi
se hunde en sus aguas; Albert sigue hablando y Cristi lo oye, a
pesar de que est hundindose en el agua, y le dice que no le va
a pasar nada, que no se puede morir porque ya est muerto;
Cristi se desespera; en ese momento recuerda cosas de su hijo,
recuerda los dilogos con l, de cuando haba pensado sacar de
la escuela, como ya dijimos que haban hablado; y ese detalle
del agua es importante anotarlo, porque es la primera vez que
aparece, adems del agua del lago donde se haban conocido
Cristi y Annie; el detalle del agua y del ahogarse de Cristi es
importante porque es recurrente en toda la pelcula, sobre todo
antes de un percatarse y reconocimiento o de un revelrsele o
aclarrsele a Cristi una situacin concreta de familia; despus
salieron corriendo hacia una casa que estaba en una especie de
colina; subieron corriendo a grandes zancadas las escaleras, y
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Milagro!... Milagro!... 130


Cristi mientras suba dice que la casa no tiene ventanas, y
Albert le contesta que las piense.
La siguiente escena es en una casa grande; todo en
muchos colores; aqu haca recordar algunos cuadros de Yacek
Yerka, el pintor surrealista polaco; estaban en una especie de
divn, siempre conversando; algn rato despus Albert le dice
que tome caf en una taza multicolorida, y le recuerda que si
piensa que es caf, ser caf, todo es cuestin de desearlo y
quererlo, para que eso sea lo que se ha deseado; Cristi se lleva
la taza a la boca, y hace un gesto de repulsin porque lo que ha
saboreado no es caf, sino pintura acrlica; Albert vuelve a
recordarle lo que le haba estado diciendo, y que acabamos de
decir un poquitico antes; siguen hablando; Cristi habla de su
esposa, de lo maravillosa que es, y de tanto que la amaba; le
habla de sus hijos, y del accidente, y de lo difcil que les fue
superar tan grande prdida; en ese momento la pelcula trae
algunas escenas de su hijo y de algunas conversaciones juntos,
sobre todo cuando haban conversado de que lo iban a retirar de
la escuela donde estaba estudiando porque su rendimiento
escolar no era muy bueno; el muchacho haba alegado sus
derechos, pero el pap estaba convencido que eso era lo mejor;
Albert y Cristi siguen caminando y conversando; Cristi
guardaba alguna resistencia, como es lgico cuando se est en
un sitio que es nuevo y novedoso, pero no dejaba de
sorprenderse ante cada cosa nueva; en ese momento, Albert y
Cristi tienen cada uno una taza multicolorida en sus manos,
estn tomando caf; Cristi se lleva la taza a la boca y disimula
un rechazo instintivo, y comenta, le falta un poco de leche, y
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Milagro!... Milagro!... 131


ambos se ren; en ese momento llegan a una pared; Albert con
la mano derecha realiza una figura sobre la pared, de forma
ovalada, con algn parecido a un pescado; despus Albert con
la mano izquierda empuja hacia adentro esa figura que hizo y se
hace una especie de ventana, que comunica el lado de donde
estaban ellos hacia otro lado; Cristi se sorprende y suelta una
especia de carcajada que muestra el asombro, y en ese momento
uno no sabe si admirar al personaje que se llama Cristi o si
admirar al actor que se llama Robin Williams, porque ese gesto
y ese detalle son nicos de Robin Williams, y se sorprende uno
de la grandeza de su actuacin, que es fenomenal, en esa y en
muchas cintas del cine, y que quedarn grabadas en la
posteridad en beneficio de la humanidad; una vez ya entrados
en la parte nueva, pues hay un cambio de antes a despus, a
travs del agujero que era todo de pintura, y donde estuvieron
tomando la ltima taza de caf, Albert le dice a Cristi que ahora
todo es realidad, que lo de haca poquito ya no es arte ni
pinturas, ni cuadros, cosas que Cristi amaba y haba amado
mientras estaba vivo, que ahora todo es realidad, y en ese
momento le dice que El pensamiento es real, que lo fsico es
una ilusin, y le da un golpe en la cabeza; ambos se ren; Cristi
al asomarse por el agujero que Albert haba hecho pregunta que
dnde est Dios; Albert le contesta que debe andar por ah
dicindonos que por qu no lo escuchamos.
Ese detalle, en ese momento de la pelcula, al decir lo
que Albert le dice, es clave en todo el desenlace de la pelcula,
sobre todo con el golpecito en la cabeza; quizs como queriendo

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Milagro!... Milagro!... 132


decir, entindalo, que as es, que se te meta en la cabeza,
porque as es, mi hermano.
De repente Cristi se queda solo. Albert desaparece.
Y con esto se termina el captulo 14, nmero que a su
vez es mltiplo de 7, porque 7 por 2, es 14, para empezar con la
parte buena de lo que viene, porque todo ha de tender hacia la
perfeccin, porque ese es el oro que hay en el ser humano, y al
que hay que pulir porque es oro puro

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Milagro!... Milagro!... 133


15

De repente, Cristi aparece en un jardn, en las afueras de


la casa a donde haban subido, y que segn Cristi no tena
ventanas, y en donde haban tenido las conversaciones y se
haban tomado el caf, por lo menos dos veces, la primera en
que a Cristi le haba sabido a pintura acrlica, y la segunda en la
que senta que al caf le faltaba un poco de leche; en ese jardn,
en la parte de afuera aparece una muchacha, que por sus
facciones es asitica, y comienza a conversar con Cristi; le dice
que fue enviado a sustituir a Albert, que haba sido asignado a
un nuevo trabajo por los momentos; ella se llama Leona, y lleva
una etiqueta tipo insignia de aeromoza en su costado izquierdo
de su vestido; conversan un buen rato; ella le pregunta por sus
hijos, especialmente por su hija, sobre todo si la amaba; el le da
algunos detalles; ella le pide que le cuente algo que recuerde de
ella en relacin a l en su experiencia pap-hija; l comienza a
contarle que conversaban en las noches, y que una noche l se
ofreci a ensearle a jugar ajedrez, y desde entonces jugaban
ajedrez todas las noches, porque ella quera ganarle por sus
propios mritos, y no porque l la dejara ganar, como haba
sucedido en esa primera partida, y que ese haba sido el reto de
su hija, por eso jugaban todas las noches, porque ella quera
ganarle, pero nunca haba ganado; l en ese momento que est
contando se pone muy nostlgico, y la pelcula pasa a los
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Milagro!... Milagro!... 134


momentos de los dilogos con su hija, y a los recuerdos de
familia y de la maravillosa experiencia de hogar; justo en ese
momento l cae como en un lago en sus aguas profundas; casi
se ahoga, como la vez anterior, cuando antes de subir a la casa
grande donde tomaron caf Albert y Cristi; casi se ahoga; lucha
por no ahogarse; le vienen muchos recuerdos de dilogos con su
hija; sale de repente de la profundidad y hace bocanadas de aire,
y sale; vuelve a conversar con Leona; Leona comienza a
hablarle de una experiencia que ella haba tenido con su padre
en un avin con una aeromoza, experiencia que ella recordaba
porque iba con su padre; en ese momento Cristi le pregunta a
Leona que si todava jugaba ajedrez; ambos se ren; l la
reconoce, por eso se ren, porque Leona sabe que la
reconocieron; era su hija; se abrazan; lloran; l la besa en la
frente; despus Leona, que no es Leona, sino que es la hija,
desaparece, y en su lugar aparece Albert; Cristi le reclama que
por qu lo dej solo; estaba trabajando en otro lugar, le dice
Albert.
La pelcula pasa a la tierra donde esta Annie. Ella, por
recomendacin de su psiquiatra escriba un diario, porque segn
el psiquiatra esa modalidad ayuda a las personas que entran en
crisis de depresin. Ella no haba podido superar esta segunda
prdida, la de su esposo. Se recriminaba que si ella hubiese ido
a su encuentro como lo haban programado para celebrar el da
DD, no hubiese sucedido ese trgico accidente. Ella no se lo
perdonaba. Sufra. Se senta culpable. Estaba a punto de ser
recluida en un hospital psiquitrico. Su mdico le haba dado
una semana ms para recluirla. Ella no soportaba la idea de
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Milagro!... Milagro!... 135


volver a caer en el mismo lugar, donde haba estado cuando el
accidente de sus hijos. Ahora estaba escribiendo en su diario. Y
se estaba despidiendo.
En es segundo encuentro con Albert, hay unas muy
malas noticias. Annie estaba muerta. Se haba suicidado. Albert
haba a comunicarle la noticia a Cristi. Cristi no lo poda creer.
Llor. Se desesper. No puede ser. La quiero ver, le dice l. No
puede ser. No se puede. Los que se suicidan no van al cielo.
Hay un orden natural. Ella viol ese orden. Ella est en el
infierno. Los que se suicidan van al infierno. Ella de ahora en
adelante se va a estar cuestionando y nunca lo va a entender.
Nunca va a encontrar una respuesta. No puede ser. Yo soy su
alma gemela. Tengo que encontrarla. No pude. No se puede
pasar hacia ese lugar. Si se puede. Me dijiste que no hay
imposibles. As me lo enseaste. La voy a buscar. La
voy a conseguir. Solo es quererlo. As me lo dijiste. Si
puedo. Su amor por m, me har encontrarla. No es
suficiente. En ese caso, ella no te reconocera. No importa.
Dgame dnde est. Voy a buscarla. Est bien. Pero
hay que buscar un rastreador, asiente Albert ante la firmeza
de Cristi en su afn y empeo; en eso miran a la distancia, y se
presenta como una especie de rayo con relmpago y luces.
Algo estarn diciendo con ese efecto
Y se van a buscar un rastreador.

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Milagro!... Milagro!... 136


16

La siguiente escena es en una biblioteca.


Hay un hombre mayor que est con un libro en la mano.
Tiene un sombrero y est sin afeitar, no el sombrero sino viejo.
Albert habla con l e intercede a favor de Cristi. El viejo, al
principio se niega y pone muchos obstculos. Cristi insiste. El
viejo accede ante su insistencia, pero pone algunas condiciones,
que son: ella pueda que no lo reconozca, y eso puede ser muy
doloroso; el amor de ella no es suficiente; tiene solo tres
minutos para hablar con ella; si se pasa de esos tres minutos, l
quedar absorbido por el mundo de ella, y no habr posibilidad
de regresar; en momento es cuando en el infierno se puede
perder la cordura; cundo partimos, dice Cristi; est decidido a
todo por el todo; cierra los ojos le dice el viejo.
A partir de ese momento las escenas pasan a una
especie de mar en tempestad; olas grandes que amenazan con
hundir la barca donde van; relmpagos; lluvia; muchas personas
quieren asirse a la barca y nadan hacia ella como para subirse;
el viejo y Cristi conversan, y en ese momento Cristi recuerda
algunos dilogos con su hijo, sobre todo en la conversacin
cuando lo iba a sacar de la escuela, que es lo que ms recuerda
de su hijo; Albert va delante de la barca con una lmpara
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Milagro!... Milagro!... 137


alumbrando el rumbo; el agua que se levanta amenaza con
llevar a pique la barca.
La barca pierde el control y los tres caen al agua; Cristi
vuelve a experimentar la sensacin de ahogarse; se desespera;
vuelven a aparece los dilogos con su hijo; ahora su hijo le dice
que l no es como su pap, de inteligente y de listo; tampoco es
como sus compaeros de clases; que le cuesta, que pasa trabajo,
pero que sigue luchando en la escuela, que no se va a rendir; el
lo comprende y lo admira, porque es su hijo, y se ren.
La siguiente escena es una playa; los tres estn saliendo
del agua con mucha dificultad; en la playa hay muchos cuerpos
tirados, algunos se mueven; al fin logran salir a tierra firme; el
viejo le dice que estn en las puertas del infierno, que ya casi
estn a punto de entrar; Cristi recuerda a su hijo; vuelven a su
memoria los dilogos; Albert, el gua, el que lo haba recibido
recin muerto, el de color, sigue adelante; Cristi lo mira de
espaldas; aparecen los recuerdos de su hijo; Albert se voltea y
lo mira, pero sigue adelante, porque est a punto de entrar a un
sitio donde hay mucha gente gritando y estirando las manos;
Cristi recuerda el dilogo con su hijo respecto a la escuela;
recuerda que junto al rbol, despus de una lluvia, cuando
haban conversado lo que ya se tiene dicho que hablaron, Cristi
haba admirado y respetado a su hijo, y antes de darle un abrazo
le haba dicho que si le tocase cruzar el puto infierno, le
gustara que quien fuera con l acompandolo fuera l, su
hijo, y en ese momento se haban dado un abrazo maravilloso;
recuerda el funeral de los dos hijos, cuando dijo unas palabras y
haba hablado maravillas de su hijo, y de un hijo que hubiese
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Milagro!... Milagro!... 138


sido si no hubiera sucedido el accidente; Cristi lo recuerda todo;
Albert est a punto de entrar por la puerta que se ve que es
atormentadora; Cristi le dice que no, que no lo haga; lo llama
hijo; no lo haga; y dice su nombre; Albert va decidido porque se
trata de seguir; hijo, ah no est tu madre, no entres; Cristi corre
tras l y lo agarra con fuerza y no lo deja entrar; los dos se
abrazan; Albert es el hijo; se abrazan; lloran.
Ya estn reconocidos y encontrados los dos hijos.
Leona, la aeromoza era la hija Marie. Albert era el hijo, Ian;
desde un principio. Ya los ha reconocido.
Estn a punto de seguir.
Hay una especie de elevador rstico en donde suben a
mucha gente; ah se suben el rastreador y Cristi; Albert, que es
el hijo, siempre con la figura de Albert, y algunas muy pocas
veces bajo la apariencia de Ian, no sube, se queda; desde abajo
arenga al pap a que l puede lograrlo; que si puede; que no se
rinda; que lo intente; que no mira hacia los lados; que lo logre;
que l confa en l, porque l es su padre; Cristi comienza a
repetirse algunas frases del hijo que acaba de decirle, mientras
que el elevador iba subiendo.

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Milagro!... Milagro!... 139


17

Cristi camina sobre un poco de cabezas. Avanza. Cree


reconocer a su padre; no era; contina; ve la cara de Annie;
corre hacia ella, y cuando est cerca, el suelo por donde va se
hunde; l cae a un abismo; llega a una especie de aguas
profundas; recuerda algunos dilogos con su esposa; no te
rindas le deca ella en esa conversacin; el lo recuerda; sale del
agua; est en el interior de una casa grande, que parece ser la
casa de ellos.
La escena de la pelcula es, ahora, en una especie de
tejado descendente; la especie de tejado tiene forma de araa y
todo converge hacia un centro por la fuerza de la gravedad;
tiene una conversacin con el viejo Al; hablan del padre de
Cristi; se dan algunos detalles de familia; Cristi reconoce a Al;
es su padre; se abrazan; lloriquean; siempre quise guiarte, te
estaba esperando para guiarte en la vida, le dice el pap a Cristi;
ya sabes solo tienes tres minutos si te pasas de ese tiempo,
no habr regreso, te quedars entrampado en el mundo de
Annie; se vuelven a abrazar. Es curioso la aparicin en esa
pelcula la referencia al nmero 3, en relacin al tiempo que
debera estarse dentro conversando con Annie; que como se dijo
ya en el captulo 8, el nmero 3 es el nmero de la
imperfeccin, de lo caduco.
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Milagro!... Milagro!... 140


Cristi sigue su camino, porque va en busca de Annie, su
esposa; entra a una casa grande; es una casa vieja; todo est
tirado y en desorden; en medio de una sala, que tiene como una
especie de fuente, pero sin agua, hay una persona recostada,
ms bien tirada en la especie de escaln inferior de la como
fuente de agua; est apoyada sobre sus brazos; Cristi entra
saluda. Hola no hay nadie?... La puerta estaba abierta,
dice Cristi, como justificndose de haber entrado sin ser
autorizado; ella se asusta; se levanta huidiza; quin es?,
pregunta ella Soy el vecino de al lado, dice l. Acabo de
comprar la propiedad de al lado, soy tu vecino; lo importante
era entrar en conversacin, a pesar de lo espantadiza que estaba
ella; l intenta la conversacin; l habla de las flores, que estn
en la como especie de fuente; ella dice que estn secas, porque
no hay agua en el vecindario; l habla de los cuadros que estn
en la pared; ella dice algo en negativo, tambin de los cuadros;
l dice algo, y ella contina siempre, pero en negativo, y con
mucha desgana y desanimo. Eso es el infierno.
l le habla a ella de que ella es una artista famosa, que
sus cuadros son muy bonitos. l le cuenta que su mujer que era
maravillosa y estupenda su suicid. l recuerda algunas visitas
al hospital psiquitrico, y la pelcula en su magia maravillosa,
como lo es el arte, y ella misma ya es una expresin del
maravilloso arte, pasa a unos jardines fantsticos y de sueos,
donde estaba recluida como enferma Annie; ah conversan
Cristi y Annie, cuando la situacin difcil de la prdida de sus
hijos; l siempre iba a visitarla, pero ella se mantena hermtica
y cerrada; ella en una de esas conversaciones le pide el divorcio,
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Milagro!... Milagro!... 141


porque llevan dos vidas distintas, que ella no lo merece; l le
pide perdn por haberla dejado sola en su situacin, cosa que no
era verdad, porque siempre estaba pendiente de ella; el
problema haba estado en que ella se haba negado a vivir; l
llevaba un boleto de avin y le haba hablado de un viaje; l le
estaba contando que en el museo estaban esperando por ella,
por la exposicin de sus cuadros y pinturas; l haba hecho
ademn de irse; ella lo haba retenido, y le haba quitado el
boleto de avin; ella rompi el boleto de avin, lo que indicaba
que si iba a luchar; en ese momento se abrazaron y lloraron, y
desde ese momento, la situacin de Annie, en relacin a la
prdida de sus hijos, comenz a superarse; la pelcula hace
magia y mgico esos momentos hermosos de la pareja Cristi-
Annie.
Hay una expresin que aparece unas tres o cuatro veces
en la pelcula, y es que a veces cuando ganas, pierdes; esa
expresin siempre la utilizaba Annie, y tal vez esa expresin en
la pelcula sea una referencia a asumir la realidad de cada da,
como vayan viniendo las cosas, pero sin huir, ni evadir la
realidad de la vida. En el momento de ese primer encuentro con
Annie, en el infierno, Cristi le repite ese pensamiento que ella
deca. Ella queda un poco impactada. Y algo comienza a
cambiar en ella. Comienza a reaccionar. Ella le dice que quiere
ver a Cristi. Ella llora. l le dice que si es posible, que cierre los
ojos, que se lo imagine. Y aqu se da un cambio. Antes Cristi le
hablaba en tercera persona a ella de su esposa; desde ese
momento, en la pelcula, l le habla en segunda persona y
comienza a tutearla; le dice que recuerde el momento del
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Milagro!... Milagro!... 142


matrimonio; la pelcula pasa a esos momentos bonitos; ella
comienza a recordar y en el momento del beso en el matrimonio
real e histrico, l, all en el infierno intenta besarla, y ella se
espanta y grita, chilla; l se confunde; pide perdn; l sigue en
la apertura que ella le ha concedido; ahora le habla de que haba
soado siempre pasar la vejez con ella; le agradece todos los
buenos momentos pasados y vividos juntos; le agradece por su
ternura, por su bondad como esposa; le gustara volver a vivir
con ella, dormir las siesta juntos, y hasta pelear, de todas las
cosas que ella se est perdiendo; ella escucha, y algn efecto
est haciendo en ella, que se queda como pensativa y reflexiva;
l le pide perdn por todos los momentos malos, sobre todo por
el intento de besarla, cuando ella estaba recordando la
celebracin del matrimonio en la Iglesia; entonces Cristi sale de
donde ella, y sale donde est el viejo rastreador, Al, que es su
pap.
Una vez afuera, en la especie de tejado en forma de
araa, el viejo, el pap est esperando a Cristi; conversan;
estuviste a punto de perder la razn, le dice el viejo; un poco
ms y pierdes la cordura, porque en el infierno se pierde la
cordura; si me tard, tal vez un poquito ms de lo normal; me
rindo, dice Cristi; el pap asiente, o sea dice que s, con un
movimiento afirmativo de cabeza; enseguida, Cristi, retoma la
palabra, y dice, que se rinde, pero no cmo l, el pap est
pensando; el viejo hace un gesto de sorpresa y lo mira; dile a
mis hijos, dice Cristi, que no abandonar a su madre, y se
despide del viejo; el viejo vuelve a hacer un gesto afirmativo
con la cabeza; entonces, Cristi regresa donde est Annie.
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Milagro!... Milagro!... 143


18

Pero, antes del regreso de Cristi a donde estaba Annie,


en el primer encuentro suceden algunas cosas de utilidad.
l comienza a recordar muchas cosas bonitas de cuando
estaban juntos en la vida, de su matrimonio, de donde se
conocieron, del lago, del matrimonio, de sus hijos, de ella en el
jardn del hospital psiquitrico. l le cuenta que tena una
esposa maravillosa, pero siempre en tercera persona; es decir,
habla de ella, o sea, la esposa pero no dice que es ella, en
segunda persona, o sea, t sino ella, mi esposa Annie tiene
una mirada perdida y distante; ella le pide que se vaya; si; ya
me voy; si tu quieres, me voy; antes de eso, una araa pasa por
encima de la mano izquierda de Annie; ella grita y se levanta
espantada y asustada; l se levanta y le quita la araa de la
mano y la tira lejos; ella del impulso cae en un poco de agua,
pero a la altura de un poquito ms arriba de los tobillos, no tan
alto, ms bien debajo de las rodillas, pero no tan alto; ella
camina sobre esa agua.
Llama la atencin la constante referencia al agua en
cada caso de la pelcula; tal vez, sea la cuarta o tercera o quinta
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Milagro!... Milagro!... 144


vez que aparece el agua; ese detalle es importante, y hay que
tenerlo en consideracin en toda la pelcula; ahora, el agua
sobre la que est Annie, no es profunda; ya se dijo que tal vez
un poco de entre los tobillos y las rodillas, no tan bajo, ni tan
alto, como en medio de las canillas, pero no del grifo del agua,
sino de las piernas; es decir, las espinillas; como por ah,
justamente, le llegaba el agua a Annie; no era como para
ahogarse, ni para asustarse.
Esos detalles llaman la atencin en la pelcula. La
referencia al agua y su repeticin desde un comienzo. La
situacin de agua, cuando Cristi comienza a recordar y a
relacionar cada situacin con cada personaje de su familia,
sobre todo cuando Cristi est a punto de reconocer al gua del
momento, porque una vez era su hija en la apariencia de Leona,
la aeromoza; otra vez, era el gua Albert, el joven de color que
lo recibe en el cielo, y lo acompaa en los primeros recorridos
por esas campias de ensoacin, de entre el arte en su belleza,
y la realidad, tambin con y en su belleza, y en el caso de la
noticia del suicidio de Annie, una noticia terrible; y en el
acompaamiento hasta las puertas del infierno, en su recorrido
por el mar y su respectiva tempestad, hasta que lo reconoce,
pues era su hijo desde un comienzo; pero en esos casos siempre
hay una referencia y una relacin con el agua; tal vez haya en
esa constante de la pelcula una referencia a la idea de la
evolucin, ya que es en el agua donde se inicia la vida; y desde
e agua se inicia, de manera ms evidente y palpable la
evolucin misma, hasta pasar por el primate y llegar al hombre
en su separacin del animal bruto, con su consecuente e
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Milagro!... Milagro!... 145


implcito crecimiento cerebral, marcando la diferencia con el
resto de los animales; tal vez, la pelcula est indicando en la
mentalidad y proyecto de sus autores y guionistas esa referencia
implcita de la evolucin; en esa referencia al agua, sobre todo
en sus profundidades cuando Cristi se ve inmerso y a punto de
ahogarse, se da una relacin con sus pensamientos y sus
recuerdos, que lo enlazan con la desesperacin en que se haya
en esos justos momentos, y con el deseo de salir de esas
situaciones abrumadoras y terribles, que son las mismas
situaciones en conflicto y las que recuerda de manera muy
especial y de manera intensa, y en las que como que pareciera
que encontrara la misma solucin a esas situaciones conflictivas
de sus recuerdos y momentos vividos, y sin dejarse en el
abandono en el ahogo irremediable, lucha y decide salir a la
superficie, para con una bocanada de aire, volver a la situacin
anterior, antes de caer en las profundidades que casi lo
ahogaban; y poco tiempo despus, casi de inmediato se sucede
el reconocimiento del personaje que hasta ese momento lo ha
estado acompaando; as reconoce, primero a Marie, su hija;
despus a Ian, su hijo; despus a Al, su padre; y en todos los
casos, en el momento inmediatamente anterior, hay una
situacin de agua y ahogo; la cosa es sorprendente, sobre todo
porque pueda que haya alguna relacin y alguna influencia en
los autores y guionistas de la pelcula Ms all de los sueos
con el libro del Gnesis, cuando en su comienzo el mismo libro
dice que En el principio cre Dios los cielos y la tierra. La

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Milagro!... Milagro!... 146


tierra era caos y confusin y oscuridad por encima del abismo,
y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas1; y esa
verdad la estn haciendo evidente en la realidad del
pensamiento humano cuando en el caso de Cristi, que se haya
en momentos de confusin y de reconocimiento, en esa crisis
momentnea pero existencial, an cuando ya est en el cielo,
porque no es ese el tema principal, sino la vida misma, y la
metfora del cielo y el infierno sea el recurso como obra de arte,
en su maravillosa expresin, sea, entonces, el reconocimiento y
el afianzamiento de las dos ideas opuestas y complementarias
en confusin y caos, por una parte, y orden por otra, en la
obra de la creacin constante, y en donde el agua pueda que sea
la referencia a un orden querido y exigido por la misma
naturaleza, pero con la certeza de un acompaamiento, tal vez
misterioso, pero real, que ya est expresado en la idea del
mismo libro del Gnesis, cuando dice que un viento de Dios
aleteaba por encima de las aguas.
Es, entonces, cuando el arte, sin duda, es necesario para
el hombre poder pulir su oro, que es y tiene, como ya se ha
dicho insistentemente; y en donde este padre, que es padrastro
es padrastro de un hijo que tiene muchos padres en la misma
idea de la maravillosa creacin.

1
Gnesis 1, 1-2.
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Milagro!... Milagro!... 147


19

Volvamos a la segunda entrada de Cristi a donde estaba


Annie, despus que Cristi saliera a hablar con el viejo Al, que es
su pap, como ya se dijo que era, y una vez que Cristi decidiera
no rendirse y de rendirse al mismo tiempo y de mandarle un
mensaje a sus hijos, de que no abandonara a su madre.
Cristi vuelve; Annie est sentada en la especie de
fuente, que dijimos que se pareca, en la casa grande y vieja, y
que tena todo tirado por todos lados; ay que poner orden aqu,
dijo Cristi; la pelcula da algunos pasos agigantados en su
avance; en el regreso de Cristi, hay una situacin nueva; ahora
se trata de poner orden; Cristi le pone su mano encima de una
mano a Annie; Annie rechaza su mano; en la mano de Annie
hay un anillo, tal vez el del matrimonio; Cristi vuelve a buscar
la mano de Annie; esta vez Annie deja la mano de Cristi sobre
la suya; Cristi le habla a ella en segunda persona, la tutea.
La gente buena va al infierno, por no perdonarse a si
misma, le dice Cristi a Annie con su mano sobre la de ella; yo
no puedo hacer nada por ti, le dice Cristi, en ese respecto; como
queriendo decir, si t no te perdonas, yo no puedo hacer nada
por eso, porque quien tiene que perdonar eres tu misma a ti
misma, no yo; ah no puedo hacer nada; sin embargo, yo si te
perdono, le dice Cristi; enseguida ella reacciona en su auto-
castigo y auto-acusacin: por haber matado a mis hijos, y
haber perdido a mi dulce marido?; No, le dice l; por hacer
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Milagro!... Milagro!... 148


que un tipo escoja el infierno para estar contigo; en ese
momento la pelcula pasa al hospital psiquitrico, al jardn;
pareciera que ese jardn fuese una constante referencia al jardn
del Edn del libro del Gnesis, en donde es bonito, por lo menos
el jardn que presentan ah, todo verde, lleno de pinos grandes y
simtricos, una grama verde y bonita; hay que recordar siempre
que el arte tiene esa propiedad y caracterstica de generar
nuevos hijos, es decir, ideas, a los muchos hijos que ya
engendra de por s cada obra, por eso es hermoso y sin fin la
belleza que el arte tiene, como ya se dijo cuando de esto
dijramos en su debida ocasin, pero sea vlido el recordatorio,
por si por debilidad y descuido de la memoria alguna vez
olvidar pudiramos, y aunque sea el olvido una de las ninfas de
la necedad, como tambin de eso ya se dijo, permtasenos que la
necedad haga su aparicin justo aqu para recordar lo que se
debe y no echar en olvido lo que hasta aqu llevamos.
Cristi pide perdn por no haberla seguido, por haberla
dejado sola; pero ese perdn est de ms, ya que cuando ella
haba tomado la decisin del suicidio, ya Cristi haba muerto, y
ella sola tena que haber bregado con su existencia y realidad;
por cierto, que en los momentos en que Annie escriba por
recomendacin de sus mdicos psiquiatras que escribiera en su
diario, como parte de la terapia, y que aparece dos o tres veces
ms la constante referencia a los psiquiatras, en forma de crtica
y de rechazo por manejar y manipular las mentes de sus
pacientes Cristi le susurraba en el odo que escribiera yo
existo; o sea, que Annie exista; pero ella se negaba a eso, a
escribirlo, porque el escribirlo era un asumirlo y aceptarlo; se
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Milagro!... Milagro!... 149


existe; se vive; se contina la vida; se asume la vida; y el arte,
especialmente en la pintura, se encuentra los medios y los
mecanismos de encontrarle el nuevo sentido de la vida, si
alguna vez se ha perdido su rumbo y su razn y motivacin para
seguir viviendo.
Annie manifiesta que quiere ver a Cristi; despus de
esos recuerdos, Annie reconoce a Cristi; l est junto a ella; ella
lo llama Cristi Cristi. En ese momento Cristi dice que
hace fro; Cristi recuerda uno de los cuadros que Annie haba
pintado; Cristi se desmaya; Annie lo llama repite su
nombre. Cristi. Cristi Ella lo llama. Cristi se
desmaya Cristi Cristi Ella lo forcejea para que
despierte Lucha Lucha No te rindas, le dice ella.
Las cosas cambian; ella ha salido de su apata e
indiferencia; ahora es ella la que se preocupa por Cristi, a quien
llama con insistencia y le repite que no se rinda.
Cambia la escena.

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Milagro!... Milagro!... 150


20

Las cosas han cambiado.


Cristi ya no est en el infierno, donde estaba antes, y
donde estaba Annie.
Cristi se halla, ahora, en las afueras de su casa, en la
parte superior de las escaleras de la casa a la que haba entrado
con Albert, el gua de color, que era su hijo; Cristi se halla en su
cielo, donde era su sitio; est solo. Todo vuelve a su colorido;
todo son flores de muchos colores; aquello es un cuadro, una
pintura. La idea del arte, como ya se dijo y que es la clave de
pelcula y tambin de este relato hartamente insistido y
recordado, porque al recordarlo aplicamos el refrn de que
burro amarrado, lea segura, para no perder ni la lea, ni
tampoco al burro, que ya no es el de Sancho, que haba sido
perdido, mas bien robado por el famoso embustero y ladrn de
nombre Gins de Pasamonte, para grande dolor del escudero del
loco aquel que ya tambin hartamente hemos aludido en este
nuestro hijo, y que por fortuna y alegra del mismo Sancho,
volviese igual de burro o asno, a su valedero dueo, y que en
promesas ya tena en su cuenta los cinco jumentos que le haba
prometido en paga y en repuesto su amo Don Quijote.
Pero, volvamos a Cristi, que es lo que nos ocupa, y que
ahora camina solo en esos parajes de la imaginacin de los que
la pelcula esos detalles concibieron. En eso aparece Annie
detrs de l, vestida de azul. Cristi se voltea; ella le dice el
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Milagro!... Milagro!... 151


pensamiento que ella siempre le deca, pero ahora con sentido
diferente; ella le dice: a veces el que pierde, gana, cuando
ella lo deca siempre en sentido contrario; ahora, que ella ha
salido de su situacin repite ese pensamiento, pero en sentido
optimista y positivo; ella le toca la cara a Cristi con las dos
manos; se ren; se besan; es curioso en el infierno no se besaron;
ahora, s; ya no estn en el infierno.
Cristi le dice a ella que lo haba intentado todo; l le
tapa los ojos a Annie; ella re; caminan; hay un cuadro; en el
cuadro hay una casa, la casa de sus sueos; ella se lleva las
manos a la cara, tal vez de sorpresa y de admiracin; ella llora.
En eso aparece el viejo Al, el pap de Cristi, y el suegro
de Annie; enseguida aparece el perro que se sale corriendo
hacia ellos; despus aparece Marie, la hija; ambas, Marie y
Annie se funden en un abrazo; lloran; aparece Ian, el hijo; se
abrazan los tres, la madre junto con los dos hijos.
En alguna oportunidad, uno de los tres guas le haba
hablado a Cristi de la posibilidad de volver a la vida, en una
reencarnacin; pero que era una decisin personal, siempre y
cuando la persona lo desease.
Annie le dice a Cristi que le gustara intentarlo todo, de
nuevo, pero con Cristi; Cristi le propone, entonces, de volver a
nacer, de reencarnar; ella le pregunta que cmo va a hacer para
encontrarlo; l le contesta que as como la encontr en el
infierno, es capaz de encontrarla en la tierra, en la nueva
reencarnacin.
Y cambian las escenas de la pelcula.

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Milagro!... Milagro!... 152


21

La siguiente escena es un lago. Dos canoas de juguete


chocan en el agua. Dos nios se estn mirando en una especie
de muelle; la nia est sobre una barca y se re de manera muy
bonita y contagiosa cuando se queda mirando al nio; el nio la
mira, ms bien un poco serio; se avecinan y se acercan; la nia
saca un sndwich y sube al entablado del muelle y va al
encuentro del nio, que tambin va a su encuentro; ella le da la
mitad del sndwich al nio; el nio intercambia la otra mitad,
pero se queda la imprecisin de si es del mismo sndwich que la
nia le da, o si el nio llevaba tambin un sndwich; ah no se
queda claro, pero se comparten un sndwich
Y se acab la pelcula.
N se estir en su silla de color verde claro. Bostez.
Seran como las 7 de la noche; tal vez un poco ms; tal vez,
todava no; pero quedmonos que eran las 7, y eso por muchas
razones.
Los mensajes de la pelcula que acababa de ver eran
muchos. Una obra de arte, como muchas, pero sta bella y
exquisita, como lo es el arte. Muy especial para pulir el oro,
como se ha dicho antes de todo y mientras se iba desarrollando
todo. La belleza del arte que al hombre transforma y lo lleva a
la superacin, como ha de ser el arte.
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Milagro!... Milagro!... 153


Y ser mejor que dejemos as en esta obra, porque
estamos ya en el captulo 21, que a su vez, como nmero es
mltiplo de 7, porque 7 por 3 como tambin mltiplo de 3,
porque al derecho y al revs da igual.
Ahora queda por resolver el nombre del personaje que
aqu anduvo en una bonita y fascinante andanza. Dijimos que
se llamaba N; y en dos o tres veces, igual, tambin dijimos
que lo iramos a rebautizar; y ahora que al final llegamos es
necesario que eso hagamos, para de ah tomar el mismo ttulo
del libro, y con ello todo quede plasmado en el nombre que le
demos como re-bautizo, y este ha de ser.que al terminar
diremos; aunque tengamos ganas de dar explicaciones y
justificaciones, pero el que en artes anda no explica lo que su
obra es; eso ya le corresponde al que esa obra lea, vea, escuche,
sienta o huela, o todo junto al mismo tiempo, como habr de
haber experimentado el que este libro haya ledo, con su
necedad, al perder el tiempo en querer descubrir cul era el
fondo de la historia que aqu tenamos, y que dijimos que no
tena ningn objetivo, ni propsito, ni finalidad, ni intencin, en
caso que algo de esto aqu se haya buscado; y si alguno todo de
esto por casualidad ha encontrado, pues que lo manifieste o se
lo guarde porque igual da, porque ya al final de esto estamos
llegando, y si se empea en encontrarlo sin haberlo avizorado ni
mucho menos encontrado, que d sosiego y descanso a su
espritu que no lo hallar, si en su curso no lo pudo haber
encontrado, porque en eso ha consistido toda la magia de este
libro que concuerda todo l con el mismo ttulo, porque, de

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Milagro!... Milagro!... 154


hecho, eso mismo habr a cada instante bueno de su lectura por
necesidad experimentado.
El tercer nombre de nuestro personaje, como ya se dijo,
ser el mismo que el ttulo este libro llevara, sobre todo, que
cada nombre que en los otros casos, en especial en la
mentalidad y obras de Cervantes, que aqu muchas veces se
citara, y algo de su estilo en este que aqu terminamos de su
influencia nos marcara, es que cada vez que el Quijote su
nombre cambiaba era porque de una etapa de sus hazaas se
tratara; y de la misma manera en esta hazaa del que esto
escribiera y que el lector ha hecho suya porque hasta estos
momentos es tambin su aventura en esta lectura, es preciso
cambiar el nombre de N, para el del mismo del ttulo que este
libro lleva, porque nos abriga la esperanza que algo, aunque sea
muy poco, que eso ya es mucho, de eso mismo haya sucedido el
que esta majadera y necedad se haya aventurado a terminar,
que no tena ni motivo, ni objetivo, ni mucho menos, finalidad,
sino la misma que se ha dicho que todo arte tiene y siempre ha
de tener y que en algo le haya ayudado a eso mismo que toda
obra tiene y por si el lector, por si acaso, o por no acaso,
porque igual ha de ser valedero en ambas situaciones el acaso,
ya por s, o ya por no, porque no se sabe, a estas alturas habra
de preguntarse que dnde est el milagro-milagro que a estas
alturas, que sin ms extensiones tiene, volvamos a lo que ya se
dijo; que si atento lo estuvo en su lectura, ya sabr de sobra de
qu se trata el tan sugestivo y llamativo nombre que en la
portada se le pusiera a este libro para darle titulo alguno, porque
algn nombre de seguro habra de tener, ya como gracia, o
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Milagro!... Milagro!... 155


como apelativo, o como calificativo, como tambin se dijo, y
que el nombre que llevara era su bautizo, y que como as
existen nombres y ttulos que a la risa llaman, y todos han de ser
de igual respeto, porque nombres son, porque, igualmente es
otra la etapa de la misma historia del mismo personajes, que
dijimos que era N, y que desde ahora habr de ser Milagro!...
Milagro!; an sabiendo que nuestro lector, adems de
desocupado, como se dijo cuando eso en otra parte se hiciera,
no haya descubierto ni mucho menos sabiendo dnde se halla el
tan sonado milagro que en la portada se anunciaba; pero para
que quede tranquilo y en paz su alma, si es que no lo ha
descubierto an, que no es de un de milagro, como cuando en
milagro se piensa, sino en la magia que el arte tiene y que
produce la transformacin de la persona, y en el que el captulo
7 de este relato, est lo principal de la idea que aqu se ha
querido escribir y reflexionar. Porque el milagro est en que el
arte ayuda a pulir el oro que el hombre es y tiene, en lo que
tanto se gira y se gira en el captulo 7, como ya se dijo. Ese es el
milagro. No otro, si es que otro estaba el lector buscando. Y,
para que el lector quede en sosiego y sosegado, sin negar que en
algo, un poco de agotado por el giro que esperaba hallar y no
encontr, y nunca lo habr de encontrar, porque no lo hay,
aunque no deje de haber alguno que diga que si aparece pero
que se aplique en este caso que el que busca encuentra,
porque en eso se aferra para hallarlo, quedmonos en santa paz,
que no era eso lo que en este hijo se buscaba, sino la de resaltar
la importancia, y de la necesidad que tiene el mundo del arte, en
cualquiera de sus expresiones, porque nos llevan a ser mejores;
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Milagro!... Milagro!... 156


y que el arte requiere de gente necia, como tambin ya se dijo
en su debida oportunidad, cuando de la necedad hablramos;
porque la necedad es necesaria para rernos y comprender el
drama de lo necio del saber vivir, que es perder tiempo, como lo
estamos en este momento, mi fiel lector, porque si ha llegado
hasta este punto todava, es porque es fiel; usted en pretender
encontrar lo que no ha encontrado en este hijo mo y suyo, si no
lo la encontrado; y yo en procurar hacerle entrar en razn que si
no lo ha encontrado es porque perdi doblemente el tiempo,
aunque no lo ha perdido del todo, porque en alguna parte de
este libro, algn orgasmo habr tenido, al vibrar con alguna
nueva idea para usted o en algo que lo hiciera pensar o imaginar
o suponer o esperar; simplemente, porque se ha hecho participe
de la maravillosa magia del arte; y cuando digo orgasmo, lo
digo con conciencia; es decir, algn gozo habr experimentado,
aqu o all, y eso es necedad; y eso mismo es la magia del arte,
porque el arte es para ociosos y necios, como ya se dijo cuando
se dijera en las pginas anteriores, y que no me acuerdo dnde
fue, ni como, ni por qu, pero que se dijo, y eso es el ttulo del
libro, y el nuevo nombre que N desde este preciso momento
nuestro personaje llevar, porque se trata de una nueva etapa,
como diciendo un antes y un despus; y que segn la
pelcula que ya se expuso, se trata no de una re-encarnacin,
sino de una visin de la vida, en donde todo lo que pensemos,
eso se har; porque todo est en nuestra mente, y seremos lo
que pensemos y tengamos en nuestra cabeza: ese es el milagro,
mi desocupado, necio y engaado lector. Desocupado, porque
para llegar hasta este momento en la lectura de este libro,
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Milagro!... Milagro!... 157


significa que no tena nada qu hacer; necio, porque, a pesar de
todo lo que iba descubriendo, y nada que apareca el milagro
que estaba esperando y buscando, y todava segua leyendo, a
pesar de eso, pues era una y simple necedad, como se dijo
cuando de eso dijramos y, engaado, porque no hay ningn
milagro de lo que crea que se trataba este libro; sino del
milagro de la magia de la maravilla que es el arte, y del que
usted ya es partcipe. Y no se diga ms, porque es caer en la
necedad de los sabios, para pretender justificar lo que no tiene
explicacin, porque no la tiene. Es.

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Milagro!... Milagro!... 158

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