Cuadernos Materialistas. Diccionario
Cuadernos Materialistas. Diccionario
Cuadernos Materialistas. Diccionario
CUADERNOS
MATERIALISTAS
DICCIONARIO MATERIALISTA
BABA · BAILAR · BAJO/A · BALA · BANANA · BANANO · BARAD, KAREN · BARRIDO · BARRO
BARROCO · BASURA · BATATA · BELLA OTERO · BIEN · BIOARTEFACTOS · BIOLOGÍA
BIOMÍMESIS · BIRRA · BIT · BLABLEO/BLABLACIÓN/BLABLEANTE · BOCA · BODA INTERREINOS
BOLSA · BOODPOOBPP · BOTÁNICA · BRILLO · BRISSET, JEAN-PIERRE · BRISSETIANO,
BRISSETIANA · BRITTLESTAR · BROCAL · BRUJAS · BRUMA · BUENO · BURBUJA · BV
Índice
PRESENTACIÓN ....................................................................................................... 2
BABA .......................................................................................................................... 4
BAILAR ...................................................................................................................... 4
BAJO/A ....................................................................................................................... 5
BALA .......................................................................................................................... 6
BANANA .................................................................................................................... 6
BANANO .................................................................................................................. 11
BARRIDO ................................................................................................................. 13
BARRO ..................................................................................................................... 13
BARROCO ................................................................................................................ 15
BASURA1 ................................................................................................................. 16
BASURA2 ................................................................................................................. 17
BATATA ................................................................................................................... 18
BELLA OTERO ........................................................................................................ 19
BIEN .......................................................................................................................... 19
BIOARTEFACTOS .................................................................................................. 25
BIOLOGÍA ................................................................................................................ 29
BIOMÍMESIS. (biomimética, biomimetismo) .......................................................... 30
BIRRA ....................................................................................................................... 30
BIT............................................................................................................................. 32
BLABLEO / BLABLACIÓN/ BLABLEANTE. (derivados de bla bla) ................... 32
BOCA ........................................................................................................................ 35 1
BODA INTERREINOS ............................................................................................ 41
BOLSA ...................................................................................................................... 44
BOODPOOBPP......................................................................................................... 47
BOTÁNICA .............................................................................................................. 48
BRILLO..................................................................................................................... 49
BRISSET, JEAN-PIERRE ........................................................................................ 49
BRISSETIANO, BRISSETIANA ............................................................................. 51
BRITTLESTAR ........................................................................................................ 51
BROCAL ................................................................................................................... 52
BRUJAS .................................................................................................................... 52
BRUMA1 ................................................................................................................... 60
BRUMA2 ................................................................................................................... 60
BUENO ..................................................................................................................... 60
BURBUJA ................................................................................................................. 64
BV (BVocal).............................................................................................................. 64
AUTORXS ................................................................................................................ 92
PRESENTACIÓN
Para este número de los Cuader- sares y Flaubert, se recogen allí las con-
nos Materialistas quisimos imaginar venciones que nos llevarían a “hablar
cómo sería un diccionario materialista y bien”, las contraseñas de la pertenencia y
decidimos invitar a colegas y amigues a las ridiculeces de las lenguas anestesia-
producirlo en conjunto. Frente a la me- das por un querer decir que es siempre
tafísica del libro y su aspiración totali- fallido. Hay otros, como el Diccionario
zante, fantaseamos nuestro diccionario jázaro de Pavić que, llevando al paro-
bajo la forma revisteril. Y, cual si se tra- xismo la nostalgia por culturas inciertas,
tara de un fascículo coleccionable de construyen léxicos que guardan en sí el
esos que compramos a sabiendas de que germen de sus infinitas versiones. Y
la colección quedará irremediablemente hasta tenemos el “Diccionario crítico” de
incompleta, decidimos que solo tendría Bataille y sus amigos que esparce sintag-
entradas para la letra B. mas y palabras a lo largo de la revista
Documents sin otro criterio que el de lo
No se trataría de un diccionario informe ("término que sirve para desca-
normativo, aunque sí descriptivo del lé- lificar").
xico eventual que sus hablantes improba-
bles (les autores) hubieran elegido Los diccionarios también son los
definir. Diccionario de dudas, seguro. recuerdos de nuestras infancias criadas a
Plurilingüe, acaso. Pero, sobre todo, ins- la sombra ya obsoleta de enciclopedias 2
piradas en una larga tradición de diccio- ilustradas y temáticas que, bajo la apa-
narios díscolos e irreverentes, soñamos riencia del rigor alfabético, querían
un volumen que desafiara los sentidos transformar el mundo en libro. Por eso
comunes mediante la irrupción de des- mismo, muchxs tenemos un amor inex-
cripciones-definiciones de rigurosa par- plicable y absurdo por palabras inutiliza-
cialidad y estricta arbitrariedad. bles, y hasta construimos carreras
profesionales para justificar el momento,
Los diccionarios son trampas de extático, en que nos damos el permiso de
la cultura. Tanto los serios como los en usarlas o analizarlas concienzudamente.
chiste comparten un deseo de taxonomi-
zar las lenguas que, no obstante, perma- Los diccionarios pueden ser la
necerán, como los fascículos comprados lengua oficial que corrige desviaciones,
en la infancia, irremediablemente incom- pero también archivos de los usos auda-
pletas, inclasificables, torcidas. De allí la ces que devoran las convenciones a su
existencia de diccionarios extraños, paso, que nos abren a la indisciplina de
como los de palabras compuestas por una la imaginación, que trabajan las escenas
sola letra, los de palabras compuestas del futuro en el que queremos vivir. Es
solo por vocales, o el siempre indispen- en este sentido que fantaseamos un dic-
sable diccionario finlandés-catalán. cionario materialista: un diccionario
Desde el cínico Diccionario del diablo, maldito (con el factor comedia que tiene
de Ambrose Bierce, hasta los burlones todo malditismo), un diccionario que
diccionarios de la clase culta de Bioy Ca- riera como Demócrito frente a la imposi-
bilidad de tomar a la humanidad en serio,
un diccionario que describiera imagina- vocales. Contiene también un artículo
tivamente la materia baja, extraña a toda genial de una autora importantísima, tra-
aspiración ideal, un diccionario arbitra- ducido amablemente por Milagros Gon-
rio hecho de palabras que empiezan con zález, que consideramos imprescindible
B. incluir en nuestro diccionario porque su
apellido comienza con B.
Este volumen contiene entradas
breves y largas, unas con referencias bi- Con ustedes, el resultado de este
bliográficas y otras con imágenes asocia- fantaseo colectivo.
das, entradas que son poemas y entradas
3
B
ABA. La baba es la tinta del ha- gos, entendimientos, ideologías, man-
bla. Introduce en ella el ele- datos, etc. (recordemos sin más la aso-
mento húmedo necesario para la ciación del condicionamiento pavlo-
lubricación del aparato fonador y le im- viano entre el sonido y la baba) implica
prime a la palabra el chasquido necesa- no tanto un indecidible, sino un impo-
rio para la pronunciación de las letras sible, o como dice Lacan, un insonda-
que la componen. Un exceso de baba ble. El baboso, el bobo, derrama su
puede borrar la palabra, e imbuirla en baba dejándola inoperante para el tra-
una mancha sonora. Una falta de baba bajo de la lengua.
impedirá el avance fluido entre distin- En otro sentido, la baba aglutina:
tas consonantes. pega una letra con la otra en pos de una
Si nos permitimos el uso del co- transmisión (por supuesto intervienen
loquial “baba”, en lugar del más formal otros elementos: aire, cuerdas vocales,
“saliva”, es por su familiaridad con etc.). La función de la baba es acercar
“balbuceo”, “baboso”, “bobo” y lo que en el lenguaje es pura diferencia,
“beso”. En la baba se arrastra un uso y lo que el lenguaje produce como di-
de la oralidad ligada de una manera sin- ferencia. Así, no es de extrañar su cer-
gular a una erótica del cuerpo: la eró- canía con el “beso”, ya que, antes de
tica oral. La más de las veces se reduce ser dos vacíos que se encuentran, el
esa erótica al acto de incorporar, coro- beso implica dos babas que se mezclan,
nado por el acto imaginario de la iden- que se funden, ante la mera imposibili-
tificación, y afectada por toda una serie dad de la fusión de los cuerpos. En la 4
de trastornos. Sin embargo, la oralidad baba hay transmisión, contaminación,
implica además la identificación a un intercambio: bases mismas de la fun-
Otro: las palabras que el niño imita, a ción viviente de la lengua.
los sonidos que produce, sus posterio-
res intentos de articulación, sus vacila- Juan Manuel Conforte
ciones, todo lo que llamamos
balbuceos, tienen origen y dirección a BAILAR. Hay muchas cosas fascinan-
ese lugar y momento de resonancia. tes en ese placer fácil y gratuito que es
Como escribe Pascal Quignard, el bal- bailar. Su definición más extendida lo
buceo busca el ser, porque el ser siem- concibe como moverse con la música.
pre está del lado del Otro. El balbuceo La literatura académica suele dis-
buscar el ser, como la baba o la tinta tinguir, en concepto y método, al baile
buscan su forma en un afuera. en su ejecución técnico-profesional
De allí que derivemos el “bobo” como danza, de su ejercicio irregular y
para aquel que vacila ante la forma, diletante, entendido como prácticas de
ante el ser. El bobo, sabemos, no es baile social, vinculado a instancias de
ningún bobo: vacila ante la alienación entretenimiento y ocio, una suerte de
al Otro y se reserva en esa elección ex- escucha demasiado cercana a la sen-
cluyente que lo obliga a “la bolsa o la sualidad y superficialidad del cuerpo.
vida”. Pertenecer de lleno a aquello La experiencia musical vinculada
que hace pertenencia de nosotros, es a la recepción bailable acompaña nues-
decir el lenguaje y su aparato de códi- tra historia como especie desde tiem-
pos remotos. Las prácticas de baile
social implican un espectro sumamente propiamente humano, y atender a la ex-
amplio y variado en sus manifestacio- periencia eminentemente sensible, es-
nes: el carnaval, la peña, la milonga, la tética, que tiene lugar en las prácticas
bailanta, el bailongo, el pogo, el ca- de baile social: la interacción entre
chengue y la joda entre otros. Hay tan- cuerpos humanos y no humanos.
tos sonidos posibles como maneras de Siendo la música vibraciones de carác-
bailar: algunas con coreografías relati- ter audiotáctil, bailar no es otra cosa
vamente estandarizadas, otras más in- que experimentar la potencia sensible
determinadas y muchas inclasifica- de la materialidad sonora y sus reso-
bles. nancias en las distintas densidades que
Suele suceder que la música nos constituyen los cuerpos humanos –
impulse a movernos: fácilmente nos músculos, grasa, huesos, dientes, teji-
encontramos siguiendo un ritmo o re- dos nerviosos, sangre, aire y epitelios–
pitiendo una melodía. Incluso a veces a través del movimiento. Por ello, qui-
un estímulo musical puede arrastrarnos zás bailar constituya una de las instan-
a dejar lo que estamos haciendo y po- cias más prolíficas en el desarrollo de
nernos a bailar solo como loco malo. articulaciones entre agencias humanas
También es común que muchos tipos y no humanas, en esta larga intimidad
de reuniones sociales se acompañen sobre la que se cimienta la cultura.
con música y eventualmente se arme el
baile –cumpleaños, casamientos, junta- Octavia Medrano
das, inauguraciones, celebraciones, 5
manifestaciones, marchas, misas, etc. BAJO/A. Estatura de lo que no sube
Y por supuesto, el itinerario infinito de más que hasta la altura de la materia. //
clubs, discotecas, boliches, festivales, Superficie en la que se encuentran los
recitales, presentaciones y fiestas que oniscídeos (bichos bolita o cochinillas
tienen lugar cada día todos los días. de la humedad), en la que se mueven
Bailar es una interacción entre las hormigas antes o después de (subir
distintos cuerpos en movimiento, que a) recolectar, devorar, acumular y vol-
no recurre a las palabras ni requiere ver a sus cavidades subterráneas para
muchos acuerdos previos y por ello seguir conspirando. // Espacio subte-
puede congregar a grupos muy nume- rráneo de un adentro en el que habitan
rosos. Solitario, en dúos, en rondas, los seres que se esconden y cavan (p.e:
con desconocidxs: al calor del baile se lombrices y topos), donde se dan esos
forman comunidades episódicas, mun- movimientos terroríficos y oscuros en
dillos y escenas. Nuestra sabiduría po- las entrañas de la tierra o del cuerpo. //
pular bien da cuenta de ello: quién te De valor escaso, que no es elevado,
quita lo bailado y bailando se entiende falto de espíritu, que ha sucumbido a la
la gente condensan matices de lo que desviación moral. Sucio, insultante,
bailar lleva implicado. abyecto, ridículo. Todo aquello que in-
Un acercamiento materialista y dica indignidad del espacio moral. //
posthumano permite concebir el baile Fascinación batailleana. // Terreno pro-
sin subsumirlo a la jerarquía tradicio- picio para inundaciones y anegaciones.
nal que pondera lo espiritual –alma, ra- // Preposición de lugar y ubicación. //
zón o voluntad– como lo más
En donde se entierran los tesoros. // Ni- salto fáustico en el que, aun cercana-
vel que soporta todo lo que se eleva. // mente a la extinción, viajamos hacia
Sostén último de todo lo que cae. quién sabe dónde y cuándo.
12
Musas japónicas. No es objeto de ins- el Museo. Letra a letra con escobas
piración sino conspirante. Murmura al montaron palabras pensadas en con-
poeta las respuestas que le permiten junto: “Lo esencial no es invisible”,
desplazar su signatura a la escritura de “Lucas”, “Vero”, “Rocío”, “Nos sobra
quien porta su nombre: Aquí, mi mundo tiempo nos falta vida”, “Entrar a un lu-
se recorta a la rana de este estanque gar y saludar” entre otros nombres y
que refleja mi cuerpo helicoide con sus consignas. Algo de la famosa sentencia
círculos concéntricos. Soy un árbol conceptualista que Lucy Lippard re-
inútil en el jardín de tu ermita solitaria, toma de la contracultura punk, Do it
mi fruta no alimenta y mi flor se de- yourself, permite colectivizar el signi-
mora. Si te sientas cerca de mí respira ficado de estas frases. Hágalo usted
mi sombra acotada y acota tu haiku. mismo se traduce entonces aquí dos ve-
Escribe sobre la soledad de quienes ces, es más bien un Hazlo (tú mismo)
son desplazados. con otrxs como escriben Eugenia Gon-
zález Mussano y Alicia Mussano en
Julia Jorge sus Banderas Migrantes (2021).
aplanado con un tallo y una boca en sus ha podido identificar en ellos órganos
extremos. El estómago de estos seres de sentidos conocidos ni rastros de gó- 43
estaba separado de la piel por un tejido nadas que indiquen cómo se reprodu-
gelatinoso denso. Se les asignó provi- cen. A partir de las escuetas
soriamente el nombre de Dendogra- declaraciones que estos individuos han
mma, por su similitud con el gráfico de dado para la revista PLOS ONE el 3 de
forma arbórea que muestra las relacio- septiembre de 2014, se especula que
nes evolutivas entre organismos, y la las similitudes respecto de sus hábitats
especie enigmática, debido a su ex- y configuraciones corporales los empa-
traña naturaleza, que impide clasificar- rentarían con los pobladores de Edia-
los en algún phylum de los existentes. cara, provenientes del Precámbrico.
La comitiva de científicos a cargo de la Esta pista genética, que los investiga-
expedición y posterior captura no ha dores se afanan en seguir hasta las últi-
encontrado, al día de hoy, mayores pis- mas consecuencias, promete la
tas para poder clasificar satisfactoria- reconstrucción del eslabón perdido de
mente a la curiosa colonia de los la vida en Gaia. Sin embargo, a pesar
dieciocho Dendogramma encontrados. de los ultrajes que los Dendogramma
Se sabe que se movilizan en grupo, han padecido a lo largo de dos décadas
aunque no pertenecen a ninguna comu- –que incluyen suplicios con formal-
nidad (los Ctenophora y los Cnidaria dehído y etanol, y el enfrentamiento
han rechazado reconocerlos como sus con una reconstrucción virtual de su
parientes cercanos), que son multicelu- posible escenario de origen en la tierra
lares asimétricos, que probablemente de Ediacara– estos detenidos se han ne-
se alimenten de microorganismos y gado sistemáticamente a ofrecer mayo-
que son incapaces de nadar, pero no se res detalles acerca de su procedencia.
Su silencio inexpugnable los resguarda evoca con detalle algunos pasajes del
más allá y más acá del tiempo de los culto. Los Pueblo que presidían la ce-
filos, las clases, los órdenes, las fami- remonia hacían de chamanes, en un
lias y los géneros. singular estado de transición e hibrida-
En una conocida misiva fechada ción con las existencias naturales a las
el 26 de abril de 1923 Aby Warburg le que invocaban: la serpiente, que emu-
pedía a su discípulo y confidente, Fritz laba al rayo, que llamaba a la lluvia.
Saxl, que los resultados de su investi- Como buenos sujetos especulativos,
gación sobre los indios Pueblo de los chamanes practicaban trans-varia-
América del Norte, comunicados en ciones en sus formas de existencia, de-
una conferencia para médicos e inter- viniendo en o deviniendo con distintos
nos de la clínica psiquiátrica Bellevue tipos, ya sea animal o fenómeno atmos-
de Kreuzlingen como prueba de su cu- férico. Mediante la unión física con la
ración, no se hicieran públicos nunca serpiente en la danza, los indios busca-
(pedido que Saxl manifiestamente no ban identificar en ella el poder del rayo,
cumplió). “Permítame expresarle mi querían convertirse ellos mismos en el
más sincero agradecimiento por los principio del que depende el efecto
servicios de partero que me ha brin- deseado, es decir, la lluvia. Por eso,
dado durante la procreación de esta para Warburg, la danza de las máscaras,
criatura monstruosa”, sentenciaba el que incluía el envío de serpientes vivas
historiador hamburgués al final de la a la llanura como mensajeras de las ple-
carta, dejando constancia no solo del garias, era la causalidad danzada. 44
inconmensurable apoyo que su colabo- Se entiende que en la fascinación
rador había demostrado durante la do- que tuvo Warburg con el ritual reso-
lorosa internación sino también del nara su propósito de exorcizar el miedo
alcance inusitado de una experiencia a través de los símbolos y demostrar
que resultaría transformadora para el que finalmente había superado su pa-
propio Warburg y para el futuro de decimiento por voluntad propia. La
la Historia del Arte. conferencia puede considerarse el úl-
En esa disertación Warburg na- timo pase de un movimiento especula-
rraba su viaje hacia el suroeste de los tivo donde un programa de curación
Estados Unidos, tres décadas atrás, era también la descripción del pro-
motivado por un rechazo hacia la civi- grama. Un grito de guerra de aquel
lización occidental, en la búsqueda de scholar-chamán poco comprendido,
una huida aventurada hacia el mundo que deslizaba como comentario al mar-
de los objetos reales, de la ciencia y de gen en su discurso de despedida a los
la magia. En su convivencia con la co- otros internos y a los médicos de la clí-
munidad de los Oraibi, había partici- nica: “Esta es la confesión de un esqui-
pado de las actividades cotidianas de zofrénico (incurable) entregada a los
caza y recolección y vivenciado de archivos de la ciencia”.
cerca sus ceremonias: las danzas hu-
miskachinas, el baile del antílope en Paula Bertúa
San Ildefonso y el misterioso ritual de
la serpiente. El relato de Warburg se BOLSA. En el principio fue la b, de
vuelve particularmente vívido cuando bolsa. De papel de fibra de tela de lana
de hilo de cuero de plástico. Para las pleta. A intervalos, con saltos enreve-
semillas las hortalizas el pan la leche la sados, zigzagueantes, espiralados. Al-
ropa los libros la cultura y mucha avena forja concha totuma zurrón talega
silvestre. Ahora que las de plástico em- bolsillo saco cesta caja costal morral
piezan a prohibirse nos llenamos de un macuto mochila hoja aguayo. Libro
sin fin de bolsas de papel de tela de hilo casa contenedor cultura nave espacial.
de fibra. Cual más alternativa. Con di- No corta no hiere no mata (¡sobre todo
seños motivos estampas marcas logos no corta no hiere no mata!). Une reúne
eslóganes. Olvidamos que antes del contiene guarda junta teje borda enlaza
plástico fue así: a quilo a libra a cuarto congrega.
a pesa a medida. Totumas potes frascos En el principio fue la b. “Cuando
tarros envases por doquier. Qué otra estaba elaborando el libro que se con-
“cosa para poner cosas dentro”, cuál vertiría en Tres Guineas, Virginia
“recipiente para la cosa recibida” pre- Woolf”, no nos deja olvidar Úrsula,
gunta Úrsula K. Le Guin en La teoría “escribió en su cuaderno la palabra
de la bolsa de la ficción. ‘Glosario’; ella había pensado en rein-
ventar el inglés según un nuevo plan,
con la intención de contar una historia
diferente. Una de las entradas de este
glosario es heroísmo, que aparece defi-
nido como ‘botulismo’. Y héroe, en el
diccionario de Woolf, es ‘botella’. El 45
héroe como botella, una revisión pun-
zante”. Ahora, Úrsula toma la palabra,
“yo propongo la botella como héroe”.
Jeroglífico egipcio para casa B, de botella. Por cierto, en inglés, pre-
ferimos, mil veces, la bottle a la battle.
En el principio fue la bolsa. An- Nosotres, entonces, proponemos la
tes que el arma que el cuchillo que el bolsa-botella como heroína.
hacha. (O tal vez no. Tal vez no fue an- bolsa-botella heroína en la histo-
tes sino al mismo tiempo). Inútil volver ria de la b, ¿cuán poderosa podrá ser?
al clásico punto ciego: ¿el huevo o la ¿qué acciones tendrá este nuevo relato?
gallina? Pero mientras uno corta separa ¿qué escenario? ¿en qué lengua ha-
divide, la otra reúne junta apiña con- blará? tal vez debamos abandonar estas
grega aglutina. Bolsa: herramienta para preguntas. No el preguntar sino esas
cargar el alimento la vida. Nada de hé- preguntas que corresponden al relato
roes armas guerras. Una bolsa. “Esa es del héroe antes de ser botella.
la noticia” que nos trae la b, primera le- Y hablando de glosarios, etimo-
tra de la palabra bayit, que en proto-se- logías y definiciones, desviémonos un
mítico refiere casa (Beth); también, momento por el diccionario. El DRAE
como vemos, para los antiguos egip- registra que bolsa viene del lat. bursa.
cios. He ahí “una nueva historia”. De la Las tres primeras acepciones nos son
B a la Z, pasando por la A, pero incom- familiares:
1. f. Especie de talega o saco de tela u la ficción publicado recientemente por
otro material, que sirve para llevar o Rara Avis:
guardar algo.
2. f. Saco pequeño de cuero en que se
echa dinero, y que se ata o cierra. El ensayo ‘La teoría de la fic-
ción como bolsa’ de Ursula Le
3. f. Recipiente de material resistente Guin le dio forma a mi pensa-
para guardar, en viajes o traslados, ropa miento sobre la narrativa en la
u otras cosas, y que se puede llevar a teoría evolutiva y sobre la fi-
mano o colgado del hombro. gura de la mujer recolectora, en
mi libro sobre la historia de los
Pero cuando recoge locuciones estudios de primatología (Pri-
verbales coloquiales, la panoplia se mate Visions: Gender, Race
amplía: “‘aflojar la bolsa’: ‘Dar o gas- and Nature in the World of Mo-
tar dinero de mala gana’”. dern Science, Nueva York,
Routledge, 1989). Le Guin se
Los localismos permiten leer el enteró de la Teoría de la Bolsa
tratamiento dispensado: Arg. y Ur. en la evolución humana por Eli-
“dar como en bolsa”: “Castigar dura- zabeth Fisher, durante aquella
época de relatos enormes, va-
mente de palabra”. Arg. “estar alguien
lientes, especulativos y munda-
hecho bolsa”. “Hallarse abatido a causa nos que estalló en la teoría
de la enfermedad, la frustración o el feminista en los años 70 y 80.
fracaso”. Arg. “hacer bolsa”: “Romper, Al igual que la fabulación espe-
culativa, el feminismo especu-
destruir algo”; “herir”. Las hay, sin em-
bargo, más prometedoras: “Méx. y Nic.
lativo fue y es una práctica SF.
46
‘echarse alguien en la bolsa a otra per- Recolectar elementos. Elizabeth
sona’. ‘Conseguir su apoyo incondicio- Úrsula Donna. Figurar otras historias.
nal’; más genéricas: ‘tener algo como Narrar de otra manera. Insistir en el
en la bolsa’: ‘Tener entera seguridad de enunciado. No otra cosa ha hecho
conseguirlo’”; o ya en desuso: “’tener Donna en Seguir con el problema, un
bien herrada la bolsa’: ‘Estar o ir bien libro-bolsa del que surgen las historias
provisto de dinero’”. La historia de de Camille, niñas y niños del compost.
guerreros economistas se ha entrome- En ese humus, junto a Camille, están
tido en el terreno de la bolsa. Lo que germinando granos de avena silvestre
esta historia desconoce es que en el que pueden alimentar nuestro presente.
principio fue la bolsa. Démosles la no- “Importa qué historias contamos para
ticia. contar con ellas otras historias; impor-
Reinventar la lengua y su sintaxis tan los conceptos que utilizamos para
para contar una historia diferente. Ese pensar con ellos otros conceptos”. Im-
era el cometido de Virginia. Hacer de portan las palabras-imágenes que here-
la bolsa una teoría, tal es la invitación damos o que inventamos. Importan las
que lanzó al mundo Úrsula hace algu- bolsas. Importan las metáforas. Ya
nas décadas. Invitación que aceptó nunca más solo un sílex o un hueso que
Donna Haraway hace ya un tiempo. se transforma en una enemiga nave es-
Valga recordar ese encuentro, contado pacial. Ahora también tenemos la bolsa
por la misma Donna en varios lugares, que nos puede permitir un presente te-
la última vez en una nota al pie de la
introducción a La teoría de la bolsa de
jido sin guerras invasiones coloniza- o a considerar formas alternativas de
ciones de mundos conocidos y desco- pensar y hacer? ¿De qué sirve su análi-
nocidos. sis de los posibles efectos de la ciencia
Bolsa-libro bolsa-ficción bolsa- y la tecnología, o de la organización so-
imaginación. “Creo que la imaginación cial y la dirección política?”. Bueno,
es la herramienta singular más útil que piensa insistentemente Octavia en voz
posee la humanidad” leemos en Contar alta, “los mejores ejemplos de ciencia
es escuchar, otro libro de Úrsula. Pero ficción estimulan la imaginación y la
¿de qué sirve la imaginación? ¿A cuán- creatividad. Saca a lectores y escritores
tas personas alimenta? “¿De qué les del camino trillado, de la estrecha
sirve la ciencia ficción a las personas senda de lo que ‘todo el mundo’ dice,
negras?” cuenta Octavia Butler que no hace, piensa, sea quien resulte ser ‘todo
cesaban de preguntarle. Y la pregunta el mundo’ ese año”. Parece poco muy
variaba: “¿De qué le sirve cualquier poco. Podemos empezar a recoger gra-
forma de literatura a las personas ne- nos de avena silvestre. Virginia, Úrsula,
gras?”. Incluso podía hacerse más es- Octavia, Donna ya han empezado.
pecífica: “¿De qué sirve la reflexión En el principio fue la b, de bolsa.
sobre el presente, el futuro y el pasado
que ofrece la ciencia ficción? ¿De qué Mary Luz Estupiñán & raúl
sirve su tendencia a advertir de peligros rodríguez freire
47
BOODPOOBPP.
Sergio Raimondi
1
Me gustaría dar las gracias a Sandra Harding y Kate Norberg por solicitar pacientemente este artículo.
Gracias también a Joe Rouse por sus útiles comentarios, su continuo apoyo y sus ánimos, y por la inspi-
ración de su trabajo
2
Original: “Posthumanist performativity: Toward an understanding of how matter comes to matter”. Signs:
Journal of women in culture and society, 28(3), 2003, pp. 801-831. Traducción de Milagros González.
La expresión matter comes to matter, que aparece repetidamente en el texto, es un juego de palabras.
“Matter”, al igual que “materia” en español, puede referirse a una sustancia material o a un asunto o tema.
Pero en inglés existe también el verbo “to matter” que significa “tener importancia”. Por lo tanto, la frase
podría leerse igualmente como “la materia importa” o “la materia llega a importar”. Sin embargo, deci-
dimos traducir como “la materia entra en materia” para conservar la repetición de la palabra con sus dos
diferentes sentidos. [T.]
demasiado sustancializante. Ni la fe exa- en palabras; al contrario, es precisamente
gerada en el poder del lenguaje ni el re- una impugnación del excesivo poder
celo por el excesivo poder que se le conferido al lenguaje para establecer qué
concede son preocupaciones novedosas es lo real. Por lo tanto, en irónico con-
propias de principios del siglo XXI. Por traste con aquella idea errónea que la
ejemplo, durante el siglo XIX Nietzsche equipara a una forma de monismo lin-
alertó acerca de la tendencia errónea de güístico según la cual el lenguaje es la
tomarse demasiado en serio la gramática, materia de la realidad, la performatividad
permitiendo que la estructura lingüística es en realidad una impugnación de los
dé forma o determine nuestra compren- hábitos mentales no problematizados
sión del mundo, creyendo que la estruc- que conceden al lenguaje y a otras for-
tura de sujeto y predicado del lenguaje mas de representación más poder del que
refleja una realidad ontológica previa de merecen a la hora de determinar nuestras
sustancia y atributo. La creencia de que ontologías.2
las categorías gramaticales reflejan la es- La búsqueda de alternativas perfor-
tructura subyacente del mundo es un há- mativas al representacionismo desplaza
bito mental que sigue seduciéndonos y el foco de atención de las preguntas
que merece ser cuestionado. De hecho, la acerca de la correspondencia entre des-
creencia representacionista en el poder
cripciones y realidad (por ejemplo, ¿re-
de las palabras para reflejar fenómenos flejan la naturaleza o la cultura?) hacia
preexistentes es el sustrato metafísico
que sustenta las creencias del constructi-
cuestiones de práctica/hacer/acciones.
Yo diría que estos enfoques también po-
66
vismo social, así como las del realismo nen en primer plano importantes interro-
tradicional. Es significativo que el cons- gantes sobre ontología, materialidad y
tructivismo social haya sido objeto de un agencia, mientras que los enfoques cons-
intenso escrutinio tanto en los círculos tructivistas sociales quedan atrapados en
feministas como en los de los estudios la óptica geométrica del reflejo, donde, al
científicos, donde se ha expresado un igual que el juego infinito de imágenes
descontento considerable y fundamen- entre dos espejos enfrentados, lo episte-
tado al respecto.1 mológico rebota de un lado a otro, pero
Una comprensión performativa de las no se alcanza a ver nada más. Aleján-
prácticas discursivas desafía esa fe repre- dome de la trampa representacionista de
sentacionista en el poder de las palabras la óptica geométrica, cambio el lente ha-
para representar las cosas preexistentes. cia la óptica física, hacia problemas de
La performatividad, correctamente inter- difracción más que de reflexión. Una lec-
pretada, no es una invitación a convertir tura difractiva de las reflexiones de la
todo (incluidos los cuerpos materiales) teoría feminista y queer y de los planteos
1
La insatisfacción aflora en la literatura de la década de 1980. Véase, por ejemplo, el trabajo de Donna
Haraway “«Género» para un diccionario marxista: la política sexual de una palabra” (publicado original-
mente en 1987) y “Conocimientos situados: la cuestión científica en el feminismo y el privilegio de la
perspectiva parcial” (publicado originalmente en 1988); ambos reimpresos en Haraway, 1995. Véase
también Butler, 1989.
2
Esto no quiere decir que no sea válida la preocupación por ciertos postulados performativos específicos
que conceden demasiado poder al lenguaje. La cuestión es que no se trata de una característica inherente
a la performatividad, sino un mal paradójico.
de los estudios científicos implica pensar
en lo “social” y en lo “científico” de Del representacionismo a la performa-
forma conjunta e iluminadora. Aquellas tividad
que a menudo se nos presentan como en-
tidades separadas (y conjuntos separados La gente hace representaciones.
de intereses) con bordes nítidos no impli- Representar es parte de nuestra
can en realidad una relación de exteriori- mismísima naturaleza… No
dad absoluta. Al igual que los patrones homo faber, digo yo, sino homo
de difracción, que iluminan la naturaleza depictor.
indefinida de los límites –mostrando Ian Hacking, 1996
sombras en las regiones “claras” y pun-
tos brillantes en las regiones “oscuras”–, Tanto las teorías sociales liberales
la relación entre lo social y lo científico como las teorías del conocimiento cien-
es una relación de “exterioridad interior”. tífico deben mucho a la idea de que el
No se trata de una relación estática, sino mundo está compuesto por individuos –
de un hacer –la puesta en práctica de los que se supone existen antes de la ley o
límites– que siempre conlleva exclusio- del descubrimiento de la ley– que espe-
nes constitutivas y, por lo tanto, exige ran ser/invitan a ser representados. La
preguntas por la responsabilidad. 1 Mi idea de que los seres existen como indi-
objetivo es contribuir a los esfuerzos por viduos con atributos inherentes, anterio-
afinar la herramienta teórica de la perfor- res a su representación, es un
matividad tanto para los estudios cientí- presupuesto metafísico que subyace a la 67
ficos cuanto para las tentativas de la creencia en las formas políticas, lingüís-
teoría feminista y queer, y promover su ticas y epistemológicas del representa-
consideración mutua. En este artículo, cionismo. O, para decirlo al revés, el
ofrezco una elaboración de la performa- representacionismo consiste en creer en
tividad –una elaboración materialista, la distinción ontológica entre las repre-
naturalista y posthumanista– que con- sentaciones y aquello que pretenden re-
cede a la materia su derecho como partí- presentar; especialmente, lo que se
cipe activo en el devenir del mundo, en representa se considera independiente de
su “intra-actividad” continua.2 Es de vi- todas las prácticas de representación. Es
tal importancia que entendamos cómo la decir, se supone que hay dos tipos de en-
materia entra en materia. tidades distintas e independientes: las re-
presentaciones y las entidades que se
1
Haraway propone la noción de difracción como metáfora para repensar la geometría y la óptica de la
relacionalidad: “la teórica feminista y cineasta americano-vietnamita Trinh Minh-ha… buscaba una
forma de representar la ‘diferencia’ como ‘diferencia crítica interna’, y no como marcas especiales taxo-
nómicas que asientan la diferencia al modo del apartheid. … La difracción no produce un desplazamiento
de ‘lo mismo’, como sí hacen la reflexión y la refracción. La difracción es una cartografía de la interfe-
rencia, no de la réplica, el reflejo o la reproducción. Un modelo difractario no indica dónde aparecen las
diferencias, sino dónde aparecen los efectos de la diferencia” (1999: 125-126). Haraway (2004) presenta
la noción de difracción como una cuarta categoría semiótica. Inspirada por su propuesta de desplegar
provechosamente este rico y fascinante fenómeno físico para pensar acerca de las diferencias que impor-
tan, elaboro la noción de difracción como una herramienta crítica de análisis (aunque no como una cuarta
categoría semiótica) en mi próximo libro (Barad, 2007).
2
Véase Rouse (2002) sobre el replanteamiento del naturalismo. El neologismo intra-actividad se define a
continuación.
representan. El sistema de representa- las imposiciones de dichas es-
ción se teoriza a veces explícitamente en tructuras. Si este análisis es co-
rrecto, entonces la formación
términos de una disposición tripartita. jurídica del lenguaje y de la po-
Por ejemplo, además del conocimiento lítica que presenta a las mujeres
(es decir, las representaciones), por un como «el sujeto» del femi-
lado, y lo conocido (es decir, lo supues- nismo es, de por sí, una forma-
ción discursiva y el resultado de
tamente representado), por otro, a veces una versión específica de la po-
se hace explícita la existencia de un co- lítica de representación. Así, el
nocedor (es decir, alguien que realiza la sujeto feminista está discursi-
representación). Cuando esto ocurre, vamente formado por la misma
estructura política que, supues-
queda claro que las representaciones tamente, permitirá su emanci-
cumplen una función de mediación entre pación (2007: 47).
entidades que existen de forma indepen-
diente. Esta brecha ontológica que se da En un intento por salvar esta dificul-
por sentado genera preguntas acerca de tad, lxs teóricxs sociales críticxs se es-
la exactitud de las representaciones. Por fuerzan por formular comprensiones de
ejemplo, ¿el conocimiento científico re- las posibilidades de intervención política
presenta con exactitud una realidad que capaces de superar el marco del repre-
existe de forma independiente? ¿El len- sentacionismo.
guaje representa con exactitud a su refe- El hecho de que el representacio-
rente? ¿Ciertx representante políticx, nismo ha estado bajo sospecha en el ám-
asesor jurídico o ley representan los in- bito de los estudios científicos es menos 68
tereses de las personas que presunta- conocido, pero no por ello menos impor-
mente están representando? tante. El examen crítico del representa-
El representacionismo ha sufrido gra- cionismo no surgió hasta que el estudio
ves embates por parte de feministas, de la ciencia desplazó su foco de la natu-
postestructuralistas, críticxs postcolonia- raleza y la producción del conocimiento
les y teóricxs queer. Frecuentemente se científico hacia el estudio de la dinámica
asocian los nombres de Michel Foucault detallada de la práctica real de la ciencia.
y Judith Butler a estos cuestionamientos. Este cambio significativo es una forma
Butler resume la problemática del repre- de caracterizar groseramente la diferen-
sentacionismo político de la siguiente cia de énfasis entre los estudios multidis-
manera: ciplinarios separados de la ciencia (por
ejemplo, historia de la ciencia, filosofía
Foucault afirma que los siste- de la ciencia, sociología de la ciencia) y
mas jurídicos de poder produ- los estudios de la ciencia. Esto no quiere
cen a los sujetos a los que más
decir que todas las aproximaciones de los
tarde representan. Las nociones
jurídicas de poder parecen re- estudios científicos sean críticas del re-
gular la esfera política única- presentacionismo; muchos de estos estu-
mente en términos negativos dios lo aceptan ciegamente. Por ejemplo,
(…). No obstante, los sujetos
regulados por esas estructuras,
hay innumerables estudios sobre la natu-
en virtud de que están sujetos a raleza de las representaciones científicas
ellas, se constituyen, se definen (incluida la forma en que los científicos
y se reproducen de acuerdo con las producen, las interpretan y hacen uso
de ellas) que dan por sentado el punto de
vista filosófico subyacente que da lugar como son realmente (o sea, la “Natura-
a este enfoque, es decir, el representacio- leza”) o representa “objetos” que son
nismo. Por otro lado, algunxs investiga- producto de actividades sociales (o sea,
dorxs de los estudios científicos han la “Cultura”), pero ambos grupos suscri-
realizado un esfuerzo conjunto por ir más ben el representacionismo.
allá del representacionismo. El representacionismo está tan arrai-
La obra de Ian Hacking Representar e gado en la cultura occidental que ha ad-
intervenir (1996) puso en primer plano la quirido el encanto del sentido común.
cuestión de las limitaciones del pensa- Parece ineludible, si no totalmente natu-
miento representacionista sobre la natu- ral. Pero el representacionismo (como la
raleza de la ciencia. La crítica más “naturaleza misma”, no solo nuestras re-
sostenida y exhaustiva del representacio- presentaciones de ella) tiene una historia.
nismo en la filosofía de la ciencia y los Hacking remonta el problema filosófico
estudios científicos se encuentra en la de las representaciones al sueño de De-
obra del filósofo de la ciencia Joseph mócrito de los átomos y el vacío. Según
Rouse. Rouse ha tomado la iniciativa de la filosofía antropológica de Hacking, las
cuestionar las limitaciones que el pensa- representaciones no eran un problema
miento representacionista impone a la antes de Demócrito: “la palabra ‘real’
teorización de la naturaleza de las prácti- significó primero similitud sin ninguna
cas científicas.1 Por ejemplo, aunque el calificación” (1996: 170). Con la teoría
trillado debate entre el realismo cientí-
fico y el constructivismo social se tras-
atómica de Demócrito surge la posibili-
dad de una brecha entre representaciones
69
ladó sin problemas de la filosofía de la y representados: la “apariencia” hace su
ciencia a los estudios científicos, Rouse primera aparición. ¿La mesa es una masa
(1996) ha señalado que estas posturas en- sólida hecha de madera o un agregado de
frentadas tienen más en común de lo que entidades discretas que se mueven en el
reconocen sus defensores. De hecho, vacío? El atomismo plantea la cuestión
comparten los supuestos representacio- de qué representación es real. El pro-
nistas que fomentan interminables dispu- blema del realismo en filosofía es fruto
tas: tanto los realistas científicos como de la visión atomista del mundo.
los constructivistas sociales creen que el Rouse identifica el representacio-
conocimiento científico (en sus múlti- nismo como un subproducto cartesiano,
ples formas representacionales, como los una consecuencia particularmente im-
conceptos teóricos, los gráficos, las pis- perceptible de la división cartesiana en-
tas de partículas o las imágenes fotográ- tre lo “interno” y lo “externo” que se abre
ficas) media nuestro acceso al mundo en el sujeto cognoscente. Pone de mani-
material. Difieren en la cuestión del refe- fiesto la fe asimétrica en la palabra, antes
rente, es decir, si el conocimiento cientí-
fico representa las cosas del mundo tal y
1
Rouse comienza su discusión acerca del representacionismo en Knowledge and Power (1987). Allí exa-
mina cómo una comprensión representacionista del conocimiento impide entender la naturaleza de la
relación entre el poder y el conocimiento. Continúa su crítica al representacionismo y su desarrollo de
una comprensión alternativa de la naturaleza de las prácticas científicas en Engaging Science (1996).
Rouse propone que entendamos las prácticas de la ciencia como patrones continuos de actividad situada,
una idea que luego desarrolla en How Scientific Practices Matter (2002).
que en el mundo, subrayada por la natu- es decir, es simplemente un hábito men-
raleza de la duda cartesiana: tal cartesiano. Hace falta un sano escep-
ticismo hacia la duda cartesiana para
Quiero fomentar la descon- poder empezar a ver una alternativa.2
fianza hacia la presunción de
que las representaciones (es de- De hecho, es posible desarrollar posi-
cir, su significado o contenido) ciones filosóficas coherentes que nie-
son más accesibles para noso-
tros que las cosas que supuesta- guen que, por un lado, hay
mente representan. Si no hay un representaciones y, por otro, entidades
lenguaje mágico a través del ontológicamente separadas que esperan
cual podamos llegar directa- ser representadas. Una comprensión per-
mente a los referentes, ¿por qué
deberíamos pensar que hay un formativa, que desplaza el foco de aten-
lenguaje que mágicamente nos ción de las representaciones lingüísticas
permite llegar directamente al a las prácticas discursivas, es una de esas
sentido o contenido representa- alternativas. En particular, la búsqueda
cional? La presunción de que
podemos saber lo que quere- de alternativas al constructivismo social
mos decir, o lo que dicen nues- ha impulsado enfoques performativos en
tras representaciones verbales, los estudios feministas y queer, así como
más fácilmente de lo que pode- en los estudios científicos. El nombre de
mos conocer los objetos de los
que hablan es un legado carte- Judith Butler es el que más se asocia con
siano, una variación lingüística el término performatividad en los círcu-
de la insistencia de Descartes
en que tenemos un acceso di-
los de la teoría feminista y queer. Y aun-
que Andrew Pickering ha sido uno de los
70
recto y privilegiado a los conte-
nidos de nuestros pensamientos pocos estudiosos de la ciencia que se ha
del que carecemos hacia el apropiado de este término, no cabe duda
mundo “externo” (1996: 209).1 de que, en cierto sentido, teóricxs de los
estudios científicos como Donna Hara-
En otras palabras, la fe asimétrica en
way, Bruno Latour y Joseph Rouse tam-
nuestro acceso a las representaciones por
bién proponen una comprensión
sobre las cosas es un hecho contingente
performativa de la naturaleza de las prác-
de la historia y no una necesidad lógica;
ticas científicas.3 De hecho, la performa-
tividad se ha convertido en un término
1
La traducción de esta cita es nuestra. [T.]
2
El atractivo del representacionismo puede hacer difícil imaginar alternativas. A continuación, hablaré de
las alternativas performativas, pero no son las únicas. Un ejemplo histórico concreto puede ser útil en
esta coyuntura. Foucault señala que en la Europa del siglo XVI no se pensaba en el lenguaje como un
medio, sino que era simplemente “una de las figuras del mundo” (1968: 62), una idea que reverbera de
manera distinta en el relato performativo posthumanista que propongo.
3
Andrew Pickering (1995) rechaza explícitamente el lenguaje representacionista en favor de un lenguaje
performativo. Sin embargo, es importante señalar que la noción de performatividad de Pickering no sería
reconocida como tal por lxs postestructuralistas, a pesar de que ambos comparten la adopción de la per-
formatividad como remedio al representacionismo, y el rechazo del humanismo. La apropiación del tér-
mino por parte de Pickering no incluye ningún reconocimiento de su genealogía políticamente importante
—seguramente inherente a lo queer— (véase Sedgwick, 1993) ni de por qué ha sido y sigue siendo im-
portante para lxs teóricxs críticxs contemporánexs, especialmente lxs estudiosxs/activistas feministas y
queer. De hecho, abandona su importante historicidad política junto con muchas de sus intuiciones cru-
ciales. En particular, Pickering ignora importantes dimensiones discursivas, incluidas las preguntas por
el sentido, la inteligibilidad, el significado, la formación de la identidad y el poder, que son fundamentales
omnipresente en los estudios literarios, Si la performatividad está vinculada
en los estudios teatrales y en la naciente no solo a la formación del sujeto, sino
área interdisciplinaria de los estudios de también a la producción de la materia de
la performance, lo que ha suscitado la los cuerpos, como sugieren las conside-
pregunta de si todas las performances raciones de Butler sobre la “materializa-
son performativas.1 En este artículo, pro- ción” y la noción de “refiguración
pongo una noción específicamente post- materializada” de Haraway, entonces es
humanista de la performatividad, que aún más importante que entendamos la
incorpora importantes factores materia- naturaleza de esta producción.3 El análi-
les y discursivos, sociales y científicos, sis del poder de Foucault vincula las
humanos y no humanos, y naturales y prácticas discursivas a la materialidad
culturales. Una comprensión posthuma- del cuerpo. Sin embargo, su planteo se ve
nista pone en tela de juicio el carácter restringido por varios factores importan-
dado de las categorías diferenciales “hu- tes que limitan gravemente el potencial
mano” y “no humano”, examinando las de su análisis y la elaboración performa-
prácticas a través de las cuales se estabi- tiva de Butler, impidiendo así compren-
lizan y desestabilizan estos límites dife- der precisamente cómo las prácticas
renciales.2 La obra académica de Donna discursivas producen cuerpos materiales.
Haraway –desde los primates hasta los
Si Foucault, al desvirtuar a Marx, si-
ciborgs, pasando por las especies de túa al cuerpo como locus de las fuerzas
compañía– encarna este punto. productivas, como el sitio donde la orga-
71
en las consideraciones postestructuralistas de la “performatividad”. Además, da por sentada la noción
humanista de agencia en tanto propiedad de entidades individuales (como los seres humanos, pero tam-
bién los sistemas meteorológicos, las vieiras y los equipos de música), que lxs postestructuralistas pro-
blematizan. Por otro lado, los enfoques postestructuralistas no tienen en cuenta la “agencia no humana”,
que es un punto central del relato de Pickering. Véase Barad (2007) para un análisis más detallado.
1
La noción de performatividad tiene una distinguida trayectoria en filosofía, que reconoce la mayoría de
estas múltiples y variadas intervenciones. El linaje de la performatividad suele remontarse al interés del
filósofo británico J. L. Austin por los actos de habla, en particular por la relación entre el decir y el hacer.
A continuación, se suele citar a Jacques Derrida por ofrecer importantes enmiendas postestructuralistas.
Butler elabora la noción de performatividad de Derrida a través de los planteos sobre los efectos produc-
tivos del poder regulador de Foucault para teorizar la noción de identidad performativamente. Butler
introduce su noción de performatividad de género en El género en disputa, donde propone que entenda-
mos el género no como una cosa o un conjunto de atributos que flotan libremente, no como una esencia,
sino como un “hacer”: “el género en sí es una especie de transformación o actividad, y ese género no
debe entenderse como un sustantivo, una cosa sustancial o una marca cultural estática, sino más bien
como algún tipo de acción constante y repetida” (2007: 226). En Cuerpos que importan (2002), Butler
postula el vínculo entre la performatividad del género y la materialización de los cuerpos sexuados. Eve
Kosofsky Sedgwick (1993) sostiene que la genealogía de la performatividad es inherentemente queer.
2
Esta noción de posthumanismo difiere de la designación idiosincrásica de Pickering de un “espacio post-
humanista [como] aquel en el que los actores humanos continúan presentes, pero ahora inextricablemente
enredados con los no humanos. Ya no están en el centro de la acción llevando la voz cantante” (1995: 26,
la traducción de esta cita es nuestra [T.]). Sin embargo, el descentramiento de lo humano no es más que
un elemento del posthumanismo. (Nótese que la noción de “enredo” de Pickering es explícitamente epis-
temológica, no ontológica. Al denominar su relato “posthumanista” se trata para él de estar atento a la
acomodación mutua, o capacidad de respuesta, de los agentes humanos y no humanos).
3
Se podría argumentar que la “refiguración materializada” es una versión enterprise up (término de Hara-
way) de la “materialización”, mientras que la noción de “materialización” insinúa una explicación más
rica de la primera. De hecho, es posible leer mi propuesta performativa posthumanista en esta línea, como
una elaboración difractiva de las ideas cruciales de Butler y Haraway.
nización a gran escala del poder se vin- articular las fuerzas biológicas e históri-
cula con las prácticas locales, entonces cas simultáneamente? ¿Hasta qué punto
parecería que cualquier teoría sólida de la materia de los cuerpos tiene su propia
la materialización de los cuerpos necesa- historicidad? ¿Las fuerzas sociales son
riamente tomaría en cuenta cómo la ma- las únicas susceptibles al cambio? ¿No
terialidad del cuerpo –por ejemplo, su son las fuerzas biológicas, en cierto sen-
anatomía y fisiología– y otras fuerzas tido, siempre ya históricas? ¿Es posible
materiales son activamente importantes que en cierto sentido las fuerzas históri-
para los procesos de materialización. De cas sean siempre ya biológicas? ¿Qué
hecho, como Foucault deja muy claro en significaría siquiera plantear tal pregunta,
el último capítulo de la Historia de la Se- dada la fuerte corriente del constructi-
xualidad (vol. 1), no pretende negar la vismo social en ciertos círculos interdis-
relevancia del cuerpo físico, sino, por el ciplinarios de principios del siglo XXI?
contrario, A pesar de que Foucault hace hincapié en
la anatomía política del poder disciplina-
mostrar cómo los dispositivos rio, falla a la hora de ofrecer una explica-
de poder se articulan directa-
mente en el cuerpo –en cuerpos, ción de la historicidad del cuerpo en la
funciones, procesos fisiológi- que su propia materialidad desempeñe
cos, sensaciones, placeres; lejos un papel activo en el funcionamiento del
de que el cuerpo haya sido bo- poder. Esta reinscripción implícita de la
rrado, se trata de hacerlo apare-
pasividad de la materia constituye una
cer en un análisis donde lo
biológico y lo histórico no se marca de los elementos representacionis- 72
sucederían (como en el evolu- tas que persisten en su teoría, en gran
cionismo de los antiguos soció- medida, posrepresentacionista.1 Esta de-
logos), sino que se ligarían con
arreglo a una complejidad cre- ficiencia está relacionada de manera sig-
ciente conformada al desarrollo nificativa con el fracaso para teorizar la
de las tecnologías modernas de relación entre prácticas “discursivas” y
poder que toman como blanco
“no discursivas”. Como insiste la teórica
suyo la vida. Nada, pues, de una
“historia de las mentalidades” feminista materialista Rosemary Hen-
que solo tendría en cuenta los nessey en su crítica a Foucault, “una ri-
cuerpos según el modo de per- gurosa teoría materialista del cuerpo no
cibirlos y de darles sentido y
puede detenerse en la afirmación de que
valor, sino, en cambio, una
“historia de los cuerpos” y de la el cuerpo siempre se construye discursi-
manera en que se invadió lo que vamente. También tiene que explicar
tienen de más material y vi- cómo la construcción discursiva del
viente (1998: 90).
cuerpo está relacionada con prácticas no
Por otra parte, Foucault no nos dice de discursivas de maneras que varían am-
qué manera lo biológico y lo histórico es- pliamente de una formación social a otra”
tán “ligados” de manera que uno no su- (1993, 46).2
cede al otro. ¿Qué hay en la materialidad
de los cuerpos que la hace susceptible de
1
Ver también Butler, 1989.
2
La traducción de esta cita es nuestra. [T.]
Para entender el funcionamiento del Lo que se necesita es una explicación
poder es crucial comprender su natura- sólida de la materialización de todos los
leza en la plenitud de la materialidad. cuerpos –“humanos” y “no humanos”– y
Restringir la productividad del poder al de las prácticas material-discursivas que
dominio limitado de lo “social”, por marcan sus constituciones diferenciales.
ejemplo, o considerar a la materia como Esto requerirá una comprensión de la na-
un mero producto final en lugar de un turaleza de la relación entre las prácticas
factor activo en posteriores materializa- discursivas y los fenómenos materiales,
ciones es entrampar la plenitud de la ca- una consideración de las formas de agen-
pacidad de la materia. ¿Cómo podríamos cia tanto “no humanas” como “humanas”,
entender no solo cómo se constituyen los y una concepción de la naturaleza causal
contornos corporales humanos a través precisa de las prácticas productivas que
de los procesos psíquicos, sino de qué tenga en cuenta la plenitud de la implica-
modo llegan a importar incluso los pro- ción de la materia en su historicidad en
pios átomos que componen el cuerpo curso. Mi contribución al desarrollo de
biológico y, en general, cómo se hace tal explicación se basa en una propuesta
sentir la materia? Es difícil imaginar filosófica que he denominado “realismo
cómo las fuerzas psíquicas y sociohistó- agencial”. El realismo agencial es una
ricas podrían explicar por sí mismas la explicación de las prácticas tecnocientí-
producción de la materia. Sin duda, in- ficas, entre otras, que toma en serio las
cluso cuando se restringe el foco a la ma- ideas feministas, antirracistas, postes-
terialidad de los cuerpos “humanos”, hay tructuralistas, queer, marxistas, de estu- 73
fuerzas “naturales”, no meramente “so- dios de la ciencia y científicas,
ciales”, que importan. De hecho, hay una basándose específicamente en los valio-
gran cantidad de fuerzas material-discur- sos aportes de Niels Bohr, Judith Butler,
sivas –incluyendo las que se etiquetan Michel Foucault, Donna Haraway, Vicki
como “sociales”, “culturales”, “psíqui- Kirby, Joseph Rouse y otrxs.2 Está claro
cas”, “económicas”, “naturales”, “físi- que no es posible explicar completa-
cas”, “biológicas”, “geopolíticas” y mente estas ideas aquí. Mi objetivo, más
“geológicas”– que pueden ser importan- limitado en este artículo, es utilizar la no-
tes para determinados procesos (enreda- ción de performatividad como una red de
dos) de materialización. Si seguimos los difracción para leer las consideraciones
hábitos disciplinarios para rastrear las fundamentales de los estudios feministas
causas definidas por la misma disciplina y queer y de los estudios científicos unos
hasta los correspondientes efectos, defi- a través de los otros, proponiendo al
nidos también por la disciplina, pasare- mismo tiempo una reelaboración mate-
mos por alto todas las intra-acciones rialista y posthumanista de la noción de
cruciales entre estas fuerzas que van en performatividad. Esto implica una reela-
contra de cualquier conjunto específico boración de las nociones familiares de
de preocupaciones disciplinarias.1
1
El término conjuntivo material-discursivo y otros términos realistas agenciales como intra-acción se de-
finen a continuación.
2
Este ensayo expone cuestiones que he desarrollado en publicaciones anteriores, como Barad 1996, 1998a,
1998b, 2001b, y en mi próximo libro (Barad, Meeting the universe halfway).
prácticas discursivas, materialización, escindidos de las palabras y las cosas, de-
agencia y causalidad, entre otras. jando abierto el dilema de una vincula-
ción entre ellos que hace posible el
Empezaré desafiando directamente
conocimiento. Si las palabras están des-
los fundamentos metafísicos del repre-
vinculadas del mundo material, ¿cómo
sentacionismo, proponiendo como alter-
encuentran asidero las representaciones?
nativa una ontología realista agencial. En
Si ya no creemos que el mundo está re-
la siguiente sección, ofreceré una refor-
pleto de semejanzas inherentes cuyas fir-
mulación posthumanista performativa de
mas están inscritas en la faz del mundo,
los conceptos de prácticas discursivas y
que las cosas están ya blasonadas de sig-
de materialidad y teorizaré una relación
nos y que las palabras están al acecho
causal específica entre ellos. En la sec-
como granitos de arena en una playa por
ción final, discutiré las concepciones rea-
descubrir, sino que creemos que el sujeto
listas agenciales de la causalidad y la
conocedor se encuentra inmerso en una
agencia, que son vitales para entender la
espesa red de representaciones, de tal
naturaleza productiva de las prácticas
manera que la mente no tiene forma de ir
material-discursivas, incluidas las tecno-
hacia los objetos que ahora están para
científicas.
siempre fuera de su alcance, y que todo
lo que es visible constituye el molesto
Hacia una metafísica performativa problema del propio cautiverio de la hu-
manidad en el lenguaje, comienza a ha-
Mientras que uno se limite a las cerse evidente que el representacionismo 74
cosas y a las palabras, se puede es prisionero de la misma problemática
pensar que se habla de lo que se metafísica que postula. Al igual que el
ve, que se ve aquello de lo que se aspirante a corredor frustrado de la para-
habla, y que las dos cosas se doja de Zenón, el representacionismo
encadenan. nunca parece poder acercarse a la solu-
Gilles Deleuze, 1987 ción del problema que plantea, porque
está atrapado en la imposibilidad de salir
Las palabras y las cosas es el tí- de su lugar metafísico de partida. Tal vez
tulo –serio– de un problema. sería mejor comenzar con un punto de
Michel Foucault, 2015 partida diferente, una metafísica dife-
rente.1
El representacionismo separa al
mundo en los ámbitos ontológicamente
1
No es ningún secreto que el término metafísica ha sido oprobioso durante la mayor parte del siglo XX.
Este legado positivista sigue vivo incluso en el corazón de sus detractores. Lxs postestructuralistas son
simplemente lxs más recientes firmantes de su sentencia de muerte. Sin embargo, por muy fuerte que sea
la aversión a la metafísica, esta no acatará ninguna sentencia de muerte, por lo que se la ignora por cuenta
y riesgo propios. De hecho, en los laboratorios de física de Estados Unidos y otros lugares del mundo se
están llevando a cabo nuevas investigaciones de “metafísica experimental” que ponen en tela de juicio la
creencia común de que existe una frontera inherente entre lo “físico” y lo “metafísico” (véase Barad,
2007). Este hecho no debería sorprender demasiado a quienes recordamos que la palabra metafísica no
tiene un origen culto en la historia de la filosofía, sino que originalmente se refería a los escritos de
Aristóteles posteriores a sus escritos sobre física, en la compilación realizada por Andrónico de Rodas
unos tres siglos después de la muerte de Aristóteles.
La cosificación –la conversión de las las propiedades de todas las cosas se de-
relaciones en “cosas”, “entidades”, “re- rivan de las propiedades de la unidad
lata”– infecta gran parte de la forma en más pequeña: los átomos (los “indivisi-
que entendemos el mundo y nuestra rela- bles” o “inseparables”). Tanto las teorías
ción con él.1 ¿Por qué pensamos que la sociales liberales como las científicas de-
existencia de relaciones requiere relata? ben mucho a la idea de que el mundo está
¿La persistente desconfianza hacia la na- compuesto por individuos separados con
turaleza, la materialidad y el cuerpo que las propiedades que se les adjudican.
impregna gran parte de la teorización Una red enmarañada de prácticas cientí-
contemporánea y una parte considerable ficas, sociales, éticas y políticas, y nues-
de la historia del pensamiento occidental tra comprensión de las mismas, depende
se alimenta de esta proclividad hacia lo de las instancias diversas/diferenciales
cultural? En esta sección, presento una de esta presuposición. Muchas cosas
ontología relacional que rechaza la meta- penden de un hilo si cuestionamos su
física de los relata, de las “palabras” y las aparente inevitabilidad.
“cosas”. Desde una perspectiva realista El físico Niels Bohr ganó el Premio
agencial, vuelve a ser posible reconocer Nobel por su modelo cuántico del átomo,
la naturaleza, el cuerpo y la materialidad que marca el inicio de sus decisivos
en la plenitud de su devenir sin recurrir a
aportes en el desarrollo de la teoría cuán-
la óptica de la transparencia o de la opa- tica.3 La filosofía-física de Bohr (las dos
cidad, a las geometrías de la exterioridad
o de la interioridad absolutas, y a la teo-
eran inseparables para él) plantea un
desafío radical no solo a la física newto-
75
rización de lo humano como pura causa niana, sino también a la epistemología
o puro efecto, al tiempo que seguimos cartesiana y su estructura triádica repre-
siendo decididamente responsables del sentacionista compuesta por palabras,
papel que “nosotrxs” desempeñamos en conocedores y cosas. De manera crucial,
las prácticas interrelacionadas del cono- en una asombrosa inversión del esquema
cimiento y el devenir. de su antecesor intelectual, Bohr rechaza
Postular la existencia de entidades in- la metafísica atomista que toma a las
dividualmente determinadas con propie- “cosas” como entidades ontológica-
dades inherentes es el sello de la mente primarias. Para Bohr, las cosas no
metafísica atomista. El atomismo pro- tienen límites o propiedades inherente-
cede de Demócrito. 2 Según Demócrito, mente determinadas y las palabras no tie-
nen significados inherentemente
1
Los relata son los componentes en potencia que anteceden a las relaciones. Según el atomismo metafísico,
los relata individuales son siempre preexistentes a las relaciones que puedan existir entre ellos.
2
Se dice que el atomismo se originó con Leucipo y fue elaborado por Demócrito, entusiasta de la demo-
cracia, que también exploró sus implicaciones antropológicas y éticas. La teoría atómica de Demócrito
suele identificarse como la filosofía presocrática más madura, influyó directamente en Platón y Epicuro,
desde donde se difundió a comienzos de la época moderna. También se dice que la teoría atómica cons-
tituye la piedra angular de la ciencia moderna.
3
Niels Bohr (1885-1962), contemporáneo de Einstein, fue uno de los fundadores de la física cuántica y
también de la interpretación más aceptada de la teoría cuántica, que recibe el nombre de interpretación
de Copenhague (en honor a la sede del instituto de física de Bohr, de fama internacional, que lleva su
nombre). Según mi lectura de la filosofía-física de Bohr, puede entenderse que este propone un relato
protoperformativo de las prácticas científicas.
determinados. También pone en tela de sus escritos los puntos de vista ontológi-
juicio la idea cartesiana de la distinción cos implícitos y los he elaborado en el
inherente entre sujeto y objeto y entre co- desarrollo de una ontología realista agen-
nocedor y conocido. cial. En esta sección, presento una rápida
visión general de los aspectos más im-
Podría decirse que el marco epistemo-
portantes del planteo de Bohr y paso a
lógico que desarrolla Bohr rechaza tanto
explicar la ontología realista agencial.
la transparencia del lenguaje como la
Esta ontología relacional es la base de mi
transparencia de la medición; sin em-
explicación performativa posthumanista
bargo, lo que es aún más fundamental,
de la producción de cuerpos materiales.
rechaza la presuposición de que el len-
Dicha explicación rechaza la fijación re-
guaje y la medición desempeñan una
presentacionista por las “palabras” y las
función mediadora. El lenguaje no repre-
“cosas” y la problemática de su relacio-
senta estados de cosas y las mediciones
nalidad. Defiende en cambio una rela-
no representan estados del ser indepen-
ción causal entre prácticas excluyentes
dientes de la medición. Bohr desarrolla
específicas, encarnadas como configu-
su marco epistemológico sin ceder a la
raciones materiales específicas del
desesperación del nihilismo ni a las pe-
mundo (es decir, prácticas/(con)figura-
gajosas redes del relativismo. Con bri-
ciones discursivas más que “palabras”),
llantez y delicadeza, encuentra una
y fenómenos materiales específicos (es
forma de mantener la posibilidad del co-
decir, relaciones más que “cosas”). Esta
nocimiento objetivo en el momento en
que las grandes estructuras de la física relación causal entre los dispositivos de 76
producción corporal y los fenómenos
newtoniana y el representacionismo co-
producidos es una “intra-acción agen-
mienzan a desmoronarse.
cial”. A continuación, los detalles.
La ruptura de Bohr con Newton, Des-
Siguiendo a Bohr, los conceptos teó-
cartes y Demócrito no se basa en una
ricos (por ejemplo, “posición” y “mo-
“mera reflexión filosófica”, sino en los
mento”) no tienen carácter ideacional,
nuevos descubrimientos empíricos en el
sino que son disposiciones físicas espe-
ámbito de la física atómica que salieron
cíficas.1 Por ejemplo, la noción de “posi-
a la luz durante el primer cuarto del siglo
ción” no puede ser entendida como un
XX. El esfuerzo de Bohr por proporcio-
concepto abstracto bien definido ni tam-
nar una base teórica a estos descubri-
poco como un atributo inherente a obje-
mientos dio lugar a la radical propuesta
tos que existen de forma independiente.
de que es necesario un marco epistemo-
Más bien, la “posición” solo tiene sen-
lógico totalmente nuevo. Desgraciada-
tido cuando se utiliza un dispositivo rí-
mente Bohr no explora las dimensiones
gido con partes fijas (por ejemplo, una
ontológicas cruciales de sus descubri-
regla clavada en una mesa fija en el labo-
mientos, sino que se centra en su impor-
ratorio, que establece así un marco de re-
tancia epistemológica. He extraído de
ferencia fijo para especificar la
1
Bohr argumenta, sobre la base de esta única idea principal y junto con el hallazgo empírico de una dis-
continuidad inherente en las “intra-acciones” de la medición, que uno debe rechazar la presunta separa-
bilidad inherente del observador y lo observado, del conocedor y lo conocido. Véase Barad 1996, 2007.
“posición”). Además, cualquier medi- agenciales específicas que los límites y
ción de la “posición” que se realice con las propiedades de los “componentes” de
este dispositivo no puede atribuirse a un los fenómenos se determinan y que los
“objeto” abstracto e independiente, sino conceptos particulares encarnados ad-
que es una propiedad del fenómeno: la quieren sentido. Una intra-acción especí-
inseparabilidad del “objeto observado” y fica (que implica una configuración
los “instrumentos de observación”. Del material específica del “dispositivo de
mismo modo, el “momento” solo tiene observación”) establece un corte agen-
sentido como una disposición material cial (en contraste con el corte cartesiano
que implica partes móviles. Por lo tanto, –una distinción inherente– entre sujeto y
la indeterminación simultánea de la “po- objeto) que efectúa una separación entre
sición” y el “momento” (lo que se co- “sujeto” y “objeto”. Es decir, el corte
noce comúnmente como el principio de agencial establece una resolución local
incertidumbre de Heisenberg) es una dentro del fenómeno de la indetermina-
cuestión de exclusión material de las dis- ción ontológica inherente. En otras pala-
posiciones de “posición” y “momento” bras, los relata no preexisten a las
(una requiere partes fijas y la disposición relaciones; más bien, emergen dentro de
complementaria requiere partes móvi- los fenómenos a través de intra-acciones
les).1 específicas. De manera crucial, las intra-
acciones efectúan la separabilidad agen-
Por tanto, según Bohr, la unidad epis-
cial, la condición local de la exterioridad
temológica primaria no son los objetos
independientes con límites y propieda- dentro de los fenómenos. La noción de 77
separabilidad agencial es de importancia
des inherentes, sino los fenómenos. En
fundamental, porque, en ausencia de una
mi elaboración realista agencial, los fe-
condición ontológica clásica de exterio-
nómenos no se limitan a marcar la inse-
ridad entre el observador y lo observado,
parabilidad epistemológica del
proporciona la condición de posibilidad
“observador” y el “observado”; sino que
más bien, son la inseparabilidad ontoló- para la objetividad. Además, el corte
agencial establece una estructura causal
gica de los “componentes” agencial-
local entre los “componentes” de un fe-
mente intra-activos. Es decir, los
nómeno, al marcar los “instrumentos de
fenómenos son relaciones ontológica-
medición” (“efecto”) y el “objeto me-
mente primarias –relaciones sin relata
dido” (“causa”). Por lo tanto, la noción
preexistentes. 2 La noción de intra-ac-
ción (en contraste con la habitual “inter-
acción”, que presupone la existencia
previa de entidades/relata independien-
tes) representa un profundo cambio con-
ceptual. Es a través de las intra-acciones
1
El llamado principio de incertidumbre en la física cuántica no es una cuestión de “incertidumbre” en
absoluto, sino de indeterminación. Véase Barad 1995, 1996, 2007.
2
Es decir, las relaciones no se derivan secundariamente de los “relata” existentes de forma independiente,
sino que la dependencia ontológica mutua de los “relata” —la relación-— es lo primero desde un punto
de vista ontológico. Como se explica más adelante, los relata solo existen dentro de los fenómenos como
resultado de intra-acciones específicas (es decir, no hay relata independientes, sino solo relata dentro de
relaciones).
de intra-acción constituye una reelabo- comprensión de la naturaleza de las prác-
ración de la noción tradicional de cau- ticas material-discursivas, entre las cua-
salidad.1 les se encuentran aquellas a través de las
cuales se trazan las diferentes distincio-
En mi elaboración posterior de esta
nes, incluyendo las que se establecen en-
ontología realista agencial, sostengo que
tre lo “social” y lo “científico”.2
los fenómenos no son el mero resultado
de ejercicios de laboratorio diseñados Los dispositivos no son dispositivos
por sujetos humanos. Los dispositivos de inscripción, ni instrumentos científi-
que producen los fenómenos tampoco cos colocados antes de que se produzca
pueden entenderse como dispositivos de la acción, ni máquinas que median la dia-
observación o meros instrumentos de la- léctica de la resistencia y la acomodación.
boratorio. Lo acotado de este espacio no No son sensores neutrales del mundo na-
permite una discusión profunda acerca tural ni estructuras que imponen de
de la comprensión realista agencial de la forma determinista algún resultado con-
naturaleza de los dispositivos, pero, creto. En mi elaboración de las ideas de
como desempeñan un papel crucial, in- Bohr, los dispositivos no son meras dis-
cluso constitutivo, en la producción de posiciones estáticas en el mundo, sino
los fenómenos, presentaré una visión ge- que son (re)configuraciones dinámicas
neral de la teorización realista agencial del mundo, prácticas/intra-accio-
de los dispositivos antes de pasar a la nes/performances agenciales específicas
cuestión de la naturaleza de los fenóme-
nos. El desarrollo propuesto permite ex-
a través de las cuales se establecen lími-
tes de exclusión específicos. Los disposi-
78
plorar las implicancias de la ontología tivos no tienen un límite “exterior”
realista agencial más allá de las concep- inherente. Esta indeterminación del lí-
ciones específicas referidas a la natura- mite “exterior” constituye una imposibi-
leza de las prácticas científicas. De lidad de clausura: representa la intra-
hecho, el realismo agencial ofrece una actividad continua en el proceso de re-
configuración iterativa del dispositivo de
1
Puede ser útil señalar un ejemplo concreto. Cuando la luz pasa por una red de difracción de dos rendijas
y forma un patrón de difracción, se dice que tiene un comportamiento ondulatorio. Pero también hay
pruebas de que la luz presenta características similares a las de las partículas, llamadas fotones. Si se
quisiera comprobar esta hipótesis, se podría modificar el dispositivo de difracción de forma que permi-
tiera determinar por qué rendija pasa un fotón determinado (ya que las partículas solo pasan por una única
rendija a la vez). El resultado de este experimento es que el patrón de difracción se destruye. Clásica-
mente, estos dos resultados parecen contradictorios, los esfuerzos por especificar la verdadera naturaleza
ontológica de la luz se ven frustrados. Bohr resuelve esta paradoja de la dualidad onda-partícula de la
siguiente manera: el referente objetivo no es un ente abstracto e independiente, sino el fenómeno de la
luz en intra-acción con el dispositivo. El primer dispositivo le da un significado determinado a la noción
de “onda”, mientras que el segundo ofrece un significado determinado a la noción de “partícula”. Las
nociones de “onda” y “partícula” no se refieren a características inherentes a un objeto que precede a su
intra-acción. No existen objetos con existencia independiente y con características inherentes. Los dos
dispositivos diferentes realizan cortes diferentes, es decir, establecen distinciones diferentes que delimi-
tan el “objeto medido” del “instrumento de medición”. En otras palabras, difieren en las resoluciones
materiales locales de la indeterminación ontológica inherente. No hay conflicto porque los dos resultados
diferentes marcan diferentes intra-acciones. Véase Barad 1996, 2007, para más detalles.
2
Dicho planteo no se basa en una extrapolación analógica. Más bien, sostengo que tales restricciones an-
tropocéntricas a las investigaciones de laboratorio no están justificadas y, de hecho, desafían la lógica de
las propias ideas de Bohr. Véase Barad, 2007.
producción corporal. Los dispositivos intra-acciones agenciales son disposicio-
son prácticas abiertas. nes materiales causales específicas que
pueden implicar o no a los “humanos”.
Es importante destacar que los dispo-
De hecho, es a través de estas prácticas
sitivos son en sí mismos fenómenos.
que se constituyen los límites diferencia-
Como bien saben los científicos, no son
les entre “humanos” y “no humanos”,
objetos preformados intercambiables
“cultura” y “naturaleza”, lo “social” y lo
que se colocan en una estantería a la es-
“científico”. Los fenómenos constituyen
pera de servir a un propósito concreto.
la realidad. La realidad no se compone de
Los dispositivos se constituyen a través
cosas-en-sí-mismas o de cosas-detrás-
de prácticas particulares que están perpe-
de-los-fenómenos, sino de “cosas”-en-
tuamente abiertas a reordenamientos,
los-fenómenos.1 El mundo es intra-acti-
rearticulaciones y otras reelaboraciones.
vidad en proceso de materialización di-
Esto es parte de la creatividad y la difi-
ferencial. Es a través de intra-acciones
cultad de hacer ciencia: conseguir que
específicas que se establece un sentido
los instrumentos funcionen de una ma-
diferencial del ser en el flujo y reflujo
nera determinada para un propósito con-
continuo de la agencia. Es decir, es a tra-
creto (que siempre está abierto a la
vés de intra-acciones específicas que los
posibilidad de ser modificado durante el
fenómenos entran en materia, en los dos
experimento, a medida que se obtienen
sentidos de la expresión. El mundo es un
diferentes conocimientos). Además,
proceso dinámico de intra-actividad por
cualquier dispositivo concreto está siem-
pre intra-actuando con otros. El plega- la reconfiguración continua de estructu- 79
ras causales localmente determinadas
miento de los fenómenos estabilizados
con límites, propiedades, significados y
localmente (que pueden circular a través
patrones de marcas en los cuerpos. Este
de laboratorios, culturas o espacios geo-
flujo continuo de agencia a través del
políticos para materializarse siempre de
cual una “parte” del mundo se hace dife-
forma diferente) en iteraciones posterio-
res de prácticas concretas constituye rencialmente inteligible para otra “parte”
del mundo y a través del cual las estruc-
cambios importantes en el dispositivo
turas causales locales, los límites y las
concreto en cuestión y, por tanto, en la
propiedades se estabilizan y desestabili-
naturaleza de las intra-acciones que dará
zan, no tiene lugar en el espacio y el
lugar a la producción de nuevos fenóme-
tiempo, sino en la creación del propio es-
nos, y así sucesivamente. Los límites no
pacio-tiempo. El mundo es un proceso
se quedan quietos.
abierto y continuo de materialización a
Dicho esto, podemos volver a la cues- través del cual la propia “materia” ad-
tión de la naturaleza de los fenómenos. quiere significado y forma en la realiza-
Los fenómenos se producen mediante in- ción de diferentes posibilidades
tra-acciones agenciales de múltiples dis- agenciales. La temporalidad y la espacia-
positivos de producción corporal. Las
1
Dado que los fenómenos constituyen lo primero desde un punto de vista ontológico, no tiene sentido
hablar de cosas existentes independientemente como algo que está detrás o como causa de los fenómenos.
En esencia, no hay noúmeno, solo fenómenos. Los fenómenos del realismo agencial no son ni los fenó-
menos de Kant ni los fenómenos del fenomenólogo.
lidad surgen en esta historicidad proce- tología resulta completamente insufi-
sual. Las relaciones de exterioridad, co- ciente. Si la palabra “humanos” refiere a
nectividad y exclusión se reconfiguran. fenómenos, no a entidades independien-
Las topologías cambiantes del mundo tes con propiedades inherentes, sino a se-
implican una reelaboración continua de res en su devenir diferencial, particulares
la propia naturaleza de las dinámicas. (re)configuraciones materiales del
mundo con límites cambiantes y propie-
En resumen, el universo es intra-acti-
dades que se estabilizan y desestabilizan
vidad agencial en devenir. Las unidades
junto con los específicos cambios mate-
ontológicas primarias no son “cosas”,
riales en lo que significa ser un humano,
sino fenómenos: reconfiguraciones topo-
la noción de discursividad no puede fun-
lógicas dinámicas/enredos/relacionalida-
darse sobre una distinción inherente en-
des/(re)articulaciones. Y las unidades
tre humanos y no humanos. En esta
semánticas primarias no son “palabras”,
sección, propongo una consideración
sino prácticas material-discursivas a tra-
posthumanista de las prácticas discursi-
vés de las cuales se constituyen los lími-
vas. También esbozo una reelaboración
tes. Este dinamismo es la agencia. La
de la noción de materialidad e insinúo un
agencia no es un atributo, sino la recon-
abordaje realista agencial para entender
figuración continua del mundo. Sobre la
la relación entre las prácticas discursivas
base de esta metafísica performativa, en
y los fenómenos materiales.
la siguiente sección propongo una refi-
guración posthumanista de la naturaleza
de la materialidad y la discursividad y la
El significado no es una propiedad de
las palabras individuales o de grupos de
80
relación entre ellas, y una comprensión palabras. El significado no es conferido
posthumanista de la performatividad. intralingüísticamente ni extralingüística-
mente referenciado. El contenido semán-
tico no se alcanza a través de
Una consideración posthumanista de pensamientos o performances de agentes
las prácticas material-discursivas individuales, sino a través de prácticas
A menudo se confunden las prácticas discursivas particulares. A partir de las
discursivas con expresiones lingüísticas intuiciones de Bohr, sería también tenta-
y frecuentemente el significado es pen- dor agregar los siguientes puntos realis-
sado como una propiedad de las palabras. tas agenciales: los significados no son
Por lo tanto, se dice que las prácticas dis- ideaciones sino (re)configuraciones ma-
cursivas y los significados son fenóme- teriales específicas del mundo, y la inde-
nos particularmente humanos. Pero si terminación semántica, como la
esto es cierto, ¿cómo sería posible tomar indeterminación ontológica, es resoluble
en consideración las prácticas que esta- solo localmente a través de intra-accio-
blecen los límites por los cuales se cons- nes específicas. Pero, antes de seguir,
tituyen diferencialmente los “humanos” probablemente vale la pena tomarse un
y los “no humanos”? La noción de cons- momento para disipar algunos conceptos
titución podría ser entendida en términos erróneos sobre la naturaleza de las prác-
puramente epistémicos, pero cuando se ticas discursivas.
ponen sobre la mesa preguntas sobre on-
Discurso no es sinónimo de lenguaje.1 Las consideraciones de Foucault so-
Discurso no refiere a sistemas lingüísti- bre las prácticas discursivas tienen algu-
cos o significantes, gramáticas, actos de nas sugerentes resonancias (y algunas
habla o conversaciones. Pensar al dis- productivas disonancias) con el planteo
curso como meras palabras habladas o de Bohr sobre los dispositivos y el papel
escritas que forman enunciados descrip- que juegan en la producción material de
tivos es caer en el error del pensamiento cuerpos y significados. Para Bohr, los
representacionista. El discurso no es lo dispositivos son ensamblajes físicos par-
que es dicho, es aquello que restringe y ticulares que le dan significado a ciertos
posibilita lo que puede decirse. Las prác- conceptos para excluir otros; son las con-
ticas discursivas definen lo que cuenta diciones físicas locales que establecen y
como enunciado significativo. Los enun- restringen las prácticas de conocimiento
ciados no son meras manifestaciones tales como conceptualizar y medir; son
provenientes de la conciencia de un su- los productores de (y parte de) los fenó-
jeto unificado; en cambio, los enuncia- menos producidos; establecen un corte
dos y los sujetos emergen de un campo local que produce los “objetos” de ciertas
de posibilidades. Este campo de posibili- prácticas de conocimiento particulares
dades no es estático o singular, sino más dentro de los fenómenos particulares
bien una multiplicidad dinámica y con- producidos. Sobre la base de su profunda
tingente. intuición acerca de la carencia de límites
determinados, propiedades o significa-
De acuerdo con Foucault, las prácti-
cas discursivas son las condiciones loca- dos en los “conceptos” (que son de hecho 81
ensamblajes físicos) y las “cosas” por
les, sociohistóricas y materiales que
fuera de sus mutuas intra-acciones, Bohr
establecen y restringen las prácticas de
ofrece un nuevo marco epistemológico
conocimiento disciplinarias tales como
que cuestiona los dualismos objeto/su-
hablar, escribir, pensar, calcular, medir,
jeto, conocedor/conocido, natura-
filtrar y concentrar. En lugar de limitarse
a describirlos, las prácticas discursivas leza/cultura y palabra/mundo.
producen los “sujetos” y los “objetos” de La idea de Bohr de que los conceptos
las prácticas de conocimiento. En la ex- no son ideas, sino más bien ensamblajes
plicación de Foucault, estas “condicio- físicos reales, es claramente una insisten-
nes” son inmanentes e históricas, no cia en la materialidad de la producción
trascendentes o fenomenológicas. Esto del significado que va más allá de lo que
es, no hay condiciones en el sentido de usualmente se quiere decir con la canti-
leyes trascendentales, ahistóricas, trans- nela contemporánea que afirma que el
culturales, abstractas, que definen las po- escribir y el hablar son prácticas materia-
sibilidades de la experiencia (Kant), sino les. Bohr no está solo afirmando que el
que hay condiciones sociales reales, his- discurso es “soportado” o “sostenido”
tóricas y situadas. por las prácticas materiales, como Fou-
cault parece sugerir (aunque no se espe-
cifica la naturaleza de este “soporte”) ni
1
Me interesa aquí la noción foucaultiana de discurso (prácticas discursivas), no los enfoques formalistas y
empíricos procedentes de la lingüística, la sociolingüística y la sociología angloamericanas.
que las prácticas no discursivas (con- reconozca su mutua implicancia. En par-
texto) determinan las prácticas discursi- ticular, en una explicación realista agen-
vas, como pretenden algunos filósofos cial, tanto la materialidad como las
pragmático-existenciales. 1 Más bien, el prácticas discursivas son repensadas en
punto de Bohr implica una relación mu- términos de intra-actividad.
cho más íntima entre conceptos y mate- En el planteo realista agencial, las
rialidad. Para entender mejor la prácticas discursivas son (re)configura-
naturaleza de esta relación es importante ciones materiales específicas del mundo
correr el foco de los conceptos lingüísti- a través de las cuales las determinacio-
cos y llevarlo hacia las prácticas discur- nes locales de límites, propiedades y sig-
sivas. nificados son establecidas
En el desarrollo realista agencial del diferencialmente. Esto es, las prácticas
marco teórico de Bohr, los dispositivos discursivas son intra-acciones agencia-
no son ensamblajes estáticos en el les en curso del mundo mediante las que
mundo que encarnan conceptos particu- se instaura la determinación local den-
lares para excluir otros, en cambio, son tro de los fenómenos producidos. Las
prácticas materiales específicas a través prácticas discursivas son intra-acciones
de las cuales la determinación semántica causales –ellas establecen estructuras
y ontológica local se establece intra-acti- causales locales a través de las cuales un
vamente. Esto es, los dispositivos son las “componente” (el “efecto”) del fenó-
prácticas excluyentes de “entrada en ma- meno es marcado por otro “componente”
teria” a través de las cuales se constitu- (la “causa”) en su articulación diferen-
82
yen la inteligibilidad y la materialidad. cial. El significado no es una propiedad
Los dispositivos son (re)configuraciones de las palabras individuales o de grupos
materiales/prácticas discursivas que pro- de palabras, sino de una performance en
ducen fenómenos materiales en su deve- curso del mundo en su inteligibilidad di-
nir discursivamente diferenciado. Un ferencial. En esta intra-actividad causal,
fenómeno es una relacionalidad diná- una “parte” del mundo se vuelve deter-
mica que está local y mutuamente deter- minada, se establecen sus límites y se le
minada en su materia y significado asignan propiedades, en su emergente in-
(dentro de un fenómeno particular) a tra- teligibilidad para otra “parte” del mundo.
vés de específicas intra-acciones causa- Las prácticas discursivas son prácticas
les. Fuera de una particular intra-acción de establecimiento de límites que no tie-
agencial, las “palabras” y las “cosas” son nen un carácter definitivo en las dinámi-
indeterminadas. Por lo tanto, las nocio- cas incesantes de la intra-actividad
nes de materialidad y discursividad de- agencial.
ben ser reelaboradas de manera tal que se
1
Foucault distingue entre prácticas “discursivas” y “no discursivas” y reduce esta última categoría a las
prácticas sociales institucionales: “El término ‘institución’ se aplica generalmente a todo tipo de compor-
tamiento más o menos constreñido, todo lo que funciona en una sociedad como sistema de coacción y
que no es enunciado, en definitiva, todo el campo de lo social no discursivo, es una institución” (1980:
197-98; la cursiva es mía). Esta demarcación específica de las ciencias sociales no es especialmente es-
clarecedora para una comprensión posthumanista del realismo agencial, que no se limita al ámbito de lo
social. De hecho, no tiene sentido hablar de lo “no discursivo” a menos que uno esté dispuesto a desechar
la noción de causalidad de su concepción intra-activa.
Las prácticas discursivas no son actos discurso. No es inmutable o pasiva. No
de habla, representaciones lingüísticas ni requiere la marca de una fuerza externa
performances lingüísticas que soportan como la cultura o la historia para ser
alguna relación inespecífica con las prác- completada. La materia es siempre ya
ticas materiales. Las prácticas discursi- una historicidad en curso.1
vas no son marcadores de posición En la explicación realista agencial, la
antropomórficos para la agencia proyec- materia no es una sustancia fija, sino más
tada de sujetos individuales, de la cultura bien una sustancia en su devenir intra-
o del lenguaje. De hecho, no son prácti- activo –no una cosa, sino un hacer, una
cas humanas. Por el contrario, la explica- cristalización de la agencia. La materia
ción posthumanista acerca de las es un proceso de estabilización y deses-
prácticas discursivas del realismo agen- tabilización de intra-actividad iterativa.
cial no fija el límite entre “humano” y Los fenómenos –unidades materiales
“no humano” de antemano, sino que per- más pequeñas (“átomos” relacionales)–
mite (de hecho exige) un análisis genea- entran en materia a través de este proceso
lógico de la emergencia discursiva de lo de intra-actividad en curso. Esto es, “ma-
“humano”. Los “cuerpos humanos” y los teria” refiere a la materialidad/materia-
“sujetos humanos” no preexisten como lización de los fenómenos, no a una
tales; ni tampoco son meros productos fi-
propiedad inherente, fija de los objetos
nales. Los “humanos” no son causa pura abstractos e independientes de la física
ni efecto puro, sino que forman parte del
mundo en su devenir abierto.
newtoniana (la realización modernista
del sueño de Demócrito de los átomos y
83
La materia, como el significado, no es el vacío).
una entidad estática o individualmente La materia no es simplemente “una
articulada. No es un trocito de naturaleza especie de ‘cita’” (Butler, 2002: 36), el
o un pizarrón en blanco, superficie o sitio efecto superficial de los cuerpos huma-
que espera pasivamente la significación, nos o el producto final de los actos lin-
no es la base indiscutible para las teorías güísticos o discursivos. Las restricciones
científicas, feministas o marxistas. La y exclusiones materiales y las dimensio-
materia no es soporte, localización, refe- nes materiales de las prácticas regulato-
rente o fuente de sustentabilidad para el rias son factores importantes en el
1
En su crítica al constructivismo dentro de la teoría feminista, Judith Butler propone una explicación de la
materialización que pretende reconocer estas cuestiones clave. La reelaboración de la noción de materia
como proceso de materialización pone en primer plano la importancia de reconocer la materia en su
historicidad y desafía directamente, por un lado, la interpretación representacionista de la materia como
sitio pasivo, en blanco, que espera la inscripción activa de la cultura; por otro, la postura representacio-
nista ante el vínculo entre materialidad y discurso como relación de exterioridad absoluta. Sin embargo,
por desgracia, la teoría de Butler, en última instancia, reinscribe a la materia como producto pasivo de
las prácticas discursivas, en lugar de tomarla como un agente activo que participa en el propio proceso
de materialización. Esta deficiencia es sintomática de una evaluación incompleta de importantes factores
causales y de una reelaboración incompleta de la “causalidad” en la comprensión de la naturaleza de las
prácticas discursivas (y de los fenómenos materiales) en su productividad. Además, la teoría de la mate-
rialidad de Butler se limita a dar cuenta de la materialización de los cuerpos humanos o, más exactamente,
de la construcción de los contornos del cuerpo humano. La ontología relacional del realismo agencial
permite una reelaboración de la noción de materialización que reconoce la existencia de importantes
vínculos entre las prácticas discursivas y los fenómenos materiales sin las limitaciones antropocéntricas
de la teoría de Butler.
proceso de materialización. Las dinámi- través de los cuales la materia se arti-
cas de la intra-actividad implican a la cula y participa diferencialmente (en la
materia como un “agente” activo en su emergencia de límites y significados), re-
materialización en curso. configurando el campo de posibilidades
material-discursivas en las dinámicas de
Las prácticas de instauración de lími-
la intra-actividad que es la agencia. Las
tes, es decir, las prácticas discursivas, es-
intra-acciones son resoluciones causales
tán completamente implicadas en las
no determinísticas a través de las cuales
dinámicas de la intra-actividad a través
la materia en proceso de devenir se sedi-
de las cuales los fenómenos entran en
menta y se pliega en posteriores materia-
materia. En otras palabras, la materiali-
lizaciones.1
dad es discursiva (los fenómenos mate-
riales son inseparables de los Las condiciones materiales importan,
dispositivos de producción de los cuer- no porque den “soporte” a los discursos
pos: la materia incluye a y emerge de la particulares que serían los verdaderos
reconfiguración de límites en curso), al factores generativos en la formación de
igual que las prácticas discursivas son los cuerpos. La materia entra en materia
siempre ya materiales (son continuas a través de la intra-actividad iterativa del
(re)configuraciones materiales del mundo en su devenir. Esto no significa
mundo). Las prácticas discursivas y los solamente que hay factores materiales
fenómenos materiales no están en una re- importantes además de los discursivos;
lación de exterioridad, lo material y lo
discursivo se encuentran mutuamente
más bien, la cuestión es la naturaleza
conjunta, material-discursiva, de las res-
84
implicados en las dinámicas de la intra- tricciones, las condiciones y las prácticas.
actividad. Tampoco son reducibles uno a El hecho de que las restricciones y exclu-
otro. La relación entre lo material y lo siones discursivas y materiales estén en-
discursivo es de implicación mutua. Nin- trelazadas señala la limitada validez de
guno es articulado/articulable en ausen- los análisis que intentan determinar los
cia del otro, la materia y el significado se efectos individuales de los factores ma-
articulan mutuamente. Ni las prácticas teriales o discursivos.2 Además, la con-
discursivas ni los fenómenos materiales ceptualización de la materialidad que
son preexistentes ontológica o epistemo- ofrece el realismo agencial permite tener
lógicamente. Ninguno puede ser expli- en cuenta las limitaciones y condiciones
cado en los términos del otro. Ninguno materiales sin reinscribirlas bajo las su-
tiene un estatus privilegiado para deter- posiciones empiricistas tradicionales
minar al otro. acerca del darse transparente o inmediato
del mundo y sin caer en el estancamiento
Los dispositivos de producción cor-
analítico que simplemente reconoce
poral y los fenómenos que estos produ-
nuestro acceso mediado al mundo. Las
cen son de naturaleza material-
ubicuas declaraciones que proclaman
discursiva. Las prácticas material-dis-
que la experiencia o el mundo material
cursivas son ensamblajes iterativos es-
están “mediados” han ofrecido muy poca
pecíficos –intra-acciones agenciales– a
1
Más adelante, en el siguiente apartado, analizaré en detalle la naturaleza de las intra-acciones causales.
2
Consultar Barad, 1998b, 2001a, 2001b, 2007 para ver ejemplos.
orientación sobre cómo continuar. La no- cuerpos “humanos” pasan por alto el
ción de mediación ha impedido durante punto crucial de que las mismas prácticas
mucho tiempo una consideración más mediante las cuales se dibujan los límites
exhaustiva del mundo empírico. La re- diferenciales de lo “humano” y lo “no
conceptualización de la materialidad humano” ya están implicadas en las ma-
ofrecida aquí permite tomar al mundo terializaciones particulares. La constitu-
empírico seriamente, esta vez compren- ción diferencial de lo “humano” (“no
diendo que el referente objetivo es el fe- humano”) siempre está acompañada por
nómeno, no el aparente “darse inmediato” exclusiones particulares y siempre está
del mundo. abierta a contestación. Este es un resul-
tado de la naturaleza causal no determi-
Todos los cuerpos, no solo los cuer-
nista de las intra-acciones agenciales, un
pos “humanos”, entran en materia a tra-
punto crucial que abordo en la siguiente
vés de la intra-actividad iterativa del
sección.
mundo –su performatividad. Esto no solo
es cierto con respecto a la superficie o en
los contornos del cuerpo, sino también
La naturaleza de la producción y la
para el cuerpo en la totalidad de su fisi-
producción de la naturaleza: agencia y
calidad, incluyendo los “átomos” de su
causalidad
ser. Los cuerpos no son objetos con lími-
tes y propiedades inherentes, son fenó- ¿Cuál es la naturaleza de la causalidad
en este planteo? ¿Qué posibilidades exis-
menos material-discursivos. Los cuerpos
“humanos” no son inherentemente dife- ten para la agencia, para intervenir en el 85
rentes de los cuerpos “no humanos”. devenir del mundo? ¿Dónde entran las
Aquello que constituye a lo “humano” (y cuestiones de la responsabilidad y la ren-
lo “no humano”) no es una noción fija o dición de cuentas?
predeterminada, pero tampoco es una Las intra-acciones agenciales son re-
idealidad flotante. La cuestión aquí no es soluciones causales. Recordemos que un
algún proceso mal definido por el cual corte agencial produce una separabilidad
las prácticas lingüísticas humanas (mate- local de diferentes “partes componentes”
rialmente sostenidas de alguna manera del fenómeno, una de las cuales (“la
inespecífica) logran producir cuerpos causa”) se expresa efectuando y mar-
sustanciales/sustancias corporales, sino cando la otra (“el efecto”). En un con-
una dinámica material de intra-actividad: texto científico, este proceso se conoce
los dispositivos materiales producen fe- como “medición”. (De hecho, la noción
nómenos materiales a través de intra-ac- de “medición” no es ni más ni menos que
ciones causales específicas, donde una intra-acción causal.)1 Es cuestión de
“material” es siempre material-discur- gustos pensarla como “medición” o
sivo; eso es lo que significa entrar en como una parte del universo haciéndose
materia. Las teorías que se enfocan ex- inteligible para otra en su continua inte-
clusivamente en la materialización de los
1
Agradezco a Joe Rouse que haya expuesto este punto con tanta elegancia (conversación privada). Rouse
(2002) sugiere que la medición no tiene por qué ser un concepto acerca de operaciones de laboratorio,
que antes de responder si algo es o no una medición hay que considerar una cuestión previa, a saber: ¿qué
constituye una medición de qué?
ligibilidad y materialización diferencia- forma” o “inscribe” a la naturaleza, pero
dora. 1 En cualquier caso, lo importante no la produce materialmente. Por otra
de las intra-acciones causales es el hecho parte, si no hay una naturaleza preexis-
de que se dejan marcas en los cuerpos. tente, entonces corresponde a quienes
La objetividad significa ser responsables defienden esa teoría explicar cómo es
de las marcas en los cuerpos. que la cultura puede producir material-
mente aquello de lo que supuestamente
Esta estructura causal difiere signifi-
es ontológicamente distinta, es decir, la
cativamente de las alternativas comunes
naturaleza. ¿Cuál es el mecanismo de
de la exterioridad absoluta y la interiori-
esta producción? La otra alternativa ha-
dad absoluta, del determinismo y el libre
bitual tampoco es atractiva: la geometría
albedrío. En el caso de la geometría de la
de la interioridad absoluta equivale a una
exterioridad absoluta, la afirmación de
reducción del efecto a su causa o, en este
que las prácticas culturales producen
caso, de la naturaleza a la cultura, o de la
cuerpos materiales parte de la presunción
materia al lenguaje, lo que equivale a una
metafísica de la distinción ontológica del
u otra forma de idealismo.
primer conjunto respecto del segundo. El
modelo de inscripción del constructi- La separabilidad agencial presenta
vismo es de esta índole: la cultura se fi- una alternativa a estas opciones poco sa-
gura como una fuerza externa que actúa tisfactorias. 2 Postula una “exterioridad
sobre la naturaleza pasiva. Hay una am- interior” que rechaza las geometrías an-
bigüedad en este modelo en cuanto a si
la naturaleza existe en alguna forma pre-
teriores y abre un espacio mucho más
amplio, que sería más apropiado pensar
86
discursiva antes de ser marcada por la como una topología cambiante.3 Más es-
cultura. Si existe tal entidad precedente, pecíficamente, la separabilidad agencial
entonces su propia existencia marca el lí- es una cuestión de exterioridad interior
mite inherente del constructivismo. En de los fenómenos (material-discursivos).
este caso, la retórica debería suavizarse Por lo tanto, no se da prioridad ni a la
para reflejar con mayor precisión el he-
cho de que la fuerza de la cultura “da
1
La inteligibilidad no es un asunto humano. Es cuestión de articulaciones diferenciales y receptividad/com-
promiso diferencial. Vicki Kirby (1997) hace una observación similar.
2
Butler también rechaza estas dos opciones, proponiendo una alternativa que denomina “exterioridad cons-
titutiva”. La “exterioridad constitutiva” es una exterioridad dentro del lenguaje, es el “aquello” al que el
lenguaje se ve obligado a responder en el repetido intento de capturar la constante pérdida o ausencia de
lo que no puede ser capturado. Es esta exigencia persistente y el inevitable fracaso del lenguaje para
resolverla lo que abre un espacio para la resignificación —una forma de agencia— dentro de los términos
de esa reiteración. Pero el hecho de que el propio lenguaje sea un recinto que contiene la exterioridad
constitutiva equivale a una desafortunada reinscripción de la materia como subordinada al juego del len-
guaje y muestra un compromiso con un antropocentrismo inaceptable, reduciendo las posibilidades de la
agencia para la resignificación.
3
La geometría se ocupa de las formas y los tamaños (incluso de las variedades no euclidianas, como las
geometrías construidas sobre superficies curvas y no sobre planos, por ejemplo, las esferas), mientras que
la topología investiga cuestiones de conectividad y límites. Aunque a menudo se piensa en la espacialidad
desde el punto de vista geométrico, sobre todo en términos de las características de los recintos (como el
tamaño y la forma), esta es solo una manera de pensar el espacio. Las características topológicas de las
variedades pueden ser muy importantes. Por ejemplo, dos puntos que parecen alejados geométricamente
pueden, dada una conectividad particular de la variedad espacial, estar realmente próximos el uno al otro
(como, por ejemplo, en el caso de los objetos cosmológicos llamados “agujeros de gusano”).
materialidad ni a la discursividad. 1 No un espacio relativamente amplio, para las
hay una relación geométrica de exterio- formas de agencia material-discursivas.
ridad absoluta entre un “dispositivo cau- Una formulación posthumanista de la
sal” y un “cuerpo efectuado”, ni un performatividad pone de manifiesto la
colapso idealista de los dos, sino más importancia de tener en cuenta las for-
bien una dinámica topológica continua mas de agencia “humanas”, “no humanas”
que envuelve el espacio-tiempo sobre sí y “ciborgianas” (de hecho, todas formas
mismo, resultado del hecho de que los material-discursivas). Esto es posible y
dispositivos de producción corporal (que necesario porque la agencia es una cues-
son ellos mismos fenómenos) son (tam- tión de cambios en los dispositivos de
bién) parte de los fenómenos que produ- producción corporal, y dichos cambios
cen. La materia desempeña un papel tienen lugar a través de diversas intra-ac-
activo, de hecho agencial, en su materia- ciones, algunas de las cuales rehacen los
lización iterativa, pero esta no es la única límites que delinean la constitución dife-
razón por la que el espacio de la agencia rencial de lo “humano”. Mantener fija la
es mucho mayor que el postulado en mu- categoría “humano” excluye de ante-
chas otras teorías sociales críticas.2 Las mano toda una gama de posibilidades,
intra-acciones siempre implican exclu- eludiendo importantes dimensiones del
siones particulares, y las exclusiones im-
funcionamiento del poder.
piden cualquier posibilidad de
determinismo, proporcionando las con- En una comprensión realista agencial,
diciones necesarias para un futuro la agencia se desprende de su órbita hu- 87
abierto.3 Por lo tanto, las intra-acciones manista tradicional. La agencia no está
son restrictivas pero no determinantes. alineada con la intencionalidad o la sub-
Es decir, la intra-actividad no es una jetividad humanas. Tampoco implica
cuestión de determinismo estricto ni de simplemente la resignificación u otros ti-
libertad sin restricciones. El futuro está pos de movimientos específicos dentro
radicalmente abierto en todo momento. de una geometría social de antihuma-
Este sentido abierto de la futuridad no nismo. La agencia es una cuestión de in-
depende del choque o la colisión de las tra-acción; es una resolución, no algo
demandas culturales, sino que es inhe- que alguien o algo tiene. La agencia no
rente a la naturaleza de la intra-actividad: puede ser designada como un atributo de
incluso cuando los dispositivos mayor- los “sujetos” u “objetos” (ya que no pre-
mente se refuerzan, la agencia no está ex- existen como tales). No es un atributo en
cluida. De ahí que la noción de intra- absoluto: es un “hacer”/“ser” en su intra-
acción reformule la noción tradicional de actividad. Consiste en establecer cam-
causalidad y abra un espacio, de hecho bios iterativos en las prácticas particula-
res a través de la dinámica de la intra-
1
En contraste por ejemplo con la “exterioridad constitutiva” de Butler.
2
Por ejemplo, el espacio de la agencia es mucho mayor que el postulado por las teorías de Butler o Louis
Althusser. La agencia no se limita a las posibilidades de resignificación lingüística, y evadir el resultado
determinista no requiere un choque de dispositivos/demandas discursivas (es decir, sobredeterminación).
3
Esto es cierto también a nivel atómico. De hecho, como subraya Bohr, la exclusividad mutua de la “posi-
ción” y el “momento” es lo que hace que la noción de causalidad en la física cuántica difiera profunda-
mente de la causalidad determinista de la física clásica newtoniana.
actividad. La agencia tiene que ver con únicas opciones parecen ser la ingenui-
las posibilidades y la responsabilidad dad del empirismo o las mismas historias
que conlleva la reconfiguración de los narcisistas de siempre.
dispositivos material-discursivos de pro- He propuesto un desarrollo materia-
ducción corporal, incluidas las articula- lista posthumanista de la performativi-
ciones y exclusiones de los límites que dad que desafía el posicionamiento
marcan esas prácticas en el estableci- según el cual la materialidad es algo
miento de una estructura causal. Las po- dado o un mero efecto de la agencia hu-
sibilidades particulares de actuar existen mana. En este planteo realista agencial,
a cada momento, y estas posibilidades la materialidad es un factor activo en los
cambiantes implican una responsabili- procesos de materialización. La natura-
dad de intervenir en el devenir del leza no es una superficie pasiva que es-
mundo, de impugnar y reelaborar lo que pera la marca de la cultura ni el producto
importa y lo que queda excluido. final de las performances culturales. La
creencia de que la naturaleza es muda e
inmutable y de que todas las expectativas
Conclusiones
de cambio y de significación residen en
Los estudios feministas, los estudios la cultura es una reinscripción del dua-
queer, los estudios científicos, los estu- lismo naturaleza/cultura que las feminis-
dios culturales y lxs estudiosxs de la teo- tas han impugnado activamente. Del
ría social crítica se encuentran entre lxs
que luchan contra la dificultad de recon-
mismo modo, la distinción entre lo hu-
mano y lo no humano no puede formar
88
ciliarse con el peso del mundo. Por un parte de ninguna teoría que pretenda dar
lado, existe un deseo expreso de recono- cuenta de la materia en la plenitud de su
cer y reivindicar la materia y sus denos- historicidad. Lxs estudiosxs feministas
tados semejantes, los exiliados de los de la ciencia, en particular, han subra-
dominios familiares y reconfortantes de yado que las inscripciones fundacionales
la cultura, la mente y la historia; no sim- del dualismo naturaleza/cultura obstacu-
plemente para abogar de forma altruista lizan la comprensión de cómo se forman
en nombre de los subalternos, sino con la la “naturaleza” y la “cultura”, cuestión
esperanza de encontrar una forma de dar que es crucial tanto para los análisis fe-
cuenta de nuestra propia finitud. ¿Pode- ministas como para los científicos. Tam-
mos identificar los límites y restricciones, bién han subrayado que la noción de
si no los fundamentos, del discurso-saber “formación” no niega en absoluto la
en su productividad? Pero a pesar de su realidad material de la “naturaleza” o la
sustancia, al final, según muchos de los “cultura”. Por lo tanto, en los fundamen-
intentos contemporáneos por salvarla, no tos de cualquier planteo performativo
es la materia la que se tambalea en el de- que se precie de serlo no sería aconseja-
senfreno de las posibilidades infinitas; ble incorporar dichos valores antropo-
más bien, es la propia existencia de la fi- céntricos.
nitud la que se define como materia.
Una parte central del desarrollo per-
Atrapados una vez más mirando espejos,
formativo que he propuesto es el replan-
el rostro de la trascendencia o nuestra
teamiento de las nociones de prácticas
propia imagen. Como si no hubiera otras
discursivas y de fenómenos materiales y
formas de conceptualizar la materia: las
la relación entre ellos. De acuerdo con la importantes implicancias posthumanis-
perspectiva realista agencial, las prácti- tas de esta idea en su comprensión final-
cas discursivas no son actividades basa- mente humanista del “nosotrxs”. Vicki
das en seres humanos, sino más bien Kirby articula de forma elocuente este
(re)configuraciones materiales específi- importante punto posthumanista: “In-
cas del mundo a través de las cuales se tento complicar la localización de la
resuelven diferencialmente las determi- identidad humana como un aquí y ahora,
naciones locales de los límites, las pro- un producto cerrado y acabado, una
piedades y los significados. Y la materia fuerza causal sobre la Naturaleza. O in-
no es una esencia fija; más bien, es sus- cluso... como algo dentro de la Natura-
tancia en su devenir intra-activo, no una leza. No quiero que lo humano esté en la
cosa sino un hacer, un coágulo de agen- Naturaleza, como si esta fuera un conte-
cia. Y la performatividad no se entiende nedor. La identidad es intrínsecamente
como una cita iterativa (Butler), sino inestable, diferenciada, dispersa y, sin
como una intra-actividad iterativa. embargo, extrañamente coherente. Si
Desde una mirada realista agencial de digo «esto es la Naturaleza en sí misma»,
las prácticas tecnocientíficas, el “cono- una expresión que suele denotar un esen-
cedor” no se encuentra en una relación cialismo prescriptivo y por eso la evita-
de exterioridad absoluta respecto del mos, en realidad he animado este «sí
mundo natural que está investigando; no mismo» e incluso he sugerido que el
«pensamiento» no es el otro de la natura-
existe algo así como un punto de vista
exterior. 1 Por lo tanto, la condición de leza. La naturaleza se realiza a sí misma
89
posibilidad de la objetividad no es la ex- de otra manera”.3
terioridad absoluta, sino la separabilidad La configuración particular que
agencial, la exterioridad dentro de los fe- adopta un dispositivo no es una construc-
nómenos.2 “Nosotrxs” no somos obser- ción arbitraria de acuerdo a “nuestra”
vadorxs externxs del mundo. Ni estamos elección; tampoco es el resultado de es-
simplemente situadxs en lugares concre- tructuras de poder causalmente determi-
tos del mundo, sino que formamos parte nistas. Los seres “humanos” no se
del mundo en su continua intra-actividad. limitan a ensamblar diferentes dispositi-
Este es un punto al que Niels Bohr trató vos para satisfacer proyectos de conoci-
de llegar cuando insistió en que nuestra miento particulares, sino que ellos
epistemología debe tener en cuenta el he- mismos son componentes locales especí-
cho de que formamos parte de la natura- ficos de la reconfiguración en curso del
leza a la que tratamos de entender. Sin mundo. Si las manipulaciones del labo-
embargo, desgraciadamente, truncó las ratorio, las intervenciones de la observa-
ción, los conceptos u otras prácticas
1
Otros también han señalado este punto, por ejemplo, Haraway, 1995; Kirby, 1997; Rouse, 2002; y Bohr.
2
La noción de separabilidad agencial, que se basa en la noción realista agencial de intra-acción, tiene con-
secuencias de gran alcance. De hecho, se puede demostrar que desempeña un papel fundamental en la
resolución del “problema de la medición” y otros problemas de larga data en la teoría cuántica. Véase
Barad, 2007.
3
Vicki Kirby (comunicación privada, 2002). El cuestionamiento sostenido de Kirby del obstinado binomio
naturaleza/cultura no tiene parangón. Véase Kirby, 1997, para una notable lectura “materialista” (el ad-
jetivo es mío) de la teoría derrideana. [La cita de Kirby corresponde a una traducción propia. T.]
humanas tienen un papel que desempe- ———. 1996. “Meeting the Universe
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solo porque utilizamos elementos no hu-
(ed.) The Science Studies Reader.
manos en nuestras prácticas, sino porque
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el conocimiento consiste en que una
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parte del mundo se hace inteligible para
cientific Practices and the Materializa-
otra. Las prácticas de conocimiento y de
tion of Reality.” differences: A Journal
ser no son aislables, sino que se implican
of Feminist Cultural Studies 10(2):87–
mutuamente. No obtenemos el conoci-
126.
miento estando fuera del mundo; cono-
———. 2001a. “Performing Cul-
cemos porque “somos” del mundo.
ture/Performing Nature: Using the Pie-
Somos parte del mundo en su devenir di-
zoelectric Crystal of Ultrasound
ferencial. La separación entre epistemo-
Technologies as a Transducer between
logía y ontología es la reverberación de
una metafísica que asume una diferencia Science Studies and Queer Theories.” 90
En Lammar, C. (ed.) Digital Anatomy.
inherente entre lo humano y lo no hu-
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onto-epistemología –el estudio de las
(ed.) Feminist Locations: Global and
prácticas de conocimiento en el ser– pro-
bablemente sea una mejor manera de Local, Theory and Practice. New
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aproximarse al tipo de comprensión ne-
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cesaria para llegar a un acuerdo sobre
———. 2007. Meeting the Universe
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Billi, Noelia .....................................................................................................................32
Bolte, Rilke ......................................................................................................................19
Borisonik, Hernán ............................................................................................................32
Bruera, Matías .................................................................................................................40
Canseco, Adriana .............................................................................................................52
Casiva, Emilia..................................................................................................................49
Conforte, Juan Manuel ......................................................................................................4
Estupiñán, Mary Luz .......................................................................................................47
Fernández, Nahir .............................................................................................................28
Genoud, Agustín ..............................................................................................................64
Gomez, Lilén ...................................................................................................................30
González, Milagros ....................................................................................................30, 52
Johnson, Santiago ............................................................................................................18
Jorge, Julia .......................................................................................................................13
Kaufman, Alejandro ..........................................................................................................6
La Rocca, Paula ...............................................................................................................13
Lema, Verónica ...............................................................................................................49
Lorio, Natalia .....................................................................................................................6
92
Maccioni, Franca .............................................................................................................14
Medrano, Celeste .............................................................................................................10
Medrano, Octavia ..............................................................................................................5
Milone, Gabriela ..............................................................................................................51
Neuburguer, Ana .............................................................................................................17
Ortiz Maldonado, Natalia ................................................................................................ 59
Prósperi, Germán .............................................................................................................24
Raimondi, Sergio .............................................................................................................48
rodríguez freire, raúl ........................................................................................................47
Santucci, Silvana .......................................................................................................16, 60
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Ulm, Hernán ....................................................................................................................35
Villalba, Susana .........................................................................................................60, 64
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Cuadernos Materialistas, n° 8, 2023.
ISSN: 2545-7985
https://colectivamateria.wixsite.com/cuadmaterialistas/8
Comité editorial: Paula Fleisner, Guadalupe Lucero y Noelia Billi
Edición: Colectiva Materia
Ensenada 82, Domselaar. CP 1984.
San Vicente, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
93