Cuadernos Materialistas. Diccionario

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SEPT 2023 VOL.

CUADERNOS
MATERIALISTAS

DICCIONARIO MATERIALISTA
BABA · BAILAR · BAJO/A · BALA · BANANA · BANANO · BARAD, KAREN · BARRIDO · BARRO
BARROCO · BASURA · BATATA · BELLA OTERO · BIEN · BIOARTEFACTOS · BIOLOGÍA
BIOMÍMESIS · BIRRA · BIT · BLABLEO/BLABLACIÓN/BLABLEANTE · BOCA · BODA INTERREINOS
BOLSA · BOODPOOBPP · BOTÁNICA · BRILLO · BRISSET, JEAN-PIERRE · BRISSETIANO,
BRISSETIANA · BRITTLESTAR · BROCAL · BRUJAS · BRUMA · BUENO · BURBUJA · BV
Índice
PRESENTACIÓN ....................................................................................................... 2
BABA .......................................................................................................................... 4
BAILAR ...................................................................................................................... 4
BAJO/A ....................................................................................................................... 5
BALA .......................................................................................................................... 6
BANANA .................................................................................................................... 6
BANANO .................................................................................................................. 11
BARRIDO ................................................................................................................. 13
BARRO ..................................................................................................................... 13
BARROCO ................................................................................................................ 15
BASURA1 ................................................................................................................. 16
BASURA2 ................................................................................................................. 17
BATATA ................................................................................................................... 18
BELLA OTERO ........................................................................................................ 19
BIEN .......................................................................................................................... 19
BIOARTEFACTOS .................................................................................................. 25
BIOLOGÍA ................................................................................................................ 29
BIOMÍMESIS. (biomimética, biomimetismo) .......................................................... 30
BIRRA ....................................................................................................................... 30
BIT............................................................................................................................. 32
BLABLEO / BLABLACIÓN/ BLABLEANTE. (derivados de bla bla) ................... 32
BOCA ........................................................................................................................ 35 1
BODA INTERREINOS ............................................................................................ 41
BOLSA ...................................................................................................................... 44
BOODPOOBPP......................................................................................................... 47
BOTÁNICA .............................................................................................................. 48
BRILLO..................................................................................................................... 49
BRISSET, JEAN-PIERRE ........................................................................................ 49
BRISSETIANO, BRISSETIANA ............................................................................. 51
BRITTLESTAR ........................................................................................................ 51
BROCAL ................................................................................................................... 52
BRUJAS .................................................................................................................... 52
BRUMA1 ................................................................................................................... 60
BRUMA2 ................................................................................................................... 60
BUENO ..................................................................................................................... 60
BURBUJA ................................................................................................................. 64
BV (BVocal).............................................................................................................. 64
AUTORXS ................................................................................................................ 92
PRESENTACIÓN

Para este número de los Cuader- sares y Flaubert, se recogen allí las con-
nos Materialistas quisimos imaginar venciones que nos llevarían a “hablar
cómo sería un diccionario materialista y bien”, las contraseñas de la pertenencia y
decidimos invitar a colegas y amigues a las ridiculeces de las lenguas anestesia-
producirlo en conjunto. Frente a la me- das por un querer decir que es siempre
tafísica del libro y su aspiración totali- fallido. Hay otros, como el Diccionario
zante, fantaseamos nuestro diccionario jázaro de Pavić que, llevando al paro-
bajo la forma revisteril. Y, cual si se tra- xismo la nostalgia por culturas inciertas,
tara de un fascículo coleccionable de construyen léxicos que guardan en sí el
esos que compramos a sabiendas de que germen de sus infinitas versiones. Y
la colección quedará irremediablemente hasta tenemos el “Diccionario crítico” de
incompleta, decidimos que solo tendría Bataille y sus amigos que esparce sintag-
entradas para la letra B. mas y palabras a lo largo de la revista
Documents sin otro criterio que el de lo
No se trataría de un diccionario informe ("término que sirve para desca-
normativo, aunque sí descriptivo del lé- lificar").
xico eventual que sus hablantes improba-
bles (les autores) hubieran elegido Los diccionarios también son los
definir. Diccionario de dudas, seguro. recuerdos de nuestras infancias criadas a
Plurilingüe, acaso. Pero, sobre todo, ins- la sombra ya obsoleta de enciclopedias 2
piradas en una larga tradición de diccio- ilustradas y temáticas que, bajo la apa-
narios díscolos e irreverentes, soñamos riencia del rigor alfabético, querían
un volumen que desafiara los sentidos transformar el mundo en libro. Por eso
comunes mediante la irrupción de des- mismo, muchxs tenemos un amor inex-
cripciones-definiciones de rigurosa par- plicable y absurdo por palabras inutiliza-
cialidad y estricta arbitrariedad. bles, y hasta construimos carreras
profesionales para justificar el momento,
Los diccionarios son trampas de extático, en que nos damos el permiso de
la cultura. Tanto los serios como los en usarlas o analizarlas concienzudamente.
chiste comparten un deseo de taxonomi-
zar las lenguas que, no obstante, perma- Los diccionarios pueden ser la
necerán, como los fascículos comprados lengua oficial que corrige desviaciones,
en la infancia, irremediablemente incom- pero también archivos de los usos auda-
pletas, inclasificables, torcidas. De allí la ces que devoran las convenciones a su
existencia de diccionarios extraños, paso, que nos abren a la indisciplina de
como los de palabras compuestas por una la imaginación, que trabajan las escenas
sola letra, los de palabras compuestas del futuro en el que queremos vivir. Es
solo por vocales, o el siempre indispen- en este sentido que fantaseamos un dic-
sable diccionario finlandés-catalán. cionario materialista: un diccionario
Desde el cínico Diccionario del diablo, maldito (con el factor comedia que tiene
de Ambrose Bierce, hasta los burlones todo malditismo), un diccionario que
diccionarios de la clase culta de Bioy Ca- riera como Demócrito frente a la imposi-
bilidad de tomar a la humanidad en serio,
un diccionario que describiera imagina- vocales. Contiene también un artículo
tivamente la materia baja, extraña a toda genial de una autora importantísima, tra-
aspiración ideal, un diccionario arbitra- ducido amablemente por Milagros Gon-
rio hecho de palabras que empiezan con zález, que consideramos imprescindible
B. incluir en nuestro diccionario porque su
apellido comienza con B.
Este volumen contiene entradas
breves y largas, unas con referencias bi- Con ustedes, el resultado de este
bliográficas y otras con imágenes asocia- fantaseo colectivo.
das, entradas que son poemas y entradas

Colectiva Materia, septiembre de 2023

3
B
ABA. La baba es la tinta del ha- gos, entendimientos, ideologías, man-
bla. Introduce en ella el ele- datos, etc. (recordemos sin más la aso-
mento húmedo necesario para la ciación del condicionamiento pavlo-
lubricación del aparato fonador y le im- viano entre el sonido y la baba) implica
prime a la palabra el chasquido necesa- no tanto un indecidible, sino un impo-
rio para la pronunciación de las letras sible, o como dice Lacan, un insonda-
que la componen. Un exceso de baba ble. El baboso, el bobo, derrama su
puede borrar la palabra, e imbuirla en baba dejándola inoperante para el tra-
una mancha sonora. Una falta de baba bajo de la lengua.
impedirá el avance fluido entre distin- En otro sentido, la baba aglutina:
tas consonantes. pega una letra con la otra en pos de una
Si nos permitimos el uso del co- transmisión (por supuesto intervienen
loquial “baba”, en lugar del más formal otros elementos: aire, cuerdas vocales,
“saliva”, es por su familiaridad con etc.). La función de la baba es acercar
“balbuceo”, “baboso”, “bobo” y lo que en el lenguaje es pura diferencia,
“beso”. En la baba se arrastra un uso y lo que el lenguaje produce como di-
de la oralidad ligada de una manera sin- ferencia. Así, no es de extrañar su cer-
gular a una erótica del cuerpo: la eró- canía con el “beso”, ya que, antes de
tica oral. La más de las veces se reduce ser dos vacíos que se encuentran, el
esa erótica al acto de incorporar, coro- beso implica dos babas que se mezclan,
nado por el acto imaginario de la iden- que se funden, ante la mera imposibili-
tificación, y afectada por toda una serie dad de la fusión de los cuerpos. En la 4
de trastornos. Sin embargo, la oralidad baba hay transmisión, contaminación,
implica además la identificación a un intercambio: bases mismas de la fun-
Otro: las palabras que el niño imita, a ción viviente de la lengua.
los sonidos que produce, sus posterio-
res intentos de articulación, sus vacila- Juan Manuel Conforte
ciones, todo lo que llamamos
balbuceos, tienen origen y dirección a BAILAR. Hay muchas cosas fascinan-
ese lugar y momento de resonancia. tes en ese placer fácil y gratuito que es
Como escribe Pascal Quignard, el bal- bailar. Su definición más extendida lo
buceo busca el ser, porque el ser siem- concibe como moverse con la música.
pre está del lado del Otro. El balbuceo La literatura académica suele dis-
buscar el ser, como la baba o la tinta tinguir, en concepto y método, al baile
buscan su forma en un afuera. en su ejecución técnico-profesional
De allí que derivemos el “bobo” como danza, de su ejercicio irregular y
para aquel que vacila ante la forma, diletante, entendido como prácticas de
ante el ser. El bobo, sabemos, no es baile social, vinculado a instancias de
ningún bobo: vacila ante la alienación entretenimiento y ocio, una suerte de
al Otro y se reserva en esa elección ex- escucha demasiado cercana a la sen-
cluyente que lo obliga a “la bolsa o la sualidad y superficialidad del cuerpo.
vida”. Pertenecer de lleno a aquello La experiencia musical vinculada
que hace pertenencia de nosotros, es a la recepción bailable acompaña nues-
decir el lenguaje y su aparato de códi- tra historia como especie desde tiem-
pos remotos. Las prácticas de baile
social implican un espectro sumamente propiamente humano, y atender a la ex-
amplio y variado en sus manifestacio- periencia eminentemente sensible, es-
nes: el carnaval, la peña, la milonga, la tética, que tiene lugar en las prácticas
bailanta, el bailongo, el pogo, el ca- de baile social: la interacción entre
chengue y la joda entre otros. Hay tan- cuerpos humanos y no humanos.
tos sonidos posibles como maneras de Siendo la música vibraciones de carác-
bailar: algunas con coreografías relati- ter audiotáctil, bailar no es otra cosa
vamente estandarizadas, otras más in- que experimentar la potencia sensible
determinadas y muchas inclasifica- de la materialidad sonora y sus reso-
bles. nancias en las distintas densidades que
Suele suceder que la música nos constituyen los cuerpos humanos –
impulse a movernos: fácilmente nos músculos, grasa, huesos, dientes, teji-
encontramos siguiendo un ritmo o re- dos nerviosos, sangre, aire y epitelios–
pitiendo una melodía. Incluso a veces a través del movimiento. Por ello, qui-
un estímulo musical puede arrastrarnos zás bailar constituya una de las instan-
a dejar lo que estamos haciendo y po- cias más prolíficas en el desarrollo de
nernos a bailar solo como loco malo. articulaciones entre agencias humanas
También es común que muchos tipos y no humanas, en esta larga intimidad
de reuniones sociales se acompañen sobre la que se cimienta la cultura.
con música y eventualmente se arme el
baile –cumpleaños, casamientos, junta- Octavia Medrano
das, inauguraciones, celebraciones, 5
manifestaciones, marchas, misas, etc. BAJO/A. Estatura de lo que no sube
Y por supuesto, el itinerario infinito de más que hasta la altura de la materia. //
clubs, discotecas, boliches, festivales, Superficie en la que se encuentran los
recitales, presentaciones y fiestas que oniscídeos (bichos bolita o cochinillas
tienen lugar cada día todos los días. de la humedad), en la que se mueven
Bailar es una interacción entre las hormigas antes o después de (subir
distintos cuerpos en movimiento, que a) recolectar, devorar, acumular y vol-
no recurre a las palabras ni requiere ver a sus cavidades subterráneas para
muchos acuerdos previos y por ello seguir conspirando. // Espacio subte-
puede congregar a grupos muy nume- rráneo de un adentro en el que habitan
rosos. Solitario, en dúos, en rondas, los seres que se esconden y cavan (p.e:
con desconocidxs: al calor del baile se lombrices y topos), donde se dan esos
forman comunidades episódicas, mun- movimientos terroríficos y oscuros en
dillos y escenas. Nuestra sabiduría po- las entrañas de la tierra o del cuerpo. //
pular bien da cuenta de ello: quién te De valor escaso, que no es elevado,
quita lo bailado y bailando se entiende falto de espíritu, que ha sucumbido a la
la gente condensan matices de lo que desviación moral. Sucio, insultante,
bailar lleva implicado. abyecto, ridículo. Todo aquello que in-
Un acercamiento materialista y dica indignidad del espacio moral. //
posthumano permite concebir el baile Fascinación batailleana. // Terreno pro-
sin subsumirlo a la jerarquía tradicio- picio para inundaciones y anegaciones.
nal que pondera lo espiritual –alma, ra- // Preposición de lugar y ubicación. //
zón o voluntad– como lo más
En donde se entierran los tesoros. // Ni- salto fáustico en el que, aun cercana-
vel que soporta todo lo que se eleva. // mente a la extinción, viajamos hacia
Sostén último de todo lo que cae. quién sabe dónde y cuándo.

Natalia Lorio Alejandro Kaufman

BALA. Materialización moderna de la BANANA Se designa así al fruto de


temporalidad en modo mecánico vec- grandes plantas herbáceas del género
torial avant la lettre. Artefacto en el Musa spp. (Linneo, 1753). De estos ve-
que una conflagración físico química getales de origen indomalayo, vernácu-
reduce el combate al instante del dis- lamente conocidos en Sudamérica
paro. Procede a dar la muerte en forma como plátanos o bananeros, pueden re-
instantánea sin riesgo ni esfuerzo. La conocerse dos especies silvestres Musa
bala mata al héroe. Desde que se intro- acuminata y Musa balbisiana. No obs-
dujo la pólvora, hace unos mil años (no tante, los ejemplares cultivados –en el
hay fecha precisa), la subordinación de cinturón tropical de Tierra– pertenecen
la violencia a la técnica fue condición a la especie Musa x paradisiaca; donde
de un giro en la condición humana so- ‘x’ significa: híbrido. Justamente por
bre el cual no hemos tenido noticia su- eso, ‘Banana não tem caroço’, Banana
ficiente. La pólvora no es causa de la solo se propaga por vástagos, Banana
bala pero sí su condición de posibilidad. carece de la erótica reproductiva vege-
En la conflagración, en el estallido que tal, fue ‘domesticada’ –al menos ese 6
irradia fuerza y materia disipadas, se epíteto emplea la retórica oficial1 – allá
condensa el tiempo. La muerte se con- por el siglo V en Papúa Nueva Guinea.
cede con la escansión del rayo. Impul- Banana desoyó que, “[e]ntre los modos
sado por el estallido, el proyectil de multiplicación de si, la reproducción
sustituye de modo empírico a la magia, sexual es aquella que transforma un
a la maldición, al dedo de dios. Eleva proceso de división y multiplicación de
el acto de matar a proceder demiúrgico. un solo individuo en un proceso colec-
La bala es vergonzante y se prefieren tivo de invención y variación de formas”
otras referencias a la instauración de la (Coccia, p. 99) y fue calcando su exacta
modernidad, como sucede con los dis- castración a lo largo de un largo viaje.
ciplinamientos y las prácticas ritmadas Su derrotero –pasando por las costas
por las mediciones del tiempo que an- africanas– la traería a América en el si-
tecedieron tempranamente a las revolu- glo XV, cuando comerciantes portu-
ciones, copernicanas, industriales. Es gueses comenzaron a establecer
más tranquilizador de conciencias con- plantaciones en sus colonias, como
memorar monasterios que artefactos base para la alimentación de los escla-
bélicos innovadores, sin embargo estos vos y esclavas, porque Banana brota
son necesarios para aquellos. La inven- buena, bonita y (sobre todo) barata. Ba-
ción de la bala no cambió tan radical- nana, sin semilla –alargada, firme y
mente al mundo de la vida como carnosa, verde o amarilla–, desde muy
introdujo una muda anticipación del temprano pasó a depender pura y ex-
clusivamente de la labor humana. Y si
el sexo es la “práctica de desconcentra- ron a entender los trabajadores precari-
ción de la identidad” (ibíd.) –la pura zados que probaron alzar las voces
posibilidad de devenir– ¿A qué o quién contra la simplificación. Dicen que di-
se pliega Banana sin carozo con su ca- cen que a la UFCO, de visita en el Con-
pricho de omisión? ¿Banana ‘x’ no es greso de los Estados Unidos, se le
acaso Homo banana? ¿Dónde se aloja escapó un: ¡Los sindicados de trabaja-
entonces Banana en la gramática ana- dores de la Banana son comunistas! Y
tómica de Homo? Banana esterilizada, se permitió apoyar gentilmente a los
colgando en ramilletes desde la parte Estados de Centroamérica para que di-
superior de los bananeros, nunca ima- cha plaga no invada a las pseudocracias
ginó su porvenir político. Nunca sospe- bananeras. Así dos golpes de Estado –
chó Banana, tan sabrosa, que a finales el de Honduras de 1912 y el de Guate-
del siglo XIX la compañía estadouni- mala de 1954–, fueron emprendidos
dense Tropical Trading and Transport gracias al mecenazgo de la UFCO. Ba-
Company junto a la Boston Fruit Com- nana esterilizaba, encarnaba una ne-
pany se disputarían el control de la cre- croerótica de exterminio en América
ciente plantación en América. central que se traducía en una erótica
Tampoco que en 1899 ambas compa- del consumo en América del Norte.
ñías se fusionarían creando la United Fue así que, extasiados por ‘Chiquita
Fruit Company que deshilacharía para Banana’ y su noble domesticidad, los
siempre la urdimbre de los territorios estadounidenses comenzaron a consu-
(para una historia detallada, cf. Soluri). mir el fruto –el de las más vigorosas 7
La ‘UFCO’, el ‘Pulpo’ o ‘la Frutera’, – propiedades– en todas sus formas. Ba-
pues para invocar al monstruo es prefe- nana se consumía en los platos, de pos-
rible diluir su nombre–, fue exten- tre, en prendas de vestir, en cortos
diendo su voracidad, reemplazando a publicitarios, en animaciones infantiles,
las selvas tropicales por cultivos de ba- Chiquita Banana y su ritmo Calipso,
nana en Guatemala, Honduras, Costa ama de casa tropical y sensual, exube-
Rica, Nicaragua, Panamá y Colombia. rante de potasio, tarareaba la vida so-
Para ensanchar su expansión, la em- cio-nutricional de los consumidores del
presa necesitó avasallar también políti- norte americano. Banana también con-
camente a los países que iba sumía la vida de quiénes la cosechaban.
despojando de su botánica originaria. Banana fue testigo, en 1928, en Cié-
Así, este pulpo, que engendró en vien- naga, Colombia, de la ‘Masacre de las
tre profano a las ‘Repúblicas Banane- Bananeras’2. Vio al ejército ‘nacional’
ras’, fue colocando dirigentes en el defender los intereses de un pulpo ex-
poder quiénes concesionaban más y tranjero, vio cargar a los muertos en los
más tierras indoamericanas, otorgaban mismos trenes en los que se transporta-
permisos para construir redes ferrovia- ban las bananas –con la misma sime-
rias que transportaban la fruta y excep- tría–, los vio cuando fueron arrojados
tuaban de impuestos a las al mar:
exportaciones de Banana. ‘Banana não
tem caroço, mas tem filamento grosso Cuando José Arcadio Segundo
despertó estaba boca arriba en
que dificulta a masticaçao’, comenza- las tinieblas. Se dio cuenta de
8
que iba en un tren interminable También tuvo a unas primas que, en-
y silencioso, y de que tenía el gendradas entre las selvas y los montes
cabello apelmazado por la san-
gre seca y le dolían todos los del Nuevo Mundo, fueron educadas
huesos. Sintió un sueño inso- para vivir a los modos y estilos del
portable. Dispuesto a dormir viejo. En la foto, luciendo sus respecti-
muchas horas, a salvo del terror vas masacres, están por ejemplo Cau-
y el horror, se acomodó del lado
que menos le dolía, y sólo en- cho y, más al sur, Algodón y
tonces descubrió que estaba Quebracho (también están claramente
acostado sobre los muertos. No SojaBT, SojaRR y TrigoHB4). El ape-
había un espacio libre en el va- llido de esta familia puede ser plantati-
gón, salvo el corredor central.
Debían de haber pasado varias ons (cf. Tsing), una que transforma a su
horas después de la masacre, entorno hipertecnificando la historia
porque los cadáveres tenían la vital de sus miembros hasta que sólo
misma temperatura del yeso en puedan sobrevivir ellos, y sólo ellos –
otoño, y su misma consistencia
de espuma petrificada, y quie- bananas (con ‘b’ minúscula: mutiladas
nes los habían puesto en el va- y simplificadas, vueltas máquinas, ase-
gón tuvieron tiempo de xuadas: ‘x’) y aspiraciones empresaria-
arrumarlos en el orden y el sen- les–, hasta la amnesia de su pasado
tido en que se transportaban los
racimos de banano. Tratando de multiespecie. El apellido de esta fami-
fugarse de la pesadilla, José Ar- lia también podría ser Modernidad. Ba-
cadio Segundo se arrastró de un nana Modernidad baila una erótica bi-
vagón a otro, en la dirección en
que avanzaba el tren, y en los
naria, desafectada, una que fetichiza a 9
relámpagos que estallaban por la materia –supuestamente inerte, de la
entre los listones de madera al que está compuesta banana–, la des-
pasar por los pueblos dormidos poja de su vitalidad de esa capacidad
veía los muertos hombres, los
“no solo para obstaculizar o bloquear la
muertos mujeres, los muertos
niños, que iban a ser arrojados voluntad y los designios de los huma-
al mar como el banano de re- nos, sino también para actuar como
chazo. (García Marquez, pp. cuasi agentes o fuerzas con sus propias
358-359)
trayectorias, inclinaciones o tendencias”
(Bennett, p. 10). Banana Modernidad
A las Bananas de la vigorosidad no se piensa recortada de un fondo al que
se les permitió fermentar, sólo a los nombra ‘entorno’, uno del que puede
cuerpos de sus criadores. Las dictadu- escapar, uno que parece tener una tibia
ras militares, que controlaron Guate- trayectoria de simplificación humana y
mala hasta 1986, siguieron forzando a más-que-humana. Banana Modernidad
fruta y trabajador, a tierras, a cursos de tramita su botánica como ideología
agua, siguieron tiñendo de amarillo la pero “la botánica [también] es política”
disidencia tropical. Banana tuvo pri- (Sacchi, p. 66) y la política permite
mas extranjeras. Tuvo a Café, por disputar ‘lo dado’; así viene germi-
ejemplo, que llegando de Etiopía, puso nando Banana Tierra. Donde, Tierra es
casa en la identidad –naturocultural– el apellido de otra familia –de parentes-
americana y tuvo a Caña de Azúcar. cos raros, claramente–, que habita en la
casa/entorno del “vínculo, la asocia-
ción, la superposición, la combinación
de todos los que tienen preocupaciones resistencia y nuestra venganza” (Sac-
de subsistencia y engendramiento. Ba- chi, p. 138). Re-asexuar-nos-con Ba-
nana Tierra se sabe confundida, pego- nana en los trópicos de la
teada, jugosamente chorreante, transformación.
acalorada, entre un sinnúmero de múl-
tiples potencias de actuar, en fuga taxo- Celeste Medrano
nómica. Banana Tierra tiene también
una erótica, pero esta “consiste en pro- Notas
porcionar el poder que deriva de com-
1
partir profundamente cualquier Nota especulativa: Los grupos de hu-
empeño (…). Compartir el gozo, ya sea manos y humanas que se valían de la
físico, emocional, psicológico o inte- banana allá por el siglo V, en Papúa
lectual, tiende entre quienes lo compar- Nueva Guinea, tal vez, antes que do-
ten un puente que puede ser la base mesticar a la banana la ‘familiarizaron’
para entender mejor aquello que no se a estilo Amazónico. Esta categoría
comparte y disminuir el miedo a la di- “más inclusiva que la de domesticación”
ferencia” (Lorde, p.41). Banana Tierra (Neves, p. 113) se basa en la premisa
sabe que la identidad es la negación de de que, los cultivos de plantas envuel-
la relación, del engendramiento-con y ven “relaciones con agentes humanos y
aboga por una gramática de la transfor- no-humanos con énfasis en la produc-
mación, del devenir. Dice su pancarta ción de diversidad de cultivares, si-
“ellos dicen representación. Nosotros guiendo las mismas líneas en la que los 10
decimos experimentación. Dicen iden- lazos de parentesco son construidos
tidad. Decimos multitud” (Preciado, p. para incorporar entes que están por
40). Ahora nos toca elegir la danza de fuera del dominio social” (ibíd.).
2
alguna genealogía. Optar por ir al ritmo Agradezco a mi amigo el etnobotánico
funesto de Banana Moderna o arrojar- David Jiménez-Escobar por conversar
nos al desconcierto de las vitalidades y afectarse conmigo en la oportunidad
de Banana Tierra y sus propuestas anti- de este texto y más allá.
taxonómicas, contradisciplinantes, re-
erotizantes. Reencarnar la historia de Referencias
Banana en América. Saber que cuando
mordemos banana, probamos un poco Bennett, Jane. 2022. Materia Vibrante.
de exterminio pero también un poco de Una ecología política de las cosas.
todos esos otros mundos encendién- Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
dose. Repito: saber que cuando morde- Caja Negra.
mos hay mundos. Y metamorfosear- Coccia, Emanuele. 2018. A vida das
con Banana Tierra, “[t]otal, la animali- plantas, uma metafísica da mistura.
dad y lo frutal es nuestra cosa. Nuestra Florianopolis: Cultura e Barbárie,
García Márquez, Gabriel. 1996. Cien a un monje meditando a sus pies al
años de soledad. Bogotá: Norma murmurarle una pregunta: “¿Incluso
Lorde, Audre. 2003. La hermana, la ex- las plantas inanimadas podrían alcan-
tranjera. Artículos y conferencias. Ma- zar la iluminación?”. Ahora bien, el ba-
drid: Horas y horas. nano del célebre poeta japonés fue más
Neves, Eduardo Góes. 2020. “Catanha, allá y, en vez de preguntas, dio respues-
pinhão e pequi ou a alma antiga dos tas. Bajó aquel Basjoo, Bashô alumbró
bosques do Brasil”, en: Joana Cabral su haiku más famoso: “El estanque,
de Oliveira, Marta Amoroso, Ana Ga- salta la rana, sonido del agua” (furu ike
briela Morim de Lima, Karen Shiratori, ya kawazu kobitomu oto no mizu). La
Stelio Marras y Laure Emperaire (eds.), evocación sonora como la imagen de
Vozes Vegetais, diversidade, resisten- los círculos concéntricos sobre el es-
cias e histórias da floresta, São Paulo: tanque tras el sumergimiento de la rana
Ubu, pp. 77-96. (que aparecen a posteriori de la lectura)
Preciado, Paul. 2019. Un apartamento en han logrado trascender en todas las tra-
Urano, crónicas del cruce. Rosario: ducciones de este haiku. Se trató de un
Editorial Las Martas. desplazamiento similar al de la signa-
Sacchi, Duen. 2019. Ficciones patóge- tura. El banano de Bashô responde a
nas. Ciudad Autónoma de Buenos Ai- través de la escritura. No por palabra
res: Rara Avis. sino designando con su singularidad,
Soluri, John. 2013. Culturas bananeras: signando con el cuerpo. El falso tronco
producción, consumo y transformacio- formado por la disposición espiralada 11
nes socioambientales. Bogotá: Siglo de vainas apretadas unas a otra con-
del Hombre Editores. voca aquellos círculos sobre el agua
Tsing, Anna. 2019. Vivier nas ruínas: que hoy celebran dicho haiku. Aquel
paisagens multiespécies no Antro- Basjoo heredó los caracteres con los
poceno. Brasília: IEB y Mil Folhas. que el poeta escribe su nombre al pie
del poema y con ello el banano le he-
redó su signatura: ambos de frágil con-
BANANO. Entre todos los bananos, textura están fuera de su entorno. En el
uno: el Musa Basjoo. Y no cualquier caso del poeta peregrino, su fuera de
banano, sino el plantado en el lateral iz- entorno se evidencia al encontrarse ex-
quierdo de la ermita a la orilla del río puesto a la enfermedad de caminar en
Sumida en Fukagawa (Japón) donde la intemperie. Padecer que afectó hasta
vivió Matsuo Bashô (1644-1694). Se sus sueños, como escribe en uno de sus
sabe que el poeta tomó su nombre de- últimos haikus: “Enfermo de viajar,
finitivo de aquel banano, o más bien, mis sueños son sobre campos secos.”
aquél banano plantado cedió su nom- (tabi ni yane yume wa kareno no wo
bre al poeta. En el folklore japonés los kakemeguru). En el caso del árbol tro-
bananos hablan, poseen y asustan. El pical, plantado en una zona fría, per-
yokai de los bananos (a veces espíritu o siste con su par de hojas al borde de
demonio) llamado Bashô no sei apa- agostar en su función decorativa dentro
rece cuando un rostro humano se per- de un jardín. Aun así, lucha contra toda
fila en una de las brillantes hojas del amenaza. El poeta se compadece al es-
árbol. Se cuenta que este yokai inquietó cribir: “Junto a mi banano, el brote de
eulalia que odio” (Bashō uete mazu ni- formas. Este banano banal fuera de su
kumu ogi no futaba kana). El banano entorno, cuya fruta no es comestible,
de Bashô es de otra especie linguo-na- acosado por el viento y la helada, re-
tural que el de Saussure, está fuera de siste en su papel ornamental. Pero en la
(eco)sistema. Ni arbitrario, ni diferen- banalidad de decorar devela su poten-
cial, sino signante. Es decir, en tanto cial como especie de la familia de las
designa por el desplazamiento de sus

12
Musas japónicas. No es objeto de ins- el Museo. Letra a letra con escobas
piración sino conspirante. Murmura al montaron palabras pensadas en con-
poeta las respuestas que le permiten junto: “Lo esencial no es invisible”,
desplazar su signatura a la escritura de “Lucas”, “Vero”, “Rocío”, “Nos sobra
quien porta su nombre: Aquí, mi mundo tiempo nos falta vida”, “Entrar a un lu-
se recorta a la rana de este estanque gar y saludar” entre otros nombres y
que refleja mi cuerpo helicoide con sus consignas. Algo de la famosa sentencia
círculos concéntricos. Soy un árbol conceptualista que Lucy Lippard re-
inútil en el jardín de tu ermita solitaria, toma de la contracultura punk, Do it
mi fruta no alimenta y mi flor se de- yourself, permite colectivizar el signi-
mora. Si te sientas cerca de mí respira ficado de estas frases. Hágalo usted
mi sombra acotada y acota tu haiku. mismo se traduce entonces aquí dos ve-
Escribe sobre la soledad de quienes ces, es más bien un Hazlo (tú mismo)
son desplazados. con otrxs como escriben Eugenia Gon-
zález Mussano y Alicia Mussano en
Julia Jorge sus Banderas Migrantes (2021).

“El barrido es condición y sostén para el


BARRIDO. fem. 1. Procedimiento desarrollo de otras tareas.”
compositivo derivado del arte concep-
tual. 2. Labor individual o colectiva co- Paula La Rocca
múnmente invisibi-lizada. 3. Acción de 13
constancia y demora sostenida por ins- BARRO. Sustancia rica en sedimentos
trumentos de recolección conformados formada por múltiples partículas sóli-
por un haz de fibras naturales. El ba- das que flotan suspendidas en un medio
rrido explora sistemática y repetida- líquido // Mixtura viscosa que se forma
mente un área o un espacio a partir de la mezcla de materia orgá-
reconociendo su extensión para trans- nica o inorgánica, mineral, animal o
formarla en palabra e imagen. Con ma- vegetal sedimentada en cuerpos de
teriales efímeros (el polvo volátil, la agua sean estos fluidos u estancados. //
hojarasca o la tierra) y sobre una super- Materia bituminosa con olor a origen,
ficie destinada a la impermanencia (el a formación húmeda y trabajosa, a cre-
piso que se barre) esta práctica acentúa cimiento como de vegetal en putrefac-
un trabajo de sensibilidad hacia las di- ción que acuna un millar de criaturas de
ferencias materiales. Ref. Verónica formas desconocidas, minúsculas e in-
Meloni (Córdoba, Argentina 1974), visibles.
Acción de los días. En el último tramo Debido en parte a su abundancia,
del aislamiento preventivo de la crisis pero sobre todo a la turbidez que difi-
sanitaria por COVID, usando barbijos culta el armado de definiciones y clasi-
y con distancia entre quienes confor- ficaciones claras y distintas, una
maron el grupo, l+s trabajadores de or- pluralidad de palabras impide desambi-
denanza del Museo de Arte Moderno guar este vocablo. Fango, limo, lodo,
de Buenos Aires junto con la artista in- cieno son algunas de ellas. Todas refie-
terrumpen el tránsito habitual de la ren en última instancia al barro que es
Avenida San Juan sobre la que se ubica
el polvo del agua como la ceniza es el llamado Adán –y, por extensión, to-
polvo del fuego. dos los subsiguientes– habría sido
Si bien en sus definiciones canó- amasado en barro. De hecho, su nom-
nicas, el barro figura como cosa des- bre “ad-hadam” significa literal-
preciable, nonada, vilipendio, mente “el terroso, el gredoso” por
degradación, son infinitxs lxs existen- haber sido creado del polvo de la tie-
tes que dependen de este sedimento. rra (ver. Génesis; Zilio Marion, El li-
Por caso (en orden alfabético): bro de las larvas)
- Masa. Por ser el material de enlace
- Ciénagas, pantanos, humedales de- por excelencia se cree que el barro es
penden de esta materia y, con ella, una el principio imaginario del pan y de la
innumerable cantidad de vegetales, pasta y, por consecuencia, del ama-
hongos, bichitos y alimañas que habi- sado en general. Entre el arte y la téc-
tan estos fondos húmicos. Por exten- nica, el barro es el material de
sión todos los territorios orilleros y/o construcción elegido por horneros,
marginales toman su nombre de esta humanxs, avispas y golondrinas, entre
sustancia: ej. los barrios de los hondos otras especies anidantes. Ambas prác-
bajos fondos dícense a la vez pro- ticas se conjugan en el horno de pan,
ducto y productores de la sublevación dispositivo conceptual profano dise-
del barro y por extensión también las ñado para multiplicar el alimento (Cfr.
barriadas y barricadas. Grippo, 1977; Molina, 2013). La ce-
- Escritura. Además de ser soporte rámica y los trabajos de alfarería se 14
primigenio de signos otros que huma- que cree que son, además, uno de los
nos (para huella, impresión, vestigio, sustentos principales de la narración.
geografías ver. Fósil) de la densidad - Memoria. En Argentina el barro al-
del barro dependen las escrituras de berga los restos que la feroz dictadura
grano grueso que se agruman en lo militar quiso borrar. Sus sedimentos
mestizo y diversas poéticas que traba- custodian y subvierten la organiza-
jan con lo que sobra, los desechos, los ción geológica de su historia trayendo
restos, lo que se filtra, lo inasimilado, un soplo de memoria desde el fondo
los excrementos, el detritus, etc. (cfr. al presente.
Barroco y sus derivas hacia el Neoba- - Tersura. Aunque solo para algunxs
rroco y Neobarroso). la juventud de ciertos rostros también
- Extinción. De no modificar su curso, debería su existencia al barro como
las políticas extractivas y mineras que ungüento de procedencias específicas.
priman en América Latina y el mundo - Verbos: borbotear y embadurnarse.
prometen una destrucción masiva de Estas palabras anfibias que denotan
lo viviente. Se estima que la tierra viscosidad sonora, acuática y terrosa
acabaría sepultada bajo riadas de ba- se cree que son arcaísmos que repo-
rro tóxico que convertirían a este pla- nen una batracia ancestralidad de la
neta en un lodazal de desechos lengua proveniente del barro (cfr.
químicos. Brisset).
- Hombre. Al menos, para la comuni-
dad judeocristiana, el primer hombre, Franca Maccioni
BARROCO. Proviene del español ba- Menschliches Allzumenschliches
rrueco o berrueco y significa perla (1878), retoma la noción cíclica de la
irregular, a la vez que desplaza ciertos historia y habla del Barroco como un
nódulos geológicos de la palabra barro fenómeno recurrente, es decir, en cali-
(Cfr. BARRO). Víctor Lucién Tapié dad de definir una época que sucede al
apunta que el término se usó por pri- Renacimiento. De manera general tam-
mera vez en el Dictionnaire de Fure- bién lo referencia como una declina-
tière de 1690 donde la palabra es ción que toda producción artística sufre
consignada en francés “como un tér- al final de cada «gran» época y cuyas
mino de joyería que sólo se dice de per- características son la retórica y la tea-
las que no son perfectamente tralidad. En 1881, el filósofo clásico
redondas”. Sin embargo, en 1563 ya Wilamowitz-Moellendorf habla de un
era un vocablo portugués que también «barroco antiguo» en relación con el
se usaba para designar una piedra irre- arte helenístico, mientras que el crítico
gular. Este uso data del Coloquios dos de arte L. von Sybel halla un Barroco
Simples e Drogas da India de García da romano antiguo. (Malcuzynski, 1994:
Orta (1563) y a principios de siglo 23-24). De esta manera, la noción de
XVII en El tesoro de la lengua Caste- barroco como un arte decadente va a
llana (1611) se introduce al español circular a lo largo de todo el siglo XIX
como término técnico que distingue los y en especial, en los primeros trabajos
dos usos inicialmente referenciados: sobre el concepto en el ámbito de la
barrueco usado para designar una historia del arte. Johann Winckelmann 15
“perla irregular” y berrueco usado para (Historia del arte en la antigüedad,
designar una “roca granítica”. Pierrete 1764), Gotthold Lessing (Laocoonte o
Malcuzynski (1994) referencia que sobre los límites en la pintura y poesía,
“barroco” utilizado para definir un pe- 1766), Johann W. Goethe (Sobre Lao-
ríodo artístico comienza a aparecer al- coonte, 1798) y Jacob Burckhardt (La
rededor de la segunda mitad del siglo Cultura del Renacimiento en Italia,
XIX, pero recién hacia finales de ese 1860) rechazaron al barroco por su
siglo termina por remitir de manera “falta de reglas” y agregaron nuevos
precisa a fenómenos arquitectónicos y sentidos a la representación barroca:
estéticos. La definición que designa “grotesco”, “desmesurado” o “desequi-
“perlas irregulares” persistió a lo largo librado”. Iniciado el siglo XX, con el
de los siglos XVI y XVII y hasta el ro- trabajo de Eugenio d´Ors (Lo Barroco,
manticismo nunca ha sido muy claro; 1935) la noción de barroco se extendió
al contrario, encierra toda clase de sig- al extremo de llegar a concebirse como
nificaciones dispares. Sólo a partir de una “constante” en la historia del arte y
la segunda mitad del siglo XIX, des- la cultura. Este autor registra veintidós
pués de Burckhardt, es que el Barroco momentos barrocos, cada uno dis-
comienza a precisarse en una concep- puesto en relación lineal y de alternan-
ción que refiere un período de la histo- cia con momentos “clásicos”. En este
ria del arte y luego termina por sentido, dicha extensión plantea tanto
caracterizar toda etapa de decadencia la idea de un ciclo histórico -un corsi y
que pone fin a una «gran» época. Ha- un ricorsi en términos de Arturo Ca-
llamos entonces a Nietzsche que, en 14 rrera- como un vaciamiento del sentido
del término. “En la medida en que casi e irrumpe como figuración temporal y
todo el arte que no es simétrico” y me- material. Presencia amenazante y ur-
surado es barroco, nada puede serlo” gente, de carácter espectral. Puede
sentencia René Welleck en “The Con- orientarse a nuevos usos o descartarse
cept of Baroque in Literary Scho- y tender al ocultamiento. La basura ex-
larship” (1946). Al mismo tiempo, hibe aquello que ha sobrevivido a la
como fenómeno histórico-cultural, el destrucción; puede interrumpir, vio-
Barroco pudo adaptarse a las corrientes lenta y sintomáticamente, el curso dó-
programáticas eclesiales, por un lado, a cil de las cosas. Materia de carácter
las expresiones coloniales de sincre- vital, objeto brillante que busca insis-
tismo cultural por el otro, a la vez que tentemente ser ocultado, aunque re-
mostró desarrollos tendientes a traba- sulte imposible negar su existencia.
jos conceptuales como el caso del cul- Desecho que no puede desecharse de-
teranismo Gongorino. El Barroco, finitivamente. Posee una fuerza y una
entonces, comprende esfuerzos artísti- efectividad propia, una tendencia y una
cos tan diversificados que surgen en trayectoria de efectos dramáticos o su-
formas, espacios e imaginaciones tan tiles. Mientras la ruina se abre como
variadas que resulta dudoso intentar re- una reliquia cuya temporalidad se re-
ducirlo a un común denominador. Sin monta hacia la imagen de un pasado le-
embargo, las caracterizaciones genera- jano y distante, la basura en cambio se
les del barroco histórico suelen organi- precipita en el tiempo, se deteriora ve-
zarlo en torno a dos grandes corrientes: lozmente haciendo de esas largas dura- 16
a) el Barroco cortesano y católico: que ciones que suscitan los materiales del
le imprime una dirección monumental pasado, un solapamiento abrupto de
y decorativa en el sentido tradicional. tiempos, un abigarramiento de produc-
b). el Barroco de corriente clasicista: ción y degradación: un pasado que se
más estricto y riguroso en la forma y actualiza rápidamente, en el que convi-
que circuló como corriente subterránea ven lo producido y lo excedente a la par,
en todas las formas de este arte, pero casi simultáneamente. Restos de restos,
que no se hizo presente hasta 1660. Fi- desechos, desperdicios, escombros, re-
nalmente, en América Latina, Lezama siduos. En su lucha por inscribirse en la
Lima lo retoma como una condición superficie del espacio, en un campo de
característica de la artificiosidad arte lo visible que tiende a su eliminación,
latinoamericano –una sobrenaturaleza disputa y abre un régimen de visibili-
y un arte de la contra-conquista– y Se- dad específico. Dialéctica de la revela-
vero Sarduy lo profundizará como crí- ción y el ocultamiento. Territorio con
tica radical a la noción de signo problemas de visión. Suciedad, desme-
lingüístico. sura, desborde, rastro, forma de una re-
sistencia material. Producción
Silvana Santucci destructiva. Restos esparcidos que pro-
ducen des-orden, reemergencia despla-
BASURA 1 . Lo que sobra, excede, tam- zada que hace sitio. Dispersión que
bién lo que permanece, perdura, tiene refiere a cierta perturbación y escape, a
cierta duración. Expresión de una ma- un estado escurridizo de la materia que
teria tenue, de una imagen que retorna parece no tener lugar pero que disputa
una relación no lineal con el tiempo y lo orgánico con lo sintético, produ-
el espacio. Otorga movimiento a aque- ciendo repliegues que imprimen torsio-
llo que se creía inerte. Su aparición nes inconcebibles en la materia. Basura
desajusta cierto ordenamiento material, es lo que se halla en el medio, sumido
produce desplazamientos y temblores, en un estado de confusión ontológica
por eso mismo se busca dominar su que sólo admite el error, sujeta a un es-
presencia. Materia en la que se filtran tado de irresolución que oscila entre la
conflictos y se entrelazan historias. tendencia a conservar la forma propia
Rastro visible de un proceso de degra- y la aniquilación definitiva. Expulsada
dación, huella inestable que queda a hacia el afuera, pero sin poder volver a
pesar de todo. la naturaleza, la basura parece ser aque-
llo que simplemente se acumula sin te-
Ana Neuburguer ner a dónde ir.
Por ese motivo puede conside-
rarse a la basura como un dispositivo
BASURA 2 . El término no designa una de inscripción a escala planetaria, que
clase, tipo o región específica de las co- desparrama sobre toda la superficie te-
sas. Indica más bien un destino posible rrestre las marcas del metabolismo des-
que acecha a todo objeto cuando atra- quiciado de la especie humana. Estrato
viesa la pérdida de forma y/o función. geológico que contiene la reserva an-
Signado por cierta irreversibilidad, el tropogénica de la arqueología del fu-
devenir basura rompe el encantamiento turo, la basura, como toda escritura, es 17
que ata la materia a los dictados de la eminentemente mnemogenerativa. Ella
racionalidad instrumental. Hay algo trama y esconde los jeroglíficos bio-
allí que se libera, aún a costa de caer en técnicos que otras generaciones de hu-
un plano de caótica indistinción. Como manos, o lo que venga después, tendrán
si en la basura hubiera algo latente, un como tarea descifrar.
resto que conspira a nuestras espaldas Cerca de la desembocadura del
para desatar fuerzas materiales ocultas Riachuelo en el Río de la Plata hay una
que se abren cada vez que estallan los playa que, tiempo atrás, había sido uti-
límites que pretenden hacer de las co- lizada por las clases populares de la
sas un simple repertorio de affordances. zona, hasta que durante la última dicta-
Se trata, entonces, de un oscuro ejerci- dura militar el acceso fue prohibido.
cio de espera atado a la linealidad de Hace algunos años un colectivo artís-
curvas de decaimiento, donde toda ex- tico consiguió la autorización de la ad-
pectativa de llegar a ser otra cosa de- ministración portuaria para llevar
manda, antes, abandonarse adelante un proyecto de reconoci-
completamente a la condición de lo miento, documentación y mapeo del
des-hecho. lugar y su pasado. Realizaron una serie
Este tránsito está signado por los de exposiciones donde se exhibieron
acoplamientos que, paso a paso, habili- objetos hallados entre la basura que
tan los diferentes estados de descom- inundaba la costa, gracias a los cuales
posición. Allí se mezcla lo blando con fue posible comenzar a reconstruir la
lo compacto, lo viscoso con lo fluido y historia del espacio y sus antiguos
usuarios. El municipio decidió interve- ejemplar. En flora, pertenece a la fa-
nir. Se comprometió a instalar dos car- milia de las glorias, que, de aproxima-
teles en la bajada de la playa; uno para damente 60 géneros y más de 650
indicar su nombre original, y el otro, especies, en su mayoría, trepan: flores
con imágenes y textos, para explicar su embudo, radiales, arremolinadas – y si-
vínculo con las comunidades circun- métricas.
dantes. Para el día de la inauguración, La batata es de vida larga y
la municipalidad organizó un acto ofi- cuenta con una historia de cultivo mi-
cial. Durante los preparativos se pre- lenaria. Desde hallazgos antiguos en
sentó una cooperativa de limpieza. Su las cuevas de Chilca, Perú, proviene de
tarea era dejar la playa “presentable” todas las zonas tropicales americanas.
para las fotos con las autoridades mu- Hoy, la batata globalizada encabeza la
nicipales. Cuando llegaron los artistas producción mundial en raíces y tu-
reinó el desconcierto. Algo estaba des- bérculos, siguiéndole a la papa-papa, y
colocado. La playa, completamente a la mandioca. Lidera China.
limpia, era irreconocible: sin basura Denominación de origen taíno;
que recoger ya no quedaban historias sinónimos: camote, apichu o kumara,
para contar. moniato o boniato, en caso de tornar
A pesar de la prohibición, la hacia el morado o púrpura. De la pulpa
playa nunca estuvo vacía. Los morada se extraen colorantes alimenti-
desechos ponían algo en evidencia. De- cios. En mi vida aparece de color ama-
positados por las mareas, las corrientes rillo tráfico, cuando me hago 18
y los vientos, hacían patente que, en ese vegetariana. Ante mis 13 años, férreos
punto, donde el Riachuelo y el Río de en decisiones, mi madre trae a casa al
la Plata se cruzan, los encuentros nunca ser bulboso: la Süßkartoffel viene de Is-
dejaron de producirse. En tanto inscrip- rael, como también las primeras paltas
ción de cuerpos colectivos donde se su- o aguacates. Recuerdo la rugosisidad
perponen relatos humanos y no de ambos cuerpos, el dragón y el ba-
humanos, la basura opera como una es- tato.
pecie de cosmo-testigo de nuestros mo- En griego, la batata es parecida a
dos de habitar. Mezcla y combina de un gusano, ipomoea; yo finalmente doy
manera fantástica los vestigios y restos con el original americano en Argentina,
de mundo que cada fragmento porta donde se asemeja a un coche viejo. Ba-
consigo para compostar, de acuerdo a tata por todos lados, y del otro lado del
infinitas temporalidades materiales si- Río, pruebo un postre agridulce lla-
multáneas, una memoria de la tierra y mado Martín Fierro.
sus habitantes que sólo puede ser na- De las Américas llegó a África en
rrada desde el barro. manos de quienes lograron liberarse;
hoy en Uganda hay mujeres que salvan
Santiago Johnson vidas con la vitamina A que de la batata
extrae el Banco Mundial. Preparación
BATATA. Órgano de raíz tuberosa, del terreno: insecticida; abonos: exi-
miembro de una gran red rizomática. gente en potasio, discreta en fósforo.
Ballena subterránea de máxima re- Momificaciones ante ciertas plagas;
serva: acumula nutrien-tes de manera amarilleamientos ante otras, además de
enfermedades vasculares. Las virosis Retirada de los escenarios en
crean enanos. Aplicación de tiabenda- 1910, se estableció en Niza, donde vi-
zol, entre otros. La NASA premia a la vió hasta su muerte en 1965. Vivía de
mejor idea para cultivar batatas en el una pensión que le pasaba el Casino de
espacio; un restaurante español cola- Montecarlo en agradecimiento por los
bora. millones de francos que en él dejara.
Falleció de un infarto fulminante
Rilke Bolte en su humilde departamento el 12 de
abril de 1965, con noventa y seis años.
BELLA OTERO. Valga, 4 de no- Su cortejo fúnebre estaba integrado por
viembre de 1868 - Niza, 12 de abril de varios crupieres y el gerente del Casino
1965. Bailarina, cantante, actriz, corte- de Montecarlo.
sana y amante del juego afincada en
Francia, fue uno de los personajes más Wikipedia
destacados de la Belle Époque francesa
en los círculos artísticos y la vida social
de París (véase imagen de tapa). Referencias
Dejó su pueblo natal en 1879, a
los diez años, después de haber sido https://es.m.wikipedia.org/wiki/La_Be-
violada por Venancio Romero. En lla_Otero
1888 llegó a Marsella y a partir de allí
su carrera como bailarina la hizo cono- BIEN. Incluir la entrada “Bien”, con 19
cida en toda Francia como La Bella mayúscula, en un Diccionario Materia-
Otero. Realizó giras por todo el mundo lista puede resultar un tanto paradójico
como bailarina exótica y actriz, consi- o, por lo menos, irónico. ¿Acaso el
guiendo fama internacional. Se sabe Bien no ha sido a lo largo de la historia
que actuó en Nueva York en 1890, ade- de la filosofía, sobre todo en la tradi-
más de visitar otros países como Ar- ción platónica y neoplatónica, el polo
gentina, Cuba y Rusia, coincidiendo en opuesto a la Materia? Sin duda. Justifi-
este último con Rasputín. Bella actuó quemos entonces la inclusión de este
durante muchos años en París en el Fo- vocablo comenzando por una tesis
lies Bergère, donde era la estrella, y en arriesgada: la metafísica occidental
el Cirque d'été. Su ejercicio como cor- nace con una sobredosis. En la nomen-
tesana fue muy exitoso, siendo Bella clatura platónica, retomada y resignifi-
una de las más famosas y cotizadas de cada por el neoplatonismo pagano y
la alta sociedad parisina. Fue amante cristiano, la sobredosis se dice epe-
de reyes, zares y políticos de renombre. keina tes ousias. Esta expresión, for-
Gracias a su trabajo, Bella llegó a re- mulada por primera vez en República
unir una fabulosa fortuna que gastó ín- 509b, indica que el Bien (agathon) se
tegramente en los que probablemente encuentra más allá (epekeina) del Ser y
fueron sus lugares favoritos en el de la esencia (ousia). El Bien de Repú-
mundo: los casinos de Montecarlo y blica, que algunos autores neoplatóni-
Niza. cos pero también del platonismo medio
tenderán a identificar con lo Uno del
Parménides basándose en una equiva- cia. El epekeina tes ousias, la sobredo-
lencia que el mismo Platón habría su- sis o el flash, vuelve ridículo al Ser en
gerido en sus lecciones orales, cuanto tal, a la ontología tout court;
representa el punto de quiebre de la fuera de sí, el Ser sólo puede provocar
misma metafísica, el exceso, la hipér- risa. La risa de Glaucón es el sinsentido
bole que amenazará con sumir al Ser del Ser al cual se le ha sustraído su con-
(to on) en estado de coma. Es probable dición fundacional. El Ser ya no es la
que la metafísica no se haya recupe- última palabra. Claro que Platón retro-
rado nunca de este ahogo. ¿Acaso cederá inmediatamente ante este riesgo,
Glaucón, al escuchar a Sócrates decir ante la amenaza de la risa. El retroceso
que el Bien se eleva más allá de la esen- consistirá en identificar al Bien, al epe-
cia, no ha exclamado, sorprendido: keina tes ousias, con el Fundamento de
“¡Por Apolo! ¡Qué elevación demo- todo cuanto es y existe. Son los dos
níaca!” (República, 509c)? Esta eleva- movimientos de la metafísica: la postu-
ción –este flash o shoot (up) lación de un Otro que Ser (anabasis) y
ontológico– es ciertamente demoníaca. la identificación de eso Otro con el
El Bien es arrojado más allá del Ser, es Fundamento del Ser (katabasis). Si se
empujado al exceso de la esencia, es leen los textos platónicos, ambos mo-
arrastrado más allá del límite que cir- vimientos van de la mano y son simul-
cunscribe el dominio de la ontología, táneos.
más allá del perímetro en el que el Ser No obstante, arriesguemos otra
no tiene más remedio que dejar de ser, hipótesis: el epekeina tes ousias es el 20
sin convertirse por eso en Nada o en caballo de Troya que Platón introdujo
No-Ser, al menos en un sentido priva- en su arquitectura inteligible y en la
tivo. Glaucón se da perfecta cuenta de metafísica de Occidente en general. Un
lo que acaba de decir Sócrates; es cons- escalofrío debe haber recorrido al viejo
ciente de la hipérbole endemoniada, es filósofo, que por ese entonces rondaba
decir de la hyper-dosis (o, en su versión los sesenta años, cuando cobró con-
latina, super- o supra-dosis) que ame- ciencia del horror y del exceso, del ho-
naza con sumir al Ser y a la esencia en rror del exceso. La reacción, por
un estado comatoso. El término que supuesto, fue inmediata. Bajar, a dife-
utiliza Platón para describir la reacción rencia de la novela de Mariana Enri-
de Glaucón es sugerente: geloios, que quez, no fue lo peor, sino todo lo
tiene el sentido de gracioso, divertido, contrario. El antídoto –la botella de
ridículo, pero también absurdo o para- whisky en las manos temblorosas del
dójico. ¿Por qué Glaucón se “echa a cocainómano (¿el Marqués de Sebre-
reír”, según traduce Eggers Lan en la gondi?)– consistió en identificar al
edición de Gredos? Porque el epekeina Bien con la arche y el telos de la reali-
tes ousias linda con lo absurdo y lo pa- dad. ¿Qué significa esto? Significa que,
radójico, es más: es lo absurdo y para- sin el Bien, la realidad, el reino de la
dójico en cuanto tal: lo ridículo. ontología (es decir, lo inteligible y lo
Geloios no sólo cualifica a Glaucón sensible) no sería. Al postular al Bien
sino al Ser mismo, a Glaucón en tanto como Fundamento, Platón puede con-
ocupa la posición del Ser y de la esen- jurar la excedencia absoluta, la fuga de-
finitiva de la ontología. Todo cuanto
existe, todo cuanto es, leemos en Repú- embargo, intenta conjurar por todos los
blica, depende del Bien. Esta depen- medios, su decurso histórico coincida
dencia, que veremos repetirse a lo con un largo esfuerzo por despertarse
largo de la tradición onto-teológica es de ese mal sueño auroral. La rehabili-
la maniobra –la contra-maniobra, a de- tación del Ser, que constituye lo más
cir verdad, si se la compara con el pri- propio de la tradición onto-teológica,
mer movimiento de exceso (el pico, la no es sino un esfuerzo colosal desti-
sobredosis)– con la cual el fundador de nado a que el Ser despierte de su pesa-
la Academia le corta las yemas de los dilla. Ese esfuerzo colosal se conoce
dedos al Ser y lo salva de la Muerte. como “historia de la metafísica occi-
Sin embargo, esta sobredosis auroral dental”. Sin embargo, creemos que en
marcará de forma indeleble a la meta- vez de rehabilitar al Ser y despertarlo
física. Nada podrá impedir que el Ser de su pesadilla, se trata más bien, para
haya experimentado, aunque sea du- decirlo con Charles Marlow, el prota-
rante un instante, la inminencia de lo gonista de Heart of Darkness, de “so-
Otro. Ni siquiera ese largo período de ñar la pesadilla hasta el fin” (Conrad
rehabilitación que es la historia de la 1916: 117). No ya despertarse del
metafísica logrará que el Ser olvide las sueño (dogmático o no), sino soñarlo
secuelas del Trauma originario, el ho- hasta sus últimas consecuencias, hasta
rror de la sobredosis platónica que, en que el propio Ser se deshaga y se
el mismo momento en el que lo elevaba rompa. El viaje lisérgico obliga al Ser
hasta las alturas de lo supra-inteligible, a llegar, para continuar recordando tí- 21
lo arrastraba también hacia los confi- tulos o partes de títulos de novelas ge-
nes de la Muerte. Lo que resulta deci- niales, au bout de la nuit. El problema
sivo es que, más allá del gesto con la metafísica idealista, por eso
típicamente fundacional –es decir, mismo, no es que sueñe, sino que no
idealista– de Platón, el pico hiperbólico sueñe lo suficiente, que no lleve el
ha permitido entrever el instante previo sueño hasta el extremo. Su deficiencia,
a la rehabilitación propiamente dicha. no obstante necesaria para poder cons-
Como si entre la subida del flash (el tituirse como tal, como tradición hege-
shoot up) y la identificación de esa mónica, obedece a su inveterado horror
subida –de ese epekeina tes ousias– al coma onto-lógico, al dislate que la
con el Fundamento último del Ser, se pesadilla amenazó con introducir en el
hubiera deslizado un ligero intervalo seno del Ser desde su mismo naci-
de tiempo, una suerte de indecisión miento. En lugar de internarse into the
atroz ante la cual el Ser mismo –o Pla- heart of darkness, en el abismo que de-
tón– habría tambaleado. Y ese instante jaría al Ser (es decir, al Falo) fuera de
vertiginoso, esa pérdida momentánea sí y sin reacción posible, prefirió regre-
de la conciencia del Ser, esa “elevación sarlo a la seguridad de la Luz: desper-
demoníaca”, es lo que provoca la risa tarlo. El Ser se despierta en el preciso
de Glaucón. momento en el que el Bien resulta iden-
La sobredosis del Ser es la pesa- tificado con el Fundamento último y
dilla de la metafísica. No debe sorpren- absoluto de todo cuanto existe. La his-
der por lo tanto que, si la metafísica toria de la metafísica no es más que la
nace con una sobredosis a la que, sin
crónica de esa vigilia –y de sus even- quien ha debido sobrellevar el mal
tuales adormecimientos, desde luego–. viaje del Ser.
En suma, todo el problema de la meta- Pero ¿a dónde nos conduce la so-
física y del idealismo no está en su abs- bredosis, la pesadilla del Ser? Una vez
tracción desmesurada o en sus eyectados de la ontología, una vez ex-
devaneos delirantes, sino en que tales tremado el movimiento inherente a la
devaneos no son lo suficientemente de- propia metafísica, ¿en qué dominio
lirantes, lo suficientemente desmesura- desembocamos?, ¿qué le resta al pen-
dos. Esta objeción debe tomarse con la samiento?, ¿qué nos queda? La res-
mayor seriedad. De nuevo, el problema puesta a estos interrogantes
no está en la pesadilla en cuanto tal, proporciona la clave de por qué hablar
sino en sustraer al Ser de la conmoción del Bien en un Diccionario Materia-
definitiva que solo la pesadilla, siem- lista: lo que nos queda es la Materia
pre y cuando sea vivida hasta el fin, es (primera). El punto fundamental es que
capaz de provocar. Hay dos modos de la sobredosis del Ser, si es llevada hasta
escapar del sueño dogmático: uno es el el final de sus posibilidades, es decir si
kantiano, que implica adoptar una acti- el Bien es elevado a su máxima altura,
tud crítica respecto al sueño, actitud coincide de repente con lo más bajo,
crítica que despierta al durmiente alu- con la Materia primera. ¿Por qué? Por-
cinado (por ejemplo Swedenborg, en el que ambas instancias exceden al Ser. Si
caso de ese ensayo fascinante que es dejamos que el Ser entre en coma, es
Träume eines Geistersehers) y lo de- decir si le sustraemos al Bien todo 22
vuelve a la Luz de la razón; el otro es rasgo árquico o fundacional, entonces
el que consiste en atravesar la pesadilla la Idea se vuelve indistinguible de la
hasta que el Ser pierda la conciencia – Materia. Por eso la misma metafísica
la consistencia– y entre en coma. No se ha presentido desde siempre una per-
trata, sin embargo, de permanecer en la turbadora proximidad entre lo Uno o
noche más absoluta, en algún tipo de Dios o el Bien y la Materia primera.
oscuridad nihilista o irracional. Se trata Tomás de Aquino, por ejemplo, reco-
de alcanzar otra forma de lucidez, otra noce que existe una “remota similitud”
frecuencia de pensamiento: la claridad entre la causa primera y la materia pri-
de quien ha sido expropiado de toda mera. El Acto puro y la Potencia pura,
Luz, la conciencia después de la con- entonces, coinciden en su carencia de
ciencia, la visión de Edipo luego de forma y de determinación. Claro que
arrancarse los ojos, el desierto que si- esta indeterminación, en el caso del
gue al desierto y que ofrece una racio- Bien o Dios, es por exceso y no, como
nalidad otra pero no por eso menos en el caso de la Materia primera, por
rigurosa y sobria. La luz de la metafí- defecto. Un pasaje del comentario de
sica es una luz demasiado tenue, una Proclo a la República de Platón lo ex-
luz a medias, es la iluminación –el Ilu- presa con claridad meridiana: “El Pri-
minismo– que surge de su temor intrín- mero y el último superan la esfera de
seco a la sobredosis. Frente a esta luz los seres, el primero del lado superior,
acomplejada, es preciso que se con- el segundo del lado inferior […]; la ma-
quiste otra luz, la que sucede a la no- teria es semejante al Primero en su de-
che: el resplandor que sólo vislumbra semejanza; como el Primero es
superior a toda forma, la materia es in- el efecto de la condensación, debían en
ferior; […] nosotros no la conocemos ciertos días resolverse en lluvias to-
en sí misma, sino como sujeto de todo, rrenciales” (Verne 1867: 139). En los
del mismo modo que no conocemos al abismos más profundos de la tierra se
Primero en sí mismo, sino separado de abre el cielo; en los abismos más pro-
todo (citado en Bréhier 1919: 461). El fundos del cielo se abre la tierra: “mi-
Bien-Uno y la Materia primera coinci- rábamos hacia abajo y encontrábamos
den en su indeterminación pero diver- el cielo, mirábamos hacia arriba y en-
gen en su preeminencia ontológica. El contrábamos la tierra” (Farrés 2017:
Bien-Dios carece de determinación 92). El cielo de la profundidad terrestre
porque está más allá de los entes; la y la tierra de las alturas celestes son
Materia primera, al contrario, porque idénticas: “el astro en el fondo del
está más acá. Aquel ha atravesado el pozo”, según el sintagma que emplea
Ser y lo ha dejado detrás; esta nunca ha César Aira en La liebre (2022: 223). Lo
llegado al Ser, al que siempre tiene por mejor del idealismo es el salto más allá
delante. Aquel, en su exuberancia, es Ser, su pulsión ascendente de muerte;
demasiado para la ontología; esta, en lo peor del idealismo es que detiene
su privación, es demasiado poco. La te- siempre el ascenso antes de que el Ser
rraza de la Materia primera es el sótano se apune, antes de que colapse. Lo me-
de Dios. La cuestión crucial es que, a jor del materialismo es el salto más acá
pesar de la radical diferencia entre los del Ser, su pulsión descendente de
dos extremos, el espiritual y el material, muerte; lo peor del materialismo –de 23
pareciera darse aquí –es decir, si, a di- cierto materialismo– es que detiene
ferencia de la tradición metafísica, se siempre el descenso antes de que el Ser
lleva la sobredosis hasta el final– una se desmaye, antes de que pierda la con-
suerte de coincidentia oppositorum. ciencia. Como sea, el asunto decisivo
Esa “remota similitud” que detecta To- es que, siempre y cuando se lleve la
más entre la Causa primera y la Mate- pulsión de muerte hasta el extremo y se
ria primera es decisiva. No se trata en acepte el viaje de la sobredosis, más
verdad de una “remota similitud”, sino allá y más acá, en tanto Afuera de la
de una identidad absoluta: Causa pri- ontología, coinciden (caen juntos) sin
mera y Materia primera o Causa efi- resto.
ciente y Causa deficiente son ¿Qué es el Bien? Es el Mal, la
exactamente lo mismo. Porque el punto Materia primera, la chora que, en su in-
determinante es que en ambos casos se determinación y en su irreductibilidad
noquea al Ser, se lo deja fuera de com- a la ontología, constituye algo así como
bate. La ontología knock-out: la risa de el núcleo que inmanentiza a todo lo
Glaucón. Como en Voyage au centre existente. La Materia primera, de algún
de la Terre, en la profundidad del pla- modo impensable porque carente de
neta, en “los abismos del globo” se forma, es el sustrato (hypokeimenon)
abre una inmensa cavidad que posee su común de todas las existencias sensi-
propio cielo: “La bóveda suspendida bles. Interesa subrayar que el término
por encima de mi cabeza, el cielo, si se hypokeimenon tiene también una fun-
quiere, parecía hecho de grandes nubes, ción lógica o lingüística en la filosofía
vapores móviles y cambiantes que, por de Aristóteles: es aquello que funciona
como sujeto de predicación y que no “razonamiento bastardo” y “como en
por casualidad Boecio traducirá al latín un sueño”? Pero Platón es fascinante y
como subiectum. No obstante, si toda ambiguo. Fascinante: su gusto por la
proposición o enunciación supone una elevación y la trascendencia es tan
forma, entonces la Materia primera, grande que termina yéndose de mambo,
irremediablemente amorfa, designa el pasándose de la raya: (casi) sobredosi-
mero tener lugar del lenguaje, la pura fica al Ser, lo desmaya. Ambiguo: su
potencia de la predicación. La Materia horror al coma ontológico es igual-
primera, que según Aristóteles es ajena mente grande, razón por la cual frena
a las categorías por las cuales el Ser re- antes del colapso, antes de que el Bien
sulta determinado (véase Metafísica se vuelva indistinguible del Mal. Frena
1029a20-21), es algo así como el hy- porque, como vimos, convierte al Bien
pokeimenon del hypokeimenon, el sus- en Fundamento del Ser. Lo importante,
trato del sujeto y del predicado, del en todo caso, es que indica, muy a su
cielo y de la tierra, de Ouranos y Gaia, pesar, la dirección del derrumbe radical
la condición material de posibilidad de de todo el sistema. Platón, el Padre del
la enunciación en cuanto tal. Si los idealismo, no pudo evitar uno de los
enunciados dicen el Ser, si dicen los gestos más materialistas posibles: la
entes, entonces el Bien, que Platón ha sobredosis del Ser y su consecuente
desplazado más allá del Ser y que la so- desfundamentación. Su idealismo con-
bredosis ha vuelto idéntico a la Materia, siste en no haber ido lo suficientemente
no se confunde con la actualidad de la lejos como para atravesar el umbral crí- 24
enunciación, sino con la mera potencia tico más allá del cual el Bien-Uno, el
de enunciar. La Materia primera es el Padre, se vuelve indistinto de la Mate-
tener lugar, el ahí chthónico, del len- ria, la Madre o la nodriza. En efecto,
guaje, de la misma manera que es el te- asumir la sobredosis del Ser hasta las
ner lugar, el ahí también chthónico, de últimas consecuencias significa traves-
la realidad en cuanto tal. tir al Padre y a la Madre, confundir el
Claro que es válido desconfiar de Bien y el Mal, la Altura y la Profundi-
estos conceptos metafísicos (Espíritu, dad, el Sol y la Tierra. ¿Y el Hijo, el
Materia, Bien, etc.). Las mayúsculas Ser, la ontología? Si el Padre es indis-
han hecho bastante daño a lo largo de tinto de la Madre, la ontología se con-
los siglos. Pero la noción de Materia vierte en un delirio alucinante: el Ser,
primera –que aquí designa más una fi- el baile de las locas (Copi); la filosofía,
gura mitológica que una categoría la risa de Glaucón.
onto-teológica– tiene una potencia es-
peculativa que aún nos resta por pensar. Germán Prósperi
¿Y si el materialismo post-humano, os-
curo, bajo, fuera también un materia- Referencias
lismo primero?, ¿un materialismo de
aquello que el idealismo barrió bajo la Aira, César (2022). La liebre. Buenos
alfombra del Ser?, ¿de aquello que Plo- Aires: Emecé.
tino identificó con la metáfora de un Bréhier, Emile (1919). “L’idée du néant
“cadáver ornado” y que Platón et le problème de l’origine radicale
aprehendió a través de un sospechoso dans le néoplatonisme grec”. Revue de
Métaphysique et de Morale, t. 26, n° 4, acaso, un grupo que pueda unir a estas
pp. 443-475. entidades? ¿Será tan simple la res-
Conrad, Joseph (1916). Heart of Dark- puesta como decir que todos están vi-
ness. New York: Doubleday, Page & vos, que son seres orgánicos o, mejor
Company. aún, que son naturales? Intentemos
Farrés, Pablo (2017). Mi pequeña guerra conjugar estos dos aspectos: no son hu-
inútil. Río Tercero: Editorial Nudista. manos, y son seres naturales. Pero ¿qué
Platón, República. En: (1988). Diálogos significa ser natural? ¿Es algo que
IV. Trad. Conrado Eggers Lan Madrid: existe independientemente de cual-
Gredos. quier intención o siquiera intervención
Verne, Jules (1867). Voyage au centre de humana? No resulta difícil imaginar un
la Terre. Paris: J. Hetzel et Cie. mundo sin humanos en el que gocen de
buena salud las orquídeas, las perras
ovejeras y las bananas. Pero, ¿serían
BIOARTEFACTOS. ¿En qué se pa- las mismas orquídeas, las mismas ba-
recen una perra ovejera, una banana y nanas, las mismas perras ovejeras?
una orquídea? La pregunta parece sa- Las cajitas ontológicas occiden-
cada de un chiste barato, rápido y ácido. tales (tomo la metáfora de la bióloga,
Se podría empezar por imaginar diver- filósofa y artista Gabriela Klier) donde
sos escenarios en los que confluyeran coleccionamos entidades tienen dibu-
estos seres, o arremeter la búsqueda de jadas en sus tapas a los humanos, a las
la categoría ontológica definitoria. Se plantas, los animales y las máquinas, 25
le puede añadir al ejercicio fenomeno- en tanto seres separados y analizados
lógico una pizca de antropocentrismo, por disciplinas diferentes. La antropo-
y decir que esos seres no son humanos, logía, la zoología, la botánica, la inge-
que no hablan, que no piensan. ¿Hay, niería se ocupan de mantener las
fronteras ontológicas custodiadas. Pero construyen (claro que tampoco con-
al acercar y pulir un poco el lente con viene caer en la ingenuidad de pensar
el que miramos esas categorías, pode- que todos los seres coexistimos feliz-
mos ver que sus límites son porosos, mente en este planeta dañado). Sin du-
difusos, que reina la mixtura antes que das hay intervención humana, pero el
la delimitación nítida entre especies o grado de intención y de control es va-
entre ámbitos ontológicos. En lo que riable como lo es la domesticación.
sigue intentaré poner en práctica el Esta última se ha abordado como un
gesto poshumanista cuestionador de la proceso coevolutivo de crianza mutua
ontología moderna que separa en com- (cf. Lema, 2017).
partimentos diferentes y distantes lo La búsqueda de la pureza ontoló-
natural de lo cultural, lo natural de lo gica entiende a lo natural como aquello
humano, lo natural de lo artificial. intocado, prístino, alejado de cualquier
Busco poner de manifiesto que esa on- intervención humana. También re-
tología ya está cuestionada, de hecho, afirma la separación entre el ser hu-
por los parentescos extraños (cf. Hara- mano y la naturaleza. Nos arranca de lo
way, 2019), los entrelazamientos in- natural, de la vida en la tierra, y nos
terespecie y la coevolución (cf. ubica al lado de los dioses. Pero la pu-
Fernández, 2022). En consonancia con reza es una categoría humana, occiden-
ello, en el ámbito de la filosofía de la tal, moderna. La “naturaleza” existe, al
técnica encontramos una categoría no- fin de cuentas, por la mixtura y la di-
vedosa que trae a la luz dicha difumi- versificación. Volvamos a nuestra pre- 26
nación de fronteras ontológicas. Antes gunta inicial: ¿podemos pensar sin
de definir esa categoría, demos un ro- problemas en cajones repletos de bana-
deo wittgensteiniano y miremos cómo nas sin pensar en los mercados, en el
funcionan las orquídeas, las bananas y modo de producción capitalista? Pode-
las perras ovejeras. mos, sin dudas. Podemos visualizar un
Podemos pensar que la historia árbol de bananas, sin humanos que se
natural de los perros no transcurre de alimenten de ellas. Pero no serían las
igual manera si se le quita el elemento mismas bananas: seguramente estas
humano. Lo mismo ocurre con la his- tengan carozo. Podemos pensar en los
toria de las frutas que consumimos, o lobos sin la compañía de tribus huma-
las flores que adornan nuestros jardines nas, pero una loba no es una perra ove-
y ventanas. Lo natural y lo cultural se jera. Difícilmente cuide al ganado en
entrelazan, se constituyen mutuamente vez de alimentarse de él. Podemos pen-
en una danza sinérgica. Esto, sin em- sar en una orquídea creciendo sobre el
bargo, no equivale a afirmar el dominio tronco de un árbol en la selva, pero no
inexpugnable, unidireccional y coerci- es la misma orquídea que está entre pa-
tivo del ser humano sobre “la natura- redes de vidrio. Quizás el dibujo y el
leza”, sino todo lo contrario. Los seres color de sus flores sean otros y ad-
humanos que existimos hoy lo hace- quiera sus nutrientes de la lluvia y el
mos de esta manera como resultado del árbol que la hospeda, en vez de obte-
entrelazamiento con otros seres, de nerlo de un granulado equilibrado en
nuestra hibridación con los ambientes compuestos químicos.
artificiales que construimos y nos
La ontología de la mixtura que recipiente de vidrio en una ciudad con
exploro en estas líneas no sólo ataca la clima frío, húmedo y salado, parece es-
distinción entre lo natural y lo cultural, tar más cerca de los martillos que de la
sino también otra diferenciación fuer- selva nativa. Lo mismo ocurre con las
temente establecida: aquella que traza frutas que consumimos y las especies
una línea gruesa e infranqueable entre animales compañeras.
lo natural y lo artificial. Si lo natural, De acuerdo con debates recientes
biológico, orgánico tiene, en sentido en la discusión filosófica sobre la téc-
griego, su principio y finalidad en sí nica, estos tres seres que vengo men-
mismo, lo artificial se encuentra supe- cionando como ejemplo son
ditado a la acción e intención (dema- bioartefactos. “Los bioartefactos son
siado) humanas. Los artefactos, entidades biológicas que, en algún pa-
herramientas y máquinas que pueblan saje de su evolución, han sido someti-
nuestras sociedades acaban configu- das a selección artificial deliberada por
rando una selva artificial y, si bien res- parte de diseñadores humanos” (Pa-
ponden a intereses diversos, no caben rente, 2022: 78). A mitad de camino
dudas de que su funcionamiento se en- entre la filosofía de la técnica y la filo-
cuentra determinado por las intencio- sofía de la biología, los bioartefactos se
nes de quienes los fabricaron (al menos muestran desafiantes para los guardia-
para ciertas vertientes del debate en fi- nes de los límites ontológicos entre lo
losofía de la técnica. Para una discu- natural y lo artificial. Se diferencian de
sión pormenorizada al respecto, cf. otras especies biológicas en que su his- 27
Parente y Crelier, 2015).. Los martillos, toria reproductiva está direccionada
las computadoras y los automóviles pa- con cierto grado de intencionalidad.
recen encontrarse en una categoría on- Pero no son artefactos prototípicos,
tológica radicalmente distinta de porque están vivos. Es decir que los
aquella que nuclea a las bananas, las bioartefactos son, al mismo tiempo, en-
orquídeas y las perras ovejeras. Pero la tidades autopoiéticas y productos del
orquídea que lucha por su vida en un diseño. Son cyborgs conceptuales, y
permiten pensar de otro modo la evolu- con la intervención causal, práctica-
ción de la especie humana: como una mente todos los seres vivos serían
coevolución. Estas entidades son híbri- bioartefactos ya que el ser humano
dos de naturaleza y cultura, interveni- forma parte de la red de relaciones cau-
das y naturales, biológicas y sales de la biosfera. Pero, si para evitar
seleccionadas intencionalmente. esta disolución del concepto, se lleva
Estas características los colocan muy alto el grado de control en el di-
en una posición ontológica ambigua, seño, pensándolo como aplicación del
de la que no pocxs filósofxs se han ocu- conocimiento científico, incluso nues-
pado, pero sin llegar a posicionarse tros ejemplos iniciales dejarían de con-
como centro de la indagación filosófica siderarse bioartefactos (alguien puede
sobre ambientes artificiales. Por un cultivar bananas u orquídeas y criar pe-
lado, nos empujan a comprender lo ar- rros por puro entretenimiento sin apli-
tificial en su heterogeneidad. Por otro car conocimiento científico). Por esto
lado, nos llevan a reinterpretar aquello hay autorxs que se esfuerzan por elabo-
que llamamos “naturaleza”, fortale- rar sub-categorías y distinguir grados
ciendo modos de indagación que se de intervención y control, y también
alejen tanto de la romantización como lxs hay que rechazan el concepto (K.
de la nostalgia, y que alumbren la arista Lee y N. Boivin en el primer caso, y A.
política de la pregunta por lo natural. Thomasson en el segundo. A este res-
Porque, si otra cosa nos muestran los pecto ver Parente, 2022).
bioartefactos, es que se encuentran (y Sin embargo, consideramos que 28
nos encontramos) en un mundo de re- el valor del concepto radica en poner de
laciones en el que no se puede no inter- manifiesto la contaminación existente
venir. Sea con mayor o menor grado de entre planos ontológicos, esos que la
conciencia o de control, a cada paso Modernidad intentó desesperadamente
realizamos intervenciones en el entra- mantener distanciados para que la cien-
mado naturocultural que nos modifica cia prosperara. Ya hemos visto, de la
a nosotrxs mismxs. Si asumimos que la mano del recientemente fallecido
naturaleza no existe en los términos Bruno Latour (2007), que las catego-
que propuso la ciencia moderna (cf. rías puras son punto de llegada, son el
Swyngedouw, 2015), difícilmente sea resultado de procesos activos de purifi-
algo que tengamos que salvar o conser- cación conceptual. La mixtura, la hibri-
var. Pero esto no significa que el domi- dación, las monstruosidades cyborg,
nio humano sea absoluto e nos brindan la chance de comprender el
inexpugnable, sino que las decisiones mundo y nuestro lugar en él de otra ma-
humanas son parte de un entramado nera, como el producto de relaciones
complejo. simbióticas.
La categoría misma de bioarte-
facto puede resultar problemática en Nahir Fernández
términos metodológicos. En lo referido
a su definición, parece necesario preci- Referencias
sar en qué medida y de qué manera un
linaje biológico debe estar direccio- Fernández, N. (2022) “Coevolución”, en
nado por agentes humanos. Si alcanza Parente, D.; Berti, A.; Celis, C.
(coords.) Glosario de Filosofía de la que no se puede decir y que no existe
Técnica. Bs. As., La Cebra. Págs. 95- más allá del lenguaje –la vida–, ase-
98. diado por existencias informes, corales,
Haraway, D. (2019) Seguir con el pro- incapturables.
blema. Generar parentesco en el Algunos años atrás, en 2006, un
Chthuluceno, Bilbao, Consonni. grupo de científicxs de la Universidad
Latour, B. (2007) Nunca fuimos moder- de Bangor, en Gales, en el contexto de
nos. Bs. As., Ed. Siglo XXI. una investigación sobre el impacto del
Lema, V. (2017) “Al toro ¿por las astas? cambio climático en los océanos, reco-
Reflexiones sobre aproximaciones teó- gió de las aguas islandesas varias alme-
ricas y metodológicas a la temática de jas, entre las que se hallaba Ming. Un
la domesticación en el área andina me- tiempo después de su captura, el mo-
ridional.” En Casas, A.; Torres-Gue- lusco fue sometido a un proceso de es-
vara, J.; Parra, F. (eds.) (2017) clerocronología para descubrir su edad,
Domesticación en el continente ameri- el cual arrojó un doble resultado: por
cano, vol. 2. México, UNAM. Págs. un lado, fue determinado como el ani-
151-176. mal más longevo conocido por el ser
Parente, D. (2022) “Bioartefacto”, en Pa- humano, con 507 años de edad, lo cual
rente, D.; Berti, A.; Celis, C. (coords.) le valió la entrada al Libro Guiness de
Glosario de Filosofía de la Técnica. Bs. los récords; por otro lado, el mismo
As., La Cebra. Págs. 77-80. procedimiento le causó la muerte. El
Parente, D. (2014) “El estatuto de los ejemplar fue, entonces, nombrado 29
bioartefactos. Intencionalismo, repro- “Ming”, en alusión a la dinastía que
ductivismo y naturaleza”, Revista de reinaba en China en la época de su na-
Filosofía, Universidad Complutense de cimiento. La muerte de la almeja no fue
Madrid, (39) 1, págs. 163-185. accidental, sino parte de la investiga-
Parente, D. y Crelier, A. (2015) La natu- ción en sí misma, que exigía abrir el
raleza de los artefactos: intenciones y cuerpo para leer la cantidad de anillos
funciones en la cultura material. Bs. escritos en sus valvas y revelar así su
As., Prometeo. historia. Ante las acusaciones del pú-
Swyngedouw, E. (2015) La naturaleza blico por el asesinato del molusco, no-
no existe. La sostenibilidad como sín- ticia que trascendió en la prensa del
toma de una planificación despoliti- Reino Unido, un Profesor de la Univer-
zada. Mar del Plata, Puente Aéreo sidad respondió que ejemplares de la
Ediciones. misma especie que Ming son captura-
dos, comercializados y comidos coti-
dianamente, por lo que cualquiera que
BIOLOGÍA. Ciencia fundamental de hubiera probado sopa de almejas en la
las taxonomías imposibles, aunque zona probablemente haya comido
también heredera de magias y conjuros. carne de esa longeva especie.
Repliegue del saber en el que lo Mismo Las almejas, como se sabe, segui-
se encuentra intempestivamente con lo rán escribiendo su historia más allá de
Otro, toda vez que pretende encerrarlo la vida y la muerte, el secreto que ellas
en un concepto. Espacio dislocado, guardan se resiste a una burda cuantifi-
abierto por un discurso sobre aquello cación. Ming nos pone cara a cara con
la experiencia de la vida como aquello al ritmo / de los almendros de los tró-
que solamente cobra sentido, en el dis- picos / somos más porosos, / tenemos
curso bio-lógico, como un polo indeci- más sed, / despertamos en nosotrxs
ble, inaccesible, indefinible. La mismxs / ciertos pensamientos
frontera de ese discurso solamente subacuáticos (Ana Martins Marques, A
puede ser política, en la medida en que vida submarina, 2009).
produce arbitrariamente a la vida y su
sustracción sacrificial, aquella que no Milagros González
comporta delito alguno. La biología es
el arte de inventar monstruos, bestias y BIRRA. col. Bebida alcohólica que se
barbaries. Por eso, la biología es tam- caracteriza por ser amarga, espumosa y
bién terreno de alianzas múltiples, popular. Se presume que la preferencia
inesperadas, radicalmente precarias. general por este vocablo en lugar del de
Para una biología insurrecta, sería pre- “cerveza” proviene de la superioridad
ciso –como escribe Claudia Masin– estética de la consonante B, una bila-
aprender de nuevo a tocar todas las co- bial plosiva, seguida de una consonante
sas: con patas y tentáculos, acariciando vibrante múltiple alveolar sonora, que
con la cola, reptando, saltando al piso resulta en una palabra bella y bisilábica,
como una hoja. fácil de pronunciar y de oír en práctica-
mente cualquier circunstancia geográ-
Lilén Gomez fica y psíquica, incluso bajo los efectos
del alcohol. En este sentido, la sabidu- 30
BIOMÍMESIS. (BIOMIMÉTICA, ría lingüística popular es evidente,
BIOMIMETISMO) Estudio cientí- como sucede con otro artículo funda-
fico de diversos procesos y diseños mental de la dieta antigua y contempo-
provenientes de la naturaleza, orien- ránea relacionado íntimamente con la
tado a la aplicación de modelos natura- birra, el pan. La brevedad y simplici-
les para la solución de problemas dad de estas palabras reflejan la rela-
humanos y la producción de innovacio- ción ancestral fácil y benigna entre
nes tecnológicas (acepción no prefe- nosotres y estos preparados. Hay, ade-
rida). // Práctica, de índole científica, más, relaciones ontogenéticas entre bi-
teórica, estética, entre otras, consis- rra y pan. En efecto, las especulaciones
tente en replicar (etimológicamente, de lxs expertxs señalan que estos sur-
re-plegar) atendiendo a las diferencias. gieron simultáneamente, pues compar-
Es decir, más que pulir espejos para re- ten sus ingredientes y el método de
flejar algo que estaría afuera, delimi- preparación en gran medida. Esta géne-
tado y disponible, en ese mundo sis coincidental explica el instantáneo,
natural otro, reconocer nuestras encar- probablemente atávico, sentimiento de
naduras enredadas para ponernos en bienestar que genera la ingesta simul-
juego con distintas materialidades, tánea de ambos productos.
pensamientos, signaturas (Cfr. BA-
NANO), memorias y tempo-ralidades. En la rama fantástica de la litera-
Ejemplo poético: el mar y su repetición, tura especializada se señala que la avi-
/ sus aguas nos educaron en un silencio dez humana por el alcohol encuentra su
inestable, / de espuma, / nos movemos explicación en los primates frugívoros
que nos preceden en nuestro linaje. No cráneo, de poderosas extensiones cor-
se trata meramente de la capacidad de porales (¿alas? ¿cuernos?) que debili-
metabolizar el etanol (poder alimentar- tan la aburrida forma humana y
nos con birra es algo por lo que, siem- producen un pasaje fugaz de su senso-
pre, debemos estar agradecidxs), sino rium hacia otro estado. Allí, la sensa-
de un laborioso cultivo de dispersado- ción se convierte en el organizador
res de semillas realizado paciente- principal de la experiencia y se dan las
mente por las plantas con fruto. Con condiciones para la acción sin motivos
sus emanaciones producto de la fer- y la ausencia de registro mnémico. Si
mentación alcohólica de los azúcares, bien esto podría ser inducido por cual-
lxs primates (al igual que otros anima- quier alcohol, la alianza con la birra,
les) hemos sido ancestralmente atraí- lenta y fresca, permite un arco de sen-
dxs por los frutos maduros y hemos saciones que otras bebidas, en su velo-
coevolucionado con ellas hasta conver- cidad, obstruyen.
tirnos en transportadores de sus semi- La levedad alcohólica de la birra
llas. hace posible, aunque parezca paradó-
Birra y precariedad. Desde el punto de jico, ejercitarse en las artes de la abs-
vista microbiológico, puede afirmarse tención: tomar una birra es evitar
sin lugar a dudas que la birra es un bre- ingerir sustancias más fuertes, cuya
baje precario. Inestable y temperamen- promesa de black out es mucho más
tal, siempre al filo de la ruina, sus certera. Una conversación entre birras
virtudes (baja acidez y graduación al- puede durar muchas horas sin que na- 31
cohólica) son su punto más débil. Su- die caiga en coma o se desmaye, algo
cede que se trata de una alianza que la hace amiga de lxs amigxs y un
delicada entre granos de germinación poco hostil para el beodo promedio
truncada, levaduras, enzimas, agua, ac- (que espera resultados inmediatos).
tuando en rangos de temperatura muy Advertida de esta situación, la mano
estrechos y con una ventana temporal invisible del mercado provee birra por-
bastante breve, todo ello bajo la mirada tátil (en lata) que se puede adquirir fría
ansiosa de quien cocina. No llama la en prácticamente cualquier lado, y que
atención, entonces, que la precariedad es habitual beber mientras esperamos
de la birra haya sido objeto de reflexión el colectivo al final del horario laboral.
de lxs expertxs en las coreografías de Contraindicaciones. La birra no es una
la microbiota (véase Pasteur), quienes especie compañera en la fiesta bailable,
han dedicado grandes esfuerzos a pre- principalmente porque los efectos del
venir los males de la ruina birreril. gas y del gran volumen de líquido en el
Otros puntos de vista. Su levedad al- cuerpo que baila suelen provocar una
cohólica y su amargor se traducen en serie de trastornos que atentan contra la
una alteración lenta y persistente de la agitación rítmica. Además, su inhibi-
estructura anímica que por lo general ción de la hormona antidiurética (que,
comienza con un cosquilleo en los pa- en el caso de la birra, tiene dos causas:
rietales de la cabeza. Hay quienes ale- el alcohol y el lúpulo) durante una ac-
gan que dicho cosquilleo es el estadio tividad física intensa aumenta la canti-
previo al surgimiento, en esa parte del dad de tiempo que hay que retirarse de
la pista de baile en busca de un toilette estándares (representantes de otros mo-
y agrava la deshidratación. dos de producción) que referían a par-
ticiones del tiempo y el espacio. En ese
Noelia Billi
sentido, no deja de ser representativo el
BIT. Simpática particulita, en aparien- hecho de que la unidad primera de este
cia inofensiva, que ha logrado estructu- sistema sea la menor posible. A dife-
rar gran parte de la percepción de la rencia del kilogramo o el litro, el bit es
realidad en función de una perspectiva excepcionalmente la menor expresión
muy específica del mundo, que busca de su enorme familia de múltiplos aso-
reducir todo a posiciones reconocibles ciada (que se expande hasta los millo-
e inteligibles. nes o billones de unidades). Por otra
El origen del término viene del parte, el bit ha sometido al resto de los
inglés, conformado por las dos prime- patrones a su propio dominio. Desde
ras letras de “binary” y la última de “di- hace un tiempo, por ejemplo, el metro
git”, es decir, es una contracción o un ya no existe en una vara –ya no yace o
acrónimo de la expresión “dígito bina- permanece allí–, sino en un servidor di-
rio”. En su lengua original, la expre- gital. Es una de las muestras de cómo
sión “bit” tiene un sentido que precede el medio digital actúa como meta-me-
al de digital y binario, pero que nutre al dio.
término de un imaginario muy ade- Sin dudas, medir y construir sen-
cuado, ya que refiere directamente a lo tidos a partir de dos variables pre-co-
breve, lo poco, lo pequeño, lo pronto, nocidas y muy primarias, del tipo “0 – 32
lo fraccionado, la pizca, el trocito el 1” o “no – sí”, tiene consecuencias so-
fragmento. En castellano existe una bre la realidad. Una de ellas es la ce-
traducción (“bitio”) que no resistió la guera (o, como mínimo, miopía) frente
potencia de su original y tiene un uso a la materia que sostiene y hace posible
marginal o, más bien, nulo en la actua- la existencia propia del bit. El bit es el
lidad. Del mismo modo, existen unida- sujeto jurídico (como opuesto a los
des con otras bases, como “trits” (tres), cuerpos situados) de las partículas sen-
“dits” (diez), pero tampoco han lo- sibles.
grado un éxito tan masivo y general.
Desde el punto de vista de la in- Hernán Borisonik
formática, un bit es una unidad de in-
formación. De hecho es la mínima BLABLEO / BLABLACIÓN/
unidad de almacenamiento de informa- BLABLEANTE. (DERIVADOS
ción, conforme puede mostrar una de DE BLA BLA) Sinónimos: parloteo.
dos opciones igualmente probables: el Forma verbal: blablar (también: ba-
cero y el uno. Esta economía de len- blear).
guaje, hace del bit una excelente mues- 1) Positivamente: Repetición ince-
tra de la aceleración y miniaturización sante de una fórmula hablada cuyo
de la administración de la cultura que efecto es la indistinción y la indiferen-
implica la llegada de la tecnología di- cia. En Heidegger lo anónimo; en Flus-
gital. El bit refiere a un gesto que pre- ser (siguiendo a Shannon) entropía
cede incluso la capacidad de medir. Es comunicacional (tensión información-
una unidad que se diferencia de otros redundancia); en Deleuze y Guattari, la
comunicación (en tensión con el pensa- presentaba como lugar en que el
miento, que es siempre la introducción tiempo del lenguaje era puesto en sus-
de una violencia en el sentido común). penso), el blableo es la articulación in-
Más restrictivamente, incapacidad de cesante de una boca que no cesa de
dejar de hablar de cualquier cosa, con hablar (ver definición 1). Como si de
independencia del tema de que se trate. esa boca cayeran flujos incesantes de
“Lo que decís es puro blableo”. palabras (ver definición 4), como babas
2) Como diagnóstico de nuestro pre- lingüísticas que se van pegoteando y
sente: Conjunto de palabras que carac- secando en la superficie de los cuerpos
terizan uno de los aspectos que que alguna vez nombraron pero que ya
configuran el estado totalitario neolibe- no alcanzan a designar: el blableo
ral también llamado agenciamiento co- como boca que no balbucea sino que
municativo capitalístico. Exigencia babea el lenguaje en las cosas (Balbu-
que nos impone la condición de obe- cear, Babear, Boca, Blableo). Forma
diencia al lenguaje. Adicción a la pala- vacía de la palabra que ya no designa
bra. Compulsión a decir cosas. Todos nada. Hablar hueco. Charlatanear.
estamos todo el tiempo, bajo el imperio “Tanto blableo para no decir nada”.
del agenciamiento neoliberal, compeli- 4) Como ausencia de corte: Flujos in-
dos a continuar hablando (es decir bla- cesantes de palabras que ya no hacen
bleando, blablando) aun cuando ya no corte con nada (ver definición 1: la
tengamos nada que decir: el estado to- compulsión a continuar hablando (el
talitario neoliberal (que a veces lleva el hablar babeante) cuando ya no se tiene 33
nombre griego de democracia). Si la nada para decir) y que, por lo tanto, no
adicción es un buen modelo para pen- son capaces de producir ningún sentido
sar nuestro presente es porque el adicto sino solo sostenerse en la repetición
calla su dependencia: es esclavo de eso (ver definición 3) (al respecto: De-
que incesantemente consume: las pala- leuze, Lógica del sentido, Diferencia y
bras. Es lo único que en él no parlotea. repetición): “¡Cortala de blablear!”.
Blablear señala la dependencia con los 5) Como enfermedad: el blableante es
poderes que organizan nuestra obe- aquel que no soporta el silencio. En
diencia (ver luego definición 7). La este sentido, quien blablea es llevado al
deuda infinita con el lenguaje (ver eti- máximo de su impotencia. Es la fór-
mología de adicción). “No puede dejar mula neoliberal del nihilismo. Agotar
de bablear”. el lenguaje en el vacío de su in-diferen-
Tal vez lo mejor sea dejar de pa- cia. “No puedo dejar de blablar”.
gar la deuda, romper la dependencia y 6) Como práctica teórica: El blableo
construir un mundo en que el blableo ha ocupado el lugar del concepto: So-
no imponga sus condiciones. “Hay que breabundancia del parloteo que lejos
dejar de blablar”. de ser la proliferación conceptual de la
3) Por comparación: Distinto del bal- diferencia expresa la política incesante
buceo, del cual Gilles Deleuze (Crítica del control (Deleuze-Guattari, ¿Qué es
y clínica) indicaba que era la experien- la filosofía? en donde el enemigo del
cia en que la lengua se confrontaba a su concepto es la comunicación: el blablar
propio límite como incapacidad de ar- periodístico que expresa la indigencia
ticulación (y entonces, el balbuceo se resignada del pensamiento filosófico:
se asiste a entrevistas televisivas, se ex- en el sexo (pero no solamente), infini-
ponen ideas en conferencias por strea- tamente: la compulsión al blableo, a
ming, se publican uno o dos libros por ponerle a todo un nombre, a reidentifi-
año en donde se repiten ideas que no car lo que se había escabullido de las
trazan ni inscriben una diferencia. La redes del control. Ya Foucault decía
filosofía como comentario de lo inme- que desde el siglo XIX los poderes nos
diato, como pérdida de la distancia y exigen hablar de nosotros mismos
como muerte de la perspectiva (el bla- (Historia de la sexualidad, Vigilar y
bleo del comentarista como fin del castigar); nunca hubo una prohibición
perspectivismo). “Este artículo es puro a hablar de nosotros mismos sino una
bla bla”. exigencia por hacer de nosotros mis-
7) Como registro del tiempo: (a partir mos un acto de confesión pública. Una
de 6) El modelo general es el perio- sociedad informática es una sociedad
dismo deportivo que no se cansa de re- sin secretos. El secreto es lo que se ca-
latar las jugadas que acabamos de ver y lla pero también lo que se secreta: lo
le agrega su blablar chorreante de baba que se exuda y se expone como una se-
a eso que ha dejado de ser aconteci- creción. El blableo como secreto de
miento: el blablar como anulación del baba (ver antes definición 2). Un bla-
acontecimiento (el acontecimiento blear semejante pretende exponer todo
exige perspectiva para acontecer; el a la misma chatura intercambiable de
blableante nunca tiene tiempo: vive en los algoritmos. Más que este blableo,
lo inmediato: en la ausencia de media- resultaría más interesante cambiar el 34
ción): los congresos, artículos y libros orden de las clasificaciones (Borges,
de filósofos relatando el covid 19: filo- Foucualt). “Tanto blablear para decir
relatores de lo inmediato. Lo inmediato siempre lo mismo”.
es la temporalidad del instante: el bla-
bleo expresa la forma activa del olvido Contrablableos
(la forma adictiva del olvido: el adicto Lo que podría tener el sentido de
al blableo es adicto al olvido): no se que pensar no sea expresarse a través
puede (no se debe: impotencia, defini- del lenguaje (identidad metafísica entre
ción 5) recordar nada, no se debe acce- lenguaje, pensamiento y sentido): tal
der a la memoria (para eso estarán las vez el delirio político revolucionario
tecnodigitalidades del tiempo: solo que conduce a todo este palabrerío
ellas tendrán acceso). Quien blablea no fuera de sus goznes no esté en el inte-
deja rastros e impide la huella (pro-gra- rior de las palabras sino en el borde que
mar supone anticipación de la huella es ellas ya no consiguen nombrar.
decir transformación estructural del Contaminar el palabrerío con la
grama). El blablar es solidario del ins- tensión de la no palabra. Tal vez como
tante: lo que insta, llega desde arriba e lo propusiera Aby Warburg: imágenes
impone una obediencia (ver antes, de- y gestos que realizan la diferencia no
finición 2). “No me acuerdo de nada, expresable en el lenguaje. En este sen-
era un blableo permanente”. tido, si es cierto que Burroughs ya in-
8) Como taxonomía: Y no dejamos dicaba la necesidad de inocular virus
también incesantemente de clasificar en la máquina lingüística (o mejor, re-
(blableo taxonómico). Particularmente
conocer el carácter viral de la escri- amalgama y funde para hacer digerible
tura), no menos cierto es que las má- lo enunciado o lo ingerido.
quinas de inscripción semióticas no Difícil de discernir, como la pe-
son todas hechas de lenguaje (y que numbra que aloja: “el umbral es um-
pensar no es solo hablar, horror parme- brío”. (Lovisolo 2018:11). Caja de
nídeo): las máquinas son conjunciones resonancia del trepitar fonético, mor-
de materialidades expresivas que deli- tero mecánico de ingesta vocación vo-
mitan un sentido que no puede ser so- raz insatisfecha. Canta y hace cantar al
metido al blableo semiolinguístico (por poeta –es la cantera del verbo– mien-
eso, la importancia de Warburg: pensar tras sueña bocados: “Como una grieta
no es hablar: temblor metafísico de oc- falaz en la apariencia de la roca, como
cidente, los que callan piensan a través un sello traidor fraguado por la / mali-
de máquinas semióticas que no hablan; cia de la carne, esta boca que se abre
confrontar Preciado, Dyasphora Mundi inexplicable en pleno rostro es un des-
que parece todavía enredado en la má- tello / apenas de mi abismo interior,
quina semiolingüística como clave del una pálida muestra de sucesivas fauces
pensamiento y de las fórmulas identita- al acecho de un / trozo de incorporable
rias; de paso: el blablar sobre las per- eternidad”. (Orozco 1984:116)
cepciones que remiten a una Atiza gestas darwinistas o neo-
autopercepción: la percepción es colec- malthusianas cuando, como el escriba
tiva, agenciada, asubjetiva: la identidad de El padrino, induce a optar entre ser
es un fenómeno de los agenciamientos; mandíbula o bocado –tras la estirpe de 35
son sus prácticas discursivas y no dis- Don Vito Corleone se fragua sublimi-
cursivas las que penetran los cuerpos y nalmente el abolengo de lo bucal y su
les asignan roles, funciones; son esas arcada dentaria–.
prácticas las que distribuyen las per- No se habla con la boca llena, ¿de
cepciones y las legitiman, ver Ulm). El qué? ¿Cuánto piensa la boca, aunque
resultado del blableo es la normaliza- esté ocupada? ¿Acaso esa cavidad no
ción de las disidencias por repetición es el refugio de pensamientos húme-
anestesiante y redundancia estético dos? “Hay quienes se sobresaltan
perceptiva. cuando leen en Tristan Tzara: el pensa-
miento se hace en la boca. Y no se so-
Hernán Ulm bresaltan necesariamente cuando
encuentran en Santo Tomás de Aquino:
BOCA. fem. La boca se abre o se cierne La sabiduría es una emanación de la
sobre el mundo. Es un ámbito de me- boca de Dios” (Lezama Lima
diación entre nuestro interior y el exte- 1989:77)
rior, lleno de claroscuros, diócesis de la La boca paladea el tiempo reco-
ambigüedad y de la culpa. En ella con- brado y emula la ontología de la espa-
vergen reminiscencias espirituales y cialidad. “El origen más arcaico del
animales: la comida, los besos, la pala- espacio arquitectónico está en la cavi-
bra, el aire y los eructos. Sede del sabor dad bucal”. (Pallasmaa 2014b:71) Re-
y del habla, lugar de tránsito que revela mite a “la primera felicidad positiva y
y reelabora nuestro ser y el gusto, que
precisa” y resulta “el campo de la sen- La boca comulga con la creación
sualidad permitida”. (Bachelard y la destrucción. Es vitalismo y degra-
1997:179) dación. Remite a lo atávico, lo invete-
La boca gesta –a través de ella rado y la fragua: desde la alcalinización
Yhwh hizo los cielos–, insufla –sopló y al hálito y del esputo hasta la inflexión
creó todo su ejército–, forja –dijo, y verbal. Sin embargo, el cuerpo y sus
todo fue hecho; ordenó y todo existió–. partes son una invención reciente:
Lashon Hakodesh o “la lengua sa- parte de un movimiento óntico-episté-
grada”: el hebreo antiguo –rama cana- mico de ordenamiento, jerarquización
nea de la familia semítica y sociabilización similar al que se pro-
noroccidental– es el elegido y posee duce con las maneras de mesa. Hasta
sus particularidades pues amén de es- cierto momento –medioevo e incluso
cribirse de derecha a izquierda, se com- una fracción de la civilización renacen-
ponía de veintidós letras consonánticas tista– el trascendentalismo cristiano
e invitaba a la pluralidad polisémica y arraiga y perpetúa toda una cosmología
hermenéutica. Vocalizar es recrear: “la que centra la idea de un hombre inse-
omisión de los marcadores vocálicos parable de su cuerpo e inserto en la
genera una intrínseca multiplicidad de trama del mundo; a su vez para la tra-
presuntos significados, de implícitos dición judía no existe, en hebreo, el tér-
giros y juegos de palabras dentro de mino cuerpo. Luego, se constituye
una unidad consonántica idéntica. Una modernamente la noción de persona –
palabra bíblica late, por decirlo así, donde el cuerpo deja de ser esencia 36
dentro de un aura de significados con- para volverse propiedad– que estipula
céntricos y ecos.” (Steiner 2004:57). la prueba de una individualidad, de un
La temporalidad de la palabra di- “hombre anatomizado”. “El ascenso
vina es atemporal. La boca, que emite del individualismo occidental logrará,
palabra (verbum, logos) y soplo (spiri- poco a poco, disentir, de manera dua-
tus) remite así, al potencial creador: del lista, entre el hombre y el cuerpo, no
mundo, de su semántica y de su alma. desde una perspectiva directamente re-
Lo dicho resuena en todo el sentido de ligiosa, sino en un plano profano. […]
la palabra. Se expresa entre nosotros El comerciante es el prototipo del indi-
como tragedia o farsa –trastornos de la viduo moderno, el hombre cuyas ambi-
comunicación o del lenguaje– cuando ciones superan los marcos establecidos,
se intenta competir o asumir la crea- el hombre cosmopolita por excelencia,
ción: Moisés era tartamudo; Demóste- que convierte al interés personal en el
nes farfalloso y Baudelaire terminó móvil de las acciones, aún en detri-
afásico. “¿Y quién da boca al hombre?” mento del «bien general».” (Le Breton
(Éxodo 4:1) Uno guió a su pueblo hacia 2002:39)
la Tierra prometida; otro resultó ser el Así como los cuerpos modernos
orador más destacado de la antigüedad –racionales y laicos– se poseen o resul-
y otro inventó la modernidad poética. tan ser el factor de individuación –(mi)
En definitiva, uno traiciona su oralidad cuerpo–, se conforman como el recinto
hablando. objetivo de soberanía del ego, como el
lugar de cesura, de los límites, de la
moral burguesa, del pudor, de lo pri- los temas más antiguos y notables del
vado, de la exterioridad respecto del pensamiento humano. El hombre de-
mundo y circunscriptos sobre sí mis- gusta el mundo, siente el gusto del
mos dando cuenta de un proceso de mundo, lo introduce en su cuerpo, lo
normalización, con el desarrollo de un hace una parte de sí mismo.” (Bajtin
creciente vocabulario anatómico y fi- 2003:251-253)
siológico; así también el denominado La preeminencia etimológica la-
“cuerpo grotesco” resiste. Es la prima- tina es ambigua o dimorfa–bucca u os,
cía de la fiesta o de la separación sobre oris–, como su función. Mejilla hin-
el carnaval o la confusión. Aunque, chada u orificio que abriga palabras o
como sabemos, donde hay poder, hay comida, que alimentan la mente o el
resistencia. Se nos enseña que en boca cuerpo, amalgamadas por la lengua.
cerrada no entran moscas –más allá de Sede ineluctable del aliento (ruaj) vivi-
que ellas vengan de la lengua–, sin em- ficador y creador (Sl. 104, 29-30)
bargo el cuerpo rabelesiano –aunque el Como un reflejo divino, de la boca del
cervantino y el boccaciano, como su primer hombre surge el conocimiento y
nombre lo indica también en otro sen- el martirio. Privada de soplo, la carne
tido– es boquiabierto, pues absorbe el se destruye. En el mundo bíblico no
mundo, se confunde con él, se expande existe la idea de materia, a diferencia
y vive a fin de satisfacer sus necesida- del dualismo griego materia-forma de
des naturales. “El rol de las imágenes tradición platónica y órfica, continuado
del banquete en el libro de Rabelais es por Plotino y racionalizado por Carte- 37
enorme. Casi no hay página donde es- sio –materia o sustancia (res extensa)
tas imágenes no figuren, al menos en vs. espíritu (res cogitans)–, tan signifi-
estado de metáforas y epítetos relacio- cativa para la concepción imperante
nados con los campos de beber y de co- del cuerpo en occidente. El cuerpo
mer. Las imágenes del banquete están gana en implicancia como instancia se-
estrechamente ligadas a las del cuerpo parada del hombre, capaz de ser vivi-
grotesco. […] El motivo de la gran seccionado, diferenciado, segmentado
boca abierta –motivo dominante en y jerarquizado, y el rostro –símbolo ci-
Pantagruel– y el de la deglución que le mero de la individuación, indepen-
está asociado, son finalmente las mis- diente de lo inasible o evanescente de
mas imágenes del cuerpo y las del be- la mirada (Lacan 2010:90)– reactualiza
ber y el comer. […] Los rasgos la significación de sus partes a partir de
particulares de este cuerpo son el ser la valoración cognocente de sus senti-
abierto, estar inacabado y en interac- dos. Distanciarse del mundo, ser jui-
ción con el mundo. En el comer estas cioso y civilizado, aplacar las pasiones:
particularidades se manifiestan del incorporar la moral burguesa. “La geo-
modo más tangible y concreto: el grafía del rostro se transforma. La boca
cuerpo se va de sus límites; traga, en- deja de estar abierta, glotona, sitio del
gulle, desgarra el mundo, lo hace entrar apetito insaciable o de los gritos de la
en sí, se enriquece y crece a sus expen- plaza pública. Ahora adquiere signifi-
sas. El encuentro del hombre con el cación psicológica, expresiva, del
mundo que se opera en la boca abierta mismo modo que otras partes del rostro.
que tritura, desgarra y masca es uno de
Verdad única de un hombre único, epi- la boca muere y el hombre por sus fau-
fanía del sujeto, del ego cogito. El ces se define y por la deglución se des-
cuerpo de la modernidad deja de privi- cubre. Toda dietética enuncia una ética,
legiar la boca, órgano de la avidez, del una estética y una metafísica del devo-
contacto con los otros por medio del rante.
habla, del grito o del canto que la atra- La boca –como dice Nozick, en
viesa, de la comida o de la bebida que su intento de sacralizar lo cotidiano– es
ingiere. La incandescencia social del un ámbito versátil. Así, en su aspecto
carnaval y de las fiestas populares se individual, distante y no necesaria-
vuelve más rara. La axiología corporal mente socializante “la conciencia se
se modifica. Los ojos son los órganos concentra en la actividad de ingerir la
que se benefician con la influencia cre- comida, no simplemente en sus cuali-
ciente de la «cultura erudita». En ellos dades. Recibimos la comida en la ante-
se concentra todo el interés del rostro. sala de la boca y la saludamos. La
La mirada, sentido menor para los sondeamos y exploramos, la rodeamos,
hombres de la Edad Media e incluso la impregnamos con jugos, la apreta-
para los del Renacimiento, está lla- mos con la lengua contra el paladar, a
mada a tener cada vez más suerte en lo lo largo de ese duro puente que está en-
siglos futuros. Sentido de la distancia, cima de los dientes, la sometemos a
se convirtió en el sentido clave de la succión y presión, la movemos. Cono-
modernidad puesto que permite la co- cemos plenamente su textura; no tiene
municación bajo su juicio.” (Le Breton secretos ni partes ocultas. Jugamos con 38
2002:41) la comida, entablamos amistad con ella,
Sin embargo, el mundo es osi- la acogemos. También nos abrimos al
forme. Eso sentimos en nuestro con- carácter específico de la comida, al sa-
tacto primigenio, pues la boca “está en bor y la textura, y así a la cualidad in-
el principio de la satisfacción –lo que terior de la sustancia.” (Nozick
va a la boca vuelve a la boca y se agota 2002:41)
en ese placer”. El objeto no cuenta para La idea de comer, como la boca,
la pulsión oral, pues “no se trata del ali- es polisémica. Las múltiples funciones
mento, ni de eco de alimento”. Ahora, de esta abertura o cerramiento encuen-
por qué la boca y no otro orificio, tran expresión en el sinnúmero de giros
cuenco, “contenedor”: “¿Por qué se ha- lingüísticos que la contienen: “estar en
bla de la boca y no del esófago o del boca de todos”, “nos embocan”, “so-
estómago? Estos participan también de mos bocados para otros”, “irse de
la pulsión oral. Pero en lo que respecta boca”, “el vino se aboca”, etc. En la
a lo erógeno también hablamos de la boca, no casualmente nació el verbo
boca, y no solo de la boca, sino también que originó a Cristo, pues la anuncia-
de los labios y los dientes, de los que ción refiere a la concepción por la pa-
Homero llama el cercado de los dientes. labra, y millones de creyentes
Lo mismo pasa con la pulsión anal.” comulgan con su fe hasta el presente o
(Lacan 2010:175-176) lo asimilan a través de la hostia –tra-
La incorporación de la comida tando de no masticarla– mediante el
comienza por la boca y la exhalación acto antopofágico de la eucaristía.
de la palabra en ella termina. El pez por Abundan meditaciones psicoanalíticas
o mitográficas que dejan entrever el parte del tiempo, la animalidad, tras ha-
vínculo entre lo digestivo y lo erótico, ber sido el símbolo de la agitación y del
lo sexual y lo bucal. Si bien la sabidu- cambio, endosa de forma más simple el
ría de ciertos antiguos recopiladores de simbolismo de la agresividad, de la
sueños, como Artemidoro, intuyeron crueldad. […] se trata exclusivamente
esto diecisiete siglos antes que el psi- de las fauces armadas de dientes acera-
coanálisis (s.II d.C), recién “desde dos, dispuestas a ladrar y a morder, y
Freud se sabe explícitamente que la no de la simple boca tragadora y chu-
glotonería se encuentra ligada a la se- padora […] el traumatismo de la denti-
xualidad, siendo lo bucal el emblema ción, que coincide con las
en regresión de lo sexual. En la anéc- ensoñaciones compensadoras de la in-
dota de Eva mordiendo la manzana fancia”. (Durand 1982:78) Devenir sa-
descubrimos imágenes que remiten a turnino –ensoñación deglutidora y
los símbolos del animal devorador, emética– que desgarra con las fauces a
pero también interpretamos la anécdota sus hijos o los míticos músicos de la an-
teniendo en cuenta la relación freu- tigüedad –Marsias, Orfeo, Dionisios,
diana entre vientre sexual y vientre di- Osiris– cuyos sonidos originarios re-
gestivo”. (Durand 1982:110) También, sultan de remedar los mugidos de los
pensando en la centralidad de la boca antepasados totémicos –voz del padre–,
“como un vientre abierto” –exegética y todos terminan destrozados por la
pantagruélica–, resulta harto evidente dentición de las bestias consumando de
el vínculo entre la alimentación, el esta manera el crímen edípico original. 39
cuerpo y la reproducción. O, por qué no, el grito mudo de Laoco-
La duplicidad de la boca –como onte: expresivo en sus gestos, inexpre-
la de toda cavidad: una cosa es la falta sivo en su fisicidad gutural y en su
y otra el vacío– se expresa en sus dos férula dentaria.
instancias: isomórfica y teriomórfica o La boca esconde los dientes
“mordicante”. La primera se mani- como el molino las ruedas que trituran
fiesta en eso que Bachelard denomina el grano. La historia de una técnica –
“la ley del isomorfismo de las imáge- más allá de la fascinación que nos pro-
nes de la profundidad” que apelan al re- duzcan las herramientas y lo que éstas
fugio, el reposo o el regreso a la madre: puedan fabricar– es mucho más que un
la casa, el vientre, la gruta. La segunda, objeto concreto. “Se olvida que las
en cambio, en ese deslizamiento del es- fuerzas motrices tienen también una
quema teriomorfo hacia un simbolismo historia; no solo las fuerzas exteriores
mordicante “más animal e inhumano”. al hombre tales como se las utiliza en
(Bachelard 1991: 21 y ss.) Hacemos re- los molinos o a partir de la domestica-
ferencia a cierto psiquismo de las ten- ción de los animales, sino también el
dencias profundas que se repiten en el hecho de que el hombre como fuerza
imaginario humano. “El pululamiento motriz tiene una historia, y una historia
anárquico se transforma en agresividad, poco conocida y muy mal estudiada.”
en sadismo dentario. […] A menudo, (Haudricourt 2019:13). Es casi obvia la
en efecto, en el sueño o la ensoñación traslación de la fuerza motriz a la me-
infantil, el animal devorador se meta- cánica desde siempre, aunque la herra-
morfosea en justiciero. Pero la mayor mienta ocluya el músculo. Solo alguien
que domina las pasiones puede no de- los “cultos mistéricos”, como el de
jarse subyugar por los objetos anatómi- Eleusis el más significativo, aunque
cos. El estoicismo de Séneca le menos testimoniado mito de la antigüe-
permitió emparentar ciertas funciones dad –mystes del verbo griego myo: ce-
corporales –en especial los dientes y su rrar la boca originariamente, luego los
capacidad trituradora– como explica- ojos–.
ción del posterior desarrollo técnico de La dentadura es el cuerpo indiciario
un molino: “el [oficio] del molinero, si- por excelencia. Los animales basan su
guiendo las huellas de la naturaleza, fiereza en los dientes, los cadáveres
comenzaron a hacer pan; que observa- pueden ser reconocidos por sus denta-
ron que los dientes, al encontrarse, tri- duras. Evita y su Fundación conjuga-
turaban por su dureza los alimentos que ban parte de su doctrina social
se ponían en la boca; la lengua les lle- justiciera en reponer dentaduras posti-
vaba lo que había escapado, y que, hu- zas a sus desposeídos y grasitas, que sí
medecido todo por la saliva, bajaba podían andar descamisados pero de-
fácilmente por la garganta al estómago, bían sonreír sin complejos de pobreza.
donde cocía como en una vasija, incor-
porándose al fin con nuestra sustancia. El instrumento más notorio del
poder, que el hombre como mu-
Con este ejemplo colocaron dos pie- chísimos animales lleva con-
dras duras, una sobre otra, como los sigo, son los dientes. La hilera
dientes, y haciendo girar la de encima en que están dispuestos, su bri-
sobre la de abajo, que estaba fija, pul- llante lisura, no pueden compa-
rarse con ninguna otra parte
40
verizaron el grano que estaba entre activa del cuerpo. Se les podría
ellas, reduciéndolo a harina; añadieron designar como el primer orde-
agua a aquella harina, y moviéndola y namiento, un ordenamiento que
removiéndola formaron una pasta, que exige formalmente ser recono-
cido en general; un ordena-
primeramente cocieron entre cenizas miento que actúa como
calientes, después sobre ladrillos ca- amenaza hacia afuera, no siem-
lientes, discurriendo más adelante pre de manera visible pero sí
construir hornos con ellos, dándoles di- cuando se abre la boca, y ello
sucede a menudo. El material
ferentes formas para caldearlos según de los dientes es diferente al de
conviniese.” (Séneca 1884:361 / Epís- las demás partes evidentes del
tola XC) cuerpo; sería igualmente impre-
sionante aunque uno tuviera
La boca puede ser estereotipada –en
sólo dos dientes. Son lisos, son
donde el rango social expresa sus tics– duros, no ceden; se les puede
por su rictus, por sus muecas, su capa- comprimir sin que cambien de
cidad de abertura, la carnosidad de los volumen; obran como piedras
engastadas y pulidas con es-
labios que la enmarcan o los dientes
mero. (Canetti 2005: 244)
que la delimitan en tanto cavidad. Ante
la muerte una de las preocupaciones de
los tanatólogos –contrapuesta a los ri- La lengua, versátil –a veces filosa,
tos funerarios egipcios– es que el di- otras compasiva– completa el funcio-
funto sea expuesto, además de vestido nalismo de la boca afinando su decir en
y como si pareciera dormido, con su la muela de las definiciones y dando lu-
boca cerrada. Ahí reside el sentido de
gar a significativas movilizaciones per- Lovisolo, Jorge (2018) Traductores de
suasivas. Músculo húmedo en un con- penumbras. Salta: Fondo Editorial. Se-
tenedor también húmedo donde el cretaría de Cultura de la Provincia de
alimento y la palabra se resbalan con Salta.
facilidad. La lengua amasa las palabras Nozick, Robert (2002) Meditaciones so-
y la comida, la mandíbula y los dientes bre la vida. Barcelona: Gedisa.
las trituran, comprimen y las hacen di- Orozco, Olga (1984) “Duro brillo, mi
geribles. boca” en Páginas de... Buenos Aires:
Celtia.
Matías Bruera Pallasmaa, Juhani (2014) Los ojos de la
piel. La arquitectura y los sentidos.
Referencias Barcelona: Gustavo Gili.
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Bachelard, Gaston (1991) La tierra y los morales. Madrid: Luis Navarro Editor.
ensueños de la voluntad. México: FCE. Steiner, George (2004) Un prefacio a la
______ (1997) El agua y los sueños. En- Biblia hebrea. Madrid: Siruela.
sayo sobre la imaginación de la mate-
ria. México: FCE. BODA INTERREINOS. fem. Del lat.
Bajtin, Mijail (2003) La cultura popular vota inter regnum. Entre los jardines
en la Edad Media y en el Renacimiento. del Bosco y los bosques de Marosa di
El contexto de François Rabelais. Ma- Giorgio, en las sociedades de Haudri-
drid: Alianza. court y en los composts de Haraway, 41
Canetti, Elias (2005) Masa y poder. Ma- dentro del mundo circundante de Jakob
drid: Alianza / Muchnik. von Uexküll y en los movimientos abe-
Durand, Gilbert (1982) Las estructuras rrantes de Gilles Deleuze abundan todo
antropologicas de lo imaginario. In- tipo de mezclas entre especies cuyos
troducción a la arquetipología general. entes están inmersos en un espacio
Madrid: Taurus. abierto a la monstruosidad de lo real.
Haudricourt, André (2019) El cultivo de Resulta curiosa, pues, la denominación
los gestos. Entre plantas, animales y habitual que resuelve drásticamente en
humanos. Buenos Aires: Cactus. su forma contractual latina boda, y me-
Lacan, Jacques (2010) El seminario. Li- dievalista, reino, la pluralidad de senti-
bro 11. Los cuatro conceptos funda- dos que emana de aquello que,
mentales del psicoanálisis. 1964. mediante sus lógicas sensibles y afecti-
Buenos Aires: Paidós. vas, desborda las posibilidades de lo
Le Breton, David (2002) Antropologia imaginable y perturba, al mismo
del cuerpo y modernidad. Buenos Ai- tiempo, el orden de las cosas y del len-
res: Nueva Visión. guaje. No pocos filólogos han fatigado
Lezama Lima, José (1989) “Exámenes” las enciclopedias etimológicas en
en Orígenes. Revista de arte y litera- busca de una voz que dé origen y fun-
tura. La Habana, 1944-1956. Edición damento a los encuentros virtuosos,
Facsimilar Volumen V (números 25- pero sobre todo a los abominables, a
30) Madrid: El equilibrista; Sociedad aquellos que inquietaran al heresiarca
Estatal Quinto Centenario & Turner. de Uqbar por multiplicar al infinito,
mediante la cópula y el espejo, el nú- en una nomenclatura capciosa, inesta-
mero de los hombres. Mientras los acó- ble en su predicamento de identidades
litos de la Real Academia Española discretas y de relaciones entre a prioris.
defienden de manera tenaz que el étimo Entre el universalismo que ha colocado
latino vota, derivó en voto o promesa, al humano como entidad central y pri-
subrayando el carácter consensual, le- vilegiada y el hiper-relativismo expo-
gal y volitivo de las uniones pactadas nencial de los otros tipos (i.e. animal,
entre familias filogenéticas, los lin- mineral, objetual, extraterrestre) se
güistas árabes han ido mucho más lejos, abre, sin embargo, un espacio sensible
llegando a abismarse en la voz buda e intelectivo donde tiene lugar el des-
como fuente de toda comunión. Boda, pliegue de una heterogeneidad agente
buda, vel tedas, tal es el velo que cubría tramada en el contacto de diversas
el rostro de la novia a modo de nube o existencias (acaso sin nombre pronun-
las hachas que iban delante de ella ar- ciable o identidad discernible); un es-
diendo, antiguamente hechas de tea, el cenario rico y contradictorio donde se
corazón de pino lleno de resina, que se anudan mundos, materias, lenguajes y
fusionaba en la llama de la unión. al- entidades. Así entendidas, las bodas
Azharibuf e Ibn al-Atir, expertos filó- entre los reinos son menos la alianza
logos de los siglos XI y XII, se han inter (umwélticos, específicos, natura-
atrevido a indagar en la forma buɖc(a) les, culturales) que su deseosa deriva
más allá de sus connotaciones adminis- trans o post; no son tanto la concerta-
trativas, describiéndola como 'ayunta- ción armoniosa de las partes, las reci- 42
miento carnal' o 'cohabitación' pero procidades y sintonías como los
también –en su faz contradictoria y desacoples, puntos ciegos o líneas de
complementaria- como un vocablo in- fuga. Porque allí donde las esferas mo-
disociable de las acciones de 'cortar', nadológicas eclosionan sucede una am-
'romper', y 'rajar'. No es sino a partir de pliación de la experiencia que quiebra
la división entre naturaleza y cultura y con todo marco trascendental. Los ha-
de la partición del Uno –o Todo Vir- bitantes de los dominios compostables
tual– en cada mundo y sus tipos de ma- aspiran cada vez más a vivir esa expe-
teria que se ha pensado la riencia, aunque pocos lo consiguen con
diferenciación y evolución creadora. éxito. Se sabe que, para ello, deben vul-
Pero allí donde la taxonomía no ha ce- nerar el poder real y escapar a la con-
jado de clasificar, desde la Antigüedad dena filogenética, y que solo existen
distinguiendo entre ‘alma vegetativa’ dos formas de lograrlo: la indetermina-
vs. ‘alma sensitiva’, y ensanchando un ción y la deriva.
crecimiento aditivo que avanza con- En 1986, frente a las costas de
forme al discurso teleológico de la Australia, a una profundidad de entre
ciencia: Vegetalia, Animalia, Proto- 400 y 1000 m. en el talud continental
sista, Monera, Fungi, Chromista, Bac- del estrecho de Bass, un grupo de cien-
teria … and so on (con puntuación en tíficos encontró merodeando sospecho-
el Guinness World Record, 2003, de A. samente lo que parecía una pandilla de
L. Drozdov), los encuentros entre exis- animales marinos con forma de hongo;
tencias convierten a toda clasificación sus cuerpos medían apenas unos milí-
metros y tenían la forma de un disco
Reconstrucción virtual de la fauna de Ediacara

aplanado con un tallo y una boca en sus ha podido identificar en ellos órganos
extremos. El estómago de estos seres de sentidos conocidos ni rastros de gó- 43
estaba separado de la piel por un tejido nadas que indiquen cómo se reprodu-
gelatinoso denso. Se les asignó provi- cen. A partir de las escuetas
soriamente el nombre de Dendogra- declaraciones que estos individuos han
mma, por su similitud con el gráfico de dado para la revista PLOS ONE el 3 de
forma arbórea que muestra las relacio- septiembre de 2014, se especula que
nes evolutivas entre organismos, y la las similitudes respecto de sus hábitats
especie enigmática, debido a su ex- y configuraciones corporales los empa-
traña naturaleza, que impide clasificar- rentarían con los pobladores de Edia-
los en algún phylum de los existentes. cara, provenientes del Precámbrico.
La comitiva de científicos a cargo de la Esta pista genética, que los investiga-
expedición y posterior captura no ha dores se afanan en seguir hasta las últi-
encontrado, al día de hoy, mayores pis- mas consecuencias, promete la
tas para poder clasificar satisfactoria- reconstrucción del eslabón perdido de
mente a la curiosa colonia de los la vida en Gaia. Sin embargo, a pesar
dieciocho Dendogramma encontrados. de los ultrajes que los Dendogramma
Se sabe que se movilizan en grupo, han padecido a lo largo de dos décadas
aunque no pertenecen a ninguna comu- –que incluyen suplicios con formal-
nidad (los Ctenophora y los Cnidaria dehído y etanol, y el enfrentamiento
han rechazado reconocerlos como sus con una reconstrucción virtual de su
parientes cercanos), que son multicelu- posible escenario de origen en la tierra
lares asimétricos, que probablemente de Ediacara– estos detenidos se han ne-
se alimenten de microorganismos y gado sistemáticamente a ofrecer mayo-
que son incapaces de nadar, pero no se res detalles acerca de su procedencia.
Su silencio inexpugnable los resguarda evoca con detalle algunos pasajes del
más allá y más acá del tiempo de los culto. Los Pueblo que presidían la ce-
filos, las clases, los órdenes, las fami- remonia hacían de chamanes, en un
lias y los géneros. singular estado de transición e hibrida-
En una conocida misiva fechada ción con las existencias naturales a las
el 26 de abril de 1923 Aby Warburg le que invocaban: la serpiente, que emu-
pedía a su discípulo y confidente, Fritz laba al rayo, que llamaba a la lluvia.
Saxl, que los resultados de su investi- Como buenos sujetos especulativos,
gación sobre los indios Pueblo de los chamanes practicaban trans-varia-
América del Norte, comunicados en ciones en sus formas de existencia, de-
una conferencia para médicos e inter- viniendo en o deviniendo con distintos
nos de la clínica psiquiátrica Bellevue tipos, ya sea animal o fenómeno atmos-
de Kreuzlingen como prueba de su cu- férico. Mediante la unión física con la
ración, no se hicieran públicos nunca serpiente en la danza, los indios busca-
(pedido que Saxl manifiestamente no ban identificar en ella el poder del rayo,
cumplió). “Permítame expresarle mi querían convertirse ellos mismos en el
más sincero agradecimiento por los principio del que depende el efecto
servicios de partero que me ha brin- deseado, es decir, la lluvia. Por eso,
dado durante la procreación de esta para Warburg, la danza de las máscaras,
criatura monstruosa”, sentenciaba el que incluía el envío de serpientes vivas
historiador hamburgués al final de la a la llanura como mensajeras de las ple-
carta, dejando constancia no solo del garias, era la causalidad danzada. 44
inconmensurable apoyo que su colabo- Se entiende que en la fascinación
rador había demostrado durante la do- que tuvo Warburg con el ritual reso-
lorosa internación sino también del nara su propósito de exorcizar el miedo
alcance inusitado de una experiencia a través de los símbolos y demostrar
que resultaría transformadora para el que finalmente había superado su pa-
propio Warburg y para el futuro de decimiento por voluntad propia. La
la Historia del Arte. conferencia puede considerarse el úl-
En esa disertación Warburg na- timo pase de un movimiento especula-
rraba su viaje hacia el suroeste de los tivo donde un programa de curación
Estados Unidos, tres décadas atrás, era también la descripción del pro-
motivado por un rechazo hacia la civi- grama. Un grito de guerra de aquel
lización occidental, en la búsqueda de scholar-chamán poco comprendido,
una huida aventurada hacia el mundo que deslizaba como comentario al mar-
de los objetos reales, de la ciencia y de gen en su discurso de despedida a los
la magia. En su convivencia con la co- otros internos y a los médicos de la clí-
munidad de los Oraibi, había partici- nica: “Esta es la confesión de un esqui-
pado de las actividades cotidianas de zofrénico (incurable) entregada a los
caza y recolección y vivenciado de archivos de la ciencia”.
cerca sus ceremonias: las danzas hu-
miskachinas, el baile del antílope en Paula Bertúa
San Ildefonso y el misterioso ritual de
la serpiente. El relato de Warburg se BOLSA. En el principio fue la b, de
vuelve particularmente vívido cuando bolsa. De papel de fibra de tela de lana
de hilo de cuero de plástico. Para las pleta. A intervalos, con saltos enreve-
semillas las hortalizas el pan la leche la sados, zigzagueantes, espiralados. Al-
ropa los libros la cultura y mucha avena forja concha totuma zurrón talega
silvestre. Ahora que las de plástico em- bolsillo saco cesta caja costal morral
piezan a prohibirse nos llenamos de un macuto mochila hoja aguayo. Libro
sin fin de bolsas de papel de tela de hilo casa contenedor cultura nave espacial.
de fibra. Cual más alternativa. Con di- No corta no hiere no mata (¡sobre todo
seños motivos estampas marcas logos no corta no hiere no mata!). Une reúne
eslóganes. Olvidamos que antes del contiene guarda junta teje borda enlaza
plástico fue así: a quilo a libra a cuarto congrega.
a pesa a medida. Totumas potes frascos En el principio fue la b. “Cuando
tarros envases por doquier. Qué otra estaba elaborando el libro que se con-
“cosa para poner cosas dentro”, cuál vertiría en Tres Guineas, Virginia
“recipiente para la cosa recibida” pre- Woolf”, no nos deja olvidar Úrsula,
gunta Úrsula K. Le Guin en La teoría “escribió en su cuaderno la palabra
de la bolsa de la ficción. ‘Glosario’; ella había pensado en rein-
ventar el inglés según un nuevo plan,
con la intención de contar una historia
diferente. Una de las entradas de este
glosario es heroísmo, que aparece defi-
nido como ‘botulismo’. Y héroe, en el
diccionario de Woolf, es ‘botella’. El 45
héroe como botella, una revisión pun-
zante”. Ahora, Úrsula toma la palabra,
“yo propongo la botella como héroe”.
Jeroglífico egipcio para casa B, de botella. Por cierto, en inglés, pre-
ferimos, mil veces, la bottle a la battle.
En el principio fue la bolsa. An- Nosotres, entonces, proponemos la
tes que el arma que el cuchillo que el bolsa-botella como heroína.
hacha. (O tal vez no. Tal vez no fue an- bolsa-botella heroína en la histo-
tes sino al mismo tiempo). Inútil volver ria de la b, ¿cuán poderosa podrá ser?
al clásico punto ciego: ¿el huevo o la ¿qué acciones tendrá este nuevo relato?
gallina? Pero mientras uno corta separa ¿qué escenario? ¿en qué lengua ha-
divide, la otra reúne junta apiña con- blará? tal vez debamos abandonar estas
grega aglutina. Bolsa: herramienta para preguntas. No el preguntar sino esas
cargar el alimento la vida. Nada de hé- preguntas que corresponden al relato
roes armas guerras. Una bolsa. “Esa es del héroe antes de ser botella.
la noticia” que nos trae la b, primera le- Y hablando de glosarios, etimo-
tra de la palabra bayit, que en proto-se- logías y definiciones, desviémonos un
mítico refiere casa (Beth); también, momento por el diccionario. El DRAE
como vemos, para los antiguos egip- registra que bolsa viene del lat. bursa.
cios. He ahí “una nueva historia”. De la Las tres primeras acepciones nos son
B a la Z, pasando por la A, pero incom- familiares:
1. f. Especie de talega o saco de tela u la ficción publicado recientemente por
otro material, que sirve para llevar o Rara Avis:
guardar algo.
2. f. Saco pequeño de cuero en que se
echa dinero, y que se ata o cierra. El ensayo ‘La teoría de la fic-
ción como bolsa’ de Ursula Le
3. f. Recipiente de material resistente Guin le dio forma a mi pensa-
para guardar, en viajes o traslados, ropa miento sobre la narrativa en la
u otras cosas, y que se puede llevar a teoría evolutiva y sobre la fi-
mano o colgado del hombro. gura de la mujer recolectora, en
mi libro sobre la historia de los
Pero cuando recoge locuciones estudios de primatología (Pri-
verbales coloquiales, la panoplia se mate Visions: Gender, Race
amplía: “‘aflojar la bolsa’: ‘Dar o gas- and Nature in the World of Mo-
tar dinero de mala gana’”. dern Science, Nueva York,
Routledge, 1989). Le Guin se
Los localismos permiten leer el enteró de la Teoría de la Bolsa
tratamiento dispensado: Arg. y Ur. en la evolución humana por Eli-
“dar como en bolsa”: “Castigar dura- zabeth Fisher, durante aquella
época de relatos enormes, va-
mente de palabra”. Arg. “estar alguien
lientes, especulativos y munda-
hecho bolsa”. “Hallarse abatido a causa nos que estalló en la teoría
de la enfermedad, la frustración o el feminista en los años 70 y 80.
fracaso”. Arg. “hacer bolsa”: “Romper, Al igual que la fabulación espe-
culativa, el feminismo especu-
destruir algo”; “herir”. Las hay, sin em-
bargo, más prometedoras: “Méx. y Nic.
lativo fue y es una práctica SF.
46
‘echarse alguien en la bolsa a otra per- Recolectar elementos. Elizabeth
sona’. ‘Conseguir su apoyo incondicio- Úrsula Donna. Figurar otras historias.
nal’; más genéricas: ‘tener algo como Narrar de otra manera. Insistir en el
en la bolsa’: ‘Tener entera seguridad de enunciado. No otra cosa ha hecho
conseguirlo’”; o ya en desuso: “’tener Donna en Seguir con el problema, un
bien herrada la bolsa’: ‘Estar o ir bien libro-bolsa del que surgen las historias
provisto de dinero’”. La historia de de Camille, niñas y niños del compost.
guerreros economistas se ha entrome- En ese humus, junto a Camille, están
tido en el terreno de la bolsa. Lo que germinando granos de avena silvestre
esta historia desconoce es que en el que pueden alimentar nuestro presente.
principio fue la bolsa. Démosles la no- “Importa qué historias contamos para
ticia. contar con ellas otras historias; impor-
Reinventar la lengua y su sintaxis tan los conceptos que utilizamos para
para contar una historia diferente. Ese pensar con ellos otros conceptos”. Im-
era el cometido de Virginia. Hacer de portan las palabras-imágenes que here-
la bolsa una teoría, tal es la invitación damos o que inventamos. Importan las
que lanzó al mundo Úrsula hace algu- bolsas. Importan las metáforas. Ya
nas décadas. Invitación que aceptó nunca más solo un sílex o un hueso que
Donna Haraway hace ya un tiempo. se transforma en una enemiga nave es-
Valga recordar ese encuentro, contado pacial. Ahora también tenemos la bolsa
por la misma Donna en varios lugares, que nos puede permitir un presente te-
la última vez en una nota al pie de la
introducción a La teoría de la bolsa de
jido sin guerras invasiones coloniza- o a considerar formas alternativas de
ciones de mundos conocidos y desco- pensar y hacer? ¿De qué sirve su análi-
nocidos. sis de los posibles efectos de la ciencia
Bolsa-libro bolsa-ficción bolsa- y la tecnología, o de la organización so-
imaginación. “Creo que la imaginación cial y la dirección política?”. Bueno,
es la herramienta singular más útil que piensa insistentemente Octavia en voz
posee la humanidad” leemos en Contar alta, “los mejores ejemplos de ciencia
es escuchar, otro libro de Úrsula. Pero ficción estimulan la imaginación y la
¿de qué sirve la imaginación? ¿A cuán- creatividad. Saca a lectores y escritores
tas personas alimenta? “¿De qué les del camino trillado, de la estrecha
sirve la ciencia ficción a las personas senda de lo que ‘todo el mundo’ dice,
negras?” cuenta Octavia Butler que no hace, piensa, sea quien resulte ser ‘todo
cesaban de preguntarle. Y la pregunta el mundo’ ese año”. Parece poco muy
variaba: “¿De qué le sirve cualquier poco. Podemos empezar a recoger gra-
forma de literatura a las personas ne- nos de avena silvestre. Virginia, Úrsula,
gras?”. Incluso podía hacerse más es- Octavia, Donna ya han empezado.
pecífica: “¿De qué sirve la reflexión En el principio fue la b, de bolsa.
sobre el presente, el futuro y el pasado
que ofrece la ciencia ficción? ¿De qué Mary Luz Estupiñán & raúl
sirve su tendencia a advertir de peligros rodríguez freire

47

BOODPOOBPP.

¿Hacía falta un crimen para que un marxista


advierta la necesidad de la contingencia?
O se detenga al menos en el acontecimiento
de unas gotas de lluvia en la ventana.

Bueno, en realidad en ese momento exacto


en que alguno de los corpúsculos

moviéndose en trayectorias paralelas


por la extensión del vacío

de pronto con una desviación infinitesimal...


choque, carambola, lo que hay.

Ya no funcionan las leyes de funcionamiento


estructuradas con paciencia hasta recién.

A la práctica teórica: preparar mayonesa


concentrándose en la toma de consistencia.

(A veces no sucede y los huevos duros


persisten en su sabor consabido.)
48
Lo verdaderamente maquiavélico consiste
en no sorprenderse ante la sorpresa.

Difícil contar una versión atomística de la historia


con una sucesión de letras en línea recta.

Ah, cuánta prepotencia trascendental


en la subestimación del término “algo”.

Que el correo francés se atrase en entregar una carta


no tiene sentido de razón ni finalidad.

Estar alerta al encuentro no es estar alerta


a una conjunción favorable.

Sobre la expropiación de los campesinos ingleses


quizás sepan algo las ovejas.

Sergio Raimondi

BOTÁNICA. Una de las formas del En su extremo, patológica, morbosa,


deseo y de la técnica, que son lo mismo. pudiendo tener vertientes obscenas y
lascivas, así como beatas y castas. // movimiento (que además, como es sa-
Engaño, truco. // Oficio de la disección bido, puede perseguir a quien la ob-
y el embalsamamiento. // adj. fem. mu- serva a toda velocidad, hasta
jer o femineidad que ejerce dicho ofi- enceguecerle, especialmente si esta luz
cio. En las regiones del sur: médium; nace de los huesos de una cabra enfu-
en las del norte: cambiadora de pañales recida).
de incontinencias verdes. // Forma del En cuanto acontecimiento (ya
mirar, del cuidado y el cariño. Ejercicio que no estamos hablando de una cuali-
de la escucha y el silencio. Práctica dad) el brillo nunca debería darse por
monacal. // Estudio de la química a tra- sentado. Del él hay que decir entonces
vés de tejidos y órganos, una de las for- que “sucede”, que no es una esencia de
mas de buscar el alma en la materia. los cuerpos. O en todo caso, es la posi-
Constituye una de las ramas (sic.) de la bilidad de estos de dispersarse, de per-
nigromancia. // Artilugio que convierte der sus límites: el brillo resbala, sube
un bosque, pastizal o jardín en una se- por ellos, se desliza. Enciende -o
rie de carpetas dentro de un armario a quema- alianzas con otros cuerpos. Por
fin de crear un doble o sombra de los todo esto tanto reflejo como irradiación
primeros. // Derivación moderna de la no implican, en ningún sentido, una
herbolaria merma en la creatividad de la materia.
¿Existe un brillo originario? El
Verónica Lema brillo perfora la historia, en lugar de
iniciarla. Ejemplo: las Brillo Boxes de 49
BRILLO. El resplandor de un cuerpo Warhol, cuando destellaron su pre-
puede generarse desde afuera, por un gunta hacia el arte. Una pregunta que
juego de reflejos, o provenir de adentro por entonces latía tan adentro como
de ese cuerpo, irradiar de su núcleo. afuera de esas cien cajas de madera.
Ejemplo del primer caso: el encuentro Sucede que en las obras, el brillo se ge-
entre una copa de vino y los rayos del nera en ambas direcciones. // coloq.
sol que se cuelan entre las ramas de una Relación intrínseca entre brillo y falta:
parra, al fondo de un patio. El rayo, en brilla por su ausencia. Brillar no por-
tanto onda, devuelve su propia luz al que se esté presente, sino en virtud de
chocar con el cristal. El modo en que haber desaparecido. El mérito del brillo
ello ocurre depende del ángulo, de los basado en un cuerpo que se las toma.
objetos que se encuentren al medio (la (Otra vez, aquí, el brillo como movi-
escena), y de la estación del año. Por miento). // Estoy brillando con highli-
eso es que brillo, tiempo y posición van ghter, ¿no lo ves?
juntos. Ejemplo del segundo caso: la
luz de la pantalla del celular. O también Emilia Casiva
(no hay relación con la anterior) la luz
mala, cuya incandescencia proviene de BRISSET, JEAN-PIERRE. 1837-
los huesos de los animales muertos. Se 1919. Llamado también El Príncipe de
emite allí. Es un cúmulo de materias los Pensadores, fue un lingüista fran-
que se elevan hasta alcanzar estados cés, notable por su contribución a los
fluorescentes. Por eso la luz mala es un estudios de los inicios anfibios de la
natación y lengua, también) se avizo-
ran los restos anfibios con los que ha-
blamos. La metodología para la
comprobación de esta hipótesis lin-
güística anfibia-ancestral supone un
singular análisis de palabras mediante
el cual se logra -por juegos homofóni-
cos- “escuchar hablar a los ancestros
que viven en nosotros”. Cabe aclarar
que Brisset no creía en la Historia de la
lengua. Es imposible describir breve-
mente o siquiera circunscribir su im- Lengua que dice que el francés viene
portancia para la delimitación de la del latín (tampoco Saussure lo creía,
disciplina “Lingüística”, que encon- decía que nadie se acostó diciendo bue-
trará recién en su coetáneo Ferdinand nas noches en latín y se despertó di-
de Saussure (1857-1913) el ímpetu de ciendo buenos días en francés). En
su formulación (el punto de vista define 1872, Darwin publica La expresión de
el objeto), tan incipiente cuanto defini- las emociones en los animales y en el
tiva. En pleno desarrollo del natura- hombre, libro donde se expone una hi-
lismo, contemporáneo también de pótesis que también puede hallarse en
Charles Darwin (1809-1882), hay un Brisset, a saber: que “el uso primitivo
dato que a Brisset llamará la atención: de la voz”, sostiene Darwin, habría “es- 50
que a los naturalistas no les haya im- tado primeramente asociado al prelu-
pactado “la forma casi humana que ya dio del más vivo goce que el individuo
posee la rana, su canto tan similar a la pudo experimentar”, o sea, la llamada
palabra humana”. Podría decirse que sexual de apareamiento. Brisset, que
este es el punto de irradiación de toda había dicho algo similar, para entonces
su teoría, la idea que irriga sus asocia- tenía 35 años, ya había participado en
ciones: la rana, su forma, su canto. Es varios frentes de batalla, había sido he-
más: Brisset llega a afirmar que “tanto rido, había publicado en 1871 La Nata-
el sonido de la voz cuanto la modula- tion ou l’art de nager appris seul en
ción del canto de la rana ya tienen moins d’une heure, y luego de vivir en
cierta cosa humana. Sus ojos, su mi- Marsella y deponer la vida militar, se
rada, se parecen a los nuestros y ningún instala en Paris en 1876 como profesor
animal tiene una gracia corporal que se de lenguas. Si prestamos atención a las
acerque tanto a la del cuerpo humano: fechas de Brisset con las de Saussure,
incluso pocas personas poseen tal ele- podría llegar a suponerse algún en-
gancia”. Si las primeras que, desde el cuentro entre ambos, más teniendo en
agua, cruzaron el aire para emitir un so- cuenta las clases que Saussure dio entre
nido fueron las ranas: ¿qué duda cabe 1880 y 1890 de gramática comparada
de que nuestra lengua proviene de en la École des Hauts Études de París;
ellas? Para Brisset, este es un dato po- o incluso, pensar que Saussure pudo
sitivo incontestable; y en esa interrela- enterarse en 1883 de la publicación de
ción ancestral entre agua y voz (entre La Grammaire logique de Brisset, obra
en la que enuncia la idea que será clave tico de algunas de estas especies, ela-
en toda su reflexión: “El hombre ha na- borado a partir de una secreción de car-
cido en el agua, su ancestro es la rana y bonato de calcio cristalizado que cubre
el análisis de la lengua es la prueba de toda la superficie corporal. Esos micro-
esta teoría”. En 1909, faltando diez domos esféricos de calcita además re-
años para su muerte (con Saussure ya cogen y enfocan la luz que llega al
fallecido hacía tres años), Brisset re- lecho marino y así la ofiura es capaz de
cibe el título de “Príncipe de los Pensa- sortear obstáculos, escapar de depreda-
dores”, auténtica burla de quienes se dores y cambiar su coloración según
hacían llamar sus amigos. Quizá por sea de día o de noche. Sin necesidad de
eso haya sido reivindicado luego tanto ojos. Y sin necesidad de un órgano que
por André Bretón cuanto por Jacques transforme en imágenes la información
Lacan y Michel Foucault: un surrea- obtenida de la luz. Cuerpo-ojo con vi-
lista avant la lettre, una apertura del ça sión periférica, porque recolecta ondas
parle, acaso una vida infame. lumínicas desde miles de diferentes
lentes y las procesa en un difuso sis-
Gabriela Milone tema nervioso sin encéfalo. Cuerpo-
ojo-esqueleto que modula su propia to-
BRISSETIANO, BRISSETIANA. pología cuando la ofiura debe abando-
adj. 1. Brissetiano. Dícese del ejercicio nar una extremidad para escapar del
homofónico que inquieta las lenguas peligro y dejarla retorciéndose y emi-
cuando se ponen a probar sus variacio- tiendo sus destellos bioluminiscentes. 51
nes con-sonánticas. Caracteriza el lla- O cuando llega el momento de la repro-
mado a la ancestralidad vocal que ducción: el cuerpo-ojo-esqueleto se
habita en el fondo acuático de las bo- clona a sí mismo a partir del despren-
cas. 2. Brissetiana. Dícese de la boca dimiento de alguna de sus partes, que
que ha conquistado la horizontalidad desde entonces adquiere vida indepen-
sonora, donde la lengua salta de vocal diente. Dadas todas estas peculiarida-
en consonante y viceversa, como rana des, la ofiura agita la imaginación de
en su charco de agua. científcxs e ingenierxs dedicadxs a la
fabricación de dispositivos ópticos
Gabriela Milone como lentes y cámaras (cfr. BIOMÍME-
SIS). Pero sus visiones anoftálmicas,
BRITTLESTAR. Voz inglesa para es- sus desmembramientos, sus actuacio-
trella quebradiza, estrella serpiente u nes y estrategias descerebradas inco-
ofiura. modan también los encuadres usuales
Animal equinodermo, cuyo con los que consideramos las interac-
grupo comprende unas dos mil espe- ciones entre seres y mundo. Porque
cies, pariente de los erizos, los pepinos esta criatura prescinde de elaborar re-
y las estrellas de mar. Posee un cuerpo presentaciones u otras formas de me-
en forma de disco circular o pentagonal diación para conocer y actuar. Junto a
del que se extienden cinco delgados sus lentes multifocales de calcita, qui-
brazos móviles. Recientemente se ha zás las imágenes o los lenguajes se
estudiado el singular sistema esquelé- vuelvan otras tantas secreciones mate-
riales con las cuales participamos de la
vida propia y del ambiente. La ofiura tura suntuosa o modesta. En su hume-
anula la distancia entre conocedor e dad verdosa prosperan bien algunas
instrumento de observación o interven- plantas como los aros de Etiopía y las
ción (su cuerpo entero es a la vez un hortensias.
sistema motor, visual, cognoscente, En los antiguos cuentos es el lu-
que además desafía el binomio orgá- gar predilecto de aparición de las hadas,
nico/inorgánico) y enlaza el ser, el co- cuando ponen a prueba tanto a las mu-
nocer y el actuar en las dinámicas de chachas bondadosas y prudentes como
rearticulación continua del mundo. En a sus desconsideradas hermanastras, ya
fin, este animal figura una sensibilidad sea para colmar de dones a las primeras
y una responsividad diferencial que, o imponer castigos humillantes a las
como las nuestras, recrean performati- otras (ya se sabe con estas vengativas
vamente los límites y las posibilidades criaturas). En el cuento Frau Holle, la
de lo que llamamos “mundo”, “cuer- hija buena acude a lavar en el agua del
pos”, de lo que llamamos “nosotrxs” pozo el huso ensangrentado con el que
(cfr. BARAD). ha debido hilar sin descanso. Mientras
está sentada en el brocal, la aguja cae
Milagros González de sus manos temblorosas y ella por de-
trás. Por esa puerta invertida, la joven
BROCAL. s.m. Borde del pozo, para- entra a un mundo maravilloso donde
peto que rodea la perforación de donde hablan el pan y el manzano. En el co-
se extrae agua. Su humilde utilidad no nocido cuento de Mujica Lainez, sobre 52
le ha quitado a este antiquísimo arte- el brocal de un patio colonial, un duen-
facto, sin embargo, su maravilloso en- decillo francés distrae a la muerte con-
canto. No solo es el parapeto sobre el tándole hazañas de muertes más
cual reclinarse para no caer en las pro- ilustres. Ya sea como punto de encuen-
fundidades, es el borde mismo que crea tro de los amantes o como puerta y pa-
un espacio y una figura tan milenaria saje, su sentido de umbral la convierte
como reconocible: separa lo visible de en una figura de transición. Desde
lo invisible, el afuera del adentro, la vi- tiempos remotos, el brocal es el lugar
gilia del sueño, la vida de la muerte. donde una historia siempre está punto
Tiene la forma de una boca que se abre de ser contada.
a lo profundo. Es la pared del aljibe so-
bre la que se reclina el deseante para Adriana Canseco
arrojar la moneda de la suerte. Esta her-
mosa palabra a menudo es omitida para BRUJAS. Sustantivo, adjetivo, plural,
hablar en su lugar simplemente de femenino, neutro. Dícese de algunas
“pozo”, palabra en la que ya resuena el personas, prácticas o técnicas vincula-
eco umbroso y acuático de la caída. La das a la intervención sobre dispositivos
palabra brocal, por su parte, se eleva que se organizan epistemológica y mo-
pétrea y laboriosa, enjoyada de musgos ralmente sobre categorías universales //
y de hiedras como el bordado de una Dícese de la intervención que puede re-
tela lujosa, el insolente brocado vegetal vitalizar, proteger o articular lo vi-
que reviste indistintamente su arquitec- viente allí donde se encuentre
amenazado o debilitado por las institu- cia Antigua, vinculadas con la celebra-
ciones capitalistas // Sinónimos: repa- ción y el conocimiento directo del
ratorias, compositivas, autónomas, mundo.
plurales, plebeyas, abyectas, impuras, Las brujas emergen cuando el
repudiables, fascinantes, encantadoras, dios logra ocupar todo el escenario po-
materiales, acontecimentales, ambiva- lítico y espiritual, produciendo una dis-
lentes, inestables. tancia entre el reino de los cielos y el
de la tierra y, a partir de allí, la jerar-
Vector historiográfico relativo: Du- quía entre lo bajo y lo alto, la mente y
rante la Edad de Hierro, el culto poli- el cuerpo, la salvación y la condena. En
teísta a la diosa (Isis, Cibeles, Démeter, la dimensión de las representaciones
Artemis, Sejmet, etc.) fue reemplazado colectivas, las brujas aparecieron como
progresivamente por el culto mono- la in-corporación del diablo (una mas-
teísta al dios y, a partir de entonces, el culinidad poderosa), y desde ese tropo
color negro dejó de asociarse a los po- se organizaron sus rechazos y persecu-
deres generativos para identificarse ciones. Sin embargo, las brujas perma-
con la oscuridad entendida como el mal. necieron en la vida cotidiana como
Este desplazamiento cromático inicia poseedoras del saber sobre la continui-
el proceso que expulsó a las mujeres de dad entre palabras, plantas, animales,
los altares religiosos y de la vida polí- minerales y planetas, así como también
tica. En las prácticas paganas previas a como quienes podían reparar cuerpos y
este exilio, los modos de acceso a lo di- afectos a partir de ese saber. Quizá la 53
vino contemplaban al cuerpo de ma- Lilit hebrea sea la primera. Ella ya no
nera directa, de allí que muchos de los es un espíritu incorpóreo como Isis o
rituales tuviesen una fuerte dimensión Artemisa, sino la materialización del
estética, sexual y sensual, mientras que principio que enlaza mal, cuerpo, hem-
las prácticas lésbicas y el travestismo bra y oscuridad.
eran frecuentes y se las consideraba Las brujas son el relevo de las sa-
una parte central de la vida espiritual y cerdotisas destronadas y como ellas,
política. proponen una articulación entre el
Las tres religiones patriarcales, cuerpo y lo sagrado, redefiniéndolos.
cristianismo, judaísmo e islamismo, he- Las profetas, curanderas y comadronas
redaron el mito del mal asociado a lo que aparecieron siglos antes de la In-
femenino, y produjeron imágenes para quisición, eran las paganas que resis-
una educación afectiva y política espe- tían la ascética del cristianismo
cífica: Eva, Lilit, Pandora, el pecado, el primitivo. Conocedoras de plantas,
desorden de los sentidos, la traición. hierbas, animales, signos atmosféricos,
Durante los 2000 años de cristianismo astronomía y medicina, narradoras de
no hubo mujeres en los cargos sacerdo- mitos y poesía, cantadoras y danzantes,
tales ni habilitadas para interpretar tex- mujeres y lesbianas rechazaron la con-
tos sagrados, excepto en algunas dena al saber material-corporal.
tradiciones gnósticas y cabalísticas. El Malleus Malleficarum, el ma-
Atrás quedaron las prácticas sensuales nual para cazadores publicado en Ale-
de Mesopotamia, Creta, Siria y la Gre- mania durante 1487, indica la
multiplicidad de hechos, actos o incli- a la ira de quienes son sojuzgadas y
naciones que pueden indicar la presen- violentadas.
cia de bruja: belleza o fealdad, Las representaciones tecnoestéti-
inteligencia o estupidez, corpulencia o cas de las brujas les atribuyen tres de-
delgadez, devoción o desconocimiento seos transgresores: infertilidad, soltería
de dios, marcas en la piel o pieles tersas, y vejez. El deseo de infertilidad, el re-
amar u odiar a los animales, ser socia- chazo a entregar el cuerpo para conti-
ble o solitaria, desear al propio género nuar la especie humana a través de la
o detestarlo profundamente, lascivia o procreación. Antiguamente, se decía
castidad, aptitudes para la cocina o tor- que sólo tenían hijxs copulando con
peza culinaria, locuacidad o timidez... una fuerza demoníaca, o bien, que te-
Archivo de toda una política de las pa- nían descendencia biológica para co-
siones, el Malleus puede ser leído merse a su progenie en rituales
como un documento donde consta la satánicos que aumentaban su poder.
potencia brujeril: casi cualquier cosa Primera autonomía del deseo ajeno.
indica la presencia de las fuerzas in- Por otro lado, el deseo de soltería, de
quietantes, repudiables y fascinantes. no formar parte de un vínculo hetero-
La caza de brujas europea extrajo sexual en la institución matrimonial sin
la energía corporal, mental y afectiva que ello signifique una cancelación
de los cuerpos brujos y permitió orga- erótica. Deseo que rechaza la fantas-
nizarlos en la economía libidinal capi- magoría de la falta en todas sus mani-
talista, pero también posibilitó la festaciones, segunda autonomía del 54
consolidación de la episteme científica deseo ajeno. Finalmente, las represen-
alrededor de la figura del varón blanco, taciones tecnoestéticas sancionan el
europeo y heterosexual como modelo paso del tiempo en las brujas. Insisten-
de objetividad, razón y buen gobierno. cia en privar de agencia quienes han lo-
Las huellas de este exterminio perdu- grado un conocimiento de sí y una
ran en la memoria colectiva y son parte experiencia (especialmente, una expe-
fundamental del complejo normativo riencia sexual) que solo se adquiere a
que establece qué es lo esperable, tole- través del tiempo. Tercera autonomía:
rable y punible tanto para las socializa- las viejas lascivas, ese terror medieval
das mujeres como para quienes que sigue inmutable en nuestras imagi-
desertan de los roles e instituciones he- nerías.
teronormales.
Pragmática: La brujería es un con-
Imaginería: Ni esposa, ni madre, ni junto de prácticas y saberes que confi-
hija, ni hermana: las producciones co- guran una experiencia espiritual,
lectivas indican que la autonomía bruja corporal, estética o política que inten-
(el poder de sí sobre sí, el disfrute de sifica lo vital allí donde se encuentra
sí) provoca el temor fundante de su per- amenazado. De la misma manera que
secución. Autonomía sensible, corpo- el capitalismo como modo de vida, no
ral, económica, intelectual, sexual. se refiere a un tipo especial de objetos
Temor al mundo que portan sus cuer- ni lenguajes sino que se define por el
pos y sus lenguas, pero también temor modo de extraerlos, hacerlos circular y
debilitarlos, las brujerías se detectan en
prácticas que afirman, protegen e in- venidas. En la mirada mestiza e hibri-
tensifican la vida en situaciones fre- dante de las brujas, la naturaleza no es
cuentemente marginales. Un modus un territorio domesticable ni de leyes
vivendi brujo puede surgir cada vez que inquebrantables, sino un plano de
un saber no procura la dominación del alianzas, que nos puebla y que pobla-
mundo sino la composición con alguno mos, habitado también por técnicas,
de sus aspectos. Si la operación de des- deseos, vivientes no-humanos, cliná-
naturalización hace emerger la poten- menes y saltos cuánticos.
cia, las prácticas brujas son
transnaturales, materiales, inmanentes Ambivalencis materialis: La brujería
y encantadoras. es el conjunto de técnicas, materiales y
Juego de remisiones y efectos, espirituales, a través de las cuales al-
contraefectuaciones continuas entre el guien se pone en contacto con un flujo
modo heteronormado de actuar el po- (animal, vegetal, mineral), intervi-
der, y el modo en que lo hacen lxs bru- niendo simultáneamente en ese flujo y
jxs. Mientras el primero remite al en sí mismx. No hay manera de distin-
modelo de la guerra, el segundo envía guir, en una operación bruja, lo que
hacia lo que podría llamarse un modelo manipula de lo que es manipulado. Se
de composición de fuerzas. Cuando se trata de una práctica transnatural en la
piensa y actúa desde el modelo bélico, medida en que la naturaleza es un con-
el mundo es el escenario de entre lo ac- tinuo indeterminado, azaroso y en per-
tivo y lo pasivo, entre el sujeto y el ob- manente mutación. Desnaturalizar, 55
jeto, el cazador y la presa, quien entonces, es hacer emerger (y no solo
conquista y lo conquistado. Allí la na- describir) la potencia, el indeterminado,
turaleza es la escenografía y el fondo los posibles.
de la apuesta de la odisea del hombre En cierto sentido, el capitalismo
que conoce y puede, del héroe que es un sistema brujo porque logra captar
puede conocerla, penetrarla, dominarla y cambiar el sentido de las fuerzas que
y servirse de ella. se le oponen envenenándolas, porque
Los mundos que producen las logra definir la idea de mundo y eclip-
brujas son divergentes sin ser otros. En sar todo lo que se aparte de esa idea,
primer lugar, porque allí se rechaza lo brujo porque opera “como por arte de
binario, especialmente lo que distingue magia”, violentamente. Pero, sobre
la política de lo erótico y lo doméstico, todo, brujo porque performático, por-
el cuerpo del espíritu, la naturaleza de que no podría existir sin un conjunto de
la cultura. Una micropolítica desde allí, conjuros, gualichos y recetas. En este
puede gestar estrategias de aquelarre caso quienes desarrollan la pragmática
cualitativamente diferentes a las que no se piensan a sí mismos como brujos
llamamos “política” que aluden siem- sino como empresarixs, trabajadorxs,
pre a instituciones heteronormadas: la consumidorxs, personas realistas, adul-
familia, la iglesia, el estado, el trabajo, tas, serias. No se trata de señalar que
la economía, la ciencia. Desde el punto “lxs brujxs creen y nosotrxs compren-
de vista de lxs brujxs, en los cuerpos demos”, sino de algo más radical y me-
coagulan fuerzas que pueden ser inter- nos iluminista. Se cree: en la razón, en
las fuerzas indómitas, en la justicia del
mercado, en el derecho, e inclusive, en consistencia buscados, las pócimas-es-
la impotencia. crituras brujas verifican su verdad en la
Si el capitalismo es un sistema de práctica. Ajustes sucesivos, transfor-
flujos reorganizadores móviles que maciones según lo disponible, gradien-
captura cuerpos, mentes y afectivida- tes y clinámenes. Las teorías, se sabe,
des a través de estrategias infernales, funcionan en un plano donde sus trans-
like or dislike, crisis o ajuste, esto o formaciones no obedecen a la necesi-
aquello. Las brujas se niegan, práctica dad de adecuación con aquello a lo que
y acaso mínimamente, a someterse al se refieren sino al campo intelectual al
mundo del que esas alternativas for- que pertenecen, al juego de verdad en
man parte. Escapan a la disyuntiva de los dispositivos de saber. La pócima
aceptación o denuncia al poder, inter- bruja no responde al qué de la situación
vienen sus tramas proponiendo un ejer- (su estatuto ontológico), sino al cómo
cicio radical, una distancia cualitativa. de sus efectuaciones (su pragmática).
Lxs brujxs saben que afirmar es expo- Si el neoliberalismo embruja al punto
nerse, que el lenguaje tiene un poder en que nos nos inmuta que un bosque
ancestral (mucho más intenso de lo que nativo se convierta en el basurero de
las teorías de la performance logran una multinacional, si logra que nuestra
captar), y que es tan importante afirmar percepción se intoxique hasta la satura-
como desarrollar los conjuros para evi- ción sensible, si aliena las emociones al
tar que se dañe lo que (a partir de una punto de la indolencia y el cinismo, los
afirmación) lxs hace vulnerables al ve- contraembrujos se tornan imprescindi- 56
neno. Trazan un círculo, delimitan una bles para quienes aún creen en este
intimidad porosa y establecen los con- mundo.
juros para protegerse de aquello que se
activará tras la ceremonia creativa. Taxonomías ejemplificantes
La mirada bruja pone en el centro
lo que el sentido común desapercibe: Curanderas. Para curar el empacho la
para sobrevivir al capitalismo (opo- curandera popular establece un diálogo
nerse a él en él) es imprescindible pres- con un órgano y con las fuerzas que in-
tar atención a nuestra vulnerabilidad. vocará, repeliendo algunas y apelando
Es frecuente que quienes escriben no se a otras. La curandera misma es sólo un
protejan de los efectos de sus propias nodo en esa constelación, una fuerza
afirmaciones y queden indefensos ante que intenta modificar el curso de las
los venenos que atrapan a sus prácticas, otras fuerzas con las que está en con-
de manera tal que terminan fortale- tacto. Las curanderas saben que hay
ciendo las dinámicas capitalistas que fuerzas que las exceden a ellas mismas
sus escritos critican. Desarrollar modos tanto como a quien sufre. Fuerzas que
prácticos de protección, hacer del cui- se respetan y con las que se interviene.
dado una zona privilegiada de la aten- Ellas se piensan como medios, saben
ción. de la precariedad de los equilibrios, pi-
den permisos, elaboran coartadas, pa-
Coda interna. De la misma manera en gan tributos. Fuerzas humanas y no
que una receta de cocina es buena sólo humanas: animales, órganos, deidades,
si siguiéndola se obtiene el sabor y la momentos del día y del año, espíritus,
dinero y alimentos. Componen con la más que como un público situado a va-
situación en la que se encuentran como rios metros de donde se desarrollaban
una fuerza más, sabiendo que tocar al- las escenas, que podían durar meses
gunas relaciones modificará otras, que enteros. A los hombres les estaba
las fuerzas pueden volver a reaticularse prohibido decir que ellos cubrían su
de maneras inesperadas, que no basta cuerpo de tintas rojas, blancas y negras,
con la voluntad, con la acción ni con utilizando máscaras y canciones ritua-
ninguno de los atributos de “lo hu- les; es decir, que eran ellos mismos
mano”. Las curanderas saben lo que no quienes realizaban el ritual y no los es-
saben y conocen el peligro al que se ex- píritus de los cuatro cielos. Durante
ponen. mucho tiempo, naturalistas y antropó-
logos sostuvieron que las mujeres y las
Gualichos. En mapungdún, gualicho niñas eran engañadas por hombres y
significa “alrededor de la gente” o “en chamanes hasta que Anne Chapman
la gente” pero la misma palabra se re- lanzó una pregunta simple y devasta-
fiere también al espíritu que mora en dora: ¿Cómo puede ser que las mujeres
lugares solitarios escabrosos, así como y las niñas no supiesen que eran sus
a su embrujo y a la acción de embrujar. propios padres, hermanos, esposos, hi-
Personalidad espiritual, acto brujo, jos, quienes se encontraban de pie ante
verbo, pero también pócimas y filtros ellas y con quienes muchas veces te-
de amor. Embrujo y contraembrujo. nían contacto físico durante el ritual?
Torsión sobre las fuerzas. El contra- El secreto no era sería entonces de los 57
embrujo no es de un orden superior al hombres sino de las mujeres que fin-
embrujo, tampoco es la razón que gían creerles.
vence la tiniebla primitiva, sino una Para lxs selk’nam, el Hain era
fuerza que se interpone al trayecto de una teatralización sobre la derrota del
otra y logra desviarla. poder del linaje de la Luna y la institu-
Como espíritu, Gualicho puede ción del poder del Sol. El Hain era a la
desatar violencias a su alrededor, vez la producción y la consolidación de
disputas y rupturas, así como puede es- la derrota de la Luna. Mientras se pre-
conderse tras accidentes sencillos, pero, paraba la ceremonia, pero también en
dice la brujería mapuche, el gualicho ciertos momentos donde se suspendía,
de amor, la composición amorosa entre las mujeres iban al bosque, se retiraban
dos fuerzas, es su manifestación más y… reían. Las mujeres selk’nam sabían
potente. Gualicho, el Anomal, es respe- que eran los hombres de su propia co-
tado y honrado en sus tierras, porque munidad quienes estaban frente a ellas
no sólo se sufren sus violencias sino representando una y otra vez la muerte
que también se solicita tu protección, del poder de la Luna, de su propio po-
su interferencia, su contraembrujo. der, y sabían también que eso debía ser
Las selk’nam. Uno de los pueblos protegido con un secreto. Xalpen, la
de lo que hoy llamamos Tierra del diosa según la ceremonia de los hom-
Fuego, tuvo un ritual iniciático, el Hain, bres selk’nam, era una hembra insacia-
donde hombres y jóvenes invocaban a ble, violenta y destructiva, que
sus espíritus. Las mujeres y las niñas de engendraba a sus propios hijos y los de-
la comunidad no eran parte del ritual voraba con desapego. Xalpen, la bruja
a quien las mujeres selk’nam repudia- nombre de qué palabras tendría que ha-
ban en público, mientras la honraban berse dejado matar por unos u otros:
en privado como la más hermosa. dios, los dioses, la sangre, el amor, la
patria, el matrimonio? ¿En nombre de
Malinxín. A miles de kilómetros de la qué principio habría tenido que elegir?
Tierra del Fuego, una princesa origina- La Real Academia Española consagra
ria que fue entregada por los suyos a como bruja a La Malinche cuando de-
Hernán Cortés, La Malinche, ocupó fine al malinchismo como “el apego a
por mucho tiempo el incómodo lugar lo extranjero y el menosprecio de lo
de las brujas en México. Se dijo de ella propio”. La bruja propone un mestizaje
que era una traidora, ya que su dominio radical, donde lo propio y lo ajeno de-
de las lenguas habría permitido que las jan de ser formas lingüísticas obvias,
lanzas de la conquista hiriesen más una ambigüedad donde nada es propio
profundo y mejor. Se la excusaba o cul- ni ajeno: ni la sangre, ni la lengua.
paba señalando un hipotético gran No se dice que La Malinche ha-
amor por Cortés, con quien tuvo un blaba varias lenguas ni que las mujeres
hijo. Traidora o enamorada, La Malin- selk’nam reían y murmuraban en los
che ocupó el lugar de la maldad o la es- bosques durante la ceremonia del Hain.
tupidez, pero poco se dijo de su Quizá sea que la imagen de la lengua
capacidad intelectual (hablaba náhuatl de las brujas condensa una doble cuali-
pero aprendió por su cuenta maya ade- dad. Por un lado, la lengua es una zona
más del castellano), se omitió que su del cuerpo particularmente sensible y 58
familia la había entregado como es- sensual, una materialidad plebeya y
clava siendo muy pequeña (para que no erógena de ese cuerpo tan temido como
cuestione el cacicazgo de su hermano secretamente deseado. Pero la lengua
menor), que luego fue entregada como de las brujas también alude a su poder
tributo a Cortés, obligada a perder sus más efectivo, su capacidad de decir, su
dioses y su nombre (se la bautizó cris- poder de embrujar. El doble filo de la
tianamente como Marina) y que fue lengua, el temor a que su sonido haga
violada desde la infancia por el propio perder la cabeza y encontrar el cuerpo,
Cortés y su capitán Alfonso Hernández. y quizá algo todavía más desestabiliza-
El amor a Cortés explicaría su traición. dor: el temor a que tal distinción deje
No suele decirse que tuvo poder de existir y de tener sentido.
y que a partir de él estableció alianzas
y resistencias disímiles. Una originaria Otrxs inapropiables. El linaje brujo de
no puede tener poder, si no es porque América Latina se conforma en la con-
el mal la posee o porque el amor ro- vergencia de las brujerías originarias y
mántico la domina. Una mujer reitera- aquellas que bajaron de los barcos pro-
damente violentada no puede venientes de Europa y África. Quizá
sobreponerse y desplegar una afirmati- por ese motivo en el nivel de nuestras
vidad que nada tiene que ver con ser propias imaginerías, no basta con seña-
una víctima. Pero, ¿por qué La Malin- lar el deseo de autonomía, sino que sea
che tendría que haber elegido entre dos necesario señalar otro elemento, el
formas culturales que la habían violen- miedo al aquelarre. En nuestras imáge-
tado de maneras tan similares? ¿En nes comunes no se trata tanto de cada
bruja singular, como del temor a su ad- (aún) teme: la excentración de “lo hu-
venimiento colectivo. Cuando la auto- mano” y su razón omnes et singula-
nomía deja de ser la potencia de un tim. Aceptar el misterio como lo hacen
cuerpo individual para convertirse en las brujas no remite al oscurantismo ni
la fuerza libidinal que atraviesa una al caos, sino a la aceptación de la inde-
marabunta, es el temor al aquelarre lo terminación ingobernable, la creación
que dinamiza los procesos de crimina- y el acontecimiento como parte (no ex-
lización, persecución y castigo. cepcional) de la vida.
En nuestro territorio, el temor al
círculo donde las brujas abandonan su
individualidad y advienen legión, no Natalia Ortiz Maldonado
puede pensarse sin considerar a los fe-
minismos de los últimos años. En este Referencias
sentido y sabiendo que todo cuerpo
puede ser un cuerpo brujo originarixs, Anzaldúa, Gloria E. Luz en lo oscuro.
lesbianxs, travestis y trans parecen Hekht: Buenos Aires, 2021.
configurar una zona de aquello que es Bachofen, Johan. El matriarcado: una
profundamente temido y perseguido, investigación sobre la ginecocracia en
especialmente cuando se trata de prác- el mundo antiguo según su naturaleza
ticas y discursos que provienen de una religiosa y jurídica. Akal: Madrid,
disputa política (que siempre es ética y 1992;
espiritual) o que pueden inscribirse fá- Baring, Anne y Cashford, Jules. El mito 59
cilmente en ese campo de tensiones. de la diosa. Evolución de una imagen.
Hay toda una genealogía para ser na- Siruela: Madrid, 2005.
rrada a partir de las Madres y Abuelas Benjamin, Walter (2015). Juicios a las
de Plaza de Mayo, las “brujas” y “locas” brujas y otras catástrofes. Hueders:
de la plaza, las que caminan tenaz- Santiago de Chile.
mente en círculo y supieron transfor- Campbell, Joseph. Las máscaras de
mar el grito individual en bramido dios: mitología occidental. Alianza:
colectivo. Torsión sobre las fuerzas de Madrid, 1991.
quienes hacen del lugar de la madre Chapman, Anne. Hain. Ceremonia de
privada un espacio de político de inten- iniciación de los selk’nam de Tierra
sificación de la vida. Contraembrujo de del Fuego. Pehuén Editores: Chile,
protección a la fragilidad. 2009.
Misterios: Las experiencias brujas Chollet, Mona. Brujas. La potencia in-
comparten lo que le sobra y lo que le dómita de las mujeres, Hekht: Buenos
falta a la experiencia intelectual cada Aires, 2019.
vez que rechaza la idea de misterio. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de
Mientras el enigma supone un juego de símbolos, Editorial Labor: Buenos Ai-
lenguaje para acceder a la verdad (los res, 1975.
griegos, sí, pero también el Iluminismo Deleuze, G. y Guattari, Félix. Mil mese-
y los juegos técnicos de las sociedades tas. Capitalismo y esquizofrenia. Pre-
de la información), el misterio supone textos: Valencia, 2008.
una experiencia que la razón instru-
mental niega y que el neoliberalismo
Federici, Silvia. Calibán y la bruja. Mu- Wittig, Monique (2016). El pensamiento
jeres, cuerpo y acumulación originaria. heterosexual y otros ensayos. Mutanta:
Tinta Limón: Buenos Aires, 2015. Buenos Aires.
Haraway, Donna. Ciencia, cyborgs y mu-
jeres, la reinvención de la naturaleza. BRUMA 1 . Transición del cielo al preci-
Cátedra: Madrid, 1991. pitar como Océano. Idea de libertad
Haraway, Donna. Las promesas de lxs que la tierra sueña. Imagen de una su-
monstruxs. Ensayos sobre ciencia, na- perficie terrestre que desarrollan los se-
turaleza y otrxs inadaptables, Trafi- res acuáticos.
cantes de sueños, Madrid, 2016.
Haraway, Donna. Testigo modesto@se- Susana Villalba
gundo_milenio. Hombrehembra_co-
noce_oncorata. Rara avis: Buenos
Aires, 2017. BRUMA 2 . Opacidad, oscuridad de la
Haraway, Donna. Visiones primates. Gé- mente. Humor enturbiado. Pasión des-
nero, raza y naturaleza en la ciencia ordenada de impulsos poco precisos.
moderna. Hekht: Buenos Aires, 2022. Estado mental de turbación. Relativo o
Kramer, Heinrich y Strenger, Jakob. Ma- similar a la tristeza (cfr. a-brumado; a-
lleus Maleficarum. El martillo de las brumador). Película de niebla marina
brujas, Iberlibro: Barcelona, 2016. de densidad menor que la neblina.
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disa: Barcelona, 2008. dor, en una sociedad emancipada, el
Lerner, Gerda. La creación del patriar- tipo de humano (el hombre nuevo) a ser
cado. Katakrak: Iruñea, 2018. creado por ella.
Scholem, Gershom. La cábala y su sim- El hombre nuevo –la promesa de
bolismo, Siglo XXI, México, 2008. felicidad de la sociedad emancipada−
Simondon, Gilbert (2015). La individua- es el hombre bueno. El atributo
ción a la luz de las nociones de forma (nuevo=bueno), igual que el sustantivo
e información. Cactus/La Cebra: Bue- hombre, se dice (o se decía), básica-
nos Aires. mente, en masculino. El lenguaje revo-
Stengers, Isabelle (2017). En tiempos de lucionario, al nombrar algo sin
catástrofes. Cómo resistir a la barba- referente, que incluso a sus militantes
rie que viene. Futuro anterior: Buenos les es desconocido, parece, antes que
Aires, pp. 51. machista (y sin dejar de ser machista),
Stengers, Isabelle y Pignarre, Philippe angelical. Como si, en tiempos de pro-
(2018). La brujería capitalista. Prácti- mesa de revolución, el género fuera,
cas para prevenirla y conjurarla. para la terminología revolucionaria, el
Hekht: Buenos Aires. sexo de los ángeles.
El término bueno, por eso, como
atributo de un humano inexistente (el
hombre nuevo), no sería traducible, sin o lleva al asalto del Estado o, si no, de-
cometer anacronismo (un anacronismo viene una teoría para esperar, con la pa-
tranquilizador), al lenguaje inclusivo ciencia marxiana de Marx, que llegue
de la Argentina posthumana. el momento de hacerlo (contemplando
El hombre nuevo, como arcaísmo la posibilidad de que ese momento, en
del glosario materialista, nombra, entre el curso de la propia vida del marxista,
los años cincuenta y setenta del siglo no llegue nunca).
XX, la promesa de felicidad del comu- En la posguerra fría, en cambio,
nismo (no realizada, hasta ese mo- todo pensamiento, sea de izquierda o
mento, por los países comunistas de derecha, debe estar desarmado. Es
realmente existentes). El término cae decir, debe subordinarse al interpreta-
en desuso, antes que por la implosión cionismo democrático, que carece de
del comunismo soviético, por el fundamento último. La discursividad
desarme intelectual, producido en La- del orden (el orden social como un or-
tinoamérica antes que en el resto del den del discurso) será lo único que per-
mundo, del pensamiento de izquierda. mita satanizar, antes de reprimirla, toda
Todo aquello que, en esta parte del violencia que no sea simbólica, toda
mundo, había servido como arma de li- violencia que no sea la de una interpre-
beración (así perteneciera a la práctica tación contra otra interpretación.
o a la teoría), tiene que, tras la obra del La violencia, si se lee a sí misma
terror de Estado, des-armarse comple- como violencia primera (como la vio-
tamente, e ingresar, des-armado, con su lencia material justa y necesaria para 61
violencia material convertida en sim- instaurar una interpretación contra otra
bólica, al orden del discurso postdicta- interpretación, como violencia crea-
torial. dora de derecho en lugar de conserva-
La izquierda, para ingresar a este dora del derecho, como violencia que
orden, cumple −como no lo hace, por está en el origen del orden y puede
su lado, la derecha, que seguirá ocu- irrumpir en cualquier momento), queda
pando, igual que en el orden dictatorial, asociada al pasado, a los ismos del si-
los aparatos ideológicos del Estado− glo XX, a la lucha a muerte en términos
con los dos sentidos del verbo desar- de verdad, no al conflicto de las inter-
mar: el de deponer las armas y el aban- pretaciones en términos de no verdad.
donar, dentro de su corpus teórico, el El término hombre nuevo, en los
glosario que la hizo incursionar, con la glosarios de los nuevos materialismos
meta del hombre nuevo, en la acción –como materialismos estructuralmente
armada. desarmados, nacidos desarmados, en
Durante la guerra fría, cuando el lugar de devenidos, después de su mo-
marxismo cultural no era todavía, ni si- mento revolucionario, desarmados−,
quiera en el mundo académico, el no tiene un equivalente posthumano.
modo estándar de ser marxista, lo que El materialismo, salvo en su mo-
piensa un marxista, como marxista no mento revolucionario, desconfía de la
cultural, es que la lucha de clases, bondad humana. Tiende a malpensar
como la única politicidad que el mate- de ella, a creer, con más convicción que
rialismo histórico, como ismo del siglo el propio Nietzsche, que los peores ras-
XIX, puede permitirse en el siglo XX, gos de la moral cristiana (aquellos que,
por ser antinaturaleza, invitan a la per- astrología, modales, alimenta-
versión y a la hipocresía) los desarro- ción, erotismo, pintura de pai-
sajes, la relación entre el
llan, de manera menos contradictoria, pensamiento y el signo escrito.
los ateos bienpensantes (al pensar bien Ahora China significa el colmo
de los demás para poder pensar bien, de la simplificación.
así, de sí mismos) que los cristianos de
No me desanima, imaginán-
misa y comunión, que no dudan en dome China la víspera de mi
considerar a los demás devotos, cuando partida rumbo a ese país, todo
se los encuentran en la iglesia, tan pe- lo que se dice de la bondad. Ser
cadores como ellos. demasiado buena no es algo
que me inquiete, como le su-
El bienpensante (más común- cede a toda la gente que co-
mente llamado progresista) se con- nozco.
vierte, entonces, en el lector ideal para
Como si la bondad llevara apa-
ser despabilado, desde el materialismo
rejada una pérdida de energía,
malpensante, sobre las contradicciones de individualidad;
del bien y del ser bueno. Sólo quien se
cree ideológicamente bueno –no im- en los hombres, una pérdida de
virilidad.
porta, por tratarse de una autopercep-
ción ideológica, que quien la tiene “Los buenos llegan los últi-
resulte ser, gracias a ella, más solidario mos”. Proverbio norteameri-
con su prójimo− estaría en posición de cano.
aprender, en beneficio de la sociedad “No es difícil hacer un poco de
62
(no sólo de su autoconservación) lo que bien. Lo difícil es hacer el bien
el materialista malpensante le quiere toda la vida y nunca hacer nada
malo…” (Citas del presidente
enseñar: no a ser malo, sino a cuidarse
Mao Tse-Tung, edición Ban-
de la bondad, sea propia o ajena, igual tam de bolsillo, p. 141)
que de la maldad.
Mientras existe el comunismo Un mundo atestado de culis y
concubinas oprimidos. De
real, los chinos, inspirados por Mao,
crueles terratenientes. De man-
desean ser buenos. Igual que los viet- darines arrogantes, cruzados de
namitas del Norte, inspirados por Ho brazos, con sus largas uñas en-
Chi Minh. El Hombre Nuevo del co- fundadas en las anchas mangas
de sus túnicas. Todos transfor-
munismo, visto por una escritora ju- mándose, apaciblemente, en
deoprotestante –como se autodefine Girls Scouts y Boy Scouts Ce-
Susan Sontag−, es un hombre bueno, lestiales, a medida que la Estre-
un hombre no protestante, un hombre lla Roja se remonta sobre
China.
no oscuro.
¿Por qué no querer ser bueno?

“Combatid el individualismo”, Pero para ser bueno hay que ser


dice el presidente Mao. Mora- más simple. Más simple, como
lista integral. en un retorno a los orígenes.
Más simple, como en un gran
En otro tiempo, China signifi- olvido.
caba el colmo de los refina-
mientos: en cerámica, crueldad,
(“Proyecto para un viaje a Lo que les produce terror a todos
China” en: Sontag, 2018, pp. los padres –como si pensaran, en el
61-62).
momento de asumir este rol, en el pro-
verbio citado por Sontag: “Los buenos
Sontag descubre en Hanói –escribe llegan los últimos”− es que uno de sus
en su diario, el 7 en mayo de 1968− hijos, que no se haya endurecido (o al
hasta qué punto “la cultura occidental”, que no hayan sabido endurecer) lo su-
con su aprecio por la variedad, lo com- ficiente, no sepa, en aras de su auto-
plejo, lo no repetido, es un obstáculo conservación, ser malo en el debido
para comprender, en su monocroma- momento (no de manera constante).
tismo, la cultura comunista (“Viaje a Luchino Visconti, en Rocco y sus her-
Hanói”, junio-julio 1968 en: Sontag, manos (un film al que lo piensa, en
2005, p. 336). 1960, como un melodrama materia-
Ni bien Sontag llega a Hanói, “lo lista), lleva hasta las últimas conse-
monocromático” del entorno, empe- cuencias (inspirándose, muy
zando por el color de la vestimenta, la libremente, en El idiota de Dos-
agobia. Al tercer día, la interpela. Ella toievski) esta clase de terror. Parte,
podría, desde ya, vivir en Hanói. Per- para eso, de un triángulo amoroso: Si-
dería, eso sí, “una parte importante” mone ama a Nadia, Nadia ama a Rocco,
(no dice cuál) de sí misma. La sociedad y Rocco ama a Nadia y a Simone, su
de la que viene −reconoce− embota en hermano mayor. Cuando Rocco, con la
las personas la capacidad de hacer el idea de hacer feliz a Simone, renuncia 63
bien y a cambio les ofrece, como com- a Nadia, destruye, en lugar del trián-
pensación (una compensación mal dis- gulo del descontento, la vida de ellos
tribuida, de la que sólo una minoría, de tres, la de su madre, y la de sus dos
la que ella forma parte, se beneficia), hermanos menores, Ciro y Luca. Tener
“una gama asombrosa de placeres inte- que boxear, para sostener a su madre,
lectuales y estéticos”. destruye la vida de Rocco (él no tiene,
Fuera de la bondad que se postuló como boxeador, el mismo talento que
que llegaría a tener, en una sociedad Simone, que sí podría haber sido, de no
emancipada, el hombre nuevo, en las haberse arruinado por el alcohol, el
sociedades capitalistas realmente exis- juego y la pereza, una estrella del bo-
tentes sólo se ha considerado buenas, xeo). Nadia destruye la vida de Simone,
sintiendo lástima por ellas, a las perso- como venganza por no haber renun-
nas que se dejan usar, de manera go- ciado él, en lugar de Rocco, a ella. Si-
zosa, para que otras personas, a mone, convertido en delincuente, en
expensas suyas, cumplan sus metas in- lugar de en una estrella del boxeo, des-
dividuales. En la sociedad no emanci- truye la vida de Nadia (ella no para de
pada, regida por el quid pro quo – despreciar a Simone, para que él se
piensa el Adorno de Minima Moralia−, canse y la deje, pero él, a partir de este
la moralidad, aunque es necesaria, re- desprecio, se obsesiona cada vez más
sulta imposible. Y en la sociedad en la con retenerla, colmándola de regalos).
que sí sería posible (en la sociedad Tener que albergar en su casa, además
emancipada), resultaría innecesaria. de a sus dos hijos menores (uno obrero,
Ciro, y el otro estudiante, Luca), al
triángulo del descontento, destruye la BURBUJA. Superficie del vacío. Dí-
vida de la madre. Cuando Simone, fi- cese de la incertidumbre revelada. Nos-
nalmente, asesina a Nadia, Ciro no sólo talgia de apariencia que exuda la
será el que lo denuncie a la policía, sino oquedad. Fam. Ilusión sapónica.
el que le explicará a su hermano menor,
Luca, por qué su denuncia, que para su Susana Villalba
madre transgrede la lealtad familiar, es
una acción justa, en lugar de buena, en BV (BVOCAL).
medio de un orden injusto. La acción
de Rocco de renunciar a Nadia, desde
la perspectiva de Ciro, es un acto de so-
berbia: renuncia él a ella, en lugar de
Simone, porque se siente más fuerte Agustín Genoud
que su hermano.
Si el bien, en medio de la vida
falsa, no puede ser verdadero, el mate-
rialismo, al hablar de esta no verdad,
resulta, siempre, un ismo despiadado.
Silvia Schwarzböck
Referencias
64
Sontag, Susan (2005) Estilos radicales.
Trad. Eduardo Goligorsky. Buenos Ai-
res: Punto de lectura. (edición original:
Styles of Radical Will. Nueva York:
Farrar, Straus and Giroux. 1969).
Sontag, Susan (2018) Declaración.
Cuentos reunidos. Ed. Benjamin Tay-
lor. Ed. española Aurelio Major. Trad.
Aurelio Major, Eduardo Goligorsky y
otros. Buenos Aires: Literatura Ran-
dom House.
BARAD, KAREN.

Performatividad posthumanista: hacia una comprensión de cómo la materia entra


en materia1 2

¿De dónde sacamos la extraña idea de que la naturaleza –a diferencia de la cultura–


es ahistórica y atemporal? Estamos demasiado impresionados por nuestra propia
inteligencia y autoconciencia… Tenemos que dejar de contarnos las mismas viejas
historias antropocéntricas a la hora de dormir.
Steve Shaviro, 1997

Se le ha concedido demasiado poder ¿Qué nos hace creer que tenemos un


al lenguaje. El giro lingüístico, el giro se- acceso directo a las representaciones cul-
miótico, el giro interpretativo, el giro turales y su contenido y que carecemos
cultural: últimamente parece que con de él ante las cosas representadas?
cada giro todas las “cosas” –incluso la ¿Cómo ha llegado el lenguaje a ser más
materialidad– se convierten en materia fiable que la materia? ¿Por qué se con-
de lenguaje o de alguna otra forma de re- cede al lenguaje y a la cultura su propia
presentación cultural. Los omnipresentes agencia e historicidad, mientras que la
juegos de palabras en esta “materia” no materia se considera pasiva e inmutable
suponen, por desgracia, un replantea-
miento de los conceptos clave (materia-
o, en el mejor de los casos, hereda un po-
tencial de cambio derivado del lenguaje
65
lidad y significación) y de la relación y la cultura? ¿Cómo se pueden investigar
entre ellos. Más bien son un indicio del las condiciones materiales que nos han
grado en que las cuestiones de “hecho” llevado a una inversión tan brutal de las
(por así decirlo) han sido sustituidas por creencias naturalistas, cuando la propia
cuestiones de significación (sin comi- materialidad siempre figura dentro de un
llas). El lenguaje importa. El discurso dominio lingüístico como su condición
importa. La cultura importa. Da la sensa- de posibilidad?
ción de que la única cosa que parece no No se puede negar que el poder del
entrar más en materia es la materia lenguaje ha sido sustancial. Se podría ar-
misma. gumentar que ha sido demasiado sustan-
cial, o quizás más precisamente,

1
Me gustaría dar las gracias a Sandra Harding y Kate Norberg por solicitar pacientemente este artículo.
Gracias también a Joe Rouse por sus útiles comentarios, su continuo apoyo y sus ánimos, y por la inspi-
ración de su trabajo
2
Original: “Posthumanist performativity: Toward an understanding of how matter comes to matter”. Signs:
Journal of women in culture and society, 28(3), 2003, pp. 801-831. Traducción de Milagros González.
La expresión matter comes to matter, que aparece repetidamente en el texto, es un juego de palabras.
“Matter”, al igual que “materia” en español, puede referirse a una sustancia material o a un asunto o tema.
Pero en inglés existe también el verbo “to matter” que significa “tener importancia”. Por lo tanto, la frase
podría leerse igualmente como “la materia importa” o “la materia llega a importar”. Sin embargo, deci-
dimos traducir como “la materia entra en materia” para conservar la repetición de la palabra con sus dos
diferentes sentidos. [T.]
demasiado sustancializante. Ni la fe exa- en palabras; al contrario, es precisamente
gerada en el poder del lenguaje ni el re- una impugnación del excesivo poder
celo por el excesivo poder que se le conferido al lenguaje para establecer qué
concede son preocupaciones novedosas es lo real. Por lo tanto, en irónico con-
propias de principios del siglo XXI. Por traste con aquella idea errónea que la
ejemplo, durante el siglo XIX Nietzsche equipara a una forma de monismo lin-
alertó acerca de la tendencia errónea de güístico según la cual el lenguaje es la
tomarse demasiado en serio la gramática, materia de la realidad, la performatividad
permitiendo que la estructura lingüística es en realidad una impugnación de los
dé forma o determine nuestra compren- hábitos mentales no problematizados
sión del mundo, creyendo que la estruc- que conceden al lenguaje y a otras for-
tura de sujeto y predicado del lenguaje mas de representación más poder del que
refleja una realidad ontológica previa de merecen a la hora de determinar nuestras
sustancia y atributo. La creencia de que ontologías.2
las categorías gramaticales reflejan la es- La búsqueda de alternativas perfor-
tructura subyacente del mundo es un há- mativas al representacionismo desplaza
bito mental que sigue seduciéndonos y el foco de atención de las preguntas
que merece ser cuestionado. De hecho, la acerca de la correspondencia entre des-
creencia representacionista en el poder
cripciones y realidad (por ejemplo, ¿re-
de las palabras para reflejar fenómenos flejan la naturaleza o la cultura?) hacia
preexistentes es el sustrato metafísico
que sustenta las creencias del constructi-
cuestiones de práctica/hacer/acciones.
Yo diría que estos enfoques también po-
66
vismo social, así como las del realismo nen en primer plano importantes interro-
tradicional. Es significativo que el cons- gantes sobre ontología, materialidad y
tructivismo social haya sido objeto de un agencia, mientras que los enfoques cons-
intenso escrutinio tanto en los círculos tructivistas sociales quedan atrapados en
feministas como en los de los estudios la óptica geométrica del reflejo, donde, al
científicos, donde se ha expresado un igual que el juego infinito de imágenes
descontento considerable y fundamen- entre dos espejos enfrentados, lo episte-
tado al respecto.1 mológico rebota de un lado a otro, pero
Una comprensión performativa de las no se alcanza a ver nada más. Aleján-
prácticas discursivas desafía esa fe repre- dome de la trampa representacionista de
sentacionista en el poder de las palabras la óptica geométrica, cambio el lente ha-
para representar las cosas preexistentes. cia la óptica física, hacia problemas de
La performatividad, correctamente inter- difracción más que de reflexión. Una lec-
pretada, no es una invitación a convertir tura difractiva de las reflexiones de la
todo (incluidos los cuerpos materiales) teoría feminista y queer y de los planteos

1
La insatisfacción aflora en la literatura de la década de 1980. Véase, por ejemplo, el trabajo de Donna
Haraway “«Género» para un diccionario marxista: la política sexual de una palabra” (publicado original-
mente en 1987) y “Conocimientos situados: la cuestión científica en el feminismo y el privilegio de la
perspectiva parcial” (publicado originalmente en 1988); ambos reimpresos en Haraway, 1995. Véase
también Butler, 1989.
2
Esto no quiere decir que no sea válida la preocupación por ciertos postulados performativos específicos
que conceden demasiado poder al lenguaje. La cuestión es que no se trata de una característica inherente
a la performatividad, sino un mal paradójico.
de los estudios científicos implica pensar
en lo “social” y en lo “científico” de Del representacionismo a la performa-
forma conjunta e iluminadora. Aquellas tividad
que a menudo se nos presentan como en-
tidades separadas (y conjuntos separados La gente hace representaciones.
de intereses) con bordes nítidos no impli- Representar es parte de nuestra
can en realidad una relación de exteriori- mismísima naturaleza… No
dad absoluta. Al igual que los patrones homo faber, digo yo, sino homo
de difracción, que iluminan la naturaleza depictor.
indefinida de los límites –mostrando Ian Hacking, 1996
sombras en las regiones “claras” y pun-
tos brillantes en las regiones “oscuras”–, Tanto las teorías sociales liberales
la relación entre lo social y lo científico como las teorías del conocimiento cien-
es una relación de “exterioridad interior”. tífico deben mucho a la idea de que el
No se trata de una relación estática, sino mundo está compuesto por individuos –
de un hacer –la puesta en práctica de los que se supone existen antes de la ley o
límites– que siempre conlleva exclusio- del descubrimiento de la ley– que espe-
nes constitutivas y, por lo tanto, exige ran ser/invitan a ser representados. La
preguntas por la responsabilidad. 1 Mi idea de que los seres existen como indi-
objetivo es contribuir a los esfuerzos por viduos con atributos inherentes, anterio-
afinar la herramienta teórica de la perfor- res a su representación, es un
matividad tanto para los estudios cientí- presupuesto metafísico que subyace a la 67
ficos cuanto para las tentativas de la creencia en las formas políticas, lingüís-
teoría feminista y queer, y promover su ticas y epistemológicas del representa-
consideración mutua. En este artículo, cionismo. O, para decirlo al revés, el
ofrezco una elaboración de la performa- representacionismo consiste en creer en
tividad –una elaboración materialista, la distinción ontológica entre las repre-
naturalista y posthumanista– que con- sentaciones y aquello que pretenden re-
cede a la materia su derecho como partí- presentar; especialmente, lo que se
cipe activo en el devenir del mundo, en representa se considera independiente de
su “intra-actividad” continua.2 Es de vi- todas las prácticas de representación. Es
tal importancia que entendamos cómo la decir, se supone que hay dos tipos de en-
materia entra en materia. tidades distintas e independientes: las re-
presentaciones y las entidades que se

1
Haraway propone la noción de difracción como metáfora para repensar la geometría y la óptica de la
relacionalidad: “la teórica feminista y cineasta americano-vietnamita Trinh Minh-ha… buscaba una
forma de representar la ‘diferencia’ como ‘diferencia crítica interna’, y no como marcas especiales taxo-
nómicas que asientan la diferencia al modo del apartheid. … La difracción no produce un desplazamiento
de ‘lo mismo’, como sí hacen la reflexión y la refracción. La difracción es una cartografía de la interfe-
rencia, no de la réplica, el reflejo o la reproducción. Un modelo difractario no indica dónde aparecen las
diferencias, sino dónde aparecen los efectos de la diferencia” (1999: 125-126). Haraway (2004) presenta
la noción de difracción como una cuarta categoría semiótica. Inspirada por su propuesta de desplegar
provechosamente este rico y fascinante fenómeno físico para pensar acerca de las diferencias que impor-
tan, elaboro la noción de difracción como una herramienta crítica de análisis (aunque no como una cuarta
categoría semiótica) en mi próximo libro (Barad, 2007).
2
Véase Rouse (2002) sobre el replanteamiento del naturalismo. El neologismo intra-actividad se define a
continuación.
representan. El sistema de representa- las imposiciones de dichas es-
ción se teoriza a veces explícitamente en tructuras. Si este análisis es co-
rrecto, entonces la formación
términos de una disposición tripartita. jurídica del lenguaje y de la po-
Por ejemplo, además del conocimiento lítica que presenta a las mujeres
(es decir, las representaciones), por un como «el sujeto» del femi-
lado, y lo conocido (es decir, lo supues- nismo es, de por sí, una forma-
ción discursiva y el resultado de
tamente representado), por otro, a veces una versión específica de la po-
se hace explícita la existencia de un co- lítica de representación. Así, el
nocedor (es decir, alguien que realiza la sujeto feminista está discursi-
representación). Cuando esto ocurre, vamente formado por la misma
estructura política que, supues-
queda claro que las representaciones tamente, permitirá su emanci-
cumplen una función de mediación entre pación (2007: 47).
entidades que existen de forma indepen-
diente. Esta brecha ontológica que se da En un intento por salvar esta dificul-
por sentado genera preguntas acerca de tad, lxs teóricxs sociales críticxs se es-
la exactitud de las representaciones. Por fuerzan por formular comprensiones de
ejemplo, ¿el conocimiento científico re- las posibilidades de intervención política
presenta con exactitud una realidad que capaces de superar el marco del repre-
existe de forma independiente? ¿El len- sentacionismo.
guaje representa con exactitud a su refe- El hecho de que el representacio-
rente? ¿Ciertx representante políticx, nismo ha estado bajo sospecha en el ám-
asesor jurídico o ley representan los in- bito de los estudios científicos es menos 68
tereses de las personas que presunta- conocido, pero no por ello menos impor-
mente están representando? tante. El examen crítico del representa-
El representacionismo ha sufrido gra- cionismo no surgió hasta que el estudio
ves embates por parte de feministas, de la ciencia desplazó su foco de la natu-
postestructuralistas, críticxs postcolonia- raleza y la producción del conocimiento
les y teóricxs queer. Frecuentemente se científico hacia el estudio de la dinámica
asocian los nombres de Michel Foucault detallada de la práctica real de la ciencia.
y Judith Butler a estos cuestionamientos. Este cambio significativo es una forma
Butler resume la problemática del repre- de caracterizar groseramente la diferen-
sentacionismo político de la siguiente cia de énfasis entre los estudios multidis-
manera: ciplinarios separados de la ciencia (por
ejemplo, historia de la ciencia, filosofía
Foucault afirma que los siste- de la ciencia, sociología de la ciencia) y
mas jurídicos de poder produ- los estudios de la ciencia. Esto no quiere
cen a los sujetos a los que más
decir que todas las aproximaciones de los
tarde representan. Las nociones
jurídicas de poder parecen re- estudios científicos sean críticas del re-
gular la esfera política única- presentacionismo; muchos de estos estu-
mente en términos negativos dios lo aceptan ciegamente. Por ejemplo,
(…). No obstante, los sujetos
regulados por esas estructuras,
hay innumerables estudios sobre la natu-
en virtud de que están sujetos a raleza de las representaciones científicas
ellas, se constituyen, se definen (incluida la forma en que los científicos
y se reproducen de acuerdo con las producen, las interpretan y hacen uso
de ellas) que dan por sentado el punto de
vista filosófico subyacente que da lugar como son realmente (o sea, la “Natura-
a este enfoque, es decir, el representacio- leza”) o representa “objetos” que son
nismo. Por otro lado, algunxs investiga- producto de actividades sociales (o sea,
dorxs de los estudios científicos han la “Cultura”), pero ambos grupos suscri-
realizado un esfuerzo conjunto por ir más ben el representacionismo.
allá del representacionismo. El representacionismo está tan arrai-
La obra de Ian Hacking Representar e gado en la cultura occidental que ha ad-
intervenir (1996) puso en primer plano la quirido el encanto del sentido común.
cuestión de las limitaciones del pensa- Parece ineludible, si no totalmente natu-
miento representacionista sobre la natu- ral. Pero el representacionismo (como la
raleza de la ciencia. La crítica más “naturaleza misma”, no solo nuestras re-
sostenida y exhaustiva del representacio- presentaciones de ella) tiene una historia.
nismo en la filosofía de la ciencia y los Hacking remonta el problema filosófico
estudios científicos se encuentra en la de las representaciones al sueño de De-
obra del filósofo de la ciencia Joseph mócrito de los átomos y el vacío. Según
Rouse. Rouse ha tomado la iniciativa de la filosofía antropológica de Hacking, las
cuestionar las limitaciones que el pensa- representaciones no eran un problema
miento representacionista impone a la antes de Demócrito: “la palabra ‘real’
teorización de la naturaleza de las prácti- significó primero similitud sin ninguna
cas científicas.1 Por ejemplo, aunque el calificación” (1996: 170). Con la teoría
trillado debate entre el realismo cientí-
fico y el constructivismo social se tras-
atómica de Demócrito surge la posibili-
dad de una brecha entre representaciones
69
ladó sin problemas de la filosofía de la y representados: la “apariencia” hace su
ciencia a los estudios científicos, Rouse primera aparición. ¿La mesa es una masa
(1996) ha señalado que estas posturas en- sólida hecha de madera o un agregado de
frentadas tienen más en común de lo que entidades discretas que se mueven en el
reconocen sus defensores. De hecho, vacío? El atomismo plantea la cuestión
comparten los supuestos representacio- de qué representación es real. El pro-
nistas que fomentan interminables dispu- blema del realismo en filosofía es fruto
tas: tanto los realistas científicos como de la visión atomista del mundo.
los constructivistas sociales creen que el Rouse identifica el representacio-
conocimiento científico (en sus múlti- nismo como un subproducto cartesiano,
ples formas representacionales, como los una consecuencia particularmente im-
conceptos teóricos, los gráficos, las pis- perceptible de la división cartesiana en-
tas de partículas o las imágenes fotográ- tre lo “interno” y lo “externo” que se abre
ficas) media nuestro acceso al mundo en el sujeto cognoscente. Pone de mani-
material. Difieren en la cuestión del refe- fiesto la fe asimétrica en la palabra, antes
rente, es decir, si el conocimiento cientí-
fico representa las cosas del mundo tal y

1
Rouse comienza su discusión acerca del representacionismo en Knowledge and Power (1987). Allí exa-
mina cómo una comprensión representacionista del conocimiento impide entender la naturaleza de la
relación entre el poder y el conocimiento. Continúa su crítica al representacionismo y su desarrollo de
una comprensión alternativa de la naturaleza de las prácticas científicas en Engaging Science (1996).
Rouse propone que entendamos las prácticas de la ciencia como patrones continuos de actividad situada,
una idea que luego desarrolla en How Scientific Practices Matter (2002).
que en el mundo, subrayada por la natu- es decir, es simplemente un hábito men-
raleza de la duda cartesiana: tal cartesiano. Hace falta un sano escep-
ticismo hacia la duda cartesiana para
Quiero fomentar la descon- poder empezar a ver una alternativa.2
fianza hacia la presunción de
que las representaciones (es de- De hecho, es posible desarrollar posi-
cir, su significado o contenido) ciones filosóficas coherentes que nie-
son más accesibles para noso-
tros que las cosas que supuesta- guen que, por un lado, hay
mente representan. Si no hay un representaciones y, por otro, entidades
lenguaje mágico a través del ontológicamente separadas que esperan
cual podamos llegar directa- ser representadas. Una comprensión per-
mente a los referentes, ¿por qué
deberíamos pensar que hay un formativa, que desplaza el foco de aten-
lenguaje que mágicamente nos ción de las representaciones lingüísticas
permite llegar directamente al a las prácticas discursivas, es una de esas
sentido o contenido representa- alternativas. En particular, la búsqueda
cional? La presunción de que
podemos saber lo que quere- de alternativas al constructivismo social
mos decir, o lo que dicen nues- ha impulsado enfoques performativos en
tras representaciones verbales, los estudios feministas y queer, así como
más fácilmente de lo que pode- en los estudios científicos. El nombre de
mos conocer los objetos de los
que hablan es un legado carte- Judith Butler es el que más se asocia con
siano, una variación lingüística el término performatividad en los círcu-
de la insistencia de Descartes
en que tenemos un acceso di-
los de la teoría feminista y queer. Y aun-
que Andrew Pickering ha sido uno de los
70
recto y privilegiado a los conte-
nidos de nuestros pensamientos pocos estudiosos de la ciencia que se ha
del que carecemos hacia el apropiado de este término, no cabe duda
mundo “externo” (1996: 209).1 de que, en cierto sentido, teóricxs de los
estudios científicos como Donna Hara-
En otras palabras, la fe asimétrica en
way, Bruno Latour y Joseph Rouse tam-
nuestro acceso a las representaciones por
bién proponen una comprensión
sobre las cosas es un hecho contingente
performativa de la naturaleza de las prác-
de la historia y no una necesidad lógica;
ticas científicas.3 De hecho, la performa-
tividad se ha convertido en un término

1
La traducción de esta cita es nuestra. [T.]
2
El atractivo del representacionismo puede hacer difícil imaginar alternativas. A continuación, hablaré de
las alternativas performativas, pero no son las únicas. Un ejemplo histórico concreto puede ser útil en
esta coyuntura. Foucault señala que en la Europa del siglo XVI no se pensaba en el lenguaje como un
medio, sino que era simplemente “una de las figuras del mundo” (1968: 62), una idea que reverbera de
manera distinta en el relato performativo posthumanista que propongo.
3
Andrew Pickering (1995) rechaza explícitamente el lenguaje representacionista en favor de un lenguaje
performativo. Sin embargo, es importante señalar que la noción de performatividad de Pickering no sería
reconocida como tal por lxs postestructuralistas, a pesar de que ambos comparten la adopción de la per-
formatividad como remedio al representacionismo, y el rechazo del humanismo. La apropiación del tér-
mino por parte de Pickering no incluye ningún reconocimiento de su genealogía políticamente importante
—seguramente inherente a lo queer— (véase Sedgwick, 1993) ni de por qué ha sido y sigue siendo im-
portante para lxs teóricxs críticxs contemporánexs, especialmente lxs estudiosxs/activistas feministas y
queer. De hecho, abandona su importante historicidad política junto con muchas de sus intuiciones cru-
ciales. En particular, Pickering ignora importantes dimensiones discursivas, incluidas las preguntas por
el sentido, la inteligibilidad, el significado, la formación de la identidad y el poder, que son fundamentales
omnipresente en los estudios literarios, Si la performatividad está vinculada
en los estudios teatrales y en la naciente no solo a la formación del sujeto, sino
área interdisciplinaria de los estudios de también a la producción de la materia de
la performance, lo que ha suscitado la los cuerpos, como sugieren las conside-
pregunta de si todas las performances raciones de Butler sobre la “materializa-
son performativas.1 En este artículo, pro- ción” y la noción de “refiguración
pongo una noción específicamente post- materializada” de Haraway, entonces es
humanista de la performatividad, que aún más importante que entendamos la
incorpora importantes factores materia- naturaleza de esta producción.3 El análi-
les y discursivos, sociales y científicos, sis del poder de Foucault vincula las
humanos y no humanos, y naturales y prácticas discursivas a la materialidad
culturales. Una comprensión posthuma- del cuerpo. Sin embargo, su planteo se ve
nista pone en tela de juicio el carácter restringido por varios factores importan-
dado de las categorías diferenciales “hu- tes que limitan gravemente el potencial
mano” y “no humano”, examinando las de su análisis y la elaboración performa-
prácticas a través de las cuales se estabi- tiva de Butler, impidiendo así compren-
lizan y desestabilizan estos límites dife- der precisamente cómo las prácticas
renciales.2 La obra académica de Donna discursivas producen cuerpos materiales.
Haraway –desde los primates hasta los
Si Foucault, al desvirtuar a Marx, si-
ciborgs, pasando por las especies de túa al cuerpo como locus de las fuerzas
compañía– encarna este punto. productivas, como el sitio donde la orga-
71
en las consideraciones postestructuralistas de la “performatividad”. Además, da por sentada la noción
humanista de agencia en tanto propiedad de entidades individuales (como los seres humanos, pero tam-
bién los sistemas meteorológicos, las vieiras y los equipos de música), que lxs postestructuralistas pro-
blematizan. Por otro lado, los enfoques postestructuralistas no tienen en cuenta la “agencia no humana”,
que es un punto central del relato de Pickering. Véase Barad (2007) para un análisis más detallado.
1
La noción de performatividad tiene una distinguida trayectoria en filosofía, que reconoce la mayoría de
estas múltiples y variadas intervenciones. El linaje de la performatividad suele remontarse al interés del
filósofo británico J. L. Austin por los actos de habla, en particular por la relación entre el decir y el hacer.
A continuación, se suele citar a Jacques Derrida por ofrecer importantes enmiendas postestructuralistas.
Butler elabora la noción de performatividad de Derrida a través de los planteos sobre los efectos produc-
tivos del poder regulador de Foucault para teorizar la noción de identidad performativamente. Butler
introduce su noción de performatividad de género en El género en disputa, donde propone que entenda-
mos el género no como una cosa o un conjunto de atributos que flotan libremente, no como una esencia,
sino como un “hacer”: “el género en sí es una especie de transformación o actividad, y ese género no
debe entenderse como un sustantivo, una cosa sustancial o una marca cultural estática, sino más bien
como algún tipo de acción constante y repetida” (2007: 226). En Cuerpos que importan (2002), Butler
postula el vínculo entre la performatividad del género y la materialización de los cuerpos sexuados. Eve
Kosofsky Sedgwick (1993) sostiene que la genealogía de la performatividad es inherentemente queer.
2
Esta noción de posthumanismo difiere de la designación idiosincrásica de Pickering de un “espacio post-
humanista [como] aquel en el que los actores humanos continúan presentes, pero ahora inextricablemente
enredados con los no humanos. Ya no están en el centro de la acción llevando la voz cantante” (1995: 26,
la traducción de esta cita es nuestra [T.]). Sin embargo, el descentramiento de lo humano no es más que
un elemento del posthumanismo. (Nótese que la noción de “enredo” de Pickering es explícitamente epis-
temológica, no ontológica. Al denominar su relato “posthumanista” se trata para él de estar atento a la
acomodación mutua, o capacidad de respuesta, de los agentes humanos y no humanos).
3
Se podría argumentar que la “refiguración materializada” es una versión enterprise up (término de Hara-
way) de la “materialización”, mientras que la noción de “materialización” insinúa una explicación más
rica de la primera. De hecho, es posible leer mi propuesta performativa posthumanista en esta línea, como
una elaboración difractiva de las ideas cruciales de Butler y Haraway.
nización a gran escala del poder se vin- articular las fuerzas biológicas e históri-
cula con las prácticas locales, entonces cas simultáneamente? ¿Hasta qué punto
parecería que cualquier teoría sólida de la materia de los cuerpos tiene su propia
la materialización de los cuerpos necesa- historicidad? ¿Las fuerzas sociales son
riamente tomaría en cuenta cómo la ma- las únicas susceptibles al cambio? ¿No
terialidad del cuerpo –por ejemplo, su son las fuerzas biológicas, en cierto sen-
anatomía y fisiología– y otras fuerzas tido, siempre ya históricas? ¿Es posible
materiales son activamente importantes que en cierto sentido las fuerzas históri-
para los procesos de materialización. De cas sean siempre ya biológicas? ¿Qué
hecho, como Foucault deja muy claro en significaría siquiera plantear tal pregunta,
el último capítulo de la Historia de la Se- dada la fuerte corriente del constructi-
xualidad (vol. 1), no pretende negar la vismo social en ciertos círculos interdis-
relevancia del cuerpo físico, sino, por el ciplinarios de principios del siglo XXI?
contrario, A pesar de que Foucault hace hincapié en
la anatomía política del poder disciplina-
mostrar cómo los dispositivos rio, falla a la hora de ofrecer una explica-
de poder se articulan directa-
mente en el cuerpo –en cuerpos, ción de la historicidad del cuerpo en la
funciones, procesos fisiológi- que su propia materialidad desempeñe
cos, sensaciones, placeres; lejos un papel activo en el funcionamiento del
de que el cuerpo haya sido bo- poder. Esta reinscripción implícita de la
rrado, se trata de hacerlo apare-
pasividad de la materia constituye una
cer en un análisis donde lo
biológico y lo histórico no se marca de los elementos representacionis- 72
sucederían (como en el evolu- tas que persisten en su teoría, en gran
cionismo de los antiguos soció- medida, posrepresentacionista.1 Esta de-
logos), sino que se ligarían con
arreglo a una complejidad cre- ficiencia está relacionada de manera sig-
ciente conformada al desarrollo nificativa con el fracaso para teorizar la
de las tecnologías modernas de relación entre prácticas “discursivas” y
poder que toman como blanco
“no discursivas”. Como insiste la teórica
suyo la vida. Nada, pues, de una
“historia de las mentalidades” feminista materialista Rosemary Hen-
que solo tendría en cuenta los nessey en su crítica a Foucault, “una ri-
cuerpos según el modo de per- gurosa teoría materialista del cuerpo no
cibirlos y de darles sentido y
puede detenerse en la afirmación de que
valor, sino, en cambio, una
“historia de los cuerpos” y de la el cuerpo siempre se construye discursi-
manera en que se invadió lo que vamente. También tiene que explicar
tienen de más material y vi- cómo la construcción discursiva del
viente (1998: 90).
cuerpo está relacionada con prácticas no
Por otra parte, Foucault no nos dice de discursivas de maneras que varían am-
qué manera lo biológico y lo histórico es- pliamente de una formación social a otra”
tán “ligados” de manera que uno no su- (1993, 46).2
cede al otro. ¿Qué hay en la materialidad
de los cuerpos que la hace susceptible de

1
Ver también Butler, 1989.
2
La traducción de esta cita es nuestra. [T.]
Para entender el funcionamiento del Lo que se necesita es una explicación
poder es crucial comprender su natura- sólida de la materialización de todos los
leza en la plenitud de la materialidad. cuerpos –“humanos” y “no humanos”– y
Restringir la productividad del poder al de las prácticas material-discursivas que
dominio limitado de lo “social”, por marcan sus constituciones diferenciales.
ejemplo, o considerar a la materia como Esto requerirá una comprensión de la na-
un mero producto final en lugar de un turaleza de la relación entre las prácticas
factor activo en posteriores materializa- discursivas y los fenómenos materiales,
ciones es entrampar la plenitud de la ca- una consideración de las formas de agen-
pacidad de la materia. ¿Cómo podríamos cia tanto “no humanas” como “humanas”,
entender no solo cómo se constituyen los y una concepción de la naturaleza causal
contornos corporales humanos a través precisa de las prácticas productivas que
de los procesos psíquicos, sino de qué tenga en cuenta la plenitud de la implica-
modo llegan a importar incluso los pro- ción de la materia en su historicidad en
pios átomos que componen el cuerpo curso. Mi contribución al desarrollo de
biológico y, en general, cómo se hace tal explicación se basa en una propuesta
sentir la materia? Es difícil imaginar filosófica que he denominado “realismo
cómo las fuerzas psíquicas y sociohistó- agencial”. El realismo agencial es una
ricas podrían explicar por sí mismas la explicación de las prácticas tecnocientí-
producción de la materia. Sin duda, in- ficas, entre otras, que toma en serio las
cluso cuando se restringe el foco a la ma- ideas feministas, antirracistas, postes-
terialidad de los cuerpos “humanos”, hay tructuralistas, queer, marxistas, de estu- 73
fuerzas “naturales”, no meramente “so- dios de la ciencia y científicas,
ciales”, que importan. De hecho, hay una basándose específicamente en los valio-
gran cantidad de fuerzas material-discur- sos aportes de Niels Bohr, Judith Butler,
sivas –incluyendo las que se etiquetan Michel Foucault, Donna Haraway, Vicki
como “sociales”, “culturales”, “psíqui- Kirby, Joseph Rouse y otrxs.2 Está claro
cas”, “económicas”, “naturales”, “físi- que no es posible explicar completa-
cas”, “biológicas”, “geopolíticas” y mente estas ideas aquí. Mi objetivo, más
“geológicas”– que pueden ser importan- limitado en este artículo, es utilizar la no-
tes para determinados procesos (enreda- ción de performatividad como una red de
dos) de materialización. Si seguimos los difracción para leer las consideraciones
hábitos disciplinarios para rastrear las fundamentales de los estudios feministas
causas definidas por la misma disciplina y queer y de los estudios científicos unos
hasta los correspondientes efectos, defi- a través de los otros, proponiendo al
nidos también por la disciplina, pasare- mismo tiempo una reelaboración mate-
mos por alto todas las intra-acciones rialista y posthumanista de la noción de
cruciales entre estas fuerzas que van en performatividad. Esto implica una reela-
contra de cualquier conjunto específico boración de las nociones familiares de
de preocupaciones disciplinarias.1

1
El término conjuntivo material-discursivo y otros términos realistas agenciales como intra-acción se de-
finen a continuación.
2
Este ensayo expone cuestiones que he desarrollado en publicaciones anteriores, como Barad 1996, 1998a,
1998b, 2001b, y en mi próximo libro (Barad, Meeting the universe halfway).
prácticas discursivas, materialización, escindidos de las palabras y las cosas, de-
agencia y causalidad, entre otras. jando abierto el dilema de una vincula-
ción entre ellos que hace posible el
Empezaré desafiando directamente
conocimiento. Si las palabras están des-
los fundamentos metafísicos del repre-
vinculadas del mundo material, ¿cómo
sentacionismo, proponiendo como alter-
encuentran asidero las representaciones?
nativa una ontología realista agencial. En
Si ya no creemos que el mundo está re-
la siguiente sección, ofreceré una refor-
pleto de semejanzas inherentes cuyas fir-
mulación posthumanista performativa de
mas están inscritas en la faz del mundo,
los conceptos de prácticas discursivas y
que las cosas están ya blasonadas de sig-
de materialidad y teorizaré una relación
nos y que las palabras están al acecho
causal específica entre ellos. En la sec-
como granitos de arena en una playa por
ción final, discutiré las concepciones rea-
descubrir, sino que creemos que el sujeto
listas agenciales de la causalidad y la
conocedor se encuentra inmerso en una
agencia, que son vitales para entender la
espesa red de representaciones, de tal
naturaleza productiva de las prácticas
manera que la mente no tiene forma de ir
material-discursivas, incluidas las tecno-
hacia los objetos que ahora están para
científicas.
siempre fuera de su alcance, y que todo
lo que es visible constituye el molesto
Hacia una metafísica performativa problema del propio cautiverio de la hu-
manidad en el lenguaje, comienza a ha-
Mientras que uno se limite a las cerse evidente que el representacionismo 74
cosas y a las palabras, se puede es prisionero de la misma problemática
pensar que se habla de lo que se metafísica que postula. Al igual que el
ve, que se ve aquello de lo que se aspirante a corredor frustrado de la para-
habla, y que las dos cosas se doja de Zenón, el representacionismo
encadenan. nunca parece poder acercarse a la solu-
Gilles Deleuze, 1987 ción del problema que plantea, porque
está atrapado en la imposibilidad de salir
Las palabras y las cosas es el tí- de su lugar metafísico de partida. Tal vez
tulo –serio– de un problema. sería mejor comenzar con un punto de
Michel Foucault, 2015 partida diferente, una metafísica dife-
rente.1

El representacionismo separa al
mundo en los ámbitos ontológicamente

1
No es ningún secreto que el término metafísica ha sido oprobioso durante la mayor parte del siglo XX.
Este legado positivista sigue vivo incluso en el corazón de sus detractores. Lxs postestructuralistas son
simplemente lxs más recientes firmantes de su sentencia de muerte. Sin embargo, por muy fuerte que sea
la aversión a la metafísica, esta no acatará ninguna sentencia de muerte, por lo que se la ignora por cuenta
y riesgo propios. De hecho, en los laboratorios de física de Estados Unidos y otros lugares del mundo se
están llevando a cabo nuevas investigaciones de “metafísica experimental” que ponen en tela de juicio la
creencia común de que existe una frontera inherente entre lo “físico” y lo “metafísico” (véase Barad,
2007). Este hecho no debería sorprender demasiado a quienes recordamos que la palabra metafísica no
tiene un origen culto en la historia de la filosofía, sino que originalmente se refería a los escritos de
Aristóteles posteriores a sus escritos sobre física, en la compilación realizada por Andrónico de Rodas
unos tres siglos después de la muerte de Aristóteles.
La cosificación –la conversión de las las propiedades de todas las cosas se de-
relaciones en “cosas”, “entidades”, “re- rivan de las propiedades de la unidad
lata”– infecta gran parte de la forma en más pequeña: los átomos (los “indivisi-
que entendemos el mundo y nuestra rela- bles” o “inseparables”). Tanto las teorías
ción con él.1 ¿Por qué pensamos que la sociales liberales como las científicas de-
existencia de relaciones requiere relata? ben mucho a la idea de que el mundo está
¿La persistente desconfianza hacia la na- compuesto por individuos separados con
turaleza, la materialidad y el cuerpo que las propiedades que se les adjudican.
impregna gran parte de la teorización Una red enmarañada de prácticas cientí-
contemporánea y una parte considerable ficas, sociales, éticas y políticas, y nues-
de la historia del pensamiento occidental tra comprensión de las mismas, depende
se alimenta de esta proclividad hacia lo de las instancias diversas/diferenciales
cultural? En esta sección, presento una de esta presuposición. Muchas cosas
ontología relacional que rechaza la meta- penden de un hilo si cuestionamos su
física de los relata, de las “palabras” y las aparente inevitabilidad.
“cosas”. Desde una perspectiva realista El físico Niels Bohr ganó el Premio
agencial, vuelve a ser posible reconocer Nobel por su modelo cuántico del átomo,
la naturaleza, el cuerpo y la materialidad que marca el inicio de sus decisivos
en la plenitud de su devenir sin recurrir a
aportes en el desarrollo de la teoría cuán-
la óptica de la transparencia o de la opa- tica.3 La filosofía-física de Bohr (las dos
cidad, a las geometrías de la exterioridad
o de la interioridad absolutas, y a la teo-
eran inseparables para él) plantea un
desafío radical no solo a la física newto-
75
rización de lo humano como pura causa niana, sino también a la epistemología
o puro efecto, al tiempo que seguimos cartesiana y su estructura triádica repre-
siendo decididamente responsables del sentacionista compuesta por palabras,
papel que “nosotrxs” desempeñamos en conocedores y cosas. De manera crucial,
las prácticas interrelacionadas del cono- en una asombrosa inversión del esquema
cimiento y el devenir. de su antecesor intelectual, Bohr rechaza
Postular la existencia de entidades in- la metafísica atomista que toma a las
dividualmente determinadas con propie- “cosas” como entidades ontológica-
dades inherentes es el sello de la mente primarias. Para Bohr, las cosas no
metafísica atomista. El atomismo pro- tienen límites o propiedades inherente-
cede de Demócrito. 2 Según Demócrito, mente determinadas y las palabras no tie-
nen significados inherentemente

1
Los relata son los componentes en potencia que anteceden a las relaciones. Según el atomismo metafísico,
los relata individuales son siempre preexistentes a las relaciones que puedan existir entre ellos.
2
Se dice que el atomismo se originó con Leucipo y fue elaborado por Demócrito, entusiasta de la demo-
cracia, que también exploró sus implicaciones antropológicas y éticas. La teoría atómica de Demócrito
suele identificarse como la filosofía presocrática más madura, influyó directamente en Platón y Epicuro,
desde donde se difundió a comienzos de la época moderna. También se dice que la teoría atómica cons-
tituye la piedra angular de la ciencia moderna.
3
Niels Bohr (1885-1962), contemporáneo de Einstein, fue uno de los fundadores de la física cuántica y
también de la interpretación más aceptada de la teoría cuántica, que recibe el nombre de interpretación
de Copenhague (en honor a la sede del instituto de física de Bohr, de fama internacional, que lleva su
nombre). Según mi lectura de la filosofía-física de Bohr, puede entenderse que este propone un relato
protoperformativo de las prácticas científicas.
determinados. También pone en tela de sus escritos los puntos de vista ontológi-
juicio la idea cartesiana de la distinción cos implícitos y los he elaborado en el
inherente entre sujeto y objeto y entre co- desarrollo de una ontología realista agen-
nocedor y conocido. cial. En esta sección, presento una rápida
visión general de los aspectos más im-
Podría decirse que el marco epistemo-
portantes del planteo de Bohr y paso a
lógico que desarrolla Bohr rechaza tanto
explicar la ontología realista agencial.
la transparencia del lenguaje como la
Esta ontología relacional es la base de mi
transparencia de la medición; sin em-
explicación performativa posthumanista
bargo, lo que es aún más fundamental,
de la producción de cuerpos materiales.
rechaza la presuposición de que el len-
Dicha explicación rechaza la fijación re-
guaje y la medición desempeñan una
presentacionista por las “palabras” y las
función mediadora. El lenguaje no repre-
“cosas” y la problemática de su relacio-
senta estados de cosas y las mediciones
nalidad. Defiende en cambio una rela-
no representan estados del ser indepen-
ción causal entre prácticas excluyentes
dientes de la medición. Bohr desarrolla
específicas, encarnadas como configu-
su marco epistemológico sin ceder a la
raciones materiales específicas del
desesperación del nihilismo ni a las pe-
mundo (es decir, prácticas/(con)figura-
gajosas redes del relativismo. Con bri-
ciones discursivas más que “palabras”),
llantez y delicadeza, encuentra una
y fenómenos materiales específicos (es
forma de mantener la posibilidad del co-
decir, relaciones más que “cosas”). Esta
nocimiento objetivo en el momento en
que las grandes estructuras de la física relación causal entre los dispositivos de 76
producción corporal y los fenómenos
newtoniana y el representacionismo co-
producidos es una “intra-acción agen-
mienzan a desmoronarse.
cial”. A continuación, los detalles.
La ruptura de Bohr con Newton, Des-
Siguiendo a Bohr, los conceptos teó-
cartes y Demócrito no se basa en una
ricos (por ejemplo, “posición” y “mo-
“mera reflexión filosófica”, sino en los
mento”) no tienen carácter ideacional,
nuevos descubrimientos empíricos en el
sino que son disposiciones físicas espe-
ámbito de la física atómica que salieron
cíficas.1 Por ejemplo, la noción de “posi-
a la luz durante el primer cuarto del siglo
ción” no puede ser entendida como un
XX. El esfuerzo de Bohr por proporcio-
concepto abstracto bien definido ni tam-
nar una base teórica a estos descubri-
poco como un atributo inherente a obje-
mientos dio lugar a la radical propuesta
tos que existen de forma independiente.
de que es necesario un marco epistemo-
Más bien, la “posición” solo tiene sen-
lógico totalmente nuevo. Desgraciada-
tido cuando se utiliza un dispositivo rí-
mente Bohr no explora las dimensiones
gido con partes fijas (por ejemplo, una
ontológicas cruciales de sus descubri-
regla clavada en una mesa fija en el labo-
mientos, sino que se centra en su impor-
ratorio, que establece así un marco de re-
tancia epistemológica. He extraído de
ferencia fijo para especificar la

1
Bohr argumenta, sobre la base de esta única idea principal y junto con el hallazgo empírico de una dis-
continuidad inherente en las “intra-acciones” de la medición, que uno debe rechazar la presunta separa-
bilidad inherente del observador y lo observado, del conocedor y lo conocido. Véase Barad 1996, 2007.
“posición”). Además, cualquier medi- agenciales específicas que los límites y
ción de la “posición” que se realice con las propiedades de los “componentes” de
este dispositivo no puede atribuirse a un los fenómenos se determinan y que los
“objeto” abstracto e independiente, sino conceptos particulares encarnados ad-
que es una propiedad del fenómeno: la quieren sentido. Una intra-acción especí-
inseparabilidad del “objeto observado” y fica (que implica una configuración
los “instrumentos de observación”. Del material específica del “dispositivo de
mismo modo, el “momento” solo tiene observación”) establece un corte agen-
sentido como una disposición material cial (en contraste con el corte cartesiano
que implica partes móviles. Por lo tanto, –una distinción inherente– entre sujeto y
la indeterminación simultánea de la “po- objeto) que efectúa una separación entre
sición” y el “momento” (lo que se co- “sujeto” y “objeto”. Es decir, el corte
noce comúnmente como el principio de agencial establece una resolución local
incertidumbre de Heisenberg) es una dentro del fenómeno de la indetermina-
cuestión de exclusión material de las dis- ción ontológica inherente. En otras pala-
posiciones de “posición” y “momento” bras, los relata no preexisten a las
(una requiere partes fijas y la disposición relaciones; más bien, emergen dentro de
complementaria requiere partes móvi- los fenómenos a través de intra-acciones
les).1 específicas. De manera crucial, las intra-
acciones efectúan la separabilidad agen-
Por tanto, según Bohr, la unidad epis-
cial, la condición local de la exterioridad
temológica primaria no son los objetos
independientes con límites y propieda- dentro de los fenómenos. La noción de 77
separabilidad agencial es de importancia
des inherentes, sino los fenómenos. En
fundamental, porque, en ausencia de una
mi elaboración realista agencial, los fe-
condición ontológica clásica de exterio-
nómenos no se limitan a marcar la inse-
ridad entre el observador y lo observado,
parabilidad epistemológica del
proporciona la condición de posibilidad
“observador” y el “observado”; sino que
más bien, son la inseparabilidad ontoló- para la objetividad. Además, el corte
agencial establece una estructura causal
gica de los “componentes” agencial-
local entre los “componentes” de un fe-
mente intra-activos. Es decir, los
nómeno, al marcar los “instrumentos de
fenómenos son relaciones ontológica-
medición” (“efecto”) y el “objeto me-
mente primarias –relaciones sin relata
dido” (“causa”). Por lo tanto, la noción
preexistentes. 2 La noción de intra-ac-
ción (en contraste con la habitual “inter-
acción”, que presupone la existencia
previa de entidades/relata independien-
tes) representa un profundo cambio con-
ceptual. Es a través de las intra-acciones

1
El llamado principio de incertidumbre en la física cuántica no es una cuestión de “incertidumbre” en
absoluto, sino de indeterminación. Véase Barad 1995, 1996, 2007.
2
Es decir, las relaciones no se derivan secundariamente de los “relata” existentes de forma independiente,
sino que la dependencia ontológica mutua de los “relata” —la relación-— es lo primero desde un punto
de vista ontológico. Como se explica más adelante, los relata solo existen dentro de los fenómenos como
resultado de intra-acciones específicas (es decir, no hay relata independientes, sino solo relata dentro de
relaciones).
de intra-acción constituye una reelabo- comprensión de la naturaleza de las prác-
ración de la noción tradicional de cau- ticas material-discursivas, entre las cua-
salidad.1 les se encuentran aquellas a través de las
cuales se trazan las diferentes distincio-
En mi elaboración posterior de esta
nes, incluyendo las que se establecen en-
ontología realista agencial, sostengo que
tre lo “social” y lo “científico”.2
los fenómenos no son el mero resultado
de ejercicios de laboratorio diseñados Los dispositivos no son dispositivos
por sujetos humanos. Los dispositivos de inscripción, ni instrumentos científi-
que producen los fenómenos tampoco cos colocados antes de que se produzca
pueden entenderse como dispositivos de la acción, ni máquinas que median la dia-
observación o meros instrumentos de la- léctica de la resistencia y la acomodación.
boratorio. Lo acotado de este espacio no No son sensores neutrales del mundo na-
permite una discusión profunda acerca tural ni estructuras que imponen de
de la comprensión realista agencial de la forma determinista algún resultado con-
naturaleza de los dispositivos, pero, creto. En mi elaboración de las ideas de
como desempeñan un papel crucial, in- Bohr, los dispositivos no son meras dis-
cluso constitutivo, en la producción de posiciones estáticas en el mundo, sino
los fenómenos, presentaré una visión ge- que son (re)configuraciones dinámicas
neral de la teorización realista agencial del mundo, prácticas/intra-accio-
de los dispositivos antes de pasar a la nes/performances agenciales específicas
cuestión de la naturaleza de los fenóme-
nos. El desarrollo propuesto permite ex-
a través de las cuales se establecen lími-
tes de exclusión específicos. Los disposi-
78
plorar las implicancias de la ontología tivos no tienen un límite “exterior”
realista agencial más allá de las concep- inherente. Esta indeterminación del lí-
ciones específicas referidas a la natura- mite “exterior” constituye una imposibi-
leza de las prácticas científicas. De lidad de clausura: representa la intra-
hecho, el realismo agencial ofrece una actividad continua en el proceso de re-
configuración iterativa del dispositivo de

1
Puede ser útil señalar un ejemplo concreto. Cuando la luz pasa por una red de difracción de dos rendijas
y forma un patrón de difracción, se dice que tiene un comportamiento ondulatorio. Pero también hay
pruebas de que la luz presenta características similares a las de las partículas, llamadas fotones. Si se
quisiera comprobar esta hipótesis, se podría modificar el dispositivo de difracción de forma que permi-
tiera determinar por qué rendija pasa un fotón determinado (ya que las partículas solo pasan por una única
rendija a la vez). El resultado de este experimento es que el patrón de difracción se destruye. Clásica-
mente, estos dos resultados parecen contradictorios, los esfuerzos por especificar la verdadera naturaleza
ontológica de la luz se ven frustrados. Bohr resuelve esta paradoja de la dualidad onda-partícula de la
siguiente manera: el referente objetivo no es un ente abstracto e independiente, sino el fenómeno de la
luz en intra-acción con el dispositivo. El primer dispositivo le da un significado determinado a la noción
de “onda”, mientras que el segundo ofrece un significado determinado a la noción de “partícula”. Las
nociones de “onda” y “partícula” no se refieren a características inherentes a un objeto que precede a su
intra-acción. No existen objetos con existencia independiente y con características inherentes. Los dos
dispositivos diferentes realizan cortes diferentes, es decir, establecen distinciones diferentes que delimi-
tan el “objeto medido” del “instrumento de medición”. En otras palabras, difieren en las resoluciones
materiales locales de la indeterminación ontológica inherente. No hay conflicto porque los dos resultados
diferentes marcan diferentes intra-acciones. Véase Barad 1996, 2007, para más detalles.
2
Dicho planteo no se basa en una extrapolación analógica. Más bien, sostengo que tales restricciones an-
tropocéntricas a las investigaciones de laboratorio no están justificadas y, de hecho, desafían la lógica de
las propias ideas de Bohr. Véase Barad, 2007.
producción corporal. Los dispositivos intra-acciones agenciales son disposicio-
son prácticas abiertas. nes materiales causales específicas que
pueden implicar o no a los “humanos”.
Es importante destacar que los dispo-
De hecho, es a través de estas prácticas
sitivos son en sí mismos fenómenos.
que se constituyen los límites diferencia-
Como bien saben los científicos, no son
les entre “humanos” y “no humanos”,
objetos preformados intercambiables
“cultura” y “naturaleza”, lo “social” y lo
que se colocan en una estantería a la es-
“científico”. Los fenómenos constituyen
pera de servir a un propósito concreto.
la realidad. La realidad no se compone de
Los dispositivos se constituyen a través
cosas-en-sí-mismas o de cosas-detrás-
de prácticas particulares que están perpe-
de-los-fenómenos, sino de “cosas”-en-
tuamente abiertas a reordenamientos,
los-fenómenos.1 El mundo es intra-acti-
rearticulaciones y otras reelaboraciones.
vidad en proceso de materialización di-
Esto es parte de la creatividad y la difi-
ferencial. Es a través de intra-acciones
cultad de hacer ciencia: conseguir que
específicas que se establece un sentido
los instrumentos funcionen de una ma-
diferencial del ser en el flujo y reflujo
nera determinada para un propósito con-
continuo de la agencia. Es decir, es a tra-
creto (que siempre está abierto a la
vés de intra-acciones específicas que los
posibilidad de ser modificado durante el
fenómenos entran en materia, en los dos
experimento, a medida que se obtienen
sentidos de la expresión. El mundo es un
diferentes conocimientos). Además,
proceso dinámico de intra-actividad por
cualquier dispositivo concreto está siem-
pre intra-actuando con otros. El plega- la reconfiguración continua de estructu- 79
ras causales localmente determinadas
miento de los fenómenos estabilizados
con límites, propiedades, significados y
localmente (que pueden circular a través
patrones de marcas en los cuerpos. Este
de laboratorios, culturas o espacios geo-
flujo continuo de agencia a través del
políticos para materializarse siempre de
cual una “parte” del mundo se hace dife-
forma diferente) en iteraciones posterio-
res de prácticas concretas constituye rencialmente inteligible para otra “parte”
del mundo y a través del cual las estruc-
cambios importantes en el dispositivo
turas causales locales, los límites y las
concreto en cuestión y, por tanto, en la
propiedades se estabilizan y desestabili-
naturaleza de las intra-acciones que dará
zan, no tiene lugar en el espacio y el
lugar a la producción de nuevos fenóme-
tiempo, sino en la creación del propio es-
nos, y así sucesivamente. Los límites no
pacio-tiempo. El mundo es un proceso
se quedan quietos.
abierto y continuo de materialización a
Dicho esto, podemos volver a la cues- través del cual la propia “materia” ad-
tión de la naturaleza de los fenómenos. quiere significado y forma en la realiza-
Los fenómenos se producen mediante in- ción de diferentes posibilidades
tra-acciones agenciales de múltiples dis- agenciales. La temporalidad y la espacia-
positivos de producción corporal. Las

1
Dado que los fenómenos constituyen lo primero desde un punto de vista ontológico, no tiene sentido
hablar de cosas existentes independientemente como algo que está detrás o como causa de los fenómenos.
En esencia, no hay noúmeno, solo fenómenos. Los fenómenos del realismo agencial no son ni los fenó-
menos de Kant ni los fenómenos del fenomenólogo.
lidad surgen en esta historicidad proce- tología resulta completamente insufi-
sual. Las relaciones de exterioridad, co- ciente. Si la palabra “humanos” refiere a
nectividad y exclusión se reconfiguran. fenómenos, no a entidades independien-
Las topologías cambiantes del mundo tes con propiedades inherentes, sino a se-
implican una reelaboración continua de res en su devenir diferencial, particulares
la propia naturaleza de las dinámicas. (re)configuraciones materiales del
mundo con límites cambiantes y propie-
En resumen, el universo es intra-acti-
dades que se estabilizan y desestabilizan
vidad agencial en devenir. Las unidades
junto con los específicos cambios mate-
ontológicas primarias no son “cosas”,
riales en lo que significa ser un humano,
sino fenómenos: reconfiguraciones topo-
la noción de discursividad no puede fun-
lógicas dinámicas/enredos/relacionalida-
darse sobre una distinción inherente en-
des/(re)articulaciones. Y las unidades
tre humanos y no humanos. En esta
semánticas primarias no son “palabras”,
sección, propongo una consideración
sino prácticas material-discursivas a tra-
posthumanista de las prácticas discursi-
vés de las cuales se constituyen los lími-
vas. También esbozo una reelaboración
tes. Este dinamismo es la agencia. La
de la noción de materialidad e insinúo un
agencia no es un atributo, sino la recon-
abordaje realista agencial para entender
figuración continua del mundo. Sobre la
la relación entre las prácticas discursivas
base de esta metafísica performativa, en
y los fenómenos materiales.
la siguiente sección propongo una refi-
guración posthumanista de la naturaleza
de la materialidad y la discursividad y la
El significado no es una propiedad de
las palabras individuales o de grupos de
80
relación entre ellas, y una comprensión palabras. El significado no es conferido
posthumanista de la performatividad. intralingüísticamente ni extralingüística-
mente referenciado. El contenido semán-
tico no se alcanza a través de
Una consideración posthumanista de pensamientos o performances de agentes
las prácticas material-discursivas individuales, sino a través de prácticas
A menudo se confunden las prácticas discursivas particulares. A partir de las
discursivas con expresiones lingüísticas intuiciones de Bohr, sería también tenta-
y frecuentemente el significado es pen- dor agregar los siguientes puntos realis-
sado como una propiedad de las palabras. tas agenciales: los significados no son
Por lo tanto, se dice que las prácticas dis- ideaciones sino (re)configuraciones ma-
cursivas y los significados son fenóme- teriales específicas del mundo, y la inde-
nos particularmente humanos. Pero si terminación semántica, como la
esto es cierto, ¿cómo sería posible tomar indeterminación ontológica, es resoluble
en consideración las prácticas que esta- solo localmente a través de intra-accio-
blecen los límites por los cuales se cons- nes específicas. Pero, antes de seguir,
tituyen diferencialmente los “humanos” probablemente vale la pena tomarse un
y los “no humanos”? La noción de cons- momento para disipar algunos conceptos
titución podría ser entendida en términos erróneos sobre la naturaleza de las prác-
puramente epistémicos, pero cuando se ticas discursivas.
ponen sobre la mesa preguntas sobre on-
Discurso no es sinónimo de lenguaje.1 Las consideraciones de Foucault so-
Discurso no refiere a sistemas lingüísti- bre las prácticas discursivas tienen algu-
cos o significantes, gramáticas, actos de nas sugerentes resonancias (y algunas
habla o conversaciones. Pensar al dis- productivas disonancias) con el planteo
curso como meras palabras habladas o de Bohr sobre los dispositivos y el papel
escritas que forman enunciados descrip- que juegan en la producción material de
tivos es caer en el error del pensamiento cuerpos y significados. Para Bohr, los
representacionista. El discurso no es lo dispositivos son ensamblajes físicos par-
que es dicho, es aquello que restringe y ticulares que le dan significado a ciertos
posibilita lo que puede decirse. Las prác- conceptos para excluir otros; son las con-
ticas discursivas definen lo que cuenta diciones físicas locales que establecen y
como enunciado significativo. Los enun- restringen las prácticas de conocimiento
ciados no son meras manifestaciones tales como conceptualizar y medir; son
provenientes de la conciencia de un su- los productores de (y parte de) los fenó-
jeto unificado; en cambio, los enuncia- menos producidos; establecen un corte
dos y los sujetos emergen de un campo local que produce los “objetos” de ciertas
de posibilidades. Este campo de posibili- prácticas de conocimiento particulares
dades no es estático o singular, sino más dentro de los fenómenos particulares
bien una multiplicidad dinámica y con- producidos. Sobre la base de su profunda
tingente. intuición acerca de la carencia de límites
determinados, propiedades o significa-
De acuerdo con Foucault, las prácti-
cas discursivas son las condiciones loca- dos en los “conceptos” (que son de hecho 81
ensamblajes físicos) y las “cosas” por
les, sociohistóricas y materiales que
fuera de sus mutuas intra-acciones, Bohr
establecen y restringen las prácticas de
ofrece un nuevo marco epistemológico
conocimiento disciplinarias tales como
que cuestiona los dualismos objeto/su-
hablar, escribir, pensar, calcular, medir,
jeto, conocedor/conocido, natura-
filtrar y concentrar. En lugar de limitarse
a describirlos, las prácticas discursivas leza/cultura y palabra/mundo.
producen los “sujetos” y los “objetos” de La idea de Bohr de que los conceptos
las prácticas de conocimiento. En la ex- no son ideas, sino más bien ensamblajes
plicación de Foucault, estas “condicio- físicos reales, es claramente una insisten-
nes” son inmanentes e históricas, no cia en la materialidad de la producción
trascendentes o fenomenológicas. Esto del significado que va más allá de lo que
es, no hay condiciones en el sentido de usualmente se quiere decir con la canti-
leyes trascendentales, ahistóricas, trans- nela contemporánea que afirma que el
culturales, abstractas, que definen las po- escribir y el hablar son prácticas materia-
sibilidades de la experiencia (Kant), sino les. Bohr no está solo afirmando que el
que hay condiciones sociales reales, his- discurso es “soportado” o “sostenido”
tóricas y situadas. por las prácticas materiales, como Fou-
cault parece sugerir (aunque no se espe-
cifica la naturaleza de este “soporte”) ni

1
Me interesa aquí la noción foucaultiana de discurso (prácticas discursivas), no los enfoques formalistas y
empíricos procedentes de la lingüística, la sociolingüística y la sociología angloamericanas.
que las prácticas no discursivas (con- reconozca su mutua implicancia. En par-
texto) determinan las prácticas discursi- ticular, en una explicación realista agen-
vas, como pretenden algunos filósofos cial, tanto la materialidad como las
pragmático-existenciales. 1 Más bien, el prácticas discursivas son repensadas en
punto de Bohr implica una relación mu- términos de intra-actividad.
cho más íntima entre conceptos y mate- En el planteo realista agencial, las
rialidad. Para entender mejor la prácticas discursivas son (re)configura-
naturaleza de esta relación es importante ciones materiales específicas del mundo
correr el foco de los conceptos lingüísti- a través de las cuales las determinacio-
cos y llevarlo hacia las prácticas discur- nes locales de límites, propiedades y sig-
sivas. nificados son establecidas
En el desarrollo realista agencial del diferencialmente. Esto es, las prácticas
marco teórico de Bohr, los dispositivos discursivas son intra-acciones agencia-
no son ensamblajes estáticos en el les en curso del mundo mediante las que
mundo que encarnan conceptos particu- se instaura la determinación local den-
lares para excluir otros, en cambio, son tro de los fenómenos producidos. Las
prácticas materiales específicas a través prácticas discursivas son intra-acciones
de las cuales la determinación semántica causales –ellas establecen estructuras
y ontológica local se establece intra-acti- causales locales a través de las cuales un
vamente. Esto es, los dispositivos son las “componente” (el “efecto”) del fenó-
prácticas excluyentes de “entrada en ma- meno es marcado por otro “componente”
teria” a través de las cuales se constitu- (la “causa”) en su articulación diferen-
82
yen la inteligibilidad y la materialidad. cial. El significado no es una propiedad
Los dispositivos son (re)configuraciones de las palabras individuales o de grupos
materiales/prácticas discursivas que pro- de palabras, sino de una performance en
ducen fenómenos materiales en su deve- curso del mundo en su inteligibilidad di-
nir discursivamente diferenciado. Un ferencial. En esta intra-actividad causal,
fenómeno es una relacionalidad diná- una “parte” del mundo se vuelve deter-
mica que está local y mutuamente deter- minada, se establecen sus límites y se le
minada en su materia y significado asignan propiedades, en su emergente in-
(dentro de un fenómeno particular) a tra- teligibilidad para otra “parte” del mundo.
vés de específicas intra-acciones causa- Las prácticas discursivas son prácticas
les. Fuera de una particular intra-acción de establecimiento de límites que no tie-
agencial, las “palabras” y las “cosas” son nen un carácter definitivo en las dinámi-
indeterminadas. Por lo tanto, las nocio- cas incesantes de la intra-actividad
nes de materialidad y discursividad de- agencial.
ben ser reelaboradas de manera tal que se

1
Foucault distingue entre prácticas “discursivas” y “no discursivas” y reduce esta última categoría a las
prácticas sociales institucionales: “El término ‘institución’ se aplica generalmente a todo tipo de compor-
tamiento más o menos constreñido, todo lo que funciona en una sociedad como sistema de coacción y
que no es enunciado, en definitiva, todo el campo de lo social no discursivo, es una institución” (1980:
197-98; la cursiva es mía). Esta demarcación específica de las ciencias sociales no es especialmente es-
clarecedora para una comprensión posthumanista del realismo agencial, que no se limita al ámbito de lo
social. De hecho, no tiene sentido hablar de lo “no discursivo” a menos que uno esté dispuesto a desechar
la noción de causalidad de su concepción intra-activa.
Las prácticas discursivas no son actos discurso. No es inmutable o pasiva. No
de habla, representaciones lingüísticas ni requiere la marca de una fuerza externa
performances lingüísticas que soportan como la cultura o la historia para ser
alguna relación inespecífica con las prác- completada. La materia es siempre ya
ticas materiales. Las prácticas discursi- una historicidad en curso.1
vas no son marcadores de posición En la explicación realista agencial, la
antropomórficos para la agencia proyec- materia no es una sustancia fija, sino más
tada de sujetos individuales, de la cultura bien una sustancia en su devenir intra-
o del lenguaje. De hecho, no son prácti- activo –no una cosa, sino un hacer, una
cas humanas. Por el contrario, la explica- cristalización de la agencia. La materia
ción posthumanista acerca de las es un proceso de estabilización y deses-
prácticas discursivas del realismo agen- tabilización de intra-actividad iterativa.
cial no fija el límite entre “humano” y Los fenómenos –unidades materiales
“no humano” de antemano, sino que per- más pequeñas (“átomos” relacionales)–
mite (de hecho exige) un análisis genea- entran en materia a través de este proceso
lógico de la emergencia discursiva de lo de intra-actividad en curso. Esto es, “ma-
“humano”. Los “cuerpos humanos” y los teria” refiere a la materialidad/materia-
“sujetos humanos” no preexisten como lización de los fenómenos, no a una
tales; ni tampoco son meros productos fi-
propiedad inherente, fija de los objetos
nales. Los “humanos” no son causa pura abstractos e independientes de la física
ni efecto puro, sino que forman parte del
mundo en su devenir abierto.
newtoniana (la realización modernista
del sueño de Demócrito de los átomos y
83
La materia, como el significado, no es el vacío).
una entidad estática o individualmente La materia no es simplemente “una
articulada. No es un trocito de naturaleza especie de ‘cita’” (Butler, 2002: 36), el
o un pizarrón en blanco, superficie o sitio efecto superficial de los cuerpos huma-
que espera pasivamente la significación, nos o el producto final de los actos lin-
no es la base indiscutible para las teorías güísticos o discursivos. Las restricciones
científicas, feministas o marxistas. La y exclusiones materiales y las dimensio-
materia no es soporte, localización, refe- nes materiales de las prácticas regulato-
rente o fuente de sustentabilidad para el rias son factores importantes en el

1
En su crítica al constructivismo dentro de la teoría feminista, Judith Butler propone una explicación de la
materialización que pretende reconocer estas cuestiones clave. La reelaboración de la noción de materia
como proceso de materialización pone en primer plano la importancia de reconocer la materia en su
historicidad y desafía directamente, por un lado, la interpretación representacionista de la materia como
sitio pasivo, en blanco, que espera la inscripción activa de la cultura; por otro, la postura representacio-
nista ante el vínculo entre materialidad y discurso como relación de exterioridad absoluta. Sin embargo,
por desgracia, la teoría de Butler, en última instancia, reinscribe a la materia como producto pasivo de
las prácticas discursivas, en lugar de tomarla como un agente activo que participa en el propio proceso
de materialización. Esta deficiencia es sintomática de una evaluación incompleta de importantes factores
causales y de una reelaboración incompleta de la “causalidad” en la comprensión de la naturaleza de las
prácticas discursivas (y de los fenómenos materiales) en su productividad. Además, la teoría de la mate-
rialidad de Butler se limita a dar cuenta de la materialización de los cuerpos humanos o, más exactamente,
de la construcción de los contornos del cuerpo humano. La ontología relacional del realismo agencial
permite una reelaboración de la noción de materialización que reconoce la existencia de importantes
vínculos entre las prácticas discursivas y los fenómenos materiales sin las limitaciones antropocéntricas
de la teoría de Butler.
proceso de materialización. Las dinámi- través de los cuales la materia se arti-
cas de la intra-actividad implican a la cula y participa diferencialmente (en la
materia como un “agente” activo en su emergencia de límites y significados), re-
materialización en curso. configurando el campo de posibilidades
material-discursivas en las dinámicas de
Las prácticas de instauración de lími-
la intra-actividad que es la agencia. Las
tes, es decir, las prácticas discursivas, es-
intra-acciones son resoluciones causales
tán completamente implicadas en las
no determinísticas a través de las cuales
dinámicas de la intra-actividad a través
la materia en proceso de devenir se sedi-
de las cuales los fenómenos entran en
menta y se pliega en posteriores materia-
materia. En otras palabras, la materiali-
lizaciones.1
dad es discursiva (los fenómenos mate-
riales son inseparables de los Las condiciones materiales importan,
dispositivos de producción de los cuer- no porque den “soporte” a los discursos
pos: la materia incluye a y emerge de la particulares que serían los verdaderos
reconfiguración de límites en curso), al factores generativos en la formación de
igual que las prácticas discursivas son los cuerpos. La materia entra en materia
siempre ya materiales (son continuas a través de la intra-actividad iterativa del
(re)configuraciones materiales del mundo en su devenir. Esto no significa
mundo). Las prácticas discursivas y los solamente que hay factores materiales
fenómenos materiales no están en una re- importantes además de los discursivos;
lación de exterioridad, lo material y lo
discursivo se encuentran mutuamente
más bien, la cuestión es la naturaleza
conjunta, material-discursiva, de las res-
84
implicados en las dinámicas de la intra- tricciones, las condiciones y las prácticas.
actividad. Tampoco son reducibles uno a El hecho de que las restricciones y exclu-
otro. La relación entre lo material y lo siones discursivas y materiales estén en-
discursivo es de implicación mutua. Nin- trelazadas señala la limitada validez de
guno es articulado/articulable en ausen- los análisis que intentan determinar los
cia del otro, la materia y el significado se efectos individuales de los factores ma-
articulan mutuamente. Ni las prácticas teriales o discursivos.2 Además, la con-
discursivas ni los fenómenos materiales ceptualización de la materialidad que
son preexistentes ontológica o epistemo- ofrece el realismo agencial permite tener
lógicamente. Ninguno puede ser expli- en cuenta las limitaciones y condiciones
cado en los términos del otro. Ninguno materiales sin reinscribirlas bajo las su-
tiene un estatus privilegiado para deter- posiciones empiricistas tradicionales
minar al otro. acerca del darse transparente o inmediato
del mundo y sin caer en el estancamiento
Los dispositivos de producción cor-
analítico que simplemente reconoce
poral y los fenómenos que estos produ-
nuestro acceso mediado al mundo. Las
cen son de naturaleza material-
ubicuas declaraciones que proclaman
discursiva. Las prácticas material-dis-
que la experiencia o el mundo material
cursivas son ensamblajes iterativos es-
están “mediados” han ofrecido muy poca
pecíficos –intra-acciones agenciales– a

1
Más adelante, en el siguiente apartado, analizaré en detalle la naturaleza de las intra-acciones causales.
2
Consultar Barad, 1998b, 2001a, 2001b, 2007 para ver ejemplos.
orientación sobre cómo continuar. La no- cuerpos “humanos” pasan por alto el
ción de mediación ha impedido durante punto crucial de que las mismas prácticas
mucho tiempo una consideración más mediante las cuales se dibujan los límites
exhaustiva del mundo empírico. La re- diferenciales de lo “humano” y lo “no
conceptualización de la materialidad humano” ya están implicadas en las ma-
ofrecida aquí permite tomar al mundo terializaciones particulares. La constitu-
empírico seriamente, esta vez compren- ción diferencial de lo “humano” (“no
diendo que el referente objetivo es el fe- humano”) siempre está acompañada por
nómeno, no el aparente “darse inmediato” exclusiones particulares y siempre está
del mundo. abierta a contestación. Este es un resul-
tado de la naturaleza causal no determi-
Todos los cuerpos, no solo los cuer-
nista de las intra-acciones agenciales, un
pos “humanos”, entran en materia a tra-
punto crucial que abordo en la siguiente
vés de la intra-actividad iterativa del
sección.
mundo –su performatividad. Esto no solo
es cierto con respecto a la superficie o en
los contornos del cuerpo, sino también
La naturaleza de la producción y la
para el cuerpo en la totalidad de su fisi-
producción de la naturaleza: agencia y
calidad, incluyendo los “átomos” de su
causalidad
ser. Los cuerpos no son objetos con lími-
tes y propiedades inherentes, son fenó- ¿Cuál es la naturaleza de la causalidad
en este planteo? ¿Qué posibilidades exis-
menos material-discursivos. Los cuerpos
“humanos” no son inherentemente dife- ten para la agencia, para intervenir en el 85
rentes de los cuerpos “no humanos”. devenir del mundo? ¿Dónde entran las
Aquello que constituye a lo “humano” (y cuestiones de la responsabilidad y la ren-
lo “no humano”) no es una noción fija o dición de cuentas?
predeterminada, pero tampoco es una Las intra-acciones agenciales son re-
idealidad flotante. La cuestión aquí no es soluciones causales. Recordemos que un
algún proceso mal definido por el cual corte agencial produce una separabilidad
las prácticas lingüísticas humanas (mate- local de diferentes “partes componentes”
rialmente sostenidas de alguna manera del fenómeno, una de las cuales (“la
inespecífica) logran producir cuerpos causa”) se expresa efectuando y mar-
sustanciales/sustancias corporales, sino cando la otra (“el efecto”). En un con-
una dinámica material de intra-actividad: texto científico, este proceso se conoce
los dispositivos materiales producen fe- como “medición”. (De hecho, la noción
nómenos materiales a través de intra-ac- de “medición” no es ni más ni menos que
ciones causales específicas, donde una intra-acción causal.)1 Es cuestión de
“material” es siempre material-discur- gustos pensarla como “medición” o
sivo; eso es lo que significa entrar en como una parte del universo haciéndose
materia. Las teorías que se enfocan ex- inteligible para otra en su continua inte-
clusivamente en la materialización de los

1
Agradezco a Joe Rouse que haya expuesto este punto con tanta elegancia (conversación privada). Rouse
(2002) sugiere que la medición no tiene por qué ser un concepto acerca de operaciones de laboratorio,
que antes de responder si algo es o no una medición hay que considerar una cuestión previa, a saber: ¿qué
constituye una medición de qué?
ligibilidad y materialización diferencia- forma” o “inscribe” a la naturaleza, pero
dora. 1 En cualquier caso, lo importante no la produce materialmente. Por otra
de las intra-acciones causales es el hecho parte, si no hay una naturaleza preexis-
de que se dejan marcas en los cuerpos. tente, entonces corresponde a quienes
La objetividad significa ser responsables defienden esa teoría explicar cómo es
de las marcas en los cuerpos. que la cultura puede producir material-
mente aquello de lo que supuestamente
Esta estructura causal difiere signifi-
es ontológicamente distinta, es decir, la
cativamente de las alternativas comunes
naturaleza. ¿Cuál es el mecanismo de
de la exterioridad absoluta y la interiori-
esta producción? La otra alternativa ha-
dad absoluta, del determinismo y el libre
bitual tampoco es atractiva: la geometría
albedrío. En el caso de la geometría de la
de la interioridad absoluta equivale a una
exterioridad absoluta, la afirmación de
reducción del efecto a su causa o, en este
que las prácticas culturales producen
caso, de la naturaleza a la cultura, o de la
cuerpos materiales parte de la presunción
materia al lenguaje, lo que equivale a una
metafísica de la distinción ontológica del
u otra forma de idealismo.
primer conjunto respecto del segundo. El
modelo de inscripción del constructi- La separabilidad agencial presenta
vismo es de esta índole: la cultura se fi- una alternativa a estas opciones poco sa-
gura como una fuerza externa que actúa tisfactorias. 2 Postula una “exterioridad
sobre la naturaleza pasiva. Hay una am- interior” que rechaza las geometrías an-
bigüedad en este modelo en cuanto a si
la naturaleza existe en alguna forma pre-
teriores y abre un espacio mucho más
amplio, que sería más apropiado pensar
86
discursiva antes de ser marcada por la como una topología cambiante.3 Más es-
cultura. Si existe tal entidad precedente, pecíficamente, la separabilidad agencial
entonces su propia existencia marca el lí- es una cuestión de exterioridad interior
mite inherente del constructivismo. En de los fenómenos (material-discursivos).
este caso, la retórica debería suavizarse Por lo tanto, no se da prioridad ni a la
para reflejar con mayor precisión el he-
cho de que la fuerza de la cultura “da

1
La inteligibilidad no es un asunto humano. Es cuestión de articulaciones diferenciales y receptividad/com-
promiso diferencial. Vicki Kirby (1997) hace una observación similar.
2
Butler también rechaza estas dos opciones, proponiendo una alternativa que denomina “exterioridad cons-
titutiva”. La “exterioridad constitutiva” es una exterioridad dentro del lenguaje, es el “aquello” al que el
lenguaje se ve obligado a responder en el repetido intento de capturar la constante pérdida o ausencia de
lo que no puede ser capturado. Es esta exigencia persistente y el inevitable fracaso del lenguaje para
resolverla lo que abre un espacio para la resignificación —una forma de agencia— dentro de los términos
de esa reiteración. Pero el hecho de que el propio lenguaje sea un recinto que contiene la exterioridad
constitutiva equivale a una desafortunada reinscripción de la materia como subordinada al juego del len-
guaje y muestra un compromiso con un antropocentrismo inaceptable, reduciendo las posibilidades de la
agencia para la resignificación.
3
La geometría se ocupa de las formas y los tamaños (incluso de las variedades no euclidianas, como las
geometrías construidas sobre superficies curvas y no sobre planos, por ejemplo, las esferas), mientras que
la topología investiga cuestiones de conectividad y límites. Aunque a menudo se piensa en la espacialidad
desde el punto de vista geométrico, sobre todo en términos de las características de los recintos (como el
tamaño y la forma), esta es solo una manera de pensar el espacio. Las características topológicas de las
variedades pueden ser muy importantes. Por ejemplo, dos puntos que parecen alejados geométricamente
pueden, dada una conectividad particular de la variedad espacial, estar realmente próximos el uno al otro
(como, por ejemplo, en el caso de los objetos cosmológicos llamados “agujeros de gusano”).
materialidad ni a la discursividad. 1 No un espacio relativamente amplio, para las
hay una relación geométrica de exterio- formas de agencia material-discursivas.
ridad absoluta entre un “dispositivo cau- Una formulación posthumanista de la
sal” y un “cuerpo efectuado”, ni un performatividad pone de manifiesto la
colapso idealista de los dos, sino más importancia de tener en cuenta las for-
bien una dinámica topológica continua mas de agencia “humanas”, “no humanas”
que envuelve el espacio-tiempo sobre sí y “ciborgianas” (de hecho, todas formas
mismo, resultado del hecho de que los material-discursivas). Esto es posible y
dispositivos de producción corporal (que necesario porque la agencia es una cues-
son ellos mismos fenómenos) son (tam- tión de cambios en los dispositivos de
bién) parte de los fenómenos que produ- producción corporal, y dichos cambios
cen. La materia desempeña un papel tienen lugar a través de diversas intra-ac-
activo, de hecho agencial, en su materia- ciones, algunas de las cuales rehacen los
lización iterativa, pero esta no es la única límites que delinean la constitución dife-
razón por la que el espacio de la agencia rencial de lo “humano”. Mantener fija la
es mucho mayor que el postulado en mu- categoría “humano” excluye de ante-
chas otras teorías sociales críticas.2 Las mano toda una gama de posibilidades,
intra-acciones siempre implican exclu- eludiendo importantes dimensiones del
siones particulares, y las exclusiones im-
funcionamiento del poder.
piden cualquier posibilidad de
determinismo, proporcionando las con- En una comprensión realista agencial,
diciones necesarias para un futuro la agencia se desprende de su órbita hu- 87
abierto.3 Por lo tanto, las intra-acciones manista tradicional. La agencia no está
son restrictivas pero no determinantes. alineada con la intencionalidad o la sub-
Es decir, la intra-actividad no es una jetividad humanas. Tampoco implica
cuestión de determinismo estricto ni de simplemente la resignificación u otros ti-
libertad sin restricciones. El futuro está pos de movimientos específicos dentro
radicalmente abierto en todo momento. de una geometría social de antihuma-
Este sentido abierto de la futuridad no nismo. La agencia es una cuestión de in-
depende del choque o la colisión de las tra-acción; es una resolución, no algo
demandas culturales, sino que es inhe- que alguien o algo tiene. La agencia no
rente a la naturaleza de la intra-actividad: puede ser designada como un atributo de
incluso cuando los dispositivos mayor- los “sujetos” u “objetos” (ya que no pre-
mente se refuerzan, la agencia no está ex- existen como tales). No es un atributo en
cluida. De ahí que la noción de intra- absoluto: es un “hacer”/“ser” en su intra-
acción reformule la noción tradicional de actividad. Consiste en establecer cam-
causalidad y abra un espacio, de hecho bios iterativos en las prácticas particula-
res a través de la dinámica de la intra-

1
En contraste por ejemplo con la “exterioridad constitutiva” de Butler.
2
Por ejemplo, el espacio de la agencia es mucho mayor que el postulado por las teorías de Butler o Louis
Althusser. La agencia no se limita a las posibilidades de resignificación lingüística, y evadir el resultado
determinista no requiere un choque de dispositivos/demandas discursivas (es decir, sobredeterminación).
3
Esto es cierto también a nivel atómico. De hecho, como subraya Bohr, la exclusividad mutua de la “posi-
ción” y el “momento” es lo que hace que la noción de causalidad en la física cuántica difiera profunda-
mente de la causalidad determinista de la física clásica newtoniana.
actividad. La agencia tiene que ver con únicas opciones parecen ser la ingenui-
las posibilidades y la responsabilidad dad del empirismo o las mismas historias
que conlleva la reconfiguración de los narcisistas de siempre.
dispositivos material-discursivos de pro- He propuesto un desarrollo materia-
ducción corporal, incluidas las articula- lista posthumanista de la performativi-
ciones y exclusiones de los límites que dad que desafía el posicionamiento
marcan esas prácticas en el estableci- según el cual la materialidad es algo
miento de una estructura causal. Las po- dado o un mero efecto de la agencia hu-
sibilidades particulares de actuar existen mana. En este planteo realista agencial,
a cada momento, y estas posibilidades la materialidad es un factor activo en los
cambiantes implican una responsabili- procesos de materialización. La natura-
dad de intervenir en el devenir del leza no es una superficie pasiva que es-
mundo, de impugnar y reelaborar lo que pera la marca de la cultura ni el producto
importa y lo que queda excluido. final de las performances culturales. La
creencia de que la naturaleza es muda e
inmutable y de que todas las expectativas
Conclusiones
de cambio y de significación residen en
Los estudios feministas, los estudios la cultura es una reinscripción del dua-
queer, los estudios científicos, los estu- lismo naturaleza/cultura que las feminis-
dios culturales y lxs estudiosxs de la teo- tas han impugnado activamente. Del
ría social crítica se encuentran entre lxs
que luchan contra la dificultad de recon-
mismo modo, la distinción entre lo hu-
mano y lo no humano no puede formar
88
ciliarse con el peso del mundo. Por un parte de ninguna teoría que pretenda dar
lado, existe un deseo expreso de recono- cuenta de la materia en la plenitud de su
cer y reivindicar la materia y sus denos- historicidad. Lxs estudiosxs feministas
tados semejantes, los exiliados de los de la ciencia, en particular, han subra-
dominios familiares y reconfortantes de yado que las inscripciones fundacionales
la cultura, la mente y la historia; no sim- del dualismo naturaleza/cultura obstacu-
plemente para abogar de forma altruista lizan la comprensión de cómo se forman
en nombre de los subalternos, sino con la la “naturaleza” y la “cultura”, cuestión
esperanza de encontrar una forma de dar que es crucial tanto para los análisis fe-
cuenta de nuestra propia finitud. ¿Pode- ministas como para los científicos. Tam-
mos identificar los límites y restricciones, bién han subrayado que la noción de
si no los fundamentos, del discurso-saber “formación” no niega en absoluto la
en su productividad? Pero a pesar de su realidad material de la “naturaleza” o la
sustancia, al final, según muchos de los “cultura”. Por lo tanto, en los fundamen-
intentos contemporáneos por salvarla, no tos de cualquier planteo performativo
es la materia la que se tambalea en el de- que se precie de serlo no sería aconseja-
senfreno de las posibilidades infinitas; ble incorporar dichos valores antropo-
más bien, es la propia existencia de la fi- céntricos.
nitud la que se define como materia.
Una parte central del desarrollo per-
Atrapados una vez más mirando espejos,
formativo que he propuesto es el replan-
el rostro de la trascendencia o nuestra
teamiento de las nociones de prácticas
propia imagen. Como si no hubiera otras
discursivas y de fenómenos materiales y
formas de conceptualizar la materia: las
la relación entre ellos. De acuerdo con la importantes implicancias posthumanis-
perspectiva realista agencial, las prácti- tas de esta idea en su comprensión final-
cas discursivas no son actividades basa- mente humanista del “nosotrxs”. Vicki
das en seres humanos, sino más bien Kirby articula de forma elocuente este
(re)configuraciones materiales específi- importante punto posthumanista: “In-
cas del mundo a través de las cuales se tento complicar la localización de la
resuelven diferencialmente las determi- identidad humana como un aquí y ahora,
naciones locales de los límites, las pro- un producto cerrado y acabado, una
piedades y los significados. Y la materia fuerza causal sobre la Naturaleza. O in-
no es una esencia fija; más bien, es sus- cluso... como algo dentro de la Natura-
tancia en su devenir intra-activo, no una leza. No quiero que lo humano esté en la
cosa sino un hacer, un coágulo de agen- Naturaleza, como si esta fuera un conte-
cia. Y la performatividad no se entiende nedor. La identidad es intrínsecamente
como una cita iterativa (Butler), sino inestable, diferenciada, dispersa y, sin
como una intra-actividad iterativa. embargo, extrañamente coherente. Si
Desde una mirada realista agencial de digo «esto es la Naturaleza en sí misma»,
las prácticas tecnocientíficas, el “cono- una expresión que suele denotar un esen-
cedor” no se encuentra en una relación cialismo prescriptivo y por eso la evita-
de exterioridad absoluta respecto del mos, en realidad he animado este «sí
mundo natural que está investigando; no mismo» e incluso he sugerido que el
«pensamiento» no es el otro de la natura-
existe algo así como un punto de vista
exterior. 1 Por lo tanto, la condición de leza. La naturaleza se realiza a sí misma
89
posibilidad de la objetividad no es la ex- de otra manera”.3
terioridad absoluta, sino la separabilidad La configuración particular que
agencial, la exterioridad dentro de los fe- adopta un dispositivo no es una construc-
nómenos.2 “Nosotrxs” no somos obser- ción arbitraria de acuerdo a “nuestra”
vadorxs externxs del mundo. Ni estamos elección; tampoco es el resultado de es-
simplemente situadxs en lugares concre- tructuras de poder causalmente determi-
tos del mundo, sino que formamos parte nistas. Los seres “humanos” no se
del mundo en su continua intra-actividad. limitan a ensamblar diferentes dispositi-
Este es un punto al que Niels Bohr trató vos para satisfacer proyectos de conoci-
de llegar cuando insistió en que nuestra miento particulares, sino que ellos
epistemología debe tener en cuenta el he- mismos son componentes locales especí-
cho de que formamos parte de la natura- ficos de la reconfiguración en curso del
leza a la que tratamos de entender. Sin mundo. Si las manipulaciones del labo-
embargo, desgraciadamente, truncó las ratorio, las intervenciones de la observa-
ción, los conceptos u otras prácticas

1
Otros también han señalado este punto, por ejemplo, Haraway, 1995; Kirby, 1997; Rouse, 2002; y Bohr.
2
La noción de separabilidad agencial, que se basa en la noción realista agencial de intra-acción, tiene con-
secuencias de gran alcance. De hecho, se puede demostrar que desempeña un papel fundamental en la
resolución del “problema de la medición” y otros problemas de larga data en la teoría cuántica. Véase
Barad, 2007.
3
Vicki Kirby (comunicación privada, 2002). El cuestionamiento sostenido de Kirby del obstinado binomio
naturaleza/cultura no tiene parangón. Véase Kirby, 1997, para una notable lectura “materialista” (el ad-
jetivo es mío) de la teoría derrideana. [La cita de Kirby corresponde a una traducción propia. T.]
humanas tienen un papel que desempe- ———. 1996. “Meeting the Universe
ñar, es como parte de la configuración Halfway: Realism and Social Cons-
material del mundo en su devenir intra- tructivism without Contradiction.” En
activo. Los “humanos” forman parte del Hankinson Nelson, L. y Nelson, J.
espacio mundo-cuerpo en su estructura- (eds.) Feminism, Science, and the Phi-
ción dinámica. losophy of Science. Dordrecht: Kluwer
Press.
En gran medida, las prácticas de co-
———. 1998a. “Agential Realism: Fe-
nocimiento no pueden reivindicarse ple-
minist Interventions in Understanding
namente como prácticas humanas, no
Scientific Practices.” En Biagioli, M.
solo porque utilizamos elementos no hu-
(ed.) The Science Studies Reader.
manos en nuestras prácticas, sino porque
Nueva York: Routledge.
el conocimiento consiste en que una
———. 1998b. “Getting Real: Technos-
parte del mundo se hace inteligible para
cientific Practices and the Materializa-
otra. Las prácticas de conocimiento y de
tion of Reality.” differences: A Journal
ser no son aislables, sino que se implican
of Feminist Cultural Studies 10(2):87–
mutuamente. No obtenemos el conoci-
126.
miento estando fuera del mundo; cono-
———. 2001a. “Performing Cul-
cemos porque “somos” del mundo.
ture/Performing Nature: Using the Pie-
Somos parte del mundo en su devenir di-
zoelectric Crystal of Ultrasound
ferencial. La separación entre epistemo-
Technologies as a Transducer between
logía y ontología es la reverberación de
una metafísica que asume una diferencia Science Studies and Queer Theories.” 90
En Lammar, C. (ed.) Digital Anatomy.
inherente entre lo humano y lo no hu-
Viena: Turia & Kant.
mano, el sujeto y el objeto, la mente y el
———. 2001b. “Re(con)figuring Space,
cuerpo, la materia y el discurso. Una
Time, and Matter.” En DeKoven, M.
onto-epistemología –el estudio de las
(ed.) Feminist Locations: Global and
prácticas de conocimiento en el ser– pro-
bablemente sea una mejor manera de Local, Theory and Practice. New
Brunswick, N.J.: Rutgers University
aproximarse al tipo de comprensión ne-
Press.
cesaria para llegar a un acuerdo sobre
———. 2007. Meeting the Universe
cómo importan las intra-acciones especí-
Halfway. Quantum physics and the en-
ficas.
tanglement of matter and meaning.
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AUTORXS

Bertúa, Paula....................................................................................................................44
Billi, Noelia .....................................................................................................................32
Bolte, Rilke ......................................................................................................................19
Borisonik, Hernán ............................................................................................................32
Bruera, Matías .................................................................................................................40
Canseco, Adriana .............................................................................................................52
Casiva, Emilia..................................................................................................................49
Conforte, Juan Manuel ......................................................................................................4
Estupiñán, Mary Luz .......................................................................................................47
Fernández, Nahir .............................................................................................................28
Genoud, Agustín ..............................................................................................................64
Gomez, Lilén ...................................................................................................................30
González, Milagros ....................................................................................................30, 52
Johnson, Santiago ............................................................................................................18
Jorge, Julia .......................................................................................................................13
Kaufman, Alejandro ..........................................................................................................6
La Rocca, Paula ...............................................................................................................13
Lema, Verónica ...............................................................................................................49
Lorio, Natalia .....................................................................................................................6
92
Maccioni, Franca .............................................................................................................14
Medrano, Celeste .............................................................................................................10
Medrano, Octavia ..............................................................................................................5
Milone, Gabriela ..............................................................................................................51
Neuburguer, Ana .............................................................................................................17
Ortiz Maldonado, Natalia ................................................................................................ 59
Prósperi, Germán .............................................................................................................24
Raimondi, Sergio .............................................................................................................48
rodríguez freire, raúl ........................................................................................................47
Santucci, Silvana .......................................................................................................16, 60
Schwarzböck, Silvia ........................................................................................................64
Ulm, Hernán ....................................................................................................................35
Villalba, Susana .........................................................................................................60, 64
Wikipedia ........................................................................................................................19
Cuadernos Materialistas, n° 8, 2023.
ISSN: 2545-7985
https://colectivamateria.wixsite.com/cuadmaterialistas/8
Comité editorial: Paula Fleisner, Guadalupe Lucero y Noelia Billi
Edición: Colectiva Materia
Ensenada 82, Domselaar. CP 1984.
San Vicente, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

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