De Tenochtitlan A Colhuacan, Gilberto Leon y Rafael Barron
De Tenochtitlan A Colhuacan, Gilberto Leon y Rafael Barron
De Tenochtitlan A Colhuacan, Gilberto Leon y Rafael Barron
DE TENOCHTITLAN A COLHUACAN
El retorno de los santos-ancestros al lugar de origen en tiempos de crisis cosmognica, s. XVI
Resumen
Palabras clave: Santo entierro, bultos mortuorios, gobernantes, seoro culhua, monte
sagrado, templo mayor.
2
Alfredo Lpez Austin y Leonardo Lpez Lujn escribieron recientemente un libro intitulado
Monte Sagrado-Templo Mayor (2009), donde dicen que el templo Mayor de Tenochtitlan
era una imagen microcsmica de la montaa sagrada a la que se rinde culto en todo
Mesoamrica y propusieron el complejo cultural del Monte Sagrado, para su inteleccin,
un nodo compuesto por otros nodos que son partes constitutivas de una red de
correlaciones, donde se percibe una imagen cosmolgica arquetpica, plasmada en la
geografa: el Monte, en cuyo interior se atesoran los recursos que los dioses reparten
peridicamente a los seres humanos, en reciprocidad (Lpez y Lpez, 2009: 17).
Concluyen que el Eje, el Monte, la Cueva, las cuatro proyecciones (son algunos de) los
elementos csmicos en los cuales debieron de haber credo sin dejar memoria, sus
antepasados y los antepasados de muchos otros pueblos mesoamericanos (ibid., 2009:
167).
Sobre la gnesis de las creencias de los mexicas Johanna Broda (2001:174) nos
dice que:
Los dos comentarios anteriores referentes a la religin colonial nahua y sus races
multiculturales mesoamericanas, nos sirven para plantear algunas cuestiones acaecidas
durante el encuentro entre los espaoles y los indgenas de la cuenca de Mxico, en
especfico sobre las viejas creencias del culto a sus muertos, que tiene relacin con el
culto a los cerros.
Triple Alianza; ya que con la llegada de los peninsulares se tornaba un lugar inseguro, ya
no la montaa sagrada, smbolo del poder, sino la casa de los invasores.
Por lo anterior, resulta poco probable que el Templo Mayor siguiera siendo
utilizado como ltima morada de los tlatoque, en especfico bajo la Tlaltecuhtli, como
plantea Leonardo Lpez Lujn y Eduardo Matos Moctezuma, quienes sugieren: que la
Tlaltecuhtli del Mayorazgo de Nava Chvez pudiera marcar con su monstruoso cuerpo el
acceso a una tumba real, espacio que habra sido equiparado simblicamente con el
inframundo (Matos y Lpez, 2012: 447). Afirman que la Tlaltecuhtli hara las veces de
acceso a alguna tumba de varios gobernantes de la gran Tenochtitlan, incluso despus de
la llegada de los espaoles (Lpez y Chvez, 2010: 303).
Estas creencias proponen una posible solucin al problema del ltimo paradero de
los restos de los tlatoque, que no necesariamente implica que el Templo Mayor sea un
lugar fsico, como emulacin de la Tula mtica, pues est, la Tula, siempre tuvo su origen
en la montaa sagrada con la que cada ser humano adquiere una deuda; aquella que le
da identidad como miembro de un altpetl, como descendiente de un Santo tutelar y no de
otro: esas concepciones anteceden al Estado mexica y lo suceden.
Segn Lpez Austin y Lpez Lujn (2009: 98), la totalidad de lo que se viene
desde el anecmeno sobre la superficie de la tierra, es la substancia divina que constituye
el tiempo entendido como destino y las fuerzas de germinacin o crecimiento, que dan el
poder a los vegetales, a los animales y al hombre. Segn los mesoamericanos algunos
muertos van al paraso terrenal, Tlalocan, lugar de muchos regocijos y lleno de ddivas.
Ah jams hay necesidad, nunca faltan las mazorcas de maz de todos los colores, de
calabazas, frutas de huerta, tomates, frijoles de vaina y flores de todas las formas, olores
y sabores. All viven unos dioses que se llaman Tlaloques, quienes ayudan al Seor del
Monte en sus labores cotidianas de fertilizacin del mundo.
En el mismo cerro haba otro lugar a donde se iban los muertos, era el cielo donde
viva el sol. Ah se iban los que moran durante la guerra, ellos acompaaban al sol
durante su ascenso en el cielo. Por otro lado, estaban las mujeres que haban muerto
durante su primer parto, que acompaaban al sol durante su descenso del cielo. En fin,
todos los muertos, independientemente de su forma de morir o de vivir, tenan como
ltima morada el interior de la montaa, slo haba diferencia en el lugar en el que vivan y
la funcin, que desde su paso de la vida a la muerte, jugaban los difuntos en la
dinamizacin del mundo, pero dentro de la montaa.
El monte y el templo (teocalli) es visto como promontorio sagrado y las cuevas son vistas
como puertas que se abren cada determinado tiempo para poder entrar en ellas.
Creencias semejantes a las de los nahuas, las encontramos en muchos lugares de
Mesoamrica. Por ejemplo, en los Altos de Chiapas, Evon Z. (1976: 36) registr el
siguiente relato sobre la vida dentro de la montaa, en donde:
En las cuevas los seres del ecmeno se comunican con los del anecmeno, pues
la cueva y su boca eran en el pasado prehispnico y siguen siendo en la actualidad los
smbolos de la naturaleza hueca del gran promontorio csmico y la entrada al otro mundo
5
(Lpez y Lpez, 2009:110).1 A este respecto, Mario Humberto Ruz (1981: 64-5) apunta lo
siguiente:
Las cuevas son, pues, reverenciadas no slo porque en ellas se ocultan los
corazones del maz, el frijol, los frutos y las calabazas celosamente guardados
por los Hombres-Rayo, sino especialmente por ser entrada al inframundo y, por
tanto, puertas de desgracias; entrada al lugar donde el indgena sigue condenado
a trabajar, an despus de muerto.
Entre los nahuas de Veracruz creen que para entrar al interior de la montaa hay
dos entradas que llevan por caminos diferentes a dos lugares distintos: Una conduce a la
otra parte del monte y contiene muchos tesoros, la otra lleva a las profundidades y se
pierde en el infierno (Aramoni, 1990: 147). Pensamos que es posible que aquella sea la
Tula mtica, a donde todos los seres de la tierra tenan su ltima morada, pero no todos en
el mismo lugar, porque haba muchas tulas, no slo una. La preguntas que surge es
Cmo podemos saber si cada hombre corresponda a una montaa distinta,
determinada por su nacimiento, o si haba una en donde se concentraran todas, como un
gran templo despus de una invasin?.
1
Se tena la creencia en el periodo prehispnico que los mexicas de una cueva o manera de ella
() nacieron sus abuelos; y que algunos (de sus) dioses salieron de aquella cueva (en
Culhuacn) (Gonzlez, 1912: 181).
6
Los tlaquimilolli pueden ser definidos como reliquias o como objetos envueltos en
mantas asociados a una deidad (). Si bien cada objeto que conforma el bulto
puede funcionar de manera autnoma como reliquia, objeto de culto, los
tlaquimilolli constituyen en general conjuntos de diversos elementos que varan
segn las deidades representadas (Olivier, 2010: 55).
Entre las funciones de los bultos sagrados encontramos que servan como
vehculos de comunicacin con el dios tutelar, ya que por medio de ellos, los portadores
del dios (teomama) conocan la voluntad del numen como las rutas en las
peregrinaciones, ofrendas o sacrificios, campaas militares; adems, servan para
efectuar los ritos de entronizacin y del encendimiento del Fuego Nuevo.
7
Despus del 200 d.C. fue cuando algunas aldeas pasaron a formar sociedades
estratificadas, con cultos, comercio y sistemas polticos complejos. Caso paradigmtico es
la ciudad de Cuicuilco, quien dio inicio a una sociedad religiosa con clases sociales
diferenciadas. Se sabe que al tiempo de la mxima expansin de Cuicuilco, en la
sociedad de Teotihuacn se estaba gestando el nacimiento del periodo Clsico (150 a
600 d.C.). Y paralelo al auge de esta gran metrpoli, en la fase de Coyotlatelco (700 a 900
d.C.), Culhuacn tuvo una expansin social y territorial hasta la parte poniente del cerro
por grupos chichimecas, quienes a lo largo de aproximadamente 700 aos influirn
notablemente en el desarrollo cultural de la cuenca de Mxico (Arana et al., 2002: 13).
El final del periodo Clsico concluye con la cada de Teotihuacn y entre las
ciudades contemporneas con mayor podero destacaron Xochicalco, Cholula y Tula. Fue
esta ltima la que pudo sobresalir como capital sucesora despus de Teotihuacn. Entre
el ao 950 y 1150 d.C., la ciudad de Tula vivi su mayor apogeo; aunque su decadencia
sucedi en el siglo XI, quedando solo la memoria y el linaje, cuya herencia enarbolara
Culhuacn al sur de la cuenca de Mxico (Prez, 1999: 37, 39, 42, 44).
Para Paul Kirchhoff Culhuacn fue uno de los pueblos ms importantes de la historia
antigua de Mxico pero desgraciadamente el menos conocido (Caamao, 1988: 183).
Estudios recientes establecen que el desarrollo de Teotihuacn sucedi paralelo al de la
9
En la Relacin de la genealoga y linaje de los seores que han seoreado esta tierra de
Nueva Espaa, se menciona que Culhuacn ya tena 89 aos de fundada cuando los
culhua llegan a Tula. El primer asentamiento sucedi en el antiguo Culhuacn, a las
faldas del Cerro de la Estrella, despus pasan a Tula en Hidalgo y a su regreso llegan a la
nueva Culhuacn cerca del viejo asentamiento. Tanto en Tula como en Culhuacn viejo,
los primeros gobernantes fundadores fueron: Mixcatl, Quetzalcatl, Huemac y
Nauhyotzin (Prem, 1999: 53-54).
Es bien sabido que para los teotihuacanos como para los tuleos Culhuacn
fungi como asentamiento hegemnico-cerro-sagrado, smbolo del poder y smbolo de la
soberana (Torres y Montufar, 2015: 28). En las crnicas histricas el seoro es
considerado representante de la autoridad y como una de las ciudades ms antiguas del
altiplano; adems de que aparece como detentor de la lengua y la cultura nahua
(Caamao, 1988: 179).
A decir de Charles Gibson (2012), se sabe que en el 1000 d.C. ocurri una
inmigracin masiva de los pueblos tolteca, chichimeca, otom y azteca a la cuenca de
Mxico. Y por una serie de cambios de poderes las comunidades de Xaltocan,
Culhuacn y Azcapotzalco ascendieron y cayeron como centros de autoridad. Tiempo
despus, con la ayuda de los acolhuas, descendientes del linaje de Xlotl, los culhuas
volvieron a recuperar la autoridad y reconstruyeron el templo en el cerro de Culhuacn.
En esta reedificacin se ampli el complejo arquitectnico, los pisos fueron renovados y
se deposit una ofrenda con materiales de oblacin (que) han sido asociados con el culto
al agua y a los cerros (Torres y Montufar, 2015: 31).
Nigel Davies (1980) sugiere que para el ao de 1100 d.C., Culhuacn tuvo su
mayor esplendor influenciando a la ciudad de Tula, el valle de Mxico, Toluca y Morelos
(en Cline, 1986: 4). En este sentido es bien sabido que el templo del Fuego Nuevo sufri
tres etapas constructivas con ampliacin y fue en el Posclsico temprano (950-1150 d.C.),
cuando se retiraron piedras y cortaron muros del basamento y sobre estos se construy
una nueva edificacin. Para inaugurar esta nueva estructura se encontr una ofrenda que
contena veinte crneos de infantes, restos seos humanos, pectorales de jadeta, un
espejo de pirita, cuantas de piedra verde y negra, y diversos caracoles (Prez, 2002: 110;
Torres y Montufar, 2015: 30).
11
Los reinos antes dominados por Culhuacn fueron sometidos (). La alianza
mexica-tepaneca provoc la rpida decadencia de Culhuacn, que se acentu a
partir de 1377, cuando Acamapichtli, primer monarca mexica, emprendi la
conquista hacia la regin surea y Tezozmoc lanz la campaa de reconquista
de Culhuacn (vila, 2006, I: 120).2
Hay que tener presente que cuando los mexicas llegaron a la cuenca de Mxico, la
regin lacustre estaba dominada por tres principales reinos o seoros, que segn
Chimalphin, formaban una triple alianza: Azcapotzalco, Coatlinchn y Culhuacn. ste
ltimo represent uno de los reinos de mayor influencia, pues mantena cierto dominio
sobre los reinos del sur en la regin de la pennsula de Iztapalapa, de Chalco y
Xochimilco; ya que el origen tolteca que se les ha atribuido a Xochimilco, Chalco, Xico,
Tlhuac y Mixquic sugiere que existan lazos y afinidades con Culhuacn (ibid., 2006:
112).
Es bien sabido que los gobernantes de Culhuacn dieron permiso para que los
mexicas se asentaran en un paraje llamado Tizapn, de donde salieron huyendo al dar
muerte a la hija del seor, quien fue pedida por los mexicas para tener un lazo de unin y
as obtener el prestigioso linaje. Se dice que fue desollada y su piel utilizada para vestir a
un sacerdote a quien los mexicas adoraron como la diosa madre Toci. Tanto el Cdice
Aubin como el Cdice Ramrez narran la huida de los mexicas despus del
acontecimiento (ibid., 2006: 109).
Mendocino. Pero fue durante el gobierno de Moctezuma II, cuando el templo fue
reconstruido con una afn de legitimacin ideolgica y hegemnica del Estado. Y fue en el
ao de 1455 (cuando) la ceremonia del Fuego Nuevo se sincroniz en varias ciudades
lejanas a Tenochtitlan, pues esta fiesta tena que hacerse al mismo tiempo en todos los
territorios conquistados (Torres y Montufar, 2015: 32).
El Estado mexica mostr su inters por aglutinar las mltiples creencias de los
diferentes grupos conquistados y ostento su hegemona mediante la
escenificacin de un nico ritual del Fuego Nuevo, como festejo de la
regeneracin del tiempo, al bajar el fuego del cielo y repartirlo, en un despliegue
de poder (Prez, 2002: 110; Torres y Montufar, 2015: 31).
Fray Diego Durn (1953, II: 115) en su Historia de las indias de Nueva Espaa y
tierra firme, refiere la importancia que tuvo el lugar como generador de un poder ancestral.
Dijo:
Tienen empero esta excelencia los de Culhuacn (por) ser los mejores de la
tierra () de cuya cepa tienen origen y principio los reyes de Mxico y muchos
seores principales y gobernadores de las dems provincias pues salieron de las
seoras que engendraron stos. Adems de que fueron los primeros que ha esta
tierra llegaron y poseyeron aquel lugar de Culhuacn y fueron los ms principales
en aquel tiempo de toda la generacin xochimilca, y as se hizo cabecera y
seoro por s y sujet mucha parte de las provincias a su servicio.
13
Ahora bien, cuando fueron conquistados los culhuas por los mexicas, ellos lo
llamaron Cerro de Iztapalapa, Huizachtcatl, Huixachtlan y Huixachtla. Los ltimos tres
vocablos provienen de la raz huizache, del nhuatl huitz: espina, y alude a las distintas
plantas espinosas que quiz eran el dominante fisonmico de la misma regin (ibid.,
2015: 28).
Cecilio Robelo relaciona el topnimo con los colhuas, una de las tribus nahuas, y
dice que el topnimo original debi ser Teocolhuacan, Colhuacan el Viejo, Lugar de los
colhuas, que tambin aparece mencionado en la Crnica Mexicyotl (Alvarado, 2012: 59)
Dice que el topnimo deriva de Coltzin, dios torcido" + hua, posesivo y can, locativo.
As, se traducira como Lugar de los que adoran a Coltzin. Coltzin era el dios patrn de
los colhuas, por lo que el topnimo tambin se traduce como Lugar de los colhuas.
Para Laurette Sjourn los aztecas y los dems grupos nmadas refieren a
Culhuacn-Chicomztoc para sealar, ya no sus diversos orgenes territoriales, sino su
integracin a un conjunto religioso y poltico del que esa ciudad era el centro (Sjourn,
2009: 19; Caamao, 1988: 183). Adems, se tena la creencia de que los culhuas fueron
14
sitio de paso de los ancestros (Garca, 2009: 115). Tan relevante resultaba ser la imagen
estacional de las Siete cuevas, que Culhuacn poda incorporarla a sus funciones. De
all que a la llegada de los espaoles no se vacilara en decidir que las efigies ms
importantes del panten azteca se trasladaran a las grutas de Culhuacn (ibid., 2009:
116).
Estas fueron las conjeturas a la que posiblemente los agustinos llegaron cuando
se propusieron instalar un Seminario de Lenguas en el convento de San Juan
Evangelista de Culhuacn y su respectivo molino de papel (pues), no haba
suficiente papel en la metrpoli para abastecer la enorme demanda que se haca
de este insumo (Montellano, 2010: 7).
3
Se consigna otra epidemia en San Juan Teoculhuacn para el ao de mil seiscientos y treinta y
uno (), que por los meses de septiembre y octubre se introdujo en el pueblo de San Juan una
peste que los indios llaman matlazahuatl, que por estar cada la iglesia antigua y estar haciendo
iglesia nueva, me fue preciso pasar a los difuntos a las nimas (Navarro, 1909: 569).
17
Viendo yo en este estado la iglesia, trate de echarla al suelo para ver como la
poda hacer nueva. Y solo fiando en el patrocinio y amparo del Santo Evangelista
San Juan, saqu las imgenes que son las del seor San Juan, un Santo Cristo
grande y la Santsima Virgen del Rosario y las puse en la capilla de la Virgen del
Ppulo en las Animas; all celebr la fiesta y prosegu celebrndola, como
asimismo enterrando a los difuntos y dicindoles misa (Ibid., 1909: 592).
Resulta interesante que los primeros templos catlicos de la zona como el de San
Mateo Churubusco, San Marcos Mexicaltzingo, San Juan Evangelista y la capilla de
Calvario en Culhuacn, y el de Santa Marta Acatitla con su convento, fueron edificados
sobre basamentos de un edificio prehispnico, que seguramente era tambin religioso, y
en los cuales ofrendaban a sus dioses (Prez, 1999: 15).4
4
En Churubusco el primer monasterio que se construy fue a un lado del cementerio, dnde
estaba un cerro de piedra y lodo fabricado por la gentilidad en donde tenan su iglesia y daban
culto al demonio (Navarro, 1909: 558-59).
18
Existen dos ejemplos ms para el periodo colonial que informan del ocultamiento
de dolos y envoltorios en cuevas del pueblo de Culhuacn. Por ejemplo, existen dos
expedientes contemporneos, el primero habla sobre el bulto de Huitzilopochtli, y se
encuentra en el Archivo General de la Nacin, ramo de Inquisicin, tomo XXXVII, exp. 3
bis, fechado en el mes de julio, titulado: Proceso del Fiscal del Santo Oficio de la
Inquisicin, contra Miguel indio vecino de Mxico que en su lengua se dice Pochtecatl
Tlailotlatl. Secretario Miguel Lpez, Idolatra. Al expediente se le adjunta una ilustracin
catalogada bajo el rubro de 4848, 979/2652, con ttulo de Manuscrito tradicional indgena,
dolos del templo de Huitzilopochtli o Descripcin de cmo ocultaron sus dolos.
Sabemos que desde 1521 a 1524 los frailes espaoles combatiendo ferozmente
las idolatras de los naturales en el centro de Mxico. Segn Motolinia los espaoles
comenzaron a confiscar y destruir los dolos que eran ocultados debajo de altares y
cruces, pero adems, colocaron tambin a sus dioses en los lugares como bosquecillos o
colinas, y cumbres de montaas, y en sitios que incitaban al grato reposo (de Len, 1997:
116).5
5
Se menciona que Moctezuma Xocoyotzin, mandaba a Culhuacn e Iztapalapa a descansar entre
placenteros paisajes naturales a los burcratas y soldados viejos que haban estado a su servicio,
en agradecimiento a sus aos de trabajo (Arana et al., 2002: 26).
19
enterado de que los dolos fueron ocultados en Ocuituco. Fue en la audiencia del Santo
Oficio cuando el mismo inquisidor y obispo, inform lo siguiente:
Dio relacin Mateos, indio pintor, vecino de Mxico, que cuando esta ciudad se
torn a ganar, los dolos que en ella haba, en el Cu de Huichilobos de esta
ciudad, con otros muchos demonios que ellos adoraban, los quitaron del dicho
Cu y llevaron a casa de Miguel, indio vecino asimismo de Mxico (de Len, 1997:
118-119).
Mateo, por medio del intrprete Alonso de Santiago, asever que Tlailotla:
Es hijo de uno que se deca Atolatl, vecino de esta ciudad de Mxico, que fue
muy privado de Moctezuma y persona a quien dicho Moctezuma daba parte de
sus secreto y que el dicho su padre tena un dolo envuelto en que adoraba, muy
pesado que nunca lo desataban, sino que lo adoraban. Y que ninguno haba que
fuese muy principal lo desataba por reverencia que le tenan y porque decan que
quien lo desatase morira (de Len, 1997: 119).
En otra declaracin de los hechos encontramos que Diego Panitzin mencion que
Huitzilopochtli fue escondido en el Tepuchcalco o en Temazcaltitlan, y dijo que el dicho
Huitzilopochtli tena cuatro mantas de muy ricos chalchihuites transparentes, las cuales
dichas mantas tenan e guardaban Coayaotl y Tomiyaotl (de Len, 1997: 122).
Que le dijo el dicho su primo Pablo Zua, que cuando los cristianos vinieron,
mand Moctezuma llevar a Culhuacn las figuras de Huitzilopochtli y de
Tezcatlipoca y de Topiltzi, y que all los escondieron en cierta cueva que se llama
Tencuyoc y que nunca se ha buscado ni llegado a ella, y que los llev Axayacatl
hijo de Moctezuma (Gonzlez, 1912: 181-82; de Len, 1997: 127).
Puede haber diez y siete aos (1522), poco ms o menos, que llevaron de esta
ciudad al dicho pueblo de Culhuacn el Ochilobos e otros muchos dolos, y que
os llev Tehuachichilayo, indio que es muerto, los pusieron en una cueva que se
dice Telacin, y all estuvieron seis das, y desde all los llevaron a Xaltocan, y de
Xaltocan oy decir que los llevaron a Xilotepec, que desde ah los haban
mandado a traer al Peol, que est en una laguna que se dice Tepecingo, y que
ha odo decir que estn all en una cueva (Gonzlez, 1912: 178).
Que es verdad que este confesante abri una cueva en el dicho pueblo de
Culhuacn, que se dice Teloztote, puede haber cuatro meses, y que en la dicha
cueva hallo seis cajas de piedra llenas de piedras chalchihuites, y de otras
piedras, y este confesante las saco (Ibid., 1912: 183).
Finalmente, se llega a la conclusin de que los dolos del Templo Mayor fueron
depositados en una cueva del cerro de Culhuacn (de Len, 1997: 127); pero, al parecer,
solo algunos das, ya que:
Dice Don Baltasar, que cuando Don Pedro de Alvarado qued en Mxico que ()
los indios llevaron dos envoltorios a Culhuacn, grandes y pesados, el uno era
negro y el otro era azul, y que all estuvieron cuatro o cinco das, y que los
guardaban mexicanos y que ellos mismos los llevaron en una canoa y
preguntando el dicho Don Baltasar por ellos, le dijeron unos que a Xilotepec los
haban llevado, y otros que a Xaltocan (). Y que los dichos envoltorios eran del
gran dolo de Mxico Huitzilopochtli (Gonzlez, 1912: 181).6
6
En la Historia de los mexicanos por sus pinturas (2002: 67) se menciona que al ao siguiente, 22
de la fundacin de la ciudad (de Tenochtitlan), viendo los de Culhuacn que en los 22 aos
pasados se haban hecho mucho los de Mxico, por miedo de ellos llevaban a sus dioses a
Xochimilco en una canoa.
21
Lo anterior muestra que los naturales procuraron distintas estrategias para poder
seguir siendo favorecidos con la providencia de sus dioses mediante su culto, an durante
el siglo XVIII. Una de ellas fue seguir venerando los ojos de agua, las cuevas, las cruces y
capillas donde saban que estaban enterrados sus dolos. Ante ello, en las nuevas
edificaciones reutilizaron los materiales de los templos paganos, para construir los
templos cristianos.
Bajo este contexto del reacomodo de las creencias indgenas durante el siglo XVI
y an despus, resulta intrigante la aparicin del Seor del Calvario en Culhuacn dentro
de una cueva, la cual, a principios del periodo colonial, sigui funcionando como
adoratorio pagano pero fue reutilizada por los franciscanos para construir una ermita
donde se vener al Santo Entierro. En la actualidad el lugar es llamado La Capilla del
Divino Salvador del Calvario (Prez, 1999: 42).
Aunque en la cueva donde se encontr el Cristo del Calvario hay una inscripcin
que data de 1672, Agustn Rojas (2007: 54) opina que el Calvarito es la capilla ms
importante que tiene Culhuacn, su imagen del Santo Entierro ha sido venerada desde el
siglo XVI por todos los culhuacanenses y los pueblos vecinos, principalmente Xochimilco
y Tlalpan. Adems, el Seor del Calvario tiene una rplica en miniatura llamada el Seor
de la Canota que sale a visitas por las calles de los pueblos; incluso hasta Xochimilco.
Por las Relaciones geogrficas del Arzobispado de Mxico de 1743, sabemos del
culto que se haca al Santo Entierro en Culhuacn para estas fechas. Se menciona que
en ese momento habitaban 8 religiosos agustinos en el convento. Lo ms importante es
que se registr el culto a la imagen que se extenda desde Culhuacn a sus vecinos.
Segn esta fuente, exista:
Una capilla en una cueva con un Seor, que su advocacin es el Santo Entierro
en quien los naturales y dems vecinos tienen puesto todo su afecto y devocin,
y experimentan su gran misericordia cada da en muchas felicidades (Solano,
1988, I: 198-200).
Vindome con toda esta evidencia y que haba destruido y sacada de aquel lugar
los tres dolos, me halle empeado en fabricar la iglesia de cal y canto para su
perpetuidad (Ibid., 1909: 585).
restos del antiguo templo de Tezcatlipoca y restos de el palacio de los antiguos reyes o
tlatoque (Ramrez, 2013: 365).
El dios Huitzilopochtli era el envoltorio sagrado que contena sus reliquias y que,
como es mencionado por la mayor parte de los cronistas, iba guardado en un
cofre o caja que cuidaban los teomama. Aparentemente estas reliquias eran los
huesos de Huitziltzin, o algn objeto que le perteneci, como su manto, su
mxtlatl o sus armas. Estas reliquias eran pasadas de un caudillo a otro durante
la peregrinacin seguramente como seal de liderazgo (Ibid., 1968: 179;
Navarrete, 2010: 180).
El primero, Huitzilopochtli, fue quien hizo salir de Aztln a los mexica y los vino a
sacar de Chicomztoc. El segundo, de nombre Cuauhtlequetzqui. El tercero, de
nombre Acacitli. El cuarto, de nombre Citlallitzin. El quinto, de nombre
Tzimpatzin. El sexto de nombre Tlazotzin. El sptimo fue aquel Tozcuecuextli ya
mencionado, que despus de haberse muerto inmediatamente asentaron en el
mando al Huehue Huitzilhuitl (Chimalphin, 1998, I: 113).
Por ejemplo, en la foja 26 recto, dentro del Captulo XVI, encontramos un recuadro
en el que aparece el momento en que es entregado Moctezuma II a los espaoles. En la
escena principal aparece la Malinche o Doa Marina, como interprete, ubicada entre los
espaoles con sus lanzas y por otro lado el sequito que acompa a Moctezuma en ese
25
Una vez entregado el gobernante, en la foja 26 verso aparece otra escena donde
la Malinche, oculta entre el ejrcito espaol, presencia el momento de la detencin del
gobernante. Aqu aparece Moctezuma con sus acompaantes indgenas, pero siendo
jaloneado por soldados espaoles. La escena parece remitir al momento de la Pasin,
cuando los soldados romanos arremeten con Jess en el huerto para llevarlo a declarar
ante Poncio Pilato. Los gestos de uno y otro personaje (indgena y espaol) sugieren un
lenguaje gesticular que fue creado por los artistas indgenas, lo que parece confundir si de
quien se trata es de Jess de Nazaret o Moctezuma Xocoyotzin.
En la foja 26 verso, aparece Moctezuma cabizbajo y afligido con las manos sin
fuerza mostrando congoja. Lo sujeta un soldado espaol quien lo toma del brazo junto a
un paje que sigue acompaando al tlatoani. La escena parece mostrar que el gobernante
est siendo llevado a la fuerza y estn a punto de entrar a un recinto donde seguramente
ser interrogado por las autoridades. Esta escena parece remitir al momento de la Pasin
de Cristo cuando es llevado ante Herodes por soldados acorazados que lo jalan de su
manto.
7
Nos basaremos en las imgenes de la Pasin de Cristo que datan del siglo XV hechas por
Cristoforo de Predis, vase Garca (2004).
26
mano izquierda y opone resistencia para entrar. Si comparamos esta escena con las de la
Pasin de Cristo vemos que es el momento en que de nuevo Jess regresa a ser
interrogado por Poncio Pilato.
Sabemos por la narracin bblica que en este momento Poncio Pilato, desde un
balcn, sale con Jess para saber de qu lo culpan. Esa misma escena se encuentra en
el del Cdice Florentino (1975, XII: 36v.), donde Itzcuauhtzin, desde el tapanco, sale a
interpelar al pueblo para que se calmen, ya que todos se encuentran enardecidos. En el
pasaje de la Historia General de las Cosas de Nueva Espaa, se dijo:
En el mismo libro del Cdice Florentino (1975, XII: 36r.), se puede ver el momento
en que Moctezuma II es atado con hierro y ms bien parece que le estn clavando los
pies como le sucedi a Jesucristo. En otras crnicas se dice que al tlatoani no slo lo
ataron, sino que lo acuchillaron por la espalda, como se puede ver en la pictografa del
Cdice de Moctezuma. Aunque otros documentos afirman que el gobernate subi para
interpelar a su pueblo, le dieron un piedrazo en la cabeza y despus muri.
Esta escena que venimos comentando sucede cuando los espaoles quedan
sitiados en la ciudad despus de la matanza de Pedro de Alvarado. Se dice que los
macehuales tenan gran rabia porque mataron a principales y valientes hombres a
traicin. Resulta interesante que en este momento:
Los indios comenzaron a enterrar a los que haban sido muertos en el patio por
los espaoles, por cuya muerte se hizo gran llanto en toda la ciudad porque eran
gente muy principal los que haban muerto. Enterrndolos en diversas partes
segn sus ritos (Sahagn, 2006: 716).
A los cuatro das, despus de la matanza comandada por Alvarado, los mexicas
hallaron tirados los cuerpos de Itzcuauhtzin y de Moctezuma en la rivera en un galpago
que llaman Teoayoc y trasladaron sus cuerpos a un lugar llamado Calpulco. En las
pictografas del Cdice Florentino (1975, XII, 40v) se dibujaron estas escenas. Una est a
color y podemos ver a cuatro personajes: un soldado y un espaol tirando los cuerpos de
Moctezuma y de Itzcuauhtzin a la rivera del lago. En otra imagen aparece el momento en
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que algunos indgenas recogen los cuerpos de los tlatoque. Moctezuma se distingue por
su tilma y por su diadema seorial o xihuitzolli. Para algunos autores estas escenas hacen
pensar en el paralelismo que hay entre el cuerpo del tlatoani y el momento del
descendimiento de Jesucristo de la cruz despus de crucificado (Magaloni, 2003: 39).
Y cuatro das andados despus de la matanza que se hizo en el Cu, hallaron los
mexicanos muertos a Moctezuma y al gobernador de Tlatelolco (Itzcuauhtzin),
echados fuera de las casas reales (). Y despus que conocieron los que los
hallaron que eran ellos, dieron mandado y alzronlos de all, y llevronlos a un
oratorio que llamaban Calpulco, e hicieron all las ceremonias que solan hacer a
los difuntos de gran valor, y despus los quemaron como acostumbraban hacer a
todos los seores, e hicieron todas las solemnidades que solan hacer en este
caso; a uno de ellos que era Moctezuma lo enterraron en Mxico y al otro en
Tlatelolco (Sahagn, 2006: 716-170).
El Cdice Aubin informa que fue difcil encontrara un lugar donde incinerar o
enterrar a Moctezuma, porque en muchos lugares no lo quisieron recibir; ya que algunos
decan mal de Moctezuma porque haba sido muy cruel (Sahagn, 2006: 718). Pero lo
que es seguro, es que:
Y muerto, los espaoles se le entregaron a los indios diciendo que ellos mismos
los indios lo haban muerto y tomaron los indios el cuerpo y llevaronle de priesa a
el Cu que se haba cado y estaba ardiendo y echaron a Moctezuma en l
(Cdice Tudela, 2002: 55v.).
En el Cdice Florentino (1975, XII: 40r.) aparece un recuadro donde fue dibujado
un templo o teocalli, con altas escalinatas y un adoratorio con techo de palma. En las
faldas del templo aparece Moctezuma en una hoguera con sus ojos cerrados, tirado en el
suelo entre maderos a punto de incinerarse. Sabemos que es el tlatoani por el hecho de
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[Cortes] mand luego, para (saber) que era cierto que de la pedrada haba
muerto Moctezuma, a dos principales de los que estaban presos para que
tomndole a cuestas le sacasen de la casa. Estaba la calle por donde salieron
llena de gente; lleg a ellos un principal con una devisa muy rica; hizo, sin hablar,
muchos visajes y meneos como preguntando qu cuerpo sera aqul, y como le
dijeron que era el de Moctezuma (), corri hacia los suyos () para que lo
enterrasen como era de costumbre. No se supo de cierto qu hicieron de l, ms
de que le debieron enterrar en el monte y fuente de Chapultepec, porque all se
oy un gran [llanto] (Cervantes, 1914: 482).
Ahora bien, no pensamos que el Seor del Calvario sea Moctezuma, sino ms
bien suponemos, por la matanza que hubo de muchos seores y principales, que las
cenizas de algunos gobernantes no nicamente se bebieron, sino que al ser molidas
pudieron haberse reutilizado como pintura facial y corporal para imgenes cristianas.
Recordemos que a Netzahualcyotl lo refregaron con agua divina y cosa chamuscada
(), lo untaron simblicamente con humo y residuos contenidos en una urna sagrada
(Rbago: 1973: 64-65). En el caso de Chimalpopoca, le empolvaron el cuerpo con la tiza
(intizauh) encima le pegaron las plumas (niman ye quipotonia), es decir, ritualmente se
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REFLEXIONES FINALES
Si nos planteamos la pregunta Cul es la identidad del Santo sepulcro que se encuentra
en Culhuacn?, o Quin es el Seor del Calvario? Podemos considerar que la imagen
manufacturada en pasta de caa de maz por los indgenas remiten al concepto de
hombre-dios en contexto colonial. En la imagen del Seor del Calvario se puede entender
la fusin de dos personajes en uno nuevo. El Santo Sepulcro era el Cuerpo de Cristo y
al parecer remita a los antiguos ancestros colocados en bultos nombrados tlaquimilolli. La
imagen, articulada y envuelta en unos lienzos, porta un sudario en la cabeza que recuerda
a las diademas seoriales que portaban los tlatoque, llamadas xihuitzolli. Su color facial y
corporal es negro, suponemos que podran ser las cenizas de algn gobernante untadas
en la imagen, para as tener la certeza de que la fuerza de su ancestro los segua
conduciendo. Eso pudo haber pasado con las primeras esculturas catlicas hechas
despus de la conquista y de manufactura indgena, imgenes cristianas como
verdaderos ancestros con connotacin precolombina. Segn Diana Magaloni, los
aspectos simblicos que muestran la muerte ritual de algunos tlatoque, podra significar el
cambio de una era solar a otra ya que (al igual que Quetzalcatl, quien se inmola) y baja
al inframundo por otros cuatro das; al cuarto da se eleva al cielo en la forma de un
corazn de quetzal, el smbolo de Venus. Esta historia puede ser apropiada para entender
la asociacin entre Moctezuma y Cristo. En este sentido, son los indgenas quienes ()
posibilitan, como sacerdotes de Copulco, el cambio de era csmica y con ello propician
que su mundo siguiera en marcha.
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