Rahner Matrimonio
Rahner Matrimonio
Rahner Matrimonio
El sacramento en general
hace transparente y presente; como tambin, en ciertas circunstancias, signo vaco, que
no lleva consigo lo que significa. Esto vale evidentemente tanto para el matrimonio
como contrato, como para la vida matrimonial en cuanto tal.
Lo dicho vale ante todo para el amor interpersonal, donde ste cristalice en la unidad de
dos personas. Y esto significa: el amor autntico es, de hecho, siempre "caritas"
teolgica, en la que Dios y el hombre son amados en mutua implicacin. De manera
que en esta "caritas" el amante realiza su salvacin en el acontecimiento de la
justificacin, quiere al otro en su salvacin, y en ambos, Dios -en persona e inmediatez-
es alcanzado como tal salvacin.
El amor interpersonal significa al mismo tiempo una unin con toda la humanidad. Esta
afirmacin parece contradecir aquella exclusividad e intimidad que estamos
acostumbrados a atribuir al amor matrimonial y con las que lo distinguimos de otras
formas de amor interpersonal. Sin embargo, esta incompatibilidad desaparece si nos
preguntamos de dnde procede esta exclusividad: si tiene por fundamento la dinmica
misma de este amor personal, o si se funda tambin en otras razones no tan intimas y
ms relacionadas con la concreta manifestacin de este amor, siempre limitada en el
espacio y en el tiempo, o incluso con otros aspectos culturales, histricos y
sociolgicos.
Desde luego, sera falso comprender el matrimonio como un acto en el que dos personas
forman un "nosotros" aislado y cerrado para los dems. El matrimonio es un acto que
constituye un "nosotros", que amorosamente se abre a todos los hombres. Este aspecto
fundamental "aparece" ya en el hecho de que los esposos proceden de una comunidad,
que no abandonan, ni les est permitido abandonar, y en que su mismo amor se hace
fecundo en el hijo, el cual a su vez ha de ser de nuevo entregado a la comunidad. El
amor matrimonial en su forma concreta tiene, pues, que entenderse siempre dentro del
mbito de esta comunidad mayor.
Si profundizamos ms, vemos que el amor matrimonial no puede ser tan ntimo y
exclusivo que cese de ser amor. El amor nunca excluye, siempre incluye, es abierto.
Nunca cesa de arriesgarse en el inexplorado e impenetrable "otro", nunca teme aceptar
incondicionalmente lo verdaderamente "otro" del amado como lo propio. En el amor
determinado al hombre concreto, el hombre debe experimentar qu es "amor" y que el
amor es posible como amor verdadero y no como hipocresa, tras la cual se disimulan
egosmo y autoafirmacin. Por consiguiente, el amor matrimonial no puede convertirse
KARL RAHNER, S.T.
en una autorizacin para no amar a los dems, sino que ha de estar abierto a todos
dentro de los lmites impuestos por sus fuerzas y posibilidades.
A todo lo dicho se aade otro aspecto. Aquella gracia que hemo s visto asume el amor
matrimonial, es la misma gracia que establece el seoro divino sobre todos los hombres
y que es el dinamismo ms profundo del mundo y de la historia de la humanidad. Gracia
radicalmente individual y referida al individuo en su inalienabilidad, pero a la vez
tambin "universale concretum", es decir: gracia unificante, por la cual el individuo
concreto est considerado en la humanidad una, en el pueblo de Dios. Y precisamente
porque la gracia es el acontecimiento en el que Dios se le hace a uno "su Dios", es
tambin el momento de la ruptura del egosmo propio, no en un sentido
preponderantemente moralista, sino en cuanto el hombre, transcendiendo sus propias
posibilidades, es liberado a la infinitud de la libertad de Dios, en la que todos, desde la
raz de nuestra existencia, somos abarcados en su amor y de este modo podemos
tambin amarnos como criaturas en Dios.
Igualdad funcional
Con todo no olvidemos que en esta igualdad fundamental est siempre presente un
momento de diversidad esencial. El matrimonio concreto puede llegar a ser un signo
falaz; sin embargo, en la Iglesia la correspondencia entre signo y significado es
indestructible por el triunfo escatolgico de la gracia en Cristo.
Igualdad radical
Esta igualdad entre Iglesia y matrimonio es, por consiguiente, igualdad radical. Pues el
matrimonio como tal es la manifestacin que se crea aquel amor divino, que es el
mismo amor constituyente de la Iglesia.
La teologa catlica que se apoyaba en San Pablo (Ef 5,22-33) para probar la
sacramentalidad del matrimonio, siempre se mova entre dificultades porque no acababa
de ver cmo poda interpretar el texto del Gnesis (2,24) all citado, donde parece
afirmarse que el matrimonio como tal -no slo el de cristianos- es signo de la unin de
Cristo y la Iglesia. Sin embargo, vemos que esto es completamente posible dado el
carcter de signo teolgico del matrimonio. La teologa cristiana no puede afirmar que
la relacin entre un matrimonio sacramental y uno no-sacramental es la que existe entre
un sacramento y un acto profano del hombre. Su relacin es ms bien la de un "opus
operatum" y un "opus operantis", que es, sin excepcin, tambin un acto de la gracia; o
la que se da entre el perdn de los pecados por la confesin sacramental, y la que tiene
lugar por el arrepentimiento fuera de la confesin. El matrimonio no es "acontecimiento
de la gracia" donde se da el sacramento, sino que el acontecimiento del matrimonio
llega a ser sacramento como "opus operatum" cuando lo consuman dos bautizados.
Por una parte este signo slo adquiere -en la dimensin histrico-social- el carcter de
acontecimiento al que Dios incondicionalmente da su gracia y lo asume en ella, si tiene
lugar en la Iglesia y toma parte de un modo concreto en la aparicin histrica de tal
donacin incondicional de la gracia, que es la Iglesia como sacramento fundamental. Al
ser un momento -participacin del sacramento fundamental de la Iglesia, el matrimonio
entre bautizados llega a ser un acontecimiento sacramental, en el cual este signo toma
parte de la permanente irrevocable y siempre vlida aparicin de la entrega de Dios a la
humanidad, aparicin que es la misma Iglesia.
Por consiguiente, all donde se da la unidad de amor de dos personas, ah est presente
con su accin la gracia que funda la unin ms definitiva de los hombres, su unin con
Dios. Esta misma gracia es la que aparece absoluta y escatolgicamente en la unin de
Cristo con su Iglesia, fundamento de toda gracia y de toda funcin unificante de sta en
el mundo. As, pues, no slo existe una equivalencia extrnseca o secundaria entre la
unin Cristo-Iglesia y la de los esposos, sino que si sta existe es porque aquella existe.
Su recproca relacin se basa en una autntica participacin de la unin del matrimonio
en la de Cristo-Iglesia a travs de su origen causativo.
Conclusin