Alonso Schöekel, Luis, DIOS PADRE, Sal Terrae, Santander, 1994 PDF
Alonso Schöekel, Luis, DIOS PADRE, Sal Terrae, Santander, 1994 PDF
Alonso Schöekel, Luis, DIOS PADRE, Sal Terrae, Santander, 1994 PDF
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DIOS PADRE
Meditaciones bblicas
Prlogo 7
Saludo 9
Principio y fundamento 11
La accin del Espritu Santo 15
5
IV. La gloria del Padre y del Hijo 117
Resurreccin 118
Prlogo
Ascensin 121
Parusa 125
V. Dios, Padre del cristiano 129
El Padre y los hijos 140
El Padre nuestro 152
Filiacin y fraternidad 162
Para alcanzar amor 170
6 7
No fue difcil respetar hasta cierto punto el curso
de las cuatro semanas tradicionales. Pero quedaba
Saludo
material abundante e importante que pareci conve-
niente reunir en un apartado. No es una quinta sema-
na, sino material para ser repartido oportunamente.
Ayudado por Jos Fernndez de Pinedo, que re-
gistr y transcribi mis palabras, he intentado fijar por
escrito, con mayor amplitud, aquella experiencia oral,
viva, de unos Ejercicios predicados en Pedrea en 1993.
Quiz por esa razn el estilo no sea lo suficientemente
fluido.
Espero, de todos modos, que lo escrito reviva mu- Llegamos y entramos en el recinto material de una casa
chas veces en lectores y contempladores. de ejercicios, en el recinto espiritual de un retiro, y nos
sale a recibir Pablo con su saludo:
Roma,
en la fiesta de Todos los Santos de 1993 A todos los que Dios am y llam a ser consagrados,
que se encuentran en Roma: Paz y gracia a vosotros de
parte de Dios nuestro Padre y de Jess, Mesas y Seor
(Rom 1,7).
Es un saludo que nos llega desde una distancia de siglos,
pero que resulta constantemente actual. Como esa luz
que parti de una estrella hace dos mil aos y nos llega
en esta noche: el inmenso espacio interplanetario hace
a la estrella contempornea nuestra con su luz. No menos
luminoso y presente ha de sonar el saludo de Pablo.
Desde Grecia o desde Asia, Pablo, que acostumbra
a salvar la distancia y a hacerse presente con sus cartas,
aunque sea para pronunciar una sentencia (1 Co 5,3),
enva su saludo a la comunidad de Roma, probablemente
por va martima. Lanza la carta para que llegue a Roma,
la capital del imperio; pero, como la flecha de Jonatn
(1 Sm 20), va ms all del blanco y alcanza a cualquier
punto de la cristiandad, incluido el lugar donde hoy nos
reunimos. Porque tambin nosotros, como cristianos,
estamos consagrados a Dios, que nos am y llam
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eficazmente. Con esta conciencia, respondiendo a una
llamada amorosa, llegamos y entramos. Principio y fundamento
El saludo es tradicional: la paz con que se saludan
los hebreos, paz cabal con Dios y con los hombres; la
gracia con que se saludan los griegos, que se eleva
cristianamente a carisma. Pero lo ms importante del
saludo es su origen ltimo: de parte de Dios nuestro
Padre y de Jess Mesas y Seor. El que nos am y
llam y nos consagr por el Espritu, es nuestro Padre
Dios: su llamada es paterna; quiere manifestarnos y co- Nuestro principio y fundamento particular lo encon-
municarnos su amor; desea que en estos das nos sin- tramos en dos textos paralelos: Mt 11,25-27 y Le
tamos en casa de manera ms intensa; nos acoge para 10,21-22. Por su introduccin narrativa, escojo la ver-
que vivamos la filiacin. Su paternidad se nos comunica sin de Lucas:
por Jess, enviado como Mesas y con el ttulo divino
de Seor. En aquella ocasin, con el jbilo del Espritu Santo,
Respondamos al saludo entrando confiados, dis- dijo: 'Te doy gracias, Padre, Seor de cielo y tierra,
puestos a vivir y sentir, ms que a pensar, nuestra re- porque, ocultando estas cosas a los entendidos, se las
lacin filial con Dios Padre. has revelado a los ignorantes! S, Padre, sa ha sido tu
eleccin. Todo me lo ha encomendado mi Padre. Nadie
conoce quin es el Hijo, sino el Padre, y quin es el
Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo decida
revelrselo'.
10 11
Cuanto tiene Jess, lo ha recibido del Padre, el cual revela que Dios es Padre. Al pronunciar el testimonio
posee toda sabidura. Un conocimiento personal se nos declarando que Jess es su Hijo, Dios revela que es
comunica por revelacin del Padre y del Hijo. Slo el Padre. Cuando Pedro pronuncia su confesin, T eres
Hijo conoce y nos puede revelar la intimidad del Padre: el Mesas, el Hijo de Dios vivo, Jess lo rubrica y
Nadie ha visto jams a Dios; el Hijo nico, Dios, explica: no te lo ha revelado nadie de carne y sangre,
que estaba al lado del Padre, lo ha explicado (Jn 1,18). sino mi Padre del cielo (Mt 16,16-17).
Moiss quiso ver a Dios y no pudo ms que vislumbrar Al conocer y aceptar ese testimonio, se le ilumina
su espalda; es decir, ver cmo Dios desapareca de su al hombre, al cristiano, su verdadera naturaleza y des-
vista (Ex 33-34). Jess, que goza de la intimidad del tino: a los que la recibieron los hizo capaces de ser
Padre, nos revela la intimidad divina. Como Job, co- hijos de Dios (Jn 1,12). Por eso hablamos de principio
nocemos a Dios de odas (42,5-8); ahora se nos concede y fundamento.
un encuentro. Conocer a Dios de odas es necesario e Un principio y fundamento tambin de todo apos-
importante, pero no basta. Conocer de odas no es ms tolado, como nos hace comprender Pablo en Gal 1,15-16:
que el trampoln para ser lanzados a una experiencia
espiritual: la del conocimiento que el Padre tiene del ...cuando el que rae apart desde el vientre materno
Hijo, y el Hijo del Padre. y me llam por puro favor, tuvo a bien revelarme a su
Hijo para que yo lo anunciara a los paganos.
Nuestra primera exclamacin, convertida en una
especie de jaculatoria a lo largo de estos das, ha de ser: Hasta qu punto, Dios mo, te conozco slo de odas?
Ensanos al Padre! Ensanos al Hijo! Slo a travs No basta que otros me hablen, ni que yo por mi cuenta
de esa revelacin entramos en la filiacin divina y en me esfuerce por convencerme. En lo ntimo de mi con-
la fraternidad con el Hijo, y sa es la experiencia cris- ciencia, necesito escuchar tu testimonio insustituible.
tiana clave. Verdadero principio y fundamento. A me- Cuando leo el evangelio, que suene dentro de m tu voz
nudo nos dedicamos a inculcar deberes y normas, man- inconfundible. Yo s que, si me das a conocer a tu Hijo,
datos y prohibiciones, cumplimientos y observancias me atraers a l, y que nadie puede acudir a l si t no
cosas buenas e importantes, mientras nos olvida- lo arrastras (Jn 6,44). Jess, hermano mo mayor, hazme
mos de la experiencia fundante. Hemos de estar sobre sentir que Dios es tu Padre y que yo estoy llamado a
aviso para no conformarnos con un Dios conocido slo ser hijo de Dios.
de odas. Job aada: Ahora te han visto mis ojos, y Si alguno no lo entiende, porque yo no lo dije
se refera a la experiencia personal. como es debido, perdone mi fragilidad y suplique a la
La relacin de conocimiento mutuo Hijo-Padre se bondad de Dios. Pues llevamos dentro a Cristo como
nos comunica a travs de la Palabra, transmisora de maestro. Si algo no logris entender por mi voz y vuestro
Espritu: tiene carcter trinitario. El Padre nos presenta odo, dirigios internamente al que me ensea lo que yo
al Hijo en los momentos del Bautismo y la Transfigu- digo y os suministra a vosotros como le parece bien
racin. El Hijo escucha esa palabra que se refiere a l (Agustn, Homilas sobre el evangelio de Juan, XX,3).
y se dirige a nosotros. Al recibir Jess ese testimonio,
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La accin del Espritu
15
nutica de la palabra inspirada. Un texto y esto es consigo como si fueran dos interlocutores, cuando en
an ms importante para nosotros sumamente rico realidad es uno solo. La conciencia que los desdobla los
para centrar nuestra oracin y contemplacin en la pers- unifica. En esa zona enigmtica puede insinuarse el Es-
pectiva de la conciencia, enigma que vivimos y desa- pritu, como ponindose de parte de uno de los dos
rrollamos da a da. interlocutores. Pablo conoce esa divisin y aun lucha
La conciencia es fundamentalmente presencia a s interior. En la carta a los Romanos leemos:
mismo. Los seres materiales estn unos junto a otros
por los cuatro costados; las partes de un cuerpo estn La conciencia aporta su testimonio, y los razona-
yuxtapuestas en el espacio, cada una fuera de la otra y mientos dialogan defendiendo o acusando (2,15).
contigua a ella. No estn presentes a s mismas. Se da
una presencia de algo a algo o a alguien; siempre se dan En el captulo 7 describe la lucha interior y siente
dos elementos. El misterio de nuestra conciencia es ser la presencia de dos principios antagnicos: Pecado y
presentes a nosotros mismos. El enigma consiste en la Gracia.
autopresencia: sujeto y complemento son idnticos. El Ahora bien, hay una o varias zonas de nuestra exis-
animal conoce y reconoce por lo que llamamos ins- tencia que se sustraen a la conciencia. Ante todo, la
tinto, sin acabar de explicarlo; pero no es consciente mayora de nuestros procesos biolgicos. Si todos fueran
de su conocimiento. Nuestra conciencia acompaa a conscientes, nos distraeran de ocupaciones ms impor-
nuestra actividad: somos conscientes de nuestro pensar tantes. Cuando algo no funciona en esos procesos, llama
y querer, de nuestro mundo afectivo y emotivo, y por a la conciencia en forma de dolor, de malestar. Pero
eso decimos que sentimos. La autopresencia se traduce tambin el bienestar puede hacerse sentir en la cenes-
despus en posesin de s, intelectual, volitiva, libre. tesia. Adems, tenemos recursos para observar algunos
Nuestra conciencia puede adems manifestarse a otros procesos, por ejemplo, cuando nos tomamos el pulso.
seres conscientes que sintonizan con nosotros. En segundo lugar, hay toda una zona que llamamos
Algo parecido sucede con el Espritu de Dios. Es hoy subconsciente, como si estuviera situada en un
como si fuera la conciencia de Dios, presente a s y nivel subterrneo, no iluminado por la conciencia. Los
capaz de comunicarse a un ser al que, a su vez, ha hebreos, sin saber psicologa moderna, imaginaban que
creado capaz de recibir la comunicacin. La cual es conocimientos e informaciones se almacenaban en las
realizada por el Espritu, y el hombre ha de sintonizar cmaras del vientre y desde all suban al corazn,
con l. Pablo, con sus palabras espirituales, es el es decir, a la conciencia. Decan que Dios conoce has-
mediador autorizado. ta lo ms profundo y recndito: corazn y rones
A veces parece que nuestra conciencia se desdobla y el resto.
en un proceso extrao, que puede ser observado por Nuestro mundo subconsciente est ah, sumergido.
introspeccin. As, en el salmo 41-42, donde el orante Lo reprimimos, lo sublimamos, con l hacemos trampas
interpela a su alma: Por qu te acongojas, alma ma, o jugamos. A veces aflora, enmascarado en smbolos o
por qu ests gimiendo? Espera en Dios. Uno habla patente. Est en potencia capaz de hacerse actual.
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Trasladando el esquema a nuestra relacin con de la misma raz que hondo, pro-fundo. Hay un fun-
Dios, imaginemos que en nuestro subconsciente, en lo damento de nuestra existencia que no ponemos nosotros;
hondo de nuestro ser, llevamos grabado el recuerdo de podemos, s, reflexionar sobre l. En ese fundamento
Dios: nuestra trascendencia esencial que puede mani- estriba nuestro destino de ser hijos de Dios, o quiz ese
festarse como ansia de Dios; ansia a veces traducida en destino sublime sea nuestro fundamento.
formas que intentan encubrirla, a veces dirigida a otros Meditemos sobre ello con la luz del Espritu. Ven,
objetos ajenos. Imaginemos que en esa hondura habita Espritu Santo, y enva desde el cielo un rayo de tu luz.
el Espritu y que desde ah aflora a nuestra conciencia Oh luz felicsima, llena lo ms ntimo del corazn de
para revelarnos y hacemos sentir que somos hijos de tus fieles.
Dios. La revelacin del Hijo por el Padre, del Padre por Volvamos al texto de Pablo. Hay en Dios una hon-
el Hijo, se consuma en nosotros por la accin del Es- dura insondable:
pritu. Nuestro principio y fundamento es trinitario.
Otra dimensin de la conciencia es la necesidad y Qu abismo de riqueza, de sabidura y prudencia el
de Dios! Qu insondables sus decisiones, qu irras-
capacidad de comunicacin, ya que el hombre es por treables sus caminos! (Rom 11,33).
constitucin ser social. Dios no crea un hombre solo,
lo crea hombre y mujer. En esa dualidad primordial se Quin conoce esa hondura? La conciencia de Dios, el
expresa la condicin de apertura y complementariedad. Espritu de Dios. Hablar del Espritu divino es difcil.
Donde hay dos conciencias, hay bsqueda de comuni- Llegamos a sentirlo en nosotros y en sus efectos, pero
cacin. Pero lo ms grande de esta condicin humana no logramos precisar su perfil. La teologa del Espritu
es que seamos capaces de comunicarnos consciente- Santo es quiz el captulo ms difcil. Pablo nos lo
mente con Dios. presenta aqu como una conciencia, como una presencia
Con todo, sabemos por experiencia, dichosa o do- interior de Dios. Claro est que en Dios no hay des-
lorosa, que reservamos zonas impenetrables a la co- doblamiento, pero s comunicacin total. Slo el Es-
municacin. Porque no queremos o porque no podemos pritu, que est presente y es como una presencia, puede
comunicar; porque hay zonas que apenas nosotros mis- hacernos vislumbrar esa hondura divina, segn nuestra
mos conocemos. Conoce el corazn su propia amar- capacidad y disposicin de recibir. Adems, el Espritu
gura, y en su gozo no se mezcla el extrao va ensanchando nuestra capacidad o afinando nuestra
(Prov 14,10). visin.
Estas cosas las sabemos y constatamos, pero apenas El Espritu conoce desde dentro la paternidad divina
nos fijamos en ellas. Alguna vez conviene detenerse a y la filiacin divina y tambin nuestra fraternidad divina
observarlas, porque de ese nivel fundamental arranca con el Hijo, y nos la revela hacindola presente a nuestra
nuestra experiencia y comunicacin con Dios. A ello se conciencia. Por esa accin Dios se comunica a nuestra
refiere San Pablo en el verso 10 del texto citado. El conciencia, tambin como Padre, ya que nuestro destino
hombre est llamado a entrar en la profundidad de Dios de ser hijos de Dios, es parte del abismo de sabidura
partiendo de su propia profundidad. Fundamento es de Dios.
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Hay una conciencia incapaz de recibir dicha co- del Espritu y abrimos al misterio de Dios para que
municacin, nos dice Pablo: es el espritu o mentalidad crezca en nosotros la conciencia de hijos de Dios.
del mundo. Es la visin del hombre que, de hecho, se Se da tambin una comunicacin del Espritu por
cierra a la trascendencia y, de ese modo, no permite que el lenguaje, porque es una manera humana de conocer
penetre la revelacin. y comprender. El lenguaje que aprendemos nos sumi-
El Espritu, presente en los bautizados, acta sin nistra un sistema flexiblemente orgnico de conceptos
que nos demos cuenta siquiera. A veces su accin se e imgenes que nos sirven para pensar y comprender.
hace consciente, pero aun entonces tiene sus modos y Es el medio de comunicacin ms rico y diferenciado.
caminos inaccesibles al hombre, porque el Espritu es Por eso se vale de l el Espritu para comunicamos la
sutil, multiforme, penetrante, gil, y lo conoce todo hondura de Dios.
(Sab 7,22). Su comunicacin no es puramente intelec- Pero cmo es posible que el abismo de Dios se
tual: ms que un saber, es un sentir internamente. ahorme a nuestra realidad tan limitada? No sabemos
Sentir es un modo de percibir humano ms rico que el cmo, pero la revelacin nos dice que es as: que se nos
mero conocer. No bastan los tratados teolgicos, de comunica en un lenguaje humano, en un lenguaje ins-
indudable utilidad, que nos permiten conocer de o- pirado. El idioma que usa Pablo como mediador no es
das. En rigor, las diferentes teologas son vlidas si un idioma diverso de las restantes idiomas humanos; en
parten del sentir del corazn y conducen a l. Decimos: semejante hiptesis, no servira para comunicar. Pablo
me siento mal, me siento bien, me siento a gusto, me echa mano del griego, que conoce bastante bien, in-
siento abatido, animoso... Dios mo!, que pueda decir corpora muchos elementos del Antiguo Testamento y
de veras: me siento hijo de Dios, hermano de su Hijo. utiliza recursos de la retrica griega y tcnicas rabnicas.
Oh, quin podr sanarme! Acaba de entregarte ya de Pero no le sirve el lenguaje de la mitologa ni le basta
vero. No quieras enviarme de hoy ya ms mensajero, el de los filsofos. Pablo quiere que su lenguaje brote
que no me hacen sentirte como quiero. bajo la presin del Espritu, de manera que resulte trans-
Nuestro orar ser clamar al Padre para que nos misor proporcionado al mensaje. Que el misterio ine-
revele al Hijo y gritar al Hijo para que nos muestre al fable se haga en l palabra articulada.
Padre. Orar ser expresar nuestra ansia de asomamos a El tema espiritual, que es la hondura de Dios, y el
la comunicacin misteriosa del Padre y del Hijo, para lenguaje espiritual, que anima el Espritu, buscan como
participar de ella segn nuestra capacidad. Y aunque destinatarios a hombres espirituales. O sea, hombres
no sabemos pedir como es debido, el Espritu mismo sintonizados con el Espritu, que habita y acta en ellos.
intercede con nuestros gemidos inarticulados (con ge- Para que acojamos la palabra de Dios como es, no como
midos inefables) (Rom 8,26). simple palabra humana, nos tiene que disponer quien la
inspir. sta es la hermenutica de Pablo, que incluye:
No slo orar; tambin contemplar, que no es simple
tema, autor (humano inspirado), lenguaje y receptor.
conocer intelectual. Podemos saberlo todo y no com-
La finalidad de la palabra inspirada es poner al
prender nada. Contemplar es sentir en nosotros la accin
hombre en comunicacin con Dios. Es como una barca
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que nos introduce en el ocano del misterio de Dios. orar y de escuchar la palabra. Slo es vlida una con-
En esa hondura abismal percibimos la paternidad y fi- templacin en la que el protagonista sea el Espritu.
liacin divina, principio y fundamento de nuestra ora- Vamos a repetir el principio y fundamento de nuestra
cin y contemplacin. vida cristiana: Nadie conoce quin es el Hijo, sino el
El hombre guiado por el Espritu es capaz de dis- Padre, y quin es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien
cernir, es decir, de distinguir y apreciar en su valor el Hijo decida revelrselo (Le 10,22). Si me cono-
relativo las realidades, la espiritual frente a la puramente cierais a mi, conocerais tambin al Padre... Quien me
humana. A quien se queda en el nivel puramente humano ha visto a m, ha visto al Padre. Creedme que yo estoy
le falta el parmetro para discernir y apreciar lo que en el Padre, y el Padre en m (Jn 14,7.9-10).
queda fuera de su alcance. Sin embargo, ese hombre
pretende enjuiciar y condenar al espiritual, a quien no
puede comprender. Pero el espiritual no se somete a un
discernimiento regido por semejantes criterios. El mis-
terio de Dios no es reductible a un sistema de categoras
simplemente humanas, filosficas o teolgicas.
Pablo habla de una sabidura de Dios misteriosa:
la que l predica respetando el misterio (1 Co 2,7).
Nuestra teologa debe respetar el misterio, al que se
asoma la contemplacin. Como uno que conduce el co-
che por una carretera firme, al borde de un abismo. El
abismo de Dios relativiza nuestros conceptos humanos;
nos servimos de analogas metafsicas o de smbolos
poticos. El nmero tres que enunciamos de la Tri-
nidad no es unvocamente el tres de nuestros objetos
(tres manzanas o tres sillas). Aritmtica y geometra
pertenecen al mundo creado; slo por analoga las usa-
mos para hablar de Dios.
Nosotros hemos asimilado, en parte, la mentalidad
de Cristo, que es mentalidad de Hijo del Padre. Pose-
yndola, sintonizamos con el misterio de la paternidad
divina. Quien me ve a m, ve al Padre, dice Jess (Jn
14,9): quien lo ve como Hijo, se entiende; quien cree
que Jess est en el Padre, y el Padre en l. La men-
talidad de Cristo tambin la vamos asimilando en la
contemplacin. Revisemos, pues, nuestros modos de
22 23
I
Dios Padre en el Antiguo Testamento
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la consagracin, la consiguiente apropiacin y la filia- una tarea histrica, lo llama primognito. Y, como
cin, que implcitamente es una adopcin. En la carta tal, goza de privilegios especiales, pero tambin se carga
a los Romanos, reflexionando sobre el destino de sus con una responsabilidad mayor.
paisanos, reconoce Pablo esta filiacin colectiva. L- Primognito no significa nico: con el tiempo,
gicamente, Pablo lo contempla a la luz del Mesas. Lea- otros pueblos podrn ser adoptados como hijos por Dios.
mos todo el texto: Por lo dems, la categora social de primognito puede
ser invertida por un acto jurdico del soberano o del
Siento una pena muy grande, un dolor incesante en supremo responsable. Dios declara heredero a Jacob,
el alma: yo por mis hermanos, los de mi linaje, querra
estar excluido de la compaa del Mesas. Son israe- que es menor que Esa; si Isaac, engaado, lo bendice
litas, adoptados como hijos de Dios, tienen su presen- como heredero, despus, consciente, ratifica la bendi-
cia, las alianzas, el culto, las promesas, los patriarcas; cin (Gn 27). El anciano Jacob antepone a Efran, aun-
de su linaje carnal desciende el Mesas (9,2-4). que fuera menor que Manases (Gn 48). Por eso, cum-
plido un designio histrico, podr un da llamarse
Vamos a fijarnos en dos actividades de esta paternidad primognito el pueblo cristiano.
divina en el AT: el rescate y la educacin. Como hijo primognito de Dios, el pueblo es libre.
Si un da cay por la violencia en la esclavitud, es injusto
Rescate y educacin retenerlo. Su Padre reclama su libertad y acude a res-
catarlo de la esclavitud. Si el Faran no cede por las
a) Rescate. Cuando los hebreos son esclavizados y mal- buenas, atendiendo a razones, ceder por las malas,
tratados por los egipcios, se presenta el Seor, ya com- cuando le apliquen la ley del talin. Que el Faran se
prometido con su pueblo, dispuesto a rescatarlo de la ensaa con el primognito del Seor?; pues entonces el
esclavitud. Cuando Moiss, finalmente, se encamina Seor dar muerte al primognito del Faran. El pri-
hacia Egipto, el Seor le encarga: mognito es el sucesor, y en l puede peligrar la dinasta.
El pueblo hebreo no es sucesor del Dios vivo, pero en
Yo pondr terco al Faran, y l no dejar salir al
l puede peligrar el proyecto histrico. Ms an, su
pueblo. T le dirs: 'As dice el Seor: Israel es mi
hijo primognito, y yo te ordeno que dejes salir a mi rescate de la esclavitud es el primer acto del proyecto
hijo para que me sirva; si te niegas a soltarlo, yo dar histrico de Dios. El rescate se realizar por mediacin
muerte a tu primognito' (Ex 4,21b-23). de Moiss. En otra versin de su vocacin y misin, el
Seor le dice:
Es una declaracin de principio, sin valor estrictamente
Yo me aparec a Abrahn, Isaac y Jacob como Dios
cronolgico. En el proyecto histrico de Dios, orientado Todopoderoso, pero no les di a conocer mi nombre 'El
hacia Cristo, el pueblo hebreo ser como el personaje Seor' (Yahv). Yo hice alianza con ellos prometin-
de una representacin sacra. Dios lo toma tal como se doles la tierra de Canan, tierra donde haban residido
encuentra tnica y culturalmente y empieza a trabajar como emigrantes. Yo tambin, al escuchar las quejas
con l. Lo adopta como hijo y, como con l empieza de los israelitas esclavizados, me acord de la alianza.
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Y ahora, as dice el Seor,
Por tanto, diles a los israelitas: 'Yo soy el Seor.Os el que te cre, Jacob, el que te form, Israel:
quitar de encima las cargas de los egipcios, os librar No temas, que te he redimido,
de vuestra esclavitud, os rescatar con brazo extendido te he llamado por tu nombre, t eres mo.
y haciendo justicia solemne. Os adoptar como pueblo Cuando cruces las aguas, yo estar contigo:
mo y ser vuestro Dios, para que sepis que soy el la corriente no te anegar;
Seor vuestro Dios, el que os quita de encima las cargas cuando pases por el fuego, no te quemar,
de los egipcios; os llevar a la tierra que promet con la llama no te abrasar.
juramento a Abrahn, Isaac y Jacob, y os la dar en Porque yo soy el Seor tu Dios,
posesin. Yo, el Seor' (Ex 6,3-8). el Santo de Israel, tu salvador.
Como rescate tuyo entregu a Egipto,
Probablemente, se trata de un texto tardo en el que el a Etiopa y Saba a cambio de ti;
autor quiere concentrar varios aspectos. Las cargas porque te aprecio y eres valioso y te quiero,
significan el trabajo forzado; la esclavitud es la situacin entregar hombres a cambio de ti,
injusta en que se encuentran. Rescatar es trmino pueblos a cambio de tu vida.
tcnico que equivale a recobrar. Se rescata una pro- No temas, que contigo estoy yo.
piedad enajenada para que retorne al propietario original; Desde oriente traer a tu estirpe,
se rescata un esclavo para que recobre la libertad y desde occidente te reunir.
retorne al seno de la familia o del clan. El Seor no Dir al norte: Entrgalo;
tiene que pagar rescate, le basta con hacer justicia. al Sur: No lo retengas;
Todo arranca de la alianza que hizo con los patriarcas, treme a mis hijos de lejos
como compromiso unilateral. En este contexto, alian- y a mis hijas del confn de la tierra;
za equivale a promesa. a todos los que llevan mi nombre,
El texto no alude a la filiacin. Es su ubicacin en a los que cre para mi gloria,
a los que hice y form (Is 43,1-7).
el contexto ms amplio del xodo lo que nos permite
contemplar el rescate como accin que ejecuta alguien La declaracin formal de la filiacin se lee en el verso
que es responsable de la familia; en concreto, Dios como 6, si bien el tema del rescate ya suena en el verso 1.
Padre. Dios es fiel a la palabra dada, a su promesa. No Dios se presenta como amparo contra toda clase de ma-
se desentiende de los suyos. Esta vez decide intervenir les, simbolizados en la bina agua/fuego. El rescate im-
en vista de la situacin desgraciada de su hijo primo- plica la perdicin de los opresores. El pueblo es valioso
gnito. Pasados algunos siglos, el pueblo, por su culpa porque Dios lo estima, no al revs. Dios elige a su
y su infidelidad, es conducido al destierro. Pero la pueblo, lo cual implica no elegir a otros. Israel figura
infidelidad del pueblo no invalida la fidelidad de como pueblo del Seor; y as, como pueblo de su pro-
Dios, que vuelve a intervenir para rescatarlo. Es lo piedad, como grupo de hijos, lleva el nombre de su Dios
que canta repetidas veces el Segundo Isaas, el profeta y lo hace presente en el mundo. El elemento afectivo,
del destierro: te aprecio, te quiero, ocupa un puesto central y es la
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fuente de todo; en lo dems dominan los verbos de Yo tambin fui hijo de mi padre,
accin o los mandatos eficaces. tierno y preferido de mi madre.
Completemos lo dicho con dos textos ms breves. l me instrua as:
Uno es el ttulo padre de hurfanos, protector de viu- Conserva mis palabras en tu corazn,
guarda mis preceptos y vivirs.
das, que leemos en el salmo 68. La orfandad del pueblo
Adquiere sensatez, adquiere inteligencia,
puede ser cualquier situacin de desvalimiento; entonces no la olvides, no te apartes de mis consejos.
se muestra intensamente la paternidad de Dios, y el No la abandones y te guardar,
hurfano gana con la adopcin. Tambin puede sobre- mala y te proteger... (4,1-6).
venir de hecho la orfandad cuando los padres abandonan
al hijo, como recuerda Ezequiel (cap. 16). En tal caso Tambin la Sabidura personificada se dirige a veces a
reza el orante del salmo: Aunque mi padre y mi madre los oyentes como a hijos. El padre no adopta una actitud
me abandonen, el Seor me acoger (27,10). permisiva, porque busca la formacin del hijo. La re-
prensin, incluso el castigo, forma parte de la educacin:
b) La segunda actividad paterna de Dios es la educacin No rechaces, hijo mo, el castigo del Seor, no te
del pueblo. Hay que partir de textos de Proverbios, que enfades por su reprensin, porque al que ama lo repren-
nos hablan de la educacin familiar. sta empezaba en de el Seor, como un padre al hijo querido (Prov 3,
el seno de la familia, por lo cual, varias veces figura el 11-12). Los textos se podran multiplicar. Es til re-
padre exhortando al hijo: cordar por adelantado que el NT recoge la idea y
la cita (Heb 12,5s).
Hijo mo, escucha los avisos de tu padre,
no rechaces las instrucciones de tu madre (1,8). Sobre el fondo de esos textos de Proverbios, leamos
Hijo mo, si aceptas mis palabras un texto del Deuteronomio en el que las aflicciones
y conservas mis mandatos... (2,1). pasadas en el desierto son presentadas como pedagoga
Hijo mo, no olvides mi instruccin, divina, una pedagoga paternal:
conserva en la memoria mis preceptos (3,1).
Todos los preceptos que yo os mando hoy ponedlos
La cosa es tan normal que los maestros posteriores adop- por obra: as viviris, creceris, entraris y conquista-
tarn en la relacin con sus discpulos un trato paterno- ris la tierra que el Seor prometi con juramento a
filial, hasta el punto de que en muchos textos es difcil vuestros padres. Recuerda el camino que el Seor tu
decidir si quien habla es el padre o el maestro, que llama Dios te ha hecho recorrer estos cuarenta aos por el
hijo al discpulo. El siguiente es ms claro, porque habla desierto: para afligirte, para ponerte a prueba y conocer
de una cadena: tus intenciones, si guardas sus preceptos o no. l te
afligi hacindote pasar hambre y despus te aliment
Escuchad, hijos la correccin paterna, con el man que t no conocas ni conocieron tus
atended para aprender prudencia: padres para ensearte que el hombre no vive slo de
os enseo una buena doctrina, pan, sino de todo lo que sale de la boca de Dios. Tus
no abandonis mis instrucciones. vestidos no se han gastado ni se te han hinchado los
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pies en estos cuarenta aos, para que reconozcas que Pecado y perdn
el Seor tu Dios te ha educado, como un padre educa
a sus hijos; para que guardes los preceptos del Seor Cmo responde el pueblo escogido y adoptado a esa
tu Dios, sigas sus caminos y lo respetes (8,1-6). solicitud paterna de Dios? Con demasiada frecuencia
La educacin es laboriosa y prolongada, es exigente, responde rebelndose, siguiendo los caprichos de su
pero est animada por el afecto paterno. No es pura- corazn obstinado. Los profetas no se cansan de de-
mente terica, sino vital, experimental. Someter a prue- nunciar la infidelidad del pueblo o de las clases diri-
ba es colocar al educando en una situacin en que tenga gentes. Puestos a citar, no acabaramos; slo que aqu
que afrontar decisiones y superar dificultades; al hacerlo nos interesan los textos que relacionan el pecado con la
se va realizando y manifestando. El padre se adelanta paternidad y la filiacin.
y provoca la situacin aflictiva, porque mira al resul- La mayora de los textos pertinentes se escuchan
tado. No sera padre si cediera en todo. El padre desea en boca de Dios y suenan a reproche, desilusin, des-
que el hijo le obedezca puntualmente, porque sus man- engao. .. Es muy importante escuchar ese tono emotivo,
datos son para el bien del hijo, no para afirmar su au- sincero e intenso, ya que en l se revela de algn modo
toridad. la intimidad de Dios. Como si su amor lo traicionara y
La carta a los Hebreos, con un conocido juego de no pudiera ocultarlo. En nuestra espiritualidad peniten-
palabras, dir que Jess aprendi por el sufrimiento lo cial, debemos ser conscientes de nuestra relacin filial
que es obedecer (Heb 5,8). El educando tiene que con- para comprender la enormidad del pecado en el orden
jugar la valenta y el aguante en la prueba con la con- de nuestra relacin con un Dios Padre. Lo que el Seor
fianza en el auxilio paterno. Eso sugiere el milagro de reprocha a su pueblo en el AT nos lo dice a la Iglesia
la ropa que no se gasta, de los pies que no se hinchan. y a cada uno de sus miembros. Si el Seor se queja a
Esta doctrina se repite en otras ocasiones. El Eclesis- veces de su honor ofendido, ms le duele el dao que
tico, apenas comienza, recomienda al discpulo: sufren sus hijos.
El primer texto lo leemos al principio del libro de
Hijo mo, cuando te acerques a servir al Seor,
Isaas. Para quien colecciona y edita los orculos del
preprate para la prueba,
manten el corazn firme, s valiente, profeta, el texto liminar adquiere un carcter progra-
no te asustes cuando te sobrevenga una desgracia. mtico. Pues bien, en el prtico de libro tan importante,
Confa en el Seor, que el te ayudar (2,1.2.6). un padre (Dios) se queja de sus hijos (el pueblo):
La Constitucin conciliar Dei Verbum caracteriza toda Od, cielos, escucha, tierra, que habla el Seor:
la economa del AT como una pedagoga divina. Lo Hijos he criado y educado,
peculiar del texto comentado del Deuteronomio es que y ellos se han rebelado contra m.
lo expresa como actividad de Dios Padre. En conclusin, Conoce el buey a su amo,
podramos decir que el principio y fundamento del pue- y el asno el pesebre de su dueo;
blo escogido se encuentra en el amor paterno del Seor. Israel no conoce, mi pueblo no recapacita.
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Ay, gente pecadora, pueblo cargado de culpas, de la ciudad lo apedrearn hasta que muera. As extir-
raza de malvados, hijos degenerados! pars la maldad de ti, y todo Israel escarmentar al
Han abandonado al Seor, enterarse (21,18-21).
han despreciado al Santo de Israel (1,2-4).
Retengamos de este texto a nuestro sentir, despia-
Segn este texto, la educacin del pueblo no consista dado la gravedad del pecado en el mbito de las re-
simplemente en transmitir informaciones o conocimien- laciones paternofiliales. Comparemos con la actitud de
tos, sino en desarrollar la capacidad de comprender y estos padres el sentimiento de Dios, su deseo y esperanza
recapacitar. En otras palabras, no slo suministra datos, de que el hijo pecador recapacite y se convierta. En
sino que desarrolla capacidades. Pero el pueblo se aban- Sodoma y Gomorra se consum el castigo definitivo,
dona al pecado sin fijarse ni preocuparse, acumula de- pero no as en Israel, gracias al amor paterno de su Dios.
litos, y as, los que deberan ser hijos educados se vuel- Permitamos que resuene en nuestros corazones el
ven hijos degenerados. En Os 2,6, el marido y padre grito de dolor del Padre por la rebelda del hijo amado,
pronuncia una frase de despecho indignado (que ms grito que concluye en denuncia, pero no en renuncia.
abajo corregir): de sus hijos no me compadecer, por-
que son hijos bastardos. Quiz sea ste el lugar para anticipar un texto del
El instinto animal resulta ms certero que la inte- NT que suena como polmica violenta de Jess con las
ligencia humana pervertida. Se hace necesario el castigo autoridades judas. Los que pretenden dar muerte al
spero, en virtud del cual, finalmente, el pueblo reca- inocente, de quin son hijos?, pueden gloriarse de una
pacita y confiesa: descendencia patriarcal? El argumento no es la perte-
nencia a un pueblo o a una clase, sin ms; lo decisivo
Si el Seor de los ejrcitos
es el odio homicida. Donde domine y acte un odio
no nos hubiera dejado un resto,
seramos como Sodoma, semejante, se revela otra paternidad tenebrosa. Por eso
nos pareceramos a Gomorra (Is 1,9). debemos ponernos al alcance de esta intenssima pol-
mica, sentirnos interpelados por ella:
El Deuteronomio formula una ley muy grave contra el
hijo incorregible: sus padres, de comn acuerdo, pueden Somos del linaje de Abrahn y nunca hemos sido
entregarlo a la justicia, incluso para una pena capital: esclavos de nadie...
Me consta que sois del linaje de Abrahn; pero
Si uno tiene un hijo rebelde e incorregible, que no intentis matarme porque no os cabe mi palabra. Yo
obedece a su padre ni a su madre, que aunque lo corrijan digo lo que he visto junto a mi Padre; vosotros hacis
no hace caso, sus padres lo agarrarn, lo sacarn a las lo que habis visto a vuestro padre.
puertas del lugar, a los ancianos de la ciudad, y decla- Nuestro Padre es Abrahn.
rarn ante ellos: Si fuerais hijos de Abrahn, haras las obras de
Este hijo nuestro es rebelde e incorregible, no nos Abrahn. Ahora bien, intentis matarme, a m que os
obedece, es un comiln y un borracho; y los hombres he dicho la verdad que le escuch a Dios. Eso no lo
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haca Abrahn... Vuestro padre es el diablo, y vosotros del hecho inicial, describe metafricamente los cuidados
queris cumplir los deseos de vuestro padre. El era paternos por el hijo: proteccin, gua, alimento esco-
homicida desde el principio; no se mantuvo en la ver- gido. Una comparacin del reino animal apunta a la
dad, porque no hay verdad en l... El que viene relacin paternal:
de Dios escucha las palabras de Dios (Jn 8,33.
37-40.44.47). Como el guila incita a la nidada
revoloteando sobre sus polluelos,
La probable alusin al delito de Can, o quizs al paraso, as extendi l sus alas, los tom
generaliza el horizonte de esta polmica particular. y los llev sobre sus plumas (v. 11).
El segundo texto del AT es el himno que, segn La buena alimentacin, el bienestar fsico del adoles-
el Deuteronomio, compone Moiss para que el pueblo cente, en vez de inculcarle el agradecimiento filial, le
lo aprenda y recite como testimonio siempre vivo, como hacen dscolo y rebelde:
voz proftica de Moiss muerto. Vale la pena releer y
meditar el texto ntegro (32,1-43) para asistir a un pro- Comi Jacob hasta saciarse,
ceso complejo. Aqu me contento con resumir secciones engord mi Cario y tir coces
y entresacar versos. estabas gordo y cebado y corpulento
El comienzo es solemne, como el de Isaas: in- y rechaz a Dios, su Creador,
vocacin al universo, cielo y tierra, como testigos no- deshonr a su Roca salvadora...
Despreciaste a la Roca que te engendr
tariales de la querella de Dios con su pueblo. La palabra
y olvidaste al Dios que te dio a luz! (vv. 15.18).
quiere destilar y caer mansamente para fecundar espi-
ritualmente, como roco, como llovizna, como orvallo. El pecado capital ha consistido en adorar a otros dioses
Con nuestra meditacin reposada, hacemos que esa llu- desconocidos, importados. Sobreviene entonces el se-
via de palabras nos empape y saque lo mejor de nosotros. gundo acto: la reaccin del Seorrechazo y castigo,
Muy pronto, en boca de Moiss, suena el tema de tambin en clave de filiacin:
la filiacin y la paternidad con la pattica intensidad que
escuchbamos en Isaas: Lo vio el Seor e, irritado,
rechaz a sus hijos e hijas,
Hijos degenerados, se portaron mal con l, pensando: Les esconder mi rostro
generacin malvada y pervertida. y ver en qu acaban,
As le pagas al Seor, pueblo necio e insensato? porque son una generacin depravada,
No es l tu padre y tu creador, unos hijos desleales (vv. 19-20).
el que te hizo y te constituy? (vv. 5-6).
Sigue Dios pensando el castigo que va a aplicar a los
A continuacin explica cmo la filiacin consisti en la hijos rebeldes, cuando de pronto se interrumpe y decide
eleccin entre todos los pueblos: la porcin del Seor castigar ms bien al enemigo arrogante:
fue su pueblo; Jacob fue el lote de su heredad. A raz
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Yo pensaba: Voy a dispersarlos ceso de arrepentimiento dolor y pena por lo que han
y a borrar su memoria entre los hombres. hecho y conversin cambio de direccin, vuelta,
Pero no; que temo la jactancia del enemigo retorno. Vamos a seguir este proceso de conversin
y la mala interpretacin del adversario, en varios textos profticos.
que diran: Nuestra mano ha vencido, El comienzo del libro de Jeremas, despus del
no es el Seor quien lo ha hecho (vv. 26-27). relato de la vocacin, es una gran composicin de tipo
Esta manera de querellarse con su hijo, el pueblo es- penitencial, elaborada con materiales diversos, con ri-
cogido, es tambin parte de la pedagoga divina en el queza de imgenes y gran movimiento. Dios se querella
asunto del pecado. Y nosotros debemos descubrir que con el pueblo denuncindole sus reiterados delitos y
en nuestras meditaciones y actos penitenciales acta, ofensas; pero, antes de que el pueblo responda, se ade-
quiz disimulado, el amor paterno de Dios. lanta Dios a rebatir sus objeciones. Los captulos 2-4
combinan la imagen conyugal con la paterna, dando
Aadimos un texto tardo, del libro de Malaquas. El
ventaja a la primera. La idolatra puede formularse en
Seor recurre a su condicin de padre para quejarse de
trminos de paternidad: Dicen a un leo: Eres mi padre;
la conducta de sus hijos, esta vez apelando a su honor:
a una piedra: Me has parido (2,27).
Honre el hijo a su padre, el esclavo a su amo. Pues,
si yo soy padre, dnde queda mi honor? Si yo soy La querella de Dios culmina en una invitacin ur-
dueo, dnde queda mi respeto? (1,6) El precepto del gente, porque el Padre est dispuesto a perdonar, desea
declogo sirve para una comparacin a minore admaius. perdonar: Volved, hijos apstatas, que yo soy vuestro
Lo ilustran algunos versos del comentario que dedica el dueo (3,14).
Eclesistico a dicho precepto: Yo haba pensado contarte entre mis hijos,
El Seor da honra al padre frente a los hijos darte una tierra envidiable,
y afirma la autoridad de la madre la perla de las naciones en heredad;
sobre su prole (3,2). esperando que me llamaras Padre mo
Quien honra a su padre tendr larga vida, y no te apartaras de m (3,19).
quien da descanso a su madre
obedece al Seor (3,6). El pueblo escucha la llamada y emprende el retorno
La honra de un hombre hacia Dios:
es la honra de su padre (3,11).
Volved, hijos apstatas,
y os curar de vuestra apostasa.
Arrepentimiento y conversin Aqu estamos, hemos venido a ti,
porque t, Seor, eres nuestro Dios.
Hemos visto la eleccin de Israel y su adopcin como Cierto, son mentira las colinas
hijo de Dios, la rebelda del hijo y el grito de dolor del y el barullo de los montes,
Padre por la conducta de sus hijos. Ese grito de dolor en el Seor nuestro Dios
hablar al corazn de los israelitas y provocar un pro- est la salvacin de Israel.
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La ignominia devor los ahorros de nuestros padres, Vuelven porque creen en el amor paterno y esperan
desde su juventud: vacas y ovejas, hijos e hijas; confiados el perdn. Vuelven porque Dios se adelanta
nos acostamos sobre nuestra vergenza a llamarlos. La llamada lleva implcito el perdn, pues
y nos cubre el sonrojo, el mayor castigo sera no llamar, entregarlos a su co-
porque pecamos contra el Seor nuestro Dios, razn obstinado.
nuestros padres y nosotros, El arrepentimiento arranca del examen y la reca-
desde nuestra juventud hasta hoy,
y desobedecimos al Seor nuestro Dios (3,22-25). pacitacin. La conducta ha provocado unas desgraciadas
consecuencias que devuelven su sombra luz a la causa:
A la confesin humilde del pueblo responde el Seor devor los ahorros de nuestros padres, cuanto nos ha-
acogiendo y amonestando: ban legado con su trabajo. La conducta aparece en su
indignidad y produce una vergenza noble: nos cubre
Si quieres volver, Israel, vuelve a m, el sonrojo. Por contraste, descubren que la salvacin
si apartas de m tus execraciones, no irs errante; est en el Seor.
Si juras por el Seor con justicia, derecho y verdad, La vuelta incluye otro elemento esencial, que no-
las naciones se desearn tu dicha y tu fama. sotros llamamos propsito de enmienda. Eso es obvio
As dice el Seor a los habitantes de Jud y Jerusaln: y elemental. El Seor lo enuncia como condicin (si
Roturad los campos y no sembris cardos,
el prepucio quitadlo de los corazones, apartas de m... si juras por el Seor con verdad) o
no sea que, por vuestras malas acciones, como mandato (el prepucio quitadlo de vuestros co-
estalle como fuego mi clera razones). Si reinciden despus de la conversin y el
y arda inextinguible (4,1-4). perdn, han de saber que las consecuencias sern graves:
no sea que....
Una aclaracin terminolgica: cuando los autores hablan El delito que denuncia Jeremas es la idolatra,
con propiedad rigurosa, distinguen entre arrepentimien- como pecado directo contra el primer mandamiento,
to (verbo nhm; griego: metanoia) y conversin (sub; como ofensa personal de Dios. Al dolo lo llama leo
griego: epistrepho). A veces usan un solo trmino para y piedra, ignominia, mentira, rival del Dios ver-
designar todo el proceso; pero es falso decir que con- dadero. Aunque sea falso, el dolo tiene una potencia
versin traduce exactamente metanoia. Arrepentirse es devoradora, porque a l se ofrecen dones en vano y
algo previo a la conversin: es reconocer la maldad de sin resultado; porque a l se sacrificaron hijos e hijas.
la propia conducta y dolerse de ella. Sin embargo, no A nosotros nos toca recapacitar y desenmascarar
basta con arrepentirse: Judas se arrepinti, pero no se nuestros dolos, no de leo y piedra: cules son, qu
convirti. La conversin es la vuelta a Dios y es el dones les ofrecemos en sacrificio. Recapacitemos sobre
trmino que completa la penitencia. nuestra conducta fatal y vergonzosa. La suerte que es-
En el texto citado de Jeremas, Dios invita a vol- cogimos prescindiendo de Dios nos lleva a perder lo
ver, y el pueblo se arrepiente y se presenta avergonzado ms querido o lo ms valioso. La salida de nuestra
de lo que ha hecho: Aqu estamos, hemos venido a ti. situacin es acudir a Dios para recibir su perdn, para
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lo cual Dios nos pide la circuncisin del corazn, o sea, y guerre contra ellos.
extirpar de raz cuanto rompe o amenaza nuestra relacin Se acordaron del pasado, del que sac a su pueblo:
con Dios. Todava es tiempo de roturar nuevos cam- Dnde est el que sac de las aguas
pos en nosotros y de sembrar en ellos, no cardos, al pastor de su rebao?
sino la palabra de Dios, el mensaje del Evangelio. Dnde el que meti en su pecho su santo espritu?
El que estuvo a la derecha de Moiss,
Pasamos a otro texto penitencial amplio, en la ter- guindolo con su brazo glorioso.
cera parte del libro de Isaas: 63,7 - 64,11. Podemos El que dividi el mar ante ellos,
meditarlo dejndonos llevar del texto, sin seguir un or- ganndose renombre perpetuo.
den lgico, tomando en primera persona las palabras El que los hizo andar por el fondo del mar,
del profeta. como caballo por la estepa, sin tropezar
Supone una situacin desgraciada, sentida como y como ganado que baja a la caada.
castigo merecido de Dios. Esto hace recapacitar al pue- El espritu del Seor los llev al descanso:
blo, que al evocar los beneficios histricos de Dios as condujiste a tu pueblo,
(63,7-14) como teln de fondo, interpreta las desgracias ganndote renombre glorioso (63,7-14).
antiguas y presentes (63,18-19 y 64,9-10) como castigo
Como en otros textos, es el contraste entre el pasado y
y expresin de la ira de Dios (64,4.8). En semejante
el presente lo que induce y profundiza la reflexin: en-
contexto brota la invocacin y la splica, apelando al
tonces nos iba bien; ahora el Seor se ha alejado, dnde
amor paternal de Dios (63,15-17; 64,7-8). Al hacer
est? Por un momento introduce a Dios hablando con
nuestras la confesin del pecado, la invocacin y la
fuerza programtica, y sus palabras expresan el afecto
splica, debemos sentir su hondura y sinceridad.
paternal que espera mucho de sus hijos (63,8). Este
Primera parte: repaso histrico de los beneficios,
verso, como el pedal de un piano, prolonga su reso-
provocado por la desgracia presente:
nancia en todo lo que sigue, imponiendo su tonalidad
Voy a recordar la misericordia del Seor, hasta que el pueblo responda con expresin filial, la cual
las alabanzas del Seor, llena la segunda parte.
todo lo que hizo por nosotros el Seor, El espritu del Seor, su santo espritu equivale
sus muchos beneficios a la casa de Israel, al espritu proftico, al carisma de gua infundido en el
lo que hizo con su compasin y su gran misericordia.
nimo de Moiss. Es mediador del dinamismo divino.
l dijo: Son mi pueblo, hijos que no engaarn.
l fue su salvador en el peligro, Moiss realiza y no anula el protagonismo liberador de
no fue un mensajero ni un enviado, Dios. Al trasponer este fragmento al contexto cristiano,
l en persona los salv, el tema adquiere nueva altura y profundidad, porque el
por su amor y su clemencia los rescat, los liber mediador es ahora Jesucristo, lleno del Espritu Santo.
y los llev siempre a cuestas en todos los peligros. En nuestra reflexin histrica tenemos que aprender a
Pero ellos se rebelaron e irritaron su santo espritu. superponer y sintetizar la liberacin de la esclavitud
Entonces l se volvi su enemigo egipcia y la nuestra del pecado, el paso del Mar Rojo
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y nuestra Pascua o trnsito del Seor. Somos hijos de semejante parece extraviar ahora a su pueblo en el
Dios: engaamos a nuestro Padre?, provocamos su destierro o la dispora. Se encuentran ahora como si no
desilusin? Es nuestra hora de preguntar: dnde est?, llevaran la marca de propiedad pueblo del Seor.
de modo que la pregunta dolorida desemboque en la Comparada con la paternidad divina, la de los patriarcas
invocacin confiada. Abrahn y Jacob se esfuma.
En la segunda parte del texto, el tema de la pater-
nidad ocupa el primer plano, centrando el contraste de Cmo invocamos nosotros a Dios, nuestro padre?
la situacin presente. El pueblo, que recuerda cmo Dios Mantenemos la marca, el nombre de la Trinidad im-
lo guiaba en un tiempo, sugiere que es ahora el mismo preso por el bautismo, o deshonramos con nuestra con-
Dios quien lo extrava: ducta ese nombre? Nos gobierna realmente el Seor o
nos sustraemos de su gobierno? Que Dios se convierta
Otea desde el cielo, mira por amor, y tambin nosotros nos convertiremos por
desde tu morada santa y gloriosa: amor filial.
Dnde estn tu celo y tu valor, Al entregarnos a tu Hijo, nos revelaste tu infinita
tu entraable ternura y compasin? ternura y compasin, pues tanto am Dios al mundo,
No la reprimas, que t eres nuestro Padre:
Abrahn no sabe de nosotros, que le entreg a su Hijo nico. Nuestros padres y
Israel no nos conoce, t, Seor, eres nuestro Padre, patriarcas terrenos no saben llegar a tales extremos. Solo
tu nombre de siempre es Nuestro Redentor. t posees la plenitud de la paternidad. No la reprimas,
Seor, por qu nos extravas lejos de tus caminos que t eres nuestro Padre. Devulvenos al buen ca-
y endureces nuestro corazn para que no te respete? mino, que es tu Hijo; devulvenos a su gobierno, que
Vulvete, por amor a tus siervos, es la verdad; graba en nosotros tu nombre, que nos
a las tribus de tu heredad. consagra.
Por un momento nuestros enemigos Saltamos unos versos (63,19b - 64,4a) y pasamos
se apoderaron de tu pueblo santo a la tercera parte, que rene confesin del pecado y
y pisotearon tu santuario. nueva splica, apelando a la paternidad de Dios. sta
Estamos como antao, cuando no nos gobernabas suena en el centro, entre el pecado humildemente con-
y no llevbamos tu nombre (63,15-19). fesado y la descripcin de la desgracia presente. Con-
Al padre compete rescatar o redimir a sus hijos, por eso jugando ambas cosas, el pueblo procura mover y con-
lleva el nombre o ttulo de Redentor. El pueblo pide mover a Dios:
audazmente una conversin de Dios vulvete que Estabas airado, y nosotros fracasamos;
slo el amor paterno puede provocar, porque el pueblo aparta nuestras culpas, y seremos salvos.
no puede aducir ningn ttulo ni mrito, como no sea, Todos estbamos contaminados,
implcitamente, el ttulo de hijos. Durante cuarenta nuestra justicia era un pao asqueroso;
aos, el Seor conduca a su pueblo hacindolo vagar Todos nos marchitbamos como follaje,
por el desierto, antes de entrar en la patria. De modo nuestras culpas nos arrebataban como el viento.
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Nadie invocaba tu nombre El texto siguiente introduce un nuevo elemento: la
ni se esforzaba por aferrarse a ti, intercesin. Lo encontramos en la ltima parte del libro
pues nos ocultabas tu rostro de Baruc, en el gran poema que, a imitacin del Segundo
y nos entregabas en poder de nuestra culpa. y el Tercer Isaas, canta el destierro y la repatriacin.
Y, sin embargo, Seor, t eres nuestro Padre, Es un poema de gran belleza y riqueza teolgica, que
nosotros la arcilla y t el alfarero, merece ser meditado entero. El poeta se dirige primero
somos todos obra de tus manos. al pueblo desterrado dndole nimos (4,5-8), cede des-
No te excedas en la ira, Seor, pus la palabra a Jerusaln, que exhorta a sus hijos
no recuerdes siempre nuestra culpa, (4,9-19), y finalmente el poeta interpela a Jerusaln
mira que somos tu pueblo. (4,20 - 5,9). Todo el poema es una invitacin a la es-
Tus santas ciudades son un desierto, peranza, que afecta contextualmente a los elementos
Sin se ha vuelto un desierto, Jerusaln un yermo. penitenciales. Estos se encuentran principalmente en
Nuestro templo, nuestro orgullo, la exhortacin materna de Jerusaln, en la que nos
donde te alabaron nuestros padres, vamos a detener.
ha sido pasto del fuego, La imagen de fondo es familiar: el Seor es el
y lo que ms queramos padre, Jerusaln es la madre. Por la rebelda de los hijos,
ha quedado reducido a escombros. el padre los ha castigado expulsndolos de casa (destie-
Te quedas insensible a todo esto, Seor, rro). Frente a la autoridad paterna, la mujer no tiene
te callas y nos afliges sin medida? (64,4b-ll). autoridad; siendo ella inocente, slo puede interceder
por sus hijos y exhortarlos a la paciencia y la esperanza.
Miremos valientemente nuestra situacin espiritual. As se constituye la madre en mediadora entre el padre
Nuestras culpas nos manchan y contaminan; nos mar- y los hijos. Puede hacerlo porque es inocente; y en este
chitamos como tamo que arrebata el viento; nos halla- punto radica la novedad de Baruc. Los textos profticos
mos en poder y a merced de nuestra culpa. Somos templo tradicionales (Os, Is, Jr, Ez) presentan a Jerusaln como
de Dios por el Espritu, y estamos en escombros. Somos esposa culpable de infidelidad. Baruc descarga toda la
ciudad de Dios, y estamos arrasados. Por la luz de la culpa en los hijos (L. Alonso Schoekel, Hermenutica
palabra de Dios, no somos insensibles a nuestras culpas de la palabra III, Madrid 1987, pp. 81-94). La denuncia
y desgracias: se quedar insensible Dios? Si l ha pro- del pecado se lee al principio, en clave de filiacin:
vocado nuestro sentimiento de disgusto y congoja, es
Os vendieron a los gentiles,
que no es insensible. Pero le queda mucho que restaurar,
pero no para ser aniquilados;
templo y ciudad, para habitar en medio de nosotros. A por la clera de Dios contra vosotros
pesar de nuestras culpas, t eres nuestro Padre. Si la os entregaron a vuestros enemigos.
vasija de tu presencia se ha roto o deformado, aqu nos Porque irritasteis a vuestro Creador
tienes, como arcilla, para que tu mano de alfarero nos sacrificando a demonios y no a Dios.
vuelva a modelar. Os olvidasteis del Seor eterno que os haba criado
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y afligisteis a Jerusalen que os sustent. que la mueve a ver las cosas claras y a exponerlas sin
Cuando ella vio que el castigo de Dios reticencias. La esperanza slo se puede fundar en la
os alcanzaba, dijo: (4,6-9a) verdad y la sinceridad:
(Jerusalen toma la palabra para contar a las [naciones o Y yo qu puedo hacer por vosotros?
poblaciones] vecinas su pena y su causa. Es bien cons- Slo el que os envi tales desgracias
ciente de que el castigo era merecido.) os librar del poder enemigo.
Marchad, hijos, marchad, mientras yo quedo sola.
Escuchad, vecinas de Sin: Me he quitado el vestido de la paz,
Dios me ha enviado una pena terrible. me he vestido el sayal de suplicante,
Vi cmo el Eterno desterraba a mis hijos e hijas: gritar al Altsimo toda mi vida.
Yo los cri con alegra, nimo, hijos! clamad a Dios
los desped con lgrimas de pena. para que os libre del poder enemigo.
Que nadie se alegre viendo a esta viuda Yo espero que el Eterno os salvar,
abandonada de todos. el Santo ya me llena de alegra,
Si estoy desierta, es por los pecados de mis hijos, porque muy pronto el Eterno, vuestro Salvador,
que se apartaron de la ley de Dios: tendr misericordia de vosotros.
no hicieron caso de sus mandatos Si os expuls entre duelo y llantos,
ni siguieron la va de sus preceptos, Dios mismo os devolver a m
no pisaron fielmente con gozo y alegra sin trmino.
la senda de su instruccin (4,9b-13). Como hace poco las vecinas de Sin
os vieron marchar cautivos,
En el castigo del destierro, escuchamos reminiscencias as pronto vern la salvacin que Dios os concede,
de las Lamentaciones: acompaada de gran gloria
y del esplendor del Eterno.
Que se acerquen las vecinas de Sin: Hijos, soportad con entereza el castigo
recuerden que el Eterno que Dios os ha enviado;
llev cautivos a mis hijos e hijas. si tus enemigos te dieron alcance,
Les envi un pueblo remoto, muy pronto vers su perdicin
pueblo cruel y de lengua extraa, y pondrs el pie sobre sus cuellos.
que no respetaba a los ancianos Mis nios mimados recorrieron caminos speros,
ni senta piedad por los nios; los rob el enemigo como a un rebao.
arrebataron a la viuda sus hijos queridos, Animo, hijos! gritad a Dios,
la dejaron sola y sin hijos (4,14-16). que el que os castig se acordar de vosotros.
Si un da os empeasteis en alejaros de Dios,
Despus de hablar a las vecinas, se dirige a los hijos volveos a buscarlo con redoblado empeo.
con un cario que no disimula la culpa de stos, pues El que os mand las desgracias os mandar
no la ciega el amor materno. Mas an, es el amor el el gozo eterno de vuestra salvacin (4,17-29)
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Al trasponer este poema al contexto cristiano, la Iglesia la intimidad de Dios. El pecado ha sido la idolatra,
ocupa el puesto de Jerusaln y desempea la funcin de grave deslealtad filial:
interceder por sus hijos. El factor maternal entra as en
nuestros actos penitenciales. Por medio de la penitencia, Cuando Israel era nio, lo am,
la Iglesia nos dirige una palabra de esperanza, porque y desde Egipto llam a mi hijo.
la penitencia conduce a la salvacin. La maternidad de Cuanto ms los llamaba, ms se alejaban de m:
la Iglesia es participacin de la paternidad de Dios; por- ofrecan incienso a los baales
y quemaban ofrendas a los dolos.
que Dios es Padre por encima de la divisin humana Yo ense a andar a Efran y lo llev en mis brazos,
entre padre y madre y lo abarca todo. De l toma nombre y ellos sin darse cuenta de que yo los cuidaba...
toda paternidad y maternidad y, en un sentido muy es- Con correas de amor los atraa,
pecial, la maternidad de la Iglesia. con cuerdas de cario.
Fui para ellos como quien alza
Perdn paterno una criatura a las mejillas;
me inclinaba y les daba de comer (11,1-4).
Despus de provocar el arrepentimiento y guiar la con-
versin o retorno, el Padre otorga su perdn. En muchos El castigo proyectado es radical: desandar la liberacin,
textos del AT, Dios ofrece al pueblo, al pecador, su llevndolos de nuevo a la esclavitud de Egipto; despo-
perdn. Queremos escoger textos que muestren expl- seerlos de la tierra, sometindolos al poder de Asira.
citamente la dimensin paternal del perdn, pues en l Pues volver a Egipto, Asira ser su rey,
se revela la paternidad de Dios. Es una paradoja: el porque no quisieron convertirse.
pecado reconocido nos lleva a penetrar en la intimidad Ir girando la espada por sus ciudades
de Dios; no el pecado en s, sino todo el proceso de y destruir sus cerrojos;
conversin que hemos recorrido. Que no se nos esca- por sus maquinaciones, devorar a mi pueblo,
pe ese aspecto afectivo, esa relacin personal que da propenso a la apostasa.
sentido profundo a la penitencia. En los textos esco- Aunque invoquen a su Dios,
gidos, Dios se traiciona dejando asomar su amor irrepri- tampoco los levantar (11,5-7).
mible. Estos textos son el adelanto de la parbola del
hijo prdigo. Se refiere al dios extrao que se han escogido. En este
Encontramos el primer texto en el libro de Oseas. punto se quiebra el proyecto de castigo por la violenta
Dios habla como padre; pero algunos de los cuidados irrupcin del amor:
que dispensa al hijo fcilmente los imaginamos como Cmo podr dejarte, Efran,
actividad materna. El esquema es sencillo: el padre lo entregarte a ti, Israel?
cra y educa, el nio se rebela, el padre decide expul- Cmo dejarte como a Adma,
sarlo, pero el amor paterno puede ms. Al poner las tratarte como a Sebon?
palabras en boca de Dios, es como si el profeta desvelara Me da un vuelco el corazn,
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se me conmueven las entraas. El segundo texto es el captulo 31 de Jeremas,
No ejecutar mi condena, que, en opinin de muchos, constituye una invitacin y
no volver a destruir a Efran; una promesa a los israelitas del reino septentrional que
que soy Dios y no hombre,
han sobrevivido a la deportacin asira. Se les reconoce
el Santo en medio de ti
y no enemigo devastador (11,8-9). el ttulo de primognitos y son invitados a incorporarse
al reino de Jud y a compartir el culto en Sin. En tres
Adm y Sebon son dos ciudades de la Pentpolis que, imgenes responde a las objeciones de los destinatarios.
junto con Sodoma, Gomorra y Soar, sufrieron el castigo Primero, en la figura materna de Raquel; segundo, en
definitivo al ser aniquiladas por el fuego. Es interesante la figura adolescente de Efran; tercero, en la figura de
escuchar en este contexto tan cordial el recuerdo omi- una muchacha esquiva y desconfiada. Nos interesa la
noso de las ciudades malditas. Algo as como el recuerdo segunda figura.
del infierno en un ciclo de meditaciones penitenciales. El nombre de Efran designa el reino del Norte.
Tambin el primer poema de Isaas recordaba estre- Segn Gn 48, Jacob antepuso el menor al mayor, Efran
mecido la suerte de Sodoma y Gomorra. a Manases. Y el profeta le hace eco: Ser un padre
El vuelco del corazn expresa felizmente el paso para Israel, Efran ser mi primognito (31,9).
sbito de la clera a la ternura. Como si a Dios lo pillara Este verso prepara el breve dilogo de los versos
por sorpresa el afecto y desarmara de golpe todas sus 18-20. Habla primero el muchacho, pesaroso, avergon-
calculadas amenazas. Esta frase podra iluminar otros zado, temeroso y deseoso de volver con su padre. Res-
textos semejantes en los que no se menciona la pater- ponde Dios en un arrebato de ternura:
nidad, como, por ejemplo, el de Ez 18,23: No quiero
la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Estoy escuchando lamentarse a Efran:
Me has corregido y he escarmentado,
En la parbola del evangelio se dice: Cuando su padre
como novillo indmito;
lo divis, se enterneci. Corriendo, se le ech al cuello vulveme y me volver,
y lo bes (Le 15,20). pues t eres mi Seor, mi Dios.
Is 49,15 aade una representacin materna a la Si me alej, despus me arrepent
conmocin afectiva de Dios: y, al comprenderlo, me di golpes de pecho.
Me senta corrido y avergonzado
Puede una madre olvidarse de su criatura, de soportar el oprobio de mi juventud.
dejar de querer al hijo de sus entraas? Si es mi hijo querido, Efran,
Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidar. mi nio, mi encanto!
La paternidad va unida a la santidad, como atributo Cada vez que le reprendo, me acuerdo de ello,
exclusivo de Dios. La experiencia humana de la pater- se me conmueven las entraas
nidad se sublima a esfera divina al ser empleada como y cedo a la compasin (31,18-20).
smbolo. La santidad hace que Dios no ejecute la con- El primer verso recuerda la pedagoga del padre que no
dena proyectada. transige con la maldad del hijo. El escarmiento ha dado
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frutos de arrepentimiento. Ahora le toca a Dios dar otro as vence su misericordia a sus fieles.
paso: atraer, hacer volver al que se alej. Tambin para Como dista el oriente del ocaso,
el hijo prdigo es decisivo el recuerdo del padre, de la as aleja de nosotros nuestros delitos.
vida en su compaa. El Seor lo reconoce, no como Como un padre se enternece con sus hijos,
as se enternece el Seor con sus fieles.
pecador, sino como hijo, y pronuncia su nombre y su Pues l conoce nuestra condicin
ttulo. La actitud y las palabras del muchacho conmue- y se acuerda de que somos barro (103,10-14).
ven al padre, que no se puede contener. Este desenlace
define la direccin de todo el proceso penitencial. Una vez que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, cmo
suena eso de que l conoce nuestra condicin? Hecho
El tercer texto pertenece al salmo 103, ms hombre como nosotros, en todo excepto en el pecado,
conocido y usado en liturgias penitenciales. (Puede ha compartido nuestro barro. Eso s, con un moldeado
verse el comentario completo en L. Alonso Schoekel, especial que no le impide conocernos y comprendernos.
Salmos II). El sumo sacerdote que tenemos no es insensible a nues-
Hay una referencia a Moiss, que dese ver a Dios, tra debilidad, ya que, como nosotros, ha sido probado
pero slo pudo ver su espalda alejndose, al tiempo que en todo, excepto en el pecado (Heb 4,15).
oa, de labios del propio Dios, una descripcin de su En este punto encaja una contemplacin sobre la
modo de ser: compasivo y clemente, paciente y mi- parbola del hijo prdigo.
sericordioso; y el salmo aade: no est siempre acu-
sando ni guarda rencor perpetuo. Despus contina Transicin. Sin pretenderlo, ha resultado que la
describiendo esa misericordia entraable de Dios, uti- mayora de los textos del AT sobre la paternidad de Dios
lizando comparaciones csmicas para ponderar su gran- versaban sobre el pecado; con lo cual hemos recorrido
deza. Como no le basta lo csmico para describir el lo que san Ignacio llama la primera semana. Despus
afecto, recurre a dimensiones humanas, en concreto a nos invita Ignacio a contemplar los misterios de la vida
la paternidad. La novedad de este texto consiste en la de Cristo, principalmente en el evangelio. Esta vez que-
doble referencia: primero, a Moiss, destinatario de una remos hacerlo centrndonos en su condicin y espiri-
gran revelacin; despus, al segundo captulo del G- tualidad filial. Algunos textos del AT, en que el rey es
nesis, que presenta a Dios como alfarero del hombre. adoptado por Dios como hijo, anticipan simblicamente
Como si dijramos que lo sorprende con las manos en la novedad radical de Jesucristo.
la masa. El alfarero conoce bien su material y lo que
da de s; su dureza y fragilidad. La imagen sensible
sugiere algo ms ntimo y profundo. Leamos los versos
centrales:
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga segn nuestras culpas.
Pues como se eleva el cielo sobre la tierra,
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II
Jess, Hijo de Dios
Prlogo: la encarnacin
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Ambos textos arrancan de la promesa pronunciada por Vimos, como principio y fundamento, la declaracin
Natn y dirigida a David 2 Sm 7,14: Yo ser para l paralela de Mateo y de Lucas, textos excepcionales en
un padre, y l ser para m un hijo (2 Sm 7,14). los sinpticos. Hacamos tambin referencia a los textos
En el relato de Lucas, el tema se enuncia con bas- del bautismo y la transfiguracin, en los que el testi-
tante claridad, sobre todo si lo leemos a la luz de otros monio divino lo declaraba Hijo predilecto. En adelante
textos del NT y de la tradicin. hemos de contemplar cmo se desarrolla esa condicin
en la vida de Jess.
El Espritu Santo vendr sobre ti y el poder del Al-
tsimo te har sombra; por eso, el consagrado que nazca
llevar el ttulo de Hijo de Dios (Le 1,35). El Hijo emancipado
La accin fecundadora se atribuye toda al poder de Dios
y a la infusin del Espritu. La criatura as concebida Una declaracin sorprendente: as la presenta Lucas en
nace ya consagrada, es santa y ostenta con todo de- el relato que cierra el ciclo llamado de la infancia. En
recho el ttulo de Hijo de Dios. Dice el narrador el realidad, es el paso a la mayora de edad legal: cuando
poder del Altsimo, y en el verso 32 anuncia el ttulo Jess adolescente acude al templo y se queda all:
o nombre de Hijo del Altsimo. La coincidencia de
las denominaciones puede sugerirnos la relacin paterna: Por las fiestas de Pascua, iban sus padres todos los
el que es concebido por el poder fecundador del Altsimo aos a Jerusaln. Cuando cumpli doce aos, subieron
es Hijo del Altsimo. De ningn hombre dice la Biblia a la fiesta, segn la costumbre. Al terminar sta, mien-
tras ellos se volvan, el nio Jess se qued en Jeru-
nada semejante. saln, sin que sus padres lo supieran. Pensando que iba
Si no podemos atribuir a Lucas la madurez teol- en la caravana, hicieron una jornada de camino y se
gica de la tradicin posterior, s podemos enriquecer su pusieron a buscarlo entre parientes y conocidos. Al no
relato con el texto clsico de Gal 4,4: encontrarlo, volvieron en su busca a Jerusaln.
Al cabo de tres das, lo encontraron en el templo,
Cuando se cumpli el plazo, envi Dios a su Hijo, sentado en medio de los doctores, escuchndolos y ha-
nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que rescatase cindoles preguntas. Y todos los que lo oan estaban
a los subditos de la ley y nosotros recibiramos la con- atnitos ante su inteligencia y sus respuestas. Al verlo,
dicin de hijos. se quedaron desconcertados, y su madre le dijo: 'Hijo,
Este texto nos anticipa un tema que hemos de meditar por qu nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo
ms tarde: la relacin entre la filiacin de Jess y la te buscbamos angustiados'. l replic: 'Por qu me
buscabais? No sabais que yo tengo que estar en la
nuestra: el Hijo de Dios es enviado para hacernos hijos casa de mi Padre?' Ellos no entendieron lo que les dijo.
de Dios. Baj con ellos, fue a Nazaret y sigui bajo su autoridad.
A partir de estos dos textos, y con una comprensin Su madre lo guardaba todo en su interior. Jess pro-
ms elaborada por nuestra parte, queremos contemplar gresaba en saber, en estatura y en el favor de Dios y
cmo vive Jess su relacin filial con su Padre Dios. de los hombres (Le 2,41-52).
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El dinamismo del relato se tensa hacia la declaracin de ms autntica filiacin, que a su vez revelar la ms
una paternidad que est por encima de la humana. Habla autntica paternidad de Dios. En algunas novelas y dra-
la madre y dice tu padre y yo; responde Jess y se mas romnticos hay un momento en que se descubre
refiere a otro Padre: Dios. Seguir sumiso en la vida que el protagonista pobre y despreciado es hijo de un
domstica, pero en su misin depende directamente de duque o de un hombre riqusimo. En esos episodios,
su Padre celeste. El principio es tan importante que Jess que hoy se nos antojan ingenuos, se expresa un profundo
lo introduce e inculca de forma dramtica y dolorosa, deseo humano de enaltecer a sus favoritos, encontrando
admitiendo se dira que incluso provocando la an- en el personaje un desquite vicario: lo que uno no puede
gustia de los que ms quiere. Angustia, en un primer tener lo proyecta en el personaje.
momento, de unos padres a quienes se les ha extraviado En un orden insospechado, Jess descubre el mis-
el hijo; angustia que se convierte despus en verdadero terio oculto. La ley le ordena acudir en peregrinacin
pavor al sentirse ante un abismo o un misterio que no al templo, y l se somete, conducido por sus padres. La
comprenden en absoluto. Mara lo sigui meditando para ley es interpretada oficialmente por los doctores, y l
progresar en la comprensin. entra en dilogo con ellos. Pero ha llegado para el ado-
Nosotros tambin meditamos y contemplamos para lescente la hora de asumir la iniciativa: conducido por
crecer en conocimiento; pero nunca olvidemos que es- sus padres, se desprende de ellos; instruido por los doc-
tamos ante el misterio. No nos asustemos si alguna vez tores, introduce una sabidura inesperada. El recibe r-
nos invade la angustia. Si alguna vez nos parece que se denes directas y enseanzas particulares de su Padre,
nos extrava Jess en nuestra vida, busquemos donde se Dios.
puede encontrar: junto al Padre. Jess es ahora templo El primer acto suyo que podemos llamar pblico
o casa de Dios. es exhibir su ttulo de nacimiento, Hijo de Dios, y
Aunque Jess no fuera hijo de Jos, debemos ima- revelar que Dios es su Padre. Sin que se escuche la voz
ginar por analoga con casos conocidos de adopcin de Dios, este momento tiene algo de transfiguracin
temprana que entre ambos haba crecido una relacin anticipada. El hecho es tan enorme que Mara y Jos,
de cario y familiaridad equivalente a la natural. En tras doce aos de convivencia, no logran entenderlo.
trminos de afecto, confianza y sumisin, hemos de Los doce aos de intimidad humana han servido de
imaginar a Jess como un hijo normal respecto a su preparacin o han sido un obstculo para comprender?
padre. En cuanto a Mara, la relacin tuvo que ser de Aun creciendo en aos con Jess, no logran ahora dar
intimidad sencilla y abierta. Los vnculos humanos afec- el salto. Acostumbrados a un Jess tan casero, no en-
tivos iran creciendo durante la infancia. tienden que tenga otra casa paterna. Cuando Jess vuel-
Llega el momento en que la ley lo declara mayor va con sus padres a Nazaret, nada ser igual, aunque
de edad y responsable, y lo reclama como hijo segn externamente lo parezca.
la expresin tradicional bar miswa = hijo del precep- No intentemos nosotros domesticar dulzonamente
to. En ese momento de afirmacin de la personalidad, al nio Jess; contemplemos ms bien en l el misterio
Jess suspende los vnculos naturales para revelar su de su filiacin divina. A su ejemplo, y como hijos de
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Dios, aceptemos rdenes paternas superiores a vnculos En las sociedades antiguas, y concretamente en la
humanos y a la autoridad de la ley. Nuestra confirmacin bblica, la funcin del padre era ms intensa que en
podra ser, adems de simple ratificacin del bautismo, nuestras culturas modernas. La madre contaba menos
una especie de peregrinacin espiritual, para compren- en autoridad para decidir. Vamos a fijarnos en tres as-
der y manifestar que somos hijos de Dios y que hemos pectos: autoridad, propiedad y oficio. En primer lugar,
de vivir en la casa de Dios. Nadie ms padre que l; la patria potestad era soberana, y en algunas culturas
nadie con autoridad superior sobre nosotros. se extenda hasta el poder sobre la vida y la muerte,
Finalmente, este episodio se proyecta hacia el fu- como muestran los sacrificios humanos o el episodio de
turo: cuando vuelva a subir en peregrinacin a Jerusaln, Jeft (Jue 11), donde la hija no se resiste a la decisin
en el viaje definitivo y pascual; cuando mantenga agrias del padre, vinculado por un voto. En la cultura latina,
discusiones con doctores de la ley reacios; cuando pu- los trminos im-petra-re y per-petra-re se derivan de
rifique la casa de su Padre; cuando peregrine a la glo- pater. En segundo lugar, el padre conserva la propiedad
ria..., nos har participes de su filiacin. de todos los bienes, aunque tambin disfruten de ellos
En nuestra vida, nos vamos emancipando a medida los hijos mientras convivan con el padre. El hijo prdigo
que crecemos: nos emancipamos del vientre y de los no tena derecho a reclamar bienes antes de la muerte
brazos maternos, de la mano paterna, de nuestros maes- del padre; cuando el padre dice al hijo mayor: todo lo
tros, de la patria potestad... De nuestra relacin con mo es tuyo, se refiere al disfrute, no a la propiedad
Dios Padre, sin embargo, nunca nos emancipamos. El de los bienes. El Eclesistico (33,22-24) aconseja:
quiere ejercer cada vez ms sobre nosotros su amorosa
Mejor es que tus hijos te supliquen
y soberana patria potestad. Sentirla y vivirla es un acto que estar t a merced de ellos.
de maduracin espiritual. (Puede verse el comentario a S dueo de todos tus asuntos,
este episodio en L. Alonso Schoekel, Esperanza, San- y no caiga mancha en tu reputacin.
tander 1991, 239ss.). Cuando se cumpla el nmero de tus breves das,
el da de la muerte repartirs la herencia.
Trasfondo cultural de la paternidad En tercer lugar, era normal que el hijo aprendiera en
casa el oficio del padre, practicando bajo su instruccin.
Algo de divino hay en el padre, puesto que en Dios hay El oficio y el taller se heredaban; la destreza se adquira
algo de paterno. por imitacin personalmente dirigida. En el cap. 8 de
Si bien la relacin fsica de paternidad es la misma Proverbios se transparenta dicha costumbre en las pa-
en todos, su realizacin consciente est condicionada labras de la Sabidura (hokma) personificada: yo estaba
por la cultura. De ah que la imagen concreta del padre junto a l como artesano.
tenga perfiles diversos. Como el escritor opera con su El padre era el educador primario, como muestra
imagen cultural, es importante conocerlo para enfocar reiteradamente el libro de los Proverbios: l transmita
debidamente lo que nos dice. las tradiciones culturales y religiosas. Por su parte, el
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hijo aprenda, imitaba, reciba, obedeca. Hay que tener por Dios. (La palabra espaola misin viene del latn
en cuenta estos datos y alguno ms que ir saliendo al mittere, que significa enviar).
leer el NT, especialmente los evangelios. No he men- Enviados tpicos son los profetas. Lo que llamamos
cionado lo ms importante, el amor mutuo, porque ste vocacin se desdobla muchas veces en llamada y en-
trasciende las culturas. vo, o vocacin y misin:
En los sinpticos no son muchos los textos que
hablan explcitamente de la relacin filial de Jess. Aun- Adonde yo te enve irs (Jr 1,7).
que se dice que pasaba la noche orando a Dios, no se Hijo de Adn, yo te envo a la Casa de Israel
entra en ningn detalle, y slo el Padrenuestro ofrece (Ez 2,1).
No se te enva a un pueblo de idioma extrao
algn indicio. En cambio, puede decirse que en Juan el
(Ez 3,4).
tema constituye el eje del evangelio; slo que no se Me ha enviado para dar una buena noticia (Is 61,1).
desarrolla linealmente, sino por episodios. Para no per-
der la orientacin, seguiremos contando de antemano El ltimo enviado es Juan Bautista, a quien su hom-
con mltiples interferencias este itinerario: misin, nimo el evangelista define as: Hubo un hombre en-
tarea, enseanza, oracin. Los textos que mencionan viado por Dios, llamado Juan, que vino como testigo
explcitamente la paternidad de Dios iluminan todos los (Jn 1,6-7).
dems. Toda esa serie de envos y enviados es preparativo
y prefiguracin, porque el Enviado por antonomasia es
La misin Jess; y lo es de un modo nico, con una misin par-
ticular que se va articulando y desarrollando, en diversos
La misin se expresa con dos verbos intercambiables: actos, hasta su muerte y resurreccin. Dios envi a su
enviar y despachar. La idea del envo del hombre Hijo, dice Pablo (Gal 4,4). Y la parbola de los vi-
por parte de Dios goza de una larga tradicin en el AT. adores, pronunciada durante la semana anterior a la
Para sacar al pueblo de Egipto, por ejemplo, Dios enva pasin, resume en imagen la cadena de envos hasta el
a Moiss. El texto actual del xodo es llamativo en su final:
secuencia:
Por la vendimia, les envi un criado a los labradores...
He visto la opresin de mi pueblo... he odo sus que- Les envi un segundo criado, y ellos lo descalabraron...
jas... He bajado... a sacarlos de esta tierra. Y ahora te Envi un tercero, y lo mataron... Le quedaba uno, su
envo... para que saques... (3,7-8.10). hijo querido, y se lo envi el ltimo (Me 12,2.4-6).
Dios baja enviando a un hombre. Dicho al revs: el
La carta a los Hebreos lo formula as:
envo de un hombre es la bajada de Dios. Moiss, en Muchas veces y de muchas maneras habl Dios en el
un prolongado forcejeo, se resiste, pero al final debe pasado a nuestros padres por medio de los profetas. En
ceder. Moiss fracas cuando actuaba por propia ini- esta etapa final nos ha hablado por medio de un Hijo
ciativa (Ex 2,11-15) y tuvo xito cuando actu enviado (Heb 1,1-2).
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Todas nuestras contemplaciones sobre la vida de Jesu- contundente de Jess. Esas autoridades que Juan lla-
cristo han de estar enmarcadas por este dato: Jess es ma judos, a secas, sin especificar si eran fariseos
un enviado, el enviado personal del Padre, y est cum- siguen y encarnan una tradicin legal de profundo res-
pliendo en cada momento una misin. Jess es cons- peto al sbado.
ciente de ello y lo afirma repetidas veces. El precepto del declogo de santificar el sbado
De la misin de Cristo parte la misin de la Iglesia: cobr gran importancia despus del destierro, como
Como el Padre me envi, as os envo yo (Jn 20,21). muestran, por ejemplo, Is 56,4 y 58,13-14. En un texto
Ya no como fueron enviados los profetas, sino como que recoge el libro de los Nmeros como episodio del
fue enviado el Hijo. El envo es un dinamismo impreso desierto, un culpable de violacin del sbado es con-
en el ser y en la vida de la Iglesia y al que sta no puede denado a muerte y apedreado por orden del Seor
renunciar. No slo los apstoles: todo cristiano debe (15,32-36). El libro primero de los Macabeos 2,17-38
vivir como enviado de Jesucristo y, por l, del Padre. cuenta cmo un grupo de judos muri en una caverna
Por su etimologa (va = camino), en-viar es poner para no profanar luchando el sbado. La tradicin fa-
en camino, encaminar. Los profetas tienen que ir; Pablo risaica exacerb el rigor del precepto, rodendolo de
tiene que viajar; los misioneros marchan a pases leja- numerosas precisiones casusticas. Sobre ese fondo legal
nos. Jess da ejemplo con sus viajes, dentro de los hay que ver bastantes episodios de la actuacin de Jess.
lmites asignados por el Padre: Vamonos a las aldeas Al poner la infraccin del precepto en el marco de
vecinas, para predicar tambin all, pues a eso he ve- una curacin prodigiosa, Juan dramatiza el contraste y
nido (Me 1,38). pone un pedestal a la declaracin y enseanza de Jess.
Por este motivo perseguan los judos a Jess, por
El trabajo hacer tales cosas en sbado. Pero Jess les dijo: Mi
Padre sigue trabajando, y yo tambin trabajo (Jn 5,
El captulo 5 de Juan contiene uno de los discursos 15-16).
doctrinales que Jess pronuncia en controversia con las
autoridades religiosas judas, La ocasin es la curacin Del precepto del declogo sube a la motivacin de Ex
de un paraltico en sbado y el mandato de Jess al 20,11:
paraltico, ya curado, de cargar con la camilla en da de Porque en seis das hizo el Seor el cielo, la tierra y
reposo, cosa que realiza tranquilamente el hombre sa- el mar y lo que hay en ellos, y el sptimo descans;
nado. Dos detalles del relato dejan en mal lugar al ex- por eso bendijo el Seor el sbado y lo santific.
paraltico: primero, que no se entera de quin es su
benefactor; segundo, que, cuando se entera, se lo cuenta El sbado es sagrado en virtud del ejemplo de Dios
a los rivales de Jess. creador. La visin de un Dios como artesano que des-
Las autoridades judas se indignan progresivamente cansa el sptimo da, retorna como justificacin teol-
en tres tiempos: porque un hombre transporta cargas en gica de la prctica social y religiosa. El Gnesis dice
sbado; porque Jess cura en sbado; y por la rplica que para el da sptimo haba concluido Dios toda su
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tarea, y descans el da sptimo de toda su tarea (2,2).
Segn una interpretacin corriente, ese da ces la ac- El sbado es una institucin ligada a nuestro sis-
tividad creadora de Dios. Continu otro tipo de acti- tema solar y procede de una subdivisin del mes lunar.
vidad? En otros planetas el ciclo o ao puede durar varios meses
o varios aos de los nuestros, y no todos tienen satlites
Aqu empalma la respuesta de Jess: aunque po-
reguladores... El sbado es una divisin del tiempo crea-
lmica con tal interpretacin del Gnesis, podra apo-
do, al que el hombre est sometido. Pero Dios creador
yarse en la actividad histrica de Dios, las obras, pro-
no est sometido al tiempo, por ms que nuestra ima-
digios, proezas y portentos tantas veces cantados por ginacin se empee en encerrar a Dios en las coorde-
los israelitas. Pero Jess no suaviza ni corrobora con nadas temporales.
argumentos su tajante respuesta: Mi Padre sigue tra-
Dios discierne nuestro tiempo, porque est por en-
bajando, y yo tambin trabajo. El hijo aprendiz acom- cima, antes y despus de l. Aunque, en rigor, sos son
paa al Padre en su taller artesano: cuando el Padre modos nuestros de hablar, ya que en Dios no hay antes
trabaja, tambin l colabora. Al Padre compete sealar ni despus. Y es que nosotros podemos concebir, pero
tiempos y tareas. no podemos imaginar prescindiendo del espacio y el
El Eclesistico (33,7) se pregunta: Por qu un tiempo (nos lo ense Kant). El tiempo es creacin de
da es distinto de otro da, si todos repiten la luz del Dios nos recuerda San Agustn, aunque el Gnesis
sol?; y responde (33,8-12) que La sabidura de Dios parezca sugerir que Dios se encuentra dentro del tiempo.
los distingui... y estableci entre ellos das festivos... Hemos de tener mucho cuidado en no mezclar nuestra
bendijo uno de ellos y lo santific; a los dems los hizo imaginacin con nuestras creencias, y menos an para
numerarios. Como en el Gnesis concede Dios el dis- proponerla como contenido de nuestra fe. Agustn llama
frute de todos los rboles y veda uno solo, as en el dolos mentales a los productos de nuestra imagina-
Sina concede seis das para el trabajo y reserva uno cin aplicados a Dios (In Evang. Jo. XIX, 1). Si no
para el descanso. Es lo que le reprochan, al parecer ponemos atencin, podemos caer en la trampa de los
razonablemente, los fariseos a Jess: si tienes seis das dirigentes judos, pues compartimos con ellos algunas
disponibles, por qu curas en sbado? categoras de la imaginacin. Nuestro lenguaje est irre-
Jess justifica su accin llamando Padre mo a mediablemente ligado a experiencias del espacio y el
quien los judos consideran autor de la ley. Jess conoce tiempo; por eso necesitamos criticar nuestro lenguaje
la ley y conoce adems al autor de la ley; sabe que la cuando explicamos nuestra fe.
actividad de Dios no ha cesado con la creacin. El Padre En conclusin, Dios est fuera del tiempo (y sta
sigue creando a lo largo de la historia, porque no est es otra forma de hablar, ya que tampoco hay fuera ni
sometido a los tiempos e instituciones creados. El Se- dentro para Dios). Dios puede aceptar el homenaje
gundo Isaas, el profeta del destierro usa el mismo verbo del hombre consistente en dedicarle una parte de su
crear, br' para significar la accin csmica (40,26.28; tiempo; pero no lo necesita ni est sometido a ello. Del
42,5) y la accin histrica (43,7.15; 54,16) de Dios. mismo modo, puede saltarse dicha institucin y actuar
en cualquier momento del tiempo humano. Y si el Padre
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trabaja, tambin el Hijo ha de trabajar, slo que dentro Vuelve la estampa del artesano que cariosamente va
del tiempo humano. Si el Padre tiene abierto el taller el enseando a su hijo sus habilidades ms secretas, y el
sbado, tambin el Hijo puede y debe trabajar el sbado. hijo, por imitacin, se va apropiando dichas habilidades.
Nos cuesta trabajo imaginar lo que sentan los di- El artesano es padre y maestro. El hijo tiene que aprender
rigentes judos, aferrados a su tradicin. Para ellos, el del Padre para ejecutar luego las tareas que el padre le
sbado era asunto vital, elemento constitutivo de su ser encomiende (cf. Prov 8). En estas palabras se nos revela
judos, y encontraban arrogante la conducta de Jess, algo de la intimidad de Jess, ms all de lo que nos
que se pona por encima del sbado. Y su juicio era dicen los sinpticos. El Padre no tiene secretos para el
lgico, al no reconocer la misin trascendente de Jess. Hijo, y ste responde amorosamente a la instruccin
Lo cual no hace retroceder a ste, porque el Padre le ha paterna: hace lo que ha visto hacer a su Padre.
encomendado una tarea, y l tiene que cumplirla. Los Hasta aqu nos hemos fijado en el aspecto formal,
judos ven en la conducta y la persona de Jess una ame- pero no hemos analizado el contenido: qu le ensea
naza grave y piensan en eliminarla eliminndolo a l: el Padre?, qu hace Jess?, qu tarea ha aprendido y
Por lo cual los judos intentaban con ms ganas darle le han encomendado? Por ahora, la tarea ha sido dar la
muerte, porque no slo violaba el sbado, sino que salud a un enfermo grave; aunque su enfermedad no era
adems llamaba a Dios Padre suyo, igualndose a Dios mortal, yaca como muerto en vida; ms que vivir, so-
(Jn 5,18). breviva. El Padre le ha encomendado devolver la salud
a un pobre enfermo; accin benfica que no se ata a la
La frmula supone una reflexin teolgica madura, de cronologa del sbado. Jess lo cumple con palabra au-
suerte que no se puede poner histricamente en boca de torizada y autoritaria.
los judos de entonces. Con todo, el texto de Juan nos
hace comprender que es la relacin particular del Hijo Para los judos era ms importante respetar el s-
con el Padre la que provoca el conflicto de Jess con bado, porque, segn ellos, el honor de Dios estaba por
sus paisanos. Su filiacin no es como la del rey davdico, encima de la salud de un hombre. El principio es acep-
adoptado como hijo por el Seor (2 Sm 7; Sal 2; 89). table; pero es honor de Dios semejante interpretacin
El rey de Israel jams se iguala a Dios. del sbado? Se honra a Dios condenando a la impo-
En este punto encaja un discurso programtico de tencia a aquel pobre hombre? Estas preguntas nos deben
Jess (Jn 5,19-20): intranquilizar: que nunca nos tranquilice falazmente el
evangelio!
El Hijo no hace nada por su cuenta
si no se lo ve hacer al Padre. Ahora bien, esta curacin no es ms que un ensayo,
Lo que aqul hace lo hace igualmente el Hijo, preparacin para realizar tareas asombrosas, culminan-
porque el Padre ama al Hijo tes. Cul es la tarea capital que el Padre encomienda
y le ensea todo lo que hace; al Hijo?
y le ensear acciones ms grandes,
para que os maravillis vosotros. Como el Padre levanta a los muertos y les da la vida,
as el Hijo a los que quiere les da vida (Jn 5,21).
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Que es Dios quien da la vida, se comprueba en diversos
Recordamos el salmo 72,1: Oh Dios, confa tu juicio
pasajes del AT:
al rey, tu justicia a un hijo de reyes.
Yo doy la muerte y la vida, El Padre se encarga de la vida y no quiere entrar
yo desgarro y yo curo (Dt 32,39). en el juicio de condena, que es exclusin de la vida.
Dicha tarea se la encomienda a Jess, el cual sancionar
El Seor da la muerte y la vida,
la respuesta del hombre (cf. Jn 5,28-29); y se la enco-
hunde en el abismo y levanta (1 Sm 2,6).
mienda porque su Hijo se ha incorporado a la huma-
Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, nidad. Puede ejercer tal potestad de diversas maneras,
para que ste me encargue de librar y con sentencia decisiva cuando todos comparezcan ante
a un hombre de su enfermedad? (2 Re 5,7). l. Su sentencia simplemente sanciona. Los que recha-
l nos despedaz y nos sanar, zaron al Hijo, que es la Vida, se quedarn en su rechazo;
nos hiri y nos vendar la herida. los que hayan acogido al Hijo, que es la Vida, la llevan
En dos das nos har revivir, sembrada dentro, y ella vencer a la muerte. (El tema
y al tercer da nos restablecer (Os 6,1-2). queda pendiente para el final de la percopa o de una
seccin).
En tiempos de Jess, muchos judos esperaban otra vida
despus de la muerte por el poder de Dios, y segn esa Os aseguro que quien oye mi palabra y cree a quien
creencia podan leer los textos citados. Lo que aade me envi tiene vida eterna y no es sometido a juicio,
Jess a esa creencia es que tambin el Hijo posee esa sino que ha pasado de la muerte a la vida. Os aseguro
habilidad, aprendida del Padre. La prxima vez, Jess que llega la hora, ya ha llegado, en que los muertos
resucitar a Lzaro. La accin y enseanza definitiva oirn la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirn.
Pues como el Padre posee vida en s, as hace que el
del Padre dador de vida se realizar en la resurreccin Hijo posea vida en s; y, puesto que es hombre, le ha
de Jess. Lo que llamamos resurreccin de Lzaro confiado el poder de juzgar. No os extrais de esto:
no es ms que retorno a esta vida por algn tiempo ms. llega la hora en que todos los que estn en los sepulcros
La resurreccin de Jess ser su entrada en la vida de- oirn su voz (vv. 24-28).
finitiva y plena. La alternativa muerte/vida fsica es sm-
bolo de la alternativa muerte/vida en el orden trascen- Se distinguen dos momentos, uno presente y otro futuro:
dente. Juan nos invita a contemplar: Jess, dando escuchan y escucharn. El presente del primer mo-
su vida, cumple la tarea encomendada de dar vida de- mento nos invita a referirlo a la vida trascendente ya
finitiva. sembrada o plantada en el creyente, como arras o anti-
cipo, en virtud de la cual, pasar el hombre, a travs
El Padre no juzga a nadie, sino que encomienda al al de la muerte, a la vida definitiva. Est plantada y ger-
Hijo la tarea de juzgar, para que todos honren al Hijo minando, aunque todava no haya logrado el fruto pleno.
como honran al Padre. Quien no honra al Hijo no honra
El segundo momento abarca a los muertos, cuando se
al Padre que lo envi (Jn 5,22-23).
abran los sepulcros.
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As pues, la tarea capital de Jess, encomendada Tambin en el juicio cumple la voluntad del Padre, como
por el Padre, es dar vida plena; por lo cual no puede la cumple dando vida:
parar, pues la vida del hombre le exige que no inte-
rrumpa su tarea. Yo no puedo hacer nada por mi cuenta; juzgo por lo
Esa vida no se da automticamente: es don que se que oigo, y mi sentencia es justa, porque no pretendo
recibe libremente, de modo que el rechazo excluye del hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envi
don. Dios ofrece generosamente; es el hombre quien se (v. 30).
sustrae a la vida regalada. No es vida impuesta, sino
ofrecida. De hecho, Jess pregunta al paraltico: Quie- La misin de dar vida se manifestar de modo espec-
res curarte?; en otras ocasiones dir: Qu quieres que tacular en la resurreccin de Lzaro, que precipita el
haga por ti?. La misin de Jess es de amor, no de desenlace de su pasin y muerte. Pero las palabras de
imposicin; es oferta generosa. Jess lo est experi- Jess y todo el relato no se refieren a una resurreccin
mentando en la resistencia de las autoridades judas, que limitada a la vida temporal; cuando Jess dice: Yo soy
han hecho de la tora (ley) y sus interpretaciones un la resurreccin y la vida (Jn 11,25), podramos para-
absoluto, y no pueden aceptar lo que anula o amenaza frasear diciendo: resurreccin para la vida (5,29), o
su autoridad. vida que exige la resurreccin.
A travs del rechazo, entra en la discusin el tema En el mismo captulo 11 que acabamos de citar,
del juicio, especificado en el sentido de condena. Cuan- queremos subrayar dos detalles importantes. Primero,
do hablamos de juicio, empleamos un smbolo de ins- la oracin de Jess al Padre:
tituciones humanas que adoptan formas culturales di-
versas. No nos empeemos en forzar los textos bblicos Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. Yo
para que encajen en nuestro sistema teolgico concep- saba que siempre me escuchas, pero lo digo por la
tual, y en particular, el final de este texto: gente que me rodea, para que crean que t me enviaste
(vv. 41-42).
Los que obraron bien resucitarn para vivir, los que
obraron mal resucitarn para ser juzgados (v. 29).
Es decir, resucitando al amigo revela su relacin filial
El ltimo verbo equivale a juzgados y condenados, o con su Padre Dios. El segundo detalle es que Jess se
sea, a recibir la sentencia condenatoria. El reo tiene que conmueve por toda la situacin humana: se estremeci
comparecer, y para ello se levanta del sepulcro. Note- y dijo muy agitado... se ech a llorar... estremecindose
mos cuidadosamente la oposicin que propone Juan: de nuevo, se dirigi al sepulcro... Juan quiere mos-
vida / juicio, o vida / condena. Este texto no opone trarnos el rostro humano de Jess y que el hecho por-
vida feliz a vida atormentada. La tarea de Jess es tentoso es efecto del amor. Su relacin con el Padre se
la que aprende del Padre: dar vida a cuantos quieran funde perfectamente con la relacin con sus hermanos
recibirla. Los que la rechazan, ellos mismos se conde- los hombres, y desde esa situacin humana se dirige al
nan; y Jess, en funcin de juez, sancionar la eleccin. Padre con plena confianza.
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Cuatro testimonios ste dado que, segn la legislacin, el testimonio de
uno en su propio favor no es vlido apela al testimonio
Continuamos con el captulo 5 de Juan, donde prosigue del Padre. Bastara con este testimonio; pero, como sus
el discurso de Jess, aunque el tema justifica una con- interlocutores no lo admiten, entonces apela al testi-
templacin aparte. monio de otros hombres. A Jess le basta el testimonio
Qu es un testimonio? Aunque lo sabemos, po- de su Padre; pero, en bien de los interlocutores, acepta
demos afinar nuestra comprensin. Una determinada testimonios humanos.
teora del lenguaje incluye la distincin entre elocucin El primero es el del Bautista: aquel revuelo en el
e inlocucin, donde esta ltima se refiere al talante, a desierto, lejos de Jerusaln y de los ncleos urbanos,
la actitud del sujeto cuando habla. El mismo enunciado en una especie de retorno a experiencias fundantes del
puede pronunciarse con actitudes diversas: contando a pueblo, fue tan impresionante que algunos llegaron a
los amigos un suceso presenciado, denuncindolo a la preguntarse si no sera Juan el Mesas. No lo era, evi-
polica, declarando como testigo en un proceso... Al ser dentemente; su oficio era el de testigo:
distintas la finalidad y la funcin, cambia tambin nues-
tra actitud, nuestra manera de expresarnos. El testimonio Vosotros enviasteis una delegacin a Juan, y l dio
posee una fuerza que no tiene el simple enunciado: quien testimonio de la verdad. Y, aunque yo no me apoyo en
lo pronuncia se compromete y exige asentimiento al que testimonio humano, digo esto para vuestra salvacin.
escucha. Puede obtener valor jurdico y forense. En l era una lmpara que arda y alumbraba, y vosotros
cuanto al oyente, ste no escucha un relato de la misma quisisteis disfrutar un rato de su luz (vv. 33-35).
manera que un informe o que un testimonio. El Antiguo
Testamento considera muy importante el asunto y se Como un candil que alumbra mientras tiene aceite. Juan
ocupa de l en la legislacin, en la predicacin proftica no era la luz, no tena luz propia, sino recibida. Y la
y en textos sapienciales. luz que reciba la reflejaba y difunda. Los judos se
En la percopa que nos ocupa figuran cuatro tes- contentaron con el reflejo del candil y no accedieron a
timonios que, en orden cronolgico, son los siguientes: la fuente luminosa. Siguiendo a la Vulgata, algunos
el de Moiss en la Escritura, el de Juan Bautista, el de autores antiguos citan a este propsito el salmo 132,17:
las obras de Jess y el del Padre. Seguiremos el orden Preparo una lmpara para mi Ungido. Si la predica-
del texto: cin de Juan fue importante y obtuvo algunos resultados,
lo ms importante de su misin fue, sin embargo, el
Si yo diera testimonio a mi favor, mi testimonio no testimonio a favor de Jess: el que, viniendo detrs,
sera vlido; otro atestigua a mi favor, y me consta que estaba antes; el que posea el Espritu, el esposo. Tam-
su testimonio es fidedigno (vv. 31-32). bin Juan era testigo fidedigno, pero muchos no acep-
Lo que se pide de un testigo es que sea fidedigno; y taron su testimonio. Jess apela entonces a otro ms
nadie ms digno de fe que el Padre. En la causa que fuerte:
pretenden instruir las autoridades judas contra Jess,
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Yo tengo un testimonio ms valioso que el de Juan: lo que l escribi, cmo vais a creer mis palabras?
las obras que mi Padre me encarg hacer y yo hago (vv. 39-40.45- 47).
atestiguan que el Padre me ha enviado (v. 36).
Son obras prodigiosas y benficas, signo patente de po- Moiss equivale aqu al Pentateuco, que no es todo
der y bondad. Cuando los hombres encuentran servi- ley, sino tambin relato y canto y exhortacin. El ar-
cialidad y desinters, suelen fiarse. Las obras de Jess gumento se basa en la lectura de la Escritura como
son desinteresadas, y por ello son testimonio de una profeca y prefiguracin. Cuando la curacin del ciego,
conducta y un modo de ser. Pero, adems, Jess las los fariseos arguyen: De Moiss nos consta que le habl
realiza por encargo del Padre, y as resultan ser testi- Dios; en cuanto a se, no sabemos de dnde viene
monio mediato del Padre. Con todo, apela de nuevo al (Jn 9,29). Con sus escritos segn la opinin entonces
testimonio inmediato: imperante Moiss habla como testigo de cargo, como
cuando compone un canto (Dt 32) para la posteridad.
Tambin el Padre que me envi da testimonio de m. Juan escribe su evangelio para los cristianos; por
Su voz nunca la habis odo, su figura no la habis lo tanto, debemos apropiarnos sus palabras y examinar
visto y su palabra no la conservis en vosotros, porque cmo recibimos nosotros esos testimonios, que forman
al que l envi no le creis (vv. 37-38).
un sistema orgnico de textos escritos que incluye el
Recordamos los versos del prlogo: Nadie ha visto Antiguo y el Nuevo Testamento. Moiss puede repre-
jams a Dios; el Hijo nico, Dios, que estaba al lado sentar la parte principal del AT y es ledo a la luz del
del Padre, lo ha explicado (1,18). Sucede que aceptar Nuevo. Los evangelios recogen el testimonio del Bau-
el testimonio del Padre conlleva aceptar a Jess como tista, las obras milagrosas de Jess y el testimonio del
su enviado, y a esto se niegan los judos. Han prejuzgado Padre.
contra el testigo principal. Esto puede inducirnos a pensar que todos los tes-
Los judos aceptaban el testimonio de la Escritura, timonios se reducen a un conjunto de textos escritos.
especialmente de Moiss, mediador de la ley. Precisa- No es as: en los textos hemos de escuchar la voz del
mente en nombre de la ley (por ellos interpretada) re- Espritu; no basta leerlos como simples documentos hu-
chazaban a Jess, que violaba la ley. Jess apela en manos. Y a ello se ha de sumar el testimonio del Padre,
ltima instancia cuarto testigo a la Escritura y a dirigido personalmente a cada uno de los cristianos:
Moiss: nadie conoce quin es el Hijo, sino el Padre.
Dnde buscamos nuestra informacin y apoyamos
Estudiis la Escritura pensando que encierra vida eter-
na, pues ella da testimonio de m; pero vosotros no nuestra conviccin? Leemos la Biblia para satisfacer
queris acudir a m para tener vida. No pensis que nuestra curiosidad? Nos conformamos con testimonios
ser yo quien os acuse ante el Padre: os acusar Moiss, humanos, luz limitada como la de Juan Bautista? Bus-
de quien os fiis. Pues, si creyerais a Moiss, me cree- camos sinceramente el testimonio del Padre en nosotros,
rais a m, pues l escribi acerca de m. Y si no creis o nos da miedo y pensamos que esa voz en nuestro
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interior nos va a engaar? Predomina en nosotros la vuestra ley est escrito que el testimonio de dos per-
sospecha o la confianza? sonas es vlido. Yo soy testigo en mi causa, y es testigo
La actitud bsica del cristiano debe ser la de la tambin el Padre que me envi (8,12-18).
confianza infundida por el Espritu. Los testimonios hu-
manos tienen valor, como tambin lo tienen los textos Como San Juan, invitados y guiados por l, volvamos
escritos del Evangelio. Pero todos nos deben conducir siempre a escuchar en nuestra oracin el testimonio del
al testimonio insustituible del Padre. Padre sobre Jess: 1 Jn 5,9-10:
Los versos 41-44 aaden otro tema en forma de
Si aceptamos el testimonio humano, ms convincente
denuncia: Jess es desinteresado y busca nicamente el
es el testimonio de Dios; y el testimonio de Dios es el
honor del Padre; los judos interpelados, en cambio, van que ha dejado acerca de su Hijo (1 Jn 5,9-10).
a la caza de honores y prestigio y se encierran en un
crculo de elogios mutuos. Citan a sus maestros para ser
citados. No buscan sinceramente el honor de Dios ni el La doctrina de Jess
honor que procede de solo Dios. Son interesados, y por
eso no se abren al mensaje y la misin de Jess, al Gran parte de la actividad de Jess, segn los evange-
testimonio del Padre. Pues bien, Moiss, a quien citan lios, consiste en ensear. Su estilo era semejante al de
como maestro tal como ellos lo interpretan, los los rabinos de su tiempo: relatos, refranes, comparacio-
acusar un da con el sentido autntico de sus palabras. nes. .. El contenido era nuevo, y el tono distinto: Cuan-
do Jess termin su discurso, la multitud estaba asom-
Y tambin nosotros podemos caer en la misma ten-
brada de su enseanza, porque les enseaba con
tacin: la bsqueda de prestigio y honores como valor
autoridad, no como los letrados (Mt 7,28). De dnde
superior al que subordinamos nuestro estudio de la Bi-
le viene la autoridad?
blia, en la que no escuchamos la voz del Espritu. La
Los doctores de la ley o letrados solan haber sido
humildad es actitud bsica para aceptar el testimonio.
formados en la escuela de un maestro (Pablo arguye que
Como complemento de lo anterior, leamos otro texto de
haba estudiado a los pies de Gamaliel: Hch 22,3) y
Juan:
reciban credenciales que les autorizaban para ensear
Yo soy la luz del mundo: quien me siga no caminar en el templo o en las sinagogas.
en tinieblas; antes bien, tendr la luz de la vida. Le Estudiaban principalmente la ley y su interpreta-
dijeron los fariseos: T das testimonio a tu favor, tu cin. Aunque podan presentarse por cuenta propia, ha-
testimonio no es vlido. Jess les contest: Aunque bitualmente formaban parte de una escuela y apelaban
doy testimonio a mi favor, mi testimonio es vlido, a la autoridad de algn maestro reconocido.
porque s de dnde vengo y adonde voy; en cambio, Jess, en cambio, ensea como un rabino ambu-
vosotros no sabis de donde vengo ni adonde voy. Vo-
lante: dnde estn sus credenciales?
sotros juzgis con criterios humanos; yo no juzgo a
nadie. Y si juzgase, mi juicio sera vlido, porque no Mediada la fiesta, subi Jess al templo a ensear.
juzgo yo solo, sino con el Padre que me envi. Y en Los judos comentaban sorprendidos: 'Cmo tiene se
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tal cultura si no tiene instruccin?' Jess les contest: Esa doctrina no pertenece a un rgimen racional de
'Mi enseanza no es ma, sino del que me envi. Si pruebas y contrapruebas, sino a un rgimen de dispo-
uno est dispuesto a cumplir la voluntad de aqul, podr nibilidad y de fe. Uno puede cerrarse libremente a la
distinguir si mi enseanza procede de Dios o si me la
enseanza y al testimonio. Quien no cree, busca justi-
invento yo. El que habla por cuenta propia busca su
gloria; pero el que busca la gloria del que lo envi es ficarse; y lo hace negando crdito, desacreditando. In-
veraz y no procede con injusticia' (Jn 7,14-18). cluso repasa las pruebas para refutarlas, porque de an-
temano se niega a aceptarlas.
Jess ensea lo que el Padre le ensea: l es su fuente Sentmonos en la escuela de Jess, que es la del
de enseanza y de autoridad. Jess, pues, no inventa Padre, y seamos muy cautelosos ante la multiplicacin
nada, como los falsos profetas: de mediaciones humanas: el evangelista escogido, el
magisterio de la Iglesia, los comentarios, los traducto-
Ay de los profetas mentecatos que se inventan pro- res... Sin rechazar las mediaciones, hay que volver
fecas, cosas que nunca vieron, siguiendo su inspira- siempre al Evangelio como enseanza de Jess apren-
cin! (Ez 13,3). dida del Padre. Despus, cuando nos toque ensear a
otros, como mediadores, todo nuestro esfuerzo debera
Tampoco tiene que apelar a la autoridad de ninguna consistir en conducirlos al contacto directo con el Evan-
escuela o maestro famoso. gelio. En la cultura griega, el pedagogo era el que
Sentados, no a los pies de Gamaliel, como Pablo, conduca a los nios a la escuela (pais = nio; ago =
sino a los pies de Jess, como Mara (Le 10,39), es- conducir). Ojal sea de ese estilo nuestra pedagoga, sin
cuchamos su enseanza, que procede inmediatamente buscar nuestro propio prestigio ni el de una escuela
del Padre. Dios educaba a su pueblo como un padre a determinada.
su hijo (Dt 8); ahora el Padre nos educa por medio de La palabra que me habis odo no es ma,
su Hijo. sino del Padre que me envi.
La pregunta de las autoridades judas revela su sor- El Valedor, el Espritu Santo,
presa y su admiracin, pues saben que Jess es hijo de que enviar el Padre en mi nombre,
artesano y no ha asistido a ninguna escuela. Jess nos os lo ensear todo
dice que su doctrina la ha aprendido en la escuela pa- y os recordar lo que yo os dije (Jn 14,24.26).
terna; y no se presenta como jefe de escuela, porque A vosotros os he llamado amigos,
quiere conducirnos al Padre. Y cmo estamos seguros porque os he comunicado
de que ha sido enviado por Dios? No esperbamos la cuanto escuch a mi Padre (Jn 15,15).
respuesta que nos da: si ests dispuesto a ponerla en
prctica, vers que el Padre la garantiza. Si alguien no La obediencia del Hijo
reconoce la misin del Padre, es porque no quiere acep- Virtud bsica de un hijo es obedecer a los padres (re-
tar y vivir su mensaje; en consecuencia, procura desa- curdese la parbola de los dos hijos: Mt 21,28-31).
creditar la doctrina y al maestro. Pues bien, toda la vida de Jess consiste en cumplir
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puntualmente la voluntad del Padre; y, aunque no tiene tenemos de un objeto que el que tenemos de una persona.
necesidad de explicitarlo continuamente, s lo hace en No conocemos de igual modo un mineral que a un com-
el discurso de la cena: paero o a un amigo. Dado que compartimos una na-
turaleza humana comn, poseemos la base para un co-
El mundo ha de saber que amo al Padre nocimiento personal mutuo. Si no compartisemos tales
y que hago lo que el Padre me encarg (Jn 14,21). experiencias, nuestro conocimiento del otro sera pura
Si cumpls mis mandamientos, aproximacin. Por ms que expliquemos al ciego de
os mantendris en mi amor; nacimiento lo que es la luz y los colores, su conoci-
lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre miento del arco iris o del plumaje de un papagayo no
y me mantengo en su amor (Jn 15,10). pasar de ser un conocimiento por analoga. El hombre
puede entender ciertas reacciones y comportamientos de
Lo capital de estas frases es que inscriben la obediencia los animales, porque tambin l acta en ocasiones de
en el amor. No basta con la mera sumisin, con la manera parecida; pero los animales nunca lograrn co-
anulacin de la voluntad propia, si no se comprende nocer al hombre como persona.
como expresin del amor. Frases como stas revelan lo Y aqu viene lo paradjico: cada cual es nico e
ms hondo de la espiritualidad de Jess. El amor, que irrepetible en su conciencia, se sabe idntico a s, pre-
es comunicacin y entrega, es incompatible con la des- sente a s por la conciencia, se posee como distinto de
obediencia. La obediencia de Jess al Padre es libertad todos los dems; y precisamente esa experiencia de lo
suprema, como es libre el amor. Nada hay forzado en irreductible le permite salir hacia otra conciencia nica
la obediencia de Jess, del mismo modo que no lo hay e irreductible: puede conocer al otro como persona por-
en el amor. Todo acto de obediencia es un acto de amor. que se conoce a s mismo como persona.
Y, al igual que el amor mutuo, del mismo modo la Semejante conocimiento no es puramente intelec-
obediencia de Jess revela tambin el amor del Padre. tual, sino que implica globalmente muchos estratos de
Si aprendiramos de Jess lo que es ser hijos de Dios...! la persona: emociones, imaginaciones, deseos... Lo glo-
bal se puede descomponer en aspectos sin perder la
Conocer al Padre unidad. Conocemos a otras personas de vista, de odas,
poco ms que como si fueran objetos. Cultivamos su
Al transmitirnos lo que aprendi del Padre, Jess nos relacin directa, y enseguida se despiertan la simpata
revela muchas cosas sobre el Padre. Pero ms importante o la antipata, la atraccin y el agrado o el disgusto...
que conocer cosas sobre el Padre es conocer al Padre. No procuramos ni mantenemos la neutralidad. Uno pue-
Y tambin de este conocimiento es Jess el mediador: de conocer al otro por lo que dice, pero adems puede
nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el descubrir motivaciones, adivinar reticencias, compartir
Hijo se lo quiera revelar. Y qu es conocer al Padre? emociones... Si podemos engaarnos acerca del otro,
Hemos de partir de la experiencia humana de co- tambin podemos acertar. Tambin la antipata es una
nocer a otras personas. No es igual el conocimiento que forma de relacin que no es puramente racional.
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Si hasta aqu hemos discurrido en trminos de dua- La revelacin avanza con un paso cualitativamente
lidad yo y el otro, introduzcamos a un tercero. A diverso: podemos conocer a Dios como Padre, porque
veces un tercero nos pone en contacto con otro, nos Jess nos lo revela. Es el tema central del evangelio de
introduce en su conocimiento, nos ayuda a estrechar Juan: Jess, revelador del Padre. Una revelacin que
lazos. Y no me refiero al conocimiento de odas, por lo tiene lugar en momentos de controversia o de intimidad.
que me cuenta el tercero, sino al acceso directo, gracias Adems, Jess glorificado nos enva, nos infunde su
a los buenos servicios del mediador. Espritu, que nos confiere una especie de naturaleza
divina y nos permite sintonizar con la divinidad en una
Partiendo de estos presupuestos, preguntamos: po-
longitud de onda inusitada y trabar una relacin inter-
demos conocer a Dios como persona? No compartimos
personal con Dios como Padre.
con Dios una misma naturaleza. Nuestra distancia res-
pecto de Dios es inmensamente mayor que la distancia
entre el animal y el hombre. Cmo podemos, pues, a) Retornamos al principio y fundamento para ser tes-
tigos privilegiados de la revelacin que el Padre hace
conocer a Dios como Padre? Se habla del conocimiento
del Hijo y la que, por el Espritu, el Hijo hace del Padre.
natural de Dios, que significa saber que existe y tener
Tal es nuestra oracin y contemplacin. Y si insertamos
noticia de algunas de sus propiedades metafsicas. Se
palabras nuestras de peticin, es para que se nos conceda
trata de un conocimiento ms bien racional, intelectual, dicha contemplacin. En la llamada oracin sacerdotal,
que puede provocar otras reacciones. Es el Dios de los Jess declara: En esto consiste la vida eterna, en co-
filsofos, no el Dios que buscamos. Casi podramos nocerte a ti, el nico Dios verdadero, y a tu enviado,
llamarlo el Dios desconocido, como el del ara que Jess, el Mesas (Jn 17,3). Pedir ese conocimiento es
observ Pablo en Atenas. vital para nosotros dando a la palabra vital su sen-
Cmo podr el hombre conocer a Dios? La re- tido etimolgico fuerte. Cuestin de vida o muerte,
velacin nos da respuestas. Ante todo, nos dice del de vida espiritual, de vida vencedora de la muerte: en
hombre, y slo del hombre, que es imagen de Dios. Por esto consiste la vida eterna.
eso, partiendo de experiencias humanas, el hombre pue-
de remontarse y llegar de algn modo a Dios. Arran- Unos vecinos de Jerusaln comentaban: 'No es ste
cando de la primera pgina del Gnesis, los autores el que intentaban matar? Pero resulta que habla pbli-
bblicos hablan de Dios en trminos antropomrficos, camente y no le dicen nada. Habrn reconocido real-
valindose del lenguaje de los smbolos. Y cuando ha- mente las autoridades que ste es el Mesas? Slo que
de ste sabemos de dnde viene; cuando venga el Me-
blan de otros seres (csmicos, animales, etc.), lo hacen sas, nadie sabr de dnde viene'. Entonces Jess, que
en cuanto que el hombre tiene alguna experiencia de enseaba en el templo, exclam: 'A m me conocis,
ellos. Los raros momentos de xtasis, de enajenacin o y sabis de dnde vengo. Yo no vengo por mi cuenta,
de misticismo significan el paso de un nivel de la con- sino que me envi el que es veraz. Vosotros no lo
ciencia a otro superior. El exttico sale de su conciencia conocis; yo s lo conozco, porque procedo de l, y l
normal. me envi' (Jn 7,25-29).
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El narrador utiliza aqu uno de sus recursos didcticos: de Jess, al Dios verdadero. Acudamos al Evangelio
presentar a una o varias personas que no entienden o cada vez a contemplar la suprema revelacin: Nadie
entienden mal y que, con el malentendido, dan pie a la conoce quin es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien
explicacin ulterior de Jess. Aqu son unos vecinos de el Hijo se lo quiera revelar.
la capital desconcertados por la identidad de Jess: es En otro pasaje, discutiendo sobre el valor del tes-
o no es el Mesas? Por sus acciones milagrosas y su timonio, Jess inculca la misma idea:
enseanza, parece serlo; por su origen, no puede serlo.
'Yo soy testigo en mi causa, y es testigo tambin el
Se sabe que ste viene de Nazaret y que es un artesano,
Padre que me envi'. Le preguntaron: 'Dnde est tu
mientras que del Mesas no se sabr la procedencia. (En padre?' Contest Jess: 'Ni a m me conocis ni a mi
la cena de pascua dejaban algunos israelitas piadosos Padre. Si me conocierais a m, conocerais a mi Padre'
un asiento libre, por si se presentaba inesperadamente (Jn 8,18-19).
el siempre esperado Mesas). Esa gente tiene un hori-
zonte muy limitado. Como si uno dijera que viene de b) Vamos a meternos en el corazn de una controversia,
la atmsfera una luz que procede del espacio, confun- en el captulo ms polmico y ms duro de Juan. Es-
diendo un meteorito incandescente con una estrella le- cuchemos primero el crescendo y la culminacin de
jansima y brillante. los versos finales:
En Nazaret comienza la etapa emprica del viaje;
Le contestaron los judos: 'No tenemos razn al decir
antes de ella se dilata la etapa trascendente. Tambin
que eres samaritano y que ests endemoniado?' Con-
nosotros podemos desorientarnos pensando que una re- test Jess: 'No estoy endemoniado, sino que honro a
construccin del Jess histrico nos permitir conocerlo mi Padre, y vosotros me deshonris a m. Yo no busco
como era. Sera un conocimiento de tipo informativo: mi gloria; hay quien la busca y juzga. Os aseguro que
til, pero insuficiente. No faltan agnsticos que, ras- quien cumple mi palabra no sufrir jams la muerte'.
treando en los evangelios informaciones histricas sobre Le dijeron los judos: 'Ahora estamos seguros de que
la personalidad de Jess, llegan hasta Nazaret y all se ests endemoniado. Abrahn muri, lo mismo que los
quedan. profetas, y t dices que quien cumpla tu palabra no
Conocer de veras a Jess supone conocer de dnde sufrir jams la muerte. Por quin te tienes?' Contest
Jess: 'Si yo me gloro, mi gloria no vale; es el Padre
viene, reconocer que es un enviado y descubrir a quien
quien me glorifica, el que vosotros llamis Dios nues-
lo envi. A los comentarios desconcertados de la gente tro, aunque no lo conocis. Yo, en cambio, lo conozco.
responde Jess con una pregunta o contraponiendo dos Si dijera que no lo conozco, sera tan mentiroso como
tipos de conocimiento. No conocen al Padre, porque no vosotros. Pero lo conozco y cumplo su palabra. Vuestro
reconocen al Hijo. Conocen muchas cosas de Jess, pero padre Abrahn disfrutaba esperando ver mi da: lo vio
desconocen lo ltimo y fundamental. En cambio, Jess y se alegr'. Le replicaron los judos: 'No has cumpli-
s conoce personalmente al Padre y es enviado a co- do cincuenta aos y has conocido a Abrahn?' Jess
municar su conocimiento. Conocer superficialmente a les dijo: 'Os lo aseguro, antes de que existiera Abra-
Jess es conocer superficialmente o desconocer al Padre hn, existo yo'. Entonces cogieron piedras para ape-
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drearlo, pero Jess se escondi y sali del templo referida a Abrahn) corresponde a la expresin que Juan
(Jn 8,48-59). pone varias veces en boca de Jess: Yo soy, la cual
responde a la expresin del AT Yo soy el Seor (ani
Cuntas veces hemos ledo este captulo? Lo hemos Yhwh). En esa declaracin culmina la polmica, la re-
meditado? Sucede que lo leemos como dirigido pol- velacin que conducir al desenlace del Calvario.
micamente a los judos y no sabemos escucharlo como
dirigido a nosotros, que nos profesamos cristianos. Se c) El texto siguiente pertenece al discurso de la cena,
impone una meditacin en tres crculos concntricos: el que es el discurso de las despedidas y las confidencias.
interior se desarrolla en el escenario y con los interlo- Al estilo de las despedidas de Moiss (Dt), Samuel,
cutores diseados por el evangelista; el intermedio su- David, el padre de los Macabeos y otros personajes
pone al evangelista escribiendo para su comunidad cris- paganos, en el cuarto evangelio pronuncia Jess un dis-
tiana (cuando los cristianos ya han sido excomulgados curso de despedida que, en rigor, encajara muy bien
en el snodo de Yamnia); el exterior, que se va dilatando antes de la ascensin (como la cuenta Lucas). El co-
a lo largo de la historia, supone el Evangelio que ac- mienzo del discurso est marcado por las interrupciones
tualmente conocemos y dirigido a nosotros. de Toms y de Felipe, que dan pie a respuestas progra-
Escuchamos de nuevo el tema de la honra o gloria mticas de Jess:
y del conocimiento. Los judos llaman a Yhwh Dios 'No estis turbados. Creed en Dios y creed en m. En
nuestro; evitan pronunciar el nombre sagrado, a la vez casa de mi Padre hay muchas estancias; si no, os lo
que lo reconocen como Dios exclusivo del pueblo. El habra dicho, pues voy a prepararos un puesto. Cuando
verbo yd' (conocer, reconocer), con Dios como com- vaya y lo tenga preparado, volver a llevaros conmigo,
plemento directo, es frecuente en el AT. En Ezequiel para que estis donde yo estoy. Ya sabis el camino
se oye con frecuencia la frase y sabris que yo soy el para ir adonde yo voy'. Le dice Toms: 'Seor,
Seor (Yhwh). Jess polemiza: aunque lo llamis no sabemos adonde vas, cmo podremos conocer
'nuestro Dios', no lo conocis, porque os cerris a la el camino?' Le dice Jess: 'Yo soy el camino, la
revelacin que yo traigo de su parte. sa es mi honra verdad y la vida: nadie va al Padre si no es por m'
(Jn 14,1-6).
y mi gloria, la que vosotros me negis. Jess s conoce
a Dios, su Padre, y faltara a la verdad y a su misin si Jess no slo trae la enseanza y la verdad del Padre,
lo negara, si no lo confesara pblicamente. Cuando in- sino que l es la verdad, la revelacin del Padre en todo.
vocamos: Dios nuestro, Dios mo, lo reconocemos Es el camino que conduce al Padre: ya en esta vida nos
de veras como Padre de Jess y Padre nuestro? Tal es gua y asegura el acceso, mejor que la nube y el fuego
el honor que debemos tributar a Jess: reconocerlo como a los israelitas en el desierto; y al final l nos toma de
enviado y revelador del Padre, cumplir la palabra que la mano para nuestro trnsito a la casa del Padre. Es la
nos transmite por encargo del Padre. Si es sa la gloria vida recibida del Padre, poseda y comunicada a no-
de Jess, es la clave de nuestra vida. La expresin que sotros. Podemos amplificar el enunciado combinando
hemos traducido existo yo (haciendo juego con la sus piezas. Es una verdad en camino, porque no todo
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est dicho ni comprendido. Quien crea haber llegado al posible en el templo contemplar la gloria, asistir a
trmino del conocimiento, no ha empezado a conocer una teofana; es imposible verlo tal y como es. Moiss,
como es debido. Es verdad vital, no meramente inte- animado por las peticiones que ha visto satisfechas, pide
lectual. Es vida verdadera, autntica, que se desarrolla un da al Seor: Ensame tu gloria. Y el Seor re-
a lo largo del camino. Es la revelacin definitiva que plica: Mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede
inicia en nosotros un proceso y lo conduce a su trmino, verlo y quedar con vida (Ex 33,18.20).
que es Dios Padre. Felipe emula la audacia de Moiss, pero recibe una
Viene despus la interrupcin de Felipe. En la ex- respuesta positiva: en Jess puede ver al Padre, si acierta
periencia humana observamos muchas veces cmo un a conocerlo en profundidad. Y nosotros, tanto tiempo
hijo se parece a su padre o a su madre. Decimos de l leyendo y meditando los evangelios, acompaando men-
que es igualito, que es clavado, en sus facciones, en tal, espiritualmente a Jess, an no lo conocemos? No
sus ademanes, en sus movimientos... Hemos convivido contemplamos en l al Padre? No lo vemos como Felipe
con el padre, y nos parece tenerlo delante en el hijo. La o como Toms, pero la fe nos abre los ojos: Dichosos
experiencia nos ayudar a meditar lo que sigue: los que sin ver creyeron (Jn 20,29). Cuando contem-
plamos los misterios de la vida de Cristo, el misterio
'Si me conocierais a m, conocerais tambin al Padre. ltimo es que es el enviado del Padre. Los msticos
Ahora lo conocis y lo habis visto'. Le dice Felipe: atestiguan la penetracin que puede alcanzar la fe.
'Seor, ensanos al Padre, y nos basta'. Le responde Cmo es posible esa revelacin? Su fundamento es
Jess: 'Tanto tiempo llevo con vosotros, y no me co-
trascendente; tan misterioso que lo captamos con fe hu-
noces, Felipe? Quien me ha visto a m ha visto al Padre:
cmo pides que te ensee al Padre? No crees que yo milde, aunque no acabemos de entenderlo. El funda-
estoy en el Padre y el Padre en m? Las palabras que mento es la unidad del Padre y el Hijo, que supera la
yo os digo no las digo por mi cuenta; el Padre que est representacin, porque es presencia pura. En Jn 10,30
en m realiza sus propias obras' (Jn 14,7-10). afirma Jess: El Padre y yo somos uno; declaracin
que escandaliza a los judos. En Jn 14,20 completa:
Vamos a utilizar la imagen de la representacin, la cual Aquel da comprenderis que yo estoy en el Padre, y
puede ser tan certera e intensa que haga presente su vosotros en m, y yo en vosotros. La unidad se abre
objeto: presencia por re-present-acin. Algo as intenta para darnos cabida.
el actor dramtico: desplegar ante nosotros la ficcin y
su sentido, que es su verdad; y lo mismo, aunque de La accin del Espritu
otra manera, intenta el novelista con sus personajes y
sus escenas. Pues bien, mucho ms en el caso de Jess, En la revelacin de Dios Padre por el Hijo, el Espritu
representacin y presencia viva del Padre. Santo desempea una funcin. Vamos a contemplarlo
en unos cuantos textos:
Contemplando en el Evangelio la vida de Jess,
percibimos al trasluz la presencia del Padre. El AT habla El ltimo da, el ms solemne de la fiesta, Jess se
de ver a Dios en trminos negativos y positivos: es puso en pie y exclam: 'Quien tenga sed acuda a m
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a beber: quien crea en m! As dice la Escritura: De sus Ms que la sed, estos textos subrayan la vitalidad de la
entraas manarn ros de agua viva' (Jn 7,37). naturaleza y, con las imgenes del bullir de seres vivos
y de la abundancia de peces, evocan el relato de la
Es la fiesta de las Chozas, la ms alegre del ao. Coin- creacin de Gn 1, con el poder recreador de las aguas,
cide con el fin de las cosechas y recuerda el camino del capaces de sanear lo estancado y curar enfermedades.
pueblo por el desierto. Ante un pblico numeroso, Jess El Espritu es el don por excelencia de Jess glo-
se apropia una profeca del libro de Isaas: rificado, que cumple lo prometido en el discurso de
despedida de la cena:
Atencin, sedientos: acudid por agua! (55,1).
Sers un huerto bien regado, Si me amis, guardad mis mandamientos, y yo pedir
un manantial de aguas cuya vena nunca engaa al Padre que os enve otro Valedor que est con vosotros
(58,11). siempre: el Espritu de la verdad, que el mundo no
puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros
El manantial es l, no el creyente. El evangelista aade lo conocis, pues permanece con vosotros y est en
la explicacin de la frase: vosotros. Os he dicho esto mientras estoy con vosotros.
El Valedor, el Espritu Santo que enviar el Padre en
Se refera al Espritu que haban de recibir los cre- mi nombre, os lo ensear todo y os recordar todo lo
yentes en l; todava no se daba Espritu, porque Jess que yo os dije (Jn 14,15.25-26).
no haba sido an glorificado (Jn 7,39).
Jess es la verdad: una verdad tan densa y tan inmensa
La promesa se hace durante una fiesta del rito antiguo; que hay que desentraarla y hacerla comprender a lo
la entrega se difiere hasta la glorificacin. Jess es el largo de las circunstancias de la historia. De esa tarea
manantial siempre manante, porque posee la plenitud se encargar el Espritu que enviar perpetuamente Jess
del Espritu (como un ocano de aguas inferiores: Aps). glorificado. Tambin dice que lo enviar el Padre en
El Espritu es el agua que lo llena y vivifica todo. Otros atencin al Hijo o cuando se lo pidamos invocando a
textos del AT ilustran esta enseanza: su Hijo. Los versos combinados contienen una referen-
cia trinitaria. No olvidemos que estos textos estn es-
Del zagun del templo manaba agua hacia levante... critos probablemente unos sesenta aos despus de los
Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarn acontecimientos narrados, cuando la Iglesia ha crecido
hasta la estepa, desembocarn en el mar de las aguas
y se ha consolidado y dispone ya de escritos propios.
ptridas y lo sanearn. Todos los seres vivos que bullen
all donde desemboque la corriente tendrn vida, y El Espritu est presente en la comunidad cristiana
habr peces en abundancia. Al desembocar all estas recordando, instruyendo, desplegando y haciendo com-
aguas, quedar saneado el mar y habr vida dondequiera prender la enseanza de Jess, aprendida del Padre. En
llegue la corriente (Ez 47,1.8-9). los escritores del NT y en otros muchos posteriores ha
estado presente y activo el Espritu. En otro nivel, su-
Brotar un manantial en el templo del Seor (Jl 4,18;
cf. Zac 14,8). ceda lo mismo o algo equivalente cuando escriban los
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Santos Padres y los msticos y autores espirituales, los Cuando venga el Valedor, que yo os enviar de parte
cuales no suplantan la accin del Espritu, antes bien, del Padre, l dar testimonio de m, y tambin vosotros
se someten a ella y conducen a otros al encuentro in- daris testimonio, porque habis estado conmigo desde
el principio (Jn 15,26-27).
mediato con el Espritu que vive y acta en la Iglesia.
Son mediadores que conducen a la fuente y que no Es ste un texto trinitario: el Hijo enva el Espritu de
suministran agua de su alberca privada. parte del Padre, y ser funcin suya dar testimonio. Por
Un autor sapiencial, Jess Ben Sira, parece sentir tanto, al cudruple testimonio sobre Jess Moiss,
en s la tensin: el canal se me hizo un ro, y el ro se Juan Bautista, las obras, el Padre se aade el del
me hizo un lago... derramar doctrina como profeca Espritu, que pone el sello a los dems. Ya en el bau-
(Eclo 24,31.33). Por una parte, el maestro ha represado tismo, el Espritu testifica bajando en figura de paloma
mucha enseanza tradicional; por otra, se siente movido y p o s n d o s e s o b r e l . T a m b i n los d i s c p u -
por un espritu proftico. los,impulsados por el Espritu, son enviados a dar tes-
Es curioso cmo algunas personas espirituales pa- timonio de Jess como enviado del Padre. Toda la mi-
recen desentenderse del Espritu. No es que lo olviden, sin apostlica est bajo el signo del Espritu, que es el
sino que parecen no percatarse de su presencia y accin, primer protagonista del libro de los Hechos de los Aps-
no contar con l. Otros creen que el Espritu alienta en toles a partir de Pentecosts:
la Iglesia, pero tienen miedo de escuchar su voz interior,
como si se prestara a engao. Por ejemplo, les da miedo De estos hechos somos nosotros testigos con el Es-
leer la Biblia, por si la entienden mal. Como si todava pritu Santo que Dios concede a los que creen en l
pesara la polmica protestante. Pensemos en cuntos (5,32).
protestantes han sacado fruto espiritual autntico leyen- El Espritu dijo a Felipe: 'Acrcate y pgate a la ca-
do la Biblia. Si uno, por el bautismo, posee el Espritu rroza...' (8,29).
y lee con buena intencin, sacar fruto de la lectura.
Pedro segua dndole vueltas a la visin, cuando el
El Espritu habita en toda la Iglesia y en cada cris- Espritu le dijo... (10,19).
tiano y nunca est inactivo. Constantemente nos re-
cuerda y ensea el misterio del Padre y del Hijo. La El Espritu me orden ir con ellos sin reparos...
autoridad en la Iglesia tambin es asistida por el Espritu; (11,12).
lo cual no la dispensa del discernimiento, al que tambin Durante una liturgia en honor del Seor, acompaada
debe someterse. San Ignacio no reduce la vida espiritual de ayuno, el Espritu Santo dijo... As, enviados por
a la obediencia mecnica, sino que desarrolla toda una el Espritu Santo... (13,2.4).
teora y una prctica del discernimiento. Hay que dis- Slo s que en cada ciudad el Espritu Santo me ase-
cernir para identificar la posible ingerencia de espritus gura... (20,23).
falsos, de espritus del mundo: el discernimiento los
desenmascara y despeja el campo para el encuentro con El testimonio apostlico se realiza de dos formas: el
el Espritu de la verdad. anuncio del mensaje y el martirio; tal es la etimologa
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de martys = testigo. El primer mrtir, Esteban, hablaba El Antiguo Testamento ofrece antecedentes a este
con sabidura y Espritu. Al final de su discurso, lle- respecto. Por ejemplo, el gran dilogo, casi un regateo,
no de Espritu Santo, fijando la vista en el cielo, vio la entre Abrahn y Dios a propsito de Sodoma: Lejos
gloria de Dios y a Jess a la derecha de Dios, y dijo... de ti confundir al inocente con el culpable!... El juez
(7,55). de todo el mundo no har justicia? (Gn 18,25). O
En conclusin, el texto trinitario (Jn 15,26-27) des- bien la sptima plaga, que hace al Faran reconocerse
emboca en un mbito eclesial expansivo. culpable (Ex 9,27). O bien la denuncia que hace Isaas
Lo que os he dicho os ha llenado de tristeza, pero os de los que por soborno absuelven al culpable y niegan
digo la verdad: os conviene que yo me vaya. Si no me justicia al inocente (Is 5,23). El verbo griego que em-
voy, no vendr a vosotros el Valedor; si me voy, os lo plea Juan, elenkhein, es frecuente en el lenguaje forense
enviar. Cuando l venga, convencer al mundo de un y puede significar toda la argumentacin hasta dejar
pecado, de una justicia, de una sentencia: el pecado, convicto al reo.
que no han credo en m; la justicia, que yo voy al Padre Muy pronto se va a celebrar un juicio humano en
y no me veris ms; la sentencia, que el prncipe de
el que Jess ser condenado. Pero la causa pasar a la
este mundo est sentenciado (16,7-11).
instancia suprema, en la cual actuar el Espritu para
Con una breve frase, Juan intenta evocar la emocin del restablecer la justicia, demostrando que el supuesto cul-
momento de la despedida. Conviviendo con Jess, los pable es en realidad vctima inocente. La prueba es que
discpulos le han cobrado cario. Pedro lo manifestar Jess va al Padre, y nadie que sea culpable puede acer-
con expresiones hiperblicas de confianza propia, ex- carse a Dios. El Levtico lo refiere a la pureza legal
presivas de un sentir sincero. Todos sern cobardes, pero (p.e., 22,3); Is 59,2 lo refiere al pecado: son vuestras
con el dolor de quien ama y se siente desleal al amigo. culpas las que se interponen entre vosotros y vuestro
En ese clima suena extraamente la afirmacin de Dios; Jr 30,21 afirma la iniciativa divina: y yo lo
Jess: os conviene... La ruptura ser dolorosa; pero acercar hasta m; quin, si no, osara acercarse a m?.
ser ventajosa, porque va a inaugurar un rgimen nuevo, Pues bien, Jess va a Dios, que es su Padre; su inocencia
que es la presencia activa del Espritu. Jess tiene que queda relacionada con la filiacin.
marchar al Padre para enviar al Espritu. Y no lo enviar El Espritu demostrar que el mundo es culpable,
de una vez para siempre, sino que lo estar enviando porque est dominado por el odio y la mentira. El mundo
constantemente a lo largo del tiempo. congrega cuanto es hostil a la misin de Jess; los tri-
En los versos 8-11 se introduce otra funcin del bunales judo y romano han sido como la punta de lanza
Espritu: la de fiscal y abogado, a la vez, en un juicio de ese mundo hostil, que seguir as hasta el final. Su
en suprema instancia; segn el esquema habitual, un culpa es no creer en la misin de Jess, en que Jess
juicio en el que se enfrentan un inocente y un culpable, ha sido enviado por el Padre.
por encima de los cuales el juez pronuncia sentencia, Finalmente, se pronuncia una sentencia que con-
despus de escuchar la argumentacin del defensor y dena al jefe del mundo, o sea, al poder que, domi-
del acusador. nando el mundo y actuando en l y por l, toma cuerpo
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en el proyecto contrario al del Padre; as se presenta en se ajusta a este mundo (Rom 12,2), es decir, por
los relatos de las pruebas (no tentaciones) de Jess actitudes, valoraciones y proyectos contrarios al modelo
en el desierto. Un poder que, adems, acta a travs de de Jess. No menos cuando es fiel y sufre por ello: para
Pedro, cuando ste intenta disuadir a Jess de que acepte tener la entereza del testigo necesita escuchar por dentro
la cruz (Mt 16,22-23). Pues bien, la cruz es juicio, Jess los argumentos del Espritu.
crucificado es juez, y su muerte es la sentencia defini- Tericamente es fcil decir que Jess es inocente
tiva; la validez de la sentencia queda demostrada por la en su pasin y muerte. Pero hay momentos en que re-
accin del Espritu. conocerlo con todas sus consecuencias resulta difcil,
A primera vista, puede parecemos que la cruz es humanamente heroico; y es preciso el testimonio vivo
fracaso. La historia puede curar de muchos juicios fal- del Espritu. Aunque parezca lo contrario, Jess tena y
sos, quiz por ingenuos o supuestamente bondadosos. sigue teniendo razn. La prueba es que ha ido al Padre
Lo decisivo es el testimonio del Espritu, que hace com- y desde all nos enva el Espritu, el cual, a lo largo de
prender la justicia de la sentencia. la historia, no deja de desempear en cada coyuntura
su funcin en el juicio de la suprema instancia.
Me queda por deciros muchas cosas, pero no podis
con ellas ahora. Cuando venga l, el Espritu de la
verdad, os guiar hasta la verdad plena. Pues no hablar
por su cuenta, sino que dir lo que oye y os anunciar
el futuro. l me dar gloria, porque recibir de lo mo
y os lo explicar. Todo lo que tiene el Padre es mo,
por eso dije que recibir de lo mo y os lo explicar
(Jn 16,12-15).
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III
El Padre y el Hijo en la pasin
103
Y cmo subsistiran las cosas Dios se vale de todos sus recursos para salvar la vida
si t no lo hubieses querido? de Jos y, con l, la de todos los hermanos. Pero, mis-
Cmo conservaran su existencia teriosamente, no salva la vida de su Hijo para salvar la
si t no las hubieses llamado? vida de muchos hermanos. Sin pretenderlo, as lo ates-
Pero a todos perdonas, porque son tuyos, tigua Caifas, profeta por ignorancia:
Seor, amigo de la vida (Sab 11,24-26).
Amor - vida - perdn: en ese complejo coherente encaja 'No entendis nada. No veis que es mejor que muera
la pasin de Jess. Por s solo, este dato la ilumina con uno solo por el pueblo y que no perezca la nacin?'
un esplendor emocionante: Nadie tiene amor ms gran- No lo dijo por cuenta propia, sino que, siendo sumo
sacerdote aquel ao, profetiz que Jess morira por la
de que el que da la vida por sus amigos (Jn 15,13).
nacin. Y no slo por la nacin, sino para congregar
Qu decir del que da la vida de su Hijo por sus ene- a los hijos de Dios que estaban dispersos (Jn 11,
migos, para hacerlos amigos? Dios mismo dio testi- 49- 51).
monio a favor de Abrahn: Ya he comprobado que
respetas a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu En la carta a los Romanos nos aclara Pablo la actitud
nico hijo (Gn 22,12). del Padre respecto a la pasin de su Hijo:
Y nosotros nos hacemos eco: Hemos comprobado,
Padre, que nos amas, porque no nos has negado a tu Teniendo esto en cuenta, qu podemos decir? Si Dios
Hijo, tu Hijo nico. est de nuestra parte, quin estar en contra? El que
no reserv a su propio Hijo, sino que lo entreg por
Dar vida: tal era la ingente obra de artesana de
todos nosotros, cmo no nos va a regalar todo lo dems
Jess que contemplbamos en el captulo 5 de Juan. Una con l? (Rom 8,31-32).
artesana superior incluso a la del Dios artesano de Gn
2, que modela la arcilla y obtiene una estatua, a la que El Padre no se reserva ni escatima nada El que da lo
tiene que insuflar parte de su aliento vital para que se ms, da lo menos. En comparacin con su Hijo, qu
convierta en un ser vivo. Jess tendr que emitir su cuenta todo el resto? En el trasfondo se entrev el sa-
ltimo aliento, tendr que expirar, para comunicar su crificio de Isaac, que, aunque no se consume de hecho,
vida. s se cumple en la intencin de Abrahn. El sacrificio
La ltima parte del Gnesis, la historia de Jos, de Jess, en cambio, se consuma realmente.
adquiere forma y sentido por el designio de Dios de Los dos textos citados nos imponen la perspectiva
conservar la vida: desde la que contemplar la pasin. Sentir compasin
Dios me envi por delante, para que podis sobrevivir con Jess que sufre, vctima inocente, es humano, es
en este pas, para conservar la vida a muchos super- noble: dolor con Cristo dolorido, quebranto con Cristo
vivientes (Gn 45,7). quebrantado... Pero podra quedarse en mera compa-
Vosotros intentasteis hacerme mal, pero Dios inten- sin natural, satisfecha de s, pagada con el sentimiento.
taba convertirlo en bien, conservando as la vida a una Hay que seguir adelante y penetrar en profundidad, con-
multitud, como somos hoy (Gn 50,20). templando la iniciativa amorosa del Padre, que explica
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la pasin del Hijo. La explica o la hace ms misteriosa? instinto una especie de metfora del Espritu en
Y, al decir ms misteriosa, no queremos decir ms ellas; slo que el instinto se eleva a conciencia. Sola-
enigmtica, sino ms sobrecogedora. mente conociendo as al pastor, pueden sus ovejas llegar
a conocer al amo. Se puede sustituir pastor y amo
b) Damos otro paso y nos preguntamos cmo vive la por Hijo y Padre.
pasin el Hijo; para ello acudimos al captulo 10 de Sus ovejas no son exclusivamente el pueblo judo,
Juan, donde Jess se presenta como el Buen Pastor que objeto de una revelacin y un trato prolongados, sino
se preocupa de las ovejas; y, paradjicamente, porque todos los hombres. Basta que sepan escuchar una lla-
no lo pide la parbola, da la vida por ellas: mada personal y reconocerse en ella, porque esa lla-
Yo soy el buen pastor: conozco a mis ovejas, y ellas mada, silbo amoroso, despierta la conciencia y revela
me conocen a m, como el Padre me conoce y yo co- la identidad: me despertaste del profundo sueo.
nozco al Padre; y doy la vida por ellas. Tengo otras La pasin de Jess es un acto voluntario (vv. 17-
ovejas que no pertenecen a este redil: a sas tengo que 18), no una imposicin; y por ello ama el Padre a Jess.
guiarlas para que escuchen mi voz y se forme un solo Porque ama al mundo, entrega el Padre a su Hijo; porque
rebao con un solo pastor. Por eso me ama el Padre, se entrega su Hijo, lo ama el Padre. Pero entrega la
porque doy la vida para recobrarla despus. Nadie me
la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para vida, no para caer en el abismo (sheol), sino para re-
darla y para recobrarla despus. ste es el encargo que cobrarla. Para Jess, ms que pasin, el morir es accin:
he recibido del Padre... Mis ovejas escuchan mi voz, el acto ms pleno de una vida plenamente poseda.
yo las conozco y ellas me siguen; yo les doy vida eterna, Parece una contradiccin: por una parte se nos dice
y jams perecern ni las arrancar nadie de mi mano. que da la vida voluntariamente; por otra, que lo hace
Lo que me ha dado el Padre es ms que todo, nadie por encargo del Padre. Para resolver la aparente con-
puede arrancarlo de la mano del Padre. El Padre y yo tradiccin, observemos el sentido de la obediencia.
somos uno (Jn 10,14-18.27-30).
Como buen Hijo, Jess ama al Padre y hace cuanto ste
le encarga; la voluntariedad se opone a la imposicin
El pastor, por bueno que sea, sabe que su vida vale ms
humana. Jess no es una vctima impotente que sucumbe
que la de todas las ovejas juntas; pero la comparacin
rompe la equivalencia y pasa ms all. En ese ms all ante el poder humano; no, Jess se entrega voluntaria-
se vislumbra la actitud de Jess en la Pasin. mente para cumplir el encargo del Padre: no tendras
La relacin entre las ovejas y el buen pastor es poder contra m si no te lo hubiera dado el cielo (Jn
derivacin y reflejo de la relacin que hay entre el Hijo 19,11).
y el Padre. Tambin en esto vamos ms all del realismo Es, pues, Jess quien toma la iniciativa cuando
de la parbola, porque las ovejas no pueden conocer al llega su hora, como muestran varios textos; mientras no
pastor, si no es de modo instintivo. El conocimiento llega su hora, es intil arrestarlo; y, aunque lo intentan,
mutuo de Cristo y sus ovejas es de otro orden, porque no lo consiguen:
el Hijo se ha puesto al alcance. Hablaramos de un
106 107
Estas palabras las pronunci junto al tesoro, ensean- por los sinpticos en la oracin de Getseman y que Juan
do en el templo. Y nadie lo detuvo, porque no haba resume en un par de versculos:
llegado su hora (8,20).
Ahora mi espritu est agitado, y qu voy a decir:
Cogieron piedras para apedrearlo, pero Jess se es- que mi Padre me libre de este trance? No, que para eso
condi y sali del templo (8,59). he llegado a este trance. Padre, da gloria a tu nombre
Intentaron arrestarlo, pero l se les escap de las ma- (Jn 12,27-28).
nos (10,39).
La entrega tropieza con la resistencia humana, con dig-
El poder de los hombres contra l, el de su jefe oculto, nos y nobles sentimientos humanos que tienen poder
es aparente: sobre l. Jess tiene que pelear para imponer sobre la
resistencia humana la voluntad del Padre. La turbacin
Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que creis insina dudas, sugiere evasiones; la conciencia de la
cuando suceda. Ya no hablar mucho con vosotros, misin las disipa. Sera absurdo, despus de tan largo
porque est llegando el prncipe del mundo. No tiene
viaje, retirarse al llegar al final: para eso he llegado a
poder sobre m, pero el mundo ha de saber que amo al
Padre y que hago lo que el Padre me encarg. Arriba, este trance.
vamonos de aqu! (14,29-31). Lucas ofrece una versin particular de la oracin
en el huerto. Comencemos con una lectura sin imgenes
Est a punto de llegar el prncipe que establece los va- preconcebidas de Le 22,39-46:
lores, define los mtodos y mueve las acciones de este
mundo; y su venida, curiosamente, va a coincidir con Sali y se dirigi, segn costumbre, al monte de los
Olivos, y lo siguieron los discpulos. Al llegar al lugar
la entrega de Jess para cumplir el encargo del Padre.
les dijo: 'Pedid no sucumbir en la prueba'. Se apart
Aunque parezca lo contrario, aunque imaginemos que de ellos como un tiro de piedra, se arrodill y oraba:
los dos se ponen en movimiento simultneamente, para 'Padre, si quieres, aparta de m esta copa. Pero no se
encontrarse a mitad de camino, no es as. El mundo haga mi voluntad, sino la tuya'. Se le apareci un ngel
siempre est en camino; Jess escoge el momento de del cielo que le dio fuerzas. Y, entrando en combate,
decir: Arriba, vamonos!. oraba ms intensamente. Le corra el sudor como gotas
As pues, para contemplar la pasin desde una pers- de sangre cayendo al suelo. Se levant de la oracin,
pectiva adecuada, tenemos que mirarla desde arriba, se acerc a sus discpulos y los hall dormidos de tris-
desde el designio amoroso del Padre, y desde abajo, teza, y les dijo: 'Levantaos y pedid no sucumbir en la
prueba'.
desde la ejecucin voluntaria del Hijo.
La aparicin del ngel y el sudor son datos exclusivos
c) Ahora bien, aunque el jefe de este mundo no tenga
de Lucas y faltan en algunos manuscritos importantes,
poder externo sobre l, algn poder s tienen desde den-
aunque figuran en otros no menos importantes. Por otro
tro los afectos y lazos humanos. La valenta y decisin lado, la aparicin del mgel figura despus en algunas
de la entrega no puede ocultar la lucha interna, descrita
109^
108
sigue es doloroso y sereno. Cuando en la cruz sienta la
ocasiones. Respetemos, pues, el texto como est y don-
angustia vital, invocar a Dios; cuando se dirija al Padre,
de est.
ya no habr lucha, sino entrega confiada.
La copa es una imagen clsica del Antiguo Tes-
La carta a los Hebreos, 5,8 comenta: Aun siendo
tamento que tiene su versin clsica en Jr 25 y en el
hijo, aprendi sufriendo lo que es obedecer.
salmo 75. En Jeremas es la copa drogada que se ad-
La angustiosa llamada la recogen Mateo y Marcos
ministra al condenado a muerte antes de la ejecucin:
como cita del salmo 22 (sugiriendo quiz su recitacin
Que beban y se tambaleen y enloquezcan ante la espada
entera): Dios mo, Dios mo! porqu me abando-
que arrojo en medio de ellos (v. 16). Todos los paganos
naste? (Me 14,34). No modifica el tenor del salmo
la han de beber. Cuando algunos se niegan a tomar la
introduciendo la invocacin Padre. Si Dios puede
copa para beber, el profeta les intima: Si en la ciudad
abandonar a un hombre, puede el Padre abandonar al
que lleva mi nombre comenc el castigo, vais a quedar
Hijo? Por ahora, como un inocente del Antiguo Testa-
vosotros impunes? (v. 29). El salmo, por su parte, dice:
mento, Jess clama a gritos a su Dios.
El Seor tiene una copa en la mano,
un vaso lleno de vino drogado: d) Lucas recoge tambin los otros momentos, cuando
se lo hace beber hasta las heces Jess se dirige al Padre: Padre, perdnalos, porque no
a todos los malvados de la tierra (v. 9). saben lo que hacen (23,34).
Si la cruz es juicio que condena al mundo y a su
Slo que ahora no se trata de un malvado, sino del ms
prncipe, tambin es intercesin eficaz por los arrepen-
inocente, del nico inocente de la tierra. Jess se ha
tidos. Jess conoce nuestra masa (Sal 103) y nos
hecho hombre para realizar el designio del Padre a su
disculpa ante el Padre. Como recitaba el salmo 22, grito
pesar; entendiendo por pesar el sufrimiento que el
de angustia, alude tambin al salmo 103, el salmo de
hombre suele rehuir instintivamente. Jess no se dro-
la paternidad comprensiva de Dios:
ga mentalmente para anular el sufrimiento, sino que
ofrece su cuerpo y su espritu como campo de batalla Como un padre se enternece con sus hijos,
para dos fuerzas enfrentadas: la voluntad de vivir de un as se enternece el Seor con sus fieles.
ser humano y la voluntad de Dios: que pase, que no Pues l conoce nuestra condicin
pase! se acuerda de que somos barro (vv. 13-14).
Antes de entrar en combate (en griego, agona),
viene un enviado celeste a darle fuerzas. Como Jacob Lo que comenz en la cruz se prolonga para siempre:
con el personaje misterioso (L. Alonso Schoekel, Dn- siempre vivo para interceder por nosotros (Heb 7,25).
de est tu hermano?, Valencia 1985, 206-211), Jess La segunda cita est tomada del salmo 31,6. El
lucha... consigo mismo, y en la pelea queda empapado orante deja a Dios en depsito, no un objeto precioso,
de sudor. Con el sudor no de su frente, sino de todo sino el aliento, la existencia humana entera
el cuerpo est ganando vida el nuevo Adn para los (L. Alonso Schoekel, Salmos I, 484). Jess deja en de-
hombres El designio del Padre ha triunfado. Lo que psito su vida en manos del Padre, a quien tocar cuidar
110 111
de esa vida hasta que el Hijo la recobre. Hasta el ltimo Se ha vuelto acusador de nuestras convicciones,
momento, segn Lucas, las palabras de Jess son de slo verlo da grima.
entrega al Padre. Por eso, segn Juan, podr decir que Lleva una vida distinta de los dems
est acabado (19,30); o sea, acabado y completado y va por un camino aparte;
el proyecto y el encargo del Padre. nos considera de mala ley
Cambiando el nombre de Seor por el de Pa- y se aparta de nuestras sendas como si contaminasen;
dre, respondamos en este momento con las palabras proclama dichoso el destino del justo
y se glora de tener por Padre a Dios.
del Salmo 121:
Vamos a ver si es verdad lo que dice,
El Seor te guarda de todo mal, comprobando cmo es su muerte:
l guarda tu vida. si el justo ese es hijo de Dios, l lo auxiliar
El Seor guarda tus entradas y salidas y lo arrancar de las manos de sus enemigos.
ahora y por siempre (vv. 7-8). Lo someteremos a tormentos despiadados
para apreciar su paciencia y comprobar su temple;
lo condenaremos a muerte ignominiosa,
Dos textos del Antiguo Testamento pues dice que hay quien mira por l (vv. 12-20).
(Que nos pueden servir para una repeticin o repaso de En el captulo 5 del mismo libro sucede el desenlace,
la pasin). La palabra griega pais puede significar hijo el juicio, en el cual quedan convictos y condenados los
o siervo, por lo que se presta a una bivalencia signifi- malvados y es glorificado el justo:
cativa. Puede traducir los trminos hebreos 'ebed (sier-
vo) y ben (hijo) y figura en la versin griega de los Aquel da el justo estar en pie sin temor
llamados Cantos del Siervo. delante de los que lo afligieron
y despreciaron sus trabajos.
El primer texto procede del libro ms reciente del Al verlo se estremecern de pavor,
AT, el libro de la Sabidura, en cuyo captulo 2 los atnitos ante la salvacin imprevista:
malvados proclaman su programa de vidasea nuestra dirn entre s arrepentidos,
fuerza la norma del derecho y su reaccin frente al entre sollozos de angustia:
justo o inocente que los estorba en sus planes: ste es aquel de quien un da nos reamos
con coplas injuriosas, nosotros insensatos;
Acechemos al justo, su vida nos pareca una locura,
que nos resulta incmodo: y su muerte una deshonra.
se opone a nuestras acciones, Cmo lo cuentan ahora entre los hijos de Dios
nos echa en cara las faltas contra la ley, y comparte la herencia con los santos? (vv.1-5).
nos reprende las faltas
contra la educacin que nos dieron; El segundo texto es el cuarto canto del Siervo (Is 53),
declara que conoce a Dios incorporado a la profeca del Segundo Isaas, el profeta
y dice que es hijo del Seor. del destierro, el predicador de la esperanza. Canta el
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misterio de un fracaso fecundo: fracaso hasta el lmite encima de sus lomos de cordero.
de una muerte ignominiosa y fecundidad ms all de Oh s, como cordero en nuestras manos
ese lmite. Si del aparente fracaso del inocente puede llevado sin balido al matadero
brotar salvacin, no hay razn para desesperar. Toda la o, ante el esquilador, como una oveja
tradicin ha aplicado este texto a Jess, comenzando que se deja esquilar sin una queja.
por la explicacin del dicono Felipe al eunuco de la No tuvo defensor ni tribunales
reina Candaces. Doy el texto en la versin (con algunas de justicia. Quin medit su suerte?
licencias poticas) de Jos Luis Blanco Vega: Le arrancaron del mundo, y por los males
del pueblo, herido va como de muerte.
Mirad mi siervo! El xito le espera. Tumba le dieron con los criminales
Crecer en gloria, brillar su nombre. junto al del malhechor, su cuerpo inerte;
Si quien lo mira no le ve siquiera mas no hay pecado en l ni quien lo mira
figura humana ni apariencia de hombre vio en su boca el color de la mentira.
(tanto el dolor su humanidad vulnera), Dios quiso triturarlo, hacer su vida
pueblos vendrn a quien mi siervo asombre. prenda de expiacin, sangrante prenda.
Y ante l prodigio que estupor provoca Pero l ver su estirpe bendecida,
todos los reyes cerrarn la boca. largos sus aos, logro en cuanto emprenda
Quin nos crey? Y a quin se hizo patente Dios por sus manos. Y de cada herida
el brazo del Seor? Ante l creca, le ha de brotar la luz, para que entienda
renuevo de Israel, brote reciente, que el justo mereci con su tormento
viva raz en tierra de sequa. todas las luces del conocimiento.
Pero dnde el hermoso, el atrayente? De crmenes de muchos se hizo reo
Sin gracia humana, quien le vio le hua, para justificarlos. Yo le he dado
se tapaba la cara entre aspavientos toda una multitud como trofeo,
como ante un hombre experto en sufrimientos. toda una muchedumbre por legado.
Qu varn de dolores! El llevaba Porque arrostr morir, porque le veo
tambin nuestro dolor. Ved su figura, siervo mo hecho carne de pecado,
tal un leproso, un hombre que se acaba porque carg sobre l nuestros errores
bajo el rayo de Dios. Pero l nos cura, y ruega por nosotros pecadores .
que si nuestro pecado es quien lo clava
y es muela la maldad que lo tritura,
dio nuestra culpa en l frutos felices
y son nuestra salud sus cicatrices.
Como ovejas dispersas por los llanos
vagbamos, cada uno en su sendero.
Y echle Dios los crmenes humanos
114 115
IV
La gloria del Padre y del Hijo
117
la cuarta semana precisa: la divinidad, que pareca es- Vivirn tus muertos, tus cadveres se alzarn. Des-
conderse, se muestra. Lo dividiremos en tres momentos pertarn jubilosos los que habitan en el polvo!
o aspectos: resurreccin, ascensin y parusa.
Si Pablo no lo ha imaginado as, tampoco nos prohibe
hacerlo a nosotros. Lo importante por ahora es que la
Resurreccin
resurreccin de Jess es accin gloriosa del Padre, co-
No deja de ser curioso que la relacin entre el Padre y municacin de vida gloriosa.
el Hijo sea menos frecuente en los textos pascuales. El segundo texto lo tenemos en el saludo de la carta
Como si el contexto paradjico de la pasin reclamara a los Glatas, donde Pablo emplea tambin el verbo
ms menciones explcitas al respecto. Es verdad que egeiro, pero sin mencionar la gloria:
muchos textos enuncian la relacin de Jess con Dios,
pero falta el aspecto explcito de la paternidad y la fi- De Pablo, apstol, no enviado por hombres ni nom-
liacin. brado por un hombre, sino por Jesucristo y Dios Padre,
que lo resucit de la muerte (Gal 1,1).
Empezamos con dos textos de Pablo:
Por el bautismo nos sepultamos con l en la muerte, Leamos esta ltima frmula superponindola a una fr-
para vivir una vida nueva; lo mismo que Cristo resucit mula clsica del AT:
de la muerte por la accin gloriosa del Padre (Rom
6,4). YHWH, que sac a su pueblo de Egipto, el Padre, que
resucit a su Hijo de la muerte.
El griego emplea indistintamente dos verbos para re-
ferirse a la resurreccin: egeiro, que significa propia- Que Dios resucita ( = levanta) a Jess de la muerte, lo
mente despertar/se, y anistemi I anistano, que significa dice con frecuencia el NT sin mencionar el ttulo El
levantar/se. Si el texto de Romanos sigue conservando Padre: as aparece, empleando el verbo anistano, por
an capacidad evocadora, deberemos imaginar a un dur- ejemplo en Hch 2,24; 3,26; 13,33-34; 17,31; y em-
miente (muerto), un amanecer esplendoroso (gloria) y pleando el verbo egeiro, en Hch 3,15; 4,10; 5,30; 10,40;
un despertar por efecto de la luz matinal. 13,30.37; Rom 4,24; 8,11; 10,9; 1 Pe 1,21; etc. La
El Antiguo Testamento podra apoyar tal lectura filiacin aparece explcitamente en 1 Tes 1,10: espe-
imaginativa. La muerte como sueo, en Sal 13,4: da rando la venida desde el cielo de su Hijo, al que resucit
luz a mis ojos, que no duerman el sueo de la muerte de la muerte, Jess.
(cf. Jr 51,39); la gloria como amanecer, en Sal 57,6.12: Otro trmino es la gloria: es mi Padre quien me
lzate sobre el cielo, oh Dios, y llene la tierra tu glorifica, el que vosotros llamis Dios nuestro (Jn
gloria. Por su parte, el Sal 36,10 dice lapidariamente: 8,54).
tu luz nos hacer ver la luz; ver la luz equivale a vivir. En nuestra meditacin, podemos insertar la pieza
Finalmente, la metfora del despertar y levantarse apa- que falta para reconocer que el Dios que levanta o des-
rece en Is 26,19: pierta a Jess de la muerte es su Padre.
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Por lnea carnal, Jess es descendiente legtimo Est aludiendo al salmo 110: el Padre entroniza a su
y heredero de David; a partir de la resurreccin, y por Hijo y ste hace lo propio con aquellos seguidores suyos
la consagracin del Espritu Santo, recibe el ejerci- que venzan en la prueba.
cio del poder real que compete al Hijo de Dios (Rom Combinando la parte final del Apocalipsis con la
1,3-4). parbola de Mt 22,1-14, descubrimos otro aspecto de
esta glorificacin: un rey, que es el Padre, celebra la
La gloria que recibe del Padre quiere Jess com- boda de su Hijo, a la que todos son invitados. Es la
partirla. Durante la cena eucarstica, segn la versin boda del Cordero con la Iglesia:
de Lucas, surgi una disputa entre los discpulos sobre
quin de ellos se consideraba el ms importante. Jess Ya reina el Seor Dios nuestro todopoderoso. Hag-
mosle fiesta alegre dndole gloria, porque ha llegado
corrige con su ejemplo ese modo humano de valorar y,
la boda del Cordero, y la novia est preparada... Di-
tras contraponerlo al de su reino suyo, dice: chosos los convidados a la boda del Cordero (Ap 20,
6-7.9).
Vosotros sois los que habis permanecido conmigo en
las pruebas, y yo os encomiendo el reino como mi Padre
me lo encomend; para que comis y bebis y os sentis Ascensin
en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel Una serie de textos de Juan describen la resurreccin-
(Le 22,28-29). ascensin como volver al Padre, ir al Padre, mar-
charse al Padre, ir a reunirse con el Padre... Dichos
De esta promesa se hace eco el Apocalipsis en su primera textos abundan en el discurso de la cena (tratndose de
parte. En la representacin simblica de las siete igle- una despedida, es lgico que el personaje diga adonde
sias, el mensaje se dirige a la Iglesia entera: va y por qu se marcha) y con frecuencia recurren a la
Al que venza y cumpla mis instrucciones hasta el final imagen espacial de ir y volver, venir y marcharse. Para
le dar poder sobre las naciones: las apacentar con ilustrar el sentido teolgico con un rasgo humano, evo-
vara de hierro, las quebrar como cacharros de loza quemos algn momento de nuestra vida en que hayamos
es el poder que recib de mi Padre, y yo le dar abandonado un lugar para regresar a la casa paterna y
la estrella matutina (Ap 2,26-28). reunimos con nuestros padres.
Se enteraron los fariseos de los cuchicheos de la gente.
El autor est poniendo en boca de Cristo el salmo 2,
Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos enviaron
expresin del nuevo poder real, que l recibe del Padre alguaciles a detenerlo. Pero Jess les dijo: 'Poco tiempo
y lo comparte con los que, como l, superen la prueba. estar an con vosotros, despus volver al que me
Y poco despus dir: envi. Me buscaris y no me encontraris, y adonde
yo voy no podis ir vosotros' (Jn 7,32- 34).
Al vencedor lo har sentarse en mi trono junto a m,
igual que yo venc y me sent junto a mi Padre en su El contexto es la fiesta de las Chozas; la ocasin in-
trono (Ap 3,21). mediata, los rumores de la gente, que lo tiene por Me-
120 121
sas. Mesas es el que haba de venir, enviado por el que para ellos ser de ida. Podrn los discpulos acom-
Padre. Pues bien, el que haba de venir ya ha venido, paarlo? Cundo podrn hacerlo?
y le queda poco tiempo para actuar, porque tiene que
No estis agitados. Creed en Dios y creed en m. En
volver al punto de partida, al Padre que lo envi. Las
casa de mi Padre hay muchas estancias; si no, os lo
autoridades judas, a pesar de los milagros, rehusan re- habra dicho; pues voy a prepararos un puesto. Cuando
conocerlo como Mesas: por eso no podrn acompaarlo vaya y os lo tenga preparado, volver para llevaros
en el gran viaje de vuelta. Podrn otros? conmigo, para que estis donde yo estoy. Y sabis el
El lavatorio de los pies es un acto solemne que, en camino para ir adonde yo voy (14,1-4).
el evangelio de Juan, ocupa el lugar del banquete eu-
carstico. El lavatorio es rito de incorporacin a la per- Por propia iniciativa y con sus solas fuerzas, los dis-
sona y la obra de Jess: Pedro no comprende su pro- cpulos no son capaces de emprender semejante viaje al
fundidad, aunque insiste en expresiones de afecto ms all absoluto. Tiene que ir Jess por delante, pre-
sincero al Maestro. parar la morada y volver a recogerlos.
La ida al Padre es un acto definitivo en el que
Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jess que lle- tambin el amor llega al extremo: el extremo de com-
gaba la hora de pasar de este mundo al Padre, despus partir con los suyos la morada del Padre. Es ms, po-
de haber amado a los suyos del mundo, los am hasta demos afirmar que slo con relacin a los discpulos
el extremo. Durante la cena, cuando el diablo ya haba hay una vuelta al Padre, ya que el Hijo est siempre con
sugerido a Judas Iscariote que lo entregara, sabiendo el Padre. La unin e intimidad no se rompe ni decrece
que el Padre lo haba puesto todo en sus manos, que en ningn momento. La vuelta al Padre es ms acto de
haba salido de Dios y volva a Dios, Jess se levanta servicio por parte de Jess que el hecho de lavarles los
de la mesa, se quita el manto y, tomando una toalla, pies. Si un da Juan Bautista se adelant para prepararle
se la cie. Despus echa agua en una jofaina y se pone
el camino, ahora se adelanta l para prepararnos alo-
a lavarles los pies a los discpulos y a secrselos con
la toalla que llevaba ceida (Jn 13,1-4). jamiento. La casa del Padre parece no estar completa
mientras falten los hijos. Pero tendrn que esperar a que
vuelva a recogerlos.
El evangelista subraya en tono solemne la conciencia
que tiene Jess de su misin: ha cubierto gran parte del Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en m;
itinerario y entra en la etapa final, dispuesto a cruzar la creedme al menos por mis obras. Os lo aseguro: quien
meta. Su misin ha sido revelar el amor como fuente cree en m har las obras que yo hago, e incluso otras
de vida; ahora lo va a rubricar dando su vida por amor. mayores, porque yo voy al Padre; y lo que pidis ale-
Es el extremo del tiempo y de la intensidad. Despus gando mi nombre lo har, para que por el Hijo se
retornar al amor del Padre. Este texto, entre otros, manifieste la gloria del Padre. Si peds algo alegando
aclara la identidad de Dios con el Padre. mi nombre, yo lo har (11-14).
Como se asociaba a sus discpulos en la realeza y El Hijo comparte con sus discpulos poder y autoridad.
la gloria, tambin se los asocia en el viaje de vuelta, Del mis o modo que aprendi l en el taller del Padre,
122 123
as tambin sus discpulos han aprendido a su lado y se han llevado a mi seor, y no s dnde lo han puesto'.
seguirn aprendiendo; ya pueden desarrollar las mismas Dicho esto, da media vuelta y ve a Jess de pie; pero
tareas, la obra del Padre: dar vida al mundo. Estando no reconoci que era Jess. Le dice Jess: 'Mujer, por
con el Padre, Jess acta como intercesor; su poder y qu lloras?, a quin buscas?' Ella, tomndolo por el
sus obras se van realizando en las obras de los discpulos. hortelano, le dice: 'Seor, si t te lo has llevado, dime
As la relacin con el Padre es comunicativa. dnde lo has puesto, y yo ir a recogerlo'. Le dice
Jess: 'Mara!' Ella se vuelve y le dice (en hebreo):
Osteis que os dije que me voy y volver a visitaros. 'Rabbun' (que significa maestro). Le dice Jess:
Si me amarais, os alegrarais de que vaya al Padre, pues 'Sultame, que todava no he subido al Padre. Ve a
el Padre es ms que yo (14,28). decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y vuestro Padre,
a mi Dios y vuestro Dios'. Llega Mara Magdalena
El Padre es el origen y el trmino de todo. La marcha anunciando a los discpulos: 'He visto al Seor y me
de Jess, en principio y en teora, es motivo de gozo, ha dicho esto' (20,11-18).
aunque a las inmediatas se interponga la pena. Como Jess inaugura la era escatolgica o definitiva. Es el
cuando la hija se casa y sale para su nuevo hogar. Por primer da de la nueva creacin. Como al principio, se
ahora, y en cuanto a los discpulos, prevalece el dolor; encuentran en un jardn un hombre y una mujer. A
a lo ms, les cabe la satisfaccin de proceder rectamente. semejanza de la esposa del Cantar, que busca deses-
Segn 16,6-11, la marcha de Jess prueba su inocencia, peradamente al esposo, Mara, finalmente, reconoce la
lo reivindica; tambin esto debera ser motivo de gozo. voz del esposo pronunciando su nombre y se abraza
Al final del discurso dirigido a los discpulos, in- a sus piernas para prolongar aquel momento prodigioso,
mediatamente antes de la llamada oracin sacerdotal, auroral. No puede ser de otro modo: aunque Jess ha
Jess traza en dos versos el crculo completo de su rbita inaugurado en su persona el final (eskhaton), los hom-
salvadora: bres tienen que esperar la Parusa, la ltima visita del
rey del universo.
Sal del Padre y he venido al mundo; ahora dejo el
mundo y vuelvo al Padre (16,28).
Parusa
Todava nos queda un texto narrativo de resurreccin.
La palabra procede del verbo griego pareimi, que sig-
No se dirige a los discpulos, sino a una discpula ejem-
nifica estar presente o presentarse, y se aplicaba a
plar; no es discurso, sino dilogo. El afecto se abre paso
las visitas de Estado de un soberano a una ciudad o
incontenible:
territorio. El NT la emplea como un trmino tcnico
Mara estaba junto al sepulcro, fuera, llorando. Llo- para designar la futura y ltima venida de Jess. Aparece
rosa se inclina hacia el sepulcro y ve a dos ngeles en el discurso escatolgico de Mateo (24,3.27), en las
vestidos de blanco, sentados: uno a la cabecera y otro cartas de Pablo a los Corintios y Tesalonicenses y en
a los pies de donde haba estado el cadver de Jess. otros escritos. Sin usar explcitamente dicho trmino, la
Le dicen: 'Mujer, por qu lloras?' Responde: 'Porque idea del retorno ltimo de Jesucristo est viva en las
124 125
comunidades primitivas. Para los cristianos debe ser un pagar a cada uno segn su conducta. Os lo aseguro:
acontecimiento gozoso, porque significa la liberacin hay algunos de los que estn aqu que no sufrirn la
definitiva: Cuando comience a suceder todo eso, er- muerte antes de ver venir al Hijo del Hombre como
guios y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra rey (Mt 16,24-28).
liberacin (Le 21,28).
Parusa es venida y manifestacin de Jess con la
En algunos ambientes, la palabra fue suplantada
gloria del Padre.
por imgenes terrorficas del juicio final y del fin del
mundo que especulaban con la fechas y la forma en que La llamada oracin sacerdotal (Jn 17) se puede leer
habra de producirse la venida. Las nuevas anforas como resumen de la glorificacin del Hijo por y con el
eucarsticas han recobrado oportunamente el tema: Padre. En los versos 1-8 desarrolla el tema de la glo-
Anunciamos tu muerte, rificacin mutua. En 9-19 pide por los discpulos, para
proclamamos tu resurreccin: que el Padre se ocupe de ellos. En 20-26 pide por los
Ven, Seor Jess! (I). discpulos futuros. Entresaco algunos versos ms ex-
plcitos:
...mientras esperamos su venida gloriosa (III).
Da gloria a tu Hijo
En su relato de la Ascensin, Lucas distingue perfec- para que tu Hijo te d gloria a ti (v. 1).
tamente la venida futura: Este Jess que os ha sido
arrebatado vendr como lo habis visto marchar al cielo Yo te he dado gloria en la tierra
(Hch 1,11). En cambio, Juan concibe ms bien una cumpliendo la tarea que me encomendaste (v. 4).
escatologa realizada, una presencia constante del Seor Ahora t, Padre, dame gloria junto a ti,
glorificado en la comunidad. A nosotros nos interesa la gloria que yo tena junto a ti
aqu la relacin de la parusa con Dios Padre. La leemos antes de que existiera el mundo (v.5).
en anuncios de la pasin, despus de la confesin de Todo lo tuyo es mo, y lo mo es tuyo:
Pedro: en ellos se revela mi gloria (v. 10).
Si uno se avergenza de m y de mis palabras, este Yo les di la gloria que t me diste,
Hombre se avergonzar de l cuando vuelva con su para que sean uno como lo somos nosotros (v. 22).
gloria, la de su Padre y de los santos ngeles (Le 9,26). Padre, quiero que los que me confiaste
Quien quiera seguirme, que se niegue a s mismo, estn conmigo donde yo estoy,
cargue con su cruz y me siga. Quien se empee en para que contemplen mi gloria (v. 24).
salvar la vida la perder; quien pierda la vida por m
la alcanzar. Qu le aprovecha al hombre ganar todo Cmo concebir, cmo explicar lo que es la gloria?
el mundo a costa de la vida?; qu precio pagar por Digamos que es un modo de ser diverso, propio de la
su vida? El Hijo del Hombre ha de venir con la gloria divinidad. Segn la etimologa, los hebreos imaginaron
de su Padre y acompaado de sus ngeles. Entonces primero la gloria de Dios, kabod, como peso, volumen,
126 127
algo perteneciente a la masa: consistente, asentado, pre-
sente. Ms tarde comenzaron a imaginar la gloria como
V
luz o esplendor: total y sin figura, presente, evidente; Dios, Padre del cristiano
algo perteneciente a la energa.
En el anticipo o gran ensayo de la glorificacin que
fue la transfiguracin, Jess apareci como ser lumi-
noso, energa radiante, con la gloria que va a recibir en
la resurreccin, la que tena antes de la creacin.
Demos paso a la imaginacin en nuestra contem-
placin, como nos ensean los escritores del Antiguo y
del Nuevo Testamento. Demos paso tambin a una teora
astrofsica. Al principio fue la energa, la cual se con-
dens y form materia, masa; la masa ahora se trans- Ya hemos visto varias veces cmo la gloria de Jesucristo
forma en energa. Segn Gn 1 ,Dios cre primero la luz, se comunica a los cristianos. Nos toca ahora contemplar
y el da cuarto cre dos fuentes luminosas. Cuando lleg nuestra relacin filial con Dios nuestro Padre. En una
la hora csmica y planetaria, envi a su hijo como luz mirada inicial, podemos distinguir lo que l nos da como
del mundo, como revelador de la gloria del Padre. Cum- Padre y lo que nosotros le debemos como hijos. En la
pliendo esa tarea en el mundo dio gloria al Padre, exposicin, ambos aspectos, al ser correlativos, se en-
porque la manifest medio encubierta. Cuando ascienda trecruzarn.
al cnit de su plenitud, la revelar con ms fuerza. Y El Padre comienza borrando con el perdn todas
tu luz nos hace ver la luz (Sal 36,10). Vimos su gloria, las culpas precedentes. Despus nos re-genera, nos hace
como la de un Hijo nico, y la veremos cuando estemos nacer a una nueva vida. Nos da alimento, enseanza,
donde l est. educacin, reprensin. Nos protege, nos escucha. Al
Pueden tambin leerse y meditarse los dos primeros final nos dar la herencia.
captulos de la carta a los Hebreos. Nosotros le debemos ante todo el amor filial, del
cual brota la confianza, que desecha el temor servil.
Debemos obediencia a sus mandatos genricos o espe-
cficos. Debemos imitarlo en cuanto est a nuestro al-
cance. Amor, confianza, obediencia e imitacin pueden
ser un programa de vida cristiana.
128 129
sario circuncidarse y observar la ley de Moiss para para reconocer a sus padres. Pues bien, tambin el cris-
salvarse. Si as fuera, la salvacin no sera para todos tiano necesita ese instinto. Adems de ser hijo, tiene
ni llegara por la accin y pasin de Jesucristo, y el que sentirlo, para lo cual recibe el Espritu Santo: una
mensaje cristiano quedara prcticamente anulado. Pa- especie de instinto que le hace consciente de su filiacin
blo no puede tolerar semejante falsificacin y escribe y le sugiere la primera palabra cristiana: Abba. Con
una carta polmica y hasta violenta en ocasiones. qu alegra escuchan los padres balbucir al hijo sus pri-
El texto que citamos es de una densidad extraor- meras palabras: mama, papa...! El que es en cuanto
dinaria y bastara por s solo para una contemplacin y que es hijo, porque como hijo empez a ser, ahora toma
hasta para orientar la vida entera del cristiano: conciencia de ese ser suyo y lo pronuncia para s y para
ellos. En esas dos palabras se concentra toda la tras-
Cuando se cumpli el plazo, envi Dios a su hijo, cendencia social del ser humano: ser con otros.
nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que rescatase sa es la analoga que ofrece Pablo a nuestra con-
a los subditos de la ley y para que nosotros recibiramos
la condicin de hijos. Y, como sois hijos, Dios infundi templacin: Empezamos a ser cristianos como hijos;
en vuestro corazn el Espritu de su hijo que clama: recibir la filiacin es recibir el ser. Ese hecho radical se
Abba Padre! De modo que no eres esclavo, sino hijo; ha de expresar en la palabra igualmente radical, Abba,
y si eres hijo, eres heredero, por disposicin de Dios en la que se concentra nuestra trascendencia suprema.
(4,4-7). Lo opuesto a la filiacin es la esclavitud o la su-
jecin del menor de edad. Del ser hijos de Dios arranca
Pablo ha propuesto antes una imagen de la cultura de lo ms hondo de nuestra libertad. Hay muchos modos
entonces. En una familia de personas libres, el nio nace de esclavitud, y algunos son voluntarios. El hombre,
libre, pero tiene que pasar por un proceso de educacin adems de inventarse divinidades e instituciones que
y maduracin antes de poder disfrutar de todos sus de- acaban esclavizndolo, se somete a sus propios miedos,
rechos y decidir por s libremente. Durante ese tiempo, gustos, hbitos... Quien comete pecado es esclavo
el nio es encomendado a un preceptor o ayo. La ley (Jn 8,34). Pues bien, contra todas las esclavitudes, es
mosaica ha cumplido la funcin de ayo para los judos preciso que afirmemos nuestra filiacin.
antes de la llegada del Mesas. Los paganos, por su Una consecuencia de la filiacin es el derecho a la
parte, vivan sometidos a poderes csmicos, esclavos herencia, que no requiere necesariamente la muerte del
de fuerzas annimas o de divinidades falsas. testador: el hijo prdigo pidi por anticipado la parte de
En el plazo establecido por Dios, llega el Mesas, la herencia que le correspondera en un futuro, mientras
que libera del ayo a los judos encomendados a la ley que el otro hermano decidi quedarse a vivir con el
y les confiere todos los derechos de hijos, a la vez que Padre, con quien lo comparta todo (todo lo mo es
libera a los paganos de su esclavitud y los hace hijos de tuyo: Le 15,31). Nosotros no debemos pedir ni obtener
Dios. nuestra parte de herencia por adelantado: no podramos
Adems de las mltiples situaciones que conlleva con ella en esta vida. Pero, ms all, nuestra herencia
el trato constante, el nio posee una especie de instinto ser estar siempre con el Padre. Tampoco habr peleas
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y envidias, como las de Jacob y Esa, porque la herencia En conclusin, no hay condena para los que perte-
que nos espera no ser posesin cuantitativa, sino re- necen al Mesas Jess. Porque la ley del Espritu vi-
lacin plenaria: gozar del amor paternal de Dios. Al- vificante, por medio del Mesas Jess, me ha eman-
guna vez en nuestra vida hemos sentido el calor firme cipado de la ley del pecado y la muerte. Lo que no
de la mano paterna o materna en la nuestra, el abrazo poda la ley, por la debilidad de la condicin carnal,
estrecho como transfusin de cario sin palabras? Si un lo ha hecho Dios enviando a su Hijo, asemejado a
nuestra condicin pecadora para entendrselas con el
da, en nuestra infancia o adolescencia, nos sedujo el pecado; en su carne ha condenado al Pecado para que
regalo ms que el afecto con que ste se nos ofreca, la justa exigencia de la ley la cumpliramos los que no
los aos nos habrn enseado a enmendar nuestra escala procedemos por instinto, sino por Espritu (vv. 1-4).
de valores. Que no haya trampa en nuestra balanza; que
el regalo pese en proporcin al afecto del donante. En Es como una oposicin de dos tringulos. El primero
esa lnea hemos de imaginar y pensar nuestra herencia lo forman Ley-Pecado-Muerte: los tres en implicacin
de hijos de Dios. recproca, y los dos primeros como potencias casi per-
sonificadas. La ley tiene un contenido bueno; es decir,
b) Otro texto de Pablo nos servir para las siguientes lo que manda ejecutar es bueno, y por ello promete un
contemplaciones. La carta a los Romanos es probable- bien; pero quien no lo cumpla comete un delito y tiene
mente la ms madura y consistente de Pablo, y tal vez pena de muerte. Ahora bien, la ley manda desde fue-
sea, despus de los evangelios, el texto ms influyente ra, no ayuda desde dentro a la debilidad; ms an, in-
en la historia de la Iglesia.Dentro de la carta descuella cita haciendo apetecible lo prohibido; la ley hace
el captulo 8 por su riqueza y elevacin de pensamiento. que la transgresin moral sea formalmente delito, peca-
El arranque est en el captulo precedente: el hombre se do, reato.
siente desgarrado entre querer y no poder, entre amor El tringulo opuesto lo forman el Espritu, el cum-
impotente y odio abyecto. Al no encontrar salida, da un plimiento y la vida. No es del todo simtrico, porque
grito y siente que la respuesta es la gracia de Dios por aqu la base es el Espritu, persona y no personificacin,
Jesucristo Seor nuestro. el cual no manda desde fuera, sino que impulsa desde
Antes de desmenuzaran importante texto, sealar dentro. As cumple el hombre el contenido bueno de la
algunos jalones de su desarrollo. Hacia el comienzo ley y recibe del mismo Espritu la vida. Pero, como el
(v. 3) y hacia el final del captulo (vv. 29 y 32), se Pecado era un hecho consumado y una potencia, Dios
menciona cmo Dios enva y entrega al Hijo (tema im- enva a otro ms fuerte (Le 11,21) para debelarlo: a
plcito en v. 11). Y hacia la mitad, en dos diferentes su Hijo, el cual baja a nuestro terreno, a la condicin
longitudes de onda, habla de nuestra filiacin actual (vv. dbil del hombre, y con su fuerza condena al Pecado.
14-17) y futura (vv. 21-23). Lo cual nos invita a tener Resumiendo: Dios enva a su Hijo al terreno donde
presente el tema de la paternidad y la filiacin a lo largo se juegan los destinos de los hombres, terreno dominado
de todo el captulo. por la ley, el pecado y la muerte. Jess pelea en ese
terreno y vence al Pecado, y despus nos infunde el
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Espritu que da la nueva y autntica vida. Es el rgimen muerte habita en vosotros, el que resucit a Jesucristo
de paternidad y filiacin que hemos contemplado en la de la muerte dar vida a vuestros cuerpos mortales, por
pasin. el Espritu suyo que habita en vosotros (vv. 9-b- 11).
En efecto, los que viven segn el instinto se inspiran Primero identifica al Espritu como Espritu del Mesas,
en el instinto; los que viven segn el Espritu se inspiran o sea, como el Espritu que descendi sobre el Mesas
en el Espritu. El instinto tiende a la muerte; el Espritu en el bautismo, residi en l con plenitud y lo gui en
tiende a la vida y la paz. Porque la tendencia del instinto su ministerio; el mismo Espritu que enva Jess glori-
es hostil a Dios, pues no se somete a la ley de Dios ni ficado (Jn 15-16). Y a continuacin explica el predicado
puede hacerlo; y los que siguen el instinto no pueden vivificante asignado al Espritu.
agradar a Dios. Pero vosotros no segus el instinto, sino Hay que partir de la descripcin de Gn 2 y de la
al Espritu, si es que el Espritu de Dios habita en concepcin corriente en el AT. Dios infunde en la es-
vosotros (vv. 5-9a). tatua de arcilla un soplo o aliento de vida. Respirar es
Contina y se adensa el protagonismo del Espritu, ahora vivir, morir es expirar. Tambin la vida superior, ele-
presentado en contraste con la dimensin instintiva del vada por la consagracin a la esfera divina, tiene como
hombre. Como dinamismo interno, el instinto es un bien principio un aliento infundido por Dios: el Espritu San-
necesario al hombre; pero fatalmente se desmanda si no to, Espritu del Mesas. Siendo l plenitud de vida, es
es controlado y contrarrestado por otro dinamismo ms un dinamismo que arrebata al hombre entero, por la
poderoso. El instinto, aunque sea de conservacin, va resurreccin de Cristo, hacia la vida plena. El Padre,
empujando al hombre en su progresivo avance hacia el que resucit a su Hijo, nos resucitar a nosotros por
desenlace natural de la vida, que es la muerte. El instinto medio de ese Espritu suyo que alienta en nosotros.
es ciego y tenaz, no se somete a principios externos: l As pues, hermanos, no somos deudores del instinto
es su propia ley. En su desarrollo consecuente, no puede para vivir segn l. Pues, si vivs segn el instinto,
agradar a Dios. vais a morir; pero si con el Espritu mortificis las
Consistir la solucin en someter el instinto a la acciones del cuerpo, viviris (vv. 12-13).
razn? Por ese camino, al hacerse consciente podra Estos dos versos completan con un nuevo dato lo dicho
entrar en el juego tico y religioso y aspirar al agrado antes sobre la oposicin entre Espritu e instinto, aunque
de Dios. Pero no es sa la solucin que Pablo propone, la formulacin constituye una paradoja: el Espritu vi-
porque descubre cmo el instinto est instalado tambin vificante morti-fica, da muerte, hace morir esas accio-
en el nivel racional del hombre. La nica fuerza capaz nes que hacen al hombre reo y le acarrean la muerte.
de contrarrestarlo es el Espritu. En otras palabras, el Espritu da muerte a cuanto nos
Y si alguno no tiene el Espritu del Mesas, no le hace morir. La paradoja revela el drama de la vida cris-
pertenece. Pero, si el Mesas est en vosotros, aunque tiana en la situacin presente: las fuerzas mortales estn
el cuerpo muera por el pecado, el espritu vivir por la vivas y activas, y el Espritu ha de actuar contra ellas.
justicia. Y si el Espritu del que resucit a Jess de la Esto nos obliga a tener a la vez cautela y esperanza.
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Cuantos se dejan llevar del Espritu de Dios son hijos El tema es la herencia antes mencionada, que est con-
de Dios. Y no habis recibido un espritu de esclavos dicionada a la participacin del cristiano en la pasin
para recaer en el temor, sino un espritu de hijos que de Cristo y que afectar al hombre entero, ms all de
nos hace clamar: 'Abba, Padre!' El Espritu atestigua la muerte. En este punto se insertara el debate en torno
a nuestro espritu que somos hijos de Dios. Y, si somos a si ktisis debe traducirse como humanidad o como
hijos, tambin somos herederos: herederos de Dios,
creacin. Por razones de coherencia, nosotros pre-
coherederos con Cristo; si compartimos su pasin, com-
partiremos su gloria (vv. 14-17). ferimos la traduccin humanidad.
Lo que se opone es la humanidad en general, so-
Es, algo ms desarrollada, la misma enseanza ya me- metida a la esclavitud de la corrupcin, y los cristianos,
ditada de Gal 4. Pablo juega con la homonimia Esp- que ya poseen las primicias del Espritu. Pero resulta
ritu (Santo)/espritu (nuestro), en la que este ltimo que incluso los cristianos, por su condicin humana
significa la conciencia y su actitud fundamental. Deca- comn a todos los hombres, estn por ahora sometidos
mos que el Espritu en nosotros es como un instinto que a la corrupcin; la herencia de una vida definitiva es
nos sugiere la invocacin primera y primaria: Abba!. para ellos una esperanza segura, pero esperanza al fin
Y aadimos ahora que el Espritu en nosotros es un y al cabo; el Espritu que poseen es la garanta, a manera
testigo que habla a nuestra conciencia y nos asegura que de arras, de dicha esperanza; por eso, debido a la di-
somos hijos de Dios. Robustecidos con el impulso ra- lacin de la liberacin definitiva y a los peligros que
corren, los cristianos gimen por dentro, aunque lo hacen
dical y el testimonio maduro, nuestra actitud no puede
con esperanza. Como hijos que son de Dios, son libres
ser servil, de esclavos regidos por el temor, sino que ha
y no pueden ser esclavos del enemigo ltimo y supremo,
de ser de confianza filial: Espera en el Seor, s va-
la muerte, la corrupcin. La condicin de hijos de Dios
liente, ten nimo, espera en el Seor (Sal 27,14).
es real, aunque sus ltimas consecuencias estn por aho-
ra en suspenso, diferidas.
Estimo que los sufrimientos del tiempo presente no
tienen proporcin con la gloria que se ha de revelar en Suena tambin la imagen del rescate. El esclavo
nosotros. La humanidad aguarda expectante a que se que naci libre, cualquier israelita esclavizado, tiene que
revelen los hijos de Dios. La humanidad fue sometida ser rescatado para recobrar su estado legtimo, y com-
al fracaso, no de grado, sino por imposicin de otro; pete a alguno de la familia rescatarlo. De modo seme-
pero con la esperanza de que esa humanidad se eman- jante, cualquier hijo de Dios, esclavo de la corrupcin,
cipara de la esclavitud de la corrupcin para obtener tiene que ser rescatado in extremis, ms all de la muer-
la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Sabemos que te. (L. Alonso Schoekel, Hermenutica de la Palabra
hasta ahora la humanidad entera est gimiendo con III, Madrid 1987, 241-261).
dolores de parto. Y no slo ella; tambin nosotros, En conclusin, la conciencia de ser hijos de Dios
que poseemos las primicias del Espritu gemimos por nos hace esperar y llorar: esperar lo que ser; llorar
dentro aguardando la condicin filial, el rescate de
porque todava no es. La salvacin comenz cuando los
nuestro cuerpo. Con esa esperanza nos han salvado
esclavos hebreos se liberaron de la tirana del faran
(vv. 18-24a).
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egipcio; y concluir cuando los hombres se liberen de a los que llam los hizo justos, a los que hizo justos
la tirana de la corrupcin. los glorific (vv. 28-30).
Una esperanza que ya se ve no es esperanza; pues si La filiacin divina de los cristianos est vinculada a la
ya lo ve uno, a qu esperarlo? Pero, si esperamos lo fraternidad con Jess. l es el hombre que lleva y ma-
que no vemos, aguardamos con paciencia. De ese modo nifiesta la imagen y semejanza de Dios. Al parecemos
el Espritu socorre nuestra debilidad (vv. 24b-26a). a l, recobramos la imagen ideal de Dios y nos pare-
cemos al Padre como buenos hijos. De este modo, el
En conclusin, pueden subrayarse dos cosas con toda Unignito empieza a ser el Primognito, y la familia de
claridad: primera, que la esperanza es elemento cons- Dios Padre crece y se multiplica. (L. Alonso Schoekel,
titutivo de la conciencia cristiana; segunda, que esa es- Dnde est tu hermano?, Valencia 1985, 324).
peranza radica en nuestra condicin filial. En cuanto
Despus de toda esta exposicin, Pablo hablando
hijos de Dios, esperamos.
en plural, en nombre de todos los cristianosprorrumpe
De ese modo, el Espritu socorre nuestra debilidad. en exclamaciones de jbilo y de triunfo:
Aunque no sabemos pedir como es debido, el Espritu
mismo intercede con nuestros gemidos inarticulados. Teniendo esto en cuenta, qu podemos decir? Si Dios
Y el que sondea los corazones sabe lo que pretende el est de nuestra parte, quin estar en contra? El que
Espritu cuando suplica por los consagrados de acuerdo no reserv a su propio Hijo, sino que lo entreg por
con Dios (vv. 26b-27). todos nosotros, cmo no nos va a regalar todo lo dems
con l? Quin ser fiscal de los que Dios eligi? Si
En nuestra debilidad congnita, gemimos y hacemos Dios absuelve, quin condenar? Acaso Jesucristo,
el que muri y despus resucit y est a la diestra de
splica inarticulada de nuestros gemidos. Es algo se-
Dios y suplica por nosotros?
mejante a lo que ocurre con el nio, que, al no saber Quin nos apartar del amor de Cristo: tribulacin,
expresarse de otro modo, llora para que la madre com- angustia, persecucin, hambre, desnudez, peligro, es-
prenda y remedie su necesidad. El Espritu toma nues- pada? Como dice el texto: 'Por tu causa estamos a la
tros gemidos y les da expresin articulada, porque l muerte todo el da, nos tratan como a ovejas de ma-
sabe qu es lo que hay que pedir y cmo hay que hacerlo. tanza' . En todas esas circunstancias vencemos de sobra,
Y Dios Padre, que conoce nuestra intimidad, comprende gracias al que nos am. Estoy persuadido de que ni
nuestra necesidad y atiende al Espritu. As oramos al muerte ni vida, ni ngeles ni potestades, ni presente ni
Padre en Espritu y de verdad (Jn 4,23). futuro, ni poderes ni altura ni hondura, ni criatura al-
guna podr separarnos del amor de Dios manifestado
Sabemos que todo concurre al bien de los que aman en Cristo Jess Seor nuestro (vv. 31-39).
a Dios, de los llamados segn su designio. A los que
escogi de antemano los destin a reproducir la imagen Muchas cosas nos faltan: Dios Padre las aade como
de su Hijo, de modo que fuera l el primognito de propina al don de su Hijo. Muchas cosas se resisten en
muchos hermanos. A los que haba destinado los llam, nosotros a la plenitud de vida: Dios Padre absuelve en
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suprema instancia, y Jess no puede ser fiscal. Muchas gozaban de su amor. Y no es que fuera de los discpulos
cosas se oponen desde fuera de nosotros: no tienen fuer- la iniciativa, ya que su amistad era toda respuesta.
za frente al poder del amor. Su amor a Jess ha sido afectivo, cordial; pero se
ha traducido en cumplir sus mandatos o instrucciones.
El Padre y los hijos Si hubieran sido rebeldes o displicentes o independien-
tes, no habra crecido ni subsistido la amistad. El cum-
Seguimos contemplando, valindonos de otros textos, plimiento expresa, refuerza y condiciona la amistad.
cuanto hace el Padre por nosotros y la debida respuesta El cumplimiento procede de una fe que trasciende
de los hijos. En esta correlacin, que define la vida la dimensin puramente humana. La frase de Juan se
cristiana, a veces acentuamos el don, a veces la res- puede leer en dos perspectivas. En vida de Jess, los
puesta. apstoles lo consideran profeta, enviado de Dios, in-
cluso profeta mximo, como el anunciado en Dt 18.
a) Empezamos por el amor mutuo, como se propone en Despus de la resurreccin, y cuando escribe Juan, la
el discurso de la cena: fe reconoce a Jess como Hijo de Dios, enviado por el
Padre. La fe precedente y la amistad humana quedan
Quien conserva y guarda mis mandamientos,
se s que me ama. englobadas y sublimadas en la nueva actitud.
Y a quien me ama lo amar mi Padre, El Padre est satisfecho de que Jess sea reconocido
lo amar yo y me manifestar a l (Jn 14,21). como Hijo y enviado suyo, y a cuantos lo reciben como
tal los acoge en su amor paterno. Las ltimas conse-
El Padre mismo os ama,
cuencias de ese amor todava no las vemos ni las po-
porque vosotros me habis amado
seemos. Las vemos por la fe, las poseemos por la es-
y habis credo que vine de parte de Dios (16,27).
peranza, segn nos ensea la primera carta de Juan:
Los discpulos, como fieles israelitas, recitaban a diario
la oracin Escucha: Amars al Seor tu Dios con Ved qu gran amor nos ha mostrado el Padre: que nos
llamamos hijos de Dios, y lo somos... Queridos, ya
todo el corazn, con toda el alma, con todas las fuerzas.
somos hijos de Dios, pero todava no se ha manifestado
(Dt 6,5). En la convivencia con Jess, se haban en- lo que seremos. Nos consta que, cuando aparezca, se-
cariado con l. Era un amor de estima y amistad hu- remos semejantes a l y lo veremos como l es (1 Jn
mana, en el cual lata inconsciente, misteriosamente, un 3,1-2).
amor ms alto. Mejor que los discpulos lo comprenda
Jess, que corresponda con un amor perteneciente a un b) Vamos a contemplar en la primera carta de Pedro el
orden superior y plenamente consciente. A travs de su tema del nuevo nacimiento o regeneracin (muchos co-
amor a Jess, sin barruntar hasta qu punto era Hijo de mentaristas consideran autntica esta carta, probable-
Dios, se ganaban el amor del Padre. Por el amor humano mente dictada a un secretario redactor que conoca mejor
de amistad se hacan hermanos de Jess; al hacerse her- la lengua griega).
manos se hacan hijos de Dios Padre; y al hacerse hijos
140 141 -
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Seor Jesucristo, ni se marchita como las plantas, ni se contamina por el
que, segn su gran misericordia y por la resurreccin contacto de la muerte.
de Jesucristo de la muerte, os ha regenerado para una Segn la fisiologa de la poca, el hombre procede
esperanza viva, una herencia incorruptible, inconta- enteramente del semen viril, que la madre recibe para
minable, inmarcesible, reservada para vosotros en el cultivarlo hasta la madurez del nacimiento. El semen es
cielo (1 Pe 1,3-4). un germen vital que encierra tambin el principio de la
...pues habis sido regenerados, no de semilla co- corrupcin: nacer vivo es nacer corruptible. o as la
rruptible, sino por la palabra incorruptible y permanente generacin actuada por Dios, en la cual el semen es su
del Dios vivo (v. 23). palabra, que es germen de vida nueva sin principio de
corrupcin. Porque en la versin de los Setenta de
El comienzo es clsico y equivale a una accin de gra- Is 40,8 la palabra de Dios permanece para siempre.
cias. Dios, trmino de naturaleza, lleva el nombre-ttulo A la luz del texto citado de Pedro es posible leer
de Padre de Jesucristo. En el AT, Dios revelaba un el dilogo con Nicodemo, en el que se explcita el tema
nombre personal con el que poder invocarlo (como no- de Dios Padre, aunque sin formular expresamente
sotros llamamos a una persona por su nombre). La Biblia dicho ttulo. Juan concibe en este pasaje el agua como
escribe ese nombre con cuatro letras (tetragrammaton), seno materno, fecundado por el Espritu como semen
YHWH, y los investigadores conjeturan con cierta pro- viril (L. Alonso Schoekel, Hermenutica de la Palabra
babilidad que se pronunciaba Yahw. En tiempos pos- III, Madrid 1987, 143-158). Ese Espritu es donado por
teriores, los judos evitaron pronunciar dicho nombre y Jess glorificado. Continuando la lectura del texto, en-
lo sustituyeron por otros trminos (cielo, lugar, nombre, seguida tropezaremos con Jess como Hijo unignito
etc). En el NT, en cambio, Dios se presenta e identifica enviado por el Padre.
con el nombre-ttulo de Padre de Jesucristo, y con el
ttulo de Padre quiere ser invocado por los cristianos. c) El que ha engendrado se preocupa por conservar y
La razn es que l, por generosa iniciativa, nos ha promover la vida de sus hijos. Vamos a ver cmo lo
hecho re-nacer a una vida dominada por la esperanza. hace nuestro Padre, en concreto, por medio de la eu-
No basta con nacer, aunque sea de lnea patriarcal (ni carista. Para ello tomamos algunos versos del captulo
por ser descendientes de Abrahn son todos hijos: 6 de Juan, ordenndolos en funcin de lo que preten-
Rom 9,7). Esa vida ha sido inaugurada por la resurrec- demos. En el amplio discurso que pronuncia despus de
cin de Jess para no morir ms. Como l padeci multiplicar los panes y caminar sobre las aguas, Jess
en nuestra carne y venci el pecado, as transport nues- combina los temas de la fe en la persona y de la eucarista
tra carne a la vida resucitada y gloriosa. La resurreccin como alimento.
de Jess es condicin y mediacin de la nuestra. Nos fijamos primero en el Padre, que atrae y con-
El objeto de nuestra esperanza es la herencia que duce a los hombres hacia su Hijo. Los que l atraiga
nos toca como a hijos y que se nos conserva en el cielo. acudirn a su Hijo; los que l no atraiga no acudirn.
Herencia que no se corrompe como la materia orgnica, De este modo queda clara la iniciativa del Padre.
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Los que el Padre me ha confiado acudirn a m, y al quien cree tiene vida eterna... no muera... vivir siem-
que acuda a m no lo echar fuera (v. 37). pre... para la vida del mundo... De modo lapidario,
Nadie puede acudir a m si no lo arrastra el Padre que en forma tanto negativa como positiva, promete Jess
me envi... Quien escucha al Padre y aprende de l cumplir la voluntad del Padre: el triunfo de la vida:
acudir a m (vv. 44-45).
Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida
Atraer y acudir se pueden concretar en la fe y eterna, y yo lo resucitar el ltimo da (v. 54).
la eucarista. El Padre provee a sus hijos de un ali-
mento de vida superior, celeste: d) Cuidados paternos. Al engendrar, acto fundacional,
el padre se compromete con la criatura, a la que deber
No fue Moiss quien os dio pan del cielo; es mi Pa-
dre quien os da el verdadero pan del cielo. El pan de consagrar cuidados y desvelos. A los cuidados paternos
Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo han de acompaar los maternos. Cuando Moiss protesta
(vv. 32-33). a Dios por la carga que le ha echado encima, recurre a
una imagen que, por implicacin, desvela la mater-
ste es el pan que baja del cielo para que quien coma
nidad de Dios:
de l no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo
(vv. 50-51). Por qu maltratas a tu siervo
Ya estamos viendo que ese pan el pan de la persona y no le concedes tu favor,
sino que le haces cargar con todo este pueblo?
de Jess y la eucarista es alimento para la vida, para
He concebido yo a todo este pueblo
la vida superior, que ya ha sido plantada y crece hasta o lo he dado a luz, para que me digas:
su ltima consecuencia, que es la resurreccin defini- 'Toma en brazos a este pueblo,
tiva. El pan eucarstico anticipa la vida perpetua, celeste, como una nodriza a la criatura,
y es garanta de vida en plenitud por la resurreccin. y llvalo a la tierra
De nuevo nos encontramos con la iniciativa del que promet a sus padres'? (Num 11,11-12).
Padre, cuya voluntad es la vida, y con el Hijo, que viene
a cumplir dicha voluntad: Quiz uno de los cuidados que deba dispensar el Padre
consista en poner servidores suyos celestes al servicio
...porque no baj del cielo para hacer mi voluntad, de los pequeos (en edad o en espritu), como figura en
sino la voluntad del que me envi. Y sta es la voluntad Mt 18,10:
del que me envi: que no pierda a ninguno de los que
me confi, sino que los resucite el ltimo da. Porque Cuidado con despreciar a uno de estos pequeos, pues
sta es la voluntad de mi Padre: que todo el que con- os digo que sus ngeles en el cielo contemplan conti-
templa al Hijo y cree en l, tenga vida eterna y yo lo nuamente el rostro de mi Padre del cielo.
resucitar el ltimo da (vv. 38-40).
Veamos cmo describe el evangelio de Juan, mediante
El tema de la vida completa y perpetua reaparece una la imagen del viador y la via, los cuidados del Padre:
y otra vez en el discurso: Yo soy el pan de la vida...
144 145
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viador. e) Entre los cuidados paternos ocupa un lugar central
Los sarmientos que en m no dan fruto los arranca, y la educacin, con todo lo que tiene de exigente y hasta
los que dan fruto los poda para que den ms fruto. de doloroso. Ya hemos visto esa actividad de Dios con
Vosotros ya estis limpios por la palabra que os he su pueblo (Dt 8). El final de la carta a los Hebreos
dicho. Permaneced en m, y yo en vosotros. Como el
dedica un prrafo al tema, con una cita del libro de los
sarmiento no puede dar fruto por s solo, si no per-
manece en la vid, tampoco vosotros, si no permanecis Proverbios:
en m. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; quien Habis olvidado la exhortacin que os dirigen como
permanece en m, y yo en l, dar mucho fruto, pues a hijos: 'Hijo mo, no desdees el castigo del Seor ni
sin m no podis hacer nada. Si uno no permanece en te desanimes si te reprende; pues el Seor castiga a
m, lo tirarn afuera como el sarmiento, y se secar: quien ama y azota a los hijos que reconoce'? Aguantad
los recogen, los echan al fuego y se queman. Si per- por vuestra educacin, que Dios os trata como a hijos.
manecis en m, y mis palabras permanecen en vosotros Hay algn hijo a quien su padre no castigue? Si no os
pediris lo que queris y os suceder. Mi Padre ser castigan como a los dems, es que sois bastardos y no
glorificado si dais fruto abundante y sois mis discpu- hijos. Ms an, si a nuestros padres corporales que nos
los (Jn 15,1-8). castigaban los respetbamos, no hemos de someternos
El esquema es simple y se puede completar con mltiples ms an al Padre de los espritus para tener vida? Aqu-
materiales. El Padre es un labradorcomo en el salmo llos nos educaban por breve tiempo, como juzgaban
conveniente; ste para nuestro bien, para que partici-
65 que planta una cepa celeste su Hijo en la tierra
pemos de su santidad. Ninguna correccin resulta agra-
nuestra, de los mortales. En esa cepa injerta unos sar- dable cuando es aplicada, antes bien, duele; pero ms
mientos, o deja que stos broten de ella. Despus la tarde produce frutos de paz y de justicia a los adiestra-
cultiva: arranca lo seco y poda lo intil y nocivo. Toda dos en ella (Heb 12,5-11).
su ilusin y su orgullo es que la vid est lozana y pro-
duzca un fruto abundante y de calidad. Lo ms notable de este difano texto es que por la
Jess es la vid verdadera o autntica, porque la correccin llegamos a participar de la santidad de Dios.
antigua, la de Is 5, result falaz: dio agrazones, o uvas En Num 16,22, Moiss se dirige a Dios con el ttulo de
verdes. Solamente una vid trasplantada del cielo no Dios de los espritus de todos los vivientes para in-
de Egipto (Sal 80,9) garantizaba el fruto que el La- terceder por la comunidad frente a los rebeldes amoti-
brador esperaba. Las dems no son vides autnomas de nados (cf. Zac 12,1; Ecl 12,7). Aqu, en lugar de
una via, sino sarmientos de una cepa. Reciben la savia Dios, se dice Padre. Que el castigo puede ser ex-
el Espritu nicamente a travs de la vid. presin de amor, lo dice expresamente el Apocalipsis
Pero tienen que demostrar su insercin y vitalidad (3,19): A los que amo yo los reprendo y castigo,
dando el fruto esperado. Es la misma correlacin, que aunque sin mencionar la dimensin paternal.
ya hemos visto, de don y respuesta. Ms abajo explica
Juan que el fruto esperado es el amor fraterno hasta el f) El Padre tambin nos escucha, como lo indica Jess
sacrificio. en su despedida de la ltima cena y en otros pasajes:
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Lo que pidis al Padre alegando mi nombre yo os lo Si yo dijera que voy a declarar como ellos, renegara
conceder (Jn 15,16). de la estirpe de tus hijos (Sal 73,15).
Os aseguro que lo que pidis a mi Padre l os lo dar El Evangelio dedica al tema un pasaje en el que la
en mi nombre (Jn 16,23). espiritualidad filial de Jess se delata indirectamente.
Quin de vosotros, si su hijo le pide pan, le dar una Escuchemos el tono sugerente, la interpelacin cordial.
piedra, o si le pide pescado, le dar una culebra? Pues Abandonando el tono categrico, Jess solicita, provoca
si vosotros, con lo malos que sois, sabis dar cosas el asentimiento emotivo de sus oyentes. As lo hemos
buenas a vuestros hijos, cunto ms dar vuestro Padre de escuchar nosotros. El texto forma parte del sermn
del cielo cosas buenas a los que se las pidan! (Mt 7,9). del monte:
Pues si vosotros, con lo malos que sois, sabis dar Por eso os recomiendo que no andis angustiados por
cosas buenas a vuestros hijos, cunto ms vuestro Padre la comida y la bebida para conservar la vida, o por el
del cielo dar Espritu Santo a quienes lo pidan (Le vestido para cubrir el cuerpo. No vale ms la vida que
10,13). el sustento, el cuerpo ms que el vestido? Fijaos en las
aves del cielo: ni siembran ni cosechan ni almacenan
El Espritu Santo es el don primario y la sntesis de todo en graneros, y, sin embargo, vuestro Padre del cielo
lo bueno. La experiencia humana de la paternidad sirve las sustenta. No valis vosotros ms que ellas? Quin
para revelar la paternidad celeste de Dios. de vosotros puede, a fuerza de cavilar, prolongar un
Sobre la splica personal nos instruye tambin el tanto la vida? Por qu os angustiis por el vestido?
sermn del monte: Observad cmo crecen los lirios silvestres, que no tra-
bajan ni hilan, y os aseguro que ni Salomn, con todo
Cuando vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la su fasto, se visti como uno de ellos. Pues si a la hierba
puerta y reza a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve del campo, que hoy crece y maana la echan al horno,
lo escondido, te lo pagar (Mt 6,6). Dios la viste as, no os vestir mejor a vosotros, des-
confiados? En conclusin, no os angustiis pensando
g) El cristiano responde con su confianza. Recordemos qu comeremos, qu beberemos, con qu nos vestire-
la expresin enftica del Sal 27,10: mos. Todo eso lo buscan los paganos. Y vuestro Padre
del cielo sabe que tenis necesidad de todo ello. Buscad
Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Seor ante todo el reinado de Dios y su justicia, y lo dems
me acoger. os lo darn por aadidura (Mt 6,25-33).
Incluso en la tribulacin, y sobre todo en ella, hay que Aqu tenemos sugerida la espiritualidad de la infancia
conservar la confianza. Ante el escndalo de la pros- espiritual, que no es infantilismo, sino abandono con-
peridad de los malvados, un orante del AT sinti la fiado; que no pretende anular la actividad humana, sino
tentacin extrema de pasarse a su bando, y slo le con- asumirla y controlarla con toda paz; que no es impasi-
tuvo la conciencia de su estirpe: vidad estoica ni fatalismo, sino serenidad fundada en la
relacin filial.
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Aves y lirios: es como si el afecto paternal ensan-
a pedirme cuentas de mis hijos? Me vais a dar ins-
chase los brazos para abrazar el mundo animal y el trucciones sobre la obra de mis manos? (Is 45,10-11).
vegetal; lo ms libre del vuelo, lo ms bello entre lo
humilde. Sobre la obediencia sin protestas dice Flp 2,15:
h) La obediencia, como ya hemos visto, es virtud fun- As seris hijos de Dios sin falta en medio de una
generacin perversa y depravada, ante la cual brillis
damental de la filiacin. Puede leerse aqu la parbola como estrellas en el mundo.
de los dos hijos (Mt 21,28-31), que insiste en el cum-
plimiento. i) Finalmente, la imitacin, categricamente enunciada
En la enseanza de Juan, nuestra obediencia al en Ef 5,1: Imitad a Dios como hijos queridos. El hijo
Padre pasa a travs de los mandatos que nos transmite debe esforzarse por parecerse al Padre. En el sermn
el Hijo. Algo parecido a la obediencia de los israelitas del monte, Jess formula el ideal ms alto al que debe
a Dios a travs de la ley promulgada por Moiss. Dios tender el cristiano, aun sabiendo que es inalcanzable.
le dice: manda a los israelitas... (Ex 27,20; Num 5,2; Mateo nos ofrece el texto clsico, tan claro y fcil de
28,2); Moiss les comunic las rdenes que el Seor entender como difcil de practicar. Forma parte de la
le haba dado en el monte Sina (Ex 34,32). Tambin serie que corrige la ley antigua con autoridad superior:
el Deuteronomio habla repetidamente sobre la obedien- Habis odo que se dijo: 'Amars a tu prjimo y odia-
cia. Y el propio Jess insiste en ella en el discurso de rs a tu enemigo'. Pues yo os digo: Amad a vuestros
despedida y se ofrece a s mismo como ejemplo de enemigos, rezad por los que os persiguen. As seris
obediencia: hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol
sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e in-
Si me amis, guardad mis mandamientos (Jn 14,15). justos... Si amis slo a los que os aman, qu premio
Quien conserva y guarda mis mandamientos, se s merecis? Tambin lo hacen los recaudadores. Si amis
que me ama... Si alguien me ama, cumplir mi pala- slo a vuestros hermanos, qu hacis de extraordi-
bra... Quien no me ama no cumple mis palabras; la nario? Tambin lo hacen los paganos. Sed, pues, per-
palabra que me habis odo no es ma, sino del Padre fectos como vuestro Padre del cielo es perfecto (Mt
que me envi (Jn 14,21.23-24). 5,43.45-48).
Si cumpls mis mandamientos, os mantendris en mi Lucas desarrolla ampliamente el tema en 6,27-38, donde
amor, lo mismo que yo cumplo los mandamientos de concluye del siguiente modo:
mi Padre y me mantengo en su amor (Jn 15,10).
...as ser grande vuestra recompensa y seris hijos
La obediencia confiada no anda con reclamaciones ni del Altsimo, que es generoso con injustos y malvados.
alegaciones de ningn tipo. Como reprende Dios en el Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo (Le
libro de Isaas: 6,35-36).
Ay del que dice al padre: Qu has engendrado?, o La primera carta de Pedro insiste en el tema, hacindose
a la madre: Qu has dado a luz?...! Y vosotros vais eco de la enseanza del Levtico:
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Como hijos obedientes, no os dejis moldear por los Para ti yo no soy como un monte plantado sobre la
deseos de antes, cuando vivais en la ignorancia; antes superficie de la tierra, sino que nac de otro modo para
bien, como el que os llam es santo, sed tambin ser hijo tuyo.
vosotros santos en todo vuestro proceder; pues as
est escrito: Sed santos, como yo soy santo (1 Pe Te llamo Padre, no como a mi padre terreno,
1,14-16). que me dio esta vida mortal, mientras que t, comu-
nicndome tu aliento, tu Espritu, me has dado una vida
Tambin nuestra imitacin de Dios Padre pasa por inmortal. Eres tan Padre como mi padre terreno, y ms
la imitacin de su Hijo, el hermano mayor (cf. Rom, 8, que l, por el cario, los cuidados y la atencin que me
28-30). Dios quiere que el Unignito sea Primognito dispensas. Cuntas veces ha temblado o se ha con-
de muchos. Es la adopcin a travs de la fraternidad movido mi padre por m...! Pero tambin t te con-
con Jesucristo, que exige transformarse a su imagen. mueves; tambin a ti te da un vuelco el corazn. As al
De donde deducimos el principio de la imitacin, que menos me lo dicen los profetas y as me lo sugiere tu
es tambin un principio de los Ejercicios Espirituales: Espritu.
contemplar para seguir. Se nos invita a imitar al hermano Padre nuestro, y no slo mo. Las exclusiva
mayor bajo la mirada del Padre. y los monopolios no te dan ninguna gloria. Creced y
multiplicaos: a tu Hijo le ha crecido un cuerpo y se ha
El Padre nuestro multiplicado en muchos hermanos. Y todos, hermana-
dos por l, decimos: Padre nuestro. Mi padre terreno
Vamos a tratar de glosar la oracin dominical proyec-
me dio su apellido para identificarme; t tambin me
tando la invocacin inicial, la paternidad de Dios, sobre
das tu apellido, y ahora me llamo hijo de Dios, nos
todas las peticiones.
llamamos hijos de Dios.
Padre nuestro, nos atrevemos a llamarte, porque tu Hijo Tambin nos atrevemos a llamarte madre nues-
nos lo ha revelado, porque tu Espritu dentro de nosotros tra. Algunos valores de la relacin personal nos los
nos sugiere esa primera y suma palabra: Abba. Como aprend de mi padre, sino de mi madre. Porque en la
en el Antiguo Testamento queras ser invocado como tierra padre y madre se complementan y completan, al
Yhwh, el que es, ahora quieres ser invocado con el dar la vida y al llevarla a la madurez. T, en cambio,
nombre o ttulo de Padre. Te gusta escuchar ese ttulo ests por encima de la divisin y diferenciacin, lo en-
de nuestros labios? Te agrada el que los hombres te cierras todo en tu simplicidad. De ti procede toda pa-
llamen Padre? Padre de familia numerosa, porque as ternidad y toda maternidad: Abro yo la matriz, y no
lo has querido, que conoces y cuidas de cada uno. Lla- har que d a luz? (Is 66,9). Por eso te decimos: Ma-
marte Padre, oh Dios, es mi orgullo y mi gozo. dre nuestra. T no te preguntas, como Jerusaln madre:
Te llamo Padre, no simplemente porque eres Quin me engendr a stos?. Tu Hijo se hizo hombre
creador, como lo dice el salmo: Antes de que naciesen nacido de mujer (Gal 4,4) y nos hace hijos tuyos,
las montaas o fuera engendrado el orbe de la tierra... hijos de Dios. Al experimentar tu ternura y tu cario.
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nos atrevemos a decir: Madre nuestra, y pensamos grande y terrible: l es santo (Sal 99,3). Mira que a
que tambin ese nombre nos lo sugiere tu Espritu.
tu casa conviene la santidad (Sal 93,5), y nosotros
somos de tu casa.
Santificado sea tu nombre. Tu nombre o ttulo de Padre
debe ser respetado. Porque eres santo, no quieres cas- Venga tu reinado. Nuestro Padre es rey, y todos nosotros
tigar (cf. Os 11). Porque eres santo, no podemos abusar somos prncipes herederos. Es verdad que uno solo es
de tu compasin. Fiarnos de tu perdn para aadir Hijo a ttulo pleno. l vino para proclamar el reinado
culpas a culpas (Eclo 5,5) sera invocar tu ttulo en del Padre, que es un reinado paterno. No es tirnico el
vano. Abusar de lo santo es sacrilegio: tu paternidad reinado de un Padre. Oh, si despus de tantos reinados
debe ser reconocida como santa. Pues, si yo soy Padre, y gobiernos injustos o violentos, se instaurase el reinado
dnde queda mi honor? (Mal 1,6). de nuestro Padre...!
Isaas contempl en una visin al Seor entronizado
y escuch un canto celeste que deca: Santo, santo, T eres justo,
santo!; el nombre que pronunciaban era Yhwh Se- gobiernas el universo con justicia...
baot (el Seor de los ejrcitos: Is 6). Quiero aprender y el ser dueo de todos
mi canto celeste, poniendo en l tu nuevo nombre re- te hace perdonarlos a todos...
velado: Santo, santo, santo es el Padre de Jesucristo! t, dueo de tu fuerza,
As har eco en la tierra a la liturgia celeste (cf. Ap 4,8). juzgas con moderacin
Pero quienes hacen de ti un Dios intimidatorio, y nos gobiernas con mucha indulgencia
santifican acaso tu nombre de Padre? Quienes te con- (Sab 12, 15.16-18).
ciben o describen como un Dios interesado, santifican
Los judos celebraban una liturgia en la que se entablaba
acaso tu nombre de Padre? Los que a conciencia silen-
un dilogo:
cian tu nombre para que no suene en el mundo no lo
profanan con su silencio? Portones, alzad los dinteles!,
Nos has dado tu nombre como apellido y nos has que se alcen las antiguas compuertas:
confiado el honor y la santidad de tu nombre. Un da, que va a entrar el Rey de la Gloria.
los israelitas dispersos profanaron tu santo nombre Quin es ese Rey de la Gloria?
(Ez 36,20-23). Cuando invocamos tu ttulo de Padre, El Seor de los ejrcitos;
lo profanamos con nuestra conducta? Transfrmanos, l es el Rey de la Gloria (Sal 24,9-10).
Seor, por la accin de tu Espritu, para que nuestra
vida en el mundo proclame la santidad de tu paternidad. Yo quiero pronunciar tu nuevo nombre y reconocer con
Recuerda que un da dijiste: Yo mostrar la santidad gozo que el Padre de Jesucristo es el Rey de la Gloria.
de mi nombre ilustre, profanado por vosotros (Ez T, Rey Padre, celebraste la boda de tu Hijo, le-
36,23). Que todos lo reconozcan, empezando por no- gtimo prncipe heredero. l acept y realiz en su vida
sotros, y no slo de palabra: Confiesen tu nombre, plenamente tu reinado; lo anunci, lo describi en sus
parbolas y lo promovi. Como en el salmo 72, era un
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reinado de justicia en defensa de pobres y desvalidos,
de prosperidad duradera. l no intent implantarlo por tiempo, se cumpli enteramente tu voluntad en la tierra
la fuerza, con legiones de ngeles; ni quiso alzarse, como en el cielo.
como Absaln, con un reino humano. Proclam que su No nos abandones, Seor, a los deseos y caprichos
reino no es de este mundo. de nuestra voluntad. Que seamos voluntarios y no vo-
Tu Hijo nos ha encargado proclamar y difundir tu luntariosos. Pero ten piedad, como Padre, de nuestra
reinado en la historia de los hombres. En la oracin te dbil voluntad, de la que tiran tantos objetos en tantas
pedimos que venga; en la accin trabajaremos para hacer direcciones. Que se cumpla en nuestro ser terreno tu
realidad su venida. Cundo podremos cantar al Padre voluntad celeste. Mira que nosotros no podemos:
que ya llega a regir la tierra: regir el orbe con justicia,
a los pueblos con rectitud (Sal 98)? Tendremos que Querer lo tengo al alcance; ejecutar el bien, no. No
esperar al cumplimiento del Apocalipsis para cantar: hago el bien que quiero, sino que practico el mal que
no quiero... Y me encuentro con esta fatalidad: que,
Ya reina el Seor Dios nuestro todopoderoso (Ap
deseando hacer el bien, se me pone al alcance el mal
19,6)? Entonces seremos nosotros quienes iremos a tu (Rom 7,18.21).
reino, cuando escuchemos aquella ltima llamada: Ve-
nid, benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado
El cielo pertenece al Seor [nuestro Padre]; la tierra
para vosotros desde la creacin del mundo (Mt 25,34).
ha sido dada a los hombres (Sal 15,16). Por eso en el
Por ahora, nosotros pedimos que vengas t a reinar, cielo se cumple tu voluntad: Nuestro Dios est en los
Padre Rey; un da llegar el fin, cuando el Hijo entregue cielos e hizo cuanto quiso (Sal 115,3). Y qu hacemos
el reino a Dios Padre (1 Co 15,24). Entonces, en el los hombres en la tierra?: cumplir la voluntad de quienes
reino de su Padre, los justos brillarn como el sol se imponen por la fuerza, la voluntad de quienes seducen
(Mt 13,43). con su astucia; cumplimos adems nuestra propia vo-
luntad, que confundimos con nuestra conciencia. Lo
Hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Es hacemos todo, menos tu voluntad. Y as nos va...
justo que en la familia, en el hogar, se cumpla la vo- Padre nuestro, que se haga tu voluntad. Que se-
luntad del padre; especialmente, porque la voluntad del pamos reconocerla, discernirla en caso de duda, esco-
padre es el bien de los hijos. Pero sabemos nosotros gerla entre dos bienes, cumplirla con entereza y cons-
lo que es nuestro bien y nuestro mal? tancia. Para lo cual necesitamos tu ayuda, porque de
Tu Hijo nos explic con detalle cul es tu voluntad otro modo no lo conseguiremos. Infndenos tu Espritu
y nos dio ejemplo de cmo cumplirla. Frente a proyectos como nuevo dinamismo de nuestra existencia, y as cum-
o designios opuestos, se mantuvo firme; frente a m- pliremos voluntariamente tu voluntad, porque cuantos
todos tortuosos, se mantuvo distante; frente a resisten- se dejan llevar del Espritu de Dios son hijos de Dios
cias internas, se mantuvo entero: no se haga mi vo- (Rom 8,14). Si tu Hijo nos ensea a pedirlo, es que t,
luntad, sino la tuya (Le 22,42). Al menos durante algn Padre, quieres concederlo. Pero tambin esto depende
de tu voluntad. Que se haga tu voluntad, Padre!
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Danos hoy el pan de cada da (o el pan de maana). alrededor de tu mesa (Sal 128,3). Que tu Espritu con-
Corresponde al padre ganar el sustento de sus hijos. sagre y transforme nuestro pan. Que sea se nuestro pan
Antes del pan, la madre nos dio su leche. El pan es cotidiano, mientras esperamos la gloriosa venida de
humilde y cotidiano. Mi padre no me lo gan de una nuestro Salvador Jesucristo, cuando nos llamar y con-
vez para siempre, en un golpe de fortuna o de suerte. ducir a comerlo en la mesa del cielo: Dichoso el que
Ganar el pan era para l una forma de cario que prac- coma el pan en el reino de Dios! (Le 14,15).
ticaba cada da. No concentr el afecto en una explosin
momentnea, para despus desentenderse de m para Perdona nuestras ofensas como tambin nosotros per-
siempre. donamos a los que nos ofenden. Te da un vuelco el
Y t, Padre? Son millones los hombres que hoy corazn, te enterneces, se te conmueven las entraas (cf.
carecen del pan de cada da, y t te desentiendes? Si Os 11,8) y perdonas. Al fin y al cabo, somos hijos tuyos
tu Hijo, que rehus hacer un milagro para s, decidi y conoces nuestra masa. Ensanos, pues, a perdonar.
hacerlo para saciar el hambre de una muchedumbre, por T enviaste a tu Hijo a perdonar las ofensas co-
qu no haces t algo por esa ingente multitud de hijos metidas contra ti y contra l, y l pidi perdn por los
tuyos? Quin profana en realidad tu fama: nosotros, ofensores. No es que no le importara; al contrario, le
con nuestra supuesta impotencia, o t, con tu aparente importaba mucho: sinti y mostr indignacin frente a
indiferencia? Da a tus hijos, Padre, el pan de cada da. los despiadados, y compasin con los dbiles arrepen-
T nos respondes que los hermanos deben cola- tidos. Nos predic y ense con sus obras el noble y
borar; que deseas valerte de nuestro esfuerzo y gene- difcil arte de perdonar.
rosidad para proveer; que la fraternidad consecuente rea- Mira, Padre, a tus hijos. Qu ha sido de ellos
liza y revela tu paternidad. Ya no est tu Hijo entre cuando se han negado a perdonar? La venganza de La-
nosotros para hacer milagros; pero la caridad que l mec multiplicada por siete, la espiral creciente de la
ense hace milagros. Enva a un Jos iluminado que violencia. Qu ser de los hombres si no aprenden a
abra los graneros de la tierra. Da luz a los cientficos, perdonar? Nos indigna la injusticia, y es justo que as
audacia a los gobernantes, solidaridad a todos para pro- sea; pero la ira del hombre no realiza la justicia que
curar el pan de cada da a tus hijos dispersos por el Dios busca (St 1,20). El rencor vengativo nos turba e
mundo. inquieta, con lo cual salimos perdiendo. Nuestro perdn,
Danos tambin el pan del maana. El del sbado en cambio, puede transformar al ofensor y hacer que
da de reposo que los israelitas recogan por ade- salgamos ganando.
lantado el viernes. El pan del reposo final, del maana Un maestro del AT que te invoc como Padre deca:
sin noche ni da siguiente, del maana definitivo, en Perdona la ofensa a tu prjimo, y se te perdonarn los
que compartiremos tu reposo y el de tu Hijo. Danos un pecados cuando lo pidas. Cmo puede un hombre
anticipo de ese pan celeste en nuestra peregrinacin. guardar rencor a otro y pedir la salud al Seor? No
Que nuestra eucarista sea banquete hogareo, presidido tiene compasin de su semejante y pide perdn por
por el Padre. Sean tus hijos como renuevos de olivo sus pecados? (Eclo 28).
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Si tenemos que perdonar al prjimo, tambin necesi- ayudes. Sabemos que el superar las pruebas nos hace
tamos que l nos perdone. Si el prjimo tiene que hacerse madurar. Pero es que a veces, Padre nuestro, nos so-
perdonar por nosotros, de cunto tienes t que perdo- metes a la prueba del fuego. Calcula bien la fuerza de
narnos, Padre del cielo...! La proporcin es semejante tus hijos cuando les envas la prueba. O es que te agrada
a la de los denarios y los talentos de la parbola (cf. Mt mirar desde fuera cmo nos comportamos? Acaso duer-
18,23-35). mes en la nave mientras remamos contra el viento? Mira
Pero ya sabemos lo que cuesta perdonar: por amor que la prueba arrecia y la fatiga crece. No sigas tensando
a la justicia y por amor propio. T, Padre, sabes de nuestros nervio, que pueden romperse.
nuestras rencillas y envidias y odios de hermanos; t Permanece, Seor, junto a nosotros. A tu Hijo,
sabes de Can y Abel, y porque sabas de ellos inspiraste segn cuenta Lucas, un ngel le dio fuerzas para el
a Esa que abrazase a su hermano Jacob (Gn 32) y combate final: envanos tambin a nosotros tu Espritu
enseaste a Jos a perdonar a sus hermanos, como lo para que nos conforte en la prueba. Recuerda la promesa
peda su padre (Gn 50). Perdnanos, Padre nuestro, y que pronunci por encargo tuyo el profeta del destierro:
danos tu Espritu para que sepamos perdonar. Cuando cruces las aguas, yo estar contigo, la corrien-
te no te anegar; cuando pases por el fuego, no te
No nos dejes caer en la tentacin (es decir, haz que no quemars, la llama no te abrasar (Is 43,2).
sucumbamos en la prueba). No te pedimos, Padre, que
nos libres de la prueba, porque la prueba es connatural Es verdad que el nio tiene que aguantar y superar las
al hombre, y ni siquiera tu Hijo se vio libre de ella. Lo pruebas para alcanzar la estatura de adulto. Nosotros
que solemos llamar tentaciones de Jess fueron en queremos alcanzar la estatura de tu Hijo (Ef 4,13), y
realidad pruebas. El rival, Satn, present a tu Hijo un para ello no podemos rehusar las pruebas. Las acepta-
programa de accin eficaz en este mundo en que vivimos mos, Padre; pero aydanos t a no sucumbir a ellas.
y que l pretenda gobernar. Tu Hijo super, recurriendo
a la Escritura, aquellas pruebas y las que an habra de Y lbranos del mal (o del Maligno). Qu es el mal?
afrontar hasta la pasin. Por dnde entra el mal? Si todo lo que creaste era
Por boca de un maestro tuyo nos amonestas: bueno, y el conjunto era muy bueno, de dnde viene
el mal? Era el mal aquel caos informe que tu
Hijo mo, cuando te acerques a servir al Seor, pre- aliento ordenaba? O era la serpiente que reptaba clan-
prate para la prueba; manten el corazn firme, s va- destinamente hasta el paraso? Si era bueno el fruto,
liente, no te asustes cuando te sobrevenga la desgra- por qu era malo comerlo? Acaso el mal es simtrico
cia... porque el oro se acrisola en el fuego, y los del bien y cuelgan ambos del mismo rbol?
elegidos en el horno de la pobreza (Eclo 2,1-2.5).
El mal es el no ser, la muerte, el odio. Pero, si
Las pruebas son experiencias humanas: pueden sobre- algo no es, cmo puede ser malo? Si el hombre mortal
venirnos o ser provocadas por nosotros. No te pedimos es bueno, cmo es mala su muerte? No es el odio un
que nos dispenses de ellas, Seor; te pedimos que nos amor al revs, un amor mal dirigido? Me encuentro
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con esta fatalidad: que, deseando hacer el bien, se me Ambos [judos y paganos], con el mismo Espritu y
pone al alcance el mal (Rom 7,21). por medio de l [Jesucristo], tenemos acceso al Padre.
Reflexiono acerca de tu presencia paternal, y me De modo que ya no sois extranjeros ni advenedizos,
cuesta entender; y digo: Lbranos del mal. Quiz el sino conciudadanos de los consagrados y de la familia
mucho pensar tambin sea un mal. El no ser, al margen de Dios (vv. 18-19).
del ser, delimita y define. El no ser y la muerte, en la El segundo texto proclama los fundamentos de la unidad:
conciencia del hombre, adquieren ser, amenazan y an-
gustian. Para librarse de ellos, el hombre odia: el odio Uno es el cuerpo, uno el Espritu, como es una la
tiene ser y destruye el ser ajeno. El malo, el Maligno, esperanza a que habis sido llamados; uno el Seor,
es quien promueve el odio, la muerte, el no ser: por una la fe, uno el bautismo, uno Dios, Padre de todos,
que est sobre todos, entre todos, en todos (Ef 4,4-6)
la envidia del diablo entr la muerte en el mundo
(Sab 2,24). Padre, lbranos del mal. La paternidad de Dios eleva a un nivel superior al
La comunicacin con los dems ocasiona un acre- nivel de la familia de Dios la fraternidad humana.
centamiento del propio ser; el cerrarse a los dems, en En comparacin con ello, todas las diferencias son sim-
cambio, es tanto como renunciar a ser ms y equivale ples minucias.
a no ser. Creemos que algo es un bien, y en realidad es La primera carta de Juan nos muestra cmo nuestra
un mal. Padre, lbranos del mal. Cuntas caras tiene el filiacin desemboca en la hermandad. l lo expone con
mal...: queden confundidas! Cuntas mscaras se pone un estilo particular que puede dificultar la lectura, la
el mal...: sean develadas! Cuntos recursos tiene el cual requiere algunas observaciones preliminares.
mal...: resulten fallidos! Ante todo, esta carta no tiene una composicin
Pero t, Padre, que de la nada sacaste el ser, sabes lineal (no avanza gradualmente) ni circular (no acaba
extraer del mal el bien: Vosotros intentabais hacerme retornando al principio), sino que oscila, se aleja, rei-
mal; Dios intentaba convertirlo en bien (Gn 50,20). Si tera. .. Una manera de leerla consiste en dejarse llevar
la muerte y el odio son sendos males, qu mayor mal de su movimiento irregular; otra, en fijarse en algunos
que la muerte por odio de tu Hijo? Y, sin embargo, de jalones orientadores que podemos enumerar: a) la fr-
aquel mal t sacaste bien, porque fue el triunfo del amor. mula x es... o en esto consiste...; b) la identifi-
Danos, Padre tu amor y lbranos del mal. cacin o discernimiento: as sabemos que..., en es-
to conocemos...; c) la anttesis de extremos: luz/tinie-
blas, quien ama/quien odia...; d) el refrn o aforis-
Filiacin y fraternidad
mo, con frmulas diversas: enunciativa, condicional,
La carta a los Efesios predica la unidad de la Iglesia por exhortativa...
la paz entre judos y paganos, que por dos veces rela- En cuanto al tema de la carta, es central la filiacin
ciona con Dios Padre. La primera, en el texto clsico del Hijo como revelador del Padre, de cuya paternidad
de 2,11-22, del que citamos dos versos: se sigue la fraternidad. No se da la una sin la otra: si
somos hijos de Dios, somos hermanos de (nuevo) na-
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cimiento. De este modo se resuelve simplemente la anti- respiramos. Somos testigos con los cinco sentidos. As es
nomia entre lo vertical y lo horizontal. Sobre nuestra la en-carna-cin: carnosa, humana.
relacin con los dems gravita el peso de la paternidad El hombre ya no habla de odas. Ahora s que puede
divina; en la fraternidad vivida nos elevamos con Je- decir como Job: Te conoca de odas; ahora te han visto
sucristo hasta el Padre. Amamos a Dios en el prjimo mis ojos (42,5). Como testigo presencial, pronuncia
y al prjimo en Dios. As de sencillo y de arduo; as de un testimonio que compromete al testigo y quiere com-
profundo y de sublime. prometer a los oyentes. A travs de los sentidos, el
La carta empieza como un texto que evoca el pr- apstol ha convivido con la persona; y al descubrir a
logo del Evangelio: esa persona como Hijo, ha convivido con su Padre. De
esta convivencia quiere hacer partcipes a sus oyentes,
Lo que exista desde el principio,
porque todos son invitados. El Hijo ha venido para que
lo que hemos odo,
lo que hemos visto con nuestros ojos nos sintamos a gusto, en casa, en la familia de Dios.
lo que hemos contemplado Como si furamos de la familia, como si furamos her-
y lo que han palpado nuestras manos manos. Ya podemos ser de la casa de Dios, de la casta
es nuestro tema: la Palabra de vida. de Dios.
La vida se manifest: la vimos y damos testimonio Despus de la invitacin, el texto prosigue pro-
y os anunciamos que estaba junto al Padre poniendo las condiciones:
y se nos manifest. ste es el mensaje que le omos y os anunciamos: que
Lo que vimos y omos Dios es luz sin mezcla de tinieblas. Si decimos que
os lo anunciamos tambin a vosotros compartimos su vida mientras caminamos a oscuras,
para que compartis nuestra vida, mentimos y no procedemos con sinceridad. Pero si ca-
como nosotros la compartimos minamos en la luz, como l est en la luz, compartimos
con el Padre y con su Hijo Jesucristo. nuestra vida, y la sangre de su Hijo Jess nos limpia
Os escribimos esto de todo pecado. Si decimos que no hemos pecado, nos
para que se colme vuestra alegra (1 Jn 1,1-4). engaamos y no somos sinceros. Si confesamos nues-
tros pecados, l es fiel y justo para perdonarnos los
Ha llegado el momento histrico en que esa Palabra viva, pecados y limpiarnos de todo delito. Si decimos que
anterior a todo, se va a pronunciar, es decir, se va a hacer no hemos pecado, lo dejamos por mentiroso y no con-
sensible audible y visible y palpable con todo realismo servamos su mensaje (1 Jn 1,5-10).
corpreo, comprometiendo los sentidos del hombre y ha- Pertenecer a tan noble familia tiene sus exigencias: la
cindole saltar desde el trampoln de su experiencia sen- primera es purificarse, limpiarse. Cmo? Reconocien-
sorial a un descubrimiento trascendente. Vemos un perfil do y confesando nuestra mancha para poder ser limpia-
humano, tocamos un cuerpo humano y palpamos la Vida; dos, porque por cuenta propia no lo lograremos. La
sentimos el pulso divino de un corazn humano y escu- sangre de la vctima inmolada purificaba al pueblo el
chamos palabras divinas en las vibraciones del aire que da de la expiacin (Lv 16; Rom 3,25). La sangre de
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su Hijo Jess nos limpia de todo pecado (1 Jn 1,7), lo terialmente preceptos objetivos; hay que sentir, adems,
cual significa que por la purificacin se ha pagado un que con los preceptos se nos invita a expresar el amor
precio altsimo (1 Pe 1,19), por lo que debemos saber con que correspondemos al amor del Padre. Conocerlo
apreciarlo. es tambin tratarlo y mueve a amarlo.
Caminar en la luz significa, ante todo, no andar El mandato del amor fraterno es antiguo, no slo
con tapujos y disimulos, no engaarnos ni intentar en- porque aparece formulado ya en la ley revelada, sino,
gaarlo, proceder con transparencia y claridad. Nuestra adems, porque de algn modo es connatural a la con-
falta de sinceridad equivaldra a acusarlo de embustero. ciencia humana; lo que tiene de nuevo es el ejemplo de
Y, en segundo lugar, significa caminar por el sendero Jess. El sal 19,9 dice que la norma del Seor es
que l ilumina, en el que no tropezamos ni nos extra- lmpida: da luz a los ojos. Esto mismo puede aplicarse
viamos. al precepto del amor fraterno, que abre un espacio lu-
Y tras la purificacin viene el cumplir sus man- minoso en nuestra vida. Odiar equivale a desentenderse.
damientos: El odio es oscuridad, y el amor es luz, que resplandece
y brilla en el ejemplo de Jess: En las tinieblas amanece
Nos consta que lo conocemos si cumplimos sus man- para los rectos el Piadoso y Clemente y Justo (Sal
damientos. Quien dice que lo conoce y no cumple sus 112,4).
preceptos miente y no es sincero. Pero quien cumple
su palabra tiene realmente colmado el amor de Dios.
Quien dice que permanece con l ha de proceder como No amis el mundo ni lo que hay en l:
l procedi. Queridos, no os escribo un precepto nuevo, quien ama al mundo no posee el amor del Padre.
sino el precepto antiguo que recibisteis al principio. El Cuanto hay en el mundo la codicia sensual,
precepto antiguo es el mensaje que escuchasteis. Pero, la codicia de lo que se ve,
en cierto modo, os escribo un precepto nuevo que se el jactarse de la buena vida
hace realidad en l y en vosotros, porque se alejan las no procede del Padre, sino del mundo.
tinieblas, y la luz verdadera ya alumbra. Quien dice Y el mundo pasa, con sus codicias,
que est en la luz mientras odia a su hermano sigue en pero quien cumple la voluntad de Dios
tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz permanece por siempre (1 Jn 2,15-17).
y no tropieza. Quien odia a su hermano est en tinieblas,
camina en tinieblas y no sabe adonde va, porque la En el lenguaje de Juan, mundo es cuanto se opone al
oscuridad le ciega los ojos (1 Jn 2,3-11). designio de Dios: el sistema opuesto de valores, la co-
dicia egosta de poseer y disfrutar...: valores incom-
Conocer al Padre es tambin reconocerlo como tal y, patibles con el amor fraterno, porque encierran al hom-
por lo tanto, obedecerle. Quien quiera vivir como hijo bre en s mismo.
de Dios debe imitar al Hijo, que cumpli la voluntad
del Padre. No se trata ya de mandatos legales, externos, Este es el ayuno que yo quiero:
impersonales, sino de mandatos recibidos con amor, partir tu pan con el hambriento,
como en la vida de familia. No basta con cumplir ma- hospedar a los pobres sin techo,
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vestir al que ves desnudo tendris necesidad de que nadie os ensee, pues su
y no cerrarte a tu propia carne (Is 58,6-7). uncin, que es verdadera e infalible, os instruir acerca
Donde reina la codicia no reina el Padre (Mt 6,24). La de todo. Lo que ella os ensee, conservadlo. As pues,
hijitos, permaneced con l, y as, cuando aparezca,
codicia no tiene cabida en la administracin domstica
tendremos confianza y no nos avergonzaremos de l
del Padre y de su familia. cuando vuelva (1 Jn 2,26-28).
Habis odo que ha de venir el Anticristo: pues bien,
han venido muchos anticristos, y eso nos demuestra El prrafo que sigue expone lo que es ser hijo de Dios,
que es la ltima hora... Vosotros habis recibido del sus exigencias y consecuencias:
Espritu la uncin, y todos sois expertos. No os escribo
porque desconozcis la verdad, sino porque la conocis Ved qu grande amor nos ha mostrado el Padre: que
y porque nada falso se sigue de la verdad. Quin es nos llamamos hijos de Dios, y lo somos! Por eso el
el mentiroso, sino quien niega que Jess es el Mesas? mundo no nos reconoce, porque no lo reconoce a l.
se es el Anticristo: quien niega al Padre y al Hijo. Queridos, ya somos hijos de Dios, pero an no se ha
Quien niega al Hijo no acepta al Padre; quien confiesa manifestado lo que seremos. Nos consta que, cuando
al Hijo acepta al Padre. Vosotros conservad lo que aparezca, seremos semejantes a l y lo veremos tal
osteis al principio. Si conservis lo que osteis al prin- como es... Nadie que sea hijo de Dios comete pecado,
cipio, tambin vosotros permaneceris con el Hijo y pues conserva su semilla y no puede pecar, porque ha
con el Padre (1 Jn 2,18-24). sido engendrado por Dios. En esto se distingue quin
es hijo de Dios y quin lo es del diablo: quien no practica
En el mundo acta y prospera el Anticristo, que tiene la justicia ni ama a su hermano no procede de Dios
muchos aspectos y muchos secuaces. Anti-cristo equi- (1 Jn 3,1-2.9-10).
vale a Anti-Mesas. Esos anticristos niegan que Jess
sea el Mesas o proponen otros; niegan que Jess sea el A los que creen los hace capaces de ser hijos de Dios
Hijo enviado, y con ello niegan al Padre; quieren en- (Jn 1,12). En adelante, somos de la familia. Como los
gaar con sus mentiras. Pero el Espritu, como aceite israelitas se apellidaban hijos de Israel, porque des-
que empapa y penetra, infunde en nuestro interior ese cendan del patriarca, as tambin nosotros nos apelli-
sexto sentido de la verdad que coincide gozosamente damos hijos de Dios, porque Dios Padre nos ha engen-
con la enseanza del apstol. Reducida esa verdad a drado. Si esa semilla domina en nosotros, no pecaremos;
frmula concisa, sonara as: Jess es el Mesas, el porque el Hijo, que nos comunica la filiacin, vino para
Hijo de Dios. He ah el fundamento, lo que omos al quitar los pecados... y destruir las obras del diablo
principio; fundamento para construir, tener consistencia (1 Jn 3,5.8).
y permanecer en la compaa del Hijo y del Padre hasta Con todo, el cristiano no siempre es fiel a su con-
el retorno glorioso de Jesucristo: dicin filial. Es verdad que ya somos hijos, pero an
seguimos siendo nios, no adultos; no hemos alcanzado
Os he escrito esto acerca de los que os engaan. Vo- an esa plenitud en la que ya no se dar la amenaza de
sotros conservad la uncin que recibisteis de l y no la decadencia y la decrepitud. En la actual situacin,
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como un da Moiss, no podemos ver a Dios tal como como Salvador del mundo.
es. Sigamos creciendo, empujados por el dinamismo de Si uno confiesa que Jess es Hijo de Dios,
la vida divina en nosotros, confiando en que un da Dios permanece con l, y l con Dios.
alcanzaremos la plenitud y podremos ver a Dios en su Nosotros hemos conocido y hemos credo en el amor
autntico ser. Somos hijos de Dios por la fe, y lo vivimos que Dios nos tuvo: DIOS ES AMOR.
con esperanza. Quien conserva el amor permanece con Dios,
y Dios con l.
El amor llegar en nosotros a su perfeccin
Para alcanzar amor si somos en el mundo lo que l fue
y esperamos confiados el da del juicio.
En el captulo siguiente, Juan se explaya sobre su tema
En el amor no cabe el temor,
preferido: el amor como sistema de relaciones. Podra-
antes bien,el amor desaloja el temor.
mos tomarlo como pauta para una contemplacin para Pues el temor se refiere al castigo,
alcanzar amor: y quien teme no ha alcanzado un amor perfecto.
Queridos, ammonos unos a otros, Nosotros amamos porque l nos am antes.
pues el amor viene de Dios. Si uno dice que ama a Dios
Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. mientras odia a su hermano, miente;
Quien no ama no ha conocido a Dios, pues,si no ama al hermano suyo a quien ve,
ya que DIOS ES AMOR. no puede amar al Dios a quien no ve.
Dios ha demostrado el amor que nos tiene Y el mandato que nos dio es que
enviando al mundo a su Hijo nico, quien ama a Dios ame tambin a su hermano
para que vivamos por l. (1 Jn 4,7-21).
En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios, De todos los predicados que podemos aplicar a la sen-
sino en que l nos am y envi a su Hijo tencia Dios es..., unos son analogas metafsicas,
para expiar nuestros pecados. otros analogas poticas; pero todos ellos son antropo-
Queridos, si Dios nos ha amado tanto. morfismos ms o menos depurados. Ahora bien, entre
tambin nosotros debemos amarnos unos a otros. todos los predicados posibles, el que ms se acerca a la
A Dios nunca lo ha visto nadie: realidad, el que ms penetra en el misterio, es el es-
si nos amamos unos a otros,
cogido por Juan: Dios es amor. Dirn los filsofos
Dios permanece en nosotros
que Dios es ens a se, o que es el motor inmvil...
y su amor est en nosotros consumado.
En esto reconocemos Juan, que es ms escueto, da en el centro mismo de la
que l est con nosotros y nosotros con l: diana: Dios es amor. Decan los paganos que el amor
en que nos ha hecho participar de su Espritu. (Eros, Cupido...) era un dios o un diosecillo, y pensaban
Nosotros lo hemos contemplado y atestiguamos en el amor carnal. Juan invierte los trminos y los su-
que el Padre envi a su Hijo blima: Dios es amor.
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Dios manifiesta su amor, da pruebas de l. Dice nos cabe. Imitando a Jess, nos ir cabiendo cada vez
Ignacio que el amor consiste en comunicacin de las ms. Y en ese dinamismo estar la perfeccin de nuestro
dos partes, es a saber, en dar y comunicar el amante al amor.
amado lo que tiene o de lo que tiene o puede, y as, por Viene luego el amor a los hermanos: como con-
el contrario, el amado al amante (EE.EE. 231). Pues secuencia del amor de Dios y a Dios, como imitacin
bien, de lo que Dios tiene y puede nos ha dado a su del ejemplo de Jess, como manifestacin y prueba de
Hijo para comunicarnos su vida. Porque el amor es amor autntico a Dios. Ser hijos de Dios es ser her-
fecundo y comunica vida. El Hijo ha revelado el amor manos. Slo nos queda ser constantes y progresar, pues
del Padre con su sacrificio, para expiar nuestros pe- quien conserva el amor permanece con Dios, y Dios
cados. con l.
De lo que tiene o puede: el Padre nos hace par- Vamos a terminar estos Ejercicios cori una oracin
tcipes de su Espritu, que es Espritu de amor, el cual, tomada de la carta a los Efesios:
infundido en nosotros, nos capacita para amar y nos
ilumina la conciencia para reconocer la presencia del Que el Dios de nuestro Seor Jesucristo,
Padre con nosotros. San Ignacio nos ensea a pedir Padre de la gloria,
conocimiento interno... para que ms le ame (EE.EE. os conceda un Espritu de sabidura y revelacin
233); Juan aade que hay que amar para conocer. Hay que os lo haga conocer
que conservar el amor; pero el amor slo se conserva y os ilumine los ojos de la mente para apreciar
si crece, porque posee una entropa al revs: al moverse la esperanza a la que os llama,
de uno a otro, va redoblando su intensidad. la esplndida riqueza de la herencia
Porque al amor de Dios por nosotros debe respon- que promete a los consagrados
der nuestro amor... a Dios y a los dems hombres. y la grandeza extraordinaria de su poder
Nuestro amor a Dios no es inciativa, sino respuesta; en favor de nosotros, los creyentes,
segn la eficacia de su fuerza poderosa
nosotros amamos porque l nos am antes. Podemos
(Ef 1,17- 19).
atrevernos a amar a Dios sin temor. El temor suele
referirse a un mal prximo, en concreto a un castigo. Por eso doblo las rodillas ante el Padre,
Ahora bien, su Hijo ha vencido al pecado y ha anulado de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra,
el castigo; y no hay motivo para temer, Si el amor es para que os conceda por la riqueza de su gloria
cabal, total, ocupa todo el interior y no deja espacio al fortaleceros internamente con el Espritu;
que por la fe resida Cristo en vuestro corazn,
temor. Eso es amar con todo el corazn: un ideal al
que estis arraigados y cimentados en el amor,
que nos va empujando el Espritu. de modo que logris comprender,
Puede haber un amor perfecto si lo propio del amor junto con todos los consagrados,
es crecer? Hubo un amor perfecto, cabal: el de Jess a la anchura y longitud y altura y profundidad,
su Padre y, por l, a los hombres. En nosotros el amor y conocer el amor de Cristo,
ser perfecto relativamente, en cuanto cabe, en cuanto que supera todo conocimiento.
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!
As os llenaris del todo de la plenitud de Dios.
El que, actuando eficazmente en nosotros,
puede realizar muchsimo ms de lo que pedimos o pensamos,
reciba de la Iglesia y de Cristo Jess
la gloria en todas las generaciones
por los siglos de los siglos. Amn
(Ef 3,14-21).
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