Schmitt y Lo Politico
Schmitt y Lo Politico
Schmitt y Lo Politico
de lo poltico
Resumen
En este artculo, la autora retoma la reflexin filosfica de Carl Schmitt referente al con-
cepto de lo poltico para repensar esta dimensin como espacio en constante y fluctuante
construccin. Partiendo de esta premisa, en un primer apartado se realiza un ejercicio de
analoga de la discusin del lugar de lo poltico en Schmitt con la del ser de Heidegger y
la de los dioses de Nietzsche. En el segundo apartado se considera la tradicin estructura-
lista de la antropologa para hacer una reflexin del carcter mtico de la distincin ami-
go/enemigo que estructuran en Schmitt el concepto de lo poltico. El ensayo concluye con
un tercer apartado que apela a lo poltico como instancia desterritorializada, en tanto lo
poltico nos remite a lo simblico, de ah que el lugar de lo poltico sea incluso el no-lugar.
Abstract
In this article, the autor takes again the philosofic reflection of Carl Schmitt about the
concept of the political to think again this dimension as a space of constant and fluctuant
construction. Starting from this premise, in a first item is fullfiled an exercise of the ana-
logy of the discussion of the place for the political in Schmitt, with the one of the being
of Heidegger and the one of the gods of Nietzsche. In the second item, is considered the
structuralist tradition of anthropology to make a reflection of the mithic character of
the distinction friend/enemy that estructures in Schmitt the concept of the political.
The essay concludes with a third item that appeals the political like an deterrotarialized
instance mean while the political sends us to the symbolic, from that the place of the
political will even be the no-place.
15
La pasin dominante del filsofo es el deseo de la verdad, es decir, del conocimiento
del orden eterno, o de las causas eternas del conjunto
Leo Strauss.
Schmitt, al igual que Hlderlin, cree que all donde crece el peligro,
crece tambin lo que puede salvarnos.
16
Perspectivas Tericas
1
Frederich Nietzsche, La gaya ciencia, pp. 159-160.
17
otra cosa que salir de ella, plenamente ontolgicos son ms que un
trozo de esa poca. As, Leo Strauss argumenta que a pesar de su
crtica al liberalismo Schmitt no supo separarse de l y Heidegger
denuncia la incapacidad propia y de Nietzsche de salir de la senda
histrica; igualmente, Giorgio Colli dice de Nietzsche: nunca
consigui exorcizar el hechizo de la historia, sin embargo salen de
s, se expresan,2 como nica forma de denunciar el carcter de lo
idntico, la marcha de lo que siempre sucede en el tiempo. Tres
personajes que lejos de plantear una crtica radical a una forma de
ser, es decir a la cultura occidental quedan dentro de esta misma
lgica, su pensamiento radical vira hacia la conservacin de este ser
Europeo al mismo tiempo que es lapidado. Pero la pregunta parece
aun rondarnos, cmo salir de este laberinto, del deseo y de la tra-
gedia del conocimiento?.
De esta forma es como propongo entender lo poltico en
Schmitt:
1) Entendindolo como lo hace Schmitt (filosficamente, y ms
que eso ontolgicamente), sin olvidar quien lo nombra o sea a
Schmitt; sealando por tanto la falla del esquema schmittiano. 2)
La distincin amigo/enemigo a partir de la visin estructural que
bien podemos encontrar en el concepto de lo poltico, y pensndolo
incluso en trminos sistmicos, sealando el valor heurstico de la
propuesta de Schmitt para pensar lo poltico en la actualidad.
3) El momento decisivo de lo poltico, en el que un pueblo o
unidad poltica distingue o define al enemigo como otra unidad
poltica, es decir la hostilidad absoluta y cmo se puede argumentar
esta hostilidad absoluta como algo desterritorializado y ubicuo a
partir de la experiencia antropolgica del otro.
2
Giorgio Colli dice que "expresar quiere decir: manifestar que era la inmediatez a tra-
vs de series de representaciones que se desgranan por un imparable capricho, un arbitrio
que se impone, un juego que violenta", Filosofa de la expresin, pp. 57-58.
18
Perspectivas Tericas
I
La filosofa nace as de una falta de talento o bien de un talento para la
extroversin, de un instinto de dominio y de ambiciones polticas frustradas,
de la invencin de un gnero literario, de algo mediato, no vivo, de las cualidades
del come diante..
Giorgio Colli
3
Carl Schmitt, El concepto de lo poltico, p. 91. Las cursivas son mas.
4
Jrgen Habermas, "Carl Schmitt: los terrores de la autonoma", en Identidades nacio-
nales y postancionales, p. 67.
5
mile Cioran, Historia y utopa, pp. 65 y 68.
6
A lo largo del captulo 5, Derrida seala el carcter de diagnstico y de de-negacin
as el incremento hiperblico de la concepcin de lo poltico de Schmitt. Jacques Derrida,
"De la hostilidad absoluta", en Polticas de la amistad, pp.131-157.
19
denegacin7, como mera intencin de asir esencias que ms bien se
evaporan desvelando algo y a un mismo tiempo ocultar algo ms,
condicin irremediable del conocimiento. El concepto de lo polti-
co se niega por s mismo, niega ser conceptualizado, y lleva a la sim-
ple tautologa, a este respecto debemos de ser cuidadosos y recono-
cer el trabajo de Schmitt como mero esfuerzo heurstico; l mismo
nos lo confirma cuando dice sobre su concepto: lo poltico por s
mismo no acota un campo propio de la realidad, sino slo un cierto gra-
do de intensidad de la asociacin o disociacin de los hombres8.
En el sentido ntico o existencial que maneja Schmitt, lo polti-
co se presenta como espectro. Lo espectral de lo poltico impone la
necesidad de plantear su seriedad y concrecin, sin embargo Schmitt
no repara en que este aferramiento al ser concreto de lo poltico no
es ms que interpretacin, intento heurstico por ordenar este caos
inaccesible. Schmitt es adems sensible a este caos que ha de ser
delimitado fenomenolgicamente como guerra, ms sta no se pue-
de igualar a la conjuracin de la contingencia/posibilidad y del caos
que en este pensamiento resulta abismal. Pareciera entonces que en
El concepto de lo poltico se trabajan dos dimensiones:
a) una dimensin ontolgica que se da en el reconocimiento de
que todos los conceptos, ideas y palabras poseen un sentido
polmico, estn vinculados a una situacin concreta cuya
consecuencia ltima es una agrupacin segn amigos y ene-
migos, y se convierten en abstracciones vacas y fantasmales
en cuanto pierde vigencia esa situacin9.
b) Lo poltico en una dimensin filosfica, resultado del inters
del mismo Schmitt por referirse a la esencia de lo poltico a
su ser concreto y serio, producto del criterio amigo/enemigo
con el cual caracteriza a lo poltico, el cual adems se sostie-
ne tanto en la teora como en la prctica10.
7
"Esta denegacin estructural instruye y construye el discurso poltico y el discurso so-
bre lo poltico", ibidem., p.138.
8
C. Schmitt , op.cit., p. 74.
9
Ibidem., p. 60.
10
Ibidem., pp. 56-57.
20
Perspectivas Tericas
11
Leo Strauss, "Apuntaciones sobre el concepto de lo poltico de Carl Schmitt", pp. 50-51.
21
ces se da una inversin en el momento en que todo humanismo
de corte liberal o del que sea pretenda desaparecer lo poltico,
lo cual redituara en la deshumanizacin, nos estableceramos en un
espacio de pura ficcin y de negacin de lo ntico) hecho que Schmitt
traza al preguntarse por el hombre, por la actualidad del hombre:
A qu hombre correspondera el tremendo poder vinculado a una
civilizacin econmica y tcnica que comprendiese el conjunto de
la tierra12
Schmitt cuestiona esta civilizacin moderna occidental, advir-
tiendo los peligros de su secularizacin como negacin de lo poltico.
Y por tanto los peligros de la configuracin propia del hombre de
donde tambin procede la raz del conflicto. Aqu es donde podemos
advertir el sentir abismal de lo venidero.
2. La segunda implicacin del diagnstico de Schmitt y que se
encuentra directamente conectada con la denegacin que plantea
puede ser muy bien entendida como la tragedia del ser occidental,
o la paradoja del pensamiento de Schmitt y la falla del esquema de
El concepto de lo poltico. Esta segunda implicacin est dada en
la pretensin del tratamiento filosfico del problema, el diagnstico
neutro de un analista13. En este tratamiento se pretende acceder
a la forma pura y esencial de lo poltico promesa que es atendida
ms que filosficamente, ontolgicamente14 en tanto se establece lo
polmico y se alude a una capacidad de nombrar que proviene des-
de lo poltico mismo. Schmitt es interpelado por lo poltico, pero al
mismo tiempo parece perderse en su propio discurso y permanecer
en la lgica de la objetividad y conceptualizacin filosfica que es-
capa a lo politizacin y se pretende como neutral. Esta neutralidad
que reclama para s todo discurso terico o cientfico niega la
12
C. Schmitt, op.cit., p. 87.
13
J. Derrida, op. cit., p. 137.
14
Entiendo lo ontolgico como lo hace Martin Heidegger, es decir, como aquella inda-
gacin del ser en cuanto al ser, el ser que alberga la posibilidad de la existencia y la angus-
tia de la nada. El entendimiento del ser en el tiempo, o sea del "ser ah" como existencia
que implica la finitud de este "ser ah".
22
Perspectivas Tericas
15
De ah que Leo Strauss seale que la aprobacin de lo poltico por Schmitt como apro-
bacin moral, no sea ms que un liberalismo de signo contrario. L. Strauss, op.cit. p.54.
16
J. Derrida, op.cit., p.134.
23
enemigo, dejando libremente la apertura al absolutismo. Schmitt
cae en el dominio de la tcnica que se impone como lo decisivo
durante el siglo XX, y decisiva igualmente para la distincin entre
amigo y enemigo como sucedi durante las guerras que se dieron en
aquel siglo, como dice Cioran, Hitler es el caso ms claro de ello ya
que es l quien plantea a la ciencia como el poder ms absoluto
como aquel que ms que liberarnos nos esclaviza. Es el caso de la
filosofa como instrumento, como tcnica que se pretende para
todos y por otro lado como neutral, hecho que es mejor explicado
por Leo Strauss:
17
L. Strauss, op.cit., p51.
24
Perspectivas Tericas
18
Heidegger advierte sobre el trastorno del pensamiento en mera interpretacin tcnica del
pensar que a costa de dejar en el olvido al ser como incapacidad de alojarlo y de escucharlo, se apues-
ta a la forma de pensar occidental proveniente de la filosofa griega de Aristteles y Platn, donde
el meditar aparece al servicio del hacer y del ejecutar, como caracterizacin del pensar como teo-
ra, como tcnica. Este pensamiento que deviene tcnica surge como promesa e ideal de ex-
pansin de la objetivacin como el modo de acceso uniforme de todo y para todos a travs del
dominio sobre lo ente. Heidegger considera que el ser como elemento del pensar es finalmente
abandonando sacado de su medio que es el habla. Hay un empobrecimiento del habla como
medio del ser, lo cual pone en peligro la esencia del hombre. El hombre habita en el ser y la
palabra el habla es la casa del ser. M. Heidegger Carta sobre el humanismo, pp. 65-72
19
C. Schmitt op. cit., p. 57.
20
M. Heidegger, op.cit., p. 69.
21
J. Derrida op. cit., , p.150.
22
L. Strauss, op.cit. p. 55.
25
II
Schmitt plantea el ser polmico de lo poltico, y lo entiende entonces
de forma radical como mera presencia; poder que se presenta como
distincin. Siendo en todo caso la distincin la nota de lo poltico,
o como dice Ulmen la clave para entender lo poltico.23
Esta presencia como distincin entre amigo y enemigo se preser-
va como tal (no es an representacin lo cual sucede en la poltica)
en gran medida debido a su carcter contingente, a la posibilidad,
es por tanto mera apertura, desgarramiento que es dado por el
poder, por la decisin o distincin del enemigo. Aparece entonces
como un fenmeno de identidad, la cual es condicionada por su
alteracin, por su otredad, como seala Schmitt al hacer nfasis en
el enemigo ms que en el amigo, ya que es el enemigo quien even-
tualmente se opone a un similar en el combate.24 A partir del
conflicto entre identidades, se da el caso serio de lo poltico, que ha
de definirse por el combate de la identidad, contra la alteridad de
un enemigo que amenaza la propia existencia, por lo que, Lo po-
ltico se revela ms bien en la autoafirmacin colectivamente
organizada de un pueblo polticamente existente contra los enemigos
externos e internos.25 El combate tiene entonces un carcter decisivo
en tanto en l se pone en juego la existencia.
Una identidad o unidad poltica reacciona ante otra de forma
decisiva, la alteridad del extrao representa en el conflicto la nega-
cin del propio modo de existencia y por ello hay que rechazarlo
o combatirlo para preservar la propia forma de existencia.26 Si bien,
pareciera que Schmitt define a lo poltico reactivamente al privile-
giar el papel del enemigo que altera una identidad, es necesario
matizar esta apreciacin ya que Schmitt por ningn motivo separa
al enemigo del amigo aun cuando establezca que pueden existir
23
Gary L Ulmen, citado por Benjamn Arditi, Rastreando lo poltico, p. 335.
24
C. Schmitt op. cit., p.58.
25
J. Habermas, op.cit., p.68.
26
C. Schmitt, op.cit., p. 57.
26
Perspectivas Tericas
27
Derrida critica esta tipologa de los enemigos y la califica como un error que debilita
el concepto de lo poltico de Schmitt, esta diferencia se reduce a lo mismo, que forma
parte de lo mismo. J. Derrrida, op.cit., p.133.
28
C. Schmitt, op.cit., p.63.
29
Ibidem, p.91.
30
Por oposicin seala lo apoltico que entiende no como los espacios supuestamente
neutros como lo puramente jurdico, lo puramente esttico, etc., sino como un estar fue-
ra del mundo de no tener acceso a lo concreto. Ibidem, p.61
27
plural y polmico, all donde hay una participacin en un determinado
modo de existencia, una forma esencial de vida (una identidad), all
donde se toma parte en sentido existencial.31 Slo a partir de este
espacio se decide quin es el enemigo que representa la posibilidad
combativa, y la contingencia de la guerra en tanto distintos (nega-
cin ntica de un ser distinto). La guerra se da entonces con cierta
funcionalidad, en donde el objetivo no es la muerte per se, sino la
preservacin de la vida a travs de la negacin de la vida, la cual
solo adquiere sentido en este espacio comn o poltico donde igual-
mente se constata su lmite, la guerra cumple la funcin de sealar
el lmite de la existencia y sta es slo poltica.
Schmitt seala adems que esta unidad poltica, es agrupada en
referencia al caso decisivo, en cuanto tal, es especficamente diferen-
te. Podemos entonces distinguirla no solo como una unidad sino
como una identidad, y solamente se entiende como identidad en
tanto exista junto a otros que al igual que ella sean especficamente
diferentes.
Si analizamos esta unidad poltica a travs de la lgica estructural
encontramos que est estructurada por la distincin amigo/enemi-
go. Y es que en el tratamiento de lo poltico, los elementos que lo
constituyen no son analizados independientemente uno del otro
sino conformando un sistema, podemos percibir las relaciones que
existen entre ellos como alianzas o antagonismos segn sea la inten-
sidad del conflicto o distincin. El sistema de lo poltico ha de ser
entendido no solo por la distincin amigo/enemigo, sino por la
guerra o el combate donde se pone en juego la vida, como seal-
bamos arriba en la cita 23, a partir de lo cual se puede pensar en un
tercero excluido y que como seala Zizek es lo contingente,32 aquello
que no es nombrado -la existencia y el lmite de la vida. Lo polti-
co es entonces estructura estructurante de la existencia. Pero adems
al ser contingente, mera posibilidad arbitraria, lo poltico puede
incluso ser pensado bajo esta lgica estructural como momento
31
Ibidem, p.57.
32
Slavoj Zizek, Porque no saben lo que hacen: el goce como factor poltico, pp. 255-256.
28
Perspectivas Tericas
33
Lvi-Strauss, dice que la "estructura social", no se refiere a la realidad emprica sino a
los modelos construidos de acuerdo con sta. Por ello un modelo estructural se caracteri-
za por: 1) una estructura con carcter de sistema; 2) todo modelo pertenece a un grupo de
transformaciones; 3) por la posibilidad de predecir la reaccin del modelo en caso de que
los elementos se modifiquen; y 4) el funcionamiento del modelo da cuenta de todos los
hechos observados. Ibidem, pp.301-302
29
entendimiento nicamente por conceptos o abstracciones que
permiten evidenciar la existencia de principios permanentes o sin-
crnicos, tales como el parentesco, los mitos, el lenguaje, y en nuestro
caso lo poltico (la oposicin amigo/enemigo es entendida por
Schmitt como una estructura permanente). El anlisis estructural se
caracteriza adems por partir de dualidades contradictorias como la
de amigo/enemigo estructura que parece funcionar como cdigo
con esquema binario que transfiere complejidad reducida en un
sistema, Luhmann dice que las estructuras con caractersticas de
cdigo parecen extremadamente significativas, tal vez incluso indis-
pensables, para la construccin de sistemas complejos. Las razones
de esta capacidad estn en el tipo de seleccin posible sobre la base
de un cdigo, ms precisamente en su combinacin de universalismo
y particularidad.34 Podemos entonces entender lo poltico de
Schmitt como sistema complejo en donde al igual que se le consi-
dera siempre presente y universal, ubicuo, se da concretamente en
el tiempo en las diferentes unidades polticas, sin por ello pertenecer
a una de ellas, lo poltico es ms bien un sistema complejo y poli-
smico capaz de dar sentido, y estructurar o construir mltiples
espacios.
Con respecto al mito, Lvi-Strauss dice que con el anlisis
estructural, se introduce un principio de orden all donde solo era
el caos (...) el pensamiento mtico procede de la toma de concien-
cia de ciertas oposiciones y tiende a su mediacin progresiva.35
Adems de que el mito se caracteriza por poseer una estructura sin-
crnico-diacrnica, por lo que el objeto del mito es proporcionar
un modelo lgico para resolver una contradiccin (tarea irrealizable,
cuando la contradiccin es real). De ah que la estructura mltiple
del mito se engendre tericamente de forma infinita. El mito se
desarrollar entonces como en espiral36, hasta que se agote el impulso
34
Niklas Luhmann, Poder, p.48.
35
Claude Lvi-Strauss, Antropologa estructural, p.204
36
Benjamn Arditi maneja una idea similar con respecto a lo poltico y dice que "la tem-
poralidad de la poltica adopta ms bien la forma de un espiral (...) el tiempo de la polti-
ca coincide con el retorno de lo "mismo" en tanto repeticin". B. Arditi, op.cit., p.349.
30
Perspectivas Tericas
37
Ibidem., p. 209.
38
Ibidem., p.200.
39
S. Zizek, op.cit., p.254.
31
Por ende hay que entender que la estructura de lo poltico
contina an cuando se hable de la neutralizacin de la hostilidad,
cuando lo que esta sucediendo es que a nivel de lo diacrnico, al
nivel de la singularidad de la poltica, la estructura, la hostilidad
sincrnica es interpretada histricamente. De modo que la dimen-
sin poltica est doblemente inscrita: es un momento del todo
social, uno entre los subsistemas, y tambin el terreno en el que se
decide el destino del todo, en el que se disea el nuevo pacto.40 Pre-
sencia evanescente y ms sin embargo sincrnica que puede ser
pensada por el modelo de la distincin amigo/enemigo que supone
lo poltico como estructura que origina o configura toda unidad
poltica-social como sistema. As, el criterio amigo/enemigo
de Schmitt en tanto nota esencial de lo poltico aparece como
estructura que nos permite abordar todos aquellos fenmenos que
sean configurados por este criterio o cdigo que comunica lo pol-
tico, situacin que como hemos dicho, se da de forma anloga a
el mito, el cual no puede ser entendido sin ser acompaado por el rito.
Igualmente sucede con lo poltico momento en el tiempo, y que
sin embargo siempre est sucediendo- que no deja de ser acompa-
ado por la poltica que constituye su forma diacrnica.
40
Ibidem., p.253
32
Perspectivas Tericas
III
La guerra primitiva no es ni caprichosa ni instintiva; constituye simplemente uno
de los mecanismos de interrupcin que ayudan a mantener las poblaciones
humanas en un estado de equilibrio ecolgico con sus hbitats
Marvin Harris.
41
C. Schmitt, op.cit., p.89.
42
C. Schmitt, op.cit., p.63.
33
se muestra renuente a la teora de Hobbes, ya que ste al final da un
vuelco hacia el liberalismo al intentar dejar en el olvido este estado
natural, al caer en el optimismo antropolgico del Estado absoluto,
que entiende los conflictos bajo una lgica individual y moral. Pero
adems de reconocer la existencia individual reconoce la existencia
de la unidad poltica que habr de determinar la agrupacin decisi-
va de amigos y enemigos no en un sentido moral sino tico como
hace Hegel, es decir como ethos43, diferencia tica, pensada desde
la vida absoluta en lo eterno del pueblo, (...) y porque aqu
se muestra la singularidad es para el para el pueblo como el indivi-
duo se entrega al peligro de la muerte.44
Es en el sentido tico que se da la hostilidad absoluta slo entre
pueblos culturalmente distintos, que pueden guardar diferentes
grados de intensidad asociativa hasta llegar al grado mximo de
disociacin o conflicto que distinga al otro ya no como otro igual
en tanto comunidad -un otro con quien probablemente existan
alianzas y amistades-, sino una alteridad que de facto amenaza la
propia existencia, la cultura o identidad propia. La posibilidad del
conflicto hace referencia al estado natural que para Schmitt es el
estado autnticamente poltico45, entendido no slo como el estado
natural de guerra de Hobbes, sino tambin como un comporta-
miento que determinado por esta posibilidad real distingue al
enemigo como culturalmente peligroso y distinto a partir de la co-
munidad o unidad que determine la agrupacin decisiva.
El estado de naturaleza que se refiere a lo poltico sealando por
un lado el status belli, as como la necesidad de tomar posicin o
partido ante ste, da lugar a la comunidad o unidad poltica que
como ya decamos es determinada por lo poltico. Sin embargo esta
comunidad ya es una representacin, un artificio de lo poltico.
Ahora bien, quisiera referirme un poco a esta cuestin antropo-
lgica del otro como un otro cultural, que es como lo esta enten-
43
Por ethos entiendo un habitar, un estar con otros, un espacio creado en comn junto
con otros.
44
Ibidem. p.91.
45
L. Strauss, op.cit., p.38.
34
Perspectivas Tericas
35
lugar me gustara citar a Marvin Harris quien explica las guerras de
los maring en Nueva Guinea, como resultado de equilibrar la pobla-
cin de una comunidad con su medio ambiente. Y un segundo con
Evans Pritchard que habla de la guerra o vendetta institucionalizada
de los nuer del Sudn la cual se da en el reconocimiento de una
estructura poltica ordenada a partir de la fusin o alianza entre li-
najes y su fisin o hostilidad absoluta en poca de sequa. Ambos
casos plantean la guerra con un sentido y funcin especfica, pre-
servar a un determinado grupo dentro de los mrgenes del hbitat
que permite su existencia, parece ser entonces una cuestin demo-
grfica, donde la relacin identidad/espacio territorial es elemental.
A partir de esta realidad irreductible y que es determinada por el
medio fsico, por el lugar donde se habita, se construyen conjuntos
de asociados los cuales pueden entrar en hostilidad por esta misma
realidad.
Pero sigamos con los antroplogos; una vez que los lugares ex-
ticos fueron agotados y sobrepasados, la antropologa se topo con la
terrible reflexin de que al regresar del viaje hacia el otro extico y
desconocido, la pregunta fundamental del antroplogo sobre
quin es el otro?, se aplicaba ya no slo con esas culturas distantes,
y apareca de igual forma en lo propio En este momento se enten-
di con la antropologa postmoderna que el recurso a la alteridad
no era ms que un estilo indirecto o si se quiere negativo de pensar
lo mismo, el medio ms simple de pensar en lo mismo y lo idntico46,
as cuando el antroplogo demandaba al otro africano la pregunta
era reflejada como una pregunta al ser propio occidental.
La antropologa postmoderna se pregunta ya no por el otro extico
y distante en el espacio, sino por los muchos otros que igualmente
habitan en el yo. El objetivo ahora explcito, continua siendo, enten-
der la identidad propia. Este viraje adems ha sido resultado de la
complejizacin de las sociedades modernas donde confluyen
problemas de migracin, racismo, exclusin, globalizacin, urbani-
zacin masiva, campos de desplazados, de refugiados, etc..
46
Aug Marc, El sentido de los otros, p.30.
36
Perspectivas Tericas
47
Ibidem, p.98
37
Con estos no-lugares Aug alude a una sobre-modernidad
entendida en el sentido del exceso de: significacin, tiempo, espa-
cio, individualismo, es decir un exceso de espacios simbolizados, de
espacios construidos a partir de la experiencia del hombre. Los
espacios no se refieren nicamente a entidades territoriales con ex-
tensin fsica, sino a todo aquello que es abordado por el hombre no
exclusivamente en su calidad de actor sino tambin en la de testigo.
En esta calidad de testigo es como se aparece en los no-espacios, as,
las identidades y las alteridades desaparecen, lo que encontramos es
pues espacios neutrales, que en efecto tampoco podemos designar
territorialmente, ms que identidades o alteridades estos no-lugares
expresan posturas, ms no decisiones, se muestran como espacios
constituidos en espectculo, lo que impera es la sobre-significacin
o ms bien sobre-representacin, as el no-lugar, es el espacio de
los otros sin la presencia de los otros.48
Es entonces ahora que replanteamos la pregunta quin es el
otro?, cul es el espacio del otro?, y lo que encontramos es una
respuesta poco precisa, es difcil pensar en el otro cuando este aparece
indefinido, pero, tambin el yo aparece indefinido, y en mucho a
causa de esta sobre-representacin del otro, lo que se plantea entonces
es pensar al otro en el extremo radical como el extranjero, distin-
guirlo como el enemigo, dando rienda suelta a la guerra y la
violencia, que pueden constituir el origen de nuevas frmulas pol-
ticas que conlleven a su vez una recomposicin del espacio.49
Para concluir con este apartado regreso a Schmitt quien con su
concepto de lo poltico plantea a lo poltico como algo desterrito-
rializado y ubicuo, en tanto la distincin amigo/enemigo y la
hostilidad absoluta no se limitan a los espacios tradicionales de lo
poltico como el Estado. Lo poltico en Schmitt ha de ser visto un
poco como este regreso de la antropologa, donde el otro se encuentra
ms cerca de lo que creemos ya no con una presencia especficada
en un territorio como el Estado, sino que este otro se presenta desde
48
Ibidem, p.105.
49
Ibidem, p.101.
38
Perspectivas Tericas
Conclusin
39
el concepto de lo poltico de Schmitt ha de ser entendida como un
modelo abstracto de la realidad, al estilo del estructuralismo. Por
tanto lo poltico constituye adems un sistema con una estructura y
cdigo binario. Bajo este anlisis estructuralista, consider que el
tratamiento esencialista de lo poltico por Schmitt nos remite al
caso de los mitos, los cuales se refieren a un momento originario
que se constituye como ruptura y violencia que escapa a la historia
y a todo objetividad, por ello es que todo mito as como lo poltico,
tienen un carcter polmico, aceptan diversas interpretaciones,
siendo en realidad estas ltimas quienes le dan vida como algo en el
tiempo. Es por ello que el mito as como lo poltico van ms all de
un territorio, y se proponen como formas desterritorializadas.
Finalmente, resaltemos que para Schmitt la unidad poltica o
comunidad que se constituye como el lugar de lo poltico y de la
decisin definitiva de guerra ya no comprende la tpica concep-
cin del Estado, as lo poltico ha sobrepasado esta forma histrica
donde los lmites que distinguan al amigo del enemigo eran dados
territorialmente desde un sentido liberal. Al plantear el debilita-
miento del Estado, Schmitt plantea la necesidad de pensar en nuevos
enemigos que no sern definidos a partir de esta unidad poltica; en
tanto, sta no se conservar como el nico lugar que albergue la
oposicin entre amigos y enemigos. Es as como recurrimos a la ex-
periencia de la antropologa y de su planteamiento del otro en un
espacio. Y es que los individuos solo existen en espacios junto con
otros, en espacios de significado, es decir compartidos, y estos
espacios son de por si, construcciones sociales que no se refieren
nicamente a lugares fsicos sino a lugares donde se da el intercam-
bio con otros.
Estos espacios parecen ocasionar problemas, y es que ellos albergan
el ser tico del hombre, la forma en que puede existir el hombre es en
estos espacios de significado, lo cual implica estar con otros, no
la simple existencia individual y neutral que pretenda el liberalis-
mo, sino la existencia como la toma de partido en el momento
decisivo de lo poltico en el que se define la identidad a partir de la
presencia de una alteridad que es reconocida no solamente como
40
Perspectivas Tericas
algo peligroso sino como algo necesario. Es por ello que a Schimtt
le aterra el simple hecho de pensar en lo apoltico, pues es igual a
no pensar en la existencia.
41
Bibliografa
42