Foucault, Michel - Qué Es Un Autor
Foucault, Michel - Qué Es Un Autor
Foucault, Michel - Qué Es Un Autor
Qu es un autor?
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La Letra Editores
UNIVERSIDAD AUTNOMA DE TLAXCALA
Rector,
contador pblico H ctor Vsquez Galicia
Secretario Acadmico,
licenciado Juan Mndez Vzquez
Secretario de Investigacin Cientfica
ingeniero Magdiel Xicotncatl Preza
Secretario de Extensin Universitaria y Difusin Cultural,
licenciado J.R. Armando Espinosa Jurez PRESENTACIN
Secretario Tcnico,
profesor Eugenio Romero Melgarejo
Secretario Administrativo, M1cHEL FoucAULT, profesor del Centro Univer-
licenciado Rafael Estrada Aguilar
sitario Experimental de Vincennes, se propona
desarrollar frente a los miembros de la Socie-
dad Francesa de Filosofa los siguientes argu-
mentos :
Primera edicin: Universidad Autnoma de Tiaxcala 1985
Segunda edicin: Universidad Autnoma de Tiaxcala en coedicin con "lQu importa quien habla?" En esta indife-
La Letra Editores, S.A. de C.V. 1990. rencia se afirma el principio tico, quizs el ms
ISBN. 368-865-002-1 fundamental, de la escritura contempornea.
Qu es un autor?, es el ttulo de la conferencia presentada por Michel La desaparicin del autor se convirti, para la
Foucault a la Sociedad Francesa de Filosofa el 22 de febrero de 1969,
publicada en el Bulletin de la SFP de julio-septiembre de 1969. La
crtica, en un tema dominante en lo sucesivo.
traduccin de Corina !turbe se public en Dialctica, nmero 16. Pero lo esencial no es constatar una vez ms su
Universidad Autnoma de Tiaxcala, desaparicin; hay que localizar, como lugar va-
Privada Guillermo Valle nmero 14, co -indiferente y apremiante a la vez- los sitios
90000, Tiaxcala, Tiax., Mxico.
en donde se ejerce su funcin.
La Letra Editores S.A. de C.V.
Matas Romero 1415-2
1. El nombre de autor: imposibilidad de tratarlo
03600 Mxico, D.F. como una descripcin definida; pero imposibi-
Tels. 575.4242 575.6928.
5
lidad igualmente de tratarlo como un nombre
proP.io comn.
2. La relacin de apropiacin: el autor no es
exactamente ni el propietario ni el responsable
de sus textos, no es ni su productor ni su inven-
tor. Cul es la naturaleza del "speach act" que
permite decir que hay obra. .
3. La relacin de atribucin: El autor es sin duda RESUMEN DE LA SESIN
aqul al que se le puede atribuir lo que ha sido
dicho o escrito. Pero la atribucin -aun cuando
LA SESIN sE ABRI a las 16:45 hrs. 2n el College
se trate de un autor conocido- es el resultado
de France, sala no. 6, bajo la presidencia de Jean
de operaciones crticas complejas y raramente
Wahl.
justificadas. Las incertidumbres del "opus".
4. La posicin del autor: Posicin del autor en
]EAN W AHL. Hoy tenemos el gusto de que se
el libro (utilizacin de las conexiones; funcin
encuentre entre nosotros Michel Foucault. Es-
de los prefacios; simulacros del escritor, del
tuvimos un poco impacientes por su llegada, un
solista, del confidente, del memorista). Posicin
poco inquietos por su retraso, pero ya est aqu.
del autor en los diferentes tipos de discurso (en
No se los presento, es el "verdadero" Michel
el discurso filosfico, por ejemplo). Posicin del
Foucault, el de Las palabras y las cosas, el de la tesis
autor en un campo discursivo. (lQu es el fun-
sobre La locura. Le dejo la palabra enseguida.
dador de una disciplina? lQu puede significar
el "regreso a ... " como momento decisivo en la
M1cHEL FoucAULT. Creo -sin estar por lo dems
transformacin de un campo discursivo?).
muy seguro- que es tradicional traer a esta
Sociedad de Filosofa el resultado de los traba-
jos ya terminados, con el fin de que sean exami-
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nadas y criticados. Desgraciadamente lo que de todo, puesto que la ausencia es el primer
hoy les traigo es demasiado pobre, me temo, lugar del discurso, acepten, les ruego, que sea a
para merecer su atencin: se trata de presentar- l, en primer lugar, a quien me dirija esta tarde.
les un proyecto, un ensayo de anlisis cuyas El tema que propuse: "lQu es un autor?",
grandes lneas apenas entreveo todava, pero evidentemente tengo que justificarlo un poco
me pareci que esforzndome por trazarlas frente a ustedes.
frente a ustedes, pidindoles juzgarlas y recti- Si eleg tratar esta cuestin quizs un poco
ficarlas, estaba, "como buen neurtico", bus- extraa, es porque primero quera hacer una
cando un do-ble beneficio: primero el de cierta crtic de lo que en otro tiempo llegu a
someter los resultados de un trabajo que toda- escribir, y regresar sobre algunas imprudencias
va no existe al rigor de sus objeciones, y el de que llegu a cometer. En Las palabras y las cosas
beneficiarlo, en el momento de su nacimiento, intent analizar masas verbales, especies de ca-
no slo con su padrinazgo, sino con sus suge- pas discursivas, que no estaban escondidas por
rencias. las acostumbradas unidades del libro, de la
Y quisiera pedirles algo ms: no se resientan obra y del autor. Hablaba en general de la "his-
conmigo si, al escucharlos dentro de un mo- toria natural", o del "anlisis de las riquezas", o
mento plantearme preguntas, experimento to- de "la economa poltica", pero para nada de
dava y sobre todo aqu, la ausencia de una voz obras o de escritores. Sin embargo, a lo largo de
que hasta ahora me ha sido indispensable; com- ese texto utilic de manera ingenua, es decir
prendern que al rato todava buscar invenci- salvaje, nombres de autores. Habl de Buffon,
blemente escuchar a mi primer maestro. de Cuvier, de Ricardo, etctera y dej funcionar
Despus de todo, l fue el primero al que le esos n ombres en una ambigedad muy moles-
habl de mi proyecto inicial de trabajo; desde ta, de suerte que se podan formular legtima-
luego, me hubiera hcho mucha falta que asis- mente dos tipos de objeciones, y en efecto as
tiera al esbozo de ste y que una vez ms me fue. Por un lado, se me dijo: no describe correc-
ayudara en mis incertidumbres. Pero despus tamente a Buffon, ni el conjunto de la obra de
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Buffon, y lo que dice sobre Marx es 'irrisoria- Enton ces, me dirn, lpor qu haber u tilizado,
mente insuficiente con relacin al pensamiento en Llls palabras y las cosas, nombres de autores?
de Marx. Estas objeciones estaban evidente:.. No haba que utilizar ninguno, o bien defin ir la
mente fundamentadas, pero no pienso que fue- manera como los utiliz. Esta objecin est,
ran totalmente pertinentes respecto a lo que yo creo, perfectamente justificada: intent medir
haca; porque el problema para m no era des- sus implicaciones y consecuencias en un texto
cribir a Buffon o a Marx, ni restituir lo que que aparecer muy pronto; ah intento darle
haban dicho o querido decir: simplemente estatuto a grandes unidades discursivas como
buscaba encontrar las reglas segn las cuales las que se llaman la Historia Natural o la Eco-
haban formado algunos conceptos o conjun- n oma Poltica; me pregunt segn qu mto-
tos tericos que se encuentran en sus textos. Se dos, qu instrumentos, se les puede localizar,
hizo tambin otra objecin: usted forma, me escandir, analizar y describir. He aqu la prime-
dijeron, familias monstruosas, acerca nombres ra parte de un trabajo emprendido hace algu-
tan claramente opuestos como los de Buffon y nos aos, y ahora terminado.
Linn, pone a Cuvier al lado de Darwin, y esto Sin embargo, otra cuestin se plantea: la del
en contra del juego ms visible de los pa~entes autor, y es sobre sta que quisiera hablarles
cos y de las semejanzas naturales. Dir otra vez ahora. Dicha nocin de autor constituye el mo-
que no me parece que la objecin convenga, mento fuerte de individualizacin de la historia
porque jams busqu hacer un cuadro genea- de las ideas, de los conocimientos, de las litera-
lgico de las individualidades espirituales, no turas, tambin en la historia de la filosofa, y en
quise constituir un daguerrotipo intelectual del la de las ciencias. Incluso hoy, cuando se hace
sabio o del naturalista de los siglos xv11 y xvm; la historia de un concepto, o de un gnero
no quise formar ninguna familia, ni santa ni literario, o de un tipo de filosofa, creo que en
perversa, simplemente busqu -lo cual era mu- ella no se consideran menos tales unidades co-
cho ms modesto- las condiciones de funciona- mo escansiones relativamente dbiles, secun-
miento de prcticas discursivas especficas. darias y sobrepuestas en relacin con la unidad
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primera, slida y fundamental, que es la del racteriza la manera en que se habla o en que se
autor y de" la obra. escribe; es ms bien una especie de regla inma-
Dejar a un lado, al menos en la exposicin nente, retomada sin cesar nunca aplicada com-
de esta tarde, el anlisis histrico-sociolgico pletamente, un principio que no marca la
del personaje del autor. Cmo se individualiz escritura como resultado sino que la domina
el autor en una cultura como la nuestra, qu como prctica. Dicha regla es muy conocida
estatuto se le dio, a partir de qu momento, por como para que sea necesario analizarla dema-
ejemplo, empezaron a hacerse investigaciones
de autenticidad y de atribucin, en qu sistema
de valoracin qued atrapado, en qu momen-
siado; baste aqu especificarla por medio de dos
de sus grandes temas. Puede decirse primero
que la escritura de hoy se ha librado del tema
j
to se comenz a contar la vida ya no de los de la expresin: slo se refiere a s misma, y sin
hroes sino de los autores, cmo se instaur esa embargo, no est atrapada en la forma de la
categora fundamental de la crtica "el hombre- interioridad; se identifica a su propia exteriori-
y-la obra", todo esto merecera sin duda alguna dad desplegada. Esto quiere decir que es un
ser analizado. Quisiera por el momento abor- juego de signos ordenado no tanto por su con-
dar la nica relacin del texto con el autor, la tenido significado como por la naturaleza mis-
manera como el texto apunta hacia esa figura ma del. significante; pero tambin que esta
que le es exterior y anterior, al menos aparen- r~gulandad de la escritura se experimenta
temente. siempre del lado de sus lmites; siempre est
Tomo de Beckett la formulacin del tema del transgrediendo e invirtiendo esta regularidad
que quisiera partir: "Qu importa quien habla, que acepta y a la cual juega; la escritura se
dijo alguien, qu importa quien habla." En esta despliega como un juego que infaliblemente va
indiferencia, creo que hay que reconocer uno siempre ms all de sus reglas, y de este modo
de los principios ticos fundamentales de la pasa al exterior. En la escritura no se trata de la 1
escritura contempornea. Digo "tico" porque ma~if~stacin o de la exaltacin del gesto de
esta indiferencia no es tanto un rasgo que ca- escribir; no se trata de la sujecin de un sujeto
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._ a un lenguaje; se trata de la apertura de un representada en los libros, puesto que se cum-
, espacio en donde el sujeto escritor no deja de ple en la existencia misma del escritor. La obra
desaparecer. que tena el deber de traer la inmortalidad reci-
El segundo tema es todava ms familiar; se be ahora el derecho de matar, de ser asesina de
trata del parentesco de la escritura con la muer- su autor. Vean a Flaubert, a Proust, a Kafka.
te. Este lazo trastoca un tema milenario; la na- Pero hay algo ms: esta relacin de la escritura
rracin o la epopeya de los griegos estaba con la muerte se manifiesta tambin en la desa-
destinada a perpetuar la inmortalidad del h- parici1:1 de los ca~acteres individuales del suje-
roe, y si el hroe aceptaba morir joven, era para to escritor; mediante todos los ardides que
que su vida, de este modo consagrada y magni- esta?lece entre l y lo que escribe, el sujeto
ficada por la muerte, pasara a la inmortalidad, escritor desva todos los signos de su individua-
'{>-- la narracin rescataba esta. ~u~rte acep~ada. De li~ad partic~lar; la marca del escritor ya no es
distinta manera, la narrac1on arabe -pienso en mas que la singularidad de su ausencia; tiene
Las mil y una noches- tena como motivacin, que repre~entar el papel del muerto en el juego
por tema y pretexto, el no morir: se hablaba, se de la es~ntura. Todo esto es conocido, y hace
contaba hasta el amanecer para apartar la mucho tiempo que la crtica y la filosofa toma-
muerte, para rechazar ese plazo que deba ce- ron nota de esta desaparicin o de esta muerte
rrar la boca del narrador. El relato de Sherezada del autor.
es el reverso obstinado del asesinato, es el es- Sin embargo, no estoy seguro de que se ha-
fuerzo de todas las noches para llegar a mante- yan sacado rigurosamente todas las consecuen-
ner la muerte fuera del crculo de la existencia. cias requeridas por esta observacin, ni de que
.N uestra cultura ha metamorfoseado este tema se haya tomado con exactitud la medida de este
de la narracin o de la escritura hechas para aconteci~iento. ~Ms precisamente, me parece
conjurar la muerte; ahora la escritura est liga- que un cierto numero de nociones destinadas
da al sacrificio, al sacrificio mismo de la vida, hoy a sustituir el privilegio del autor, de hecho
_desaparicin voluntaria que no tiene que ser bloquean y esquivan lo que deba ser despeja-
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do. Tomar slo dos de dichas nociones que Mas supongamos que tuviramos que ver )
son, creo, singularmente importantes hoy en con un autor: ltodo lo que escribi o dijo, todo
da. lo que dej tras l forma parte de su obra?
La nocin de obra, primero. Se dice, en efecto Problema a la vez terico y tcnico. Cuando se
(y una vez ms es una tesis muy familiar), que emprende la publicacin de las obras de Nietzs-
lo propio de la crtica no es poner de relieve las che, por ejemplo, len dnde hay que detener-
.J.. relaciones de la obra con el autor, ni querer se? Hay que publicar todo, ciertamente, pero
reconstituir a travs de los textos un pensa- lqu quiere decir este "todo"? Todo lo que el
miento o una experiencia; ms bien tiene que propio Nietzsche public, de acuerdo. lLos bo-
/ analizar la obra en su estructura, en su arqui- rradores de sus obras? Ciertamente. lLos pro-
L_tectura, en su forma intrnseca y en el juego de yectos de aforismos? S. lTambin los tachones,
sus relaciones internas. Ahora bien, hay que las notas al pie de los cuadernos? S. Pero cuan1
plantear un problema en seguida: "lqu es una do en el interior de un cuaderno lleno de afo-
obra?", lqu es pues, esa curiosa unidad que se rismos se encuentra una referencia, la
designa con el n ombre de obra?, lde qu ele- indicacin de una cita o de una direccin, un
mentos est compuesta? Una obra, lno es aqu- cuenta de la lavandera: lobra o no obra? y por
llo que escribi aqul que es un autor? Se ven qu no? Y esto indefinidamente. Entre los mi- \
surgir las dificultades. Si un individuo no fuera llones de huellas que alguien deja despus de ~
un autor, lpodra decirse que lo que escribi, o su muerte, lcmo puede definirse una obra? La
dijo, lo que dej en sus papeles, lo que se pudo teora de la obra no existe, y los que ingenua-
restituir de sus palabras, podra ser llamado mente emprenden la edicin de las obras no .
una "obra"? Mientras Sade no fue un autor, cuentan con dicha teora y su trabajo emprico
lqu eran entonces sus papeles? Rollos de se paraliza muy pronto. Y podramos conti-
papel sobre los cuales, hasta el infinito, du- nuar: lpuede decirse que Las mil y una noches
rante sus das de prisin, desenrollaba sus constituye una obra? Cf los Stronata de Cle-
fantasmas. mente de Alejandra o las Vidas de Digenes
16 17
Laercio? Se advierte cuntas preguntas se plan- nimato trascendental, los caracteres empricos
tean a propsito de esta nocin de obra, de del autor. Ocurre que uno se contenta con bo-
modo que resulta insuficiente afirmar: prescin- rrar las marcas demasiado visibles de la empri-
damos del escritor, prescindamos del autor y ci dad del autor haciendo jugar, una
~amos a estudiar la obra en s misma. La paralelamente a otra, una contra otra, dos ma-
palabra "obra", y la unidad que designa son, neras de caracterizarla: la modalidad religiosa.
probablemente, tan problemticas como la in- En efecto, otorga a la escritura un estatuto ori-
dividualidad del autor. ginal, lnoes de hecho una manera de retradu-
Otra nocin, me parece, bloquea la constata- cir en trminos trascendentales, por una parte,
cin de la desaparicin del autor y retiene de la afirmacin teolgica de su carcter sagrado,
algn modo el pensamiento al borde de dicha y por otra, la afirmacin crtica de su carcter
desaparicin; con sutileza, conserva an la creador? Admitir que por la historia misma que
existencia del autor. Se trata de la nocin de hizo posible la escritura est en cierto modo
escritura. Rigurosamente, qebera permitir no sometida a la prueba del olvido y de la repre-
slo prescindir de la referencia al autor, sino sin, lno es acaso representar en trminos tras-
darle estatuto a su nueva ausencia. En el esta- cendentales el principio religioso del sentido
tuto que actualmente se ~e da a la nocin de escondido (con la necesidad de interpretar) y el
escritura, no se trata, en efecto, ni del gesto de principio crtico de las significaciones implci-
escribir, ni de la marca (sntoma o signo) de lo tas, de las determinaciones silenciosas, de los
que alguien hubiese querido decir; hay un es- contenidos oscuros (con la necesidad de co-
1 fuerzo extraordinariamente profundo por pen- mentar)? En fin, pensar la escritura como au-
sar la condicin general de todo texto; la sencia, lno es simplemente repetir en trminos
1
condicin a la vez del espacio en donde se trascendentales el principio religioso de la tra-
..__dispersa y del tiempo en donde se despliega. dicin a la vez inalterable y siempre llena, y el
Me pregunto, si reducida a veces a un uso principio esttico de la supervivencia de la
corriente, esta n ocin no transpone, en un ano- obra, de su conservacin ms all de la muerte,
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y de su exceso enigmtico con respecto del Quisiera evocar primero en pocas palabras
los problemas planteados por el uso del nombre
l
autor? ., d
Pienso, pues, que un uso tal de la nocion. ~
escritura corre el riesgo de mantener los pn:i~
legios del autor bajo la salva~arda del a prw~z
de autor. lQu es un nombre de autor? Y, lc-
mo funciona? Muy lejos de darles una solucin,
indicar nicamente algunas de las dificultades
J
y hace subsistir, bajo la luz gns del~ neutrali- que presenta.
zacin, el juego de las representaciones qu~ El nombre de autor es un nombre propio;
formaron cierta imagen del autor. La desapari- plantea los mismos problemas que ste. (Me
cin del autor, que desde Mallarm es un ac?n- refiero aqu, entre diferentes anlisis, a los de
tecimiento que no cesa, se encuentra sometida Searle.) No es posible, claro est, hacer del nom-
al bloqueo trascendental. lAcaso no hay actual- bre propio una referencia pura y simple. El
mente una lnea divisoria importante entre nombre propio (e igualmente el nombre del
aqullos que creen poder .P.e,nsa~ t~d.ava las autor) tiene otras funciones adems de indica-
rupturas de hoy en la tradicion histonco-tras- doras. Es ms que una indicacin, un gesto, un
cendental del siglo XIX Y aqullos que se. e~f~er; dedo sealando a alguien; en cierta medida, es )
zan por liberarse de ella de man~ra deflni~iva. el equivalente de una descripcin. Cuando se
Es evidente que no basta repetir c~mo afl~n:a dice" Aristteles"' se emplea una palabra que es
cin vaca que el autor ha desaparecido. Asm~is el equivalente de una o de una serie de descrip-
mo, no basta repetir indefinidamente qu~ Dios ciones definidas, del tipo de "el autor de los
y el hombre han muerto de muerte con1unt~. Analticos", o "el fundador de la ontologa", et-
Lo que habra que hacer es localizar e~ ~spacio ctera. Pero no puede uno limitarse a eso, un
que de este modo deja vaca la de~af~~icion del nombre propio no tiene pura y simplemen te
autor, no perder de vista la reparhcion de. las una significacin; cuando se descubre que Rim-
lagunas y las fallas, y acechar los emplazan:ii~~ baud no escribi La cacera espiritual, no puede
tos las funciones libres que esta desapancion pretenderse que este nombre propio o este
' -
nombre de autor cambi de sentido. El nombre
hace aparecer.
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20
propio y el nombre de autor se encuentran netos que pasan por suyos, he aqu un cambio
situados entre estos dos polos de la descripcin de otro tipo: no deja indiferente el funciona-
y~de la designacin; sin duda alguna, tienen un miento del nombre de autor. Y si se probara que
cierto nexo con lo que nombran, pero ni com- Shakespeare escribi el Organon de Bacon sim-
pletamente sobre el modo de la designacin, ni plemente porque el que escribi las obras de
completamente sobre el modo de la descrip- Bacon y las de Shakespeare es el mismo autor,
cin: nexo especfico. Sin embargo -y es en he aqu un tercer tipo de cambio que modifica
donde aparecen las dificultades particulares enteramente el funcionamiento del n ombre de
1
del nombre de autor-, el nexo del nombre pro- autor. El nombre de autor no es, pues, exacta-
pio con el individuo nombrado y el nexo del mente un nombre propio como los otros.
' nombre de autor con lo que nombra no son Muchos otros hechos sealan la singularidad
isomorfos y no funcionan del mismo modo. He paradjica del nombre de autor.No es lo mismo
aqu algunas de sus diferencias. decir que Pierre Dupont no existe y decir que
Si advierto, por ejemplo, que Pierre D4.pont Homero o Hermes Trimegisto no existieron; en
no tiene los ojos azules, o que no naci en Pars, un caso quiere decirse que nadie lleva el nom-
o que no es mdico, etctera, esto no quiere bre de Pierre Dupont; en el otro que se han
decir que este nombre, Pierre Dupont, no segui- confundido varios bajo un slo nombre o que
r refirindose siempre a la misma persona; el el verdadero autor no tiene ninguno de los
nexo de designacin no ser modificado por rasgos tradicionalmente relacionados con el
ello. En cambio, los problemas planteados por personaje de Homero o de Hermes. Tampoco es
el nombre de autor son mucho ms complejos: lo mismo decir que Pierre Dupont no es el ver-
si descubro que Shakespeare no naci en la casa dadero nombre de X, sino Jacques Durant, y
que hoy se visita, tenemos aqu una modifica- decir que Stendhal se llamaba Henri Bayle. Po-
cin que, desde luego, no va a alterar el funcio- dramos interrogamos tambin sobre el sentido
namiento del nombre de autor; pero si se y el funcionamiento de una proposicin como
demostrara que Shakespeare no escribi los So- "Bourbaki, es un tal, un tal, etctera" y "Vctor
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22
Eremita, Climacus, Anticlimacus, Frater Taci- "Fulano de Tal es el autor de esto", indica que /'\
turnus, Constantin Constantius, es Kierke- dicho discurso no es una palabra cotidiana,
gaard". indiferente, una palabra que se va, que flota y
Tales diferencias dependen, quiz, del si- pasa, una palabra que puede consumirse inme-
-gtliente hecho: un nombre de autor no es sim- diatamente, sino que se trata de una palabra
plemente un elemento en un discurso (que que debe recibirse de cierto modo y que debe
puede ser sujeto o complemento, que puede recibir, en una cultura dada, un cierto estatuto.
L
ser del discurso: para un discurso el hecho de cierto nmero de discursos dotados de la fun-
tener un nombre de autor, el hecho de poder cin de "autor" mientras que otros estn des-
decir "esto fue escrito por Fulano de Tal", o provistos de ella. Una carta privada puede muy
25
24
bien tener un signatario, pero no tiene autor;
un contrato puede tener un fiador, pero no
tiene autor. Un texto annimo que se lee en la
calle sobre un muro tendr~ /un redactor, pero
\ no tendr un autor. La func1on autor es, enton-
ces caracterstica del modo de existencia, de
ir~ulacin y de funcionamiento de ciertos dis-
:ursos en el interior de una sociedad.
27
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1 tosde las grandes figuras sacralizadas y sacra- practicando sistemticamente la transgresin,
lizantes) en la medida en que poda castigarse restaurando el peligro de una escritura a la que,
al autor, es decir en la medida en que los discur- por otro lado, se le garantizaban los beneficios
sos podan ser transgresivos. El discurso, en de la propiedad.
nuestra cultura (y sin duda en muchas otras), Por otra parte, la funcin autor no se ejerce
no era, originalmente un producto, una cosa, de manera universal y constante sobre todos
un bien; era esencialmente un acto -un acto los discursos. En nuestra civilizacin no son
. '
colocado en el campo bipolar de lo sagrado y de s1ei_n~re los m~smos textos los que han podido
lo profano, de lo lcito y de lo ilcito, de lo recibir una atribucin. Hubo un tiempo en que
religioso y de lo blasfemo. Histricamente ha esos. textos que hoy llamamos "literarios" (na-
sido un gesto cargado de riesgos antes de ser r~ac10nes, cuentos, epopeyas, tragedias, come-
un bien tratado en un circuito de propiedades. dias) eran recibidos, puestos en circulacin
Y cuando se instaur un rgimen de propiedad valorados, sin que se planteara la cuestin d~
para los textos, cuando se decretaron reglas su autor; su anonimato no planteaba dificulta-
estrictas sobre los derechos del autor, sobre las des, su antigedad, verdadera o supuesta, era
relaciones autores-editores, sobre los derechos una garanta suficiente para ellos. En cambio,
de reproduccin, etctera -es decir a finales del los textos que hoy llamaramos cientficos con-
I
siglo xvm y a principios del siglo x1x- es en ese cern1entes a la cosmologa y al cielo, la medicina
momento cuando la posibilidad de transgre- y las enfermedades, las ciencias naturales o la
sin perteneciente al acto de escribir tom cada geografa, slo se aceptaban y posean un valor
vez ms el cariz de un imperativo propio a la de verdad en la Edad Media, con la condicin
literatura. Como si el autor, a partir del momen- de estar marcados con el nombre de su autor.
to en que fue colocado en el sistema de propie- "Hipcrates dijo", "Plinio relata", no eran exac-
dad que caracteriza nuestra sociedad, tamente las frmulas de n argumento de au-
compensara el estatuto que as reciba al encon- toridad; eran los ndices que marcaban los
trar el antiguo campo bipolar del discurso, discursos destinados a ser recibidos como pro-
28 29
bados. En el siglo xvn o xvm se produjo un go, habra que matizar todo esto: desde hace un
cruce; se empezaron a recibir los discursos cien- tiempo la crtica comenz a tratar las obras
tficos por s mismos, en el anonimato de una segn su gnero y su tipo, segn los elementos
verdad establecida o siempre demostrable de recurrentes que figuran en ellas, segn sus va-
l
nuevo; lo que los garantizaba era su pertenen- riaciones propias alrededor de un invariante
cia a ~n.conjunto sistemti~o y no la r~:erencia que ya no es el creador individual. Asmismo, si
al ind1v1duo que los produjo. La func1on autor la referencia al autor ya no es en matemticas
desaparece, el nombre del inventor sirve a lo sino una manera de nombrar teoremas o con-
sumo para bautizar un teorema, una proposi- juntos de proposiciones, en biologa y en medi-
cin, un efecto notable, una propiedad, un cina la indicacin del autor, y la fecha de su
cuerpo, un conjunto de elementos, un sndro- trabajo, desempea un papel bastante diferen- \
me patolgico. Pero los discursos "literarios" ya te: no es simplemente una manera de indicar la l
slo pueden recibirse dotados de la funcin fuente, sino de proporcionar un cierto ndice de 1
autor: a todo texto de poesa o de ficcin se le "fiabilidad" en relacin con las tcnicas y los
preguntar de dnde viene, quin lo escribi, objetos de experimentacin utilizados en esa 1
en qu fecha, en qu circunstancia o a partir de poca y en un laboratorio determinado).
qu proyecto. El sentido que se le otorga, el Tercer rasgo de esta funcin autor. No se
estatuto o el valor que se le reconoce dependen forma espontneamente como la atribucin de
del modo como res>0nda a estas preguntas. Y un discurso a un individuo. Es el resultado de
si como consecuendia de un accidente o de una una operacin compleja que construye un cier-
'
voluntad explcita del autor, nos llega en el to ser de razn que se llama autor. Sin duda, se
anonimato, en seguida el juego consiste en en- intenta darle un estatuto realista a este ser de
contrar al autor. No soportamos el anonimato razn: sera en el individuo una instancia "pro-
literario; slo lo aceptamos en calidad de enig- funda", un poder "creador", un "proyecto", el
ma. La funcin autor funciona de lleno en lugar originario de la escritura. Pero de hecho,
nuestros das en las obras literarias. (Desde lue- lo que se designa en el individuo como autor (o
31
30
lo que hace de un individuo un autor) no es viris illustribus, San Jernimo explica que la ho-
sino la proyeccin, en trminos siempre ms o monimia no es suficiente para identificar de
menos psicologizantes, del tratamiento aplica- manera legtima los autores de varias obras:
do a los textos, de los acercamientos realizados, individuos distintos pudieron tener el mismo
de los rasgos establecidos como pertinentes, de nombre, o alguno pudo, de manera abusiva,
las continuidades admitidas, o de las exclusio- tomar el patronmico del otro. El nombre como
nes practicadas. Todas estas operaciones varan marca individual no es suficiente cuando nos
segn las pocas y los tipos del discurso. No se dirigimos a la tradicin textual. cmo atribuir,
construye un" autor filosfico" como un "poe- pues, varios discursos a un solo y mismo autor?
ta"; y no se construa el autor de una obra cmo hacer funcionar la funcin autor para
novelesca en el siglo xvm igual que en nuestros saber si tenemos que entendrnoslas con uno o
das. Con todo, puede encontrarse a travs del con varios individuos? San Jernimo da cuatro
. tiempo una cierta invariante en las reglas de criterios: si entre varios libros atribuidos a un
construccin del autor. autor, uno es inferior a los otros, hay que reti-
Me parece, por ejemplo, que la manera como rarlo de la lista de sus obras (el autor se define
la crtica literaria define al autor durante mu- entonces como un cierto nivel constante de
cho tiempo -o ms bien como construye la for- valor); lo mismo si ciertos textos estn en con-
ma autor a partir de los textos y de los discursos tradiccin doctrinal con las otras obras de un
existentes- se deriva de modo bastante directo autor (el autor se define entonces como un
de la manera como la tradicin cristiana auten- cierto campo de coherencia conceptual o teri-
tific (o por el contrario rechaz) los textos de ca); hay que excluir igualmente las obras que
los que dispona. En otros trminos, para "en- estn escritas con un estilo diferente, con pala-
contrar'' al autor en la obra, la crtica moderna bras y giros que en general no se encuentran en
utiliza esquemas muy cercanos a la exgesis la escritura del escritor (es el autor como unidad
cristiana, cuando sta quera probar el valor de estilstica); finalmente, deben considerarse co-
un texto para la santidad del autor. En el De mo interpolados los textos que se refieren a
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33
acontecimientos o que citan personajes poste- finalmente los unos a los otros los elementos
riores a la muerte del autor (el autor es entonces incompatibles u organizndose en torno a una
momento histrico definido y punto de con- contradiccin fundamental u originaria. Por l-
fluencia de un cierto nmero de acontecimien- timo, el autor es un cierto centro de expresin
tos) . Ahora bien, la crtica moderna, aun que, bajo formas ms o menos acabadas, se
cuando no tiene preocupaciones de autentifi- manifiesta igual y con el mismo valor, en obras,
cacin (lo cual es la regla general), no define al en borradores, en cartas, en fragmentos, etcte-
Y- autor de manera distinta: el autor es lo que ra. Los cuatro criterios de autenticidad segn
permite explicar tanto la presencia de ciertos San Jernimo (criterios insuficientes para los
acontecimientos en una obra como sus trans- exgetas de hoy) definen las cuatro modalida-
formaciones, sus deformaciones, sus modifica- des segn las cuales la crtica moderna hace
ciones diversas (y esto por la biografa del funcionar la funcin autor.
autor, la ubicacin de su perspectiva indivi- Sin embargo, la funcin autor no es, en efec-
dual, el anlisis de su pertenencia social o de su to, una reconstruccin simple y pura que se
posicin de clase, la puesta al da de su proyecto hace de segunda mano a partir de un texto dado
fundamental). El autor es asmismo el principio como material inerte. El texto siempre trae con-
. de una cierta unidad de escritura -debiendo
'--'
sigo algunos signos que remiten al autor. Los
reducirse al mnimo todas las diferencias por gramticos conocen bien tales signos: son los _ __,
los principios de la evolucin, de la maduracin pronombres personales, los adverbios de tiem-
o de la influencia. El autor es tambin lo que po y de lugar, la conjugacin de los verbos. Pero
permite superar las contradicciones que pue- hay que sealar que dichos elementos no fun-
den desplegarse en una serie de textos: debe cionan de la misma manera en los discursos
haber -en un cierto nivel de su pensamiento o provistos de la funcin autor y en aqullos que
de su deseo, de su conciencia o de su incons- se encuentran desprovistos de ella. En estos
ciente- un punto a partir del cual las contradic- ltimos, tales "conexiones" remiten al parlante
ciones se resuelven, encadenndose real y a las coordenadas espacio-temporales de
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su discurso (aunque pueden producirse ciertas curso de una demostracin y que aparece bajo
modificaciones: por ejemplo, cuando se relatan la forma de un "Yo concluyo" o "Yo supongo":
discursos en primera persona). En los primeros, en un caso, el "yo" remite a un individuo sin
en cambio, su papel es ms complejo y ms equivalente que, en un lugar y en un tiempo
!Variable. Se sabe que en una novela que se determinados, llev a cabo un cierto trabajo; en
presenta con;i.o el relato de un narrador, el pro- el segundo, el "yo" designa un plan y un mo-
nombre en primera persona, el presente del mento de demostracin que todo individuo
indicativo, los signos de la ubicacin, n o remi- puede ocupar, con tal que acepte el mismo sis-
ten nunca exactamente al escritor, ni al momen- tema de s~mbolos, el mismo juego de axiomas,
-1 to en que escribe ni al gesto mismo de su el mismo conjunto de demostraciones previas.
escritura, sino a un alter ego cuya distancia del Pero, en el mismo tratado, tambin podra loca-
escritor puede ser ms o menos grande y variar lizarse un tercer ego; el que habla para decir el
en el curso mismo de la obra. Sera tan falso sentido del trabajo, los obstculos encontrados,
- I buscar al autor del lado del escritor real como 1os resultados obtenidos, los problemas que to-
del lado de ese parlante ficticio; la funcin au- . dava se plantean; este ego se sita en el campo
tor se efecta en la es~isipn misma~ -en esta de los discursos matemticos ya existentes o
L divisin y esta distancia. Se dir, tal vez, que se futuros. La funcin autor no est asegurada por
trata slo de una caracterstica del discurso no- uno de estos ego (el primero) a expensas de los
velesco o potico: un juego en el que slo estn otros dos, que no seran entonces ms que el
coprometidos estos "casi-discursos". De hecho, desdoblamiento ficticio. Hay que decir, por el
todos los discursos provistos de la funcin au- contrario, que en tales discursos, la funcin
tor implican dicha pluralidad de ego. El ego que autor funciona de tal manera que da lugar a la
~ habla en el prefacio de un tratado de matem- dispersin de estos tres ego simultneos.
ticas -y que indica las circunstancias de compo- Sin duda, el anlisis podra reconocer an
' sicin- no es idntico ni en su posicin ni en su otros rasgos caractersticos de la funcin autor.
funcionamiento al de aqul que habla en el Por hoy me limitar a los cuatro que acabo de
1
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mencionar, porque parecen ser a la vez los ms
visibles y los ms importantes. Los resumir as:
la funcin autor est ligada al sistema jurdico
e institucional que encierra, determina, articula
el universo de los discursos; no se ejerce de
manera uniforme ni del mismo modo sobre
todos los discursos, en todas las pocas y en
todas las formas de civilizacin; no se define
por la atribucin espontnea de un discurso a
su productor, sino por una serie de operaciones
especficas y complejas; no remite pura y sim- ADVIERTO QUE HASTA AHORA he limitado mi tema
plemente a un individuo real, puede dar lugar de manera injustificable. Sin duda alguna hu-
a varios ego de manera simultnea, a varias biera sido necesario hablar de lo que es la fun-
posiciones-sujetos, que pueden ocupar dife- cin autor en la pintura, en la msica, en las
rentes clases de individuos. tcnicas, etctera. Sin embargo, suponiendo in-
cluso que nos limitemos, como quera hacerlo
esta tarde, al mundo de los discursos, creo ha-
berle dado al trmino" autor" un sentido dema-
siado estrecho. Me limit al autor entendido
como autor de un texto, de un libro o de una
obra cuya produccin puede atribursele legti-
mamente. Ahora bien, es fcil ver que en el
orden del discurso se puede ser el autor de algo
ms que de un libro -de una teora, de una
tradicin, de una disciplina al interior de las
cuales otros libros y otros autores podrn colo-
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1 carse a su vez. Dir, en una palabra, que tales manifiesto o de El capital: establecieron una po-
autores se encuentran en una posicin "trans- sibilidadindefinida de discurso. Desde luego,
1 discursiva". es fcil hacer una objecin. No es cierto que el
Se trata de un fenmeno constante -tan viejo autor de una novela slo sea el autor de su
sin duda alguna como nuestra civilizacin. Ho- propio texto; en un sentido l tambin, con tal
mero o Aristteles, los Padres de la Iglesia, de- que sea, como se dice, un poco "importante",
sempearon ese papel; pero tambin los rige y ordena ms que eso. Para tomar un ejem-
primeros matemticos y aqullos que estuvie- plo muy sencillo, puede decirse que Ann Rad-
ron en el origen de la tradicin hipocrtica. cliffe no slo escribi El castillo de los Pirineos y
Pero me parece que se han visto aparecer, en el algunas otras novelas, sino que hizo posibles
curso del siglo x1x en Europa, tipos de autores las novelas de terror de principios del siglo x1x,
bastante singulares y que uno no confundira y en esa medida, su funcin de autor va ms all
ni con los "grandes" autores literarios, ni con de su obra misma. Slo que, a esta objecin, creo
los autores de textos religiosos cannicos, ni que puede responderse: lo que hacen posible
con los fundadores de las ciencias. Llammos- estos instauradores de discursividad (tomo co-
los, de manera un poco arbitraria, "fundadores mo ejemplo a Marx y Freud, porque pienso que
de discursividad". son a la vez los primeros y los ms importantes),
Lo particular de estos autores es que no son lo que hacen posible, es algo muy distinto de lo
solamente los autores de sus obras, de sus li- que un autor de novela hace posible. Los textos
bros. Produjeron algo ms: la posibilidad y la de Ann Radcliffe abrieron el campo a un cierto
regla de formacin de otros textos. En este sen- nmero de semejanzas y de analogas que tie-
tido, son muy distintos, por ejemplo, al de un nen su modelo o principio en su propia obra.
autor de novelas, que en el fondo no es nunca sta contiene signos caractersticos, figuras, re-
sino el autor de su propio texto. Freud no es laciones, estructuras que otros pudieron volver
simplemente el autor de la Traumdeutung o de a utilizar. Decir que Ann Radcliffe fund la
El chiste; Marx no es simplemente el autor de El novela de terror quiere decir en resumidas
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cuentas: en la novela de terror del siglo x1x se introduce, en una ciencia, una transformacin
encontrar, como en Ann Radcliffe, el tema de que puede decirse fecunda? Despus de todo,
la herona atrapada en las redes de su propia Galileo no posibilit simplemente a aqullos
inocencia, la figura del castillo secreto que fun- que repitieron despus de l las leyes que haba
ciona como una contraciudad, el personaje del formulado, sino que hizo posibles enunciados
hroe negro, maldito, dedicado a hacerle expiar muy diferentes a los que l mismo haba dicho.
al mundo el mal que le han hecho, etctera. En Si Cuvier es el fundador de la biologa, o Saus-
cambio, cuando hablo de Marx o de Freud co- sure el de la lingstica, no es porque los imita-
mo "instauradores de discursividad", quiero ron, no es porque se retom, aqu o all, el
decir que no slo hicieron posible un cierto concepto de organismo o de signo, es porque
nmero de analogas, sino que hicieron posible Cuvier hizo posible en cierta medida la teora
(tambin) un cierto nmero de diferencias. de la evolucin opuesta trmino por trmino, a
Abrieron el espacio para algo distinto a ellos y su propio fijismo; es en la medida en que Saus-
que sin embargo pertenece a lo que fundaron. sure hizo posible una gramtica generativa
Decir que Freud fund el psicoanlisis no quie- muy diferente de sus anlisis estructurales. Por
re decir (no quiere decir simplemente) que el lo tanto, la instauracin de discursividad pare-
concepto de libido, o la tcnica de anlisis de los ce ser, a primera vista, en todo caso, del mismo
sueos vuelvan a encontrarse en Abraham o en tipo que la fundacin de cualquier cientifici-
Melanie Klein, quiere decir que Freud hizo po- dad. Sin embargo, creo que hay una diferencia,
sibles un cierto nmero de diferencias respecto y una diferencia notable. En efecto, en el caso
a sus conceptos, a sus hiptesis que dependen de una cientificidad, el acto que la funda est al
todas del propio discurso psicoanaltico. mismo nivel que sus transformaciones futuras;
De inmediato surge, me parece, una nueva en cierto modo, forma parte del conjunto de
dificultad, o al menos un nuevo problema: des- modificaciones que hace posible. Dicha perte-
pus de todo, lno es el caso de cualquier fun- nencia, desde luego, puede tomar varias for-
dador de ciencia, o de todo autor que mas. El acto de fundacin de una cientificidad
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puede aparecer, despus de todo, en el curso de ro eventualmente restringido de proposiciones
las transformaciones ulteriores de esta ciencia, o de enunciados, nicos a los que se les recono-
slo como un caso particular de un conjunto ce valor fundador y en relacin a los cuales tales
mucho ms general que se descubre entonces. conceptos o teora admitidos por Freud podrn
Puede aparecer tambin como marcado por la ser considerados como derivados, secundarios,
intuicin y por la empiricidad; es necesario, accesorios. Finalmente, en la obra de estos ins-
entonces, volver a formalizarlo, y hacerlo obje- tauradores no se reconocen ciertas proposicio-
to de un cierto nmero de operaciones tericas n es como falsas, cuando se intenta apreh ender
suplementarias que lo funden de manera ms ese acto de instauracin, sino que basta con
rigurosa, etc'tera. Finalmente, puede aparecer dejar de lado los en unciados que no seran
como una generalizacin apresurada, que es pertinentes, ya sea que se les considere como
necesario limitar y cuyo dominio restringido de inesenciales, ya sea que se les considere como
validez hay que trazar de nuevo. En otras pala- "prehistricos" y depen diendo de otro tipo de
bras, el acto de fundacin de una cientificidad discursividad. En otras palabras, a diferencia de
siempre puede reintroducirse al interior de la la fundacin de una ciencia, la in stauracin
maquinaria de las transformaciones que se de- discursiva no forma parte de esas transforma-
rivan de l. cion es ulteriores, sino que n ecesariamente per-
Ahora bien, creo que la instauracin de una manece en suspensin o en desplome. La
discursividad es heterognea a sus transforma- consecuencia es que la validez terica de una
ciones ulteriores. Extender un tipo de discursi- proposicin se define con relacin a la obra de
vidad como el psicoanlisis, tal como Freud lo estos instauradores -mientras que en el caso de
instaur, no es darle una generalidad formal Galileo y de Newton, puede afirmarse la vali-
que no hubiera admitido al principio, es simple- dez de tal proposicin que pudieron avanzar,
mente abrirle un cierto nmero de posibilida- en relacin a lo que es la fsica o la cosmologa,
des de aplicacin .. Limitarla es en realidad en su estructura y en su normatividad intrnse-
intentar aislar en el acto instaurador un nme- cas. Para decirlo de manera muy esquemtica:
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la obra de estos instauradores no se sita con nio de generalizacin, de aplicacin o de trans-
, relacin a la ciencia y en el espacio que ella formacin nuevo para l. Y aqu la historia de
traza; es la ciencia o la discursividad la que se las matemticas posee tales fenmenos (remito
1 relaciona con su obra como con coordenadas al estudio que Michel Serres consagr a la
primeras. anamnesia matemtica). Qu hay que enten-
Por ello es comprensible que se encuentre, der por" regreso a"? Creo que puede designarse
como una necesidad inevitable en tales discur- de este modo a un movimiento que tiene su
sividades, la exigencia de un "regreso al ori- especificidad propia y que caracteriza justa-
gen". Aqu otra vez hay que distinguir tales mente las instauraciones de discursividad. Para
"regresos a ... " de los fenmenos de "redescubri- que haya regreso, en efecto, primero tiene que
miento" y de "reactualizacin" que frecuente- haber olvido, no olvido accidental, no recubri-
mente se producen en las ciencias. Por miento por alguna incomprensin, sino olvido
' "redescubrimientos" entender los efectos de esencial y constitutivo. El acto de instauracin,
analoga o de isomorfismo que, a partir de las en efecto, es tal en su esencia misma, que no
formas actuales del saber, vuelven perceptible puede ser olvidado. Lo que lo manifiesta, lo que
1 una figura que se ha oscurecido o que ha desa- se deriva de l es, al mismo tiempo, lo que
1 parecido. Dir, por ejemplo, que Chomsky, en establece la distancia y lo que lo disfraza. Es
su libro sobre la gramtica cartesiana, redescu- necesario que este olvido no accidental sea in-
bri una cierta figura del saber que va de Cor- vestido en operaciones precisas que pueden
demoy a Humboldt: a decir verdad, slo es situarse, analizarse, y reducirse mediante el re-
constituible a partir de la gramtica generativa, greso mismo a este acto instaurador. No se
puesto que es esta ltima la que posee la ley de sobreagrega del exterior el cerrojo del olvido,
construccin; en realidad se trata de una codi- sino que forma parte de la discursividad en
ficacin retrospectiva de la mirada histrica. cuestin, es sta la que le da su ley; la instaura-
~ Por "reactualizacin" entender algo muy dis- cin discursiva as olvidada es a la vez la razn
\ tinto: la reinsercin de un discurso en un domi- de ser del cerrojo y la llave que permite abrirlo,
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de suerte que el olvido y el propio impedimento dra a agregarse a la discursivid ad misma y la
del regreso no pueden hacerse desaparecer ms redoblara con un adorno que, despus de todo,
que por el regreso. Adems, dicho regreso se no es es.encial; se trata de un trabajo efectivo y
dirige a lo que est presente en el texto, ms necesario de transformacin de la propia dis-
precisamente se regresa al texto mismo, al texto cursividad. Reexaminar el texto de Galileo pue- 1
en su desnudez, y al mismo tiempo, sin embar- de cambiar el conocimiento que tenemos de la
go, se regresa a lo que est marcado como hue- historia de la mecnica, pero no puede nunca
co, como ausencia, como laguna en el texto. Se cambiar a la mecnica misma. En cambio, ree- 1
regresa a un cierto vaco que el olvido ocult o xaminar los textos de Freud modifica al psicoa-
esquiv, que recubri con una plenitud faJsa o nlisis mismo y los de Marx, al marxismo. Ahora
mala y el regreso tiene que redescubrir esta bien, para caracterizar estos regresos es necesa-
laguna y esta falta; de ah el perpetuo juego que rio agregar un ltimo rasgo: se realizan hacia
caracteriza estos regresos a la instauracin dis- una cierta costura enigmtica de la obra y del
cursiva -juego que consiste en decir por un autor. En efecto, el texto tiene valor instaurador
lado: esto estaba ah, bastaba leerlo, todo se en tanto que es texto del autor y de ste autor,
encuentra ah, los ojos tenan que estar muy y por ello, porque es texto de ste autor, es
~ecesario regresar a l. No hay ninguna posibi- ~
cerrados y los odos muy tapados para no verlo
y orlo; e inversamente: no, no es en esta pala- hdad de que el redescubrimiento de _un texto
bra, ni en aquella palabra, ninguna de las pala- desconocido de Newton o de Cantor,modifique
bras visibles y legibles dice lo que ahora est en la cosmologa clsica o la teora de los conjun-
cuestin, se trata ms bien de lo que se dice a tos, tal como feron desarrolladas (a lo ms,
travs de las palabras, en su espacio, en la dis- esta exhumacin es susceptible de modificar el
tancia que las separa. Se sigue naturalmente, conocimiento histrico que tenemos de su g-
que este regreso, que forma parte del discurso nesis). En cambio, la puesta al da de un texto
mismo, no deja de modificarlo, que el regreso como el Esbozo de Freud -y en la medida en que
al texto no es un suplemento histrico que ven- es un texto de Freud:...., siempre corre el riesgo
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de modificar no el conocimiento histrico del
psicoanlisis, sino su campo terico aunque
slo sea desplazando su acento o su centro de
gravedad. Mediante tales regresos, que forman
parte de su propia trama, los campos discursi-
vos a los que me refiero implican, con respecto
a su autor "fundamental" y mediato, una rela-
cin que no es idntica a la relacin que cual-
quier texto mantiene con su autor inmediato.
Lo que acabo de esbozar a propsito de estas
"instauraciones discursivas" es, desde luego, SIENTO MUCHO no haber podido aportar al deba-
muy esquemtico. En particular la oposicin te que seguir ahora ninguna proposicin po-
que intent trazar entre una instauracin de siti':'a: a lo ms direcciones para un trabajo
este tipo y la fundacin cientfica. Tal vez no posible, caminos de anlisis. Pero al men os de-
siempre es fcil decidir si tenemos que ver con bo decirles, en pocas palabras, para terminar,
esto o con aquello y nada prueba que se trate las razones en virtud de las cuales le atribuyo
de dos procedimientos exclusivos el uno del una cierta importancia.
otro. Intent dicha distincin con un solo fin: Semejante anlisis, si estuviera desarrollado ,
mostrar que esta funcin autor, compleja ya permitira quizs introducir a una tipologa de
cuando se intenta localizarla en el nivel de un los discursos. Me parece en efecto, al menos en
libro o de una serie de textos que traen una una primera aproximacin, que semejante tipo-
firma definida, implica todava nuevas determi- loga no podra hacerse slo a partir de los
naciones cuando se intenta analizarla en con- caracteres gramaticales de los discursos, de sus
juntos ms vastos -grupos de obras, disciplinas estructuras formales, o incluso de sus objetos;
enteras. sin duda existen propiedades o relaciones pro-
piamente discursivas (irreductibles a las reglas
50 51
de la gramtica y de la lgica, como a las leyes co, o de una obra cientfica), al poner entre parn-
del objeto) y hay que dirigirse a ellas para dis- tesis las referencias biogrficas o psicolgicas, ya
tinguir las grandes categoras del discurso. La se volvi a cuestionar el carcter absoluto, y el
relacin (o la no relacin) con un autor, y las papel fundador del sujeto. Pero habra que regre-
diferentes formas de esta relacin, constituyen sar quiz sobre este suspenso, no para restaurar
-y de manera bastante visible- una de estas el tema de un sujeto originario, sino para apre-
propiedades discursivas. hender los puntos de insercin, los modos de
Creo, por otra parte, que podra encontrarse funcionamiento y las dependencias del sujeto. Se
ah una introduccin al anlisis histrico de los trata de darle vuelta al problema tradicional. Ya
discursos. Quiz es tiempo de estudiar los dis- no plantear la pregunta: lcmo puede insertarse
cursos ya no slo en su valor expresivo o en sus la libertad de un sujeto en la densidad de las cosas
transformaciones formales, sino en las modali- y darle sentido, cmo puede animar, desde el
dades de su existencia: los modos de circula- interior, las reglas de un lenguaje y de este modo
cin, de valoracin, de atribucin, de abrirle paso a sus propias intenciones? Se trata de
apropiacin de los discursos, varan con cada plantear ms bien estas preguntas: lcmo, segn
cultura y se modifican al interior de cada una qu condiciones y bajo qu formas algo como un
de ellas, me parece que la manera como se arti- sujeto puede aparecer en el orden de los discur-
culan sobre relaciones sociales se descifra de sos? lQu lugar puede ocupar en cada tipo de
manera ms directa en el juego de la funcin discurso, qu funciones puede ejercer, y esto,
autor y en sus modificaicones que en los temas obedeciendo a qu reglas? En suma, se trata de
o en los conceptos que emplean. quitarle al sujeto (o a su sustituto) su papel de
lNo sera, igualmente, a partir de anlisis de fundamento originario, y de analizarlo como una
este tipo que podran reexaminarse)os privile- funcin variable y compleja del discurso.
gios del sujeto? Ya s que al emprender el an- El autor -o lo que intet describir como la
lisis interno y arquitectnico de una obra (ya funcin autor- no es sin duda sino una de las
sea de un texto literario, de un sistema filosfi- especificaciones posibles de la funcin sujeto.
52 53
Especificacin posible o necesaria? Viendo las
modificaciones histricas que han tenido lugar,
no parece indispensable ni mucho menos que
la funcin autor permanezca constante en su
forma, en su complejidad, e incluso en su exis-
tencia. Es posible imaginarse una cultura en
donde los discursos circularan y seran recibi-
dos sin que nunca aparezca la funcin autor. DISCUSIN
54 55
deca que despus de todo, hay autores en filoso- damentalmente anticientfica, Michel Fou cault
fa y en literatura. Podran darse muchos ejem- le ala un notable trabajo de historiador y me
plos, me parece, en literatura y en filosofa, de parece altamente probable que, gracias a un
autores que son puntos de convergencias. Las cierto nmero de anlisis, su obra marcar una
tomas de posicin poltica son tambin el hecho importante etapa en el desarrollo de la historia
de un autor y se las puede acercar a la filosofa. cientfica de la ciencia e incluso de la realidad
Y bien, me tranquilic completamente por- social.
que tengo la impresin de que en una especie Es, pues, en el plano del pensamiento propia-
de prestidigitacin muy brillante, lo que Michel mente filosfico, y no sobre el de los anlisis
Foucault le quit al autor, es decir su obra, se lo concretos, donde quisiera ubicar hoy mi inter-
devolvi con intereses, bajo el nombre de ins- vencin.
taurador de discursividad, puesto que no slo Permtanme, sin embargo, antes de abordar
le devuelve su obra, sino adems la de los otros. las tres partes de la exposicin de Michel Fou-
cault, referirme a la intervencin que acaba de
L. GoLDMANN. Entre los destacados tericos tener lugar para decir que estoy completamente
de una escuela que ocupa un importante lugar de acuerdo con la persona que intervin o sobre
en el pensamiento contemporneo y que se el hecho de que Michel Foucault no es el autor,
caracteriza por la negacin del hombre en ge- y ciertamente no es el instaurador de lo que
neral y, a partir de ah, del sujeto en todos sus acaba de decirnos, ya que la negacin del sujeto
aspectos, y tambin del autor, Michel Foucault, es hoy da una idea central de un grupo de
que no formul <le manera explcita esta ltima pensadores, o ms exactamente de una corrien-
negacin pero la sugiri a lo largo de su expo- te filosfica. Y si al interior de dicha corriente
sicin al concluir con la perspectiva de la supre- Foucault ocupa un lugar particularmente-origi-
sin del autor, es ciertamente una de las figuras nal y brillante, hay que integrarlo, con todo, a
ms interesantes y ms difciles de combatir y lo que podra llamarse la escuela francesa del
de criticar. Ya que a una posicin filosfica fun- estructuralismo no gentico y que incluye es-
56 57
pecialmente los nombres de Lvi-Strauss, Ro- Cuando se plantea el problema "Quin ha-
land Barthes, Althusser, Derrida, etctera. bla?.", en las ciencias humanas hay al menos dos
Me parece que al problema particularmente respuestas hoy da, que al mismo tiempo en que
importante planteado por Michel Foucault, rigurosamente se oponen la una a la otra, cada
"Quin habla?", habra que agregarle un se- una de ellas rechaza la idea tradicionalmente
gundo: "Qu dijo?" admitida del sujeto individual. La primera, que
"Quin habla?" A la luz de las ciencias hu- llamar estructuralismo no gentico, niega al
manas contemporneas~ la idea del individuo sujeto, al cual reemplaza por las estructuras
en tanto que autor ltimo de un texto, y en (lingsticas, mentales, sociales, etctera) y slo
particualar de un texto importante y significa- les deja a los hombres y a su comportamiento el
tivo, aparece cada vez menos sostenible. Desde lugar de un papel, de una funcin al interior de
hace algunos aos toda una serie de anlisis tales estructuras que constituyen el punto final
\
concretos mostraron, en efecto, que sin negar
ni al sujeto ni al hombre, estamos obligados a
, reemplazar al sujeto individual por un sujeto
colectivo o transindividual. En mis propios tra-
bajos fui inducido a mostrar que Racine no es
de la investigacin o de la explicacin.
Al contrario, el estructuralismo gentico nie-
ga tambin, en la dimensin histrica y en la
dimensin cultural que forma parte de ella, al
sujeto individual; sin embargo, no por ello su-
el solo, nico y verdadero autor de las tragedias prime la idea de sujeto sino que la reemplaza
racinianas, sino que stas nacieron al interior por la de sujeto transindividual. En cuanto a las
de un desarrollo de un conjunto estructurado estructuras, lejos de aparecer como realidades
de categoras mentales que era obra colectiva, autnomas y ms o menos ltimas, en esta pers-
lo que me llev a encontrar como "autor" de pectiva no son sino una propiedad universal de
estas tragedias, en ltima instancia, a la nobleza toda praxis y de toda realidad humanas. No hay
de toga, al grupo jansenista y, al interior de ste, hecho humano que no sea estructurado, ni es-
a Racine en tanto que individuo particularmen- tructura que no sea significativa, es decir que
te importante. en tanto que calidad del psiquismo y del com-
58 59
portamiento del sujeto, no cumpla una fun- obra: sus lmites, como los de todo hecho hu-
cin. En suma, hay tres tesis centrales en esta mano, se definen por el hecho de que constitu-
posicin: hay un sujeto, en la dimensin hist- ye una estructura significativa fundada sobre
rica y cultural; tal sujeto siempre es transindi- la existencia de una estructura mental coheren-
vid ual; toda actividad psquica y todo te elaborada por un sujeto colectivo. A partir de
comportamiento del sujeto son siempre estruc- ah, puede suceder que para delimitar esta es-
turados y significativos, es decir funcionales. tructura, puede ocurrir que nos veamos obliga-
Agregar que yo tambin encontr una difi- dos a eliminar ciertos textos publicados o a
cultad planteada por Michel Foucault: la de la integrar, por el contrario, ciertos textos indi-
definicin de la obra. En efecto, es difcil, inclu- tos; en fin, no es necesario decir que puede
so imposible, definirla con relacin a un sujeto justificarse fcilmente la exclusin de la cuenta
individual. Como dijo F9ucault, si se trata de de la lavandera. Agregar que, en esta perspec-
Nietzche o de Kant, de Racine o de Pascal, len tiva, la puesta en relacin de la estructura cohe-
dnde se detiene el concepto de obra? lHay rente con su funcionalidad, en realcin con un
que detenerlo en los textos publicados? lHay sujeto transindividual o -para utilizar un len-
que incluir todos los papeles no publicados, guaje menos abstracto- la puesta en relacin de
hasta las cuentas de la lavandera? la interpretacin con la explicacin, adquiere
Si se plantea el problema en la perspectiva del una importancia particular.
estructuralismo gentico, se obtiene una res- Un solo ejemplo: en el curso de mis investi-
puesta que no slo vale para las obras cultura- gaciones me top con el problema de saber en
les sino tambin para todo hecho humano e qu medida las Cartas provinciales y los Pensa-
histrico. lQu es la Revolucin francesa? mientos de Pascal pueden considerarse como
Cules son los estadios fundamentales de la una obra y, despus de un anlisis cuidadoso,
historia de las sociedades y de las culturas capi- llegu a la conclusin de que no era el caso y
talistas occidentales? La respuesta plantea difi- que se trataba de dos obras que tienen dos au-
cultades anlogas. Volvamos, sin embargo, a la tores diferentes. Por una parte, Pascal con el
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grupo Arnauld-Nicole y los jansenistas mod'e- como Foucault, que hay que pregu n tar:
rados para las Cartas provinciales; por otra parte, "Quin crea las huellas? Quin escribe?"
Pascal con el grupo de los jansenistas extremis- Como no tengo ninguna observacin sobre
tas para los Pensamientos. Dos autores distintos, la segunda parte de la exposicin, con la que
que tienen un sector parcial en comn: el indi- estoy de acuerdo en trminos generales, paso
viduo Pascal y tal vez otros jansenistas que a la tercera.
tuvieron la misma evolucin. Me parece que, ah tambin, la mayora de los
Otro problema planteado por Michel Foucault problemas planteados encuentran su respuesta
en su exposicin es el de la escritura. Creo que en la perspectiva del sujeto transindividual. Me
ms vale poner un nombre en esta discusin, ya detendr slo en uno: Foucault hizo una distin-
que supongo que todos pensamos en Derrida y cin justificada entre lo que llama los "in stau-
en su sistema. Sabemos que Derrida intenta - radores", que distingui de los creadores de
apuesta que me parece paradjica- elaborar una una nueva metodologa cientfica. El problema
filosofa de la escritura negando al mismo tiempo es real, pero en lugar de dejarle el carcter
al sujeto. Resulta todava ms curioso en tanto relativamente complejo y oscuro que adquiri
que su concepto de escritura est, por lo dems, en su exposicin, lno podra encontrarse el
muy cerca del concepto dialctico de praxis. Un fundamento epistemolgico y sociolgico de
ejemplo entre otros: no podra sino estar de esta oposicin en la distincin, corriente en el
acuerdo con l cuando nos dice que la escritura pensamiento dialctico moderno y especial-
deja huellas que acaban por borrarse; es la pro- mente en la escuela lukacsiana, entre las cien-
piedad de toda praxis, ya se trate de la construc- cias de la naturaleza, relativamente autnomas
cin de un templo que desaparece al cabo de en tanto que estructuras cientficas, y las cien-
varios siglos o milenios, de la apertura de un cias humanas jue no podran ser positivas sin
camino, de la modificacin de su trayecto o, de ser filosficas? . Ciertamente no es un azar si
manera ms prosaica, de la fabricacin de un par
de salchichas que luego se come. Pero pienso, 1 Las primeras estaran fundadas por la interaccin del sujeto
y del objeto, las segundas sobre su identidad, total o parcial.
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Foucault opuso a Marx, Freud, y en cierta me- utilic la palabra estructura. Bsquela en Las
dida a Durkheim, con Galileo y con los creado- palabras y las cosas y no la encontrar. Entonces,
res de la fsica mecanicista. Las ciencias del me gustara que se me ahorrasen todas las fci-
hombre -de manera explcita para Marx .y les acusaciones sobre mi estructuralismo, o que
Freud, implcita para Durkheim- suponen la se tomen el trabajo de justificarlas. Ms an: yo
estrecha unin entre las constataciones y las no dije que el autor no existe; no lo dije y me
valoraciones, el conocimient y la toma de po- sorprende que mi discurso se prestara a semej
sicin~ la teora y la praxis, desde luego sin te contrasentido. Retomemos un poco todo esto.
abandonar por ello el rigor terico. Con Fou- Habl de una cier.ta temtica que puede loca-
cault, pienso tambin que frecuentemente, y en lizarse tanto en las obras como en la crtica, que,
especial hoy en da, la reflexin sobre Marx, si se quiere, consisteen: el autor debe borrarse
Freud, incluso Durkheim, se presenta bajo la o ser borrado en beneficio de las formas propias j
forma de un regreso a las fuentes, puesto que del discurso. Una vez comprendido esto, la pre-
se trata de un regreso a un pensamiento filos- gunta que me pfante era la siguiente: lqu
fico, contra las tendencias positivistas que quie- permite descubrir esta regla de la desaparicin
ren hacer ciencias del hombre sobre el modelo del escritor o del autor? Permite descubrir el
de las ciencias de la naturaleza. Adems habra juego de la funcin autor. Y lo que intent]
que distinguir lo que es regres~ autntico de lo analizar es precisamente la manera como se
que, bajo la forma de un pretendido regreso. ejerca la funcin autor, en l? que po~ra lla-
las fuentes es, en realidad, un intento de c.simi- marse la cultura europea del siglo xvn. Sm duda
lar a Marx y a Freud al positivismo y al estruc- lo hice de manera muy burda y acepto que
turalismo no gentico conte_mporneo, los demasiado abstracta, porque se trataba de un
cuales les son totalmente ajenos. montaje de conjunto. Estarn de acuerdo en
que. definir de qu manera se ejerce esta fun- }
M1cHEL FoucAULT. Voy a tratqr de responder. cin, en qu condiciones, en qu campo, etc- /
Lo primero que dir es que, por mi parte, nunca tera, no quiere decir que el autor no existe. ~
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Lo mismo sucede con la negacin del hombre tambin de los promotores de "cientificidad"
de la que habl Goldmann: la muerte del hom- con los cuales no es incongruente vincu lar a
bre es un tema que permite poner al da la Marx y a Freud. Y, si se admite una categora
manera como funciona en el saber el concepto original, situada de alguna manera ms all de
de hombre. Y si se rebasa la lectura, evidente- la cientificidad y del profetismo (y dependien-
mente austera, de las primeras o de las ltimas do, por lo tanto de las dos), me sorprende n o
pginas de lo que escrib, se advertir que esta ver ah ni a Platn ni sobre todo a Nietzsche,
afirmacin remite al anlisis de un funciona- que segn su presentacin no hace mucho en
miento. No se trata de afirmar que el hombre Royaumont, si tengo buena memoria, ejercie-
est muerto, sino que a partir del tema de que ron sobre nuestro tiempo una influencia del
el hombre est muerto -que no es mo, que no mismo tipo que la de Marx y Freud.
deja de repetirse desde el final del siglo x1x- se
trata de ver de qu manera, segn qu reglas se M. FoucAULT. Voy a responderle -pero a ttulo
form y funcion el concepto de hombre. Hice de hiptesis de trabajo, puesto que, una vez
lo mismo con la nocin de autor. Contengamos, ms, lo que les seal no era sino un plan de
pues, nuestras lgrimas. trabajo, una gua de construccin-.que la situa-
Otra observacin. Se dijo que tomaba el pun- cin transdiscursiva en la cual se encontraron
to de vista de la no-cientificidad. Sin duda, no autores como Platn y Aristteles, desde el mo-
pretento haber realizado aqu un trabajo cien- mento en que escribieron hasta el Renacimien-
tfico, pero me gustara saber desde qu instan- to, debe poder analizarse; la manera como se les
cia se me hace ese reproche. citaba, como se referan a ellos, como se les
interpretaba, como se restauraba la autentici-
MAURICE DE GANDILLAC. Al escucharlo me pre- dad de sus textos, etctera, todo esto ciertamen-
gunt segn qu criterios precisos distingua a te obedece a un sistema de funcionamiento.
los "instauradores de discursividad", no slo de Creo que con Marx y con Freud tenemos que
los "profetas" de carcter ms religioso, sino ver con autores cuya posicin transdiscursiva
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no es superponible a la posicin transdiscursi- tante para la investigacin cientfica en la ac-
va de autores como Platn o Aristteles. Y ha- tualidad. La investigacin cientfica, y en parti-
bra que describir lo que es. esta cular fa investigacin matemtica, son casos
transdiscursividad moderna, en oposicin a la lmites en los cuales un cierto nmero de con-
transdiscursividad antigua. ceptos que usted puso de relieve aparecen de
manera muy clara. En efecto, en las vocaciones
LucIEN GoLDMANN. Una sola pregunta: cuando cientficas que se perfilan alrededor del vigsi-
admite la existencia del hombre o del sujeto, llos mo ao, enfrentarse al problema que usted
reduce usted, s o no, al estatuto de funcin? plante inicialmente se convirti en un proble-
/1
ma muy angustiante: lQu importa quien ha-
M. FoucAULT. No dije que lo reduca a una bla?" En otro tiempo, una vocacin cientfica
funcin; analizaba la funcin en cuyo interior era la voluntad de hablar uno mismo, de apor-
puede existir algo como un sujeto. Aqu no tar una respuesta a los problemas fundamenta-
realic el anlisis del sujeto; hice el anlisis del les de la naturaleza o del pensa mie nto
autor. Si hubiera dado una conferencia sobre el matemtico; y esto justificaba las vocaciones,
sujeto, es probable que hubiese ana~izado. del justificaba, puede decirse, vidas de abnegacin
mismo modo la funcin sujeto; es decir, hubiese y de sacrificio. En nuestros das este problema
hecho el anlisis de las condiciones en las cua- es mucho ms delicado, porque la ciencia apa-
. les es posible que un individuo oc~pe la fun: rece mucho ms annima; y, en efecto, lqu /1
cin del sujeto. An habra que precisar en que importa quien habla?", lo que no encontr x en
campo.el sujeto es sujeto, y de qu (del discurso, junio de 1969, lo encontrar y en octubre de
del deseo, del pioceso econmico, etctera). No 1969. Entonces, sacrificar su vida por esta anti-
hay sujeto absoluto. cipacin ligera y annima es verdaderamente
un problema extraordinariamente grave para el
J. ULLMO. Me interes profundamente su expo- que tiene vocacin y para el que debe ayudarlo.
sicin porque revive un problema muy impor- Y pienso que estos ejemplos de vocaciones cien-
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tficas aclararan un poco su respuesta en el absoluta. Dicho esto, creo que restablezco un
sentido, por lo dems, que usted indic. Tomar sujeto pensante, que puede ser de naturaleza
el ejemplo de Bourbaki; podra tomar el ejem- original pero muy claro para los que tienen el
plo de Keynes, pero Bourbaki constituye un hbito de la reflexin cientfica. Por lo dems,
ejemplo lmite: se trata de un individuo mlti- un artculo muy interesante en Critique de Mi-
ple; el nombre de autor parece desvanecerse chel Serres, "La tradicin de la idea", pona esto
verdaderamente a favor de una colectividad, y en evidencia. En las matemticas no es la axio-
de una colectividad renovable, puesto que no mtica lo que cuenta, no es la combinatoria, no
siempre los mismos son Bourbaki..Ahora bien, es lo que usted llamara la capa discursiva, lo
sin embargo, existe un autor Bourbaki, y este que cuenta es el pensamiento interno, es la
autor Bourbaki se manifiesta a travs de las percepcin de un sujeto capaz de sentir, de
discusiones extraordinariamente violentas, e integrar, de poseer este pensamiento interno. Y
incluso dira patticas, entre los participantes si tuviera tiempo, el ejemplo de Keynes desde
de Bourbaki: antes de publicar uno de sus fas- el punto de vista econmico sera todava ms
cculos -esos fascculos que parecen tan objeti- sorprendente. Voy a concluir simplemente:
vos, tan desprovistos de pasin, lg.e bra lineal pienso que sus conceptos, sus instrumentos de
o teora de los conjuntos, de hecho hay noches pensamiento son excelentes. Respondi, en la
enteras de discusin y de trifulca para ponerse cuarta parte, a las preguntas que me haba plan-
de acuerdo sobre una idea fundamental, sobre teado en las tres primeras. lEn dnde se en-
una interiorizacin. Y este es el nico punto cuentra lo que especifica al autor? Y bien, lo que
sobre el que encontrara un desacuerdo bastan- especifica al autor es justamente la capacidad
te profundo con usted, porque, al principio, de modificar, de reorientar ese campo episte-
elimin la interioridad. Creo que no hay autor molgico o esa capa discursiva, para usar sus
ms que cuando hay interioridad. Y este ejem- frmulas. En efecto, no hay autor sino cuando
plo de Bourbaki, que no es un autor en el sen- se abandona el anonimato porque se reorien-
tido trivial, lo demuestra de una manera tan los campos epistemolgicos, porque se crea
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un nuevo campo discursivo que modifica, que estructuralismo o no, en el campo vagamente
transforma radicalmente al precedente. El caso determinado por esta etiqueta, de ningn mo-
ms llamativo es el de Einstein: es un ejemplo do se trata de la negacin del sujeto. Se trata de '
absolutamente sorprendente desde este punto la dependencia del sujeto, lo cual es sumamente
de vista. Me da gusto ver que Boulingan est de diferente; y muy en particular, en el nivel del
acuerdo conmigo, concordamos absolutamen- regreso a Freud, de la dependencia del sujeto
te sobre esto. En consecuencia, con estos dos en relacin con algo verdaderamente elemen-
1criterios: necesidad de interiorizar una axiom- tal, y que tratamos de aislar bajo el trmino de
tica, y criterio del autor en tanto que modifican- "significante".
do el campo epistemolgico, me parece que se En tercer lugar -limitar mi intervencin a
restituye n sujeto bastante poderoso, y perdo- esto- no creo que de ninguna manera sea leg-
1ne la expresin. Lo cual, por lo dems, no est timo haber escrito que las estructuras no salen
ausente de su pensamiento. a la calle, porque si hay algo que los aconteci-
mientos de mayo demuestran es precisamente
J. Recib muy tarde la invitacin. Al
LACAN. la salida a la calle de las estructuras. El hecho
leerla advert, en el primer prrafo, el "regreso de que esto se escriba en el lugar mismo en
a". Se regresa tal vez a muchas cosas, pero, en donde se oper esta salida a la calle simplemen-
fin, el re~eso a Freud es algo que torn como te prueba lo que muy a menudo, e incluso lo
una-especie de bandera, en un cierto campo, y que ms menudo es interno a lo que se llama el
en esto no puedo sino darle las gracias, respon- acto, es que l mismo se desconoce.
di completamente a mi expectativa. Evocando
especialmente, a propsito de Freud, lo que sig- JEAN W AHL.Nos queda agradecer a Michel Fou-
nifica el "regreso a", todo lo que usted dijo me cault por haber venido, hablado, haber escrito
parece, al menos respecto a aquello en lo cual primero su conferencia, haber respondido a las
pude contribuir, perfectamente pertinente. preguntas planteadas, las que, por lo dems,
En segundo lugar, quisiera hacer notar que, fueron todas interesantes. Agradezco tambin
72 73
a los que intervinieron y a los oyentes. "Quin
escucha, quin habla?": podemos responder
"en casa" esta pregunta.
INDICE
Presentacin 5
Resumen de la sesin
Primera parte 7
Segunda parte 27
Tercera parte 39
Conclusin 51
Discusin 55
74 75
FICCIN Y REALIDAD (las mujeres en la narrativa de R o-
sario Castellanos).
Juan Ventura Sandoval
DOSTOYEVSKI
Andr Gide
XOCHITLJATOLKSKATL
Jos Martnez Hernndez
LA FILOSOFA EN MXICO, SIGLO XX. l. Aproximaciones
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE TLAXCALA Varios autores
CONTAMINACIN AMBIENTAL l.
CONTAMINACIN AMBIENTAL 2.
ESCENAS DE DON JUAN CONTAMINACIN AMBIENTAL 3.
Osear Lubicz-Milosz
CONTAMINACIN AMBIENTAL 4.
EL SISTEMA DE ACENTUACIN GRFICA EN LA LENGUA
PRINCIPIOS DE DERECHO ADMINISTRATIVO
CASTELLANA
Germn Escobar Ramrez
Walker, Mrquez, Espinosa.
POESA DEL MUNDO LATINO EN TLAXCALA
lQU ES UN AUTOR?
Diversos autores
Michel Foucault
MIGUEL N. LIRA, POLIGRAFO
ET NUNC MANET IN TE seguido de DIARIO NTIMO
Vctor Ronquillo
Andr Gide
LA FORMACIN DEL PENSAMIENTO CIENTIFICO EN LA EN-
TOPOMETRfA
SEANZA SUPERIOR
Antonio Cuesta Marn
Cndido R. Aguilar y Elpidio Lezcano
EL OTRO JUREZ
EL PAISAJE INTERIOR
Tulio Hernndez
Denise Levertov
HISTORIA Y SOCIEDAD EN TLAXCALA
Primer Simposio lhternacional (1985)
INTRODUCCIN A LA SOCIOLOGA APLICADA
Ral Jurez Carro
INTRODUCCIN AL DISEO DE INVESTIGACIN
Jess Reyes G . e lrma de la Fuente
CIUDAD REAL
Rosario Castellanos
. l
BREVIARIO DE LA FABADA
Paco Ignacio Taibo I
ANDANDO EL TIEMPO
Eraclio Zepeda
l
.BIBLIOTECA
. 2015
EL COLEGIO DE MEXICO
1111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111
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