Hno. Magdaleno - La Eucaristía, Paradigma Del Educados
Hno. Magdaleno - La Eucaristía, Paradigma Del Educados
Hno. Magdaleno - La Eucaristía, Paradigma Del Educados
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El ttulo del libro es expresivo y no da lugar a dudas. Preter3
do presentar la eucarista como paradigma, modelo de todo ed
cador. Es tal la riqueza modlica de la eucarista, que trascien
la fe. Los educadores agnsticos, no creyentes, encuentran en
un verdadero itinerario educativo eficiente y adaptado a las w,
exigentes normas pedaggicas y a los mtodos proclamados conf
los mejores hoy en da.
Por qu la eucarista es paradigma de todo educador? *
Para los creyentes y desde una mirada de fe, la eucarisu
contiene a Jess en su cuerpo, alma y divinidad. En las apariefl
das de esa humilde materia prima, que es la harina y el pan, t*if
Jess, todo entero, tal como estuvo en Palestina predicando, 04
halla en el Cielo a la derecha del Padre. La eucarista conteivI
Jess, Dios y hombre, en plenitud de su divinidad y de su hum
nidad; contiene al Cristo total.
Estamos contemplando a Jess como Dios en su situad^-
inimitable de ser Hijo del Padre y, como l, tener el poder suj
mo y la suma de la virtud, por ser la Santidad misma. En ti
sentido, todo esfuerzo de imitacin ser loable y fecundo, ]>i
inalcanzable en la meta, quin como Dios?
Jess vivi entre nosotros; fue itinerante, maestro entre ^
pueblo y en su poca. Practic una pedagoga, la de la p ro x iff^
dad con la gente superando razas, religiones y clases social
Opt por un mtodo de enseanza: las parbolas, encamadii
la naturaleza, en las costumbres, en la vida de cada persona;
tas parbolas nos hablan de una didctica al alcance de los
sencillos que llegaba no slo a la inteligencia, sino tambin .
corazn. Por eso, el pueblo, sus alumnos predilectos, lo e n t^ ^
dan, lo admiraban y lo queran tanto, que despertaron la e n v i# ^
de los otros maestros, soberbios y distantes.
Jess fue un didctico polifactico: recurra a la intuici|^|
as como a la deduccin. Todos los escenarios le servan de ti _
12 - La eucarista, paradigma del educador
Jess suscit la adhesin de muchos, gente comn y hom
bres doctos. Tambin obtuvo rechazos.
Tanto en la aguda y personalizada interpelacin como en la
sugerencia, Jess fue el maestro del dilogo y de la escucha; fue
el educador de la paciente espera; supo dar tiempo para que sus
oyentes entendieran, incorporaran y vivieran lo enseado; cre
discpulos. Fue maestro en la pertinente confrontacin, aguda,
pero llena de respeto por el decir y el ser del adversario.
La imagen de un Jess maestro y pedagogo salta a la vista
en el mbito de su docencia y lo escolta cuando sana o cuando
comparte una charla con amigos. Es doblemente maestro cuan
do perdona. En los tres aos de vida pblica, el ensear fue su
mayor actividad.
Yo quiero rescatar tres momentos de este perodo que, a mi
entender, se convierten en paradigma de todo docente, en espe
cial, del educador cristiano.
* La primera multiplicacin de los panes y de los peces ( Mt
14,13-32; Me 6,34-44; Le 9,12-17 y Jn 6,1-16); y la segunda
multiplicacin (Mt 15,29-39; Me 8,1-10).
El anuncio de la eucarista (Jn 6,30-64).
* La institucin de la eucarista en la ltima cena (Jn 13,2-
18; Mt 26,17-36; Me 14,12-26; Le 22,14-28 y ICor 11,17-
34).
Estos tres momentos son estampas puntuales llenas de vida
y de conviccin; tangibles y encamadas. Muestran a un Jess
verdadero docente y que traspasa de la comida, al Pan de vida;
de la tierra, al cielo; del pueblo, al Padre.
Hay otro espacio en el que Cristo es tambin paradigma del
educador, es su presencia real en el silencio anonadado del sa
grario; en esos dos mil aos de permanecer con nosotros en acti
va espera. Jess en el tabernculo es mucho ms que silencio. Es
un fuego que calienta a esta humanidad congelada por su propio
egosmo, es hogar de puerta siempre abierta.
Los tres primeros son historia. Tanto las palabras de Jess,
como sus gestos, sus interpelaciones a los discpulos y al pueblo
Prlogo - 13
son comprensibles para todos los educadores ms all de la fe o
de la conviccin religiosa. Son realidades tan enraizadas en la
vida, en el realismo existencial, que los contemporneos de Jess
las tomaron como modelo y mensaje.
La presencia real de Jess en la eucarista es misterio; supo
ne una fe explcita en la presenda real de Jess.
En este sentido, los educadores cristianos se sienten favore-
ddos, y su mirada descubre, en el Jess del sagrario, un maestro
tan elocuente como lo fue en Galilea.
Asimismo, los educadores indiferentes o los agnsticos, si
agudizan su inteligenda y afinan su intuidn, podrn perdbir
que el silendo del Jess oculto es altamente educativo.
El periodista Carlos Alberto Montaner dice de s mismo que
"se siente un melanclico agnstico". Yo creo que, con la indife
rencia religiosa y hasta con el atesmo, convive una derta nostal
gia de Dios. El hombre se pasa la vida buscando aquel primige
nio paraso. Lamentablemente, muchas veces, se equivoca de
puerta, pero sigue intuyendo que hay un paraso. Al hombre no
ble, el de buena voluntad, un poco la razn, otro poco la intui
cin y siempre el llamado interior que Dios no deja de hacer lo
conducen a la fe, sea expldta o impldta.
Creo sinceramente que, aun en este punto de fe, la propues
ta paradigmtica de Jess eucarista la podremos compartir con
todo tipo de educador. La nostalgia de Dios es una especie de
savia espiritual que abraza la existencia humana y, ms o menos
fuerte, ms o menos fresca, late en el corazn de cada persona.
Qu pretendo? Presentar los textos antes citados y consta
tar que son de una riqueza formativa tan actual, que nos sirven
como gra segura en la educacin hodierna. Las enseanzas de
Cristo, sus gestos, su presencia siguen siendo, a distancia secu
lar, luz, verdad y vida; senda que conduce, con certeza, al xito
educativo.
La intuicin de Jess m aestro nos herm anar con los
educandos, que, si bien son tan distintos de los jvenes de aque
lla poca, tienen en comn una hermosa debilidad: su corazn.
ir -------- --
14 - La eucarista, paradigma del educador |
cin, el corazn no es todo, pero, sin l, el mundo del adolescente \
y del joven se hace impenetrable.
La gran riqueza de los textos evanglicos que vamos a re- >
flexionar nos habla de un Jess compasivo, cercano; un Cristo
que asume el hambre de su pueblo y acude a saciarla; un maestro
coherente que ensea desde el servido y se arremanga para la
var los pies. Este Jess nos interpela didendo: mrenme; sgan
me; vayamos juntos hacia los nios y hada los jvenes. Yo, Jess,
el de Galilea y el de hoy, soy la confluencia exacta, la mejor, don
de el educador se encuentra con los educandos.
La institucin de la eucarista encierra, tambin, lecdones
pedaggicas llenas de actualidad, son verdaderos leccionarios
educativos. Leyendo los textos aludidos, se podra construir un
pequeo vocabulario de actualidad educativa.
La presencia silenciosa de Jess en el sagrario nos ofrece un
itinerario educativo ejemplar. Desde la fe, ms an, desde el es
pritu de fe y desde la oradn, podremos apropiamos de las ri
cas propuestas que nos hace el silente maestro del tabernculo.
Siguiendo los textos de la multiplicadn, de la promesa del pan
de vida y de la institucin del sacramento, iremos recogiendo y
espigando las enseanzas y los gestos educativos que puedan
ayudamos a consolidar nuestra obra de educadores, hasta des
pertar en nosotros la ilusin y el gozo de ser docentes en el aqu y
ahora de nuestra historia.
Para una mejor comprensin, les ir sintetizando los saberes
del Maestro en lincamientos pedaggicos.
En este caso, se impone una estricta fidelidad a los textos
evanglicos con sobrios comentarios y sugerencias.
Lo mismo har con la reflexin de Jess en el Santsimo, pero
con una diferencia: recurrir a la oracin y al discernimiento per
sonal, a fin de extraer la copiosa enseanza que aporta el contac
to personal con Cristo eucarista.
Cerrar este volumen una aproximacin a la figura de Ma
ra, educadora y mujer eucarstica.
Dejmonos sorprender
por la eucarista
s
La cuidadosa preparacin del lugar donde se comer la cei
pascual: "Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona..." (Mt
17-19; Me 14,13-17 y Le 22,7-14), es un hecho nada casual. Es
buscado encuentro de los discpulos con su maestro en la intiit
dad para dar un marco de familia a esta herencia tan grande.
Por fin, la solemne institucin de la eucarista es el t e s l P ^
ment de Jess. Un testamento muy especial, porque comunii
que se va, pero se queda.
Los tres sinpticos (Mt 26,17-30; Me 14,17-26; Le 22,14-7
y san Pablo (ICor 11,17-34) nos han transmitido el relato de
ltima cena, la institucin del sacramento del amor.
San Juan, en el discurso de Jess en la sinagoga de Cafa?
nan (Jn 6,48-70), manifiesta que un da trocar el pan materii
que comido no impide la muerte, por otro pan, que ser su pr
20 - La eucarista, paradigma del educador
Quiero descubrir y proponer, a los educadores, sean paps
o docentes, el itinerario educativo que se desprende del anuncio
y de la institucin de la eucarista. Es de un valor catequstico i
sorprendente. Como el lector podr constatar, no hay que nter- j
pretar textos, las alusiones a la educacin se van sucediendo de ;
una manera tan natural, que parecera un excelente manual de
propuestas pedaggicas adaptadas a la necesidad que educandos
y educadores padecemos. Propuestas que sealan, en forma cer
tera, cules son los andariveles por donde debe correr una edu
cacin de calidad con sello cristiano.
En el milagro de la multiplicacin y en la ltima cena, Jess
sigue determinados pasos, toma algunas actitudes; compromete
su accin y poder divinos, no obstante, considera el quehacer de
sus discpulos; quehacer sencillo, casi un elogio a la impotencia,
pero protagonismo al fin. El saber confiar en sus discpulos; el
invitarlos a ensayar un liderazgo, el estar presente para acompa
ar sus vacilaciones constituye el itinerario de Cristo en la edu
cacin de los suyos, con el cual nos seala el camino que debe
mos seguir nosotros, para proporcionar, a nuestros alumnos, el
pan de la fe, de la cultura, de los valores, el pan de la formacin
acadmica y el pan de saber convivir juntos en respetuosa armo
na.
La eucarista es paradigma de todo educador.
Pedagoga de la compasin
M * r.\.
En un establecimiento educativo, todo debe girar en tom o a!
alumno, que es el centro, el justificador del colegio. Por l existe
<*' Mf r t r
la escuela, para l son los programas, y para su educacin traba
jamos los docentes.
Pero existen otros protagonistas con mayor o menor injeren
cia en el proceso educativo y acadmico. Los docentes, la familia,
los directivos, el personal auxiliar y hasta el mismo estado. To
dos son necesarios, cada uno en su rol. Son diferentes, pero ver
daderamente complementarios. Aunque parezca un poco exage
rado, cada uno, cada funcin y los trabajos de todos, son
necesarios para llevar a buen puerto un sistema educativo.
A todo esto, qu tiene que decimos Jess sobre esta peda
>.S f t iH K r -
goga de la complementariedad?
El Seor es maestro de la complementariedad, porque mo
viliza medios y personas para conseguir su fin. Podra haber he
cho el milagro sin ayuda de nadie, pero haciendo gala de un rea
lismo pedaggico, moviliza y emplea todos los recursos humanos,
de medio ambiente y, en este caso, de los comestibles.
* Pedagoga de la complementariedad - 33
Jess convoca a todos, a los grandes y pequeos protagonis
tas. En la multiplicacin, interpela a los discpulos. "Denles de
comer ustedes mismos" (Mt 14,17) y los moviliza.
Pedagoga de lo elemental - 61
Casa presentada: "Vayan a la ciudad, a la casa de tal per
sona, y dganle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a
celebrar la Pascua en tu casa con mis discpulos'. Ellos
hicieron como Jesiis les haba ordenado y prepararon la
Pascua" (Mt 26,18-19).
Se cumple el sobrio ritual de la Pascua Juda (Mt 26,19-
20).
El gran milagro de la institucin de la eucarista no poda
tener marco ms discreto y simple: los discpulos, el pan
y el vino que honran la mesa de los ms pobres. Y se pro
dujo el gran milagro; insondable misterio de fe, transfor
mar el pan en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre.
Se dio la inspirada liturgia de la primera misa: "Mientras
coman, Jess tom el pan, pronunci la bendicin, lo par
ti y lo dio a sus discpulos, diciendo: 'Tomen, esto es mi
Cuerpo'. Despus tom ima copa, dio gracias y se la en
treg, y todos bebieron de ella. Y les dijo: 'sta es mi San
gre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos'"
(Me 14,22-24).
El relato de la cena del Seor segn san Pablo (IC or 11,
17-33), abunda en cuanto decimos de la sencillez y aade
algunas ideas y reproches muy acertados.
*
62 - La eucarista, paradigma del educador
los cristianos y los invita a tomar conciencia de la dignidad del
Santsimo Sacramento. "Y as, siempre que coman este pan y be
ban esta copa, proclamarn la muerte del Seor hasta que l vuel
va. Por eso, el que coma el pan o beba la copa del Seor indigna
mente tendr que dar cuenta del Cuerpo y de la Sangre del Seor.
Que cada uno se examine a s mismo antes de comer este pan y
beber esta copa; porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo
del Seor, come y bebe su propia condenacin" (ICor 11,26-29).
Esta reflexin de san Pablo, en s, es difcil y no tiene nada
de simple. Es una interpelacin que asusta, pero es la realidad.
Aqu entran en juego la gracia y el pecado, la nocin que cada
uno tiene de ello, por su cultura o por su formacin. El sacramen
to del amor es sacramento de gracia santificante. La palabra de
Pablo no puede ser ms clara. As es el mandato de la Iglesia, hay
que estar en gracia de Dios para poder comulgar. Cuesta enten
derlo en una sociedad hurfana de principios ticos y de moral
relativista.
Qu leccin de lo sencillo nos lega esta cita a los Corintios?
Una muy grande: la fragilidad y el desamparo en que queda Cristo
eucarista. Este Dios escondido en el pan est al alcance de todos,
de quienes estn en gracia y reciben la eucarista en las condicio
nes que indica san Pablo y los que no lo estn, pero, por ignoran
cia, por falta de conciencia de pecado, se acercan a recibir la co
munin. Uno se imagina las grandes concentraciones religiosas,
como son las peregrinaciones a los santuarios, donde, sin previa
confesin, muchos se dirigen a comulgar. El Seor, en su bondad
infinita, se entrega a todos, sin distincin. Oh grandeza, oh sen
cillez, y limitacin de la eucarista! Nimca entenderemos la gran
deza de esta fragilidad, pero as es. Y Dios seguir siendo Padre
y Juez al mismo tiempo, y para todos sus hijos. Misterio insonda
ble.
Por una educacin desde lo simple
Pedagoga de lo trascendental - 73
des tambin quieren dejarme?; quieren abandonar su estado,
romper un compromiso?
Jess no quiere que lo sigamos ni a regaadientes, ni atados,
ni acosados por el temor. El amor no se compra ni se vende; se
merece y se ofrece. La respuesta de Pedro es de diez puntos, en
lo conceptual, en lo procedimental y en lo actitudinal: "Seor, a
quin iremos? T tienes palabras de vida eterna. Nosotros he
mos credo y sabemos que eres el Santo de Dios" (Jn 6,68-69).
El relato de la cena del Seor reafirma el anuncio de la euca
rista hecho por Juan de una forma sumamente inteligente y
explcita. No falta nada, ni lo necesario para la cena pascual, ni la
materia para instituir la eucarista, ni el condimento de soledad y
de abandono de quien, como Dios, saba que la muerte llegaba
inexorable y cruelmente y, como hombre, la sufra por adelanta
do.
A pesar de todo y siendo Seor de la historia, olvida su dra
ma y hace el gran milagro: quedarse con nosotros. Milagro que
revela su poder, pero, mucho ms, su amor por nosotros, los po
bres que no lo entendemos; los que lo abandonamos, los que lo
vendemos por una nimia materialidad. Precisamente, en silencio
y con ternura, nos da la oportunidad de salir a nuestro encuentro
en cualquier momento:
"Y tomando una copa, dio gracias y dijo: Tom en y compr
tanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no bebe
r ms del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios'.
Luego tom el pan, dio gracias, lo parti y lo dio a sus discpulos,
diciendo: 'Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan
esto en memoria ma'. Despus de la cena hi2o lo mismo con la
copa, diciendo: 'Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi
Sangre, que se derrama por ustedes. La mano del traidor est
sobre la mesa, junto a m "' (Le 22,17-21).
El pan nuevo es alimento y es ddiva de salvacin. "Sangre
que se derrama por ustedes" (Le 22,20).
Es tan claro el querer quedarse con nosotros, que manda a
los discpulos, a la Iglesia, a reiterar el gesto de salvador: "Hagan
esto en memoria m a" (Le 22,19). Cristo eucarista es nuestra
74 - La eucarista, paradigma del educador
herencia y nuestro patrimonio. La Iglesia cultiva y repite, da a
da, este sacrificio salvador.
En el texto paulino de la cena del Seor (ICor 11, 17-34),
reitera el concepto de los sinpticos y de Juan. Aquello que los
apstoles vieron y palparon, Pablo lo recibi del Seor y lo trans
mite a sus hermanos con una fidelidad y una conviccin que no
deja lugar a dudas.
Nunca fue fcil ni ensear, ni educar. Hoy, tanto los padres,
como las maestras y profesores, acusamos ms el peso de esta
responsabilidad. Nuestras mochilas van cargndose de miedos,
de incertidumbres y hasta de fracasos. Este clima de desgano y
frustracin educativa es patrimonio del mundo y no exclusivo
de la Argentina. Es cierto que, en nuestras tierras, Jaime
Etcheverry escribi el libro La tragedia educativa, pero, en Italia,
Don Luigi Giussani intitul un ensayo con este significativo nom
bre: Educar es un riesgo. De Espaa nos lleg el libro Guerra en las
aulas, de Nora Rodrguez. Tengo, ante mis ojos, las ponencias de
los profesores universitarios, Jos Luis Garrido (Espaa) y Gianni
Merghetti (Italia) sobre "Disciplina o autoridad? El riesgo de
educar". Jacques Delorme (Francia), en Crisis de la educacin o
crisis de existencia?, realiza un ensayo agudo que plantea la pro
blemtica que nos preocupa.
En los das que corren, el educador tiene que afrontar difi
cultades diversas: el desgano del adolescente, el quiebre fami
liar, la sociedad de consumo y la seduccin; los medios de comu
nicacin catedrales de la trivialidad y del mal gusto; la exaltacin
del tener sobre.el ser y el tener ya, ahora, al toque y sin esfuerzos.
Las polticas educativas, en nuestro pas, no tienen identi
dad, ni proyecto. Un ejemplo es el va y el viene de la Ley Federal
de Educacin, aprobada en 1993. Despus de diez aos de estar
en vigencia, no ha convencido a los educadores y deja indiferen
tes a los responsables mximos de la educacin.
Los docentes intuyen y constatan, da a da, el desgranamien-
to del alumnado; el exiguo rendimiento acadmico y la violencia
del alumnado. Violencia horizontal, alumnos hacia sus condisc
pulos, o la violencia vertical, del educando hacia el educador o
viceversa.
Pedagoga de lo trascendental -
Los docentes a fuerza de sinceridad se sienten, nos sent
mos, vctimas, pero tambin causa de la crisis.
Nos preguntamos cules son las causas de este hondo quii
bre educativo? Dnde est la Argentina culta y alfabetizada qu
fue modelo para el mundo? A la fecha, tenemos, casi, un mill
de analfabetos.
Nunca como hoy, la educacin tiene, a su servicio, tecnol<
ga, bibliografa, estructuras edilicias, diversidad de carreras
orientacin Vocacional y apoyo psicolgico con competen tes pro
fesionales. Nunca como hoy, la sociedad productiva y los gobio:
nos honestos e inteligentes apuestan a la educacin, al menos, r
desarrollo intelectual competitivo como medio de ensanchar <
horizonte del valor agregado y lo gratifican con buenos sueldos
La apata ha entrado en nuestras aulas y prevalece a un notoruT
ritmo de crecimiento.
Creo firmemente que tanto la educacin, como la ensean/,
y el aprendizaje, que no tienen nada de simple, recobraran s
vigor e identidad, si recuperramos el sentido trascendente de I
vida. Viktor Frankl deca que "quien tiene claro el qu, pront(
encuentra el cmo y el dnde".
La sociedad, en general, y los chicos y jvenes, en particular
han perdido el sentido de la existencia personal.
Para qu estoy? Dnde voy? Qu es la vida? Qu es i.
hombre? Qu existe al terminar la vida terrenal?
En irnos apuntes que tom de las charlas del Curso de Roe
tores 2005, el gran maestro Dr. Alfonso Lpez Quints expresj
esto: "Cada tiempo tiene su neurosis y cada tiempo necesita s
terapia. El paciente tpico del momento presente ya no padece d
tantos com plejos de inferioridad, cuanto de sentim iento^
abismales, de falta de sentido, asociados a una sensacin de va
co; razn por la cual podemos hablar de un vaco existencial".!
Es urgente responder a estas filosficas cuestiones y sl
desde una axiologa de orden natural. H ay que calar en lo hondq-
del ser y en el mensaje de Jess. Hay que responder al hombr
desde la trascendencia: Dios, gracia, vida eterna, sacramentos,
oracin, solidaridad, tica. Hay que recurrir a los grandes valo
76 - La eucarista, paradigma del educador Pedagoga de lo trascendental - 77
res del cristianismo. Hay que tomar el evangelio de Jess como ** Cristo salvador, dueo de la historia y reconstructor de
cdigo de conducta personal y social. Hay que retomar, desde la ella. Un Cristo, Dios y hombre. El Mesas anunciado en
Biblia, la historia del hombre, el quin nos hizo y para qu nos la escritura, su vida, muerte y resurreccin. No reducir
hizo. Hay que proclamar a los cuatro puntos cardinales que esta la persona de Jess a un barbudito bonachn y revolu
mos hechos para la vida eterna. se es nuestro fin. cionario.
El hombre sin Dios, aunque est sobreabundado de cosas, ** La Iglesia: santa y pecadora, pero casa de Dios, fundada
no ser feliz caer en el nihilismo y la angustia. Chesterton soste y sostenida por el mismo Cristo. Con su jerarqua y su
na que cuando se deja de adorar a Dios se adora cualquier cosa. poder de atar y desatar. Presentar la Iglesia, rostro de
Sinceramente, somos idlatras de tantos muecos endiosados, Cristo hoy, en la tierra. No negar sus debilidades ni vul
idlatras de tantas manas que ensombrecen nuestras vidas. Esta nerar habilidades, pero afirmar su santidad y la necesa
idolatra de tener tantos dioses, es la que entristece nuestra exis ria adhesin a los pastores.
tencia y nos confunde. * Los sacramentos, actos de Jess, administrados por la
Parafraseando a san Agustn, podramos manifestar: He na Iglesia. Fuente de gracia. Nos transmiten la vida de Dios,
cido para Dios y, mientras no lo encuentre, no ser feliz. Educar dndola, bautismo, restituyndola, sacramento del per
para la trascendencia es decir a nuestros chicos y chicas que Dios dn y fortalecindola con los otros sacramentos.
los ama; que Jess los salv; que tenemos un Padre lleno de mi
La educacin, desde la trascendencia, compromete medios
sericordia; que tenemos una morada en el cielo: "En la Casa de
y abarca distintos vectores: el ser, el conocer, el convivir y el ha
mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera as, se lo habra
cer.
f dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar" (Jn 14,2).
Todo en la escuela tendra que organizarse en clave de tras
ste es el anuncio que debera or todo joven, el mensaje que
cendencia, es decir, en clave de eternidad: la ciencia, los valores
tendra que llegar a cada escuela ms all de la condicin social o
y las actitudes.
si es de gestin privada o estatal.
La transversalidad nos ayudar a unificar los distintos cam
La evangelizacin debe sobrepasar todos los horizontes es
pos y armar esfuerzos en la misma direccin.
colares. Sin prejuicios, aun a costa de que por no entenderla la
rechacen. Jess habl y concedi un pan material y, a pesar del Desde dnde promoveremos esta escuela en clave de tras
fracaso previsto, anunci el pan trascendente y la vida eterna. cendencia, en clave de eternidad?
Cmo sera el anuncio de una educacin para la trascen Un ideario que identifique y oriente la educacin de tal o
dencia? cual escuela. Ideario fundamentado en la trascendencia.
Sugiero algunos puntos concretos: Las materias curriculares y extracurriculares.
** Concepto del hombre centrado en la antropologa bbli Desde la formacin religiosa, sea instruccin cristiana o
ca. Hombre, ser de naturaleza espiritual, con un fin eter encuentro catequstico.
no. Los espacios concretos dedicados al crecimiento en la fe:
Historia de la salvacin: Adn, Eva y la culpa. Este anun retiros, cenculos, jomadas, misiones y solidaridad. El
cio es capital para comprender la debilidad antropolgi compromiso solidario es ms que una ayuda, es la afir
ca que nos caracteriza. macin de que todos somos hermanos, porque nacimos
de la misma cepa y nos encontramos en la misma casa.
78 - La eucarista, paradigma del educador
El acompaamiento de alumnos y/o docentes, sea de ca
rcter preventivo, correctivo y estimulador.
Los deportes y la educacin fsica.
La propuesta y la vivencia de valores con raz evanglica.
La coherencia personal, que trasciende a las palabras y a
las actitudes.
La oracin siempre necesaria y movilizadora.
El respetuoso y sincero discutir y disentir.
La tica incorruptible. Insobornables en lo moral.
El trabajo, colegio, familia, en un ejemplo de eficiente com-
plementariedad.
La formacin y mentalizacin de docentes y alumnos des
de los valores cristianos.
La fuerza de los sacramentos, en especial de la reconcilia
cin y el de la eucarista.
1. Paciente espera
Jess lleva dos mil aos esperando encontrarse con sus he
manos los hombres. No tiene prisa; no se impacienta. Espera
espera. Siempre est dispuesto a dialogar, a ofrecemos sus d
nes y a regalamos su tiempo. Ao tras ao; noche tras noche;
invierno a invierno; ah est siempre atento a nuestras visita
desendolas; ofreciendo afecto, ternura, luz, fortaleza. Ven q
te espero, dice el Seor, hoy o maana, pero ven. Mi tiempo
todo tuyo, y todo mi da es para ti.
El Seor del tabernculo va a contramano del mundo. Her
de prisas, de esperas impacientes y nerviosas consultas al relo,
de portazos y precipitados andares; de celulares que suenan
suenan hasta en la misa. El hombre urbano est tan acelerad
que empuja los ascensores para llegar antes.
Creo que es hora de serenarse, de hacer elogio a la lentitu
a la calma. Es tiempo de confiarse al sereno trabajar y al m a n s
escuchar sin tener en cuenta la voracidad del tiempo. M e ha deje!
84 - La eucarista, paradigma del educador
do un excelente recuerdo la lectura del libro Elogio de la lentitud,
del periodista canadiense Cari Honor. Es todo un desafo, tal
vez, un aviso oportuno y preventivo para los cultores de la acele
racin diaria.
El hombre moderno, cuanto ms encumbrado est en el pro
ducir, vender, pactar, ms necesita del tiempo. Lo consume con
avidez meterica, para seguir haciendo, proyectando, relacionan
do, es decir, alimentando la cadena de su propia destruccin ps
quica y afectiva.
En la familia, si no hay tiempo para el ocio, menguan los
espacios de amor, y se propicia la crisis. Regalar tiempo al otro,
sobretodo el tiempo gratuito, es im lujo. Pdeme dinero, regalos,
pero no me pidas que te dedique tiempo.
Los que hemos vivido en el frica sabemos que all el reloj
cuenta muy poco; no se conocen los apuros de nuestras metrpo
lis; la relacin es distendida; la gente te agradece el tiempo y el
apostolado de dedicar a escuchar sus cosas. Todo es parsimonio
so y sosegado. Apurarse, para qu? El tiempo es nuestro, dicen
los africanos, no nosotros del tiempo.
E l educador es parte de este m undo y sufre de sus
laceraciones. Como cualquier otro ciudadano est corrido por los
horarios y esclavizado por el entrar o salir y llegar en hora. Sin
embargo, si hay alguien en la sociedad productiva que debe re
cuperar la serenidad y regalarse tiempos, es (el educador, la edu
cadora.
Se puede educar o simplemente ensear con apuros, con el
vertiginoso llegar, cumplir y escapar?
La educacin y la enseanza-aprendizaje requieren pacien
cia, repeticin, tiempos generosos para el grupo y tiempos espe
ciales para aqullos que son diferentes. Nuestros alumnos nece
sitan de nuestra activa y cercana presencia, ms que de nuestro
saber. La serenidad emocional es tan importante como la inteli
gencia. Vivimos tiempos en que la mejor metodologa es la que
nace de la presencia y de la apertura del corazn.
Nuestros educandos son fruto de la aceleracin del mundo
adulto. La maana los sorprende con la enfermedad del vrtigo.
El sagrario, escuela de formacin docente - 85
Vamos, rpido, tom la leche que perds el micro escolar. Su tar
de los despide con un cmulo de compromisos por cumplir: la
maestra particular; lardase de danza, la escuelita de ftbol, la
hora de guitarra, etc. Parecen nios con ms responsabilidades
que ejecutivo de multinacional. Dnde estn los espacios para
jugar y para el descanso? Jugar, no cibernticamente hablando. Ju
gar, ese espacio para la imaginacin. El nio tiene una etapa en
que es homo ludais. El juego es necesario para el descanso y para
su formacin. El juego forma parte de la naturaleza infantil.
Los chicos llegan a casa para serenarse, para disfrutar de su
hogar distendidos. Pero no, aparecen la pantalla de la TV, el vi
deo o la computadora que les regalan ms estmulos irritantes
que la carga horaria de clase. Muchos paps piensan que la tele
visin los entretiene, cuando, en el fondo, es un salvavidas de
plomo. La TV desarraiga afectivamente y los dispersa intelec
tualmente.
Es nuestra vida. Los padres, con la mejor buena voluntad,
optaron por el dinero, el confort. Consagran largas horas al tra
bajo en detrimento de las horas padre y madre que deben a sus
hijos. Horas para escucharse cara a cara, tiempos para el beso y la
caricia; para el mimo, para el que le cuente o que me cuente. Este
espacio es indispensable, y slo lo llenan los padres.
La escuela necesita ser espacio para el aprendizaje y lugar
para el dilogo y consuelo. La escuela taller y hogar; entonces,
comencemos por crear el clima de hogar para que el taller fun
cione mejor. El nio y el adolescente deben encontrar, en el cole
gio, personas, momentos que les sirvan para cargarse de afecto y
para descargarse de los olvidos.
As como un nio y un adolescente necesitan tma cuota m
nima de alimento y sueo para crecer sanamente, tambin re
quieren un tiempo mnimo de afecto y de caricias para madurar
y desarrollarse equilibradamente.
El comedor escolar, y son ms de 1.500.000 de nios los que
hacen uso de l diariamente, puede, mal que mal, suplir la comi
da en familia. Pero no hay docente, por excelente que sea, que
pueda suplantar el amor que pap y mam deben dar.
2. Elocuente silencio
Somos la generacin del consumo, a tal punto, que un nene,
I antes de decir a la mam, te quiero, le dice: cmprame; antes de
| aprender la palabra jardincito, ya conoce la del kiosco. Mal pro
nunciada "kioco", pero sabe muy bien qu significa. Consumi-
' mos de todo, hasta ruidos, palabras, msica, El mundo padece
una contaminacin sonora. Las Naciones Unidas han manifesta
do su preocupacin por estas urbes atormentadas por ruidos que
no favorecen, ni la convivencia humana, ni la salud fsica, ni la
mental, ni el descanso.
Padecemos de tal adiccin al mido, que, al volver del traba-
jo, al entrar en casa, que debera ser el santuario del silencio y del
encuentro, activamos los medios electrnicos, la radio o la TV o
el audio, o los tres a la vez.
El silencio pareciera que nos oprime, que nos produce claus
trofobia.
El sagrario, escuela de formacin docente
Hemos llegado a ser un homo tan parlante que, hasta en IS
iglesias, se hace cuesta arriba guardar silencio.
Cristo, en el tabernculo, es el Seor del silencio. Despui.
de 2000 aos de presencia eucarstica, cuntas horas de silcnc
habr cumplido? Todo un rcord.
Su silencio es mucho ms que una estril ausencia de ru
dos. El silencio algn sentido tendr, porque Jess no se distitv
gui por cultivar inutilidades.
El silencio de Jess en el altar es elocuente palabra. Es
espacio vivo que Cristo se reserva para escuchamos, para inv
tamos a calar hondo en nuestra fibra existencial; para que nosi
tros mismos tomemos contacto con nuestras penas, temores
inseguridades y con confianza las pongamos en su corazn.
Karl Rahner tiene un hermoso librito intitulado Palabras i
Silencio. Y es as. Palabra que no ha sido concebida en el silenci
valdr la pena pronunciarla? No obstante, el silencio que no llt
ve a la palabra puede ser patologa pura. De hecho, hay grite
que atormentan, y silencios que matan.
El silencio y la palabra son como el grano y la espiga. Ili
un grano que se esconde en el claustro del surco para ser fecuiul
espiga.
Los discpulos del silencio, ante el sagrario, suelen se
comunicativos maestros que llegan al corazn de los alumnos
alumnas; al corazn de sus colegas y amigos, y capaces de carga
sobre sus hombros, parte de la cruz de otros.
El silencio forma parte medular de la educacin y del aprn
dizaje. no es en el silencio donde el poeta se ennovia con h
musas, el artista idea los colores, el msico tamborilea los pr
meros sones y el cientfico intuye el quid del nuevo invento?
El silencio es requisito indispensable para prestar atcnci
y sta, prembulo de todo aprendizaje.
El silencio ulico es necesario:
3. Humilde presencia
Ante la velada presencia de Cristo eucarista, hay que recu
rrir a la fe para ver en ella, al Seor, al Dios dueo de cielos y
tierra, al Verbo, consustancial al Padre.
Todo es humildad, frgil apariencia. Aun la hostia que con
tiene a Jess, Dios y hombre, comparte la sencillez de nuestro
pan de mesa. El taumaturgo de Judea, el Maestro que arrancaba
admiracin de sus coetneos est muy escondido en la hostia,
tanto que slo la fe lo puede vislumbrar. Jess, en el sacramento
del altar, es humilde presencia. Es un estar ah, mediador, orante
y compaero. Activo y salvador, tan discreto y escondido que
pasa inadvertido. Es la eficacia de la humilde presencia.
El mundo contemporneo que posee cuantiosos recursos,
tanto humanos como tecnolgicos; este mundo que cifra sus xi-
El sagrario, escuela de formacin docente - 89
tos en la utilizacin de la maraa de medios, poco entiende de
esta humilde presencia.
Hasta la puede considerar como prdida de tiempo, fracaso
cantado. Estar ah, callado sin hacer nada, sin ganar dinero, qu
inutilidad dira uno de los popes de la megaempresa.
Adems, Cristo es, en el sagrario, la rutina hecha presencia.
Un da igual al otro, sin cambio. Este Cristo de la rutina diaria,
tampoco va con la nexo age, con nuestra contemporaneidad adicta
al cambio, a lo novedoso, a vivir de lo diferente. Somos los seres
del zapping. Zapping laboral, zapping afectivo, zapping matrimo
nial y en el eclecticismo actual, hasta zapping religioso. Somos los
seres de la novedad diaria, en verdad, tanto vivir de la novedad,
del cambio, nos hemos hermanado con el aburrimiento.
Quienes estamos en la educacin, inmersos en esa geografa
escolar que son los corredores, los patios y las aulas sabemos,
por experiencia, que la presencia humilde es maravillosa, mgi
co medio de comunicacin y de acercamiento. Es sabia presencia
preventiva, que gana con creces a la correctiva.
En educacin, lo macro, lo sper, los grandes montajes, son
relativos. Frente al xito y al acompaamiento de los chicos, lo hu
milde, lo menor tiene eco y es ms eficiente.
Quienes ms aprecian esta presencia son los dbiles, los pe
queos, los marginados y maltratados por otros compaeros.
Tambin la valoran quienes, no sufriendo agresiones externas de
los condiscpulos, tienen herida el alma por problemas familia
res o por una timidez que diezma su autoestima, o por una inma
durez afectiva que los tiene encerrados en su mundo.
A estos chicos los vemos, los palpamos en la vida diaria; se
acercan y sin decir nada descargan, por un rato, su cruz juvenil
en la presencia amiga del docente que est ah y por ah, que ni le
habla, pero est al alcance de la mano y puede ser su salvador.
Esta imagen que acabo de describir me recuerda a esa gente
sencilla que entra en la iglesia y, sin hacer ningn signo religio
so, se planta ante el Santsimo o la imagen de la Virgen y espera.
Y saben muy bien qu esperan y a quin confan su peticin, su
dolor o su accin de gracias. No conocen mucho de teologas, ni
90 - La eucarista, paradigma del educador
de liturgias, pero les sobra confianza y los gua esa fe que mueve
montaas. Llevan en su alma el dolor y la impotencia. Son licen
ciados en el martirio y, por eso, humildemente, esperan auxilio.
La presencia humilde de Jess tiene tambin su impotencia.
Est al alcance de todos. Lo pueden profanar, robar y hasta reci
bir sin preparacin alguna.
Que misterio! El Seor calla, no se va. Se entrega a todos
por igual. Yo me imagino en las grandes concentraciones religio
sas, en los santuarios famosos, donde se reparte comunin a mi
les de personas, Cuntos se acercan a comulgar? Cuntos de
ellos saben qu van a recibir? Jess calla, es presencia humilde!
Una vez ms, Cristo eucarista es paradigma para los educa
dores. Nuestra humilde presencia nos expone a la indiferencia
de los alumnos, aun de aqullos que, por nis de un motivo, ten
dran que acercarse agradecidos. Pero nos ignoran, nos despre
cian y hasta nos agreden.
Como Jess, no podemos responder con la misma moneda.
Muchas veces, esta presencia educativa, desde la humildad, pa
rece una prdida de tiempo. Pero no, es ima heroica afirmacin
del valor de nuestra vocacin y de la calidad de trato que sabe
mos dar discpulos o progenitores.
Lo maravilloso de la humilde presencia es que sin gritos, sin
' estridencias, sin agresin alguna, educa como la presencia en el
altar. Jess, sin palabras, nos habla, sin gestos, nos bendice, sin
rencores, perdona, porque su presencia es sanadora.
4. Profunda interioridad
El tabernculo nos invita a la interioridad, a encontramos
con ese yo profundo; a buscar la raz divina que yace en noso
tros.
Es la voz del Salmo 8 quien nos lo recuerda: Hiciste al hom
bre poco menor que a los ngeles, a tu imagen y semejanza.
La presencia real de Jess en la eucarista significa que l,
callado y oculto, se halla en la hostia con su plenitud humana y
divina. Dios y hombre.
El sagrario, escuela de formacin docente - 91
Los sentidos nada ven, y apenas la fe puede develar el mis
terio, que la razn no entiende.
As, planteadas las cosas, esta estampa de la profunda inte
rioridad nos deja una leccin altamente educativa. Cmo conse
guir que nuestros alumnos descubran el riqusimo e insospecha
do mundo interior? Cmo inculcarles el discernimiento, el
preguntarse el porqu de las cosas? Cmo hacerles gustar del
cultivo del pensamiento; el trabajo de la inteligencia humana que,
da a da, ensancha su campo de conocimiento por el desarrollo
de la ciencia y la tecnologa? Cmo hacerles creer y gustar reali
dades que trascienden lo experimental?
No hay respuestas fciles a tanta pregunta. Lo que s nos
resulta fcil es constatar cmo a nuestros chicos se les hace muy
cuesta arriba el pensamiento lgico y la dedicacin al estudio, la
contemplacin, la filosofa, etc.
Lo celebrativo lo sienten y lo viven a flor de piel y a tope de
horario. La solidaridad les interesa y pueden comprometerse con
servicios puntuales y no sistemticos. Tambin les seduce estar
juntos, escuchando msica, charlando no importa de qu, pero
charlando. Gozan y necesitan esa compaa de sus camaradas,
con sus presencias informales y bullangueras. Juntos se sienten
bien y, si estn "amuchados", mejor. Este calor juvenil, en ciertos
casos, calor tribal, puede ser un reproche a la indiferencia que
reciben de los adultos incluidos los propios padres.
En el fondo, esta necesidad de estar juntos es u n ejercicio de
supervivencia. Necesitan espacios de dilogo, que n i en la fami
lia y ni en el colegio los hay. Ellos mismos hacen catarsis escu
chndose, repitindose varias veces las cosas, saltando de un tema
a otro. Para ellos, lo importante no es decir tai o cul cosa, lo
importante es dar una salida a un yo postergado.
El estudio, el gusto por el mundo de lo intelectual, del pen
samiento abstracto, es patrimonio de muy pocos alumnos en edu
cacin primaria y secundaria. En la universidad, mejoran, pero
cmo reparar estos baches anteriores?
Sin embargo, ese viaje a lo interior de su yo es necesario. Lo
es para aprender, para aprobar materias y concluir estudios. Lo
92 - La eucarista, paradigma del educador E1 sagrario, escuela de formacin docente - 93
es, sobre todo, para saber quin es; para qu est en la vida; para caries, ensearles a rezar y a conversar con l o simplemente a
escuchar y elaborar su riqueza interior. Lo es para aprender a estar delante de l, aunque sea dormidos. Si hay respeto, si existe
tomajr decisiones, sociales, vocacionales ticas y religiosas. Lo es la intencionalidad de conversar con el Maestro, poco a poco, el
para ser hombre y mujer desde lo trascendente y no desde lo dilogo se abrir y comenzarn a saborear el mundo interior. No
banal; para ser persona con peso especfico propio. Lo es para olvidemos que Jess siempre oye, siempre habla y siempre rega
sentir el dolor de los hermanos y ofrecer una mano samaritana; la algo. Hay que creer que tanto los nios como los jvenes pue
lo es hasta para percibir las limitaciones o el calvario de su pro den ser contemplativos. De hecho, la dimensin contemplativa
pia familia. es una cualidad inherente al hombre y lo diferencia de los ani
En la vida de la Virgen, encontramos varios momentos en males.
los que se repliega hacia su interioridad para preguntarse qu Tenemos ejemplos que confirman la certeza de que la pre
significaban ciertos acontecimientos y cmo debera hacer lectu sencia ante Jess sacramentado es transformadora.
ra de los signos de los tiempos que Dios iba poniendo en su an
San Marcelino Champagnat deca que cuanto ms difci
dar de jovendta nazarena.
les son los problemas, ms largamente hay que conversar
En el anuncio de su maternidad divina y escuchando que el con el Seor ante el sagrario. No recuerdo haber sido de
proyecto de Dios no coincida con el suyo, pregunta: "Cmo fraudado por el Seor.
podr ser esto, si yo no tengo relacin con ningn hombre?" (Le
Su Santidad Juan Pablo II, adems de rezar el oficio de las
1/ 34).
horas y de decir la misa, se pasaba dos horas diarias ante
Lo mismo acontece cuando el nio se pierde en Jerusaln:
el Santsimo, a veces, postrado con los brazos en cruz.
"Por qu te has portado as? Tu padre y yo te buscbamos muy
preocupados" (Le 2,48). Es la virgen discerniente. Este ao 2005, organizamos, en el colegio Champagnat, tres
noches heroicas de adoracin, desde las 23 del sbado a las
En Beln, ante la presencia de los pastores y de los ngeles,
6 de la maana del domingo, terminando con la celebra
dice el evangelio: "Mientras tanto, Mara conservaba estas cosas
cin de la misa. En la homila, los que lo deseaban poda
y las meditaba en su corazn" (Le 2,19).
decir cmo se haban sentido. He aqu algunos testimonios
No quiero caer en el fcil, pero intil lamento. Los chicos no de jvenes:
piensan, no cultivan su inteligencia, no abren su mente al pensa Qu rpido se pas; me sent brbaro, copado; pens que me iba a
miento; los chicos siguen mariposeando, lo serio no los cala. Ha ser plomo y me sent mejor que en el boliche; me sent cerca de mis
cemos honor a las excepciones que las hay. viejos que la estn pasando mal; pude rezar por tanta gente amiga;
La sociedad es responsable, en gran parte, de esta ligereza sent a Jess como un amigazo; aunque estuve muy distrado, en
intelectual. contr paz, me saqu miedos.
Nos toca a los educadores salir al paso y remediar deficien Malabrigo es una ciudad de Santa Fe, prxima a Recon
cias. Cmo? En qu medida Jess sacramentado puede ayu quista. All, un joven sacerdote instituy la adoracin per
damos a dar profundidad al ser y al actuar de los adolescentes y petua. Fund una institucin para recoger y ayudar a los
de los jvenes? cados en la droga. Cul es la terapia recuperadora? Tra
Parecer infantil mi sugerencia, pero a los santos les dio re bajo manual, cario personal y adoracin al Santsimo. Los
sultado. Para gustar la interioridad hay que visitar el Santsimo frutos ah estn y son consistentes.
asiduamente. Hay que llevar a los chicos ante Jess hostia. Expli-
94 - La eucarista, paradigma del educador
5. Mutuo beneficio
La reserva eucarstica convoca, es un lugar de cita para los
cristianos. Es una excelente costumbre frecuentar el tabernculo
con visitas. Es bueno inculcar a los alumnos la costumbre de que,
antes de subir a las aulas o concentrarse en los patios, pasen por
la capilla y hagan una breve oracin, aunque no sea ms que la
oracin del soldado: "Aqu estoy, Seor, bendceme". Aqu es
toy, Jess, para poner en tu corazn todo este da. Dejo ante tu
altar a mi familia y a la familia entera que es la humanidad.
Ese contacto breve, casi furtivo encuentro con Jess, produ
ce sus frutos. Uno de ellos es las ganas de vivir. Es el regalo que
el Seor nos hace, damos alegra de vivir, de trabajar y no arras
trar las vidas como pesada carga.
Uno entiende fcilmente que si acudimos a Dios, para pe
dirle algo, no salgamos con las manos vacas. Todo contacto con
Jess acrecienta las gracias y dones espirituales, a veces, hasta
nos alegra cumpliendo nuestros pedidos de beneficios materia
les.
Pero m i oracin, qu significa para Jess que es Dios inmu
table? El tambin se beneficia con nuestra presencia, con nues
tras splicas?
Es cierto que Jess, que es Dios, y como tal perfecto, no ne
cesita de nuestras oraciones, nuestras visitas al sagrario no le
aportan nada esencialmente hablando, no cambian su naturale
za. Pero las espera, ms que para recibir nuestra adoracin, para
damos, para hacemos socios de su misin salvadora, para rega
lamos su fuerza y su esperanza.
Dios, que es Padre, y Jess "gozan" con nuestra presencia
orante ante ellos. Dios quiere ver a sus hijos ante l, porque en la
medida en que estemos a su lado, cumpliremos con nuestro fin
que es ir a disfrutar de la gloria que nos ha deparado (Jn 14,2-3),
y asociamos a la misin de Jess en la tierra.
Como educadores, nos encontramos con los chicos, nos be
neficiamos recprocamente. Nosotros les aportamos nuestra ex
periencia, nuestra preparacin y nuestra paciencia. Lo mismo
sucede con los padres y los hijos.
El sagrario, escuela de formacin docente - 95
Es cierto que los alumnos y los hijos son carga, exigen sacrifi
cios e inversin de tiempo y nos van llevando parte de nuestra
vida. Es la ley de la naturaleza; es el cumplimiento de una misin.
Los chicos, junto a nosotros, crecen, maduran su personali
dad, acrecientan su capital intelectual, adquieren destrezas, se
preparan para la vida. Este aprendizaje existencial carga su costo
sobre los educadores. A veces, costo alto, que amasa penas y arran
ca lgrimas.
Pero no todo es invertir en ellos, en ellas. Tambin los chicos
invierten en nosotros. Su presencia nos rejuvenece, nos da ganas
de vivir; su progreso y su agradecimiento justifican el tiempo
dedicado y hacen olvidar las rabietas acumuladas. Su evolucin
os permite seguir apostando a la vida, apostando a la educa*
j cin, a la santidad desde la educacin.
Pobre del docente que entre en el aula pensando que l es el
i que va a hacer todo por esos chicos y chicas. Pobre el educador
que no intuya que los educandos tienen algo que ofrecerle: sus
vidas, sus ilusiones; hasta la mala conducta; son aportes que cons
truyen nuestras vidas, las ennoblecen y les dan sentido, nos ha
cen crecer en paciencia.
Los educadores, podemos mirar a un nio inocente y puro,
y recordar al nio o nia que fuimos y que ya no somos? Su can
didez, no nos dice nada?
Podemos observar a un adolescente, inseguro, indiscipli
nado, con desalio provocador y mirada triste, sin dejamos in-
j terpelar y hasta dejamos evangelizar por l?
1 Puedo encontrarme con Pablo o Cristina que el ao pasado
fueron alumnos educados, acadmicamente aplicados, amigos
de todos, extravertidos, etc., y este ao los observo tristes, negli
gentes, solitarios, con descuido en el aseo personal, sin pregun
tarme qu les pasa, por qu tal cambio; ser la edad, ser un pro
blema familiar? Para el educador, la educadora que sabe ver y
mirar, el contacto diario con los chicos se convierte en una escue
la de ascesis.
Estos interrogantes son gracias que nos permiten ser realis
tas, ser comprensivos con ellos y entender el misterio de la vida
96 - La eucarista, paradigma del educador
que nos hace madurar etapa tras etapa, a veces con besos, otras
con pequeos enviones.
Los alumnos son una vidriera abierta a la vida que exhiben
sus problemas, los de la sociedad y los de la familia. Los que con
ellos convivimos somos alumnos de una escuela de formacin
permanente.
Quin enriquece m is el docente a sus alumnos o ellos al
docente?
En la tarea educativa, intentamos hacer del chico un adulto
maduro; el alumno inconscientemente, impide que el docente sea
un viejo prematuro y recalcitrante. Si el contacto con los chicos
no nos cambia, es porque ya nacimos viejos avinagrados.
Hay dos puntos ms que quiero abordar; uno es el profesio
nal, el otro, de orden espiritual.
G ratificacin profesion al. Uno en la vida necesita de grati
ficaciones que lo alegren y justifiquen el empeo puesto para
obtener un logro.
La gratificacin pasa por lo econmico desde luego, pero
hay gratificaciones profesionales, xitos logrados en el aprendi
zaje de los chicos, que son honor y corona de todo educador. Nos
merecen el respeto de los alumnos, acrecienta la autoridad mo
ral, la que no se compra con ddivas, ni se impone con amena
zas; se gana con eficiencia y respeto.
La gratificacin de ver cambiar la conducta de un discpulo
despus de aconsejarle, de acompaarlo y hasta de sancionarlo,
nos llena de alegra.
Estas gratificaciones, como la amistad entre colegas o el res
peto colaborador con los directivos, o los peridicos encuentros
personalizados con los padres, justifican nuestra vocacin do
cente y hacen que tenga vigencia nuestra misin en un mundo
como el de hoy o an peor.
G ratificacin espiritual. El Seor prometi recompensar a
quien diera un vaso de agua a un sediento. Cunto ms dar a
quien ha consagrado la vida a repartir el agua de las letras y de
las ciencias; el agua de los valores, el agua de la tica, el agua de
la fe en Dios y en su Iglesia.
El sagrario, escuela de formacin docente - 97
Tambin es promesa del Seor que cunto damos a los po
bres a l se lo damos.
Cuntos pobres frecuentan nuestras aulas? Con cuntos
pobres nos topamos a diario? Cuntas desnudeces tenemos que
cubrir en el ejercicio de nuestra vocacin docente? Cunto pan
del afecto y de la comprensin debemos compartir? Si los pasi
llos y las aulas hablaran, qu testimonios hermosos oiramos. Tes
timonios que haran sonrer a los docentes ms pesimistas.
6. Fuerza en la debilidad
En el evangelio, encontramos expresiones que salen del cora
zn de un Cristo lleno de ternura y de amor. Un Cristo que conoce
su misin y que, a pesar de l, el fracaso y la impotencia lo acom
paan. Un Cristo que tiene la magnanimidad de decimos: "Tengo
compasin de esa multitud que est como ovejas sin pastor". Otra,
una explosin de cario como si quisiera llevar a upa la humani
dad: "Vengan a m todos los que estn afligidos y agobiados, que
yo los aliviar". Por ltimo, el gesto grande del perdn cuando
estaba por expirar, nos qued como el testamento de la misericor
dia: "Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen".
Este Jess, inventor de las parbolas de la bondad divina
como la del samaritano, la del hijo prdigo, la oveja perdida, etc.,
se qued entre nosotros en la eucarista.
Se qued entre nosotros en la eucarista. Y se qued precisa-
| mente para continuar su misin de misericordia y consuelo cerca
! de los hombres. Jess est ah, en cada misa; est ah en el taber-
: nculo para ser el alimento de los cristianos y la alegra de quie-
| nes recurran a l.
"Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron
el man y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo,
para que aquel que lo coma no muera" (Jn 6, 48-50).
Qu misterio sublime y qu riqueza insondable. Cristo, a
cada hora, con quien lo desee, est dispuesto a invitarlo a la mesa
y darle el pan de la fuerza y de la vida: "El que come de este pan,
vivir eternamente" (Jn 6,58).
98 - La eucarista, paradigma del educador
Y est ah, escondido, pero no dormido, ni distrado. Noso
tros s, podemos distraemos y dormimos ante l. l est muy
atento para recibir cuitas de cada uno y ofrecemos la terapia del
escucharnos. Distrados y somnolientos, gracias a l, igual hace
mos nuestra descarga de pena.
Vivimos en una sociedad que posee mil medios, recursos y
oportunidades para ofrecer a la ciudadana la felicidad. Sin em
bargo, cun lejos estamos de ello.
Benedicto XVI, en el mensaje de Navidad del 2005, advierte
a la humanidad para que no caiga en la trampa de sus propias
seguridades: "El hombre de la era tecnolgica, si se encamina
hacia una atrofia espiritual y a un vaco del corazn, corre el ries
go de ser vctima de los mismos xitos de su inteligencia y de los
resultados de sus capacidades operativas".
Buscamos escapismos y queremos apuntalar nuestra debili-
dad y menguar nuestros desconciertos. Para ello, recorremos ata- j
jos que, en lugar de reducir las distancias, nos las alargan y, en
lugar de resolver los problemas, nos garantizan mayor cuota de I
angustia.
En esta atropellada bisqueda de la felicidad o de estmulos
para vivir, recurrimos a gurs, a videntes, de sos que no dan
paso sin pesos; consultamos a sanadores, a pseudomaestros de j
; espiritualidad. Consumimos energizantes, lquidos, slidos, pas- !
tillas, inyectables, etc. Frecuentamos casas de belleza y spas de
moda donde estiran la piel por los cuatro costados; te hacen el
good look de moda. Todos arreglos de tranqueras afuera, pero
adentro nos quedan los cardos y muy espinosos. Quin nos esti- |
ra el alma? Cmo borrar las arrugas interiores? Quin nos re- j
gala paz, esa caricia de Dios?
En este mundo tan precario, padres, docentes, chicos y chi-
cas somos viajeros del mismo barco. Si los adultos vivimos en un
mundo sin identidad y lleno de confusin, qu podemos espe- j
rar de los hijos, de los alumnos? j
Silvia Di Segu Obiols lo describe muy bien en su libro Adid- j
tos en crisis, jvenes a la deriva. |
Frente al mimdo de la educacin, tanto los padres como los j
educadores, estamos preocupados por el cmo hacer, cmo cun- !
El sagrario, escuela de formacin docente -
plir el rol natural o Vocacional de educadores, conductores segu
ros.
Ante este panorama, qu actitud tomar? Cmo salir al pas
de esta crisis y dar a los chicos ganas de vivir al mximo, pero
desde otros valores, desde otros parmetros; gustando del he
rosmo y acariciando el trabajo y el esfuerzo como amigo libera
dor? Dnde encontrar la fuente que fortalezca nuestras vidas?
Hay recursos humanos muy tiles y encomiables. Sugeri
mos algunos:
'r T o m lo s p a n e s
y lo s p eces: le v a n t
lo s o jo s a l c ie lo y
p ro n u n ci la b e n d i
ci n . M e d ia c i n - > C u a n d o el S e o r bend ice n u estra d is
o r a c i n - a m o r - p o n ib ilid ad . P ed ag o g a de la co n fian za
p oder d iv in o - c o n (teologa del M agn ficat).
fianza - m is e ric o r
dia.
> C o m ie ro n h a sta
saciarse y s o b ra ro n
doce can asto s.
G e n e ro sid a d - e n
tre g a - a l e g r a -
a g r a d e c im ie n t o -
a d m ira c i n - lim
p ieza - c u id a r lo s
d ones d e D ios.
V C m o p u e d e
ste d am o s a c o m e r
su cu erp o ? In se g u
rid ad - d u d a e s
cep ticism o - d u re
za c e rra z n d e l > D el cre e r p o r co m er, a l a ce p ta r sin
corazn. Son a ctitu co m p ren d er. P e d a g o g a d e la fe cu n d a
d es n e g ativ as, p o r hu m ild ad.
o p o sici n sa le n lo s
valores.
> Y o v iv o p o r e l
P ad re. C o m o e l P a > Del a p lau d ir, a l ab an d o n ar. P e d a g o
d r e m e e n v i ... ga d e la e x ig en cia . P ed ag o g a de la p e r
C o n v icci n , s in c e sistencia.
rid ad de Jes s. F e -
seg u im ien to - in te
r i o r i z a c i n d el
m en saje.
> E ste len g u aje e s
duro! Q uin p o d r
en ten d erlo ? D ece p
c i n - d esen can to -
m a t e r ia lis m o . L o
ab an d o n aro n h a s ta
su s d iscp u lo s. C o
bard a - d ebilid ad
in co n stan cia - d e s
a g r a d e c im ie n to .
So n anti v alores q u e
re clam an a ctitu d e s
p o sitiv as.
> Q u ie r e n m a r > D e l m a n d a t o , a la s u g e r e n c i a .
c h a rs e u s te d e s? P ed agoga d e la p ro p ia y lib r e in ic ia ti
D n d e irem o s, t va.
e re s e l s a n to d e
D io s? V alen ta fi
d elid a d re c o n o c i
m ie n to - lib e rta d -
m a g n a n im id a d
in te r p e la c i n
con fian za.
112 - La eucarista, paradigma del educador
Y ante el hambre del pueblo exigiste: "Denle ustedes, por Dios, de com er!
Qudate con nosotros, Jess, que da miedo tanta oscuridad;
no es posible morirse de ham bre en la Patria bendita del Pan!
Qudate con nosotros, Seor, que hace falta un nuevo Emai'ts;
la propuesta ser compartir como vos y en tu nom bre Jess!
Somos hijos del Dios "Padre y Madre", que es ternura y ayuda eficaz;
114 - La eucarista, paradigma del educador
desde la com pasin y el coraje, reinventemos nuestra caridad.
Somos rostro de un Dios Trinitario, que aparece cuando hay comunin ;
cuando somos todos solidarios, cuando el pobre es sujeto y seor.
Presentacin......................................................................................... 7
Prlogo................................................................................................... 11
Dejmonos sorprender por la eucarista...................................... 15
El itinerario de un buen educador.............................................. , . . 19
Pedagoga de la compasin.............................................................. 21
Para orar, reflexionar o compartir........................................... 27
Pedagoga de la complementariedad........................................... 29
Pedagoga de la exigencia................................................................ 37
Para orar, reflexionar y compartir........................................... 49
Pedagoga de la comunin.............................................................. 51
Para orar, reflexionar y compartir............................................ 58
La pedagoga de lo elemental.......................................................... 59
Por una educacin desde lo simple................................................ 63
Pedagoga de lo trascendental........................................................ 71
Para orar, reflexionar y compartir............................................ 79
El sagrario, escuela de formacin docente.................................. 81
1. Paciente esp era.......................................................................... 83
2. Elocuente silencio................. >.................................................. 86
3. Humilde presencia................................................................... 88
4. Profunda interioridad............................................................. 90
5. Mutuo beneficio......................................................................... 94
6. Fuerza en la debilidad............................................................ 97
Mara, mujer eucarstica junto al educador................................ 103
La ltima cena. Mara estuvo presente?............................... 104
Mara, icono del educador........................................................... 106
Propuesta de algunos valores que se destacan en la mul
tiplicacin -primera y segunda- y en la cena del Seor .. 109
X
Himno del Congreso Eucarstico N acion al............................. 113
Preguntas para el taller............................................................... 114
Salmo desde la v id a............................................................................ 115
Oracin de un educador a Jess sacram entado......................... 119
Pedagoga de la complementariedad - 33
Jess convoca a todos, a los grandes y pequeos protagonis
tas. En la multiplicacin, interpela a los discpulos. "Denles de
comer ustedes mism os" (Mt 14,17) y los moviliza.
r
E l Hno. E ug enio M a g d a l e n o e s relig io so m a rista de a m p li a a c t
en el ca m p o de ! a ed ucacin. Ha cumplido careas d o c e n te s en el
p r i m a r l o y secund arlo, y er. la U niver sidad de El Salvad or.
F u e r e c t o r e n distintos co le g i o s m a r i s t a s y, en la a c t u a l i d a d ,
C o leg io C h a m p a g n a t. Es v ia jero incansable; o f re c e ch arL jr^
c o n f e r e n c ia s , p a rticip a nd o e n c o n g r e s o s , en la A r g e n ti n a y en u ^ P
p a s e s . . ,
E s p r o f e s o r de L etra s por el C O N S U D E C , lic en cia d o en T e o l o g L j ^ ^ T
la U niversid a d L a ter a n en se de R o m a y profesor d e L i t e r a t u r a
c e s a por la S o r b o n a de P a r s . D o cto ra d o en T eo lo g a , en la A ^ j
v e r s i d a d d e El S a l v a d o r ( B u e n o s A i r e s ) .
E s m ie m b r o ciel Foro de la E d u c a c i n Superio r. J
En 1 9 9 9 . ia Fun dacin de P s i c o l o g a E x i s t e n c i a l y L og otera p ia le o t o rg el
Sentido de la vida", p o r su e x p r e s a y s i s t e m t i c a e n s e a n z a del sentido t r a s c e n d e n t r - ^
hom bre y e fomento d e la so lid aridad . La F u n d a c i n El Libro y el d ia r io C l a r f f l ^ ^
oto ruaron e ' G r e m i o V o c a c i n A c a d m i c a 2 0 0 1 " , p o r su d ed ica cin a p r o m o v e r la C S 0 *
d esd e a ed u ca ci n . ( ^ if t
O b r a s publicadas: H ijo s d e a P o s tm o d e r n id a d ( 1 9 9 6 ) ; La E d u c a c i n . Llave del i t ^ p i
M ile n io ( 1 9 9 9 ) ; C o n C r is t o c o n s tr u im o s la H is to r ia ( 1 9 9 9 ) ; P o r qu a rtic u la lj^ t
c r e c i m i e n t o a r m o n io s o e in te g ra l ( 2 0 0 0 ) ; La_ C a lid a d E d u c a tiv a , e n t r e la Utopia
r e a lis m o p e d a g g ic o ( 2 0 0 0 ) ; A r g e n t in o s : e l m e jo r b lin d a je . H o n e s tid a d ( 2 0 0 1 ) ; L a r w ^
c a n d a d e D io s ( 2 0 0 4 ) .