Ugarte Javier El Olvido de Los Estudios Históricos

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El "olvido" de los estudios histricos / Francisco Javier Ugarte Prez

En: Orientaciones: revista de homosexualidades, ISSN 1576-978X, N. 5, 2003 (Ejemplar dedicado a:


Exterminio bajo el nazismo) , pags. 7-28

[Documento facilitado por el autor del artculo]

El olvido de los estudios histricos1

Javier Ugarte Prez

Introduccin

Cuando se estudia la historia del sorprendente, y duro para el anlisis, siglo XX


la mirada se fija sin duda en el humo que sale de las chimeneas de los campos de
exterminio o en los cadveres semienterrados que aparecen en numerosas fosas
comunes excavadas por orden nazi. Pero cuando se analiza la composicin de las
cenizas de esas chimeneas, o los restos de las fosas, encontramos judos, s, pero
tambin enemigos polticos del rgimen, presos comunes, Testigos de Jehov, etc. Pero
la Historia, o por mejor decir los estudios histricos hechos por personas, claro est, con
una determinada concepcin sobre la vida, hasta hace poco no encontraban restos de
homosexuales (gays y lesbianas).
Sin embargo sabemos, cada da mejor, por el estudio de los archivos accesibles
y, por si eso fuera insuficiente, por el testimonio de los ya escasos supervivientes de las
persecuciones, que muchos homosexuales, sobre todo varones, fueron detenidos,
torturados y exterminados por ser slo eso, homosexuales. No por su pertenencia tnica,
ni por sus ideas polticas, a veces vergonzosamente simpatizantes con las oficiales. Su
nica culpa fue llevar a la prctica su orientacin afectiva y sexual. En su persecucin
coincidieron, y parecen seguir coincidiendo, todos los regmenes totalitarios. Les
separan ideologas, medios y fines, pero son similares en este objetivo como una forma
ms de lucha contra la disidencia. Por eso parece necesario preguntar cmo se puede
explicar este silencio sobre su exterminio. Son responsables los estudios realizados por
historiadores de ese silencio? Alguna culpa debe de tener su olvido puesto que de tan
largo y unnime no puede ser inocente. La inocencia nunca muestra tanta constancia y
sabidura en las preguntas que no debe hacer o los testimonios que no debe buscar; la
inocencia camina de la mano del azar y siempre se sorprende de lo que encuentra.
En la que pasa por ser la ltima entrevista concedida por Jean Paul Sartre dos
meses escasos antes de morir se le pregunt por qu l, el intelectual francs
comprometido por antonomasia, quien no se cans de denunciar todo tipo de injusticias
(reales o no), nunca dijo nada sobre el exterminio que sufrieron los homosexuales bajo
el rgimen nazi. Su respuesta fue,

Porque ignoraba este tipo de matanzas, si haban sido sistemticas y a cunta gente
haban afectado. No estaba seguro. Los historiadores hablan poco de ello. Poda
reprochar un montn de cosas a los dictadores, pero sa no poda reprochrsela porque
2
la ignoraba.

1
Una primera versin de este texto se present con el ttulo de El olvido de una memoria llena de culpa
como comunicacin en el I Congreso iberoamericano de tica y filosofa poltica que se celebr en Alcal
de Henares entre el 16 y el 20 de septiembre de 2002. Fue la primera vez que, en el conjunto del Estado
espaol, se expuso el tema en un ambiente acadmico.
2
Extracto de la entrevista realizada el 23 de febrero de 1980 por Barbedette, Lochu y Le Bitoux,
publicada en Gai Pied (marzo, 1980) y recogida en Seel y Le Bitoux (2001, 131).
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El "olvido" de los estudios histricos / Francisco Javier Ugarte Prez
En: Orientaciones: revista de homosexualidades, ISSN 1576-978X, N. 5, 2003 (Ejemplar dedicado a:
Exterminio bajo el nazismo) , pags. 7-28

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Sartre fue el filsofo que puso de moda los temas de la mala fe y la vida
inautntica durante la segunda mitad del siglo XX. Nada ms lgico que preguntarnos
si l cay en la misma falsedad que denunci en otros en relacin con este tema, la
matanza de homosexuales. Minti Sartre en esta entrevista o careca de informacin
una persona que sola estar bien informada de todo lo que suceda a su alrededor? A esta
pregunta intentar responder a lo largo de este estudio. Pero no solo a ella, claro est. En
realidad la usar como pretexto para analizar una serie de cuestiones que tienen que ver
con el tratamiento acadmico que ha recibido la homosexualidad a partir de la Segunda
Guerra Mundial.

Pierre Seel. Historia de un deportado homosexual

En 1994 apareci en Francia un libro que tard siete aos en traducirse al


castellano. Su ttulo, Pierre Seel. Deportado homosexual. En l encontramos lo que el
ttulo promete, el testimonio directo de un francs, Pierre Seel, originario de Alsacia,
fichado por supuesta homosexualidad cuando an era adolescente e internado con
dieciocho aos en el campo alsaciano de Schirmeck. Relatar brevemente la historia: a
Pierre Seel le roba el hombre con el que mantena relaciones en un parque. Como el
objeto robado, un reloj de pulsera, tena valor econmico y sentimental present una
denuncia. Sin embargo, el lugar del incidente, la hora, etc, pusieron en alerta a la polica
sobre el suceso que all haba tenido lugar y sometieron al joven Seel a preguntas y
situaciones humillantes. En sus propias palabras,

Haba entrado en la comisara como un ciudadano robado y sala como un homosexual


vergonzante (....) Ignoraba que mi nombre acababa de inscribirse en el fichero policial
de los homosexuales de la ciudad y que, tres aos ms tarde, mis padres se enteraran
3
as de mi homosexualidad.

Poco tiempo despus de este incidente estalla la Segunda Guerra Mundial y


Alemania se anexiona Alsacia y Lorena, provincias disputadas con Francia desde
tiempo inmemorial. Las autoridades de ocupacin se hacen cargo entonces de todas las
tareas administrativas, entre el jbilo de unos alsacianos y la desesperacin de otros. As
llegan a sus manos ficheros policiales donde aparece una homosexualidad que no estaba
condenada por las leyes, puesto que haba dejado de ser perseguida en Francia desde
1810 con la aplicacin del Cdigo Penal napolenico. Por lo tanto estos archivos eran
fruto de la arbitrariedad y la persecucin policial de los homosexuales; algo ilegal pues.
A Pierre Seel se le ordena pasar por las dependencias de la Gestapo el 3 mayo de 1941.
En ese edificio, durante diez horas, sufri todo tipo de crueldades que aqu no
voy a repetir porque estn detalladas en su biografa y quien est interesado en
conocerlas all puede encontrarlas. Solo dir que, cuando las autoridades alemanas
consiguieron que firmara su declaracin, el papel tuvo poco valor porque las manchas
de sangre hicieron la letra ilegible. A este da le siguieron otros dieciocho en una crcel
atestada de prisioneros y sin comida, y despus un furgn al campo de Schirmeck, muy
cerca de la frontera alemana, pero todava en territorio francs4. Eran muchos los

3
Le Bitoux y Seel (2001, 21).
4
Hoy de este campo ya no queda nada porque las autoridades francesas han convertido el suelo que
ocupaba en zona residencial.
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padecimientos que sufra quien era internado en un campo de concentracin que, a


menudo, lo era tambin de exterminio. Todas y todos supongo que tenemos algn tipo
de familiaridad con su funcionamiento, sea por haber ledo sobre el tema, sea por
haberlos visto en el cine. As que me limitar a sealar slo una de las reglas que
obligatoriamente haban de cumplir los internos, la destacar por la arbitrariedad a que
daba lugar; una norma, adems, que no siempre aparece recogida en los estudios.
Consiste en lo siguiente: era obligatorio que los prisioneros recogieran cualquier cosa
que se les cayera o encontraran en el suelo, fuese un pauelo, su escudilla, etc. Bien,
pues a veces los guardianes, sin motivos aparentes para los internos, cogan un papel o
la gorra de uno de ellos y la lanzaban contra las alambradas que delimitaban el campo.
Si el detenido iba a recogerla era abatido a tiros por intento de fuga, pero si no lo haca
era igualmente abatido por desobedecer una orden. A cambio de terminar con un
prisionero que se haba intentado fugar, los miembros de las SS reciban como premio
un permiso especial de tres das y una cierta cantidad de dinero5; as perdieron la vida
muchos prisioneros que no gozaban de las simpatas de las SS6.
Pierre Seel estuvo pues en Schirmeck durante seis meses, de mayo a noviembre
de 1941. Le dejaron salir por buena conducta, por su juventud y, sobre todo, porque
firm una declaracin en la que aceptaba la nacionalidad alemana, como podan hacer
muchos alsacianos bajo la ocupacin. Formaba parte de la poltica nazi el intentar
aprovechar a los arios que enmedaran una conducta perjudicial para el rgimen; ello
inclua a los ciudadanos de zonas consideradas alemanas, como Alsacia y Lorena. Esto,
por supuesto, fue una trampa porque a cambio de libertad momentnea le oblig a
combatir los aos siguientes como soldado raso del ejrcito alemn en los peores
escenarios posibles, incluyendo el frente ruso. Pero no adelantemos acontecimientos.
Podemos preguntarnos qu suceda en el campo cuando los prisioneros se quedaban
solos, por la noche, bajo la vigilancia del capo y sus secuaces. Seel nos cuenta que

En el barracn se haban constituido grupos segn las diversas afinidades, polticas a


veces, lo que aminoraba algo el aislamiento y la dureza de la cotidianeidad. Yo no
formaba parte de ninguno de los grupos de solidaridad. Con mi cinta azul, rpidamente
descifrada por mis compaeros de infortunio, no tena nada que esperar de ellos: el
delito sexual es una carga adicional en la identidad carcelaria (....) En el universo de los
7
detenidos yo era un elemento completamente despreciable, una minucia sin alma.

Debo aclarar que, aunque el tringulo rosa era la forma corriente de marcar a los
homosexuales en los campos que estaban en Alemania o en la Europa del Este,
previamente se usaron otros distintivos como brazaletes amarillos con la letra A
impresa, largos lunares negros o el nmero 175, en alusin al artculo 175 del Cdigo
penal que castigaba las relaciones entre personas del mismo sexo desde el siglo XIX. Al

5
Heger (2002, 62). El libro es una biografa del superviviente Joseph Kohut, escrita por Heinz Heger,
pseudnimo a su vez del escritor viens Hans Newmann, ya que el protagonista de los hechos deseaba
contar su historia pero no se senta con talento suficiente para hacerlo por s mismo, ni quera salir a la luz
pblica. Para entender el anonimato, tanto del escritor como del biografiado, debe recordarse que cuando
se publica esta obra la homosexualidad segua estando perseguida en la mayor parte de Europa; por otro
lado las editoriales se resistan a publicar un libro con ese contenido.
6
Este hecho lo encontramos recogido tanto en la obra de Seel como en Bent, obra de teatro escrita por
Martn Shermann. Bent est inspirada en el texto de Heger.
7
Le Bitoux y Seel (2001, 40).
3
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final se impuso el tringulo rosa como la forma corriente de sealar a los varones
homosexuales. Sin embargo, en el campo alsaciano de Schirmeck, parece ser que se
usaba una cinta azul con el mismo objetivo, de ah el comentario que acabamos de ver8.
De la cita se deduce que los oprimidos seguan y reforzaban la discriminacin de los
opresores; el barracn era un microcosmos que reproduca el macrocosmos poltico.
Pero, dice la verdad Pierre Seel? Diciendo la verdad exagera, quizs? Existi
el exterminio homosexual? Si existi, con qu alcance? Recordemos la ignorancia que
haba puesto Sartre como justificacin para no hablar de tema. Pierre Seel se decide a
contar su historia tras haber callado durante casi cuarenta aos. Tuvo que guardar
silencio todo ese tiempo por vergenza, por miedo a las represalias contra su familia, y
porque la homosexualidad haba vuelto a ser castigada en Francia, en 1942 bajo el
gobierno de Ptain, tras siglo y medio de despenalizacin. Lo mismo sucedi en
Alemania, donde sigui en vigor el artculo 175 tras la derrota del nazismo9.
Sin embargo Pierre Seel se decide, finalmente, a hablar. Y por qu lo hace?
Habla porque su vida, a los cincuenta y nueve aos, era un fracaso completo por intentar
borrar su homosexualidad: divorciado, al borde del alcoholismo y con muy poco respeto
por s mismo. Lo hace tambin porque en 1982, el entonces obispo de Estrasburgo,
declara a la prensa sin ambages que considera a la homosexualidad como una
enfermedad. Por lo tanto respeta a los homosexuales pero como respeta a los
enfermos10. Pierre Seel se indign enormemente al or esas palabras; era imposible
seguir callado y dejar que los dems se aprovecharan de su posicin y poder para
insultar, despreciar, negar su vida y, con ella, la de todos los homosexuales. Porque ese
tipo de discursos fue el que llev a la persecucin y al asesinato de inocentes por parte
de los nazis. De ah que, con los aos, acabara escribiendo su autobiografa.

El exterminio de homosexuales y los estudios histricos

En la preparacin de este artculo he podido consultar todo tipo de libros y


artculos sobre la Alemania nacionalsocialista, desde textos que detallan la vida en estos
campos como los escritos por Primo Levi, hasta otros que, dentro de cierta corriente de
revisionismo histrico, pasan de largo sobre el tema porque, aparentemente, tal cosa no
ha existido. El resultado de mis investigaciones es pobre sobre el tema que me ocupa

8
Los smbolos ms frecuentes eran los siguientes: tringulo amarillo para los judos, rojo para los
disidentes polticos, verde para los criminales de derecho comn, morado para los Testigos de Jehov,
marrn para los gitanos, rosa para los homosexuales. Un hecho revelador de la jerarqua dentro de los
barracones es que los presos polticos teman que, con el lavado, el tringulo rojo de su ropa perdiese
color y acabase pareciendo rosa.
El mencionado tringulo rosa, con el tiempo y a consecuencia de la persecucin nazi, se ha
convertido en el smbolo internacional de muchos grupos que luchan por los derechos de gays y
lesbianas.
9
La homosexualidad fue despenalizada en Francia en 1982, durante el primer mandato de Franois
Mitterrand. El artculo 175 entr en vigor en toda Alemania en 1871, a raz de la unificacin,
imponindose el cdigo de Prusia sobre las legislaciones de otros estados como Baviera y Hannover, que
haban despenalizado la homosexualidad a comienzos del S. XIX como consecuencia de la influencia que
tuvieron las ideas ilustradas en esos territorios. El artculo 175 sigui en vigor en las dos Alemanias
mucho tiempo despus de terminar la Segunda Guerra Mundial.
10
Es curioso que un obispo catlico hable de enfermedad, concepto mdico, en lugar de pecado o culpa,
conceptos teolgicos propios de su formacin. Muestra evidente del peso que han perdido las categoras
religiosas, sustituidas por las cientficas, para juzgar la realidad.
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porque los historiadores no suelen detenerse en el exterminio de estas personas ni


escribir sobre l.
Sin embargo uno de los pocos estudios que he podido encontrar es la obra de
Olga Wormser y Henri Michel, Tragdie de la dportation 1940-1945, publicada en
1955, y premiada por la Academia Francesa. Estos autores aportan un documento del 28
de agosto de 1940 del Servicio alemn de seguridad (Documentacin Arolsen). Se trata
de un documento redactado para uso interno por las autoridades nazis siete aos despus
de crearse el primer campo de exterminio, y donde, finalmente, hacen una clasificacin
segn su funcionamiento y objetivos. Segn ste los campos seran de tres tipos:

Tipo 1: Creados para las ofensas menores. Entre ellos estaran Dachau y
Sachsenhausen;

Tipo 2: Creados para ofensas ms graves. Este segundo tipo agravaba las condiciones
de vida y trabajo. Entre ellos estaran Buchenwald y Auschwitz;

Tipo 3: Autnticos molinos de huesos de donde era extremadamente raro salir vivo.
Entre ellos se encontraban Mauthausen y Gros-Rosen.

Cierto que esta clasificacin es un tanto arbitraria, puesto que Auschwitz, pese a
pertenecer al segundo tipo, era el campo modlico de exterminio, si es que tal hecho
puede calificar as. Tambin influa en el nivel de supervivencia dentro de cada campo
que la preocupacin dominante en un momento determinado fuese la productividad o el
exterminio, lo que a su vez dependa de la marcha de la guerra. Ahora bien, como los
autores dicen, y por eso se aporta aqu, el objetivo de la Gestapo y las SS era situar en el
tercer tipo a todos los criminales, homosexuales, judos y cierto tipo de presos polticos
que les parecan especialmente peligrosos, todos ellos con independencia de su
nacionalidad11. Y si bien la clasificacin es arbitraria porque los del tipo uno podan
serlo del dos, y los del dos ser del tres, lo que no sucedi es que los del tercero fuesen
del segundo. Por tanto el que los homosexuales fuesen internados con preferencia en los
del tipo tres (o del dos que funcionaba como tres) conduca a una muy probable
aniquilacin. Este era el objetivo, y as debemos suponer que sucedi por encima de los
avatares polticos que vivi el rgimen nazi. Era adems objetivo personal de Himmler
que as fuese, como se ver ms adelante.
De hecho, siguiendo las investigaciones de R. Lautmann en varios campos de
concentracin, se puede afirmar que el 60% de los homosexuales internados en los
campos murieron durante su encierro, comparado con el 41% de los prisioneros
polticos y el 35% de los Testigos de Jehov. Lo que es ms, despus de cuatro meses
uno de cada cuatro internos haba muerto; despus de un ao, uno de cada dos. La suerte
fue distinta para prisioneros polticos y Testigos de Jehov, quienes sobrevivan en
mayor numero tras el primer ao de encierro (cuatro de cada cinco Testigos y dos de
cada tres prisioneros polticos)12. El nivel de supervivencia de los homosexuales era tan
bajo como el de los judos, pese a no ser objetivo especfico del nazismo terminar con
todos los homosexuales arios, como s lo fue terminar con todos los judos. Entonces
podemos preguntarnos por los motivos de unos porcentajes de supervivencia tan bajos.

11
Wormser y Michel (1955, 67-68).
12
Lautmann (1981, 3 y sgs.).
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El mismo Lautmann apunta unas hiptesis que coinciden con las declaraciones
de los homosexuales que sobrevivieron al exterminio. Hiptesis que aqu se consideran
tambin vlidas. En primer lugar no exista una solidaridad social con esos prisioneros,
como s exista con otros, ni una red externa de apoyo. Cada homosexual detenido no
poda confiar en que otro homosexual del exterior se preocupara por l e intentara hacer
algo para sacarle de all so pena de ser acusado y detenido por el mismo delito; a
menudo no reciba ayuda ni siquiera de su familia. Por otro lado, al ser considerados,
tanto por el rgimen nazi como por la sociedad, cobardes y afeminados, no se ponan en
sus manos tareas de responsabilidad, administracin de los barracones, etc, que
ayudaban enormemente a seguir vivo porque se asesinaba preferentemente a quienes no
tenan ninguna funcin asignada ni trato con las autoridades; quienes realizaban estas
funciones no era probable que tuviesen que ir a recoger su gorra a las alambradas. En
tercer lugar no podan ayudarse entre ellos porque cualquier acercamiento sera visto
como una negacin de su cura o rehabilitacin, cosa que s podan hacer otros
prisioneros. Nadie se extraaba de que un judo se acercara a otros judos, por ejemplo,
ni lo iba a denunciar por ello. Los homosexuales estaban solos como nadie ms lo
estaba. Finalmente, como su vida no pareca tener mucho valor fuera del campo,
entonces tampoco tena valor dentro de l13. Ni para los nazis, que les encargaban los
trabajos ms duros y los sometan a los experimentos mdicos ms crueles, ni para el
resto de los internos, que podan negarse a ayudarles en el caso de necesitarlo.
Por lo tanto los homosexuales pasaran fcilmente a convertirse en
musulmanes14, calificativo que designa el estado lmite de supervivencia a la que
llegaba un interno y cuyas caractersticas eran la desnutricin aguda, los actos
mecnicos e inconscientes, el encorvamiento de la espalda y la consiguiente dificultad
para caminar. Se trataba ser seres humanos incapaces ya para el trabajo y que entraban
mansamente en los convoyes dirigidos a las zonas de exterminio dentro del campo o de
otros lagers. Heger cuenta lo siguiente sobre los criterios de seleccin de un nmero
determinado de prisioneros para enviar de los campos de concentracin a los de
exterminio, donde encontraran la muerte segura,

Se dejaba a la oficina de prisioneros, encabezada por el decano del campo, la labor de


seleccionar a los presos que deban ser enviados al exterminio. Si el decano era un preso
poltico, era un hecho seguro que la mayor parte de los prisioneros elegidos para el
15
exterminio seran hombres con el tringulo rosa.

Para entender el comentario debe sealarse que cada grupo dominante de un


campo elega a miembros de los otros grupos para llenar el cupo de sujetos condenados
a morir. Reafirmaba as su poder frente a los dems y la fidelidad de sus adhesiones, es
decir se volva ms fuerte. Como los tringulos rosas no eran dominantes en ninguno,
entonces eran elegidos como vctimas preferidas por todos los dems, junto con los
gitanos, que se encontraban en la misma situacin.
Asesinar homosexuales fue entonces un objetivo reconocido por la Gestapo y las
SS, aunque en numerosos discursos de los aos treinta, tanto Heinrich Himmler, jefe
primero de las SS, luego de la Gestapo, y finalmente responsable mximo de los

13
Lautmann (1981, 3). Ver tambin Plant (1986, 166-169).
14
Para el uso del concepto de musulmn y su descripcin se puede consultar Primo Levi (2002) y para
su anlisis Agamben (2000).
15
Heger (2002, 136).
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campos, como Hitler, haban asumido pblicamente la funcin de terminar con los
homosexuales (adems de con los judos). No tenemos ms que ver lo que sucedi en la
conocida como Noche de los cuchillos largos, el ltimo fin de semana de junio de
1934. Entonces Goering y Himmler ordenaron asesinar a Ernst Rhm y a muchos otros
dirigentes y miembros de las SA, por supuesto con el conocimiento de Hitler, bajo la
acusacin de que este cuerpo nazi estaba formado por homosexuales que, en virtud de
sus afinidades, preparaban una conspiracin contra el Fhrer16. Es decir, la
homosexualidad era la base para una conspiracin. Debo decir que aunque Ernst Rhm
y su ayudante Edmund Heines eran conocidos homosexuales, la mayora de los
trescientos miembros de las SA asesinados aquellos das no lo eran, as que fueron
asesinados bajo esa acusacin pero por otros motivos como ajustes de cuentas
personales, luchas por el poder dentro del rgimen entre las SA de Rhm y las SS de
Himmler, intento de tranquilizar a los altos mandos del ejrcito por el poder creciente
que tenan las SA dentro del Estado descabezndolas, etc17.
De hecho, en 1934, se cre dentro de la Polica Secreta del Estado, es decir
dentro de la Gestapo, una divisin especial para perseguir a los homosexuales. Dos aos
ms tarde, en 1936, Himmler cre una Oficina Central para combatir la
Homosexualidad y el Aborto: la Oficina Especial (IIs), un Subdepartamento del
Departamento Ejecutivo II de la Gestapo. La unin de la homosexualidad y el aborto
reflejaba la poltica nazi de promover la natalidad, ya que una de las dificultades que
podan encontrar para implantar su programa totalitario primero en Europa, y luego en
el resto del planeta, era la insuficiencia numrica de la raza aria.
A la cuestin de porqu el rgimen hitleriano persegua a los homosexuales se
puede contestar que, bsicamente, porque los consideraba perjudiciales para la pureza
de la raza germnica. Perjudiciales en un doble sentido. Por un lado el homosexual no
se reproduca, segn los idelogos nazis, lo que reduca el nmero de nacimientos
futuros. Cuando digo que no se reproducan quiero decir, en primer lugar, que los nazis
crean que la homosexualidad masculina abarcaba casi todo el campo. O, dicho con
otras palabras, que las lesbianas no suponan la misma amenaza que los varones; de
hecho el artculo 175 no mencionaba la homosexualidad femenina. Aunque una mujer
tuviese relaciones con otras, pensaban que esto era una etapa de inmadurez que se
resolvera fcilmente con el paso del tiempo. Se consideraban recuperables para la raza
y la maternidad, a diferencia de los varones. Por lo tanto aunque tambin fueron
perseguidas, y se encuentran documentados unos cuantos casos18, no lo fueron con la
saa con que lo fueron los homosexuales masculinos.
Pero si, excepcionalmente, los homosexuales se llegaban a reproducir entonces
las consecuencias seran temibles porque, segn la doctrina eugensica en boga, y no
slo en Alemania, tambin en las democracias occidentales, transmitiran a sus
descendientes una serie de rasgos psicolgicos y emocionales negativos, como la
mentira y la cobarda, adems de la homosexualidad, es de suponer. Es sabido que el
nazismo asociaba los valores morales y sociales con la sangre, la cultura superior con la

16
(...) Hitler, tomando la palabra ante los jefes de las secciones de asalto supervivientes en Munich, el 30
de junio, a medioda, justo despus de las primeras ejecuciones, declara que, por su sola moral
corrompida, esos hombres merecan morir Shirer (1963, 247) [Traduccin propia]. Uno se pregunta,
como hace Klaus Mann, si antes de esta fecha Hitler no conoca perfectamente la moral corrompida de
sus secuaces.
17
Koskovich (1997, )
18
Schoppman (1996, 20 y sgs.).
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sangre alemana, la inferior con los pueblos salvajes y semitas, de donde permitir la
reproduccin de una sangre que no se adecuaba a los valores supremos, como era el
caso de la sangre juda, gitana, homosexual, eslava, etc, era una traicin al pueblo
alemn. Era su debilitamiento y su fin19.
En opinin de Gerard Koskovich, la persecucin de homosexuales que comenz
con la Noche de los cuchillos largos es un hecho significativo por un buen nmero de
razones. En primer lugar porque ayud al ministro Joseph Goebbels a elaborar tcticas
de manipulacin de la opinin pblica tan eficaces que luego fueron usadas para el ms
amplio programa racista y antisemita. En segundo lugar porque demostr cmo la
acusacin de homosexualidad poda ser usada para coaccionar a cualquiera, tuviese o no
esa orientacin sexual y afectiva. De hecho, quien se ganara las enemistades del partido
nazi poda ser acusado y castigado con las penas ms duras que permitieron las varias
ampliaciones que se hicieron del artculo 175. Era juzgado formalmente, aunque sin
neutralidad judicial, si se trataba de una persona importante; extrajudicialmente y sin
formalidades si no lo era. Esto, evidentemente, permita una flexibilidad en el uso que
no tenan otros trminos, como el de judo, por ejemplo. En tercer lugar supuso el
despliegue de la nueva poltica genocida; la aceptacin que tuvo entre la poblacin
alemana el asesinato de personas bajo la acusacin de que eran homosexuales anim a
los nazis a pensar que la puerta estaba abierta al uso futuro del exterminio sobre otras
poblaciones20. Al fin y al cabo, se puede pensar, si el asesinato de unos ciudadanos se
realiza ante la indiferencia de la mayor parte de la poblacin, por qu no asesinar a
muchos otros si suponen tambin una dificultad para llegar al Estado totalitario aunque
presentndolo como una poltica destinada al bien del pueblo alemn?
Como muestra del conocimiento que tenan que tener los historiadores de la
poltica nazi hacia los homosexuales, su persecucin y exterminio, me detendr en el
discurso pblico que el mismo Himmler pronunci el 10 de octubre de 1936, donde
expuso algunos de sus principios ideolgicos. Tras afirmar que Alemania estaba
rodeada de enemigos dispuestos a destruirla a la menor ocasin arremete, sin mediacin
aparente, contra las homosexuales y expone la poltica que el rgimen nazi estaba
siguiendo para terminar con ellos. Afirma que

Como Nacional Socialistas no tenemos miedo a luchar contra esta plaga dentro de
nuestras propias filas. Como si hubiramos vuelto a adoptar el antiguo punto de vista
germnico sobre la cuestin del matrimonio entre razas extraas, as, tambin, en
nuestro juicio de la homosexualidad un sntoma de degeneracin racial destructiva
para nuestra raza- hemos vuelto al principio nrdico que [dice que] los degenerados
21
deben de ser exterminados. Alemania se levantar o caer segn la pureza de su raza

Es decir, Himmler parece creer en una mtica edad dorada donde los principios
de segregacin racial y moral eran el secreto de la supremaca de unas razas sobre otras.
Quizs del triunfo de los viriles germanos sobre los afeminados latinos siglos atrs. Por

19
A ello deben sumarse las obsesiones personales de Himmler, que sin duda crecieron en odio hacia los
homosexuales cuando la figura de Ernst Rhm, que era en la prctica su superior dentro de la jerarqua
nazi aunque dirigiese otro cuerpo, bloqueaba el ascenso de las SS. Su carrera poltica y ambicin personal
no quedaron despejadas hasta la Noche de los cuchillos largos y el posterior debilitamiento de las SA.
Ver para ello, Plant (1986, 54-104). Es decir, los captulos segundo (The Rehm Affair) y tercero (The
Great Inquisitor).
20
Koskovich (1997, ......) en este mismo volumen. Ver tambin Plant (1986, 67-69).
21
Plant, 111[Traduccin propia].
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El "olvido" de los estudios histricos / Francisco Javier Ugarte Prez
En: Orientaciones: revista de homosexualidades, ISSN 1576-978X, N. 5, 2003 (Ejemplar dedicado a:
Exterminio bajo el nazismo) , pags. 7-28

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haber olvidado esos principios Alemania se encontraba postrada; para levantarla era
necesario volver a cumplirlos a cualquier precio. Entre las medidas a tomar, y Himmler
no puede hablar ms claro ni ms alto, se encuentra el exterminio de los homosexuales.
No fueron simples palabras porque el 4 de abril de 1938 dicta una orden por la cual
todos los hombres condenados por crmenes homosexuales deban ser trasladados
directamente a campos de concentracin. Revisa la orden en 1940 para afirmar,
simplemente, que deban ser trasladados22. Adnde deban serlo no se dice con
claridad, puesto que al comenzar la guerra las autoridades nazis dejaron de ser claras en
muchos aspectos que tenan que ver con el genocidio, pero es fcil deducirlo.
No abundar en ms citas similares porque en estas y otras declaraciones se
comprueba lo claro que hablaban las autoridades nazis y lo mucho que se han ignorado
sus palabras. Es como si los nazis fuesen unos asesinos con tan poca conciencia de
culpa que dijesen siempre la verdad sobre lo que iban a hacer, y adems fuesen
coherentes con sus proyectos. Y, en cambio, muchos historiadores que estudiaron esos
aos, a quienes podemos y debemos suponer perfectamente conocedores de estas
palabras y de todo lo que rode la masacre de las SA, fuesen pacficos sabios incapaces,
quizs, de enfadarse con nadie o de sufrir un acceso de clera, pero incapaces tambin
de decir toda la verdad para no herir el pudor del pblico.
As se puede decir que en muchos estudios sobre la Segunda Guerra Mundial o
el rgimen hitleriano se dan listas de detenidos en los campos y encontramos la
conocida, por repetida, clasificacin: judos y comunistas de las ms diversas
nacionalidades, republicanos espaoles, miembros de la resistencia de todos los pases
invadidos, ciudadanos rusos, polacos, etc. Pero pocas veces homosexuales23o gitanos.
Se sabe a ciencia cierta que los nazis perseguan a los homosexuales, pero cuando se
habla de las vctimas de los campos de exterminio, no se los nombra por ningn lado
Pero qu teman los estudiosos de esos aos, desarrollar una carrera profesional menos
brillante? Por qu no hablaban de la persecucin y exterminio de los homosexuales
cuando Himmler se expresaba con tanta claridad? Fueron homfobos, es decir,
detestaban a los homosexuales y su negacin fue solo la expresin de su homofobia?

Homofobia, Historia, Filosofa

El historiador del Derecho Daniel Borrillo relaciona la homofobia, en sentido


general, con la xenofobia, el racismo, el sexismo y el antisemitismo. Todas stas seran
manifestaciones arbitrarias que sealan al otro como contrario, inferior o anormal24. Ese
otro puede quedar fuera del universo comn de los humanos, y se convierte entonces en
el objeto de miradas curiosas y discursos negadores de su humanidad. Borrillo seala
que

La homofobia es un fenmeno complejo y variado que se adivina en las bromas


vulgares que ridiculizan al afeminado, pero que tambin pueden revestir formas ms

22
Plant, 215.
23
Por ejemplo en el texto de Zentner (1978). Por citar un texto escrito originalmente en castellano dentro
de la misma lnea, vase Saa (1980). Como excepcin a este silencio se podra mencionar la obra de
Eugen Kogon (1965, 82). Pero, como apunta su ttulo, Sociologa de los campos de concentracin, esta
obra desarrolla un enfoque sociolgico.
24
Borrillo (2001, 13 y sgs.).
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El "olvido" de los estudios histricos / Francisco Javier Ugarte Prez
En: Orientaciones: revista de homosexualidades, ISSN 1576-978X, N. 5, 2003 (Ejemplar dedicado a:
Exterminio bajo el nazismo) , pags. 7-28

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brutales, que lleguen a la voluntad de exterminacin del otro, del homosexual, como fue
el caso de la Alemania nazi. La homofobia, como toda forma de exclusin, no se limita
25
a constatar una diferencia: la interpreta y extrae conclusiones materiales

Qu conclusiones materiales extrae la homofobia, podemos preguntar a partir


de la ltima frase de la cita? Quizs que no sea oportuno hablar del sufrimiento de
personas que no estn bien vistas por la sociedad, es decir que es mejor callar aquello
que, si se dice, nadie va a felicitar a su portavoz o testigo por decirlo. Si el mundo de los
barracones repeta la jerarqua social del universo nazi denunciada por Seel, es muy
probable que los historiadores se hayan contagiado del mismo sistema de valores y si,
por ejemplo, no quieren hablar de los gitanos ni de los homosexuales quin se lo iba a
reprochar, quizs alguna autoridad acadmica reconocidamente homosexual? Era poco
probable.
Ahora bien, no ajustar cuentas slo con los estudios histricos, lo har tambin
con la Filosofa. Si se formulara la pregunta acerca de la postura que han adoptado los
filsofos contemporneos sobre el tema que se ha desarrollado en este artculo, la
respuesta es que no ha tomado ninguna, que se sepa. Parte de la Escuela de Frankfurt
reflexion sobre lo acontecido en los campos del infierno; un autor como Adorno se
ocup en profundidad del tema, de denunciar la falta de sentido de la cultura
contempornea desde entonces, de la imposibilidad de su continuacin. Adorno no
recoge ms que la matanza de judos, es cierto, pero lo que hace es reflexionar en
general sobre el sentido del fenmeno, ms que especificar sobre sus vctimas. Por lo
tanto no debemos esperar en l un acercamiento a cada una de las categoras de
asesinados para realizar una reflexin independiente.
Ms graves son otros silencios, en primer lugar el de Heidegger. Porque, como
seala Ricardo Foster26, si pudo haber sido fruto de su ambicin y precipitada falta de
reflexin el aceptar responsabilidades acadmicas bajo el nazismo, no fue ni una cosa ni
la otra su persistente silencio posterior sobre lo que aconteci en los campos, acerca de
su misma existencia. Y eso en un filsofo que haba hecho del conocimiento de los
aspectos de la temporalidad los rasgos constitutivos para la comprensin del ente.
Cuarenta aos de silencio son demasiado tiempo para haber sido contemporneo a lo
sucedido, vivir en el lugar y momento oportunos, y no hablar de ello. Pocos alemanes,
seguramente ninguno, en mejor posicin intelectual que Heidegger para pensar sobre
esos hechos. Sin embargo en l no encontramos ni alusin al tipo de inocentes que
fueron a parar a los campos, ni referencias al hecho de su existencia; es como si nada de
eso hubiese sucedido. El suyo es un silencio enorme que pesa atrozmente sobre la
filosofa que con tanto trabaj ayud a levantar, sobre una metafsica que descubre en la
fundamentacin en el tiempo histrico su base ms segura.
Si los estudios histricos no entraron, no quisieron entrar, en el reconocimiento
de determinadas vctimas de la matanza y los filsofos, en demasiadas ocasiones, ni
siquiera trataron el asunto, cmo sabemos que estos hechos se produjeron? quines
son los testigos que pueden hablar del exterminio de homosexuales? Sin duda Pierre
Seel y H. Heger/Joseph K., pero no slo ellos. A Pierre Seel lo podemos ver en un film
documental que ha recibido varios premios internacionales, Paragraph 17527. Aqu,

25
Borrillo (2001, 16).
26
Foster (2002).
27
Epstein (1999). Evidentemente el ttulo del film documental se refiere al artculo del cdigo penal
alemn que sancionaba la homosexualidad.
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El "olvido" de los estudios histricos / Francisco Javier Ugarte Prez
En: Orientaciones: revista de homosexualidades, ISSN 1576-978X, N. 5, 2003 (Ejemplar dedicado a:
Exterminio bajo el nazismo) , pags. 7-28

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adems, aparecen recogidos testimonios de franceses y alemanes que fueron detenidos,


internados, torturados en los campos nazis de exterminio diseminados por varios pases
y que, pese a todo, milagrosamente consiguieron sobrevivir a tanta crueldad y dolor.
Decidieron dar ese paso adelante y declarar pblicamente lo que haban callado durante
tantos aos para impedir que el olvido o la mentira negasen lo que fue, borrasen lo que
hubo. Frente a la cobarda y egosmo que aduca Himmler como sus rasgos innatos, han
demostrado ser valientes y generosos. Gracias a ellos podemos conocer lo que ni otros
supervivientes, ni la inmensa mayora de los historiadores, han querido contar sobre lo
que pas en Alemania y las zonas de Europa control nazi.

Conclusiones

Como conclusiones de las pginas anteriores creo que se puede afirmar lo


siguiente:

1) No se puede acusar a Sartre de mala fe cuando afirm que no habl de la


persecucin de homosexuales por el rgimen nazi porque no la conoca. Quizs podra
haber hecho un poco ms por informarse, quizs podra haber sabido ms. Pero si la
mala fe es el desconocimiento consciente de determinados hechos, Sartre no puede
ser acusado de esa falta.

2) Si la homofobia es la consideracin de los homosexuales como personas inferiores a


las heterosexuales, y extrae conclusiones de la diferencia, entonces la inmensa mayora
de los historiadores que estudiaron el genocidio han sido homfobos. Si el barracn de
los campos reprodujo un sistema de valores que los nazis defendieron, pero que estaba
vigente mucho antes de que llegasen al poder, los estudios histricos, durante dcadas,
reprodujeron los prejuicios del barracn. Tambin los filsofos, en la medida en que
tiene la responsabilidad de reflexionar sobre lo sucedido, han cado en el mismo
culpable silencio.

3) Hace falta todava un estudio profundo de este fenmeno. Es cierto que desde finales
de la dcada de los ochenta, aproximadamente, el tema merece ms atencin. Pero
tambin lo es que la persecucin de homosexuales y gitanos son los grandes olvidados
de los estudios sobre los totalitarismos en Europa, de derecha o de izquierda.

4) El encubrimiento de este hecho por los historiadores no se ha producido en otros


campos culturales como el teatro (Bent), el gnero (auto)biogrfico (Hans Heger, Pierre
Seel) o el cine (Paragraph 175). Escritores, directores de cine o los mismos museos
(como el Holocaust Memorial Museum de los Estados Unidos) han ocupado ese espacio
de reivindicacin y han conseguido que el olvido no fuese completo.
Es decir, donde los expertos de la ciencia histrica no han querido hablar, otras
creaciones culturales lo han hecho. Es lgico que as sea porque algo que form parte de
la enormidad que supuso el genocidio nazi no es fcil que permanezca indefinidamente
ocultado o silenciado.

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El "olvido" de los estudios histricos / Francisco Javier Ugarte Prez
En: Orientaciones: revista de homosexualidades, ISSN 1576-978X, N. 5, 2003 (Ejemplar dedicado a:
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www.chez.com/triangles Artculos en francs e ingls que reflexionan y documentan la


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El ttulo de su portada, Historia de una deportacin apartada, da idea del objetivo de
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www.holocaust-trc.org/homosx.htm Pgina web del Holocaust Teacher Resource


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