Derroitte, Henri - 15 Nuevos Caminos para La Catequesis Hoy PDF
Derroitte, Henri - 15 Nuevos Caminos para La Catequesis Hoy PDF
Derroitte, Henri - 15 Nuevos Caminos para La Catequesis Hoy PDF
nuevos caminos
para la catequesis hoy
nuevos camInos
para la catequesis
lli@y
W
EdItorial SAL TERRAE
Santander - 2008
Ttulo del original francs:
Thologie, mission el calchese
2002 by dItIOns Lumen VItae
Bruxelles
En coedicIn con
Novalls (Canada)
Traduccin:
Jos Luis Saborido Cursach
DIseo de cubIerta.
Mara Prez Agmlera
[email protected]
IlustracIOnes de portada: IStockphoto.com
ImpreSIn y encuadernacin:
Grafo, S.A. - Basaun (Vizcaya)
/
INDICE
. -u 911
1. Introduccin,
. f
por H enn DERROITTE . 7
4. Catequesis de adultos,
por Gllles ROUTHIER ........................... 43
Introduccin
HENRI DERROITTE
2
2. bid., p. 115.
con seres humanos3 El psiclogo de la rehgIn, por su parte, re-
cuerda que cuando DIOS tom la mICIatIva de conclUIr una alIan-
za con el pueblo, lo hIZO mediante la palabra palabra que revela
a un tiempo a Yahv como DIOS personal, coloca al hombre fren-
te a s como ser personal, y crea la mueva reahdad dIVmo-huma-
na que ser la hIstona de la alIanza4 El ser humano descubre lo
que es ser cnstIano, pnmero en la persona de Jesucnsto, y segun-
do, en la persona de qUIenes SIguen a Jesucnsto medIante la prc-
tica del amor cnstIano
***
i,
I
4
CATEQUESIS DE ADULTOS
Gilles RUTHIER
(,
La tradicin
***
BIBLIOGRAFA
,,
5
UNA CATEQUESIS INTERGENERACIONAL
AlIan HARKNESS
La prctica de la CIG
Animar a la participacin
Tal vez haya lectores que, inspirados por las observaciones he-
chas en este artculo, quisieran comenzar a realizar programas de
elG en su parroquia. Sera arriesgado introducirlos sin una plani-
ficacin previa detallada. Las siguientes cuatro etapas pueden
ayudar a hacer una transicin eficaz hacia estrategias de elG:
*** , .
BIBLIOGRAFA
l. Referencia de libros
Qu es la catequesis simblica?
En resumen
***
BIBLIOGRAFA
~atequesis permanente?
La formacin permanente:
un concepto nuevo en una sociedad cambiante
3 [bId p 19
empleados4 De todo ello resulta un estado de mmo por el que
un autor puede llegar a hablar de la formacln permanente como
un derecho humanos
En 1978 se aportan algunas correCClOnes a esta ley, pero es en
1984 cuando se le da una nueva onentacln El proyecto de for-
maCln permanente ya no es mcumbencla mcamente del Jefe de
empresa pues tiene que consultar con el conjunto de particlpantes
soclales y, a la vez, se establece la obhgacln de mclUlr toda for-
maCln permanente en una perspectiva profeslOnal ms ampha
que conCierne a todo el sector profeslOnal de la empresa y tiene
en cuenta el contexto econmlCo y tcmc0 6 De ah se denva, pa-
ra el asalarlado o para el parado, un mayor reconOClmlento de la
formacln adqumda, y para la empresa, la necesldad de pensar la
formacln permanente en el marco global de un sector econrm-
co y una socledad en evolucln
, ,
Nuevos modos de concebir la catequesis: ~. r J Ji
J. Colomb y la corriente catecumenal
~~A semejanza de la unin europea que declar el ao 1996 co-
mo "ao de la formacin a lo largo de la vida", Joseph Colomb '.
abogaba ya en esos aos 50 por un "catecismo (una catequesis) j
a) La corriente catecumenal
SalIda de las refleXIOnes llevadas a cabo en los cursos mternacIO-
nales 12 de catequesIs al comIenzo de los aos 60, la comente ca-
tequtIca llamada catecumenal mSIste en un proceso de tres eta-
pas Dos de estas etapas se consIderan como pre-catecumenado y
la tercera como realmente catecumenal
La pnmera etapa comIenza a partir del hombre tal como es
El futuro catecmeno debe ser capaz de prepararse para com-
prender, como un reto, el anuncIO que se le har de la fe El m-
todo, aqu, sera el dIlogo Los contenrdos sern antropocntncos
con el objetivo de crear dIspOSIcIOnes de acogIda del mensaje en
el futuro catecmeno La segunda etapa conSIste en un anuncIO
de la hIstona de la salvaCIn a qUien parece que est dIspuesto a
aceptar el mensaje de fe El anuncIO de la salvaCIn debe presen-
tarse con una gran clandad y centrarse en Cnsto como salvador
Aqu el mtodo es el anuncIO explcito, el contenrdo es el keng-
ma con el obJetIVO declarado de llevar a la converSIn
Fmalmente, la etapa catecumenal se onentar haCIa el bautis-
mo comenzando por una recapitulaCIn del kengma Se SIgue
despus una fase en la que el mensaje evanglIco se abre a su ac-
tualIzacIn de fe, VIda y prctIca cnstIana El mtodo es la ms-
truccIn activa, el contenrdo es el desarrollo del mensaje cnstIa-
no de cara a la confIrmaCIn de su fe Se aaden algunos aspec-
tos del antiguo proceso catecumenal, tal como mdIca A FosslOn13 ,
11 bid, pp 233-234
12 La comente catecumena1 debe comprenderse como un paso entre dos
modelos el kengmatlco y el antropo1oglco Se mscnbe en la lmea de la
comente kengmatlca, que qUiere tener en cuenta la recepclOn del anun
CIO y la maduraclOn de la fe del cateqUizado, pero propone un proceso ca-
tequetlco mas global Nos refenmos a la mdlspensable lectura de la obra
de Andre FOSSION, La catechese dans le champ de la commumcatlOn
Cerf, Pans 1990, caps 7 y 8
13 bid P 202
con la postulacin, la admisin, la primera iniciacin, la explica-
cin del credo y la preparacin inmediata del bautismo. Se aadi-
r un proceso ms mistaggico y la evocacin de la formacin de
adultos cristianos.
Esta corriente catequtica se adelanta a abrir diversas posibi-
lidades importantes para nuestro tema. Tiene realmente en cuen-
ta la dimensin adulta, facilita un camino personal e introduce la
idea de la catequesis permanente en la comunidad cristiana.
Aunque Joseph Colomb haba comprendido la necesidad de
pensar la catequesis en una evolucin progresiva ligada a la edad
y a la necesidad, eso no impide que, en sus propuestas, siguiese
centrado en la catequesis de nios y adolescentes. Aqu, la pers-
pectiva es diferente. El acto catequtico se piensa desde el punto
de vista del adulto. La catequesis es una propuesta variada unida
al grado de avance en la vida cristiana y en un camino personal
de fe.
Estas reflexiones de fondo sobre la catequesis, realizadas en
los aos 50 y 60 tendrn progresivamente un cierto eco en varios
documentos del magisterio, desde el concilio Vaticano II hasta el
ltimo Directorio para la Catequesis de 1997.
, I
La Escritura
La lectura de la Biblia como Palabra de Dios es la primera
forma de catequesis permanente que propone el DGC. Con ello
podemos entender que el estudio de la Escritura no slo uno de
los tipos de catequesis entre otros sino que es, ms bien, la refe-
rencia de toda catequesis continua y no nicamente su punto de
partida, como la fuente permanente de toda catequesis. Yendo
ms all de la explicacin de un texto, la DGC nos invita a una
lectio divina, lo que merece toda nuestra atencin. No se trata s-
lo, por tanto, de dar explicaciones acerca de un texto, sino de ha-
cer que se convierta en una palabra viva.
La catequesis litrgica
La catequesis que tiene la liturgia como objeto debe ayudar a
los catequizandos a adquirir una comprensin y una experiencia
ms profunda de los gestos, los signos y las oraciones de la
Iglesia. Debera educar a la contemplacin y al silencio.
La catequesis ocasional
La conviccin aqu es que todo acontecimiento de la vida per-
sonal, familiar o comunitaria puede ser una ocasin para iniciar
18 lbld., n. 71. } ~
un proceso que ayude a referir la experiencia, a hacer de ella un
relato en busca de sentido y esperanza. Son, evidentemente, cate-
quesis sin programa preestablecido, abiertas a la dimensin exis-
tencial de la fe.
La formacin espiritual
La iniciacin y la formacin para vida espiritual ayudan a ir
ms all en la vida de fe para profundizar en las convicciones, pa-
ra abrirse a otras dimensiones ms ntimas y ms fundamentales
de la vida de fe en la oracin o el compromiso.
La profundizacin teolgica
La organizacin de cursos de formacin teolgica y la parti-
cipacin cada vez mayor de los laicos en ellos, tengan o no un ca-
rcter universitario, debe ser considerado como un mbito posi-
ble de catequesis en la medida que un estudio sistemtico del
mensaje cristiano sea una educacin de la fe y ayude al creyente
a poder dar razn de su esperanza. Slo puede tener carcter ca-
tequtico la formacin en una teologa confesante, es decir, que
considere la fe como un a priori de su estudio. Sin esta condicin
la teologa slo sera un estudio puramente formal de una religin
y no tendra eco en una subjetividad creyente.
19. J.-P. MOUTON, Le mont Saint-Michel, d. de l' Atelier, Paris 1997; Frere
J.-R. HARMEL, Conques, d. de I'Atelier, Paris; vase tambin Vzelay,
Rocamadour, Saint-Denis.
20. S.-BETHMONT-GALLRAND - C. DE SALAVERRI, A. elel ouvert, catchese
d'vangile, Salvator, Mulhouse 2000.
21. Cf. Revista Catchese n. 167: Art et foi: I'acte de crer.
22. [bid., artculo de R. DU CHARLAT; y del mismo autor, Le Gofit de I'art:
Les tudes (octubre 2001).
La preparacin de una liturgia
En todas las comunidades cristianas hay muchas ocasiones
para tener que preparar celebraciones de la Palabra o liturgias sa-
cramentales. Tambin ah, estamos convencidos de que la expe-
riencia de tener que preparar una eucarista con estudiantes jve-
nes y hacerlo bien es un proceso catequtico en el que el hecho de
tener que interiorizar la liturgia de la Palabra y la simbologa li-
trgica tiene eco en todos y cada uno de los que intervienen en es-
ta preparacin.
La enseanza y la memorizacin
Un primer tipo de modelo pedaggico consiste en suponer que la
transmisin de un dato cualquiera se realiza sobre una tabla rasa,
o creer que los presupuestos de cada uno no interfieren en la nue-
va enseanza que se recibe. Bastara con aportar nuevos conoci-
mientos y stos se aadiran simplemente como un archivo ms
en la memoria de un ordenador. En este caso, transmitir algo es
pasar de una ignorancia a un saber. Podramos representarnos es-
El aprendizaje progresivo
Un segundo modelo que tiene en cuenta al que aprende consiste
en ver el aprendizaje, sea mediante progresin por etapas, sea me-
diante la repeticin de ensayos y errores, como una serie de tare-
as a realizar al modo del oficial con el aprendiz. El inters recae
en el que tiene que aprender con vistas a conducirle por un cami-
no previsto de antemano. La imagen de la escalera podra repre-
sentar este modelo en el que cada paso corresponde a un objetivo
que hay que alcanzar.
El gran fallo de este esquema pedaggico es creer que todo
puede preverse y que la subjetividad y la interioridad de cada uno
no interviene en el proceso del aprendizaje. Si nos referimos a
aprendizajes tcnicos de saber-hacer tal vez esto puede servir pa-
ra racionalizar los pasos a dar, pero en el momento que entramos
en el terreno en el que lo que est en juego es el sentido de la vi-
da, este esquema se rompe. La subjetividad y la experiencia de
cada persona son mbitos de resonancia que no pueden encerrar-
se en una serie de objetivos previstos de antemano sin correr el
riesgo de negar lo esencial.
Conocimiento final
Conocimiento
de partida
Apropiacin, reorganizacin
Un tercer modelo tiene en cuenta el hecho de que todo conoci-
miento nuevo y todo debate provocan un mayor o menor gran de-
sequilibrio en la persona que aprende y que, a su vez, puede pro-
vocar un desequilibrio en el formador o el animador. Este dese-
quilibrio es un momento de autntica formacin que es necesario
acompaar para que los alumnos, adultos en formacin o los ca-
tequizandos reorganicen su visin de las cosas integrando lo nue-
vo en lo antiguo. Este desequilibrio puede no ser ms que una
percepcin diferente de un acontecimiento o de un dato de cono-
cimiento, pero esto puede afectar, como ocurre en la catequesis, a
zonas profundas de los catequizandos. De ah la gran atencin
que hay que prestar a las personas y la seguridad espiritual que
hay que prever al abordar cuestiones sensibles. Este esquema tie-
ne la ventaja de hacer ver que toda formacin, que toda cateque-
sis es una reconstruccin e incluso, a veces, una nueva iniciacin.
Nuevo equilibrio
La comunidad y la persona
La relacin entre el mdividuo y el grupo en un proceso de forma-
Cin puede teonzarse de dos maneras 24
La pnmera consiste en decir que el mdividuo forja su pensa-
miento en s mismo y, en un segundo momento, es capaz de com-
partir sus expenenCias, y sus compaeros pueden de este modo
aprovecharse de sus nuevas adqUiSiCiOnes La comumdad se be-
neficia con las aportaciOnes y progresos realizados previamente
por cada uno La segunda es pensar que el grupo es un mbito de
una mteracCin entre mdividuos portadora de una dmmica de
aprendizaje que la persona debe mtegrar en s En este segundo
caso, el grupo es un mbito de formaCin como tal La mteraccin
es creadora de sentido y modela a las personas En el marco de
este segundo modelo habra que pensar que es en el debate don-
de se constituye la catequeSiS, lo cual no deja de tener efecto so-
bre nuestro modo de concebir la relacin entre la ecclesla y la ca-
tequeSiS permanente La relaCin entre mdividuo y grupo puede
resumirse con el SigUiente cuadro
Pnmer tiempo Segundo tiempo
Modo personalizado Yo aprendo Pongo en comn
Yo me apropiO miS adqulSlciOnes
pueden aparecer
nuevas perspectivas
Modo mteractivo La mteraccin Yo me apropiO
en el grupo como de los datos
formaCin aparecen de la mteraccin
nuevas perspectivas
, " \ .
l"
*** "
BIBLIOGRAFA
El proceso catecumenal
***
BIBLIOGRAFA
., ,
6 lbld., p. 41.
Vivir como si toda la vida del cristiano
fuese un tiempo inicitico
En la revista Catchese, Joel Molinario, tras sugerir que estamos
saliendo definitivamente del modelo del catecismo, opta por
una catequesis narrativa, litrgica, pascual e inicitica7. Es
comprensible que para este autor, catequeta de profesin, la cate-
quesis sea el sujeto central, mientras que la liturgia aparezca slo
como uno de los adjetivos por los que se opta. Sin ignorar el in-
ters de tal afirmacin nos gustara desplazar el centro para intro-
ducir uno de los adjetivos, el de lo inicitico, como aquel que per-
mite a la catequesis y a la liturgia articularse juntos.
En efecto, cuando se da una solicitud de entrada en la Iglesia,
se trata de ayudar a la persona interesada a hacer una experiencia,
a entrar en un proceso, a abrirse un camino que, normalmente, le
har pasar de un tipo de vida a otro diferente, le integrar en una
comunidad y le propiciar, si lo desea, la adhesin a aquel que vi-
vi en la tierra, muri por haber amado y resucit: a Jesucristo.
Una experiencia que, hasta ahora, en la Iglesia de cristiandad, pa-
reca concluir de repente con la celebracin: uno ya era cristiano.
Es verdad que haba que esperar hasta los 7-8 aos para partici-
par en la eucarista y a veces un poco ms para la confirmacin,
pero el camino estaba marcado y no haba ms que seguirlo. Si
por casualidad se perturbaba el itinerario por alguna desviacin,
el sacramento de la penitencia era el remedio para volver a ende-
rezar el camino. Sin embargo, como ya hemos dicho antes, las co-
sas han cambiado tanto en la Iglesia y en la sociedad que esta ex-
periencia de iniciacin ha perdido su hilo de Ariadna.
Como si hubiese que empezar todo de nuevo, como si nunca
hubiramos sido cristianos y tuviramos que continuar hacin-
donos cristianos siempre. Entonces, cmo entender esta inicia-
cin cristiana? Cmo pueden participar en ella la catequesis y
la liturgia?
De hecho, la celebracin de los sacramentos de iniciacin ha-
ce visible la realizacin simblica de la accin de Dios y la res-
puesta de los hombres, una y otra simultneas. En este sentido, si
La experiencia de Poitiers
Esta ltima experiencia trata de articular catequesis, liturgia y ca-
ridad en pequeas comunidades de talla humana, sin por ello
abandonar la realidad territorial de la parroquia. Ms que darle
vueltas a la reestructuracin eclesial a base nicamente del mo-
delo territorial, cuya reflexin se construye tan slo en torno a la
falta de sacerdotes sin tener en cuenta suficientemente la trans-
formacin de la relacin Iglesia-sociedad y territorialidad-movi-
lidad, lo que propone esta experiencia es vivir a nivel de dimen-
siones humanas (es decir, entre 50 y 100 personas) la relacin li-
turgia-catequesis-caridad, tener laicos capaces de llevar a cabo la
iniciacin, y confrontar esta realidad de las pequeas comunida-
des entre ellas por medio de mltiples encuentros propuestos por
las parroquias o los movimientos, Estas pequeas comunidades
son, de alguna manera, lugares de iniciacin permanente, espa-
cios donde se hace verdaderamente real la eclesialidad, mbitos
donde, a modo de levadura, pueda encontrarse la energa vital pa-
ra poder resurgir. Una experiencia a seguir, cuando algunas di-
cesis que han realizado su reestructuracin hace algunos aos se
encuentran entre la espada y la pared teniendo que comenzar a
ampliar las parroquias, sacando fuerzas de flaqueza, debido a la
creciente falta de sacerdotes.
***
BmLIOGRAFA
Desafo y oportunidad
Plan prctico
,1
Ejemplos
***
BIBLIOGRAFA
QU FUTURO TIENE
LA CATEQUESIS DE LA FAMILIA?
Henri DERROITTE
Desaciertos
3. En 1960, el abb Didier haca notar: El problema es, ante todo, cuestin
de los adultos. Y esta cuestin no puede eludirse sin hacer cosas de mo-
do artificial; los nios, despus de recibir una muy buena formacin, vol-
vern a sus ambientes originarios, es decir, "cero" desde el punto de vis-
ta cristiano en la mayora de los casos... y ser imposible cualquier tipo
de perseverancia (Abb DIDIER, Comment insrer les enfants catchi-
ss dans la vie paroissiale: miheu urbain, en Catchese, mission d'gli-
se - Actes du 3e congres national de l'enseignement religieux (Paris
1960), CNER, Paris. (Suplemento de la revista Catchese, Paris 1960,
p.416).
rroqmal no acaba de salir de su cnSlS, el repliegue en la famI-
lia como espacIo de aprendIZaje religIoso se presenta cuando me-
nos como mClerto y aleatono Hay que decIr que con razn la ma-
nera habItual que tIene la IglesIa de abordar la catequesIs famI-
lIan> hace que no sea de fIar m para las famIlias ms convencIdas
No es nada dIfcIl resear aqu una sene de desaCIertos, de m-
comprensIOnes y de dISCurSOS que suenan bastante a falso
As, en pnmerslmo lugar, hay que eVIdenCIar el abIsmo eXIS-
tente entre el dISCurSO clSICO acerca de la ImportancIa del mode-
lo famlhar y de la IgleSIa domstIca, y la falta de compromIso pa-
ra VIVIr el da a da cerca de las farmlIas Se utIlIza a la famlha pa-
ra hacer teologa, eclesIOloga, se habla a las famlhas afIrmando
su ImportancIa y confIndolas pesadas cargas educatIvas, pero
apenas se las escucha y no se llega a conocer de veras su VIda El
papa Juan Pablo II pIensa que una de las pnmeras mISIOnes de la
IgleSIa es preCIsamente ponerse al serVICIO de las famIlIas 4 (,Se
venfIcan en la reahdad estas buenas mtencIOnes? Desde la mVI-
taCln a tomar ejemplo de la Sagrada FamIlIa hasta las ltImas
palabras actuales, (,el recurso al modelo famlhar abarca a todo tI-
po de famlha? En este tIempo en el cada da hay ms y ms fa-
mIlIas separadas o dIVorcIadas, en el que las famlhas monopa-
rentales son cada vez ms numerosas, (,con qu Imagen de pare-
ja, de matnmomo y de famlha trab~a la IgleSIa para descnblr el
papel nutncIO, evangehzador y emblemtIco de la famlha? 5
Otro aspecto para la desconfIanza, bIen descnto hace tremta
aos por J Plveteau El papel de los padres slo se ha hecho eVI-
dente despus de que las fIlas de cateqmstas han empezado a cla-
rear y se eVIdencIado Igualmente que los sacerdotes no son sufi-
CIentes para la tarea HubIera SIdo deseable que estos descubn-
mIentas se hubIeran hecho un poco antes6 La ImphcacIn de los
Alumbramiento y transmisin
22. bid., p. 9. A
26 Ademas del artIculo de A KNAPP, CItado mas amba, sobre este tema
puede leerse R A HUNT, Workzng wlth Szngle Parents en (N T Foltz
[ed]) Handbook of Adult RelzglOus EducatlOn RehglOus EducatlOn
Press, Blrmmgham (Al) 1986, pp 151-179, Br WOOD, Szngle Adults
want to be the Church too Broadman Press, NashvIlle 1977
27 JUAN PABLO II, Dlves zn mlserzcordza (30 de novIembre de 1980), n 3
LacrOlx no teme decIr Creo que la conyugalIdad sIgue sIendo el
mejor fundamento de la famIha, tenIda cuenta de nuestra CIVIh-
zacIn, sus expectatIvas y sus referencIas tIcas TenIda cuenta
tambIn nuestra responsabIhdad para con los hIJOS y cIta a
Cathenne Dolto-Tohcht para aadIr El pnmer deber de los pa-
dres es dar a los hIJOS una sItuacIn ternana29 La vIda, en mu-
chsImos casos, reserva fracasos y sufnmIentos La separacIn, el
dIvorcIO pueden VIVIrse como un ahVIo para todos, pero no pue-
den proponerse como Ideal y como norma Un adulto, educando
l solo a su hIJO, puede hacer demostracIn de recursos msospe-
chados Una cosa es afrontar con realIsmo y valor una sItuacIn
en la que se ha hecho ImposIble VIVIr mantenIendo el vnculo
conyugal, y otra cosa es proponer a la lIgera esta sItuacIn como
modelo30
Contenidos prioritarios
Familia y comunidad
, "
Conclusin
***
BIBLIOGRAFA
Introduccin
16 J DEWEY, Des hIstOlres orales aux textes cnts Concl/zum 276 (1988),
P 35
17 H WEINRICH, Teologla narratIva Conclltum 85 (1973), P 213
18 1 K UEGRAOGO, Une parole afncame de DIeu Catechese 157 (1999),
p 75
19 Para mas detalles sobre los relatos de VIda, puede leerse G AOLER, Reclts
de Vle et pedagogle de groupe en formatlOn pastorale L'Harmattan,
Pans 1974
ms, en lo que a la catequesis narrativa se refiere, de hacer de
estos relatos posibles lugares para el estudio de la teologa
de los destinatarios, su modo de concebir a Dios, y as poder
conocer los factores determinantes que hacen nacer una fe s-
lida y adulta. En este sentido, los relatos de vida permiten co-
nocer el papel y la influencia que ejercen las mltiples instan-
cias de socializacin y su importancia para la vida cristiana. A
la luz del Evangelio, los relatos de vida son una ocasin para
evaluar el pasado de la persona y, por tanto, cuestionarlo, lo
cual puede ser una puerta abierta a la conversin. Los relatos
de vida, finalmente, ayudan al creyente a ser creador de sen-
tido. Se invita as a la catequesis a no ofrecer al catequizan-
do recetas ya acabadas contando la historia de su derrota.
, ,
El procedimiento a seguir
Cmo proceder con la "palabra" catequtica? El catequista y
los catequizandos se renen bajo un rbol verde, por la tarde, du-
rante dos horas. Al llegar el catequista les acoge con alegra, les
pregunta si hay noticias nuevas suyas, o de su familia o de la co-
munidad cristiana. Para irles metiendo ya en el ambiente de la
"palabra" , el catequista puede pedirle a alguno que cante una
cancin. Despus del canto, hace una breve oracin o pide a un
catequizando que la haga. Entonces es cuando comienza la sesin
de catequesis invitando a los catequizandos a guardar unos mo-
mentos de silencio. Solemnemente entonces, comienza la narra-
cin, gestualizando el relato elegido que corresponde al tema del
da (un relato de tipo cultural, bblico o personal o una combina-
cin de los tres). Al acabar, pide a uno de los catequizandos que
repita el mismo relato pero no necesariamente con las mismas pa-
labras. Otra posibilidad es que el catequista, partiendo de un tema
elegIdo y conoCIdo por los cateqmzandos, le pIda a uno de ellos
que narre a los dems un relato conocIdo por l o su mIsma hIS-
tona Luego, Juntos, se ponen a buscar qu sentIdo tIene para la
vIda y para la fe Es el momento del anlISIS y del debate sobre el
relato en funCIn del tema
Es deseable que, en la narraCIn del relato, el/la cateqmsta-
narrador/a tome como personaje el nombre de algunos cateqm-
zandos con el fm de ayudarles a IdentIfIcarse con el relato y as
sentirse Implicados en l Pero debe tener cmdado para no frus-
trarles cuando se trata de personajes cuyo papel aboca a la trage-
dIa o a la cnmmalIdad como en el relato de Can y su hermano
Abel Aparecen aqu dos pOSIbIlIdades puede partIr de una hIStO-
na afncana sufICIentemente conoCIda por los cateqUIzandos para
explIcItar y hacer ms comprensIble el relato bblIco o tambIn
para darle un sIgmfIeado relIgIOSO o educatIVO, o puede tomar dI-
rectamente un relato bblIco y umrle al relato cultural Debe dar
un amplIo margen de lIbertad de expreSIn a los cateqmzandos
para que puedan expresarse sobre uno u otro punto mal aSImIla-
do o que no se ha comprendIdo Al acabar el relato, debe conclUIr
con una oraCIn y hacer la despedIda hasta la sIgmente seSIn
Un ejemplo
He aqu un ejemplo de un relato afncano acerca del ongen del
mal y de la muerte, que puede Ilummarse desde la parbola de los
vladores homICIdas (Me 12,1-12) y desde Gn 3
DIOS habla creado al hombre, el sol y la luna Y les envIO a
buscar VIlla de palma con la prohIbIcIn de beberlo El sol sa-
lI y trajo el VIlla Illtacto La luna salIo a su vez y trajo el VIlla
SIll haberlo bebIdo Pero el hombre, una vez consegUido el VI-
no, lo bebIO DIOS le pregunto SI haba bebIdo y el hombre lo
nego DIOS IllSIStI para que declarara, pero el hombre SIgUI
negando Entonces dIJO DIOS "Vaya cavar una fosa, acuestate
dentro SI no has bebIdo, te saldrs, pero SI has bebIdo te que-
dars en la fosa y no volveras" El hombre no salI de la fosa
El sol VOlVI y tambIn la luna Pero el hombre no VOlVI ja-
ms Por eso los hombres se mueren21
Conclusin
***
BIBLIOGRAFA
EL PROYECTO DIOCESANO
DE CATEQUESIS
Mareel VILLERS
Un proyecto
Como indican todos estos textos, hay que concebir la catequesis
en el marco de un proyecto, lo cual significa que hay que salir
de una viSIn que slo atiende al mantenimiento y la conserva-
cin para dirigirse hacia el futuro. Proyectar es lanzarse hacia
adelante y con fuerza. Es superar la improvisacin y empearse
en una nueva construccin partiendo de un esquema previo.
Introducirse en la dimensin de proyecto sugiere la imagen de
una Iglesia en movimiento, abierta al futuro y, como san Pablo,
olvidar lo que dej atrs y me lanzo a lo que est por delante
(Flp 3,13).
Diversificacin
Aqu distinguimos por edades a los destinatarios de la cate-
quesis. El Directorio enumera dos grandes categoras: los nios,
los adolescentes y los jvenes; y los adultos y las personas ma-
yores (DGC, n. 274). Cada uno de estos grupos de edad se co-
rresponde idealmente con un tipo de proceso: catequesis de ini-
ciacin y catequesis permanente. La realidad es ms compleja, y
el Directorio indica las diferentes condiciones socio-culturales
(DGC, n. 275) de los destinatarios, su situacin personal respec-
to a la fe y a la Iglesia, que determinan la necesidad de dar un fun-
damento a su fe, o la necesidad de madurar una fe suficientemen-
te enraizada, o la necesidad de ser iniciado; necesidades todas s-
tas que quedan adems matizadas de modo diferente por la edad.
As que hoy en da es necesario diversificar la oferta de la Iglesia
particular en lo que se refiere a la catequesis. Es necesario salir de
una concepcin lineal en la que los diferentes procesos catequti-
cos se conciben como etapas sucesivas en aras de una organiza-
cin que multiplica las entradas y los caminos posibles, es decir,
sin que el mismo destinatario haya de recorrerlos [los procesos]
uno tras otro (DGC, n. 275). Esta diferenciacin afecta lo mis-
mo a la iniciacin que a la catequesis permanente.
Coordinacin
Esta diversidad acenta la exigencia de coordinacin de la
oferta catequtica, tanto a nivel interno de la misma catequesis
como en la relacin con actividades vinculadas a la evangeliza-
cin. Est en juego la unidad de la fe (DGC, n. 272). En esto se
basa la necesidad de un proyecto global de catequesis, articula-
do y coherente en cada Iglesia particular. Articular es pronunciar
distintamente los diferentes sonidos que forman una lengua. Del
mismo modo, la oferta catequtica de una Iglesia particular debe
distinguir claramente los diferentes procesos de catequesis que,
en el seno de un proyecto global, contribuyen todos juntos a la
proclamacin de un mismo mensaje, el del Evangelio.
8 Catechesl tradendae n 18
9 [bld n 15
10 CONCILIO VATICANO n, Chnstus Dornmus, n 17
Elaboracin de un proyecto diocesano de catequesis
Para precisar las orientaciones que una dicesis puede dar a su ac-
cin catequtica, el Directorio General para la Catequesis (DGC,
n. 266) propone una serie de diferentes etapas.
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
1. Los nios y jvenes que estn en los grupos de catequesis,
viven (exclusivamente, la mayora) en la parroquia o son de
otras parroquias diferentes?
2. Los animadores, reciben algn tipo de formacin? En qu
consiste? Quin la proporciona?
3. Los padres participan activamente: preparando las reunio-
nes, como animadores, teniendo la reunin en casa, en la
preparacin inmediata del sacramento? Se les pide una
aportacin econmica?
4. Existe alguna relacin entre la catequesis y lo que se hace
en la escuela? Cul?
5. A los nios y los catequistas les cubre algn seguro?
6. liene la parroquia un presupuesto anual dedicado a la
catequesis?
7. Dnde se tienen las reuniones de la catequesis: en la igle-
sia, en una sala de la parroquia, en casa del prroco, en casa
del catequista, en otro lugar?
8. Desde hace un ao, se ha bautizado -y cuntos- a algn re-
cin nacido, a algn nio en edad escolar o pre-escolar, al-
gn adulto?
9. Conoce usted el servicio diocesano del catecumenado?
10. Hay grupos de catequesis de adultos en su parroquia?
Cuntos? Qu actividades tienen?
11. Quin lleva esos grupos? Quines asisten a ellos?
12. Logra usted, y cmo, una continuidad entre la catequesis de
primera comunin y de profesin de fe, entre infancia yado-
lescencia, entre adolescencia y mundo de los adultos?
13. Qu tiempo dedican los animadores cada mes a las dife-
rentes catequesis: primera comunin, profesin de fe, con-
firmacin, adultos?
14. La organizacin de la catequesis (proyecto, metodologa) se
lleva a cabo como arciprestazgo, como sector, como unidad
pastoral, como parroquia?
UNA CATEQUESIS
EN LA MISIN DE LA IGLESIA
Henri DERROITTE
Introduccin *
8. LG 17.
9. H. LEGRAND, Les ministeres de l'glise loeale, en (E. Lauret y F.
Refoul [dirs.]) InitiatlOn a la pratique de la thologie, 3, dogmatique, 2,
Cerf, Paris 1983, p. 216 (trad. east.: Iniciacin a la prctica de la teolo-
ga, 5 vols., Cristiandad, Madrid 1984).
10. Cardo G. DANNEELS, vangliser, eneore et toujours: Lumen Vitae 41
(1986), pp. 7-18.
11. G. ADLER, Aujourd'hui eroire ou de quelques eonditions d'une produe-
tion de sens, en (G. Adlery - S. Salzmann [dirs.]) QUetes de sens...
Outils pour reprer et accompagner les demandes de sens, Strasbourg /
Fribourg, 1997, p. 24.
12. Y.M. CONGAR, Jalons pour une thologie du lmeat, Cerf, Paris 1953, pp.
tlene razn cuando escnbe El cnstlano y la Iglesla -por ms
que hagan aflrmaclOnes partlculares, por ms que haya un mstl-
tuclOnahsmo ecleslstlco, por ms que haya sacramentos concre-
tos- en el fondo no dlcen algo contra lo que est el otro, smo que
expresan su fe de manera que lo mefable, que no tlene lmltes, no
es slo la lejana absoluta, smo tambln la cercana que se comu-
mca a s mlsma, la cercana amorosa y blenaventurada13
Por lo dems, los hlstonadores y los telogos alrman con to-
da clarldad que un clerto tlpo de Iglesla genera un clerto tlpo de
palabra Una Iglesla dommadora, rglda y de poder, propondr, o
peor an, lmpondr sus verdades y valores, pretender ser la um-
ca detentadora de una autondad dlvma para zanjar todos los pro-
blemas En una Iglesla dlalogante, no se puede, no se qmere de-
fmlr aisladamente y contra la oplmn de todos dnde est en blen
y dnde est el mal Slo puede hacerse dentro de un dllogo ms-
tltuclonahzado en la Iglesla entera y con lo no-cnstlanosl 4 En un
contexto de plurahdad de conVlCClOnes puestas en dllogo es en
el que la mlslOnologa hace la relectura de la percopa Jomca
Como tu, Padre, en ml y yo en tl, que tambln sean uno en no-
sotros (In 17,21) La asamblea cnstlana, la Iglesla, buscar el
modo de umr a hombres y mUjeres ms all de sus d1VlSl0nes cul-
turales, sm supnmlr sus dlferenclas pero mtegrndolas en el amor
y el serVlClO mutuo, respetuoso de las personas y de su hbertad
Para traduclr todo esto en una aphcacln pastoral, podnamos pre-
guntarnos Nosotros, como comumdades parroqmales, estamos
al serVlClO de una tal fratermdad? Dejemos de soar en nuestras
comumdades como comumdades alternatlvas, como socledades
perfectas Mlchael Amaladoss descnbe lo que yo qmero declr con
el trmmo comumdad-frontera es necesano, escnbe, refun-
dar las comumdades cnstlanas como comumdades-frontera Slm-
bhcas y proftlcas, comunzdades que no vIven fuera del mundo
szno que se consagran a VIVIr los valores del Evangelw en el
488-489 (trad cast Jalones para una teologla del 1mcado Estela,
Barcelona 1961 1, pp 426-427)
13 Karl RAHNER, Traztefondamental de lafOl Centunon, Pans 1983, p 444
(trad cast Curso fundamental sobre la fe IntroducclOn al concepto de
crzstlanlsmo, Herder Barcelona 1979, p 461)
14 Cf Ehsabeth GERMAIN, Langages de la foz a travers 1 hzstOlre -
Approche d une etude des mentalztes Fayard / Mame, Pans 1972, p 220
mundo15. Quisiera leer aqu un texto de A. Fossion. Se trata del
discurso de despedida que dirigi al finalizar el curso acadmico
en junio de 2001 a los que acababan en el Instituto Lumen Vitae,
en Bruselas. De otra manera y mejor dice lo que yo quera com-
partir aqu con vosotros: La primera cualidad del evangelizador
es la de entrar en conversacin, mezclarse en la charla de la gen-
te, ponerse a charlar con las personas con los que nos encontra-
mos, interesarnos en lo que les interesa, poder hablar de cosas co-
munes, dejarse tambin interrogar. Y esto a ejemplo del mismo
Jess en el camino de Emas: "De qu vais discutiendo por el ca-
mino" (Lc 24,17). No hay evangelizacin posible -ni incultura-
cin de la fe- sin esta aptitud para dilogo amistoso con cual-
quiera sobre todo lo que forma parte de la vida misma. A veces
decimos que nuestros contemporneos son indiferentes al discur-
so cristiano, pero al revs no es tambin verdad? No somos in-
diferentes para las cosas que les ayudan a vivir, incapaces de ha-
blar con ellos de lo que les apasiona en lo concreto de su vida, de
sus aficiones, de su trabajo o de sus amistades? La Constitucin
Gaudium et Spes del Vaticano 11, en una frase admirable, nos in-
dica cul es el camino a seguir: Los gozos y las esperanzas, las
tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre
todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y es-
peranzas, tristezas y angustias de los discpulos de Cristo. Nada
hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazn
(n. 1)16.
Simplificando, la evolucin misionolgica de estos ltimos
aos puede caracterizarse mediante cuatro frmulas:
45. Snodo de los Obispos, 4" asamblea general (30 septiembre - 29 octubre
1977), proposicin 25.
46. A.-M. AITKEN, Vers une pdagogle intergnrationnelle?: Catchese
122 (1991), pp. 101-109.
Catequesis inicitica
Hace mucho tiempo que los procesos iniciticos han interesado a
antroplogos y artistas de todos los continentes. En el campo de
la catequesis el vocabulario de la iniciacin est muy claro: hay
mtodos, libros, itinerarios que permiten, a cualquier persona que
lo solicite, prepararse para recibirlos sacramentos de iniciacin.
Sin dejar esta ordinaria relacin, autores cada vez ms nume-
rosos le aaden un desarrollo complementario. Abogan por una
catequesis de iniciacin como un proceso de familiarizacin pro-
gresiva con la vida cristiana integral.
Este nuevo acento debe entenderse a partir de una triple
conviccin:
Catequesis descompartimentada
He aqu lo que hace cuarenta aos deca una rehgIOsa a proPSI-
to de la catequesIs El catecIsmo de los mos no es una mstltu-
Conclusin
***
BIBLIOGRAFA
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LOS AUTORES