Una Reflexión para La Comprensión de Los Imaginarios Sociales

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UNA REFLEXIN PARA LA COMPRENSIN DE LOS IMAGINARIOS SOCIALES

REFLECTIONS FOR UNDERSTANDING THE SOCIAL IMAGINARY

Inves gador doctorando en Ciencias de la Comunicacin,


Universitat Autnoma de Barcelona, Espaa, Miembro de la
IGNACIO RIFFO PAVN Red Iberoamericana de Inves gacin en Imaginarios y
Representaciones (RIIR).
E-mail. [email protected]

Recibido el 17/03/2016
Aprobado el 28/04/2016

RESUMEN ABSTRACT

Este ensayo tiene por objetivo principal examinar The principal goal of this essay is examine some
algunos de los imaginarios sociales que se pueden social imaginaries which can appreciate in cultural
apreciar en los productos culturales que se products reproduced at social media. In the rst
reproducen en los medios masivos de place it will be theoretical and reexive approaches
comunicacin. En primer lugar, se aproximarn, of reach and dimension offered by social
terica y reexivamente, los alcances y las imaginaries in the function of give plausible
dimensiones que ofrecen los imaginarios sociales en cohesion and coherence to societies. It mentions
su funcin de otorgar cohesin y coherencia some basic approaches for help the understanding
plausible a las sociedades. Se mencionarn algunos of the concept. For this it is necessary some issue
planteamientos bsicos para facilitar la comprensin expertise reections, such as Cornelius Castoriadis,
de este concepto. Para ello resultarn indispensables Bronislaw Baczko and Juan Luis Pintos, but with a
algunas reexiones de expertos en esta materia, tales special emphasis in Michel Maffesoli approach. In 63
como Cornelius Castoriadis, Bronislaw Baczko y second place, it will briey examine the dialectic
Juan Luis Pintos, pero situando un nfasis especial produced between social imaginaries and media
en la propuesta de Michel Maffesoli. En segundo culture for subsequently develop two categories
lugar, se examinar brevemente la dialctica que se since a critical vision (critical political cultural
produce entre los imaginarios sociales y la cultura semiology perspective for culturologic study) it
meditica para, posteriormente, desarrollar desde will be useful for exemplify in an orderly way the
una visin crtica dos categoras (Perspectiva crtica presence of a sort imaginaries at social media. For
poltico-cultural - Perspectiva semiolgica para el the treatment of both perspectives it will be
estudio culturolgico) que sern tiles para essential the work of Guy Debord, Herbert Schiller,
ejemplicar de manera ordenada la presencia de Armand Mattelart Edgard Morin and Roman
diversos imaginarios en los medios masivos de Gubern.
comunicacin. Para el tratamiento de ambas
perspectivas sern esenciales los trabajos de Guy Keywords: Social imaginaries mass medias
Debord, Herbert Schiller, Armand Mattelart Edgard media culture.
Morin y Roman Gubern.

Palabras claves: Imaginarios sociales mass


medias cultura meditica.

COMUNI@CCIN V.7,N.1, ENE - JUN, 2016


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ISSN 2219-7168

I. INTRODUCCIN capitalista, este imaginario se hace fcilmente


dominante, ya que (re)aparece sin agotarse en los
A lo largo de aos, la humanidad se ha ido diseando, diversos medios de comunicacin y en cada paso que
creando, congurando e instituyndose a s misma de damos dentro de los pasajes (Benjamin) de cada
manera infatigable en un proceso constante que no se ciudad. Cuando dejamos nuestras casas para
agota ni se agotar ad innitum. Las sociedades, en emprender el rumbo en nuestro viaje repetitivo de la
diversas pocas, han mutado, as como sus cotidianeidad, somos devorados incesantemente por
instituciones, sus signicaciones imaginares marcas, productos y publicidades que refuerzan este
(valores, normas, creencias, etc.) y sus nes tambin imaginario que crece y se refuerza constantemente.
lo han hecho correlativamente. Nuestra poca, por Esta cuestin se hace ms preocupante al observar que
ejemplo, est marcada profundamente por la el sentido crtico y reexivo, que deban fomentar las
omnipresencia y omnipotencia del capital, la tcnica, instituciones educativas, se ha perdido en el fondo de
lo razonable, lo cuantitativo y lo tecnolgico, a su vez las estanteras, para transformarse en corporaciones
las sociedades que habitan en este espacio de tiempo adoctrinantes, salvo unas pocas universidades y
han de transformarse consumistas, individualistas, escuelas que navegan contracorrientes para formar a
superuas, efmeras (Castoriadis), lquidas estudiantes integrales, lcidos y crticos.
(Bauman) o de espectculo (Debord). De este modo,
como recuerda Manuel Baeza (2015), la razn Las sociedades modernas hper tecnologizadas y
moderna ha relegado componentes esenciales para el mediatizadas estn expuestas constantemente a una
desarrollo del anthropos, a saber: la imaginacin, la induccin, refuerzo y desacreditacin de diversas
voluntad y el inconsciente. cosmovisiones imaginarias sociales. stas (re)aparecen
sin cesar en las variadas plataformas que ofrecen las
La imaginacin pareca entorpecer la empresa nuevas tecnologas, por esta razn las sociedades estn
avasalladora de la razn y el afn moderno del control constantemente azotadas de ciertas estructuras
enciclopdico y absoluto del cosmos en su totalidad; la
voluntad pareca codearse con una peligrosa imaginarias que constituyen y mantienen la institucin
irracionalidad que como el vocablo mismo lo dice- socio-histrica en la que habita el anthropos.
alteraba las expectativas creadas con el modelo
racional que sostuvo el orden social moderno, Este artculo tiene como objetivo principal analizar
mientras que el inconsciente poda quedar relegado a los imaginarios mediticos presentes en la cultura
los laberintos de la especulacin (Baeza, 2015, p.43).
meditica desde dos perspectivas que se presentarn
La imaginacin y el poder creador del ser humano se en los folios ulteriores.
han visto truncados por el sistema en el que estamos
insertos. No hay grandes espacio para la creacin, El abordaje terico que se desarrollar en torno a los
64 para el desarrollo de la imaginacin y, a nivel imaginarios sociales marcar su atencin en las
acadmico, para la reexin losca profunda del reexiones expuestas por Michel Maffesoli, sin
anthropos y su entorno. Lo operativo, lo rentable, lo embargo se presentarn sucintamente algunas
eciente y lo razonable han dominado nuestros aclaraciones de otros especialistas, lo que permitir a
espacios de desarrollo. Castoriadis sealaba que posteriori aproximar una denicin, siempre previa
actualmente vivimos en medio de una crisis de la y modicable, del imaginario social.
imaginacin. Por su parte, Celso Snchez Capdequ
se reere a la modernidad occidental sealando que: Este ensayo cientco es de carcter terica-
reexiva, por ende, a nivel metodolgico, la teora
Pretendiendo dar a luz una forma social modulada ser el hilo conductor de la investigacin. Es la teora
por el poder de la razn, de la tcnica y del un instrumento exploratorio ideal, que si bien no
resquebrajamiento de lo ancestral de cara a gestar cuenta con un contenido observacional directo, nos
individuos autnomos, ha provocado el surgimiento ofrece una provechosa y amplia batera de
de una sociedad abrumada por la alienacin mass-
meditica, la polucin, las amenazas nucleares, los pertinentes, claros, concisos y coherentes conceptos
brotes xenfobos, el dcit axiolgico, etc. (Snchez, que nos permite palpar concertadamente los
1999, pp. 38-39). fenmenos que atraviesan la sociedad.

Uno de los muchos imaginarios sociales por el que La investigacin terica abarca una gran variedad de
deambulan las sociedades actuales es el de alcanzar la actividades mentales que giran en torno a dos ideas:
felicidad gracias al dinero. En una sociedad mejorar el status cientco de una teora o impugnarlo.

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Por consiguiente, investigacin terica es una mentalidades depende ampliamente de su difusin, de


construccin de una teora o parte de la misma; pero los circuitos y de los medios de que dispone. Para
tambin lo es el reconstruirla, reestructurarla, conseguir la dominacin simblica, es fundamental
reformularla, remodelarla, fundamentarla, integrarla, controlar esos medios que son otros tantos
ampliarla o desarrollarla (Martnez, 1996, p. 241). instrumentos de persuasin, de presin, de inculcacin
de valores y creencias (Baczko, 1991, p. 31).
II. DESARROLLO TEMTICO
A la anterior denicin de Baczko se puede agregar
2.1 UNA APROXIMACIN A LO la reexin de Juan Luis Pintos, quien apunta que:
IMAGINARIO SOCIAL
El poder ya no es, por tanto, el constitutivo propio de
la poltica. El orden de la sociedad no se construye por
El concepto de imaginario social fue creado y la subordinacin de una parte de la sociedad a otra
trabajado profundamente por el griego Cornelius segn el modelo de la dominacin, sino por la
Castoriadis, quien realiz signicativas denicin de realidades que puedan ser
contribuciones en su obra La institucin imaginaria reconocidas como tales por los implicados. El
de la sociedad. Para el autor lo imaginario no es mecanismo bsico de construccin de esas realidades
son los imaginarios sociales (2015, p. 156).
imagen de. Es creacin incesante y esencialmente
indeterminada de guras/formas/imgenes Queda de maniesto entonces que los imaginarios
(Castoriadis, 2013, p. 12). Castoriadis sostena que sociales tienen la capacidad de intervenir en las
la creacin es ex nihilo y que la institucin histrico- diversas estructuras sociales, incluso stos tienen
social es donde se maniesta lo imaginario social. una fuerza capaz de unicar a la sociedad, gracias al
Esta institucin es institucin de un magma de todo poderoso universo simblico. En complemento
signicaciones, las signicaciones imaginarias se desprende tambin que los imaginarios sociales
sociales (Castoriadis, 2013, p. 376). Las relaciones no pueden existir de manera separada, sino que
humanas, en determinadas situaciones, dependen deben estar en una constante correlacin, en
en gran medida de las construcciones mentales que disputas, ajustes y transformaciones que se adecan
un individuo se ha fabricado y le han fabricado. al momento socio-histrico por el que se atraviesa,
Entrar en este oscuro nivel de posturas hegemnicas ya que la sociedad slo puede existir en este soporte
imaginarias es muy complejo, pero pertinente. Esta imaginario de los cuales, quermoslo o no, todos sus
complicacin no es balad, puesto que al miembros participan. A decir entonces, por ejemplo,
fundamentar reexiones el sujeto se encuentra que la institucin de la iglesia o del capitalismo,
absorbido por ciertos postulados dominantes que traen consigo mltiples imaginarios que los
han calado ms profundo en l. Un pensamiento es legitiman socialmente. Por mencionar una, el
hegemnico porque tiene ms reas de control en el modelo capitalista tiene diversos soportes
imaginario social colectivo. El lsofo e historiador imaginarios como lo son la libertad, el placer, la 65
polaco, Bronislaw Baczko, sealaba que: diversin, el estatus, etctera.
El control del imaginario social, de su reproduccin,
de su difusin y de su manejo asegura, en distintos Cabe destacar la categora de 'politesmo arquetipal'
niveles, un impacto sobre las conductas y actividades que establece Celso Snchez Capdequ (1999) para
individuales y colectivas, permite canalizar las destacar la importancia de la pluralidad de imgenes
energas, inuir en las elecciones colectivas en arquetpicas y sentidos simblicos que posee la
situaciones cuyas salidas son tan inciertas como especia humana. De esta manera, el autor asegura
impredecibles (1991, p. 30).
que el reconocimiento de esta pluralidad arquetipal
En base a la idea que plantea Baczko, se puede decir supone confrontarse con la complejidad que anida
que evidentemente el actuar y el devenir humano (virtualmente) en la vida social y pone n a cualquier
estn estrechamente ligados a los imaginarios intento de imponer con carcter denitivo un
sociales. Tal es el caso en un proceso de campaa arquetipo y su conciencia colectiva correspondiente
electoral, en esta situacin los imaginarios saldran (1999, p. 95). En consecuencia a esta falta de
a luz para transmitir las elaboraciones de proyectos reconocimiento e impostura de una cosmovisin que
y visiones futuras, esperanzas, sueos e ideaciones se hace hegemnica, Snchez Capdequ indica que:
colectivas en una determinada sociedad. Cuando una forma social, como la moderna
actualmente, hace de 'su' universo simblico de
El impacto de los imaginarios sociales sobre las carcter sistmico-funcional 'el' universo simblico

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del todo social elimina la posibilidad de otras formas para desarrollar, pero que por nes formales de la
de apalabrar el mundo, se produce un proceso de presente no ser tratada en esta investigacin.
empobrecimiento cultural y de desimbolizacin donde
el antagonismo axiolgico y politesmo soterrado se
reducen unidimensionalmente en favor de uno de los Para Maffesoli, el imaginario social es el que
polos, todo lo cual permite desembocar (en el caso fundamenta toda la sociedad. Adems, pone un
moderno) en formas sociales hiperracionales fuerte nfasis en la imagen, tanto as que la
portadoras de una gran carga de violencia y represin considera como la que representa la vida social. El
hacia la diferencia (Durand, 1999, p. 94).
autor, en un breve artculo titulado El imaginario
Una perspectiva interesante para el estudio de los social publicado en la revista Anthropos establece
imaginarios sociales es la que propone el destacado que en suma puede decirse que la imagen, lo
socilogo francs Michel Maffesoli, quien simblico, lo imaginario, la imaginacin se ponen
investiga lo 'imaginario' desde la conguracin de en primera lnea de la escena para interpretar un
la 'vida cotidiana'. Tambin, apunta que la papel principal (2003, p. 149). Es por esto que la
postmodernidad ha hecho que la sociedad no sea imagen tiene un importante rol y gran signicacin,
nica, ni universal, ni unicada, sino compleja. ya que ser la imagen la que exportara a la sociedad
Esta complejidad es el tejido de una serie de a un mundo imaginario en el cual se aanzaran los
elementos que construyen integralmente la gran sentimientos compartidos de una comunidad. Es
urdimbre social. Maffesoli, adems, seala que hoy aqu que los imaginarios sociales toman un lugar
se est edicando una nueva manera de ver y pensar preponderante, puesto que toda sociabilidad
las cosas, en tanto que razn e imaginacin deben arraigada en la imagen insta a expresiones sociales
ser complementarias. El error ha sido tomar estas conjuntistas que toman consistencia en un
dos perspectivas y aislarlas, esto ha llevado que por imaginario comn.
una vertiente, se reconozca lo objetivo y
establecido, en tanto que por la otra, los sueos y las La visin del imaginario que plantea Maffesoli est
utopas. Razn e imaginario no deben plantearse profundamente enraizada entre el ensueo y la
como ajenas y distantes, pues ambas estn en una utopa que apunta en la bsqueda de la emancipacin
fuerte concatenacin. Clara es la crtica que el autor social. En cuanto que utopa es propia de la
realiza al proceder positivista. manifestacin del imaginario.

Maffesoli revindica la creatividad de lo imaginario


Interesante es la premisa que plantea Maffesoli al como la de un ensueo que ha sido doblegado por una
sealar que en las sociedades actuales el coercitiva racionalidad productiva. De ah que,
individualismo est en vas de extincin, puesto que apoyndose en Marcuse, la esencia de lo imaginario
la sociedad fragmentada se tramara en base a radique en una reaccin contra la renuncia que impone
66 experiencias y sentimientos conjuntos. M. una civilizacin represiva (Carretero, 2003, p. 201).
Maffesoli, adems, ha analizado las sociedades de
Gracias a la utopa se construir un futuro onrico,
masas contemporneas, indicando que -
puesto que el imaginario es quien dotar de fuerza a
contrariamente a la opinin de numerosos
la propia utopa, la que rebosante 'simblicamente'
observadores- el individualismo se encontrara en
de anhelos y aspiraciones perseguir un devenir
declinacin en estas sociedades, beneciando as a
deseado para la sociedad.
toda una muchedumbre de pequeas agrupaciones
Por ltimo, Maffesoli plantea un concepto
que conguran la nueva sociologa urbana (Baeza,
relevante que es el 'mundo imaginal', el cual rene a
2000, p. 59). Desde este punto de vista es que
todas las manifestaciones o elementos del cotidiano
Maffesoli plantea el concepto 'tribus' el cual
que entran en una apasionada interaccin en donde
madurar a la postre en su ya clsico El tiempo de las
conviven, se transforman y se sitan en lugares
tribus. Curiosa es la reexin, ya que hoy vemos
comunes.
como las personas transitan sonmbulas por las
avenidas y pasajes de la ciudad, poniendo total Se podra hablar del renacimiento de un homo
atencin en eso aparatos sedantes que, religiosus que no sera ms que una variante del homo
errneamente, an conservan el nombre de aestheticus, es decir de un individuo social y de una
telfonos. Ser que las tribus, las pequeas sociedad que no reposa en una distincin con respecto
muchedumbres de las que nos habla el autor se tejen al otro, sino sobre una empata que me hace partcipe
junto al otro de un conjunto ms vasto, contaminado
virtualmente? Es una compleja e interesante premisa por doquier por ideas colectivas, emociones comunes

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e imgenes de todos los rdenes. Y a esto llamamos perspectivas que presentar no son las nicas, pero
'mundo imaginal' (Maffesoli, 2003, p. 153). s muy tiles para el desarrollo de esta investigacin.
Luego de este sucinto recorrido reexivo se pude
Previo al desarrollo de las dos categoras que se
aproximar que los imaginarios sociales son
presentarn en esta contribucin, es importante
estructuras compartidas socialmente, las cuales se
destacar la referencia que realiza Marc Aug en De
encuentran, sin excepcin, en cada uno de los seres
Moraes (2007) al ex director de la consultora de
humanos. Estas estructuras imaginarias estn
Henry Kissinger y actual editor de Foreign Policy
construidas logomticamente a travs de mitos,
Magazine, David Rothkopf, quien en el mismo
relatos, arquetipos, smbolos, estudios, etc. y viven
medio reexionaba lo siguiente:
dentro de nuestro universo simblico. De este
modo, los imaginarios sociales se convierten en los Compete al inters econmico y poltico de los
pasajes invisibles por donde transita el anthropos o, Estados Unidos el vigilar que si el mundo opta por un
ms precisamente, en una enorme cartografa que idioma nico, ste sea el ingls; que si se orienta haca
contiene las coordenadas que nos permite normas comunes tratndose de comunicacin, de
desarrollarnos de manera coherente y plausible en seguridad o de calidad, sean bajo las normas
americanas; que si las distintas partes se unen a travs
el mundo que habitamos. de la televisin, la radio y la msica, sean con
programas americanos; y que, si se elaboran valores
2.1.1. Los alcances de los imaginarios mediticos comunes, estos sean valores en los cuales los
americanos se reconozcan. En realidad, no hay aqu
Claro est que actualmente la sociedad habita en un nada de extraordinario ya que las tentaciones
imperiales no datan de hoy ni incluso de ayer, pero el
complejo mundo altamente interconectado, en una hecho notable es que el dominio imaginado ahora es
dimensin donde las distancias geogrcas se planetario y que los medios de comunicacin
redujeron a un clic. Donde las mercancas constituyen su arma principal (2007, p. 123).
culturales tienen un holgado alcance gracias a las
nuevas tecnologas. Un lugar donde las ciudades y, Esta resea ser fundamental para el desarrollo y la
por supuesto, los individuos son devorados por compresin de las perspectivas que se presentarn a
imgenes publicitarias, marcas o slogans. continuacin. Adems, la reexin de David
Rothkopf, pone de maniesto un singular contexto
En este apartado se pretende hacer referencia a los en donde quien fabrica la cultura, instaura, refuerza
variados imaginarios que deambulan cotidianamente, o debilita un determinado imaginario. En
de manera silenciosa pero ecaz, en la amplia parrilla consecuencia, quien produce el estmulo posee el
de contenidos que ofrecen los medios masivos de control discursivo hegemnico ante las sociedades.
comunicacin. Noticiarios, revistas, comics,
programas radiales, avisos publicitarios, pelculas, 2.1.2. Perspectiva crtica poltico-cultural 67
telenovelas y series de televisin son algunos de los
soportes en donde los imaginarios peregrinan a sus Para introducir esta perspectiva es meritorio hacer
anchas cada da. una breve referencia al aporte del francs Guy
Debord, especialmente su obra titulada La sociedad
La cultura meditica es una tecnocultura, esto quiere del espectculo. En este trabajo Debord reexiona
decir que la tecnologa y la cultura se renen en un en torno a la sociedad moderna y sus nuevas formas
lugar comn para la produccin de nuevas de vivir la cotidianeidad. De una manera crtica el
manifestaciones que cambian y activan novedosas
conguraciones de las sociedades () En la cultura autor plantea que actualmente la sociedad y sus
meditica, si bien se hacen distinciones entre 'alta' o elementos que la componen son ntegramente
'baja' cultura, todas las manifestaciones culturales superuos; y lo que alguna vez fue vivido
tienen cabida en los soportes que facilitan hoy las directamente hoy se ha transformado en una banal
nuevas tecnologas (Riffo, 2015, p. 53). representacin. Por ello, sostiene que el espectculo
es la imagen invertida de la sociedad.
La referencia a los diversos imaginarios mediticos
que se plantearn en este apartado, se desarrollar
Para Debord, el espectculo es la manera de vivir
desde dos perspectivas de pensamiento que
socialmente en la actualidad. Por esta razn, la
permitirn una comprensin ms ordenada y
verdad nace en el espectculo. En otras palabras, la
detallada de los imaginarios presentes en los medios
sociedad en su condicin ms ntima es el resultado
masivos. Es importante advertir que estas
de la omnipresencia del espectculo. La realidad

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surge en el espectculo, y el espectculo es real. economa capitalista. Actualmente, el espectculo


Esta alineacin recproca constituye la esencia y el se convirti en la ideologa imperante en las
sostn de la sociedad existente (Debord, 1976, p. sociedades contemporneas. Los medios masivos
8). En tanto que el espectculo es el proceso y el son la pieza clave para promover esta institucin
resultado del modo de produccin presente en las imaginaria espectacular, pues ellos se comportan
sociedades modernas. como transportadores de la ideologa dominante.

Es en esta dimensin del espectculo donde, Esta sucinta referencia al pensamiento de Guy
gracias a los medios masivos de comunicacin, se Debord, permite introducir y sentar el marco
pueden encontrar diversas estructuras imaginarias reexivo que se desarrollar en la 'perspectiva
que aglutinan a los individuos. El lenguaje del crtica poltico-cultural'. En esta vertiente es
espectculo est confeccionado por una serie de fundamental observar a los medios masivos como
signos dominantes instituidos socialmente. En canalizadores de ciertos imaginarios (polticos,
suma, el espectculo es la incesante relacin social ideolgicos o culturales), los cuales constituyen a
entre individuos que se encuentran mediatizados las sociedades en un espacio y tiempo determinado.
por un conjunto de imgenes conocidas. En esta Desde un comienzo con la llegada de la radio y,
vertiente Guy Debord sealaba que: posteriormente, de la televisin se puede evidenciar
claramente que los grandes conglomerados
El espectculo se presenta como una enorme econmicos y las cpulas de poder lucharon por
positividad indiscutible e inaccesible. Solo dice que 'lo conseguir el control del medio. La gnesis de estas
que aparece es bueno, lo que es bueno aparece'. La
actitud que exige por principio es esta aceptacin nuevas tecnologas fue similar, puesto que la
pasiva que de hecho ya ha obtenido por su forma de produccin de los aparatos gan la preferencia por
aparecer sin rplica posible; por su monopolio de la sobre el contenido del medio. En Estados Unidos
apariencia (1976, p. 9). tener una radio o un televisor era smbolo de estatus,
un producto que adornaba el estilo de vida,
Desde esta perspectiva se puede sostener que el reexionaba Schiller (1976). El nacimiento de estos
individuo y la sociedad en su conjunto estn medios trae consigo determinados nes polticos y
enteramente teidos de diversos imaginarios comerciales que han de transformarse, hasta
mediticos que se agrupan en lugares comunes para nuestros das, en los vectores centrales de los
proponer, establecer, limitar o castigar las variadas medios masivos de comunicacin.
formas de vida de las sociedades modernas. Esto se
debe a que el espectculo se encuentra en todos los Herbert Schiller, autor de referencia para la presente
espacios y se maniesta de diferentes formas. La perspectiva, en su obra titulada Comunicacin de
68
ms importante plataforma para la exposicin masas e imperialismo yanqui arma que:
cruda del espectculo la ofrecen las empresas
mediticas de comunicacin. La red imperial de la economa y las nanzas yanquis
que ha surgido utiliza los medios de comunicacin
Para avanzar en esta perspectiva se puede sealar para reforzar su defensa y sus trincheras all donde ya
que los individuos se reconocen en sus mercancas. existe, y para su expansin hasta aquellos lugares
donde quiere llegar a actuar (1976, p. 13).
Esta reexin es profundizada por Debord, quien
establece la concepcin de 'la mercanca como Actualmente, es incuestionable que la red de
espectculo'. En la actualidad, las relaciones medios de comunicacin ms poderosa del mundo
humanas se encuentran mediadas por las mercancas es la estadounidense. Slo por mencionar algunos
y el mundo se transform en un mercado con un ejemplos que demuestran su liderazgo mundial: el
alcance total. Este estadio no surgi de manera enorme nmero de pelculas que ruedan cada ao;
fortuita, sino ms bien es el el producto de una sus compaas productoras; sus canales de
paulatina pero efectiva red imaginaria que entreg televisin que llegan a centenares de pases; sus
las pautas para que el anthropos la instituyera eventos deportivos; etctera. Esta hegemona que
socialmente. posee Estados Unidos, le permite transmitir de
manera holgada su estilo de vida, sus sueos, sus
La sociedad del espectculo es el resultado y, a la miedos, su modelo poltico y econmico, hacer
vez, producto del rgimen que somete al individuo; visible a sus enemigos y respaldar a sus amigos.
es siervo del sistema imperante y esclavo de la

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Las mercancas culturales que se elaboran en la Los medios de comunicacin son capaces de disear
industria estadounidense se encuentran constituidas y reproducir imgenes que determinan nuestras
por diversos elementos simblicos, los cuales son convicciones y actitudes y, en ltima instancia,
orquestados de manera clara, obvia y ordenada para nuestra conducta (Schiller, 1987, p. 13), esto
no caer en confusiones ni en conjeturas imprecisas. armaba el autor en el primer prrafo de su obra Los
Los creadores de imgenes del cine, del comics o de manipuladores de cerebros. En este trabajo Schiller
la televisin manejan los smbolos con gran se propone identicar algunas de las fuerzas
destreza y sutiliza con el slo afn de cumplir sus dominantes presentes en los medios masivos y
objetivos, stos ya sean polticos o econmicos. demostrar cmo son capaces de ocultarse, negar su
inuencia y ejercer el control direccionado bajo el
La avalancha de los productos mediticos camuaje de sus contenidos.
norteamericanos se desparraman sin obstculos por
casi todo el mundo. Continuamente, el radio de Schiller sealaba que existen cinco mitos que
alcance se incrementa vertiginosamente debido a conguran el sistema de manipulacin meditica.
las nuevas tecnologas. Esta nueva forma de Estas bases estructurales son: el mito del pluralismo
conquista sustituye, aunque no del todo, las antiguas de los medios; el mito de la ausencia de conictos
prcticas imperialistas amparadas en las armas y en sociales; el mito de la naturaleza humana inmutable
la sangre derramada, como la barbarie que vivieron (las expectativas humanas pueden promover el
los pueblos originarios de Latinoamrica. cambio social, pero cuando las expectativas son
bajas predomina la pasividad); el mito de la
La llegada de diversos productos provenientes de neutralidad; el mito del individualismo y de la
las industrias culturales yanquis a las zonas ms decisin personal.
remotas del mundo provoc que las tradiciones de
diversos pueblos hayan muerto y que otras estn A pesar del paso de los aos, actualmente, los mitos
agonizantes. Estas mercancas que deambulan por recientemente sealados se encuentran con mucha
los medios tienen un sello inequvoco: gloricar el vigencia. Por ejemplo, la abundancia de medios no
sistema estadounidense. Por ejemplo, en gran parte garantiza una gran diversidad de contenidos. En las
de los pases de Sudamrica es curioso observar gigantes cadenas de televisin, as como en la
como los nios celebran Halloween, una esta prensa generalista, no existe un gran debate ni una
exportada desde Estados Unidos. As como diversidad de puntos de vista. Se ofrece una versin
tambin es extrao que en navidad muchas familias de la realidad que no altere el orden del statu quo.
compren un pino plstico de color blanco para Dicho de otro modo, gracias a los contenidos
emular un rbol nevado como en el hemisferio mediticos se refuerza el imaginario social
norte. Del mismo modo, Herbert Schiller adverta dominante. Esto se explica esencialmente por la 69
que: identidad intrnseca de los intereses, materiales e
ideolgicos, que existen entre los propietarios, y
Lo que est en juego es la integridad cultural de las por la naturaleza monopolista de la industria de las
sociedades ms dbiles, cuyo patrimonio nacional, comunicaciones en general (Schiller, 1987, p. 34).
regional, local o trivial empieza a verse amenazado
con extinguirse por culpa de la expansin de las
comunicaciones electrnicas modernas, en particular Los cinco mitos que establece Schiller, que son
de la televisin, que emanan de los contados centros de desarrollados por la industria meditica, tienen
poder del mundo industrializado (1976, p. 105). como objetivo nal conseguir la 'pasividad social'
(Schiller). La pasividad debe ser comprendida
Los ms diversos contenidos de los programas desde dos aristas. La primera, es la pasividad fsica.
televisivos o lmes estadounidenses reproducen sta se puede apreciar cuando el cuerpo permanece
con rmeza un mundo que aanza el imaginario inerte por horas frente al televisor. La segunda, a mi
social dominante. Sus productos estn diseados parecer la ms preocupante, es la pasividad
para aanzar en sus espectadores el sistema reexiva. Al estar en presencia de los contenidos
neoliberal y para teir el imperialismo bajo los televisivos, el anthropos reduce toda su capacidad
tintes de 'defensores de la democracia'. A no olvidar, intelectual y pensativa. Los productos mediticos y
por ejemplo, la Operacin Cndor llevada a cabo en la publicidad que los auspicia tienden a fosilizar el
Sudamrica entre los aos 1970 y 1980. intelecto y sepultar el sentido crtico que alguna vez
pudo tener el Ser.

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El contenido y la forma de las comunicaciones trabajo, desarrollan acabadamente la temtica


norteamericanas los mitos y los medios de referente a lugares geogrcos an desconocidos y
trasmitirlos estn consagrados a la manipulacin.
Cuando se los emplea con xito, como sucede a los pases subdesarrollados. Walt Disney, desde su
invariablemente, el resultado es la pasividad tierra, fabricaba de manera arbitraria determinados
individual, un estado de inercia que impide la accin contextos, personajes y particulares estilos de vida
(Schiller, 1987, p. 44). que se transformaban en potentes imaginarios
mediticos que divertan a nios y adultos en el
La 'perspectiva crtica poltico-cultural' deviene, siglo pasado.
inevitablemente, en el pensamiento del belga
Armand Mattelart y el chileno Ariel Dorfman, en su Los autores se reeren al creador de estas historietas
clsica obra Para leer al pato Donald: comunicacin de la siguiente manera:
de masas y colonialismo, en la cual desarrollan una
interesante crtica al poder que poseen las industrias Incluso si algn pas extranjero se atreve a esbozar un
culturales para colonizar mentalidades y canalizar conicto con los Estados Unidos, como el de Vietnam o el
imaginarios. El libro se lanz en Chile en el ao del Caribe, de inmediato estas naciones quedan
1972, en el gobierno de la Unidad Popular del registradas como propiedad de estas historietas y sus
luchas revolucionarias terminan por ser banalizadas.
presidente Salvador Allende. Los autores se Mientras los marines pasan a los revolucionarios por las
encargaron de analizar y criticar el comic del dolo de armas, Disney los pasa por sus revistas. Son dos formas de
Disney el pato Donald. El personaje revelaba en el asesinato: por la sangre y por la inocencia (2010, p. 70).
comic las aspiraciones, sueos y estilos de vida de
los Estados Unidos de aquella poca. Adems, el El modelo capitalista, la sed de riqueza y el
comic pareca un manual de instrucciones que consumo desaforado son otros imaginarios que
entregaba las pautas bsicas a los pueblos aparecen reiteradamente en el mundo de Disney. En
subdesarrollados sobre cmo deban relacionarse el caso de la historieta del pato Donald, el personaje
con los pases lderes del capitalismo internacional. del To Rico es el emblema de estos imaginarios.
Nadar en una pieza llena de monedas de oro, poseer
A diferencia de los ejemplos anteriormente una gran mansin, ser varo y costearse cualquier
sealados, el comic y los dibujos animados, en este lujo son unas de las caractersticas que embisten a
caso de Disney, estn dirigidos a nios que an estn este importante personaje del comic.
en un proceso formativo fsico-mental, midiendo
los lmites de comportamiento, internalizando Es imposible que Disney se encuentre al margen del
valores, categorizando el conocimiento cotidiano, imaginario del consumo como medio para alcanzar
aprehendiendo normas, etctera. El pato Donald es la felicidad, ya que esta empresa persigue aumentar
la gura simblica del imperialismo y el sus activos y vender objetos culturales como meras
70
neoliberalismo de una cultura que se rige por el mercancas. La compaa camina de la mano con el
dinero, el atesoramiento de riqueza, la adoracin por mundo de la alta burguesa y se aprecia
lo material, el individualismo, el engao y la sistemticamente en cada una de sus obras y en las
competitividad. adaptaciones de otras.

El pato Donald es una historieta destinada para nios Por eso, los personajes estn frenticos por obtener
pero escrita por adultos. El comic posee personajes dinero. Utilizando las tan manoseadas imgenes
con sonrisas amables, vestimentas pintorescas, un infantiles, Disneylandia es el carrusel del consumo. El
dinero es el n ltimo a que tienden los personajes
humor blanco a primera vista, ausente de sexo y de porque logra concentrar en s todas las cualidades de
violencia explcita. Sin embargo, entre sus circuitos ese mundo (Mattelart; Dorfman, 2010, p. 105).
simblicos que rellenan cada pgina, los nios se
estrellan con una historieta colmada de mensajes que En el mundo del pato Donald el poder adquisitivo es
son estructuras imaginarias de cmo los adultos esencial, ya que seguridad, amor, amistad,
perciben o desean el mundo. En denitiva, la tranquilidad, poder, entretenimiento y objetos se
historieta se transforma en una fuente de imaginarios compran con dinero. Por esta razn el oro es un bien
normativos y adoctrinantes para nios que la preciado y divinizado en la historieta. A su vez, la
devoran abiertamente y sin cuestionamiento. propiedad privada y los negocios son respetados y
vistos como ejemplares mecanismos para obtener
Mattelart y Dorfman, en uno de los pasajes de su riquezas en el mundo imaginario que fabrica Disney.

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Los imaginarios mediticos responden a calles, sus pasos, sus movimientos, sus ropas y sus
determinadas pocas y contextos sociales rostros. Los contenidos presentes en los medios
maniestos. Por ejemplo, el lme Rambo III (1988) masivos dejan ver al espectador su propia imagen.
entrega una serie de estructuras simblicas que El cine tiene una funcin de reconocimiento.
establecen tres polos. En primer lugar, los malos: la
Unin Sovitica. En segundo lugar, las vctimas: la En estricto rigor estas imgenes en continuo
poblacin afgana. En tercer lugar, los salvadores: movimiento permiten una mejor manera de
Estados Unidos. La pelcula se ambienta en el presenciar el abanico de sueos que se ocultan en
contexto de la 'Invasin Sovitica a Afganistn' los pensamientos de los seres humanos. Esto se
(1978-1992). En la ltima etapa de la Guerra Fra, debe a que los lmes ms que un reejo de la
Estados Unidos estrena este lm que, obviamente, sociedad, reproducen un ensueo que la sociedad o
establece a la URSS como asesina invasora, en tanto una parte de ella desea. El cine, ms que espejo
que a los afganos como vctimas de torturas y documental de la realidad social, es sobre todo
asesinatos. Actualmente, es muy difcil que un lm espejo de un imaginario colectivo congurado por
estadounidense de estas caractersticas confeccione los deseos, frustraciones, creencias, aversiones y
un relato que persiga proteger y liberar al pueblo de obsesiones de los sujetos que componen su
Afganistn. poblacin (Gubern, 1993, p. 10).

En rigor los mensajes mediticos estn reconstruidos En relacin al precedente ms antiguo de imgenes
del consenso social en la complejidad de las en movimiento en una pantalla, es la milenaria
sociedades, en la que conviven objetivos y praxis tecnologa chinesca en el teatro de las sombras, que
ampliamente heterogneas. Los imaginarios era la representacin de imgenes a travs de la luz
mediticos que se reproducen en los medios masivos y la oscuridad. El nuevo arte de narrar: las sombras
nos muestra el complejo proceso de penetracin del empiezan evocando mitos, convirtiendo a
anthropos en el mundo y, a la inversa, el constante divinidades y espritus en protagonistas de las
proceso de la penetracin del mundo sobre representaciones. Ms tarde, difunden leyendas
anthropos. populares e ilustran los relatos orales. Las siluetas
se convierten en un lenguaje mgico que permite
Basta que los individuos asuman como verosmil la narrar historias comprensibles para todos (Museo
realidad presentada como real por los 'imaginarios
sociales' para quedar jados aquellos en una
del Cinema de Gerona en Espaa).
posicin establecida en el marco de las relaciones
sociales de produccin (Carretero, 2010, p. 170). Desde su inicio, el cine como industria cultural
logr congregar entre sus espectadores a las
2.1.4. Perspectiva semiolgica para el estudio diversas clases sociales. Esto le permiti tener un 71
culturolgico gran alcance y repercusin en las sociedades. Esta
situacin permite identicar que los lmes son
El cinematgrafo desde su nacimiento fue una importantes transmisores de sueos e imaginarios
fbrica constructora de sueos, que ya no utilizaba que son compartidos pblicamente en las salas de
imgenes estticas sino en movimiento. Sin duda, cine. Estos son sueos articiales elaborados
es esta nueva tcnica la que otorga a este arte un orquestadamente que sitan a los espectadores en
gran abanico de oportunidades. Para los primeros lugares comunes, coherentes y cohesionados.
espectadores, lo llamativo fue ver el continuo El cine de por s es imaginario, industria de lo
movimiento de imgenes bidimensionales, ahora imaginario, pensaba Edgard Morin en su obra El
con plasticidad, proyectadas en una pantalla. cine o el hombre imaginario (1972). Tambin es
invencin constante, es imaginacin y es un
El corto La sortie de l'usine Lumire Lyon (1895) espacio que hace eco al imaginario colectivo.
es un claro ejemplo del poder del movimiento. Las Adems, es un artefacto que a la vez es sustentculo
personas podran ir sin ningn problema y polea de transmisin de las representaciones
directamente a las afueras de la fbrica para ver sociales. En el cine los individuos se proyectan y se
salir a los trabajadores al nalizar la jornada, pero identican como sujetos sociales.
preferan verse reproducidos en el saln de cine. En
cierto sentido era poder observarse reejado, era Desde la perspectiva economicista de las industrias
presenciar el ambiente, las construcciones, las culturales, los lmes son considerados como sueos

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manufacturados en grandes corporaciones por Cualquier contenido que se reproduce en los


profesionales de la ccin, gracias a la imaginacin medios masivos est cargado de poderosas fuentes
y la tcnica. Despus de su produccin, el objetivo imaginarias que le dan sentido social y temporal al
principal es comercializarlos a un extenso pblico material exhibido. Como ejemplo podemos tomar
que los consuma como mercanca y deje elevados pelculas emblemticas como Tiempos modernos
rditos para la empresa productora. (1936) de Charles Chaplin, en donde el imaginario
del progreso, el uso y abuso de las mquinas, el
Quien aproxima un interesante enfoque en relacin trabajo mecanizado, produccin en cadena y el
con los lmes es Roman Gubern, puesto que en rigor de la tcnica vienen a marcar el imaginario de
Espejo de fantasmas. De John Travolta a Indiana aquella poca. Esta fantasmagora del culto a las
Jones adverta que: mquinas se puede apreciar cabalmente en Star
Wars (1977) de George Lucas, donde los
Los fantasmas que circulan por las pantallas protagonistas ms famosos y recordados son los
cinematogrcas, adems de proporcionar distraccin robots R2-D2 y C-3 PO.
a las masas, revelan con sus discursos la permanencia
de ciertas expectativas, ilusiones, angustias y temores
larvados en la intimidad de la conciencia de sus El cine en su esencia ms ntima es un reproductor
espectadores, magnicados puntualmente en el del imaginario social dominante en el espacio
imaginario colectivo elaborado por la industria temporal de una sociedad. De esta manera, las
audiovisual (1993, p. 22). cciones son la representacin que nace de la
convergencia entre el imaginario instituido
La dimensin narrativa en el cine es esencial. El socialmente en un momento determinado y los
sptimo arte tiene la capacidad de aglomerar todos elementos logomticos que el autor selecciona. En
los imaginarios que anse y transformarlos en suma, la ccin es fantasa por s misma; constituye,
plausibles historias crebles o fantsticas. Todos los sin dudas, una inquebrantable concatenacin entre
elementos que se proyectan son escogidos con lo real y lo imaginario, que son, al nal de cuentas,
antelacin, no en plena libertad como se suele creer, una estructura nica e indisociable.
pues estos compendios estn adobados
simblicamente por el universo en donde el La ccin est contagiada de imaginarios que la
productor est inserto. Dicho de otro de modo, no (re)forman, la ensombrecen y la lustran. La ccin
somos ntegramente propietarios del discurso, sino ser entonces siempre imaginario que proyectar
que somos producto de el. El anthropos camina en sueos, miedos o fantasas. En consecuencia, el
un mundo en el cual existe una espesa niebla de anthropos espectador tambin sufrir del contagio
imaginarios que se solapan en nuestra vida integra imaginario que es expulsado a travs de los medios
natural. masivos de comunicacin. A gran escala, como hoy
72
as lo permiten las tecnologas y la globalizacin,
Las pelculas son mltiples revelaciones que los imaginarios presentes en la cultura meditica
ensean abiertamente los imaginarios sociales de son el espacio en comn o el punto de interseccin
un determinado espacio socio-histrico. En los donde deslan relucientes los valores, las normas y
lmes existe una representacin de los tiempos y las estructuras socialmente instituidas. Por su parte,
contextos de la realidad y, a su vez, una Edgar Morin reexionaba lo siguiente:
construccin esencialmente imaginaria. En rigor,
las pelculas son una cartografa diseada para Entramos en el reino de lo imaginario cuando las
aprehender el mundo que nos rodea. En este aspiraciones, los deseos, y sus negativos, los temores y
espacio se encuentran las creencias, los estilos de terrores, llevan y moldean la imagen para ordenar
vida y los modelos de hacer o actuar. segn su lgica los sueos, mitos, religiones,
creencias, literaturas, concretamente todas las
cciones (1972, p. 91).
Lo imaginario no puede disociarse de la 'naturaleza
humana', del hombre material. Es parte integrante y
vital () lo imaginario mezcla en la misma smosis lo El imaginario del 'sueo americano' y el happy
irreal y lo real, el hecho y la realidad, no slo para ending siempre han estado muy fuertemente
atribuir a la realidad los encantos de lo imaginario, ensamblados en las producciones cinematogrcas
sino tambin para conferir a lo imaginario virtudes de y televisivas estadounidenses. El 'sueo americano'
la realidad. Todo sueo es una realizacin prctica
(Morin, 1972, p. 241-242).
consiste en la libertad individual, la que se debe
alcanzar sin importar muchas veces la libertad de

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los dems; es el xito competitivo y el crecimiento En las sociedades actuales dominadas por la cultura
econmico personal, el ascenso en la clase social y meditica, las estructuras sociales instituidas o las
en la estructura jerrquica laboral. El happy ending que estn en proceso de instituirse se presentan en
por su parte, propone alcanzar la estabilidad imgenes en la fauna cultural articulada por las
emocional, la prosperidad econmica y la industrias culturales. El poder de la cultura
seguridad material. En la obra El espritu del meditica es hoy en da incuestionable.
tiempo. Ensayo sobre la cultura de masas Edgar Actualmente, nuestro imaginario social es un
Morin sealaba que el tema de la felicidad est imaginario que procede principalmente del seno
ligado con el tema del presente. El happy end es la audiovisual.
eternizacin proyectiva de un momento de
felicidad en el que estn exaltados un abrazo, una Existen, efectivamente, imaginarios que buscan ser
boda, una victoria, una liberacin (1966, p. 155). inyectados con mayor vehemencia por las
industrias culturales. El objetivo es alcanzar la
Y vivieron felices para siempre reza el refrn en la deseada hegemona (Gramsci). Para lograr aquella
ltima lnea de las obras para nios y adultos. A qu meta, los medios de comunicacin son una vlvula
felicidad se reere esta repetida frase? Como queda de escape de discursos sumamente ecaz. Debido a
de maniesto en las innumerables producciones la tcnica imperante, a la imaginacin de los
norteamericanas el tpico es: vivir en un hogar productores y a los deseos de poderosos grupos de
amplio y estticamente aceptable socialmente, inters, es posible que impongan, mediante
emplazado en la tranquilidad de un barrio mecanismos imaginarios, sus propios trminos
acomodado para no sufrir el roce con otros morales, polticos, estilos de vida o estructuras
individuos que an no tocan la aorada felicidad. En sociales para alcanzar la dominacin en el terreno
las afueras de tal estupenda morada se encuentra social, cultural, poltico y econmico.
aparcado un coche familiar y un bello jardn que llena
de alegra el espacio. A nivel personal el xito Esta reexin se aprecia claramente en el lme
econmico es incuestionable. Los recin casados o la Green Berets (1968) de John Wayne. El fracaso
familia ya constituida muestran o aparentan estadounidense despus de su invasin a Vietnam
estabilidad, felicidad y armona, estados emocionales (1964 - 1975) fue un hecho incuestionable. Pero el
que condecoran todo el trayecto recorrido que estuvo director del lm, John Wayne, present la
colmado de buenos y complejos acontecimientos intervencin con triunfalismo. Esta situacin caus
extraeza en los propios norteamericanos. Incluso,
Una constante de la pedagoga norteamericana posteriormente, explica Gubern (1993) que David
impartida por todos sus medios de comunicacin, y Morrel, diseador de la popular saga Rambo,
funcional para la sociodinmica del sistema
capitalista, consiste en el estmulo de tal movilidad, preri transformar este fracaso militar en una obra 73
identicada con el xito social, la realizacin que pudiera expulsar de raz la humillacin sufrida
personal y la felicidad individual (Gubern, 1993, p. por los Estados Unidos en territorio extranjero.
67).
En todas las producciones mediticas existe un
La idea de felicidad es la cspide de las elemento que las unica y les otorga sentido, este
civilizaciones individualistas, pensaba Edgar Morin. componente es el mito. En la obra Mythologies
La idea sobre el nal feliz y los tpicos de felicidad Ronald Barthes reexionaba que el mito es un
presentes en la cultura meditica en las sociedades lenguaje. El pensador francs, crtica el lenguaje de
contemporneas son una constante. En tanto, que el la cultura de masas y, tambin, desarrolla un
dinero es la piedra angular por el cual se rigen las tratamiento semiolgico de aquel lenguaje. Las
relaciones sociales y los deseos de felicidad. reexiones que realiza Barthes parten desde una
perspectiva mtica de la cotidianeidad francesa. De
El sistema americano, diseado tericamente como
un sistema competitivo basado en el premio a los
esta manera, para desarrollar el anlisis el autor
mejores, explica tambin la violencia interna generada recogi avisos publicitarios, pelculas, exposiciones,
por esta sociedad. Violencia presente ya en las fotos de semanarios, notas de prensa, espectculos,
primeras formas de educacin y de relacin de los entre otras manifestaciones culturales.
nios, en las que desempean una funcin muy
importante las fabulaciones audiovisuales (Gubern,
1993, p. 67).
Uno de los pasajes del libro Barthes se titula Los
romanos en el cine en el cual analiza brevemente el

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lme Julio Cesar (1953) dirigida por Joseph L. meditica, es pertinente hacer una breve referencia
Mankiewicz y protagonizada por Marlon Brando. a la obra El superhombre de masas del semilogo
El inters que suscit en Barthes analizar esta italiano Umberto Eco. Las novelas populares que
pelcula fue el peinado de equillos que lucan los estudia Eco son siempre una lucha entre el bien y el
personajes. Explica el autor: mal, en las que perpetuamente se llegar a un nal a
favor del bien segn los patrones morales, ticos e
Pero qu es lo que se atribuye a esos obstinados ideolgicos que la cultura determina como
equillos? Pues ni ms ni menos que la muestra de una correctos. La novela popular se presenta en una
romanidad. Se ve operar al descubierto el resorte
fundamental del espectculo: el signo. El mechn constante bsqueda de la paz, que produce
frontal inunda de evidencia, nadie puede dudar de que soluciones o graticaciones explicitas para que el
est en Roma, antao (Barthes, 2000, p. 28). lector no haga esfuerzos reexivos. Lo que cuenta
es que el lector no haga nada para que se verique,
Los actores del lm que estudia Barthes se sino, por el contrario, que deje toda posible
encuentran homogenizados en una correlativa vericacin en manos de la novela, mquina de
certeza que es aquel emblema que cae sobre sus soar graticaciones cticias (Eco, 1995, p. 21).
frentes. Cambiando de lugar geogrco, pero con la
nalidad de aportar a esta uniformizacin que Dentro de las numerosas novelas populares que
detect el autor, en el ao (1998) se estren El examin Umberto Eco, es destacable el anlisis que
prncipe de Egipto pelcula musical animada, en la realiz a James Bond, protagonista de la saga 007
cual el protagonista, Moiss, reluca equillos, la escrita por el britnico Ian Fleming. Eco seleccion
misma marca esttica que adverta Ronald Barthes 12 novelas de la serie para someterlas a investigacin
en Julio Cesar. y descubrir las estructuras narrativas, as como las
caractersticas que embisten heroicamente a James
Inevitablemente las cciones contemporneas Bond. Luego explorar los circuitos de la obra de
portan y transmiten antiguos mitos, pero que son Fleming, Umberto Eco seala que:
presentados con adaptaciones que se ajustan al
contexto de una determinada sociedad. Por Despus del anlisis que hemos efectuado, resulta
ejemplo, el hroe de la Guerra de Troya, Aquiles, difcil sostener que Fleming no tiende a considerar al
hombre britnico superior a las razas orientales o
tena como debilidad su taln. En tanto, Superman mediterrneas, o armar que el autor no profesa un
tiene como punto vulnerable acercarse a la anticomunismo visceral () Con su cinismo de
kriptonita. Por ello, se sostiene que los mitos son gentleman desencantado, Fleming pretende construir
adaptativos, adems son tiles para explicar una mquina narrativa que funcione. Y para ello
verdades complejas de revelar. decide recurrir a los incentivos ms seguros y
universales, poniendo en juego elementos
74 arquetpicos que son los mismos que han dado prueba
En las producciones culturales de nuestros tiempos, de su ecacia en los cuentos tradicionales (1995, p.
el mito cumple la funcin de explicar temticas, 174 - 175).
unicar a la sociedad y legitimar las estructuras,
formas, modelos y estilos que se maniestan en
nuestro cotidiano. Por esta razn, los imaginarios CONCLUSIONES
mediticos se constituyen de estructuras mticas
reconocibles socialmente. Como se pudo ver en el recorrido de este artculo
terico-reexivo, da a da los individuos reciben
Para ellos, los medios de comunicacin de masas directa o indirectamente una avalancha de
presentan personajes, apariencias, roles y modelos de imaginarios que se erigen en los medios masivos.
conducta emblemticos y dotados de gran atractivo, Los imaginarios mediticos circulan dinmicamente
que cristalizan como polos de atencin social y de
deseabilidad y favorecen la identicacin de sus
en diferentes estilos y formatos cada maana al
espectadores () el mito constituye as la materia escuchar el noticiario camino al trabajo, en la
prima de nuestras fabulaciones, contribuyendo a la publicidad instalada en las autopistas, en el
construccin de un imaginario, de una identidad peridico, en las historietas infantiles, en la msica,
tanto privada como colectiva-, y a la articulacin de en las pelculas, en un programa matinal de
un sentido a la vida (Gubern, 1993, p. 15).
televisin, etc. Los individuos -atrapados por la
Sin el deseo de estudiar profundamente el cultura meditica- nacen, se desarrollan y mueren en
'imaginario del hroe' presente en la cultura la autoconstruccin constante de un mundo

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imaginario que se maniesta vigorosamente en las REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS


redes urdidas por los medios masivos de
comunicacin. Baczko, B. (1991). Los imaginarios sociales.
Memorias y esperanzas colectivas. Buenos
Se puede sostener que el desarrollo de la humanidad Aires: Ediciones Nueva Visin SAIC.
se teje gracias al sustrato de imaginarios sociales que
son la base de toda sociedad. Tal es el caso de las Baeza, M. (2000). Los caminos invisibles de la
relaciones de poder, las cuales se han ido realidad social. Ensayo de sociologa
(re)ajustando socialmente a lo largo del tiempo. profunda sobre los imaginarios sociales.
Dentro del imaginario capitalista-colonialista, que se Santiago: Ril Editores.
revis en las anteriores perspectivas, se concibe
intrnsecamente la inquebrantable relacin de un Baeza, M. (2015). Hacer mundo. Signicaciones
dominante y un dominado. Este imaginario toma imaginario-sociales para construir sociedad.
gran fuerza, ya que ciertos productos culturales lo Santiago: RIL editores.
revisten incansablemente y, en consecuencia, los
individuos, mediante su praxis, ayudan a legitimarlo. Barthes, R. (2000). Mitologas. Madrid: Siglo XXI
Leyes, decretos, discursos polticos, mercancas de Espaa Editores, S.A.
culturales, relatos, rumores e imgenes arquetpicas
colaboran a ensalzar o denigrar a ciertos pueblos o Carretero, E. (2010). El orden social de la
grupos humanos. Esto se observa actualmente con la posmodernidad. Ideologa e imaginario
crisis de los refugiados sirios. Personas que escapan social. Barcelona: Erasmus Ediciones.
de una guerra para intentar sobrevivir, pero que en las
puertas de Europa se encuentran con una violenta Carretero, E. (2003). La nocin de imaginario
pared humana y otra imaginaria que les obstruye el social en Michel Maffesoli. Revista Espaola
paso, para posteriormente morir en las aguas del de Investigaciones Sociolgicas, N 104,
mediterrneo o en el trayecto del infausto retorno. pg. 199- 209.

A lo largo de este ensayo ha quedado esclarecido Castoriadis, C. (2013). La institucin imaginaria de


que los imaginarios sociales nos proporcionan las la sociedad. Barcelona: Tusquets Editores,
rutas para desarrollarnos socialmente en un espacio S.A.
que nos hace sentido, que entendemos. Pero esto no
quiere decir que no se pueda estar en contra de De Moraes, D. (coord). (2007). Sobre modernidad:
violentos imaginarios que, lamentablemente, se el mundo tecnolgico de hoy al desafo
han convertidos en dominantes y que incitan el odio esencial del maana. En: Sociedad 75
entre los seres humanos. Es decir las estructuras mediatizada. Barcelona: Editorial Gedisa,
imaginarias, tales como, el machismo, la xenofobia,
la homofobia, etc. que desgraciadamente se ven Debord, G. (1976). La sociedad del espectculo.
materializadas en nuestra cotidianeidad. Madrid: Miguel Castellote, editor.
El escenario actual que se ha tratado en este trabajo
deja de maniesto cuestiones claves en la Eco, U. (1995). El superhombre de masas: retrica
conformacin histrico-social. Es incuestionable el e ideologa en la novela popular. Barcelona:
relevante papel que cumplen los medios masivos de Editorial Lumen, S.A.
comunicacin en la transmisin de ciertas estructuras
imaginarias que componen y (re)forman nuestro Gubern, R. (1993). Espejo de fantasmas. De John
mundo. Los productos culturales presentes en los Travolta a Indiana Jones. Madrid: Editorial
medios refuerzan y debilitan ciertos imaginarios que, Espasa Calpe, S.A.
nalmente, inciden en las praxis de los individuos.
En denitiva, la cotidianeidad en la que deambulan Maffesoli, M. (2003). El imaginario social. En:
las sociedades est guida por un mundo imaginario, Snchez, C. (coordinador). Cornelius
que cumple el rol de un mapa que entrega las Castoriadis. La pluralidad de los imaginarios
coordenadas para que los individuos se relacionen sociales de la modernidad. Revista
entre s en un espacio reconocible y coherente. Anthropos. Barcelona: Anthropos Editorial.
Pg. 149- 159.

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Martnez, M. (1996). Comportamiento humano. Riffo, I. (2015). La cultura meditica. Reexiones y


Nuevos mtodos de investigacin. Mxico: perspectivas. Revista de investigacin en
Editorial Trillas. comunicacin y desarrollo. Vol. 6, N 2, pp.
46-57.
Mattelart, A. Dorfman, A. (2010). Para leer al pato http://www.comunicacionunap.com/index.p
Donald: comunicacin de masa y hp/rev/issue/view/12
colonialismo. Mxico, D.F: Siglo XXI
Editores, S.A. Snchez Capdequ, C. (1999). Imaginacin y
sociedad: una hermenutica creativa de la
Morin, E. (1972). El cine o el hombre imaginario. cultura. Madrid: Editorial Tecnos, S.A.
Barcelona: Editorial Seix Barral, S.A.
Schiller, H. (1987). Los manipuladores de cerebros.
Morin, E. (1966). El espritu del tiempo. Ensayo Mitos, tcnicas y mecanismos para el control
sobre la cultura de masas. Madrid: Taurus de la mente. Barcelona: Editorial Gedisa,
Ediciones, S.A. S.A. Segunda edicin.

Pintos, J. (2015). Apreciaciones sobre el concepto de Schiller, H. (1976). Comunicacin de masas e


imaginarios sociales. Revista de Investigacin imperialismo yanqui. Barcelona: Editorial
Miradas. Vol. 1, N 13, pp. 150-159. Gustavo Gili, S.A.
http://revistas.utp.edu.co/index.php/miradas/i
ssue/view/671/showToc

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