Borges - Funes El Memorioso PDF
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incluye una serie de cuentos que pertenecen a Uno de los cuentos que relata y que
la clsica categora de las piezas antolgicas. reproducimos en esta edicin de Petrotecnia es
Traducido a varios idiomas, fue galardonado en Funes el memorioso que, segn el propio
1961 con el Premio Internacional otorgado por autor, es una larga metfora del insomnio.
editores de Francia, Estados Unidos, Inglaterra,
Funes el memorioso
Por Jorge Luis Borges
Se agradece a la Fundacin Internacional Jorge Luis Borges el permiso para su publicacin. Mara Kodama
L
o recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese
verbo sagrado, slo un hombre en la tierra tuvo
derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura
pasionaria en la mano, vindola como nadie la ha visto,
aunque la mirara desde el crepsculo del da hasta el de la
noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y
aindiada y singularmente remota, detrs del cigarrillo.
Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo
cerca de esas manos un mate, con las armas de la Banda
Oriental; recuerdo en la ventana de la casa una estera amari-
lla, con un vago paisaje lacustre. Recuerdo claramente su
voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero antiguo,
sin los silbidos italianos de ahora. Ms de tres veces no lo vi;
la ltima, en 1887... Me parece muy feliz el proyecto de que
todos aquellos que lo trataron escriban sobre l; mi testimo-
nio ser acaso el ms breve y sin duda el ms pobre, pero no
el menos imparcial del volumen que editarn ustedes.
Mi deplorable condicin de argentino me impedir incu-
rrir en el ditirambo gnero obligatorio en el Uruguay, cuan-
do el tema es uruguayo. Literato, cajetilla, porteo; Funes nos
dijo esas injuriosas palabras, pero de un modo suficiente me
consta que yo representaba para l esas desventuras. Pedro
Leandro Ipuche ha escrito que Funes era un precursor de los
superhombres, un Zarathustra cimarrn y vernculo; no lo
discuto, pero no hay que olvidar que era tambin un compa-
drito de Fray Bentos, con ciertas incurables limitaciones.
Mi primer recuerdo de Funes es muy perspicuo. Lo veo
en un atardecer de marzo o febrero del ao ochenta y cua-
tro. Mi padre, ese ao, me haba llevado a veranear a Fray
Bentos. Yo volva con mi primo Bernardo Haedo de la
estancia de San Francisco. Volvamos cantando, a caba-
llo, y sa no era la nica circunstancia de mi felicidad.
Despus de un da bochornoso, una enorme tormenta
color pizarra haba escondido el cielo. La alentaba el
viento del Sur, ya se enloquecan los rboles; yo tena
el temor (la esperanza) de que nos sorprendiera en un
descampado el agua elemental. Corrimos una especie de
carrera con la tormenta. Entramos en un callejn que se
ahondaba entre dos veredas altsimas de ladrillo.
Haba oscurecido de golpe; o rpidos y casi secretos
pasos en lo alto; alc los ojos y vi un muchacho que corra
Esta imagen fue realizada en 1976, por el prestigioso ilustrador
argentino Osavaldo Prez DElas (hoy residiendo en Espaa) para la por la estrecha y rota vereda como por una estrecha y rota
revista Temas de Petroqumica General Mosconi. pared. Recuerdo la bombacha, las alpargatas, recuerdo el
1942
pjaro y cada rama tuviera un nombre propio; Funes pro-
yect alguna vez un idioma anlogo, pero lo desech por
parecerle demasiado general, demasiado ambiguo. En efec-
to, Funes no slo recordaba cada hoja de cada rbol de cada
monte, sino cada una de las veces que la haba percibido o
imaginado. Resolvi reducir cada una de sus jornadas pret-
ritas a unos setenta mil recuerdos, que definira luego por