Revista Haucaypata. Nro. 8. 2014

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ISSN: 2221-0369

Ao 3 - Nmero 8 Lima-mayo 2014


Director y editor
Rodolfo Monteverde Sotil
Comit editorial
Ivan Leibowicz / Jos Merrick / Alvaro Monteverde Sotil

Difusin
Mayra Delgado Valqui

Diseo y diagramacin
Ernesto Monteverde P. A.

Fotografa de la cartula
Rodolfo Monteverde 2010. Santurantikuy-Cuzco
Imgenes de la dedicatoria, los ndices y la relacin de colaboradores
Aretemio Ocaa 1953. El incanato / David Lozano 1926. Placa en el monumento a Manco Cpac
(detalle) / Julia Codesido 1929. India con arbalo (detalle) / Henry Perronet Briggs 1827. The first
interview between the Spaniards and the Peruvians (detalle)
Las opiniones vertidas en los artculos publicados en esta revista son de entera responsabilidad de cada autor.
La revista no se hace responsable por el contenido de los mismos.
Prohibida la reproduccin total o parcial de la revista sin el permiso expreso de su director.

Revista Haucaypata, investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo


Ao 3. Nmero 8, mayo 2014
Publicacin cuatrimestral
ISSN: 2221-0369
Hecho el Depsito Legal en la Biblioteca Nacional del Per N 2011-00350
LATINDEX: 22532
Hecho por computadora
Jr. La Libertad 119 Santa Patricia, La Molina. Lima-Per
https://sites.google.com/site/revistahaucaypata/

[email protected]
Todos los derechos reservados
Dedicatoria

El nmero 8 de la revista
Haucaypata est dedicado al
arquelogo Ian Farrington
(IF), incansable investigador
del pasado incaico y gestor de
publicaciones arqueolgicas
como Tahuantinsuyu, una revista
internacional de estudios incas.

IF: Docente en Arqueologa del


Nuevo Mundo en la Universidad
Nacional de Australia, Canberra
(1979-2013). Sus trabajos arqueo-
lgicos en el Per se iniciaron con el
Proyecto Moche-Chan-Chan, Tru-
jillo (1971). Trabaj en el Proyecto
Cusichaca (1977-1980). Ejecut un
proyecto sobre la agricultura y el
riego inca en el Valle Sagrado de
los Incas (1982). Excav en el sitio
de Qespiwanka, Palacio de Wayna
Qhapaq, ubicado en Urubamba
(1989). Realiz una temporada de
campo en El Shincal, Catamarca-
Argentina. Junto con el arquelogo
peruano Julinho Zapata ejecut el
Proyecto Tambokancha, donde ex-
cavaron por tres aos (2001-2004).
Ha escrito ms de 20 artculos aca-
dmicos y recientemente ha pu-
blicado el libro Cusco. Urbanism
and archaeology in the Inka world
(2013-University Press of Florida).
Fue condecorado en dos ocasiones
por el presidente del Per: por las
relaciones acadmicas y cientficas
entre Per y Australia y por la re-
cuperacin y repatriacin, des-
de un museo australiano, de un
manto Paracas. Actualmente es
profesor visitante en la Escuela de
Arqueologa y Antropologa de la
Universidad Nacional de Australia
Adems, est preparando mono-
grafas sobre Qespiwanka y la ha-
cienda de Wayna Qhapaq y sobre
Tambokancha.
REVISTA HAUCAYPATA
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

ndice

Editorial 4

Relacin de colaboradores 5

The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site
closure
Ian Farrington 6

Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin


a su entendimiento simblico
Rodolfo Monteverde Sotil 31

El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin


a las estrategias de apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes
rituales y la astronoma
Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvn 64

Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas
Christian Vitry 91

Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los escenarios


incaicos en altas cumbres
Constanza Ceruti 110

Paisajes rituales incaicos. Una mirada desde las crnicas coloniales


Ivan Leibowicz, Cristian Jacob, Flix Acuto y Alejandro Ferrari 123

Presentacin del libro: Inca sacred space: landscape, site and symbol in the Andes, 2014.
Frank Meddens, Katie Willis, Colin McEwan y Nicholas Branch (editores). Editorial
Archetype. Londres
Frank Meddens 131

Normas editoriales 135


REVISTA HAUCAYPATA 4
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Editorial

La Revista Haucaypata, investigaciones arqueolgicas del


Tahuantinsuyo, es una publicacin peruana cuatrimestral que se centra
en los estudios arqueolgicos e interdisciplinarios, tanto nacionales como
internacionales, del incanato. La revista naci con la intencin de cumplir
tres objetivos que todo arquelogo debe proponerse en su carrera:
investigacin, difusin y proteccin del patrimonio arqueolgico. Luego
de haber publicado siete nmeros, entre el 2011 y el 2013, les alcanzamos
el nmero ocho, el cual contiene seis artculos y una resea.

Ian Farrington, reconocido arquelogo australiano, analiza las


evidencias arqueolgicas del abandono de Tambokancha ante la inminente
ocupacin hispana del Cuzco. Quien escribe, complementa su estudio de
las esculturas zoomorfas talladas en grandes afloramientos rocosos del
Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn contrastando el dato arqueolgico
con documentos etnohistricos. Los colegas peruanos Jos Luis Pino y
Wendy Moreano investigan los paisajes rituales y las estrategias Incas de
apropiacin territorial del Altiplano del Chinchaycocha. Desde Argentina
importantes arquelogos nos hacen entrega de tres interesantes trabajos. El
primero de ellos corresponde a Christian Vitry, quien expone los resultados
de un detallado trabajo de investigacin sobre los calzados Incas hallados
en el volcn Llullaillaco (6739 msnm). Constanza Ceruti confronta las
evidencias arqueolgicas halladas en sitios Incas de alta montaa con
documentos coloniales. Por su parte, Ivan Leibowicz, Cristian Jacob, Flix
Acuto y Alejandro Ferrari analizan los paisajes rituales incaicos desde
una perspectiva etnohistrica. Finalmente, el arquelogo ingls Frank
Meddens nos resea, a modo de presentacin, la reciente publicacin Inca
sacred space: landscape, site and symbol in the Andes, libro editado por
l, Katie Willis, Colin McEwan y Nicholas Branch.

Como siempre, queremos expresar nuestro ms sincero


agradecimiento a todos aquellos que han colaborado con sus artculos y
participado en la realizacin de este nmero de la Revista Haucaypata,
investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo, en especial al Dr. Frank
Meddens por la revisin de las traducciones al ingls. Adems, queremos
agradecer a los lectores por los comentarios crticos y por la buena acogida
de los nmeros anteriores de la revista; que nos dan fuerza y aliento para
continuar con nuestro tercer ao de publicaciones. Si desean descargar
los siete nmeros anteriores en pdf pueden hacerlo completamente gratis
desde nuestra pgina: https://sites.google.com/site/revistahaucaypata/
home. Asimismo, desde ya invitamos a todos los arquelogos, estudiantes
de arqueologa y profesionales de otras ciencias sociales a publicar en el
prximo nmero programado para setiembre de este ao.

Rodolfo Monteverde Sotil


Director y Editor
REVISTA HAUCAYPATA 5
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Colaboradores

Flix Acuto
Instituto Multidisciplinario de Historia y
Ciencias Humanas / CONICET

Constanza Ceruti
CONICET / Instituto de Investigaciones de
Alta Montaa Universidad Catlica de Salta

Ian Farrington
Senior lecturer in Archaeology (Australian
National University)

Alejandro Ferrari
Universidad Austral / CONICET

Cristian Jacob
Facultad de Filosofa y Letras de la
Universidad de Buenos Aires

Ivan Leibowicz
Instituto de Investigaciones Antropolgicas,
Universidad Nacional Autnoma de Mxico

Frank Meddens
PhD. in archaeology (University of London)
/ FSA MIFA. Research Associate (Royal
Holloway University of London) / Director
of Pre-Construct Archaeology

Rodolfo Monteverde Sotil


Maestrista en arqueologa (Pontificia
Universidad Catlica del Per) / licenciado
en arqueologa (Universidad Nacional
Federico Villarreal) / bachiller en historia
del arte (Universidad Nacional Mayor de
San Marcos)

Wendy Moreano Montalvn


Licenciada en arqueologa (Universidad
Nacional Federico Villarreal)

Jos Luis Pino Matos


Magister en arqueologa (Programa de
Estudios Andinos-Pontificia Universidad
Catlica del Per)

Christian Vitry
Arquelogo / investigador del Museo de
Arqueologa de Alta Montaa /
profesor e investigador de la Universidad
Nacional de Salta
REVISTA HAUCAYPATA 6
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and


rituals of site closure
Ian Farrington
[email protected]

Abstract
Based on the results of archaeological investigations at the impressive site of Tambokancha on
the Pampa de Anta to the west of Cuzco, I explore two interrelated themes. First, I examine the
process of Inca site abandonment and compare it with what has been found at other sites within
the Cuzco heartland. Second, I pose the question, why was this large and important royal place
not recorded in the histories of the conquest. This raises significant issues about what the Incas felt
about the Spaniards in the months between their arrival in Peru in 1532 and their eventual capture
of Cuzco in November 1533. Their perceptions of them changed from Viracochas to devils. This
is in part demonstrated by the context of certain archaeological finds at Tambokancha itself.

Keywords: Tambokancha, site abandonment rituals and processes, offerings, Spanish invasion.

Resumen
Basado en los resultados de los anlisis arqueolgicos obtenidos en el importante sitio
de Tambokancha, ubicado en la Pampa de Anta, al oeste del Cuzco, desarrollo dos temas
interrelacionados. Primero, examino el proceso de su abandono, al cual comparo con evidencias
similares halladas en otros sitios cuzqueos. Segundo, me pregunto por qu no existe ninguna
referencia sobre Tambokancha en las fuentes histricas de la conquista? Esto nos hace reflexionar
acerca de lo que pensaban los Incas sobre los espaoles en los meses antes de su llegada a la costa
peruana en 1532 y de su entrada al Cuzco en noviembre 1533. Sus percepciones sobre los hispanos
cambiaron mucho durante este tiempo: de Viracochas a Diablos. Esto est confirmado en el
contexto de algunos hallazgos arqueolgicos en Tambokancha.

Palabras claves: Tambokancha, ritos y procesos de abandono, ofrendas, invasin espaola.

Introduction often prescribed by ritual as, for one reason or


The abandonment of an archaeological site has another, the occupants decided that a move away
been the subject of theoretical and analytical is necessary (e.g. Deal 1985: 268-70; Montgomery
studies in many parts of the world (e.g. Cameron 1993). The reasons, often cited, for abandonment
and Tomka 1993; Darras 2003; Rivolta 2007). are environmental catastrophe and/or crop
Schiffer (1972) considered the differences losses, depopulation, disease, conflict, invasion
between normal site activity areas and the or its threat, and the death of the principal
residual deposits of cultural artefacts, usable occupant(s) (e.g. Nelson and Schachner 2002:
or not, left after abandonment. The general 172-7). Detailed stratigraphical evidence has been
processes that occur during abandonment may used by Van Keuren and Roos (2013) in the study
include the deliberate destruction of buildings, of ritual practices during the closing of a kiva at
the removal of useful and valuable objects for Fourmile Ruin, Arizona, to highlight a process
use elsewhere or the caching of tools and other of roof removal, wall destruction, a burial and
valuable objects in the prospect of a return finally covering it with midden materials. Another
(Schiffer 1972: 160, 1987: 89-98). Processes of type of deliberate abandonment, common in
deliberate, as opposed to casual, abandonment Formative Peru, is ritual entombment, in which
have been recognised to occur rapidly and are one structure is closed and filled in before

FARRINGTON, Ian, 2014. The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals
of site closure. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo. Nro. 8: 6-30. Lima.
Ian Farrington 7
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

another is built directly on top (e.g. McAnany the chronicler, Sancho de la Hoz noted that on
and Hodder 2009). their march south towards Cuzco in 1533 the
In Peruvian archaeology, there has been no rival inca armies burned cities systematically to
systematic study of this phenomenon, despite prevent either their opponents or the Spaniards
it being reported at many sites throughout the from occupying them and taking stored food and
prehistoric era. This paper presents a brief clothing: la gente de guerra estaba cinco le-
analysis of deliberate site abandonment by guas de Xauxa camino del Cusco, y venia a que-
the Incas and documents an important case mar el pueblo (Xauxa) y todos los edificios de el,
study. Perhaps the most famous analysis in para que los cristianos no hallaran donde hos-
Peru was conducted by Michael Moseley and pedarse (Sancho de la Hoz 1917: 137 [1534]).
his colleagues (2005) at the Wari mountain y que el propio da haban enviado aquellos
top enclave of Cerro Bal in the Moquegua seiscientos hombres para acabar de quemaron
valley, that illustrates the various phases and la ciudad de Xauxa, habiendo quemado ya la
rituals of closure. The authors noted that otra mitad hacia ya siete u ocho das, y enton-
the monumental architecture was quickly ces quemaron un edificio grande que estaba en
abandoned. Some buildings were emptied la plaza y otras cosas a vista de la gente de la
of all objects, while others were subjected ciudad con muchas ropas y maz, para que los
to a different form of ritual closure. At the espaoles no lo aprovecharon (Sancho de la
brewery, the process involved the consumption Hoz 1917: 141 [1534]).
of chicha, the smashing of all serving and The technique of burning buildings is also
drinking vessels, which were left scattered confirmed during the uprising of Manku II
on the floor, the torching of the building and against the Spaniards in Cuzco on 6 May 1536,
finally the placement of six shell and stone when in an attempt to prevent the invaders from
necklaces and a bracelet on top of the ashes. continuing to occupy the city, he and his army
In the palace interior, feasting on terrestrial attacked, setting fire to the thatched roofs of many
animals and marine fish took place as well as buildings around the plaza, including the Qasana
chicha consumption. There was also the ritual palace, its towers and Amarukancha (Pizarro
disposal of various birds, including condor, 1986: 162 [1571]). These burned slowly for over
pygmy owl and flycatcher. This culminated in a week, ultimately destroying the structural
the smashing of all serving vessels and plates integrity of many of them and rendering them
and the burning of the building. The authors useless for re-occupation. Later in the campaign,
commented that, although the quality of foods Manku II set fire to other significant places,
was less in the entry court, pottery vessels had such as Chinchero, as part of his retreat towards
also been smashed there. A similar process was Ollantaytambo and Vilkabamba.
noted in the temple annexe but not in the temple In another example, Garcilaso de la Vega
itself. This study essentially reports a practice (1991: 69 [1609: Parte 1, Libro 2, Cap. 1]) related
of ritual closure of only the most important that during the reign of Wayna Qhapaq part of
buildings, such as palace and temple, which Amarukancha had been struck by lightning.
along with the kitchen and brewery, became the This was interpreted as a portent for the loss
focus of a celebratory feast, culminating in the of the empire and its doors were immediately
systematic destruction of objects, particularly sealed with stone and mud and would never be
those of serving and consumption, and of re-occupied: En un cuarto de ella [Amarukan-
foodstuffs. This was followed burning of the cha] haba cado un rayo en tiempo de Huaina
roof to render the site beyond use. Offerings Cpac. Los indios cerraron las puertas a piedra
took place at various stages during these y lodo. Tomronlo por mal agero para su rey:
activities and evidently at the end as well. dijeron que se haba de perder parte de su impe-
rio o acaecerle otra desgracia semejante, pues
Inca actions of abandonment su padre el sol sealaba su casa por lugar des-
The chroniclers provide some evidence that the dichado.
Incas deliberately closed individual buildings or Garcilaso (1991: 336 [1609: Parte 1, Libro 6,
even a whole settlements on specific occasions Cap. 4]) also reported that similar consequences
in order to prevent re-occupation. For example, befell the royal apartments when an Inca king
REVISTA HAUCAYPATA 8
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

died, noting that all the vessels in use, including


cooking pots, jewellery and clothing, were
buried and put out of use. Luego que falleca
su rey poseedor cerraban el aposento donde
sola dormir, con todo el ornato de oro y pla-
ta que tena dentro, como lugar sagrado para
que nadie entrase jams en l. Todas las
vasijas de oro y plata que manualmente ha-
ban servido al rey como jarras, cntaros,
tinajas y todo el servicio de la cocina, con todo
lo dems que suele servir en las casas reales
y todas las joyas y ropas de su persona, lo
enterraban con el rey muerto Y en todas las
casas del reino donde tena semejante servicio
tambin lo enterraban
These data attest that the Inca had reasons
and strategies for the abandonment and
destruction of whole settlements as well as for
the putting out of use of individual buildings
within others.
During the excavation of several archaeological
sites in Cuzco heartland, some evidence has
been found of closure rituals and the burning
of roofs (table 1; figure 1). The types of inca site
that were deliberately abandoned include part
of an urban workshop area of Machu Picchu,
several small isolated kancha with associated
terraces, and shrines. For example, in his
excavation at Machu Picchu in Conjunto 1,
also called the Sector Militar, Zapata (1983:
87) discovered much charcoal and pottery
scattered over occupation floors as a result
of the collapse of burning thatched roofs and
the deliberate smashing of domestic ceramics
inside the rooms. Similar evidence has also
been found at sites peripheral to Machu
Picchu, such as Choquesuysuy (Cuba 1999) and
Intipata (Pilco and Quispe 2003), as well as the
buildings associated with the ceremonial rock
at Urqo near Calca (Candia 2008).
While there is much archaeological
evidence to confirm the burning of roofs and
the smashing of ceramic vessels by throwing
them against the walls and floors of buildings,
other techniques of closure, suggested by
the chroniclers, have rarely been described.
However, four comprehensive studies reveal
these. In excavations at Choquequirao, Sector 9,
it has been reported that not only were artefacts
systematically destroyed and roofs burned but
also that doorways to several buildings were Table 1. Evidencias de proceso de abandono en sitios
sealed with walls up to 1.3m in height, using in arqueolgicos del Cuzco.
Ian Farrington 9
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

Figure 1. The Inca heartland, showing the location of the major settlements and all sites mentioned in text.

one case the lintel of the doorway itself, implying tamped earth floor, located near to a carved rock
therefore that there had been some attempt to complex. The archaeologists defined the rituals
pull the building down (e.g. Gallego 2005). of abandonment as the burning at the junction
Detailed excavations in Sector A at Torontoy between the red and yellow floors of an offering
in the Vilkanota valley between Patallaqta pile with plant foods, animal bone, bone beads
and Machu Picchu by Sumire and Tacuri and a silver spangle. There was also at the
(2010) have produced not only widespread eastern end the removal of a circular piece of
evidence of burned and collapsed roofs and the floor, probably for a burial, and the burning of
breaking and scattering of artefacts but also other foodstuffs in the western side behind a clay
of other significant ritual behaviours, such as kerb. This important building appears to have
the disturbance of a tomb, the breaking of inca been a small kitchen for serving food and chicha
floors to bury offerings, the deliberate placing for the visitors to these sacred rocks. In another
of pottery vessels inverted on floors and the sector of the site an entrance was found sealed
sealing of some, but not all, doorways, including with a stone wall. In a similar vein at Wata,
the deposition of ritual offerings. At Balcn del Kosiba (2010: 249-275) has demonstrated that
Diablo in the Chacn valley, Carranza and Vega- the Incas conducted similar closure rituals of
Centeno (2012) have described the excavation smashing pottery, making offerings and burning
of a small hut, with a half red and half yellow animal bone and ceramics, when dismantling
REVISTA HAUCAYPATA 10
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figure 2. Plan of Tambokancha.

and covering old buildings with 1m of fill and them. Some walls stand up to 3m in height
leveling the site for the construction of a new and all are at least 1m above the latest phase
plaza and some high status buildings, i.e. ritual of inca floors. The mapping of these elongated
entombment. This confirms that irrespective embankments has revealed a most unusual plan,
of the circumstances of the closure, the Incas shaped like a tumi, with a large plaza (100m by
practised the same rituals and deposited the 70m) at the base of a steep, terraced hill with a
same kind of offerings. modified rocky outcrop on its summit (figure 2).
Basically it comprises four different monumental
Tambokancha architectural sub-sectors around the plaza with
Tambokancha, also known as Tumibamba, is a probable palatial complex, Area A, at the foot
located about 30 km. to the west of Cuzco, only of the hill on the western side, while beyond the
1km from the village of San Nicolas de Zurite plaza sub-sectors on the eastern side there are
in the southwestern corner of the Pampa de three curved rows of large buildings (figure 2). Its
Anta. It is an extensive ruined earthwork site, architecture is also distinctive with substantial
covering 8 hectares, that is divided into three wide, curved, not straight, walls in every building.
main architectural sectors (Farrington and There are also many unusual buildings, including
Zapata 2003). Its substantial stone walls have large monumental towers, two tall niched
been enclosed inside elongated mounds of clay faades with terraced platforms that form stage-
from the adobe bricks of the superstructure of like structures facing the plaza on the western
every building that have gradually melted over side, two magnificent zig-zag shaped edifices,
Ian Farrington 11
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

and many large kallanka-like ones. that include ceramics (over 56,000 sherds),
The site remained generally unknown during metal, stone and shell objects, wood, charcoal,
the Colonial and Republican periods and, plant remains and animal bones as well as a small
apart from this research, continues to be amount of human bone. While the excavated
largely unknown to the modern archaeological data provide an insight into the functions of its
community in Cuzco. There are no historical unusual monumental architecture, they also
accounts that mention Tambokancha as a signify that the whole settlement was deliberately
place during the Spanish incursion nor is it closed down before the Spaniards arrived. The
subsequently mentioned in any account of the lines of evidence are multiple and I shall try to
road to Cuzco, even though it lies adjacent to reveal how and why this was carried out based
a branch of the royal road to Chinchaysuyu upon our field evidence.
along which the Spaniards must have travelled The excavations demonstrated that many
in November 1533. It is also within a few entrances to important buildings and even to
kilometres of the site of the important battle the plaza itself had been deliberately sealed with
of Vilcaconga. Indeed, Cieza de Len (1984: rustic stone and clay walls, that were built several
256 [1553: Parte 1, Cap. XCI]) of his journey centimetres above original floor level. They had
through the valley of Jaquijahuana en route to evidence of ritual burning activity and probable
Cuzco in 1548 wrote on in general terms about offerings underneath them. Examples include
the royal palaces there: Aua en este valle muy building E-2 on the southern side of the plaza,
sumptuosos aposentos y ricos adonde los se- building D-5 in the southwest corner (figure 4a-
ores del Cuzco salan a tomar sus plazeres y 4b), the southern entrance of C-4 on the eastern
solazes. side and all of the entrances to the probable
Of the little historical information that does palatial complex A on the western side and even
exist, it was mentioned as Tumibamba in an in corridors within this group. Both double jamb
encomienda award to Hernando Pizarro in entrances in the southwestern corner of the
1539 (Julien 2000) and as Tambocancha in a plaza were also blocked in this manner. In some
land claim by Don Alonso Tito Atauchi in 1551 cases, this was conducted after the destruction
(Rostworowski 1962). Cristbal de Albornoz of some buildings because there are lintels and
(1586) listed a waka called Tambocancha in large maran thrown into doorways. In building
Jaquijahuana, stating that it was: casa que A-5 doorway 1 there was first an accumulation
fue de un ynga y tena su figura de oro en la of pottery and other cultural debris across the
dicha casa; llmase Tupa Ynga Yupanqui. Te- threshold before a stone and clay wall sealed the
na muchas haziendas y riquezas esta casa y entrance (figure 5). Those that were not sealed
camayos. As Tumibamba, it is also associated by this means had an accumulation of broken
with Wayna Qhapaq as that is the name of his pottery, stone artefacts and building blocks
royal panaqa. Clearly, these data suggest that thrown into them to reduce ease of access, such
the site had great importance in inca times and as building A-5 doorway 4.
had remained in indigenous memory after the As excavation proceeded as far as the various
conquest because of its important lands and floor levels in all buildings, large amounts of
the shrine, for it still drew people to honour it. broken pottery were encountered within 10-15cm
Elsewhere, I have argued that this area to the thick layers of charcoal and ash (figure 6). While
west of Cuzco was part of the royal estate of the that is a normal feature of archaeological sites,
living Sapa Inca and that Tambokancha may it is rarely found in the quantity or distribution
have been a significant royal establishment patterns recorded at Tambokancha. Almost none
within it (Farrington 1992). of the vessels are intact, yet the possibilities for
artefact reconstruction are very great. It was
Excavations at Tambokancha found mainly alongside interior walls, as if they
The excavations at Tambokancha of six had been smashed deliberately by being thrown
major buildings and numerous other trenches against them, as well as scattered over floors
in patios, passages and doorways have been and piled high in doorways. In the royal palace
mainly around the plaza (figure 3). They have kitchen area (Area II-A), there are various large
yielded over two tonnes of cultural materials, and medium sized storage, cooking and food
REVISTA HAUCAYPATA 12
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figure 3. Tambokancha Sector 2, showing sealed doorways in red and blocked canals in blue.
Ian Farrington 13
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

Figure 4a. Building D-5 after excavation. Its only doorway was blocked with a stone wall. Note the residual ash
from offerings and burning roof on the floor.

Figure 4b. Corridor between the northeast corner of building A-6 (outlined in white) and A-1 (outlined in red)
blocked with an 80 cm. wide stone wall.
REVISTA HAUCAYPATA 14
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figure 5. Building A-5 doorway 1 during excavation, showing the entrance blocked with a wall of large
construction blocks that lie on top of a thick clay layer, containing a maka neck, other ceramic fragments and
the remains of a red clay pot stand.

service vessels, such as maka (aryballos), urpu kernels, tarwi and poroto beans, potatoes and
and puku (plates), that have been smashed ocas, llama, deer and whale bone, to the point
upside down and scattered about the floors, that there are considerable carbonised deposits
doorways and in the adjacent corridor and of these foodstuffs, often associated with plates,
canal. In one of the large towers on the distributed on floors and in the corridor and canal
opposite side of the plaza (Area II-C), small of that area (figure 7a-7b). Large amounts of ash
sherds from some very fine vessels, inca-made and charcoal from the cooking facilities were also
vessels, but Tiwanaku in decoration, have been spread across the floors of the kitchens. Indeed,
scattered against all interior walls and even burned foodstuffs also appear in other excavated
in the entrance and antesala of the building. buildings, suggesting that they had been carried
From what can be pieced together, it appears to those structures and deliberately thrown to
that a vessel was first smashed in one location the ground (figure 8). This activity may suggest
and then the sherds were deliberately thrown that the large and small maka, associated with
in different directions within and outside the the brewing and serving of aqha (chicha), were
structure. part of a major brewing operation, but the beer
Another activity, discovered initially in the containers were simply smashed on the floor.
kitchen area, seems to have been the deliberate Despite these actions, there is no overwhelming
burning and spoiling of food, such as maize evidence to suggest that these rituals involved
Ian Farrington 15
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

Figure 6. After the removal of the thick adobe clay and building block layer in Building C-4, the upper layers of
burnt offerings can be seen as a large lens of ash, charcoal, ceramic sherds, smaller stones and animal bones.

Figure 7a. Building A-5 doorway 4 during excavation. Large plates smashed on the floor and against the doorway
associated with carbonised maize and potatoes.
REVISTA HAUCAYPATA 16
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

major feasting and drinking, there are only 76 the two kitchens, A-5 and A-6, and in the open
decorated and undecorated sherds from ceramic drains in front of building D-5 in the northwest
qero in each of the main excavations (Zapata et corner, and in front of C-4 and C-2 on the eastern
al. 2009), although all valuable wooden ones side of the plaza. In all cases, the source of the
would probably have been removed. Finally, in ceramics and other items appears to have been
the kitchen area, many of the clay stands upon the adjacent structures.
which the various brewing and cooking pots Despite the amount of charcoal and ash recovered
stood were also smashed and scattered about throughout every building, there are a series of
the rooms and corridor. Within this debris in small, but heaped, accumulations, that contained
many places, large flagstones had also been carbonised wood and foods as well as shell and
thrown to the ground, such as in the double- stone beads with various other objects placed in
jamb entrances to the plaza in Sub-sector G. them or in their vicinity as well as some pieces
Another technique of abandonment was to cut of pottery. A feature of each one of these is that
water supply to a settlement. At Tambokancha, near the base, there is a focus object over which
the freshwater supply and drainage canals were this ritual burning took place. These important
deliberately blocked with broken artefacts, objects were stone knives, bronze tupu, tumi
building blocks and carbonised plant foods and mace heads, whole shells, antlers, llama and
(figure 9). This is found in the corridor between whale bones. These were covered with a small

Figure 7b. Building A-5 doorway 4 during excavation. Large plates smashed on the floor and against the doorway
associated with carbonised maize and potatoes.
Ian Farrington 17
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

Figure 8. Carbonised maize in offering pile in the corridor between buildings A-5 and A-6.

mound of wood, straw, carbonised maize Over 50 of these offerings have been identified
kernels and tubers and on top of these was to date but I shall just mention four. In building
placed a cloth or wooden effigy of a human or A-6, a small pile of ash and charcoal was found
llama that has been dressed and decorated with to contain carbonised maize kernels and tarwi
a bead necklace. These offerings were then lit. and eight small feet with bifurcated toes made of
In excavation each one of these contained shell, indicating that the focus had been two llama
charcoal, ash, foodstuffs, beads and a focus effigies (figure 10). In building C-2, a similar pile
object as well as several pottery fragments. contained both human teeth and shark teeth,
Every excavated building, antesala and corridor some of the latter are perforated, although these
has dense patches of charcoal and ash with had subsequently been kicked over and spread
similar kinds of finds, although in some cases, over a slightly greater area (figure 11). In small
these deposits had been spread or kicked over room 2 adjacent to building A-5 one offering had
a larger area subsequently. as a focus object a whole spondylus shell, within a
REVISTA HAUCAYPATA 18
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figure 9. Corridor and blocked canal between buildings A-5 and A-6 during. Note the fragments of large vessels,
flagstones, building stones and clay supports.
Ian Farrington 19
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

pile of wood charcoal, carbonised maize and centimetres of this layer revealed a series of seven
potatoes, llama bone and fragments of large circular patches, each about 1m in diameter, and
vessels (figure 12). In the corridor between a rectangular one, that were devoid of the ash
buildings A-5 and A-6, wood charcoal, ash, and pottery covering (figure 14). This could only
carbonised maize and small fragments of mean that the floor had been disturbed after the
pottery were found piled up. Several specific initial phase of offering burning. Each feature
offerings were identified but in one beneath the was excavated, revealing seven deep, cylindrical
large sherds and ash layer the corroded remains tombs; all had been plaster-lined, similar in size
of a small iron horseshoe were revealed but and virtually empty, except for one. It contained
further excavation showed that it too lay on top the remains of an adult female with grave goods,
of more ash and a bronze inca tumi (figure 13a- that comprised only one complete vessel, an
13b-13c). orange miniature plate with a loop handle and a
Other evidence for closure rituals have also maltese cross design, twelve fragments of broken
been recorded. In building C-4, one of the large pottery and two spindle whorls (Farrington and
zig-zag structures with interior painted walls Zapata 2003: 74, fig. 17). In two other tombs,
was excavated. Its floor was found to be covered there were the odd small human bone and a
with a thick layer of ash and thousands of single sherd.
small pieces of pottery, some metal fragments It is thought that after the burning of the
and beads. Careful removal of the upper few offerings, these tombs had been opened by the

Figure 10. A burnt offering pile in Building A-6, with eight llama feet made of bone, beads, carbonised maize,
tarwi, and potato.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figure 11. An offering containing human teeth, shark teeth and beads, and broken pottery on the floor of Building
C-2. The pile had been scattered before the collapse of the building.

Incas and their contents largely removed to corner of the large tower in Area C building 2 was
keep them out of the hands of the Spaniards. pushed over spreading stone blocks and adobes
Even the middle-aged womans tomb had been unevenly over its interior, thus burying much
visited, its skeleton and grave goods disturbed evidence of the closing rituals. Over time, the
and the complete pots may have been replaced effects of frost and rain gradually melted the
by only fragments. In building C-4, the plastered remaining adobe walls, exposing many finely
floor had also been broken. worked limestone building blocks. The looting
There is other structural evidence that argues of the limestone blocks and the worked quoin
for the deliberate closure of these buildings. stones for the construction of the church and
First, there is a considerable amount of wood houses in Zurite further destroyed the walls. The
charcoal across the excavated floors of every destruction of the structures and terraces on the
building and on the immediate outside them. hill above Area A resulted in the construction
In some cases, the original ground surface or materials rolling down the slope to add more to
floor has charcoal in patterns that indicate the burial of that area and from where they could
that roof thatch and wattle had fallen, whilst be looted.
burning slowly and continued to burn in situ Table 2 demonstrates the sequence of actions
with roof beams (figure 15). This suggests that involved in the abandonment of Tambokancha
the roof of every building had been deliberately as can be determined from the archaeological
torched. record.
Second, the structural integrity of each building The questions that now need to be answered are:
excavated appears to have been undermined when did this occur?1 and why was it necessary?
by the deliberate pulling down of the building The analyses of the material culture reveal very
itself. There is some evidence that the adobe little evidence for a Colonial occupation at the
superstructures of most walls were partially site. For example, there are only 80 sherds, that
pushed over into each building and that one have been positively identified as colonial and
Ian Farrington 21
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

Figure 12. An offering in storeroom 2 beside building A-5 with a whole spondylus shell as the focus object with
sherds from large vessels, carbonised wood, maize and potatoes and llama bone.

there is only one other Colonial era object, the colonial artefact associated with this offering. This
iron horseshoe. It is the latter which is critical probably means that the Incas had received
to understanding the closure rituals that took itprior to the Spanish arrival in this area in 1533.
place at Tambokancha. It had been transported there as a curio, perhaps
Its archaeological context places it within an it had been collected on the road and sent to the
offering pile in the corridor between the two Inca court as proof of the invaders. Therefore,
kitchens, A-5 and A-6. The original focus of the archaeological context suggests that it
this offering was to be a small bronze tumi that happened prior to the arrival of the Spaniards in
was surrounded by the usual accumulation of Cuzco and that, shortly after, Tambokancha was
charcoal, ash and sherds. However, the horseshoe deliberately destroyed and abandoned by the
was placed immediately above it within the pile Incas themselves.
as a second focus object, revealing its perceived To consider the question of why was the
importance by the Incas and the need to site deliberately destroyed, it is necessary to
revere it and put it out of use along with the understand the inca view of these strange,
other artefacts and buildings. There is no other bearded men who had arrived in their land by sea
and who behaved differently to every other people
and culture with whom they had had contact?
1 To date no radiocarbon assays have been carried
out on charcoal, bone or plant materials from The inca view of the invasion
Tambokancha. The Incas had a different view of cosmology
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figure 13a. Sequence of offering in corridor between A-5 and A-6 with blocked central canal on left. Shows the
location after ash, charcoal and some pottery have been removed.

and philosophy to the Spaniards and they forthcoming cataclysmic disaster in which their
interpreted natural phenomena and unforeseen world would be shattered. For example, Cieza de
events as signs and omens that would influence Len (1984: 201 [1553: Cap. LXV]) reported that
their practice of religion and their reaction to the Wayna Qhapaq had seen a comet that he thought
politics around them. In this instance, it is not foretold of his death. It is understood that comet
the long term reactions to the Spanish invasion, sightings occurred Peru in September 1526,
such as taki onqoy, but the short-term ones that January 1528 and July 1533 (Bauer and Dearborn
led to the destruction of Tambokancha. It is 1995; Zilkowski 1985). Other ominous events
known that Inca Wayna Qhapaq and his people have been listed by Garcilaso de la Vega (1991:
had noted and interpreted several portents of a 591-594 [1609: Parte 1, Libro 9, Cap. XIV]) and
Ian Farrington 23
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

Figure 13b. Sequence of offering in corridor between A-5 and A-6 with blocked central canal on left. Image
shows below the potsherds of an iron horseshoe.

include: was considered to be a bad omen, while Cobo


A thunderbolt struck one of the royal palaces (1964: 158-159 [1653: Libro 13, Cap. 5, 6]) added
of Amarukancha in Cuzco, that a solar eclipse foretold the death of an Inca,
Severe earthquakes followed by tsunamis hit while a lunar one could potentially leave the
the coastal regions, world in darkness. Therefore, sacrifices, feasting
There was the tragic death of a royal eagle and people howling and dogs barking were
(anca), that was brought down by falcons in the considered important deterrents to the dangers.
plaza during Inti Raymi, and Three solar eclipses are known to have occurred
The sight of an unusual full moon with a triple in the latter part of Wayna Qhapaqs reign and
halo, that was thought to foreshadow blood, been visible from Cuzco and/or northern Peru:
death and the disappearance of the empire. a total one on 30 July 1524 and two annular
Another is an eclipse, which Polo de Ondegardo ones on 30 September 1521 and 23 January 1525
(1916: 198 [1571]) reported that in Cuzco this (Zilkowski and Sadowski 1992).
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

It is also written that when Wayna Qhapaq En el tienpo que los espaoles aportaron a
received the news that these strange white, esta tierra del Piru, que llegaron al pueblo de
bearded men dressed from head to foot were Caxamarca iento y nobenta leguas poco mas o
seen on the coast, he recalled the prophecy of menos de aqui, my padre Mango Ynga estaua
his ancestor, Inca Viracocha, who had said that en la iudad del Cuzco; en esa hera con todo su
in the reign of the 12th Inca some strangers poderio y mando como su padre Guaina Capac
would invade from the sea to destroy their se lo auia dexado, donde tubo nueba por iertos
religion and empire they would represent a mensajeros que vinieron de alla de vn hermano
Pachacuti a turning of the world upside suyo mayor avnque bastardo llamado Atavall-
down. The Incas initial reaction was that pa, y por vnos yndios yungas tallanas que rre-
they were Viracochas because in their own siden a la orilla del mar del sur quinze o beynte
account their creator god, Teqsi Wiraqocha leguas del dicho Caxamallca, los quales dezian
Pachayachachiq, was predicted to return one que abian bisto llegar a su tierra iertas perso-
day from across the sea (Guaman Poma (1980: nas muy differentes de nuestro auito y traje que
378 [1615: 380]). Titu Cusi Yupanqui (2006: 8, parean viracochas, ques el nonbre con el qual
10 [1574]), in his account of Manku II, summed nosotros nonbramos antiguamente al criador
up the understanding in Cuzco at the time: de todas las cossas, diziendo tecsi viracochan,

Figure 13c. Sequence of offering in corridor between A-5 and A-6 with blocked central canal on left. Image
shows below it, a bronze tumi.
Ian Farrington 25
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

que quiere dezir prenipio y hazedor de para los truenos, y esto dezian por los arcabuzes
todo y nonbraron desta manera a aquellas porque pensaban que heran truenos del ielo.
personas que auian visto, lo vno porque dife- In the myths, Wiraqocha was described as a
reniauan mucho nuestro traje y senblante, bearded man wearing a long robe with both arms
y lo otro porque beyan que andaban en vnas raised and with rays radiating from his head
animalas muy grandes, las quales tenian los and accompanied by snakes and pumas (Molina
pies de plata; y esto dezian por el rrelunbar de 1988: 60 [1573]). While the Spaniards were
lasherraduras, y tanbien los llamavan ansy individually quite different with their distinct
porque les auian visto hablara solas en vnos dress and beards, their appearance from the
paos blancos como vna persona hablaua con west certainly characterised them as probable
otra, yesto por el leeer en libros y cartas; y manifestations of the god; hence they were called
avn les llamauan viracochas por la exelenia Viracochas.
y pareser de sus personas y mucha diffe- Other attributes may have assisted in this
renia entre vnos y otros, porque vnos eran de interpretation. For example, in inca mythology,
baruas negras y otros bermejas, e porqueles the god of thunder and lightning, known as Illapa
veyan comer en plata, y tanbien porque te- or Inti Illapa, is closely linked to Wiraqocha. This
nian yllapas, nombre que nosotros tenemos deity is important throughout the Andes because

Figure 14. The red tamped earth floor of Building C-4 covered with a thick ash layer after the potsherds and bone
fragments have been removed. Note a circular feature on the left that indicates that the floor had been disturbed
after the burning of offerings but before the collapse of the building walls and roof. Excavation showed this to
be an empty cylindrical tomb.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figure 15. Excavation at the northeast external corner of the central tower, A-1, showing on the floor the tangled
carbonised lines of wooden beams and a wattle and thatched roof.

he is associated with mountains as the home of of Illapa. Indeed, Arriaga (1968: 215 [1621:
the ancestors, as well as the formation of clouds, Cap. VI]) related that Illapa and the Spanish
storms and rainfall about them. He is both Santiago were associated because the thunder
feared for the physical effects of thunder and clap resembled the noise of hooves, while the
lightning, swirling cloud and damaging hail but firing of muskets and cannon was related to the
also revered as the bringer of fertilising waters flash of lightning, as was also the glittering of
to the fields. He has several manifestations: as swords and helmets. Examination of rock art and
a mythical cat, the qoa, and as the ghost of a myth in northern Chile has noted that the native
dead ancestor. Indeed, the earliest descriptions imagery equated Santiago and his horse with
of the Spaniards that the Incas received, such both thunder and lightning (Gallardo et al. 1999;
as that recounted by Titu Cusi Yupanqui, Castro and Gallardo 2009: 85-86).
reveals that not only were they perceived as These beliefs certainly enabled the Spaniards to
Viracochas but as manifestations of Illapa get as far as Cajamarca and be received by Inca
as well. The rumbling of the horses hooves, Atawallpa himself. However, attitudes changed
sparks from the horseshoes on mountain roads when the Spaniards feigned insult as a ruse to
and the explosive retorts and flashes of the capture the Inca and demanded a ransom to
arquebus and cannon were interpreted that the set him free. The subsequent desecrations and
Spaniards could control the actions and sounds looting of Pachacamac and Cuzco made them
Ian Farrington 27
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

Table 2. El proceso de abandono de Tambokancha.

realise their culture was under threat. The como a my persona mesma y les diesedes tributo
duplicity and cruelty after the ransom was de lo que en vuestras tierras teniades, pensan-
paid and the public execution of Atawallpa do que hera gente grata e ynbiada de aquel que
confirmed everything the Incas feared. From ellos dezian que hera el Tecse Viracochan (que
this point on, the Incas became wise as to who quiere decir Dios); y pareseme que me a sa-
the Spaniards really were, their motivations lido al rreues de lo que yo pensaua, porque sa-
and methods. Titu Cusi Yupanqui (2006: 40, bed, hermanos que estos, segun me an dado las
42 [1574]) recalled a speech made by Manku II muestras despues que entraron en mi tierra, no
to his captains after he had been captured by son hijos del Viracochan sino del demonio, por-
them, that remarked: Hermanos e hijos mios, que me hazen y an hecho despues que en ella es-
los dias pasados os hize juntar otra bez desta tan obras de tales, como podeis ver por vuestros
manera para que biesedes vn genero de nueba ojos, que me paree que no podais dexar, si me
gente que auia aportado a nuestra tierra, amais verdaderamente, de rrescibir gran pena
que son estos barbudos que estn aqui en este y congoja en ver a mi, vuestro rrey, aprisionado
pueblo; y tanbien, porque me dezian que heran con prisiones y tratado desta manera sin me-
viracochas y lo paresia el traje, os mande que reerlo, y esto por auer metido yo en my tierra
todos vosotros les serviesedes y acatasedes semejante jente que esta, que yo mesmo me he
REVISTA HAUCAYPATA 28
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

degollado; por vida vuestra, que si me deseais use. This was achieved by sealing particular
dar contento que lo mas presto que pudieredes doorways and entrances, burning the thatched
busqueis entre bosotros alguna cosa en rrazo roofs and collapsing them, and finally bringing
nable cantidad de oro y plata, pues estos tanto down the monumental architecture to turn the
se mueren por ella, para que pueda rredimir site into a nondescript ruin. That it was successful
mi bexaion y salir desta prission en que por is confirmed by the fact that it was neither
vuestros ojos me beis tan apassionado y occupied nor mentioned by the Spaniards during
congojado. their final triumphant march into Cuzco. Its
Manku II acknowledged his mistake in destruction had been so comprehensive that even
believing them to be the sons of Viracocha Cieza de Len did not mention it specifically and
but as a result of their actions and greed he nor did other later chroniclers. Yet its importance
now considered them to be sons of the devil. remained in the memory of the native people for
However, he implored his men to collect more whom it was considered to be a significant and
gold and silver to satiate the Spaniards needs sacred place whose cult, 50 years later, was listed
in order that he should be freed. for destruction as a waka (Albornoz 1988: 180
[1583-1584).
An interpretation and commentary
As a result of this realisation, the Incas Acknowledgements
prepared to abandon and destroy the palace I would like to thank the Co-Director of the
complex at Tambokancha. This decision was project, Julinho Zapata, for his tireless efforts in
based on their fear of the loss of the valuable making these excavations and analyses a success,
objects and icons of royalty to the Spaniards and to the site supervisors and finds officer - John
and of the occupation and potential desecration Apaza, Joe Castro, Isabel Martnez, Ral Del Mar
of such an important sacred place, a royal and Yanet Villacorta - , and also to Miguel Ccoa.
palace, dedicated to their ancestor. It was made
sometime during 1533 and perhaps after the Bibliography
execution of Atawallpa. The process took place
quickly and systematically and, as noted from ALBORNOZ, Cristbal de, 1988 [1583-1584].
other sites, a regular series of ritual acts were Instruccin para descubrir todas las guacas del
undertaken. Many of these techniques had Pir y sus camayos y haziendas. En: Cristbal de
been used by the Wari and the Incas used them Molina y Cristbal de Albornoz Fbulas y Mitos
de los Incas: 163-198. (Editado por Henrique
to close down specific places around Cuzco. Urbano y Pierre Duviols). Crnicas de Amrica
Clearly, all important objects were removed, 48, Historia 16. Madrid.
including the golden statue of Thupaq Inca
Yupanki and appropriate ancestral mummies. ARRIAGA, Pablo Jos de, 1968 [1621].
Other things, such as foodstuffs, pottery and Extirpacin de la Idolatra del Pir. Biblioteca de
other goods, that could be readily manufactured Autores Espaoles, Tomo 209: 191-227. Edicin
or acquired, such as metal tools, beads, stone Atlas. Madrid.
knives, grindstones and spondylus, were simply
destroyed by burning, throwing and smashing. BAUER, Brian and DEARBORN, David, 1995.
Offerings were made using a significant focus Astronomy and Empire in the Ancient Andes.
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object, fabricating and dressing some form
of effigy and then setting fire to these. The CAMERON, Catherine and TOMKA, Steve
horseshoe, that had arrived in Tambokancha (Editors.), 1993. Abandonment of Settlements
as a valuable and significant object, part of and Regions. Ethnoarchaeological and
Wiraqochas accoutrements, no longer was archaeological approaches. Cambridge
considered such an important item. It was not University Press. Cambridge.
removed but was added as a secondary focus
to an existing offering pile with a bronze tumi CANDIA, Maritza Rosa, 2008. La ocupacin
focus and put out of use. Inka en Urqo-Calca: una visin de su funcin
The final acts of this process were to render y abandono a travs de un contextual.
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the buildings closed and the whole site beyond
Ian Farrington 29
The abandonment process at Tambokancha (Zurite, Cuzco): Inca actions and rituals of site closure

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Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una


aproximacin a su entendimiento simblico

Rodolfo Monteverde Sotil


[email protected]

Resumen
En diversos sitios de filiacin inca se han registrado tallas escultricas zoomorfas (felinos, aves
y serpientes). El Cuzco no fue la excepcin. En el presente trabajo ampliaremos nuestro anlisis
intrnseco de las esculturas zoomorfas talladas en los afloramientos rocosos del Parque Arqueolgico
de Sacsayhuamn (Monteverde 2011), valindonos de comparaciones controladas con esculturas
zoomorfas evidenciadas en y fuera del Cuzco. Adems, contrastaremos el dato observable con las
fuentes etnohistricas para aproximarnos a entender el valor e importancia simblica de estas
esculturas cuzqueas.

Palabras claves: Inca, Sacsayhuamn, escultura, simbolismo.

Abstract
At various sites of Inca affiliation carved zoomorphic sculptures have been noted (felines, birds
and serpents); Cuzco was no exception. In the present paper the intrinsic analysis of the carved
zoomorphic sculptures on rock outcrops at the archaeological site of Sacsayhuaman are further
investigated (Monteverde 2011). Use is made of comparisons with other zoomorphic carvings in
and around Cuzco and the observed data is contrasted with ethno historic sources to approximate
an understanding of the symbolic value and meaning of the Cuzco carvings.

Keywords: Inca, Sacsayhuaman, sculpture, symbolism.

Introduction fachadas de edificios de estilo arquitectnico


En diferentes asentamientos Tahuantinsuyo transicional, construidos en los primeros aos de
existen esculturas zoomorfas talladas en las su- la Colonia por indgenas cuzqueos (Echevarra
perficies de grandes formaciones rocosas o en y Valencia 2010 y Farrington 2013).
los muros de diversos edificios (Hyslop 1977; En el caso especfico del PAS, en un artculo
Carrin Cachot 2005; Meyers 2007; Meddens anterior (Monteverde 2011) comentamos que
Com. Pers. 2014) (tabla 1). Las representa- las investigaciones que nos anteceden no haba
ciones escultricas zoomorfas recurrentes son realizado anlisis materiales ni comparaciones
de felinos, aves y serpientes. En el Cuzco, la controladas de las esculturas zoomorfas en los
otrora capital del imperio, existen tallas simi- afloramientos rocosos (P.e. Van de Guchte 1990;
lares en los afloramientos rocosos de Chin- Bauer 2000; Cori Del Mar 2007 y Guevara 2010
chero (Alcina Franch 1976; Cceres y Jurado Com. Pers.). Por ello, nos abocamos a responder
2000), Pomaorqo (Pardo 1957; Bauer 1992; las siguientes interrogantes: a qu animales
Urton 2004), Parque Arqueolgico de Sacsay- representan?, qu filiacin cultural tienen? y
huamn (PAS) (Van de Guchte 1990, Cori Del existen similitudes y diferencias a nivel intra-
Mar 2007, Monteverde 2011) y Yahuira (Bauer sitios e intersitios del PAS? Luego de haber rea-
2000). Adems, dentro de los lmites del ncleo lizado una nueva prospeccin en el PAS, en el
central de la llacta cuzquea, entre los ros Tul- 2013, confrontaremos el dato observable, tan-
lumayo y Saphy, existen tallas zoomorfas en las gible y mensurable de la evidencia arqueolgica
MONTEVERDE SOTIL, Rodolfo, 2014. Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn,
Cuzco: una aproximacin a su entendimiento simblico. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolgicas
del Tahuantinsuyo. Nro. 8: 31-63. Lima.
Rodolfo Monteverde Sotil 32
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Tabla 1: Seleccin arbitraria de algunos sitios Tahuantinsuyo con tallas zoomorfas. Elaborado en base a: Pardo
1957; Alcina Franch 1976; Hyslop 1977; Bauer 2000; Carrin Cachot 2005; Meyers 2007; Monteverde 2011;
Farrington 2013; Meddens Com. Pers. 2014.

con documentos etnohistricos; con la inten- arqueolgicos (imgenes 2, 3, 4 y 5); muchos


cin de develar la importancia simblica de es- de ellos propuestos como huacas del sistema de
tas tallas zoomorfas. ceques registrados por el padre espaol Berna-
b Cobo en 1653 (en Rowe 1981 y Bauer 2000)
El Parque Arqueolgico de Sacsayhua- (tabla 2 y 3). Este sistema, utilizado durante el
mn incanato, organizaba espacial y ceremonialmen-
Nuestra zona de estudio1 se localiza en el te la geografa cuzquea. Desde el Coricancha se
Cuzco, en el extremo sur del Parque Arqueol- prolongaban lneas imaginarias dentro de un sis-
gico de Sacsayhuamn (PAS)2, entre los 3460 tema radial, que en su recorrido hacia el horizon-
y 3720 msnm. Tiene 302.72 Has., un perme- te interconectaban ms de 300 huacas o lugares
tro de 7240.205 ml. y limita por el norte con el sagrados (Bauer 2000).
curso noroeste-sureste del ro Laqo, por el este Esta zona del PAS pertenece a dos de los cua-
con el ro Inkilltambo, por el sur con el ncleo tro sectores en que estaba dividida la geografa
central de la llaqta cuzquea y por el oeste con del Cuzco: Chinchaysuyo y Antisuyo. Las fuentes
el sitio arqueolgico de Sacsayhuamn. Esta etnohistricas (P.e. Cobo [1653] en Rowe 1981)
zona posee una superficie ondulada compues- y las investigaciones acadmicas (Bauer 2000:
ta por suelos llanos, pampas y colinas y casi en 54 y 83) mencionan que el camino principal del
su totalidad se localiza en terrenos del grupo Antisuyo (que se prolonga desde el suroeste de
geolgico Yuncaypata, del periodo cuaterna- la plaza Haucaypata- hoy plaza Mayor del Cuz-
rio, y mnimamente sobre terrenos del grupo co- y que cruza esta parte del PAS con direccin
geolgico del Rodadero (roca diorita augtica) noreste), es el marcador principal de la divisin
(Carreo 2005) (imagen 1). de estos dos sectores. De esta manera, en nuestra
Los afloramientos rocosos Yuncaypata son zona de estudio tenemos: (1) el Chinchaysuyo,
islotes de calizas sobre un substrato blando y con doce sitios arqueolgicos y ubicado hacia el
plstico como las arcillas, que se alzan varios
metros de altura sobre la superficie del terreno.
Su presencia en el PAS puede darse a manera 1 Cabe resaltar que parte de esta zona arqueolgica ha
de un enorme o pequeo bloque aislado o como sido seriamente afectada por el avance urbano, como
un conjunto de rocas dispersas, pero prximas, las carreteras que comunican la plaza Mayor del Cuz-
co con las zonas altas del PAS y con el establecimiento
que en un determinado momento formaron de las villas San Blas, Tambillo y Mullococha.
parte de uno solo. Por ello, debido a estos fe- 2 El PAS se ubica en la proximidad norte del casco ur-
nmenos naturales, de separacin y de meteo- bano de la ciudad del Cuzco. Su extensin total es de
rizacin, muchos de los grandes afloramientos 3107.69 Has. y tiene 27786.89 ml. de permetro. En
presentan cuevas, pasajes y grietas (Carreo total dentro del PAS existen 90 sitios arqueolgicos de
2005) (tabla 2). filiacin inca. Guevara 2010. Plano de Georeferencia-
En la zona descrita existen diecisiete sitios cin de sitios arqueolgicos-INC-Cuzco 2004.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 1. Plano parcial del PAS donde se aprecian los sitios arqueolgicos con tallas zoomorfas en sus aflora-
mientos rocosos (amarillo) y la compleja red hidrulica que riega esta parte del PAS y que se prolonga hasta
el ncleo central de la llaqta cuzquea, delimitada por los ros Tullumayo y Saphy. Ntese la alteracin de este
espacio debido al crecimiento urbano cuzqueo. Elaborado por Monteverde.

oeste del camino y (2) el Antisuyo, con cinco Chinchaysuyo y tres del Antisuyo), ubicados en
sitios y ubicado hacia al este del camino3. las zonas ms bajas del PAS (entre los 3460 y
En estos dos sectores el componente principal 3640 msnm) y prximos al ncleo central de la
de los sitios arqueolgicos es el afloramiento capital del Tahuantinsuyo (delimitado por los ros
rocoso, del grupo Yuncaypata, generalmente
de grandes dimensiones4. Alrededor de ellos
se construyeron recintos, muros perimtricos, 3 Cabe resaltar que los sitios arqueolgicos de Laqo
plazas, andenera, etc.; y estn asociados a y Kusilluchayok, considerados como pertenecientes
al Antisuyo (Bauer 2000), se localizan a escasos me-
tramos de caminos secundarios y a una com- tros al oeste del camino del Antisuyo, en lo que sera la
pleja red de canales5 (Monteverde 2012). Sie- zona del sector Chinchaysuyo.
te de estos afloramientos rocosos (cuatro del
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Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Tabla 2: Sitios arqueolgicos Tahuantinsuyo estudiados dentro del PAS, algunos de ellos con tallas zoomorfas.
Elaborado en base a nuestras prospecciones.

Tullumayo y Saphy), tienen en total veinticua- hasta ocho por afloramiento. Asimismo, en casi
tro esculturas zoomorfas talladas (imgenes 6, todos los afloramientos del Chinchaysuyo se
8, 9, 10, 11, 12, 13, 14 y 15). representaron slo a felinos, a excepcin de
Quenqo Grande que adems presenta un ave.
Similitudes y diferencias entre las escul-
turas zoomorfas del sector Chinchaysu-
yo y Antisuyo del PAS 4 Sin embargo, pero en menor proporcin, tambin
En trminos generales las caractersticas in- existen sitios arqueolgicos con pequeos afloramien-
trnsecas de las tallas zoomorfas del PAS se tos o sin ellos, en los cuales resalta principalmente la
monumentalidad arquitectnica (P.e. Colcampata).
presentan con cierta homogeneidad dentro de 5 Los afloramientos rocosos de pequeas dimensiones
un mismo sector (Chinchaysuyo o Antisuyo) no poseen evidencia arquitectnica alrededor de ellos;
(Monteverde 2011) (tabla 4 y 5). Pero entre es- pero al no haber sido excavados sistemticamente en
tos dos sectores existen ciertas diferencias. Por su entorno inmediato no la descartamos.
ejemplo, en el Chinchaysuyo se prefirieron ta- 6 Definimos como afloramientos rocosos aislados a
llarlas slo cercanas a los bordes de las super- los constituidos por uno o dos grandes bloques. Los
ficies altas de los afloramientos, mientras que conjuntos rocosos estn conformados por ms de 2
en el Antisuyo, adems, se prefirieron las parte pequeos bloques dispersos pero prximos.
centrales de las superficies (en Kusilluchayok) 7 Al estar las esculturas zoomorfas en las partes altas
y el ingreso de una cueva en el afloramiento (en de los afloramientos y cercanas a uno de sus bordes
externos, desde la base donde se adosa la arquitectura
Laqo)7. y espacios abiertos, se podan ver las actividades reali-
En el caso del Chinchaysuyo casi todos los zadas en torno a ellas. Pero en el Antisuyo, adems, se
afloramientos solamente tienen una talla escul- les tallaron en el ingreso de una cueva, las cuales slo
trica zoomorfa a excepcin de Quenqo Grande son visibles si uno se aproxima a ella; lo cual lleva a
que tiene dos. Mientras que en el Antisuyo la proponer que el acceso o visualizacin de las activida-
cantidad de tallas zoomorfas va desde cuatro des realizadas en ella fue limitado.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Tabla 3: Sitios arqueolgicos Tahuantinsuyo dentro del PAS y las propuestas de filiacin con las huacas del
sistema de ceques de Cobo. Elaborado por Rodolfo Monteverde.

Caso contrario, en el Antisuyo se representa- ra naturalista a excepcin de las aves de Laqo; las
ron, en mayor proporcin, serpientes y feli- cuales son muy similares a la de Quenqo Gran-
nos y solamente dos aves (en Laqo). De ello, de, perteneciente al sector Chinchaysuyo. Es im-
se desprende que el tipo zoomorfo con mayor portante resaltar esta similitud porque estas es-
representatividad en el Chinchaysuyo fue el del culturas de aves son las nicas en ser similares
felinos, seguida por la de aves, mientras que en en dos afloramientos, de dos sectores distintos,
el Antisuyo la de serpientes, seguida por la de separados por el camino al Antisuyo pero muy
felinos y luego por la de aves. prximos entre ellos (tabla 5).
Como se coment, el camino al Antisuyo es
considerado el divisor del sector Chinchaysuyo Las tallas zoomorfas del PAS asociadas al
(al oeste) del Antisuyo (al este). La presencia de agua y sus implementaciones para ofren-
los tipos zoomorfos en los afloramientos ms dar lquidos
prximos al camino respalda esto. Por ejemplo: Cobo ([1653] en Rowe 1981) no menciona las
(1) las aves solamente se encuentran en dos de figuras zoomorfas talladas en los afloramientos
los afloramientos ms prximos al camino: rocosos del PAS, propuestos por diversos inves-
una en Quenqo Grande (Chinchaysuyo) y dos tigadores como huacas del sistema de ceques;
en Laqo (Antisuyo); (2) los felinos, evidencia- entre los cuales no hay consenso acerca de qu
dos en el Antisuyo, solamente estn presentes sitio fue determinada huaca descrita muy escue-
en dos afloramientos prximos al camino, en tamente por el cronista (Zuidema 1980 y 1986;
Laqo y Kusilluchayok, ya que ms el este de Aveni 1981; Van de Guchte 1984 y 1990; Bauer
este sector no se evidencian y; (3) las serpien- 2000; Guevara 2008 Com. Pers.) (tabla 3). Por
tes, presentes slo en el sector Antisuyo, fue- ello, consultamos distintas fuentes etnohistricas
ron talladas hasta muy prximas al camino, en e informacin bibliogrfica de diversos sitios y
Laqo y Kusilluchayok, ya que al oeste del sector evidencia material inca con tallas zoomorfas para
Chinchaysuyo, no existe ningn afloramiento contrastar nuestros datos obtenidos en campo y
con este tipo de talla zoomorfa. as aproximarnos a entender la importancia sim-
Otra diferencia entre estos dos sectores, en blica de las tallas del PAS.
base a las caractersticas tcnico-artsticas de Esculturas zoomorfas similares a las del PAS se
las tallas zoomorfas, es que en el sector Chin- han evidenciado en diversos asentamientos Ta-
chaysuyo todas las esculturas zoomorfas son huantinsuyo. Los soportes elegidos fueron gran-
semi naturalistas; mientras que en el Antisuyo des rocas (Chinchero, Pomaorqo y Samaipata) y
casi todas ellas fueron representadas de mane- fachadas de edificios (Intihuatana-Pomacocha,
Rodolfo Monteverde Sotil 36
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Imagen 2. Sector Chinchaysuyo: Sapantiana (A) y Chincana Grande (B). Elaborado por Monteverde.
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Imagen 3. Sector Chinchaysuyo: Quenqo Grande (A) y Yahuira (B). Monteverde 2014. Yahuira a sido asociado
con el afloramiento rocoso conocido como La usta (Bauer 2000).
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Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Imagen 4. Sector Antisuyo: Laqo (A) y Kusilluchayok (B). Elaborado por Monteverde.

Hunuco Pampa y Lupaca) (tabla 1). La mayo- felino en el borde superior (Guillen s/f [en lnea])
ra de los afloramientos rocosos estn asocia- (imagen 16a); (2) una paccha ltica fue esculpi-
dos a canales y canaletas. En lo que respecta a da a manera de un felino recostado con una pe-
los edificios resalta el ushnu de Hunuco Pam- quea vasija o contenedor encima de su cuerpo
pa, donde hay dos felinos tallados en el vano de (Carrin Cachot 2005: 54) (imagen 16b); (3) se
acceso. Como sabemos, en los ushnus se rea- tallaron serpientes en una paccha ltica inca (Ca-
lizaban libaciones y ofrendas de lquidos; por rrin Cachot 2005: 54) (imagen 16c) y (4) en una
ello, en diferentes ushnus se han evidenciado paccha de madera incaica se tallaron aves (Ca-
canaletas y contenedores (Monteverde 2010). rrin Cachot 2005: 112) (imagen 16d). Finalmen-
Similares esculturas (felinos, aves y serpien- te, podemos comentar el caso de los arbalos. Es-
tes) fueron talladas en vasijas ceremoniales tas vasijas incas presentan un apndice a modo
incas (pacchas), empleadas para ofrendar l- de una pequea cabeza de felino, las cuales son
quidos. Por ello, cuentan con canaletas para el muy similares a la cabeza del felino de Chincana
ingreso y salida de los lquidos (Carrin Cachot Grande (imagen 6 y 7).
2005). Por ejemplo: (1) en una paccha ltica Casi todas las esculturas zoomorfas del PAS
circular, excavada en contexto arqueolgico estn asociadas a grietas naturales o a contene-
Tahuantinsuyo en Laqo (PAS), se esculpi un dores (circulares y/o ortogonales) o a canaletas
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Imagen 5. Sector Antisuyo: Tetecaca. Elaborado por Monteverde basado en Prada 1986.

talladas en las superficies de los afloramientos. frtil y la tierra que llaman Pachamana y Ca-
Es importante resaltar este punto porque el macpacha, derramando chicha en ella y coca y
material que hemos empleado para contrastar otras cosas, para que les haga bien en seal de
las esculturas del PAS, pacchas incas (lticas y lo cual ponan en medio de las chcaras una pie-
de madera), adems de presentar felinos, aves dra luenga. Al estar casi todas las esculturas
y serpientes, son contenedores con canaletas zoomorfas en la parte alta de los afloramientos,
por los cuales circulaban lquidos que eran las actividades rituales practicadas (vertido de
vertidos en ellos y que luego eran derramados lquidos u otras ofrendas dentro de los contene-
sobre la tierra en diferentes actividades cere- dores) eran visibles a todos los asistentes que se
moniales (Carrin Cachot 2005) (tabla 4). Por concentraban entorno a las grandes rocas. Asi-
ende, no descartamos que similares ceremo- mismo, al realizarse simultneamente ceremo-
nias y actividades, vertido de lquidos u otros nias en las partes altas de los afloramientos con
(P.e. hojas de coca), se hayan llevado a cabo en tallas zoomorfas la visibilidad estaba asegura-
torno a estas esculturas zoomorfas talladas en da, entre algunos de ellos; porque, como hemos
los afloramientos rocosos del PAS. Vale la pena comprobado en campo, se puede ver a una perso-
mencionar que en nuestras diversas visitas al na de pie junto a las esculturas zoomorfas desde
PAS evidenciamos manchas de vino tinto y ho- otro afloramiento con tallas zoomorfas (P.e entre
jas de coca, recientemente vertidos, en varios Laqo y Kusilluchayok) (imagen 17 y 18a). Ade-
contenedores asociados a las tallas zoomorfas. ms, probablemente, al estar estos afloramientos
Sobre este punto, el cronista Martn de Mura prximos a la plaza Haucaypata, se podra tam-
(2004: 183 [1590: folio 101r]) comenta: Era bin interrelacionar, visual y espacialmente, el
cosa comn entre los indios adorar la tierra espacio geogrfico y las actividades ceremoniales;
Rodolfo Monteverde Sotil 40
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Tabla 4. Afloramientos rocosos con esculturas Tabla 5. Afloramientos rocosos del PAS con tallas de
zoomorfas dentro del PAS y sus asociaciones con felinos. Elaborado en base a nuestras prospecciones.
evidencia material para realizar ofrendas lquidas.
Elaborado en base a nuestras prospecciones.
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ya que en muchos casos se puede apreciar parte entrando y saliendo de un riachuelo ubicado a po-
del ncleo de la capital cuzquea desde lo alto cos metros de la roca. Al respecto, los afloramien-
de los afloramientos con tallas zoomorfas (P.e. tos rocosos del PAS estn asociados a una com-
desde Quenqo Grande, Laqo, Tetecaca) (ima- pleja red hidrulica y sirvieron como marcadores
gen 18b y 19). Lamentablemente, la presencia de propiedad y usufructo de canales y tierras de
de gran cantidad de altos eucaliptos (Eucalyp- cultivo (Sherbondy 1986 y 1987). Como comen-
tus), de origen australiano, nos impide compro- tamos, las esculturas zoomorfas se concentran en
bar si desde la plaza Haucaypata (plaza Mayor) la proximidad norte de la ex plaza Haucaypata.
se tena visibilidad de todos los afloramientos Esta ubicacin habra tenido importancia sim-
rocosos con tallas zoomorfas, y viceversa. blica debido a que marcaban el paso final del
Para darnos una idea de la importancia de la recorrido de las aguas canalizadas, provenientes
localizacin de las esculturas zoomorfas en la desde las zonas altas del PAS, metros antes de
parte alta de los afloramientos rocosos y de la ingresar al ncleo central, poltico-ceremonial de
teatralizacin de las ceremonias religiosas te- la capital cuzquea (imagen 1). En la lmina de
nemos dos lminas: de Mura (en lnea [1616]) Guaman Poma se aprecia al noveno capitn pa-
y Guaman Poma (2008: 123 [folio 159]) (ima- rado sobre la roca Collaconcho dirigiendo los tra-
gen 20a y 20b). En la primera de ellas, se apre- bajos de su acarreo haca el Cuzco, roca que en
cia al primer Inca, Manco Capac, de pie sobre determinado momento se cans, llor sangre y
un afloramiento rocoso desde donde se le rinde no quiso avanzar ms. Esta roca ha sido asociada
pleitesa, mientras l observa a cinco personas con Chincana Grande (tabla 3), cuyo afloramien-

Imagen 6. Sector Chinchaysuyo: felino tallado sobre el afloramiento rocoso de Chincana Grande. Elaborado por
Monteverde.
Rodolfo Monteverde Sotil 42
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico
to rocoso tiene un felino tallado en su parte
superior. De la lmina de Guaman Poma po-
demos resaltar tres aspectos: (1) el capitn di-
rigiendo las actividades desde la parte superior
de la roca, (2) la roca llora sangre, fluido (l-
quido) que cae al suelo y (3) la justificacin de
apropiacin de un espacio en base al mito de la
autonoma de la roca para decidir no avanzar
ms y permanecer en determinado lugar para
siempre.

Esculturas zoomorfas y petrificacin de


los antepasados de los Incas
La relacin piedras-animales est asociada a
los antepasados de los Incas, quienes luego de
haber sido creados en Tiahuanaco entraron de-
bajo de la tierra y salieron por cuevas, cerros y
fuentes de agua; lugares que se convirtieron en
huacas y a las cuales volvieron para convertirse
en piedras, otros en halcones y cndores y
otros animales y aves; y as son de diferentes
figuras las huacas que adoran y usan. (Mo-
lina 2008: 7-8 [1574-1575: folio 2v]). As, el
cronista espaol hace referencia a la zona del
Altiplano como el espacio geogrfico de donde
provienen los antepasados de los Incas, quie-
nes luego de entrar a la tierra salen de ella en el
Cuzco. Y a los lugares de donde salieron (cue-
vas, cerros, lagunas, etc.), regresan para morir
(biolgicamente), pero para vivir eternamente
petrificados en formas de animales, basta re-
cordar el viaje mtico de los cuatro hermanos
Ayar en la crnica de Sarmiento de Gamboa
(2007: 52-56 [1572]). Los animales en que se
transformaron los antepasados de los gober-
nantes cuzqueos fueron materializados a tra-
vs de la intervencin escultrica. Al respecto,
en la zona de Lupaca, al suroeste del lago Titi-
caca, en el altiplano puneo, existe gran canti-
dad de chulpas (tumbas) construidas entre los
siglos XII y XVI por las lites locales (Hyslop
1977). Durante la expansin del Tahuantisuyo Imagen 7. Detalles de apliques de cabezas de felino
se construyeron chulpas incas, las cuales son en dos arbalos: (A) proveniente de Machu Picchu. En
las nicas que presentan, en la cara externa, Kauffmann 2005 y (B) en el Museo Histrico Regio-
tallas zoomorfas de felinos, serpientes u otros nal-Cuzco Casa Garcilaso. Ntese las similitudes con
la cabeza del felino tallado en Chincana Grande (C).
animales (Hyslop 1977).
Collana fue uno de nombres de los ceques
cuzqueos que mayor jerarqua tena. Segn el los antepasados de los Incas. Precisamente dos
etnolingsta Cerrn Palomino (2008) Collana afloramientos rocosos con tallas zoomorfas
es un trmino aymara que significa propio de (Laqo y Kusilluchayok) estn en el primer y ter-
los Collas, grupo tnico del Altiplano, con el cer ceque del Antisuyo, clasificados como Colla-
cual se rememoraba el lugar de procedencia de na por Cobo. Recordemos que estos dos aflora-
REVISTA HAUCAYPATA 43
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 8. Sector Chinchaysuyo: ave y felino tallado sobre el afloramiento rocoso de Quenqo Grande. Elaborado
por Monteverde.

mientos, muy prximos entre ellos, son los que sido asociado al lugar de donde salieron Man-
mayor cantidad de tallas zoomorfas presentan co Capac y sus hermanos (Bauer 1992 y Urton
(felinos, aves y serpientes); los cuales, adems, 2004). En la parte alta de este afloramiento de
tanto Laqo como Kusilluchayok han sido aso- roca caliza hay tallado en alto relieve un felino de
ciados con Chuquimarca (An.3:4) un Templo representacin semi naturalista recostado sobre
del Sol y Laqo con Mantocalla (An.36) un su lado derecho, muy similar a los evidenciados
cerro tenido en gran veneracin. Lo cual en el PAS.
revela la jerarqua e importancia de estas dos Otro huaca con tallas zoomorfas, asociada a
huacas (tabla 3). los antepasados de los incas, es el cerro Yahuira
Muy prximo a Maucallacta (pueblo viejo) (tambin Yauera y Yahuera) (Bauer 2000), ubi-
un sitio inca ubicado en la provincia cuzque- cado a poca distancia del PAS. Cobo menciona
a de Paruro y asociado al mtico Pacaritam- esta huaca en su descripcin del Capac Raymi
bo (Bauer 1992 y Urton 2004), lugar de origen que est en derecho de Carmenga (Calvo
de los Incas, existe un afloramiento rocoso y Urbano 2008: 97). Este cronista tambin hace
llamado Puma Orqo (cerro del puma) que ha referencia al cerro Apuyavir, ubicado en el ca-
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Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Imagen 9. Sector Chinchaysuyo: ave y felino tallado sobre el afloramiento rocoso de Quenqo Grande. Elaborado
por Monteverde.

mino del Chinchaysuyo (Ch.9:6) que era (Cobo [1653] en Rowe 1981: 229).
una piedra que estaua sobre el cerro Picho Molina (2008: 117 [1574-1575: folio 24r]) men-
[Piccho]; tenan credo que era uno de aque- ciona que Yahuira se localizaba a media legua8
llos que salieron de la tierra con Huanacauri, del Cuzco. Bauer (2000: 79) precisa que esta
y que despus de hauer viuido mucho tiempo huaca se localiza a menos de un kilmetro de la
se subio alli, y se volvio piedra; a la cual iban a hacienda Picchu, y que se trata de un afloramien-
adorar todos los ayllos en la fiesta del Raymi. to rocoso llamado la usta, ubicado en una zona
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Imagen 10. Sector Chinchaysuyo: felino tallado sobre el afloramiento rocoso de Sikllakancha. Elaborado por
Monteverde.
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Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
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Imagen 11. Sector Antisuyo: dos felinos, dos aves y dos serpientes tallados sobre el afloramiento rocoso de Laqo.
Elaborado por Monteverde.

que asemeja una pequea terraza y que ofrece palda y que fue transformada en piedra.
una vista esplndida de la capital imperial, al Este cerro, instituido como huaca por Pachacu-
igual que muchos de los afloramientos rocosos tec, en un inicio perteneca a los Maras, un ayllu
con tallas zoomorfas del PAS. Su equipo de in- que sali de Pacaritambo (Calvo y Urbano 2008:
vestigacin registr en repetidas ocasiones que 98) y en l haban dos halcones de piedra
esta piedra era una hermana de Manco Cpac, puestos en un altar en lo alto del cerro Huscar
que camin cuesta arriba con un beb en su es- hizo poner los dichos halcones por hermosear la
dicha huaca. El sacrificio que le hacan era que-
mar corderos [camlidos] y derramar chicha...
8 Una legua mide aproximadamente cinco kilme- (Molina 2008: 117 [1574-1575: folio 24r])9. Esta
tros (Hyslop 1990: 35). cita es importante porque adems nos revela
REVISTA HAUCAYPATA 47
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

la intervencin de los elementos naturales del acerca de cual huaca habra sido. Prada (1986)
paisaje en diferentes gobiernos (primero como menciona que corresponda al stimo ceque del
huaca, por Pachacutec, y luego con el tallado de Antisuyo (An.7), pero por su ubicacin nos incli-
figuras zoomorfas, con Huscar). namos a pensar que pudo haber correspondido al
Finalmente, podemos comentar que dos aflo- cuarto ceque (An.4). Sin embargo, el acto de en-
ramientos rocosos del PAS estn relacionados terrarse ah resalta la importancia que tuvo este
a lugares de entierro: Quenqo Grande y Teteca- sitio en pocas del Tahuantinsuyo, con el cual los
ca. El primero de ellos est asociado con la hua- descendientes de estos ayllus se sintieron iden-
ca Patallacta (Ch.1:2), que segn Cobo fue una tificados por ser el lugar donde sus antepasados
casa que Pachacutec disput para sus sacri- estn enterrados.
ficios y en donde muri. Recordemos que en
el afloramiento de Quenqo Grande hay tallados
un ave y un felino. Por su parte en Tetecaca,
segn Max Uhle ([1905] 1986, citado por Prada 9 Lamentablemente Bauer (2000: 79) no menciona la
1986: 57) y Prada (1986: 92), quienes excava- presencia de tallado zoomorfo alguno en el afloramien-
ron en el entorno inmediato del afloramiento to de la usta, cosa que tampoco hace con los dems
rocoso, que presenta serpientes talladas, sus- afloramientos que l registro y asoci con las huacas
de la relacin de Cobo.
tentan que este sitio fue cementerio de varios 10 Ambos autores no especifican que ayllus eran ente-
ayllus10. Sobre Tetecaca no hemos encontra- rrados en Tetecaca.
do informacin bibliogrfica contempornea

Imagen 12. Sector Antisuyo: un felino y una de las dos serpientes tallados a la entrada de una cueva del aflora-
miento rocoso de Laqo. Elaborado por Monteverde.
Rodolfo Monteverde Sotil 48
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Imagen 13. Sector Antisuyo: dos felinos y dos serpientes tallados en la parte media superior del afloramiento
rocoso de Kusilluchayok. Elaborado por Monteverde.
REVISTA HAUCAYPATA 49
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 14. Sector Antisuyo: vista de un felino y una serpiente tallados en la misma saliente rocosa de la parte
media superior del afloramiento rocoso de Kusilluchayok. Elaborado por Monteverde.
Rodolfo Monteverde Sotil 50
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico
Emblemas incas en sus armas y las estimaba mucho (Mura
Otros indios que vivan en la montaa 2004: 186 [1590: folio 103r]).
adoraban otra estrella que se llamaba chu- En esta cita Mura menciona que estos anima-
quichinchay, que decan era un tigre, a cuyo les eran representados en las armas de los incas.
cargo estn los tigres, osos y leones. Tambin Al respecto Albornoz (Duviols 1967: 23) comen-
adoraban otra estrella que llaman ancochin- ta: hay otro gnero de guaca ques cierto
chay, y que conserva otros animales. Asimis- gnero de culebra de diferentes hechuras. Las
mo adoraban otra que llamaban machacuay, adoran y sirven. Tomaron los Ingas principales
a cuyo cargo decan estar las serpientes y cu- sus apellidos. Nombrndose machacuay y ama-
lebras para que no les, hiciesen mal y general- ro e hovo deste nombre muchos principales e
mente todos los animales y aves que hay en la indios e traen las dichas culebras por sus divisas
tierra, creyeron que hubiese su semejante en y armas todos los ingas, y hay muchas guacas
el cielo, a cuyo cargo estaba su procreacin de estos nombres // en todo el Pir, con muchos
y aumento y el Inga a todas stas pintaba servicios y hazienda. Hay que recordar que

Imagen 15. Sector Antisuyo: cuatro serpientes talladas en la parte superior del afloramiento rocoso de Tetecaca.
Elaborado por Monteverde basado en Prada 1986.
REVISTA HAUCAYPATA 51
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Amaromarcaguasi (An.1:7), una casa de Amaro escudos con representaciones zoomorfas (capita-
Tupa Inca, asociada con Laqo, presenta gran nes doce, trece y catorce)12. As tenemos:
cantidad de serpientes y felinos tallados.
Asimismo, Guaman Poma (2008: 114-133
[1615: folios 147-171]) dibuja y describe, bre-
vemente, en orden sucesivo, los nombres, ca- 11 Primer capitn: hijo de Manco Capac (1er inca), se-
gundo capitn: hijo de Sinchi Roca (2do inca), tercer
ractersticas y logros de quince capitanes del capitn: hijo de Lloque Yupanqui (3er inca), cuarto
Tahuantinsuyo, varios de ellos hijos de gober- capitn: hijo de Mayta Capac (4to inca), quinto capi-
nantes Incas11 (imagen 21). A partir del capitn tn: hijo de Capac Yupanqui (5to inca), sexto capitn:
diez hasta el capitn quince, algunos de ellos hi- hijo de Inca Roca (6to inca), stimo capitn: hijo de
jos de Guayna Capac (undcimo inca), Guamn Yahuar Huacac (7mo inca), octavo capitn; hijo de
Poma dibuj en las lminas de los cuatro lti- Pachacutec Inca Yupanqui (9no inca), noveno capi-
tn: hijo de Topa Inca Yupanqui (10mo inca), dcimo,
mos capitanes un escudo herldico y escribi undcimo, duodcimo, dcimo tercero, dcimo cuarto
el nombre de uno de los cuatro sectores en los y dcimo quinto: hijos de Guayna Capac (undcimo
que se organizaba espacialmente el Tahuantin- inca). Guaman Poma de Ayala (2008: 114 y 133 [1615:
suyo. De estos capitanes resaltan los que tienen fol. 146 y 174]).

Imagen 16. Pacchas incas con figuras escultricas de felinos: (A) excavada en Laqo y (B) publicada por Carrin
Cachot 2005. Con serpientes (C). En Carrin Cachot 2005. Con aves (D). En Carrin Cachot 2005.
Rodolfo Monteverde Sotil 52
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Imagen 17. Vista de Laqo desde la superficie del afloramiento rocoso de Kusilluchayok. Elaborado por Monteverde.
REVISTA HAUCAYPATA 53
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 18. (A) Vista de Kusilluchayok desde la superficie del afloramiento rocoso de Laqo. Monteverde 2014.
(B) Vista parcial del ncleo central de la llaqta cuzquea y de Quenqo Chico desde el afloramiento rocoso de
Quenqo Grande. Elaborado por Monteverde.
Rodolfo Monteverde Sotil 54
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico
Capitn doce: En la parte inferior derecha (sector Antisuyo del PAS); sitios que estn muy
de la lmina est escrito Chinchaysuyo y, en prximos entre s, prximos al camino del An-
la parte inferior izquierda, hay un ave con las tisuyo (divisor de estos dos sectores del PAS) y
mismas armas que porta el capitn. El ave est en los cuales las aves son muy similares. Para
representada de frente, con la cabeza girada a nosotros ests aves fueron realizadas dentro de
su derecha y con las alas extendidas abrazando un mismo periodo de tiempo y bajo las mismas
un escudo herldico. Dentro del escudo, dividi- exigencias tcnico-artsticas durante el Tahuan-
do en dos secciones verticales, hay, lado dere- tinsuyo.
cho, otra ave muy similar a la de la parte exter- Capitn trece: En la parte inferior derecha de
na superior del escudo, es decir representada la lmina est escrito Andesuyo y, en su parte
de frente con las alas extendidas y la cabeza gi- inferior izquierda, hay un escudo herldico con
rada hacia su derecha. En la seccin izquierda un tocado y armas sobre l, similares a los que
del escudo hay un len rampante representa- porta el capitn. Este escudo est dividido en dos
do de perfil (Guaman Poma (2008: 127 [1615: secciones horizontales. En la seccin superior
165]). Guaman Poma dise este escudo para hay un felino parado representado de perfil. En
su propia familia; ya que el capitn doce fue su la seccin inferior hay una serpiente con el cuer-
abuelo Capac Apo Guaman Chaua; adems el po enroscado (Guaman Poma (2008: 128 [1615:
Chinchaysuyo fue el sector de dnde provena folio 167]). La asociacin que el cronista hace
el cronista (Dean 1999: 136), quin adems entre felinos y el Antisuyo se remonta al sexto
argumentaba que el halcn y el puma eran el capitn llamado Otorongo Achachi (hijo de Inca
escudo de todo este sector (Dean 199: 136). Roca, sexto Inca), llamado as por sus logros b-
Recordemos, adems, que Guaman, el apellido licos expansionistas hacia el Antisuyo quien
del cronista, significa halcn en quechua. conquist toda la montaa se torn Otoron-
Las posturas anatmicas de las dos aves en go, tigre; se tornaron el dicho su padre e hijo
el escudo del capitn doce son muy simi- y dicen que tiene hijo en los Andes que pari una
lares a las evidenciadas en Quenqo Gran- india chuncho, y as por ello los Ingas se llama-
de (sector Chinchaysuyo del PAS) y Laqo ron Otorongo Achachi Amaro Inga, y tiene en
sus armas pintado (Guaman Poma 2008: 122
[1615: folios 154-156]).
12 En la lmina del capitn quince: En la parte infe- Aunque el capitn trece, junto con Guayna
rior derecha est escrito Condesuyo y, en la parte
inferior izquierda hay un escudo representado, en
Capac y los dems capitanes no se dirigen a las
su parte superior, con el mismo tocado y armas que montaas del Antisuyo sino a la conquista de
porta el capitn. Armas que adems tambin han Tumibamba y Quito (Guaman Poma (2008: 133
sido representadas al interior del escudo. Guaman [1615: folios168-170]), ubicados en el Chinchay-
Poma (2008: 131 [1615: 171]). suyo (Rostworowski 2004: 96), vemos que han

Imagen 19. Vista parcial del ncleo central de la llaqta cuzquea desde la superficie del afloramiento rocoso de
Tetecaca. Elaborado por Monteverde.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

adoptado como emblema el felino (otorongo), Capitn catorce: En la parte inferior izquier-
que segn Guaman Poma representa al Antisu- da de la lmina est escrito Collasuyo y, en su
yo. Adems, acompaaron al capitn trece dos parte inferior derecha, hay un escudo herldico
capitanes llamados Otorongo y Amaro Antizu- representado con una diadema y las armas que
pa; quienes adoptaron los nombres, de sus an- porta el capitn. El escudo de una sola seccin
tepasados, asociados a estos dos animales que tiene en su interior un ave de perfil con las alas
evidenciamos en los afloramientos del sector levantadas (Guaman Poma (2008: 129 [1615:
Antisuyo del PAS. Adems, la postura corporal 169]). La postura anatmica de esta ave no ha
del felino en el escudo del capitn trece es muy sido evidenciada en las esculturas zoomorfas de
similar a los representados en el PAS, pero se los sectores Chinchaysuyo ni Antisuyo del PAS.
asemeja ms a los del sector Antisuyo por su En una representacin de las armas reales de
naturalismo anatmico. Asimismo, en el caso los Incas, posiblemente realizada por Guaman
de las serpientes recordemos que solamente se Poma de Ayala (1611-1613, tomado de Dean 1999:
les han evidenciado en afloramientos del sector 132) (imagen 22a), se aprecia un escudo dividido
Antisuyo del PAS tallados durante el Tahuan- en cuatro secciones. En cada uno de ellos estn
tinsuyo. dibujados los emblemas que podemos ver en los

Imagen 20. Lminas de: (A) Mura (en lnea [1616]) y (B) Guaman Poma (2008: 123 [folio 159]) donde se apre-
cian dos afloramientos rocosos asociados al primer Inca y al noveno capitn.
Rodolfo Monteverde Sotil 56
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Imagen 21. Lminas de Guaman Poma que retratan al: sexto capitn asociado al Antisuyo (A), dcimo segundo
capitn asociado al Chinchaysuyo (B), dcimo tercer capitn asociado al Antisuyo y (C) dcimo cuarto capitn
asociado al Collasuyo (D). (2008: 119, 127, 128 y 129 [1615: folios 155, 165, 167 y 169]).
REVISTA HAUCAYPATA 57
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

escudos herldicos de los capitanes doce, tre- rldicos con los que Guaman Poma representa a
ce, catorce y quince de Guayna Cpac. As te- los cuatro ltimos capitanes del Tahuantinsuyo,
nemos: (1) seccin superior derecha: un felino asociados a Guayna Capac, estn presentes en la
con una serpiente enroscada en la parte infe- representacin que realiza de las armas reales de
rior. Es similar al escudo del capitn trece del los Incas. Quien adems, en su crnica (Guaman
sector Antisuyo; (2) seccin superior izquierda: Poma 2008: 65 y 67 [folios 83 y 84]), describe
un len y un ave, separados por una suerte de y dibuja la segunda arma de los Incas (imagen
lanza vertical. Es similar al escudo de capitn 22b). Al respecto comenta: La segunda arma
doce del sector Chinchaysuyo; (3) seccin infe- del Inga que le pintan al primero Quiquizana,
rior derecha: dos armas alargadas cruzadas en el segundo rbol Chunta, y detrs del rbol un
X, acompaadas con algunos atributos como otorongo, el tercero Masca paycha, el cuarto
un tocado y rodilleras, similares a las que porta dos Amaros con unas borlas en la boca; estos
el capitn quince, y que hay en su escudo, del se pintan en los vestidos y de su pluma y de su
sector Condesuyo; (4) seccin inferior izquier- nombre que ellos se nombraron Otorongo Ama-
da: un ave, al parecer un grifo, representada de ro Inga.
perfil. Es muy similar a la que existe en el escu- En la lmina de la segunda arma de los Incas
do del capitn catorce del sector Collasuyo. se aprecia un escudo divido en cuatro secciones:
Como podemos ver, los mismos atributos he- (1) seccin superior derecha: un ave representa-

Imagen 22. Guamn Poma: (A) las armas reales de los Incas. Tomado de Dean 1999 y (B) la segunda arma de
los Incas (Guaman Poma 2008: 65 y 67 [folios 83 y 84]).
Rodolfo Monteverde Sotil 58
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico

Imagen 23. Tocados que aparecen en la serie de pinturas del Corpus Christi pertenecientes a la: Parroquia de
San Sebastin (A), Parroquia de San Cristbal (B), Parroquia del hospital de los Naturales (C) y Parroquia de
Santiago (D). Tomado de Dean 1999.
REVISTA HAUCAYPATA 59
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 24. Esculturas zoomorfas talladas en las fachadas de arquitectura transicional dentro del ncleo central
de la llaqta cuzquea. (A) Cuesta del Almirante, se observan tres serpientes y (B) calle Santa Teresa, se aprecian
seis felinos representados de perfil. Elaborado por Monteverde.
Rodolfo Monteverde Sotil 60
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico
da de perfil, similar a la del escudo herldico minar el culto a las huacas del PAS. Durante
del capitn catorce del Collasuyo; (2) sector su- nuestras cuatro visitas a esta zona (en el 2010,
perior izquierdo: un felino parado detrs de un 2012 y 2013) reparamos que la mayora de las es-
rbol, similar al felino del escudo herldico del culturas han sido intencionalmente destruidas,
capitn trece del Antisuyo; (3) seccin inferior principalmente sus cabezas; lo mismo se eviden-
derecha: una mascaypacha y; (4) seccin infe- cia en los dos felinos de la roca de Chinchero,
rior izquierda: dos serpientes paralelas en pos- Saihuite y Puma Orqo. Luego de preguntarles a
turas verticales, a las cuales le salen una borla 50 pobladores, que viven en dos villas ubicadas
de la boca. Aunque la postura de estas dos ser- dentro del PAS (San Blas y Tambillo), si saban
pientes difiere de la del escudo herldico del ca- cmo fueron destruidas estas esculturas, el 90%
pitn trece del Antisuyo, si vemos en conjunto respondi que las cabezas fueron arrancadas
la seccin superior izquierda con la seccin in- durante la Colonia. El otro 10% dijo que no sa-
ferior izquierda, el cronista coloc en la misma ba. No hemos encontrado ningn documento
ubicacin al felino y a las serpientes; es decir etnohistrico para contrastar este dato etnogr-
el primero arriba y las segundas abajo, como fico, pero podemos afirmar que la destruccin
se aprecia en las armas reales de los incas y ha sido realizada sistemticamente y de manera
en el escudo del capitn trece. Adems, las ser- focalizada. En contraposicin, dentro del ncleo
pientes de la lmina de la segunda arma de los de la llaqta cuzquea, a inicios de la Colonia, se
Incas tienen la misma postura anatmica que tallaron esculturas zoomorfas en las fachadas de
las de Tetecaca en el PAS (sector Antisuyo). los nuevos edificios mandados a construir por los
Luego de la conquista, la corona espaola hispanos. Cabe resaltar que en este espacio re-
concedi ttulos y armas a la nobleza incaica sida la nobleza incaica cuzquea (Bauer 2008:
ms encumbrada (Dean 1999: 134). Por ejem- 218) antes y durante la Colonia.
plo, en 1545 se le otorg a Paullo Inca, aliado a La ciudad hispana del Cuzco fue fundada en
los espaoles, un escudo herldico que tiene 1534. Poco tiempo despus muchos edificios y
un guila negra flanqueada por dos palmeras, espacios, considerados como huacas del sistema
un tigre rodeado por dos serpientes corona- de Ceques, fueron destruidos y en los primero
das, la mascaypacha y la leyenda Ave Mara aos de la Colonia se construyeron edificios de
(Dean 1999: 134). De esta manera, Paullo Inca arquitectura transicional (Agurto Calvo 1979 y
era reconocido, en la Colonia, como el gober- Farrington 2013). La construccin estuvo a car-
nante de todo el Tahuantinsuyo, al presentar go de los indgenas cuzqueos quienes siguieron
su escudo herldico los animales que simboli- empleando tcnicas locales como el trabajo de la
zaban dos de los sectores ms importantes en piedra, pero los vanos de estos edificios ya no eran
que estaba dividido espacialmente el incanato: trapezoidales sino rectangulares y se tallaron en
Chinchaysuyo y Antisuyo. Asimismo, en la se- los dinteles emblemas herldicos hispanos. Pero,
rie de pinturas cuzqueas Corpus Christi (An- adems, en ms de una docena de estos edificios
nimo 1674-1680) se aprecia a varios indgenas hay cerca de medio centenar de representaciones
ricamente vestidos encabezando la procesin escultricas de serpientes y ms de media docena
de las parroquias indgenas por las calles cuz- de felinos tallados en altos relieves en sus facha-
queas con las estatuas de sus patronos. En das y dinteles de sus vanos de ingreso (Farrington
la cabeza de estos importantes indgenas hay 2013: 126-129) (imagen 24). En nuestras visitas
tocados con elementos iconogrficos zoomor- a la ciudad del Cuzco solamente evidenciamos
fos: serpientes y aves (imagen 23). Las aves de estas tallas en edificios de arquitectura transicio-
estos tocados (imagen 23a, 23b y 23c) tienen nal y no en edificios incaicos remanentes en esta
posturas similares a los del PAS y han sido re- zona; lo cual no necesariamente significa que no
presentadas solas o en par. Las que estn en se tallaron; ejemplo de ello tenemos el muro de
par tienen sus cabezas prximas a un crculo factura inca en Intihuatana-Pomacocha (en Aya-
pequeo, que representara, probablemente, cucho) que presenta camlidos y serpientes talla-
al contenedor donde se vertan lquidos, como das, y el caso del ushnu y un vano de Hunuco
se puede apreciar en las esculturas de aves en Pampa (en Hunuco) donde hay felinos tallados
Laqo. (tabla 1).
Durante la Colonia, obviamente se intent eli- Como dijimos, la corona espaola concedi t-
REVISTA HAUCAYPATA 61
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

tulos y armas a la nobleza incaica (Dean 1999: pientes en edificios, de arquitectura transicional,
134). En estas ltimas se insertaron emblemas ubicados alrededor de la plaza Haucaypata que
zoomorfos: felinos, aves y serpientes. Al respec- corresponden al sector Chinchaysuyo. Adems,
to ya hemos comentado el caso de las armas de el motivo que llev a Guaman Poma a asociar
Paullo Inca, quien presenta en su escudo herl- al Chinchaysuyo con el halcn (ave) podra est
dico estos tres animales. Por ello, amparndose motivado por intereses personales, ya que como
en la normativa espaola, se habra permitido hemos visto existen tallas de aves en el sector
que se realizara el tallado de animales en los pa- Antisuyo del PAS. Por ltimo, podemos comen-
ramentos de los nuevos edificios que se levan- tar que an queda pendiente estudiar con mayor
taron en los primeros aos de la presencia his- detalle los edificios remanentes de estilo transi-
pana. Tallado que, pensamos, tuvo la intencin cional y la ubicacin de las antiguas huacas del
de perpetuar la memoria de la nobleza incaica sistema de ceques, para comprobar o descartar
en los nuevos edificios de arquitectura transi- la posibilidad de que estos edificios con tallas zo-
cional con los smbolos que los representaban. omorfas marquen o marcasen la ubicacin de las
Asimismo, estas figuras pudieron funcionar antiguas huacas destruidas por los hispanos.
como marcadores de la localizacin de las an-
tiguas huacas que existan en el ncleo central Agradecimientos
del Cuzco inca; las cuales fueron destruidas por A Frank Meddens por sus consejos y por facili-
los espaoles y cuya ubicacin tentativa ha sido tarme textos sobre los Incas. A George Lau por
propuesta por Bauer (2000). permitirme exponer este trabajo en University
of East Anglia (Londres 2014). A Ivan Leibowicz
Eplogo por sus acertados comentarios y crticas. Y a Er-
En base a este breve trabajo, preliminar por nestito.
cierto, sostenemos que las esculturas zoomor-
fas del PAS fueron talladas en los afloramientos Bibliografa
rocosos con el fin de materializar mitos de ori-
gen de los antepasados de los Incas y al mismo AGURTO CALVO, Santiago, 1979. Cusco. La tra-
tiempo funcionar como emblemas de los go- za urbana de la ciudad inca. Proyecto PER 39.
bernantes cuzqueos. Aunque existen algunas Unesco. INC. Cuzco.
diferencias tcnico-materiales entre las escul- ALCINA FRANCH, Jos, 1976. Arqueologa de
turas del PAS, es recurrente que casi todas ellas Chinchero 1. La arquitectura. Memorias de la
estn asociadas a canaletas y contenedores en Misin Espaola en Hispanoamrica II. Ministe-
los cuales se ofrendaban lquidos. Al mismo rio de Asuntos Exteriores. Direccin General de
tiempo que los afloramientos rocosos, en que Relaciones Culturales. Junta para la Proteccin
fueron tallados, fueron marcadores espaciales de Monumentos y Bienes Culturales en el Exte-
de la compleja red de canales y de la divisin rior. Madrid.
de tierras del PAS. La preocupacin para que
se presenciaran las actividades ceremoniales BAUER, Brian, 1992. The development of the
realizadas entorno las tallas zoomorfas queda Inca state. University of Texas Press. Austin.
evidenciada en sus ubicaciones, es decir en la 2000. El espacio sagrado de los incas. El sistema
parte alta del afloramiento. Muchas de las pro- de ceques del Cuzco. Archivos de Historia Andina
puestas vertidas en este artculo an deben ser 33. Centro de Estudios Regionales Bartolom de
solventadas con mayor evidencia arqueolgica las Casas. Cuzco.
y contraste etnohistrico. Comentamos esto
porque a diferencia del PAS, donde solamen- 2008. Cuzco antiguo. Tierra natal de los incas.
te hemos registrado serpientes en el sector Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolo-
Antisuyo, al igual que en el escudo del capitn m de las Casas (CBC). Archivos de Historia An-
dibujado por Guaman Poma y asociado por l dina, 43. Cuzco.
con este mismo sector, en otros sectores del Ta-
huantinsuyo, como en el Collasuyo, en la zona CCERES SILVA, Carmela; JURADO CARRAS-
de Lupaca, hay serpientes talladas. E incluso en CO, Carmen (2000). Iconografa de Chinchero:
los primeros aos de la Colonia se tallaron ser- una introduccin a su estudio. Tesis para optar
Rodolfo Monteverde Sotil 62
Esculturas zoomorfas del Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn, Cuzco: una aproximacin a su entendimiento
simblico
el Ttulo profesional de licenciada en arqueo- Press of Florida. Florida.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una


aproximacin a las estrategias de apropiacin y control territorial Inca,
desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma

Jos Luis Pino Matos


[email protected]

Wendy Moreano Montalvn


[email protected]

As ocurre con nuestro pasado. Es trabajo perdido el querer evocarlo, e intiles


todos los afanes de nuestra inteligencia. Ocltase fuera de sus dominios y de su
alcance, en un objeto material (en la sensacin que ese objeto material nos dara)
que no sospechamos. Y del azar depende que nos encontremos con ese objeto an-
tes de que nos llegue la muerte, o que no lo encontremos nunca. Marcel Proust,
Por el camino de Swann.

Resumen
Presentamos el anlisis de evidencias arqueolgicas y textos etnohistricos de la zona del Altiplano
del Chinchaycocha, con las que proponemos la reconstruccin del paisaje controlado por los Incas.
Asimismo, se plantea que la estrategia que usaron fue el establecimiento de circuitos rituales con
construcciones ceremoniales en puntos significativos del paisaje local, sobre todo para demarcar
y organizar el espacio con plataformas ushnu, que principalmente sirvieron para libaciones y
conmemoraciones rituales.

Palabras claves: Chinchaycocha, ushnu, qhapaq an, paisaje ritual.

Abstract
We present the analysis of archaeological evidence and ethnohistorical texts of the area of the high
plateau of Chinchaycocha, from which we propose a reconstruction of the landscape controlled by
the Incas. It is also proposed, that the strategy deployed comprised the establishment of ritual
circuits marked with ceremonial buildings at significant locations in the local landscape, especially
to delineate and organize space with ushnu platforms, which served to facilitate libations and
ritual commemorations.

Keywords: Chinchaycocha, ushnu, qhapaq an, ritual landscape.

El estudio de los paisajes en la compren- y XVI. Sobre las divinidades prehispnicas y sus
sin del imperio Inca rituales, descritos en relatos y mitos etnohistri-
De algn modo las fuentes etnohistricas cos, an queda pendiente identificar sus posibles
registraron diversos sitios sagrados y ritua- materialidades para entender mejor la relacin
les practicados por las antiguas poblaciones ideolgica entre los Incas y los grupos tnicos
andinas. Una aproximacin interdisciplinaria con los que interactuaban. Para una mejor re-
puede brindarnos mejores luces sobre los as- construccin de los paisajes, escenario de inte-
pectos ideolgicos y las interacciones de estas rrelaciones sociales, es necesario identificar los
sociedades. Tal es el caso de los Incas y las po- aspectos geogrficos sacralizados y sus vnculos
blaciones que controlaron entre los siglos XV espaciales, tomando en cuenta la ntima relacin
PINO MATOS, Jos Luis y MOREANO MONTALVN, Wendy, 2014. El ushnu, el qhapaq an y las huacas en
el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de apropiacin y control territorial Inca,
desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolgicas del
Tahuantinsuyo. Nro. 8: 64-90. Lima.
Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvn 65
El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma
ideolgica entre las sociedades prehispnicas esta razn, la serie de lugares donde se enhebran
y la naturaleza. En este contexto, la arquitec- historias y memorias de las poblaciones son el
tura es la evidencia material resaltante donde soporte que les ayudan a otorgar importancia
se materializ gran parte de la ritualidad an- a su identidad, donde las historias y memorias
dina (Hastorf 2007: 97), evidencia que puede son el producto de sus actos sociales localizados
servir como un indicador bastante til para (Thomas 2001: 173). De igual manera, los pai-
identificar rituales y relaciones paisajsticas. sajes son construcciones dinmicas en las que
En el Cuzco, la relacin entre la sociedad Inca cada comunidad y generacin imponen su propio
y sus divinidades fue expresada materialmente mapa cognitivo de un mundo antropognico e in-
mediante la organizacin espacial y las cons- terconectado de morfologa, planificacin y sig-
trucciones monumentales (Julien 1999: 491), nificado coherente (Anschuetz et al. 2001: 161).
las cuales fueron tomadas como un modelo
conceptual a replicar fuera de la capital cuz- Paisajes rituales y control territorial
quea1, en los espacios conquistados. Investi- Un paisaje ritual se configura cuando los grupos
gaciones previas sobre paisajes rituales y es- sociales toman posesin simblica de l por me-
pacios significativos de la sociedad Inca en el dio de ritos, que pueden ser conmemoraciones y
ncleo Cuzqueo (por ejemplo Urton 2004; ceremonias (Broda 2001: 167). Las conmemora-
Bauer 2000; Farrington 1992, 1998), nos brin- ciones pueden realizarse a manera de peregrina-
dan una base para el presente trabajo, tanto a ciones, donde los paisajes son escenario de movi-
nivel metodolgico como interpretativo. Sin mientos rituales, que integran territorios locales
embargo, es pertinente tambin enfocarse so- con sistemas regionales ms grandes, generando
bre algunos espacios fuera del Cuzco, de los recorridos de diversas personas a santuarios re-
cuales an no se conocen detalles de interre- gionales mutuamente venerados y atravesando
laciones ideolgicas y sus correlatos mate- lmites territoriales, ecolgicos y sociales con los
riales, que nos podran explicar mecanismos movimientos rituales (Poole 1991: 334). Los lu-
y estrategias de apropiacin y control Inca, gares de culto, donde se celebraban estos ritos o
como es el caso del Altiplano del Chinchay- conmemoraciones, conforman de cierto modo la
cocha en la parte central del Chinchaysuyu. materialidad del paisaje ritual. Para una sociedad
Para entender los paisajes de las socieda- prehispnica un paisaje ritual poda conectar sus
des prehispnicas y el control territorial que centros polticos, que podan ser centros cere-
ejercan, es necesario el estudio de dos di- moniales, con adoratorios y espacios cotidianos,
mensiones que se conjugan y articulan: (1) las donde muchos de los lugares interconectados
configuraciones simblicas del espacio y (2) resaltaban aspectos importantes de la geografa.
sus construcciones efectivas o materiales del Estos paisajes rituales se podan re-configurar o
espacio (Criado 1988: 10). Los paisajes pue- re-crear, cuando un grupo social tomaba pose-
den entenderse como territorios aprehendidos sin de espacios polticos y santuarios antiguos,
visualmente y como conjuntos de relaciones de otros grupos tnicos, para establecer relacio-
entre personas y lugares en sus contextos coti- nes de dominio, sincretismo e integracin con
dianos (Thomas 2001: 181). Tambin son la red la posibilidad de mantener vigente ciertas tra-
de sitios relacionados y revelados mediante las diciones que los conectasen con las sociedades
interacciones y actividades cotidianas de una previas (Broda 2001: 296). La informacin sobre
sociedad o un grupo, a travs de la proximidad los aspectos cosmolgicos y calendricos de una
y la afinidad desarrolladas mediante emplaza- comunidad brindan informacin valiosa sobre la
mientos y acontecimientos importantes como estructuracin, organizacin y percepcin de los
festividades, calamidades y otros momentos paisajes rituales, sobre todo si arqueolgicamen-
significativos, que han llamado la atencin y te se examina el diseo y la distribucin espacial
que han sido incorporados a la memoria. Por de los edificios pblicos, monumentos, plazas,
petroglifos y diversos indicadores ancestrales.
1 Ejemplos de espacios replicados por los Incas son Donde las intervenciones espaciales, que corres-
descritos por Idilio Santillana (2012) para el caso ponden a evidenciar fenmenos astronmicos o
de Vilcashuaman en Ayacucho y por John Hyslop cosmolgicos, son aspectos del uso ritual del pai-
(1985) para el caso de Inkawasi en Caete. saje que mejor se pueden comprobar (Anschuetz
REVISTA HAUCAYPATA 66
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Figura 1. Ubicacin del Repartimiento de Chinchaycocha en 1559 (Segn Rostworowski 2005: 306).
Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvn 67
El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma

Figura 2. Mapa de sitios Inca y salineras antiguas asociadas al qhapaq an en el Chinchaycocha (Basado en
Espinoza 1984; Matos 1992, 1995; INC 2004; y Arellano y Matos 2007).
REVISTA HAUCAYPATA 68
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

et al. 2001: 178-179). Por ello, una exploracin repartimiento muy importante en la Colonia
de los paisajes rituales y sus evidencias mate- (Rostworowski 2005) (figura 1).
riales asociadas a sus fenmenos cosmolgicos,
nos permitirn aproximarnos a entender mejor La presencia Inca en el Altiplano del
la apropiacin y control territorial ejercido por Chinchaycocha
los Incas en el rea del Chinchaycocha. En el incanato la sierra central andina, ubicada
al noroeste del Cuzco, fue parte de la gran regin
El Altiplano del Chinchaycocha del Chinchaysuyu. Los territorios estaban inter-
En los Andes existen dos altiplanos asocia- conectados por una red vial, en la cual existan
dos a grandes lagos. Uno de ellos se encuentra cada cierto tramo una serie de establecimientos
entorno al Titicaca y es conocido como meseta donde los Incas y las poblaciones locales realiza-
del Collao (3800 msnm). El otro se encuentra ban actividades ceremoniales y administrativas.
rodeando al Chinchaycocha en la sierra central El qhapaq an o camino principal que sala de
del Per, es conocido como la meseta de Bom- Cuzco hacia el Chinchaysuyu se diriga hacia el
bom (4100 msnm) y posee predominantemen- oeste hasta el sitio de Vilcashuaman en donde
te terrenos casi planos (4080-4125 msnm) que partan dos caminos importantes: uno continua-
bordean las orillas del lago con colinas y cerros ba al oeste hasta llegar a los territorios de la po-
(+/- 5000 msnm). Actualmente una gran por- blacin conocida como Chincha, en la costa, y el
cin de esta planicie forma parte de la Reserva otro segua rumbo noroeste hacia el Altiplano del
Nacional de Junn, ubicada entre las regiones Chinchaycocha y de ah continuaba hasta Quito.
de Junn y Pasco (ECOAN 2010). En la meseta En sus trayectos cruzaban diversos territorios
de Bombom el clima es muy frio con presencia con asentamientos Inca que formaban parte de
de fuertes heladas y el relieve de puna, con sus la infraestructura que serva como nudos de arti-
suaves pendientes, hace que el discurrimien- culacin de una compleja red de administracin
to de los cursos de agua sean lentos (Ccente y poltico-ceremonial.
Romn 2005: 89-90). Desde varios puntos de En el Altiplano del Chinchaycocha las evidencias
este Altiplano se puede percibir visualmen- arqueolgicas Inca ms importantes han sido
te los principales nevados del entorno local y identificadas en una serie de asentamientos en la
regional. Esta zona altiplnica, por sus parti- ruta del qhapaq an. (figura 2). Los ms represen-
culares recursos y caractersticas geogrficas tativos, de sur a norte, son: Tarmatambo, Leticia,
con buena accesibilidad a otras zonas ecolgi- Pucatambo, Chakamarca, Ucucancha, Ingapirca,
cas, tanto hacia la costa como hacia la selva, y Pumpu, Cochamarca, Pacoyan, Ucushmajada,
por su cercana a Lima, hicieron que fuera un Tambopampa, Tambillos, y Warautambo (Matos

Cuadro 1. Sitios Arqueolgicos Inca en la ruta del qhapaq an en el mbito del Chinchaycocha (Basado en
Arellano y Matos 2007 - INC 2004).
Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvn 69
El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma
1994, 1995, 1997; Pino 1999; Parsons et al. de una administracin provincial que probable-
2000; INC 2004: 202-203) (cuadro 1). De to- mente se gobernaba desde Pumpu, el cual al-
dos ellos, Pumpu fue el sitio Inca de mayores bergaba arquitectura y organizacin ceremonial
dimensiones, ubicado en un espacio abierto en resaltante: plaza, plataformas ushnu, kanchas,
el punto de desage del lago Chinchaycocha y kallankas o tambos, entre otros (Matos et al.
en el punto de origen del rio Mantaro (Matos 1998; Arellano y Matos 2007) (figura 3). Estas
1994). edificaciones son elementos de la arquitectura
Todos los sitios mencionados formaron parte del poder que los Incas construan para eviden-

Figura 3. Imagen satelital del sitio Inca de Pumpu (Fuente: USGS, NASA, NGA 2008).
REVISTA HAUCAYPATA 70
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

ciar su presencia, afirmar su dominio en las zo- del Altiplano de Chinchaycocha fueron poblacio-
nas que conquistaban y crear espacios simbli- nes pastoriles. Adems de los grandes pastizales
cos a imagen del Cuzco (Gasparini y Margolies de altura, los campos de cultivo de tubrculos, las
1977: 68, 203, 204, 288). Por estas caracters- lagunas y bofedales, los camlidos y la sal jugaron
ticas, autores como Carmen Arellano y Ramiro un rol preponderante en estas sociedades. La sal
Matos propusieron a Pumpu como la capital de se extraa principalmente de las fuentes de agua
un Wamani, que ejerci poder y control sobre salada conocidas como Cachicocha o las saline-
los grupos tnicos Tarama, Chinchaycocha, ras de San Blas de Cochac en Ondores al oeste del
Atavillos, Yaros y Yanamates, cuyos territo- lago, las salineras de Cachipuquio en San Pedro
rios confluan alrededor del lago Chinchayco- de Caxas al sureste del lago, Yanacachi en Santa
cha (Arellano y Matos 2007: 11,15-17; Arellano Ana de Tusi al norte del lago y de Cachiyacu en
2012: 407, 413). San Pedro de Pari al noroeste del lago (Espino-
El apelativo quechua Wamani aparece en las za 1984). Los estudios realizados, indican que la
fuentes etnohistricas2 asociado a una posible salinera de San Blas se utiliz desde tiempos del
organizacin territorial Inca que percibieron los precermico (2500 a.C.) hasta fines del siglo pa-
espaoles, y que gran parte de investigadores sado y que los manantiales de agua salada de Ca-
usan como una categora equivalente a provin- chicocha estaban en territorios Chinchaycocha,
cia (Prssinen 2003: 239; Santillana 2012: 87; los de Cachipuquio en territorios Tarama y la sa-
Platt et al. 2006: 44, 254, 284; DAltroy 1992: linera de Yanacachi en territorio Yaro-Yanamate
25; Matos 1994: 102-103). Sin embargo, nos in- (Matos 1994: 35,64; Espinoza 1984: 183-188).
clinamos a pensar que el trmino Wamani hace La salinera de San Blas fue tan representati-
mayor referencia a la autoridad con caracters- va, que el estilo de las vasijas arqueolgicas y su
ticas ancestrales y a los espacios geogrficos y fragmentera encontradas en abundancia en este
ceremoniales que albergaban a las huacas loca- lugar tom su nombre, debido a que un alto por-
les, las cuales de algn modo eran las autorida- centaje de la cermica sirvi para la extraccin
des ancestrales personificadas en sus represen- de la sal, la cual consista en hervir el agua sa-
tantes como los curacas y el Inca (Gose 2008: lada en estos recipientes. Luego de enfriarse, el
265). Cada Wamani que contena o serva de sedimento salino se depositaba en el fondo del
residencia al espritu de un ancestro, poda ser recipiente, razn por la cual se le rompa para
un aspecto notable de la geografa local con sacar la sal solidificada (Matos 1994: 64-65). La
un rea de influencia poltica-religiosa (Favre explotacin de la sal por parte de las sociedades
1967: 136-137,140). El rea de influencia de un pastoriles del Altiplano del Chinchaycocha, ge-
Wamani poda tener marcadores fsicos para ner una interaccin econmica de la puna con
evidenciar su mbito territorial (Arellano 2003: los valles a nivel local y regional, constituyndose
29; Arellano y Matos 2008: 56), pero no una de- las salineras en puntos de confluencia social y la
marcacin circunscrita propiamente dicha. Por sal en un elemento natural y cultural importante
lo tanto, si Pumpu fue en el incanato el Wama- para el consumo e intercambio (Matos 1994: 77-
ni ms importante del Altiplano del Chinchay- 78). La sal tambin era considerada el elemento
cocha, la red prxima de asentamientos inter- de intercambio ms importante para el trueque
conectados por el qhapaq an y las poblaciones o comercio sagrado efectuado por los grupos po-
asociadas habran estado bajo su autoridad. blacionales de la selva central (Varese 1968: 23),
en las zonas clidas al este del Chinchaycocha,
Cosmovisin y recursos naturales im- donde se tena acceso a hojas de coca, que era la
portantes en el rea del Chinchaycocha planta de uso cotidiano ritual y materia de tribu-
La mayor parte de los antiguos grupos sociales to (Rostworowski 2005:305,312).
Se consideraba que los camlidos, principal-
mente las llamas, se originaban en el lago Chin-
2 Autores del XVI y XVII como Felipe Guaman Poma chaycocha, por lo tanto les pertenecan (Duviols
de Ayala indican que Wamanin se refera a una ju- 1976: 283). Los camlidos no solo eran medios de
risdiccin, una provincia o corregimiento (Guaman
Poma 1987 [1615:453[455]]). Hernando de Santillan
transporte para cargas ligeras, tambin provean
refiere que el termino Waman quera decir provincia fibra para los tejidos y carne para la dieta diaria.
(Santillan 1968: 381-382[1563]). La carne se poda procesar y guardar deshidra-
Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvn 71
El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma
tada por largos periodos de tiempo, median- de Jess (Polia 1999: 316,344; Duviols 1976).
te la preparacin del Charki o carne secada. En el documento redactado por Fabin de Aya-
La cual se preparaba untando con abundante la en 1614 (Duviols 1976: 275-286; Polia 1999:
sal la carne fresca trozada para luego secarla 344-362) se narran episodios de la aparicin e
colgndola al sol y al frio extremo de la noche itinerario de personajes mticos ancestrales con-
(Matos 1994: 308). As la sal era un recurso in- vertidos en deidades residentes en la geografa
dispensable en la economa pastoril. Adems, que rodea al lago Chinchaycocha. A continuacin
existi a nivel ideolgico una relacin bastante mencionaremos algunos de estos episodios de
estrecha entre los camlidos y la sal, al consi- manera resumida y siguiendo el orden del docu-
derarse que los manantiales de agua salada que mento original:
brotaban en Yanacachi, Cachicocha y Cachi- 1. Los hermanos Tumayricapa y Tumayhananpa
puquio, provenan de los orines de tres llamas se originaron en una roca o peasco grande de-
sumergidas debajo de la tierra en estos lugares nominado Ayracaca, situado en el lado sureste
(Espinoza 1984: 188-189; Duviols 1976: 284- del lago, en un punto fronterizo entre Tarma y
285). Asimismo, el Altiplano del Chinchayco- Chinchaycocha en el camino real de los Incas
cha fue un rea muy importante de pastoreo en proveniente del Cuzco.
la zona central del Per. Incluso, camlidos de 2. Tumayhananpa desapareci en Ayaracaca y su
regiones distantes eran pastados en esta plani- hermano Tumayricapa se traslad al cerro Ma-
cie, como se evidencia en las fuentes escritas, mallqui Jirca, que segn el mismo documento
las cuales sealan que a finales del XVI camli- quiere decir planta, principio u origen de los ce-
dos de Lima se pastaban en Pumpu (Annimo rros, entre Ondores y Pari, lado suroeste del lago
1965: 153 [1571]), debido a que Chinchaycocha Chinchaycocha.
perteneca a la dicesis de Lima (Cobo 1956: 3. En Mamallqui Jirca Tumayricapa hizo una
169 [1653]). junta de todas las huacas, con las cuales se tras-
De los tubrculos cultivados en el Chinchay- lad a Bombon o Pumpu.
cocha, la maca llam la atencin de los espa- 4. Tumayricapa se transform en un nio peque-
oles por cultivarse en climas de frio extremo o ricamente vestido con cumpi o camiseta de
y porque poda almacenarse de forma deshi- tejido fino.
dratada (Cobo 1956: 169-170 [1653]). La maca 5. Una maana oscura debido a la mucha neblina
(Lepidium Meyeni) era muy especial y pre- el nio comenz a llorar y una mujer llamada Pu-
ciada no solo para la alimentacin sino tam- lluc Chacua del pueblo de Huaychau lo encontr
bin como material de ofrenda a las deidades sollozando y se lo llev a su pueblo.
locales. Los abundantes campos de cultivo de 6. Pulluc Chacua amamanto al nio y en cinco
este tubrculo eran tambin espacios de cul- das creci como varn.
to a la fertilidad (Duviols 1976: 279-280). La 7. Pulluc Chacua y Tumayricapa convocaron a
maca posee una elevada concentracin de Huagauencho y Yarupa, dos cerros nevados, y a
calcio, hierro y fosforo (Chacn 1990: 72) y todas las dems huacas y cerros para que organi-
por sus conocidas virtudes, en la Colonia fue cen un chaco o cacera de vicuas.
objeto de tributacin, muy particular de la 8. El chaco se realiz en Uirapampa, en la plani-
zona del Chinchaycocha, que se entregaba en cie de Bombon.
elevadas cantidades al sistema espaol de la 9. El instrumento para cazar vicuas fue el riui,
encomienda a cargo de Juan Tello Sotomayor una boleadora de tres pelotillas de plomo sujetas
en 1549 (Rostworowski 2005: 305-307, 313). por cuerdas. Tumaricapa usaba en su riui, tres
peas o rocas grandes en vez de las pelotillas.
El paisaje como la cartografa de episo- 10. Durante el chaco, Tumayricapa atac con su
dios de los orgenes mticos ancestrales riui a Quirumachan, un cerro muy alto, quien
Las creencias sobre los orgenes mti- quera aventajarlo.
cos de las poblaciones, los lugares sa- 11. Tumayricapa cort la cabeza a Quirumachan,
grados y sus ceremonias y rituales reali- quien se convirti en una loma de rocas grandes,
zadas en el rea del Chinchaycocha, son as Tumayricapa dividi una planicie en dos.
descritos con detalle en dos documentos, de 12. Luego Tumayricapa bajo al valle de Guanuco
1613 y 1614, del Archivo Romano de la Compaa a visitar a los Chupachos para cortarles el cabello
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a los nios de un ao y as recibirlos por sobrinos. 28. Sobre sus negocios, salud o enfermedad ha-
13. En la ceremonia del corte de cabello, los can las consultas a los Chachas o sabios y al Umu
Chupachos invocaban a Tumayricapa y Tuma- o hechicero. Adems, realizaban ofrendas sacrifi-
yhananpa para que les dieran fuerza y rique- cando cuyes. Los bofes de los animales sacrifica-
zas. dos servan para sus consultas.
14. En otro episodio los Yanamates no quisie- 29. Al Rayo lo denominaban Curi o Santiago. Los
ron reconocer ni obedecer a Tumaricapa, razn mellizos eran considerados hijos del mismo.
por la cual Tumayricapa y Tumayhanapa hur- 30. Durante las caminatas invocaban a todos los
taron sus ganados. cerros y cumbres por donde pasaban.
15. Los Yanamates, siguiendo los rastros de un 31. En los cruces de los caminos reales y en las
puma y una zorra, fueron en busca de su gana- partes ms altas por donde se pasaba haban
do hasta llegar al cerro Caytal. Este cerro con amontonamientos de piedras llamadas apachi-
forma de persona estaba comiendo harina de tas. En estos lugares se realizaban invocaciones
maz con grasa de camlido y ofrendas.
16. En este cerro encontraron un puma enfure- 32. En diciembre, en la fiesta de la llamaya, rea-
cido botando granizo blanco por un lado de la lizaban ceremonias con unas sogas llamadas ti-
nariz y granizo colorado por el otro. tahuaracas, invocando a las lagunas Urcucocha,
17. Los indios Yanamates ofrendaron un cam- Chocllococha y Chinchaycocha, porque estas
lido a Tumayricapa en el cerro Chuncrascayan eran las criadoras de las llamas.
y Tumayricapa los recibi por hijos. 33. Llamaban illas a unas piedras que encontra-
Otros relatos del mismo documento refieren: ban y usaban como amuleto.
18. Las poblaciones invocaban al sol llamndo- 34. Los postes de las casas se llamaban macssas,
lo Inti, en el Chinchaycocha lo llaman Rupay. al igual que los cuados y parientes.
Al da llaman Punchao, al lucero Huarac, a las 35. La sal es el sustento de esta provincia y las
estrellas Cuillur y a la luna Quilla. comarcas. Existen tres manantiales de agua sa-
19. Para un buen viaje se invocaba a Tumayricapa. lada de donde extraen la sal. La sal que procede
20. La provincia de Chinchaycocha tom el de los manantiales de San Blas de Cochac y de
nombre de la laguna por ser notable. San Joan de Yanacachi, provienen de los orines
21. En la planicie se levanta una colina llamada de unas llamas que entraron debajo de la tierra
Raco, destaca por su forma piramidal. Cuentan orinando.
que en este cerro nacieron dos hermanos, Raco 36. Tienen unas vasijas de antigedad de dos-
y Yanayacolca. Yanayacolca se fue a Andajes y cientos aos que an usan en las labores de la
Raco se qued en Chinchaycocha. extraccin de la sal.
22. En esta provincia se produce maca, muy 37. Estos relatos son el producto de 2000 con-
estimada y sabrosa. Secada la guardan tres a fesiones obtenidas en la provincia de Chinchay-
cuatro aos sin daarse. cocha. Fabian de Ayala. Esta informacin sirva
23. En los campos de cultivo colocaban una tambin para la historia de esta provincia.
huanca que era una piedra parada alargada. La En el documento redactado por Diego Sama-
tenan por imagen de Raco y Pitacocha. Reve- niego en 1613 (Polia 1999: 316-344), tambin se
renciaban a esta huanca e invocaban a Raco y hace referencia a lugares sagrados, rituales y per-
Yanayacolca. sonajes:
24. Ofrendaban a Raco unos panecillos de maz 38. Uno de los adoratorios ms celebres de toda
y maca. la provincia es un cerro llamado Raco, con forma
25. Cuando los varones llegaban a la puber- de pirmide y figura de maca. Consideran a Raco
tad les ponan la huara, en el que participaban como el criador de la maca. Le realizan sacrificios
principalmente el padre, el to hermano de la para que les provea comida.
madre y la madre. 39. Es tradicin invocar a Abari (Apari), un hom-
26. Colocaban la huara estando de pie en me- bre diestro en las labores agrcolas, quien entr y
dio de sus casas con una chunta o lanza e invo- se qued en una cueva.
cando a Tecssiuiracocha y a Cayllauiracocha. 40. Adoran al cerro Huayhuay, criador del maz.
27. Cuando la huara envejeca se colocaba a es- 41. Adoraban al Rayo y consideraban hijo del
condidas en los caminos reales y en las apachitas. Rayo a los que sobrevivan a una descarga.
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El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma
42. Adoraban a tres manantiales de agua sala- rinsayas de Hunuco, piedra en un cerro nevado
da que tenan su origen de tres camlidos que junto al pueblo de Chuchua.
se sumergieron debajo de la tierra. En base a esta informacin etnohistrica es
43. El principal adoratorio era la laguna de posible reconstruir un paisaje ritual mtico lo-
Chinchaycocha, a la cual veneraban como cria- cal para el Altiplano del Chinchaycocha. De los
dor de las llamas y ofrendaban sacrificios hu- episodios resumidos destaca: la descripcin de
manos. lugares de origen de personajes, animales y re-
44. En unas bvedas de piedra se encontraban cursos; la laguna Chinchaycocha como la huaca
los cuerpos de sus mayores, a quienes realiza- ms importante y lugar de origen de los cam-
ban fiestas y sacrificios. lidos; rocas y peascos como Pacarinas; la apa-
45. A algunos peascos llamaban pacarinas a ricin e itinerario de Tumaricapa como deidad
los cuales veneraban y ofrecan sacrificios. de varias poblaciones; Ayracaca como lugar de
46. Lo que sigue de la descripcin haca refe- origen de Tumayricapa; las reuniones de las hua-
rencia a adoratorios e idolatras de Huancave- cas realizadas; Pumpu como espacio de algunos
lica y Huamanga. episodios importantes; la importancia del cerro
Algunas huacas del Chinchaycocha, citadas Raco como deidad y su asociacin con la Maca;
en los documentos anteriores, as como otras el culto al Rayo; el origen de los manantiales de
localizadas prximas al Chinchaycocha son agua salada asociado a los camlidos; deidades
mencionadas en la relacin de Cristbal de Al- locales como Abari, Quirumachan y Auquevilca
bornoz (1967: 30 [1582]): y; deidades celestes como Inti, Punchao, Rupay.
47. Uravilca, huaca principal de los Atavillos, Otras menciones importantes de personajes, que
es una piedra como indio. a la vez son lugares, son los nevados Chacua,
48. Apallisca, huaca principal de los Atavillos, Yarovilca, Huayhuay, Yarupaja y Huagauencho
piedra en un cerro alto, junto a Quipan. (Huagaruncho).
49. Chuquimango, huaca principal de los dichos Varios de los personajes y lugares mticos referi-
Atavillos, encima de pampas de Montenegro. dos en los episodios citados existen en la toponi-
50. Yarovilca, huaca principal de los Atavillos, mia actual, algunos denominados con los mismos
un cerro nevado grande junto al pueblo de Ha- nombres y otros con los nombres ligeramente
llaoca. modificados, muchos de ellos identificables en la
51. Yanayacolca, huaca principal de los indios cartografa contempornea (cuadro 2). Los top-
Chiscai, de la provincia de los Atavillos. Piedra nimos identificados se distribuyen en el terreno
vestida de figura de indio con su casa en Chis- siguiendo el orden de los episodios narrados en
cai. la documentacin recogida por Fabin de Ayala
52. Nina Uinchos, huaca principal de los indios en 1614. Es decir, los nombres importantes del
Urcos y de los Atavillos, piedra con figura de relato siguen una secuencia de sureste a noroes-
indio en el pueblo de Urcos. te. Aparecen desde la frontera de Tarma con el
53. Guayoay Vilca, huaca principal de los Tara- Altiplano. Luego cruzan el Altiplano, por el sur,
mas, un cerro frontero del tambo de Tarama. donde hay una lnea de topnimos significativos
54. Chinchaycocha, huaca principal de los in- por la orilla oeste del lago Chinchaycocha. Lue-
dios Chinchaycochas. Laguna que fue servida y go se detienen en Pumpu, donde hay topnimos
reverenciada por los Incas. dispersos distantes pero visibles desde la planicie
55. Auquivilca, huaca de los Indios Chinchay- de Pumpu. Finalmente continan hacia el norte,
cochas, es una laguna junto al pueblo de Llaca. hasta la frontera con Hunuco, cubriendo prcti-
Los indios Caxamarcas proceden de esta lagu- camente toda la cuenca del Chinchaycocha.
na. Un aspecto importante en los episodios descritos
56. Tomayricapac, piedra a manera de indio es que muchos de ellos hacen referencia a varias
vestido. Ubicado en el pueblo de Cochacaya, huacas Pacariscas. Estas huacas, consideradas
provincia de los Yaros. como lugares de origen de los ancestros y pobla-
57. Chunchuncota, huaca principal de los in- ciones, podan ser conocidas con las denomina-
dios Chupaichos, piedra ubicada en la frontera ciones de Pacarisca (Albornoz 1967: 20 [1582];
del pueblo Guancachupa. Santa Cruz Pachacuti 1995: 20-21 [1613:9r]),
58. Yarobaha, huaca principal de los indios hu- Pacarina (Arriaga 1920: 69 [1621]) o Pacaricos
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Cuadro 2. Lista de algunos personajes y lugares mticos identificados en la toponimia del Chinchaycocha (Basa-
do en Duviols 1976, Albornoz 1967 [1582] y las Cartas Nacionales del IGM: 22K, 23K, 22L, 23L).

(Guaman Poma 1987: 66 [1615: fol. 84[84]]). tres hermanos quedan petrificados en lugares
Las Pacariscas eran reverenciadas por ser las que conformaran hitos geogrficos de recorri-
progenitoras de los ancestros de los grupos hu- do y memoria. De estos hermanos resalta Ayar
manos y cada grupo veneraba a su huaca (Julien Cachi por ser el primero en formar parte de la
2011a: 106). Cabe mencionar que en los pasajes geografa sacralizada, quien adems de quedarse
descritos sobre las poblaciones y los persona- en la Pacarisca de origen, su nombre es interpre-
jes mticos del Chinchaycocha hay una analo- tado como el ancestro relacionado a la sal (Mo-
ga con las narraciones de los orgenes mticos lini 2010: 63). La sal, como hemos visto en los
Inca, en el sentido que son relatos episdicos relatos del Chinchaycocha, tiene una relevante
y que el origen de sus ancestros estn asocia- importancia tanto en la vida cotidiana como en el
dos con aspectos de la geografa e itinerarios universo simblico y las prcticas rituales.
de viaje (Urton 2004: 31-53). Las Pacariscas Asimismo, en los relatos descritos destaca Tu-
eran puntos de inicio y parada en los itinerarios mayricapa (denominacin quechua que quiere
mticos. Por ejemplo, la fbula del origen de decir giro visible o vuelta visible), por ser uno de
los Incas, recogida por Sarmiento de Gamboa los protagonistas principales de los itinerarios
(2007: 52-56 [1572]), relata el viaje mtico de mticos narrados. En dos episodios se describe
los cuatro hermanos Ayar, quienes emergen de la capacidad de Tumayricapa de convocar, reunir
una cueva. Uno de ellos, Ayar Cachi, el ancestro y dar rdenes a las huacas, donde la planicie de
del linaje de Chauin Cuzco Ayllu, es encerrado Pumpu es uno de los escenarios para estas re-
en esta cueva de origen (Pacarisca). Los dems uniones. Esta caracterstica de reunir y conversar
emprenden todo un itinerario de viaje en bus- con las huacas fue una capacidad que tambin
ca de un nuevo lugar donde asentarse, donde posea el gobernante Inca, descrito grficamente
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apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma

Figura 4. Representacin grfica de una reunin de huacas realizada por Tpac Inca Yupanqui (Guaman Poma
1987: 253 [1615: fol. 261 [263]]).
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Figura 5. Fotografa panormica de Pumpu, hacia el oeste, con los nevados Chacua y Yarupaja al fondo.

Figura 6. Mapa de lugares mticos y adoratorios vinculados con la infraestructura Inca en el Chinchaycocha
(Basado en Duviols 1976 y Albornoz 1967 [1582]).
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apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma
por Guaman Poma de Ayala, quien adems encuentro ms importante del Chinchaycocha,
indica que el ushnu era el lugar donde se en- porque en l confluan varios caminos, no solo el
tregaban los sacrificios de la Capacocha (Gua- longitudinal de la sierra, el ms importante, sino
man Poma 1987: 252-254 [1615: fol. 261[263]- otros secundarios provenientes de la costa y la
262[264]]), ceremonia que implicaba grandes selva. Adems, Pumpu tambin era un punto de
recorridos rituales hacia huacas y portando confluencia fluvial y era un espacio importante
huacas (figura 4). Ms adelante, se har refe- de culto a los ancestros (Barraza 2013). Un as-
rencia a la plataforma ushnu de la planicie de pecto paisajstico importante a destacar, es que
Pumpu, lugar donde posiblemente se llev a desde la planicie de Pumpu es posible ver las ci-
cabo una de las reuniones de huacas descritas mas de los nevados Yarupaja, Chacua, Ulcumayo
para el Chinchaycocha. y Huagaruncho (figura 5).
Tambin se puede hacer una analoga con los En base a estas evidencias e interpretaciones
relatos de viaje de los personajes ancestrales argumentamos que la construccin de nuevos
de los grupos Yanesha prximos al Chincha- itinerarios rituales fue una estrategia de apropia-
ycocha, en los que tambin se hace referencia cin y control Inca de los paisajes sacralizados de
al nevado Huagauencho (Huagaruncho), con las poblaciones locales localizadas en y alrededor
la denominacin de Huacaronch, como un del Altiplano del Chinchaycocha. Los caminos y
ancestro poderoso Yanesha, al que se ascenda rutas Incas conectaban huacas y sitios sagrados
por el camino Inca que sala desde Pumpu en importantes vigentes en la memoria local y per-
direccin a Oxapampa, hacia la selva central mitan el acceso a zonas de uso cotidiano y a zo-
(Smith 2006: 23-25; 2011:219-250). nas ecolgicas distantes esenciales para la com-
plementariedad ecolgica (figura 6). Ejemplo de
La construccin de un nuevo paisaje ri- esto, es que con el qhapaq an se enlazaron todas
tual por los Incas las salineras antiguas, importantes fuentes de
La evidencia arqueolgica sobre la ocupacin recurso natural y escenario de eventos mticos y
Inca en la sierra central nos permite entender sitios significativos de culto local.
la construccin de los paisajes rituales en el La evidencia arqueolgica sirve como indicador
Altiplano del Chinchaycocha. El gran camino para localizar los espacios fsicos donde se desa-
afirmado y empedrado por los Incas proviene rroll gran parte de la historia mtica y para ubi-
del norte de Tarma e ingresa a la planicie del car con bastante probabilidad los adoratorios de
Chinchaycocha por el sureste y se dirige al norte las huacas locales. La ocupacin Inca, sin duda,
por la orilla oeste del lago hasta llegar a Pumpu configur un nuevo paisaje mediante el trazado
(Matos 1992: 375-393). De ah continua hacia de una red local de asentamientos ceremoniales
el norte por la ruta principal hacia Hunuco que deban estar prximos, sobre las rutas e iti-
Pampa. Tambin desde Pumpu salieron rutas nerarios rituales correspondientes a las redes de
hacia el oeste en direccin a Cajatambo y Oyn huacas locales3. El qhapaq an fue el eje oficial
(Casaverde 2013) y hacia el este hacia Huachn principal que conectaba huacas locales con rutas
y el nevado de Huagaruncho, en direccin a la renovadas de una nueva representacin simbli-
selva central (Smith 2004); recorriendo as tra- ca de itinerario de viaje y espacios ceremoniales
yectos y puntos de conexin significativos para que representaban episodios o eventos significa-
las sociedades locales. En esta zona se proyect tivos en los cuales se construyeron plataformas
el qhapaq an y otras rutas superponindolas ushnu. Estos itinerarios y redes, a su vez, forma-
sobre los itinerarios de los personajes mticos de ban parte de un itinerario mayor proveniente del
las poblaciones locales. Asimismo, se constru- Cuzco, recorrido ritualmente como parte del dis-
y infraestructura Inca como una nueva inter- curso histrico que los Incas constituyeron como
vencin del paisaje consistente en asentamien- sociedad dominante.
tos administrativo-ceremoniales, que sirvieron
como nuevos puntos de reunin y confluencia
de destino de movimientos rituales llevados 3 Catherine Julien (2011b: 105) indica que si existi
a cabo principalmente en asentamientos con una red de huacas en cada provincia, posiblemente fue
plazas y plataformas. En este contexto, Pumpu registrada y contabilizada por los Incas para realizar
podra considerarse como el Tincu o lugar de sacrificios.
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Figura 7. Corema de la organizacin espacial de la zona del Chinchaycocha (Diagramado por Wendy Moreano y
Jos Pino, basado en Duviols 1976 y Arellano y Matos 2007).
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La Capacocha4 fue una ceremonia Inca que grupos tnicos. Adems del lago, otros puntos
integraba itinerarios rituales. Ceremonia que geogrficos, como cerros y montaas nevadas,
consideramos el movimiento ritual ms grande consideradas Pacariscas, fueron referentes de
a nivel imperial. En la cual, segn Fray Martn la organizacin espacial. Los Incas vincularon a
de Mura, se ofrendaban sacrificios a todas las travs del qhapaq an estos espacios geogrficos
huacas locales importantes en cada provincia a la par que construyeron estratgicamente los
Y que as eran en general en todo el reino es- sitios ceremoniales-administrativos de Pumpu y
tos sacrificios, y cada uno en su provincia y Chakamarca a ambos extremos del lago. Sitios
pueblo lo hacan como mejor podan, sacrifi- que conformaban la red de un Wamani al rodear
cando a sus guacas, las cuales sealadas cada al Chinchaycocha. Tanto el qhapaq an como el
uno en su trmino y puestos nombres (Mura lago constituan el eje que divida el espacio en
2004: 178 [1590]). Para estos fines rituales, los dos grandes partes o bandas: hacia la salida y la
lugares sealados en cada localidad fueron los puesta del sol (figura 7).
ushnus, como se indic lneas arriba, al citar
a Felipe Guaman Poma (1987: 254 [1615: fol. El ushnu como marcador de itinerarios y
262[264]]). paisajes rituales Inca
Adems del paisaje que hemos analizado en En la zona del Chinchaycocha la red de asen-
la zona del Chinchaycocha, existen otros ejem- tamientos Inca fue superpuesta sobre un paisaje
plos con similares prcticas de re-apropiacin considerado sagrado e itinerarios rituales de per-
de espacios importantes a nivel imperial: en el sonajes ancestrales locales. Una caracterstica
lago Titicaca y en Pachacamac (Bauer y Stanish de esta red es que algunos asentamientos tenan
2011: 31-38) y a nivel local: en el sitio Inca de ushnu, una plataforma construida generalmente
Otorongo ubicado al pie del nevado Apo Hua- en las plazas, sobre la cual realizaron ceremonias
yhuay, huaca principal de los Taramas (Perales y sacrificios. En el ushnu (tambin denominado
2004: 519). usno) se realizaron importantes libaciones ri-
tuales en festividades calendarizadas y ceremo-
La huaca Chinchaycocha como hito geo- nias pblicas (Zuidema 1989; Hyslop 1990; Pino
grfico de ordenamiento espacial 2005, 2010a, 2010b, 2010c; Monteverde 2008,
Los puntos geogrficos ms notables del pai- 2010, 2011a). Adems, los ushnu eran puntos
saje, considerados Pacariscas o lugares de ori- de confluencia de caminos y de convergencia de
gen, fueron las cimas de los cerros, montaas direcciones hacia aspectos notables del paisaje
nevadas, lagos, lagunas, manantiales, cuevas local, puntos donde confluan y salan rutas de
y rocas. Un modelo grfico de representacin peregrinaje hacia las huacas locales integradas al
abstracta del espacio geogrfico o corema5, imperio cuzqueo (Pino y Moreano 2013: 37).
nos ayuda a explicar la organizacin espacial de Para la zona del Chinchaycocha, en la ruta del
las Pacariscas entorno al lago Chinchaycocha, qhapaq an, los sitios Inca de Chakamarca y
considerado una de las huacas ms importan- Pumpu tienen ushnu y plaza (Matos 1994: 214-
tes de la sierra central del Chinchaysuyu, que 222; Arellano y Matos 2007: 31-34) (figura 8). El
fue reverenciada y servida por los Incas (Al- ushnu de Chakamarca est situado casi al inicio
bornoz 1967: 30 [1582]), mediante ceremonias de la cuenca del lago Chinchaycocha y a la altura
rituales realizadas en Chakamarca y Pumpu. de la formacin rocosa de Ayraccacca y de la la-
El lago Chinchaycocha simblicamente fue guna Conopa. Como se vio en los episodios mti-
el centro sagrado ms importante en donde cos, Ayracaca es la roca de donde emergi Tuma-
confluan rutas y espacios asociados a diversos yricapa, el principal ancestro de las poblaciones
del Chinchaycocha.
El ushnu de Pumpu, con un eje orientado por
4 Para conocer detalles de la Capacocha, como me- su escalinata (99-279 azimut), vincula dos gru-
canismo ritual, puede revisarse el trabajo de Pierre pos de rasgos topogrficos: (1) los de mayor al-
Duviols (1976). tura son el nevado Ulcumayo, hacia el este, y el
5 Un ejemplo de la utilizacin de coremas o de re- nevado Chacua, hacia el oeste y (2) los de menor
presentaciones geogrficas abstractas en los Andes altura y ms prximos son las formaciones roco-
es el trabajo de Jean-Paul Deler (1998). sas notables de Wichca, hacia el este, y Shushu
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Punta, hacia el oeste, en el conjunto de forma- hacia la orilla oeste del lago Chinchaycocha, pre-
ciones rocosas conocida como Nina Punchao, senta una plataforma al lado del camino Inca.
pertenecientes al bosque de piedras de Huay- Esta construccin es la ms prxima a las coli-
llay (figura 9). Hay que resaltar que Ulcumayo nas de Quiromachan y Tumayraba. A travs de
hace referencia a un aspecto masculino (Ulcu Tumayraba se accede al camino que lleva a la sa-
es varn en el quechua local, y Mayu es ro) y linera de Cachicocha de San Blas. Los episodios
Chacua a uno femenino (Chacua es mujer an- mticos hacen referencia a un punto en la zona de
ciana en el quechua local). Hacia el oeste, el to- Ondores donde Tumayricapa se traslad despus
pnimo de Shushu6 hace referencia a los senos de su primera aparicin. Adems, la salinera de
de la mujer y la formacin rocosa que lleva este San Blas, otro lugar mencionado en los relatos, a
nombre sirvi como referente para fijar el eje la cual se accede por Ondores, est asociada m-
paisajstico del ushnu de Pumpu (figura 10). A ticamente a un camlido que se introdujo bajo la
nivel espacial y visual la planicie de Pumpu, la tierra y dio origen al manantial de agua salada
formacin rocosa de Shushu (teta) y los neva- que servira como salinera. Quirumachan (asocia-
dos de Chacua y Yarupaja, como rasgos topo- do con la colina Quiromachan) fue un personaje
grficos y toponmicos destacables, guardan al cual Tumayricapa lo sujeto con unas boleado-
una relacin bastante cercana con los episodios ras y le cort la cabeza, quedando Quirumachan
mticos relacionados a la llegada de Tumayri- transformado en un cerro. Tambin al norte de
capa a Pumpu, su transformacin en nio, su Pumpu se ha evidenciado una plataforma sobre
amamantamiento por Pulluc Chacua y la con- el cerro Raco, vecino al camino Inca hacia su lado
vocatoria despus de cinco das a las huacas de oeste (Dominguez 2007: 60 y 2012: 293-294).
Yarupa y Huagauencho. Es decir, la presencia
del ushnu de Pumpu estara reafirmando la im-
portancia de un episodio mtico trascendente 6 Ramiro Matos tambin identifico los topnimos
para la poblacin local y la reapropiacin de un Shushunccacca, al este, y Shushunpunta, al oeste, como
espacio ritual muy importante. referentes locales de la salida (Intipccespimunan) y
El sitio de Ucucancha, en la zona de Ondores, puesta (Intipseccaycunan) del sol (Matos 1994: 283).

Figura 8. El ushnu de Chakamarca en la pampa de la hacienda Chichausiri.


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El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
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Figura 9. Las principales formaciones topogrficas como referentes paisajsticos en Pumpu.

Figura 10. El ushnu de Pumpu alineado directamente con el eje de la escalinata hacia la roca Shushu Punta haca
el oeste (279 azimut).
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Como se cit en los episodios mticos, Raco es las huacas, es imprescindible en cada territo-
una deidad importante y es descrita a su vez rio conquistado, tal como lo remarca Guaman
como un aspecto topogrfico. Poma [1615]: Pacha Cuti Ynga dio orden muy
En las evidencias arqueolgicas de los sitios mucha hazienda para sacrificar a las uacas
Inca presentes en el trazo del qhapaq an del y de las casas del sol y tenplo de Curi Cancha;
Chinchaycocha y alrededores (cuadro 1 y figu- el trono y aciento de los Yngas llamado usno
ra 2), se puede observar cada cierto tramo una en cada wamani seal (Guaman Poma 1987:
serie de plataformas y ushnus en los sitios ad- 256 [1615: fol. 265 [267]]). En este contexto, los
ministrativo-ceremoniales. Esto va de acuerdo ushnu fueron entendidos como hitos o mojones
con lo mencionado por Cristbal de Albornoz (Molini 2010: 76; Pino 2010a: 92-94; Arellano
(1967 [1582]): Hay otra guaca general en los 2012: 416) usados para la construccin y reafir-
caminos reales y en las plazas de los pueblos, macin de paisajes rituales vinculados al Inca y el
que llaman uznos. Eran de figura de un bolo culto solar a lo largo de todo el Tawantinsuyo.
hecho de muchas diferencias de piedras o de
oro y de plata. A todos les tenan hechos edi- El ushnu de Pumpu y su vnculo astron-
ficios en donde tengo dicho en muchas partes mico con el paisaje local
como en Bilcas y en Pucara y en Guanaco el Sobre el ushnu de Pumpu se plantea y enfatiza
Viejo y en Tiaguanaco, a hechura de torres de que su ubicacin y construccin fue un aspecto
muy hermosa cantera. Sentvanse los seo- crucial para el inicio de la planificacin y cons-
res a bever a el sol en el dicho uzno y hazian truccin del asentamiento, considerando que el
muchos sacrificios a el sol (Albornoz 1967: 24 punto central de la plataforma ushnu fue lo pri-
[1582]). Albornoz describi as la relacin en- mero que se estableca en estos asentamientos
tre caminos y puntos donde se desarrollaban (Matos 1987: 50; 1994: 279-284). Sobre todo si
rituales, especialmente al sol. Esto indica que estos eran espacios de encuentro para la realiza-
la ruta del Altiplano del Chinchaycocha, evi- cin de festividades calendarizadas, las cuales de-
denciada por caminos y asentamientos Inca, ban tener referentes astronmicos visibles para
adems de ser la principal va de conexin lon- que indiquen las fechas con precisin. John Hys-
gitudinal en la sierra central fue un importante lop y Ramiro Matos sustentaron que el diseo del
circuito ritual. En cada uno de estos sitios ce- sitio de Pumpu y la forma de su plaza guardaran
remoniales se debi haber hecho referencia a una estrecha relacin con sus ejes astronmicos,
algn evento significativo local vinculndolo al sobre todo si se toma al ushnu como punto de re-
culto solar Inca. ferencia y observacin para la determinacin de
La ubicacin de los sitios ceremoniales Inca, los solsticios, equinoccios y posiciones del sol en
asociados a la topografa de significancia lo- sus pasajes por el zenit y anti-zenit (Matos 1987:
cal, sugiere que los ejes principales de la po- 48,58; Hyslop 1990: 237-238). Cabe indicar que
ltica imperial, fueron las divinidades locales hacia el este la formacin rocosa denominada
(Molini 2010: 62). Con el ushnu como espa- Shongoymarca (corazn del pueblo) sirvi como
cio fsico ceremonial y principal escenario de
libaciones y sacrificios, se dibuj un conjunto referente paisajstico y topogrfico importan-
de hitos ceremoniales significativos, que con- te, para fijar el eje este-oeste y desde ah trazar
formaron una cartografa ritual del imperio. En el ngulo de abertura de la plaza del sitio (figu-
cada uno de estos hitos ceremoniales partici- ra 11). El paisaje que rodea Pumpu, sobre todo
paba el Inca, los curacas locales y las huacas. el del oeste, se presta para funcionar muy bien
El recorrido por los caminos establecidos y los como horizonte de observacin de las posiciones
sacrificios realizados estaran conformando un de puesta de los astros, sobre todo del sol, astro
mapa ritual demarcado, tal como Cristbal de que posiblemente ms se us en el imperio para
Molina [1575] manifiesta: Y por esta orden la implementacin de calendarios (Bauer y Dear-
iban caminando por toda la tierra que el Inca born 1998: 41-63).
conquistada tenia, por las cuatro partidas,
y haciendo los dichos sacrificios hasta llegar El ushnu de Pumpu posee las siguientes coorde-
cada uno por el camino donde iba a los pos- nadas geogrficas 105453 (1055) de latitud
treros lmites y mojones que el Inca puesto te- sur y 761656 de longitud oeste. Desde este
na (Molina 2008:125 [1575]). A nivel ritual, punto se puede observar con nitidez las forma-
la presencia de un ushnu, para interactuar con ciones rocosas de los cerros Bombomarca y Nina
Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvn 83
El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma

Figura 11. Orientaciones y ejes astronmicos identificados en Pumpu (Redibujado de Matos 1987: 48 y Hyslop
1990: 238).

Figura 12. Marcadores de horizonte vistos desde el ushnu hacia el oeste de Pumpu.
REVISTA HAUCAYPATA 84
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Punchao, pertenecientes al bosque de piedras (Molina 2008: 154 [1575]; Monteverde 2011b:
de Huayllay, las cuales son muy verticales, es- 246).
beltas y numerosas, por lo que se convierten en
el horizonte perfecto donde fijar posiciones so- A manera de conclusiones
lares, sobre todo las posiciones que sirven para Se han podido identificar algunos puntos sig-
fijar los das con precisin en un calendario so- nificativos del Altiplano del Chinchaycocha bajo
lar local. Estos das son los pasos zenitales del una perspectiva interdisciplinaria. En este sen-
sol y los equinoccios. En Pumpu las posiciones tido, la informacin etnohistrica, toponmica y
de puesta del sol y los das de su paso por el ze- etnogrfica nos ha permitido recuperar nombres
nit debieron haber estado a 25905 azimut y de lugares y personajes mticos, con los cuales se
los del paso por el anti-zenit a 28055 azimut; pudo reconstruir un paisaje ritual e identificarlo
es decir 1055 segn su latitud tanto al sur en la geografa. A su vez, el estudio arqueolgi-
como al norte de la posicin de los equinoccios co sirvi para identificar evidencias materiales
(270). Posiciones en el horizonte a 2, 3 y 4 relacionadas con el paisaje ritual reconstruido.
grados de elevacin al oeste de Pumpu fueron Con el anlisis realizado podemos decir que la
ubicadas con muy buena visibilidad desde el estrategia que establecieron los Incas para una
ushnu (figura 12). Cabe indicar que el eje del apropiacin y control de espacios fuera del Cuzco
ushnu hacia el este se direcciona haca el neva- fue justamente replicar su experiencia local y sus
do Ulcumayu7 (10055 de azimut). Este eje se prcticas de vinculacin de su pasado mtico con
orienta, a su vez, hacia la salida del sol cuando el paisaje, mediante el establecimiento de una
le toca pasar por el zenit en octubre y febrero. red de sitios relacionados por movimientos ri-
Es interesante resaltar que la orientacin de tuales que implicaban la intervencin del espacio
280 55, que indica la posicin en el horizonte mediante la implementacin de caminos e infra-
de la puesta del sol en agosto, se encuentra en estructura ceremonial, que conformaba todo una
la parte denominada Nina Punchao, que sig- cartografa ritual fijada en la geografa misma,
nifica en quechua da fuego o da de fuego, validada peridicamente mediante la realizacin
relacionado a la temporada ms seca y fra de de libaciones en cada punto o hito geogrfico fi-
este Altiplano en agosto. Este tipo de orienta- jado sobre puntos fsicos significativos pertene-
ciones y ejes astronmicos que parten del ush- cientes a cada grupo local.
nu, han sido detectados en Hunuco Pampa, el Con la evidencias obtenidas, claramente pode-
siguiente centro administrativo-ceremonial en mos ver que un objetivo de la poltica Inca fue
la ruta del qhapaq an al norte de Pumpu (Pino tomar posesin de los espacios sagrados locales
2004). Donde fueron fijadas con precisin las para establecer a la vez relaciones de dominio
posiciones del sol en los equinoccios, pero so- e integracin con las poblaciones conquistadas,
bre todo en agosto. Mes muy importante por sobre todo ideolgicamente, al reconfigurar los
estar vinculado al inicio del ao agrcola y a paisajes rituales. La estrategia empleada, fue la
las primeras actividades de siembra (Guaman intervencin fsica planificada, llevada a cabo
Poma 1987: 1227 [1615: fol. 1152 [1162]]; Zuide- mediante la superposicin de un paisaje ritual
ma 2010: 179), como tambin por ser el mes de imperial sobre los mismos puntos del paisaje m-
la realizacin de la ceremonia del Situa en Cuz- tico local, como tambin relacionndose a estos
co, festividad en que el ushnu de la plaza Hau- puntos mediante orientaciones paisajsticas y
caypata era el espacio ritual ms importante astronmicas, en las cuales las actividades socia-
les ms significativas se cartografiaron, no solo
mediante la sealizacin fsica, sino tambin me-
7 Las escalinatas de acceso de las plataformas ushnu, diante las narrativas referidas a ancestros mticos
generalmente se orientaron hacia la cima de monta- espacializados, fijados en la memoria mediante
as y nevados consideradas como huacas y pacari- rituales con libaciones secuenciales y obligato-
nas, como en el caso del ushnu de Hunuco Pampa rias. Este proyecto imperial de construir un mapa
orientado hacia la cima de la montaa nevada de
ritual dinmico, fue ejecutado mediante la mo-
Yarupaja (Pino 2010c: 120-122) y el ushnu de Tam-
burco orientado hacia la montaa nevada de Ampay numentalizacin de la ruta del qhapaq an con
(Pino y Moreano 2013: 35-36), ambos ushnus estn hitos ceremoniales como las plataformas ushnu,
en la ruta del qhapaq an en el Chinchaysuyu. que a su vez hacan nfasis a los lugares conme-
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El ushnu, el qhapaq an y las huacas en el Altiplano del Chinchaycocha. Una aproximacin a las estrategias de
apropiacin y control territorial Inca, desde la lectura de los paisajes rituales y la astronoma
morativos locales, con lo que se creaba un vn- ciones, como una tcnica para fijar su presencia
culo ideolgico entre lo local y lo imperial. Con y autoridad en los sitios que visitaban, que a su
la imposicin de un nuevo paisaje ritualizado vez posiblemente registraban en quipus o cuer-
y mediante las acciones de libacin se creaban das anudadas de manera complementaria para
nuevos escenarios de negociacin, donde se un doble control mnemnico.
establecan cada vez nuevos trminos y se le- La gran mayora de rituales Inca consistan en
gitimaban las relaciones de dominio con las po- realizar recorridos y libaciones por puntos signi-
blaciones locales del Chinchaycocha, teniendo ficativos en el paisaje, construidos en y fuera del
como mediadores a los personajes mticos y las Cuzco, para promover su status sagrado asociado
deidades ancestrales, tanto de los Incas como a personajes mticos y re-escenificando las accio-
de los grupos poblacionales locales. Personajes nes victoriosas de sus antepasados ancestrales
y episodios mticos locales que en algunos ca- para justificar su posicin de elite gobernante. De
sos tenan narraciones y cualidades anlogas o esta manera usaban su pasado mtico para legiti-
similares con personajes y episodios Incas. mar su autoridad (Bauer 2011: 24) sobre las po-
A nivel territorial la huaca Chinchaycocha blaciones que sujetaban al realizar estos recorri-
fue un hito geogrfico de ordenamiento y re- dos. Estos caminos de la memoria, establecidos
ferente espacial importante para los grupos en secuencias de libaciones, debieron haberse
locales, y esencial para el establecimiento de constituido para formular y experimentar la re-
la red y circuito ritual-administrativo Inca. La lacin del pasado con el presente, como parte de
presencia de varios ushnu y plataformas aso- una conformacin de conciencia histrica (Aber-
ciadas al camino principal en el Chinchaycocha crombie 1993: 169-170), para el caso de los Incas
y vinculadas estratgicamente a puntos signifi- a niveles imperiales al ir construyendo y fijando
cativos del paisaje local, indica que el transito una nueva memoria hegemnica, con caminos e
realizado por esta ruta se haca de forma ritual. infraestructura ceremonial, sobre espacios loca-
La principal funcin de los ushnu fueron los ri- les significativos como una forma de disear un
tuales de libacin, sobre todo con las deidades paisaje de re-apropiacin explcito y comunicar
consideradas como ancestros representadas en la presencia de un nuevo poder religioso.
sus dolos, bultos, momias y curacas (Cummins
2004: 157; Pino 2010a; Monteverde 2010). Li- Agradecimientos
baciones con las cuales el Inca estableca una A Idilio Santillana, Carmen Arellano y Ramiro
relacin sagrada y validaba su autoridad y su Matos por facilitarnos informacin, consejos aca-
supremaca (Cummins 2004: 152). En este dmicos referidos a la temtica Inca y aliento en
contexto, las libaciones en los Andes son consi- las investigaciones. A los profesores del Programa
deradas una tcnica ritual para fijar la memoria de Estudios Andinos, Marco Curatola y Krzysztof
de eventos importantes, sobre todo cuando se Makowski por la asesora y las oportunas aten-
hacen recorridos de itinerarios ceremoniales ciones brindadas. A Luis Enrique Paredes Sn-
y se tiene que recordar lugares de gran signifi- chez por su apoyo en la toma de datos en campo.
cacin (Abercrombie 2006: 432). En la actua- A Hernn Ramos por l envi de informacin es-
lidad, algunas comunidades tradicionales en caneada. A Guadalupe Martnez y Oscar Romn
Cuzco hacen sus recorridos anuales de reco- por las productivas conversaciones e informacio-
nocimiento territorial realizando libaciones en nes en relacin a la temtica de los paisajes cul-
estaciones de descanso y mojones, en los que turales. A Richard Chase Smith, Miriam Torres y
residen espritus y deidades tutelares (Prez Jorge Recharte por las conversaciones y comen-
2001: 367-371). Del mismo modo algunas so- tarios que tuvieron respecto a nuestro trabajo,
ciedades amaznicas y contemporneas, prac- en las sesiones del grupo de trabajo de caminos
tican la reproduccin de canciones y puestas de montaa, realizados en el Instituto del Bien
en escena, para fijar y transmitir informacin Comn en Lima. A la maravillosas personas de
cartogrfica, adems de guardarla en soportes la Comunidad Campesina de San Pedro de Pari,
mviles (Chaumeil 2011: 297-298; Jennings por su gran acogida, las informaciones brindadas
2012: 37). Lo que nos sugiere, que en la socie- los aos 2011 y 2012, y por su motivacin por co-
dad Inca, pudo realizarse prcticas similares, nocer y aprender de su pasado, su gran entusias-
mediante peregrinajes con estaciones de liba- mo de cuidar y proteger el lago Chinchaycocha y
REVISTA HAUCAYPATA 86
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

todos los vestigios histrico-culturales pre- 2012. El wamani Pumpu: reflexiones acerca de
sentes en su comunidad, entre ellos el sitio de las demarcaciones polticas de los incas. Revista
Pumpu, a ellos principalmente va dedicado Histrica (2011-2012), Tomo 45: 405-432. Publi-
este humilde aporte. A Rodolfo Monteverde cacin de la Academia Nacional de la Historia.
por permitirnos difundir nuestras modestas in-
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vestigaciones por este medio. A Sphi Qhallisa Variations between Inka installations in the
por su estmulo y apoyo en la redaccin de los Puna of Chinchayqocha and the drainage of
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REVISTA HAUCAYPATA 91
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

Christian Vitry
[email protected]

Resumen
En el presente artculo se dan a conocer los resultados de un reciente hallazgo efectuado a nivel
superficial en uno de los sitios arqueolgicos del volcn Llullaillaco (6739 msnm). Tras un proceso
de limpieza y acondicionamiento, realizado en el laboratorio del Museo de Arqueologa de Alta
Montaa, se pudieron observar, registrar y describir tres objetos textiles que resultaron ser un
tipo de calzado de abrigo empleado por los Incas para ascender a las altas montaas donde se
realizaban ofrendas. Hasta el presente, no existan antecedentes publicados respecto a esta variedad
tan especfica de calzado, por lo que se abre un nuevo panorama en los estudios arqueolgicos del
Tawantinsuyo.

Palabras claves: Calzado prehispnico, volcn Llullaillaco, arqueologa de alta montaa, Incas.

Abstract
This article discusses the results of a recent surface find made at one of the archaeological sites on
the Llullaillaco volcano (6739 m), located on the international border between Argentina and Chile.
After a process of cleaning and conservation in the laboratory of the Museum of High Altitude
Archaeology, it was possible to observe, record and describe three textile objects that turned out
to be a type of shoe used by the Incas to ascend to the high mountains to perform offerings. Thus
far, no data regarding this very specific type of footwear has been published, so the current work
reveals new insights in the archaeology of the Incas.

Keywords: Prehispanic footwear, Llullaillaco volcano, high mountain archaeology, Incas.

Introduccin co, ubicado en el lmite internacional entre Ar-


Desde hace varias dcadas se investigan los gentina y Chile. Luego de los trabajos realizados
picos de la cordillera donde los Incas realizaron en el laboratorio del Museo de Arqueologa de
ceremonias y ofrendas. Hasta el presente existe Alta Montaa (Salta, Argentina) se confirm que
un registro aproximado de dos centenares de se trataba de calzados especialmente preparados
montaas con evidencias arqueolgicas y la para soportar el fro (Vitry 2013). Ante la ausen-
mayora de ellas superan ampliamente la cota cia de publicaciones referidas al tema se inici
de los 5000 metros de altura, donde las condi- un trabajo de consulta a investigadores de dife-
ciones ambientales son extremas (Vitry 2008: rentes pases, sin obtener resultados positivos a
51). Uno de los temas sin resolver, respecto a la excepcin del Dr. Johan Reinhard, quien en 1995
indumentaria utilizada por los Incas para so- haba observado y fotografiado un calzado simi-
portar el riguroso fro de esos ambientes, era el lar proveniente del Nevado de Ampato en Are-
calzado, ya que no existan registros arqueol- quipa, Per.
gicos o histricos que hicieran referencia a los El hallazgo del Llullaillaco consisti en cinco
mismos. calzados impares, de diferentes confecciones y
Recientemente se produjo un hallazgo arqueo- tamaos. En el laboratorio trabajamos con tres
lgico a una altura de 5200 msnm, en las proxi- (F1, F2 y F3) y a continuacin damos a conocer
midades de uno de los ocho sitios que integran los avances de los estudios realizados a dos de
el complejo arqueolgico del volcn Llullailla- ellos (F1 y F2).

VITRY, Christian, 2014. Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas. Revista Haucaypata.
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo. Nro. 8: 91-109. Lima.
Christian Vitry 92
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

El hallazgo de los calzados bajos tcnicos para el Proyecto Qhapaq an-Sis-


En enero de 2010 un grupo integrado por tema Vial Andino.
investigadores del proyecto Qhapaq an y to- A una altura de 5200 msnm, cerca de uno de
pgrafos del Instituto Geogrfico Nacional, se los sitios arqueolgicos de la base relocalizamos
encontraba en la base del volcn Llullaillaco el lugar donde habamos observado el ao ante-
realizando planos de los sitios arqueolgicos y rior los textiles. Los calzados estaban todos jun-
tareas relacionadas con el proceso de nomina- tos en el hueco natural de una roca (imagen 1),
cin del volcn como Patrimonio de la Huma- formando un bulto de textiles inidentificables y
nidad ante la UNESCO. Uno de los topgrafos semi cubiertos con una roca mediana. Documen-
nos avis que haba observado algo en el hueco tamos el lugar, tomamos fotografas y un punto
de una roca, al llegar al lugar pudimos compro- con el posicionador geogrfico satelital (GPS),
bar que se trataba de textiles. En ese momento luego procedimos a ubicar los elementos en una
no contbamos con ningn elemento contene- bolsa estril y sellada, para que no sufrieran nin-
dor para recolectarlos, por lo que decidimos gn tipo de contaminacin durante el traslado al
dejarlos en el lugar y regresar el prximo ao. laboratorio.
As, a fines de 2011 nos encontrbamos nue- Al regresar de aquella expedicin se deriv
vamente en el volcn. El equipo ahora estaba el material al responsable del laboratorio del
integrado por Mario Lazarovich y Diego Sberna MAAM, seor Pedro Santilln. Luego de una se-
de la Direccin General de Patrimonio Cultu- mana ya estaban los textiles separados, se tra-
ral; Gonzalo Cristfani de la Secretara de Am- taba de cinco calzados en diferentes estados de
biente y Desarrollo Sustentable y el que escribe conservacin, ninguno formaba par y se pudo
del Museo de Arqueologa de Alta Montaa distinguir dos modelos de confeccin bien dife-
(MAAM), quienes a su vez realizbamos tra- renciados.

Imagen 1. Lugar del hallazgo a una altura de 5200 msnm en el volcn Llullaillaco. Se aprecia la oquedad de la
roca y los textiles en su interior debajo de una piedra.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Las tareas de conservacin recoleccin y toda informacin de importancia


En el laboratorio del MAAM se realizaron una contextual. Luego se registraron las medidas:
serie de actividades para la preservacin y con- largo, ancho, alto, espesor y peso (Tabla 1) y se
servacin de los objetos. Dichas tareas estuvie- realizaron croquis que facilitan la interpretacin
ron a cargo del seor Pedro Oscar Santilln y de las mediciones realizadas. Posteriormente se
consistieron en: tomaron fotografas con escala grfica y se reali-
1. Registro inicial del material, para lo cual zaron observaciones y comentarios sobre los ob-
se emple una ficha tcnica de ingreso al la- jetos, informacin que tendr utilidad en futuras
boratorio. Los campos que se consideran con- investigaciones.
templan informacin tal como fecha, respon- 2. Una vez completada la ficha, se procedi a
sables, lugar del hallazgo, altura, coordenadas, la estabilizacin del material para evitar conta-
breve descripcin del sitio y condiciones de minar a otras colecciones (imagen 2). Esta tarea

Tabla 1. Dimensiones de los calzados F1 y F2.


Christian Vitry 94
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

Imagen 2. Primeros trabajos de estabilizacin del material en el laboratorio del MAAM.

consisti en aislar a los objetos recin incor- - Micro cepillado y utilizacin de una aspira-
porados ubicndolos en campanas especiales, dora pequea de laboratorio. Todo el sedimento
donde fueron observados minuciosamente y se extrado fue guardado en frascos esterilizados.
trat de eliminar todo factor que pudiese afec- - Deshumidificacin del textil realizada en for-
tarlos (caros, polillas, hongos, etc.). Este pro- ma gradual. Al cabo de 72 horas la humedad que-
ceso se realiz en un perodo de tres a cuatro d estabilizada en 44%.
das. En el interior de las campanas se introdu- - Armado de soportes y cajas contenedoras con
jo slica gel a efectos de disminuir la humedad materiales apropiados para la conservacin de
relativa del ambiente. los objetos, construidas con materias primas li-
3. Una vez estabilizado el material se realiz bres de cidos, ignfugas e hidrfugas (imagen 4).
una limpieza superficial mecnica utilizan- - Una vez ubicados los calzados en sus soportes
do cepillos y pinceles pequeos y esteriliza- se realiz un control permanente (diario), mi-
dos (imagen 3). Todo el polvillo o sedimentos diendo la humedad relativa y la temperatura, y
extrados de los objetos fueron guardados en un monitoreo del aspecto fsico visible (cambio
pequeos frascos esterilizados (Hidrologix Tu- de forma, color, emanacin de olores, etc.) du-
bes) para futuros estudios. rante varios meses hasta comprobar la estabili-
4. Finalmente, se realiz una segunda inter- dad de los mismos.
vencin, ms profunda, donde se aplic el si-
guiente tratamiento: Variedades de calzados prehispnicos
- Humectacin de los textiles con el objeto de En el mundo andino prehispnico, donde exis-
ablandarlos y poderlos manipular sin producir ti gran diversidad de grupos tnicos y ambien-
ruptura de las fibras. Se llev a un rango com- tes geogrficos, hubo diferentes tipos de calzados
prendido entre 52 y 58 % de humedad. y tambin de nombres que los identificaron. To-
REVISTA HAUCAYPATA 95
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 3. Limpieza superficial mecnica, con cepillos y pinceles.

Imagen 4. Caja contenedora para la conservacin de los materiales.


Christian Vitry 96
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

maremos como referencia la nomenclatura tro amarres, dos en la parte anterior y dos en la
propuesta por Abal (2010). posterior, vinculados por correas de pelo de ca-
Los calzados se pueden agrupar en dos varie- mlido, fibra vegetal o cuero (Abal 2010: 187);
dades: uno abierto como sandalia, donde los la diferencia entre stos radica en la manera de
dedos estn descubiertos o cubiertos parcial- confeccionar la capellada y tambin en la ubica-
mente y otro cerrado, similar a un mocasn. cin de los amarres (imgenes 6, 7 y 8).
Los ms utilizados fueron los primeros y se co- La siguiente cita de Bernab Cobo nos da cuen-
nocen numerosas variedades y nombres regio- ta de la confusin respecto al nombre de dos
nales. En este trabajo consideraremos cuatro sandalias, donde se utiliza el nombre genrico
con claras diferencias: ojota, shukuy, chpito y de usuta pero se describe al llanke: Al calza-
llanke (Abal 2010: 187 y Vitry 2013 y 2014). do que usaban llamaban usuta; hcenlo de una
La ojota (usuta o ushuta) es el trmino ms co- suela ms corta que lo largo del pie, de suerte
nocido para denominar a las sandalias andinas que traen los dedos fuera dellos, para agarrar
y suele usarse como sinnimo de la mayora de con ellos cuando suben cuesta arriba. No tienen
calzados abiertos, pero tambin es el menos ms obra estos zapatos que las dichas suelas,
presente en las evidencias arqueolgicas de los atadas de los talones al empeine del pie con cier-
Andes meridionales. Las ushutas tienen una tos cordones de lana tan gruesos como el dedo,
suela de cuero o fibra vegetal de donde salen hechos con gran curiosidad, porque son redon-
tres amarres, dos para el taln y uno que pasa dos y blandos, por tener sacado el pelo como rizo
entre el primer y segundo artejo (dedo gordo y o como pelo de alfombra, de colores muy vivos y
el siguiente). En estos amarres se sujetan los hermosas labores, respecto de que toda la gala
cordeles de pelo de camlido, cintas de cuero o del calzado la ponen en estas ligaduras (Cobo
de fibra vegetal que fijan el pie a la suela (ima- 1962: 238 [1653: tomo II]).
gen 5). De los calzados cerrados tipo mocasn se pue-
Los calzados conocidos como abarca o shukuy, den mencionar, en trminos generales, el pollco
chpito, y llanke son variedades de un mismo y el kawkachu, ambos fabricados con cueros de
tipo de calzado en el sentido de que poseen cua- camlido, venado o lobos marinos. El prime-

Imagen 5. Sandalia tipo ojota o ushuta. Posee tres amarres, los dos anteriores se unen en uno solo en la parte
posterior. Dibujo de Gastn Vitry.
REVISTA HAUCAYPATA 97
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 6. Sandalia tipo shukuy o abarca. Posee cuatro amarres, pero los anteriores se encuentran ubicados de
tal manera que las cintas cubren parcialmente los dedos del pie. Dibujo de Gastn Vitry.
Christian Vitry 98
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

Imagen 7. Sandalia tipo chpito. Desde los amarres posteriores salen las cintas o tiras que cruzan el empeine y
se fijan en los amarres anteriores opuestos. Dibujo de Gastn Vitry.

Imagen 8. Sandalia tipo llanke. Desde los amarres anteriores salen las tiras directamente hacia los amarres
posteriores sin cruzar por el empeine, luego otra cinta cruza el empeine y ajusta el calzado al pie. Dibujo: Gastn
Vitry.
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 9. Calzado cerrado tipo pollco o pollqo, que formaba parte del ajuar de la momia infantil femenina
(Nia del Rayo) del volcn Llullaillaco. Fotografa cedida por Lisardo Maggipinto, Museo de Arqueologa de
Alta Montaa.

Imagen 10. Calzado de abrigo para montaa hallado en el Nevado de Ampato (6312 m) en Arequipa, Per. Fo-
tografa cedida por el Dr. Johan Reinhard.
Christian Vitry 100
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

ro, de fina confeccin, fue usado para las cere- mente fue hecho en la propia base de la montaa
monias y las ofrendas (imagen 9) y el segundo antes del ascenso. Est confeccionado con una
es muy resistente a las inclemencias del tiempo o dos telas de pelo de camlido comn -abas-
y a las largas caminatas que realizaban los ca- ca o ahuasca- (Gisbert et al. 1987: 18) de forma
ravaneros con sus recuas de llamas a travs de rectangular, posiblemente proveniente de al-
la cordillera. gn saco, costal o prenda de abrigo en desuso.
El rectngulo textil se pliega en s mismo dos,
Un nombre para una evidencia no des- tres o cuatro veces dependiendo del tamao de
cripta la tela- hasta formar una faja o rectngulo muy
Al hallarnos frente a un hallazgo nuevo, de- alargado de cuatro o ms capas. Luego se unen
bamos asignarle un nombre debido a que no los dos extremos de la faja por el lado posterior o
estaba en la clasificacin de calzados conocidos del taln dando la forma y tamao del pie; segui-
en la bibliografa para el mbito andino. damente se pliega la mitad inferior que formar
Desde el principio prim la idea de asignar- la suela, solapando los gneros opuestos y reali-
le un nombre literal de acuerdo a su funcin, zando puntadas con los hilos de cabello humano
algo que identifique los dos elementos que lo o fibras de camlidos con fibras vegetales, dando
caracterizan: calzado y montaa. No tenemos como resultado un grosor que duplica las capas
mayores dudas de que estos calzados fueron con la cual se confeccionan los pliegues. En la
exclusivamente utilizados para subir las mon- parte anterior y posterior de la suela los pliegues
taas, caso contrario ya se habran encontrado son ms numerosos por lo que el grosor en estos
en otros contextos que, sin ser de alta monta- lugares es mayor que en el resto. La parte supe-
a, son igualmente fros y ameritaran un buen rior del calzado se conforma a travs de sucesi-
abrigo, no ha sido as hasta el momento. El ni- vos pliegues en S que no superan los 2 cm. cada
co dato de un calzado similar fue aportado por uno y que fruncen la tela generando la abertura
el Dr. Johan Reinhard (comunicacin perso- oval donde se introduce el pie (imagen 11). Los
nal) y proviene de un contexto de alta montaa pliegues fueron cosidos con hilos formados de
(imagen 10). Asimismo, una pieza textil den- cabello humano y fibra de camlidos.
tro de una sandalia en el contexto funerario de El ejemplar F1 est formado por seis capas de
la momia del cerro El Toro (San Juan, Argenti- dos tramas textiles diferentes, una gruesa y otra
na) posee la misma tcnica, solo que est con- ms fina pero de textura ms densa, lo que hace
feccionada con dos capas de pelo de camlido y pensar en la primera como capa de abrigo y la
se tratara de un calcetn (Michieli 2008: 129). segunda como capa protectora contra el viento.
A travs de los vocabularios del idioma que- En la abertura, sobre la parte lateral derecha,
chua (Gonzlez Holgun 1989 [1608]) tenamos se observa un cordel de color marrn oscuro de
conocimiento que montaa se traduca como unos 4.6 mm. de dimetro compuesto por tres
orco u orqo. La duda era si podamos asig- fibras torsionadas en Z que forma una argolla
narle el nombre pollco, de los cuales tena- de 60 mm. de dimetro que se une y remata en
mos evidencia grfica y material en el MAAM, un nudo conocido como ocho doble. Prximo
o pensar quizs en el nombre kawkachu, que a ste, se aprecia otro cordel de 1.1 mm. de color
se trata de un calzado rstico y cerrado como marrn claro y de muy buena confeccin, siendo
el pollco. ambos de fibras de camlidos. Se observan ade-
Finalmente surgi el nombre orco kawka- ms otros hilos de confeccin simple de uno o
chun que se traduce como calzado de mon- dos colores, en este segundo caso blanco y ma-
taa, las investigaciones futuras, los especia- rrn (imgenes 12 y 13).
listas en idioma quechua y fundamentalmente Posee una tela cobertora de color beige y un sis-
el tiempo dirn si fue acertado o no, pero por tema de costuras en el empeine que da la sensa-
lo pronto y a los efectos de este trabajo inicial cin de ser cordones para ajustar el calzado, pero
utilizaremos ese nombre. no se trata de ello sino de un ornamento (imagen
14). Estos cordones anudados (nudo doble) tie-
Descripcin general del orco kawka- nen la particularidad de estar confeccionados con
chun cabello humano, trenzados en S y representan
Este calzado, de confeccin simple, probable- el punto de unin de otros hilos de dos colores
REVISTA HAUCAYPATA 101
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 11. Proceso de confeccin del calzado partiendo de un textil confeccionado con de pelo de camlido, que
se va plegando y cosiendo. Dibujo de Christian Vitry.

contrastantes (marrn oscuro y beige) trenza- bilidad de que se trate de algn retazo de prenda
dos en Z, que recorren superficialmente el de vestir, sacos o costales o bien frazadas delga-
calzado con largas puntadas y parece ser tam- das reutilizadas (imgenes 15, 16 y 17).
bin ornamental (imgenes 13 y 14). Uno de los trabajos de experimentacin reali-
El interior del calzado es suave al tacto, lo que zados en el laboratorio consisti en la confeccin
hace pensar en la posibilidad que haya sido uti- de un calzado similar. Nos interesaba saber la
lizado con el pie desnudo. En la base se apre- cantidad de tela empleada para cada calzado y
cian las costuras estructurales del calzado, las en este caso particular (F2) pudimos llegar a la
cuales estn hechas con hilos de cabello huma- conclusin que fue necesario una tela de 70 x 50
no o de fibra vegetal y de camlido. cm., aproximadamente, que plegada tres veces
Al igual que todos los calzados hallados posee nos dio una faja de 12,5 cm. x 70 cm. y de cuatro
el taln totalmente desgastado, producto del capas, sobre la cual realizamos todo el proceso
ascenso. graficado en la imagen 12 hasta lograr un calzado
El calzado F2 es ms pequeo que el anterior y de las dimensiones de F2.
est confeccionado con una sola tela de pelo de Las costuras de los bordes superiores, que for-
camlido plegada tres veces en s misma, lo que man la abertura del calzado, estn realizadas en
gener una faja de cuatro capas. La muestra es su totalidad con hilos de cabello humano tor-
de varios colores y nos hace pensar en la posi- sionados en S (imagen 17), mientras que en el
Christian Vitry 102
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

Imagen 12. Vista en planta del calzado F1. Se puede apreciar perfectamente el desgaste del taln, el cordel anu-
dado lateral y el ornamento del empeine donde convergen los hilos bicolores.

Imagen 13 Vista lateral del calzado F1. Se observan las dos telas que lo conforman, las largas puntadas del hilo
bicolor y el cabello anudado del empeine.
REVISTA HAUCAYPATA 103
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 14. Detalle de la zona del empeine del calzado F1. Se aprecian los hilos bicolores que convergen en el
cordel de cabello humano que est anudado sobre el empeine.

Imagen 15. Vista en planta del calzado F2. Se puede apreciar los diferentes colores de la tela empleada, el des-
gaste del taln y las costuras que forman la abertura y que fueron hechas con cabello humano.
Christian Vitry 104
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

resto del calzado se aprecian otros tipos de fi- atributos vinculados a los rituales del mundo de
bras adems del cabello. El taln tambin se los muertos y a los participantes del mundo de
encuentra totalmente desgastado (imagen 15). los vivos, que fueron los responsables de prepa-
rar las tumbas, participar en las ceremonias y que
Componentes simblicos en los calza- estuvieron transitando por lugares de gran valor
dos religioso y ritual como son las montaas donde
Nos encontramos frente a un tipo de calzado se realizaron capacochas. El orco kawkachun po-
de confeccin simple, realizado con materias see los tres atributos mencionados por la autora:
primas ordinarias y de fcil adquisicin. Sin hilo lloke, cabello humano y nudos.
embargo, poseen algunos elementos que po-
dran estar relacionados con el mundo mgico- Lloke, un hilo con poderes
religioso andino, que queremos destacar. Otros hichezeros toman un hilo torcido a lo
Lpez Campeny (2009: 459) analiza la parti- esquierdo con blanco y negro y ponen en los ca-
cipacin de tres atributos textiles en aspectos minos. Lo estiran y lo ponen como lazos de los
vinculados con el ritual mortuorio en la puna demonios por donde an de pasar sus enemigos,
de Catamarca: el hilado de torsin zurda o para que le coxa el lazo y hechisos puesto en
lloke, los nudos rituales y el empleo de cabe- ellas hecho sus encantamientos, para que cayga
llo humano. Salvando las diferencias del caso, en peligro de la enfermedad y padesca y muera
ya que los calzados no se hallaban formando el quien quebr el hilo... (Poma de Ayala 1992:
parte de un contexto mortuorio, pensamos que 275 [1615: 275]).
podra existir alguna relacin entre estos tres El lloke es un hilo de carcter ceremonial y se

Imagen 16. Vista general del calzado F2.


REVISTA HAUCAYPATA 105
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 17. Detalle de los pliegues superiores del calzado F2 cosidos con hilo de cabello humano.

caracteriza por su torsin hacia la izquierda, frutos de la actividad diaria y las tierras bajas
en sentido anti horario, al revs de lo que es (Bastien 1996: 177). Muchas danzas rituales de
comn. Algunas comunidades andinas tienen movimiento circular siguen este sentido horario,
la creencia que este tipo de hilado se relacio- hacia el este.
na con el mundo de los muertos, dicen que es La direccin anti horaria o hacia el oeste es el
porque el difunto ya no tiene fuerza o energa opuesto complementario y entra en el terreno de
vital (Grebe Vicua e Hidalgo s/f: 15; citado en lo oscuro y fnebre. El autor citado comenta que
Lpez Campeny 2007: 146). Por lo general, el se haba alimentado a las momias de los ante-
hilado lloke se suele confeccionar con hilos de pasados con lana de llama y grasa de cerdo. El
colores contrastantes, denominado hilado ove- negro es un smbolo de la putrefaccin, la muer-
ro o Molin. En la actualidad se le emplea como te y la noche; y la grasa de cerdo proviene de un
elemento de proteccin contra los malos esp- animal que se alimenta de materia fecal, que es
ritus en la fiesta de la Pachamama, momento tambin mortal. Estos smbolos de la muerte se
en el cual se les coloca a los participantes hilo asocian con la parte occidental de la casa donde
lloke en las muecas y a veces en los tobillos los kaateos orinan y defecan, donde se encuen-
(Vitry 2003). tran las momias de los antepasados, donde via-
Lo derecho e izquierdo tambin suele estar ja la persona fallecida despus de su entierro, y
asociado a los puntos cardinales, que tienen donde muere el sol (Bastien 1996: 177).
una gran significacin social y que determi- Rolandi y Jimnez (1983-1985: 285) interpre-
na la distribucin espacial cotidiana. El este tan que El hilado normal es un hecho cultural
se vincula con la vida, la luz, el nacimiento, la que transforma la materia prima dada por la
fuerza vital. En Kaata, una comunidad ubicada naturaleza. El hilado al revs es el opuesto al
en Bolivia la casa-almacn, al lado oriental producto humano y parece tener la propiedad
del patio, es el almacn de recipientes de maz de volver al seno de la tierra, a la naturaleza
seco, papas, oca y ropa. Est asociado con la misma. Su fuerza reside justamente en eso (ci-
abundancia de descendencia y comida, los tado en Lpez Campeny 2009: 464).
Christian Vitry 106
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

El calzado de alta montaa incaico posee pun- por Lpez Campeny (2009: 459) son los nudos.
tadas realizadas con hilo lloke. A simple vista se A diferencia de los dos anteriores ste nos genera
puede observar que dicha costura no tiene gran ms dudas que certezas, sin embargo considera-
importancia en la confeccin del calzado, por mos importante dejarlo planteado y seguir pro-
lo que ahora sabemos cul pudo haber sido el fundizando con las investigaciones para poder
significado de ese hilo overo. Asimismo, como confirmar o descartar hiptesis. El calzado F1 es
hemos visto ms arriba, hay otros cordeles no el que posee este atributo en dos partes: sobre
overos, pero con torsin zurda. el lateral derecho de la abertura y sobre el em-
Este cordel sintetizara los dos atributos re- peine (imgenes 12 y 13). El primero nos genera
levados actualmente para el hilado lloke, es muchas reservas debido a que el cordel grueso
decir, la direccin de torsin final izquierda (trenzado en Z) podra estar relacionado con
(Z) y el hilado molin de colores contrastantes. algn tipo de fijacin del calzado al pie o quizs a
Adems, el hecho de que se trate de un elemen- alguna prenda de abrigo para las piernas. El otro
to superestructural -es decir, agregado a la nudo se localiza en el empeine del calzado y ste
pieza con posterioridad a la conformacin de sera de carcter ornamental, sin aparente fun-
su estructura textil- permite sostener con ma- cin relacionada con la fijacin del calzado al pie
yor sustento la interpretacin de su relacin u otro accesorio (imagen 14). Se trata de un nudo
con una prctica vinculada al ritual funera- hecho sobre un hilo de cabello humano pero cuya
rio. (Lpez Campeny 2009: 467). caracterstica ms llamativa se relaciona con el
hecho de que en ese punto convergen los hilos
Cabello humano como textil overos lloke, no son elementos estructurales del
El cabello trenzado y usado como hilo para calzado y tienen puntadas de entre 5 y 10 cm. re-
coser fue bastante utilizado en el mundo andi- corriendo la parte exterior del mismo.
no, no solamente por el largo de las fibras, sino
principalmente por sus caractersticas relacio- Conclusiones
nadas con la resistencia mecnica y adaptabili- Las condiciones extremas de la alta montaa re-
dad a los cambios de las condiciones ambien- quieren de indumentaria acorde para evitar con-
tales (temperatura y humedad). Sin embargo, gelaciones y el calzado prehispnico para subirlas
pese a lo expresado, tiene una gran importancia fue una interrogante que no tena respuesta con-
simblica y fue utilizado en algunos contextos vincente. El reciente hallazgo de este tipo de calza-
funerarios o rituales. Denise Arnold comenta do especializado arroja luces sobre tal problem-
al respecto: ... el poder asociado al cabello se tica y nos motiva a seguir investigando en el tema.
plasma en la creencia de que ste atesora los Tanto en la antigedad como ahora la manera de
pensamientos de una persona, conservando contrarrestar el fro es utilizando numerosas ca-
gran parte del conocimiento, incluso despus pas, las interiores de abrigo y la exterior contra el
de haber sido cortado o de haber muerto su viento e incluso nieve o lluvia. Siguiendo esta lnea
portador. Por eso, cuando la mujer teje, apro- podemos proponer tres instancias y maneras de
vecha este conocimiento al hacer re-hablar a abrigarse los pies a medida que aumentaba el fro:
la persona que ha muerto. En la prctica, con 1) uso de llanke u otro tipo de sandalia para la
cada pasada de trama es como si se estuviera caminata y para el acercamiento a la montaa.
haciendo re-hablar al muerto. (Arnold et al. Las condiciones particulares del Llullaillaco ca-
2007: 66). racterizado por la extrema sequedad, permitiran
El orco kawkachun posee costuras hechas con usar sandalias hasta campamentos superiores a
hilos de cabello humano. En contextos de ca- 5000 msnm.
pacocha en alta montaa existe otra evidencia 2) uso de la sandalia con una media o calcetn,
y se trata de las sandalias (llanke) que llevaba tal como se observ en el ajuar funerario de la
puesta el nio del Aconcagua, cuya capellada momia del cerro El Toro (Beorchia Nigris 1987:
es de cabello humano y la suela de fibra vegetal 287, Schobinger 1966: 108 y Michieli 2008: 129).
(Schobinger 1995 y 2001 y Abal 2001 y 2010). 3) uso del orco kawkachun para condiciones
extremas, especialmente a partir de los 6000
Nudos msnm o cuando las condiciones ambientales as
El ltimo de los tres atributos mencionados lo requeran.
REVISTA HAUCAYPATA 107
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Queda en duda si introducan el pie desnu- el Tawantinsuyo donde se realizaron ofrendas


do, con calcetines, o con los llanke puestos. Lo humanas. Sobran los motivos para justificar que
observado en el laboratorio indica que el espa- un calzado de confeccin aparentemente simple
cio interior del calzado es reducido como para posee elementos simblicos que pudieron servir
que entre la suela de cuero del llanke, pero no de proteccin espiritual para sus portadores.
se descarta esa posibilidad habida cuenta que Muchas cuestiones quedan por resolver, como
los orco kawkachun del Llullaillaco tienen los el lugar del hallazgo ubicado a 100 metros de uno
talones totalmente desgastados, lo que podra de los sitios de la base de la montaa y sin aso-
dar lugar a la suposicin de que llegaron a ese ciacin directa a ninguna construccin u ofrenda
grado de destruccin porque tenan el taln visible, y el hecho de que sean cinco calzados, to-
protegido con la suela del llanke. dos impares y de diferentes formas y tamaos,
Otra posibilidad es que se utiliz una sanda- siendo el nico elemento en comn el desgaste
lia tipo chpito de fibra vegetal como comple- de los talones Dnde estn los otros calzados del
mento externo del orco kawkachun. Pensamos par?, fueron llevados de regreso al Cuzco para
esto en funcin de la evidencia hallada por Ma- ser ofrendados?, los dejaron como ofrenda en
thas Rebitsch en el Portezuelo del Llullaillaco otro lugar de la montaa?
a 6550 msnm (Rebitsch 1966 y Milln 1966: Lo que s queda claro es que esta nueva eviden-
108). Se trata de una sandalia de fibra vegetal cia nos ayuda a comprender un poco ms acerca
muy rstica y, en base a la fotografa de la po- de la logstica necesaria para ascender a las mon-
ca, posee un ancho desproporcionado. Lamen- taas en tiempos prehispnicos, como tambin
tablemente este material grfico carece de es- dimensionar la proeza humana de estas personas
cala y no hemos tenido acceso al calzado como que ascendieron centenares de montaas supe-
para poder comprobar la hiptesis. De ser as, riores a los 5000 msnm, con una indumentaria
la sandalia exterior sera un excelente comple- que hoy consideraramos menos que precaria y
mento del orco kawkachun. peligrosa para las condiciones ambientales pro-
Hemos interpretado tres atributos textiles pias de la cordillera andina.
que suelen estar vinculados con contextos de
rituales funerarios en la puna argentina: el hilo Agradecimientos
lloke, el cabello humano y los nudos (Lpez A los colegas y amigos que colaboraron gene-
Campeny 2007: 143). Como mencionamos an- rosamente en este trabajo: Antonio Beorchia Ni-
teriormente estos calzados no formaban parte gris, Diego Ashur Mas, Diego Sberna, Gabriela
del mundo de los muertos sino del de los vi- Recagno, Gorki Cuavoy Salas, Johan Reinhard,
vos, quienes posiblemente participaron en los Jos Berenguer, Katia Gibaja, Leonardo Merca-
rituales de ofrendas humanas en lugares de do, Mara Cecilia Castellanos, Mario Lazarovich,
gran sacralidad. Esto sera motivo, ms que Pablo Mignone, Pedro Oscar Santilln, Rodolfo
suficiente, para pensar que no slo las perso- Snchez Garrafa, Sara Lpez Campeny, Silvia
nas, que participaban de la ceremonia, sino Soria y Vernica Cereceda. Un especial agrade-
tambin su indumentaria estaban preparadas cimiento a mi hijo Gastn Vitry por realizar los
para la ocasin. Pensemos que el peregrinaje dibujos de los calzados.
-de carcter estatal- parti del Cuzco, posible-
mente haya pasado por el Lago Titicaca, pues Bibliografa
se ha comprobado la existencia de cermica de
ese lugar en el Llullaillaco (Bray et.al. 2005: ABAL, Clara, 2001. Cerro Aconcagua: Descrip-
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Christian Vitry 108
Los calzados utilizados por los Incas para las altas montaas

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REVISTA HAUCAYPATA 110
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los


escenarios incaicos en altas cumbres

Constanza Ceruti
[email protected]

Resumen
El artculo se centra en el anlisis de fuentes etnohistricas vinculadas con las montaas sagradas
andinas, que resultan relevantes para el estudio arqueolgico de los santuarios de altura de poca
Inca. Entre las variables analizadas se incluyen la visibilidad y altitud de los picos, la presencia de
nieve, el nacimiento de ros en sus laderas, entre otras. La informacin volcada en los documentos
escritos coloniales es contrastada con la evidencia recogida en prospecciones arqueolgicas en
altura y con datos etnogrficos, los cuales contribuyen a profundizar la comprensin del fenmeno
de la adoracin a las montaas en el mundo andino.

Palabras claves: Montaas, Andes, santuarios, Inca, etnohistoria, arqueologa.

Abstract
This paper focuses on the analysis of ethnohistorical sources about sacred mountains that are
relevant to the study of the mountaintop shrines of the Inca civilization. Variables analyzed
include the visibility and altitude of the peaks, the presence of snow, the origin of streams, etc.
The information collected from the written documents is contrasted with data documented in high
altitude archaeological surveys, and with the ethnographic data, in order to contribute to an in
depth understanding of mountain worship in the Andes.

Keywords: Mountains, Andes, shrines, Inca, ethnohistory, archaeology.

Introduccin zados en alturas ms modestas (ver Montero


Las montaas tienen la capacidad simblica Garca 2004) y evidencian un registro material
de vincular al cielo con la tierra, produciendo menos complejo que el de sus contemporneos
una ruptura en el mundo profano y constitu- andinos.
yndose en aberturas hacia el mundo sobre- Los picos de los Andes son considerados la fuer-
natural. Su dimensin de verticalidad evoca la za vital controladora del clima y dispensadores
trascendencia y las rocas, que las conforman, del agua para la fertilidad de ganados y cosechas;
connotan la permanencia imperturbable que al ser los glaciares los que dan origen a los ros y
desafa el paso del tiempo (Eliade 1967). las nubes, que se congregan en torno a las cum-
Si bien las montaas han sido y siguen siendo bres, las que originan las tormentas. As estos fe-
universalmente veneradas, el fenmeno incai- nmenos naturales convergen para sustentar la
co de sacralizacin del paisaje montaoso me- difundida creencia que vincula a los nevados con
diante santuarios construidos en las cumbres la fertilidad de los campos (Reinhard 1983) en el
ms altas de los Andes es nico en el mundo. sistema simblico andino, donde los espritus de
No existen santuarios en las cimas de los Hi- los ancestros, que moran en las cimas, envan la
malayas, donde las montaas sagradas para lluvia o la sequa, como premio o castigo al com-
hindes y budistas tibetanos son veneradas por portamiento ritual de las comunidades. Los pobla-
circunambulacin de la base (ver Bernbaum dores aymaras del Altiplano boliviano los llaman
1990: 7-13). En los volcanes mexicanos, los Achachilas; en tanto que los quechuas de la sierra
adoratorios Postclsicos se encuentran empla- peruana los invocan como Apus (Marzal 1992).
CERUTI, Constanza, 2014. Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los escena-
rios incaicos en altas cumbres. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo. Nro. 8:
110-122. Lima.
Constanza Ceruti 111
Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los escenarios incaicos en altas
cumbres
Por otra parte, la montaa entraa peligros y en volcanes del sur del Per, ha puesto de mani-
esconde fuerzas que pueden desatarse causan- fiesto la densidad y complejidad de los enterrato-
do desgracias y calamidades. En especial los rios incaicos en alta montaa. Bajo la direccin
volcanes activos, capaces de sembrar devasta- del Dr. Johan Reinhard y del profesor Jos An-
cin y muerte en sus alrededores. En las erup- tonio Chvez se recuperaron cuatro ofrendas hu-
ciones volcnicas y dems catstrofes naturales manas en el nevado de Ampato; se excavaron tres
se pone de manifiesto la contracara del papel enterratorios en el volcn Pichu Picchu y un ente-
sustentador y fertilizador caracterstico de la rratorio femenino en el nevado Sara-Sara (vase
cosmovisin andina (ver Ceruti 2001). Reinhard y Ceruti 2010). Asimismo, la autora de
Las distintas creencias relacionadas con la este texto colabor en el descubrimiento y res-
sacralidad de la montaa andina encuentran cate de un conjunto de seis sacrificios humanos
su manifestacin ritual en un conjunto diver- y ajuar en la cima del activo volcn Misti (5822
so de prcticas de adoracin, propiciacin y msnm), montaa tutelar de la ciudad de Arequi-
apaciguamiento, que han sido definidas como pa (Reinhard y Ceruti 2010 y Ceruti 2013).
constitutivas de una autntica orolatra (Ha- Asimismo, la suscripta ha codirigido junto con el
mmerly Dupuy 1947: 180). Hace cinco siglos, Dr. Johan Reinhard diversas campaas de inves-
como parte de sus prcticas oroltricas, los In- tigacin arqueolgica a montaas del noroeste
cas fueron los primeros en construir adorato- de Argentina. La primera excavacin profesional
rios en las cumbres ms altas de la cordillera en altura en esta regin revel que el nevado de
andina, a ms de 5000 msnm, enfrentando los Quehuar, de 6130 msnm (imagen 1) haba sido
rigores extremos del entorno de alta montaa y dotado de una elaborada arquitectura ceremonial
dando origen a un fenmeno nico en la histo- sobre elevada y homenajeado con el sacrificio y
ria de la humanidad: los santuarios de altura. entierro de un individuo juvenil de sexo femeni-
La ocupacin Inca de las cumbres de los An- no (Reinhard y Ceruti 2006). Lamentablemente,
des comenz a revelarse en hallazgos accidenta- la arquitectura del sitio y el fardo funerario se
les o resultantes de la depredacin intencional encontraron severamente daados como con-
por huaqueo. En 1954, buscadores de tesoros secuencia de actividades de huaqueo realizadas
excavaron la tumba de un nio a 5400 msnm, dcadas atrs. Tambin trabajamos en el nevado
en el nevado de El Plomo cercano a la ciudad de Chai, con sus abruptos dientes de granito que
de Santiago de Chile. Durante la realizacin de se elevan a casi 6000 msnm, exponiendo la ar-
trabajos viales en las inmediaciones de Iquique quitectura de un elaborado complejo ceremonial
se descubrieron accidentalmente los restos de incaico y re-localizando la tumba de un infante
dos individuos femeninos con ajuar incaico en removido en 1905 (Ceruti 2007). En la cima del
la cima del cerro Esmeralda. Recientemente, volcn Llullaillaco, donde se encuentra emplaza-
dichos hallazgos han sido analizados en mayor do el sitio arqueolgico ms elevado del planeta,
profundidad por el Dr. Thomas Besom como descubrimos y pusimos a resguardo los cuerpos
parte de sus investigaciones sobre el culto a las congelados de una doncella, una nia (imagen 2)
montaas y los sacrificios humanos entre los y un nio sacrificados en tiempos de los Incas y
Incas (Besom 2013). considerados las momias mejor conservadas que
En la cordillera central argentina se efectua- se conocen hasta la fecha (Ceruti 2003a y Rein-
ron las primeras excavaciones de rescate con hard y Ceruti 2010).
la intervencin de arquelogos, luego de haber Esta investigadora, adems, ha realizado nu-
sido descubiertos accidentalmente por monta- merosas tareas de reconocimiento arqueolgico
istas. Gracias a la labor del Dr. Juan Schobin- en montaas del norte de Argentina y Chile, que
ger, fueron recuperados dos cuerpos parcial- han resultado en la documentacin preliminar de
mente expuestos en superficie: un individuo santuarios de altura desconocidos para el mundo
masculino adulto, a 6100 msnm, en el cerro El cientfico. Tratndose usualmente de montaas
Toro (Schobinger 1966), y un nio con ajuar que alcanzan frecuentemente los 6000 msnm,
suntuario, a 5300 msnm, en el contrafuerte Pi- llegar a la cumbre ha requerido enfrentar tem-
rmide del Aconcagua (Schobinger 2001). peraturas cercanas a los 30 grados bajo cero,
El desarrollo de investigaciones arqueolgi- vientos de 100 kilmetros por hora, el riesgo de
cas sistemticas, durante ms de veinte aos tormentas elctricas, la escasez de oxgeno y una
REVISTA HAUCAYPATA 112
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 1. El nevado de Quehuar en la Puna de Salta ( Constanza Ceruti).

Imagen 2. Constanza Ceruti descubriendo una momia inca en la cima del Llullaillaco ( Constanza Ceruti).
Constanza Ceruti 113
Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los escenarios incaicos en altas
cumbres
presin atmosfrica que equivale a la tercera mestizo Blas Valera para la definicin de lugares
parte de la que se experimenta habitualmente sagrados en el paisaje, entre los cuales se enu-
a nivel del mar. mera especficamente a las cimas de las monta-
Las montaas consideradas sagradas ofre- as: Dos maneras de tenan de templos, unos
cen notable diversidad en su apariencia. En naturales y otros artificiales. Los naturales eran
la cordillera occidental hay localidades ar- cielos, elementos, mar, tierra, montes, quebra-
queolgicas de altura que han sido construi- das, ros caudalosos, fuentes y manantiales,
das en conos volcnicos de mayor elevacin y lagos o lagunas hondas, cuevas, peas vivas
articuladas con santuarios satlite en cerros tajadas, cumbreras de montes, todas las cuales
volcnicos de menor envergadura. Tal es el cosas fueron por ellos reverenciadas (Annimo
caso de los santuarios en las cimas de los ce- [1590] 1992: 56).
rros Toco, Juriques y Laguna Verde, en torno Muchos son los comentarios en las fuentes his-
al volcn Licancabur (Ceruti 2005). La cordi- tricas referidos a la veneracin de las altas mon-
llera oriental presenta numerosos sitios de al- taas nevadas de los Andes dentro del territorio
tura en picos rocosos abruptos como el Chai ocupado por el imperio Inca. En las crnicas de
y en nevados con cimas redondeadas, como el Matienzo se enfatiza la gran altura de las monta-
Acay (Ceruti 2007). Incluso encadenamientos as andinas como requisito para ser considera-
pertenecientes al sistema orogrfico de las sie- das sagradas y consecuentemente convertidas en
rras Pampeanas, como los nevados de Famati- escenarios ceremoniales: Las que verdadera-
na (Ceruti 2010), han sido objeto de adoracin mente se dicen huaca, y por otro nombre vilca,
en los confines orientales del sur del imperio son orculos y adoratorios que comnmente es-
Inca. La cordillera principal cuyana concentra tn en cerros muy altos (Matienzo [1567] 1967:
evidencias arqueolgicas en las laderas de los 129).
colosales montes Mercedario (Ceruti 2003b) y Aparentemente el prestigio ritual de las monta-
Aconcagua (Ceruti 2006). as aumentaba en directa proporcin a la altura
Siendo tan extensa la gama de tipos monta- de sus cimas (Polia 1999: 159). En las creencias
osos escalados ritualmente por los Incas, cabe andinas actuales, la altura de una montaa se
analizar la relevancia que pudieron llegar a te- relaciona proporcionalmente con el poder del
ner, tanto en sus implicancias estticas como en espritu que en ella mora, en razn de la vaste-
sus efectos condicionantes para la ascensin, dad del panorama que ste es capaz de abarcar
variables tales como la altitud, la accesibilidad, desde la cima (Morote Best 1956: 302). El mxi-
la presencia de nieve, la actividad volcnica y mo exponente de un escenario ceremonial a gran
la visibilidad de las cumbres. Dichos factores altura es el santuario de la cima del volcn Llu-
hubieron de jugar un rol preponderante en la llaillaco, ubicado a 6715 msnm, en el noroeste
seleccin de las montaas consideradas ms de Argentina (sobre el lmite con Chile), el cual
sagradas y en la construccin de los escenarios es considerado el sitio ceremonial ms elevado
ceremoniales de los Incas. Entre los objetivos del mundo (imagen 3). En montaas an mas
del presente artculo se cuenta ponderar dichas altas, tales como los montes Aconcagua (6962
variables a la luz de los criterios expuestos en msnm) o Mercedario (6.770 msnm), situados en
las fuentes etnohistricas, caracterizando a la el oeste de Argentina, no he encontrado vestigios
montaa andina en su aspecto sagrado. prehispnicos en las cimas. En ambos casos, los
escenarios ceremoniales fueron construidos a
Las montaas sagradas de los Incas en menor altura, en portezuelos o en las laderas de
los documentos etnohistricos y en la las montaas, pudiendo haber estado el acceso a
evidencia arqueolgica las cimas bloqueado por la presencia de glaciares
El concepto de huaca, como receptculo de (vase Ceruti 1999 y 2003b).
lo sagrado en la cosmovisin andina revela una A veces no es la altura absoluta de la montaa
perspectiva en donde lo religioso se manifiesta sino el desnivel relativo con respecto a la base,
en ntima compenetracin con la naturaleza. el factor determinante para que la cumbre de un
Dicha caracterstica de la espiritualidad origi- cerro haya sido elegida con fines rituales. Existen
naria de los Andes se ve subrayada en el uso montaas que apenas superan los 5000 msnm y
de la categora templo que hace el cronista que ostentan importantes santuarios de altura,
REVISTA HAUCAYPATA 114
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Imagen 3. Volcn Llullaillaco ( Constanza Ceruti).

como el cerro Morado en el extremo norte de la recoleccin del hielo como parte de los ritua-
Argentina, que se levanta a ms de 2 mil me- les enmarcados en la festividad del Seor de la
tros sobre la localidad de Iruya, en el seno de Estrella de la Nieve o Qoyllur Ritti, que congrega
una regin de intensa ocupacin Inca. hoy en da a decenas de miles de peregrinos a los
El cronista Polo de Ondegardo expone una pies del nevado Colque Punku y bajo la tutela del
generalizacin acerca del carcter universal de nevado Ausangate, en la cordillera de Vilcanota,
la adoracin a las montaas con presencia de al sur de Per (Ceruti 2008).
nieve y glaciares en el mundo andino, al afir- Entre las montaas que ostentan glaciares per-
mar que La cordillera nevada era reveren- manentes y que fueron elegidas para la construc-
ciada y adorada de todos los indios (Polo de cin de complejos o santuarios de altura en poca
Ondegardo [1571] 1916: 191). La presencia de Inca, cabe destacar al monte Mercedario (imagen
glaciares pudo haber sido una variable impor- 4) y al nevado Alma Negra, en la regin de Cuyo,
tante a la hora de destacar la importancia ritual en Argentina (Ceruti 2003b). En ambos casos,
de una montaa a los ojos de los Incas. Para los los sitios rituales han sido construidos debajo de
Quechuas, los apus ms poderosos siguen sien- la cima, en emplazamientos que resultaban acce-
do aquellas montaas cubiertas de nieve y hie- sibles a pesar de los glaciares que cubren en for-
lo, como en el caso de los montes Ausangate y ma parcial a la montaa.
Salcantay. Allen explica que para los andinos, La visibilidad de la montaa parece ser una va-
el agua es considerada mucho ms poderosa en riable fundamental para que la misma sea con-
su estado de cristalizacin, por lo que el hielo es siderada sagrada. Naturalmente, toda elevacin
visto como una fuente de energa (Allen 1988: orogrfica resulta visible en razn de la altura a
63). De all la importancia de la recoleccin de la que se yergue la cima. Sin embargo, existen
Constanza Ceruti 115
Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los escenarios incaicos en altas
cumbres

Imagen 4. El Monte Mercedario acorazado por glaciares que dan origen a ros ( Constanza Ceruti).

importantes variaciones en la visibilidad com- racin (Annimo [1590] 1992: 57). En este sen-
parativa entre montaas, en razn de su for- tido, cabe referir como ejemplo un caso de estu-
ma y emplazamiento. Los cerros aislados y de dio en la puna de Salta, en el noroeste argentino.
formas abruptas atraen la atencin ms rpi- La que suscribe tuvo oportunidad de relevar un
damente, aunque su altitud no sea demasia- santuario de altura en un volcn de 4200 msnm,
do considerable. En contraposicin, existen que se levanta tan slo 700 metros sobre el nivel
montaas de gran altura que no se destacan del vecino salar de Arizaro y que puede ser as-
en el paisaje debido a sus formas extensas y cendido hasta la cima en tan solo una o dos ho-
achatadas, o que pasan desapercibidas porque ras. Dicha montaa carece de nieve, se encuentra
se hallan rodeadas por montaas de altitudes localizada a cientos de kilmetros del mar y no
semejantes, que les restan visibilidad o inclu- da origen a ningn arroyo. Tampoco supera su
so llegan a ocultarlas. Tal parece ser el caso del cima los 5000 metros de altura, tal como sucede
monte Pissis (6882 msnm), el macizo volcni- en la mayora de las cumbres dotadas de santua-
co ms alto del mundo y la segunda cumbre del rios de altura de poca Inca, las cuales requieren
continente americano, situado en el noroeste varias horas para su ascensin. El cerro al que se
de Argentina, el cual pese a su notable altura hace referencia sobresale en el paisaje de colori-
y relativa accesibilidad, no presenta ocupacin das coladas volcnicas, en el que dominan tonos
ritual en su cumbre principal (Ceruti 2004a). marrones, rojizos y anaranjados, por la nica ca-
El cronista Blas Valera aclara que: No re- racterstica que lo distingue notablemente de su
verenciaron todos los montes y cerros, todas entorno y que da razn a su nombre: el volcn
la fuentes y ros, sino slo aquellos en los que Blanco (Ceruti 2002).
haba alguna singularidad digna de conside- Otro ejemplo ilustrativo, en territorio peruano,
REVISTA HAUCAYPATA 116
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

es provisto por el cronista Herrera, quien rela- La mayora de los nevados y volcanes de la puna
ta que: Haba en Cajamarca un cerro de are- se encuentran demasiado alejados de la costa del
na, con una punta muy aguda, y por parecer Pacfico como para cumplir con el criterio de per-
cosa maravillosa que entre muchos cerros de mitir vista al ocano desde sus cimas. Sin embar-
piedra hubiese aquel de arena, le adoraban: y go, la posibilidad vuelve a hacerse presente en
cualquiera cosa extraordinaria les pareca que las montaas ms altas de la cordillera principal
tena divinidad (Herrera [1533] 1728: 91). en la regin cuyana, al oeste del territorio argen-
En un trabajo sobre las montaas sagradas de tino. Desde el enterratorio en la base del cerro
los Andes, Reinhard (1983) ha advertido la ten- Pirmide del Aconcagua (imagen 5) puede verse
dencia de ciertos santuarios incaicos a encon- el ocano, tal como lo advirtiera el Dr. Schobin-
trarse ubicados en cumbres desde las cuales re- ger al realizar el rescate de la momia del infante
sulta posible visualizar el ocano, funcionando hallado en 1985. Esta particularidad se suma a
simblicamente como llamadores de lluvias. otras razones que pudieron impulsar a los Incas
La vista al mar es sealada explcitamente por para elegir a este macizo como escenario para
el Padre Cristbal de Albornoz en la Instruccin la realizacin de una Capacocha (vase Gentile
para descubrir todas las Guacas del Per y sus 1996). En nuestras prospecciones pudimos cons-
camayos y haciendas, cuando refiere textual- tatar que el ocano tambin resulta visible desde
mente: Dioles [el Inca] muchos ganados y va- los sitios ceremoniales en las laderas del Merce-
sos de oro y plata, como fue en toda la cordille- dario y en el portezuelo del Alma Negra (Ceru-
ra que mira al mar, en todo lo que conquist, ti 2003b). Por lo que la sacralidad de aquellas
en especial a cerros de nieve y volcanes que mi- montaas podra haber quedado subrayada por
ran a el mar y que salen de los ros que riegan su potencial papel en las invocaciones a la lluvia
muchas tierras (Albornoz [1583] 1967: 20). y la fertilidad.

Imagen 5. Monte Aconcagua la mxima altura de America, desde cuya cima de divisa el Pacfico ( Constanza
Ceruti).
Constanza Ceruti 117
Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los escenarios incaicos en altas
cumbres
La montaa entraa peligros y esconde fuer- indios que echaban en el volcn para que los tra-
zas que pueden causar desgracias y calamida- gase.
des. En especial los volcanes, que al entrar en El volcn Misti, en la vecina regin de Arequipa,
erupcin siembran devastacin y muerte en tambin haba entrado en erupcin durante el
sus alrededores. Al respecto Cabello de Balboa gobierno de Pachacutec Inca Yupanqui, dejando
([1586] 1951: 228) comenta: Lo que ms les despoblada la campia que se extiende por sus
admir y encamin a mayores desvaros fue faldas. La reocupacin de la zona fue forzada me-
ver que de entre las entraas heladas de la diante el traslado de mitimaes, tras la realizacin
nieve puesta en las ms elevadas cumbres de de sacrificios y ofrendas de apaciguamiento, por
la sierra se levantasen llamas de vivo fuego y iniciativa del propio Inca (Chvez 1993: 101).
no solo se mostrasen por los aires, sino exten- La evidencia arqueolgica y las referencias et-
derse sobre la tierra y abrasar los rboles y nohistricas confluyen armoniosamente para
sementeras sealar el carcter apaciguatorio de la ceremo-
En el ao 1.600 AD se produjo la erupcin nia de Capacocha realizada en la cima del Misti
del volcn Huaynaputina, en la regin de Mo- (imagen 6). Colaborando con el equipo de la Uni-
quegua, al sur del Per. Desde el 18 de Febrero versidad Catlica de Arequipa, bajo la direccin
hasta el 15 de Marzo, el volcn escupi cenizas de Reinhard y Chvez, logramos recuperar tras
incandescentes y gases venenosos que incen- un mes de trabajo en el interior del crter activo
diaron poblados enteros, destruyeron la vege- del volcn, las evidencias materiales de uno de
tacin, contaminaron los ros e hicieron pere- los conjuntos de ofrendas ms numerosos que se
cer de hambre al ganado. El detallado relato de haya identificado en un santuario de altura: seis
Vsquez de Espinoza ([1629] 1992: 685-686) cuerpos humanos y decenas de estatuillas de me-
vincula sacrificios humanos en altura con fines tal y valva, acompaados de numerosos elemen-
de apaciguamiento de la furia del volcn: Los tos de cermica, con una pobre preservacin de
indios al principio de la tempestad se retira- materiales orgnicos, debido a los altos conteni-
ron a un alto del cerro, muchos de los cuales se dos de azufre en el sedimento (vase Reinhard y
deca que idolatraban en l, y le hacan sacrifi- Ceruti 2010; Ceruti 2013).
cios en l al demonio, ofrecindole en tiempos, Los incas no contaban con medios tcnicos de

Imagen 6. El Misti, volcn activo que corona la ciudad de Arequipa ( Constanza Ceruti).
REVISTA HAUCAYPATA 118
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

escalada, razn por la cual no podan superar sobre el nivel del terreno. Ejemplos de rectngu-
obstculos tales como paredes de roca o ex- los ceremoniales documentados arqueolgica-
tensos glaciares. Para construir sus santuarios mente aparecen en montaas tales como el mo-
de altura deban elegir siempre montaas que numental cordn serrano del Famatina, a ms de
ofrecieran al menos una posible ruta normal 6000 msnm, situado en la provincia de La Rioja,
de ascenso. Es por ello que los grandes volca- al oeste de Argentina (Ceruti 2010).
nes de Ecuador, o los altos picos de la Cordi- En numerosos volcanes del noroeste argentino
llera Real boliviana fueron adorados como lu- existen plataformas. Por ejemplo, en la cum-
gares sagrados, pero no llegaron a convertirse bre del volcn Llullaillaco, a 6715 msnm (Ceruti
en escenarios ceremoniales de altura por la in- 2003a); en la cima del nevado de Quehuar, a casi
accesibilidad a la cima. La ausencia de eviden- 6130 msnm, la cual ha sido considerada como un
cias arqueolgicas observables en nuestras as- ushnu (Reinhard y Ceruti 2005) y; en el nevado
censiones al volcn Cotopaxi (5847 msnm) en de Acay cuyas plataformas tambin han sido con-
Ecuador, y a los montes Huayna Potos (6088 sideradas ushnus (Ceruti 2007). Cabe resalta que
msnm), Pequeo Alpamayo (5400 msnm) e el ushnu estaba estrechamente relacionado con
Illimani (6460 msnm) en Bolivia, contribuira la imposicin imperial del culto al sol y con sacri-
a sustentar esta hiptesis (ver Ceruti 2006). ficios de nios, en la Capacocha, que tenan lugar
El cronista Molina explica que durante las ce- a un costado o en el ushnu mismo (Hyslop 1990:
remonias de Capacocha, a los cerros de mu- 72), lo cual ha quedado comprobado, por ejem-
cha aspereza que no lograsen ser escalados, plo, en las plataformas ubicadas en la cumbre
se hacan llegar las ofrendas arrojndolas con del volcn Llullaillaco.
hondas desde la distancia (Molina [1575] 1959: La gran mayora de los sitios rituales se en-
96). Cabe, por ende, suponer que los picos cuentran ubicados en las partes ms altas de las
helados y volcanes cubiertos de glaciares pu- montaas, aunque tratndose, como ya hemos
dieron ser objeto de formas de adoracin pre- mencionado, de emplazamientos accesibles sin
hispnicas alternativas, de menor visibilidad y medios tcnicos de escalada. Su localizacin, en
perdurabilidad en el registro arqueolgico de la cumbre o pre cumbre del macizo elegido, de-
alta montaa. pende de la morfologa, topografa y extensin en
superficie del espacio disponible para su empla-
Algunas consideraciones acerca de los zamiento. Cuando la cumbre es amplia y plana,
sitios rituales de altura en los Andes sta suele ser elegida como escenario ceremonial,
Las fuentes etnohistricas brindan escasas tal como sucede en el Nevado de Acay (Ceruti
descripciones acerca de la arquitectura cere- 2007). En cambio cuando la cima es abrupta o
monial de los santuarios de altura, debido a las de reducida extensin se prefiri, en ciertos ca-
dificultades en el acceso a los sitios. Blas Valera sos, aprovechar cumbres secundarias tal como
informa que en los templos al abierto, entre los ocurre en el nevado de Chuscha (Ceruti 2004b)
que enumeraba a las cimas de montaas, era o bien reas de pre cumbre o portezuelos ms
costumbre no construir edificio alguno, sino llanos y extensos, como en el ejemplo del pico
tan slo un altar de piedra o ushnu para los sa- Alma Negra. En el nevado de Chai y el macizo
crificios: Deste gnero de templos naturales de Picchu Picchu (imagen 7), se ha procedido a
usaron los piruanos mucho tiempo sin hacer levantar sendos santuarios de altura en terrenos
edificio alguno, y cuando mucho, hacan en los muy abruptos y empinados, mediante la genera-
tales lugares un altar de piedra, que llamaban cin de espacios planos a travs de la construc-
osno, para sus sacrificios (Annimo [1590] cin de plataformas aterrazadas (Ceruti 2007 y
1992: 57). 2013).
La arqueologa de alta montaa ha eviden- La presencia de escenarios ceremoniales en las
ciado un considerable nmero de santuarios cumbres de ciertas montaas andinas se comple-
de altura incaicos ostentando estructuras que menta con instalaciones de tipo logstico, cuya
podran ser interpretadas como ushnus. Las funcin parece haber estado ligada a la provisin
mismas suelen ser de dos tipos: rectngulos ce- de refugio y comodidades para la ascensin. Las
remoniales formados por muros bajos o plata- instalaciones logsticas suelen hacerse presentes
formas con relleno que se elevan artificialmente en los cerros y volcanes de mayor altitud y menor
Constanza Ceruti 119
Las fuentes etnohistricas y la arqueologa de montaa en el estudio de los escenarios incaicos en altas
cumbres

Imagen 7. Abrupto emplazamiento de una terraza incaica en el nevado Pichu Pichu ( Constanza Ceruti).

Imagen 8. Los volcanes Licancabur y Juriques desde las alturas del cerro Toco ( Constanza Ceruti).
REVISTA HAUCAYPATA 120
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

accesibilidad. Tambos en la base o en las lade- Incas. Durante las ceremonias de Capacocha, to-
ras bajas, complejos habitacionales, estaciones das las huacas o lugares sagrados en el paisaje re-
intermedias y caminos en zigzag, jalonan las ciban ofrendas, cuidando que ningn adoratorio
rutas de ascenso, procurando contrapesar ar- ni mochadero, por pequeo que fuese, quedase
tificialmente los obstculos naturales a la acce- sin recibir su parte. Molina ([1575] 1959: 92) ex-
sibilidad de las montaas ms elevadas y dif- plica que Tenan por agero que ninguna fal-
ciles. tase, porque aquella a quien sacrificio le faltase,
Se han documentado importantes instalacio- no se enojase y con enojo castigase al Inca.
nes logsticas en las bases o laderas de los mon- El apaciguamiento preventivo de los espritus
tes Licancabur (Reinhard 1980 y Ceruti 2005), de las montaas a travs de las ofrendas entrega-
Llullaillaco (Reinhard y Ceruti 2010 y Ceruti das en sus cimas es una de los motivos que habra
2003a) y Chai (Ceruti 2007). Tanto el volcn contribuido a generar la extensa red de santua-
Llullaillaco como el volcn Licancabur (ima- rios incaicos, puesta de manifiesto en las prospec-
gen 8) exhiben recintos techados en la misma ciones arqueolgicas en altura. Las referencias
cumbre de la montaa, en las inmediaciones de en las fuentes etnohistricas apoyaran tambin
las plataformas y estructuras ceremoniales all la hiptesis de una apropiacin jerrquica de las
construidas, dominando visualmente la puna cimas, en las que los sacrificios humanos queda-
de Atacama. ban reservados exclusivamente a las montaas
Las prospecciones arqueolgicas en altura re- de mayor importancia: A todos los altos cerros
velan que las rutas de ascensin elegidas por y cumbres adoraban, pero no a todas las huacas
los Incas son habitualmente las que procuran sacrificaban criaturas, sino slo a las huacas
el ascenso y descenso de la montaa por la la- principales que las provincias tenan (Molina
dera ms fcil, permitiendo a la vez el trans- [1575] 1959: 96-97). Desde esta perspectiva, los
porte de cargas pesadas. La ptima seleccin tres individuos momificados descubiertos en la
de la ruta, que revela un avanzado conocimien- cima del Llullaillaco ponen de manifiesto la des-
to previo de la montaa, se complementa con tacada posicin que el volcn habra ocupado en
una atinada eleccin de los emplazamientos de la jerarqua de los santuarios de altura incaicos
las estaciones intermedias, que habitualmente en el Collasuyu.
aparecen ubicadas en las inmediaciones de pa-
sos peligrosos o cambios de pendiente pronun- Bibliografa
ciados; o aprovechando zonas protegidas del
viento y dems agentes atmosfricos. ALBORNOZ, Cristbal de, 1967 [1583?]. La Ins-
Las fuentes etnohistricas brindan muy pocos truccin para descubrir todas las Guacas del Piru
datos acerca de las instalaciones logsticas en y sus camayos y haciendas. Un inedit de Cristobal
complejos ceremoniales de alta montaa. Ra- de Albornoz de Pierre Duviols. Journal de la So-
mos Gaviln (1976: 66) menciona la existencia ciete de Americanistes. Nro. 56 (1): 7-39. Pars.
de tambos especialmente dedicados al alber- ALLEN, Catherine, 1988. The Hold Life Has:
gue de peregrinos, denominados corpahuasis, Coca and Cultural Identity in an Andean Com-
dentro de los cuales podran quedar incluidos munity. Smithsonian Institution Press. Was-
los sitios en las bases de ciertas localidades ar- hington DC.
queolgicas de altura. Al respecto coment:
A estas hospederas llaman ac en Per co- ANNIMO (Blas Valera), 1992 [1590]. Relacin
mnmente tambos, y a los que se hacan para de las costumbres antiguas de los naturales del
los que acudan a los adoratorios, nombraban Pir. En Tres relaciones de antigedades del
corpaguasi, que suena lo mismo que en nues- Per (Editado por Henrique Urbano). Coleccin
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Paisajes rituales incaicos. Una mirada desde las crnicas coloniales

Ivan Leibowicz
[email protected]

Cristian Jacob
[email protected]

Flix Acuto
[email protected]

Alejandro Ferrari
[email protected]

Resumen
El impacto de las polticas expansivas incaicas en el noroeste argentino ha sido tradicionalmente
evaluado atendiendo al potencial de explotacin econmica de las zonas anexadas al imperio. En
consonancia con esta perspectiva, la aplicacin y testeo de modelos de desarrollo y expansin
imperial resultaron una gua til para predecir y explicar el correlato material de una expansin
de carcter poltico y econmico. Sin embargo, los aspectos ideolgicos y simblicos fueron
histricamente menospreciados. En este artculo tomaremos en consideracin las crnicas coloniales
para exponer aspectos de la cosmovisin andina y destacar la importancia de su integracin a las
investigaciones arqueolgicas.

Palabras claves: Expansin incaica, Noroeste Argentino, crnicas coloniales, ideologa,


simbolismo.

Abstract
The impact of expansive incaic policies in northwestern of Argentina have traditionally been
evaluated focussing on the potential for economic exploitation in the regions incorporated in to
the empire. Thus, the application and testing of theoretical models of imperial development and
expansion have been a useful guidance to predict and explain the material correlation of an
economic and political expansion. Ideological aspects, on the other hand, have historically been
less appreciated. In this article, colonial chronicles have been taken into account to picture certain
aspects of the Andean world view and to underline the importance of their inclusion and use in
archaeological investigations.

Keywords: Inca expansion, Northwestern Argentina, colonial chronicles, ideology, symbolism.

Introduccin Para ello, hemos desarrollado diversos proyectos


El objetivo principal que ha guiado nuestras en el Noroeste Argentino (NOA), particularmen-
investigaciones en los ltimos aos es diluci- te en las regiones de la Quebrada de Humahua-
dar el modo en que el Tawantinsuyu construy ca, provincia de Jujuy y el Valle Calchaqu Norte
un nuevo paisaje significativo en los territorios en la provincia de Salta (Acuto 1999, 2007, 2011,
conquistados, al tiempo que reconfigur las 2012; Jacob y Leibowicz 2011, 2013; Leibowicz
percepciones locales sobre el mismo, tomando 2007, 2012).
en consideracin la infraestructura construida Si bien han existido significativas contribu-
y las distintas actividades all realizadas. Para ciones al entendimiento de la dominacin inca

LEIBOWICZ, Ivan; JACOB, Cristian; ACUTO, Flix y FERRARI, Alejandro, 2014. Paisajes rituales incaicos.
Una mirada desde las crnicas coloniales. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolgicas del T
ahuantin-
suyo. Nro. 8: 123-130. Lima.
Ivan Leibowicz, Cristian Jacob, Flix Acuto y Alejandro Ferrari 124
Paisajes rituales incaicos. Una mirada desde las crnicas coloniales

en los Andes del Sur, muchas de stas estn en Farrington 1992; Leibowicz 2007, 2012). As, el
deuda con los aspectos ideolgicos/simblicos Tawantinsuyu se relacion con los aspectos sa-
y religiosos de la dominacin y la construccin grados y religiosos de la vida andina, validando
del paisaje inca en el sur del Tawantinsuyu. No su dominacin a travs de la aceptacin y per-
obstante, se debe reconocer que en los ltimos formance de mitos y ceremonias comnmente
aos se ha prestado mayor atencin a esta te- entendidos por dominantes y dominados (Fa-
mtica (Acuto 1999, 2011, 2012; Ceruti 1999; rrington 1992). Se apropia de espacios, mitos,
Cornejo 1999; Gallardo et al. 1995; Leibowicz leyendas, transformndose en el nexo entre las
2007, 2012; Nielsen y Walker 1999; Troncoso sociedades conquistadas y los dioses. Se introdu-
2004; Williams 2004; entre otros). Aunque no ce de esta manera en la historia de los conquista-
se niega que los incas llevaron a cabo proyectos dos, situndose en un lugar sagrado o divino. As,
econmicos en estas regiones (sin olvidar que el nuevo orden se hace manifiesto y se reproduce
lo econmico en el mundo andino est embebi- en ceremonias en las que los incas aparecen re-
do de simbolismo), y que preocupaciones logs- lacionados con las fuerzas sobrenaturales (Bauer
ticas estaban involucradas en la construccin 1998; Farrington 1992; Hyslop 1990). De este
del paisaje imperial, se discrepa, sin embargo, modo los poderes sagrados de la topografa se
con la idea de que solamente estrategias logs- incorporan en la construccin de monumentos,
ticas o proyectos econmicos dieron forma al haciendo visible este poder ancestral del paisaje,
paisaje inca y a las actividades desarrolladas proveyendo a la vez potencialidad simblica para
al interior de ste. Por el contrario, se sostiene el control ritual de este (Tilley 1996).
que una gran parte de los sitios e instalaciones
que los incas construyeron en muchas reas de Paisajes y cosmovisiones andinas
los Andes del Sur, as como las actividades que En particular, nos interesa en este trabajo am-
patrocinaron y llevaron a cabo all, estuvieron pliar la discusin sobre los paisajes rituales incai-
dirigidas al ritual, la apropiacin y el control cos incorporando la mirada que distintos cronis-
de centros rituales locales, adoratorios, luga- tas espaoles plasmaron en sus escritos. Desde
res significativos o sagrados del paisaje andino su llegada, a Amrica en general y al Per en
(huacas) (Acuto 1999, 2012; Jacob y Leibowicz particular, numerosos conquistadores europeos
2011; Leibowicz 2012; Troncoso 2004). Esta si- dejaron constancia, entre muchas otras cosas,
tuacin no debera sorprendernos considerando de determinadas concepciones nativas sobre el
que otros investigadores han demostrado que paisaje. Creemos que la traslacin directa de las
el Tawantinsuyu era un imperio con una pro- fuentes escritas al registro arqueolgico prehis-
funda y compleja racionalidad espacial (Bauer pnico debe hacerse con cierto recaudo, ya que
1998; Hyslop 1990; Niles 1992; Raffino 1981; siempre existen diversas versiones, a menudo
van de Guchte 1999; Zuidema 1995). Es decir contradictorias de un mismo hecho o fenme-
que, la cognicin inca del paisaje era una prc- no (Farrington 1992: 368). Por ello, siguiendo
tica controlada estatalmente en la que aquellos a Farrington (1992: 368) e intentando ser pru-
que planificaban y edificaban eran conscientes dente, se considerar el rango de la documenta-
de plasmar en los sitios representaciones de la cin disponible y a partir de ella se desarrollarn
ideologa estatal (van de Guchte 1999). Comu- modos de razonamiento que sirvan para explicar
nicando desde el diseo de los sitios estatales la problemtica arqueolgica. Con estas ideas en
preceptos polticos, religiosos y econmicos ge- mente, se considera que a partir del anlisis de
nerados en Cuzco (Hyslop 1990). distintas fuentes es posible acercarse y conocer
Por ello, se considera que el paisaje andino de alguna manera aspectos de la cosmovisin
fue profundamente reconstruido y reconcep- (Broda 1991) de los pueblos americanos. Broda
tualizado por los Incas, quienes modificaron (1991: 462) define cosmovisin como la visin
la espacialidad de las innumerables y diver- estructurada en la cual los antiguos americanos
sas poblaciones que incorporaron al Imperio, combinaban de manera coherente sus nociones
reestructurando la experiencia espacial de los sobre el medio ambiente en que vivan y sobre
agentes dominados como una forma de control el cosmos en que situaban la vida del hombre.
y dominacin, al tiempo que imponan su cos- A partir de ello, se entiende que un paisaje ritual
mologa e ideologa (Acuto 1999; Bauer 1998; es un paisaje culturalmente transformado a tra-
REVISTA HAUCAYPATA 125
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

vs de la historia (Broda 2007: 296), un len- materiales (Allen 1998). Como explican Harris y
guaje visual que el hombre imprima sobre el Bouysse-Cassagne (1988: 219), a partir del caso
territorio (Broda 2009: 65). aymara, en el vasto espacio que los rodea, en
Teniendo en cuenta las precauciones antes las cumbres, mojones, encrucijadas de caminos,
mencionadas, que deben tomarse a la hora de confluencias de ros, el Aymara no solo lee una
enfrentarse con las crnicas coloniales, es im- sealizacin vial; reconoce tambin sus relacio-
portante considerar que durante el proceso de nes con los antepasados, con sus vecinos y con
conquista chocaron cosmovisiones muy dife- sus dioses.
rentes. Un punto crucial en esta discrepancia En el mundo andino se entiende a la naturaleza
puede ilustrarse con el modo en que las per- no como un recurso, sino como un entramado
sonas se relacionan con el mundo natural. La de relaciones sociales entre humanos, y entre
relacin entre el hombre y la naturaleza es muy humanos y divinidades o no-humanos (Bugallo
diferente entre el mundo occidental y el mundo 2009: 181). De esta manera el modo de vincu-
andino. larse con el medio no puede ser el de la utiliza-
La moral judeo-cristiana, aquella que rega el cin de la naturaleza y sta tampoco constituye
mundo occidental en el XVI, en los inicios del un recurso en el sentido materialista occidental
capitalismo y aun en nuestro mundo posmo- (Bugallo 2009: 179). El espacio no se observa,
derno, se relaciona con el mundo natural me- entonces, como un ente despojado de atributos,
diante una lgica extractiva, donde todo aque- cualidades o significaciones humanas, animales
llo que encontramos en la tierra y bajo ella, o suprahumanas sino que es percibido como
sobre y debajo del agua est all para servir al una alteridad que interpela permanentemente al
hombre, para que ste lo tome y lo utilice en sujeto (Vilca 2009: 246).
beneficio propio. Desde el mismsimo Gnesis
se observa esto: Concepciones nativas sobre el paisaje y la
- 1:27 Y cre Dios al hombre a su imagen, naturaleza en las crnicas
a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los A continuacin se presentarn extractos de dis-
cre. tintas crnicas histricas sobre las concepciones
- 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fruc- andinas en general e incaicas en particular sobre
tificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuz- el paisaje y la naturaleza. Asimismo, se expon-
gadla, y seoread en los peces del mar, en las drn algunas de sus interpretaciones por parte
aves de los cielos, y en todas las bestias que se de historiadores, arquelogos y antroplogos.
mueven sobre la tierra. Muchas interpretaciones arqueolgicas se han
- 1:29 Y dijo Dios: He aqu que os he dado basado en los escritos del padre Bernab Cobo
toda planta que da semilla, que est sobre toda (1653), quien fue uno de los que registr con ma-
la tierra, y todo rbol en que hay fruto y que da yor detalle la concepcin inca del espacio y el pai-
semilla; os sern para comer. saje. Uno de los mejores documentos para el es-
- 1:30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las tudio de la topografa del Cuzco, se encuentra en
aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra so- La Relacin de los Ceques inserta dentro de su
bre la tierra, en que hay vida, toda planta verde obra Historia del Nuevo Mundo (1964 [1653]),
les ser para comer. Y fue as. escrita a partir de informacin de autores tem-
En cambio, en los Andes el hombre es parte pranos como Polo de Ondegardo (Zuidema 1995:
de este universo natural, vive en mundo ani- 68). All, Cobo describe el sistema de ceques in-
mado donde todos los seres son parte de una caico. Se trata de 328 huacas o lugares sagrados
misma sustancia, donde existen relaciones de ubicadas en el Cuzco y sus alrededores (piedras,
reciprocidad entre hombres y plantas y anima- manantiales, cerros y/o construcciones) unidas
les para los andinos, toda materia est en una por 41 lneas imaginarias llamadas ceques que
forma u otra viva; y al revs, toda vida tiene una irradiaban desde el Qoricancha, el templo prin-
base material (Allen 2002: 44). Allen llama cipal la capital incaica. Brian Bauer (1998) iden-
este principio consustancialidad; la coexis- tific, a partir de una minuciosa investigacin
tencia en la misma sustancia, y est fundamen- interdisciplinaria, a la mayora de las 328 huacas
tado en una cosmologa que no separa mente mencionadas por Cobo. De acuerdo a este escri-
de materia y que atribuye vida a los objetos to, se seala que 96 (29 %) de las huacas son ma-
Ivan Leibowicz, Cristian Jacob, Flix Acuto y Alejandro Ferrari 126
Paisajes rituales incaicos. Una mirada desde las crnicas coloniales

nantiales o fuentes de agua, 95 (29 %) son ro- sus coraones esta impa veneracin. (Polo de
cas, y 32 (10 %) cerros y pasos montaosos Ondegardo 1916: 43 [1571]).
(Snchez Garrafa 2006: 51). En varios momentos de su extensa crnica, Pe-
En relacin a esto Cobo comenta que: tuvo dro Cieza de Len hace referencia a la fuerza sa-
esta gente costumbre de reverenciar y ofrecer cra que los habitantes de los Andes le otorgan a
sacrificios a cuantas cosas naturales se halla- los elementos de la naturaleza: Tenan grandes
ban que se diferenciasen algo de las otras de cuentas con la inmortalidad del nima, y con
su gnero [...] adoraban arboles de extraa otros secretos de naturaleza. Crean que haba
grandeza, races y otros frutos de la tierra [...] hacedor de las cosas, y al Sol tenan por dios so-
Adoraban tambin las fuentes, manantiales, berano, al cual hicieron grandes templos. Y en-
ros y lagos; los cerros que se distinguen en gaados del demonio adoraban en rboles y en
algo de los otros sus vecinos o en la hechura o piedras como los gentiles (Cieza de Len 2005:
en la sustancia [...] las penas o piedras gran- 110 [1553: Captulo XXXVIII]).
des, los riscos y quebradas hondas, los altos y Asimismo destaca que adoraban al sol y a la
cumbres de los cerros y collados. (Cobo 1964: luna, tambin adoraban en rboles en piedras,
166 [1653]). y en la mar, y en la tierra, y en otras cosas que la
Algo que en principio desconcert a los es- imaginacin les daba (Cieza de Len 2005: 145
paoles fue que los Incas no necesitaban un [1553]) y que despus de haber hecho sus sacri-
templo para adorar a los elementos de la natu- ficios iban a hacer oracin a la piedra, a la cual
raleza, al respecto Cobo seala con pertinencia afirman que hacan servicio de otras piedras
que: no todos los adoratorios eran templos (Cieza de Len 2005: 146 [1553]).
y casas de morada; porque los que eran ce- Por otra parte, al dar cuenta de la adoracin
rros, quebradas, peas, fuentes y otras cosas a hacia Viracocha, el dios creador del mundo an-
este tono, no tenan casa ni edificio, sino cuan- dino dice que: el demonio tuvo sobre ellos gran
do mucho un buho o choza, en que moraban poder, el cual como malo y que deseaba la perdi-
los ministros y guardas de las dichas guacas. cin de sus nimas, les haca entender estos des-
Pero que tenan bastantes rentas y servicios varos, como a otros que haca creer que nacie-
(Cobo 1964: 167-168 [1653]). ron de piedras, y de lagunas, y de cuevas, todo
Y agrega que: adoraban con igual reverencia a fin de que le hiciesen templos donde l fuese
y con unos mismos actos de culto y sumisin a adorado. (Cieza de Len 2005: 225 [1553: Cap-
las segundas causas como al sol, al agua, a la tulo LXXXIV]).
tierra y a otras muchas cosas que tenan por
divinas, por entender tenan virtud para ha- Importancia de las montaas
cer o conservar lo necesario para la vida hu- Si bien ya se mencion a las montaas en las
mana (Cobo 1964: 147 [1653]). lneas precedentes, deseamos, en virtud de nues-
Como se mencion anteriormente mucho de tro tema especifico de estudio, destacar, dentro
lo escrito por Cobo puede rastrearse en autores del amplio abanico de entidades venerados en el
ms tempranos como en Juan Polo de Onde- mundo andino, la importancia que los cerros y
gardo o Pedro Cieza de Len. Seguidamente se volcanes particularmente aquellos que con sus
transcribirn algunas de las impresiones que cumbres cubiertas de nieve tienen y han tenido
estos autores dejaron plasmadas en sus crni- en la cosmologa andina. Este es un tpico que
cas acerca de la relacin entre los habitantes de ha sido ampliamente documentado a nivel etno-
las tierras sudamericanas y los elementos de la grfico (Bastien 1978; Martnez 1983; Reinhard
naturaleza. 1985). Estos rasgos topogrficos han sido identi-
Polo escribe: ... y si agora se an desecho los ficados como entidades tutelares o Apus y/o pa-
Idolos, piedras, instrumentos de sacrificios y carinas, el lugar de origen de las ancestros funda-
otras cosas muchas que tenan para sus ritos, dores de las comunidades.
con todo estn en pie los cerros, collados, fuen- En relacin a esto Albornoz escriba: el prenci-
tes, manantiales, ros, lagunas, mar, angostu- pal gnero de guacas que antes que fuesen sub-
ras, peas, Apachetas, y otras cosas ass: cuya jetos al ynga tenan, que llaman pacariscas, que
veneracin an dura todava y es necesario quieren dezir creadoras de sus naturalezas. Son
que alla mucha vigilancia para desterrar de en diferentes formas y nombres conforme a las
REVISTA HAUCAYPATA 127
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

provincias: unos tenan piedras, otros fuentes y plata, no repararon en el dolo por ser, como
y ros, otros cuebas, otros animales y aves e he dicho, una piedra tosca. (Cobo 1964: 181
otros gneros de arboles y de yervas y desta [1653]).
diferencia tratavan ser criados y descender Siguiendo tambin a Cobo, Herring (2010) se-
de las dichas cosas Hay entre estas guacas ala que en el Cuzco incaico los barrancos y pun-
pacariscas muy muchas que reedificaron los tos bajos en la topografa de la ciudad que no
ingas, dndoles muchos mitimas servicios que contaban con la vista del pico se consideraban
para este fin los mudava de unas provincias a desfavorecidos. Esta concepcin acerca de las
otras. Diles (el inga) muchos ganados y basos montaas y el paisaje no se limitaba a la ciudad
de oro y plata como fue en toda la cordillera de Cuzco y sus alrededores sino que form par-
que mira al mar, en todo lo que conquist, en te de todo el vasto territorio del Tawantinsuyu,
especial a cerros de nieve y bolcanes que miran siendo los cerros nevados partes fundamentales
a el mar y que salen los ros que riegan muchas de la geografa sagrada provincial: se tuvo otro
tierras (Albornoz 1967: 20 [1568]). por estimado y frecuentado como ellos, y ms,
Fray Bartolom de Las Casas tambin hace re- que haba por nombre la Coropona, que es en la
ferencia a este fenmeno, destacando la entre- provincia de Condesuyo, en un cerro muy gran-
ga de distintos bienes materiales e incluso san- de, cubierto a la continua de nieve que invierno
gre y cabello por parte de los habitantes de los y verano no se quita jams. Y los reyes del Per
Andes a las montaas a modo de ofrenda: So- con los ms principales de l visitaban este tem-
ban algn puerto de nieve o fro, en la cumbre plo haciendo presente y ofrendas como a los ya
tenan un gran montn de piedras como por dichos. Y tinese por muy cierto que los dones y
altar, y en algunas partes puestas all muchas capacocha que a este templo se le hizo (Cieza de
ensangrentadas saetas, y all ofrecan de lo Len 2005: 364 [1553: Captulo XXVIII]).
que llevaban. Algunos dejaban all algunos Esto no debera sorprendernos ya que la adora-
pedazos de plata, otros, de oro, otros, pelos de cin a las montaas es un prctica panadina am-
las pestaas, otros, de las cejas, otros, de algu- pliamente extendida que precedi a los incas. Por
nos cabellos (de Las Casas 1892: 98-99). ejemplo, al referirse a los nativos de la provincia
Cieza de Len describe el mito fundacional de Guamachuco en pocas previas al dominio in-
incaico, donde uno de los hermanos de Man- caico Cieza de Len escribe: En los tiempos an-
co Capac fue convertido en roca en el cerro tiguos tenan sus religiones y supersticiones, y
Huanacaure y destaca que los incas tuvieron adoraban en algunas piedras tan grandes como
por cosa sagrada un cerro grande que llama- huevos, y otras mayores de diversos colores. Las
ron Guanacaure (Cieza de Len 2005: 241 cuales tenan puestas en sus templos o guacas
[1553]). Asimismo, al describir las principales que tenan por los altos y sierras de nieve. (Cie-
huacas del Tawantinsuyu remarca que: des- za de Len 2005: 219 [1553: Captulo LXXXI]).
pus del templo de Curicanche (Qoricancha),
era la segunda guaca de los Ingas el cerro de Algunas reflexiones finales
Guanacaure, que est a vista de la ciudad y Queda claro, tanto a partir de la lectura de las
era por ellos muy frecuentado y honrado por crnicas espaolas como de la multiplicidad de
lo que algunos dicen que el hermano del pri- trabajos etnogrficos desarrollados en el mundo
mer Inga se convirti en aquel lugar en piedra andino que la adoracin de distintos aspectos de
al tiempo que salieron de Pacaritambo (Cieza la naturaleza jug un papel primordial dentro de
de Len 2005: 362 [1553: Captulo XXVIII]). la cosmovisin andina.
Brittenham (2011) destaca que los conquis- Los Incas vivan en un paisaje animado e histo-
tadores espaoles no apreciaron inmediata- rizado, plagado de fuerzas poderosas que exigan
mente el carcter sacro del cerro Huanacaure. un aplacamiento continuo (Brittenham 2011: 94)
En relacin a ello Cobo relata que: era [una La geografa andina se constituye como un con-
piedra] mediana, sin figura, y algo ahusada. junto de lugares y espacios cada cual con su nom-
Estuvo encima del dicho cerro hasta la veni- bre e historia conocidos, donde se recordaba, ob-
da de los espaoles, y hacianle muchas fiestas. sequiaba y rogaba peridicamente al personaje
Ms luego que llegaron los espaoles, aunque divinizado (Gentile 1996).
sacaron deste adoratorio mucha suma de oro Las huacas eran seres poderosos e inmortales
Ivan Leibowicz, Cristian Jacob, Flix Acuto y Alejandro Ferrari 128
Paisajes rituales incaicos. Una mirada desde las crnicas coloniales

que actuaban socialmente y poblaban un cos- las cosas. De modo que las experiencias rituales
mos animado, sensible y activo en todos sus conjugaron antiguas creencias y espacios con un
extremos, ligndose a cuerpos tangibles de la novedoso escenario poltico regional y, con ello,
naturaleza como montaas, ros, lagos, manan- las experiencias de las sociedades conquistadas
tes, rocas, grietas, abras, que representaban a cambiaron de un modo radical (Acuto 2007).
sus espritus o bien eran sus moradas (Snchez Esta nueva geografa ritual (Broda 2007) gener,
Garrafa 2006: 40). promovi y reprodujo nuevas y desiguales rela-
Los incas veneraban distintos objetos de la ciones sociales en la regin. Y la conquista, tanto
naturaleza, los cuales les infundan ideas de simblica como efectiva de los Nevados por parte
poder, ejerciendo una influencia misteriosa en de los incas jug un papel primordial en ello.
los destinos de los hombres (Prescott 1853).
Las caractersticas del paisaje como rocas, tan- Agradecimientos
to talladas como sin tallar, lagos, manantiales Este trabajo se realiz durante una estancia pos-
y colinas fueron percibidos por los incas como doctoral en el Instituto de Investigaciones His-
instrumentos en la memoria colectiva de los tricas de la Universidad Nacional Autnoma de
orgenes y en las interrelaciones con lo sobre- Mxico con el aporte de una beca posdoctoral del
natural; y como herramientas para la creacin Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y
del imperio y la replicacin de los conos del Tcnicas (CONICET-Argentina).
poder en los territorios conquistados (van de
Guchte 1999). Bibliografa
Como bien se describi anteriormente, los
espaoles rpidamente percibieron que la re- ACUTO, Flix, 1999. Paisaje y dominacin: La
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Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Presentacin del libro:


Inca sacred space: landscape, site and symbol in the Andes, 2014. Frank
Meddens, Katie Willis, Colin McEwan y Nicholas Branch (editores). Editorial
Archetype. Londres
Frank Meddens
[email protected]

Inca sacred space: landscape, site and symbol in the Andes / Espacio sagrado inca:
paisaje, sitio y smbolo en los Andes1
En el 2010 se desarroll en el Museo Britnico de Londres el congreso El ushnu: espacio sagrado
Inca: paisaje, sitio y smbolo en los Andes. El objetivo principal del evento fue revalorar el concepto
quechua ushnu y su rol dentro de la prctica ritual andina, tanto en el pasado como en pocas
contemporneas. Dicho evento reuni a un importante grupo de investigadores, de diversas partes
del mundo, interesados en el estudio del paisaje andino. El libro, que a continuacin reseamos,
contiene las charlas presentadas en el congreso londinense, as como artculos de especialistas
invitados con posterioridad.

El congreso y el libro se originaron en un pro- cin del ushnu fue Tom Zuidema, en un artculo
yecto de investigacin de los redactores, enfo- publicado en 1979-1980 y luego en 1989. l se-
cado a investigar sitios con plataformas incaicas ala que el ushnu era un conducto o estanque,
en las cumbres de los cerros ayacuchanos en para recibir lquidos, asociado a observaciones
los Andes peruanos. Nuestras investigaciones astronmicas dentro del ciclo agrcola anual de
partieron con la hiptesis de que las platafor- los Incas. En su contribucin al presente libro,
mas arquitectnicas de los ushnus eran un im- Zuidema reevala su interpretacin inicial y rei-
portante instrumento religioso y poltico para tera que el significado original del termino ushnu
el control sociolgico durante la expansin del refiere a un abra o conducto simblico al mundo
imperio cuzqueo. interior; el cual, posteriormente, adquiri funcio-
Las definiciones cronsticas sobre el trmino nes de pilar, asiento y altar o plataforma dentro
ushnu son diversas, as como lo son las formas del culto Inca.
de escribirlo. Por ejemplo, Fray Domingo de En este libro se analizan y discuten diversos
Santo Tomas [1560] define osno como altar. sitios arqueolgicos distribuidos a lo largo de
Cristbal de Albornoz [1581-1585] menciona los territorios por donde se expandi el impe-
que uzno es un bolo asociado a torres de fina rio incaico. Al respecto, Colin McEwan intenta
albailera. Diego Gonzlez Holgun [1608] identificar algunos aspectos fundamentales del
describe al usnu como una piedra hincada o pensamiento andino, explorando cmo las for-
mojn y como tribunal de juez. Guaman Poma mas concntricas y radiales de la organizacin
de Ayala [1615] seala que usno es el asiento espacial estaban asociadas a la interpretacin y
del Inca y un sitio para sacrificio humano. Fi- percepcin del paisaje andino.
nalmente, Rodrigo Hernndez Prncipe [1621] En sus estudios, Susan Ramrez emplea fuen-
define usnu como arcaduz o conducto. tes etnohistricas para aproximarse a entender
El primero en investigar el significado y la fun- el uso de autoridad de las lites para el manteni-
miento de las huacas; actividad a travs de la que
se formaban interconexiones simblicas entre lo
1 Una breve resea del libro, en ingls, est dispo- vivos y los muertos. Caractersticas similares han
nible online:
http://www.archetype.co.uk/publication-details. sido notadas por Frank Meddens en sus investi-
php?id=195 Si desea adquirir un ejemplar del libro gaciones sobre los linderos territoriales. Las cua-
contactarse va mail con el autor de esta nota. les, adems, se evidencian en las relaciones que

MEDDENS, Frank, 2014. Presentacin del libro: Inca sacred space: landscape, site and symbol in the Andes,
2014. Frank Meddens, Katie Willis, Colin McEwan y Nicholas Branch (editores). Editorial Archetype. Londres.
Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo. Nro. 8: 131-134. Lima.
Frank Meddens 132
Presentacin del libro: Inca sacred space: landscape, site and symbol in the Andes, 2014. Frank Meddens,
Katie Willis, Colin McEwan y Nicholas Branch (editores). Editorial Archetype. Londres
el poblador andino establece con los wamanis za conceptos y la materialidad de la plataforma
y apus, al demarcar lmites territoriales entre para entender el contexto poltico y social. Tam-
grupos tnicos, as como en la divisin simb- bin identifica como el uso y transporte de tierra
lica del mundo de arriba con el de abajo. En la establecen conexiones con miembros de la co-
poblacin actual, que habita las zonas andinas, munidad establecidos en lugares distantes de su
el ushnu sigue jugando un rol activo al conec- pueblo nativo.
tar comunidad con autoridades y los ancestros El rol y la circulacin de piedras y tierra utiliza-
del mundo de abajo con el mundo de los apus das en las construcciones incaicas y en la expre-
(imagen 1). sin de poder sobre el paisaje, el medio ambiente
Catherine Allen discute el rol de las libacio- y la sociedad han sido investigados por diversos
nes rituales, dentro del concepto ushnu, en las autores en el presente libro. Uno de ellos es Den-
prcticas realizadas en comunidades contem- nis Ogburn, quien propone que con el transpor-
porneas. La autora toma en cuenta aspectos te de estos materiales constructivos se establece
de poder, autoridad y transformaciones rituales una red de espacio sagrado entre el Cuzco y di-
modernas para trazar paralelos con el Tahuan- versos territorios ubicados a corta o larga distan-
tinsuyo. Denise Arnold investiga el significado cia de la capital imperial. Nicholas Branch y sus
del ushnu dentro de las formalidades patriti- colaboradores han investigado las plataformas
cas escolares de una comunidad boliviana. Las de la zona ayacuchana y las evidencias de usos
cuales estn asociadas con el movimiento del de rellenos y elementos vegetales importados de
agua y el uso de un tipo especfico de platafor- otras zonas para su construccin. Ellos tambin
ma. Ella demuestra cmo la comunidad utili- toman en cuenta la posicin de las plataformas

Imagen 1. Plataforma escalonada cerca a Vilcashuamn-Ayacucho.


REVISTA HAUCAYPATA 133
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

en el paisaje y las interacciones visuales entre tacin local y en la heterogeneidad de los sitios
los espacios sagrados y el contexto ambiental. con ushnus. Csar Astuhuamn analiza un gru-
Finalmente, Francisco Ferreira nos ensea el po de plataformas incaicas en la zona de Piura,
uso actual de recursos naturales, provenien- tomando en cuenta su desarrollo temporal y su
tes de diversas zonas ecolgicas, en el sector interaccin con elementos sagrados y ancestrales
sureo ayacuchano, y sus usos en actividades a nivel del paisaje local en diversos eventos ex-
rituales. pansionistas incaicos.
Segn Larry Coben, el material etnohistrico Patrice Lecoq y Thibault Saintenoy examinan
demuestra que los ushnus fueron un impor- el sitio de Choquequirao ubicado en una zona
tante espacio para la teatralizacin del poder o donde la cordillera empieza a conectarse con la
para la actuacin ritual. Por su parte, Henry selva. Para ellos, el espacio sagrado principal fue
Stobart investiga y analiza el uso del sonido y el
ushnu
ubicado en la cumbre de un cerro, corta-
de la msica en espacios pblicos incaicos ro- do, nivelado y definido por un borde de piedras,
deados por formas arquitectnicas dentro del el cual jugaba un rol resaltante dentro del con-
paisaje andino. Adems, define el concepto de texto local.
delimitacin de espacio por medio del sonido Jean-Pierre Protzen estudia Tambo Colorado.
en pocas prehispnicas. Define en detalle la planificacin y la arquitectu-
Carmen Escalante Gutirrez y Ricardo Valde- ra del sitio y discute el ejercicio de autoridad Inca
rrama Fernndez nos cuentan de las prcticas por medio de la organizacin interna del lugar
rituales contemporneas en las cumbres de los relacionado a sus estructuras de lite y a su plaza
cerros considerados sagrados, wamanis y apus, con plataforma. Mariusz Zikowski analiza una
en las zonas de Cuzco y Apurmac. Los rituales serie de plataformas de pequeas dimensiones,
practicados en, y entorno a, ellos son realizados en su mayora, dentro de su contexto local y de
por las comunidades con la intensin de ase- comunidades mitimae de la zona Condesuyo en
gurarse un ao productivo. Los autores, ponen la provincia de Castilla, departamento de Are-
nfasis en el origen prehispnico de estas prc- quipa. Los estudios de Ian Farrington se centran
ticas que incluyen, por ejemplo, alimentar a los en la ciudad de Cuzco y sus complejos ushnus. l
apus por medio de ofrendas y libaciones. Simi- identifica la presencia de una plataforma dentro
lar metodologa es empleada por Cirilo Vivanco de la plaza principal de Huacaypata.
Pomacanchari, quien estudia las plataformas Varias contribuciones al libro tratan de definir
escalonadas incaicas de Ayacucho dentro de su las caractersticas y funciones comunes de las
contexto ambiental y propone sus anteceden- formas arquitectnicas de los ushnus dentro de
tes en la cultura regional Chanka. su ubicacin en el trazo urbano o en un paisaje
Un tema central del libro es el estudio abo- aislado de los Andes peruanos (imagen 2). Dis-
cado a entender la relacin entre las comuni- cuten sus cambios temporales, el significado de la
dades andinas y el paisaje; cuya relacin ritual influencia tnica e interpretacin local; as como
no solo incluye cerros y lagunas sino tambin el pragmatismo incaico dentro de su interpreta-
el firmamento y eventos atmosfricos. Varios cin imperial al nivel regional.
textos de este libro analizan el contexto astro- Lonnie Thompson y Mary Davis contextualizan
nmico y cosmolgico de las plataformas den- el dinamismo climatolgico y medioambiental
tro del paisaje. Uno de ellos es el trabajo de andino durante la poca Inca. Su contribucin es
Ricardo Moyano, quien analiza dos sitios Incas importante para comprender e interpretar la ubi-
en Chile y Argentina. John Staller nos entrega cacin y uso del espacio sagrado durante el Hori-
una relacin sobre el rol del relmpago dentro zonte Tardo. Ellos proponen que la construccin
la cultura andina. Luego de revisar datos etno- de una serie de sitios en las cumbres ms altas de
histricos y antropolgicos Staller nos ilustra los cerros, durante el incanato, requera condi-
cmo era la asociacin del ushnukuna con el ciones especiales climatolgicas as como moti-
relmpago (Illapa). vaciones polticas.
Gabriel Ramn Joffr analiza sitios con Finalmente, Tristan Platt analiza de manera cr-
ushnus en la zona altiplnica, en contextos tica la importancia e impacto de los datos e in-
asociados con la veneracin de Illapa. El autor terpretaciones expuestas en este libro; haciendo
pone nfasis en la importancia de la interpre- hincapi en sus relevancias dentro del concepto
Frank Meddens 134
Presentacin del libro: Inca sacred space: landscape, site and symbol in the Andes, 2014. Frank Meddens,
Katie Willis, Colin McEwan y Nicholas Branch (editores). Editorial Archetype. Londres

Imagen 2. Ushnu de Incapirqa Waminan a 4300 msnm. Ayacucho.

de ritualidad andina y sus connotaciones cul- comunidades peruanas contemporneas. Asi-


turales. Las diferentes contribuciones co- mismo, esperamos que fomente una nueva gene-
mentadas exponen ideas fundamentales para racin de investigadores de ushnus.
comprender las estructuras sociales, polticas,
econmicas y religiosas del poder en tiempos Londres, mayo 2014
prehispnico y contemporneo; se aproximan
al entendimiento de las funciones de las co-
munidades insertas en un ambiente inestable
y dinmico y; evidencian la presencia de meca-
nismos de adaptacin utilizados por las comu-
nidades indgenas para el manteamiento de la
productividad agrcola dentro de un ambiente
frecuentemente marginal e inestable y de un
contexto poltico cambiante a travs de diver-
sas zonas en pocas prehispnicas coloniales,
republicanas y modernas capitalistas.
Los redactores esperan que el libro abra
nuevos caminos para el estudio de la cos-
mologa andina, del rol del espacio sagra-
do y de la aplicacin del poder relaciona-
dos a la expansin Inca y a la vida de las
REVISTA HAUCAYPATA 135
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

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del artculo. Debe tener entre 90 y 120 palabras La bibliografa debe incluir todas las citas del
cada uno. texto y slo stas. La bibliografa se presenta al
final del artculo, despus de los agradecimientos,
Debajo del resumen (en cada idioma) debe y ordenada alfabticamente por el apellido del o
ir un mximo de cuatro palabras claves de los autores citados. Los ttulos de las revistas
(descriptores) en ambos idiomas. y los nombres de las instituciones se indicarn
REVISTA HAUCAYPATA 136
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

completos (no slo sus siglas). Se debe seguir el Internet:


siguiente modelo: TOPIC, John; LANGE TOPIC, Teresa y
MELLY, Alfredo, 1999. Las investigaciones
Artculo en una publicacin colectiva: en Namanchugo. El orculo de Catequil.
MEDDENS, Frank; BRANCH, Nicholas; Informe presentado al Instituto Nacional de
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Staller). Springer. New York. MOLINA, Cristbal de, 2008 [1574-1575].
Relacin de las fbulas y ritos de los Incas.
Libros: Julio Calvo Prez y Henrique Urbano (edicin,
MATOS, Ramiro, 1994. Pumpu, centro estudios y notas). Universidad de San Martn
administrativo inka de la puna de Junn. de Porres (USMP). Facultad de Ciencias de la
Editorial Horizonte. Lima. Comunicacin, Turismo y Psicologa. Lima.

Revistas:
McEWAN, Gordon; GIBAJA, Arminda y Los agradecimientos van antes de la bibliografa
CHATFIELD, Melissa, 2005. Arquitectura y no deben exceder las 60 palabras.
monumental en el Cuzco del periodo intermedio
tardo: evidencias de continuidades en la Las notas deben ser a pie de pgina y deben estar
reciprocidad ritual y el manejo administrativo a tamao 9, estilo Time New Roman, espacio
entre los horizontes medio y tardo. Boletn de simple y justificado.
Arqueologa PUCP, Nro. 9: 257-280. Fondo
Editorial Pontificia Universidad Catlica del Agradecemos anticipadamente su participacin
Per. Lima. y difusin.
REVISTA HAUCAYPATA
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Nro. 1. Enero 2011.


http://sites.google.com/site/revistahaucaypata/
home/revista-haucaypata-nro-1-2011

Cmo era el ushnu de la plaza Haucaypata del Cuzco?


Rodolfo Monteverde Sotil - Archivos Audiovisuales
del Cuzco (Disponibles en Internet) Sheylah Vsquez
Salcedo - Inca sacred space, platforms and their potential
soundscape. Preliminary observations at usnu from
Ayacucho Frank Meddens y Millena Frouin - Indiferencia
y destruccin: El caso de Patipampa, un asentamiento
Tawantinsuyo en el valle de Pisco-Ica Eberth Serrudo
Torobeo - Metalurgia domstica durante la presencia
Inka en el valle Calchaqu Norte, Salta-Argentina
Cristian Jacob - Materialidad en una tumba Inka de
los Andes del Sur. El caso de La Huerta, Quebrada de
Humahuaca, Jujuy-Argentina Ivn Leibowicz, Claudia
Aranda y Cristian Jacob - Entrevista al Dr. Ramiro
Matos Mendieta Jolie Soto Prez

Nro. 2. Mayo 2011.


https://sites.google.com/site/revistahaucaypata/
home/revista-haucaypata-nro-2-2011

Esculturas zoomorfas talladas en afloramientos rocosos


dentro del Parque Arqueolgico de Sacsayhuaman-
Cuzco Rodolfo Monteverde Sotil - Choquequirao,
un asentamiento imperial cusqueo del siglo XV en
la Amazona andina Gori Tumi Echevarra Lpez y
Zenobio Valencia Garca - Aproximacin a los queros
incaicos de la colonia. Un ejemplar de estilo transicional-
formal del Museo Nacional de Antropologa, Arqueologa
e Historia del Per Victor Falcn Huayta - Antes de la
presencia Inca: desentramando la homogeneidad de la
cultura material de las unidades domsticas de Juella en
la Quebrada de Humahuaca, Jujuy-Argentina Santiago
Barbich - Montaas sagradas en los confines del imperio
Inka: Nevado montaoso de Cachi, Salta-Argentina
Cristian Jacob e Ivan Leibowicz - El podero de la Coya
durante el auge del imperio incaico Alicia Alvarado
Escudero - Entrevista al Dr. Federico Kauffmann Doig
Sheylah Vsquez Salcedo
REVISTA HAUCAYPATA
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Nro. 3. Noviembre 2011.


https://sites.google.com/site/revistahaucaypata/
home/revista-haucaypata-nro-3-2011

Emplazamiento de la arquitectura funeraria en los valles de


Andahuaylillas y Lucre, Cuzco Geanette Guzmn Vinatea
y Marlene Castro Fabre - Glosas sobre la decoracin en
la cermica Inca-Cuzco Federico Kauffmann Doig - The
Late Intermediate Period egalitarian polities of Ayacucho
and Apurmac Frank Meddens - Produccin metalrgica
domstica en el Intermedio Tardo. El caso de Juella,
Jujuy- Argentina Ivan Leibowicz y Cristian Jacob - San
Marcos, Huagil y Huaca Doris: tres sitios Inca de la
Huaranga de Pacarn, valle del ro Caete, Lima Milena
Vega-Centeno Alzamora - Proyecto de Investigacin
Arqueolgica Pacarn 01, valle medio del ro Caete,
Lima Favio Ramrez Muoz, Guido Casaverde Ros y
Gori Tumi Echevarra Lpez- Entrevista al Dr. Waldemar
Espinoza Soriano Rodolfo Monteverde Sotil.

Nro. 4. junio 2012.


https://sites.google.com/site/revistahaucaypata/
home/revista-haucaypata-nro-4-2012

La Luna como objeto liminal en la concepcin del


tiempo indicativo entre los incas Ricardo Moyano
- Construyendo narrativas de la Capacocha Cristian
Jacob e Ivan Leibowicz - Tiana: asiento Inca Victor
Falcn Huayta - Evidencias materiales de dos huacas
del sistema de Ceques cuzqueo: Chincana Grande y
Laqo. Parque Arqueolgico de Sacsayhuamn-Cuzco
Rodolfo Monteverde Sotil - Cultos, rituales y paisajes
sagrados en los Andes Centrales, siglo XVII: Apo Parato,
Junn Andrea Gonzles Lombardi y Csar Astuhuamn
Gonzles - Vasijas incas en los confines del imperio:
los arbalos y platos ornitomorfos de la Quebrada de
Humahuaca, provincia de Jujuy, Argentina Mara
Andrea Runcio - Una resea sobre El Shincal: Una capital
administrativa Inka al Sur del Kollasuyu. Catamarca,
Argentina Guillermina Couso - Entrevista al Dr. Juan
Ossio Acua Rodolfo Monteverde Sotil.
REVISTA HAUCAYPATA
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Nro. 5. diciembre 2012.


https://sites.google.com/site/revistahaucaypata/home/
revista-haucaypata-nro-5-2012

Hallazgos de Canis familiaris en el santuario de


Pachacamac Isabel Cornejo, Denise Pozzi-Escot,
Katiusha Bernuy, Enrique Angulo y Luis Miguel
Tokuda - Proyecto arqueolgico Ychsma. Breve informe
metodolgico de las investigaciones arqueobotnicas
de la temporada 2012 en Pachacamac, Lima Tatiana
Stellian - El Curacazgo de Coayllo durante el Imperio
Inca Rommel Angeles Falcn - Arqueologa y arte en dos
viajeros franceses del siglo XIX. El caso de Choquequirao,
Cusco Gori Tumi Echevarra Lpez y Zenobio Valencia
Garca - Camino-Tambo-Chaskiwasi. El Qhapaq an a
travs de las fuentes etnohistricas andinas Reinaldo
Andrs Moralejo - Resea de la conferencia: Los
incas, propuestas y debates interdisciplinarios Rodolfo
Monteverde Sotil.

Nro. 6. mayo 2013.


https://sites.google.com/site/revistahaucaypata/home/
revista-haucaypata-nro-6-2013

Cuzco y Machu Pijchu Manuel Chvez Balln -


Excavaciones arqueolgicas en un basural del
Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao Gori Tumi
Echevarra Lpez y Zenobio Valencia Garca - El Usno
de Tamburco: vnculos de una plataforma ceremonial
Inca con el paisaje local en la ruta del Chinchaysuyu.
Apurmac Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano
Montalvn - Huancasragau: un asentamiento Inca
en la cuenca del ro Gorgor. Cajatambo-Lima Arturo
Ruiz - Cundo comenz a existir el arte rupestre
incaico? Victor Falcn Huayta - El incmodo
patrimonio arqueolgico en la modernizacin de
Lima: construccin de tneles, la ampliacin de la
avenida Javier Prado Este y la afectacin de Puruchuco-
Huaquerones Rodolfo Monteverde Sotil.
REVISTA HAUCAYPATA
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo

Nro. 7. diciembre 2013.


http://issuu.com/revistahaucaypata.iat/docs/revista_
haucaypata._nro._7._2013

El Museo Machu Picchu de la Casa Concha, Cuzco


Victor Falcn Huayta - El sermn del cura, la
religin Inca y su relacin con el cristianismo en
la obra de Cristbal de Molina Christian Giovanni
Cancho - Incanni: un complejo funerario Wamalli
con indicios de arte rupestre Inca en el Alto Maran,
Hunuco-Per Carlo Jos Alonso Ordez Inga -
Observaciones a las excavaciones de rescate realizadas
por la Municipalidad de Ate-Ministerio de Cultura en el
sitio arqueolgico de Puruchuco-Huaquerones, Lima-
2013 Alberto Bueno Mendoza y Gori Tumi Echevarra
Lpez - La procedencia de los collis?: una propuesta y
perspectiva desde el Manuscrito de Huarochir, Lima-
Per Antonio Raymondi Crdenas.
Auspician:
REVISTA HAUCAYPATA
Lima-Per
mayo 2014
REVISTA HAUCAYPATA
Investigaciones arqueolgicas del Tahuantinsuyo
Index

Editorial 4

List of Collaborators 5

El Proceso de Abandono de Tambokancha (Zurite, Cuzco): acciones y ritos Incas de


clausura
Ian Farrington 6

Zoomorphic sculptures in the Archaeological Park of Sacsayhuaman, Cuzco: an


approximation to its symbolic understanding
Rodolfo Monteverde Sotil 31

The ushnu, the Inca highway and the huacas on the Altiplano of Chinchaycocha. An
approximation to strategies of appropriation and Inca territorial control, from of a reading
of the ritual landscapes and the astronomy
Jos Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvn 64

The shoes used by the Incas for the high mountains


Christian Vitry 91

Ethnohistorical sources and high altitude archaeology in the study of Inca mountaintop
shrines
Constanza Ceruti 110

Inca ritual landscapes. A view from the colonial chronicles


Ivan Leibowicz, Cristian Jacob, Flix Acuto y Alejandro Ferrari 123

Presentation of the book: Inca sacred space: landscape, site and symbol in the Andes,
2014. Frank Meddens, Katie Willis, Colin McEwan y Nicholas Branch (Editors). Archetype
Editorial. Londres
Frank Meddens 131

Editorials Norms 135

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