Llamas de Amor (Kwan Yin)
Llamas de Amor (Kwan Yin)
Llamas de Amor (Kwan Yin)
"COMUNICACION COSMICA"
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ENTREGA AL SERVICIO.
Hermanos que la luz del Padre llegue a sus corazones encendiendo la llama del amor.
Yo soy KWAN YIN y vengo a dedicar una lneas a los corazones afligidos de los
hermanos que hacen de stos sus propias sendas de victoria.
Cuando la luz del alma ilumina al ser interior, surge como el torbellino ms
potente, la necesidad de entregarse al servicio por la humanidad y con esta misma
energa, con ese mismo mpetu, el ser humano se lanza por las calles del dolor, de
la desesperacin, tratando de hacer algo por aliviar esas emociones que l mismo
siente lastimando su alma.
Formas de servicio.
Consolando el dolor ajeno, logra acallar momentneamente su propia desesperacin;
aligerando la carga de los que sufren, siente que su propia vida es necesaria para
sus hermanos; en la mirada de los nios o de los ancianos, escucha las voces
pidiendo a gritos un poco de amor; en los enfermos desahuciados, tras las pobres
vestiduras de los que mendigan en la calle escucha un desesperante llamado de
auxilio, y l, sintiendo la responsabilidad de su propia alma que le pide el
servicio, se desborda como un torrente de amor hacia todos aquellos que reconoce
como hermanos, sufre por los que sufren, llora por aquellos que ya no tienen
lgrimas para derramar, hace suyos los problemas del mundo y se siente desfallecer
cuando reconoce la magnitud de su misin.
Oracin silente.
De pronto vuelca toda esa angustia hacia su interior, traducindola en palabras que
se elevan como si fueran humo de un incienso, en que se est ofrendando el corazn.
Y el aroma que se percibe en los mundos celestiales por ese ser que ofrenda su vida
en holocausto de servicio, es msica gozosa que inmediatamente es respondida con
potentes rayos de energa espiritual; entonces el dolor se apaga, la angustia se
alivia y en la faz del discpulo una serena calma empieza a brillar, una poderosa
energa lo invade interiormente y regresa al mundo de su servicio sintiendo la cruz
ms ligera y ayudando a sus hermanos no nicamente con sus cargas, sino
proporcionndoles la energa para que ellos mismos puedan salir por su propio pie
de ese callejn en que la vida los ha colocado.
Nace as el verdadero discpulo del servicio, como una respuesta a su ferviente
oracin de ayuda, como una respuesta del cielo a su llamado angustiante de auxilio
y su vida se convierte en un faro de luz que disipa nieblas en donde hay
obscuridad, que alivia enfermedades en donde hay sufrimientos, que aporta el
consuelo an a los corazones ms encerrados y que extiende la mano para alcanzar a
aqullos que se han sumergido en los abismos; nada es imposible para un discpulo
en servicio, nada es incansable para aqul que se ha erigido como instrumento de
Dios, as sean las montaas ms elevadas, o los abismos ms insondables; el corazn
que habla en el lenguaje divino rompe las crceles, las barreras, franquea
distancias, disipa tinieblas, alcanza lo inalcanzable y engrandece aun lo
pauprrimo.
El poder de las energas del amor.
A todos ustedes que han hecho de su vida un servicio a la humanidad, yo les ofrezco
en nombre de Shamballa, el poder de las energas del amor, el poder de la energa
que cohesiona los tomos y las molculas y mantiene a los astros en su movimiento
armnico, ofrezco la energa que impulsa desde adentro a todas las criaturas del
universo.
No trabajamos solos.
Sigan adelante y lean estas lneas cada vez que sientan que su voluntad falla, que
las angustias los atrapan, que el fantasma de la soledad empieza a hacer su
aparicin; Yo estoy con ustedes all en donde se encuentre una mano presta al
servicio, hablar con ustedes, trabajar con ustedes y en el nombre de Dios,
nuestra labor, la suya y la ma, sern coronadas con el triunfo; por ms empinada
que sea la cuesta, o por ms negra que sea la noche, la energa del amor salvar
todos los obstculos.
Con la bendicin de mis hermanos y del Cristo, me despido por ahora con un hasta
siempre.
II.
CARTAS DE AMOR.
Amados Hermanos Yo soy KWAN YIN y tal como lo haba mencionado hoy estoy entre
ustedes. Mi contribucin ser en pequeos escritos que, a manera de cartas, irn
dirigidas hacia aquellos seres cuyas vidas se han turbado, por carecer de la fuerza
purificadora del amor; sern llamas vivas, llamas de amor, dirigidas hacia lo ms
interno de los seres, para llegar a tocar esas fibras que en algn lugar recndito
del corazn han quedado insensibles, por haber recibido dolorosos araazos en el
bregar de la vida cotidiana.
Cartas de amor para aquellos seres que envueltos en sombras, tratan de sobrevivir
en un mundo en donde las apariencias valen ms que las realidades espirituales, en
donde la jerarqua de valores ha puesto por encima de todo, la satisfaccin de los
deseos carnales, en donde la voz del dinero se escucha ms alta que la voz del
espritu.
He venido para regar con amor esos huertos resecos en donde antao florecieran las
ms bellas creaciones de Dios, pero que el miedo, la desconfianza, las plagas de la
incomprensin, el fro invierno de la indiferencia, trocaron los frtiles campos en
ridas tierras.
Soy la portadora de ese Aliento Divino y espero que en estas palabras surgidas de
la misma fuente con que Cristo consumi los pecados humanos, podamos hacer el
milagro de crear la vida en un mundo de muertos. Y en esta primera epstola, quiero
referirme a la Navidad, a esa estacin en donde el aroma de las flores vuelve a
perfumar el aire reseco que respiran los hombres.
Cristo-Luz.
Un 25 de Diciembre hace muchos aos, un beso de amor toc la tierra y confirm el
pacto que Dios mismo condensaba en un pequeo cuerpo humano; cada clula de su
cuerpo era luz comprimida, era una llama de amor que consuma todo lo que tocaba y
cada palabra, cada movimiento, cada pensamiento, era como el vibrar delicado de las
ctaras y lades que sublimaba la naturaleza humana, hasta hacerla percibir el
maravilloso mundo de Dios.
Y ese beso bendito camin por la tierra y su aliento cubri a los hombres con una
maravillosa esencia de amor y la humanidad, pequeas criaturas ignorantes,
recibieron esa energa y reaccionaron de la manera ms diversa, pero a todos lleg
y esas luces que conformaban su cuerpo, esos tomos de luz que eran pequeos soles
en el universo, quedaron regados por toda la superficie de este planeta, como una
herencia divina hacia las generaciones futuras de esta raza humana.
Cada chispita de luz proveniente de su cuerpo, sigue trabajando a donde quiera que
la naturaleza misma la lleva, ya sea purificar las aguas de los mares, limpiar las
aguas de los ros, iluminar la atmsfera que respiran las mentes humanas, o
fecundando los campos a donde ha llegado, pero cuando esos tomos de luz son
recibidos por la gloriosa ley del Padre en algn ser humano, su vida toda se
transforma y sus pasos se reorientan hasta consumirse en esa misma llama que anim
a Cristo cuando pis la tierra.
Benditos aquellos que han tenido el amor de poseer un tomo del Cristo;
bienaventurados los otros, los que siguen las huellas de ese amor, porque reconocen
en l la senda que el Padre ha dejado marcada para su evolucin.
Bendita humanidad que duerme, pero que ahora mismo, la aurora de un nuevo da
empieza a asomarse ya por el horizonte, anunciando una era de amor, de luz y
armona.
Esperanza y responsabilidad.
Hombres de la tierra, hijos de Dios, la Navidad es el smbolo permanente de la
esperanza de que el da del despertar se est acercando, de que el da llegar en
todos los corazones; permanezcan unidos en sagrados lazos luminosos y las voces en
coro se levanten a un tiempo, para entonar la nota que el universo reclama a este
planeta.
Mi amor queda entre ustedes y la luz que les dejo llvenla mas all, hasta los
lugares ms recnditos de los corazones humanos, para que hasta el ser ms
infortunado sepa: Que la distancia que lo separa de Dios, es exactamente igual que
la distancia que separ a Cristo de l.
Lleven estas lneas a los corazones oprimidos para que beban el consuelo de ese
amor que no pide nada, sino tan slo ser aceptado.
Llvenlas tambin a los enfermos, para que su atencin no se ponga en ese cuerpo
que por designios misteriosos no ha sido lo armnico que ellos desearan; sepan que
mas all de todas las apariencias, el espritu humano vive en eterna armona y
comunin divina y que en ese reino de luces no hay lugar para los dolores.
Llvenlas a todos, para que cada quien sepa y tome de ellas el mensaje que su
corazn le pide y que su mente no encuentra. Con todo mi amor, como un regalo para
ustedes.
III.
PARA TI.
A ti que llevas un dolor en tu alma, a ti a quien los trinos de los pjaros no
logran hacer olvidar tu pena, a ti que sufres en silencio pensando que nadie
comprende la magnitud del dolor que llevas, a ti que te sientes olvidado por los
ngeles del cielo y por el Dios Omnipotente.
A ti van dirigidas estas palabras: Porque hasta an el zumbido de las moscas en su
volar silencioso, es escuchado por el odo atento de Dios de los cielos, y aunque
El te ha hablado, aunque El ha dirigido hacia ti los rayos del sol para que
alumbren tu interno, t persistes en tu soledad ignorando esas muestras de amor
infinito.
Aun cuando El ha hecho florecer miles de plantas a la orilla de tu camino, t las
has ignorado y has seguido de frente sintindote solo.
Aun cuando El ha puesto cerca de ti muchos nios con sonrisas en sus labios, tus
ojos y odos se han cerrado para todo aquello que no sea tu dolor.
Aun cuando Dios mismo te ha hablado desde muy adentro de tu ser, hacindote
recordar los momentos felices que has vivido en tiempos pasados, tu mente obstinada
contina reviviendo esos instantes de dolor que han cambiado tu vida y que ahora
prefieres recordar, en lugar de pensar que el dolor ya pas y lo que vives ahora es
un mundo distinto, diferente, que slo espera tu atencin para volver a tomar color
y alegra dentro de tu ser.
Mira que eres esclavo de los recuerdos y que stos rondan tu cabeza como si fueran
fantasmas de tristeza, que se regocijan en mantenerte en ese estado de depresin.
Date unos instantes, tan slo unos momentos, pon atencin a estas palabras y dirige
tu mirada a ti mismo preguntndote : por qu sufro? y esa razn, por ms poderosa
que sea, se encuentra ya en tu pasado, en tu historia, es tan slo un recuerdo, no
es un presente, lo que en tu presente te aqueja, es la imposibilidad de aceptar eso
que te ha pasado.
Ahora, sigue en estos momentos de reflexin pensando as: Mi vida es ahora distinta
y no me es posible saber si maana tendr alegras o fracasos, por lo tanto, debo
gastar mi vida lamentndome de cosas que han pasado? o buscar vivirla aceptndola
tal como Dios mismo me la ha dispuesto?. De tu respuesta depender probablemente tu
felicidad futura.
Eleva tus ojos al cielo y observa ese Sol que te alumbra, o esa Luna y Estrellas
que adornan la cpula celeste bajo la cual moras, mralas y piensa: ellas son
eternas, han permanecido all desde hace miles de aos y continuarn all miles de
aos ms, mi vida es como el mar que se agita al llegar a la playa y se convierte
en olas que suben y bajan y arrastran las arenas. Pero ms adentro, en lo ms
interno de mi ser, mora el gran ocano en calma, infinito, inmutable, sin los
vaivenes de las olas en la playa, sin mis altibajos que mi conciencia humana me
hace pasar.
Dnde ests misteriosa alma humana que moras dentro de m y que sutilmente percibo
sin llegar eternamente a comprender?. Y ahora esta voz te responde: estoy tan
dentro de ti, que ni el ms interno de tus huesos lograra siquiera acercarse a la
periferia donde resido; estoy en cada clula de tu cuerpo y an estoy en cada tomo
de luz que conforman esas clulas; soy tu conciencia Divina, soy tu Dios interior,
soy tu contacto permanente con el Creador de todas las cosas, y soy tambin la
garanta de tu felicidad , y tu paz interior se encuentra siempre dentro de ti.
Qu dolor puede ser tan grande que mi poder no pueda vencer?, qu tristeza puede
hundirte al grado de que sientas separarte de m?. Entiende que es tu resistencia a
aceptar las cosas, la razn de tu tristeza; entiende tambin que en el girar de los
mundos y en las leyes que gobiernan a este Universo, la separacin de dos seres,
las enfermedades del cuerpo y todo aquello que pudiera haberte causado esa
tristeza, son manifestaciones temporales de una misma esencia que es eterna.
Penetra en los misterios del cosmos, siente tu grandeza cuando mires al mundo y
sepas que t eres responsable de esa creacin; olvida momentneamente tu pequeez
con todos los dolores que van asociados a ella, y elvate por las cumbres de las
montaas ms altas para percibir de una ojeada, el gran reino que fue puesto bajo
tu cuidado.
Qu tristeza o que dolor puede ser tan grande, que te haga olvidar la gran
responsabilidad que tienes para con el Universo?. Hombre pequeo, reconoce que eres
pequeo nicamente en tu comprensin, pero de la misma manera como una pequea nuez
rompe su dura cscara para convertirse en un frondoso y majestuoso nogal, de la
misma manera Yo espero y esperar eternamente, a que t rompas la dura corteza de
tu inconsciencia, y puedas erguirte majestuoso, tomando plena posesin de tu
Divinidad.
No importa lo que pienses, no importa lo que sientas, todo es temporal; hoy sufres,
maana reirs, y despus volvers a sufrir, hasta que entiendas que esos cambios en
tu conciencia, son derivados de tu escasa comprensin y al alejamiento que tienes
de esa fuente interior desde donde te estoy hablando.
Recuerda siempre que no importa donde te encuentres, no importa la situacin,
estado de salud o de conciencia en que ests morando, Yo moro dentro de ti, en cada
tomo, en cada rgano; y en cada pensamiento que t emanas, parte de mi energa va
con l, soy t mismo pero desde muy dentro de ti; por eso, ahora, que escucho tu
dolor y siento tus reclamos, te hablo y hago un llamado para que abras tu mente y
percibas la luz que te estoy enviando.
El amor es vida, es energa y es el motor de la existencia.
Los corazones humanos muchas veces actan como crceles cuando han sentido los
rasguos de la incomprensin humana, pero si es triste contemplar la ignorancia de
los hombres, mas triste es observar corazones encarcelados. Quita las cadenas de tu
corazn, vuelve a encender la antorcha del amor y entrgalo a cuanto ser encuentres
a tu paso, porque debes saber que el amor es para el hombre, lo que el agua es para
las plantas, es la vida, es la energa y es el motor de la existencia.
Recurdalo siempre y cada noche, cuando presa de tu tristeza y de tu dolor vuelvas
a sentir soledad, toma estas lneas y repitindolas en voz alta, reptelas una y
mil veces, hasta que sientas que esta voz proviene de ti mismo, hasta que sientas
Mi presencia en ti, y a mi amor inundndote y desbordndose de adentro hacia
afuera.
Si lo haces, sers una flor renacida, la primavera volver a llegar a tu vida y el
fro invierno se alejar de ti. Un nuevo sol alumbrar tus pasos y la vida entera
retomar su curso, porque una flor se ha abierto nuevamente.
IV.
QU ES LA FE?
Hermanos: Escuchen esto con mucha atencin porque hoy cantaremos a la Fe.
Estas palabras irn dirigidas a los que sufren, a los que se sienten solos, a
aquellos que luchan y se sienten desmayar a mitad del camino, a aquellos que se
creen demasiado alejados de Dios, a los que sufren pensando que sus pecados son tan
grandes que eternamente sufrirn la condena sin ninguna esperanza, y tambin para
aquellos que no creen ms que en ellos mismos, pero muy en lo interno saben que eso
es tan slo una postura psicolgica.
A todos ustedes les dir:
Que Dios est con ustedes, que no importa dnde se encuentren, porque si entre
todas las arenas del desierto un pequeo polvo de arena clamara a Dios pidindole
ayuda, ese polvo sera levantado inmediatamente y bendecido en toda su gloria.
Si una hoja de entre los millares que existen en la selva levantara su voz
pidiendo a Dios, esa hoja sera escuchada y sera bendecida por voluntad de Dios.
Si una sola clula de entre todo su cuerpo pidiera ser atendida en su sufrimiento,
esa clula sera encontrada y consolada inmediatamente por los misterios divinos,
porque Dios es la fuerza que conecta a todas las criaturas a una fuente infinita de
poder, y nada existe que pudiera decirse separado de ese poder inconmensurable que
es Dios.
Podran desatarse las tormentas, y entre relmpagos y truenos verse perdida de
pronto una criatura del Seor, pero bastara que murmurara su nombre para que la
tormenta hiciera un espacio de calma alrededor de ese ser que ha orado con fe.
Podra tronar la tierra y derrumbarse los muros, podran caer edificios enteros y
entre llamaradas de incendios y explosiones, la fe de los justos los llevara a
salvo entre toda esa confusin.
Donde hay fe no hay temor.
Donde hay fe est la fuerza y el poder divino trabajando alrededor, porque la fe es
la fuerza que conecta al ser con todo su poder interior, la fe es la puerta que da
paso a la Divina Presencia en el hombre.
Podra verse alguien de pronto envuelto completamente entre nieblas, agobiado por
los horrores de los vicios o por el peso de sus pecados, sumido completamente en la
ms espantosa degradacin humana, pero mientras su corazn sienta y su mente pueda
murmurar para llamar a Dios, esa fuerza lo levantara de entre los escombros de su
vida, para situarlo en el ms alto pedestal de la dignidad humana, porque no hay
hombre ms digno de vivir una vida, que aqul que es movido por la fe de Dios.
Qu importa todo lo que haya pasado antes, qu importa la calidad moral de un
pasado, si de pronto, nuestra puerta se abre para dar paso a la presencia de Dios.
La fe es un blsamo bendito que libera de sufrimientos a la persona que la profesa.
La fe es la cura milagrosa para los dolores del pasado y abre los ojos para un
porvenir glorioso.
Dios es la presencia omnipotente permanentemente presente en todo ser, y es el
hombre el nico capaz de accionar esa energa, porque la fe no viene de afuera.
Podrn escuchar mil discursos llenos de amor, podrn asistir a mil iglesias en
donde se hable del Seor, podrn clamar mil veces por la ayuda para despertar esa
fe, pero siempre al final cada quien deber hacerlo solo.
Esa fe es la que nace del corazn, la que nace de ese encuentro solitario e ntimo
que el ser experimenta cuando cerrando sus ojos y apretando sus manos contra el
pecho, reconoce que su vida puede mejorar y debe mejorar; reconoce que su
existencia es debida a un magnfico poder que mueve los mundos y dirige la
evolucin de todas las criaturas.
Esa fe nace de reconocerse fruto, hijo bendito de una manifestacin incomprendida,
inconmensurable y omnipresente. Esa es la fe que mueve montaas, las montaas de
iniquidad, las montaas de dolores, las montaas de recuerdos, las montaas de
rencores, esa fe que nos permite dejar en paz a todos aquellos que nos han
lastimado.
Esa fe que nos abre los ojos hacia un futuro prometedor y nos quitas las manos de
nuestro propio cuerpo para llevarlas hacia una vida creativa y til. Esa es la fe
que elimina los sentimientos de autoconmiseracin, para convertirlos en una eterna
alabanza a ese Rey de Reyes.
Esa es la fe que mueve las vidas de aquellos que escriben la historia, es la fe que
impulsa al marino a embarcarse en el mar y la fe que mueve a los alpinistas a
escalar las ms altas cumbres, la fe que dirige a los cirujanos en las ms
delicadas operaciones.
Es la fe que hace rer a los humildes aun sin tener nada que comer, la misma fe que
brilla en los ojos de los nios aun sumidos en la miseria, la misma fe que reflejan
los padres cuando ven en su cuna al recin nacido, es la fe que siente la madre
cuando poniendo la mano sobre su vientre, recita dulces palabras a ese fruto de su
amor que se encuentra en gestacin.
Es la fe que hace madurar los frutos en los rboles de la naturaleza, la fe que
mueve los ros en su camino al mar, la que vibra en los corazones humanos cada vez
que hay Navidad, la que inspira, la que mueve, la que motiva, la que despierta, la
que agiganta.
Esa es la fe que hace santos a los santos, la fe que llev a Cristo a la
resurreccin, la fe que ha guiado a los hombres desde el inicio de los tiempos, la
misma fe que llevar a todos ustedes de retorno al Padre.
Estas son mis palabras y con ellas dejo mi bendicin entre ustedes.
V.
LA VIDA ES UNA ESCUELA.
Hoy hablar a esos cuerpos cansados que han visto pasar muchos inviernos, que han
visto caer las hojas de los rboles muchas veces, que han visto correr los nios
por las rutas de la vida ansiosos de crecer, para luego verlos marchitarse ante los
dolores de la vida.
Hoy quiero hablar a esos rboles grandes que han cobijado muchas veces nidos de
pajarillos, que los han visto alimentar a sus polluelos, ensearlos a volar, para
finalmente ver como cada uno emprende el vuelo y dejarlos nuevamente vacos.
Hablo para esos robles maduros de quien nadie se acuerda, slo cuando es preciso
refugiarse en sus hojas. Para esos seres que lo han dado todo a sus retoos, y
luego stos han corrido en busca de sus propias vidas. Para los que entienden de
soledad, para los que saben lo que es el tiempo, para los que prefieren vivir
recordando y no esperan ya mucho del futuro.
Hablo para ustedes, y a todos les digo lo mismo: Que volteen hacia arriba y
observen ese Sol que los est alumbrando, y que si ustedes han sufrido de soledad,
ese Sol que hoy los alumbra, ha visto pasar a miles de ustedes y muy pocos se
acordaron de l, y si ese Sol es tan slo un representante de Dios en la tierra,
cmo creen que Dios sentir cuando ve pasar a miles de sus hijos sin acordarse de
El?.
Dios enva a los hijos a la tierra a que cumplan con un trabajo sagrado y
grandioso; pocas veces se acuerdan de El, pero cada uno de ustedes sufre sintiendo
que sus propios hijos no los recuerdan a ustedes. El tiempo transcurre, la vida se
acaba, y conforme pasa el correr del tiempo, el sufrimiento crece porque la soledad
aumenta, sin embargo, hay alguien que se regocija de esto. Mientras ustedes en su
sufrir voltean a ver a sus hijos suspirando por una sonrisa, o una caricia de esas
manos que tantas veces tuvieron entre las suyas, el Padre los mira a ustedes con
los mismos deseos con que ustedes miran a sus hijos. El Padre sabe que tarde o
temprano ustedes regresarn a El y por eso su espera es confiada, alegre, sabiendo
que cada vez estn ms cerca.
Y ese Padre que tantas veces les regal amor, ustedes muchas otras lo ignoraron, y
lo ignoraron porque no supieron entender que el amor que Dios les daba, se los daba
en el amor de sus propios hijos, se los daba en cada dulzura que la vida les
presentaba, se los daba en cada momento de risas y de gozo por el que ustedes
pasaban, y Dios no les pidi una palabra de agradecimiento, gozaba en sus alegras
y lloraba en sus tristezas.
Pero ahora que el paso del tiempo ha puesto nuevamente muy cerca de sus Manos a
todos ustedes, su entusiasmo por recibirlos crece a cada instante, y cada momento
que pasa es para El un momento de felicidad; sabe que este sufrimiento de soledad
es momentneo, cada uno de ustedes ha cumplido ya su misin, cada uno ha dejado
algo a su paso por la vida, y se acerca la hora de retornar a casa.
Cmo habr de recibirlos si por tanto tiempo ustedes se han mantenido alejados de
El? Con qu cario, con qu amor los estrechar en sus brazos si por tanto tiempo
ustedes lo ignoraron?.
La vida es una escuela en donde cada uno aprende dependiendo de las lecciones que
estudi. Dios dej a cada uno de ustedes hacer su vida para que aprendieran, y cada
uno de ustedes deber hacer lo mismo con sus respectivos hijos.
Hay un momento para ser padres, otro momento para ser gua y otro momento para ser
amigo de sus hijos. Ellos deben sentir la misma libertad con que ustedes vivieron
sus respectivas vidas, y ahora tiempo es de preparar el camino de regreso a casa.
Volteen sus ojos hacia el Sol, volteen sus ojos hacia las estrellas y la luna; all
arriba en algn lugar del cielo hay alguien que los est esperando, y todo el amor
que hayan sentido en la tierra, no podr ser comparable con el infinito amor con
que el Padre los recibir.
No importa cules hayan sido sus acciones; no importa que ustedes se sientan
culpables, doloridos o gozosos; si ustedes mismos seran capaces de perdonar a sus
hijos sin importar todo lo que stos les hayan hecho, que podran pensar de su
Padre Dios cuyo amor es infinito, y para quien ustedes son tan slo pequeos nios
aprendiendo a vivir. En su amor no existe el pecado, en su amor no existen los
castigos.
Volteen su vista al Padre y preparen su regreso dejando en paz su corazn, y
agradeciendo cada momento que la vida les d, porque una nueva luz empieza a
alumbrar sus corazones.
Con todo mi AMOR.
VI.
"GRACIAS" A LA MADRE TIERRA.
Amados hermanos: Que el Amor del Padre se desborde entre ustedes.
Mis palabras ahora van dedicadas a la madre naturaleza. Ser ste un canto a la
vida, un canto de agradecimiento a esa madre que tanto nos ha dado.
Gracias madre porque nos has dado la luz del da que nos impulsa al trabajo, y
llena de frutos nuestras manos.
Gracias por esas tibias noches con que proteges nuestros sueos y embelleces
nuestros amores.
Gracias Tierra, por las flores que nos concedes para iluminar nuestros campos,
alegrar nuestras vidas y sentir el amor que el Padre nos tiene.
Gracias por tus montaas que ante su vista majestuosa, percibimos la grandiosidad
de este rincn en que moramos.
Gracias por el azul de tus mares que inspira en nosotros la admiracin por Dios, y
nos permite asomarnos a un maravilloso mundo que sin comprender, admiramos.
Gracias Tierra por tus arroyos y ros, porque llevas en tus aguas los lamentos de
dolores lejanos y las alegras de las vidas en flor.
Gracias por tus lluvias, porque nos limpian el aire y la mente, y nos permiten ver
renacer las plantas como el smbolo innegable de una vida eterna.
Gracias por tus aromas que nos motivan a vivir en un dinamismo constante, que hace
nacer en nuestras mentes la necesidad de vivir en armona, y nos recuerdan la
veneracin que debemos tenerte por ser el hogar de nuestros padres y nuestros
hijos.
Gracias amada madre Tierra, porque nos has cobijado por muchas generaciones, y has
recibido en tu seno tantos dolores y tantos amores, que t nos comprendes ms que
nosotros mismos.
Gracias por recordarnos que nuestro origen y destino estn en tu suelo.
Gracias por tus enseanzas que nos hacen comprender lo temporal de nuestras vidas
carnales, y lo eterno de nuestro espritu.
Gracias por entendernos, gracias por cobijarnos, gracias por renovarte ao con ao
en tus primaveras, porque as nos vemos a nosotros mismos, renacer en nuestros
hijos y despus en nuestros nietos.
Gracias por ensearnos que la vida es continuidad de existencia en nuevas formas.
Gracias por explicarnos que la inmortalidad reside en poder perpetuarse en su
descendencia.
Gracias por la luna que nos alumbra y que T maravillosamente la conduces por
nuestros cielos.
Gracias por ese Sol a quien T has desposado, porque entre ambos nos ensean la
dualidad que existe en todo lo creado.
Gracias por alimentarnos.
Gracias por la msica de tus vientos y el rumor de las aguas de los ros.
Gracias por el trinar de los pjaros y el aleteo de las mariposas.
Gracias por la sonrisa de los nios y la caricia de los ancianos.
Gracias por tus maanas que anuncian nuevas alegras, y gracias por tus atardeceres
que preludian el descanso.
Gracias a Ti porque eres para nosotros la madre que nada pide y que todo da.
Con todo mi Amor como un homenaje para Ti en este da.
Gracias Tierra.
Gracias!
VII.
LA DIGNIDAD HUMANA.
Queridos hermanos mos: Yo soy KWAN YIN y he venido nuevamente a dedicar unas
palabras a todos ustedes. He venido a hablar de la dignidad humana.
Por qu de la dignidad humana?.
Porque ser digno como ser humano significa tener derecho a vivir, a expresar su
opinin, a pensar por s mismo, a tener opciones y decidir la ms conveniente. Ser
digno es tener derecho a ser feliz en la tierra.
Voy a hablar de dignidad, de esa dignidad que nace cuando el ser humano sabe que
sus pasos los est dirigiendo por la ruta que su mente le indica. Esa dignidad que
es posible observar en la mirada de los nios cuando reclaman inocentemente a sus
padres: por qu me castigas? Esa dignidad que surge del alma de una nia cuando
mira a su padre y le dice: padre por qu me quieres tanto?. Aquella que sale de
los labios de un jovencito que le pide tambin a su padre explicacin dicindole:
por qu me exiges que no diga malas palabras cuando t las repites a cada
momento?. Esa dignidad que los nios de hoy manifiestan cuando a una voz gritan:
por qu se enfadan con nosotros si tan slo hacemos lo mismo que ustedes nos han
enseado?.
Esa dignidad que se va perdiendo cuando el ser humano empieza a entender que una
vida es la que l cree correcta; pero otra muy diferente la que esta viviendo. Esa
dignidad que se va acabando cuando su mente le dice: "No tomes" y prefiere escuchar
la voz de sus amigos inducindolo al vicio.
Por eso quiero hablar de dignidad, para hacerles ver que la mejor forma de
mantenerla es escuchando dentro de s mismos la voz del alma diciendo:
Camina por aqu... sigue adelante... tu vida es tuya y solo t debes decidir en
ella.
Camina adelante y no te detengas, porque aun cuando las piedras; estorbaran tu
camino siempre habr una manera de rodearlas.
Pon tu vista en los cielos mientras tus pies caminan entre la tierra .
Cuida de no ensuciarte por dentro porque tus vestiduras blancas slo se lavan en
sufrimientos.
Recuerda el tierno mirar de los nios, porque t, para ellos, eres... el camino.
Sabia dignidad que guas a los hombres por el sendero interior, allanando los
prados; abrillantando el verdor despidiendo el aroma de un tibio amor.
Levanten sus ojos hombres andantes porque slo la luz los ver triunfantes.
En los valles y en las cimas, en obscuros laberintos slo el alma sabe donde est
el infinito.
No importa si se ven envueltos en pecados... no importa si los vicios los han
apedreado... no importan sus vestiduras sucias. A ustedes, Dios, los ha aceptado.
Cada hora y segundo, cada minuto de dolor ha dejado en sus almas el refugio del
amor.
Junten sus manos en el corazn, llenen su boca de esta oracin y la dignidad,
hermanos mos, ser siempre su cancin.
Con todo mi AMOR para ustedes.
VIII.
CANTO A LA LIBERTAD.
Hermanos: Nuevamente estoy con ustedes.
Hoy he venido a hablar de todos aquellos que han hecho de su vida un canto a la
libertad, porque es la libertad la suprema herencia del espritu, es la libertad la
capacidad de desplegar las alas y remontarse a las alturas, sin tener mas lmite
que la bveda celeste y nuestra capacidad para mantenernos en vuelo.
Es esta libertad la que ha costado millones de vidas en todas las pocas de este
planeta, por esa libertad muchos padres han dejado el hogar para no regresar nunca.
Muchos hijos abandonan el hogar por sentir demasiado pesadas las rejas que impiden
su movimiento. Muchas madres han cargado con sus hijos a cuestas, an a costa de
sus propias vidas, se han lanzado a aventuras inciertas para poder dejarles a sus
hijos que respiren esos aires de libertad.
Mucha sangre ha corrido en las calles, muchas lgrimas han sido derramadas, muchos
han visto morir a sus hijos luchando por la libertad; y ahora, en estos momentos en
que esta palabra empieza a ser entonada por el corazn de tantos miles y miles de
seres en este mundo, hoy tambin deseo hacerles llegar la ma para gritarles:
adelante!, por que no hay lucha ms meritoria que aquella que busca la libertad, y
si han de caer los poderosos, si han de caer los dictadores que sea hecho esto lo
antes posible, porque hoy la humanidad no desea or la palabra esclavitud, ni
quiere vivir encerrada en pases que mas bien parecen crceles federales.
Cul ser la fuerza que pueda mantener agachadas las cabezas de miles y miles de
ciudadanos?, qu poder en el mundo podra detener a una multitud que pide y exige
libertad de pensamiento, de accin, libertad para respirar un aire puro, en donde
cada quien pueda pensar, hablar y decidir su vida sin tener que cuidarse de lo que
les pueda pasar?.
El mundo, la humanidad, est despertando a un nuevo amanecer, ya no es posible
mantener la bota de los soldados sobre el cuello del pueblo, los das estn
contados para todos aquellos gobernantes que han fundado su poder en el temor y la
represin, ms les valiera reconsiderar sus caminos y permitir la libre expresin
de una humanidad que despierta de su letargo, la paloma de la libertad lleva en su
pico un ramo de olivo, porque ha encontrado tierra y ha posado sus pies en los
corazones de los hombres de este mundo.
Qu dirn los dictadores cuando los hijos, los pequeos nios de esos padres que
han dado su vida por la libertad, los miren a sus ojos y les pregunten: "por qu?,
por qu lo has matado?, si tan slo buscaba un pas libre para dejrmelo como
herencia".
No habr rbol que cobije a los dictadores, no habr sombra que los proteja de los
candentes rayos del sol de la libertad que hoy empieza a iluminar las conciencias
de los hombres, porque est en la herencia de la humanidad y desde el momento mismo
del nacimiento, el nio sale del claustro materno pidiendo libertad, el nio llora
cuando le impiden moverse, cuando le impiden salir a disfrutar los rayos del sol.
El joven se rebela cuando las puertas de su casa le son cerradas, y el adulto
igual, cuando a su mente no le puede dar libre expresin por temor a ser reprimido.
El hombre es un ser libre que ha sido entrenado a vivir en esclavitud, pero ahora
el mundo ha cambiado, nuevas reglas, nuevos cantos, nuevos rdenes sociales,
empiezan a hacer valer sus derechos en el mundo.
Hoy las notas de un himno diferente han sido entonadas en el mundo y muy pronto los
cuatro rincones del planeta vern aparecer con letras doradas sobre el cielo de
cada uno de los pases, la palabra libertad.
Que cada uno de vosotros eleve en el silencio unas palabras por todos aquellos que
han hecho posible este gran logro que hoy la humanidad empieza a saborear.
Salve a la vida de los grandes hombres!.
Salve a la vida de aquellos que por drsela a otros, la han perdido!.
Mi AMOR entre ustedes por siempre.
IX.
VIAJANDO POR EL MUNDO.
Por esta vez no dedicar mis palabras a alguien en particular sino a todo el mundo.
Quiero llevarlos en un recorrido por la naturaleza a todos ustedes que hoy me
escuchan o leen estas palabras.
Quisiera comentarles lo que he visto en el transcurso de mi vida, lo que he
percibido por ejemplo en los verdes prados de los campos suizos, en donde las
flores se abren alegremente cada vez que un rayo de sol acaricia sus botones,
mientras el viento las mece suavemente.
He visto los ojos de una tierna chiquilla arrancar estas flores para llevarlas a
regalar a su maestra, y lejos de all, he podido tambin observar la majestuosa
belleza de las altas cumbres nevadas que como reales coronas engalanan las montaas
de la India y del Tbet, guardianes del mundo, polos magnticos en donde son
enfocadas las energas del cosmos para la tierra.
He visto mirar a esos monjes con rostros inexpresivos hacia el mundo de hoy, y he
sentido su profundo amor a la naturaleza de Dios que trabaja a travs de los
hombres. He captado detrs de esos pequeos ojillos que difcilmente dicen algo
cuando son vistos por los ojos fsicos, pero que son todo un poema de belleza y
sabidura cuando son captados a la luz de la intuicin.
He visto el andar cansado de los viajeros del desierto, he visto las huellas que
dejan a su paso en sus acostumbrados recorridos de oasis en oasis, he visto cmo
ignoran a los espejismos y cmo saben identificar las rutas perdidas en medio de
ocanos de arena. Los he visto guiarse de una manera misteriosa hasta llegar a
donde la vida florece en medio de la arena, y cuando sus manos son sumergidas en el
precioso lquido, he captado tambin el agradecimiento que elevan a Dios, por
mantener esas perlas escondidas en medio de tanta desolacin.
He visto como un nio se levant temprano, sali al jardn, recogi las flores ms
hermosas que encontr en l y, despus, rpidamente cruz la distancia que lo
separaba del cementerio, se acerc a la tumba de su madre muerta, las deposit en
ella con un inmenso amor, escuch sus palabras decir al Padre: "Cudala Padre
porque ella ha sido muy buena conmigo". Lo he visto levantarse y alegremente con la
conciencia limpia de haber cumplido con una diaria misin en sus cortos aos de
vida, alejarse corriendo a la escuela.
En medio de los campos he visto multiplicarse estos milagros de amor: en los
venaditos que nacen sin que nadie los atienda, en las flores que florecen en medio
de zarzales, en las alegres cascadas que son refugio y alimento de miles de
especies, y an en medio de las ciudades en casas semiderrumbadas, en donde una
pandilla de nios de poco menos de doce aos, se dan la mano unos a otros y
prometen ayudarse en sus mutuos problemas.
He visto todo esto y comprendido que en el mundo el amor canta a cada momento, que
no importa a donde vayamos, podemos ver siempre reflejada en la naturaleza o en los
seres humanos, esas notas de armona que Dios ha puesto como su sello personal en
toda la creacin, y cuando miro a esos corazones secos, encerrados en crceles de
odios y resentimientos, mi amor se multiplica para hacerles llegar de todo aquello
que yo percibo en mis recorridos por el mundo, los miro directamente a los ojos
buscando que mi amor penetre hasta lo ms interno de su ser y parceme ver que en
sus corazones existen cadenas amarradas a un pasado, parceme sentir un inmenso
temor de ser nuevamente lastimados cuando buscan dar su propio amor.
A todos ustedes que leen estas lneas les recuerdo: Tienen dos manos y una boca a
travs de la cual pueden manifestar su amor, salgan a la calle, a la caza de esos
corazones maniatados por el temor y los resentimientos, extiendan su mano franca
mientas su voz predica estas palabras, repitan lo que hoy han escuchado, y que sus
ojos puedan visualizar cmo las cadenas caen rotas dejando libre un corazn para
amar nuevamente.
Hoy el mundo se abre como una flor en primavera y eleva sus notas de amor
perfumando a este sistema solar, como nunca antes haba sido hecho. No permitan que
las ideas inquietantes de futuros tenebrosos o inciertos, interrumpan esta sinfona
de amor y hermandad que empieza a orse y a extenderse por los cuatro rincones del
planeta.
Que aquellos que se sienten bien anunciando futuras catstrofes permanezcan
silenciosos ante ustedes, porque hoy es el amor el que canta y maana ser la
libertad la que llegue.
No olviden estas palabras y hganlas suyas por siempre.
X.
LA VIDA AL SERVICIO.
Cuando la msica celestial ilumina las almas desde adentro, no hay gozo ms grande
que el de contemplar la armona de la creacin desde ese estado de paz interior que
se alcanza, porque una vida que ha sido consagrada al Dios de los seres, es como
una vela cuyo aroma se difunde por el espacio como un canto de amor y de servicio a
la humanidad.
Hoy hablo para todos aquellos que han decidido entregar su vida al servicio, hablo
para todas aquellas flores que han decidido abrir sus ptalos en medio de las
zarzas y del fango, para aquellos que se han vestido de blancos ropajes para
caminar entre densas cinagas de pecados humanos, porque son ellos la respuesta de
Dios a las oraciones de los hombres. Son ellos las blancas palomas que bajan a la
tierra de vez en cuando, como muestra de que Dios ha escuchado las oraciones de los
sufrientes.
Cuando a su paso encuentren a uno de estos ngeles vestidos en ropas humildes o con
gran elegancia, en cuerpos de nios o de ancianos, no pasis a su lado sin
deteneros un momento y decirle: Bendito seas, porque tu trabajo lo hemos aceptado y
reconocido como que viene de Dios.
A esos seres que calzados en sandalias van pisando las piedras y las espinas,
dirigindose a los lugares ms humildes, ms sufrientes, para extender una mano a
los que lo necesitan, a todos ellos se les dice: Aqu estamos con ustedes, porque
la fortaleza que los gua es mantenida por el amor de Dios y esa energa nunca
podr detener a aquellos otros, que vestidos de misioneros o en medio de las
grandes urbes, han logrado crear pequeos oasis de compasin y amor en medio de las
selvas de asfalto y acero, tambin a ellos les decimos que en esta hora, el Amor
Divino est con ustedes.
No hay soledad ms grande que la que siente el corazn sin amor, pero no hay
satisfaccin mayor que la de un corazn que ama y puede hacer a otros amar por
igual. El que siente el amor se consuela, pero el que ensea a amar se glorifica.
El que recibe un servicio agradece, pero el que lo da se santifica.
A todos vosotros guerreros de la luz, lotos blancos abiertos en las noches
obscuras, reciban de Dios estas palabras de agradecimiento y llvenlas presentes
siempre en sus horas de servicio.
Cada uno de ustedes que se ha convertido en las manos de Dios trabajando en la
tierra, son como una extensin de El, que nuevamente toma carne en ustedes para
hablar por sus bocas, ver con sus ojos y amar con su corazn, a todas las criaturas
que los rodean.
Si alguna vez sintieran desfallecer sus fuerzas, si alguna vez sintieran necesidad
de cobijarse en el seno del amor, tomen estas lneas y cuando lleguen a este punto
entiendan una cosa: que Dios est tan cerca de ustedes que los mira desde adentro,
que su amor por ustedes es tan grande, que a travs de ustedes abarca a todo el
mundo, que ustedes son para El como las lgrimas que se derraman de dolor por la
inconsciente humanidad y de alegra, porque puede trabajar por ellos.
Son, cada uno de ustedes, gotas de amor hechas carne por Voluntad Divina, para
llevar a una humanidad que sufre, un rincn del paraso que les espera, cuando
todos puedan vivir la vida del espritu.
Sintanse fuertes en ese amor y anden sus caminos con la certeza eterna de que el
Padre est con ustedes.
Con todo mi AMOR como un homenaje a sus servicios.
XI.
EL INICIADO.
Hermanos: Yo les pregunto:
Sera ms bella la rosa si le quitramos las espinas?, sera ms bello el loto si
lo arrancramos del fango y lo sembrramos entre flores y campos de amapolas?.
Dnde es ms bello el santo: en medio de la obscuridad, entre dolores y tragedias,
o extendiendo sus brazos a aquellos que como l han vencido a las adversidades?.
Dnde es ms hermoso un rayo de luz: en las entraas de una caverna profunda y
obscura, o en los campos verdes y soleados de una maana primaveral?.
Ciertamente la luz es ms hermosa cuando penetra en las tinieblas. El santo es ms
bello cuando trabaja en las obscuridades de los hombre, y las rosas sera imposible
percibirlas como algo que florece por encima de los dolores, si le quitramos sus
espinas. El loto jams representara la esperanza de la redencin, si lo viramos
perdido entre flores bellas y aromticas. Por eso es que en esta tierra los goces
del espritu son tan profundos y hermosos; porque han nacido en medio de las
tristezas y de los sufrimientos.
La vida de un Iniciado es la vida de un renunciamiento y cuando sus ojos se abren a
la realidad espiritual, es un loto florecido del fango, una rosa que corona un
camino de espinas, una luz que anuncia el sendero a la iluminacin, es un enviado
que muestra el sendero a la glorificacin.
Por qu el mundo espiritual no concede a sus seguidores nicamente la paz y la
armona interior?.
Porque cada uno de ustedes decidi un da compartir ese mundo de luz con sus
hermanos menores y eligieron inmolarse en medio de los seres inconscientes, para
llevarles un pequeo rayo de luz a sus obscuras conciencias, para hacer que
perciban el aroma de las rosas que nacen despus de las espinas, para que pudieran
admirar la blancura del loto en medio de pantanos y cinagas.
Ustedes son el testimonio viviente de un mundo espiritual que espera. Ustedes son
las puertas a quienes llegan aquellos que buscan el sendero de regreso al Padre.
Ustedes son las extensiones de Dios en la tierra y el smbolo permanente de que el
hombre triunfar sin importar lo que ocurra en su vida exterior. Recorran, pues,
sus caminos con la frente en alto y con la fortaleza que da el saberse enviados de
Dios en la tierra.
Con mi AMOR eterno para ustedes.
XII.
FLOR DE LOTO.
Queridos hermanos: Hoy hablar de un Corona de Lotos.
Con estas palabras quiero sellar mis "Llamas de Amor" y dejarles marcado el camino
que los pueda llevar del renunciamiento gozoso a las altas esferas de libertad, en
donde los espritus emancipados se mueven.
Un loto se abre cuando el ser humano reconoce que muy internamente en su ser, el
amor al servicio arde como una llama que todo lo consume, acalla entonces los
temores de su cuerpo, las necesidades de su alma, los anhelos de afectos humanos,
las carencias de su personalidad y se entrega sin lmites a sus hermanos. Esta es
la Llama del Amor, el Loto del Servicio.
Un loto se abre, cuando en xtasis Divino, el hombre percibe la Divinidad en s
mismo, siente el aroma que proviene de la Luz Csmica inundndolo todo,
reconociendo en cada hombre a su hermano, reconociendo en cada cosa la presencia de
Dios, cierra sus ojos entonces a las cosas del mundo, no percibe ya ms las
apariencias y busca adentrarse en la esencia de todas las cosas. Este es el
renunciamiento a las cosas de la tierra, el Loto del Renunciamiento.
Un loto se abre, cuando la armona de la msica de las esferas logra ser percibida
por la mente del hombre, entiende la armona de las fuerzas que ascienden y
descienden en el cosmos; entiende la msica oculta de las plantas y de los
animales, de las piedras y de los astros, de los hombres y de las mujeres. Entiende
el canto de los pjaros y el perfume del bosque. Entiende la msica de los arroyos
y el bramido de un mar, la msica del trueno y la armona del rumor de los
insectos. Acalla sus odos a los ruidos del mundo y abre su sensibilidad a la
msica del cielo. Este es el Loto de la Msica.
Un loto se abre, cuando el ser humano entiende la posicin que guarda con el resto
de la creacin, y mira hacia abajo, y ve a los animales esperando de l la
enseanza que los lleve a entender su propia naturaleza. Ve a las plantas y
entiende el anhelo de ellas de que l se convierta en su jardinero. Mira a las
piedras y percibe internamente la esperanza de que l sea el arquitecto de su
evolucin. Comprende los mundos subhumanos entendiendo su importante participacin
en todos ellos, mas luego mira hacia arriba y ve a los ngeles, cuyas miradas estn
ya puestas sobre l; ve a los arcngeles como los responsables del manejo de las
fuerzas que hasta l llegan, y mira ms arriba y entiende el secreto del origen de
las fuerzas csmicas que l percibe, se mira ahora a s mismo y entiende que l es
el punto medio exacto de toda la creacin. Cierra entonces sus ojos a todos los
sentimientos de grandeza o de humildad y se abre el Loto de la Sabidura.
Un loto se abre, cuando el ser humano ha cultivado dentro de s mismo una gema
preciosa, desde donde puede transmitir todas las corrientes de energa que le
llegan del Universo y de la Tierra, y las transmite a su alrededor a todos sus
semejantes, convirtindose a s mismo en un perfecto instrumento de la Voluntad
Divina.
No se oyen ya ms las voces de protesta del cuerpo, la agona de la personalidad o
las mordaces voces de un intelecto obscuro, todo ha sido acallado en bien de la Luz
y de la perenne manifestacin de las Fuerzas Divinas. No quedan ya ms formas, todo
es luz, altsimas vibraciones, y podramos decir que es un arpa viva, cuyas cuerdas
son pulsadas por la sabia Mano de Dios.
Cultiven todas estas flores porque los llevarn de la mano a un xtasis sublime y
divino, en donde slo Dios es testigo de esta coronacin.
Con todo mi AMOR, cierro con este mensaje mis Llamas para todos ustedes. Que el
Amor del Padre siga iluminando sus pasos.
* * *
NDICE.
Pg.
I. ENTREGA AL SERVICIO. 2
Formas de servicio. 2
Oracin silente. 2
El poder de las energas del amor. 2
No trabajamos solos. 3
II. CARTAS DE AMOR. 4
Cristo-Luz. 4
Esperanza y responsabilidad. 5
III. PARA TI. 6
El amor es vida, es energa y es el motor de la existencia. 7
IV. QU ES LA FE? 8
Donde hay fe no hay temor. 8
V. LA VIDA ES UNA ESCUELA. 10
VI. "GRACIAS" A LA MADRE TIERRA. 12
VII. LA DIGNIDAD HUMANA. 14
VIII. CANTO A LA LIBERTAD. 15
IX. VIAJANDO POR EL MUNDO. 17
X. LA VIDA AL SERVICIO. 19
XI. EL INICIADO. 20
XII. FLOR DE LOTO. 21
* * *
12