Dime Que Me Perdonas. Sophie Saint Rose
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Capítulo 1
Impotente apartó el papel higiénico y tocó la pintura para ver que al menos
aún no se había secado del todo. Miró a su alrededor levantándose lentamente por si
todavía estaban allí. Era sábado por la mañana, apenas acababa de amanecer y seguro
que habían decidido terminar la fiesta allí. No se debían imaginar que ella iría tan
temprano. Se giró al escuchar unas risas y se quedó fría al ver el cabello inconfundible
de Jennifer Thomas. Sus rizos rubios con tirabuzones hasta mitad de
la espalda y esos vaqueros rotos violetas, eran difíciles de ocultar mientras corría
colina abajo. Y no iba sola. Dos muchachos que no podía reconocer iban con ella.
Serina caminó bajando la colina y pudo ver el coche semiescondido detrás de unos
árboles. Chasqueó la lengua al ver el deportivo gris. El hijo del alcalde. John
La anciana sonrió dulcemente— Tu sí que eres una buena hija, no como esos
dominaba la colina.
—No creo que el padre Truman se haya despertado siquiera. — intentó no reír al ver
que la mujer parecía molesta.
—¡No respetan nada! —la mujer abrió su bolso de rafia— Voy a llamar al sheriff.
La anciana entrecerró los ojos y miró hacia la iglesia. —¿El cura les habrá
visto?
pasarlo por la pintada para quitar toda la pintura que pudiera— Nunca ve nada.
—¡No puedes dejar que traten así la memoria de tu madre! ¡Era muy buena
mujer!
—¡Esos rumores absurdos! ¡Mira que decir que era bruja! — Serina siguió
disolvente porque eso no lo vas a poder quitar. Date prisa, que se seca muy rápido y
después es un incordio.
La anciana la miró a los ojos con pena— ¿Cuántas veces ha ocurrido esto?
—Niña… ¿No estás harta de que os pisoteen? Desde que llegaste a este
pueblo has intentado pasar desapercibida, pero ahora no te dejan, ¿verdad? Tu madre
me contó que os habíais mudado aquí porque te trataban mal en el colegio.
para recoger las cosas de su coche. Intentando retener las lágrimas, no pudo evitar que
los recuerdos se agolparan uno tras otro. Su madre no le había mentido a la señora
Simmons. Se habían ido de su pueblo porque la trataban mal en el colegio y
la razón era que las temían. Todavía recordaba cómo un día su madre la llevó a la
El padre de Ella tuvo esa tarde un accidente de coche del que se quedó invalido y los
rumores corrieron por la ciudad. Serina era muy pequeña para darse
cuenta de que sus presentimientos o visiones les traerían problemas. Un año después,
cuando casi se había olvidado el asunto, su madre preocupada por una amiga a la que
pegaba su marido, le dijo que saliera de esa casa o la mataría.
Entonces ya fue imposible apagar el fuego, porque el pueblo se empezó a decir que eran
brujas y a Serina la acosaban en el colegio. Su madre intentó que no le afectara
diciéndole que ellas eran especiales como la abuela y que los demás no lo entendían.
Pero cuando llegó un día a buscarla al colegio, se la encontró con su precioso cabello
cortado a mechones, llorando a lágrima viva y muerta de miedo.
Esa noche se fueron del pueblo y llegaron a Cronwell tres días después. Recordaba
como su madre miraba por la ventanilla y sonreía al ver las bonitas casas de la calle
mayor— Este será un sitio estupendo para vivir.
Su madre sonriendo la miró con sus ojos verdes y le bajó la visera de la gorra
intentando hacerla reír. —Recuerda que no debes decir nada sobre tus visiones. Por
muy grave que sea. —dijo aparcando el coche ante la cafetería.
—Sí, pero los demás no nos entienden. Así que se arreglen solos. Nunca nos
hacen caso. Eso quiere decir que no podemos cambiar el destino, así que para qué
intentarlo. — apagó el motor y dijo muy seria— Hablo en serio, Serina.
Prométemelo.
capó de su coche y se agachó para coger el balde cuando unos ojos azules la
estremecieron. Se detuvo en seco al verle bajarse de una camioneta gris. Dios, qué
guapo estaba. Había cambiado desde la última vez que lo había visto en persona.
Estaba más hombre y mucho más atractivo. Parecía que su mandíbula estaba más
cuadrada y ahora llevaba su pelo negro más corto, pero lo que más llamaba la atención
de su aspecto, es que estaba más musculoso y se notaba que había madurado. La imagen
cambió y vio sus botas caminar por la tierra roja del camino
de piedra que ella conocía tan bien. El corazón dio un vuelco cuando las botas se
detuvieron y la visión desapareció. Serina sonrió de oreja a oreja y susurró— Jett
vuelve a casa.
Apretó los labios levantándose y la señora asintió contenta— Ha quedado como nueva.
¿Puedo hacerte una pregunta?
Pregunte.
—¿Por qué tu madre quiso esa frase en particular? Sé que la eligió ella en su
Serina sonrió con tristeza— Tendría que ser una razón muy poderosa para
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romperla. Aunque nunca se sabe. —se encogió de hombros— Ahora tengo que irme.
Tengo mucho que hacer.
—Sí, debes estar muy ocupada con las contabilidades. Me ha dicho Jeffrey Johnson que
está muy contento contigo. Su negocio ha prosperado desde que llevas
sus números.
Pues ya podía pagarle algo más. Sería roñica el tío— Estoy a punto de poder
— Ahí quería que fuera, pero los alquileres son muy caros. No sé. Igual tengo que
esperar un año más.
—De todas maneras, te estás haciendo un nombre y cada vez tienes más
documentación que tenía acumulada. —Ya veremos qué ocurre. Ahora tengo que irme.
Enseguida el padre la atenderá.
Serina no pudo evitar reír y la mujer sonrió mientras la veía caminar hacia
el coche— ¡Acuérdate que esta noche hay baile! ¡Ponte guapa! ¡Con vestido!
perdió tiempo en arrancar emocionada porque iba a ver a Jett después de seis años.
Aceleró llegando a la estatal y se saltó todos los límites de velocidad para llegar a la
Cuando llegó al supermercado metió en el carro todo lo que sabía que le gustaba, pues
su nevera estaba totalmente vacía. La señora Smith levantó una ceja al ver como metía
una caja de cerveza — Niña, ¿vas a dar una fiesta?
dientes, por si acaso. No se lo podía creer. ¡Jett en Cronwell! Siempre había esperado
que volviera y su madre estaba segura que volvería, pero el miedo a que
La cajera levantó una de sus cejas rubias al ver las maquinillas de afeitar—
barras. Entrecerró los ojos al ver las cervezas— ¿Desde cuándo bebes?
—¿Ah sí? ¿Y es guapo? —se cruzó de brazos fulminándola con sus ojos
preguntas. Para que fuera más deprisa, empezó a meter ella misma la compra en bolsas
de papel. Esperaba no haber olvidado nada. Quería que estuviera a gusto en
casa. Tenía que hacerle un cartel que pusiera “Bienvenido a casa, Jett”. Se mordió el
labio inferior porque tendría que ir a la ferretería. ¡Y todavía tenía que limpiar toda la
casa!
necesitaba. Subió el escalón y escuchó crujir la madera. Al mirar hacia abajo vio algo
que le llamo la atención. Entrecerrando los ojos se agachó y con el dedo corazón tocó
la gota de pintura verde. Estaba húmeda y al removerla con su dedo
pulgar, no había duda de que era exactamente el mismo color que la de la tumba de
su madre. Ya sabía quién era el tercer implicado. Intentando contener su furia empujó la
puerta haciendo sonar la campanilla y el señor Ford sonrió al verla—
Cuando entró en la parte de atrás casi se choca con alguien que salía y dijo—
—¡Me da igual! Sabías que hoy tenías que trabajar. Mamá, tienes cosas que
hacer.
Ella sonrió viendo salir al chaval comiéndose un bollo. Cuando la vio, abrió
sus ojos como platos y se atragantó. Serina le señaló con el dedo antes de girar la
muñeca y doblar el dedo índice repetidas veces para que se acercara a ella. El chico
miró hacia atrás antes de caminar lentamente rodeando el mostrador.
—Ah, ¿no?
—No, no pasa nada porque mi madre se encargará del asunto. — los ojos del chico se
abrieron como platos y se le cayó el bollo de la mano. Mirándole con
malicia movió la cabeza para mirarle bien de arriba abajo— Habéis enturbiado su
pica el cuerpo?
demasiado. A lo mejor te quedan algunas cicatrices por las póstulas y eso, pero nada
que no se te pase.
El chico negó— Claro, cómo lo vas a recordar. Eras muy pequeño. Igual no
habías ni nacido. Pero diles a tus amigos que vayan al médico de inmediato. Puede
que a mi madre se le vaya la mano y acabéis sin piel. Sería una tragedia porque Jessica
es tan bonita…— suspiró con la mirada perdida— Qué tiempos aquellos en
los que mi madre hacia sus pócimas en la marmita de la chimenea— el chico abrió
los ojos como platos— Lo difícil era ir a coger las uñas de mosca, pero me enseñó
a hacerlo, ¿sabes? — dio una fuerte palmada ante su cara y dijo con voz tétrica—
—Aquí están las carpetas. — dijo el padre que salía con una sonrisa en los labios—
¿Conoces a mi hijo Lance?
el chico y le miró a los ojos sin soltarle— ¿Verdad Lance? Ahora haz caso a tu padre y
a trabajar. El trabajo te hará un hombre.
—Sí, voy…— el chico casi salió corriendo y Serina no se podía creer que
Vio que el chico la miraba desde el pasillo pensando que no le veía— Verde.
Quiero hacerles un regalito a unos amigos que he conocido esta mañana. Son muy
artísticos.
y mirando la tapa— No sé si tengo verde…. —sacó otros dos botes— ¡Ja! Aquí está.
—Uff, menudo alivio porque la obra de arte que están haciendo no quedaría
Ella sacó dos pavos de la cartera— Déjele la propina al chico. Así se motivará.
Le guiñó un ojo a Lance, que abrió los ojos como platos antes de salir corriendo hacia
el fondo de la casa.
—Buenos días.
arrancando a toda prisa mirando hacia atrás. Sacó el coche del aparcamiento del
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supermercado y volvió a salir de la ciudad para ir hacia el rancho Parker. Entró en el
camino de tierra después de desviarse de la carretera principal, molesta porque una de
las vallas que limitaban el pasto estaba tirada en el suelo. Las tierras llevaban
abandonadas mucho tiempo y Jett iba a tener muchísimo trabajo. Ella le ayudaría.
Capítulo 2
Cuando llegó a la gran casa de piedra, sonrió porque estaba exactamente como seis
años antes. Había arreglado lo que se iba estropeando por la falta de uso y hasta la
había pintado dos años antes para que siguiera siendo tan hermosa como
cuando la conoció.
Sonrió al recordar el primer día que la vio. Los Parker daban una fiesta a la
que habían invitado a casi todo el pueblo. Era el cumpleaños de Jim Parker, el padre de
Jett y su mujer quería celebrarlo por todo lo alto. Su madre había comprado ropa nueva
para la ocasión y Serina estaba encantada con su vestido azul celeste.
La enorme casa la enamoró. Ella nunca había vivido en una casa y le pareció
un palacio. Era de piedra en su estructura central con un gran tejado rojo. Por lo que le
había dicho David, el capataz, esa era la casa original, que se había ido ampliando
con los años en dos extensiones de madera blanca con grandes ventanales que tenían
porches idénticos. Era una pena que la casa llevara vacía tanto tiempo, pero seguro que
Jett iría con su madre o puede que incluso con su familia, pues ya tenía edad de estar
casado. Ese pensamiento la entristeció un poco, pero tenía que aceptarlo.
Abrió con su llave llevando una de las bolsas al interior, recordando como
con siete años miraba a su alrededor fascinada por el rancho. Los muebles eran de
madera de calidad y las alfombras persas cuidaban la impecable madera del suelo,
que brillaba bajo la luz del sol que entraba por las ventanas. Recordó cómo su madre
cogiéndola por los hombros la empujaba suavemente hacia el enorme salón
que estaba a rebosar de gente vestidos con sus mejores galas. Y entonces lo vio. Jett
estaba sentado con sus amigos en uno de los sofás y le guiñó el ojo a una de las chicas
que reían al lado de la chimenea cuchicheando entre ellas. Estaba muy guapo con su
camisa blanca y se levantó para hablar con la chica que era rubia y muy bonita. Él tenía
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quince años y Serina supo en ese momento que nunca sentiría lo mismo por otro
hombre. Recordaba que miró hacia arriba sonriendo y le dijo a su
Entendiendo lo que quería decir asintió. Sonrió con tristeza mirando el salón
hacia la carretera, pensando que llegaba antes de lo que se imaginaba. Dejó la escoba
apoyada en la barandilla y se pasó las manos por los vaqueros antes de pasárselas por
su cabello negro esperando tener buen aspecto. Se miró al cristal de la ventana y se
pellizcó las mejillas para tener algo de color, cuando el sonido del motor llegó hasta
ella. Se volvió y caminó por el porche para llegar hasta las escaleras, pero no llegó a
descender porque su corazón se aceleró al ver la camioneta de su visión acercándose a
la casa. Se detuvo lentamente tras el coche de Serina y ella sonrió al ver que se abría la
puerta del conductor. El cabello negro de Jett le dijo que era real. Que estaba allí. Al
fin estaba allí.
Jett se giró para cerrar la puerta y la miró por encima del capó de su camioneta. Estaba
exactamente como en su visión y durante varios segundos se miraron a los ojos. Jett
caminó hacia la casa rodeando su camioneta y llegó al empedrado del jardín que
llevaba a la casa.
Ella perdió la sonrisa al oír la frialdad en su voz, pero aun así la forzó para
Levantó una ceja al ver que todo estaba en su sitio— ¿Y quién coño te lo ha pedido?
Serina perdió hasta la sonrisa falsa que intentaba mantener. Nunca la había tragado,
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pero siempre había sido educado con ella.
— ¿Qué me pasa? ¿Qué te pasa a ti? — le gritó furioso— ¿Has estado cuidando esta
maldita casa seis años? ¿Por qué?
—No podía dejar que se estropeara. — dijo avergonzada porque debía creer
— ¡Sé lo que quieres! — la cogió por el brazo y tuvo que saltar los dos escalones que
quedaban para no caer. Asombrada vio como la empujaba hacia su coche— Quieres lo
que quería tu madre, pero conmigo no lo vas a tener.
—¿Mi madre?
Jett se pasó una mano por su cabello negro mientras ella reprimía las
lágrimas sin entender nada. Apartó su melena de la cara antes de mirarle— No entiendo
lo que te pasa.
vidas y por no hacer daño a mi madre no dije nada. Pero que tengas el descaro de
venir hasta aquí y comportarte como si fueras la dueña… por ahí no paso.
—No ha sido así. — una lágrima cayó por su mejilla— Sólo quería que la
casa estuviera bien cuando regresarais. —Se sentó en el suelo ignorando lo que le
dolía el codo. — No sé qué se te está pasando por la cabeza, pero estás equivocado.
tu padre!
Serina se quedó muy quieta sin poder creerse lo que había hecho y se pasó la mano
tope intentando que los sollozos la dejaran respirar. Apretó el volante girándolo para
dar la vuelta al coche. Dio marcha atrás para no chocar con la valla blanca y le miró a
través de la ventanilla para verle allí de pie mirándola fríamente.
casa a toda velocidad. Con los ojos nublados de lágrimas, miró por el espejo retrovisor
para ver que Jett se llevaba las manos a la cabeza. Serina gimió de dolor y gritó
golpeando el volante una y otra vez. ¡Era una estúpida! No sabía qué mentira había
formado Jett en su cabeza, pero aquello no tenía sentido. ¿Su madre acostándose con
Jim? ¡Eran amigos! Desde que se habían conocido habían
y le había preguntado qué ocurría. Ella miró a su madre a los ojos y susurró— Han
Jett decía la verdad. ¿Por qué no se lo habían dicho nunca? ¿Por qué se lo habían
ocultado? Mil preguntas agolparon su mente sin llegar a comprender lo que había
pasado.
que Jett había tenido una fuerte discusión con Jim en el establo. Jett se subió a su
camioneta amenazando con largarse y Jim le dijo que no quería verle más hasta que no
cambiara de actitud. Jim había aparecido muerto a las tres de la mañana en el mismo
establo con la cabeza abierta. Medio pueblo había visto a Jett en el bar hasta que el
sheriff fue a buscarle para comunicarle la noticia. En ese momento ya estaba borracho
como una cuba y cuando se enteró, destrozó el local.
Pero los rumores de que había reclamado su herencia y que su padre le había echado
del rancho, corrieron por Cronwell, y todos le dieron la espalda al pensar que había
sido él quien había matado a su padre. Todos menos ellas. Ellas sabían que adoraba a
su padre y lo gritaron a los cuatro vientos para que lo supiera todo el mundo. Pero al
parecer no fue suficiente, porque después de que le escupieran en el bar en una fiesta,
su carácter cambió volviéndose taciturno y malhumorado. Él que siempre había tenido
un carácter agradable, excepto para Serina, se volvió odioso y el rechazo del pueblo
hizo que tuviera que irse porque su madre no soportaba los rumores.
Se preguntaba por qué habría vuelto. La imagen de Jett mirando un ataúd que
ahora estaba solo en el mundo. Como ella. Recordó a su madre pocas horas antes de
Lorraine sonrió con tristeza y la cogió de la mano casi sin fuerzas— Siento
dejarte sola, pero voy a un lugar mejor. —sentía como se agotaba sólo con hablar y
apretó su mano— Quiero que me prometas algo.
—Esta es aún más importante. La más importante de todas, porque puede que te cueste
mucho y vas a sufrir. — tomó aire y susurró— Jett volverá.
—Mamá...
pueda.
Pensando que deliraba asintió y le besó la mano. Ahora entendía que hablaba
de Jim y de ella.
nadie antes de incorporarse de nuevo a la carretera sabiendo que por mucho que le
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doliera, por mucho que las odiara, haría lo que hiciera falta para que volviera a ser
feliz en el pueblo, como siempre debería haber sido.
Esa noche se maquilló más de lo normal para cubrir el ligero morado que le
había salido bajo el labio, que para colmo estaba roto. El morado del codo no lo
podía cubrir a no ser que se pusiera manga larga y con el calor que hacía, no lo haría ni
loca. Diría que se había caído. Como no tenía pareja ni perspectivas de tenerla, nadie
podía decir que alguien la había golpeado. Se mordió el interior de la mejilla
preocupada por Jett. Seguro que estaba hecho polvo por lo que había hecho
sin pensar.
Se puso un vestido violeta, que caía desde sus caderas hasta encima de las rodillas,
estilizando sus preciosas piernas. Se ajustó el tirante de encaje sobre el hombro
pensando que le encantaba ese vestido. Cuando bajó la calle para ir al baile, pensó que
igual debería haberse puesto unas bailarinas en lugar de los zapatos de tacón negros que
llevaba. Seguro que estaría más cómoda para repartir las bebidas, que era lo que le
tocaba esa noche.
Todos los sábados se organizaba una fiesta y casi todos los vecinos
colaboraban en ayudar, porque el ayuntamiento no tenía recursos para eso. Así que
la hacían en el instituto, donde varios vecinos tocaban y dos veces al mes iba un disc
jockey. Era divertido, aunque desde que había fallecido su madre siempre se ofrecía a
hacer algo para no aburrirse. Esa noche le tocaban las bebidas y era de los trabajos más
animados.
una cerveza, la señora Simmons se acercó sonriendo de oreja a oreja lo que indicaba
que se había bebido más de un ponche. —Querida, ¿qué te ha pasado en el
codo?
partido el labio.
La mujer entrecerró los ojos para verla bien— Tienes que tener cuidado, cielo. Esas
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caídas son peligrosas.
—Por supuesto.
Se echó a reír girándose para coger una tacita de cristal, cuando vio entrar a
Jett con una camisa blanca como hacía tantos años le había visto en el salón de su casa.
Aunque ahora era un hombre y su corazón saltó cuando sus ojos se encontraron mientras
los rumores corrían por todo el gimnasio.
madre?
—Gracias, Betty. —desvió la mirada hacia Serina que estaba secando unos
Sorprendida le miró a los ojos porque era el único que la llamaba así— Sí, claro. —
Se volvió hacia la nevera y cogió una cerveza quitándole la chapa para colocarla sobre
la barra. Jett vio el morado en su codo y apretó los labios levantando la mirada hasta
sus ojos— Son tres pavos.
Cuando volvió parecía que quería decirle algo, pero ella se mantuvo lo más
lejos posible. No quería hablar ante todo el pueblo y extender rumores innecesarios.
Varios amigos del instituto de Jett se acercaron a saludarle y aunque estaba algo tenso
no reaccionó del todo mal. Una hora después Peg entró en la barra y ella decidió irse a
casa. Salió cogiendo su bolso y vio a los tres gamberros sentados en las gradas
mirándose los brazos. Jessica se rascaba el cuello y Serina no pudo evitar reír por su
cara de miedo.
—¿Bailas?
Se volvió sorprendida y cuando vio que Jett iba a cogerla del brazo dio un
paso atrás. Él se tensó dejando caer la mano y apretándola en un puño. Nerviosa vio
que varios les estaban mirando y no quería que pensaran que le tenía miedo o algo
así — Claro.
Sorprendido vio que dejaba el bolso sobre la barra y le cogía de la mano tirando de él
hacia la pista sonriendo de oreja a oreja, aunque no lo sentía.
—No lo hago por ti, créeme. En este momento te pegaría una patada en las
—¿Qué parte?
Whitney Houston que el disc jockey ponía en ese momento. Al sentir su mano en su
—¿Por qué?
—¿Por qué has cuidado de la casa todos estos años? —siseó como si se le estuviera
acabando la paciencia.
no avisé a nadie? —a Serina se le cortó el aliento y dio un paso atrás, pero él la retuvo
con la mano que tenía en su espalda. Jett entrecerró los ojos— ¿Qué te imaginabas,
Seri? ¿Cómo sabías que iba a volver? ¿Cómo sabes cuál es mi champú
Asustada evitó su mirada. ¡Cómo podía ser tan estúpida! Ni se había dado cuenta de lo
que había hecho.
—¿Qué?
Al ver que se hacía la tonta, soltó su brazo y ella fue hasta la barra sintiendo
Dobló la esquina para llegar al apartamento que tenía alquilado desde que se
habían mudado a Cronwell cuando lo vio en su mente. Alguien tenía a Jessica contra
una pared de ladrillo y le tapaba la boca. Tenía los ojos llenos de lágrimas y estaba
muy asustada. Se tensó agudizando el oído porque los edificios de ladrillo del pueblo
estaban precisamente en esa calle. Escuchó pasos tras ella y asustada se volvió para
ver a Jett. Corrió hacia él intentando no hacer ruido con los tacones y sorprendiéndole
le tapó la boca.
veo.
muchos coches aparcados por la fiesta del instituto. Jett la cogió de las manos
Asintió y le vio cruzar la calle. Jett le hizo un gesto con la mano y caminaron en
silencio. Al pasar la primera casa, ella se asomó pero no vio a nadie.
Estaba muy oscuro, pero no lo sentía. Entonces en su mente vio como la arrastraba
hasta el final del callejón y escucharon un gemido. Al ver el contenedor de basuras ella
supo dónde era y salió corriendo. Jett corrió cruzando la calle y asustada gritó
—¿Dónde?
—¡La carnicería!
Jett la adelantó y entró en el callejón. El corazón de Serina iba a mil por hora y le
escuchó exclamar— ¡Eh tú! ¿Qué haces? ¡Deja a la chica!
Cuando volvió la esquina, vio como un hombre vestido de negro tiraba a Jessica al
suelo antes de salir corriendo, subiéndose a una camioneta blanca que estaba al otro
lado del callejón. El tipo llevaba un sombrero calado hasta las cejas y con la oscuridad
del callejón no se le veía la cara. Jett le siguió corriendo y ella se acercó a la muchacha
que lloraba muerta de miedo.
—Ya está. —se arrodilló a su lado y apartó sus rizos rubios de la cara para
—Llama al sheriff.
Jett se levantó para coger su móvil del bolsillo trasero del pantalón y Serina
sonrió a la chica para cogerla por los brazos y sentarla. La abrazó porque estaba
asustada— No te preocupes. El sheriff le cogerá.
Estaba tan asustada, que se dio cuenta que pensaba que estaba pagando una penitencia
por haberse portado mal.
—Lo que no tenías que haber hecho era salir sola del baile. ¿Sabes quién era?
Serina suspiró mirando a Jett que hablaba con alguien sin dejar de mirarlas.
tampoco. La mujer montó un drama acercándose a Serina para darle las gracias
llorando por lo que podía haber pasado, que realmente podría haber sido muy grave.
siempre en lo que podría haber pasado, nunca haríamos nada. Es joven y hace tonterías.
Está en la época.
El sheriff hablaba con la chica mientras Jett escuchaba con los brazos cruzados y el
ceño fruncido. El hombre que estaba a punto de jubilarse masticaba lo que parecía un
chicle mirando a la chica como si fuera estúpida. Precisamente lo que Jessica no
necesitaba. Se alejó de la madre dejándola con la palabra en la boca y se acercó a
ellos. Jett apretó las mandíbulas escuchando a la chica y la escuchó decir
—¡Es que está relacionado! — dijo la chica alterada y con los ojos como platos añadió
— Es su venganza.
—¡Dijo que nos picaría todo el cuerpo! ¡Se lo dijo a Lance! Y mire. —
—¡Lo dije para que la dejarais descansar en paz! Ahora cuéntale al sheriff lo
salido del baile para fumarse un cigarrillo y su madre jadeó volviéndola —¿Estás
Jett puso los ojos en blanco — ¿Por qué no la deja continuar para que termine de una
vez? Ya le echará la bronca más tarde.
—Pues eso, me alejé un poco y doblé la esquina para que nadie me viera. Me
cogió por detrás y me arrastró toda la calle hasta llegar hasta allí. — se echó a llorar—
Creo que me iba a violar en el callejón, pero debió escuchar algo, porque
—Debió ser cuando llegamos nosotros. Nos debió oír. —dijo Jett mirando
al sheriff.
—Muy bien. Vamos a la clínica para hacerte un reconocimiento. — dijo el ayudante del
sheriff.
—Ya nos has dicho el modelo de camioneta y mis chicos la están buscando.
Serina levantó una ceja alucinada porque a ella no le decía una palabra y se
largaba como si nada, llevándose a la chica que seguía parloteando sobre el mas allá.
— ¿Estás picada?
del bolso. Se le cortó el aliento al notar la mano de Jett en la parte baja de la espalda y
se detuvo en seco mirándole— ¿Qué haces?
—Acompañarte a casa.
—¡Ja!
farola. Pudo ver claramente como sonreía pavoneándose— Si quieres puedo darte
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lo que necesitas.
—Lo que necesito, ¿eh? —susurró acercándose a él. Le miró a los ojos y
por él toda la vida y ahora que tenía la oportunidad de acostarse con Jett, le dejaba
plantado! Definitivamente necesitaba terapia.
—No pasa nada. —susurró— Has hecho bien. Es un egocéntrico que no sabe
La risa al otro lado de la puerta la hizo abrir los ojos como platos. ¡No podía haberla
oído! Gritó interiormente de horror antes de correr hacia las escaleras.
Capítulo 3
No durmió mucho esa noche y cuando lo consiguió tuvo un sueño muy raro
ya veía de día. En pijama, se pasó las manos por los ojos atravesando el pequeño
salón, que estaba saturado de cajas con documentación de sus clientes. Esquivando
las cajas, suspiró al ver las carpetas de la ferretería. Debía trabajar un rato si no quería
que se le acumulara. Fue hasta la cocina y enchufó la cafetera. Eso es lo que necesitaba,
cafeína a litros. El timbre de la puerta la sobresaltó y miró su reloj de pulsera. Si eran
las ocho de la mañana. ¿Quién iba a visitarla a esas horas? Caminó hacia la puerta y la
abrió de inmediato por si era la vecina. Le dio un vuelco el corazón al ver a Jett
apoyado en el marco de la puerta. La miró de arriba abajo. La verdad es que su pijama
corto no era precisamente sexy y debía tener pelos de loca, pero aun así se sintió muy
hermosa por como la miraba.
—¿Se puede saber qué haces aquí? A esta hora no se visita a nadie, a no ser
—Eso ya lo veo. —dijo con voz ronca sonriendo. Sus ojos recorrieron su pecho y ella
miró hacia abajo sin darse cuenta. El primer botón estaba abierto y mostraba su
canalillo. Sonrojada se llevó la mano al pecho abrochándoselo a toda
prisa. Él hizo una mueca y levantó una bolsa de papel— Te he traído unos bollos.
—Las cajas…
—Por eso tengo que buscar una oficina. Casi no me puedo ni revolver. — se
Se sintió aliviada de que estuviera allí por eso, porque se estaba poniendo muy
nerviosa. Sonrió acercándose y se sentó a su lado cruzando las piernas. —
—¿Cómo lo sabes?
—Llevo su contabilidad.
—¿Trabajas de contable?
A Serina se le secó la boca y miró sus labios sin poder evitarlo. Al darse cuenta de lo
que había hecho, se levantó de un salto yendo hacia la cafetera y carraspeó— Como
decía quiere el dinero en efectivo.
—Entre otras cosas. — suspiró de alivio al ver el café y con la mano temblorosa sirvió
los cafés.
—Nena, lo que ocurrió entre nuestros padres no tiene que ver con nosotros.
Sé que te dije que no me acostaría contigo, pero te aseguro que he cambiado de opinión.
había intentado la noche anterior, sino que encima iba a su casa por la mañana para
insistir en el tema.
—No quiero hablar de eso. —se volvió con las tazas en la mano y le tendió
engorde y se cuáles son sus gastos. La cría es el futuro. Necesitas inseminar tú mismo y
olvidarte del engorde.
—Bueno, es una opción. —cogió la bolsa y la abrió para gemir al ver los bollos de la
señora Ryan. Los mejores del condado— Tienes que reducir gastos y la
Pero si te dedicas a las crías eso no conlleva gastos, excepto los toros. — dio un
mordisco y cerró los ojos saboreándolo. La verdad es que estaba buenísimo.
Jett que estaba a punto de beber, dejó la taza lentamente sobre la mesa y carraspeó
removiéndose en la silla haciéndole abrir los ojos. Sonrió y dijo con la boca llena—
Pero es sólo mi opinión, claro. Con la venta de engorde también te iría bien y necesita
menos inversión inicial.
—¿De cuánto estamos hablando? — preguntó con la voz ronca mirando sus
labios.
Unos dos millones. Necesitarás una nave para los partos y todo lo demás.
Él gruñó por lo bajo y cogió la taza de nuevo antes de beberse todo el café.
Se levantó y fue hasta la cafetera, pero al ponerse de costado ella se quedó con la boca
abierta al ver su excitación a través de los pantalones. Muy sonrojada se metió el resto
del bollo en la boca intentando disimular. ¡Madre mía, estaba empalmado!
trasero haciéndole abrir los ojos como platos por lo bien que se sintió. La excitación la
recorrió desde su sexo hasta su pecho y sintió como sus pezones se endurecían por su
contacto— Esto es por ti. — la besó en el cuello y Serina apartó la cabeza intentando
alejarse, pero él lo aprovechó para meterse el lóbulo de su oreja en la boca. Dios,
Serina se derritió por dentro. Aquello era increíble.
empatados.
— ¿Es broma? — preguntó indignada. ¡No podía dejarla así! ¡Ahora no!
—No sé lo que quieres decir. —pasó el brazo sobre el respaldo del sofá—
Ella se cruzó de brazos. Tendría morro. La excitaba y ahora la dejaba a medias. Se iba
a enterar. — Sí, he terminado de desayunar. ¿Me vas a pagar?
quitó la parte de arriba del pijama y la tiró al suelo dejando sus preciosos pechos al
descubierto antes de quitarse el pantaloncito tirándolo también al suelo. Sonrió a Jett
que se había enderezado en el sofá y la miraba con la boca abierta y dijo—
duchó tranquilamente y se echó crema con olor a vainilla sin darse ninguna prisa.
Que esperara. Después de desenredarse el cabello se puso una bata y salió del baño
yendo hacia el armario. Sacó unos vaqueros y una camiseta. Le escuchó llegar a la
—Nena…
—Sí, ya voy. Tenemos mucho que hacer. También he pensado que si tienes
dinero para comprar las tierras de Tempelton…— la cogió por la cintura y la volvió
atrapando su boca. Ella gimió sorprendida y cuando sintió su lengua acariciando sus
labios, no pudo evitar abrirlos para recibirle. Jett la cogió por los glúteos
amasándoselos, volviéndola loca de placer. Se apartó respirando
agitadamente y Serina se tiró sobre él abrazando su cuello para buscar sus labios.
Jett gimió levantándola por las caderas y ella le rodeó con sus piernas queriendo
tocarle todo lo posible. Ni se dio cuenta que se tumbaban en la cama hasta que Jett
apartó sus labios antes de besar la suave piel de su cuello. Acarició su cabeza mientras
El timbre de la puerta los detuvo en seco y Jett levantó la vista con la respiración
jadeante— ¿Quién es?
—¿Y yo qué sé? Sigue…— bajó su cabeza hacia su pecho, pero el timbre
volvió a sonar. Jett se sentó sobre la cama mirándola con desconfianza y Serina se
apoyó sobre sus codos.
—¿Quién puede ser a estas horas? — lo dijo de tal manera que parecía que
por lo de ayer?
El ayudante levantó la vista perdiendo la sonrisa y confundida miró hacia atrás, para
quedarse de piedra cuando vio a Jett en calzoncillos tras ella. ¡En calzoncillos! Le iba a
matar. Ahora los rumores de que tenía a Jett de amante correrían como la pólvora por
todo el pueblo. ¡Y ni siquiera habían echado un polvo!
Confundida cerró la puerta, pero al recordar que Jett estaba en pelotas tras ella, se
volvió de golpe furiosa— ¡Que estás haciendo! ¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre salir
así?
Jett la señaló con el dedo— Ese quería algo más. — dijo entre dientes— A
mí no me la pegas.
estaba poniendo los vaqueros que no debería haberse quitado. — ¿Qué haces?
—Me voy a casa. Tengo mucho que hacer— furioso se puso la camiseta.
—Será mejor que no. —se volvió con la bota en la mano —¿Crees que soy gilipollas?
chollo!
¡Desde que me conoces siempre me has tratado como si no existiera! ¡Nunca has sido
amable conmigo y te has comportado como un niño mimado lloriqueando por
sobra que ese matrimonio estaba roto antes de que llegáramos! — Jett se tensó
— sus ojos se llenaron de lágrimas de dolor— ¡Yo nunca te he pedido nada! —dio
un paso hacia él, sintiendo una rabia que no sabía que podía llegar a tener por lo que se
le acababa de pasar por la mente— ¿Quieres saber la verdad? La verdad es
que metiste la pata. ¡Te cabreaste con tu padre cuando te dijo que no lo soportaba más y
que quería el divorcio! — Jett palideció— ¡Y tú no lo soportaste porque como niño
mimado que eras, no podías dejar que el rancho se dividiera en dos!
¡Preferías que tu padre fuera infeliz a destruir su negocio y por eso huiste! — le señaló
con el dedo— Y tu madre te apoyó en esa decisión, ¿verdad? ¡Pero al ver que
—¡Cierra la boca!
Una lágrima cayó por su mejilla, porque en ese momento se dio cuenta que
por mucho que le quisiera, había una parte de su personalidad que no le gustaba.
Jett la soltó como si le diera asco y con las botas en la mano salió de la habitación a
toda prisa. El portazo que dio al salir la sobresaltó y gimió sentándose en la cama
apretándose el vientre intentando controlar el dolor que sentía. Corrió hacia el baño y
vomitó en el lavabo al no darle tiempo a llegar. Llorando abrió el grifo reprimiendo
otra arcada y se mojó la cara. Entonces lo vio. Ella estaba sobre una camilla gritando y
muy sudada. Estaba sucia y le dolía el vientre. Entonces un dolor la atravesó con fuerza
provocando que arqueara la espalda y su imagen exhaló su último aliento, antes de que
su cuerpo se relajara sobre la camilla con los ojos abiertos y sin vida.
Serina cayó al suelo de la impresión y se quedó allí mirando los azulejos azules
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temblando con fuerza. Sólo escuchaba el agua del grifo y el sonido de su corazón
latiendo rápidamente porque acababa de ver cómo iba a morir. Y
Se abrazó las piernas y lloró porque no tenía a nadie que la abrazara en ese momento.
Echaba tanto de menos a su madre. Ella la consolaría y le diría mil cosas que la harían
sentir mejor. Lloró sin consuelo y perdió la noción del tiempo sintiendo que la cabeza
le reventaba de dolor. Siempre le ocurría cuando se disgustaba y se levantó del frío
suelo para tirarse sobre la cama. Al recordar todo lo que le había dicho a Jett, siguió
llorando hasta que al fin se quedó dormida pensando que había sido muy dura con él.
—Sí. ¿Y tú?
inyección.
—Gracias. — susurró colgando el teléfono. Igual se le pasaba solo. Hacía años que no
probaba a tomarse un simple analgésico para detener el dolor de cabeza. La primera
migraña la había atacado cuando le habían cortado el pelo en el
colegio y tuvieron que inyectarla para que se le pasara. Después de eso sólo le había
pasado en contadas ocasiones como cuando murió el padre de Jett o la muerte de su
madre. Suponía que enterarse de cómo iba a morir ella misma le había provocado
otro ataque. Suspiró tumbada sobre la cama. Cerró los ojos porque ya no soportaba
la luz. Aquello no lo quitaría un analgésico, pero el doctor debía tratar al del infarto,
como era lógico. Debía esperar. A veces el agua fría la calmaba. Gimiendo se levantó
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para ir hacia el baño, pero la imagen de Jim riendo apareció en su mente.
Cogía a su madre por la cintura y la miraba con amor. Al ver a su madre tan feliz se le
doblaron las rodillas e intentó sujetarse en el aparador sufriendo por ellos, cuando un
mazo golpeó a Jim en la cabeza. Sobresaltada Serina gritó horrorizada
una y otra vez viendo la cara de sorpresa de Jim mientras su rostro se llenaba de
sangre. Otro golpe en la cabeza del amante de su madre, hizo que Serina perdiera el
conocimiento cayendo desplomada al suelo.
Capítulo 4
girándose para continuar durmiendo. Estaba soñando con el día que su madre la llevó al
rancho para que montara por primera vez a caballo. Estaba tan emocionada.
Jim le había buscado un potro que era muy dócil, pero aun así su madre estaba asustada
por ella.
En el corral ante la casa Jim la cogió por la cintura para subirla al caballo
riendo al ver como cogía las riendas como una profesional— Si ha nacido para montar.
—¿De verdad? — levantó la vista hacia la casa y vio a Jett sentado en el porche—
¡Mira, Jett!
Él asintió desde su asiento y Jim cogió las riendas por cerca del bocado
tirando del potro que empezó a caminar. Ella reía de alegría mientras su madre estaba
emocionada sacándole fotos y Jett se levantó de su asiento acercándose al cercado—
¡Endereza la espalda, Seri! — le ordenó.
falta mucho.
imposible.
echado a reír, pero ella se lo había tomado muy en serio hasta que le vio besar a una
chica detrás del establo. Entonces se dio cuenta que era mentira y se olvidó del asunto
montando únicamente por placer. Nunca habían hecho una carrera y
—¿Serina?
—Te has desmayado. La verdad es que me has pegado un buen susto. Tus
se acercó y le cogió la muñeca tomándole el pulso. Para tener más de cuarenta años no
estaba nada mal con su cabello rubio peinado hacia atrás y su barba de dos días.
hecho un Tac y todo está en orden. Ha sido una migraña que se ha descontrolado un
poco. — suspiró mirándola— Sé que las tienes en contadas ocasiones, pero me gustaría
Lo que le faltaba. Que estudiaran su cerebro. Ella forzó una sonrisa— No pienso
hacerlo. Pero muchas gracias. —el hombre se echó a reír a carcajadas asintiendo— ¿Si
ya sabía que iba a decir que no, para qué se molesta?
— Me lo contó tu madre cuando murió Parker. No hacías más que murmurar que le
habían matado y que había mucha sangre, así que tu madre me lo tuvo que contar porque
temía que llamara al sheriff pensando que tú habías estado allí. — hizo una mueca—
Para que la creyera, me hizo una demostración que me dejó helado.
—No se dejan ayudar. Piensan que estamos locas o nos llaman brujas.
—Pues es una pena. Sé que salvaste a Jessica de ser violada ayer noche. Eres
muy valiente.
—¿Y él no lo sabe?
vida? — preguntó irónica— Sí, claro. Le voy a decir, ¿sabes lo que acabo de ver?
vientre. Mucho. Estoy sudando y mi rostro está sucio. Me atraviesa un dolor hasta el
pecho y me muero. Punto. —él estaba apuntando a toda prisa y le miró con el ceño
condiciones.
Con la boca abierta vio cómo se iba. Menudo carácter que tenía ese hombre.
¿Qué rayos iba a hacer? ¡Se iba a aburrir como una ostra!
Dos horas después se subía por las paredes y cuando se abrió la puerta estaba dispuesta
a rogar que la enviaran a casa, pero se quedó de piedra al ver a Jett entrando en la
habitación— ¿Cómo estás, nena?
—Me ha llamado Robson para que te trajera ropa. Una vecina muy alterada
me ha abierto tu casa.
—Pues se equivoca.
Jett apretó los labios dejando la bolsa sobre una silla. Se pasó la mano por
sorpresa.
Se sonrojó por la regañina y les vio darse la mano— ¿Qué le pasa, doctor?
adicionales.
—¿Por qué?
quiero saber si es algo más grave que yo pueda solucionar. Si no es así, habrá que
esperar.
—¡Tú te vas a quedar en esa cama hasta que el doctor lo diga! ¡Y cierra el pico que
estoy hablando con él! ¡Estás muy pesada!
¡Aquello era el colmo! Se cruzó de brazos levantando una ceja y el doctor reprimió una
risa yendo hacia la puerta— Ya veremos si encontramos algo.
—¿Pero por qué ha dicho que si no es así habrá que esperar? ¿Esperar a qué?
—Doctor…
—¿Contarme qué?
Jett apretó las mandíbulas y dio un paso hacia la cama— ¿Nos deja solos, doctor?
—Por supuesto.
—¡Sí, ahora se larga! ¡Ahora que lo ha soltado todo! ¡Chivato! ¡Ya diré yo
por el pueblo que tiene la lengua muy suelta! — la risa del hombre la cabreó aún
más y cuando salió se cruzó de brazos mirando al frente. No pensaba decir ni una
palabra. Lo había prometido y de ella no iba a salir ni un solo sonido. ¿Por qué su
madre se lo había contado al médico? Leche, ya se podía haber buscado una excusa.
—Nena…
está pasando?
—Ya que nuestros padres estaban liados, soy lo más parecido a una familia
—Que ibas a hacer las pruebas, ya había quedado claro. Ahora explícame
Él gruñó entrecerrando los ojos y cogió una silla sentándose al lado de la cama— ¿Qué
haces?
— ¿Recuerdas aquella vez que no querías comerte las judías? Debías tener
trece años. Tu madre te había dejado en casa porque tenía que venir a la ciudad y te
quedaste a dormir un par de días.
—¿Y recuerdas que te quedaste ante el plato seis horas hasta que te lo comiste todo?
—Odio las judías y desde entonces aún más. Eres una niñera pésima.
tengo que atarte a la cama. Y seguro que el doctor me las traerá encantado, porque está
—Serás gilipollas.
desvió la mirada. Jett suspiró colocando los codos sobre las rodillas sin perderla de
vista— Cuéntamelo. No pasa nada.
Jett sonrió levantándose y fue hasta la puerta saliendo a toda prisa. Gimió
dejando caer la cabeza sobre la almohada. Esperaba que no hubiera, porque era ver un
plato de judías y darle una arcada.
—¡Ja! — sonrió de oreja a oreja y Jett sonrió malicioso—¿Qué se te pasa por la cabeza
ahora?
llamar a la señora Simmons para que venga a hacerte compañía. Y que se traiga a
sus amigas.
haré. Te lo juro.
Él llevó la mano al corazón y se puso muy nerviosa porque no sabía cómo empezar. Se
mordió el labio inferior— Vamos, Seri. No puede ser tan grave.
Se apretó las manos muy nerviosa. Bueno, su madre le había dicho en su epitafio que
tampoco era para tanto si rompía su promesa. Esperaba que se refiriera a esa promesa y
no a la otra, porque si no la estaría fastidiando.
Forzó una sonrisa levantando la mirada— ¿Recuerdas aquel día que llegué
corriendo a tu casa y te dije que Calígula estaba enfermo? Me castigaste sin montar dos
semanas porque pensabas que había entrado en el establo sin permiso. —Jett asintió —
Pues no entré en el establo sin permiso.
Jett dio un paso atrás para verla mejor— ¿Cosas? ¿Luces o algo así?
Ella vio cómo su mente intentaba registrarlo y cuando la volvió a mirar preguntó— ¿Me
estás diciendo que viste desde tu casa en el pueblo como Calígula
estaba enfermo?
repente o los sueño. Tengo un cerebro muy activo. —Jett se levantó de golpe— ¿A
dónde vas?
—A llamar al doctor.
—Él ya lo sabe.
Se detuvo al lado de la puerta y la miró más tranquilo. Forzó una sonrisa acercándose
— Te va a dejar como nueva, ya verás. Sólo unas pruebas y sabrá qué te
pasa. —la besó en la frente y se dio cuenta que pensaba que tenía un tumor o algo
así.
—Cuando te fuiste del pueblo saliste con una chica rubia que tenía un lunar
en la nalga derecha.
—Que no. Que lo veo sin intención de cotillear, la verdad. — mentira. Estaba
deseando saber algo de él y había reforzado esos pensamientos para saber qué estaba
haciendo. Pero no pensaba decírselo. Y menos decirle que le había visto desnudo antes
de tenerle en calzoncillos ante ella. Eso no saldría de su boca.
— ¡No, otra cosa no! ¿Por qué mientes sobre ese tema? Si es para dejar bien
a tu madre ...
—¡De lo de mi madre no me di cuenta hasta que me lo dijiste ayer! Pero dejemos ese
tema porque eres muy sensible.
—¡Sensible!
Lo pensó un rato —Tiene que ser algo que no sepa nadie en la actualidad para que me
creas. Déjame pensar…
—Estoy impaciente.
—En uno de tus viajes, creo que fue hace tres años te robaron en la calle. Te
robaron la cartera y no sabías el nombre del hotel porque llevabas la tarjeta dentro.
—¡No lo sé! ¿Crees que fomento esto? ¡Lo reprimo todo lo que puedo!
—¿Por qué?
Se miró las manos— Tuvimos que irnos de la casa anterior porque nos
llamaban brujas. Mira la tumba de mi madre y eso porque sólo dijo que quien había
matado a Jim tenía que ver con el rancho y que no eras tú. Intentó descubrir al asesino y
la tomaron por loca. Enfadada intentó que la creyeran demostrando sus dones y le dijo a
la mujer del alcalde que fuera al médico porque tenía un lunar peligroso en el muslo. La
operaron una semana después y a partir de ahí dijeron que era bruja. Que le había
provocado la enfermedad a la mujer porque no le habían hecho caso.
Jett la cogió por los hombros para que lo mirara— ¿Tu madre dijo que era
—Sí. Cuando os fuisteis, se hizo una reunión del ayuntamiento pidiendo que
Jett se tensó— Mi madre se levantó y dijo que era mentira. Que tú no habías sido y que
debían buscar entre los demás que vivían en el rancho. Que sabía que era uno de ellos.
Entonces la mujer del alcalde se echó a reír. Mi madre que estaba destrozada de los
nervios, le dijo lo del lunar sin darse cuenta de la rabia que sentía. A partir de ahí todo
fue mal. Enfermó y ya no levantó cabeza.
Tomó aire mirando sus ojos— Esa mañana tuve un presentimiento de que
algo no iba bien. Fue cuando estaba subiendo las escaleras del instituto, cuando vi a
Jim tirado en el suelo. Tenía la cabeza llena de sangre.
—¿Esta mañana?
Realmente felices— sonrió con tristeza— De repente alguien que no pude ver, le daba
con una maza en la cabeza. Dos veces.
—No lo entiendo porque estaba en casa, pero algo tiene que ver.
Ella lo pensó detenidamente— No. Una vez soñé que me comía una montaña
Él se volvió llevándose las manos a la cabeza. Después de pasearse unos segundos por
la habitación, fue hacia la puerta— ¿A dónde vas? — preguntó asustada porque no la
creyera.
Se quedó allí sentada y cuando volvió lo hizo con el doctor. Le fulminó con
la mirada— No me crees.
—Sobre esas visiones que tiene…— dijo Jett mirándola de reojo— ¿Qué
consecuencias tienen?
producen ningún problema físico, pero en realidad a veces le provocan tanto estrés que
tiene migrañas.
Nunca le duele la cabeza. Puede que sea una casualidad, pero cuando murió tu padre y
cuando murió su madre tuve que inyectarla porque no podía ni abrir los ojos.
— ¿Nena?
—Yo estoy más que a favor de que empiece a fomentar esas visiones porque
no sólo sería beneficioso para ella, sino que podría ayudar a mucha gente como ayer
noche.
—¡Mamá! ¡Me hizo prometer que nunca diría nada! ¡Y ella rompió su
Miró de reojo al doctor, que la observaba sonriendo como si fuera una niña
buena—Hay una chica intentando cortarse las venas en la segunda planta. Habitación
doscientos dos.
El doctor salió corriendo y Jett apretó los labios— Dios mío. ¿Cómo puedes
morir cuando no puedes ayudar a tu propia madre o a Jim? ¡No tendrían que haber
muerto! ¡No tendrían que haberte culpado a ti y no tenías que haberte ido!
Jett apretó los labios y la abrazó— No. No tenía que haberme ido. —suspiró
—¿Entonces para qué coño te tienen en el hospital? —Se mordió el labio inferior
porque no sabía cómo decírselo—¿Seri? Nena, ¿para qué son las pruebas?
—¡Por eso se empeña en hacerme todas esas pruebas! ¡Por si es algo físico!
largamos de aquí.
—¿Por qué?
—Porque en algún momento te pondrán sobre una camilla y no pienso correr riesgos.
Nos largamos.
ser hoy.
Jett entrecerró los ojos dejando los pantalones sobre la silla— ¿Y si esa es la
parte no literal?
vi nada sobre Jim hasta después porque no debía impedirlo. Igual que con mi madre.
Sonrió por como se lo había tomado y Jett se acercó. Con ambas manos
—Hablemos de otra cosa. Igual no era un sueño literal. — dijo sabiendo que
alquiler.
Los ojos de Serina brillaron porque vivir allí era un sueño, pero hacerlo tan
cerca de él…
mañana…
Albert y lo pagué contigo. Es cierto que discutí con mi padre por la herencia. Pero no
era por eso por lo que no quería que se divorciaran. — la miró a los ojos — Mi
madre habló conmigo antes que mi padre y me pidió que le convenciera de que no
A Serina se le cortó el aliento— ¿Por qué? ¡Si ella no le quería! Tenía un amante y
llevaba dos años separada. ¿Por qué no quería el divorcio?
viuda dolida que no soportaba vivir allí con el recuerdo de su marido y los maliciosos
rumores para que me la llevara a Houston. Hasta me buscó trabajo en una empresa de
tratantes de ganado de exportación.
—Ahora ya da igual.
—¡Sí que da igual! ¡Es mi vida! ¡Y el último recuerdo que tengo de mi padre
de su vida y que le daba igual lo que pensara nadie! — Iba a decir algo más, pero se
cayó.
a nada.
cogió la mano— No debes castigarte por algo que tú no podías evitar. Eran sus vidas y
tú te viste arrastrado por ellas. Lo olvidaremos todo y seguiremos adelante.
Capítulo 5
esperaré aquí.
—Puede ir a dar una vuelta. Estará todo el día fuera de la habitación. — dijo
la enfermera sacándola.
estómago. Ahora entendía porque no le habían dado de comer en tantas horas. Fue
realmente horrible, pues las arcadas casi ni la dejaban respirar. Cuando llegó a la
habitación estaba deseando tumbarse porque estaba realmente revuelta y el doctor
Robson llegó en ese momento vestido de traje entrando en la habitación con ella.
—¿Cómo te encuentras?
—Las de mañana serán más suaves. Hoy has pasado lo peor. —miró su
historial y en ese momento llegó Jett, que parecía agitado. Robson sonrió— Acaba
de llegar.
encuentra bien, mañana por la tarde podrá irse. Pero sólo si todo está en orden. —
Jett asintió muy serio— He estado investigando un poco tu tema. — alarmada abrió
—Con todo mi respeto, doctor. —dijo Jett muy serio— Creo que ya tiene
bastante con lo que se le pasa por la cabeza como para rebuscar más aún. Cuando
me enteré de lo que le pasaba, también se me ocurrió que podía ayudar a mucha gente,
pero una persona que es capaz de ver la muerte de otras personas, creo que
ya tiene bastante. No estoy de acuerdo con realizarle estudios sobre esas visiones y la
El doctor sonrió y miró a Serina, que se había quedado de piedra. No se esperaba que
la apoyara en eso por la pregunta de la muerte de su padre y la había sorprendido
gratamente. Sonrió sin poder evitarlo y le cogió la mano. Jett se volvió para mirarla y
se acercó para darle un beso.
— Sácame de aquí.
El médico asintió— Muy bien. Se hará como decís, pero si algún día decidís
Cuando el médico salió, ella suspiró— Dios mío, ¿qué me irá a hacer
ahora?
visto.
escaleras.
—Ah.
—Sobre esas visiones tan interesantes sobre mi persona, ¿me puedes decir exactamente
qué has visto para ver el lunar de una de mis novias?
—¿No me digas?
—Te estabas duchando— dijo maliciosa— Por eso se el champú que usas.
—Nena, después de verte desnuda, lo del bikini está de más. La superas con creces.
—No sabes cuánto. —se levantó sentándose a su lado y ella se tumbó boca
arriba mirándole a los ojos— Tanto que estoy deseando verte de nuevo.
de la bata. Jett miró hacia abajo y sonrió malicioso— Nena, eres muy mala.
escuchándole— Y resulta que cuando vuelvo has cuidado mi casa y me has seguido
en visiones.
—¡No te he seguido! Lo dices como si fuera una acosadora o algo así. ¡No
lo puedo evitar!
pecho sobre la bata del hospital. Ella gimió cerrando los ojos— Es que se me ha
pasado por la cabeza si te has acostado con otro mientras veías como me duchaba.
Eso es todo.
Ella perdió el aliento abriendo los ojos como platos y él continuó— No sé.
Es que sería como una infidelidad, ¿no crees? Piensas en mí y te acuestas con otro.
—¿Sí o no qué?
— ¿Nena?
—¿A ti qué te importa? Siempre has vivido tu vida como te da la gana. Salías
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con un montón de chicas antes y después de irte supongo que también. ¿A qué viene
esa pregunta?
Él apretó un pezón entre sus dedos y Serina jadeó por el rayo que le traspasó
—¡No te atrevas! —él agachó la cabeza y acarició con la lengua su pezón por encima
de la bata. Ella gimió retorciéndose sobre la cama y la mano de Jett bajó lentamente
hasta su vientre.
—Vamos, nena. Si me voy a enterar. —dijo con voz ronca contra su pecho.
—¿Quién es quién?
—¡El tío con el que te has acostado! Es el ayudante del sheriff, ¿verdad?
¡Sabía que tenías algo con él! —se levantó furioso y asombrada vio como caminaba de
un lado a otro de la habitación. Se giró hacia ella —¿Pues sabes qué?
¡No me importa!
—¿Qué?
lo podía creer. ¿Estaba celoso? Sonrió como una tonta y abrazó la almohada.
Minutos después se abrió la puerta y entró con una bandeja de comida. Parecía
arrepentido y ella soltó una risita— ¿Es para mí?
colocándosela delante y puso la bandeja encima. Ella se quedó con la boca abierta al
ver las judías verdes con una pechuga de pollo. ¡No podía tener tan mala suerte! Al
levantar la vista vio como sonreía encantado— Que aproveche.
tumbarse.
—Pues come el pollo. Esto no será por lo de las seis horas ante el plato hace
años, ¿verdad?
y se miraron a los ojos— Está bien. Estaba cabreado porque te quedaras en casa.
Encima no te iba a consentir. ¡Por tu culpa no pude quedar con los chicos esa tarde!
— Llévate esto.
—Da igual. No tengo hambre. — apartó la mesa y Jett apretó los labios levantándose
de la silla y cogió el plato entrando en el cuarto de baño. Cuando volvió le dejó el
plato ante ella y Serina sonrió al ver que había tirado las judías.
—Mmm.
—¿Fue Albert?
a nadie, ¿verdad?
—Claro que no. Estamos en el siglo veintiuno. Esas cosas pasan. — los ojos
—Será mejor que no sepas nada. — reprimió la risa y se metió otro trozo de
carne en la boca.
No. No puede haber sido Albert— ella se detuvo con la cuchara en alto— El otro día
me comentó en el callejón que sólo llevaba dos meses en el puesto. Me acabo de
acordar. Y antes no vivía aquí.
Ella se metió una gran cucharada de gelatina en la boca y gimió porque era
de limón. ¡Sabía a rayos! Forzó una sonrisa asintiendo antes de tragar. — ¿Por qué no
olvidas el asunto?
—¡Dime quién fue! — entrecerró los ojos— Seguro que la señora Simmons recuerda si
tonteaste con alguien. Sabe todos los cotilleos del pueblo.
—Sí, seguro que sabe si sigo siendo virgen. ¿Por qué no se lo preguntas?
Él que estaba sacando su móvil se detuvo en seco al notar que estaba furiosa
—¡Serás idiota!
espalda
Pero tienes razón. No tengo derecho a decir nada teniendo en cuenta mi historial.
No te lo volveré a preguntar.
sábana.
Jett sonrió comiéndosela con los ojos— ¿Eres virgen? —Se puso como un
tomate y asintió antes de que él se agachara para besarla como si quisiera fundirse con
ella, cogiéndola por la cintura y sentándola para pegarla a su torso.
Ella le fulminó con la mirada y él levantó las manos en son de paz— ¡No he hecho
nada!
—¡Fuera de mi cama!
tortolitos.
Eso la puso aún más colorada y se subió a la cama tirando la sábana encima
por su muslo.
Jett llevó sus manos a su cintura tirando de su bata hacia arriba y cuando acarició su
trasero se olvidó de donde estaba y de todo lo demás. Él se separó de su boca y susurró
contra su mejilla— No puedo más, nena.
cuando acarició sus pliegues suavemente. Era increíble cómo la hacía sentir y cómo su
cuerpo le necesitaba. Ni se dio cuenta que se desabrochaba los pantalones ni que la
tumbaba atravesada en la cama abriendo sus piernas para hacerse espacio. Pero si
sintió cuando invadió su ser suavemente. Serina clavó sus uñas en su cuello y gimió por
la intrusión sintiéndose llena. Y esa tensión fue aumentando poco a poco a medida que
entraba en ella hasta que no pudo más y jadeando miró sus ojos. Jett estaba muy tenso y
apoyando las manos a ambos lados de sus hombros susurró—
Eres perfecta. —con un movimiento de cadera rompió la barrera que les impedía estar
unidos, pero ella no experimentó dolor porque el placer fue mucho más intenso. Cerró
los ojos mientras su cuerpo se amoldaba a él y cuando se movió, gritó sin poder
evitarlo arqueando su espalda. Jett entrecerró los ojos y antes de darse cuenta le había
tapado la boca entrando en ella de nuevo. Ida se aferró a su cuello y la correspondió
moviendo sus caderas con fuerza una y otra vez. La tensión que sentía en su vientre se
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incrementó por mil y gritó contra su mano necesitando más. Jett perdió el control y
entró en ella una y otra vez provocando que con una estocada final, estallara en mil
pedazos dejándola sin fuerzas.
Como a una muñeca la cogió por debajo de las axilas levantándola con él y
suspiró contra su hombro mientras la abrazaba diciéndole lo fantástica que era. La llevó
hasta el baño y le desabrochó la bata por detrás sin soltarla. Cuando volvió en sí y vio
lo que estaba haciendo, se apartó ligeramente para mirarle a los ojos— ¿Te duchas
conmigo?
—Vaya, gracias.
—Lo sé.
provocando que abriera los ojos como platos al sentir como su miembro volvía a
Capítulo 6
—Bueno, ¿y? — preguntó Jett muy serio al doctor, que llegaba con varios
—Está claro que la visión no tiene que ver con su salud. Al menos la salud
—Me pregunto por qué estaba sucia. Es algo que no debemos dejar pasar. Es
una señal que nos pondrá alerta del momento en que sucederá.
Jett asintió mirando hacia Serina que ya vestida y preparada para irse, forzó
Eso hizo reír a Serina, que miró al doctor— Ha conseguido que tenga que
momento todo está perfecto. Aunque tienes la tensión algo baja, pero puede ser porque
estos días has comido poco. —se giró hacia Jett— Si notas algo raro, llévamela de
inmediato.
pendiente. Además, Jett tiene mucho que hacer para poner el rancho en marcha. Ya
—¡Jett!
Puso los ojos en blanco haciendo reír al doctor y cogió la bolsa para seguirla. Ella
esperaba impaciente al lado del ascensor— Date prisa. Quiero llegar a casa.
—Si no me hubieras toqueteado tanto cuando me estaba vistiendo. Eres un pulpo. —Jett
se echó a reír y la cogió por la cintura, dándole un beso rápido en los labios— ¿Ves?
No puedes quitarme las manos de encima.
—Cierto.
una mujer con dos hijos pequeños, que apenas debían tener cinco años, ella perdió
la sonrisa por la imagen que acudió a su mente. Dios, era horrible que esos niños
mano, pero de repente se detuvo y la besó con pasión haciéndola olvidarse de todo.
—Si tienes tiempo, puedes revisar la contabilidad de papá. Pero no vas a tener tiempo
— la miró de reojo— Te voy a mantener ocupada.
porque era realmente atractivo. A pesar de estar cerca de los sesenta se mantenía en
forma por el trabajo que hacía y sus ojos grises eran preciosos.
miraba a Jett.
avisado.
Jett le pegó un puñetazo a David que lo tiró sobre el balancín, que no soportó su peso y
rompió la cadena cayendo al suelo.
una chica.
Jett chasqueó la lengua cruzándose de brazos— Levanta, viejo. Y vamos a tomarnos una
cerveza bien fría. Tenemos muchos planes.
El tipo se levantó y ella gruñó al ver que habían roto el balancín. ¡Les iba a
matar! ¡Lo había pintado dos semanas antes! Se giró con los puños apretados y siseó—
De cerveza nada. ¡Hasta que no arregléis ese desastre, no entráis en casa!
Él hizo una mueca mirando los bonitos cojines de flores que ella le había colocado.
Estaba claro que le había dedicado mucho tiempo a la casa y se iba a cabrear.
Se volvió para ver a Serina en la puerta y sus ojos violetas lanzaban chispas
—Que voy a Houston a por otro, nena. — golpeó con fuerza a David en la espalda
—Ya me parecía. — dijo ella con desconfianza antes de entrar en la casa de nuevo—
¡Y recoger esas tablas antes de iros!
—La niña tiene una personalidad oculta que te deja de piedra. —dijo irónico
agachándose a recoger.
—¡Te he oído!
Jett sonrió agachándose a recoger las tablas y Serina al verle por la ventana
si veía algo de valor lo dejaba sobre la cama como un reloj que se encontró que parecía
de oro y muy antiguo. Al llegar al aparador y abrir el primer cajón, vio los exquisitos
camisones de seda. Dios mío, allí había una fortuna. Olían a cerrado porque antes nunca
lo había abierto y preocupada porque se hubieran estropeado los sacó uno por uno para
comprobar si tenían manchas amarillas. Sólo uno de hilo
blanco con maravillosos encajes tenía algunas manchas, pero seguro que alguna de
las vecinas de Cronwell podía arreglarlo. Colocó los camisones sobre la cama para
lavarlos a mano y abrió el siguiente cajón donde había medias de todo tipo. Todo
aquello se podía aprovechar y fue separando aquello que ella se veía usando, mientras
que el resto lo metió en una bolsa para llevar a la Iglesia. Después de vaciar el tercer
cajón que estaba lleno de calcetines, se detuvo en seco sintiendo la necesidad de
sacarlo. Lo hizo lentamente apartando el enorme cajón y vio el sobre
en el suelo. Era un sobre amarillo y grande. Se mordió el labio inferior porque eso
debería abrirlo Jett. Pero la curiosidad era enorme, así que lo cogió mirando hacia la
puerta antes de echarle un vistazo por ambas caras. No había nada escrito en el exterior.
Abrió la pestaña del sobre y miró dentro. Eran documentos y lentamente los sacó del
sobre. Sonrió al ver que eran los papeles del divorcio de Jim y después de leerlos por
encima, los volvió a meter en el sobre dejándolo sobre la cama como todo lo que valía.
Siguió limpiando y cuando llegó al enorme vestidor, se quedó con la boca abierta al ver
los vestidos de noche. Eran increíbles y sin poder evitarlo se probó uno negro con
lentejuelas en el corpiño con escote corazón.
Se miró al espejo de cuerpo entero y se giró para mirarse por detrás. Era maravilloso y
no pensaba tirarlo. Tendría que subirle el bajo, porque la madre de Jett era algo más
alta que ella, pero no le costaría nada. Se probó todos los vestidos y los que descartó,
los metió en las bolsas para la Iglesia. Sin embargo, la ropa de Jim que todavía estaba
allí, la metió directamente en las bolsas porque Jett era más alto y corpulento.
Revisando una de las chaquetas, tocó algo duro y lo sacó del bolsillo. Se le cortó el
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aliento al ver un pendiente de su madre. No tenía ningún valor, pero se notaba que para
él sí lo tenía, porque su madre lo había perdido al
menos diez años antes de que Jim muriera. Con el pendiente en la mano se sentó sobre
la cama. Entonces se dio cuenta que había metido la pata porque ella había guardado
mil cosas de su madre y la decisión de guardarlas o tirarlas era de Jett.
Estaba poniendo la mesa para tres porque la camioneta de David aún seguía
allí, cuando escuchó el ruido de un motor. Al mirar por la ventana vio que era Jett y
sonrió al ver un balancín casi idéntico al que habían destrozado. Pero entonces recordó
lo que había hecho en la habitación y se volvió a preocupar. Seguro que se cabreaba y
con razón.
descargaban.
—¿Os ayudo?
Ella giró la cabeza hacia donde estaba el antiguo balancín y puso los ojos en
blanco al ver que estaban tirados en el suelo. Les costó un poco subirlo por las
escaleras.
balancín tres veces porque ya que estaban en ello, Serina decidió ver cómo quedaba de
distintas formas. Al final se quedó como toda la vida y Jett sudoroso y de mala leche
siseó— ¿Ahora podemos tomarnos una cerveza?
—Más quisieras, chaval. Menos mal que nuestra niña se resistió, porque
hasta la cocina.
con los cubiertos en la mano y Serina cogió la bandeja de los filetes llevándola hasta la
mesa para colocarla junto a los guisantes y el puré de patata. David abrió los ojos como
si fuera un banquete y se sirvió sin esperar a nadie.
—Sí, pero ahora cocina su hija y parece que lo hace a propósito. Siempre la
quema.
Serina soltó una risita porque Laura odiaba las tareas de la casa. —Puedes venirte aquí
si quieres. La casa del capataz está a tu disposición— dijo Jett sirviéndose. Serina
sonrió muy conforme con la decisión.
—No sé. Ya voy para viejo y vivir solo no es algo que me guste demasiado.
Serina miró de reojo a Jett que se quedó con el tenedor en alto porque estaba
claro que quería irse a vivir con ellos. Al fin y al cabo, casi les había criado y Serina
se sintió mal por él. Jett carraspeó— También puedes irte a vivir en la cabaña y venir
aquí a comer y cenar— se volvió hacia ella— ¿Verdad Seri? — le
David se sonrojó mirando su plato y ella se sintió todavía peor— También puedes
dormir aquí.
—¡Seri!
—Un momento— Jett dejó caer el tenedor— Viejo, tienes que entender que
Jett la miró pidiendo ayuda, pero ella sonrió dulcemente— Cariño, estará bien que
David nos acompañe. Además, puede ocupar la habitación del ama de llaves.
—Ah. — Serina miró a David que parecía decepcionado— Bueno, pues hay
masticando con fruición— El baño y el vestidor son más grandes. Además, es más
luminosa.
hecho.
—David es un manitas. Nos vendrá muy bien tenerle en casa y ya va para mayor. Es
como un padre para ti.
—Chico, ya te he dicho que fue un desliz. —Serina carraspeó y David la miró a los
ojos— Bueno, un desliz de varios días. ¡Pero él ya estaba muy crecidito!
preguntó ella forzando una sonrisa— David se queda. Además, cuando no estés aquí,
me sentiré más cómoda con él acompañándome en una casa tan grande. —Jett
levantó una ceja como diciendo que a ella no había quien la atracara —Hablo en serio.
Después de hablar del rancho y de todo lo que tenían pensado hacer, les
sirvió el café. Ella nunca lo tomaba por la noche y mientras hablaban, se puso a recoger
la cocina.
del postre.
Jadeó indignada— ¿Acaso crees que lo decía por eso? ¡Sé mantenerme sola!
—Uy, uy, uy. Hora de escurrir el bulto. — dijo David levantándose— Hasta
mañana, chicos.
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—Bueno…— él miró a su alrededor como si intentara salir de esa, pero al
final su vena machista salió a relucir— Pero será hasta que tengas el primer bebé.
Ella se metió en la habitación principal y cerró la puerta con pestillo. Se apretó las
manos porque no estaba preparada para eso. No pensaba llevar un niño al mundo para
que pasara por lo que había pasado ella. ¡Ni hablar!
Jett intentó abrir la puerta— Serina, ¿qué pasa? —dijo molesto— Abre la puerta.
Hubo un silencio al otro lado de la puerta y después de unos segundos escuchó pasos
alejándose. Suspiró de alivio y se dejó caer en la cama. No podía tener hijos, en esas
circunstancias no. Él tendría que entenderlo. No era como su madre o su abuela. No
podía dar a luz un bebé para que viera lo que ella veía cada maldito día.
El sonido de la cerradura la sobresaltó y se apoyó en sus codos para ver entrar a Jett.
Levantó una llave— Es maestra.
Se dejó caer de nuevo en la cama y Jett sonrió acercándose hasta que se dio
—Lo sé. Metí la pata. Pero no me di cuenta hasta que ya había hecho todo esto. — miró
a su alrededor y vio el sobre y el reloj— ¡Mira que reloj más bonito!
—¡Era de mi abuelo!
Jett puso los ojos en blanco y tomó aire— Vale, no pasa nada.
Ella sonrió— ¿No? Menos mal porque me iba a salir una úlcera pensando en
—Creo que es un vibrador para el pene. —él soltó aquello dentro de la caja
activos sexualmente.
—Esto suele pasar, ¿sabes? Cuando la gente fallece, te dan estas sorpresas.
—El reloj por supuesto y si hay alguna joya de mi madre por ahí, quédatela.
A Seri se le cortó el aliento porque hablaba con ella como si fuera su mujer
criarlos.
—Me hago una idea, pero tú has conseguido tener una vida normal.
Jett apretó los labios y la abrazó por los hombros pegándola a él— Muy bien. Dejemos
el tema de momento.
convencer.
—Claro que sí. Sólo necesito tiempo. — la besó en la frente y ella levantó la cara para
que lo hiciera en los labios.
Capítulo 7
Dos meses después todo iba rodado. El rancho estaba a pleno rendimiento y
Serina estaba pletórica porque todo iba muy bien. Se había buscado un sitio para
trabajar en el desván, porque había decidido que el despacho era mejor que lo utilizara
Jett porque si no con sus cajas lo saturaría. Además, el desván tenía mucho espacio y
había mucha luz natural. Lo que sí que tuvo que hacer, fue limpiar porque allí sí que
había millones de cosas. Pero fue sólo cuestión de tiempo y trabajo para dejarlo como
ella quería.
La convivencia con Jett tenía sus altibajos porque era muy cabezota y se dio
cuenta que ella también. Un día la despertó y se encontró encima de su pecho unos
patucos azules. Frunció el ceño girando la cabeza y se encontró con Jett sonriendo de
oreja a oreja— ¿A que son bonitos?
—Preciosos.
Ese tipo de conversaciones las tenían a menudo, pero hasta a eso llegó a acostumbrarse.
Ella le ignoraba y él hala, a darle la paliza.
David se partía de la risa cuando les veía discutir y decía que estaba engordando
gracias a sus comidas. La verdad es que casi era perfecto, porque las
visiones no la dejaban en paz. Desde que se había mudado la asaltaban recuerdos de las
vidas pasadas de los habitantes de la casa. Hasta al abuelo de Jett se le apareció
cantando en una fiesta de Navidad de hacía cincuenta años y el muy pillo le tocó el
trasero a una mujer que no tenía pinta de ser su esposa. Estaba claro que los cuernos era
algo habitual en la familia Parker.
y la cogió por la cintura pegándola a él. —Estás preciosa con esa ropa interior negra.
Se dio la vuelta y le abrazó por la cintura pegándose a él— Nena, creo que debemos
…—El corazón de Serina se puso a cien por hora— ir al baile de este sábado.
—Ir baile del sábado. — se apartó con ganas de pegarle una colleja— ¿Y
para qué?
novia. — dijo intentando cogerla por la cintura de nuevo, pero ella se apartó yendo
hacia la cama.
—Esto no tendrá que ver con lo que ha dicho David en la cena sobre que en
—Está claro que sí que se me ha pasado algo por alto. — se quitó los vaqueros de
malos modos y los tiró sobre la butaca antes de quitarse la camiseta. Se quitó los
calzoncillos y ella gimió al ver que estaba excitado. Jett apartó la sábana
dejándola desnuda, antes de cogerla por los tobillos y arrastrarla hasta él. Sus manos
llegaron a las caderas de Serina y ella sonrió sin poder evitarlo cuando le quitó las
braguitas. —Nena…— dijo con voz ronca—No tengo ni idea de qué he hecho, pero ...
— acarició el interior de sus piernas hasta llegar a sus muslos y se agachó— ahora te
pido perdón.
necesitando algo a lo que asirse. Gimió poniendo los ojos en blanco cuando volvió
a hacerlo y se retorció de placer cuando atrapó su clítoris entre sus labios lamiéndolo
suavemente después. Cuando chupó con fuerza se estremeció perdiendo
el aliento. Jett besó su vientre hasta llegar a sus pechos que torturó cuando ella aún no
había vuelto en sí. Fue al entrar en ella con fuerza cuando sintió que su cuerpo volvía a
la realidad porque mientras él se movía ella necesitaba más. La necesidad aumentó a
medida que sus embestidas y se aferró a sus hombros. Jett entraba en ella con fuerza y
se agachó para atrapar sus labios besándola con pasión antes de coger sus piernas y
colocándola de lado se pegó a su espalda con un ritmo frenético que
tensó todos los músculos de su cuerpo. La catapultó al paraíso y supo en ese momento
que a ese lugar sólo podía ir con él.
estás perdonado.
—Cariño…
de nuevo se volvió entre sus brazos para mirarle a los ojos —He visto a tu abuelo.
a él.
—¿A que no qué? ¿A que no te pondría los cuernos? ¿O a que no tengo fama
de conquistador?
Ella entrecerró los ojos y se sentó en la cama —¡Es que tus genes están alterados!
Él se sentó—¡Que tus genes no son para tirar cohetes! Y encima tienes esas
Eso no se lo esperaba y palideció dolida por sus palabras. Aunque tenía razón. Ella
había criticado a su familia y merecía el reproche. Pero que hubiera dicho lo de sus
visiones de esa manera tan despectiva, demostraba que lo había pensado. Lentamente se
levantó de la cama y fue hasta el vestidor.
—Nena…
quiero dormir.
Él suspiró tumbándose boca arriba y Serina cerró los ojos con fuerza. —
Sabes que no lo he hecho a propósito. A veces soy un bocazas. Tus visiones sólo te
tocan los huevos a ti. —dijo intentando hacerse el gracioso. Ella se pasó la mano por la
mejilla para borrar sus lágrimas— Joder, nena. Dime que me perdonas.
llores.
—No estoy harto. —la abrazó a él— ¿Cómo voy a estar harto? Me gustaría
—Quieres tener hijos. Eso está claro y yo no quiero. Además, odias mi don,
así que ya no hay más que discutir. — se volvió a levantar y Jett se sentó en la cama
—Ya te lo he dicho. — cogió una camiseta y tiró de ella haciendo caer una
cajita al suelo ante sus pies. Se quedó sin aliento al ver la caja de terciopelo y Jett
arrodilló una pierna ante ella.
pero para mí eres única y te necesito. — los ojos de Serina dejaron caer dos enormes
lágrimas viendo como abría la caja para mostrar un precioso diamante de
—¿Me quieres?
Jett sacó el anillo de la caja y cogió su mano — Claro. Había pensado pedírtelo de otra
manera, pero he tenido que adelantarlo antes de que me dejes plantado y sin novia.
Ella le abrazó por el cuello y se echó a llorar. Jett la pegó a él con fuerza y
—Ya veremos.
carrera.
—¿Qué?
día...
—Ahora que casi hemos zanjado lo de la boda— dijo con voz ronca besándola en el
cuello y haciéndola reír— Vamos a por el niño.
—Pero qué gracioso eres. — le empujó por el hombro para ver que hablaba
Jett saltó de la cama y vio que estaba realmente excitado— ¿Cómo que tomas
—Lo hemos hablado cuando te he dicho que no quería tener hijos— dijo
oreja a oreja— No puedes tomarme por sorpresa, cariño. Recuerda que lo veo todo.
¿verdad?
—Para eso no hacía falta tener visiones. Estaba claro que tarde o temprano
caerías. —dijo maliciosa quitándose los vaqueros. Se puso boca abajo abrazando la
tomas la píldora.
llorando a nuestro alrededor, sin visiones que te toquen los huevos dejándote en
evidencia con los vecinos.
Jett suspiró y se recostó a su lado subiendo la mano por su espalda— Esa frase me la
vas a hacer pagar, ¿verdad?
—Pues dentro de un año por aquí habrá un nuevo Parker, así que vete
haciéndote a la idea.
—Muy graciosa.
después.
Estaban en la fiesta el sábado por la noche y sonrió al ver a Jett hablando con el doctor.
Era más que claro que le estaba interrogando sobre las píldoras anticonceptivas porque
tenía una cara de cabreo que no podía con ella. Divertida caminó hacia él. Esa noche se
había esmerado en su aspecto y se había puesto un vestido rojo que la madre que Jett.
Estaba preciosa y sabía que eran el centro de atención porque su relación era la
comidilla del pueblo. Tenían curiosidad por verles juntos y era lógico.
morir hoy.
Su prometido puso los ojos en blanco y el doctor se echó a reír— Eres imposible.
estrenado vestido en color gris perla. La mujer la miró de arriba abajo— ¿Ese vestido
no era de la señora Parker?
—Tiene buen ojo. — se echó a reír y al mirar a Jett vio que no le había hecho gracia,
mirándole el vestido de arriba abajo— Le he hecho algunos arreglillos.
—Has hecho bien. —dijo la mujer uniendo sus manos por debajo de su
Jett la cogió por la cintura y ella dijo mirándole con amor— Estamos
prometidos.
—Es una noticia excelente. —le guiñó un ojo a Serina— Como siempre has
querido, ¿verdad? —se sonrojó intensamente y Jett se soltó de ella mirándola fijamente
— Estaba cantado que algún día serías la señora de la casa. ¡Si le habías echado el ojo
a nuestro chico cuando aún ibas con calcetines largos! —la anciana
—¿Le dijo eso? — Jett se volvió hacia Serina que estaba como un tomate—
—Luego te lo explico. —levantó las cejas para que entendiera, pero Jett la miraba con
desconfianza.
Serina se había quedado tan sorprendida por su reacción que no supo qué decir.
obsesionada con el rancho toda la vida. ¿No te estarás casando conmigo por la maldita
casa?
me ha hecho recordar muchas cosas que casi tenía olvidadas, como que siempre que
tenías un momento libre estabas allí. Como que te has pasado seis años cuidando de
ella.
La cogió por los hombros con fuerza— Dime que la casa no tiene nada que
ver para que te vayas a casar conmigo. Que lo que ha dicho la señora Simmons no
es cierto.
—¡Cuando llegué por primera vez a la casa, sentí que era mi casa! ¡Por eso
le dije eso! —La cara de decepción de Jett era devastadora. —Pero no…
lo que habías visto en tus supuestas visiones, fui a ver al sheriff para leer el informe de
su muerte. ¿Adivina qué ponía?
leído el informe. ¡Me lo ha dicho el sheriff! Rotura del occipital derecho por golpes
con un objeto contundente. ¡Allí no ponía nada de una maza! Eso sólo lo podía saber el
asesino.
—¡Dios mío! ¿Si crees eso desde hace meses porque me has pedido
nunca.
tenía razón al llevarte allí. ¡Te comportaste como la dueña desde el primer momento!
¡Hasta te pones los vestidos de mi madre! — Serina sintió que su corazón
se retorcía— ¿Acaso crees que te amé desde el principio? ¿Que te vi en la fiesta y tenía
tantos remordimientos de lo que había pasado esa tarde que de repente quería
acostarme contigo? ¡Tú eras la principal sospechosa! ¡Sólo tuve que tirar del hilo y
esperar! ¡Te descubriste sola!
—Si crees que yo maté a tu padre, ¿por qué no me denuncias? — susurró con un dolor
insoportable sin darse cuenta que lloraba.
—Lo que está claro es que necesitas ayuda, porque tu obsesión ha ido
demasiado lejos.
que estoy loca. — se llevó las manos a su pelo negro apartándoselo de la cara—
¿Por qué te acostaste conmigo? ¿Por qué tu obsesión con tener un bebé?
todo formaba parte de esa idea loca que tenías en la cabeza sobre ser la señora del
rancho! — se acercó a ella y Serina se volvió para que no viera su dolor— ¡Eso no va
a pasar nunca!
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Ella lloró desesperada por querer huir, sintiendo como se rompía su
corazón.
—¡Voy a hablar con el sheriff de mis sospechas y zanjaremos esto ahora mismo! ¡No
quiero ni verte! — se volvió empujando la puerta abatible y ella gimió
de dolor ahora que ya estaba sola. No podía creerse todo lo que le había dicho.
Todo lo que había fingido durante esos meses… todo lo que le había hecho sentir…
Le abrazó con fuerza y él susurró— No sabe lo que dice. No debes disgustarte tanto.
No lo merece.
—No te preocupes por nada. Los Parker son así. — esa frase le robó el aliento a
Serina, que lentamente se apartó de él para mirarle a los ojos. David sonrió con tristeza
— No chiquilla, no fui yo. Pero sé quién lo hizo.
—¿Quién?
La puerta abatible se abrió y Jett entró en el pasillo con el sheriff detrás. Jett la señaló
con el dedo— ¡Ella mató a mi padre!
—¡Serina sabía que le habían matado con una maza! ¡Ha cuidado mi casa
—¡Cállate!
—No puedo creer lo que acabo de oír. — dijo el sheriff muy serio—
— ¡No estuvieron en casa a la hora del crimen, porque no tenían camioneta! Estaba
—¡Tu padre murió a las nueve de la noche y ellas estaban en el cine! —Jett
—Creo que esto ha ido demasiado lejos. —dijo David mirando con pena a
Jett. Entonces Serina lo vio. Vio como la madre de Jett se acercaba a su marido por
detrás y le golpeaba con fuerza salpicándose de sangre. Furiosa volvió a golpearle
cuando estaba a punto de caer y David entró en el establo en ese momento.
alguien que harías lo que fuera? Cuando la encontré con la maza en la mano, no pude
evitarlo. Estaba medio desquiciada porque le había escuchado decir que Lorraine era el
amor de su vida y cuando escuchó que iba a desheredar a Jett, cogió lo primero que
encontró y le pegó con fuerza. No creo que ni lo pensara. — Jett pálido dio un paso
atrás— No lo hizo a propósito. Le quité el vestido y la cambié de ropa. Enterré la maza
con el vestido cerca del río y después volví a la casa para darle una cuartada.
—¡No! — protestó ella al ver que le iba a detener— ¡Él no hizo nada!
hubiera matado.
—Porque con cuatro vidas que se destrozaran esa noche, ya es más que
cuenta en este momento, pero en un futuro sabrás que acabas de tirar tu vida por la
borda. Lo siento por ti.
Desaparecieron por la puerta y Serina miró sus manos que temblaban con
Su prometido pagaba. Dios, no se podía creer que todo hubiera sido una mentira. La
había manipulado, se había acostado con ella y había tramado un plan para quedarse
con su hijo si la encerraban. ¿Quién haría algo así? ¿Quién podía manipular de esa
manera, para después echárselo en cara de esa manera tan fría? Alguien sin corazón.
Caminó sin rumbo por la ciudad en medio de la noche llegando al parque infantil. Se
sentó en el columpio, dejando caer los tacones sobre la arena mientras se balanceaba
suavemente mirando sin ver las casas que tenía en frente. Debería haberlo sentido.
Debería haber tenido alguna visión que la alertara de que la estaba manipulando.
¡Aquellas malditas visiones no servían de nada! ¡Sólo le amargaban la vida!
No supo cuánto tiempo estuvo allí balanceándose una y otra vez. Pero
casa con la bata puesta y se acercó a ella— Mi niña, ¿qué haces aquí a estas horas?
—Pensar.
La mujer se acercó apenada al verla en ese estado y la cogió por los hombros— Vamos,
niña. Necesitas desahogarte.
—Te quedarás en mi casa hasta que aclares las ideas. Ven, por favor. No me
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gusta que estés así. —Serina se echó a llorar— Ya me lo contarás cuando estés lista.
—Shusss. ¿Sabes qué? Te daré una pastilla que te dejará como nueva. Ahora
hasta la casa.
Capítulo 8
—Soy freelance y necesito trabajar. Voy a ser madre soltera y no puedo permitirme
estar sin trabajar. — se intentó levantar de la camilla y el doctor se echó a reír al ver
sus esfuerzos— Muy gracioso.
cambiarte.
Fue hasta detrás del biombo y empezó a quitarse la bata. — ¿Tomas las vitaminas?
—Las vitaminas y todo lo que la señora Simmons me obliga a comer. ¡Me está cebando
todo el día!
poniéndoselo en bandolera.
Iba a salir cuando se detuvo en seco cuando dos tipos entraron a toda prisa.
Uno de ellos llevaba la mano vendada y el otro era Jett, que al verla perdió algo de
color pero no se detuvo. Ella hizo lo mismo. Como si no le conociera de nada,
empujó la puerta para salir, pero cuando iba hasta el coche escuchó que la llamaban.
—¡Seri!
No se podía creer que le dirigiera la palabra cuando en ocho meses no lo había hecho.
Sin volverse metió la llave en la cerradura para abrir la puerta, pero él se acercó
corriendo impidiendo que abriera— Seri, tenemos que hablar.
y pegarte un tiro!
Jett apretó las mandíbulas dando un paso atrás y miró su barriga de la que entraba en el
coche, pero no dijo nada. Se quedó allí viéndola arrancar y salir de su plaza. Serina
mordiéndose con fuerza el labio inferior mientras apretaba el volante, intentaba no
llorar. Siempre que le veía le sucedía lo mismo. Se pasaba horas llorando y no servía
de nada, porque nada solucionaría su relación. Ni siquiera lo intentaría solucionar por
la niña, porque durante ese tiempo no le había preguntado ni una sola vez cómo estaba.
De hecho, no se había acercado a ella ni una sola vez.
Cuando se fue a vivir con la señora Simmons y esta se enteró de que estaba
embarazada, le suplicó que fuera al rancho para comunicárselo, pero ella no quiso
acercarse ni a diez kilómetros. No pisaría el rancho nunca más. Antes muerta. Pero
no tardó en enterarse porque el rumor de que tomaba vitaminas del embarazo corrió
como la espuma por el pueblo. Pero aun así no se acercó. Realmente era irónico que
después de confesarle todo lo que había hecho, ella descubriera que se había quedado
embarazada precisamente en esos días. Al principio lo pasó muy mal. Sola, embarazada
y recogida por una vecina, pensaba que su vida no podía ir a peor. Todavía recordaba
como sus cosas aparecieron en el jardín de la señora Simmons ante todo el vecindario y
el post it que había en una de sus cajas. El muy cerdo le había escrito “Así te ahorro el
trabajo. Las necesitarás.” Hasta le había incluido los vestidos de su madre, que ella tiró
directamente a la basura.
Lo único que la hacía seguir adelante era su hija. Desde que había visto su ecografía su
vínculo era mayor. No se había ido del pueblo porque allí tenía clientes y empezar de
cero en su estado era muy duro, pero en unos años se mudarían porque vivir tan cerca
de Jett era horrible. Siempre temía encontrárselo, porque la ponía de los nervios y
encima la gente murmuraba. Había escuchado a dos vecinas hablar en la cola de la
farmacia sobre el descaro de Jett hacia ella y Serina perdió los nervios diciéndoles a
esas mujeres que mejor vigilaban a sus maridos los jueves por la noche. No era cierto
que no tuviera visiones. Todo lo contrario. Parecía que sus hormonas alteradas le
provocaban aún más. Era muy estresante porque sabía cosas de la gente que no debía
el capó para coger las carpetas que había ido recopilando esa mañana entre sus
clientes. Cuando cerró el capó, se quedó de piedra mirando la acera de enfrente. Era
él. El tipo estaba sentado en un banco mirando como los niños jugaban. Serina le miró
bien caminando por la acera. En realidad, aquel sinvergüenza estaba mirando
a una chica de unos dieciséis años que jugaba con un bebé en la arena.
Serina apretó los labios y fue hasta su casa. Nerviosa entró y se acercó a la
ventana.
—¿Qué ocurre?
—Muy bien. — dijo la mujer decidida— Pero voy a por la escopeta de mi George.
—Vale. — mientras la buscaba y la cargaba, pasarían unos años. Sacó su móvil a toda
prisa y llamo al sheriff.
—¿Quién es?
violar a Jessica!
—¿Estás segura?
Miró a su alrededor, pero no le veía y al darse la vuelta le vio caminar calle abajo.
—¡Mierda!
dando un paseo. El muy cabrito miraba las casas y cuando llegaron hasta Serina los
sonidos de las sirenas, se dijo para sí que Albert era idiota. El tipo atravesó el césped
del señor Lewis y ella corrió lo que pudo hacia allí, cruzando la calle moviendo el
brazo de un lado a otro. No sabía si la habían visto, pero decidió seguir al tío, no fuera
a ser que se escapara. Atravesó el césped siguiendo sus pasos y se mordió el labio
inferior caminando pegada a la casa como en las películas. Al llegar al final asomó la
cabeza y puso los ojos en blanco al ver que estaba entrando en la casa rompiendo un
cristal de la puerta de la cocina.
Volvió corriendo a la calle para chocarse con Albert que la cogió por los hombros
separándola— ¿Estás bien?
Él les hizo un gesto a sus compañeros y dos fueron por detrás. —Aléjate,
Serina.
todo.
Jadeó indignada antes de caminar por la acera y cruzó la calle para volver a
casa cuando escuchó un disparo. Lentamente se dio la vuelta asombrada y vio como
tirando de él hacia la casa y ella gritó, corriendo hacia ellos mientras el hombre desde
la ventana del piso de arriba les apuntaba con la pistola. Sin pensarlo se acercó a ellos
mirando hacia arriba y ayudó a levantarse a Albert para esconderlo
detrás del coche patrulla. Escuchó como gritaban dentro de la casa y después varios
disparos. El tipo cayó por la ventana de espaldas destrozando el cristal y cayendo al
exterior. Ella gritó horrorizada al ver el cuerpo sin vida del hombre sobre el seto del
señor Lewis y se tapó la cara porque sus ojos negros estaban abiertos mirándola.
Superada por los acontecimientos ni se dio cuenta que llegaba otro coche del
en el hombro mientras varios vecinos se acercaban lentamente para ver qué había
pasado.
La señora Simmons la cogió por los hombros para mirarla bien— ¿Estás
herida?
agachándose ante Albert. Sonrió apartando su mano de la herida— Va, eres un quejica.
Un punto del doctor y como nuevo.
era? Según recuerdo dijiste la otra vez que no le habías visto la cara, porque no había
luz en el callejón.
Todos miraron a Serina que estaba tal alterada que no podía ni pensar.
Volvió la cara al hombre que estaba sobre el seto y cerró los ojos con fuerza. Miles de
imágenes inundaron su mente. Se tensó ante todos arqueando la espalda, mientras se
sucedían una tras otra en décimas de segundo, antes de que se detuviera un rostro ante
ella. El rostro de Jett gritándole que estaba loca. Se desplomó sobre la acera antes de
que nadie pudiera evitarlo.
Un olor muy fuerte en su nariz la sobresaltó y abrió los ojos asustada. El doctor Robson
estaba arrodillado a su lado sobre la acera y la cogió por la nuca —
—¿Por un desmayo?
mano al sheriff, que sonrió divertido cogiéndosela para tirar de ella— ¡Estoy bien y me
voy a casa! — se volvió y vio que Albert no estaba.
divertido.
—Perfecto. Pues espero que se ponga muy bien pronto y yo ahora me voy a
descansar un rato.
el doctor preocupado.
apretándose las manos mirándola de reojo. La mujer no era tonta y la había pillado
varias veces en lapsus que demostraban que sabía cosas que no debía saber. Como
que su hijo estaba en una cárcel en Austin por conducir borracho y matar a un peatón.
Ella había dicho que lo había escuchado por el pueblo, pero la mujer sabía que era
mentira. Le había preguntado discretamente si era como su madre, pero había cambiado
la conversación y la mujer que era un cielo, no había insistido.
Fueron todos hacia la casa y Serina se sentó en el sofá. Miró fijamente al sheriff
mientras la señora Simmons servía té helado para todos.
—Últimamente varios vecinos van comentando que dices cosas que ponen
perdida la pulsera la señora Jules o que adivine que un hombre que no conoce es un
violador. Además, Serina debe recordar que yo detuve a David y pude ver cómo
adivinó que él estaba en la escena del crimen de Parker. Puede que me haya hecho el
tonto muchas veces, pero ya está bien.
—Espero que ese tipo sea quien haya atentado contra Jessica, porque si no es
—Ese hombre invadió una casa ajena. ¡Esa ya era razón para detenerlo! —
—Muchacha… ¿te das cuenta de todo lo que puedes ayudar? —la miró a los
ojos— Si haces lo que creo, como tu madre… salvó la vida de la mujer del alcalde.
—Sheriff, no tengo ni idea de lo que está diciendo. ¡Y le recuerdo que se murmuró que
mi madre era bruja! ¿Ha visto su tumba?
—Ni hablar. Además, son tantas cosas que pensarían que hay algo raro.
el sheriff satisfecho.
—Su sobrino robó el cepillo de la Iglesia el domingo pasado. —el sheriff se puso
como un tomate mientras el doctor se reía a carcajadas. Ella le fulminó con la mirada—
No se ría tanto. ¡Su recepcionista coge drogas de su consultorio y se las
El médico se tensó— ¿No se puede evitar? Por Dios, tiene cinco hijos.
—No la presiones con esas cosas. Bastante hace ya. —dijo el sheriff muy serio—
¿Sabes a que altura más o menos? ¿Y cuándo será? Igual si llegamos a tiempo…
—Sólo sé que lleva una camisa azul claro. —angustiada apoyó los codos en
No podía ser tan fácil. Entrecerró los ojos y levantó la vista hacia el sheriff
— ¿Usted cree?
es lo mejor.
Se pasó las siguientes tres horas hablando de todo lo que veía, excepto de aquellas
cosas que eran íntimas y que no les concernían. El sheriff casi agotó el block— Madre
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mía, menuda cantidad de trabajo— dijo asombrado— ¡Nuestros
dijo la señora Simmons con los ojos como platos— Secuestra a los gatos para
disecarlos. Eso es tétrico. Tiene pinta de futuro psicópata.
dedicaré a los delitos más graves. Y avisaré a cierta vecina sobre que robar
correspondencia para cotillear es un delito federal. — puso los ojos en blanco—
Encima tontos.
—No.—dijo el sheriff— A no ser que sea algo realmente grave, yo creo que
es más discreto reunirnos aquí una vez a la semana para que nos informe.
hinchando el pecho. La señora Simmons levantó una ceja y Serina sonrió porque sabía
lo que estaba pensando. Al parecer el sheriff creía que lo había hecho él todo.
algo pesado.
—El otro día la montó en el bar y de eso no me has dicho nada. ¿Va a crear
problemas?
—Este chico es idiota. Un buen ejemplo de cómo meter la pata y joder tu vida. —siseó
el sheriff saliendo de la casa.
embarazada…
Se tensó con evidencia y susurró— ¿Se refiere a esas visiones que decía que
me inventaba? Entonces no debe ni pensar en ello, ¿no cree? No sé a qué viene tanta
preocupación.
quedaron de piedra al ver a Jett al otro lado. Vestido con vaqueros sucios y camiseta
sudorosa, se notaba que había salido corriendo de la finca.
Serina sin mirar a la cara al padre de su hija se volvió y fue hasta la cocina
—Seri…
con saña. ¡Cómo se atrevía a ir a su casa! ¡Después de todo lo que había hecho!
¡Menudo descaro! Además, ¿qué pintaba allí? ¿Ahora quería hablar con ella?
—No.
puerta y furiosa la golpeó contra la encimera. Jett apretó los labios —Sólo venía a ver
si estabas bien. Me han dicho que ha habido un tiroteo.
—Pues como ves estoy perfecta. ¡Ahora lárgate! —Él dio un paso hacia ella
Lo siento.
cobarde, porque tuviste valor para hacerme daño diciéndome que yo no te importaba
nada.
—¡No mientas! — gritó histérica— ¡Lo planeaste desde que me viste en tu casa nada
más llegar! —le señaló con la sartén— ¡Tú mismo lo dijiste! ¿Creías que
pasándose la mano por el cabello. Pudo ver que estaba muy nervioso, pero le dio igual.
Se negaba a sentir nada por él. Ya la había destrozado bastante.
—Eso ya lo veo. —se volvió para salir de la cocina, pero se detuvo en el pasillo para
mirarla —No voy a negar que cuando te vi en mi casa después de tantos años me
enfurecí conmigo mismo por lo que ocurrió y como te traté. Pero ver que
me habías cuidado la casa, me enfureció aún más porque siempre tenías que ser
perfecta. Siempre tenías que hacer hasta lo que no se esperaba de ti y me sentí culpable
por no haberte llamado ni una sola vez en tantos años— los ojos de Serina se llenaron
de lágrimas— Busqué una excusa para estar contigo, diciéndome a mí
mismo que todo lo hacía con la única razón de encontrar al asesino de mi padre.
Cuando reconocí el vestido rojo que llevabas puesto, sentí que traicionaba a mi madre.
Que te habías adueñado de su vida y que yo lo había consentido, cuando todavía tenía
esas sospechas sobre ti y la muerte de mi padre. Lo pensé y lo reconozco. Y también
reconozco que te manipulé para intentar descubrir la verdad.
—una lágrima cayó por la mejilla de Serina recordando sus gritos— Pero no dudes
nunca que cada vez que te besaba, cada vez que te hacía el amor, sólo estábamos tú y yo
nena. Nadie más.
iba parte de su alma. Unos segundos después la señora Simmons entraba en la cocina y
la miró con pena— Mi niña. Todo se arreglará.
haciéndome creer que al fin había conseguido al amor de mi vida. ¡Me pidió
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matrimonio por el bebé, por si me arrestaban o me ingresaban! ¡Cree que estoy loca y
que me invento lo que veo!
—Entiendo lo que sientes. Y no te voy a pedir que te pongas en su piel porque lo que te
hizo no tiene nombre. Pero lo que sí sé es que ese hombre está desesperado. — a Selina
se le cortó el aliento— Ese hombre lleva meses intentando
tener el valor para acercarse a ti, porque sabe que ha hecho algo horrible. Le he visto
observarte a lo lejos y he visto el dolor en su mirada cuando rechazabas reconocer su
sola presencia. Está enamorado de ti, Serina. Pero los fantasmas del pasado le nublaron
el juicio y cometió un error terrible. — levantó la mano impidiéndole que la
interrumpiera— No estoy diciendo que le perdones. Sólo digo
que puede que empezara todo por la razón equivocada, pero que al final sí que te ama.
¿No dicen que los caminos del señor son inescrutables? Quizás es una prueba
era ella la que no le quería. ¡Aquello era el colmo! ¡Una prueba! ¡Ella no tenía que
pasar ninguna prueba de amor! Si lo había dado todo en esa relación. Era él quien
había metido la pata, ¿y resultaba que ahora estaba enamorado de ella? La prueba no la
había pasado él. Punto. Había que ser retorcida para decirle algo así. Molesta dejó la
sartén de nuevo sobre la encimera y la siguió hasta el salón donde estaba con una
sonrisa de oreja a oreja haciendo calceta.
—¡Lo sabía!
seguir con la cena. Estaba sacando el pollo del horno cuando la mujer entró en la
—Niña, te voy a contar una historia. Puede que eso te ayude a perdonar a tu
hombre.
—No es mi hombre.
aquí por supuesto no había y me pasaba todo el día fuera del hotel. Bueno, lo que pasó
fue que comiendo en un precioso restaurante había un caballero en la mesa de
al lado.
golpe tirando la silla al suelo. La mujer la miró a los ojos— ¿Lo has visto?
—La violó.
tan mal. Muy culpable porque le había seguido hasta allí y creía sinceramente que yo
había sido la responsable de lo que había ocurrido. No podía mirar a mi marido
perdonarme y al cuidar al hijo de ese hombre, a nuestro único hijo, como si fuera
suyo.
—¡Joder! ¿Para qué me cuenta esto? ¡Si quiere que me sienta culpable, lo lleva claro!
Él no me quería como usted quería a su marido. ¡Lo que ocurrió nunca
fue culpa de usted! ¡Cometió un error al ir hasta allí, pero de lo que pasó después no es
responsable! ¡Su George se comportó como debería comportarse cualquier marido que
ama a su esposa, al contrario de Jett que simuló que me quería para conseguir un
propósito! ¡No me compare!
—Sí, eso ya lo he visto. Me ama tanto que durante ocho meses no ha tenido
las pelotas para venir y disculparse. ¡Ha tenido que aprovechar lo de esta tarde para
venir hasta aquí!
—¿Crees que Jett Parker no tiene valor? — la mujer se echó a reír— No seas estúpida.
—Oiga…
me amaba tanto que cada vez que yo me alejaba, me abrazaba y me besaba para que
Capítulo 9
Esa noche no pegó ojo. Y por la mañana estaba aún más nerviosa que el día
anterior. No podía quitarse de la cabeza las conversaciones que había tenido la tarde
anterior y se levantó agotada. Afortunadamente era sábado y no pensaba trabajar.
Entre otras cosas porque no se concentraría. Se moría por ir hasta el rancho a hablar
con Jett, pero no se permitía hacerlo. Pasó todo el día como alma en pena por la casa
haciendo que limpiaba y la señora Simmons se fue a su partida de póker preocupada
por ella.
Decidió dormir una siesta y cuando se tumbó en la cama sin desvestirse siquiera, cerró
los ojos suspirando, intentando olvidarse de todo. El teléfono fijo de la casa sonó en
ese momento y angustiada se levantó por si era importante. Bajó las escaleras
acariciándose el vientre y cuando iba a descolgar el teléfono en el hall dejó de sonar.
y nerviosa lo volvió a intentar cuando le sonó el teléfono móvil. Corriendo dejó caer el
auricular para ir hacia su bolso que estaba en el salón. Descolgó viendo en la pantalla
que era el sheriff— ¿Qué ha pasado?
—Voy para allá. — cogió su bolso y corrió hacia la puerta. Se quedó helada
al ver a Jett en el porche como si no se decidiera a llamar. Sin poder olvidar lo que
había hecho, cerró la puerta con llave dándole la espalda.
Él la observó y metió las manos en los bolsillos del pantalón como si estuviera
reteniéndose para no tocarla. Sacando la llave de la cerradura le miró de reojo— Tengo
que irme.
—No sé qué haces aquí, pero te has equivocado. — dijo sin poder evitarlo.
Bajó los escalones sin que él se moviera del sitio y muerta de remordimientos fue
hasta el coche rodeándolo para entrar en el asiento del conductor. Le miró por encima
del capó y dijo intentando suavizar las cosas— ¿Puedes conducir tú? Estoy
algo incómoda.
Ella miró hacia atrás y apretó los labios al ver su camioneta gris. De manera
abrió la puerta del coche y Jett lo rodeó a toda prisa cogiéndola del brazo para
detenerla.
camioneta. Con los ojos como platos le miró —¿Qué coño haces?
un portazo y la vigiló por la luna delantera antes de subirse a su lado. — ¡La puerta de
mi coche está abierta! — dijo al verle arrancar.
Furioso se acercó pasando el brazo ante ella para tirar del cinturón y cerrárselo—Ya
está. No era tan difícil, ¿verdad?
—Sí, señora.
—Estás preciosa.
desde el punto A hasta el punto B. ¿Quieres? — se apretó las manos muy nerviosa,
diciéndose que aquello no había sido buena idea. Cuanto más alejados estuvieran,
mucho mejor. Aquella relación no tenía solución y más valía que cada uno viviera
movimiento y supo que había pasado algo grave. Se quitó el cinturón y abrió la puerta.
Cuando vio que él se bajaba, le ignoró abriendo la puerta ella y pasando sin esperarle.
Los cinco empleados parecían frenéticos y el sheriff en cuanto la vio, se acercó a ella a
toda prisa— Pasa por aquí.
Entraron en la oficina del jefe y ni se dio cuenta que Jett entraba tras ella. —
Siéntate, nena.
sonreír porque era una de las elegidas. Sólo el alcalde le llamaba Jack.
siesta y su madre abrió la ventana porque en la habitación hacía calor. No se sabe más.
Cuando fueron a despertarla porque le extrañaba que durmiera tanto, ya no estaba.
—Sí, pero hemos encontrado dos huellas de hombre en la tierra que hay
bajo la ventana y me extraña que saliera de la ventana sin hacerse daño al caer. Mide
uno cinco y la ventana está a uno cuarenta. La caída es de un metro como poco si
hermético, que dentro tenía una diadema rosa con estrellitas plateadas.
—Dios mío. — dijo sintiéndose realmente mal. Su madre debía estar de los
nervios.
—¿Puedes hacerlo?
abrió la bolsa mientras Jett se acercaba a ella. Metió la mano en la bolsa y sacó la
pequeña diadema— Nunca he hecho algo así.
Bufó y miró la diadema cogiéndola con ambas manos. Cerró los ojos pensando en la
niña. La había visto varias veces acompañada de sus padres, que la
adoraban. Tenía un pelito rubio precioso y una sonrisa que era para comérsela.
lo haré más! ¡Mamá! —entonces se oyó un fuerte golpe y la niña miró hacia arriba
La niña se levantó y gritó mirando hacia abajo al ver una rata. Se subió a los
escalones agarrándose para alejarse del asqueroso bicho y miró hacia arriba—
abriendo la puerta de golpe y gritó— ¡Revisar las alcantarillas que se han abierto hoy
cerca de la casa de la niña!
—De nada. Sólo pensar lo que debía estar pasando esa madre, pone los pelos
Jack levantó una ceja al mismo tiempo que se subía los pantalones— No lo
vas a tener fácil, chico. Seguro que ahora te arrepientes de tener la boca demasiado
Ella ya estaba en la calle y caminaba hacia casa. Un paseíto era lo que necesitaba. Jett
corrió hacia ella y la cogió del brazo dándole la vuelta— Seri,
levantando una ceja y gruñendo se volvió para ponerse el cinturón. Cuando ya estaban
de vuelta él susurró— Siento haber dicho que estabas loca. Tenía que haberte creído
con lo de la cartera, pero pensé que alguien te lo había contado.
ventanilla. Se sentía una estúpida por haber dejado que fuera con ella. Tenía que
haberle plantado en el porche con la palabra en la boca, pero demostrando que había
metido la pata sólo había conseguido sentirse peor.
—Lo sé. —dijo desesperado frenando ante su casa— Nena, mírame. Odio
Una lágrima corrió por la mejilla de Serina y haciéndole jurar por lo bajo
Entonces Serina recordó que cuando había estado ingresada no había creído
—Sí, estoy bien. — Jett se acuclilló ante ella y le cogió de la mano, pero ella
la maleta?
—Vas a dar a luz en unas semanas y prefiero que estés conmigo. — dijo algo incómodo
— Ahora tengo un ama de llaves y te cuidará muy bien mientras no
estoy en casa.
—¿Tengo que olvidar que me manipulaste y que dijiste que estaba loca,
obsesionada por ti y por tu rancho? ¿Tengo que olvidar que me acusaste de matar a
tu padre y de querer usurpar la vida de tu madre? ¿Tengo que olvidar que me pediste
matrimonio porque creías que estaba embarazada y no querías que me quedara el bebé?
Jett palideció y sin poder mirarla se levantó lentamente— Todo eso va a ser
difícil de olvidar. Yo no dejó de pensar en ello, así que supongo que tú tampoco.
Ella se echó a reír y sorprendido la miró. —Supones que yo tampoco— se echó a reír
aún más de manera histérica y se levantó tambaleante asustándole— ¡Yo
—¿Sabes lo que pensé cuando ocurrió todo? Pensé que no tenías corazón.
Sólo una persona así haría lo que tú habías hecho. Sólo una persona sin corazón, haría
el amor como tú me lo has hecho para después decirme esas cosas tan horribles— Jett
dio un paso atrás como si le hubiera golpeado— Te quiero— dijo
angustiada— Te quiero tanto que me duele cada vez que no puedo estar contigo, pero lo
que hiciste, lo que sufrí por tu culpa, no se olvidará por mucho que ahora cambies de
opinión.
sabía lo que te quería hasta que ese anillo cayó ante mis pies.
Lo que pasa es que ahora te sientes solo es esa gran casa y has recordado después de
Jett se volvió pasándose las manos por el cabello como si intentara encontrar la
solución—Cuando muera te quedarás con la niña. Mi abogado lo ha arreglado.
mucho tiempo.
—Lo presiento. Será después de dar a luz. Pueda que tenga días o semanas,
prisa. Asombrada le vio subir las escaleras y le siguió sin saber qué decir. Cuando
llegó arriba, escuchó que estaba en su habitación y fue hasta allí a toda prisa para verle
tirar toda su ropa sobre la cama— ¿Qué haces?
Alucinada no sabía qué decir y de repente apareció ante ella un vaso de limonada. La
señora Simmons sonreía de oreja a oreja. —Espera querido, que te
mesilla.
—Las cajas de tus clientes las recogeré mañana. — sin distraerse fue tirando
todo sobre la cama y cogió la esquina del edredón cerrándolo todo en un gran petate.
Tuvo que apartarse para dejarle pasar.
Puedes quedártelo.
Ella bebió de su limonada mirándole bajar por las escaleras. Se volvió hacia
Jett estaba de vuelta y subía las escaleras de tres en tres. Puso los brazos en
para no perder detalle. Cuando la sentó en la camioneta con vaso y todo, cerró de un
ventanilla.
—Claro que sí. No me lo perdería por nada. Eres la nieta que siempre quise
—Mañana enviaré a mis chicos para que trasladen lo que quiera llevarse—
Jett asintió sacando la camioneta y susurró— ¿Ha dicho que tenemos que ir a
—Era una orden. — se cruzó de brazos y al mirarla vio que no se había puesto el
cinturón— Además, si vas siempre, no sé a qué viene que protestes por eso.
para ponérselo. Sobre ella la miró y sus ojos se encontraron— Sabes que me
Jett sonrió mientras salían del pueblo y eso la hizo desconfiar aún más, pero
—Ya verás. La señora Bliss es estupenda. Y cocina muy bien. No tan bien como tú,
pero muy bien.
—No pienso mirar tus libros. — se cruzó de brazos. Menuda cara tenía.
—Mentirosilla…
me pones de los nervios. Quiero que me dejes en paz diez minutos para que pueda
Serina entrecerró los ojos y miró al frente. Cerró los ojos acariciándose el
el parto. Ese método le había servido en muchas ocasiones, pero tener a Jett al lado era
más estresante de lo que creía. Cuando sintió la mano de Jett sobre su vientre se
sobresaltó y al mirarle vio que estaban a un lado del camino que llevaba al rancho
después de salir de la carretera general— ¿Por qué has parado?
parte baja —Nena, está muy dura— susurró impresionado— Déjame ver. — antes
de que se diera cuenta levantó su camiseta dejándosela debajo de los pechos —Dios.
— sentir su tacto sobre su barriga le cortó el aliento y levantó la vista hacia sus ojos
que la estaban mirando— Se mueve. —ella asintió— Tiene algo de los dos, nena. Es
nuestra niña.
—Lo siento— dijo arrepentido. La cogió por la nuca y atrapó su boca como
si estuviera desesperado por ella. Serina abrió los ojos como platos porque no se lo
esperaba y cerró lentamente la mandíbula atrapando la lengua entre sus dientes. Jett se
detuvo en seco e intentó apartarse.
avisado.
—Pues sí. — dijo bajándose la camiseta de golpe. —Ahora llévame a casa antes de
que cabree.
casa y gritó de horror. Fulminó con la mirada a Jett que tenía una mueca la cara—
—Pintar la casa.
—¡De rojo!
mal. Pero tenía que ser blanca ¡Tenía que serlo! — Uy…ya te veo pintándola de nuevo.
mantenimiento.
—¡Como si tú hubieras hecho algo estos últimos años! — furiosa abrió la puerta
olvidándose del cinturón.
¡Más te vale que haya pintura blanca en el almacén porque vas a ir a comprarla ahora
mismo!
—¡Ahora!
Se bajó de la camioneta con los nervios a flor de piel y al ver la casa roja no
¿no?
Jett la miró preocupado— Te juro que no. Hubo una avería en la cocina y tuvieron que
sustituir la pared porque las tablas se pudrieron con la humedad y tuve que pintar esa
pared. Decidí cambiar el color porque es lo que me recomendaron.
—Pues quien te recomendó eso no tiene ni idea. ¡El blanco es el color más
limpio que hay! —recorrió el camino de piedra y cuando llegó a los escalones
entrecerró los ojos al ver el balancín pintado del mismo color— Te juro que esto
me lo vas a pagar.
—¡Preciosa, no te pongas así! — dijo sacando las cosas del coche mirándola
—¡Ni hablar! — se volvió desde el porche— ¡Mi casa es blanca! ¡No roja!
¡No sé cómo todos los toros de la zona no están aquí! —Jett tuvo que reprimir la risa.
— Como te rías, te juro que …
Escuchó que se abría la puerta y una mujer de unos cuarenta años muy
atractiva salía con un paño en las manos y una sonrisa en la boca. ¡Si aquella era el ama
de llaves estaban empezando fatal! Tenía un cabello rizado y con tonos rojizos.
Eso por no hablar de que debajo de la camiseta roja que llevaba se notaba que tenía
unos buenos pechos. Aquella no iba a ser su ama de llaves. Con los antecedentes
familiares de Jett, ni hablar.
Jett que llevaba el edredón cargado de ropa la miró a los ojos— Sólo he
cambiado algunas cosas. Esos cuadros eran horribles y había muebles que eran muy
anticuados. No son mi estilo.
Serina no se lo podía creer y levantó las manos sin entender nada, justo antes
de echarse a llorar como si le hubieran destrozado su sueño. Jett dejó caer el edredón
sobre el porche y la cogió de los brazos— No pasa nada. Volveré a cambiarlo.
El ama de llaves la miraba como si estuviera mal de la cabeza y eso hizo que
—Sí, claro.
—Ven. Lo que pasa es que estás agotada y han sido muchos cambios de
Serina asintió. Seguramente era eso. Volver a hablar con Jett y todo lo demás
Parecía otra casa y cuando vio que había quitado el aparador de estilo francés que
estaba al lado de la puerta de la habitación de sus padres se desinfló como si ya no
tuviera fuerzas para nada. Preocupado la tumbó sobre la cama y ella se puso de costado
abrazando la almohada.
Sabías que a mí no me gustaban esos muebles tan antiguos. Ahora está mucho más
hogareña. ¿No te parece?
primer día que había puesto un pie en aquella casa y una lágrima cayó por su nariz
Capítulo 10
Se pasó una mano por su cabello negro indeciso. ¿Debía dejarla sola? Vio como la
señora Bliss subía con una bandeja y él hizo un gesto para que bajara.
Ahora tenía que lidiar con ella, porque le daba la sensación que Seri había hablado muy
en serio cuando la había despedido. Reprimió una sonrisa al ver su cara cuando la
señora Bliss la saludó. Estaba celosa.
—No hace falta que me explique nada. Ella ha sido muy clara. Me odia y quiere que me
vaya.
—No la odia. No la conoce, pero está muy sensible y han pasado muchas cosas entre
nosotros. Tengo que conseguir que esté lo más cómoda posible. Es importante que se
vuelva a sentir en su casa y con usted…
—Conmigo no lo estará porque pensará que puede haber algo entre nosotros.
Jett hizo una mueca— No es culpa suya, pero mi padre y mi abuelo no eran
precisamente fieles, así que Seri tiene la idea absurda de que le seré infiel. Cuestión de
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genes.
Jett lo pensó seriamente. Él no podría estar continuamente con ella y la señora Simmons
era muy mayor. Necesitaba a la señora Bliss y se pasó la mano por
Jett entrecerró los ojos —¿Por qué quiere quedarse? Cualquiera que hubiera
La mujer sonrió— Me cae bien. Está algo loca, pero se nota que es una mujer muy
sensible. Si mi marido me hubiera pintado la casa de ese color cuando
soñamos con la casa perfecta, hacemos todo lo posible para que la casa quede
exactamente como en nuestros sueños. Yo quería una casita blanca con un porche blanco
y una valla blanca. Y los marcos de las ventanas en un amarillo pálido. —
—¿La consiguió?
al ver que habían cambiado toda la cocina, poniendo una de esas modernas con
encimera de granito. No era fea, pero no era su cocina. Sus ojos recorrieron la estancia
hasta llegar a Jett que forzó una sonrisa— ¿Te gusta?
las puertas para ver el congelador. Jett iba a decir algo, pero Amber negó con la
cabeza. La vieron rebuscar en la nevera y sacar la mitad de una tarta de chocolate y el
bidón de leche.
Jett sonrió y salió de la cocina para verla comer sentada en el último escalón
—Nena, ese cuadro es muy caro. —dijo al ver como estiraba el brazo hacia
Amber bufó al ver el desastre pues el cristal se había roto y había cristales
Sin hacerle caso Serina miraba cabreada a Jett que se había detenido ante ella
extendiéndola por la moqueta beige. Amber levantó los brazos como pidiendo ayuda.
Ella cogió el bidón de leche y lo tiró escaleras abajo. Dejando la leche correr
salpicándolo todo. Amber corrió escaleras arriba intentando detenerlo y lo cogió a la
mitad sonriendo como si hubiera conseguido una hazaña.
—¡Se acabó! — Jett la cogió del brazo levantándola del escalón y tiró de ella
hacia la habitación cerrando de un portazo. Para su asombro ella fue hasta la cama y se
limpió las manos en la colcha nueva que le había costado un ojo de la cara—
¡Seri!
—¿Si?
La cogió por los brazos con fuerza para que lo mirara— ¡Ya está bien! ¿Qué
querías que hiciera? Pensaba que nunca me perdonarías y cambié algunas cosas de
—¡Lo único que demuestra esto es que nunca me has querido! —gritó
—Sí que ha sido así. No has pensado en mí. ¡Yo nunca te he importado!
—¿Qué tiene que ver la casa con lo que siento por ti?
presentimiento la invadió y se quedó sin aliento —Dios mío, sí que lo has hecho a
propósito, ¿verdad?
Jett se sonrojó y se dio cuenta que sí que se le había pasado por la cabeza—
—¡Deja la cocina en paz! ¿Lo has pensado? ¿Has pensado que quería más
Él apretó los labios— Nena, eso fue algo que se me pasó por la cabeza, pero
crees? Preciosa, dime que me crees. —parecía tan inseguro. Le miró a los ojos y vio
que estaba asustado. Como podía pensar que quería más esa casa de lo que le quería a
él. Aquello era una locura.
no he podido dejar de quererte y te aseguro que eso no cambiaría porque esta casa
no existiera. — Jett cerró los ojos como si disfrutara de su caricia—Lo único que
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siento es que hayas tenido dudas de que siempre te he amado.
—Soy idiota. Eso había quedado claro hace meses, ¿no crees? Yo también te
quiero, nena.
—¿Si? —preguntó insegura sintiendo que su corazón daba un vuelco viéndole abrir los
párpados mostrando sus ojos azules—¿Por encima de todo?
—Y quieres verme feliz. Yo quiero que seas feliz. ¿Tú quieres lo mismo?
—Sí que lo soy. — dijo con voz ronca— Así que quieres verme feliz. Pues
sonrisa en los labios— Todavía no has pagado tu penitencia por todo lo que has hecho.
No seas tan rápido.
—Sabes que para lo importante no soy rápido para nada. —sus manos
fueron a sus muslos y dijo con voz ronca— Me muero por verte desnuda.
Era increíble que una caricia así la excitara tanto y cerró los ojos cuando la caricia
siguió hacia arriba poniéndole la piel de gallina.
Como siguiera así, terminaría por rogarle que le hiciera el amor y todavía
tenían muchas cosas por resolver. Con una fuerza de voluntad que no sabía que tenía,
tensó la espalda y le miró a los ojos— Han pasado muchas cosas.
Se miraron a los ojos y el tiempo se detuvo hasta que ella dijo suavemente—
Él apretó los labios y se enderezó colocándose de pie frente a ella— ¿Es importante?
—Sí.
pregunta. Me atraías sexualmente desde incluso antes de irme— Ella le miró con
sorpresa y Jett sonrió con tristeza— Es que te habías convertido en una jovencita
preciosa. Cuando volví, mi deseo por ti era mucho más fuerte. No sé lo que me pasó al
verte en ese porche, te juro que no lo sé. Me comporté como un gilipollas y después
empezaron a pasarme por la cabeza ideas locas sobre que tenías un plan oculto porque
nadie cuidaría una casa que no es suya durante tantos años. Sabía que
estarías en el baile y fui hasta allí. La excusa de las disculpas me venía perfecta y te
seguí a casa con la única intención de acostarme contigo. —Serina apretó los labios
disgustada— Me desnudé para que me viera Albert, porque no soportaba que otro te
tocara. Eso era verdad, pero después me echaste en cara eso de que era un niño mimado
y no te faltaba razón, pero no podía reconocerlo. Cuando el doctor me llamó
diciéndome que estabas en el hospital, debo reconocer que me asusté pensando que no
estabas bien. Fui a llevarte la ropa porque me preocupabas y cuando me dijiste lo de
tus visiones me preocupaste aún más. Lo mejor era que te
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vigilara por si eras un peligro y te lleve a mi casa. En ese momento la idea de que
tenías algo que ver con la muerte de mi padre ya había tomado forma totalmente en
pero sí puedo decirte cuándo me di cuenta que no podría vivir sin ti y fue en el
momento que te quitaste esto. — metió la mano en el bolsillo del vaquero para sacar
algo. Cuando la abrió Serina vio su anillo de compromiso sobre la palma de su mano—
Sé que la otra vez te pedí matrimonio por la razón equivocada y que este
anillo representa más el engaño que el amor, pero esperaré a que te lo pongas porque en
ese momento significará que me has perdonado de corazón. —dejó el anillo sobre la
mesilla y sonrió con tristeza— ¿Te vale con esa respuesta?
Ella asintió mirando el anillo sobre la mesilla sabiendo que todavía no podía ponérselo
— No te preocupes, nena—susurró él cogiéndola por los hombros para que se tumbara
— Han pasado muchas cosas hoy y todas estupendas. — se sentó a su
en casa.
Jett se acercó y la besó en la frente antes de bajar por su nariz hasta llegar a
se dio cuenta que un par de horas después preocupado porque estaba vestida la
desvistió lentamente para no despertarla. Tampoco se enteró como la abrazaba a él
sobresaltó, pero sentía la necesidad de avanzar y subió las escaleras todo lo rápido que
pudo. El humo casi no la dejaba avanzar y el corazón le iba a cien por hora, pero
consiguió palpar la pared para llegar a la habitación del fondo. Se agachó para gatear y
estiró la mano cuando rozó la cama. Escuchó gritos en el exterior y ella intentó gritar,
pero se puso a toser con fuerza sintiendo que se ahogaba. Se llevó la mano a la garganta
y angustiada buscaba el aliento, sobresaltándose en la cama despertando del sueño.
Sudorosa apartó el cabello de la cara.
Jett se inclinó sobre ella, que todavía respiraba agitadamente— Voy a llamar
al médico.
—¡No! — le cogió por el brazo sabiendo que no podría hacer nada— Estoy
bien.
otra opción. Forzó una sonrisa y tiró de su brazo para que se tumbara— No sé de
Jett se tumbó a su lado y la abrazó. Ella disfrutó de ese momento. Sentir como la
rodeaba con sus brazos era tan maravilloso que cerró los ojos para disfrutar de la
sensación.
Él abrió los ojos exageradamente— ¡Están enormes! —Se echó a reír por su
expresión y más aún cuando intentó apartar la sábana— Nena, déjame verlas otra vez.
llegar a sus pechos— Uhmm, esto del embarazo es fantástico. —riendo se retorció
En ese momento lo único que se le pasó por la cabeza fue que le amaba más
que a nada y que le iba a dejar solo. Las lágrimas llenaron sus ojos y Jett juró por lo
bajo— Seri, no te preocupes. Si no quieres hacerlo, puedo esperar. Lo único que me
importa es que estés aquí.
Serina forzó una sonrisa sintiendo que su corazón se retorcía— Estoy bien.
Él hizo una mueca. Se volvió para mirar el despertador de encima de la mesa y gimió al
ver la hora.
bienvenida. Sin darse prisa, besó su labio inferior para acariciarlo con la lengua
suavemente antes de entrar en ella para saborearla sin prisa, demostrándole todo lo que
la había echado de menos. No fue un beso sexual, sino que le entregó su alma y ella
rodeando su cuello hizo lo mismo deseando que supiera todo lo que le quería.
—Te quiero.
Jett gimió yendo hacia el baño— ¡Y tienes que enviar a unos hombres después a ayudar
a la señora Simmons!
—El sábado que viene iremos a ver a David. —dijo desde el baño— Sé que
acompañarle, pero aun así dijo— Claro que sí. No sabía que ibas. El muy pillín no
me ha dicho nada.
—Le pedí que no te dijera nada. No quería incomodarte o que pensaras que
podíamos coincidir.
—Ah. — se sentó sobre la cama cubriéndose con la sábana y escuchó como se aseaba
— ¿Y cómo es que nunca coincidimos?
Jett salió del baño secándose con la toalla —Yo iba los martes.
Sábados y martes.
—No lo sabía.
buen segundo capataz cuando David vuelva, pero no le tendría para siempre a no ser
que se endurezca.
camiseta gris y después de pasar la cabeza por el cuello la miró — ¿Se llevarán bien?
—¿Quiénes?
—No te preocupes. Fue un pronto de los míos. Me pilló por sorpresa que fuera tan
mona— dijo irónica.
—¡Más quisieras! — le guiñó un ojo desde la puerta y Serina sonrió. La sonrisa se fue
borrando poco a poco cuando escuchó como sus pasos se alejaban por el pasillo.
Apartó las sábanas lentamente y se puso el albornoz que había detrás de la puerta del
baño. Sabía que Jett se había ido directamente porque nunca
desayunaba en casa, sino que lo hacía con los chicos para no molestar al ama de llaves,
así que salió de la habitación y bajó lentamente las escaleras. Al llegar abajo fue hasta
el despacho y sonrió al ver que era lo único que no había cambiado. Cogió varios
folios en blanco y un bolígrafo para escribir su despedida.
No quería que sufriera antes de tiempo y tampoco quería que estuviera a su lado en ese
momento. Se despediría de esa manera. Le parecía que era lo mejor.
Mi amado Jett
a mi lado. Quiero que sepas que lo he hecho a propósito porque sería incapaz de
verte sufrir. Siempre te he amado y ver sufrir a las personas que amas, es lo más
horrible que hay. Perdóname, mi amor.
No se te olvide que nuestra niña es fruto de ese amor y sé que la amarás y protegerás
Ten paciencia con ella si es como yo. A veces tendrás momentos duros y otros
realmente vergonzosos, pero tú puedes con ello. Dile que la quiero con locura— se
tuvo que detener para secarse las lágrimas con la mano — y que siempre estaré a su
lado.
Serina.
vio a Amber metiendo la cabeza. Al ver que estaba llorando frunció el ceño —¡Por
Serina se echó a reír sin poder evitarlo y se limpió la cara con la manga del
albornoz— No es eso.
arreglo.
—¿Tienes que replicarlo todo? — preguntó divertida. Era una pena que no
Amber la miró con desconfianza— Está bien. Iré a hacerte ese desayuno.
—Vaya, gracias.
La vio salir con una sonrisa en la boca y descalza salió del despacho, yendo
hacia la puerta de entrada. Caminando por el porche rodeó la casa y fue hasta el
establo. Caminó por la hierba y entró en él recorriendo el pasillo central mirando las
cuadras vacías. Recordaba cuando están llenas y cada persona de la casa tenía su
propia montura. Llegó al final y miró a su alrededor. Sonrió con tristeza al ver su
sombrero colgado del gancho y supo que él lo había dejado allí porque antes estaba a la
entrada del establo para tenerlo a mano. Lo cogió lentamente y metió la carta dentro
dejando el sombrero sobre la mesa de aperos. Sabía que lo vería y lo colgaría en su
sitio encontrándose la carta.
Esperaba que no se torturara demasiado hasta que la encontrara, pero no podía dejarla
en la casa.
¡Amber! — gritó corriendo hasta el exterior del establo— ¡Amber, sal de la cocina!
—¿Qué pasa?
Sorprendida se volvió y la vio tras ella al lado del establo justo cuando una
levantarla. Un dolor en el vientre la dobló y gritando cerró los ojos con fuerza.
Las llamas estaban devorando la casa y cuando se le pasó el dolor se vio sus
propias manos sobre la tierra al intentar levantarse. Entonces se dio cuenta que no se
había puesto el anillo y que en la carta no le había dicho que le había perdonado.
Tenía que ponerse el anillo antes de que ya no hubiera remedio. Al menos así lo sabría.
Sujetándose el vientre se puso de rodillas y miró hacia la casa donde el humo negro
empezaba a inundarlo todo. Amber llegó corriendo y la cogió por el
—¿Dónde están?
Amber no perdió el tiempo y ella tampoco. El dolor del vientre cada vez era
más insoportable, pero tenía que llegar al piso de arriba. Sabía que no le pasaría nada
hasta llegar a una camilla, así que cuando Amber dio la vuelta a la esquina perdiéndola
de vista, ella subió los escalones del porche respirando hondo antes de
entrar en la casa.
Jett estaba con los hombres desayunando en uno de los barracones cuando escuchó la
explosión. Todos se quedaron en silencio y Jett palideció levantándose de golpe y
corriendo hacia la puerta.
pusieran en marcha.
Cuando salieron al exterior, vieron a lo lejos el humo negro— ¡Es la casa del jefe! —
gritó uno de ellos mientras Jett corría hacia su caballo subiéndose de un salto mientras
los demás se dirigían a sus monturas.
Por la mente de Jett pasaron mil cosas y la primera fue que no debía haberla
Suplicándole a Dios que les diera una oportunidad, vio las llamas salir por las ventanas
y buscándola en el exterior, se desesperó al ver a Amber gritando horrorizada ante la
puerta. Los segundos que tardó en llegar fueron los más horribles de su vida y detuvo el
caballo a unos metros de Amber que al escucharle
se dio la vuelta con lágrimas en los ojos— ¡No la encuentro! — gritó histérica—
—¡Me llamó para que saliera de la casa, pero yo ya estaba fuera cuando explotó la
cocina! Es culpa mía. ¡Ahora no la encuentro! —Él miró hacia la casa y
Desesperado vio como las escaleras estaban incendiadas y tuvo que volver a
salir saltando a la barandilla del porche para subirse al tejado— ¡Traer una escalera!
— gritó caminando por el tejado para llegar a la ventana de su habitación por la que
salía el humo. —¡Seri! ¿Estás ahí?
—¡Esta parte! ¡Salvar esta parte! — levantó la ventana haciendo que el humo
saliera con más fuerza. Se cubrió la cara con la camiseta y metió una pierna intentando
ver algo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y el olor era insoportable, pero desesperado
entró en la habitación tropezando con la silla que había debajo y cayendo al suelo de
rodillas. Entonces lo vio. Vio el pie de Serina. A toda prisa gateó hasta ella cogiéndola
en brazos y sin mirar si estaba herida fue hasta la ventana para sacarla al exterior.
Varios hombres gritaron abajo y le costó un triunfo sacarla por la ventana sin dejarla
caer— Vamos, nena— dijo con voz ronca— No
puedes dejarme.
Bill se subió al tejado con otro hombre detrás y la cogió de sus brazos—
—Estará de camino.
Fue realmente un problema bajarla de allí. Tuvo que descolgarla por los brazos para
que la cogieran desde abajo. La tumbaron sobre el césped mientras varios intentaban
retener el fuego y Amber se arrodilló a su lado tocándole la carótida— ¡No tiene pulso!
— sin perder el tiempo levantó su barbilla respirando en su boca antes de colocar las
manos sobre su pecho y empezar a contar mientras
—Dios— Jett desesperado miró a su alrededor y vio que el sheriff bajaba del coche
con el doctor que llevaba el maletín en la mano y corría hacia ellos.
Amber asintió sin perder el tiempo y el doctor sacó una bomba de respiración
colocándosela a Serina en la boca y miró a Jett— Insúflale aire cuando yo te diga.
—Necesito un desfibrilador.
—Aparta. —le dijo a Amber que lo hizo de inmediato antes de que el doctor
le diera un golpe en el pecho a Serina con el puño cerrado. Serina abrió los ojos
respirando profundamente y Amber se echó a llorar del alivio.
unir sus manos. Jett negó con la cabeza cuando vio el anillo en su mano— Estás loca,
¿sabes? ¿Volviste por él?
—Te quiero.
albornoz para mostrar la pierna y que vieran la sangre. —La explosión la lanzó al
suelo.
arriesgarme.
Amber abrió la boca asombrada, pero el doctor y Jett cogieron a Serina para
El sheriff la miró — Si el doctor dice que tiene que atenderla allí, la atenderá
—Esto son los hechos. Voy a realizar una cesárea de emergencia. — dijo poniéndose
unos guantes— Cuando la haya estabilizado iremos al hospital. No antes.
—Muy bien. — dijo Jett acariciando su pelo antes de mirarla a los ojos—
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No te separarás de mí.
—Lo intentaré.
—Algo para que se relaje. Pero el dolor no se lo quita nadie porque no tengo epidural.
— dijo sacando el bisturí del estuche.
—No lo haré.
Serina agarró sus antebrazos cuando la cogió por los hombros con firmeza
—Lo sé, nena. Pero tienes que estar conmigo para que te demuestre lo que te
amo.
Un dolor lacerante atravesó su bajo vientre y abrió los ojos como platos sintiendo como
su piel se abría antes de gritar desgarrada y perder el conocimiento.
Agobiada abrió los ojos y sintió algo incómodo sobre la cara. Molesta intentó
apartarlo, pero alguien le cogió la mano— Déjatelo puesto. Es bueno para ti.
Sonrió al centrar la vista y ver a Jett. Entonces se dio cuenta que no se había
conocer a Lori?
también tendrá los ojos azules, pero espero que sean del color de su madre.
Era tan bonita. Fruncía sus pequeños labios como si estuviera soñando y movió la mano
antes de bostezar y volver a fruncir los labios.
—La has llamado Lori— dijo con voz ronca tosiendo después.
Sí que lo tendrían. Lo presentían y ella sabría aprovecharlo porque había estado a punto
de perderlo todo.
Epílogo
Su hija se acercó a ella y sonriendo miró hacia abajo para ver como tiraba
de su falda. Sin que Amber dejara de hablar de la fiesta de ese sábado mientras hacia la
comida, se agachó para coger a su niña en brazos.
—Dígale a su protegida que dé a luz antes de Navidad o nos fastidiará las fiestas—
dijo Amber divertida.
mañana.
—Nena, piensa en toda la gente que has ayudado. Lori hará lo mismo. —
cesta de huevos.
estás hecho.
—Asalta cunas diría yo— dijo la anciana mirándole como si fuera un sátiro.
de oreja a oreja orgulloso— Sí que lo está. —Jett se echó a reír a carcajadas y Amber
se puso como un tomate al oír a su jefe— Eso hay que celebrarlo, amigo.
—¿Te lo puedes creer? Casada veinte años y nada. Llega este viejo y da en la
diana a la primera.
siendo feliz?
—Nena, déjate de sueños que nos metes en líos— dijo haciéndola reír— Yo
quiero que estés bien despierta para que sientas esto— la besó en el cuello y subió
hasta el lóbulo de su oreja.
—Eso lo he sentido.
—Me alegro.
—Cariño…
—Mmm.
está aquí.
—¿Ya?
—¿Por qué?
Serina sonrió mientras una lágrima caía por su mejilla— Será una familia más grande
dentro de unas horas y no te digo dentro de unos años.
—¿Te la cuento?
—Seguramente.
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