Emociones y Adaptación
Emociones y Adaptación
Emociones y Adaptación
Jordi Fernández-Castro
Universidad Autónoma de Barcelona
¿Para que sirven las emociones? Daniel Goleman el autor del archifamoso
libro Inteligencia Emocional, explica que la respuesta a esta pregunta ha
cambiado en los últimos veinte años; para explicar esta evolución echa mano
de dos personajes de la popular serie Star Trek: Spok y Data. Hace veinte
años, Spok era una personaje atractivo y central en la serie, era un
extraterrestre que pertenecía a una raza que no conocía las emociones, eran
lógicos y fríos, totalmente racionales y despreciaban el defecto de los
humanos de sufrir estados emocionales. Actualmente, Data ha sustituido a
Spok en las nuevas versiones de la serie, Data es un androide, un ser artificial
capaz de funcionar como un ser humano en todo excepto en que no puede
sentir emociones, ni interpretarlas, pero se siente imperfecto y desea
emocionarse, busca continuamente las emociones, porque anhela la
perfección. Hace veinte años, se pensaba que las emociones servían para
dificultar la vida humana con sus interrupciones y sus arrebatos, actualmente
se cree que las emociones son un ingrediente imprescindible de la felicidad
aunque sea a costa de estar sometido a sus veleidades.
INTRODUCCIÓN
La expresión de las propias emociones así como la comprensión de los
estados emocionales de los demás resulta fundamental para descifrar el
complejo contexto social en el que se desenvuelve el niño. Debido a su
importancia, la investigación en torno a las emociones ha crecido
enormemente en los últimos años. La mayoría de estos estudios sobre
emociones se han centrado en la comprensión por parte del niño de las
emociones primarias: felicidad, tristeza, enfado, sorpresa, etc. (Borke, 1971;
Harris, 1992). Sin embargo, se ha prestado una más escasa atención a un tipo
de emociones cuya aparición tiene mucho que ver con el carácter social y
grupal del ser humano: las emociones secundarias.
Según Abe e Izard (1999), las emociones pueden estimular los avances
socio-cognitivos de muy diversas formas. En primer lugar, las emociones
estimulan estos avances al promover las interacciones sociales. Por ejemplo,
la emoción de interés que tiene lugar y promueve la relación madre-hijo,
contribuirá a progresivos avances en el establecimiento de turnos
comunicativos y en el proceso de la intersubjetividad. Una segunda vía a
través de la cual las emociones fomentan el desarrollo socio-cognitivo sería la
re-evaluación que el sujeto realiza de sus comportamientos o expectativas. Por
ejemplo, las emociones secundarias (vergüenza, culpa), al prevenir la
transgresión de normas en diferentes contextos, promueven la interiorización
de estas normas sociales y morales, así como el auto-conocimiento. La tercera
y última vía se realizaría a través de las representaciones emocionales y a
través del conocimiento. Por ejemplo, las representaciones infantiles sobre los
propios estados emocionales y los de los demás, contribuyen a la formación
de una teoría de la mente, así como a la formación de habilidades de toma de
perspectiva social.
MUESTRA
La muestra estaba comprendida por 34 sujetos (23 niños y 10 niñas), con
edades comprendidas entre los 3-5 años (media de edad = 4 años y 8 meses).
Los niños y niñas provenían del nivel educativo de Educación Infantil,
cursando sus estudios en colegios públicos de la provincia de Castellón y
Valencia. Las características socioeconómicas familiares recorrían la gama de
medio-bajo a medio-alto.
TAREAS
Tareas emocionales
Estas tareas estaban representadas por 2 cuentos construidos por los autores
firmantes.
Este cuento contenía tres viñetas en blanco y negro, con las cuales se describía
verbalmente al sujeto la siguiente historia: "Este niño/a va al parque porque
quiere tirarse por el tobogán. Pero cuando llega, ve que hay muchos niños/as
esperando para tirarse. Y como él/ella quiere tirarse por el tobogán el
primero, ¿sabes lo que hace? Lo que hace este niño/a es empujar al niño/a
que estaba el primero en la cola del tobogán, y tirarlo al suelo. Después, se
pone él/ella el primero y se tira por el tobogán, mientras el resto de niños
siguen esperando".
PROCEDIMIENTO
La sesión de evaluación se realizó de forma individual para cada niño/a en
las instalaciones de la universidad. Todos los padres, que acudieron
voluntariamente a la llamada de la universidad, dieron su consentimiento para
la participación de sus hijos/as en la investigación. El orden de presentación
de todas las tareas se contrabalanceó para evitar efectos no deseados.
Asimismo, el género de los personajes concordaba en todo momento con el
género del sujeto experimental.
RESULTADOS
En primer lugar, cabe decir que no se encontraron diferencias significativas
en la ejecución de ambas tareas emocionales en función del sexo de los
sujetos (ANOVA Cuento 1, Sig = 0.31; Cuento 2, Sig = 0.81), y tampoco en el
resto de tareas. Por lo tanto, no se realizaron análisis separados por sexos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Abe, J. A. e Izard, C. E. (1999). The developmental functions of emotions: An
analysis in terms of Differential Emotions Theory. Cognition and Emotion,
13, 523-549.
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Emociones Básicas
Ed. Traç, Dep.Legal B-31092-96
©José Luis Catalán Bitrián
Además todas las emociones son algún tipo de actos, lo que constituye una
característica fundamental a la hora de comprenderlas. Tendremos que mirar a su
alrededor, ya que al ser actos son actos entre actos, esto es, van dentro de los deseos
como medios de llevarlos adelante.
c) otras veces se trata de los roles pasivos de las acciones. Cuando cuidamos de nuestro
hijo y recibimos de él una sonrisa, o vemos que ha hecho un progreso, sentimos el
afecto correspondiente a algo que se nos da. Nadie duda que saludar es una acción, pero
dentro de esa acción se necesitan dos roles, de agente y de paciente, de manera que
cuando alguien nos extiende su mano, que nosotros la acojamos forma parte del saludo
(de lo contrario se trataría de un saludo frustrado). De la misma forma, ver que nuestro
hijo juega es recibir de él una especie de apretón de manos por el que se nos
recompensa de los esfuerzos y expectativas centradas en él.
Un ejemplo de estos deseos complicados en los que nos perdemos puede ser el
enamoramiento. Durante muchos años vamos perfilando nuestros gustos, los valores
morales, nuestra forma de entender la relación entre hombre y mujer, nuestra manera de
pensar. De pronto vemos a una persona, con sus gesto, una forma de ser que creemos
adivinar, una serie de futuros momentos que nos gustaría compartir. esto es, esa persona
parece "encajar" como candidato para una serie de proyectos que hemos ido
construyendo. En el momento del "flechazo" parece que sentimos un amor repentino,
sin explicaciones ni razones: pero esa impresión es debida a que nos conocemos poco, a
que olvidamos aquellos otros momentos en los que nos hacíamos cábalas sobre el amor,
los ideales, los gustos y las expectativas para el futuro. Tampoco es del todo casualidad
que la literatura y el cine que más nos ha impresionado nos aprovisionen de fórmulas
(oratorias, de gestos, de maneras de seducir, etc.: usamos una semántica amorosa ya
prefabricada en años anteriores). Lo podríamos resumir de una manera más simple: si
habíamos deseado enamorarnos un dia, cómo es que ese día en el que sucede nos
olvidamos de que estamos realizando un deseo que teníamos? Esto es no re-conocerse.
Olvidarse de lo que uno mismo ha deseado antes.
Para explicar mejor cómo las emociones son actos entre actos daremos unas reglas
generales:
- Con el tipo amor, obtenemos las cosas que se dan por generosidad, y que son
deseables. Podemos desear realizar nuestra sexualidad, tener el apoyo de un compañero,
alguien con quien distraerse, etc. El modo de conseguir este cúmulo de necesidades que
se espera que un compañero satisfaga, es conquistando su voluntad de darnos por un
intercambio amoroso.
TONO EMOCIONAL
Nuestra vida emocional es mucho más rica de lo que parece a simple vista. La emoción
acompaña a todas las acciones, y resulta que siempre estamos haciendo algo, incluso
hasta en sueños realizamos cosas en fantasía.
Desde luego no es lo más común fijarnos en estas emociones, y con razón, si es que se
tienen otros asuntos más importantes en qué pensar. Lo recordamos aquí para señalar a
esa vida emocional que late junto a nosotros como una sombra alrededor de todo lo que
hacemos.
En la psicosis se da el caso contrario. Por ejemplo, la persona coge algo con la mano y
se pone a mirarla como algo ajeno que no controla, olvidándose de porqué la había
estirado; por tal razón puede llegar a sacar la conclusión de que "un otro" manipula su
miembro sin su voluntad.
En un mismo día hay todo tipo de emociones. Lo que suele interesarnos no es eso, sino
cual ha predominado. Es decir, una persona dice que ha tenido "un mal día" o que "está
contento" o "enfadado". Lo que en realidad nos expresa es que han abundado sobre todo
las angustias, los fracasos, o bien los éxitos -aunque también haya ocurrido de todo. si
durante un determinado período de tiempo ha sucedido algún asunto extraordinario,
probablemente predomine por encima de las demás emociones ordinarias, borrándolas
con su prepotencia (para bien o para mal).
Lo mismo cabe decir para grandes períodos de vida. decimos que nuestra infancia fue
feliz, o que la adolescencia problemática o que a partir de la jubilación todo fue de mal
en pero. son resúmenes en los que existiendo un menú variado entresacamos lo más
frecuente o lo que más nos importa según criterios muy personales.
Esto es, hacemos una estadística de cómo ha ido nuestra vida -hoy, durante una semana,
en los últimos tiempos, en toda la vida transcurrida, en éste último rato-. De esta forma
deducimos múltiples datos, como por ejemplo que "somos tristes" o "de talante
optimista" o que "últimamente estamos muy agresivos".
EMOCIÓN Y CULTURA
Tal es el caso de aprender lo que es peligroso, lo que es ser cobarde o temerario o cómo
podemos defendernos adecuadamente de los diferente tipos de peligros.
Lo que para nuestros antepasados fueron gestas y hazañas para los niños son el ABC de
su aprendizaje.
Los héroes homéricos reflejan bien ésta ética agonal de la aristocracia guerrera. Aquiles
es admirado por vengar la muerte de su amigo Patroclo en manos de Paris, pero se le
perdona que para demostrar su areté guerrera abandone al ejército aqueo, haciéndo
peligrar con ello el resultado de la guerra de Troya.
Habrá que esperar a otro gran poeta, Hesiodo, para que los griegos comiencen a
considerar los valores cívicos. Su poema "Los trabajos y los Días" pasa a convertirse en
una especie de manual con el que educar a las jóvenes generaciones en la paideia de la
diké, del derecho.
Una poetisa como Lesbos, aun siendo mujer en aquella época marcadamente
patriarcalista tan poco proclive a admirarlas, gana el corazón del griego aristócrata para
el culto por el amor amistoso, más bien entre compañeros de armas o entre maestro y
alumno que en las relaciones de matrimonio, que no eran por amor precisamente, como
hoy las entendemos.
De estas raíces aristotélicas surgirán después otras ramificaciones que tan familiares
resultan en nuestros tiempos: la ironía escéptica, el cinismo epicúreo, la paz estoica.
El estallido del renacimiento italiano, que rompe con los moldes rígidos de las
estructuras feudales, abre un período de libertad de ser, y con ello inaugura el problema
moderno de la personalidad, con sus contradicciones, con su manera de entender la
pasión y el pulso vibrante de una rica vida emotiva.
La larga etapa de industrialismo apaga en buen medida esas voces sin amo,
domesticando la emoción hasta el sofocamiento victoriano.
Nosotros asistimos a un nuevo renacimiento, al declive de un tipo de sociedad que
agoniza y que da lugar, resistiéndose lo que puede (también en el otro renacimiento
ardieron largo tiempo las hogueras) a un nuevo tipo de afectividad.
esto es lo que viene a suceder en los transtornos afectivos del adulto, y de una manera
más atenuada también en la vejez (de ahí proviene la idea de que los ancianos son
"como niños").
Igual que las técnicas corporales son aprendidas por medio de la transmisión cultural, la
imitación y la experiencia, así como toda la sutil maquinaria de los afectos puede
considerarse como cultural, ideo-lógica.
No hay escuela oficial para aprender el conocimiento acumulado por los siglos sobre las
emociones (aunque hay tendencias de eso en algunos profesionales de preescolar, o en
la psicología del crecimiento personal): más bien se deja al azar de cada cual, a las
visicitudes de su entorno social y a su voluntad de hacer las cosas como mejor pueda.
El resultado de este panorama es que nos encontramos con personas que tienen
sensibilidades muy distintas. Para alguien es peligroso e intolerante que se hable de él, y
a otro le resulta indiferente, chistoso o incluso halagador.
Cuando la población tenga una mayor información y regulación sobre los afectos
mejorarán las cosas. Pera esta cultura afectiva, de dónde vendrá? No es cierto que
cualquier manera de entender el pretender la mayoría, una vida placentera y gozosa.
Unas vías resultan mejores que otras. Es una tarea de una civilización superior el
descubrirlas.
EMOCIÓN COLECTIVA
En los grupos y masas los individuos por separado participan de sentimientos comunes,
lo que potencia esas emociones. Baste recordar algunos fenómenos de masa, como la
estampida frente a una hecatombe, el magnetismo con el que un grupito de curiosos
atraen como al miel de un panal a los que por ahí pasean, la atmósfera de un miting,
para llamar la atención sobre el poder amplificador que puede tener lo colectivo.
Una explicación simplificada podría ser la siguiente: la mirada de los otros nos saca del
anonimato, nos enfrenta con las diferencias o similitudes. Esta conciencia que ilumina
nuestra posición nos arrastra a acentuarla, queda resaltada bajo tal luz.
Hay sentimientos que cambian dependiendo de si se dan en una relación dual o grupal.
Alguien puede ser moderadamente tímido cuando se habla con él, pero en un grupo
puede aturdirse completamente.
Resulta difícil sentirse a gusto en un grupo, porque ello nos obliga a ser nosotros-
mismos más que nunca, si no queremos ser borrados o diluir nuestra personalidad en
nombre de las necesidades del grupo.
El macro grupo por excelencia ess la sociedad misma, de la que cada cual tiene algunas
representaciones. conviene recordar que el individuo no sólo tiene representaciones de
cuerpo propio o particularistas, la mayor parte de su mundo representacional consiste en
imágenes colectivas: todas las situaciones de intercambio las poseen. Los conceptos
acerca del funcionamiento social influyen en la emotividad, desde el qué dirán, hasta
saber cómo conseguir comida, prestigio, diversión, etc.
Tanto es así que gran parte de lo que una persona desea de la vida tiene que ver con ser
un miembro aceptado por los demás: ser considerado un adulto útil, apreciado y que
funciona como los ideales sociales de su ambiente predican. Todo ello forma parte de lo
más hondo de las ansias de una persona, profunda razón de sus alegrías y tristezas, de
sus amores, odios y miedos.
Cuando una persona no "está al tanto" o no funciona como se supone, suele ser señalado
por el grupo. La forma va desde lo cómico, para el que tropieza, se equivoca, comete
torpezas; hasta las formas de violencia más extremas, como el internamiento, expulsión,
confinamiento, cuando no la muerte. Zonas considerables de población son apuntadas al
margen: jorobados, lisiado, viejos, negros, mendigos, extranjeros....
Por lo general el pasaje de lo que un sujeto desea, y desear que otros deseen algo que
uno quiere que deseen, es abismal. Yo puedo desear que alguien a quien sobra trigo
tenga ganas de regalármelo, pero ese señor lo que desea es guardárselo, a no ser que le
diera algo a cambio. Los deseos de dos personas son difíciles de conciliar, porque son
sujetos con igual libertad deseante. si con dos es difícil, con treinta millones todavía
más. No es de extrañar que llegar al punto de civilización actual, con todo lo
insatisfactorio que pueda parecernos, ha costado, no una negociación amistosa de un
ratillo, sino siglos, ríos de sangre y lágrimas. conseguir deseos colectivos no está casi
nunca al alcance de nadie en particular, sino del colectivo mismo: los sujetos que
forman la sociedad no tienen lo bastante con el tiempo de su propia vida para
conseguirlo.
Si el hombre juega a ser Dios, pretendiendo que su sólo deseo "razonable" baste para
cambiar las estructuras sociales, se decepciona, se irrita y no entiende porqué los demás
no piensan igual que él, arreglándose todo inmediatamente. Paradójicamente quienes le
rodean suelen sentirse molestos con una sensación de penosa presión y con la orden de
pensar como otra persona, por lo que los deseos de amor universal se convierten
fácilmente en pretexto de una guerra de acritudes, reproches, desamor en suma.
Estar junto a los demás es algo que nos compromete más de lo que a menudo estamos
dispuestos a reconocer: estamos demasiado implicados en el corazón del ser-así-como-
somos con el mundo social. Y es que no sólo lo social nos "rodea" sino que también nos
configura.
Los otros, con sus exigencias, su atractivo, nos ponen a prueba. No podemos dedicarnos
a dudar, considerar, o a ir a nuestro capricho, sino que se trata de actuar ya, dando
alguna respuesta. Tal respuesta es decisiva para los demás, que actuarán en
consecuencia. Si callamos nos ignorarán, si protestamos replicarán, etc.
El artículo
Comprende tus emociones completo
puede leerse
La misión principal de las emociones es informarnos de lo que
sucede en nuestro interior. Cuando aparecen hay que saber en la revista
recibirlas y descifrar su mensaje. Cuerpomente.
Cuando las emociones llaman a nuestra puerta no siempre son
bien recibidas. En ocasiones su visita resulta incómoda, nos
sorprenden en momentos o en lugares inapropiados, o estamos
demasiado ocupados como para prestarles atención. Otras veces
preferiríamos no abrir, encerrarnos bajo llave, porque su
presencia nos asusta o desagrada. Pero aunque las emociones
parecen venir de fuera, desencadenadas por sucesos externos,
en realidad forman parte de nosotros, están dentro de casa.
Enviar a un amigo
La felicidad se puede aprender"
– ¿Quiere decir que somos una especie de masoquistas emocionales? ¿Desde siempre?
– Aunque hay una cierta transmisión genética de nuestras cogniciones –la forma en que
percibimos la realidad– y una biología que genera la adrenalina, las endorfinas, etcétera, la
influencia más importante sobre nuestra forma de pensar es la del aprendizaje que hemos
recibido. Muchísimas ideas se transmiten de generación en generación sin ser cuestionadas.
todas ellas, la más persistente es la de que nuestra personalidad no puede cambiar, que “so
como somos”. Pero hay estudios que demuestran que el cerebro cambia cada día en función
que hacemos. Y los tratamientos psicológicos modifican el cerebro. La biología no determina
comportamiento; es al revés, el comportamiento puede modificar la biología. Tuve un pacien
aquí sentado, de 40 años, que afirmaba convencido: “soy tímido”. Yo le pregunté que cómo
sabía, y me contestó: “me lo dijo mi padre cuando era pequeño”. ¡Así que su padre le
“diagnosticó” timidez y él se ha pasado cuarenta años corroborándolo! No es así, tenemos u
capacidad de cambio muy amplia.
– ¿O sea que usted propone una psicología preventiva de la misma forma que existe una me
preventiva?
– Falta una prevención de la salud psicológica, que en cambio sí observamos mucho más a
rajatabla con nuestra salud física. Consiste en aplicar una serie de estrategias fáciles de apre
ya desde la infancia.
José Ángel M