Resúmen Video Ciencia, Tecnología y Sociedad
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1. Introducción
Tal vez uno de los fenómenos más relevantes del mundo contemporáneo es el
inusitado valor que ha adquirido el saber, como condición indispensable para el
desarrollo de los pueblos. Según Toffler1, vivimos en una sociedad del
conocimiento, caracterizada porque la base de la producción son los datos, las
imágenes, los símbolos, la ideología, los valores, la cultura, la ciencia y la
tecnología. El bien más preciado no es la infraestructura, las máquinas y los
equipos, sino las capacidades de los individuos para adquirir, crear, distribuir y
aplicar creativa, responsable y críticamente (con sabiduría) los conocimientos, en
un contexto donde el veloz ritmo de la innovación científica y tecnológica los hace
rápidamente obsoletos.
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No son necesarias elucubraciones para comprender el desafío que los anteriores
planteamientos hacen a la educación en general. El modelo educativo mundial
entró en crisis y las naciones más desarrolladas del planeta hacen esfuerzos,
desde diversos sectores, para mejorar cualitativamente los sistemas de formación
tanto de los niños y niñas como de los adultos, aún de aquellos que ya han
cursado los estudios formales básicos o los profesionales y avanzados.
Es por esta razón, como sugiere el título del presente artículo, que la temática
Ciencia, Tecnología y Sociedad se enfocará desde la mirada genérica de la
Educación en Tecnología y no se enmarcará específicamente en el esquema CTS,
aunque se debe entender que hablar de Educación en Tecnología implica
relacionar, en el marco del contexto educativo, la ciencia, la tecnología y las
profundas implicaciones sociales de ambas, con las posibilidades de un trabajo
escolar integral y significativo para los estudiantes.
«El hombre no es la más majestuosa de las criaturas. Antes incluso que los
mamíferos, los dinosaurios eran decididamente más espléndidos. Pero él
posee algo que los demás animales no tienen: un caudal de facultades que
por sí solo, en más de tres millones de años de vida, le hizo creativo. Cada
animal deja vestigios de lo que fue; sólo el hombre deja vestigios de lo que
ha creado» (Jacobo Bronowski: El ascenso del hombre).
Hace dos millones de años una criatura un poco oscura y perdida en el tiempo
(Australopitecus Africanus), carnívora, según las evidencias encontradas por
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Richard Leakey, se encuentra ante dos problemas concretos que resolver: el
primero parte de una necesidad vital, el segundo es un requerimiento social.
El requerimiento tiene que ver con la máxima edad de vida del Australopitecus (20
años se calcula), lo cual produjo en el núcleo social la presencia de muchos
huérfanos en edades infantiles que debieron ser adoptados, cuidados y
«educados» por la comunidad (Bronowski, 1983). La solución al problema no es
tangible pero es un instrumento tecnológico, representado por la organización de
la comunidad para cumplir un propósito particular, la primera estrategia escolar,
que, como en el caso de las estrategias de caza y otras formas de organización
desarrolladas por nuestros antecesores prehistóricos, reafirman el potencial
tecnológico humano.
De plano esto nos debe llevar a mirar el cuchillo de sílice (y otros instrumentos
creados por el hombre prehistórico) con un profundo respeto. En efecto, es un
instrumento tecnológico portentoso. Forma, estructura y función están allí
conjugados armoniosamente para proporcionar la solución a un problema vital
cuyo centro es el hombre (el casi hombre que lo inventó). No había allí postulados
teóricos, ni modelos explicativos, ni hipótesis de trabajo. Sólo un problema
concreto, un cerebro de 800 centímetros cúbicos, un medio agreste pero rico en
materiales, un conjunto de ideas basado en la experiencia cotidiana, y la chispa
creativa que haría de estos «casi» hombres los seres que transformaron el medio
natural en ambientes artificiales cruzados por la omnipresencia de la tecnología.
El sentido de hablar de los útiles de piedra, que son los artefactos más antiguos
que se conservan, es porque se encuentran al comienzo de una serie de
productos del esfuerzo humano deliberado, articulados y continuos, que no se ha
roto nunca. La tecnología de la piedra ejerció una duradera influencia en los
posteriores útiles de metal y aún en las herramientas más modernas y conocidas,
como el martillo, la sierra y el hacha, al igual que instrumentos eléctricos y
neumáticos conservan principios y movimientos subyacentes en los primeros
productos de piedra.
A su vez, en la concepción griega del mundo existe una clara diferencia entre
la episteme contemplativa y la techné utilitaria. La ciencia pura
es theoría, contemplación desinteresada de las esencias. El elemento de la
ciencia es el logos, el pensamiento especulativo y no la materia sensible.
A partir del siglo XVII la ciencia toma un rumbo más terrenal con una actitud más
técnica y se posibilita la interacción entre las dos. Galileo Galilei convierte un
instrumento de asombro (el catalejo de Flandes) en un instrumento de navegación
y, posteriormente, en otro de investigación con el cual logra hacer los primeros
dibujos de la luna y otros experimentos y observaciones astronómicos que
marcaron un hito en la historia de la humanidad. El trabajo de Galileo permitió
asociar estrechamente el aspecto teórico con el práctico a través del experimento.
Así, un producto de la tecnología de la época (el catalejo) fue la base para el
desarrollo de la ciencia experimental; de aquí en adelante no habría ciencia sin
tecnología ni tecnología sin ciencia.
Ahora bien, hoy en día el común de la gente asocia el término tecnología con
artefactos o instrumentos sofisticados como los computadores y las naves
espaciales. Algunas definiciones parten de la estructura etimológica de la palabra
y la presentan como el estudio de las técnicas, de las herramientas, de las
máquinas, de los materiales (el logos de los productos técnicos). Otras la conciben
como dependiente de la ciencia o como aplicación del conocimiento científico a
fines prácticos, o como el estudio de las ciencias aplicadas con particular
referencia a los diversos procedimientos para la transformación de las materias
primas en productos de uso o de consumo (la ciencia de la aplicación del
conocimiento a fines prácticos, la ciencia aplicada).
Desde otras ópticas, se define la tecnología como «la manera de hacer las cosas,
el cómo se hacen las cosas», agregando el porqué se hacen. También se
encuentran definiciones que enfatizan sobre los propósitos de la tecnología,
describiéndola como «el intento racional y ordenado de los hombres para controlar
la naturaleza».
Definiciones más amplias hablan de la tecnología como del factor creativo del
proceso de producción de cuanta cosa ha desarrollado el hombre; como del hecho
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cultural básico de nuestra especie, la productividad del trabajo; como del intento
del hombre por satisfacer sus requerimientos a través de su acción sobre objetivos
físicos.
En este orden de ideas y no como punto final sino como punto de partida en el
posterior abordaje del tema educativo, en este artículo se asume la tecnología
como el conjunto de saberes inherentes al diseño y concepción de los
instrumentos (artefactos, sistemas, procesos y ambientes) creados por el hombre
a través de su historia para satisfacer sus necesidades y requerimientos
personales y colectivos.
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2.3. La ciencia y la tecnología (relaciones)
Tanto el saber teórico como el práctico son productos del conocimiento y se van
construyendo paso a paso en la interacción social. Estos saberes son el legado
cultural de las sociedades y están en permanente construcción y reconstrucción.
La ciencia y la tecnología son productos históricos y saberes sociales, organizados
y sistematizados, en continua creación. Hoy en día, el saber científico y el saber
tecnológico se interrelacionan mutuamente; podría afirmarse que la tecnología
está «cientifizada» y la ciencia «tecnologizada»; sin embargo, en la construcción
de la ciencia y la tecnología subyace una especialización del saber teórico y del
saber práctico.
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Describir la
Describir el problema Describir el problema
necesidad
Considerar soluciones alternativas Sugerir hipótesis Formular ideas
Elegir la solución Seleccionar hipótesis Seleccionar ideas
Actuar Experimentar Hacer el producto
Encajar
Evaluar el producto Probar el producto
hipótesis/datos
Ciencia Tecnología
PROPÓSITO: Explicación
PROPÓSITO: Producción
INTERÉS: Lo natural
INTERÉS: Lo artificial
PROCESO: Analítico
PROCESO: Sintético
PROCEDIMIENTO: Simplificación
PROCEDIMIENTO: Aceptar la complejidad
del fenómeno
de la necesidad
RESULTADO: Conocimientos
RESULTADO: Objeto particular
generalizables
· Microelectrónica,
· Biotecnología,
· Nuevos materiales,
· Tecnología química,
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· Mecánica de precisión.
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La tecnología química supera la tradicional concepción de la química como un
laboratorio, con sus respectivos tubos de ensayo y su quemador de gas. La
tecnología química se ocupa de las reacciones químicas en condiciones
industriales y a escala comercial. Sus presupuestos se basan en criterios de
precio y economía de energía. También se ocupa del diseño y producción de
equipos y dispositivos apropiados para los fines respectivos.
3.1. De la educación
Uno de los problemas más serios que afrontan tanto los jóvenes como las
generaciones mayores tiene que ver con la organización mental requerida para
comprender la complejidad y profundidad del mundo actual. Si reflexionamos
sobre el hecho de que la mayor parte del conocimiento humano ha sido logrado en
este siglo y sobre todo en los últimos treinta años, debemos considerar que la
educación, en su lento proceso de adaptación, ha entrado en franca
obsolescencia.
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capacidad de pensar críticamente. ¿Cómo se consigue esto? ¿Qué papel juega la
educación ante estos desafíos? ¿Cómo accedemos a estos aprendizajes?
Botkin (1980) distingue entre dos tipos de aprendizaje que no son excluyentes: el
de mantenimiento y el innovativo. El de mantenimiento fue suficiente en el pasado
para desempeñarse socialmente con éxito, pero ya no es suficiente. El innovativo
es necesario para la supervivencia a largo plazo.
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No importa el grado de sofisticación organizacional o de infraestructura; la
educación técnica se apoya en el esquema de un docente instructor dotado de un
conocimiento y de unas habilidades desarrolladas a lo largo del tiempo, que deben
ser transferidas a los aprendices de manera directa y claramente prescrita. En
términos generales, la premisa fundamental de la educación técnica es la
preparación de la gente para una actividad específica del mundo laboral, con el fin
de que pueda ganarse la vida.
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El aspecto general de estos enfoques permite evidenciar tres tendencias
claramente delimitadas en relación con el trabajo escolar de la tecnología, desde
las cuales se pueden agrupar por atributos semejantes los distintos modelos
planteados.
La tercera tal vez sea la más completa, siempre y cuando esté bien combinada y
aglutine el modelo de diseño, el de competencias claves y el modelo CTS. Su
fortaleza radica en la concepción de la tecnología como actividad teórico-práctica,
apoyada en procesos de reflexión-acción; reconoce el papel de la actividad
práctica y técnica, la creatividad, los principios científicos y la dimensión social de
la ciencia y la tecnología. Su debilidad se halla en la tendencia a convertir el
diseño o la actividad CTS en asignaturas concretas sin nexo aparente. En
particular, el enfoque CTS puede convertirse en una materia rica en reflexión
sobre las implicaciones sociales de la tecnología y la ciencia pero de corte teórico,
sin asidero concreto y carente de un mecanismo articulador con los procesos
tecnológicos, que estimule la creatividad, la solución de problemas concretos y la
cultura técnica.
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En este orden de ideas, Gilbert (1993) señala en relación con la Educación en
Tecnología que ésta recoge y sintetiza no sólo las tendencias que se ocupan de
los aspectos técnicos (a los que ha llamado Educación para la Tecnología), sino
también las tendencias que se ocupan únicamente de los aspectos culturales (a
los que denomina Educación sobre la Tecnología). Se entiende que la
Educación en Tecnología supera la mera unión de estas partes constituyentes y
agrega valor y posibilidades al proceso en la escuela. El siguiente gráfico ilustra lo
planteado.
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4.1. El ambiente para el aprendizaje de la tecnología
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4.2. Diseño y Educación en Tecnología
Al abordar la temática del diseño resulta pertinente tener en cuenta tres puntos de
vista sobre su concepción:
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El acto de diseño
Es pertinente especificar que la expresión diseño abarca más allá del producto, el
objeto o el resultado del proceso. Cuando se habla de diseño, se involucra el acto
mismo de diseñar (proceso total), los procedimientos requeridos para encontrar la
solución o soluciones y lo diseñado (ver gráfico).
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Como estrategia para «detectar» núcleos valorativos en tecnología, Leyton (1994)
sugiere tomar en cuenta cuatro campos claves:
· Técnicos,
· Económicos,
· Estéticos,
· Sociales,
· Ambientales,
· Éticos y morales.
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Sin embargo, además de las anteriores, existen otras importantes competencias
valorativas susceptibles de fomento en Educación en Tecnología, que tienen que
ver, por una parte, con el reconocimiento de la variedad de formas que resultan de
la diferencia de valores, creencias y necesidades de las personas y, por otra, con
el reconocimiento de los efectos del medio social, moral y ambiental en la
actividad tecnológica. Reconocer conflictos potenciales entre las necesidades del
individuo y las necesidades de la comunidad y saber negociar cuando se
presentan puntos de vista encontrados, son elementos medulares y de gran
contenido valorativo en el trabajo con tecnología:
Bibliografía
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GIORDAN, A. y DE VECCHI, G.: Los orígenes del saber. Editorial Diada. Sevilla,
1988.
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UNESCO-CEPAL: Educación y conocimiento: eje de la transformación productiva
con equidad. Santiago de Chile, 1992.
Notas
(1) Toffler, Alvin y Heidi. Las guerras del futuro. Plaza y Janés. Barcelona, 1994
(3) El término poiético deriva del griego poiésis y significa hacer, producir, fabricar.
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