Pablo Elias Tocarema Payanene PDF
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A mi excelentísimo padre celestial por haberme dado la vida, la oportunidad y las fuerzas para
culminar una gran etapa de mi vida profesional. A la Universidad Militar Nueva Granada, en donde
tuve muchas experiencias como estudiante y ser humano que me han servido como soporte para ser
quien soy. A mi asesor José Ramiro Nieto Echeverry por ofrecerme su tiempo, sus conocimientos,
sus valiosos aportes y su amabilidad en el desarrollo exitoso de este trabajo.
PERSPECTIVA DE LA CONTABILIDAD, COMO CIENCIA, ARTE, TÉCNICA,
DISCIPLINA, SISTEMA DE INFORMACIÓN BAJO LA ÓPTICA DE LAS NIC Y LAS
NIIF
Resumen
Han sido múltiples las aproximaciones que en tiempos recientes han intentado clasificar a la
contabilidad dentro de algunos de los roles del saber del conocimiento. Las posiciones han sido tan
variadas que se han planteado posturas que definen y ubican a la contabilidad como un arte; e
incluso han surgido planteamientos que respaldan a este saber cómo un sistema de información o
una tecnología.
El espectro bajo el cual han surgido estos planteamientos por parte de quienes investigan y
estudian el saber de la contabilidad; es tan amplio como el conocimiento humano mismo. Sin
embargo, como propósito de este trabajo académico, se pretende en primer lugar, exponer cuales
han sido las principales posturas que sobre este tema se han realizado y, en segundo lugar, a partir
del ejercicio de investigación realizado, asumir y sostener que la contabilidad como saber, puede ser
considerada como una ciencia social, en virtud de la cual se realizan aportes a la construcción de las
relaciones económicas y sociales y, que desde una perspectiva como ciencia social, puede constituirse
en una herramienta que ayude a dilucidar y comprender estas mismas relaciones y, la manera en la
que han evolucionado con el paso del tiempo.
Palabras Claves: Contabilidad, saber dinámico, ciencia social, NIIF (Normas Internacionales de
Información Financiera), NIC (Normas Internacionales de Contabilidad)
Asbtract
Many approaches in recent times have tried to classify accounting. The positions have been so
varied that have been raised positions that define accounting as an art; and have even emerged
approaches about it as an information system or technology.
It’s a huge spectrum under which these statements have emerged. However, the aim of this
academic paper, is to explain the main positions about it and assume one, in particular the position
related as a social science that can provide contributions to the construction of economic and social
relations. Besides, can become a tool to help clarify and understand these economic and social
relationships and the way that they have evolved over time.
This work was made using specialized literature and a comparative analysis between the different
positions that seek to locate accounting as a science, an art, a technique, a discipline or an
information system.
Key works: Accounting, dynamic knowledge, social science, IFRS (International Financial
Reporting Standards), IAS (International Accounting Standards)
La contabilidad como saber dinámico del conocimiento humano: distintas aproximaciones.
Con el fin de ahondar en este cuestionamiento, se puede evidenciar que distintas aproximaciones
doctrinales han pretendido elaborar y sustentar una definición de contabilidad, la cual permita definir
este saber dentro de la estructura general del conocimiento humano.
Si bien estas aproximaciones se mencionan con el fin de brindar una perspectiva histórica, es
importante resaltar que en la actualidad dichas adscripciones no cuenta con respaldo por parte de
quienes estudian y ejercen la Contaduría. En cambio, se han venido presentado diversas posturas
que con el ánimo de lograr una conceptualización adecuada, y establecer el rol de la contabilidad en
los diversos saberes del conocimiento como una ciencia, arte, técnica, disciplina o sistema de
información.
Antes de entrar a definir bajo qué categoría puede entenderse mejor el ejercicio de la contabilidad
como saber del conocimiento, es preciso anotar que los múltiples trabajos de conceptualización en
los que se ha enmarcado la misma a través del tiempo, han llegado a tornar la discusión en
antagonismos y posiciones divergentes.
Pero sin duda, tal como diferentes autores lo mencionan, esto se ha debido a que la contabilidad
desde el mismo momento en que su ejercicio suponía la realización de cuentas a través de ábacos en
la China antigua, hasta el día de hoy, en la que se utilizan sofisticados programas de cálculo, se ha
configurado como un saber dinámico, que por su naturaleza misma fluctúa y se va adaptando a las
necesidades que las relaciones comerciales y sociales van demandando.
Esto puede evidenciarse cuando se afirma que la Contabilidad como saber dinámico cuyo objeto
de estudio es la valoración cualitativa y cuantitativa de la riqueza se encuentra en constante
movimiento de sus estructuras internas y su relación externa con su objeto de estudio (Mejía, Mora y
Montes., 2013, pág. 160), en otras palabras, la Contabilidad se ha venido transformando según
acorde a como la circulación y variación de la riqueza en la sociedad va cambiando, más aún en una
sociedad globalizada como la actual en la que cada vez más se exige que dichas valoraciones
contemplen más criterios, sean más ágiles, homogeneizadas y, den respuestas a las dinámicas sociales
que son cada vez más volátiles.
En este mismo sentido Villarreal (2009, pág. 185) manifiesta que la contabilidad debe
comprenderse desde un punto de vista dinámico, esto debido a las exigencias del actual mundo
económico, los cambios organizacionales y las tendencias del mercado. Para este mismo autor, la
contabilidad se ha venido manifestado de manera “[...] dinámica que ha evolucionado en una
simbiosis con el sistema económico, adaptándose sin cesar a nuevas necesidades [...]”. Lo anterior
permite sustentar lo que se ha venido argumentando y, sostener que el carácter de saber dinámico de
la contabilidad, se debe a que su ejercicio y aplicación se encuentra finamente entrelazado a otras
ramas del conocimiento (como la economía, la administración, el derecho, entre otras); y se ve
influenciado por el vertiginoso cambio al que sucumben las relaciones sociales y económicas.
Así mismo autores como Hernández (2002, pág. 28) quien plantea que al estudiar de la historia de
la contabilidad, el campo de investigación “[...] no se limita, en modo alguno, al estudio de la
evolución de las técnicas contables, sino que penetra en la esencia misma de los planteamientos de
organización y dirección de las instituciones, uso y alcance de los instrumentos mercantiles, del
funcionamiento de los mercados [...]”. Esto nuevamente reconoce que la Contabilidad, al análisis de
su historia y los cambios que ha experimentado, responden a lo que Hernández (2002, pág. 28)
menciona como la manera en que la Contabilidad ha contribuido y sigue contribuyendo a influir en
el entorno [social] y, por ende, en la configuración y evolución de la sociedad.
Por último, la necesidad de abordar el carácter de saber dinámico que trae consigo la contabilidad,
por las razones ya esbozadas, es el sustento que permitirá que a continuación se trate la calificación
de la contabilidad desde las diferentes aproximaciones, a saber, como una ciencia, un arte, una
técnica, una disciplina o un sistema de información y, comprender que dichas calificaciones y sus
precursores, no ha sido otra cosa que el resultado de la ductilidad con la que la contabilidad como
saber del conocimiento, ha tenido que estar expuesta en virtud de los propios venires y devenires de
los fenómenos económicos y sociales.
Aproximaciones de la contabilidad como una ciencia, un arte, una técnica, una disciplina o
un sistema de información.
Son diversas las posiciones acerca del enfoque bajo el cual debe concebirse el rol de la
contabilidad, el propósito entonces es el de manifestar las principales ideas que al respecto se han
propuesto.
Los mencionados doctrinantes califican la contabilidad como ciencia que enseña reglas, o que
sirve para analizar realidades económicas o como herramienta de organización, es decir, que según
lo expresado por Mejía, Mora y Montes (2013, pág. 164) se entiende como ciencia en un sentido
genérico, sin embargo en aspectos puntuales se presentan diferencias que hacen que las definiciones
dadas lleguen a tornar opuestas. Al respecto estos mismos autores (2013, pág.164) sostienen que al
calificar a la contabilidad como una ciencia, esta se comprende mejor como una ciencia aplicada y no
como una ciencia pura, ya que según manifiestan “la búsqueda de transformación de las condiciones
que rodean al hombre con la ayuda del conocimiento científico” es hacia a donde apunta pertenecer
la contabilidad.
Dentro de este amplio espectro en el que se cataloga la contabilidad como ciencia, también
confluyen distintas miradas que plantean que puede encasillarse como una ciencia fluctual, que según
estos mismo autores (2013, pág. 166) implicaría afirmar que la contabilidad responde al estudio de
realidades fácticas, creadas por el hombre “como es la representación valorativa (cualitativa,
cuantitativa) de una construcción cultural del ser humano”, como por ejemplo la valoración
económica de las cosas.
Contabilidad como Arte
Según la Real Academia de la Lengua Española, el arte es entendido como cualquier producto o
actividad realizado por el hombre, mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado,
capacidad, habilidad para ser algo. Bajo esta definición, podría plantearse que el ejercicio de la
contabilidad al comprender el uso de formatos y métodos para el control de la información de
naturaleza mercantil para el ejercicio de distintas relaciones económicas y sociales, podría llegar a
definirse como un arte, que como según lo expuso Santo Tomás de Aquino, el arte es el recto
ordenamiento de la razón.
Entre quienes sostienen que la contabilidad pertenece al arte como saber del conocimiento se
puede encontrar que el Instituto Americano de Contadores Públicos (AICPA, por sus siglas en
inglés) la contabilidad es el arte de registrar, clasificar y resumir en forma significativa y en términos
de dinero, las operaciones y los hechos que son cuando menos de carácter financiero, así como el de
interpretar sus resultados. En el mismo sentido, autores como Chaves, Chyrikins, Dealecsandris,
Pahlen Acuña, & Viegas (Citado por Uribe., 2014. pág. 243) entienden que la contabilidad es el arte
de registrar, clasificar y resumir de una manera significativa, y en términos monetarios, operaciones y
hechos que tienen, por lo menos en parte, un carácter financiero, e interpretar los resultados de
dichos hechos y operaciones. De igual forma para Robert Meigs la contabilidad es el arte de
interpretar, medir y describir la actividad económica (Citado por González., Pág. 4).
También se puede encontrar que autores como Matulich y Heitger, 1980 (Citado por Mora.,
2014, pág. 143) consideran que entender como un arte a la contabilidad, responde a que su ejercicio
requiere agudeza de juicio y conocimientos desarrollados a través del estudio intensivo. Aunque al
mismo tiempo, dichos doctrinantes menciona que la contabilidad tiene la facultad de ser calificada
también como una ciencia, por el hecho de aplicarse con rigurosidad, manejar mediciones y,
relacionarse con otras ciencias, como la estadística y la economía.
Bajo esta óptica varios autores sostienen que la discusión en torno a si la contabilidad como
región del conocimiento es un técnica o no, resulta inocua; toda vez que al momento de discernir
sobre este asunto, el punto de partida imprescindible es la necesidad de un sustento científico (Niño
y García., 2003. pág. 128).
Del mismo modo autores como Mejía, Mora y Montes (2003, pág. 176) exponen que los avances
científicos y metodológicos de la contabilidad en la actualidad refutan la adscripción de la
contabilidad al campo de la técnica. Según estos últimos doctrinantes (2003, pág.176), la premura
con la que se clasificó a la contabilidad como una técnica, se debe a la ausencia de una reflexión
teórica que la contabilidad tuvo al inicio de su desarrollo, advirtiendo, que las actuales reflexiones en
torno a la clasificación de la contabilidad en una región del conocimiento, lejos de ser vincularla a la
técnica, se sitúa entre las tecnologías y la ciencia aplicada.
Al respecto cabe mencionar que autores como Quijano Valencia, 2001 (Citado por Uribe., 2014.
pág. 253) enfatiza que es necesario dejar de reducir a la contabilidad a un alcance meramente
financiero, que desde su punto de vista resulta descontextualizado; resultando en lo que él define
como un reconocimiento erróneo de “la contabilidad como técnica empírica de registro, sin
consideraciones respecto a su condición y perspectiva disciplinar”. Reconociendo como un
imperativo ubicar a la contabilidad dentro de las ciencias sociales.
Ahora bien, hay otra ala de la doctrina que respalda el rol de la contabilidad como una técnica, al
respecto Sánchez (2003) manifiesta que la contabilidad es una técnica mediante la cual se puede
identificar, medir clasificar, registrar, interpretar, analizar, evaluar e informar las operaciones de un
ente económico en forma completa y fidedigna con sujeción a los principios y normas generalmente
aceptadas (Citado por Uribe., 2014, pág. 243). En el mismo sentido se menciona que desde una
perspectiva de la contabilidad patrimonial, es decir, aquella que (García Casella., 1997 pág. 33) se
refiere exclusivamente a información sobre patrimonio, entendiendo por tal los recursos económicos
y las obligaciones económicas, el doctrinante argentino Fowler Newton, (1992) reconoce que la
contabilidad “es la técnica de procesamiento de datos que permite obtener información sobre la
composición y evolución del patrimonio de dicho ente, los bienes de propiedad de terceros en poder
del mismo y ciertas contingencias” (Citado por García Casella., 1997, pág. 34)
Se vislumbra que dentro de la discusión teórica planteada se presentan posturas opuestas, y una
clara discrepancia teórica entre quienes sostienen que asumir la contabilidad como una técnica
resulta en una aproximación que desconoce la evolución y transformación de la contabilidad y, el
impacto que esta tiene para las relaciones económicas y sociales.
Del trabajo investigativo adelantado se puede considerar que el uso que distintos doctrinantes
hacen de la noción de disciplina, para referirse a la contabilidad y categorizarla en una región del
conocimiento, se realiza de manera indistinta. Es mucha la literatura que al abordar el tema sub
examine, utiliza el vocablo disciplina, para referirse a la contabilidad y su papel en el ámbito del
conocimiento humano. Por tanto, la contabilidad como disciplina puede darse en contexto donde
aquella se pretende clasificar como una ciencia, un arte, una técnica, etc.
Esta misma postura la manifiestan autores como Mejía, Mora y Montes (2003, pág. 172 y 173)
cuando afirman que llamar a la contabilidad como una disciplina no cuenta con una aceptación
universal, y los autores que se han referido en este sentido presentan posiciones de diversa índole e
incluso antagónicas. Sostienen también, y resulta acertado para el desarrollo de este trabajo
circunscribirse a estas afirmaciones, que al denominar disciplina a la contabilidad no presenta un
marco conceptual uniforme y una expresión de utilización polisémica, razón por la cual no resulta
pertinente establecer que la contabilidad pueda ser considerada como una disciplina del saber del
conocimiento.
García-Casella (2001) reconoce la contabilidad como ciencia social aplicada, al afirmar que de la
contabilidad se desprenden sistemas de información y modelos contables, pero como una
instrumentalización que permite su aplicación práctica (Citado por Mejía, Mora y Montes, 2003,
pág.177).
Algunos autores como González (pág. 45) sostienen que en los inicios del ejercicio de la
contabilidad estuvo permeada por actividades meramente registrales de derechos y obligaciones. Sin
embargo, “en la actualidad la contabilidad se considera como un sistema de información, un valioso
instrumento de gestión”. Al igual que Sánchez Fernández de Valderrama (2008) para quien la
contabilidad como sistema de información del fenómeno económico y financiero que tiene lugar en
el proceso circulatorio y de creación de valores que constituyen el soporte para la toma de decisiones
en la unidad económica (Citado por Uribe., 2014. pág. 245).
Pero para autores como Mejía, Mora y Montes (2003., pág. 178) esta clasificación resulta
reduccionista, puesto que según afirman un sistema hace parte integral de lo que se conoce como
teoría general contable que “desarrolla el instrumento técnico-procedimental que permite llevar a la
práctica la función contable de evaluar el control múltiple que la organización ejerce sobre los
diferentes tipos de riqueza”. Por tanto, concluyen estos autores que un sistema hace parte intrínseca
de la contabilidad, y no responde asertivamente para que se le etiquete como una categoría
autónoma. Al igual que con la categorización de técnica que se ha hecho a la contabilidad, la
categoría que sistema de información que se analiza resulta descontextualizada e inocua.
La contabilidad a través de los años ha ido evolucionando hasta tal punto que entidades
internacionales han unificado criterios con el fin de crear normas que sean entendibles y aplicables
por los profesionales contables de una forma global puedan hacer uso de estas en cualquier parte del
mundo, logrando así que la contabilidad y la situación financiera sea de alta calidad y manejen un
lenguaje común. En este sentido, se procederá a brindar un marco conceptual sobre las NIC y las
NIIF, para luego ahondar en el análisis de éstas normas y la manera en la que inciden en este trabajo
de clasificación de la contabilidad.
Sin embargo con la creación del IASB se dejan de emitir las NIC, para dar origen a las Normas
Internacionales de Información Financiera (NIIF), las cuales según la NIC 1 “son las Normas e
Interpretaciones adoptadas por la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB). Esas
Normas comprenden: Las Normas Internacionales de Información Financiera; Las Normas
Internacionales de Contabilidad; y Las Interpretaciones elaboradas por el Comité de Interpretaciones
de las Normas Internacionales de Información Financiera (CINIIF-IFRIC) o el antiguo Comité de
Interpretaciones (SIC).”
Son estos estándares los que “establecen los requerimientos de reconocimiento, medición,
presentación e información a revelar que se refieren a las transacciones y otros sucesos y condiciones
que son importantes en los estados financieros con propósito de información general [...]” (NIIF
para Pymes; 2009)
Perspectiva del rol de la contabilidad dentro del conocimiento humano a la luz de las
NIIF: el caso colombiano
Bajo este nuevo marco legal regulatorio, surgen desafíos para la profesión contable que hacen
necesario que la enseñanza, ejercicio, y control y vigilancia estatal de la contabilidad se ajusten a estos
nuevos parámetros. Según Avellaneda (2010.,216-217) es de vital importancia lo mencionado puesto
que cambia las reglas de quehacer pedagógico de la educación contable direccionándolo hacia una
educación de contadores para el mundo y no solamente para el desempeño en el entorno local.
Según Martínez Pino (Citado por Avellaneda., 2010, pág. 216) la discusión sobre si la ciencia es o
no una ciencia, presenta un vínculo estrecho e importante con la internacionalización de las normas
contables y los retos que esto implica en la educación contable, ya que para este autor las normas
internacionales de información financiera NIIF, se traducen en un estructuras internacionales de
poder, frente a las cuales tanto los espacios académicos de enseñanza, como los ámbitos de
profesionalización y ejercicio de la contaduría, deben responder adecuadamente a las exigencias que
estas estructuras demandan.
Siguiendo este orden, los doctrinante mencionados sostienen que la Ley 1314, es precisamente
una herramienta [de orden jurídico] que posibilita que la estandarización y armonización de la
materia contable, se haga efectiva en Colombia y, se responda adecuadamente a los requerimientos
que este proceso solicita; para lo cual es indispensable que el manejo de la información contable se
lleve a cabo “mediante un tratamiento científico y el uso de metodología de la investigación”
(Avellaneda, 2010. Pág. 217) garantizando así que la contabilidad como ciencia brinde respuestas de
alta calidad.
CONCLUSIONES
Ubicar a la contabilidad como una ciencia social por un lado responde a esa necesidad de clasificar
este milenario saber, debido a su impacto y relevancia en la construcción de las relaciones
económicas y por tanto sociales de los seres humanos, dejando atrás la validación que por mucho
tiempo se hizo como una mera técnica de registro, que con el paso del tiempo se fue perfeccionando
conforme las dinámicas de la sociedad lo iban requiriendo, hasta alcanzar un rol de pertinencia e
imprescindibilidad; no sólo en ámbitos corporativos, sino también afectando a los individuos y las
formas en la que estos se relacionan.
Reconocer el carácter de ciencia social de la contabilidad hasta tiempos recientes, responde a que en
sus inicios y por varios siglos, no se contó con interés -como sí lo presentaron otras ciencias
sociales- en avanzar y, conformar en sustento teórico que permitiera definir los rumbos y desafíos a
los que este saber debía enfrentarse y delimitarse. Pero sin embargo el continuo desarrollo que
presentó, sirvió de guía para que dicho contexto se mantuviera.
Siendo así, deja una clara visión donde la contabilidad después del pasar del tiempo, en el
ambiente financiero, se ha venido formalizando y la sociedad colombina ha venido dándole una
mejor normalización, con es la creación de la ley 1314 señalando las autoridades competentes, su
responsabilidades ante la aplicación de esta ciencia social, que es la primera utilizada en las
administraciones e inversiones nacionales.
La contabilidad desde tiempos ancestrales ha sido una herramienta de control del comercio entre
los hombres, el desarrollo de las sociedades a la par con el comercio ha implicado también para la
contabilidad una evolución, logrando de ella su transformación en muchas facetas, técnica, ciencia,
arte, disciplina o sistema de información, sin importar como a la postre sea calificada o concebida
por autores, contadores, administradores o gerentes, la contabilidad ha sido y seguirá siendo un
recurso invaluable en el control financiero, administrativo, fiscal y de otras índoles para los entes
comerciales.
Para concluir queda lo dicho por García-Casella (2001) quien reconoce la contabilidad como
ciencia social aplicada, al afirmar que de la contabilidad se desprenden sistemas de información y
modelos contables, pero como una instrumentalización que permite su aplicación práctica.
REFERENCIAS
Mejía-Soto, Eutimio; Mora-Roa, Gustavo & Montes-Salazar, Carlos Alberto (2013). Adscripción de
la contabilidad en la estructura general del conocimiento. Cuadernos de Contabilidad, 14 (34), 159-187.
Tua, J. (1988). Evolución del concepto de contabilidad a través de sus definiciones. Contaduría
Universidad de Antioquia, 13, 9-74.
IASB. Niif para Pymes. (2009). Prólogo a la NIIF para las PYMES. (Pág. 10)
Villarreal, José Luis (2009). Bases conceptuales para la construcción de teoría contable. Criterio
Libre, 7 (11), 167-190
Niño Galeano, Claudia Lucía y García Fronti, Inés Mercedes. INNOVAR, revista de ciencias
administrativas y sociales. No. 21, enero - junio de 2003 (127-138)
Avellaneda B., Campo Alcides (2010). Factores de incidencia de la Ley 1314 de 2009 en la
Educación Contable colombiana. Criterio Libre, 8 (12), 209-237