Aranzáes, Nicanor (1915) - Diccionario Histórico Del Departamento de La Paz

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UBRARY

Unlvemty of Cattiorrai

IRVINE
DICCIONARIO HISTÓRICO
DEL

DEPARTAMENTO DE LA PAZ
^^SA EDITOR
Talleres Gráficos

bolívar 31. 33 Y 34

®OuviA-LA Pl^^
NICANOR ARANZAES

Diccionario Histórico

DEL

Departamento de La Paz

Expedientes matrimoniales,

libros de bautizos, archivos

oficiales é historiadores con-

temporáneos consultados.

BOLIVIA-LA PAZ
CASA EDITORA | DIRECTOR Y PROPIETARIO
TALLERES GRÁFICOS
LA PRENSA- JOSÉ L CALDERÓN

1915
Quedan asegurados los derechos de propiedad
conforme á lev
#.
t c-z^"^ r^l ^t^^^^'Z-n^-i
PROLOGO
Esbozar los sacrificios y vigilias de nues-
tros antepasados en estos momentos históri-
cos, y, aprovechar de sus resultados prácti-
cos, para encausarse en el gobierno de la con-
ciencia propia, reconstituir la genealogía de
aquellos, mediante profundo estudio y perse.
verancia, para allegar a las ciencias positivas
el caudal de energías que las conviertan en
ley de axiomas indiscutibles, es deber de to-
do ciudadano patriota e ilustrado.
No es desconocido para nosotros que la
laboración de la Historia, a medida que avan-
za el tiempo, se dificulta intensamente por los
estorbos que a las voluntades más inquebran -
tables se les opone,, y, cuántos mártires de la
investigación han caído tronchados por la
muerte sin saborear el fruto de sus estudios,
dejando inéditos e ignorados, y talvez usur-
pados, trabajos de magnitud cientiTica,sea por
falta de recursos económicos o por la de coo-
peración recíproca de los elementos industria-
les, y más que todo, por la falta del esfuerzo
.común de lodos los que anhelan el progreso
general del país<
Igual suerte y por los motivos enuncia-
dos habría corrido talvez el libro del patriota
presbítero Nicanor Aranzaes, titulado Diccionario
Departamento de La Paz,
Histórico Biográfico del
el único en su género y que viene a llenar una
de las lagunas más inmensas de la Historia
Patria y cuya importancia no es necesario
realzarla puesto que por sí sola se impone ante
el buen criterio de la opinión pública.
Basta decir que es labor de veinticinco años,
pero labor esforzada y permanente con la
consulta de archivos auténticos y controlados
para darle todo el mérito que le corresponde. '

Con la publicación del libro mencionado,


cuántas familias que han extraviado sus expe-
dientes o no los han encontrado en sus ar-
chivos, puesto que la proligidad no es patri-
monio de todos, no lleguen a orientarse sobre
sus verdaderos troncos genealógicos y cuán-
tos historiadores no lo tomen como fuente de
consultas para complemento de sus trabajos.

''El país ha entrado en las vías del pro-


greso", pregonamos a diario, como los pa-
dres hacen algazara cuando el nene da los
primeros pasos, pero encerrándonos en la
conciencia propia y haciendo una suma abs-
tracta, en el desenvolvimiento sociológico, de
los libros o siquiera folletos que se editan
anualmente, para mostrar la cultura intelec-
tual ante los países que han nacido siglos an-
tes de nosotros, y a los que pretendemos pa^
rodiar imperfectamente sin advertir en el me-
dio ambiente en que se vive, no sacaremos
como resultado sino un guarismo de unas
cuantas cartillas escolásticas, como bien ati-
nadamente lo hacían notar los diarios de la lo-
calidad., especialmente «El Tiempo» al reasu-
mJr las labores económicas, políticas y socia-
les en general, del año que ha pasado y po-
cos folletos de poesías o literarios que como
flores de invierno que no saturan dep^u'fumes
el ambiente, o metoeros fugaces, desaparecen
sin dejar más huella que la indiferencia en las
masas sociales que atrincheradas en su egoís-
mo miran con singular desdén o toman como
signo de fanfarria burguesa la consagración a
las labores intelectuales.
En una palabra ninguna exteriorización
deL campo de estudios positivos
x'astísimo
con que la naturaleza pródiga ha dotado el
suelo patrio.
Loco!— extraviado! — extravagante! lla-
man buenos señores que arrellanados en
los
su empolvado sillón con prestigios ocasiona-
les rebuscados en el campo de la política, re-
cibiendo el incienso de sus admiradores, a los
que se dedican al estudio práctico de la psico-
logía del país para deducir consecuencias
provechosas.
Y si a esto se añade, con el espíritu ape-
nado, la involucración predominante del ex-
tranjerismo hasta en materias en las que, so-
lo es dado desenvolverse a los que lactan en
la estructura propia de sus convicciones y ex-
periencia, vendremos en la conclusión de que
hay necesidad de un apellido inglés u otro
cualquiera que suene más allá de las fronte-
ras, para llevarse por un bodrio histórico o geo-
gráfico^ algunos miles de libras, sin escluir de
esta punible claudicación, ninguno de los te-
rrenos en que se fecunda el desenvolvimien-
to sociológico en general del país.
— 4

¡Pues, la juventud y les que han pisado
por esa etapa quemando sus pestañas en las
vigilias del estudio, quedan, aunque sea tris-
te divulgarlo, abandonados a sus propios y
débiles esfuerzos sin que los gobiernos de to-
dos los tiempos y de todas las épocas les
tiendan su mano protectora.

Poquísimas convocatorias a concursos


literarios,en relación a los muchos años de
vida independiente que tiene el país, se han
realizado por voluntades soñadoras "en la ca-
pacidad mental propia y en las aspiraciones a
una grandeza positiva para el suelo donde
han visto por primera vez la luz límpida de
sus poéticos horizontes.
La primera se llevó a cabo en 1853 para
inscribir el recuerdo impercedero de Bolivia a
Bolívar en una lápida que exprese la gratitud
de un pueblo donde todo es poesía y donde
sus hijos con rarísimas excepciones,no quie-
ren ser poetas sino políticos o empleados. El
premio fue otorgado al afamado vate don Ri-
cardo Bustamante sin que por esto hubiera
desmerecido el accésit un terceto de Cortez.
La otra se hizo por el general Campero
para celebrar el nacimiento del Libertador Si-
món Bolívar, certamen que no se llevó a cato
porque en esos momentos la sangre derrama-
da en los campos de batalla aún estaba hu-
meante, las lágrimas de la orfandad corrían a
torrentes y no bastaba la buena voluntad para
enjugarlas, la miseria en los hogares enlutados
sin atenuación posible, pero más que todo, la
imaginación y la naturaleza misma parecían
vivir en estado de catalepsia por la injusticia
de aquella ley del más fuerte. Recién se des-
pertaba del sueño de las imprevisiones.
En 1896 el talentoso y nunca bien llora-
do Ministro de Instrucción Dr. José Vicente
Ochoa, cuya labor proficua en bien de la ins-
trucción, sale a brillar como astro de primera
magnitud en noche primaveral, convocó a
otro concurso en la ciudad de Sucre, pero
'

fue_ tan deficiente que se premiaron obras de


escaso mérito.
Cúpole al Dr Saracho, estando a la cabe-
za del Ministerio de Instrucción, convocar a
un concurso de Historia Patria, pero la mis-
ma deficiencia. Llegó sólo a premiarse con el
de los señores Ordo-
accésit el libro histórico
ñez Ló'pez y Crespo, sin que ninguna otra se
hubiera valorado para e| primer premio.

El libro que ho'y se pone en circulación,


en mi modesto criterio, es un libro nuevo y
útil, pues, da noticia de ideas, gentes y cosas
ignoradas por la mayoría de los que van a
leerlo; ameno por la variedad que ha sabido
darle el autor, obra en que sin proponérselo
por honrada sinceridad, queda retratada una
figura perseverante y un talento de investiga-
ción poco comunes.
Podrá el autor disentir de los juicios que
formula, podrá no estar conforme con deter-
minadas tendencias, pero en todo ello no ha-
ce sino mostrar su carácter.
Con el error es indulgente pero severo y
para lo bueno cualquier elogio— he ahí cómo
los trata a sus esqueletos, como tan espiritual-
-- 6 —
mente se ha expresado en distintas ocasiones
y limitándose a datos muy ligeros sobre los
hombres de actualidad.
El presbítero Aranzaes es miembro de
muchas sociedades geográficas y entre ellas
la inrpoi tantísima de Italia, ütuhdd. Sociefa
Interna:{ioímle degr Intellettiíali, donde como
corresponsal ha laborado en bien de su Pa-
tria.
de cuenta propia y con
Al editar el libro
los sacrificiosque consiguientemente impone
sin haber podido medrar con anticipos de los
que hastiado está el público, puesto que por
muchos autores de guías y libros en los que
han buscado su modns vivendi algunos espe-
culadores, ha sido candorosamente engañado,
no es otro el propósito que, independizar la
más noble y la más grande de las industrias,
de las vías en que hoy está encarrilada, alen-
tar a los hombres de estudio y especialmente
a la juventud para que continúen trabajando
por la Patria en un terreno tan fecundo pero
poco explotado, sin arredrarse ante los obstá-
culos económicos, y, estimular al público
ilustrado con la lectura de libros de utilidad
práctica.

La Paz, Mayo de 191 5.

José L Calderón
—7 —

PROLOGO
El presente trabajo no tiene pretensión
de ninguna clase.
Mi único deseo ha sido hacer conocer
desde sus orígenes hasta el presente la for-
mación lenta, talvez penosa, llena de episo-
dios, unas veces favorables y otras adversa
de nuestra ciudad natal, que hoy con placer
y justo orgullo la vemos llena de vida, prós-
pera y floreciente, debido a la laboriosidad de
sus hijos.
Me propuse especialmente recordar a
los antiguos vecinos que se establecieron en la
ciudad, tanto españoles como americanos, de
los que descienden las familias paceñas. Pre-
sentar genealogías, a más de ser fatigosa, no
habría tenido ninguna importancia talvez.
Con la indicación de los primeros hijos de los
vecinos con la fecha de sus nacimientos, ca-
da familia podrá fácilmente encontrar el tron-
co de donde procede.
Sería ingratitud echar al olvido a nuestros
antepasados, que con laboriosidad, esfuerzos
y desinterés pusiéronlos fundamentos de una
sociedad, que en todo tiempo se ha ^'distin-
guido por su amor a la Patria, el odio a lo in-
correcto y ccriño a todo lo r.oble y generoso.
¡Feliz el pueblo que consagra un recuer-
do a la memoria de sus buenos hijos! ha di -

cho un notable escritor. Que el pueblo de


La Paz merece ser conocido en su vida inter-
na, sus acciones y sus personajes, no cabe la
—8—
menor duda, hasta recordar nuestra gloriosa
revolución de julio,que le ha creado un timbre
de gloria impercedero en los fastos de la His-
toria Americana.
Sin los esfuerzos de nuestros mayores,
que prepararon la era de la libertad, y consu-
maron con cruentos sacrificios y martirios,
La Paz hubiera tenido una historia obscura,
sin acciones memorables, ni hechos culmi-
nantes como muchas ciudades del coloniaje.
Entonces nuestra labor se habría concretado a
presentara los personajes paceños ccn los
cargos muy conocidos que desempeñaron en
la colonia, pero de alta valía en esos tiempos.

No entraba en nuestro trabajo mencio-


nar a los personajes de la República, pero
comprendemos que iba a resultar incom-
pleto y deficiente, y nos resolvimos a lle-
nar ese vacío a última hora. Para no desper-
tar susceptibilidades que no deseamos ni es-
peramos, nos hemos concretado a hacer una
relación de los cargos que llegaron a desem-
peñar en su carrera, sin emitir juicio alguno
de nuestra parte.
No encarecemos nuestra constante labor
para la redacción del libro. Cuantos se han
ocupado de la historia nacional han lamentado
los inconvenientes que h.ay que vencer por
falta de archivos úblicos en el país.
í

Tributamos nuestra más sincera gratitud


al inteligente y laborioso ciudadano D. José
L. Calderón, que tan generosamente y con
tanto entusiasmo ha tomado a su cargo la
edición de la obra.
El autor.
DICCIONARIO
HISTÓRICO BIOGRÁFICO

Abanera D. Blas Benito de.— Natural de Visca-


ya. Se hallaba establecido en La Paz desde años atrás
y era comerciante de alguna consideración. Fue casa-
do con doña Juana Rosa Emeren en quien tuvo a José
Vicente Gabriel en 6 de abril de 1799.
Reunido el Cabildo el i ? de enero de 1808, a son
de campana tañida según usansa, fue muy tumultuoso
porque las logias revolucionarias principiaban a agitar-
se y en él obtuvo el cargo de alcalde de 2? voto.
Los milicianos apoyados enel ayudante nuyor
Juan Pedro Indaburu cometían toda clase de tropelías,
así por febrero de 1808 en la provisión de combustible,
algunos soldados y entre ellos apodado limeño, ve-
el

jaron a doña María Pascuala Sans Tejada Nieto, espo-


sa del alcalde de ler. voto don Juan Santos de Zavalla,
maltrataron al pariente de estos Manuel Martínez eje
Diccionario Histórico del

Pinillo y a los cañaris que como ministros de justicia

quisieron detener al insolente solJado. Llevada la que-


ja ante el capitán Julián Dínz del Castillo se detu\'0 al
miliciano; pero el ayudante mayor ordenó su libertad y
como Pinillo se dirigiese al cuartel para certificarse del

arresto \' tuviere noticia de la libertad fue expulsado a


culatazos. Za\'al!a sumamente enojado ocurrió ante
Abariega con su acusación, inx-entariando todas las ex-
torsiones cometidas por la tropa. El alcalde de 2 :^ vo-
to instruye el proceso contra el reo Indaburu, el que
terminó por transacción, mediante los buenos oficios de
Castillo y Masuri.
El I ? de enero de 1809 Abariega, Zavalla y Bus-
tamante pidieron el cumplimiento de la cédula de 15 de

agosto de 1689, que vedaba tuesen elegidos alcaldes or-


dinarios los deudores de la Real Hacienda.
Cuando estalló la revolución de julio se declaró su
tenaz opositor: "atrevido y de malas intenciones contra
los patriotas.-' Hizo parte de la contrarrevolución que
encabezaron Yanguas y otros. En 1812 a la aproxima-
ción de las fuerzas argentinas al mando de Balcarce
emigró a Arequipa llevando consigo a su esposa, dcnde
falleció en 181 s.

Su hijo militó en las filas realistas en su juventud,


después se ordenó de. sacerdote y murió de Prebendado
d'el coro de La Paz en una edad muy avanzada,

Acosta D. Antonio.— Nació en La Paz, el 3 de 1

junio de 1801, miembro de una distinguida y acomoda-


da Comerciante de crédito, nombrado en 1834
famiilia.

jurado de imprenta por el Congreso, con arreglo a la


Carta entonces vigente; diputado'por La Paz a la Con-
vención de 1844, Cónsul General de Bolivia en París y
Londres, Encargado de Negocios en Inglaterra. Con-
trató al pintor Lemeteyer para que se ocupara de lo?
Departamento dé La Paz
decorados del Teatro, así como a picapedreros europeos
para el trabajo de la catedral. En 1849 cuando se vino
al pais trajo una maquinaria para fábrica de paños, que
no llegó a realizarse. Adicto a Ballivian sufrió perse.
cuciones en las administraciones que sucedieron a este
general. Murió en 1871.
Acosta D. Gliiudio — Nació en La Paz el 22 de ju-
nio de 1829, Hijo del anterior: concluidos sus estudios
literarios, ingresó en la escuela militar de cadetes fun-
dada por Ballivian, la que estaba bajo la dirección dtl
general Urdininea y funcionaba en el pueblo de Meca-
paca. Hizo rápidos progresos en la carrera de las ar-
mas que le valieron sus ascensos hasta comandante. A
la caida de Ballivian se retiró a Yungas, continuando
con Linares en que ascendió a Teniente Coronel.
Despucá del golpe de estado volvió a Yungas, de
donde vino a la cabeza de los nacionales de esa provin-
cia a engrosar las filas de la revolución Pérez en 1862.
Combatió en San Juan septiembre de 1862) y
(15 de
en las barricadas de La Paz [16 de octubre], en que la
suerte fue adversa a los revolucionarios. Permaneció
retirado iiasía 1S70 en que tomó parte en la revolución
contra Melgarejo. En el combate del 15 de enero de
1871, en lo más álgido de la pelea, cuando la barricada
había sido tomada por los enemigos, restableció el orden
del combate dirigiéndose a galope a la cabeza de su es-
cuadrón y desalojando a los soldados de Melgarejo.
Después de la \ictt»ria fue ascendido a Coronel.
En la administración Frías, habiéndose revolucio-
nado Miguel Aguirre en Cochabamba fue a la cabeza de
una división. Combatió contra las barricadas, lo que
terminó con la dispersión de los defensores de la plaza
(28 de mayo de 1875) Y triunfo del gobierno.
Daza en el poder le ascendió a la alta clase de Ge-
neral de Brigada en 21 de agosto de 1876. Nornbrado
Diccionario Histórico del
Comandante General del departamento del Litoral,
ahogó la rebelión corralista que encabezada por Rlvero,
Quiroga^ y Carrasco se habían apoderado de Caracoles
el25 de noviembre de 1877, enviando un fuerza organi-
zada en Cobija al mando de Juan dranier que los de-
rrotó completamente. Vino a la Constituyente de 1878
como representante de la provincia de Larecaja.
Cuando el conflicto con Chile, reemplazó a Otón
Jofré en consejo de ministros, y después condujo los
el

restos de la 5.^ división a Tacna, donde enfermo de


gravedad, no obstante en aquel estado concurrió a la

batalla del Alto de la Alianza (26de mayo de 1880), pe-


leando a la cabeza de su división, cayó juntamente con
su caballo que había sido. herido, conducido a Tacna,
falleció el 4 de agosto del mismo año.
Acosta
D. Nicolás.— Nacido en Coroicoel 6 de di-
ciembre de 1844 y mit-mbro de la familia anterior. Hizo
sus estudios en el colegio Seminario, continuando en la
Universidad y recibiéndose de abogado. Secretario de
lamisión Campero a las cortes de Francia e Inglaterra;
Secretario privado de Adolfo Balli\ián : Municipe en
1878, fue aprisionado, ultrajado y desterrado por Daza;
porque en unión de Sanjinés reclamaron de la orden del
Presidente que entregaba el local del colegio de niñas a
la Sánchez, siendo las alumnas arrojadas por la policía.

Diputado por La Paz a la Convención de j88oy8í.


Oficial mayor de Justicia, Instrucción y Culto; envia-
do a Venezuela al Centenario de Bcli\ar; Revisitador
de Pacajes y Diputado por esa provincia al Congreso
de 1885; Presidente de la Sociedad Gutiérrez. Distin-
guido periodista, bibliófilo, escritor galano; de su pluma
entre otras producciones salieron: Gtíía del viajero en
La Pa:(, Apuntes para la Iñbliografia periodística de La
Pai, Biografía de Fictorig G. Lan^a, Chuquisaca Remj-
Departamento DE La Paz 5_
nice7icias, Biografía de Emeterio Villamil de Rada y
Biografía de ^Adolfo ^allivián, etc. Fundador del pe-
riódico El Titicaca y otras publicaciones.
Uno de los más ardientes liberales, por orden de
don Aniceto Arce fue aprisionado en la mañana del 5 de
n^Tüsto de 1892 en Oruro juntamente con los más cons-

picuos ciudadanos de ese partido, incluso su jefe el ge-


neral Camacho y desterrado a la terrible Colonia Cre-
veaux. Alcanzada su libertad, regresó por Buenos
Aires, pero con la salud quebrantada, muriendo a poco
en su finca «Santiagoi*, situada en el cantón Lámbate
en 1894.

Acuñcí [). José de.— Nacido en Burges. Se encon-


traba en La Paz establecido desde 1694. Entonces con-
trajo matrimonio con doña Feliciana Herrera, de cuyo
enlace tuvo a Juliana Antonia en 13 de enero de 171 5,
Eusebio en 3 de marzo de 17 16 y a Feliciana Liberata
en it;de agosto de 1717. En 1704 fue alcalde ordina-
rio de esta ciudad y contribuyó a que se diera la curiosa
ordenanza para que en las ventas por menor se aumen-
tase, conociéndose vulgarmente con el nombre aymara
de yapa.
Al año siguiente pasó de corregidor a Paucarcolla,
volviendo a la ciudad, concluido su período de mando.
Falleció este general en 1730. En su época fue muy
respetado por la seriedad de su carácter y la largueza
de sus beneficios con los pobres. Dejó muchos bienes
y allá por el año 1795 aun se conservaba en el barrio
de San Agustín un local denominado rancho de Acuña
donde se dice que los desvalidos de fortuna acudían se-
manalmcnte.
Achotegui D. Juan Bautista de.— Natural de Le-
sam.a en el señorío de Viscaya: hijo de Juan Bautista de
Achoíegui )• María Saratel. Esteniaestre de campo,
\ino nombrado relator de las Cajas reales de- esta ciu-
dad y después su visitador en 1761. Fue alcalde ordi-
Diccionario Histórico del

nariode2? voto en 1740 y de primer voto en 1765.


Recibió despachos del Virrey de coronel de milicias.
Casó en 1752 con Josefa Diez de iVledina, hija de An-
drés Diez de Medina y María NicoUsa Vidangos. Mu-
rió el 7 de agosto de 1767.

Adrazona de Latorre D. Gaspar de —Natural de


Lezaca, en el reino de iNavarra. Este maestre de cam-
po vino privilegiado con una vara de regidor por la co-
rona. Casó con doña Juana María Medina de Larrea y
Peralta en 1675. Fue alcalde ordinario en tres ocasio-
nes. Falleció el 16 de julio de 1700 •

A^uüar Pray Garlos de — Nació en La Paz el 3 de


febrero de 1Ó87, era hijo de José Aguilar y María Pare-
ja, ingresó en la orden de San Agustín y enviado al
Cuzco hizo allí sus estudios y noviciado llegando a reci-
bir el sacerdocio en 1707. Su aplicación al estudio le
grangeó la estimación de sus superiores al mismo tiem-
po que adquirió fama de gran predicador. Después de
desempeñar algunos oficios en su orden, fue elegido
prior del convento de La Paz, cargo que desempeñó de
1725 a 1728. Cura de Pucarani en 1738. Maestro, de-
finidor y por último jubilado. Falleció en una edad muy
avanzada en Copacabana. Su hermana Rosa fue mon-
ja de la Concepción y abadesa en 1734.

A^uirre D. PranGisGO — Nacido en Viscaya. Vino


nombrado capitán de milicias de esta ciudad. Casó con
doña Mónica España, en quien tuvo a Santiago en 25
de julio de 1804 y Angela en 2 de agosto de 1805. Mili-
tó en las filas realistas de Go\'eneche, a cuyo lado fue
a incorporarse. Nuestras investigaciones sobre su ca-
rrerea posterior han sido infructuosas.
A^uirrc y Rivera D. José de.- Nació en La Paz
el 15 de marzo de 169^ y fue hijo del sargento mayor
Rodrigo de Aguirre y Maríi Rivera. En\'iado a la Uni-
versidad de Chuquisaca hizo allí sus estudios con bas-
Departamento de La Paz
tante aprovechamiento hasta obtener la toga del abo-
gado. Restituido a su ciudad natal, desempeñó su pro-
fe5ión con todo lucimiento: defensor de pobres, secre-
tario del corregidor, asesor del Cabildo, etc. Casó con
doña Francisca de Mayorga, fruto de su matrimonio fue
Agustín Nicolás de la Cruz, nacido el ii de septiembre
de 1716. Falleció en 1747.
Su hermano Dámaso estudió en la misma Univer-
sidad que don José y fue también un distinguido letrado.


Alarcón D. Pedro de. Ignoramos la procedencia
de este caballero. Fue regidor del Cabildo paceño des-
de 156-4. C;;asó con una hija de don Vasco Contreras

Bobadilla y se trasladó a la ciudad de los R.eyes.

Alarcón de Gontreras D. Pedro —Limeño. Maes-


tre decampo, caballero de la orden de Santiago, esposo
de doña Francisca Antonia Orihucla, duquesa de Estra-
da. Se e>stableció con toda su familia en La Paz por el
año 1Ó84 y compraron varias propiedades. Aquí le na-
ció María Francisca Tomasa en 23 de septiembre de
1685, María en 15 de septiembre de ió86 y Manuel Vi-
cente en 5 de abril de 1688. Ha sido el primer título

de la nobleza de Castilla que existió en La Paz.

D Pedro ejerció la alcaldía en \'arias ocasiones,


fue sumamente caritativo y benefactor. Murió el 20 de
septiembre de 1700. Su esposa se trasladó a Chuqui-
saca desde donde ordenó la fundación del monasterio de
Carmelitas, cediendo para esto parte de su fortuna.

Su piimogénita Juana Francisca nacida en Lima,


fue casada con José de Ortega y Lujan, también lime-
ño, hijo del general Gerónimo Ortega y Lujan y Leo-
nor María Hurtado de Mendoza. Fruto de este enlace
fue Rodrigo de Par, sargento mayor en 1665 y después
justicia mavor ác Moquegua. Habiendo fallecido la du-
quesa en 1758, tue sepultada en la Compañía. Su es-
poso contrajo segundas nupcias con María del Castillo^
Diccionario Histórico del

viuda del depositario general Bartolomé Sanjinés. Fue


alcalde ordinario de 2 ? voto. Murió en Mecapaca.
Manuel Vicente casó con Rosa Linzuain en 11 de
de 1745, limeña, hija del capitán Felipe Linzuain y
abril
Guzmán y María Otalara Fernández de Castro, en quien
tuvo a María Rosa en 25 de agosto de 1746. Fue alcal-
de ordinario en dos años. Se trasladó a Lima donde
falleció.

Alarcón de Gontreras D. Diego. —Natural de Li-


ma. Hijo de Pedro Alarcón de Contreras y Francisca
Antonia de Orihuela, duquesa de Estrada. Hizo sus es-
tudios en la Universidad de Lima, donde obtuvo el gra-
do de bachiller y. la investidura sacerdotal. Fn 1706 me-
diante oposición obtuvo la parroquia de San Sebastián
de esta ciudad pagar.do 146 pesos por la mesada ecle-
siástica. Rector del Seminario en 1713. Prebendado
en 173Í. Concurrió al Sínodo c-elebrado por el obispo
Agustín Rodríguez, en que fue nombrado exam.inadcr
de la lengua aymara
Chantre en 1742 y Arcediano en
1746. Sacerdote ¡lustrado y caritativo dio en censo su
hacienda Wajchüla, en beneficio del hospital. Falleció
en 1749.
^ Alarcón y Gontreras Pray Pedro —Nació en La
Paz el 2 de agosto de 1675. Fueron sus padres Pedro
Alarcón y Contreras y María Macuaga. Muy niño se
aficionó al orden agustiniano: fue enviado al Cuzco don-
de hizo sus estudios y noviciado, ordenándose de sacer-
dote. Fue destinado a Pucarani, y después a Copaca-
bana en cuyos puntos se consagró a la enseñanza de los

indios con un celo nada común; les socorría en sus ne


cesidades, les asistía en sus enfermedades y les prodi-
gaba toda clase de cuidados, de suerte que era idolatra-
do por los desgraciados aborigénes que en esos tiempos
sufrían toda clase de vejámenes. En 1703 fue desig-
nado como prior del convento de su ciudad natal. No
sabemos donde murió.
Departamento de La Paz
Álava Allende D. Agustín— Nacido en la villa Por-
tugalete en Viscaya. Hijo de José Álava y Francisca
Allende. Vino en unión de su hermano Ramón el año
1803 a establecerse en La Paz. Contrajo matrimonio
con Antonia de los Barrios. Fue un realista consuma-
do, enemigo de la revolución de julio y contrarevolucio-
nario con Indaburu; muerto este jefe, buscó asilo en el

convento de la Merced hasta la llegadadeGoyeneche.


Después del triunfo de los patriotas en Aroma, 14 de
noviembre de 1810, fue uno de los primeros en suscri-
bir el acta de subordinación a la Junta de Buenos Aires
el 16 de noviembre de 1810. Cuando se aproximaban
los argentinos huyó con su señora sobre Arequipa. Un
documento coetáneo le califica de atrevido, sin bienes
conocidosy con influjo. Parece que no volvió a la ciu-

dad porque no le hallamos en hechos y sucesos poste-


riores.

D. Ramón casado con Gregoria Sans Merino, en


12 de diciembre de 1816 desempeñó el cargo de admi-

nistrador de correos, y, parece que fue neutral en los


acontecimientos. Vecino de fortuna supo captarse la
voluntad de todos por su carácter pacifico. Declarada
la independencia vivió entregado a sus negocios. Adic-
to al presidente Santa Cruz, fue desterrado por Velasco

a Cochabamba, saliendo el 14 de diciembre de 1844


juntamente con otros once. A los cinco meses alcanzó
su amnistía y regresó a La Paz. Mas tarde su muerte
fué muy sentida.

Albarado D. Alonso— Natural de Burgos, caballero


del hábito de Santiago. Perteneció a la expedición que,
trajo de Guatemala en 1534 el adelantado Pedro Alba-
rado. Después del avenimiento celebrado en Riobam-
ba,el año 1534, entre Pedro de Albarado y Diego Al-

magro, fue herido en un muslo por, los indios, que man-


2
10 Diccionario Histórico del
daba Kiskis, en uno de los encuentros que este general
tuvo con Almagro al volver al Perú para juntarse con
Francisco Pizarro, en Pachacamak.
Pizarro le encomendó la conquista de Chachapo-
yas, se ocupaba en ello con empeño cuando recibió la
orden de bajar a Lima con su gente para escarmentar
a los indios que tenían asediada a la capital. Acudió
con prontitud y acabaron de ahuyentarse los subleva-
dos. Pizarro hizo que pasase a Jauja después y
avanzase sobre Cuzco, que estaba asediada por el inca
Manco. Al llegar a Huamanga tuvo aviso de la exis-
tencia de un grueso ejército y al resultar falsa la noti-
cia hizo quemar vivo a un capitán indio.

En Abancay se enteró de la ocupación del Cuzco


por las fuerzas de Almagro, y le participó a Pizarro.
No admitió las propuestas de Almagro y éste le atacó
en el campo de Abancay y le vehció tomándolo prisio-
nero en 1537.
Conducido preso al Cuzco sobornó a sus guardia-
nes y logró fugarse, y después de muchos peligros se
reunió con Pizarro en Pachacamak. Este le dio el
mando de la caballería, a cuya cabeza peleó en Salinas
€l día 26 de de 1538, en que quedó vencido Alma-
abril

gro, quien fue tomado preso por Albarado.


Después emprendió la conquista de Chachapoyas
(varones fuertes), en cuya ocupación le tomó la noticia
del asesinato de Francisco Pizarro. Rehusó las ofertas
de Almagro, el hijo, salió con gente y se incorporó a
Vaca de Castro y peleó en la batalla de Chupas, el 16

de septiembre de 1542.
Pasados estos sucesos volvió a España y fue preso
como adicto de Gonzalo Pizarro. La Gasea lo trajo en
su compañía en calidad de consejero militar; concurrien-
do a la comedia de Sajsawana, el 9 de abril de 1548.
DEPARTAMENTO DE LA PAZ II

Asociado a Cianea entendió en el juzgamiento de los


vencidos y en la ejecución de las penas.
El presidente le nombró corregidor de La Paz, en
1549 como sucesor de Mendoza, lugar en que tenía su
repartimiento y su casa, donde permaneció corto tiem-
po, pasando de gobernador al Cuzco, que era el foco
de las sediciones. Allí hizo ejecutar algunos revoltosos
y desterró a otros.

El año 1553, reemplazado en el corregimiento del


Cuzco por Gil Ramírez Dávalos, se vino a esta ciudad.
Cuando estallaron las rebeliones de Sebastián de Casti-
lla y de Egaz de Guzmán, en Chuquisaca y Potosí; es-

tos enviaron comisiones para victimar al mariscal; pe-


defeccionaron en el camino y se pusieron a
ro, estos se

órdenes de Albarado; al mismo tiempo que Martín Mon-


je y Martín Riva le comunicaban, por orden de Baltazar
Velásquez,haber terminado los desórdenes de la Plata y
Potosí. '

La audiencia de Lima para contener los disturbios


de Charcas, le nombró corregidor, justicia mayor y ca-
pitán general para someterla, enviándole por asesor al
fiscal de la audiencia Juan Fernández.
A fines de abril recibió Albarado el nombramiento
y empezó a obrar con toda energía. Tomó preso a Pe-
dro Suárez Pacheco y le hizo cortar la cabeza. Envió
personas de su confianza a prender a los culpables, que
se habían huido y escondido entre los in'dios. Uno de
estos agentes llamado Juan de Hernao, persiguió una
banda en el interior del lago Titicaca, sin olvidar isla,

peñón ni totoral, hasta capturar a más de veinte per-


sonas, que fueron conducidos a La Paz por Pedro En-
ciso, corregidor de Chucuito. Estos presos, así como
Hernando Herrera, Pedro Riquelme y Lucas de Lato-
rre, capturados en la ciudad fueron sentenciados a
.

12 Diccionario Histórico del

muerte y ejecutados; algunos azotados, otros desterra-


dos y varios condenados a galeras.
Se dirigió a Charcas, para cumplir su cometido,
donde ejecutó iguales castigos.
Sublevado Francisco Hernández Girón, contra la

autoridad real, fue nuevamente investido con el cargo


de capitán general. Desde Charcas se dirigió contra
aquel, y por su obstinación y terquedad, perdió la ba-
talla de Chuquinga el 8 de mayo de 1554. Esta pérdi-
da le causó tanta impresión, que se apoderó de el una
profunda melancolía, una enfermedad y le lle-
le causó
vó al sepulcro, después de una agonía prolongada de
un mes en 1556. Por sus crueldades le apellidaron
«Nerón»
Albarado y Carrillo D. Diego Antonio de— Espa-
ñol, caballero de la orden de Santiago. Vino nombrado
corregidor de la provincia de Larecaja en 1767 y se ti-

tulaba teniente de capitanes general. Concluido su pe*


ríodo de mando se radicó en Sorata, donde se entregó al

laboreo de minas y al comercio. No incluiríamos el

nombre de este general, sino supiéramos que su nego-


cio principal consistía en plumas de aves y pieles del ti-

gre americano que en considerables cantidades vendía a


los indios y a precios fabulosos, para sus disfraces en
los diferentes bailes que tienen; mojigangas que fo-
mentaron los españoles en provecho suyo, y, que aun
subsisten hasta el día.

Albarracin rrancisco- Este pardo libre formó una


compañía de milicias compuesta toda de individuos de
su misma raza, de la que se declaró su capitán, siendo
su teniente Matías Zugasti y subteniente Hermenegildo
Gil para la defensa de la patria en la memorable revo-
lución del 16 de julio. La que mereció la aprobación
de Murillo en 14 de agosto del mismo año.
Departamento d£ La Paz 13

Alcázar-D. Juan Manuel— En el Cabildo reunido


el ? de enero de 1809 fue nombrado portero de la
I

sala capitular. En la noche del 25 de junio en que


quedó acordada la revolución para el 16 de julio en la
tarde, se indicó que Alcázar al comunicarle el nomento
preciso por el cura Melchor de la Barra, daría las cam-
panadas de costumbre, convocando al Cabildo, como
lo hizo; esas campanadas graves y pausadas, fueron la

señal de la agonía de la monarquía.


Alcocer Tray francisco de la Gruz— Natural de
Burgos. Uno de los doce franciscanos que vinieron
con los conquistadores conducidos por el provincial P.
Niza, Habiéndose fundado su convento en esta ciudad,
y viendo que al sur de la población existían multitud
de caceríos de indios que formaban una especie de po-
blación, resolvió establecer una parroquia para doctri-
narles. En efecto, en 1549 fundó la parroquia bajo la
advocación de San Pedro y Santiago, siendo Alcocer su
primer cura. Dependía de S. Francisco.
A los dos años principió el trabajo del templo con
lacooperación y esfuerzo de los indios, pero a conse-
cuencia de los disturbios que se suscitaron entre los
conquistadores quedó paralizada la obra, que al fin quedó
terminada después de algunos años.
Se construyó de una nave con dos capillas colate-
rales o sea en forma de cruz, muy espaciosa toda
de piedra y barro, y de bastante solidez; con espaciosos
y elevados arcos que sostienen su cúpula; aunque con
techo de madera. Tenía cinco altares incluso el mayor
con retablos de cedro dorado aunque muy raquíticos;
el pavimento sin enladrillado y lleno de sepulcros de
casiques e indios principales; su cementerio muy espa-
cioso circuido de arcadas de barro, una cruz de
con
piedra al centro, servía como enterratorio; su campa-
nario no tenía nada de sobresaliente; el frontis principal
14 Diccionario Histórico del
con pequeñas columnas de piedra a los lados de la puer-
ta de entrada, sin nada de notable. Uno de sus casi-
ques Pablo de Vargas, que venía desempeñando el car-
go desde 1665 procuró su ornamentación así como le-
vantó a un costado una casa de bajos, destinada para
los párrocos, que por vieja se desplomó en 1856.
El Presidente de la Audiencia de Charcas D. Alon-
so Maldonado de Torres diputado por el rey para hacer
la división del obispado de La Paz entre Santa Cruz y
Charcas, había indicado que el curato de San PedrvO
servido por los franciscanos podía darse a los clérigos
para que el párroco contribuyera con un sochantre
al la nueva catedral por la escasez de recursos,
coro de
lo que aprobó el rey por cédula de 13 de febrero de
1619. Esta disposieión no llegó a cumplirse por de
pronto, hasta que el obispo Juan Queipo de Llano y
Valdez en 1687 propuso a los frailes la permuta con el
curato de Charazani, la que después de una larga tra-
mitación llegó a realizarse en 1621. El 12 de febrero
del expresado año el capitán Martín Salgado y Aracejo,
alcalde ordinario de la ciudad, el escribano José de La

Torre y los testigos presentes, dio posesión en nombre


de S. M. al licenciado Juan Antonio Egüez y Pasquier,
visitador general del obispado y comisionado del obispo
para el efecto, con todas las formalidades de derecho,
repique de campanas, entrega de llaves, etc. En pre-
sencia del P. Francisco Pérez de Victoria, Guardian de
S. Francisco y José de Arteaga, el último cura, quien
hizo la entrega.
En la sublevación indigenal de 1781, quedó com-
pletamente arruinado el templo, pues, que los indios lo
convertieron en cuartel, arrancando puertas y ventanas
y destrozando los altares. Fue reedificado por Melchor
Rodríguez en 1790 mediante esfuerzos supremos, de
donativos y limosnas.

/
Departamento de La Paz i$

Esta parroquia fue la más extensa de las tres exis-


tentes en la ciudad, llamada de los Estramutos. El obis-
po Campos en 4 de enero de 1781 fijó sus límites qui-
tándole una parte y adjudicando aS. Sebastián y Santa
Bárbara que eran cortas en extensión.
Los indios de esta parroquia eran 436 tributarios
que pagaban 2,961 pesos de contribución anual y 594
pesos 4 reales de quintos reales. Además oblaban 50
pesos a las Cajas Reales para sueldos de sus defenso-
res.
Su fundador y primer cura P. Alcocer con Francis-
co Morales en 1600 se dirijió a Chuquisaca y fundó la
recolección de Santa Ana, donde falleció.
Alcón D. rranciSGO— Español. Sujeto entendido
en matemáticas. Consumada la revolución de julio, el

23 de agosto fue llamado por las autoridades, lo mismo


que Ponferrada, Pantoja,San Cristóbal, Cotera y otros
para que presentaran modelos sobre fundición de caño-
nes, municiones, etc., etc.; concurrió con toda mala vo-
luntad, más por temor. Formó parte de la conjuración
contra revolucionaria encabezada por Cotera y otros
realistas, cuyo golpe acordaron realizar el 25 de sep-
tiembre apoderándose de los cuarteles en la noche, co-
mo lo habían intentado a las diez de la mañana del mis-
mo día; pero, no habiendo podido ponerse de acuerdo
suspendieron la ejecución.
A las ocho de la noche volvieron a reunirse los
conjurados, sin concierto ni orden, los principales jefes
no tuvieron tiempo para formar sus compañías, ni en
el repique general, que era la señal acordada, tampoco
se realizó; porque, las autoridades teniendo conoci-
miento, habían reforzado y destacado pa-
los cuarteles

amedrentaron y exparcieron aisladamente.


trullas; se
€Malogróse, sin saber cómo, dice un realista; la única
acción que podía lavar la mancha, que una porción de
.

i6 Diccionario Histórico del


atolondrados habían echado sobre el pueblo, persuadi-
dos de dar el modelo de la Independencia.»
Al dia siguiente, Alcón y otros fueron reducidos a
prisión y sometidos a juicio. Prestaron sus declaracio-
nes y no negaron el hecho, dándose el calificativo de
leales
En el Cabildo del día 27 se propuso que fuesen
ahorcados los presos para escarmiento, como reos de
alta traición; pero el alcalde provincial, Ramón Loayza,
se opuso y les prometieron darles libertad, lo que les

salvó la vida. Sucumbió el 19 de octubre peleando en


la defección de Indabura,
Su hijo Manuel, nacido también en España, fue
marcado realista.
Cuando se oproximaban las fuerzas cochabambi-
nas, después del triunfo de Aroma, se fue a incorporar
a las filas de Juan Ramírez. En 181 5 encontrábase
avecindado en Puno; pero no sabemos el grado militar
que alcanzó ni su ocupación.
Alcón y Lacalle D. Juan José— Este español
estaba radicado en Chulumani y era casado con
María Mercedes Mamani, natural de aquel pueblo.
Cuando los vecinos de Chulumani aplaudieron
el mo-

vimiento La Paz y suscribieron


revolucionario de
su enérgica representación en 20 de agosto de 1809.
Calle fue uno de sus signatarios; pero cambiando de
idea se incorporó en el ejército real cuando Domingo
Tristan espedicionó a los Yungas en busca de los pa-
triotas Lanza y Castro. Comisionado por el jefe rea-
lista recibió lasinformaciones del cura Martín Larrea,
procurador de La Santa y por ella conocemos las dotes
militares de este prelado y la exactitud con que desem-
peñó su cargo de comandante general de la plaza de
Irupana. Concurrió a varias acciones de armas, ascen-
dió hasta el grado de teniente coronel. Murió en La Paz
el 25 de julio de 1820 a la edad de 70 años.
DEPARTAMENTO DÉ LA PAZ I7

Alcoreza D. Luciano— Nació en La Paz, por los años


de 1820. Hizo sus estudios con mucho interés. En
1831 rindió una brillante prueba escolar, recibiéndose
a poco de abogado. Aficionado a la carrera militar,
prestó sus servicios en el Ministerio de Guerra ascen-
diendo hasta Coronel. Oficial mayor, fue encargado
de la Cartera de Guerra en 24 de diciembre de 1854,
y en este carácter presentó su Congreso de memoria al

1855. Jefe de Estado Mayor, siguió con


desempeño el

de la Cartera y volvió a presentar su memoria al Con-


greso de 1856. El Presidente Córdova lo ascendió a
General de Brigada en Ancacato el 20 de septiembre de
1857. Hizo la campaña contra Linares que se atrin-
cheró en Cochabamba y cuando el Presidente abando-
nó el sitio, emigró al Perú.
Cuando se abrieron las puertas de la patria para
los proscritos con la Constitución de t86i regresó a su
hogar. Achá al dirigirse al interior dejó de Comandan-
te General de La Paz al feroz Plácido Yáñez, enemigo
acérrimo del belcismo, quien con pretexto de conatos de
revolución aprisionó a los ciudadanos más conspicuos
de aquel partido. Alcoreza fue encerrado con otros en
elLoreto, y en la noche del 23 de octubre de 1861 en
que fueron asesinados los presos, salvó milagrosamen-
te con vida.
Estuvo al lado de Pérez en su revolución de 1862,
y combatió en San Juan y las barricadas de La Paz, des-
pués de las derrotas se retiró a la vida privada. Cuan-
do la revolución contra Melgarejo se alistó en sus filas y
el 15 de enero de 1871 le cupo defender la barricada
del Comercio como su primer jefe. La victoria coronó
los esfuerzos de los defensores de las instituciones.
Amigo personal del caudillo civilista Casimiro Co-
rral y cuando la fortuna le negó sus favores a éste, se

retiro del servicio.

3
Diccionario Histórico del
Se hallaba en Cochabamba cuando el conflicto con
Chile, de donde condujo a Tacna la 4 f^ división. Re
gresando de Comandante General a Oruro.
En el motín encabezado por Silva el 12 de marzo
de. 1880, fue Prefecto de La Paz, cargo que desempeñó
por pocos días Murió en 1884.
Alderete MaldonadoD. francisco —Natural de Ex
tremadura. Nombrado corregidor de La Paz, por pro-
visión real de 27 de febrero de 1620, como sucesor de
Hernani Bonifaz Tomó posesión de su destino en 22
de diciembre de 1621.
Al año siguiente La Paz, celebró la coronación del
rey Felipe IV, hubo tres^ días de fiestas: "Después
de la misa, el estandarte real fue paseado por las prin-
cipales calles, siendo proclamado y jurado el nuevo mo-
narca en de San Sebastián y San Francisco,
las plazas
acompañado délos dos Cabildos y el numeroso vecinda-
rio; las diversas tropas de indios bailarines, con sus ins-
trumentos peculiares, convertían en ruidosa la fiesta,
Esas mojigangas indígenas, que se conservan des-
graciadamente hasta nuestros días, han sido pues fo-
mentadas, autorizadas y obligadas por los españoles.
Su gobierno fue de inquietudes por «1 alzamiento
de indios, que tuvo lugar en Songo, el 15 de diciembre
de 1623 a consecuencia de los excesos cometidos por
Diego de Ortíz, teniente del corregidor de Larecaja. La
insurrección era compuesta de los pueblos de Songt),
Challana y sus anexos, Chacapa ySimaco, quienes in-

vitaron a otras provincias para el levantamiento. La


noticia llegó a la ciudad con caracteres tan alarmantes,
que el corregidor mandó celebrar Cabildo abierto, como
en los días que se acordó pre-
de grande conflicto, en el

pararse para la resistencia y fueron nombrados capita


nes Francisco Nuñez Vela, Antonio Barraza y el sar-
gento de la escuadra Pedro Gallegos.
Departamento de La Paz 19

El general Diego de Lodeña corregidor de Lareca-


ja, reunió a todos los españoles residentes en la provin-
cia para contener a los indios, y con fuerzas bastantes
se vino a La Paz.
Sin embargo de los preparativos bélicos el padre
Bernardino Cárdenas, autorizado por el obispo Valencia,
se comprometió dirigirse a las montañas, exhortarlos y
Acompañado de los padres Luis Ramos y
pacificarlos.
Diego de Obando se internó entre los sublevados y con-
siguió pacificarlos y volverlos a la obediencia; pero, Lo-
deña se dirigió con su fuerza, siguiendo las pisadas
de los religiosos, capturó a los cabecillas y los mandó
ahorcar a Guanaiquili, Jacha y otros.
Alderete, antes de cumplir su período falleció el 15

de enero de 1625.
Aldunate y Rada D. Gabriel— Maestro de campo.
Natural de Mendaró, en el reino de Navarra. Corregi-
dor de la provincia Larecaja, desde 1717 hasta 1721,
Fue casado con Lucía Aguilar y Salvatierra, en quien
tuvo a su hijo Fausto.
Este general (título anexo a cargo de corregidor,
así como el mayor, alcalde de minas y re-
de justicia
gistros) fue muy caritativo: daba limosna diariamente
a los pobres en los portales de la plaza, y a otros ne-
cesitados.
Ya viudo murió muy anciano el año 1740.

Aldunate D fausto Nació en La Paz, el 19 de
marzo de 1716; fueron sus padres Gabriel de Aldunate
y Rada y Lucía de Aguilar y Salvatierra. Contrajo ma-
trimonio con Josefa Peralta, paceña virtuosa. Compró
el cargo de alférez real en dos mil pesos.
No teniendo deudos otorgó su testamento en 21 de
enero de 1754, instituyendo herederos a los padres de
laBuena Muerte en el remanente de sus bienes, dere-
chos y acciones; y con expresión y condición de obli-
2Q Diccionario Histórico del

garse a pagar todas las deudas y siendo así se les entre-


guen las fincas para su mantención y la casa para el
convento, sin que se pueda enagenar por ningún pre-
texto y en caso de fallecer antes de la llegada de los pa-
dres sus albaceas las ponga en administración.
Estas -propiedades tenían un valor de ochenta mil
pesos, consistentes en los siguientes fundos: la casa de

Aldunate (hoy de Loza en la calle Yanacocha), una ha-


cienda de cocales en Yanacachi, la finca Trancoma, las

estancias de Corpaputo y Lipes en Omasuyos, una


chacarilla en Potopoto y un solar fronterizo a la casa de
Teresa Sanjinés.
No llegó a realizarse la fundación por causas que
indicaremos en el artículo del padre Paule.
Fue decidido benefactor del hospital. Murió el 19
de diciembre de 1754. Su hija María Teresa se hizo
monja carmelita.

Alegre D. Domingo Fue uno de los seis pulperos,
existentes en esta ciudad en 1609 y cuya tienda esta-
ba situada en la esquina de la plaza de Churubamba,
hoy esquina Molinos América. Estas tieridas debían
tener dos puertas precisamente, una a cada lado. Pa-
gaba por derechos dos pesos mensuales.
De su matrimonio con María Yupanqui tuvo larga
descendencia mestiza.
Alemán D. Diego — Natural de la villa de San Juan,
de la provincia de Huelva comprehensión de Sevilla, en
el condado de Niebla. No se sabe cuando vino al Perú.
El gobernador del Cuzco, Alonso Toro, le ocupó en
1545 en una comisión a Guamanga cuando aquel favo-
recía a Gonzalo Pizarro en su insurrección. Después
se alistó en las filas realistas y en Huarina combatió a

órdenes de Centeno, derrotado se incorporó al ejército


de La Gasea quien, después de su triunfo, le dio un pe-
queño repartimiento, en la jurisdicción de Chuquiapu
Departamento de La Paz 21

y le destinó para que fuera, uno de los vecinos funda-


dores de la ciudad de La Paz. Con Alonso de Mendo-
za suscribió la primera acta, en 20 de octubre de 1548,

en Laja,
En 1564, por persuación de un curaca suyo, orga -

nizó una pequeña compañía de doce castellanos para


descubrir las ricas provincias bañadas por el Amaruma-
yo (Madre de Dios). Entraron por Cochabamba y des-
pués de una marcha fatigosa de veintiocho dias por
montes y pantanos, descubrieron el primer pueblo de
la soñada región del oro, cuyo cacique les recibió con

mucha bondad y les aconsejó aguardasen la salida de al-


gún indio, para prenderlo en silencio, tomarlo de guía e
intérprete. Despreciando este consejo, apenas cerró
la noche, se pusieron en marcha, entraron en el segun-
do pueblo ostentando ruido y bravatas. Conocida la in-

ferioridad de su número por los indios se les echaron


encima, siendo victimados todos, con excepción de Ale-
mán, que fue hecho prisionero y el cochabambino Fran-
cisco -Moreno logró fugarse merced a la obscuridad de la
noche.
Alemán, por su carácter de caudillo, fue muy esti-

mado por los indios; le hicieron su capitán general para


la guerra que sostenían con sus vecinos y rivales. Ig-

nórase la muerte que tuvo.


Aliaga D. Diego — Este limeño al sentar sus reales en
esta ciudad, casó con Agustina Quiñones, de cuyo enla-
ce tuvo a Jacinta en 26 de abril de 171 5, Juan en 24
de junio de 1718. y Tomasa en 27 de diciembre de 1724
Fue decidido benefactor de los dominicos y más que to-

do merece respeto su nombre por su beneficencia con


^os desvalidos, pues que el día de Viernes Santo de cada
año con sus esfuerzos, ronovaba las camas de los enfer-

mos del hospital.


22 DICCIONARIO Histórico del

Aliaga D. José Manuel— Nació en Coaya, suburbios


de Chuma de la provincia de Larecaja, el 14 de enero
de 1765. Fueron sus padres Dionisio Aliaga y Narcisa
Miranda. Estudió en el Colegio Seminario de San Ge-
rónimo de esta ciudad y fue ordenado por el obispo Cam-
pos. Desempeñó algunos beneficios y mediante oposi-
ción en con curso obtuvo el curato de Huarina. Promo-
tor fiscal en 1805 y confidente del obispo La Santa co-
mo su prosecretario.
Adicto a la revolución que desde años atrás venia
preparándose para lograr la independencia de la patria

fue su propagandista. Se había determinado la explo-


sión para el carnaval de 1809, diferiéndola después pa-
ra el 30.de marzo, para el 28 de abril y finalmente para
el 24 de junio. Para el efecto reunidos los revolucio-
narios 23 de junio de 1809 en casa de Juan Bautista
el

Sagárnaga y bajo el disimulo de festejar la víspera de


su onomástico, lo primero que hicieron fue prestar jura-
mento, ante Aliaga, comprometiéndose cada uno a enea-
be^ar y sostener la revolución, defenderse y protejerse^
mutuamente. Aliaga manifestó ante la concurrencia
proporcionar documentos comprobantes de la cons-
los
piración carlotinadel obispo, que los había visto y leído
todos los papeles de la correspondencia de La Santa y
que podía diferirse mientras tanto el movimiento, lo
que causó la indignación de los impacientes. Igualmen-
te asistió a las juntas que tuvieron lugar el 27 de junio
y 12 de julio en las cuales quedó definitivamente re-
suelto el golpe para el 16 de julio fiesta del Carmen.
Sagárnaga en su declaración afirma: "este cura fue de
parecer que los españoles fueran pasados a cuchillo".
Parece increíble, pero es la verdad que el amor a la li-
bertad había echado profundas raices en los corazones
americanos, y tal vez querían destruir de un solo golpe,
el absolutismo y la tiranía"
Departamento de La Paz 23

En la noche del 16 de juHo en unión de los otros


clérigos fueron los que atisaron a la plebe para que pi-
dieran la destitución del obispo. A pocos días se res-
tituyó a su parroquia.
Después de la derrota de los patriotas huyó a su
finca Chichiaque, situada en el cantón Chuchulaya. en
la provincia de Larecaja, de allí a Ninambaya, donde su
hermano José Nicolás, logró trasladarlo a la isla de So-
to en el lago Titicaca, permaneciendo oculto tres meses;
más*'habiendo sido descubierto su permanencia en di -

cha isla, huyó hasta Lima por caminos extraviados


creendo encontrar protección en los encopetados Alia-
ga de la capital, con los que no sabemos si tenía paren-
tesco. Los realistas le siguieron y le obligaron
la pista

a huir hasta Panamá, y de allí Jamaica donde pere-


a
ció víctima de la malaria. Excomulgado por el obispo
y condenado por Coyeneche al presidio de las islas Fi-
lipinas por diez años, su espíritu debía haber sufrido mu-
cho durante sus largas peregrinaciones.
Alipaza^a D. Tomás Fermín de Gil— Español de la
feligresía de San Jorge de Moche y corregimiento de
Betanzos. Casado, con Antonia Hilaria Rísen, natu-
ral de la villa de Riño. Caballero de-Santiago. Resi-
dió en la Plata y era capitán de forasteros, fue preso
por no haber dado pronto auxilio a la prisión de Cam-
pero conducido desde Salta. Vino nombrado corregidor
de esta ciudad y tomó posesión de su destino en 15 de
enero de 1774. Aquí le nació su hijo José en 30 de
marzo de 1776.
Aún gobernaba cuando acaeció la terrible subleva-
ción indigenal de 1780. Con el terror pánico que se apo-
deró de los peninsulares, tomaron todas las precaucio-
nes de defensa, y el corregidor mandó construir lanzas,
acopió plomo, pólvora, etc., y cuando activaba todo lo
necesario; fue supeditado por Sebastian Seguróla, que
24 Diccionario Histórico del
por orden del Virey de Buenos Aires se hizo cargo del
comando de la ciudad? de enero de 178 (. Concu-
el i

rrió el general Alipazaga en la medida de sus facultades

a la defensa de la ciudad., MurriD en 1789. Su casa se


hallaba situada al lado de la del General Barraza, en la
actual calle Indaburu.

Allende y Salazar D. José —Natural de Villa Torre


en España. Era un caballero muy distinguido de la
ciudad. Por muerte del Contador juez real de las Ca-
jas Domingo de Lizárraga, acaecida en 1669, fue nom«
brado para el desempeño de ese cargo con carácter in-
terino. Mas tarde pasó de tesorero a la villa de San Fe-

lipe de Austria.
Alonso y Asteria D Baltazar de— Natural de As-
turias. Este capitán al radicarse en La Paz casó con Inés
del Castillo y Torres, paceña rica, en quien tuvo a Jo-
sefa Gabriela en 24 de enero de 1687, Y al año siguien-
te fue alcalde de 2? voto. Su actuación posterior no
se conoce ni cuapdo murió.
Alquisa D. Pelipe de— Nacido en Viscaya. Vino este
capitán en 1702 y contrajo matrimonio con Juana Pe-
ñaranda, ilustre paceña, de cuyo enlace tuvo a Andrés
en 30 de noviemb^ de 1704, Andrés en 30 noviembre
de 1705, Julián en 29 de enero de 1717, Elena en 24 de
enero de 1718, Juan Ascencio en 14 de mayo de 1719,
Feliciano en 14 de abril de 1720 y Joaquín Baltazar en
6 de enero de 1723.
En 1706 sacó en remate las alcabalas y batanes
por cinco años en diez y siete mil trescientos veinticin-
co pesos anuales. Murió en 1740.
Sus hijos: Julián fue fraile dominico; Elena casó
con el maestro de campo Juan de Leseca; Juan Ascen-
cio, casó con María Josefa de Ayoroa y Bulucua y en

segundas nupcias con Ana Orosco, en quien tuvo a Fe-


lipe. Invistió el título de maestro de campo y fue al-
Departamento de La Paz 2$

calde ordinario en 1756; Feliciano llegó a casar con Ma-


ría Rosalía Orosvia y Arviso, natural de Arica, y en
segundas nupcias con María Manuela de Foronda; Joa-
quín Baltazar, casó con Eugenia Cárdenas, fruto de es-
te enlace fueron José Manuel, nacido en 22 de enero
de 1758 y Juan Andrés Sebastián en 25 de septiembre
de 1759.
Aiquíza D. Baltazar— Nació en La Paz el 22 de
enero de 1778. Hijo natural de Esperanza Verástegui,
Hizo su aprendizaje de primeras letras en el convento
de San Francisco, pasando a la Universidad de Chu-
quisaca donde estudió con todo aprovechamiento hasta
obtenerla toga de abogado, y en esa culta sociedad con.
trajo relaciones amistosas con los más distinguidos per-
sonajes de la época.
Cuando regresó a su ciudad natal fue muy estima-
do. El Cabildo de 1809 le nombró su asesor, puesto
muy distinguido en esos tiempos. Afiliado en el par-
tido revolucionario por la independencia, tomó parte ac-
tiva en sus trabajos: concurrió a las juntas que tuvie-
ron lugar en 24 de junio, 12 y 22 de julio en las que se
acordó dar el primer grito de libertad el 16 del mismo
mes. Consumado el movimiento con la toma del cuar-

tel y reunido el Cabildo abierto, concurrió en su carác-


ter de asesor, así como a todos los acuerdos y delibe-
raciones de ese cuerpo.
Defeccionado Indaburu y tomados presos algunos
patriotas distinguidos en la noche del 14 de octubre; al

día siguiente fue sentenciado a muerte Pedro Rodríguez


por un tribunal compuesto del alcalde de 2? voto José
Diez de Medina, Juan Pedro Indaburu, Miguel Carazas,
edecán de Goyeneche y el asesor Alquiza, siendo eje-
cutado Rodríguez. Alquiza declaró que había suscrito
la sentencia por temor a Indaburu.
4
26 Diccionario histórico del

Debelada la revolución por Goyeneche, mandó éste


prenderle el dia 22 de diciembre de 1809, y fue conde-
nado al presidio de las islas Malvinas por cuatro años.
El 7 de marzo de 1810 salía camino del destierro junta-
mente con sus demás compjñeros, custodiados por un
batallón de Puno, sufriendo toda clase de privaciones.
De Salta siguieron hasta Cordova, donde tuvieron
la plausible nueva de la revolución realizada en Buenos

Aires el 25 de mayo del mismo año, y se dispersaron


los proscritos. Alquiza siguió con otros camino hasta
Vireynato, y como se vieron sin recursos,
la capital del

recurrieron en 25 de septiembre a la Suprema Junta,


pidiendo se les prestara socorros mientras pudieran co-
municarse con sus familias, les cupo el siguiente decre-
to: no ha lugar por las penurias del erario.

Regresó con las fuerzas porteñas y ocupó la sub-


delegaron de Yungas, pero la derrota de Guaqui le
obligó a tomar otra vez el camino de la proscripción en
las playas argentinas.

Después de la victoria de Ayacucho se vino a su


país natal. Nombrado Prefecto de La Paz, fue depues-
to por Loayza en su traición. Diputado por la ciudad
a la Convención de 1828 y al Congreso Constitucional
de 1832, tuvo el honor de presidirlas sesiones como su
Presidente. Ministro de la Corte Suprema de la Re-
pública: Codificador, jurisconsulto distinguido, tuvo gran
parte en la organización de su patria. Murió en Chu-
quisaca en 1837.
Alquiza y foronda D. José— Nació en La Paz el
4 de febrero de 1769. Fueron sus padres el maestro
de campo y alguacil mayor de la Inquisición Feliciano
Alquiza y Manuela Foronda, ambos procedían de anti-
guos y distinguidos linajes.
Fue capitán de milicias en 1798, título que le fue
conferido por el rey de España, y regidor del Cabildo
.

Departamento de La Paz 27

desde 1784 o sea caballero 24, cuya vara la compró por


la suma de dos mil pesos.

Contrajo matrimonio con María Josefa Herrera y


Meneses en 2 de marzo de 1783.
Su casa se hallaba situada en la calle Challwahhatu
(mercado de bogas) actual Junín, donde tuvieron' lugar
algunas reuniones secretas de los patriotas, las que
variaban funcionando en unas y en otras, a fm de evi-
tar lassospechas de las autoridades.
Fue pues, un decidido patriota, que continuó en el

seno del Cabildo prestando su apoyo a favor de todos los


movimientos de la revolución.
En los días de la revolución estuvo ausente. El
18 de julio fue designado como uno de los tres adjuntos
que debían reintegrar a la Junta Tuitiva, ese día no
prestó el juramento de estilo por hallarse enfermo, y se
incorporó a los pocos días.
¿Cómo pudo evadir las persecuciones de Goyene-
che en ese ambiente tan hostil a todo separatista? Pa-
rece que su actuación fue tranquila y mesurada sin os-
tentación ni pretensión, por eso se le Wd^mó pacifico.
Suscribió la acta de sumisión a la Junta de Buenos
Aires en 16 de noviembre de 1810, mediante la invi-

tación que había hecho el Gobernador Domingo Tristán


y Moscoso.
Falleció en 181 3. Su esposa dejó de existir en 20
de noviembre de 1820.

Alquíza D. Juan José. Este paceño era hijo de
Pedro Alquiza y María Camina. Casado con Bartoli-
na Cárdenas. Fue un americano desnaturalizado que
corrió al Goyeneche a defender los derechos de
lado de
la tiranía, como capitán de un cuerpo. En 181 1 volvió
a casar con María Josefa Ortiz. Sucumbió en la he-
catombe del año 1814.
28 Diccionario Histórico del

Altamirano D. rrancisco de- Natural de Extre


madura. Era pariente del oidor Diego González Alta-
mirano. Peleó en Pucará el 8 de octubre de 1554
bajo el estandarte real lo que le valió el ascenso a ca-
pitán acordado por la Audiencia Gobernadora, y más
tarde fue comisionado para pacificar a los indios suble-
vados. Concluido su cometido se estableció en La
Paz. El Virey Marques de Cañete nombró corre- le

gidor interino de esta ciudad, de cuyo destino tomó po-


sesión el 15 de septiembre de 1592. Su período fue su-
mamente corto, pues dejó de existir a principios de no-
viembre del mismo año. Fue casado con Dionisia
Vargas, en quien tuvo tres hijos: Manuel, José y Se-
bastián.

Alvarez D. Juan Manuel — Español, no sabemos


desde cuando se encontraba en el país, tenia el grado
de Brigadier y era vecino de la Plata. En esa ciudad
casó con D. María Antonia Sans Merino, marquesa de
casa Palacio, hija de José Sans Merino, natural de Pa-
namá, oidor de esa Audiencia y de Charcas y Ana Ni-
colasa Muñoz chuquisaqueña.
nombró Gobernador Intendente y Co-
Carlos IV le

mandante de armas de esta ciudad, cargo que desem-


peñó desde 15 de julio de 1791 hasta principios de
1793, en que se retiró a Chuquisaca.
Alvarez Pray Prancisco José— Nació en La Paz
el 5 de octubre de 1680. Fueron sus padres Juan Al-
vares Salinas y Agustina Bozo. Muy joven ingresó a
la orden de los dominicos, hechos sus estudios y novi-

ciado en el Cuzco, manifestó precoz talento, que ape-


nas ordenado de sacerdote fue maestro de gramática.
Nombrado prior del convento de La Paz, ejerció su
cargo de 1728 hasta 1737. Religioso activo, trabajó un
nuevo retablo para el altar mayor, todo de cedro, cuyo
Departamento dé La Paz 29

dorado costó tres mil pesos, e hizo otras mejoras. Fue


maestro de novicios, consultor de provincia y después
jubilado. A su regreso del Cuzco ya muy entrado en
años, murió en 1760.
Alvarez Mava D. Ramón— No sabemos si era ar-
gentino o español. Habiéndose creado y establecido el
estanco de tabacos en todas las ciudades del Vireynato,
el superintendente general Francisco de Paula Sans en
20 de febrero de 1786, nombró contador a Alvarez Na-
va, que vino de Buenos Aires juntamente con el fiel
de tercena y almacenes José Díaz de la Serna y el vee-
dor de fábrica de cigarros Pedro Eguren. Gozaba de
sueldo doscientos cincuenta pesos anuales.

Alvarez Villaseñor D. Sebastián.— Este individuo


era vecino de Yungas y tenía sus negocios en coca. Cuan-
do Victorio García Lanza emprendió campaña sobre
Irupana que había levantado bandera por el rey, le acom •

al mando de doce soldados.


paño en clase de capitán y
Desempeñó algunas comisiones de confianza en Chirca
y Chulumani. Lanza al ocupar Chicanoma comisio-
nó a Alvarez Villaseñor, Jacinto Garate y Antonio Le-
caros Velez para que pactaran con el obispo un acuer-

do; pero nada consiguieron. Volvió a conducir un ofi-

cio en el que pedía se le alzara la excomunión con que


había sido conminado, el soberbio prelado anotó de su
puño y letra lo siguiente: tiene raión el que escribe es-
ta carta porque siempre si no es loco todos lo tiene

por tal. Al frente de Irupana aterrado Villaseñor con


lasexcomuniones que fulminaba el terrible obispo La
Santa, flaqueó su ánimo y se pasó juntamente can sus
soldados a las fuerzas que capitaneaba aquel belicoso
prelado el 18 de octubre de 1809. No obstante Goye-
neche le condenó a cuatro meses de prisión y extraña-
miento del partido de Chulumani.
30 Diccionario Histórico del

Amescua SantoyoD. Diego —Natural de Jaén en


España. Era un distinguido comerciante de esta ciu-
dad. El corregidor Luis Nuñez de Vergara,lo llamó de su
teniente, y cuando este funcionario falleció el 4 de agos-
to de 1595, entró a ejercer las funciones de justicia ma-
yor, en cumplimiento de prescripciones legales que así
lo preceptuaban. Ejerció el cargo hasta el 5 de enero
de 1596 en que llegó el nombrado. Falleció en 1599.
Casado con Juana Chirinos, ..o tuvo descendencia.
Andrade D. Bartolomé.— Nació en La Paz el 24 de
septiembre de 1769; hijo del doctor Mariano Andrade y
María Calderón. Enviado por sus padres a la Univer-
sidad de San Francisco Javier de Chuquisaca, hizo allí

sus estudios hasta obtener el grado de doctor en ambos


derechos lo mismo que la toga de abogado. 'Regresó a
su país natal en 1795 y se inició en los principios revo-
lucionarios que debían dar la libertad a la América,
Patriota de corazón tomó parte activa en todos los

trabajos preparatorios de la revolución. En^el Cabildo


de ? de enero de 1809, fue nombrado segundo alcalde
I

déla Hermandad, y prestó el juramento de estilo para


desempeñar su cargo.
Las logias habían resuelto hacer el movimien-
to en la Jueves Santo, con este motivo todos
noche del

los conjurados se hallaban reunidos en los cuatro pun-

tos de la ciudad y la casa de Andrade así como la de los


;

otros cabecillas llena de patriotas. El Gobernador al

recibir la denuncia del plan revolucionario, salió de ron-


da en altas horas de la noche y vio bastante gente en la
casa del doctor. Llamado a la intendencia, lo que pasó
y de que se habló aún no es bastante conocido.
Los revolucionarios seguían en su tenaz empeño para
dar el golpe, preparaban planes, discutían puntos im-

portantes, acordaban toda clase de medidas, asi median-


Capitán Bartolomé Andrade

al pié de la Víriíen del Socavón de Oruro, (tomado de


un cuadro pintado al óleo en 1H12 por Die<;o del Carpió.)
1

Departamento de La Paz 31

te amplia deliberación se acordó el Plan de Gobierno,


en el que se designó Cruz Monje y Or-
a Juan de la

tega para el cargo de Auditor de guerra, y como secre-


tarios Andrade-y Gabino Estrada. Plan que fue apro-
bado después de la revolución en 22 de julio de 1809.
Durante los momentos álgidos de la revolución y
su desarrollo la actuación de Andrade no es bien espe-
cificada ni conocida.

Goyeneche al ocupar La Paz lo hizo tomar preso


y condenó a que fuera severamente reprendido por
le

sus manejos patriotas y suspendido de ejercer la aboga-


cía por seis meses. Su amor a la libertad no le aban-
donó ni un solo instante, y como era soltero, ingresó en
el ejército argentino en 181 1 con el grado de capitán;
se halló enGuaqui, Sipesipe y otras acciones de armas.
Su actuación posterior desgraciadamente nos es desco-
nocida.

Andrade D. Hilarión — Nacido en Yungas, Hijo


del salteño Felipe Andrade. Se hallaba entregado a sus
labores agrícolas en el pueblo de Chupe, cuando con la

revolución de 1809, tomó parteen ella como todos los


hijos del país. Cuando Lanza se dirigió sobre Yungas
contra las huestes de Irupana capitaneadas por el obis-
po La Santa, Andrade como teniente de Manuel Zapa-
ta, se incorporó con su compañía a las fuerzas defen -

soras de la patria, asistió al primer combate del 20 de


octubre, así como a la derrota de Chicanoma del 25
del mismo mes. Conducido preso a esta ciudad, por
sentencia de 28 de febrero de i8iofue condenado al ex-
traílamiento de Yungas y a la limpieza de las calles de
esta ciudad con un grillete al pie. Soportó este bajo
castigo hasta la revolución de 10 de noviembre de 181
en que libre de las prisiones, juntamente con otros pa-
dreóos se incorporó en el ejército argentino.
32 Diccionario Histórico del

Andrade y Portugal D. Grispin.- Nació en Chu-


lumani (Yungas) el 25 de septiembre de 1830. Fueron
sus padres José Luis Andrade y Petrona Portugal, ve-
cinos prestigiosos de La Paz.
Principió sus estudios en 1845 ^^ ^^ Colegio Semi-
nario, recibiéndose de abogado en 17 demayo de 1857
y de doctor en Derecho en 22 de noviembre de 1862.
Agente Fiscal de la Provincia de Larecaja en 1867;
Conjuez permanente; Vocal 3 ? de la i .^ sala del Tri-
bunal de Partido; Abogado del Concejo Municipal; Mi-
nistro de la Corte en 1871. En 1861 Teniente de la
compañía de estudiantes de la Guardia Nacional; jurado
de imprenta en 1863; Munícipe m el bienio de 1864-

1865; Diputado por Yungas ala Constituyente de 1871,


abandonó su puesto por el atentado de Morales; Oficial
Mayor de Instrucción Pública en 1872, Munícipe en
1877; Auditor de Guerra en 1881; Senador por el De-
partamento del Beni en 1882 y Senador por La Paz en
1885.
Su preocupación principal fue servir a la instruc-
ción popular y lograr su progreso con este motivo salie.

ron de su ilustrada pluma libros útiles de los que men-


cionaremos algunos: Tratado de Versificación Castellana^
Proyecto de Reglamento orgánico de Instrucción y educa-
ción popular^ Ateneo Industrial, La Universidad, La Es-
cuela primaria, La Municipalidad^ etc. Puede afirmarse
sin hipérbole que ha sido el primer educacionista boli-

viano. Regentó con marcada utilidad los profesorados


que desempeñó en el Seminario, Colegio de Artes, Aya-
cucho, enseñando Matemáticas, Ciencias Naturales, Li-
teratura, etc. No llegó a ocupar elevados puestos por
su modestia y desinterés. Murió el 11 de agosto de
1889, en ejercicio de la Senaduría.
Departamento de La Paz 33


Ansiada D. Prancisco Nacido en Montevideo
[Uruguay] el 4 de noviembre de 1788. Militó en las
filas realistas. En 181 5 fue miembro del tribunal que
condenó al patriota Ángulo. En 1819 teniente coronel.
Después de Ayacucho logró captarse la voluntad del
héroe de esa jornada, uno de los fundadores del ejér-
cito boliviano, jefe de un cuerpo cuando Santa Cruz se
dirigió al Perú a implantar su ambicionada Confedera-
ción. Su heroico comportamiento en la batalla de Ya-
nacocha [13 de agosto de 1835] ^^ valió su ascenso a
General de Brigada en el mismo campo de la victoria.
Continuando la campaña, en Uchumayo, le salió fallida

la sorpresa nocturnaque le encomendó Santa Cruz.


En la batalla de Socabaya (7 de febrero de 1836) man-
daba el ala derecha del ejército unido, en que fue de-
rrotado el jefe peruano Salaberry. Presidió el conse-
jo de guerra que condenó a muerte a este ilustre jefe
y otros militares distinguidos. En 1839 desempeñó la
Intendencia de Policía de La Paz, y mediante su
actividad se construyó el puente de Yanacocha so-
bre el río Chuquiyapu en cuatro meses. Laborioso y»
activo persiguió a los vagos, viciosos y mal entreteni-
dos. Falleció el 16 de julio de 1839, con una atrofia
al corazón a la edad de 48 años.
Su esposa María Mercedes Goyeneche murió en 11
de mayo de 1838.
Ángulo D. Diego de— Este capitán español, vino
con su hermano Pedro por el año 1681;; pero no sabe-
mos con que oficio o colocación. Casó con María Ca-
brera en quien tuvo a Carlos y Bartolina. Carlos ob-
tuvo el corregimiento de Omasuyos en 1750 y Bartoli-
na casó con Machicado.
Agustín Fue secretario del
corregidor Argandoña. Murió en 1749.

Antezana fray Miguel Español. Religioso do-
minico que fue prior del convento de S. Jacinto de esta

5
34 Diccionario Histórico del
ciudad en 1650. Fraile muy activo y laborioso que
para ensanchar los claustros de su convento, así como
para proveer de agua a la casa, de que carecían y po-
ner una fuente en medio patio principal, tuvo que hacer
debastar una gran punta de cerro, lo que da a conocer
evidentemente que antes de la fundación de la ciudad
el terreno era muy accidentado, lleno de montículos,
y la única parte plana era la de Churubamba. EIP.
Antezana consiguió su objeto, hizo poner la cañería
para conducir el agua; pero la pila de piedra, no te-
nía nada de notable.
Antunes D. Prancisco de— Embajador de las
Cajas Reales desde 1609. gozaba el sueldo de 300 pesos
ensayados anuales,
Aparicio D. Sebastián— Nacido en la villa de Pu-
no, hijo de Juan Aparicio y Antonia Averanga. Muy
niño le ciudad, en la que ya
trajeron sus padres a esta
se habían radicado otrosmiembros de esa familia como
José Aparicio casado con Felipa Camina que tuvo a su
hija Antonia Manuela en 13 de agosto de 1754; Este-
ban, -hijo de Pedro Aparicio y Petrona Torres, casó
con Feliciana Salas.
Sus padres le destinaban á la carrera de los alta-
res, con este motivo hizo sus estudios en el Colegio ca-
rolino de esta ciudad; pero él no se inclinó al clericato.

Contrajo matrimonio con Vicencia Giraldo, hija de


Leandro Giraldo y Gregoria Olabarrin en 12 de febre-
ro de 1799; fruto de este enlace fueron Bruno que na-
ció el 6de octubre de 1800, Bartolomé el 25 de agosto
de 1802 y José Manuel el 10 de abril de 1806.
Su ocupación ordinaria era el de pendolista. Era
muy populachero y de gran influjo en la plebe que lo
llamaban el Talaco. Decidido partidario de las ideas
revolucionarias cuando en las juntas discutieron el

*'Plan de Gobierno", acordaron unánimemente darle


DEPARTAMENTO DE LA PAZ 3g

el cargo de secretario con 500 pesos de sueldo. En la

noche del 16 de julio de1809 e^i unión de Manuel Cossío


fue la personificación de la multitud en llevar la pala-
bra ante el Cabildo pidiendo todas las indicaciones ¿he-
chas por el pueblo, lomismo hizo en la tarde del 18 del
mismo mes en que se declaró la guerra á Puno. Nom-
brado Secretario de la Junta Tuitiva permaneció en sus
funciones hasta la disolución de esa corporación.
Debelada la revolución en el fracaso de Chacalta-
ya y Chicanoma, buscó abrigo en los bosques de Yun-
gas. Fue condenado al presidio de las islas Filipinas
por diez años.
Después de la victoria de Aroma (15 de noviem-
bre de 181 i) alcanzada por la fuerza patriota cochabam-
bina, apareció á respirar el aire de la libertad; más la

derrota de Guaqui, le llevó proscrito i las playas ar-


gentinas, donde soportó toda clase :de privaciones )• su-
frimientos lejos de su familia, y sus tres niños sin pan
ni abrigo.
Consumada la Independencia en la jornada de Aya-
cucho (9 de diciembre de 1824), regresó al seno de su
familia y en 1826 fue nombrado Secretario del Cabildo.
Falleció en 1830.
Su hijo Bruno, siguió la carrera militar. En 1832
era ayudante mayor del batallón 4° .

Aparicio D. Miguel fermin Nació en La Paz el


, —
20 de septiembre de 1790. Fueron sus padres Esteban
Aparicio y Feliciana Salas.

Cursó su instrucción en el Convento de S. Francis-


co, adquiriendo instrucción bastante para esos tiempos
de conflicto y penalidades para los americanos.
Terminada la guerra en los gloriosos campos de
Ayacucho, el gran Mariscal Antonio José de Sucre por
Decreto de 9 de febrero de 1825, convocó una Ásam-
36 Diccionario Histórico del

blea Deliberante, que reunida en Oruro, determinase


sobre la futura suerte de las provincias del Alto Perú.
El 31 de marzo del mismo año los 28 miembros del
colegio electoral hicieron la elección de los diputados,
siendo uno de ellos Aparicio que bien lo meiccía j^^^ su
patriotismo y honradez.
Instalada la Asamblea en Chuquisaca el 24 de ju-
nio, los representantes se preocuparon de dar al Alto
Perú autonomía propia, sin dependencia de ninguna
otra nación. El 18 de julio principió la discusión so-
bre la magna cuestión, hasta que después de largo de-
bate la mayoría de votos fue en el sentido de nación
libre é independiente, soberana, desligada del Perú y
Buenos Aires, siendo el voto de Aparicio p-^r h mayo-
ría. El 6 de agosto, se proclamó solemnemente la in-

dependencia, naciendo la República Bolívar para en-


trar en el conculco de los pueblos libres. Aparicio
siguió prestando su patriótico concurso á todos los actos
legislativos hasta su clausura que tuvo lugar el 6 de
octubre.
A los tres años falleció en su ciudad natal.

Apasá Julián — (Tupajh) Natural de Ayoayo en


la provincia de Sicasica. Hijo de un sacristán de ese
pueblo y cuyo oficio también había desempeñado en
su mocedad y mas tarde el de panadero. Habiendo
interceptado unas cartas dirigidas a Tomás Katari por
Tupajh Amaru jefe de la insurrección del Cuzco, tuvo
la habilidad necesaria para explotar la credulidad de sus
compatriotas haciéndoles consentir que aquellas cartas
eran dirigidas a él, desde entonces tomó el nombre de
Tupajh Katari y se denominó Virey del Perú, ponién-
dose a la cabeza de la sublevación general.
A su voz la insurrección en breves días cundió en

todas las provincias de La Paz, cuyo objeto principal era


1

El sitio (le La Paz por Tiipaj Kataii en el año 1781, gran cuadro pintado al oleo que se conserva
en la biblioteca
Municipal.
Departamento de La Paz 37

sacudir el yugo de la dominación española y hacer pe-


sar sobre la raza blanca las venganzas más sangrientas
en cambio de las bárbaras atrocidades cometidas por
aquellos, desde el principio de la conquista. Katari
principió a ejercer sus funciones de Virey, ordenando
la proscripción de todo español de cualquier edad, es-
tado, sexo o condición, y aún de aquel que a imitación
de aquellos usase camisa. Trató de resucitar las cos-
tumbres de sus antepasados, como la de tener sus reu-
niones o juntas en la cumbre de los cerros, no comer
pan, ni beber agua de las fuentes públicas; ordenó el
y rechazó la religión de sus verdugos man-
culto del sol
dando no se quitaran las monteras ni dentro de los tem-
plos.

Con estas disposiciones que eran inmediatamente


cumplidas, la sublevación se extendió rápidamente
desde el Cuzco hasta Tucumán. El terrible caudillo
a la cabeza de ochenta mil guerreros se dirigió contra la

ciudad de La Paz, cuya defensa había sido confiada al

brigadier Seguróla, y la cercó el 15 de marzo de 1781


privándola de toda comunicación exterior.
Los sitiados se vieron en la más crítica situación,
por no ofrecer la ciudad grandes recursos de gente, ni

de armas, por lo que se vieron obligados a levantar


trincheras en radio pequeño resignándose a una catás-
trofe casi segura.

Apasa en la idea de aniquilar por completo la

ciudad, hizo el trazo de una nueva en el alto de Potosí,


donde estableció su campamento, en él tenía su igle-
sia, palacio, Cabildo y cárcel, todo formado de toldos,
así como sus respectivos rollos y horcas. A la vista
del vecindario o sea en la ceja se hallaban colocadas
horcas elevadas capaces de contener los cadáveres de
los españoles sacrificados a su furor, y, a fin de que sus
38 Diccionario Histórico del

triunfos fueran festejados con más algazara hizo llevar


las campanas de San Pedro.
Estableció una especie de corte compuesta de cua-
tro oidores que llevaban por distintivo una banda cru-
sada al pecho, dos capellanes, Isidro Escobar, ayudante
de Palca y Julián Bustillos de Pucarani, un secretario
que lo fue Bonifacio Churquimamani, que cambió su
nombre por elde Manuel Clavijo, este firmaba y des-
pachaba las comunicaciones. Los cuatro oidores te-
nían sus atribuciones especiales; el primero corría con
la venta de la coca, el segundo custodiaba los espolies
de guerra, el tercero se hallaba a cargo de la plata la-
brada, oro y alhajas, y el cuarto hacía la distribución de
los víveres. No era permitido hablar el español sino
solamente el aymara.
La lucha principió con un encarnizamiento sin
ejemplo, y la sangre americana mesclada con la espa-
ñola corrió a torrentes en las provincias y en los al re-
dedores de la ciudad. Empleaban armas de fuego que
pudieron obtener, cañones, flechas con pelotones de
lana encendida, cohetes que conducían candilejas en-
cendidas, envoltorios con lienzo de fuego y pólvora,
que disparaban con sus hondas, granadas de mano que
disparaban por medio de sus cañones contra los forti
nes para hacer balancear sus trincheras. Redujeron
a cenizas todos los edificios que estaban fuera de las
trincheras, oradaron las paredes de las casas quemadas
y por medio de la zapa lograron acercarse al centro de
las operaciones; la incesante gritería de miles de com-

batientes y el continuo sonido de sus trompetas (putu-


tus) tenían aterrorizados a los sitiados; el fuego no ce-
saba ni de noche, y hubieron días de tan tenaz
de día ni

ataque que los sitiados se consideraron perdidos. Si-


mularon combates con españoles por ver si por este
medio podían arrancarlos de su centro y tomarles por
Departamento de La Paz 39

asalto mediante sus emboscadas, no les desalentaba la

mortandad horrorosa de sus compatriotas que sucum-


bían por centenares. Valor, abnegación, heroísmo to-
do les sobró, en fm, el amor a su libertad escogitó los
medios y arbitros que pudiera haber inventado la na-
ción más adelantada y perspicaz.

Mientras tanto los sitiados se hallaban en el último


extremo por falta de víveres, la peste y el hambre pro-
dujeron sus terribles efectos, no habiendo tiempo ya
para enterrar los cadáveres.
El 3 de abril dirigió el jefe insurrecto su primera
intimación, cuyo documento es muy sujestivo, decía:

"Que estando a la cabeza de veinte mil indios había


resuelto sacudir de todo lo que oprimía y la tiranía
le

de las autoridades, y que si se rendían tendrían las ga-

rantías necesarias los sacerdotes y monasterios'', y con-


cluía el oficio con estas frases: ^Siendo mi único ánimo
cortar el mal gobierno de tanto ladrón que nos roba la
miel de nuestros panales*.
La Paz estaba a punto de sucumbir, el general Ig-
nacio Flores que se había puesto en marcha desde Bue-
nos Aires a la cabeza de tres mil hombres en socorro
de la ciudad, tardó mucho en llegar a consecuencia de
haber tenido que transitar por pueblos sublevados.
Sabedor Katari de su marcha y dejando encomen-
dado el cerco a su mujer Bartolina Sisa se puso en ca-
mino con cinco mil hombres, y en Calamarca le presen-
tó batalla a Flores, apesar del valor incomparable de los
suyos fue derrotado y vencido, perdió su caballo y tuvo
que trasladarse a pie hasta los altos de Sapahaqui desde
donde se dirigió a su campamento del alto.

El general Flores se presentó en la ceja que domi-


na la ciudad el día 30 de junio a las cuatro de la tarde,
Apasa había abandonado su campamento, los sitiados
40 Diccionario Histórico del

se llenaron de regocijo y cesó el hambre con los víveres


que hizo internar el general.
Muchos indios abandonaron las filas de Katari pa-
ra implorar el perdón, entregaron a su mujer a los es-
pañoles; pero la maza principal de los sublevados se
mantenía firme para la lucha.
La deserción en las filas del general Flores le obli-
gó a retirar su campamento a la Ventilla y después
alejarse.
Siguió pues el sitio con las mismas peripecias que
la vez primera, y la furia de los indios ya no respetaba^
nada, el convento franciscano fue saqueado y después
incendiado.
Alentados los indios con la suerte que habían he.
cho correr a Sorata, trataron de hacer lo propio con La
Paz, con este objeto, a la un
legua, cabecera del río en
lugarnombrado Purapura, en el que el río se encajona
en medio dedos cerros, teniendo por repaldo un gran
remanzo: allí represaron el río cuyas aguas serpentean
por media ciudad. Esta represa tenía^ cincuenta varas
de altura, cientoveinte de largo, trece y medio de an-
cho, con doce varas de profundidad en los cimientos.
Hacían algunos días que los vecinos notaban que
el agua iba turbia, así como por los avisosque tuvieron
no dudaron de la suerte que les esperaba. En efecto,
en medio de estas angustias el 12 de octubre a las once
de la noche oyeron el ruido lejano y el impulso aterra-
dor del agua que por minutos se iba aumentando, lle-

nando con su ronco sonido el terror y el espanto en to-


dos los corazones que no sería posible describir: las an-
gustias, la agonía, lágrimas, sollozos, y clamor de ma-
dres, padres, esposos, hijos, etc. Como había reven-
tado antes de' tiempo cargando con los trabajadores, no
causó mayores estragos; pero fue espantosa la inunda-
ción y los perjuicios incalculables, subió en algunas
Departamento de La Paz 41

partes veinte varas, de manera que superando el agua


los tres puentes de piedra maltrató en gran manera los
de San Sebastián y las Recogidas, y se llevó del todo el
de San Francisco, causando la ruina completa de todos
las casas ribereñas al río, ocasionando lamuerte de un
hombre y una mujer que se hundieron juntamente con
una casa, gracias a la posición topográfica de la ciudad
no ocasionó su total ruina.
Horrorizados los habitantes con este acontecimien-
to y de que se sucedieran otros iguales puso a los sitia-
dos en la cruel situación de abandonar la ciudad o per-
manecer expuestos a una horrible catástrofe, optando
por este último partido.
El mando del ejército destinado a la defensa de La
Paz había sido confiado al Teniente Coronel José Rese-
guin, quien a la cabeza de siete mil soldados se puso en
viaje a marchas forzadas. Al saber esto mandó Tu-
pajh-KataFÍ a sus generales Diego Guispe y Juan de Dios
Muyupuraca a situarse en el pueblo de Yaco, con orden
que desde allí pudieran arrojarse sobre Oruro tan lue-
go como pasase Reseguín a Sicasica; más éste informa-
do de las intenciones de los indios, marchó sobre Yaco
con dos mil hombres con la idea de sorprenderlos, no
tuvo lugar la sorpresa, aceptaron los indios el combate
en que fueron completamente vencidos con pérdida de
trescientos de ellos. El vencedor entregó el pueblo' a
las llamas, regresó a su campamento y en seguida se
dirigió a La Paz.
La ciudad se hallaba en situación crítica, en los se-
tenta y cinco días de sitio se habían agotado los recur-
sos, ya no teman víveres sino para unos cinco días.
El 15 de octubre Reseguin rompió el cerco y se presentó
en I2 ceja del Alto, Andrés Tupajh-Amaru derrotado se
dirigió a las Peñas y Katari siguió en su campamento
de Pampjasi.
6
42 Diccionario Histórico de l
Después de un descanso de tres días continuó Re-
seguin en sus operaciones militares. Aprovechando de
la ausencia de Tupajh-Katari que se había dirigido a las
Peñas a conferenciar con Tupajh-Amaru; dividió su
ejército en cuatro columnas, atacó a los insurrectos en
el campo de Pampjasi, los indios disputaron la victoria
palmo a palmo; cubriéndose el campo de batalla de ca-
dáveres y lagos de sangre; pero privados de su jefe ce-
dieron, entregándose a la fuga.
Después de esta acción de armas decayó el ánimo
de los indios. Miguel Bastidas, Tupajh-Amaru implora-
ron el perdón que les fue concedido, Katari huyó hasta
Achacachi. Reseguin apesar de estar postrado en ca-
ma se hizo conducir en parihuela al pueblo de Peñas,
donde fue recibido en medio de las aclamaciones de más
de veinte mil indios que días antes maldecían su nom-
bre.
Tupajh Katari hacía esfuerzos supremos en Acha-
cachi para sublevar la indiada, Reseguin que no había

podido vencerlo por la fuerza de las armas, se valió de


la intriga para su captura, entró en relaciones secretas
con Tomás Sisa López íntimo amigo de Katari, mer-
ced a la perfidia de éste logró el capitán Ibáñez sorpren-
derlo y tomarlo preso en el punto de Chinchaya.
Francisco Tadeo Diez de Medina recibió la comi-
sión de formarle proceso, juzgarle y condenarle. A mé-
rito de la sentencia dictada el 15 de noviembre de 1781,

en la plaza de Peñas fue destrozado vivo, al impulso de


cuatro caballos, se le cortó la cabeza, la que fue envía.
da a la y sus miembros fueron descuartizados y
ciudad,
distribuidos en diferentes puntos. Sentencia que re-
cuerda los tiempos bárbaros.
Katari era mozo como de treinta años de edad, de
instintos malos, lúbrico y entregado a la beodez. Había
cambiado su traje de indio tomando otro español lujoso,
Departamento de La Paz 43

camiseta de terciopelo negro, espadín y bastóri. Ma-


drugaba muy temprano, recorría el campamento con re-
gio acompañamiento de los suyos, en seguida se senta-
ba a la mesa donde le ponían veinte o treinta platos ex-
quisitos guisados por negras y negros prisioneros, du-
rante la mesa le tocaban clarines y otros instrumentos
musicales.

Como indicamos tenía su templo provisional no fal-

taba ni la custodia ni el órgano. Frente al altar tenía


dispuesto un sitial con dos sillones y sus respectivos co-
jines para él y su mujer, los lados laterales eran ocupa-
dos por los oidores y los embajadores. Durante la mi-
sa sacaba de cuando en cuando un cajoncito de plata y
aplicaba al oido y volvía a cerrar haciendo comprender
a los indios que tenía revelaciones secretas celestes.
Terminada la misa se salía del templo dando bendicio-
nes y haciendo besar su mano.
Por la noche recorría otra vez el campamento y en
seguida se entregaba a la lubricidad buscando indias jó-
venes de su satisfacción, y terminaba su ocupación dia-
ria con la visita a los sacerdotes prisioneros, aquienes

los ultrajaba, reprendía y amenazaba con la muerte.


Cuando al recorrer el campamento encontraba en
los rollos bastantes cabezas de españoles, con su espa-
dín les hería en los ojos y otras partes pronunciando
palabras de odio y venganza. Con los suyos fue hasta
cruel pues que castigaba con pena de cincuenta y has-
ta cien azotes a los que no combatían con valor, y mu-
chas veces les condenaba a la horca.

Aponte D. Benito- — Este maestre de campo espa-


ñol al radicarse en La Paz contrajo matrimonio con Jo-
sefa Soto en 1775. Llegó a ser un vecino de conside-
ración y, desempeñó el delicado cargo de alcalde ordina-
rio en 1777 y el de primer voto en 1779. En la subie-
44 Diccionario Histórico del

vacióp de indios de 1781, prestó importantes servicios


en ¡a defensa de la ciudad. Feileció en 1790.

Apumaita. Hermano del emperador Yawarwakah.
Soberano de carácter indeciso, renunció la dirección de
la guerra y la confió a su hermano, el cual sometió a

los rebeldes de Arequipa y Moquegua. El Generalísi-


mo conquistó en laChinchasuyo a los Atacamas
región
y en Collasuyu grandes provincias, aunque con algu-
nas dificultades, como los Carangas, Lípez, Chichas y
Amparas y demás pueblos que habitan al oeste de los
Charcas.
Los pueblos conquistados que comprendieron el ca-
rácter pusilánime de Yawarwakah trataron de sacudir
su yugo. Los chuquiapus fueron los primeros que
enarbolaron la bandera de la insurrección encabezados

por su noble y prestigioso caciqu'e Tintuyo. El Inca


envió a su hermano Apumaita a la cabeza de tres mil
hombre a castigar el levantamiento. Los insurrectos
se fortificaron en el cerro de Jichucollo (colina de paja)
en las alturas de Chacaltaya y esperaron resueltos y
animosos a las fuerzas enemigas.El general cuzqueño

les atacó con denuedo, y después de un sangriento com-


bate los rebeldes fueron completamente vencidos. El

vencedor perdonó generosamente a los enemigos, hizo


poner en orden la población y regresó al Cuzco.

AracejoD. Báltazár de. Natural de Galisia. Es-
te maestre de campo vino nombrado corregidor de una
de nuestras provincias en 1752, Estos funcionarios
obtenían esos cargos ante la corona mediante el favoritis-

mo salían de España cargados de deudas, se proveían en


la capital del Vireynato de artículos que tenían que re-

partir á sus subordinados á un precio exagerado; y me-


diante el sudor de los pobres indígenas se volvían ricos,
y concluido su período se radicaban en las grandes ciu-
Departamento dé La Paz 45

dades á gozar el fruto de sus latrocinios, así le vemos a

este general radicado en La Paz mereciendo toda clase


de consideraciones hasta haber alcanzado el cargo de
alcalde ordinario, que en esos tiempos fue de miucha
consideración.

Aragón D Bernabé Pelipe de— Nativo de uno de


los pueblos de Aragón. Vino nombrado corregidor deLa
Paz, de cuyo destino tomó posesión en 1685. De su
esposa Bernabela Jacinta Rocha tuvo en esta ciudad a
su hija Gregoria, nacida el 12 de marzo de i6c6. Fue
uno de los corregidores más populares de la era colonial.
En 1687 en unión de los alcaldes ordinarios capitán Bal*
tazar Alonso y Astorga y Gaspar de Adrazona que tam*
bien llegaron á ser sus compadres se preocupó del aseo
de la población y a él se debe el arreglo de algunas ca*
lies. Dejó el puesto en 1689. En 1690, fue alcalde
ordinario, de primer voto. Falleció en 1697.

Aragón D. Luis— De nacionalidad Fue


francesa.
easado con Juana Orihuela de quien tuvo á Clemente
en 5 de septiembre de 1738. No sabemos conque ob-
jeto se estableció en La Paz, pero le había costado dos-
cientos pesos su permanencia en el país, y aún no es-
taba muy seguro porque un pequeño chisme ante la
Inquisición le hubiera costado la vida y la pérdida de
sus bienes si es que los tuvo. La corte de Madrid no
permitía extranjeros en sus colonias con fines muy cal-
culados.
Aragón D. Rudecindo— Este joven paceño, era
hijo de Nicolás Aragón y Juliana Isquierdo. Su actua-
ción por la libertad de su patria debió haber sido muy
sobresaliente con Lanza en el partido de Yungas, cuan-
do fue excomulgado por La Santa. Arma con que
creyó asustar á los patriotas el sostenedor del absolu-
tismo monárquico. Tenia su casa en el barrio llama-
46 Diccionario Histórico del

do entonces de las Alturas de S. Francisco, y era muy


poblada de la clase mestiza, a los que estaba encar-
gado de moverles y organizarles en la tarde de la revo-
lución.
Arámburo fray Esteban de —Natural de Villa-

nueva de la Jara. Religioso franciscano de la provin-


cia de San Antonio de los Charcas. Secretario del pro-

vincial Juan Carlos deArámburo con quien probablemen-


te tenía relaciones de parentesco. En 171 3 guardián de
la recolección de Chuquisaca. En su carácter de se-
cretario había conocido los pueblos de Caupolican y vis-
to sus necesidades pidió licencia al Virey para levan-
tar una casa para misioneros enfermos, concedida que
le fue la licencia, reunió quince mil pesos con los que
compró ganado y otros útiles y se dirigió a esas regio-
nes. Reunió treinta y dos familias con las que fundó
el 4 de mayo de 1920 con el nombre de Santa Cruz del

Valleameno, a siete leguas de Pata y cinco y media de


Apolobamba. Permaneció dos años entre sus queridos
neófitos, a quienes tenía un cariño extremado y les en-

señó todo lo necesario para la vida. Nombrado guar-


dián del Convento de esta ciudad, dejó esas apartadas
regiones. En 1740 pasó a desempeñar el elevado car-
go de provincial. Sus atenciones se dirigieron con pre^
ferencia á las misiones y en ese mismo año con fondos
provinciales convirtió^su amada Santa Cruz en casa cen-
tral, enfermería y colegio de lenguas de misiones. Su
infatigable constancia en el cumplimiento de sus debe-
res y don de gobierno le captaron otra vez el cargo dé
provincial. Murió en una edad muy avanzada,
Aranda D.üuan Ignacio de.— Natural de Zaragoza.
Este caballero tenía el grado de licenciado y residió en

Lima. Elmarquez de Cañete le nombró corregidor in-


terino de La Paz el 13 de diciembre de 1558. El Cabil-
Departamento de La Paz 47

do de este año se preocupó demasiado del mejoramien-


to de la población y secundado eficazmente por Aranda
principiaron obras de utilidad pública; se abrieron los

cimientos para la casa pretorial la que quedó concluida


después de algunos anos. En la plaza mayor cuyo trazo
había sido hecho por el ingeniero Panlagua se levantó
el edificio bastante regular para esos tiempos.
Su frente principal que daba sobre la Plaza Mayor,
donde estaba situado el mercado público, constaba de
trece portadas de piedra en su piso bajo, sobre las que
se levantaba un largo corredor sosteniendo diez y seis
portadas también de piedra; pero más pequeñas con su
balaustrada de madera coronado por un rojiso techo.
Las pocas y estrechas ventanas estaban cubiertas
de trasparente berenguela, que en aquellos tiempos su-
plía a los cristales, sus largos salones blanqueados de
yeso tenían de trecho en trecho ropajes de una tela ro-
ja, á menera de cortinajes que pendían de orlas dora-

das.
El salón principal contenía los^retratos de los reyes
de España en grandes cuadros con marcos dorados: se
veía el del ambicioso Carlos V, el del fanático Felipe
11, el del III, el del corrompido
holgazán Felipe Felipa,
IV, y el y supersticioso Carlos II, colocados
del débil

en distancias proporcionadas. Las sillas canapés y


mesas de madera de cedro primorosamente labradas y
doradas.
El salón de sesiones del Cabildo, algo más peque-
ño que el anterior. Los asientos destinados á los
miembros del regimiento, eran grandes sillones con res-
paldones dorados, distinguiéndose en la del Presidente
las armas de Castilla; una colosal mesa, cuyos pies re-
presentaban las garras de un león, tenía un tapete ro-
jo de tela ordinaria del país; sobre la mesa había un
48 Diccionario Histórico del

gran candelero de barro cocido con su gruesa vela de


cebo, para ser encendida á su tiempo con un tizón; un
tintero también de barro contenía el líquido fabricado
de alcaparrosa por los activos amánuences
y algunas
plumas de ave hábilmente tajadas a gavilán y medio
gavilán constituían todo el menaje de esa soberbia se-
cretaría, sus pisos estaban completamente desalfombra'
dos, solo se veían delante de los asientos pequeñas ti*
ras de burda alfombra trabajadas en el país. Allí esta*

ba guardado el Estandarte Real.


Los demás departamentos, como la habitación del
Corregidor, etc, tenían por únicos muebles bancos tos-
cos de madera, focrados con suela conocidos con el nom-
bre de escaños y tiras de estera para abrigar los pies.
El comedor tenía su servicio de barro conocido en
los principios, siendo reemplazada después con bajillas
de plata.
Nos olvidábamos: lo que no debía faltar en ningu-
no de sus aposentos incluso el salón de sesiones, {era la

imagen del Crucifijo. Tal era la morada de los so-


berbios funcionarios de la colonia.
El frente y los laterales de dos pisos se dice que
las prisiones de la cárcel ocupaban todo el interior del
edificio laque estaba construida sobre sólidas bóvedas.
La escalerade subida al segundo piso a la izquierda de
la entrada. Las tiendas de los portales eran ocupadas
por sastrerías generalmente, cuyos alquileres estaban
destinados al Hospital de S. Juan Evangelista.
Aranda gobernó hasta el 15 de mayo de 1560. No
se sabe la fecha en que murió.
Aranzaes D. Esteban de.— Nacido en Arequipa,
hermano del doctor Buenaventura, abogado de laJAu-
diencia de Lima y asesor perpetuo del Cabildojde esa
ciudad. Sus padres le dedicaron a la carrera médi-
Departamento de La Paz 49

ca; pero asuntos de familia le obligaron a dejar sus es-


tudios. Compró el cargo de Notario Mayor que lo
desempeñó algún tiempo. Actuó en el juicio que le
siguió la curia al clérigo patriota Figueroa. En sus ano-
tacionesdice: "que el Dean Zarate, encargado del go-
bierno de la Diócesis tuvo largas conferencias con el

canónigo Vidaurre, sacerdote de saber, en las que la-


mentaban profundamente de la conducta del Obispo
que se había constituido en coronel de las fuerzas de
Irupana, que había desmoralizado al clero convirtiendo
a los curas en capitanes y que había lanzado excomu-
niones sin meditar sobre ellas". Zarate, agrega: aira-
do arrojó sobre su mesa el pliego de censuras enviada
por el En 1814 salvó la vida del español In-
Obispo.
fanson, ocultándole en una alacena y cubriendo con el
cuadro de una imagen. Dejó el puesto y trabajó las
minas de Chungamayo, siéndole adversa la fortuna.
Murió en 1822.
Arcaide D. Cristóbal. — Natural de Galbe en Ir-

landa; fueron sus padres Eduardo Arcaide y María Lin-


ce. Casó con María Susana de Goytia. Fue uno de
lospoquísimos extranjeros que se encontraban en esta
ciudad durante la dominación ibérica. Fue de profe-
sión relojero, honrado y cumplido. Estaba encargado
del reloj del público, de aquel viejo reloj que en la no-
che del 16 de julio de 1809 debía marcar la hora precisa
de la terminación de la servidumbre.
Ardiles D. José Toribio,— Arequipeño. En esta
ciudad casó con Josefa Málaga. En la reunión de no-
tables, aparece como principal vecino, suscribe el año
181 1 la sumisión a la Junta de Buenos Aires, y en
otras posteriores.
Arce y de Lávela Sor María. Ilustre matrona de —
Madrid, esposa del oidor Alonso de Meza y Ayala. Ha-
biendo quedado viuda tomó el hábito de religiosa en el
Convento de la Concepción de Lima, lo mismo que su
7
$0 Diccionario Histórico del

hija María de Mesa. Estas dos monjas vinieron en


1670 enviadas por el Virey conde de Lemus a fundar
el monasterio de las Concepcionistas.

En 1648 el obispo Castro presentó al rey la nece-


sidad que habia de fundar un monasterio de monjas
por no existir ninguno en la ciudad, ni en ochenta leguas
al contorno y pidió licencia para fundarla, petición que
le fue negada.
Posteriormente volvió a instar alegando que se ha-
bia logrado reunir treinta mil pesos. El soberano no
obró de pronto, más el sucesor del obispo Castro, Mo-
lina insistió en el asunto y logró que Felipe IV por cé-
dula de 18 de septiembre de 1662 otorgara la licencia
para la fundación de un monasterio de Santa Clara o
<3e otra orden donde pudieran recojerse Jas doncellas
huérfanas de menos caudal.
El 8 de diciembre de 1663 se procedió a la funda-
-ción dei Convento con el nombre de la Purísima Con-
cepción que le dio el obispo Molina; acto que se realizó
en Santo Domingo con asistencia de ambos Cabildos y
el pueblo.

año siguiente en 20 de junio estando la Diócesis


El
en sede vacante por muerte de Molina, se reunió el
Cabildo con asistencia del rector de»los jesuítas, para
tratar del sitio en que se construiría el monasterio, y
se acordó que sería en las casas de Clara Torres y Var-
gas, viuda de Andrés de Cárdenas, incluyendo en ella

si fuera necesario las demás siguientes hasta la piedra


de la paciencia, pagando el importe a sus dueños. Se
comprometió el corregidor Gamboa a allanar todo in-

conveniente, y así lo efectuó abonando treinta mil pe-

sos por aquellos predios, suma proveniente de algunas


limosnas y se dio principio a la fábrica con los cincuen-

ta mil pesos que dio Alonso Vásquez de Terrazas.


DEPARTAMENTO DE LA PAZ $1

A los la obra algo abanzada y


cuatro años se tenía
llegaron las fundadoras a losque se agregaron Melchora
Acero, Isabel Peralta, Juana Aguilar, Francisca Cas-
tro, Lorenza Diaz del Castillo, María Pnblete y Luisa
Soldán Dávila. Fue reconocida como su primera aba-
desa María Arce de Lavega.
La fabricación del templo de una sola nave cons-
truida de piedra bruta y cal, con techo de madera, te-
nía dos torres, la una de ladrillo y la otra de piedra esta
cuadrada algo chata; dos puertas que daban sobre la

calle Real (actual Teatro) sobre la una esta inscripción:


'*Ave María Purísima sin pecado concebida'* y en la
otra: "Se acabó el año 1763". El frontis no ostentaba
arquitectura de ninguna clase, columnas raquíticas al

lado de las puertas constituían todo sus adornos. El

interior del templo tenía sus altares de madera de ce-


dro primorosamente dorados. Las monjas tenían dos
coros: el que daba sobre el presbiterio de dos pisos
aislados por rejillas de hierro, el que tenía frente al

altar también de dos pisos, el inferior aislado por rejas

de hierro y el superior por madera, este era destinada


para las cantoras.
El monasterio bastante espacioso: el claustro prin-
cipal sin duda el único que se trabajó, era cuadrado de
dos pisos, el inferior con arcadas de piedra y el supe-
riorigualmente, pero con portadas más pequeñas y con
una fuente de berenguela en su centro. Las celdas
eran muy pequeñas y el resto del edificio lleno de ca-
llejones estrechos y sucios, promontorios de tierra, y
hacinamiento de casitas sin orden alguno, lo que da a
conocer que se conservaron los edificios primitivamente
adquiridos de casas pequeñas.
Desde 1665 tuvo el monasterio de entradas ya por
imposiciones censíticas, y por dotes, doscientos no*
$2 Diccionario Histórico del

venta y cinco mil trescientos pesos. Habiendo ingre-


sado como dotes desde 1773 hasta 1821 la suma de no-
venta y cinco mil seiscientos pesos. Tienen propie-
dades valiosas. La fundadora y primera abadesa fa •

lleció en 1667.
En este monasterio desde sus principios existieron
multitud de seglaras y^criadas, teniendo cada monja tres
o más sirvientas. Tenían boliches, fandango, música
y bailes; disfrasándose en el carnaval, en fin, seguían
en todo las costumbres del pueblo.
Arce D. José Agustín. — Natural de Buenos Aires.
Hijo de Ramón Arce y Lamadrid y Mónica Cerqueira
Paes y Quiroga. Estudió en la Universidad de Córdo-
va, donde recibió el grado de doctor. Vino nombrado
subdelegado de Chulumani en 1802, traendo a su seño-
ra madre. Pasó con igual destino a Omasuyos. Des-
pués de la revolución, el Cabildo en 22 de julio había
ordenado la cesación de los subdelegados realistas, de-
biendo ser reemplazados con patriotas en atención al ca-
rácter levantisco de los indígenas y la densidad de sus
poblaciones que podían ser sobornados por los adictos
al rey. Arce que se encontraba en ía ciudad, fue toma-
do preso el 23 de octubre y custodiado en la Compañía,
a consecuencia de una carta que le interceptaron dirigi-
da por su dependiente Alarcón, en la que le decía tener
listos cinco o seis mil indios para cercar la ciudad. Los
temores de los revolucionarios no eran pues infundados,
parece que siguió en su prisión hasta la defección de In-
daburu quien le dio la libertad. Debelada la revolución
por Goyeneche siguió en su empleo. A la aproximación
de las fuerzas argentinas huyó hasta Arequipa. Des-
pués de Guaqui se restituyó a La Paz y contrajo matri-
monio con María Petrona Pacheco y desde entonces ob-
servó conducta más mesurada. En 1812 fue segundo
Departamento de La Paz $3

síndico de la ciudad; Regidor en 1822. Falleció el 26


de enero de 1824 sus restos se sepultaron en la Merced,
entonces era ya viudo.

Arce PrancisGO Borja. Este español estaba ca-
sado con Tomasa Cuentas de Sicasica. No sabemos
laocupación que tenía. Consumada la revolución fue
nombrado Subteniente de la primera compañía de gra-
naderos, .pero siempre se manifestó realista, y fue el
que afirmó ante los suyos que le »habían dicho: que a
los chapetones se les había acabado el patrimonio de
América. Estuvo metido en todos los acuerdos, tramas
e intrigas de los contrarevolucionarios, por lo que le pre-
sentaron a Goyeneche como a fiel vasallo del rey. A
la aproximación de Castelli, cuyo nombre inspiraba te-

rror a los realistas huyó de la ciudad ignorándose lo de-


más de él.
Arduz D. José Ignacio. — Natural de Roma. Hijo de
Pedro Arduz y Catalina Franco. Vino de Buenos Aires
juntamente con su hermano Félix nombrado administra-
dor de correos de esta ciudad en 1804 y fue casado con
Petrona Celada cochabambina, habiendo fallecido su es-
posa contrajo segundas nupcias con Joaquina Josefa
Sánchez y Ángulo v. de Miguel Velarde. Después que
dejó de ser administrador de correos se dedicó a la en-
señanza: fue profesor de latinidad por varios años. Di-
putado al congreso de 1832, administrador de correos en
1838. Falleció al año siguiente.
Su hermano Félix, estudió en la Universidad de
Chuquisaca, donde se graduó de doctor. Secretario de
la presidencia en 1825; Juez en 1831: Diputado por La

Paz a la Convención de 1843; Ministro de la Corte de


esta ciudad. Murió sumamente anciano. Fue casado
con doña Juana Hernández.
Arévalo y Benavídes. D. lancho Manuel —Na-
tural de Arequipa. Hizo sus estudios en la Uñiversi-
54 Diccionario Histórico del
dad del Cuzco. Ordenado de sacerdote desempeñó va-
rias parroquias. En 1814 obtuvo por oposición la ca-
nongía doctoral en el coro de La Paz, en 1722 ascen-
dió a chantre. Falleció en 1725, dejando una obra pía
para el culto de San Roque.
D. Juan Antonio de— Natural de La
Ar^andoña
Plata; hijo Domingo Gonsalez Argandoña y Ber-
de
narda Anana. Este capitán vino a radicarse en La
Paz por los años de 1684. Casó con Melchora Toledo
y Leiva, fruto de este matrimonio fueron: Pedro Tibur-
cio, nacido en 13 de septiembre de 1697 y Juan Anto-
nio en 2 de septiembre de 1690. Muerta su esposa,
contrajo segundas nupcias con Constanza del Río y Fi-
gueroa, en quien tuvo a Juan en 18 de febrero de 1700,
Ana María en 14 de julio de 1701, Rosalía en 3 de sep-
tiembre de 1702, Gerónimo Remigio en 2 de marzo de
1704, Juan Guillermo en 2 de marzo de 1707, Francis-
co Javier en 9 de marzo de 1709, María Manuela en 6
de agosto de 1710, Úrsula en 30 de noviembre de 171 1,
Pedro en 20 de febrero de 171 3, Tomasa en 6 de agos-
to de 171 5 y Sancho Manuel en 4 de junio de 1717.

En 1708 ascendió a maestre de campo. Era una


de los vecinos más prestigiosos por su fortuna y benefi-
cios. Su casa frente a San Agustín; construcción de
dos pisos, era rara para esa época.
Habiendo fallecido el corregidor Carvajal, su te-
niente Argandoña se hizo cargo del gobierno como Jus-
ticia Mayor. Falleció este general en 2 de agosto de
1719, y fue sepultado en la Merced.
Sus hijos: Francisco Solano siguió la carrera de los
altares; Ana María casó con Felipe Linsuain; Rosalía
casó con José Armestoy; Gerónimo Remigio llegó a ser
clérigo y fue cura de Sapahaqui; Juan Guillermo casó
con Juana Martínez de Luna y Betaloza, se radicaron
Departamento de La Paz 59

en Coroico y tuvieron a Francisca Constanza, que lle-


gó a ser monja carmelita; Tomasa casó con Miguel Sal-
gado y Aracejo y Sancho Manuel fraile dominico.

Ar^andoña D. Prancisco Javier.— Nacido en La


Paz ehijo del anterior. Contrajo matrimonio con Ma-
ría Landaeta en quien tuvo a Francisco Javier en 6 de

marzo de 1741. Fue depositario general y uno de los


benefactores del Hospital San Juan Evangelista, po-
niendo en censo su casa frente a San Agustín. En 1746
obtuvo el corregimiento de Paucarcolla, pasando con
igual destino a Larecaja en 1751. Concluido su perío-
do, compró la vara de regidor por tres mil pesos y se
incorporó en el Cabildo como caballero 24. Murió este
general en 1770.
Su hijo Francisco Javier continuó con la vara de
regidor. Casó con María Josefa Tapia Ortíz Foronda
en 28 de enero de 1764. Este regidor fue muy labo-
rioso: «limpieza de calles, buen servicio en el Hospital,
luz en las casas en las noches», le preocuparon bastan-
te. Murió en 1809
Ar^andoña D. Juan. — Nacido en Coroico: hijo de
Guillermo Argandoíia y Juana Martínez de Luna y Be-
taloza. Compró la vara de regidor y se incorporó en
el Cabildo, de suerte que hubieron dos varas vincula-

das en una misma familia, maestre de campo título


que alcanzó desde muy joven. Casó con María Luisa
Tadea Diez de Medina en 5 de julio de 1752, de cuyo
enlace tuvo a Bernardino. Para el ingreso de su her-
mana Constanza en el monasterio del Carmen, entre-
gó a la priora Mariana Juliana de Jesús, las siguientes
cantidades: 150 pesos para alimentos de la novicia, 100
rescate del vestido, 50 para propina de las religiosas,

100 para la provisión; además 80 velas para la iglesia y


una hacha para la mano de la novicia. La mayor par-
$6 Diccionario Histórico del

te del año pasaba en sus propiedades de Yungas, entre-


gado a sus labores agrícolas.
Bernardino, su hijo, hizo sus estudios en la Uni-
versidad de Chuquisaca hasta obtener el grado de doc-
tor. A su regreso casó con Petronila Vidangos, hija de
Elodio Vidangos y Ninfa Cáceres en 15 de febrero de
1769. Alcanzó el título de maestre de campo. En
1779 obtuvo en puja abierta el cargo de alcalde provin-
cial. Desde mediados de 1808 se halló enfermo, has-
ta que murió súbitamente al año siguiente.
Arguedas D. Andrés.— Natural de Moquegua (Pe-
rú). Era capitán de milicias de Arequipa. Cuando
Goyeneche organizó sus fuerzas para hacer frente a los
argentinos, Arguedas se incorporó en ese ejército. Se
encontró en Guaqui, Sipesipe, Wilcapugio y Ayuhuma,
ascendiendo a coronel. Al lado de Valde Hoyos se ha-
lló en 1814, y cuando La Paz fue ocupada por los cuz-
queños al mando de Pinelo, cayó prisionero. El 28 de
septiembre la explosión del cuartel aterró a la población,
creyendo la muchedumbre traición de los realistas, se
encarnizó contra ellos de una manera horrible. Ar-
guedas arrancado del palacio fue victimado en el ins-
tante, y su cadáver arrastrado por las calles hasta Po-
topoto, donde se había construido el primer panteón.
Arguedas D. Gasto —Nació en La Paz por los

años de 1820. Realizada la invasión peruana en 1841,


toda la juventud corrió a tomar las armas en defensa
de la patria, entre ellos Arguedas, teniendo la gloria de
ver destrozado al aleve invasor en los campos de Inga-
vi. Era capitán del batallón Carabineros en 1848, cu-
yo cuerpo se hallaba acantonado en Yotala, puesto de
acuerdo con ocho oficiales del cuerpo se revolucionó por
Belzu el 12 de octubre del expresado año. Inmediata-
mente se dirigeron sobre Sucre con una fuerza de 240
hombres.
Departamento de La Paz 57 __

El gobierno al tener conocimiento destacó la guar-


dia nacional, agregándose a éstos multitud de individuos
del pueblo, formando un total de cerca de tres mil hom-
bres. mismo mes se avistaron
Al amanecer del 13 del
ambas fuerzas en los suburbios de la ciudad, y en po-
cos momentos fueron abasallados los defensores de
Velasco. Arguedas ocupó la ciudad, constituyó autori-
dades y dispersó a los miembros del Congreso.
Arguedas a la cabeza de Carabineros salió de Su-

cre para incorporarse a Belzu en Oruro, más instado


por el comandante general contramarchó a la capital,

siendo 'sorprendido en las orillas del Quirpinchaca por


una división de Velasco que había salido de Potosí. El
18 de octubre se trabó el combate, Carabineros que no
tenía sino cinco tiros por plaza se batió heroicamente,
siendo derrotado con pérdida de 30 muertos y muchos
heridos. Arguedas con los restos del batallón se incor-

poró a su caudillo en Oruro siendo ascendido a coman-


dante. Se halló en la batalla de Yamparaez y otras
acciones de armas, ascendiendo a coronel.
Se halló retirado del servicio en las administracio-
nes de Linares y de Achá. Melgajero al principio de
su gobierno le encomendó la comandancia general de
La Paz, pero por no haberse opuesto a Belzu en su
ocupación de la ciudad, y cuando este general sucum-
bió, de pocas no fue sacrificado por el tirano. Pasado
el enojo de Melgarejo lo hizo subprefecto del Cercado.
Los Barragan y otros individuos prepararon una
revolución y la decisión de Pedro Llano aceleró el movi-
miento. El 25 de mayo de 1865, Llano con cinco hom-
bres armados, habiéndoseles unido como 500 del pueblo,
dando algunos tiros y a la voz de viva la Constitución
se apoderaron de la plaza, poniendo en fuga a las auto-
8
58 Diccionario Histórico del

ridades y causando un susto tremendo al Prefecto Nar-


ciso Campero,
El mismo dia se reunió el comicio popular, al que

fue llevado en triunfo Arguedas, ascendido a General


y proclamado comandante general. Oruro secundó el
movimiento el i P de junio enviando después una fuer-
za respetable al mando del doctor Donato Vásquez la
que fue recibida con júbilo por todo el pueblo el 19 del
mismo mes. Mas tarde hizo lo propio el pueblo de
Chayanta,
Un comicio reunido el 9 de julio acordó la procla-

mación de presidente a Arguedas. En efecto al día si-


guiente lanzó su decreto asumiendo la Presidencia pro-
visoria de la República. Nombró de secretario general
a Belisario Salinas y de guerra a Uladislao Silva.
La revolución se encontraba poderosa, todas las
provincias habían enviado contingente de gente, conta-
ba con unos dos mil hombres regularmente armados,
dirigidos por distinguidos jefes, y para el caso de una
derrota se habían construido barricadas casi inespug-
nables.
Arguedas orgulloso de su ejército, se dirigió con
ntención de batir a Melgarejo, avanzó hasta más allá

de Oruro; pero apenas supo que su adversario había


salido de Potosí después de su triunfo de la Cantería,
retrocedió hasta Viacha. La cobardía del general era
manifiesta, agregándose a esto la división que se había
introducido entre los jefes. Ejército alebronado no pro-

metía victoria, sino derrotas como sucedió.


Al aproximarse Melgarejo le salió al encuentro Ar-
guedas en el campo ondulado de las Letanías (24 de
enero de 1866) formando su ejército en columnas para
lelas que atacado por el enemigo por ambos flancos,
Departamento de La Paz $9

fue completamente derrotado en menos de 40 minutos.


Quedando tendidos en el campo más de 600 muertos,
multitud de heridos, y 500 prisioneros en poder del
vencedor. Arguedas huyó al Perú, donde permaneció
largo tiempo.

El presidente Daza le encargó la cartera de Gue-


rra accidentalmente mientras la ausencia del titular

Villegas que se dirigió a Santa Cruz contra el revolu-


cionario Ibáñez. En 1877 ocupó la prefectura de La
Paz. En el conflicto con Chile marchó a Tacna de Co-

mandante General de la 2^ división. Jefe de Estado


Mayor, renunció el cargo y se vino a La Paz. Cam-
pero le nombró comandante general de la vanguardia,
y temeroso de Silva y Guachalla, jefe el último del
batallón Murillo, envió a Arguedas a Viacha para que
hiciese reconocer como primer jefe de aquel batallón a
Miguel Armaza, lo que no consiguió por que fue apri -

sionado. El Presidente Pacheco le nombró Prefecto de

La Paz en 1884, y después le encomendó la cartera de


Guerra. Una enfermedad que le agobiaba le .obligó a
retirarse a sus propiedades de Araca, donde puso fin a
sus dias.

Arias D. Ramón Policarpo. — Natural de Salta (Ar-


gentina.) Era capitán de las milicias de Arequipa.
Cuando la sublevación indigenal de 1781 salió de esa
ciudad con dos mil hombres en socorro de La Paz que
estaba sitiada y contribuyó a la pacificación del partido
de Yungas. Concluido su cometido, se vino a esta ciu-
dad, acomodándose de dependiente en el almacén de
Manuel Cossío. Ardiente revolucionario por la indepen.
dencia, asistió a todas las juntas, la que en su última
reunión acordó que Arias, Manuel Cossío y Pedro He-
6o Diccionario Histórico del

rrera se encargarían de armar a la plebe con cuchillos


que tenía Pedro Cossío, que lo cumplieron fielmente.
Consumada la revolución fue nombrado capitán de la
primera compañía de Granaderos. En el Cabildo del 12
de septiembre congregado el pueblo en Cabildo abierto
por los movimientos que hacían los realistas al otro la-
do del Desaguadero, pidió el pueblo que se declarase la
guerra á la provincia de Puno. El Cabildo pidió que se
apersonasen los voceros del pueblo para exponer sus
razones, inmediatamente se presentaron Arias, Gabriel
Antonio Castro, Hipólito Landaeta, Manuel Cossío y
Jerónimo Ordoñes, los que opinaron enérgicamente por
la declaratoria de guerra, que fue autorizada por el Ca-
bido. Entonces las fuerzas salieron a situarse en el
punto de Tiahuanaco.
Los arreglos propuestos por Goyeneche estaban a
punto de realizarse, entonces el destacamento de Tia-

huanaco mandado por Rodríguez y Arias, con Castro e


Iríarte por compañeros, logró en las primeras horas de
la mañana del 12 de octubre penetrar en la ciudad, y

desconcertar la contrarevolución fraguada por Yanguas.


El mismo día Indaburu convocó una junta a la que asis-
tieron Rodríguez, Arias, Iríarte y Castro, y en ella les

hizo saber la prisión de Pedro Domingo Murillo, realiza


da la noche del 11 de octubre, acusándole de estar en
connivencia con los contrarevolucionarios, puéstose a
órdenes de Yanguas, después de lo cual. Arias se reti-
ró al campamento, de otro modo habría sido víctima de
la saña de Indaburu. Sublevado este caudillo regresa-
ron las fuerzas y lo destrozaren completamente el 25 de
octubre. Arias antes de la retirada de las fuerzas de
Chacaltaya a Yungas buscó un refugio seguro. El te-
rrible Goyeneche le condenó a la pena de horca y debía
salir al suplicio arrastrado en un serón por una bestia de

albarda hasta el píe del patíbulo, confiscándose sus ble-


Departamento de La Paz 6i

nes;y el no menos terrible obispo La Santa en su exco-


munión lanzada contra los patriotas en 27 de septiem-
bVe de 1801 le llama: "El mulato libertino'-.

A la aproximación del ejército argentino al mando


de Castelli se incorporó en esas fuerzas, combatió
en Guaqui y otras acciones. Sucumbió en 1874, pe-
leando al lado de Pinedo, o bien estuvo de guardia en
el cuartel. Fue casado en primeras nupcias con Ber-
narda Vendeii, después con Teresa Infantas.

Arlas D. Manuel. Natural de Puno. Estudió en
el Colegio Seminario de esta ciudad y fue ordenado por
el obispo Campos.
Ejercía la cura de almas en Yunguyo, pertenecien-
te entonces a este obispado, cuando estalló la revolu-
ción de 1809 y se declaró su adversario. Especie de
agente deGoyeneche: tuvo gran parte en la ocupación
de Copacabana por las fuerzas de éste . Cuando el ejér-
cito argentino se aproximaba huyó hasta Arequipa, vol-
vió más tarde a su curato. La Santa le mejoró en otro
beneficio de más provecho. Murió en 1820.
Arlas Maldonado D. rrancisco— Natural de Cá-
diz. Vino nombrado tesorero de las cajas reales de es-
ta ciudad en 1686 cargo que desempeñójiasta 1693 año
de su fallecimiento.
Arlas Saavedra y Santa Cruz D. Joaquín Anto-
nio.— Limeño: hijo del marques de Moscoso Francisco
de Arias Saavedra y Narcisa Santa Cruz y Centeno,
hermana de Diego, conde de San Juan de Luriganchoy
de los marqueses de Castañón y Otero. Joaquín que
fue heredero de todos los títulos y patrimonio, fue Co-
ronel de milicias reales. Vino nombrado corregidor in-
terino de esta ciudad y desempeñó el cargo desde el 12
de noviembre de 1755 hasta 14 de febrero de 1766. Pasó
a España y contrajo matrimonio en Sevilla con Dolores
62 Diccionario H istórico del
Caros hija del conde de Villa Pineda. El título de mar-
ques de Moscoso fue concedido por el rey Felipe IV en
1769 a Juan Arias de Saavedra y Alvarado su gentil
hombre de boca, de la orden de Santiago, alguacil ma-
yor de la Inquisición de Sevilla, abuelo de nuestro co-
rregidor.

Armaza D. Mario- — Nació en


La Paz en 4 de ene-
ro de 1785. Fueron sus padres Fernando Armaza y Ma-
nuela Guerra. Hacía sus estudios con bastante interés,
cuando se decidió a tomar las armas en defensa de su
patria, incorporándose en el ejército patriota en 1814
siguió las duras peripecias de la guerra: pasó con San
Martín a Chile y después al Perú, hasta la batalla de
Ayacucho en que fue ascendido a Coronel.
Fundador del ejército boliviano, mandaba un cuer-
po, siendo destituido por Blanco, y recibió orden de re-
tirarse a Tarija en calidad de jefe suelto.

Blanco había sido elevado al poder por las influen-

cias peruanas. Armaza admirador de las virtudes de


Sucre y viendo en el solio presidencial a los traidores a

su patria, resolvió derrocarlo. Puesto de acuerdo con


Ballivián y Vera, el $1 de diciembre de 1828, a la ca-
beza de cien tiradores se lanzó sobre la guardia del pa-
lacio y penetrando en él redujo a prisión al Vicepresi-
dente Loayza y después a Blanco que fue encontrado
en una habitación reservada. En seguida se dirigió al

salón del Congreso a dar cuenta de la revolución que


acababa de realizarse. Los diputados estaban aterrori-

zados, cuando el oficial Castro anunció al Presidente de


la Asamblea, la presencia del jefe del movimiento y el

deseo que tenía de dirigirles la palabra.

Aceptada que fue su petición, trató de tomar asien-


to en el salón, pero otro traidor Mariano Aniceto Padi-
Departamento dé La Paz 63
lia, lo increpó: «el soldado debe hablar desde la barra».
Armaza con la sonrisa del desden, tomó su asiento en
el lugar indicado, y expresó:
«Yo soy el autor de la revolución de hoy. No me
hubiera lanzado en esta vía, de la que no puedo retro-
ceder ya, si el General Blanco, prisionero arran-
cado por mis manos de entre las filas del ejército '
rea
lista, para enrolarse bajo el estandarte de la indepen-
dencia, no se hubiera manchado con su complicidad en
la revuelta del 18 de abril. Una minoría de fracción le

ha elevado al Poder a pesar de su notoria ineptitud y


hecho del no menos inepto Loayza, el Vicepresidente de
la República».
«No derramado empero, una gota de sangre,
se ha
Blanco y Loayza están presos. Yo espero que la so-
berana Asamblea nombre un Presidente, en cuyas ma-
nos resignaré el mando de las tropas y me retiraré des-
pués», etc. El Presidente Crispín Diez de Medina, le

contestó que lamentaba del suceso y !e encom.endó la

conservación del orden público.


Apenas se retiró Armaza, la Asamblea nombró
Presidente a Santa Cruz, y en ausencia de éste enco-
mendó a Velasco la Suprema Magistratura:
Armaza siguió prestando sus servicios en el ejérci
to, y como tenía disposición para el manejo de los ne-
gocios públicos, Santa Cruz le llamó a¡ desempeño de
la cartera de Guerra en 7 de septiembre de 1829 y en

1834 le envió ante la Argentina y la Corte del Brasil,


con ¡a misión especial de celebrar un tratado de límites.
En Río presentó en fecha 5 de noviembre de ese año,
un proyecto en el que pedía la ratificación y revalida-
ción del tratado de San Ildefonso, concluido entre las
Cortes de España y Portugal en i 9 de octubre de
1777, La Cancillería brasileña no alegó nada contra el
expresado tratado, sólo se limitó a contestar que no te-
64 DEPARTAMENTO DE LA PAZ

nía datos suficientes sobre la frontera propuesta por el

Ministro boliviano en los diversos puntos de su proyec-


to. En Buerrós Aires no se le recibió en su carácter.
Llamado por el gobierno con motivo de la interven-
ción al Perú, marchó a la campaña, habiéndose portado
heroicamente en Yanacocha (13 de agosto de 1835), ^^'
mismo que en Socabaya (4 de febrero de 1836), donde
sobre el mismo campo de batalla fué ascendido a la alta
clase de general de brigada.

En el desastre de Yungay (20 de enero de 1839) fa-


tal a las armas de la Confederación, fue hecho prisio-
nero por los chilenos. Un oficial colombiano, llamado
Colinge y un soldado en alta noche le ciñeron la corba-
ta, muriendo extrangulado.
ArmentíaD. Protacio de— Natural de Vitoria en
Alara. Vino en 1778 de Sargento Mayor, y al año si-
guiente contrajo matrimonio con Tomasa Veamurguía
y Amestoy, hija del corregidor de Sicasica, José Vea-
murguía y Faustina Amestoy, en quien tuvo a María,
en 25 de marzo de 1780 y Tomás en 30 de diciembre
de 1782. En la sublevación de indios capitaneó una
columna de voluntarios con los que defendió la ciudad,
concurriendo con Seguróla a la pacificación de las pro-
vincias. Ascendió a maestre de campo en 1774, a te-
niente coronel en 1795, siendo jefe de las milicias de
La Paz. Habiendo fallecido su esposa contrajo segun-
das nupcias con Francisca de Llano en 24 de mayo de
1795-
Realizada la revolución de julio fue depuesto de su
empleo, declarándose por supuesto enemigo de los pa-
triotas. Amigo del Obispo La Santa, comunicaba a
éste, todas las declaraciones y acusaciones que se ha-
bía levantado contra su mal proceder. Habiendo su-
cumbido Indaburu el 25 de octubre, la plebe enfurecida
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 6^

saqueó algunas casas de los realistas, entre ellas la de


Armentia de la que extrageron siete mil pesos.

Después del triunfo de los patriotas en Aroma, el

gobernador de La Paz Tristan, convocó a un comicio al

vecindario en el que se acordó la sumisión a la Junta


de Buenos Aires, siendo Armentia uno de sus signata-
rios. Los peninsulares suscribieron por temor al pue-
blo que en su mayoría era patriota. Después de la

derrota de las armas porteñas en Guaqui, Goyeneche


le nombró comandante militar de la provincia de Yun-
gas. Su teniente Esteban Cárdenas derrotó al patrio-
ta Inojosa (i2 de abril de 1812) en Carapata, a más de
la legua de Irupana. Los patriotas tuvieron treinta
muertos, cinco prisioneros, a ¡os que mandó fusilar in-
mediatamente. Siguió en las filas realistas hasta el

año 181 5 en que con licencia vino a esta ciudad, cuan-


do se aproximaban las fuerzas cuzqueñas al mando de
Pinelo se encontróal lado del marqués de Valde Ho}os,

jefe dearmas de esta ciudad. Vencidos el día 27 de


septiembre cayó prisionero lo mismo que teda la guar-
nición española.

En la mañana del 28 de septiembre una explosión


del cuartel llenó de terror a los habitantes, ios que atri-

buyendo a la traición o mala fe de los realistas se en-


tregaron al degüello de los peninsulares, siendo una de
las víctimasArmentia, cuyo cadáver fue arrastrado al
nuevo panteón fundado por Valde-Hcyos en Potopoto.
Su esposa falleció el 18 de julio de 1S23 \' fue en-
terrada en la Catedral.
Su hijo Tomás juntamente con su padre fue a
incorcoparse a las filas de Goyeneche, quien le dio el

grado de teniente y permaneció prestando sus ser\'i-

cios en el ejército realista.

9
66 Diccionario Histórico del

Armentia Fray Micolás.— Nacido en Bernedo de


Vitoria (España) el 5 de diciembre de 1845. Ingresó
en la orden franciscana en Francia, viniendo de corista
al Colegio de la Recoleta de esta ciudad. Ordenado de
sacerdote se dirigió a las misiones, donde permaneció
largos años, visitando a las tribus salvajes y haciendo
exploraciones en el Oriente boliviano. Sus trabajos
fueron muy útiles a la Geografía nacional. Prefecto de
misiones, guardián de la Recoleta, comisario de su Or-
den. Dio a luz los siguientes trabajos: Diaiio de su
viaje a Jas tribus comprendidas entre el "Beni y Madre de
Dios y en el arroyo de Ibón, en 18S1 y 62, Exploración
oficial del Aladre de Dios en 18S4, Navegación del Ma-
dre de Dios, Limites de "Bolivia con el Perú por la parte
de Canpolicán, BocabiíJario del idioma Schipibo, etc.

Presentado para el obispado de La Paz en 1901,


fue instituido el 16 de diciembre del mismo año. Con-
sagrado en Sucre por el arzobispo Taborga en 24 de
febrero de 1902, tomó poresión de su Sede el 9 de abril

del mismo año.

Autorizó la construcción de un nuevo Seminario en


las alturas de Cusipata que ha costado sumas regula-
res, apenas acabada en su cuarta parte. Tal vez con
mayores ventajas pudo hacerse la reconstrucción del
antiguo y hermoso local, que prefirieron vender al Es-
tado por 90 mil pesos. Para la dirección del Colegio
llamó a los lazaristas franceses, siendo el Rector P.
Jorge Devisse. Murió el obispo el 24 de noviembre de
1909.

ArrascaetnD. Dámaso.— Natural de la villa de


VeVgara en Córdova del Tucumán; hijo de Martín A-
rrascaeta y Urbana de las Casas. Su abuelo Miguel,
maestre de campo, por orden del gobernador del Tucu-
mán con una fuerza regular expedicionó al Chaco, más
Departamento de La Paz 67

después de algunos días de marcha en una ensenada


llamada Caugayé fue rodeado por el cacique Bamba o
general Lachiriquín y obligado a retroceder en 1764.
D. Dámaso vino a La Paz con su esposa D. Isabel Urion-
do y su hermano Matías, no sabemos con que objeto.
Después de la revolución de julio, por indicación de
Murillo en 4 de agosto, fue nombrado capitán agregado
a la compañía de granaderos. Parece que permaneció
indiferente a los acontecimientos de entonces. En 16
de noviembre de 1811 fue uno de los que suscribió la
sumisión a la Junta Gubernativa de Buenos Aires. A la

aproximación de Castelü a la cabeza de las fuerzas ar


gentinas emigró llevándose a su esposa, y regresó des
pues del triunfo de los realistas.
Las cortes de España habían sancionado la Consti
tución, código fundamental que debía librar la monar
quía del absolutismo que la oprimía y degradaba. Fue
promulgada en La Paz el 26 de diciembre de 1812 y
jurada al día siguiente. Según sus prescripciones de
bía precederse al nombramiento de Cabildos constitucio
nales, para el efecto el 28 ie diciembre se hicieron las
votaciones de que debían ser de 17, estos
los electores

el 31 del mismo mes nombraron los alcaldes y regido-


res. Arrascaeta fue uno de los 12 regidores del nuevo
Cabildo. El 28 de septiembre del año siguiente, fue
una de las víctimas del furor popular.
Su hermano Matías, casó con Antonia Montes, de
quien tuvo a María en 30 de mayo de 1800. Por indi-
cación de don Pedro D. Murillo, fue capitán agregado
a la Compañía de fusileros. Ignoramos la fecha en que
murió,
Amalia D. Juan. — Viscaino. Este capitán se ha-
llaba avecindado en La Paz y era casado con María de
Vargas, en quien tuvo a Juan en 24 de junio de 1586.
68 Diccionario Histórico del

Vecino laborioso y distinguido, habiendo sido elegido


alcalde de 2 ? voto para i';87, en unión del otro alcal-
de García Gutiérrez de Escobar, hicieron muchas me^
joras en la ciudad. "La plaza quedó perfectamente
terraplenada, el acueducto para la fuente se concluyó,
la pila de verenguela que debía colocarse en el centro
de la plaza estaba por concluirse". Todavía vivía en
1609, pero muy viejesito.

Arraya Sebastián Pedro.— Natural de Visca-


D.
ya, maestre de campo. Casó con Rosa Macoaga en
1717. Vecino acomodado y muy religioso^ contribuyó
para la fiindación del monasterio del Carmen cediendo
los sclires de su propiedad para la edificación de la

iglesia de diciio monasterio. Fue alcalde de segundo


voto en 1722. Falleció en 1730.

Arríela D. Sebastián. —
Natural de Víllafranca,
p:ovincia de Guipusco; tiijo de Domingo Arrieta y
María Dualde. Vino de sub delegado del partido de
Larecaja cuyo puesto desempeñó por seis
en 1779,
años. Se estableció en La Paz, casó con Gabriela
Rodríguez, hija del capitán de ejército Juan Claudio
Rodríguez y Maria Mercedes Fernández Duarte, sora-
teña, en 21 de abril de 1805, en quien tuvo a María Nar-
cisa en 30 de octubre de 1805, José María, Adriano Ca-
simiiro en 7 de mayo de 1807, Manuel
María en 17 de
junio de ¡808. En 1808 fue tesorero de la Real Ha-
cienda de La Paz. Aparentó adhesión a las ideas re-
volucionarias y engañó a los patriotas.

Por julio de 1809 se dirigió a Sorata en unión de


Hermenejildo de Peña, de ahí pasó a Mocomoco a su
hacienda de cocales, regresando a la ciudad el mismo
mes. En ¡a tarde del 16 de julio, estuvo en la casa de
Peña con motivo de que su hermano Ignacio Peña cele-

bró su velorio del que había ,sido padrino Arrieta. En


Departamento de La Paz 6g

las juntas se había resuelto el plan de gobierno para


después de la revolución, en ella se h.abía acordado lia-

cerlo a Arrieta miembro de ¡a como en efecto lo


Junta,
realizaron en 21 de julio del mismo año. Según el re -

glamento de 22 de jiTlio a fin de que la administración


pública fuese debidamente manejada le tocó el ramo
de hacienda en unión de Buenaventura Bueno.
Después de la revolución el Cabildo ordenó que el

alférez real José Domingo de Bustamante, Antonio de


Avila, Manuel Hurisi practicaran el balance déla exis-
tencia en jas cajas reales; verificado se encontró una
existencia de veinte mil seiscientos treinta y un pesos,
dos reales.
Arrieta no trepidó en ponerse de acuerdo con Yan-
guas y los realistas para la contrarevolución, y en efec-
to el 12 de octubre cuando las fuerzas de Tiahuanaco

ocuparon la plaza y tom.aron la casa de Yanguas, fue


aprisionado en momentos que fugaba por los tejados, fue
conducido preso, pero puesto en libertad por su ningu-
na influencia, lo mismo que otros españoles.
Destrozado Indaburu en su defección, buscó su se-
guridad asilándose en un convento. Cuando Goye-
neche ocupó la ciudad continuó en su cargo de tesorero,
y en carácter de til en fech.a 19 de febrero de 1810
abrió cargo a todos los funcionarios de la revolución
que habían tomado fondos del tesoro real para la com-
pra de armas, fundición de cañones, pago de sueldos,
etc., ascendiendo a la suma de cientodiez y siete mil

quinientos veintisiete pesos, uno ymedio reales.

Como tomasen incremento las ideas revoluciona-


rías por la independencia, siendo tildado de traidor, se
retiró a la ciudad de Lima, donde en la época del Vi-
rey Pezuela fue intendente de esa capital y secretario
privado del -Vire}'.
70 Diccionario Histórico de l

Arrióla D Juan Santiago.— Este capitán español


en 1687 fue secretario del Cabildo y posteriormente su
escribano. Casado con Juana Somocurcio y en segun-
das nupcias con María de Orosco y Paredes, en quien
tuvo a su hijo Francisco el 4 de octubre de 1688.
Arroyo D.José — Natural de Moquegua. Como
americano no podía menos que ser patriota y amante
de la revolución. Consumada ésta en La Paz el 16 de
julio de 1809, al día siguiente, en unión de Cossío, toma-

ron la nómina de todo los individuos que debían formar

las compañías de los defensores de la patria. Favored*


do con el grado de Teniente de la primera compañía del
escuadrón de caballería ligera «Húsares voluntarios».
Asímismo dirigió una de las fundiciones de cañones. La
mañana del 13 de octubre concurrió a la junta que con-
vocó Indaburu y se dejó engañar en ésta, entrando en
la contrarevolución que se realizó el 18 del mismo mes.

No obstante Goyeneche lo condenó por su sentencia de


20 de febrero de 1810 al presidio de las islas Malvinas

por cuatro años, recogiéndose la patente de subteniente


de milicias y confiscándose sus bienes. El burló este
terrible castigo ocultándose misteriosamente, se incor-
poró en los argentinos, siguiendo las peripecias de ese
ejército. Después se encontraba de director de la fá-
brica de pólvora en la ciudad de Córdova (Argentina).
Murió en ¡a proscripción.
D. Ramón.
Arteaga —
Nació en La Paz el 30 de
agosto de 1740: hijo de Juan Arteaga y Juana del Cas-
tillo. Era capitán de milicias cuando la sublevación de
los indios en 17C0. Prestó importantes servicios du-
rante el largo asedio que sufrió la ciudad. Sometidos
los indios se dirigió al Río-abajo donde se mantenía la-

tente la insurrección, acompañando a Chuquimia, y fue


muerto por un tiro de fusil, en un encuentro con los in-
dios.
Departamento de La Paz
Arteagá D. Cupertino— Nacido en Coroico de la

provincia de Yungas. Concluidos sus estudios de ins-


trucción secundaria, ingresó en la Facultad de iViedici-
na. Cuando el clarín de la guerra llamó a los bolivia-

nos a defender los derechos de la patria hollados por


Chile, marcha al Pacífico con gran entusiasmo A su
regreso se graduó de doctor en Medicina y Cirujia. Se
radicó en Sucre, donde formó su hogar casándose con
una distinguida señorita de la Capitai. Prefecto del
Departamento de Chuquisaca y Senador por el mismo
Departamento. Llamado al desempeño de la cartera
de Relaciones Exteriores y Culto en 191 3 por el actual
Presidente de la República doctor Ismael Montes.
Anteará Bermudez D. Rafael. — Era alguacil ma
yor en 1733 y en el Cabildo reunido el i ? de enero de
1809 fue nombrado mayordomo de la ciudad y portero
de la sala.

Ascarrunz D. PránGisco de.— Natural de Sevilla.


Vino de tesorero que también llamaban juez oficial real
de La Paz en 1659, habiendo rematado en Lima por
nueve mil pesos en unión de su consorte Maria Ventura
Carrillo Alboros. Tuvo en esta ciudad a Ventura Ri.
ta en9 de febrero de 1702, Manuel en 4 de julio de 1705,
Melchora eií 3 de enero de 1706, Antonia Úrsula en 23
de octubre de 171 1 y Bárbara Rita en 28 de noviembre
de 1712. Falleció el 4 de octubre de 1714 entonces in-
vestía de maestre de campo.
el título

Ascarrunz D. José. Nació en La —


Paz el 19 de
"
marzo de 1754: fueron sus padres Ignacio Ascarrunz y
Francisca Vargas. Casó con Bartolina Gutiérrez en
30 de septiembre de 1781 en quien tu\'0 a José Antonio
en 13 de junio de 1782 y Calixto en 14 de octubre de
1783. Decidido por la causa de la independencia, ape-
nas se realizó la revolución se alistó en la caballería;
pero la Junta que conocía sus antecedentes le comisio-
72 DiccíONARio Histórico del

nó para sublevar el partido de Yungas. Ascarrunz que


consideraba la revolución como una verdadera regene-
ración, exortó, inculcó y llamó a los yungueños a la de

tensa de la patria, prometiendo la libertad a los negros

)• gobierno propio a los indios. A su regreso se asustó,


como todos los revolucionarios, ante la aproximación de
Goyeneche y se puso al lado de los sostenedores de la
causa del Rey, según hace saber en su declaración
«Que deseando el confesante acreditar por todos los

medios su verdadera fidelidad entró en diferentes com


promisós con los sujetos que, con un espíritu y celo ver
dadero, propendían al restablecimiento de las autorida

des y buen orden de la ciudad, que en compañía de Ber


nardo Crespo, Franciscos. Cristóbal, Hilario Vidaurre,
el \erno de Miguel Hernández y otros muchos, fue el
confesante uno de los que estaban presentes a las órde-
nes del alcalde Loayza para prender una noche que es-
taban descuidados a los principales cabezas de la revo-
lución Murillo, Indaburu y Medina, y entregar el man-
do verdadero al Cabildo en virtud de la orden del Virey,
y que no habiendo podido verificarse en aquella noche
en que el confesante estuvo pronto y armado al lado de

Loa\'za, determinó este se hiciese el prendimiento a las


diez del día siguiente, y habiéndose comunicado este
proyecto a Eclieverríi, al alcalde de 2 ? voto Medina, a
Yanguas }• Matías Arrascaeta, tuvieron a bien el pensa-
miento y se comprometieron a estar juntos; y porque
Murillo se armó demasiado, temeroso de que corra mu-
cha sangre, se omitió hasta mejor ocasión; que dispues-
to este mismo lance por Yanguas, hallándose el confe-
sante enfermo mandó a su hijo José Antonio para que
supliese sus veces, y habiendo sido uno de los persegui-
dos por los rebeldes la mañana del 13 de octubre del aíio
Departamento de La Paz 73

pasado, salió de allí bastante estropeado y maltratado


pudiendo haber escapado de la prisión a que lo condu-
elan sin capote y sin sombreroj».
Goyeneche al ocupar I a Paz, lo hizo tomar preso,
y por su 2? sentencia leuna represión se-
condenó a

vera. Ascarrunz y los demás reos condenados a esa


pena, pasaron por las horcas caudinas, encontrándose al
frente de Ramírez y los dos Cabildos, en que el Gober-
nador realista lanzó denuedos contra la revolución, sus
autores y sus cómplices, de lo que certificó el escribano
Chávez. Su actuación posterior nos es desconocida.
Murió en i8í6.
Ascarrunz D' Gafixto —Nació en La Paz el 14
de octubre de 1783, hijo del anterior. Concluida su
instrucción, se alistó en el ejército en calidad de cadete,
antes de la batalla de Yanacocha, siendo ascendido a
teniente después del triunfo. Marchó con el batallón
«Socabaya» a la frontera argentina cuando el tirano
Rosas declaró la guerra a Confederación, y le cupo
la

la gloria de combatir en Iruya (11 de junio de 1838) y


Montenegro donde se distinguió por su he-
(junio 24)
roísmo. Era yá comandante en la batalla de Ingaví y
después ascendido a coronel. Acompañó a Belzu y se
halló en Yamparaez, este general le elevó a la alta cla-
se de general de brigada en Ancacato en 15 de noviem-
bre de 1854 Comandante general de La Paz y des-
pués Prefecto en 1S55.
Candidato a la presidencia de la República en 1857,
mas habiendo obtenido la m.ayoría de sufragios Córdo-
va, fue proclamado jefe legal de la nación. Ascarrunz
fue nombrado comandante general de Cochabamba.
Revolucionado Linares en üruro se dirigió sobre esa
plaza; entonces el general Ascarrunz, salió sobre Oruro
con el escuadrón «Bolívar» y una columna de 150 hom-
bres de infantería, siendo sorprendido en la cuesta de
10
74 DICCIONARIO Histórico del

Tapacaríel 19 de septiembre por Áchá, saliendo derro-


tado. Incorporado á las fuerzas del gobierno, combatió
contra las barricadas de Cochabamba donde se había
atrincherado Linares, y como Córdova optase por la re-
tirada fugándose al Perú deCalamarca, Ascarrunz con-
dujo tres cuerpos hasta La Paz, dirigiéndose en segui-
da a Caracato, de donde Linares lo hizo tomar preso a
pesar de estar gravemente enfermo y lo desterró al mis-
mo punto.
Tomado preso por orden de Yañez en 1861 fué en -

cerrado en el Loreto. En la matanza de la noche del

23 de octubre, salvó lá vida por haber retardado en su


llamamiento que fue el segundo designado en la lista.
Desde entonces vivió retirado del servicio hasta su
muerte, acaecida en 24 de febrero de 1873.
Su hermano José Antcnio militó en las filas pa-
triotas. De su matrimonio con Andrea Hurtado tuvo
varios hijos: urio de ellos Pedro, m.édico distinguido y
diputado nacional en 185 1.

Ascarrunz D. Vicente.— Nació en Sorata el 4 de


septiembre de 1828. Fueron sus padres Pedro Asca-
rrunz- y María Vargas. Principió su instrucción en el
Colegio Seminario y antes de concluir sus estudios, in-
gresó en la carrera militar con el grado de teniente, y
durante nuestras luchas fratricidas llega a alcanzar el
grado de teniente coronel. Opuesto al tirano Melgare-
jo, fue aprisionado y condenado a muerte; pero las in-

fluencias de personas respetables hicieron que se le


conmutara en destierro. Permaneció largo tiempo pros-
crito en Puno y Tacna, captándose las simpatías de
esos vecindarios bondad de su carácter. A su
por la

regreso se ocupó del comercio, y después de la minería,


trabajando la mina «Itos» que después de algunas pe-
nurias le dio fuerte rendimiento.
Departamento de La Paz 7^

Ocupó varias veces un asiento en el parlamento:


Diputado Con\'ención de 1880 y 81; Senador; Mu-
a la
nicipe; Prefecto del departamento de Oruro. Filántro-
po distinguido. Uno de los fundadores del Hospicio,
protector de la «Sociedad de Beneficencia de Señoras»,
de la «Sociedad de Socorros Mutuos de San José». Tan
ilustre filántropo, falleció el 3 de mayo de 1894.
De su matrimonio con la señora Matilde Pelaez, ha
tenido a sus hijos: D. Moisés, nacido en Oruro: aboga-
'

do; periodista; diputado;iEncargado de Negocios ante la


Corte de España; Munícipe; Prefecto de Oruro; Sena-
dor; Ministro ante el gobierno del Brasil. D. Alfredo,
abogado; periodista; diputado; Prefecto de Oruro; Mi-
nistro de Estado; Ministro ante el gobierno del Perú.
Asin D. Manuel José de —Nació en La Paz el 6
de junio de 1783; hijo del capitán de milicias Esteban
Asin y María del Carmen Franco, naturales de Gua-
manga. Empesó su instrucción en las clases públicas
del Convento de San Francisco, los continuó en el Se-
minario, pasando a Chuquisaca a concluir su estudio
profesional, rccibie.ido el título de doctor en derecho el

5 de diciembre de 1820.
En 1821 fue suplente de la diputación provincial
reunida en Cluiquisaca, mereció una acción de gracias
del Cabildo de La Paz por haberse opuesto con su voto
escrito a la exacción de ciento cincuenta mil pesos que
el Virey impuso a las provincias.

Acababa de abogado en 11 de febrero


recibirse de
de 1822, cuando recibió nombramiento de Secretario
el

de la diputación provincial instalada en La Paz, nom-


bramiento que fue anulado por el Virey Lasern^ qu'en
consideraba a Asin insurgente.
El Cabildo paceño le confió el cargo de defensor de

pobres durante el año 1823, pasando en seguida a des-


empeñar el cargo de asesor general del alcalde constitu-
cional de segunda elección. Elegido diputado a las Cor-
tes españolas para los años 1824 y 1825, dejó de con-
currir por las circunstancias de la época.

Declaradaindependencia de Bolivia: fue elegido


la

diputado por La Paz a la 2 ^ Asamblea reunida en 1826.


En 1827 ocupó el juzgado de letras de la provincia de
Omasuyos, promovido luego a conjuez permanente de
la Corte Superior de La Paz. Al año siguiente secreta-
rio de la prefectura. Estando desempeñando ese cargo,
el general Urdininea jefe de las fuerzas bolivianas, le

tomó de su secretario general, conservando la cartera


durante la invasión de Gamarra.

Bajo la administración Santa Cruz desempeñó la

oficialía mayordepaitamento del Interior y Relacio-


del
nes Exteriores, y fue encargado accidentalmente de esa
cartera en 15 de agosto de 1831. Ministro de la Corte
Superior de Cochabamba y después de la Corte de La
Paz; Senador por esta ciudad a las Cám?ras constitu-
cionales de 1832 y 1833; Fiscal del distrito de La Paz
en 1834; Ministro de la Corte en 1836; Rector de la

Universidad de San Andrés en 1848; Prefecto del de-


partamento de La Paz en 1839, lomismo que en 1848.
Secretario general de Belzu, después de la revolu-
ción realizada en La Paz en 17 de diciembre de 1847
contra Ballivián. Proclamado Velasco Presidente de
la República, en 4 de febrero de 1848, le encomendó la

cartera de Hacienda y en 25 de marzo del año siguien-


te pasó a ocupar la cartera de Instrucción y Culto,

creada por primera vez la última.

Belzu Ministro de Guerra se halló en el gabinete al

frente de Olañeta, otro aspirante al poder, de donde re-


sultó un antogonismo muy acentuado; pero el primero
contaba con la cooperación de su amigo Asin. El mili;^
Diccionario Histórico del -]-]

tar más listo que el doctor, se puso a U cabeza de las

fuerzas que lo proclamaron presidente y sonriéndole la

fortuna en Yamparaez se hizo dueño del poder. Llamó


a Asin a la cartera del Interior y Relaciones Exteriores
en 10 de febrero de 1849. A' dejar el Ministerio volvió
a laCorte de La Paz y fue su Presidente. Su país na-
tal leseñaló un asiento en la Convención de 185 1, y
últimamente ministro de la Corte Suprema. Este probo
y honrado magistrado falleció el 3 de mayo de 1860.

Asin D. José María de.-- Nació en La Paz el 13 de


agosto de 1774. Hermano del anterior. Comenzó su
instrucción en la escuela de S.in Francisco, continuó en
el Seminario, pasando en seguida a la Universidad de
Chuquisaca a terminar sus estudios profesionales, obte-
niendo el grado de doctor en ambos derechos, así como
la toga de abogado en esa Real Audiencia. De regreso
a su ciudad natal fue obispo La Santa y
ordenado por el

nombrado su capellán. Mediante oposición canónica ob-


tuvo el curato de Huarina en 1813. Elegido diputado
por La Paz a las Cortes españolas en 1821, se dirigió a
la península y llenó su cometido. A su vuelta desem-
peñó sucesivamente los cargos de promotor fiscal, exa-
minador sinodal, juez apostólico de apelaciones del juz-

gado mietropolitano de La Plata, Provisor, Vicario Ge-


neral del Obispado, secretario del obispo Sánchez Ma-
tas,Prebendado y dignidad chantre en 1825. El mismo
año fue elegido diputado por La Paz a la i .^ Asamblea
reunida en Chuquisaca, la que declaró la independen-
cia de Bolivia.

Teólogo profundo, insigne literato, ha dejado va-


rios escritos entre ellos un «Curso de Derecho Canóni-
co» en buenos exámetros latinos que no llegó a editarse.
Murió el 12 de noviembre de 1827, siendo sepultado en
la Catedral.
7^ DEPARTAMENTO DE LA PAZ
Juan José, hermano de las anteriores, nació en La
Paz el 7 de mayo de 1792. Estudiante de la Universi-
dad de Chuquisaca, donde obtuvo el grado de doctor.
Se ordenó de sacerdote en Arequipa en 1821. Cura
propio de Peñas al ser creada parroquia en 10 de febre-
ro de 1829 y después de Achacachi. Diputado por La
Paz al Congreso de 1832; Prebendado en 1837, después
Canónigo Penitenciario por oposición. Linares le trató
con crueldad por ser deudo del presidente Córdova:
arrancado a empellones de la Recoleta, donde se había
asilado, fue conducido a la policía, y de allí a un cuar-
tel. Asi obraba el iracundo di-ctador a quien sus adula-
dores le exaltaron tanto. Sacerdote desprendido hizo mu •

chas mejoras en la catedral, como el dorado de los sillo-

nes y otros objetos útiles para el culto. Perdió la vista

y falleció en 1873.
Aspiazu D. Agustín.— Nació en Irupana de la pro-
vincia de Yungas el 28 de agosto de 1817. Hizo sus es-
tudios de una manera brillante debido a su clara inteli-
gencia, hasta que obtuvo un asiento en la Corte como
abogado. Profesor de instrucción secundaria y después
de derecho largos años. Consejero de la Universidad
y su Cancelario; prestó en todos estos cargos importan-
tes servicios a la instrucción y a la juventud.
Diputado por La Paz a la Constituyente de 1861.
Perteneció a la minoría de la cámara, por consiguiente,
fue opuesto a la absurda ley que declaró al argentino
Ruperto Fernández, boliviano de nacimiento, asi como
no favoreció con su voto a Achá en su elección para
Presidente provisorio. Diputado por la misma ciudad
a los Congresos de 1862 y i864* A la Constituyente
de 1868, no concurrió, escapándose hasta Tacna, por no
tener parte en la aprobación del Tratado de Límites con

el Brasil que Melgarejo se proponía hacerlo aprobar a


todo trance.
Diccionario Histórico del 79

Cuando los pueblos se levantaron contra Melgare-


jo, tomó parte activa en la revolución de 1870. Nom-
brado superintendente de fortificaciones, llenó su come-
tido de una manera satisfactoria. Durante combate
el

del 1$ de enero de 1871 se batió en las ventanas de la


casa de Quiroga y cuando la victoria coronó los esfuer-
zos de los paceños, fue nombrado jefe de las guardias
nacionales.

La Paz lo elegió diputado a la Constituyente de


1871. En cuyas sesiones se debatió ampliamente el sis-
tema federal de gobierno, al que fue opuesto Aspiazu.
Concurrió igualmente al Congreso de 1874 como repre-
sentante de la misma ciudad. Perteneció a la comisión
de negocios extranjeros; siendo elegido Consejero de
Estado por misma asamblea. Llamado por Frías al
la

desempeño de la cartera de Guerra en 29 de marzo de

1876, dejó el puesto en 4 de mayo del mismo año en


que Daza se hizo dueño del poder. Amigo Aspiazu de
este, le nombró Prefecto de Cochabamba, y después mi-

nistro de Justicia, Instrucción y Culto, En el ramo de


Justicia promovió reformas positivas en la legislación,

aconsejadas por la experiencia. Campero al principio


de su gobierno le encomendó la Prefectura de La Paz,

y en 1895 ocupó un asiento en la Corte Superior.


Han salido de su pluma bien tajada: iAiedicína le-
gal arreglada a la legislación boliviana, Biografía de D,
Clemente ^ie^ de ü^iedina. El día magno de La Pa^j
Dogmas del derecho internacional^ El instructor del pue-
blo, etc.

Este hombre cientifico que cultivó relaciones con


los astrónomos franceses, murió el í8 de mayo de 1897.
Astete D. Pablo.— Nacido en el Cuzco, hijo de
Domingo Luis Astete, limeño, y Rosa Estrada y Ceba-
llos. Como persona notable perteneció a los cuerpos
8o Diccionario Histórico del

de milicias. En 1780 hizo la capana contra la revolu-


ción del casique de Tumgazuca José Gabriel Condor-
canqui conocido por Tupac Amarii, siendo nombrado
teniente coronel de ejército y después mandaba como
coronel del Regimiento de infantería de milicias de Pau-
cartambo. Era jefe de batallón en la batalla de Gua-
qui, y después de la batalla de Sipesipe volvió con el

brigadier Lombera sobre La Paz que se hallaba sitiado


por los indios.
Después de la derrota de Cuaqui, algunos patrio-
tas sublevaron la indiada y sitiaron la población el 15
de agosto de 181 1, poniendo a sus moradores en los

mayores peligros hasta que las fuerzas muy superiores


de Benavente lograron arrollar a la indiada y librara
la ciudad de un eminente peligro. Astete y Lombera a
la cabeza de 2,500 hombres y 8 cañones llegaron el 18
de octubre, ante cuya presencia se amedrentaron los

indios y abandonaron el sitio. Astete se dirigió a Via-


cha, continuando su marcha hasta incorporarse al cuar-
tel general de Go}eneche. Bajo el comando de Tris-
tán hizo la campaña a las provincias argentinas. Des-
pués de la derrota de los realistas en Tucumán y Salta,

y la capitulación de estos en 181 3 se separó del servicio.


Vivió en el Cuzco apartado de los negocios públicos.
Doctor Pedro Astete, hijo de su hermano Luis
El
Domingo, vino a Bolivia com.o Encargado de Negocios
del Perú en la administración de Ballivián. Se hallaba
en Sucre, cuando se descubrió en Cochabamba la cons-
piración fraguada por el doctor Paredes, peruano, con-
tra el gobierno, fomentada sin duda por el general Cas-
tilla, enemigo de Ballivián. Cuando iba a ser capturado
logró evadirse.
El diplomáttico Astete, informado de lo que habla
acontecido, abandonó precipitadam.ente su misión sin
carta de retiro de su gobierno, pretestando enfermedad.
Depart amento de La Paz 8i

Astete D. José— Nació en La Paz el 19 de marzo


de 1749. Fueron sus padres Juan de Dios Astete y
María Ochoa, naturales de la ciudad de La Plata. Estu-
dió en la Universidad de S. Francisco de Javier de
Chuquisaca y fue abogado de esa Real Audiencia. Ca-
só con Ignacia Astoraique, y habiendo enviudado se
vino a La Paz.
Contrajo segundas nupcias con María Josefa Pe-
ñaranda en 6 de mayo de 1789. en quien tuvo a Cata-
lina Josefa en 30 de abril de 1790, María Manuela en

26 de marzo de 1796. Su hijo Agustín fue nacido en


Chuquisaca de su primer miatrimonio.
Era uno de abogados más distinguidos, y muy
los

querido en la la bondad de su carácter y


ciudad por
sus buenas cualidades personales. Regidor del Cabil-
do en 181 1 en unión de Quint, Landavere y Valdes.
Ocupada la plaza por las fuerzas cuzqueñas, al mando
de Pineloy Muñecas, Astete fue nombrado Goberna-
dor Intendente de La Paz el. 24 de septiembre de 1814,
desempeñó el cargo hasta el 4 de noviembre del mismo
año, en que fue derrotado el ejército patriota en las al-
turas de Achocaila. Astete hu)ó con dirección a Are-
quipa, donde fue tomado preso por orden del general
Ramírez, y a pesar de su edad avansada fusilado en
1815.
Su hermano José Manuel, nacido en La Plata, ca-

só en esta ciudad con María Rosario Cadima, h.ija de


Benito Cadima y Bernarda Fuentes en 8 de septiembre

de 1809.
Astorga Molina Vasconcelos D. francisco. -Na-
cido en La Paz, el 4 de octubre de 1670. Hijo del maes-
tre de campo Pedro Astorga e Inés de Molina Vas-
concelos, naturales de la ciudad de Santiago de Chile,
que vino nombrado Tesorero de Cruzada, Francisco
II
82 Diccionario Histórico del
casó con Gerónima Pastene Justiniano. Contador in-
terino de lasGajas Reales en 1704, al ano siguiente
Tesorero de Bulas de Gruzada, y más tarde Tesorero
de la Real Gaja. Vecino respetable que empleaba una
parte de sus entradas en beneficio de los pobres.
Tuvo un hermano Miguel, habido del segundo ma-
trimonio de su padre con Lucía Lira, que llegó a casar
con Melchora Oblitas, natural del pueblo de Lampa.
Asturiza^a D. Romualdo— Español. Teniente
deGorregidor de
Omasuyos. Ga-
sócon Mauricia
Landaeta , hija
del general Juan
de Landaeta, de
cuyo enlace na-
ció Juan Grisós-
tomo. Este casó
con doña Fran-
cisca Ronce de
León, tuvieron
a Manuel Faus-
tino.
El joven Faus-
tino estaba para
concluir sus es-
tudios, cuando el
invasor Gama-
rra vino por se-
gunda vez a pro-
fanar el sagrado
suelo boliviano,
Rumiialdo Asturizaga concurrió en su
defensa, asistiendo a la victoria de ingavi. Recibido de
abogado, desempeñó interinamente el cargo de Relator
de la Gorte Superior y después en propiedad. Murió
en 1868.
Aveleira D. José.— No sa^bemos de qué parte era
este español . Gon motivo de la sublevación de Tu-
Departamento de La Paz S3

pac-Amaru, la metrópoli envió el regimiento de Soria,


en cuyo cuerpo vino de capitán y cuando regresó el
regimiento a la península se quedó en el país. Cuando
en 181 1 Goyeneche organizó las fuerzas para hacer
frente al ejército argentino, Abeleira hizo parte de esas
fuerzas; pero no sabemos con qué graduación, combatió
en Guaqui, Sipesipe y en otras acciones ascendiendo a
coronel.
En 181 5 se encontraba en esta ciudad y por orden
del gobernador Landavere salió el 29 de noviembre so-
bre Yungas en persecución del patriota Miguel García
Lanza sin haber logrado sorprenderlo ni destrozarlo,
regresó el 18 de diciembre del mismo año.
Muñecas era la pesadilla de los realistas en los va-
lles de Larecaja. El coronel Abeleira recibió la comisión
de pacificar esa provincia, para el efecto salió de La
Paz en enero de 18 16, a la cabeza de 400 soldados; pe-
ro después de una campaña de 40 días llena de fatigas,
regresó a la ciudad sin haber logrado someter al tenaz
guerrillero.
Por tercera vez se organizó otra expedición centra
el infatigable cura, salió deLa Paz Aveleira con una
numerosa columna, al mismo tiempo salía de Puno otra

fuerza al mando de Gamarra. Ambos combinados pu-


dieron destruir a los patriotas en la acción de Colólo,
el 28 de mayo de 1816. El sanguinario Abeleira pací
ficó la provincia con torrentes de sangre.
Lanza se mantenía firme en las montañas de Ayo-
paya, en vista de lo cual Pezuela ordenó que las guar-
niciones combinadas de Cochabamba, La Paz, Sicasica

y Oruro sedirigeran sobre aquel punto, confiando su


dirección a Abeleira, éste tomó el camino de Charopa-.
ya, punto preciso para volver a Oruro y también de
difícil tránsito por sus empinadas cuestas y estrechos
desfiladeros; emboscado en uno de ellos les esperó
84 DícciONARio Histórico del

Chinchilla el menor teniente de José Miguel Lanza, y


cuando le vio metido en un paso muy penoso le acome-
tió de improviso el 20 de agosto de 1816. Aveleira
a duras penas pudo salvar de su triste situación, ha-
biendo perdido más de la mitad de sus soldados, presen-
tándose ante su general abatido y perdido en su crédito
de militar valiente.
Interinamente pasó de Subdelegado a la provincia
de Apolobamba en cuyo destino le tomó la victoria de
Ayacucho. Comprendido en la capitulación se reti-
ró para España.
Avellaneda y Valente D. José.— Natural de Lima,
iiijode Juan Crisóstomo Avellaneda. Estudió en la
Universidad de San Marcos de Lima y fue abogado de
esa Real Audiencia. En esta ciudad contrajo matrimo-
nio con Teresa Murillo, hija de Juan Murillo y Rosalía
luanes. Entusiasta partidario de la independencia.
Juntas secretas que trabajaban por esta santa causa en
el silencio y el misterio desde 1792 existían asi como
en otras poblaciones.
La que funcionaba e;i La Paz desde ese año está
fuera de toda duda y ai;,ainas de esas reuniones tuvie-
ron lugar en la casa de su esposa,
Challwakhatu. .calle

gobernador Burgunyó para extingir la llama re-


El
volucionaria apeló a medios vedados y mandó envenenar
sucumbiendo a cortos intervalos He-
a los principales,
rrera,Cabezas, Tien y Avellaneda que falleció repen-
tinamente, cuya fecha no hemos podido encontrar. Así
lo afirma el anónimo "Por libre" y Bilbao en "Sus me-
morias''.

Avellaneda Pray Juan de. Jesuíta español, r ec-
tor de la compañía de esta ciudad desde 1605. Religio-
so activo y celoso, gran predicador, durante su recto-
rado impulsó el traba]® de su templo. Entonces el local
donde funcionaba la Caja Real era propiedad de los je
Departamento de La Paz. 85

suitas. Conocemos un documento que lo expresa ter-


minantemente y dice: en 23 de enero de 1609 el Tesorero
Juan Cotrinade Montalvo, pagó setenta y dos pesos y 4
tomines de plata corriente al rector Juan de Avellaneda
de la compañía de JesúSjílos que pagó por los alquileres
de las casas donde estuvo las Cajas Reales de su majes-
tad, cuyo canon anual era de ciento veinticinco pesos.
No sabemos donde falleció este religioso.
y Carvajal D. Lorenzo de —Natural de
Avila
Avila- Vino nombrado corregidor de La Paz por el em-
perador Carlos V con título perpetuó expedido en 5 de
mayo de 1559. Tomó posesión el 5 de m3yo de 1560,
El corregidor de La Paz gozaba dos mil pesos de sueldo
anual; los que venían de Lspana debían gobernar cinco
años y los que residían en Aiiiérica tres años, Cad.i
embajador venía con un regul.ir séquito de familias y
allegados. Avila vino con sus dos hijos .Antonio y Pedro

y su hija María Esperanza. Fue muy laborioso y altivo:'


continuó el trabajo del Cabildo )• ¡a cárcel con un tesen
admirable, designó lotes para casas }- chacarillas a todos
los vecinos ya establecidos. Todas las calles que par-
ten de la plaza central, principiaron a arreglarse y to-
dos los vecinos siguiendo su ejemplo hicieron también
lo propio con sus fundos particulares. Ayudó eficaz-

mente al padre Ortega en lafundación del convento de


agustinos. Al mismo tiempo los treinta y dos encomen-
deros de la ciudad entusiasmados abrían los cimientos
para la Ig'esia Matriz de los españoles que más tarde
fue la iglesia catedral. Falleció el 4 de octubre de 1566,
enterrándose en San Francisco.
Avila D. Antonio —Nació en La Paz el 3 de junio
de 1770: hijo de Faustino de Avila y Francisca Rubio.
Hizo sus estudios en la Universidad de Chuquisaca don-
de obtuvo el título de abogado. Restituido a su ciudad
natal se consagró a trabajar por los futuros destinos de
86 Diccionario Histórico del

su patria. Antes de la revolución separatista de julio

las juntas secretas habían dictado ampliamente el plan


de Gobierno que debía nueva República, y
regir a la

tomadas todas las medidas necesarias para el buen éxito


de la causa que perseguían, con este objeto debían sa-
lir diputados comisionados a algunas provincias para le-

vantar el espíritu de los pueblos, siendo designado Avi-


la para la ciudad de Arequipa, que ya no tuvo lugar
después.
Realizada la revolución y conforme a lo acordado
anteriormente se organizó de
la Junta Tuitiva el día 28
juliode 1809, siendo Avila nombrado Director y asesor
de la representación, cuyo pedido aceptó la sala el 24
del mismo mes. Según el reglamento provisional de 28
de julio designando a los vocales de la Tuitiva el desem-
peño de sus atribuciones en calidad de diputados de ella,

quedó distribuid.! en cinco carteras, asignando, a Avila


en unión de Juan de la Cruz Monje la de Guerra y Jus-
ticia.

Desempeñó su cargo con entera decisión hasta la

disolución de ese cuerpo en 30 de octubre. El pidió el


enjuiciamiento del obispo La Santa apoyado por la Jun-

ta, la que encontró oposición en el alcalde provin-


cial Loayzi. Habiendo dirigido dos comunicaciones a
su hijo que se encontraba en Puno, en la primera de 5
de :;gisto le manifest.iba: «No conozco bastantemente
el interior de mis compatriotas, ellos pueden engañar
mi sencillez, si acaso piensan de distinto modo que pu-
blican sus papeles», y en la de 6 del mismo mes le de-
cía: «Esto toma un vuelo espantoso, se arman con ace-
leración y se disciplinan con la misma.» Cartas que
ocasionaron la prisión de su hijo, siendo enjuiciado por
el intendente Quimper.
Debelada la revolución por Goyeneche, fue tomado
Departamento dh La Paz 87

preso, se defendió con toda enteresa. Fue sentenciado


y condenado a un extrañamiento perpetuo de la pro-
vincia y a doscientas leguas de distancia sin que pudie-
ra pasar al Vireynato del Perú, además privado para
siempre de ejercer su profesión de abogado cuyo titulo

fue recogido. El 7 de marzo de 1810 salió desterrado con


dirección a la Argentina en unión de sus demás correli-
gionarios. Apenas llegaron a Córdova íes tomó la fe-
liz noticia de la revolución del 25 de ma)o del mismo
año en Buenos Aires que les llenó de consuelo. Per-
maneció en esa ciudad hasta la llegada de Castelli,
quien lo ocupó en el asesorato de la provincia de Potosí,
en cuyo puesto permaneció hasta el fracaso de las ar-

mas patriotas, entonces volvió otra vez a la Argentina.


Ignorándose la suerte posterior de este ilustre patriota.
Avala y Orosco Fray femando de- Natural de
Jerez de la Frontera. Religioso de la orden de San
Juan de Dios. No sabemos el año en que \'ino al Pe-
rú. Enviado por sus superiores vino a esta ciudad en
1663 de prior. Activo y laborioso, viendo que el hos-
sumamente estrecho para contener enfermos
pital era

de ambos sexos, y el cementerio o panteón lleno de


cadáveres, pidió permiso al Cabildo, justicia y regi-
miento para trabajar en otro lugar más apropiado, con-
cedido que le fue,sefijóen la parte entonces como aban-
donada a orillas del río de la. población. Compró im
solar que era propiedad de Di-^go Gonzales de Vega
por la suma de ochocientos sesenta pesos, el 5 de julio

de 16Ó3.
El propietario por afecto al Hospital hizo donación
de otro solar continuo en que se fabricó la enfermarla
de españoles.
El Cabildo por medio de su diputado el tesorero de
la RealHacienda Luis de Toledo pagó seiscientos pe-
sos por una huerta grande, Diego Gonzales de Vega
SS Diccionario Histórico del

dio de limosna quinientos pesos, cien se' recorrieron de


limosna de! vecindario por el 24 Mateo Pacheco, alcalde
ordinario en ese año.

comenzó el trabajo del


El 12 de diciembre de 1664
se<rundo Hospital que tuvo La Paz. El mismo día ven-
dieron el local antiguo al licenciado Cristóbal de La
Pfña, cura de Quiabaya,por la suma de mil quinientos
pesos, mil fueron pagados y el resto colocado en censo
sobre el dicho sitio, con el interés anual de sesenta y
cinco pesos y además se reservaron la madera y bara-
sones de la enfermería para emplearlos en la nireva
fábrica.

El Cabildo ordenó la erección de un cementerio


al bJo de este Hjspita!, en cumplimiento, después de la
cuaresma de 1665 fueron trasladados al nuevo panteón
los restos de los que se habían enterrado en el cemen-

terio antiguo, los gastos de esta traslación ascendieron


a la suma de doscientos pesos, que pagó a cuenta el li-

cenciado^ Cristóbal de la Peña.


El 9 de enero de i6ó8 compraron los juandedianos
del bachiller Valeriano de Espinal, cura de Italaque, un
pediizo de solar en el que edificaron la portería y la bo-
tica, costó ese terreno la suma de seiscientos pesos.
El prior Ftlipe Osorio de Aguirre compró en 6 de
junio de 1674 un solar perteneciente a los agustinos
pi^r sti. cientos pesos de principal y treinta de venta.
El 12 de septiembre de 1708 el presbítero Francisco del
Castillo, paceño, hizo donación de un sitio que colin-
daba por una parte con el río Chuquiyapu y por la
otra con la calle del Hospital.
padre consiliario y presidente^ Francisco Salinas
El
trabajó desde junio de 1743 a mayo de 1748 una nueva
enfermería y celdas para los padres, de suerte que con
aquella huvo en el Hospital tres salas para hombres
Departamento de La Paz 89

con treinta y cuatro alcobas y una para mujeres con


veintitrés alcobas situadas en un solo piso.
El padre Gregorio Soria prior desde julio de 1774
a mayo de 1777, trabajó la celda prioral y refaccionó
todo el convento. Como la ciudad carecía de una bo-
tica pública, en octubre de 1776 se transportó a la calle

del Hospital del interior del convento, y para ahorrar


gastos se logró el beneficio de vender los medicamentos
al pueblo.
En 1630 era médico del Hospital el licenciado Diego
Tello de León. padre Ayala falleció en 1702 en una
El
edad muy avanzada.
Ayílón D. Domingo.— Nacido en Coripata de la

provincia de Yungas. Semina-


Estudió en el Colegio
rio hasta obtener el grado de doctor en Teología. Fue
ordenado en Cochabamba por e¡ obispo Granados en
1870. Capellán del camarín de Copacabana; capellán
de las carmelitas; cura de S. Pedro; Prebendado; se-
cretario del obispo Baldivia; Arcediano; Vicario Capitu-
lar a la muerte del igual Bavía. Ha construido una her-
mosa capilla pública que tiene un precioso altar traído
de España, en el que se venera la imagen de la x'írgen
del Rosario, obra artística europea. Mediante sus es-
fuerzos se fundó una escuela católica.

Ayoroa D. Juan.— Natural de Castilla la Vieja.


Este maestre de campo \-ino nombrado corregidor de ia

provincia de Sicasica en i70¿-. Al radicarse en ia ciu-


dad, casó con Ana María de Bulucua, de cuyo enlace
tuvo Antonia Baltazar en 13 de junio de 1729, José
a
en 19 de marzo de 1730 )• xWariano en 4 de mayo de
1732. Alcalde ordinario de p:imer voto del Cabildo en
1730. Falleció en 1770 en una edad muy avanzada.
Ayoroa y BiiluGua D. José.— Nació en La Paz el
19 de marzo de 1730, fue hijo del anterior. Hizo sus
12
90 Diccionario Histórico del

estudios en la Universidad de Chiiquisaca, donde reci-


bió el grado de doctor en cánones y teología, así como
la toga de abogado ante la Real Audiencia de La Plata,
siendo también en la de'Lima, A su regreso fue or-
denado de sacerdote poj el obispo Parada en 1755. Cu-
ra de Huarina; Viacha; Racionero; Examinador sinodal;
consultor del santo oficio;
Provisor y Vicario generad-
Chantre en 17743/ Dean en 1768. Sacerdote ilustra-
dísimo. Murió el 6 de noviembre de 1672, siendo se-
pultado en la Catedral.
AyoroaD. Mariano —Nació en Coripata el 7 de di-

ciembre de 1769
hijo del anterior

Contrajo matri
monio ^on Vicen
ta Juaresli Egui
no, viuda de Ro
drigo Flores Pi

con en I ? de no
viem.bre de 1802
Había servido
como voluntario
al lado de su pa-
J:e durnnte el a-
s^'cio de la ciudad
en 1780. Alcal-
de de La Santa
Hermandad en
1802. El Virey
Mariano Ayoroa
de Buenos Aires
le nombró subteniente de la 4.^ compañía de fusileros,
cuerpo recien creado en 22 de diciembre de 1802, lo qre
aprobó el Rey en 10 de agostóle 1804.
Departamhntq de La Paz 91 •

El regidor José Montenegro había renunciado su


vara en favor del Hospital San Juan Evangelista. Se
presentaron dos postores Joaquín Sánchez de Velasco
que ofreció 700 pesos por armadas y Ayoroa al contado.
Reunida la Junta de almonedas el 16 de julio de 1802 en
los portales del Cabildo, compuesto del gobernador Bur-

gunyó, el asesor Dávila, y los ministros de la Real ha-


cienda José Ga'cía y Mesa, tesorero interino, Toribio
Cano contador y el defensor Justo Puertas. Dado los

tres pregones de ley por Manuel Mamani y no habiendo


otro postor fue adjudicado a Ayoroa. Elevado el asun-
to ante el Virey, este aprobó en 16 de diciembre de
1802, nombrándole regidor con todas las preminencias
y pago de 20 pesos por derechos de media anata. Con-
firmada por Fernando Vil en 7 de diciembre de 1810.
Cargo tan apetecido por los criollos que, les costaba su
plata, su tiempo y sus mortificaciones.
El Cabildo de i? de enero de 1809 fue muy bo-
rrascoso, lo mismo que en el año anterior. El capitular
Medina, opinó: «que el único remedio para evitar disen-
cíones era que las autoridades superiores por algunos
años liniitados enviaran el nombramiento de alcaldes.»
A\'oroa y los otros capitulares se opusieron enérgica-.
mente, más por mortificar al Gobernador, este solicitó

el parecer del asesor Teviera, y con su dictamen se pro-


cedió a la elección .

En julio estuvo Ayorca en sus propiedades de Yun-


gas, llamado por el Cabildo regresó a mediados de agos-

to. El afirma que se opuso en todo al «traidor Murillo»,

y aún le amenazaron con la horca. Para acreditar su


fidelidad al Rey, hizo producir una declaración jurada
de varios testigos.
Después de la derrota de los patriotas en Guaqui
y estando amenazada la ciudad por los indios, hizo cons-
Q2 Diccionario Histórico del

truir a su costa un paredón detrás del convento de San


Agustín, refaccionó las trincheras de las Recogidas y la

Riverilla. Murió en 1824 de capitán de milicias.


Su hermano Juan José casó con Juana Rita Oquen-
do, distinguida paceña, en quien tu\'o a Santiago José
en I ? de agosto de 1779.
Ayoroa y Bulucua DAntonio f3a!tcizar.— Nació
en La Paz el 1729: hermano mayor del
13 de junio de
anterior. Estudió en la Universidad de San Francisco de
Javier de Chuquisaca, llegando a ser ahogado de esa
Real Audiencia. A su regreso a La Paz, casó con
Evarista l^acheco Salgado en 20 de junio de 1757, en
quien tuvo a Juan José en 23 de noviembre de 1758,
Antonio en i ? de enero de 17Ó0 y Mariano, fue al-
calde ordinario varias veces. L11 ti cerco, comandante
de la trinchera de San Sebastian, construyó a su .cesta
un baluarte. Auxilió con víveres a la tropa, lo mismo
que al vecindario. Fue bastante rico: tenía sus propie-
dades en Yungas, donde pasaba largas temporadas. Mu-
rió en 1780.

Baenay Antipara D Diego- Natural de Lima.


Fue casado con María Josefa Rivero!, natural de Santa
Fé del Tucuman. Este maestre de campo fue un afor-
tunado minero que principió sus trabajos en Araca, per-
teneciente entonces al arzobispado de La Plata, consis-
tiendo sus propiedades en casi todas las valiosas fincas

de ese cantón. En 1755 contaba ya una fortuna colo-


sal: desprendido y jeneroso, dio sumas considerables pa-
ra la construcción del templo de San Francisco, para el

trabajo del templo de las carmelitas y otras obras pías

de la ciudad de Oruro, donde falleció casi en la pobreza,


Diccionario Histórico del 93

Los franciscanos trasladaron sus restos y después de


unas solemnes^ exequias lo sepultaron al pie del altar de
la Pretina.

Balboa D. Francisco. —Natural de la provincia de


León. Este maestre de campo casó con María Mogro-
bejo en 1780. Durante el asedio de esta ciudad por
Tupahj-Katari sufrió todos las penalidades de aquel terri-

ble asedio, así como concurrió a su defensa. Nombrado


alcalde ordinario de segundo voto al año siguiente, hizo
los mayores esfuezos para ayudar al socorro de la ciu-

dad y atender a todas las necesidades de los vecinos.

Balboa D. Luis Eustaquio. — Natural de Pucarani,


cacique de Laja y Achacachi. Tomó parte activa en
la revolución de julio, levantó a los abDríjenas y tuvo a

sus órdenes tres mil indios armados de lanzas, que ins-

truía y adoctrinaba el escribano Manuel Cáceres. Es-


tos ayudaron eficazmente en la traslación del destaca-
mento que marchó a TialKianacu y otras comisiones
importantes. Capturado por orden deGoyeneche des-
pués de su entrada a esta ciudad, se le condenó a un
extrañamiento perpetuo del partido de Omasuyos, des-
pués de un arresto de cuatro meses. Prestó importan-
tes servicios a la expedición argentina, y después de la

derrota de Guaqui se le privó del casicasgo.

Ballivián y Gareda D. Ramón.— Natural de Sam-


bur, del consejo de San Jorge Santurse, en las encarta-

ciones del señorío de Viscaya. Hijo de Manuel de Balli-


vián y María Igareda. En esta ciudad contrajo matri-

monio el 5 de agosto de 1778 con Francisca Barrios de


Salgado, hija del maestre de campo Cristóbal de Ba-
rrios y Salgado, de cuyo enlace tuvo a María Rosa Car-
lota en 4 de noviembre de 1780, Cristóbal Leonardo en
6 de noviembre de 1784, Juana María en 24 de junio

/
04 Departamento dé La ?ki
de 1787, Manuel Primo Feliciano en 9 de junio de 178B,
José Maiia en 24 de octubre de 1796.
El y su hermano ,Jorge ejercitaban el comercio de
empeños, y como el pueblo odiaba profundamente esta
casa de usura^ el protomártir Graneros en la noche del
16 de julio hizo esfuerzos supremos para que no fuese
incendiada.

Teniente Coronel de ejército en 1797, alcalde ordi-


nario en 1800, Teniente Coronel de milicias de esta ciu-
dad en 1810 y regidor del ayuntamiento constitucional.
Operada la revolución de julio, abandoron en unión
de su hermano misteriosamente la ciudad. Ramón re-
gresó después de la ocupación de Goyeneche, hizo es-
fuerzos para salvar a Graneros de la muerte, para con-
graciarse con General arequipeño obló ocho mil pe-
el

sos para la mantención de las tropas de Arequipa; pero


no pudo conseguir nada. Odiado por los patriotas que
lo tenían por su enemigo, creyó prudente a la aproxi-
mación de las fuerzas argentinas emigrar con su familia
a la ciudad de Arequipa; apesar de haber suscrito en 16
de noviembre de 1810 la acta de sumisión a la junta re-
volucionaria de Buenos Aires. Regresó después de la

derrota de los patriotas en Guaqui. Murió el 5 de oc-


tubre de !8ii, y su esposa dejó de existir el 15 de di-

ciembre de 1820.
Su hijo José María, casó con dona Josefa Guerra.
Regidor del Cabildo en 1821. Diputado por La Paz a
la primera Asamblea convocada por el General Sucre.
Prefecto de La Paz en 1839. Velasco en 1840 lo deste-
rró a Cüchabamba por antipatías a su familia porque
era ciudadano pacífico. En 1841, hizo parte de la Jun-
ta de Gobierno, encargado de la administración de la

República durante la permanencia de Ballivián en el -

Perú.
. Diccionario Histórico del 95

Ballivián y Gareda D. Joráe.— Natural de Visca-


ya, Hijo de Matías Ballivián y Gareda y María Felipa
de Zuazo y Mermello. Contrajo matrimonio en 27 de
marzo de 1800 con Isidora de Seguróla y Rojas, hija del
General Sebastián de Seguróla y María Josefa Úrsula
de Rojas y Foronda, de cuyo enlace tuvo a María de La
Paz Josefa en 25 de enero de 1801, María Juana Josefa
en 24 de noviembre de 1803, José en 5 de mayo de
1804, Vicente en 22 de enero de 1810. Alcalde de la
Santa Hermandad de segundo voto en 1804, diputado
de comercio.
Cómo español fue adicto ala causa realista, y los
patriotas sospechando de él, le contaron naturalmente
entre sus enemigos. Cuando estalló la revolución se
hallaba retirado en su hacienda de Cebollullo, donde se
sospechaba tener armas, y se fabricaban cañones, por
lo que enviaron una comisión de soldados bajo las ór-
denes de Antonio Lecaros para hacer la requisa de esa
propiedad; regresó rápido el comisionado afirmando no
haber^encontrado nada . Mientras tanto se había susu-
rrado en la población la noticia deque habían sido pasa-
dos a degüello. Su llegada de la comisión el 20 de
julio, tranquilizó los ánimos.
Ballivián cumplimentó al Cabildo muy cortesmen-
te, pero no cabe duda que en su finca habían armas y
tal vez se fundían cañones.
Se íiuser.tó sigilosamente y regresó cuando la sen-
tencia, por ver si podía salvar la vida de Graneros que
con tanta vehemencia había defendí Jo su casa del furor
del pueblo.

Suscribió el a la Junta de Bue-


acta de sumisión
nos Aires, pero aproximación de Castelü huyó has-
a la

ta Arequipa con su esposa que aunque opuesta a la


independencia era de buenas intenciones porque era
rica y sin duda temía perder sus bienes.
»

96 Diccionario Histórico DEL

Se incorporó a las fuerzas de Goyeneche.. En la


batalla de Guaqui, peleó en la ala izquierda, como
con^.andante de un cuerpo. Ascendido a coronel; en
Vücapugio se batió a la cabeza de su escuadrón, lomis-
mo que en Ayuhuma. En 1814 una fuerza enviada del
Cuzco a esta ciudad al mando de Pinelo la atacó Ba-
llivián se encontró entre los defensores realistas capi-

taneado por Valde Hoyos, y cuando éste después de


un recio combate quedó derrotado el 24 de septiembre
de 1814 fue tomado preso.
El 28 del mismo mes habiéndose incendiado el

cuartel, y atribuyéndose esta catástrofe a los realistas,


el populacho hizo un destrozo de éstos, una de esas
víctimas fue Balüvián, cuyo cadáver arrastraron hasta
el panteón que poco antes se habia establecido en Poto-

poto.

Baüivián D. José.— Nació en La Paz el 5 de mayo


de 1804, siendo sus padres Jo-ge Ballivián e Isidora Se-
guróla. Muerto su padre en la hecatombe dd año 1814
quedó huérfano a los nueve años.

El año 1817 liego a La Paz el regimiento Extrema-


dura al mando de Ricafort, quien se alojó en la casa de
su madre, éste tomó cariño y logró que sentara plaz
le

en su cuerpo, con este motivo emprendió viaje al cuar-


tel general situado en Suipacha,de donde abierta la cam-

paña sobre Salta se retiró e! ejército realista al tener


conocimiento de que San Martín llevaría la guerra a
Chile. En esta desastrosa retirada hasta Potosí fue as-
cendido Billivián a subteniente, y por motivos de salud
vino destinado a La Paz de ayudante del intendente Sán-
chez Lima. Principió atener simpatías por la indepen
dencia y se puso en relación con los principales patriotas

p~a^eños. En esa épo:a guarnecían La Faz el primer


regimiento y el batallón de la Reina, aquel mandado
Departamento de La Paz 97

por el coronel Ramírez y éste por Goibura. Ballivián


aprovechando de la amistad logró conquistar a los ca-
pitanes Juan Pinedo y Morillo, los que a su vez com-
prometieron a otros con el objeto de hacer un pronun-
ciamiento de acuerdo con el guerrillero Lanza.
Los cuerpos salieron, uno a Sicasica y el otro a
el

Calamarca, donde un sargento comprometido lo denunció


a Ramírez, éste mandó prender a Pinedo, Murillo y So-
ria, quienes después de un lijero sumario fueron fusila-
dos en Ayoayo.

Ballivián y los comprometiJos re dirigieron a las


montañas de Ayopa\'a donde fueron bien recibidos per
Lanza. Resuelto el Virey a term'nar. de una vez
con las huestes de aquel guerrillero, envió a Jerónimo
Valdez con una fuerte división engrosada con lis guar-
niciones de Oruro y La Paz. Durante la campaña se
halló Ballivián en el combate de Colomi, tomado pri-
sionero fue encerrado eiT la fortaleza de Oruro y tras-
ladado después a la isla de Esteves; más tarde condu-
cido al Cuzco y destinado de soldado al regimiento de
la Guardia, donde también proyectó una fuga que le

salió fallida. Llamado a Arequipa fue des-tinado de


caballerizo a su antiguo regimiento acantonado en Sa-
vandia cuyo oficial era Narciso Irigoyen.

Logró conquistar a un soldado Toro, paceño, y to-

mando los mejores caballos se fugaron con dirección a


Puno, atravesando las ásperas sierras de Apo y Pati,

llegando a Chucuito donde fueron favorecidos por el

cura Prieto. Restablecido de su fatiga se dirigió a Ti-


quina donde permaneció hasta la ocupación de La Paz
por Olañeta, regresando a poco al seno de su familia.
Realizada la independencia de Bolivia, el general
Sucre le destinó de capitán al batallón Granaderos nú-
mero tres; cuando la sublevación de Voltíjeros el 18 de

13
98 Diccionario Histórico del
abril de 1812 en esta ciudad, defendió con denuedo la
legalidad destrozando a los sublevados en el campo de
San Roque, siendo ascendido a segundo jefe de su cuei-
po. Cuando fue herido el vencedor de Ayacucho acu-
dió presuroso a defender al héroe poniéndose en cuatro
días de Sicasica a Chuquisaca.
Elegido Presidente de Eolivia Pedro Blanco bajo la
influencia de las bayonetas peruanas, Ballivián en
unión de Armaza y Vera lograron derrocarlo al traidor
el31 de diciembre de 1838. Bajo el gobierno de Santa
C'-uz hizo las campanas de la Confederación y por su
heroico valor en la batalhi de Yanacocha y Socabaya,
fue ascendido a General de Brigada en el campo de ba-

talla;pero donde todavía desplegó un arrojo admirable,


fue en Uchumayu donde a la cabeza de una ligera co-
lumna trató de forjar el puente de ese río defendido por
t^do el ejército enemigo a las órdenes del general Sa-
laberri.

Después de la paz de Paucarpata, Ballivián que


era jefe del Estado Mayor del ejército del Norte, reci-
bió orden de situarse en Arica, viajaba en la Confede-
ración" cuando atacado por los buques chilenos fue
capturado y conducido prisionero a Valparaíso, de don-
de logró fugarse en la fragata francesa Andromede, y
después de m.uchas fatigáis desembarcó en Arica diri-
"giéndose a Tacna, de donde se vino a La Paz.
Ballivián aprovechando del descontento délos pue-
blos contra Santa Cruz, el 15 de febrero de 1839 des-
conoció la autoridad del Protector. Reunido el pueblo
en comicio declaró Restauradalai República. El general
Velasco fue proclamado Presidente de la Nación, quien
encomendó a Ballivián una misión en Europa; más co-
mo el Congreso no eligiera a este Vicepresidente para lo
que había sido designado por dos departamentos, causó
su enojo, declarándose contra el gobierno el 7 de julio de
Departamento de La Paz gg

1839 y proclamándose Presidente. A la cabeza de 3 ba-


tallones y un escuadrón se dirigió en busca de las fuer-

zas de Velasco, éste había puesto sus tropas al mando


del general Medinaceli. Avistados en Sicaya, durante
la noche Medinaceli ejecutó una retirada falsa sobre Co-
chabamba por caminos escusados, Ballivián emprendió
marcha sobre la misma ciudad, pero por rumbo distinto.
Su vanguardia a órdenes del Coronel Irigoyen sorpren-
dida en la Chimba el 13 de julio fue dispersada. Medi-
naceli ocupó Miraflores, donde se le incorporó Irigoyen
traicionando a su jefe. Baüivián viéndose abandonado
retrocedió sobre Sipesipe, donde hizo alto; más viendo
la dispersión de la tropa, se fugó al Perú.
Asilado en Puno, Ballivián acechaba el momento
oportuno para escalar al poder. Conforme a sus deseos
el batallón 5.^ acantonado en Laja le proclamó Presi-
dente el 22 de septiembre de 1841, se vino rápido como
el rayo, y en Tiahuanacu asumió la suma de los pode-
res públicos el 27 del mismo mes.

Gamarra a pesar de haber tenido conferencias en


sentido pacífico, con Ballivián, el 12 de octubre de 1841,
hollaba por segunda vez el suelo boliviano a la cabeza
de seis mil soldados. El gobierno envió inmediatamen-
te una comisión encomendada a Bilbao y Cardón de
protesta contra su conducta aleve y traidora: su contes-
tación fue evasiba, asi como en sus comunicaciones
posteriores empleó siempre la falsía y el engaño para
adormecer a Ballivián.

En vista de la eminencia del peligro, el ejército bo-


liviano se reunió en Pucarani el 6 de octubre, avanzó
hasta Guarina, resuelto a batir al invasor; pero vista la

inferioridadnumérica se acordó la retirada a Sicasica


donde debían engrosar sus filas con los contingentes en-
viados de todos los pueblos de la República.
too Diccionario Histórico del
El ejército peruano continuando su marcha ocupó
La Paz el 13 de octubre, donde cometió toda clase de
extorsiones, hasta que tan peligrosos huéspedes desocu-
paron el 6 de noviembre yendo a situarse en Viacha,
donde se fortificaron.

Ballivián tomó la ofensiva y rompió la marcha di-


rigiéndose contra el enemigo el 13 de noviembre, hizo
alto en Iñupampa, lugar poco distante delcampo contra-
rio. En orden de batalla el 17 del mismo mes avanzó
hasta una legua distante del enemigo. Informado que
el batallón Puno había salido de La Paz, para
incorporarse en su ejército, trató de evitar, lo que no
pudo conseguir. El ejercito boliviano pernoctó en In-
gavi.

Era el 18 de r.oviembre de 1841. Saludó el ejérci-


to peruano al de Bolivia con un cañonazo que fue con-
testado con otro. BuIIivián dispúsola línea en este or-
den: el ala derecha formaban los batallones 10 y 12 al

mando del Coronel José María Silva, en el centro el

batallón 6 y en la izquierda el 8 bajo las órdenes del


Coronel Rivero. La reserva componían los escuadro-
nes de coraceros y los batallones 5, 7 y 9. La artille-

ría dividida por secciones, cerraba los espacios entre las


columnas.
La línea peruana formada en columnas paralelas
avanzó resueltamente con el propósito de envolver
nuestra ala izquierda. Un cambio de frente operado
diestramente dio a este costado la ventaja de quedar
cubierta con la casa dé hacienda de Ingavi. La caba-
lleria peruana pasando de un costado a otro, adelantó su
ala derecha. Entonces Ballivián desplegó una guerri-
lla al frente de este postado para atraerlo insensible-
mente.
El peruano rompió primero el fuego de artillería que
Departamento de La Paz ioi

no fue contestado, sino cuando las masas enemigas ofre-


cieron blanco seguro, como en efecto abrieron claros
enormes.
«Gamarra tenía su derecha a 200 pasos de la nuestra,
entonces Ballivián dice al ejército: Soldados, a esos ene-
migos que tenéis al frente, los veréis desaparecer en breve
ñjmo cuando las bate el viento.
las nubes ^ Manda re-
tirar la guerrilla, ordena que Sagárnaga cargue con el

batallón 8 y un escuadrón de coraceros. Ai propio


tiempo manda cargar por la derecha al General Lara
con tres escuadrones de caballeria, y a los coroneles
Silva y Rivero, que ataquen de frente a la bayoneta».
«El combate se hace general en toda la linea. La lu-

cha es desesperada. El ímpetu del ataque, llevó a núes


tros ginetes victoriosos más allá de la linea enemiga.
Los dos costados han sijjo arrollados y envueltos en
confusión, huyen en tropel, dejando su artillería en po-
der de nuestros soldados. Sólo el centro resiste toda-
vía. La victoria se disputa a palmos. Gamarra está
allí dirigiendo la defensa. Sus batallones forman cua-
dros y se baten apoyados en las rancherías de la llanu-
ra>.
«Entonces, cargó la reserva mandado por el Coro-
nel Satizábal }' Sanjinés y Belzu.
sus esforzados jefes
La artillería hace sus últimos disparos sobre aquella ma-
sa, cuyas oleadas no ceden hasta que el Generalísimo
Gamarra, cae traspasado de dos balas en medio de un
montón de cadáveres*. Los peruanos se entregan a la
fuga y la victoria es completa. Dejaron como trofeos
al vencedor 4 banderas, 8 cañones, 300 fusiles, 200 lan-
zas y todo su parque. Cayeron prisioneros el General
Castilla, 24 jefes, 150 oficiales y 3200 soldados. De-
jaron en el campo 500 muertos y 422 heridos. El ejér-

cito vencedor perdió 6 oficiales y 208 muertos, además


434 herido?.
102 Diccionario Histórico del .

Balüvián se había encumbrado a la más alta gloria,

destrozando al eterno enemigo de su patria.


Dejando enconiendada la administración de la Re-
pública á un Consejo de Gobierno partió el 4 de enero
de 1842 con dirección a Puno. Hizo ocupar parte del
Departamento de Moquegua con fuerzas bolivianas.
Permaneció medio año en inacción, hasta que aburrido
el gobierno peruano, cuyas
entró en negociaciones con
preliminares se iniciaron en Vilque, entonces regresó a
Bolivia; más como el Tratado no se concluyese pronto,
y concluyó en 7 de junio de 1842.
regresó, aceleró
A su regreso convocó una Convención Nacional, la
que inauguró en Sucre sus sesiones. Aprobó los actos
de Balüvián, le dio las gracias por su triunfo en Ingavi,
y le concedió honores.
Al aílo siguiente, ¡os comicios populares le favore-
cieron con 7,331 votos para Jefe de la Nación. El con-
greso proclamó Presidente Constitucional, y le invis-
le

tió el 14 de agosto de 1844.

Las conspiraciones crucistas principiaron a agitar-


se. Descubiertos sus autores fueron conducidos al

cadalzo: Felipe Aramayo, Pedro Cardoso, Tomás He-


rrera, José María Blanco y Juan de Dios Cossío en Su-
cre, Fructuoso Peña e Isidro Gámez en Oruro, El hé-
roe de Ingavi no conocía la clemencia, su carácter des-
pótico le hizD desmerecer ante la opinión, así como sus
tendencias aristocráticas !e concitaron la antipatía de
las multitudes.
El coronel Belzu en la tarde del 5 de junio de 1847,
fue conducido a Obrajes de último soldado, logró en la
misma noche sublevar el batallón 5 ? a cuya cabeza
vino en persecución del Presidente, éste al oír el movi-

miento escalando el muro interior del palacio huyó has-


ta el Alto, regresando al día siguiente después de la

reacción. Juzgados en consejo de guerra fueron con


DEPARTAMENTO DE LA PaZ 103

denados a la pena capital Belzu y sus cómplices, no lia-


hiendo sido hallados más que el capitán Carlos Echazú

y el subteniente Rafael Torreiio fueron fusilados el i P


de julio.

Además de los conatos re\'olucionarios en el inte-


rior, el Perú enemigo de Ballivián, conspiró por derro-
carlo, enviando a sus ministros diplomáticos de agentes
revolucionarios. Subió las tarifas aduaneras, y Soli-
via decretó en retorsión una interdicción absoluta. La
guerra parecía inevitable, pero ftlizmente no llegó a
realizarse mediante el tratado de Arequipa.
En el sud estalló la revolución velasquista, al te-
ner conocimiento Ballivián se declaró en campaña, sa-
lió de La Paz el 23 de octubre a la cabeza de su ejérci-
to, llegó a Potosí el 5 de noviembre, donde fusiló a tres
ciudadanos. Agreda había dejado la ciudad dos días
antes, dirigiéndose encomendando §u retaguar-
al sud,
dia al coronel Irigoyen con 300 hombres, el que alcan-
zado por la vanguardia del gobierno al mando del gene-
ral Silva, fue destrozado en la Lava el 6 de noviembre.

Ballivián que continuaba su marcha acelerada en


persecución del enemigo, dio alcance a Agreda en Viti-

chi, éste que ignoraba el desastre de su vanguardia se


sorprendió; buscó posiciones en las inmediaciones del
pueblo, ocupando un basto espacio en el fondo de una
quebrada, donde situó sus batallones y regimientos de
caballería, unos parapetados, y otros dominando la ci-
ma de un pequeño cerro.
El Presidente después de hacer el reconocimiento
del campo enemigo, mandó cargar con el batallón 5?
la derecha de Agreda, con el 6? el frente y el 8 ? a
cuya cabeza se hallaba él a la bayoneta. Efectuado
así el ataque a toda la línea, al cabo de dos horas y me-
dia de combate, los revolucionarios fueron derrotados
(7 de noviembre^de 1847).
104

Al
Diccionario Histórico del

mes cabal se revolucionó el norte, entonces Ba-


5
llivián resolvió dejar el mando. Llamó a Guilarte y le
trasmitió la Presidencia el 23 de diciembre quedando
él de general en jefe del ejército. No encontrándose
seguro recibió nombramiento de Ministro en Chile, y
de Pocoata el 23 Je di:iemibre se dirigió a su destino.
En su administración creó el Departamento del Be-
ni, promulgó el Código Militar, fundó un Colegio de ca-

detes, hizo explorar el Pilcomayo, estableció una ofici-


na de estadística. En su ciudad natal edificó el Pala-
cio de Gobierno, el Teatro, una fuente de marmol para
la plaza, el mercado Sucre, el puente del Panteón y el

de Santa Bárbara.
De Chile pasó a Rio Janeiro, donde falleció el 6 de
octubre de 1852.
Ballívián D. Mariano.- Nacido en Cochabamba
hermano menor del anterior. Muy joven sentó plaza
en el ejército, concurriendo a los hechos de armas de la

Confederación. Perseguido por Velasco en 1834.


Continuo en el servicio ccncurriendo a la batalla de In-
gavi, en que ascendió a coronel. Diputado por La Paz
al Congreso de 1844. Se encontraba en Obrajes como
jefe de un cuerpo en 1S47, cuando Belzu fue conducido
de último soldado a ese punto, sublevó el cuerpo y se
vino en busca del Presidente. Ballivián conducido pre-
so, logró reaccionar y le dio de mano a Belzu para que
se fugase: había sido su condiscípulo y lo estimaba. El
Congeso extraordinaiio Je ese año lo ascendió a la alta

clase de General de Brigada.


Belzu asilado en el Perú, reuniendo una montonera
organizada en la frontera ocupó la provincia de Oma-
suyos en noviembre de 1847. El general Ballivián a
li cabeza del batallón 10 se encaminó en busca del re-

volucionario, y lo derrotó fácilmente el 25 de noviem -

bre en Guarina, tomando más de 100 prisioneros.


Departamento de La Paz ^ io$

Dueño de los destinos de Bolivia el general Belzii,


no se conformaren los ballivianistas. Aprovechando
de la ausencia del Presidente que se habla dirigido a so-
focar la revolución de Oruro, sobornaron el batallón
Carabineros, el que en la mañana del 12 de marzo de
1849, se revolucionó en favor de Ballivián, atacó a la

columna de tomó y se hizo dueño de la si-


policía, la
tuación. Los autores Prudencio y Mariano Ballivián,
aprisionaron a los belcistas.

El pueblo adicto a Belzu, desde los primeros mo-


mentos se dirigió al Alto de la ciudad compuesto de
hombres, niños, ancianos y hasta mujeres, los que cc.-
pitaneados por Pastor S. Riva y el argentino López,
descendieron a medio c.ia, apesar de contar con pocos
fusiles. Acometieron al cuerpo con un furor desespe-
rado, batiéndose cuerfo a cuerpo. Prudencio y Balli-
vián emprendieron la fuga a las cinco de la tarde, de-
jando a los capitanes Torrelio, Silva y Murgu'a, ios

que continuaron batiéndose hasta las primeras horas


del dia siguiente. El coronel Miguel Aguilar que se di-

rigió como parlamentario fue muerto a balazos en la

puerta del cuartel. El batallón viéndose perdido em-


prendió retirada hacia el río abajo.

La plebe enfurecida a la vista de 300 cadáveres y


multitud de heiidos juró venganza. Al día siguiente se
entregó al saco de las propiedades de los ballivianistas
más distinguidos o parientes ¿c\ genera!. Asimismo la

de Bustamante, Irusta, Guillen, Arduz, Postigo que


sucumbió defendiendo sus int-ereses (peruano).

El general Mariano Ballivián permaneció proscrito


algunos años fuera del país. Volviendo en la adminis-
tración Linares. Su sobrino Adolfo, proclamado Pre-
sidente de la República al organizar su primer gabinete

14
io6 Diccionario Histórico del

le encomendó la cartera de Guerra en 9 de mayo de


1873. Vino en comisión para hacerse cargo de las

fuerzas existentes en La Paz como general en jefe. Re-


nunció después ese cargo así como el ministerio. Mu-
rió a poco.
Vicente Ballivián, permaneció largos anos en pla-
yas extranjeras proscrito. En 1870 Ministro de Boli-
via ante el gobierno francés. Ha publicado El archivo
boliviano, que desgraciadamente ha quedado en el tomo
primero.

Ballivián D. Manuel Vicente— Nació en la ciudad


del Misti por los años de 1848, durante la proscripción
de su padre: hijo de Vicente Ballivián y Rojas y Josefa
James. Recibió educación esmerada, consagrándose
especialmente al estudio de las lenguas extranjeras que
las posee con perfección. Adjunto de la Legación de
Bolivia en Francia y después su Secretario. A su re-
greso al país se entregó al estudio con un tesón admi-
rable. Delegado del gobierno en el noroeste: recorrió

esas insalubres selvas con peligro de su vida, despre-


ciando las epidemias, y soportando toda clase de fati-

gas.

El ministro Ochoa creó la oficina de «Inmigración,


Estadística y Propaganda Geográfica» del que fue nom-
brado jefe Ballivián. Su actividad y loboriosidad no
encontró límites, publicando o traduciendo de otros idio-

mas, todo lo referente a Bolivia: Historia, Geografía,


Comercio, Estadística, etc. Llamado a la cartera de
Colonización y Agricultura en 1904. Al dejar el por-
tafolio volvió a su antiguo puesto. Al presente después

de organizar todo lo necesario se ha dirigido a la Expo-


sición Panamá-Pacífico, con el carácter de Comisario de
Bolivia,
Departamento de La Paz 107

Ballivlán D. Adolfo.— Nació en La Paz el 115 de


noviembre de 1831. José Ballivián y
Hijo del c^eneral
D. Mercedes Coll. Recibió regular educación como pa-
ra literato, artista y músico. En 1842 era subteniente
de la escolta y su brillante comportamiento en la ac-

ción de Vitichi, le valió el grado de capitán. A la cal-

da de su padre en Valparaíso, ingresó en un colegio


mercantil, dedicándose al francés e inglés, lenguas que
fueron de su predilección.
En unión de Linares en 1855 penetró a la Provin-
cia de Omasuyos una revolución que fracasó.
a fraguar
En septiembre del mismo año se hallaba en Sucre, y fue
enviado como parlamentario al encuentro de las fuer-

zas de Córdova, hecho prisionero en el Terrado, fue


conducido a Potosí y condenado a ser fusilado, ejecu-
ción que evitaron personas influyentes.
Linares en el poder le llamó a su lado de edecán, le

confirió grado de Teniente Coronel, y a poco le enco-


el

mendó la Jefatura de un cuerpo de caballería. Cuando


el golpe de estado (el 14 de enero de 1861) se hallaba
con su cuerpo en Sapahaqui, no aceptó el nuevo orden
de cosas y se retiró del servicio.

Elegido diputado por la provincia de Pacajes e In-


gavi a la Constituyente de t86i, m.ereció el honor de
ser nombrado su presidente y en este carácter invistió
al General José María Achá de Presidente de la Nación.

Reelegido por la misma provincia a los Congresos 1862


y 64. Opositor
al gobierno, emigró a! Perú y no con-
currió alCongreso extraordinario de 1863 reunido en
Oruro. Emprendió viaje a Europa, recorrió Inglaterra,
Francia. España e Italia. Volvió al país en 18Ó4, V
concurrió al Congreso de ese año.
Melgarejo encaramado en el poder, le hizo salir del
país, nombrándole Ministro Encargado de Negocios ante
io8 Diccionario Histórico del

la Argentina, cargo que renunció desde Valparaíso. En


1865 ofreció sus servicios a la. revolución constitucional
gerentada por Arguedas, y como no fuese 'aceptado, se
dirigió a Potosí; más al saber la derrota de la Cantería,
tomó el camino de Tarija, pasando a la •
Argentina y
Chile, y fijando su residencia en Tacna.
Emprendió su segundo viaje a Europa en 1865, vol
viendo »1 país, allener conocimiento de la caída de Mel-
garejo; pero no pudo concurrir >a la Constituyente de
1871, al que había sido elegido diputado "por La Paz,
por haber llegado tarde. Morales le alejó del país con
otra misión diplomática en Europa,

Con la inesperada muerte de Morales, asumió el

mando de la República D. Tomás Frías, éste convocó a


un Congreso extraordinario para el 23 de abril de 1873
así como para elecciones populares para Presidente. En
tonces los amigos de Ballivián,^ presentaron su candí-
datura, por lo que se vino apresuradamente; pero muy
enfermo. Ballívíán, Corral y Quevedo terciaron en la
lucha electoral, sin haber obtenido ninguno la mayoría
de votos requerida por la ley. Tocaba a la Asamblea
hacer la elección, y así lo hizo: Ballivián obtuvo 41 vo-
tos contra 19 emitidos a favor de Corral, siendo procla-

mado President-e. Investido el 8 de mayo de 1873.


Convocó a una segunda Asamblea extraordinaria
para 6l 28 de abril, para pedir la autorización de un em-
préstito d^e 2 millones de libras destinando a consolidar

la deuda externa, que fue negada por el Congreso. Sin


desalentarse con el fracaso, convocó a una tercera
Asamblea extraordinaria para el 30 de septiembre la
que debía reunirse en Sucre, paralo que se trasladó a
la Capital.
Reunida la Asamblea, autorizó un empréstito de un
millón que no llegó a realizarse. También aprobó e|
Departamen to de La Paz ioq

tratado secreto de 6 de febrero de 1873, ^^ alianza de-


fensiva con el Perú, celebrado en Lima por Juan de la

Cruz Benavente y José de la Riva Agüero. Sin me-


dir sus consecuencias y que debía ser perjudicial para
ambas repúblicas. Las bases de este pacto hablan sido
acordadas por Ballivián en el Callao, cuando venía co-

mo candidato.
Su enfermedad se agravaba cada día más. El 31

de enero de 187^, encomendó el gobierno al Presidente


del Consejo de Estado, salió a Ñujcho y falleció el 14
de febrero del mismo año en Sucre.

Barañao D. Gregorio.— Argentino. Vino nombra-


do CQntador interino de las Ciíjas Reales en 1805. Ce-
só en el cargo a la llegada del nombrado en propiedad
por el rey, Cacellas. Habiéndose ausentado éste de
puro miedo en la revolución de julio, y hallarse enfer-
mo el ttsorero Arr¡eta,cl Cabildo le encargó la contadu-
ría de la Caja en ló de septiembre de 1809, de cuyo
destino se hizo cargo el mismo día. Suscribió la acta
de sumisión y reconocimiento a la Junta de Buenos
Aires. No sabemos con que ocupación pasó a Chuqui-
saca.

Barba Alvaro Alonso.— Nació el 15 de noviem-


D-
bre de 1569, en la Villa de Yepe en Andalucía. No se
sabe la época en que este licenciado vino al Perú, fue
cura de Tiahuanacu de la diócesis paceña, de Lípez y
S. Bernardo de Potosí en el Arzobispado de La Plata.

Aficionado a la minería, ha escrito un libro titulado:

4Del beneficio de la blanqueo», y otro «El


escoria y
arte de los metales», en que se ensena el beneficio del
oro y plata por medio del azogue, el modo de fundir y
cómo se han de refinar. Este párroco que vivió entre
los aymarás y kechuas estuvo en posesión de esas len

guas, y por coasiguiente con aptitud de designar a los


-íío Diccionario Histórico del

pueblos según su nombre primitivo indígena. Asi se


expresa: "El nombre propio de la ciudad de La Paz, es
Chiiqiiiapu^ que corruptamente llamamos Chuquiabo,
quiere decir en lengua general de aquesta tierra, chacra
o heredad de oro. Al hablar de la riqueza aurífera de
la cuenca dice: Tiene muchas labores de tiempo de los
incas. Es tierra conocidamente fértil de este metal
(oro) y en tiempo de aguas, suelen hnllar los muchachos
en las calles algunas pepitas de oro, mayormente en la
que baja por el Convento de Predicadores hacia el río'-

Barragán D. Alejo.— Nació en La Paz el 17 de ju


lio de '1827. Fueron sus padres Rafael Barragán natu
ral de Valparaíso (Chile) y Marciana Rodríguez, pace
ña. Estudió con brillo hasta obtener el grado de doc
tor en derecho. En 1849 fue aprisionado, ío mismo que
su hermano Cirilo sindicados en la revolución que de
bió estallar el 7 de junio contra el gobierno de Velasco
Ocupó algunos puestos en la judicatura, siendo su ele
mentó propio el periodismo. Diputado por La Paz a
Congreso de 1864; perteneció a las filas de la oposición
Adicto al general Belzu, así como todos los miembros de
su familia, tomó parte en la revolución de 1865 encabe
zada por aquel general, siendo nombrado Prefecto de
Departamento. Fraguó el movimiento llamado Cons
titucional que estalló el 25 de mayo de 1865, siendo
llamado nuevamente a la Prefectura, más el jefe de la

revolución Arguedas lo desterró a la provincia de Yun-


gas. Estuvo proscrito durante la dominación iWelga-
rejo, regresando al país después de su caída. Fue
electo diputado suplente por La Paz al Congreso de
1872. Decepcionado de la política se retiró a Arequipa,
donde falleció en 1874.
Cirilo, hermano del anterior, después de recibirse
de abogado, se entregó al periodismo, en que llegó a ser
muy sobresaliente. El general Córdova había publica-
Departamento de La Paz in
do en Arequipa un folleto bajo el rubro de: «Manifiesto

y programa» en el que hacía tremendos cargos a la dic-

tadura Linares, algunos "incontestables". E! Prefec-


to Santiváñez insinuó a Barragán que como amigo des-
de la infancia del general le contestara con toda cultura,
así lo hizo publicando el folleto «Al manifiesto del gene-
ralCórdova». A poco fue nombrado Fiscal, más in-

crepado por Fernandez, favorito de Linares, a conse-


cuencia de un aviso de prensa, por supuesto cosa insig-
nificante, le dio la respuesta que merecía, dejando el
puesto al instante. No era empleomaniaco,- prefiriendo
vivir de su trabajoy no del presupuesto.
Cuando el feroz Yáñez consumó sus tremendos
crímenes en la noche del 23 de octubre de 1861, la po-
blación quedó espantada de terror, respirando cuando el
asesino fue victimado por el pueblo; entonces Barragán
publicó el periódico "El Juicio Público", valiente hoja;
en cuyas columnas azotó con látigo de fuego a los de-

tractores del derecho, haciendo de fiscal y juez a la vez,


en contraposición a las hojas asalariadas que guardaron
silencio sobre el crimen; como la impasibilidad de Achá
que no supo castigar con tiempo al criminal y sus cóm-
plices.
Uno de los autores de la revolución de 18Ó5 contra
Melgarejo, éste letomó un odio profundo. Después de
su triunfo de las Letanías, Barragán que se hallaba asi-
lado en una provincia, fue descubierto; conducido a
Oururo y fusilado por el tirano sin forma, ni figura
de juicio.
Vicente, hermano de los anteriores, fue un distin-
guido agrimensor.
Barraza y Cárdenas D. Antonio— Nativo de
Aragón. Encomendero de Guarina, fue casado con
Isabel de Córdova, en quien tuvo a Luis. Vecino muy
bien quisto; en 1599 era alcalde ordinario del Cabildo,
Departamento de La Paz 112

entregó al tesoro mil pesos para los funerales de Felipe


II, suma que recogió del vecindario Miguel de Vallejo y
Contreras.
Nombrado c'e La Paz en 1610.
corregidor Duran-
te su gobierno vino a La Paz, la celebre Catalina Erau-
zu, conocida por la monja Alférez, la que provocada por
un criado del corregidor que le arrojó un sombrero^a la
cara, le hirió con una daga y resultó muerto. Llevá-
ronla a la cárcel muy maltratada, y el juicio que se si-
guió finalizó con dos sentencias conformes. Estuvo dos
días er capilla confesándose, y al darle la comunión
hecho la forma en una de sus manos diciendo que "se
llamaba a Iglesia''. El alborota fue grande, acudió el

obispo Valderrama con el corregidor; se .encendieron

muchas luces y condugeron bajo palio a Catalina


en procesión hasta el sagrario. Un clérigo tomó la
le

hostia y la depositó; allí le rasparon las manos y se las


lavaron varias veces, dejándola en el templo.
Pasado un mes pudo fugar favorecida por un cléri-

go,que con acuerdD del obispo le proporcionó dinero y


una muía.
Cesó en el cargo en 1603 La casa de este gene-
ral se hallaba en la calle actual de Indaburu. Su hijo
Luis abrasó la carrera eclesiástica: cura de Tiahuanacu
en 1637.
Barreda y Gea D. Gresorio de la.— Natural de la
Villa de D. Benito en Placencia. Vino en 1796 de ca-
pitán comandante del regimiento de Buenos Aires, cuer-
po destinado a la guarnición de esta ciudad. Esta es la

primera fuerza bien organizada que existió en esta po-


blación,
Barriga fray Antonio— Nació en La Paz el 13 de
junio de 1750: hijo de Francisco Barriga, natural de
Brisas y Antonia Calderón de llave. Hizo sus estudios
y noviciado en el Con\-ento franciscano del Cuzco, don-
Departamento de La Paz 113

de se ordenó de sacerdote. Se encontraba en su con-


vento de esta ciudad cuando la sublevación indigenal de
1780 encabezada por Julián Apaza. Hacía más de un
mes que la población se bailaba en el último apuro por
los ataques incesantes de los sitiadores. El 9 de abril

los indios lograron apoderarse del religioso Barriga y


llevarlo por la fuerza ?1 campamento de Apaza con el

pretexto de que debiera servirle de capellán. Lo de-


gollaron el Jueves Santo, 9 de abril de 1780.
día de
Otro religioso atribuye esta muerte a lo siguiente: Que
el padre había celebrado misa el miércoles santo con or-
namento morado y había resado ^1 oficio en la ceja del
Alto; dicen que los sublevados habían tenido gran pér-
dida de los suyos y lo atribuyeron a las oraciones del
religioso.

Barrionuevo D. PrancisGO de.— Natural de Soria


Se hallaba establecido en Lima en 1542 y era \ecino
espectable. Cuando la capital estuvo sujeta al poder
de Diego Almagro, el hijo, recibió los poderes del gober-
nador Vaca de Castro que se hallaba en el norte, para
que gobernase en su nombre juntamente con Gerónimo
Aliaga, provisión que recibió por conducto del provin-

cial de Santo Domingo, Tomás de San Martín; el reco-


nocimiento se hizo en el silencio del claustro con el

mayor sigilo. Almagro dejó la capital dirigiéndose con


sus tropas a Jauja, entonces el Cabildo y los principa'
les vecinos reconocieron a Vaca, y por su teniente al

citado Aliaga. Vaca ocupó Lim.a y al salir a campaña


dejó a BarrioriUevo para que lo ejerciese en su nombre
y representación. Después perteneció al bando de
Gonzalo Pizarro y se halló en la batalla de Añaquito
(18 de enero de 1546) donde sucumbió el primer Virey
Núñez Vela. Mas a la aproximación de La Gasea en-
viado de España con el carácter de gobernador del Pe-
rú, desertó de las filas revolucionarias marchó a Truji-

15
ii4 biCCÍONARIO HISTÓRICO D EL
lio y se incorporó en las fuerzas realistas, viendo pere-
cer a Pizarro después de su derrota de Sajsahuana.

La Gasea le nombró vecino fundador de la nueva


ciudad de Nuestra Señora de La Paz, y fue uno de los
doce que vinieron con el capitán Alonso de Mendoza,
cuyo nombre aparece en ¡a acta firmada en Laja el
20 de octubre de 1548. De la suerte posterior de este
fundador de nuestra ciudad nada hemos podido averi-
guar.

Barrios D. Cristóbal Manuel de los.— Natural de


de Salas de los Barrios en el Reino de León: hijo
la Villa

de Andrés de los Barrios y Margarita González. Era


maestre de campo \- capitán de ejército. Casó en 1772
con Rosa Salgado Argandoña, ilustre dama paceña, en
quien tuvo a Clemente Simón en 23 de octubre de 1773,
María Teresa en 20 de octubre de 1774 y Francisca en
4 de octubre de 1776. Fue alcalde ordinario en varios
años. Bastante rico, dio 200 pesos para la construcción
del beaterío de Nazarenas. Tenía ocho esclavos afri-
canos; siendo cierto que durante el coloniaje, obispos,
canónigos, comerciantes y hasta particulares, disponían
de esos infelices comprados a vil precio y tratados como
bestias. M;:rió en 1781 en su casa situada en la calle
Chirinos.

Barrios D. Claudio Q.— Nacido en La Paz. Abo-


gado distinguido. Desempeñó puestos en la judicatura,
renunció la vocalía de la Corte en 1896. Oficial i?
del Ministerio de Gobierno en 1892, Diputado nacio-
nal. Subsecretario de Gobierno en la revolución Fe-
deral. Fiscal de Distrito, cargo que dejó para optar la

diputación por la provincia de Loayza. Ministro de la

Corte. Tiene publicados: diccionario de la ConstiHi-


ción Política de Bolivia, Compilación de las leyes del
Procedimiento Civil.
Departamento de La Paz ii$

Barroeta y Guillestegui D. Gabriel.— Natural de


Marquina en Viscaya, Fueron sus padres Martín Ba-
rroeta y Reina y Francisca Guillestegui. No conoce-
mas los antecedentes de la carrera de este sacerdote.
Parece que vino desde España nombrado arcediano del
coro de La Paz. Murió el i8 de njarzo de 1739.
Barrón D. Buenaventura.— Ignoramos el lugar de
su nacimiento. Habiendo salido Orrantia deudor a la
administración de Tabacos, fue destituido y reemplaza-
do con Barrón en la administración de las Reales Ren-
tas de Tabacos y Naipes. En la noche del 16 de julio
de 1809 se pidió su destitución \- la reposición de Orran-
tia. Al día siguiente temprano se dirigió a Obrajes,
donde permaneció oculto ha¿ta la llegada de Goyeneche.
Siguió en su empleo, dejando la ciudad a la noticia de la
victoria de Aroma.
Basagoitia D. Narciso.— Nacido en Santander.
Concluyó sus estudios en la Universidad de Salamanca
y fue graduado de doctor en leyes y cánones. Ejerció
la carrera del foro en Madrid, donde contrajo matrimo-

nio y tuvo dos hijos, debió obtener una plaza de oidor,


pero el Rey lenombró subdelegado del partido de Lam-
pa, Vino al Perú por Buenos Aires en 1801 después
de sufrir un naufragio. Púsole en posesión de su des-
tino el gobernador- intendente de Puno, José González
Montoya. Habiendo concluido determinó quedarse en
el y contrajo segundas nupcias con Francisca Lu-
país,

garte Foronda, que en 1803 m.urió dejando un hijo Ma-


nuel Mariano.
Se ocupaba de la agricultura y minas, siendo se-
gundo jefe del regimiento de dicha provincia, cuando
estalló la revolución paceña de 1809.
Bajo las órdenes de Goyeneciie viiio mandando un
batallón y cuando aquél debeló la revolución, le nom-
bró en II de-enero de 1810 promotor fiscal para que
1 16 DiccioisíARiQ Histórico del
en el preciso y perentorio término de cuarenta y ocho
horas formalice la correspondiente acusación. Aceptó
su comisión el 12 del mismo mes y lo hizo con tal acri -

tud, perfidia y mala fé, que horroriza leer ese docu-


mento, que lo devolvió el 15 de enero y probablemente
la que causó la ruina de los principales caudillos de la

revolución. Igualmente el 3 de febrero de 1810 dicta-


minaba según la orden de ese día en el perentorio tér-
mino de tercero día la correspondiente acusación contra
todos los reos de la segunda sentencia. Acusación for-
midable contra en treinta y cuatro fojas nutri-
los reos

das que, sin duda alguna fueron estampadas antelada-


menle.
Cuando la revolución de Buenos Aires el 25 de
mayo de 1810, avanzó con su batallón de milicias disci-
plinados que comandaba el coronelCórdova. Después
de su efímero triunfo siguió hasta Suipacha donde la
suerte le fue adversa. Bascgoitia se vino a Potosí y
de allí a Tacna, incorporándose después al ejército de

Goyeneche, siendo su edecán. Concurrió a la batalla


de Guaqui.
Nombrado subdelegado de Quispicanchi por el Vi-

rey Abascal, desempeñó este cargo hasta 1814, habien-


do recibido allí el despacho de coronel por el Rey. Pa-
só a Arequipa a causa de la revolución acaecida en el
Cuzco, y luego a Lima a consecuencia de la acción ga-
nada por el general Pumakagua en la Apacheta a Pi-
coaga y Tristán, en la cual estuvo a cargo de la artille-
ría. Abascal le envió a Guamanga de intendente y
marchó con la columna del batallón Talavera que co,-

mandaba el Cesó
teniente coronel Vicente González.
en el puesto por la llegada del propietario Manuel
Quimper, y aunque se le nombró para la de Puno le
sirvió muy corto tiempo por la llegada del nombrado por
el Rey, Tadeo Gárate. Por segunda vez estuvo en el
Departamento de La Paz 117

gobierno de Guamanga; pero cuando en 1820 ocupó Ui

ciudad la división que remitió el general San Warlin


desde Pisco, cayó prisionero. Falleció a impulsos de
una aguda enfermedad.
Bautista D. Juan.— Este español residía alguncs
años en Lima y era Coronel de infantería. En 1769
\'ino nombrado visitador de las Cajas Reales de esta
ciudad, llenó su cometido con bastante actividad y re-
gresó a la ciudad de los Reyes Su hi-
al año siguiente.
joJerónimo fue dominico y fundador de la cofradía de
Santa Catalina de Sena y Jesús Nazareno para los mi-
litares.

Bautista Gosti D. Juan —Natural de Cádiz. Vi-


no nombrado corregidor de la provincia de Omaso.yos
en 1709. Puesto lucrativo, lleno de comodidades, ve-
getando en una provincia aunque fría, pero hermosa.
Umasuyo (parcialidad de aguas) separado por el norte
de Larecaja por las plateadas cumbres de los Andes y
por el oeste con el lago Titicaca; con campos extendí -

dos, en que se levantan soberbios cerros y anchas


los

lomas; con dos caudalosos ríos y ochenta y seis arroyos


que serpentean en distintas direcciones; sus campos
cubiertos de menuda grama en Los que pacían manadas
de Guanacos, Vicuñas; con pastos fértiles; produciendo
papas, ocas.quínua, y en los lugires abrigados, trigo, ce-
bada, maíz. El lago contenía excelentes pescados con
cuyo negocio se hicieron ricos muchos españoles con-
duciendo hasta Potosí.
Este corregimiento estaba distribuido en 17 pue-
blos o villorios según Alcedo, parece que entre ellos de-

signa a miserables rancherías^de indios. El corregidor

tenía derecho a un reparto de noventa y seis mil, ocho-

cientos cincuenta pesos, pagando al año setecientos se-


tenta y dos pesos de alcabala anual.
Diccionario Histórico del

El General concluido su período se radicó en La


Paz. Casó conIsabel Serna Ceballos. Murió el 4 de
mayo de 1740.
Bavía D. José. — Nacido en Achacachi de la Pro-
vincia de Omasuyos9 de febrero de 1847. Estudió
el

en el Colegio Seminario de esta ciudad y se ordenó de


sacerdote en Sucre en 1867. Cura de Huancané de la
Diócesis de Puno en el Perú. De vuelta al país fue
nombrado Vicerector del Seminario y Profesor de Teo-
logía, Prebendado del coro de La Paz, Vicario Capitu-

lar a la muerte de Bosque, cargo que desempeñó hasta

la llegada del obispo Baidiviá. Místico: quiso reformar


a las monjas concepcionistas, lo que le trajo muchos
sinsabores, pues que en la mañana del 19 de abril de
1894, diez y siete religiosas abandonaron sus claustros
dirigiéndose al Palacio Episcopal todas de la devoción
de Bavííi. Secretario del obispo Armentia y a su muer-
te Vicario Capitularde la Diócesis; había ascendido a
chantre y después a Arcediano. Murió el 25 de marzo
de 1912.
Belzu D. Manuel Isidoro. r-Nació en La Paz el 4
de abril de 1808. Hijo de Gaspar Belzu natural de Poo-
pó y Manuela Humeres. Hizo sus estudios en el con-
vento de San Francisco, A la edad de trece años se es-
capó de las aulas y fue a incorporarse al ejército inde-

pendiente mandado por Aladres Santa Cruz, pocos días


antes de la batalla de Cepita (23 de agosto de 1823).
Envuelto en el desastre que siguió a esta victoria, dis-
perso y caminando a pie de pueblo en pueblo, fue re-
conocido y arrestado por un oficial amigo de su padre y
entregado en La Paz a su madre.
El vencedor de Ayacucho al salir de La Paz para
Chuquisaca le llevó consigo como escribiente de uno de
los ministerios.

Aficionado a la carrera de las armas, cuando el ba-


Departamento de La Paz 119

tallón Colombiano "Legión'' se retiraba al Cuzco, 'Bel-


zu le dio alcance y el capitán Salaberry que mandaKa
una de las compañías le colocó de distinguido.
Volvió a Bolivia en 182S,
entonces era a)-udante
de esposa del General Gamarra; pero cuando este iba
la

a pasar el Desaguadero para internarse a Bolivia se re-


tiró del servicio y se vino a su y obtuvo el cargo
pais
de primer ayudante en el ?
batallón El Presidente
i

Santa Cruz le envió a Cobija en clnse de ayudante de


la gobernación de aquel puerto, que abandonó sin licen-
cia, causando el enojo del Presidente que lo mandó re-
cluso a la fortaleza de Oruro, de donde lo sacó más tar-

de el Coronel José Ballivián y le colocó en el batallón

3? que se encontraba en Chichas y pasaba de guarni-


ción a Tarija.

Cuando la Confederación, en la batalla de Yanaco-


cha se distinguió bastante y fue ascendido a comandan-
te y segundo jefe de cuerpo, y después de Ninabamba,
fue llamado de edecán. campaña contra el
Iniciada la

ejército de Bulnes, fue designado como segundo jefe del


batallón 4?.
En la administración Velasco fue ascendido a Te-
niente Coronel, y se le confirió el cargo de 1er. jefe del
batallón 7 ^ ; más el gobierno temeroso de su ascenden-
cia sobre la tropa, lo hizo tomar preso y lo desterró al

Beni. En Samaipata al tener conocimiento de la revo-


lución contra Velasco se regresó. En la batalla de In-
gavi, combatió a la cabeza de su batallón 9.^ delinea y
fue ascendido a Coronel. Los recelos del gobierno hi-
zo que se nombrara Prefecto y Comandante Gene-
le

'ral de Cobija de donde fue llamado por el gobierno.


Destinado al comando de una división situada en
el Desaguadero, después de algún tiempo vino con li-

cencia, fenecida permaneció en la ciudad causando el


,

120 Diccionario H istórico del

enojo del Presidente, é^te le concedió un plazo de tres


días para que se restituyera a su destino; más como
Belzu no diera cumplimiento, fue llamado a palacio y a
puerta cerrada hablaron, probablemente cambio de pa-
labras nada corteses entre los valientes, irritó a Balli-
\ián que lo hizo conducir preso a Obrajes de último
soldado con su edecán Honorato, en la tarde del día 5

de junio de 1847.
Esa misma tarde logró revolucionar el batallón 5 ^.

dirigiéndose a laciudad y sorprendiendo a su paso al


batallón 6 ^ , resuelto a rendir la guardia de palacio,
como lo ejecutó, pero Ballivián había fugado, Mariano
Bailivián tornando los batallones 10? y 11 ? ; se enca-
minó sobre las pisadas de Belzu consiguiendo reaccionar
la tropa. Belzu viéndose perdido, se refugió en una
chacarilla de Challapampa, de donde fue conducido a
una casa segura, logrando salir de la ciudad disfrasado,
y de la finca Cuyavi, situada en la isla Cumana se
tra^K.dó al Perú en balsas.

Al saber la revolución del sud con montoneros for-


mados en la frontera, se introdujo a la provincia de
Omasu}cs, siendo batido por Mariano Ballivián en
Guarina [25 de noviembre de 1847], donde dejó más
de 100 prisioneros.
El coronel José Manuel Ravelo jefe del batallón 10,
en la mañana del 17 de diciembre se revolucionó contra
Ballivián, proclamando a Velasco. Reunido el comicio
popular el mismo di?», Belzu fue aclamado Jefe supe-
rior military ascendido a General de Brigada. El 23
del mismo mes llegó a la ciudad en medio de una mani-
festación inm^ensa. Al día siguiente llamó de su Secre-
tario General a Manuel José de Asín, y nombró al co-
ronel Mariano Torrelio, Jefe de Estado Mayor, En nue-
ve dias logró organizar una fuerza de 2,100 hombres
Departament o de La Paz 121

con los que se dirigió a Oruro, y proclamó Presidente


a Velasco, quien le encornenJó la c.\rtera de Guerra.

El ejército tenía predilección por Belzu así que las


fuerzas que se encontraban en Oruro lo proclamaron
Jefe de la Nación. Al tener noticia el Congreso que fun-
cionaba en Sucre dio una orden prohibiendo la salida de
los ministros; pero Belzu acompañado de Laguna aban-
donó la capital, dirigiéndose a Oruro^ donde el 7 de oc-
tubre se puso a la cabeza de la revolución.

^
Belzu organizó sus fuerzas en La Paz y contando
cojí mil quinientos hombres, se dirigió en busca de Ve-
lasco. Este había ¡legado a Yamparáez el 5 de octu-
bre y ocupado las cimasque rodean al pueblo. El
contrario que lo seguía, empezó a las 6 de la tarde a sa-
lir la áspera cuesta de Compoco, cortada de precipicios,
ocupando con dificultad la llanura donde apenas a las do-
ce de la noche montó su artil'ería. Al día siguiente tem-
prano acometió Belzu y después de sangrienta lucha lo-

gró derrotar a Velasco, y ponerle en desordenada fuga.


Este hecho de armas le allanó el camino al poder.
Apenas constituido el nuevo gobierno, principiaron
las revoluciones, Oruro dio la señal, prenunciándose
el 9 de marzo de 1849, instigado por Rojas y Melgarejo.
Al tener conocimiento el Presidente se dirigió a sofocar-
la, cuando al día siguiente de su salida (12 de marzo),
el batallón Carabineros se revolucionó por Ballivián,

movimiento que fue ahogad) por los esfuerzos del pue-


blo. Belzu retrocedió d£ Ayoayo, el pueblo en masa
salió en su alcance y entró en medio de una inmensa
muchedumbre, su caballo era materialmante levantado
por la plebe, aseguran testigos oculares. Salió al bal-

cón, agradeció a la multitud, que principiaba a sentir de-


lirio por Belzu, considerado como la personificación de

la democracia.
16
122 Diccionario Histórico del

Sofocados los motines y en aparente calma la Re-


pública, convocó el Congreso, el que abrió sus sesiones
el 6 de agosto de 1850 en Sucre, y el mismo día fue

proclamado Presidente provisorio. Practicado el escru-


tinio y habiendo obtenido 5,935 en las votaciones fue
proclamado Presidente Constitucional e investido de las
insignias del poder el día 14 del mismo mes.
Como de ordinario el general Belzu, en la tarde del
6 de septiembre se hallaba de paseo en el prado acom-
pañado de Laguna y de un edecán. Al finalizar le salió
al encuentro Juan Sotomáyor, que desemboscándose la

capa, sacó una pistola y le descargó un tiro. Belzu he-


rido en la cara cayó de bruces. Morales que se halla-
ba a caballo cerca del crimen le descargó otro tiro en la

cabeza. José Sinani, otro de los conjurados, quizo cor-


tarle la cabeza que lo impidió Morales. Este se dirigió
al cuartel, y como no encontrase eco se entregó a la

fuga. La nación repugnó el hecho.


Conducido el Presidente a palacio, fue curado de
sus heridas y al cabo de 40 dias reasumió el mando su-
premo.
A su regreso a La Paz convocó la Convención que
instaló sus sesiones en esta ciudad el 16 de julio de
185 que
1, la dio la Constitución de ese año. La misma
Convención fue convocada a Oruro para examinar el

Concordato celebrado con la Santa Sede por Santa Cruz,


el que rechazó el Congreso.

Las relaciones con el Perú, no eran muy cordiales

y como el encargado de negocios de esa República Ma-


riano Paredes y el vice-cónsul Teodoro Zeballos, sem-
brase la desconfianza en ambos países se vio obligado

a expulsarlos. Continuando éstos en su tarea de ati-

zar la discordia allende el Desaguadero; el general Bel-


zu, emprendió un viaje con fuerzas bolivianas por te-
Departaa\ento de La Paz 123

rritorio peruano hasta Copacabana, haciendo alarde de


su ejército.
Su gobierno fue de inquietudes con las 33 revolu-
ciones que le promo\'ieron los aspirantes al poder, y
que lo oblii^aron a ejecuciones como la de VVincendon.
1^0 le dieron tiempo para entrenzarse de lleno a las
labores déla administración; no obstante mandó revisar
los códigos, Civil, Penal y de Procedimientos; acometió
la reforma del código militar; dictó un nuevo código de
Minería y una nueva ley de Imp'enta, La hacienda
bajo la dirección del eminente Bustillo fue manejada
con toda honradez.
Su país nata! le debe, la conclusión del palacio na-
cional, el cuartel (hoy Intendencia), el circo de toros
destruido, porque decían era para fomentar los instintos
de la plebe, y sin embargo en nuestros días, hemos
visto correr a las lidias; el Colegio de Artes en cuya
instalación casi murió, habiéndose hundido un corredor
que causó la muerte de más de 30 individuos.

Cansado del poder reunió el Congreso Extraordi-


nario en Oruro [febrero i ? de 1855] ^nte la que di-
mitió el mando de la República, que no le fue aceptado.
Por decreto de 12 de marzo de 1855 <-"onvocó a
los comicios electorales para Presidente de la Repúbli-
ca. Reunido el Congreso Ordinario en la capital, la
resignó el i:; de agosto, dirigiéndose ese mismo día al
exterior nombrado ministro en Europa.
Paseo Turquía, Egipto y otros lugares, haciendo
beneficios a los desvalidos de fortuna, como lo había
hecho en su patria con los huérfanos, viudas y menes-
terosos .

del viejo mundo, y cuando supo


En 1864 volvía
que Melgarejo se había encaramado en el poder se di-
rigió resuelto a derrocarlo. En la mañana del 22 de
marzo de 1865 arribó a la ciudad. Incontinente se pro-
124 Diccionario Histórico del

cedió al recojo de armas, encuartelamiento de gente, en


fin se tomaban todas las medidas ne.:esarias para la ki-

cha.
Melgarejo que habla dejado La F^az el 6 de marzo
al tener noticia en Oruro de la revolución, retrocedió
viniendo a combatirla; pero algo temeroso del popular
caudillo.
Belzu estaba confiadísimo y contaba con el triunfo,
en esto el 27 de marzo se supo la aproximación del ene-

migo,)^ la misma tarde se presentó una fuerte avanzada


en el Alto, Belzu salió en su encuentro huyendo los

contrarios y dejando un rezagado que lo defendió el ge-

neral.
Esa noche se acordó las fortificaciones. Hom-
bres, mujeres y niños se emplearon en los trabajos, y
durante la noche el entusiasmo fue grande, quedando
la plaza suficientemente resguardada por barricadas.
Melgarejo atacó la plaza por todas partes, el fuego
es tenaz y desesperado, sus soldados se han pasado a
Belzu, dice: estamos perdidos. Iba a suicidarse cuando

Narciso Campero le aconsejó un acto de audacia, en

efecto toman la calle de las Cajas se dirigen al palacio,

alsubir la escalera es interceptado por Machicado, pero


muerto éste, aceleró sus pasos. Belzu al sentir la deto-
nación de un tiro se alarm.ó y perturbó, hallándose sólo
en una pequeña sala continua al de recepciones, donde
sus amigos festejaban e! triunfo. Al ver a Melgirejo

que se presentó en el umbral de la puerta, pálido con Li


mirada chispeante y siniestra, se paralizó, y apenas
pronunció la palabra garantías, aún no concluye de ex-
muerte por una bala que le dirige
presarla, cae herido de
Melgarejo acompañado de un apostrofe insultante (27

de marzo).
Belzu francisco de Paula.— Nació en La Paz el 2

de abril de 1810. Hermano del general. Su educación .


Departamento de La Paz 125 _
fue bastante regular, así pudo llegar a ser un oficinista

cumplido, exacto y conocedor de asuntos de finanzas.


En 1826 oficial 2^ del Ministerio de Hacienda, conta-
dor mayor del tribunal de valores, diputado por La Paz
al Congreso de 1844. El general Velasco al investirse
del mando en Mojo, por decreto de 2 de noviembre de

1847, le encargó los despachos de la administración pú-


blica. Prefecto de Oruro, contuvo el motín de Rojas-
Melgarejo, Prefecto de La Paz en 1849, 5° Y 53- P^^"
fecto de Potosí, de Ccchabamba. Proscrito en la ad-
ministración Linares, regresó del Perú cuando se abrie-
ron las puertas de la Patria con la Constitución de 1861.

Yáñez en la noche del 23 de septiembre de 1861


mandó capturar a lo más granado del partido belcista,
entre ellos al hermano del general. Puesto en práctica

y determinado su plan sanguinario en la noche del 23


de octubre, se dirigió al Loieto, donde se hallaban los
presos, y ordenó que se formaran para sacarlos a la
plaza de cuatro en cuatro. Los detenidos no se mo-
vieron poseídos de terror. El tuerto Sánchez, indicó
que fuesen muertos en sus camas, lo que no se efectuó
por falta de cápsulas, Yáñez impaciente por asesinarlos,
pidió la lista de los presos al oficial de guardia, éste in-
dicó en primer lugar a Belzu, como estaba desnudo qui-
zo calzarse, no se le permitió, y apenas salió de la puer-
ta a la plaza una descarga lo derribó muerto. El asesi-
no estaba satisfecho.

Í3elzu de Dorado vSra. Mercedes- Nació en La


Paz 24 de septiemibre de 1835, l""']^ ^^' general Ma-
el

nuel Isidoro Belzu y la notable escritora doíia Juana


Gorrili. Recibió una educación esmerada cual corres-
pondía a su posición social. Muy joven contrajo ma-
trimonio con don José Vicente Dorado. Residía en la

capital peruana, cuando su esposo recibió credenciales


126 Diccionario Histórico del

de Ministro en Francia, partió para Europa, donde per-


maneció cuatro años. A su regreso se estableció en
Sucre, donde vivía tranquila, cuando en 1865 el ostra-
cismo la llevó a Arequipa, en la que se dio a conocer
como poetisa. Su espíritu se abatió con las calamida-
des que pesaron sobre su familia. El asesinato de su
padre que profesaba tierno cariño, y la horfandad del
al

hogar de su hermana Edelmira, cuyo esposo había sido


también victimado. En 1868 regresó a Sucre, de don-
de por motivo de salud se dirigió a Cochabamba. In-
teligencia sobresaliente: tradujo a Lamartaine, Víctor
Hu^o, Sakespeare y Bayron. Poetisa romántica, sa-
lieron de su plunia: z.41 Mis ti, Recuerdos, Dolor y otras
composiciones. Murió en mayo de 1879.
Benaventc D. Jor^e.— Nacido en Ayata de la pro-
vincia de Larecaja. Hijo de José Clemente Benavente
y Juana Sánchez. Después de hacer sus primeros es-
tudios en el colegio carolino de esta ciudad pasó a estu-
diar en la Ordenado de sacer-
Universidad de Lima.
dote desempeñó algunos oficios de su ministerio en
aquella arquidiócesis. En 1821 Prebendado de media
ración del coro metropolitano de Lima; en 1832 fue ele-
gido su Arzobispo. Durante su gobierno protegió las
misiones y fomentó el culto, ^lurió el 20 de marzo de
1839-
Benavente D Pedro— Natural de Arequipa: hijo

del doctor Gabriel de Benavente y Hipólita Silva. En


esta ciudad casó con Isabel Macuaga, viuda de Juan An-
tonio de Higuera en 25 de mayo de 1783, en quien tuvo
a María. Al principio de la revolución por ¡a indepen-
dencia se incorporó en el ejército de Goyeneche con el

grado de teniente. Después del desastre de Chacalta-


ya permaneció en La Paz, Incorporado otra vez en
181 1 a las fuerzas de Goyeneche concurrió a la batalla

de Guaqui, después de este hecho de armas le destinó


Departamento de La Paz 127

su general con una pequeña división al punto del Desa-


guadero para que estuviera en observación de las pro-
vincias inmediatas. Acaecida la sublevación de los in-
dios encabezada por algunos patriotas que pusieron cer-
co a esta ciudad el 15 de agosto de 181 1, recibió orden
para salvarla, en cuyas operaciones sacrificó este mons-
truo más de tres mil víctimas sin perdonar sexo ni

edad, en Okomisto, Pampjasi y en la provincia de La-


. recaja después.
Benavente sin esperar las órdenes de Fumakaua,
avanzó sobre La Paz arreando a los amotinados indios
sin una notable acción. Las tropas constaban de mil
hombres, trescientos fusileros y seiscientos lanceros,
con cuatro cañones; en las alturas de Collocollo los in-

surrectos se propusieron defender el paso estrecho y


dificilque los realistas tenían presición de transitar;
comenzaron a hacer uso de los dos cañones de que se
habían apoderado en Tiquina, con fuego de fusilería, y
por último apelaron a arrojar gran cantidad de piedras,
galgas y después apoderados de las alturas atacaron por
la retaguardia poniendo en gran confusión a los realis-

tas.
Entonces Benavente dividió su fuerza en dos co-

lumnas: emprendió a un tiempo el afaque, arrojó a los


i:idios de sus posiciones, permaneciendo así durante^ la

noche. Al día siguiente continuó su marcha sobre La


Paz arrollando a todos los grupos que se le presentaban.
En los altos de la ciudad tuvo que sostener un ataque
más fuerte y obstinado, entrando triunfante en la po-
blación;, pero tuvo cheques frecuentes durante su per-
manencia hasta la la división Lombera,
llegada de muy
especialmente los indios de Chacaltaya y los de Quilli-

que lo acometieron con bravura, replegándose a


killi

Pampjasi síji dejar por eso de ser molestado por la par-


te del Calvario.
128 Diccionario Histó rico del

Benavente con su tropa se dirigió para Larecaja,


pasando en seguida a Oruro para incorporarse en el
cuartel general: concurrió a las acciones de Vilcapujio
y Ayohuma mandando el batallón 'Centros". Desde
Suipacha le envió Pezuela a la provincia de Laguna con
trescientos hombres a distraer al patriota Arenales y
contener la incursión de los Chiriguanos, con este mo-
tivo destruyó una fuerte avanzada de patriotas cerca
del pueblo de Tarvita, de allí pasó a Tomina, siendo re-
levado por el Teniente Coronel Manuel Valle, Desde
entonces su nombre se pierde en los hechos posteriores,
parece suponer que falleció a poco,
Benavides fray FTancisco de — Nació en La Paz
el4 de octubre de 1705, y fue hijo natural de Matilde
Benavides. Desde muy niño se aficionó a la vida reli-
giosa, ingresando en el convento de la Merced de dona-
do. Su humildad, docilidad y aplicación al estudio, lla-

maron la atención de sus superiores, que le enviaron al

convento central del Cuzco, donde después de hacer su


noviciado fue ordenado de sacerdote. En Arequipa en-
señó gramática y después filosofía. Nombrado prior del
convento de La Paz en 1740, desempeñó el cargo hasta
1743. Maestro de novicios, definidor, examinador si-

nodal y últimamente jubilado. Falleció en Arequipa en


1760.

Berniiy y Cslaba D. Toribio.— Natural de Truji-


lio (Perú). Hizo sus estudios en la Universidad de San
Marcos de Lima, y^fue abogado de esa Real Cancillería.
Llegó a ordenarse^ obtuvo el curato de Huancavelica,
Examinador Sinodal, consultor del Santo Oficio. Vino
a este coro de Prebendado en 1773, Canónigo de
Merced, Magistral en 1777, Provisor y Vicario General.
Rector del Seminario, dio bastante ensanche a la ins-
trucción. Falleció en 1781.
Departamento de La Paz 129

Bermudez Becerra D. Salvador.— Natural de


Santa Fé de Bogotá (Colombia) De distinguido linage.
Cura párroco en la misma ciudad; Racionero déla Igle-

sia Catedral de Quito'y Maestre. Escuela del mismo co-


ro. Electo obispo de la Imperial de Chile (Concepción)
por el Rey Felipe V en 1744, trasladado a la Diócesis
paceña en 1745. Tom.ó posesión de su Sede en 6 de no-
viembre del mismo año. Practicó la visita pastoral te-
niendo por secretario y notario al doctor Felipe Fernán-
dez. Ascendido al Arzobispado de La Plata, y cuando
se disponía para emprender viaje a su nueva Sede, le
tomó la muerte. Falleció el 2 de enero de 1746, siendo
inhumado en la catedral, en la bóveda de San Blas, des-
tinada para cementerio de los obispos. Dejó a la Cate-
dral su pectoral guarnecida de brillantes.

Bestres D. Tellpe. Argentino. Vino de su patria
huyendo de la tiranía de Rosas. Coronel de ingenie-
ros. Aquí desempeñó el cargo de jefe de la escuela mi-

litar de ingenieros, y director de la mesa topográfica.


En 1843 con arreglo a los planos de Sanauja puso las

bases de la catedral todavía en construcción. El mis-


mo año bajo su dirección se construyó el puente de la
Reverilla, además la columna de Ingavi y la fortaleza
del Pan de Azúcar. Publicó un mapa orográtlco de la
República de Bolivia con la topografía a las fronteras li-

mítrofes. Grabado y publicado en Londres por John


Arismith en 1843. Este trabajo esta lleno de errores
según los últimos estudios, con respecto a la frontera
boliviana-brasüeña, trazando la línea divisoria de la con-
fluencia del Mamoré con el Beni, a las fuentes del Ya-
vary. También
es trabajo suyo: «Descripción Topo-
gráfica e Historia de la Costa del mar correspondiente
a Bolivia, de sus lagos y ríos navegables, con una esta-
dística particularizada en lo 'posible>, que lo dedicó al

General Ballivián. A la caida de este dejó el país.


17
130 Diccionario Histó rico del

Bilbao La Vieja D. Pedro Ambrosio— Viscaino. Vi-


no nombrado corregidor de la provincia de Omasuyos
en 1714. Concluido su período de mando, se radicó en
esta ciudad, contraendo matrimonio con D. Angela Pe-
ñaranda y Valverde, de cuyo enlance tuvo a María en
4 de abril de 1722, Joaquín José en 8 de junio de 1730,
Pedro Antonio en 15 de junio de 1733, Martín Raimun-
do en 4 de noviembre de 1734, Manuel Esteban en 15
de febrero de 1736 y María Eulalia en 15 de febrero de
1745. Sacó en subasta pública. el cargo de Regidor per-
petuo dtl Cabildo por 600 pesos. Comisario de la ca-
balleií.i en 1744. Murió e! General en 1770.
Bilbao La Vieja D. Joaqijín José —Marqués de
Aro. Nació en La Paz c! 8 de junio de 1730, era liijo
del aníerii;r. Obtu\-o dei Rey -el cargo de Gobernador
de la provincia Chujuito, uno Je los puestos más lucra-
tivos de la época. CoiicluiJo su gobierno, casó en esta
ciudad con Muría Rojas Orueta en 24 de junio de 1751,
de cuyo enlace tuvo a Antonio en 17 de enero de 1753,
Carlos en 4 de noviembre de 1754, Francisco Javier en
3 de octubre de 1756, Manuel Baltazar en 9 de enero de

1758 y María Josefa en ó de abril de 1759. Muerta su


esposa contrajo segundas nupcias con María Bartolina
Ceballos Escalante y Pacheco, hijo del marqués de Aro
don Joaquín de Guendica en quien tuvo a su hija María
del Carmen. Por su señora le vino el título de mar-
qués.
Fue bastante rico, fuera de otras propiedades, fue-
ron de él la casa de la plaza mayor, los molinos de aba-
jo de las Recogidas, que los puso en censo en favor del
Hospital San Juan Evangelista, y su gran protector.
Alcalde ordinario varias veces; patrón del Carmen
y la Merced, tuvo en esas iglesias su sillón dorado con
cogín en el presbiterio, privilegio que le quitó el pro-
visor Loayza, Falleció el 4 de junio de 1890.
Departamento de La Paz ni
Su hija María fue monja carmelita. Carlos casó
con María Francisca Llano y Veamurguía en 2 de junio
de 1773. Nombrado por el Rey capitán de la 4?= com-
pañía del batallón reglado de esta ciudad. María del
Carmen, casó con Pinedo y Montufar.
bilbao La Vieja D. Dámaso.— Nació en La Paz el
II de diciembre de 1789: hijo del Teniente Coronel An-

.^ ^?.-..¿'

Dámaso Bilbao La Vieja


Í32 Diccionario Histórico DEL

tonio Bilbao y Francisca Alquiza, siendo su padrino de


pila el P. Manuel Seias, prior del convento de agusti-
nos de Copacabana. Antes de cumplir los diez y siete
años sentó plaza en calidad de cadete en el batallón de
milicias. En la noche del i6 de julio de 1809 estuvo
entre los que custodiaban los almacenes de pólvora en
la Caja de agua. Dice él, que el Cabildo le ascendió a
alférez.

Después del desastre de Chacaltaya, Goyeneche le

hizo tomar preso, conducido al cuartel de Piérola fue en-


griilado; más el valimiento de personas influyentes lo-

graron que se le diera libertad. A pocos días fue des-


terrado a Córdova, caminando en unión de Juan de la

Cruz Monje y José Antonio Veamurguía, llegados a Po-


tosí, visitaron a don Salvador Matos, que les mostró co-
municaciones y les puso al corriente de la revolución
próxima a estallar en Buenos Aires.
Continuando el viaje llegaron a Salta, donde ele-

varon un recurso al gobernador Sebero Irasmendi,


acompañado de un certificado del médico Reelsad, pi-

diendo permanencia en el lugar por motivos de salud.


la

Sobrevino la revolución en la capital, regresando los


desterrados.

Se incorporó en el ejército argentino en un cuerpo


formado en esta ciudad, asistiendo a las batallas de
Guaqui )' Sipesipe. Edecán de Juan iMartín Puirre-
doñ, quien le ascendió a capitán. Estuvo con Belgra-
no en las Piedras, Tucuman, Salta, Vilcapugio y Aya-
huma. La Junta de Buenos Aires le ascendió a Te-
niente Coronel en 25 de mayo de 1823. Con licencia
se fue a la capital donde desempeñó el cargo de Comi-
sario de Policía. Regresó al país después de Ayacucho,
se incorporó en el ejército boliviano, Prefecto del de-
partamento de La Paz en 1829 y 1832; Diputado su-
^_
Departamento dé La Paz 133

píente por La Paz al Congreso de 1832. Concurrió a


lascampanas de la Confederación, 'cayendo prisionero
después del desastre de Yungay. Asistió a la victoria
de Ingavi, siendo ascendido al día siguiente a la alta cla-
se de General de Brigada (18 noviembre de 1841).
Prefecto del departamento de Chuqui.saca en 1842^
pasó con igual destino a Potosí en 1844. Consejero de
Estado en 1857 y Comandante «General de La Paz en
1862. Por su edad avanzada se retiró del servicio. Mu-
rió el 28 de junio de 1869.
Blacader y Aguilar D. Ignacio José —Natural de
la ciudad de Cádiz en Andalucía. Sargento mayor, Co-
ronel graduado de infantería del regimiento de esta ciu-
dad. Vino nombrado contador de las Cajas Reales en
1760. Contrajo matrimonio al año siguiente con Pe-
trona Cortés, arequipeña, en quien tuvo a María Josefa
en 18 de septiembre de 1762, cuando cesó en sus fun-
ciones se retiró de la ciudad.

Bolaños D. Toriblo — Nació en La Paz el 27 de


abril de 1755: hijo natural de María Bolaños. Casado
en primeras nupcias con Francisca Medina hija de Vi-
cente en 31 de octubre de 1771. Habiendo fallecido és-
ta contrajo segundas nupcias con Josefa Velásquez, en
quien tuvo a Eusebia, que casó con Romualdo Anteque-
ra, Manuel en 15 de mayo de 1796, a María en 12 de
enero 1797. José Antonio en 1799, Dámaso en i8co,
José Toribio en 1803, María en 7 de noviembre de
1804. Consumada la revolución de julio fue Subtenien-
te de la compañía de milicias organizada por Vicente
Diez de Medina, y cuya organización aprobó el Coman-
dante General de provincia Pedro Domingo Murillo en
29 de julio de 1804. No obstante fue enemigo de la in-
dependencia y tomó parte activa en la contrarevolución
encabezada por Yanguas e Indaburu. A la aproxima-
134 Diccionario Histórico del

ción de las fuerzas de ^Castelli Juiyó hasta Arequipa.


Volvió después de Guaqui y fue un perverso delator de
los patriotas.

Bolanos D. A!ejo. — Ignoramos de la procedencia


este franciscano, que fue guardián convento de La del
Paz de 1743 a 1747, Este activo religioso habiéndose
puesto de acuerdo con el acaudalado Baena, se propuso
edificar un hermoso templo, y para el efecto levantado
el trazo, se abrieron sus cimientos en 1744. Fue pro-
fesor, guardián de Arequipa, gran predicador. Pasó a
España como procurador de su orden, falleció en Sevi-
lla.

Bolívar Pray Grego:'io de. —Natural de Alcaraz.


Residió en convento de La Paz, y se titulaba predi-
el

cador misionario apostólico de toda la América meridio-


nal y comisario de los religiosos que van a la reducción
de En 1620 concertado con un antiguo co-
los infieles.

nocido suyo en La Plata el mestizo Diego Ramírez, y


mediante la autorización del obispo Valencia, entraron
a la conquista de los infieles, tomando la ruta de Songo.
Después de atravesar caudalosos ríos y montañas fra-
gosas llegaron a la tribu del cacique Cusabandi; pero
sus trabajos resultaron infructuosos por la mala conduc-
ta de sus compañeros. Ramírez gran tocador de guita-
rra se captó la voluntad de los bárbaros^ se entregó a
una vida licenciosa y por fin se fugó. Viéndose aban -
donado, emprendió la retirada, dirigiéndose a Roma y
España. Obtuvo permiso para la conquista de ios in-
fieles, regresó con el cargo de comisario general, tra-
yendo consigo seis religiosos de Andalucía con quienes
entró, tomando la ruta de Chachapoyas y logró llegar
hasta los bárbaros chiriguanos. Viendo estériles sus
trabajos regresó Lima en 1627. Con los auspicios
a
del conde de Chinchón en 1631 volvió a su empresa en

unión de los legos Juan Sánchez y Luis Jesús tomando


Departamento d e La Paz . 13$

esta vez la ruta de Cochabamba y denominándola a la


tierra Paititi. Tomado por los feroces chiriguanos fuí
atado a un árbol y asaeteado.
Borda D. Tadeo Miguel —Este español fue temen
te del corregidor de Larecaja. y el conde de Superunda,
Virey del Perú le confirió en 1755 e^e corregimiento.
Tenia de repartimiento ciento catorce mil seiscientos
treinta y cinco pesos, pagando por derechos de aleaba,
la cuatro mil quinientos ochenta y un pesos anuales.
Los pobres indios eran las víctimas del repartimiento,
recibiendo a precios fabulosos artículos que les eran
completamente inútiles: avalorios, cintas, franjas ordi-
narias, paraguas, etc. Tuvieron habilidad especial pa-
ra explotar a los indios que se aprovecharon de sus in-
clinaciones y costumbres, estes muy aficionados al bai-
le desde la época incaica, fueron fomentados por los
peninsulares. Como en esa provincia existían les in-

dios curanderos y herbolarios llamados ¿-í7//c7^//^ji'í75, que


recorrían y recorren largas distancias, a imitación de
éstos tenían sus bailes: un pequeño ponchillo rojo, una
cruz en el pecho, el mari cubierto de monedas de plata,
medias, anchas chupas con franjas, sombrero adornado
de cintas, un grueso bordón en una mano y un para-
guas en la otra; bailando en actitud siempre de viaje
y
con su música especial. Ahora se conoce fácilmente
por que repartían los artículos que hemos mencionado.
Borda D. franciSGO de —Español. Consta que
este capitán vino a La Paz en 1700 nomibrado por la
corte, alcalde ordinario de su Cabildo. No conocemos
la causa porqué el soberano tomó esta medida, talvez

fue como en otro análop;o en el año 1777 en que hubo


otra real provisión en ese sentido. Falleció el 15 de
agosto de 1744.
Borda Fray Matías de la.— Religioso agustino del
•convento de Copacabana, cuyo prior Gregorio Suero
T36 Diccionario Histórico DEL ^

le destinó de doctrinero del estrecho de Tiquina. Ha-


llábase desempeñAndo de cura la ?lmas de aquél lugar
en 173 1 cuando tuvo lugar la terrible sublevación indi-
genal de aquel ano. Presenció el degüello de los espa-
íioles por los indios dentro del templo sin poderlo conte-
ner. En seguida a instancias del jefe de los sublevados
Katar! que había pedido un capellán al superior de Co
pacabana, fue designado para ese nuevo sacrificio, su
vida estuvo en peligro a cada momento, espectó con
profundo dolor los desmanes y atrocidades que cometía

el Logró introducirse en la ciudad, y él fue


jefe indio.
quien informó a Seguróla, por pedido de éste, de la vi-
da, conducta )- de todo lo acaecido en el campamento
rebelde.

Borja D Julián de.— Natural de Zaragoza. Este


capitán se encontraba en La Paz en 1694 y era casado
con Tomasa Flores yGuzmán. Era alguacil mayor
de la Inquisición; resorte de aquella institución terrible
que ha causado la suerte desgraciada de muchos indivi-

duos y de sus familias.


Bosque D Juan de Dios —Nacido en Sorata de la

provincia de Larecaja en 12 de marzo de 1829. Hizo


sus estudios en el Colegio Seminario de esta ciudad,
hasta obtener grado de doctor en teología y cánones.
el

Ordenado de sacerdote en 23 de abril de 1854, entró de


lleno a prestar sus servicios en la instrucción como pro-
fesor y después de teología. Rector del Seminario du-
rante Virios años _ Pretcnd.'.do del coro de La Paz en
1867. Dipubdo por Larecaja al Congreso de 1872.
Fue último mes.
elegido presidente en el

En la nochenoviembre se hallaba presi-


del 27 de
diendo la Cámara como su presidente, cuarido una ban-
da de música militar se situó en la puerta del palacio
legislativo, comenzó a ejecutar sonatas ya alegres, ya
fúnebres, haciendo mofa de la representación nacional,
L

Ilustrísimo Juan de Dios Bosque


Departamento de La Paz ^37__

El presidente mandó cerrar la puerta para que la sesión


continuara. No fue posible, elestruendo y la algazara
aumentaba por momentos. Pidieron algunos diputa-
dos cuarto intermedio, y comenzaban a salir a la sala
de descanso y otra banda miiitar penetró cerca de la
varandilla que separaba la. sala de sesiones del re-
cinto a que concurría la barra, tocando ataque. Atro-
pellando la guardia cu)'o oficial Manuel Lavadenz hizo
inútil y honrosa resistencia, los soldados in\-adieron el

salón legislativo como hDrdas de salvajes, vertiendo gro-


seras injurias contra los representantes. La confusión
fue inmensa, los diputados huyeion, sólo Bosque con
pocos diputados permaneció impasible.
Muerto Morales, hizo esfuerzos posibles para enca-
rrilar las instituciones, como sucedió en efecto. Reuni-
do Congreso fue nombrado Presidente de la Repúbli-
el

ca don Tomás Frías, sierdo Bosque elegido Consejero de


Estado, y el nuevo gobierno le encomendó la cartera de
Instrucción, Justicia y Culto.
El Congreso extraordinario de 1873 le presentó
para obispo de La Paz, siendo instituido el 4 de mayo
de 1874, consagrado por el Arzobispo Puch en Sucre el
24 de agosto del mismo año. Tomó posesión de su Se-
de el 26 de octubre.
Nombrado Ministro Plenipotenciario ad-hoc, ajustó
y concluyó un Tratado de amistad, comercio y navega-
ción en 10 de mayo de .1879 con ^^ Enviado Extraordi-
nario de Portugal, Visconde de San Januario.
Hizo la visita pastoral do toda la Diócesis. Cele-
bró el cuyas instituciones promulgó el
cuarto Sínodo,
29 de noviembre de 1883. Dio muchas pastorales nu-
tridas de enseñanzas saludables.
El presidente Pacheco en su mensaje afirmó; que
el obispo de La Paz estaba dan Jo en arrendamientos los

curatos. Sin duda por instancias de su ministro José


18
Diccionario Histórico del

Pol que tuvo antipatía al obispo; se referia a la deter -

minación tomada por Bosque para que los curas contri-


buyan mensualmente con cierta cantidad par'a algunas
necesidades del culto.
Clara inteligencia, teólogo canonistn, orador sagra-
do. Murió el 9 de marzo de 1890.
Bozo D. —
José María. Cruceño, hijo de José Bo-
zo y Luisa Giles. Doctor de la Universidad de Chu-
quisaca, se dice que vino de sotana a esta ciudad. Ca-
só en 1816 con Juana de Dios Arteaga, su paisana, hi-
ja de Cayetano Arteaga y Cándida Paz. Aficionado a
la botánica ha dejado un trabajo inédito: Materia Médica

de Bolivia, de la que otro naturalista José Romero decía


que no era obra de grande aliento.
Profesor, examinador en los colegios, desempeñó
algún puesto en la judicatura.
Carácter exéntrico, burlón, satírico, mordaz, se
cuentan una porción de anécdotas de él. Por su ma-
nera de vestir raro, sus ideas peregrinas y dichos agu-
dos y picantes se le ha llamado el Diógenes boliviano.
Contrajo segundas nupcias con María Benigna LO'
madre del malogrado aboga-
za en quien luvo a Josefa,
do Jorge Vargas Bozo. Murió en 1865
Bravo D. Garlos.— Nació en La Paz e! ^ de no
viembre de 1849, siendo sus Padres el coronel Tomás
Bravo y Victoria Molina. Ingresó en el Colegio Semi •

nario y terminados sus estudios de instrucción]secunda


ria, continuó con la facultad de Teología en 1869 y des-

pués con la de jurisprudencia, obteniendo el título de


abogado en 1878. En todos estos estudios mereció la

aprobación de sus superiores por sus aptitudes y con-


tracción al estudio.

Joven desempeñó aún la Secretaría General de la


Universidad mayor de S. Andrés de esta ciudad, con
beneplácito de la juventud.
-

DEPARTAMENTO DE LA PaZ I
39

Aficionado a los estudios históricos, optó la direc-


ción de la Biblioteca pública, con el objeto de formar
un acopio de documentos para sus trabajos históricos.
Afiliado en el partido civilista que sostenía a D.
Casimiro Corral, y como este partido tradujese a la

práctica hechos punibles como el ataque e incendio del


palacio, el 20 de marzo de 1875, Bravo emigró al Perú.
Al restituirse al suelo natal, consagró su tiempo al

estudio del ¡dioma'aymara, y fruto de su laboriosidad


fueron dos manuscritos importantes: Gramática aymara
y un 'Diccionario de la misma lengua. Más antes había
prestado su colaboración a Middenderf en trabajos aná-
logos, y que se publicaron en Leipzig en i.Sii, bajo el

título de ''T>ié aymara".


Asistió a los congresos de 1882 y 1883 como repre-
sentante de la provincia de Caupolicán, siendo secreta
tario y miembro de la comisión de negocios extrangeros.
D. Antonio Quijarro inició la idea de
El estadista
la construcción de un camino que partiendo
carretero
de esta ciudad pusiera en relación con de Son- los valles

go y Challana hasta el rio Kaka. Idea que fue acogida


por el Congreso de 1885. Con este motivo se formó la
^"Sociedad Impulsora" que encomendó la exploración
a Bravo y Eduardo Idiaquez.
Los trabajos principiaron desde el 24 de mayo has-
ta el 21 de agosto de 1886, y después de vencer mil di-
ficultades, trazaron una línea bien conveniente y co-
rrecta.

Por los años 1892 y 1893 fue miembro del Ayun-


tamiento paceño, en que prestó importantes servicios
a la instrucción popular.

Asuntos mercantiles le llevaron a las regiones del


Beni, y durante su permanencia el año 1895 fue electo
Munícipe de Trinidad y honrado con el cargo de Presi-
140 Diccionario Historicodel

dente. Mediante su actividad se estableci(5 el Hospital


de S. Juan de Dios y la Sociedad de Beneficencia de
Señoras.
En la administración Alonso fue llamado a desem-
peñar la Jefatura en la Sección de Límites, anexo al

Ministerio de Relaciones Exteriores, en cuyo cargo le

ha sorprendido la muerte.
Fundador de la Academia Aymara y su Presidente,
periodista distinguido, ha escrito en varios diarios y
periódicos de esta ciudad, algunas veces bajo el seu-
dónimo de Bruto. Sus trabajos: Historia de los hospi-
La Patria Boliviana; Limites de la trovincia de
tales;

Caupolicán; Biog rafia del Obispo Cárdenas; La zAdmi-


nistr acción Velasco; Efemérides paceñas; Datos para la
historia de la Confederación.
Confeccionó un Formulario procedimental para Al-
caldes Parroquiales, que se ha reimpreso por tres ve-
ces. A su muerte hubo mucho interés por su biblioteca

y le fue embargada por una pequeña deuda, encontrán-


dose en este momento todos sus manuscritos, con per-
juicio de la historia patria, en poder de personas profa-
nas, o talvez destruidos por la acción del abandono y
el tiempo.
En el la ceguera y anemia
Beni contrajo recobró ;

la una operación feliz del doctor Borget


vista mediante
ty; pero otra enfermedad causó su muerte. Falleció
el 17 de marzo de 1902,

Bueno de Arana D. José Javier —Arequipeño.


En unión de su esposa Tomasa Gutiérrez, vinieron a
avecindarse en esta ciudad, en que tuvieron a José en
24 de noviembre de 1746 y Pedro en 2 de agosto de
1748. Fue teniente de corregidor. Su hijo José casó
con Juliana Tarifa; Pedro con Bárbara Pacheco; María
Magdalena hermana de los anteriores nacida en Arequi-
pa, llegó a tener a su hijo Fernando.
Bartolomé Bueno de Arana, hijo de la ciudad del
Departamento de La Paz u^
Misti, casó con Juana de Postigo, hija de Fernando
Postigo y Gabriela del Corral. Murió el 9 de a^^osto

de 1746. Los anteriores suponemos que fueron deudos


del protomártir.

BuenoD. Buenaventura —Nació en Arequipa ha-


cia elaño 1768 talvez fue uno de los nietos del cosmó-
grafo Bueno.
Estudió en el colegio Seminario de la ciudad del
Misti con bastante aprovechamiento, sobresaliendo en
el idioma latino al que consagró su preferente cuidado
h.ista poseerlo con bastante perfección.
Vino a radicarse en esta ciudad en 1784, y en 1790
fue designado con el cargo de alcalde interino de her-
mandad en reem.plazo de Bernardino Argandoña, cargo
que ejerció hasta 1799.
Su ocupación constante fue la enseíianza del her-
moso idioma de Virjilio, en el Seminario protejido por
el rector José Castillo, como a los particulares muy es-

pecialmente a los jóvenes que se dedicaban a la carre-


ra eclesiástica, siempre con regular éxito.
Mantuvo cordiales relaciones con las personas más
distinguidas de la sociedad paceña; siendo muy estima-
do.
Se unió en matrimanio con Petrona Francisca Bla-
cader Cañizares, paceña muy distinguida por sus bellas
cualidades personales, fruto de este enlace, fueron
María nacida el 19 abril 1790, María Josefa Bacilia en
14 junio de 1802, Pedro José Bonifacio en 14 mayo
1840, José Agusiin en 4 mayo 1805, Manuela Josefa en
I ^ enero 1807 y José Miguel Gregorio en 9 mayo 1810,
cuando el autor de sus días había dejado de existir.

Partidario de las nuevas ideas y por consiguiente


de la emancipación de su patria, se halló afiliado desde
los primeros momentos entre los que trabajaban por su
futuro engrandecimiento, siendo uno de sus inspirado-
i42 Diccionario Histórico del
res, asícomo Lanza, Catacora, Sagárnaga, en cuyas ca-
sas no con tanto misteriocomo anteriormente se comen-
taban los sucesos de Buenos Aires. No concurrió a nin-
guna reunión en que se acordó dar el golpe al realismo
empeñado en sostener la causa de Fernando Vil, no
obstante en la primera quincena de mayo se le asignó
la representación del pueblo, y en unión de Catacora
hicieron murhos preparativos.

En la noche del i6 de julio celebraba su nalahcio


en unió.i de su? amigos, Hilario Sanjinés, Andrés Cas-
liih. Santiago Montencg-o )• PeJio José Montenegro.

Como tenían evid/nri.i de! ¡i'-ju acontecimiento que de-


bía realizirse en esa noJí?, a! oir ti tcq'ie de arrebato
ir.cesante dado por ¡as campanas, el fuego, ti clamor y
aigazsr.i en la plazt; entro a comunicarle Manuel de La
Deheza la noti ia. himediatamento se encaminaron ha-
cia la pLiZi, pero crej/enJo conveniente retirarse así lo
b.icieron. Bueno se dirigió a la casa de Joaquín de La
Riva donde estuvo hasta las once y media de la noche,
hora en que volvió con La Riva a palacio, dirigiéndose
en seguiJa al salón del Cabildo, en que los capitulares
rojeados de inmenso gentío, cían y trataban asuntos ja-

más imaginados siqíiiera hasta entonces.


Buer.o fue in.licado por e¡ pueblo conio su repre-
sentante, pero en esa nocli¿ no le tocó parte alguna de
importancia que pueda mencionarse.
Llamado por orden de García Lanza a la casa de
José Antonio Medina el día iS donde se hallaban reuni-
áo:i el primero, Catacora, Mercado, Patino, Figueroa,
tratando de los asuntos más importantes, referentes a
la causa de Julio. AAeJina ordenó a Rueño pasar un ofi-
cio al guardián de San Francisco, José González Apari-
cio, intimándole contuviera a sus subditos que eran
contrarios a la revolución y estaban desacreditándola.
Departamento de La Paz Í43

El 19 de julio en su carácter de representante del


pueblo dirigió la palabra a este, encomiando el nuevo
orden de cosas y sus ventajas favorables a los intereses

americanos.
AI día siguiente en la casa del cura Medina escribió
el plan de Gobierno confeccionado ya anteladamente,
dictado por aquel meritorio patriota y cuyos capítulos
contenían el programa más acabado de la nueva Repú-
blica por establecerse sobre las ruinas de la inonarquía.
Este plan firmado el 21 de julio por Gregorio Gar-
cía Lar.zi,Catacora y Bueno fue sometido al Cabildo y
aprobado el 22, constituyéndose en su consecuencia la
Junta Tuitiva, de iu que fue Bueno uno de sus miem-
bros, y según el reglamento Je 28 del m'smo mes en que
los tuitivos debían organizir sus ministeriosjespectivos
le fue asignado el de Hacien.da.
La Junta trató de distinguirle con una subJclegi-
ción que él rehusó, aceptando más bien la de vista de
aduana en lugar de Juan ímas, que era odiado por el
pueblo y estaba sindicado, en un asesinato.
El 2[ de julio en unión de Gregorio Lanza y Cata-
cora promovió la incineración de los papeles creditorios
del fisco, que se llevó a efecto mediante autorización del
Cabildo; pero Bueno tuvo el buen sentido de solicitar
también que los beneficiados concurrieran con su5 óbo-
los para el progreso de la causa.
Pidió al Cabildo el enjuiciamiento dtl Gobernador
y Obispo, aunque verbalmente. Afirma Bueno que el al-
calde provincial Ramón Loayza que había proyectado
una contrarevülución tuvo una larga conferencia con él,
y le comprometió para ese movimiento, y lo Hizo acce-
der bajo de juramento.
Fue el primero de la Junta que renunció su cargo
el 28 de septiembre. Se había apoderado el temor de
los revolucionarios.
144 Diccionario Histórico del

Las intrigas de Goyeneche indujeron a Indaburu


traicionar a la causa a la que se liabían consaj^rado, la

que se realizó en la noche del i8 de octubre, Bueno al

tener conocimiento de ese hecho por noticia que le co-

municó Pedro José Montenegro y Pedro Puertas tomó


la fuga en la misma noche dirigiéndose a su finca situa-
da en Coroico. Se quedó en Unduavi hasta el 24 en
casa del alcabalero Tomás Eduardo, en cuyo punto los
emigrados Pedro Eguino y Francisco España, le comu-
nicaron de los fatales acontecimientos realizados en la
ciudad, la ejecución del patriota Rodríguez, la muerte
de Indaburu y la traición atribuida a Murillo. Elmis-
mo día se puso en marcha en unión del cura Medina pa*
ra Coroico. Donde llegaron y encontraron en la plaza
a Castro, quien les manifestó estar dispuesto a defen-
der hasta el último momento de su vida la causa de la

revolución; de cuyas ideas participaban Medina y Bue-


no.
Bueno levantó y movió a los pueblos que estaban
todavía indecisos, atemorisadós -por las formidables ex-
comuniones que había lanzado el obispo La Santa; ade-
más dirigió cartas del más vivo patriotismo a Victorio
García Lanza para sostener y defender los derechos de
la patria aún a costa de sus vidas.

Sumamente asustado Bueno por la pérdida de los


últimos defensores de la causa revolucionaria en Irupa-
na comandado por Castro, le suplicó al cura de Coroi-
co Pedro Escobar, europeo realista, dirigir una carta de
intercesión a Goyeneche; más este que había ordenado
a Rufino Velcorme para que lo capturase y tomase pre-

so, así lo realizó mandándole que se presentase en el

cuartel de artillería el 15 de noviembre. Obedeció, sien-


do conducido a esta ciudad por el capitán Tejamon y
llevado a la cárcel Real directamente. Prestó su de-
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 14$

claración preventiva el 26 de diciembre ante el asesor


López de Segobia y su confesión el 8 de enero de 1810.

Sentenciado a muerte, el 26 de enero fue puesto en


capilla después de leérsele su sentencia en el Colegio
Seminario.
El 29 de enero de 1816 fue muerto a garrete en la

plaza pública de esta ciudad, después colgado su cadá-


ver en la horca. El que después de permanecer por sie-
te horas en el patíbulo, fue humildemente sepultado en
el templo de Santo Domingo.
La esposa e hijos quedaron en la horfandad más
espantosa por la confiscación de bienes decretado por
Goyeneche. Hasta que la primera después de sopor-
tar toda clase de calamidades dejó de existir el 27 de fe-

brero de 1823, siendo también sepultada en el templo


de Santo Domingo.
Bueno Blacnder D. José María.— Nació en La Paz
el 14 de abril de 1790: hijo del protomártir. Tomó las

armas el año 18 14 y se encontró en ios sangrientos com-


bates de Cangallo, Guamanga, Guanta y en el desgra-
ciado campo de Umachivi. Ascendió a Teniente Coro-
nel, y estuvo en Arequipa de jefe de armas y miembro

de la Junta Gubernativa. Diputado al Congreso cons-


tituyente del Perú; Secretario de la Legación peruana
en Boüvia; después Intendente de Cosabaya nombrado
por el General Miller. Se vino a su país natal y fue es-
cribano de cámara de la Corte Superior de Justicia en
1837. Recibido de abogado fue relator de la Corte,
juez de comercio; juez de letras; dos veces vocal del
tribunal de alzadas; ministro interino del mismo tribu-
nal; conjuez; ministro propietario nombrado por el Con-
greso de 1840. En 1849 ministro interino de la Corte
Suprema de Justicia hasta 1855 en que lo fue constitu-
19
146 Diccionario Histórico del

cionalmente. Destituido en 1857 por causas políticas


se retiró a la vida privada. También fue uno de los fun-
dadores de la Universidad de San Andrés de La Paz.
Murió el 2 de febrero de 1861.
^
Fue casado con María Barragán la que dejó de exis-
tir el 12 de abril de 1824.
Bueno de Rojas y Saíidoval D. Juan —Este capi
tan español vino a radicarse a esta ciudad en 1717.
Contrajo matrimonio con Alaría Renjifo y Leaño. En
1736 fue alcalde ordinario de segundo voto. Falleció
en 1750.
BuhiGua D. Juan Antonio de.— Este maestre de
campo espaílo! \ino a esta ciudad en 1704. Fue un
mercader muy acreditado y comerciante de toda consi-
deración en su época, llegando a ser bastante rico y fue
el primero que planteó los niolinos de trigo en esta ciu-

dad, Wiíis arriba de Challapampa con alguna extensión,


por eso decimos el primero por que anteriormente han
existido otros pequeños. Fuera de sus negocios mer-
cantiles se entregó también al laboreo de minas en
Chuquiaguillo. CoiUrajo matrimonio con María Josefa
Jiménez Contreras, en quien tuvo a Manuel José en
I ^ de enero de 1705, María Teresa en 23 abriM707,
Ignacio en 23 abril 1709, María Ignacia en 22 abril 1710
y Ñuño en 7 mayo 1711, Fue uii vecino de toda con-
sideración, honrado varias veces con el cargo de alcalde,
pero cuyas fechas no podemos precisar. Falleció en
1740.
BuíUGua [>. Ñuño.— Este español era comerciante
en 556 y
1 tenía grandes negocios en harina. En ese
año La Paz celebraba los funerales de Felipe 11, en lo

que se gastó mil pesos, y para el advenimiento de Feli-


pe jlL contribuyó La Paz con quinientos pesos; Ñuño
dio cincuenta fanegas de trigo, lo que da a conocer que
en ese entonces las fortunas de los paceños no estaban
Departamento de La Paz 147

muy desahogadas. Los donativos, préstamos forzosos, o


lo que es lo mismo exacciones tenían lugar de continuo,
ordenados por los soberanos de España.

Bur^unyóy Juan D. Antonio— Natural de Alicante


en Valencia. Era Caballero de la Orden de Monteza,
Teniente de Navio de !a Real Armada, Capitán de Fra-
^.\t\ y Teniente coronel en 1804. Nombrado Gober-
nador Intendente de La Paz en provisión real fechado
en San Ildefonso el 14 de septiembre de 1796; tomó po-
sesión a principios debaño siguiente.
Venía a gobernar en una época en que los america-
nos p:incipiaban a percibir las brisas de la libertad.

Su Teniente asesor fue el doctor José de Medeiros


y su secretario don José Povil.
La raza incaica habiendo intentado sacudir el yugo
(xtranjcro, y al sucumbir para siempre, hizo entrever
una era iiasta entonces desconocida.
La Paz al renacer de entre sus ruinas comprendió
que era de mejor suerte y levantó el espíritu hasta en-
tvjnces abatido por la opresión en pro de su engrande-
cimiento; notándose un movimiento algo desconocido
ÍKista entonces, pudiendo decirse, que no era la ciudad
sin vid;i ni acción, sepultada y silenciosa entregada al

nristicísm.o.

Las familias más acomodadas enviaban a sus hijos

a lasuniversidades, y en esos centros intelectuales


donde principiaba a germinar la idea de indepen-
dencia alumbrada por la luz de la Francia, la gran re-

volución, adquirieron los principios que debían salvar a


la América de su ominosa postración.
Al regresar al seno de sus hogares imbuidos de las

nuevas ideas, buscaban prosélitos y pronto se estable-


cieron clubs secretos que en el silencio y el misterio
trabajaban por la futura libertad.
Í48 Diccionario Histórico del

Era el año 1798, y casi todos los paceños estaban


en los secretos de la revolución y meditaban «la sepa-

ración de este continente de España».

El club paceño funcionaba activamente, en contac-


to con los del Cuzco, Chuquisaca, Córdova y Buenos
Aires. Eran elalma del club como inteligencia los doc-
tores Sagárnaga, Lanza y Catacora; se distinguían co-
mo ardientes propagandistas Herrera, Cabezas, Avella-
neda, Picón, Echeverría, Orrantia, Alquiza.
Burgunyó, sino estaba en de la revo-los secretos

lución, al menos simpatizaba enporque descubier- ella,

tas esas tentativas por el Gobernador, éste atendiendo


a la clase de individuos comprometidos y no atrevién-
dose a proceder contra ellos, se limitó a reprenderlos.
En 1805 la intentona de Aguilar en el Cuzco puso
a las autoridades de manifiesto la complicidad de varios
comprometidos. Burgunyó en vista de esto decretóla
detención de Murilio, los Palma y Carlos Torres, alla-
namiento de estilo, incautación de papeles y armas. A
las once de lanoche Indaburu capturó a Tomás Palmay
lo condujo a la Real Cárcel, no habiéndose encontrado a
Torres y Murilio, este recien el 9 de agosto se constituyó
en detención. El juicio siguió una tramitación lenta
hasta el 15 de mayo de 1807 en que Burgunyó falló

contra los reos benignamente.


En 1806, con motivo de la muerte de uno de los

subdelegados de Charcas, se descubrió un basto plan


de conspiración. Los papeles del finado que la com-
probaban, sindicaban a varios vecinos notables de La
Paz, éstos paralizaron las pesquisas, valiéndose de todo
género de influencias, hasta de la m.ujer del Gobernador.
-Pero se notó con harta sorprensa que los principales

comprometidos sucumbieron repentinamente a cortos


Departa mento de La Paz 149

intervalos, juzgándose que fueron envenenados por el

médico'titular José Granados.


La revolución iba fermentando día por día, cuando
fallecióBurgunyó el 28 de octubre de 1807, siendo se-
pultado en la Catedral.
Bustamante José Domingo.— Natural de Are-
D.
quipa: hijo del Coronel Domingo de Bustamante y Be-
navides y Petronila Diez de Canseco. En esta ciuJad
contrajo matrimonio con María Josefa Peñaranda y Sal-
gado, hija del capitán de armas Vicente Peñaranda y
Constanza Salgado en 23 de noviembre de 1783, de cu-
yo enlace tuvo a María Josefa Andrea en 2 de noviem.
bre de 1785.
Fue capitán de Granaderos y Alférez Real, carpió
que había obtenido por la suma de quinientos pesos en
puja abierta.
Cuando estalló la revolución del 16 de julio de 1S09
se hallaba desempeñando su cargo, y en el Cabildo
abierto de esa noche fue su miembro como legítimo re-
presentante, así como en los demás posteriores.
Cuando fue admitida la renuncia del alcalde de pri-
mer voto Yanguas, debía hacerse Cargo de la presiden-
cia del Cabildo como llamado por la ley en esos casos.

en ese sentido le ofreció ese cuerpo; pero él se hizo el

enfermo y no concurrió de puro miedo.


Después de la victoria de Aroma ganada por los

patriotas cochabambinos, a invitación del gobernador


intendente de La Paz Domingo Tristán en 16 de no-
viembre de 1810 suscribió el acta de sumisión y subor-
dinación a la Junta Superior de Buenos Aires.
Carácter pacífico y timorato: fue ascendido a Co-
ronel en 182 1. La esposa había dejado de existir el
21 de noviembre de 1801.
Bustamante Pinedo D. Pedro de.— Natural de
Arequipa, La carrera de este sacerdote nos es deseo-
150 Dicciona rio His tóri co del

nocida, lo úr.ico que sabemos es que fue cura de San


Sebastián y Santa Bárbara en 1589. Cuando se fundó
la catedral de La Paz fue nombrado por el Soberano, ca-

nónigo doctoral. iViuy caritativo dio en censo su ha-


cienda Tuntunani para el Hospital de esta ciudad.
Busíamanle D. Antonio— Arequipeño. Fue sar-
gento mayor y casado con Isabel Campos, también are-
quipena, los que se avecindaron en esta ciudad en
17S0. El año siguiente habiendo estallado la subleva-
ción indigenal que capitaneó Julián Apasa ) puso cer-
co a la ciudad, Bustamante capitaneó una compañía de
voluntarios con los que prestó importantes servicios du-
rante ese largo y penoso asedio, en que sus habitantes
soportaron toda clase de calamidades. En 1784 pasó de
corregidor a una de nuestras provincias.
Busíonrsante D. José Ricardo.— Nació en La Paz
el 19 de marzo de 1821. Muy niño fue enviado a Bue-
nos Aires a hacer sus estudios, de allí pasó a París en
1839, consagrándose a la literatura. Colaboró aAlci-
des D' Orvigni en sus trabajos sobre Solivia. A su re-
greso desempeñó el cargo de Encargado de Negocios
ante el Gobierno del Perú, Cónsul general de Bolivia
en Valparaíso (Chile), Melgarejo al escalar al poder le

encargó la Prefectura de La Paz en 1865, y al orga


nizar su primer gabinete le encomendó la cartera de Ins-

trucción. En 1878 diputado por La Paz a la Constitu-


yente de ese año: Sus composiciones poéticas: Oda a
bolívar, TSendición a mi hija angélica Hispano <L/lmé- ^

rica libertada, el Himno paceño, etc. Miembro de la


Academia Española.
«Ha sido comparado a Víctor Hugo, pero sin la
grandeza de éste, que son vigorosas y elegantes, care-
ciendo de grandes bellezas, a pesar de lo cual resulta
una de las primeras figuras literarias de Bolivia.» Mu-
rió en Arequipa,
Doctor Manuel Bustillos
Departamento -de La Paz 151

Bustillos D. Julián. —
Nacido en La Paz e¡ 20 de
enero de 1734. Hijo natural de María BustiJlos. Es-
tudió en el Seminario y fue ordenado en el Cuzco. Ayu-
dante de Yayes, viceparroquia de Guarina, antigua re-

sidencia de jesuítas, trabajó el templo de Aigachi desde


los cimientos donde trasladó la \ Í5"eparroquia, jgual car-
go desempeñaba en Pucarani en 1781 cuando tuvo lu-
gar la sublevación de Tupajh Katari, a este caudillo in-

dio le acompañó en calidad de capellán o consejero des-


de sus principios hasta su final derrota, por lo que fue
detenido preso diez años en la ciudad de La Paz como
rebelde y subversión contra el Rey. Murió en una ejrd
muy avanzada de más de noventa años.

Bustillos D. Manuel— Nacido en Guarina de la

provincia de Omasü\-os. Hizo sus estudios con bas-


tante aprovechamiento: teniendo una disposición nada
común para el ejercicio del foro. Recibido de abogado
fue nombrado Agente Fiscal en lo criminal en 183c) Al
año siguiente miembro del Concejo Municipal y en él
su síndico. En 1840 fue elegido diputado por la pro-
vincia de Omasuyos y al mismo tiempo Senador por el
departamento de La Paz, con cuyo carácter concurrió
al Congreso de ese año.
A su regreso en unión de sus colegas del Ayunta-
miento, reclamó de las tropelías del Prefec-to General
Medinaceli, que mandaba hacer reclutamientos forzados
para aumentar las filas del ejército, contra terminantes
disposiciones, por que fue tomado preso y desterra-
lo

do a Cochabamba (14 de diciembre de 1840) donde per-


maneció más de cuatro meses.
Como abogado de mérito sobresaliente, ganó el lui-

doso pleito suscitado por Seguróla y Martin


Isidora

Campos contra Gregoria Nieto, sobre la devolución de


60 mil pesos que su marido Ramón Rojas Orueta le ha-
ip Diccionario Histórico del
bía dado. Naturalmente este triunfo debido a Busti-
llcs disgustó al hijo de la Seguróla, General Ballivián.
En esto aconteció la Obra-
revolución de Belzu en
jes, elque favorecido por Bustillos y mediante sus es-
fuerzos pudo evadirse al Perú. Descubierta la fuga de
Belzu, fue tomado preso, cargado de prisiones, juzgado
y desterrado a las mortíferas regiones de Matogroso, jun-
tamente con el doctor Cordero e Iturri, regresando en
1848, a la caida de Ballivián. Elegido diputado al Con-
greso de ese año por La Paz.
Hombre de fortuna, no fue empleomaniaco, renun-
ció siempre los destinos que le ofrecieron. Aceptó a
Linares la Fiscalía de este Distrito; pero sindicado como
belcista fue aprisionado y puesto en detención el ig de
noviembre de 1859, y salió con más de treinta desterra-
do al Beni. El vecindario paceño quedó profundamente
afligido al presenciar la salida de tantos presos a pie, cus-
todiados por el feroz Yáñez, quien les entregó en el Alto
al que diariamente les repetía: <yó
capitán Caballero, el

debo dar cuenta con lo obrado en una cuartilla de pa-


pel». Llegados a Santa Cruz, no permitió el Prefecto
Balza que pasaran al Beni, lo que causó los enojos del
Dictador. Después de largos meses de sufrimientos
obtuvo su salvo conducto, restituyéndose a la ciudad en
octubre del mismo mes.
En la mañana del 30 de septiembre de 1861, fue
apresado por orden de Yáñez, y salió de la prisión del
Loreto el 8 de octubre, librándose de la carnicería de la
noche del 23 de octubre.
Achá en 1865 encomendó la Fiscalía del Distrito
le

que la En la administración de
dejó a los tres meses.
Melgarejo por un simple anónimo el 16 de enerode 1867
le hizo aprisionar, cargado de pesadas cadenas e incomu-
nicado 32 días, hasta que le absolvió el Consejo de
Guerra. Qué tiempos! parece que la fortuna y el saber
-

Departamento d e La Paz 1^3

mortificaban a los que no comulgaban en su credo. Abo-


gado notable: «su estilo forense era un modelo en su
género>. Ha dejado inéditos varios trabajos sobre le

gislación de los que «otros se han apüderado>. Murió


en 1872.
Bustios D. Luis Pelipe — Natural de Santa María
de Colindres. Maestre decampo, caballero del hábito
de Santiago. Fue nombrado por el Rey Felipe V corre-
gidor de La Paz en 1709. Puesto importante que tenia
la dotación de dos mil pesos anuales. Cesó en e! cargo
en 1712, y con igual destino pasó en 1721 a la provin-
ciade Pacajes. Al terminar su gobernación regresó a
La Paz y se enlazó con D. Petrona Franco en 1732, en
quien tuvo a Antonio en 16 de enero de 1734. Alcalde
ordinario del Cabildo en 1745. Murió en 174S.

o
Caballero D. Alonso.— Este español en e! primer
Cabildo que tuvo en Laja fue nombrado juez visitador
de tambos. Es un hecho comprobado que los primeros
fundadores sino casaron se relacionaron con las indias
del lugar, fijándose en las que consideraban de sangre
noble e ilustre; dando origen a !a raza mestiza, que en
el trascurso del tiempo llegó a multiplicarse admirable-
mente; y al mismo tiempo era activa y laboriosa.

En 1664 ha existido un Pedro Caballero Villafuerte


casado con Francisca Delmont, en quien tuvo a Pablo
en 25 de febrero del año 1665

Cabeza de Vaca D. D¡e¿o.-Este caballero espa-


ñol que tenía el grado de licenciado no sabemos cuando
,

vino al Perú. Fue La Paz de 1584 a 1587.


corregidor de
Por orden del Virey Conde del Villar elevó una des-

cripción de la ciudad de La Paz en 8 de marzo de 1^86,


20
-

154 Diccionario HISTÓRICO del

cuya descripción y relación arroja bastante luz para


aquellos tiempos tan envueltos en la obscuridad. Según
ella tenía doscientos españoles perfectamente bien esta
blecidos y radicados; regulares casas de teja y las más
de paja, la iglesia parroquial, el antiguoSan Francisco
acabado con seis San Agustín en cons-
o siete frailes,

trucción con seis frailes, la Merced en construcción ape-

sar de ser tan antigua con seis frailes y la Compañía,


es decir Loreto, acabado con ocho frailes, y un peq.ieño
hospital para españoles e indios, sin más que estos
edificios.

En 1695 fue corregidor de Potosi por nueve meses.


Ignoramos donde y cómo murió este General.
Cabezas D. José.— Este capitán español se encon-

traba en 171 1 y era casado con Mariana Pérez. Fue


alcalde ordinario del Cabildo en 1716 y pasó a radi

carse en los valles de Yungas.

Cabezas de Loza D- Faustino —Natural de la ciu-


dad de Chuquisaca. Estudió en la célebre Universidad
de su país, de cuyas aulas salieron hombres prominen-
tes en todos los ramos del saber. Allí recibió el grado
de abogado de la Real Audiencia de Charcas, cuya fe-

cha no conocemos.
Su venida a esta ciudad data poco más o menos de
1786, aquí tenía parientes que descendían de José Ca-
bezas y Mariana Pérez que se radicaron en esta ciudad
elañoi7ii. El objeto de su venida fue por asuntos
de intereses familiares; pero él se quedó en el país.

Contr-ajo matrimonio con Magdalena Rojas en 1796


de cuyo enlace tuvo a María Margarita en 9 de junio de
1797, María Juana en 7 de abril de 1799 y José Manuel
Marcelino en 2 de junio de 1801. Muerta su esposa
contrajo segundas nupcias con Fraricisca Nogales en 13
de febrero de 1804.
Departaa\ ento de La Paz L1Í__
El doctor Cabezas tenía su casa en la calle Chiri-
nos al lado de Oquendo donde tenía su bufete a que
concurría numerosa clientela. Debió haber sido un le-
trado muy distinguido.
Gabezns fue uno de esos jóvenes u;iiversitaríos que
al mismo tiempo que se consngraba al estudio de la ca-

rrera a que se dedicaba, no olvidaba el aprendiziige de


las tendencias filosóficas francesas, que dieron lugar y

fruto a la grandiosa revolución que é! deseaba ardiente-

mente para su patria.

Instalado en 179S el club revolucionario, debió ser


su dirigente en unión de otros patricios decididos por la

independencia. Era asesor, renunció su cargo y se re-

tiró a su finca de Yungas.


El Gobernador que no pudo darle un golpe de gra-

cia franca y leal para librarse de los jefes y tal\-ez en


cumplimiento de órdenes superiores apeló como los Me-
diéis y BorgÍLisal veneno, medio más fácil para des-

hacerse de una persona cuya presencia inquieta. Se


afirma que en su finca Santo Tomás, el administrador un
tal Pozo, sin duda agente de los realistas, le dio a beber

en una vaso de fresco un tósigo que a los pocos días le

causó la muerte.
Parece que a poco tiempo de su muerte le llegaba
despachos de Oidor de Chuquisaca.
Cabrera D. Domingo.— Era cacique de la parroquia
de San Sebastián de esta ciudad en iCog, siendo el que
más contribuyó para la finalización de la iglesia, muy
especialmente en su campanario costeando la cal y la-

drillos.

Gacellas D. José.— Este español vino nombrado


contador de las Cajas Reales de esta ciudad. Fue rea-
lista y por consiguiente enemigo déla revolución de ju-

lio de 1809, apesar de haber sido capitán de milicias de


156 Diccionario Histórico del

lo que ascendió en la revolución huyó abandonando su


puesto por lo que el 16 de septiembre de 18 18 el Ca-
. bildo nombró en su reemplazo a Barañao, Regresó con
Goyeneche y siguió en su empleo; pero a la aprc)xima-
ción de Castelli, huyó otra vez al bajo Perú. Regresó
después de la batalla deGuaqui para servir de espía
a los patriotas. Sucumbió en la hecatombe de 28 de
septiembre de 1814 victimado por la plebe.

Gáceres D. Juan Manuel —Nació en La Paz el 9


de enero de 1760; hijo de Hilarión Gáceres y Luisa
Salcedo; siendo su madrina de pila Ignacia Manzaneda.
Era escribano real desde 1792, ídolo de la clase indíge-
na, por laque antes de la revolución se resolvió en las
juntas que él movería a los de San Pedro, Santa Bár-
bara y San Sebastián. En la memorable noche del 16
de julio en unión de Ramón Rodríguez y a la cabeza de
un grupo de jente se apoderó de la torre de la Catedral
para tocar a rebato, seílal de llamada al pueblo. Or-
ganizó la compañía de milicias de escribanos, siendo él

su capitán, y teniendo por teniente a Juan Crisóstomo


Vargas y subteninete Cayetano Vega Jo que aprobó Mu
rillo en 29 de julio. En las juntas revolucionarias se
había acordado hacerlo escribano de la Tuitiva, como lo

efectuaron.
Su actividad fue admirable, y como tenía gran in-
flujo en la indiada reunió más de tres mil de éstos de
las provincias de Pacajes y Omasuyos, que los puso a
órdenes del cacique Balboa quien los instruía y doc-
trinaba.
Cuando se trató de abandonar Tiahuanacu para
entregar a Goyeneche según los tratados, se opuso enér-
gicamente, y fue de parecer que debía hacerse frente y
atacar al general arequipeño. Después de todos los
acontecimientos realizados en esta ciudad, salió con
Departamento de La Paz 157

Castro y le acompañó hasta la definitiva derrota de


Chicanoma.
Fue condenado a la pena de horca, debía ser arras-
trado en un surrón por una bestia de albarda hasta el

pie del cadalzo; pero apenas se había pronunciado la


él

derrota, se internó en las montañas hasta la aproxima-


ción del ejército argentino en cuyas filas se incorporó.
Derrotado en Guaqui buscó un asilo del que salió para
mover a los indios de Calamarca, y Ayoayo
Sicasica
contra los opresores de su patria. Goyeneche vencedor
en Sipesipe, viendo cortadas sus comunicaciones desta-
có una divisitn de mil doscientos hombres al mando de
Lombera. Cáceres con un formidable ejército de in-

dios logró sorprender en altas horas de la noche en los

campos de Sicasica enemigo que descansaba descui-


al

dado, cayéndole de improviso y contal ímpetu alcanzan-


do una victoria tan completa que sólo salvaron Lom-
bera, su capellán y siete oficiales. El 7 de octubre de
181 1 dirigió una proclam.aa los paceños. Ignoramos la

suerte posterior de este patriota, que siguió combatien-


do hasta donde pudo.
Obispo y gobernador estaban trabajando a favor de
D. Carlota del Brasil, y a este respecto Cáceres nos
hace saber que, Francisco Paula Sans gobernador de
Potosí, tenía correspondencia con Dávila y el obispo,
que habían entablado correspondencia entre sí por ex-
traordinarios, que entraban a esta ciudad a deshoras de
la noche sin tocar corneta, encargados de que no para-
sen ni una hora a fin de que no hablasen con nadie, lo

que le habían comunicado los indios de Achocalla que


venían de guias. Fue casado con Petrona Alvares en
1780.

y Medina D. Antonio de la.— Este español


Cadena
era sargento mayor de escuadra. Contribuyó a la pa-
158 Diccionario Histórico del
cificación de la sublevación de indios acaecida en Songo
.e;i 1623. No hemos podido averiguar mascón respecto
a este caballero fallecido en 1675. ^^^ casado con
Francisca Ponce de León, en quien tuvo a Josefa que.
casó con Pablo José Diez de Medina.
Galaumana D.rrancisGO- Oriundo de Guarina,
fue casado con María Ascencia Millian y en esta ciudad
tuvo a Antonio en 1683 y a Diego al año siguiente. En
1684 era gobernador de Pucarani pueblo de la provin-
cia de Omasuyos. En esta fam.ilia estaba vinculado el

casicasgo de Guarina, de donde desciende doña Bacilia,


madre de Santa Cruz.
Gaiderón de ía Barca D Juan - Nació en La
Paz el 24 de de 1725, hijo de Pedro Calderón de
julio

la Barca y Petrona Mundaca. Casó con María López,


de cu)-o enlace tuvo a Eusebioen 14 de octubre de 1749?
Jerónin.o en 30 de octubre de 1750, Eugenio en 14 de
noviembre de 1751. Bernardino en 7 de diciembre de
1752 y Luis en 12 de agosto de 1754. Fue regidor per-
petuo o sea caballero 24, Tesorero de La Santa Her-
mandad, Oficial graduado \' personero de temporalida-
des. Muerta su esposa contrajo segundas nupcias con
Agustina Camargo v. de José Jarandilla en 23 de sep-
tiembre de 1779 en quien tuvo a Manuela que fue mon-
ja de la Concepción. Hizo su testamento en 13 de ma-
yo de 1807, y reconoció a sus hijos naturales habidos en
Manuela Loza; Casimiro, Fernando, Pedro José, José
Pedro, Joaquín, Teresa e Isabel. AsimismiO a Bernar-
do que declara haber disipado sus bienes.
Era pariente inmediato del alférez Real de Moque-
gua D. Alonso Calderón de la Barca.
Bastante rico, fuera de otras propiedades, fue due-
ño de la hermosa ñnca el Bagawte situada en Coroico.
Su hijo Ensebio fue clérigo. Murió el 15 de ma\'o de
1807.
Departamen to de La Paz iS9

Calderón D. Jerónimo— Nació en La Paz el 30 de


octubre 1750: hijo del regidor Juan Calderón de la Bar-
ca y María López. Hjzo sus estudios en la Universidad
de Chuquisaca donde obtuvo el grado de abogado. Res-
tituido a su país natal fue un ardiente propagandista de
los principios por la independencia. Asesor en 1804.
Asistió a la Junta que tuvo lugar en 13 junio en la que
en unión de todos los comprometidos prestaron jura-
mento en manos del sacerdote Mercado para llevar ade-
lante los propósitos que venían persiguiendo hacía años
se opuso al degi^iello de los españoles propuesta por al-

gunos exaltados, igualmente concurrió a las demás Jun-


tas. Estallada la revolución en la memorable noche ya
tantas veces indicada y habiéndose formado las milicias
para la defensa de la patria, fue Calderón Subteniente
de las milicias de la Real Hacienda posteriormente, por
faltas de los tres miembros de la Junta Tuitiva y para
su reintegración fu.e llamado Calderón. Destrozado In-
daburu en su defección por Castro y encontrándose la
población en un verdadero desorden, el clérigo Mariaca
que fue designado como autoridad local lo llamó a su la-

do en calidad de capitán y con el concurso de varios


eclesiásticospudo sosegar ¡a inquietud del pueblo.
Habiendo Goyeneche ocupado la población y se-
guido juicio criminal a los revolucionarios, le condenó
a Calderón a que durante dos años no pudiera presen-
tarse en esta ciudad.
Durante la ocupación de Castelli su actuación no
es conocida, "^ólo se sabe que el 31 de diciembre de 1812
era nombrado regidor constitucional del Cabildo por 17
electores. Ignoramos cuando falleció.

Calderón de la Barca D. Casimiro.— Nació en La


Paz el 3 de marzo de 1767. Hijo natural del Regidor Juan
Calderón de la Barca y Manuela Loza. No cabe duda
alguna que este patriota se alistó desde los primeros mo-
i 6o DICCIONARIO Histórico del ^

mentos de la revolución, cuando las tres partes de la

población visible militaban en sus filas. El fracaso de


1805 no desalentó a los patriotas y más bien tomaron
mayores bríos. Prepararon la revolución para el car-
naval de 1809, suspendiéndose definitivamente para el

30 de marzo (Jueves Santo) del mismo año, esplotando


hábilmente a los indecisos y la plebe bajo la especie de
que los europeos querían invadir la América. A este
movimiento dio impulso Calderón según la declaración
de Catacora, que fue denunciado por Hinojosa y redu-
cido a prisión.
La fermentación del pueblo debió ser admirable en
aquella noche, cuando pululaban por tcdos los ámbitos
de la ciudad pelotones y grupos de hombres que a voces
indicaban el movimiento. El gobernador mandó obser-
var desde los balcones de su palacio la agitación popular
cuando salió en persona a rondar la ciudad, ordenando
hicieran lo propio los dos alcaldes, no atreviéndose a
penetrar en la casa de Indaburu en loque notó algún
rumor. Para entonces el batallón ya estaba sobre las
armas. Hinojosa le indicó a Calderón que el gobierno
estaba tomando medidas y se abstuviese de resar las es-

taciones.
Fracasó el movimiento por una denuncia o sea por
que los patriotas al tener conocimiento del fracaso del
alcalde Alsaga en Buenos Aires hubiesen suspendido el

movimiento. Permaneció Calderón en prisión hasta al;


gunos días después de su careo con Hinojosa.
Posteriormente concurrió a todas las Juntas en que
se trató de la revolución, después de ella fue nombrado
Teniente de la 7.^ compañía del cuerpo de Granaderos,
manifestando gran entusiasmo. Aprisionado Murillo, .

fue comisionado por Graneros para comunicar a Castro


la contrarrevolución fraguada por Yanguas. Vino con su
compañía, y después estuvo en el combate en la plaza en
Departamento de La Paz lór

que sucumbió Indaburu. Retirado al campamento de


Chacaltaya asistió al Consejo de Guerra que presidió
Castro, en la que se acuerda la retirada a la provincia de
Yungas, peleó en la acción de Chicanoma el 25 de oc-
tubre.

Su actuación posterior nos es completamente des-


conocida !:asta la terminación de la guerra de la inde-
pendencia, tal vez permaneció en la Argentina hasta fi-

nes dd año 1825. Sus paisanos le designaron como su


diputad:) a la Asamblea Constituyente que debía reu-
nirse en 1826. Murió en 1830.
Calderón de la Barca Pedro José.— Nació en La
Paz el 23 de julio de 1757. Hermano del anterior.
Todos los miembros de esta familia eran activos
partiiürios de la independencia de su patria. En el mo-
vimiento preparado para el 30 de marzo estuvo' compro-
metido y fue tomado preso juntamente con su hermano
hasta después de su careo con Hinojosa. Concurrió a
todas las Juntas revolucionarias pero no se halla muy ma
nifiesta su actuación durante la revolución, pero debió
haber estado en todos los movimientos, pues que en
Chacaltaya concurrió a la Junta de guerra que tuvo lu-

garel 22 de octubre en la que se optó por la retirada a

Yungas en consecuencia acompañó a Castro y peleó en


Chicanoma, después de cuya derrota se refugió en las

montanas. Se incorporó a las fuerzas argentinas en ca-


lidad de cadete y ascendido a Teniente combatió en
Guaqui y después de esa derrota fatal a ¡as armas patrio-
tas anduvo fujitivo en distintas direccijnes.

El año 1814 se unió »en el Alto a las fuerzas cuz-


quenas que venían al mando de Pinelo, y a la cabeza
de cincuenta hombres atacó por Carcanlía, siendo toma-
da la ciudad y destrozados los españoles Pinelo le hizo
capitán de su guardia de honor. Sentenciado a muerte
21
i62 Diccionario Histórico del _^

permaneció mucho tiempo fujitivo logrando unirse a


Santa Cruz, con quien combatió en Zepita y después
de la desastroza dispersión de ese ejército se dirigió a
Cochabamba en busca del General Miguel García Lan
za y como éste viniese en retirada se introdujo por los
valles a esta ciudad.
Este patriota se casó con dona Jacinta de la Vega,
hija de don Cayetano de la Vega de ilustre abolengo.
De este matrimonio nacieron: Nicanor, Rosendo. Bailo-
na, Justa, Fidela, Tránsito y Dolores.
GaiderónD. José rrancisco.— Nació el 4 de octu-
tubre de 1746. Hermano del anterior. Concurrió a
todas las juntas revolucionarias. Oficial del ejército
patriota en 1809; asistió al consejo de guerra en Cha-
caltaya, en que se acordó la retirada a Irupana, siguió
a este ejército y peleó en Cliicanoma el 25 de octubre
de 1809; derrotado logró ocultarse. Se incorporó en el

ejército argentinoy siguió todas las peripecias de la


guerra hasta haber obtenido el grado de Coronel. Des-
pués de Ayacucho se restituyó a La Paz, siendo nombra-
do Comandante General de su país natal. Falleció en

1843 sumamente anciano.


Calderón D Miguel Eugenio —Nació en La Paz
-

el 29 de septiembre de 1714. Hijo de Fernando y Fé-


lix Agüero. Obtuvo el cargo de tesorero de las Cajas
Reales. Casó condona Josefa Blacader, y habiendo
finado ésta, contrajo segundas nupcias con doña Paula
Sanjinés Seminario en 1741, de cuyo enlace tuvo a Ma-
riano en 16 de julio de 1743, Bernardina en 20 de ma-
yo de 1745, hidalecio en 7 de ma}-o de 1759. Recibió
despachos de maestre de campo. Tesorero de la Santa
Cruzada y alcalde ordinario de primer voto en 1796.
Murió el. 30 de abril de 1800.
Calderón y Sanjinés D José Indalecio —Nació
en La Paz el 7 de mayo de 1759; era hijo del anterior.
Departamen to de La Paz 163

Hizo sus estudios en la Universidad de Chuquisaca,


donde se graduó de doctor y abogado. Restituido a su
ciudad natal, se consagró con interés al ejercicio de su
profesión. Casó con doña Antonia María Uriarte y Sa-
gárnaga en 20 de diciembre de 1810, siendo sus padres
Domingo Tristán e Ignacia Barra, de cuyo enlace tuvo
a Manuel, Indalecio, Bernardino y iWodesta.
Hn 1805 fue defensor del revolucionario Montesi-
nos uno de los que en unión de Murillo y otros perso-
nujes debían lanzar movimiento separatista de ese
el

año. Sin duda alguna fue uno de los más entusiastas


revolucionarios que trabajaron por esa causa aún cuan-
do su actuación no es muy conocida.
En 16 de noviembre de iSiofue uno de los que sus-
cribió la sumisión y subordinación a la Junta de Buenos
Aires. Después de ia derrota de Guaqui fu.uó con
Clemente Diez de Medina en dirección a Arequipa so-
portando las mayores penurias, de allí pasaron a Cama-
ná, donde separándose de su amigo Medina perm.<ineció
largo tiempo oculto, logran:io restituirse a su pais nata!
después de algunos esfuerzos. Consumada la indepen-
dencia en los campos de Ayacucho, el pueblo de La Paz
le la primera Asamblea reu-
designó su representante a
nida en ChiUquisaca en que se declaró la autonomía de
Bo!i\ia, igualmente a la Convención de 1828 en que su
actuación fue digna de un representante, pues que le-
vantó su voz en frente de los traidores de la patria.
Ministro de la Corte de La Paz en 1831; Ministro de la

Corte Suprema en 1834; jubilado en 1838. Falleció el

29 de abril de 1839.
Calderón D. Bernardo.— Paceño, hijo natural de
Juan Calderón;, casó con Melchora Maman!, de Yungas
y fue hijo su)'o Paulino. Después de Cáceres, Calde-
rón es el que supo captarse la voluntad de los indios.
Como era ardiente patriota odiaba a los peninsulares. En
164 Diccionario Histórico del

unión de Ramón Irusta, Marcos Ramírez, Manuel Zu


niga y otros levantaron la indiada y pusieron cerco a
la ciudad el 15 de agosto de i8ii, liaciendo sufrirlos
mismos horrores, muertes y destrozos del año 1781, no
perdonando medio alguno para destrozar el poder realis-
ta; apelando al incendio como lo efectuaron el 25 de
agosto en que fueron reducidas a cenizas varias casas,
la de Ratón, Pérez, Paula, Montufar, hicieron lomis-
mo el 2 de septiembre con
tambo de Quirquincha,
el

tambo de Harinas, de Goisueta y varias otras.


El dia 10 de septiembre a las cuatro de la tarde
Calderón por medio de un oficio intimó al gobierno
que en el término de cuatro horas rindiera las armas, so
pena de pasar a cuchillo a toda hi población desde la
edad de siete años para arriba, sin distinguir sexo ni
condi:ión. Fue respondido que seria recibido a bala,
igual intimación hizo el dia 13 del mismo mes. Mientras
tanto seguía el combate con tenacidad, así como el in-
cendio de muchas casas. El 25 de agosto volvieron a
intimar rendición y destrucción de trincheras y como el
gobernador no le contestase, el combate se hizo cada
díamás sangriento; los sitiados hacían esfuerzos supre-
mos haciendo salidas atrevidas fuera dedas trincheras,
siempre con pérdidas, regresando al centro sin haber
podido obtener ventaja alguna. Esta situación deses-
perante de los sitiados cesó con la llegada de la división
de Benavente. La suerte posterior de este patriota nos
es desconocida. Su padre dice en su testamento que
disipó mucho de sus tienes.
Calderón D. Manuel. — Nació en La Paz el 12 de
octubre de 1820. Abandonó las aulas para ingresar
en el ejército cuando la invasión peruana de 1841.
Asistió a la victoria de Ingavi y a otras acciones de ar-
mas, mandando diferentes cuerpos, y ascendiendo gra-
do por grado hasta el de Coronel. A la caída del Pre-
Departamento de La Paz 165

sidente Córdova fue desterrado al Perú, donde perma -

necio hasta iS6r. A su regreso, casi fue víctima de


la saña de Yáíiez. Sirvió a Melgarejo desde el princi-
pio de su gobierno. En la cabeza
Ciintería peleó a la
de una división y fue ascendido 2 la alta clase de Ge-
neral de Brigada. Se halló en las Letanías, en Potosí y
las barricadas de esta ciudad el 15 de enero de 187/.
Cayó prisionero y fue desterrado a hiquisivi, donde ta-
año siguiente. El general era conocido con
lleció al el

sobrenombre de el Cacliorro.
Calderón D. José Ignacio.— Nacido en La Paz;
hijo del doctor FlorencioCalderón y doña Antonia Cia-
vijo. Concluido sus estudios se recibió de abogado.
Profesor por algún tiempo en el Liceo Sucre. Acompa-
ñó a su tío el obispo Clavijo en su viaje a Europa y se
encariñó a la gran República del Norte, donde ha vivi-
do largo tiempo. En 1879 el Consejo de Ministros le
nombró Enviado Extraordinario ante el gobierno de
Washington. En la administración del general Pando
Ministro de Hacienda. Más tarde de Ministro en Norte
América, donde reside actualmente.

Calderón José L. Nació en La Paz el 9 de di--

ciembre de 1861, hijo de doña Fidela Calderón de la

Barca y de don Pedro Loayza, de consiguiente, nieto de


don Pedro José Calderón de la Barca, hizo sus estudios
en el Colegio Seminario de esta ciudad, obtando el grado
de Bachiller en 1878. Ingresó al primer año de la Facul-
tad de Teología, a instancias del ilustrísimo Obispo doc-
tor Bosque y después a la Facultad de Derecho, demos-
trando siempre aprovechamiento y talento íin llegar a
graduarse en ninguna de ambas facultades.
Se dedicó a la Tipografía, resultando un distinguido
periodista e inteligente industrial.
Ilustrado en las doctrinas modernas ha fundado y
sostenido muchas sociedades, siendo muy querido por
las clases obreras; cuya instrucción y adelanto dese^
i66 Diccionario Histórico del

ardientemente. Ha sido Capitán de ejército, Municipe


por dos veces y Diputado por La Paz en los años 1910
a 191 3, habiendo desempeíiado su puesto lucida y bri-
llantemente y con independencia.
Tiene como manuscritos la Historia de la adminis-
tración del General Sarita Cni^. La Sicología de las
iniiltitudes en Bolivia y otros, habiendo publicado el fo-
lleto Héroes Desconocidos aportando datos para la His-
toria.

Cámara rrancisco.— Se ignora de donde era


D.
este español.Vino con Alonso de Mendoza, designado
como vecino fundador de La Paz, En el 2? Cabildo
fue nombrado escribano, siendo el primero que tuvo es-
ta ciudad. En 1556 alcalde ordinario y al año siguiente
de Santa Hermandad.
Gamberos D. Pedro Télix.— Potosino. Residía en
los valles de Caracato entregado a labores i^gricolas.

En la revolución de julio en el pueblo de Luribay se


formó una compañía para defender la patria, teniendo
por capitán a Juan Bautista Monteller, alférez Santiago
Zapata y teniente a Camberos, que mereció la aproba-
ción de Murillo en 24 de julio de 1809. Apesar de esto
sórdidamente trabajó por la contrarrevolución, y fue
presentado a Goyeneche como fiel vasallo y servidor
del Re)'. En 1817 casó con Manuela Zapata, en quien
tuvo a Manuela en iSiS y María Gertrudes en 18 19,
Infidentes como Camberos hubieron muchísimos.

Gamacho D. Eüodoro. Nació en Inquisivi, de-
partamento de La Paz el 4 de noviembre de 1831. Hi-
jo del distinguidoabogado José María Camacho y María
Angela Mesa. Comenzó
sus estudios en el colegio Su-
cre de Cochabamba, fundado en 1828 por Simón Ro-
dríguez, maestro del Libertador Bolívar. Por la muer-
te de su padre, acaecida en 1851, volvió a su hogar,
donde permaneció cuatro años, regresando a Cocha-
DEPARTAMEN TO DE LA PAZ 167

bamba a continuar sus estudios, logrando recibirse de


licenciado en derecho. Afiliado ?.\ partido de Linares,
cuando éste logró subir a! poder, le destinó de capitán
al Batallón i ? de Oruro. Habiend) estallado la re\-o-
lución en Santa Cruz, encabezada por José Martínez en
1860. Achá destinado para combatirla lo lle\ó de su

ayudante, y se halló en la ai'ción del Pari (4 de julio de


1860) favorable al gobierno.

Achá en el poder le destinó al batallón 2°. Cuan-


do Balsa a la ? atacó a ese cuerpo
cabeza del batallón 3
en la mañana del 23 de noviembre de 1861, Camacho
se portó heroicamente, herido, fue hecho prisionero, lo-
gró evadirse y se dirigió en alcance del gobierno. Se
encontró en la batalla de San Juan, donde fue herido,
lo mismo que en las barricadas de La Paz, siendo as-
cendido a teniente coronel en 7 de diciembre de 1862.
En 1864 era elegido diputado por Inquis.i\i al Congreso
/de ese año.
A Melgarejo le hizo tenaz cpcsicicn. A la cabeza
de 20 hombres tomó el cuartel de la Compañía el 11 de
junio de 1865^ pero la falta de municiones, le obligó a
dejar Cochabamba precipitadam.ente. Reuniendo gente
en Cliza y Tarata, tomó Cochabamba el 13 de agosto
después de un atrevido ataque. A la aproximación de
Melgarejo se dirigió a Sucre, de donde marchó a Potosí
a unirse con Flores. Perdida la acción de la Cantería
(5 de septiembre de 1865), se escapó a Cinti. pasando
en seguida a la Argentina, de donde vino a ofrecer sus
servicios e incorporarse a las fueizasde Argüidas. Sien-
do la suerte adversa a los revolucionarios en la acción
de las Letanías se retiró a su pueblo natal, donde per-
maneció hasta 1870, en que tomó parte en la revolución
paceña. El 15 de enero de 1871, le tocó defender la

barricada de Chirlnos; donde el combate fue tenaz y


1 68 Diccionario Histórico del

sangriento siendo gravemente herido. La provincia de


Mizque le eligió diputado a Constituyente de 1871,
la

siendo ascendido por el Congreso a Coronel en 30 de


agosto del mismo año. Morales le confió la subprefec-
tura de Inquisivi.
Ballivián le encomendó la Comandancia General
de La Paz en 1873 y Frías las funciones de ayudante
mayor. A poco marchó al Litoral como delegado del
gobierno para exaniinar y dar informes sobre el ferro-
carril de Mejillones. Cumplido su cometido, regresó y
desempeñó accidentalmente las funciones de Ministro
de Guerra en 1874.
Sublevados los \-erdcS en La Paz proclamando a
Quevedo. Frías salió de Sucre y en Calamarca, Ca-
macho se puso a la cabeza de la \-anguardia, batiendo
en Chacoma a los revolucionarios en pocos minuto?.
campaña sobre Cochabamba,
El gobierno volvió a abrir
donde Miguel María Aguirre se había fortificado. Ca-
macho fue nombrado general en jefe, llegaron a las in-
mediaciones de la ciudad y después de algunas escara-
muzas que duraron dos días, los revolucionarios aban-
donaron la plaza (28 de marzo de 1875). Camacho fue
enviado por el gobierno al Litoral, l'amado a la cartera
de Guerra por Decreto de 14 de febrero de 1876, puso
la condición de la dejación de Daza del comando de su

cuerpo, no siendo aceptada, renunció.


Daza no fue de sus simpatías: se dirigió al Litoral
resuelto a levantar la resistencia allí, no habiendo lo-

grado su intento emigió a la Serena, residió algún tiem-


po en Tacna }• en 1878 se vino a Cochabamba.
Cuando el conflicto con Chile, organizó la división
«Vanguardia» y la condujo a Tacna. Después de la re-
tirada de Camarones y la dispersión de San Francisco,
los pueblos se irritaron contra Daza, acusándolo de
traición, entonces Camacho de acuerdo con otros jefes
Departamento df/La Paz 169

trataron de destituirlo como lo realizaron el 27 de di-


ciembre de 1879, siendo nombrado por el ejercito Co-
mandante en Jefe. Con interés atendió a las necesi-
dades de !a guerra, y en la batalla del Alto de la Alian-
za (26 de mayo de 1880) mandaba
la ala izquierda. En
el combate cayó gravemente herido, conduci-
fragor del
do casi moribundo a Tacna, declarado prisionero y lle-
vado a San Bernardo. La Convención por ley de 31
de ma\o de 1880 ¡o ascendió a General de Brigada. A
los dos años regresó al país, su arribo fue saludado con
entusiasmo, siendo nombrado General en jefe del ejér-
cito.

Se organizó el partido liberal con un programa


halagador teniendo por jefe a Camacho, El general no
era ambicioso, aceptó la candidatura casi impuesto por
sus numerosos amigos. Se le pusieron al frente dos
millonarios Paclieco y Arce que derramaron el oro a
puñados. No podía esperarse buen resultado de las
elecciones, )' así sucedió en efecto: Camacho obtuvo
8,202 votos; Pacheco 11,760; Arce 10,263. El Con-
greso proclamó Presidente a Pacheco, quien encomen-
dó a Cam.acho la legación en Lima.

El partido liberal mantuvo su candidatura para el

período que principiaba en 1888. La imposición o/icial


dio a su contendor Arce la abrumadora cifra de 25,396
votos, habiendo obtenido Camacho npenas 7,183. Pro-
clamado Presidente Arce, el batallón Loa se insurrec-
cionó en Sucre el 8 de septiembre de 1888. Camacho
tomado preso, fue conducido a la cabeza de una división
ante Arce que lo desterró al Perú, de donde vino en
1890 a la cabeza de una cruzada; ocupó uno de los pue-
blos de Omasuyos, más habiendo salido fuerzas de La
Paz para batirlo se internó en el Perú, residiendo en
Arequipa hasta 1891.
22
170 Diccionar io Histórico del

Aliado con Pacheco, terció por tercera vez en la

lucha electoral, poniéndose al frente del candidato ofi-

cial Mariano Baptista. El sufragio dio el siguiente re-


sultado: Camacho 10,607; Pacheco
Baptista i7,coq;
3,755. El Congreso debía funcionar en Oruro, donde
se dirigió Camacho. Arce con su plan meditado, el 5

de agosto dio un decreto declarando en sitio la Repú-


blica, mandó aprisionar al general y todos los diputados
liberales. Camacho con sana infernal fue conducido a
la región salvaje de Creveaux,de donde regresó en 1892
por Buenos Aires.

Vivía retirado de los negocios públicos, cuando es-


talló la revolución federal el 12 de diciembre de 1898,
siendo Camacho proclamado General en Jefe del ejér-
cito. Triunfanterevolución y reunida la Conven-
la

ción por ley de 7 de noviembre de 1899 le ascendió a


la alta clase de Mayor General. Fue honibre de pluma,

ha dejado: Reseña critica de la historia militar de Bolivia,


Sumario del arte militar, además era periodista. Mu-
rió el 13 de noviembre de 1899.

De su matrimonio con doña Adela Montalvo, tuvo


a José María: abogado, munícipe, diputado, senador,
periodista.

Gamacho D. Lucio. —Nació en La Paz el 7 de ene-


ro de 1832. Ingresó en ei colegio militar de Ingenieros
presidido por Bertres, donde hizo progresos notables:
dibujaba con perfección y tuvo bastante conocimiento
en pintura. Desde iL"42 acompañó a Ondarza y Mu-
jíaen la confección del Mapa de Bolivia, y durante 17
años hicieron estudios en distintos puntos del territorio,
para lo cual se internaron entre las tribus bárbaras,
atravesaron ríos caudalosos, treparon montañas escar-
padas, hasta que lograron publicar en 1859. Está pla-
gado de errores, pero fija las líneas generales de las
Departamento de La Paz

fronteras con \-ariaciones secundarias, conforme a los


títulos constituti\'OS de la antigua Audiencia de Charcas.
Camacho había ascendido a comandante. Estuvo mu-
cho tiempo alejado del servicio, volvió con Adolfo Ba-
lliviár a prestar sus servicios en el Estado Mayor. En

el ataque e incendio del palacio de La Paz el 20 de mar-


zo de 1875 manejó personalmente una ametralladora
colocada en la acera del edificio asaltado. Fue herido
de cuyas resultas perdió un ojo. Ascendió a Coronel.
Murió en 1879.

Cameros Obregón D. Jnan.— Natural de Lima.


Fue pariente de don Gerónimo Antonio Obreo;ón \' Me-
na, gran teólogo y poeta, que vino de Canónigo de Mer-
ced al coro de La Paz en 1738, Chantre, Arcediano
y
Obispo de Popa}'án y de D. Antonio que ingresó en la
congregación de San Felipe de Neri.
Vino a La Paz por los años de 1706, y tuvo en do-
ña Teresa de Ortega, los hijos naturales: Alejandro Si-
món en 1705 y Francisca en 1709 los que fueron legi-
timados después.
Nombrado corregidor de La Paz, entró á ejercer sus
funciones a principios de 1712.
En esta época una epidemia espantosa asolaba to

p do el Alto Perú, el devoto vecindario en su aflicción ha-


bía recurrido al Señor de las Piedades con rogativas pu-
blicas, y habiendo cesado la plaga, el Ayuntamiento a
instancias dei corregidor y el alcalde ordinario, Gene-
ral Luis Güero de Alarcón, declaró Paíión de la ciudad
al Señor de las Piedades por acuerdo de 11 de octubre
de 1714.
Dejó el gobierno en 1716. De la suerte posterior
de este General nada han alcanzado nuestras investiga-
ciones.
Campos D. Andrés.— Viscaino. No sabemos con
172 Diccionario Histórico del

que empieó vino a La Paz. Casó con dona María Car-


men Rojas Foronda, muy distinguida dama paceña.
Desempeñó dos veces el cargo de alcalde ordinario, así
como en el cerco de 1781 prestó valiosos servicios a la

ciudad.

Su Marcos fue Tesorero Real de Oruro en el


hijo
en la Repúolica diputado por La Paz a h?
coloniaje, y
Asamblea Constitu\'ente de 1831, convocada por el Ge-
neral Santa Cruz. Administrador de la aduana de La
Paz en 1835 y Prefecto del Departamento de la misma
ciudad en 1877. Murió en 1845.
Campos D. Gregorio PranGisco de— Natural de
Maracaibo (Colombia), nacido el 25 de julio de 1718.
Muy niño había sido enviado a España y estudió en la

Universidad de Sevilla, donde obtuvo el grado de doctor.


Este ilustre sacerdote era indiviJuo del gremio y claustro
de la Universidad de Sevilla, de cánones "ele Avila, aca-

démico de número de la Real Academia de historia;

opositor a la canongía Lectoral de Sevilla, a la Lecto-


ral y Magistral de Córdova, a la Lectoral de Cádiz y
Cuenca. Regresó a la América nombrado arcediano
de Santa Fé y después Dean ds la misma catedral.
Además desempeñaba el cargo de Comisario delegado
de La Santa Cruzada, juez apostólico y de apelaciones
de los obispos comprendidos en el Vireynato del nuevo
reino de Granada por lo tocante a cruzada.

Electo obispo de La Paz en 4 de mayo de 1764, en-


tró en esta ciudad en 23 de octubre de 17Ó5. Al año si-

guiente emprendió la visita pastoral de la Diócesis que


lo practicó por tres veces. En esa época la Diócesis tenía
setenta y cinco curatos. Reformó el arancel, redactó
la regla consueta de su catedral, y como protector de in-
dios levantó la voz en alto contra la mita y los reparti-
mientos, dirigiendo sus memorias al soberano, Asistió al
Ilusírísiiiu) Grei^orio Franciscj de C:;m| os
Departamento DE La Paz 173-

Concilio Platense instalado en Chuquisaca el 19 de ene-


ro 1774 poi* si arzobispo Pedro Miguel Argandoña Pas-
tene y Salazar.
Parece que la Providencia hubiese reservado para él

los mayores sufrimientos: presenció el terrible asedio de


1781 en que la sangre de sus diocesanos corrió a to-
rrentes, en que el hambre y la desni^dez hicieron estra-
gos en la y para cuyo socorro tuvo que vender
ciudad,
hasta sus cambiando su pectoral de oro con
alhajas,
una de madera; en que vio los templos de la campaña
desmantelados y destrozados, los pueblos reducidos a
cenizas, los asesinatos y robos cometidos en todas par-
tes, males que trató de remediar dictando medidas nece-
sarias y prudentes en cada uno de los pueblos que con
este motivo visitó por tercera vez.

En 20 de junio de 1770 prohibió a los clérigos el


uso.de monteras caladas hasta las orejas; en 17 de
marzo de 1772 con arreglo a! Breve de Clemente Xlll,
los franciscanos no debian adornar sus iglesias con aves,
animales, asi como en los templos ángeles disfrazados
de mujeres, espejos, cornapías, cintas, encajes, que con-
vertían los templos como en salones de baile; en 215 ene-
ro de 1784 que los clérigos que en carnes telendas, ca-
chitaban en las plazas con mujeres como en Paucarcolla
los que conducidos presos y condenados a 20 dias de
prisión en sepo; en 22 de enero de 1770 prohibió la cos-
tumbre de las plañideras en los entierros en que mesti-
zas, indias y negras tras del difunto iban causando irri-

sión con sus gritos y lamentos desesperados.


Este obispo pidió en 2 de noviembre de 1770 licen-
cia para la construcción de nuevas iglesias matrices al

que dio su aprobación el Rey y la Audiencia Real en 14


de agosto de 1779. Terminó e! trabajo del templo de
San Francisco en 25 de abril de 1784, habiendo costea-
174 Diccionario Histórico d el
do el enladrillado y la consagró en 1788, igualmente
queJa hermosa de Guaqui.
iglesia parroquial Escribió
al Rey en 17 de junio de 1769
y en 27 de febrero de
1773 manifestándole las grandes reformas que había
introducido en la administración del obispado. Hizo una
valiosa donación de alhajas. entre ellas la mitra preciosa
al Cabildo. Tan*ilustre prelado murió el 22 de diciem-
bre de 1789 a la edad de setenta y un años.
Campos D. Antonio- — Natural de Maracaibo y her-
mano del obispo. Fue nombrado corregidor de la pro-
vincia de Pacajes, teniente de capitán general, alcalde
mayor de minas y registros. Vino a la Paz graduado
de doctor y es posible qiíe hubiese alcanzado ese grado
en la Universidad de Sevilla. Casó en esta ciudad en
1768 con Paula Seminario natural de la ciudad de Piu-
ra de tuyo enlace tuvo a Maria Paula .Manuela en 2Ó
de enero de 1769 y María de la Luz en 21 de marzo de
1770.
Caballero de Carlos III, sargento mayor de las mi -

licias de La Paz, Intendente de Puno, contador de Ca-


rangas, alcalde ordinario de Piura en 1801. Su casa se
hallaba situada arriba del palacio pretorial. Falleció en
1802,

Gampos SeminarioSra. María Manuela —Nació


en La Paz el marzo de 1780, hija del general An-
21 de
drés Campos y Paula Seminario. Recibió una educa-
ción brillante cual convenía por ¡o ilustre de su cuna y
la docilidad, contracción y buen juicio de la niña. Con-

trajo matrimonio con el doctor Francisco de Idiaquez


que fue teniente asesor en 1799, y habiendo fallecido
su espo50 contrajo segundas nupcias con el doctor Gre-
gorio García Lanza.
Como en su niñez había recibido una esmerada
educación, era un modelo de virtud, de bondad, de be-
Departamento de La Paz 177

mataron a palos y puñaladas, lo mismo que a su primo


Juan de Ortega, varios oficiales y paisanos que con él
estaban. El Alférez Real Antonio Vaca Dávila recibió
heridas mortales,

La plebe invadió la plaza, se apoderó de la casa de


gobierno; saqueó varias casas délos principales españo-
les, dando muerte a muchísimos de ellos.

Cantuta Peliciano. —Indio de Li parroquia de


San Sebastián, picapedrero y marmolista. Levantado
por Bertoes el croquis para una fuente que debía osten-
tarse en el centro de la phizi principal. Cantuta prin-
cipió la ejecución de la obra en 1852 empleando un mar*

mol blanco rojizo. Sobre tres gradas de piedra veren-


guela se levantaba la primera taza adornada con por-
gólas, figurando cirenas que con ambas manos estre-
chaban un pescado contra el pecho, las colas de 'as ci-

renas contenía la segunda taza, sobre la que se levan-


taba la tercera taza, coronada del di:s de las aguas,
Neptuno, armado de su tridente Un emberj-^do de
bronce resguardaba los espacios de las columnas con
grandes pescados de cuyas bocas salía el agua destina-
da al servicio público. Costóla obra 15,528 pesos 4
reales. Se estrenó el 17 de julio de 1855. Cuando
iospescados y el tridente arrojaban juegos de agua, da-
ba un aspecto muy agradable. Esta hermosa fuente
fue destruida en 1909 y reemplazada con el monumen-
to a Murillo, que apesar de ser trabajado en Europa no

tiene nada de bueno.

Cañizares Ibarra D. Gerónimo.— Nació en La


Paz el octubre de 1679, hijo del capitán Alonso
30 de
Cañizares Valdez Luna y Tomasina Ibarra Carrasco.
Muy niño fue enviado a la Universidad de Lima, donde

hizo sus estudios y se graduó de licenciado en cánones.


De regreso a su país se ordenó de sacerdote, cura inte-
23
i78 Diccionario Histórico del
riño de Caquiaviri, Topooco, ayudante de su viceparro-
quia, cura propio en concurso de Ciiarasani igualmen-
te de Vilque; en 1686, Prebendado, Oanónigo Doctoral
en 1700, Chantre, Arcediano, comisario del Santo ofi-
cio, Provisor y Vicario general, en 1705 dio una razón

de la cuarta episcopal de La Paz que eran 15,722 pesos


al año. Dio diez mil pesos para
la fundación del Car-

men. En 1690 ascendióDean. Cayó sumamente


a
enfermo, perdió el habla, sin que el inteligente médico
Felipe de Castro y Santayana hubiese podido salvarle.
Murió el 13 de diciembre de 1717.
Cañizares Pizarro. — Nacido en Copacabana. En-
tregado al juego como algunos de esa época, españoles
y am.ericanos. el nuevo hospital, el
Edificado antiguo
se había convertido en tambo o posada para forasteros:
teniendo esos locales como hasta el día por patrón a una
imagen, éste tenía a la Virgen de Remedios. Andando
el tiempo se había establecido allí una cí^sa de juego
donde concurría Cañizares. Ahora vamos a relatar lo
que cuenta la tradición: una noche que había perdido
y arrancando su puñal infirió una
salió furioso del garito
lierida 'en el la imagen, iba a secundar otra
rostro de
en el niño, cuando la imagen lo defendió con su brazo
recibiendo otra herida en la mano, y principió a correr
sangre de ambas heridas. En el mismo instante se
presentó en el hospital una mujer con un niño en los

brazos pidiendo curación. El milagro se hizo público.


Trataron de trasladarla a la Virgen a San Francisco,
se hizo muy pesada y sólo cedió a los juandedianos que
se la llevaron a su templo. Se dice que Cañizares mu-
rió de fraile agiistino en Arequipa.
Cañizares [). Mateo. — Paceño nacido en 1770.
Casado con Angela Loza, en quien tuvo a Tomasa en
1803, Catalina en 1804. Ardiente patriota que contri-
buyó a la revolución de julio con decisión. Por acuer-
\
La tradicional Virgen de los REMBOIOS pintada en una las paredes del Tambo de Harinas

y que se venera hov en el Tcm¡tb de San Juan de Díds.


Departamento de La Paz 179

do de 21 del mismo mes^ fue designado con Francisco


Monroy, para que como a diputados se haga la entrega
de las armas por no haberlo efectuado hasta fecha y la

por constar que las recogiJas anteriormente se habían


devuelto a sus dueños; cumplía su comisión con pres-
teza, entregando con formal recibo al comandante Pedro
Muril'o. Debelada la revolución por Goyeneche, por
vSu sentencia de 28 de febrero de 1810, lo hizo extrañar
perpetuamente de la provincia. Murió en 14 de marzo
de 1857, viejo y sumamente pobre.

Garazo D. Die¿o Fernando. - Natural de los Me-

linos en Castilla la Vieja; hijo de Diego Mateo Carazo


y Matiasa Marta de Pablo. Radicado en esta ciudad
tue un comerciante de alguna consideración. Contrajo
matrimonio con Francisca Diez de Medina, hija de Tadeo,
en 13 de octubre de 1770.
Acérrimo realista, enemigo de la revolución de 1809,
estuvo metido en todas las tramas contrarrevolucio-
narias de Yanguas e Indaburu, y cuando este traidor
fue destrozado por Castro, buscó asilo en el convento
de San Francisco. Su tienda almacén fue saqueada
per la Después de la ocupación de Goyeneche
plebe.
saliendo de su escondite fue uno de los detractores de
los patriotas. Ya viudo dejó de existir el 26 de enero
de 1820 a la edad de ochenta años.
Garbajal D. Juan Domingo de [os Santos —Na-
tural de Viscaya. Vino nombrado corregidor de esta
ciudad, de cuyo cargo tomó posesión el 25 de marzo de
1708. Falleció el mismo
17 de julio del año. Sus res-

tos fueron solemnemente inhumados en la catedral con


asistencia de los dos Cabildos y las comunidades reli-

giosas.

Carbaja! D. Alonso de.— Español, uno de los pri-


meros fundadores de la ciudad de La Paz, de ocupación
í8o Diccionario Histórico del

bárbaro,él era el que tasaba


y ponía precio a los medi-
camentos, mediante juramento y según su conciencia.
Llegó a casar con una de las hijas del cacique Uturun-
cu, que en el bautismo recibió el nombre de María, de-
bió haber sido india hermosa.
Garbajal D. Patricio. Viscaino, —
Residió en La
Paz desde años atrás y era casado con Eusebia Ibánez,
vecino de toda consideración y bastante honrado, en
vista de estas cualidades por fallecimiento del contador
de Cajas Reales, el Virey le nombró interinamente.
las

Cargo que lo desempeñó por año y medio. Continuó


mereciendo la estimación del vecindario hasta su falle-
cimiento acaecido en 1804.
Carbajal D. Rudeclndc —
Nació en La Paz el i ?
de mayo de 1820. Concluido sus estudios se recibió
de abogado. Principió su carrera pública como oficial

de un Ministerio, ascendió a oficial mayor, bajo la ad-


ministración de Belzu, aún joven, fue nombrado Minis-
tro del Interior y Culto en g de junio de 1849. Pre-
fecto del departamento. Ministro de la Corte en 1855.
En la administración Linares, se entregó al ejercicio de
su profesión y la ejerció con lucidez. El gobierno de la
Junta le encomendó la Prefectura de La Paz en 1861.

Achá al dejar La Paz le encargó la jefatura política


del departamento. Cargo que no debía haber acepta-
do de ninguna manera, teniendo a su frente a Yáñez,
a quien en su pusilaminidad no pudo contenerle. El
mismo gobierno le llamó en 1862 a la cartera de Ha-
cienda. Diputado por la capital Sucre a la Constitu-
yente de 1871; en 1873 vocal déla Corte Suprema.
Prefecto de Potosí, de cuyo puesto fue llamado por
Frías a la cartera de Hacienda por su prestigio, probi-
dad y su versación en los negocios públicos.
En la revolución del 28 de diciembre de 1879, Q^e
desconoció la autoridad de Daza y se formó una Junta
Departamento de La Paz i8i

de Gobierno, fue uno de sus miembros. Diputado por


esta ciudad a la Convención de 1880. Murió el 10 de •

junio de 1881.

Cárdenas D. Andrés de.— Natural de Andalucía.


Establecido en la ciudad, casado con Clara de Torres y
Vargas, paceña, de cuyo enlace tu\-o a Andrés en 20
de mayo de 1690. Era vecino espectable, rico y sus
casas estaban situadas en el local que hoy ocupan las

concepcionistas. Alcalde ordinario en 1668. Habien-


do sido llamado de teniente de corregidor por el mar-
qués de Pluquento, a su fallecimiento recayó el mando
en él, pero gobernó poco tiempo. Murió asesinado el

I ^ de enero de i6q6. Su esposa dejó de existir el 16 de

noviembre de 1716 siendo sepultada con toda solemni*


dad en la Catedral.
Cárdenas D. Bernardino de.— Nació en Obrajes,
cercanías de La Paz, el 19 de mayo de 1562, cuarto hi-

jo de Celestino Félix de Cárdenas y María Teresa Pon-


ce, cajero real de Quijo. A los uiecisies años de edad
fue enviado a Lima, donde tom.ó el hábito de religioso
en el convento de San Francisco, allí hizo sus estudios
descollando gran talento y estrem.ada virtud. Fue doc-
tor en teología, definidor, vicario provincial, visitador
de la provincia de Charcas. Tuvo gran vocación ai

estudio del idioma de los indios, llegando a conocer va-


rios con perfección. Asistió al Concilio provincial ar-
gentino celebrado en 1620, siendo nombrado comisario
delegado para la extirpación de las idolatrías. En des-
empeño de este penoso ministerio visitó un gran núme-
ro de poblaciones, les predicó y les sacó de s^ís errores.
Enviado por sus superiores vino a esta ciudad: pene-
tró a los Yungas, después de la expedición que hizo
Gregorio Bolívar, captándose la voluntad de los indios.
Cuando el alzamiento de los indios en Songo, Cha-
llama, Simaco, Chacayra y otros, que alteraron la trar.-
i82 Diccionario Histórico DEL

quilidad.Cárdenas con sólo dos religiosos Luis Ramos


y Diego Obando penetró entre los indios alterados, les
exortó y logró reducirlos a la obediencia.
El Rey Felipe íV le presentó en 1632 para obispo
del Paraguay, preconizado por el Papa Urbano VIII en
el consistorio de 18 de agosto de 1640, se !e expidieron
sus bulas mismo mes y año,
el

Hacía más de siete años que el Paraguay se halla-


ba en Sede vacante, y las bulas no le llegaban, instado
por sus diocesanos emprendió viaje y en el Tucumán
fue consagrado el 12 de octubre de 1641 por el obispo
Melchor A'l&ldonado de Saavedra, después de una seria
deliberación con los m.ás acreditados teólogos.

Una vez en el Paraguay le llegaron las bulas. A


los tres años emprendió la \isita pastoral, y cuando tra-
taba de hacer extensiva a las reducciones de los jesuí-
tas !e hicieron tenaz resistencia y le ofrecieron dinero
para que desistiera de su Gobernaba esapropósito.
provincia el chileno Gregorio de Henestrosa, cuando por
lo que hemos anotado, en 1642 tuvieron lugar las rui-

dosas competencias entre el obispo y los jesuítas. El


gobernador parcial a los padres, lo tomó preso y lo hizo
salir desterrado con el auxilio de ochocientos indios que
le suministraron los jesuítas, siendo el ejecutor de todo
esto Sebastián de León. La audiencia de Chuquisaca
mandó comipaiecer a Henestrosa y le juzgó y condenó,
A este reempk^zü en ei g'/rierno el oidor Diego Escobar
Osorio con cuyo pudo regresar a su Diócesis el
fa\-or
obispo; pero habiendo fallecido
al año siguiente Osorio,

fus proclamado gobernador tumultuosamente, bien que


el pueblo tenia privilegio para hacerlo en algunos casos.
Encargado del mando, providenció el extrañamiento de
los jesuítas de la provincia y sus misiones, haciéndolos
embarcar con violencia de lo que se originaron nuevos
Departamento de La Paz 183

disturbios, porque los regulares déla compañía nombra-


ron juez conser\ador a Pedro Nolasco, que era prelado
mercenario sin aprobación.

La Audiencia de Charcas revocó el nombramiento


popular del Paraguay y eligió para ese cargo al oidor
Andrés de León y Garabito, disponiendo que mientras
éste iba a desempeñar el cargo, interinamente Sebas-
tián de León ejerciese. El obispo reuzó admitirlo y pa-
ra empezar su resistencia, armó a los indios y defendió
la ciudad, que al fin fue ocupada en octubre de 1649,
habiendo León cerrado la iglesia. El juez conservador
sentenció al obispo puvado de su dignidad.
Después de nueve días de dura prisión, fue embar-
cado en una mala barca y conducido hasta Santa Fé,
de allí caminando a pié trescientas sesenta leguas llegó

a La Plata, dirigiéndose en seguida a Potosí, donde per-


maneció cuatro años tres meses. En 1654 vino a Oruro,
a los cinco meses se dirigió a La Paz. El 7 de mayo de

1655 entró en la ciudad con gran algazara y fue muy


agasajado. El visitador de la Real Hacienda de La Pla-
ta Francisco Nestares Marín, le nombró cura de las pie-

zas de la ciudad para que con los seiscientos veinticinco


pesos que tenía de congrua el expresado beneficio pu-
diera subvenir a sus necesidades. Por instigación de
los jesuítas el presidente de Charcas nombró otro cura
y entonces se dirigió al río ab:ijo, pero fue trnido por
sus paisanos casi en triunfo,
Mientras tanto su apoderado y defensor el licen-
ciado Alonso Carrillo y su apoderado Juan de
el lego
Sandiego y Villalón, alcanzaban un triunfo completo
ante la Santa Sede y el Rey. Alejandro Vil declaró
válida su consagración por su bula Alias de 2-] de febre-
ro de 1670, y el Rey por cédula de 13 de marzo y 10 de
abril de 1650 decretó la conservación de su crédito
y
dignidad.
i84 Diccionario Histórico del

H! 8 de junio de 16^2 renunció el obispado que no


fue admitido por Rey, volvió a insistir en su renun-
el

cia, el Rey propuso su traslación en 1657 a la silla de

Guamanga, no aceptó. Felipe IV le presentó en 1666


para el obispado de Santa Cruz de la Sierra, y al diri-

girse a su Diócesis murió en Arani, pueblecito de Co-


chabamba, el 24 de octubre de 1668. Este obispo ce-
lebraba dos misas cada dia y era infatigable en la pre-
dicación, especialmente a los indios,

Cárdenas Sotonnayor D rranGisco— Natural de


Logroño. Los antecedentes de la carrera de este sa-
cerdote nos es desconocida, sólo que en 1635 era Chan-
tre y en 1655 Arsediano. Fallecido en 1670.
Cárdenas D. Estebcn.— Nacido en Irupana de la

provincia de Yungas. Muy inclinado a su campanario

y que deseaba toda preponderancia sobre la misma ca-


pital de la provincia. Era alcalde de su pueblo cuando
el pronunciamiento del 16 de julio de 1809, vio con
cierto descontento que Chulumani cobrara preponde-
rancia como centro revolucionario. Ortiz nombrado
subdelegado de esa provincia por la revolución en sus-
titución de Cristóbal García, talvez se hubiera desem-
peíiado pacíficairiente si con motivo de la recaudación
de tributos no se hubiera originado el primer encuentro
con Cárdenas. Los caciques se acogieron a Irupana, los
que encarcelados por orden de Ortiz, obtuvieron su li-
beitcid por intromisión de Cárdenas. De aquí nació el

conflicto entre el alcaide, ayudado por Joaquín Revuel-


ta y otros españoles que organizaron las fuerzas rea-
listas.
Cárdenas desprovisto de dinero y sin bastante auto-

ridad, tuvo la habilidad de enviar comisionados ante el


obispo La Santa que se hallaba en MiIlocato,éste que se
hallaba impaciente en su proscripción aceptó con júbilo
la propuesta, y se puso en camino sin pérdida de tiempo,
Departamento de La Paz 185

arribó a Irupana el 23 de septiembre; preparó las hues-


tes realistas, los fanatizó, reunió gente y logró obtener
elementos bélicos,
Victorio García Lanza nombrado Comandante de esa
provincia, levantó a los pueblos, a su vez organizó las
fuerzas de la revolución, con ellas se dirigió sobre Iru-
pana con cerca de diez mil hombres compuesto en su
mayor parte de indios, y el 25 de octubre atacó la plaza
a las ocho de la mañana. Las fuerzas de la plaza esta-
ban perfectamente atrincheradas, }• mandaban respecti-
vamente cada uno de los puntos Esteban
principales,
Cárdenas, Joaquín Revuelta, el segundo comandante
Francisco Solíz, Martín Romero Mamani, alcalde de
Ghulumani, y los capitanes Nicolás Cáceres
y Alejo
Larrea. El ataque fue vigoroso y heroico, la resisten-
cia tenaz. Lanza resultó derrotado, no atreviéndose a
salir los vencedores de la plaza, temiendo un segundo
ataque. Antes de principiar el fuego. Lanza había pro-
puesto al obispo algunjs arreglos con este objeto se in-
ternaron a la plaza, Julián Peñaranda y Crispín Diez
de Medina, protector de naturales; el obispo ordenó la

detención de estos y el alcalde Cárdenas procedió a


instruir la causa. En Chulumani corrió el rumor de
que habían sido azotados en plaza pública para escar-
mio de insurgentes io que ocasionó terribles represalias.
El obispo abandonó el pueblo, quedando Cárdenas,
era el momento en que Lanza podía apoderarse de
la plaza. Cárdenas al tener vaga noticia de la ocupa-
ción de La Paz por Goyeneche, solicitó refuerzos; y
consiguió que una columna a las órdenes de Tristán,
compuesta de quininientos cincuenta hombres perfecta-
mente armados y municionados se incorporaran a las
fuerzas realistas de Irupana; Castro y Lanza se dirigie-
ron sobre esa misma plaza y el 11 de noviembre en el
combate de Chicanoma fueron completamente destro-
24
i86 Di ccionario Históri co del

zados, terminando con ella la primera escena de ese


drama sangriento, que no debia concluir sino triunfante
en los campos de Tumusla.
Siguió defendiendola causa real, después de la de-

rrota de Guaqui, fue enviado a Irupana a las órdenes


de Protacio Armentia. El 12 de enero de 1812, al
mando de una compañia derrotó en las alturas de Cara-
pata al patriota Inojosa tomándole 5 prisioneros que
fueron fusilados. En esta acción murió el realista Soliz.
Cárdenas D. Baltazar. — Hay probabilidad de
que es nacido en la provincia de Yungas. Indio, le lla-

ma el historiador Cambj, dando a conocer su ca-


rácter de americano, sus tendencias y su odio al Rey de
España. Después del desastre d-: Guaqui no se desalen-
taron ios patriotas, cobraron nuevas energías y se die-
ron sita en las montañas de Ayopaya, donde Lanza en-
arboló el estandarte de la revelión. Cárdenas se diri-
gía allí a la cabeza de una fuerte montonera, cuando
fue encontrado por el realista Revuelta en Sicasica el 2
de junio de 1812. Reñido fue el combate, el guerri-
llero perdió una bandera, 150 caballos y 27 prisioneros

que fueron fusilados en la misma plaza. Los realistas


hacían guerra bárbara y salvaje.
Con mayor ardor volvió a organizar su montonera
de indios, y se dirigió en busca de Belgrano, llevándole
comunicaciones, 'auxilios de víveres y noticias de Ze-
laya que esperaba el general argentino. Hallándoreen
Pequereque, cerca de Ancacato, por donde merodeaba
el realista Saturnino C-astro con el escuadrón «Partida-

rios»; fue atacado el 25 de septiembre de 181 3 impetuo-


samente, causando destrozo enorme a la montonera y
dispersándose el resto. No se desalentó con este des-
calabro siguió inpertérrito en la pelea. En 1816 acom-
pañó a Padilla en el ataque y sitio de Chuquisaca. En
una publicación cuya veracidad es dudosa, dice; "que
Departamento de La Paz 187

Cárdenas dio muerte a Sigler, subdelegado de Lípez, y


que fue preso por ios cochabambinos por intrigante".
Después se pierde en la obscuridad su nombre.
Cardón Labra Puente D. Salvador.— Natural de
las Encartaciones del señorío de Viscaya; hijo de Fran-
cisco Cardón de La Puente y María Trucios. Vino a
La Paz destinado como oficial de milicias, entonces era
coronel. Caso con Maria Inés Machicado, hija de Ig-
nacio Machicado y María Antonia Góngora, de Lareca-
9 de agosto
ja el de 1785, en quien tuvo a Martín y
Domingo.
En 1781 acontenció la sublevación de los indios,
Cardón fue destinado jefe de un destacamento; el 26 de
marzo habiendo los indios bajado de los Altos a los ba-
rrios de San Sebastián y San Pedro, incendiado las ca-

sas y causando otros males, para-contenerlos salió Car-


dón de las trincheras y logró ahuyentarlos con mortan-
dad de los indios. Siguió prestando importantes servi-
cios a la ciudad hasta su total pacificación. En los

acontecimientos políticos del ano 1809 no tomó parte


retirándose a la ciudad de Arequipa, a su regreso des-
pués de la Cuaqui fue nombrado regidor de!
batalla de
Cabüdo en 31 de diciembre de 1812. Su esposa falle-
ció el 15 de julio de 1823 y fue enterrada en el Carmen.

Murió en 3 de noviembre de 1817.


Cardón D. José Antonio Eugenio Martín.— Nació
en La Paz el 14 de noviembre de 1794, hijo del, ante
rior. Fue enviado a la Universidad de Chuquisaca,
pero no llegó a concluir sus estudios por la guerra que
sobrevino, se puede decir que desde tierna edad fue adic-
to a la independencia de su patria y así en 1823 en que
vino Santa Cruz con el ejército de intermedios organizó

un batallón de infantería del que hizo reconocer por su


jefe a Cardón, a la cabeza de cuyo cuerpo combatió en
Diccionario Histórico del

la batalla de Zepita el 25 de agosto de 1823 y se vio


envuelto en esa desastroza retirada.
Después del triunfo de Ayacucho fue elegido por
La Paz su representante a la primera asamblea de 1825
reunida en Chuquisaca, lo que declaró la independencia
de Solivia. Concurrió igualmente como representante
a la Convención de 1828, a la constituyente de 1831
y a los congresos de 1832, 1834. Prefecto de La Paz
en 1846; Senador por La Paz en 1835. ^^^ un distin

guido filántropo que ha hecho muchos bienes.

Coronel de ejército; Municipe, en todos los cargos


que desempeñó su actuación fue siempre laboriosa, hon-
rada y digna. El vecindario le tuvo un cariño extrema-
do y mereció de los gobiernos toda clase de atenciones.
Había casado en 1825 con doña Maria de la Flor. Fi-

lántropo como pocos, ha dejado a los hospitales sus pro-


piedades: su casa de la calle del Comercio, las hacien-
das Calachapi, Pajchani-Molino, Santa Rosa y Moho-
mi, que antes de ahora daban una renta de 22,663 bo-
livianos. Murió en octubre de 1864.
Su hermano Domingo, juez probo )' honrado.

Carmona Tamaris D. José. —Natural de Tudela,


vino a esta ciudad en 1685 con el grado de sargento
mayor de ejército. Contrajo matrimonio con Francis-
ca Pacheco Cerqueira Coronado, en quien tuvo a Ma-
ría en 25 de octubre de 1690, Fue alcalde ordinario en
1693 y 1697. Murió en 1704. Su hermano Juan que
investía el título de maestre de campo, vino con él, ca-
só en 1664 con Sabina Villasante.

Carnero D. Antonio.— Natural de León. Vino


nombrado corregidor de Omasuyos en 1705, y por no
haber dado parte de su toma de posesión se le multó con
quinientos pesos por cédula real de 10 de junio de i.706.
Departamento de La Paz 189

Cuando concluyó su período volvió a ser nombrado co-


rregidor d* La Paz, cargo que entró a ejercer en 1717.
El 2 de noviembre fue asesinado Victorio Sanjinés,
esposo de la potosina Eulalia Rosales, lo que le contris-
tó demasiado, porque era muy devoto y algo místico.
Contribuyó con una suma bastante regular para la
construcción del monasterio de carmelitas, a cuya fun-
dación asistió el 29 de abril de 1718 acompañado de to-
das las corporaciones oficiales.
A este funcionario le debe La Paz la construcción
del puente llamado de las Concebidas, que lo hizo cons-
truir en 1719 bajo la dirección del arquitecto Faustino
Veloso, Con un trabajo asiduo de siete meses se es-
trenó el 8 de septiembre del mismo año.
Fue sumamente rico y se le contaban diez esclavos
africanos, a los que les obligaba a un estricto cumpli-
miento de sus deberes religiosos. Cesó en sus funcio-
nes de corregidor en 1721. Falleció este general en 25
de diciembre de 1732.
Caro Fray Francisco —Nació en La Paz el 4 de
octubre de 1670; hijo de Domingo Caro y Bernarda
González Venegas. Muy niño ingresó en la orden de
San Francisco, enviado al convento del Cuzco, hizo
allí SUS' estudios y su noviciado. Ordenado de sacerdote

fue un distinguido religioso, regentó las cátedras de gra-


mática y filosofía y en 171 3 vino con el cargo de guar-
dián a su ciudad natal. Con igual cargo pasó a Potosí.
Fue maestro en Teología, definidor, predicador y des-
pués jubilado. Parece que ha fallecido en Lima.
Garó Fray Antonio.— Nació en La Paz el 14 de
noviembre de 1687, hermano del anterior, se hizo agus-
tino y en el Cuzco después de terminar sus estudios, su
noviciado y las demás pruebas de su instituto, recibió
la ordenación en 1700. Religioso muy distinguido por
su contracción al estudio, mereció el nombramiento de
1 90 Diccionario Historicodel

ccnvento de su nacimiento, caigo que desem-


prior del
peñó en 1736 a 1759, ^g^3í\ cargo tuvo en Pucarani y
Copacabana, donde falleció en 1760. Había merecido
cargos de distinción en su orden.
Garpio D. Buenaventura.- Natural de Visca>a.
Este capitán estaba avecindado en esta ciudad desde
1675 y casó con Brauüa Bailón, de'cuyo enlace tuvo a
Miguel en 26 de septiembre de 1677, Juan Antonio en
4 de junio de 1679, ^ste casó con Juana Valencia. Co-
merciante de fama en su época. Teniente de Pacajes.
Ha existido un Diego Carpió, tal vez hijo o her-
mano de los anteriores, lo que no hemos podido averi-
guar, era de profesión pintor, a él se le deben muchos
cuadros antigües que existen en esta ciudad, como los
retratos del general Landaeta y su hermano el- canóni-
go, y otros muchísimos, en especial de santos e imáge-
nes.
Carranza y Mudarra D. Alonso.— Pertenecía a
una antigua familia de Aragón. Nombrado por la corte,
corregidor de esta ciudad en reemplazo de Cañedo, en-
tró a ejercer sus funciones a principios de 1664. Su
gobierno fue sumamente corto pues que apenas fue
hasta el ó de mayo de] mismo año en que por razones
que no hemos podido encontrar el Virey le puso un su-
cesor interino. Era pariente suyo Ferna.*".do de Larrea
y Mudarra casado con Jerói'iima Hevia, vecinos nota-
bles de esta población.
Carrasco Manuel. — Nació en La Paz el i ? de
enero de 1800. Descendía de un antiguo corregidor el
general Francisco Carrasco. Sentó plaza en el ejército
en 1828. Asistió a las batallas de Yanacocha, Socaba-
ya y el desastre de Yungay, siendo ascendido a coro-
nel. El general Urdinenea jefe superior del sud, se
hallaba en Potosí que al recibir la noticia del asalto de
la plebe al cuartel en Sucre, envió a Carrasco. A la
Departament o de La Paz 191

aproximación de este a las inmediaciones de la ciudad,


el 24 de octubre de 1841 el populacho apoderado del
campanario de la Catedral, empezó a tocar a rebato.
Carrasco envió de parlamentario un jefe y un ordenan-
za, haciéndoles comprender su misión que era de paz;
más el populacho hirió al jefe y mató al ordenanza. En-
tonces Carrasco lanzó su caballería sobre las turbas que
hicieron poca resistencia. Los soldados lancearon a
cuantos encontraron en las calles: fue una verdadera
matanza.
Incorporado a Ballivián tuvo la gloria de asistir a
la victoria de higavi. El vencedor le ascendió a gene-
ral de brigada. En 1848 varios pueblos invocaron a
Belzu, Carrasco, salió de Sucre con 120 hombres sobre
N'lizque donde debía organizar un cuerpo de caballería
para marchar en seguida sobre Cochabamba, donde
Lanza ya tenía 600 hombres listos en favor de Belzu.
Lanza salió a su encuentro; más Carrasco, burlando al
enemigo, tom.ó otra ruta y ocupó la ciudad que había
dejado aquél, habiendo batido en Yanacaca a la fuerza
destacada contra él. incorporado a Velasco asistió a la

derrota de éste en Yamparáez. Asilado en la Argenti-


na se hizo conspirador con Linares. Habiendo regre-
sado mediante la amnistía otorgada por Belzu, se halla-
ba en Cochabamba, y fue extrañado al exterior. No
dejó un instante sin conspirar. En unión de Linares y
Velasco, reunieron alguna gente en la frontera, con la

que ocuparon Mojo. El general Córdova a la cabeza


del batallón Chorolque los batió y dispersó por comple-
to el lO de julio de 1853. Esta fue la última hazaña del
general Carrasco, muriendo a poco en la Argentina.
Carrasco de Saavedra fray Bernardo. — Nacido
en Saña, Lambayeque (Perú) en 1627: hijo legítimo del
jurista José Carrasco de Sas, que más tarde llegó a ser

deán de la metropolitana de Chuquisaca, Ingresó en


192 Diccionario Histórico del

tierna edad en la orden de Santo Domingo, fue doctor


en la Reai Universidad de San Marcos de.Lima, leyó ar-
tes y teología en el convento del Rosario de esa ciudad,
prior y vicario en Chuquisaca, prior en Lima y des-
pués vicario general. En su época se celebraron las
grandes fiestas por la beatificación de Santa Rosa. Frai-
le activo, concluyó las obras del altar mayor en la igle-

sia de Santo Domingo y la fuente principal del claus-


tro. Dio principio a la fábrica de la iglesia de Santa
Rosa en un sitio que compró,vecino al santuario, y con-
siguió real licencia para que fuera convento. Habiendo
gobernado la provincia como vicario hasta 1669 salió
electo en
el capítulo de
provincial 24 de julio de ese
año no algunas contradicciones y protestas. Con-
sin

clu)'ó su período en 1673 y ^-^^ presentado para la Se-

de de Santiago de Chile por la Reina gobernadora. Li-


brándose sus bulas en Roma per Inocencio XI en 14 de
marzo de 1677, a donde pasó después de su consagra-
ción enLima por el arzobispo Liñán y Cisneros.
Este obispo consagró la catedral de Santiago de
Chile, edificó íu sacristía y algunas oficinas; celebró el

quinto Sínodo diocesano en 18 de enero de 1688, en


cuyo ano fue trasladado a la Diócesis paceña. Practi-
có la visita pastoral por dos veces. Entre sus disposi-
ciones encontramos lo siguiente: que el santo Rosario
se lleve visible sobre el peclio por todas las personas y
muy especialmente por los mestizos; que el ejercicio de
esta devoción se generalice y todos los sábados se resé
públicamente en la plaza. Murió el 25 de agosto de
1697 y fue enterrado en el templo de Santo Domingo.

Carrasco D. Marcelo. —De Salamanca. Vino nom-


brado tesorero real de las Cajas de esta ciudad, cargo
que desempeñó de 1725 hasta 1739. La fecha de su
fallecimiento nos es desconocida. Un hermano suyo
Departamento de La Paz 193

que vino con él Miguel Carrasco fue sacerdote y des-


empeñó el rectorado del Seminario desde 1726.
Garratala D. José.— Nació en Alicante, sus pa-
dres le destinaron a la carrera eclesiástica, más él se
inclinó a la y terminó sus estudios en 1808.
del foro,
Cuando la invasión francesa a España fue miembro de
la junta de Alicante, se alistó como voluntario en un
rendimiento como subteniente, fue herido en la batalla
de lúdela, lo mismo que en el segundo 5Ítio de Zara-
goza, prisionero en de Tortosa, fugó, y se en-
el sitio

contró en la batalla de Vitorin. Ascendido a teniente


coronel se !e colocó de segundo jefe en el regimiento
Esíreniadura que mandaba Ricafort con el que vino al

Perú.
Estuvo Ricafort en La Paz por noviembre de 1816.
La persecución a los patriotas fue sangrienta, más pue-
de llamarse venganza realista que no cumplimiento de la
ley. Formó un consejo de guerra ordinario presidido
por Garratala, en cuyas condenas estiba la particulari-

dad que siempre se cumplía de que los reos fuesen fu-


silados por la espalda, atados en las columnas de los
portales de la plaza mayor, y después se les colgase en
la horca. Estesanginario feroz hizo perecer innúmera-
rabies víctimas de esta manera. Ascendido a coionel,
lo fue del regimiento Estremadura, que recibió el nom-
bre de Imperial Alejandro. Se encontró en varias es-
cursiones que ocurrieron en Jujuy y Salta hasta la reti-
rada de 1817. En el Bajo Perú sus acciones de armas
no son muy conocidas, lo que le distinguió a este jefe
fueron sus crueldades bastante marcadas, hasta el es-

tremo de haber hecho fusilar a una pobre mujer An-


drea Vellido, y haber reducido a cenizas pueblos ente-
ros como Cangallo. Ascendido a Brigadier, se encon-
tró bajo las órdenes de Valdez en la batalla de Zepita el
2$ de agosto de 1823. Carratala al mando de una di-
25
ÍÓ4 Diccionario Histó rico del

visión persiguió el ejército de Santa Gruz.siendo ascen-


dido a Mariscal de Campo.
Al año siguiente cuando Olañeta negó la obedien-
cia al Virey, era Gobernador Intendente de Potosí. To-
mado preso por sorpresa fue rescatado por una partida
que obedecía a Valdez, segunda vez prisionero pudo fu-
garse. En Ayacucho subjefe de Estado Mayor, redactó
la minuta de capitulación. Se embarcó en Quilca con
destino al Janeiro.
En España estuvo en la pacificación de Cataluña en
1S27, gobernador de Tarragona en 1833, comandante
general de las provincias vascongadas, capitán general
de Estremadura,de Valencia y Castilla la Vieja. Ascen-
dió a teniente general, Ministro de Guerra y última-
mente Senador en 1841.
Garreño y Lozada Juan.— Este capitán español
vino en 1719; casó con Magdalena García Loayza en 17
de enero de 172:;, en quien tuvo a Damián en 25 de oc-
tubre de 1725, Nicolás Antonio en 10 de septiembre de
J727, éste casó con Ignacia García Lanza en 17 de ene-
ro de 1752. Teniente del Corregidor Loayza y alcalde
ordinario.

Carretas D. José de las-— Vino este español jun-


tamente con su hermano, se estableció e.i esta^'ciudad
y tuvieron Obtuvieron pingües ga-
sus almacenes.
nancias con que adquirieron valiosas propiedades en
la

el cantón Mecapaca. Enemigo declarado de la inde-


pendencia fueron de los que trabajaron por la contra-
rrevolución encabezada por Yanguas e ludaburu; destro-
zado este caudillo el 15 de octubre, la plebe enfurecida
se entregó al saqueo de los principales com.prometidos.y
er.tre[ellos el almacén de Carreras, A la aproxima-
ción de las fuerzas argentinas huyó
Arequipa. Re- a
gresó después y falleció siempre soltero a la edad de
cincuenta años el 17 de diciembre de 1813.
Departamento d e La Paz iq^

Carrillo D- Antonio.— Natural de lllescas. Militó

en el Reino de Perú aparece su nom-


la Florida; en el

bre en 1545 en que sirvió al Virey Vela, el maestre de


campo Carvajal le tomó prisionero entre otros en Aya-
baca. Mas tarde en 1553 fue uno de los principales
cómplices de la revolución que capitaneó Francisco
Hernández Girón en el Cuzco.
Nombrado sargento mayor, en la batalla Chuquin-
ga que perdió el Mariscal Albarado, inducido por el al-

férez Alberto Orduña avandonó el puesto que se le ha-


bi.iencomendado, huyó anunciando la derrota. Des-
cubierto su error y que Girón era el victorioso, volvió al

campo con hjrta vergüenza; pero para librarse del des-


precio de sus enemigos expresó en público que él lo ha-
bía enviado a desempeñar una comisión. En seguid^
lo mandóChuquisaca y Potosí a reunir dinero, llegó
a
a esta ciudad y mediante denuncia de su companero A-
lonso Boloña, cometiendo muchas violencias contra los
vecinos y caciques reunió más de quinientos mil pesos
en oro y plata, sacando mucho del convento de San
Fíancisco. Más Alonso Buloña unido a Juan Vásquez,
Alonso Hernández Recio, Martin de Bilbao, Diego Var-
gas, Pedro Clavijo, Juan Pancorvo Obregon, resolvie-
ron matarlo y lo acabaron a estocadas, en su propia
habitación, restituyendo aquél caudal a sus dueños y
proclamando ei gobierno del Rey.
Carrillo D. Gaspar.— Natural de Guamanga; hijo

de Juan Carrillo de Albornos, Corregidor de Sicasica y


Josefa Vega y Munive. Poseo el Marquesado de Fe-
riaque, el Rey Felipe IV por decreto de 13 de octubre
de 1740 había conferido a Francisco de La Vega en aten
ción a sus servicios a la corona en Ñapóles.
El Virey de Buenos Aires le dio e! corregimiento
interino de La Paz, de cu)0 destino tom.ó posesión en
noviembre de 1778, cesó en enero del entrante por ha-
i9<5 Diccionario H istórico del

ber llegado el propietario. Residía tranquilamente en


esta población, cuando acaeció la sublevación indígena!
de 1781. Concurrió a su defensa como jefe de la com-
pañía de voluntarios y durante el asedio prestó impor-
tantes servicios; y se retiró a Lima en 1783. Era Ca-
ballero de la orden de Carlos III- y San Hermenejildo,
coronel de cabalierí:i, de Lima en
alcalde ordinario
1790, y al año siguiente gentil hombre de c¿\mara, con-
tador m.ayor.En 1814 ascendió a Brigadier, en i8i6fue
nombrado Presidente de la Audiencia de Charcas. En
Li República en 1829 fue Senador por el departamento
de Ayacuch.o. Falleció en 1850.
Castañeda D. Préncisc-o.— Sargento mayor espa-
ñol; casó en 28 de febrero de 1780 con Francisca Cara-
bedo. Cuando principiaba a entregarse a negocios
mercantiles, acaeció la sublevación indigenal y se vio
perjudicado en sus negocios.
Castillo D. Vicente — Natural de Viscaya. Este
individuo casó en 1064 con Gregoria Gazona, hija del
corregidor, fruto de este matrimonio fue Juana que na-
ció en 24 de junio de 16Ó6, ésta casó Juan de Ar-
con
teaga; Pedro en julio 27 de 1667, éste casó con Bárbara
Vera Villavicencio, en quien tuvo a Antonio en 15 de
junio de 1Ó92. Podro fue alcalde ordinario en 1864.
Falleció en 1702.
Existió otro caballero Castillo de Herrera Gabriel
casado con Inés Torres Vargas, en quien tuvo a Gabriel
en 30 de marzo de i6$6; no sabemos si era pariente de
los anteriores.

José Manuel del Castillo, nació en La Paz el i ?


de enero de 1792; fueron sus padres Mariano del Cas-
tillo y Casimira Teilería. En 1809 se colocó como
abanderado en el regimiento de caballería organizado
por don Clemente Diez de Medina. Después del desas-
tre de Chacalfaya se ocultó el. joven patriota; pero sus
Departamen to de La Paz 197

padres en vista de la persecución tenaz contra todos los


que habían tomado parte en la revolución, lo enviaron
a Córdova, en cuya Universidad hizo sus estudios, re-
cibiéndose de doctor.
Después de Ayacucho se vino a su ciudad natal,
sus paisanos le eligieron su representante a la 2.^ A-

san.blea que se runió en Chuquisaca. Juez de letras


de la provincia de Omasuyos en 1837; Rector del Cole-
gio de La Paz. Perseguido y preso en 1848 como re-
volucionario. Ocupó puestos en la judicatura.
Castillo D. Andrés José del.— Limeíio. Estudió
en la Universidad de San Marcos de Lima, donde se
graduó de doctor en cánones y teología. Ingresó en la

orden de los dominicos donde profesó y se ordenó en


5 de mayo de 1787. Nombrado prior, de su orden en
esta ciudad en 1801. Alcanzó su secularisación, siendo
nombrado rector del Colegio Seminario en 1805. Cas-
tillo fue amigo íntimo de todos los revolucionarios repu-
blicanos, y pi3r consiguiente decidido partidario de la

causa patriota. No cabe duda qi:e inculcó esos princi-


pios a sus alumnos en el real convictorio, creándose por
la liberalidad de su propaganda fama pública de mala
opinión. Como los principios franceses habían hacha-
do ya hondas raices, se puede decir, ciaro está, que en
las discuciones a negar la autoridad monárquica, desco-
nocimiento del titulado derecho divino, y examinar
las sencillas relaciones de mandantes y mandatarios, to-
do estose traslucía en el público y tenían su repercusión
en todos los serrados del vecindario. Pronunciada la

revolución y constituida la Junta Tuitiva, por falta de


tres de sus miembros, Castillo fue uno con los que lo
reintegraron. Como los acontecimientos se desarro-
llaban con vertiginosa rapidez por las intrigas de Go-
yeneche, en unión de Murillo, Barra, Mercado, renun-
ciaron su cargo el 30 de septiembre, pero impuesto y
igS Diccionario Histórico del

nmenazado por el primero esta renuncia. Develada la


revolución fue tomado preso y se le condenó, con una
sentencia sardónica, destinado a la Recoleta de Buenos
Aires por ocho años, para que aprenda la doctrina cris-
tiana y se instruya con los demás deberes de su minis-
terio. Salió de esta ciudad el 12 de marzo de 1810 con
los demás proscritos. En Córdova lograron su libertad
mediante la revolución acaecida en Buenos Aires el 25
de Mii)o. Castillo con algunos continuó viaje hasta la

capital del Vireinato en donde hallándose los desterra-


dos sin recursos pidieron un préstamo a la Junta que
les fue negado. Parece que se quedó en la Argentina
hasta su fallecimiento.
Castro D.José Gabriel.— Natural de Galicia. Des-
de su juventud había militado en calidad de marino, y
fastidiado de esa profesión fatigosa la abandonó dirigién-
dose a esta ciudad el 10 de julio de 1809.
Consumada la revolución en la tarde del 16 de ju -

liode 1809 fue nombrado capitán en los primeros mo-


mentos, y después ayudante de brigada de la artillería.
Se ocupó en la fundición de cañones, construcción de
cureñas y todo lo concerniente a esa arma; parece que
durante el curso de la revolución renunció varias veces
el cargo.
En vista de los preparativos que hiciera Goyene-
che al otro lado del Desguadero para venir a soguzgar
la revolución paceña, se reunió el Cabildo el 12 de sep-
tiembre para ver la actitud que debía tomar el pueblo.
Los cabildantes pidieron que seis individuos de satisfac-
ción del pueblo se apersonasen para exponer sus dictá-
menes, Castro, Landaeta, Cossío, Arias y Ordoñez opi-
naron que se declarase por el Cabildo la guerra a la
provincia de Puno, cuya proposición fue aceptada, pu-
blicándose por bando solemne la medida. En su conse-
cuencia se confirió al sargento mayor Juan Bautista Sa-
'

Departamento de La Paz iqq

gárnaga para que ocupara un punto estratégico cerca


del Desaguadero.
Quedaron en esta ciudad diez compañías con sus
respecti\'0s oficiales, y doce cañones al mando de Jimé-
nez y su segundo Castro,
Con la llegada de los comisionados de Go\-eneche,
los realistas que asechaban un momento oportuno se
alentaron y fraguaron una contrarrevolución, dirigida
por Yanguas y Pérez.
En vista de esto sin pérdida de tiempo se dirigió al
campamento Arias que comunicó la noticia a los demás
y en seguida Castro que había salido apresurada-
jefes,
mente de la ciudad, confirmó los planes siniestros, en
consecuencia, en un consejo de guerra,' que terminó a
las sietede la noche (12 de octubre), resolvieron por
unanimidad regresar a la ciudad, introducirse en la ma
drugada en los cuarteles y contener de esta manera la

reacción. Levantaron el campo y al llegar a Laja, So-


ta, les anunció la inminencia del peligro. Castro \- Ro-
dríguez aceleraron la marcha y entraron en la ciudad,
a las tres y media de la mañana dtl dia 13, reuniéndose

con la gnarnición. Castro colocó dos piezas de artille-

ría, en cada una de las esquinas de la plaza, a InJabu


ru dio orden de atacar a los traidores. Como de la ca-
sa de Yanguas hubiesen salido unos veinticinco h.ombres
disfrazados, a expiar las operaciones de la plaza, les hi-
cieron fuego, situaron un cañón frente a la puerta la que
fue abierta a cañonazos. Cossio activó las pesquizas, y
habiendo encontrado al tesorero Arrieta, acogido en la
chimenea con un sable en la mano, lo capturó; pero le

salvó del furor popular que quería hacerlo pedazos.


Yanguas, Casellas, Arrieta y los demás realistas
en número de doce fueron tomados presos, y conduci-
dos en medio de una multitud considerable de pueblo
irritadísimo, a no haber sido la defensa del ayudante
200 Diccionario Histórico del

de San Pedro presbítero Viscarra, y el padre merceda-


rio TejaJa, habriin sido víctimas del populacho. La
casa de Yanguas fue saqueada, así como algunas de los
realistas más marcados y de tendencias reaccionarias.
El mismo día a las doce comenzaron a salir parte
de las tropas por orden de Castro y Rodríguez al cam
pamento de Chacaltaya. Indaburu quizo hacerse due-
ño de la situación dando órdenes sobre los cuarteles y
el Alto, tenien*do con este motivo largas disputas con
Castro y Rodríguez.
En la tarde llegó Miguel Carazas enviado por Go-
yeneche en unión de los comisionados Sagárnaga y el ,

alcalde Medina, encargado el primero para hacer depo-


sitar las armas en su sala respectiva, la que no se rea-
lizó por la fuerte oposición de Castro y Rodríguez.
Castro con^el resto de las fuerzas se retiró a! Alto
al día siguiente, dejando solamente la cuarta compañía
a Indaburu. Este comunicó al Alto para que Rodríguez
en unión de todos ios oficiales bajasen a la ciudad para
tratar sobre la manera cómo se había de recibir a Go-
yeneche. B:ijaron en efecto el i8, Rodríguez, Grane-
ros y Casimiro Calderón, habiéndose quedado Castro
con la fuerza. Reunidos en l.i casa de indaburu los ex-
presados con más el alcalde Medina, Orrantia, Zegarra,
Sagárnaga y Manuel Rivero, se opusieron tenazmente a
la idea de Medina de entregar las fuerzas. Graneros tu-

\-o "la buena idea de retirarse al Alto, no así los otros que
c:!y.ron en las mar.os de Indaburu. Bien se compren-
de que la llamada a los patriotas por Indaburu fue con
perversa intencián.
Indaburu consumó su defección, la noche del i8 de
octubre, aprisionó a los patriotas, Medina, Orrantia, Co-
ssío, Jiménez, Rodríguez, Iriarte y Zegarra. Al día si-
guiente, mandó fusilar a Rodríguez condenado por un
consejo, compuesto por el alcalde Diez de Medina, el
Departamento d e La Paz 201

eJecán de Goyeneche Miguel Carazas, Indaburu y el

asesor Baltazar^Alquiza; condena que comprendió a


Castro,
Anoticiado Castro, en la misma noche, por José
Manuel Bravo, hijo del boticario Julián Bravo hizo to-
car generala, pero por la JDbscuridad de noche, ape-
la

nas pudo levantar el campo a las ó de la mañana, y


desde el Alto envió de emisario al religioso Francisco
Canal, intimándole a hidaburu la soltura de los presos
y su rendición, la que fue rechazada.
Indaburu se atrincheró en la plaza apresuradamen-
te, con todos los realistas, en número de trescientos.
Distribuyó gente en ventanas y esperó el ataque,
las

pero, se vio precisado a abandonar el foriin de San Se-


bastián,

. Castro descendió, a las 11 de la mañana, con dos-


cientos cincuenta hombres, y ocho pedreros, atacó la

trinchera de la calle del Comercio, d jnde eiiccntró seria


resistencia, por el vivo fuego que hacían de las venta-
nas de Francisco Diego Palacios, y de la trinchera dirigi-
da por el alférez de veteranvjs,Neila, que causó la pérdida
de innumerables artesanos. Se dirigió a la trinchera de
Santo Domingo, ro:iipiendo el fuego sobre la plaza y
metiendo un cañón, lo que causó el espanto de los de-
fensores; huyeren los realistas, unos se acogieron a las

iglesias, y otros fugaron por los tejados.

Indaburu, que dirigía a caballo la acción, huyó con


dirección al cuartel, recibiendo un vivo fuegq, que lo-

gró derribar la puerta; se introdujo en uno de los

cuartos, donde le siguió la muchedumbre a las voces de


¿«dónde está el picaros^? Arrastrado al patio, y des-
pués a puerta, fue muerto a lanzadas y cuchilladas,
la

y su cadáver en cueros fue colgado en la misma horca,


que el había colgado a Rodríguez.

26
202 Diccionario Histórico d el

Por parte de los patriotas, las víctimas pasaron de


cincuenta y los heridos fueron más de treinta. De les

realistas, sucumbieron Fraricisco Murillo, José de la

Serna y Flor.
Castro se retiró al campamento de Chacaltaya y
la plebe enfurecida, a vista de los cadáveres y la in-
la

fame traición de los españoles, se entregó al destrozo y


saqueo de sus casas y bienes.
Al día siguiente ordenaba que sería inmediatamen-
te ahorcado todo individuo que cometiese desórdenes y
se atreviese al robo.

El eclesiástico Mariaca que se había hecho cargo


del gobierno de la ciudad para contener los desórdenes
populares, se dirigió al campamento para intentar una
reconciliación pacífica con los realistas. Castro, de
energía indomable y temerario, dio por única respuesta:
* [Mediré mi espada con la de Gqyeneche:^,

En consejo de guerra: Castro, Sagárnaga, Orran-


tia, Cossío, Sota, José y Miguel Sanjinés, Estrada,
Iriarte, Casimiro y Francisco Calderón, Medina, Zega-
rra, Lucas Monroy, Ciraneros, Umeres, Rafael Dáva-
los, Francisco Monroy y el hijo de Sagárnaga, resolvie-
ron retirarse a los Yungas y fortificarse allí. Castro
confirió el grado de teniente coronel a Sagárnaga, de
sargento mayor a Graneros, de capitanes a Sanjinés,
Sota y Cossío, de tenientes a Tomás Borja y Pedro J.
Calderón, asignando la tesorería del ejército a Orran-
tia. El 25 de octubre en la mañana, Castro, Sagárna-
ga y Orrantia divisaron con sus anteojos al enemigo,
en los altos de Chacaltaya, entonces movieron el ejér-

cito sobre Yungas.

Cast;o dejó en Pacallo a Sagárnaga con un cañón


y 25 hombres; en Livinoso a Gregorio Umeres y Ma-
nuel Dávalos con igual número de hombres, situándose
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 203

Castro en Coroico, con las fuerzas, desde cuyo punto


envió a Lanza un cañón y veinticinco hombres.
Desde este último punto escribió a Victorio García
Lanza en 28 de octubre recomendándole la reunión y
uniformidad en el modo de pensar, «Nuestras vidas,
le decía, se hallan vendidas, pero habiendo constancia
nada debemos temer», y en otra: «le recomendaba po-
ner en estado de defensa Livinoso, desbarrancar el de
Sujso, atrincherar el alto de Siripata y el de Isquirani
desbarrancarlo, todo esto debe hacerse con la mayor
aceleración porque antes de tres días nos veremos ata-
cados», en otra I2 comunicaba tener la suficiente fuer-
za para hacer desaparecer como humo a los collones
atrincherados como en la acción del 13.

Goyeneclie envió una fuerza de quinientos cincuen-


ta hombres al mando de Domingo Tristán, cuya fuerza

salió el 30de octubre dirigiéndose a Irupana, el 14 de


noviembre Narciso Basagoitia con trescientos hombres
sobre Chulumani.
Victorio Lanza sugestionado por su hermano trata-
ba de abandonar la causa, cuando llegó Castro a Chu-
lumani, persiguió a Gregorio tildándole de traidor e hi-
zo buscar a Victorio, éste escuchando más los dictados
dt-1 amor propio que los conceptos de la razón volvió a
convocar a lossuyoj, y juntamente con Castro y Gra-
neros prepararon lo necesario y emprendieron sobre
Irupana. En el trayecto el cacique Lanjas les comuni-
có la noticia de la aproximación de Tristón a Lupa na,
llegaron a la hacienda de Ccrapata, distante una legua
de Irupana desde donde divisaron al enemigo en el alto
del río Puri, e hicieron fuego con su artillería. Al día
siguiente temprano se posesionaron de una alturas, dis-
pusieron la batalla, siendo Iriarte el que manejaba la

artillería. Era el 11 de noviembre, Tristán atacó a los

defensores de la patria, que después de un ligero tiro-


204 Diccionario Histórico del

teo, el jefe realista mandó fingir una fuga desordenada


a fin de arrancar a los patriotas de sus ventajosas po-
siciones. En efecto, engañados estos bajaron a ocupar
el puesto desamparado mientras los contrarios por ocul-
tos rodeos tomaron posesión en puntos dominantes. Los
patriotas rompieron con un vivo fuego de fusilería y ar-
tillería, elcombate se hizo tenaz y sangriento; pero no
causó gran pérdida en los realistas por la posición que
ocupaban, siendo completamente perjudicados los pa-
triotas, los que viéndose arrollados se entregaron a la
fuga. Quedaron tendidos en el ingrato campo de Chi-
canoma ciento veinte patriotas.

Tristán tuvo doce heridos, tomó veintiocho prisio-

neros entre oficiales y soldados, tres cañones, lanzas y


pertrechos de guerra.

Castro y Lanza abandonaron precipitadamente el


campo dirigiéndose a Chulumani, de allí pasaron a La-
za para internarse en los mosetenes )' dirigirse al Bra-
sil. En su fuga, atormentados por el hambre, desfa-
llecidos y tenazmente perseguidos por los indios fueron
sorprendidos cerca del lío Wiri, tomaron el monte don-
de estuvieron durante 5 días cercados por 50 indios, y
al fm fueron hallados en el encuentro del río Totorani,
hicieron tenaz resistencia y fueron degollados a las 12
del día 16. Tristán comiO un precioso obsequio envió al

general arequipeño las cabezas ensangreí tadas, quien


ordenó que la de Castro fuese clavada en ti püar c'el

Alto de Lima.

Cabriel Castro, natural de Galicia, hijo del sar-


gento mayor José Castro y María Manriques, vino a
esta ciudad, contrajo matrimonio con
Juliana Miranda
Rojas que tuvo a Juana en 24 de junio
en 1789 en la

de 1790, Melchor en 6 de enero de 1791, María en 23


de septiembre de 1794. Talvez fue pariente o herma-
Departamento de La Paz 20^

no del mártir de las juntas, o vino a esta ciudad en


busca de su deudo.
Castro D. Pedro.— Natural de Segobia, en esta
ciudad contrajo matrimonio con Catalina Pobes Isla en
1729 de cuyo enlace tuvo a Francisca en 4 de octubre
de 1780, Fulgencia en 25 de enero de 1731, Juan en 4
de junio de 1733, José en 19 de marzo de i735- Fue
regidor perpetuo del Cabildo o sea caballero veinticua-
tro, también escribano real; compró esta vara. Murió
en 12 de abril de 1791.
Juan fue corregidor de una provincia y heredero de
la vara de su padre.Casado con Bernarda Anaya, en
quien tuvo a Diego en 14 de diciembre de 1750 y en
segundas nupcias con Pascuala Torres, en quien tuvo a
Toribio en 27 de abril de 1753, éste casó con Maria Li-
nares, cochabambina. Siguió de regidor del Cabildo.
Castro José María.— Nació el i? de enero de
J773: hijo de Toribio Castro y Maria Linares. Siguió
con la vara de regidor y también conjpró el cargo de
escribano real. Concurrió a todas las sesiones del me-
morable Cabildo de 18C9, siendo sus convicciones rea-
listas. Para acreditar su decisión por su Rey, hizo re-
cibiruna declaración jurada de testigos, lo mismo que
Ayoroa, así que los capitulares Medina, Ayoroa y Cas-
tro no pertenecieron a la revolución. Goyeneche le
encomendó seguir el proceso a algunos patriotas y el
fué quien recibió la declaración de Jaén. Sindico del
Cabildo en 1812. Murió en 1S16.
Castro y Bobadüia D. Andrés.— Este castellano
vino nombrado corregidor de la provincia de Pacajes y
concluido su período de mando se radicó en esta ciudad.
Contrajo matrimonio con Clara González Bueno de Pa-
redes, en quien tu\'o a su hijo Ventura que más tarde
llegó a ser un sacerdote virtuoso. Falleció el general a
la edad de noventa años en 1756.
2o6 Diccionario H istórico del

Castro y Castillo D. Antonio —Nació el 13 de ju-


nio de 1596 en la Villa de Castro Jerez en Castilla la

Vieja; hijo del licenciado Alonso de Castro, consultor


del Santo oficio e Inés de Vera Padilla. Comenzó sus
estudios mayores de cánones en la Universidad de Al-
calá de Henares, continuó en la Universidad de Sala-
manca, donde se graduó de bachiller en 1607 y en la

n¡isma de licenciado en dicha facultad.


A los veintidós años de edad vino al Perú con su
hermano Manuel que vino de oidor de Charcas. Or-
denado de menores obtu\-o el cargo de juez eclesiástico^
y \ icario de la Villa de Potosí Por hallarse en Sede
vacante se dirigió al Tucumán en donde recibió el pres-
biterado. A su regreso fue nombrado cura de Potosí,
fundó en su parroquia la capilla de las ánimas y esta-
bleció catorce liospitales para los indios en compañía de
Sarmiento.
En 1624 obtuvo en Lima el grado de doctor. El

pretendió el puesto de Inquisidor de Cartagena, que no


consiguió; peromás tarde en 1627 obtuvo ser inquisidor
de Lima, cuyo cargo desempeñó por veintiún años. Fe-
lipe IV en 1645 's presentó para el obispado de Gua-^
manga, dignidad que no aceptó. El mismo Rey en 25
de septiembre de 1647 volvió a presentarlo para el obis-
pado de La Paz, siendo despachadas sus bulas por Ino-
cencio X en 12 de enero de 1648, llegó el 2 de sep-
tiembre de 1648 y fue consagrado el 4 de octubre de
1648 por el obispo de Santa Cruz Juan Arquenas, do-
minico.
Viendo que su iglesia Catedral no estaba conclui-
da sino en sus dos partes con 6 capillas a tres por lado
y el mayor, dio seis mil pesos de su propia renta; pero
no pudo hacer gran cosa porque de la parte que faltaba,
abierto los cimientos hasta su nivelación con el piso
principal llegó a costar diez mil pesos. En cinco años
Departamento de La Paz 207

que duró su gobierno gastó más de cuarenta mil pesos


en limosnas, sustentó dos camas en el hospital, dis-
puso dos mil pesos para la fundación de un monas-
terio en esta ciudad e hizo sus gestiones ante la San-
taSede con este objeto. Obsequió a su Catedral una
lámpara de plata con peso de ochenta marcos. Cari-
tativo, compasivo, visitaba a los enfermos, encarcela-
dos, a pesar de sus dolencias.
Hizo la visita pastoral de la diócesis y cuando em-
prendía segunda vfsita al cuarto de legua en Potopoto
se le agravó el mal, se quedó en una casita de campo
donde dejó de existir la noche del 6 de o:tubre de 1653.
Los restos conducidos a esta ciudad fueron solemne-
mente sepultados en la capilla de San Blas de la cate-
dral.
al Rey una
Envió relación curiosa de su diócesis,
de que tomamos los siguientes apartes:
la

«La ciudad de La Paz, nombrado Chuquiabu, que


en el idioma de los indios quiere decir tierra de oro, que
llamamos chacras; según tradiciones antiguas, era don-
de los indios cogían más oro que en otras partes y que
los ríos que la cercan traían cantidad de el, si bien en
nuestros tiempos, aunque se ha visto algo de esto en el

río que llaman la. coya (que también quiere decir criade-
ro de oro) ha sido poco y en los años pasados hasta el
de 163Q, cuando caía un aguacero grande, de los arro-
yos que entraban en la ciudad, de las vertientes que
limpiaba el agua, cogían los muchachos en las calles al-

gunas pepitas, que aunque pocas repartidas entre mu-


chos, venía a ser cantidad razonable, como se tanteaba
por los mercaderes y plateros que los rescataban, de
suerte, que de veinte años a esta parte no se vé yá esto
y e culige,que como con el curso de las aguas corren por
í

otra parte las que entraban en la ciudad de las dichas


vertientes, no tiaen yá este oro.
2o8 Diccionario Histórico deL

«En esta ciudad, de las más antiguas y que por an-


tonomasia la llamaban la ciudad noble, porque parece
que se acomodaron mejor en ella, los más nobles de los
conquistadores del Perú, y casi todos tenían encomien-
das de indios por merced de S. M. y que s'con tan pin-
gües rentas como gozaban, la tenían lucida, bien pobla-
da y con suntuosos edificios, hasta que acabados estos
encomenderos (porque fueron por vidas señaladas sus
rentas que ya hoy están en Condes y Marqueses de Es-
paña) fueron descreciendo sus descendientes y faltán-
doles estas rentas, se fueron npücando a ser clérigos,
para obtener beneficios y curatos en que sustentarse, y
así de estas familia? se acabaron en las lineas de éstas

y quedaron en pocas, porque son ya pocos los feudata-


rios de estas encom.iendas.

«Esta ciudad es de buen temperamento, que ni es

fría ni calurosa, muy regalada de frutas de todo género,


porque tiene abundancia de v^alles a tres, cuatro y cinco
leguas, de.donde las traen muy frescas y en la misma
ciudad sedan durc^znos, ciruelas, almendras, peras y
manzanas, aunque no muy sazonadas; frutilla de Chi-
le, hay cantidad de alfalfares y todo género de legum-
bres, porque los más de los vecinos tienen sus huertas,
y los indios en particular por el interés que tienen de
ellos y de las flores clavelinas, alelíes, azucenas, reta-
mas y otros géneros de flores y yerbas olorosas y me-
dicinales, en que se señalan sus virtudes la salvia, apio,

llantén,el lirio y sobre todas, la que llaman chancoro-

ma, que es asemejado al cardo santo y también la ro-


maza.
«Críanse así mismo, muchos pájaros de diversas
especies y de los que Iiay de mayor cantidad son jil-
gueros, que unos son negros y amarillos de color fino,
estos cantan con dulzura y los tienen los curiosos en
jaulas, otros hay todo amarillo en mayor cantidad y es-
Departamento de La Paz 209

tos cantan también, aunque no con la dulzura de los


primeros.

«Hay crías de palomas de Castilla; otras muchas


aves tórtolas de diferentes jaeces, que se cazan para
comer, perdices en abundancia en los altos y cerros que
cercan la ciudad.

Castro y Pando D. Andrés.— Natural de Santan-


der en Castilla. Establecido en esta ciudad por el año
1659, de su esposa Francisca González, tuvo a Francisco
que nació e\ i ^ de septiembre de 1684, Doniingo en 5
de de 1Ó85; de su primera mujer María Moreno,
julio

Midal^ío no tuvo descendencia.


Vecino notable y prestigioso, niereció que el Virey
Conde de Lemus
nombrara corregidor interino
le

de esta ciudad, de cuyo destino tomó posesión el 7 de


septiembre de 1669, desempeñó ei cargo hasta e\ 2 de
diciembre de 1672. Aparece un hijo natural suyo
Antonio xViolina, lo mismo que Andrés nacido el 8 de
noviembre de 1670 y se bautizó a los nueve años, así
mismo tuvo otro hijo natura! en Ciara de Paredes en
16 de junio de 1688.
Habiendo fallecido su esposa volvió a casar con
María Mejía Poblete. Murió este general el 22 de sep-
tiem.bre de 17C0 y fue enterrado en la iglesia de la Mer-
ced.

Gatacora y Corpa D. Marcos —Natural de Acora


en Chucuito, casado con Sebastiana Silva, viriieron a
esblecerse en esta ciudad por el año 1755, aquí le nació
su hijo Paulo en 21 de enero de 1732 y Marcelo en 11
de junio de 1735.
Trajo a su hijo mayor José nacido en Puno, el que

casó con Petrona Santalla. Juan José Catacora. tam-


bién de Acora, casó con Gregoria Flores, paceña, en
quien tuvo a José Simón en 16 de febrero de 1748, Jo-
27
210 Diccionario Histórico del
sé Benito en la misma feclia, pues, que fueron gemelos,
Manuel Evaristo en 25 de octubre de 1751. Maestre
de campo.
Agustín Catacora casó con María Heredía Ayuayo
en 1761;, ambos naturales de Acora en Chucuito, y tu-
bieron a María en 21 de febrero del mismo año. Fue
notario eclesiástico durante largos anos.
Gatacora y Neredia D. Juan Basilio. — Nació en
L^L Paz el 12 de julio de 1760; fueron sus padres Agus-
tínCatacora y María Heredia, naturales de Acora,
Casi niño fue enviado a la Universidad del Cuzco,
en cu)as aulas hizo sus estudios con bastante aprove-
chamiento hasta obtener el grado de licenciado en de-
recho. Vino a esta ciudad por asuntos de familia, re-
gresanjo a concluir sus estudios a la Universidad de
San Francisco de Javier Je Chuquisaca, donde se recibió
de abogado.
El joven abogado de re;^reso a La Paz, se coi-
sagró a su estudi'j procesional con mucha lucidez,
fue hombre de talento y un jurista acabado para esas
tiempos.
Fue asesor del alcalde de primer voto José Sanji-
nés y otros, defensor de pobres, asesor del Cabildo.
Únicos puestos que desempeño. Como todos los ame-
ricanos, Catacora fue uno de
que con entero entu-
los

siasmo se consagró a trabajar por la independencia de

su patria. Desde el año 1805 comienza su actuación


en favor de la causa, pues que meditada para ese año
la revolución por Murillo y otros patricios, fue descu-
y en consecuencia aprisionados el primero, To-
bierta
más Palma, Carlos Torres. El doctor Catacora abo-
gado de Palma hizo una brillante defensa hasta obtener
su absolución. Es su defensa un documento jurídico
de primer orden por las ideas que manifiesta hacia el
porvenir.
Departamento de La Paz 211

Este fracaso no menguó la actividad en los trabajos,


más aumentaron los adeptos, siendo Catacora
bien se
su inspirador, el que instaló en su propia casa la primera
junta y desde entonces funcionaron con toda actividad.
En una de esas reunionesse había resuelto elevar una
resolución a las autoridades, significando que La Paz no
miraba conforme a sus intereses presentes y futuros las
órdenes de ¡os peninsulares y que recobrando el gobier-
no de la cosa pública se reservaba vigilar por si misma
su suerte e integridad. "^Reunidos los revolucionarios en
la casa de Catacora, leyó Julián Gálvez la notable pieza
jurídica del eminente abogado contenida a demostrar la

independencia del municipio en defecto del poder impe-


dido o caducado. Murillo, Patino, Arias, Huisi, discutieron
la inoportunidad oponiendo la insalbable dificultad de la

demora en la tramitación. Con motivo de las ocurren-


cias de España se avivó más el entusiasmo, y en-
tonces se hicieron las reuniones no ya con la timidez y
sigilo que hasta esa fecha se empleaba. En efecto en
la del 25 de junio con selecta concurrencia a la que asis-

tió Catacora en la casa de Sagárnaga, acordaron soste-


ner los derechos de Fernando VII; pero esto era pura-
mente aparente, no tenía más objeto que concertar
a la muchedumbre En la mis-
a favor de la revolución.
ma reunión declararon unánimemente decapitarse mu-
tuamente en caso de ser denunciados, este acuerdo de-
fine claramente el pensamiento de los afiliados a la cau-

sa revolucionaria.
En que tuvo lugar el 29 dtl mismo
otra reunión
mes en la también se tomaron medi
casa de Catacora -

das tendentes al grito que debía lanzarse En 12 dj


julio congregados en casa del presbítero Sebastián Fi-

gueroa Butrón se resolvió definitivamente apoderarse de


la fuerza militar y proclamar la revolución; en esas reu-

niones se había discutido largamente el plan del futuro


.

¿12 Diccionario H istórico del


Gobierno y resuelto dar la representación, a Catacora,
Lanza y Bueno.
Es cierto que Catacora como otros patriotas y ve-
cinos notables de la ciudad, visitaron en su arribo a ésta
al abogado Michel; pero no fue quien preparó el golpe
como se ha creido, sino que éste estuvo desconfiado
con los patricios, como igualmente el enviado de Char-
cas.

Catacora que sabía del mojv'imiemto del i6 de julio,


pero de temperamento algo tímido y pusilánime se cons-
tituyó en eLconvento de Santo Domingo, en el que
también se encontraba el coronel Diego Quint. Al to-
que de arrebato continuado el alboroto popular y a la
noticia de la toma del cuartel, se dirigió al Cabildo en-
contrándose en el trayecto con Gregorio García Lanza,
a quien le ligaban vínculos de estrechísima amistad.
Introducidos en el Cabildo fueron declarados represen-
tantes del pueblo como se había acordado anteladamen-
te.

Dice en su declaración que se opuso a la renuncia


obligada del obispo La Santa, pero lo cierto es que, en
todos los acuerdos, actas y disposiciones tanto del Ca-
bildo como de la Junta tuvo parte importantísima.
El 19 de juüo dirigió la palabra al pueblo desde las
ventas del palacio en unión de otros patricios explican-
do los móviles y objeto de la revolución. Aprobado
el plan de gobierno por el Cabildo el 22 de julio, lo que
se había confeccionado antes del movimiento, dio lugar
a la organización de la Junta Tuitiva de la que fue
miembro. Según el reglamento de 28 del mismo mes
se le designó en unión de Antonio Medina la cartera de
materias políticas y razones de Estado, Asimismo en
unión de Lanza y Bueno, pidió la incineración de los
créditos fiscales, lo que se realizó,
Departamento de La Paz 213

Desde fines de septiembre su salud se halló algo


^quebrantada y más que todo por su carácter asustadizo
y en vista de los acontecimientos que se iban desarro-
llando. Salió de esta ciudadel 4 de octubre, en Esco-

ma se encontró con el subdelegado Francisco Maruri,


quien traicionando a la re\'o!ucióii se había puesto a las

órdenes de Goyeneche; a esto le manifestó acogerse


bajola bandera real, muy complacido en apariencia
marcharon hasta Chinchaya, en cuyo punto se separó
Maruri dando orden secreta para que fuese aprehendido
Catacora y puesto a disposición del subdelegado de
Chucuito José Joaquín Tadeo Garate, Tomado preso,
custodiado en la cárcel real de Juli, conducido al cuar-
tel general de La Paz, donde ¡legó la noche del 7 de di-
ciembre derecho al cuartel de la Merced y de allí pasado
a la cárcel.
Prestó su declaración preventiva el 10 de diciem-
bre ante López de Segobia y su confesión el 8 de ene-
ro de 1 810. Sentenciado a la pena capital, fue puesto

en capilla en la ncche 26 de enero, leyéndosele su


del
sentencia en el colegio Seminario, donde hablan sido
conducidos los reos.

El 27 del mismo mes fue muerto a garrote y col-

gado su cadáver en una horca. A las seis de la tarde


su yerto cuerpo descolgado del cadalso fue conducido a
la Merced en cuyo cementerio fue humildemente ente-
rrado.
Don Juan Basilio permaneció soltero hasta su
muerte, y, le prodigaba sus cariños de madre su herma-
na Marcela, que no le abandonó un sólo instante.
Gatari Inkakoílo rrancisco.- hidio principal y nc-
ble, los caciques de la comunidad de
descendiente de
Chirca y cobrador de tributos. Según orden que había
recibido el juez real subdelegado Manuel Ortíz, para
que busque un indio principal, que se incorpore como
2T4 Diccionario Histórico del

vocal en la Junta, con este motivo en Chulumani el 15


de agosto de 1809 reunió toda la indiada y habiendo
resultado ser Katari el más digno, fue elegido, causando
regocijo entre los naturales por esta elección. El cura
Manuel Infante Bermuy, español, le obset^uió con una
misa y Tedeum y un espléndido sarao. Fue el primero
en incorporarse a la Junta, designándole el dictado de
Usía, se le guardaron todas las consideraciones que por
supuesto mereció. El indio llex'aba la insignia de la

Junta, con el cuello bordado de oro con el mote «por


Dios y la Patria»; el secretario de li Junta le dio a re-
conocer en su carácter oficial. Fue enviado con el mis-
mo carácter a organizar la defensa del partido de Yun-
gas, en que prestó señalados Debelada la
servicios.
revolución, Goyeneche en Impongo
su sentencia dice:
al indio Catari alias el Usía, miembro de la Junta Tui-
tiva luego que_sea aprehendido la pena de doscientos
azotes y la de presidio en esta ciudad por seis años,
Catari se hizo niebla ante sus verdugos, desaparecien-
do su nombre desde entonces. Pobre raza que tuvo un
momento de consuelo cuando se le prometían ventajas
en lo futuro a su desdichada suerte, que ni la Repúbli-
ca, ni los ambiciosos que se encaramaron posteriormen-
te en el poder supieron dulcificar su suerte, ni menos
arrancar sus cadenas de servidumbre.
Céspedes D. Alonso de. — Natural de Burgos. Vi-
no al Perú con el Virey Luis Henriquez de Guzmán.
Fue ter.icrte de corregidor en Trujiüo y después nom-
brado corregidor interino de La Paz en 7 de octubre de
1656, tomó posesión de su destino en 27 de febrero de
1657. Cesó en el cargo en 28 de septiembre de 1659
con la llegada del corregidor nombrado por el Rey, Cris-
tóbal Cañedo. Más tarde se retiró a Lima.
Gisneros D. Juan de !a Gruz— Nació en la Paz
el 23 de noviembre de 1803, espuesto a Hilario Cisne-
Departamento de La Paz 21^

ros, habiendo sido madrina de pila Teresa Palsi. Co-


mo huérfano ingresó de gratuito en el Seminario en
1814, su ardua contracción al eíjtudio, iiicieron que.se
le nombrara profesor auxiliar, y sucesivamente de lati-
nidad y filosofía Fué ordenado de sacerdote en Are-
.

quipa el 27 de abril de 1828. Al siguiente ano vice*


rector del instituto de educándas. En 1832 maestro de
filosofia, doctor en ambos derechos y teología, abogado

recibido ante la Corte de La Paz, Fundador de la Uni-


versidad de San Andrés, examinador sinodal, rector del
Seminario, Prebendado en 1S31, rector de la Universi-
dad de San Andrés, cura de San Sebastián, Canónigo
penitenciario, Cancelario de la Universidad y Deán en
1850.
Diputado por La Paz a seis congresos y también
Senador. Representante ante la Santa Sede. A go-
bernado la Diócesis como Vicario Capitular de 1865 a
1868 y de 1873 a iS74' Murió el 2 de abril de 1878.
Glavijo D. Pedro. — Uno de
fundadores de La los

Paz que vino después de que entró Alonso de Mendoza.


Cuando en 1554 vino a esta ciudad Antonio Carrillo
por orden del rebelde Girón a cometer robos y logran-
do apoderarse de más de quinientos mil pesos, Clavijo
en unión de otros tue el que lo acabó a estocadas en su
habitación al famoso saqueador.
Glavijo Calixto.— Nació en Carabuco en 6 de
[).

noviembre de 1814, hijo de Fermín Clavijo Patino y


Petrona Salazar. Después de sus estudios fue ordena-
do de sacerdote en 1839. Ayudante de Sicasica, cura
interino de Ichocay Pucarani; propio de Challcna, Chan-
ca y Escoma, prebendado en 1850, Vicario general de
ejército. Senador por el departamento de La Paz al Con-
greso de 1850, Suscribió con otros diputados la cesa-
ción de la ley de 7 de septiembre que había investido al

Consejo de Ministros de facultades e^ítraordinarias,


2i6 Diccionario Histórico del

Irritado Téües, presidente del Consejo, mandó una


compañía de soldado?, arrancado de la Cámara fue
aprisionado y desterrado. Canónigo de Merced en
1864 y al año siguiente Arcediano de Chuquisaca. Di-
putado por La Paz a la Constituyente de 1868. Electo
obispo de Santa Cruz en 186.7 y al año siguiente de La
Paz. Preconizado en Rom.a fue consagrado en Puno
per el obispo Huerta en 11 de abril de i86g, tom.ó po-
sesión el 7 de mayo del mismo año. Concurrió al

Concilio Vaticano convocado por Pió IX. Regresaba


con las mejores intenciones para su Diócesis, pero mor-
tificado por algunos clérigos, renunció en 1872, siendo
noinbrado obispo de Limira inpartihis.
Habiendo llegado algunos jesuitas con su superior
Antonio Pérez en 188 r, e! obispo Clavijo les compró
el aiUiguo palacio de Santa Cruz donde se establecie-
ron. Autorizados por Supremo Decreto de 15 de junio
de 1SS2, fundaron un colegio de instrucción secundaria,
denominándole San Calixto, cuyas clases se abrieron
al ano siguiente. Más tarde adquirieron las casas in-
mediatas en las que han edificado un sólido y elegante
colegio, que ofrece todas las comodidades para un plan-
te! de instrucción.
Posteriormente los padres comipraron otros fundos
inmediatos, en los que han edificado su iglesia. Pre-
cioso templo de tres nabes, aunque pequeño, con dos
torres elevadas, construido de ladrillo, bajo la dirección
d^l H. M^ralís. El i;:íerior con altares de madera muy
bonito y donde liay un esmerado aseo.
El obispo para un colegio de niñas compró un her--
m.oso y extenso local. Hizo traer a su costa 20 mon-
jas de los Sagrados Corazones, las que autorizadas por
Supremo Decreto de 22 de abril de 1883, instalaron un
colegio de señoritas. Dan una esmerada instrucción
apropiada al bello sexo. Tienen una preciosa capilla,
Departamento de La Paz 217

jardín, etc. Últimamente las monjas han edificado su


iglesia.

Tan benéfico obispo dejó de existir el 11 de junio


de 1886.
D. Benigno, nacido en Italaque. Hermano del obis-
po. En su juventud siguió la carrera de las armas, as-
cendiendo a coronel. Jefe político de Omasuyos, Pre-
fecto de La Paz en 1879 y 8o- Filántropo, dio 4 mil
pesos para la venida de las monjas de Santa Ana, para
el servicio de los hospitales, favoreció con regulares su-
mas el hospicio de huésfanos y a los desvalidos de for-
tuna.

Cobos Domingo. — Este español vino en unión


D.
de su hermano Antonio por el año 1661. Casó con Isa-
bel Mercado de cuyo enlace tuvo a Esteban en 1663.
Fue alcalde ordinario del Cabildo. Murió en 1714.
Hubo otro Esteban
Cobos, maestro ingeniero y
constructor, el que bajo
dirección del arquitecto San
la

Cristóbal constru)'ó en 1790 el puente de las Concebi-


das, que fue completamente destruido a consecuencia
de la represa que los indios sublevados TíXjeron en las
cabeceras del río la noche del 13 de octubre de 1781.

Coloma D. Migue!— Natural


de Asturias. Este
capitán matrimonio con Magdalena
en 1704 contrajo
E-scóbar, en quien tuvo a Antonio en 13 de junio de
1705. Fue hombre entregado a negocios mercantiles.
Coíl D. Andrés. — Natural de Barcelona. Residió
largos años en Sorata trabajando las minas de Tipuani
y fue un comerciante de crédito. Fue casado con la
sorateña María Rivero, hija de Juan Francisco Rivero,
en quien tuvo a su hija Mercedes, que más tarde llegó
a casar con el general José Balüvián, que después fue
Presidente de la República; María Úrsula, ésta casó con
Pedro González. Contrario a la independencia, a la apro-
28
2i8. Diccionario Histórico DEL

ximación de las fuerzas argentinas hi]yó al Bajo Perú,


trasladándose a Huancané con su familia mediante fa-
vor del gobernador Domingo Tristán. Regresó después
de la batalla de Guaqui, nombrado subdelegado de La-
recaja. Alcalde de 2 ? voto en 1814 y de i ? en 1816.
Parece que más tarde residió en Arequipa.
Condorena D. Eusebio.— Ignoramos el lugar de su
nacimiento, se cree que fue en uno de los pueblos de la

provincia de Pacajes, en que tenía gran ascendiente.


el

Partidario de la revolución de julio y una vez realizada


ésta, Murillo le envió a levantar la indiada como lo rea-
lizó en unión del escribano Cáceres y el cacique Bal-
boa, logrando reunir más de tres mil indios, armarlos y
doctrinarles. Cuando venían las fuerzas realistas sobre
esta ciudad y ocupado Fermín Piérola el Desaguadero,
Condorena, Estrada y Zegarra, trataron de cortar el
puente para impedir el paso de Goyeneche; pero no lle-
garon a efectuarlo por haber sido ya ocupado ese punto.
Ahogada la revolución en sangre por el general arequi-
peno, Condorena fue condenado a diez años de presidio
en las islas Filipinas; pero se libró de este terrible cas-,
tigo ocultándose misteriosamente. Su actuación poste-
rior nos es desconocida.
Conti D. José Pablo.— Argentino. Estudió en la
Universidad de Chuquisaca, donde obtuvo el grado de
doctor en ambas facultades y el de abogado en la Real
Audiencia de Charcas. El Intendente Seguróla en 1785
le llamó de su teniente y asesor general. Durante las
ausencias de este desempeíió el puesto y a su muerte
se hizo cargo interinamente el 2 de octubre de 1789, y
gobernó hasta el 3 de julio de 1790. También lo
fue del Gobernador Goyoneta, por nombramiente real.
El gobernador Cuellar le mantuvo en el miismo
destino en 1793 o mejor dicho, le fue conferido el pues-
to por el soberano, y a la muerte de éste acaecida en
Departamento de La Paz 219

23 de septiembre pe 1794 se hizo cargo inmediatamente


del puesto y la desempeñó hasta el 25 de noviembre de

1794. Fue casado con María Antonia Góngora en


quien tuvo a Juana que casó con Pedro Dehezajos que
tuvieron a María Mercedes en 25 de agosto de 1809.
El año que entró a g)t^ernar después de la muerte
de Seguróla el lode diciembre de 1789, se puUicó bando

para el recojo de la plata macuquina ordenado por el


Rey en 30 de abril de 1799. Por voz de Manuel Fi-
gueredo, mestizo pregonero, se hizo la publicación en
la y calles acostumbradas con cajas y
plaza principal
clarines, acompañado de una paite de soldados de Es-
tremadura y otros ministros de justicia real como se
estilaba, de lo que certificó el escribano Crispín de Vera

y Aragón. Conti falleció en 1802.

Contreras Tray francisco —Nacido en La Paz;


fue hijo tercera de Vasco Contreras Bobadilla y Teresa
Uiloa Cerda, señores de Lumbera en Segobia, enco-
menderos de Garacollo. Se educó en Lima en el cole-
gio de San Martín y fue condiscípulo del Arzobispo Fe-
liciano de la Vega, discípulo de los venerables padres
Avila y Menacho. higresó en la compañía el 4 de fe-
brero de 1595, predicó en muchas provincias, desempe-
ñó los cargos de visitador contra la idolatría, rector de
los colegios de compañía en Arequipa y Cuzco, cali-
la

ficador de la inquisición y catedrático de Lima de teo-


logía en la Universidad de San Marcos. Escribió mucho
sobre jurisprudencia y sobre !a consagración del padre
Cárdenas y cuatro tomos sobre sermones. Falleció el
día 9 de julio de 1654 a los setentaisiete años de edad.

Contreras fray Luis Jacinto.— Nacido en La Paz.


Fue durante cinco años en el real de San Mar-
colegial
tín en que tuvo una beca como descendiente de conquis-
tadores y pobladores. En 1621 a los diecisiete años de
220 Diccionario Histórico del

edad fue recibido en la Compañía por el provincial Juan


Tomás Erran. Durante el noviciado manifestó sobre-
salientes dotes de gobierno, por lo que al terminar los

estudios de teología en el colegio de San Pablo se le


nombró ministro de su antiguo colegio.

Siendo ministro se encargó de una cátedra de artes,


laque regentó hasta que se le mandó al colegio del
Callao de prefecto de una congregación allí establecida.
Volvió a Lima de ministro del colegio de San Pablo del
que fue rector después. En í1 Callao durante su rec-
torado construyó el templo de la Compaílía y pasado el
bienio se restituyó a Lima de prefecto de la congrega-
ción de la O. y procurador del colegio Máximo.
Nombrado por el general rector del colegio de San
Antonio, permaneció hasta que fue llamado de Secreta-
rio del Visitador Andrés de Rada en 1655 hasta 1661
en que volvió al rectorado. En este cargo permaneció
hasta 1663 en que volvió a la secretaria llamado por el

padre Avendaño.
En unión del arzopispo Arias de ligarte hizo dos
visitas y fue llamado al gobierno de las provincia en
abril de 1666, siendo segundo peruarío que desempe-
el

ñó ese puesto. Concluido su provincialato le continuó


en el cargo el general de la orden por tres años más,
cesando a los seis años noviembre de 1672.
el 15 de
Se retiró al colegio de San Pablo permaneciendo
como consultor. Falleció el 15 de diciembre de de 16S2,
a los setenta y nueve años.
Antonio Contreras de Ulloa, era vecino beudatario
de esta ciudad en 1608, pagaba quinientos sesenta y seis
pesos al fisco, parece que este es el padre del jesuíta
cuya biografía hemos descrito anteriormente.
Conireras D. Agustín.—^Natural de Estremadura.
Este sacerdote vino de su patria nombrado Deán de la
Departamento d e La Paz 221

iglesia Catedral de esta ciudad. Falleció en 22 de agos-


to de 1762.

Cordero D. Juan.— Nació en La Paz el 24 de junio


de 1759; hijo de Gabriel Cordero y Eusebia Ponce San-
talla. Así como su hermano Ignacio se dedicaron al ofi-
cio de la bordaduría en cuyo ramo sobresalieron dema-
siado, trabajando objetos sumamente finos y que fueron
muy buscados y codiciados en esos tiempos. Fue un
ardiente revolucionario y talvez la compañía que bajó
en la tarde del 16 de julio de 1809 del lado de Santo
Dom.ingo fue capitaneado por éste. En el interior del
cuartel hubo alguna confusión al principio, quisieron
resistir los de la guardia; pero a la voz de rendición
seguida de una descarga de fusilería dada por los mili-

cianos la y derrota completa. Los


puso en desorden
soldados que estuvieron comprometidos en la revolución
apoyaron a Ijs atacantes. Cordero así como los mili-
cianos que penetraron al cuartel la tomaron pronto.
Cordero que había hecho rendir con volar a los ofi-
ciales Joaquín Terán y Francisco Neila tomándoles sus
armas, consintiendo que los compañeros los maltratasen
y pusiesen en cepo. Cordero sea por vanidad u otra
causa, ordenó a Terán que se despojara de su fornitura,
correa y sombrero, y se vistió él con esas prendas.
Así disfrazado de oficial español subió al segundo piso
del cuartel y avanzando al balcón de una de sus venta-
nas gritó a la multitud, está todo consumado, no hay no-
vedad; pero como uno del pueblo le desconociese, le

disparó el fusil desde la plaza y le atravesó el pecho.


Trasladado a la casa de sus padres fue visitado por to-
dos sus correligionarios. Al día siguiente en la tarde

sus restos fueron inhumados con toda solemnidad, con


asistencia de ambos Cabildo?, las comunidades religiosas

e inmenso público.
222 Diccionario Histó rico del

Era primo hermano de Pedro Leaño, secretario de la


Comandancia y a petición de la Junta otorgó el Cabildo
una pensión de doscientos pesos a los huérfanos, mien-
tras puedan sustentarse de su propio trabajo, dando la

administración a Leaño que más tarde exigió inútilmente


su cumplimiento.
Cordón y Rosa Labra D. Juan José— Natural de
Antequera en e! obispado de Málaga. Era doctor en
medicina, vino nombrado médico titular de esta ciudad.
Contrjjü matrimonio con Juana Herrera, hija de José
Herrera y María Luz Campos en 3 de noviembre de
1804, de cuyo enlace tuvo a Josefa Eulalia en 12 de di-
ciembre de 1805. María del Carmen, Josefa Teresa en
27 de agosto de 1807; la primera de estas fue monja
de! monasterio de la Concepción. Fue contrario a la
revo'ución por la independencia, apesar de que ese año
1809 había sido nombrado méJ'co titular del Cabildo.
A la aproximación de las fuerzas argentinas se escapó
hasta Arequipa donnde permaneció algún tiempo.
Constituido Bolivia en República y creado el protome-
dicato por decreto de 6 de abril de 1830 se le nombró
protomédíco y examinádose a Juan Nicoll y Pedro Ma-
ría Burnier como destinos de honor.

Górdova D. Jorge.— Nació en La Paz el 23 de abril


de 1822. Su cuna se halla envuelta en el misterio, pe-
ro está fuera de duda que desciende de una familia dis-
tinguida. Hizo su instrucción primaria en ¡a escuela de
San Francisco, regentada por fray José Rivero. Sen-
tó plaza en el ejército cuando Santa Cruz se dirigía al
Perú a intervenir en los asuntos de aquel Estado. Com-
batió en Yanacocha, Socabaya, Yungay e Ingavi, obte-
niendo sus ascensos de grado en grado hasta e¡ de co-
ronel.
Como liijo político de Belzu tenía que ser su sosten
y apoyo. Los emiigrados Velasco, Linares, Olañeta y
^
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 223

Carrasco, reunieron en la frontera argentina fuerzas,


con que ocuparon e¡ pueblo de Mojo, Córdova a la
las

cabeza del batallón Chorolque les dio alcance el 10 de


julio de 1853, los derrotó y dispersó por completo. Los

revolucionarios tuvieron 14 muertos, varios heridos y


41 prisioneros, y el vencedor 5 muertos y pocos heridos.
El Consejo de Ministros ascendió a Córdova a la alta
clase de General de Brigada en 21 de julio de 1853.
El general Achá con un regimiento de caballería se
revolucionó en Potosí el 14 de noviembre de 1854, pro-
clamáiidose presidente. Se dirigió sobre Cochabamba,
donde se le incorporó otro regimiento sublevado en Pa-
ria, sobre estas bases organizó una columna de 200 in-

fantes. A la aproximación de Córdova le salió al en-


cuentro el 30 de noviembre.
Córdova a la cabeza del Chorolque, la columna de
Ninabamba y 4 piezas de artiilería, se posicionó de un
peñón en el flanco de una colina en la quebrada de Ami-
raya, era Sutimarca. Al despuntar la mañana del i ?
de diciembre rompió sus fuegos contra los
la artillería

insurrectos. combate se prolongó mis de dos horas


^ El

sin éxito decisivo, hasta que los fuegos se suspendieron


por ambas partes. Sucumbió en esta acción el general
Narciso Irigoyen y seis soldados.
Córdova antes de medio día, levantó el campo, to-

mando una pequeña colina situada junto a Quillacolio,


de donde prosiguió a Cochabamba, conteniendo en esta
ciudad el desborde de la plebe. Achá, retirado de Su-
timarca no paró hasta llegar al Perú.
Córdo\'3, vino nombrado jefe superior
El general
del Norte, y desplegó mucha actividad para contener las
insurrecciones de lasque se hablaba públicamente.
El 14 de enero de 1855 tuvo aviso de que Pablo
Idiaquez, tercer jefe del batallón «lllimani» debía entre-
gar ti cuerpo en la noche al general Lanza, le mandó
224 DICCIONARIO H istórico del

tomar preso y los revolucionarios se desconcertaron.


En la noche cuando Córdova recorría los cuarteles, tro-
pezó con los que se dirigían al palacio y los cuarteles en
actitud revolucionaria, los mandó tomar y conducir al

cuartel. Cuando regresaba a palacio fue de improviso


acometido por una porción de insurrectos que le hicie-
ron fuego nutrido. En esto salfó la guardia de palacio
y dispersó a los atacantes.

Sometidos los presos a consejo de guerra, 9 fueron


sentenciados a la pena capital, cuya ejecución se había
señal jdo para el 20 de enero. Córdova les perdonó la

vida cuando ya estaban sentados en el banquillo.

Habían pagado pocos días, cuando en la noche del

3 de febrero una porción de gente atacaba el cuartel del


batallón ((BeJzu». Córdova a la cabeza de algunos jó-
venes se presentó en la puerta del cuartel, hizo formar
la tropa y rechazó a los insurrectos obligándoles a la

fuga.

El Presidente por Decreto de 12 de marzo de 1855
convocó ? de mayo del
a elección presidencial para el i

mismo ano. Se presentaron como candidatos Córdova,


Linares, Avila y otros. El i ? fue favorecido con 9388
votos; el 2^ obtuvo 4119 y el 3 r^ 300. En el mismo
año el 3 de junio, y los tres días siguientes Córdova era
elegido Senador por el departamento de La Paz.
Instalado el Congreso en Sucre, fue proclamado
Presidente Constitucional Córdova, investido del man-
do de agosto, en que tuvo lugar la trasmisión le-
el 15

gal que se realizaba por ser primera en Boüvia. Su


elección no podía ser «censurables^ porque si hubo tra-
bajos por los adeptos del gobierno, sería en pequeño;
pero no como en los tiempos posteriores en que el co-
hecho y la imposición oficial se realizaron con el mayor
cinismo.
.

DEPARTAMENTO DE LA PAZ 22^

Apenas inaugurado el nuevo gobierno principiaron


las revoluciones por Linares, el eterno aspirante al po-
der. En Omasuyos el 14 de septiembre encabezado
por el General Lanza, a poco en Corocoro; en Tarijael
24 de septiembre dirigida por Avila;la conspiración des-
cubierta en La Paz el 31 de enero de 1855 preparada por
Villegas, la igual de 20 de mayo por Vega; la de Paria
el 15 de diciembre; la de Oruro el 18 de diciembre por
Tüvar. Sus autores sometidos a consejo de guerra fue-
ron condenados a la pena capital, pero Córdova de co-
razón magnánimo y que profesaba elmás profundo res-
peto por la inviolabilidad de la vida humana, los perdo-
nó a todos no derramando una sola gota de sangre du-
rante su administración
Esas insurrecciones no le dieron tiempo al gobierno
para entregarse a las labores de la administración, no
obstante, a falta de municipalidades, creó juntas ins-
pectoras de obras públicas en cada capital de departa-
mento y ía "Sociedad Protectora" que debía cuidar de
la instrucción.
No fue ambicioso, pensaba retirarse, a la vida pri-
vada concluido su período de mando, para que adqui- lo

rió unos terrenos en Sopocachi, donde formó una chaca-


riliaquela denominó «San Jorge», edificando una precio-
sa casa que costó 80 mil pesos, fundo en el que encon-
tró un tapado de muchos miles con que hermoseó su ca-
sa quinta.
Funcionaba Congreso en Sucre, cuando Linares
el

se apoderó de la Oruro el 8 de septiembre


fortaleza de
de 1857, mediante la entrega de Vicente Peña por "dos
mil pesos'-. Tomando todo el armamento allí existente
se dirigió a Cochabamba donde se atrinchero. Córdova
dejando la capital se dirigió a Oruro, desde donde abrió
la campaña sobre la ciudad del Tunari.
29
226 Diccionario H istórico del
El Presidente a la cabeza de su ejército llegó a las
inmediaciones de Cochabamba el 26 de septiembre a las

5 de la tarde. Al día siguiente a medio día, hizo un ata-


que general y simultáneo contra todas las barricadas,
siendo contestado por los sitiados con vivo fuego. Du-
rante tres días la lucha fue sangrienta y encarnizada.
Pudo haber causado muclios males, con laplebe que le
era adicta, pero optó por la retirada. Levantó el cam-
po con dirección a Oruro, continuó a Calamarca, y to-
mó el camino del Perú, situándose en el pueblo de Si-
cuani.
Con las garantías otorgadas por la Carta de 1861,

regresó al país. Yáñez con el intento de asesinar a to-


dos los belcistas lo hizo tomar preso en su casa quinta

el 18 de octubre, conducido
al Loreto y alojado en el

coro de En la funesta noche del 23 de oc-


esa capilla.
tubre de i8ór, Córdova se hallaba en su lecho, el ase-
sino penetró en el Loreto y una voz de consigna dijo
desde el coro: "el general Córdova ha querido atrope-
llarme". Yáñez dijo péguenle cuatro tiros. En segui-
da ordenó a su cuñado Leandro Fernández que ¡o hicie-
ra fusilar. Este le dijo: siéntese, picaro. Lo hizo Cór-
dova, y en el acto tronó sobre él una descarga de cua-
tro tiros, otro y otro más, con los seis balazos quedó
inerte el cuerpo del General. Las páginas de la fla-
mante Constitución estaban salpicadas de sangre, y
pronto sería hecha pedazos por otro soldado torpe.
Coronado Pernando.D. —
Este español fue uno de
ios primeros fundadores de La Paz, que vino después

de Alonso de Mendoza. Casó cofi una india principal


del lugar de la familia de los iNinas, que en el bautismo
recibió el noriibre de Juana, en quien tuvo una hija lla-
mada Antonia que llegó a casar con un español Salcedo,
Fue regidor del Cabildo desde 15 10 hasta 1555. Falle-
ció en 1556,
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 227

Corral Juan.— Este arequipeño, residía en esta


ciudad casado con Francisca Salazar. Fue muy realis-
ta y como tal fue a incorporarse en las filas de Goyene-

che. En 181 1 era subteniente de ejército. Muy posi-


ble que hubiese continuado combatiendo contra los de-
fensores de su patria,

(Corral D. Casimiro.— Nació en La Paz el 3 de fe-


brero de 1830. Su educación fue debida a sus propios
esfuerzos, logrando recibirse de abogado. Afiliado en el
partido linarista, redactó "El Artesano", desempeñó la

secretaría de laPrefectura en 1857, pnsando con el mis-


mo cargo al Consejo de Estado. Ach.á le contó entre sus
enemigos por haber combatido a los autores del golpe
de Estado. Tomó parte en la revolución de. Pérez en
1862, vencido en San Juan fue el corifeo de la tenaz re-
sistencia en La Pí^z. Proscrito en el Perú, vino a ofre-
cer sus servicios a Arguedas que no lo aceptó y le con-
finó a Sorata, llamándole después a la Prefectura del
departamento. En este carácter logró, mediante un ar-
did oportuno, evitar el desborde de los soldados disper-
sos que en grupos numerosos y en completa insubordi-
nación se retiraban a la ciudad después del fracaso de
las Letanías. Melgarejo le nombró vocal de la Corte de
Justicia de esta ciudad, y después Ministro Plenipoten-
ciario ante el gobierno del Ecuador.
Melgarejo fue odiado por los buenos ciudadanos,

Corral no podía permanecer indiferente, así que de


acuerdo con Morales organizó tres expediciones eií el

Perú: la i f' fracasó por la intervención de las autorida-


des peruanas, la 2 9 bajo la dirección de Corral, pene-
tró por Om.asuyos hasta la ceja del Alto el 27 de julio

de 1870, pero habiendo salido el batallón 2? que guar-


necía esta plaza en su persecución tomaron la retirada.
Existían trabajos revolucionarios y a la noche siguiente,
228 Diccionario Histórico del

varios jóvenes intentaron asaltar el cuartel siendo sa-


crificados. Al fin estalló la revolución el 24 de noviem-
bre, encabezada por Daza. Al dia siguiente llegaron
Morales y Corral, éste fue nombrado secretario gene-
ral.

Energía, actividad y laboriosidad manifestó antes


y después del triunfo del 15 de enero de 1871. Mora-
les al organizar su ministerio en 22 de junio ¡e enco-
mendó Cartera de Gobierno y Relaciones Exteriores.
la

Conservó el portafolio hasta el 27 de noviembre de 1872,


en que dimitió por la actitud hostil de Morales contra
las instituciones.

Nombrado p-rias presidente a la muerte de Morales,

le conservó en el Ministerio. Concluyó un convenio di-


plomático con el Ministro chileno D. Santiago Lindsay
en 5 de diciembre, con el propósito de zanjar las dificul-
tades que hablan sobrevenido para la ejecución del tra-
tado vigente de 10 de agoste de 1866. Dejó el minis-
terio para terciar como candidato a la presidencia de la

República.
Se vio rodeado d¿ regular partido. El 7 de marzo
de 1873 se realizaron las elecciones: Ballivián obtuvo
6442 votos; Corral 5352,Quevedo 3313 y Rendón 1382.
No habiendo ninguno de los candidatos obtenido la ma-
yoría, el congreso proclan. ó a Ballivián presidente, Co-
rral no aceptó ninguna misión que le fuera ofrecida y se
marchó al Perú.
Elegido diputado por La Paz el 3 de mayo de 1874,
volvió al país; pero no concurrió a las sesiones. Le
rodearon sus numerosos amigos lo que infundió recela
a las autoridades. El Prefecto del Departamento José
Iriondo, la noche dtl 7 de septiembre le hizo notificar

que disolviera su gente y entregara las ariTias; cumplió


lo primero y expresó que no tenía armas. Al día si-
Departamento de La Paz 220

guíente uno que otro corralista atravesaban las calles


armados, cierto, pero gran alboroto no hubo. A las 8
formaron en la plaza el batallón 2 ? , el Regimiento de
buzares y la artillería en son de combate. Entonces si

acudió inmenso gentío a la novedad. Se le intimó que


disolviera su gente, rehusó Corral y cerró su puerta.
La división marchó por distintas direcciones a sitiar la
casa de Corral, siendo comisionado Espectador Rivas
para verificar la captura de aquél. En esto, un tiro di-
rigido desde las alturas de Caralruichinca, mató un sol-
dado. Enfurecidos abrieron la puerta a cañonazos, pene-
traron en la casa, capturaron a Corral y 26 individuos
desarmados, y los condujeron presos a la policía. Go-
biernistas imparciales calificaron de ridículo el hecho
llevado a cabo con tanto aparato de fuerza contra tan
pocos hombres.
Civilistas y gobiernistas se hicieron reproches
amargos. Llevado el asunto a la Cámara originó ar-
dientes debates, hasta que Frías dio su amnistía de 23
de octubre que puso término en el asunto. Corral se
retiró al Perú, situándose en Puno.
Con la inercia del curonel Severino Zapata, jefe
del batallón 2 °. (verdes por el vestido que llevaban)
se insurreccionó el cuerpo, instigado por algunos sar-
gentos. El día 23 de diciembre de 1874 ^ '^s once, a

la voz de: Viva Quevedo! se lanzaron a atacar los cuar-

teles de los escuadrones de Coraceros, Ametralladoras


y de laColumna, y se apoderaron deeilos sin ^resisten-
cia. Habiendo sido fusilado en la puerta del cuartel el
2 ? jefe de Coraceros José María Ayala por uno de sus
"^
soldados.

La soldadesca desenfrenada se esparció por toda la

población y después de embriagarse, cometió toda clase


de crímenes que llenaron de horror y espanto al vecin-
230 Diccionario Histórico del .

dario. Durante tres días, mataron indistintamente en


las'calles niños, mujeres, ancianos y hasta entre ellos

mismos, llegando el número de víctimas a 50. Además


robos, saqueos en los suburbios, violencias de todo gé-
nero. Al tercer dia calmaron los desórdenes, talves
con la presencia de los generales Lanza, Pérez y José
Nicolás Burgoa que asumió la Prefectura.
Corral al tener conocimiento de la revolución, dio
en Puno su ''Manifiesto" en i ^. de enero, en el que
prometía sostener las instituciones. Se vino en segui-
da, arribó el 5 a Chililaya, pasó al inmediato pueblecito
de Aygachi donde mediante acuerdos se unieron ambos
caudillos tan enemigos. Organizaron un gobierno lla-
mado «Supremo Directorio», compuesto de Quevedo y
Corral.
Quevedo salió al encuentro de las fuerzas del go-
bierno, y en Chacoma (18 de enero de 18715) en pocos
minutos fue derrotado por Frías. En la misma noche
ambos caudillos galoparon con dirección al Perú.
En 1879 ^í Consejo de Estado, le nombró Ministro
en el Ecuador. A su regreso se colocó al lado del can-
didato Pacheco, éste le designó para la i .^ Vicepresi-
dencia. El autor de las «Doctrinas del Pueblo*, no
perdió jamás ''sus felices disposiciones para las contien-
das políticas''. Más después Cancelario de la Univer-
sidad de La Paz. Falleció el 18 de julio de 1895.

Gortadelliis D. Domiii¿o.~Nació en Tarragona el

18 de r^oviembre de 1781; hiJD de Tomás


Cortadellas y
María Vesora. Con licencia concedida por el Rey en

4 de enero de 1808 vino a la América en calidad de co-


merciante por la vía de Buenos Aires. 'Casó con Eva-
rista Mantilla en 3 de marzo de 1809, teniendo a María
Josefa, Juana Águeda en 5 de febrero de 1810, José Do-
mingo en 4 de agosto de 18 12, Manuel en i ? de enero
de 181 3 y Pedro. Como pariente de los Lanza sufrió
Departamento de La Paz 231

bastante. Afirman sus deudosque después de la derrota


de Jalsuri, cayó prisionero
Pelayo boliviano, y que
e\

Cortadellas llevó diez mil pesos para Olaneta, quien por


esa suma le dio la libertad.
Su hija mayor casó con Gonzalo Lanza; José Do-
mingo con la Carranza, éste llegó a ser un notable ar-
tista en el manejo del pincel.
GortadellásD. Pedro— Nacido en La Paz el 24
de junio de 1815. Hijo del anterior. Sentó plaza en
el ejército, concurriendo a diferentes acciones de armas
y señaladamente a la victoria de Irigavi, habiendo as-
cendido a teniente coronel. Estuvo en la revolución
de Pérez y después de la derrota de San Juan y las ba-
rricadas en esta ciudad, se retiró del servicio. Con
Melgarejo peleó en la Cantería y las Letanías, siendo
ascendido a General de Brigada. Prefecto de La Paz
en 1868. Por sospechas el gobierno le hizo salir de
Prefecto del Litoral. La fiebre amarilla que grasaba
el litoral, penetró en Cobija, donde a pocos días sucum-
bió general, lo mismo que su hermano y su liijo.
el

Gossío D. Pedro.— Natural de Arequipa. Vino


nombrado subdelegado de Omasuyos en 1S03. Con-
cluido su período se radicó en esta ciudad. Casó con
Teresa Sanjinés, en quien tuvo a Josefa Inés en 20 de
abril de i8oó, Santiago en 24 de julio de 1807. Tenía
sus almacenes y por dependiente a Ramón Arias. Vi-
vía en la casa de María Josefa Pacheco, calle Merced,
donde se alojó el abogado Michel, que vino de Chuqui
saca comisionado por la Audiencia en persecución de
algunos fugados. Cossío fue ardientísimo revoluciona-
rio, perteneció a las logias en que se acordó el movi-
miento para el 16 de julio. Su dependiente Arias y
Herrera debían armar a la plebe con cuchillos sacados
de su almacén. Triunfante ella, esa misma noche fue
nombrado administrador de correos, según se había
232 Diccionario Histórico del
ncordado en kis juntas, y el Cabildo ordenó que Fran-
cisco Pazos le haga entrega inmediatamente. Fue in-
tiépido y audaz, había apostrofado a Francisco Arce
cquc a los chapetones se ¡es había acabado el patrimo-
nio de la América3>, Goyeneche al entrar a esta ciudad
le hizo prender el 22 de diciembre, igualmente que a
Riva, Calderón, Alquiza, Monje, Zegarra, Penailillo y
Sanjinés. Sometido a juicio fue condenado a un des-
tierro de cien Irguas de distancia y pago de seis mil pe-
sos a la hacienda como indemnización. Salió desterra-
do en unión de demás sentenciados con dirección a
los
la Argentina y Córdoba alcanzaron su liber-
al llegar a

tad por la revolución acaecida en Buenos Aires el 25 de


mayo de 1810. Murió el 29 de diciembre de 1821 en
esta ciudad.

Gossío D. Manuel José.— Nacido en Lima: hijo de


Pedro Cossío. En esta ciudad casó con Manuela Ga-
rralda, natural de Chuquisaca, de cuyo enlace tuvo a
Mariano Calixto en 14 de octubre de 1804, Santiago en
24 de julio de 1806, Francisca en 30 de enero de 1809,
José Santos en i ? de noviembre de 1810, Feliciano en
1803. Fue un ardiente revolucionario, intrépido, au-
daz que de palabra y obra trabajó por la santa causa
americana, era quien conducía las masas por doquiera,
le apodaban el maiamoira . En la noche memorable
del 16 de julio fue el portavoz del pueblo, reunido el

Cabildo llevó la comisión de buscar al escribano Juan

Crjsóstomo Vargas. Fue nombrado subteniente de la


séptima compañía, el 17 en unión de José Arroyo, es-

tuvieron ocupados en alistar gente para la defensa, pa-


ra cuyo objeto se allanó el Seminario a fin de encuarte-
lar en ella una parte de las tropas.
En su declaración preventiva hace saber el entu-
siasmo popular que hubo con motivo de la quema de los
papeles del crédito público porque en prenda de las deu-
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 233

das al fisco guardaba la Real caja, alhajas que represen-


taban santos recuerdos de familia.
Congregado
el pueblo el 12 de septiembre, tuvo
lugar Cabildo abierto, en que se exigió: Primero, ju-
el

ramento del Cabildo de fidelidad a la causa, tuvieron


que prestar los cabildantes ante el alcalde de segundo
voto José Antonio Medina. Segundo, el pueblo exigió
la incorporación al Cabildo y en calidad de regidores al
cura Medina y del administrador de tabacos Orrantia,
aceptado por el Cabildo prestaron el juramento de es-
tilo. Tercero, por intermedio de sus voceros Cossío,
Castro, Landaeta, Arias, Ordóñez, pidió que el Cabil-
do se pronuncie inmediatamente declarando la guerra a
la provincia de Puno. Apo}'arün esta indicación Sa-
gárnaga, Indaburu, Orrantia, VeamiUrguia, Medina, el

cura y fiel ejecutor Juan José Diez de Medina. Con-


tra la opinión del alcalde provincial Loayza que soste-
nía que antes debía requerirse al jtfc que comandaba
las fuerzas invasoras si venía o no en defensa de Fer-

nando Vil. Sometido a votación, venció la mayoría y


en consecuencia fue declarada la guerra, publicándose
solemnemente por bando. Salió el destacamento a si -

tuarse en Tihuanaco bajo el comando de Sagárnaga.


Los contrarrevolucionarios que esperaban el mo-
mento oportuno para dar el golpe teniendo por jefe a
Yaneuas Pérez, se disponían a realizarlo, al tener cono-
cimiento de esto los jefes del destacamento se apodera-
ron de \.\ phiza el 12 de octubie, Cossío con una peque-
ña columna se dirigió sobre la casa de Yanguas y se
atribuye a él, el haber hecho fugar la artillería. Con-
ducido preso Yanguas, con ligeras contusiones que fue-
ron exageradas por el cirujano Víscarra, para obtener su
libertad, acuyo efecto fue el mismo Cossío el^que llevó
la representación al Cabildo para que la proveyera de

inmediato, con la circunstancia de que se negó a recibir


30
234 Diccionario Histórico del

una pequeña cantidad de dinero que quiso obsequiarle


la esposa de Yanguas.

Cuando regresaron del Desaguadero Medina,


Orrantia, Sagárnaga, con el edecán Carazas, se trasla-
daron inmediatamente a la casa de Indaburu, donde se
hallaban reunidos Rodríguez, Cossío, Zegarra, Grane-
ros. Carazas con la mayor energía habló de la mode
ración y dulzura de Goyeneche, de su manera tranqui-
la como pensaba entrar a la ciudad, lo que fue ratificado
por Medina, agregando que había prometido toda segu-
ridad y confianza. No fueron de la aceptación de los
concurrentes que no quisieron admitir semejantes pro-
mesas. Indaburu para quedar limpio ante Goyeneche
en la noche del i8 de octubre en que consumó su trai-
ción, tomó presos a Rodríguez, Medina, Orrantia, Ze-
garra, Jiménez, Iriarte, Cossío, poniéndoles platinas y
anunciándoles todos los momentos de la noche que el
inmediato día serían decapitados por formal sentencia,
como lo hizo con Rodríguez. Destrozado el traidor en
el mismo día pudieron los presos librarse de su furor

sanguinario.
Después se dirigió al campamento de Chacaltaya
en que se acordó la retirada a Yungas, desde cuyo lu-
gar se introdujo en la ciudad, tuvo el valor necesario
para presentarse a Goyeneche que le mandó arrestado
a la cárcel. Prestó su declaración el 23 de noviembre
y su confesión el 6 de enero de 1810. El feroz tirano
le condenó a una afrenta terrible: el 29 de enero de
1810 en que fueron inm»olados los mártires de la cuna
americana, fue sacado montado en un burro, después
de darle vuelta por la plaza y pasarlo por debajo de las
horcas, lo pusieron junto a la pila para que presenciase
el castigo de sus compañeros, después de la ejecución
lo volvieron a pasar por debajo de los ajusticiados y lo

regresaron a la cárcel, y además al presidio de Boca-


Departamento de La Paz 23^

chica por diez años. Salió de la ciudad en unión dé to-


dos ios desterrados via de Buenos Aires y al llegar a
Córdoba les tomó la grata noticia de la revolución rea-
lizada en la capital, con lo que quedó libre. Regresó a
La Paz con el ejército argentino al mando de Castelli
con'el grado de capitán, probablemente siguió militando
en sus filas hasta muy cerca de Ayacucho. Después
de esta brillante acción de armas, regresó a La Paz,
desempeñó algunos puestos, entre ellos el de adminis-
trador del Tesoro Nacional en 1838.

Mateo Cossío, arequlpeño, coronel de ejército, ca-


ballero de la distinguida orden de Carlos III, era casado
con Teresa Calderón Sanjinés viuda de Dionisio Mon-
tes. Murió el 22 de abril de 1819, probablemente fue
hermano de Pedro.
Gostamaóna D. Luis.— Italiano, obispo salesiano.
El ministro don Manuel Argandoña, celebró en 1895 un
contrato en Turín con el superior de los salesianos Dr.
Rúa, por el cual debía venir cierto número de religio-
sos para implantar un colegio de artes y oficios en esta
ciudad.
El obispo Costamagna, acompañado de Castellari,
Cappa y cuatro artistas, llegaron el 17 de febrero de
1896. El gobierno les adjudicó el edificio construido
para el Instituto Nacional Boliviano, donde se establecie-
ron y fundaron el Colegio «Don Bosco». Con activi-

dad y contracción los religiosos enseñan, además de la

religión, la instrucción preparatoria, pasando a los ta-


lleres de carpintería, sastrería, zapatería, tipografía, etc.
de cuyas clases salen varios alumnos después de con-
cluir sus estudios todos los años.

Costilla D. Jerónimo— Natural de Zamora en


Andalucía. Conquistador del Perú y de Chile, caba-
llero de la orden de Santiago, encomendero de Asillo en
236 Diccionario Histórico del

Puno, regidor perpetuo del Cuzco, no'nbrado corregi-


dor interino de La Paz, desempeñó el cargo en 1591.
No sabemos más de este conquistador.

Gotera D. Tomás.— Limeño. Vino a La Paz en


1806 de amanuense de Domingo Chirveches. Furioso
realista y uno de los principales autores de la contra-
rrevolución; al sólo nombre del Rey, era capaz de sa-
crificar su fortuna y su existencia, como lo hizo en efec-
to, dando quinientos pesos para ganar a los soldados.
Su odio fue tan marcado a la revolución de julio, que
en su insensatez trató de hacer el movimiento solo, y
aún tuvo la singular idea de tomarlos uno por uno a los
patricios, embodegarlos para después entregarlos a Go-
yeneche. Se negó a dar los modelos de los cañones
que le pidieron los independientes.

No encontró un momento de poner en planta sus


ideas, entrando en acuerdos con todos los españoles re-
sidentes en esta población, logrando que San Cristóbal
diera cinco mil pesos para sobornar a la tropa, secun-
dado de Francisco Tapia, teniente de milicias del anti-
guo batallón, Francisco Paula Torres, subteniente desti-
tuido,Medina cabo de veteranos, Juvenal Averasturi,
Diego Zapata, los que lograron sus trabajos sobre el

cuerpo de caballería, ayudados de los oficiales de ese


cuerpo Francisco España, Manuel Torres y José Teja-
da. Designando el día 25 de agosto para la toma de los
cuarteles, a las diez de la mañana, después de los ejer-

cicios en que iban los más a sus casas, no lograron su


intento y trataron de realizarlo en la noche.

Anoticiadas las autoridades del manejo de los espa-


ñoles, tomaron las precauciones necesarias poniendo a
la tropa sobre las armas, siendo capturados Tejada,
España, cabos de caballería, Francisco Alcón y Medina
con lo que quedó frustrado el golpe.
Departamento de La Paz 237

La llegada de los emisarios de Goyeneche Pablo


Astete y Mariano Campero impulsaron de nuevo el
brio de los españoles. No cabe duda que en esa con-
ferencia que duró hora y media fueron puestas en plan-
ta las intenciones del intrigante arequipeño, que talvez
logró atraerlo a Indaburu. El mismo día adoptaron
nuevas medidas y se pusieron a la cabeza de la contra-
rrevoluciónDomingo Chirveches, José Landavere, Mar-
ques de Laplata. Habiendo regresado el destacamento
de Tiahuanacu el 12 de octubre en la mañana, trataron
los realistas de sorprender en el momento de su ingreso
a la ciudad )' batirlo. Con este fin el alcalde Yanguas
reunió el número posible de adictos en su casa, otro tan-
to hizo Landavere, ^Chirveches y Plata. Una fuerte
partida se encaminó con Yanguas hasta el puente de
Coscochaca, pero como las tropas }'a principiaban a
descender, y a poco penetraron en la plaza, viendo fus-
trados sus intentos se retiraron a la calle de la Riveri-
11a, dispersándose al am.anecer. Los patriotas rompie-
ron a cañonazos la puerta de Yanguas y lo tomaron
preso así como a los demás españoles, fracasando la

tentativa contrarrevolucionaria.
Cotera buscó su salvación en un escondite, reapa-
reciendo conla defección de indaburu el 19 de octubre
y se esmeró como nadie para la resistencia. Encargado
de la construcción de la trinchera a la izquierda del
cuartel lo hizo con donde se batió
toda precipitación,
como un desesperado. Tomada la plaza y muerto In-
daburu, se asiló en el templo de la Merced, de donde
salió a la entrada de Goyeneche, para servir de verdu-
go de los patriotas. A la aproximación de los argenti-
nos huyó hasta Arequipa para no volver mas.
Gotrína Montalvo Juan.— Este español era teso-
rero de lasCajas Reales de esta ciudad desde 1600 en
cuyo ejerció permaneció largos años hasta su muerte.
238 Diccionario Histórico del
Sólo sabemos que fue casado con Antonia Vargas en
quien tuvo a su hija Nicolasa que casó con Diego Espi-
nosa de los Monteros.

Crespo Gómez Díaz Pedro Nolasco María. —


D.
Natural de la ciudad de Buenos Aires. Estudió en la
Universidad de Lima con bastante aprovechamiento
hasta obtener la toga del abogado, y ejerció ese cargo
en Reales Audiencias de Charcas y Chile.
las Vino
nombrado contador de las Cajas Reales de La Paz en
1770, cargo que desempeñó por muchos años.
Fue casado con Mana Antonia Josefa, Cesar Gia-
nini de Casas Novas Laffita Díaz del Castillo, natu •

ral de Madrid. De este enlace tuvo en esta ciudad a


María Gertrudis en 15 de noviembre de 1791, María Ga-
briela en 18 de marzo pe 1793, Andrés María en 30 de
noviembre de 1795, María de las Mercedes en 6 de oc-
tubre de 1797. Fue un erudito escritor, naturalista
distinguido, cuyos escritos vieron la luz en el Mercurio
Peruano. También perteneció como miembro foráneo
a la sociedad «Amantes del País3>, fundada en Lima el
año 1792.
Sus trabajos más importantes: sobre la cascarilla,
los monumentos de Tiahuanacu, la Coca de los Yungas
de La Paz. Hablando de este precioso vejetal dice: "es
mejor que el tabaco para la marinería; que la hoja bien
guardada en tarros duraría mucho: y anuncia que ven-
drá tiempo en que se haga el más opulento comercio de
la coca; ingleses, ¡usos y otros, acreditándose haber Dios
criado aquí este vegetal para patrimomio del Perú, pues
por su delicadez es intransmisible a regiones extrañas.
El gobernador intendente Juan Manuel Alvares le

tuvo de su asesor y a la dejación de este puesto des-


empeñó el gobierno interinamente desde principios de
enero de 1793 hasta julio del mismo año. La tesorería
Departamento de La Paz ^39

fue desempeñada interinamente por Patricio Carbajal.


El doctor Crespo falleció en 1807.

Crespo D. José Bernardo.— Nació en La Paz en 8


de noviembre de 1779 y ^ue hijo natural del Dr. Cres-
po,habidoen Petrona Montalvo, natural de Moquegua y
fue reconocido por su padre en 8 de noviembre de 1779.
Casó con María Manuela Ortiz, Alcaide en 21 de febre-
ro de 1805 que tuvo a Baltazar José en 21 de enero de
1810, Manuel y Teresa. Tenía conocimiento en ingenie-
ría y como tal fue capitán segundo del real cuerpo de in-

genieros de la reunión nacional que se formó después


de la revolución del 16 de julio de 1809, cuya organiza-
ción fue aprobada en 7 de septiembre del mismo año
por Pedro Murillo, Apesar de esto militó en las filas
realistas de la contrarrevolución de ese año. En 1824
diputado provincial; todavía en la república ha desem-
peñado cargos de contaduría.
Crespo D. José Manuel. — Nació en La Paz el 12
de diciembre de 1812; hijo de Bernardo Crespo y Ma-
ría Manuela Ortiz. Ingresó en el ejército en la admi-
nistración Santa Cruz, hizo las campañas de la Confede-
ración, igualmente concurrió a la batalla de Ingavi, ha-
biendo ascendido a Coronel. Estuvo al lado de Pérez
en su revolución. En la administración Melgarejo se
halló en la Cantería, y fue ascendido a General de Bri-
gada. Acompañaba a Melgarejo al templo de San Fran-

ciscodonde se había dirigido a oir misa el 2 de febrero,


cuando el loco Ceciüo Oüden le arrojó algunas pedra-
das al Presidente, el general fue el primero en lanzarse
contra el agresor, que fue victimado al instante. Mu-
rió el general en enero de 1869.
D, Luis S. Crespo miembro de las anteriores fami-
lias, tiene publicada la 2Ionografia de La Pa{.
Críales D. Julián— Teniente del Correo;idor de Pa-
240 Diccionario Histórico del

cajes y después Secretario de la gobernación en esta


ciudad. Fue casado con doña Francisca Arce. Supo-
nemos, que de este caballero descienden las familias de
este apellido.

Guba D. Jacinto- Nacido en Sicasica. Se educó
en España y Francia, volviendo al país con fama de
valiente. Los cochabambinos no quisieron recibir
al visitador Venero y Valesa, asustado éste pidió una
fuerza para seguridad de su persona, que fue confiada
a Cuba. El balentón salió de la villa con fanfarronadas
de destruir a los cholos a estiibazos. Al saber la fuga
del visitador regresó a Oruro de Ayogualco, y en las
inmediaciones del pueblo fue recibido con una lluvit
de piedras; echó pie a tierra asilándose en una casa,
la que incediada les obligó a salir, siendo victimados a
piedra y palo, incluso Cuba.
Cueílar Artucho Gárrulo de los Ríos RonsviVal'
dez D. Francisco Antonio Dionisio —Este español
vino Perú en 1776 y era Coronel de los Reales ejér-
al

citos. Habiendo estallado en 1780 la sublevación de


que fue caudillo José Gabriel Condorcanki, el Virrey
Agustín de Jáuregui envió tropas de Lima al Cuzco ba-
jo lasórdenes del General Valle, y venía nombrado ma-
yor general a esta expedición Cuellar. Como se sabe
las tropas del gobierno a lacabeza de diez y seis
. m.il

hombres, divididos en seis columnas, destrozaron ^a los

sublevados completamente. Sufriendo sus caudillos los


castigos más inhumanos que jamás vieron los siglos aún
los más bárbaros.
Cuellar en 1784 fue corregidor de Tarma en el ar-
zobispado de Lima. El Rey le nombró gobernador de
La Paz, de cuyo destino tomó posesión el 10 de julio de
1793. Murió ejerciendo el cargo el 23 de noviembre de
1794 y sus restos fueron solemnemente sepultados en
la catedral.
Departamento de La Paz 241

Cuentas Valverde D. Pedro de las.— Natural de


la Puente de Vieszo en la diócesis de Burgos, licenciado
canonista, estudiante del colegio mayor de San Bartolo-
mé en la Universidad de Salamanca. Este eclesiástico
vino nombrado Arcediano de la catedral de La Paz en
1622 y en 1638 fue ascendido a Dean. Comisario de la

Inquisición, Juez Apostólico, Provisor y Vicario. A la

muerte del obispo Valencia, Provisor y Vicario General,


En el concilio celebrado por el obispo Vega, cooperó con
sus conocimientos prácticos conforme a las necesidades
de la iglesia paceña. En 1640 Provisor y Vicario Ge-
v.er-M en sede vacante por el Cabildo. Después pasó a
ojupar el deanato de la iglesia metropolitana de Lima,
donde probablemente falleció.
Cueva D. Muño de la. — Descei^día de los duques
de Aiburquerque, su bisabuelo Beltrán de la Cueva fue
conde de Ledesma, maestro de la orden de Santiago. Su
abuelo Juan de la Cueva y Velasco, caballero dé San-

tiago, mayordomo de Carlos V. Residía algún tiempo


en Lima, obtuvo el nombramiento de corregidor interi-

no de La Paz, de cuyo destino se hizo cargo en 1604 y


concluyó en 1606. Fue muy activo este funcionario,
continuó con empeño algunas obras públicas comensa-
das, y muy especialmente mediante sus esfuerzos se
construyó la que permaneció
asequia de Larkapata, la

hasta más allá de 1784 y cuyas aguas en tiempo de


lluvias inundaban todos los barrios de abajo, como Utu-
runco y San Francisco. Fue casado con Violante Pon:e
de León. Caballero de Santiago. Su hijo Juan de la Cue-
va fue corregidor de la provincia de Larecaja desde
1608. Don Nuñc falleció en 1612.
Gueva D. Bartolomé de la. —Probablemente hijo

o deudo de los anteriores, fue graduado en medicina y


en 1609 era médico titular de la ciudad.
31
Diccionario Histórico del

Curtinas D. José.— Con su hermano Mariano fue-


ron comerciantes y propietarios en esta ciudad. Suma-
mente Después de la derrota de Guaqui,el i^
realistas.
de septiembre de 1811 acompañado de un inglés llegó a
la ciudad que se hallaba cercada por los indios, anoti-

ciando que la tropa estaba ya en Calamarca, documen-


tando la noticia con un oficio del comandante de Acho-
calla, Pedro Sullcalla, por lo que los indios sospechan-
do algo prendieron fuego a su crisa y el 22 del mismo
mes acabaron de reducirla a cenizas. Su adhesión a
su Rey y señor le dejó en la pobreza.

OH
Gharaja Asturizaga D. Curico— Nacido en uno de
los pueblos de la provincia de Larecaja. Hijo de Car-
losInca Charaja y Magdalena López de Asturizaga.
Fue casado con Bárbara Rodríguez, y en segundas nup-
cias con Clara Belmente, natural de Irupana. Compró
el cargo de Escribano RísdI en quinientos pesos y lo ejer-

ció con honradez. Hombre bien intencionado puso en


censo su casa y el oficio de escribano en beneficio del
Hospital, que aunque no producía sino veinticinco pesos
anuales, servía en alguna manera la suerte de los des-
graciados enfermos.
Su hija mayor Isabel, casó con el escribano Anto-
nio Vásquez.

Ghávez JaramiHo D. Francisco. —De Tudela. Ca-


só en esta ciudad con Manuela Melendes Valdéz, en
quien tuvo a Juan en 12 de enero de 1664, Pedro en 20
de agosto de 1665, este casó con Juana Vargas; comer-
ciante muy acreditado.

Ghávez Pray Gervacio.— Nació en La Paz el 8


de agosto de 1699: hijo natural de María Chávez. A
Departamento de La Paz 243

los diez años de edad ingresó en la orden de Santo Do-


mingo, en el Cuzco hizo sus estudios, profesó y se or-
denó; pasó a Lima, adquirió fama de gran predicador:
maestro de filosofía. Vino de prior al convento de La
Paz, cuyo cargo desempeñó de 1745 ^ 1748. Maestro
de novicios, definidor, jubilado.
Hubo un Gaspar Chávez que en 1609 fue receptor
de bienes de difuntos de esta ciudad.

Chávez de Peñaioza D. José Genaro Are- de—


quipeño casó en esta ciudad en 27 de abril de 1805 con
Alaría, Antonia Zapata, en que tuvo a María Gregoria
en 26 de febrero de 1S06, José Anselmo en 21 de abril
de 1807, Josefa Gabriela Benita en 21 de marzo de 1810.
Fue escribano de hipotecas y después del Cabildo, des-
empeñaba ese cargó cuando tuvo lugar la revolución del
16 de julio de i8og. En ese carácter asistió al Cabildo
abierto que tuvo lugar esa noche, igualmente a

todos los actos posteriores y últimamente él autorizó el

acto de ejecución de los mártires el 28 de enero de 1810.


Presenció aurora de la revolución y la siguió hasta su
la

calvario. Fue acérrimo realista': se manejó con los pa-


triotas de una m.anera indigna, no fue el fedatario de la
verdad sino el acusador y compjg'nidor dtl cúmulo de
calumnias contra los patriotas según los deseos y las
perversas intenciones del feroz Goyeneche. Fue una
de las víctimas sacrificadas al furor del pueblo el 28 de
septiembre de 1814.
Su hijo Anselmo sij^uió la carrera del foro: diputa-

do suplente congreso de 1837, defensor de pobres en


al

1832, juez de Muñecas en 1833, juez de letras del Cer-


cado en 1848, diputado a la Convención de 1C51, mi-
nistro de la Corte de La Paz en 1855.
Ghirinos D. femando.— Este español fue uno de
primeros fundadores de la ciudad de La Paz, Activo,
244 Diccionario H istórico del

diligente para los negocios, llegando a ser con el tiempo


rico propietario. En aquellos tiempos a costa del sudor
de los indios los peninsulares lograron adquirir colosa-
les fortunas. En 1653 en unión de Juan Rivas, implan-
taron la primera fábrica de paíios y otros géneros; pero
de mala calidad de la que hicieron uso solamente los in-
dios y la gente robre. Este establecimiento funciona-
ba a la legua de la ciudad en un lugar llamado Saillami-
11a; para el expendio de esos artículos establecieron sus
almacenes en uno de los barrios más céntricos do la po-
blación, desde entonces tomó la calle el nombre de"Chi-
rinos" que ha conservado tradicionalmente hasta hace
poco. En 1556 fue regidor del Cabildo, vara que con-
servó por muchos aíios. Era ya bastante pudiente cuan-
do alojó en su casa al oidor Matienzo cuando vino de vi-

sitador, contra disposiciones vigentes, por loque el Rey


envió una cédula real reprendiendo al togado. Su des-
cendencia fue numerosa y distinguida en esta población
hasta más allá de 1780.
Hernando Chirinos, su hijo, era regidor del Cabil-
do todavía en 1588, Alonso Chirinos siguió en el mismo
cargo, Tomás Chirinos fue casado con Ana Flores; Jo-
sé Chirinos con Verónica Madire en 1688; Ignacio Chi-
rinos con Agustina Escalante en 1690 y en segundas
nupcias con María Salas.

Ghirveches D. Dommáo.- Nació en Lugo, Casti-


lla la Nueva: hijo de Simón Chirveches y Francisca
Martínez. Con licencia Real vino al Perú en calidad de
comerciante: puso su almacén del que fue amanuense
(dependiente) Cotera. De su matrimonio con doña Ma-
ría España, tuvo a Domingo en 4 de agosto de i797,Pe-
droOosé Juan en 2 de mayo de 1802, María Juana Es-
tefanía en 23 de diciembre de 1803, Juan de Dios en 8^
de marzo de 1806, José Emiliano en 25 de marzo de
Departamento de La Paz ?45

1808. Fue alcalde de la Santa Hermandad, obtuvo del


Rey el cargo de capitán de armas de esta ciudad del que
era Coronel Diego Quint, El ayudante mayor Inda-
buru instruía a sus milicianos con todo empeño, para lo

cual tenía armas en su casa contra la voluntad de


las

Chirveches, este pasó oficio al Gobernador \' al Cabil-


do pidiendo providencia para que las armas pasaran a
la sala de su mando; libró orden al teniente de vetera-

nos Terán para el recojo de las armas.


Pasados pocos días Indaburu volvió a solicitar los
fusiles para continuar el ejercicio y manejo a sus solda-
dos, por lo que el capitán resolvió entregarles los com-
petentes en los días de fiesta y recogerlos después de
los ejercicios; más el caudillo militar los pedía entre se-
n^na lo que perjudicaba a Chirveches en sus negocios
mercantiles, y los confió sargento de veteranos Bau-
al

que resultó además de ser francés, com-


tista el oficio,

padre de Indaburu, ya se comprenderá las tendencias


de éste. •

Chirveches fue destituido de su empleo la noche de


la revolución, por lo que se declaró su enemigo y estu-

vo metido en todas las maquinaciones contrarrevolucio-


narias. Muerto Indaburu buscó asilo en la Catedral,
siendo saqueados su almacén y su casa por la plebe.
Al ingreso de Goyeneche salió de su escondite y siguió
en el empleo. Suscribió el acta de sumisión a la Junta de

Buenos Aires, pero a la aproximación de Castelli se es-


capó a Arequipa. Regresó mas tarde y murió en 1814.
Don Gregorio Chirveches, circunspecto y honrado,
fue Prefecto del departamento de La Paz en la adminis-
tración Campero,
Ghuquimamani Bonifacio.— Este meztiso paceño
había sido oficial de pluma en la curia eclesiástica.
Cuando Julián Apaza se proclamó virrey del Perú, y
acaudilló a los aborígenes, se constituyó su secretario,
'

246 Diccionario Histórico del

raí ccnfiuciite y amigo de toda confianza, cambiando su


nombre con el de Manuel Clavijo. El dirigía las comu-
nicaciones y firmaba en nombre de Catari, llevaba to-
da correspondencia y cuanto asunto se rosaba con la
la

pluma era asunto períor.al suyo. Habiendo sido cap-


turado por los españoles fue ahorcado en la plaza ma-
\ or de esta ciudad.

Chuquimin D. (Manuel.— Nació en La Paz el 2 de


enero de 1750, descendía de antiguos caciques del lu-
gar y era rico propietario. Fue casado con María José-*
fa Salinas. Cuando la sublevación indigenal de 1781
estuvo a la cabeza de un cuerpo de volantes: defendió
Ta ciudad, contiibuyó a la pacificación, prestó otros ser-
vicios a la causa real, que mereció ser ascendido
per lo

a teniente coronel en 1803. Como no tenemos conoci'-


miento de su actuación posterior no sabemos por qué,
los revolucionarios que encabezaron a la indiada en

181 1, en 2 de septiembre del mismo año redujeron su


casa a cenizas, la que estaba al lado del tambo de Quir-
quincho en cuyo estado permaneció hasta más allá de
182Ó, probabiemente sus descendientes eran ya pobres
y no pudieron reedificarla. Su esposa falleció el 18 de
cctubre de 1820.
ChuquÍGaliata D. Eusebio. —
Natural de Azángaro
(Perú). Hijo de Pedro, que prestó servicios en el ase-
dio de 1781. Era teniente del ejército real, y en la re-

\-olución de 1S09, MurÜlo le dio el grado de capitán y


ryuJar. te y or de órdenes en 25 de julio,
n^:i aprobado
por el Cabildo aumentándose el sueldo sobre el que go-
zaba por el Rey. Después de los acontecimientos huyó
con dirección a la provincia de Chucuito donde fue to-
mado preso y conducido a esta ciudad juntamente con
Mariano Tituatauchi y llegaron el 7 de diciembre en la
noche. El castigo que le aplicó Goyeneche no se sabe.
Logró incorporarse en el ejército argentino y después de
Departamento de La Paz 247__

la la batalla de Guaqui anduvo por Azánga-


pérdida de
ro. En 1811 casó con Juana Goisueta, en 1805 había
pretendido casarse con Juana Urquizo, más esta exigió
licencia real como a militar, y !a hizo encerrar en el
beaterío de Nazarenas y después en el monasterio de la

Concepción, por haber desistido de los esponsales.

Chuquipata, sobre : el oro).— Uno de los prestigio-

sos vecinos de la cuenca, al espirar la dominación in-


caica.

JD
Dávalos y fl^ueroa D. Lorenzo.— Natural de Cas-
tilla laVieja. No sabemos la época de su venida al
Perú, ni la de su hermano José que estuvieron avecin-
dados en 1608. Lorenzo como heredero del feudo de
Remón, pagaba trescientos cuarenta y dos pesos al
fisco por derechos de esa encomienda.

Dávalos y Flgueroa D. Diego —Probablemente


hijo del anteriory nacido en esta ciudad. Tenía cono-
cimiento de los idiomas aymara y quechua: ercribió un
libro que tituló {Miscelánea zAiistral^ en que da razón

de las abundantes plantas salutíferas del Perú y según


afirma Markam, contiene informaciones de valor.

Dávalos y Quiróz D. Juan Eusebio.— Este espa-


ñol era caballero de Alcántara, vinonombrado corregi-
dor de la provincia de Sicasica. cargo que desempeñó
de 1700 a 1706. Concluido su periodo se radicó en es-
ta ciudad. Fue casado con Juana Mejía, limeña, tuvo
a Teresa en 17 de noviembre de 171 3. Llevó a la pila
a la hija del general Juan Antonio de Argandoña, a cu-
yo bautizo concurrió toda la aristocracia paceña, se
echaron a vuelo las campanas )' hubo bastante algaza-
ra. Fue alcalde ordinario en 1712, Murió en 1720.
248 Diccionario Histórico del

Dávafos de Avala D. Juan— Natural de Hinojosa.


Vino nombrado corregidor de La Paz, de cuyo destino
tomó posesión el 16 de julio de 1586. Habiendo Felipe
II concedido a Juan AKares Maldonado el cargo de go-
bernador de y para que lleve a efecto esa
los chunch.os,
conquista nombró corregidor de Larecaja por el tiem-
le

po de un año, o más a la voluntad del Soberano. De-


biendo presentarse en el Cabildo de La Paz, prestar
juramento y llenar las fianzas requeridas. Este dio
poder al capitán Juan Maldonado Buendía, vecino regi-
dor de esta ciudad, para que llenara esas diligencias.
Reunido el de enero de 1587, compuesto
Cabildo el 5

del corregidor Juan Davalos de Ayala, García Gutiérrez


de Escobar, Juan Arratia, alcalde ordinario, Pedro de
Alarcón Viñas, Francisco Sánchez Tristán, Martín de
Cárdenas, Hernando Chirinos, Gregorio Suárez García,
Enrique del Castillo, Tomás de Guerique, Melchor de
Ergueta, y Hernán Gómez, escribano; el ex-
regidor,
presado Maldonado prestó el juramento y dio la fianza,
en la persona de Jerónimo Maldonado, hijo del conquis»
tador.
Habiendo caido graveir.ente enfermo el 24 de ene-
ro de 1589 falleció a los pocos días y fue enterrado en
San Francisco.
Dávüa y Ordóñez D. José Antonio.— Natural de
Moquegua: hijo de Tomás Dávila y Estefanía Ordóñez.
En esta ciudad casó en 1772 con Bárbara Bravo Toro
Saravia y en segundas nupcias con María Bernardina
Mundaca Mariaca. Sacó en remate público la plaza de
regidor en trescientos pesos en 1775. En esos tiempos
calamitosos se compraban los puestos públicos para sa-
tisfacer la codicia de los reyes de España y sus minis-
tros.

Dávila de Julio D. Juan Pernando— Natural de


los \'al!es de Majes: hijo de Juan Dávila Calderón y
Departamento d e La Paz 240

Lorenza Ignoramos con que objeto vino este


Julio.
caballero ciudad.
a esta Casó en 6 de julio de 1724
con María Atanasia Mazuelos. Fue dedicado 3I comer-
cio de la coca con lo que tuvo regular fortuna. Más
tarde fue teniente del corregidor de Larecaja, Agustín
Pérez de Vargas. Alcalde ordinario en 1732. Tuvo un
hermano Antonio, que fue religioso dominico y prior del

convento de La Paz en 1737.


Deheza D José lánacio.— Limeño. Hijo del Dr.
Juan José Deheza y María Giraldo del Pino. Fue ca-
sado con doña Teresa Ferro. En la sublevación de in-
dios de 1781, en calidad de teniente se incorporó en las
fuerzas defensoras de la ciudad. El 26 de marzo un
fuerte destacamento a las órdenes del coronel Manuel
Franco, se dirigió sobre Potopoto para castigar a los

indios, no consiguiendo atraerlos resolvió pasar el río,

pero se vio obligado a la retirada. Los indios les ata-

caron con ímpetu, entregándose los soldados a la fuga:


murieron Deheza y otros oficiales, además 30 hombres
de la tropa. Su hija María Josefa, casó con Ángel Ba-
carreza, viudo de Andrea Valdivieso.

Delgado Fray Juan de Dios.— Nacido en Arequi-


quipa. Religioso franciscano, muy estimado por sus
virtudes, así como por su saber. Era regente de estu-
dios del conveiito de San Francisco cuando estalló la re-

volución de julio. La Junta Representativa había re-

suelto celebrar una fiesta en honor de la Virgen del

Carmen en su propia Iglesia, en acción de gracias por


el feliz éxito de la noche del 16 de julio, se dirigió al

Cabildo en oficio de 28 de julio, pidiendo su concurren-


cia, así como el bando de costumbre ordenando la ilu-
minación de la ciudad. El domingo 30 tuvo lugar la

fiesta con asistencia de ambos Cabildos, Junta, Milicias


y el pueblo todo. Predicó el sermón de estilo el Padre

32
250 Diccionario Histórico del

Delgado. En la tarde el pueblo sacó con reverente res-


peto en procesión a la imagen.
Victimados Lanza y Castro después del combate de
Irupana, Tristán envió sus cabezascomo valioso pre-
sente a Goyeneche, quien ordenó que la de Lanza fue-

ra colocada en el alto de Lima. Sus deudos hicieron


esfuerzos suprem.os para recobrar los ensangrentados
despojos, todo en vano, hasta que el P. Delgado to-

mando de la mano al hijo del mártir, Vicente, se pre-

sentó ante el feroz arequipeno, y puesto de rodillas y


con las lágrimas en los ojos le rogó le entregara la ca-

beza. Sin responder, mandó se la dieran. El Padre


tomó la horripilante cabeza, la puso bajo su manteo y
sigilosamente se la llevó a su celda. Al día siguiente
31 de diciembre de 1809, el Padre celebró una función
fúnebre religiosa y la enterró al pié del altar de San
Antonio. Actos filantrópicos de esa clase practicó mu-
chas veces, así como prodigaba sus beneficios a todos
los desvalidos. Guardián varias \-eces. Examinador
de teología y filosofía en la Universidad.
Delgado Bernardo.— Limeño, fue casado con Pe-
trona Delgado, en quien tuvo a Francisco en 10 de fe-
brero de 1689, Silveria en 7 de febrero de 1691, Martín
en 4 de noviembre de 1693. Fue alcalde ordinario en
1698. Sumamente devoto de Sai";to Domingo, cuya
fiesta solemnizaba coii gran aparato.
Díaz Tray Nicolás. — Nació en Burgos, fue traído
por sus padres muy niño al Perú, higresó en la orden
de San Francisco, fue destinado a las misiones de Apo-
lobamba que regentaban los de su orden. En 1682 em-
prendió Nicolás, en unión del fraile Juan Treviño, la
conquista de los Siliamas, Pamainas, logró- reducirlos y
fundar la reducción de San Juan de Buenavista, más
como el lugar era muy mal sano por estar situado en
una vega muy ardiente, en 1686 retiraron a P^ta don-
Departamento de La Paz 251

de se edificó
el pueblo. Su fundador permaneció largos
años en medio de sus neófitos ocupado siempre en ins-
truirlos y civilizarlos. Murió en una edad muy avan-
zada en su convento de La Paz.

Díaz Romero D. Belisario— Natural de La Paz.


Profesor largo tiempo. Contraído í 1 estudio pero muy
modesto. Citaremoe algunos de sus trabajos: Farma-
copea Callagiiaya, Flora de la Pa^^; Tiahnanacu, etc.

r:: Díaz D. Sebastián. —


Natural de Peñaranda en Es-
paña. Vino nombrado corregidor de Larecaja en 1728,
y lo ejerció hasta 1733. Fue un hombre muy místico
y algo visionario, habiendo concurrido a la fiesta del
pueblo de Chuchulaya, donde se veneraba una imagen
de María la vio con una esirella en la frentf^,lo que metió
mucha bulla, convirtiéndose el lugar en romería de mu-
cha concurrencia. Se estableció en esta ciudad; casó
con Luisa Prado en 1737. Falleció en 1750.

Díaz del Castillo D. Julián Antonio.— Viscaino.


Vino de Subdelegado de Chucuito. En su declaración
de diciembre de 1809 afirma tener cincuenta y nueve
años, por consiguiente pudo haber nacido en 1759. Fue
casado con María Antonia Suarez y en segundas nup-
cias con Manuela Sanjugo, en quien tuvo a Manuela
Antonia Feliciana en 9 de junio de 1774 que fue monja
de la Concepción. Fue alcalde ordinario en 1776, se-
gundo capitán del cuerpo de voluntarios de esta ciudad,
cuyo comandante efectivo era Diego Quint Fernández
como este se ausentaba con frecuencia quedaba
.Dávila,
con el interino coman:ío Díaz del Castillo. Indaburu
ayudante mayor del cuerpo, con fines premeditados su-
po captarse la voluntad de la tropa y tolerar sus desór-

denes, habiendo llegado a supeditar al capitán Díaz.


Este permaneció indiferente durante la revolución de
julio, ya entonces era sargento mayor. En 24 de d¡«
2^2 Diccionario Histórico del

ciembre de 1809 prestó su declaración en calidad de tes-


que declara: que los revolucionarios tenían
tigo en el
siempre preparado su plan desde anos atrás; que sabía
además por una carta de Herrera dirigida a sus correli-
gionarios que, con iguales tendencias, hacían reu»
niones secretas en las casas de Valdez, Manuel Vega,
Landaeta y el regidor Sagárnaga. Después de ahogada
la revolución continuó en su puesto. La victoria de los
patriotas en Aroma le obligó a suscribir la acta de sumi-
sión a la Junta de Buenos Aires. A la aproximación
de Castelli huyó a Arequipa; regresó después de Gua-
qui y fue victimado por el pueblo el 22 de septiembre
de 1814.
Díaz de Eleven Escobar D. Gonzalo.— De Vena
vente en España; en esta ciudad casó con Ana María
Gutiérrez Escobar en quien tuvo a Anjela Francisca en
3 de marzo de 1791, Andrés García en 4 de febrero de
1798. Era un vecino muy distinguido, devoto, carita-
tivo, tuvo gran cuidado con los enfermos, para lo que
dio mil pesos de su peculio al hospital, y otros beneficios

hizo a esa casa de beneficencia.


Díaz Rivadineira D. Lorenzo.— Natural de Me-
dellín en Estremadura. Residía en Lima y era casado
con Antonia Heredia. Favorecido por el Rey con el
corregimiento de esta Ciudad en 24 de septiembre de
1776, entró a gobernar el i ^ de noviembre del mismo
año. En esta ciudad le nacieron sus dos hijos Manuel
Gregorio en 23 de abril de 1777 y María Josefa en
26 de febrero de 1779-
Bajo su gobierno quedó incorporado el Alto Perú
al Buenos Aires, creado por Real cédula
virreinato de
de 8 de agosto de 1776. Dejó el puesto en 1778. Con-
currió a la defensa de la ciudad durante el cerco que le
pusieron los indios en 1781. En 1803 era capitán de
ejército de la octava compañía del batallón de mili-
-

Departamhntq de La Paz 2^3

cíanos regladas de !a Su nombre se pierde hasta


ciudad.
el 16 de noviembre de 1810 en que suscribió la acta de

subordinación a la Junta de Buenos Aires. Talvez por


motivos de salud u otra causa estuvo en los valles del

Río Abajo.
Dieguez de Soto fray Miguel.— Natural de Vi
daurre; vino colegio moqueguano. Destinado a la mi-
al

sión de Mapiri, logró con mil fatigas fundar una reduc-


ción a los dos días aguas abajo del mismo río con el de
Tipuani, al que puso el nombre de San Antonio de
Guanay en 24 de junio de 1805, Para llevar a cabo
esta reducción vino a esta ciudad en demanda de dinero,

lo que consiguió después de algunas dificultades. A los

dos años fue atacado por los bárbaros que después de


cuatro horas de combate se retiraron escarmentados.
Nombrado guardián de su colegio, tuvo que dejar su
misión retirándose a España en 1806.
Dieáo Palacios D. Prancisco.- Natural de la pa-
rroquia de Cueto en Santander, España. Fueron sus
padres Joaquín Diego y Andrea Palacios. Contrajo
matrimonio en esta ciudad con Rufina Pinto, natural de
Moquegua, hija de Simón Pinto y Catalina Ordoñez en
8 de junio de 1795, de cuyo enlace tuvo a Juan de Dios
en 13 de junio de 1796, José Bernardino en 20 de mayo
de 1798, Manuel Francisco en 3 de mayo de 1799, Ma-
ría Francisca en 25 de septiembre Ga-
de 1800, José
lazans Agustín CeferinoCayetano Luis en 28 de agosto
de 1802, Manuel Casimiro Mario en 4 de marzo de
1804, Francisco Demetrio Bernardo Rufino en 28 de di-
ciembre de 1805, Manuel de la Circuncisión en 8 de di-
ciembre de 1808, Mariano Juliano Joaquín en 3 de sep-
tiembre de 1810.
Comerciante bastante acomodado; probablemente
el temor hizo que se alistara bajo la bandera de los pa-

triotas que proclamaron la revolución de julio de 1809.


2$4 Diccionario Histórico del
Una vez instalada !a Junta Tuitiva en 22 de julio del
mismo año, fue llamado como uno de sus miembros de-
signándole la cartera de la guerra en unión de Lanza y
Santos Rubio, según lo acordado por el reglamento pro-

visional de 28 de juüo. Apesar de esto como sus ideas no


serían de covicción se adhirió fácilmente a la contrarre
volución encabezada por Indaburu, cuando este consu-
mó su traición, fue vencido y victimado. Su c-asa que
se hallaba situada en la esquina del '-'Comercio" sirvió
de punto de resistencia a los realistas, en cuyas venta-
nas se encontraba el viejo catalán Francisco Romero
que hizo una horrible matanza con sus tiros certeros.
Después del triunfo, enfure-cida la plebe lo redujo a pri-
sión, su casay almacén fueron saqueados. Salió de su
prisióncuando Goyeneche ocupó esta ciudad. A la apro-
ximación del ejército argentino abandonó la ciudad, re-
gresando después de la derrota de los patriotas en Gua-

qui. En 1812 fue elegido regidor del Cabildo. Su-


cumbió en la hecatombe del 28 de septiembre de 1814,
en que la plebe victimó a todos los españoles.

Sus hijos: Bernardino, casó con María Hurtado en


1821. Ingeniero, Director del Colegio de Artes en
1837. Diputado al Congreso de 1843. D. Casimiro
casó con doña Teresa Gutiérrez, en quien tuvo a Lucas
y Natalia. El prim.ero nació en 18 de abril de 1821;;
abogado, diputado, fiscal general; tiene un libro impor-
tante Chile V Bolivia, y la segunda, notable poetiza. D.
Francisco Demetrio siguió la carrera eclesiástica, llegó
a perder la razón D. Mariano en la milicia ascendió a

Coronel. •

Diego í alados D Agustín.— Nació en La Paz eí

28 de agosto de 1802. Hermano de los anteriores.

Con la fatalidad que cupo al autor de sus dias quedó


reducida su familia a la más triste orfandad. El fran-
Departamento de La Paz 2^5

ciscano Mazuelos le dio instrucción, le enseñó conoci-


miento en ingeniería, con los que llevó a cabo varias
obras a término en ésta; levantó los píanos del camino
que une la Alameda con la casa quinta de San Jorge,
cuya construcción dirigió, así como hizo el trazo de la vía
que pone en comunicación La Paz con la villa de Obra-
jes. En 1841 como gobernador de la provincia de Yun-
gas, ya como tesorero inspector de los trabajos de Ya-
nacachi a Unduavi, de La Paz a la Cordillera, los llevó
a feliz término. En 1843 se le encargó la Administra-
ción general de rentas y el cargo de gobernador del de-
partamento del Beni. Hizo varios viajes y escursiones
en esas regiones, y dio a conocer las verdaderas dis-
tancias de Trinidad a Revés; comprobó la existencia de
rutas hasta entonces dudosas; fue el primero que reco-
noció con exactitud las cachuelas o corrientes rápidas
que forman en los recodos del río Beni; reconoció la

mayor parte de los afluentes, cuyas aguas nacen en


de las ramificaciones de los An-
las vertientes orientales

des, y que atraviesan las provincias de Yungas, Lare-


caja y Caupolicán, yendo a engrosar el caudal del río
Beni; exploró la mayor parte de este río, del lago Roga-
Aguado, de las lagunas Bachuna, Yapacha, Puajo; asi
como los cursos de los ríos Wopi, Kaka, Catacajes,
Quendeque, Tuichi, etc., afluentes del Beni; navegó el
Mamaré y el Madera reconoció sus cachuelas, sus aflu-
entes, etc. Hacer una descripción detallada de los
trabajos importantes de este ilustre geógrafo, no se
presta para un artículo breve. Apesar de hallarse grá-
vemete enfermo fue desterrado por Linares al Guanay.
Murió el 12 de marzo de 1875. ^^^ casado con doña
Angela Arce, en quien tuvo a su hijo Gregorio.

Diez de Medina D. Pablo —Nacido en Madrid,


vi-

no al Perú en 1620 llamado por su tío el obispo de Are-


quipa Pedro Perea, natural de Briones en la Rioja de
2';6 bicciONARiQ Histórico del
Castilla, como todos los antepasados de Pablo. Este
presentó sus ejecutorias ante la Audiencia de Lima que,
le reconoció como a caballero hijo hidalgo por decreto de
7 de a.iíosto de 1620. Casó con Luisa Romero de Sara-
via, bisnieta del capitán Mancio de Leguisamo, uno de
los primeros conquistadores del Perú. Obtuvo el co-
rregimiento de Parinacochas y después de Larecaja,
concluido su período de mando se radicó en La Paz.
Aqui le nació Pedro Isidro en 30 de mayo de 1662, Pe-
tronila en9 de septiembre de 1664 y un hijo natural
después de su viudez llamado Antonio en 11 de fe^brero
de 1676. Murió el 7 de marzo de lógr.
Su liijo Pablo José nacido en Yanaquiri,fue tenien-
te de su padre en el corregimiento. Casado con Josefa
Cadena Ponce Leyva, que al radicarse en esta ciudad
le nació José Pablo en 5 de abril de 1667 y Lucia en 29
de febrero de 1668. Bartolomé Diez de Medina casado
con Magdalena Larrea Peralta, perteneció a la misma
familia.

Diez de Medina D- Pedro Isidro-^ Nació en La Paz


el 30 de mayo de 1662: hija de Pablo Diez de Medina
y Luisa Romero de Saravia, como descendientes de no-
ble abolengo obtuvo el grado de maestre de campo.
Contrajo matrimonio con María Teresa de Seco y Ba-
rradán, de cuyo enlace tuvo a Tadeo Francisco en 2
de noviembre de 1725, María Dionisia Francisca Borja
en 8 de octubre de 1727, Pedro Miguel en 15 de octu-
bre de 1730. Fue alcalde ordinario del Cabildo en 1737.
Su hijoMario Dionisio fue clérigo y Pedro Miguel, frai-
le mercedario.
Diez de Medina D. Tadeo francisco.- Nació en
La Paz elnoviembre de 1725: hijo del anterior.
2 de
Hizo sus estudios en la Universidad de San Marcos de
Lima, hasta obtener el grado de doctor y abogado también
de esa Real Audiencia. Pasó a España, de donde re-
Departamento de La Paz 257

gresó nombrado oidor de la Audiencia de Chile, desem-


peñando varias veces la presidencia y como tal la go-
bernación y capitanía general de aquel Reino. De re-
grese a su pais natal contrajo matrimonio con Antonia
Uiloa Solís Astorga, de cuyo enlace tuvo a Tadeo Anto-
nio en 17 de junio de 1755, Juana María en 12 de julio

de 1756, José Mariano en 11 de julio de 1757, José


Mariano en i ? de noviembre de 1758, María Carmen
en 4 de noviembre de 1759, Tadeo Antonio en 25 de
noviembre de 1760.
Recibió comisión para segair el juicio al caudillo
Julián Apaza jete de la sublevación indigenal.
Su sentencia fue inhumana y cruel, pues se le con-
denó a ser destrozado al golpe violento de cuatro caba-
llos. Murió en 1799.

_ Diez de Medina D. ladeo— Nació el 2 de no-


viembre de 1725: hijo de Herm.enejildo Diez de Medina
y Paula Contreras Mena, de distinguida familia. Con-
trajomatrimonio con Juana María Calderón de la Bar-
ca, en quien tuvo a José Antcnio en 18 de enero de
1756, María Vicencia en 5 de abril de 1757, María Jose-
fa en 21 de abril de 17Ó0. En 1757 fue alcalde ordina-
rio de primer voto lo mismo que en 1777 ejerció: ei man-
do de la ciudad por ausencia del corregidor propietario
de mayo a septiembre. Compró la vara de regidor en
1780, incorporado en el Cabildo como caballero veinti-
cuatro. Falleció este General en 1786.
Diez de Medina D. Pélix.— Nació en La Paz el
24 de noviembre de 1727: hijo de Tadeo Diez de Medi-
na Tarrazona sargento mayor y Juana María Calderón
Contrajo matrimonio en 1774 con Juana de la Sota Pa-
rada, hija de Bartolomé Hipólito de la Sota y Juana Para-
da, de cuyo enlace tuvo a Clemente en 24 de noviembre
de. 1777. Rico propietario de las quebradas de Sapaha-
33
258 Diccionario Histórico del

qui, cuyos viñedos sino implantó, al menos le dio no-


table incremento. Muy estimado por la bondad de su
carácter y su filantropía. Fue alcalde ordinario en 1795,
después pasó de subdelegado del partido de Lampa, ejer-
ciendo el cargo falleció en dicho lugar.
Diez de Medina D Gíemente.— Nació en La Paz
el24 de noviembre de 1777 Fueron sus padres Félix .

Diez de Medina y Juana de la Sota Parada.


A la edad de doce años fue enviado a España para
que se educara allá. Recorrió, Cádiz, Sevilla, Andalu-
cja y Madrid. Seis meses después entró al Colegio de
Vergjra; pasando de alií a Madrid, recibiendo una edu-
cación militar; descolló en el estudio de las matemáti-
cas.
Carlos IV lo incorporó a su guardia de Corps, don-
de estrechó sus relaciones con el joven Bolívar. En
1793, habiendo declarado la guerra a la República Fran-
cesa, organizó el ejército de los cuyo mando Pirineos,
fue encomendado al general Ricardos y Medina: fue in-
corporado en ese ejército con el grado de teniente, se
halló en los combales de Rosellón* y Baños. Ajustadas
las paces, volvió a su antiguo puesto de guardia de
Corps, pidió licencia y regresó a su patria, con el grado
de capitán de las tropas reales del Perú.
A los ocho meses de su estada en Arequipa, con-
trajo matrimonio, con la ilustre dama Javiera Barre-
da y pidió licencia final para entregarse exclusivamente
a los cuidados de su familia. Heredero de una cuantío-
s'a fortuna quiso dedicarse al comercio y con este obje-
to compró el bergantín «Sirena». Rotas las relaciones
entre España e Inglaterra, y autorizado el corso por esta
última nación, sobre todos los buques de procedencia
española; tocóle; en uno de los frecuentes viajes que
hacía la «Sirena» por el Pacífico, ser apresado. y a cuyo
Departamento de La Paz 259 •
*

bordo se encontraba Medina, por el capitán corsario in-


glés Parri; aunque Medina hizo lo posible por rescatar
su libertad, todo fue envano, lo único que pudo conse-
guir como gracia especial fue la libertad de la tripula-
ción y el rescate de lawSirena» por el precio de diez y ocho
mil pesos. Se dirigió a Arequipa tomó el dinero nece-
sario y cuando volvía \iü a su bergantín despedazado a
cañonazos, por la impaciencia del corsario.
Con este motivo se vino a su ciudadnatal y ape-
nas llegado, sus compatriotas comprometieron para
lo

id revolución; en especial Muriiio, que quiso aprovechar


dtl entusiasmo, pericia y reputación militar de Medina,
é.>te se brindó gustoso el encabezarla, y el movimiento
revolucionario, quedó preparado para la noche del Jue-

ves'Santo, (30 de marzo de 1809). El acuerdo era apro-


\-echar del momento en que el pueblo andaba en la vi-
sita de estaciones.
La reunión, compuesta de los más conspicuos pa-

tricios, debió haber sido de lo más grave y solemne por


la magnitud del asunto de que se trató. Casimiro Cal-
derón, fogoso patriota, conmovió más ¡os ár.imos en vis-
ta de ios manejos carlotinos.
Se ha dicho: ''Un desacuerdo entre los conjurados
hizo abortar el plan". Esta aseveración parece inexac-
ta. La causa eficiente fue la delación de Francisco
Hinojosa al gobernador, que sin duda tomó sus precau-
ciones sobre la tropa. ¿Un cuartel puesto sobre las ar-
mas, podría ser tomado por hombres desarmados, por
más patriotismo y valor de que hubieran estado anima-
dos? Un militar el más valietúe no se animaría a un
sacrificio estéril y sin objeto. Algunos violentos cuan-
do más hicieron desbandar a la plebe,

Medina recibió órdenes de destierro que no la acep-


tó. Ausentándose voluntariamente al partido de Vun-
200 Diccionario Histórico del
gas. Después regresó y le tocó concurrir a las tres úl-
timas reuniones en que quedó acordada la revolución
del i6 de julio.
Realizada esta, fue nombrado primer jefe de la Ca-
ballería.
Después de la derrota de Chacaltaya, fue conde-
nado a destierro por tres años y confiscados todos sus
bienes; pero buscó asilo en los bosques de Yungas des-
de donde logró incorporarse al ejército argentino, antes
de la batalla de Suipacha, 8 de noviembre de 1810, que
victorioso vino a ocupar los cantones de Laja. Medirra
regresó a La Paz, donde logró reunir a la juventud pa-
ceña y salió a incorporarse al ejército, acantonado ya en
Guaqui, en cuya- sangrienta acción pereció en parte el
regimiento paceño el 30 de junio de 181 1, desplegó Me-
dina mucho valor.
Como derrotado le tocó ser condenado a la pena ca-
pital: anduvo prófugo y llegó a Arequipa, en unión de
Indalecio Sanjinés, creyendo encontrar un asilo en el

seno de su familia; viajando a la obscuridad de la noche,


por senderos extraviados y por peligros que se les pre-
sentaban a cada momento, lograron llegar a Arequipa;
pero su esposa le impuso la dura condición de abjurar
de sus principios: al instante dejó su hogar, buscando
asilo en la casa de su madre política, esta señora, les
condujo en la misma noche á los fugitivos auna finca,
situada a algunas leguas de la población, donde fue en-
cerrado en la capilla de dicha finca por más de sesenta
días. De allí se dirigió a Quiica, en Cumana, y estu-
vo a punto de ser capturado;embarcándose llegó a Bue-
nos Aires, donde recibió mayores consideraciones,
las

y fue nombrado por la Junta de Gobierno con el cargo


de Intendente de [policía, y además se le encomendó la
organización y disciplina de varios cuerpos de caballe-
ría.
Departamento de La Paz 261

Medina, ardiente por la gloria, pidió licencia al

gobierno de Buenos Aires para incorporarse en el ejér-

cito que San Martín organizaba en iWendoza para liber-


tar a Chile. Sus aspiraciones fueron llenadas en Mai-
pu, como jefe de los Granaderos de a caballo donde lo-
gró rechazar al enemigo.
San Martín premió sus servicios nombrándolo pre-
fecto de Coquimbo y ordenando que su retrato fuera
colocado en la sala del Cabildo. Desempeñó este im
portante puesto con honor y actividad, construyendo
los fuertes de San Martín, San Clemente y Santa Bár-
bara.
San Martín al dirigirse al Perú, confió a Medina el

mando de.uno de los escuadrones de los Granaderos de


a caballo, le cupo combatir en lea, Nasca, Acarí, Ch^n-
quillo y Pasco.
Amenazado Chile por España, el General San Mar-
tín al enviar una parte del ejército, así como a los pri-
sioneros, encomendóle al Coronel Medina. Pernjane-
ció en Chile hasta 1824; después de Ayacucho regresó
a La Paz, por saludaral General Sucre, entregándose
a la vida privada en su finca de Calachapi, situada en
el valle de Caracato.

Como admirador de las virtudes del General Sucre,


se entregó a la más absoluta misantropía, desde que su-
po el atentado de 18 de abril de 1828 hasta su muerte
acaecida en 1848, en la noch.e del 4 de junio.

Diez de Medina D. Vicente. —Nació en La Paz el


4 de abril de 1750: hijo de Anastasio Diez de Medina y
Romana Hermocilla. Fue casado con Bárbara Sánchez,
en quien tuvo a Crispín en 25 de octubre de 1783, Pau-
la en 25 de enero de 1791 y Francisco Justino. Comer-
dstüte muy acreditado, bastante rico y estimado en la

población. Afiliado en las logias secretas que trabaja


202 Diccionario Histórico del

ban por la libertad de la patria, contribuyó mucho a su


realización. Formó una compañía de milicias de ochen-
ta liombres ccn su teniente Tom.ás Diez de Medina y
Subteniente Toribio Bolanos, que aprobó el Comandan-
te Murillo en 29 de julio. Medina uniformó a su costa
toda la ccmpanía.
Después de la derrota de Chacaltaya fue condena-
do a una repiensión severa. En 1812 fue nombrado
regidor del Cabildo. Ignoramos su posterior actuación.
Falleció el 6 de octubre de 1832.
Diez de ^ledina D. GrLspín.— Nació en La Paz el

25 de octubre de 1783, hijo del anterior. Enviado a la


Universidad de San Bernardo del Cuzco, hizo allí sus
estudios y recibió la toga de abogado. Afiliado en los

principios revolucionarios que trabajaban por la inde-


pendencia, fue uno de sus propagandistas. En 1809
era protector de naturales de la provincia de Yungas. En
unión del subdelegado Ortíz, puesto por la revolución,
y después con Gregorio Lanza, comandante de ese par-
tido, hizo todos los esfuerzos posibles para levantar el

espíritu de los pueblos. Atrincherado el obispo La San-


ta en Irupana en favor de la causa real, había lanzado
una terrible excomunión a Lanza, como a los demás
caudillos, y cumo en esos tiempos esa vieja arma de la
iglesia no había aún desmerecido. Lanza propuso tratos

al obispo para que le alzara, antes de atacar la plaza.

Con este objeto se había introducido Medina y Julián


Peñaranda a lus que el chispo les aprisionó y ordenó su
enjuiciamiento por el alcalde Cárdenas.
Después de la derrota de Chacaltaya, Goyeneche
mandó prenderlo. Condenado a cuatro años de presi-

dio en las islas Malvinas, recogidos todos sus títulos^


privado de ejercer la abogacía y extrañado perpetua-
m.ente de la provincia. El 7 de marzo de 1810 dejaba

el suelo patrio desterrado, así como sus demás compa»


Departamhnto de La Paz 263

ñeros, cuando llegaron a la ciudad de Córdoba alcanza-


ron la libertad mediante la revolución
que sobrevino en
Buenos Aires. Medina en unión de nueve de sus com-
pañeros siguieron camino hasta ¡a capital del \ irreina-
to.

Regresó al país con el prim.er ejército argentino,


nombrado subdelegado de la pro\incia de Yungas. Des-
pués de la derrota de Guaqui (20 de junio de 181 1) vol-
vió a emigrar a la República Argentina.
Se vino después de la batalla de Ayacucho. Ocu-
pó elevados puestos en la administración de la Repúbli-
ca: Ministro de la Corte de La Paz en 1831 y 1838;
juez de alzadas en 1832, prefecto de La Paz en 1828 y
1S30; diputado a la Convención en 1828'y su presiden-
te; senador por La Paz en 1844; ministro de la Corte
Suprema en 1847; \'Ocal del Consejo Nacional. Este
ilustre patriota tuvo más tarde la desgracia, diremos así,
de ser adicto al peruano Agustín Gamiarra, enemigo de
su patria. Falleció en Chuquisaca en 1868.

Diez de Medina D. José Antonio. —Nació en La


Paz el 18 de enero de 1756: hijo de Tadeo Francisco
Diez de Medina y Juana María Calderón de la Barca.
Estudió enla Universidad de Chuquisaca con bastante

aprovechamiento hasta obtener el grado de doctor.


Cuando regresó a La Paz obtuvo despachos de sargen-
to mayor en 1803 y estaba llamado a espectar grandes
acontecimientos en su patria.
Reunido el Cabildo el i p de enero de ]Scg a sen
de campanadas tañidas, procedióse a depositar ios vo-
tos en el simbólico vaso de cristal, hecho el escrutinio,
Yanguas con cinco votos, Plata con cuatro para la
salió
primera vara; para la segunda X^nguas obtuvo tres,

Medina cuatro, Plata uno, Iriondo otro. Dávila procla-


mó la elección, llamados ios proclamados, Plata reusó
aceptar la segunda vara, después de acalorada discusión
204 Diccionario Histórico del.

el gobernador ordenó depositar las varas en los regido-


res. Uávila congregó el Cabildo para el 5 de enero,
no obstante la tenaz oposición de los platistas, dando
por renunciado a este de segunda vara, fue llamado
la

Medina, quien había oblado anticipadamente en la Caja


Real la suma de mil quinientos cuarenta y dos pesos,
donados per su madre al Rey, pero en litigio. No po-
día disponer de los bienes maritales. Yanguas y Medi-
na prestaron el juramento de estilo.

Consumada la revolución de 1809, reunido el Ca-


bildo, tuvo que concurrir Medina como alcalde de se-
gimdo voto, así como a todas las reuniones posteriores
de esa corporación durante la revolución. Goyeneche
so pretexto de arreglos pacíficos envió a Astete y Cam-
pero el 6 de octubre, que conferenciaron con los ca-
ios

pitulares sobre la manera cómo debía arreglarse el


íisunto de la entrega de armas y su entrada. El Ca-
bildo envió como su diputado a Medina, Sagárnaga, por
parte de comandancia Orrantia, se dirigieron al De-
la

saguadero para tratar con Goyeneche los que habien-

do cangeado ios pactos, regresaron con el edecán Mi-


guelCarazas, que venía a presenciar el cumplimiento
de lo pactado. Benigno Salinas que había quedado en
el Alto para impedir la entrada de los comisionados, sin
dar cumplimiento a su misión, más bien faltando a su
deber no sólo permdtió la entrada, sino que también dio
cutnta de la situación de ¡a plaza. Como Carazas se
asustare, Medina I2 ^iromelió teda seguridad. Congre-
gados en la casa de hvdaburu: Medina, Orrantia, Sa-
gárnaga, Carazas, Rodríguez, Zegarra, Graneros, el hi-

jo las buenas
de Indaburu Pedro José. El edecán exaltó
intenciones que ratificó
de su general, su bondad, lo

Medina, ante estas manifestaciones se inmutó Rodrí-


guez, amenazando con la muerte al que desistiera de la
empresa,
Departamento de La Paz 265

Consumada la defección de Indaburu en la noche


del 19 de octubre mandó tomar presos a Rodríguez y
otros patriotas. Se le condenó al primero a la pena ca-
pital por el Cabildo compuesto del alcalde de segundo
voto, fiel ejecutor, Indaburu, Carazas y el asesor, aún
todavía no estaba firmada la sentencia cuando era eje-
cutado Rodríguez.
Debelada la revolución siguió en su puesto. Du-
rante la ocupación de los argentinos su actuación no es
conocida. En 1812 fue síndico procurador. Más tarde
se consagró a la vida ascética: empleó el quinto de sus
bienes en la construcción de la Casa de Ejercicios, co-
nocida por Tercera Orden. Gran benefactor, suma-
mente caritativo con los pobres, fue un dechado de vir-
tudes y hombre de bien a toda prueba en los últimos
años de su vida. Fue casado con Teresa Villaverde.
Falleció el 25 de abril de 1832, se le sepultó en el altar
mayor de la capilla de la Tercera Orden.
Diez de Medina D. Juan José.— Nació en La Paz
el 26 de marzo de 1769: hijo de Tadeo Diez de Medina
y Antonia Solí-^. Estudió en la Universidad de Chu-
quisaca donde obtuvo el grado de doctor. De regreso
a su ciudad natal contfajo matrimonio con Francisca
ligarte, hija de Francisco Tomás Ugarte e Hilaria San-
jurgo Diez de Medina en 12 de octubre de 1805, de cu-
yo enlace tuvo a María de la Concepción en 8 de diciem-
bre de 1806. Era capitán agregado del batallón regla-
do, caballero de la real y distinguida orden de Carlos
lil, regidor o sea caballero 24, desde i8co fiel ejecutor.
Consumada la revolución de julio, concurrió al Cabildo
de esa noche, lo mismo que a las posteriores. Indaburu
en su detección mandó ejecutar al patriota Rodríguez,
antes de haberse firmado la sentencia. El alcalde Me-
dina le invitó al regidor fiel ejecutor que también firma-
ra, quien contestó que bastaba con que su señoría solo
34
266 Diccionario Histórico del

firmara como su presidente, y habiendo sido ejecutado


Rodríguez dentro del cuartel a puerta cerrada, no tuvo
inconveniente en firmarla, como certificó el mismo día

el escribano Mariano del Prado. Murió en 1814. La


viuda casó en 181 5 con el jujueño Manuel Ramón de
Mendizabal.
Diez de Medina Mena D. ladeo. -Este paceño per-
teneció a la misma familia que los anteriores, era regi-
dor de! Cabildo, desde antes de la revolución de julio su
actuación no conocemos. Tadeo Antonio Diez de Me-
dina fue uno de los paceños, tal vez raro que sin amar
a la patria se puso al lado de la tiranía. Consuma-
da la revolución de 1809 voló al lado de Goyeneche, y
este mal americano al venir sobre La Paz, le dio el gra-
do de capitán, ¡o propio hizo a la aproximación del ejér-
cito auxiliar argentino a las órdenes de Castelli. En
181 1 era edecán de Goyeneche, continuó en el ejército
realista; pero no sábenos que grado alcanzó. Fue ca-
sado con Gertrudes Rivero, murió el 4 de febrero de
1830 de ochenta años.
Mariano Diez de Medina casó con doña María del
Pilar Cruzado, murciana. Tesorero de Cochabamba
en 1808. De
su esposa se ha escrito: que por sus amo-
res con Gobernador Sánchez Lima, este la obsequió
el

la casa quinta que tenían los gobernadores en Obrajes,

que así mism.o en brevísimo tiempo hizo construir un


puente sobre el río, para que pudiera caminar sin temiOr
al punto indicado, por h.aber una vez casi fracasado al

pasar el río.

Diez de Medina D. rederico.— Nacido en La Paz,


miem.bro de antigua y distinguida familia. Su instruc-
ción la hiso con lucidez, debido a su claro talento. Una
vez recibido de abogado, desempeñó el profesorado de
Derecho con satisfacción de sus alumnos, siendo muy
estimado por éstos por su delicada cultura y sagacidad.
Departamento de La Paz 267

Miembro del Consejo Universitario, Vice Cancelario,


Cancelario, Diputado por La Paz al Congreso de 1870.
Redactor \' fundador de La DEMOCRACIA, Prefecto del
departamento de La Paz en 1877, Diputado a la Cons-
tituyente de 1878, Diputado suplente por el partido li-
beral al Congreso de 1881. Llamado a una cartera por
el gobierno de Alonso, no llegó a ocupar por la revolu-
ciónque sobrevino. Diputado a la Convención de 1899,
Senador por La Paz en 19CO, Ministro ante el gobierno
'del Brasil. Ssgaz diplomático, internacionalista, escri-
tor aventajado. De su pluma salieron: Nociones de de-
recho internacional moderno, derecho internacional pri-
vado, breves observaciones a los Tratados sancionados por
el Congreso Internacional Sud ^^fuericano. Murió en
1904.
Su Eduardo: periodista, prefecto de Oruro y
hijo
Oficial Mayor de Guerra y de Relaciones Exteriores
últimamente y Encargado de Negocios en Chile.
Su hijo Alberto: Encargado de Negocios en el Bra-
sil, Diputado Nacional, Prefecto de Oruro y munícipe
en La Paz.
Donaire D. José.— Viscaino. Era ua de los seis
pulperos que existían en ciudad en 1733; pagaba por
la

derechos veinte pesos anuales, su tienda estaba situada


en la esquina de Chirinos.
Duarte D- Miguel. —
Este español residió algunos
aiios en ciudad de Arequipa, donde fue teniente de
la
corregidor. Vino a esta ciudad en 1780, ya entonces
era teniente coronel; era casado con Maria Josefa Bra-
vo de Sarabia. Durante el asedio del año siguiente
prestó sus servicios en defensa de la ciudad.
Duran Mastrüli Pray Nicolás.— Nació en Nola,Ná-
poles en 1570; descendiente de noble y antigua familia
de su apellido. Estudió en las escuelas de la Compa-
ñía. Sus padres le dedicaron a la carrera de las armas,
alcanzo hasta la clase de capitán de caballería; abando-
nó la profesión y tomó la sotana de jesuíta.
268 Diccionario Histórico del

Guando era todavía estudiante lo enviaron al Perú


en 1569 con el provincial Diego de Zúñiga. En Lima
terminó sus estudios, recibió el sacerdocio el 23 de
septiembre de 1595. Leyó la cátedra de retórica, estu-
vo en la residencia de Juli, donde aprendió con perfec-
ción las lenguas aymara y quechua.
En 1660 fue nombrado superior de la reducción de
Juli en 1604 rector del Colegio de Quito, donde comen-
zó la construcción de su magnífico templo, que lo dejó
casi terminado al concluir su período, vino con igual
carácter al Colegio de La Paz, cuyo templo lo terminó,
igualmente que los claustros, colocando en el centro del
principal una hermosa fuente de berenguela que te-
nía tres tazas, que en tiempos posteriores fue tras-
ladado a la plaza principal.
De La Paz
pasó a La Plata hasta 1617, en que fue
nombrado procurador en Roma y Madrid por la congre-
gación provincial reunida en i ? de agosto de 1618, di-

rigiéndose a Europa.
Regresó en 1623 nombrado rector de San Pablo de
Lima; al año siguiente fue elegido provincial del Para-

guay, cargo que ejerció hasta 1628, habiendo reunido


una congregación provincial en Córdoba en 1626.
Dos veces provincial del Perú, la primera de 1630
a-1634 y la segunda de 1639 ^^ 1643. Terminado su
gobierno se dirigió a Chuquisaca, regresando a Lima de
consultor hasta su muerte acaecida en 14 de febrero de
1653. Todo en la Biblioteca napolitana afirma que es
cribió muchos sermones en aymara.

Echaverría D Manuel.— Nació en La Paz el 6 de


abril de 1750. Hijo de Juan Echavarría y Juana Pala-
cios y Landa. Hizo sus estudios en la Universidad de
Departamento de La Paz 269

San Bernardo Cuzco, donde recibió el grado de doc-


del
tor en teologíay en ambos derechos, y en Chuquisaca
el de abogado en la Real Audiencia. Habiéndose orde-
nado de sacerdote en 1789, fue párroco en varios bene-
ficios y últimamente de llabaya, examinador sinodal,
juez apostólico en apelación del juzgado metropolitano.
Provisor, Vicario general de la Diócesis paceña. Este
sacerdote se puede decir que desde las aulas adquirió
las ideas de independencia que deseaba para su patria.
Estuvo en relaciones con Herrera, Murillo y otros pa-
tricios; algunas juntas secretas tuvieron lugar en su
casa. Falleció desempeñando su beneficio de llabaya.
Echavarría D. Juan Esteban.— Natural de Lo-
groño. Residía algunos años en Lima, investía el título
de teniente de capitán general. Caballero de la orden
de Santiago. El Virrey del Perú le nombró corregidor
interino de La Paz, de cu)0 destino se hizo cargo el 20
de agosto de 1701. Su gobierno fue cortísin.o, cesó en
el ejercicio de sus funciones el 25 de diciembre de 1702
a la llegada del nombrado, por el Rey. Volviéndose a
la ciudad de los Reyes. Era viudo y trajo a su hija Fa-
biana.
Eduardo D. Isaac Q. —
Nacido en La Paz; abogado,
periodista. Cultiva las musas, sus composiciones poé-
ticas son sobresalientes, especialmente en Himnos y
Quejas.
Esuas y Pasquier D. Antonio.- Señor de la Villa
de Varcella, de los palacios de Eguaraz y del Sedado de
Peñaílor. Corregidor de la provincia de Caracollo, re-
sidía en el pueblo de Coroico, de nuestro Yungas. Más
adelante indicaremos lacausa de su residencia.
E^ueron D. Pedro.— Argentino. Establecido el

estanco de naipes y tabacos en esta ciudad en 1786.


Egueron fue nombrado en 20 de febrero del mismo año
veedor de fábrica de cigarros con sueldo de cierito vein-
270 Diccionario Histórico del
te pesos anuales. Sus demás empleados subalternos
del estanco fueron: Toribio Cano, nombrado en la mis-
ma fecha que el anterior, oficial escribiente de la ad-
ministración, con doscientos cincuenta pesos anuales,
fiel de tercena y almacenes José Díaz cíe Laserna (que
por descubierto le reemplazó Juan Crisóstom.o Enri-
quez) con cuatrocientos pesos; dependientes de resguar-
do José FartányFrancisco Vnlaiba.con trescientos pesos
cada uno; escribanos Francisco González de Manzane-
da y Manuel Antonio Rodríguez, con cien pesos; tenien^
te visitador Juan Villüte Guerrero y Domingo Tarifa
con cuatrocientos cincuenta; dependiente del resguardo
Isidro Salas con trescientos pesos; fiel estanquero del
resguardo mayor de Chupe, Francisco Vicente OcPiOa.
C^ui IJrquisa D. Pedro de la.— Natural de Bilbao.
Militó en Italia y Flandes, vino al Perú donde sirvió en
la guarnición del presidio dei Callao. El Virrey Luis
de Velasco le nombró para la reducción de la provincia
de Tipuani, habitiiJa por gente bárbara. En esta ciu-
dad y Larecaja reunió ciento sesenta y cinco soldados,
con los que entró por la ruta de Camata el 14 de junio
de 161 5, llevaba consigo tres religiosos, dos de ellos

agustinos. Llegaron a Mojos pueblo cerca a Pelechuco,


después hasta Apolobamba, donde el 10 de agosto de
161 5, fundaron una población con el nombre de Nuestra
Señora de Guadalupe en un sitio agradable, cerca de la

cordillera de Collopillen, rico en minerales de plata.


En menos de tres meses quedó edificada la población,
pero como el corregidor de Sicasicá no les suministrase
los víveres necesarios, viéndose hostigados por los in-

dios léeos tuvieron que abandonarla.


Egui por salir avante en sus empresas juntó Je nue-
vo gente en Larecaja, y por segunda vez entró a Mojos
por Pelechuco en julio de 1616. En Mojos fundó la vi-
lia de San Juan de Sagun, con convento para agusti -
Departamento de La Paz 271

nos, al ano si^^uiente varios caciques de las inmediacio-


nes prestaron obediencia. Egui murió en 1628 en Cala-
coto, nombrando por sucesor al capitáji Pedro Ma^^us,
quien lo renunció en favor de! maestre de campo Fran-
cisco Jilnepete que no iiizo ninguna conquista.
EJáuero D. Juan — Navarro. Corregidor de la

provincia de Sicasica, después se radicó en esta


ciudad en 1745. Contrajo matrimonio en 1747 con
Josefa Ligarte, cuzqueña, en quien tuvo a Joaquina en
I ^ de marzo de 1748, Francisca Paula Josefa en 17 de
marzo de 1749 El general E!guero fue alcalde ordina-

rio varias veces;^ activo y laborioso, tomó mucho inte-

rés por el progreso loccil.

Encinas D. Gabriel. — Limeño. Deudo del doctor


Diego Encinas, electo obispo de Santiago de Chile.
Compró la vara de regidor en ¡a ciudad de los Reyes,
y vino a nue:>tro Cabildo como Caballero 24.

Erasmo de Torre D. José —De la alta Nava-


la

rra no sabemos cuando vino y donJe se ordenó este


eclesiástico. Fue uno de los curas de la catedral, cargo
que desempeñó de 1620 a 1700. La iglesia catedral
desde 1630 fue desempeñada por dos curas párrocosjos
que a su vez tenían sus respectivos vicarios o ayudan-
tes, allí recibían los sacramentos todos los españoles, m.ez-
lisos y negros que existían en la ciudad siendo'San Pe-
;

dro la parroquia de las Piezas, compuesta de San Se-


bastián y Santa Bárbara destinada para la clase indígena.

Fue ascendido a racionero y en 1720 a dignidad chan-


tre. Falleció en 1726.

Erazo D. Pedro —Este español fue contador de


las Fue casado con Beatriz
Cajas Reales desde, 1687.
González.
Erazu de Burunda D. José.— Colombiano. Vino
acompañando al obispo Campos de su familiar. El 1¡-
¿72 Diccionario Histórico del ^

cenciado fue examinador sinodal, visitador de la pro-


vincia de Pacajes, cura de Acora y Vicario de Chucui-
to. Canónigo Opositor a la Doctoral. Asistente Real
en 1804, Se dice que era un gran predicador.
Eraustite Vülavicencio Garro D. Plorian Este —
maestre de campo español residía en La Paz en 171 5,
era esposo de Polonia Delgado en quien tuvo a su hijo
Francisco en 4 de octubre de 1715. Era minero pero
no sabemos cuales eran sus ingenios, ni donde trabaja-
ba.
Escobar
D. Dionisio.— Limeño; en i6og era defen-
sor de hacienda real y gozaba seseiita pesos anuales
la

por este empleo. Tuvo un hijo llamado Francisco y cu-


ya casa se hallaba situdada en el barrio de Loroqueri y
era muy afamado por su carácter devoto y caritativo.
Escobar y León D. Pedro.— Natural de Toledo,
no sabemos la época en que vino a La Paz, fue ayudan-

te de Guarina, mediante oposición en concurso obtuvo el

curato de Coroico.que en esos tiempos eran los pingües


y ricos en proventos, por la vanidad de los indios que
pagaban quinientos y aún mil pesos por entierro, por
consiguiente en esos curatos eran preferidos los penin-
sulares. Habiendo estallado la revolución de julio de
1809, solicitó Escobar, que aprobó la Junta, para que
lo

se elevara al rango de alcaldía el dominio de sü pueblo


con jurisdicción a la doctrina de Pacollo y a la vicepa-
rroquia de Mururata. Cuando el obispo La Santa se
retiró de Millocato a Irupana para capitanear a las hues-
tes realistas, Escobar fue uno de los capitanes de ese
ejército en ese carácter peleó y combatió el 25 de octu-
bre de 1809. Acompañó al obispo en su retirada. Re-
gresó a La Paz después de la derrota de los patriotas,
pero a la aproximación del ejército'argentino, huyó has-
ta Puno, donde ya La Santa habla establecido su Sede.
Parece que falleció de cura en Chucuito.
Departamento de La Paz 273

Escobar o Escoban D. Isaac. -^Nació en Irupana


de la provincia de Yungas. Estudió en el Colegio Se-
minario, ordenado de sacerdote, recibiendo el grado de
doctor, desempeñó algunas parroquias como Sicasi-
ca, San Pedro, en cuyo servicio falleció. Diputado a
la Constituyente de 1S78. Predicó en el cumpleaños
del emperador del Brasil D. Pedro II, esa pieza oratoria
se atribuye a don Lucas Palacios. Publicó Analogies
pliylologiques de la Langiie ^ymara,que hizo traducir al
francés. Moreno llama bagatela esta producción, y
después de una critica, concluye "que no era lingüista
ni filóloí^o*' el cura.
Su hijo Macario, abogado, diputado nacional, pe-
rioJista, cuando principiaba a ocuparse de filología, le

ha sorprendido la muerte.
España D. Prancisco.— Natural de la isla de León
Era cabo segundo del batallón de milicias de la caballe-
ría de esta ciudad, cuando tuvo lugar la revolución de
juliode 1809, aparentando cierta adhesión siguió en su
puesto; pero después se declaró enemigo franco de los
patriotas. Puesto de acuerdo con Yanguas para la con-
trarrevolución, España, el tucum'ano Manuel
Torres y
José Tejada fueron los agentes más activos para con-
quistar a los soldados de! cuartel de caballería, que se-
gún un realista estaba ya la mayor parte de la gente
ganada y listos para el dia en que se les avisara. Fue
tomado preso cuando la captura de Yanguas y los su-
yos, puesto en libertad por su insuficiencia. Con In-
daburu combatió en la plaza contra las fuerzas de Cas-
tro, vencido tuvo que buscar refugio hasta la ocupación

de Goyeneche. A la aproximación de las fuerzas ar-


gentinas, voló al lado de Goyeneche, y siguió comba-
tiendo a los patriotas.
España D. Pedro.— Nació en La Paz por los años

35
274 Diccionario Histórico del
de 1825, de una distinguida familia. Salió de las aulas
para incorporarse en el ejército, cuando la invasión pe-
ruana de 1841. Asistió a Ingavi y otros hechos de ar-
mas, ascendiendo a Coronel. Desterrado al Perú, du-
rante la administración de Linares. Volvió al servicio
con Melgarejo que lo ascendió a la alta clase de Gene-
ralde Brigada, y ocupó algunos puestos militares, como
Jefe Superior del Sud. A la caida de Melgarejo se re-
tiró del servicio. Murió en Sucre.
Espinosa D- Juan de— Era liijo del conquista-
dor Gaspar de Espinosa, encomendero de Collapincos,
probabh-mente habido en alguna india americana. Se
encontró al lado de Gasea, vino con éste desde el nor-
te, quien le designó como a vecirio fundador de la nueva
ciudad Je La Paz que trataba de realizar el Presidente.
Bajo las órdenes del capitán Alonso de Mendoza,
cupo suscribir en Laja el acta de fundación en 20 de
-le

octubre de 1548, cuyo prim.er Cabüdo le nombró algua-


cil mayor de la ílamiante ciudaJ.
De este fundador, uno de ios primeros vecinos, no
hemos podido averiguar nada nías de su posterior ac-
tuación.
Espinosa ríe los Monteros í). Juan.— Este capi-
tán español contrajo matrimonio en 1705 con María Jo-
sefa Flores Guzmán, en quien tuvo a su hijo Eduardo.
Fue un distinguido comerciante y hacendado de cerea-
les en la provincia de Yungas, que en aquella épDca ese

artículo producía bastante, volviendo ri:os a sus pro-


pietarios en breve tiempo.
Espinosa Salazar i). Julián.— La carrera de este
sacerdote español, nos es completamente desconocida,
sólo sabemos que era dignidad Dean del coro de La Paz
en 1664.
Espinosa Céspedes v To-^^res D. Agustín— Na-
tural de Jerez de la Frontera, encomendero de Laja en
Departamento de La Paz 275

1608, residía en esta ciudad y era casado con Antonia


Cuba Enriquez Saavedra.
Csprella D. José remando de —Natural de Ma
drid. Vino nombrado corregidor de la provincia de La-
recaia. Casó con Ana Muíióz, de cuyo matrimonio tu-
vo a Juan en 24 de junio dé 1704, Pedro en 29 de julio
de 1701;, fue clérigo. Alcalde ordinario del Cabildo. Fa-
lleció en una edad muy avanzada en 1740, y su esposa
dejó de existir el i ? de junio de 1742.
Su hijo mayor Juan, casó con María Salgado, en
quien tuvo a José. Este casó con Teodora Salgado: tu-
vo a José en 16 de junio de 171 5, Teresa en 4 de enero
á¿ 1717, Teodora Petronila en 12 de agosto de 1719,
Justaen 29 de diciembre de 1721. Falleció en 17 de
agosto de 1746.
Pedro casó con María Castro en quien tuvo a Juan
en 24 de enero de h735, Felipe en 2 de mayo de 1736.
Julián de las anteriores familias casó con Juana de Dios
Millares y Peralta, de cuyo enlace tuvo a Isabel que
casó con Juan Manuel Infanson del Prado, hijo de Juan
y Francisca Murillo en 1727. Cipriano en ij de
noviembre de 1773, María Josefa en 19 de marzo de
1775 Victoria
, en 1776, Melchora en 1778. Murió
en 1800.
Esquivel D. Juan Grisóstjmo.— Nació en La Paz
el 27 de enero de 1772. Fueron sus padres Anlonio
Esquivel y María Francisca Machicado Fernández, el

padrino que le llevó a la pila fue Valentín Morales. En-


viado a estudiar en la Universidad de San Bernardo del
Cuzco, se recibió de abogado de esa Real Audiencia.
En la antigua capital de los incas, contrajo relaciones
de amistad con todos que trabiijaban por
los patriotas

librar a la América del yugo colonial. Regresó a su


país natal en 1802 y fue considerado como un letrado
276 Diccionario Histórico del

sobresaliente. En 1805 Gabriel Aguilar, que habla re-


gresado de Europa, proyectó en el Cuzco una conspira-
ción, con este objeto vino a esta ciudad y se puso de
acuerdo con Murillo, Justiniano, Esquivel y otros que
trabajaban en ese sentido para lo que se habían estable-
cido los clubs secretos. Una carta de Esquivel dirigida
alabogado Panlagua su correligionario,y la denuncia de
Lechuga efectuada el 25 de junio, hicieron fracasar la
empresa, pagando Aguilar en el suplicio su amor a la
patria. En esta ciudad dio lugar a la formación de cau-
sa a Rfdro DomingoRomualdo Herrera, Tomás
Murillo,
Rodríguez Palma, Carlos Torres, que fueron aprisiona-
dos y los demás comprometidos, José Ramón de Loay--
za, José Landavere pudieron evadir su condena median-

te gruesas sumas erogadas por el primero.

Esquivel se reíiíó a la provincia de Larecaja en la

que tenía parientes cercanos por línea materna, donde


entregado en apariencia a su prcfesiún trabajaba por el

logro de sus ideales. En 1816 se reunió con su antiguo


amigo el cura Hildefonso de las Muñecas, con el que lo-

graron juntar cerca de mil h.ombres armados en su ma-


}-or parte de tlech.as. El Virrey Abascal mandó contra
estos patriotas a Paulo Gonzalos que regresó sin haber-
los podido someter. Entonces envió un ejército de mil
h.ombres, combinados de La Paz y Puno a las órdenes res-
pectivamente de los coroneles Aveleira y Gamarra,
Los patriotas que apenas contaban cuatrocientos hom-
bres, trataron de presentar batalla decisiva; pero alcan-
zados al norte del Illampu fueron completamente derro-
tados el 27 de febrero de i8ió.
Esquivel huyó con dirección aCamata acompañado
de Manuel Yujra, Pedro Villareal, José Benito Vera,
Andrés Cruz, Cayetano Puerto, este último desertor
del batallón realista Talavera. Apenas llegaron los
prófugos a Camata, cuando el cacique Isidro Gonzales
Departament o de La Paz 277

con fecha 20 de ma)-o puso en conocimiento de Avelei-


ra. El capitán Bartolon^é Calvet recibió orden de mar-
cliar en su persecución, poniéndose en marclia el 25 de
mayo con \'eintic¡nco soldados, doce vecinos armados
de fusiles y cien indios, que se dirigieron a Coanisani,
mientras que los de Chuma, Ambaná, Charazani com-
binados marcharon por Coaquiri a situarse en frente de
Camata. Rodeados los fugitivos fueron capturados,
ejecutados a las veinticuatro horas en la plaza de Ca-
mata, a excepción de Vera. La cabeza de Esquivel fue
enviada a esta ciudad. En parte comunicado por Cal-
vet de Mocomoco con fecha 4 de junio del mismo año.
El gobernador Landavere comisionó al mismo Cal-
vet para que embargara los bienes del «infame insur-
gente», según la vista fiscal producida por Porcel. El

comisionado dio cumplimiento encontrando algo de plata


labrada de su uso, su librería y prendas de vestir. La
finca que fue de su madre dio lugar a un proceso volu-
minoso.

Estrada D. Bartolomé de —No sábenos cuando


este español vino a a\'ecindarse a La Paz, no cabe duda
era uno de los vecinos más acomodados, pues que com-
pró la vara de regidor por dos mil pesos en 1609.

Estrada D. José de.— Probablemente era bisnieto


de Bartolomé y era casado con Juana Savatel en quien
tuvo a María Isabel Isidora en 4 de abril de 1705. Fue
alcalde ordinario en 1720, y falleció en 1740.

Estrada D. José Gavino- Nació en La Paz el 18

de febrero de 1776. Hijo del limeño don Alberto Es-


trada y Tomasa Montenegro, vecinos muy queridos en
la población. Estudió en la Universidad de Córdoba,
regresó a su país habiendo recibido el título de licencia-
do. Se alistó en las filas de los que trabajaban por la

independencia, siendo su ardiente propagandista.


278 Diccionario Históric o del

Concurrió a ia junta revolucionaria que tuvo lugar


en la casa de María Josefa Pacheco, lo mismo que a las
tres restantes en que se acordó movimiento para el
el

16 de julio. En estas juntas cuando se discutía las ba-


ses para la nueva república o sea el pian de gobierno
como le llamaron entonces, se acordó que Estrada con
Bartolomé Andrade seiían los secretarios del auditor de
guerra Juan de la Cruz Monje. Realizada la revolu-
ción fue nomibradc r-ubdelegado de la provincia de Pa-
cajes, en cu\'o puesto su actuación no fue muy sobre-
saliente. Embebido por las ideas de la revolución fran-
cesa, publicó miuchos bandos, prometiendo a los indios

todas las garantías y ventajas q' en lo posterior tendrían;


mientras tanto el estrecho de Tiquina había sido ocupa-
do por el cr.cmigo, lo mismo qué la península de Copa-
cabana, por incuria del subdelegado. Recien en 23 de
agosto desde Machaca comunicó Estrada los preparati-
vos que se hacía en Ch.ucuito, donde Goyeneche tenía
sus cuarteles dispuestos, pedía refuerzos para el estre-
cho de Tiquina, como desde Guaqui liabía comuni-
así

cado en 28 del mismo mes la proximidad de las fuerzas


realistas que venían sobre La Paz. Comunicaba tam-
bién de la circular dtl cura Garateque en términos bas-
tante h.üstües trataba mal de la revolución. A la apro-
ximación del enem.igo, opinó por ¡a defensa de Tiahua-

racu y ataque que no fue posible por las


al enemigo, lo

iíiírig: s de Gcyer.ech.e, los manejos de Yanguas y la


traición de Indaburu, Después dtrl descalabio de Cha-
caltaya burló las persecuciones de Goyeneciie ocultán-
dose misteriosamente, así evitó el presidio de diez años
en Filipinas a que fue condenado por sentencia de 28
de febrero de 1810,
Apareció después de la victoria de Aroma, se in-
corporó en el ejército argentino, después de la derrota
de Guaqui se trasladó a Salta, siguiendo las peripecias
DEPARrAA\EiNTO DE LA PAZ 279

del ejército vencido. Más tarde se consugró al servicio


de los altares ordenándose de sacerdote. Promotor Fis-
cal en 1837, cura propio de Macb.r.ca en 1844. Murió
en 1850.
Estrada rray Rodrigo.— Natural de Málaga. Ha-
biendo el provincia! de los dominicos obtenido licencia
real para establecer un convento de su orden en la ciu-
dad de La Paz, en\'ió al padre Estrada para que l¡eva''a

a cabo dicha fundación.


El padre Estrada llegó a La Paz a fines de ma)'0,

presentó ante las Cajas reales la cédula del soberano,


la provisión y sobre carta del Virrey Luis de Velasco,
en que se ordena entregar una vez a costa del real te-
soro la suma de seiscientos cincuenta pesos de a ocho
reales. «En 5 de junio de 1609 aíios, seiscientos cin-
cuenta pesos de a ocho reales que este dia pagó y en-
tregó al padre Rodrigo de Estrada, prior del con\enio
de esta ciudad, los cuales se la dan y pagan en virtud
de una cédula real mserta en una providencia y sobre
cuenta de Luis de Velasco Virrey que fue de estos rei-
nos en que m.andaba su Magestad y el mencionado Virrey
que al dicho convento de Santo Domingo como uno de
los recientemente fundados en este año se le dé por
única vez a costa de su magostad un ornam.enío,
real

calis con patena 3^ una campana. Juana Cotrina MontdU


vo2>. El 16 de agosto del mismo año con toda solemni-
dad se puso la primera piedra bajo la advocación de San
Jacinto, siendo reconocido corneo primer prior y fundador
el padre Estrada.
Escogido el terreno y levantado los planos per el
arquitecto Francisco Jiménez, natural de Siguensa, se
procedió a su construcción; pero los frailes tuvieron que
emplear tiempo y bastantes brazos para destruir una
pequeña colina según nos da a entender el cronista Me-
lendez. El templo, el mismo que existe en la actual!^
28o Diccionario Histórico del

dad y sirve de catedral, fue construido de cal y piedra


labrada de tres naves, bastante sólida y de proporción
adecuada al arte arquitectónico.
Sobre cuatro arcos torales bastante sólidos se des-
taca la media naranja con ventanas y claraboyas que le
daban poca luz a causa de estar cubiertas de piedra be-
renguela. La nave principal descansaba sobre seis arcos
sólidos en ambos hidos que sostienen las bóvedas res-
pectivas; en el frontis, sobre un arco la puerta princi-
pal con columnas labradas, con sus respectivos chapite-
les. Las dos puertas laterales no tenían ornamentación
alguna, levantándose sobre una de ellas su campanario,
también de piedra labrada, cuadrada y algo tacha que
no le deja lucir lo bastante sobre el resto del edificio,
todo el templo de orden toscano. En el interior del
templo existían siete altares incluso elmayor primoro-
samente labrado de madera de cedro y dorado conve-
nientemente.
El padre Alvarez trabajó un nuevo retablo para el al-

tar mayor, para lo que dio mil quinientos pesos don


Martín Salgado.
El Rey favoreció a los dominicos, costeándoles el

vino y aceite que en esos tiempos tenían un valor exa-


gerado.
En 1809 era prior Fray Nicolás Sotillo, el que con-
currió a varios actos del Cabildo, en que fueron llama-
dos los superiores de los conventos, los vecinos notables
y los funcionarios públicos.

En 1826 se extinguió el convento casi por consun-


ción por haberse retirado los frailes españoles a su país,
siendo los últimos frailes Vicuña y Oruna.
Para trasladar la catedral a ese templo, en 1831

recibió m.ejoras de consideración en su parte interior,


dirigida por Sanauja, que reedificó el tabernáculo, el co-
Departamento de La Paz 281

ro, el pulpito; y en 1862 el ingeniero Leonardo Lanza


arregió las columnatas del cuerpo de la iglesia, media

naranja y algunos altares. Su altar mayor fue trasla-


dado a Coroico.

La mayor parte de la manzana era propiedad de los


frailes. El claustro principal se hallaba constituido al

lado de la iglesia, cuadrado con arquerías de piedra, de


un solo piso, con celdas nada confortables, su regular
refectorio, biblioteca \' demás oficinas. Con una pe-
quena pila nada notable en el centro del claustro; sien-
do el resto del convento murallas, en las que más tarde
se han levantado casas particulares. Se ignora la fe-
cha en que falleció el fundador.

Estupiñan de r¡Éueroa D. Lorenzo —Natural de


Sevilla, de distinguida familia. Se hallaba establecido
en Lima. Vecino leal a la causa de su Rey, honrado y
leal fue uno de los comisionados que salió de aquella

ciudad a dar alcance al primer Virrey Blasco Núñez Ve>


la, más, cuando el representante de su soberano fue
preso y desterrado por los mismos oidores, Estupiñan
tomó parte en el complot legalista encabezada por Alon-
so de Barrionuevo; pe^ro descubiertos fueren delatados
ante el oidor Cepeda, quien mandó cortar las manos al

autor, saliendo Estupiñan desterrado; con alguna difi-

cultad pudo alcanzar su perdón.

Carlos V le nombró corregidor de La Paz por todos


sus días, se posesionó a principios de 1552, gobernó
hasta el 25 de junio de 1553. Por causas que no cono-
cemos renunció, retirándose a Lima. Entonces la Real
Audiencia le nombró juez pesquisador de Charcas, para
que averiguara las demasías que habían cobrado a los'
indios los encomenderos, llenó su comisión satisfacto-
toriamente. En 1562 y 1564 fue regidor de la ciudad
de los Reyes. En 1563 vendió su casa en Lima para
36
282 Diccionario Histó rico del

el monasterio de la Concepción. Parece que falleció en


1570.
Eva Viüamuros D. José. iNatural déla viüa de —
Muros en Galicia; hijo de Juan de Eva la Barrera e
Inés Bermudes. Vino nombrado corregidor de la pro-
vincia de Paucarcolla en 1735 Y concluido su periodo
se estableció en esta ciudad. Casó ccn Juana de Dios
Landaeta en 1740. Este general fue un vecino m.uy
distinguido y respetable. El corregidor Lorenzo Dínz
que había recibido ¡a orden real de espulsar a los miem-
bros de compañía de Jesús puso toda su confianza en
la

Eva, quien a la cabeza de un destacamento de fuerza;


unido al corregidor la orden re.il, sin inconve-
cumplió
niente alguno y que se notara
sin en el vecindario la
menor murmuración, apesar del afecto que les tenían a
los jesuítas. Este general falleció en una edad muy avan-

zada.
Eyzaguirre D fermín. — Nació en La Paz el 7 de
juliode 1795- Estudió en la Universidad de Chuquisa-
ca hasta obtener la toga de abogado. Diputado por La
Paz a la primera Asamblea reunida en Chuquisaca en
1825, que declaró la independencia de Bulivia. Asistió
a laConvención de 1828 representando a su ciudad na-
tal y fue uno de los diputados que con energía se puso
al frente de los traidores, capitancaJos por Blanco.
Diputado a la Cosnstitu)'ente de 1831. Al año siguiente
fue nombrado Corte y elegido su Presi-
Ministro de la

dente, cargo que desempeñó durante once años, liasta


que fue destituido por Velasco, como opositor a su re-
volución, llamada Regeneración,
Amigo sincero de Santa Cruz, trabajaba por su
regreso al poder, cuando el Prefecto Medinaceli aperci-
bido de su conducta lo mandó preso a Yungas; de donde
de 1839 al tener conocimiento de la
llegó el 16 de julio
sublevación de Ballivián, cuando este fracasó en su em-
Departamhnt o de La Paz 283

el vecindario en comicio, el 24 nombró


presa, se reunió
comandante general a Dámaso Bilbao, quien tomó to-
das las medidas necesarias contra los nacionales de S¡-
casica que venían contra la ciudad. Eyzaguirre fue
nombrado primer jefe y Manuel Postigo segundo de la

fuerza de la ciudad. Más antes hat'u sido jefe de la


columna de honor y coronel del batallón 2? de la guar-
nición nacional.
La misma noche el comandante general envió una
partida de 30 hombres de caballería comandado por
Rosendo Sanmillán con el objeto de apoyar a Romualdo
Escobar y Francisco Eduardo que llevaban la misión de
reducir a los nacionales que fueron recibidos con rechi-
flas. Entonces Bilbao coloco los dos cuerpos de na-
cionales en la plaza y la artillería en las boca calles.
Eyzaguirre acompañado de José Eduardo, les dio alcan-

ce a una cuadra de Coscochaca, les lialló y desarmó


con la mayor facilidad.
El 15 de junio de 1841 se pronunció La Paz por la

Restauración siendo Eyzaguirre nombrado Prefecto.


Fracasada la revolución se retiró a la vida privada, has-
ta 185 1 en que fue elegido diputado a la Convención,
y la que funcionó el mismo año en Oruro. Murió en
1859.
José María Eyzaguirre. La Paz. Doc- iNacido en
tor de la Universidad de Chuquisaca
cuyas aulas en
hizo sus estudios. Se ordenó en Arequipa en 1S19.
Promotor Fiscal; cura de Calamarca; Diputado ali
Convención de 1828; Senador por La Paz al Congreso
dei837. Canónigo doctoral por oposición en 1838; Rec
tor del Colegio Seminario; Vicepresidente de la Socie-
dad de Literatura; Chantre y Arcediano. Sacerdote
ilustradísimo. Murió en 1862.
Policarpo Eyzaguirre. — Paceílo. Distinguido abo-
gado. Juez de letras de la pro\ inda de Pacajes en
-

284 Diccionario Histórico del

1848, después desempeñó otros puestos en la judicatu-


ra. En 1851 Senador y diputado suplente; Intendente
de la Policía de esta ciudad; Prefec-to del Beni; Prefecto
de La Paz en la administración Córdova. Desterrado
al Perú por Linares, a su regreso fue aprisionado por
Yáñez, salvando milagrosamente de la carnicería del 23
octubre de 1861. Prefecto de La Paz en la administra-
ción Achá, a la caida de este se retiró a la vida privada,
hasta 1872 en que fue elegido diputado, Muriá asesi-
nado en Caupolicán en i88ó.

F

Tabre D. Pablo. Capitán español.— Fue casado
con María Manuela Mariaca Castro, en quien tuvo a su
hijo José, Residió en Sorata, más en 178 1 sublevados
los aborígenes al mando de Julián Apasa tuvo que asi-
larse en esta ciudad como muchos otros españoles.
Cercada esta ciudad por los indios. Seguróla jefe de la

plaza, en vista de la posición difícil tuvo que atrincherar •

la la parte principal teniendo cada trinchera una puerta,


cuyas llaves fueron confiadas al capitán español Fabre,
éste durante el largo asedio, desplegó mucha actividad,
y \a'or, mereciendo los elogios del mismo Seguróla.
Murió en 1790.

raleón de la Vega D. Juan Prancisco.— Natural


de Valencia. Apesar de prolijas invesíig.icicnes no he
miOS podido saber la causa por que este español fue con-
denado a pena de muerte, pues que el 28 de septiembre
de 1755 fue ahorcado en la plaza mayor de esta ciudad,
por el negro Julián que fue designado como verdugo.

raleón D. Pedro.— Argentino. Depositario gene-


ral de tabacos y naipes en 1781, destino con el que vino

de su país, pero no sabemos hasta cuándo lo desempeñó.


Departamento de La Paz 285

Esta oficina se componía de los siguientes empleados:


Administrador, depositario, veedor de fábrica, teniente
visitador, fiel de tercena, escribiente escribano. Tenía
sus resguardos en Chupi guarda mayor y resguardo.
Farfán D. Gregorio. — Capitán de milicias de Sica-
sica, en !a sublevación indigenal de 1781 fue muerto
el 5 de octubre del mismo año, por los tenientes de
Apasa en los altos de Santa Bárbara, y el alférez de las
Cajas Reales Francisco Farfán, muerto por los mismos
el 21 de abril de 1781. Probablemerite descendiente del
corregidor de Pisco, Julio Sánchez Farfán, quien se dice
que instaló ¡os primeros reñiJeros de gallos en esta ciu-
dad, ala que nuestros abuelos fueron muy aficionados.

Todavía en 1886 existía en una mala casa de la calle


Riverilla la cancha de gallos.

Fabio de Palacios D. Bartolomé Bernardo,— Na-


cido en Logroño. Le trajeron muy niño, estudió en la

Universidad de Chuquisaca y fue abogado de esa Real


Audiencia. Se ordenó de sacerdote en esta ciudad,
desempeñó algunos como Chulumani; Vica-
curatos
rio de Sicasica, canónigo en 1780, pasó de Deán a Chu-
quisaca, obispo de Santa Cruz de la Sierra, trasladado
a Guamanga en 25 de octubre de 1790. Tomó posesión
en 29 de junio de 1792; promulgó en enero de 1795 las
constituciones de su diócesis, reformando algunos pun-
tos de disciplina eclesiástica. Falleció en 1799.

Ternández Zapata, Ascencio Antonio Sebastián Ex-


tremeño. Fue casado con Juana Herrera Aragón de
distinguida familia. Fue en los años 70 a 76 y siguien-
tes comerciante de mucho crédito, en cuyos almacenes
se encontraban efectos de Castilla.
Ternández de Górdova y Meló D. Manuel José,—
Natural de Ch.uquisaca; hijo de Miguel Tadeo Fernán-
dez de Córdova y Clemencia Juana de Gómez- Meló.
286 DICCIONARIO Histórico del

Estudió en Arequipa y fue ordenado por el obispo Cha-


vez de la Rosa. Cura de Candaravi; opositor a la doc-
toral de Arequipa; cura 25 años del beneficio de Sala-
manca. Vicario de ejército de. Bolívar; cura de Gua-
manga; electo para el obispado de Ayacucho en 1826.
Se retiró del Perú y fue electo obispo para Santa Cruz
de la Sierra en 1836. Se consagró en Sucre el 14 de
agosto de 1836. Por permuta con el obispo de La Paz
León de Aguirre, en 1840 vino a su nueva Diócesis.
Murió en Mecapaca el 4 de marzo de 2840.
Fernández de Górdova D. Agustín.— Chuquisa-
queño. Arcediano del coro de La Paz en 1828 y Dean
en 1831. Vicario capitular a la retirada del obispo Sán-
chez Matas en 1826. Obtuvo de Roma bulas del obispo
de Satalia, inpartibus, no llegó a consagrarse por que
lo impidió el gobierno. Murió en 1859.
Fernández de Córdova D. Mariano —Nació en
Chuquisaca el 16 de enero de 1809. Estudió en la Uni-
versidad de San Francisco de Javier de su país natal,
recibiéndose de doctor en ambos derechos y de abogado
de la Real Audiencia. Se ordenó en Arequipa y fue
secretario del arzobispo Mendizabal; prebendado en
1830; canónigo magistral, tesorero y después Dean del

coro de La Paz. Fue electo obispo de esta diócesis en


10 de abril de 1849 y se consagró el 24 de agosto de
1850. Diputado por Chuquisaca al Congreso de 1851
y Senador por La Paz en 1850. Vicepresidente de la

alta Cámara. Sufrió mucho este Obispo posteriormente.


Los servidores de los gobiernos caldos viéndose en
situaciones insostenibles tenían que conspirar, asi fue

que e! día 10 de agosto de 1858, Justo Quirós a la ca-

beza de un grupo de soldados retirados atacó la guardia


del batallón I ?, Después de-luchar con el centinela,
Departamento de La Paz 287

penetró al cuartel e incitó a la tropa a la sedición. Ri-


vas que pasaba por el cuartel tendió de un balazo a
Quirós frustrando el movimiento/Xos grupos apostados
se dirigieron a la plaza dando tiros, y apenas se abrió la

ventana del palacio descargaron sus fusiles contra él, ca-


yendo muerto el General Prudencio y herido el mayor
Birguet. La guardia del palacio dispersó a los revolu-
cionarios. Capturados los motinistas y sometidos a jui-
cio, fueron condenados a la pena capital diez y ocho,

entre ellos dos mujeres y un religioso franciscano Juan


iWanuei Pórcel (cochabambino). Como éste según las

leyes canónicas, necesitaba previa degradación para ir al

patíbulo, el obispo horiorizado quiso dilatar el asunto;


pero Linares envió a Alecapaca donde residía el obispo
por sus enfermedades, a! militar Pareja con 20 soldados
que a -deshoras de la noche arrancó al prelado de su le

cho y lo condujo a la ciudad. En la mañana el terri-

ble dictador le intima proceda a la degradación, amena-


zándole con la horca. Asustado el pobre obispo, pro-
cedió en la mañana del i ? de septiembre a la triste ce-
remonia. Concluido el acto dio la vida en el patíbulo
lo mismo que Blanco, Clinger y Salvatierra. La indig-
nación fue profunda en la ciudad porque parece cosa
averiguada que no hubo ni semi plena prueba contra el

fraile, sino la declaración de una Rada que afirmaba:


"que había entrado a su tienda agitado a pedir un vaso
de agua", y un testigo Juan de Mata Zapata.
El obispo para satisfacer a la vindicta pública lan-
zó una pastoñ^l lamentando la victimación del sacerdo-
te, y aduciendo ejemplos de respeto a los ministros del
altar aún en otros países, h'ritado Linares ord¿nó que
el Fiscal del Distrito organizara el sumario correspon-

diente contra el diocesano. Las representaciones del


vecindario y las seíioras le obligaron a cortar el juicio.
2S8 Diccionario Histórico del

Sufrió demasiado de las violencias de Melgarejo,


hasta que se vio obligado a retirarse a su país natal,
donde murió en 1868.
fernández de Peredo D. Fernando— Natural del
pueblo de Quintanilla en el obispado de Santander: hi-

jo de Fernando Fernández
y María Manuela Peredo.
Contrajo matrimonio con María Josefa Ángulo, tacne-
ña, hija de Vicente Ángulo y Juana Labayen, en 4 de
abril de 18 Fue enteramente pacífico tuvo simpatías
12.

por la independencia, y después de la batalla de Aya-


cucho tue uno de los pocos españoles que se quedaron
en La Paz entregado a sus asuntos mercantiles.
Pernández Guachalla D. Juüan- Natural de Soria,
Este capitán en 1772 contrajo matrimonio con Rafaela
Irusta en quien tuvo a Lucía, ésta casó con Gabriel
Cordero.
Sus descendientes Felipa Cordero y Tadea Gua-
challa, legaron en su testamento una cuantiosa for-
tuna para fundar un asilo del Buen Pastor. En 30 de
mayo de 1892 llegó la monja fundadora Sor María de
San Pablo Gervaris. natural del Canadá, acompañada
de cuatro religiosas. Se alojaron en la sucia y peque-
ña casa de la bsnefactora, donde se había edificado una
capilla. Siendo el local incapaz para un establecimien-
to de esa clase de instituciones: recoger mujeres que se
hubiesen aparrado del buen sendero, así como procurar
la educación del sexo débil, adquirieron el actual edifi-

cio que ocupan, lo ensancharon y mejoraron. Los be-


neficios que reporta a la sociedad este instituto son sa-
tisfactorios. La monja fundadora, murió el 2 de mayo
ee 1894-
Fernández de Dávila D. Buáenio.— Natural de
Huánuco en -el Perú, hijo de Gabriel Fernández y Ana
María Dávila, Fue corregidor de la provincia de Paca-
jes y concluido su período de mando se radicó en esta
Departamento de La Paz 289

ciudad. Fue casado con Mauricia Sardón de Villanue-


va Agras y en segundas nupcias con Teresa López de
Arteaga, de Concepción de Chile. Fue alcaide ordina-
rio en dos ocasiones. Murió este General el 11 de agos-
to de 1744.

Ternández Velarde D. Manuel.— Español, caba-


llero de Santiago, vino nombrado corregidor de la pro-
\ incia de Pacajes en 1700 a 1705. Vino a esta ciudad
por algún tiempo con nioti\-o de que el juez de residen-
cia le obligó al pago de dos mil pesos como dem.asia de
lo que liabía cobrado en contra de lo vigente y cuya
cantidad tuvo que oblar en las Cajas Reales.

Fernández Castellanos D- Francisco— Natural


de Lima. Este General ejerció el corregimiento de la
provincia de Pacajes de 1710 a 1713. Estuvo algún
tiempo en esta ciudad, pero no conocemos su descen-
dencia. Parece que se volvió a su país natal.
Pacajes, provincia dilatada, pobfada de mucha in-

diada y rica. Dividida por el rio Desaguadero en dos


partes, y a la que íluyen los 6 río^s Cajas, Mauri, Jaro y

otros pequeños que corren a engrosar el caudal del pri-


mero y otros al lago. Con monumentos antidiluvia-
nos como los de Tiahuanacu, sobre cuyas construccio-
nes y por la raza, aún la ciencia no ha dado su última
palabra. Encontrándose la sin par piedra verenguela,
que durante el coloniaje fue llevada a las ciudades más
importantes para emplear en ventanas, fuentes, mesas,
escritorios, etc.Abundante en llamas que en los pri-
meros tiempos de la conquista se empleaba en transpor-
te de azogue de Arica a Potosí, y el hierro a distintas

provincias; perdiendo su importancia con la introduc-

ción de muías. Abundantísima en pastales, como que


progresaron admirablemente las Ovejas y Vacas traídas

de España. Además la Vicuña, el Huanaco, Alpaca de


37
^90

valiosa lana,
excelente combustible.
Diccionario Histórico del

y entre los vegetales la iola, que es un


1
Este corregimiento tenía de reparto 96,505 pesos,
pagando de alcabala 772 pesos anuales.
Qué importaba que su clima fuera frígidísimo,
cuando salían ricos los corregidores y se iban a vegetar
en Lima, donde existía una calle llamada de los Caba-
lleros de Pacajes.

Pernándsz Dávüa D. Juan Manuel- Este espa-


ñol vino nombrado tesorero de las Cajas Reales de La
Paz en 1730 investía el título de maestre de campo.
Casó con Juana López de Astorga, natural de Concep-
ción de Chile, en quien tuvo a María Susana en 11 de
agosto de 1735. Cuando cesó en el puesto por haber
elvisitador de las Cajas encontrado algo de incorrecto, lo
tuvo preso, se defendió y salió ileso de las inculpacio-
nes. En 1735 y 1747 fue alcalde ordinario de primer
voto. Falleció en 1750.
Pernández de SandovnI y Ti^^ueroa D- Prancis-
C0-— Natural de Málaga. Vino nombrado corregidor de
la provincia de Sicasica. En 1777 vino a esta ciudad
muy enfermo, falleció a poco tiempo.
Fernández San Martín D Pedro de. — Limeño. Es
te maestre de campo, compró la vara de regidor del Ca-
bildo paceño en 1775 por dos mil pesos, y se incorporó
como caballero veinticuatro o regidor perpetuo. Fue
muy rico y notable en su época, su casa se hallaba si-

tuada en la 1 última cuadra de la calle actual Colón,


llegó a llevar la denominación de ''San Martin*'.
En la época colonial las calles to.maban el nombre del

señoríu de casaca bordada, chalatepa, el pelo }' zapatos con


hebilla, elpon amarrado con un gran rosón y polveado.
En 175 1 alcalde de primer voto. Fue casado con Pe-
tronila Gonzales en quien tuvo a Micaela que casó con
Manuel Maruri y tuvo a José Manuel en 2 de enero de
Departamento de La Paz 291

1757, muriendo de parto.. También fue hijo suyo el

cura Miguel. Murió en 23 de abril de 1772.


Pernández Dávila D. Tadeo.— Natural de Moque-
gua. Estudió en la Universidad de Lima, donde se gra-
duó de doctor. A poco tiempo vino a establecerse en
La Paz. Sirvió de teniente asesor al Gobernador Bur-
gunyó y Juan; sumamente enfermizo y avanzado en
años, pidió licencia para retirarse, que le fue concedida,
sin embargo continuó en el gobierno, y a la muerte del

gobernador se hizo cargo interinamente el 28 de octubre


de 1807.
Sumamente apegado a los dineros, según consta en
l'.s capítulos principales, contra su gobierno además el

r.epotismo en favor de sus sobrinos Tamayo, su comer-


cio en perjuicio de la real hacienda de muías de Salta,
probablemente de los cuatreros de Paula Sanz, los que
por medio de sus agentes hacía vender en todas las pro-
vincias con bastante utilidad para sus bolsillos, y muy
aficionado alcohecho mediante paga. El hubiera re-
nunciado la intendencia y averiguaba cual podía ser el
mejor camino para retirarse a España, donde de seguro
esperaba gozar pacíficamente las rentas de sus venali-
dades. En esto llegó el visitador Prada encargado de
la intendencia por renuncia de Dávüa, pero el obispo
La Santa no creyó que el fuera visitador fácil instru-

mento de sus planes, y valiéndose hasta de informes


nada correctos y aún menguados, logró su remoción y
obtuvo que continuara Dávila.
La revolución paceña venía tomando incremento
cada díi, Dávila, no se puede dudar, era conocedor inme-
diato de todo lo que se preparaba, ocultó, disimuló y
los dejó obrar; pero no pudo ser indolencia sino la ve-

nalidad de su carácter y su apego al dinero. Así en


1805 descubierta la revolución fraguada por Murillo y
otros patricios, fue descubierta, capturados sus autores
2Q2 Diccionario H istórico del

y sometidos a juicio; terminando mediante la tolerancia


o cohecho de Dávila benignamente.
El gobierno de La Paz siguiendo el ejemplo de otras
poblaciones resolvió la jura de adhesión a Fernando VII,
la que se llevó a efecto el 13 de octubre de 1803. El
alférez real sacó el estandarte y lo paseó en medio de
bs corporaciones oficiales, una muchedumbre de indí-
genas en traje de baí/e, se dirigió la comitiva procesio-
nal hasta la plazuela de San Sebastián, donde en un ta-
blado levantado expresamente se hizo la ceremonia de
h jura, dirigiéndose después a San Francisco en el que
se practicó lo propio, terminando en el palacio de go-
bierno. El carro triunfal del más imbécil de los mo-
narcas de España era conducido en el centro de los dos
Cabildos, cerraba la c-omitiva el cuerpo de guarnición.
Al día siguiente hubo misa de gracias, con tedeum^ fue-
gos artificiales, música dirigida por el indígena Ticona,
causando gran contento en los peninsulares y desdén
en los americanos
El 3 de diciembre del misnio año el insigne traidor
e intrigante Goyeneche pisaba con sus impúdicas plan-
tas la ciudad del lilimani, dirigiéndose después a Are-
quipa, su patria.
Mientras tanto la revolución iba en fermento, sus
dirigentes obraban activamente, con la noticia que tra-

jo el correu de la prisión Bayona


de Fernando VII en
por Napoleón Bonaparte se alentaron más. En vista
de esto se había acordado en la logia de Victoiio Lanza
dar el golpe en la noche del 30 de marzo aprovechando
del momento en que las gentes andaban en la visita de
estaciones. Suspendida !a revolución sea por una de-
nuncia o por que sus autores creyeron necesaria, lo
cierto es que Dávila, confiesa que en la expresada no-
che apesar de sus males salió personalmiente a rondar
la ciudad solí\mente con su criado y los soldados de su
Departamento de La Paz 293

guardia, habiendo prevenido a los dos alcaldes ordina-


rios hiciesen lo mismo, habiendo recorrido los arrabales
de la ciudad y calles principales hasta más de las cuatro
de la mañana no encontró reunión alguna, dice, sólo el

alcalde de primer voto con su patrulla por el barrio de


Santa Bárbara, habiéndole hecho cargo al de segundo
voto por qué calles había andado que no le encontró, le
respondió que antes de la una se habla entrado en casa
de Indaburu, su hermano, de donde se habla retirado a
su casa, continúa Dávila, «yo estuve en la puerta de di-

cho Indaburu entre la una v dos de la mañana no vi en


ella la patrulla o cañaris de dicho a-lcalde, pero oi aden -

tro algún rumor, no quise hacer novedad porque el es-


trépito no alarmase más a los que pensaban en esas vi-
lezasi»; pero el dinero contante que recibió sin duda no
fue vileza. Hizo tomar presos a Francisco María Hiño-
josa, los Calderón y les envió a la real cárcel, hacién-
doles seguir juicio, organización de proceso al día si-
guíente. que terminó sin estrépito, según se afirma me-
diante el dinero del acaudalado alcalde provincial Ra-
món de Loayza.
Se presentó en esta ciudad el doctor Mariar.o Mi-
chel comisionado por la audiencia de Chuquisaca para
la captura de los prófugos. El gobernador así como el

obispo quisieron evitar su entrada, tratando al comisio-


nado con harto desprecio, y sólo cuando liubo manifes-
tado sus provisiones y significado los pacíficos encargos
de su comisión le permitieron la entrada. El abogado
fue inmediatamente requerido y agasajado por las logias
en su casa de alojamiento, casa de la señora Pacheco,
donde vivía Pedro Cossío, revolucionario. Michel así
como ios revolucionarios se trataron con mutuo recelo,
así que la obra de la revolución mal puede atribuirse a
Michel, a este respecto es concluyente el oficio de 20
de diciembre de Goyeneche dirigido a Nieto con perfec-
2Q4 Diccionario Histórico del
toconocimiento de causa, dice: ^Los autores de la con-
moción de ésta fundan el origen de ella en el mal ejem-
plo que dio el tribunal de Charcas, según aparece de
lasdeclaraciones de los principales reos y hablando a
Usía con la verdad y justicia que adopto, diré que esos
oidores aprovecharon la semilla que años hace ha cun-
dido aqui delegando a iVlichel para que sórdidamente
inquietase los ánimos preparados muy de antemano a
una revolución, originado por el abandono del Gobier-
no, del orgullo territorial de éstos, y de la ninguna su-
bordinación y falta de respeto que tenían a sus jefes,

este desarreglo creado en quince años)).

Determinado el movimiento revolucionario para la

noche del i6 de julio de i8og, se realizó al continuo


arrebato de las campanas, el gobernador se presentó en
medio del tumulto siendo detenido por Graneros, a quien
el anciano le pidió un vaso de agua. Conducido a su
antigua habitación y después al palacio episcopalquedó
custodiado por veinticinco hombres armados. Reunido
el Cabildo abierto a nueve y media, pidió el pueblo
las
la remoción del gobernador intendente provisorio, el
Cabildo dirigió inmediatamente el oficio intimando en
nombre del pueblo su renuncia, del que fue portador el
regidor Sagárnaga, acompañado de Cossío, los que cons-
tituidos en su prisión le arraiicaron la renuncia a las lo

de la noche, en la que dejó constancia de cuanto a la

acusación de despotismo hará ver a su tiempo la false-


dad. Al día siguiente fue conducido con una fuerza
competente a su antigua habitación en palacio donde
quedó reducido a la más estricta prisión, dejándole más
tarde en completa libertad por su ancianidad. Goyene-
che le ocupó en algunas comisiones de justicia. Murió
el 4 de febrero de 1814; siendo sepultado en San Fran-
cisco,
Departamento de La Paz 295

rigueroa D. Francisco.— Natural del Cuzco, hijo


de- JuanFigueroa y Petrcnihi Padilla. Establecido en
La Paz por el ano 171 3, casó con María Heredia en
quien tuvo a Tomás Aquino en 10 de marzo de 1717.
Este es el primer comerciante que principió a negociar
con articules que hacían traer de su país que hasta en-
tonces eran casi descoiiociJos.
Figueroa Butrón D. Sebastián de.— Nació en La
Paz el18 de enero de 1776, fueron sus padres Manuel
de Figueroa y Ascencia Butrón. Concluidos sus estu-
dios en el colegio Seminario de esta ciudad, fue ordena-
do de sacerdote por el obispo La Santa al principio de
su gobierno en 23 de febrero de iSco; en la celebración
de su primera misa fue su padrino de vinageras inda-
buru y después su capellán. Teniente de cura de la
catedral hasta 1804, capellán sustituto de la octava com-
pañía de veteranos. Era apodado Casarai^i por su
manía de ptocurar casamientos o remediar las uniones
fortuitas.
Cobró odio a su soberbio prelado y se alistó en las
filas revolucionarias, haciéndose ardiente propagandista
de sus principios. En su casa el 12 de juüo quedó de-
terminado el golpe que debía darse el 16 del mismo mes,,
loque se realizó con buen éxito. Por octubre del mis-
mo año corrían toda suerte de proclamias llamando a la
independencia absoluta y haciendo la apología de la re-
volución, uno de esos que Gregorio García Lanza había
llevado a casa de Indaburu, de doTide tomo Figueroa y
puso al conocimiento del público mediante lectura que
dio el presbítero. El Deán Zarate ordenó el 3 de octu-
bre la detención de éste, el alguacil de corona Lorenzo
Arteaga le condujo el mismo día detenido al convento
de la .Werced. Este es el célebre documento conocido
con el de «Apología de la conducta de
La la ciudad de
Paz y nuevo sistema de gobierno que ha instaurado con

296 Diccionario Histórico del

motivo de las ocurrencias del "16 de julio de 1809, por


un ciudadano de Buenos Aires», cuya pieza es obra del
doctor Gregorio García Lanza. Se le siguió proceso.
Su prisión irritó a los oficiales que tenían verdade-
ro afecto a su. capellán y patrocinador de las juntas re-
volucionarias, que tan desinteresadamente había servi-
do a la causa. Probablemente trataron de arrancarlo
de su prisión, por eso el gobernador Zarate con fecha

4 de octubre se dirigió al Cabildo comunicando que ha-


bía hecho presente el ccm.endador que corría riesgo de
que quisieran extraerlo con violencia, pedía auxilio. Orde-
nó el Cabildo a Murilio pusiera cuatro hombres y un
cabo a las puertas del convento para cuidado*de sus re-
ligiosos y su prelado. El 5 de octubre pidió el cuerpo
de oficiales al Cabildo eclesiástico rebajara la prisión de
Figueroa, el gobernador Zarate dictó al día siguiente el
auto mandando rebajar la prisión, suspendiendo la cau-
sa hasta mejor oportunidad y plena libertad en el juz-
gado, convencido de la amienaza. Goyeneche después
que ocupó esta ciudad le condenó a un destierro de diez
años en las islas Filipinas, que él la burló desaparecien-
do inisteriosamente. Apareció con la venida del ejérci-
to auxiliar argentino, y después de la derrota de Gua-
qui, emigró hasta la ciudad de Córdoba, en cuya Dió-
cesis desempeñó un curato, proba bleñiente falleció allí,

n^ueroa D Juan Antonio. — Natural de Galicia.


Su padre Migue- Figueroa lo trajo muy niño y se estable»
ció en í^i'tos!, muerto ti autor de sus óh^, militó varios
años en la marina, aburrido de la milicia, desertó y se
vino a esta ciudad y vivió de su profesión, la sastrería.
Después del pronuncismiento del 16 de julio de 1809 se
le Improvisó de teniente de artillería casi en los últimos
momentos. Destruida la fracción de Yanguas el 12 de
octubre por Castro, éste se retiró al Alto con las fuer-
zas; más, defeccionado Indaburu y habiendo hecho fu-
Departament o de La Paz 297

silar a Rodríguez, bajó e¡ 19 de octubre a la cabeza de


las tropas, como el primero se atrincherase, Castro dis •

puso el ataque, a encomendó una pieza de


Figueroa le

artillería para que entrase por del Comercio con la calle

veinticinco hombres de infantería, ordenando que la in-


fantería no fuese de frente ni hiciese fuego a las trin-
cheras, sino que avanzaran de puesto en puesto
de espaldas, dirigiendo el fuego a las ventanas de
una y otra vereda; veinticinco hombres por la calle de
San Francisco, dividiéndose del Choro a distraer por
la casa de Iriondo, pero sin comprometerse a pelea re-
niJa. Llegando a la esquina de las Concebidas otros
veinticinco hombres con otra fuerza de artilleríi se di-
rigieran a la calle Santo Domingo y por allí pelearían
como los del Comercio: otros veinticinco hombres de
esquina dicha se compartirían a ponerse en la esquina
arriba de la plaza donde está la caja de la pila de la

plaza, quedándose él con treinta hombres.


Viendo los defensores de la trinchera del puente de
lasConcebidas que se dirigía al lado de San Francisco
un pelotón, sin duda creyeron que les iban a tomar la
retaguardia, se reconcentraron a la plaza; mandaba la

cabeza Gregorio Umeres con dos piezas de artillería, Fi-

gueroa en el centro y en la retaguardia Narciso Núñez,


entenado de Murillo. La columna atacó simultáneamente
la plaza por las calles de Santo Domingo, meJiante cer-

teros tiros de la artillería y con bastante tenacidad lo-


graron destruir la barricada de Santo Domingo; visto lo
cual los realistas se entregaron a la fuga; los patriotas

apoderados de la plaza lograron triunfo completo, su-


cumbiendo de una manera trágica Indaburu.

Castro abandonó la ciudad dirigiéndose al campa-


mento de Chacaltaya, de donde a la aproximación de
las fuerzas de Goyeneche,se retiraron a la provincia de
38
2q8 Diccionario Histórico del

Yungas, dejando a Figueroa para que con toda activi-


dad recogiera dos piezas de artillería )• todos los pertre-
chos que por falta de mulos no habían podido cargar,
ordenándole asi mismo se expidiese como comandante
en custodiar tan interesante punto para el caso de
una invasión.
La víspera del 25 de octubre en la tarde un pelo-
tón de caballería se aproximó al campamento de Cha-
caltaya, siendo recibidos a fuego, emprendiendo la re-

tirada a toda carrera; al día siguiente muy temprano se

presentó todo el ejército, en vista de lo cual mandó ve-


lar los repuestos de pólvora y descargar algunos caño-
nazos; pero rodeado por toda la fuerza enemiga se en-

tregó prisionero, cayendo con los soldados Antonio Mai-


dana, Camilo Peralta, Eusebio Tejeiro. Tal fue la
acción de Chacaltaya, que Goyeneche hizo alarde co-
mo una de su> más brillantes glorias sin haber perdido
un solo soldado.
Preso Figueroa, a quien el general arequipeño ¡e
tenía una saña profunda, por su sentencia de 27 de
enero de 1810 por reos de alta traición, infame, aleve,
subversor del orden público, le condenó a la pena ordi-

naria de horca. Leída que le fue la sentencia, perdió


la razón; se ocupaba en encender uno tras otro cigarros
puros y arrojarlos. Puesto en el garrote, cuando lo
creían muerto, apenas lo dejó el verdugo se levantó^ se

puso a andar, porque tenía Li garg inta muy ang)sta* no

pudo ser estrangulado, se ordenó que le ahorcasen, pero


se rompió la cuerda, cayó, levantándose del suelo qui-
so andar, entonces mandaron que le degollasen, y lo hi-

cieron así con un cuchillo dado por un chapetón. Su


cadáver fue colgado en la horca y en la tarde conducido
al templo del Sagrario donde fue enterrado.

Yáñez de Montenegro, dice: que era de cara blan-


ca, estatura baja y delgado.
Departamento de La Paz 299

riores D. Ignacio — Natural d- la ciuJad de Quito;


hijo segundo del sargento mayor Antonio Flores, mar-
qués de Miraílores. Muy niño fue llevado por sus pa-
dres a España, donde se consagró a la carrera de las
armas en calidad de capitán de cabalieria en el regi-

miento de voluntarios de Aragón Restituido a la Amé-


rica con el grado de teniente corone!, fue nombrado
comandante militar de la provincia de Mojos. Deteni-
do en Chuquisaca con las múltiples atenciones de su
gobierno y comisionado demarcador de limites, al que
no concurrió por la insurrección de Chayanta encabe-
zada por el indio Tomás Katari. Entonces el Virrey le

nombró comandante militar de todos los distritos de la

Real Audiencia confiado a su pericia militar la pacifica-

ción de la colosal sublevación indigenal.


Mientras tanto la insurrección encabezada por Tu-
pahj Katari tenía a La Paz en sitio riguroso, próxima a
sucumbir por el tardío auxilio que tenía que venir des-
de Buenos Aires. Flores puesto a la cabeza de tres
mil hombres en socorro de esta ciudad tuvo que atra-
vesar por pueblos sublevados, a su aproximación los
combates se hicieron más frecuentes. Tupahj Katari
dejando la dirección del sitio a su mujer Bartolina Sisa,
a la cabeza de cinco mil hombres se dirigió a Calamar-
ca, le presentó batalla, pero fue vencido; Flores conti-
nuando su marcha con frecuentes ataques, se presentó
en el Alto el i ? de agosto de 1781, salvando la ciudad
de una catástrofe inevitable. Los indios desalentados
entregaron a la mujer de Katari, muchos abandonaron
las filas de la revolución y no pocos imploraron el per-
dón. Pero la masa principal seguía insurreccionada,
haciendo continuas correrías al campo español situada
a una legua del Alto. Furioso Flores, especialmente

contra los indios de Achocalla, mandó seiscientos hom-


300 Diccionario Histórico del
bres que incendiaran el pueblo y pasaran a degüello a
los que encontraran.
Después trató de desalojar a los indios que se ha-
bían situado en el cerro de Quilliquilli, con este objeto
dividió su ejército en tres columnas, la una al mando
de Ayarsa, la otra al de Velasco y la tercera al de Flo-
res y Seguróla. El ataque se hizo tenaz y apesar de

grandes esfuerzos tuvieron que replegarse, saliendo to-

dos heridos incluso el general. Esto obligó a Flores a


retirar su campamento a cuatro leguas de distancia de
la ciudad. Los indios procuraron sacar de este triunfo
toda la ventaja posible para hostilizar a los españoles.
Desalentado Flores con la deserción de sus tropas en
especial del cuerpo de cochabambinos, resolvió dejar
La Paz para ir en busca de socorros. Después de ha-
ber reforzado la guarnición de la ciudad con quinientos
hombres se retiró a Oruro.
Nombrado presidente de la Audiencia de Charcas,
gobernador y capitán general. Se confió al coronel Re-
seguin la pacificación de las provincias de La Paz, quien
lo hizo de una manera feliz Gobernaba Flores en Chu-
quisaca, más la revolución de los Katari había desper-
tado una marcada rivalidad entre españoles y mestizos.
Sucedió en Chuquisaca el asesinato de Jo^'é Oropeza,
pobre e indefenso cholo, perpetrado per Alonso Pérez,
granadero del regimiento Estremadura, con este motivo
se sublevó la plebe, atacó el cuartel, pidiendo la entre-
ga del asesino, rechazada con pérdida demuchos paisa-
nos, amenazaron incendiar la ciudad, más los esfuerzos
de Flores lograron calmar momentáneamente. Otro
acontecimiento volvió a turbar la tranquilidad, seis sol-
dados españoles acuchillaron a algunos pacíficos mesti-
zos, enfurecidos estos en los días 22 y 23 de julio de

1785, llenaron de espanto la ciudad con pedradas y gri-


Departamento de La Paz 301

tos contra !os chapetones, la soldadesca insubordinada


hizo fuego indistintamente sobre la multitud. El presi-
dente Flores atravesó a caballo sólo y desarmado por
entre las turbas para evitar la efusión de sangre, se-
cundado por los esfuerzos de los oidores- Cicerón y
Calvo, del clero y de todas las personas notables pudo
lograr se restablezca el orden.
Los españoles por envidia a Flores por su carácter
de americano, le presentaron como apadrinador de los
motines; dos oidores y el fiscal Arnaez de ios Novillos^
le prendieron y le remitieron a Buenos Aires. Como
gobernador salió indemne en el juicio de residencia an-

te Viedara, pero su causa política lle\-aba visos de di-


latarse años, hasta que falleció en 1786 de pesadum-
bre en una prisión de Buenos Aires.
Flores D. Mateo.— Indígena de la provincia de
Yungas, que en 1781 sublevó todo ese partido contra
los españoles, titulándose coronel. No quiso aceptar
el indulto que le fue ofrecido^ huyó a los bosques, cap-
turado por los suyos, fue entregado a Seguróla en la

hacienda de Pauri el 29 de mayo de 1781, ejecutado po-


cos días después.
Flores Picón D. Rodrigo. —iNatural de Mérida en
la provincia de Estremadura: hijo de Rodrigo Flores Pi-
cón Caballero e Isabel Fernández Castro. Vino de Es-
paña con el grado de capitán antes del asedio de los in-

dios, siguió prestando sus servicios hasta que en 1794


fue ayudante m/ayor de la gobernación. Casó con Ma
ría Vicenta Juareste Eguino, distinguida dama paceña.
Su casa estaba en el barrio da! palacio actuad (calle
Ayacucho) donde encontraban franca expansión su? co-
rreligionarios políticos, que _sea dicho de paso, que era
muy generoso y sumamente dadivoso,
El se hallaba retirado del servicio, no sabemos por
que causa, si voluntaria o obligadamente, tal \-ez este
302 Diccionario Histórico del

resentimiento le hizo patriota; pero la verdad es que


entonces las exjuntas superiores estaban electrizadas
con la revolución francesa, que habían proclamado los

sublimes principios desconocidos hasta entonces: Liber-


tad e igualdad.
Establecidos los clubs secretos para los trabajos re-
volucionarios, Picón fue de los primeros en afiliarse tra-

bajando por su propaganda, su posible realización, su


triunfo; pero descubiertos probablemente, fueron enjui-
ciados, pero el gobernador por temor a las consecuen-
cias populares, también en atención al mérito de las

personas comprometidas se contentó con aplicarles la

pena del diario comparendo,


Burgonyó incapaz de obrar de una manera franca,
ocurrió al* detestable miedio de hacerlos desaparecer por
medio del veneno, como en esa época habia grasado
una epidemia, le fue fácil cumplir su objeto. Asi Picón
fue la primera víctima que sucumbió.
Esto está atestiguado por personas que actuaron en
esa época com.o el General Bilbao y el doctor Gutié-
rrez.

Fonseca D. íidefonso.— Este sujeto fue contador


de las Cajas Reales de esta ciudad, lo único que sabe-
mos de este viejo solterón.

Foronda y Aguüar D. Juan.— Este español vino


nombrado de corregidor de la provincia de Pacajes en
1705. Concluido su período se estableció en esta ciudad.
Casó con Bernarda Marcellano, en quien tuvo a su hi-

ja Mariana en 24 de julio de 1712. Este General por


su enlace con una de las personas más prestigiosas de
la ciudad llegó a ser todo un personaje. Murió en" 1740.

Foronda D. Juan Antonio.— Natural de Córdoba.


Vino nom.brado corregidor de Larecaja en iJSO, había
sido en su país general de caballería. Terminado su pe-
"

——^
^
'
Departam ento de La Pa¿ 3^3

ríodo de mando se radicó en esta ciudad, más después


pasó de corregidor a Lampa.
Torondd D. Juan Antonio.— Este español vino en
1700 nombrado contador de las Cajas Reales, tesorero
déla Santa Cruzada en 1735. Contrajo matrimonio con
María Nicolasa Bulucua, en quien tuvo a María Teresa
Eduvi^^es en 16 de octubre de 1735, Nicolasa Narcisa
en 14 de no'viembre de 1736. Falleció ejerciendo las

funciones de tesorero en 1754.


Tranco D. Tomás Manue!. -Natural de Granada
en Galicia: hijo de Manuel Franco y María Andrade.
Vino de capitán de milicias de esta ciudad en 1770.
Contrajo matrimonio con María Josefa Villavicencio
Luna Medina en 1772 en quien tuvo a María Agustina
en 3 de mayo
de 1773, Pedro en 28 de julio de 1774,
Félix José en 29 de julio de 1776. Maestre de campo
en 1773, alcalde de la Santa Hermandad, coronel de
dragones en 1774, coronel de milicias en el regimiento
de caballería de Songo, teniente coronel graduado de
los reales ejércitos del FerroL Durante la sublevación
indigenal de 1781 desempeñó importantes servicios.
Amenazada la población con un inminente ataque de
Katari se organizaron las fuerzas defensoras, tocándole
el comando de compañía de Granaderos a Franco, con
la

los que se dirigió a Viacha el 10 de marzo de 1781, sa-

liendo de esta ciudad a media noche con 30 Granaderos,


30 Oficiales sueltos, vecinos armados con escopetas y
cuatrocientos lanceros, porque se tuvo conocimiento
que en aquél pueblo se había sublevado y reunido mucha
indiada, llegaron al amanecer a dicho punto, tomándo-
les de sorpresa, pasaron a trescientos de ellos a cuchillo.
Más cincuenta indios refugiados en el cerro de las Le-
tanías sostenían con valor los ataques, Franco después
de hacer reducir a cenizas el pueblo se replegó a la ciu-

dad.
304 Diccionario Histórico del

El día siguiente acompañó a Seguróla hasta el pue-


blo de Laja, que a la cabeza de una columna hizo des-
trozos en los indios, viéndose obligados a replegarse a
la noticia de que la ciudad estaba ya sitiada como que
se realizó a pocos días. El coronel Franco el 23 de
marzo intentó una salida porSan Pedro para sostener
las fuerzas de los capitanes Escamosa, Higuera, que ha-
bían salido en persecución del enemigo, logró rechazar-
los; más su fuerza fue puesta en fuga con pérdida del
vecino José Prada-, que atemorizados llegaron hasta la

plaza. Franco hizo todavía otras salidas atrevidas fue-


ra de trincheras. Concluido el cerco expedicionaron al

Río abajo a la cabeza de la caballería, ocupando la reta-


guardia, logrando la completa pacificación del partido
de Yungas. Falleció el 24 de marzo de 1790.
Tuentes Guerrero D. Bartolomé— Natural de las

encartaciones'de Viscaya, fue en su carreía, arcrdiano


de la catedral de La Paz en 1695. Cuando le llegaba
el nombramiento de Dean había ya fallecido.

C3-

Galarza Ignacio.— Natural de Mérida, vino en 1643


nombrado tesorero real de las cajas de La Paz, puesto
que desempeñó hasta su fallecimiento acaecido en 1695.
Fue casado con Juana de Vargas bisnieta de uno de los
fundadores de la ciudad.
Galindo José. —
Natural de Trujillo^ religioso agus-
tino \'ino nom.brado prior del convento de La Paz en
•1706y lo gobernó hasta 1709. Este religioso pensó se-
riamente en la construcción de un nuevo templo que
reúna las condiciones de solidez, capacidad, buena or-
namentación y con este objeto principió a recolectar li-
mosnas y óbolos que al finalizar su período de prelado
dejó en caja la suma de tres mi! pesos. Pasó con igual
Departamento de La Paz 30$

destino al convento de Arequipa y desempeñó el de


Chuquisaca, parece que falleció allí.
Gaíindo de Rosas D. Luis.— Natural de Lima.
Nombrado corregidor de La Paz en 1738, vino con su
esposa María Josefa Alvarado y Perales, también lime-
ña, aquí le nacieron sus hijos; María Josefa Gertrudes
en 17 de febrero de 1739, Fernando Ramón Hermene-
j marzo de 1740, Luis José en 17 de julio
!Jo en í6 de

de 17^1, mayor Isabel, nacida en Lima, casó


Su hija
con Ignacio Antonio Castillo, oidor decano de La Plata,
Li ceremonia se efectuó en su finca de Achumani.

í£¡ obispo Rodríguez en sus constituciones celebra-


das en 1737, Iiabía dispuesto que para festejar a la ima-
gen patrona de la ciudad, debían turnarse las au-
toíidades principiando por el obispo, a quien le tocó el
año 1738, debiendo en el siguiente celebrar la fiesta el

alférez y el corregidor. Se hicieron grandes preparati-


vos, iluminaciones, cohetes, repique de campanas, etc.
El gran señorón asistió a las vísperas que fueron muy
solemnes. El día de la fiesta e! corregidor muy horon-
do con su guión estuvo muy grave en la misa pontifica-
da por el obispo. Concluido el acto religioso, se paseó
el estandarte real, según costumbre con toda solemni-
dad, en medio de un estruendo ensordecedor de las mú-
sicas indígenas, que se lia dicho de paso, sin estos no
había fiesta posible hasta más al'á de 1860. El banque-
te en la casa pretorial debió haber sido regio, al que
concurrió toda la aristocracia.

Los mocetones para lialagar al mandón tomaron


también parte en el regocijo público. Manuel de Leyva
sastre, José Coronado platero, Manuel Pacheco carpin-
tero, Juan Raymuiído Figueroa bordador, organizaron
una comparsa de bailarines, ciillaguas, con cholitas es-
cogidas, jóvenes y preciosas, las que primorosamente
vestidas y alhajadas, manejaban con cierto donaire un
39
3o6 Diccionario Histórico del
pequeño huso como hilanderas. Los varones con pre-
ciosos ponchillos de colores avigarrados, caretas con
luengas barbas, monteras cubiertas de lentejuelas y un
huso disforme, vallaban al compás de su orquesta espe-
cial, hilando y haciendo muecas.
La corrida de toros fue muy entusiasta: los enco-
petados y las grandes damas lucían su belleza, en pal-
cos lujosamente colgados de telas preciosas, cortinajes,
sobrecamas recamadas de oro.
El general Galindo después de haber desempeñado
los tres anos de su gobierno el 9 de marzo de 1741. Su
esposa había fallecido el 28 de julio de 1740 al dará luz
a su hijaMaría Gertrudes, y él dejó de existir el 4 de
noviembre de 1749, siendo enterrado en Santo Domin-
go-

Gálvez de Oropeza D. Julián —Natural de Chu-


quisaca, en cuya Universidad había hecho sus estudios
para carrera eclesiástica a que le destinaban sus pa-
la

dres y aún recibido la prima tonsura; pero disgustado


dejó la sotana y se vino a esta ciudad. Notario mayor
de la curia eclesiástica. Afiliado en la causa de los in-

dependientes, mantuvo sus compromisos con toda leal-


tad. Después de la revolución de julio fue nombrado
secretario de gobierno. Designado como diputado al
partido de Yungas en el plan de gobierno acordado, au-
torizado por el Cabildo en 22 de julio, cargo que no lle-

gó a desempeñar porque los patriotas juzgaron conve-


niente enviarle en una comisión más importante ante
la Audiencia de Charcas, para que representara las

miras desleales del Virrey e intendente de Potosí, con-


tra cuya perfidia, decía el documento de que era porta-
dor, se había levantado el pueblo de La Paz. Llenó su
comisión de una manera satisfactoria, regresando a esta
ciudad donde llegó el día 18 de agosto al anochecer, su
¡legada dio motivo a un repique general de campanas,
Departamento de La Paz 307

decreto de iluminación por tres noches, siendo la or-


den audiencial leida al día siguiente en la plaza a las
tropas por el sargento mayor Sagárnaga y el teniente
La orden era
coronel Indaburu: éste les arrojó <plata>.
dada a Paula Sanz para que no se pusiesen en armas
contra esta ciudad.

Después de Chacaltaya se puso en salvo ocultán-


dose misteriosamente, pues, que Goyeneche le habla
condenado a ocho años de presidio en las islas Filipinas
por su sentencia ya sitada. Se incorporó en el ejército
de Castelli, siguió defendiendo les intereses de la patria,
pero no sabemos dónde falleció.

Gallardo Antonio.— Mestizo paceño, hijo de Gas-


par Gallardo, era conocido con el apodo de Pilinco, ig-

norándose el oficio u ocupación que tenía. Debía ha-


ber sido un mozo de temple puesto que tuvo el valor
necesario para afrontarse ante los orgullosos españoles
y fraguar una conspiración que por momentos puso en
peligro esta población.

En esa época la clase mestiza era poderosa por su


númiero y trabajo, llegando los más de ellos a tener una
viJaholgada sin que los gobiernos anteriores a Cañedo,
que a la sazón era la primera autoridad, habían dejado
«hacer y pasar», es decir socapando el contrabando, la
sisa y otras cosas y en cambio los corregidores l'enaban
sus bolsas por medio de sus grangerías; pero Cañedo
haciéndose el extricto, principió a hostilizarlos y depri-
mirlos, lo que irritó los ánimos. Atribuir ese estallido

ocasionado por la tirantez de un gobernante a tenden-


cias de independencia, es inconcebible, porque los mes-
tizos por ignorantes que hubiesen sido entonces sabían
muy bien que la autoridad superior de Lima reuniendo
fuerzas competentes podía destrozarlos fácilmente, co-

mo había sucedido otras veces.


'308 Diccionario Histórico "del

Probablemente Gallardo asociado de algunos que


habían venido a esta ciudad con motivo de los distur-
bios habidos en los minerales de Ichocota, Puno, «de
donde fueron despedidos gran número de mestizos, gen-
te suelta, ociosay sin respeto a la justicia; se acogieron
a la ciudad deLa Paz, cuyo corregidor menos atento y
más confiado de lo que debiera, les amparó y mandó se
unieran. Muerto este, se hicieron dueños de las ha-
ciendas, robaron muchas cosas. Y hechos gente de
guerra en ord^n militar y bandera tendida, se encami-
naron, a Ychocota, donde por medio de inteligencias se-
cretas con alguno de los de adentro, esperaban hacerse
dueños de todo». La audiencia presidida por Bernardo
de Iturizana en su informe al Virrey, así lo dijo.

Lo contenido en este documento, es bastante para


conocer la tendencia de los mestizos, pero querer afir-

mar que con fines a la independencia, es la candidez


más acabada del provincialisriio.
En la tarde del i ? de diciembre de 1601, un gru-
po de honibres capitaneados por Gallardo invadió la ca-
sa de gobierno deseando ver al corregidor. Respondié-
ronle que estaba reposando en su siesta, a loque con-
testó Gallardo: «vamos a despertarle»; inmediatamente
desenvainando su ^.amal entró por las habitaciones se-
guido por Juan de Amaya, Alonso de la Fuente, Anto-
nio de Orduña, Lino de Montealegre y el sastre Juan
Ruiz de Rojas, los que llegados a la pieza donde se en-

contraba Cristóbal de Cañedo, lo mataron a palos y


puñaladas, lomismo que a suprimo Juan de Ortega y
varios otros que se encontraban en la casa de gobierno.
El alférez real Antonio Vaca Dávila recibió heridas mor-
tales. A la noticia del acontecimiento invadió la plaza
la plebe, se apoderó de la casa de gobierno, saqueó las

casas de los principales españoles dando muerte a mu-


chos de ellos.
^
Dhpartamento de La Paz 309

El desorden cundió en la ciudad, como sucede siem-


pre en casos análogos y muy especialmente en esos
tiempos de ignorancia )- esc¡a\itud. Gail-urdo pudo a!
ün organizar un regular número de fuerzas con las que
se dirigió sobre Puno, en cu)'o asalto perdió la vida.
La muerte del caudillo dio por rebultado la completa
dispersión de sus tropas allegadiziis.
En La Paz los españoles inmediatamente después
de su salida organizaron la resistencia con el teniente
del corregidor Francisco de Erquíñigo secundado por el

alcalde ordinario Agustín Zegarra de los Kuelos, que


desplegó mucha actividad en la persecución de los re-

beldes, los que capturados fueron ahorcados, así como


los que regresaban de Puno. La calma y el orden se
restableció en la ciudad. No sé porqué algunos
que se
han ocupado de este acontecimiento han querido atri-
buirle una duración hasta de 5 aíios, lo que es comple-
tamente inexacto, pues su duración no pasó de 4 meses
o talvez menos.

Gallegos D. Antonio.— Natural de Viscaya. Vi


no de capitán de ejército en el cuerpo de Estremadura,
cuando este cuerpo se regresó a ¡a península porque los
indios habían vuelto completamente a la obediencia.
Gallegos fue enviado a esta ciudad ei. 1797 para el arre-
glo de la tropa veterana, su organización y su instruc-
ción.
Gamarra D. Agustín- Nacido en el Cuzco el 27
de agosto de 1785: hijo de Fernán Jo Ganiarra y Jose-
fa Petronila y Mesín. Estudió en el Colegio de San
Buenaventura. En 1809 ingresó en la carrera militar
bajo las órdenes de Goyeneche y los continuó con los

demás jefes llegando al grado de teniente coronel.


Sir\ió a órdenes del sanguinario intendente de Pu-
no Francisco Paula González, el 4 de octubre de 181 5

^e distinguió en la acción de la Apacheta de Collimani.


310 Diccionario Histórico del

Fue jefe de guerrilleros, en Soralucho el 7 de noviem-


bre batió al y habiéndole tomado con su
caudillo Salas
secretario Melchor Ortega, el capitán Lizárraga y otros
los hizo pasar por las armas. En Colólo derrotó al
caudillo Leandro Bustillos en 26 de enero de 1816, co~
giéndole dos cañones y muchas armas. En Pelechiico
dispersó otras partidas y fusiló al cabecilla Pedro Ga-
llegos, y en marzo de 1816, pacificó la provincia de
Larecaja a fuerza de sangre y de víctimas.
Destinósele de contador interino de rentas de Pu-
no en 1818; acompañó a Canterac, de comandante del
2? batallóa del primer regimiento del Cuzco cuando
iba sobre Lima en 1820. Lo separó el Virrey Pezuela
y nombró su ayudante de campo. Se pasó a los pa-
le

triotas al mando de San Martín en Huaura.

Estuvo de segundo general del ejército intermedios,


que fracasó con su desastroza retirada.
En la batalla de Ayacucho era jefe del Estado Mayor.
El presidente La Mar mandó a Gamarra a la cabeza
de un ejército a situarse en la frontera boliviana en ob-
servación. El sincero Sucre tuvo una conferencia con
él en el Desaguedero, prometiéndole que los colombia-
nos pronto se retirarían a su país. Al tener conoci-
miento del atentado del 18 de abril contra el Mariscal
de Ayacucho, se internó en el país. Enemigo declara-
do de Bolivia, tenía de agente en esta ciudad a un su-
jeto del mismo apellido, contaba además con Blanco,
Loayza, Berdecio y otros.
Ocupó La Paz el 8 de mayo de 1825, saliendo a su
encuentro el Prefecto Loayza, dos clérigos y algunos
vecinos de segundo orden. Se dirigió sobre Potosí, pa-

só después a Sucre. El tratado de Piquisa (6 de julio

de 1828) puso término a la invasión peruana, retirán-


dose en consecuencia a su país.
Departamento de La Paz 311

Asaltó el poder en 1829 y al terminar su período


quiso oponerse a Orbegoso, legalmente elegido; más sus
fuerzas se defeccionaron dando lugar al abrazo que se
ha llamado Guaquinmayo.
Gamarra emigrado en Bolivia, fue tomado en
Oruro cuando fugaba sigilosamente, y fue conducido a
Sucre. Tuvo conferencias con Santa Cruz en sentido
de implantar la confederación. Se dirigió al Perú y se
^puso a la cabeza de un ejército bnjo las órdenes de Sa-
laverry. Perdió la batalla de Yanacocha (13 de agosto
de 1835): Se retiró a Chile, volvió con el ejército de
Bulnes y después de la batalla de Yungay ganada por
los chilenos, fue proclamado presidente del Perú.
Invadió por segunda vez a Bolivia, sucumbiendo
en el campo de Ingavi el 18 de noviembre de 184 [.

Este General ha sido el mayor enemigo que ha te-


nido Bolivia. En 1828 bajo sus instigaciones fue heri-
do en Chuquisaca el 18 de abril del mismo alio el vir-
tuoso General José Antonio de Sucre; así mismo per-
turbó su tranquilidad invadiéndola alevosamente en
1841, pero encontró la muerte en elcampo de bn-alla
de Ingavi el 18 de noviembre del mismo año, ganada
por el ejército mando de José Ballivián.
boliviano al

(jamboa fray Francisco de.— Naturalde Cosar en


Toledo, muy joven pasó a México donde ingresó de re-

ligioso en la orden de los agustinos; después se dirigió


al Perú, siendo destinado superior del convento de Co-
pacabana, cargo que desempeño de 1617 a 1620. Lla-
mado después a Lima de catedrático de vísperas de teo-
logía. Por muerte del obispo Antonio de Castro y Cas-
tillo, el Rey Felipe IV, le presentó para la silla de esta
diócesis, cargo que no aceptó. Más tarde restituido a
España fue obispo de Placencia en cuya diócesis murió.
312 Diccionario Histórico del

Gaona y Guevara D. Juan Antonio de Natu —


rül de Mira en Toledo. Vino a establecerse en La Paz
por el año 1632, contrajo matrimonio con Tomasa Jerez,
en quien tu\o a Antonio, Matías y Gregoria,esta llegó a
casar con Alonso de Lanzas; Antonio con Sebastiana de
Tcledo; Matías con Ana Maldonado. Vecino distinguido
y notable, era alcalde ordinario en 1644. Habiendo fa-
llecido e!. corregidor Vaca Dáviia cuyo teniente era, entró

a ejercer el cargo en 21 de febrero de 1664 y lo desem-


peñó hasta el 20 de marzo de 1645, día en que falleció.
Garate D. Clemente.— Viscaino. en unión de su
hermano Juan Ignacio, vinieron a establecerse en esta
ciudad y se consagró al comercio. Casó con María Cañi-
zares, en quien tuvo a Tc-deo Joaquín en 30 de octubre
de 1774, Francisca en 4 de octubre de 1778, esta casó
con el comerciante Antonio Fernández Cueto y Catali-

na, esta fue monja del monasterio de la Concepción.


Murió el 6 de diciembre de 1788,
Garate ladeo Joaquín de —Nació en La Paz el
30 de octubre de 1774, hijo legítimo de Clemente Ga-
rate y doña María Cañizares, habiendo sido su padrino
de Martín Quirnan.
pila Eiiviado a estudiar en la Uni-
versidad de San Antonio del Cuzco, donde recibió la
toga de abogado y ejerció su profesión con crédito, por
su clara inteligencia. De regreso a su país natal fue
secretario episcopal, cargo que desempeñó desde 1801
hasta 1806. Obtuvo la delegación de la provincia

de Chucuito en 1807 Vino con Goyeneche a esta


ciudad a debelar la revolución de julio, y aparece

como testigo en la primera sentencia que dio el general


arequipeño centra en 27 de enero de 1819.
los patriotas

Regresó a ocupar su puesto y en 1812 pasó a Es-


paña de diputado a las Cortes y fue su secretario. Par-
tidario absoluto del poder cuéntase entre el número de
Departamento DE La Paz 313

los diputados que hicieron a Fernando VII la exposición


que dio nombre de persas
el a sus autores, porque
ese documento comenzaba con esta frase: ''Los antiguos
persos". LI rey lo premió dándole !a gobernación de
Puno, llegando al Callao en la fragata «Hermosa Meji-
cana» el 23 de septiembre de i8í6. Siguió en la inten-
dencia desde el 22 de enero de 1817 hasta fines de di-
ciembre de 1824. Era intendente honorario de ejército
desde 18 17, distinción muy señalada y que se cóncedia
a muy pocas personas.
Después de la capitulación de Ayacucho erogó en
Arequipa 20,000 pesos de contribución forzosa que le
impusieron. En 1825 pasó a España donde falleció años
después. Fue «Caballero de la flor de lis de Francia:^

y de la orden de Isabel la Católica.

El generaLxMiiler en sus memorias, afirma, que en


las Cortes obró como espía cerca da los otros diputados
americanos.
Lorenzo Garate, doctor, en el Cabildo de 1808 fue
nombrado asesor de ese cuerpo; es de suponer que per-
tenece a la familia de los anteriores.

García de la Lanza D. Victorio— Natural del Prin-


cipado de Asturias; hijo de Juan Domingo García Lan-
za y AlonsaScienz de la Montaña, de distinguido linage.
Ante la Audiencia de Lima presentó sus ejecutorias,
siendo reconocido hidalgo noble. Pasó a esta ciudad
en 1726 Tuvo una liija natural en Francisca García
de Toledo,' llamada María Francisca Paula, nacida en
I ^ de abril de 172V9. Casó con Leonor Martínez de
Luna Velolaza, retirándose a Coroico, donde adquirió
valiosas propiedades, allí nació su primogénito Martín.
De regreso a la ciudad, tuvo a Juan Francisco en 7 de
febrero de 1733, Félix Hilario en 13 de enero de 1734,
Agustín en 5 de mayo de 1735, Antonio Manuel en 4
40
314 Diccionario Histórico del
de noviembre de 1737 y José Gabino en 11 de febrero
de 1739.
Regresó a sus propiedades y murió en Coroico en
1754.
Su hijo Martín, casó con Nicolasa Mantilla, projeni-

tores de los patriotas Gregorio, Victorio, Miguel José y


Manuel; Juan casó con María Montañés, vecina de
Coroico, murió en 30 de noviembre de 1778; José
Gabino fue presbítero, canónigo de la catedral y tenas-
mente perseguido por los realistas.
García Lanza D. Gregorio.— Nació en Coroico,
provincia de Yungas, el 12 de marzo de 1775, si^Mido
sus padres Martín García Lanza y Nicolasa Mantilla,
ricos propietarios, que a su costa trabajaron la iglesia

en que debía bautizarse su hijo.


La colosal y formidable sublevación indigenai de
1781, obligó a los vecinos de las provincias a recon-
centrarse en esta ciudad, una de ellas la familia Lanza.
Ella tuvo que sufrir las consecuencias del terrible ase-
dio, soportando el hambre y las demás calamidades a

que se vieron expuestos los sitiados.


Hecho el aprendizaje de su primera instrucción en el
convento de San Francisco, fue enviado a la Universi
dad de San Bernardo del Cuzco, donde hizo sus estudios
con aprovechamiento por su contracción, clara inteli-
gencia y precoz talento, hasta obtener el grado de doctor
en ambos derechos en 1796.
Restituido a su país natal a principios de 1798, se
entregó de lleno al ejercicio de su profesión con todo
brillo, sus escritos llamaron la atención de sus colegas,

y puede decirse sin hipérbole que fue un eximio aboga-


do, cuya clientela aumentaba día a día. Conocedor per-
fecto de la legislación española, el derecho romano, culti
vaba además conocimientos completamente extraños en
esa¡época, siendo el estudio su pasión constante como lo
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 31^

acredita la basta biblioteca que poseo talvez la primera


en esta ciudad como posesión de un particular, con 827
volúmenes que secuestró Guerra en la casa de Bernar-
do Callacagua, donde se halló. Desde los primeros
momentos su amor a la patria le contó en primera fila

entre el núcleo de losque trabajaban por darle la liber-


tad apetecida, la separación de la madre patria y con
este objeto se instalaron las juntas secretas. A esto se
aumenta la marcada antipatía que existía entre criollos

y peninsulares por la altanería, y falta de cultu-


or.iíullo

ra de los últimos, lo que ocacionó más fácilmente el


rompimiento.
Lanza fue asesor del Cabildo; tuvo ocación de im-
ponerse de algunos secretos de estado, que ponen en
claro su actuación tan decidida por la revolución.

Contrajo matrimonio con María Manuela Campos


Seminario, viuda del doctor Francisco Idiáquez en 27 de
marzo de 1803; siendo sus padrinos Joaquín Revuelta y
su esposa María Josefa Medina. Las ceremonias se
realizaron en el Palacio Episcopal, el obispo Remigio de
La Santa y Ortega les dio las bendiciones nupciales.
Fruto de este enlace fueron María Angela que nació el 3
de abril de 1804, Manuel Hilario en 14 de enero de
1806, Gonzalo en 10 de enero de 1808 y María Josefa
Isabel en 2 de julio de 1809.

Su hermano Victorio lo mismo que él, trabajaban


activamente por la independencia, preparando el movi-
miento para noche del 30 de marzo, ella fue suspen-
la

dida o bien ahogada por una denuncia,en la que no apa-


rece todavía de una manera manifiesta la actuación de
Gregorio.
Con los sucesos adversos a Fernando VII en Es-
paña^ el paceño se presentó ya
espíritu revolucionario
más activo y enérgico, se puede afirmar que las reunió-
3i6 Diccionario Histórico del
nes fueron casi sin emboso. Después de muchas reunio-
nes, el 24 de junio en la que estuvo Gregorio, así como
en las tres siguientes, se acordó definitivamente consu-
mar la revolución de una vez y sobre todo los peligros.
Discutido ampliamente el plan de gobierno que de-
bía regir a la futura república, en la primera semana de
julio se acordó' dar la representación inmediata a los

doctores Lanza, Catacora y Bueno.


La noche 1809 esperaba Lanza
del 16 de julio de
por momentos toma del cuartel. En efecto, al oir el
la

alboroso popular que anunciaba ese acontecimiento, sa-


lió de su casa, dirigiéndose por la de Indaburu. se en-
contró con Joaquín Revuelta, éste le obligó a retroce-
der y lo condujo a su casa, después de un momento
volvieron a salir y se encontraron con Quint y Cataco-
ra, este último era su íntimo amigo. Sería las once y
media de la noche, cuando se dirigió a la sala capitular
donde el pueblo congregado le aclamó por su represen-
tante, en unión de Catacora y Bueno, según lo acorda-
do anteladamente. Lanza en unión de sus colegas pre-
sentó por escrito la necesidad que había de deponer a
las autoridades realistas, el nombramiento de otros sub-
delegados y en general la destitución de todos los em
pleados, puestos por el Rey, lo que cumplimentó el Ca-
bildo inmediatamente. Así mismo Lanzi y sus colegas
en 20 de julio pidieron al Cabildo la condenación de las

deudas a la real hacienda, la cancelación de las escritu -

ras y la quema de todos los papeles referentes al asuii •

to en plaza pública, lo que autoriza también el Cabildo,


efectuándose en el mismo día, a este respecto afirma
Lanza: "que comisionó a Lorenzo Umeres y Antonio
Viscarra para la selección de los documentos que no
tuvieran nin,í:^una importancia". Al día siguiente de la
revolución Lanza se había dirigido al Cabildo pidiendo
se digne participar al pueblo los avisos que haya deter^
Departamento de La Paz 317

minado remitir por el correo del día a las superiorida-


des, la sala ordenó hacerlo así. El mismo día Lanza y
Catacora pidieron que bajo pena capital y confiscación
de bienes se entregue las armas hasta las tres del mis-
mo día; que para la misma hora se convoque a todos
ios habitantes para reclutar a los defensores de la pa-
tria; que de las cuatro a cinco se presenten los euro-
peos a prestar el juramento de alianza con los america-
nos bajo de iguales penas. El Cabildo que ya había he-
cho publicar un bando sobre el particular, decretó se
provea sobre los demás puntos.
El niisnio día pidió Lanza se allanara el Colegio
Seminario para acuartelar 1j gente que se ha de organi-
zar para el resguardo de la población, ambos cabildos
aceptaron. En la misma tarde del día expresado Lanza
en unión de Sagárnaga, recibieron el juramento de es-
tilo a los españoles.
Como el plan de gobierno había sido ampliamente
discutido, fue presentado al Cabildo en 21 de julio y
aprobado al día siguiente, en consecuencia el 24 del
mism.o mes se instaló solemnemente la Junta Tuitiva,
prestando sus miembros el juramento ante el Cabildo.
Lanza fue uno de sus miembros, y según el reglamento
provisional del mismo mes se le asignó la cartera de la
Guerra.
Declarada la guerra a la provincia de Puno y ha-
biendo salido las fuerzas sobre Tiahuanacu, Murillo le

comunicó confidencialmente la idea de que era necesa-


rio que los revolucionarios se fortificaran en Yungas de

Songo.
Lanza salió sobre Achacachi el 3 de septiembre en-
cargado de la comandancia de las provincias de Oma-
suyos y Larecaja, entonces era también auditor de gue-
rra, y el 4 del mismo mes escribió una carta al parro-
y

3i8 '
Diccionario Histórico del

co Manuel Tomás Aliaga, manifestándole sus cuidados


y temores por la aproximación de fuerzas numerosas al
mando de Goyeneche sobre La Paz, la excomunión del
obispo, el terror principiaba apoderarse de su espíritu,
le insinuaba que pudiera interesarse con Goyeneche,
y medios pacíficos que serían necesarios para no ha-
los

cer sufrir a La Paz una catástrofe casi segura. Orde-


nó al subdelegado Maruri y al alcalde ordinario de So
rata, enviaran la gente necesaria en socorro de la plaza,

y para m.ejor llenar su cometido se dirigió a Sorata


para aprestar los elemtos Je gente y armas.
A su regreso de Achacachi el párroco del lugar
Manuel Flores, le comunicó que Huisi había recibido
orden para que no le permitiese el paso del estrecho de
Tiquina y lo tuviera arrestado en Guarina. Lanza no
se amilanó, reunió a la gente en la plaza pública y les
exhortó mantenerse firmes en la defensa de la patria.
Trasladándose a Tiahuanacu, punto en que el capitánel

Arias le participó los díceres que corrían de que Murillo


trataba de entregar maniatada la revolución a Goyene-
che. De expresado Arias y Rodríguez
acuerdo con el

acordaron comunicarle a Indaburu sobre los susurros del


día con respecto a Murillo.

Regresó a Guarina, permaneció tres días en casa


del cura del lugar José Manuel Aliaga, esperando por
momentos una noticia fatal, impaciente por saber de
los acontecimientos se dirigió a Tiahuanacu nuevamen-
te, a poco de su llegada arribó Castro con la triste no-

ticia de la contrarrevolución fraguada por Yanguas, y


Murillo (en su declaración menciona al segundo); con-
tramarchó a Guarina, recibió detalles más minuciosos
sobre los indignos manejos de Yanguas, al mismo tiem-

po recibió una carta de Indaburu en que le ordenaba


perentoriamente la pronta reunión de soldados en la
Departamento dé La Paz 319

provincia de Larecaja. Con algo de mal presentimien-


to, Lanza se dirigió a esta ciudad, reuniendo en Puca-
rani veintiséis cholos, en su trayecto hasta el Alto cua-
renta hombres más que los puso a órdenes de Indaburu.
En la casa de éste se encontraba Miguel Carazas, ede-
cán de Goyeneche, se trataba nada menos que de en-
tregar las fuerzas enemigo a cuyo indigno proceder
al

se opusieron tenazmente Castro y Rodríguez. Lanza se


puso a la espectativa.
Consumada la traición de Indaburu, Lanza se diri-
gió a Chacaitaya, viendo realizada la retirada de las

tropas con dirección a Yungas, logró penetrar a la ciu-

dad, permaneció oculto en un subterráneo, hasta que


resolvió presentarse ante Goyeneche, así lo hizo el 27
de octubre, le mandó arrestado a un cuartel; más salió

con fianza de has. Aquel fementido intrigante por ver si

lograba atraer a su hermano Victorio le dio un pasapor-


te por quince días para que fuera a Yungas para poner
en práctica sus deseos infames.
Al día siguiente se puso en marcha, en Chojlla en-
contró soldados rezagados y los hizo retroceder; en Pa-
callo tuvo su conferencia con Sagárnaga, en Coroico se
alojó en casa de Castro. Viendo que no era fácil con-
seguir el objeto de su misión, al mismo tiempo temiendo
por su vida, mandó construir balzas para pasar a los

chunchos y dirigirse después al Brasil.


Hablaron con Bueno y Orrantia sobre la situación
en que se encontraban, los últimos estuvieron por la

opinión de Castro, es decir, la resistencia hasta el últi-

mo momento. Castro le intimó que se dirigiese a Chu-


lumani a reducir a su hermano, se retiró a su finca, di-
rigió una carta a Goyeneche y se encaminó al punto
indicado, en esto logró ponerse al habla con su herma-
no Victorio, el que mandó colocar centinelas en la puer-

ta a fin de que nadie les escuchara, en cousecuencia se


.

320 Diccionario Histórico del


fugó disfrazado de indio. En este estado llegó un pi-
quete conduciendo los morteros, cuyo jefe le comunicó
que Castro había resuelto decapitarlo por haberlo vuel-
hermano. El capitán Campos se compro-
to loco a su
metió a defenderlo, más al saber que Castro iba furio-
so contra él, todos le abandonaron, por
que se vio lo

obligado a internarse entre las montañas, se encaminó^


tomando la vía del Tamampaya, habiéndose encontrado
en el trayecto con Iriarte, este le indicó que se pusiese
en salvo. Tomiado preso fue entregado a disposición
de Graneros, que lo condujo a Chulumani bien custo-
diado y vigilado por centinelas de vista, en la casa del
cura, de donde logró fugarse a las montañas de San Lo-
renzo, Marquini y Uchumache, permaneciendo mes y
medio en una gruta
Dispersadas las tropaa que comandaba Castro fue
buscado, hallado que fue, se le condujo preso a disposi-
ción de Goyeneche. Llegó el 23 de diciembre a las
diez de la noche, siendo conducido al cuartel. Prestó
su declaración el 30 de diciembre ante López de Sego-
bia y su confesió:"i 9 de enero de 1810.
el Fue conde-
nado a la pena capital de horca. Ejecutado el 29 de
enero de 1810; después de permanecer su cadáver por
siete horas en el cadalzofue conducido a San Francisco
y enterrado mediante la benevolencia del padre Juan
de Dios Delgado.
Su esposa la distinguida heroima, sufrió demasiado.
Su hija Angélica casó con Ángel Mariano Carranza en
16 de noviembre de 1821.
García Lanza D.Manuel Victorio.— Nació en Co-
roico, provincia de Yungas el 8 de diciembre de 1777:
hijo de Martín García Lanza y Nicolasa Mantilla. Sus
padres queriendo darle una educación esmerada le en-
viaron en unión de su hermano Gregorio a hacer sus

estudios a la Universidad del Cuzco; antes de concluir-


Departamento de La Paz 321

los se vio precisado a regresar al suelo patrio por la vio-

leiUa muerte de su madre.


Contrajo matrim.onio en 1801 con María Dolores
Mantilla, decuyo enlace tuvo a José Manuel en 19 de
enero de 1802, Manuel Vicente en 27 de abril de 1803,
María Francisca Plácida en 5 de octubre de 1804, José
Manuel en 8 de febrero de 1807, Fernando en 28 de
ma)'o de 1808, Manuel Joaquín Baltazar en 10 de ene-
ro de 1810.

Desempeñó la subdelegación de Sicasica acciden-


talmente por unos ocho mese?. f:n 1804 obtuvo la vara
de regidor, no sabemos por que suma, y se incorporó en
el Cabildo como caballero veinticuatro o sea regidor
perpetuo.

Juntamente con su hermano y los demás patricios


paceños trabajó activamente por la causa separatista.
En su logia se había revolución que debía
resuelto la

pronunciarse el Según la declaración de


30 de marzo.
José María Mena, sabemos que las más de las tardes
salía a caballo a recorrer la población, que una vez le

dijo que tenía más de hombres, y otra vez


seiscientos
le había prevenido se juntase una noche en un lugar
y
casa que le designó. Así mismo consta que Lanza fue
a la casa del doctor Calderón a tratar sobre la revolu-
ción que debía realizarse la noche del Jueves Santo a
las nueve, y que en la expresada noche, salió de la ca-
sa- con el clérigo Bernabé Ortiz Palza, uii sujeto Flo-
rencio, criado de la casa Calderón, le previno le siguie-
se, le había de dar un sable con el que le daría alcance
en la casa de Yanguas, que en el trayecto Palza entró
a la casa del doctor Mariano Valdez, en cuya habitación
pudo distinguir desde afuera a Juan Bautista Sagárna-
ga, a su hijo Miguel y el expresado Valdez, que habla-
ron en secreto con Palza un momento considerable; que
41
^22 Diccionario Histórico del

no oyó nada, pero que el hijo de Sagárnaga le preguntó


que había en el pueblo, a lo que le contestó: nada, salvo
la gente que cruzaba las calles, mucho después oyó de-
cir que los europeos se habían conmovido contra los pa-
tricios,en la calle de Francisco Yanguas vio corrillos.
Lanza se entró en la casa, lo que demuestra elocuente-
mente que Lanza estaba en todos los acuerdos por la
revolución, y esto lo pone de manifiesto con su concu-
rrencia a. todas las juntas en que se acordó realizar el"

movimiento separatista la noche del i6 de julio. En


esas reuniones se había acordado que Manuel Victorio
debía marchar a Areqtiipa, pero creyeron convenien-
te confiarle otra misión más
que fue paraChu- delicada
quisaca, donde se dirigió y volvió a me-
el 15 de julio
diados de agosto, con informes completamente desfavo-
rables sobre las esperanzas que se podían tener en la
Audiencia dtl Distrito. Es cierto que fue muy agasaja-
do en la capital, pero él no había ido a divertirse, sino a
trabajar por los futuros destinos de su patria, tuvo que
de fuga, completamente decepcionado, apesar
salir casi

de que había recibido teda clase de atenciones. ^


El i.itransigente y furioso realista obispo La Santa,
retirándose de Millocato a Irupana, organizó las huestes
que debían sostener los derechos de su Soberano, se
fortificó en la población \' se preparó para la defensa.
En vista de la actitud de los realistas de aquel pueblo,
la Junta revolucionaria envió a Victorio con el carácter
de comandante general del partido de Yungas. Lanza
llevó consigo al lenguaraz Julián Peñaranda, este servía
de comisionado y expedía órdenes. Desde Chojlla
Lanza logró reurir bastantes adeptos, pues, que los de
Yanacachi, Chupe, Chirca, Coripata, Ocobaya y Chu-
lumani abrazaron con ardor las ideas levolucionarias.
Entre criollos, mestizos e indios ascendían poco más o
menos sus fuerzas a tres mil hom.bres, armados sola-
Departamento de La Paz 323

mente de malos fusiles, cuchillos, lanzas y hondas; ade-


más unos doscientos negros subvencionados a diario.
La gent? de Yanacachi, Chupe y Chirca las puso a
las órdenes de Manuel Znpata, Juan de Dios Sayas,

Dámaso Coronado de Chupe, Dámaso Canto, Vicente


Murga de Chirca. Comisionó para que hiciera la con-
vocatoria de todos los hombres aptos de llevar las ar-
m.is a Vicente Hinojosa, cacique de Chirca, Pedro Ba-
rrera, José María Tristán, Pedro Machicado, Mariano
Mendoza y al negro Gabriel Soto. El capitán de Chu-
pe Zapata con su teniente Jo^é Hilarión Andrade se le

iacorporaron con una compañí.5. Su actividad no cono-


cía límites, desconfiando desús comisionados salió a los'
montes donde se habían guarecido ios timoratos; les ma-
r.ifestó de la igualdad, fenecimiento de lá servidumbre

personal, repartimiento de tierras y haciendas de los


europeos, educación comunista, etc. Logró captarse la
voluntad y decisión- de los indios, negros, y sobre todo
de los mestizos. Nombró para Yanacachi como alcalde
pedáneo a José y por cacique a Cornelio
Alaría Nitto.
Cerro; en Ch.irca a Vicente Hinojosa; en Coripata a
Manuel Jemio; en Ocobaya a Diego Incfuentes, en
Chiulumani a José Jiménez Pintado, y a su secretario
Julián Peñaranda le encom.endó el cargo de gobernador
de ios indios, acompañado del cacique Mateo Saravia,
En comisión al Co'.par para reunir a les negros, fueron
enviados de Coripata, Manuel Pinto y Manuel Pardo.
Por su parte activaba los trabajos en Chulumani, bajo
las órdenes de Jiménez Pintado, Pedro Barrera, Anto-
nio Fuentes Pabón, Miguel Pérez Patón, Mariaiio Lai-
m.e, Diego Tequeros y el alcalde de indios Unibí. El
mestizo Jáuregui prestó muy eficases servicios,

Desde la noche del 12 de septiembre en que em


prendió Lanza su marcha sobre Chulumani, se notaba
en todo el trayecto una actitud bélica que no dej.iba de
-

^24 Diccionario Histórico del


causar temores a los realistas, por las fogatas que ha-
cían los indios, el toque continuado de las bocinas y el

incesante griterío de los aborígenes. Aumentándose ca-


da día sus filas con animosos capitanes, como Domingo
Saunero, Francisco Diamantino, Manuel Arana, Pedro
Ocarr.po y Fernando Godoy. El i ? de octubre una
fuerza de veinte escopeteros y muchos indios flecheros
al mando de Francisco Solíz acompaílado del cura La-
rrea, ocuparon el puente de Cluipe; pero se vieron obli-
gados a retroceder por los fuegos de Lanzu, que los ha-
bía esperado parapetado al frente de una altura. Los
realistas de Irupana se veían pues completamente ais-
lados.
El obispo había excomulgado solemnemente el 26
de septiembre a Manuel Ortiz, al regidor Lanza y a to-
dos los que le seguían, de cuya sentencia fue portador

Manuel Rocha, que le entregó a Lanza en Chulumani


el 6 de octubre, unos afirman que los revolucionarios se
burlaron de excomunión, pero la verdad es que te-
la

mieron, pues que causó sus malos efectos en las filas pa-
triotas, porque esa arma terrible en otros tiempos aún

no había desmerecido entonces. Lanza avanzó con


dirección a Irupana y a su paso envió a Jiménez con
orden de que exigiesen de las Cajas diez y ocho mil pe-
sos, a Orrantia cinco mil pesos de los tributos. El 11
de octubre Antonio de Solar y Lecaros le notificaron la
orden del Cabildo para que se presentara en esta ciu-
dad. Contestó que obedecía, pero no podía dar cum
plimiento, esta orden emanaba como consecuencia de
los arreglos intentados con Goyeneche.
:-. Las fuerzas de Lanza el 12 de octubre se presenta-
ron en los altos de Chicanoma, distante una legua de
Irupana. Revuelta salió del pueblo al encuentro de
los patriotas, y al día siguiente formó sus tropas en co-
lumna, lo que no pasó de ser una aventura por que los
Departamento de La Paz 32;

de la plaza que apenas contaban con seiscientos defen-


sores no podían resistir a los cuatro o seis mil hombres
que capitaneaba el comandante revolucionario y sub •

delegado desde principios de octubre, temieron un des-


calabro. En eso, a las diez de la maíiana el parlamen-
tario de Lanza, capitán Sebastián Alvarez Villaseñor
acompañado de Jacinto Garate, Antonio Lecaros y Ve-
lez,se presentaron ante el Obispo, pidiendo se le alzara

la escomunión y le permitiera bajo la garantía de salvo


conducto entrar con sus oficiales para recibir la abso-
lución del Obispo, que fue rechazada. Lanza pidió que
el Obispo saliera para tratar de arreglar, lo hizo tan
bien prevenido el 14 de octubre que Lanza burlado te-
nía que limitarse a agradecerle, que hubiera salido de
sus atrincheramientos y disculparse de no liaber podido
asistir a la conferencici. Lanza retrocedió a Chuluma-
ni.
Reunió sus fuerzas el 20 de octubre, volvió sobre
Irupana. Jiménez Pintado se dirigió con los indios de
su columna de vanguardia a Laza. Otra parte de las
fuerzas por Ocobaya y el alto Lanza con
de Corapata.
el grueso del ejército a Chicanoma, los altos.de Laza y
la ladera de Calabatea, cuando todas las fuerzas hubie-
ron tomado sus posiciones, llovió demasiado impidiendo
elcamino a las cabalgaduras, por lo que Lanza ordenó
que se verifícase el ataque a pie firme el 25 de octubre.
Al día siguiente a las seis de la mañana circundó
el cuyas trincheras estaban ojupadas por el
pueblo,
enemigo, sobre las que rompió sus fuegos. A las nueve
de la mañana atacaron con más fuerza la trinchera de
Santa Bárbara, mandó incendiar las casas veciías y
cortar el agua que conducía al pueblo. En vista de
esto, se desprendió de los sitiados Soliz con fuerzas;
logrando introducir el agua, retrocediendo en seguida.
Continuaba el ataque y los asaltos se hacían más fuer-
^26 Diccionario Histórico del

tes. A la una de la tarde intentaron las fuerzas de


Re\-uelta, otra salida bajo el comando de José Fernán-
dez, siendo rechazados.
Revuelta intentó otra nueva salida hasta la pampa
de Churiaca, viéndose obligado a retirarse a sus trin-
cheras. E! ardor de los atacantes no cesaba un mo-
mento, redoblaron con ímpetu sobre la trinchera de la

cárcel y los barrios de Caravedo, Machacamarca, que


eran los puntos bajos de la población. Las tropas se
hallaban fatigadas, cuaiido a las dos de la tarde llegó
Apolinar Jaén con fuerzas de Coroico y principió de
nuevo el fuego obstinadamente.
Desesperados los realistas hicieron una última sa-

lida bajo el mando de Soliz, los que por fin lograron su


intento de derrotar a los patriotas, que en gran confu-
sión se retiraron, dejando en el campo cuatrocientos ca-
dáveres de los suyos, así como Revuelta tuvo también
pérdidas de consideración.
El obispo y los realistas, con temor de un segundo
ataque se retiraron sobre Suri, dejando encomendada la
defensa de Irupana a Esteban Cárdenas.
Castro que se había retirado de Chacaltaya diri-

giéndose a Yungas, ocupó Chulumani, hizo buscar a


Lanza, este pundonoroso caballero atendiendo más a su
amor propio, volvió a reunir sus huestes y unido a Cas-
troemprendió campana sobre Domingo Tristán, en-
viado desde La Paz por Goyeneche para concluir con
los últimos defensores Je la patrij. En el conibate del
II de noviembre en Chicanoma, la suerte fue adversa
a los patriotas los que fueron completamente derrota-
dos.
Lanza y Castro abandonaron precipitadamente el
campo de batalla dirigiéndose a Chulumani, de allí pa-
saron a Laja para internarse entre los mosetenes y di-
rigirse al Brasil. En su fuga atormentados por el ham-
"

Depariamento de La Paz 327

bre ganaron el monte, donde estuvieron cuarenta días


cercados por cincuenta indios, que al fin fueron halla-
dos en el encuentro del rio Totorani, que tira a Mosete-
nes a las doce del dia 16. Apesar de estar casi exáni-
mes por falta de alimento en tantos dias, hicieron tenaz
resistencia, no habiendo querido rendirse, fueron dego-
llados por los indios, sus cabezas presentadas en la pla-
za de Coroico, día domingo a las 12 en concurso de toda
la indiada. Tristan envió las cabezas de los patriotas
de obsequio a Goyeneche, quien ordenó que la de Lan-
za volviera a Coroico para ser colocado en la plaza pú-
blica.

García Lanza D. José Miguel.— Nació en la hacien-


da San, Cristóbal, propiedad de sus padres en Coroico.
Era hermano menor de los mártires de la revolución.
Recibió su primera educación en La Paz, pasando a
continuar sus estudios en la Universidad de Córdoba,
viéndose obligado a abandonarlos por las desgracias ocu-
rridas a su familia y la desaparición de sus hermanos.

El fuego de amor a la libertad que había abrazado


el corazón de sus mayores, se manifestó más intenso
en suyo, y se propuso sin tregua ni descanzo
el abatir
a los injustos opresores de su patria. Corría el año
1812, cuando Lanza se apoderó de las mon.tañas frago-
sas de Ayopaya e Inquísivi, enarbolando el estandarte
de la independencia, secundado por algunos patriotas,
los derrotados y otros individuos, en cuyos corazones
ardía los mismos sentimientos de amor por la libertad.
Hombres valerosos que soportando el hambre, las mi-
serias y toda clase de sufrimientos, combatían por el

suelo que les vio nacer, sin instrucción militar, care

ciendo de armas y municiones, ofreciendo sus pechos


a fuerzas disciplinadas, bien armadas y con toda clase
de recursos. Lanza bajo su bandera contaba con es-
328 Diccionario Histórico del ^

forzados patricios. Pezuela alarmado con la aparición


de innumerables guerrilleros, reconcentró sus fuerzas
en Sorasora, de que aprovechó Lanza para apoderar-
lo

se de Chayanta, pocos días después de la pérdida de


Viloma (20 de octubre de 181 5). Después se voivió a
sus antiguas montañas.
Pezuela después de su triunfo trató de acabar con
los guerrilleíos. Con este objeto envió a la cabeza de
un batallón al comandante Tadeo contra Lanza, que na-
da consiguió. Lo propio que le había sucedido a Bena-
vente; otra tercera expedición emprendió al mando del
coronel Manuel Ramírez, que también fue desbaratada.
Zegarra enviado después contra el terrible guerrillero

nada pudo alcanzar siendo inútilmente fatigados casi


sin objeto. El general Ramírez que se había hecho car-

go del ejército por el ascenso de Pezuela al virreinato,

trató de destruir a los guerrilleros, con este objeto por


todos los medios posibles, y en especial a Lanza, orde-
nó un avance simultáneo de las guarniciones de Cocha-
bamba, Sicasica y Oruro; pero los guerrilleros inferio-
res en número y armas, reuyeron toda la batalla, can-
sando al realista que abandonó el campo tomando la re-
tirada con dirección a Oruro bajo el comando del coro-

nel José Aveleira, convencido de que las guerrillas no

le haiían trente en su retirada, por lo que caminaba des-


cuidado por pasos cuando José Miguel Chin-
difíciles,

ch Ha segundo de La:;za, cayó en Charopaya, lo derro-


tó, causándole la pérdida de trescientos hombres de los

setecientos que tenía.

El general Jerónimo Valdez, tomó resolución de


terminar con Lanza de una vez, con este objeto a la ca-

beza de guarniciones de Oruro y La Paz, se dirigió


las

a las montañas de Ayopaya, los encuentros se hicieron


innumerables, acciones parciales, acá y allá, sin otro
Departamento de La Paz 329

resultado que una decepción para Valdez, la pérdida,


deserción y descontento de sus tropas.
"Continuar marchas y contramarchas fatigadas al
jefe español y la clase de guerra que tenia que hacer
en este territorio era nueva para él".
"Cuando caían las sombras de la noche en las pro-

fundas quebradas o fragosas montañas, donde estable-


cía su campamento y se entregaban al reposo sus fati-
gados escuadrones, oíanse derrepente rumores extra-
ños en las selvas; cruzaban las alturas jinetes fantásti-

cos en ligeros corceles de cuyas herraduras brotaban


chispas, al chocar contra los pedernales de que estaba
cubierto el suelo".
"Se percibía sigilosa marcha de tropas que avan-
zaban; luego el sonido desapacible de los pututos, dispa-
ros de fusilería, y el japapeo y gritería infernal de los
montoneros*'.
"Los realistas tomaban sus armas y pasaban la

noche en vela, permaneciendo a la defensiva, rendidos


de fatiga y con la luz de la aurora, venía la marcha fa-
tigosa o talvez el combate con el calor de un sol tropi-

cal o con una lluvia abundante, tan frecuente en esas


regiones montañosas. Con ella crecían los ríos, los to-

rrentes se aumentaban considerablemente y muchas


veces perecían entre sus turbias ondas, los que osoban
vadearlos".
Valdez, cansado de esa lucha interminable, se re-

tiró, exclamando en un momento de^ amargura: lista

guerra es eterna.
Andrés Santa Cruz, después de su triun-
El general
fo de Zepitaemprendió una retirada desastroza hacia
la costa. Disgustado de esta conducta. Lanza se retiró
a Cochabamba. El Virrey La Serna dejó a Olañeta el
comando del alto Perú con la expresa orden de que des-
42
330 Diccionario Histórico del

truyeraa Lanza, éste que apenas contaba con mil honi


bres, despecliado por la suerte fatal que había cabido al

ejército de Santa Cruz, le salió al encuentro de Oiañe-


ta que le perseguía. La acción se trabó en Falsuri (i6
de octubre de 1825) en tal encarnisamiento que los
combatientes suspendieron el fuego para pelear a la ba-
yoneta. Los patriotas fueron derrotados, Olañeta en
su parte decía: "Lanza ha resistido la lucha con infer-
nal obstinación. Ca\'ó Laiiza prisionero, conducido a
la fortaleza de Oruro, en cu\'a villa debía ser ejecuta-
do; pero una suma considerable de dinero reunido por
sus deudos y amigos ablandaron el corazón de Olañe-
ta que le dio soltura, bajo su palabra de honor de no
volver a tomar más las armas. Vino a esta ciudad, a
poco tiempo apesar de la vigilancia de las autoridades,
logró fugarse tomando el camino de sus montanas fa-

voritas.
Volvió a reunir sus huestes guerreras con los que
ocupó la provincia de Yungas, cuando la victoria de
Ayacucho (9 de diciembre de 1824) había puesto tér-
mino a la dominación española. Las fuerzas que obe-
decían a Olañeta dejaron La Paz aceleradamente el 22
de enero de 1825, y el 29 del mismo mes el gobernador
intendente Mendizabal Imaz, el obispo Sánchez Mata y
•la guarnición evacuaron la ciudad para siempre. El
mismo día ocupó La Paz el famoso guerrillero, que con
justicia se le apellidó e\ Pelayo boliviano, y se declaró
Presidente de La Paz.
El infatigable guerrillero no conoció descanso du-
rante la larga contienda, combates continuos en que
sus huestes guerreras, viéndose al frente de enemigos
poderosos se disolvían para reunirse con facilidad. Los
prisioneros tenían la muerte segura, siendo considera-
dos como fieras y no como hombres. Lanza no perma-
neció siempre en sus montanas, hacía salidas atrevidas
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 331

para fatigar a sus contrarios, como sucedió antes de la

batalla de A}'uhuma, en que el ejército Real fue ataca-


do en su trayecto de Condo-Condo a Ancacato, por
su puesto con pérdidas considerables. Se incorporó al

ejército de Rondean, pero visto con indiferencia por


éste se retiró disgustado.
Qué hombres aquellos que seguian a Lanza, como
muy bien los pinta el General Ramallo: "Sobrios gue-
rreros armados más veces con hondas y garrotes;
las

sin m.ás cuartelque el follage de los árboles del bosque


o los barrancos de los ríos; sin otro alimento que un
poco de maíz tostado, un pedazo de charque y algunos
puñados de hojas de coca, que llevaban en el morral
revueltas con las balas y la pólvora''.
"Sin tener otra bebida que el agua de los ríos o de
los torrentes; ni más equipo militar que el vestido con

que salían desús hogares, al partir a una guerra de la


que casi no volvían. Siempre en ruda campaña asee-
chando a sus poderosos enemigos, impidieron que éstos
realizasen su plan de reconquistar las provincias del
río de La Plata, que era el sueño dorado de los genera-
les del monarca español''.
"La historia heroica de estos toscos y bravos patrio-
tas, está escrita con sangre en las y rocas, serranías
desfiladeros de nuestro Son héroes desconocidos
país..

cuyas hazañas se ignoran y las pocas que han llegado


hasta nosotros están truncas e incompletas''.
Lanza tuvo el honor de recibir ai gran i\'\ariscal de
Ayacucho, don José .Antonio de Sucre, cuando llfgó a
esta ciudad el 7 de febrero de 1825. El genio de la

victoria que había roto las cadenas que oprimían al Pe-


rú mereció toda clase de atenciones del vecindario pa-
ceño, que festejó su llegada con frenético entusiasmo y
alegría. Bien lo merecía ese hombre, justo, virtuoso
y magnánimo.
332 Diccionario Histórico del

Concurrió a la primera Asamblea reunida en Chu-


quisaca en 1825 como representante por La Paz. Pasó
después de Comandante General de Chuquisaca, des-
pués de Prefecto del mismo departamento.
En el infame atentado del 18 de abril de 1888, el

general Lanza marchó a Potosí en busca de tropas, re-

gresando a la cabeza de algunos bravos, dispersó a los


traidores amotinados, recibiendo una herida en el pecho.
El mismo día el general Sucre le ascendió a general de
División. El 30 de abril al amanecer espiró el ilustre

patriota, aquien en tantos aíios las balas habían respe-


tado.
García Lanza D. Gonzalo.— Nació el 10 de enero
de 1808: hijo del protomártir Gregorio García Lanza,
le llevó a la pila su tío Victorio. Ingresó en el Colegio
Seminario en la clase de latinidad recentada por Igna-
cio Arduz, avandonó el colegio ingresando en el ejército
de Santa Cruz, se halló en la batalla de Zepita, viéndose
arrastrado en esa retirada desastroza
Se incorporó en el ejército nacional boliviano: asistió a
lascampañas de laConfederación en derrota de Yungay 1 1

fue tomado prisionero y conducido a Casas Matas, Res-


tituido al país fue muy bien recibido por Velasco, con-
tinuando en el ejército. Asistió a la batalla de Ingavi,
el héroe deesa jornada lo llamó de su edecán.
En la revolución que estalló en esta ciudad contra
Velasco el 17 de diciembre de 1847, fue nombrado por
elComisio reunido en ese día Comandante General del
departamento, Al año siguiente organizó en Cocha-
bamba una fuerza de 600 hombres en favor de Belzu,
con los que salió al encuentro de Carrasco que venía de
Sucre, éste burló el encuentro ocupando Cochabamba,
Lanza se dirigió a Sucre, y cometió la imprudencia de
encuartelar la tropa en el Palacio Legislativo. Algunos
soldados abriendo una puerta extrageron los archivos de
Departamento de La Paz 333

la antiguaUniversidad y algunos autógrafos de los


Congresos y los destruyeron. Se dirigió a Potosí, y
se incorporó a Belzu, asistiendo a la batalla de lYampa-
ráez, que dio el triunfo a su caudillo. Belzu le ascen-
dió en Cochabamba a la alta clase de General de Briga-
da en 30 de dicienibre de 1848.
Comandante general de Oruro, sofocó el motín de
Rojas y Melgarejo en 1849. ^^ Congreso de 1850, le
ascendió a General de División por ley de 14 de sep-
tiembre del mismo año. Llamado a la cartera de gue-
rra marchó a sofocar la revolución de Santa Cruz, en-
cabezada por el Prefecto Ibáñez, cuando iba a atacar la
ciudad, algunos vecinos solicitaron capitulación, dando
por resultado que los cabecillas recibieron pasaportes
para el Brasil.
Candidato a Presidencia en 185:5, viendo que «un
joven escala al poder», fue el primero en enarbolar la
bandera de la insurrección contra Córdova. Levantó
la provincia de Omasuyos en favor de Linares, a cuya
noticia comandante general de La Paz, coronel De-
el

metrio Molina, marchó en su persecución, logrando de-


rrotarlo en Pucarani el 18 de septiembre de 1855, Lan-
za huyó al Perú.
Cuando Melgarejo escaló el poder, le acompañó
Lanza en las barricadas de La Paz, Cantería y las Le-
tanías. Prefecto y Comandante General de La Paz,
fue ascendido a Mayor General en 22 de octubre de
1865. Ministro de Guerra. Cayó prisionero el 15 de
enero de 1871. En la suble\-ación de los Verdes, Jefe
de Estado Mayor. Se retiró a la vida privada, murió
el 20 de noviembre de 1829 había casado
1885. En
con doña Juana Cortadellas en quien tuvo a Cesáreo. \

Don Leonardo Lanza, nieto de Victorio, fue un in-


teligente ingeniero, publicó la GiiLi iopogiáfica de La
Pai.
334 Diccionario Histórico dhl

Don Donato, bisnieto del mártir de las Juntas:


abogado, periodista, diputado nacional.

García Ramón D. Alonso. — Militar de mucha re-

putación, adquirida en las guerras de Flandes e Italia.

Estuvo con Alejandro Farnesio en el sitio de Navarino,


después del combate de Lepanto, acompañó a Juan de
Austria en Túnez. Vino al Perú, contrajo matrimonio
con Luciana Centeno, limeí^a. Disfrutaba de premios
y condecoraciones honoríficas; estuvo en las campañas
de Chile contra los araucanos, como sargento mayor,
m¿;estre de campo. Volvió al Perú, desempeñó los co-
rregimientos de Potosí, Chuquisaca, Arica, de donde
pasó a La Paz con i^ual deslino. Tomió posesión el 14
de octubre de 1597. ? de agosto de 1599, celebró
El i

La Paz los funerales de Felipe II, en los que gastó miil


pesos en ceras, lutos y otros gastos, la función tuvo lu-
gar en la iglesia matriz, que hace poco se habla conclui-
do, pronunció el elogio fúnebre el religioso franciscano
Julián de Cárdenas. Dejó el puesto a fines de agosto
del mismo año, pasando de ir.aestre de campo de la pla-

za y presidio del Callao. El Virrey conde de Monterrey


le envió a Chile en 1605 de gobernador interino en lu-
gar de Alonso de Rivera, llevando un refuerzo de dos-
cientos hombres, armas y municiones. Allí alcanzó al-

gunas victorias contra los araucanos, falleció en 19 de


julio de 1610. Su viuda entró de religiosa en el mo-
nasterio de Santa Clara de Lima, en unión de sus seis
nietas. Murió en 6 de noviembre de 1643. Había me
recido la confianza del Virrey García Hurtado de Men-
doza, quien le comisionó para entenderse en asuntos de
hacienda, composición y venta de tierras en la pro\in-
cia de Arica, que las llenó cumplidamente.

García Gutiérrez de Cscóbar D. Prancisco.— Na-


ció en La Pazel 4 de noviembre de 1760. Hizo sus es-
tudios en la Universidad de Chuquisaca. Abrazó la ca-
. -

Departamento de La Paz 335

rrera eclesiástica: fue sucesivamente párroco de Guarí-


na en 1795, provisor, chantre, rector del Seminario,
después Dean. Sacerdote de fortuna, en unión de Me-
dina y Loayza construyeron la Tercera Orden de San
Francisco, destinado a los penitentes. Falleció el 10 de
mayo de 1820; enterrado en el presbiterio de la capilla

de dicha casa
García Cravo D. Alonso.— Natural de Baeza, vino
a establecerse en La Paz en 1688, y en 1693 contrajo
matrimonio con Alfonsa de Sotomayor, en quien tuvo a
su hijo Alonso en 14 de julio de 1694. El capitán Gar-
cía fue alcalde ordinario de secundo voto en 1695 )' ^^
primer voto a los dos anos. Falleció en 1791.

Oarcía Pérez Vargas Machuca D Juan— Natural


de Toledo. Este capitán casó con Rosa Sanz Arámbu-
ru, en quien tuvo a Ignacio en 28 de enero de 171 1.

Regidor perpetuo del Cabildo o sea caballero veinticua-


tro, cargo queh.abía comprado por la suma de mil diez
pesos. Murió en 1735.
de Ríos D. Gaspar — \''iscaino. En esta
(Jarcia
ciudad contrajo matrimonio con Luciana Vargas Garba-
jal, paceña, en 1663. El mismiO año compró el cargo
de alférez real de esta ciudad pcrHa suma de mil qui-
nientos pesos, a su muerte dejó el cargo, mejor dicho,
heredó su suegro Francisco \'argas Carbajal, casado
con Juana Vargas Villagames, naturales de Lima.
García Tirreo Valdez D Juan José— Español.
No sabemos cuando Fue casado con
vino a La Paz.
una señora cuzqueña Petrona Panlagua Rebolledo, aquí
nació su hijo Victoriano Francisco en 7 de septiembre
de 1731. Fue alcalde ordinario en 1733, uno de los ve-
cines más notables de la población. Falleció en 1760.
García D Manuel Antonio.— Natural de Segovia:
hijo de Bartolomié García y Josefa Sanz. Vino a esta
ciudad por el año 17407 se entregó al comercio. En
336 Diccionario Histórico del

27 de abril de 1743 contrajo matrimonio con Jacoba


Chávez, de cuyo enlace tuvo a José en 19 de marzo de
1744. Fi-ie uno de los vecinos más distinguidos de su

época, ejerció el cargo de alcalde ordinario en 1752 y


1755. Murió en 1780.
García D. Cristóbal —Natural de Málaga. Vino
nombrado subdelegado de la provincia de Yungas en
1808, al año siguiente cuar.do estalló la revolución fue
sustituido por uno de los no opuso
adictos a la causa,
ninguna resistencia más bien manifestó cierta simpatía,
a no ser que hubiera sido de puro temor. En esa épo-
ca la provincia de Yungas era admirable en sus rendi-
mientos al fisco por el producto de la coca. Teniendo
conocimiento la Junta revolucionaria de que García no
había verificado la entrega que se hacía por septiembre
a la real caja, pidió se le diera recibo por veintiún mil
seiscientos pesosque había recaudado por nueve tercios
de Yanacaciii y Chupe, que como se sabe estos son los
pueblesuelos menos importantes, qué suma sería el tri-
buto de San Juan de aquella rica y opulenta provincia.
Después de la derrota de los patriotas siguió en su em-
pleo. En 1814 pasó de subdelegado de la provincia de
Sicasica. Ascendió a teniente coronel. Fue casado con
Francisca Lanza, en quien tuvo a Cristóbal en 2 de oc-
tubre de 1824. Murió en 1831.
Garda D. La Paz. Dedicado
Pedro.— iNacido en
desde muy joven En la administración
al comercio.
Linares tomó parte en la política como adicto a ese cau-
dillo, desempeñó la jefatura política de Yungas. Ene-
migo del golpe de estado, estuvo al lado de Pérez en la
revolución de 1862 contra Achá, y desempeñó la prefec-
tura de La Paz. Derrotado Pérez en San Juan y las
barricadas, tomó eí camino del Perú, permaneciendo en
el ostracismo hasta fines de 1870. Tomó parte activa
en la revolución de ese año contra Melgarejo, desempe-
Departamento dé La Paz 3^7

nando la prefectura de esta ciudad. El triunfo del 15


de enero de 1871 llenó sus aspiraciones. Acompañó a
Morales en su viaje a Sucre en calidad de director de
contabilidad y encargado de la secretaría general mien-
tras la ausencia del titular; prefecto de Potosí, de don-
de fue llamado al desempeíio de la cartera de Hacienda.
A la muerte de Morales e! nuevo gobierno le mantuvo
en el ministerio, que lo dtsempeíló hasta el advenimien-
tode Ballivián. Presidente de la Municipalidad en 1888,
Senador suplente por La Paz en 1881, Icmismo que en'
1884. Candidato a la 2.^ N'icepreíidencia en 1884.
Ministro de Hacienda en iSSó. iViUrió el igde noviem-
bre de 1893.
Garra Muñoz D. Antonio. — Natural de Málaga,
caballero de la orden de Siintiago. Nombrado corregi-
dor de la provincia Je Larecaja en 1701. Después se
estableció en esta ciudad. Este general fue casado con
Juana de Herrera y Zúñiga, en quien tuvo a Antonia
Dorotea en 7 de febrero de 1701; muerta su esposa con-
trajo segundas nupcias con Rosa Enríquez, en quien
tuvo a Juan Fernando. Murió en 1725.
Gayoso de Penaillílo D. Euseblo.— Nació en La
Paz el 14 de agosto de 1770; de José Antonio Ga-
iiijo

yoso y María Josefa Penailillo. Contrajo matrimonio


en 20 de í'gosto de 1796 con María Paz Salgado, en
quien tuvo a Petrona Regalado en 13 de mayo de 1797,
Manuel Norberto en 15 de marzo de iSoo. Habiendo
segundas nupcias con Justa
fallecido su esposa contrajo
Nieto Navarro en 27 de octubre de 1803, en quien tuvo
a María Paz en 27 de agosto de 1804, Petrona en 30 de
junio de 1805. María Josefa en 9 de ma>o de 1806, Ma-
nuela Celestina en 7 de abril de 1809 y Ambrosio Ma-
rio en 7 de diciembre de 1810.

Era protector de naturales de la provincia de Paca-


jes desde 1803, en cuyo año debía llevarse a efecto el
43
33^ Diccionario Histórico del

censo de los tributarios, lo que fue mal visto y resisti-


do, en vista de lo cual el subdelegado Francisco Ramos
Mejía, atemorizado le encomendó verificara un simula-
cro de visita. Tomó parte activa en la revolución de
juliode 1809; desempeñó varias comisiones importan-
tes, así como ayudó a los comisionados diputados del
partido para la organización de las fuerzas indígenas.
Debelada la revolución fue condenado a dos meses de
arresto y extrañado perpetuamente de la provincia de
Pacajes. Se incorporó en las fuerzas argentinas, que
vinieron al mando de Castelli en calidad de teniente de
compañía, y continuó actuando en las filas patriotas,
pero no sabemos hasta que fecha, ni donde murió.
Gayoso de Peíiailiílo D- Ambrosio.— Nació en La
Paz 7 de diciembre de 1810, y fue hijo del anterior.
el

Estudiaba en el colegio Seminario, cuando Santa Cruz


se dirigió al Perú, abandonando las aulas se incorporó
en el ejército. Concurrió a las batallas de Yanacocha,
Socabaya y Yungay, ascendiendo a capitán. Después
de la victoria de Ingavi ascendió a coronel. Amigo de
Belzu, cuando éste se puso a la cabeza de las fuerzas
que organizó en La Paz a favor de Velasco, Penailillo
fue comisionado para poner en conocimiento de aquél lo

determinado por Belzu, se puso a su disposición.


Después de la Yamparáez, fue ascendido a la
batalla de
alta clase de General de Brigada.
Murió en 1855.
Gemio D. Romualdo.— Nació en Coripata el 6 de
febrero de 1682, hijo de Carlos Gemio y Rosalía Peña-
randa. Hizo sus estudios en el Colegio Seminario de
esta ciudad, ordenado de sacerdote por el Obispo La
Santa en 13 de junio de 1787. Obtuvo en concurso el

curato de Chanca en propiedad. Afiliado al partido re-


volucionario de iSog, contribuyó eficazmente a ella,

como de obra. Cuando fracazó esta


tanto de palabra
fue condenado por Goyeneche según su sentencia ya
.
Departamento de La Paz 339

varias veces citada a la Recolección de la ciudad de Co-


chabamba, donde debía permanecer por seis años. Con-
ducido preso, sufrió su condena; pero la revolución acae-
cida en esa Villa en 14 de septiembre de 1810 encabe-
zada per los patriotas Rivero, Arce y Guzmán, le fran-
queó la libertad. Se incorporó en el ejército argentino
con el honroso cargo de capellán de! genera! Eustaquio
Díaz Velez, y también fue del batallón número seis. Des-
pués de la derrota de Guaqui, siguió al ejército en su
retirada a la Argentina; no sabemos donde falleció.

Giraldo Leandro. — Paceño fue casado con Grego


ria Olabarria, cuya Iiija Vicencia casó con Sebastián
Aparicio, secretario de la Junta Tuitiva en 1809 y más
tarde en 1825 secretario del Cabildo.

Godoy O. Pablo.— Natural de Valladoüd. Sujeto


sum.amente ascético y bastante anciano. Vino nombra-
do corregidor de La Paz, con títuio expedido por Carlos
V a perpetuidad. Tomó posesión de su destino el 10
de julio de 1556; falleció el 2 de ag^isto del mismo año.
Bajo su gobierno resolvió el Cabildo que se distribuyan
en propiedad terrenos y estancias a los vecinos. El
año anterior había ordenado Ix venta de solares, no ha-
bría quien compre, cuanJo se tomó la medida de darles
gratuitamente.

Ooitia D. Benedicto. — Nació en Camargo el 12 de


enero de 185 Desde mu)- joven se consagró al co-
1.

mercio en esta ciudad, a la que se encariñó. En 1871


combatió la tiranía de Melgarejo. Aiuníjipe de Larecaja,
Subprefecto de Caupolicán en 1878; Munícipe de La
Paz en 1882; Diputado por Larecaj.i al Congreso de
1885; Diputado por La Paz en 1892, y en 1898 por La-
recaja. En la revolución federal marchó al exterior
comisionado para la adquisición de pertrechos de guerra
que los consiguió, dando con este paso a conocer su
^40 Diccionario Histórico deL
amor a La Paz. Senador suplente por La Paz en 1900,
y en propiedad en 1912. Ministro de Estado; Ministro
ante el gobierno del Perú. Es coronel de ejército, por
su actuación en el 15 de enero de 1871, hechos milita-
res posteriores y la acción de el Segundo Crucero.
Cioizueta Sra. Úrsula. —Nació en La Paz el 20 de'
octubre de 1787; fueron sus padres Juan Bautista Goi-
zueta y Nicolasa León Garicano. Casó con Eugenio
Choquecallata, hijo de Pedro Choquecallata y Tomasa
Man.o;o el 18 de junio de 181 1 Al ligar su suerte a un
.

patriota que ya habla tomado parte por esa santa causa,


ella tenia que seguir su noble ejem.plo, a esto se agre-
ga que estaba íntimamente ligada con los lazos de la
amistad a doña Vicenta Eguino, decididamente patriota,
ambas eran de espíritu varonil, alma grande y energía
sobrenatural. No le faltaron compañeras que deseaban
ardientemente e! engrandecimiento de la patria median-
te la separación de España, que no había hecho otra
cosa que explotarla y sumirla en la ignorancia; contri-
buyeron pues eficaziiiente en el ensanchamiento de los
trabajos revolucionarios, fueron una especie de vestales
que tenían por misión, aún a costa de su vida y su for-

tuna, mantener el fuego del patriotismo.

Acampadas las fuerzas patriotas cuzquenas en el

al,to de Munaipata, en la tarde del 22 de septiembre de


1814, los separatistas de esta ciudad apesar de estar vi-
gilados y perseguidos, pudieron en alguna forma ayu-
darles en ¡a toma de la plaza. Habiendo de una manera

brillante y temeraria capitaneado Úrsula a los patriotas

en el barrio de Santa Bárbara, de cuyas alturas un ca-


ñón colocado con maestría causó espanto en las filas de
los sostenedores de la tiranía. Este triunfo de los pa-

triotas tuvo su menguante en la mañana del 28 de sep-


tiembre, en que habiendo velado el cuartel, y atribuido
-_ Departamento de La Paz 341

esa catástrofe a la traición de los realistas, la plebe se


entregó al degiiello de éstos.
A fin de que tornara la revancha, se escogió a un
hombre feroz y sanguinario, esle fue Mariano Ricafort,
que llegó a esta ciudad el 25 de octubre de 1816. Este
monstruo sin piedad, sediento de sangre, ejerció una
venganza atroz contra todos los patriotas denunciados.
Úrsula como insurgente soportó los castigos más bruta-
les con orgullo; por orden de Ricafort fue condenada a
ser paseada por las calles rapada la como un
''cabeza
melón*', afrentada, sacada de la cárcel montada en un
asno se la condujo por las calles principales de la po-
blación, después fue atada al poste de madera, co-
locada al una horca, permaneciendo así durante
pie de
el resto del día. Esta heroína, una de Ijs mujeres más
dignas de la independencia, falleció el .4 de noviembre
de 1854, habiendo enloquecido a consecuencia de una
fuerte fiebre que la atacó.
Gomes [). Alonso — Natural de Madrid. Estaba
establecido este capitán en La Paz desde muy antes de
1 591; era un vecino distinguido. El corregidor Alonso
Vazques Dávíla Arce, lo hizo su teniente en el corre-
gimiento, por ausencia de éste que tuvo que cumplir
comisiones que le había encomendado el Virrey, ejerció

el cargo en abril de 1594, lo mismo que en enero del


año siguiente. Fue casado con ÁiUonia. Vargas, descen-
diente de los fundadores de la ciudad, en quien tuvo a
Ambrosio, que casó con Lorenza Viilarreal. Falleció en
15 de noviembre de 1663.
Gómez Zapata D. Juan.— Limeí^o. Oficial de la

inquisición en Í774. Su hijo José fue religioso de la

orden de la Merced, en 1792 comendador del convento


de La Paz.
Gómez Pizarroso D. francisco— Natural de Bilbao.
Estaba radicado en esta ciudad desde 1695. Casó en
342 Diccionario Histórico del

1 7 10 con Rosa Yiarcellaiio, de cuyo enlace


tuvo a Pedro
en 29 de junio de 171 1, José en 13 de maczo de 1713,
Alcalde de la S.inta HermanJad. Falleció e.n 1730.

González D. Prancisco de Paula.— Natural de S¡-


cuani. Militó desde 180Q en las filas realistas, en 1816
era coronel al mando de Ramírez, quien nombro In-
le

tendente de Puno. Era feroz y 5anguinario. En los


altos de Paucarcolla batió el 26 de mayo de 18153!
caudillo Francisco Monroy, después a Vicente Carrera,

Jorge Carrión y a cinco más.


Destruyó los alzamientos de Carabaya, Asillo,

Azángaro. Por septiembre de 181 5 se dirigió al parti-


do de Larecaja, donde los guerrilleros apoyados por la

indiada mantenían la santa causa. Allí con Agus-


tín Gamarra venció en varios lances a los patriotas, es-
pecialmente en Apacheta de Collimani, el 4 de octu-
la

bre, en cuyo combate quedaron miuertos trescientos pa-


triotas, crecido número de prisioneros, mandó fusilar la

quinta parte de ellos.

En los altos de Ayata tuvo lugar otra función de


armas el día 9; hizo fusilar a once individuos en Moho.
El teniente coronel Félix Tugle remitido por Gonzales
con una columna a Apolo, decapitó a Pedro Gacilla,
caudillo de Gojata y al capitán Pedro Gai, después que
fueron vencidos en 21 de noviembre. Profesaba un
odio profundo a la ciudad de La Paz, cuando entró con
Ramírez, después de su victoria de Achocalla, se ensañó
en sus habitantes, aún se afi:ma que a algunos les apa-
leó personalmente. No sabemos donde falleció este fe-
roz soldado.
(lonzáles D. José Mana. —Nació en La Paz el 24
de diciembre de 1790, iiijo de Pablo Gonzales y Simona
Manzaneda. Casó con Anselma Fernández en i ? de
marzo de 1810. Ardiente patriota, activo, audaz, no
cesaba un sólo instante en trabajar por la causa de la
Departaaientq de La Paz 343

libertad. A la aproximación de las fuerzas cuzqueíias


al mando de Pinelo, movió a todos sus compatriotas y
ayudó poderosamente a la toma de la plaza. Ricafort
mandó buscarle por todas partes para aplicarle la pena
de muerte. Habla huido a las montañas de Ayopaya;
el feroz tirano se ensañó contra su madre.

González Aparicio Pray José. —Nació en La Paz


el19 de marzo de 1770. Hijo de Eésteban Aparicio y
Petrona González. Ingresó en el convento de San
Francisco de esta ciudad, hechos sus estudios, su novi-
ciado, ordenado de sacerdote, fue destinado a las misio-
nes de Apolobamba, donde permaneció catorce años,
entregado a la instrucción de los neófitos, trabajando
con constancia y decisión. Salió a la ciudad nombrado
guardián, en cuyas funciones permaneció de 1809 a
181 1. Fue realista opuesto a la rex'olución de julio,
por lo que el cura Medina le dirigió un oficio enérgico
para que contuviera a sus subditos que desacreditaban
la causa, dio asilo a todos los contrarrevolucionarios los
favoreció y los protegió. Jubilado ya falleció en 1819.

González Manzaneda D. Francisco —Desempeñó


el cargo de escribano por muchísimos años.

González Rubín D. Pedro— Nació en la Villa Can


gas Onis en Asturias. Casó en
1805 15 de agosto de
con María Josefa Hidalgo Cisneros Salazar, dama bas-
tante acomodada, en quien tuvo a José María en 4 de
marzo de 1807. González fue uno de los ma\ores ene-
migos que tuvo la revolución, trabajó activamente con
los contrarrevolucionarios, se gozó con el triunfo de los
realistas. A la aproximación del ejército argentino,
voló a ponerse a disposición de Goyeneche, que le re-
cibió con el grado de capitán. Combatió en Guaqui y
otras acciones, pero no sabemos hasta que grado as-
cendió. Regresó más tarde y fue una de las vícti-
344 Diccionario Histórico del
timas del furor popular en 1814. Su hijo José María
en la Repúbiica desempeñó algunos cargos. Senador
en 1850, como amigo del general Belzu.

González Santaüa D. Benito. -Natural de Anda-


lucía. Había sido secretario del Rey Carlos II, este
.soberano por provisión de 4 de enero de 1702 le nombró
corregidur de La Paz. Vino con su esposa Isabel Sán-
chez de Urdíales, su hijo mayor Juan Antonio y su her-
mana Teresa Micaela.
Tomó pasesión del destino el 6 de junio de 1702.
Funcionario laborioso, concluyó la reedificación de la
casa de gobierno y la cárcel, que por la precipitación
con que se había trabajado el primitivo hubo necesidad
de reedificarlo, aunque sobre las mismas bases, en cuyo
trabajo se gastaron seis mil cuatrocientos cuarenta y
seis pesos, seis reales. El Tesoro se hallaba exahusto
por haber el soberano exigido un donativo, mejor dicho
un empréstito forzoso, por lo que Santalla para las
obras expresadas suplió de su dinero mil ochocientos
noventa y seis pesos, suma que el Virrey de Lima or-
denó abonarle por las cajas reales, por decreto de 19 de
enero de 1709.
Le nacieron en esta ciudad su hija Rosalía Ana
María en de septiembre de 1702, siendo su padrino el
1 1

prior de San Agustín Pedro de Alcocer Iscai Alarcón,


Fernando Ignacio Marilo en i ^. de septiembre de 1703,
le llevó a la pila el Cecilia María Ca-
jesuíta Nicolalde,
talina en 20 denoviembre de 1704, padrino el jesuíta
Francisco González, Ignacio Andrés Cayetano en i P
de diciembre de 1705, padrino el jesuíta José Pelayo.
Don Benito sum.amente religioso, asistía a cuanta
función de iglesia tenía lugar, a las procesiones, sermo-
nes y novenarios.
Cesó en el cargo el 25 de marzo de 1708. Su es-
posa había fallecido el 5 de diciembre de 1705 al dar a
-

Departamento d e La Paz 34Í_


luz a su último hijo, enterrándose en la Merced. Pasó
de corregidor de la provincia de La recaja en 1722. Mu-
rió en su capital Sor^ta un año después.
Su hijo Juan Antonio casó en 1730 con María Jose-
fa Caravedo Salazar en quien tuvo a María Antonia y
Joaquina Antonia. Alcanzó el grado de maestre de
campo y fue alcalde ordinario de primer voto en
1738.

González Pabón D. Antonio.— De Andalucía, lle-

gó Perú ordenado de sacerdote y era doctor en cáno-


al

nes, no conocemos los curatos que desempeñó. Fue su-


cesivamente Arcediano y Dean del coro de La Paz en
1777. Elevó una estadística del clero de la Diócesis,
en la que se da cuenta que a pesar de estar todos los

curatos con sus respectivos párrocos, algunos con ayu-


dantes, los monasterios de las^Concepcionistas con tres
capellanes, el Carmen con seis y el beaterío de Naza-
renas con dos; existían en la ciudad ciento veintiséis
clérigos sueltos,entre sacerdotes y ordenados. Ya se
puede considerar como un gran Seminario la ciudad con
tanta abundancia de levitas.

González Vareas D. Juan.— Natural de Guipus


con, no sabemos la época en que vino aLPerú este sa-
cerdote ni su carrera. Hacía tr:.'S años que era cura
párroco de la iglesia m.atríz o sea de españoles, cuando
fue creado el obispado de La Paz. A fines de 1609 reci-
bió el nombramiento de arcediano de la nueva iglesia
que iba a establecerse, pero parece que fue favorecido al
año siguiente con el de Dean^cuando llegó a esta ciudad
el primer obispo Valderrama. Permaneció con esa dig-
nidad hasta el año de su fallecimiento,acaecida en 1629.
Oarostizo D. Felipe.— Natural de Sevilla. Vino
en 1770 y contrajo matrimonio con Nicolasa Argandoña,
de ilustre linage, en quien tuvo a Gaspar Baltazar en
44
346 Diccionario Histórico del

1718, Antonio y Melchor. Este capitán desempeñó


dos veces el cargo de alcalde ordinario: fue vecino muy
estimado, benefactor y caritativo con. los pobres. Mu-
rió en 1740.
Goroslizo Y Argandoña D. Antonio —Nació en
La Paz el 13 de junio de 1749: hijo de Félix Gorostizo y
Nicolasa Argandoña. Estudió en la Universidad de
Chuquisaca donde obtuvo el grado de licenciado. Orde-
nado de sacerdote desempeñó algunas .parroquias como
Acora y en 1779 era cura de San Sebastián. Con mo-
tivo déla sublevación indigenal se puso engrandes con-
flictos, a fuerza de fatigas y con peligro de su vida, pu-
do salvar todos los útiles de su iglesia, pues, que los in-

dios la convirtieron en cuartel. Se suspendió el servi-

cio del culto desde el 14 de marzo de 1781 hasta el 22


de marzo de 1782 en que el infatigable párroco pudo re-

faccionar el templo. El retablo del altar mayor, todos


los demás puertas y ventanas habían
altares, pulpito,
sido completamente destruidas. En 1783 fue promovi-
do mediante concurso al beneficio de Achacachi, donde
falleció años después.
El antiguo trono de la Virgen adornado con espejos
y chapeado con plata, su coronación y pirámides, hicie-

ron los Licenciados don Martín Ignacio y don Cipriano


de Valdivia, con limosnas, el año 1779.
El retablo del altar mayor se principió a trabajar
en 21 de enero de 1778 siendo cura el Licenciado Juan
Manuel Velásquez; trabajó t\ maestro carpintero Nico-
lás Mollinedo, y doró el tabernáculo Juan Contreras-.
El maestro Diego López, europeo, trabajó el pri-
mer órgano en 1798. En 1792 se enladrilló toda la

iglesia con siete mil ciento cincuenta ladrillos; se enco-


mendó esta obra al cacique Gregorio Ortíz, al que se
entregaron las limosnas con que voluntariamente con-
tribuyeron los fieles,
Departamento de La Paz 347

Goyeneche y Barreda D. José Manuel— Nació


en Arequipa e! 13 de junio de 1775: hijo de Juan Cri-
sóstomo Goyeneche y Aguerreberre y María Josefa
Barreda BenaviJes. Muy joven tuvo el titulo de cade-
te y después perteneció al regimiento de milicias de
Camaná en clase deteniente. Pasó a España en 1795
con el objeto de seguir la carrera de las armas. Ad-
quirió empleo de capitán de una compañía del regi-
el

miento de Granaderos de Estado, después agregado al


cuerpo de artillería en Cádiz en 1797 cuando una es
cuadra inglesa bombardeó, hallóse en dicha plaza. |

Viajó por Alemania, Suiza Italia y Holanda en co-


misión del gobierno español. Era en 1808 brigadier y
caballero del hábito de Santiago cuando regresó a la

América. Este insigne traidor venía comi-ionado por la

Junta central de Sevilla, del Rey José Bonaparte y a

su paso por el Janeiro recibió igual comisión de la prin-


cesa Joaquina Carlota Bortón, que pretendía tener de
rechos a los dominios del Rey de España. En Monte-
video principió su carrera de intrigas, quiso obrar allí

en favor del Rey intruso, viéndose desairado, se diri-

gió a Buenos Aires, donde pretendió hacer su política

a favor de la princesa del Brasil, rechazado tomó el ca-


mino del Alto Perú. En Chuquisaca intentó lo que ya
había hecho en la capital del Virreinato, no encontrando
apoN'O se encaminó a esta ciudad, llegó el 3 de diciem-
bre de 1808, aparentando adhesión a la Junta de Sevi-
lla, esta fue la causa porque los magistrados y un in-
menso gentío salieron a su encuentro hasta el puente
de Coscochaca. Permaneció tres días, dirigiéndose a
Lima, donde supo captarse las simpatías del Virrey
Abascal, quien le confió la presidencia interina de la

Audiencia del Cuzco,


348 Diccionario Histórico del

Habiendo estallado en La Paz la revolución el i6


de julio de 1809. Abascal quiso hacerse el arbitro de
los destinos del Perú, hizo marchar al coronel Juan Ra-
mírez para que se situase sobre las fronteras con fuer-
zas de las milicias de Arequipa y Puno, acordando sus
medidas con Goyeneche. De Arequipa salieron mil
quinientos infantes, reuniendo la caballería necesaria,
así como una compañía del regimiento Real de Lima,
las fuerzas alcanzaban al número de tres mil. Se situó
Goyeneche en los cuarteles de Zepita, principió a or-

ganizar sus fuerzas con toda actividad, enviando a Pié-


rola con competente número de fuerzas a ocupar el

puente del Desaguadero.


Principió a dirigir correspondencias a todos los es-

pañoles residentes en esta ciudad, sus intrigas debían


producir sus efectos. El engaño del Virrey era mani-

fiesto, pues que el 4 de septiembre en que llegó Leca-


ros conduciendo pliegos para el Cabildo, significaba que

la determinación de Abascal era solamente de procu -

rar el sociego y que las fuerzas de Goyeneche pasarían


directamente a Chuquisaca. Mientras tanto se había
ocupado la península de Copacabana, así como el estre

cho de Tiquina, en vista de lo cual los rev'olucionarios


declararon la guerra a la provincia de Puno, saliendo en

consecuencia las fuerzas a situarse en Tiahuanacu.

Goyeneche desde el Desaguadero ofició en 15 de


octubre de 1809 al Cabildo enviando a sus diputados
Astete y Campero, en la que proponía que sus habi-
tantes se retirasen a sus casas a vivir con tranquilidad,
que no se procesaría, ni se perjudicaría a persona algu-
na, que las armas se depositen en su sala respectiva,
que su venida obedecía únicamente a unir a sus habi-
tantes con las del Cuzco. Las propuestas falaces del
general arequipeño fueron aceptadas y para su cange
Departaa^ento de La Paz 349

enviaron como diputados del Cabildo al alcalde Medina,


el Sagárnaga, cura Medina y por parte del co-
ret^idor

mandante Murillo,Orrantia, los que a excepción del cu-


ra Medina canjearon lo pactado en el Desaguadero, re-
gresaron con su edecán Miguel Carazas, que venía de
parte de Goyeneche a presenciar el cumplimiento de lo

acordado. Pero los patricios encontraron una dificultad

que se había suscitado sobre el número de tropas que


La Paz permitiría que acompañasen a Goyeneche du-
rante su breve permanencia de seis días. El cumpli-
miento de lo pactado no tuvo lugar por la fuerte oposi-
ción de los exaltados patriotas como Rodríguez, por lo

que Indaburu sin duda de acuerdo con Goyeneche se


defeccionó en la noche dtl 18 de octubre, siendo al día
siguiente completamente destrozado y sacrificado por
las fuerzas de Castro. Goyeneche pasó el Desagua-
dero dirigiéndose a esta ciudad el 25 de octubre de i8og
se apoderó de la pequeña fuerza que había quedado en
Chacaltaya al mando de Figueroa. Esta fue su gran
victoria de la que hizo bastante alarde.
El 25 de octubre, a la una de la tarde entró Goye-
necbíe en la ciudad de La Paz a la cabeza de ochocien-
tos hombres, por el Alto de Lima ingresaron setecien-
tos soldados, dejando en los Altos dos mil quinientos.
Se alojó en el Palacio Episcopal; principió una persecu-
ción atroz contra todos los que habían tomado parte en
la revolución, las cárceles se rellenaron de presos, todos
los ciudadanos fueron arrancados por la fuerza de sus ho-
gares, sin hipérbole se puede decir, que se estableció el

reinado del terror, con todos sus miserables recursos,


espionaje, delaciones, amenazas, extorsiones de toda
suerte. La mayor parte de los revolucionarios deteni-

dos descansaban bajo el seguro de su palabra que nunca


dejó de comprometer verbalmente o por escrito, partí-
3^0- Diccionario Histórico del
cularmente a todos los protomártires, con excepción de
Figueroa, les y esperar que el simulacro
hizo concebir -

de la causa no tenía otro objeto que averiguar la verdad


de los sucesos e impedir la venganza del bando realista;
que podía pedir al virrey medidas de severidad. iWien-
tras tanto el 26 de octubre comunicando su entrada al
virrey Cisneros, encareciendo sus esfuerzos, dando par-
te de lo que él llamaba acción de Chacaltaya, pedía
autorización para proceder militarmente e imponer la
pena capital a Murillo, Jiménez y otros cinco más, es
decir, adelantándose a la sentencia. legal, la única que
podía fallar.
El 27 de enero de 1810 pronunció la primera sen-
tencia condenando a la pena capital a Murillo, Lanza,
Catacora, Bueno, Graneros, Jiménez, Jaén, Sagarnaga,
Figueroa, los que fueron sacrificados a la saña de este
mal americano. Los trámites contra los demás reos si-

guieron con la misma precipitación, dando escaso tiem-


po a las defensas y a las pruebas de descargo; pero el
temor y laconstante amenaza determinaron a los pre-
sos a usar de todo género de recursos cerca de Goyene-
che. La segunda sentencia tan inicua com.o la prime-
ra, comprendía a setenta y cinco patriotas, casí todos bien

vinculados y de significación espectable. L''ritó al ve-

como sus extorsiones que bajo pretexto de


cindario, así
que en los monasterios habían depositado sus caudales
los patriotas, ¡es arrancó fuertes sumas; la soberbia de
sirs tropas costaba al tesoro sesenta y cinco mil pesos.
Después de publicar su proclama y despachar a los pre-

sos en la mañana del 7 de marzo, salió de esta ciudad


casi de fuga dejando una pequeña guarnición al mando
de Ramírez.
Goyeneche se hallaba sirviendo la Audiencia del
Cuzco, cuando se consumó la revolución de Buenos Ai-
res el 25 de mayo de 1810, secundada por los pueblos
Departamento de La Paz 3^1

del Alto Perú. Esta junta envió una expedición a ór-


denes de Castelli. Abascal asustado mandó organizar
un que se reunió en Zepita bajo las órdenes de
ejército
Goyeneche, le envió de base un batallón del Real de
Lima, varias compañías disciplinadas de pardos y mo-
renos libres y abundante parque. Reunió Goyeneche
las milicias del Cuzco, Arequipa, Puno, y las disciplinó
con actividLid.

Castelli victorioso en Suipacha, atravesando el Al-


La Paz, estableciendo sus cuarteles
to Perú, llegó hasta
en Laja; extendiendo sus avanzadas hasta los pueblos
de Tiahuanacu, San Andrés y Jesús de Machaca, dis-
tantes como cuatro leguas del Desaguadero.
Fue pactado un armisticio de cuarenta días, firma-
do por Goyeneche en el Desaguadero el14 de mayo y
ratificado por Castelli en Laja el 16 del mismo mes.
Goyeneche celebró una junta de guerra en la no-
che del 19 de junio de 1.811 para atacar al ejército pa-
triota antes de que feneciese el armisticio, así acordado
al son de un cañonazo disparado a las doce de ¡a noche,
levantó su ejercito con dirección al Desaguadero, prote-
gido por una densa neblina que no permitía a los pa-
triotas distinguir los seis mil quinientos soldados que
tenía el enemigo, pasó sin dificultad el puente, dejando
para custodia de la derecha del río la división Lombe-
.ra.

El ejército real se dividió en tres grupos: El de la


derecha, mandado por Goyeneche; el de la izquierda,
por Ramírez de Orosco; el del centro dirigido por Pío
Tristán. Una vez que los realistas pasaron el puente
del Inca, la división de la derecha tomó la pampa del
Azafranal y la de la izquierda la de Chiviraya; la colum-
na del centro tomó las alturas Vila-Vila, lista a prestar
auxilio al que lo solicite.
3^2 Diccionario Histórico del
Las tres columnas en marcha paralela unas de otras,
tenían por objeto la quebrada de Yauricoragua, la ocu-

pación de este punto tenía el objeto de impedir e inter-


ceptar la reunión de los dos cuerpos patriotas,

Goyeneche marchó directamente sobre Guaqui y


Ramírez sobre Jesús de Machaca.
La columna del centro fue la que encontró primero
que los otros, pequeños destacamentos patriotas que
fueron arrollados y tomados.
A las ocho de la maíiana la a lumna de la derecha
llegó por el Azafranal al punto convenido. Sorprendido
Balcárce apenas tuvo tiempo para formar su gente e
hizo funcionar su artillerí:% descuidando ocupar el mo-

rro que por sus costados baña el lago. Goyeneche


avanzó bajo el fuego de la nrtillería patriota sólo cuando
pudo- ser efícas el de su infantería, desplegó sus masas.

Entonces cayó sobre ella la caballería patriota que


fue repelida por los cuadres realistas.

Durante esta maniobra Tristán, por orden de Go-


yeneche, se apoderó del morro que esíá a la izquierda,

y para ocultar este movimiento, tuvo el general en jefe


que atacar de frente. En este ataque se distinguió mu-
cho el regimiento de granaderos del Cuzco, que con Pi-
cuaga a la cabeza, se apoderó de la posición codiciada.
Desde ese momento la acción estaba perdida por los pa-
triotas, que fueron completamente flanqueados por el
costado izquierdo.
A pesar de toJo, la resistencia de Balcárce fue
enérgica y vigorosa, sus soldados hicieron prodigios de
bravura, pero no pudieron contener el aácance de los
granaderos, que los amagaban por donde permitía la

lengua de tierra que dejaba la laguna. Los patriotas


desconcertados se retiraron en desorden, dejando 15 ca-
ñones, 280 cajones de munición y botiquines.
Departamento de La Paz 3^3

Perseguidos de cerca, se replegaron sobre el pue-

blo de Guaqui, que fue tomado por Goyeneche después


de vigorosa resistencia. Allí cayó el resto del parque,

alníacenes de víveres y el hospital militar.


Ramírez por su parte no fue menos feliz en el ata-
que que se le había encomendado del lado de Jesús de
Machaca, donde encontró mayor resistencia. Las dos
guerrillas que cubrían la columna de Ramírez ron-,pieron
el fuego sobre la caballería enemiga que se hallaba con

avanzadas y le obligaron a replegarse aceleradamente


liacia el grueso de sus fuerzas, que descubrieron los rea-

listas en orden de batalla, apoyada la derecha en los

moiites y cubierta la izquierda por un gran golpe de ca-


ballería- Ramírez desplegó su columna, menos un -ba-
tallón que dejó de reserva. El fuego de los obuses que

los patriotas habían colocado en el centro de batalla de


sus baterías, y la lluvia de granadas de mano cm pesa-
ron a desordenar a ios realistas. Más cuando Ramiírez
se esforzaba por reanimar a su dudosa y maltratada
tropa, fue oportunamieníe auxiliado por las guerrillas de
la columna dtrlcomandante en jefe, que alomaron en
aqjjel crítico niomento por las alturas de la izquierda,
am.enazando el flanco derecho de los contrarios, circuns-
tancia que ayudó efícazmiente a decidir la victoria en fa-

vor de los realistas después de seis horas de conibate.


Cuando Ramírez pensaba dar un .descanso a su fa-
tigada tropa. La caballería cochafcambina en número
de dos mil quinientos hombres repasó el Desaguadero
e intentó asaltar el campamento, delante del cual se pre-
sentó haciendo fuego con dos cañones, pero desengaña-
do de que su socorro era tarde tuvo que retirarse.
Goyeneche retrocedió a su campamento de Zepita,
los patriotas se retiraron sobre Oruro. Después de al-
gunos días volvió Goyeneche y entró en esta ciudad el
8 de julio, después de someterla, emprendió marcha

45
354 Diccionario Histórico del

sobre Oruro. De este punto se dirigió el 4 de agosto


sobre Cochabambü. Su vanguardia al mando de Ra-
mírez se dirigió por Paria, hacia Tapacari, siguiéndole
todo el grueso del ejército, descendió por el alto de Tres
Cruces; a las tres de la tarde del dia 13 del mismo mes
se presentó al frente de los patriotas que ocupaban la

altura que domiina la llanura de Sipesipe.

El ejército patriota compuesto en su mayor parte


de caballeros era inferior al realista, pero no se ame-
drentaron, resueltos a disputar el paso a Goyeneche:
tendieron sus guerrillas y los provocaron al combate,
que fue terrible, tenaz; que habiendo comenzado a un
lado del pueblo de Sipesipe fue a concluir al lado opues-
to del río Amiraya. La suerte fue nuevamente adversa
a los patriotas que fueron completamente derrota-
dos.

Cjoyeneche entró en Cochabamba el 21 de agosto,


se dirigió a Potosí y de allí a Chuquisaca, desde donde
envió al mayor general Pío Trislán sobre el Tucumán.
La heroica Cochabamba se había movido a impul-
sos del infatigable general Esteban Arze. Este fue al-

canzado en el Queñual (24 de marzo de 1812) por el fe-

roz Go)'eneche, y completamente vencido por sus fuer-


zas bien disciplinadas.

Los hijos de Cochabamba con este descalabro no


se desalentaron, esperaron al tirano en la colina de San
Sebastián, resueltos al sacrificio. Efectivamente, Goye-
neche con sus huestes salvajes mandó hacer una carni-
cería humana, sin perdonar mujeres, ni niños. En per-

sona acosaba y acuchillaba a las turbas, lleno de furor


se metió a caballo en la Matriz por herir al doctor Ló-
pez de Andreu. La ciudad fue saqueada durante tres
días, por orden expresa del gran intrigante, de quien se
dice, que comulgaba semanalmente.
Departamento de La Paz 35$

Tristán fue completamente batido el 21 de diciem-


bre por la caballería argentina, y más tarde abatida por
Belgrano en Salta. Se vio obligado a suscribir la capi-
tulación que el vencedor le impuso, evacuando el terri-

torio.

Goyeneche atemorizado avandonó Potosí retirán-


dose a Oruro, de donde elevó su renuncia al Virrey.
Dejó el ejército y se marchó a España, embarcándose
en el Callao el 4 de octubre de 1814 en la fragata «Cas-
tilla». Falleció en Madrid" el 10 de octubre de 1846.
Conde de Guaqui por su feloní^i; grande de España, por
sus servicios a la causa realista y los males causados a
su patria.
Goyoneta D. Agiistm.— Natural de Cáceres; vino
de capitán en el regimiento Estremadura que el gobier-
no español mandó con motivo de la sublevación de los

indios en 1781. Su compañía vino de guarnicioii a esta


ciudad en 1789. Como los oficiales del expresado
regimiento, unos se quedaron en el país y otros se re-
gresaron a España, Goyoneta adoptó ti primer partido.
E! Virrey de Buenos Aires Nicolás de Arredondo le

nombró Gobernador Intendente interino y comandante


de armas de La Paz por la m.uerte de Seguróla. Tomó
posesión del destino el 3 de julio de 1790 y la desem-

peñó hasta julio del año siguiente en que se hizo cargo


el nombrado por el Rey.
Granados D. José —Natural de Cádiz; hijo de An.
tonio Granados y Teresa Rodríguez, doctor en medici-
na. A poco de su llegada a la ciudad de Arequipa, casó
con Teresa Rodríguez, natural del lugar, trasladándose
a esta ciudad nombrado médico titular en 1790; enton-
ces se com.ponía el cuerpo de médicos de los doctores
Francisco Pasos y Juan José Sardón. En esti ciudad
le nacieron Mariano José en 31 de julio de 1792, Ma-
ría Saturnina, Gregoria en 10 de noviembre de
^$6 Diccionario Histórico DEL

1794, Escolástica María en 14 de febrero de 1800, José


Manuel Estanislao en 14 de marzo de 1802, María Jose-
fa Catalina en 30 de abril de 1803.
Las ideas tendentes a la revolución habían tomado
gran desarrollo, se trabajaba activamente en los clubs
secretos por su realización. El Gobernador Intendente
Burgunyó teniendo pleno conocimiento de esos trabajos
y temeroso de una provisión franca, apeló a medios ve-
dados, el veneno; aprovechando de una epidemia de
disenteria de sangre que se había desarrollado en la po-
blación, sin duda de acuerdo con el médico Granados
acordaron dar bocados a los denunciados que caesen en-
fermos, por supuesto sin gran dificultad, notándose con
arta sorpresa que Herrera, Cabezas, Avellaneda, Pi-
cón y otros dos o tres más de entre los comprometidos
sucumbieron a cortos intervalos repentinamente, con
graves sospechas de envenenamiento. Se atribuye ge-
neralmente al médico Granados de envenena-
el oficio

dor secreto; varios hechos comprobaron la


posteriores
sindicación hecha por el pueblo, esto ha sido relatado
por muchos de sus coetáneos, el general Bilbao que fue
actor en esos acontecimientos. Granados se fue a Es-
paña con un certificado que le dio el gobernador, lle-
vando a sus hijos; el mayor fue colocado de capitán en
guardios gualonas, el otro en la misma graduación de
guardia de corps.
Los díceres del pueblo no son siempre la manifes-
tación de la verdad. Se ha afirmado que una epidemia
se desarrolló en la ciudad en 1805, a cuyos afectos su-
cumbieron varios vecinos, entre ellos muy natural, algu-
nos patriotas. Talvez ni Burgunyó, ni Granados ima-
ginaron siquiera en intoxicarlos. Se ha perdido el libro

parroquiaKde esos años que nos habría sacado de dudas,


pero resulta que la viuda de Flores Picón, uno de los
citados, contrae segundo matrimonio en 1802, aquel de-
Departamen to dé La Paz 3^7

bió haber muerto en 1801, es decir, cinco años antes de


la epidemia, agregándose que Cabezas otro de
a esto
los citados muere en Coroico, luego aparece una impu-

tación falsa. ¡Cuántos hombres públicos no habrán


sido y serán víctimas de la calumnia!
Graneros Alarcóii D. Jerónimo —Viscaino. Se
estableció en La Paz por el ano 1Ó87. Contrajo matri-
monio con Clara Mudarra, en quien tuvo a Hilario en
25 de febrero de 1692, María en 4 de abril de 1693, José
en 4 de agosto de 1694. Su hijo mayor Hilario casó
con Gregoria Osque, en quien tuvo a Lorenzo en 10
de agosto de 1742, después contrajo segundas Tiupcias
con Hilaria Choque, en quien tuvo a José en 10 de ene-
ro de 1747. Su último hijo José casó con Josefa Jun-
co, hija del español Manuel, en quien tu\'0 a Úrsula en
22 de octubre de 17Ó5, María Josefa en 13 de marzo de
1768, Manuel Pablo en 13 de enero de 1772, Pttrona
en 3 de febrero de 1777, María Ignacia en 7 de abril
de 1780.
Rarmundo Graneros fue casado con Águeda Men-
doza, en quien tuvo a Sebastián en 12 de enero de

1746; después casó con Agustina Cañizares, en quien


tuvo a Isidro en 15 de mayo de 1749. Esteban Grane-
ros fue casado con Nicolasa Palomino, en quien tuvo a
Miguela en 29 de septiembre de 1765, Antonio en 17
de enero de 1768, Jacoba que fue monja del monaste-
rio de la Concepción. Esta fámula fue sumamente nu-
merosa.
Graneros D. Mariano.— Nació en La Paz el 5 de
enero de 1771, hijo de Manuel Graneros y Josefa Jun -

co. Era mozo valiente y muy populachero, le llama-


ban el Challatejeta (arena retovada) por su gordura y
estatura baja. cargo de carcelero y alguacil
Ejerció el

de 1802 a 1807; era también truquero y dueño del bi-


llar de la esquina de la Merced, donde se reunió la co-
^58 DICCIONARIO Histórico del
lumna que cebía atacar el cuartel en la noche del i6 de
juliode 1809. juntamente con la que acudía de la calle
de Santo Domingo. Contrajo matrimonio con Manuela
Pagadora el 17 de junio de 1822, por íiall irse esta suma-
mente enferma, siendo testigos del contrato Ramón Ri-
vert y Mariano Villagomes, habiendo asistido a la ben-
dición ayudante del cura de la catedral José Valeria-
el

no Rodríguez. Habiendo recobrado la salud su esposa,


tuvo a María Agustina en 19 de septiembre de 1802,
Liberata en 20 de julio de 1806, Jerónima en 26 de julio
de 1809, sirviendo de padrino Pedro Domingo Murillo.
Graneros se afilió en el partido revolucionario des-
de los primeros momentos, fue uno de los más audaces,
pues, que por causas políticas contribuyó a la fuga de
Jiménez Pintado en 1805, así como quebrantó las cade-
nas de su correligionario Carlos Torres, alias Sietejetas.
Parece que por esta causa perdió su empleo.
Concurrió a la junta que se reunió el 12 de julio

en la casa de Figueroa, en que se acordó dar el golpe


la

definitivo el 16 de julio, siendo comisionado juntamente


con Melchor Jiménez para sonsacar a los soldados
del batallón, procurando embriagarlos a efecto de evitar
todo conato de resistencia. El 16 de julio terminada la

procesión del Carmen en cumplimiento de su comisión


entretenía a las tropas con vivas a Fernando VII, invi-
tándoles a tomar algunas copas en las puertas del mis-
mo cuartel. . Apenas anunció el reloj la hora convenida,
cuando lograron apoderarse del cuartel, siendo Grane-
ros uno de los primeros en introducirse en él con increí-
ble valor e intrepidez, habiéndole acompañado en esta
acción Landaeta, elpulpero Qninteros, Pantigoso y un
Vicuña. Una vez tomado el cuartel, al presentarse el
gobernador interino Tadeo Dávila a contener movi- el

miento revolucionario, Graneros con energía tomó lo

preso y lo retuvo en el mismo cuartel con centinela de


— ——
DEPARTAMENTO DE LA PaZ —
359—
— " — -•*

vista; en la misma noche se portó con toda generosidad


con los españoles, pues que logró con algo de esfuerzo
contener que la plebe incendiara la casa de los Balli
vián.
Fue nombrado capitán de la primera compañía de
Granaderos, con su teniente Hipólito Landaeta y su
subteniente Francisco Borja Arce. Declarada la guerra
a la provincia de Puno, salieron las fuerzas con direc-
ción a Tiahuanacu en el que fue Graneros, en estas
circunstancias proponi.i Goyeneche sus arjeglos en-
viando a sus emisarios, cuyas proposiciones aceptadas
por el Cabildo debían ser ratificadas .
por Goyeneche
mediante comisionados enviados ante aquél. Regresa-
ron los delegados juntamente con el edecán Garazas,
los que se trasladaron inmediatamente a la casa de In-
daburu, en el que se hallaron presentes Rodríguez, Ce

garra.Graneros y Cossío en cuya reunión se trató de


inmediatamente lo p_ictado, a lo que se
llevar a efecto
opuso enérgicamente Rodríguez, este que había bajado
del Alto con Graneros y Casimiro Calderón fue la única
víctima de Indaburu, pues que los dos últimos se regre-
saron al campamento.
Consumada su traición Indaburu en la noche dfl
18 de octubre, aprisionó a muchos patriotas, al día si-
guiente mandó fusilar a Rodríguez, en vista de esto las

fuerzas de Chacaltaya a las órdenes de Graneros y


Castro, exigieron la inmediata libertad de los presos, a lo

que se negó hidaburu; se dice que había puesto precio


a las cabezas de Graneros y Castro, ofreciendo dos mil
pesos por cada una de ellas. Ante esta actitud del jefe
de la plaza la atacaron, logrando destrozarlos, en el que
sucumbió hidaburu.
la aproxima-
Retirada las fuerzas a Chacaltaya, a
ción de Goyeneche, acordaron en consejo de guerra re-
tirarse a la provincia de Yungas, como lo efectuaron.
36o Diccionario Histórico del

Graneros ascendido a comandante, levantó el espíritu


de la indiada de esa provincia con sus exhortaciones, en
la batalla deirupana que tuvo lugar el ii de de noviem-
bre de i8og, Graneros distribuyó Ücor a los indios para
alentarlos. Después de la derrota se dirigió a Chulu-
mani, donde llegó a las cuatro de la tarde, se alojó en
la casa de Mariano Tapia, tomando en seguida el cami-
no hacia Livinoso, campamento de Umeres, donde llegó
después de haber andado toda la noche, le comunicó a

este la derrota, le insinuó desamparar ese punto, y jun-


tos abandonaron aquel lugar con la resolución de diri-
girse para Chuquisaca. Estando en el alto de Pamp-
jasi, envió a un muchacho a llamar a un hermano para

instruirse de él, si eran verdaderos los castigos que se


decía haria Goyeneche; el hermano de Umeres volvió
al día siguiente con Miguel Ghávez, habiendo entrado
este al cuarto donde se hallaba Graneros, de orden de
Goyeneche le intimó entregar sus armas, así lo hizo
entregando un par En este momento fue
de pistolas.
sorprendido por el teniente de granaderos que lo con-
dujo preso a esta ciudad, donde llegó el 14 de noviem-
bre, siendo pasado a la cárcel a las once y media^ arras-
trando una cadena y en talle.
Prestó su preventiva el 8 de noviembre de 1809
ante Pedro López de Segovia, y su jconfesión el 6 de
enero de 18 10. Condenado a pena capital por senten-
cia de 26 de enero. Esa misma noche fueron conduci-
dos al colegio Seminario y puestos en cr-nilla después de
haberles leído la sentencia. 29 fue muerto a ga-
El día
rrote en la plaza pública de esta ciudad y su cadáver
colgado en la horca. .A las seis de la tarde descolgaron
sus-restos, conducido al templo del Carmen fue sepul-
tado en su atrio. Su hija Liberata casó con el escriba-
no Alvarez; tuvo tres hijos abogados Telésforo, Gavino
y José,
Departamento de La Paz 361

Grazán Juan. — lLi¡noramos los antecedentes de es-


te individuo, tenía su establecimiento de licores en
una pequeña bodega. Fue enemigo de los patriotas del
ano 1809; espía y chismoso, es,tu\'0 en íntimas relacio-
nes con todos los contrarrevolucionarios. A la aproxi-
mación de las fuerzas de Castelli. huyó para siempre de
La Paz.
Guachalla D.Fernando Eloy— Nació en llabaya
de la provincia de Larecaja el 30 de mayo de 1853. Hi-
zo sus estudios en el Colegio Seminario y los concluyó
en fa Universidad de Chuquisaca, recibiéndose de abo-
gado en 1873. Secretario de la Academia de Práctica
Forence, Auxiliar del Consejo de Estado, Defensor de
reos. En 1876 Juez h^.structor en Muñecas, llamado
después al Consejo directi\-o de práctica fjrence. Ofi-
cial Mayor del Concejo de La Paz en 1877; Juez Ins-
tructor de lá capital; Oficial i r del Ministerio de Rela-
ciones Exteriores en 1878.
En la guerra con Chile marchó en el Regimiento
MURILLO, como ayudante, con el grado de capitán. Ele
gido por Omiasuycs Diputado a la Convención de 1880.
En la administración Campero Oficial Mayor de Justi-
cia e Instrucción Pública En 1882 Secretario de la mi-
sión Carrillo al Perú, igualmente que en la de Zilveti.
En 1883 Secretario de la misión enviada a Chile, la que
ajustó el pacto de tregua. Secretario de la misión Ca-
macho al Perú en 1886, al retiro del Ministro quedó de
Encargado de Negocios, que ¡o ejerció un año. Conti-
nuó de Secretario del Ministro Carrillo, al retiro de este
quedó nuevamente Encargado de Negocios hasta 1889.
Miembro culminante del partido liberal. Diputado
suplente por La Paz en 1892, se dirigió a Oruro, donde
debía reunirse el Congreso; m.ás el Presidente Arce dio
el golpe de estado el 5 de agosto de ese año, siendo
Guachalla extrañado a Antofagasta. Con la amnistía
46
362 Diccionario Histórico del

regresó al país y fue nombrado primer Vicepresidente


del Colegio de Abogados. En 1896 candidato a la Se-
nadaría, vencido por su contrario. Elegido munícipe en
1897, le tocó ser su presidente; más el golpe dado al

Municipio el 15 de enero de 1898 le obligó a salir des-

terrado a Achacachi, regresó a los cinco meses, siendo


llamado al Concejo.
La ley de radicatoria de! gobierno en la capital, per-
judicial a los intereses del norte fue rechazada. Gua-
challa en el Ccncejo Municipal, el 5 de diciembre de
1898 inició la idea de la reforma de Gobierno con
la Federal. Acogido calurosamente, se convocó al

día siguiente al pueblo a un gran comicio, con este


motivo se formó un comité federal del que fi:e presiden-
te Guachalla.
Consumada la revolución el 12 de diciembre, se
formó una Junta de Gobierno, la que encomendó la Se-
cretaría General a Guachalla.
Hombre de talento, preparado para los negocios pú-
blicos, desempeñó el delicado cargo con tino y sagaci-
dad, hasta la reunión de la Convención, a la que dio
cuenta de la marcha de los negocios públicos durante la

revolución.
El nuevo Gobierno le encomendó la cartera de Re-
laciones Exteriores en 2^ de octubre de 1809, que la

desempeñó por poco tiempo. Nombrado Ministro ante


elgobierno de Estados Unidos y sucesivamente en Ve-
nezuela, Méjico, Argentina, Brasii, Gran Bretaña. Asis-
tió a la 2 Conferencia Pan Americana reunida en Mé-
f'

jico, igualmente que a la 2 .^ Conferencia de La Haya.


Regresó ai país propuesto candidato a la Presiden-
cia de la República. Favorecido por el sufragio popular
iba a ser proclamado Jefe de la Nación en agosto, cuan-
do le sorprendió la muerte. Falleció el 26 de julio de
1908.
Departamento de La Paz 363

Guairas D. Pasquier rrancisco — Este español fue


corregidor de la provincia de Paucarcollo. En 1Ó87 se
estableció este general en La Paz, llegando a ser un ve-
cino muy distinguido. Su hermano Antonio vino de
España de sacerdote y en este obispado fue visitador en
1683, sacerdote muy ilustrado, benéfico y caritativo.
Guarachí Sebastián.— Natural de Jesús de Macha-
ca, descendiente de antiguos indios de la noblesa perua-
na Warawara Jachi (llora la aurora) cuyo apellido lo

adulteraron los españoles. Fue cacique de su pueblo


natal y de gran nombradla, trabajó el suntuoso templo
de Machaca toda de piedra labrada y de orden toscano
perfecto. Para la asistencia de este templo designó la

hacienda de Corpa y estableció un beaterío a cargo de


los franciscanos. Guarachi compró en 9 de septiembre
de 1701 a José Espinosa Latorre, vecino de Moquegua,
los primeros aguardientes elaborados en esos valles que
alcanzaron a diez botijas, y sacó una
los llevó a Potosí

ganancia admirable. Han existido en esta ciudad va-


rios miembros de esa familia.

Guendica Joaquín.— Marqués de Haro. Corre-


D.
gidor de la provincia de Larecaja. Fue casado con Jo-
sefa Ceballos Escalante Pacheco. Recidió el marqués
algún tiempo en La Paz, pasando después a vegetar en
Cochabamba.
Larecaja, hermosa provincia, confinante por el N.

y N. E. con las montañas de las tribus bárbaras; al S.


con las misiones de Apolobamba; al O. con Omasuyos,
hasta la cordillera, y al N. con Paucarcolla, Azángaro
y Carabaya.
Montañosa y quebrada, donde se ostenta el ma-
gestuoso Illampu, con sus. plateadas cumbres, Sunchu-
lli, Canutuma, Callisani, Coasani. Cruzada de cauda-
losos ríos, Mapiri, Huanay, que engrosando sus aguas
con otros riachuelos la hacen navegable. Abundante
364 Diccionario H istórico del

en todo género de productos: cascarilla, coca, café, ca-


fía de azúcar, cacao, arroz, maíz, trigo; con frutas ex -

quisitas: pinas, chirimoyas, pacaes, naranjas, limas,


paltas. Con minerales de toda clase, especialmente el
ore. Con cuadrúpedos como el tigre, dantas, monos,
etc. y variedad de aves preciosas por su plumaje.
El marqués estaría mu)- satisfecho, gobernando una
provincia tan preciosa, llena de goces y saboreando sus
delicadas frutas.
(mero Alarcón Luis — No sabemos de donde pro-
cede este general. de
El fue corregidor de la provincia

Larecaja',y concluido su periodo se estableció en esta


ciudad. En 1714 fue alcalde ordinario, lo mismo que en
1716. A este funcionario se debe el ensanchamiento de
la calle actual Loayza, que hasta entonces eran ocu-
padas por algunas casuchas de indígenas, canchas
en su mayor parte cubierta de espinos. Falleció en
1729. .

Guerra Olazo José de-— Natural de Villarreal en


la provincia de Gurpuscoa, vino nombrado coronel de
las milicias del partido de Chucuito. En esta ciudad
contrajo matrimonio con María Antonia Bustamante,
arequipeña, hija de José Domingo Bustamante y María
Josefa Peñaranda y Salgado en 6 de febrero de 1808, de
cuyo enlace tuvo a María Josefa Victoria en 2 de no-
viembre de 1808, Pedro José Domingo en 4 de diciem-
bre de 1809. Realista consumado, inmediatamente que
estalló la revolución de julio y cuando Goyeneche pre-
paraba su ejército para venir a sofocarla, se incorporó
en su ejército con el grado de coronel y lo hizo su ede-
cán. Concurrió a las batallas de Guaqui, Sipesipe.
Cuando Goyeneche dejó el mando del ejército, se reti-

ró del servicio restituyéndose al seno de su familia. En


1814 se puso al lado del gobernador Valde Hoyos que
defendía la causa real. Destrozado este por las fuerzas
Departamento de La Paz 365

cuzqueñas de Pinelo y Muñecas, quedó prisionero con


otros realistas, entre ellos Guerra. En la mañana del
28 de septiembre del mismo año, volado el cuartel, cu-
ya causa se ignora; pero atribuyendo el pueblo a la trai-
ción de los realistas se ensañó en ellos; una de las vícti-
mas del furor popular fue Guerra. Lo victimaron a pa-
los, su cadáver fue arrastrado hasta el panteón que ha-

bla instalado Valde Hovos en Potopoto,


Guerra D. Pedro José Domingo.— Nació en La
Paz 4 de diciembre de 1809 ^^P ^^^ anterior. Por
el

cédula real de 11 de noviembre de 1817 fue nombrado


alférez real de este Cabildo. Concluido sus estudios^
se recibió de abogado en 10 de junio de 1829 ante los
estrados de la Audiencia de Charcas, en cuya Univer-
sidad había hecho sus estudios. Por atender a sus in-
tereses se retiró al Perú. Nombrado cónsul de Solivia
en esa República, a su regreso La
elegido diputado por
Paz Congreso de 1834. Poco tiempo después pasó a
al

Europa como Encargado de Negocios ante el gobierno


francés; en 1843 acreditado como Ministro ante el go-
bierno del Perú; Prefecto de La Paz en 1847; jefe polí-
tico de Sucre en 1857; conjuez permanente de la Corte
Suprema; Ministro de la Suprema en 1861; Ministro de

Relaciones Exteriores en 1879, y Presidente del Con-


sejo de Estado, encargado del Poder Ejecutivo. Murió
el 14 de septiembre de 1879.
Guerra D. —
Tomás. Hijo de Juan José Guerra y
jliana Lazarte. Casó con Isabel Ratón, hija de Mateo
Ratón y Teresa Contreras en 20 de abril de 181 1. Fue
guarda honoraiio del estanco de Tabacos y más tarde
su administrador, cuando dejó este cargo recibió comi-
sión del \'irrey de teniente visitador del m.ismo estanco.
Como realista estuvo emigrado en Arequipa.
Luis Guerra, en 1809 fue capitán de la se.xta com-
pañía de granaderos del ejército patriota, teniendo co-
366 Diccionario Histórico del
mo teniente a José Farfán Godos y subteniente a Ma-
riano Vázques. Este intrigante en 9 de enero de 1810
con actividad inusitada secuestró los bienes de Grego-
rio y Victorio Lanza, sin la menor compasión a la seño-
ra del último que se hallaba enferma.
Don Manuel Hermenegildo Guerra. Paceño. Go-
bernador del Cercado en 1838. En la administración
Ballivián, Prefecto de La Paz en 1841, 42, 43 y 44. Di-
putado por La Paz al Congreso de 1840, al de 1843 y
al de 1844. Enemigo de Belzu, encabezó la revolución
en favor de Linares el 26 de septiembre de 1857, que
en 71 días se gastaron 287,242 pesos. El jefe del se-
tembrio lo hizo Prefecto de La Paz.
Don José Enrique de Guerra. Paceño. Abogado
de alta ilustración, profesor de Derecho, Munícipe. De
carácter franco, jovial y pulcro, falleció en 1886. Su
temprana muerte fue muy sentida.
Guerrero Toro D. rrancisco Antonio.— Natural
de Navarra: hijo de Juan Guerrero Toro y Magdalena
Rodríguez. Este capitán se estableció en La Paz en
1730, Contrajo matrimonio con Isabel Palomino, ilus-
tre paceña, en quien tuvo a Victoria Josefa en 10 de
enero de 1735, M'caela Josefa en 6 de mayo de 1737,
Manuel José en 12 de mayo de 1739. título Obtuvo el
de maestre de campo, ascendió a sargento mayor en
1744. Alcalde ordinario del Cabildo de esta ciudad en
1735 y ^737- Murió en 12 de abril de 1758.
Guerrero Moreno D. rrancisco Antonio.- Natu-
ral de Navarra, primo hermano del anterior. No es
conocida la época de su venida a esta ciudad. Contrajo
matrimonio con Francisca Antonia Oüden, en quien tu-
vo a Francisco Solano José Ignacio en 20 de julio de
1729, Diego José Ignacio en 20 de julio de 1740, Do-
mingo José en 3 de agosto de 1731, Cipriano Jo3qL:in
en 13 de septiembre de 1733, Francisca Javiera en 11
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 367

de marzo de 1736, Gregorio Antonio en 10 de marzo de


1738, Francisco Antonio Tomás en 14 de septiembre de
1740, José Francisco Mariano en 15 de marzo de 1742,
Gregoria Juana en 8 de marzo de 1744, Bernardina en
16 de marzo de 1746,
En 1729 fue alcalde ordinario de esta ciudad. El
mismo año obtuvo del Rey nombramiento de corregidor
de La Paz, de cuyo destino tomó posesión en 23 de ma-
yo de 1729. A los esfuerzos de este corre^^idor que
probablemente sería de espíritu levantado, se debió el

establecimiento de una escuela de instrucción que la

puso baje la dirección de Lorenzo Gutiérrez, a quien el

vulgo apellidaba í'/í'56'o/é'/o. Hasta entonces y mucho


después, hasta los albores de la República la instrucción
estaba monopolizada por les frailes, los que daban por
mera instrucción el reso diario de la doctrina cristiana,
lectura, escritura y las cuatro reglas de aritmética. Les
hacían escribir sobre arena o en malas tabletas.
El general Guerrero dejó el puesto en 1733, pasan-

do de corregidor y justicia mayor a la provincia de Pa-


cajes, en cuya capital falleció en una edad muy avan-
zada.

Ouüarte D. Mióueí.— Español: hijo de José Gallar-


te y Josefa A!t)ru. Al establecerse en esta ciudad se
consagró al comercio. Casó con Josefa de Vera Ara-
gón en 4 de noviembre de 1788, habiendo fallecido a
poco tiempo su esposa, tu\-o a Eusebio en Lorenza Mo-
le en 15 de diciembre de 1805. Contrajo segundas nup-
cias con María Ninfa Aguilar. Su casa se hallaba si-
tuada arriba del tambo de harinas (calle Sagárnaga) en
la que vivía Carlos Torres, aquel famoso revoluciona-
rio que en 1805 estuvo preso y logró fugaise. Tal vez
la denuncia partió del patrón de la casa, lo que ocasionó

más tarde su muerte. Se hallaba en la provincia de


Yungas, Coroico, entregado al rescate de la coca cuan-
368 Diccionario Histórico del

do estalló la revolución de 1809. Habiendo el obispo de


La Paz, La Santa, capitaneado a los realistas y fortifi-

cádose en Irupana. Como corriese la voz en el pueblo


de que el protector de naturales Crispín Diez de Medi-

na y Julián Peñaranda habían sido azotados en la plaza


pública por orden del obispo, dio lugar a sangrientas re-
presalias. Detenido en Coroico Guilarte por el capitán
Manuel Zapata, alias el Qiienallaía^ fue conducido a
Chulumani, ahorcado en unión de Agustín Giraldi el 26
de octubre en la plaza pública de dicho pueblo por orden
del mismo Zapata.
Su viuda solicitó envano una pensión, las autorida-
des españolas sometieron a todo género de pruebas y
la

la revolución impidió después su prosecución.


üuilaríe D Eusebio.— Nació en La Paz el 15 de
octubre de 1805, hijo del anterior. Estudió en el cole-
gio Seminario de esta ciudad; abandonó las aulas y se
incorporó en el ejército patriota en el batallón Pinchin-
cha, se halló en la batalla de Zepita (25 de agosto de
1824) bajo el mando del general Santa Cruz; después
de esta victoria continuó en el ejército, y en 1836 era
capitán, concurrió a la guerra de la confederación
Perú-boliviana. Después de Yanacocha fue ascendido
a comandante, en el ataque a Uchumayo gravemente
herido, ascendido a coronel. Concurrió a la batalla de
Ingavi y por su comportamiento fue ascendido a la alta
clase de general de Brigada. El presidente Ballivián
en 1846 le envió de Ministro ante la Corte del Brasil.

Después de corta permanencia dejó el puesto alegando


escasez de fondos, que el mandatario calificó de deser-
ción, se Interrumpieron sus relaciones y se retiró a Are-
quipa. Guilarte pensaba una Revuelta, cuando
en
Ballivián le llamó y re encomendó la cartera de Guerra
en 16 de junio de 1848, designándole la presidencia del
Consejo, con el designio de trasmitir el mando en su
Departamento de La Paz 369

persona. En efecto ei 23 de diciembre le transfirió en


Sucre la presidencia de la República. Balüvián al día
siguiente salió de la capital como general en jefe del
ejército, pero Guilarte encontraba un estorbo a sns pro
pósitos en la persona del ex presidente; le confirió una
misión en Chile, que fue aceptada,
Guilarte se puso a la cabeza del ejército dirigién-
dose al norte, mientras tanto se sublevaba en Vilcapu-
gio el regimiento Coraceros, y Cochabamba se revolu -

clonaba. En Sorazora descubrió un plan de subleva-


ción, el mayor Bordó que descubrió el plan fue pasado
por las armas. A su llegada a Oruro encontró al pue.
tío sublevado, las tropas que fueron encuarteladas en
el Reducto se insurreccionaron. Guilarte con el pro-
pósito de disolver las fuerzas, montó a caballo, acompa-
ñado desús edecanes se dirigió al Reducto, siendo reci-
bido a balazos. Hallándose en peligro su vida, se refugió
en una casa de la ciudad, dirigiéndose después al Perú.
Asi terminó su gobierno de diez días.
Regresó siempre con fi^nes subversivos. El 12 de
marzo de 1849 ^^ ^'^ sublevación del batallón Cai\ibi-
neros por Balüvián, se hizo Prefecto del departamento,
pero habiendo fracazado huyó hasta el Litoral.
En Cobija el 7 de julio del mismo año. sublevó la
guarnición a favor de Ballivián, A los cuatro días dos
sargentos hicieron la reacción. Guilarte quiso dominar
a la fuerza encerrándose en la casa de gobierno, donde
murió acribillado a balazos el 1 1 de junio de 1849.
Ouillestegui Gabriel de —Nacido en Viiiaviciosa
de Marquina en Viscaya, provincia de Guipusco-^ In-
gresó en la orden de Safl- Francisco en muy tierna edad.
y llegó a obtener elevados puestos en su orden, comi-
sario general, rector jubilado, calificador del santo ofi-
cío, padre de la santa provincia de Cantabria y comi-
sario ger.eral de todas las provincias del Perú, Tierra
47
370 Diccionario H istórico del

Firme y Chile. Elevado a la silla episcopal del Para-


guay, entró a Asunción en i656, hizo la visita de
las misiones de los jesuítas por comisión especial del
Rey Felipe V. Este le presentó para el obispado de
La Paz en 1670 y al dirigirse a esta ciudad consagró en
Santiago del Estero a Fray Francisco de Borja, bisnieto
del santo el mismo día que se canonizaba su bisabuelo
en Roma. Tomó posesión de su sede espiscopal el 2
de enero de 1671. Avanzado en edad y achacoso por
sus enfermedades, se vio en la incapacidad de gobernar
su diócesis; se entregó a voluntad de su secretario y
la

provisor que cometían toda clase de abusos. Contra


el mal proceder de estos elevaron repetidas quejas ante
el Virrey Conde de Castellar. Este aconsejó al obispo
la srparación de sus favoritos, en descargo de su con-
ciencia; más como no se consiguiera su justo intento,
lo tenían subordinado a su voluntad, apeló el Vi-
rrey al medio más apropósito que le pareció el de lle-

varlos a Lima, donde los detuvo mientras se recibía la


resolución del soberano. El Rey aprobó la medida de
su Virrey y nombró obispo de La Paz a Juan Pérez
Concha. De cuánta magnitud no serían los abusos de
los allegados del obispo, que obligaron al monarca a des-
tituirlo. Guillestegui murió en 1676.
Guillen D. rrancisco. — Natural de la villa de Mo-
rate en el Juan Guillen y Fran-
reino de Murcia; hijo de
cisca López. Casó en 1789 con doña Francisca Diez
de Medina y Soliz, viuda de Fernando Retana. Co-
merciante acomodado y bien visto. Su hijo Protacio ca-
só con Juana Suárez Várela en 1802. José Santos,
Intendente de la La Paz en 1834.
Policía de

(jumendio de Arellano Ramírez Bozo D Domingo.


Natural de Guipuscoa; estudiante de la célebre Uuiver-
siJad de Salamanca, donde se graduó en sagrados cáno-
nes, y abogado de la Real Audiencia de Valladolid, Co-
DEPARTAA\HNTO DE LA PaZ 37I

rregidor de la provincia de Larecaja, después se esta-


bleció en esta ciudad. Contrajo matrimonio con Anto-
nia Valladares, hija del corregidor Gonzalo de Vallada-
res, en quien tuvo a José en 19 de marzo de 1707,
María Ventura en 14 de julio de 1720. Falleció es'te
general en 1730.
Gutiérrez D. Pablo.— Nacido en Buenos Aires por
el año 1773. Abogado de la Real Universidad de Cór-
doba. En 1784 vino nombrado defensor de la Real
Hacienda de las provincias de La Paz. Casó con Mar-
lina Zegarra Roelas, en quien tuvo a Eusebio José Ma-
ría en 17 de diciembre de 1796, siendo padrino de
pila el doctor José Marqués de La Plata. Adicto a la
independencia, simpatizó con ella, pero miembro tibio

por su carácter tímido. Reunido el Cabildo en 14 de


septiembre de 1809 en el que se trataron asuntos de
importancia, prolongándose demasiado hasta la una del
día, como era festivo los capitulares debían concurrir
a misa, les esperaba el capellán, en este estado pidió la

Junta representativa que se reintegrara el cuerpo con


Pablo Gutiérrez, Andrés Castillo, Jerónimo Calderón,
sustituyendo al cura Medina, que había sido promovido
de vocal adjunto del Cabildo, y hallarse ausentes Patino
y Santos Rubio. Los nombrados prestaron el juramen-

to de estilo. Falleció de sesenta )' un años de edad en


6 de mayo de 1836.

Gutiérrez D. Eusebio. Nació en La Paz el 17 de
diciembre de 1796; hijo del anterior. Estudió en la
Universidad de Chuquisaca y ante los estrados de la
Real Audiencia de Charcas, fue investido de la toga de
abogado. En 1825 fue síndico procurador general de
La Paz, asistió ese mismo año como diputado por esta
ciudad a la primera Asamblea reunida en Chuquisaca.
Se trataba de resolver el problema de la independencia
de la patria, cuya discusión principió en la sesión del
%72 Diccionario Histórico del
día i8 de julio; en la quinta sesión del día 21, Gutié<
rrez en oposición a Serrano y Olañeta, fundó su opi-
nión en sentido de que el Alto Perú, no podía consti-
tuirse en estado independiente porque carecía de virtu-
des políticas, verdadero patriotismo, espíritu público,
elementos de seguridad, que para evitar funestas con
secuencias se decidía por su reunión con la República
Bajo Peruana. Agotada la discusión, se procedió a vo-
tar el día 6 de agosto, bajo la presidencia del ge;ieral
Miguel García Lanza. El voto de Gutiérrez con Velar-
de fueron por la unión ai Perú.
Los sostenedores de la independencia absoluta,
desligada de todo otro estado, contaban con la protec-
ción del Libertador Bolívar, sin tener en cuenta que
como hombre tenía que sucumbir a la larga, y entonces
Bolivia seria presa de sus vecinos ambiciosos. Además
ya se iniciaban ambiciones personales que aspiraban a
dominar el nuevo Estado, como lo demostraron después.
Gutiérrez asistió a la Constituyente de 1826 como
representante por La Paz, siendo su presidente en el
cuarto mes de sus sesiones. En 1838 Fiscal honorario
de la Corte Suprema. El gobierno de la Restauración
viéndose amagado por el Perú, acreditó una misión ante
aquel gobierno, encomendada a Gutiérrez, este ajustó
en el Cuzco en 14 de agosto de 1849 un Tratado des-
honroso para Bolivia, cuyos artículos eran: satisfacción
al Perú; una indemnización pecuniaria en favor de
aquél; establecimiento de una aduana común en Arica,
etc. Indignado el gobierno por el avance del ministro,
rechazó de plano el Tratado. Gutiérrez presentó su
carta de retiro y abandonó el Perú.
Ballivián después de la victoria de Ingavi, formó
un Consejo de Gobierno en 31 de diciembre de 1841,
del que hizo parte Gutiérrez, que a la sazón era Fiscal
de la Suprema, El Consejo gobernó hasta el 22 de abril
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 373

de 1842 en que reasumió Balüvián. Este le llamó a la

cartera de Gobierno en 5 de mayo de 1S49. Prefecto


de La Paz en 1845; Senador por la Paz en 1844, igual-
mente que en 1855. Escribió las T)os zArpias y sQ\e
atribuye La Pa^ libre especulando por el telescopio de la
filosofía.

Casó en 1829 con doña Fortunata Palacios. Mu-


rió el 19 de abril de 1863.
Su hijo Dám.aso, ya finado, abogado, Oficial Mayor
de un ministerio, diputado nacional, Rector del Colegio
Ayacucho.
Gutiérrez D. Juan Bautista—Mestizo paceño,
arriero que conducía los dineros fiscales pertenecientes
a la Corona, hasta el puerto de Arica para ser embar-
cados con destino a España. Este puesto se remataba
en subasta pública, con derecho de sucesión hereditaria
por once mil ochocientos veintiún pesos.
Gutiérrez Garrión D. Bartolomé— Chuquisaque-
ño, avecindado en esta ciudad por el ano 1720. Este
capitán casó con Valeriana Gutiérrez, en quien tuvo a
Gregoria en 7 de mayo de 1722. Fue regidor del Ca
bildo desde 1724. Murió en 1740.
Gutiérrez de Escobar D. Esteban —Nació en La
Paz 13 de agosto de 1668; fueron sus padres García
el

Gutiérrez de Escobar y Manuela Pacheco. Casó con


Josefa Pastena Justiniano, paceña de ¡lustre linaje y
rica. Era capitán y fue alcalde ordinario por tres oca-
siones. Su padre era descendiente por línea paterna de
uno de los fundadores de esta ciudad. Su hermana
Magdalena nacida en 8 de agosto de 1667, Gabriel en
20 de marzo de 1680 y Jacinto que casó en 1667 con
Alfonsa Peñaloza.

Gutiérrez de Escobar D. García.— Natural de Se-


villa. No sabemos la época de su venida al Perú. Su
V4 Diccionario Histórico del

nombre aparece en la insurrección de Gonzalo Pizarro,


bajo cuya bandera militó; pero antes de la batalla de
Guarina abandonó a su caudillo incorporándose en las

fuerzas realistas capitaneadas por Centeno, derrotado


este logró unirse al presidente La Gasea, concurriendo
a la acción de Sajsaguana. La Gasea le nombró vecino
fundador de La Paz, cuyo primer Cabildo reunido en
Laja el 20 de octubre de 1548, apesar de estar asur-
te le nombró regidor de su ayuntamiento. Fue uno de
los treinta encomenderos que tuvo La Paz, como los

ingresos de estos caballeros eran sumamente pingües


se entregaban a una vida sibarita y muchos a los vicios
del juego, pasión dominante de los peninsulares; pero
en justicia hay que expresar que los primeros enco-
menderos, hecharon los fundamentos de la futura so-
ciedad, inculcando principios de trabajo y honradez, que
fue el distintivo característico de los paceños. Así mis-
mo se preocuparon del progreso material de la ciudad,
coadyuvando eficazmente a la construcción de los pri-

mitivos templos, el hospital, los puentes, como también


edificaron sus casas de teja, aún que de un solo piso y
en lugares de su predilección. Gutiérrez había reco-
rrido toda la provincia de La Paz en busca de minas, y
fue muy activo. En su chacarilla de Challapampa,
plantó los primeros mansanos y guindos, y simultánea-
mente hicieron lo propio en sus chacras de Potopoto,
Sopocachi, Viscaino y Morales. Gutiérrez había sido
casado en España con Juana Bracamente, y como esta
señora no quisiese venir a Indias, el Rey por su decreto
de 12 de junio de 11570, dado en Daxiclo, ordenó que

fuese conducido al seno de su familia, como sucedió a

muchos conquistadores; más como García era suma-


mente anciano pediría al soberano que se le permitiese
residir en La Paz, pues que en 1586 todavía le encon-
tramos en esta. No sabemos cuando falleció.
^
Departamento d e La Paz 37^

Ha tenido larga descendencia adulterina en hijas


del pais, allá por el año 1590 encontramos a Antonio
Gutiérrez, Pedro Gutiérrez, Juan Gutiérrez y otros.
Gutiérrez de Figueroa D. Gonzalo.— Bste español
residía algunos años en Lima, era allegado de la casa
del Marqués de Cañete, quien le nombró visitador ge-
neral para la venta y composición de tierras, cuya
comisión desempeñó con toda honorabilidad, captán-
dose la voluntad del Virre}', este le nombró corregidor
interino de la ciudad de La Paz en 7 de noviembre de

1593, de cuyo cargo se posesionó el i? de enero de


1596. Gobernó hasta principios de 1597. Se radicó
en la ciudad, casó con Antonia Vargas, hija de uno de
los principales fundadores de La Paz. Parece que ro
ha tenido descendencia masculina. Murió en 1603.
Gutiérrez Plores 0. Juan -
Natural de Sevilla,
caballero profeso de la orden de San Jua'n, inquisidor
de Méjico, que vino al Perú con igual cargo, y también
de visitador de Audiencia de Lima y sus tribunales.
la

Hizo su entrada solemne en la ciudad de los Re)es el 17


de septiem.bre de 1625. Habiendo cfgado el obispo de
La Paz, Pedro Valencia, el Rey le nombró su cuadjutor
con futura sucesión.. Su visita duró cinco años, no lle-
vó a cabo su obispado por haberle sorprendido la muer-
te. Falleció en Lima muy pobre por haber vivido con
mucha ostentación y lujo.
Gutiérrez Paniagua D. Juan —Se ignora su pro
cedencia. Apenas fundada La Paz, vino de alarife,
(agrimensor). El Cabildo en 27 de noviembre de 1549,
compuesto del alcalde ordinario Juan Vendriel y los re-

gidores Martin Olmos, Antonio Navarro, le nombró su


agrimensor, ordenándole a la vez que levante el trazo
de la población con calles derechas, sus plazas respecti-
vas, para que los solares que se iban a dar a cada veci-
no y morador eternamente, así como a los particulares le
376 Diccionario Histórico del
í

acudiesen a su saber y entender, asignándole as-


real
mismo los derechos que debía cobrar por cada solar que

midiese un peso, y por cada chacra dos pesos. Gutié-


rrez para cumplir fielmente sus deberes, prestó el jura-
mento de estilo ante el Cabüdo.
Panlagua hizo el primer trazo de la población, de
la plaza de San Sebastián, de y de-
la plaza principal
más calles de la flamante ciudad; pero con tan mala
suerte, como observamos aún actualmente, que las an-
tiguas calles todas fueron tortuosas y angostas. El Ca-
bildo en 1555 ordenó la venta de ios solares de la ciu-
dad, pero al año siguiente resolvió que se distribuyeran
en propiedad tierras y estancias a los vecinos, de esta
suerte tuvieron los primeros pobladores sus respectivas
chacarillas tanto en la misma ciudad, como en los valles

de Potopoto, SopDcachi, Challapampa, Chijini, etc.


Gutiérrez D. José Rosendo.— Nació en La Paz ei
I ? de marzo de 1840. Fue educado con el mayor es-
mero por sus padres adoptivos don Atanacio Gutiérrez
y doña Juana Cañizares. Estudió en el Co'egio Semi-
nario, hasta que optó el grado de doctor en derecho y
abogado en 1863. Inspector de instrucción primaria,
creada por primera vez por el mipisíro Valle. Diputa-
do al Congreso de 1863, profesor del Colegio Ayacucho
y después su Rector, Vice-Cancelario de la Universidad.
Prefecto de La Paz en 1868, Diputado per La Paz a la
Constituyente del mismo año. Defensor oficioso ante
la Cámara y fuera de ella del Tratado celebrado por
Mtlgarejo con el Brasil, Agente diplomático ante el
gobierno de Chile, Fiscal General. A la caida de
Melgarejo proscrito en Tacna. Diputado a la Constitu-
yente de 1877. Secretario general de Daza en la cam-
paña. Diputado a la Convención de 1880—81. Sena-
dor en 1882. Murió el 22 de septiembre de 1883.
Publicó los siguientes trabajos: Revolución del 16
de Julio de i8og, Alonso de Alvarado, Bolivia y Chile,
Cantos al pié del Illimani, Las aiestiones políticas que ha
Doctor José Rosendo Gutiérrez
Departamento de La Paz 377

tenido Boliz'ia, Cuestión de limites entre Boliviay el Bra-


sil, Derecho diplomático boliviano, líúrbide, Maldición y
superstición.

Gutiérrez Galdercn D. Dleáo— Nacido en Cl.ulu-


mani, de la provincia de Yungas. Estudió en el Cole-
gio Seminario de esta ciudad. Ordenado de sacerdote:
ayudante de Coripata, Sochantre de la Catedral, cura
interino de Tiahuanacu. Por oposición obtuvo el cura-
to de. las piezas de esta ciudad. El obispo Queipo Llano

y Valdez, dividió el curato en dos doctrinas; la una San


Sebastián y la otra de Santa Bárbara; siendo Gutiérrez
el último cura de las piezas. Murió en 1704.
Guzmán D. Dionisio. — Natural de Madrid. Ignora-
mos los antecedentes de la carrera de este sacerdote:
fue cura de las piezas de esta ciudad, es decir de San
Sebastián y Santa Bárbara en 1603; apercibía por su
honorario la suma de cuatrocientos pesos. Compuesta
de puramente indígenas, se los doctrinaba en las len-
guas aymara y quechua.

Henríquez Fray José.— Natural de Granada, reli-


gioso juandediano, vino destinado al servicio de nuestro
hospital; en 15 ce ?gosto de 1736 fue nombrado prior.
Mediante sus esfuerzos )• actividad pudo construirse el
templo de San Juan de Dios, que hasta entonces sólo
hiabían tenido una capilla reducida. Como Felipe II ha-
bía ordenado que las iglesias de juandedianos se levan-
tasen al lado de los hospitales, así lo hicieron y cum-
plieron el mandato real.

Se dio principio al trabajo del templo el 9 de marzo


de 1737, habiendo proporcionado cal y la piedla el ge-
neral Juan Landaeta. Quedó paralizado por algún tiem-
po por falta de recursos, hasta que el año 1758 Pedro
48
^jS Diccionario Histó rico del

Ramón concluyó la obra a su costa. La


Carvallido,
iglesia de cal y piedra de construcción sólida, en forma
de cruz latina, con su media naranja y dos campanarios
en ambos lados de la puerta principal también depiedr-a.
El frontis sobre un pequeño cementerio, completamente
destituido de todo adorno arquitectónico. El interior

del nueve altares de madera de cedro


templo tenía sus
perfectamente dorados, lo mismo que su pulpito. El

retablo del altar mayor fue costeado por el canónico


Martín Landaeta, sumamente rico y devoto del Patriar-
ca San Juan de Dios.
Fue solemnemente consa^^rado el 8 de marzo de
1760 por el obispo Diego Antonio de Parada, a cuya
función asistierori ambos Cabildos y un numerosísimo
pueblo, terminando la función a las tres de la tarde.

El padre Henríquez falleció en 6 de julio de 1743


en ejercicio del priorato.

Henríquez de Ciuzmán D. Pedro Luis- Natural


de Puebla de Guzmán en Sevilla, caballero de la orden
de Calatrava. Vino al Perú con su consorte Antonia
de Chávez, nombrado visitador de las cajas reales de
La Paz en 1688, cuya comisión la llenó cuinplidamente.
ElRey Carlos 11 le espidió nombramiento de corre.g;i.
dor de La Paz en 1670, tom.ó posesión de su destino el

2 de diciembre de 1672. Este corregidor tuvo conoci-


miento de las defraudaciones que se cometían al Tesoro
Real, en virtud de la comisión secreta que le envió el
Virrey Castellar, practicó las diligencias necesaiias, en-
contró que lo robado alcanzaba a cuatrocientos mil pe-
sos. En consecuencia, convencido de su delito el teso-

rero Luis Toledo y el contador Antonio de Vargas, fue-


ron ahorcados en la plaza pública, confiscándose sus
bienes incluso el del oficial mayor.
En esta ciudad le nacierou sus hijos: Pedro Enri-

que en 3 de mayo de 1673, que fue bautizado con toda


Departamento de La Paz 379

solemnidad por el obispo Guillcstegui, sirviéndole de


padrino Pedro Alarcón y Contrcras y Sabina Sotelo su
esposa; María Luisa en 29 de diciembre de 1675. Cesó
en el ejercicio de sus funciones en diciembre de 1677.
Por recomendación del Virrey obtuvo el corregimiento
de Potos! en 1679, ^onóe se trasladó al año siguiente.
Visitando las Cajas de la Villa Imperial, halló las mis-
mas faltas que en La Paz, prendió al tesorero Jacinto
Pita Castilla y al factor Baltazar de Guzmán, los que
salvaron la vida metiéndose en el convento de San
Agustín. El Rey le premió dándole el título de Conde
de Canillas de Tornero. Pasó de gobernador y coman-
dante de Tierra Firme, tomando posesión de esos car-
gos en Panamá en 1696. Estaba destinado para servir
el virreinato del Perú, que no llegó a realizarse por ha~
ber fallecido en 1702.

Henríquez Zamorano D. Diego. —Natural del Cuz-


que fue superior del convento de
co, religioso agustino,
Pucarani lo mismo que de Copacabana, de donde pasó
al convento de esta ciudad nombrado prior en 1737.
Concluyó su período en 1740. Durante su priorato
principió la reedificación de la iglesia, por la mala cons-
trucción que había tenido ^1 primitivo. Fue maestro,
lector, ¡ubilado, famoso predicador. Falleció en 1747.
Meras Bartolomé D. María de las.— Nació en
Carmona en 24 de abril de 1743. Individuo de la Uni-
versidad Imperial de Toledo, abogado del colegio de Se-
villa, capellán de honor del Rey, predicador de los prín-
cipes de Asturias, promotor fiscal, examinador de la ca-
Dean de Guamanga, de donde vino a La Paz
pilla real,

a ocupar la misma silla. Se dirigió a España, fue nom.


brado obispo del Cuzco en 12 de septiembre de 1789,
promovido al arzobispado de Lima en 25 de noviembre
de 1805, donde entró €l 18 de noviembre de 1806, F;n
38o DtCCIONARlO HISTÓRICO DEL

1821 se retiró a España. Murió en Madrid el 5 de sep-


tiembre de 1823.
Herbozo rigueroa D. Joaquín. -Limeño: hijo de
Francisco Herbozo y Luisa Isabel Figueroa Sánchez, de
antiguo y noble liaaje en la misma península. Vino
nombrado oficial de las Cajas Reales, o sea contador en
1756. Cargo que desempeñó hasta el 30 de agosto de
1766 en que falleció.
Hernández D. Martín.— Este capitán español se
hallaba en La Paz en 1762. Contrajo matrimonio con
Juana Montalvo, en quien tuvo a Pedroen 2 de junio
de 1774, Juan José en 17 de marzo de 1778. Fue co-
merciante, aquí es necesario expresar que los españo-
les que vinieron a La P?z, si no podían lograr casarse
con una viuda rica, se consagraban al comercio, o se
entregaban a trabajos agrícolas en las provincias, es-
pecialmente en Yungas, adquiriendo en poco tiempo re-

gular fortuna.
Joaquín Hernández en 1809 fue teniente de la ter-

cera compañía de granaderos del ejército patriota.


Mernández D Atanacio— Nacido en La Paz. Hi-
zo sus estudios en la Universidad de Chuquisaca, don-
de se recibió de abogado. Desempeñó puestos en la ju-

dicatura. Diputado por La Paz al Congreso de 1834.


Ministro de la contaduría general de valores en 1835,
Prefecto de La Paz en 1839. El Piesidente Belzu le

encomendó la cartera de Haciendii en 31 de enero de


1853. Murió en 1857,
Hernani Bonifa?: Bernardíno.— Natural de la
D.
villa de Pedraza. Nombrado corregidor de La Paz por
provisión real de 6 de septiembre de 1614. Tomó pose-
sión el 9 de septiembre de 161 5. Había venido con su
hermano Antonio que era clérigo y se incorporó en la

diócesis paceña. Estos funcionarios venían con todo el

séquito de su parentela, allegados, criados, como goza-


Departamento de La Paz s^t

ban la dotación anual de dos mil pesos, y los pingües


rendimientos que producía este corregimiento, tenían
lo necesario para vivir holgadamente y aún para capi-

talizar, por lo que muchos de ellos llegaron a ser ricos


propietarios.
Un mestizo llamado Diego Ramírez, había pedido
al obispo de La Paz Pedro Valencia la conquista de los
chunchos, que le concedió, muy especialmente porque
el postulante era habilísimo en la música y el obispo
muy aficionado. Entró en unión del padre Gregorio
Bolívar, después de correrías por Songo, salió a esta
ciudad tiayendo consigo seis bárbaros, que causó mu-
cho alboroto en la población, porque el gran bellaco hizo
consentir -que eran cac:qi;es de nueve provincias y ve-
nían a dar obediencia al Ke\-. E! corregidor Hernani
con los dos Cabildos salieren a recibir a los supuestos
jefes de los chunchics, el Cabildo eclesiástico les llevó a
la catedral donde les cantaron el Te Deum^ los indios
que no entendían palabra del español, ni aymara, que-
daron maravillados de lo que oyeron y vieron, regre-
sándose a los tres días, cargados de obsequios.
Este corregidor fue muy laborioso, a él se debe el

arregloy ensanche de muchas de nuestras calles, espe-


cialmente las que estaban cerca del río. Cumplido su
período de cinco anos en 22 de diciembre de 1627 dejó
el mando, después 'fue nombrado visitador. Este fun-
cionario había formado tan buen concepto déla sociedad
paceíla, que le Wd^mó pueblo sano de cuerpo y limpio de
alma. Se radicó en la ciudad. Fue casado con Juana
Rivero. Falleció en 1Ó40.

Hermosa D. JuaftGrisóstomo. —Nació en La Paz


el 27 de enero de 1821. Ingresó en el Colegio de Cien-
cias de San Simón de Ayacucho, llegando a ser un alum-
no sobresaliente. En 1833 desempeñó un acto litera-
rio en celebración del primer grito de independencia.
382 Diccionario Histórico del

mereciendo en premio un grado menor. Concluyó sus


estudios, recibiéndose de abogado. Prestó Sus servi-
cios en el Ministerio de Guerra, mandó algunos cuerpos
ascendiendo Comandante general de Oruro,
a coronel.
diputado por La Paz Congreso de 1857. Córdova le
al

ascendió a General de Brigada en Ancacato en 20 de


septiembre de 1857, A la calda de Córdova fue encar-
celado y desterrado al Perú, Regresó en 1861. cuando
se abrieron las puertas de la patria para los proscritos.
Tomado preso por Yáñez, fue asesinado en la noche del
23 de octubre del mismo año. Recibió tranquilo la

muerte en la puerta del Loreío.


Merquíñl^o D. PranGisGO.— Era teniente del corre-
gidor Cañedo, había sido corregidor del asiento mineral
de Laicacota (laguna encantada). Con energía pudo
sofocar la insurrección de La Paz fraguada por Gallar-
do, inmediatamente reunió a los españoles, tomó las

riendas del gobierno, dictando todas las medidas nece-


sarias. que había marchado con sus fuerzas
Gallardo
sobre Puno, sucumbió en el ataque que efectuó sobre

ese pueblo, lo que ocasionó la dispersión completa de su

gente. Herquíñigo secundado por el alcalde Agdstín


Zegarra de las Ruelas, el maestre de campo José Justi-
niano y los capitanes Martín de Mujica, Jacinto Jimé-
nez, mediante la energía que supo desplegar restableció
el orden en la población. Tomados presos Lucas de
Montealegre, Antonio de Orduña, Juan Ruiz de Rojas,
Alonso de Lafuente, Juan de Amaya, principales agen-
tes de (Gallardo, fueron ahorcados en la plaza pública,
algunos azotados y otros afrentados. Herquíñigo dejó
el puesto a la llegada del corregidor interino Antonio
Zegarra, nombrado por el Virrey.
herrera D. Romualdo.- Paceño. Desde 1798 se
venía trabajando secretamente por la independencia ba-
jo la inspiración de Pedro Domingo Murillo y otros per-
bEPARFAMENTO DE LA PAZ 383

sonajes. Con las noticias que se recibían de España


cada día más adversas a su imbécil monarca, los patrio-
tas paceños creyeron llegado el momento de obrar más
activamente. Se multiplicaron los pasquines incitantes
de revolución, que tenían a las autoridades en continua
agitación. Dirigían el movimiento Murillo, José Ra-
món de Loa}za, José Landavere, Crisóstorno Esquivel;.
teniendo por capitanes a Romualdo Herrera, Tomás Ro-
dríguez Palma, Carlos Torres, los que tenían sus reu-
niones en la tienda de los dos Palma, que vivían en el

puente de San Francisco, los que estaban íntimamente


ligados con los revolucionarios del Cuzco encabezados
por Gabriel Aguiiar, quien vino a esta ciudad a poner-
se en contacto con los patriotas paceños. El delibera-
do propósito era constituir una República independiente,
aprovechando de la falta de Rey en España, y por con-
siguiente la caducidad de los poderes de sus represen-
tar.tes. La República sería gobernada por el elemento
americano, sin escluir al europeo, siempre que estos se
solidarizaran con la causa; aún que Torres opinaba por
la supresión radical de estos; tenían por capítulos de su
bandera o programa la libertad de comercio, la fraterni-
zación americana, las autonomías municipales, la más
absoluta descentralización; para el efecto se tomarían la
sala de armas, el almacén de pólvora de Caja del agua,
se detendría al gobernador en su casa, lo mismo que a
los europeos, si estos no se conformaran con el nuevo
orden de cosas, serían remitidos a España en partida de
registro por Arica.

Los revolucionarios esperaban el santo y seña del


Cuzco para lanzarse, como no se les comunicara nada
aguardaron impacientes la llegada del correo del 30 de
junio; mientras Palma recorría Oruro,
tanto Nicolás
Cochabamba, Potosí; su hermano Melchor hacía lo pro-
pio en Sicasica, Calamarca, Ayoayo. En Oruri5 conta-
384 Diccionario Histórico del

ban con el joven Montesinos, soldado del batallón Fijo;


había llegado de Potosí Jacinto Loayza y de Cochabam-
ba Pascual Mendoza, llamados para el movimiento.
Contaban además con ochocientos adeptos, y talvez en
el batallón Fijo de esta ciudad se tenía alguna esperan-
za,cuyo cadete Isidro Zegarra les era adicto. Herrera
se había encaminado a su turno a Sorata a reunir gente
y com.prar armas. Hl movimiento erá~casi seguro.
Abortada la revolución en el Cuzco por la presipi-
tación de Panlagua, cuya fatal noticia trajo el correo
esperado. El ayudante mayor Juan Pedro hidaburu
que había recibido la denuncia, inmediatamente comu-
nicó al gobernador Burgunyó, entre las siete u ocho de

la noche del 30 de julio de 1805. Este decretó la de-


tención de ios sindicados, allanamiento de casa?, en-
cautación de papeles y armas; en consecuencia el ayu-
dante mayor personalmente hizo las detenciones.
hidaburu el 9 de agosto se dirigió a la casa de He-
rrera, la altiva esposa de este a las indiscretas pregun-
tas le contestó: "que su esposo había marchado a So-
rata a comprar amias, que para el efecto le había dado
ochocientos pesos del dinero destinado para sus gastos
domésticos*'. Herrera había fugado.
hiiciado el proceso, las autoridades comunicaron al

Virrey Sobrem.onte, este influenciado por su puesto por


el acaudalado Loayza, que para el efecto había marcha-
do hasta Buenos Aires, ordenó el juzgamiento de los

reos con fecha 2 de enero de 1806, hasta que vino a


decretarse la sentencia en 13 de marzo áe 1807, en la

que se ordenó llamar por pregones y edictos al prófugo


Herrera, apesar de existir en el proceso cuatro sitacio-
nes. Este naturalmente ya sin temor se presentó e!

I °. de julio de 1807 con pasaportes y certificados, de


esta manera obtuvo su libertad bajo la fianza de- haz.
Finalmente el 2 de octubre, Dávila, sin duda comprado
Departamento de La Paz 38$

de antemano, ordenó que sea puesto en libertad e in-


demne del delito que se le supuso de intento complicar,
devolviéndosele sus bienes secuestrados.

Herrera D. José de.— Nació en La Paz el 14 de


abril de 1768, fueron sus padres Manuel Herrera y Ma-
ría Paz Foronda. Contrajo matrimonio con María Luz
Campos, hija de Antonio Campos y María Paula Semi-
nario, en 19 de mayo de cuyo enlace tuvo a
de 1790,
Manuela Celestina en 28 de mayo de 1791, Maríi Ma-
nuela en i8 de diciembre de 1796, María Josefa Fran-
cisca Saturnina en 4 de junio de 1802. En 1761 ejer-
ció el cargo de alcalde ordinario de segundo voto.
Partidario de la libertad de su patria, puso en prác-
tica sus principios, instalando en su casa el club revo-
lucionario, en el que estaban iniciados personajes de
alta valía, como esos trabajos de preparación demanda-
ban gastos para compra de armas, envió de extraordi-
narios V otras urgencias, tuvo que vender una de sus
propiedades de valor de cuarenta y cinco mil pesos, si-
tuada en ¡a provincia de Yungas, suma que en su ma-
)'or parte se invirtió en trabajos revolucionarios. Fue
bastante rico, con varios esclavos y una excelente casa
situada en el barrio de Mejahuira, calle Morcellería.
Eí gobernador Burgunyó en posesión de los pape-
les que sindicaban a los revolucionarios paceños, y no
pudiendo por su debilidad obrar contra personas meri
torias, apeló al veneno, sucumbiendo algunos con gran
sorpresa de la población.
José Herrera nacido en 12 de septiembre de 1787,
hijo de Salvador Herrera y Catalina Sánchez, fue veci-
no distinguido, casado con Bartolina González.

Herrera Enriquez D. Aáustin.— Natural de Va-


lladolid. Este capitán al sentar sus reales en La Paz,
casó con María Ortega, en quien tuvo a Josefa en 17
49
3^6 Diccionario Histórico del

de marzo de 1790. Comerciante; fue alcalde ordinario.


Falleció en 1840.
Herrera Jirón D. PranGisco.- Las crónicas de la
conquista peruana no hacen mención de este sujeto. El
residía enLima desde antes de 1534; era de fortuna,
en de abril de 1537 hizo donación de un solar y seis
it;

mil pesos para la fundación de un convento de esa ciu-


dad. Probablemente militó en favor de la causa real

y se encontró al lado de La Gasea, quien después de


su triunfo de Sajsa.í^uana le designó como a vecino fun-
dador de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz. Vino
con Alonso de iMendoza, y en Laja el 20 de octubre de
1548 en que tuvo lugar el Cabildo, fue uno desús
signatarios.

herrera Prav Andrés —


Nació en 1782 en Arnedo,
provincia de Logroño. Habiendo estudiado en la Uni-
versidad de Zaragosa, se hizo Franciscano. En 1810
el padre Tadeo Ocampo lo trajo en unión de otros al co-
legio de Moquegua, siendo destinado doctrinero de ios
pueblos de Arequipa, más tarde se le envió a Mosete-
nes en las márgenes 3el río Beni. Allí reuniendo a los
indios inicuanos, muchanos, magdalenos, fundó la mi-
sión de Santa Ana, donde permaneció quince años.
En 1820 fue nombrado prefecto de misiones, que casi
no llegó a gobernar, por que los religiosos con motivo
de la guerra se retiraron a España. Después de Aya-
cucho, salió en 183Ó, se dirigió a Europa comisionado
por el general Sarita Cruz para traer religiosos para las
misiones de La Paz. Llenado que fue su cometido,
arribó a esta ciudad el 16 de abril d^ 1837. El general
Ramón Loaiza les obsequió la capilla que había cons-
truido, donde se establecieron los religiosos. Siendo su
primer guardián F. José Gomas, natural de Campro-
don en Cataluña. Murió el 17 de agosto de 1838 en
una jornada de Mendoza (Argentina).
Departamento de La Paz 387

Hidalgo de Aracejo D- Francisco.— Capitán de


caballería y regidor perpetuo de la ciudad de los Reyes.
En esta ciudad contrajo matrimonio con Petrona Medina,
en quien tuvo a Pedro en 20 de febrero de 1684, Igna-
cio en 14 de septiembre de 1685. En 1691 fue visita-
dor de las Cajas Reales de esta ciudad. Habiéndose
radicado fue un vecino de consideración y bastante rico.
Su hermano Miguel, con quien vino, fue un vecino muy
benefactor, que dio su propiedad denominada «Calaco-
to> con viñedos para el hospital. Su hijo Pedro se hizo
franciscano. Guardián del convento de su ciudad na-
tal en 1725.

tlidaigo Gisñeros D Diego —Español. Corregi-


dor de la provincia de Sicasica en 1740. Concluido su
período se estableció en esta ciudad; casó con Francisca
Castellanos, natural de Oruro, en quien tuvo a Ambro-
sio, Mariano y Pedro. El mayor fue sacerdote, ocupó
algunos curatos, más tarde favorecido con la silla de
merced en el coro de La Paz. Falleció muy anciano el

20 de octubre de 1838. Pedro fue un acérrimo realista.

Higuera D. Juan Antonio— Natural de Burgos.


Vino nombrado capitán de las fuerzas de milicias de
esta ciudad, ascendió en 1789 a coronel. Habiendo es-
tallado la sublevación de los indios capitaneados por
Katari, el que cercó la ciudad. El coronel Higuera pres-
tó importantes servicios, ya como encarg^^do de las trin-

cheras, ya haciendo salidas atrevidas a distintos pun-


tos en busca de víveres para los sitiados, salitre para
fabricar pólvora y otras necesidades durante el largo y
penoso asedio. En unu Je esas acciones salió herido a
consecuencia de lo cual falleció al año siguiente. Fue
casado con Isabel Macuaga, la que contrajo segundas
nupcias con el coronel Pedro Benavente en 26 de mayo
de 1783.
388 DICCIONARIO Histórico del

Hinojosa D. Francisco — Nació en La Paz el 4 de


noviembre de 1790; hijo de Mariano Hinojosa y Magda-
lena Gutiérrez. Según un realista era mozo de Domin-
go Orrantia, uno de los más ardientes revolucionarios.
Se había resuelto en las logias consumar el golpe revo-
lucionario en la noche del 30 de marzo de 1809, la que
fracasó. Hinojosa fue tomado preso esa noche y con-
ducido a la cárcel. En su declaración nos hace saber:
"que esa noche fue por el barrio de Santa Bárbara en
busca de su apoderado Santi Esteban, a quien no ha-
biéndole encontrado se regresaba a buscar al doctor
Joaquín de La Riva y de paso llegó a la puerta de la
casa donde vive Casimiro Calderón, en la cual encon-
tró como seis o siete hombres y entre ellos al referido
Calderón, a quien preguntó por Pedro Sota, a lo que le
contestó que estaba allí con él; y juntos los tres entra-
ron al patio de la misma casa en donde le interrogaron
Sota y Calderón qué novedad sabia, a lo que respondió
ninguna, y que sólo podía advertirles que se guardasen
de andar las estaciones, pues, en la calle de las Conce-
bidas se le había asomado a él un caballero para preve-
nirle que en aquella noche serían asaltados los patricios
por los europeos; que en la puerta de la Catedral le re-
pitieron tres individuos la misma prevención, que al
pasar por la plaza reparó varios pelotones de gente que
propalaban la indicada especie de asalto". Si sería Hi-
nojosa denunciante, parece que no, pero tomado preso
esa noche, afirma un cronista español que cantó todo.
Al día siguiente mandó el gobernador Dávila organizar
el proceso, pero lo suspendió por ver dice: "si el disi-

mulo y el desprecio contenían las rivalidades suscitadas


por las jentes de menos viso en el pueblo". El 5 de
abril prestó Hinojosa su declaración, después de su ca-
reo con Casimiro y Pedro José Calderón, quedó el jui-

cio completamente oculto, lo que hace presumir que el


DEPARTAMENTO DE LA PaZ 389

oro echó tierra sobre el asunto. No obstante Hinojo-


sa fue desterrado juntamente con Ramón R¡vert,Orran -

tiay otros.Continuó trabajando por la causa, prestó


algunos servicios después de la revolución. Goyene-
che le hizo tomar preso y le condenó a dos meses de
prisión, fuera del que ya había sufrido. Se ignora su
suerte posterior.

Uo/. D. Martín del.— No sabemos si era español o


argentino, vino de Buenos Aires en 1823 nombrado te-
sorero de las Cajas reales de esta ciudad. Era casado
con Juliana Tejada, natural de Salta. Fue pues el últi-
mo tesorero del gobierno español. Después de Ayacu-
cho se retiró de La Paz.
Hoyos rernández de Miranda García de Llanos
D. Gregorio,Marqués de Va!de Moyos. — Natural de La
Habana y según otros de Puerto Rico. Militó en Espa-
ña, mandó un regimiento, fue del consejo de su mages-
tad, caballero profeso de la orden de Calatra\a, briga-
dier de los ejércitos nacionales, maestro de la real m.aes-
tranza de Sevilla, socio de número de la Real sociedad
Sevillana de amigos del País y de Cantábrida, Al año
de su llegada a Lima el Virrey AbascaL le nombró go-
bernador intendente de La Paz, jefe político, vice patro-

no real, subdelegado de la renta de correos, protector


del ramo de minería. Tomó posesión el 4 de junio de
1813.

Iba a pasar al Cuzco de presidente de esa Audien-


cia, pero el vecindario de La Paz, sin duda obligado por
el mismo intendente, como ha sucedido y sucede en
nuestros días, suscribió una petición pidiendo al Virrey
su continuación en el gobierno, con un despotismo ab-
soluto de acuerdo con Pezuela que llegó a la ciudad el

12 de julio de 1813 y permaneció hasta el 20 del mismo


mes, desplegó toda clase de hostilidades; hizo arcabucear
390 Diccionario Hist órico del

en la tarde del 6 de diciembre de 1813 al capitán Delga-


dillo, caudillo de los valles de Araca, compañero de José
María Pintado, cuya cabeza le enviaron de obsequio los

realistas, y la mandó colocar en el alto de Quilliquilli.


Durante su gobierno tuvo lugar la elección de di-
putados a las cortes españolas el 15 de julio de 1814,
siendo elegidos Mariano Ruiz de Navamuel, el canónigo
doctoral, José Maiía Asin, cura de Guarina y como su-
plente Marcos de Campos.
Las cortes españolas habían ordenado la creación
de panteones desde 1786, y por fin por decreto de 15
de mayo de 1804 pudo realizarse. Se llevó a efecto en
esta ciudad en 1814; hasta entonces habían acostum-
brado sepultar los cadáveres en los templos,causando con
su corrupción y e.xhalaciones pestilentes positivo detri-
mento a la salubridad pública. No obstante, encontró
esta orden fuerte oposición por parte de los ricos y po-
derosos. Vencidos los obstáculos opuestos por el orgu-
llo y designado el terreno en el valle de Potopoto, que
más tarde fue chacarilla de Valenzuela, se bendijo el 4

de agosto en la tarde por el gobernador eclesiástico Dean


Zarate. El 8 del mismo mes se estrenó solemnemente
con asistencia de ambos Cabildos, cantándose un oficij
de difuntos y enterrándose dos cadáveres y dos de par-
1ulos ir dios AMStió el gobernador sin imaginarlo que
sería el lugar de su sepulcro.
Cn el Cuzco Ángulo y Pumacagua ha-
los patriotas

bían !c\'íUilado la bandera revolucionaria el 3 do agosto


de 1814. Estos enviaron una expedición a La Paz al

mando de José Pinelo y el cura Muñecas.


A principios de i8i4tuvo Valde Hoyos conocimien-
to de la venida de los cuzqueños, convocó a un consejo

de guerra en la que opinaron algunos por la salida de


las tropas al Alto a combatir con el enemigo para que
en caso de derrota pudieran replegarse a la división Ra-
Departamento de La Paz 391

mírez que se hallaba en Oruro y otros fueron de pare-


cer que debian defenderse a todo trance en la ciudad,
este último prevaleció. En consecuencia Valde Hoyos
tomó todas las medidas de defensa, atrincherando la

plaza, poniendo minas aún en la casa de gobierno; con-


taba con una fuerza de doscientos soldados, cien volun-
tarios, cuatro piezas de artillería. El 22 de septiembre
las fuerzas de Pinelo se presentaron en el Alto, descen-

diendo esa misma tarde, acamparon en Munaipata, Du


rante la noche varios patriotas salvando las trinche-
ras y burlando la vigilancia se presentaron en el cam-
pamento de Pinelo y le informaron de la situación de la
plaza, tornaron con comisiones de xMuñecas ante algunos
patriotas. El 24 de septiembre rompieron el fuego so-
bre la plaza de donde a su vez se les contestó. Dos
horas después combate se hizo general, la lucha te-
el

naz y encarnizada. A las nueve de la mañana abrie-


ren brechas, ocuparon las calles fortificadas de la ciudad,
eficazmente secundados por toda la plebe patriota capi-
taneada por González y otros patriotas, que lograron
ocupar por completo la plaza a las dos y media de la
tarde. Viendo imposible la resistencia Valde Hoyos y
los realistas abandonaron la plaza, he asilaron en la ca-

tedral, de la que fueron extraídos para ser conducidos a


una prisión segura, pero el pueblo se am.otinó furioso,
Valde Hoyos que iba delante de los primeros fue heri-
do en la cabeza por un golpe de palo que le descargó un
cholo. Muñecas que estaba a su lado le alcanzó su pa-
ñuelo para que contuviera la sangre vendando la heri-
da.

Los soldados embriagados saquearon varias tien-


das de comercio, algunas casas de los presos, hasta que
con la llegada de la noche quedó todo en un profundo
silencio.
3Q2 Diccionario Histórico del
Los victoriosos dejaron libres a la clase de tropa,
quedando presos los jefes y oficiales, incluso el gober-
nador y cincuenta y siete vecinos de entre los que se
mostraron más encarnizados. Los primeros se halla-
ban en la casa de gobierno y parte de los segundos en
el cuartel,

Valde Hoyos en la creencia de que Pinelo así como


sus jefes en caso de triunfo se alojarían en la casa de
gobierno había hecho colocar en el bajo de las principa-
les habitaciones algunos barriles de pólvora, cajones de
cartuchos con una guardamecha oculta, encargando a
personas de su confianza la encendiera siempre que los
cuzqueños triunfantes la ocuparan; pero aprisionado en
el mismo edificio se aterrorizó, apresuró revelar todo el
secreto a Muñecas, pidiendo lo salvase, Muñecas con
harta sorpresa bajó precipitadamente a la habitación
donde se encontraba la mina, cortó !a guía, mandando
trasladar pólvora y cartuchos al almacén del cuartel
la

situado en el centro paralelo de la misma plaza, habién-


dose roto uno de los cajones dejó en el trayecto un re-
guero de pólvora.
El 28 de septiembre hallábase Muñecas en la cate-
dral celebrando su m.isa, después de lo cual debían ser
puestos en libertad el gobernador y los demás presos;
cuando a las nueve y media se sintió en toda la ciudad
una explosión extraordinaria, seguida de un fuerte sa-
cudimiento que movió el suelo y destruyó muchos edifi-
cios cercanos al cuartel, bajo cuyas ruinas perecieron
gran parte de los soldados y todos los presos que allí se
hallaban. Se ignora la causa de este desastre, pero
parece probable que de uno de los braceros que habían
llevado los sirvientes de los presos para calentar el cho-
colate, una chispa desprendida de uno de estos inflamó
la pólvora. Ante este acontecimiento se reunió en la
plaza un inmenso gentío; ante aquel cuadro de horror
Departamento de La Paz 393

del que se estraían algunos cadáveres destrozados, la

muchedumbre quedó aterrorizada; pero como estaban


sugestionados de la idea de que el gobernador había he-
cho minar el palacio, no faltó una voz que en medio de
y llanto prorrumpió: traición de los realistas,
la gritería

mina Fue suficiente para excitar el furor del pue-


blo que se lanzó al exterminio de los realistas, aumen-
tándose a esto el toque de rebato de las campanas, tam-
bor con redobles que daban la señal de degüello. Mo-
mentos de angustia }• espanto.
Se lanzaron furiosos sobre los presos del palacio de
gobierno, que extraídos con violencia del interior fue-
ron degollados en la misma esquina. Valde Hoyos, el

sargento mayor de la plaza Valle, no alcanzaron a lle-

gar a este sitio, apenas los vio el pueblo se lanzó y los


destrozó a palos, sus cadáveres magullados y desnudos
colgados en una horca en la plaza. De la misma mane-
ra fueron sacrificados los coroneles Santa Cruz Villavi-
cencío, Jorge Ballívián, José Guerra, Joaquín Revuel-
ta, Patricio Armentía, Manuel Arguedas, cinco tenientes
coroneles, casi toda la aristocracia paceña, incluso los

cincuenta y siete presoi, entre ellos Francisco Diego


Palacios.

En las calles ocurrían iguales escenas de horror,


los realistasque no habían sido presos eran perseguidos
en todas partes por hombres enfurecidos, mujeres más
furiosas, que apenas los cogían le? daban la muerte sin
conmiseración alguna. La actitud del populadlo era
aterrante, los hombres blandían instrumentos ensan-
grentados, puñales que chorreaban sangre, ni los rue-
gos, ni súplicas pudieron contenerlos, solo cesó la ma-
tanza cuando ya no habían realistas que victimar. La
furia de un pueblo oprimido por tantos años, no se con-
tentó con haberlos sacrificado, sino que, arrastraron

50
394 Diccionario Histórico del

sus cadáveres en medio de una rechifla general al pan


teón fundado por el mismo Valde Hoyos.
De regreso se entregaron al saqueo de las casas de
las víctimas, según el diario de Ramírez ascendió a la
suma de seiscientos mil pesos. Ni Muñecas, ni Pinelo
pudieron contener a las muchedumbres enfurecidas,
viéndose espuestos en su vida y amenazados.
Huarte Jáureáui D. rrancisco— Coronel de inge-
nieros. Este español vino en el cuerpo de Estremadu-
ra, se quedó en nombrado corregidor de Luca-
el país
nas en el obispado de Guamanga, hoy departamento de
Ayacucho, en 1784. Perteneció al ejército realista de
Pezuela y Goyeneche, concurrió a todas las batallas
que tuvieron lugar. Desempeñaba la intendencia de
Potosí, cuando a principios de 1822 se sublevó la guar^
nición instigado por los coroneles Salgado y Hoyos, pro-
clamando la independencia; pero no encontrando apoyo
en el pueblo fracazó, porque el brigadier Maroto que
mandaba en Chuquisaca, acudió con fuerzas y los ba-
tió. Jáuregui que había huido, fue relevado por el Vi-
rrey. Se hizo partidario de Olañeta y lo hizo goberna-
dor de La Paz en 1822. Este intendente construyó la

fortaleza del Desaguadero. Gobernó hasta 1823, se


retiró a consecuencia de que el Marqués de Torretagle
había regresado de España en i8ig con título de gober-
nador intendente de La Paz, cargo que no llegó a ejer-
cer. Huarte después de Ayacucho se retiró a España.
Hiiayna Gapac— Hijo del Inca Tupac Inca Yupan-
qui. Hizo varias conquistas personalmente. Fue ca-
sado tres veces. A la muerte de su padre ciñó la bor-

la imperial. Visitando sus vastos estados, llegS a Ghu-


quiyapu, donde celebró las fiestas de Capahj Raimi, en
el mes de capahj siquis que duraron veinticinco días,
después se dedicó a los arreglos del pueblo, mandando
edificar plazas, tambos y otros edificios, De regreso
Departamento de La Paz 395 _
al Cuzco, nació en Tiahuanacu, su hijo Manco, mas
tarde célebre por sus luchas con los conquistadores.
A su muerte diviJió el imperio entre sus hijos
Huáscar y Atahuallpa, habido en Pacchas, heredera del
reino de Quito. Ambos hermanos vivieron algún tiem-
po en par, pero encendida la guerra civil. Huáscar
fue vencido y aprisionado. El vencedor gozó poco tiem-
po de su triunfo. Francisco Pizarro con astusia logró
apoderarse de su persona, y después de robarle sus te-
soros, le hizo morir en 1553/ Con él terminó el pode-
roso imperio de los Incas
Al espirar la dominación incaica, el pueblo de Chu-
quiyapu, como todos los del imperio, había progresado
bastante mediante la protección paternal de sus sobera-
nos, que les enseñaron todos los progresos de su ade-
lantada cultura. Su agricultura se hallaba floreciente; en
alfarería, hacían objetos bastante rarosy curiosos, gra-
bados de figuras caprichosas; tegían e hilaban, telas fi-
nas, de primorosos colores y muy vivos, empleando ve-
getales, por consiguiente, conocían la tintorería de una
manera perfecta.
Pacientes, laboriosos, para nada necesitaban de
otro de sus semejantes, ellos se hacían sus casas, ves-
tidos, calzados, tocados, en fin cuanto es útil a la vida.
Además una guaca, llamada Cho-
del sol, adoraban
qiiegiianca (seíior de oro que no mengua), porque al pie
de dicho cerro y junto a el estaban minas de oro. Tam •

bien adoraban al lUimani (el mayor, o el más hermoso)


por su majestad y brillo.
Aficionadísimos a la música tocaban varios instru-

mentos como el sicu, tutu, chiri, acompañados del tam-


bor (guaneara) y tamboriles. Música, melancólica,
triste, y a momentos bulliciosa. Hacían sus bailes
siempre reunidos, aun en sus diversiones de familias
nunca solos, sino en unión con sus aringos. Propensos
396 Diccionario Histórico del

a la embriaguez, por el exceso con que bebían el licor

(chicha) fabricado de maíz, quínua y cañagua.


Sus vestidos se componían de una camisa hasta la
tenían por capa una
rodilla sin talle ni faja (allmilla),

manta cuadrada (poncho), tejida de lana de alpaca o


llama, algunas de colores muy vistosos, en la cabeza
chucas o monteras (TTanka), que eran una especie de
copas de sombrero sin falda ninguna, adornado con cin-
tas y plumas. Los
y principales se distinguían
ricos
de los otros brazaletes de oro y plata
por los valiosos
que llevaban en las muñecas, en la frente y en las ore-
jas. Las mujeres tenían el cabello trenzado, cayendo
les sobre la frente una guedeja entrelazada con chaqui-
ras de colores, pollera y jubón de una sola pieza pren-
dida en los hombros, llamada iirhu^ y cubierta la cabe-
za con una tela tegida de lana, phantia.
Huisi D. Manuel.— Chileno; hijo de Roque Jacinto
Huisi y Josefa Trucios. En esta ciudad casó con To-
masa León, en quien tuvo Juan José en 3 de enero
a
de 1804, María Catalina en i ? de mayo de 1805 esta
casó con Ciríaco Paz de Samaipata, Santa Cruz 8 de di-
ciembre de 1821, María José*de 28 de marzo de 1806,
José Ildefonso en 25 de enero de 1810. Afiliado en la
causa revolucionaria de los separatistas, la que se rea-
lizó en la noche del 16 de julio. En esa noche ante el

Cabildo abierto pidió la destitución de los ¡^empleados


de la Caja Real, el inmediato recojo de las llaves de
esa oficina, Huisi a la cabeza de doce hombres dio cum-
plimiento. Nombrado subdelegado o juez real de la
provincia de Omasuyos, se dirigió a su destino en el
que no desplegó la energía que debía. Después de al-
gunas comunicaciones, recien en 28 de agosto anuncia-
ba la ocupación de Copacabana por el enemigo, culpán-
dola al que no era exac-
casique Cayetano Velasco, lo

to, pues que este había comunicado las fuerzas de que


DepartaMhnto de La Paz 397

disponía, pedido armas y refuerzos; el 28 de agosto se


dirigió desde Copacabana rogando se le mandara re-

fuerzos por estar completamente rodeado de los enemi-


gos. Esta conducta del subdelegado irritó a Murillo,

que al tener pleno conocimiento de la ocupación de Co-


pacabana, se dirigió al Cabildo en 31 de agosto ponien-
do de manifiesto la incuria del subdelegado, pidiendo su
enjuiciamiento.
El mismo Murillo en 2 de septiembre dirigió a Hui-
si una enérgica comunicación reprendiéndole por no
haber tomado providencias contra el capitán de Yungu-
yo, Pedro Martínez del Campo, con respecto al intere-

sante punto de Tiquina, agregando: «diga si no puede


•para comisionar a otro más capaz», y concluyendo por
manifestarle extrañeza de no haber anunciado las fuer-

zas que hubiera reunido; en 31 del mismo mes le decía


perentoriamente, «ya a esta hora habrá Lid. evacuado
la gente que ocupaba Copacabana». Comisionado Pe-
dro Rodriguez para los asuntos más importantes que
ocurrían en la provincia de Omasuyos,logró ocupar Co-
pacabana, dueño de esa posesión, dirigió a Huisi en 13
de septiembre un oficio, manifestándole que sin preocu-
parse de Copacabana, vigilara el estrecho de Tiquina,
teniendo cuidado con los indios solventados. Huisi se
situó en Carabuco con algunos hombres, temeroso de
los indios incitados por los agentes de Chucuito, toda su
atención se redujo en recomendarles tranquilidad. Así

se mantuvo hasta que Goyeneche ocupó esta ciudad, en-


tonces fue aprisionado. Condenado a 8 años de presidio
en las islas Filipinas, el 7 de marzo de i8io,salió en unión
de sus compañeros de destierro con dirección a la Ar-
gentina. Habiendo alcanzado su libertad en la ciudad

de Córdoba por !a revolución que sobrevino en Buenos


Aires, se fue a su país natal.
398 Diccionario Histórico del
Su hijo José Ildefonso en la República obtuvo pues-
tos espectables, habiendo sido prefecto de La Paz en
1847. Muy adicto al gobierno del general Belzu.
hurtado D. Jacinto. — Moqueguano, en Arequipa
niílo aun ingresó en la orden de las Mercedes, habien-
do concluido sus estudios, noviciado, fue ordenado de
sacerdote, haciéndose mu}' recomendable por su ¡luá"-
tración y otras prendas personales. Fue nombrado
prior del convento de La Paz en 1747, gobernó hasta

1750. Fue maestro y predicador jubilado.



Hurtado Pedro. Este argentino, vino nombra-
do teniente visitador del estanco de tabacos. Casó en
1822 con María Butrón, en quien tuvo a José en 19 de
marzo de 1823.
Huyustus — Según el jesuíta Oliva, es el organi-
zador de los aymarás, parece que fuera así, si nos ate-
nemos a la etiir.ología de la palabra del nombre de este
personaje indio: Huyuuscta — has puesto o edificado la
casa, sea de esto lo que fuere. Talvez una familia,
una tribu de esta gran nación vino a establecerse en la
cuenca del Chuquiyapu, destruyendo a los autóctonos del
lugar, o bien nación aymara fue una de las últimas
la

inmigrantes, que sojuzgaren a otras razas establecidas


anteriormente, que parece lo rfiás probable. Pero lo
cierto es que, estos impusieron el sello de su poder, si

se puede expresar ssí, designando las montañas, coli-

y hasta a las piedras con nombres ay-


nas, ríos, lugares
marás que encontraron los conquistadores iberos, y se
conservan hasta nuestros días. Con el trascurso del
tiempo y los enlaces habría aumentado considerable-
mente en densidad la población, dando lugar a la for-
mación de los aillos como Purapura, Achachicala, Pan-
ti-.irca, Chijini, etc.
Sería una población muy densa La Paz indígena,
habitada por los fieros aymarás, que diseminados en
Departamento de La Paz 399

y muy especialmente en
distintos lugares de la cuenca
los bordes del ríoCcocha, viviendo en miserables casu-
chas juntamente con sus alpaclios, kauras v guaris; vi-
viendo de los productos que producía la tierra cultivada
por ellos, papas, quinua, cañagua.
Mientras tanto allá en el Cuzco, Manco Kapac, sa-
lido de la isla de Titicaca, según la tradición quechua,

ech.aba fundamentos de un imperio, que con el


los

trascurso del tiempo iba a ser poderoso. Su hijo Sin-


chi Roca, adelantó sus dominios, y Lloque Yupanqui
con sus conquistadores avanzó hasta el Desaguadero.
El cuarto inca Maita Kapac, con un gran ejército

pasó en balsas el Desaguadero, Tiahuanacu y


redujo
otros lugares; la provincia de Hatun-Pacasa, Caquia-
viri por medio de las armas, Canquicura, Mallama y

Guarina. Más tar.ie. conquistó Larecaja, Sangabán y


los restos de Pacajes. Con un poderoso ejército derro-

tó a los de Huaicho, sometiéndosele voluntariamente


Calamarca, Caracollo y Paria. Desde este punto al
tener conocimiento de la existencia del valle de Chu-
quiyapu se dirigió así a ella y la sometió a su pDder.
Este soberano siguiendo la norma de sus antece-
sores mandaría construir su templo, su tambo, calles y
plazas. Dejando libre la jurisdicción del Ilacata que
era el jefe del pueblo conquistado, pondría a la cabeza
de este un gobernador como delegado de su autoridad
real. Los incas con constancia y paciente labor, reco-
gieron todo los fragmentos de las culturas de los pue-
blos y sojuzgados, logra^on hacer florecer a sus estados
de una manera admirable, que llamaron la atención de
los conquistadores europeos.

Los aymarás, indómitos guerreros, rencorosos, ven-


gativos, no variaron sus instintos feroces con la dom.i-
nación suave y paternal de los incas. Durante los tres
lustros de la dominación ibera, tratados de una manera
400 Diccionario Hist órico del

cruel, convertidos en bestias de carga, hostilizados, to-

maron un odio profundo al blanco, y los sucesores de


aquellos, el corregidor, el cura y el patrón, que tampoco
hicieron nada para dulcificar su triste situación, han
hecho al indio, tímido, humilde, resignado, cuando se
halla solo; y feroz, terco, irrasible, cuando se halla
reunido. Pero la raza es susceptible de educación.
El inca Garcilazo, en su idioma nativo, el kechua,
Chuqui}apu, interpreta Lanza capitana. Mientras que,
Barba, el obispo Castro, Mendoza, Alcedo, Herrera, sin
discrepancia designan el iiombre primitivo indígena de
La Paz, con el de Oniqiiiyüpn^ cementera de oro.

Ibáñez de Se^ovia D. Matías.— Natural de Lima,


hijo del general Luis libáñez deSegobia Peralta Cárde-
nas y Josefa Orellana y Luna, primeros marqueses de
Corpa. Estudió en la célebre Universidad de San Mar-
cos de los Reyes, hasta obtener el grado de doctor en
sagradajeología. Ordenado de sacerdote fue un cléri-
go distingLíido. En 1746 fue canónigo de la iglesia ca-
tedral de Lima; en 1748 electo obispo de La Paz. Fue
consagrado en la ciudad de Arequipa por el obispo Juan
Bravo Rivero Correa. Tomó posesión de su diócesis el
27 de noviembre de 1749. Del corto período de su go-
bierno no tenernos noticias, era muy enfermizo y bas-
tante anciano. Tuvo por secretario a Manuel Núñez,
limeño, a quien había traído en su compañía. Falleció
el 25 de agosto de 1751, enterrado en la capilla de San
Blas, destinada para la sepultura de obispos en Ja anti-
gua catedral.
Ibáñez D. Lorenzo. — Natural de Luribay en la

provincia de Sicasica. Muy adicto a la causa de la in-


dependencia; organizó una compañía de milicias de lan-
Departamento dé La Paz 401

ceros para la defensa de la revolución, del que fue su


teniente Lorenzo Olmos y subteniente Pedro Uriarte,
que mereció la aprobación del comandante Pedro Do-
mingo Murillo, en 28 de julio de 1809.
Ibarra D. Pedro. —
Limeño. En 1609 contador de
las Cajas Reales de esta-ciudad, en cuyo puesto perma-
neció largos años. Fue casado con Jerónima Robledo,
en quien tuvo a Pedro en 20 de junio de 161 1, José en
ig de marzo de 1612, Sebastián en 20 de enero de
1614.

Idiáquez D. Fancisco.— Vino con el gobernador


Burgijnyó y Juan, nombrado teniente asesor, en cuyo
desempeño murió. Fue casado" con María Manuela
Campos, en quien tuvo a Manuel en 2 de mayo de
1799. Falleció en 1804.

D. Eduardo Idiáquez, Nacido en La Paz. Inge-


niero sobresaliente Levantó los planos para la Peni-
tenciaría en 1885 que fue aprobado por el gobierno. Se
puso la primera piedra el 15 de julio del mismo año, di-

rigió la obra Idiáquez algún tiempo. Edificio sólido y


perfectamente adecuado para el objeto a que es desti-
nado. "Formado de dos alas simétricas, destinada la

una a hombres y la otra a mujeres, ambas alas en com-


pleta independencia y separación*'. Sistema mixto,
comprendiendo secciones carcelarias o de detención, sec-
ciones carcelarias para deudores y secciones de prisión
para los condenados a reclusión. Cada una de las sec-
ciones con sus respectivos com.partimientos. Con 184
celdas, con talleres especiales, tanto para barones como
para mujeres. La obra se construyó en once años y
cinco meses, con un costo de 335,611 bolivianos, 96
centavos.
Idiáquez ha levantado una porción de mapas y pla-
nos, completamente científicos.
51
402 Diccionario Histórico del ^

Ilianes D. Diego. — Natural de Navarra. Este ca-


pitán sentó sus reales en La Paz en 1684. Casó con
Juana de Loza, en quien tuvo a Petronila en 29 de ju-
nio de 1692, Luis en 14 de agosto de 1694. Comer-
ciante, tenia el grado de maestre de campo; alcalde or-
dinario del Cabildo paceño. Más tarde llegó a radicar-
se en las quebradas del Río Abajo.
Imaz Jarreti 0. Juan Bautista —Natural de Pe-
zuela en Aragón; hijo de Francisco Imaz Altolaguirre,
natural de la muy ilustre villa de Ataum, en la provin-
cia de Guipuscoa, comisario ordenador de los reales

ejércitos, administrador general de las aduanas de Ca-


taluña y Manuela Jarreta Remón. Vino nombrado
Vista de la Real Aduana de esta ciudad. Contrajo ma-
trimonio con Juana María Acebey Guerrero, sorateña,
el 19 de noviembre de 1808, en quien tuvo a Baltazar
Francisco en 7 de enero de 1809, Petrona Úrsula en 16
de octubre de 1810. Fue uno de los realistas más fu-
riosos que con tenacidad trabajó por la contrarrevolu-
ción encabezada por Yanguas e Indaburu en 1809. A
la aproximación de la primera expedición- argentina al
mando de Castelli, emigró a la ciudad de Arequipa, vol-
vió después de la batalla de Guaqui, fue victimado el

28 de septiemibre de 1814. Este español no llegó a te-


ner grandes propiedades^ su mujer poseía una fmca pe-
queña.
Indaburu D. Juan Pedro.— Natural de Pastan del

obispado de Pamplona, en la alta Navarra: hijo de Ni-


colás Indaburu y María Martina Verindoaga. Vino
nombrado jefe de las milicias disciplinadas de La Paz.
Contrajo matrimonio con María Vicenta Diez de Medi-
na viuda de Juan Antonio Obaya, señora distinguida,
rica,en 24 de enero de 1778. De este enlace tuvo a
María Nicolasa en 9 de diciembre de 1778, José Domin-
go Esteban en 3 de agosto de 1780, María Francisca en
Departamento de La Paz 403

15 de septiembre de 1782, que casó con Eugenio Leo-


poldo Diez de Medina, regidor; José Manuel Gregorio
en 25 de diciembre de 1787, Feliciano en 19 de junio de
1809 y la expósita María de la Encarnación.
Fue alcalde ordinario del Cabildo en 1798, después
ayudante mayor del batallón de milicias de esta ciudad.
En momentos difíciles solicitaron de Chuquisaca el

auxilio de las fuerzas veteranas de esta ciudad. Inte-


resaron los patriotas para que saliese la tropa sin demo-
ra a pesar del privilegio que tenía la ciudad de que su
guarnición sólo podía ir comisionada-a los pueblos de su
jurisdicción, pero no a los de ajeno mnndo.
La tropa tuvo que salir el 10 de junio y para reem-
plazar el servicio activo que hacía de guarnición, se
acuaiteló cada mes dos compañías de la milicia provin-
cial, que por las frecuentes ausencias de Quint, quedó
bajo la esclusiva dirección de Indaburu.
Habiendo fracasado la revolución del Cuzco en
1805, los revolucionarios de La Paz suspendieron el
movimiento preparado para el mism.o año. Indaburu
había recibido la denuncia, entre las siete u ocho de la

noche del 30 de julio, puso en conocimiento del gober-


nador, quien inmediatamente decretó la prisión de los
comprometidos. El ayudante mayor en la misma no-
che a las once sorprendió a Tomás Palma y lo aprisio-
nó, no pudo hallarlo a Carlos Torres y el sujeto apoda-
do siete jetas, allanó con fuerza respetable la casa de
Loayza persiguiendo a Pedro Domingo Murillo que ha-
bía logrado evadirse. Se hizo dueño de la situación,
disimulando las faltas de sus milicianos, captándose las
simpatías y el entero apego de estos. Supo de tal mane
ra ganar su confianza que se inmiscuía en todos los de-
talles del servicio, particularmente en la relajación de
la disciplina, llegando a constituirse en arbitro de la pla-

za. A su querido batallón contra toda ordenanza le He-


404 Diccionario Histórico del
vaba a evolucionar en la calle de las Concebidas, para
recreación de sus hijas monjas en dicho convento, ha-
cíaque pasaran la revista en el campo de carreras y
alameda en lugar de la plaza de armas, para rematar
todo en su chacarilla de Obrajes; sonsacaba la tropa con
regalos y fiestas. Su casa era parque, cuartel y los
soldados hacían los honcr¿s de ordenanza a su esposa.
Los milicianos se encontraban en completa relaja-
ción, uno de ellos conocido por el apodo de Limeño faltó
a la esposa de Zavalla el que detenido por Castillo fue
soltado por Indaburu, lo que ocasionó la queja del alcal-
de Zavalla, que organizó el proceso ante el alcalde de
segundo voto, en cuyo proceso se manifestaron todos
los abusos de los milicianos, el que terminó por media-

ción de Castilloy Maruri.


La conducta de indaburu infundió sospechas en las
autoridades, que ordenaron el inmediato regreso de la
tropa veterana, no obstante seguía disciplinando las
fuerzas, las armas las tenía en su casa, este proceder
alarmó más al gobernador que ordenó entregara los fu-
siles, lo efectuó, pero pasados pocos días volvió a soli-

citarlas con enipeño, así no se descuidaba un solo ins-


tante. En la jura a Fernando VII paseó a la cscbeza. de
sus milicianos por las principales calles de la población
sin lanzar un solo viva a favor del Rey cautivo, mien-
tras que él recibía ovaciones a cada instante.
Indaburu de carácter altanero, de porte rumboso y
halagador, su casa constituía el punto de reunión de las
principales familias del vecindario. En sus salones se
daban frecuentes saraos, banquetes y se representaban
comedias y autos de fé.
¿Cómo pudieren los revolucionarios atraerlo a su
causa a tan soberbio personaje.? No cabe duda que en
esos momentos todos consideraban perdida la España
ante el poderío de Bonaparte, además tenían confianza
Departamento de La Paz 40$

que la revolución paceña sería secundada por todos los

pueblos del Virreinato, y no se imaginaron siquiera que


Abascal, Virrey del Perú, asumiendo la dictadura, aho-
garía en sangre las manifestaciones del patriotismo.
En una de las juntas revolucionarias se hizo repre-
sentar por Sagárnaga, enla que también se había acor-

dado que sería comandante general de toda la provincia,


según el plan confeccionado en su artículo sexto, así
mismo en la noche del 15 de julio en casa
reunión de la

de Murillo en que se tomaron las últimas disposiciones.


Indaburu convocaría a los milicianos que le eran adictos
los que introducidos en el cuartel embriagarían a los del
Fijo. Efectivamente en la tarde del 16 de julio de 1809
un grupo de milicianos se dirigió a su casa en busca de
armas, que les fueron distribuidas por su hija, a la ca-
beza de ellos se presentó a caballo después de tomado
el cuartel, recorrió las principales calles en medio de
frenético entusiasmo, pero esa noche no se acordó el
pueblo de él, ni hizo mención, cuyo desdén tenía que
ser fatal a la revolución, conocida la ambición de este
caudillo. A'lurillo nos refiere en su declaración: «que

al salir de palacio nombrado ya comandante encontró a

Indaburu a la cabeza de las fuerzas y le ordenó retirar-


se, obedeció, aunque de mal grado».

Reconocido como teniente coronel y comandante


del batallón, por consiguiente segundo de Murillo, se -

cundo eficazmente a este, lo mismo que a Arroyo, Ma-


nuel Cossío, logrando reunir mil doscientos hombres
perfectamente armados. Indaburu atendía el parque e
intendencia militar, cuidando de la fabricación de caño-
nes, pólvora, chispas y otros artículos necesarios
para
lo que Arro\o y Monterrei. Hubo momen-
utilizó a
to por fin en que existían nueve compañías de infante-
ría, dos de caballería, dos de artillería, ocho compañías

urbanas, fuera de las de empleados, pardos, morenos y


4o6 Diccionario Histórico del

otros provinciales superiores por el número de indíge-


nas.
El entusiasmo de Indaburu era manifiesta en los

primeros momentos, así cuando se hizo necesaria la pri-

sión de los subdelegados Arce y Ramos, verificó la de


este último Indaburu en el pueblo de Achocalla a altas
horas de la noche del 23 de juüo.
Los aprestos militares se hacían con toda actividad,
el 7 de agosto pidió Indaburu al Cabildo seis mil pesos
para fortificar la plaza como se le había encomendado,
al día siguiente la sala ordenó entregarle. Al mismo
tiempo en unión de Sagárnaga presentaba el siguiente
presupuesto: mil lanzas a dos pesos, dos mil; doscientos
sables a seis pesos, mil doscientos; trescientos pesos
para fábrica de cureñas; quinientos pesos, para compra
de plomo; dos mil pesos, para compra de salitre, plomo.
El 22 de agosto Indaburu, Sagárnaga y Murillo, pedían
dos mil pesos para la fundición de cañones, el Cabildo
acordó como había acordado otras sumas. En el

Cabildo que tuvo el 18 de juho el representante Gre-


gorio Lanza, propuso que se agregaran ocho adjuntos
para que con ellos deliberaran sus acuerdos para el me-
jor acierto y beneficio de la patria, siendo uno de ellos
Indaburu, por consiguiente estuvo en todos los acuerdos,
medidas, planes tendentes al progreso de la revolución.
Opinó por la apertura de los pliegos oficiales, en el Ca-
bildo del 12 de septiembre prestó juramento de fidelidad
a la causa por haberlo exigido así el pueblo, en ese mis-
mo Cabildo dio su voto por la declaratoria de guerra a
la provincia de Puno.
Los emisarios de Goyeneche llegaron el 6 de octu-
bre con proposiciones que enviaba aquel general ante el

Cabildo, cuando estos se retiraron, Indaburu, Medina,


Graneros, Murillo reunidos en el cuartel, tuvieron su
consejo en el que los mencionados manifestaron justo
Departamento de La Paz 407

resentimiento por haberse aceptado las bases propues-


tas por el enemigo. Murillo ordenó en presencia de In-
daburu a los capitanes Graneros y Zegarra que estu-
vieran listas las fuerzas para emprender una expedición
a los Yungas de Songo, porque quería sustraer las tro-
pas de su mando de la vergüenza y descontento que
originaría su desarme y disolución. Con rumores nada
halagüeños Murillo se propuso hacer una ronda en la
noche del 11 de octubre y como le comunicase esta me-
dida a Indaburu, le hizo acompañar con su ordenanza
hasta la esquina del palacio temiendo fuera una traición.
En la misma noche fue preso Murillo, pudiendo decirse
triunfante la contrarrevolución de acuerdo con Indaburu
y Yanguas; cuando la imprevista llegada del destaca-
mento al día siguiente descoricertó los planes de estos
con la prisión de Yanguas y dem.ás realistas.
Después de tan sobresaliente actuación cómo pudo
traicionar Indaburu a la causa que tantos esfuerzos le
había costado en su honor, tranquilidad y dinero. Pa-
rece lo cierto que desde la noche del 16 de julio, su- re-
sentimiento fue manifiesta por su postergación y más
que todo las intrigas de Goyeneche que le prometería
perdón en caso de entregarle m.aniatada la revolución.
Efectivamente el edecán de éste, Carazas llegó el 15 de
octubre, tuvo sus conferencias con Indaburu este le in-
dicó en su casa a Zegarra como a individuo que había
apresado a Murillo.
En efecto la noche del 18 de octubre convocó a un
consejo de guerra a varios oficiales, su intención no fue
otra que aprisionarlos como lo hizo con Rodríguez, cura
Medina, Orrantia, Zegarra, Jiménez, Iriarte, Cossio,
poniéndoles platinas, igualmente que a Murillo, amena-
zándoles todos los momentos de la noche que el inme-
diato día debían ser decapitados. Efectivamente en las
primeras horas de la mañana firmó la sentencia de
4o8 Diccionario Histórico del

muerte contra Rodríguez y Castro, antes de que ella

fuera suscrita por los otros capitulares lo hizo fusilar a

Pedro Rodríguez y después colgarlo en la horca.


Castro se presentó en el Alto anunciando su llega-

da con un cañonazo, envió una comunicación a Indabu-


ru por conducto de un indio intimándole que inmediata-
mente pusiera en libertad a todos los presos, que de lo
contrario entraría con la tropa de cuyos desórdenes no
estaría evitar en sus manos. Indaburu no vio la cosa
insuperable, ordenó que se pusieran trincheras en las
cuatro esquinas de la plaza, en el puente de San Sebas-
tián, lo que se practicó con precipitación, en especial
Cotera encargado de la izquierda del cuartel principal
esquina del obispo, Chirvcche.s en la avanzada del puen»
te de San Sebastián que fue abandonada por falta de
gente. Al continuo toque de entredicho se reunieron en la

plaza muchísimos hombres, unos con armas y otros sin


ellas. En medio de esta muchedumbre había un núme-
ro considerable de chapetones, a quienes les estorbaban
las armas porque tenían pistolas, fusiles, sables, lanzas,
etc., y la pólvora en los bolsillos, en cananas, princi-
palmente los calceteros que eran los blanquillos españo-
les retirados, que vinieron cuando la revolución de Ka-
tari, y por viejos tenían ese oficio. En la calle del Co-
mercio ordenaron que en todas las ventanas pusiesen
agua caliente para derramarla sobre los que -entraban,
que se compartiesen en cada ventana preparándose es-
tos con colchones mojaJos para tener el tiro seguro,
Indaburu entre soldados de línea, caballería de buzares
y chapetones podía contar dos mil hom^bres.
Castro, tomadas sus medidas atacó con denuedo
por las calles del Comercio y Santo Domingo, logrando
dominar las barricadas y ocupar la plaza. Indaburu
que se hallab* a caballo, sufrió un balazo, se apeó con
Ja mano en la herida y se dirigió al cuartel, corno esta-
Ilustrísimo José Manuel Gregorio Indaburu
Departamento de La Paz 409

ba cerrado estampó la mano ensangrentada, donde lo

cruzaron a bayonetazos, lo desnudaron y descolgando a


Rodríguez colgaron a Indaburu en la misma horca y con
el mismo cordel.
Indaburu D. José Manuel Gregorio —Nació en
La Paz el 25 de diciembre de 1787, hijo del anterior,
siendo la que le llevó a la pila María Tarasona. Su ins-
trucción preparatoria la hizo en la escuela pública del
convento de San Francisco, después en el Seminario,
pasando por último a la Universidad de Córdoba donde
con todo brillo concluyó sus estudios optando el grado
de doctor.
Regresó a su país natal, .se consagró al sacerdocio
y como el obispo La Santa se encontrase en Puno, mar-
chó a esa villa, siendo perfeccionado en tres días, ha-
biendo recibido el presbiterado el 14 de marzo de 1813.
Por su competencia fue nombrado rector del Colegio
Seminario que la dirigió por largos años, después Pre-
bendado, Maestro de escuela, Provisor y Vicario Gene-
ral.

Fundada la Universidad de San Andrés de esta ciu-


dad en 1831, Indaburu fue su primer Cancelario. Mas
tarde gobernador de la I3iócesis desde 1834. Miembro
de la Junta de Gobierno de la República, durante la

ausencia de Ballivián. Electo obispo de la Diócesis de


La Paz en 22 de junio de 1843, consagrado en Sucre el
2 de noviembre de 1844. Gobernó apenas cuarenta y
cinco días. Falleció el ló de diciemibre de 1844.
Sacerdote de saber, amante de su patria, mediante
su influjo se fundó el Museo público en 1838, al que ob-
sequió una preciosa colección de diversos objetos perte-
necientes a los 3 reinos de historia natural, que con la-
boriosidad había reunido en varios años.
Indaburu D. José. —
Hermano menor del ante-
rior. Era cadete en el cuerpo de milicias. Consuma-
52
410 Diccionario Histórico del

da la revolución de julio, fue nombrado capitán de la

cuarta compañía de Granaderos con su teniente Manuel


Bilbao La Vieja y subteniente José Calderón Sanjinés.
En la noche del i8 de octubre en que su padre había
convocado a un consejo de guerra a los principales ofi -

ciales, pretextando pasar lista a su compañía, se dirigió

al cuartel donde por orden de su padre debían ser apri-


sionados como se realizó. Después de la
los patriotas,

desastroza muerte del autor de sus días perm.aneció


oculto hasta la llegada de Goyeneche. A la aproxima-
ción de la expedición argentina se retiró a Arequipa

donde permaneció largos años.


Infante D. Domingo.— Español, realista muy em-
pecinado que a la aproximación de los argentinos se es-
capó a Puno.
Iriarte D. Francisco Javier. -Natural de Galicia,
marino, que fastidiado de esa carrera llena de penali-
dades, desertó y se vino a esta ciudad, parece qne llegó
días antes de la revolución! Llamado al cuerpo de ar-
tillería aceptó ese cargo. Con motivo de la declaratoria

de guerra a Puno había salido un destacamento bajo las


órdenes de Sagárnaga a situarse en Tiahuanacu; en ese
intermedio llegaron los emisarios de Goyeneche con
pliegos para el Cabildo, lo que alentó a los realistas pa-

ra fraguar la contrarrevolución teniendo por cabeza a


Yanguas, en vista de esto Castro, Iriarte, se dirigieron
al campamento, acordaron penetrar a la ciudad con las

fuerzas allí existentes. Lo realizaron desconcertando


los planes de los antirrevolucionarios el día 13 de octu-
bre. Indaburu con siniestras intenciones convocó a un
consejo de guerra a los principales jefes de la revolu-
ción, los mandó aprisionar, entre ellos a Iriarte, que es-
tuvo a punto de perder la vida a no haber sucumbida
este de una manera trágica. Iriarte como los demás

presos, fueron puestos en libertad por Castro, se diri-


Departamhnto de La Paz 411

gieron al campo de Chacaltaya, de donde Iriarte volvió

a la ciudad el 20 y cometió algunos excesos, sa-


día
queando la casa de Indaburu, y extrayendo siete mil
pesos de la de Protacio Armentia. Castro en consejo
de guerra acordó retirarse a Yungas como lo efectuó
acompañándole Iriarte. De Chulumani con fecha 8 de
noviembre le escribió a Gregorio Umeres, anunciándole
que pasaban a Irupana a hacerse dueños de aquella pla-
za, insinuándole sostenga la suya, ahorcando al primero
que se presuma traidor. En el combate de Chicano-
ma dirigió la artillería, pronunciada la derrota, anduvo
errante por los montes, hasta que más tarde logró intro-
ducirse en esta ciudad. Goyeneche le juzgó en rebel-
día, siendo condenado a la pena de horca, la que se eje-
cutará, siendo aprehendido, y sacado de la prisión ignomi-
niosamente, arrastrado en un cerón por una bestia de
albarda. Murió el i P de febrero de 1811.
Iriondo D. Agustín.— Natural de la villa de Elgoi-

var, vino con su esposa María Josefa Allerdi y su hijo

José por el año de 1790 a establecerse en esta ciudad.


Iriondo D. José. —
Natural de Soria en Cuipuscoa.
Vino de capitán en el batallón Estremadura, cuando es-
te cuerpo regresó a la península se quedó en el país.

Casó con Juana de Dios Diez de Medina, en quien tu-


vo a María Manuela de los Reyes, esta casó con Matías
Ballivián y Juana de Dios Catalina, Eugenia que casó
con Juan María ZaUes^, José Tomás Francisco en i ?
de marzo de~l8oo. Muerta su esposa contrajo segun-
das nupcias con Josefa Pinedo en 25 de mayo de 1805.
Era capitán de ejército y primero de fusileros del bata-
llónde infantería.
Su hijo José fue un empecinado realista, que en la

República ascendió a coronel de ejército y fue prefecto

del departamento de La Paz en 1842, i874y 1879


412 Diccionario Histórico del

Irrazabal D. Pernando. — Viscaino. Casó en es


ta ciudad con Vicencia Hurtado. Era capitán de ejérci-

to, cuando los indios pusieron cerco en 1781 a La Paz.


Sostuvo su defensa con denuedo hasta que fue favore-
cida por Reseguín.
Irusta D. Ramón. —
Paceño, descendiente de anti-
guos caciques. Hijo de Esteban Irusta y Catalina Cár-
denas. Fue casado con Sebastiana Jiménez, natural
de Guaicho, en la provincia de Omasuyos,en quien tu-
vo a Rafael, Casimiro y Santiago.
Irusta D. Rafael — Nació en La Paz el 23 de octu-
bre de 1780: hijo del anterior. Contribuyó eficazrnen-,
te a la revolución de julio con la indiada. Debelada és-
ta por Goyeneche fue condenado a dos meses de arres-
to y extrañamiento perpetuo déla provincia, pero Irus-
ta temiendo los castigos del feroz arcquipeño huyó a las
montañas de Songo donde permaneció algún trempo.
Irusta D. Gásimiro-— Nació en La Paz el 4 de
marzo de 1779: hijo de Ramón Irusta y Sebastiana Alia-
ga Jiménez. Casado con Josefa Castro, viuda de Mar-
celo Vargas en 9 de abril de 1804. Los documentos de
esa época afirman que se le seguía juicio de uxorici-
dio. Como americano no fue indiferente a la libertad
de su patria, se alistó en la revolución de julio de 1809.
Después de la derrota de los patriotas fue tenazmente
perseguido por los realistas.

Después de la victoria de Aroma, a)'udó eficazmen-


te a ¡as fuerzas porteñas, levantando la indiada de
Omasuyos y Pacajes. Después del desastre de Gua-
qui, se dirigió a esta ciudad capitaneando a la cholada e
indiada. El 29 de junio de 181 1 a las dos de la tarde
se dirigió al donde se encontraba el
palacio de gobierno
gobernador interino Diego Quint Fernández Dávila, a
pedir el degijello de once españoles que horas antes ha-
Departamento de La Paz 413

bían sido conducidos presos y se hallaban en el Cabil-


do;más como se negase el gobernador, le dieron la
muerte más cruel, victimaron a un europeo más, luego
se entregaron saqueo de sus propiedades. "Si aque-
al

lla misma noche nose pone en marcha desde Viacha


para esta ciudad el general Francisco Rivero, hubieran
acabado con todo, parece que la intención de Irusta
era incendiarla y destruirla-'. Irusta no se desalentó a
la cabeza de sus indios se presentó por el lado de Pam-
iasi el 15 de agosto y le cercó, principiando la guerra
con kis mismas peripecias que en 1781; combates con-
tinuados, ataques a cada momento, incendios, en el
que quedaron reducidas a cenizas las casas de Ratón,
Pérez, Paula Montufar, Chuquimia, Grisueta, Tambo
de Harinas, Tambo de Quirquincho y muchísimos otros,
en especial las de los suburbios.
Los sostenedores de la causa real atrincherados y
fortificados en la ciudad, veian diariamente caer a'sus
compañeros heridos por la bala enemiga, atacados día y
noche, amenazados a ser despedazados si se tomaban
las fortificaciones, fatigados por el hambre que )'a hacía

sentir sus terribles efectos, creían perdida su causa, re-


signándose a la muerte. En este estado se hallaban
cuando el coronel Benavente que se había dirigido des-
de el Desaguadero a la cabeza de mil hombres en so-
corro de La Paz, encontró en su trayecto dificultades,
pues que su retaguardia estaba amagada por más de
diez mil indios, al fin llegaron a las manos el 26 de sep-
tiembre, siendo derrotados los indios, perdiendo más de
mil de los suyos. Al día siguiente ocupó Benavente
La Paz.
Los indios seguían en su temerario empeño, cuan-
do e! 18 de octubre llegó el segundo auxilio enviado por
Goyeneche desde Oruro al mando del coronel Lonibera,
fuerte de dos mil quinientos hombres, ocho piezas de
414 Diccionario Histórico del

artillería, ante estas fuerzas los indios levantaron el si-

tio replegándose a Pampjasi, donde fueron completa-


mente derrotados. Irusta se encaminó a dar encuen-
tro a las fuerzas argentinas, permaneció en sus filas, se
encontró en varios combates, alcanzó el grado de coro-
nel. Proclamada la República se restituyó a su país
natal. Falleció el 12 de febrero de 1830.
Isaura D. rrancisco Antonio de.— Natural de
Cartajena de Levante. Vino con el obispo La Santa;
fue su secretario durante su gobierno. En 1800 cura
de Laja, y desde 1805 cura de San Sebastián de esta
ciudad, desempeíiaba las ÍLinciones parroquiales, su
teniente Francisco Rodríguez. Cuando estalló la revo-
lución de 1809, enemigo acérrimo de los patriotas, lo

mismo, que su señor; cuando este se posesionó de Iru-


pana y levantó el pendón real, suscribió como secreta-
rio la sentencia de excomunión que lanzó a los patriotas

en 27 de septiembre de 1809. Isaura lo mismo que su


ayudante, se habían permitido licencias anti canónicas,
fueron depuestos a solicitud del pueblo, asi mismo el

Cabildo Eclesiástico a petición del secular, llamó a los


curas europeos bajo pena de suspensión. Isaura le si-

guió a su obispo a todas partes, le acompañó en Puno y


finalmente se volvió a España juntamente con el obispo.
IsGO Barradíin D. Miguel. — Catalán. Comerciante
en esta ciudad durante muchos años. Este capitán casó
con María Manuela Tarrasona La Torre, en quien tuvo
a Beatriz Ignacia en 15 de agosto de 171 1, Constansa
en ? de noviembre de 1712. Fue muy pacífico que
I

no tomó parte en los acontecimientos, más bien fue in-


clinado a los patriotas. Faíleció en 1719.
Iturralde 0. Juan femando.— Natural de Marqui-
na en el obispado de Calahorra- provincia de Viscaya;
hijo de Andrés Iturralde y Andrea Santo, Este capitán
vino por el año 1770, contrajo matrimonio con María
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 41 ^

del Carmen Diez de Medina en 1774. Habiendo falle-

cido su esposa, contrajo segundas nupcias con María


Gertrudes Machicao Góngora, natural de Sorata, en
quien tuvo a María Josefa en 19 de marzo de 1799, Ma-
nuel Ignacio en 30 de julio de 1800. Alcalde ordinario
del Cabildo en 1775 y en 1799; capitán de ejército en

1809. Militó en las filas realistas, perteneció a los ejér-


citos de Goyeneche y Pezuela, concurriendo a las ba-
tallas de Guaqui, Sipesipe, Viluma, hasta obtener el
grado de teniente coronel. Falleció en 1820.

Iturralde D. Manuel ISnacio.— Nació en La Paz el

30 de julio de 1800; hijo del anterior. Militó en las fi-


las realistas, ascendió hasta teniente coronel; fue síndi-
co. Después de Ayacucho, se entregó a la vida pacífi-
ca. Fue casado con Justina Arce, en quien tuvo a Ni-
canor, Zenón y Juana,, El primero médico, el segundo
artista y la tercera monja de las Concepcionistas..
íturraide D. Abeí.— Nació en La Paz el 1 1 de fe-
brero de 1869, hijo de don Zenón Iturralde. Educado
en el San Calixto, se recibió de abogado
Colegio de
muy joven, y fue diputado por Yungas y por La Paz.
Munícipe en varias ocasiones, desempeñando general-
mente el rol de Inspector de Instrucción, Muy dedicado
al estudio, es conservador por educación y convicción.
Tiene publicado un libro Cuestión de limites entre
Boliviay el Perú, sóbrela región de Canpolicán o zApo-
lohamha. Ha sido Oficial Mayor del Ministerio de Ha-
cienda e industria. Periodista distinguido y defensor
inquebrantable de sus ideas.
Iturri Patino D- rrancisco Javier.— Natural de
Cochabamba. Ingresó en la orden mercedaria, llenadas
las formalidades de su instituto fue ordenado de sacerdo-
te. Disgustado del claustro pidió su secularización, una
vez que la obtuvo pasó a desempeñar la sochantría de
4i6 Diccionario Histórico del
la Catedral de esta ciudad. Afiliado en los clubs revo-
lucionarios que trabajaban por la independencia, des-
plegó mucha actividad, concurrió a la junta que se reu-
nió en la casa de María Josefa Pacheco, a principios de
junio de 1809, en que se tomaron algunos acuerdos, lo

mismo que que se comprometie-


a la del 24 de junio en
ron bajo juramento llevar a cabo y defenderse mutua-
mente, a la del 20 del mismo mes en casa de Catacora
y ala del 12 de julio en la de Sebastián Figueroa, en
que se resolvió definitivamente el golpe, para el 16 en
la noche.
Realizada la revolución fue nombrado miembro de la

Junta Tuitiva, en que prestó importantes servicios.


Marchó comisionado a Cochabamba
a impulsar el mo-
vimiento revolucionario que secundase a La Paz; más
fue tomado preso en Tapacarí mediante denuncia del
oficial que le acompañaba Manuel Carrillo Albornos,
conducido preso y bien custodiado a Potosí, donde se le
organizó proceso por el intendente accidental Sebastián
Irigoyen, quien lo remitió preso a Buenos Aires; le hi-

cieron regresar de Córdoba para que fuera entregado a


Goyeneche que a la sazón se hallaba en esta ciudad,
donde le hicieron llegar el 6 de enero de 1810, pasado
inmediatamente a la cárcel. En la sentencia tantas ve-
ces citada, fue condenado a! presidio de las islas Filipi-
nas por diez años, en consecuencia conducido a la capi-
tal del Virreinato; pero habiendo sobrevenido la revolu-
ción de Buenos Aires en 25 de mayo de 1810, los pros-
critos encontraron su libertad en la ciudad de Córdoba.
Se incorporó en el ejercito argentino mandado por Val-
caree, en calidad de capellán de Dragones de infantería,

con el que ¡legó a esta ciudad a ver a sus antiguos ami-

gos, siguió las peripecias de ese ejército. Fue muy ac-

tivo, mandaba proclamas en quechua a los pueblos. Ha


Departamento de La Paz 417

dejado un diario de los primeros movimientos de la re-

volución que le fue secuestrado al ser tomado preso.


Con tenacidad persiguió a su denunciador por in-
demnización de perjuicios, como el acontecimiento de
Cochabamba dilatara el curso de la causa, en 7 de sep-
tiembre de 181$ ocurrió al alcalde Enlalceda solicitado

mandamiento de ejecución y embargo contra Anselmo


Sanz Valente, fiador de Carrillo por la cantidad de diez
y seis mil pesos, Parece que ha muerto en Salta.

Jaén D. Apolinar. — Natural de la villa de Oruro,


nacido por el año 1776, en su declaración afirma
tener treinta y cuatro años. Con su i sposa María
Cárriíen Rodríguez en 1806 pasó al pueblo de Coroico,
donde se radicó entregándose al comercio del rescate de
coca.
El subdelegado Victorio Lapzi le nombró capitán
comandante de los españoles de Coroico, en cuyo des-
empeño se portó muy bien y dio cumplimiento a las ór-

denes de aquél, que en 21 de octubre le ordenaba reco-


ger las armas blancas y de fuego, y prender a los espa-
ñoles.

La provincia de Yungas por su situación, topográ-


fica,se prestaba para una larga y heroica defensa como
lo había pensado Murillo, por la fragosidad de sus te-

rrenos, sus caminos difíciles, sus estrechos desfiladeros,


que con galgas arrojadas desde sus alturas podían des-
aparecer fuerzas respetables; sus caudalosos ríos, que
una vez inutilizados sus puentes, hacían imposible el va-
do a fuerzas enemigas; sus montañas elevadas y cubier-
tas de tupido bosque, 'en cuyas cimas colocados los de-
fensores de la patria no dejarían fácil acceso a los rea-
listas, en fin atacando sin ser descubiertos podían cau-
53
4i8 Diccionario H istórico del

sarles pérdidas irreparables, mucho más cuando la re-

volución contaba con una fuerza respetable, y le eran


adictos todos los indios de la provincia.
Lanza comprendió así, y su comandante Jaén lo

ejecutó con actividad, disponiendo fortificaciones en lu-


gares estrechos, levantando espaldones, previniendo
galgas en las alturas atrincheradas. Movió a los pue-
blos sirviendo con interés y celo a la causa proclamada.
Habiendo recibido orden de Lanza para dirigirse a Chu-
lumani, salió de Coroico el 24 de octubre con dirección
a esa capital a la cabeza de cincuenta hombres armados
y dos mil indios conducidos por el protector de natura-
les Francisco Pozo, así como los negros de esas hacien-
das. A las dos de la tarde llegó al campo de Ghicano-
ma, cuando el desaliento principiaba a apoderarse de los
patriotas después de un largo combate, su presencia
alentó a los atacantes y principió otra vez un combate ,

desesperado; apesar de esto fueron vencidos y se reti-


raron a Chulumani el 26 de octubre de i8og. Jaén
regresó a Coroico.
No cabe duda que los europeos procedían de mala,
fé contra la revolución.Por diligencias de Jaén y Li-
nares, el capitán Zapata, aüas Quenallata, había permi-
tido que los suyos decapitaran a Juan Zavalla; también
detenido a Antonio Ruíz, en Coroico Angelino Linares,
José María Portugal, Agustín Giraldo de Irupana, un
sujeto apodado curro y al capitán Miguel Guilarté. Afir-
ma Jaenque cuando fue a Pacallo, embarazó que dego-
pues que Zapata ya le tenía
llasen a Miguel Guilarté,
con la mano, poniéndole la puntería del
cabeza en la

trabuco contra Zapata, ordenando a los indios que los


presos fueran conducidos a Chulumani, dende fueron
desgraciamente sacrificados.
Después del ingreso de Castro a Yungas, Jaén es-
cribió ca-rtas llenas de verdadero patriotism.o a Lanza
Departamento dé La Paz 4\()

para que no desmayase y defendiese hasta el último la

causa, Hizo reforzar el punto de Chairo, las trinche-


ras galgas de Pacallo, dio otros encaraos sobre "el partí
cular a los comisionados Pozo y Jiménez. Habiendo su
frido el último descalabro la causa patriota en Irupana
en unión del cura Pedro Escobar se dirigió a Pacallo
juntamente con José Aguüar, Joaquín Castañón, Adria
no Zambrano, Diego Herrera, le suplicó dice él, al "cu

ra para que pudiera manifestarle a Goyeneche las bue


ñas disposiciones en que se encontraba para rendirse
pero parece que su ánimo fue defenderse hasta el últi

mo momento, para eso hizo forticdr el punto de Chairo


previniendo a Lanza y Castro tratasen de guardar las
entradas del lado de Chulumani. Se rindió, hizo la en
trega a Rufino Velcorme libremente, dice "no por temor
de la fuerza, pues que la noticia de la derrota de Lanza
en Irupana, se supo después de la rendición de Coroi-
co, el mismo Velcorme conoció que la tropa que llevaba
no era bastante para sujetarla a la fuerza de' Pacallo,
que contribuyó con lágrimas para que se rindiesen''.
Conducido preso a esta ciudad llegó el 27 de noviembre
a las dos de la tarde y fue pasado a la cárcel. Prestó
su confesión el 10 de enero de 1810 ante el comisiona-
do regidor José Mariano Castro. Condenado a la pena
capital, el que se realizó el 29 de enero de 1810.
Descolgado su cadáver, fue conducido a San Fran-
cisco y sepultado en su atrio, su cabeza enviada a Co-
roico para ser colocada en la plaza.

Jáuregui D. León Antonio —Limeño, estudiante


de la Universidad de San Marcos de su patria, en el
que fue graduado doctor en cánones y abogado de la
Real Cancillería de los Reyes. En 1780 vino a esta
ciudad nombrado visitador de las Cajas Reales, más co-
mo al año siguiente tuvo lugar la sublevación de los in-
420 Diccionario Histórico del
dios, no le fue posible hacer la visita, que lo realizó más
tarde.

Jerez Verdugo D. Manuel— Natural [de Sevilla:


fue uno de los vecinos más distinguidos de su tiempo,
asi como por, su fortuna. En 1609 fue regidor del Ca-
bildo, había salido fiador del cacique de Quiabaya Gas-
par Castaya^ como este hubiese muerto sin dejar bie-
nes tuvo que abonar una fuerte suma al fisco. Fue ca-
sado con Agustina Morales, nieta de uno de los funda-
dores de la ciudad, en quien tuvo a José Francisco en
ló de marzo de 1610. Murió en 1630.
Jiménez D. Damián. — Natural de Caracato. Se
estableció en esta ciudad juntamente con sus hermanos
Pablo, Marcos y Andrés. Fue casado con Ignacia Arra-
tia, aquí le nacieron Ambrosio Marianp en 8 de diciem-
bre de 17Ó1, Feliciano Bernabé en 12 de junio de 1769.
Pablo casó"Con Francisca Díaz, tuvo a María Bernarda.
Marcos fue esposo de Teresa Núñez, tuvo a Eusebio.
Andrés que casó con Mauricia Vásquez, tuvo a Fran-
cisco Manuel.

Jiménez D. Melchor.— Nació en Caracato de la

provincia de Sicasica hacia año 1767: hijo natural de


el

Tomás Rodríguez, y Tomasa Acoira y Valdez. La falta


de recursos de sus padres no le permitieron daf ins-
trucción de ninguna clase, no tuvo más déla que le su-
ministró el teniente de esa parroquia Feliciano Arnao.
Pasó los primeros años de su juventud entregado a
ocupaciones agrícolas. Llamado por su tío Marcos se
trasladó a esta ciudad, 'obtuvo el humilde puesto de ga-
ritero, que desempeñó durante veintitrés años en la
la

garita de Buenos Aires, nombre que fue dado al antiguo


de Potosí desde -la separación de los Virreinatos, bauti-
zo oficial que ha sido desechado, conservando hasta el

día su nombre primitivo de Potosí. Era designado en


Departamento de La Paz 421

el pueblo con el apodo de Phichitanka (gorrión) por su


andar lento y taimado.
Contrajo matrimonio en 8 de febrero de 1794 con
Maria Mercedes Cabrera, hija del cuzqueño Faustino
Cabrera: fueron sus testigos Mariano González, José
Cuentas y Juan Pablo Moya, de su enlace tuvo a José
en 25 de marzo de 1795,' María en i P de agosto de
1797, Miguel en 26 de octubre de 1799.
De carácter intrépido, ^emprendedor, se alistó en
las filas revolucionarias, c'oncurrió a la Junta que se
realizó el 12 de julio en que se acordó definitivamente
consumar la revolución siendo designado juntamente
con Graneros para sonsacar a los soldados del batallón,
embriagándolos.
En la madrugada del 16 de julio vigilaba las entfa-
das y salidas de la ciudad previniendo cualesquiera sor-;
presa, en la tarde conforme a su consigna se colocó a la
puerta del cuartel, se puso en acecho del centinela, es-
perando el momento convenido para ejecutar su plan
preconcebido. Apenas tocó en el reloj público' la hora
convenida, Jiménez se lanzó sobre el centinela para
desarmarlo abrazándole por la espalda, siendo derriba-
do por un fuerte culatazo que le asestó el soldado, re -

cibiendo una pequeña herida en la cabeza. Repuesto


de su sorpresa fue uno de los primeros que penetró al

cuartel, mereciendo por ese acto de patriotismo el ob-


sequio de un caballo.
La Junta Tuitiva le nombró comisionado para le-

vantar el partido de Sicasica en favor de la revolución.


Llenó su cometido de una manera satisfactoria, reco-
rriendo los pueblos de Mecapaca,Caracato, Sapahaqui y
Luribay. A su regreso fue nombrado comandante pri-

mer jefe de la artillería, teniendo 'por capitán a Pedro


José Gil y teniente a Gregorio Umeres, subtenientes Ma-
422 Diccionario Histórico del

nuel Sat^árnaga, Manuel Rivero, Mateo TuJeaca y José


Murillo, al que el comandante adscribió como capitán
agregado al teniente Montes.
Declarada la guerra a la provincia de Puno, se di-
rigió al punto de Tiahuanacu a la cabeza de su regi-
miento. A los conatos de la contrarrevolución fragua-
da por Yanguas, vino con la artillería en unión de Gas-
tro e Iriarte, los que lograron destruir al jefe de la sedi-

ción, tomándole preso en mañana del Í3 de octubre,


la

después de lo cual se retiraron al campamento de Cha-


caltaya.
Con siniestras intenciones Indaburu llamó a los

principales jefes a un consejo de guerra el 19 de octu-


bre, en que se trató Je entregar las fuerzas a Goyene-
che, siendo Jiménez opuesta a esa idea. En esa misma
noche consumó Indaburu su traición mandando aprisio-
nar a Jiménez y a otros patriotas, el que vio su vida
en peligro.
Destrozado Indaburu por las fuerzas de Castre, Ji-

ménez salió del presidio, siguió al ejército a su campa,


mentó de Chacaltaya. En el saqueo perpetrado des-
pués del triunfo: afirma en su declaración preventiva
"que no puede especificar qué personas intervinieron a
más de los cochabambinos". Regresó del Alto el día] 20
y se manifestó agriado contra todos los realistas, prome-,
tiendo vida a unos y amenazando con la muerte a otros,
siempre que no se presentasen en el Alto a impedir el

ataque de Goyeneche. Por orden de Castro extrajo


de la casa de Indaburu cuatro mil pesos que el finado
había retirado el día anterior de las Cajas Reales, cola-
boró eficazmente Mariaca en la organización de la poli-
cía a efecto de evitar las incursiones de las tropas insu-
bordinadas. Se retiró al campamento conduciendo el

dinero; asistió al consejo de guerra en que se acordó la

retirada a Yungas, Jiménez no siguió al ejército,se vino


Departamento de La Paz 423

a la ciudad, al día siguiente cuando Goyeneche hacia


su entreda en la población, no tuvo inconveniente a sa-
lir al alcance del jefe realista apesar de las indicaciones
del doctor Ruíz. Goyeneche enfurecido contra seme-
jante audacia que sin duda le fue comunicada por algu-
nos de los chismosos que no faltan en semejantes oca-
ciones, le mandó capturar al día siguiente a las nueve
de noche y le hizo conducir-a la cárcel.
la Prestó su
declaración preventiva el 27 de octubre de 1809, Y su
confesión el 23 de diciembre del mismo ano. Fue con-
denado pena capital y ahorcado el 27 de enero de
a la
iSio. Permaneció su cadáver hasta las seis de la tar--
de en la horca, hora en que fue descolgado y conducido
al templo de Santo Domingo y sepultado en su atrio.

En una publicación del aíio 1857, se encuentra que su


hijo Miguel falleció en 18 de junio en suma pobreza. Así
sucedió a todos los héroes y mártires de nuestra eman-
cipación que han sido relegados al olvido, sucumbiendo
en la pobreza y la miseria.

Jiménez de Urrea D- Jaime— Natural de Aragón.


Vino nombrado corregidor de La Paz en 1705. A la
aproximiación de este general se echaron a vuelo las
campanas, todo el vecindario en el que no debían faltar

los indios en traje de gala, salieron a darle alcance has-

ta el puente de Coscochaca, le acompañaron en medio


de una algazara de tocatas indígenas hasta su palacio.
En la vida monótona de la era colonial, la llegada de un
corregidor, de un obispo, eran los únicos días de movi-
miento. Dejó el puesto a principios de 1732.
Jiménez Av^rasturi D. Juvenal— Natural de Vi-
toria: hijo Jiménez Averasturi y Francisca
de Pedro
Rodríguez. Vino con licencia real en calidad de comer-
ciante. Casó con Josefa Toribia Lucero. Empecinado
realista que estuvo metido en todas las tramas contra-
rrevolucionarias contra el movimiento de julio. §uscri-
_424 Diccionario Histórico DEL
bió la sumisión a la Junta de Buenos Aires, Era con -

siderado como un vecino de mucho valer por ser espa-


ñol. A la aproximación de los argentinos se escapó de
La Paz.
Jiméney. D- PranGisco.— Lo único que sabemos de
este sujeto es que, fue bachiller en Medicina, muy esti-

mado en la localidad y que ejerció el cargo de protomé-


dico en 1732.
Jiménez Pintado D, José.— Natural de Chuluma-
ni, residió algún tiempo en esta ciudad. En 1805 fue
complicado en la revolución proyectada por Murillo,
aprisionado, pudo fugar mediante el alguacil Mariano
Graneros que le dio de mano, permaneciendo desde en-
tonces en la provincia de Yungas, entregado al rescate
de la coca. Después de la revolución de julio de 1809
don Victorio Lanza nombrado comandante de ese parti-
do, levaKtó la bandera revolucionaria, Jiménez fue co-
misionado a Chulumani para activar los trabajos, bajo
¿US órdenes y secundado por Pedro Barreda, Antonio
Fuentes Pabón, Miguel Pérez Patón, Mariano Laime,
Diego Tequeiros, el alcalde de indios Unibí, reunieron
gente, acrecentaron el número de los defensores de la

causa patriota. Con todas estas fuerzas pudo Lanza


dirigirse sobre Irupana, en cuyo punto el obispo La San-
ta sostenía la causa real. Jiménez se dirigió con los
indios con una columna de vanguardia a Laza para ata-
car Irupana. En el combate del 25 de octubre en Chi-
canpma, atacó Jimiéncz la trinchera de Santa Bárbara
defendida por Soliz, obispo y los clérigos constituidos
el

en militares. Después de esta derrota siguió a Lanza,


el que en compañía de Castro fueron nuevamente de-
rrotados. Conducido preso a esta ciudad, su esposa
María Endara no encontró un abogado que le defendie-
ra «porque la causa de los pobres no tenía justicia».
Por sentencia ya citada fue condenado al presidio de I9S
Departamento de La Paz 42^

islas Filipinas por seis anos, en consecuencia el 7 de


marzo mismo año salió desterrado con dirección a la
del
Argentina, en Córdoba alcanzaron la libertad. Siguió
Jiménez con otros camino hasta Buenos Aires, después
se incorporó en las fuerzas argentinas peleando en Gua-
qui, Sipesipe y otras funciones de armas. Más tarde
se incorporó en los guerrilleros del general Lanza, a cu-~
yo lado siguió combatiendo eficazmente. En 1813 en
unión de Delgadillo hacía sus correrlas en el pueblo de
Araca, siendo sorprendido Pintado fue decapitado, y su
cabeza conducida a esta ciiidad, la hicieron llegar el 16
de noviembre de, 181 3: fue puesta en el alto de Quilli^
quilli. Su compañero que no había seguido igual suer-
te, conducido a esta ciudad, fue arcabuceado en la tarde
del día 6 de diciembre del mismo año.

Jinez D. Jacinto.— Este capitán español, avecin-


dado en LaPaz, contrajo matrimonio con una Pérez
Renjifo, en quien no ha tenido descendencia. Comer-
ciante de mucha consideración, alcalde ordinario del Ca-
bildo en 1664. Murió en 1673.
Juárez de Victoria D. Greáorio.— Alguacil ma} or
de la ciudad en i(fo9,desempeñó su cargo con mucha ac-
tividad, secundó eficazmente al corregidor Dionisio de
Portugal, en los trabajos materiales que emprendió en
la población.
D José Antonio.— Natural de vi-
Juaristi Eguino
lla en Guipuscoa: hijo de Jos^Ignacio Jua-
Ascoitia
risti y María Teresa Viviana Urquisa Aranzabal. Se
estableció en La Paz por el año 1774. Contrajo matri-
monio con María Vicencia Ortiz Foronda, hija del alfé-
rez real Tadeo Foronda, en 13 de abril de 1778. Muer-
ta su esposa contrajo segundas nupcias con Magdalena
Miranda, en 1785. Este capitán ascendió a maestre de
campo, en 1778 fue alcalde de la Santa Hermandad, al-
calde ordinario. del Cabildo en 1796. Falleció en 1800.

54
o

426 Diccionario Histórico del

Juaristi Eguino D. Francisco Javier.— Hermar


del anterior, que llegó a La Paz, poco tiempo después
de su hermano. Casó con María Antonia Diez de Me-
dina, hija de Tadeo Diez de Medina caballero 24 y An-
tonia Solíz en 27 de abril de 1784, en quien tuvo a Vi-
centa en 15 de abril de 1785. Francisco era muy de
voto de Nuestra Señora de la Asunción, hizo algunas
mejoras en lá iglesia de San Sebastián, para lo cual re-

cogía limosnas todos los días jueves. El costeaba las

ceras para el quincenario que se celebraba en honor de


la imagen de María. Murió en 1800.
' Juaristi Equino doña Vicenta.— Nació en La Paz
el 15 de abril de 1785. Hija del anterior. Educada de
una manera esmerada, muy especialmente en los prin-
cuya enseñanza conservó hasta los
cipios de la virtud,
últimos momentos de su vida. Casó con el español
Rodrigo Flores Picón, que apesar de su carácter de pe-
ninsular abrazó la causa separatista. Muerto su espo-
so contrajo segundas nupcias con Mariano Ayoroa, de
quien se separó por su realismo muy marcado. -

Comprendiendo que valían los nobles principios


lo

de libertad e independencia, ccmensó a trabajar activa-


mente, halagando a los soldados, a los hombres del [)ue-
blo, para que hicieran lo posible para sacudir sus cade-
nas, tanto pudo sus prédicas que logró abundantes fru-
tos. Uno de sus sirvientes acompañó a-Graneros en la
toma del cuartel en la noche del 16 de julio de 1809.
Debelada la revolución por Goyeneche, sindicada como
insurgente, condenada a pagar una multa de seis
fue
mil pesos y desterrada al Cuzco.
Regresó al país después de haber pagado una suma
considerable de dinero que le impuso Ramírez para ves-
tir al batallón de la Reina. El destierro no amortiguó

^u alma de patriota más bien la retempló, continuó en


sus trabajos con más tesón y ardor, El año 1811 ha-
Departamento d e La Paz 427

hiendo llegado el ejército argentino mando del gene-


al

ral Balcarce, en cuyas filas venía su hermano Pedro,


entonces halló ocasión brillante para animarlos y amo-
nestar a sus paisanos para que pelearan y combatieran
al enemigo con valor, si posible hasta sucumbir. Des-
pués de la derrota de Guaqui, fatal a los patriotas, tuvo
otra vezque tomar el camino de peregrina, situándose
en quebradas del Rio Abajo donde levantó la india-
las

da en Sapahaqui, ejecutó acciones de valor, salvó a Ca-


racato de una sangrienta hecatombe.
Ayudó poderosamente a Pinelo en 1814 a tomar la

ciudad, rendir al soberbio gobernador Valde Hoyos, pa-


ra lo cual se puso de acuerdo con el hijo de Simona
Manzaneday que lograron reu-
otros artesanos patriotas,
nir a toda la plebe paceña, ayudar a los cuzqueños de
una manera valerosa y enérgica en la toma de la plaza.
Esta acción, como otras muchas, tuvo brillo pasajero,
la saña realista se manifestó terrible, sangrienta contra
los patriotas. Denunciada al feroz Ricafort como una
de las más activas partidarias de la insurrección, fue
condenada a inuerte, sumida en un horroroso calabozo,
donde sufrió los más inhumanos tratamientos, escuchó
la sentencia de muerte con estoica indiferencia. Las
súplicas y ruegos de sus deudos, así como de otras per-
sonas influyentes, como también en consideración a lo

ilustre de su familia, determinaron al Virrey de Lima, a


conmutar la pena de muerte en una crecida multa y su
destierro perpetuo al distrito del Cuzco.

Las persecusiones y los sufrimientos lejos de aban-


donarla no hicieron sino darla más aliento, así burlando
las persecuciones de sus verdugos, logró internarse a
los Yungas, cuando hubo un poco de tolerancia bajo el

gobierno de La Serna se constituyó a esta ciudad.


Cuando el general Santa Cruz vino en 1822 con el ejér
cito de intermedios, tomó a sus dos hijos José y Félix,
428 Diccionario Histórico del
un pequeño resto de sus colonos, marchó a Laja a pre-
sentarle al general: «Señor, le dijo, en la estrecha si-

tuación a que estoy reducida, aún tengo estos dos hijos


y esos pocos hambres que pueden empuñar una arma,
un solo tiro que den, una sola herida que hagan por el
triunfo de la causa de mi corazón, satisfarán los deseos
de mi alma». Ellos llegaron a realizarse en la brillante
jornáda.de Ayacucho.
Cuando Bolívar visitó La Paz en 1825, el pueblo
le preparó una recepción digna de tan ilustre general.
En el puente de Coscochaca se había colocado una ele-

gante portada, doce ninfas custodiaban la entrada. Lle-


gó Bolívar, la abrió con una llave de oro, y doña Vicen-
ta le pronunció un discurso. Viendo cumplidos sus de-
*seos se entregó a la vida privada. Había perdido su
fortuna, su salud se hallaba quebrantada, pero en cam-
bio le recompensaba la estimación y la gratitud de un
pueblo. Con una afección al pecho, a la edad de se-
tenta y tres años falleció el 14 de marzo de 1857. En
su entierro se le hicieron honores militares.
Su hijo Pedro murió en Chile al salir de Casas Ma-
tas y Félix ascendió a coronel en la República.
Juano D- Diego.— Viscaino, sus paJres le tragieron
de la península ya joven, hizo sus estudios en el Cole-
gio Seminario, se ordenó de sacerdote en 28 de octubre
de 1805. En el último concurso celebrado por el obispo
La Santa obtuvo el curato de Calacoto, cuando ejercía
esas funciones tuvo lugar la revolución de julio de 1809.
Como realista no simpatizó con ella, la desvirtuó eri sus
prédicas en la clase indígena: calificando a sus autores
de herejes,enemigos de Dios y "del Rey. Más tarde
cuando armas argentinas venían triunfantes a situar-
las

se hasta el Desaguadero, se fugó a Arequipa y La San-


ta le amejoró en otros curatos de la provincia de Chu-
CUito,
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 429.

Krámer D. Pedro — Nacido en La Paz, hijo de un


laborioso alemán. Abogado, profesor, diputado nació -

nal, secretario de la misión ante el gobierno del Brasil,


donde falleció en temprana edad. Estudioso, contraído

y muy laborioso, tenía en preparación la Historia de So-


livia, que apenas vio la luz pública el primer volumen.

Lafita D Vicente.— Natural de Sevilla, hijo de


Pablo Lafita y Rita Leonor Escalera Oblo Cezarrero.
Nombrado corregidor de La Paz, tomó posesión de su
destino el 14 de febrero de 1766. Trajo a su esposa
Josefa Juana Díaz del Castillo Armendola Ezpinosa.
En esta ciudad le nacieron Francisco Vicente Antonio
Luciano (3ertrudes Mariano en 12 de diciembre de 1768,
Vicente Francisco Javier José Mariano Tadeo Rita
Gertrudes Rafael en 4 de diciembre de 1770, María Pe-
trona Gertrudes Juana Antonia Vicenta Ana- Francisca
Josefa Lorenza en 18 de enero de 1772, María del Car-
m.en Fernanda del Espíritu Santo Petrona Josefa Ger-
trudes de la Santísima Trinidad Juana Rafaela Micaela
Vicenta Antonia de Todos los Santos en 31 de mayo de
1773, Juan Benito Francisco Paula Leonardo Rojas Ger-
trudes Vicente José Joaquín Ana en 3 de abril de 1775.
Era teniente de navio de la Real Armada, teniente
de capitán general, alcalde mayor de minas, registros y
correos. Bajo su gobierno tuvo lugar la expulsión de
los jesuítas de los dominios españoles, mandada por real

cédula de 27 de febrero de 1767. dado por Carlos III

bajo el ministerio del Conde de Aranda,


El Virrey había ordenado que esta medida se lleva-
se a efecto en" la jurisdicción de la Audiencia de Char-
43Q Diccionario Histórico del
cas el 4 de septiembre de 1767, en un mismo día y a una
misma hora. El corregidor habiendo recibido la orden
real que le comunicó el Virrey, en la noche del 4 de

septiembre después de la queda conferenció con el obis-


po Campos; llamó al gallego general José Eva Villamu-
rosy le ordenó se pusiese a la cateza de las fuerzas,
asímismo fueron llamados en esa misma noche con el
mayor sigilo algunos vecinos notables, a quienes les
comunicó la voluntad real. Puesta la tropa sobre las
armas, destinó piquetes para que recorriesen la pobla-
ción, puso centinelas al rededor del Colegio, para inter-

ceptar toda comunicación y asegurar el que se fugase.


Tomadas estas precauciones volvió a llamar a algunas
personas de su confianza, les reveló el secreto, el rigor
del mandato real y les ordenó impusiesen el más mudo
silencio en el vecindario. A las dos de la mañana en
profundo silencio marchó el corregidor a la cabeza del
destacamento al Colegio, llegado a la portería, con pre-
textos ordinarios, hizo abrir la puerta, una vez adentro,
llamó a la comunidad y les intimaron la orden real.

Fueron presos el rector Miguel Lince, español, once


padres, de estos cinco eran americanos, tres hermanos
coadjutores, de estos dos americanos y un donado pa-
ceño. Conducidos vía Arequipa fueron transportados en
la fragata "Concordia".
Al amanecer hubo cuchicheo en el vecindario, pero
ante la fuerza del mandato del soberano todos enmude-
cieron.

El corregidor asociado de los dos alcaldes ordina-


rios, tomó prolijo inventario de las alhajas, librería, en-

seres, esclavos, en fin de todo lo que existía en la ex-


tinguida compañía.
En Obrajes, propiedad exclusiva de Ijs jesuítas,
donde tenían telares, batanes, etc., practicó igual dili-
gencia. Las fincas: Tirata, Yaricachi, Calacoto, Chajá
Departamento de La Paz 431

y otras \aliosas propiedades fueron puestas en adminis-


tración. El vecindario yungueño, pidió al gobierno que

con el producto de esas propiedades se estableciese un


colegio.

La custodia que debió ser hermosa y valiosa, fue


cedida a la Catedral, así como algunos vasos sagrados

y paramentos a algunas iglesias pobres.

de 1773 se publicó por bando, con


El 15 de octubre
la solemnidad acostumbrada, la cédula real de 10 de

mayo de 1770, después de su tramitación en la Real


Audiencia, para que se fomente la enseñanza del idio-

ma castellano a ios indios, para que desaparesca el ay-


mara y quechua, para lo cual los"patrones no dirigieran
una sola palabra en dichas lenguas a los sirvientes y
domésticos, y estos jamás contestaran en sus idiomas
nativos''. Inocencia de la Corte de Madrid, que quería
hacer desaparecer los idiomas indígenas con solamente
una orden valida, como todas las que daba España. El
protector de naturales Acebedo, opinó por el estableci-
miento de escuelas, que jamás llegó a realizarse.
Este corregidor dio una suma considerable para la

construcción del segundo templo de San Francisco. De-


jó el puesto el de 1774 y murió a fmes de
30 de julio
1775. Su esposa dejó de enero de 1779.
existir el 8 de

Lagares Victono.— Potosino. Vino con su esposa


Eulalia Rosales, natural dela misma villa, y estable-
cieron una casa de comercio. Habiendo fallecido este
comerciante la viuda seguía con sus negocios, cuando
en la noche del 18 de noviembre de 1817 fue asesinada
por unos ladrones, que después de victimarla le robaron
todas sus cosas, esto sucedió en la calle del Comercio.
El gobernador Sánchez Lima hizo todos los esfuerzos
necesarios para dar con los ladrones, pero no pudo con-
seguirlo.
432 Diccionario Histórico del

Landaeta Hipólito.— Nació en La Paz el 13 de


agosto de 1780:iiijo de Manuel Landaeta y Teodora Ja-

randina. Casó con Narcisa López, hija de Baltazaí


López y Buenaventura Romero en 29 de octubre de
1804, de cuyo enlace tuvo a Ignacio en 30 de julio de
1805, esta llegó a casar con Hilarión Ordoñez en 5 de
juliode 1823, María de la Concepción en 7~*de diciembre
de 1806, Mónica en 3 de ma\o de 1810. Patriota que
concurrió a la junta que se celebró en 12 de julio. En
la noche del 16 de de 1809, después que había ter-
julio

minado el.reso del trisagio en la iglesia de la compañía


por el capellán Ignacio Heredia Torres, los grupos acau-
dillados por Graneros, que se habían reunido en su bi-
llar compuesto de Landaeta, Quinteros, Pantigoso, un
alias Viciula, se aproximaban al cuartel, esperaban que
la concurrencia femenina a la devota costumbre, pudie-
ra alejarse del templo, cuando la plaza se vio vacía de
señoras, tomaron fácilmente el cuartel. Instalado el

Cabildo abierto, entre otras cosas pidió el pueblo que


se quite al administrador de correos y se ponga en su
lugar a Pedro Cossío; concedido que fue por Cabildo,
se presento inmediatamente el europeo Francisco Arce,
pasó escoltado de soldados a la administración, la que
no tuvo efecto por hallarse ausente el administrador;
llamado el interventor Veintemillas^ per hallarse enfer-
mo envió a su hijo Pedro, los soldados que lo conducían
lo llevaron al cuartel, donde Landaeta le trató con toda
aspereza. Fue activo y enérgico, por lo que mereció
ser nombrado teniente de Granaderos de la primera
compañía, teniendo como subteniente a Francisco Borja
Arce. En el Cabildo del 12 de septiembre pidió el pue-
blo que seis individuos de su confianza, se apersonasen
ante el cuerpo capitular para exponer sus razones con
respecto a la declaratoria de guerra a Puno, se presen-
taron incontinente Castro, Landaeta, Cossío, Arias,
Departamento de La Paz 433

Ordoñez, los que expusieron que se declarase la guerra


inmediatamente a la provincia de Puno, por iiaber in-
troducido armas, tomado Copacabana, proposición que
fue apoyada por Orrantia, Veamunguía, Indaburu, Me-
dina )' Sagárnaga, con excepción de Loayza. Sometida
a votación, resultó mayoría por h la guerra, la que se
declaró solemnemento por bando.
Landaeta salió con las fuerzas hasta Tiahuinacu,
tuvo parte en todas las acciones que se realizaron, has-
ta la derrota de Irupana, después de la cual se asiló en
las montañas.Fue condenado a diez años de presidio
en las islas Filipinas. Se incorpoió en el ejército ar-
gentino y siguió combatiendo a los enemigos de su pa-
tria. Después de Ayacucho se restituyó a su país na-
tal. Falleció atacado de una fuerte fiet)re en 7 de oc-
tubre de 1843. Su esposa había dejado de existir el
I ^. de noviembre de 1822.

LandetaD. Miguel.— Natural de Asturias. Nom-


brado corregidor de la provincia de Lampa en 1748, te-
nía el grado de teniente coronel. Con motivo de la su-
blevación indigenal se asiló en esta ciudad, prestó im •

portantes servicios durante el largo asedio, por cuyos


servicios alcanzó el grado de coronel. Fue regidor del
Cabildo paceño, casado con Teresa Ceganera, la que
falleció el 11 de agosto de 1781, al dar a luz un niño.
El general murió en 1790.
Landaeta D. Juan.— Nacido en Arica, hijo de
Francisco Landaeta y Bernavela Suárez. Vino nom-
brado corregidor de la provincia de Omasuyos, termina-
do su período se radicó en esta ciudad. Alcalde ordina-
rio del Cabildo por dos veces. Hombre sumamente vir-
tuoso, caritativo, compasivo con los padres; acaudala -

do y rico, fue el fundador del templo de San Juan de


Dios, cuya construcción principió el 9 de marzo de 1736,
55
434 Diccionario Histórico del

para cuya obra contribuyó con sumas considerables, asi


como la cal y piedra, hasta su conclusión. Fue casado
con Silveria Almonte, en esta ciudad le nacieron Maria
Nicolasa en 5 de septiembre de 1725, Gabina en 24 de
octubre de 1741. Pasó de corregidor de la villa de Oru-
ro, donde falleció en 1754. Sus restos fueron traídos
a estay depositados en la bóveda del templo que había
fundado.
Landae^.a D. Martín.— Nacido en Arica, hijo del
general Juan Landaeta y Silveria Almonte. Estudió en
la Universidad del Cuzco, donde se graduó de doctor.
Se decidió por el sacerdocio, recibió los grados menores
en r736,ordenándose de sacerdote al año siguiente. Cura
de Ambaná durante doce años, de Santa Bárbara de esta
ciudad en 1741, Rector del Colegio Seminario en 1769,
Prebendado de este coro, opositor a la canongía magis-
tral, consultor del Santo oficio, comisario, juez apostóli-
co de la Santa Cruzada, arcediano. Gran benefactor
de los juandedianos, así como del hospital .' Construyó
a su costael hermoso altar mayor de la iglesia, todo de
madera de cedro, perfectamente dorado.
Fue bastante rico,|joseyó las siguientes propiedades:
una casa en la plaza principal (cuartel militar), una cha-
carilla en las alturas de San Fraficisco y las fincas Chu-
rubamba, Saimbaya, los Molinos de Tuntunani, Cari-

quiña, Cutini, Calacala y otras.


Dejó treinta y nueve mil pesos para las obras pías
de la iglesia de San Juan de Dios y el hospital. Murió
en 1790.
El arcediano tuvo tres hijos naturales Micaela, ha-
bida en Esperanza Luna, la que casó con Pedro Miguel
Burgoa y tuvo a su hijo Mariano Burgoa, Ventura Cal-
derón y Catalina Landaeta,
El cuartel militar, propiedad del Arcediano: era una
Departamento de La Paz 43^

casa de dos pisos, en la plaza principal con seis tiendas,


el piso superior con siete ventanas, la del centro con
balcón y balaustrada de fierro. Las tiendas de los es-
treñios con salida a altitosindependientes. El edificio
valía veintidós mil pesos.
El gobierno arrendó esta casa para que ocupara el

escuadrón de Granaderos el 7 de febrero de 1793, sir-

viendo la primera tienda de la salida a la derecha de


prevención. No hubo en la ciudad cuartel ninguno
para tropas.
Este edificio, a cuyo lado se hallaba la casa del
deán Zarate (calle Bolívar) fue arrancada desde los ci-
mientos en la explosión del 28 de septiembre de 1814.
Juan Landaeta, hijo del general, fue casado con Jua-
na Evia, en quien tuvo a Tomás Antonio en 2^ de di-

ciembre de 1764. Benedicto Landaeta, casado con Ma-


tiasa Padilla, tuvo a- Manuel en i6ó8.

Landavere D. Pedro Ángel de— Este capitán es-


pañol en 1755 contrajo matrimonio con María Teresa
Paredes, en quien tuvo a José María en 5 de junio de
1773 Llegó a ser uno de los vecinos más notables,

por su fortuna, así como por sus prendas personales.


Alcalde ordinario del Cabildo en dos ocasiones.
Murió el 13 de septiembre de 1767.
Landavere José María —Nació en La Paz el 5 de
junio de 1773: hijo del anterior. Estudió en la Univer-
dad de Chuquisaca, donde obtuvo el grado de doctor.
En 1805 estuvo afiliado al movimiento revolucionario
preparado para ese año, pero como ella abortase, pudo

librarse mediante influencias y dinero ante el asesor


Dávila. En la noche del 18 de julio de 1809, resaba el
rosario en la Compañía, al oir los primeros toques de
arebato, la algazara del pueblo se dirioió a su casa y se
encerró en ella. Era de sentimientos netamente realis-
tas, apesar de esto, en 18 de julio fue incorporado como
436 DICCIONARIO Histórico del

uno de los miembros adjuntos al Cabildo. En 24 del


mismo mes se dirigió a su finca situada" en el Río Abajo,
en unión de Yanguas, acompañando al obispo que sa-
lía como desterrado, de donde regresó más realista em-
pecinado. Declarada la guerra a la provincia de Puno,
salieron las fuerzas a situarse al punto de Tiahuanacu,
de la ausencia de estas tropas se aprovecharon los sos-
tenedores del Rey para tramar una contrarrevolución,
en cuyo complot se hallaban en primera línea. Landa-
vere, Chirveches, Marqués de La Plata. Efectivamen-
te en la noche del 12 de octubre estuvieron reunidos
los realistas, en las casas de los expresados al amanecer;
pero viendo que Castro volvía con las fuerzas se diri-

gieron a la calle de San Agustín donde esperaron el re-


sultado, atacada la casa de Yanguas por las fuerzas pa-
triotas, Landavere se asiló en el convento de San Agus-
tín, de donde logró fugarse el mismo día, dirigiéndose
al Río Abajo, donde permaneció hasta la ocupación de
Coyeneche.
A la aproximación de Castelli, habiendo convocado
Tristán al vecindario a una reunión, que tuvo lugar el
16 de noviembre de i8ío, suscribió el acta de subordi-
nación a la Junta de Buenos Aires. Escapó a Arequi-
pa y se puso al lado de Goyeneche. Abascal le libró

despachos de teniente coronel de milicias en 24 de no-


viembre de 1813, confirmada por el Rey, además
lo hizo teniente coronel de ejército. En 31 de diciem-
bre de 1812, fue nombrado alcalde de primer voto del

Cabildo, ya entonces era comandante de la Concordia


española. Ramírez después de haber derrotado a los
cuzqueños en Achocalla, cuando ingresó a esta ciudad
le nombró gobernador interino de La Paz en 5 de no-

viembre de 1714, y a! retirarse le dejó una compañía y


cuatro piezas de artillería. De carácter suave, blando,
le llaman unos, tenía repugnancia cometer excesos,
Departamento dé La Paz 437

sacar empréstitos forzosos; pero Urcullo dice: "que Lan


davere y su asesor Pablo Gutiérrez, indicaban al feroz
Ricafort las personas que se reputaban patriotas, y aún
designaban las calles o plazas en que vivían". A este
gobernador le enviaron la cabeza ensangrentada de Es-
quivel; esos actos de salvajismo indignos de la nación
goda, fueron durante la guerra de la independencia fre*
cuentes, a cada paso. • Dejó el mando el 26 de octubre
de 1816. Murió el 8 de febrero de 1827, fue sepulta-
do en Carmen.
el

Larrea D. Martín.— Nació en La Paz el 4 de no-

viembre de 1782: hijo de Juan Ignacio de Larrea corre»


gidor de Pucarani, español y Bernardina de Torres,
Estudió en el Seminario y recibió el sacerdocio el 22 de
diciembre de 1807. Este sacerdote desempeñaba la cu-
ra de almas en Irupana cuando tuvo lugar la revolución
de 1809. Llamado el obispo La Santa desde Millocato
por Cárdenas, Revuelta y el cura Larrea. Se dirigió a

a ese pueblo donde levantó estandarte real y se for-


el

tificó para resistir a los patriotas. Larrea fue nombra


do capitán de ese ejército, le desempeñó varias comisio-
nes al obispo; en el combate del 25 de octubre ocupó el

lado izquierdo de la bandera y el obispo la derecha,


combatiendo con toda tenacidad en favor de la causa
Real. El nos hace sabir de las dotes militares
del obispo La Santa, llevada hasta la exageración. La-
rrea estuvo algún tiempo al lado de su señor. Median-
te el general Santa Cruz fue cura de la Catedral en
1830, Prebendado en 1834. Murió en 1837.
Larrea D. Macedonio. — Nacido en Chuma de la

provincia de Muñecas. Estudió en el Colegio Semina-


rio. Ordenado de sacerdote desempeñó algunos cura-
tos como Laja, Corocoro. Prebendado de la Catedral,
cargo que renunció. Secretario del Vicario Capitular
Machicado, Organizada la Sindicatura apostólica, para
43^ Diccionario Histórico del ^

la reconstrucción del viejo edificio del monasterio de la

Concepción, Larrea, trabajó hermosos edificios de


los
las calles Ingavi y Comercio, que presentaban antes
un aspecto repugnante. Chantre y Vicario Capitular
a la muerte del obispo Peña. Al presente es obispo
e'ecto de la Diócesis.
D. Justinlano José.— Viscaino.
Latorre Este
maestre de campo se encontraba en La Paz en 1661,
era casado con Luisa del Rivero. Había comprado en
Lima la vara de regidor. Falleció en una edad muy
avanzada en 1690.
Laredo D. Juan José.— Este español que tenía
una pequeña tienda de comercio^ fue uno de los realis-
tas acérrimos que trabajó en contra de la revolución de
julio. Recomendado ante Goyeneche como leal, buen
servidor del Rey. Murió el 20 de enero de 1821. Ha-
bía permanecido siempre soltero.

Leaño D. Pedro.— Nació en La Paz el 29 de ju-


nio 1780: hijo de AlejoLeaño y Melchora Ortega. Ca-
só en 21 de agosto de 1809 conAngela Dorado. Era
primo hermano de José Cordero, aquel famoso patrio-
ta, que fue la primera víctima de la revolución. Estu-
vo siempre al lado de Murillo,
que fue su abogado.
Cuando este fue nombrado comandante le desempeñó
la secretaría. Después de la revolución de julio, orga-
nizó como capitán una compañía de voluntarios, siendo
su teniente Felipe Umeres, y subteniente Pedro José
Yáñez de Montenegro. Prestó sus servicios a la revo-
lución con todo esfuerzo, cuando ésta fueíahogada por
Goyeneche, fue condenado a cuatro años de presidio en
el socavón de Potosí y extrañado perpetuamente de la

provincia. El 7 de marzo de 1810 fue conducido preso


a su destino, pero la revolución de Buenos Aires abrió
las cárceles a todos los proscritos, se vino a La Paz.

Se incorporó en las fuerzas de Castelli, combatió en


DEPART AMENTO DE LA PAZ 439
Guaqui y Sipesipe. Mas tarde volvió a La Paz, con-
trajo matrimonio con Juana Cordero. la Re
Instalada
pública, gestionó ante la Corte de Chuquisaca la resti-
tución de los bienes de Murillo, que hablan sido secues-
trados, y los reclamaba María Manuela Duran Concha
para sus hijos.

Ledesma Geballos D rrancisGO— Natural de


Tucumán (Argentina); hijo del maestre de campo Fran-
cisco Ledesma Jaime Ceballos. En esta ciudad contra-
jo matrimonio con Estefanía Salgado Aracejo, dama no-
cuna y fortuna, de cuyo enlace tuvo a Isa-
table, por su
bel Leocadia en 21 de
julio de 1706, siendo su padrino

su abuelo Martín Salgado Aracejo, Josefa Narcisa en 9


de enero de 1709, le Ile\ó a la pila el geiieral Francisco
Medina, esta llegó a casar con el general Guillermo Or-
tiz Foronda, María Luisa en 11 de septiembre de 1712
siendo padrino el alférez Real Fausto Aldunate Estrada

y su esposa Francisca Salgado Aracejo, María Francis-


ca Fausta Teresa en 6 de octubre de 1719, siendo su
padrino Gabriel Aldunate. El maestre de campo Le-
desma fue propietario de Coscapa en Larecaja y otros
fundos valiosos. En 1720 era alcalde ordinario k.\c\ Ca-
bildo, y tambiém teniente de corregidor, en ese carac
ter desempeñó el puesto de justicia mayor o sea corre-
gidor interino de la ciudad, desde octubre de 1708 hasta
febrero de 1709, Murió de más de sesenta añns el 30
de julio de 1735.
Lenz D. Benjamín.— Nació en La Paz en 1836. Se
recibió de doctor en leyes en 1865. Durante algún
tiempo se consagró a la instrucción como director de un
colegio particular y después rector del colegio Ayacu-
cho, consejero de la Universidad, diputado nacional a
los de 1863 y 1864, prefecto de Mejillones
congresos
por dos veces, prefecto del Beni, oficial mayor del Mi-
nisterio de Relaciones Exteriores, Cónsul general en el
440 Diccionario Histórico del

Brasil. Coronel de ejército, ayudante general del Mi-


nisterio de Guerra; fue herido en el ataque del palacio
el 12 demarzo de 1875. Desempeñando la prefectura
del Beni. Murió en 1880.
Ha publicado un volumen de poesías con el título:
(^Flores de un día», y muchas otras de su talento poé-

tico. Consagrado al arte dramático ha escrito las siguien-

tes piezas: ^mot'j Celos y 'Vengan^ay El hijo natural,


Borrascas del corazón, La mejicana y el Guante negro,
que lo puso en verso.
Leiva D. Dle^o. — Natural de Madrid. Sacó en re-
mate público el cargo de alférez real de esta ciudad en
1662, por la sum.a de mil quinientos pesos. Fue casado
con Francisca Riva Tornero, en quien tuvo a su hijo
Diego en 8 de noviembre de 1665. Murió sumamente
viejo en Mecapaca.

Leiva D. Luis. —
Nació en La Paz el 6 de octubre
de 1801. Muy joven abrazó la causa de la patria incor-
porándose en el ejército argentino en calidad de cadete,

concurrió a las batallas de Viluma y otras acciones im-


portantes. En la República desempeñó algunos pues-
tos.

Lemus D- Juan. — Natural de Viscaya. Vino a


establecerse en esta ciudad por año 1700, formó su
el

hogar casándose con Melchora Arévalo, de quien tuvo


a Luisa María en 10 de octubre de 1703. Dedicado al
comercio llegó a adquirir regular fortuna, llegando a ser
uno deJos vecinos más acomodados, desempeñó el car-
go de alcalde ordinario. Su casa se hallaba situada en
la calle Riverilla, contribuyó eficazmente al ensanche y

arreglo de esa calle, que hasta entonces habían sido lu-


gares abandonados, cubiertos de espinos. También fue
propiedad suya la casa que Goyeneche hizo cuartel en
1809, en el que estuvieron presos una parte de los
patriotas. Falleció en 1740.
^
Departamento de La Paz 441

León Fray Gaspar Navarro —Religioso de la or


den de la Merced. En 1609 fue presidente y vicario
del convento de esta ciudad, en la que moraban nueve
frailes sacerdotes. Este religioso terminó la torre, as'^

como los adornos interiores. En esos tiempos el vino

y el aceite tenían un valor excesivo, y como la penuria


de los conventos no permitía erogar gastos fuertes, pues,
que la botija de vino valia doce pesos y el aceite once
pesos, el soberano había dispuesto que por las Cajas
Reales, se les diera doscientos noventa y cuatro pesos
anuales, para los artículos ya mencionados, lo mismo
que a los demás conventos.
León de Barra D. Juan Prancisco.— Natural de
la

Concepción de Chile, hijo de Domingo León y Ana Ba-


rra. Maestre de campo, corregidor de la provincia de
Lampa. Concluido su período se radicó en esta ciudad;
era viudo de Susana Valencia. Có'ntrajo segundas nup
cías con María Josefa deLoayza, limeña, de cuyo enla-
ce tuvo a José Tiburcio en 13 de diciembre de 1762,
Dionisio en 30 de diciembre de 1767, Miguel Gabriel en
16 de marzo de 1769, Melchor en 5 de enero de 1776 y
Juan en 18 de marzo de 1779. Murió el 10 de julio de
1781.
León de Barra Melchor.— Nació en La Paz el 5

de enero de 1776: fueron sus padres Juan León de la


Barra y María Josefa de Loayza Vega. En la Univer-
sidad de Chuquisaca hizo sus estudios hasta obtener el
grado de doctor en teología y la abogacía en la Real
Audiencia. De regreso a su país natal fue ordenado de
sacerdote por el obispo La Santa en 23 de marzo de
1799. Obtuvo el curato de Huarina mediante oposición
en concurso, beneficio que desempeñó varios años, ha-
biendo refaccionado la iglesia a su costa; pasando en
otro concurso al curato de Caquiaviri.

56
442 Diccionario Histórico del ^

Opositor a la silla doctoral de Arequipa, igualmen-


teque a la canongia doctoral del coro de La Paz en 1804.
Actuaron seis opositores, Apolinar Ondarza, chuquisa-
queño, Barra, Navamuel y tres rnps. Llenadas las for-
malidades canónicas, el asistente Real informó a S. E.

que los acreedores eran Ondarza, Barra y Navamuel;


pero fue preferido el último por ser peninsular. Los
americanos fueron siempre pospuestos en su carrera.
Párroco ilustrado, inteligente, no podía permanecer
indiferente a los males de su patria, se alistó en las

banderas revolucionarias. En la noche del 16 de julio,

se dice, «que disfrazado estuvo entre la muchedumbie


instándoles a que pidan la renuncia del obispo». Nom-
brado miembro de la Junta Tuitiva, según el reglamen-
to ya citado, se le encomendó la cartera de Culto en
unión de Mercado. El 25 del mismo mes habia cedido
para compañía de caballería, mil diez pesos, diez rea-
la

les, que gozaba en la caja real por su beneficio.


Disuelta la Junta Tuitiva en 30 de octubre, y ocu-
pada La Paz por Goyeneche, huyó hasta Chulumani,
regresando con recomendación de Tristán, se presentó
al general realista en la noche del 23 de octubre, no
obstante fue conducido preso al convento de San Fran-
cisco. En la sentencia ya citada fue condenado al pre-
sidio de las islas Filipinas por ocho años. El 7 de mar-
zo de 1810 era conducido con dirección a Buenos Aires,
habría sido víctima del furor realista, sino hubiera so-
brevenido la revolución en la capital del Virreinato, cu-
ya plausible noticia les tomó en la ciudad de Córdoba,
continuó viaje hasta Buenos Aires. Más tarde regresó
non.brado canónigo Magistral del coro de La Paz. Rec-
tor del Seminario en 1826. Declarada la República,
fue elegido diputado por La Paz al Congreso Constitu-
yente de 1826, en tal carácter suscribió la primera
Constitución que ha tenido Bolivia, Falleció en 1827.
Departamento de La Paz 44^

León de la Barra D. José Tiburcio — Nació en La


Paz el 13 de diciembre de 17Ó2.' Hermano de! anterior.
Alcanzó la condecoración de caballero de la real y dis-
tinguida orden de Carlos 111, sargento mayor en 1796,
ayudante inayor de caballería en 1798, teniente coronel
de ejército en 1804, Alcalde de segundo voto en 1794.
Fue casado con Isabel Rojas Alquiza, en quien tu\'o a
María Eulalia Rafaela Inocencia. Murió en 1807.
León Valdez Llera Diego Antonio —Natural de
Villaviciosa en Oviedo: hijo de Domingo León y María
Francisca Llera. El año 1774 se estableció en esta ciu-
dad, llegando a ser un vecino distinguido. Casó con
María Teresa Cárdenas Chávez, en quien tuvo a Libe-

rata en 6 de agosto de 1772, Pedro José en 10 de octu-


bre de 1775, José Antonio en 20 de enero de 1779.
Regidor y alcalde ordinario del Cabildo. Falleció en
1800.
-León de Aguirre Paula.— Nació en
D. Prancisco
Santa Cruz de la Sierra el 1790. Es-
16 de febrero de
tudianto de la Universidad de Chuquisaca. Abrazó la
carrera eclesiástica: sacristán mayor de Vallegrande,
Prebendado del coro de La Paz, Canónigo doctoral por
oposición. Electo obispo de la Diócesis paceña en 19
de marzo de 1836, Senador en el mismo año. Se expi-
dieron sus bulas en 13 de ma>o de 1838. Apenas go-
bernó la Diócesis dos años, permutó con el obispo de
Santa Cruz en 13 de julio de 1840. Permaneció algún
tiempo en Chile, donde publicó: «Dos cartas con
motivo de su traslación de aquel obispado al de Santa
Cruz y de la recepción que tuvo en Chile, y moti\'os
que ocasionaron una y otra>, en 1850.
Limachí Sebastián.—-Nacido en el pueblo de Gua-
qui, hijo de Pedro Limachi, descendiente de antiguos
caciques de ese pueblo. Hizo sus estudios en el Semi-
nario de La Paz y los concluyó en Lima optando el gra-
444 Diccionario Histórico del
do de doctor. Restituido a su país natal, fue ordenado
sacerdote por elobispo Parada en 1761 en el pueblo de

Tiahuanacu, cuando este prelado se dirigía a la ciudad


de los Reyes, nombrado arzobispo de ella. Desempeñó
la ayudantía de Guaqui, llegando a ser cura propio del

mismo beneficio mediante concurso canónico desde el

19 de agosto de 1779. Sacerdote muy ejemplar, estric-


to en el cumplimiento de sus deberes, fue ahorcado de
orden de Katar i, a quien vituperó sus excesos y se negó
absolverle en la confesión.
Manuel Vázques Limachi, de la misma familia, tam-
bién cura de Guaqui, fue furioso realista. El día 9 de
marzo de 181 1 juntamente con Antonio Cueto, el co-
merciante, fue conducido arte Castelli, quien los remi-
tió a la fortaleza de Oruro.
Linares Pedro. —Natural de Cluilumani, recauda-
dor de tributos. Se alistó en Ijs banderas de Victorio
García Lanza. El cura de Coroico Juan Infante Ber-
nui y su ayudante Mamani, hicieron causa común con
la revolución, mediante haberse elevado a alcaldía, que

solamente era pedánea, reconociéndole jurisdicción so-


bre Pacallo y Mururata, por lo que ofrecieron valiosos
servicios bajo el influjo de Linares. Este marchó jun-
tamente con Lanza contra Irupana, después de ese des-
calabro, por diligencia suya y Jaén, el capitán Zapata
permitió que los indios decapitaran a Juan Zavala y de-
tenido presos a otros europeos. Goyeneche le conde-
nó a no ejercer jamás en su viJa el cargo de recaudador
de tributos.
LinaresdoñaMaría.— Natural de Arequipa. Casaca
con Melchor Torrelio; residieron en esta ciudad desde
1805, aquí .nació su hijo Juan de la Cruz en 25 de no-
viembre de 1806, Mariano en 4 de mayo de 1807. Te-
nía otros dos hijos más, a quienes estimuló para que to-
maran parte en la revolución de julio, los que más tar-
Departamento de La Paz 44^

de pertenecieron a los esforzados guerrilleros de Lanza.


Sindicada de cómplice de la heroína Simona Manzaneda
en la insurrección de Santa Bárbara, fue confinada a
Pelechuco, después de pagar una suma considerable de
dinero. A su regreso encontró su hogar triste, vacío,
pues, apenas vivían dos de ellos, el uno se encontraba
en Lima con el ejército del Libertador, Mariano, que en
la República llegó a ser general. Mujer valerosa, digna
de encomio por su patriotismo.
Linsuain y Guzmán D Pelipe— Natural de Cádiz:
hijo del maestre de campo Luis e Isabel Prado de Guz-
mán. Vino a Lima, en cuya ciudad tuvo a su hija Ro-
sa. En 1731 obtuvo el empleo de Contador de las ca-

jas reales de esta ciudad. En 16 de agosto de 1762 con-


trajo segundas nupcias con Maria Hilaria 'Argandoña.
Falleció en -una edad mu)-avanzada en 1772.
Lizárraga D. Domingo.-- Limeño. Vino con su hijo
Buenaventura nombrado contador de las cajas reales de
esta ciudad, cargo que desempeñó hasta su fallecimien-
to acaecido en 1679. Buenaventura casó con Micaela
Cuevas, alcalde ordinario y vecino de bastante conside-
ración.

Lisica Iturrisarri D. Juan.— Natural de Cortisuri


en Viscaya: hijo de Juan de Lisica y Maria Iturrisarri.
Maestre de campo, corregidor de Pacajes. Al radicarse
en esta ciudad, casó en 1743 con Elena-Alquiza, paceña
de distinguida familia, en quien tuvo a Juan Pastor en
I ? de julio de 1744. Este general pasó de corregidor
a Urubamba en el Bajo Perú.

Lpayza 0. Juan de.— Natural de Lima, descendien-


te de Alonso de Loayza, que peleó contra Diego Alma-
gro en la batalla de las Salinas (6 de abril de 1538) en
la que fue herido y cortada -la mandíbula inferior. Este
capitán se estableció en La Paz en 1702, contrajo ma-
trimonio con Antonia Mundaca, en quien tuvo a Anto-
446 Diccionario Histórico del

nio en 25 de septiembre de 1703, José Fernando, Mi-


guel Lino en 25 de septiembre de 1704, Francisco Her-
menegildo en 10 de abril de 1709. Fue hombre entre-
gado a negocios comerciales en los que adquirió una
fortuna considerable, pero la empleó en beneficio de les
pobres. Falleció en 1740.
Su hijo Antonio, vistió la sotana de jesuíta. Reli-
gioso muy estimable, activo y gran predicador. Insti-

tuyó congregación y escuela de Cristo en la compa-


la

ñía, bajo el patrocinio del Santo Cristo y Señor de las


Piedades. La congregación para sus gastos ordinarios,
tenía el rendimiento de los cocales de la finca Chuña-
cipta en Coroico, legada por Pascuala Suárez Cornejo.
Eáta clase de congregaciones hubieron muchísimas, nos
basta sitar la anterior, para no ocuparnos de otras.

Loayza D. Miguel Lino. - Nació en La Paz el 25 de


septiembre de 1703: fueron sus padres Juan de Loayza
y Antonia Mundaca, habiéndole llevado a la pila su tío'
el jesuíta Gregorio de Loayza. Casó con María Ger-
trudes Pacheco, hija de Francisco Pacheco de Cárde-
nas, arequipeño,-y Manuela Salgado, paceña, en 25 de
marzo de 1748; habiendo sido sus padrinos Miguel Sal-
gado y Tomasa Argandoña; testigos general Juan Lan-
daeta, Domingo Antonio Tapia Castropol, les dio las
bendiciones el jesuíta Gregorio Loayza. De este enla-
ce tuvo a José Mariano en 3de enero de 1750, Josié Ra-
món en 26 de julio de 7751, José Fernando en 22 de
agosto de 1752, María Úrsula en 20 de octubre de 1753,
Catalina .en 30 de abril de 1755, María Felipa en 30 de
agosto de 1756. Fue nombrado corregidor de La Paz
por Fernando VI, en provisión real de 7 de septiembre
de 1747. Tomó posesión del cargo en 9 de marzo de
1748. La alegría del vecindario fue indescriptible,pues,
que era el primer paceño que llegaba a ocupar ese pues-
to, le hicieron toda jlase de manifestaciones, hubieron
Departamento de La Paz 447

tres días descorrida de toros. Dejó el puesto el 29 de


octubre de 1753. En 1760 pasó de corregidor y justicia
mayor a la provincia de Sicasica. Tuvo propiedades
considerables en Chulumani, Araca y Luribay. Este
general falleció el 5 de agosto de 1772, fue solemne-
mente sepultado en la catedral.

Loayza José Ramón de.— Nació en La Paz e! 26


de julio de 1751: hijo de Mi.^uel Loayza y María Ger-
trudes Pacheco Salgado. No sabemos donde estudió,
tenía un gran ingenio, era un espíritu altamente apasi-
ble, conciliador. En 1881 con motivo de la sublevación
de los indios, fue nombrado capitán de la compañía de
fusileros, después comandante para la defensa de la
provincia de Yungas, se fortificó en Irupana, resistiendo
vigorosamente a los indios y soportando toda clase de
privaciones, hasta su pacificación. Fue casado con
Magdalena Arescurenga, en quien tuvo a su hija Ana
María, esta durante su viaje a Buenos Aires quedó en
el convento de las Concepcionistas, furtivamente casó
con Juan Sanjinés Calderón de la Barca, lo' que le
amargó demasiado. Desde 1806 era regidor del ayun-
tamiento, obtuvo después la vara de alcalde provincial
en 1-804.

Por su colosal fortuna fue solicitado* por los revo-


lucionarios, a ellos se entregó completamente desde
1799, entrando en la Conjuración de aquel año que apa-
drinó José Herrera.
Desde 1803 hasta 1809 fue su huésped y protegido
Murillo, que había sido su subalterno en 1781. Loayza
en su casa aún que aparentando ignorancia recibía a
Burgunyó, Murillo y a los de la logia. En 1805 en la
revolución preparada para ese año estuvo Loayza meti-
do en el complot, y fue allanada su casa por Indaburu el
8 de agosto, en busca de Murilb. Loayza para evitar
complicación se dirigió a Buenos Aires, pudo sugestio-
448 DICCIONARIO Histórico del
nar al Virrey Sobremonte y Dávila en sa calidad de
asesor y amigo de dineros, pudo arreglar los negocios a
su modo. Igualmente en el movimiento preparado para
e\ 30 de marzo de 1809, la bolsa del alcalde provincial,
hizo el ganando al gobernador interino Dávila,
gasto
como sabemos era muy aficionado al cohecho.
En la noche del 16 de julio de 1809 cuando el pue-
blo se habla apoderado del cuartel, y ped'do Cabildo
abierto, Loayza ocupó su puesto así como en los demás
acuerdos que tuvo ese cuerpo. En el Cabildo que tuvo
lugar el 12 de septiembre, en que el pueblo pidió la de-
claratoria de guerra a Puno, Loayza sostuvo; "que an-
tes debía requerirse a Goyeneche si venía o no en de-
fensa de Fernando Vil, y sólo en el caso de no venir en
tal concepto, se le declararía la guerra*'; pero como la

mayoría de sufragios fue por la guerra, Loayza renun-


ció su vara, pero el pueblo sugestionado no quiso ad-
y más bien continuó al
mitirle, frente del Cabildo, por
que Yanguas alcalde de primer voto, había sido desti-
tuido por la voluntad del pueblo. El llamado por la

ley a presidir dicho Cabildo era el alférez real Busta-


mante; más tarde sea por temor o por otra causa, ha-
ciéndose el enfermo no concurrió, entonces egerció
Loayza la presidencia hasta la reposición de'Vanguas.
El alcalde provincial debía marchar a Sicasica a
regularizar la administración de esa provincia, en esto
el escribano Prado por inadvertencia u otra razón co-
municó a Santiesteban, lo que el llamaba fuga de Loay-
za, por no estar al corriente de los acuerdos reservados
del Cabildo. El alcalde suspendió su viaje, decretó la

prisión de Prado, parece que esto fue útil por que se


adueíió de los elementos congregados por Yanguas que
so pretexto de dirigir la contrarrevolución impidió tal

vez un atentado. José Ascarrunz refiere, que en unión


de otros yanguistas estuvo a las órdenes de Loayza
Departamento de La Paz 449

para prender una noche que estuvieran descuidados a


los principales cabecillas de la revolución, Murillo,Inda-
buru, cura Medina, y entregar el mando verdadero al
Cabildo en virtud de la orden virreinaticia, lo que no
llegó a realizarse por haberse armado demasiado Mu-
rillo.

El 5 de octubre se dirigió Loayza a Caracato para


reunir las fuerzas de ese pueblo y Luribay, y llenar su
cometido en Sicasica. Efectivamente capturó allí al

subdelegado revolucionario Peña, le aprisionó y le en-


juició. En 17 de octubre dirigió una razón de todo lo

ocurrido Virrey Cisneros, con


al más los catorce mil
pesos de tributos de ese partido.
Elegido alcalde de primer voto en 1810, contribuyó
eficazmente a la construcción de la cárcel pública, fundó
a su costa el hospital de mujeres, lo propio hizo en la

ciudad de Cochabamba más después. En 16 de noviem-


bre de 181 1, suscribió el acta de subordinación a la Jun-
ta de Buenos Aires, años después emigró a Chile, don-
de hizo su testamento dejando todos sus bienes a la pa-
tria.

Regresó a Boli\ia después de la jornada de Ayacu-


cho, ascendido a coronel, nombrado Prefecto del depar-
tamento de La Paz. En esos mom.entos había inva-
dido Gamarra el suelo boliviano, tuvo la debilidad de
adherirse a la política del invasor de su patria; cuando
este ingresaba a La Paz, le salió a darle encuentro en
unión de otros traidores.
Retirado Gamarra mediante el tratado de Piquiza,
Loayza depuso al Prefecto de La Paz, Baltazar Alquiza,
dio al departamento la denominación de Alto Perú, creó

un gobierno particular, en que revivió, el sistema colo-


nial, puso en peligro la unidad nacional. El vicepresi-

dente general Velasco para conjurar el peligro, se diri-


gió a esta ciudad, transigió con Loayza, confiriéndole el
57
4$o Diccionario Histórico del ^__
grado de general de brigada (octubre de 1828), en vez
de castigarle.
Convulsionada la nación por las intrigas de Gama-
rra, se reunió en Chuquisaca la Convención en 1828,
compuesta en su mayor parte de infidentes a Bolivia.
Esta nombró presidente a Blanco y vicepresidente a
Loayza, más; depuesto el presidente por una parte del
ejército, Loayza fue tomado preso en su mismo despa-
cho y custodiado por un centinela de vista. Loayza se
retiró de Sucre, abandonando para siempre los negocios
públicos. Santa Cruz lo rehabilitó y fue diputado a la
Constituyente de 1831. Se encastilló en su finca de
Macamaca, propiedad que legó al hospital de mujeres,
y obsequió a los padres recoletos la casa que estaba
edificando para asilo de huérfanos. Murió el 8 de no-
viembre de 1839.
Loayza de la Vega D. relipe— Limeño. Vino de
Canónigo Magistral al coro de La Paz, Rector del Cole-
gio Seminario en 1783, Provisor y Vicario geaeral, Ar-
ced\^io y Dean. Muy celoso de los intereses eclesiás-
ticos. Murió el 7 de octubre de 1795.
' Loayza D. Melquíades —Nacido en La Paz. Hizo
sus estudios con toda contracción hasta recibirse de
abogado. Profesor, juez instructor de la capital, dipu-
tado por Pacajes a Convención de 1880, diputado
la

por La Paz al Congreso de 1890, Oficial Mayor de un


ministerio, Ministro de Estado. Sus trabajos sobresa-
lientes son: "Breves ano Liciones a la legislación boliviana,
Represión de la inmoralidad de la prensa por el jurado,
Proyecto de ley del Procedimiento Criminal por el Consejo
de Estado. Murió en 1892.
Loayza D. Arturo.— Hijo del doctor Melquíades
Loayza, nacido en La Paz. Se recibió muy joven de
abogado, sobresaliendo en su actuación por su probidad
y condiciones inteligentes. Fue Ministro de Justicia,
Departamento de La Paz 451

habiendo hecho muchas innovaciones de importancia en


en el ramo judicial. Hoy es Gerente de la gran casa
industrial de Patino.

Loayza Calderón D. Toribio— Limeño: hijo de Pe-


dro Loayza, caballero de Calatrava y Antonia Gregoria
Esquivel, ambos de ilustre linaje. Corregidor de la
provincia de Larecaja, después se radicó en esta ciudad.
Parece que más tarde se volvió a su país natal,
—Miguel Loayza obtuvo ef presbiterado el 30 de ma-
yo de 1812, este sacerdote fue cura de Achocalla y vi-
cario de la provincia de Pacajes, Prebendado honorario
Ascendió en su carrera hasta arcediano. Murió en 4 de
noviembre de 1855.

Lobatón D. Dionisio. Chuquisaqueño. No sabe-
m.os con que objeto 3e encontraba en esta ciudad; fue
opuesto a la revolución de 1809, A la aproximación de
Castelli se retiró a Arequipa, donde más tarde alcanzó
el sacerdocio.
Lodeña D Die^o. — Natural de Madrid: hijo de Pe-
dro Lodeña, corregidor que fue de Potosí en 161 3 y
Ana Arguello. Era caballero de la orden de Santiago,
corregidor de Larecaja desde 1619. Irritados los indios
de Songo, Ghallana y sus anexos Chimaco, Simaco,
Chacapa, por las injusticias y vejámenes que sufrían
del corregidory su teniente Francisco Ortiz, hombre
perverso, de costumbres depravadas, se sublevaron en
diciembre de 1623, matando a! teniente, a todos bs es-
pañoles, no salvando de la catástrofe más que el cura
licenciado Diego Patuas. Los cadáveres colgaron del
atrio del templo y los árboles.

La sublevación fue algo grave; obligaron a retirarse

a los corregidores de Omasuyos y Larecaja, que reu-


nieron competente número de españoles armados, en
estas circunstancias, cuando la sublevación casi amena-

zaba a la misma ciudad de La Paz, el Virrey Marqués


452 Diccionario Histórico del
de Guadalcasar le intimó enérgicamente a Lodeña
que sometiera a ios sublevados.
Mientras tanto en La Paz se organizaban los espa-
ñoles para sojuzgar a los indios, en lo que llegó Lode-
ña; más el padre Bernardino Cárdenas en unión de dos
frailes se dirigió a esas montañas y logró someterlos a
la obediencia. Pero los expedicionarios siguiendo las
pisadas de los religiosos se dirigieron a esos pueblos,
apesar del perdón ofrecido por Cárdenas, una mañana
bajo pretexto de formar un padrón, reunieron a los in-
dios en el cementerio del templo, después de cercarlos
penetraron algunos con "ías espadas desenvainadas,
apresaron a varios de los principales. El 4 de octubre
.de 1624, a las once de la noche mandó Lodeña dar ga-
rrote a Gabriel Guanaiquili, caudillo de la insurrección
y seis más de les principales. Lodeña volvió a su co-
rregimiento.
Lombera D. Jerónimo.— Español, avecindado en
Cochabamba, casado con la hija del maestre de campo
general José Antonio González Quiroga. Cuando es-
talló la revolución de Cochabamba en 1810, acaudillado
por Rivero y otros patriotas, se escapó y fue a. presen-
tarse al general Goyeneche, que le incorporó en el
ejército. Cuando Desaguadero para atacar
este pasó el

a las fuerzas argentinas que ocupaban los campos inme-


diatos al pueblo de Guajai, Lombera quedó con dos mil
hori.bres en la margen derecha del rio, para guardar el

pítente y cubrir la retaguardia.


Después de la derrota de Guaqui emprendió el
ejército vencedor realista su movimiento sobre Cocha-
bamba, y alcanzo otro triunfo en Sipesipe. Corho las
provincias de La Paz se hubiesen insurreccionado de
nuevo, cortando las comunicaciones, Goyeneche envió a
Lombera con mil quinientos hombres, para someterla y
restablecer el orden.
Departamento de La Paz 45^
Entre tanto, el coronel Benevente con una peque-
ña fuerza había pasado el Desaguadero y logrado en al-

guna manera tranquilizar a los pueblos; pero se hallaba


sumamente apurado, resistiendo a los miles de indios
que tenían hostigada a la ciudad de La Paz, cuando
apareció Lombera con su fuerza, haciendo dispersar a
la bandada de indios.ciudad y quedó guarne-
Entró a la

ciéndola, las demás columnas hicieron ¡o propio. Astete


se digió a Viacha, Benavente sobre Larecaja, Lombera
sobre Yungas, de donde se dirigió a Cochabamba que
ya había segunda vez por Goyeneche.
sido sometida
Quedó Lombera con una columna que había condu-
allí

cido desde Oruro. En 18 13 asistió a la batalla de Vil-


capujio, ganada por los realistas, donde salió gravemen-
te herido, después de la batalla de Jayouma, pasó con
quinientos hombres a sosegar la provincia de Chuqui ^

saca. Murió en Potosí en 181 5.

Lope?. Fray Andrés.— Natural de Medina del Cam-


po, nacido en 1549. Se hallaba en el colegio de Madrid,
cuando en 1571 se le destinó para venir al Perú con el

padre José Acosta, que los 27 de


llegaron a Lima el abril

de 1572. En el Perú recibió López las órdenes mayo-


res, procurador de provincia en 1576, primer rector del

colegio de Arequipa, desde el 6 de agosto de 1588, en


que lo estableció por disposición del provincial Acosl:^,
hasta el 20 de octubre del mismo año en que fue clau-
surado por orden del Virrey Toledo.
El jesuíta José Acosta predicaba en La Paz en 1572;

proyectó la fundación de un colegio de la compañía, pa-


ra lo cual ofreció Juan Rivas, rico encomendero, una
renta de tres mil pesos anuales; pero el Virrey se negó
a conceder la licencia que era indispensable. Más tar-

de el padre Baltazar Pinas, que era provincial de la

compañía, consiguió que el Consejo de Indias, le otor-


gara la liQencia, la que tuvo efecto gobernando el Virrey
4^4 Diccionario H istórico del
Martín Enríquez. Aceptados Rivas y su esposa Lucre-
cia Sansoles por fundadores en 1582, se celebró el res-
pectivo contrato, contribuyendo además para esta fun-
dación el licenciado Diego García Cuadrado, que erogó
treinta mil pesos, Sancho Diaz Surbano de la orden de
Calatrava cuatro mil pesos, Jerónimo Méndes Barba de
Cabeza, la valiosa hacienda-de Tiracache.
El padre Pacheco envió desde Potosí a esta ciudad
a Andrés López, quien instituyó y fundó el colegio,
bajo la advocación de la Santísima Trinidad el 6 de ma-

yo de 1582, siendo reconocido como su primer rector


López. Este para su iglesia y convento, una
escogió
de las manzanas principales de la ciudad, en la plaza

principal, que hasta entonces no habían sido sino sola-


res con tres casuchas de bajos que daban a la plaza in
dicada. Se abrieron los cimientos por de pronto para
una capilla o iglesia primitiva, en el centro de la acera
que daba sobre la plaza. Su construcción fue bastante
sólida de cal y piedra bruta, la bóveda de ladrillo, aun-
que sin orden arquitectónico ninguno, una sola nave,
el frontis bastante raquítico, pues, que a los lados de la

puerta principal de la entrada no ostentaban sino dos


columnas largas de poco tallado. El interior tenia su
correspondiente coro, con su enverjado de madera, lo

mismo que los lados laterales, sostenidas en los chapi-


teles que se desprendían del cuerpo del edificio, pero bas-
tante dorados. El altar maycr de madera de cedro do-
rado, bastante regular en la que se ostentaba la imagen
del Loreto, su sacristía pequeña pero aseada. En 8 de
marzo de 1586 estaba ya completamente concluido el

edificio, contando el colegio con ocho religiosos.

Después de la expulsión quedó destinado para ca-


pilla del Colegio Seminario o Carolino. En la Repú-
blicaha servido de salón universitario, en él han fun-
cionado varios congresos, así como se han cometido ho-
Departamento de La Paz 455

rrendos asesinatos en ese recinto en la noche del 23 de


octubre de i86r. Fue demolido por completo en 1900.
López elegido primer procurador en Roma y Ma-
drid, por la congregación reunida en 13 de diciembre de
1583, se dirigió a Europa, saliendo del Callao en la ar-
mada en II de abril de 1584. Desempeñó su comisión
cumplidamente, para introducir una imprenta en el Pe-
rú, para publicar en ella catecismos de las lenguas indí-

genas. Regresaba al Perú, cuando una violenta enfer^


medad puso término a sus días en Panamá en abril de
1585.

López Melgar D. Juan.— Limeño. Fue protector


de naturales en 1709, empleo inútil podemos decir, por-
que nada hicieron esos funcionarios en favor de la des-
graciada rasa indígena, apesar de que recibían fuertes
sumas por ese cargo de los indios.

Loren/.ana D. Juan Francisco.— Natural de Lugo.


Este licenciado llegó a poco de fundada La Paz, obtuvo
un solar, en el que edificó su casa de un solo piso. A
cuyo lado en 1555 se erigió el primer Hospital que ha
tenido esta ciudad, bajo la denominación de San Juan
Evangelista. De esta manera todos los que venían a

radicarse a la flamante ciudad, obtenían un solar gratis,


aquí y edificaban sus moradas, aprovechando de los
allá,

indígenas que se prestaban por un miserable salario, si


es que no era gratis.

Loza D. Andrés. — Viscaino, que en 1605 compró


la vara de regidor de! Cabildo, o sea el de caballero
veinticuatro en la suma de doscientos pesos en la ciu-
dad de Lima, perpetuamente vinculando en su familia,
entrando a ejercer su cargo en el ano indicado. Ha-
biendo fallecido, siguió con la vara su hijo Honorio, tam-
bien nacido en la ciudad de los Reyes, no encontramos
más datos sobre este regidor,
4f;6 Diccionario Histórico del

Loza D. Luis Antonio.— De la rffisma familia que


los anteriores. Siguió con la vara como caballero vein-
ticuatro o sea regidor perpetuo del Cabildo, en 1691 al-
calde de la Santa Hermandad. Era casado con María
Lazo de La Vega, limeña, después que murió esta, con-
trajo segundas nupcias con Ana Orosco. Murió el 12
de abril de 1771.

Loza D. José Manuel.- Nació en La Paz el 5 de


enero de 1801: hijo de Vicente Loza y Teresa Cuentas.

Estudió en el Colegio Seminario de esta ciudad, pasó


después a Chuquisaca, donde recibió los grados acadé-
micos.

Doctor en Derecho, Teología, bella Literatura, abo-


gado. Regentó cátedras en el Colegio Seminario, como
profesor de latinidad, cuyo idioma conoció con perfec-
ción y de Filosofía. Uno de los fundadores de la Uni-
versidad de La Paz y después su Cancelario. Diputado
por La Paz a la Asamblea Constituyente de 1831, igual-
mente que al Congreso de 1832, Senador suplente a la
Legislatura de 1837.Munícipe en 1840 y diputado al
Congreso de ese mismo año. Cuando regresó después
de haber llenado sus labores legislativas, fue desterrado
al Perú por el gobierno Velasco, por haber defendido en

unión de sus colegas los fueros del municipio. .Fiscal

de Distrito, Codificador. Belzu le encomendó la carte-


ra de Instrucción y Culto en 28 de agosto de 1849. Re-
dactor de El Iris, La Época. Ha escrito los siguien-
tes opúsculos: Oda a ia InmacuLida Vif^en {María, Me-
moria biográfica de Sucre, Memoria biográfica de Bolivar,
La mujer en sus relaciones domésticas y sociales o ¿Ma
nual de la mujer, Necrología del I. Ilanuel ^Angel del
Prado, Oda heroica en memoria de los constantes esfuet-

IOS del zAlto Perú durante la guerra de los quince años


(en latin), Opúsculos poético latinos,
Departamento de La Paz 4^7

El doctor Loza, había casado con dona Melchora


Zapata en 9 de noviemt:tre de 1819. Murió el 3 de oc-
tubre de 18Ó2.

Loza D. José Benigno —Nació en La Paz en 1809.


Abandonando las aulas, se incorporó en el ejército de
cadete en 1826. Después de las victorias de Yanaco-
cha y Sócabaya, ascendió a comandante. En el batallón
Socabaya marchó a la frontera argentina, concurriendo
a las acciones de Iruya y Montenegro. Después del
triunfo de Ingavi, ascendió a coronel. En su larga ca-
rrera militar llegó a alcanzar el elevado grado de gene-
ral de brigada. Murió en Sucre en 1876.
Lujónos D. Antonio. — Natural de Estremadura.
Este capitán, al establecerse en La Paz, contrajo matri-
monio con Felipa Padilla. Alcalde ordinario en 1665,
vecino muy distinguido. Falleció en 1680.

Luna Francisco D. Alonso.— Natural de Madrid,


estudiante de la célebre Universidad de Alcalá de Hena-
res, así como en el colegio mayor de San Ildefonso. Fue
cura de San Andrés de Madrid. Presentado para obis-
po de Durango, Nueva Viscaya en 3 de diciembre de
1631. Desempeñó las funciones episcopales de su Dió-
cesis con bastante celo, practicando la visita pastoral de
su Diócesis con algunas dificultades. Promovido a la

Sede paceña por Rey Felipe IV en 22 de marzo de


el

1639. Era sumamente anciano, casi decrépito cuando


llegó, apenas tomó posesión en 1642, cusndo falleció a
los seis meses de su gobierno, fue enterrado en la Com-
pañía.

Luna de Vedoraza D. Miguel.— Se\illano. Este


capitán se encontraba en La Paz en 1709, ascendió a

maestre de campo y al año siguiente alcalde ordinario.


Fue casado con Antonia Mejía, parece que pasó de co-
rregidor a una de las provincias del Cuzco.
58
4^8 Diccionario Histórico del

El cargo de alcalde ordinario en la colonia, fue de


alta significación social, como que a ellos estaba enco-
mendada la administración de justicia en lo civil y cri-

minal, así como el otden público, para lo cual tenían


varios agentes o cañaris (alguaciles).

Luna D. José. Carpintero español. Casi uno de
los primeros que vinieron a esta ciudad, muy entendido
en el arte y que trabajó obras de su oficio con toda per-
fección. Después los paceños aprendieron también, que
salieron eximios artistas. Basta fijarse en los antiguos
altares de los templos, cuánta admirable variedad de
escultura, entallados, molduras primorosas, adornos,
arcos, columnas pequeñas, follajes, tan raras como va-
riadas, qué admirable paciencia de ejecución no se ne-
cesitaría. Tal vez en el día a pesar de los progresos del
arte no se ejecutarían obras tan sobresalientes. Ade-
más los armarios, cómodas, mesas, sillas, canapés,
que los anticuarios pagan sumas fabulosas por adquirir-
los. Fue casado con Escolástica Nina, descendienta de
antiguos caciques del lugar.

IjIj
Llano y Toro D. Migue! Antonio de —Natural de
Villamar, maestre de campo, coronel de caballería. Vi-
no nombrado contador de las Cajas Reales de esta ciu-

dad, cargo quedesempeñó hasta su fallecimiento. Fue


casado con María Susana Paredes Peñaranda, en quien
tuvo a María xMicaela en 1749, ^'^aría Evarista en 26 de
octubre de 175 1. El obispo de La Paz, había pedido
en 2 de noviembre de 1770, licencia para la construc-
ción de nuevas iglesias matrices, lo que fue aprobado
por el Rey y la Real Audiencia en 14 de agosto de 1779,

librando sus provisiones a los corregidores de Sicasica,


Marqués de Villahermosa, al de Larecaja, Diego Anto-
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 4^Q

nio Albornos Caullo; ni de Omasu)os, Bernardino Mar-


tínez Otero; al de Pacajes, Andrés José Campos, como
estos funcionarios no hubiesen dado cumplimientos a
los informes pedidos, la Real Audiencia por decreto de
II de enero de 1771, les condenó a una multa de dos -

cientos cincuenta pesos; pero mediante los acuerdos del


tesorero Llanos, no se efectuó. Murió en 1786.
Llano Astor^a D. f5alt,azár. — Limeño, vino nom
brado contador de las Cajas Reales de esta ciudad en
1680. Casó con Gabriela Castillo Herrera, en quien
tuvo a Sebastián en 23 de enero 1685, Hermenegildo en
14 de abril de 1696, Pedro en 4 de octubre de 1697,
Francisca Teresa en 7 de septiembre de 1699. Este
tesorero pagó la multa de quinientos pesos por no haber

dado parte al Rey de su toma de posesión. Murió el

4 de mayo de 1700,
Llano de Orcasitas D. Prancisco— Limeño: hijo
de Pedro Llano y Agustina Orcasitas. Era caballero
de la orden de Alcántara, corregidor de Skasica en 1670.
Se radicó en esta ciudad, era casado con Juana Fran-
cisca Aliaga Oraque, la que falleció el 26 de marzo de
1746. El general murió al año siguiente. Tuvo una
hija Juana, encomendera de Lampa Chilques, Chum-
encomiendas que fueron de su padre,
bivilcas, casada
con Manuel Cayguegui, teniente coronel.
Su hijo Juan, también limeño, fue religioso agusti-

no, prior del convento de La Paz en 1668.


Sicasica, provincia dilatadísima, hermosa y rica.
Limitada por el N. N. E. con los Andes y Larecaja;
por el E. con Cochabamba; por el S. E. con Paria y
Oruro; por el S. tocaba con algunas partes del río Desa-
guadero; por el O. con Pacajes y por el N. O. y O,
S.

con la ciudad de La Paz, desde el arroyo Mejagijira


que divide el curato de Santa Barbara de la ciudad.
46o Diccionario Histórico del

Una parte de la cordillera de los Andes está en es-

ta provincia Con dilatadas montañas, provistas de


bosque, de vegetación constante. Cortadas por mu-
chos ríos que llevan la mayoría de sus aguas al de La
Paz, refundiéndose en un solo cuerpo el Tamampaya.
El Miguilla también al de La Paz, en Espia, el Ayopa-
ya, Caracato y Luribay.
Con un clima el más variado, desde el más frígido
hasta elmás ardiente. Con producciones las más va-
liosas, como la coca, que nunca tuvo baja en el merca-
do, y sin cuyo artículo no hubieran podiJo subsistir, ni
las minas, ni los ingenios, tabaco, caña de azúcar, vi

ñedos, frutas esquisitas como la pina, plátano, naranja,


limón, chirimoya, durazno, etc. Con maderas de cons-
trucción como el cedro, el Jacaranda, el ébano y mu-
chas otras de que hicieron tanto uso los españoles.
Con
33 pueblos, teniendo el corregidor necesidad
de poner doce tenientes.
Con un reparto de 226, /¡jo pesos, y pago de 1,814
pesos de derechos de alcabala.
Tan rica provincia sería muy codiciada, por los as-
pirantes a ese corregimiento.
Llano D. Cayetano —Natural de Caracato: hijo
de Francisco Llano y María Vargas. Casado con Isido-
ra Jiménez. Tenía su escuela en 1758, en esta ciudad,
en que daba lecciones a los niños pobres. Todo hom-
bre que se consagra a la instrucción, merece un recuer-
do.

1^
Macuaga D. Feliciano.— Viscaino. La época de la
venida de este capitán no es conocida, fue casado con Jo-
sefa Núñez, en quien tuvo a su hijo José. Descendien-
te de este fue el capitán Agustín Macuaga, que en 1689
1

DEPARTAMENTO DE La PAZ 46

vendió sus solares situados en la esquina de la plaza al


obispo Gueipo para edificar su palacio. Esto da a cono-
cer que en la plaza principal de la ciudad, en la fecha in-

dicada, existían solamente solares, cómo sería el resto


de la población. En 1795 Feliciano Macuaga, hijo de
Agustín era propietario. Han habido varios miembros
de esta familia en la ciudad.
Machicado D. Ignacio— Este español se radicó en
los valles de Larecaja, fue Antonia
casado con María
Góngara, cuya hija Inés, casó con Salvador Cardón,
cuando vinieron a radicarse en esta jDoblación, en la
que tuvo a su h.ijo Ramón, que casó con 'Juana ücam-
po Araujo. Fernando, que vivía en 1795 y tenía su ca-
sa en la plaza principal.
Machicado D. Juan Manuel.— Nacido en Sorata,
concluido sus estudios se ordenó en Sucre en 1867, sir-

vió de ministro del Seminario, Sacristán mayor de la<

Catedral, capellán de las Concepcionistas, cura de Ya-


ni, capellán del Hospital Loayza, Canónigo Penitencia-
rio. A la muerte del obispo Baldivia, «Vicario Capitu-
lar de la Diócesis. Murió en 1900.
Su hermano D. José Santos, sorateño, estudió en el

Colegio Seminario, recibiendo el grado de doctor en Teo-


logía y después abogado. Profesor, diputado nacional,
periodista. Ha esc/ito bastante «sobre asuntos religio-
sos, tanto en prosa como en verso. Su bandera es la

conservadora o cleri:al.

Maidana D. Antonio.— Este mestizo paceño se in-


corporó en el ejército patriota en calidad Je soldado ar-
tillero. Había quedado con Figueroa en el campo de
Chacaltaya, cuando Goyeneche se apoderó de esa pe-
queña fuerza, cayeron prisioneros Antonio Maidana,
Camilo Peralta, Eusebio Tequenos, conducidos preso.s
a esta ciudad; en la segunda sentencia que pronunció
Goyeneche en 10 de febrero de i8io,hablando de estos
462 Diccionario Histórico del
prisioneros, dice: "Aprehendidos por mi en el Alto de
Chacaltaya,con lasarmas en la mano, se les aplica res-
pectivamente la pena de cien azotes, destinándoseles
por cuatro anos al presidio del Cuzco^'. No sabemos la

suerte que tuvieron estos desgraciados patriotas.


Haldonado D. Jerónimo.— Nació en La Paz el 30
de octubre de 1543: hijo del regidor capitán Juan Mal-
donado Buendia y Antonia Vareas. Casó en 1603 con
Bernarda Urbina, en quien tuvo a Agustín en ig de
marzo de 1604, Juan en 4 de septiembre de 1607, Je-
rónimo en 4 de diciembre de 1608, Diego en 18 de junio
de 1610. Habiendo fallecido su esposa, contrajo segun-
das nupcias con Bárbara Ferrufina Villaverde. Fue re-
gidor del Cabildo, y entregado a negocios mercantiles,
relacionado con el famoso conquistador de Caupolicán.
baldonado Pray Francisco —Natural del Cuzco

y perteneciente a una familia visible. Enviado a Espa-


ña estudió en Salamanca, ingresando después en la or-
den mercenaria. Regresó ordenado de sacerdote. Co-
mendador del convento de La Paz de 1704 a 1707.
Adquirió gran crédito y fama en los diferentes cargos
que llegó a desempeñar, hasta haber ascendido a gene-
ral de la orden, en cuyo elevado puesto se mantuvo
treinta y un años. Falleció en España.
Callea D. Agustín.— Cuzqueño, religioso merce-
nario, no sabemos los antecedentes de su carrera, hasta
que vino de comendador c'.e su convento en 1692. Du-
rante su prelación se hicieron varios trabajos en el in-

terior del convento; desplegó mucha actividad en asistir


a los desvalidos, que recolectaba limosnas para
se dice
distribuirlos sigilosamente; también por el cuidado con
que enterraba las criaturas que furtivamente deposita-
ban en su iglesia, y que se habían hecho muy comu-
nes en la ciudad. Pasó con igual destino a Lima, des-
pués que fue provincial.
Simona Manzaneda. Heroína de La Paz
í*"

Departamento dé La Paz 463

Mansilld'VillavicenGio Gueva D. Nicolás— Lime-


ño, perteneciente a la distinguida familia de los Manci-
lla, entroncados con los Cueva. Se hallaba estable-
cido en La Paz desde años atrás, había desempeñad o el

cargo de alcalde de provincia de los corregimientos de


Larejaja del distrito de esta ciudad, en unión de Fran-
cisco Leiva Salazar. Fue casado con Rosa Ibarra. Por
provisión real de 1691, fue nombrado corregidor de La
Paz, de cuyo destino se posesionó al año siguiente. De-
jó el puesto a fines de 1696. Falleció en 1697.
Manzaneda D. Pedro.— Paceño: hijo del escribano

Andrés Segobia Manzaneda, que en 1809 remató el


cargo por dos mil trecientos pesos. Este comer-
ciante o mercader tenía su tienda en la plaza Capaca-
nagüL Era casado con María Esquivel, en quien tuvo
a Francisco, que llegó a casar con Teresa Coloma Sú-
ñiga, a Isabel Antonia Juana. Esta última también tu-
vo su tienda de comercio en la calle de Santa Bárbara.
Pedro falleció en una edad muy avanzada en 1793.
Manzaneda Doña Simona Josefa.— Nació en La
Paz el 28 de octubre de 1770: hija natural de María Jo-
sefa Manzaneda, mecapaqueña. Casó con Pablo Gon-
zález, tuvo a su hijo José María, que llegó a casar con
Anselma Fernández en i-p de marzo de 18 ío.
Era mestiza hermosa que vivía honradamente de
su trabajo, pues, tenía el oficio de construir jubones.
Muerto su esposo se consagró a los intereses de su pa-
tria, habiéndose, despertado en su alma .un intentísimo
amor por la libertad de su clase hostilazada por el or--

güilo peninsular. Gonociendo'su carácter, ilustres ma-


tronas la buscaban, entregandora su valor, honradez
en y desinterés a toda prueba los asuntos más
el sigilo,

graves y peligrosos. Era una excelente auxiliar


para los revolucionarios, penetraba en los cuarteles, lle-
vaba las instrucciones cuidadosamente escondidas en
464 Diccionario Histórico del
las presillas de su pollera, formaba clubs, mantenía el

fuego bélico en los corazones de sus paisanos, negocia


ba armas, municiones, no dormía ni descansaba nunca
a esto se agregaba la bondad natural de su carácter, su
jovialidad, llegando a tener de este modo un gran as
cendiente en la clase obrera.
La noche del 16 de julio, lanzó al pueblo a la revo
luciónldesde las alturas de Santa Bárbara, capitaneán-
dola, tal fue la fuerza del patriotismo de esta humilde
hija del pueblo, que llegó a ser una heroína verdadera.
Burló las pesquisas de Go)-eneche, ocultándose miste-
riosamente, apenas se aproximaba el feroz arequipeño,
disfrazada de india se encaminó de noche a las quebra-
das del Río Abajo, donde halló refugio seguro en el seno
de su familia.
Apareció con la llegada de los argentinos, mereció
sinceras atenciones de Castelli y los demás jefes patrio-
tas, mediante los informes de matronas distinguidas,
como las señoras Campos, Eguino, que habían sido
también víztimas del furor realista. Después de la de-
.rrota deGuaqui, volvió a su antiguo escondite de los
valles de Wecapaca, entregada a sus labores domésti-
cas, pero sin olvidar un sólo instante el amor a la pa-
tria.

Apenas tuvo conocimiento de que los cuzqueños al

mando de Pinelo habían pasado el. Desaguadero, corrió


de su escondite en su alcance, contribuyó eficazmente
a la toma de la giaza el 26 de septiembre de 1814, ha-
biendo levantado a toda la plebe. Los realistas que no
la olvidaban un instante para ejercer sus venganzas,
lograron capturarla, y entregarla al chacal Ricafort,
qué la encerró en un lóbrego calabozo condenándola a
la pena capital, v^ntes de la ejecución, fue afrentada
de la manera más indigna, pues, se la paró desnuda,

montada sobre un asno, rapada la cabellera que antes


DEPARTAMENtO DE La PaZ 46$

la tuviera hermosa, después de haber recorrido así las


calles principales de la población, fue azotada en las
cuatro esquinas de la plaza mayor, finalmente amarra-
da a uno de los postes de la plaza, fue baleada por las
espaldas en noviembre de 1816.
Simona, vivía holgadamente del trabajo de sus ma-
nos, pues, no fue el interés, ni otro móvil egoista,la que
la obligó a hacerse patriota, sino su amoV a la libertad.

He aquí su silueta: "alta, de ojos negros, hermosa


y simpática, cabellos largos y negros artísticamente pei-
nados en pequeñas trenzas que'caían sóbrelas espaldas;
de sus orejas pendían grandes aretes de oro con fina
parla; jubón de seda muy bien bordado, blanca camisa
cerrada por un par de botones de oro; sobre su pecho
ostentaba un rosario con cuentas de oro alternadas con
perlas; cubría sus espaldas una hombrilla (Iliclla) artís-

ticamente tegida de varios colores, cerrada sobre el pe-


cho por un prendedor {topó) de oro; cada uno de sus de-
dos con anillos; una pollera de cien hilos con lama, pre-
sillada desde la cintura para abajo, debajo de las que se
veían en sus pies medias blancas^de hilo bordadas, con
zapatillas de cabritilla; completaban su traje cubriendo
su cabeza una montera de panilla negra con forro rojo,
a guisa de un paraguas''.
Marcellano de Anderas D. José —Natural de
Viscaya y de distinguida familia. Este capitán contra-
jo matrimonio con Isabel Agramont Saldivar, paceña de

ilustre alcurnia, en quien tuvo a Francisco en 15 dt


enero de 1685, Pablo en 14 de enero de ió86, Juana
Marcela en 16 de enero de 1687, Bernarda en 18 de
agosto de 1689, Cayetanoen i P de agosto de 1694.
Fue un vecino distinguido, «respetable y rico. Ejerció el

cargo de alcalde ordinario del Cabildo, después alcalde


provincial. Falleció en 1698.

59
466 Diccionario Histórico del

Marcellano Agramont D. Pablo.— Nació en La Paz


el 14 de enero de 1686, hijo del anterior. Hizo sus es-
tudios en la Universidad del Cuzco, donde se graduó de
doctor en cánones y teología. A su regreso recibió la

ordenación sacerdotal; fue cura de Chulumani, Caquia-


viri y Viacha. Fue ascendido a prebendado del coro
de La Paz, examinador sinodal, provisor y vicario de la
diócesis. Chantre en 1735, arcediano, finalmente Dean.
Sacerdote ilustradísimo, caritativo, sumamente virtuo-
so. Falleció en 1740.

Marcellano A^ramont D. Cayetano — Nació en


La Paz el q de agosto de 1694, hermano del anterior,
habiéndole llevado a la pila el general José Vidangos.
Después de recibir su. instrucción preparatoria y ha-
biendo manifestado un talento precoz, fue enviado a
concluir sus estudios en la Universidad de San Bernar-
do del Cuzco, donde se graduó de doctor en cánones y
teología. De regreso a su país natal fue ordenado de
sacerdote por el obispo Alejo Fernando de Rojas y Ace-
vedo, destinado como cura a la parroquia de Chucuito,
perteneciente entonces a este obispado, uno de los cu-

ratos de más valía.

Su acendrada virtud, su excesiva caridad, sus vas-


tos conocimientos, fueron premiados con un asiento en
el coro de esta catedral, como canónigo de merced. En
1735 ocupó la silla de Chantre y al mismo tiempo comi-
sario de Cruzada, provisor y vicario general del obispa-
do. Prestó eficaz apoyo-con sus luces al obispo Agus-
tín Delgado en el sínodo que celebró en 1738, siendo
nombrado examinador de la lengua de los indios. Su-
cesivamente ocupó la silla de Arcediano en 1741, Dean
en 1744. El Rey Fernando VI en 1743 le presentó para
la diócesis de Buenos Aires, habiendo sido preconizado
por el papa Benedicto XIV, se expidieron sus bulas en
en 9 de junio de 1746. Antes de dejar el suelo de la
Departamento de La Paz 467

patria, en 31 de marzo de 1747 fundó una capellanía


para las ánimas, para cuyo objeto dejó su casa de la
esquina de Santo Domingo, de valor de cuarenta mil
pesos y otras obras pías.
En su obispado hizo las siguientes fundaciones: en
1748 el hospital de los betlemitas para los enfermos;
en 1750 el convento recoleto en la villa de San Pedro,
en 1755 la casa de expósitos para los niños huérfanos.
Devolvió a los párrocos los curatos que le presentaron
con un desprendimiento sin ejemplo La consagración
al cumplimiento de sus deberes no tuvo limites, visitas
pastorales, cartas llenas de unción y sabiduría, exhor-
taciones, sermones elocuentes, una Caridad acendrada
que le hicieron venerable y respetable a sus diocesanos..
En 1756 consagró a Jacinto Chacón, obispo de Arequi-
pa. Fue trasladado a la diócesis de Trujillo en 25 de
junio de 1757, pero antes de tomar posesión fue eleva-
do a la silla arzobispal de La Plata en 18 de diciembre
de 1759, posesionándose el 4 de noviembre. Condonó
veinticinco mil pesos que importaba las de las vacantes,
hacia repartir mensulmente dos mi! quinientos pesos
entre los pobres de parajes distantes, cada semana en
las puertas del palacio se socorría a cuantos se presen-
taban. Era tan caritativo que en cierta ocasión dio a
un pobre hasta el colchón en que dormía y pasó la no-
che sobre una frazada por carecer de cama.
José Eusebio Llano Zapata distinguidísimo limeño,
trató de fundar una biblioteca en la capital, y lamenta
que su iniciativa lo hubiese ya encontrado muerto al

arzobispo. Falleció el 28 de septiembre de 1760.


Mariaca D. \\\^ue\ Manuel —
Viscaino, que vino
nombrado contador de las cajas reales de La Paz en
1690. Casó con Ana Jurado y como hubiese sido nom-

brado corregidor de Larecaja, se retiró a los valles de


Sorata, donde tuvo laTga descendencia. Su hijo Juan de
468 biCGiONARio Histórico DEL
Dios casó con María Josefa Santalla, en quien tuvo a
Francisco. ^
Feliciana Mariaca que tomó el nombre de Sor Ig-

nacia, fue hermana de la tercera orden de San Francis-


co en Lima, hizo una vida ejemplar llena de virtudes
hasta su fallecimiento acaecido en 1793; suponemos que
sea de esa familia.

Mariacd D. Ramón.— Natural de Sorata. Hizo sus


estudios en la Universidad de Chuquisaca, donde reci-
bió el grado de doctor en cánones. Una vez que reci-
bió la unción sacerdotal en 30 de noviembre de 1800,
desempeñó al<^unas parroquias, y llegó a ser canónigo
doctoraL provisor y vicario general desde 1800. Prestó
importantes servicios a los españoles en 1809, en mo-
mentos en que sus vidas y bienes estaban amenazadas
por la enfurecida plebe. Destruido Indaburu como au-
tor de la contrarrevolución el 19 de octubre de 1809, los
patriotas se retiraron a su campamento de Chacaltaya,
dejando abandonada la ciudad a su propia suerte, en-
tonces el cura Medina, de acuerdo con los suyos nom-
bró a Mariaca, gobernador político militar, lo que admi-
tiópor quietud, sociego y seguridad de la población.
Inmediatamente reunió gente, nombrando su capitán al
doctor Calderón, destacó patrullas para mantener el or.

.den y él mismo en la noche recorrió la ciudad en unión


de otros sacerdotes. Se dirigió al campamento por ver
si podía atraer a Castro por medios pacíficos, no habien-
do logrado su intento, se regresó cuidando la quietud
del pueblo, hasta el 25 de octubre en que ocupó Goye-
neche la ciudad. Los patriotas presos le designaron
como a su defensor en unión de Mariano Ignacio Teja-
da, lo hicieron con tal frialdad, que esos hombros pare-
cían dominados por el miedo y el terror como puede
verse en la defensa producida en 14 de febrero de 181 1.
Departamento de La Paz 469
Habiendo Tristán convocado al vecindario el 16 de
noviembre de 1810, en vista de la victoria de Aroma,
para determinar lo conveniente a los intereses del pue-
blo, Mariaca asistió como delegado del CabildD eclesiás-
tico, en ese carácter suscribió el acta de subordinación
a la Junta de Buenos Aires. Falleció en 18 18.

Mariaca D. Manuel B.— Paceño. Médico y ciruja-


no. Profesor de la Facultad de Medicina; Consejero
de la Universidad. Afiliado en el Partido Liberal, este

le ha presentado varias veces como candidato a la dipu-


tación, habiendo obtenido la suplencia en 1884 y 1886.
Rector de la Universidad y últimamente Ministro de
Estado.

Marino D. A\i¿uel.— Eüte español fue por muchí-


simos años oficial mayor de las Cajas Reales. En 1770
casó con Micaela Justa Lacalle, en quien tuvo a Anto-
nia en 14 de enero de 1772, esta más tarde casó con
Antonio Solar.
Marques de La Plata D. Temando -Natural de
la villa de Quesada en Andalucía: hijo de Fernando
Marques de La Plata Jiménez y Manuela García Ceba-
llos.Se radicó en esta ciudad por el año 1748, contra-
jo matrimonio con Francisca Eulalia Ceballos Escalante,
natural de Pica, en 14 de julio de 1751, de cuyo enlace
tuvo a José en 19 de rharzo de 1753, Ana María Isidora
en 13 de mayo de 175$ y Tomás Joaquín en 6 de febre-
ro de 1757. Fue un vecino distinguido, acomodado,
ejerció el cargo de alcalde ordinario del Cabildo en
1757. Falleció el 10 de enero de 1763,

Marques de La Plata D. José.— Nació en La Paz


el 19 de marzo de 1753: hijo de Fernando Marques de
La Plata y Francisca Eulalia Ceballos Escalante, le lle-
vó a la pila Joaquín de Uuendica, Marqués del Aro y
Jacoba de Ceballos.
47Q Dicci onario Histórico del

Estudió en la Universidad de Chuquisaca, donde


se recibió de doctor en regreso casó con
leyes. A su
María Rojas Nieto, sucesora del condado de Alastaya
en 1779. Subdelegado de las provincias de Omasuyos
y Larecaja, cargo que desempeñó durante nueve años.
Tres veces síndico del Cabildo y alcalde ordinario va-
rias \eces, la primera en 1779.
En el Cabildo de i p de enero de 1809, obtuvo cua-
tro votos para alcalde de primer voto y Yanguas cinco.
Designado para alcalde de 2 ? voto, se molestó y no
quiso admitir. El Cabildo dando por renunciada la
vara, le confirió a Medina.
Después de la revolución de julio, el 18 del mismo
mes fue incorporado en el Cabildo como adjunto, pero
hallándose enfermo, no prestó el juramento de estilo.

Se declaró realista franco y trabajó por la contra-


rrevolución. Aprovechando de la ausencia de las tro-
pas patriotas, el día 6 de octubre resolvieron apoderarse.
de Chireveches, Landavere y
las fuerzas, dirigidos por

que desistieron por el momento; pero Plata y


Plata, de la
Landavere hacían patrullas nocturnas; en la noche del
12 del mismo mes, se hallaban los realistas reunidos en
las casas de Yanguas, Landavere, Plata,
Chireveches,
cuyo número poco mas o menos ascendía a doscientos.
Habiéndose juntado todos ellos, fueron a situarse en el
puente de Coscochaca, más, habiendo aclarado el día y
anoticiados por el emisario que habían despachado al
Alto, de la entrada de los pati iotas al mando de Castro,
se retiraron a la casa de Yanguas, donde fueron toma-
dos presos, pero puestos en libertad por su insignifican-
cia. En la defección de Indaburu se halló oculto hasta
el ingreso de Goyeneche.
En la reunión que tuvo lugar en 26 de noviembre
de 1810, fue uno de que suscribió el acta de subor-
los
dinación a la Junta de Buenos Aires^ entonces era r^-
Departamento de La Paz 471

gidor del Cabildo por nombramiento de 10 de diciembre


de de 1810. A la aproximación de las fuerzas argenti-
nas fue a incorporarse en el ejército de Goyeneche,
quien le dio el cargo de proveedor del ejército, así conti-
nuó en las filas realistas, pero cuando Tristán avanzo
hasta Salta, Plata con fecha 10 de febrero de 181 3, pi-
dió misericordia a Belgrano.

Apenas habla podido alcanzar el grado de coronel


graduado de Pezuela en 9 de enero de 1814
milicias.
le nombró Gobernador hitendente militar interino de
Chuquisaca. En ese puesto transitorio quizo ostentar
mucha autoridad' según Cañete Tuvo un fin lamenta-
ble.

Marques Pray Pranoisco.— Nació en La Paz el 3

de febrero de 1664: hijo natural de José Marques Man-


cilla y Francisca Escobar. En esta ciudad se hizo agus-
tino, sus superiores le enviaron al Cuzco a concluir sus
estudios, donde hizo su noviciado, después recibió la in-
vestidura sacerdotal. Se distinguió sobre manera por
sus virtudes, aplicación al estudio; después de haber en-

señado filosofia, vino de prior a su convento de esta


ciudad en 1709 y la desempeñó hasta 1714. Este reli-
gioso fue el que impulsó más la devoción a San Nicolás,
en cuya festividad repartía sus panesitos benditos a todo
el vecindario. La fiesta solemnizaban todo el gremio
de maestro mn)or de
panaderos, siendo obligatorio al

éstos, nombrar un individuo de su gremio para la fiesta


anual. Pasó al convento de Cochabamba con el mis-
mo carácter.

Marte fray Augusto. —Religioso franciscano, que


entró a las misiones de Mosetenes, Cabinas, en unión
de José Terquera, pasó a los Toromonas, donde perma-
neció largos años entre los neófitos, desde 1790 hasta
1800, en que dejó esas apartadas regiones, por haber
472 Diccionario Histórico del

sido nombrado guardián del convento de La Paz. Ejer-


ció los cargos de discreto definidor. Murió en 1814.
Martínez Tray Die^o.— Nació en Rivera, cerca de
Llerena en Estremadura en 1542: hijo de Juan Cerrano
y Leonor García, pobres y honrados labradores. Bau-
tizáronle a los ocho días de su nacimiento, el 10 de julio
con el nombre de Diego Martínez, que se convirtió en
Martínez según costumbre de los religiosos. Los pri-

n-.eros diez años, pasó al lado de su padre ayudándole


en sus faenas agrícolas, pero tratando de darle instruc-
ción le enviaron a Salamanca; más como no contaban
con recursos, el niño se acomodó de criado de los otros
estudiantes, en cuya condición terminó sus estudios.
En la misma ciudad
fue adm.itido en la Compañía el 6
de octubre de 1566, por ti rector Pedro Sánchez. Po-
cos días después se le mandó a Medina del Campo, en
donde estaba el noviciado de Castilla, que dirigía Balta-
zar Alvarez. Al año pasó a Salamanca, después a Bur-
gos y Villemar, donde durante tres años, no tuvo
otra ocupación que la de acompañar a los misioneros y
ayudarles, esplicando al pueblo la doctrina, así recorrió
Burgos, Viscaya, Navarra; después le ocuparon en ofi-
cios de coadjutor, siendo portero, despensero, sacristán.

En 1571 vino Perú con Acosta y López.


al

Apesar que gozaba como teólogo, recien


del crédito
se le ordenó de menores en 1572, permaneció poco tiem-
po en Sim Pablo, ordenado de subdiácono se le envió
en 1573 al colegio del Cuzco, donde recibió el sacerdo-
cio en 12 de marzo. Permaneció en el Cuzco hasta
1577, en que vino de superior a la doctrina de Juli, per-
maneciendo hasta fines de 1582, en que se le destinó al
colegio deLa Paz, en que residió hasta 1584, volviendo
al Cuzco.

En 1586 acordado el establecimiento de una misión


en Santa Cruz, fue enviado Diego, en unión de Barto-
DEPARTAMENTO DE La PaZ 473

lomé Santiago y el coadjutor Juan Sáncliez, los que no


pudieron avanzar de Cochabaimba por estar intercepta-
dos los caminos por los indios sublevados. Lo efectua-
ron en 1587, llegaron a Santa Cruz el i 3 de mayo, prin-
cipiaron sus tareas. Diego se dedicó a aprender el gor-
gotiqui, compuso un catecismo en chani, capatriri, par-
jono. En 1599 salió para informar al visitador Páez,
del estado de las misiones, \'olviendo a la misión. Rec-
tor del colegio de Chuquisaca en 1606, más después se
le encargó las misiones de Tiahuanacu y Viacha. En
el mismo año reemplazó a Mesin Venegas, que fue nom-
brado procurador, donde permaneció hasta 161 1, pasó
a Lima y falleció en San Pablo en 2 de abril del mismo
año.
/Warlínez Monje Acuña D.Juan de Dios. — Natural
de Pontevedra en Galicia; hijo de Jacobo Martínez y
María Monje. Fue uno de los caballeros más distingui-
dos que a La Paz.
vÍ!"iieron Casó con Rosa Ortega,
limeña, hija de los duques de Estrada, por lo que invis-
tió ese título, fruto de ese matrimonio fueron: Juan de

la Cruz, Manuel Vicente, Rafael y Andrés. Este capi-


tán alcanzó después el título de maestre de campo. Re-
gidor perpetuó del Cabildo, cuya vara había comprado
en Lima. Llegó a ser uno de los vecinos más distinguí-,
dos de su época. Falleció en 1783.

Martínez Nonje Ortega O Juan de la Gruz. —


Nació en La Paz el 24 de noviembre de 1770: fueron

sus padres Juan de Dios Monje Acuña y María Rosa


Ortega, duques de Estrada. Le enviaron en tierna
edad a la Universidad de Chuquisaca, donde con luci-
miento hizo sus estudios y obtuvo la toga de abogado.
De regreso a su país, contrajo matrimonio con Teresa
Sarria, en quien tuvo a Fermín en 9 de julio de 1805.
Síndico procurador en 1794. Unido con los vínculos de
la amistad. a todos los patriotas, trabajó con indecible
60
_474 Diccionario Histórico DEL
ardor por la revolución, concurriendo a todas las juntas
secretas, que prepararon el movimiento de julio. En
1805 asesor ad hoc, en eT juicio seguido a los revolucio-
narios de ese año.
En 1804 era Regidor del Cabildo y tuvo facilidades
para propagar la tea incendiaria; pero fue algo tímido.
En el plan de gobierno discutido en las juntas, se habla
acordado que Monje sería nombrado auditor de guerra.
Habiendo llegado a esta ciudad el abogado Michel,
enviado por la Audiencia de Charcas con requisitorias
para capturar algunos prófugos de aquella ciudad. Mon-
je que era amigo y condiscípulo suyo, le visitó el i6 de
junio a las doce del día, en ella le significó el comisiona-
do, o mejor dicho, le propuso que el Cabildo informara
al tribunal contra obispo y el gobernador para que li-
el

brara la providencia conveniente, a lo que contestó


Monje, que el Cabildo no era capaz de proceder de lige-

ro, que así no podía pensar en semejante informe, mu-


cho más siendo los dos alcaldes Yanguas Pérez y Diez
de Medina, personas de mucho peso, que demuestra
lo

evidentemente, que los oidores no deseaban otra cosa


que atacar las bolsas mediante largos y fatigosos espe
dientes curialescos.
Proclamada la revolución en la noche del 16 de ju-
'lio, Monje en unión de su colega Estrada, el 19 de julio
dirigieron la palabra al pueblo, haciendo la apología de
la revolución. Nombrado miembro de la Junta Tuitiva
y también su asesor, le tocó desempeñar la cartera de
Gracia y Justicia, en unión de Avila. Permaneció en
el puesto hasta su disolución en 30 de septiembre.
Después del descalabro de Chacaltaya, Goyeneche
le hizo capturar el 22 de diciembre, sometiéndole a du-
ra prisión. Prestó su confesión el 17 de enero de 1810.
Fue condenado a un destierro de cuatro años en Córdo-
ba del Tucumán, suspenso de la abogacía, privado para
Departamento de La Paz 47^

siempre de volver a su país natal. Se encaminó al des-


tierroen unión de José Antonio Veamurguía y Dámaso
Bilbao, a su llegada a Potosí visitaron a Salvador Matos,
que los trasportó a su casa del tambo y los retuvo un
día, mostrándoles comunicaciones de los patriotas de la
capital de Buenos Aires, que anunciaban un próximo
movimiento, con esa halagüeña esperanza, caminaron
hasta Córdoba. La revolución platence y el triunfo de
Aroma, alcanzado por los patriotas cochabambinos le
facilitaron el regreso. Siendo nombrado teniente ase-
sor del Cabildo en 7 de enero de iSii.
La pérdida de la batalla de Cuaqui por los patrio-
tas, le llevó otra vez camino de la proscripción. Duran-
te su ostracismo perdió a su esposa, habiendo sido con-
fiscadas sus propiedades. Contrajo segundas nupcias
con una señora salteña Manuela Sanmiiian. Después
de Ayacucho se restituyó a su hogar. En 1822 ocu-
pó un asiento en la Corte Suprema de la República, del
que fue su Presidente. Falleció el 10 de octubre de
1836.
'
Martínez Monje Ortega D. Rafael.-Nació en La
Paz el 23 de octubre de 1772, hermano del anterior.
Hizo sus estudios en la Universidad de Chuquisaca,
donde invistió la toga de abogado. A su regreso contra-
jo matrimonio con Liberata Bilbao en 24 de diciembre
de 1799, de cuyo enlace tuvo a María Manuela Trinidad
Fermina en 30 de ma>'0 de 1801, José María Fermín en
16 de octubre de 1805. Rafael como todos los miem-
bros de su familia fueron adictos y partidarios de la re-
volución. Realizada esta, fue nombrado capitán de la
tercera compañía de granaderos, con su teniente Lucas
Monroy, subteniente Carlos Peñaranda. Fracasada la'

causa separatista, buscó refugio en las playas argenti


ñas, donde permaneció proscrito durante los quince años
de la guerra.
476 Diccionario Histórico del

Después de Ayacucho se restituyó a su liogar. Pre-


sidente del departarr.ento en mismo ano sus
1825. El

paisanos le Congreso reuni-


asignaron un asiento en el

do en Chuquisaca, por primera vez, que declaró la in-


dependencia de Bolivia. Diputado por La Paz a la
Constituyente de 1831.
Contrajo segundas nupcias en 1828 con María Prie-
to Velarde. Murió el 29 de octubre de 1838.

Martínez, Monje Ortega D. Manuel Vicente —Na-


ció en La Paz 27 de marjo de 1774, hermano del an-
el

terior. Hizo sus estudios'también en la Universidad de


Chuquisaca, donde se recibió de abogado. A su regre-
so casó con Escolástica María Mercedes/Sanjinés Leen
La Barra, en quien tuvo a Manuel Norberto en 6 de fe-
brero de 1810. Fue capitán de la octava compañía de
granaderos del ejército patriota con su teniente Pedro
José Larota y subteniente Rafael Dávalos. Durante
!a guerra estuvo también proscrito.

Después de saborear el pan amargo de la proscrip-


ción, regresó al país, intendente de Policía de esta ciu-
dad en 1828; planteó las bases de esa institución, la or-"

ganizó y le dio ensanche. Mediante su entusiasmo se


embelleció el Prado: hizo construir las arquerías finales
de est herm.oso paseo con las arquerías que hizo sacar
del convento de agustinos. Sobre ti centro de la por-
tada principal se leía: «Por la Policía — 1828».
Prefecto del departamento de La Paz en 1826 y
1827. A él se debe la construcción del Cementerio,
cuya idea espuso al general Santa Cruz, la que se
llevó a efecto en 183 1, con sus compartimientos nece-
sarios y su respectiva capilla para funciones fúnebres,
del que fue primer capellán Hermenegildo Aguilar.
Contrajo segundas nupcias con Polonia Delimal,
Falleció el 25 de febrero de 1836,

1
. Departamento de La Paz 477

Martínez Monje Ortega D. Andrés.— Nació en La


Paz 30 de noviembre de 1776, hermano menor de los
el

anteriores. Casó con Paula Tomasa Bilbao La Vieja


Alquiza, hija del teniente coronel Antonio Bilbao La
Vieja y Francisca Alquiza Foronda, en 20 de mayo de
1802, de cuyo enlace tuvo a María Manuela en 25 de
diciembre de 1805, Juan de Dios Celedonio en 3 de
marzo de 1807, María Nicoiasa en 6 de diciembre de
1809 y José Bernardino Luis Fernando en 20 de mayo
de 181 1. Perteneció al ejército patriota de 1809 como
capitán de la séptima compaílía, siendo su teniente Ca-
simiro Calderón y subteniente Manuel Cos;ío. Se re-
tiró, cuando principiaban a desarrollarse los desacuerdos
y traiciones.

Martínez de Valdez D José Antonio.— Natural de


la Vila de Gijin en el Principado de Asturias: hijo de
Francisco Martínez Valdez y María Antonia de Miranda.
Sacó en puja abierta el cargo de regidor y se incorporó
en el Cabildo paceño, como caballero veinticuatro. Fue
casado con Magdalena de Várela, cuzqueña. Murió en
1799.

Martínez de Otero D. Bernardino —Natural de


Estremadura. Corregidor de la provincia de Omasu-
yos de 1768 a 1772. Este general concluido su período,
vivió muchos años en esta ciudad, después obtuvo el
mismo cargo en la provincia de Lampa.

Martínez de Veamurguía D. Pedro.— Natural de


Logroño. Corregidor de la provincia de Larecaja. Con-

cluido su período, se radicó en esta ciudad. Contrajo


matrimonio con Bernarda Marcellano Agramont, en
quien tuvo a Joaquín Dámaso en 11 de diciembre de
1728, Carlos José en 3 de noviembre de 1730, Julio
Manuel en ii de abril de 1732. Este general fue alcal-
de ordinario del Cabildo dos años. Falleció en 1750,
-

47 8 Diccionario Histó rico del

/Wartinez Loay/a Bargorre D. Diego.— Este capi-


tán español se encontraba en La Paz en 1700, no sabe-
mos con que ocupación. En 1705 obtuvo el corregí
miento de la provincia de Larecaja, radicándose defini-
tivamente en Sorata.
Naruri D. Prancisco Mariano.— Argentino, hijo de
Manuel Maruri y María Carmen Salado Villamil. Vino
nombrado subdelegado de la provincia de Pacajes, con-
cluido su período se radicó en esta ciudad, contrajo ma-
trimonio en 1807 con Paula Soto, hija del capitán José
Soto y María Antonia Suárez Várela. Capitán de mili-
cias en 1807, primer alcalde de la Santa Hermandad en
1808 y segundo en 1809. Aparentó adhesión a la cau-
sa patriota de julio por lo que mereció ser nombrado
subdelegado de la provincia de Larecaja. Aprovechan-
do del destino que se le había confiado, este insigne trai-

dor, facilitó a Goyeneche comunicaciones clandestinas,


que los descontentos de la ciudad le remitían; reunió
gente con que engrosó al enemigo, le envió vagajes, ví-

veres, y aún faltó a su palabra de honor, ordenando se-


cretamente que fuese aprisionado el patriota Catacora
a quien le jiabía ofrecido garantías y por fin logró reu-
nirse con Goyeneche. Suscribió el acta tantas veces
citada de sumisión a la junta de Buenos Aires, pero a
la aproximación de Castelli- hwyó hasta Arequipa, de
donde no volvió más.
Nata y Maro D. Nicolás Urbano de— Natural de
lea, en el Perú. Estudió en la Universidad de San
Marcos de Lima, donde obtuvo el gi'ado de doctor en
teología. Ordenado de sacerdote, llegó a desempeñar
algunos puestos en la gerarquía eclesiástica, hasta que
^obtuvo el canonicato Teologal de Lima, inquisidor. Pre-
sentado para obispo de la diócesis de La Paz, por la rei-

na gobernadora, comunicó su elección en 20 de julio de


1702. Al año siguiente fue consagrado por el obispo
Departamento d e La Paz 479

auxiliar de Lima Francisco Cisneros Mendoza. Su go-


bierno fue sumamente corto, pero eficaz, por ser muy
caritativo: obsequió para los clérigos pobres una casa
cómoda, para que pudieran vivir en ella; regaló a su ca-
tedral dos ángeles de oro, perdonó las cuartas episcopa-
les, hizo imprimir con su peculio la relación de las mi-
siones de Mojos. En su testamento dejó legados de a
quinientos pesos a sus familiares, Pedro Lara, Miguel
Cayetano Avendaño, Ignacio Gregorio Adriazola y Bal-
tazar [Mogollón; a su barbero Juan Castro, otra suma,
además doscientos noventa libros en tres estantes. Fa-
lleció el 25 de diciembre de 1704, fue enterrado en la
catedral. Costó sus funerales dos mil doscientos pe-
sos, en luces, lutoy otros gastos,
Mazo de Cárdenas y Peloda Fray rianuel.— Na-
tural de Ongarrio en Burgos, religioso de San Agustín
de esta ciudad, muy distiriguido en su época. Compu-
so una novena de la Pretina, que la publicó en 1780.
Cuya crónica es la siguiente: "Un jugador que concu-
rría todas las noches a cierta casa de juego, encontra-
ba a su paso en puente de San Francisco a un men-
el

digo, a quien daba limosna, una noche que había per-


le

dido por completo en el juego, no teniendo qué ofrecer-


le, se la dio su pretina''. Al día siguiente el sacristán
de San Francisco al descorrer el velo del crusifijo, vio
en la mano deimagen una pretina, que no pudo na-
la

die quitarle, sino su dueño, que desde ese momento


quedó muy arrepentido de su mala conducta. Desde
entonces tomó la imagen la denominación de Señor de
Pretina. Aunque paresca raro, en prolijas investigacio-
nes que hemos hecho, no ha sido posible encontrar pu-
blicación alguna hecha por los innumerables frailes que

pululaban en esta ciudad, conocemos sí, una porción de


sermones, pero todos ellos sino copiados, al menos calca-
dos de predicadores antaños y de mal gusto.
48q Diccionario Histórico del

Hedona D. <ireéorio^— Argentino, que en 1780 vi-


no de visitador dol estanco dé Tabacos y al año siguien-
te encontró la muerte por la sublevación indigenal, a
consecuencia de haberse desarrollado una epidemia que
llevó al sepulcro a multitud de personas. ,
'

/Wedeiros D. José. -^Natural de Buenos Aires (Ar-


gentina). Estudiante de la [Universidad de Córdoba,
en que fue recibido de abogado. Fue casado con Jeró
nima Rosa Martínez de San Miguel del
Iriarte, natural

Tucumán, provincia de Salta: hija de Juan Martínez


Iriarte y Felipa Camana. Vino nombrado teniente ase-
sor del gobernador Burgun>ó en 1796, desempeñó el
gobierno interino de La Paz, en los meses de septiem-
bre y octubre del año indicado por ausencia de Burgun-

yó, que se retiró a Mecapaca por motivos de salud. Su


esposa falleció el 11 de septiem.bre de 1797 siendo se-
pultada en el Carmen. Sumamente apesadumbrado se
regresó a su país en 1804, siendo reemplazado en el

puesto por ladeo Fernández Dávila.


Medina José D. Antonio— Natural de San Miguel
de Tucumán (Argentina). Nacido hacia -el año 1773,
vinculado a las mejores familias del lugar. Estudió en
la célebre Universidad de San Francisco Javier de
Chuquisáca, donde se graduó de doctor en cánenes, y
recibió las ordenes sacerdotales. El obispo que cono-
cía de cerca sus cualidades intelectuales le confió la cá-
tedra de teología en el convictorio carolino, desde en-
tonces se constituyó protector de sus jóvenes paisanos,
entre ellos Bernardo Monteagudo, que era su primo,
así como Alejo Alvarez. En esa época los. acontecimien-
tos de la península preocupaban todos los^ ánimos en
especial a los universitarios por su ilustración y fogosi-
dad. Elegido cura interino de Sicasica, perteneciente
entonces al arzobispado. Medina esperaba por momen-
tos lo que debía suceder en Charcas, la que llegó a rea-
Departamento dé La Paz 481

lizarse el 25 de mayo de 1809. Después de este acon-


tecimiento fue enviado Michel a La Paz con requisito-
rias contra Castro, y otros allegados del presidente
García Pizarro. En Sicasica fue muy halagado por Me-
dina, con música y repique de campanas.
A losdos o tres días que dejó Michel el pueblo de
Sicasica, emprendió viaje Medina sobre esta ciudad, se
alojó en la casa de Hermenegildo Peña; hasta entonces
no había tenido vinculación alguria con los revoluciona-
rios paceños, parece que Paredes que se retiraba al

Cuzco, y había venido con Michel, puso en contacto a


los dos personajes con los conspiradores. Medina aten-

to a los sucesos que infaliblemente tenían que desarro-


llarse, se quedó en la ciudad, no puede ponerse en du-
da, era de bastante talento, de elocuencia persuasiva,
de lógica irresistible, de cierto carácter impositivo, se
puede que nació predestinado para ser el corifeo
decir,
de una revolución, como lo manifestó en el movimiento
separatista de esta ciudad, en que hizo un papel muy
importante, que a no haber sido su carácter sacerdotal,
no lo dudamos habría sido su jefe.
Una vez puesto en contacto con los gerentes de la

revolución se enardeció el hombre. Discutido lo bas-


tante el plan de gobierno, meditado por Catacora, for-
malizado por Gregorio Lanza, a la que contribuyó Me-
dina, se acordó que el cura marcharía como diputado a
Chuquisaca.
Realizada la revolución en la noche del 16 de julio
de 1805, afirma en su declaración: '"se le llamó al día
siguiente para representante del pueblo, se denegó, ha-
biéndose ocultado, a los tres días, repitiéndose el llama-
miento por los representantes Lanza y Catacora, con
tres soldados que se le pusieron a la puerta de su casa,
se vio obligado a conducirse a la casa del finado oidor
6i
482 Diccionario H istórico del

Medina, donde se hallaban congregados todos los revo-

lucionarios, que a muchos de ellos los conocía por pri-


mera vez" Sea de esto lo que fuere, la verdad es que,
.

dictó a Bueno en 21 de julio, el plan de gobierno con


sus diez capítulos, el que sometido al Cabildo, fue apro-
bado en 22 del mismo mes, constituyéndose en con-
secuencia la Junta Tuitiva, de ¡a que fue Medina, uno
de sus miembro, los que prestaron el juramento de es-

tilo; se encomendó en unión de Catacora la cartera


le

de Estado. No cabe duda que dio impulso a la revolu-


ción con su palabra, sus consejos, sus dictámenes bien
meditados; estuvo completamente preocupado con la ta-

rea de oficios, proclamas, mereciendo del comandante


Muril!o,los más calurosos aplausos, estuvo íntimamente
ligado con el.

Los preparativos que se hacían al otro lado del


Desaguadero por orden deTVirrey Abascal, para aho-
gar la revolución paceña, se logró mediante la energía
de Medina y otros patriotas, hacer que el Cabildo de-
clararala guerra a la provincia de Puno, dirigiéndose
en consecuencia las fuerzas a Tiahuanacu, a cuyo pun-
to se dirigió Medina, para alentar el espíritu de los sol-
dados, no era la primera vez, sino que sus prédicas en
los cuarteles eran continuadas.
El mismo día que se declaró la guerra a Puno, fue
incorporado en el Cabildo, y la soberbia proclama, que
circuló el-día 25 de julio, es obra de este meritorio sa-
cerdote. Su carácter enérgico, se manifestó en más de
una ocasión, así "cuando se trataba de la provisión de al-
gunos destinos, pedidos por la Junta, se exaltó, tuvo
cambio de palabras con el alcalde provincial Loa)'za, el
alcalde de segundo voto Medina.
Sostuvo con calor por la apertura de los pliegos ofi-

ciales, siendo de advertir que Medina concurría a fre-


cuentes reuniones ante Murillo, como ante Indaburu.
Departamento de La Paz 483

Habiendo llegado los comisionados de Goyeneche


con proposiciones de arreglo ante el Cabildo. Medina
fue de parecer que no debian pasar del Tejar, pero in-
troducidos por Murillo, conferenciaron largamente con
el cuerpo capitular, que aceptaron las propuestas del je-

fe enemigo, a lo que se opuso enérizicamente el cura de


Sicasica. Para el cange y ratificación de esos arreglos
fueron enviados ñor el Cabildo Sagárnaga, el alcalde de

segundo voto Medina, y por parte de la comandancia


Orrantia y el cura Medina. Este último se quedó en
Tiahuanacu, sea por enfermedad como él afirma, o por
no ver a Cioyeneche, que parece lo más cierto, o por
cualquiera otra causa.
La contrarrevolución proyectada desde hace algún
tiempo, o mejor dicho, a raíz de la revolución, halló ma-

yor aliento con la llegada de los emisarios de Goyene-


che, que no cabe menor duda, fueron portadores de
la

misivas reservadas de aquel general famoso en intrigas.


Yanguas y los demás antirrevolucionarios se prepara-
ron para dar el golpe, en vista de esto Castro e Iriarte,
se dirigieron al campamento, de acuerdo con Rodríguez,
Arias y Medina, condujeron las fuerzas, que en las pri-
meras horas de la mañana del 12 de octubre se presen-
taron en los altos de la ciudad, descendieron, captura-
ron a Yanguas y a otros realistas de la ciudad. Medi-
na pidió diez mil pesos por la cabeza de Yanguas, la

^ que no tuvo efecto, no sería para apoderarse de ese di-


nero, sino para gratificar a la tropa como él lo afirma,
parece que más bien se propuso aterrorizar a los realis-

tas, tocándoles las bolsas, pues, que estos obraban con


felonía.
En la noche del 11 de octubre Indaburu con sinies-
tras instrucciones convocó un consejo de guerra en su
casa, en que este jefe insinuó la idea de un rendi-
la

miento, aparentemente les leyó una carta del cacique


484 Diccionario Histórico del
de Calamarca, según el cual, Loayza a la cabeza de
veinte mil indios invadirla la ciudad, esa" misiva era a
todas luces falza, porque ni el cacique Juan de Dios Hi-
guera, escribió semejante carta, ni Loayza pensaría en
semejante invasión. Indaburu no se proponía con esto,
sino desprestigiar a Loayza y desconceptuar al caudillo
Murillo. En esto abandonó el hijo de Indaburu la reu-
nión, süpretextode pasar lista a su compañía, a poco el
padre. Medina, notando algo de mala fé en Indaburu,
dijo: "hay que espiar a este hombre", y"*se dirigió a la
plaza. Efectivamente encontró a Indaburu a la cabe-
za de sus soldados, que apenas los vio ordenó capturar-
los, Medina se dirigió hacia los portales, donde fue to-

mado y conducido preso ai cuartel, se le puso un par de


platinas, siendo amenazado durante la noche, poco fal-

tó para que fuera sacrificado.


Destruido Indaburu al día siguiente por las fuerzas
de Castro, Medina fue puesto en libertad, 6e dirigió con
las tropas al campamento de Chacaltaya, de cuyo pun-
to le envió Castro a exigir del monasterio délas concep-
cionistas, doscientos mil pesos, alegando que el día del
ataque a la plaza, de las ventanas de dicho monasterio
le habian hecho fuego. No tuvo lugar la estracción del
dinero, está claro que el objeto del jefe de las fuerzas
era acumular el dinero necesario para sostener la tropa
en la resistencia que trataba de hacer en la provincia
de Yungas.
Medina asistió al consejo de guerra que tuvo lugar
en el campamento patriota, en que se acordó la retirada
a Yungas, siguió a él; en Unduavi se encontró con Bue-
no, con quien se dirigió a Pacallo. De allí pasó a la

finca de Pedro m.ayo de Vicenta Eguino, donde perma-


neció una semana, al cabo de los cuales pasó a Coroico,
de cuyo punto dirigió a Lanza misivas enardeciéndole
para la defensa de la patria. Pasó a Coripata ocultan-
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 48J
dose en la finca Jaqueramaria, pasando en seguida a
Chulumani, donde supo Id derrota de Irupana, Buscó
un escondite, pero descubierto por un soldado de la par-
tida de Sierra, fue entregado a Tristán, quien lo remitió
a esta ciudad bajo la responsabilidad de Basagoitia.
Apenas 27 de noviembre fue conducido recluso
llegó el
al convento de San Francisco.
Sometido a juicio prestó su indagatoria ante López
de Segovia el 18 de diciembre y su confesión el 8 de
enero de 1810. Condenado a la pena capital, pero la
sentencia decía: ^'suspendiéndose por ahora la ejecución
por justas consideraciones, no obstante la degradación
y entrega hecha por el obispo de esta diócesis, hasta
que el Virrey resuelva lo que tuviere por convenien-
te". El Virrey Cisneroscon dictamen de la Real Au-
diencia, confirmó la sentencia en 28 de abril de 1810.
ComiUnicada la confirmación a Juan Ramírez, entonces
Intendente; pero. a poco recibía el siguiente despach.o
del mismo Virrey: "Si a la fecha no se ha ejecutado a
Medina, se suspenda conmutándole en destierro", en
fecha 20 de mayo de 1810. Antes de recibir la orden
virreinaticia el obispo y el gobernador en i ? de junio

de 1810, habían pedido la gracia de conmutación.


Medina se hallaba sumido en los calabozos, cuando
el 26 de junio de 1810 llegó un extraordinario con la

noticia de la revolución acaecida en Buenos Aires, por


lo que Ramírez esa misma noche le envió preso a Lima,
con una gruesa barra de grillos y una cadena a la cin-
tura, en el acto de llegar fue encerrado en la cárcel de
Corte, en el mismo calaboso en que ya hacía un año
estaba confinado Figueroa.
Abascal trataba de enviarle a España, lo que supo
Medina, por haber sido puesto en la cárcel, Gómez'por
falsario, éste habla sido escribiente del asesor José Mu-
486 Diccionario Histórico del

noz. Con este motivo los amigos de Medina hicieren


lo posible para salvarlo, especialmente Mariano Alejo
Alvarez, descípulo suyo, que mediante arregles con el
médico Carmena y otros, logró que Medina fuera tras-
ladado a los Descalsos, de donde logró fugarse, arriban-
do a Coquimbo el 3 de diciembre de 1812, En Buenos
Aires se incorporó como diputado del Tucumán en 21
de abril de 1826, al Congreso Constituyente de las pro-
vincias unidas. Falleció en Santa Fé por el año 1828
o 1829.

Medina D. rrancisco - Natural de Lima. En 1650 vi-

no nombrado tesorero de las Cajas Reales de esta ciu-


dad, en cuyas funciones permaneció largos año?. Fa-
lleció ejerciendo el cargo en 3 de enero de 1693. Su
hijo José llegó a casar con Isabel Jáuregui. en quien tu-

vo a Melchora en 9 de enero de 1691. Habiendo falle-

cido su padre se retiro a su pais natal, Lima.


Medina Leiva D. rrancisco— Limeño; residía desde
algún tiempo en La Paz. Casó con María Llano As-
tojga, en quien tuvo a Nicolás en 12 de abril de 1712,
Petronila Josefa en 25 de abril de 1714, Felipe Anasta-
cio en I? de mayo de 1715. Era un caballero muy
distinguido, el corregidor Conde de Olmos, lo había lla-

mado de su teniente, como se hubiese enfermado el co-


rregidor, se hizo cargo del gobierno a principios de abril
de 1700, y habiendo fallecido el conde, recayó el mando
en Medina; desempeñó el cargo hasta el 20 de agosto
de 1701. Falleció el general en 19 de mayo de 1718,
sepultado en la Catedral.
Mejía D. Rodrigo.— Natural de Villacastia. Se
halló en la conquista de la isla española de Santo Do-
mingo en 1 1505, más ta'rde se encontró al lado. del Virrey
Vela, cuando este había ocupado Quito después de su
expulsión del Perú por Gonzalo Pizarro. Vela comisio-
nó a su hermano Juan Velásquez para que dirigiéndose
^__
Departamento de La Paz 487

a Cali ocupara el puerto de San Buenaventura, pasase


a Panamá a recoger los auxilios que debían remitir los
capitanes Guzmán y Santillana. Acompañaban a Vela,
xMejiay otros soldados, teniendo a su cargo una regular
suma en oro y a un hijo de Gonzalo Pizarro,de edad de
doce años habido en una india de Quito, el cual desea-
ba el Virrey que estuviese asegunníü en Panamá. Pe
dro Hinojosa, enviado por Pizarro llegó a San Buena-
ventura en momentos de hallarse Vela proveyéndose de
materiales para hacer una embarcación. Un soldado
de este llamado Iris le denunció a Hinojosa, previo ajuste
de recompensa, por lo que recibió más tarde dos mil
castellanos. Hinojosa que estaba cerca, desembarcó sus
fuerzas, destinó dos partidas que por diferentes rumbos
se internaran en busca de los leales. Mejía fue tomado
cerca del San Juan con el hijo de Pizarro por una de
rio

las partidas, así como Vela por la otra. Con alguna


dificultad pudo Mejía alcanzar su libertad, logrando des-
pués incorporarse al presidente Gasea a cuyo lado se
halló en Saxajuana. Este le nombró vecino fundador
del nuevo pueblo de La Paz, apesar de su ausencia fue
nombrado regidor por el primer Cabildo que tuvo lugar
en Laja el 20 de octubre de 1548

Melendez fray Luis. Extremeño, religioso fran-
ciscano. En 160Q fue guardián del convento de esta
ciddad el (^e tenía catorce sacerdotes. El Cabildo al
fundar el primer hospital, como patrón, se había reser-
vado el derecho de nombrar a su capellán, pero la falta

de clérigos hizo que desde un principio sirviesen los


franciscanos; por atención a los enfermos se les pagaba
ciento veinte pesos anuales, suma que había asignado
el Virrey Toledo, además por disposición real el tesoro
lesentregaba anualmente cuatrocientos ocho pesos para
gastos de vino y aceite. Los franciscanos se creían con
perfecto derecho para ejercerhasta funciones parroquia^
48S Diccionario H istórico del
les, así tuvieron hasta pila bautismal. La petulancia
frailuna, fue tal en el coloniaje, que más de una vez
causaron molestias al Rey; al consejo de Indias y a los
virreyes.
Mendizába! D. José María de.— Natural de Jujuy
(Argentina). Había estudiado en la Universidad de
Córdoba, era graduado de doctor en ambos derechos.
Ordenado de sacerdote en. 21 de septiembre de 1805
por haberse presentado como opositor al concurso de
1805, en que obtuvo el curato de San Pedro de esta
ciudad, en otro concurso obtuvo el curato de Puno; en
ambos desplegó y contracción pastoral. Elevado a
celo
Prebendado del coro de La Paz, obtuvo más tarde la
Canongía Magistral. Eximinador sinodal, comisario
subdelegado de la Santa Cruzada, comisario del Santo
Oficio de la Inquisición de los Reyes, juez apostólico de
apelaciones del Metropolitano de La Plata. El obispo
Martín Villodres presentado para la Diócesis, le hizo su
gobernador, provisor y vicario general, cargos que tam-
bién le confirió el obispo Sánchez Matas, mientras ve-
-nía a posesionarse. Para el primero le pidió cuartas
episcopales por pobresa y estreches, dice, en que se
la

hallaba en Lima; para el segundo mandó celebrar en


toda la Diócesis misas con letanía. Fue realista con
los que seguían esa bandera, y patriota con los republi-
canos, siendo ambigua su conducta hasta la terminación
de la guerra. En 1817 el Virrey obligó que la provin-
cia de La Paz, contribu)'era con cincuenta y cinco mil
pesos, para los gastos de
la guerra; en 25 de noviembre

año casi obligaba Mendizábal a que se halla-


del citado
nen abonar ambos cleros, la contribución de un año, en
cantidad de treintay cinco mil pesos. En esta junta
estuvieron reunidos, José Jorge Vidaurre Polo, Preben-
dado, diputado por el Cabildo, José María Asín, promo^
tor fiscal, José Valdez, cura de Viacha por el gremio de
Iliistnsimo José María Mendizábal
Departamento de La Paz 489

curas, presbítero Manuel Latorre, por el clero llano, el

tesorero Pablo Manuel Segovia y el regidor Juan Telle-


ría, así como los superiores de los conventos.

Terminada la guerra en los campos de Ayacucho,


asistió como diputado por La Paz, a la primera Asam-
blea convocada por el Mariscal Sucre, que se reunió en
Chuquisaca en 1825. Cuando se trató de la autonomía
de Bolivia, fue de opinión que debía pertenecer al Bajo
Perú. Santa Gruz en 15 de diciembre de 1827, !e pre-
sentó" para obispo de La Paz. La sangrienta guerra de
los quince años había debastado el país, las parroquias
se hallaban en completa ruina, sin pastores, a causa del
retiro de los párrocos españoles, derruidos los templos,
arruinadas y desmantelados;t rato de remediar esos ma-
les, se propuso visitar personalmente la basta diócesis
aún antes de que desde la última
ser consagrado, pues,
visita habían trascurrido veinte años. La realisó con
todo acierto, especialmente llamó su atención la división
de algunas parroquias. Creó la parroquia de Veren-
guela en 7 de febrero de 1829, Tcpoco, Collocollo, Ya-
nacachi y Lámbate en 9 de febrero del mismo año;
Chulumani, Peñas, Laza y Achiri en 10 de febrero
de 1829. En 4 de diciembre de 1828 fue preconizado
por papa León XIV, sus bulas se expidieron en 15 del
el

mismo mes y año. Fue consagrado en Sucre el 14 de


agosto de 1830. Promovido al arzobispado de La Plata
en 24 de julio En 1837, uno de los plenipo-
de 1835.
tenciarios que pactó en Tacna la Constitución Fede-
ral. Murió en 20 de septiembre de 1846.
Mendizábal e Imaz D. José lldefanso.— Natural
de Ataun, del consejo de Lascano, Guipuscoa;
la Villa

hijo de Pedro José Mendiz¿\bal y Teresa Antonia imaz


Altolaquine. Vino a La Paz el año 1807 con el carác-
ter de capitán agregado al batallón de milicias discipli-
62
-

490 Diccionario Histórico del

nada de la ciudad. Casó con María Josefa IturralJe


Machicao en noviembre de 1809, tuvo
i8 de a su iiija

María Josefa Juliana en 26 de enero de 1810. Empeci-


nado realista, cuando estalló la revolución de julio, voló

ante Goyeneche, estuvo a su lado en Chacaltaya,


como también en Guaqui, Sipesipe, siendo ascendido a
teniente coronel en 8 de mayo de 1812. En 181 3 fue
nombrado subdelegado interino del partido de Chayan
ta por Pezuela, quedando elegido en propiedad en 181 5,

donde cometió los más horrendos atentados: hizo fusi-


lar, matar, robar; autorizó el asesinato de la viuda de
Molina. En 1819 pasó a ejercer el cargo de Goberna-
dor Intendente de Cochabamba, que también fue vícti-
ma de sus furores y desmanes. En 1823 el 25 de sep-
tiembre el general Olañeta le nombró Gobernador inte-
rino de La Paz, cargo que desempeíló hasta el 29 de
enero de 1825, en que ocupó la ciudad el general patrio-
ta José Miguel García Lanza. Imaz, el obispo Sánchez
Matos y la guarnición española abandonaron La Paz,
tomando el camino del interior. Este gobernador reci-
bió riiisión de Olañeta para arreglar con el enviado del
Gran Mariscal Sucre, Antonio Elizalde, un convenio.
Fue armisticio de cuatro meses, en 12 de enero, que
no llegó a tener cumplimiento, porque Sucre pasó el
Desaguadero con su ejército. Se retiró a la vida priva-
da en una propiedad solitaria, en su casita de la Prego-
na, en Colquechaca, donde el año 1843, ^^^^ asesinado
por un tal Damián, lego profeso del convento de San
Francisco.

Mendoza D Alonso de.— Natural de Garrobilla,


en la provincia de Badajoz. Militó en 1538 a órdenes
de Hernando Pizarro en la campaña contra Diego Alma-
gro, habiéndose hallado en la batalla de las Salinas, don-
de perdió este, lo mismo que en la batalla de Chupas al
lado de Castro, en que sucumbió Almagro, el hijo. En
1

Departamento de La Paz 49

1544 cuando la defección Je Gonzalo Pizarro se hallaba


en sus principios, Mendoza, Gaspar Rodríguez de Cam-
poredondo y otros, enviaron.a Lima al clérigo Baltazar
de Loayza para componerse con el Virrey Vela, obtener
el perdón que les fue concedido, como este paso no per-

m:ineció muy oculto, Mendoza inspiraba recelos entre


los pizarristas; así como instigó a Gaspar Rodríguez, pa-
ra combinar un plan para asesinar a Pizarro, a quien le

consideraban un ambicioso usurpador de los derechos


del soberano. Pizarro tuvo noticias y datos ciertos,

mandó matar y poner preso a Mendoza, pe-


a Rodríguez
ro atendiendo a sus disculpas le puso en libertad.
El Virrey Vela en 1545 se hallaba por las sierras
del norte y Gonzalo Pizarro con su ejército en Piura.
Mendoza en el Cuzco trató en secreto con Luis García
Samanes, gran amigo de Alonso Toro, que era el go-
bernador, el modo de atraer a este al partido del Virrey
y que se apartase de Pizarro. Toro convino en que si
el Virrey se aproximaba al Cuzco se le entregaría con

la gente, que en caso de no suceder asi, siempre que el

Rey no confiriese la gobernación a Gonzalo, entonces


se haría su enemigo.
Toro aumentaba sus soldados, estando con Mendo-
za en el puente del Apurimac, quisieren ambos rebelar-

se contra Pizarro; pero al saber la muerte de Francisco


Almendras acaecida en Chuquisaca, y que Diego Cen-
teno habla invocado allí la causa del Rey, dispusie-
ron marchar sobre el Cuzco. Toro vino al Alto Pe-
rú y como no contase con mucha gente Centeno, huyó
hasta Chichas, haciéndose imposible un avenimiento.
Toro regresó al Cuzco, dejando a Mendoza en Chuqui-
saca con alguna gente.
Mendoza a poco tiempo en 1546, se vio acometido
por fuerzas de Centeno, abandonando Potosí, donde se
hallaba, se retiró a Paria, luego al Desaguadero, per-
4Q2 Diccionario Histórico del

diendo gran parte de su gente. En Chucuito encontró


a Francisco Carvajal que iba comisionado por Pizarro
en persecución de Centeno, Este dio Mendoza el
a

mando de una compañía deX^íi^ntería, con que ani-


la

quiló a Centeno, obligándole a huir hasta Arequipa. En


esta ocasión Mendoza salvó a Francisco Retamoso, a
quien quería ahorcarlo Carvajal. Siguió este su mar-
cha al interior con dirección a Pocona en busca de Lope
de Mendoza, que al mando de un pelotón de soldados
procedentes del río de La Plata hacía correrías en el Al-

to Perú, en nombre del partido En el ataque


realista.

nocturno que se efectuó en Pocona, Mendoza peleó va-


lerosamente, derrotó a los contrarios; lo mismo que en
la persecusión de Lope de Mendoza, hasta que este fue

muerto.

Carvajal nombró a Mendoza alcalde de Chuquisa-

ca, al retirarse le encomendó su gobierno, que también


comprendía Potosí. Centeno que había reaparecido en
la escena, ganado el Cuzco, proclamando la autoridad

real,vencido a Antonio de Robles; dirigiéndose en se-


guida a Chuquisaca para atraerlo a Mendoza al servicio
del soberano, para lo cual envió al maestre escuela de
la catedral del Cuzco, Pedro González Zarate y a poco

tiempo le remitió una carta del Presidente Gasea, que


se encontraba en el Perú, dirigida al capitán Mendoza,
en vista de esto no trepidó en volver a la causa realis-
ta.

Se unió a Centeno y se reconcilió con este. El

ejército real se dirigió sobre el Desaguadero, cuyo puen-


te hizo cortar Centeno. Gonzalo Pizarro salió de Are-
quipa bastante decepcionado por la deserción de sus sol-
dados, resuelto a dirigirse a las montañas o pasar a

Chile. Centeno le salió al encuentro en las llanuras de


Huarina.
Departamento de La Paz 493

Era 20 de octubre de 1547, se preparó para la


el

lucha el Constaba de 200 caballos y


ejército realista,
1 15 arcabuceros con escasez de pólvora, la fuerza res-
tante era de piqueros; el total más de goo soldados y
sin artillería. Formó en una línea la infantería, robus-
tecidas las alas por arcabuceros; los capitanes eran Juan
de Vargas, Francisco Retamoso, Francisco Negral, Pan-
toja y Diego López de Zúñiga. A la derecha de la infan-
tería estaban tres compañías de caballería, con los capi-
tanes Pedro de los Ríos y Antonio Ulloa. A la izquier-
da 100 caballos de la gente de Arequipa y lá procedente
del territorio argentino, cuyos capitanes fueron Alonso
de Mendoza y Gerónimo Villegas: el cargo de maestre
de campo lo ejercía Luis de Rivera y el de sargento ma-
yor Luis García San Mames. Diego Centeno no tomó
parte en la batalla por hallarse enfermo.
Gonzalo Pizarro hombres en 5us filas.
tenía 500
Sus arcabuceros muy superiores a los contrarios, pues,
eran 250 con armas de reserva y abundante dotación de
municiones. Sus capitanes Diego Guillen, Juan de la
Torre, Juan de Acosta y el maestre de campo Carva-

jal. La caballería en menor número que la contraria,


comandada por Gonzalo Pizarro, siendo sus capitanes el

licenciado Cepeda y el bachiller Guevara. Hernando


Bachicao llevaba 60 piqueros.
Los dos ejércitos permanecierona 600 pasos uno

de otro en terreno muy


y sin ofenderse, pues, Car-
llano
vajal quería aguardar a los enemigos para romper el
fuego cuando los tuviera muy cerca. Y consiguió su
objeto, porque abanzaron disparando sus armas en la
idea de que les era muy honroso principiar el combate

y ser los que atacasen. Hicieron alto a los cien pasos:


hubo un cambio de tiros entre guerrillas, pero sin resul-
tado. Carvajal que persistía en su plan de no acome-
ter, se movió un corto trecho con ir.ucha pausa, y en-
-

494 Diccionario Histórico del

tonces los realistas exitados imprudentemente por unos


clérigos vascongados, se adelantaron con sus picas cala-
das, aproximándose tanto cuanto aquél deseaba. Así
que Carvajal los tuvo a cien pasos^ hizo disparar sus
bien manejados arcabuces, matando o hiriendo 150 hom-
bres V varios oficiales; en otra descarga el estrago fue
mayor, poniendo en completa derrota a sus contr-arios
que se dieron a la fuga. La caballería de Centeno lu.
chó hasta el punto de ver arrollada y vencida a la con-
rodeado de enemigos que lo abruma-
traria, -y a Pizarro
ban y cuyo
en campamento hicieron muchos robos.
Todavía continuó el combate en que los de Centeno hi-
cieron sus últimos esfuerzos matando en ellos al capitán
Pedro de Fuentes e hiriendo en e! rostro al licenciado
Cepeda. Murieron los capitanas realistas Siivera, Re
tam.oso, López de Zúniga, Negral y Pantoja, varios otros
maestre de campo Rivera, el alférez general
oficiales, el

Diego Alvarez. La mortandad de individuos de tropa


del bando del Rey ascendió a 350 y tanto o más notable
fué el número de los heridos, contáronse 182 caballos
muertos en aquc! horroroso campo. Fue la batalla más
sangrienta que se dio en aquellos tiempos.
Escapando del campo pudo llegar hasta Jauja, don-
de se incorporó al Presidente Gasea, quien dio a Men-
doza el miando «de una compañía de caballería, con la
cual estuvo en !a acción de Sajsaguana, en que fue ven-
cido Pizarro el 7 de abril de 1548. El Presidente envió
a Mendoza a diferentes puntos a prender a los tenientes
de Pizarro, recoger tributos y quintos reales, sacar di-
nero a muchos en castigo de haber servido a la rebe-
lión.

Gasea determinó fundar una nueva ciudad, con es-


te motivo al dirigirse a la ciudad de los Reyes, en Guai-
narina el 8 de septiembre de 1548, dio orden al capitán
Alonso de Mendoza para que fundara una nueva pobla-
Departamento de La Paz 495

ción en la provincia del Collao, a la que debía llamar


Nuestra Señora de La Paz, para lo que le extendió el

despacho de corregidor, encargándole expresamente,


que fundase un pueblo con mayor número, de buenas
costumbres que de leyes, Los vecinos fundadores de
la nueva población fueron designados por Gasea en nú-

mero de cuarenta y dos.


Ll capiíán Mendoza acompañado de doce bizarros
españoles se dirigió al Collao a echar los fundam.entos
de ki nueva población. Llegaron al pueblo de Laja, y
el sábado 20 de octubre d« 1548, aniversario de
dia la

batalla de Huarina, se juntaron en Cabildo dentro la

iglesia de aquel pueblo, extendieron la primera acta de


la fundación de la nue\'a ciudad de Nuestra Señora de
La Paz, expresando en ella que «convenía al buen ser-
vicio de Dios y al buen provecho de los naturales por
los rebelar d.l trabajo que tenía que venir su persona

al servicio a sus amos a la ciudad del Cuzco, et a la

ciudad de Arequipa, et villa de la Plata en que estaban


y están muy atrás mano por otras causas y respetos,
habían mandado poblar y Fe poblase la dicha ciudad de
Nuestra Señora dé La Paz en la dicha provincia del Co-
llao^ y que el asiento de dicl'ia ciudad, el trazo de ella se

hiciese: en la parte y lugar que más conveniente nos


pareciese et que para la población de la dicha ciudad
ellos estaban nombrados y señalados por vecinos de ella

y así mismo que estaban nombradas otras muchas pe'-


sonas por vecinos de ella y las cuales al presente no
podían ser habidas para hacer Cabildo y por estar co-
mo estaban en la ciudad de Lima y en el asiento de Po-
tosíy en otras partes remotas, convenía al servicio de
Su Magestad de nombrar alcaldes et regidores y los otros
oficiales necesarios para entender en la traza y pobla-
ción de la dicha ciudad, y en administrar justicia y en
otras cosas necesarias y convenientes al servicio de Su
4g6 Diccionario Histórico del
Magestad et para evitar muchos daños, robos, fuerzas,
agravios que se han hecho, et facer por esta provincia
del Collao, han si a los naturales como a otras personas
a causa de no haber habido justicia que lo rem.edie y
aún que para lo susodicho convenía estar juntos la ma-
yor parte de los vecinos, ccmo está dicho no podían ser
habidos». Inmediatamente procedieron al nombramien-
to de autoridades, resultando elegidos: Alcaldes, Juan
de Vargas y Gerónimo de Soria; Regidores, Alonso de
Layas, Fernando de Vargas, Antonio de Ulloa, Rodrigo
de Mejía, Diego Peralta y García Gutiérrez de Escobar;
Procurador, Juan de Rivas; Alguacil mayor, Juan de
Espinosa; Escribano, Francisco de Cámara. Terminó
este solemne acto con el juramento de estilo de los fun-
cionarios mencionados.
Al día siguiente se pusieron en marcha los funda-
dores y después de una caminata de veinticinco kiló-
metros aportaron á la cumbre del Choqueyapu, que de-
bía llamarse Alto de Lima, en que más tarde debía le-

vantarse un pilar: descendieron y quedaron instalados


en el tambo que hizo construir el inca Huaína Capac en
Churupampa, planicie de caracoles, que por corrupción
la nombraron Churubamba, entregándose al descanso
después de tantas fatigas.
En 25 de octubre se volvieron a reunir en Cabildo,
suscribieron una segunda acta, por la que señalaron co-

mo asiente provisional de la nueva ciudad el pueblo de


Chuquiyapu hasta que se encontrare otro lugar más
apropiado donde trasladarla más tarde, no perdiendo la

idea de elegir Tiahuanacu o Viacha.


Bien se com.prende que hubo poca diligencia para
tal investigación, para fijar el lugar definitivo donde de-
bía asentarse la ciudad que debía fundarse, pues, esta se
quedó definitivamente establecida en el lugar señalado
por la primera acta, y hoy mismo vemos la ciudad de
Departamento de La Paz 497

La Paz sobre esos pedregales removidos por las manos


intrépidas de los collas en los rebusques que hadan del
oro, que fue el metal que sirvió de aliciente a los con-
quistadores.
Establecidos los fundadores en este hueco perfora-
do por los siglos, y en este sitio ocupado por los enemi-
gos de la raza incaica, lo primero que hicieron fue colo-
caruna picota en la plaza como sigiio de posesión a
nombre de Su Magestad el Rey de España Carlos V.
Después de los primeros fundadores, llegaron uno
tras otro, Juan de Rodríguez (párroco), Juan Gutiérrez
Panlagua (agrimensor), Alonso Caballero, García Gu-
tiérrez de Escobar, Juan Remon, Juan Viscaino (ciru-
jano), Baltazar Morales, Fernando Coronado, Melchor
Ramírez y Vargas, N. Godoy, Diego Morales, Diego
Dionisio Peñaloza y Briceño, Juan Vendriel, venia de
teniente, Alonso de Carvajal (barbero), Juan Vázques,
Alonso Fernández Regio, Alonso de Bilbao, Diego Var-
gas, Pedro Clavijo, Juan de Pancorbo Obregón, Juan
de Rivas, con su esposa Lucrecia Sansoles, que fue la
primera española que vino, Juan Francisco de Villalo-
bos, Antonio Muñares Navarro, Fernando de Chirinos
y Diego Cuadrado.
Al mes cabal de la fundación de la ciudad fue inau-
gurada la primera parroquia el 20 de noviembre bajo
la advocación de San Sebastián, por el cura Rodríguez,
siendo entonces simple vicaría foránea del Cuzco.
El fundador se ausentó de la ciudad el 23 de octu-
bre del mismo año, dejando el gobierno a cargo del al-

calde ordinario Juan de Vargas, nombrado teniente.

Mendoza reasumió el cargo a fmes de noviembre, no se


sabe donde se dirigió, probablemente f je en alguna comi-
sión urgente que le habrá señalado el presidente. A su
regreso tuvo la satisfacción de recibir al ilustre histo-

63
498 Diccionario Histórico del

fiador Cieza de León, a quien le obsequió un excelente


plato guisado con carne de guanacu.
El alarife Juan Gutiérrez Paniagua fue autorizado
por el Cabildo en 27 de noviembre para hacer las me-
didas, distribuciones, designaciones de plazas y calles
de la ciudad, cuyo cometido debía llenar libremente y
sin restricción. Se confiaba en su ciencia y concien-
cia para que las calles bayan derechas conforme a la
traza presentada al mismo Cabildo, cobrando un peso
por las medidas de solares y dos por las de chacras.
Desgraciadamente el ilustre agrimensor no tiró bien
sus cordeladas, habiéndonos dejado calles tortuosas y
mal formadas, salvo que la dictadura popular se hubie-
ra impuesto a las sabias medidas del alarife.
Aún se mecía en su cuna el pueblo, cuando mandó
ochenta vecinos armados bajo las. órdenes del capitán
Mendoza a socorrer a la ciudad de Potosí, que se halla-
ba acometida por un alsamiento de indios, dejando el

gobierno al Sayas en 1549.


alcalde ordinario Alonso
La densidad de población aumentaba con la venida
de nuevos aventureros. Los españoles, unos viejos
solterones y otros cuyas bellas mitades suspiraban en
la península, simpatisaron cor. las aborígenes, entre-
gándose a los goces de la vida, resultando de esta més-
ela la raza mestiza, familia híbrida, que mediante el tra-

bajo, se levantaría un día prepotente, y trataría de im-


poner silencio a los extranjeros.
La Gasea había conferido a Mendoza el cargo de
regidor de la ciudad en 5de enero de 1550, cuyo despa-
cho presentó el fundador en el Cabildo reunido el 6 de
mayo de 1550. No se sabe el lugar, ni fecha de su fa-
llecimiento. Fue su repartimiento San Sebastián, San
Pedro y Santiago, que después de su muerte lo poseyó
Juan Remon. Debía haber dejado bastante descenden-
cia en las simpáticas indias del país.
DEPARTAA\ENTO DE LA PaZ . 49Q

En 1609 había un José Mendoza en la parroquia


de San Sebastián, y varios otros de ese apellido; en
1648 el cacique de San Sebastián era un José Mendoza.
La primitiva población ocupaba solamente la parte
norte,comprendida entre Challapampa (planicie de are-
na) y el rio Apumalla como sabemos con la denomi
nación de Churubamba.
Se asignaron dos plazas, una para los españoles, la

actual de «Mendoza» y otra para los indígenas o sea la

calle «América* unida a la de la «Recoleta» sin las dos


manzanas que se han Ie\ant3do después. Una acequia
descubierta conducía sus aguas desJe las alturas de Mil-
iiasiu-pata (altura del amor) y después de atravesar la

plaza de los indios, cortaba triangularmente la de los es-

pañoles; esta acequia la vimos cerraren 1860 y empe-


drar la plaza que hasta entonces no había estado y pre-
sentaba un campo de verde yerba.
El frente principal de la plaza indiana pertenecía al
fundador Mendoza, de cuya esquina para arriba ocupa-
ban los Kañiris [indios domésticos de servicio sin tribu-
to] deque tomó el nombre de Kañarcalle". De la
lo '

esquina ya indicada que era la casa de Alonso Alvara-


do con dirección a ChalldpampH, donJe se levantó el
primer molino; partía para arriba otra calle antigua
donde se encontraban los solares del cacique Nina.
Al lado del caserón de Wainacapak, vereda N. E.,

de la misma plaza, levantaron el primer templo circun-


dado de un espacioso cementerio para descanso de los
mortales. La vereda N E. plaza española fue desig-
nada como mesón de ventas, conocido hasta hoy con el
nombre de Conde-nyii Kiinti nyu (tom.ó ese nombre por
que en él vendían las indias lanas de colores), a conti-
nuación ocupaba la casa del regidor Vargas, dt-biendo
advertirse que la manzana donde estaba la tipografía

"Comerciar' se ha levantado posteriormente. La ve-


500 Diccionario H istórico del

reda S. E. era ocupada por los disformes caserones del


cacique Quirqiiincha (tambo Quirquincho), sin duda
de sangre azul incana; a continuación eran las propie-
dades del otro cacique Chiiki-ima Chuquimia (custodio
del oro); seguían las casas de García Gutiérrez de Esco-
bar y otros hasta el río, a cuyo frente se encontraba la

piedra de la Paciencia, que la denominaron así los con-


quistadores.
Partiendo del puente de Koskochaka (puente del
Cuzco) o sea del ángulo O. de la plaza de los indios el

terreno era ocupado por las casas de Juan Remon y


otros. La casa del Cabildo dominaba anibas plazas (ca-
sa Tapia) a cuyo lado levantaron la casa parroquial, si-

guiéndose la de algunos vecinos hasta el río Apumalla,


de las que podemos designar la de Briceño, Viscaino,
etc.

De la casa Cabildo, partía un callejón tortuoso, así


como dos cuadras abajo, otro angosto, el actual Tiqui-
na, al entonces cam.po de Utumnko y en cuya altura
corríauna acequia que ha dado lugar al nombre anti -

guo de ese barrio Larhapata. Por esta parte avanzó


poco a poco hasta San Francisco la población.
Levantaron los vecinos fundadores pobres casas de
barro y paja, con puertas de cueros, haciéndoles traba-
de ninguna clase; y 1© peor es
jar a los indios sin salario

aquí, allá, acullá y más allá sin orden ni simetría, ma-


nía que hemos heredado nosotros.
En sus principios tuvo la población tres pulperías:
dos en las esquinas de arriba de la plaza indiana y una
en Uturunko: cada tienda con dos puertas según cos-
tumbre de entonces.
La Paz desde 1555 ostentaba el escudo de armas
que le había concedido emperador Carlos V: "Te-
el

nía él en lo más alto un yelmo y una paloma con un ra-


Departamento de La Paz sof

mo de olivo en el pico; en el centro una corona, debajo


de esta un león y en frente un cordero, ambos de pie,
debajo un rio, con un mote que dice:

Los discordes en concordia


En paz y amor se juntaron,
Y pueblo de Paz fundaron
Para perpetua memoria".

Meneses Pablo de.— Hijo del encomendero de


D.
Guaqui, Martín Meneses, parece nacido en el Cuzco.
Se hallaba establecido en La Paz, y era casado con Ju«
liana Contreras; distinguido vecino y acreditado comer-
ciante, por lo que el corregidor Antonio Mogollón en
1648 lo había llamado de su teniente. Habiendo falle-
cido este funcionario el 6 de agosto de 1632, Meneses se
hizo cargo del gobierno como justicia mayor y lo ejer
ció hasta el 15 de marzo de 1634. Falleció en 1650.

Mercado D. Juan Manuel.— Natural de Chuquisa-


ca, doctor, clérigo de la arquidiócesis de La Plata. Era
hermano del abogado Michel Mercado, de aquel que en
1809 vino con comisiones de la Audiencia de Charcas.
Manuel estuvo desde 1803, como vecino, pero sin de-
jar de pertenecer a su diócesis. Iniciado en la causa
separatista, concurrió a todas las reuniones secretas que
tuvieron lugar con el objeto indicado.
Realizado el movimiento en
noche del 16 de ju
la -

lio de 1809, debía salir comisionado para la ciudad de


Arequipa, para procurar secundasen el movimiento pa-
ceño, pero tuvieron a bien llamarlo como miembro de
la Junta Tuitiva, en cuyo seno prestó importantes ser-
vicios, habiéndosele encomendado la cartera del Culto,

en unión de León de la Barra. La Junta quedó disuel-


ta el 30 de octubre por falta de algunos de sus miem-

bros, y principalmente por 1^ voluntad de Murillo, quien


t;o2 Diccionario Histórico del
afirma que Mercado le "amenazó con la muerte por es-
te hecho''. Debelada la revolución se ocultó misterio-
samente, el i8 de enero de 1810, era emplazado por el

tercer pregón. Mediante denuncia fue capturado, con-


ducido a la prisión, condenado al presidio de las islas
Filipinas por diez años. Salió destinado con dirección
a Buenos Aires, pero habiéndoles tomado en Córdoba
la revolución de la capital, alcarizó su libertad, sin em-
bargo en unión de otros siguió viaje hasta Buenos Ai-,
res. donde permaneció durante ¡a guerra.
Triunfante la causa patriota en los campos de Aya-
cucho, regresó al país, fue colocado como dignidad chan
tre en el coro de La Paz, premio por cierto muy bien
merecido para el que tanto había sufrido por la libertad,

y cuyos beneficios usufructuaron los patriotas de últi-

ma hora. Falleció el 7 de septiembre de 1841, de edad


de 61 años.
i^lercado Peñaloza D. Pedro. — Vino de España
con su padre el doctor Martín Mercado de Peñaloza,
nombrado oidor de la Audiencia de los Reyes en 1556.
Pedro fue en 1576 teniente del corregidor de Guaman-
ga, Gabriel Pérez, mismo que de Francisco de Cár-
lo

denas, en el mismo pueblo. Después obtuvo el corre-


gimiento Je Pacajes; en 1590 obtuvo nombramiento de
corregidor de La Paz, cargo que desempeñó hasta el 15
de septiembre de 15Q2. Se radicó en esta ciudad, de
su matrimonio con Andrés Garay, tuvo a Antonio.
Juan Manuel Mercado, nacido en La Paz el 2 de
febrero de 1769: hijo de Fernando Manuel Mercado y
Tomasa Contreras, era descendiente de este general.
Mesa Lugo Aya!a D. Juan Antonio.— Natural de
Toledo, caballero de Alcántara. Nombrado corregidor
dé La Paz, vino en unión de su esposa María de la En-
carnación Ayala, Tomó posesión de sy destino el 15
Departame nto de La Paz 503

de diciembre de 1681, cesando en el puesto en 1685


Habiendo fallecido su esposa, contrajo segundas nupcias
con Francisca Monsón. Este general fue muy aficiona-
do a las faldas, de sus amores con la mestiza frutera,
Chepa, a quien visitaba de incógnito en las noches, en
un barrio apartado entonces, que tomó después el nom-
bre de "Supaicalle" calle del diablo, por su capa roja
con que iba el general, en busca de su "adorada cho-
lita". Falleció en 1689.

Micolaeta D. Juan /Wi^uel— Este español, vino


nombrado contador de las Cajas Reales en 1595, cargo
que desempeñó hasta su fallecimiento, acaecido en
1640.

Miranda Martin. Era uno de los pulperos que
existían en La Paz desde 1590, pagaba dos pesos men-
suales de derechos al fisco. Expendían en esas tien-
das: papel, plumas de ave, alcaparrosa, peines, agujas,
panes, chocolate, anís,tejti (chicha de maní) y cuanta

menudencia era necesario para el uso doméstico. Pul-


pería, palabra imputada de Méjico, por el expendio de
la bebida llamada pulque.

Millares D. Gabriel.— Natural de ValJecanas, en el

arzobispado de Toledo. Este vecino fue muy distingui-


do, se había establecido desde 1650. Casó con María
Torres Veas en 26 de junio de 1668, en quien no tuvo
descendencia, muerta su esposa contrajo segundas nup-
cias con María Rodríguez, en quien tuvo a Juana en 6
de enero de 1670. Fue regidor del Cabildo. Falleció
en 1700.
Mogollón y Rivera D. Antonio de.— Aragonés.
Vino nombrado corregidor de La Paz, por provisión real
de I ? de octubre de 1625. Tomó posesión de su des-
tino en 20 de agosto Je 1628, Falleció ejerciendo el

cargo, por junjo de 1632,


^04 Diccionario Histórico del

Molina D. Juan Pedro— Natural de Aragón. Ba-


chiller, uno de los canónigos fundadores del coro cate-
dralicio de La Paz. Consultor en el Sínodo celebrado
por obispo Vega, y también su secretario en 1635.
el

Molina D. Miguel.— Nacido en La Paz. Doctor en


ambas facultades. Se ordenó en en 1858: cura de San
Sebastián, Prebendado en 1871, Rector del Colegio Se-
minario, ascendió hasta Dean. Diputado por La Paz
al Congreso de 1884 Murió en 191 3.
Molina y Herrera D- Alonso de— Natural de la vi-

lla de Molina en Aragón, Vino nombrado corregidor


de La Paz, tomó posesión de su destino el 10 de marzo
de 1646. Al año siguiente una parte del llliman' se
desprendió y corrió casi una milla, mató algunos indios,
causó daños en las cementeras, el ruido se oyó en la
ciudad. Tal fue el terror que se apoderó de tos habitan •

tes, que creían que se venía encima la montaña de nie-

ve, corrieron a los templos, tocaron plegarias las cam-


panas, hubieron tres días de rogativas, a las queconcu-
rrió Molina con su Cabildo muy compunjido. En esos
tiempos de absoluta ignorancia y fanatismo para todo
se recurría a las rogativas. Dejó el puesto el 17 de
junio de 1652. Casó con Ana Miranda, en quien tuvo
alguna descendencia. Falleció en 1670.
Al principiar el año 1650 tenía la ciudad de Nuestra
Señora de La Paz, una existencia de ciento dos años,
princip'aba a incrementarse aunque de una manera
muy lenta Según el padrón de ese año, levantado por
el cura de la Catedral, Fabián de Cuba Ángulo, existían
cuatrocientos catorce españoles, incluyendo por supues-
to a los criollos, mil mestizos, poco más c menos siete
mil indios en sus tres parroquias San Sebastián, San
Pedro y Santa Bárbara, lo que arrojaría la suma apro-
ximada de 7,si4 habitantes,
Departamento de La Paz $o^

Tenía quinientas casas de españoles, casi todas de


un solo piso con techo de paja y mil de indios. El cro-
nista Mendoza, las i^juala las unas a las otras, sin duda
por el mal estado de su pésima construcción. En me-
dio de esta población heterogénea, ignorante y devota,
se levantaban, o mejor dicho, sobresalían como adornos
de lujo los campanarios deCompañía, la Merced,
la

^anto Domingo, San Agustín, aunque de pésimo gusto.


Las calles llevaban el nombre del encopetado peninsu-
lar que habitaba en ella, estos ocupaban las habitaciones

interiores y los mestizos las tiendas. Las calles y pla-


zas estaban sin empedrar, solamente las cuatro veredas
de la plaza principal, estaban cubiertas de loza. Los
españoles "se habían apoderado de tal manera de las pro-

piedades de los aborígenes, que cada uno de ellos fuera


de su casa tenía sus chacras y chacarillas, en cuyas
huertas ya habían principiado a progresar admirable-
mente los árboles importados de España, como el duraz-
no, ciruelo, almendro, pera, manzano, aunque sus fru-
tos no eran muy sasonados, así como la frutilla chilena
y toda clase de legumbres y flores que eran cultivadas
con esmero por los vecinos y hasta por los indios. Los
peninsulares ostentaban un orgu'lo llevado al extremo,
y su despotismo con los americanos era muy marcado;
existiendo desde entonces una barrera muy marcada,
pero disimulada con la clase mestiza, aún que no infran-
queable, por que los compadrazgos de bautismos, matri-
monios y el rosario, contribuían a cierto aproxim amien-
to; pero no familiar ni democrático.
Podríamos muy bien llamar una población sin vida
como lo eran los más del coloniaje, por falta de movi-

miento comercial, carencia absoluta de periódicos, y no


existir ninguna distracción en la ciudad. Respirando
un ambiente puramente místico, en cuyo seno las fami-

lias que se creían las más nobles y distinguidas, tenían


64
^o6 Diccionario Histó rico dhl

por gala y orgullo, contar en sjj seno frailes, clérigos y


monjas, que eran los que disponían de la suerte de las
familias y de la sociedad.
Los altos empleados de la corona, así como los es
panoles que vinieron a radicarse en la ciudad, aparen-
tando un catolicismo exagerado, dieron lugar a esas
fiestas interminables de iglesia, en que las procesiones,
los novenarios, eran sumamente concurridos; asistiendo
en ellas toda la aristocracia en las procesiones muy ho-
rondos alumbrando. En cambio los españoles de baja
ralea, que también querían titularse nobles, frecuenta-
ban aunque, con algo de reserva las tabernas noctur-
nas, entregándose al vicio del juego, que sea dicho de
paso, era del gusto de los peninsulares. Pero como no
todo debía ser resar, orar, hacer penitencia, tuvieron
también sus momentos de expansión, en que comían con
hartura, bebían poco, y bailaban, haciendo pequeños m.o-
vimientos al compás de una arpa tañida por una mes-
tiza.
La clase mestiza que era la más numerosa de la po-
blación, vivía' del trabajo de sus manos y su honradez:
herreros, plateros, carpinteros, montereros, pintores;
las mujeres en el mercado sin dejar de ser trabajadoras:
costureras, montereras, pollereras, juboneras. Vestían
géneros importados de Caslil!a,con adornos de cintas de
lamisma procedencia, no escaseándoles joyas de plata
y Esta clase contribuía en su mayor parte al cul
oro. -

to, en que de obligación tenían que pasar


los alferazgos

al patrón de su gremio, en los que hacían gastos dispen-


diosos en derechos de iglesia, adorno de ella, procesión,
juegos, comilonas y bebidas. E n cuyos banquetes y
con preferencia ocupaban su lugar los rechonchos rebe-

rendos.
La clase indígena que era la más numerosa, la que
más sufría y padecía, por que sobre esa pobre raza, pe-
Departamento de La Paz 507

saba el tributo, la encomienda, las exacciones y cuanto

impuesto podía inventar la ambición humana; sin em-


bargo parecían estar contentos con su suerte, pues, que
ellos eran los obligados a toda manifestación pública y
de regocijo.
Estas tres razas heterogéneas y antagónicas entre
sí, había un día, en que se mezclaban todos en mutua
alegría, era el 8 de septiembre, día de la patrona de la

ciudad, en que se paseaba el estandarte real en medio


de la cabalgata de los blancos, la algasara de los mes-
tizos y el bullicio ensordecedor de los instrumentos in-
dígenas.
Las fiestas duraban tres días: Las corridas de toros
tan del gusto de nuestros antepasados, causaban alegría

y placer al vecindario, hallándose repletos los palcos de


espectadores, en los que no escaseaban curas y frailes,
estos condenaban las lidias en teoría, pero en la práctica
no, al fm eran españoles. Los indios notaban el placer
que sentían los blancos con las corridas, que no tarda-
ron en inventar el baile del torito.
Los que realmente gozaban de las fiestas eran los
aborígenes, que a su placer recorrían las calles en traje
de baile, distinguiéndose ,
los sicuris, adornados con
enormes plumajes de avestruz, tocando la sampoña con
una mano y el tambor con ¡a otra; con sus respectix'as
parejas de indias mocetonas adornadas con una especie
de turbante lleno de espejuelos, que ejecutaban mo\'i-
mientos con sus caderas turgentes, con gracia y do-
naire.

Monje D- Elias. Paceño. Hijo de Martín Monje
y Micaela Sanjinés. Después de sus primeros estu-
dios se dedicó a la tipografía y con motivo de la gue-
rra del Pacifico se alistó presuroso en el escuadrón Mu-
rillo y concurrió a la batalla del Alto de la Alianza, ha-

biendo ascendido a subteniente en i ^ de enero de 1880.


-

'

__5o8 Diccionario Histórico del

Obtuvo ascensos paulatinamente hasta llegar a la

categoría de General de Briojada.


Como primer jefe del batallón Murillo entró a las
mortífesras regiones del Acre, y hoy se encuentra como
Jefe del Estado Mayor General después de haber des-
empeñado los puestos de Vocal del Consejo Supremo
de Guerra y Prefecto del departamento de La Paz.
rionroy D. Prancisco.— Nació en La Paz el 4 de
de octubre de 1775, hijo de Eusebio Monroy y Cons
tansa Salgueiros. Casó con Maria Ildefonsa Chuqui-
mia Arescurinaga, en quien tuvo a Dionisio Antonio en
9 de octubre de 1808, Josefa Venancia en 18 de mayo
de 1810. En el Cabildo de i ? de enero de 1809, ^^^
nombrado mayordomo de obras públicas y alcalde de
aguas. Fue partidario activísimo de la revolución, en
la noche del 16 de julio de 1809, fue el que en unión de

Prado tomó la sala de armas; después organizó una


compañía, siendo capitán agregado a las tropas de la

plaza y naturales de San Pedro, en unión de su tenien-


te Dionisio Gutiérrez. Cuando fracasó la revolución
fue tomado preso, encerrado en un calabozo y condena-
do a cuatro meseses de presidio, sobre el que ya habla
sufrido, y privado para obtener empleos públicos. Des-
pués se entregó a la vida pacífica, concretado a sus
asuntos comerciales hasta su fallecimiento.
riónroy de Portugal D. Hanuel.— Nacido en La
Paz, estudió en la Universidad de Chuquisaca y ante

los estrados de esa Real Audiencia se recibió de aboga-


do. Catedrático en 1828 y profesor de la Universidad
en 1838. Diputado por La Paz a la Constitu)-ente de
1839, llenadas sus labores legislativas, se regresaba a
su hogar, cuando fue tomado preso y desterrado a San-
ta Cruz por orden del Presidente Velasco. A su regreso

vivió apartado de la política. En 1852 fue nombrado


Departamento de La Paz 509

Ministro de la Corte Superior de La Paz y en 1855 pre-


sidente de esa corporación.
D. Diego Monroy, paceño, abogado; presidente de
la Municipalidad en 1861. Habiéndose sublevado Balza
contra el gobierno, atacado al cuerpo d-el coronel Cor-

tés y vencido a este convocó a un comicio popular al


vecindario para el cambio de autoridades. Monroy que
presidia el comicio indicó que debian continuar en sus
puestos las autoridades y que se llamase al general
Gregorio Pérez para conservar el orden. Así fracasó
la revolución fraguada a, favor de Ruperto Fernández.
Prefecto de La Paz en 1862, puesto que dejó con la re-

volución Pérez. Ocupó puestos elevados en la magis-


tratura
HontalvoFray Martin.— Natural de Sevilla, reli-
gioso de la orden de San Agustín. No conocemos los
antecedentes de la carrera de este sacerdote; fue pre-
sentado para obispo de La Paz en 1664. Al ser presen-
tado se hallaba en el convento agustino de Salamanca,
de donde tomó diferentes alhajas episcopales para su
uso,comprometiéndose a pagar por ellas 500 ducados,
como no diese cumplimiento, los frailes elevaron su
queja ante Rey, pidiendo su pago, quien ordenó se
el

les abonara de
la Real Hacienda de La Paz en 22 de
septiembre de 1664. Este obispo que se había hecho
cargo de la diócesis en 1665, apenas gobernó hasta el

año siguiente. No se conoce la fecha de su muerte.


riontalvo D. Pedro José —Era abogado, escriba-
no del Cabildo en 1808, defensor de menores, alcalde
mayor de aguas. Desde fecha que no conocemos, los
abogados residentes en la ciudad estaban obligados a le-
vantar el día de Corpus los cuatro altares en las respec-
tivas esquinas de la plaza y lo hacían con bastante lujo,
adornados de colgaduras de seda y profusión de adornos
de oro y plata de mucho valor. En la víspera de esta
5IO Diccionario Histórico DEL

festividad habia música en cada altar, por supuesto


desempeñada por mestizos e indios. Se obsequiaban a
los concurrentes con pasteles, biscochos, ponche, esta
costumbre era carga pesada para los doctores. Subsis-
tió hasta los albores de la República. El general Sucre
los eximió de esta obligación.
Monteale^re Alejandro. — Mestizo paceño, hijo del
célebre Lucas de Montealegre, uno de los ajentes de
Gallardo en la sublevación de 1661. Fue casado con
María Banda.
/Wonteneáro D. José.— Nitural de Jaea en Anda-
lucia: hijode José Ignacio Montenegro y Moscoso y Jo-
sefa de Velasco y- Zabala. Este maestre de campo,
compró en subasta pública, no sabemos en qué suma,
el cargo de regidor pepétuo, o sea caballero veinticua-
tro. Fue casado con María Manuela Vásquez, hija del

escribano Antonio, en quien tuvo a José. Murió en


1670.
A\onteneároD José Manuel —Nació en La Paz el

31 de enero de 1764: hijo del caballero veninticuatro


José Montenegro yMaría Manuela Vásquez. Patriota
muy decidido y ardiente partidario de la revolución de
julio de 1809. Cuando se realizó esta, fue comisionado
por la Junta Tuitiva, en calidad de diputado a la pro-
vincia de Omasuyos, llevaba la misión de hacer enten-
der a los indios )- demás habitantes de la campaña en
idioma nativo, los sagrados objetos que meditaba La
Paz y motivos que había tenido para efectuar la revo-
lución. Su nombre no vuelve a aparecer hasta el año
1832, en -que lo encontramos de juez parroquial de esta
ciudad.
Monterrey D. Prancisco. —Nació en La Paz el i ?
de octubre de 1773; fueron sus padres Mateo Monterrey
y Petrona Málaga. Casó con zVlaría Salvatierra; era
de profesión ingeniero, entendido en la fundición de
Departamento DÉ La Paz c^ii

campanas y cañones, Como era patriota, los revolu-


cionarios aprovecharon de su arte, para que fundiera
los cañones, como lo hizo con toda voluntad, sin cuyos
elementos era imposible defenderlos intereses de la pa-
tria. El fundió la campana de la Catedral en í8o8,que
bendijo La Santa.
Montes y Mirones Manuel Lorenzo de.— Natural
de Madrid. Vino nombrado corregidor de la provincia
de Larecaja en unión de su Or-
señora María Manuela
tizColoma Gutiérrez de Escobar, hija de Manuel Ortiz
Culoma y Magdalena Peñaloza. Concluido su período
se estableció en esta ciudad, aquí le nacieron sus hijos
María Justina en 28 de febrero de 1732, Joaquín en 12
de abril de 1734, María Manuela en 5 de agosto de 1737,
María Manuela en 17 de septiembre de 1738, Dionisio
en 8 de octubre de 1739. Habiendo fallecido su esposa
al dar a luz a su último hijo. Fue alcalde ordinario en
1738. El general falleció el 2 de julio de 1749.

Montes José Dionisio. — Nació en La Paz en 8 de


octubre de 1739, hijo del anterior. Casó con María
Eduarda Ponce León, dama de distinguida familia.
Muerta esta contrajo segundas nupcias con Teresa San-
jinés Calderón. Fue regidor del Cabildo, brigadier en
1800. No sabemos si fue patriota. Su hijo Eugenio
que más tarde fue clérigo perteneció a las filas separa-
tistas.

Montes D. Glodomiro.- Nacido en La Paz, des-


ciende general Montes y Mirones.
del Con«.luida su
instrucción se incorporó en el ejército como cadete, as-
cendido a subteniente el 10 de abril de 1855. Conti-
nuando con la carrera de las armas ascendió a coronel.

Cuando los pueblos se levantaron contra la tiranía

de Melgarejo, Montes lomó parte en la revolución de


1870. Como jefe del Escuadrón de Honor, le cupo pe-
512 Diccionario Histórico del
lear y vencer al enemigo en la victoria del 15 de enero
de 1871.
En la campaña de la guerra del Pacífico, a la cabe-
za del Regimiento «Murillo» combatió en la batalla del

Alto de la Alianza, donde fue gravemente herido. Cuan-


do el General Campero dejó el mando se retiró del ser-
vicio.

Tomó parte en la revolución federal, logrando des


truir en Pucarani una fuerza del enemigo. En la acción
del 2 ? Crucero se portó muy bien. Ascendido a la al-

ta clasede General de Brigada. Ministro de Guerra y


Colonización en 1904, el mismo año por ley de 3 de
septiembre fue ascendido a General de División.
Montes D. Ismael. — Nació en La Paz el 5 de octu-
bre de 1861. Hijo del anterior. Terminados sus estu-
dios se recibió de abogado. Cuando el conflicto con
Chile, se dirigió a la campaña en el Regimiento «Muri-
llo», siendo ascendido .a capitán después de la batalla del
Alto de la Alianza.
Se consagró al ejercicio de ¡a abogacía, conjuez de
!a Corte, redactó «Gaceta Judicial»; profesor de De-
la

recho y delegado del Consejo Universitario.


Miembro del Partido Liberal, redactó varios perió-
dicos, durante la oposición de los quince años, siendo
desterrado por Arce a Cobendo. Pronunciada la revo-
lución Federal, fue aclamado coronel, subjefe de Estado
Mayor y después Jefe de Estado Mayor, Le tocó gran
parte en la victoria del 2? Crucero. Diputado por La
Paz Convención de 1899. Ministro de Guerra en
a la

1901, cargo que desempeñó hasta 1903. Se dirigió a la


campaña del Acre y después de la acción de Riosinho (19
de diciembre de 1902) se vino por Buenos Aires.
Candidato a la Presidencia de la República, obtuvo
32,884 votos, siendo pioclamado Jefe Constitucional de
Departamento de La Paz 513

la Nación e investido de las insignias del poder el 14 de


agosto de 1904. Concluido su período, el Congreso por
la muerte de Guachalla le prorrogó por un año más.

Después Ministro en Francia y a su regreso reelecto


Presidente de la República en 1913.
En su primer período se produjo el trascendental
asunto del laudo argentino sobre nuestros límites con el

Perú, pronunciado en vísperas en que el pueblo de La


Paz se preparaba a celebrar el centenario de la gloriosa
revolución del ló de julio, habiendo merecido la gran
protesta del pueblo boliviano.
Las labores de su segundo período las inició con el

decreto de sitio y la clausura de las imprentas inde •

pendientes en toda la República.


Montufar D. Juan Pío- Marqués de Selva Ale-
gre. Vino nombrado corregidor de La Paz, de cuyo
destino tomó posesión el 28 de octubre de 1753. En su
época o sea ai año siguiente se llevó a efecto e! estanco
de tabacos y naipes, ordenado por el Rey. Francisco
Paula Sans, célebre personaje más tarde, fue nombrado
superintendente, quien nombró para La Paz administra-
dor interino a Alvarez Nava, fiel de Tercena a Fer-
nando Sans Guerrero, visitador Jerónimo Maidana, cu-
yos títulos se tom.aron razón el 7 de noviembre de 1755
en las cajas reales.. Dejó el mando a fines de 1756, en
que se retiró a Lima. Su hijo Carlos, teniente coronel
se dirigió a Quito y se hizo célebre por la revolución de
la independencia en ese país.
A\ontufar Fray José Bernardo A\aríano— Nació
en La Paz el 20 de agosto de 1754, hijo de Antonio Pi-

nedo y Montufar y Micaela Justina Bilbaa La Vieja.


Tomó el hábito de religioso en el convento de Nuestra
Señora de Mercedes; hizo sus estudios, noviciado, y se
ordenó de sacerdote en 30 de marzo de 1788, llegando a
ser un'religioso notable. Enseñó gramática, maestro
65
^14 Diccionario Histórico DEL
de novicios, comendador de su convento de La Paz en
1809, cargo que desempeñó hasta 1812. En su carác-
ter de prelado concurrió a ¡a Junta de 26 de septiembre
de 1810 y a otras posteriores. Mediante su influjo an-
te el general Sucre, salvó su convento, de la supresión.
Volvió a ser comendador en 1830, trabajó los actuales
altares de orden compuesto bajo los diseños de Sanau-
ja, lego del convento Franciscano de Moquegua; como
la cúpula y otras mejoras en la Iglesia, cuyo estreno se
hizo con gran pompa el 2 de febrero de 1832. Falleció
en 1837.
Monzón Doria D. Gonzalo- —
Limeño, casado con
Mari.i Pérez Alianrique de Lara, también limeña. Pa-
rece que se establecieren en La Paz, con comisiones re-
servadas del Virrey.
Morales D. Baltazar,— Español, uno de los
que había designado el Presidente Gasea para vecino
fundador de la ciudad de La Paz. Este ha sido conoce-
dor íntimo de casi toda la provincia, por haber andado
en busca de minas, y trabajado alguna. Fue muy ac-
tivo, laborioso, aficionado al cultivo de vegetales, casi
fue uno de los primeros que plantó, ciruelos, manzanos,
peros en las tres chacarillas que tuvo en la ciudad.
También fue el primero que contrajo matrimonio con
Bibiana Inca, india paceña, en quien tuvo muchos hijos,
y muerta esta casó segunda vez con María Vargas, en
laque igualmente tuvo descendencia.
Se encariñaría al lugar y no quiso volver a su pa-
tria, prefiriendo dar cumplimiemto a la orden Real, de
casarse con las hijas del .lugar. Fue alcalde ordinario
varias veces. Falleció sumamente anciano y ciego,
pues, que había perdido la vista desde 1582.
Morales de los Ríos D. Cristóbal— Natural de
Rioja en España, hermano de Andrés, que vino de Con-
sejero honorario de hacienda, superintendente de la ca-
bEPARTAMENTQ DE LA PAZ ^Ig

casa de moneda de Potosí, abogado de la Real Audien-


cia de Quito. Vino agraciado por la corona con la ca-
nongía de merced del coro de La Paz en 1714, consul-
tor del santo oficio, arcediano, provisor, vicario gene-
ral en 1769, últimamente deán en 1770. Comisario
general por S. M.,Juez Apostólico ejecutor del brebe de
S. S. y Subdelegado general de la Santa Cruzada. Sa-
cerdote inteligente, muy caritativo, dejó algunas obras
pías. Murió en 1775.
Este prohibió al Marqués de Haro y Tadeo Ortíz
de Foronda, para que no puedan usar sillón con cogín en
los presbiterios de la Merced y el Carmen, de que eran
patrones. La Audiencia Real aprobó en 22 de abril de
1774, en consecuencia, el 14 de enero del año siguiente

fueron notificados el prior de la Merced Bernardino Mos-


coso y la abadesa del Carmen Juana Manuela de San
Alberto, para que obedezcan.
Morales D. Antonio.— Natural de Villanueva la

fuente (Toledo). Hijo de Antonio Morales y Antonia


Palzu. Casó en esta ciudad con Isabel Espaíia en quien
tuvo a Matías en 14 de febrero de 1763, José Pío en 18
de julio de i8og
Fue teniente de milicias Je la cuarta compañía de
voluntarios. No tomó parte en la revolución retirándo-
se a Arequipa.
Morales Matías. Paceño hijo del anterior, casado
con María Petrona Guerrero Yepes, era capitán del ba--
tallón de milicias regladas de esta ciudad. Enemigo de
la causa de la independencia, se puso a órdenes de
Goyeneche, quien después de Sipesipe, lo hizo teniente
coronel. Suponemos que siguió militando en las filas

realistas.

Morales Tray TrancisGO de los Angeles.— Na-


tural de Burgos. Este religioso vino al Perú con el su-
perior Marcos de Niza, seis sacerdotes y cuatro legos,
5i6 Diccionario Histórico del
los que desembarcaron en Piura en 1532, dieron alcan-
ce a Pizarro en Cajamarca, siendo testigos presenciales
de la trágica suerte de Atahuallpa. Este padre por no
presenciar otros atentados, en unión de Francisco de la

Cruz Alcocer, Francisco de Laroca y los hermanos Ma-


teo Jamilla, Alonso Alcañices, recorrieron en 1539 el
Callao, organizando ir.isiones, haciendo levantar con
los indios pequeñas Avanzaron hasta el va-
capillas.
lle de Chuquiyapu, hicieron propio. Esa capilla fue
lo

la primera levantada en La Paz para el culto católico:


se hallaba situada en la esquina de la plaza actual
Alonso de Mendoza, durante el coloniaje sirvió de depó-
sito de cadáveres, conocido con el nombre de "Miseri-
cordia". En la República, funcionó en ese local una
escuela; después fue vendida y demolida. Hoy ocupa
la casa de Ibáñez.
Habiéndose fundado, La Paz, el padre Morales en
1549 vino a esta ciudad, habiendo obtenido licencia del
Cabildo, y cedido este un extremiO terreno que abarca-
ba dos manzjnas, puso la primera piedra el 2 de agos-
to de 1549, bajo la advocación de "Nuestra Señora de
los Angeles".
segundo templo que se levantaba en La Paz,
Era el

principió a construir con mucho interés en 1556; aun


que con calma. El cronista Mendoza, nos da una idea
de él, por qué sobre sus ruinas se levantó el actual tem-
plo. El sitio dice: "es de lo más sano de la ciudad, a
la ribera del río, con una hermosa puente de cal y can-
to, que hizo el pasaje y comunicación
convento, para el

del pueblo, por estar retirado de él al sur. La construc-


ción es llana sin arte, cómodamente pobre a la vivienda
religiosa de sus moradores, dos claustros descubiertos,
con sólo amparo de una ala, para el reparo de las
el

aguas. La iglesia llana a lo antiguo, una nave cubierta


de madera labrada y dos capillas colaterales; el coro
.

Departamento de La Paz 517

por parte del convento, no tiene más que dos gradas de


subida y por la parte de la iglesia es alto, por caer en
un barranco, como los demás edificios del pueblo. La
sillería es todo de madera de cedro labrado mediana-
mente. En cada esquina del claustro principal, tiene
un tabernáculo d^\uy devotas pinturas de la vida de
San Francisco y altares para las procesiones de las fes-
tividades del convento. Tiene a la mitad del claustro
en medio de una arbolada, una fuente de alabastro. La
sacristía y antisacristía muy espaciosas, lo mismo que
el refectorio y demás oficinas; la huerta es capaz y
abundante de hortalizas, más no de frutales por ser el
templo más frío que cálido"
La puerta principal al norte: tenía siete altares, ha-
biéndose dorado el mayor en 1782 por el pintor español
Vargas.
El fundador y primer guardián pasó a Chuquisaca
en 1606. En 1586 tenía seis o siete frailes, en i6og
catorce sacerdotes, siendo guardián Luis Melendez )' el

procurador, Jirlian Cárdenas. Recibían cien pesos


anuales por asistir a los enfermos del hospital, ordenado
por Virrey Toledo y por disposición real, cuatrucien
el

tos ocho pesos para gastos de vino y aceite. En ióoq


consumieron veintiún botijas de vino y en años anterio-
res once.

En 1634 el convento de San Francisco se vio en


peligro de que se lo llevase el rio, "que saliendo de su
cauce que casi llegó a sus puertas", sería una cosa pare-
cida al del año 1901. Los religiosos construyeron el

puente de Huturunco, con piedras arrancadas de Tia-


huanacu, "tan buenas, tan iguales y tan bien labradas",
que quedó concluido a fines de 1635.
dorales D Pedro Agustín— Nació en La Paz el
II de mayo de 1808; hijo de Pedro Morales y Antonia
Hernández. Sentó plaza entre los fundadores del ejér-
5i8 Diccionario Histórico del

cito boliviano en 1825. Concurrió a la guerra de la Con-


federación Perú-boliviana.
Se retiró a la vida privada, viéndose envuelto en
las persecuciones de su suegro el general López. Tomó
parte en la Tupiza de 9 de febrero de
revolución de
1839. En 1840 ascendió a coronel. Comandante ge-
neral de Potosí e igualmente de Cochabamba en 1847.
Habiendo estallado el motín de 10 de marzo de
1849 ^^ Cochabamba contra Belzu, fustrada la revolu-
ción a los siete días, fue saqueado el almacén de Mora-
les que vivía entregado al comercio. Presentó al Con-
greso de 1850 una petición pidiendo indemnización de
167,388 pesos, que fue negada, mediante el informe
del Ministro de Hacienda. Exasperado o tal vez en
connivencia para una revolución, lo cierto es que, el 6
de septiembre dio de balazos a Belzu en la Alameda de
Sucre, pretendió tomar un cuartel; pero no encontrando
eco, fugó al exterior.

Volvió en la revolución de 1857 que proclamó a Li-


nares, sirvió a este y cuando cayó, apoyó en el sud el
golpe de los triunviros. Cuando Fernández se rebeló
contra Achá, hizo parte de su simulacro de gobierno co-
mo jefe superior, político y militar del sud {30 de no-
viembre a 4 de diciembre de 1861). Elegido diputado
por Sucre al Congreso de 1864, siendo rechazado por la
cámara después de una acalorada discusión. Tomó par-
te por Melgarejo y después de Oseara fue ascendido a

General de Brigada. Pero apoco Melgarejo lo hizo juz-


gar y condenar a muerte como a conspirador, conmu-
tándole la pena con la de destierro a Caupolicán, de
donde se fugó al Perú. No obstante, admitió el cargo
rentado de cónsul en el Callao. En 1869 emprendió
una expedición a la frontera boliviana que fracasó, has-
ta que el 22de noviembre de 1870 logró penetrar, diri-
Departamento de La Paz 519

<^¡éndose a esta ciudad, proclamándose jefe de la revo-


lución que se había efectuado el 24 del mismo mes.
La Paz se preparó para la defensa con gran entu-
siasmo, logrando reunir una fuerza de dos mil hombres.
Morales salió hasta Sicasica para disciplinar a sus tro-
pas, teniendo que replegarse a la ciudad, en vista del
mayor número enemigo, fuerte de 2,300 hombres y
del
quinientos oficiales, todos armados. El día 13 pricipia-
ron la construcción de barricadas. Melgarejo el 15 de
enero de 1871 descendió el Alto, algunas guerrillas des-
tacadas por Morales cruzaron sus fuegos con la van-
guardia enemiga. Comenzó un fuego sangriento de
once horas, sostenido en las inmediaciones de la ciudad,
después en y por último en las barricadas, con
las calles

temerario arrojo por los agresores y heroísmo por los


defensores. Estos cejaron un momento en las barrica-

das del Comercio y las herrerías, porque había domi-


nado enemigo por más de treinta ventanas, cuyas
el

casas ocupó a la zapa. Pero el arrojo de Morales que


se lanzó a detener a los que retrocedían, restableció el
orden. En estos críticos momentos se dio la orden de
incendiar las casas que ocupaba el enemigo; 4 de
a las

la tarde el incendio ahuyentó a los sostenedores de la


tiranía y principiaron a abandonar sus posiciones.
A las 5 de la tarde en la fuerza dtl combate, los ri-

fleros de Caracato aparecieron por el sud, lo mismo


que los rifleros que, operaron en Pacajes descendían del
Alto, y atacaron por retaguardia al enemigo. La re.-is-
tencia fue tenaz y terrible; la ciudad era un basto cam-
po de batalla, hasta que a las diez de la noche principió-
a apagarse el fuego porque el enemigo estab.i com-
pletamente derrotado; Melgarejo había huido dejando
todo su tren de guerra. Sucumbieron 1029 hombres en
este combate sangriento. Morales fue saludado por los

pueblos como su libertador, y se presentó con esta fór-


^20 Diccionario Histórico del

milla: ''más libertaJ menos gobierno". Devolvió a los

indios sus tierras que les había usurpado Melgarejo, res-


tableció las municipalidades, habilitó los puertos de To-
copula y Antofagasta, convocó a una Asamblea Cons-
tituyente.

La Asamblea se instaló en Sucre el i8 de junio con


una representación genuinamente popular, elegidos con
la más amplia libertad. Era uno de los Congresos ra-
rísimos en Boüvia, por su independencia, a diferencia de
los más que no fueron sino hechuras del Ejecutivo, sus
lacayos por desgracia del país. Morales hizo ante la

Asamblea la diinisión de la presidencia provisoria y


cujndo se discutía sobre el particular, el 21 de julio se
presentó lleno de furor y cólera, atropellando al cen-
tinela, hjrtó de improperios, insultos y amenazas a los
representantes con las palabras más soeces y groseras,
concluyendo por retirar su renuncia. El titulado .liber-
tador descendió al fango de los tiranos vulgares. La
Asamblea ofendida trató de disolverse; pero la satisfac-
ción dadada por Morales hizo que continuara las labores

parlamentarias. Al año siguiente los comicios popula-


res le favorecieron con 10.470 votos. El Congreso reu-
nido en La Paz le invistió con las insignias del poder el
25 de agosto.
Sometida a la discusión del Congreso el ruidoso li-

tigio entre lacasa minera Aiteche y el gobierno, que


p:\t aliA ha.er efectiva la curta estaca minera corres-
pondiente al ramo de instrucción, desagradó a Morales.
En la noche del24 de noviembre hizo dar una cence-
rrada con una banda militar situada en la puerta del sa-
lón, hacieiido mofa de la representación nacional dirigi-

da por Daza. Otra banda penetró hasta la varandilla,


dando voz de ataque. La confusión fue espantosa, ha-
biendo fugado los más de los diputados, al día siguiente
Departamento «DE La Paz 521

con todo el aparato oficial se presentó en el salón legis-


lativo, cuyos bancos estaban vacíos, y después de una
alocución soez, injuriosa y destemplada, declaró clausu-
rado el Congreso. El gabinete hizo dimisión, entonces
Morales asumió la dictadura, nombrando secretario ge-
neral, al general Sanjinés.

En la noche del 27 de noviembre ardía en furor e


ira." Trató de arrojar por la ventana al capitán de guar-
dia Laviña. El teniente coronel Federico La Faye, su
sobrino, se puso entre el agredido y Morales. Se lanzó,
sobre el coronel La Faye volvió a
Nicanor Lavadenz;
mediar. Entonces cargó sobre este a bofetadas. La
Faye arrancando su pistola le disparó un tiro "tú, —
a mí Federico, esclamó Morales llevándose la mano al
pecho herido''. ''Sí, yo, a usted— repuso La Faye, des- .

cargando seguidamente los seis tiros de su arma. Mo-


rales se desplomó muerto.

Mornte D. facundo- Como realista y enemigo de—


la revolución de julio, anduvo emigrado en Arequipa
por temor a los patriotas.
Morcillo Rubio de Aunón D. Dieáo- Nació en el

año 1642 en Villa Robledo de la Mancha. Entró de re-


ligioso trinitario en Madrid, se entregó al estudio ccn
bastante aplicación, manifestó idoneidad para el pulpito

y dotes adecuadas para el ejercicio de superiores car-


gos Fue provincial de su orden, predicador
.
del ser,

teólogo de la junta de la Concepción Imaculada. Feli-

pe V presentó para obispo de Nicaragua en 1704; an-


le

tes de tomar posesión fue promovido al obispado de La


Paz, de la que se posesionó en 1708. Al año siguiente
principió la visita pastoral, pero no la concluyó. Visitó

en 12 de noviembre su catedral; durante su gobierno


fue su secretario Juan de La Peña. En 1711 fue eleva-
do al arzobispado de La Plata.
Llamado al virreinato por haber sido designado en
06
|

522 Diccionario Histórico del


el pliego de providencia, se hizo cargo en 15 de agosto
de 1716. Su gobierno duró solo cuarenta días por ha-
ber llegado el Virrey Principe de Santo Bono, regre-
sando a Chuquisaca. Nombrado nuevamente Virrey,
se hizo cargo en Lima el26 de enero de 1720. Según
tradiciones constantes, este fraile obtuvo la goberna-
ción del Perú mediante donativos y obsequios en plata
y alhajas al Rey. No hizo nada bueno en su gobierno.
Murió en II de marzo de 1730.
Moreno Hidalgo D. Blas.— En 1637 cura de Acora
y comisionado de esa provincia. Canónigo doctoral,
siendo el primero que ocupó esa silla en 1665 fue as-
cendido a Dean. Falleció el 10 de mayo del mismo año.

Mosquera n^ueroa D. .Juan.— Limeño. Comisa-


rio general de Cruzada, vino nombrado chantre en
1690, arcediano en 1698, deán en 17 19. Murió en 1725.
Moya Villarreal D Ramón - Natural de Madrid,
Abogado de los rea-
en cuyo colegio hizo sus estudios.
les consejos Vino nombrado
y audiencias del reino*
corregidor de ümasuyos en 1755. Durante su juicio
de residencia estuvo en esta ciudad, se prolongó un po-
co; pero salió ileso. Pasó después de corregidor a otra
provincia.
Mundaca v Cordero D. Juan de— Maestre de cam •

po. Natural de Marquina en la diócesis de Calahorra.


Este capitán vino en 1695, casó con Josefa Rivero, en
quien tuvo a Martín en 4 de noviembre de 1690. Muy
distinguido, uno de los benefactores del^hospital. Fue
regidor del Cabildo, alcalde or-dinario. Casó por segun-
da vez con Sebastiana de Encinas. Falleció en 1730.
Tadeo Mundaca, descendiente de este, en 1808 fue
alcalde primero de la Santa Hermandad.
Muñoz D. Juan Antonio.— Valenciano; su venida
fue poco más o menos por el año 1760. En 1780 fue
contador de las Cajas Reales de esta ciudad, más tarde
Departa mento dé La Paz «523

compró la vara de regidor del Cabildo. Alguacil mayor


de la ciudad en 1771. Casó con María Atanasia Herre-
ra Tuillo, en quien tuvo a Mariana en 25 de diciembre
de 1775, Camila en 8 de agosto de 1777, Felipe en 2 de
mayo de 1779. Este su últiü.o hijo, clérigo, y en 1809
capellán del Cabildo.

Muño/. Romero D.José— No sabemos de donde era


este sujeto. Hizo las campañas en las filas realistas en
que ascendió a teniente coronel. En 1820 se en-
contraba mando de la guarnición que ocupaba esta
al

ciudad. Era casado con Josefa Coronel.


Muñoz D. José Joaquín. Natural de Montevideo,
vino nombrado contador del Estanco de Tabacos en
1790, Casó con María Manuela Aragón, en quien tu\o
a María en 12 de marzo de 1798.
riuñecas D. Ildefonso Escolástico de las. —Na-
ció en San Miguel del Tucumán en 1776. En la Uni-
versidad de Córdoba hizo sus estudios de teología y cá-
nones, recibiéndose de doctor en 1798. Atravesando
el Alto Perú se dirigió a Europa, donde completó su ins-
trucción. Regresó de capellán de un alto personaje.
Nuevamente atravesó el Alto Perú, llegó al Cuzco, y
aceptó el curato de la Matriz.

Constante y ardiente partidario de la emancipa-


ción; estuvo mezclado en todos los preparativos que se
pusieron en obra, hasta que estalló la revolución en 3
de agosto de 1814, teniendo por jefes a los Ángulo, Pu-
macagua y otros. Estos organizaron tuerzas para ex-
tender la revolución por las provincias inmediatas. Mu-
ñecas con Pinelo a la cabeza de una división vinieron
sobre La Paz. Ocuparon Puno el 29 de agosto, adhi-
riéndoseles la guarnición, igualmente tomaron el Desa-

guadero, la tropa se les entregó, la artillería y parque,


huyendo Revuelta que la mandaba,
^24 Diccionario Histórico del

Se presentaron el de la ciudad,
día 22 en los altos
descendiendo hasta el lugar llamado Munaipata, donde
establecieron su campamento. Ese dia y el siguiente
abrió Muñecas negociaciones con los patriotas de la ciu-

dad, a fin de que procurasen que el pueblo se pronuncie


por la santa causa de la independencia invocada por
ellos, pero era tanta que el Gobernador y
la vigilancia
su policía desplegaron, que poco o nada pudo conseguir-
se en ese orden, apesar de que varios patriotas habían
logrado salir de la ciudad escalando las trincheras para
ponerse al habla con los independientes.
Los realistas redoblaron su vigilancia y fortificaban
sus parapetos, esperando de un momente a otro la lle-
gada del auxilio que habían solicitado del general Ra-
mírez.
''•El 24 a las 6 de la mañana rompió Pinelo los fue-
gos de artillería; avanzando los infantes, y ios ginetes,
que echaron pie a tierra, por diferentes direcciones a
fin de dar un asalto general a las trincheras. Pronto
se generalizó combate y era aterrador el estruendo
el

de las descargas de artillería y fusilerí:i, mezclado con


el toque de arrebato en todos los campanarios de la ciu-

dad, los ayes de los heridos, el desapasible sonido de


los piituíus de que entraron con Pinelo y los
los indios,

gritos de los combatientes. Apesar de su corto núme-


ro desplegaron un valor inaudito que lograron los gt e

rrilleros desalojar de algunas trinclieras a los defenso-


res de ella, losque se replegaron a la plaza mayor, don-
de el combate tomó un aspecto indescriptible. Al fin
los cholos incitados por González, Eguino y Manzane-

da, acudieron en auxilio de los soldados patriotas, los

parapetos y las trincheras fueron entonces desechas co-


mo si un siclón hubiese pasado por allí. Un puñado de
bravos soldados realistas resistieron haciendo heroicos
esfuerzos hasta las 3 de la tarde, hora en que tuvieron
^
DEPARTAMENTO DE LA PaZ c¡2$

que asilarse en la iglesia catedral, y la plaza fue ocupa-


da por los independientes.
Con motivo de los desórdenes ocurridos el 28 del
mismo mes se vieron obli.^ados a dejar la ciudad.
Pinelo y Muñecas saliendo de La Paz se situaron
en el inmediato pueblo de Achocalla, con objeto de ob-
servar los movimiento de la división Ramírez, que ve-
nía de Oruro en socorro de La Paz.
A la aproximación de este jefe, sus audaces enemi-
gos resolvieron presentarle batalla y el 2 de noviembre
de 1814, se situaron en las inmediaciones de Achocalla,
resueltos a disputarle el paso a la ciudad.

«La formación de batalla adoptada por los patriotas


era de un cuadro muy irregular.
la La izquierda la
apoyaban en el barranco de la quebrada que baja al río
de La Paz, su retaguardia la protegía el cerro de Cha-
calíaya y a la derecha, en la extrama llanura, disemi-
naron partidas de guerrillas a pie y a caballo, que man-
daban Monroy, Carri y Carreón, siendo Pinelo y Mu-
ñecas los encargados del mando del más fuerte trozo del
ejercito, que había sido engrosado con un buen número
de voluntarios que con ellos salieron de La Paz.
Ramírez dividió su ejército en dos fuertes colum-
nas de ataque, poniéndose él a la cabeza de una de ellas
y confiando el mando de la otna al coronel González de
Socasa.
En este orden avanzaron contra los patriotas. Es-
tos rompieron el fuego de su artillería, que no causó
gran daño en las filas realistas, los que contestaron
también con un nutrido fuego de artillería con sus ca-

ñones de a cuatro, y en seguida acometieron los infan-


tes con tan terrible furia que no pudieron resistir los
guerrilleros y la victoria se pronunció por las armas rea-
listas.
526 Diccionario Histórico del

Ramírez tomó 148 fusiles, toda la artillería y la

bandera revolucionaria que trajeron del Guzco.


Muñecas salvando del desastre logró incorporarse
al ejército de Pumacagua-, vencido éste en Umachiri el

II de marzo de 181 5, volvió a escapar y reuniendo al-


gunos dispersos, ocupó las provincias de Puno, en las

que reunió gente y sostuvo la lucha batiéndose frecuen-


temente en el partido de Larecaja que ya ocupaba,
exaltando entusiasmo de los pueblos.
el Después de la
batalla deViluma ordenó Pezuela que fuerzas combina-
das de Puno y La Paz acabaran con los guerrilleros de
Larecaja, en consecuencia el coronel Aveleira, se diri-
gió a aquellos lugares, a los pies dellllampu los derrotó
completamente el-23 de abril de 1816.
Tomado preso Muñecas fue conducido a esta ciu-
dad, llegó a las tres de la tarde del 2 de ma)'o de 1816,
conducido al cuartel. El 6 del mismo mes en la madru-
gada lo condujeron encadenado para Viacha, donde se
hallaba el Virrey Pezuela, quien sin duda ordenó fuere
victimado en el camino. El 8 de mayo a las tres de la
tarde pasaba por Guaqui, en el lugar llamado Antaca-
gua había parado su cabalgadura, recibió una descarga,
por orden del capitán limeño Soíar que lo conducía, cayó
exánime, un soldado se apeó, tomó su animal de la rien-
da, y los conductores siguieron su camino. Por la tar-

de los indios trasladaron su cadáver a(3uaqui, al día si-

guiente fue enterrado por el cura Pedro Portugal. Pe-


zuela para sincerarse, mejor dicho para cubrir su cri-
men, hizo seguir un sumario con el capitán Francisco
Quiñones para averiguar el hecho, "resulta que inten-
tando un soldado sugetar una muía en que estaba en
mayor inquietud se disparó la carabina que iba coloca-
da en la montura". Su hermano José ,Manuel, subde-
legado de Larecaja desde 1810, fue ardiente patriota, al
Departamento de La Paz ^27

aproximar las fuerzas argentinas, dirigió una proclama


enérgica en 2 de junio de 181 1 desde el pueblo de Sora-
ta, así como conocemos otra del cura, que es bastante
terrible contra los españoles.

Javier.— Natural de las encartaciones


Murillo D.
de Viscaya. En Lima compró la vara de regidor y se
incorporó en el Cabildo como caballero veinticuatro.
Casó con Petronila Mena Caballero de cuyo enlace tu-
vo a Pedro y Juan. Todos sus descendientes conser-
varon la vara de regidor. Falleció en 1700-
Pedro nació en La Paz en 24 de junio de 1630: hi-
jo del anterior, siguió con la vara desde el fallecimiento
de su padre.
Juan nació en La Paz en 20 de junio de 1641, her-
mano del anterior. En 1708 fue nombrado corregidor
de la provincia de Sicasica, concluido su período se res-
tituyó a la ciudad. Contrajo matrimonio con Bernar.
da Fuentes en quien tuvo a Francisco Javier en q de
diciembre de 1731, Ignacio en 24 de junio de 1733,
Buenaventura en 14 de julio de 1734, Eustaquio en 12
de octubre de 1735. Este tuvo también la vara de regi-
dor.
Francisco Javier, casó con Jacoba Cortés en 1747
en quien tuvo a Mauricio.
Ignacio, casó con Nicolasa de Olivera, tuvo a Feli-
pe en 5 de mayo de 1750, Melchor en 6 de enero de
1752, Jacinto en 24 de junio de 1753.
Buenaventura nacido en La Paz, invistió el alto

cargo de maestre de campo en 1750, casó con Cecilia


Rodríguez Riveros: hijo de Lucas Rodríguez y Tomasa
Riveros,en 4 de diciembre de 1751, en quien tuvo a Leo-
narda en 4 de diciembre de 17S2, Pedro en 7 de mayo
de 1754 (este fue clérigo), Bernardina en 29 de julio de
1756. Fue regidor perpetuo del Cabildo. Su esposa
falleció en 20 de marzo de 1776.
528 Diccionario Histórico del

Eustaquio siguió con la vara de regidor, casó con


Juana Vargas, en quien tuvo a José Mariano en 29 de
mayo de 1756, Juan Manuel en 3 de enero de 1757.
Muerta su esposa contrajo segundas nupcias con Juana
García Langa en quien tuvo a Pedro José Alcántara en
15 de febrero de 1759, este casó con Josefa Ortíz. Fa-
lleció en 6 de enero de 1773.
Mauricio fue capitán y también caballero veinticua-
tro. Casó con Ninfa Salazar y Carrillo en quien tuvo
a Francisco en 20 de julio de 1732, Ignacio en 30 de julio
de 1734, Francisca Paula en 18 de imayo de 1735, ^s-
cencio en 4 de mayo de 1737, Ciríaco en 4 de agosto de
1739. Ascencio casó con Matilde Vargas.
Juan Ciríaco Murillo Mena Caballero Salar, fue
clérigo, ayudante de la viceparroquia de Achocalla en
1762, cura de la parroquia de Santa Bárbara desde 1771

y de Irupana desde el 15 de agosto de 1779

Este es el padre del protomártir. Una partida bau-


tismal de 17 de octubre de 1758, dice en sustancia: José
Pascual de Lem.os, teniente de la catedral, puso óleo y
crisma a Pedro de un año, bautizado en caso de nece-
sidad por el licenciado José de Peralta, expuesto a las
puertas de doña Ninfa Salazar (la abuela) siendo su ma-
drina Juana de Loza. Cuando don Ciríaco pasó de cu-
ra a Irupana, se lo llevó a su hijo Pedro Domingo.
Murillo D. Mariano.— Nació en La Paz el 3 de mar-
zo de 1757: hijo de Antonio Murillo y Francisca Díaz,
cuzqueña. Fue casado en 17 de mayo de 1777 con
Mariana Antonia Castro, de Antonio Castro y Ju-
hija
liana Campos. Cuando en 1781 fue cercada esta ciu-
dad por Katari prestó sus servicios en su defensa, como
el caudillo indio hubiese propuesto arreglos pacíficos,
Murillo confiado en eso salió fuera de las trincheras,
siendo tomado de sorpresa por los indios el 9 de abril,

conducido ante el jefe sublevado, este le destinó de ar -


Departamento de La Paz S29

tillero, desempeñó su cargo con ventaja para los sitia-

dos, siendo los tiros dirigidos en falso, logró entrar en


relaciones secretas con las autoridades de la plaza; más
una carta que le metido en un botón, al agus-
dirigió
tino Matías Borda, de que era conductor un muchacho,
fue interceptado por los indios, tomado preso, en fuerza
del castigo declaró ser autor Murillo. Katari enfure-
cido lo hizo prender inmediatamente y haciéndole cor-
tar los dos braz'js, lo mandó arrojar a las inmediaciones
de la trinchera de Santa Bárbara el 8 de junio. Reco-
gido y atendido cuidadosamente, no se le pudo salvar, fa-
lleció a los dos días.
Murillo D. f-edro Oomináo.- Nació en La Paz en
1757, fue hijo na-
tural del cura
Juan Muriilo Me-
na Salazar y Ma-
ría Ascencia Ca-

rrasco,
N>ño aán fue
enviado a la Uni-
versidad delCuz-
co,donde hizo sus
:studios con bas-
tante aprovecha-
miento debido a
su claia inteli-
gencia y genio
fecundo, pero re-
gresó a su país
s i n concluirlos,
sin haber obte-
Pcdro Domingo Murillo nido grado aca-
démico ninguno. Se dedicó a la minería, como ca.

teador primero, director de ingenios después, siendo


67
gjo DicciONARío Histórico del
los aventaderos de Chicani,Chuquiaguillo, donde traba-
jó. Después residió en Yungas, donde probablemente
casó con María Josefa Olmedo en 1778, en quien tuvo
a su primogénito José, el afirma tener todavía otros
cuatro más, de los que conocemos a María Manuela.

Acaecida ia sublevación indigenal


de 1781, las fa-
milias residentes enYungas, se vieron reducidas a la
última miseria, próximas a sucumbir de hambre por es-
tar completamente cortada toda comunicación. En el

pueblo de Irupana, Murillo se alistó con carácter de te-


niente de la primera compañía de fusi!eros;más, habien-
do su capitán José Ramón de Loayza pasado a desem-
peñar el cargo de comandante de armas de la provincia.
Murillo quedó de capitán de la compañía, conociendo
sus aptitudes se le confirió la comisión difícil de convo-
yar a todas las familias europeas y criollas hasta Co-
chabamba. En esta ocasión acreditó su valor, batien-
do a ios enemigos que se le presentaban a cada paso,
haciéndoles ya frente en la persecución de aquellos, ya
en los estrechos y difíciles caminos en que estaban ex-
puestos a ser victimados en ese largo y penoso trayec-
to.

Cumplida su comisión de una manera digna y sa-


tisfactoria, dejando en Cochabamba a su mujer e hijos,
regresó de ayudante mayor
comandante José Rese- del
guín. Una vez lograda Peñas obtu-
la pacificación, en
vo el permiso de su retiro. En el campo de las Peñas
fue uno de los comisionados para la captura de los Quis-
pe y demás coroneles indios, siendo encargado del re-
paro de las guardias en la prisión de Katari. No obs-
tante haber sido licenciado, acompañó a Seguróla en la

expedición a los Yungas, reuniendo doscientos hombres


que se iban de retirada a Cochabamba, entre ellos mu-
chos yungueños.
Departamento 'DE La Paz ^ 31

Su pericia militar ya conocida, se manifestó más


pujante en esta ocasión, pues, que en los varios asal-
tos que dieron los guerreros indios, encargado de la re-
taguardia, les contuvo con valor, adquirió renombre de
valiente.

No ofreciendo ya la minería aliciente alguno, se de-


dicó a papelista, consagrándose con admirable tesón,
llegando a ser una especie de cedulario ambulante, ju-
rista prestigioso, sobresaliente, que lo consultaban cuan-
tos liiigantes necesitaban y andaban en demanda de
justicia, designándole con el dictado de doctor.
Vivía en la casa de Loayzj, cuyo administrador y
secretario era. Desde 1798 principió a trabajar por la
independencia de su patria, con José Herrera y otros
personajes. Cuando estos desaparecieron de la esce-
na, víctimas de una mano misteriosa, no se acobardó y
€on mayor brío volvió sobre lo comensado con Loayza,
Landavere, Esquivel y otros; con una tenacidad admi-
que era de carácter especialmente tesone
rable, pues, -

ro.

Con bastante habilidad y admirable ingenio confec-


cionaba los pasquines, que cada noche, en diferentes
lugares, calles, aparecían indicando la revolución, espe-
cie de diarios, como muy bien podría ciasificarse tata-
rabuelo de los periódicos de la República, los que te-
nían en continuo sobresalto a las autoridades españolas,
sin poderlo adivinar de dónds procedían.
Los revolucionarios de acuerdo con los del Cuzco,
habían determinado el movimiento para e¡ ló de julio

de 1805, pero habiendo fracasado este por la precipita-


ción de Panlagua, las autoridades remitieron ai gober-
nador Burgunyó, la nómina de los paceños sindicados,
este ordenó inmediatamente la captura y prisión de
ellos. El ayudante mayor Indaburu que había tomado
a otros presos, con fuerza respetable el 8 de agosto,
g32 Diccionario Historícq del
allanó la casa de Loayza, buscando a Murülo; más éste
había pasado la última noche en la casa de Isidro Ze-
garra, noticiado de la algazara, en las primeras horas
de la mañana, se había colocado en el rincón de la Pa-
ciencia, pudiendo notar el barullo desde la inmediata
esquina a la de la Cruz Verde; en
Zega- la casa de
rra de quien era abogado y consultor, trató de presen-
tarse, pero varias mujeres ofrecieron vacilaciones en
su ánimo. Se acogió en la casa de Francisco Pérez
Cuadros, y recobrando su natural corage el mismo día
se constituyó en detención, con el simulacro de una ca-

pa raída, por la cual vergüenza no se había dejado de-


tener por Indaburu.
Sometido a juicio, recusó a Juan de la Cruz Mon-
je Ortega, por odioso y sospechoso, pidió la interven-
ción de ladeo Fernández Dávila. En el plenario de la
causa, negó rotundamente con habilidad, redarguyendo
cargos, y conservando tal dominio sobre sí mismo, que
a Jas claras no se reconocía ningún temor, lo mismo que
en su careo con Palma y Torres en 29 de agosto. El
6 de septiembre, se dexrretó su libertad con apercibi-
miento de que en adelante no se mezcle con sujetos
mal entretinidos, auto* que se cumplimentó en la mis-
ma fecha.
Logra atraer al soberbio Indaburu, continúa con
mayor fervor en la propaganda revolucionaria. Las
juntas se hacían frecuentes, los prosélitos aumentaban
y todos los ánimos se preparaban resueltamente para la

revolución. En vista de esta animación febril se de-


termina dar el golpe en el carnaval de 1809, postergán-
dose para el 30 de marzo, que fracasó por una denun-
cia o bien suspendido por acuerdo de los mismos direc-
tores. Después señalaron para el 28 de abril y final-

mente para el 24 de junio. En víspera del día indica-


^ DEPARTAMENTO DE La PaZ 533
do se reunían en la casa de Sagárnaga, difiriéndose to-
davía por opinión de algunos, que causó irritación en
muchos exaltados; renovaron el juramento, quedó acor-
dado confiar la dirección a Murillo que debía ser acla-
mado comandante de la ciudad, mientras que Indaburu
lo sería de toda la provincia. Continuaron funcionando
las juntas, tanto en la casa de Sagárnaga, Murillo, Fi-
gueroa, en la casa de este último, que tuvo lugar el
13
de julio, en medio de frenético entusiasmo quedó desig-
nado para el 16, después de tomar una copa de coraque
se retiraron. La víspera del gran acontecimiento, reu-

nidos en el domicilio de Murillo, se tomaron las últimas


disposiciones para el ataque al cuartel.
Había llegado el día anhelado por los patriotas, sá-

bado 16 de julio de 1809. Todos los comprometidos se


hallaban listos para el ataque, lo que se realizó con la

mayor presteza en el momento en que el reloj público


anunció la liora designada. El ataque fue rápido, me-
diante el valor de Graneros y de los doscientos hombres
que en columna se desprendieron de la calle Santo Do-
mingo. Tomado el cuartel, no está Murillo claramente
indicado, sin duda el gran caudillo, estaría ocupado en
esos momentos en asuntos más graves, sin embargo se
afirma que disfrazado estuvo animando a los grupos.
Abierto el Cabildo,
pidió la entrega in-
el pueblo
mediata de las armas
\- Graneros, a Murillo
ordenó la
sala, la comparecencia del comandante Diego Quint
Dávila, quien cumpliendo la voluntad del pueblo, entre-
gó la sala y llaves de armas. El pueblo aclamó a Mu-

rillo para su comandante de armas, confirmado por el


Cabildo, fue llamado a prestar el juramento de estilo.

Después de ese acto al dirigirse a la |jiazn, encontró a


Indaburu a la cabeza de las tropas, le intimó retirarse a
su cuartel, éste refunfuñó, pero obedeció entregándole la
^34 Diccionario Histórico del
fuerza. Desde ese instante, nació un odio profundo
entre los dos caudillos de la revolución, que más tarde
tenía que ser funesto a la causa patriota.
Desde el momento de su encumbramiento, se esfor-
zó Murillo con energía rara en preparar la defensa na-
cional, logrando al siguiente día, acuartelar ochocientos
hombres, que los armó convenientemente, mantuvo la

disciplina de las milicias, y de una parte de la tropa ve-


terana, cuidando que la seducció» o la venalidad, no en-
torpecieran la marcha triunfante de la revolución, para
cuyo efecto hizo colocar las horcas frente al Cabildo,
pero no cabe duda, que el realismo adicto a Fernando
Vil, trabajaba contra la revolución y las milicias acuar-
teladas, «por loque Muriilo se dirigió el i8 de al julio

Cabildo, manifestando que las tropas no eran tedas de


su confianza, que habían tomado con cierto entusiasmo
la causa que defendía, negándose a recibir la cantidad

destinada a propinas, pidiendo que el derrame se hicie-


se al pueblo, pues, las milicias sólo aceptarían el pre
que les correspondía. En el mismo oficio en tono de
amenaza fuerzas no encontraban ra-
significaba, que las

zonables que se realizaban en pala-


las juntas secretas

cio, y que no hacían sino perturbar la «tranquilidad pú-

blica. Entonces el Cabildo mandó publicar un bando


prohibiendo que hicieran suposiciones antojadisas, que
se debía tener entera confianza al juramento prestado
por los europeos.
í£l Cabildo gobernador intendente y capitán gene-
ral, confirió a Murillo el cargo de coronel de armas, el
22 de julio con inusitada solemnidad aparatosa, fue re-
conocido por el ejército, en la plaza, en que se le hi-
cieron los honores correspondientes. Llamaron su aten-
ción preferente, el acopio de armas, la fundición de ca-
ñones, en fin todos los elementos bélicos necesarios pa-
ra un caso de resistencia en la ciudad, o bien en los
Departamento DE La Paz 535

Yungas de Songo, idea predominante primordial de Mu-


rulo.
Su actividad era admirable en la primera y segun-
da quincena de julio y agosto. Era La Paz como un
enorme arsenal, donde a poifía se adoctrinaban, los
habitantes, se fundían cañones, se fabricaba póK'ora,
balas, se construían lanzas; piafaban las caballerías, no
se oía sino los marciales tambores, los clarines, solici-

tando a los ánimos al cumplimiento del deber que recla-


ma la patria.
Según el plan acordado de antemano, se organizó
el 22 de julio la Junta Tuitiva, bajo la Presidencia de
Murillo, la que fue reconocida oficialmente el 24 de ju-
lio por el Cabildo. Después del juramento de estilo,
los tuitivos se dirigieron en corporación, acompañados
de los capitulares a la casa del finado oidor Tadeo Diez
de Medina, situada en la plaza, se presentaron en sus
galerías; el cura de Sicasica, dirigió la palabra al pue-
blo mereciendo calurosos vivas y aplausos.
La acción de la Tuitiva fue proficua, laboriosa, pa-
triótica, hizo un llamamiento a los pueblos de las pro-

vincias hermanas, inculcándoles la idea y el pensamien-

to que se había iniciado en La Paz, deseando que en to


do el ámbito del Perú, fuese secundada como causa jus-
ta y legítima, con este objeto proyectó enviar comisio-
nados a La Plata, Cuzco, Puno, Arequipa, Cochabam-
ba, pero para llevar a cabo estos propósitos, tuvo que
luchar con inconvenientes casi insuperables, poderosos
e inveterados. El realismo peninsular siempre, intran-
sigente, las masas populares ignorantes y sin prepara-
ción para recibir el don de la libertad, el fanatismo de
siglos, que consideraba mancillados los derechos de la

iglesia y la majestad real.

Medidas salvadoras de los principios proclamados,


necesitaban, pues, unas veces ^enérgicas; cuales conve-^
^36 Diccionario Histórico del
nían en los momentos en que se realizaban grandes acon-
tecimientos, que sacudían el edificio antiguo sólidamen-
te cimentado por las costumbre, los intereses y la utili-
dad; de ahí la prohibición de los comentarios sobre la
revolución, en especial por las chapetonas, «pedido por
Murillo en 13 de agosto, que debía ser considerada la

revolución como la admiración de la posteridad; y su


acuerdo contra hostilidades del gobernador de Potosí.
Otras pacíficas, conciliadoras, mejor dicho, adormece-
doras, de ahí sus notas de acatamiento al Virrey y Au-
diencia de La Plata (17 de agosto); para que se festeje
el advenimiento del Virrey Cisneros (18 de agosto), lo

que no se realizó.
El hombre que había desplegado tanto entusiasmo
p.3r la organización de las fuerzas, en disciplina y equi-
po, que acompañado de Sagárnaga, Jiménez, se presen-
taba en todas partes, exhortando unas veces, animando
otras, siempre inculcando los principios revolucionarios,

el que en esos momentos era el ídolo del pueblo, sea


por vanidad, orgullo u otra causa, lo cierto es que, re-
nunció el cargo de comandante el 15 de agosto, reser-
vándose sólo el grado de coronel que le había sido con-
ferido en premio de sus servicios. El Cabildo con su
buen juicio no admitió la dejación de su puesto, por de-
creto de 27 del mismo mes, se declaró útiles y necesa-
rios sus servicios.
Los enemigos de la revolución habíaii hecho circu-
lar la voz de que arrepentido de su obra, iba a abando-
nar la empresa. Entonces Murillo dirigió al pueblo una
proclama fechada en 11 de septiembre, en que se en-
contraban estos conceptos :"Creís que mi alma sea ca-
paz de intentar semejante despropósito. La causa que
sostenemos no es la más sagrada. La defensa de la pa-
tria, de sus sagrados derechos, no es la que se medita

mantener ileso contra los embates furiosos de la trai-


Departamento de La Paz 537

ción y la perfidia. Luego no debéis creer que \'ó os


desampare iiallándome íntimamente persuadido como
vosotros de la santidad de nuestra causa; que al lado de
vosotros he de derramar con el heroismo más !j¡rande
hasta la última gota de mi sangre".
Goyeneche de orden del Virrey del Perú, Abascal,
hacia grandes aprestos bélicos al otro lado del Desagua-
dero, para venir a sofocar la revolución paceña. An-
te esta actitud hostil, el pueblo reunido en inmensa ma-
yoría el 12 de septiembre, pidió la declaratoria de gue-
rra a Puno. El Cabildo mediante mayoría de sufragios,
aprobó la petición del pueblo, siendo solemnemente de-
clarada, mediante bando que se publicó en la misma fe-
cha.
El Cabildo le pasó el oficio respectivo con copia del
acta acordada. Murillo envió a Tiahuanacu dos com-
pañías de ochenta hombres cada una, y cuatro caño-
nes, a órdenes de Sagárnaga, instruyéndole a este, que
adelantase hasta el Desaguadero, para contener el paso
de las tropas enemigas.
En esto el Cabildo había recibido una orden \i-

rreináiica para que fueran repuestas las autoridades


separadas por la revolución, encargándole se hiciera
cargo de la gobernación, que Tadeo Dá\'ila se restitu-
yese a la capital. En el mismo correo intermedio del

15 de septiembre, el Cabildo eclesiástico recibía un ofi-

cio en que se le hacía saber lo ordenado, e insinuando


su concurrencia a ese acto. Acordado el día, Murillo
por su parte envió a Orrantia y Clemente Diez de Me-
dina para que lo representasen.
El día 18 de septiembre se reunieron en la sala ca-

pitular ambos Cabildos, los tuitivos, aunque no todos,


los delegados de Murillo. Puesto en t?la de discusión

la orden virreinática, después de una acalorada discu-


68
^38 Diccionario Histórico del

sión, que parece se prolongó liasta el día 20, quedó sin


efecto, por la tenaz oposición de Barra, cura Medina y
Clemente Diez de Medina.
Disgustado Murillo, insinuó a los tuitivos que re-

nunciaran sus puestos, más no siendo atendido, se pre-


sentó en el salón, él lo dice, parodiando a Cronwell, y
autoritariamente declaró disuelta la Junta. Tamaña
audacia, encolerizó al tuitivo Mercado, que le amenazó
con la muerte. Desde ese instante principió a eclipsar-
se su estrella, desapareció su popularidad, y la palabra
traición, rápida
y eléctrica crusó entre la multitud, pro-
nunciada con furor, de boca en boca, el hombre que
hasta esos momentos se había levantado como un colo-
so, se empequeñeció, o sería tal vez alguna ambición
desmedida, o el brillo de una corona a)'mara, según se
lo liabía significado a Jiménez, alguna vez, que los in-

dios tenían intención de conocerle. Traición no. El

30 de septiembre quedaba oficialm.ente disuelta la Jun-


ta Tuitiva.

Murillo el 10 de octubre había dirigido a Goyene-


che una misiva, anunciándole, que estaba dispuesto a
entregarle las fuerzas, y otra al gobernador de Potosí,
Francisco Paula Sans, enemigo declarado de la revolu-
ción. El jefe realista en contestación le había indicado
que se aproximara al Desaguadero o a Puno, o en su
defecto, enviara alguna persona de su confianza para
convenir la manera cómo debía hacerse la entrega
prometida. Se preparaba dice él, para dirigirse perso-
nalmente, cuando desde Laja los comisionados de Go-
yeneche, coronel Pablo Astete y teniente coronel Ma-
riano Campero, oficiaron al Cabildo anunciándole de

que eran portadores de pliegos oficiales. Medina y


ürrantia, se opusieron tenazmente a que fueran recibi-
dos en la sala capitular cuando más en el Tejar, arriba

del Panteón, sin entrar en la ciudad. Murillo que ha-


Departament o de La Paz 539

bía sostenido lo contrario, sin pedir consejo a nadie, salió


en alcance de los comisionados, seguido de bastante
pueblo, les dio alcance en el Tejar, y los condujo a la
sala capitular. La proposición de Goyeneche, se redu-
cía a depositar las armas, su en.trada a la ciudad a la
cabeza de sus fuerzas, y un perdón general que causó
profundo disgusto a los patriotas Después de una ho-
ra de discusión fue admitida la proposición, acordándo-
se que podía entrar francamente en la ciudad, elegir go-
bernador, hacerse cargo de la fuerza, en una palabra,
rendirse humildemente. Era el día nefasto de la revo-
lución, en el que se ponían ya de relieve la pretensión
de unos y la ambición de otros.
Apenas abandonaron los comisionados la ciudad,
hidaburu, cura Medina, Graneros y muchísimos patrio-
tas se dirigieron a la casa de Murillo para protestar con-
tra los acuerdos tomados, hacerle conocer que la volun-
tad del pueblo era contraria al ingreso de las fuerzas
enemigas, que no convenía en manera alguna, que era
necesario defender los derechos de la revolución, resis-
tiendo, combatiendo y si posible era sucumbiendo.
Parece que Murillo hizo poco aprecio. De su parte co-
misionó a Orrantia, cura Medina, para que en unión de
los del Cabildo, regidor Medina y Sagárnaga se entre-
vistasen con Goyeneche, los que se dirigieron el 7 de
octubre.
El alcalde Medina, de acuerdo con Murillo, en la
noche del y por deferencia al primero
12 de octubre,
que le había significado que las tropas haciendo un sa-
queo trataban de salirse al Alto, se comprometió hacer
la patrulla personalmente, se dirigió al cuartel, a los 20

pasos de la puerta, encontró un centinela que causán-


dole novedad, le mandó retirar, preguntada la causa,
al de guardia Zegarra, y Graneros le dijeron
oficial

que en esa noche querían asaltar el cuartel y parecién-


^40 Diccionario Histórico del

dolé suposición se dirigió a la casa de Indaburu, a


quien comunicó de la ronda que proyectaba efectuar
le

y este temiendo que fuera una traición le hizo acompa-


ñar con su ordenanza hasta la esquina del Palacio viejo
y dando vuelta por la calle Santo Domingo, la de Mer-
caderes y toda la plaza, se entró al cuartel a horas ocho
y media, encontró a Zegarra con soldados granaderos
que lo prendieron arrancándole su sable para degollarle;
fue encerrado en un cuarto con centinela de vista y sin
comunicación. Agrega en su declaración que durante
dos días pidió la plebe su cabeza; todos los revoluciona-
rios le hicierontremendos cargos, desde la ventana de
su calabozo y que debía hacerse con él un ejemplar
castigo. Indaburu le hizo cargos, tratándole de hombre
de mala fé, traidor, enemigo de su patria.
Cual es la causa de cambio tan repentino en el
hombre que durante quince años* había trabajado por la
revolución? Traición, no la hubo fue simplemente el te-

rror de un fracaso sangriento sin utilidad ninguna, como


el lo manifiesta en su confesión: que la guarnición de su
mando era limitada para oponerse a un considerable
ejército de cinco mil hombres,
y el acusador lo confirma
como también las promesas falaces del intri
fiscal, así

gante Goyeneche. Si MuriÜo hubiera logrado arrancar

al obispo de Irupana, por lo que trabajó bastante, la re-

volución habría tomado otro jiro. También se dirá, por


qué Indaburu no le dio la libertad después de su defec-
ción, más bien lo encadenó y le inició un simulacro de
juicio? La respuesta es sencillísima; porque Indaburu
veía abatido su orgullo, por no haber sido el primero en
la revolución, su temor a las fuerzas de Arequipa y su
ascenso a las promesas del jefe que la comandaba, por
lo que deseaba entregar maniatada la revolución, para
obtener el perdón.
Qué hubiese entrado en acuerdos con Yanguas, no
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 5 41

tenía nada de incorrecto, puesto que el Cabildo había


admitido las proposiciones de Goyeneche 3^ se conside-
raba fracasada la revolución.
Consumada la traición de Indaburu en la noche del
18 de octubre y destrozado este al día siguiente por las
fuerzas de Castro, los soldados penetraron al cuartel
donde se hallaba preso Murillo, quisieron mat.jrlo, unos
con fusiles y otros con arma blanca. Ei f^ranadero
Pérez le dio de bofetadas, haciéndule cargo de haber
querido entregar la ciudad a Goyeneche. Mediante
ruegos y súplicas consiguió que le sacaran las platinas

de un lado, montado en una muía fue C(¿nducido al Alto,


cuando se retiró el ejército, entre soldados y detrás del
estandarte real que llevaba un cabo. Durante la marcha
le llenaron de dicterios, llamándole traidor a la patria que
había querido entregar a sus paisanos. Al final de la

cuesta encontró a Castro y Graneros que le perdonaron


la vida.
En el campamento estuvo con orden de no salir,

ni comunicarse con la tropa, temeroso de su seducción.


Los soldados le miraban con encono, hubo día en que
uno de estos, fusil en mano no se apartó de él. Castro
le hizo notificar con Sggárnaga, que se abstuviese de
comunicar a la gente, del propósito de la retirada a Yun-
gas. Cuando el doctor Mariaca se dirigió a Chacaltaya
a proponer arreglos pacíficos, Castro le satirizó llamán-
dole traidor, entregado a Goyeneche, al gobernador de
Potosí. Se le puso un centinela de para que no v'sta
fugase donde Goyeneche y para conducirlo a Yungas.
Los deseos de Goyeneche estaban cumplidos, sus
intrigas habían sembrado la división, y por consiguiente
la desconfianza contra el jefe de la revolución.
Retirado el ejército para Yungas, Castro lo condu-
cía preso; mientras dormía el centinela de vista que se
le había puesto en la Apacheta de Corcico, en compa-
^42 Diccionario Histórico del

nía de Andrés Salcedo y Manuel Rivero, logró fuj^arse.


Kscribió a Goyeneche, como no le contestase, resolvió
presentársele y se encaminó a La Paz.
Subía dice: la cuesta de Anacirca para Coicoma el g
de noviembre, cuando se le presentó una partida de sol-

dados que le preguntaron, dónde iba, respondió que a


La Paz se dirigía. Los soldados le amarraron sin aten-
der a sus escusas y lo condujeron a esta ciudad, donde
llegó el II a las seis de la tarde. La manera cómo re-

lata su captura, parece no ser muy verdadera, pues,


que su compadre Isidro Zegarra, burlando su retiro lo

capturó el ii de.octubre. Habia callado el nombre del


infidente por el parentesco que le ligaba.

Conducido directamente al Palacio Episcopal, don-


de se había alojado Goyeneche, estuvo toda la noche en
conferencia con este. Talvez más tarde alguna anota-
ción de su secretario Pedro Leaño, sus amanuenses
Francisco Hinojosa y Romualdo Herrera, nos haga sa-
ber algo de esa conferencia. Al día siguiente a las ii
fue sacado Murillo en cuerpo, arrastrando una carlanca,
escoltado por una columna de tropa, que después de
haceile atravesar la plaza, lo condujo a la cárcel. Ence-
rrado en un sótano lóbrego, oscufo, frío y húmedo.
Goyeneche había recibido comisión del Virrey Gis-
ñeros, para juzgar a los reos de alta traición. Asociado
de su asesor Pedro López de Sego\ y cinco abogados ia

mas, Gárate, Osa, Gutiérrez, Ruíz y Castro, organizó


el correspondiente proceso criminal a los "rebeldes".
Pero téngase presente, que Goyeneche pidió de ante-
mano la cabeza de Murillo ) otras más.
Murillo prestó su declaración el 19 de noviembre y
su confesión el 6 de enero, ratificando su instructiva.
El 15 de enero nombró por su defensor al doctor Igna-
cio Tejada y por su agente a Mateo González.
El fiscal nombrado, teniente coronel Francisco Ba-
. ,

Departamento de La Paz 543

sagoitia, a las cuarenta y ocho horas presentó su acu-


sación el 13 de enero; sus conceptos son muy significa-
tivos, dice: Murillo el primer reo de tan atrós delito
en este asunto, logró al fin poner en ejecución sus in-
veterados y criminales proyectos Lo constituyen
en la clase de autor singular de la insurrección .... En
este tiempo desenvolvió y diseminó la semilla de su per-
versidad, no siendo estrañq
al fiscal, que en tan horroroso

monstruo cupiere crimen de tan calificadas calidades, si


no se pierde la memoria que aún humea la sangre del
asesinato de Chuquisaca, las falsedades que cometió
para titularse abogado, y otra multiplicidad de frutos
propios del que lo es de dañado coito.
Tales delitos . . .

no tienen otra excepción que las últimas ocurrencias de


haber escrito a Usia que entregara las armas a su dis-
posición por un medio pacifico, cuando ya en la raya
del Desaguadero estaba perfectamente organizado el
respetable ejército que debia restablecer la Paz. 'Tide
se le castigue en el modo más vilependioso*'. . .

Los defensores Ramón Mariaca y Tejada presenta-


ron defensa en 19 de enero, dicen de Murillo: *'Es-
la

cribió a Usia y al gobernador intendente de Potosi, no-


ticiando del estado de cosas y ofreciendo la rendición y
entrega de las armas, por eso sin duda, no se apuró en
expediciones, sino que se condujo lentamente para dar
lugar a los auxilios; con el alcalde Yanguas embaraza-
ron los destrozos que se anunciaba, y aún desarmar al

pueblo que no podia ceder de otro modo .... Sus servi-


€Íos en la pasada rebelión de los La pena
naturales. ...
de presidio, destierro parecen la más adecuada'' . . .

Goyeneche dictó la sentencia en 26 de enero de


1810, condenándole como a los demás, por reos de alta
traición, infames, aleves, suversores del orden públi-
co, en su consecuencia a la pena ordinaria de horca, a
la que serán conducidos, arrastrados a la cola de una
544 Diccionario Histórico del

bestia de albarda, suspendidos por mano de verdugo, has-


taque naturalmente haya perdido la vida. En la misma
noche, poco más o menos a las doce, les fue leida la te-
rrible sentencia por el escribano Chávez de Peñaloza.
Al día siguiente Murillo y sus compañeros arrancados de
sus calabozos, fueron conducidos al Colegio Seminario,
distribuidos en cuatro habitaciones, puestos en capilla
para que se dispusieran para la muerte que les espera-
ba en el cadalzo.
Llegó el día del martirio, 29 de enero de 1810. La
plaza mayor presentaba algunas horcas colocadas entre
la capilla del Loreto }' la pilj, un tablado en que habla
todos los preparativos necesarios para dar garrote. A
las siete de la mañana el teniente coronel y mayor ge-
neral Pío Tristán, ordenó rodear el cuadro de la plaza
por tres lineas de soldados, dos de infantería y una de
caballería, guarnecido cada ángulo por dos piezas de
artillería. Además piquetes de infantería y caballería,
recorrían la población, así como custodiaban la manzana

del palacio episcopal, que fue rodeado de doble guardia.


Las vícíimias salieron tranquilas con dirección al

patíbulo. Muriiio presidía esa triste comitiva, vestido


con un saco burdo de ba)'eta blanca, sentado en un
serón, arrastrado por la cola de un asno, conducido por
un verdugo, el mulato musculado llamado Andrés, llegó
hasta el pie del cadalzo. Los padres de la buena Muer-
te Joaquín Zambrana, Manuel Pinedo y varios otros re-
ligiosos de las otras órdenes existentes en la ciudad,
acompañaron a ios reos.
Murillo alpiimer escalón del cadalzo, se ir-
subir el

guió, echó a lala capucha de la misericordia


espalda y
con firme voz pronunció estas palabras: "La TEA QUE
DEJO ENCENDIDA NADIE PODRÁ APAGAR". En seguida
tomando de manos del verdugo el cordel de la horca, se
lo puso él mismo en el cuello y le dijo; ^^Ejeciiía'\ El
Departamento de La Paz ^4^

verdugo jaló la cuerda, suspendió el cuerpo que quedó


balanceándose en el aire. El gran caudillo había volado
a \'Á inmortalidad.
Seis horas después de
la ejecución, que terminó a las

once y media del día, según lo certifica el fecdatario Jo-


sé Jenaro Chávez Peíialoza, se bajó el cadáver y se le
cortó la cabeza para fijarla en el pilar del Alto de Potosí.
El tronco mutilado íuf. recogido por los padres hospitala-
rios de San Juan de Dios y enterrado juntamente con
el de Sagárnaga, en el cementerio de esa iglesia.

María Manuela Concha Duran, que dice ser su es-


posa en su declaración, no era sino amasia, según afir-

ma Rivero, que los cinco hijos de que hace m.ención en


1803, ne sabemos tampoco si eran legítimos, habidos en
la Olmedo, de quien estuvo separado treinta años, lo
cierto es que en materia de faldas no era muy escrupu-
loso. Tuvo a Justa que casó con Manuel Soto, Toma-
sa que casó con Andrés Salcedo en 25 de junio de 1805,
hijo de Manuel Salcedo y Casilda Macuaga, Vicenta Ma-
ría en 6 de abril de i8og, María Lorenza en 13 diciem-
bre de 1808, Melchor en 7 de enero de i8ío.
Yañez de Montenegro hace de Murillo la siguiente
descripción: «Era hombre alto, de regular gordura, tri-
gueño, amarillento, con algunas pecas en la cara, algo

taimado; reservado en su trato íntimo y locuaz cuando


se dirigía al público.

Muyupuraca Juan de Dios.— Natural de Asánga-


ro, uno de los generales más intrépidos de Tupahj Ka-

tari. Este al tener conocimiento de la marcha de Re-


seguín con dirección a La Paz, envióle en compañía de
Diego Quispe, a situarse en Yaco con una fuerza consi-
derable para arrojarse desde allí a Oruro tan pronto
como Reseguín hubiese pasado a Sicasica; más, este
informado del plan de los indios marchó a Yaco con dos
69
^4^ Diccionario H istórico del

mil hombres, con la intención de sorprenderlos. No tu-


vo lugar la sorpresa, aceptaron el combate en que fueron
completamente vencidos, con pérdida de trescientos hom-
bres. El vencedor entregó el pueblo a las llamas. Mu-
yupuraca se replegó al campamento de Katari, y cuan-
do este fue completamente derrotado, se acogió al in-

dulto real y procuró pacificar Omasuyos, como lo hizo.


Los blancos mediante la táctica militar vencieron a los
indios, la sangre corrió a torrentes, pero la mita y los
repartimientos fueron abolidos.

Navarretc D. Luis do —Fue corregidor de una pro-


vincia, en 1690 vino a radicarse en esta ciudad. Casó
con Gertrudes Castillo, de cuyo enlace tuvo a Elena en
13 de febrero de 1692. Fue teniente de corregidor en
laépoca de Mancilla y alcalde ordin-^^rio años después.
Pasó de corregidor a otra provincia,
PSíGolalde D.Juan Basilio —Se ignora su proce-
dencia. Fue estudiante de la Universidad de Chuquisa-
ca, donde recibió el grado de bachiller. Se ordenó de
diácono en 1701, siendo nombrado por el Cabildo en
Sede vacante, juez eclesiástico, visitador general del
obispado, obtuvo la canongía magistral en 2 de febrero
de 1702, dignidad ciíantre en 1712. En I7i6fue electo
obispo de la Concepción de Chile, donde se dirigió a fi-
nes de marzo del mismo año.
Nieto D. Bernardino— Natural de Arequipa. Vi-
no a radicarse en esta ciudad. Contrajo matrimonio
con Juana Landaeta, en quien tuvo Narcisa en 4 de
a
ener® de 1760. Fue regidor del Cabildo y vecino dis-
tinguido. Falleció en 1780 .

¡Nieto D. Pedro de. — En i6oq el Cabildo le habla


nombrado receptor de alcabalas, con la mayor buena
-

Departamento dé La Paz 1^47

voluntad se había prestado Juan de Salas a servirle


de fiador; más Nieto de mala té, aprovechando la suma
que se encontraba en su poder, desapareció de la ciu-
dad. El fisco coactivamente obligó a pagar al .i^arante,
cuya suma ascendía a siete mil pesos.
Nieto D. Aperreáui Bernardino.— Astorga, liijo de
Joaquín Nieto, caballero de Calatrava y Angela Aperre-
gui. En 1765 casó con Isabel Loayza, en quien tuvo a
María Rufina Carmen en 14 de abril de 1767.
Nieto Navarro D Diego.— Natural de Arequipa:
hijo de Juan Nieto Navarro y María Miranda. Licen-
ciado, presbítero en 1735, ^"¡-'zo su carrera por escala:
cliantre en 1736, arcediano en 1737,
deán en 1738. En
1737 era ya sumamente anciano y carecía casi coinple-
tamente de la vista. Falleció el 4 de noviembre de
1741.
Nieto y Roa D. Antonio —Natural de Moquegua,
caballero de la orden de Santiago, teniente coronel de
ejército, coronel del regimiento de la provincia de su
nr;cimiento. Hermano de Ignacio, conde de Alastaya,
alcalde, regidor por el Rey desde el año 1760, cuyo tí-
tulo le había sido conferido por Carlos III en 10 de octu-
bre de 1769. Nombrado corregidor de La Paz, en pro-
visión real de 14 de octubre de 1774, se posesionó el 22
de noviembre del mismo año. Trajo consigo a su esposa
Nicolasa Basiüa Camperos, asi como a sus dos hijas
María Gregoria y María Clara. La primera casó con el
dyctor Ramón Rojas en 1775, y la segunda con el are-
quipeño doctor Blas Quiroz, viudo de Manuela Foronda.
Inteligente abogado, que perseguido por el Virrey A
mat se halló oculto en el convento de San Francisco de

esta ciudad.
Habiendo fallecido su hermano sin dejar sucesión,
recayó el título en él; el Rey le despachó cédula de suce-
sión en 2 de septiembre de 1776. Durante su gobierno
•ICCIONARIO HISTÓRICO DEL

se estableció el Beaterío de Nazarenas, a cuya institu-


ción prestó importantes servicios. Dejó el gobierno el

II de octubre de 1776. Se regresó a su país, y falleció

en 26 de agosto de 1803; fue el último poseedor del tí-

tulo.
INúñez Mejía D. Juan.— Natural de Madrid, doctor
graduado en la célebre Universidad de Alcalá de Hena
íes. Vino nombrado corregidor de La Paz, de cuyo
destino tomó posesión en 6 de marzo de 1600. Falleció
ejerciendo el cargo el 24 de abril de 1600.
siglo XVll, La Paz contaba con
Era principio del
una existencia de cincuenta y dos anos. Su población
es difícil conocer por la obscuridad de esos tiempos, ni
menos designar aproximativamente el número de habi-
tantes que tendría. 1575 se le asigna doscientos
Si en
españoles, en otro documento de bastante valía, se di-
ce: apenas tendrá unos ciento cincuenta. En cambio
la clase mestiza seríaya numerosa; en cuanto a la indí-
gena sabemos que existían cinco mil tributarios.

La plaza principal ostentaba en su centro una pre--


ciosa pila de beren.auela de tres tazas y las cuatro ace-
ras estaban perfectamente adoquinadas. La manzana
sur en su frente ostentaba el palacio de gobernación,
con su techo rojiso y la iglesia Matriz destinada para
los españoles. La manzana este, ocupaba la iglesia y
convento de la Compañía de Jesús, y las dos restantes
estaban por casas de mal gusto y solares que desde un
principio habían dejado algunos vacíos para los que pos-
teriormente vinieran a avecindarse.
Para poder dar una idea de la naciente población,
o mejor dicho del Nuevo Pueblo como se llamaba enton-
ces, un turista en pocas horas podía dar un paseo por
las calles del pueblo de Mendoza. Subiendo la calle ac-

tual Bolívar (entonces todas se llamaban calle Real),


tomando el largo de Sucre, no tendría nada que ver en
Departamento de La Paz 549
esas alturas, sino pequeñas casuchas dispersas de abo-
rigénes, en medio de gigantescos espinos. Descendien-
do por ia de Pich.incha, siempre la misma decepción,
aunque \a se encontraban algunas casas de españoles.
Pasando el río se encontraría en la plazuela de San Fran-
cisco, con su pequeña iglesia y convento. Subiendo por
la de Sagárnaga, tomando la de Linares, se hallaría en

la pequeña placita de Capacanagui, mercado ocupado


por indias. Extendiendo la vista desde este punto se 1«
presentaría San Pedro, con su iglesia en medio de una
población completamente indígena. Dirigiéndose a ese
punto y tomando la de Loayza, tendría a su derecha el
río Mejahagüira, que dividía la provincia de Sicasica de

Pacajes, siempre habiíada por los aymarás. Subiendo


la calle sitada iría a encontrarse con la Ballivián (ichu-
cato), distinguiendo la pequeña iglesia de Santa Bárba-
ra con su torrecita rojisa.
Ahora bien, si preguntáramos al paseante qué idea
se ha formado de la pequeña ciudad, sin trepidar nos
contestaría: se parece a un gran campo quebrado, cu-
bierto de inmensos espinos (rauwolíla micropilla) que
casi convierten la población en un bosque, especialmen-
te en los alrededores, en las que se destacan, aquí, allá
casas rojisas, intercaladas con otras de paja, solares y
huertas.
Esas propiedades pertenecían
a los treinta enco*
menderos empleados de la co-
o sus descendientes, a los
rona, como corregidores, tesoreros, que habían ¡legado
a radicarse en la ciudad, y la llamaban por antonomasia
ciudad noble, porque muchísimos conqu-istadores la ha-
llaron con clima apasibley a su sabor. Los encomen-
deros tenían habitaciones suntuosas porque sus rentas
eran pingües, que después pasaron a algunos nobles de
España, que sin haber hecho nada por la América goza-
ban el fruto y el sudor de la raza sojuzgada.
_ 550 Diccionario Histórico del
Los desórdenes acaecidos a poco de su fundación,
ocasionados por Sebastián Castilla en Chuquisaca y
Girón en el Cuzco, perturbaron la paz pública, y sólo
desde 1567 en que el Virrey Toledo, visitó personal-
mente, principiaron de una manera estable a amoldarse
las instiUiciones, pero durante este medio siglo habla
mucho de población flotante, porque los peninsulares
van de aquí allá, en busca de mayor fortuna, así como
continúa la fiebre de las conquistas, así es pues una ciu-
dad informe, sin costumbres arraigadas todavía, viendo
en la holganza y el ocio que engendran la riqueza ad-
quirida sin el trabajo personal.
El Cabildo funcionaba con seis regidores y dos al-
caldes ordinarios, que eran elegidos anualmente. En
10 de niayo de 1580 el Rey nombró el primer regidor
Sánchez, que era el que sacaba el estandarte real, escri-
bano al año siguiente a Alonso Villaescusa, que más
tarde fue reemplazado por Hernán González.
Los europeos siguieron las costumbres de su país:
la mestiza adoptó el traje estrictamente estremeño, po-
llera alta, encarrujada a lo largo, hembrilla tejida en el

país [Lliclla] y montera de anchas alas. El indio pan-


talón abierto en la parte posterior baja, capa cuadrada
[poncho] montera, obra del país.
^ ÍNúñez de Versara D. Luis.— Natural de Burgos,
este licenciado \'inonombrado corregidor de La Paz, se
hizo caigo de su dtsiino a principios de marzo de 1595,
falleció el 17 de julio del mismo año. Fue inhumado
con toda pompa en San Francisco.
Núñez Vela D. Blasco.— Cuzqueño, ordenado por
el obispo Valencia, cura de Calamarca en 1625. Este
pinta a los indios de una manera curiosa, dice: «obe-
dientes, hacen lo que se les manda, propensos a lá^em-
briaguez y muy aficionados al baile. Cuando están bo-
rrachos en l3s fiestas dan miedo, especialmente los ^«c?-
Departamento de La Paz $^i

nalís, con corazas de piel de tigre, una banda de plu-


mas de loro, llamada chacana, montera (chothco) ador-
nada de lentejuelas y plumas, y pollera blanca encarru-
jada,que reciben en el reparto. En !a tarde del día de
la fiesta adornan a las indias con la banda y el sombre-
ro, bailando en conjunto; a lo lejos son m.uy vistosos;
pero una vez embriagados, se dan terribles golpes, de lo

que resultan muchas desgracias. Hay otros pacíficos


los ckoquelas, con ponchitos rojos, cargados de la piel
de lavicuña, adornada con lanas de colores y espejue-
los, sombreros con plumas de pariguana y polleras blan-
cas; hacen la hazaña de ahorcar al zorro, enem.igo de las
vicuñas. Ellos aseguran que desde la gentilidad tuvie-
ron esos bailes».
¡Núñez del Prado D. José.— Ingeniero muy inteli-
gente. En 1845 piincipió la construcción del Palacio de
Gobierno bajo su dirección. Hermoso edificio de tres
pisos; el primero de piedra granito labrada, los dos res-
tantes de adove con columnatas y comizas de ladrillo,
con 24 ventanas sobre la plaza. El interior resguarda-
do por galerías y corredores sostenidos por elegantes
columnas. El pórtico de ia escalera de subida de mar-
mol negro y blanco. La subida al tercer piso escalera
espiral. Con salones espaciosos y muy elegantes. Se
estrenó en 1852.
Este palacio fue insendiado por la plebe el 20 de
marzo de 1875. ^' generul Campero lo hizo reedificar.
Núnez del Prado, dirigió también la construcción
del Teatro. Principió el trabajo en 1843, construcción
sólida de caly ladrillo; dos escaleras conducen a los
palcos de y 2 f clase y otra especial al tercero, lla-
i í^

mado Gallinero. Se estrenó el 18 de noviembre de 1845.


En 1909 ha sido completamente refaccionado. Los pri-
mitives decorados fueron ejecutados por el pintor La-
me teyer.
S$2 Diccionario Histórico del

INúñez del Prado I). Daniel.— Naeido en La Paz,


hizo sus estudios en la Universidad de Lima, recibien-
do el grado de doctor en Medicina. Facultativo inteli-
gente, benéfico y muy humanitario. Fue premiado con
una medalla de oro por su asistencia en la epidemia de
1865 en Lima. Amigo del general Belzu, combatió con
frenesí el 27 de marzo de 1865 en favor de su caudillo.
Fundador de lacompañía de Bomberos de esta ciudad.
Intendente de de esta ciudad en 1875, cuando
la policía

el ataque al palacio el 20 de marzo de ese año se portó


heroicamente. Presidente de la Municipalidad en 1880,
Prefecto ée\ departamento en 1875 Y ^^ '^ revolución
contra Daza, Diputado por La Paz a la Convención de
1880. El general Campero le llamó a la cartera de Go-
bierno y Relaciones Exteriores en 1881. Murió en 1886.
Su hijo D. Carlos sigue la carrera de las armas,
^s actualmente Coronel,

o
Obaya D. Juan Antonio de.- Natural de la Villa
Viciosa en el principado de Asturias. En esta ciudad
casó ccn María Vicenta Diez de Medina, viuda de Her~
nando Calderón. Fue caballero veinticuatro o sea re-
gidor perpetuo. Alcalde ordinario de primer voto en
1759. El maestre de campo Obaya fue un vecino dis-
tinguido y activo.Murió en 1775.
Obaya Pedro-— Natural de Azángaro, sobrino de
Tupac Amaru y confidente de Julián Apaza, quien no
tomaba ninguna determinación sin previa consulta de su
favorito, así con,o los indios le guardaban toda clase de
consideraciones como a persona de mucha entidad. Du-
rante el asedio de La Paz en 1781, fue el alma de todas
las medidas bárbaras de Katari, incendios, robos, muer-
tes. El 27 de abril de 1781 fue tomado preso en las jn-
DEPART AMENTO DE La PaZ 553

mediaciones de la ciudad por haberse asomado demasia-


do a las trincheras, era tuerto, hallábase ebrio y no sa-
bía manejar las riendas de su caballo.
El 4 de agosto
fue ahorcado y su cabeza colocada en un poste.
Obregón y Mena D Jerónimo Antonio. -Natural
de Lima, estudiante del colegio de San Martín, doctor
en teología, poeta y gran teólogo. Canónigo de merced
del coro de La Paz en 1738, Chantre en 1744, Arcedia-
no en 1746, Gobernador y Vicario general. Electo
obispo de Popayán en 1748, fue consagrado en esta ciu-
dad por el obispo Parada. Falleció en su diócesis en
1786.
Ochoa y Morillo D. Alejandro José de.— Natural
de La Plata, descendiente de nobles e ilustres padres.
Hizo sus estudios en el real colegio de San Cristóbal y
en la célebre Universidad de Cliarcas, recibiendo suce-
sivamente la borla de doctor en ambos derechos y la

toga del abogado. Mereció por su precoz talento los

honrosos cargos de regentar la cátedra de instituto por


una vez y por tres veces la cátedra de prima de sagra-
dos cánones. Durante los ocho años que ejerció la abo-
gacía, mereció el honor especial de que el Fiscal de la

Real Audiencia Torcuato Manuel de Lapuerta, le nom-


brase su sustituto. Del foro pasó al altar; cura de Si-
pesipe, examinador sinodal, asesor de los juzgados ecle-
siásticos, Canónigo doctoral, apoderado del cabildo pla-
tense y su diputado en sede vacante al concilio de Bue-
nos Aires, dignidad maestre escuela, obispo de Santa
Cruz de la Sierra en 1782, recibió la consagración epis-
copal de manos de Miguel González Pamplona que \'e-
nía de Buenos Aires a Arequipa.
Trasladado a la silla de La Paz en 11 de abril de
1791, habiendo satisfecho por su promosión seis mil
doscientos pesos, quinientos para real subsidio, quinien-
tos pesos para expediciones, setecientos para botánica,
70
5^4 Diccionario Histórico del

setecientos pesos para recoj¡niient:.s. Después de to-

mar posesión practicó la visita pastoral; destinó cuatro


mil pesos para la reedificación de las Recogidas quema-
da por los indios. En 17 de abril de 1794 en comuni-

cación dirigida al Virrey le decía: Los misioneros solo


deben ocuparse de lo espiritual y no de la política y el
comercio, como que en esa época las comunidades reli-
giosas se encontraban en un estado lamentable de rela-
jación. Durante su gobierno tuvo por secretario y pro-
visor a Guillermo Zarate. Por su salud quebrantada
se dirigió al pueblo de Mecapaca, donde talleció el 5 de
mayo de 1796. Al día siguiente trasladaron sus restos
a esta ciudad y fue solemnemente inhumado en la Com-
pañía.
Ochoa Andrés ele.— N:itural de la Villa de Sismano
en Viscaya. año 1750 )- ca-
Vino a establecerse por ci

só con Catalina de Llano, en quien tuvo a Andrés Fran-


cisco, que casó con Narcisa Vclarde en 1771. Fue co-
merciante de alguna consideración. No sabemos cuando
murió.
Ochoa Vicente.— Natural de la Villa de Padena en
Castilla Vieja. Ignoramos el cargo u ocupación con
que \ino a esta ciudad. Casó con María Manuela Ca-
toira en 30 de diciembre de 1820.
Ochoa D- José Vicente —Nacido en La Paz. Hizo
sus estudios en el Colegio Nacional }• después en la

Universidad, hasta recibirse de abogado. En la guerra


del Pacífico fue encargado de llevar el «Diario de la

Campaña». Diputado por Pacajes al Congreso de 1884,


Presidente del Ayuntamiento Paceño en 1892. Baptista
le encomendó la cartera de Instrucción Pública y Colo-
nización en 1895, ^''i cuyo desempeño falleció en Sucre
en 1898. Salieron de su pluma: Perfiles y Jiojas al vien-
ío, Paceños ihístres Cisneros, Valle, zAharoa; Semblanzas
cíe la Guerra del Pacifico, jó de Julio de i8og, etc.
Departamento de La Paz 555

Ochoteco D. Martín José de.— Hijo de Crisósto-


mo Oclioteco. No sabemos su procedencia ni la ocu-
pación que tenía. Probablemente manifestó adliesión a
los principios proclam.ados por la revolución de julio,

por lo que iban a hacerlo miembro de la Junta Tuitiva,


pero sea por cobardía, te.mor, u otra causa, de noche to-

mó el alto y no descansó en su fuga, hasta Buenos Ai-


res, de donde no regresó más.
Olaáu¡ve!y Gáceres D. Miguel- Arequipeño. En
esta ciudad casó con Juana Vargas, moqueguana, de cu-
yo enlace tuvo a José AAariano en 5 de diciembre de
1796, Luis Mariano en 15 de agosto de 1800. Fue uno
de los enemigos más declarados de la revolución de ju-
lio de i8og. Militó en las filas contrarrevolucionarias y
fue recomendado a las. autoridades del Rey por su fide-
lidad y amor al soberano. Murió el 3 de octubre de
1828 de edad de setenta y ocho años y fue sepultado en
San Francisco.
Olaisa Tomás de.— Natural de Quito. Perteneció
ai ejército realista con el grado de teniente en 1820, se
quedó en esta ciudad y casó con Andrea Peñaranda.

OÜden Blas de. Español. Vino nombrado teso-
rero de las Cajas Reales de La Paz en 1709; y en 1724
le confirió el Rey el grado de sargento mayor. En 1727

obtuvo el corregimiento de La Paz. En Isabel Mendoza


Jarandina, tuvo a Francisca en 4 de octubre de 1725,
Juan Ignacio en 23 de m,a)'o de 1727, Agustín en 3 de

septiembre de 1728. Cnyó sumamente enfermo, pró-

ximo a la muerte se desposó el 12 de agosto de 1729 y


a los pocos días legitimó a sus hijos y después tu\'0 a

Joaquín en 30 de abril de 1730. Falleció en 1738.

Olmos D. Martín de- -Los lysioriadores primiti-


vos no indican de dónde era este conquistador. Perte-

neció al bando de Gonzalo Pizarro, cuando este envió


desde Lima a Hernando Bachinao, uno de sus soldados
55<^ Diccionario Histó rico del

más feroces, contra el infortunado Virrey Vela, partió


del Callao con treinta hombres en que iba el capitán
Olmos. Las atrocidades de Bachinao hasta Panamá
horrorizaron a los mismos oficiales por ¡o que resolvie-
ron victimario.Olmos uno de los conjurados pudo ma-
tar a más le faltó valor, descubiertos por un
Bachinao,
soldado Orduña, algunos fueron muertos, Olmos apri-
sionado, pero logró su libertad y continuó en el servicio.
Bachinao se embarcó en Panamá con trescientos hom-
bres, después de varias correrías llegó a Tumbes, en
cuyo puerto como sucediese que un galeón a cuyo bof-
do iba Olmos, por descuido de los marineros chocase
con el buque en ei que iba lo hizo cañonear para que se
hundiese, no llegó a echarlo a pique porque pidieron
perdón y se contentó con matar a un sargento, al maes-
tre y al piloto. AI regreso de esta expedición se en-
contró en la batalla de Añaquito, donde perdió y murió
el Virrey el i8 de enero de 1546.
La corte de España había enviado a la pacificación
del Perú a La Gasea, a cu\'a aproximación el capitán
Diego Centeno, saliendo de su escondite había logrado
ocupar el Cuzco, Contra éste envió Pizarro una fuerza
al mando de Juan de Acosta y de capitán de caballería

a Martín de Olmos, quien logró fugarse del camino con


otros oficialesy treinta y cinco soldados, incorporado
a La Gasea se encontró en la acción de Sajsaguana don-
de vio sucumbir a su antiguo jefe.
[)espués del triunfo el presidente le nombró uno
de los vecinos fundadores de la nueva ciudad de La
Paz. En compañía del capitán Alonso de Mendoza, vi-

no y le tocó suscribir la primera acta de su fundación


en Laja en 20 de octubre de 1548. Desde 1549 fue re-
gidor del Cabildo, hasta que dejó la ciudad con motivo
de la sublevación de Girón en el Cuzco. Marchando
con el corregidor Sancho Ugartede capitán de una com-
Departamento de La Paz ^^7

pañía, los que incorporados a las fuerzas del mariscal


Alvarado sufrieron la derrota de Chuquinga, donde Ol-
mos peleó con mucho valor, después en Pucará, donde
sucumbió Girón. Regresó a La Paz, en la que tenia
su repartimiento de indios.
Ha dejado descendencia en hijas del pais. Mas
tarde se radicó en el Cuzco. Tal vez desciende de es-
te cuzqueño Diego Olmos, religioso de San Francis-
el

co, que fue guardián en el convento de esta ciudad. Im-


primió en Lima en 1653 una gramática en qiiechua.

Olibera D. Antonio. Sevillano, vino de canónigo
de merced al coro de La Paz. Así que los americanos
España y sin dinero no alcanza-
sin influjo de familia en
ban fácilmente esas colocaciones elevadas para esos
tiempos. En 1799 mediante oposición obtuvo la ca-
nongia magistral,ya entonces era bastante rico y su
casa se hallaba situada arriba del palacio. -Después de
Ayacucho se retiró a España.
Oquendo D. franGlsco Pernández— Natural de
Córdoba. año 1750 compró la vara de regidor
Por el

o de cabaiiero veinticuatro, en cuyo carácter se incor-


poró en el Cabildo. En 1760 casó con María Rosa Lin-
suain, distinguida dama, hija del tesorero Linsuain
de cuyo enlace tuvo a Francisco en 4 de octubre de
1761, Benito en 10 de noviembre de 1763. Fue uno de
ios vecinos :":^.ás ricos y considerado como uno de los

más encopetados peninsulares, llevando la calle que m


habitado su apellido en la esquina que forman ángulo
las actuales Ayacucho y Chirinos. Murió en 17S0.
Su hijo Francisco siguió con la vara de regidor, en

1809 hacía todavía parte del Cabildo. Falleció al año


siguiente.
Olope?. de Sierra D. Juan Antonio. -Asturiano,
fue corregidor de la provincia de Pacajes. Después vi*
no a radicarse a esta ciudad. Este general había casa-
^58 Diccionario MiSTor^ico del

do con María Pallicallisaya, inciia de pura sangre, cau-


só cierta novedad que un español de alta posición hu-
biera contraído semejante enlace, es de suponer que se-
ría bastante hermosa y rica. Aquí le nació su hijo Juan
Francisco en ii de octubre de 1717.
Orihuela D José Bernardino de— Limeño.
En 1798 fue canónigo de Merced del coro de esta
ciudad. En 1811 suscribió el acta de subordinación a
la junta de Buenos Aires, Falleció el i ? de octubre
de 1823. Ilustrado, inteligente, vituperó la conducta
irregular del obispo La Santa,
Orihuela Pú¿ Doña Maná rrancisca Antonia de
Duquesa de Estrada. Limeña, esposa de Pedro Alar-
cón Contreras. En unión de su familia, así como su hija
Juana que estaba casada con Jerónimo Ortega Lujan,
se estableció en esta ciudad. Aquí tuvo la duquesa a
Manuel, Vicente, María Francisca y María. Fue muy
rica, fueron de ella Taguapalca, Millocato, Mallasa, Co-

tana, Caltaya y otros. Muerto su esposo pasó a resi-


dir en la ciudad de La Plata, desde donde autorizó la
fundación de un monasterio de Carmelitas en esta ciu-
dad, para lo cual cedió todos sus bienes, dio poder el

29 de noviembre de 1708 ante el notario público Diego


de Latorre, facultando al licenciado Diego Alarcón y
Contreras cura de San Sebastián y el corregidor Juan
Antonio de Argandoña, previas las licencias que debían
recobrar, precediese a la fundación. La duquesa murió
de nffinja carmelita en Chuquisaca.
Manuel casó con Rosa Linsuain en 11 de abril de
1745, G" quien tuvo a iWaría Rosa. De la descenden-
cia de la duquesa fueron: Francisco, corregidor de Miz

que en 1622, Rodrigo, corregidor de Moqueguaen 1665,


Alons», igualmente en 1673, ^^^^''- Antonio que tue sa-
cerdote y cura de la parroquia de Santa Bárbara de esta
ciudad en 1705, gozaba del tesoro mil noventa v tres
Departamento de La Paz 559

pesos anuales, todos estos se titulaban duques de Es-


trada.
Fueron propiedades de la duquesa: Su casa en la

plaza principal, los y batanes de Tahuapalca,


obrajes
obrajes y batanes de Millocato, Mallasa grande, Calo-
trojo, Cotana, Carambaya, Chauima, etc. Estas pro-
piedades con un valor de 21,980 pesos estaban en cen-
San Francisco \' sus cofra-
so en favor del conveiito de
días cobrando 1,095 pesos anuales. Redimieron sus
herederos en 1,773, pagando una cantidad considerable
a! guardián Francisco Cano y sindico Manuel José de

Rojas. En esa época los conventos debían estar nadan-


do en plata, con tanto censo que tenían a su favor.
OrosGO Paredes D Lucas Antonio de— Natural
de Bilbao. Era Sargento mayor de ejército, no sabe-
mos con que cargo vino a esta ciudad en 1680, Casó
con María Roelas, en quien tuvo a María ladea en i ?

de abril de 1085. Fue vecino de alguna consideración:


alcalde ordinario del Cabildo. Murió en 1740.
OrosGO D. Miguci de.— Nacido en Cochabamba en
23 de septiembre de 1773. Estudió en la Universidad
de San Bernardo del Cuzco, donde obtuvo el agrado de
doctor,y también abogado de esa Real 'Audiencia. Or-
denado en Guamanga: fue secretario del obispo Busta-
mante. examinador sinodal, iprovisor, vicario general
del obispo Orihueia, miembro de la diputación provin-
Cuzco, en 181 5, deán do ese coro por el presi-
cial del

dente La Mar. Presentado para obispo de Ayacucho


en 1839. Desterrado regresó a Bolivia, cura de San
Pedro de Buena Vista en el arzobispado de La Plata,
opositor al' curato de Guadalupe, después canónigo de
merced. Instituida la diócesis de Cochabamba en 1747,
fue su primer deán. Electo obispo de La Paz en el mis-
mo año por el Consejo Nacional, vino a esta ciudad a
hacerse car^o de la diócesis. Llamó de su secretario a
f;6o DiccíQNARio Histórico del

Jnan José Asín; convocó un concurso con el término de


cincuenta dias (26 de mayo de 1847) único acto de su
cortísimo gobierno. Sumamente anciano, se retiró a
Mecapaca, doride murió el 4 de julio de 1847, antes de
recibir la consagración episcopal.

Orrantia D Tomás Domingo Garay de —Natu-


ral de Lima: hijo del doctor Domingo de Orrantia, que
pasó a España de consejero del Real Supremo Consejo
de Indias. Vino de oficial tercero de la contaduría del
estanco de Tabacos, por muerte de Francisco Lozada
Parada. Fue nombrado administrador general en 20 de
junio de 1786, con sueldj de mil seicientos pesos,
fianza de seis mil pesos que dabía prestar. Tomó pose-
sión de su destino el 2 de abril de 1787.
Casó con Juana de la Sota Parada: hija de Barto-
lomé la Sota y Ana Parada, ambos de ilustre linage.
Fue separado de su empleo porque resultó contra él un
descubierto, o mejor dicho, salió deudor lal fisco. Tal
vez este resentim.iento le indujo a alistarse en las filas

revolucionarias, en lo que se-!tianifestó m«uy ardiente. No


tuvo menor inconveniente en señalar su casa como
el

punto de reunión de los patriotas, donde con toda acti-


vidad se tomaban los acuerdos necesarios tendentes a
la emancipación.
En e!la se había acordado el movimiento'para el 30
de marzo de 1809. Orrantia que se hallaba en su pro-
piedad del Río Abajo, estuvo listo a la cita; más como
ella fuese suspendida por denuncia u otra causa, fue
desterrado juntamicnte con su esposa, pero su destierro
lo pasaba en su misma propiedad.
De regreso concurrió a todos los trabajos prepara-
torios que vinieron a realizarse en la noche del 16 de
julio de 1809, En el Cabildo abierto el pueblo pidió en
reposición en su antiguo empleo, como se efectuó. For-
mó la compañía miliciana de íos empleados de la renta
Departamento dé La Paz 561

de tabacos como su capitán, teniendo por teniente a


Francisco Toro y subteniente a Domingo Tarifa, cuya
organización fue confirmada por el comandante Murillo
en 28 de julio. Hn el Cabildo del 20 de septiembre pi-

dió el pueblo que se le incorporara en calidad de regi-


dor, aceptó la sala, previo juramento de estilo. El mis-
mo día pidió el pueblo la declaratoria de guerra a Puno,
Orrantia dio su voto porque se declarara.
Habiendo Goyeneche enviado sus comisionados an-
te el Cabildo, con proposiciones pacificas al parecer fue
aceptado. Ese cuerpo envió sus comisionados ante
aquel, juntamente con ellos ícíQ Orrantia como encarga-
do de Murillo, regresando con el edecán Carazas. In-
daburu en la noche del 18 de octubre consumó su trai-

ción, proclamando la contrarrevolución, mandó aprisio-


nar a varios patriotas entre ellos a Orrantia, que etsuvo
a punto de perder la vi Ja; más destrozado el jefe contra-
rrevolucionario al día siguiente por las fuerzas de Cas-
tro, siguió a este a su campamento de Chacaitaya: con-
currió a la junta de guerra que allí se celebró en la que
se acordó la retirada a Yungas. Castro le confirió la te-
nencia del ejército marchando en consecuencia, a situar-
se en Pacalio. Jaén que había recibido una orden pa-
ra que marchara a Chulumani o en caso contrario le
amenazara con la muerte, Orrantia se entregó a la fu-
ga, pero fue tomado preso por los agentes de Goyene-
che, registrado su equipaje se tomó en su almauafres tres
mil trescientos cuarenta y un pesos, se !e condujo escol-
tado y llegó a la ciudad el9 de noviembre.
Sometido a juicio, en cuya estación mereció de sus
éolegas de la real hacienda, excelentes defensas, así en
el cargo relativo a defraudaciones que se imputaron a
l®s patricios. El dinero que se le secuestró no era
sino parte de los siete mil pesos que había recibido de
Castro en su calidad de tesorero, no obstante fue con-
71
562 Diccionario Histórico del

denado a diez años de presidio en las islas Filipinas.


Salió el camino del destierro juntamente con sus com-
pañeros el 7 de marzo de 1810. La revolución que so-
brevino en Buenos Aires, cuya noticia les tomó en la

ciudad de Córdoba, les puso en libertad. Siguió cami-


no a Buenos Aires en unión de otros, en cuya capital
soportó las mayores miserias. Mas tarde los influjos
de su familia en España alcanzaron su perdón y también
su reposición en su antiguo puesto. Falleció en i^ de
mayo de 1817, a la edad de cincuenta y seis años, fue
sepultado en Santo Domingo.
Or^as D. -^ngoi Mariano González. Fste aboga- —
do en elCabildo de 1809, fue nombrado defensor de po-
bres. Uno de los que con tesón defendió a los enjuicia-
dos y comprometidos en la revolución de julio de 1809.
Ortega de Santa Ncnica fray Andrés.— Natural
de Rio Seco en Castilla la Vieja. Uno de los doce frai-

les agustinos que el emperador Carlos V, envió al Pe-


rú en 1550. Reunidos en Sevilla nombraron por supe-
rior a Fray Andrés Salazar, se dieron a la vela llegando
a Panamá, de alli a Lima, donde celebraron su capítulo
en 17 de septiembre de 1551, siendo elegido provincial
Juan Estacio. Este e¡ivió a Ortega a La Paz a fundar
un convento de su orden, llegando a la ciudad, la realizó
el 24 de septiembre de ic;S2, bajo la advocación de San

Nicolás Tolentino, siendo por consiguiente su primer


prior.

Juan de Rivas y su esposa Lucrecia de Sansolcs,


de los primeros fundadores, que en el reparto de solares
habían obtenido un extenso terreno, una manzana, la
cedieron a los agustinos, por lo que fueron declarados
benefactores.
El emperador con fecha 20 de marzo de 1550, ha-
bíaordenado que con fondos de sus Cajas Reales se
construyeran los templos de los agustinos.
PEPARrAMENTO DE LA PAZ 563

A los dos años de su fundación principió el trabajo


del templo de tres naves, de regular proporción, toda
de piedra, cal y ladrillo, que quedó concluida hacia el

año 1600. La precipitación con que se había llevado a


cabo su construcción, causó casi su hundimiento, por lo
que los frailes se vieron obligados a reconstruir sobre
hs mismas bases, concluyéndose en 1768. Su arqui-
tectura raquítica, ¡as columnas torales que co:itienen
su media naranja no tenía nada de sobresaliente, su
frontis sin adorno alguno arquitectónico, sus dos campa-
narios de adobe y barro le daban un mal aspecto. En
el interior tenía tres altaros, incluso el altar mayor, este
algo sobresaliente de madera de cedro dorado, de orden
mixto imperfecto. En 1835 se trabajaron los aitares
por el cura Ángel del Prado Su párroco actual don
Isaac Fernández, lia trab.íjado el froritis y aseado todo
e¡ templo.
E! convento al Indo del templo, actual mercado pú-
blico, era de un solo piso, con arcadas de piedra y su
pila al centro. El resto del terreno, simples cancliones

y hacia la actual calle Colón, pequeños compartimien-


tos con cuartuchos de pésima construcción. No se sabe
cuándo falleció el fundador.

En 1586 se hallaba en construcción el primitivo


templo, tenía seis religiosos En 1609 ^^^ P^^^' P'^-
go Soria, tenía diez sacerdotes; por orden del Virrey
Montesclaros se les daba de las cajas reales, trescientos

doce pesos, para gastos de vino y aceite.


En la portería se resaba la novena de la Purísima
Concepción, para cuyos gastos dio mil pesos Bernarda
Landaeta. ¡Cuando hasta en las porterías se resaba,

cuanto no se resaría en los templos y las casas, mucho


más en las postrimerías del siglo XVlll, donde existían

oratorios casi en todas las casas!


$64 Diccionario Histó rico dkl
En i8i4el prior Juan Ignacio Vicuña, contrató con
el carpintero Juan Paravicino para la construcción de un
nuevo altar mayor, que no se efectuó.
Ortega y Lujan Mendoza D- José Jerónimo de.—
Natural de Lima: hijo de José de Ortega Lujan y Leo-
nor Hurtado Mendoza. Después de haber desempeña-
do corregimiento de Sicasica en 1Ó84, vino a La Paz
el

en 1700 con su esposa Juana Norberta Orihuela, acom-


pañando a su padre el general. Ascendió a maestre de
campo en 171Ó, alcalde ordinario en 1718 y 1734, regi-
dor en 1736, caballero de la orden de Carlos III. Aquí
lenacieron sus hijos Manuel Silvestre en 31 de diciem-
bre de 1716, María Engracia en i ? de enero de 1718.
Habiendo fallecido su esposa contrajo segundas nupcias
con María Castillo, viuda del depositario general Barto-
lomé Sanjinés en 21 de enero de 1735, en quien tuvo a
Rosa Gregoria en 30 de agosto de 1736. Falleció el i °
de enero de 1742.
Orliz D. Manuel —Nació en La Paz el 23 de di-
ciembre de 175 1. Fueron sus padres Juan Antonio Or-
tiz Foronda y Jerónima Ordoñez. Estudió en la Uni-
versidad de Chuquisaca; abogado de los estrados de esa
Real Audiencia. De regreso a su país natal se entregó
al ejercicio de su profesión, así como se consagró a los
intereses de su patria, afiliándose en el núcleo de ios
que trabajaban por la independencia. En i ? de enero
de 1809 fue nombrado defensor de menores. Concurrió a
las juntas revolucionarias en que se acordó el golpe para

el 16 de julio. Cuando se consumó fue nombrado sub-


delegado del partido Je Chulumani, recibido con mues-
tras de satisfacción por el subdelegado depuesto Cris-
tóbal García que se manifestó sumiso a las resoluciones
del Cabildo. Ortiz se desempeñaba por única autoridad,
cuando llegó el protector de naturales Crispin Diez de
Medina, juntamente con el comisionado del Cabildo José
Departamento de La Paz 56$

Ascarrunz, manifestándose cierta inquina entre ellos.


Hubiera permanecido pacífica la provincia si con moti-
vo de la recaudación de tributos no se hubiera oriojina-
do un encuentro con los de Irupann. Los caciques se
acogieron a Irupana, detenidos, encarcelados por Ortiz,
obtuvieron su libertad por intromisión del alcalde Cár-
denas, de aquí nació división
y la organizacióii de las
la

huestes realistas, debido sin duda a la falta de energía


de Ortiz y las atolondradas exhortaciones de Ascarrsnz
y Medina a negros e indios, prom.etiendo libertad a aque-
ll«s y propio gobierno a estos, por lo que atemorizados
los terratenientes se refugiaron en Irupana, llevando
consigo sus allegados y sobre todo sus armas, lo que
ocasionó la que asumieron los de aquel
actitud enérgica
pueblo, encabezado por el obispo La Santa y los demás
realistas. El licenciado había venido a La Paz, no sa-
biéndose el objeto, cuando el Cabildo en 9 de octubre le
mandó notificar que ho abandonara la ciudad. Apenas
ingresó en la ciudad Goyeneche, buscó un refugio segu-
ro, desapareciendo misteriosamente, así evitó el terrible

castigo a que le condenó, diez años de presidio en las


islas Filipinas.

Ortiz de AriñésD. Cayetano.— Nació en Araca ti


30 de agosto de 1733: hijo natural de Francisco Ortiz
Ariñés y Josefa Toledo. Estudió en el colegio Semina-
rio y fue ordenado por el obispo Campos en 20 de sep-
tiembre de 1768; cura interino de Tipuani, sacristLin
mayor de la Catedral, ayudante de Toopoco, cura pro-
pio de Pelechuco, Palca, Santa Bárbara de esta ciudad
desde 1809 a 1820 en que falleció (27 de febrero). Ha
sido testigo presencial de los acontecimientos que se
realizaron en esta ciudad. Dejó un diario desde el 16

de julio de 1809 hasta fines de mayo de 1816, pero lle-

vado muy a la ligera. Su hermano Mateo fue también


clérigo.
"566 Diccionario Histórico del

Ortiz Goloma D. Miguel. Viscaino. —


Este capitán
vino en i6go. Casó con Magdalena Gutiérrez Escobar,
de cuyo enlace tuvo a María Antonia en 24 de diciem-
bre de i6gr, Tomás Bernardo en 5 de dicimbre de 1697.
Fue al^juacü mayor dei Cabildo. Murió en 1720. Su
hijo Bernardo fue religioso mercedario.

Ortiz Poronda D. Guillermo.— Natural de Lima;


fue corregidor de Omasuyos en 1726. Concluido su
período se radicó en esta ciudad. Casó con María Jo-
sefa Narcisa Ledesma Cebailos Salgado, hija del que
fue corregidor de La Paz, de cuyo enlace tuvo a Tadeo
en 173 1, Juan Antonio Bernabé en 1733, María Tadea
en 24 de octubre de 1735, José Guillermo en 30 de ene-
ro de 1737, María Kstefania en 13 de abril de 1738. Fa-
lleció este general en 4 de enero de 1739. Fue herma-
no suyo el doctor Francisco Ortiz, caballero de Santiago
y fiscal de la Audiencia de Lima; igualmente OjUe Pedro
Ortiz, caballero de Santiago, corregidor de Paucarcolla
en 1720, después corrrgidor de Tarija, alcalde de Lima
en 1747, obtuvo en 25 de agosto de 1745 el elevado ran-
go de maestre de campo y conde de Villahermosa.
Ortiz roronda D. Pedro José.— Nació en La Paz
el 2 de agosto de 1780: fueron sus padres Juan Antonio
Ortiz Foronda y Jerónima Ordoñez. Casó con María
Pérez, hija de¡Viatías Pérez y María Yáñez Montenegro

en 2 d.e noviembre de 1790. Se liallaba entregado a sus


lab'-rcs í^grícolas y a! negocio de la coca eii la provincia
de Yungas, cuando estalló la revolución de julio, enton-
ces prestó importantes servicios en la provincia. De-
belada la revolución fue condenado al estrañamiento de
e>a provincia en unión de su esposa.
Ortiz Toronda D. Tadeo.— Nació en La Paz el 30
de octubre de 1731; hijo de Guillermo Ortiz Foronda y
María Josefa Ledesma Cebailos. Fue alférez real desde
1758 y ano antes que comprara el cargo de alférez, al^
Departamento de La Paz 567

calde ordinario. Casó con Micaela Peñaranda, en quien


tuvo a María Vicencia, que más tarde llegó a casar con
José Ambrosio Juariste Eguino en 13 Je abril de 177S.
!£sta es una de las familias, más distinguidas de que ha
tenido La Paz. Tadeo ha sido un hombre muy bene-
f;ictor, en 1758 dio su finca Anaco, situada en Chupe
en censo al hospital. Falleció en 1798.
El provisor Felipe Loayza de la Vega prohibió que
el 24 de enero, fiesta de la paírona de la ciud:id, el alfé-
rez real tuviera silla con cogin en el Presbiterio. Ortiz
Foronda que era el alférez se creyó ofendido en sus re-
galías y se quejó al Cabildo, este extraordinariamente
se reunió el 17 de enero de 1775, a son de campana ta -

ñida, según costumbre, El corregidor Antonio Nieto


y
Roa, el alcalde Juan
Fernando de íturralde y los regi-
dores Juan Esteban Muñoz,, Bernardino de Argandoña
José Montenegro y Velasco, Toribio Castro Pobes isla,
Francisco Javier Argandoña, Francisco de Oquendo,
Tadeo Diez de M^edina y Juan de Dios Martínez Monje.
Después de madura deliberación y a fin de evitar cho-
ques, se acordó dirigirse al Cabildo Eclesiástico, hacien
do presente que desde la fundación de ¡a ciudad el es-

tandarte real se paseaba el 8 de septiembre, día de la

festividad de La Paz, y sólo por condescendencia con el

obispo Rodríguez se trasladó al 24 de enero, lo que au-


torizó el escribano Rafael de Viüanueva. El previsor

cedió por "concordia y por sólo el presente año". Ton-


terías de que se preocupaban nuestros abuelos.

Ortiz Poronda D. José Ignacio.— Este joven pace-


ño, formó una compañía en la revolución de julio de la
que fue capitán, teniente Juan del Río, subteniente Juan
José Laredo, que mereció la aprobación del comandante
Murillo y a propuesta de este, el Cabildo aceptó como
capitán agregado en la compañía a Clemente Montes,
^68 Diccionario Histórico del
El amor a libertad de su patria, hizo que le aprisio-
la

naran y fue severamente reprendido por Goyeneche;


pero él sin desalentarse continuó militando en las filas
patriotas. Sabemos que peleó en Guaqui y otras ac-
ciones.

Ortiz de Monasterios D. Sancho.— Natural de


Trujülo en Estremadura. En 1605 fue alguacil mayor
delCabildo y después administrador de naipes, de cu-
yo empleo gozaba una renta de dos mil pesos anuales.
Fue casado con Juana Vendriel, tuvo por hijos a José,
Pedro y Martín.
Ortí?: de Palza D. Bernabé.— Nació en La Paz el

21 de agosto de 1776, siendo sus padres Ignacio Ortiz


de Palza y Maria Teresa de la Torre, sirviéndole de
madrina María Camacho. Estudió en el Seminario de
esta ciudad, doride obtuvo el grado de licenciado, y fue
ordenado por el obispo Campos. Ayudante de la Ca-
tedral en i779,capellán en 1795, maestro de ceremonias
desde 1800. Adicto a la causa de la emancipación, fue
uno de sus propagandistas. Perdida la acción de Cha-
caltaya fugó hasta el partido de Corabaya. Tomado
preso en Cuyo, fue conducido ante Goyeneche; se le
presentó 4 de diciembre, conducido al convento de la
el

Merced en clase de detenido y después condenado a una


reclusión de tres años en la Recoleta de Arequipa, don-
de se le condujo bien custodiado.
Regresó a su país después de la victoria de Ayacu-
eho. Cura de Calamarca, Yunguyo, Sapahaqui )' la

Catedral. Murió en 1828.


OrtJz Velasco D. Diego.— Sacerdote español, cu-
yos antecedentes no conocemos; fue el último cura de
la Matriz de esta ciudad, cuando era simplemente parro-
quia de españoles.
El 1556 los ricos encomenderos, así como el vecin-
dario español se preocuparon de tener una iglesia Ma-
Departamento de La Paz 569

triz, escogido el sitio en la plaza principal, principió el


trabajo a los dos años. Se habla escogido un lugar nada
adecuado para levantar un edificio, como una iglesia,
por lo pendiente del terreno, que solamente en levantar
los cimientos se empleó mucho tiempo. Edificio de ilus-
tre arquitectura, de tres naves, toda de piedra, y cal
ladrillo. En 1561 aún se construía, y el obispo Domin-
go de Santo Tomás dio parte de su renta para su con -

clusión, que quedó terminada en 1584, apenas en sus


dos partes, con seis capillas, tres por banda, venerán-
dose en el altar mayor la imagen de Nuesta Señora de
La Paz, enviada por Felipe U.
Fue la iglesia parroquial de los españoles y cuando
se cree el obispado de La Paz, declarada Catedral. Ei
obispo Castro trató de concluirla en la tercera parte que
faltaba, haciendo sacar cimientos tan fuertes y profun
-

dos, que costaron hasta ponerlos en el plan del suelo


más de diez mil pesos; continuó el trabajo con actividad
sin poderse acabar. El obispo Queipo en 1685 pi^ió a
los encomenderos e indios treinta mil pesos, para finali-
zar la obra, que al fin, al cabo de algunos años quedó
concluida. Su preciosa cúpula y sus dos campanarios le
daban buen aspecto, teniendo los últimos su puerta de
salida por la calle. El obispo La Santa bendijo las cam -

panas.
En 1S28 se notaron algunas rajaduras en la bóveda
principal, por lo que se ordenó su demolición, en \'ez de
haberse reparado taivez con poco costo.
Comensó la construcción del segundo templo en
1835, bajo los planos levantados por Manuel Sanauja.
Durante ocho años se concretó el trabajo al inmenso te-
rraplén que contiene profundos sótanos y bóvedas.
El ingeniero Felipe Bertiés en 1843 levantó las ba-

ses del edificio. Continuaba la obra bajo la dirección de


José María Núñez del Prado. D. Eduardo Henry inge-
^2
^70 Diccionario Histórico del

niero francés, dice: "Por su situación tepográfica es to-

davía más notable.


"La enorme diferencia de nivel (ii metros) que
existe entre la Plaza de Armas, donde tiene su frontis
y la calle de Chirinos, donde va a terminar, hace que
los cimientos sólo representen una masa enorme de
construcción.
"Si fuera cierto, como lo aseguran algunos, que los

cimientos alcanzan al nivel del río, tendría más o menos


25 metros de profundidad, basta ver los tres pisos de la

calle Chirinos para reconocer la magnitud de la obra.


"La extensión más de media manzana; se pue-
es de
de decir, (sin haberlo medido) que tendrá más o menos
3,500 metros cuadrados de superficie. Su frontis en la
parte construida es hermoso, perfectamente trabajada
según los modelos más puros, del más esbelto, del más
rico y del más espléndido de las órdeiies de la arquitec-
tura griega".
Al presente, continúa el trabajo paulatinamente.
El obispo Valderrama, instituyó el Colegio Semina-
rio, bajo la advocación de San Gerónimo, con seis alum-
nos, siendo nombrado su primer rector Ortiz de Velas-
co, ascendió a Chantre. Falleció en una edad muy
avanzada en 1680.
Ortiz Tray Die.^0.— Religioso agustino, nacido en
Getafe; profesó en Sevilla. Vino a! Perú en 1500.
Este religioso conquistó Yanacache de les Yungas y les

doctrinó a los indios. Calancha llama Universidad de


idolatrías a este pueblo. Fray Diego cura de Capinota
y Puna, subprior en el Cuzco. Entró a Vilcabamba,
bien recibido por el Inca Tupac Amaru, edificó una igle-

sia e hizo abrazar el cristianismo a algunos caciques.


Cansados los indios de sus prédicas lo martirizaron en
1571.
Departamento de La Paz 571

Osa José D. Manuel.—Potosino. Se encontraba en


La Paz desde 1802, fue asesor y teniente de letras de
esta provincia. Realista empecinado, íitrevido,se declaró
contra los patriotas, cuando vino con Goyeneche, a cu-
yo lado corrió el 14 de octubre, diri(j;iéndose a pie hasta
Viacha y de alii al Desaguadero. Sirvió a Ramírez de
asesor interino, junto con este se fue a Puno después
del triunfo de Aroma. Fue nombrado comisionado para
la confiscación de bienes de los revolucionarios.

Osio fbáñez D Antonio de.— Madrileño. En 1690


este sujeto era familiar de la Inquisición, este oficio
consistía en enviar a Lima a los acusados paceños.

Osorio Tray Paulo.— Natural de Sevilla, religioso


juandedíano. • Fue convento de esta ciudad de
prior del
1710 a 1714. Sumamente caritativo, tuvo tal cariño a
los indios que iba a curarles en sus más apartadas cho-
zas. A'lurió muy viejo en 1740, "en su entierro todo el

vecindario derramo lágrimas de pesar".


Osorio D. Alonso.— Español. Nombrado corregi-
dor de La Paz, de cuyo cargo tomó posesión el 10 de
febrero de 1568. que visitábala
Esccribió a Recalde
provincia como que en La Paz habían
oidor de turno, de
temores de connivencia con Tordoya pjra una insurrec-
ción. Por orden de la Audiencia de Charcas, salió el
29 de julio a !a cabeza de cien hombres en persecución
de Tordoya, cuando este ya se había internado a los

chunchos por la vía de Camata. Más tarde metido en


los alborotos de Vilcabamba, mereció el justo castigo
que le aplicó el Virrey Toledo. •

Osorio de Agustín Pray relipe— Español, religio-


so juandedíano, prior del convento de La Paz desde
1672. Religioso muy laborioso, en 6 de junio de 1674
compró a los religiosos agustinos un solar espacioso por

seiscientos pesos de principal y treinta de renta para


$72 Diccionario Histórico del

ensanchar el hospital. Pasó a Oruro con el mismo


cargo.

Osnaya D. Antonio.— De este conquistador no se


ocupan los cronistas. El Virrey Andrés Hurtado Men-
doza, le había encomendado en 1 500 la conquista de
varios países, no sabemos cuales
La Audiencia serían.
le nombró corregidor interino de La Paz, de cuyo cargo
tomó posesión el 3 de íebrero de 1567, sin poderse pre-
cisar hasta cuándo gobernó este capitán. Pasó con
igual destino a Guamanga (Ayacucho), después se esta-
tabléelo en la ciudad de Chuquisaca. Habiendo diri -

gido una carta a un licenciado de Lima, en la que había


algo de injurioso contra el Virrey Toledo, este lo envió
desterrado a España.
Otóndo francisco. — Moreno que formó una com-
pañía de los suyos, para defender los intereses de la re-

volución de julio, siendo él su capitán, teniente José


Félix Goa, subteniente José Sarabia.

Pabón de Medina D. Antonio—-Limeño. Ha-


biendo comprado el cargo de alférez real en 1675, ^i"o
con su esposa Juana Saenz Villanueva y se incorporó
en el Cabildo con ese alto puesto. Falleció en 16S3.

Pacheco de Cárdenas D. francisco. —.Natura! de


Arequipa, poco más o menos, en 1720 vino a estable-
cerse en esta ciudad, contrajo matrimonio con Manuela
Aracejo Salgado, paceña de distinguidísima alcurnia, tu-
vo de este enlace a Marta Gertrudes en 11 de diciembre
de 1728, Andrés Martin en 30 de noviembre de 1730,
Alejandro en 26 de marzo de 1732, María Paula en 17
de junio de 1733, Juan José en 26 de marzo de 1737.
Fue un distinguidísimo vecino, obtuvo del Rey el eleva=-
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 573

do cargo de maestre de campo, así como fue alcalde or-


dinario. Falleció en 1750.

Pacheco de Cárdenas I). Mateo.— Arequipeño.


Establecido, en esta ciudad desde año 1645, obtuvo la
el

vara de regidor o sea caballero veinticuatro por la suma


de dos mil pesos. Alcalde ordinario en 1664. Labo-
rioso, activo con todo entusiasmo y personalmente re-
cogió ciento cincuenta pesos del vecindario para el tra-
bajo del segundo hospital de esta ciudad. Fue casado
con Bernabela Saravia, en quien tuvo a su hija Bárba-
ra, que llegó a casar con José Bueno de Arana. Falle-
ció en 1690.
Pncheco de Cárdenas D. Cayetano —Natural de
Arequipa: hijo del maestre de campo José Pacheco Cár-
denas y Catalina Torreblanca. No sabemos donde hi-
zo sus estudios, fue un sacerdote muy distinguido. En
1708 fue canónigo doctoral del coro de La Paz. Habien-
do el obispo Rodríguez celebrado el tercer sínodo pace-
í1o,fue nombrado consultor, después ascendió a dignidad
Chantre. El Rey Fernando VI en 174Ó le presentó pa-
ra obispo de Buenos Aires, se preparaba para empren-
der viaje, cuando falleció el 4 de marzo de 1747 a la
edad de cincuenta años. Fue sepultado en la bóveda
del Dulce Nombre de María en la Catedral.
Pacheco Cerqueira Trancisco.— Arequipeño.
D.
Vino elegido por el tribunal de la Inquisición como fa-
miliar y receptor del santo oficio. En 1665 era No-
tario publico del Cabildo eclesiástico. Tuvo un hijo
natural Domingo en 4 de agosto de 1667 en Jacinta Mu-
rulo. ¡Que bonito empleado de la Inquisición! Casó
con Jacinta Aliaga, habiendo fallecido esta, contrajo se-
gundas nupcias con María Coronado en 1675, ^''' quien
tuvo a Francisca en 4 de octubre de 1676 la que llegó a

casar con el sargento mayor José Carmona Tamans,


Ana en 1687. El capitán Pacheco, habiendo \uelto a
574 Diccionario Historíco del
enviudar, contrajo tercer matrimonio con María Maclii-
cao Zarate, en quien tuvo a Felipe en 8 de febrero de
1683 y Francisca en 6 de marzo de 1685.
Este espia de los paceños cuántos males no habría
causado al pobre vecindario durante el tiempo que des-
empeñó su triste oficio.

Su hijo Felipe fue religioso agustino y prior del


convento de La Paz de 1748 a 175 1 . Falleció en 1770.

Pagador D. Domingo.— Natural de Oruro: hijo de


Bernardo Pagador, Chuquisaqueño y Juana Guzmán,
potosina. Fue casado con Luisa Úrsula Loayza, orure-
ña. Se estableció esta íaniiii.i en La Paz, fueron entre-
gados a negocios mercantiles.
Hubo otro Manuel Pagador, limeño, hijo de Manriel
Pagador y Juana Briones también comerciante, que en
I ? de abril de 1777 casó con Guillerma Pacheco.

Paleso D. Marcos.— Nacido en el Cuzco, liijo de


Marcos Paleso y Juana Sumucurcio. Sus padres le
trajeron muy niño, cuando vinieron a establecerse en
esta ciudad. Estudió en el colegio Seminario y se orde-
nó de sacerdjte; cura de Quiabaya en 1779, después en
Camata. En 181 5 fue asesinado por el indio Condori,
el que fue descuartizado en esta ciudad por orden de Ri-
cafort. Su padre comerciante muy conocido, tuvo a su
hija Eugenia.

Palomino D. José — Na:ió en La Paz el 24 de sep-


tiembre de 1667, hijo del cuzqueño Luis Palomino y
Ana Santander,religioso franciscano, de mucho estudio,
que después de haber profesado, se ordenó de sacerdote,
regentó algunas cátedras, gran predicador, definidor,

lector jubilado. Fue guardián del convento de La Paz


de 1723 a 1726, muy estimado en la población.
Pando D. José Manuel.—Nació en Luribay de la

provincia de Sicasica, el 25 de diciembre de 1849.


DEPARTAMENTO DE LA PaZ ^7^

Estudió en el colegio Seminario, continuando con la


Facultad de Medicina. Casi al concluir sus estudios to-
mó parte en la revolución de 1870, como toda la juven-
tud, distinguiéndose en la victoria del 15 de enero del
año siguiente. Siguió prestando servicios a Ballivián y
Frías Qn el cuerpo de artillería. En el combate de Cha-
coma contra Quevedo y en Cochabamba contra Miguel
Aguirre^ su comportamiento lieroico le trajo su ascenso
a Teniente Coronel.
Cuando la guerra del Pacífico, tomó las armas en
defensa de la patrin, comandando la artillería. Edecán
Je Bolognesi, estuvo en la defensa de Arica atacada por
ia escuadra chilena, siendo llamado a Tacna. En la ba-
talla del Alto de la Alianza, cayó gravemente herido;
restablecida su saluJ. se constituyó en La Paz, siendo
nombrado Comandante en jefe de la 2 r Brigada del
ejército acantonado en Oruro, Fue ascendido a Coro-
nel por los Congresos de! Perú y Bolivia, retirándose
del servicio en 18S4.
Uno de los fundadores del partido Liberal, en 1888
fue candidato a la diputación por Sicasica. Habiendo
estallado la revolución del 8 de septiembre de 1888, fue
tomado preso en La Paz y conducido a Antofagasta, re-

sidiendo después en Iquique y Tacna. Volviendo con


¡a que dio el gobierno.
am.nistía
En 1890 fue propuesto candidato a ¡as diputaciones
por La P.íz, Potosí y Paria, habiendo aceptado la de esta
última, se hallaba en Oruro preparando sus trabajos;
fue apresado y conducido a La Paz; más logró fugarse
en Ayoayo, se internó a Luribay, dirigiéndose a Oruro
y de esta a Colquechaca. En este punto sublevó al
pueblo, organizó sus fuerzas y llevó a Sucre un atrevi-
do ataque en la noche del 29 de julio de 1890; siendo
rechazado por las fuerzas del gobierno. Perseguido, fue
aprisionado en Oruro, conducido a La Paz y de aquí
576 Diccionario Histórico del

confinado a las misiones de Ixiamas, de donde logró salir

al Brasil. Regresó a Bolivia en 1901 y al año siguiente


fue candidato por el partido Liberal a la 2^. Vicepresi-
dencia de la República. Arce dio el golpe de estado el

5 de agosto de 1892, desterrando a 21 diputados libera-


les y a los principales gerentes de ese partido. Pando
tenazmente perseguido fugó de La Paz a Puno, de don-
de se dirigió al Oriente boliviano. Había sido autoriza-
do por el Congreso en decreto de 26 de octubre de 1891
para la e;íploración del territorio comprendido entre los

rios Tequeje e Inambaryja determinación geográfica de


los ríos Hundumo y Madidi,ia exploración del Inambary
hasta su confluencia con el Madre de Dios, etc. Cum-
plió su cometido satisfactoriamente; estudió navega- la

ción de los alluentes del Amazonas, levantó cartas geo-


gráficas de regiones desconocidas, etc. Hallándose en
Buenorí Aires, recibió en 1894 nombramiento de Jefe y
Comisario demarcador de límites con el Brasil, partió
en seguida y llenó su misión de la manera más satisfac-
toria.

En 1894 fue elegido senador suplente por Chuqui-


saca, y el m.ismo año en 26 de octubre la Convención
Liberal reunida en Sucre le designó candidato a la Pre-
sidencia de la República para el período de 1896 1900.
Regresó en marzo de 1896, siendo calurosamente ova-
sionado por los pueblos.
Las elecciones de mayo fueron reñidísimas, la im-
posición oficial dio el triunfo a don Severo F. Alonso.
Pando se dirigió a Sucre a ocupar su asiento en la alta
cámara.
Concluidas sus labores legislativas, se vino a La
Paz y organizó una expedición al N. O. que se puso en
marcha el 13 de mayo de 1897. Sus fatigas, sufrimien-
tos y penalidades, lo hacen digno de la consideración de
Departamento dh La Paz ^-jy

sus paisarios, por el amor a su país. Regresó del Orien-


te en 1898, para asistir al Congreso.
Su actitud en el Congreso fue muy comprometida,
pero lo superó todo con prudencia. Realizada la revo-
lución federal el 12 de diciembre, fue eleoido n-iiembro
de la Junta, incorporándose el 17 del mismo mes. Des-
de ese momento con actividad reunió gente, recolectó
. rmas, hizo co¡"!struir las barricadas y los contraf'jertes,
bl ejército se encontró bastante regular con el arma-
mento llegado del exterior y con bastante entusiasmo
para repeler al enemigo.
El presidente Alonso a la cabeza de su ejército sa-
lió de Sucre con dirección a La Paz, estacionándose en
\iacha. Entonces Pando organizó una falange de va-
lientes con los que capturó un importante convoy de
guerra a retaguardia del enem.igo. Alonso decepciona-
do vino hasta las inmediaciones de La Paz, empren-
diendo en seguida una retirada desastrosa hasta Oruro,
Se situó el ejército feder?d en Sicasica, donde Pan-
do disciplinaba a las tropas. El 10 de abril se puso en
marcha sobre Paria, para atacar al día siguiente Oruro,
donde se encontraban los unitarios. A medio día Alon-
San Juan, entonces el ejér-
so había salido a situarse en
avanzó escalonado hasta el lugar del Cru-
cito federal

cero de Copacabana. Dispuesto el orden de batalla,


después de un reñido y sagriento combate fueren com-
pletamente vencidos los unitarios el 10 Je abril de i8gg.
Reunida la Convención Nacional, el coronel Pando
fue elegido Presidente Constitucional de la República
por 55 votos, con sólo la disidencia de 2.
Se consagró con interés a las labores de la admi-
nistración. El primer ferrocarril nacional y con fondos
también nacionales, de Guaqui a La Paz, fue idea exclu-
siva del general Pando. Lo llevó a cabo bajo la direc-
ción del ingeniero peruano don Mariano Bustamante y

73
578 Diccionario Histórico del

Barreda, que dirigió hasta el kilómetro 85, y por renun-


eia de este, continuó la obra Clive Sheppard, Director
de Obras Públicas, secundado por el ingeniero construc-
tor Pierce Hoppe. Concluida la obra hasta el Alto, se
inauguró 25 de ostubre de 1903,
el con un discurso del
Presidente de la República.

Durante su administración se trabajaron los edifi-


cios siguientes: el nuevo Palacio Legislativo, la Inten-
dencia de Guerra, el Colegio Militar y la Escuela de
Clases.
En 1903 emprendió viaje al Acre; a su regreso en-
tregó el mando el 14 de agosto del año siguiente. Ascen-

dido a Mayor General por ley de 3 de septiembre de


1905. Delegado del gobierno en el Noroeste, Jefe de
Estaáo Mayor. El Perú le ha conferido el grado de Ge-
neral de Brigada. Hoy se iiaila jubilado por sus largfs
servicios prestados a la nación.
Pantiáoso D. Simón.— Este capitán español vino
á radicarse en esta ciudad por el año 1690; era entrega-
do a negocios mercantiles. Casó con Micaela Campos,
de cuyo enlace tuvo a Sebastián, Tomasa en 20 de di-
ciembre de 1716. Falleció en 1725. Su hijo Sebastián
nacido 20 de enero de 1694, fue religioso de la orden
el

de las Mercedes, hizo sus estudios en el Cuzco, profesó


y se ordenó allí. Fue comendador del convento de esta
ciudad de 1724 a 1728. Falleció en 1740.
Pantojay Moreno D. Manuel. —Natural de Sevilla,
hijo dé José Pantoja y Villavicencio y Rosalía Moreno.
Ingeniero civil y agrimensor. Casó con Fabiana Rea
Silva, natural de Ilabaya, de cuyo enlace tuvo a Manuel

José Agustín en 16 de septiembre de 1809. Este le-

vantó el plano de La Paz en 1798 que se halla publica-

do en el periódico «La Razón». Resguardo de la ciudad


en 18Ó8. Apesar de que era muy conocido en la pobla-
Departamento de La Paz 57q_
cibn por el oficio que desem)?eñaba, sin duda por no
mezclarse en los asuntos políticos, se trasladó con toda
su familia a los valles de Larecaja.
Tarada Roque Vidaurre Orduña D. Dieóo Anto-
nio. — Nació en Huete, cuenca de España, el26 de abril
de i6g8; fueron sus padres Marcos Parada e Isabel Vi-
daurre, ambos de distinguida familia. Como profesor
de jurisprudencia y cánones, adquirió buena reputación
en las universidades. Fue canónigo doctoral de Astorga,
provisor y vicario general durante lóanos. Nombrado
obispo de La Paz por Fernando VI en 1752, vino por la

via de Buenos Aires en enero do 17^4. Después de to-


mar posesión, practicó por tres veses la visita pastoral
de la diócesis, siendo su secretario José de Herrera y
Tullo. Reedificó el colegio Seminario, a cuyos gastos
contribuyó con su propio peculio. En 1775 fundó el

beaterío de Nazarenas para residencia de mujeres que


podían recogerse en ella. En este establecimiento de
caridad, según la mente del obispo, podían ingresar al-
gunas pobres para vivir cristianamente, entregándose a
las labores propias de su estado. Su secretario de cá-
mara y gobierno, era el cura de Viacha Antonio Cabero
Díaz. Promovido al arzobispado de Lima por Carlos
III en 1 76 1, se dirigió a esa ciudad, tomó posesión en 23

de noviembre de 17Ó2. En Lima reformó los monaste-


rios, celebró el concilio provincial en 1772, consagró cin-
co obispos, entre ellos a Obregón, arcediano que había
sido de La Paz; hizo muchos beneficios y fue sumamen-
te caritativo. Murió el 23 de abril de 1779, a la edad de
ochenta y un años.
Parada Mendoza D. ^Sebastián — Este capitán es-
pañol vino en 1712. Casó con Inés Astorga, de cuyo
enlace tuvo a Ana María Inés en 27 de diciembre de
1727. Alcanzógrado de maestre de campo en 1719,
el

alcalde ordinario de primer voto de 1720 a 1735. Caba-


^8o Diccionario Histórico del

llero muy caritativo, grnn devoto cie San Juan de Dios,


benefactor de los enfermos, dio en censo su casa situa-
da en el barrio de San Francisco, para esa casa de be-
neficencia.

Paravicino Pray José Cayetano —Natura! de Are-


quipa, liijo de Felipe Paravicino y Micaela Fernández
Guerra; religioso de la orden de San Francisco, teólo-

go, calificador del santo oficio, predicador .Llenera!, defi-


nidor de ¡a provincia de Charcas, proministro de ella

para votar en el capítulo general. Fue guardián del


coiivento de esta ciudad de 1717 a 1719. Elegido obis-
po de! Paraguay en 1739, promovido a Trujiüo en 1748,
de cuya silla tonió posesión en 18 de julio de! mismo
año. Murió en 2 de octubre de 1750.
Paredes L>. José francisco.— Natural de Cartage-
na, de Juan Paredes y Elena Renfijo León.
b.ijo Este
capitán vino a La Paz en 1705. Casó con Leonor Pe-
ñaranda Valvcrde en 2 de octubre de 1716, de cuyo en -
lace tuvo a Juana María en 2 de julio de 1717, María
Teresa Manuela en 5 de agosto de 17 19, María Josefa
en 12 de marzo de 1733, Teresa Jacoba en 12 de no-
viembre de 1734, Antonio en 20 de marzo de 1735. ^^^^
alcalde ordinario en 1737 y 1738, le confirió el Rey el
elevado título de maestre de campo. Gobernador de
Chucuito. Falleció en 1762..

Su hijo Antonio, casado con María Andrea Linzuain,


tuvo a José Pedro en 27 de octubre de 1758. Alcalde
ordinario del Cabildo.
No sabemos si el canónigo magistral José Paredes
fue pariente de estos caballeros.
— D. Rigoberto Paredes, paceño, abogado, ministro de
la Corte de Oruro. Ha publicado: Moiioorcifia de la
Provincia de ¡nquis'.vi^ Monografía de Muñecas, Juan
Cofdero. Bastante preparado para trabajos históricos.
Departamento de La Paz 581

Pasamán D. Vicente.— MéJico español. Por ley


de 31 de octubre de 1833, se creó una escuela de Medi-
cina en esta ciudad, del que fue rector Pasamán.. Hl es-
tablecimiento funcionaba con toda regularidad, contaba
con alumnos bastante aprovechados, y de cuyas clases
salieron los afamados médicos Cuellar, Sanjinés, Sali-
nas, Salmón y otros. Como los akunnos del colegio tu-
vieran ideas antiprotectorales, el Presidente Santa Cruz
por su decreto de 10 de octubre de 1837, suprimió el

establecimiento.
Por ley de 12 de septiembre de 1SÓ3, volvió a relia-
bilitarse el estudio de las ciencias médicas, continuando
hasta el día con todo progreso y adelanto.
Pasamán fue conservador del Museo desde 1845
hasta 1849.
Pasoskanki Silva D. Vicente. —Natural de Haba-
ya, descendiente de una familia india.En i/Sopaso a
estudiar a la Universidad del Cuzco, d.onde obtu\'o el
grado de doctor. De regreso a su país se ordenó de sa-
cerdote, pasó a Chuquisaca, donde entró en relaciones
con Cañete, Mariano Moreno, ya entonces manteníj
ideas revolucionarias.
En 1808 pasó a Salta, Tucumán, Córdoba, después
a Buenos Aires, donde contrajo relaciones con Manuel
Moreno, Moldes y el canónigo Pedro Pablo Vidal. Se
dirigió al Brasil, después a Estados Unidos, donde resi-
dió algún tiempo. Allí tradujo el evangelio de San Juan
en aymara. Se encaminó a Londres, entró en relacio-
nes con Manuel Sarrates, dejó los hábitos sacerdotales
y se casó. Regresó en 1816 a Buenos Aires, redactó
«La Crónica Argentina:?» en 1829; fundó «El Censor*.
Envuelto en persecusiones fue desterrado a Londres.
En 1843 el general Ballivián le nombró cónsul gene-
ral cerca del gobierno francés. Celebró en París un
contrato de colonización para el Beni con una compañía
582 Diccionario Histórico del

franco -belga. Contrato modificado por el Congreso de


3844, '10 fue aceptado por los proponentes. Escribió
sus memorias en Londres. Rene Moreno dice de él lo

siguiente: ^'Carácter excéntrico, moralidad equívoca,


juicio desequilibrado, una inteligencia bastante cultiva-
da y activa". Murió en Londres en 1845.

Paule fray PranciSGO. Italiano, religioso de la or-
den de agonisantes, que se estableció en el Perú en
1736, por real cédula de 10 de marzo del año anterior.
Habiendo el alférez real Fausto Aldunate dejado sus
bienes para la fundación de un convento de esa orden,
vino Paule con un compañero, encontró los fondos en
mal estado, pues, que hábián sido administrados por los
alb'aceas, cuando se proponía separarlos murió. Enton-
ces el prefecto Joaquín Zambrana, acompañado de Mi-
guel Lamas y hermano Saenz, llegaron en 1775, prac-
el

ticaron las diligencias necesarias para ver en que es-


tado se encontraban sus propiedades, resultando que
solamente valían cincuenta y cinco mil ocho pesos, seis
reales; hicieron esfuerzos en amejorarlos y lograron
liasta 1790 contar para la fundación, pagadas las deudas
atrazadas, con la suma de ochenta y cuatro mil nove -

cientos treinta y cuatro pesos, seis reales.


Cabildo por acuerdo de 20 de diciembre de 1775
El

resolvió que por cuanto el padre Joaquín Zambrana y


su compañero se habían manejado con bastante celo en
el cumplimiento de su mip.isterio, acordó pedir- al Rey
t'l permiso correspondiente, comprometiéndose contri-
buir con sus rentas con la cantidad de dos mil pesos
anuales por el espacio de diez años, en efecto se elevó
el informe en 20 de marzo de 1779. El Rey concedió la
licencia por real cédula de 19 de enero de 1796, man-
dando se trabaje el templo con lo oírecido por el Cabil-
do, sin tocar los bienes del fundador. El Virrey orde-
nó su cumplimiento en 23 de agosto de 1796, la Real
Departamento dé La Paz ^S^

Audiencia en lo de enero de 1797^ el Gobernador Inten-


dente en 7 de febrero del mismo año, el Cabildo Ecle-
siástico en 22 de marzo y el Ayuntamiento en 22 de
abril del siguiente.

Lamas falleció y Zambrana se dirigió a Lima por


asuntos de su orden, habiendo vendido Yanaca- la finca
chi aldeán Bernardino Uría luanes por cincuenta años,
dejando nueve mil pesos depositados en poder de Ra-
món Ballivián.

y medio regresó Zambrana, exigió del Ca-


Al año
bildo el dinero ofrecido,para comenzar el trabajo del
templo; más, este alegó que la sublevación de los natu-
rales había causado un quebranto en sus fondos, que
tenia que trabajar un presidio, reparar los puentes, com-
poner los caminos, no le era permitido hacer mayores
gastos, dando mil pesos con lo que principió el trábalo.
Zambrana activó la construcción de la iglesia que
fue pequeña de una sola nave, de cal y piedra, per® des-
graciadamente cuando tocaba a su término, se desplomó
en su parte superior. Zambrana en su escrito dice: "que
la mala dirección del inteligente Francisco San Cristó-
bal, que corría con ella, fue la causa. Además dicho padre
en 1807 levantó al costado de la iglesia, habitaciones
cómodas de dos pisos.
Zambrana hasta 1808 había asistido a doscientos
noventa y dos agonisantes; el lego Saenz durante
el cerco había prestado importantes servicios en los
momentos más difíciles, con la rara particularidad que
tenía en el manejo de la escopeta y había sido llevado
al campamento indio en calidad de prisionero el 13 de
octubre.
El Rey había ordenado la condenación de los vales
reales para que se formó una junta, esta en 14 de
lo

abril de 1806; declaró que los bienes de la buena muer-

te no eran enagenables, Arce presentó escrito de opo^


;84 Diccionario Histórico del

sición, que el presidente obispo Ortega hizo pedazos.


A consecuencia de esto el teniente diputado elevó sus
quejas ante el Virrey Santiago Liniers, quien por
decreto de 22 de febrero de 1808 ordenó se reciban los

escritos del teniente.


Zambrana sumamente enfermo falleció, quedando
la fundación sin efecto.
Paz de ArevSGurlnaáa D Isidro.— Natural de la vi-
llaPuerto Llano, España. Este capitán vino en 1710,
casó con Gregoria Paz Bejarano, en quien tuvo a Maria
en 18 de diciembre de 1712, Juana en 24 de junio de
1714, Fue alcalde ordinario en 1719. Falleció en
1730.
Pasos D. Andrés.— Natural de Galicia. Era te-
niente coronel de las milicias de Madrid, vino de capi-
tán en el cuerpo de Estremadura, cuando este cuerpo
se regresó a la península, se quedó Casó en La Paz.
con la moqueguana Josefa Tomiasin, en quien tuvo a su
hij'3 Pedro Pablo en 1° de julio de i8o9,María Francisca
en 17 de diciembre de 1810. Desde los primeros mo-
mentos de la revolución de julio, corrió a incorporarse
en las fuerzas comandadas por Goyeneche, con quien
vino a La Paz. Después de la derrota de Piérola en
Aroma, suscribió de puro miedo, el acta de subordina-
ción a la Junta de Buenos Aires. A la aproximación de
Castelli, huyó otra vez al lado de su señor, cuando este
dejó el mando, se retiró del servicio. En 1814 fue una
de las xicdmas del furor popular.
Dr. Pasos Francisco, Este español vino de su pa-
tria graduado de doctor en medicina por el ano i8oo,era
un facultativo muy distinguido y estimado en la pobla-
ción.

Peña D. José Hermenegildo.— Natural de San Mi-


Tucumán: hijo de José de La Peña y Narcisa
guel del
Campero, Residía ya algún tiempo en La Paz, y es
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 585

de suponer que tendría vinculaciones con los revolucio-

narios. A principios de julio se liabía dirigido a la pro-


vincia de Larecaja con el tesorero Sebastián de Arrieta
por cobrar sus intereses, volvieron a reunirse en Moco-
moco con su compañero de viaje, regresando a esta ciu-
dad el 12 de julio de 1809, muy
Hn la nocheenfermo.
del 16 oyó las campanadas y bulla, mandó recoger sus
muebles y su plata labrada. Nombrado por la autori-
dad revolucionaria subdelegado de Sicasica con orden
de enviar preso a Juan Aiarcón, y cambiar al adminis-
trador de correos Mariano Hernans, sustituyendelo con
Manuel Bolaños. Hecho cargo de su destino, sin haber
prestado las fianzas necesarias, no hizo cosa útil por la

causa patriota, más bien se puso a órdenes del inten-


dente de Potosí y Goyeneche. Sospechando el Cabil-
do de su mala fé, pasó circular para que no le entrega-

sen los tributos del tercio de San Juan, sino que fuese
conducido el dinero directamente a La Paz, no obstante
él siguió cobiando. Sosp'echando los capitulares que iba
a fugarse con el dinero, comisionó al alcalde provincial
José Ramón de Loayza, para que encaminándose a Si-
casica lo tomase preso )• lo juzgase. E! 12 de octubre
llegó el comisionado, lo mandó tomar preso, lo puso en
la cárcel con grillo? y centinela de vista. El mismo día
prestó su declaración, elevado el proceso ante el Presi-
dente de la Audiencia de Charcíis, Nieto, este dictó la

resolución de 21 de marzo de 1810, absolviéndole de to-


do, eondenándole solamente a que durante dos años no
pueda entrar, ni aproximarse en el partido de Sicasica,
igualmente que en la ciudad de La Paz y sus arrabales,
desembargándose sus bienes. Loayza recogió de su po-
der diez y siete mil pesos y los remitió al Virrey. Era
primo del cura Medina.
Su hermano José Ignacio, casó en 11 de junio de
1809 con María Josefa Santa Cruz Villavicencio, siendo
74
^S6 Diccionario H istórico del

su padrino Sebastián Árrieta, se beló el i6 de julio del


mismo año. Su suegro en 1809 debia hacerlo capitán
de Pacaguaras de dragones de la frontera; pero no se
realizó por los acontecimientos que sobrevinieron: Tuvo
a su hijo José Fructuoso, más tarde fusilado por el pre-
sidente Ballivián.

Peña D. José Manuel.— Nació en Santa Cruz de


la Sierra el 25 de diciemibre de 1847. Estudió en Sucre
y fue doctor de esa Universidad. Ordenado de sacer-
dote: fundador del Seminario de Santa Cruz y su direc-
tor durante veinticinco años. Secretario del Obispo
Santiesteban. Diputado por Vallegrande al Congreso
de 1884. Propuesto para obispo de La Paz, fue preco-
nizado el 30 denoviembre de 191 1. Se consagró el 21
de julio de 1912. Se trasladó a su diócesis, y al hacer
la visita pastoral, falleció en la finca Collpani, de la

provincia Loayza el 10 de agosto de 1914


Peñaranda D. Julián —Parece nacido en alguna de
nuestras provincias, era lenguaraz, conocido con el apo-
do de Uichinca. Victorio García Lanza al dirigirse a
la provincia de Yungas lo llevó en calidad de secretario;

asi como servía de comisionado y expedía órdenes, era


enérgico, activo, aprisionó al cura de Chupe, Tomás
Juano, al de Chirca Martín Larrea, levantó los pueblos
de Yanacachi, Pacallo, Coroico, Coripata, Chirca, Taj-
ma. Laza, por medio de agentes y los armó. El obis-
po La Santa atrincherado en Irupana iba a ser atacado
por Lanza, antes de que se efectuara ésto Peñaranda con
Crispín Diez de Medina, se habían internado en la pla-
za, el obispo los hizo detener y Cárdenas organizó la
causa, como corriese la voz de que habían sido azota-
dos en la plaza, irritó a los patriotas, dando lugar a san-

grientas represalias. Derrotados por Tristán los patrio-

tas en Chicanoma. Peñaranda buscó refugio en las

montañas, de este modo pudo evitar el castigo a que


DEPARTAMENTO DE LA PAZ 587

había sido condenado por Goyeneche, presidio de cua-


tro años en el socavón de Potosí y extrañamiento per-
petuo de la provincia. Apareció a la aproximación de
las fuerzas argentinas, se incorporó en ejército y si-
el

guió sus peripecies. Militó con Belgrano, Rondeau, pa-


só a Chile con el ejército de San Martín, parece que no
volvió.

Peñaloza Briceño D. Diego Dionisio de— Fue uno


de losvecinos designados por La Gasea para la funda-
ción de la ciudad de La Paz. Vino después de haberse
organizado el Cabildo, obtuvo sus solares respectivos,
fue alcalde ordinario en dos ocasiones y regidor durante
un año. Tuvo bastante descendencia en hijas del país,
uno de esos Felipe era casado en 1680 con Manuela Ra-
mírez, tuvo un hijo Alfonso en 20 de mayo del año si-
guiente. No hemos podido averiguar cuando murió es-
te vecino fundador.
Peñaranda Valverde D. Andrés de— Viscaino.
Este capitán vino poco más o menos por el año 1670.
Casó con Mariana Cañizares Ibarra, paceña de ilustre
alcurnia, tuvo a Margarita en 24 de marzo de 1679, Je-
rónima en 25 de febrero de 1680, Felipe en 13 de sep-
tiembre de 1690. Ascendió a maestre de campo en
1699, alguacil mayor de la Inquisición, fue alcalde or-
dinario del Cabildo en 1704, Murió en 1725.
Su hijo Juan, casó con Hiena Rengifo de Avendaño
del Águila,que llevó de dote más de veinte mil pesos,
sin haber puesto nada el marido. Fruto de este matri-
monio fueron; Leonor Josefa en 12 de octubre de 1697,
Antonio en 9 de febrero de 1699, Francisco Javier en
6 de octubre de 1701, Angela Francisca en 7 de octubre
de 1700, Teresa en 20 de octubre de 1702, Clara en 12
de agosto de 1704 y Francisca Borja en 7 de octubre de
1705. Maestre de campo^ alcalde ordinario dos veces,
Murió el 21 de noviembre de 170$.
588 Diccionario Histórico del

Su hijo Francisco Javier, doctor de la Universidad


de Chuquisaca, abrazó la carrera eclesiástica: cura de
Caquiaviri, de Santa Bárbara de esta ciudad, de Chu-
luniani y después canónigo Magistral. Angela Francis-
ca y Francisca Borja fueron monjas de la Concepción,
la primera fue abadesa.
Juan Peñaranda, casó con Francisca de Urbina Lla-
no y Astorga, fruto de este enlace fueron: María Rosa-
lía en 4 de octubre de 1730, Juan José en 12 de abril de

1733, Vicente en 15 de febrero de 1734, Francisco Ja-


vier en 7 de mayo de 1736 y Romualdo Ignacio en 7 de
febrero de 1740. Maestre de campo, alcalde ordinario.
Su hijo Juan José fue enviado a estudiar a la Uni-
versidad de Chuquisaca, casó allí con María Ochoa y
Murillo. Concluyó sus estudios en Córdoba y fue re-
lator de La Plata. Vicente estudió también en Chu-
quisaca, casó con María Constanza Salgado. Maestre
de campo, capitán de armas, corregidor de Sicasica en
1780.
Peñaranda D Salvador. -Nacido en La Paz. Con-
currió a la victoria de Ingavi, continuando en el ejérci-

to estuvo al lado de Belzu en Yamparáez y otros hechos


militares, habiendo ascendido a coronel. A la caida de
Córdova, fue aprisionado, custodiado í:on g^rillos y des-
terrado al Perú. Cuando se abrieron las puertas de la

patria para los proscritos con Constitución de 1861,


la

regresó al suelo natal. Se halló en Sucre cuando la re-


volución realizada por Torrelio en favor de Belzu (3 de
mayo de 1862). Se plegó a Melgarejo y combatió al
lado de este, en varias acciones de armas. Ascendido
a General de Brigada. A la caida de Melgarejo se re-
tiró a Corocero.
Peralta D. Diego de.— Natural de Segovia. Des-
pués de su venida al Perú se avecindó en Lima; cuan-
do el gobernador Vaca de Castro llegó al país, Geróni-
DEPARTAMENTO DE LA PAZ 589

mo Aliaba se entendió con él comunicándole todo lo que


pasaba en la capital para lo cual comisionó a Peralta,
quien llegó a Huaráz donde se encontraba el goberna-

dor, cumplió fielmente su compromiso. Su actuación


posterior no es conocida, sólo sabemos que el presiden-
te La Gasea le designó como a vecino fundador de La
Paz, cuyo primer Cabildo le nombró regidor, apesar de
encontrarse en Lima. Vino a la ciudad, se hizo cargo
de su destino y permaneció iiasta e! 26 de junio de 1557
en que el Virrey Marqués Cañete le dio el corregimien-
to de Arequipa. Fue casado con María Robles.
Peralta Carnuevo D. José.— Natural de Lima.
Hermano del doctor Pedro Peralta Barnuevo Rocha Be-
navides, uno de los mejores escritores de su época. Re-
ligicso dominico, catedrático de prima de teología en la

real Universidad de Sar. Marcos, vicario, tres veces pro-


.vincial de su orden, rector del colegio de Santo Tomás.
Elevado a ¡a dignidad de obispo de Buenos Aires en
1736, en cuya diócesis permaneció hasta ¡746, en que
fue prom.ovido a la sede paceña por el Rey Felipe V.
Tomó posesión el 6 de agosto del mismo año. Murió el

ó de enero de 1747.
Pérez. Concha D. Juan.— Natural de Burgos. Fue
un teólogo profundo. Ei Rey Felipe ÍV en vista de los
malos procedimientos del obispo Guillestegui, cuyos
allegados habían cometido toda clase de abusos, ampa-
rados por la incapacidad' y la vejez del citado prelado,

los mismos que fueron conducidos a Lima por orden del


Virrey Castellar, cuyo procedimiento aprobó el sobera-
no, nombró obispo de La Paz al doctor Pérez Concha,
quien falleció en Lima antes de consagrarse y venir a
su diócesis.
Pérez Espinosa D. francisco. —Natural de Tole-
do: vino al Perú ordenado de sacerdote, desempeñó al-
gunos cargos eclesiásticos, en 1692 mediante oposición
gQo Diccionario Histórico del ^

canónica obtuvo la canongía doctoral en el coro de es-


ta ciudad. Ascendió a Chantre. Falleció en. 1725.

Pérez Manrique D. Garlos Francisco. —Natural de


Lima, hijo de Dionisio Pérez Manrique, caballero de la

orden de Santiago, oidor de la real Audiencia de Lima,


presidente de la de Ch:ircas y gobernador del nuevo
reino de Granada. El Rey Felipe IV en 14 de julio
de 1660 le concedió el título de Marqués de San-
tiago a Dionisio, de suerte que, Carlos fue segundo
Marqués, también era caballero del hábito de Santiago.
Le vino nombramiento de corregidor de La Paz por pro-
visión real de 22 de abril de 1688. Tomó posesión el

II de enero del año siguiente. De la época de su man-


do no tenemos absolutamente noticia de ninguna clase.
Dejó el puesto el20 de enero de 1692, retirándose a su
país natal, donde contrajo matrimonio con Constanza
Rojas Sandoval. Fue alcalde ordinario de la ciudad de
los Reyes en 1716. No sabemos la fecha de su falleci-
miento.

Pérez. García D. Gregorio.— Natural de Colindres


en el señorío de Viscaya, liijo de Francisco Pérez Pi-
nera y Antonia García Loma, vecinos ilustres y de la

alta nobleza de Viscaya. El capitán Pérez vino en unión


de sus hermanos José que pasó a Chile, Santiago a Are-
quipa y Gregorio a esta ciuJad. Capitán de milicias en
1760. Casó con María Josefa Pacheco, ilustre paceña,
en quien tuvo a Petrona Eugenia en 4 de septiembre de
1769, Cristóbal en 8 de agosto de 1771, Francisco en 4
de octubre de 1773, Manuel en ip de enero de 1775,
José Benito en 25 de mayo de 1776. Falleció en 1780,

Eugenia casó con Antonio de Olmos. Francisco y


Cristóbal fueron abanderados del ejército patriota en
1809. José Benito casó con Manuela Barañao, en quien
DEPARTAMENTO DE LA PAZ ^gi

tuvo a Juan José Pacífico en 24 de septiembre de 1810,


Juan José, Salustiana, Pío, Santiago y Fidel.
Pérez D. Juan José.— Nació en La Paz el 28 de
agosto de 1 8 14. Hijo del anterior. A los cinco años
ingresó en la escuela. Cuando Santa Cruz llegó a La
Paz en 1823, Pérez abandonando las aulas siguió al ejér-
cito,capturado recibió un castigo de su padre. Se in-
corporó en el Seminario como alumno externo, llegando
a ser colegial aprovechado.
Su padre que desempeñaba la subdelegación acci-
dental de Omasuyos, tuvo que recibir al Libertador en
su visita al pueblo de Copacabana, donde el joven Pérez
le pronunció un discurso. Complacido Bolívar ordenó
que le dieran de alta en clase de cadete en su guardia
de Caracas.
Su padre consiguió más bien una beca gratuita en
el la Independencia, más como era muy asé-
colegio de
tico se descontentó con los estudios que principiaban a
enseñarse, y le entregó al religioso Ordóñez de San
Francisco, fastidiado huyó del colegio y se estuvo de va-
gabundo.
la carrera de las armas, se pre-
Resuelto a seguir
sentó en Regimiento «Granaderos de Colombia», con-
el

tinuando en el ejército. En la campaña de la Confede-


ración concurrió a las batallas de Yanacocha y Socaba-
ya, en que ascendió a teniente. En el ataque de Uchu-
mayo fue herido y se portó con valor. En la escara-
musa de Huaras antes de la batalla de Yungay, fue
gravemente herido y hecho prisionero por los chilenos.
A su regreso fue muy bien recibido por el general Ve-
lasco.
El batallón ''Legión" que se hallaba en Oruro, tra-

maba una revolución a favor de Ballivián. El sargento

mayor Pérez, uno de los comprometidos en la revuelta


temiendo ser descubierto por el capitán Suárez, se anti-
592 DICCIONARIO HISTÓ RICO DEL

cipo a revelar todo el plan, fracasado el movimiento fue


condenado a muerte, conmutándole en diez años de pre-
sidio en Mojos.
A la caida de Velasco se puso a órdenes de Balli-
vián, quien le puso de 2 P ^
jefe del batallón 5 Reali-
zada la invasión peruana, los pueblos se prepararon pa-
ra la defensa. El general Ballivián al dirigirse a Sicasi-
ca, destacó cuatro compañías del batallón 5? y una
mitad de coraceros al mando del coronel Herrera, para
que sorprendieran en Mecapaca a un batallón peruario
que hostilizaba a las ¡¡.utoridadcs y familias de La Paz,
asiladas en ese pueblo.

Los peruanos anticipados de la presencia de tropas


bolivianas, tomaron posiciones en Jagüircatu, fuertes de
siete compañías de cazadores y un escuadrón de caba-
llería. Después de una refriega de dos horas y cuarto.
El enemip;o perdió más de una cuarta parte de su fuer-
za; su jefe el general San Román, fugó hasta La Paz en
un caballo en pelo y las tropas bolivianas, que atacaron
hasta agotar sus municiones, se replegaron en el cuar-
tel general. Pérez fue recibido por el Presidente con
el ceño fruncido.
En su mismo cuerpo peleó en la batalla de Ingavi.
Intendente de la pciicia de Sucre en 1848, Prefecto y
comandante general de Cobija.
Enemigo de Belzu, 49 revolucionó Guarina, Acha-
el

cachi, Muñecas, donde fue batido por


dirigiéndose a
Condarco. Proscrito en Arequipa, de donde se retiró
a Camaná. Volvió a la provincia de Muñecas, venci-
do en los altos de Huaicho, fugó otra vez al Perú.
Se hizo el comandante obligado de todas las excur-
siones linaristas.
Carácter esencialmente belicoso, no estuvo bien con
ningún gobierno. El presidente Daza lo ascendió a la
Departamento de La Paz ^q^

alta clase de General de Brigada en 20 de octubre de


1876.
En la campaña del Pacifico, Cuartel Maestre del
Ejércitoy después Comandante General de la Legión
Boliviana. Destituido por Daza se marchó a Lima, re-
gresando a la caida de aquel, nombrado Jefe de Estado
Mayor. En la batalla del Alto de la Alianza, en el fra-
gor del combate, cayó grave^nente hPiido, murien.do en
l'acna.
Pérez Greáorio. — Nació en La Paz el 11 de mar-
zo de 18 (I, hijo natural de Manuel Olvera Pérez. Sen-
tó p!aza en el ejército ai principio de la administración
Santa Cruz, concurrió a todas las campañas de la Con-
federación en las que ascendió hasta coronel por su
comportamiento heroico. Beizu en el poder le confirió
el grado elevado de General de Brigada en 8 de junio de

1849. Nombrado comandante genera! de La Paz, prin-


cipió a despertar en él la ambición al poder. El 21 de
marzo de 1853 se descubrió un plan subversivo, que te-

nía por objeto aprisionar al presidente y proclamar a


Pérez. Apoyado por Severino Zapata, 2? jefe del Ba-
tallón «Chorelque» y los coroneles Ortiz, Pantoja y
otros. Pérez ante el presideiUe negó todo y fue piiesto
preso en su casa bajo palabra de h.onor. Después se
hizo linarista. En enero de 1854 ccom.pañó a Linares
en su excursión a la provincia de Omasuyos a ¡a cabe-
za de 150 hombres; pero hostigados por ia indiada se re-
tiraron al Perú.
Consumada la revolución en Oruro por Linares (8
de septiembre de 1857), Pérez al tener noticia, el 10
del mismo mes, reunió gente en Caja del Agua con el
intento de apoderarse del palacio, se dirigió a la plaza

de San Sebastián, y de aquí tomó la calle del Comercio;


más viéndose acosado por el fuego de los defensores del
gobierno, desistió de su intento dirigiéndose a Corocoro,
75
$94 Dicciona rio Histórico del
donde tomando el armamento que venía para el gobier-
no, formó una fuerza de 300 hombres. Las autorida-
des de La Paz al tener noticia enviaron al coronel La
Riva con 100 hombres. El 20 de septiembre se encon-
traron ambas fuerzas en el Pontezuelo, y después de un
ligero combate fueron derrotadas las fuerzas de La Ri-
va.
Pérez de regreso a La Paz, organizó una división
compuesta de tres batallones, de un escuadrón y una
columna de rifleros. El 20 de octubre salió con direc-
ción a Cochabamba de cuya plaza se había apoderado
Linares. En el camino tuvo conocimiento que fuerzas
del gobierno existían en Paria y por temor a un desca-
labro emprendió vi-ije por las alturas de Colquiri. El

14, de las alturas de Marquirivi descendió por una lade-


ra en cuyo fondo se hallaba la fuerza de Villamil. Rom-
pió el fuego sobre las fuerzas del gobierno y después de
una hora de combate quedó dueño del campo, tomando
I íi prisioneros. Continuando su marcha se incorporó
a su caudillo.
Linares dueño del poder, al inaugurar su primer
gabiiiete le confió ¡a cartera de Guerra en 9 de diciem-
bre de 1857.
El coronel Hilarión Ortíz, pariente de Pérez, jefe
del batallón i ? había recibido la orden de no enrolar
en cuerpo a antiguos soldados, y como no obedeciese,
el

fue disuelto el batallón por Linares. Pérez hizo dimi-


sión de la cartera, fue aprisionado y sometido a juicio,
y como no resultare cargo alguno, no obstante fue des-
terrado, situándose en Mecapaca. Así pagaba Linares
a sus amigos.

Después del linciíamiento de Yáñez, el pueblo le

llamó para que con su presencia pudiera contener los


desórdenes, obedeció y sus buenos oficios pudieron ate-
nuar en algo la condición de los rebeldes con Achá. Es-
Departamento de La Paz 595__

te le confirió la Prefectura del departamento. Habien-


do el general Torrelio insurreccionado la guarnición de
de Sucre y ocupado Potosí, e! general Pérez a la cabeza
de una división se dirigió contra los revolucionarios y
los derrotó en Mesaverde el 7 de abril de 1862.
Convocadas las urnas electorales para la elección
presidencial, terció Pérezcomo candidato, habiendo ob-
tenido 6,000 votos y Achá 10,963, que fue proclamado
Presidente. La discusión en el parlamento sobre la legali-
dad de las elecciones fue acalorada, lo que alentó a Pé-
rez, Lnarboló la revolución proclamándose presidente
el 18 de agosto de 1862, siendo popular y extendiéndo-
se iiasta Oruro. Corrieron a engrosar sus filas la ju-
ventud y los artesanos, así como vinieron contingentes
regulares délas provincias, formándose' un brillante
ejército de las tres armas, fuerte de 1000 hombres, lle-

nos de entusiasmo. El 7 de septiembre saljó Pérez de


La Paz y fue a situarse en los llanos de San Juan.
Achá al recibir la noticia en la capital, se dirigió
contra Pérez y llegó a ocu-mr la llanura inmediata don-
de estaba su enemigo. Dirigió proposiciones de paz
que fue rechazada. Entonces mandó ejecutar un mo-
vimiento de flanco por la derecha para ponerse sobre la

izquierdo del enemigo, haciendo cubrir el costado inte-


rior de columna con una guerrilla de buzares. Pérez
la

sin hacer ejecutar ningún movimiento, contestó con una


descarga cerrada de artillería, los otros avanzaron y al
aproximarse rompieron fuego nutrido, fueron asaltados
los cañones, destrozadas las filas coii cargas de caballe-
ría y arremolinadas de izquierda a derecha. En pocos
momentos fueron derrotados los revolucionarios (15 de
septiembre).
Pérez no quiso conformarse con su derrota, prepa-
ró en La Paz una resistencia formidable, atrincheró las

bocacalles, abrió zanjas, puso minas, fortificó azoteas.


^q6 Diccionario Histórico del
Achá entró en La Paz la tarde del 15 de octubre y se
situó en las proximidades del Panteón. Siendo caño-
neado por una pieza colocada en la plataforma de la ca -

tedral en construcción, se vio obligado a cambiar su


campamento sobre la planicie de Caja del A.sjua, donde
pernoctó.
Al siguiente día temprano empezó el ataque sobie
las esquinas de Santo Dom.ingo y de Indaburu con fal-
sas demostraciones por las de abajo. La resistencia fue
tenaz y hero'ca, por fin a las 2 p. m. y después de más
de 8 l'ioras de combate pudieron tomar por asalto una
barricada. Los defensores de la plaza abandonaron sus
posiciones, declarándose derrotados. Sucumbieron mu-
chísimos.
Pérez hu}"ó al exterior y peregrinó mucho tiempo
en Chile.
Melgarejo al escalar el poder, le encomendó la Pre-

fectura de La Paz, cargo que desempeñó poco tiempo.


Habiendo estallado ¡a revolución contra Melgarejo el 27
de noviembre de 1870, en el comicio fue nombrado co-
mandante general. Organizadas las fuerzas le tocó el
comando de la primera división y tuvo la gloria de con-
tribuir al triunfo del 15 de enero de 1871.
Tomó parte en la revolución de los verdes en 25
de diciembre de 1874, titulándose jefe superior político,
derrotado en Chacorna, se retiró a la vida privada. Mu-
rió en la mayor pobreza el 22 de julio de 1890.

Pérez de Urdininea. Nació en Luribay el 31 de
octubre de 1784. En el cuerpo de caballería que orga-
nizó Zelaya en Cochabamba se incorporó como capitán,
cuyo cuerpo dio alcance a Belgrano antes de la batalla
de Ayohuma y combatió en todas las acciones que tu-
vieron lugar entre las fuerzas argentinas y las realistas.
Desempeñó con aplauso p-'iblico la provincia de -

San Juan. Al mando de un escuadrón de caballería


Departamento de La Paz 597

marchó en protección del Pergamino, amenazada por


una montonera realista de Ramírez, asistiendo al com-
bate de los Manantiales, cerca del Arroyo-del- Medio.
Organizaba una expedición al Alto Perú con volunta-
rios de Salta, engrosando y disciplinando durante
los años 1824 y i82£;, que no llegó a realizarse por opo

sición del gobierno de Buenos Aires.

Después de Ayacucho se restituyó a su país, sien-


do ascendido a General de Brigada.
En 1827 se hallaDa el general Urdininea en La Paz,
cuando en la noche del 24 de diciembre del expresado
año, fueron aprisionados Urdininea, el Prefecto general
Gregorio Fernández, el general Figueredo, varios jefes
y oficiales, por el sargento José Guerra, cabeza de la

sedición, conducidos a la Merced y en la madrugada lle-

vados al cuartel.

El batallón "Voltíjeros", algunos soldados de Bo-


gotá y granaderos, apenas amaneció salieron a la plaza
en formación. Un capitán de "Voltíjeros'' llamado Va-
lera, aparentando tomar parte con los rebeldes, fue
nombrado coronel del cuerpo. Este con buena maña
consiguió el que los oficiales fueran puestos en libertad y
dio tiempo a que los generales y el coronel Braun se fuga-
sen de la prisión. Urdininea con celeridad marchó a
ponerse a la cabeza del batallón N? 2 de Bol;\'¡a, que
se hallaba acantonado en Viaclia y el valiente Braun
montó a caballo, y solo con su asistente, se presentó en
la plaza y disparó un pistoletazo al jefe de los rebeldes,
más viendo que no había tenido la fortuna de asestarle,
se puso a la cabeza del escuadrón de Granaderos y des-
pués de arengarles les mandó desfilar a presencia del
l:)atallón amotinado y a los gritos de viva Colombia, vi-
va Bolivia, viva el Libertador, se dirigió Braun con su
tropa, fuera de la ciudad. Aturdidos los facciosos y c¡i-
5q8 Diccionario Histórico del
simaquinalmente abandonaron la ciudad tomando el ca-
mino del Perú.
Rivas coronel del 2, con una previsión admirable,
se había situado con su cuerpo en el Alto y lo mismo
había hecho e! comandante Barriga con el escuadrón de
buzares, acantonado en Achocalla.
Seguían los rebeldes su marcha con dirección a Tia-
huanacu, cuando el coronel Braun legró alcanzarlos cerca
de la noche; aquellos al verse perseguidos de ce^ca, des-
plegaron una guerrilla, que les obligó a hacer un pe-
lo

queño alto
y que el general Urdininea con
dio lugar a
el 2 y los buzares [que iban desmontados] llegasen: el

2 entonces desplegó en batalla e hizo una descarga casi


a quema ropa, y a la que contestaron los amotinados
con otra. No obstante ser )'a de noche Braun dio a es-
tos una carga de flanco, más advertido el movimiento
por los rebeldes, formaron en cuadro, en cu)'0 orden si-
guieron la retirada, hasta que viéndose obligados por
los fuegos del 2 volvieron a desplegar en batalla en una

posición ventajosa. La noche no daba lugar a que se


distinguiesen bien los objetos y por lo mismo no podía
el general Urdininea uniformar los ataques; más al fm
y
después de muclio fuego, consiguieron los facciosos co-

mo a las 10 de la noche ocupar la capilla de San Roque,


de cuN'o atrio hicieron tenaz resistencia, hasta que los
soldados del 2 y los buzares a bayonetazos obligaron a
los rebeldes a rendirse.

El general Sucre, que se hallaba en Chuquisaca,


al tener noticia del motín, se puso en marcha viniéndose
en seis días hasta La Paz, llegó el 5 de enero de 1828
en la noche. Dirigió una proclama digna de su genio
a las tropas leales y ascendió a Urdininea a General de
División el 25 de enero de 1828.

Por renuncia del Ministro Agustín Giraldino, el

Presidente le encomendó la cartera de Ouerra en 9 de


Departamento de La Paz 599

diciembre de 1829. Después del atentado del 18 de


abril contra el Gran Mariscal, este le delegó el mando
Supremo como a Jefe del Consejo de Ministros el 4 de
mayo de 1829,
Gamarra invadió alevosamente el suelo boliviano,
entonces Urdininea vino ai norte, resuelto' a ponerse al

frente del enemigo; pero siendo sus fuerzas muy infe-


riores a la de aqr.él, que apenas contaba con 3,';oo

hombre?, se replegó al interior, situándose en Paria.


Las traiciones se pronunciaron por vanos malos bolivia-
nos, viéndose obligado a celebrar el tratado de Piquiza,
que puso término a la invasión peruana.
Dejó el mando el 3 de agosto del mismo año. Jefe
superior del Sud en 1841, secretario de Ballivián en In-
gavi, Ministro de Guerra y como tal encargado del Con-
sejo de Gobierno, durante la ausencia del Piesidente.
Ministro de Guerra durante la admiinistración Córdova.
A la caida de éste se retiró a Copacabana, donde Li-
nares lo hizo aprisionar. Murió en La Paz el 4 de no-
viembre de 1865.
Pérez Velasco D- Lucio —Nació en La Paz el 2 de
marzo de 1S54. Fueron sus padres José María Velasco
y Salustiana Pérez. Ingresó en el Colegio Nacional
Ayacucho en 1863, los continuó en Cochabamba donde
se recibió de bachiller en letras. En 1868 ingresó en
la Facultad de Medicina y continuó hasta el cuarto año
con bastante tesón. Joven de imaginación ardiente,
abandonó las aulas para incorporarse en las filas de los

defensores de las instituciones que combatían a Melga-


rejo. Se vatio en las Sepulturas (3 de enero de 1871)
y después en las barricadas de La Paz el 15 de eiierodel
mismo año en que cayó el tirano.
El año 1872 emprendió viaje a Europa con objeto
de terminar sus estudios en París, a su paso visitó las
regiones del Beni, concibiendo la idea de implantar allj
6o o DiccioNARío H istórico del

grandes negocios, como lo hizo durante 25 años con per-


sistente labor. Regresó en 1873 ^1 Beni por el Amazo-
nas y se entregó de lleno a sus trabajos; fue uno de los
primeros que atravesó en frágil chalupa el Amazonas y
el Madera, exponiendo su existencia. Ha atravesado 46
veces las aguas del Amazonas y las terribles cachuelas

del Madera; sufrió 18 naufragios de los que salvó mila-


grosamente; hizo 14 viajes a Europa y era muy conoci-
do en la capital Londinense,
Cuando estalló la revolución en Santa Cruz enca-
bezada por Ibáñez, marchó en calidad de Comisario de
Guerra de la división pacificadoia. En 1880 con moti-
\o de la guerra del Pacifico, le fue encomendado el co-
mando de un cuerpo de rifleros, del que una parte con-
currió a la batalla del Alto de la Alianza, siendo ascen-
dido VelasGO a comandante.

Miembro Jel Partido Liberal, en 1884 fue elegido


diputado por el Reni. Emprendió viaje a Europa a me-
diados de J885, regresando a los dos años. Electo di-
putado por el Beni en 1888 fue excluido de la Cámara.
Estallada la revolución del 8 de diciembre en Sucre fue
nombrado Comisario de Guerra y el desastre de Kari-
kari le obligó a huir a Buenos Aires, de donde pasó a

Europa. En 1889 fue elegido Senador por el Beni, sien-


do también excluido por ser liberal. A los cuatro años
\ino a visitar a íus padres, de regreso fue tomado pre-
so en Oruro y conduciJo con otros personajes liberales
a la colonia deCrevaux, cuando recibió sus pasaportes
regresó a Caiza, pasando a Yacuiba, Salta, Buenos Ai-
res y Europa.
A su regreso fue nuevamente elegido Senador por
el en 1898 y tercera vez escluido de la Cámara.
Beni
Se había iniciado en La Paz la idea del sistema federal;
Velasco en su regreso a la ciudad fue muy agasajado.
Departamento de La Paz 6or
__

Realizada la revolución federal el 12 de diciembre de


1898, fue nombrado Jefe de Estado Mayor.
El triunfo del Crucero [10 de abril de i8qq] favo-
rable a las armas federales, puso en posesión al <i;obier-
no liberal. Velasco fue enviado a la capital como do-
legado del gobi':?rno. Diputado por Tarija a la Conven-
ción de ese año, fue elegido primer Vicepresidente de la
República por 32 votos, en 1900 se dirigió al Acre como
delegado del gobierno.
Los liberales creyendo que su programa no se lle-
vaba a la práctica pasaron a formar el partido llamado
Puritano, teniendo por jefe a Velasco. El gobierno por
decreto de 24 de enero de 1903 ordenó su extraña-
miento al exterior. Esto fue la infracción más audaz
de Carta Fundamental del Estado.
la Gobernaba el
general Pando. A su regreso su partido lo presentó co-
mo candidato a la presidencia de la República, siendo
vencido en la ludia electoral. Ca)'ó gravemente enfer-
mo y dejó de existir el 27 de noviembre de 1904.
Plérola D. Permin.— Español. Vino al Perú en
1784, en el regimiento Soria. Ascendió a sargento ma-
yor del regimiento de milicias de Urubamba ^y en 1809
como coronel marchó a ponerse a órdenes de Goyene-
che. Este le ordenó ocupar el Desaguadero con cien in-

fantes y dos piezas de artillería para oponerse a cuales-


quiera tentativa de los paceños. Como el Virrey había
autorizado a! Cabildo de La Paz la reposición délas au-
toridades destituidas por la revolución, y como ese
cuerpo había resuelto dar cumplimiento, el Cabildo Ecle-
siástico habíase dirigido a Piérola para que no intentara
pasar el límite de los virreinatos, este le contestó que
su intención era solamente impedir que Cáceres y otros
cortasen el puente del Desaguadero. Se halló con Go-
yeneche en la ocupación de Ghacalta\'a el 20 de octubre
76
6o2 Diccionario Histórico del

de 1809 y se quedó cubriendo este punto, mientras


aquél entraba a La Paz.
Ramírez egercía la gobernación de La Paz, cuando
ocurrió el Oruro, protegido por las
levantamiento de
fuerzas cochabambinas. Ordenóle a Pierda que con
una columna de observación, compuesta de cuatrocien-
tos infantes y ciento cincuenta dra,ü:ones de Tinta se di-

rigiese camino del interior.


Arce que salió el 12 de noviembre de Oruro; el 13
llegó a Panduro y mañana, avistó las fuer-
el 14 en la

zas de Piérola en la pampa de Aroma, bordeando las


pequeñas colinas que la, circundan en toda su exten-
sión.
cochabambino mal armado, algunos in-
El ejército

fantes tenían escopetas, ¡os más, grandes makanas de

palo, hondas y látigos; la caballería tenía por única arma


largas varas, en cuyas puntas brillaban ei'iormes cuchi-
llos.

"Absorto Piérola, hizo formar en batalla, sin buscar


posiciones mililares; tal era el desprecio que le causa-
ban sus mal traídos adversarios.
"Entre tanto, el caudillo patriota dispuso que la in-

fantería abance de frente sobre la división realista, aga-


zapándose entre los tolares, hasta estar sobre ella. Que
la caballería, con Guzmán Quitón a la cabeza, tome el

costado izquierdo de la pampa, para cortar la retirada


al enemige. Que por la derecha abance Unsueta, es-
coltado por un buen trozo de caballería, a fin de poder
utilizar sus piezas, desde ese costado que se eleva algún

tanto sobre el terreno. Tomadas estas disposiciones


los infantes con gritería abanzaban agazapa-
infernal,

dos por dentro de los matorrales, como abanzan los ti-


gres en busca de su presa.
"Apenas hicieron una descarga los realistas, cuando

se vieron rodeados, acosados y anonadados por esa muí-


Departamento de La Paz 603

titud,que llena de corage luchaba con ellos a brazo par-


tido,desarmando a palos a los infantes, que no podian
volver a cargar sus fusiles, y desmontando a los gine-
tes, cu)'0s caballos espantados se entregaban a la fuga,
aguijoneados por las lanzas de los .jinetes de Guzmán
Quitón, que les había rodeado por todas partes y corta-
do la retirada,
Unsueta por su parte, llenaba su cometido, ametra-
qua trataban de rehacerse: de
llando con acierto a los
manera que fueron puestos en ^^errota y fuga completa
los realistas.

La batalla duró m.ás de una hora y los \'eterano3


de Piérola completamente vencidos se retiraron, dejan -

do más de la mitad de sus compañeros tendidos en el

campo de batalla, donde dejaron armas, bagajes y mu-


niciones.
Activamente perseguido Piérola, pudo llegar a Si-
casica, donde los habitantes lo recibieron a palos y pe-
dradas, teniendo que seguir la retirada a Calamarca
para pasar de alli al cuartel general de Ramírez, situado
en el pueblo de Viacha.
Perteneció a! segundo ejército de Goyeneche, que
preparó contra los argentinos, y mientras él disciplinaba
en Zepita, Piérola estuvo en el Desaguadero y se halló
en la batalla de Guaqui. Fue casado en el Cuzco con
Tadea Cámara. Se ignora sus hechos posteriores.
Plña D. Juan de. —
Natural de Laredo. Este ca-
pitán vino en 1710 Casó con Jacoba Gutiérrez Esco-
bar, mestiza bastante rica, en quien tuvo a María Luisa
en 12 de diciembre de 171 3. Fue pintor muy inteligen-
te,cuyas obras merecieron la atención de sus contem-
poráneos, especialmente algunas imágenes de los tem-
plos.

Pimentel O. Alejo. — Limeño. Estuvo avecindado


en la ciudad desde 1670. Tenía el oficio de relojero,
6o4 Diccionario Histórico del

aún cuando parezca raro, es el único de este arte que


hemos encontrado desde la fundación de la ciudad hasta
más halla de 1750. Era casado con Andrea Góngora.
Pineda D. Juan— Natural del Cuzco y descendien-
te de uno de los primeros conquistadores del Perúc Era
vecino en 1681 y casó con María Delgado, en quien tu-
vo a Josefa en 22 de mayo de 1691. Era acreditadísi-
mo joyero muy buscado y estimado por la finura en el

trabajo de su arte.

Pinedo y Montufar D. Antonio de— Natural de Ma-


drid: hijo de Antonio Gaspar de Pinedo y María Josefa
Montufar Fraso. Era caballero de Santiago. Vino a
establecerse en La Paz juntamente con su hermano Ig-

nacio. Casó con Micaela Justina Bilbao La Vieja en 26


de noviembre de 1 751, de cuyo enlace tuvo a María An-
tonia Josefa en i ? de septiembre de 1753, José Ber-
nardo Mariano en 20 de agosío de 1754, Antonio en 13
de junio de 1756, María Vicenta en 6 de abril de 1759,
Lorenzo en 10 de agosto de 1763, Mariano Domingo en
4 de agosto de 1767. Por su enlace llegó a ser uno de
los. vecinos más respetables, así como por su fortuna.
Fue nombrado corregidor de La Paz por Fernando VI
en provisión real de i ? de julio de 1750 y gobernó has-
ta 1752. En 1779 fue ascendido a coronel de milicias
de infantería. Había sido alcalde ordinario en tres oca-
siones.
Pinedo Montufar D. Ignacio —Madrileño, hsrmano
del anterior. Este capitán casó con Bartolina Trujillo
en 30 de julio Habiendo fallecido su esposa
de 1768.
contrajo segundas nupcias con María Bárbara Carmen
Bilbao La Vieja Fernández Pacheco Díaz Escalante en
1774, fueron fruto de este matrimonio: Antonio José en
ip de febrero de 178Í, María Josefa Gertrudes en 12
de de 1783, Manuel Ignacio en 17 de mayo de
abril

Í784, Francisca María en 4 de octubre de 1785, Juan


Departamento d e La Paz 60^

Bautista en 5 de febrero de 1787. Por su matrimonio


invistió el título de Marqués del Haro.En 1781 ha-
biendo puesto cerco a esta población Julián Apaza, Pi-
nedo hizo su defensa con toda entereza organizando las

fuerzas necesarias. Seguróla con intento de atacar a


los indios situados en Laja, se encaminó a dicho pueblo,
llevando de su segundo a Pinedo; realizado el ataque
con bastante pérdida de los indios, no obstante se vie-
ron obligados a reconcentrarse en la ciudad. Siguió en
su defensa durante el largo y penoso asedio, después de
lo cual fue ascendido por sus servicios a teniente coro-
nel, retirándose en 1805 del servicio de las armas, por
sus dolencias tísicas. Murió el mismo año. La Mar-
quesa fue adicta a la revolución, pero de conveniencias.
Su hijo Manuel Ignacio h.a desempeñado elevados
puestos en la República. Síndico en 1832, Gobernador
de Pacajes en 1838, Diputado en 1839, Prefecto en
i'83i. Murió en 1840.
D. Francisco María. La Paz, a la
Diputado por
primera Asamblea Constituyente de 1825, ala Conven-

ción de 1828, a la Constituyente de 1831. Senador


por el departamento de La Paz en 1832. Prefecto de
La Paz en 1831 y 1832. Murió el 21 de diciembre de
1836.
Plneló D. José.— Natural de Arequipa. Militó en

ei ejército re.ilista, ascendió hasta capitán, después fue


uno de los colaboradores de la revolución que estalló en
ei Cuzco en ei año 18 14, los que enxiaron fuerzas sobre

La Paz, Arequipa y Guamanga. A ia primera fue des-


tinado Pinelo. ascendido a coronel, acompañado del cura
Muñecas, al maudo de una división. Ocuparen Puno
el 29 de agosto, cuya guarnición se defeccionó uniéndo-
seles, igualmente se apoderaron de! Desaguadero el 11
de septiembre, temando trece cañones y otros artículos
de giierra, reforzados con estas fuerzas se dirigieron a
6o6 Diccionario Histórico del ^

esta ciudad. A su aproximación todos los patriotas pa-


ceños se pusieron en movimiento, lo que en cierta ma-
nera impidió al gobernador Valde Hoyos a preparar su
defensa, viéndose precisado a atrincherarse oit la plaza.
Se presentó el ejército cuzqueño en las alturas de
la ciudad el 22 de septiembre, descendiendo esa misma
tarde acamparon en Munaipata, desde donde dispararon
seis cañonazos sobre la- ciudad. Durante la noche no
ocurrió nini^una novedaj, sino que las tropas del gober-
nador ocupaban las calles, alumbradas por fogatas. Des-
graciadamente los patriotas paceños por la mucha vigi-

lancia que sobre ellos teiiian Lis autoridades realistas,


no pudieron hacer nada. Pinelo el 24 de septiembre
a las cuatro de la mañana rompió el fuego sobre las trin-

cheras, de donde a su vez se les contestó. Dos horas


después el combate se hizo tenaz y sangriento. A las
nueve de la mañana abren brechas y ocupan las cailes
principales de la ciudad, pero la lucha continúa hasta
que los realistas principiaban a tlaquear, entonces se
presentan en masas compactas los cholos en todas di-
recciones, destrozan cuanto se les pone delante, y a las

dos y media de la tarde lograron ocupar la plaza, obte-


niendo un triunfo completo.
Todo marchaba bien, cuando en la mañana del 28
del mismo mes a eso de las nueve y media se oyó una
detonación extraordinaria, Ivibía volado el curtel, lo que
atribuida a la traición de los realistas ocasionó el des-
trozo de estos, por la furia del pueblo. Pinelo no pudo
^.^^contener a Li tropa desbordada, por lo que se vio obli-

gado a de la ciudad y situarla en el Kenko, donde


salir

el 2 de noviembre fue completamente derrotado por


Juan Ramírez. Ignoranios la suerte posterior de Pinelo.
José María.—Natura! de Torrecilla, So-
Pinllla D.
ria, Castilla La Vieja. Vino a establecerse en esta ciu-

dad' en 1804. Casó con Jacoba Ana Castro, orureña,


"

DEPARTAM ENTO DE LA PaZ 607

de cuyo enlace tuvo a Juan José Agustín Manuel María


Espíritu en 24 de junio de i8og.
No simpatisó con la revolución de julio y fue a in-
corporarse en el ejército de Goyeneche, que le colocó
en calidad de capitán y superior, siguió militando en
las filas realistas. No sabemos cómo ni cuándo murió.
Macario. —Nació en la Paz el 24 de no-
Pinilía D.
viembre de 1855; fueron sus padres Juan Pinilla y
Eduarda Vargas. Principió sus estudios en el colegio

Ayacucho en 1863, recibiéndose de abogado en 1876.


Principió a sobresalir en el foro de una manera nada co-
mún. Patrocinó en Oruro una causa célebre forense.
En 1877 publicó el primer Código Compilado del Proce-
dimiento Ci\'il. Elegido diputado por La Paz al Con-
greso de 1888, concurrió a las tres legislaturas siguien-
tes. Fiscal de distrito de La Paz en 1892, uno de los
fundadores del colegio de abogados y su vicepresidente.
Nombrado Fiscal General de la República en 1895, no
aceptó el cargo. Llamado al desempeño de la cartera
de Gobierno y Justicia en 1896, pasando después a la
de Instrucción y Fomento.
Al debatirse en Sucre laieyde radicatoria del gobier-
no en la capital, su actitud fue noble y levantada ante la
cámara y el jefe del Ejecutivo. Promulgada inconscien-
temente la ley, dimitió !a cartera y se vino a La Paz,
siendo ovasionado por sus paisanos en su arribo a la

ciudad. Instalada la Junta de Gobierno Federal, el 12


de diciembre de 1899, Pinilla fue uno de sus miembros
en unión de Reyes Oriizy Pando. Terminadas las fun-^v
clones de la Junta, fue nombrado Ministro ante la Cor-
te de España. Senador por el departam.ento de La Paz
en 1902 y reelecto nuevamente en 1908. Elegido pri-
mer vicepresidente de la República en 1909. Ministro
ante los gobiernos de Holanda y Francia, cargo que ha
dejado con motivo de la guerra europea.
6o8 Diccionario Histórico del

Pinilla D. 'Sabino. — Hermano del anterior, princi-


pió sus estudios en 1863 y se recibió de abogado en
1876. Diputado por la segunda sección de Omasuyos
al Congreso de 1882. Miembro del Ayuntamiento pa-
ceño, Oficial Mayor del Ministerio de Gobierno, Dipu-
tado por La Paz al Congreso de 1894, Senador por el
departamento de La Paz en 1898 y Ministro Plenipoten-
ciario ante el gobierno de Chile. Regresó con la salud
quebrantada, habiendo fallecido en 1909, cuando termi-
naba ya el importante trabajo histórico sobre la revolu-
ción del ló de julio.
Periodista ilustrado y de reposo sin las exaltacio-
nes violentas de ¡a política, fundó e! periódico «El Te-
iégrafo2>, haciéndose acreedor al cariño de propios y ex-
traños.
Mnillaí). Claudio —Hermano menor de los ariíe-

abogado y literato deli:adoy sobresaliente, actuó


riores,

en un grupo de jóvenes que más tarde llegaron a los


cargos más prominentes. Secretario privado del gobierno
de Arce. Principió la carrera diplomática, llegando a
lospuestos de Ministro del Perú, Chile y el Brasil, al-
ternativamente en el período de catorce años. Ministro
de Relaciones Exteriores y Liltimame"nte Ministro de Go-
bierno. Entre sus obras le conocemos Estudio compata-
do de la Constihición de "Bolivia con la de los otros países
de la América Meridional, y en el terreno de la literatu-
ra el precioso poema Rafaela, el drama de Murillo y
otros.

En el terreno diplomático le cupo firmar el tratado


de Petrópolis con el Brasil y el de Paz y Amistad con
Chile,sobre la base de la cesión definitiva del litoral bo-
liviano.

Pizarro Saavedra D. Juan de.—Cuzqueño, era


nieto de Gonzalo Pizarro, no sabemos con que objeto
vino a establecerse en esta ciudad. El correizidor Suero
Departamento de La Paz 6óg

Vijil le había nombrado su teniente, y cuando este fun-


cionario en cumplimiento de una comisión de la Audien-

cia de Charcas, salió de esta ciudad, Pizarro desempeñó


el cargo de justicia durante el mes de agosto de 1614.
Años después,fue alcalde del Cabildo; no sabemos cuan-
do murió. Era casado con Carmela Varcras.
Plunquento D Jadrique.— Descendiente de una
t.uniiia alemana, nacido en Aragón, Marqués de Mayo,
caballero de la orden de Santiago, gentil hombre del
Rey. Nombrado corregidor de La Paz por provisión real
dido en 1662, llegó y tomó posesión el 3 de julio de
16ÓÓ. El gobierno de este corregidor fue de zozobras
c inquietudes, pues, al año siguiente de que se hizo car-
go, se experimentaron amagos de insurrecció:^ de los
indígenas con ramificaciones en varias partes del reino,
por que tuvo que estar atento y vigilante con estos.
lo

En 1668 ocurrieron en las minas de ios Salcedo

desórdenes, que fueron contenidos con mano de liierro


por la autoridad del Virrey. Algunos cabecillas princi-
pales trataron de ponerse en salvo, Iruyendo a las mon-
tañas de Caupolicán; más, teniendo conocimiento de
esto el Virrey liabía ordenado al corregidor de La Paz
que marci^iara en persecusión de ellos, inmediatamente
Plunquento, dejando el gobierno a su teniente Cárde-
nas, se puso en m.archa y se internó entre los bosques,
capturó a Juan de Vargas, Domingo Reimoso y Pedro
Aviles, los que fueron conducidos a esta ciudad y ahor-
cados en la plaza pública, sus cadáveres descuartizados.
Estas eran las órdenes de! beato e liipócrita conde de
Lemus. En esta peligrosa expedición le acompañó ei
aiférez real Agustín Zegarra, que más tarde mereció re-
compensas. Su viaje al interior de los bosques le ha-
bía ocasionado enfermedades, y con este motivo se ha-
bía dirigido a los valles del Río Abajo, donde falleció en
i66g.
77
6io Diccionario I-Íisto rícq del

Polar D. José.— Religioso de Santo Domingo, muy


elocuente en el pulpito y bastante letrado. Vino de
prior ai convento de La Paz en 1805 y gobernó hasta
1808, siendo su sucesor Nicolás Sotillo. Durante la
revolución de julio prestó importantes servicios, tanto a
los patriotas como a los realistas, dándoles asilo en su
convento, y cuando el intrigante Goyeneche trató de
sacrificar a los mártires, este padre en unión de los su-
periores de los conventos y el Cabildo Eclesiástico inter-
cedieron por ios reos, pero no pudieron alcanzar nada.
Se retiro a Arequipa, do:-íde falleció.

Ponce de León D. Marops.— Arequipeño, Se es-


tableció en esta población en 1580, era uno de los mer-
caderes más notables, en cuyos almacenes se encontra-
ban artículos de Castilla, pagaba por derechos cien pe-
sos anuales al fisco. Su hijo José, nacido en Arequipa,
casó en 1710 con María Alvarez Camano, arequipeíla,
de cuyo enlace tuvo a Feliciana en 28 de junio de 1713,
Tomás en 20 de diciembre de 171 5, Gregorio en 7 de
marzo ele 1719. Compró el cargo de regidor en subasta
pLibli:a por la suma de quinietos pesos y se incorporó
en el Cabildo com.o caballero veinticuatro. Murió en
1724. Su nieto José siguió con la vara.

Porceí D. Juan Manuel.— Chuquisaqueño. Abo-


gado de la Real Audiencia de Charcas. En 1800 fue
nombrado asesor general del Cabildo de La Paz. Casó
con María Nieves Aparicio en 20 de abril de 1812. Su
hermano Mariano Porcel Mendoza, doctor de la univer-
sidad de Chuquisaca , fue casado con Rosalía Murillo.

Suscribió el acta de subordinación a la Junta de Bue-


nos Aires en 181 1. Murió el 13 de junio ^e 1836 de cua-
renta y seis anos. Su hijo José se ordenó en 1837, cura
de San Pedro, Prebendado, Chantre, Arcediano, Go-
bernador Eclesiástico y Dean.
DEPARTAMENTO DE La PaZ 6iI

Portillo Perrán Lamosa D. francisco del —Na-


tural de Logroño. Este capitán vino por el año 1680,
casó con María Calvo Herrera Rodríguez, chuquisaque-
ña, err quien tuvo a Pedro )' Antonio. Fue alcalde or-
dinario del Cabildo en 1690, Falleció en 1720.
Portugal D. Dionisio de.— Español, vino nombra-
do corregidor de La Paz, ejerció el cargo desde 1608 a
1Ó12. El Virrey Manso en 15 de junio de 1609 esta-
bleció que el Cabildo podía nombrar dos asesores, que
asistiesen a los dos alcaldes ordinaiios, con sueldo de
trescientos pesos anuales cada uno, lo qué llegó a reali-
zarse al año siguiente, este funcionario fue muy activo:
hizo construir el puente de Santa Bárbara, toda esa zo-
na fue arreglada mediante sus esfuerzos, coadyuvados
por el Cabildo, desde entonces principió a incrementar-
se, habiendo sido liasta entonces habitada por pura-
mente indios. Falleció en 1630.
Poves Isla D. Diego de— Asturiano, que vino de
corregidor de provincia de Paucarcolla en 1687 y des-
la

pués se estableció en esta ciudad. Casó con Bernarda


Anaya Cortés, chuquisaqueña.en quien tuvo a José en

5 de agosto de 1687, habiéndole llevado a la pila ef ge-


neral Francisco Guaras. En í688 fue alcalde ordinario.
Su hijo José obtuvo la vara de regidor perpetuo del Cabil-
do por suma de seiscientos pesos, y se incorporó des-
la

de 1743. Casó con Estefanía Altamirano en 9 de di-


ciembre de J761, en quien tuvo a María, que mas tarde
casó con Castro. Su hijo Toribío siguió con la vara de
regidor. Falleció en 1775.

José. Paceño: hijo de Salvador Povil.
Povil D.
Fue secretario del gobernador Burgunyó durante su go-
bierno. Después fue hombre entregado a negocios mer-
cantiles.

Pradel de La Barra D. Mariano— Nació en La Paz


en 20 de enero de 1775: fueron sus padres Juan Mel-
6i2 Diccionario Histórico del
chor de La Barra y Petrona Ortíz Palza. Casó con Ana
María Murillo Sangurgo en 14 de octubre de 1802, de
cuyo enlace tuvo aProtacio en 19 de junio de 1809. To-
mó parte en la revolución de julio, estuvo en la provin-
ciade Yungas en el ejército de Lanza, después del com-
bate de Chicanoma se ocultó en los bosques. Se alis-
tó en el ejército argentino, pero no sabemos las accio-
nes en que se encontró ni cuando se separó deJ servi-
cio. Su esposa había fallecido en 12 de febrero de 181 8,
a su regreso al país contrajo segundas nupcias con To-
masa González, en quien tuvo a María Luisa en 11 de
octubre de 1826. En la República fue juez, diputado en
la coiivención de 1828, a la de 1832, prefecto del depar-
tamento en 1840.
Prado D. Manuel An¿e! del.— Nació en Irupana
el I? de marzo de 1807: fueron sus padres Santiago
Prado y María Josefa Cárdenas. A los ocho años in-
gresó en la escuela donde hizo el aprendisaje de las pri-
meras letras. La pobreza de su familia no le permitió
darle instrucción, más por los consejos del párroco del
lugar fue enviado a Calabatea, donde el doctor Pabón
daba lecciones gratuitas n los jóvenes pobres, A los
diez y ocho '^ños abandonó la casa de su benefactor di-
rigiéndose a esta ciudad en busca de un colegio, le indi-
caron el convento de San Francisco donde se enseñaba
gramática. Pobre y desvalido no atrajo la compasión
de ninguno de los profesores, sino cuando observaron

que había un oido atento en el dintel de la puerta, se


le toleró en ese puesto hasta que Mendizabal goberna-
dor de la diócesis, por insinuación de Pabón le conce-

dió una beca gratuita en el Seminario. Su contracción


y moralidad le obtuvo los grados de doctor en teología
y la toga del abogado.
Ministro, vicerrector, profesor del mismo colegí o.

Ordenado de sacerdote el año 1826 en Arequipa, fue cu-


DEPARTAMENTO DE LA PaZ 613
ra de Coripata, Achiri, Achacache, la Catedral y des-
pués dignidad Chantre.
Sumamente caritativo y benefactor, fue desterrado
en 1840 por haber dado asilo en su casa a un reo polí-

tico que se hallaba sumamente enfermo.


El vecindario paceño le tuvo cariño excesivo, le lle-

vó como a su representante cámaras de 1837, ^ '^^


a las
Constituyente de 1839, ^ ^^ Convención de 1S43, y a
los congresos de 1844 y 1846. Senador pgr el departa-
mento de La Paz en 1848 y en 1857, siendo en esta úl-
tima presidente de la alta cámara.
Electo obispo de Santa Cruz de 1í\ Sierra en 1845,
se consagró eri el Cuzco. En su diócesis hizo los ma-
yores beneficios, y muy especialmente a los proscritos
políticosque SKfrían toda clase de calamidades.
Electo arzobispo de La Plata en 1849, renunció tres
veces tan elevada dignidad, hasta que le obligaron a
aceptar. Recibió el palio en Arequipa. Tal era su
amor a los pobres, que sus sueldos no le alcanzaban pa-
ra nada, los que los distribuía, viéndose en algunos ca-
sos sin cama en que dormir, ni sotana que vestir. Mu-
rió en Sucre el 4 de julio de 1858.
Prado D. el i8de ju-
Mariano.— Nació en La Paz
lio de 1771 : Juan Prado y Francisca
fueron sus padres
Murillo. Casó con Catalina Godines, moqueguana, de
cuyo enlace tuvo a María Candelaria en 22 de noviem-
bre de 1796, Manuela Fernanda en 9 de mayo de i8or,
I«^abel en 12 de julio de 1803, María Magdalena en 23

de julio de 1805, Manuel Nicolás en 22 de diciembre de


1809. Ejercía el cargo de escribano de números, y en
1809 de gobernación y guerra. Afiliado en el partido
separatista, se había acordado en las juntas secretas
que Prado en unión de Monroy e Hipólito Landaeta,
tomarían la sala de armas como en efecto lo hicieron
una vez tomado el cuartel. Autorizó como escribano el
614 Diccionario Histórico del

acuerdo de! Cabildo en que se declaró la guerra a Puno


el 12 de septiembre y publicó el bando de su referen-
cia, igualmente que el acuerdo capitular de los tratados

con Goyeneche en 17 de octubre, los mismos que los


fijóen carteles; pero poniéndole la fecha de 19. Ha-
bla coinunicado a Santi?steban la marcha de Loayza a
Sicasica, que él la llama fuga, por lo que este hizo de-

cretar su detención La Junta en vías de disolución


sin noticia del Cabildo ordenó su libertad, abusando de
la docilidad de Bartolomé Andrade. En 30 de octubre
dio fe de la renuncia de Murillo como miembro de la
Tuitiva. Estuvo ^presente este fedatario el 19 de octu-
bre en que se autorizó la pena capital a Rodríguez y
Castro, por haber arrancado el primero los carteles y

haberlos pisoteado. El certifica que la ejecución de Ro-


dríguez se realizó en el cuartel a puerta cerrada y an-
tes de haberse firmado la sentencia. Debelada la revo-

lución fue condenado por la sentencia tantas veces cita-


da a la pérdida de su oficio, a un extrañamiento perpe-
tuo de la provincia; en consecuencia, salió desterrado
con dirección a la argentina. Regresó en 1816, me-
diante valimientos se le restituyó en su oficio, siguió
ejerciendo el cargo hasta su fallecimiento acaecido en
1830.
Mariano Prado, nacido el 23 de octubre de 1763:
hijo de Clemente Prado^ y Melchora Pinto, fue primo
suyo. El cochabambino de su mismo nombre y apelli-
do, hijo de José Prado y Flora Rivero, no sabemos s\
tení.i relación de parentezco con el escribano.

Prudencio D. rermin.— Nació en La Paz: hijo del


general Juan José Prudencio y la señora Narcisa Cro-
za. Estudió en el Colegio Nacional Ayacucho y se re
cibió de abogado en 1879. Secretario del Juzgado 2 ?
de Partido. T.o.mó parte en la revolución de 1870 con-
Departamento DÉ La Paz 6h;

tra Melgarejo: combatió en las barricadas del 15 de ene-


ro de 1871, asi como en Chacoma »\- Cochabamba. En
la guerra del Pacifico, era capitán de lasegunda compa-
ñía del Regimiento Murillo, ascendió a sargento mayor
Revisitador de la 2 ^ sección de la provincia de Paria.
Presidente de la Municipalidad en 1889.
Proclamada la revolución federal, jefe de Es -

tado Mayor, se halló en el conibate del 2 ? Crucero.


Ministro de Guerra y Colonización en 1903. Prefecto de
La Paz de 1904 a 1909 En este puesto desplegó mucha
actividad, impulsó el trabajo del palacio legisla-
tivo y la prefectura. Ascendido por el Congreso a la al-
ta clase de General de Brigada. Hoy es inspector del
ejército.

Puertas D- Cayetano.— Nació en La Paz el 8 de


agosto de 1775; fue hijo del doctor Justo Puertas: era
capitán de ejército, casado con .Maria Josefa Zegarra.en
quien tuvo a Pedro. Este llegó a casar con Maria Te-
resa Cárdenas: hija de Joaquín Maria Cárdenas \' Ana
María Bustios, tuvo por hija a María Clara en 15 de
agosto de 1810, Pedro en la República desempeñó algu-
nos puestos.
Puerto Gamón Sor Bernardina Teresa.- Natural
de La Plata monja carmelita, que «-alió de su país el 29
de abril de 171 8, de edad de cuarenta y dos anos n fun-
dar el monasterio ^ue había pro)'ectado en La Paz la
duquesa de Estrada.
Durante ocho anos, desde que se inició la construc-

ción del monasterio )• la iglesia, se invirtió la suma de


trescientos treinta mil pesos. Gonclu\'ó la obra el mi-
nero Diego Baena, además contribuyeron José Vidan-
gos con ocho mil pesos, Juan Orihuela con cinco mi;

pesos, Sebastián Arratia con un terreno, Antonio Car-


pero y María Carranza Peralta, que ingresó de monjg
6i6 Diccionario Histórico del
cediendo todos sus bienes avaluados en más de treinta
mil pesos.
Fundada en 1718, se escofió toda la manzana que
actualmente ocupa el monasterio. Su iglesia de una
sola nave, pequeña, con dos puertas; toda construida de
piedra, cal y ladrillo.Su frontis sobre un pequeño ce-
menterio no ofrece nada de notable^ columnas de piedra
labrada al lado de la puerta y coronadas con sus respec-
tivas chapiteles, la torre de ladrillo de pésimo gusto. El
interior del templo con tres altares, incluso el mayor,
todo de madera de cedro dorado; el coro alto cubierto de
rejas, lo mismo que el coro del presbiterio, y otro más
pequeño en el cuerpo de la iglesia, destinadas a las reli-

giosas. El claustro cuadrado con arquerías y celdas


bastante cómodas y el resto del edificio cubierto de mu-
ros, La m.onja fundadora murió en 15 enero de 1735 y
su retrato se conserva en el monasterio.
Pumacuaga D. Mateo.— Cacique de Chincheros.
En Cuzco con toda su indiada cooperó en 1780 al ex-
el

terniinio de la insurrección eiicabezada por Tupahj


Amaru, por lo que fue premiado por el Rey con el grado
de coronel de milicias. Goyeneche después de su triun-
fo de Guaqui se dirigió sobre Ccchabamba, mientras
tanto los partidos de Pacajes, Omasuyos,y Larecaja, se
levantaron hostilizando ciudad de La Paz y el Desa-
la

guadero. Abascal, en su apuro y al tener conocimien-


to de lo ocurrido,ordenó a Pumacagua que condujera
al Desaguadero la tropa que existía en el Cuzco, y los
indios que en crecido número estaban prevenidos, de-
hiendo ponerse de acuerdo con Benavente, que se ha-
llaba situado en el río,

Pumacagua, salió del Cuzco a la cabeza de tres mil


quinientos hombres, incorporándosele otro grueso de in-
dios a las órdenes del cacique de Azángaro Manuel Cho-
queguanca. La expedición reforzada con jos auxiliares
Departamento de La Paz 617

de Arequipa y Puno, pasó a los pueblos en triste situa-

ción, en su marcha venía arrollando, dispersando, talan-


do^ saqueando. Entre tanto Benavente los atacó va-
concluyendo por desbaratarlos, sin aguardar
rias veces,

la Lombera, enviada por Goyeneciie desde Co-


división
chabamba para guarnecer La Paz, ni las fuerzas dePu-
macagua que penetrando en Oruro se debían situar en
Sicasica,como lo había hecho y desde este último pun-
to Pumacagua vino con su ejército salvaje, talando y
destrozando cuanto encontraba a su paso. Llegó a La
Paz el II de noviembre de 181 1, "sus turbas dosordena-
das cometieron toda clase de excesos en los tres días,
que permanecieron. Basta considerar que fueron in-

dios sin freno, para formar un juicio cabal de cuanto ha-


bía sido lo que sufr'ó el vecindario. El «13 del mismo
mes dejó Pumacagua La Paz dirigiéndose al Cuzco.
Pumacagua fue recompensado con su ascenso a bri-
gadier, en 1812 el Virrey le nombró presidente interino
del Cuzco. En dicha ciudad estalló la re\'olución el 3
de agosto de 1814 encabezada por los Ángulo, estos in-

vitaron a Pumacagua a tomar parte en el movi.miento


que aceptó gustoso. Los revolucionarios dispusiero.i
que debían salir sobre Arequipa, La Paz
tres divisiones

y Ouamanga.
Pumacagua y Vicente .Angujo el q de noviembre
derrotaron las fuerzas realistas que hicieron resistencia
en la apacheta de Cangallo, al mando de Picoaga, Tris-
tán y otros jefes. Entró triunfante en Arequipa.
A la aproximación de Ramírez, enviado por Goye-
neche, dejó Arequipa, ocupó Umachiri, donde fue de-
rrotado el II de marzo de 1815. Cuando se retiraba
con dirección al Cuzco, fue tomado por los indios de Ma-
rangani, que lo condujeran ante Ramírez, este lo man-
dó ahorcar en Sicuani el 17 de marzo de 181 5.

78'
Diccionario Histórico del

Q.
Queipo de Llano y Valdez D. Juan.— Natural de
Oviedo en Asturias. Estudiante de la célebre Univer-
sidad de Alcalá de Henares. Vino al Perú nombrado
inquisidor de Lima, cuyo cargo desempeñó por varios
años. Electo obispo de La Paz en 1681, fue consagra-
do en Lima el 21 de diciembre del mismo año por el ar-
zobispo Melchor Liñán Cisneros. Salió de allí para La
Paz en i ? de junio de 1682, llegando a esta ciudad el
22 de agosto del mismo año. Pidió en 14 de abril de
1685 treinta mil pesos de los encomenderos e indios pa-
ra la conclusión de la Catedral,
Habia construido su palacio episcopal, el actual, en
uno de los ángulos de la plaza principal, o sean las dos
calles que parten de esa esquina y que se denominaban
Seminario (Ballivián). En el sitio o solar que había
comprado del capitán Macuaga y del convento de predi-
cadores. Concluido el edificio fue tasado en cuarenta
y cinco mil pesos, reconoció un capital censítico de ocho
mil pesos, era simplemente una gran casa de un solo
piso por la topografía del terreno, en el exterior de dos
con unas malas tienduchas que por el rebaje que se hi

zo llegó a costar tanto.


Nombrado arzobispo de La Plata en 13 de agosto
de 1695 legó su casa a "la catedral con las condiciones
siguientes. Primero pagar los intereses censíticos que
la casa reconocía; segundo dar dotes de cinco pesos pa-
ra cincuenta y dos misas y dieciocho por once de reno-
vación que debían decir anualmente en sufragio de su
alma; tercero aplicar el resto de los productos a la fábri-
ca del Santísimo Sacramento. Fueron nombrados por
albaceas y patrones los del Cabildo eclesiástico: Anto-
nio Ruiz Gálvez, Bartolomé Fuentes Guerrero, Diego
Nieto Navarro, Jerónimo Cañizares y Barra, Ademán
D epartamento de L a Paz 6iq

hacia una concesión para que los obispos sus sucesores


pudieran vivir en dicha casa, pagando los arriendos al

Cabildo con derecho a preferencia sobre otros arrende-


ros. Fue aprobada por el Rey en cédula de 15 de fe-
brero de 1696. Se refaccionó el palacio para la llegada
de Ochoa con un gasto de 3,253 pé^os, 7 reales. Este
obispo hizo la visita pastoral de la diócesis por dos ve-
ces, siendo su secretario de cámara Francisco de Truji-
11o Godoy. Fue muy caritativo, benefactor de los je

suitas; especialmente de ios misioneros, a quienes los


socorría liberalmente. Contribuyó con sus bienes a la
nueva fábrica de la Universidad de Chuquisaca. Muiió
en 1708. dejando veinte mil pesos de sus bienes patri-
moniales para la fundación de un colegio de jesuítas en
Oviedo.
Querejazu D- Santiago. — Limeño, dedicado a la

carrera eclesiástica, se ordenó en La Paz. Desempeñó


en 1776 el curato de Coroico, donde tuvo una valiosa
propiedad, que al morir donó al doctor Manuel Herme-
negildo Querejazu. Más tarde fue canónigo de merced
del coro de esta ciu iad. Dio mil trescientos pesos para
el colegio de San Fernando que se trabajaba en Madrid.
Murió en 1779.
Quevedo D. Gabino.— Español, que vino muy jo-
ven con su padre Francisco, que llegó a ser acaudalado
comerciante de Sorata. Cuando la sublevación indige-
nal de 1781 puso a los españoles en los ma\'ores apuros,
estos en defensa de sus intereses se unieron como un
solo hombre contra el peligro común. Quevedo a la
cabeza de quinientos españoles vino en socorro de La
Paz que se hallaba sitiada por Katari, este sabedor de
la m.archa de Quevedo, le salió al encuentro y lo esperó

en los campos de Sicasica, porque los españoles habían


tenido que dar un largo rodeo a fin de no ser sorprendi-
dos, el caudillo indio los destrozó por completo, toman-
620 Diccionario Histórico del

doles dos cañones, muchos fusiles, municiones y armas


blancas. Quevedo apenas pudo fugar con dirección a
Cochabamba.
Qiiint y Reano D. Diego —Natural de Lima, hijo
de Diego Quint Tello Guzmán, de la orden de Alcánta-
ra, contador mayor del real Tribunal de cuentas. Fer-
nando VI nombró corregidor de La Paz, desempeñó
le

el cargo de 1733 hasta 1735. ^^ Virrey conde Supe-


runda con autorización que tuvo para otorgar ciertos tí-

tulos de Castilla, le confirió en 25 de agosto de 1745 a


Diego el de San Felipe el Real y lo confirmó el Rey en
17 de diciembre de 1746 libre perpetuamente de lanzas
y media anata. Lo iieredó su hijo Juan Manuel Quint
Fernández Dávila, contador mayor, decano del mismo
tribunal, casado con Luisa Bonso Várela. Falleció en
1810.

Quint Reano D, Diego.— Limeño, hijo de Diego


Quint Tello Guzmán de la orden de Alcántara, conta-

dor del real tribunal de cuentas. Vino nombrado co-


rregidor de la provincia de Larecaja, trajo a su esposa
María Antonia Ferriández Dávila, también limeña. Tra-
bajó mucho por el incremento de las misiones de Apo-
lobamba, aún penetró en sus bosques. Concluido su
período se estableció en esta ciudad, aquí le nacieron
sus hijos: Lorenza en 10 de agosto de 1726, Diego An-
tonio en 22 de agosto de 1729, Luisa Rufina Paula en
21 de agosto de 1730, María Rosa Josefa en 31 de agos-
to de 1732,Diego Agustín en 20 de mayo de 1736, Juan
Manuel en 20 de octubre de 1737, Bárbara en 3 de di-
ciembre de 1738. Fue maestre de campo en 1726, al-
calde ordinario en 1729, juez ordinario receptor del San-
to oficio.

Quint fernández Dávila D. Diego.— Nació en La


Paz 8 de octubre de 1740, hijo de Diego Reaño Quint
el

y María Antonia Fernández Dávila. Habiendo muerto


D&PARTAAIENTO DE LA PAZ 62 L

SU hermano Juan Manuel sin sucesión, heredó el titulo

de Marqués de San Felipe el Real, era caballero pensic-


jiado de la orden de Carlos Fue corregidor de la
I!I.

provincia de Larecaja de 1777 a 1780. Era comandan-


te efectivo del batallón de veteranos, siendo el ayudan-
te mayor Indaburu.
Ploclamada la revolución el 16 de julio de 1809 asis-
tió al Cabildo de esa noche. Más después el pueblo pi-

dió su separación, la sala ordenó y lo hizo comparecer


inmediatamente, entres^ando las llaves y armas a inda-

buru y Graneros. Más después fue desterrado a la pro-


vincia de Larecaja, estallido en su propiedad había sido
nombrado por el intendente de Puno, comandante oene-
ral de armas y para el efecto habia convocado para el

20 de agesto para la jura de la bandera; sin duda bajo


sus auspicios fue ocupada Copacabana por las fuerzas
realistas. Reunió gente y dio alcance a Goyeneche, con
quien entró en la ciudad, probablemente por un resenti-

miento, pues, que fue separado el 21 de julio y conduci-


do escoltado el 24 con orden de no dejar el lugar donde
se le envió.
Suscribió la acta tantas veces citada a la Junta de
Buenos Aires. En nombrado elector
18 de octubre fue
en unión de Astete, Landavere y Valdez. Después de
la derrota de los patriotas en Guaqui, desempeñaba in-

terinamente de gobernador, cuando a las dos de la tarde


del día 29 de junio de 181 1, tumultuándose la cholada e
indiada, capitaneados por Casimiro Irusta, pidieron el
degijello de once españoles que horas antes habían hecho
llegar presos y estaban encerrados en el Cabildo, a
quienes les había dado de mano, su negativa fue la sen-
tencia de su muerte, le dieron de la manera más cruel,
un indio le vacío los sesos al primer garrotazo, no le de-
jaron ni camisa en el cuerpo, quedando en ese lastimo-
so estado durante muchas horas a la vista de todos.
622 DiCCIONARiO HíSTORICO DEL

La plebe^se había entregado al saco y otros desór-


denes, hubieran sido mayores las desgracias sin la opor-
tuna llegada del general Francisco Rivero, Este se en-
contraba en Viacha, reuniendo a los-.dispersos, en el

que también se encontraba el gobernador Tristán, opi-


naron por el repliegue a Calamarca y Rivero fue de la
idea de amparar a La Paz, en esto a las últimas horas
de aquel día se les hizo una arma falsa, Biamont con
Tristán se plegaron sobre Calamarca precipitadamente;
Rivero salió a las ocho de la noche a la cabeza de mi^
trescientos hombres, pernoctó en la ceja misma de la

entrada y al día siguiente la junta y corporaciones le

suplicaron entrara a auxiliarla temerosos de los desórde-


nes del día anterior. Entró en la maílana tomó algunas
medidas de seguridad, por carta amistosa llamó a Tris-
tán para que se restituyese, como lo hicieron a los dos
días. El 29 de junio se ret'ró Biam.ont, lo mismo que
Rivero dejando cien hombres en la ciudad.

Quirquincha. — Fue uno de ¡os caciques más princi-


pales que tuvo la población indígena del choqueyapu,
cuyas posesiones partían por medio con las del cacique
Uturuncu, abarcando hasta las alturas de Cusisinpata
(altura de alegría), incluyendo Challapampa [planicie
de arena]. Antes de la ocupación de los españoles fue
solamente un mal cacerón cubierta de paja y más tarde
y hasta hoy tambo, mesón, conocido con el nombre de
Quirquincho, era propiedad de este cacique, único que
le dejaron los españoles cuando se repartieron los sola-
res. Tuvo larga descendencia, de los que conocemos
Pedro, Santiago, José, Carlos, que casó en 1755, Ma-
ría, Jacoba, esta casó en 1542 con Julián de Vargas.

Quirós D. Domingo. —
Este español era maestre de
campo, casado con María Escalante en lyói. En 1780
cumplió comisiones importantes del corregidor.
Dhpartamento de La Paz 623

En 1780 La Paz había llegado a su apogeo. Podía


contar con una población calculada de 53,260 entre blan-
cos y mestizos y unos 20,000 indios.

Era rica talvez como ninguna otra provincia, para


afirmar esto basta tener en cuenta^ que el partido de
Yungas tenía 308 fincas, además las comunidades, que
producían 250 mil cestos de coca anuales, con un pre-
cio 2.000,000 de pesos y como este artículo era de
de
primera necesidad para los mitayos, sin el que las mi-
nas, ingenios y olobrajes, no habrían podido funcionar
faltando ese artículo tan necesario y estimado, el que
nunca sufrió depreciación alguna en su valor. Además
el corregimiento contaba con sus productos de su parti-
do, como el cacao, arroz, vinos del Rio abajo, esquisitas
frutas, para lo cual disponía de abundantes llamas para
su fácil transporte. Siendo la vida sumamente barata,
razón por la que vinieron varias familias a radicarse en
la ciudad de las poblaciones inmediatas, así como los

exfuncionarios de los pueblos.

Como en todas las poblaciones coloniales existía la

di\isión de clases. Los peninsulares pobres empleados


de la corona, u oscuros comerciantes, a quienes los abo-
rígenes les designaron con el nombre de pelados [karas],
no obstante ostentaban un orgullo desmedido, vanaglo-
riándose de su sangre y alcurnia del que estaban muy
lejos, y se creían con derecho para mirar con desdén a
los americanos.

Los criollos, nacidos en el país, seguían en catego-


ría a los primeros y les tenían antipatía, siendo sober-
bios y altaneros. Lograron desde un principio apode-
rarse de las funciones convunales, ocupando asientos
distinguidos en el Cabildo. Este cuerpo era estimado
por el pueblo que apesar de su exigua renta de 940 pe-
sos, mantenía el hospital, hacia obras de utilidad públi-
624 DtcciONARiQ Histórico del
ca, por lo que e! vecindario pagaba sin repugnancia los
impuestos, por ser en provecho suyo )- peculiar.
Estas dos clases, la nobleza como se les llamaba
entonces, o la alta sociedad como se estila en el día, os-
tentaban bastante lujo en sus vestidos, así como en sus
joyas; no obstante sus salones eran desiertos, sobre la

pared blanqueada de }eso tenían grandes cuadros con


marcos dorados 'de imágenes de santos de su devoción,
tiras de alfombras burdas para abrigar los pies, sillas y
bancas de madera forradas de cuero; usaban el sebo pa-
ra las luces, las que se prendían con un tizón o pajuela,
las viandas se servían en platos de loza fabricados en
el país; pero las familias acomodadas teníar» vajillas de
plata y aún de oro.
Las tertulias terminaban al toque de la queda, a
las 8 en invierno y a las 9 en verano, quedando la po-
blación escueta, tétrica y silenciosa.
Los ricos tomaban chocolate con exceso, el coraque
y la mistela, y los menos acomodados yerba del Para-
guay.
El clero era numeroso, rico y orgulloso, porque las

pingües rentas de sus beneficios les dejaban para todo,


así ostentaban dijes de seda y oro. Los canónigos iban
a la Catedral en bien gualdrapadas muías, seguidos de
sus esclavos africanos.
Sus dos monasterios ricos con sus pingües entradas,
contenía multitud de seglaras y criadas, se puede afir-
mar que llevaban una vida sivarita. La servidumbre
confeccionaba dulces, golosinas, asi como tegían goveli-
nos.
El pueblo era sencillo en sus costumbres, honrado
y laborioso. El carna\'al celebraban con febril entusias-
mo todas las clases sociales, sin una sola nota discor-
dante, como en familia. Desde las primeras horas de
la mañana grupos de jóvenes, así como de caballeros
Departamento de La Paz 625
recorrían las calles, armados de cartuchos de harina
perfumada, buscando a las lii^.das paceñas, las que colo-
cadas en sus balcones esperaban a los del feo sexo, pa-
ra librar un combate animado', sostenido por ambas
partes con brío y alearía, batiéndose por último en el

salón con admirable jovialidad, hasta que se pedía tre-


gua por las damas, para en seguida tomar la fruta, la
mistela, para terminar después con los alegres baileci-
tos de la tierra. La clase mestiza no se quedaba reza-
gada, en cuadrillas o pandillas recorrían las calles, bai-
lando al son de sus instrumentos que arrancaban notas
de placer y alegría. En ¡a p!nz: )' esquinas principales
formados en rueda bLiilaban con garbo \' donaire. Los
mismos indios tomaban parte en e! loco devaneo, reco-
rriendo las calles engalanados de plumas. El Padre co-
mendador de la ¡Vlerced, Jacinto Mendoza, predicando en
1747 decía: «El carnaval del diablo ha sido muy peca-
minoso, los hombres con pretexto de untarles con ha-
rina la cara y los pechos a las hembras, cometían toca-
mientos que conduce ai pecado, ¡Jesús! esclama, he vis-
to a seis mocetones apoderarse de una mujer, embadur-
narla hasta el extremo de dejarla pura harina, y la otra

quedarse muy contenta >• satisfeclia^'.

Los aptapis o el campo, en


reuniones de familia en
que se hacía lujo y derroch.e de esquisita jovialidad, en
medio del mayor placer y alegría se confeccionaban por
todos los de la concurrencia los ricos pasteles de maíz
[Jiiímiías]; se bebían vasos de vino, que contenían al-
gunas frutillas, unos sacaban y otros no, se entiende
con los labios, causando un entusiasmo encantador.
La fiesta animada era la Cruz, que tenía iugar en
elcampo de Caja del Agua, en la noche de la víspera,
como alguien ha dicho se «descalabraban alegremente
nuestros abuelos bailando en medio de una numerosa
concurrencia que rodeaba a los grupos, palmoteando y
79
626 Diccionario Histórico del

aplaudiendo, lo que era interrumpido solamente aTpre-


sentarse los vasos de ponche de guindas, nueces, etc.,
como para que pudiera resistir el cuerpo el frío pene-
trante de esa altura». Terminaba la loca alegría a la

aparición de los primeros rayos del astro del dia. Des-


pués de la consabida misa y procesión, volvía el vecin-
dario a esas alturas para saborear las esquisitas frutas;
y las cholitas ocupaban casi toda la montaña, siendo
buscadas por sus galanes, que con un cura de farsa, lo-
graban acercarse a ellas para ser casados, mediante un
golpe de cabezas que les propinara aquel.
La clase m.estiza entregada al trabajo gozaba de vi-
da holgada, pero era altanera. Vestía calzón, chaqueta
y poncho. Las miijeres tenían sus asientos en el mer-
cado público: \-es1í::n lujosamente, polleras con lama,
jubón de terciopelo, Ilicllas de seda, joyas de oro y per-

las. Las cholitas merecieion siempre los halagos de los


altos empleados, de los chapetones y de la juventud
criolla. En la fiesta de la Concepción en Sopocachi,
bailaban con frenético entusiasmo en su cuadrilla favo-
rita los cullaguas.
l.os indios de las tres parroquias, sumisos y obe-
dientes, consagrados al chacarismo, tegían sus telas pa-
ra su liso, no necesitando de otro mercado, pero era la

más desgraciada, oprimida, vejada, ultrajada y escarne-


cida, no obstante siguiendo la corriente de sus verdu-
gos se entregaban también al regocijo, muy engalana-
dos con sus trajes especiales.
Ostentaba su hermosa Catedral, sus lujosos tem-
plos, su abundante y bien provisto mercado, ¿quién ha-
bía de imaginar que ai año siguiente sufriera un cata •

clismo.^ ¡Suerte de los pueblos!


QuinteiMS D- n¡pól¡t.o.--Natural de Trujillo, hijo
de Bernardo Quinteros y Bárbara Ana Sotomayor. Ca-
sado con Isidora Villanueva, en quien tuvo a Mariano,
Departamento de La Paz 627

Notario Real, se titulaba de todas las islas y tierra firme


delmar Océano, Notario mayor del obispado y de la
Santa Cruzada.

Rada D. vJuan de.— Este español había obtenido


del soberano la vara de regidor y iiabiendo lie|j;jdo en
1706 se incorporó en el Cabildo como caballero veinti-
cuatro.

RamírezOrosGoD. Juan.— Se ignora el lugar de


su nacimiento. En 1784 vino en el regimiento de Es-
tremadura,en la compañía que pasó de Guarnición a-es-
ta ciudad, aparece de subteniente de infantería de gra-
naderos en 1789. Cuando estos cuerpos regreseron a
España en 1797, se quedó Ramírez en el país, en 1799
fue nombrado gobernador de Uarochiri, donde permane-
ció hasta 1809. Entonces era >a coronel de ejército.
Con moti\'o de la revolución de julio en La Paz,
Abascal dispuso que Ram.írez se pusiese a la cabez:i de
las fuerzas siempre que Goyeneclie no aceptase, debien-
do en caso contrario quedar de su segundo. Así suce-
dió, las fuerzas realistas pasando el Desaguadero dieron
trente a los revolucionarios en los campos de Chacalta-
ya donde encontraron poca resistencia, Goyeneche al

dejar La Paz, nombró de gobernador interino a Rimirez,

que se hizo cargo el 23 de noviembre de 1809, ai regre-


sar al Cuzco el general en jefe le dejó quinientos hom-
bres para su guarnición.
Habiendo estallado la revolución de Bueiios Aires
en 25 de mayo i8io,alarmado Abascal situó en el Desa-
guadero una fuerza a órdenes de Piérola, quien debía
estar subordinado a Ramírez, Mientras tanto la Junta'
de Buenos Aires envió un ejército al mando de Castelii,
el que vino avanzando hasta el interior del Alto Perú>
628 Diccionar io Histórico del

a su aproximación se levantó Cochabamba, siguiéndole


luego Oruro. Ramírez que había dejado el gobierno
de La Paz el 30 de septiembre de 18 10, aún permanecía
en ella, intimó a Piérola se dirigiese sobre Oruro, más
habiendo sido derrotado este en Aroma el 15 de noviem-
bre, a! día siguiente La Paz secundó el movimiento por
lo que Ramírez el 17 en la madrugada se retiró con sus

fuerzas al Desaguadero.
El ejército argentino después de su triunfo en Sui-

pacha vino a\a!izando hasta La Paz. Go)'eneche orga-


nizaba sus fuerzas en Zepita teniendo siempre por se-
gundo a Ramírez. Le mandó hacer a este un recono-
cimiento en Macliiica, que después de un fuerle tiroteo,
regresó al campamento. Acordado el ataque en con-
sejo de guerriLGoyeneche dividió el ejército en dos frac-
ciones, la una bajo sus inmediatas órdenes que debía
marchar por e! camino reai de Guaqu; y la otra a órde-
p.es de Ramírez por el cam.ino de Machaca, este encor;-

tró mayor resistencia dirigida por los jefes Viamont y


Díaz Velez, desplegó las columnas de Paruro, Paucar-
tambo, dejaiido en reser\'a la de Abancai. Apesar del
fiiegu de ios obuses enemigos y muchas granadas de
mano que le arrojaron^ logró alcanzar el triunfo después
de un largo combate. Dispersos y fugitivos aquellos
perdieron su artillería, una bandera y no pocos pertre-
chos. Todavía hizo un esfuerzo final la caballería co-

chabambina; necesitó Ramírez hacer los mayores es-

fuerzos para poner término a la lucha. Por el crimino


real había obti-nido Goyeneche el triunfo,ambas accio-
nes tomaron el nombre de Batalla de Guaqui (20 de oc-
tubre de 1811).
Goyeneche repasando el [)esaguadero se dirigió a
'Cochabamba y Ramírez con la vanguardia por Paria,
ocupó Tapacarí, bajó por las tres cruces, encontró a los

enemigos en las alturas de Sipesipe, donde se dio la ba-


Departamento de La Paz 62 q

talla, siendo nuevamente derrotados los argentinos.


Ramírez pasó nombrado presidente interino de Cluiqui-
saca.
Goyeneche renunciando el mando de las fuerzas, le
entregó el 22 de mayo de 1813 a Ramírez que la con-

servó hasta la llegada de Pezuela. Se encontró en la


batalla de Vilcapuí^io I p de octubre de 1813, donde
mandaba el ala derecha del ejército realista, en la de
Ayouma, 14 de noviembre, ambas fatales a ¡os patrio^
tas. Ramírez en persecución de los fugitivos ocupó Po-
tosí, adelantándose hasta Jujuy. Habiendo estallado
la revolución en ely ocupado sus columnas
Cuzco,
Guamanga, Arequipa y La Paz. Ramírez fue encarga-
do para sofocarla. Salió de Oruro el 24 de octubre a
la cabeza de una división. A su aproximación Pinc-
lo acompañado de bastante indiada se situó en los altes
de La Paz, extendiendo su línea hasta ¡a de Acliocalla.
formada de tres líneas a la vez para el combate. Tenia
cuatro mil hombres, quinientos con fusil, los demás con
macanas, hondas, chusos y cuatrocientos de caballerín.
Los patriotas acometieron denodadamente. Ramírez
atacó por la derecha, el coronel Bernedo por el centro,
y el comandante Sarabia por la izquierda. Despué.i
de un sangriento combate fueron derrotados los patrio-
tas el 2 de noviembre de 1814, perdiendo su Lirtiileri:^

el parque y dejando en poder de! vencedor muchísim;os

prisioneros. Día antes del comb.ite envió Rumirezuna


avanzada al mando de Sarabia. Cuando este entró a
la ciudad parecía un cementerio por su silencio, no obs-
tante a las seis y media de la tarde los soldados de Sa -

rabia divisaron en el tránsito dos artesanos ebrios que


fueron fusilados inmediatamente y colgados en los bal-
cones de palacio, al contramarchar fusilaren a otro cho-
lo que a) retirarse encoíitraron en Coscochaca.
630 Diccionario Histórico del

El 3 de no\ie!nbre a las seis de la mañana saludó


I^aii.írez a la ciudad con una salva de artillería, los pa-
triotas llenos de terror buscaban refugio, huían, se cerra-
ban las puertas^permaneciendo abiertas las de los realis-
tasque llepiOs de placer esperaban una \'enganza. A las
nueve de la maíiana entró el ejército formado en colum-
nas, las madres, esposas e hijas de los \-íctimas del 28
de septiembre, quisieron arrojarse a los pies del caballo
del vencedor.
Llegado a la plaza el general Ramírez, mandó for-
mar el ejército en un cuadro y ordenó a sus soldados
que ninguno saliera del cuartel sin llevar consigo las
armas correspondientes, siéndoles autorizado el conte-
ner por mismos cualquier desacato, sin distinción de
si

personas, sexos con tal que fueran insurgentes.


ni En
seguida como dando ejemplo mandó fusilar la quinta
parte de los prisioneros que iiabían sido traídos a la ciu-
dad en un estado lastimoso; alcanz:indo el número de
víctimas sacrificados a ciento ocho.
Algunas horas después de esta sangrienta escena,
se díó soltura ai ejército. Los soldados dispersos por
todas las calles, andaban rompiendo puertas, roban-
do y cometiendo toda clase de excesos, no perdonando
ni el sagrado recinto del hogar, durante toda esa noche

la scldadesca embriagada, cometió excesos, críme-


nes, que seria muy difícil enumerar, encontrándose al

dia siguiente nniltitud de cadáveres en todas las calles

de la población.
El feroz Raiiiírez no contento todavía reunió al ve-
cindario y impuso una fuerte contribución, con la
le

orden terminante de satisfacerla en un corto y perento-


rio término, debieddo en caso contrario sufrir penas gra-

ves y hacerlo por la fuerza. Así fue, no habiéndose


llenado la cuota fijada, comenzó la prisión de los indi-
viduos designados, sujetándoles a torturas, ultrajes, ni
Departamento de La Paz 63 r

las mujeres fueron eximidas de este género de persecu-


ciones, siendo muchos conducidos al cuartel. Alcanzan-
do la suma exaccionada a más de cien mil pesos.
Esta situación tirante talvez se hubiera prolonga-
do más, si el 7 de noviembre no hubiera recibido un
expreso del Desaguadero, despachado por Carranza que
ponía aquel punto a su disposición, hizo saür de avan-
zada a Sarabia, dejando de gobernador a Landavere.
Salió el 9 de noviembre, el 13 ocupó el Desaguadero,
donde mandó fusilar a los oficiales Salinas y Gómez.
Continuando su marcha encontró a! ejército de Puma-
cagua, en las cabeceras de Ümachiri el 1 1 de marzo de
181 5, donde sufrieron una derrota los patriotas después

de una mortandad horrorosa.


El vencedor ejerció las más crueles venganzas. Re-
gresó al Alto Perú y se encontró en la batalla de Viliu-
ma, pasó con su división a Chuquisaca, después a
Tarija, dirigiéndose en seguida a su destino, nombrado
presidente de Quito, siendo elegido en 18 19 para reem-
plazar a La Serna, de quien recibió el ejército en Tupi-
za, estableciendo más tarde su cuartel general en Puno.
La destitución de Pezuela le causó profundo disgusto.
A principios de 1824 se embarcó en Quito dirigiéndose
a España, donde aún vivía en 185 [.
Ramírez de Versara í). Alonso —Natural de Se-
gura de León. Obispo de Charcas, que recorrió varios
pueblos de la provincia de La Paz, íah-ez con motivo
de la visita pastoral, pues, que enionces pertenecían a di-
cho obispado. El cura de Carabuco Sarmiento, habien-
que los urinsayas y anansayas en mo-
do oído decir,
mentos de embriaguez se dirigieron denuestos e injurias.
Los últimos afirmaron que sus antepasados habían
muerto a un santo, querido quemar su cruz, que ¡o te-
nían oculto. El cura no paró hasta encontrar los made-

ros, que la hallg dividida en tres partes, lo armó y I4


632 Diccionario Histórico del
colocó en una capilla. El obispo Ramírez la tuvo por
cosa santa y mandó colocarla decentemente. Esta his-
toria ha sido refutada por el americanista Jiménez déla
Espada, en un folleto publicado en Bruselas en 1847,
cuyo lítulo es: Del honihre hlmico y signos de la cnii
precolombinos en el Fenl.
Ramírez: de Vargas i). Melchor. —Natural de Ma-

drid: hijo de Juan Ramírez Robles Tovar, secretario del


Rey [señor de la casa de Ramírez, villas de Castillejo,
Villambra y Acedión] y Ana Vargas Cárdenas. Mel-
chor fue .guardia del Rey, vino al Perú con su hermano
Baltazar, militaron en ia conquista y pacificación del

país. Estuvieron con el ^^obernador Cristóbal Vaca de


Castro en la batalla de Chupas, que puso término a la

usurpación de Almagro, hijo, en 1542. Cuando el pri-


mer Virrey Blasco Núñez Vela, puso en prisión a Vaca
de Castro hizo lo mismo con los dos Ramírez, a quienes
envió desterrados a Guatemala; más türde se reunieron
al presidente La Casca, y con él vencieron en la acción
de Sajsaguana a Gonzalo Pizarro en La Gasea 1548.
dio a Melchor la mitiid de la encomienda de Guaicho y
otra cerca de Choquiavo, al mismo tiempo le nombró
vecino fundador de la nueva ciudad. A poco de esta-
blecida llegó Ramírez: fue regidor del Cabildo desde
1555. L'no de los vecinos más activos y laboriosos que
trabajó bastante por el incremento de la población.
Su hijo Juan nacido en La Paz, de una hija del país,

que cristianizado llegó a llamarse Antonio Tintayu, llegó


a ser tanibién im militar distinguido.

Ramón D. Juan.- Natural de Ontiveros. Se dis-


tinguió por su valor en todas las ocurrencias del Perú,
encontrándose al La Gasea en la acción de Saj-
lado de
saguana, quien nombró vecino fundador de la ciudad,
le

dándole el repartimiento de San Sebastián, Después


Departamento de La Paz 633

de haber estado en esta población pasó a ChL;quisaca,


cuando ocurrió la sublevación de Sebastián de Castilla
en 1553, tomó parte activa en ella. Este ¡general le en-
vió a prenderlo y asesiiiarlo al ma' iscal Alvarado que
se encontraba en La Paz, a la cabeza de 25 hombres
escogidos, se puso en marcha el q de marzo, teniendo
de su segundo a Guzmán Tello, pero con siniestros fi-
nes, así lo comunicó a los suyos, estos traicionaron a
Castilla, acelerando su marcha desarmó a cinco soldit

dos, les quitó sus cabalgaduras y por último se reu-


nieron a Alvarado. Mas tarde este le nombró capitán
de ip.fantería en los Charcos para combatir contra Gi-
rón, peleó con much.o valor en Chuquingael 21 de mar-
zo de 1554, en que fue derrotado el ejército realista por
la precipitaciór. dei mariscal. Organizadas otra vez las
fuerzas le dieren la compañía del capitán Lujan siendo
vencedor en Pucará el 17 de abril de i5£;4, siendo com-
pletamente derrotado Girón, Ramón salió herido en un
muslo. En premio de sus servicios la Audiencia de
Lima le nombró corregidor de La Paz en 15 de noviem-
bre de 1554, con sueldo de tres mil pesos anuales, de
cuyo destino tomó posesión el 29 de diciembre del mis-
mo año. Al año siguiente acompañado de los alcaldes
Juan de Rivas, N Godoy y los regidores Fernando
.

Coronado, Melchor Ramírez Vargas, principiaron a tra-


bajar con tesón y actividad por el progreso material de
la población, ordenan.do ¡a construcción del hospital, el

puente de San Francisco, la cárcel y otros edificios de


utilidad pública, que se lle\aron a efecto sin dilación al-

guna. El ayuntamiento paceño hasta fmes de 1825 sin


excepción alguna, merece el respeto de la posteridad
por la actividad, desprendimiento, honradez, patriotis-
mo con que se consagraron al bien comunal, por
eso cuando indicamos a los vecinos que han desempe-
So
634 Diccionario H istórico del

nado en esos tiempos los elevados cargos de alcaldes y


regidores, no liemos querido individualizar la parte que
tuvo cada uno en el arreglo, trabajo de tal o cual otra
en sus calles, plazas, porque lo dicen mejor que nada
sus propias obras. El primitivo hospital se fundó en ui".

local de su propiedad, que estaba situado a un costado


del convento de San Francisco, calle por medio y limi-
tada por uno y otro lado con las tasas que edificó el li-

cenciado Juan de Lerensana y por la parte de atrás con


un pedaso de solar que el dicho Cabildo vendió a censo
a Teresa Tapia Cerda, para determinar de un modo pre-
ciso el lugar destinado para el primer hospital y el ce-
menterio, basta decir que fue el que hoy ocupan las ca-

sas adyacentes y la conocida hasta hace poco con el


nombre de Tambo de Harinas, se dio la advocación de
San Juan Evangelista, ia dirección y administración de
sus bienes corrió a cargo del Cabildo y se confió a los
franciscanos su asistencia. .Fue pequeña y en él fueron
asistidos los pobres tanto españoles como indios.

El primer puente llamado de San Francisco, fue or-

denado su construcción por el Cabildo de 1556, se llevó


a efecto con piedras traídas de Tiahuanacu, puso en co-
municación con la parte del otro lado del río, siendo el

único puente que subsistió por largos años.


Ramón al Cuzco en 1^68, era miembro
se trasladó
de su Cabildo. No sabemos cuando murió este activo
funcionario. Su repartimiento heredó Alonso de Me-
na, que en 1609 pagaba doscientos pesos al fisco.
Mas después perteneció al marqués Oropeza, revir-
tiendo después a la corona.

Ramos D. Andrés.— Cuzqueño. Fue vecino en-


tregado a negocios mercantiles. Casado con Mauricia
Vásquez, en quien tuvo a José en 19 de marzo de 1769
palleció el 20 de abril de 1820 de ochenta anos, fue per-
Departamento DE La Paz 635

seguido por los realistas, después d^ la ocupación de


Ramírez, anduvo oculto por los bosques de Yungas.
Kamos Mejía D Ildefonso. —Natural de Buenos
Aires: hijo de Gregorio Ramos, regidor decano de Bue-
nos Aires y Cristina Pozo Silva. Casó con María An-
tonia Seguróla Rojas, habiendo fallecido esta contrajo
segundas nupcias con Francisca Villegas en 28 de mayo
de 1S07. Subdelegado de la provincia de Pacajes, fue
opuesto a la revolución de 1809, por lo que la Junta
Tuitiva nombró en su reemplazo a Eusebio Penailiilo.

Se afirma que Mejía trataba de irse para Buenos Aires


con veinticinco mil pesos que tenía en su poder de los
tributos cobrados, por lo que Indaburu el 23 de julio a la

cabeza de algunos soldados, se dirigió al pueblo de Acho-


calla donde se encontraba, lo trajo preso y fue custodia-
do en el cuartel principal hasta la defección de su cap-
turador. Debelada la revolución continuó poco tiempo
en su puesto, a la aproximación de las fuerzas argenti-
nas huyó hasta Arequipa de donde parece no volvió
más.
Ramos Garvallldo D. Pedro. -Natural de Astorga
en el reino de Leen. Vino nombrado tesorero real de
las cajas de esta ciudaíi en 1737. Rste caballero con-
cluyó ¡a obra de la iglesia de SaiT Juan de Dios a su
costa, señaló treinta mil pesos de principal capellánico

y con los réditos que ascendían a la suma de mil qui-


nientos pesos anuales; señaló para misas y cuito de la
Virgen de Remedios. Muy caritativo con los pobres
del hospital por lo que logró la simpatía de todos sus
contemporáneos. Falleció en 1768.
Ratón D. Mateo- — Gallego. Soldado del regimien-

to «Saboya». Casó con Teresa Contreras, arequipeña,


de cuyo enlace tuvo a su hija Isabel que llegó a casar
con Tomás Guerra. Juan Crisóstomo en 27 de enero de
1800. Era bastante acomodado y muy generoso, su
636 Diccionario Histórico del
casa se hallaba situada en actual calle Bueno y lleva-,
la

ba el nombre que fue incendiada por los


del gallego, la
indios en 181 1, lo que da a conocer que no era adicto a
la causa separatista. Un Juan Ratón, talvez su hijo o
deudo, fue al contrario un ardiente patriota.
Rebollo D. Juan Bautista.— Abogado de la Real Au
diencia de Charcas. Adicto a la causa separatista de
una manera mesurada, sin ostentación. El 13 de julio
fue uno do les ocho miembros incornor.idos al Cabiido
para el mejor manejo de los nei^ocios públicos. Cuando
Goyeneche llegó a sojuzgar la revolución y se ensañó
contra todos los patriotas, por no decir contra todo el

vecindario, fue uno de los defensoras Revollo, que apo-


yado por Orgas, Tellería, Tejada, Loayza, Navamuel,
presentaron sus defensas en 14 de febrero, no obstante
el 22 de febrero se pronunció ¡asegunda sentencia de la

más cruel y perversa por el intrigante arequipeño.


Mudarra D. rernando de !n— Limeño; hijo
Rea y
del contadormayor de cuentas Bartolomé de Larrea y
Ana Cerda Barra Verdugo, hermano de! jesuíta Juan
Bautista. En esta ciudad fue casado con Jerónima Iba-
rra. Alcalde ordinario en 1684.
Renjijo D. Clemente. -Natural de Estremadura.
Casó con Juana Lina res, en quien tu\-o a su hijo Felipe,
que más tarde contrajo matrimonio con Isabel Aroche,
en quien tuvo a Miguel en 14 de febrero de 1665. Cle-
mente fue regidor del Cabildo y en su tiempo fue muy
distinguido caballero. Falleció en 1675 ya muy anciano.
Reseguín D. José-— Jefe español que se hallaba en
la guarnición de Montevideo de teniente coronel de un
regimiento de dragones. Habiendo en 1700 acaecido el
levantamiento de Tupajh Amaru en el Cuzco, secundan-

do las provincias dtl Alto Perú y hallarse sitiada la ciu-


dad de La Paz por Katari, el Virrey de Buenos Aires
Juan Jo3é Vertes, envió fuerzas de Tucumán y varios
Departament o de La Paz 637

otros puntos a carpo de Rese^Tuín, quien trajo de Mon-


tevideo parte de la tropa Dragones, una del regimiento
de linea de Saboya, Guyas fuerzas llegaban al número
de cinco mil. Apenas pasó la frontera de Salta se halló
en el centro de una insurrección, pero pudo batir a los
indios de Cliicha?, ayudado por los vecinos de Cotagai-
ta \- Suipachn. Continuó su marcha a La Paz; Katari
a la noticia de su aproximación, resolvió apoderarse de
Oruro, tan pronto como este pasase a Sicasica, con este
objeto situó a sus generales I Jiegc Quispe y Juan de
Dios Mu\upuraca en Yaco, más, sorprendidos estos
fueron bati.ios y derrotados por el jefe español, que en-
tregó el pueblo a las llamas.
Por ÍHi se presentó en el alto de La Paz el 17 de oc-
tubre de i/Sr, salvándola de una destrucción total,
pues^ que se encontraba en los últimos apuros Tupajh
Amarii, retirándose Peñas y Katari a su campa-
a las

mento de Pampjasi. Después de tres días de descanso


continuó en sus operaciones militares, aprovechando de
la ausencia de Katari que iiabia ido a Peñas a conferen-

ciar con Tupajh Amaru, asaltó el campo de Pampajasi,


para lo cual dividió su ejército en cuatro columnas, los

indios disputaron la victoria palmo a palmo, pero priva-

dos de su jefe cedieron, entregándose a la fuga. Este


triunfo produjo los mejores resultados, Miguel Bastidas,
Tupajh Amaru le pidieron indulto a lo que accedió Re-
seguin; pero Katari sea por temor o alguna otra causa
hu\'ó a ¡as Peñas. Reseguin cayó enfermo de grave-
dad, apenas conwaieció se dirigió a las Peñas conducido
en parihuela, cargado en hombros de sus soldados,
los

entró en medio de más de que le acla-


\'einte mil indios

maban, los que Jías antes maldecían su nombre.


Katari en Achacache hacía esfuerzos para sublevar
otra vez e?as comarcas. Reseguin resolvió emplear la

intriga, entró en relaciones secretas con Tomás Jucalo-


638 Diccionario Histórico del

pe. íntimo amigo de Katari, merced a la perfidia de este


el capitán Ibáñez logró sorprenderlo y tomarlo preso.
Keseguín inmediatamente ordenó su juzgamiento al oi-
dor de Chile que le acompañaba Francisco Tadeo Diez
de Medina, quien le condenó a la pena atroz de ser des-
trozado vivo al impulso de cuatro caballos. La senten-
cia se ejecutó el 5 de noviembre de 1781, se le cortó la
cabeza que fue traida a esta ciudad y sus miembros fue-
ron colocados en diferentes partes.
Reseguín regresó a Cochabamba, pero tuvo que
vol\-er por orden de Flores a pacificar Oruro e Inquisi-
vi. En esta última redujo a cenizas Cavari y su te-
niente Arauco destruN'ó a los indios en la batalla de
Amatura con pérdida de más de quinientos, siendo los
indios denotados en Sucuniasini con pérdida de ocho-
cientos, sin embargo seguían tenaces en su resistencia

y los españoles escasos ya de víveres. Entonces se


presentó una mujer llamada María Guallpa pidiendo in-
dulto, esta les descubrió los secretos de los indios, sus
relaciones y los caminos que conducían a ellas. Con
estos datos logró Reseguín sorprenderlos y darles el úl-

timo golpe en los Baterios.

Creadas las intendencias en 1784 fue nombrado


primer intendente de Puno. Allí ejerció la comandan-
cia militar y las demás dependencias pertenecientes a
materias de hacienda, correos, patronato. Dejó el pues-
to en 1789 y se retiró al río de La Plata,

Revuelta y Velarde D. Joaquín de.— Natural de


Reosín^ hijo de Vicente Revuelta Velarde y Francisca
Antonia Sanz Barreda. Establecido en La Paz, casó
con María Manuela Díaz del Castillo en 20 de marzo de
1793, muerta esta contrajo segundas nupcias con Ma-
ría Josefa Medina en 1803. Fue teniente capitán del

regimiento de voluntarios en 1803, síndico procurador


en 1804, alcalde de la santa hermandad en voto en 1805.
DEPARTAMENTO DE La PaZ 639

Tenía las propiedades Pirras en Chirca, Santo Tomás


en Coripata. Por orden del Rey hacia trabajar un ca-
mino de Mosetenes. Pronunciada la revolución en la

noche del 16 de julio de tomó por su


1809, la plebe lo

cuenta, maltratándolo lo condujo al Cabildo para que re-


presentase los intereses generales, sin duda resentido
de esto se fue a sus propiedades el 8 de septiembre si-
tuándose con su familia. Resuelto seaún el dice, a le-
vantar a favor del Rey esos pueblos, obrando de acuer-
do con el subdelegado depuesto Cristóbal García, con
esta idea llamó al obispo La Santa, y de acuerdo con es-
te principio a organizar las fuerzas de Irupana, siendo
el 27 nombrado jefe del comando, atrincheró el pueblo,
reunió armas y consiguió contar en sus filas unos seis-
cientos cincuenta espaíloles, y como \a hemos referido,
Victorio Lanza perdió la batalla de Chicanoma, el
último fracaso de la revolución. Se vino con Tristán,
Go)'eneche ¡e dejó el mandó de la guarnición de Puno.

Cuando ¡os pueblos se levantaron a la aproxima-


ción de las fuerzas argentinas, Revuelta perteneció al

segundo ejército de Goyeneche, combatió en la batalla


de Guaqui, siendo ascendido a comandante. Cuando
Goyeneche se dirigió a Cochabamba le dejó a la cabeza
de quinientos hombres de guarnición en el Desaguade-
ro. Los indios de Sicasica, Omasuyos y Pacajes, nue-
vamente levantados iiabí^ín puesto sitio a La Paz el 15
de agosto de 181 1, atacándola con toda energía, llegan-
do a incendiar muchos de sus edificios, en esto llegó Re-
\'ueita, pudo salvar la situación. Intentaron los sitia-

dos un ataque por el lado de Potopoto, con una fuerza


competente de caballería el 18 de agesto, logrando desa-
lojar a los indios con gran pérdida de ellos, pero tuvie-

ron veinte muertos, entre ellos el comandante Manuel


Pérez, habiendo recibido Re\'uelta una herida en la ca-
640 Diccionario Hi stórico del

beza. Pacificada la provincia por las fuerzas de Bena-


vente y Lombera, se dirjciieron sobre Cochabamba.
Más tarde Revuelta quedó de comandante de la

guarnición de Oruro a la cabeza de doscientos infantes,


cien caballos, ocho piezas de artillería, con la obligación
de cubrir Caracollo y Calamarca. Posteriormente se
le destinó como jefe al Desaguadero, punto que lo for-

tificó convenientemente. Pinelo enviado por los revo-


lucionarios del Cuzco después de apoderarse de Puno,
al llegar al Desaguadero le intimó rendición, que recha-

zó Revuelta; pero viéndose abandonado de su tropa y


de los vecinos del pu-. bío, a duras penas pudo escapar
con catorce soldados íleies dirigiéndose a esta ciudad.
Combatió al lado de Valde Hoyos, cayó prisionero y
sucumbió trágicamente en mar.os de la plebe el 28 de
septiembre de 1814.
Rhcns fray Bernardo.-- iNatural de Mallorca, vino
ai Perú en 161 7, después de haber estudiado en el Es-
corial. Incorporado en la Compañia, continuó su ins-
trucción con aprovechamiento, se hizo muy perito en
¡os idiomas de los indios. Se incorporó en el colegio de
La Paz como miembro suyo, como tenia deseos de pa-
sar a las misiones y como los superiores le considera-
sen mu)' apto y contraído a este ejercicio le concedie-
ron que pasase a ¡as niisiones de Caupoücán. Llevan-
do por compañero al agustino Ibáñez y al lego Alvarez,
penetraron a sus bosques; pero los salvajes dieron fin

con el'os a ílecliazos el 18 de julio de 1629.


Reveas Ortíz D. éerapio.— Nació en Coroico el 14
de noviembre de 1822. Hizo sus primeros estudios en
el Colegio Seminario el año 1835 >' '^s concluyó en 1844'
En el aniversario de la batalla de higavi desempeñó un
acto literario de una manera brillante. Cuando alcan-
zó el grado de licenciado en Derecho, pasó al Colegio
¡Nacional a ocupar el cargo de ministro hasta que llegó
Departamento de La P a2 6\[

a alcanzar la abogacía. En 1845 profesor de literatura


en el colegio de Oruro. tn 1849 rector del Colegio Na-
cional de La Paz, regentando la cátedra de Historia.
Poco después profesor decano de la Facultad de Dere-
cho, vice cancelario, director del colegio de educandas,
Cancelario de la Unixersidad; planteó e inició la escue-
la de Medicina en 1862.
Prefecto del departamento de La Paz en 1864; Mi-
i'istro de Gobierno bajo la administración de Achá, en
que dejó el cargo a la calda de éste. Proscrito hasta
1871 en que volvió a la patiia, ^ic^ndo nombrado Minis-
tro djcano de la Corte de Justicia de La Paz
Desde 1872 permaneció en Caracoles ejerciendo la
abogacía hasta 1874, año en que concurrió a la Asam-.
biea de la que fue su presidenle. El mismo Congreso
le nombró Presidente del Consejo de Estado.
Daza le llamó al desempeño de la cartera de Justi-
cia, Instrucción y Culto en 1878, pasando al de Rela-
ciones Exteriores en 1879. Cuando el conflicto con
Chile marchó a Lima a hacer efectivo el tratado secreto
de 1873. ^^ 2IIÍ se dirigió a Tacna a desempeñar la

secretaría general de Daza. Regresó a ecupar la Pre-


sidencia del Consejo Ejecutivo y el Ministerio de Rela-
ciones, cargos que dejó a la calda de Daza.

Senador suplente por La Paz en 1886 a 1891, Pre-


siderite del Concejo Municipal en 1888. Segundo Vi-

cepresidente de la República elegido para el período de


1888 1892; presidió el Congreso ordinario de 1890, Mi-
nistro de Relaciones Exteriores y Culto de 1891 a 1892,
Cancelario de la Universidad de La Paz de 1892 a 1896,
fundó el Colegio de Abogados. El gobierno de Alonso

le nombró Prefecto de La Paz en 1896, estando desem-


peñando este cargo, estalló el 12 de diciembre de 1898
la revolución federal, siendo proclamado miembro de la

81
642 Diccionario Histórico del
Junta de Gobierno. Dio cuenta de sus actos a la Con-
vención de 1899. Murió el 6 de septiembre de 1900.

Reyes Ortíz D. Péüx.— Nació en Coroico de la pro-


vincia de Yungas en 1828. Hizo sus estudios en el Co-
legio Seminario, recibiéndose después de abogado. Sin-
dicado en un motín revolucionario, fue desterrado a
Chiquitos. En la revolución Pérez se halló a su lado,
y se encontró en la batalla de San Juan; Oficial mayor
en la administración Achá. Diputado por la provincia
de Pacajes Constituyente de 1871, profe-
e Ingavi a la
sor durante largo tiempo. Desterrado por Daza. Di-
putado por Caupollcán a la Convención de 1880. Can-
celario de la Univcrsid-iJ, Literato y periodista de
primer orden, redactó La EpOCA, El TELÉGRAFO, LA
Voz DE BoLiviA, El Consejero del Pueblo, La
Democracia, etc. Ha escrito los siguientes libros:

Biografía del^r. Casimiio Olañeta^ Compendio de Orto-


logía, Prosodia y Me frica, Historia de cuatro días, Los
Lanía, Odio y Amor. etc.

En 1855 Re\'es se hacía esta pregunta: «¿Hay en


Bolivia libertad de imprenta.? difícil nos sería contestar.
Bolivia como una mujer romántica es amiga de los ex-

tremos. O no hace uso de la prensa, en cuyo caso se


esclavisa o hace uso de la licencia. Rarísima vez la

oposición es tnoderada, rarísima vez el partido ministe-


rial no es servil)). ¿Hasta el presente ha varia Jo la mi-
sión del perio.lismo.% creemos que nó!
Murió el 22 de marzo de 1884.
Ricafort Palacin Abarca D Mariano- Natural de
Aragón. Militó en España hasta obtener el grado dé
coronel. ViiiO en 1815 a Costa Firme, mandando el

batallón de Estremadura, de Panamá, llegando a!


alií a

Callao en 181 5. Se le destinó de presidente del Cuzco

y de^pués de gobernador interino de La Paz. Se alojó


en la casa de BalÜvián, tomó posesión el 26 de octubre
Departamento de La Pa2 043

de 1816. Era uno de esos seres perversos destinados


por la naturaleza para servir de verdugo a los pueblos,
apenas pisó La Paz cuando sintetizó su política con es-
tas frases: «No he de dej.ir en La Paz inás tesoros que
un período de terror.
Iág;rimas>, implantó Puso a la
ciudad imponente sitio, compuesto de los cuerpos
un
Estremadura, Talavera, regimiento Dragones montados,
que formaban un total de 4,000 hombres, la circundó so
pretexto de buscar armas en las casas. La población
enmuJeció ante el salvajismo de este tirano: principia-
ron las ejecuciones, l.is ví.tirnas eran conducidas a l.is

once del día, al tañido de una caiiipana lú.t^ubre y al son


de un tambor melancólico como la muerte, vestidos de
mortaja blanca de bayeta de la tierra, que les cubría
desde los pies a la cabez.i, llegados a la plazj, unos eran
amarrados en cruz contra las tablas y alfajías colocadas
horizontalmente en las arquerías del Cabildo y Loreto,
fusilados después por las espaldas; otras eran suspendi-
das en las horcas qwe permanecían constantemente
puestas en diferentes sitios de la plaza, a los pies de
las víctimas que pendían de las horcas se amarraban
otras víctimas, a las ya ejecutadas se les cortaban las

manos y las cabezas, las que se colocaban en lugares


públicos como los puentes, garitas, altos de Lima, Po-
tosí, otros morían descuartizados, a garrote; ios menos

culpables eran azotados y apaleados sin miramiento a la

edad ni al sexo.

Para saciar su venganza teníi un consejo de guerra


presidido por Carratala, tan sanguiíiario y feroz como
él. El 6 de noviembre fueron, fusilados por las espai -

das como liemos dicho, atados a las columnas de la ca-


sa del Cabildo. Joaquín Leiva, Manuul Paredes, Ti-
burcio Guarachi, Valentííi Oré, Vicente Velacopa, Se-
bastián Castillo. El día 7 fueron pasados por las ar-
644 Diccionario Histórico del

mas Vicente Choconati, comandante de guerrilas de


Larecaja, además descuartizados los individuos de ape-
llido Mamani, Condori I
y Quilpe, a todos se les puso en
la horca. El iide dicho mes. hizo fusilar y colgar'
igualmente a Manuel y Atanacio Manrique, Vicente Cé-
lis,Murillo, Jiménez, los tres primeros descuartizados

y sus cabezas se colocaron en diversos caminos. Hu-


bo muchos condenados a presidio, azotes, confiscación
de bienes, varias mujeres sufrieron afrenta, encie-
rro y pagaron multas.
El total de reos castigados llegó a ochenta y tres.
En i6 de enero del mismo año fueron fusilados Ramos,
Peralta, Alvarez, LanJaera, Garabito, Belmonte, a
otros se les sentenció a prisión, thigelación, hasta el nú-
mero de cincuenta y seis. Un testigo presencial dice:
«Conocí a los tres hermanos Atanacios, a los dos Fije-
ras inolosas, al escribano Vargas; presencié el castigo
de la Simona, flagelada en las calles públicas, desnuda,
con la cabeza pelada a iiavaja )• un letrero a la espalda,
porque no pareció su que capitaneó con Pinelo».
hijo,
No contento con tanta sangre, también quiso robar,
formó listas de contribución forzosa, la que ordenó se
hiciese el 14 de noviembre de 1816 de acuerdo con el
ayuntamiento, de empleados de hacienda y los subdele-
gados de partido, cuya suma debía ascender a cuatro-
cientos mil pesos, de los que ochenta mil seiscientos co-
rrespondían a la lista eclesiástica. Las prescripciones
que acompañaron a esta imposición fueron las siguien-
tes: «En el término de ocho días (22 al 30 de septiem-
bre) entreguen bajo de recibo en dinero efectivo, oro
quintado al precio de ley, barras y plata labrada a seis
uesos cuatro reales el marco, en inteligencia de que no
se admitirán peticiones de espera, ni recursos de clase
alguna, que entorpezcan el pago, y bajo el apercibi-
miento de que sin excepción de personas, ni corporacio-
Departamento DE La Paz 645

nes, contemplación ni disimulo, tomaré para con los


morosos providencias que les sería más sensibles, de lo
que me se valerme de toda clase de medios, para e\a-
cuar mi comisión, y hacer cumplir mis preceptos».
iNo todos pudieron llenar inmediatamente con estas
exigencias, se vieron perse^^uidos, apresados y hasta
asesinados en sus prisiones, como sucedió con Juan Pe-
dro Zegarra, encarcelado y muerto en su prisión por
orden terminante de Ricafort (5 de diciembre), otros ve-
cinos como José Pérez, Celso Valdez y Jor^^e Noriega
fueron enrolados en las filas del ejército.
Dejó el gobierno de La Paz el i ? de febrero de
1817 pasó a Potosí nombrado 2? jefe del ejército que
se encontraba eii Salta. A la noticia de la toma de es-
ta plaza por La Madrid, se dirigió Ricafort; pero el jtfj
argentino burló su persecución, entonces se le ordenó a
Ricafort marchase sobre Cochabamba como lo hizo y
en su paso por Arque derrotó al caudillo Guzmán.

Hlegido posteriormente comandante general de una


división que debía situarse en Arequipa, la que al diri-

girse contra Bernados, se reunió con otra fuerza Je An-


que derrotaron en Huancavo al jefe
dahuaillas, con los
patriota. Se encaminó a Lima, a su regreso se unió a
Valdez, volviendo más tarde a la ciudad de los Reyes,
la que abandonaron los realistas a !a aproximación de

los patriotas. El 14 de agosto la caballería patriota pe


netró a las calles del Callao, Ricafort fue tomado preso
y todavía este feroz tirano mereció atenciones del gene-
ral San Martín. En 1821 se retiró a España.
Rí^heti Giani D. Santiago.— Natural de la parro-
quia de San Lázaro de Breno, obispado de Como, valle
de la ciudad de Lugurio, en la República Elvética (Ita-

lia). Hijo de Pedro Constanza Giani, de


Righeti y
profesión ingeniero y arquitecto. Vino por el año^Soo,
casó con Manuela Vazques León en 27 de mayo de 1805,
646 Diccionario Histórico del

de cuyo enlace t'j\'0 a María Josefa Gabriela en 1806.


Hste dirigió la fortaleza del Desag^uadero en 1822, bajo
el gobierno del intendente Flurarte Jamequi. En la Re-
pública dirigó en 1830 la construcción del puente Ya-
nacocha, en 1835 ^^ ^^ Socaba>'a, la apertura del cami-
no a Coroico. Fue capitán de caballería de los reales
ejércitos, alcalde depositario de la real aduana de esta
ciudad, revisitador de Pacajes en 1819. Murió en 1847.

Ríos D. Fernando de los.— Natural de Córdoba.


No es conocidala época de su venida al Perú. El mi-

litó en las filas leales contra la insurrección de Girón,


la Audiencia de Lima le nombró corregidor interino de
La Paz, tomó posesión de su destino el 7 de octubre de
1556. En su período se estableció el abasto de harinas,
para el expendio de este artículo, fijándose precio y una
medida in\-ariab!e, pero no tenemos conocimiento dón-
de funcioiiaba en sus principios esa casa.

Mediante sus esfuerzos se dió princi^ io a la cons-


trucción de la iglesia de Santa Bárbara, cuya primera
piedra se puso el 4 de diciembre de 1557. Este templo
que ya no existe, era de una sola nave pequeña, toda
de barro, con su techumbre de madera y un pequeño
campanario, que no obstante a la distancia se presenta-
ba sobrpsalie.ite en esa altura, con un cementerio muy
espacioso, su cruz de piedra en el centro, servía de en-
terratorio a ios indígenas de esa parroquia. El interior

tenía tres altares de cedro regularmente dorados, pero


1-10 de gusto artístico. En la sublevación de 1781 sufrió
considerable deterioro, pues ios indios arrancaron sus
altares, puertas, ventanas y lo hicieron su cuartel. En
1830 se ordenó su demolición. Dejó el puesto el 13 de
diciembre de 1558. Fue casado con Andrea Rodríguez,
en quien tuvo a su hijo Pedro, que más tarde llegó a
^asar con Josefa Cárdenas. Murió en 1584.
Departamhnto de La Paz 647

Riqueíme de Labareda D Felipe Este capitán —


español estableció en esta ciudad una pulpería, de lasque
ya entonces se sacaban tn remate y pagaba doscientos
cuarenta y seis pesos anuales de derechos al fisco. En
1707 ascendió a sargento. Cuando murió, su hijo Ma-
tías siguió con la misma ocupación. Fue una pulpería
muy acreditada \- se hallaba situada en !a esquina de
San Agustín.
Riva Y Jiménez D. Die^o de la —Nació en La Paz
el 22 de noviembre de 1640: hijo de Domingo de la Riva
y María Antonia Marquina. Estudió en la Universidad
de Chuquisaca, donde se recibió de doctor. A su re- •

greso casó con Petrona Graneros Junco, de cuyo enlace


tuvo a Joaquín en 11 de noviembre de 1765, José en
19 de marzo de 1767, Mariana Ameli?.na en 4 de agosto
de 1708 y María Josefa en i ? de enero de 1770. Ba-
lanzarlo por su majestad, alcalde ordinario en 1767 y
1779. Murió el 23 de septiembre de 1819.
Su último hijo Diego, casó con Joaquina Manzaneda.
Riva D. Joaquín José de la— Nació el 11 de no-
viembre de 1765, hijo del anterior. Hizo sus estudios
en la Universidad de Chuquisaca, donde obtuvo el títu-
lo de abogado. A su regreso contrajo matrimonio con
Petrona Corral en 2 de junio de 1810, de «cuyo enlace
tuvo a Bernardo. Fue adicto a la causa re\'oluciona-
ria, en las juntas se había resuelto hacerlo miembro de
la Junta Tuitiva, pero no sabem.os la causa por qué no
se llevó a efecto. La noche del 16 de julio de 180Q,
.^upa vez tomado el cuartel en unión de Catacora se di-

rigieron al Cabildo, donde se realizó acuerdos muy


graves, fue quien redactó para la conde
la solicitud

nación de las deudas al que llegó a reali-


real fisco, la

zarse. Debelada la revolución por Goyeneche, este le


hizo prender en unión de otros, el 22 de diciembre de

Í809. Le condenó a una suspensión de cuatro anos erj


648 DiccfONARio Histó rico del

su profesión de abo^^^ado. En 18 11 fue asesor del go-


bernador intendente Tristán, suscribió el acta ya tantas
veces citada de subordinación a la junta de Buenos
Aires. Murió en 19 de octubre de 1822.
Rivas D. Juan de. —
Natural de Bilbao, no se sabe
cuando \'ino al Perú, era vecino de Lima, estuvo al la-
do del presidente La Gasea, quien le dio en eiícomien-
da el pueblo de Ancoanco, cerca de Achocalia que más
tarde desapareció, y le desig^nó como a uno de los fun-
dadores y vecinos de La Paz. En el Cabildo que tuvo
lugu en Laja el 20 de octubre de 1548, fue nombrado
procurador de la ciudad. Vino después con su esposa
Lucrecia Sansoles; en 1554 fue elegido regidor del Ca-
bildo, ur.o de losvecinos Fiiás laboriosos y honrados,
mereció la confianza del Virrey Toledo que lo llevó en
su compañía en la excursión que hizo a los chiriguanos.
Mediante su actividad y colaborado por sus colegas del
Cabildo, llevó a efecto la obra entonces más necesa-
ria, cual era la de pop.er una cañería a las partes más
necesarias del centro de la población, la que se realizó
to:iiando desde las cabeceras del río, colocando unos
puentes pequeños hista el lugar en que se construyó
la Caja" de Agua, y las demás partes de la ciudad, sien-
do la primera pila la que tomó el nombre de Guajra pi-

la, denominada así, porque se le colocó un cuerno en


sus principios. Esta obra importante costó al Cabildo
tres mil quinientos p'^sos. Rivas fue muy desprendi-
do, dio para la edificado. ". del con\-ento de agustinos el

terreno que le había tocado en el reparto de los solares


en 1563; ofreció una renta de tres mil pesos anuales
para la fundación de un Colegio de la Compañía la que
en 1581, siendo declarados fundadores
llegó a realizarse
Rivas y su esposa. Murió en 1584 y Jue enterrado en
la Compañía,
Departame nto de La Paz 649

Rivas Pray Gristóbal.— Religioso franciscano, rec-


tor jubilado, guardián de San Francisco en 1772; en cu-
)0 período de gobierno se terminó la construcción del
templo de San Francisco, que había principiado a tra-
bajarse en 1743. La obra duró veintinueve años }' se
gastaron un millón doscientos mil pesos. Se cerró su
bóveda el 27 de noviembre de 1772, y ¡a media naran-
ja al año siguiente.
Es un verdadero monumento de! arte toscano, cons-
truida toda ella de piedra labrada; se halla dividida en
tres naves, siendo la del centro más ancha que las late-
rales; los arcos toralesque sostienen su hermosa cúpu-
la, elevadas y primorosamente labradas, admirables en

su ejecución y bello en todos sus conjuntos.


La fachada, toda ella de piedra primorosamente la-
brada, compónese en su parte céntrica de dos cuerpos;
consta el primero de un gran pórtico ovalado, bajo el
cual se abre la puerta principal, a cuyos costados se
destacan dos chapiteles de orden toscano puro. Los
pórticos de las puertas laterales son de altura propor-
cionada e igualmente adornados de relieves, su arqui-
tectura no presenta esfuerzo alguiio y guardan tales
proporciones que admira su torre cuadrada, no llegó a
concluirse y quedó cubierta de techumbre de tejas has-
ta 1894.
El interior del vasto templo ostenta en sus colum-
n.is, chapiteles y comizas, una admirable labor de cons-
trucción; el altar mayor es un portento del arte, cu)os
minuciosos detalles sería imposible describir por la gran
variedad de escultura, minuciosidad de entallados y des-
treza de ejecución. Todo de cedro y bien dorado, lo
mismo que sus ocho altares laterales; en las columnas
del templo, hay una especie de altares, todos dorados,
ostentando un lujo admirable; el pulpito también dora-
clo.

83
650 Diccionario Histórico del

Con un cementerio espacioso, con tres portales con


sus respectivas rejas de hierro. Destruido el atrio, se
ha formado un pequeño parque precioso.
convento era cuadrado de dos pisos con columnas
Ei

anchas de piedra en el primero y otras más pequeñas


en el se,ü¡undo con celdas confortables, refectorio, biblio-
teca y otras oficinas. Fue quemada por los indios en
1781. Una fuente hermosa de verenguela en el centro
del claustro.
Recien a principios del sitólo dieciocho se le conce-
dió tener noviciado y estudies. Se celebraron capítu-
los en 7 de febrero de i8oí, 1803 y 1804. En 1820
contaba sesenta y seis frailes entre sacerdotes, legos y
donados.
Rivero Pelipe- —
Nalural de Soraía, hijo de Fran-
cisco Rivero que fue subdelegado de la pro\incia de
Larecaja y teniente coronel. Desde 1810 se incorporó
en el ejército realista concurriendo a varias acciones de

armas y fue ayudante del coronel Lahera llegando a al-

canzar hasta grado de coronel y mandó el batallón


el

Centro, su acción más notable es la de la noch.e del 21


de mayo de 1817 en que tuvo que habérselas con el

valiente En 1823 contrajo matrimonio, en


La Madrid.
Guamanga con Fernandina Montenegro, moqueguana,
de Mahen, dice Mendiburu e hija de José Montenegro
,

Ubalde. Después de la Ayacucho se retiró


batalla de

a España y fue Virrey de Navarra, capitán general de


los ejércitos de Carlos y senador dtd reino.
Su hermano José Claudio, nacido en Sorata. casó
con Juana Barrios, en quien tuvo a José Ramón Fer-
mín.
Rivero D. rermín.— Nació en La Paz el 6 de agos-
to de 1807. Hijo del anterior. Prestó sus servicios en
el ejército realista al lado de su tío. Después de Aya-
rucho se incorporó en el ejército nacional. Asistip a
Departamento dé La Pa z 61; i

las batallas de Yanacocha y Socabaya, siendo ascendi-


do a coronel. En la batalla de Int^avi, mandaba el ala
derecha del ejercito boliviano, por su heroico compor-
tamiento fue ascendido a la alta clase de general de Bri
^ada. Prefecto del Departamento de Santa Cruz en
1846. A la caída de Ballivián se retiró del servicio,
radicándose en Cochabamba, donde murió.
Rivero D. ,juan.— Español: fue uno délos merca-
deres que existían en esta ciudad en 1609, pagaba por
derechos de alcabala doscientos cincuenta pesos anua-
les." Fue casado con Antonia Torres, en quien tuvo a

su hijo Diego, que fue religioso mercedario, comenda-


dor del convento de La Paz de 1722 a 1725.
Rivero D. Manuel —Natural de La Paz, por in-
flujo de la amasia de Pedro Domingo Murillo, María Ma-

nuela Duran Concha, entró en el servicio militar en


calidad de teniente de artillería, estuvo en el destaca-
mento que se situó en Tiahuanacu, después en el Alto,
cuando la defección de hidaburu, vino en unión de Cas-
tro a atacar al traidor, nos hace saber en su confesión
que se intimó a Indaburu la entrega de los oficiales, pre-

que tenía tropa para defen-


sos, este desafió diciendo
derse de que entraba, como en efecto lo hizo Castro
la

haciéndola en columna mandando la cabeza Umeres,


con dos piezas de artilleiía. Rivero en el centro y en
retaguardia Narciso Núñez entenado deLa Murillo.
columna atacó simultáneamente la plaza por las calles
Santo Domingo y Comercio, logrando destruir la ba-
rricada de aquella, mediante los certeros tiros de la ar-
tillería, luego se apoderaron de la plaza donde sucum-
bió hidaburu. Retirado al campamento de Chacalta-
ya, asistió al consejo de guerra en que se acordó la re-

tirada a Yungas, acompañó a Murillo en su fuga, fue


capturado juntamente con él. Prestó su confesión el

18 de enero de 1810, el feroz Goyeneche le hizo dar


652 Di ccionario Histórico del

cien azotes, le hizo pasear cabalgado en un asno de al-

barda, no contento con esto le condenó por seis años al

presidio de Malvinas. Salió desterrado con dirección a


la Argentina en unión de todos los proscritos, alcanzan-
do su libertad en Córdoba por la revolución de Buenos
Aires, siguió su camino hasta esa capital, en unión de
los curas León de la Barrana, Mercado, Castillo, -los abo-

gados, Alquiza, Medina; ciudadanos, Cossio, Orrantia,


Pintado y Zegarra. Los que en 25 de septiembre de
1810, ocurrieron a la junta de Buenos Aires pidiendo
que se les prestara socorros mientras pudieran comuni-
carse con sus familias, la junta proveyó: no ha lugar
por las penurias del erario. No sabemos la suerte pos-
terior de este patriota.

Rivert y Moreno D. Ramcn— Natural de Ceuta:


hijo del capitán d.l rendimiento fijo de la ciudad de Ceu-
ta José Blas Rivert }• Catalina González Moreno. Vi-
no de subteniente del regimiento de infantería de Ls-
tremadura, le tocó venir de guarnición a esta plaza en
1780. Casó con Agustina Franco Villavicencio, de cu-
yo enlace tuvo a Manuela, Manuel María en 26 de fe-
brero de 1801. Alférez Real desde1795. Su primera
hija casó con Guillermo Cernadas, natural de Bueiios
Aires eii i? de julio de 1810, tuvo a José Ramón en
4 de febrero de 1796 Parece que en un principio es-
tuvo de acuerdo con los separatistas, pue?, que en la
noche del 30 de marzo en que debia estallar la revolu-
ción, fue llamado por el gobernador y desterrado al dia

siguiente, según la "Memoria anónima del diario de la

revolución", pero después se declaró absoluto realista,


en esas filas ascendió a Alférez, en 1810 sargento ma-
yor. Murió en 1837.
RodrPáue? D. Juan.— Natural de Salamanca, no
sabemos la época de su venida al Perú: se encontró a!
lado de Diego Centeno, que sostenía la causa real, quien
Departamento de La Paz 653

le envió en comisión ante el presidente La Gasea, le

dio alcance en Tumbes, a su regreso se encontró en la

batalla de Guarina acompañando al obispo Solano; des-


pués de la derrota, habiendo logrado fugarse dio alcan-
ce al presidente y se halló en la acción i^e Sajsaguana.
Fundada la ciudad de La Paz, el segundo obispo del
Cuzco en i .^ de noviembre de 1548, nombró cura y
vicario foráneo de La Paz, al bachiller Juan Rodríguez,
como se deja advertir en los primeros tiempos de la

conquista La Paz fue simple parroquia del Cuzco.


Rodríguez recibió del Cabildo las llaves de la capilla, pu-
so la primera piedra 20 de noviembre de 1548, al mes
el

cabal de la fundación de la ciudad, bajo el patrocinio del


apóstol San Pedro; pero al aíio siguiente la cambió en
San Sebastián.
Principió la construcción del templo, pero de una
manera lenta, y duró algún tiempo hasta su conclusión.
La iglesia era de una sola nave en forma de cruz, la
actual, toda de barro con techumbre de madera; su porta-
da pequeña y de piedra bruta; su campanario raquítico
con dos campanas. Tenía altares de madera de cedro la-
bradas con algo de dorado. Las capillas laterales conte-
nían las tumbas de las criaturas conocida con el nom-
bre de "Angelorio'', que debían darle un aspecto re-
pugnante, y el piso sin enladrillar. El cementerio te-

nía dos portadas que daban paso a las dos plazas, la


una destinada a los españoles o sea la de Mendoza y la

otra para los indios, la calle actual América. Estaba


circundada por arquerías o almenas de barro, teniendo
en el centro una cruz de vara y media de alto, de pie-
dra sobre un pedestal de barro, y el terreno lleno de se-
pulturas.
Cuando la sublevación de indios de 1781 quedó
completamente arruinado, habían arrancado puertas,
ventanas y altares.
é$4 Diccionario Histórico del
El 21 de enero de i8i6al tiempo de celebrarse la
fiesta del patrón se desplomó una parte de la pared,
causando la muerte de diez personas, los fieles en unión
de los celebrantes fueron a concluir la función en la ca-
tedral. Para su reparación dio las Cajas Reales qui-
nientos pesos.
La Paz fue simple parroquia del Cuzco, co-
mo digimos desde 1548 a 1553, y desde esta fecha per-
teneció al obispado de Charcas hasta 1Ó09, en que se
creó el obispado de La Paz; no tenemos noticia alguna
de que hubiesen veniJo los obispos de Chuquisaca, so-
lo de dos fueron Domingo de
se tiene conocimiento,
Santo Tomás y Alonso Ramírez de Vergara".
Esta parroquia y la de Santa Bárbara conocida con
el nombre de las piezas fue administrado por un solo
cura hasta 1650. En 1600 el párroco Dionisio Guz-
mán, que atendía esas dos iglesias, recibía cuatrocien-
tos pesos de sueldo al ano. Se ignora la fecha del fa-
llecimiento del primer cura de La Paz.
En 1872 algunos devotos pretendieron construir un
camarín, que no tenía objeto alguno; se desplomó la

pared principal del edifi:io ennoche del 7 de mayo


la

de 1876, causando ¡a muerte de dos personas que habi-


taban en la casa inmediata. Abandonada la idea del
camarín se reedificó la iglesia convenientemente.
Un incendio veraz redujo a cenizas el templo en la

noche del 27 de mayo de 1885; ^^ -vecindario religioso


emprendió su reedificación, que fue estrenada el 15 de
de 1887.
julio

Al año siguiente, el 21 de agosto, la imagen fue de-


vorada por las llamas, junto con el altar en que la ha-
bían colocado para su festividad.
Rodríguez Delgado D. Agustín —Natural de To
ledo. Durante veinticinco sños había sido cura en cua-
tro parroquias, entre ellos Acobenda, Hortalesa, en el
Departamento de La Paz 655

obispado de Toledo. Fue elegido obispo de Panamá en


172:;y se trasladó en 1731 a La Paz, de cuya sede tomó
posesión el 30 de agosto del mismo ano. Dio su prime-
ra pastoral en 25 de octubre de 1733 y su segunda en 3
de mayo de 1737. En la primera \-itupera los defec-
tos del clero, sus trajes y adornos mundanos; en la se -

gunda manda el cumplimiento de las nibricas. Practi-


có tres visitas pastorales en cuatro anos. La primera
de todas en persona y las dos restantes con
las diócesis

su visitador Diego Rodríguez Delgado, Chantre, que


lubía sido de Santa Cruz Ln estas visitas se apartó
de la costunibre de sus antecesores rebajando la procu-
ración en cada cúralo en ciento cincuenta de lo que
era doscientos pesos.
ResoUió reunir el tercer sínodo diocesano, hizo la

convocatoria en 10 de septiembre de 1737, cuya reu-


nión debía realizarse el 16 de enero de 1738, en este día
predicó el discurso de estilo Diego de Valdivia Alderete,
cura de Acora, el arcediano Barrueta Guillestegui, le)'ó

los decretos, el chantre Cayetano Marcellano Agramont


hizo la profesión de fe por la ceguedad y cansada edad del
deán DiegoNieto Navarro. Fueron nombrados consultores
el deán Navarro, el arcediano Barrueta, el chantre Agra-
mont, el visitador Rodríguez, el magistral Critonio Ze-
garra Cueva, el cai^.ónigo Lorenzo Sebastián Ramírez,
Carrasco, los racioneros Diego Álarcón Contreras, Die-
go Pérez Oblitas, José Cayetano Pacheco y los supe-
riores de ios conventos. Asistieron a estesínoJo trein-
tacuras y dieciociio apoderados. Se concluyó el 23 de
septiembre con asistencia de las corporaciones. Con-
tiene sus disposiciones en sus Joce capítulos ¡o si-

guiente: Primero, que se predique la doctrina cristiana


toJos los días; Segundo, inculcar la obligación que tie-
nen de administrar los sacramentos; Tercero, mandar
sentar las partidas penando a sus contraventores con
656 Diccionario Histórico del
cuatro meses de prisión, por la pertinencia con la pena
de suspensión de un año, y dar parte al Rey; Cuarta,
habla de la aplicación de la misa parroquial. Quinta
recomienda los deberes sobre la residencia. Sexta,
manJa destruir las siguientes superticiones del vulgo,
los compadrazgos de rosario, inventados por la malicia,
el uso de las mujeres en cinta de ponerse la vela de San

Ramón entre las piernas, el poner un cristo sobre San


Antonio tendido, a fin de que haga milagros, el cubrir
la cruz de Santa Elena para recuperar lo perdido; el en-
terrar a los cadáveres con chichi, y los demás capítulos
tratan de disposiciones generales con relación a la dis-

ciplina.
Fue promovido al arzobispado de Charcas en 1743,
trasladadoal de Lima en 14 de junio de 1746. Antes
de emprender su viaje, murió repentinamente en 19 de
diciembre de 1746.
Rodríguez D. Pedro.— Nació en La Paz el 30 de
enero de 1769, hijo de Martín Rodríguez e Isabel Muri-
llo. Casó con María Manuela Rocha en 1804, siendo
sus testigos: Juan de Dios Ayesti, Juan Baptista Sa-
gárnaga y Rafael de Albisuri, en la que tuvo a su único
hijo José. Se encontraba en su finca Cochuña situada
en el distrito de Ccroico, apenas tuvo conocimiento del
glorioso he'cho del 16 de julio de 1809, se vino presuro-
so a La Paz y fue nombrado director de víveres, cargo
de confianza que se le discernió por la integridad de su
carácter. El 18 de agosto mediante una calurosa soli-

citud de Murilio, el Cabildo le expidió patente de capitán


de la tercera compañía de fusileros. Conocida la falta

de energía del subdelegado Huisi, que con su dejadez


había permitido la ocupación de Copacabana por el ene-
migo, así como el interesante punto de Tiquina. Muri-
lio comisionó a Rodríguez para que enmendase los erro-

res del subdelegado, logró recuperar Copacabana, des-


Departamento dh La Paz 6$;
pues de hacer algunos arreglos necesarios se regresó a
la ciudad y se incorporó en su cuerpo.
Estando en Tiahuanacu las tuerzas con las noticias
que corrían de la contrarrevolución, celebraron una reu-
nión de oficiales a la llegada de Castro e Iriarte, resol-
viendo volver a la ciudad. Efectivamente en las pri-

meras horas de la mañana d^l 12 de octubre las fuerzas


mandadas por Rodríguez, Arias, Castro e Iriarte estaban
ya sobre el Alto, cuya entrada desbarató completamen-
te los planes de Yanguas y su fracción, habiéndosele to-
mado preso en la misma m.inan.i. InJaburu convocó
a una junta a la que asistieron KoJrígiaez, Iriarte, Arias,

Castro y les explicó la causa de la prisión de Murillo,


acusándole de estar en connivencia con los realistas
y
haberse puesto a órdenes de Yan'^uas. Habiendo re-
gresado los comisionados que se dirigieron ante Goye>
neche, se trasladaron a la casa de Indaburu, Rodríguez,
Zegarra, Graneros, Cossío, en el que se pusieron de
manifiesto por el edecán Carazas las buenas intenciones
de su general, concluyendo por manifestarles que no
había inconveniente en la rendición, se opuso enérgica-
mente Rodríguez, y aún había arrancado los papeles co-
locados en lugares públicos para conocimiento del pú-
blico.

Defeccionado Indaburu en la noche del 18 de octu-

bre, mandó aprisionar a varios patriotas entre ellos a


Rodríguez, al día siguiente en un Cabildo compuesto por
él,Carazas, Antonio Diez de Medina y el asesor Balta-
zar Alquiza se le condenó a muerte lo mismo que a
Castro, pero se ignora por qué aceleró tanto Indaburu,
que a las nueve de la mañana, lo hizo victimar con cin-
co tiros de fusil y a puerta cerrada, después lo hizo col-
gar en una horca antes de estar firmada la sentencia.
D. José R. Rocha.— Nacido en La Paz, nieto del

patriota D. Pedro Rodríguez. Arquitecto. Dirigió la

33
658 biCCiONARIO HíSTORíCO DEL
construcción del puente Murillo en 1873, sobie el ^'^^

Caraguichinca. Levantólos planos y dirigió la cons-


trucción del Palacio de Instrucción. Comenzó la edifi-

cación en 1886 y quedó terminado en 1898. Costó la

obra Bs. 77,736.66.


Hermoso edificio de dos pisos, con espaciosos salo-
nes y compartiii^ientos adecuados. Se hallan instalados
en e! palacio, el Rectorado de la Universidad, la Facul-
tad de Derecho y el Colegio Nacional A\acucho, con
sus respectivos laboratorios de Física y Química.
Rodríguez D. Ramón. - Nació en La Paz en 4 de
febrero de 1764; fue hijo natural de Bartolino Rodríguez,
de profesión chocolatero. Como todos los criollos pa-
ceíios fue entusiasta por la libertad, con orden que se le

comuificó momentos antes de la revolución del 16 de


julio de 1809, se apoderó de la torre de la Catedral,
apenas se dio el priiner tiro, cuando tocó a continuo re-
bato a cuya señal se reunieron los revolucionarios que
estaban pre\enidos. Era el toque de diana de gloria
para los patriotas y de espanto para los sostenedores
del absolutismo. Cuando el obispo La Santa quiso im-
pedirle ordenándole se retirase, Rodríguez le contestó:
«nosotros estamos aqui para defenderle». Este patrio-
ta parece que ha sido una de las víctimas del feroz R¡-
cafort.

Rodríáiiez Palma I) Tomás —Natural de la Villa


de Oruro, comerciante en efectos de la tierra. Era ca-
sado con María Paniagua, que también tenía el mismo
negocio en la indicada Villa de San Felipe "de Austria.
Su tienda estaba situada enel puente de San Francisco

y trabajaba en unión de sus hermanos Nicolás y Mel-


chor, Afiliado en la revolución por la independencia
preparada por Murillo y otros patriotas, fue un agente
activísimo y su tienda el punto de reunión y cita de to-
dos los afiliados separatistas. Abortado el movimiento
Departamento de La Paz 659

delCuzco y descubiertos los planes revolucionarios de


La Paz. En la noche del 30 de julio por denuncia del
comandante mayor Indaburu, habiendo el gobernador
ordenado la captura de los comprometidos. Indaburu
en la misma noche y en persona, a horas once sorpren-
dió a Palma postrado aparentemente en cama, lo condu-
jo a la real cárcel, iniciado e! proceso, prestó su decla-
ración el 10 de agosto ante Juan de la Cruz Wonje y
Ortega, en ella manifestó que habían acordado en las
reuniones proclamar la República por el abandono en
que se encontraba la España, en una palabra, separarse
de la madre patria. Remitido al virreinato el juicio en
virtud del oficio de 26 de diciembre de 1805, fue devuel-
to el 19 del mismo mes y año siguiente. Dictó ki sen-,
tencia el gobernador Burgunyó en 13 demarzo.de 1807,
condenando a Palma a «un destierro perpetuo de la pro-
vincia, con cuyo motivo liaría vida maritable con su
mujer, que según consta de ios autos, mantiene comer-
cio de efectos"de la tierra en la Villa de Oruro». Ade-
más se le condenó en todas las costas entregándole los

demás bienes embargados. Al tiempo de tasar las cos-


tas importaron cuatrocientos ochenta y dos pesos, dos
y medio reales y el escribano confiesa que deben reba-
jarse ciento cincuenta pesos, costo del testimonio que le

entregó Juan A>'esta Palma. Palma como sus demás


correligionarios pudieron salvar de la terrible situación
mediante desembolso de fuertes sumas por el compro-
metido Ramón Loayza.
Rodríguez D. Jncobo.— Natural de Santiago de
Malvas en Galicia, hijo de Juan Antonio Rod'íguez y
Ana Castro. Casó con Manuela Valdivia, hija de Die-
go Valdivia y Josefa Vera, arequipeños, en quien tuvo
a Ángel José Fernando en i ^ de mayo de iSio. Ene-
migo de la cau a patriota, se fue. al lado de Gcyeneche
quien al recibirlo le dio el grado de teniente. Después
66q Diccionario Histórico del
de la batalla de Guaqui ascendió a alférez, siguió mili-
tando en las filas realistas. En 1814 estuvo al lado de
Valde Hoyos y fue victima del furor popular el 22 de
septiembre de 1814.
Rodrigue/: D. Esteban.— Nació en La Paz el 27 de
diciembre de 1790; hijo de Pedro Rodríguez y María
Lugones, Estudió en el Colegio Seminario. Ordena-
do de sacerdote sirvió algunas parroquias, desde 1805
cura propio de Laja. Enemigo de la causa separatista,
predicó contra ella, cuando se aproximaban las fuerzas
argentinas fue a refugiarse en la ciudad de Arequipa, el

obispo La Santa le dio rrás tarde un curato en Chucu:-


'

to.

Rodríguez D rrancisco Jiuier— Nació en La Paz


el 3 de diciembre de 1815.Habiendo estudiado en el
Seminario obtuvo el sacerdocio: cura de Topoco, San
Andrés, Prebendado del coro de Cochabamba, Vicario
general de ejército. Desterrado por Linares al Brasil.

Canónigo majiistral, Dean. Presentado para obispo de


Santa Cruz en 1868, consagrado por Mariano Granado
en iS de abril de 1870 pasó a su diócesis, donde murió
en 1872.
Rodríguez Machlcao I). Pablo —Nació en La Paz
en 1834. Hizo sus estudios en Europa. Director del
Liceo Bolívar, profesor, delegado de la Universidad, Di-
putado suplente por La Paz al Congreso de 1864, Can-

celario accidental en 1873, Diputado suplente por La


Paz a la Constituyente de 1871, concurrió a esa legis-
latura. Por su carácter independiente no llegó a ocu-
par puestos elevados. Periodista sobresaliente. Ha
publicado Introducción al Deiecho. Murió en 1882.
Rojas Valladares D. Juan— Natural de Toledo.
Este capitán vino en 1730 y casó con María Orueta, hi-
ja de Miguel María Medina, chileno, en quien tuvo a
Josefa en 9 de enero de 1733, María Josefa Eulalia en
DEPARTAMENTO DE La PaZ 66í

II de febrero de 1735. Ramón compró la vara de regi-


dor perpetuo del Cabildo y se incorporó como caballero
veinticuatro en 1732, depositario ^^eneral en 1736, al-
calde ordinario en 1738. Falleció en 1750.
Rojas Orueta D. Ramón— Nació en La Paz el 30
de agosto de 1740: hijo del anterior. Hizo sus estudios
en la Universidad de Chuquisaca, donde se recibió de
doctor. A su regreso contrajo matrimonio con María
Gregoria Nieto y Roa, moqueguana, heredera del con
dado de Alastaya, en 15 de julio de 176Ó Desde antes
de la revolución de julio de 1809 estuvo en Moquegua
con motivo de intereses particulares de familia. Des-
pués militó en las filas realistas, ascendiendo a coronel.
Su esposa constituyó su casa durante la revolución en
refugio de perseguidos. En 1847, esta señora ganó un
pleito ruidoso que le había suscitado Isidora Seguróla.

Rojas 0. N¡GO!ás.- Nacido en La Pa/. Sentó pla-


za en el ejército al principio de la administración Santa
Cruz. Concurrió a las campañas de la Confederación,
asi como a ¡a de Ingavi, siendo ascendido a coronel.
Retirado algún tiempo ^el servicio, *voI\ió con Linares.
Prefecto de Tarija er. i86r. Como hermano político de
Melgarejo acompañó desde el principio de su asalto al
le

poder. Después de las Canterías le ascendió a Gene-


ral de Brigada. Ministro de Guerra, casi permanente
durante el sexenio. General Je División y Mayor Ge-
neral por el Congreso de 1870. A la caída del tirano se-
retiró a Tarija, donde tenía hogar y familia, murió allí.

Rojas Baltazar.— Natural de Segovia, religioso


juandediano. fue prior del convento de esta ciudad en
1705. A estos religiosos por asistir a los enfermos del
hospital se les abonaba la suma de ciento ochenta y sie-

te pesos anuales por las cajas reales. No se dude que


en los primeros tiempos prestaron importantes servicios
^ la clase desvalida, el padre Rojas fue de un carácter
_ 662 Diccionario Histórico del
mu\' bondadoso por lo que era muy estimado en la po-
blación )• era entendido en materias médicas. Murió
ei 1740.

Rojas Acevedo D Alejo Pernando.— Limeño: hi

jo de! doctor Gre^cíorio Rojas Acevedo, fiscal nombrado


d-¿ la Audiencia de Quito y María Andrea León Pinelo.
EstuJió en el colegio real de San Felipe. Fue cura de
Sa)án y catedral de Lima, Elevado al obispado de
Santiago de Chile por Felipe V, de cuya silla tomó po-
sesión en 1719, trasladado a La Paz en 1723. El único
acto notable que conocemos de este obispo es que se
llevó ios libros psrroquiaies de una manera más co-
rrecta; tuvo por secretario duiante su corto gobierno a
Francisco Borja Macuaga. El lujo y la ostentación del
clero había llegado a su último grado, estos vestían se-
da, usaban de oro y los del Cabildo iban a resar
dijes
las horas canónicas a la Catedral en muías ricamente
enjaezadas de plata seguidos de dos o tres esclavos afri-

canos, Murió en 1730.


Rojas Morales D. José Manuel.— Natural de San-
La Paz poco más o menos
tiago de Chile, se radicó en
por el año 1761. Casó con Maria Francisca Alquisa y
Foronda, de cu)'0 enlace tuvo a María Josefa Luisa en
21 de julio de 1766. Más tarde ascendió a maestre de
campo, en 1764 fue alcalde ordinario de primer voto.
Murió en 1780.
Rojas D. Gregorio. — Indio principal, originario del
iWh) Guaiisata de la juii^Jicción de Achacache, sujeto
de regular comodidad y de las mejores recomeiidaciones.
En cumplimiento de órdenes superiores el subdelegado
del partido de Omasuyos Manuel Huisi, reunió en Acha-
cache el 10 de agosto de 1809 al doctor Juan Bautista
Portugal, teniente de cura de esa parroquia, por ausen-
cia del cura Luis Carrasco, el cacique Luis Crespo,
mandones principales, los que en el Cabildo nombraron
Departamento de La Paz 663

y eligieron a Rojas para miembro de la Junta Tuitiva,


se le hicieron los honores correspondientes, quedó obli -

gado a presentarse en esta capital el día 14 del mismo


mes. Firman más de los citados, por Rojas,
el acta a

Juan de Verástegui; por mandones Juan Manuel hi-


los

fanson, actuando como escribano José de Aguirre. No


sabemos la suerte que le cupo al pobre cacique por su
patriotismo.
Román de Anlestia D. Antonio.- Español, entron-
cado con los de ese apellido de Lima, como todos ellos

empleados del tremendo tribunal de la h"íquisición. Vino


de capitán en 1700, trabajó ias minas de Chinapongo.
Pocas noticias tenemos de los paceños que fueron vícti-

mas de ese tribunal. Juan Esteban, molinero de La


Paz, por haber afirmado que tener acceso carnal en se-
mana santa con una india no era pecado; el canónigo
provisor del Cuzco, Alvaro Sánchez Navarro, aprisio-
nado en La Paz y conducido a Lima, cuya causa ^e fa

lió en 1592; César Ventiboli, por haberse jactado de co-

nocer carnalmente en La Paz más de trescientas sesen-


ta mujeres; Francisca Salinas, paceña, Antonio Idiaquez,
quipuscoano, mercader, conducidos de La Paz, Domin-
go San Juan de Mechoacan, vecino de La Paz, este
fraile por haberse casado en Sicasica; José Nicolás Mi
chel, paceño, por haber enseñado gramática a ¡os niños.
Todos que fueron juzgados en Lima. Las prisiones,
los

torturas y tormentos de que eran victimas no es del ca-


so referir por la antipíttía que te¡iemos a ese tribunal.
La inquisición parece que tenía por objeto perseguir la
bolsa de los portugueses, y no velar por la ir.oral y las

buenas costumbres, pues que, con cifras abrumadoras


podríamos afirmar que de cien bautizados, ochenta eran
naturales y cuarenta por ciento de padres desconocidos,
¿qué quiere decir esto?, que la inquisición fue un fan-
tasma y la pesadilla d^ la bolsa del prójimo.
664 DícciONARio Histórico del

Romecín D. rrancisco— Natural de Benedos del


valle de los piélagos en Santander: hijo de Antonio
Ko-
mecin y Antonia Cajica Villar. Casó en esta ciudad
con Rosa Ruiz, hija de Ildefonso Ruiz
y Francisca Sala-
zar, de cuyo enlace tuvo a María Pilar en
3 de noviem-
bre de 1705, Laureano Antonio en 4 de julio de 1809.
Fue un empecinado estuvo en las filas contra-
realista,
rrevolucionarias. A aproximación de las fuerzas de
la

Castelli huyó a Arequipa, donde permaneció algunos


años. Su viuda casó con Victoriano Gurruchaga y Vi-
llar en 5 de diciembre de 1819. En 2 de junio de 1820
tuvo a José Maria.
Romero D. «Sorianj José Benito— Nació en La
Paz el 17 de marzo de 1765, hijo de Salvador Romero
y Barba y Sebastiana Caro Mendiola. Estudió en la
Universidad de Chuquisaca. recibiendo el grado de doc-
tor en teología
y cánones, ordenado de sacerdote, des-
empeñó algunos beneficios y ascendió hasta dignidad
Chantre. Suscribió el acta de subordinación a la Junta
de Buenos Aires, entonces se titulaba Marqués de San
Felipe el Real. Falleció en 24 de septiembre de 1821.
Rubio de hinojosa D Antonio —Natural de Cas-
tilla laVieja. Este sacerdote vino de canónigo de Mer-
ded al coro de La Paz, fue provisor y vicario general en
1654 a la muerte del chispo Velasco. Como es sabido
en la época colonial a la muerte del obispo no se
nom-
braba vicario capitular, sino que el Cabildo entraba a
gobernar en cuerpo, nombrando cuando más un provi-
sor, vicario general para lo contencioso. Ascendió a
Arcediano. Falleció en 1702.
Rueda D. Antonio —Este español fue contador de
las Cajas reales en 1690, ejerció el cargo por muchísi-
mos años.
Rubio D. José María de los Santos.— Argentino,
hijo de Francisco Rubio Castellano e Isabel Mendoza
Departamento de La Paz 665

Hurtado. Era un comerciante de mucho créJito. En


un principio manifestó adhesión a la causa de la inde-
pendencia. Cuando estalló la revolución en la noche
de 1809, al día siguiente fue comisionado
del 16 de julio
en unión de José Antonio Veamur^^uia para citar a los
españoles residentes enla ciudad para que se aperso •

nen juramento de adhesión y unión con ios


a prestar el

americanos, cuyo cometido lo cumplió estrictamente.


Estaba designado como comisionado ante el Cabildo de
Puno, para promover en esa villa la revolución; más tu-
vieron por conveniente hacerlo miembro de la Tuitiva,
encargado de la cartera de Guerra. Reunida la Junta
el 25 de julio en casa del alcalde Yanguas para celebrar
el grandioso acontecimiento del nuevo gobierno y su
plan, el pueblo concurrió en gran número a la calle del

alcalde, Rubio hecho desde las ventanas sendos surro-

nes de plata. Probablemente ganado, aunque no está


aberiguado por los realistas y en especial por Indaburu,
se inclinó a la contrarrevolución, destrozado este por los
patriotas, enfurecida la plebe, saqueó los almacenes de
Rubio el 22 de octubre. Sus actos posteriores son com-
pletamente desconocidos, parece que fue sacrificado ei
28 de septiembre de 1S14.
Ruiz D. Aionso. — Natural de Córdoba, religioso de
la Compañía de Jesús y de gran estudio. Provincial
de la pro\'incia romana, maestro de novicios, rector dci
colegio de Granada, vino al Perú y fue rector de los co-
legios de Panamá, Quito, La Paz, Arequipa, pro\¡nciai,
visitador de Lima. Murió en Arequipa en 18 de diciem-
'bre de 1599 de setenta años.
Ru¡7. de Alarcón I) Pernando— Este capitán es
pañol vino a avecindarse en esta ciudad en 1660. Ca-
só con María Mejía Hidalgo, de cuyo enlace tuvo a Mar-
tín Ambrosio en 9 de diciembre de 1685. Habiendo
muerto su esposa contrajo segundas nupcias con Fran-
84
666 Diccionario Histórico del

cisca Leída Salazar, en quien tu\'0 a Pedro en lo. de


junio de 1793, Antonia en 7 de julio de 1797. Fue al-
calde provincial de los corregimientos de Larecaja, al-
calde ordinario en 1695. Murió en 1800.
Rui/ de Bustillos D. Miáuel— Natural de Truji-
11o. Cajas reales de
Este licenciado fue contador de las

La Paz desde 1600. Fue casado con Antcnia Cabrera,


en quien tuvo a Alejo. Este llegó a ser religioso Juan-
dediano, fue prior del convento de La Paz de 1728 a
1731. Murió en 1740.
Ruiz Bolaños D Manuel.— Chuquisaqueño, doc-
íor de la Universidad de su país. En 1809 fue nombra-
do asesor del Cabildo. Tuvo vinculaciones con los re-
volucionarios; como García Lanza pidiese al Cabildo en
18 de julio la incorporación de ocho miembros para el
mejor desempeño de los negocios, uno de ellos íue Ruiz.
Tuvo a su cargo la defensa de ios reos de la revolución
y lo hizo con toda enteresa, ::^in temor al feroz doyene-
che.
Ruiz de Gálvez D. Antonio.— Este sacerdote es-
pañol vino nombrado Chantre de la iglesia Catedral de
La Paz, después ascendió a ArceJir.no y por último a
Dean en 1695. Fue muy estimado por el obispo Quei-
po como que había sido su confesor y su consejero. Fa-
lleció muy anciano en 1720.
Ruiz de Navamuel I) José Mariano- Español.
Licenciado. Visitador de Valencia, secretario del obis-
po de Buenos Aires, rector del Colegio Seminario en
1804, cura y vicario de San Pedro de Acora en 1809,
visitador del obispado en 1813, después canónigo docto-
ral. Fue uno de los defensores de los reos de la revo-
lución de julio. El 15 de julio de i8i4fue elegido di-
putado a las cortes españolas por la provincia de La
Paz, a su regreso colocado de arcediano en Concepción
de Chile, de donde emigró a Lima por haberse declara-
Departamento de La Paz 667

do independiente aquel pnís, redactor de «La Gaceta


Oficial». Se retiró a España, obtu\'0 la fjran cruz de
Isabel la Católica, asi como la silla episcopal de Mur-
cia.

Ruiz y Gcírpas 1). Antonio.— Natural de Llerena.


Estudiante de la Universidad de Salamanca, donde se
graduó de licenciado. Vino al Perú ordenado de sacer-
dote: cura en el obispado de Charcas, pasando de ra-
cioneroal coro de La Paz, elevado a Arcediano en 1675.
Su hermano Antonio que vino con él de la península, se
dedicó al comercio. Este capitán llegó a casar con Inés
Pinto Noguera, de cuyo enlace tuvo a Tomás en i ? de
diciembre de 1682, Juan José en 27 de diciembre de
1683, Juana María en 24 de junio de 1685. Fue alcal-

de ordinario. Falleció en 1701.

Ruiz José. — Mestizo paceño, de oficio monterero.


Casado con Toribia Vargas, cholita joven y bonita, que
tenía su asiento en la plaza de San Sebastián, donde ex-
pendía artículos trabajados por su esposo. Existía la

costumbre que persona que celebraba su onomástico,


la

con un rosario en la mano se presentaba ante una per-

sona de su afección para que le colocara en el cuello.


Toribia que cumplía años el día martes de carvanal, se
hizo poner el rosario con el zapatero Juan Salcedo, este
para complacer a la. ahijada la polveó con harina con
exceso. Formaron su rueda, y dura:¡te la tarde y a cada
momento \olvía a polvearla, así como todos los jóvenes
por indicación de Salcedo, hasta dejarla completamente
embadurnada de harina. El celoso monterero se quejó
al cura Pedro José Casabedo, quien ordenó se confesa-

sen. Salcedo se había hecho niebla, insistió el marido


de Toribia para que se le excomulgase. Esta severidad
parecerá una crueldad, pero no, así eran las cosas de

esos benditos tiempos. Concluida la cuaresma los pá-

rrocos remitían al obispo una razón detallada por fe- mi-


668 Diccionario Histórico del

lias de los que habíai^. cumplido o dejado de hacerlo con


los preceptos de la i^^Mesia. La autoridad les concedía
a los omisos un plazo para que cumplan y sino lo hacían
los excomulgaba, fijando sus nombres en una lista de la
puerta de la Catedral, Hubo casos en que se pidió a la

autoridad política el extraílamiento de los indevotos.

Ruiz Sor/ano D. Pranoisco.— Natural de la Villa


de Oruro. Casado con Gertrudes García, en quien tu-
vo a Francisco. Alcalde municipal de primer voto del
Cabildo en 1825. El Cabildo a la aproximación del Li-
bertador D. Simón Bolívar, se preocupó de la manera
como iba a ser recibido el grande hombre, y el obsequio
que sería digno de él, se acordó en una corona de oro y
un enjaezado con adornos también de oro, cuya ejecu-
ción se encomendó al artista español Juan Carrazana.

El 18 de agosto, desde las primeras horas lie la ma-


'nana, el vecindario en masa se preocupo de su recep-
ción. Las ventanas se cubrieron de colgaduras y los

arcos triunfales se colocaron en lodo el trayecto que te-


nía que recoirer. La d¡\isión colombiana estuvo ten-
dida hasta el pie del Alto de Lima.

A medio día un repique general de campanas, anunció


su llegada al la magestad que le era
Alto, descendió con
peculiar. En el puente de Coscochaca, se había le-
vantado una gran portada, que la abrió con una llave
de oro que le presentaron dos sujetos, vestidos a usan-
za de los incas. Su ingreso hasta la plaza fue bastante
lento^ por el número considerable de acompañantes a
caballo, y el inmenso gentío que llenaba las calles, cu-
yos vítores repercutían en las montañas. En la plaza
dirigió la palabra al ejército vencedor en Ayacucho, pa-
sando en seguida a palacio, en cuyos salones, el inmor-
tal Sucre quiso señirle la corona, que rehusó, colocán-
dola en las sienes del ilustre hijo de Cumaná. En se-
Departamento de La Paz 669

guida se dirigió a !a Catedral, donde se cantó un solem-


ne Te deum.
Casimiro Olañeta, José Maria Mendizábal y el ge-
neral Hilarión Fernández, diputados de la Asamblea
Nacional, pusieron en sus manos el nombramiento de
la Presidencia de la República. Se invistió del mando
y el 20 de septiembre salió con dirección a Chuquisnca.

Saavedra D. Juan de. - Natural de Seviila, vino


en la expedición que trajo AK'arado y se quedó en el

Perú. Resuelta la conquista de Chile por Almagro, Saa-


vedra a la cabeza de ciento cincuenta hombres, fue en
\iado en la vanguardia, tomando el camino del Callao,

fundó el donde permaneció un mes,


pueblo de Paria,
reuniendo provisiones y esperando a su jefe. Después
con su fuerza ocupó el pueblo de Choqueyapu, donde
reunió bastantes recursos pecuniarios.

_j,.
Poco más o menos a principios de agosto de IS35,
Saavedra y su comitiva llegaron de improviso a la cum-
bre que domina el valle donde se hallaba establecido el
pueblo de Choqueyapu. Al ingresar a la nueva po-
blación que por primera vez recibía la visita de los es-

pañoles, estos contemplaron un espectáculo pintorez-


co y encantador. Este valle estaba rodeado de una ce-
rranía áspera pero severa, distinguiéndose al frente las
colinas de! Río Abajo. El majestuoso Illimani con sus
plateadas cumbres dominaba el escenario. Atravesa-
ba el valle un río desprendido de los nevados de la cor-

dillera andina,tomando en su curso por el norte las

aguas de dos pequeños torrentes que demarcaban los

campos de Cusipata (altura de la alegría) y el río Me-


jahuira (agu^ turbia). Por el sur se le incorporaban
670 Diccionario H istórico del

el torrente de /^pumalla (señor de estaño), Chojña-


larca (torrente verdoso).
Ambos bordes del río Cocha, todas las prominencias
que presentaba el valle, estaban tapizadas de amena
yerba verde, donde crecían espontáneamente diferentes
plantas, arbustos. Los chacarismos cultivados con es-
mero prooresaban admirablemente allí se veía la quí-
nua, la papa, el maíz, la oca, que presentaban el aspec-
to de una alfombra artísticamente matizada de tbres
blancas, amarillas, rosadas violadas. Completaban
ese cuadro agradable, descollando aquí y allá el grave
saúco, la medicinal hcdiondilia, la mística cantuta.
Bn niedio de esta risueña pradera, pacían tranqui-
lamente manadas de la apasible llama, el simpático hua-
nacu, cuidados por pastorcillos medios desnudos que to-

caban su armonioso pinquillo [especie de pífano] y le-

vantaban su honda al aire. Las ligeras vicuñas corrían


en tropel por sus alturas y barrancos y el gigantesco
cóndor se cernía en los espacios.
Las tristes chozas de los aborígenes eran de barro
con techunibre de paja, en alguna de las cuales se des-
tacaba una pequeña pirámide, que era el sepulcro que
guardaba los restos de los antepasados. Estaban en
todas direcciones sin orden alguno. Estes salvajes do-
micilios circuidos de un muro de gigantescos espinos,
como indicando al forastero serle vedado el ingreso en
cercado ageno ; eran además cariñosamente cuidados por
el inseparable amigo del hombre americano el allko [pe-
rro].

Para que no faltara nada a este sorprendente pa-


norama: se veía al robusto aimara con su larga cabe-
apoyado en su instrumento de labranza (un palo
llera,

cuya punta tenía un pedernal) descansando de sus fa-


tigasy la mente en el oro porque los más eran mineros
que buscaban el preciado m^lal. De cuando en cuando
Departamhntq de La Paz 671

atravesaban el valle mujeres con la rueca en la mano,


hilando a la vez que andando, ocupación que no aban-
donaban ni en acto de visita, porque la ociosidad era
castigada por las leyes del Estado. De algún pozo de
los muchos que abundaban en la quebrada, sacaban el

aííua tan necesaria una india moza, a quien espiaba su


galán para contarle sus cuitas.
Saavedra reunió el oro que pudo y continuó su via-
je, pero a esta noticia algunos aventureros, vinieron a
establecerse en sus riberas, aún hay constancia que un
español de apellido Villalobos, trabajó una mina, no sa-
bemos cual.
En este estado oconteció la rebelión del inca Manco
en el Cuzco, como toda la indiada estaba conflagrada,
dieron muerte a los atrevidos aventureros. Pacificado
el pais y aventados los peruaiios, \ino al Callao en
1537 Gonzalo Pizarro, acompañado Je Pedro Alvarado,
Carcilazo de la Vega \- otros intrépidos españoles, que
después de haber estado en La Paz, apoderádose de las

minas, continuaron su viaje sobre Charcas.


En agosto de 1540 vino Francisco Pizarro, acompa-
ñado de su secretario Picado y otros capitanes para po-
ner en ordcMi las cosas del Callao, adjudicó a su herma-
no Gonzalo las minas de Chuquiaguülo, .Obrajes, llama-
do así después. Aquí recibió el conquistador del Perú,
la mala noticia de que los almagristas trataban de ase-
sinario, partió para Arequipa, dirigiéndose en seguida
a Lima, donde efectivamente fue asesinado el 26 de
junio de 1 541, Almagro, el hijo, mandó a sus tenientes
Diego Méndez, a confiscar los bienes de los Pizarro, co-
mo efecti\'amente lo hizo. Después de la batalla de
Guarina los que pudieron fugar se asilaron entre las tie-
rras del Choque\-apu.
Saa\'edra a su regreso de Chile, se encontró en la

batalla de los Salinas, acompañó al hijo de Almagro en


672 Diccionario H istórico del

un principio, pero se puso del lado de Vaca de Castro,


se iialló en la batalla de Chupas. Gonzalo Pizarro en
su defección contó a Saavedra en sus filas, más este se
fugó de Arequipa, se encaminó en busca del Virrey Ve-
la y como este había sido expulsado de Lima viéndose
perdido se ocultó, capturado por Carvajal, fue encerra-
do en una prisión y después ahorcado.
Saavedra D. Bautista — Nacido en La Paz. Hi-
zo sus estudios en el Colegio San Calixto, se recibió de
abogado muy joven. Profesor de derecho. Enviado
a España a buscar documei-.tos coloniales, lo hizo con
todo interés. Abogado del gobierno boliviano en el li-

tigio de fronteras con l.i República del Perú, presentó


ante el arbitro argentino, una dtfensa lucidísima. Mi-
nistro de Justicia e Instrucción en 1909, Ministro ante
el gobierno del Perú. Es autor del libro titulado El
oyllu.

Sa^árna^a I). Manuel.— Natural de la villa de Du-


rango en Visca\a. Vino a establecerse en esta ciudad
por el año 1760, contrajo matrimonio con María Carras-
co, hija de Hipólito Carrasco y Úrsula Duran en 12 de
abril de 1762, de cuyo enlace tuvo a Juan de Dios en ló
de enero de 1764, Juan Bautista en 24 de junio de 1766,
María Manuela en 16 de diciembre de 1768, Gregorio
en II de marzo de 1770, José Felipe en 20 de febrero
de 1772, José Miguel en 30 de septiembre de 1773, Mi-
guel en 30 de septiembre de 177^5. Fue teniente terce-
ro de aduana en 1770, Tesorero Real de las Cajas des-
de 1780. Falleció en 1794.
Juan de Dios, eclesiástico que se ordenó de sacer-
dote en 2 de junio de 1787: una de ¡as parroquias que
desempeñó fue Pacallo.
José Felipe igualmente eclesiástico, fue canónigo,
como adicto a la causa revolucionaria \i\q concordado.
Falleció en 1832.
Departamento de La Paz 673

Miguel ordenado de sacerdote el 16 de marzo, fue


cura de Pucarani, después de Tiahuanacu. ..,

Miguel el último hijo, murió de coronel en 1831*^


Sa^árna^a D. Juan Bautista —Nació en La Paz
el 24 de junio de 176Ó: fueron sus padres Manuel Sai;-
gárnaga, tesorero real y María Carrasco Duran, le Ue.-
vó a la pila el doctor Sebastián Serró y el bautizante
Juan de Dios Estrada. Enxiado casi niño a la ciudad
de Cluiquisaca, hizo allí sus estudios con bastante apro-
vechamiento, recibiendo el titulo de abogado en 14 de
er.ero de 1790 De regreso a su ciudad natal, a poco de
su llegjda tomaba asiento entre los capitulares coir.o re-
gidor perpetuo o caballero \einticuatro, cuya vara ía

obtuvo en puja abierta en oposición al licenciado José


Astete, siguiéndose un recurso ante el Virrey, cuyo fa-
llo fue favorable a Sagárnaga. El Rey por su despacho
de 4 de abril de 1805 le confirió el grado de subteniente
de la séptima compañía del batallón provisional de mili-
licias disciplinadas.
Casó con Josefa Arce Pereira en ii de abril dé
1807, en quien tuvo a su h.ija Gertrudes ^iiecasó con
Guillermo Cernadas en 8 de diciembre de 1816. Muer-
ta su esposa contrajo segundas nupcias con Isabel Cal-

derón, iiiña de diez y siete años, hija natural del regidor


Juan Calderón de la Barca y Manuela Loza, en" 11
de septiembre de 1809, siendo testigos de su phego ma--
trimoniai el doctor José María Valdez, Melchor de La Es-
trella(chulumaneño) y Pedro Rodríguez. El got^rnador
Zarate autorizó al presbítero Bernabé Ortíz Palza para
que les diera las bendiciones, y lo hizo en el oratorio

de Valdez, tuvo a Juana Manuela en 9 de junio de 1810.


Desde los principios trabajó por la independencia
de su patria. El año 1806 aparecían pasquines indicantes
de revolución en todas las calles, únicos medios de pu-
blicación en aquellos tiempos; al mismo tiempo hablen-
S5
674 Diccionario Histórico del ^

do fracasado larevolución preparada por Murillo y otros


patriotas, fueron tomados Murillo, Carlos Torres y
que fueron conducidos presos al cuartel donde
otros, los
Sagárnaga estuvo de guardia, habiendo fugado el Siete-
getas, fueron arrestados el capitán Julián Díaz del Cas-
tillo y el sargento José Zuazo, como ya sabemos Gra-
neros le dio la soltura a su correlij^ionario.

En la noche del Jueves Santo, 30 de marzo de 1809,


en que debia estallar la revolución, Sagárn¿jga afirma
que se encontraba en su finca Yaurichambi, üe esto
sea lo que fuere, lo cierto es, que estaba en todas las
tramas insurreccionales. Su acción se manifiesta ya
franca desde 1809, en que se realizó la primera junta
revolucionaria .general, a la que concurrió, la que tuvo
lugar en su casa el 24 Je junio, o mejor dicho en el do-
micilio de su hermano Miguel, en que habitaba el pro-
tomártir, en el barrio de la Cruz Verde; reunión en la
que se opinó por el degüello de los españoles. En la
tercera representó ante la junta a Indaburu, también
en la cuarta, en que se acordó el movimiento, fijando el

día y la Inra. En la noche del 16 de julio se dirigió a


la plaza cuando acababa de ser tomado el cuartel.
Abierto el Cabildo, ocupó su asiento y tomó parte acti-
va en todas sus deliberaciones. Habiendo pedido el

pueblo la renuncia del obispo, aceptada por la sala, re-


cibió comisión del Cabildo para intimar a La Santa, co-
mo lo hizo acompañado de Cossío con la competente
fuerza armada. Al día siguiente en unión de Lanza, re-
cibió el juramento de alianza de los españoles con los

americanos; así mismo desempeñó su comisión de reco-


ger el armamento del vecindario y lo hizo con una acti-
vidad admirable y enérgica, que le valieron los encomios
de sus colegas, muy especialmente de Indaburu que le

encargó levantar planos de las fortificaciones.


Departamento de La Paz ^-jt^

El 24 de julio ante las fuerzas reunidas en la plaza


se le hizo reconocer de sargento mayor de ejército, así
como a Murillo de coronel, InJaburu de teniente coro-
nel. Principió a organizar las fuerzas y lo hi/.o con to-
do empeño.
Los gerentes de la re\-olución al tener conocimien-
to de los aprestos que lucía ÜDyeneche al otro lado del
Desaguadero, reunidos en consejo de guerra, en la ca-
sa de Indaburu, con asistencia de este, Murillo, Castro,
Zegarra, Jiménez, en la que se acordó l.i resistencia al

jrfe realista, atrincherando 1^ pobLición y hacer toda


clase de esfuerzos hasta obtener la victoria o sucumbir
en su demanda. Con estos antecedentes se reunió el

Cabildo el 12 de septiembre, el pueblo por sus delega-


dos pidió la declaratoria de guerra a Puno, de cuya opi-
nión fueron Sagárnaga,Orrant¡a, Veamurguía,hidaburu,
cura Medina, fiel ejecutor, en consecuencia, la guerra
a Puno fue sülemnem:ente declarada.
Sagárnaga fue nombrado comandante de las fuer-
zas expedicionarias, las que salieron el 24 de septiem-
bre con dirección a Tiahuanacu. Ya para entonces el

subdelegado de Pacajes Estrada, en unión de Cáceres,


habían movido la indiada y cholada en favor de la re-

volución. Al día siguiente Sagárnúga en unión de los

oficiales Arias, Rodríguez, Jiménez, Saliiias y otros se


dirigió a su destino.

Se hallaba ocupado en los preparativos bélicos,


cuando se le presentaron los delegados Je Goyeneciie,
Campero y Astete, con el aparente pretexto de ser con-
ductores de avenimientos pacíficos, pero que en reali-

dad la misión de estos se reducía a seducir, corromper

y promover a la reacción, como se realizó después. Sa


gárnaga los detuvo pero se vio obligado a conducirlos a
la ciudad, causando con estola desaprobación de Mu-
rillo que preveía sus fatales consecuencias.
¿76 Diccionario Histó rico del
Aprobadas en el Cabildo las proposiciones de! je-
fe realista, este cuerpo comisionó a Sagárnaga y al al-
calde Medina para que se dirigieran ante Goyeneche pa-
ra canjear lo acordado, habiendo antes tornado la medi-
da de dejar en el Alto a Salinas de con orden expresa
que si Carazas y Medina, los aprisionaran y
llegaban
los introdujesen presos. Regresaba con Orrantia,
cuando en Laja le comunicaron que la tropa había aban-
donado Tiahuanacu bajo el comando de Castro, Rodrí-
guez, Iriarte, para contener los movimientos contrarre-
x'olucionarios. A todo galope llegaron al Alto de la ciu-

dad, conde les salió al encuentro el cura Medina, y les


refirió el fracaso de Yanguas. Sagárnaga con sus com-
pañeros en su arribo a esta ciudad se dirigió a lo de
Indaburu, pero al observar la completa confusión en
que estaba la casa, se vio obligado a retirarse a su do-
ni ic lio.
i

Indaburu desde su conferencia con el emisario de


Go) eneche, manifestó estar muy confundido, puso cen-
tinelas en los puntos que le 'parecían muy convenien-
tes. Mandó a Arias, Jiménez, Sanjinés, Salinas, pasa-
ran hasta el Azafranal, y se pusiesen en observación
de los movimientos del enemigo; asi mismo intimó a Sa-
gárnaga que ordenara el retiro de la indiada y la chola-
da de Tiahuanacu, a ¡o que se opusieron terminante-
mente Estrada, Cáceres, y le manifestaron estar re-
sueltos a oponerle el paso a Goyeneche, defenderse y
en último caso atacarlo si fuera posible.
Un consejo de guerra se reunió el ló de octubre en
la casa de Indaburu, con asistencia de este, Sagárnaga,
Medina, Lanza, Orrantia, Graneros, Jiménez, Rodrí-
guez, Castro, Zegarra, Arroyo, Landaeta, Carazas, en
cuya reunión se exaltaron las buenas cualidades del
general arequipeño, sus bondades de que estaba anima-
do, concluyendo por opinar por la entrega de las armas
Departaaaentq dé La Paz 677

y la que se opusieron con abnegación y


rendición, a lo

patriotismo Rodríguez, Medina, Castro, añadiendo Sa-


gárnaga que semejante acto sería indigno de La Paz.
Llamado Sagárnaga por Indaburu el 19 de dicho
mes, este le propuso la necesidad de rendirse y le obli-
gó por medio de amenazas a suscribir un acuerdo en
ese sentido. En la roche volvió a la casa de Indaburu,
encontró en el patio a Lanza, Cossío,
y en el salón al
dueño y su que hablaban sobre cosas indiferentes.
hijo,

El hijo de Indaburu salió pretextando pasar lista a su


compañía, siguiéndole a poco el padre. Momentos des-
pués Medina les comunicó que en la puerta del cuartel
de caballería, conversaba sigilosamente indaburu con
un hombre embosado sospechoso. Rodríguez viendo el

mal aspecto de los negocios resolvió coiuiucir a Muriilo,


ya preso, al campamento de Castro; pero Sag¿\rnaga,
quiso consultar sobre el particular con Indaburu, con
este objeto se dirigió al cuartel, en que encontró a las

tropas armadas bala en boca, en momento apare- ese


cían también Orrantia, Medina, Iriartc; más al \-erlos
inmediatamente ordenó Indaburu, que fuesen torneados-

presos, y en caso de resistencia maltratados. Rodrí-


guez tomó la carrera por un lado, pero fue tomado, Sa-
gárnaga que había huido por otro, pudo salvarse, asi-
lándose en una casa particular en la que permaneció
oculto hasta el día siguiente.
Consumada la traición de Indaburu, como hemos
dicho, mandó capturar a pwros patriotas. Al día siguien-
te lo hizo fusilar a Rodríguez, en vista de lo cual, Cas-
tro bajando del Alto le atacó, tomando la plaza, sucum-
bió Indaburu. Sagárnaga saliendo de- su escondite no
pudo contener el saqueo de algunas casas por la efer-

vesencia del pueblo, que estaba irritadisimo. Un sol-

dado le prosentó el bastón de Indaburu que lo rechazó


indignado.
678 Diccionario Histórico del
El ejército se retiró a Chacaltaya, en consejo de
guerra se refoh'ió la retirada para la provincia de Yun-
(j¡as, como lo efectuaron a la aproximación de las fuer-

zas enemigas. Castro que mandaba el ejército de la


retirada, le indicó a Sagárnaga la conveniencia de si-

tuarse en Sallari y Chirca. en este punto se quedó en


calidad de comandante. El primero le remitió desde
Goroico dos piezas de artillería, soldados y mü pesos,
para el socorro de la tropa, pago a la indiada y otros
gastos necesarios. A la legua mandó practicar para-
petos de defensa, pero resultando ineficaces, Jaén man-
dó construir unos espaldones.
Sagárnaga recibió orden de reunirse con Castro en
Chulumani, quedando en su lugar Orrantia y Unieres.
Se situó en Libinoso, mediante la indicación de Victorio
Lanza ocupó Pacallo, que según el juicio de aquel era
un punto adecuado para una defensa. Sagárnaga fue
encontrado por el realista Ve¡corme,,este le arrancó una
carta para Jaén, ofreciéndole en cambio la vida, la que
quedó sin efecto por el momento.
A la noticia de! desastre completo deCastroen Iru-

pana, le indico a Velcorme, que podía ocupar la plaza


como lotomándole preso y remitiéndole a esta
hizo,
ciudad con Gamón. Llegó el 27 a las dos
el capitán
de la tarde y fue conducido a la cárcel. Prestó su de-
claración preventiva el 22 de diciembre de 1809 y su
confesión el 6 de enero de 1810, siendo condenado a la
)
enj capital previa degradación.
El 2Q de enero de 18 10 fue el último reo que subió

al cadalzo. Sometido a la degradación, arrancada su


espada y arrojada al aire, se dice, que cayó de punta
incado en el suelo contra lo que no sucede siempre de
ordinario, dando lugar a augurios populares, en seguida
sucumbió a garrote a las once de la mañana, colgándo-
se su cadáver en la horca. Seis horas después fue des-
Departamento DE La Paz 679
colgado, conducido al templo de San Juan de Dios, y
sepultado en su atrio juiítamente con los restos muti-
lados de Murillo.

Sa^árnaga Señora María Manuela— Nació en La


Paz en it; de diciembre de 1768: fueron sus padres Ma-
nuel Sagárnaga y María Carrasco. Recibió una eJuca-
ción digna de su alcurnia: ella manifestó desde
niña sentimientos nobles, con laque más tarde debía
soportar las tristes pruebas a que debía estar sujeta.
Contrajo matrimonio con el doctor José María Valdez.
de cuyo enlace tuvo a José Dionisio en 31 de marzo de
1802, Manuela Vicenta en 30 de abril de 1803; José Gi-
bino Toribio en 19 de febrero de 1805, Jobé Benito en
12 de enero de 1806. Alma eminentemente patriota y
varonil, trabajó con toda la entereza de su alma por la

libertad de su patria. Habiendo sufrido un fracaso la

revolución, tuvo el sentimiento de ver a su esposo y


hermano sumidos en lóbregos calabozos. Propuso a
Goyenechc una suma considerable en rescate de la vi-
da de su hermano y la libertad de su esposo, logró
arrancar a este de la prisión; pero, vio morir a su her -

mano en un patíbulo, a pesar del dinero que había reci-


bido Goyenechc por su vida. Así era la conducta mo-
ral del futuro conde de Guaqui.

Desde ese momento se vio tildada, espiada y mor-


tificada por los implacables realistas. Tuvo un momen-
to de placer, le pareció alumbrar un bello sol para su
patria con la revolución de Buenos Aires, eclipsada ella
en los campos de Guaqui, la saña de los sostenedores
de los derechos absolutistas, se mostró vengativa, feroz,
contra ella, apesar de estar cargada de familia, enluta-
do su hogar, fue desterrada a las mortíferas regiones de
Caupolicán, donde con admirable heroísmo soportó to-
da clase de privaciones, su fortuna se veía amenazad^
68o Diccionario Histórico del
a cndu paso, pues que, bajo pretexto de multas le arran-
caron fuertes sumas en diversas ocasiones.
Después del desastre del 28 de septiembre de 1814,
el odio, la venganza de los realistas, no encontraban un

momento cómo satisfacer sus deseos inn-obles de que si

era posible no dejar un solo patriota, esos deseos los


reanudó el feroz Ricafort, que vino destinado para cas-
tigar a La Paz Manuela se vio molestada, hostigada,
a las veinticuatro horas de notificada se le arrancó una
suma considerable. Todavía más tarde y muchas ve-
ces se hizo lo mismo con su fortuna. No todo debía
ser sufiimiento, tuvo la gloria de escuchar la alegría con
que los pueblos saludaban la aurora del 9 de diciembre
de 1824, en los campos de Áyacucho, desde entonces
vivió tranquila. Falleció en 1857.
Sagárnaga D. Mariano— Nació en La Paz. A los
quince años sentó plaza en el ejército de Rondeau, sor-
prendido con una pequeña partida en Salo tuvo la debi-
lidad de hacerse enrolar en el ejército realista, en el

que permaneció hasta A)'acucho, en el que cayó prisio-


nero. El general Sucre le recibió con afabilidad y le

dio el grado de capitán.


Concurrió a las campañas de la Confederación, se
halló en Yanajocha y Socabaya, donde cayó mortal-
mente averiado con siete graves heridas, siendo ascen-
dido a corone'. mando Ballivián en
Al investirse del
Tiahaanacu le nombró Jrfe de Estado Mayor. En la
batalla de inf^a\'i a la cabeza del batallón 5P y un es-
cuadrón de Coraceros, cargó con todo denuedo contra
el enemigo. Pronunciada la victoria en el mismo eam
po de batalla, fue ascendido a General de Brigada. Mi
nistro de Guerra en 1844, ascendido a poco a General
de División. A la caída de Ballivián se retiró a Sora -

ta, dedonde Velasco lo hizo tomar preso el 14 de junio


de 1848, logrando fugarse al Perú. Tomó parte en la
.

Departamento d e La Paz 6gi

revolución de Pérez en 1862, Jerrctado en San Juan y


las barricadas de La Paz, se retiró a la vida privada.
Murió en 1866.
Salazar D. Luís de. — Hra hijo del licenciado Alon-
so Pérez Salazar, oidor que fue de Lima, Chuquisaca,
presidente Quito. Avecindado en esta ciudad, casó
con Marcelina Isabel Aguirre, de cu)0 enlace tuvo a
Luis en 20 de octubre de 1672, Francisca en 23 de sep-
tiembre de 1676, Maria en 10 de octubre de 1683, José
Sancho en 5 de agosto de 1685. Fue alcalde de la San-
ta Hermandad en 1682, reoidor perpetuo del Cabildo.
Persona muy honorable, el corregidor Gonzalo Gutié-
rrez de Figueroa, le nombró su teniente, cuando este
funcionario dejó de existir, se hizo cargo del gobierno
en 21 de julio de 1695, gobernó hasta el 3 de julio de
1698, en cuya fecha llegó el nombrado por el Rey. Fa-
lleció en 1670.
Graciana Ergueta, en quien tuvo
José, casó con
a Juan Esteban. Juan, hermano de Luis, fue casado con
Antonia Ferrufino. Comerciante de crédito, receptor
en 1695

Salazar Carrillo D- Bernardo.— Limeño, casado


con Atanasia Mirriel, sorateña, en quien tuvo a Carlos
en 19 de ma\o de 1619, Alcalde ordinario del Cabildo
en 1663, alcalde provincial en 1665. Su hijo Nicolás
nacido también en Lima, era capitán, en 1705 casó coq
Maria Isabel Vela. En 1723, alcalde pro\'incial, y des-
de 1725 regidor perpetuo o caballero veinticuatro. Más
tarde invistiá el grado de maestre de campo, pro\-eedor
en 1729. Murió en 1750.
Salcedo Villandrando D Juan de —
Españjl, fue
regidor del Cabildo desde 1584. En 1Ú09 sacó en re-
mate por tres mil pesos el puesto de receptor de penas
de cámara.
86
682 Diccionario H istórico del

Manuel Salcedo, yungueño, fue casí^do ccju Casil-


da Macuaga, en quien tuvo a And'és, el que llegó a ca-
sar en 25 de junio de 1S05 con Tomasa Murillo.hija del
protoniártir. Acompañó a su padre político en todas
sus peripecias, logró fugar con él, siendo capturado jun
tamente con Pedro, cuando este sucumbió en el cada!-
zo, fue a ii^.corporarse a la familia que )-a para enton-

ces se había retirado para Inquisivi.


Francisco Javier Salcedo, hermano del anterior,
organizó una compañía de volúntanos en la revolución
de julio, como su capitán, teniendo por teniente a
Francisco Vicente Maldonado, )' subteniente a Mariano
Domingo Salcedo.

Saldivar D Pedro.— Hste capitán español, vino a


establecerse en esta ciudad, juntamente con su esposa
Bernarda Pardo de las Flores, aqui nacieron sus hijos:
Juan en 24 de junio de 1703, Antoido en 14 de junio de
1704 y Gregorio en 7 de marzo de 170Ó- Comercian-
la calle en. que tenía su casa to
te de bastante crédito,
mó su nombre. Fue mayordomo de la Cofradía del
Santít-imo Sacramento de la Catedral.
Salgado Aracejo D. Martín de.— Natural del Tu-
cun:)án,maestre de campo, al radicarse en esta ciudad
casó en 1690 con Luisa Diez de Medina, de cuyo enla-
ce tuvo a Pablo en 30 de junio de 1691, Josífa Fran-
cisca en 4 de noviembre de 1693, Faustino en 19 de oc
tubre de 1698, José Perfecto en 18 de abril de 1699,
Estefanía en 26 de diciembre de 1700, Miguel en 30 de
septieinbre de 1701, fue alcalde ordinario del Cabildo,
su esposa falleció el 16 de septiembre de 1711, él dejó
de existir en 17 14.
Salgado Arcicejo D. Miguel.— Nació en La Paz en
30 de septiembre de 1701: hijo del anterior. Casó con
Tomasa Argaridoña en 18 de febrero de 1732, de cuyo
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 683

enlace tuvo a María Felipa en 27 de mayo de 1734

María Constanza en ó de abril de 1735, Manuela en i ^


de mayo de 173Ó. Esta llegó a casar con Francisco Pa-
checo Car. lenas. Fn 1734 fue ascendido a maestre de
campo, regidor del Cabildo, alcaide ordinario en 1735
d^ segundo \'oto y en 1737 de primer voto. Fue uno
de los vecinos más respetables por su bondad, cerno por
su caridad. Murió en 17^0.
Salinas D. PrancisGo. — Fste español, estudiante
de Alcalá de Henares, en cuyas aulas había obteniJo el

grado de licenciado, fue secretario del ayuntamiento en


1 561. Casado con Jerónima Agüero, en quien tuvo a
Pedro en 24 de junio de 1662. Fue un letrado muy
sobresaliente, consultor sobre asuntos jurídicos, al-
calde ordinario de 2 ? voto en 1Ó63 y 1665, alcalde or-
dinario de primer voto en 1667 Falleció el 1 ? de
mayo de 1Ó87.
Su hijo Pedro casó con Javiera Renjifo, en quien
tuvo a Tomás en 4 de febrero de 1675, Diego en 8 de
diciembre de 1676. Este casó con Catalina Bustillos,
en quien tuvo a Pedro en 20 de junio de 17 10 y Casi-
miro en 4 de mayo de 171 Pedro casó con [ . Josefa
lllanes. Casimiro con Josefa Torres.
Salinas Tray PrancisGO.— Nació en La Paz el 3 de
octubre de 171 3. Hijo de José Salinas y Clara Rome-
ro. Ingresó en la caritativa orden juandediana, des-
pués de hacer sus estudios se consagró con todo ir.terés

a las obligaciones de su ministerio. En 1743 llegó a


ser conciliano y presidente, cargo que desempeñó hasta
1748. Este religioso trabajó una nueva enfermería y
celdas para los padres, con esto llegó a tener el hospi-
tal tres salas para hombres con treinta y cuatro alco-
bas y una para mujeres con veintitrés alcobas. Este
activo religioso pasó de prior al convento de Oruro,
donde falleció,
-
-

684 Diccionario Histórico del

Salinas D. Antonio. Español, licenciado de la—


Universidad de Salamanca, vino de canónio;o al coro de
La Paz en 1629. Uno de los rectores del Colegio Se-
minario. E! obispo Vega por su auto de ó de febrero
de 1638, organizó Colegio Carolino y ordenó que sus
el

rentas del 3 por ciento sobre los sínodos de cada curato


se depositara en una caja de 3 llaves en la sala recto-
ral. Lamenta que no se hubiera llevado correctamen-
te las cuentas por la mucha variedad de rectores de

muchos años a esta parte. Habiendo renunciado Sali-


nas fue nombrado rector el licenciado Andrés Vallejo.
Tenía pocos alumnos a los que les fatigaba con el es-
tudio del latín durante seis años y un poco de filosofía

escolástica. Los colegiales más sobresalientes en 1635,


eran: Francisco de Paredes, Lorenzo Vázques del Cas
tillo, Cristóbal de Chávez y Francisco de Sepiilveda.
Salinas comisario de cruzada, provisor y vicario gene-
ral en 1646 y chantre en 1649.
Salinas D. Esteban —
Nució en La Paz el 4 de
septiembre de 1778; fueron sus pa^^res el capitán de mi-
licias Juan Crisóstomo Salinas y Eulalia Farrachol.
Estudió en la Universidad de Chuquisaca, donde
obtuvo el grado de doctor, lo ejerció más tarde con cré-
dito. A su regreso al país natal contrajo matrimonio
con María Luz Campos en 3 de abril de 1806, de cuyo
enlace tuvo a José María en 15 de agosto de 1807, ^ien-
do el que lo llevó a la pila Gregorio García Lanza. Afi-

liado en el partido revolucionario: se había acordado en


las juntas que Salinas sería subdelegado de la provincia
de Pacajes, pero no sabemos por qué causa no se le

asignó el puesto designado después del movimiento de


julio. Durante la lucha revolucionaria es completamen-
te desconocida su actuación. Suscribió el acta de su
boTdinación a la Junta de Buenos Aires en 16 de no-
viembre de 1810. Se entregó a una yida pacífica por-
Departame nto de La Paz 685

que se vio tildado por los realistas y se retiró al Ba-


cante en Yungas.
Muerta su esposa contrajo seo^undas nupcias con
María Remedios Belzu, en quien tuvo a Belisario. Di-
putado por La Paz a la Constituyente de 1826, Conjuez
de la Corte en 1831. Wurió en 1835.

Salinas D. BelivSario— Nació en La Paz el 10 de


febrero de 1833, ^'jo del anterior. Sentó plaza en cali
dad de cadete en el ejército comandado por Ballivián.
Ln 1846 comenzó sus estudios, recibiendo el grado de
bachiller en letras en 1855. Marchó a Europa donde
permaneció dos años, a su regreso continuó sus estu-
diosy se graduó de doctor en 1862, El mismo año pro
fesor del 2 ? año de Derecho y del idioma francés en el
Seminario. Diputado por la provincia de Sicasica al

Congreso ordinario de 1 863—64. Miembro de la junta


directiva de! colegio de educandas, coii'^ejero de la Uni-
\'ersidaJ.

Apenas asentó su poder Melgarejo, cuando vino


Belzu, a cuyo lado se encontró Salinas, cuando la vic-
toria ya sonreía a Belzu, se cambió la fortuna con un
recio golpe de audacia: Melgarejo había victimado a su
contendor. Salinas pudo salvar de palacio casi por mi-
lagro, huyó al Perú, de donde regresó cuando estalló la

revolución constitucional de 1865, siendo llamado al des-


empeño de la secretaría general y a la dejación de este
cargo, Cancelario de la Universidad.

La pérdida de las Letanías le llevó otra vez al camino


del ostracismo, en Perú fue profesor de francés en el
el

Colegio Seminario de Puno en 1868. Regresó a la caí-


da de Melgarejo, siendo elegido diputado por La Paz y
a la vez por Pacajes a la Constituyente de 1871, dipu-
tado por Sicasica a los congresos de 1872 y 73, siendo
nombrado consejero de Estado.
6á6 Diccionario Histórico del
Al advenimiento de Adolfo Ballivián, prefecto de
La Paz en los años 1873, 74 y 75. El 23 de diciembre
a las once de la mañana el batallón 2? ("Verdes") en-
cabezado por sus sargentos estalló en motín militar y
durante tres días llenó de pavor a la población con ase-
sinatos y otros crímenes. Salinas logró escapar hasta
Luribay, donde reuniendo al.L^unos jóvenes dio alcance
al gobierno en Sicasica, que en la acción de Chacoma

fueron derrotados los rebeldes. No había pasado mu-


cho tiempo cuando el 20 de marzo de 1875, las turbas
atacaron la plaza y sitiaron el palacio de gobierno, don-
de el prefecto Salinas y otros altos funcionarios se de-
fendieron heroicamente. Incendiado el edificio, pudieron
salvar en grupo hasta que fueron favorecidos por las
fuerzas del gobierno que vinieron de Viacha.
Salinas presentó su candidatura para la presidencia
de la República, pero viendo en minoría su partido, la

retiró. Daza le tuvo sana, le tenía preso en un cuar-


tel, cuando se supo la ocupación del Litoral por los chi-
lenos, salió de su calabozo.

Puesto el ejército boliviano en campaña, Salinas se


encaminó a Tacna, siendo nombrado auditor de guerra.
Le cupo paite importante en la destitución de Daza,
pasando a desempeñar el cargo de secretario general
del comandante en jefe. Elegido diputado por La Paz
a la Convención de 1880, presidió la Cám.ara como su
presidente dos veces durante sus sesiones. La Con-
vención le eligió segundo Vicepresidente de la Repúbli-
ca. Durante los años 1881 y 1882 reemplazó en el
ejercicio del Poder Ejecutivo al titular Campero. Mi-
nistró de Guerra, Enviado Extraordinario ante el go-
bierno de Chile para firmar el Tratado de Tregua, Se-
nador por La Paz en los dos períodos de 1882 a 1891.
Se hallaba en Sucre como Riiembro de la alta Cámara,
cuando estalló la revolución del 8 de septiembre de i'88$
_

Departamento de La Paz 687


contra el gobierno Arce, se puso a la cabeza como ge-
rente; más la pérdida de Karikari le llevó al exterior, de
donde rej^íresó cieo^o. Murió el 17 de julio de 1893.
v^almas D. José Benigno— Nació en La Paz el 14
de octubre de 1773: hijo del capitán de milicias Juan
Crisóstomo Salinas y Eulalia Farrachol. Lstudió en el
Coleojio Seminario. Casó con Josefa Bacarreza, hija
de An^^el Bacarreza, natural de Gerona y Andrea Bal-
divieso, de cuyo enlace tuvo a José Hermós^enes en 17
de abril de iSio, José Luis en 21 di junio de 181 1, Jo-
sé María en ig de marzo de 181 3.
Perteneció al cuerpo de niilicias \' conio habia sido
adicto a la causa separatista, cuando estalló la revolu-
cicii del 16 de julio de 1S09, fue nombrado ayudante
ma\or de caballería, "¡raduado a capitán. Resuelta la

¿uerra a ¡a proxincia de Puno, salió el destacamento a


situarse en Tiahuanacu bajo el comando de Sagárnaga,
este se dirigió con Rodríguez y Salinas al día siguiente.
Cuando debía venir el coniisionado de Goyeneche y el

alcalde de segundo voto Medina, a recibir las armas,


Sagárnaga le dio ia comisión Je situarse en el Alto con
un piquete de soldados, con la orden expresa de apri-
sionarlos y i^.o dejarles la entrada, cuya orden no cum-
plió, más bien ¡es dijo a los enviados que apresuraran
la entrada para contener los desórdenes. Indaburu le
envió iiasta el Azafrana! en observación del enemigo,
de cuyo punto regresó, se encontró con la revolución
realistaque habia realizado Indabuiu. Ocupada la pla-
za por Goyenechefue tomado preso. Comisionado el
regidor José Mariano Castro '^ara seguirle el juicio, su
defensor licenciado Mariano Ignacio Tejada en igde fe-
brero de 1810, pidió que Miguel Caraza?, edecán de Go-
yeneche, deponga sobre su actitud en el Alto, lo que fue
ratificado por Carazas, es decir el paso franco a la ciu-

dad, no obst;mte Go\-eneche, le condenó por susenten-


688 Diccionario H istórico deL

cia tantas veces citada a dos meses de arresto y extra-


ñamiento perpetuo de la provincia. Salió desterrado
con dirección a la Argentina, como hubiera obtenido la
libertad en Córdoba, regresó más tarde al pais. Murió
el 12 de diciembre de 1843.

Salinas Ve^a D. Luís.— Nacido en La Paz. Hizo


sus estudios en Chile y se recibió de abogado en Boli-
via. Periodista sobresaliente. Diputado ror La Paz a
la Convención de 1880, por Carangas al Congreso de
IQ03, Senador suplente en 1902. Ministro ante el go-
bierno d^l Brasil, Ministro ante las cortes de Berlín y
Viena.

Su hermano Jorge, abrazó la carrera de las armas.


Combatió en Pisogua. A la cabeza del Batallón «Inde-
pendencia» se dirigió al Acre, en defensa de los dere-
chos de su Patria, donde ha fallecido.

Salido de la Raya Balearse D. Francisco —Doc-


tor de la Universidad de Salamanca. Fue el primer ca-
nónigo doctoral del coro de La Paz, recien fundada. A
la muerte del obispo Valderrama, elegido Provisor y
Vicario general por «el insigne Dean y Cabildo Sede
vacante». Fue pues, el primer Vicario Capitular que
tuvo la Diócesis paceña. La fecha de su muerte no es
conocida.

Saimón D- Eloy. — Nacido en Chulumani de la

provincia de Yurga^. Puso en músi-


Fximio pianista.
ca el Himno Paceño y ha dejado composiciones de mé-
rito.

Durante los primeros años del coloniaje, la música


fue muy descuidada, las funciones religiosas se celebra-
ban con arpas. La Compañía de Jesús tuvo el primer
órgano, después se trabajaron para los demás templos.
El obispo Valencia, muy aficionado a la música, dio im-
pulso al arte musical. En 1669 era maestro Je capilla
Departamento de La Paz 689

de la Catedral el licenciado Marcos Flores de Herrera^j


suponemos que sería algo mejor la música.
En las funciones públicas se tocaba el instrumento:,
del Rey David, acompañado de violines, desempeñada,
por mestizas e indios. En la jiira de Fernando V y, fií^
dirigida por el indígena Ticona. . .
.^^.c-^j-j

En los salones se locaba arpa, acompañada de gui-^,

tarra y las mestizas dr la profesión arrancaban notas,


melodiosas, que llenaban de regocijo a la concurrencia.
Los pianos llegaron muy tarde, si las indagaciones
que her.ios hecho son ciertas, los primeros pianos in-
troducidos fueron por el comerciante catalán M-ís, poco
ir.ás o menos, por los años de 1843.
Después han existido algunos músicos sobresalien-
tes, hoy conceptuamos a Francisco Molina.
D Demetrio Salmón, clérigo ilustrado. Chantre
de la Catedral. Ocupó un lugar en la terna para obis-
po de la Diócesis.
Sánate! D. José.— Este capitán español vino por
elaño 1704, llegó a casar con Bernarda Vásquez^ en
quien tuvo a Elena en 10 de agosto de 1705, José en 10
de marzo de 1707. Fue un comerciante de crédito en
su tiempo y más tarde se retiró a ia pro\incia de Yun-
gas radicándose en Irupana.
Sáix Cristóbal Q. Fraclsco -Natural de la villa

Laredo, hijo de Antonio San Cristóbal y Lucía Gonzá-


lez. De profesión arquitecto, fue e! que dirigió la re-

construcción de puentes en 1790, cuandp fueror) des-


los

truidos por la represa que hicieron los indios sobre el


río, con intento de destruir la población; igualmente que
el templo de la Buena Muerte, que al concluirse se 4íís.

plomó. Uno de los enemigos más declarados de I4 re^


volución de julio de 1809, en unión de los realistas tra-
bajó activamente por la contrarrevolución, ofreció cinco
mil pesos de su plata para sobornar a los soldados, ha-
S7''
ÓQo Diccionario Histórico de l _
bía logrado conquistarunos quinientos españoles, pre-
parando un plan para dar el golpe, la que debía realizar-
se en la noche del 25 de septien:ibre; pero les faltaron
armas, hubo desacuerdo entre ellos y más que todo una
cabeza dirigente, por consiguiente abortó el plan. En
consecuencia fueron apresados muchos de los españoles
y reducidos a prisión. San Cristóbal y los suyos, sin
embargo no desistieron de su empeño, prepararon otro
golpe para la noche del 12 de octubre bajo la dirección
del alcalde Yanguas, más apresado este al día siguiente,
lo mismo que todoslos conjurados, recogidas las armas

por los quedó desarmado el partido realista.


patriotas,
San Cristóbal buscó asilo en el convento de la Merced,
donde permaneció hasta la defección de Indaburu, en-
tonces desplegó toda su energía, tanto en la construc-
ción de los parapetos, la reunión de armas, así como de
gente, más siéndoles la suerte desfavorable fueron des-
trozados por Castro, con la muerte desastrosa de su
caudillo Indabuui, huyó desde la plaza otra vez al con-
vento de la Merced, permaneció oculto en el, en vez de
un retablo hasta la llegada de Goyeneche. A la apro-
ximación de las fuerzas argentinas, huyó de La Paz y
regresó en 1814.
Su hermano Juan Domingo de San Cristóbal, tam-
bién de Laredo, fue casado con Juana de Dios Landae-
ta hija de Juan Landaeta y Estefanía Calatayud, en
quien tuvo a Tomasa.
Sanco José.— Indio principal, representante ante
la Junta Tuitiva. Pobre raza, fue el único año en que
les alumbró una ráfaga de esperanza para que se rom-
pieran sus cadenas, con este aliciente cuantos lieroica-
mente no combatieron con el intrépido Cáceres, el in-
fatigable Lanzj, el audaz Muñecas, derramaron su san-
gre, sucumbieron en los campos de batalla, dejando sus
hogares en la horfandad y la miseria, sin embargo han
Departame nto de La Paz 6gi

sido mirados con desdén por la humildad de su origen,


algo más, para vergüenza de la República, han pesado
sobre ellos los mismos sufrimientos, tiranías, ultrajes y
gabelas del tiempo cüIoni:il.

Sánchez de Velas&o D. Joaquín —Natural délas


montañas de Burgos, hijo de Simón Sánchez y Clara
de Velasco. Su padre lo trajo niño cuando vino nom-
brado Corregidor de Sicasica. Elegido alférez de la oc-
ta\a compañía de \eteranos de esta ciudad, vino con su
esposa Bernarda Ángulo, aquí le nació su hijo Joaquín
en 8 de noviembre de 1804 Apen.-^s oyó les primeros
tiros que anunciaban la toma de! cuartel en la noche
del 16 de julio de 1809, se escapó a pié hasta Viacb.a,
siguiósu camino hasta incorporarse en el ejército de
Goyeneche, continuó en el ejército realista, ascendien-
do a coronel.
Sánchez Lima D Juan —Español, vino de sar-
gento mayor en el batallón voluntarios de Estremadura.
El Virrey Pezuela en 20 de julio de 1816 le dio nombra-
miento de gobernador interino de La Paz, pero no de-
bía posesionarse de su destino mientras Ricafort, con
quien venía llenando su comisión, debiendo é! perma-
necer a sus órdenes, y encargarse dei gobierno cuando
Ricafort tuviera a bien cesar en í:u ejerció. Al mismo

tiempo le ascendió a teniente coronel de infantería,


graduación de que debía usar cuan.do entrara a ocupar
su destino. Ricafort le envió a Larecaja a sacar el em-
préstito forzoso que tenía que reunir, comisión que lle-

nó a satisfacción de aquel, trajo la suma de cincuenta


y cinco mil pesos. Desde 1809 a 1820, erogó La Paz
1.791,960 pesos, según las publicaciones de Lima.
En este tiempo el guerrillero Lira había ocupado
Irupana a la cabeza de cien fusileros y numerosa india-
da. Sánchez Lima con una fueiza competente salió en
muriendo
pos de! guerrillero, a quien logró dispersarlo,
¿92 Diccionario Histórico del
Lira en manos de los suyos, mediante el cohecho de las
autoridades españolas. En premio de este servicio, el

Virrey le dio el grado de coronel de ejército en 21 de


mayo de 18 17. Ricafort enero de 18 17 anun-
el 31 de
ció al Cabildo que dejaba mando y
recibirse a su su-
el

cesor. El Cabiido en sesión extraordinaria del i ^ de


febrero, acordó recibirlo inmediatamente con las formas
de estilo.

Con la retirada del feroz y sanguinario Ricafort,


respiró la población. El nuevo frobern.ador de carácter
más apasible, trató de cicatrizar las heridas causadas
por su antecesor, entregándose a construir obras de or-
nato público y obras de carácter urgente. Trató de
fundar una casa de expósitos, con este motivo dio una
circular en 15 de agosto de 1817, en la que decía: para
las victimas inocentes que el honor malentendido, arro-
jaba en los lugares más inmundos, pensamiento que no
llegó a realizarse.

Embelleció la población con el trabajo de la Alame-


da, para lo que escogió el siideste de la ciudad, conoci-
da hasta entonces por campo de carreras, siendo su idea
de llevar la esplanada hasta el pié de la capilla de So-
pocarhe. Arreglado el terreno mandó traer de las que-
bradas del Río abajo, variada arboleda, con ellas se hi-

cieron plantaciones a lo Ijrgo de quinientos cuarenta y


dos metros, y treinta y seis de ancho. Dividida en cin-
co calles o avenidas, la del centro más ancha y espacio-
sa, las dos últimas laterales apropiadas para los pasean-
tes a pié o caballo. Para dar mayor brillo a este par-
que mandó transportar la fuente de berenguela que exis
tía en la plaza principal. Todo el trabajo fue dirigido
por el ingeniero Francisco San Cristóbal en 1817.
La obra del comía ndante del escuadrón lanceros de
Fernando Vil, fue el único punto de recreo del vecinda-
rio paceño. La fuente fue reemplazada con una balsa
Departamento de La Paz 693

de agua a la crnceña. Los árboles talados en 1909 por


la IGNORANCIA, arrancar un árbol de un país desprovis-
to de vegetación, nos parece punible, imperdonable.
En el mismo ano construyó el puente que llevaba
su nombre, o sea de San Juan de Dios. Relaciona la

tradición que este caballero tuvo sus relaciones amoro-


sas con la elegante y rica dama María Pilar Crusado,
natural de Murcia, a quien obsequió la casa quinta que
habían tenido gobernadores en Obrajes y que en
los

uno de los frecuentes paseos que la expresada dama


hacía al lugar nombrado, caM quedó cihogada en una
avenida, le arrancó de su caballo, siendo maltratada,
por lo que hizo construir el puente que conduce a dicho
lugar. Dejó el mando en 1822, después de /^yacucho
se restituyó a Españií,

Sanche? rroy Matus Antopío.- Religioso francis-


cano, rector jubilado, dos veces pro\'in:ial, fue electo
obispo de La Paz en 1818. Llegó a Lima el 3 de di-
ciem.bre de 1820, se consagró en esa ciudad, entró en
La Paz el 2 de agosto de 1821, ni día siguiente tomó po-
sesión. Este obispo concurría tarde y mañana a la Ca-
tedral a rezar ios oficios en unión de los canónigos. Fu-
rioso realista, intransigente, tenaz, de aqui sus piinci-
pales actos: circular de 25 de octul re de 1821 para que
los curas prediquen alistamiento voluntario bajo de las
banderas y ejército del católico monarca; la de 4 de
marzo de 1822, para que en ti pulpito, confesonario,
exciten obediencia a España, retractación de sus iJeas
revolucionarias; en 9 de abril de 1822 dio una pastoral
en el sentido de la anterior, circular en la que traía a
los americanos de furias, enemigos de los h.ombres, es-
clavos, etc , claeifica a la junta revolucionaria de pérfi-

da denomina a los héroes de la indepen-


insurgente;
dencia de hombres enfurecidos, rabiosos, concluye su
.encíclica con estas palabras: "no hay otro remedio que
6q4 Diccionario H istórico del

el de {
rocurar externiinar las fuerzas contrarias, qui-
tánJoles los soldados que se hallan bajo sus banderas,
d.-ben pues para reparar los daños causados ai monarca,
pagar con sus personas y bienes, dando fuerza a nues-
i:o ejército a costa de los delincuentes". Obtuvo de
su clero en 1S23 por la fuerza, nueve mil pesos para
obsequiar al ejéicito real. Recibió en 22 de mayo de
1822 ratificada por las Cortes españolas del año ante-
rior ¡a orden para que los conventos quedasen sujetos a
los ordinarios, si esta medida se hubiese tomado más
antes, habría sido benéfica, porque entonces no habría
venido tanto rapas con nombre de comisario, visita-el

dor. Consumada la independencia en los campos de


Ayacucho, amenazados les realistas por las fuerzas de
Lanza, que se dirigían de los Yungas, el 28 de enero de
1 82 5, Cabildo y avandonó
delegó su jurisdicción en el

la ciudad el 30 del mismo mes en unión del gobernador

Mendizába! y toda la guarnición española, dirigiéndose


al interior. L11 1829 se fue a España, falleció en 1849.

Sánchez Pcdraza Juan.— Natural del reino de


León. 5e hallaba establecido en La Paz desde 1734,
fue casado con María Antonia Pérez Ariscurinaga: hija
de Isidro Pé.'vz Ariscurinaga y Gregoria Paz Bejarano.
Obtuvo el corregimic-nto de La Paz en 1754 y la desem-
peñó hasta 1761. Su coposa falleció el 31 de octubre
de i7;6 y el deió de existir el 24 de octubre de 1760,
de cd.id de seterita añ.s, sus restos fueron inhumados
en el templo de la Merced.

Sánchez D. José Antonio.- Nacido en La Paz.


higresó en la carrera de las armas en el época de Santa
Cruz: asistió a las batallas de Yanacocha y Socabaya,
ascendiendo a capitán. Se halló en Iruya y Montene-

gro, cuyos triunfos le valieron su ascenso a teniente


Departamento de La Paz 69^

coronel. En 1840, era jefe dei batallón 6? , a cuya ca-


beza peleó en Ingavi, y fue ascendido a
salió herido,
coronel. A la calda de Ballivián estuvo retirado del ser-
vicio. Volvió con Linares, quien le encomendó la pre-
fectura de La Paz, y lo hizo general de brigada en 2 de
octubre de 1860, inspector general del ejército, de
acuerdo con Fernández y Achá, en la madrugada <iel 14
de enero de 1861, aprisionaron a Linares, desconociendo
su autoridad. Formaron una Junta de Gobierno, que
se llamó Triumbirato. Sánchez que trabajaba por su
exaltación al poder, murió a poco a consecuencia de una
fiebre fuerte que le atacó.
Sánchez D. Juan— Paceño, militó desde la Con-
federación: fue vencedor de Ingavi, llegando a alcanzar
el grado de coronel en su carrera militar. A la calda
de Córdova, fue desterrado al Perú. Regresó al ser-
vicio con Achá, que lo hizo jefe de Estado Mayor en
1862 y encargado del despacho de Guerra. Cuando
Melgarejo escaló el poder se le unió Sánchez. Habien-
do los generales Velasco y Flor y Avila, levantado la
bandera revolucionaria invocando la Constitución en
Sucre, el nuevo gobierno, envió desde Oruro una fuer-
za al mando de Sánchez, quien después
de una ligera
escaramuza con los revolucionarios en el encuentro de
Tacaquira (24 de enero de 1865), donde aquellos obtu-
vieron alguna ventaja, al fin los derrotó enel rio Osea-

ra el 3 de febrero del año siguiente. Sánchez fue as-


cendido a general de brigada. Continuó sirviendo al
tirano hasta poco antes de su calda.
Sanche/: 0. José. —
Nacido en La Paz: hijo del mi-
litar Luis Sánchez que cooperó al feroz Yáñez en las
matanzas del 23 de octubre de 1861, y fue víctima de
la venganza popular en noviembre del mismo año. Ig-
norante y corrompido, fue elevado a los altos grados
del ejército mediante jos influjos de su hermana Juana,
6q6 Díccíonario Histórico del
concubina de Melgarejo, temible y peligroso que come-
tió \-io!er.cias, atropeüos, asesinatos. El congreso de 1870

le ascendió a general de brigada, así como los corrom-

pidos senadores de Rema, confirieron el cargo de cón-


sul al caballo de Calígula. Derrotado Melgarejo, la fa-

milia Sánchez se trasladó a Lima, (Perú) donde Melga-


rejo \iniendo de Chile quiso juntarse a su antigua árni-

ca, siendo arrojado de la casa. En la noche del 23 de


'noviembre de 1871, se presentó Melgarejo a reclamar
sii fortuna, le cierran la puerta principal, trata de pene-
trar por una escus.-da, allí se le afronta Sánchez y
le dispara dos tiros de su pistola, cayendo muerto Mel-
garejo, victima de su hechura y favorito. Tomado
preso estuvo en Carceletas, de donde se fugó, yendo a
morir en la Serena, [Chile].
Sánchez Biistamante I). Pedro —Conquistador
*de Mosetenes, Natural de Arequipa, viudo de Isabel
Aranzaes. Al establecerse en La Paz, casó con Victo-
ria Ponce. Fue procurador del Cabildo.

Sánchez BUvStamante D. Daniel.— Natural de La


Paz. Concluidos su5 estudios, se recibió de abogado
en 1892. Profesor de derecho en ¡as universidades de
Sucre y La Paz. Oficial Mayor de Gobierno y Fomen-
to eii 1890 Diputado por Paria en '1894 y por Paca-
jes en 19 jO. Ministro ds Relaciones Exteriores y Cul-
to.

Tiene escritas las obras siguientes: Principios de


''T}srccJio. Id. Socio¡o:¡-¡j. Opiniones y Discursos. Si-
lolurio paia las escuel.is. Bases e Informe para el ini-

pulso a la educación JHacional. Varios folletos foren-


ses y periódicos. Los Imites con la República c^rgen-
'//;í^ [inédito].
í^'
Justlnidno Ontario I). Bartolomé —
Sanjinés
Í5te capitán español, casó con Isabel 1 oro Butrón, en
quien tuvo a Manuel en 25 de diciembre de 1705. Hí\-
Departamento de La Paz 697

hiendo niuerto su esposa cor.trajo segundas nupcias con


María Castillo en 1720 de cu\o enlace tu\'0 a Paula
Giecroria en 14 Je enero de 1722, Bernabé en 14 de ju-
nio de 1723, Alejo en i - de atiesto de 1725. Pasó de
corregidor de la provincia de Paucarcolla, concluido su
periodo, obtuvo la vara de regidor, se incorporó en el

Cabildo como caballero veinticuatro. Depositario ge-


neral. Murió en\Wecapaca.
Su hijo Alejo, siguió la carrera eclesiástica, des-
pués de haber estudiado en Chuquisaca. Cura de Ca-
racato, \-ica!Ío de Sicasica, chantre en 1792, arcediano
en 179Ó, deán en 1997.
Eugenio Sanjinés, casado con Josefa Bravo, tuvo a
Miguel, Rafael y José. Fue alcalde de primer voto en
1800.
José Saniines, casado con Catalina Mediiia, fue
alcalde ordinario de primer voto y en la República des-
empeñó algunos puestos.

6anjlnés D. Ildefonso. -Nicido en La Paz. .- 1

gresó de cadete en el batallón i ? «de La Paz en 1826.


Hizo las campañas de la Confederación, ascendiendo
grado por grado hasta coronel. En la batalla de higa-
vi completó la victoria cargando con la reserva, en
unión de Belzu.y a la cabeza del coronel Satizábal. Ll

congreso de 1847 lo ascendió a general de Brigada. A


la caída de Baihvián se retiró a Coch.ibamba, y estuvo
algijn tiempo en el exterior. Cuando Achá se sublevó
contra el gobierno con la que mandaba en
caballería

1854, Sanjinés fue jefe de Estado Mayor; el fracaso de


la revolución le lle\-ó otra vez a la proscripción. Vol-
vió con la revolución linarista, pero no sirvió a esa
causa, ni a Achá, su sucesor. Tomó parte en la revo-
lución de Pérez, pero las pérdidas de San Juan y las
barricadas de La Paz, le obligaron a la fuga hasta el
Perú.
698 Diccionario Histórico del

Tenaz opositor a la tiranía de Melorarejo, en las


Canterías, mandaba la división cochabambinn, después
ofreció sus servicios a Arouedas; como jefe de una divi-

sión combatió en las Letanías, cuya pérdida le llevó a


una larga proscripción. Diputado a l.i Coiistituyente
de 1871, ese congreso lo ascendió a la alta clase de ge-
neral de División. Cuando Morales asumió la dictadu-

ra en 1872, lo hizo su secretario general. Asesinado el

PresiJente, Sanjinés hizo esfuerzos para encarrilar las

instituciones y conservar el orden público. Murió en


Cochabamba en 1882.

Sanjinés Uriarte D. Bernardino. Nació en La —


Paz en 1822: fueron sus padres José Indalecio Calde-
rón y Sanjinés y Manuela Uñarte. Alumno aprove-
chado de Rosas, Cuello y Veamurguía. Se recibió de
abogado en 25 de diciembre de 1848. Alcalde parro-
quial, fiscal de partido, conjuez. Concejal delayunta-
tamiento paceíio desde 1858 hasta 1891, elegido sin el

menor esfuerzo por su carácter. Ln ese cargo conce-


jal prestó abnegadamente importantes servicios, como

amante de su país, cuyo engrandecimiento anhelaba su


corazón. Diputado por La Paz al Congreso de i8s3, ^
la Constituyente de 18Ó1, al Congreso de i<S62, al de

1872 y suplente a la Convención de 1880. Consejero


de Estado, elegido en la legislatura de 1874. No adnii-

tió la cartera de Hacienda que le fue ofrecida en 1879

y la de histrucción en 1880.

Colaborador de "El Estandarte'', "La Época",


"El Oriente" y "La Linterna". Con motivo de la
victimación del doctor Ouerra en Copacabana, escribió
lamentando el hecho, perseguido por el gobierno, tuvo
que fugar hasta Chile. Fue muy modesto y patriota,

Murió el 13 de marzo de 1897.


Departa.mhntq de La Paz 699
Su hermano Manuel Indalecio, intelicrentísimo mé-
dico, dejó una obra inconclusa "La Fiera \- la Medi-
cina"* .

Doña Modesta,
líerm.ina de los anteriores, matro-
na \irtuosa, desprendida y benéfica. Ha trabajado a
su costa el hospital Loayza de mujeres en 1884. Muy
estimada en la población por su beneficencia \- caridad.
Su muerte acaecida en París fue muy sentida.
Sanjinés D Genaro— Nació el 19 de sep-
tiembre de 1843 en Coroico de la provincia de
Yupo^as. Una \'ez recibido de abogado, fue profe-
sor, delegado del Consejo Universitario: Diputa-
do por la provincia de Larecaja a la Constituyente de
1 871. ma>or de un Ministerio en la adminis
Oficial
tración Frías, acompañó al gobierno en el combate de
Chacoma.así como se halló entre los defensores del or-
den en el ataque e incendio del Palacio, Presidente de
la Municipalidad en 1878, Diputad j por Pacajes a la

Convención de 1880, Oficial ma}'or de un Ministerio


en la administración Campero, igualmente de Justicia
e instrucción Pública en la administración Arce. Di-
putado por La Paz congreso de 1886, Prefecto de La
al

Paz en 1895, Ministro de Guerra en 1897. Electo 2°


Vicepresidente de la República en 1896, Ministro de la

Corle Suprema. Periodista sobresaliente. Ha publi-


cado: z^'^punfcs paní la Hisloria de "Bolh'ia del mío
i8yi , Historia de Bolivia bajo la administración Mi>ra-
les^ Historia de Bolivia bajo la administración de T>.
Adolfo Búüivián y T>. lomas Fr/'as. Murió en Sucre
en 1913.
Sanjinés D. Víctor E.— Paceíio, abogado, dipu-
tado nacional, secretario general en la re\olución del 8
de septiembre de 1888, después del fracaso proscrito
en la Argentina. Profesor de derecho, Oficial mayor
de Relaciones Exteriores y Culto, Administrador gene-
700 Di ccionario Histórico del

ral de Bancos, Senador por La Paz, Ministro ante el

gobierno de Chile y actualniente Ministro de Relacio-


nes Exteriores y Culto.
Sanjurgo Moriteng.^ro I). Jooé Antonio. - Natu-
ral de Pavio en el arzobispado de Santiago en Galicia:
hijo deJuan Antonio Sanjurgo y Catalina Ortíz Agui-
lar. No sabemos el cargo con que vino a esta ciudad,
Casó en i ^ de marzo de 1749, con Catalina Diez de
Medina, natural de Ch.ulumani de cuyo enlace tuvo a
José Mariano en 22 de febrero de 1751. Ascendió hasta
corone! del batallón de milicias de esta ciudad a la que
fue incorporado en 1782, después de haber prestado
sus servicios cuando el cerco de la ciudad. Fue alcal-

de ordinario. Murió en q de noviembre de 1703.


Saniurgo Montenegro Die¿ de Medina í> José
Mariano. — Nació en L:i Paz el 22 de ftrbrero de 175 í,
hijo del anterior. Fue casado con Mari Carmen Tina i -

jero Fscalero, arequipeñj, h. i ja de /vi^.drés Tinajero, go-

bernadoi de Arequipa y Tomasa Ochdgabia. Hn 1792


era gobernador de Puno, en 1805 teniente coronel de
caballería.
José Sanjurgo probablemente nacido en Puno, fue
doctor y defensor de menores en 1808.
Sans Guerrero D rernantlo -Natural de Bue
nos Aires, residía en esta ciudad desde 1769 en clase de
comerciante o mercader. Este capitán fue nombrado
fiel y tercerista del Estanco de Tabacos y se tomó ruzón
de en 7 de octubre de 1780, era casado con
su titulo
Andrea Paula Rocha y tenía su iiija María. Mas tarde
se radicó en ¡a provincia de Yungas.
Sans Trav Rafael.- Nació en Reus, Principado de
Cataluña [España] el 4 de abril de 1812. Ingresó de
franciscano en 1827. Hizo sus estudios en el Colegio
de San Buenaventura de Barcelona. Se ordenó en
J834. siendo ordenados con el diácono el P. Claret y
Departamento de La Paz 701

Jaime Balines. Con los acontecimientos políticos de

1835, fluyó a Italia, salvando milagrosamente con vida.


Iba a pasar a Palestina, y vino en unión de 80 reli.ij^io-
sos conducidos por el P. Herrero; para fundar la Reco-
leta de esta ciudad.
El local obsequiado por el ^^eneral Loayza^ había
sido una pequeíla capilla, en forma de m:irti!!o. Los
religiosos desdeun principio se preocuparon de ensan-
charla, emprendieron el trabajo, cuando se desplomó,
entonces edificaron con capillas laterales y su media
naranja. Mis tarde levantaron una torre octógena,
bajo la dirección del ino;eniero espaíiol Caballero.
Ll templo actual, se principió el 8 de septiembre
de 1889. t)uró la construcción siete aílos, y se estre-
nó solemneinente eb 19 de marzo de 1896.
Construida de cal y piedra labrada, de estilo o^i-
bal, aunque con las torres inconclusas. Fue dirif^ida
por el hermano jesuíta Eulalio Morales.
En el interior del templo existen siete hermosos
altares de maderii, \' una preciosa capilla, muy decente
y alegre.
Presidente interino de la Recoleta. Encargado de
recolectar misioneros en Europa. En 1853 cura de Co-
pacabana, cuando estuvieron los recoletos encargados
de ese beneficio. Prefecto de misiones en 1861, defi-
nidor general en Roma en 1803, con-
visitador de los
ventos de Chile, Guardián tres \-eces de la Recoleta,
examinador sinodal, gobernador de la diócesis mientras
la ausencia del obispo Valdivia. Fundador de la socie-
dad de Beneficencia de señoras, fundador del Hospicio
y 5U constante protector. Ha escrito Memoria histórica
del Colegio de misiones de San José de La Pa^. Mu-
lió el 28 de agosto de 1899.
Los recoletos con abnegación y toda clase de su-
frimientos, asisten las misiones de Covendo, Santa
702 Diccionario Histórico del
Ana, Tumupasa, Ixiamas, Gavinas y Muchunez. En
1862 fue victimado por los neófitos el religioso italiano
Pablo Emilio Raynaiid en Chimares.
Sansoles Djña Lucrecia. —
La primera española
que vino a La Paz, esposa del capitán Juan Rivas, uno
de los vecinos fundadores de la ciudad y feudatario dtd
pueb'o de Ancoanco. Esta señora favoreció a los agus-
tinos, lo mismo que a los jesuitas. Habiendo falleciJo
su esposo se retiró a Lima, donde fundó un monasterio
de religiosas bernardas de la Santísima Trinidad en 29
de mayo de 1780, en cuyo instituto Lucrecia
y su hi-
ja Mencia Vargas, \'iuda de Tomás de Cuenca ingresa-
ron y profesaron, haciendo una vida muy penitente,
acabó sus días santamente en 1619.
Santa y Ortega D. Reml.gio de la —Natural de
¡a villa de YecLi en el reino de Murcia, canónigo de la

colegiata de San Isidro de Madrid, capellán del Rey.


Elegido obispo de Panamá en 31 de enero de 1790, fue
trasladado aLa Paz en 24 de julio de 1797, llegó a la
ciudad en 22 de octubre de 1798, tomó posesión ei do-
mingo 10 de febrero de 1799 ^ ^^^ cuatro de la tarde.
A los dos años de su episcopado hizo la visita pastoral
de la diócesis, penetrando hasta las misiones de Caupo-
licán, sólo por molestar a los de Moquegua,
religiosos
que regentaban esas reducciones, llevado por su carác-
ter írasible.

La Santa era soberbio, glotón, simoniaco, usurero]


no practicaba ninguna de las virtudes cristianas, ven-

dió oficios, almonedó concursos como si fuera encomen-


dero y no pastor, judío trapisondista, y no ''piadoso li-
mosnero; a esto se añade que violaba el monasterio de
las concepcionistas para regalarse con profana música y

otros entretenimientos nada católicos, estas visitas las


efectuaba después de las opíparas cenas en la chacari-
11a de Potopoto, de donde el caballero en la bien gualdra-
.

^
Departamento de La Paz 703

pada muía se entraba por la calle de las Teresas, para


rematar por las Concebidas. Era profundamente odia-
do por el clero y aborrecido por el pueblo, desgracia -

damente gobernaba ya diez años la diócesis. En 18


de diciembre de 1808 puso entredicho a la ciudad, no
sabemos porque causa.
Realizada la revolución en la noche del 16 de julio
de 1809, en su carácter de realista furioso, nos da a co-
nocer lo que hizo, "Para sosegar el tumulto recorriendo
los lugires públicos más principales, donde se iban con-
gregando las gentes después .jue saliendo de la casa del
gobernador, al oir los primeros gritos, embarasé que
desarmasen a los soldados. Corrí al cuartel, despejé
las calles con mis exhortaciones, pasando a mi iglesia
catedral para mandar suspender el espantoso clamor del
rebato que tocaban, encontré defendidas las puertas de
la torre por una porción de hombres armados con fusil

y bayoneta, los cuales me respondieron no cesaran las

campanas porque para esto estamos aquí".


"Volví a la plaza, retire a las gentes lo mismo que
de las calles del comercio, llegue a la bocacalle de mi
palacio en compañía de el alcalde Quint, volvía a la

plaza por que las gentes volvían a ella por diferentes


calles, me lo impidieron sin embargo dirije mis pasos,
me entre con el y nos acogimos a mi pa-
gobernador
lacio, nos vimos cercados por cincuenta hombres bien
armados''.
El pueblo pidió la renuncia del obispo, el Cabildo
aceptó, ofició inmediatamente a La Santa quien contes-
tó a lasonce y cincuenta y dos minutos de la noche,
manifestando que hace renuncia no sólo del obispado,
sino también de la mitra, en cuya virtud se comunicó
al Cabildo eclesiástico, previniéndole que los diputa-
dos de la junta concurrirían al nombramiento del provi

sor
704 Diccionario Histórico del

mañana a Mi-
El 24 de julio salió a las cinco de la
llocato, acompañado de los capitulares Yano;uas y Me-
dina, que el llama escolta disimulada, dos familiares
y
tres negritos. Rn este punto se moría de impaciencia
el futuro miembro del Colegio apostólico, a quien la
Carlota le había ofrecido el capelo cardenalicio, por su
adhesión. Temiendo el Cabildo que sus corresponden-
cias fueran rebeladoras sobre el particular, envió una
comisión para imponerse de sus cartas, para lo queco-
misionó la Junta a Gregorio Lanza y el Cabildo al regi-

dor Sagárnagíi, los que mediaiite \énia del obispo se


encantaron de sus papeles, él contestó en lo de agosto,
co:)cluyendo en su ot]:io, que había abierto las cartas
en presencia de los comisionados y se habían enterado
de si; contenido.
Llamado de hupan.i por el alcalde CárJenas y Re-
vuelta, salió de Miliocato el 21 de septiembre, llegando
a-Irupana el 23. Inmediatamente reunió su pequeña
falange, les celebró misa, y bendijo sus banderas. En-
vió a Potosí a Luis Fuentes Rabón, a Cochabamba a
Segundo Larrea, proveyéndoles de fondos suficientes a
estos para sus gastos de viaje, idoscientos pesos. El
primero obtuvo veinte mil cartuchos por doscientos
diez pesos siete reales, del segundo la movilización de
fuerzas sobre La Paz, lo que no tuvo efecto por la di -

plomacia de Murillo.
El 27 de septiembre lanzó tu decreto de excomu-
nión contra todos los patriotas, que según unos causó
de los patriotas, y según otros el susto, por lo
la risa

que algunos abandonaron las filas de la revolución.


Contaba con hombres asalariados, tenían cien armas
entre escopetas y pistolas; nombró al cura Martín La-
rrea y otros párrocos de capitanes, el primero de co-
mandante, se fortificó en el pueblo de una manera ad -

mirable como si hubiera sido un militar de profesión.


Departamento de La Paz 70$

Organizaron sus compañías de españoles con sus


españo-
respectivos jefes y oficiales, una compañía de
les, otra de forasteros de Cochabamba y la tercera de
peninsulares residentes en Taca reunidos por el pres-
bítero Francisco Rada; cada una de estas compañías
constaba de cincuenta hombres con un total de seiscien-
tos cincuenta regularmente armados.
Levantaron nueve trincheras al rededor dtl pue-
blo, con puestos avanzados y multitud de indios armados

de flechas y palos y en esa actitud esperaron un posible


at:ique.
El 13 de octubre intentó LariZJ, su primer* ataque,
inmediatamente salió la guarnición a cubrir los parape-
tos, él se situó al lado bandera y el cura
derecho de la

Larrea a la izquierda. Lanza envió sus comisionados


para recl;imar de la excomunión, que contestó de una
manera sarcástica, que no era posible
era tan astuto
engañarle. Cuando Lanza que saliera al rio a
pidió
tratar ¡o hizo, pero tan bien prevenido que el 14 de ju-
lio, Lanza burlado tenía que limitarse a agradecerle que

hubiera salido de sus atrincheramientos y disculparse


de no liaber podido concurrir a la conferencia. Se ha-
cía necesario arrancar al obispo de su atrincheramien-
to, con este objeto Junta en g de septiembre, y el
la

Cabildo el 30 le llamaron para que voh'ieran a .^u c:-


tedral; pero él no lo aceptó.
Viendo inútil las gestiones hechas para ai ranear al

obispo, Lanza reunió sus fuerzas el 20 de octubre en


Chulumani, se dirigió sobre Irupana, la atacó el 25 con
todo vigor, la resistencia fue tenaz, desesperada y acti-
va, hasta que lograron derrotar a los patriotas. Te-
miendo el obispo un segundo ataque talvez más decisi-
vo y desfavorable a él, reunió un consejo de guerra, en
el que se acordó la retirada del obispo a Circuata, como
lo hizo, dejando una competente guarnición en Irupana,
89
7o6 Diccionario Históric o del ^

no paró hasta Tapacarí, donde degradó a los clérigos


patriotas, continuó su marclia a Cochabamba, de aili a
La Plata, de donde en 8 de febrero de 1810 elevó su re-
curso a la Audiencia.
Regresó más tarde lleno de cólera contra todos los
patriotas, pero a la aproximación de Castelli a la cabe-
za de las fuerzas argentinas, se retiró sobre Pimo el 17
de noviembre de 18 10, de cuyo punto pidió al F^.ey la

traslación de su Catedral a esa \'illa, lo que parece que


no tuvo efecto. Renunció la mitra y por cédula de 5
di octubre de 1816 se le admitió, asignándole una pen-
sión anual de tres mil pesos, se regresó a España en
1 8 14. Murió de r-bispo de Avila.

Santa Gnu. y Víllavicencio D José— Natural de


Guamang.i, era vecino del pueblo de Rutina en la pro-
vincia de Azángaro. Por muerte de Diego *Oblitas,
maestre de campo, que liabía sido el primer subdelega-
do de Apolobamba, pidió al Rey Carlos 111 en 1779 se le

confiriera ese cargo. Cuando la sublevación de los in-

dios, reunió fuerzas en su y contribu)ó


partido a la

destrucción de aquellos. Habiéndole conferido el desti-


no que habla pedido, se hizo cargo en 1783 como sub-
él

delegado de Caupolicán y sus misiones, al mismo tiem-


po se le confirió el cargo de maestre de campo. Fue
realista empecinado, envió a Goyeneche antes de Gua-
qui los tributos de su partido, cincuenta reclutas y a
su hijo Andrés, a quien el jefe realista le colocó de su
ayudante con el grado de capitán. Presentó una rela-

ción histórico-geográfica de su distrito, con sus límites,


curso de ríos, etc., que es tachado de inexacto. Fue
casado con Juana Bacilia Calaumana, hija de! cacique
de Guarina, en quien tuvo en esta ciudad a Andrés,
Francisca, Pedro, Juan José que murió en 13 de julio de
1775 En 1786 fue administrador particular de las ren-
tas del tabaco de Caupolicán. Después militó en las
Departamento DB La Paz 707

filas realistas y vino en la vanguardia a socorrer la ciu-

dad Guando se hallaba sitiada por los indios en 1781, a


su regreso se encontró en varias acciones de armas, as-
cendiendo hasta coronel.
Se halló al lado de Valde Hoyos cuando La Paz fue
atacada por las fuerz.^.s cuzqueñas al mando de Pinelo,

cayó prisionero, como hubiese tenido lugar la explosión


del cuartel, atribuida a la traición de los realistas, la

plebe enfurecida sacrificó a todos ellos, uno de ellos

fue Santa Cruz, que pereció en la esquina del palacio


el 22 de septiembre de 1814, apaleada, su cadáver fue
arrastrado a Potopoto.
Santa Gruz D. Andrés -Nació en La Paz en 5 de
diciembre de 1792. Hijo de! anterior, habiéndole lleva-
do a la pila el canónigo doctoral Baltazar Reque. Es •

tudió humanidades y filosofía en el Colegio de San


Francisco de esta ciud id, parece que pasó al Cuzco a

continuar sus estudios, pero no los concluyó. E 1 iSco


su padre organizaba en CaupoÜCcán las fuerzas de la

como capitán de los de Tumu-


frontera, colocó a su hijo
pasa. Su padre antes de Guaqui le envió ante Goye-
neche que lo colocó de capitán, combatió en Guaqui y
otras acciones de armas. Haüáb.ise a la cabeza de cien
hombres y fue completamente vatidu por el capitán pa-
triota Juan José García el 4 de mayo de 1817, que con
cincuenta soldados tomó casi íntegro su escuadrón. Fue
vencido en el Cerro de Pasco el 6 de diciembre de 1820
al principio de la campaña del ejército chileno-argenti-

no por Arenales, entonces era coronel graduado. Se


entregó el mismo mayor Lavalle ofreciendo luego sus
al

servicios al general San Martín, que lo aceptó y lo co-


locó en el ejército con el cargo de coronel, llegando a ser
estimado por este ilustre general.
Retirado San Martín de los negocios del Perú, el
congreso creyó una junta de gobierno compuesta del
708 Diccionario Histórico del
general La Mar, el conde Vista Florida y el -eneral Al-
varado, encargados de la dirección de la guerra, pero
algunos desastres que tuvieron los patriotas, culpó la j

opinión a los directores, entonces Santa Cruz encabezó!


un pedido firmado por el ejército, pidiendo la destitu -

ción de la Junta,
congreso aceptó tamaño atentado y
el

reemplazó con Riva Agüero. El nuevo presidente or-


ganizó una expedición sobre el Sur que confió a Santa
Cruz y Gamarra, !a que zarpó del Callao, fuerte de sie-
te mil hombres, dirigiéndose a las provincias de Oruro
y La Paz, con el fin de paralizar los movimientos rea-
listas sobre Lima. Avanzando el ejército llegó a Laja
el 6 de agosto de 1823, al día siguiente ocupó La Paz
Santa Cruz, traía consigo una iniprenta, la primera que
se conoció en esta ciudad. Mandó poner una mesa en
la plaza para que en ella dieran
sus nombres los que
deseaban ingresar en el ejército, dirigirse después al
cuartel de Lnja, en la que se inscribieron una porción
de artesanos, siendo nombrado su jefe el comandante
Caravedo y de la caballería Martín Cardón. Impuso
al vecindario una acuotación de doscientos mi! pesos,
en seguida se dirigió al Desaguadero. Ln Zepita al-
canzó el triunfo sobre las tropas del general Valdéz el

25 de agosto de 1823. Descansó el ejército, más al sa-


ber la marcha forzada del Virrey La Serna en protec-
ción de Valdéz, se retiró a Viach.a, siguiendo a Cala-
marca, Sicasica, Vanduro, donde se incorporó la fuerza
de Gamarra que se dirigía contra Olañeta. Ambas
fuerzas se dirigieron a Sorasora, donde se incorporó el

general Miguel Lanza con un escuadrón de caballería y


un batallón denominado «Aguerridos». Engrosado con
estas fuerzas se dirigieron a Sepulturas. El ejército es-

pañol había avanzado sin entrar en Oruro, por distinto


camino hasta Poopó, extefidiendo su retaguardia y re-
DEPARTAME NTO DE La Pa2 -JdC^

gresando de allí se presentó en las alturas o cerranías


que dominan dicho pueblo.
Santa Cruz sin presentar combate se retiró a Oru-
ro,contiriuando hasta Sicasica, perseguido por el ene-
migo. En el último pueblo se efectuó casi una comple-
ta dispersión, porque Gamarra \- Santa Cruz se retira-
ron precipitadamente, dejando en elcamino un sin nú-
mero de rezagados, que cayeron piisioneros en poder
de los destacamentos españoles, que perseguían en to-

das direcciones. Una fuerte nevada que cayó por va-


rios días hizo que la dispersión se hiciese más notable.

Los dos generales con pocas fuerzas se dirigieron hasta


el puerto de lio, donde se embarcaron. Ni este desca-
labro eclipsó la estrella de su fortuna, pues que, en Ju'
nín fue Jefe de Estado Mayor General, le valió el as-
censo a General de Brigada, Ayacucho al de División.
A fuerza de astucias supo grangearse
la estimación del

Libertador Bolívar,quien por despacho dado en Oruro


a 22 de eneio de 1825, le ascendió a Gran Mariscal de
los ejércitos del Perú Pasó a desempeílar la prefectu-
ra de La Paz, más después ocupó la presidencia del Pe-
rú. Reunido el Congreso entregó el mando a La Mar,
pasando de Ministro Plenipotenciario cerca del gabinete
de Chile. Cuando desempeñaba aquel cargo, fue nom-
brado Presidente de Bolivia en 1829. Se apresuró ve-
nir a hacerse cargo del mando.

El general Santa Cruz inauguró su gobierno coi)


un decreto de amnistía. Se consagró con laboriosidad
a la administración púl;lica: aumentó el ejército, orga-
nizó la guardia nacional, arregló las aduanas, creó las
Universidades de Cochabambay La Paz, fundó un Co-
legio de Artes en esta ciudad, erigió la provincia de Ta-
rija en Departamento; promulgó los códigos Civil, Pe-
nal y de Procedimientos.
710 Diccionario His tó rico DEL

Convocó Asamblea Constituyente de 1831. que


la

se reunió en esta ciudad, la primera que tuvo lugar,


funcionando en la capilla de la Tercera Orden.
Santa Cruz que alimentaba el proyecto de una
Confederación Perú Boliviana, halló propicia
- la ocasión
entrando en acuerdos con Gamarra; más este que com-
batía al presidente Orbegoso, entró en arreglos con
Salaberr)-. El general Orbegoso pidió la intervención
de Bolivia, firmado el acuerdo, pasó Santa Cruz el De-
saguadero a la cabeza de ^,000 hombres, recibiendo en
Lampa el refuerzo de una división peruana.
Santa Cruz sin dar lugar a la reunión de Gamarra
y Salaberry, abrió la campana contra el primero. En
Yanacocha donde había tomado posiciones Gamarra,
este fue completamente destrozado, dejando en e! cam-
po como quinientos hombres y muchos heri^^os. De
parte del ejército boliviano sucumbieron ciento (13 de
agosto de 1835).
El triunfo de Yanacocha fue celebrado en La Paz
con grandes fiestas. He aquí la descripción de ella:
«Ha habido cinco días de toros que empezaron des-
de el lunes. Los dos primeros fueron dados por los SS.
Gobernadores de Pacajes, Omasuyos y Sicasica, que
han merecido un justo aplauso y agradecimiento por el
buen porte y lucimiento con que han desempeñado su
compromiso. El tercer día fue costeado por el comer-

c'o, y la diversión fue rgradable y satisfactoria. El


,Sr. Gobernador de Yungis dio los dos días restantes,
de los cuales el último fue dedicado exclusivamente a la

Exorna. Sra. Presidenta. Ambas funciones fueron mag-


níficas, por la variedad de objetos y graciosas invencio-
nes con que fue divertido el público, y por cuantas cir-

cunstancias podían desearse para hacer agradable una


fiesta de esta clase. E! Sr. Pinedo ha manifestado su
entusiasmo de un modo propio de su carácter libera)
y
1

Departamento dé I.a Paz 71

caballeroso. En ios cinco días se presentaron los toros


ricamente enjalmados, pero en los dos últimos salió ca-
da tarde uno llevando en el cuelio un zurrón con canti-
dad considerable de moneda sencilla que la derramaba
poco a poco, y el enjambre de muchachos que acudía a
recogerla, ofrecían gracio^isimfiS escenas que entretuvie-
ron por mucho tiempo a los espectadores. En la pe-
núltima tarde h.ubo además una particularidad que me-
rece notarse: y fue un hermoso toro montado por un
muchacho con y freno, que se pa^eó por la plaza
silla

grave \' tranquilamente en medio de una multitud de


gentes que le seguían.
En todos
los días y principalmente en los tres últi-

mos, se publicaron por la prensa delicados rasgos de


poesía, en honor del Gran Ciudadai"50 y de su digna es-
posa, de S. E. el Vicepresidente, y de los valientes del
ejército boliviano.
La concurrencia fue La plaza rodeada
lucidísima.
de palcos vistosamente adornados hermosas
\- llenos de
damas elegantemente vestidas, presentaba la imagen
perfecta de un jardín cubierto de exquisitas flores.
Anoche se dio en Palacio un brillante Sarao dis-
puesto por algunos comerciantes. Las señoritas pace-
ñas lucieron sus gracias encaiUadoras, rebozaron el con-
tento y buen humor: hubo mucho gusto y abundancia
en el refresco y ambigú, y los concurrentes nada tu\ie-
ron que desear para gozar ampliamente del placer que
ofrecía esta magnífica diveisión».
Nada de notable, siempre los toros, y siempre la

baja adulación.
Salaberry se mantenía tenaz en la contienda, des-
pués de las acciones parciales de Ananta, Ninabamba y
Gramadal, logró Santa Cruz alcanzarle en Arequipa.
El peruano ocupó el Norte de la ciudad que el río

Qhili separa, Santa Cruz trató de vadear el río por es-


7^2 LiicciONARio Hi stórico del

pació de cuatro días. Salaberry se fortificó en el puen-


te de Uchumayo, que fue atacado por Baliivián con
e!

un valor extraordinario. Al fin Santa Cruz logró atraer


a su rival a los llanos de Socabaya, y en el alto de la
Luna, se trabó la batalla, que fue otra vez favorable a
las armas bolivianas. Perdieron los peruanos seiscien-
tos hombres, más de trescientos heridos y cerca de dos
mil prisioneros.
Tomado piisionero Saiaberry, fue fusilado en Are-
quipa, con ocho jefes más de su partido.
Después de los congresos de Sicuani y Huaura, que
dividió el Perú en dos estados, Santa Cruz declaró es-

tablecida la Confederación, que afianzó la Asamblea de


plenipotenciarios, reunidos en Tacna [i ? de mayo de
1837]. Büli\'ia rechazó el pacto.
Chile temeroso de la preponderancia del Protector,
buscó la alianza del tirano Rosas de la Argentina. El
primero envió una expedición de s, 000 hombres al man-
do del general Blanco Encalada.
Desembarcaron en islay y penetraron hasta Are-
quipa, pudo Santa Cruz aniquilar ese ejército, casi des-
nudo y ditzmado por las enfermedades; pero prefirió
concederles una capitulación honrosa en Paucarpata (17
df^ noviembre de 1836) con lo que se reembarcó el ge-
iieral Blanco Encalada.
Para la recf pcion del general Santa Cruz, se hicie-
ron grandes preparati\os, ni más ni menos, que para la

llegada de los corregiJons )' gobernadores intendentes


de la época colonial. Se obligó a los gremios de los ar-

tesanos para que pongan arcos. El carpintero Castillo,


preparó en el puente de Coscochaca una gran portada
con láminas de plata, encima una orquesta de músicos.
A cada media cuadra, de ventana a ventana, los llama-
dos arcos, cuerdas que contenían muñecos, cucharas de
plata, fuentes^ vasos del mismo metal, monedas, etc.
Departa mento de La Paz 713

que las pobres regatonas tenian que conseguir con mil


esfuerzos.
El día 2Q de mayo de 1837, hizo su entrada solem-

ne en medio de una gran algazara.


Chile desaprobó el pacto de capitulación y envió
una segunda expedición, fuerte de seis mil liombres, al
mando del general Manuel Bulnes. Este ocupó Lima,
retirándose a Trujilio al saber la aproximación de San-
ta Cruz. permaneció tranquilo ?n la ca-
El Protector
pital peruana. campaña, pudo en el
Al fin entró en
puente de Buin, aniquilar la mejor división chilena, en
vez de mandar refuerzos hizo tocar retirada. Ambos
ejércitos vinieron a las manos en Yungay. El Protec-
tor atacó tan de mala gana y tan flojamente, dejando
cuerpos enteros sin combatir, que su derr:ta se produjo
fácilmente [20 de enero de 1839].
Se retiró a Arequipa, viendo que el pueblo le era
ya hostil, y al saber que Solivia habla desconocido su
autoridad, se embarcó para GuasaquiL
Quiso recobrar su poder perdido, pero fue en vano.
En Quito tuvo un taller de conspiraciones para pertur-
bar la paz en Bolivia. Fracasadas, de incógnito vino a
desembarcar en Sama, más advertidas las autoridades,
capturaron al supuesto comerciante y lo pusieron a dis-
posición del gobierno peruano. Chile, Bolivia y el Pe-
rú, celebraron un tratado en 7 de octubre de 1845, en
virtud del cual el general Santa Cruz debía trasladarse
a Europa, debiendo Bolivia devolverle sus bienes se-
cuestrados y darle una pensión de seis mil pesos anua-
les. Representó a Bolivia ante el gobierno francés y
la Santa Sede, con quien celebró un Concordato que fue
rechazado por el Congreso boliviano. Murió en Nantes
el 25 de septiembre de 1865,
Santa María D. Antonio —Este capitán español,
se radicó en La Paz por el año 171 5, casó con Magda-

90
714 Diccionario Histórico del

lena Enriquez, en quien tuvo a María Ignacia Eusebia


en 12 de agosto de 1721, Francisca Tomasa en 13 de
agosto de Fue alcalde ordinario en 1724, fue
1723.
destituido por orden virreinática a consecuencia de que
no quiso dar cumplimiento a una orden del corregidor y
además multado en quinientos pesos. Murió en 1740.
Santa Mónica Tray Agustín de.— Religioso agus-
tino. El pueblo de Anco-anco, era encomienda de
Juan Rivas, situada a más c'e un cuarto de legua de la

ciudad, hacia el S. E. en una meseta elevada. Allí se


dirigió el P. Agustín a catequizar a los indios, pero no
encontrando fruto alguno sus trabajos, renunció el car-
go y se marchó a Lima. En su reemplazo fue enviado
Fray Baltazar Cárdenas, que tampoco pudo hacer nada
por la pertinacia de los aymarás, entonces el capítulo
celebrado en Lima en 1567, acordó abandonar la mi-
sión. El obispo de Charcas puso un párroco a la cabe-
za del pueblo, muy estricto en el cumplimiento de ¿us
deberes, llamado una tarde para asistir a un enfermo,
al regresar al dia siguiente se encontró con que el pue-
blo había desaparecido, era el año 1568, Fue pues,
víctima de uno de esos sacudimientos geológicos del

globo, sufriendo un desquiciamiento parcial, como el


que produjo el valle del Chuquiyapu en la meseta An-
dina. Anco-anco, se convirtió en dos higunillas, que
desecadas con el tiempo, tomó el nombre de Temblade -

rani. Esas alturas conocidas desde muy atrás con el

nombre de Llojeta (derrumbado;, seguirá derrumbán-


dose como en 1873 y ^^77-
Santeliocs D. Antonio. —
Natural de Tinta en la
jurisdicción del Cuzco. Vino de Chantre al coro de La
Paz, después ascendió a Arcediano. Incansable en la

predicación a los indios, benefactor de estos y muy ca-


ritativo con los desgraciados. Murió el 3 de diciembre
de 1770.
Departamento de La Paz 715

Santibañez. D. rrancISGO.— Natural de Jauja, no


sabemos cuando vino a esta ciudad, fue casado con
Luisa Villegas, en quien tuvo a su hija Rosa. Enemi-
go de la causa de la independencia, tomó parte en la
contrarrevolución de 1809. Destruido Indaburu des-
pués de su defección por las fuerzas de Castro, perma-
necio Santibañez oculto en la catedral hasta la llegada
de.Goyeneche. Más tarde tem.eroso de la venganza del
pueblo, en especial del escribano Prado, quien le hat)ia

denunciado a Loayza,por una noticia que sigilosamente le

había comunicado y causó su prisión, se escapó a Pu-


no a la aproximación de las fuerzas de Castelli, siguió
militando en las filas realistas. En i8ig teniente coro-
nel del ejército del rey.

Santiso Enriquez D. Buenaventura —Fue corre-


gidor de la provincia de Omasuyos de 1770 a 1774.
Habiendo salido alcanzado en seis mil seiscientos pesos
pertenecientes al tesoro real, fue conducido preso a la

cárcel de esta ciudad, de donde su sucesor el corregidor


Otero le sacó mediante fitidores porque había afirmado
que tenía deudas que cobrar, pero abusando de la con-
fianza de estos se fugó a Oruro, cuando la justicia iba
a echarle el guante falleció de una manera súbita. Sus
fiadores tuvieron que abonar al fisco la cantidad aJeu
dada, en especial elcacique Calaumana, gobernador de
Pucarani. Este general fue rasado con. María Toledo,
en quien tuvo a su hija María Josefa, que quedaron su-
mam.ente pobres, porque al embargar los bienes del di-
funto no se encontraron sino dos casacas usadas.

Sayas D. Alonso.— Ignoramos los antecedentes de


este capitán español. Probablemente estu\o al lado

de Gasea en la acción de Sajsahuana, quien le designó


como a vecino fundador de la nueva población de La
Paz. Vino con Mendoza, y en el primer Cabildo que
7i6 Diccionario Histórico del

tuvo lucrar en Laja, fue nombrado alcalde ordinario de


la naciente población. Ln este carácter al año siguien-
te se hizo cargo interinamente del corregimiento por
haber marchado Mendoza con ochenta hombres a so-
correr a los españoles de f*otosi y La Plata, amagados
por los indios. Este capitán fue el primer español que
casó en la ciudad con una hija del país, llamada la

Tintaya, descendiente de antiguos caciques que en el

bautismo recibió el nombre de María de la Paz, en la


que tuvo alguna descendencia, pero no conocem.os más
que a Antonio. Parece que más tarde residió en Yun-
gas.
Segarra Lacueva i) Antonio Modesto.— Lime
ño, no conocemos la carrera de este sacerdote, que vi-
v.o de canónigo de merced al coro de La Paz, mediante
oposición en 1738 obtuvo la canongía magistral. Fue
examinador sinodal, gran predicador, y uno de los capi-
tulares más sobresalientes. Murió en 1750.
Segura Dávalos Árala I). Juan José.— Arequi-
peño. Estudió en la Universidad de San marcos de
Lima, donde recibió el grado de licenciado. Después de
haber sido cura de algunas parroquias de la diócesis de
Arequipa, fue en 1697 cura de San Juan de Acora, des
pues de Sorata, luego a la catedral de La Paz en 1663,
comisario titular de la inquisicióii y de cruzada, provi-
sor, vicario general de la diócesis, igualmente desem-
peñó el cargo a la muerte del obispo V^J.isco, El con-
de Santiesteban, Virrey del Perú, le nombró visitador
de la composición y venta de tierras, misión que la des-
empeñó a satisfacción del Rey. Este canónigo fue muy
violento, en 1669 al maestro de capilla licenciado Mar-
cos Flores Illemena le llenó de ultrajes porque no diri-
gió muy bien el canto en las vísperas de San Pedro.
Seguróla Machain D José Sebastián de.— Na
cig el 27 de enero de 1740 en la villa Aspeitia proviri-
DEPARTAMENTO DE La PaZ 717

cia Guipuscoa. Fueron sus padres Rafael Seguróla y


María Clara OÜden. Después de seguir los estudios
necesarios para la carrera de las armas, entró al servi-

cio a la edad de dieciocho años en calidad de cadete en


en el regimiento de guardias reales españolas de infan-
tería, I ^ de marzo de 1758, sirvió en ella hasta fi-
en
nes 1776 ascendiendo sucesivamente a teniente,
de
ayudante mnyor.
En compañía del primer Virrey de Buenos Aires,
Pedro Ceballos, salió de Cádiz el 13 de noviembre de
1668 en la expedición enviada por el Rey para contener
los abances de los portugueses. Entonces era caballe-
ro de Calatraba, \'enía nombrado corregidor de Lareca-
ja,destino que lo consiguió por ios empeños de su tío

Juan Bautista Machain, secretario del duque de Alba.


Tomó parte en los memorables hechos de armas,
con que inició su mando el Viire)-, pasando a desem-
peñar su corregimiento, donde se hallaba ejerciendo
sus funciones, cuando acaeció la sublevación de Tu-
pahj Amaru, a cus^a voz se adhirieron los indígenas de
varias provincias. Seguróla en vista de los aconteci-
mientos tomó las niedidas necesarias para la defensa
de su provincia, cuando eí 30 de diciembre de 1780 re-
cibió orden de la Real Audiencia para que tomara el

mando de la ciudad se puso en marcha, llegó el i ? de


enero y el 4 fue reconocido como comandante militar.
Ya e! corregidor habia tomado las disposiciones ne-
cesarias para un caso de defensa. Seguróla las activó,

especialmente el acopio de víveres, que escaseaban por


haber sido estéril el año anterior. No encontró sino
cien fusiles y muy
pocas escopetas de particulares, pero
vinieron a incorporarse doscientos hombres di Pacajes,
otros tantos 'de Yungas, y unos ochenta de Sicasica,
componiéndose las fuerzas defensoras de una compañía
de Granedercs montados coii los cien fusiles, seis de in
7i8 Diccionario Histórico del

fantería, dos montadas y cinco desmontadas, una de


caballería con lanzas, otra de trescientos de mulatos li-

bres, una de costeños, otra de voluntarios, una artille-


ría y otra de las Cajas Reales. Venciendo dificulta-
des, dice él, la atrincheró y fortificó lo más principal de
la población, dejando los arrabales, o mejor dicho, ape<
ñas la tercera parte queda defendida dentro de trinche-
ras,

Julián Apaza, como se ha dicho, logró seducir a los


indios, pronto la sublevación cundió cerca de la ciudad
en Viacha. Seguróla para escarmentar los mandó sa-
lir a las órdenes del coronel Manuel Franco, un desta-
camento compuesto de treinta Granaderos, treinta ofi-
ciales sueltos, vecinos con escopetas, unos cuatrocien-
tos hombre de lanzas, entre caballería e infantería, que
habiendo llegado de sorpresa al amanecer a dicho pue-
blo, pasaron a degüello a trescientos, los ahuyentaron a
los demás, regresando inmediatimente a la ciudad. La-
ja se declaró por la insurrección, entonces Seguróla sa-
lió a la cabeza de cincuenta Granaderos, otros tantos
oficiales, vecinos armados de escopetas, seiscientos de
lanzas entre caballería e infantería, y cuatro pedceros,
disporiiendo que mil doscientos indios de las parroquias
de San Sebastián, San Pedro, Santa Bárbara, le siguie-

ran, apenas dieron cumpliir,iento unos trescientos de


San Sebastián. A media noche del 13 de m.arzo em
prendió el viaje, antes de llegar a Laja, dispuso que
Franco, y el capitán Dionisio Escunrisa con un destaca-
mento cada uno, atacaran por separado, él se dirigió

por el centro, encontró el pueblo abandonado, habién-


dose retirado estos a una colina, a la que logró subir;
pero fue desalojado por cuatro veces, con pérdida de
50 hombres, porque "aquellos peleaban con un valor que
podía servir de ejemplo a la nación más valiente."
Co¡-¡ la noticia que le comunicó Pinedo de que los indios
Departamhntq de La Paz 719

acababan de circundar la ciudad, emprendió la retirada


a las cuatro de la tarde. Los sublevados venían en su
retaguardia, tuvo que sostener continuados ataques, y
entrarse a la que quedó
ciudad con alguna dificultad, la

el marzo completamente cercada o sitiada.


15 de
Desde ese día principió una lucha tenaz, sangrien-
ta, que enrojeció los campos de la cuenca con sangre

americana y española, en términos tales, que el odio de


los unos y de los otros no conoció ya limites; todos los

alrededores de la ciudad quedaron reducidos a cenizas


y escombros, presentando un cuadro desolador. Con
la gente que se hubía reconcentrado en la ciudad, el
hambre y la peste hicieron terribles estragos, morían
por centenares, llegó el alimento de los sitiados acon-
sislir en perros, gatos, después caballos, muías, jumen-
tos, ios cueros át his reses, los de las petacas más des-
preciables, negando a valer un gato seis pesos, las mu-
lasque de flacas se morían treinta pesos, de manera
que, de más de dos mil muías que hubo al principio en
la ciudad, al concluir apenas existían unas cuaren-
ta, llegó a tal extremo la miseria que una mujer en el

barrio Carcantía, había degollado a uno de sus hijos


para mantener a los demás, interpelada contestó que no
tenía con que coinprar, ni siquiera tengo que ven-
der, aún el señor Trigo ya no tenía nada y estaba pe-
reciendo. Este es el sugeto que en un principio espe-
culó bastante con sus víveres a un precio que raya, en
fabuloso. Las enfermedades hicieron estragos, espe-
cialmente en la clase pobre, pues ya había perecido
más de una tercera parte de la que componía su vecin-

dario, tanto por el hambre, como en manos de los in -

dios. Calculó Seguróla que morirían unas trescientas


a cuatrocientas personas, que llevadas por la necesidad
salían fuera de las trincheras en busca de legumbres,
leña, pasto, heridos de bala unos cincuenta, sin embar-
7^0 Diccionario Histórico del
go el cura de !a catedral. Sebastián de la Riva afirma
que murieron catorce mil, porque no habla ni tiempo
para enterrar a los cadáveres, el hospital estaba cubier-
to de enfermos, en sus patios y demás compartimien-
tos, encontrándose en cada cama tres o cuatro. Las
horcas colocadas en la plaza, en la que eran cada dia
colgados muchísimos indios, naturalmente contribuyó a
que se infestara ¡a población, por lo que tiene razón al-

guien de afirmar, que la defensa fue mal dirigida por


Seguróla.
El 19 de julio, Fiores rompió el cerco, respiró algo
la ciudad, pero 4 de agosto tuvo que abandonarla por
el

la continua deserción de los cocliabambinos, continuan-


do la desesperante situación de los sitiados, hasta que
al fin terminó con la llegada del coronel Reseguín. Co-
mo todavía en ¡as provincias se mantenía latente la su-
blevación, organizó Seguróla dos expediciones, la pri-

mera salió el 13 de febrero de 1782 sobre Larecaja y la

segunda el 18 de abril sobre Yungas y Río Abajo, so-


juzgados los indios, y desvanecidos los últimos vesti-
gios de la sublevación, regresó a la ciudad el 16 de ju-

nio. El Virrey le expidió título de gobernador político

y militar en 1781, en abril de 1782, fue elevado a co


ronel de infantería y tres años después a Brigadier.
Creadas las gobernaciones en todo el Virreinato,
él Rey le nombró primer gobernador intendente, por
provisión Real dada en San Ildefonso a 22 de agosto de
1783, de cuyo destino tomó posesión el i ? de enero de
1784.
Casó con María Josefa Úrsula Rojas Foronda en
25 de julio de 1786, de cuyo enlace tuvo a Isidora José
fa en 16 de m.ayo de 1787, María Antonia Úrsula Jose-

fa en 8 Je mayo de 1788. Su esposa falleció el 10 de


junio de 1788 al dar a luz a su segunda hija.

Seguróla que hacía tiempos padecía de una gota,


Departamento d e La F*az 721

a consecuencia de su agitada vidíí, encontrándose en la

finca Turrini, cerca de Mecapaca, apenas pudo lograr


llegar a La Paz, donde murió en 2 de octubre de 1789.
A consecuencia de la defensa heroica hecha en La
Paz, por real cédula de 20 de mayo de 1794. Se le
concedió el uso de los títulos de NOBLE. Vai,EROSA Y
liEL.
La Paz acababa de sufrir un desastre cuando había
llegado al apojeo de su grandeza, veía a su amada ciu-
dad destrozada, cubierta de ruinas, escombros, arruina-
dos sus bellos edificios, presentando un aspecto desoia-
dor, al mismo tiempo de en medio de esa sangre que
había corrido a torrentes, saÜa una llama que abrazan-
cio las naciones americanas, les preparaba para la lucha
y la defensa de la libertad; principiaba un odio marca-
do, no solo de parte de los mestizos, sino también de los
criollos contra los peninsulares, que eran los verdade-
ros causantes de la ruina, desgracia, calamidades que
habían pasado originíKlas por su insaciable codicia y
sed de riquezas.
Serna Fray rrancisco.— Natural de Guanaco
(Perú): hijo del capitán José la Serna Valverde y Emi-
liana Reinaga, de distinguidas faniilias. Profesó en la

religión deSan Agustín en Lima el año 1500 a la edad


de veintidós años. Leyó artes, teología, muchos años
con buena opinión, también las tiivo como predicador:
fue maestro de pjovincia dos veces, definidor, presi-

dente del capítulo vigésimo provincial de 1629. Cate-


drático de nona de teología en la Universidad de San
iWarcos en 1629, en que obtuvo la de víspera que sir-

vió por ocho años. El Rey Felipe IV le presentó para


el obispado del Paraguay en 17 de agosto de 1655, an -

tes deque saliese para su destino le promovió ai de Po-


payan en 1656. Le consagró en ¡a iglesia de San Agus-
tín el arzobispo Fernando Arias de Ugarte. Gobernó
91
122 Diccionario Histórico del

su diócesis hasta 169Ó en que fue trasladado a La Paz.


Emprendió su marcha y hallándose de transito en Qui
to, atacado de un violento accidente falleció.
Sevillano D. Garlos. —
Hijo de Mateo, mestizo pa-
ceño, soldado miliciano, que perteneció a! cuerpo orga-
nizado por Indaburu. En el ataque al cuartel que se
realizó en la noche del 16 de julio de 1809, salió grave-
mente herido, murió a los tres días. El Cabildo man-
dó entregar doscientos pesos el 22 de agosto a su espo-
sa e hijos, también acordó que se les suministrara ali-

mentos a sus pequeñuelos hasta que pudieran encon-


trarse en la edad de vivir de su trabajo.
Sifuentes Guerrero 1). Bartolomé.— Español, es
te sacerdote era de la que
diócesis de La Plata, en la

había desempeñado varias parroquias, vino nombrado


chantre de La Paz, mediante presentación del Rey. En
1675 íi^'s vicario genera! déla diócesis, ascendió a arce-
diano en 1682. Palleció en 1695.

Silva Gipriano - Natiu'al de r,a Paz. Hijo natural


de Alejo Ruiz de Prad.o y Gregoria Silva. Fue nombra-
do corregidor de la provincia de Pacajes en 1632 y pa-
rece que pasó con el mismo carácter a la provincia de
Larecaja, ha dejado bastante descendencia y suponemos
que el célebre Pasos Kanqui descendía de este general.
En 1771 contrajo segundas nupcias con Leocadia Lima-
chi. Murió en 20 de febrero de 1779.
Siivaya D. Juan de.— Limeño, le encentramos
avecindado desde 1720, casado con Petronila Manzane-
da, en quien tuvo a Dionicio en 10 de octubre de 1726.
Se titulaba capitán de milicias de Arequip.-^, su actua-
ción posterior no conocemos.

Simbor Moila D Luis Pernaíido Viscaino, hijo —


de Antonio Simbur y Francisca Rosa Molla, Vino nom-
brado corregidor de una de nuestras provincias en 1740.
DepartaMbnto bE La Pa¿ 72^

Concluido su período se radicó en esta ciudad, como su-


cedía con todas las autoridades de provincia, que se
venían a establecer en la apacible ciudad para vivir
tranquilamente. Fue casado con Francisca Josefa Te-
sillos. Falleció en 30 de diciembre de 1747 de cuarenta
y cinco anos de edad y fue enterrado en la Merced, ha-
biendo pronunciado su elogio fúnebre el comendador Ja-
cinto Hurtado.

Sínosain D. José. — Viscaino. Vinca avecindar-


se en esta ciudad poco más o menos en 1726. Casó
con Isabel de Vargas, tuvo de este enlace a Teresa Jo-
sefa en 6 de noviembre de 1727, José Nicolás en 6 de
noviembre de 1730, Juan en 10 de mayo de 1735, Joa-
quín en II de noviembre de 1738 este fue clérigo, cura
de Yani en 1773. ^^^ '-in vecino distinguido que ejer-
ció el cargo de alcalde ordinario. Falleció en 1742.
Sinosalen doña Ramona- Nació en La F'az el 31

02 agosto de 1770: hija de Juan Sinosalen y Gregoria


Vargas. Contrajo matrimonio con Antonio Pausa, de
cuyo enlace tuvo a Tomás en 2S de diciembre de 1793,
Manuel Esteban en 26 de diciembre de 1794, Josífa
Justina en 10 de febrero de 1798 Esta mujer ilustre,
sacrificó su fortuna y bienestar personal a los intereses

de su patria. A pesar de perteiiecer a la clase elevada


de la menor inconveniente en es-
sociedad, no tuvo ei

trechar sus relaciones mesliza Manzaneda, otro


con la

carácter varonil, con quien trabajaban con el más deci-


dido empeño contra los enemigos de su patria, intima-
mente ligada a la matrona Eguino, no dio descanso ni
tregua en su agitada vida para trabajar por la re\olución
tan gloriosamente proclamada la noche del 16 de julio y
ahogada después en torrentes de sangre.
A la aproximación de las fuerzas argentinas, incul-

có a cuanto paceño tenia relación con ella, para que fue-


ran a incorporarse en las fuerzas patriotas. Después
1

;^24 Diccionario Histórico del

de la batalla de Giiaqui, fue tenazmente perseguida,


tomada en su escondite, fue desterrad:^, a !a provincia
de Inquisivi, a su regreso en unión de su amiga Simo-
na, ayudó eficazmente a la toma de la plaza y la des-
trucción del soberbio Vaide Hoyos, Ramírez le arrancó
una fuerte suma so pretexto de multa y Ricafort le ame-
nazó con la muerte, si a las veinticuatro horas no em-
pozaba una suma que le había asignado. Reunió cuan-
to tuvo y se los entregó, pero al considerar la triste si-
tuación en que quedaban, sus hijos, sucumbió de dolor
en 1 Su hiija mayor casó en 2 de marzo de
8 14. 181
con Cayetano Sara\ia y Josefa Justina casó en 15 de
diciembre de 1819 con Manuel Pizarroso.
Sisa doña Bartolina— Ní^cíó en La Paz el 24 de
agosto de 1750, hija de José Sisa y Josefa Vargas. Per-
tenecía a una familia mestiza muy numerosa en esta
ciudad. Chola intrépida y audaz, íiiujer o concubina
de Julián Apaza, jugó un papel importante en el asedio
de 178Í. Llegó a ejercer ta ascendiente sobre su mari-
do, que éste no emprendía la más pequeña acción, sin

previa consulta a él'a. La vida y muerte de los es


la -

pañoles pendía de sus labios, dictaba órdenes terminan-


tes de proscripción de los españoles con su secretario
Juan Hinojosa. Cuando Katari se dirigió en alcance de
Ignacio Flores que venía en socorro de La Paz, dejó en-
comendado que desplegó tal activi-
el sitio a ella, en la

dad y energía, que admiró a los mismos indios; pero


miró siempre con cierta consideración a los de su clase,
no fue difícil a los mestizos, a los que permitía proveer-
se de alimentos, mientras que los españoles perecían a
millares. Fue capturada el 2 de julio de 1781 por una
partida de las fuerzas de Flores, quien cuando entró a
la ciuJad mandó procesarla a la titulada \-irreina y la

mandó ahorcar después del fallo.


Un documento dice: «Ella asistía a las funciones
Drpartamento de La Paz 725

religiosas muy alhajada, tenía su asiento bajo de sitial

y todos le doblaban Su secretario Francisco


la rodilla».

Hinojosa, también mestizo, fue inmediatamente ahorca-


do juntamente con ella.

Solar Lecaros D Antonio.— Arequipeno, hijo de


Enrique Solar Lecaros y Fabiana Montes, avecindado
en esta ciudad, casó con Antonia Marino en 1800, hija
de Miguel Marino y Micaela Tristán Calle, de cuyo en-
lace tuvo a Enrique José en 13 de julio de 1810. Esta-
ría de acuerdo con los revolucionarios, cuando le confia-
ron comisiones de algún interés. Pronunciada la revo-
lución fue comisionado para requisar la finca de Ceko-
llullo de Jorge Balliviáii, donde parece fabricaban armas
los realistas, marchó con c(jmpetente número de solda-
dos, llenó su comisión precipitadamente, regresando sin
resultado alguno. En septiembre íue comisionado co-
mo extraordinario a la ciudad de Arequipa, ante su Ca-

bildo, en la que probablemente no encontró eco la re-


volución paceña, a su vuelta encontró en Chucuilo ios
cuarteles que hacía disponer Goycneche, llegando a es-
ta ciudad el 4 de septiembre a las dos de la tarde. Un
realista a este respecto, dice: «rque después de Ivaberle
examinado, le juramentaron para que no hiciese saber
en el pueblo cosa alguna de las disposiciones que toma-
ba aquella ciudad centra esta.» Más tarde habiendo
aceptado el Cabildo la orden virreinaticia de la reposi-
ción de las autoridades depuestas por la revolución, mar-
chó como comisionado a Yungas, para que notificara a
Lanza la deposición de las armas, se presentara en es •

ta ciudad, lo hizo el 11 de octubre, actuando con los tes

ligos Jacinto Garate y Tomás Carpió, habiendo contes-


tado Lanza, que obedecía la orden, pero que le era im-

posible cumplirla por la actitud enérgica del pueblo. Su


actuación posterior po conocemos, ni donde falleció.
_ 7^6 Diccionario Histórico del

Sola D. Gaspar.— Bajo su iniciativa se organizó


una sociedad anónima en 1871, para el establecimiento
de alumbrado por gas, con un capital de 80,000 bolivia-
nos. Al terminar las oficinas faltaron los recursos por
lo que aumentaron \' crearon nuevas acciones por el va-
lor de 100,000 bolivianos. El establecimiento era de
primera clase. Hicieron esfuerzos supremos para dar
luz,como lo liicieron por algún tiempo, pero desgracia-
damente la falta de carbón les imposibilitó, quedando
perdido el capital )- destruido el edificio con el tiempo,
que se encontraba a una cuadra abajo del Prado.

Desde 1888, funciona el alumbrado eléctrico, que


convierte la población en pleno día todas las noches.
Sus maquinarias e instalaciones son de primer orden.
A iniciativa también de Sola, obtuvieron privilegio
en 1875, P^^^ establecer una carretera de La Paz al la-
go Titicaca. Aunque no ofrecía grandes comodidades
al viajero, fue útil, mediante sus diligencias se podía sa-
lir de la ciudad, sin los inconvenientes de antes.

Soria D. Jerónimo de.— Natural de Torrelaguna.


Los antiguos cronistas no hacen mención de él, sino
cuando insurreccionado Cíonzalo Pizarro contra la au-
toridad del virrey Vela se dirigía a incorporarse con él,

huyendo del puente Sajsaguana, tomando el camino


del Cuzco, dirigiéndose en seguida a Arequipa, para
embarcarse en su costa en los navios de los capitanes
Alonso Cáceres y Gerónimo Laserna; más como estos
se hubiesen declarado por el rebelde, trataron de cons-
truir un barco en cuyo trabajo se emplearon más de

cuarenta días, el que resultó incapaz por falta de mate-


riales adecuados, entonces se resolvieron dirigirse a pié
hasta Lima por no caer en manos de sus enemigos que
ya les perseguían. Llegados a la capital se encontra-
ron con la noticia de que
Virrey había sido preso y
el

deportado por los mismos oidores. Soria buscó su sal-


Départamhnto de La Paz 727
vación ocultándose, en el que corrió grave peligro su
\'ida, Con la venida del presidente La (jasca salió de
su escondite^ logró incorporarse en las fuerzas de Cen-
teno, encontrándose en la batalla deGuarina y después
en la acción de Sajsaguana, Su buen comportamiento
y honradez, hicieron que el presidente La Gasea le
nombrara vecino fundador de La Paz, que habla resuel-
to realizar. Vino con Alonso de Mendoza, siendo nom-
brado alcalde en el primer Cabildo que tuvo lugar en
Laja. Después se retiró a Lima, regresó a España y
murió en Toledo, donde tenía mujer e hijos. Su repar-
timiento pasó a la corona por cédula real, dado en Mon
za a 25 de septiembre de 1563. Dejó en el país des-
cendencia adulterina,

8oria Pray Grejono.— Desendiente de Fernando


Soria, religioso de la orden Juandediana, que por su ca-

ridad con los enfermos y su contracción a su ministerio


se hizo muy recomendable. Fue elegido prior, gobernó
de 1764 a 1767: trabajó la celda prioral y refaccionó to-
do el convento. Como hasta entonces no había habido
en la ciudad una botica pública, en octubre de 1776, es-
te religioso de acuerdo con el Cabildo, trasportó a la ca-
lle la botica del hospital que estaba en el interior del
convento, todavía hizo más, para ahorrar gastos se
acordó el beneficio de vender
medicamentos al pú
los

blico, que en esos tiempos \aiían mucho. Falleció en


1780.

La hermandad del Espíritu Santo, contribuía con


cuotas para ios enfermos.

En 1778 era capellán del hospital el franciscano


Agustín Madueño, prior J, Agustín Viscarra, enferme-
ros Alfonso Santa María, Juan Ponce de León y Marce-
lino Olivares, juandedianos.

Fray Mariano Zambr^.no era prior en 1809, en su


728 Diccionario Histórico del
carácter de prelado, asistió a los Cabildos que tuvieron
!u(^ar co!i asistencia de los notables.
Se extinguieron por consunción, habiendo sido el

iiUimo juan.dediano Francisco Arteaga.


Sota Bartolomé D. Hipólito de la.— Natural del
Valle Sapiiería. Visca\-a. Hijo de Francisco de la Sota
Quintana y Ana de Criñizares. Se estableció en esta
ciudad, casó con Sebastiana Parada Mendoza, de cu\-o
enlace tuvo a Juana en 24 de junio de 1762, Pedro en
29 de juüo de 1763. Fue un vecino muy distinguido
que ejerció el cargo de alcalde ordinario de segundo vo-
to en 1755. Bastante acomodado. Falleció en 1779.

Sota Parada señora Juana.— Nació en La Paz


el 24 de junio de 1762, b:ija del anterior, recibió una
educación muy esmerada, era digna de lucir tanto su
hermosura como su ilustración en los salones de su épo-
ca; al mismo tiempo tenia una virtud sólida, acrisolada
a toda prueba, porque asi le habia inculcado su tía la

monja carmelita, que más tarde murió en olor de santi-

dad.
Contrajo matrimonio con Tomás Orrantia, admi-
nistrador de tabacos de esta ciudad, como este caballe-
ro desde un principio sin ambajes se habia inscrito en
las filas que trabajaban por la separación de la madre
patria, abrió sus salones a los clubs revolucionarios,
trabajó juntamente con ellos con toda entereza. Esta
heroica mujer, aún antes de la revolución, sufrió des-
tierros, después de la revolución fracasada en 30 de
marzo de 1809. Üespuéí de la revolución se vio en-
vuelta en terribles contlictos, cuando fué aprisionado su
esposo, Goyeneche habia implantado el régimen del te-

rror en la población; fueron embargados sus bienes, se


le hizocargo a su esposo de ciento setenta y un mil pesos
cuatro y medio reales, que después de largas gestiones
quedó reducida ;i algo menos. Salió su esposo deste-
Departament o de La Pa z 729

rrado hasta Buenos Aires, soportó vejámenes, después


de la pérdida de Guaqui por los patriotas, fue desterra-
da al clima malsano de Caupolicán, apenas regresaba.
a su hogar desolado, cuando se le arrancó bajo pretexto
de multa una suma considerable. La mano del feroz
Ricafort le tocó de cerca, estuvo a punto de ser sacrifi-
cada, se puede decir, que compró su vida mediante la
suma de cuarenta que obló a las veinticuatro
mil pesos
horas de ser notificada. Casi reducida a la miseria con
tanto sufrimiento, sucumbió el 13 de mayo de 1817,
siendo sepultados sus restos en el templo dt^ Santo Do
mingo.
Sota A.^uero D. Temando. —Natural de la Villa
Quemada en Castilla la Vieja. Vino a establecerse
poco más o menos por el aílo 1780, Qontrajo matrimo-
nio con María Rojas, en quien tuvo a su hija Jacinta.
Tenía el grado de capitán de fragata de la real armada.
El Virrey de Buenos Aires, le nombró gobernador inte-
rino y comandante general de armas de La Paz, de cu-
yo destino se hizo cargo en 3 de septiembre de 1795.

Este gobernador ordenó el establecimiento del alumbra-


do en la población, mandando se pusiesen luces en las
ventanas, puertas de tiendas, medida plausible que de-
bía haber sido muy sentida y causaría la mayor satis-
facción en el público. Con esa tenue luz las patrañas
de las almas en pena y los condenados de carne y hue-
so con trajes monacales no rondarían ya ciertos barrios
buscando otras almas.
Cesó en el cargo el Ji de septiembre de ¡796. Más
después pasó a Arequipa, no sabemos con que carácter.
Debía haber sido funcionario muy recto, pues que, des-
tituyó a Santa Cruz que ejercía el cargo de subdelega-
do de Apolo sustituyéndole con José Domingo Escobar,
elprimero se quejó al Virrey, quien en 8 de marzo de
1799 ordenó su reposición.
92
,

730 Diccionario Histórico del

8otomayor Sor Ana.— El obispo Matp. y Haro ha-


bía comprado un local para resiJencia de clérigos enfer-
mos y pobres, que 110 llego a realizarse, hasta que en
1774 se establecieron allí algunas mujeres con el nom-
bre de beatas nazarenas, para lo que se pidió licencia
real. Se principió el trabajo de la iglesia de las Reco -

gidas en 1753, una pequeña iglesia con dos campana-


rios de pésima arquitectura. Fue incendiado el conven-

to por los indios en la noche del 19 de juüo de 1781. El


obispo Campos dio seis mil pesos para su reedificación.
Sor Ana, una de las abadezas, quiso quedarse con
las tierras del cura de Comba\a, Juan de Dios Espino-
sa, los herederos de éste se quejaron al corregidor Ali-
pasarraga contra las beatas Sotomayor y Petrona Vi-
veros, quien ordenó informaran los cuatro escribanos
reales, por su decreto de 13 de julio de 1779. En cum-
plimiento de lo ordenado
escribanos Mariaca, Vera y
los

Aragen, dicen: «reclusión de mujeres de mala conducta


a quienes las justicias reales las mandan en prisión.

Una beata salió a casarse con el escribano Antonio Qui-


ñones, otra con Carlos Duran y asi otras. Llevan una
vida relajada, entregadas a perpetua carnestolendas,
etc.» Se estinguieron en 1805.
El local ha tenido varias ocupaciones: moneda, co-
legio, cuartel, hoy el hospicio.

xSubiaga Antonio. — Español. En 1804 vino de


visitador de las cajas reales, hizo todos los esfuerzos
necesarios para que los deudores abonaran lo adeudado
y con este motivo se recogieron fuertes sumas de todas
las provincias de la intendencia. Contador de las cajas
reales del Cuzco en 1821
Suárez Sotomayor D Antonio.— En 1819 era ca-
pitán de dragones que se encontraba de guarnición en
esta población. Estaba casado con María Josefa Valle.
§e dice: que este realista no fue intolerante, que más
Departaairnto DE La Paz 7 ^f

bien dio alo;unas franquicias a los patriotas que sopor-


taban toda clase de \ejámenes desde tieFnpos atrás, por
lo que tuvo alguriO;i desacuerdos con el ^obernadfjr ¡ii-

tendente Huarte Jáuregui.


Suárez rigueroa D. ruláencio.— Limeño, vina
nombrado tesoreio de las cajas reales de La Paz en
1790. Fue muy rumboso y vanidoso hasta el extremo
de tener una servidumbre numerosa, se refiere que en-
tre criados, mestizos y negros se contaban diez y siete.

Suárez Medrano D. Prancisco.-- Natural de Sa


pahaqui, después de la revolución de julio fue nombra-
do capitán de la compañía que debía organizarse en los

\-alIes de Sapahaqui, Caracato, con su teniente Ramón


Mallea y alférez Juan Manuel Medina. Así mism.o de
Luribay fue nombrado capitán Juan Bautista Martelles
con su teniente Pedro Contreras, alférez Santiago Za-
pata. Se les impuso a estos capitanes la obligación de
alistar gente y formar sus compañías. Tal era la acti-

vidad comandante Murillo, que hizo todos los


del
esfuerzos supremos para reunir la gente necesaria des-
tinada a la defensa de la patria,

T
Tablares D. Juan Antonio-Desde 1603 fue regí

dor del Cabildo, depositario general, alguacil mayoi en


1604. Fue casado con Antonia Rodríguez, en quien tu-
vo a su h.ijo José en ig de marzo de 1600. Ignoramos
cuando murió.
Talavera D. José Mariano —No sabemos dj don-
de era, pero presumimos que sea hijo del general Fran-
cisco Talavera, que fue corregidor de una de nuestras
provincias. Oficial mayor de la Aduana de esta ciu-
dad. Fue casado con Juana Arteaga, en quien tuvo a
su hija Isidora, que más tarde llegó a casar con Melchor
732 Dic cionario Histórico del

Andrade. Durante la revolución de julio, aunque de


una manera solapada trabajó por la causa realista, por
lo que le presentó a Goyeneche como uno de los fieles

servidores del Rey. Fue uno de ¡os testigos que depu-


sieron contra los patriotas. Suscribió la acta de subor-
dinación a la Junta de Buer.os Aires en i8ii, más por
temor que por adhesión; pero a ¡a aproximación de
Castelli, fue a incorporarse a las filas de Goyeneche,
en cuyas tropas probablemente militó hasta después.
Tamayo D. Isaac— Paceño. Concluidos sus es-
tudios se recibió de abogado. En la administración
Melgarejo, oficial mayor de un Ministerio. Diputado
por La I*az a la Constituyente de 1868, se retiró del
servicio antes de la caida de Melgarejo. Amigo de Que-
vedo, en su revolución de 1875 '^0 ^^ quiso aceptar na-
da. Diputado a la Constituyente de 1878. Cuando la

guerra del Pacifico, marclió de Subsecretario del presi-


dente Daza. Después de los desastres se dirigió a Eu-
ropa. En 1888 fue enviado de Ministro al Paraguay,
con cuyo gobierno ajustó un tratado desventajoso para
Bolivia. Ministro de Hacienda y Fomento en la admi-
nistración Arce, Prefecto de La Pa/ en 1892. Después
se retiró a la vida privada. Carácter apasible, toleran-
te con las opiniones agenas. Falleció el 8 de agosto de
1914, cuando tenia publicado su primer tomo del precio-
so libro "Habla Melgarejo".
Tapia D. Pedro.— Na t-j ral de Viscaya, bachiller
graduado en Medicina. Fue boticario en esta ciudad
desde 1 580, apercibía de las cajas reales 5 1
5 pesos anua-
les por suministrar medicamentos a los conventos de
San Francisco y la Merced. Fue casado con Antonia
Ruiz, en quien tuvo a Alonso en 1581. svíííeT
Tapia D. Alonso. — Paceño, hijo del boticario, es-
taba bien visto en población y era muy estimado. El
la

corregidor doctor Núñez Mejía, le llamó de su teniente


-

Departamento de La Paz 733

en la gobernación, cuyo cargo desempeñó en abril de


1601. Más tarde pasó de gobernador a Chile.

Tapia D. José Agustín.— Nació en La Paz en 1806.


Estudió en la Universidad de Chuquisaca, recibiéndose

de abogado ante la Real Audiencia de Charcas. A su


regreso se entregó al ejercicio del foro. En 1831, a pe-
sar de la imposición del general Santa Cruz, para que
los diputados sean los de su elección. La Paz le llevó al

parlamento como a su representante. Habló con toda


energia contra la autorización pedida por el futuro Pro-
tector para intervenir en los asuntos del Perú. Dipu-
tado por la ciudad de su nacimiento alCongreso de 1832,
Fiscal de ia Corte Superior en 1839, Diputado al Con-
greso de 1848.
El general Belzu le llamó al desempeño de la car-
tera de Culto e instrucción en 1849 y por segunda vez
le encomendó la misma La
cartera en 1850, Prefecto de
Paz en 1855, 57 Y 59) J^^^ superior del norte en 1853.
A la caida de Córdova, se asiló en la legación america-
na, a pesar de estar enfermo, fue arrancado, conducido
a un cuartel y desterrado al Perú.
Regresó con las garantías de la Constitución de
1861, fue aprisionado por Yáñez y asesinado en el Lo
reto la noche del 23 de octubre de 1861.

Tapia D. Gésar.— Nacido en La Paz, hizo sus es-


tudios en el Colegio Ayacucho y los concluyó en la Fa-
cultad de Teología Ordenado de sacerdote en 1875.
Pector del Seminario. Hizo sus ascensos por escala
hasta Dean. Presidente del Hospicio, a cuyo servicio
se ha consagrado con verdadero interés y a la estabili-

dad de las sociedades de Beneficencia.


Tapia Castro Pol D Antonio Domináo. Natural —
del puerto de \'ega, en Asturias: hijo de Antonio Tapia
Castro Pol y María de Tellez y Osorio. AI radicarse
en La Paz, casó con María Foronda, de cuyo enlace tu-
7Ü Diccionario Histórico d el
vo a José Mariano en 22 de diciembre de 1748. Alcal
de ordinario del Cabildo en 1743. Comerciante de bas
tante consideración. Murió en 1760.
Tapia D- ProncisGO. —Nació en La Paz el 4 de oc
tubre de 1780, hijo de Clemente Tapia y Melchora Acu
ña. Era teniente del batallón fijo antes de la revolución
Fue un realista empecinado, uno de los agentes de la

contrarrevolución, que de acuerdo con Yanguas trabaja


ríapor el triunfo de la causa real. Fue tomado preso
pudo alcanzar su libertad en la defección de Indaburu
un documento de la época, hablando de él dice: «de li-
mitadas facultades, egoísta». Fue casado con Manuela
Pones León, en quien tuvo a Eulalia. A la aproxima-
ción de Castelli se retiró al Desaguadero, militó en las

filas realistas.

Tejada D. Mariano Antonio- Natural de la ciudad


de Reyes.
¡os Estudió en la Universidad de San Mar-
cos de Lima, donde recibió el grado de licenciado. En
esta ciudad casó con Maria Clara Nieto, moqueguana.
Este letrado tomó ¡a defensa de los patriotas del año
1809, siendo estériles sus esfuerzos por la premeditada
intención de Goyeneche de sacrificarlos.
Telechea D. José.- Este español recien llegado a
La Paz, no tenía mujer ni bienes, fue realista, a la ve-
nida de los argentinos se fue a incorporar al ejército de
Goyeneche. Como lo cuya
hicieron otros muchísimos,
insignificancia no pena de ser mencionada,
merece la .

Tellería Echeverría D. Juan Manuel —Sevillano.


Este capitán por el año 1765 casó con Juana Loayza, de
cuyo enlace tuvo a José Avelino en 4 de agosto de 1766,
Julián Melchcr en 6 de enero de 1768. Fue maestre
de campo, o'btuvo la \'ara de regidor, alcalde ordinario
en 1771, 73 y 74. Era uno de los vecinos más presti-
giosos de su época. Falleció en 1790.
Melchor Tellería, fue capitán de la quinta compa-
ñía de granaderos en la revolución de julio.
Departamento de La Paz 735

Terán Monjaráz D. Diego-— Madrileño. Este ca-


pitán vino el año 1700, casó con Inés Llano Astorga, en

quien tuvo a Fernando en 30 de mayo de 1704, Maria


Blanca en 8 de febrero de 1706. Fue maestre de cam-
po, alcalde ordinario en 170Ó, comisario de la Inquisi-
ción. Murió en 17^0.
Tcrán [). Joa(|iiín.— Madrileño. Era teniente del
batallón de milicias de esta ciudad, se hallaba de guar-
dia en el cuartel en la tarde del 16 de julio de 1809.
Cuando fue atacado el cuartel, parece que él ordenó
hacer fuego, desarmado por Juan Cordero,
el miliciano
tomado preso, colocado en el cepo; además le despojó
de su formiíura, sombrero, adornándose con ellos salió
a la ventauíj, lo que ocasionó su muerte, porque los que
hadan fuego al cuartel desde la plaza, creyeron que era
Terán. En la misina noch.e el pueblo se presentó ante
el Cabildo, que las muertes que se han originado de re-

sultas del fuego que b.izo la tropa veterana fueron por


culpa de l>rán y Francisco Neila,que habían ordenado
la descarga, que también el cabo Medina había causado

las heridas que presentaba un paisano, la sala acordó


pasar recado político al comandante Murillo para que
mantenga presos a los acusados hasta la averiguación,
más tarde fué puesto en libertad, sin poder olvidar la
manera ignominiosa como había sido desarmado, cons-
piró contra el nuevo orden de cosas con todos los con-
trarrevolucionarios. Cuando el ataque que efectuó
Castro contra el traidor Indaburu, que se había atrin-
cherado en la plaza, pelearon como energúmenos, lo
mismo que su compañero el alférez de veteranos Neila;
pero completamente vencidos, tuvieron que buscar re-
fugio en el sagrado de los templos hasta la llegada de

Goyeneche. Continuó en su graduación, pero a la

aproximación de Castelli se retiró con Ramírez, es de


suponer que siguió militando en las illas realistas.
^36 Diccionario Histórico del

Tello de León 0. Diego —Asturiano, licenciado


en medicina, que desde 1620, servia el liospital en cali-
dad de médico. Parece que era el único que existia en
la población en esa época,
Tintuyu. — Era uno de los caciques más prestigio-
sos del Choqueyapu en la dominación incai-
la época de
ca,cuyas posesiones partiendo con las de Uturunco,
ocupaban casi todo Munaipata y otros lugares. Cansa-
do de sufrir la dominación cuzquena, se puso al frente
de una conspiración, esperaba las tuerzas del inca, con-
venientemente fortificado en el cerro de Jichucollo, en
las alturas de Chacaltaya. Yaguarguacac, inca sobe-
rano del Cuzco, al tener conocimiento de la insurrección
de los choqueyapus, envió a su generalísimo Maita a la
cabeza de trece mil hombres, los que después de un
sangriento y tenaz combate derrotaron a Tintuyu. El
vencedor no abusó de la victoria, perdonó a los venci-
dos, les dio garantías y les hizo voh'er al seno de sus
hogares.
Tituatüunchi D Mariano —Natural del pueblo de
Copacabana, de la estirpe de los antiguos soberanos
del Perú. Había recibido una educación más que regu-
lar en la metrópoli de sus antepasados, la orgullosa
Cuzco: escribía y leía el tatin casi con perfección. Ami-
go de la causa patriota, en correspondencia con todos
ios demás proceres de la independencia, trabajó con to-
da entereza de su alma por los intereses de su patria.
Conmovió a sus paisanos, se opuso a las tendencias de
Diego Quint, que quería sublevar la indiada de esos lu-
gares contra La Paz.
Después de la derrota de los patriotas, huyó al par-
tido de Chucuito, donde fue capturado, lo ¡mismo que
Catacora, ChoquecoUata, los que fueron conducidos
presos llegando a esta ciudad el 7 de diciembre. Maria-
no fue conducido al cuartel de la meiced, recibió horri-
Departamento dé La Paz 737

bles castigos de orden de Goyeneche. Aquí es necesa-


rio anotar que el feroz arequipeño, que quería castigar
a toda La Paz. fuera de sus dos sentencias :;ue son tan
conocidas, desterró a! presidio del Cuzco a muchísimos
revolucionarios.
TitOYupanqui D rráncisco— Natural de Copa-
cabana, escultor, que impulsos de su devoción y ven-
a

ciendo mil dificultades, logró trabajar la estatua de la


Virgen de Copacabana, que se venera en su santuario.
Hizo sus primeros ensayos en bustos de barro, se diri-

gió a la villa imperial de Potosí, L\<)r.¿.] hizo su escultu-


ra, conduciéndola a esta ciudad, la perfeccionó en la cel-

da dtl franciscano Francisca Navarrete, mediante las

lecciones que le dio el pintor español Vargas. Condu-


cido a su pueblo ha sido objeto de culto \- veneración
hasta nuestros días.
Toledo D. Luis de — Natural de Galicia, vino por
elaño 1640 con una \ara de regidor agraciado por el
Rey, desde 1648 obtu\-o el cargo de tesorero tie la real
hacienda. Fue casado con Luisa Molina Torres Gam-
boa. Diputado del Cabildo, habiéndose descubierto un
desfalco de cuatrocientos mil pesos en laS Cajas Idea-
les, fue Su
ahorcado.por orden del corregidor Enriques.
hermano Miguel que \dno con él llegó a ser contador de
las mismas Cajas Reales. Murió soltero en 3 de di-
ciembre de 1700.
Toledo Lelba D. Pedro —Nació en La Paz el 29
de junio de 1663, hijo del capitán Pedro Toledo y Leiba
y Micaela Villalobos, fue cura de Mocomoco, ascendió
por escala hasta ocupar el puesto de canónigo magistral
en el coro de su país natal. Dejó en su testamento sus
bienes para fundar un recogimiento de clérigos en La
Paz, pero por real cédula de 21 de septiembre de 1774
se ordenó que con esos bienes se estableciera un cole-
gio de niñas.
93
738 DiGcioNARiü Histórico del
Su hermano Miguel fue contador de las Cajas Rea-
les. Manuel, jesuíta y María, monja de la Concepción.
Torrclio Melchor. —
Natural de Arequipa igualmen-
te que su esposa María Linares, vinieron a radicarse en
esta ciudad, donde les nació Juan de la Cruz y Maria-
no.

Torrelio D. Mariano — Nacido en La Paz, hijo


d e Melchor
Torrelio y Ma
lili Linares.
Se alistó en
las fiias d.^1

ejército pa-
triota t\ i. ño
1813, hallán-
dose en wa-
rias acciones
de armas. To-
mado prisio-
nero, í[]c en-
cerrado por
IVA í ñ ) en la

ibla de Este-
\'ez, donde so-

portó toda cla-


se de ultrajes

y privaciones
General Mariano Torrelio Libre de suca
labozo, continuó en las filas patriotas, hallándose en la
victoria de ^^yacucho.
Se incorporó en el ejército nacional, concurrió a las
campañas de Confederación, ascendiendo a coman-
la

dante. Al mando de Braun concurrió a las victorias de


Iruya y Montenegro, En Mojo se encontró al lado de
Velasco, cuando este desconoció la autoridad de Santa
Departamento de La Paz 739

Cruz, a poco ascendió a coronel. En Ingavi se halló a


la cabeza de un cuerpo. Velasco al subir a la Presi-
dencia, después de ¡a caida de Guilarte, le ascendió a
la alta clase de General de Brigada.
Amigo de Belzu, cuando el batallón Carabineros
ocupó Sucre, fue nombrado comandante general. Asis-
tió a ¡a batalla de Yampáraez. En la administración
Linares estuvo proscrito. En 1862 se Iiaüaba en Sucre,
retirado del servicio, logró en unión de otros jefes bel-
cistas, sublevar la columna en favor de Belzu, engro-
sadas sus filas, se dirigió a Potosí, a la aproximación de
las fuerzis del gobierno, salieron con dirección a Sucre,
siendo alcanzados por Pérez fueron derrot.;dos Murió
en Sucre el 25 de mn)-o de ¡S74
Torres I). Alonso —Natural do Tal^bera en Es-
paíií. Estuvo avecindado en !^a Paz desde i6od, era
uno de los \'ecinos disting,uidos. El corregí ior L^er-

n.irdin^ Hernani Bonifaz, lo hizo su teniente, Hihien-


do el corregidor dejado el mando y marchado en cofni-
sión a Pinio p:r orden del Virrey, quedó Torres encar-
g ido d-j la autoridad y la ejerció en todo el mes de no-
\'iembre de iGij. Fue caballero de bastante fortuna,
espectable, muy notable en esos tiempos. Falleció iraiy
entraJ.o en años en 1630.
Fernando, probablemente su hijo, fiiC cabecilla df»

una sublevación que debía estallar en iS93,y que teiíia


ramificaciones en el Cuzco, Arequipa y otros puntos.
Descubierto el complot por la vigilancia del corregidor
de Arequipa Diego Teves Brito, Torres fue aprisiona-
do, extrayéndosele de un convento, pero no sabemos la

suerte que le cupo.


Torres D. Domingo.— Arequipeño, este capitán
radicado en La Paz, casó con Petronila Isabel Medina
Larrea Peralta, de cuyo enlace íu\'0 a Urbano en 4 de
julio de 1684. Muerta su esposa contrajo segundas
74Q DtCCIQNARlO HISTÓ RICO DEL

nupcias con Juana López Sesani en 1690. Fue regidor


del Cabildo. Falleció en lyor.
Torres Mendoza D. Antonio. -Natural de Sevi-
lla, vino a establecerse en La Paz, contrajo matrimonio
con Beatriz Bonifáz Ocampo, El Virrey marqués Gua-
dalcasar le nombró corregidor interino de La Paz en ló
de julio de 1624 y se posesionó el 19 de ma)'0 de 1625.
A este laborioso funcionario se debe el trabajo del puen-
te Riverilla.
Dejó el puesto el 26 de agosto de 1628. Se retiró

al Cuzco donde se avecindó.y su esposa favore-


El
cieron a los jesuítas con dinero y alhajas para la fun-
tiacióii de un Colegio de la Compañía en esa ciudad,
hicieron donación de su hacienda Guarapata de valor de
ochenta mil pesos.
Torres D. Garlos.— Natural de Chulumani en la
provincia de Yungas. Este joven soltero, era amanuen-
se, vivía en la casa de Miguel Guilarte, arriba del Tam-
bo de Harinas. Estaba intimamente ligado a los revolu-

cionarios paceños y era quien bajo la dirección de Muri •

lio, pergeñaba los pasquines que tanto atormentaba a


los realistas, para esto se necesitaba verdadero ingenio
para disimular desde la caligrafía y estilo hasta la pro-
pia gramática del autor, ingertando términos generales
del "vulgar uso,^motes comprensivos de cualidades o de-
fectos." Era exaltado en sus opiniones, quería que
se pasase a degüello a todos los peninsulares, siendo
conocido en el pueblo con el apodo de siete jetas.

Bien sabemos y está suficientemente comprobado,


que elpropósito de los revolucionarios era constituir
una República independiente, aprovechándose del pési
mo estado en que se encontraba la península; que ej
nuevo gobierno debía ser con el elemento americano, sin
excluir al europeo, siempre que estos se conformaran
con el nuevo orden de cosas; también tenían por pro-
Departamento de La Paz 741

grama la libertad de comercio, la fraternización ameri-


cana; más absoluta descentralización para lo que se
la

tomarían la sala de armas y el almacén de pólvora de


Caja del Agua, se detendría al gobernador en su casa,
lo mismo que a los demás europeos a la voz de ¡viva la
República! Fracasado
movimiento revolucionario en
e!

el Cuzco, denunciados los paceños, Indaburu lo buscó


envano, habiéndose ocultado en el convento de San
Francisco; pero capturado le tuvieron en estrecha pri-
sión con grillos y por último lo sometieron a la tortura.
Prestó su declaración el 10 de agosto de 180$, ante Juan
de la Cruz Monje Ortega, con singular franqueza no
negó todos los capítulos de la revolución. Su defensor
el doctor Basilio Catacora, hizo una brillante defensa.
El II de diciembre pidió a'ivio de prisiones, y el 24 rei-
tiró su solicitud, sosteniendo por primera vez en ia co-

lonia, que la prevención no debía ser lugar de tortura,


sino de simple seguridad. Estas dos piezas son de la

misma letra de Murillo, quien probablemente las redac-


tó y basta esto para conocer la ilustración del prin-
cipal gerente de la revolución. El 28 de diciembre lo-

gro fugarse quebrantando ios platinas, mediante los es-


fuerzos sin duda de su correligionario Mariano Grane-
ros, a la sazón alguacil de la real cárcel. Esta fuga oca-
sionó la prisión de Castillo, Zuazo.durante algunos día?.
Después se dio libertad a Murillo, igualmente que a
otros detenidos, entre ellos al cuñado de Torres. Mon-
terlon. Desde ese momento desaparece el nombre de
este patriota.

Torres Salazar D. Juan. Natural de Moquegua: —


hijo de Francisco Salazar, corregi.ior de aque'Ia vil'a.
Vecino de Arica y después de La Paz. El Virrey le nom-
bró corregidor interino de La Paz, ejerció el cargo
desde principios de 16^5, hasta marzo del ano siguiente,
la 02Mi3ni ?9ib3íj3 9í3ie n )bB yum ; r
742 Diccionario Histó rico del

Era al mismo tiempo contador Je las Cajas Reales, car-


go que ejerció hasta su fallecimiento acaecido en 1659.
Fue casado ccn Josefa Vásquez.
Torres Vargas, Antonio.— Asturiano. En esta ciudad
casó con Teresa Godos, de cuyo enlace tuvo a Clara en
12 d? Ligosto de 1778, llevándole a la pila el maestre de
campo Viaorio García Lanza, Desde 1675 era sargen-
to mayor Je ejército, más tarde pasó a radicarse en la

provincia de Yungas donde tuvo sus propiedades.


Torres Vásque?; Tray Diego.— Natural de Sevi-
lla, nacido en 1574. Ingresó en la Compañía de Jesús
el4deabiilde IS89, fue admitido por el provincial
Baitülorné Pérez. Estaba ordenado ya de sacerdote,
prestando sus servicios en el Colegio de San Htirmene-
gildo al que había siJo mandado después de pasar su
noviciiidu, de donde se le señaló pasar al Perú en 1598
.con LlernanJo de Mendoza. A poco de su llegada salió
en armaJn que organizó el Virrey Luis Velasco con-
la

tra los piratas. Hizo en Lima la tercera probación, pa-


sando en i6oi a las misiones de Juli, donde apren-
dió con perfección el aymara, estuvo a cargo de las pa-
rroquias Je San Ildefonso, Ya\es .Tres años permaneció
en aquellas misiones, siendo después enviajo de minis-
t.'-o al cok-.^'o Jr Chuquisaca. Entonces se le concedió
lasegunda probación en 1607, se le encargó el rectora-
do Jel cclegio Je La Paz en 1609, que lo regentó por
seis oños.
Este padre principió la construcción Jel templo en
el mismo año de hacerse cargo del rectorado y quedó
concluido en 1612. El templo era fabricado de piedra,
cal y ladrillo, de tres naves aunque las laterales algo
angostas, con su respectiva media naranja y su cam-
panario muy bonito. Arcos, pilares, comizas, todos de
orden jónico, muy bien dorados. El interior muy asea-
do y muy adornado: con siete altares incluso el mayor,
D epart amento de La Paz 743

con retablos de madera de cedro dorados, conteniendo


esculturas traídas de España. Debajo del templo ha-
bía una bó\-eda en todo su largo, donde se depositaban
los restos de la mayor parte de los vecinos notables de
la población, en esas m.ismas bóvedas descansaban los
del padre Juan Villalobos, célebre teólogo español, y
otros notables jesuítas.
El convenio principiado por el fundador, tenia dos
grandes patios cuadrados, en el claustro principal, cuya
portería estaba en frente de la actual oficina de correos,
era de dos pisos teniendo en el centro una hermosa
fuente de berenguela; su refectorio y demás dependen-
cias muy bien ordenadas; la biblioteca contenía valio-
sos manuscritos en lengua aymara, entre ellos seii vo-
lúmenes del padre Miguel Pastor, de Blas Valero y les
sermones de Diego Mastriiii, los que se han perdido.
El otro claustro con puerta a la actual calle Colón era
ocupado por el Colegio Carolino, Después de la expul-
sión quedó la iglesia de auxiliar, En 1831 al sacar los
restos del obispo Ochoa, en momentos de hacer la ex-
humación se desplomó una parte de las bóvedas del
templo, de cuyas resultas nuirió una señora por lo que
se ordenó su demolición.
El padre Torres continuó residiendo hasta 1618, en
que se^dirigió a Lima para asistir a la congregación pro-
vincial. En lóig pasó de rector al Cuzco, en 31 de
julio ii-!auguró el de San Bernardo. En 1622 fue prefec-
to de estudios mayores de San Pablo de Lima, su rec-
tor en 1624. Con este carácter como vicepro\-inciaI se
encargó del gobierno de la provincia el 4 de julio de
1628 por muerte de Gonzalo Lira, cesando en 1630. Co-
locó la primera piedra de la basílica de San Pablo, hizo
el hermoso estanque de San Juan, una parte del Cole-
'^•gio del Cuzco. Consultor de 1650 a 1638, en que as-
'
cendíó a provincial hastji su muerte acaecida en 13 de
744 Diccionario Histórico del
enero de 1739. Es autor de una relación sobre la la-
guna de Chuicuito.
Tovar D. José Juan — Nació en Inquisivf en
1831. Hizo sus estudios en laciudad de Oruro, pa-
sando a concluirlos en la capital Sucre, donde se reci-
bió de abogado en 1856. Desempeñó en la judicatura
varios puestos. Presidente del tribuna! de partido de
Cobija. Periodista distinguido, escribió: Hl amigo de
la Verdad, El Porvenir. En 1863 publicó un poema
épico La Creación.Se suicidó en Sucre en 1869.
Trisíán Musgoso 0. Dominóo.— Nacido en Are
quipa en 1768. Hizo sus estudios en el Cuzco, pasan-
do en seguida a EspaíiJ, donde fue guardia marina, asi
como sirvió de agregado en la Legación española cerca
de la corte de Inglaterra, Regresó al Perú en el navio
Aguijes en 1791 de coronL-l del regimiento de dragones
milicianos de iV\ajts.
Habien.do estallado la revolución en La Paz en
1S09 y recibido Goyeneche la orden de sofocarla, Tris-
tan que era su primo se incorporó en el ejército realis-
ta. Retirados ios patriotas de su campamento de Cha-
(aUa)'a internándose a los Yungas, Goyeneche que ha-
bía ocupado La Paz dispuso que Tristán a la cabeza de
las tropas de Arequipa, fuerte de quinientos hombres
se pusieía en persecución de ellos, salió de La Paz el 30
de octubre de 1809, dirigiéndose a los Yungas, ocupó
Irupana antes que ¡os patriotas a! mando de Castro y
Lanzi, que también se dirigían mismo punto. Estos
ai

Si quedaron en una altura nombrada Corcoma, inme-


diata a dicho pueblo, que parecía una posición favora-
ble, más Tristán para arrancarlos de ese punto, simu-

ló una retirada violenta, que creyendo los contrarios

ser cierta, abandonaron sus posiciones, mientras que


los realistasdando un rodeo lograron apoderarse de esas
posiciones. El 11 de noviembre los patriotas rompie-
Departamento de La Paz 745

ron con un vivo fuego, que no hizo gran daño en los


enemigos, después de un reñido combate los patriotas
fueron completamente derrotados, perdiendo cañones, fu-
siles, municiones, dejando en el campo centenares de ca-

dáveres, así como multitud de prisioneros. Tristán


mandó perseguir a Lanza y Castro, los que fueron vic-
timados por los indios, cuyas cabezas las remitió de ob-
sequio a su primo.
De regreso llegó a La Paz el 6 de diciembre, Go
yeneche le nombró gobernador, comandante de armas de
La Paz, de cuyo destino se hizo cargo el 30 de septiem.-
bre de 1810, al dejar el mando Juan Ramírez.
Habiendo estallado la revolución en la capital del
virreinato el 25 de mayo de 18 10, secundado el movi^
miento en Cochabamba, Oruro, sufriendo los realistas
la derrota en los campos de Aroma. Ramírez que se
hallaba en Viacha le ofició sobre el particular el 1 5 de
noviembre. Ll 16 del mismo mes reunió al vecindario
compuesto de todas sus ciases sociales los que en nú-
mero de sesenta )' cinco, sin discrepancia alguna sus-
cribieron el acta de sumisión y subordinación a la Jun-
ta de Buenos Aires. El 19 del mismo, Tristán .dirigió

al vecindario una proclama en sentido patriota-


Los paceños se llenaron de júbilo, muchos fugitivos
pudieron presentarse ya en público sin temor de ningu-
na clase. El 13 de diciembre hubo un Cabildo público
parala elección de diputado representante de esta pro-
vincia en la ciudad de Buenos Aires, resultó elegido con
veinticuatro votos secretos y dos públicos Ramón
M^riaca Aparicio. El 28 del mismo mes en medio de
una ovación popular inmensa entró la fuerza cochabam-
bina comandada per Bartolomé Guzmán. Tristán nom-
bró de su teniente asesor a Juan de la Cruz Monje, de
cuyo cargo tomó posesión en 7 de enero de 181 1. El

12 del mismo mes dejó la población la fuerza cochabam-


94
746 Diccionario Histórico d£l

bina. Principiaban ya a organizarse las fuerzas patrio-


tas, como esto no era del agrado de algunos consumados
realistas, mandó Tristán aprisionar a Antonio Cueto y
Faustino Gómez el 25 de enero, y el 9 de febrero los re-

mitió a lo de Castelli. A fines de marzo llegó el gene-


ral Eustaquio Díaz Vélez, fue muy agasajado por el ve-
cindario, permaneció en la ciudad hasta el 2 de abril,

dirigiéndose al campamento de Laja, donde se encontra-


ban las fuerzas argentinas. Al mismo punto se dirigió
la tropa de paceños el i ? de abril, que fue incorporada
en la tercera división.
El 10 de abril en la tarde entró Castelli, se alojó en
el palacio episcopal. Era día de Viernes Santo, en que
el vecindaaio había acostumbrado entregarse a los prác-

ticos religiosas, pero con la llegada del representante se


suspendieron: hubo regocijo, convites, bailes, hasta el

domingo 14, en que dejó La Paz. Medida la más impo-


lítica que pudo observarse, que sirvió de pretexto a ios

realistas para acusar de sacrilega, antireligiosa a la re-


volución.
El 18 de abril en la manzana de la Caja de Agua,
se realizaron la votación de los electores presidida por
el doctor José María Valdez, que fue elegido con nueve
voto?, pasando luego a Cabildo a la elección de colrgas,
los que fueron nombrados Astete, Landavcre, Quint.
En 25 del mismo mes, llegaroii los generales Bal-
card, Francisco Rivero, con su capellán Itura Patricio,
Manuel Cáceres, Manuel Cossío, los que regrasaron al
campamento de Laja, acompañados del escuadrón de
caballería que había organizado Clemente Diez de Me-
dina.
Tristán había abogado tanto y aparentando adhe-
sión a la causa patriota, que engañado Castelli, y los
demás generales argentinos, le confirmaron en el pues-
to de Intendente. En los momentos en que se pronun-
Departamento de La Paz 747
ciaba la derrota de Giiaqui el 20 de junio. Tristán
se encontraba en Calamarca. no sabemos si fu(^ó o es-
tuvo con el ejército, lo cierto es que, habiéndose suce-
dido en la ciudad desórdenes terribles, causados por los
dispersos que se entregaron a toda clase de desórdenes
y robos. E! día 29 a cuya noticia Rivero había venido
acampó en el Alto de la ciudad, el día 25 en la noche y
al día siguiente, la Jimta le ofició pidiéndole le auxilia-
ra, entró inmediaiamente, llamó a Tristán y que se ha-
llaba en Calamarca con el general Viamont. Arregló
un poco la administración y dejándole a Tristán cien
hombres se retiró el 29; dirigiéndose al. interior.
Este gran hipócrita, intrigante como su primo, fue
el primero en encabezar las cosas en favor de la causa
real, hasta el 8 de julio en que llegó Goyeneche con
mil quinientos hombres, convirtiéndolos en cuarteles
las casas de los principales patriotas. Tristán le alagó
a su primo cuanto pudo, le hospedó en el palacio preto-
rial, le preparó cenas expléndidas, al día siguiente le

hizo celebrar una misa solemne de gracias, no cesaron


sus halagos hasta el 10 en que a las cinco de la maila-
na abandonó la ciudad, dejándole a Tristán siempre con
elmando, a la cabeza de quinientos hombres, puesto
que ocupó hasta el 3 de julio de 1813.
En su período soportó la población el cerco, que
principió el 1 5 de agosto de 181 1, casi con las mismas
peripecias que la de 1881, hasta que fue favorecida por
las tropas realistas de Lombera, Benavente. Supo-
niendo su carácter de intrigante es muy posible conse-
bir que también a Pumacuaga le absequiaría y adula-

ría. Hizo arcabucear a Miguel Campos, Juan Choque,


al primero en 28 de octubre, al segundo en 2 de no-
viembre de 181 1, Se publicó solemnemente el 26 de

diciembre de 1812, la constitución española sancionada


por las Cortes, al día siguiente tuvo lugar la jura de la
74^ Diccionario Histórico del

constituciÓFi, después de ia misa de estilo. Como es i

constitución en nada alibiaba la situación de los ameri-


canos, no merecía la pena de ocuparse, ysegúi^. lo acor-
dado en ella el 28 se realizóla votación para los dieci-
siete electores, los que en 31 del mismo mes, eligieron
alcalde de primer voto a Landevere y de segundo a Ma-
nuel Ballivián, y los doce regidores, entre ellos dos in-

dios principales: José Francisco Mamani de San Sebas-


tián e Ignacio Aruquipa de Santa Bárbara, así como
a los dos síndicos José Agustín Tapia y Agustín Arce.
Tristán se retiró a Arequipa, salió para Espaíia ele-
gido diputado a Cortes por su país natal en1813, pero
regresó de Jamaica por haber emprendido tarde su via-
je. Más tarde se hallaba en Majes, enbarcándose en
Moliendo el 8 de septiembre de 1821 se fue a reunir al

general San Martín que ya ocupaba Lima. Muy bien


recibido, fue ascendido a general de Brigada en 21 de
diciembre del mismo año, se le dio una división la que
fue batida por los españoles en la Macacona en 7 de
abril de 1822. Fue caballero de la orden de Montesa,
y en la República prefecto. Murió en Arequipa el 9
de agosto de 1847.
Tristán Musquis D. José Joaquín — Fste español
vino nombrado corregidor de la provincia Omasuyos
en 1778, gobernó hasta 178^, como resultaron cargos
contra su gobierno de que había hecho un repartimien
to de rosarios de cuentas azules a razón de tres pesos
cada uno, que fue el punto principal de que se le hacía
curgo, el juez de su residencia que era el juez Rivade-
neira, no sabemos que fallo le daría, pero es de suponer.
que salió ileso, puesto que el dinero destinado para el

'cohecho de pasaba de funcionario a funcio-


los jueces,

nario para un caso dado. Con este motivo el general


Tristán que vino a La Paz a defenderse, soportó las

consecuencias del terrible asedio de 1781.


^ Departamento de La Paz 749

f
Trucios D. Joaquín.— Viscaino: hijo de Juan José
Trucios y Gertrudes Cisneros. Este capitán vino a es-
tablecerse en La Paz en 1760, no sabemos con que co-
locación. Regidor del Cabildo. Murió en 18 de diciem-
de 1792. Francisco Trucios, hijo y descendiente de
este, que era soltero, fue realista, como tal fue a incor-
porarse a las fuerzas de Goyeneche.
Trujillo Castañeda Fray Sebastián —Español,
religioso mercedario. Se hallaba en Panamá cuando
salió Pizarro conquista del Perú, y lo trajo de
sobre la

su confesor, a su lado, encontrándose en la captura de


Ataguallpa, tomada ia capital del imperio, Cuzco, don-
de en 1537 íuiidó y fabricó un convento de su orden.
En 1549 vino a La Paz con igual objeto, ya para enton-
ces contaba con bastantes recursos. Llegado a esta ciu-
dad la fundó en 10 de agosto de 1548, bajo la advoca-
ción de San Lorenzo.
Escogido el terreno, tuvieron que^destruir una pe-
ña colina, por lo que tardó mucho tiempo la construc-
ción del templo.
La iglesia toda de piedra de bastante solidez, de
tres naves, sosteniendo sus bóvedas, seis arcos en cada
lado; cuatro arcos laterales que sostenían su media na-
ranja; su frontis con dos puertas, sin adorno ninguno
arquitectónico, su campanario cuadrado y algo tacha.
El interior del templo, con siete altares, incluso el

mayor, de madera de cedro perfectamente dorados, y


su pulpito que un viajero llama historiado.
Con un inmenso cementerio, que en épocas recien-
tes se ha destruido porque su aspecto era repugnante, c

El convento o claustro principal, cuadrado de dos


pisos, el inferior con arcadas de piedra yel segundo
con simples corredores de madera. La entrada a los
claustros un estrecho callejón. Con celdas nada con-
750 Diccionario Histórico del
fortables suponemos que serán lo mismo las demás
oficinas, no existiendo talvez
una pequeña biblioteca.
ni

El convento ocupaba toda una manzana, cancho-


nes amurallados, que se afirma que los frailes vendie-
ron por pedazos, y donde se han edificado casas de par-
ticulares.
En 1586, aún no estaba concluido, «apesar de ser
uno de los más antiguos», tenía seis religiosos. En
1609 tenia nueve frailes, y recibían de las Cajas Rea-
les para gastos de vino y aceite.
El P Truiillo doctrino a los indios del
. Río Abajo,
y muy especialmente a los de Caracato.
Durante lar^^os años, los religiosos olvidaron las re-
glas de su instituto hasta que
la Convención de 1880,
ordenó su clausura. En 1883 llegó el religioso Apari-
cio del Castillo, que con maneras logró reducir a los
antiguos fraile-^, y constituyó un convento realmente
monástiv.0.
Estando de comendador el padre españ j!, Policarpo
Casulla, quedó clausurado el convento en 191 3.

Tupjhj Amnni Andrés -Hijo de D. Cahriel Tu-


p.^jh Amaru. En el pueblo de Soi-ata se habían recon-
centrado varias familias huyendo de la sublevación ge-
neral de los indios. Amaru levantó las provincias de
Omasuyos y Larecaj a, y a la cabeza de 14 mil indios
se dirigió sobre Sorata. Antes de que llegara este lo

acordonaron por catorce días, cortándoles hasta e! agua,


formalizado una expedición de 800 a mil hombres, co-
mandados por Manuel Asturizaga, teniente del pueblo de
Ambaná, tuvo la suerte de desalojarles con pérdida de
^00 indios y tres de españoles.
Amaru 4 de mayo lo sitió, viéndose los
el sorate-
ños, obligados á atrincherarse en el recinto de la plaza,
sosteniendo un fuego serio de noche y de día, du-
rante tres meses. Los sitiados organizaron diez y ocho
Departamento d e La Paz 751
compañías, compuesta de 40 hombres cada una, con
sus respectivos capitanes, diri(j¡idas por el coronel de
milicias Anastasio Suárez de Várela. Con los refuji^ia-

dos de Lampa, Azángaro, Carabaya, tenían una tuerza


de dos mil hombres.
Viendo Amaru la resistencia que le h.ician resol-
vió destruir el pueblo por medio del agua, represó las
aguas que caen de la cordillera del lllampu, y rompien-
do los diques, los precipitó contra el pueblo el 4 de
agosto. "Sucedió que por la violencia con que venía,
rebalzT cl agua por encima sin causar mayor efecto. El
di.i 5Ígu:e;Ue continuó con lo mismo: y como halló la
tierra liúmedj, se introduje) con facilidad, haciendo cau-
se, a los que hacían guardia
cu)-a vista se inti.'iiiJaron
en las huyen Jo estos, se introdi'.jeron por
trincheras: y
ellas los enemigos. Tomaron posesión de la plaza, y
comet"eron el estrago que puede concebirse de tales íie-
ras, matando a diestra y siniestra a cuantos encontra-
ron, con distintos géneros de muerte, a unos con bab,
a otroscon palos, y a otros calg.idos de la horca, sin
exeptuar peiso-Kis, que por buena suerte pudieron re-
fugiarse a la iglesia, salvando so!amente los clérigos y
mujeres, aunque algu.nas de estas perecieron, por que-
¡er interesarse en el perdón de sus deudos, as: termi-
naron con sus vidas estos infelices m.oradores del pue-
blo de Sorata. Últimamente lo incendiaron, reservan-
do solo la iglesia, después de hiber saqueado los habe-
res de vivos y muertos". Aiidréi fue ajusticiado en
el Cuzco.

TT
Ijrbina José.— Natural de Castilla. Fue un co-
merciante que existió en esta población, fue casado con
Juana Vargas, en quien tuvo a Francisco que llegó a
ser clérigo. Contrajo segundas nupcias con María de
7$2 Diccionario Histórico del
Llano y Astorga, tuvo a Francisca que casó con Felipe
Peñaranda.
'"
ligarte D. Prancisco Tomás —Natural de la Villa
Bilbao en Viscaya, hijo de Pedro Ugartey Juana Larra-
zabal. Al establecerse en esta ciudad contrajo matri-
monio con María Sanjurgo, de cuyo enlace tuvo a Fran-
cisca, Pedro, Tiburcio. Fue regidor del Cabildo, uno
de los vecinos más distinguidos y notables. Su hija
Francisca casó con Juan José Diez de Medina.
Ufarte D. Sancho.— Natural de Navarra. Nom-
brado corregidor de La Paz por el emperador Carlos V,

se hizo cargo de su destino el 25 de junio de IS53- Se


hallaba desempeñando sus funciones, cuando tuvo lugar
la sublevación de Girón en el Cuzco, como fiel vasallo

levantó dos compañías de a cien hombres cada una,


poniéndose a la cabeza de una de ellas y de la otra nom-
bró jefe a Martín Olmos. Se dirigió al Desaguadero,
en cuyo puiUo tomó a un fraile que llevaba comunica-
ciones de Girón, una de las cuales se comió por no en-
tregar. Permaneció allí algunos días, sabedor de la mar-
cha del rebelde sobre Lima, continuó su viaje, pero tu-
vo que regresar a la intimación del inariscal Alvarado,
que le ordenó volverse a su jurisdicción, esta orden
obedecía, pues, que liabía tratado de obrar indepen-
dientemente, aún había llegado a titularse capitán gene-
ral; más tarde le dio alcance al mariscal que le recibió
con verdadero júbilo, hasta con fiestas. Desgraciada-
mente a las treinta y dos leguas antes de llegar al Cuz-
co, en el lugar llamado Pariguanacochas, sitio de ciéne-
gos, cubierto de nieve, murió de un ílujo de vientre en

1754-
Ulloa D Juan Antonio.— Natura! de Cáceres, sol -

dado que vino en la expedición del célebre Alvarado, se


quedó en el Perú con el aliciente de sus riquezas, per -

maneciendo siempre fiel a las banderas reales. Vencí-


Departamento dé La Paz 753

do en Guarina con Centeno, vencedor en Sajsaguana


con La Gasea, fue nombrado por este corregidor de La
Paz, de cuyo destino se posesionó el 26 d e octubre de
1550. Ai año siguiente le tocó recibir a Francisco Men-
doza, hijo del Virrey del Peiú, Antonio de Mendoza,
que traía la comisión de su padre para examinar los tra-

bajos de las minas, formar planos topo^^ráficos, relacio-


nes estadísticas de todas las ciudades del Alto Perú.
La recepción sería muy suntuosa, hecha por todos ios
caballeros españoles que entonces se encontraban en la

r.i:e\'a ciudad. Bajo su aJiiiip.i>tra.'.ión se estableció el

pequeño hospital de San Juan Lwangelista, asimismo


principió el trabajo de la obra de la i^^lesia matriz, que
más tarde fue destina la de catedral, cu)'a construcción
fue muy lenta, especialmente en sus principios por fal-

ta de movilidad de materiales, pues, que en 1561 en que


vino el obispo de Charcas L)ominoro de Santo Tomás,
aplicó a la obra una parte de sus rentas, a fin de que

pudiera concluirse a la brevedad posibl:\ También se


construyó el primer puente que ha tenido la ciudad,
uniendo San Francisco con ios barrios de arriba. To-
dos estos trabajos los hizo de perfecto acuerdo con el

Cabildo. Murió el 14 de r.oviembre de 1558, enterrán-


dose en San Sebastián.

Umeres 1) Gregorio.— Nació en La Paz el 7 de


marzo de 1771. Pronunciada la revolución de julio, fue
nombrado teniente de artillería. En el ataque a la pla-

za, cuando se atrincheró Indaburu, entró a la cabeza de


dos piezas de artillería, con los que puso en derrota a
los realistas. En el consejo de guerra que tuvo lugar
en Chacaltaya para la retirada a Yungas, estuvo en esa
reunión. Castro en la retirada le dejó en el punto de
Libinoso con un cañón )• 25 hombres. Pronunciada la
derrota en Chicanoma, abandonó el lugar juntamente

95
754 Diccionario Histórico d el
con Graneros. Es cosa rara que su nombre no aparez-
ca entre los condenados por Goyeneche.
Su hijo José, siguió la carrera de las armas, ascen-
diendo a coronel. Pariente del general Bclzu, trabajó
por su exaltación al poder. Era capitán del batallón
Omasuyos, cuando el jefe de este cuerpo Pedro Alva-

rez Condarco, de acuerdo con Celedonio Avila, jefe del


regimiento coraceros, enviaron intimación al Prefecto
general Agreda, para que abandone el puesto.
Agreda ?c negó, sacó su diminuta fuerza a la plaza,
la colocó en orden de combate; colocó sus cuatro caño-
nes en las esquinas. A medio día mandó hacer fuego
con 5us callones, salió de la plaza acompañado de nueve
tiradores hasta el puente de las Concepcionistas, atacó
a la pii:í:era columna sitiadora, no pudiendo resistir el
choque retrocedió a la plaza, colocado aliado de un ca-
ñón resistió los fuegos, viéndose acosado por todas par-
tes, fugó a pié. La plaz.i fue ocupada por las fuerzas
belciitas.
Se Inllaba proscrito en el Perú, durante la admi-
nistración Linares. Se puso a órdenes de Agreda, el

que reuniendo a los proscritos, emprendió una expedi-


ción sí'bre La Paz, situándose en el Calvario, donde se
le reunió alguna gente adicta a Belzu.
Linares emprendió desde Oruro, viaje rápido, pro-
puso bases de capitulación que rechazó Agreda. Con
sus fuerzas superiores atacó Linares de frente y la guar-
nición de la plaza el flanco derecho. La derrota se pro-
nunció luego, como era de esperar, por lo diminuto
de las fuerzas expedicionarias. La carnicería fue con-
siderable, sucumbió UmiCres, se dice, fusilado por un
oficial del gobierno.
Uría González Calderón D Juan Bautista —Li-
meño, este capitán al sentar sus reales en La Paz, casó
con María Ana Benites. de cuvo enlace tuvo a Francis-
-

Departamento de La Paz 75j_


co en 4 de octubre de i6ó6. Ascendió a maestre de
campo, fue alcalde ordiiiario del Cabildo. Su hijo Fraii-
cisco casó con Petronila Ulanes. El hijo de este, Ber
nardino, fue clérigo, canónico doctoral, arcediano en
1737.
Uñarte Francisco D Ignacio —Este español ca-
só conManuela S^gárnaga, de cu)'o enlace tu\'o a José
Mariano en i ? de enero de 17Ó2, Manuela en 4 de oc-
tubre de 1770. Más tarde alcanzó del Rey el nombra-
miento de subdelegado de la pro\-incia de Larccaja, car-
go que desempeñó de 1786 a 1789 Fue un caballero
distinguidísimo, ejerció el cargo de alcalde ordinario del
Cabildo. Murió en 1795.
llriarte Sra. Manuola.— Nació eii La Paz el /\ de
octubre de 1770, fueron sus padres Fraiicisco L'riarte y
Manuela Sagárnaga. La niña reubió una educación
correspondiente a su rango, sa.ti^fació a la esperanza
de sus padres, sobresaliendo en la práctica de todas las
x'irtudes.
Cuando tuvo edad con^,peteiite,sus padres sedieron
su maiio a Pedro A:te<íga, joven que por sus singulares
prendas era estimado. Quien hubiera pensado que es-
ta niña estaba destinada para presenciar ¡os más gran-

des acontecimientos, soportar con resignación todas las


desgracias que llegaron a caer sobre su familia y su co-
razón. como que estaba relacio-
Esta mujer valerosa,
nada con miembros de la revolución,
los principales

trabajó activamente por la santa causa, cuando ella tu-


vo su glorioso día de triunfo en la revolución de julio,
al mismo tiempo enlutó su hogar y su corazón, porque

vio sucumbir a su tío en un patíbulo, perseguiJa su fa-


milia, desmedrada su fortuna por la rapacidad de Go)-e-
neche.
Después de la derrota de Guaqui sufrió persecu-
ciones, ni los inílujos y ruegos de su familia, pudieron
7$6 Diccionario H istórico del
hacer que se desistiera de su destierro, fue deportada a
las malsanas regiones de Apolo, donde otros patriotas
también sufrieron iguales privaciones. A su regreso
recibió intimación de Ramírez de volver a su confina-
miento, lo que no se realizó por los empeños inlluyentes
de sus parientes ante este jefe. El inhumano Ricafort

le robó sumas considerables, so pretexto de sus opinio-


nes. Fue sumamente abnegada, heroica, que no amen-
guaron su espíritu varonil, ni desmayó con las persecu-
ciones. Tuvo la gloria de ver salir el sol esplendente
que debín alumbrar a la América, Ayacucho. Su espo-
so falleció en 25 de junio de 1827. Ella dejó de existir
en 1S57.

Urdininea D. Mariano.— Nació en La Paz el i ?


de enero de 1775, hijo de Juan Bautista Urdininea y
Josefa Sanz. Casó con Camila Muñoz en jo de mayo
de 1795. Fue regidor del Cabildo. Uno de los enemi-
gos declarados que tuvo la revolución, estuvo en las fi-
las contrarrevolucionarias. Cuando Coyeneche ocupó
La Paz e implantó el terror, Urdininea prestó en su de-
claración cosas todas horribles contra los patriotas, tal
vez fue el único que pidió ¡a muerte de los patriotas,
cuando todo io granado de la pobiación había intercedi-
do por la vida de aquellos. A la aproximación de las

fuerzas argentinas, corrió al lado de Goyeneche, en cu-


yas filas militó.

Urrea fray Miguel.— Natural de Fuentes en Tole-


do, religioso jesuíta. Solicitó venir al Perú y lo trajo
Andrés López en 1583. Se le destinó a Juii, donde
aprendió el aymara. Pasó a¡ colegio de La Paz de rec-
tor, cargo que renuncio y pidió se le enviara aloschun-

chos. En ellas trabajó mucho, consiguiendo grandes


ventajas. En Topaiolo, le victimaron a golpe de maca-
na en 27 de agosto de 1 597, dos hijos del cacique Caba-
Departamen to de La Paz j^-j

na, suponiendo que la muerte de un hermnno de estos


liabía sido causado por liaber comido un pedazo de azú-
car que le dio Urrea estando enfermo. Pudo ponerse
a salvo, mediante el aviso que le dio el cacique de Tu-
sapolo, de que se aproximaba gente para asesinarle, pe-
ro el padre no se animó a huir, se resignó a la muerte.
Los indios se hallaban en sus trabajos de campo >• no
tuvo tiempo para llamarlos y reunirlos.

Urueta D. Miguel.— Chileno, en esta ciudad casó


con Josefa Diez de Medina en i .^ de enero de 1703, de
cuyo enlace tuvo a María en i ? de enero de 1704, Se-
bastián en 20 de enero de 1705, Juana Petronila en 4
de julio de 1706. Fue alcalde ordinario del Cabildo.
Murió en 1770. Su h.ija María casó con Juan Rojas.

Usquianj D. José.— Este español fue contador de


las Cajas reales desde 1670. Tuvo en Antonia Mejia
un hijo natural llamado Gabriel en 7 de diciembre de
1677. Después de su matrimonio con la misma a Fran-
cisco. Ignorarrios cuando falleció. Su hijo Francisco
estudió en la Universidad de Chuquisaca, se recibió de
abogado, a su regreso al país natal, contrajo matrimo-
nio con Petrona Vargas. Letrado distinguido en su
época.

Uturunco. — Fue uno de los caciques prestigiosos

del pueblo de Chuquiapu, cuyas posesiones ocupaba


la que en e! día es el Buen Pastor, todo Larcapata y los

barrios de arriba, por lo que esos campos llevaban el

nombre del cacique. Tuvo


y numerosa descen-
larga

dencia, de los que solamente citarem.os a Andrés Utu-


runco, que llegó a ordenarse, fue capellán de la Cate-
dral en 16Ó1, Felipe Uturunco, que vivía en 1801. An-
drea Uturunco y otros,
758 Diccionario Histórico del

Vaca Hávila D Dámazo.-- Natural de Origuela


en Hspañj, La Paz con toda su familia como
vino a
acostumbraban los que \'enían con algún oficio a Indias.
Lste vino de contador de las cajas. Fue comerciante,
poseyó algunas propiedades. Nombrado corregidor in-
terino por el Virrey Pedro Toledo Leiva en 2C de febre-
ro de 1642, haciéndese cargo del destino en 26 de abril
del mismo año. Murió el 7 de diciembre de 1644. Su
hermano Antonio fue alférez real desde 1650. En la
sublevación de los mestizos acaecida en 10 de diciembre
de 1661 recibió heridas mortales defendiendo la causa
real. Fue casado con Maria Vargas en quien tuvo a
Antonio de la Cruz en 3 de abril de 1661 .

Valdóz José María. -Asturiano. Fn esta ciudad


contrajo matrimonio con Manuela Sagárnaga, viuda de
Francisco Liria rtc en 1797, de cuyo enlace tuvo a José
Dionisio en 31 de marzo de 1802, Manuela Benita en 3
de abril de 1803, Jo^é Gabino 'l"oribio en 19 de febrero
de 1805, José Benito en 12 de enero de 1806. Fra re-
gidor perpetuo del Cabildo desde 1804, cuyo puesto no
s/Lcmos por la suma que remató. Tomó parte en la
revolución de julio de 1809, Goyeneche después de ocu-
par La Paz lo liizo tomar pre^o, conducido a un presidio
ta!\ez hubiera sido victima de la saña de este feroz rea-
l!.>ta, sii;o h.ubiera sido las súplicas de su esposa y una
fueite suma pagada al general arequipeño, mediante lo

que pudo librarse. En 181 1 presidió la votación de los


electores en Caja del Agua, siendo elegido con nue\e
votos, sus colegas Astete, Landavere, Quint. Murió
en 1825.
Su hijo José Catino, jurado de imprenta en 1834,
director del Colegio de Artes, diputado por La Paz al
Ilustrísimo Domingo Valderrama Centeno
Departamento de La Paz 759

Congreso de 1837 y al Congreso de 1844, Ministro.


Murió en Lima desterrado por Linares.
Valdéz D Julio César.- Nacido en La Paz, miem-
bro de la anterior familia. Abogado, diputado, oficial
mayor de Ministerio, secretario de la le^^ación en Chile,
encargado de negocios. Literato, periodista; tiene algu-
nas publicaciones, Mi noviciado, Ficadillo, etc.

Víildeirama Centeno Tray Domingo Primer —


Obispo de La Paz. Nacido en Quito: liijo del capitán
Ñuño Vaiderrama y Eloisa Cotin. Ingresó muy joven
en la orden de Santo Domingo, hechos sus estudios vi-
no a Lima, fue predicador general, definidor en 1582, ob-
tuvo la cátedra de teología en la Universidad de San Mar-
cos de Lima, definidor en 1584, luego Presentado y
Maestro. Prior del convento del Cuzco, donde celebró
capítulo en 1586 y se le eligió provincial por muerte en
Lspaña del que lo era Doniingo de La Parra. Hntre
tanto el general de la orden Sixto Fabio Luca, había
nombrado Vásquez Dávila, que se
provincial a Felipe
liallaba en España, anunció su venida a Lima e institu-

yó por su vicario mientras su ausencia a Luis Cuadra,


entonces Vaiderrama dejó el cargo; más a poco tiempo
se supo que Vásquez había muerto en el mar, y volvió
a reasumir el provincialato, que siguió ejerciéndolo has
ta cumplir su período.

Por su competencia el Virrey Hurtado de Mendüzj,


le nombró arbitro de la composición y venta de tierras
de Trujillo. Asistió al cuarto concilio límenle cor.voca-
do por el arzobispo Santo Toribio en 1591, en calidi^d
de teólogo diputado y como prior de su -religión. Fue
elevado a la silla metropolitana de Santo Domingo en
I ? de noviembre de 1606, siendo el
noveno metrópoli
taño de esa diócesis. Creado el obispado de La Paz y
por traslación de Zambrana, fue electo obispo de esta
diócesis, presentado por el Rey en 7 de enero de 1608,
76o Diccionario H istórico del

elegido por el Papa el 28 de ma\ú. Del Cuzco escribió


al Rey en ó de marzo de 1610, en la que le decía que
dentro de cuatro días se pondría en camino a La Paz,
para efectuar su erección )' fundación, de esto se colige
que debió tomar posesión a más tardar en abril del mis-
mo año.

Al hacerse cargo de su silla no encontró sino ai

deán Juan González Vargas, nombrado por el Rey y a


poco llegaron los demás canónigos. Hizo la visita pasto-
ral de una parte de su diócesis.
Hizo la erección de la diócesis con tres dignidades:
liean, Arcediano y Chantre; cuatro canónigos y dos ra-
cioneros.

El primer arancel fue dado por el licenciado Alonso


Mejia de Aliaga, Provisor, Oficial, Vicario General en
14 de marzo de 161 5, refrendado por el notario Francis-
co Villa Isla.

Falleció el obispo Valderrama en mayo de 161 5,


fue enterrado en su propia Catedral en la capilla de
San Blas destinada para cementerio de obispos.
Valdivia D. Juon José. -Nació en La Paz el 30 de
marzo de 1831. Hbtudió en el Colegio Seminario, ob-
tuvo el grado de doctor en Teología. Ordenado de sa
cerdote en 3 de mayo de 1854 Cura de Ambaná, San
Sebastián, capellán de ejército en la administración Cór-
dova, emigró al Perú Prebendado
a la caída de este.

y después canónigo doctoral, Rector del Colegio Semi-


nario, profesor de Teología, Diputado por La Paz a la
Constituyente de 1868, al Congreso de 1870 y a la
Constituyente de 1878. Cancelario de la Universidad.
Electo obispo de Santa Cruz, fue consagrado por el
obispo Bosque en 15 de marzo de 1878. Trasladado a
La Paz en 1891. Senador por Santa Cruz. Murió e|

5 de octubre de 1899.
Departamento de La Paz 761

Valencia D Pedro- — Natural de Lima, nacido en


1550: siendo sus padres Alonso Valencia y Constanza
Díaz de Santiago y Amaya. Estudió en la Universi-
dad de San Marcos dpsde su fundación, fue doctor en
ambos derechos. Sirvió curatos en los obispados del
Cuzco y Arequipa. Colocado en el coro de Lima ascen-
dió a la dignidad de chantre; era ir.uy aficionado a la

música y ceremonias eclesiásticas. Elegido obispo de


Guatemala en 1614, antes de tomar posesión se le nom-
bró obispo de La Paz. Le consagró el arzobispo de Li-
ma Bartolomé Lobo duerrero. Tomó posesión de su
sede episcopal el 9 de enero de 1617.
Este obispo adoptó las constituciones de la metro-
politana que rigieren hasta el año 1766.
de Lima, las
Fue sumamente caritativo, empleó su renta en dar li-
mosnas, amparar huérfanos, procurarles matrimonios.
Protegió el hospital de San Juan Evangelista, aum.en-
tando la renta con sus dineros. Hizo la visita pastoral

de la diócesis; para atender a sus necesidades reunió un


Sínodo el que se realizó el 27 de junio de 161 7, en el
que expidió las constituciones sincdales, la primera que
tuvo la diócesis de La Paz. En fecha 10 de enero de
1627 esciibia al Rey comunicándole, «que el obispado
tenía setenta y dos doctrinas, de las cuales catorce eran
de frailes y jesuítas, que la catedral estaba medio aca-
bada, el hospital tenía poca entrada, estaba mal atendí
do, las parroquias San Sebastián y Santa Bárbara lla-

madas piezas eran servidas por un solo párroco, que la


cuarta funeral era siete mil pesos, Caracato tenía un
capellán pagado por los hacendados, que su coro estaba
compuesto de Dean González Vargas, Arcediano Pedro
Cuentas Valverde, Chantre Di?go Ortiz Valencia, Doc-
toral Francisco Salido de la Raya, canónigo Gómez Ri-
vera». Perdió la vista. Falleció en 1631 a la edad de

ochenta anos, fue enterrado en la Compañía, en su tes-

96
702 Diccionario Histórico del

tamento ordenó que sus restos fueran trasladados a Za-


mora, dejó al hospital quinientos pesos de renta.
Valencia D. Sebastián.— Limeño, fue alférez real
desde 1662, era casado con Isabel Rivero Torres, en
quien tuvo a Margarita en 8 de junio de 1669. Falleció
en 1675.
Valladares Sarmiento D Gonzalo - Visconde de
Filifmanes. Vino nombrado corregidor de La Pa?, se po-
sesionó el 17 de junio de 1652 E! Visconde debía ha-
ber sido de un carácter altanero, irrasible, pues, que
habiendo tenido lu^ar unas fiestas en el templo de la

Merced, tuvo su altercado coii el Cabildo eclesiástico,


que también habla concurrido a la función religiosa, no
sabemos sobre que asunto sería el desacato. Organi-
zóse proceso y la audiencia de La Plata por provisión
de 25 de mayo de 1555 mandó que el Visconde pagare
quinientos pesos de multa por desacato. Ll Visconde

sahó hasta Coscochaca a recibirle al obispo Cárdenas,


cuando venia expulsado del Paiaguay. Murió ejercien-
do el cargo en 1656, fue solemnemente inhumado en la

Merced.
Valle D. Hipólito María. -Natural de Viscaya; en
esta ciudad casó con Rosalía Murillo, viuda de Mariano
Santos Zarate en 3 de marzo de 18 10. Al dirigirse an-
te Goyeneche nació su hijo Evaristo, en Viacha. Adic-
to a su Rey fue a incorporarse al ejército de Goyeneche,
combatió en Guaqui y otras acciones, ascendiendo has-
ta el grado de sargento ma)-or. En 1814 fue destinado
a esta plaza, se encontró al Hoyos cuan-
lado de Valde
do fue atacado por los cuzqueños al mando de Pinelo,
cuando este ocupó la plaza venciendo a los realistas, se

asiló en la Catedral, conducido preso al palacio de la

gobernación. Habiendo en la maíiana del 28 de sep-


tiembre hecho explosión el cuartel, sepultando entre sus
ruinas a pati iotas y realistas, atribuyendo esa catastro-
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 763

fe la plebe a Valde Hoyos se entregó al degüello de ellos.


Extraido de su prisión apenas pudo alcanzar hasta la

esquina de la pljza doride le acabaron a palos, siendo


arrastrado su cadáver hasta e! nuevo panteón. Su ayu-
dante cu\o nombre ignoramos, saltó de uno de los bal-

cones de palacio, a toda carrera pudo internarse en el

templo de San Juan de Dios, donde fue victimado por


la muchedumbre que se había desprendido en su perse-
cusión. Casado con María de la Paz Franco, esta ya
viuda casó con Tomás Busííos, cabo de la 2 5= compa-
ñía del [)rimer batallón Reglado.
Valle Evaristo. — Nació en Viacha el 26 de octu-
bre de 1810, hijo del anterior. Hizo sus estudios en la

Universidad de Chuquisaca donde se recibió de aboga-


do.
Diputado por La Paz a la Constituyente de 1832.
En la revolución del 12 de marzo de 1849, pronunció
una alocución brillante: comparó al pueblo paceño al
pueblo romano, cuando se retiró al monte Sacro en de-
fensa de sus derechos. Diputado al Congreso de 1850.
Opositor enérgico a las crueldades del consejo ejecutivo
de ese año; fue arrancado de la Cámara por la fuerza,
sumido en las prisiones de un calabozo, y conducido
hasta Chiquitos. Senador por La Paz a los Congre-
sos de 1853 }• 1855.
Codificador, Fiscal General, Oficial Mayor de un
Ministerio. Linares le encomendó la cartera de Justicia,
instrucción Pública y Culto, en cu)-o desempeño, ca)-ó
con el dictador. Los triunviros le confinaron a una pro-
vincia. La Paz le eligió diputado a la Constituyente
de 1861, lomismo que al Congreso de 1862. La le-
gislatura de 1864 le nombró cancelario de la LInr\-ersi-

dad de La Paz.
Arguedas, jefe de la revolución constitucional, le

encomendó la secretaria general. La derrota de lai Le-


764 Diccionario Histórico del
tañías, lo llevó proscrito al Perú, donde permaneció
hasta la caída de Melgarejo. La Paz, voKió a elegirle

diputado a la Constituyente de 187 1.


Eximio orador parlamentario: «de ílsonomía risue-
ña, voz cadenciosa, mirada viva y penetrante, actitud
desembarasada y franca, alocución fácil, llena de ani-
mación y brillo». Murió el 6 de diciembre de 1874.
Vallejo D. Miguel.— Este español vino nombrado
tesorero délas Cajas reales de esta ciudad en 1590.
Fue casado con Lucía Pereira. El visitador doctor Me-
jia, encontró sus procedimientos incorrectos, le condenó
a la reposición en el tesoro de mil cuatrocientos setenta
y siete pesos dos reales, a consecuencia de esto por dis-
posición real fue suspendido de su cargo, parece que de-
jó La Paz después de su desgracia.

Vallorasi Rivera D. Pedro.- Natural del Cuzco,


vino nombrado corregidor de La Paz por el Vi-
iiiterino

rrey conde de Chinchón. Tomó posesión del destino


en 10 de marzo de 1634, hombre tímido como todos los
de su época, el 24 de mayo de 1637, cuando acaeció el
eclipse total, más completo que se viera en el Perú,
el

mandó campanas en señal de duelo, co-


tocar todas las
mo si hubiera llegado el último instante del mundo, al
momento se esparcieron por las calles y plazas les frai -

les llamando al pueblo al arrepentimiento Murió en


1641.

N'argas Mujica I). Albaro.— Contador de las Ca-


jas reales muchos años.
Vargas D. femando. — Ignoramos los anteceden-
y venida al Perú. Se hallaba avecin-
tes de su carrera
dado en Lima, cuyo Cabildo cuando tuvo noticia de la
,

aproximación del primer Virrey, mandó una comisión a


saludarlo, del que hizo parte Vargas. Disgustado de
^ste alto funcionario se alistó en las banderas de Qon-
Departamento de La Paz 76S

zaio Pizarro, concurriendo a la acción de Añaquito, en


que sucumbió el Virrey, a la batalla de Guarina perdi-
da por Centeno. Más cuando la suerte principió a ne-
garle sus favores a su caudillo abandonó sus filas, diri-
giéndose a Trujillo en compañía de otros soldados en
busca del presidente La Gssca, que venía de España
para destruir y combatir a Pizarro, al que le vio sucum-
bir en la acción de Sajsaguana. El vencedor le destinó
para vecino fundador de La Paz. Con Mendoza y otros
españoles en Laja le cupo suscribir la primera acta de
fundación en cuyo Cabildo le
20 de octubre de 1548,
nombró regidor. De su matrimonio con Concepción
Torres tuvo a Juan Raimundo, que gozaba de su feudo
todavía en 1608. Pasó a establecerse a Sicasica.

Vareas Carvajal D TrancIsGO —Limeño. En la

ciudad de los Reyes sacó en remate el cargo de alférez


real por quinientos pesos, ocupó su asiento en el Cabil-
do desde 1670. Como sabemos era un puesto elevado
en el coloniaje, el alférez teal tenía el primer asiento,
Contrajo matrimonio con Jua
presidía a los regidores.
na Vargas Viliagómez, de cuyo enlace tuvo a José en
1675, Pedro en 29 de junio de 1676. No conocemos la

fecha de su fallecimiento.
\'ar§as í). Juan.— Natural de Badajos, militó al-
gunos años en el Perú, después de la conquista, concu-
rrió a la acción de Guarina en las filas de Centeno, de-
rrotado huyó, pero logró dar alcance al presidente La
Gasea, asistió al triunfo de este en Sajsaguaria. De-
signado por La Gasea para ser uno de los vecinos fun-
dadores de La Paz, \'ino con el capitán Mendoza, en el

primer Cabildo que tuvo lugar en Laja, mereció ser


nombrado alcalde de la naciente ciudad. En 23 de oc-
tubre de 1547 quedó ejerciei^.do e! cargo como teniente
de corregidor por ausencia de Mendoza, gobernó hasta
fines de noviembre, en que se instituyó el titular. Tu-
766 Diccionario Histórico del
vo e! repartimiento de Pucarani, que se deciaró vacante
porque su tercera liija Magdalena se hizo monja de la
Trinidad en Lima en 1610. Este ha sido uno de los ve-
cinos que más ha trabajado por el incremento de la
nueva ciudad, tanto como miernbro del Cabildo, como
por cariño al lugar que debia establecerse, en el que te-

nía )a descendencia en hijas del país; pero parece que


no llegó a contraer matrimonio con ninguna. La fecha
de su muerte no es conocida.
N'argas D. Pablo.— Hijo del anterior, mestizo, por-
que lamadre era india, fue cacique de San Pedro en
1609. Este contribuyó eficazmente a la conclusión de
la iglesia de ^sa parroquia, asi como mediante prorrata
de los indi'os puso algunos objetos destinados al culto,
él obsequió personaimenre unas llaves de plata ni San-
to Patrón.

Vareas N'illaáómez i) Antonio (*e.-Lste español


vino nombrado contador de las Cajas reales de La Paz,
ejerció el cargo desde 1659. Pasó más tarde con un
destii^.o de hacienda a la provincia de Larecaja.

Vareas D. Juan Grisóstomo— Nació en La Paz


el 27 de enero de 1772; fue hijo natural de Antonia Var-
gas. Casó con Josefa Torres, en quien tuvo seis hijos.
Era escribano de número de esta ciudad, adicto a la re-

volución de julio, le tocó asistir al Cabildo de 4 de oc-


tubre de 1809 en que ese cuerpo manifestó estar satis-

fech.o de la conducta del comandante Murillo, quien en


la misma fech.a había insinuado que por la indiscreción
de algunas personas distinguidas no se tenia confianza
en su mando. Perteneció a la compañía de milicias de
escribanos, en clase de teniente. Goyeneche le con-
denó a un apercibimiento serio, suspenso de su oficio

por seis meses. Vargas no cejó en su intento, conti-


nuó trabajando por la revolución, en la que lo hizo de
Departamhnt q de La Paz 767

una manera más manifiesta. Cuando la ocupación de


Pinelo le tocó gran parte. Ricafort le persiguió tenaz-
mente, no quedó satisfecho, hasta que amarrado en los

portales de la plaza lo hizo fusilar.


Vásquez Dávila Ar/e D. Alonso —Natural de An-
dalucía, residía desde algún tiempo en La Paz, pero no
sabemos que ocupación tenía, ni con quien era casado.
1£1 Virrey Marqués de Cañete le nombró corregidor in-

terino de La Paz, de cuyo destino se hizo cargo en 3 de


julio de 1593 y lo ejerció hasta el 18 de marzo de 1595.
Este funcionario había merecido toda la confianza del
Virrey por su honradez, le comisionó para establecer el

nuevo arbitrio de la coinposiciún y venta de tierras en


el distrito de su gobernación, correspondiendo dignamen-
te a los deseos del superior; logrando reunir una suma
considerable de dinero, por lo que fue recompensado con
un corregimiento, que no sabemos cual haya sido.
Vásquez Limache Manuel-Natural de Guaqui,
de.-cendiente de los caciques de aquel pueblo. Abrazó
el estado eclesiástico, desempeñó algunos curatos, inte-
rino de Taraco, propio de Guaqui de 181 1 a 1814. Fue
un furioso sostenedor de ios derechos del Rey, profesa-
ba un odio profundo a los patriotas, cuál sería su actua-
ción, cu-ando Castelii ordenó que fuera tomado preso,
conducido a esta ciudad, después en 9 de febrero de
181 1 remitido, a la cárcel pública de Oruro, donde
permaneció hasta después de la batalla deGuaqui. Ln
esa Villa hizcr circular, las especies más calumniosas con-
tra los patriotas. Se restituyó a su beneficio con reco-
mendaciones del obispo y autoridades realistas. El pri-
mero decía: se respete y venere a ese fiel servidor del
Rey. Al hacerse cargo de su curato hostilizó a los he-
ridos que habían quedado de la batalla. Talvez sería
en odio de que los porteños habían quemado las casas
de sus padres. Murió en 1821.
768 Diccionario Histórico del

Vásquez Obando 0. Juan Manuel— Nació en La


Paz 26 de diciembre de 1787: hijo de José Vásquez,
el

nieto de Pedro Vásquez Obando y Gertrudes Castillo.


Ordenado de sacerdote fue cura de Suri, interino de
Challana, Achocalla, propio de Italaque en 1670, Moco-
moco, San Sebastián en 1781. Este párroco encontró
el templo en estado ruinoso porque los indios durante
la sublevación habían arrancado y destruido los altares,

puertas, ventanas, a fuerza de laboriosidad y constan-


cia pudo reconstruir todo lo destrozado. Murió en 1795.
Vásquez Terra/.as D. Alonso.— Este español esta-
ba avecindado en Oruro, dio catorce mil seiscientos pe-
sos para que se llevara a cabo la fundación de un cole-
[,no de jesuítas en Chuquisaca, lomismo dio cincuenta
mil pesos para la construcción de la ¡iglesia y convento
de la Concepción de esta ciudad.
Vea Mur^uía D. José — Viscaino Este capitán
vino en 1724, no sabemos con que colocación, en 1733
obtuvo el corregimiento de Sicasica. A su rec^reso ca-
só con Faustina Amestoy, de cuyo enlace tuvo a José
Hermenegildo en 12 de mayo de 1737, Francisco To-
más en ó de marzo de 1739, Ventura Teresa en 12 de
julio de 1740, María Tadea en 27 de octubre de 1742,

María Antonia en ? de noviembre de 1744. Fue al-


1

calde ordinario en 1740 y 1743. Su esposa falleció en 26


de julio de 176Ó, el general murió en 27 de noviembre
de 1 77 1.
Vea Murguía D. José Antonio —Natural de Mar
quina en Álava de Viscaya: hijo de Domingo Vea Mur-
guía y María Antonia Marquina. Al avecindarse en
esta ciudad casó con María Josefa Riva Graneros, hija

de Diego La Riva y Petrona Graneros, en 10 de mayo


de 180S, fruto de ese matrimonio fue María Dolores Jo-
sefa en 29 de marzo de 180Ó, José Crisóstomo Juan Ju-
lián Francisco en 28 de enero de 1809, Manuel Norber-
Departamento de La Paz 709

to en 6 de junio de 1810. Apeíiar de su carácter espa-


ñol fue adicto Li la causa separatista. Pronunciado el

movimiento en la noche del 16 de julio de iScg, los re-

presentantes del pueblo pidieron al Cabildo, que todos


los chapetones prestasen juramento de alianza con los
criollos, accedió el Cabildo a la solicitud, y dio ¡a comi-
sión de citarlos para el día siguiente a \'ea Murguia,
Santos Rubio, ambos iniimcs amigos, quienes cu.-nplie-

ron y citaron a todos los europeos para las tres de la

tarde a prestar el indicado juramento. Los mismos repre


sentap.tes pidieron que para el mejor despacho de les
asuntos se incorporara ocho individuos ai Cabildo, acep-
t.ido, tuvo lugar e! 18 de julio su incorporación, siendo

uno Je elios \'ea Murguia, en cúvo seno trabajó con


bastante interés. Bn el Cabildo de 12 de septiembre,
fue uno de los que dio su \'0to por la declarí^toria de

guerra a Puno.
Debelada la revolución, Goyeneche lo hizo tomar
preso, en virtud de la sentencia ya conocida, fue con-
denado a pena de cuatro años de viestierro en Sait:-»,
la

extrañado para siempre de la pmvincia, perma!:ieció en


la Argentina hasta 1825 en. que se restitu\-ó a La Paz.

\'ea !*1uróuía D. Avelino— Nacido en La Paz.


Estudió en Univer^idad de Chuquisaca, y fuenbog?-
!a

do de la Real AuJiencia de Cliarcas. A su regreso


desempeñó cátedras como profesor. Diputado por La
Paz al Congreso de 1832, Senador por La Paz al con-
greso de 1848, también elegido diputado concurrió 5u
suplente Zacarías TristánjNAunícipe en 1850, diputado a
la conx'ención de 1857. Lii la judicatura desempeñó
elevados puestos fiscales, ministro de la Corte, Presi-
dente. Uno de los fundadores de la Universidad. So-
cio de literatura, de la asociación patrióiica, las primeras
que existieron. En los últimos tiempos hubieron mu-
chas Sociedades que tuvieron corta duración. La más
97
770 Diccionario Histórico del
seria ha sido la Sociedad Sucre, que ha eregido una her-
mosa estatua al gran mariscal de Ayacucho, que ha
costado 10,000 bolivianos.
Vea Murguía, de carácter pacífico, magistrado pro-
bo y justificado, falleció el 22 de junio de 1880.
V^ega D. Gayetano. —
Nació en La Paz el 8 de agos-
to de 1775: hijo natural del cura Dámaso Vega y Ven-
tura Terán. Lscribano de número de esta ciudad. Ca-
só con Bárbara Quinteros, muerta su esposa contrajo
segundas nupcias con Isabel Viilanueva, en quien tuvo
a Jacinta. Adicto a la causa independiente, cuando es-
talló larevolución del 16 de julio de 1809, en unión de
los escribanosCáceres y Vargas, formaron la compa-
ñía miliciana de los fedatarios para defender los intere-
ses de !a patria. Debelada la revolución, Goyeneche,
le condenó a ser apercibido seriamente, en consecuen-
cia ante las autoridades reunidas en Cabildo, fue re-
prcndid;, hostilizado y ultrajado. Murió el 28 de agos-
to de 1824.
Trascribimos integro un documento autógrafo de
este patriota para que se vea cómo se facilitaban los

elementos más necesarios para el surgimiento de la re

voluciÓT y el desinterés con que procedían.


El toldo de campaña a que hace referencia, hoy
mismo no se le podría conseguir.
ComoCapitán de la Sala de Armas. He recibi-
do obsequio que en calidad de Donativo ha puesto
el
en esta Sala el Secretario 1). Cayetano Vega, dos Tien-
das de Campaña tegidas de lana costosamente grandes
capases y de toda comodidad y lucimiento propios pa-
ra un Ejéicito, con todos sus aperos corrientes para el
servicio y uso de las Tropas Auxiliares dirigidas por la
Excelentísima Junta Guvernatiba de Buenos Aires, de
¡as que me be hecho cargo, siendo su balor por lo más
ínfuiio de más de trescientos pesos. Y para que cons-
te, y le sirba de resguardo doy este en La Paz, en
1 2 de Marzo de 181 r.
José Benigno Salinas

.
Departamento de La Paz 771

Su liija Jacinta, casó con el insigne patriota Pedro


José Calderón de la Barca, cuyos hijos fueron Bailona,
Rosendo, Pídela, Tránsito, Justa, Dolores y Nicanor
que fue víctima de uno de los crímenes pasionales más
emocionantes que se ha conocido. Pues, tue decapita-
do alos diez y ocho años de edad, en una de Us casas

de la calle Ancha, [hoy América].


El cura Dámaso Vega Pizarrozo Marceüano Agra-
monte, de ilustre alcurnia, licenciado en cánones, acom-
pañó al obispo Cayetano Agramonte de su familiar.
Resante muerte del canóniíi;
a la j ni;i;:,islral del coro de
Buenos Aires (acostumbraron a la muerte de un canó-
nigo enxiar un clérigo para que v.wa a rrsar las horas
canónicas), cura de Caracato, Songo, San Andrés de
Machaca y Laja, capellán de honor de Seguróla en las
e.xpedicicnes pacificadoras.Repuso a su costa todo lo
que había desaparecido de su iglesia de Laja, que el
obispo Campos, dice: no fue robada por los indios, sino
por las tropas auxiliares.

Ve^a Peliciano de la — iNacíó en Lima el 9 de ju-


nio de 1582. Fueron sus padres
doctor Francisco de el

la Vega, natural de Sevilla, Presidente que fue de Pa-


namá; distinguido jurisconsulto y doña Feliciana Paji-
lla.

Estudió en el colegio real de San Felipe y en la


Universiead de San Marcos, donde su precoz talento,
le dio más tarde celebridad y una sólida reputación. Le-
trado insigne, afamado teólogo y no menos perito en
cánones, habiendo desempeñado la cátedra de prima de
esta facultad con merecido aplauso, fue rector de la real
escuela de San Marcos en 1610 y se le reeligió para el

mismo cargo en 1616, 1Ó21 y 1625. Obtuvo en la

iglesia catedral de su patria la Canongia doctoral y la

dignidad de Chantre.
•772 Diccionario Histórico del

«Sometían a su sabiduría y tino, negocios de gra-


vedad, la audiencia y
los virreyes, los prelados, otros
tribunales'!>.Fue consultor del Santo Oficio, Comisa-
rio Subdelegado de Cruzada, Provisor y Vicario Gene-

ral en las épocas de los arzobispos Lobo Guerrero,

Ocampo y Arias de Ugarte, y Gobernador General en


sede vacante d.-l segundo. Su conocimiento en mate-
rias forenses, fue admirable, de cuatro mil sentencias
que dictó ninguna f.ie revocada.
El R-^y i-e!ipe IV lo presentó para obispo de Popa-
) án eii 162.S, cu)a Diócesis visitó antes de rtcibir sus
bulas. Fue consagra Jo por ei arzobispo D. Fernando
Arias de Ugarte en Lima. En 1654 fue promovido a la
Diócesis paceña, tomando posesión el 6 de abril del
mismo año.
En ei corto espacio de cuatro años que duró su go-
bierno, practicó dos visitas pastorales de toda la Dióce-
sis, \'enciendo m.ii diíicultaJes; confirmó 53,000 perso-
nas: dictó mediJas sabias, como !a deque se diese comu-
nión a los iiidios que hasta entoiK^es no se les adminis-
traba; niandó poner tabernáculos en todas las iglesias
para conservar el Sacramento; levantó la disciplina a
su altura, proliibiendo el uso de perilia y bigote; con-
denó la costumbre de que los clérigos andasen en la
plaza mayor con sobre pelliz en busca de responsos;
puso coadjutores a los párrocos que no sabían el aima-
ra,'Cuya medida aprobó el Rey por cédula fechada en
Madrid a 23 de noviembre de 1636.
Este ilustre prelado para el recto gobierno de la

Diócesis, celebró segundo Concilio Diocesano.


el

El domingo 7 de no\'iembre de 1Ó33 tuvo lugar esta


asamblea eclesiástica, predicó el sermón de estilo el rec-
tor de los jesuítas F. Francisco Cervantes, el Chantre

de la catedral D. Manv.el de Esquí vel y Salcedo, por


falta del Arcediano !e\'ó ios decretos; fueron nonibrados
Departamento de La Paz ii'^

examinadores SS. Capitulares y los Superiores de


ios
los conventos. Examinadores para la lengua de los in-
dios, Racionero Blas Linares Cuadrado y el cura de las
piezas de la ciudad.
Las discusiones tuvieron lugar en los siguientes
dias en la casa episcopal, a la que asistieron el Dean y
Provisor, Pedro de las Cuentas Chantre Valverde, el

Salcedo y el Canónico Dr. Juan de Molina, como con-


sultores; Prior de Santo Domingo Pedro Dávalos y Pe-
dro Ponce; de San Francisco, Guardian Baltazar de los
Angeles y Diego de Mendoza (el Cronista): de San
Agustín, Vicario y Prior Diego de Salcedo y Nicolás
de Arana; de la Merced, Comendador Miguel de Moli-
na y Cristóbal Dávila y de -la Compañia, el Rector
Cervantes y Hernando Serrano-
La publicación solemne tuvo en el próximo domin-
go 14, y el siguiente en que predicó el Obispo, a cuya
ceremonia asistieron los dos cabildos y el regimiento,
con más una gran concurrencia del pueblo.
Daremos una ligera idea de sus disposiciones. Ln
el primero encontramos lo siguiente: que los párrocos
aprendan el aimara para enseñar a los indios \' se les

enseñe en español según Cédula real de 2 de mar/.o de


1Ó35. (Si esta disposición se b.iibiese llenado, cuan
distinta hubiera sido la suerte de los ..borígones) que se
administre la extremaunción aún en sus cliozas; que se
les lleve el Viático a caballo siendo distante. el lugar;

que no se impongan trabajos forzosos; que no se les


les

encarcele en la Sacristía ni tn e¡ Baptisterio; que no


llagan trabajar sementeras; que no tengan huéspedes
ni parientes, a fm de que no sean molestados los in-

dios; que no se les obligue pasar aii'erados; que no lle-

ven derechos por la administración de los sacramentos;


que no se les pida ofrendas forzosas; que los clérigos no
§e hagan herederos ahintestato de los indios; que I3
774 Diccionario Histó rico del

Cruz alta de la Catedral no sea conducida por un indio


por ser indecente, etc.
En el se^^undo, encarga que los juicios de indios se
despach.en con brevedad; que los testigos sean exami-
nados delante del Juez, siendo el asunto grave, etc.

En el tercero, prohibe los tablajes de juego que


tenían los clérigos; uso de armas y que no vayan con
el

ellas al templo; condena las danzas, serenatas, y dis-


prohibe en lo absjluto las come-
fraces a los clérigos;
diasque tenían lugar en los templos y cementerios; no
permite las comidas y veladas en lugares sagrados, etc.
En el cuarto, que los matrimonios de indios no se
disuelvan por ignorancia o mala fe de estos, que alega-
ban no estar bautizados, cuando no les agradaba la mu-
jer, etc.

En el quinto, ordena que los confesores tengan 40


años para oir en penitencia a las mujeres.
En 1639 f^e electo para la Silla Arzobispal de Mé-

xico; a fines de agosto dejó La Paz; con sentimiento


de sus diocesanos; el 6 de septiembre aportó a Lima.
La muerte le sorprendió a treinta leguas de Acapulco,
en el lugar nombrado Mazatlán en 1640; sus restos se
trasladaron a México.
Es autor de \ari;is obiüs importantes.
Ve^a I).José Bartolomé.— Perteneció al ejérci-
to realista y era teniente. En 1818 casó en esta ciudad
con María (Juadalupe Ratón, habiendo fallecido su es-
}^üsa, contrajo segundas nupcias con Prudencia Rocha
en 23 de octubre de 1819. Siguió militando en las fi-
las realistas pero después de Ayacucho se entregó a la

vidi pacífica. Tuvo varios hijos: Máximo, intendente


de la Policía de La Paz,
Veintemillas D. José.— Limeño: hijo de Mariano
Veintemillas. Vino nombrado interventor de correos
siendo administrador Arce. ¡En la noche del 16 de ju-
Departamento de La Paz -j-]^

lio de 1809, el pueblo pidió al Cabildo la destitución de


estos funcionarios, una vez concedido por la sala, no
encontrándose Arce, se pasó a\'iso de comparendo ?1

interventor Veintemillas, quien se hallaba enfermo en


cama, en su lugar mandó a su hijo Pedro, oficial de di-
cha administración. Los soldados lo condujeron al cuar-
tel donde fue ofendido por Landaeta, conducido después

2I Cabildo. El 19 de octubre, defeccionado Indaburu,


destrozado en el mismo día por Castro, Veintemillas
buscó asilo en la casa de la condesa de Alasta}-a, vien-
do que ponían un cañón en !a puerta, fugó por los teja-
dos, al día siguiente muy temprano dejó La Paz yendo
a dar alcance a Goyeneche. Siguió en su puesto, pero
a la aproximación de Castelli, abandonó La Poz reti-

rándose a Arequipa.
Vela Ortega D Antonio— Este español en 1732,
era alguacil mayor de la ciudad, estaba casado con Fran-
cisca Aguirre, en quien tuvo un b.ijo Manuel. Mas tar-
de pasó a Sorata nombrado teiiiente corregidor.
Velarde D Juan Manuel— Nació en Arequipa el

22 de diciembre de 1799. Estudió en la Universidad


de Chuquisaca, donde se recibió de abogado. Restitui-
do a su ciudad natal, ejerció su profesión con lucimien-
to. No se sabe el papel que desempeñó, durante la ti

tánica lucha de los quince años Diputado por La Paz a


la primera Asamblea de 1825, Juez de primera instancia

en 1828. Murió el 16 de abril de 1830, Fue casado


con María Bedregal, también arequipeñu.
Velasco Molina [). Martín.— Natural de Aragón:
hijo de Diego Fernández González y Magdalena Molina
Velasco. Vino al Perú mu\- joven, estudió en el Cole-
gio de San Martin de Lima: fue catedrático de artes de
prima de teología en la misma Universidad, canónigo
del coro de Trujillo en 1622, de Buenos Aires después,
deán de Arequipa en 1639, ocupó ja silla de canónigo
-j-]^ Diccionario Histórico del
penitenciario de Lima en 1643. Desempeñó el car^o
de provisor, vicaí io genera! del arzobispo Villagómez.
Ascendió a li dign.idad de chantre, no admitió el obis-
pado de Santa Marta para lo cual fue presentado en
1653, presentado para obispo de La Paz en octubre de
1654, se expidieron sus bulas el 10 de julio del año si-

guiente. Consagrado en Lima por el arzobispo Villa-


gómez, \ino a su diú:esis, tomó posesión en 20 de ma-
yo de 1655. HJzo la visita pastoral de la diócesis, sus
actos son muy poco conocidos. Falleció el 28 de mar-
zo de í6Ó2 a media noche, siendo sorprendida la pobla-
ción con los cien tcques de campanadas que anuncia-,
ban la \-acar.tc. Fue escritor. •
,.

VeíasGo rray Nipclito María.— Nacido en La Paz


hijo de Tadeo Velasco. Ingresó en los agustinos en
Arequipa, \'ip.o a ordenarse en esta ciudad en 1Ó29, pa-
só a Copacabana y después se vino a su convento de
La Paz. Lector jubilado, predicador distinguido en su
época. En la mañana del 6 de septiembre de 1823, al-
gunos indios y mestizos capitaneados por José Valderra-
mn, se Subie\-aron: ocuparon las alturas de Caja del
Aguj, cmpesando el saqueo de algunas casas, y el in-

C:^ndio de otras. Fi P. Velasco con crucifijo en mano


se presentó en iiiedio de los sublevados, les exhorto, y
logró pacifica ios. I Pocos días después fue capturado
Vaiderrnma, y decapitado el 18 de diciembre con dos de
los suyo,^.
Li í\ \'t lasco, alca! zó 5i! secularización en 1826,
Vicerrector del Seminario, cura de Chupe, de Tiahuana-
cu, capellán propietario del Panteón, en cuyo ejercicio

falleció en. 1863. Amante del orden, cuando la suble-


vación de Vohígeros, \oló a dar aviso a \'¿s tropas lea-
les que estaban en el Alto.

Velasco Flor I), Lorenzo.- Nacido en La Paz.


)ió una educación completa y fue muy ilustrado.
Departamento de La Paz ^^^

Ingresó en el ejército en calidad de cadete, concurrió a


la victoria de Ingavi, ascendió a coronel. Retirado del
servicio a la caida de Ballivián. Ayudante .general en la

administración Linares, encargado de la cartera de Gue-


rra, Jefe Político de Oruro en i8óí, Ascendrdo a la al-
ia clase de General de Brigada. Cuando Melgarejo
asaltó ti poder, en uiiión de Achá, prepararon una re-
sistencia, siendo batidas en Oseara. El general estuvo
proscrito.
Velíiunde D. Miguel.— Natural de Tacna, hijo de
Francisco Velaunde y Cornelia Zúniga, naturales del va-
lle de Majes, era subteniente del ejército realista. Es-
tando con su cuerpo en esta ciudad previa licencia'res-
pectiva, casó con Josefa Sánchez, natural de Moque-
gua. Parece que con motivo de este enlace renunció
la carrera militar, se radicó en esta ciudad e.":tregándo-
se al comercio.
Veloso D. Faustino.— Natural de Villa Zenes, hijo
de Ramón y Ciara
N'eíoso Camano. En esta ciudad
c:;só con 'Manuela Vera en i ? de septiembre de 17S6,
de cuyo enlace tu\ o a Eugenia en 4 de diciembre de
1798, Manuel en 25 de diciembre de i8co, Melchora en
8 de enero de 1805, María Josefa Patricia en 16 de mar-
zo de 1805, María Rita en 22 de mayo de 1806. Era
conierciante, su casa se hallaba situada en el barrio de
los Molinos abajo de las Recogidas. Hubo en 1719 un
Faustino Veloso arquitecto a la \ez aibañil, quien fue
el que trabajó el puente de ¡as Concebidas en el expre-
sado año.
Vendriel D. Juan.— El nombre de este español no
aparece en las antiguas crónicas de la Conquista. El
Presidente Gasea le designó para vecino fundador de
La Paz. Alcalde ordinario en 1549, Teniente de corre-
gidor en 1550, en ese carácter presidió algunos cabildos,
rfejecto alcalde otra vez. Funcionaba con 6 regidores.

"]-]% Diccionario Histórico del

En esta época los soldados ie\oltosos solo pensaban


en rebeliones y para ello empleaban el chisme y la ca-

lumnia para indisponer a las mismas autoridades. Así


hicieron correr la voz de que doña Juana de los Ríos,

mujer de Martín Robles tenía relaciones con Pa- ilíciras

blo Meneses que era corregidor de Chuquisaca. Robles


vino a esta ciudad para esperar al (general Pedro de Hi-
nojosa, nombrado autoridad de los Charcas con una do-
cena de soldados y amigos. Compró armas, llamó sol-
dados, afirmando que Meneses estaba insurreccionado
en La Plata y se dirigió allí. Hinojosa que venía de
Lima llegó a Chucuito con Gómez de Solis, donde oye-
ron que Robles había avanzado de La Paz y que en los
Charcas se había insurreccionado Meneses. Con este
motivo, el general ordenó a Estopiñan que se preparase
y a Meneses que estuviese con recato. Llegado a la

ciudad reconvino al corregidor por no haberle tomado


preso a Robles, de quien se afirmaba que marchaba re-
volucionado con alguna gente insolente.
Claro está pues que el general Hinojosa tenía la

convicción de que los negocios del Sud no marchaban


bien y las gentes estaban insurreccionadas, por eso so-
licitó del Cabildo gente para debelar a los revoltosos,

según consta del acta de 8 de noviembre de 1 5^2. Con-


cedido que le fue, salió a la cabeza de 100 hombres;
más al llegar a Caracollo supo que Robles estaba en
Chayanta con solo 6 soldados a donde había marciíado
por ver a su mujer. Licenció su gente y prosiguió ?olo
su camino a Potosí pasando a Chuquisaca donde tuvo
un triste fin.
La Paz después tuvo 12 regidores, como ciudad de
primera clase y dos alcaldes provinciales, que después
se suprimieron. Después llegaron a venderse todos
esos oficios, así como el cargo de alférez real, que tenía
preferencia sobre los demás.
Departamento de La Paz 779

Vera D. Alonso.— Nacido en Quito, perteneciente


a una y noble familia. Era caballero de Avila.
ilustre
Nombrado correc^idor de La Paz por Felipe 11 con título
a perpetuidad, tomó posesión de su destino en 1 1; de di-

ciembre de 1770. -A los dos años de su crobierno, por


p.oviembre recibió al Virrey Francisco Toledo, que efec-
tuaba la visita general de los pueblos sometidos a su
jurisdicción. Todos los caballeros principales salieron
a su encuentro, así como el pueblo todo, los indios en
traje de fiesta hasta el puente de Coscochaca, de cu\o
punto fue introducido en medio de aclamaciones y mú-
sica hasta su alojamiento. De a Gerónimo
aquí envió
Osorio a fundar la Villa Oropeza
Cochabamba, o sea

así como dio muchas ordenanzas, entre Us que podemos


mencionar: Que en ¡a festividad del Corpus, los indios
se apersonen en la ciudad en traje de baile. Que estos
mismos aseen las calles y plazas principales en ciertos
días del año. Que concurran a oir misa todos los do
mingos, obligándoles con pena de azotes. Dejó estable-
cida la Caja real, asignó una suma para el hospital, con-
cedió muchas franquicias a los franciscanos y demás
conventos.
La invención de la mita sancionada en 1557 es
obra de Toledo, que ha sacrificado infinitas víctimas
arrancadas de sus hogares y familias. Tuvo por obje-
to hacer la fortuna de ambiciosos y enriquecer al Re)'.

El fanático Felipe II qje no era verdadero su exagera-


do catolicismo y que su aima dominada por la dureza y
la codicia no se alteraba con la destrucción de los in.dios,

como ella de pronto produjese los caudales de que no


se hartó jamás.
De nuestro Departamento fueron designadas las

provincias de Sicasica, Omasuyos y Pacajes.' La sép-


tima parte de una comunidad tenían que concurrir a

Potosí. El trabajo pesado, la mala calidad de los ali-


78q Diccionario Histórico del
mentos, la debilidad del organismo del indio y el trato
cruel e inhumano que recibían, causaban por lo menos
la muerte de dos terceras partes. Cuando el mitayo
recibía la cédula para marchar a Potosí, la consideraban
eterna, celebrando una especie dxí funeral tristísimo,
acompañado de los llantos y las lágrima^ de la parente-
la. Los re\'es de España para fomentar el lujo de sus
ineptos favoritos, recibían el oro con placer; pero sin
tener en cuenta que cada centavo era una lágrima, ca-
da real una gota de <angre y cada duro una víctima ....
Verá Aragón D. Grispín.— Natural de Madrid, es-
tudiante de la célebre Uiii\'ersidad de Alcalá de Hena-
res, había sido secretario del Rey, quien le agració con
el cargo de escribano en esta ciudad en 1764. Habien-
do Soberano dado su cédula de 27 de octubre de 1773,
el

derogando la ley II sobre asuntos de deudores al erario,


se publicó bando solemne el 21 de diciembre de 1773,
por voz del pregonero Antonio Pineda, el escribano Ve-
ra, el alguacil niayor Rafael Arteaga Vérmudes; como
estos bandos eran frecuentas no iiemcs querido men-
cionar en otro.s lugares, solo lo haceinos al presente pa-
ra hacer conocer la manera cómo se hacían esas publi-
caciones. Dejó la escribanía, pasó de secretario del
gobernador Seguróla. Falleció en 1795. Fue casado
con Constanza Terán de los Ríos y en segundas nup-
cias con Cristina iVlurilIo y tuvo a José en 4 de agosto
de 1757.
Vera Vülavicencio L>. losé.— Este capitán espa-
ñol, \'ino en unión de su hermano Nicolás, nombrado
fiel ejecutor, casó con Teresa Aguirre Rivera, en quien
tuvo a Manuel José en 17 de marzo de 1737. Fue al-
calde ordinario en 1733. Falleció en 1742.
Vera D. Manuel. — Nació en La Paz el 25 de di-

ciembre de 1782. En la revolución de julio desempe-


ñó gratuitamente y previa oblación de quinientos pe-
1

^
DhPAR TAMbNTO DH LA PaZ 78

SOS, el car^i^o de capitán de la sala de armas. Se incor-


poró en el ejército argentino, estuvo desputs al lado de
Urdininea, había ascendido a coronel. Después de
Ayacucho se vino al suelo natal. Comandante general
de Potosí en 1827. Mandaba un cuerpo del que fué
destituido por Blanco, proclamado Presidente. De
acuerdo con Armaza y Ballivián, trataron de destituirlo,
coiüo lo efectuaron. Vera al mando de 600 hombres
traídos de Yamparáez, penetró a la plaza, después a pa-
lacio;encontrado Blanco, fue reducido a prisión. Cuan-
do Santa Cruz, emprendió campaña sobre el Perú, se
halló en la victoria de Yanacocha. En el ataque al

puente de Uchuma)o, a la cabeza del batallón de la

Guardia, fuerte Je 6co Iiuinbres, atacó con bizarría, sa-


liendo gravemente h.erido. Hi PresideiUe le ascendió a

General de Brigjda, f.dieciendo a pocos oías.


Verduáo D José -Natural de Avila. Fue
í^lanue!
regidor del Cabildo de La Paz desde 1600; era bastante
acomodado, estaba casado con Ana Vargas. Habiendo
sido fiador del cacique de Quiabaya, Gaspar Castaya,el
que falleció dejando una fuerte suma de deuda al tesoro
real, tuvo que pagar Verdugo, más de diez y ocho mil

pesos, que era lo adeudado. Pero este caballero fue de


muy buenas condiciones: protegió con munificencia el
pequeño hospital que existia en esta población.

X'eráansa Gambo<i i). José.—Natural de Astorga,


vino con sus hermanos Juan y Diego a establecerse en
esta ciudad, llegando a ser vecinos muy notables. El
gobierno de Lima le nombró corregidor interino de La
Paz, de cu\o destino se hizo cargo el ó de mayo de
1664. Contribu)ó eficazmente al planteamiento del
nuevo hiospital, bajo sus auspicios se dio principio al
trabajo el 12 de diciembre de 16Ó4, siendo prior de los
juandedianos Fernando Ayala Orosco. Ce^ó en sus
funciones el 3 de julio de 1666. Su hermano Diego ca-
782 Diccionario Histórico del

só con Micaela Ramírez Vargas. Nuestro corregidor tu-


vo una hija María, que fue matrona muy distinguida.
Via Rada D. José. —
Este capitán español vino
en 1731, casó con María Eugenia de la Deza, limeña, en
quien tuvo a María Úrsula en 19 de octubre de 1732,
Julián en 6 de septiembre- de 1733, Félix Tadeo en 20
de noviembre de 1735, María Lucia en 12 de diciembre
de 1736. Ascendió a maestre de campo, fue alcalde or-
dinario en 1635. Su esposa falleció en 14 de julio de
1741 y él dejó de existir en 1750.
Sebastián Via, talvez pariente del anterior, en 1795
estuvo al mando del cuerpo de guarnición que existía
en esta ciudad, tenía el grado de teniente coronel.

N^idangos I). Rernahé Félix. -Viscaino, era veci-


no distinguido de esta población. Gozaba de bastante
prestigio. El Virrey de Lima le non'ibró corregidor in-
terino de La Faz, de cuyo destino se posesionó en di-

ciembre de 1662, su gobierno fue muy corto pues no al-


canzó a los tres meses por haber llegado el nombrado
por el Rey. Pasó con un destino a la villa de Oruro.
Vidangos D José.— Nació en La Paz el 19 de mar-
zo de 1650: hijo de Domingo Vidangos y Agustina Cas-
tillo. De su primer matrimonio con Gertrudes Castillo,
tuvo a Francisco en 5 de abril de 1Ó83, José en 22 de
octubre de 1684, Teresa en ló de febrero de t686, Ro-
sa Agustina en 2 de septiembre de 1687, en su viudes
tuvo un hijo natural Tomás nacido el 9 de agosto de
1690 De su segundo matrimonio con Ana Ríos, tuvo
a Juan en 13 de febrero de 1690. El capitán Vidangos
ascendió a maestre de campo en 1697. El Virrey con-
de Monelova, le envió nombramiento de corregidor in-
terino de La Paz, de cuyo destino se hizo cargo el 14
de noviembre de 1696, cesando en 4 de julio de 1698.
Contribuyó con ocho mil pesos para la fundación del
_. Departam ento de La Paz 783

monasterio de carmelitas de esta ciudad. Falleció en 3

de noviembre de 1703, fue enterrado en San Francisco.


Un descendiente de este, Juan Bautista Vidangos, fue
asesinado en 1805, su casa saqueada por la insolencia
de los soldados milicianos de Indaburu.
Viderique D. femando. — Natural de Cádiz, hijo
de Antonio Viderique y Paula Ruiz Este capitán al

sentar sus reales en La Paz, contrajo matrimonio con


María Villaverde en 24 de diciembre de 1797. AI año
siguiente fuenombrado subdelegado de Omasuyos, sa-
lió a deber al fisco setenta m\\ pesos por tributos cobra-
dos. En 1800 era depositario general. Si en los prin-
cipios de hi rc\-o¡ución no se manifestó enemigo de la

causa patriota, lo hizo después, poniéndose a disposi-


ción de Goyeneche, quien lo tuvo de su edecán, ascen-
dió a teniente coronel.

Vlgil Quiñones D Suero Navarro— Vino nombra-


do corregidor de La Paz, de cuyo destino tomó posesión
el g de julio de 1614, lo ejerció hasta su fallecimiento,
acaeci-io en 9 de septiembre de iói6, fue inhumado en
San Francisco.
Villafane Piindano Pray Mateo.— Natural de
Castilla la Vieja. Trinitario, que después de haber des-
empeñado N-arios oficios en su religión, fue elevado al

obispado de Popayán en 171 1, trasladado a la diócesis


paceña en 1714. Religioso muy acético, mandó poner
un altar en el frontis de la Catedral para que pudiera
celebrarse la misa en los días festivos )• domingos, para
que pudieran oiría desde sus asientos las vivanderas de!
mercado. En esta época un flagelo horroroso de la pes-
te diesmó a todas las poblaciones alto peruanas, hacien-
do centenares de víctimas en la clase indígena. Los
clamores al cielo se hacían diariamente hasta que cesó
la plagti. el 1 1 de octubre de
Entonces 1714 el obispo
celebró una misa pontificada en acción de gracias, con
784 Diccionario Histórico dhl

asistencia Je ambos cabildcs, proclamó al Señor de Pie-


dades patrón de la ciudad, como también lo hizo el Ca-
bildo secular, sacándole en reverente procesión por las
calles de la ciudad. Hizo la visita pastoral de la dióce-
sis en 1719 siendo su secretario Mateo Navajas. El 16

de octubre de 1718 con misa solemne pontificada en el

templo de la Merced instituyó la fundación del monas-


terio de Carmelitas. Falleció en 1723.

Viüamil Justo— Arequipeño. Al establecerse en


esta ciudad casó con Juana Neo^reiros, chuquisaqueña,
de cuyo enlace tu\o a Manuel Fé'ix en 26 de muyo de
1777.
VilíamJl D Ildefonso.— Nacido en Ananea de la
provincia de L^^rccaja. Tenía las labores de Copaca-
bana, San Juan. Rosario en Tipuani, de oro, siendo
afortunado minero, teniendo conocimiento en química.
Regidor del Cabildo constitucional en 1822, diputado al

Congreso de 1832 y 1834, Prefecto de La Paz en 1849,


Senador en 1850. Adicto al general Santa Cruz, fue
desterrado por Velasco a Cochabamba en 1840. Edifi>

có ¡a mejor casa de esos íiem.pos, donde actualniente se


hallan las oficinas del Banco Nacional.
Vilíamil Pedro.— Nacido en La Paz, hizo sus
D
estudios en Europa. Cuando la invasión peruana in-
gresó en el ejército, encontrándose en la victoria de In-
gavi, continuó en el servicio y ascendió a Coronel.
Adicto a Belzu y Córdo\'a. En la revolución linarista,
se hallaba a la cabeza del Batallón «Chorolque3>, un des-
tacamento de hozares y dos piezas de artillería, encon-
trado en Leque por la división Pérez. Después de una
hora de combate fue vencido Vilíamil dejando en el

campo 35 muertos, 17 heridos prisioneros. A layin


caida de Córdova cbtuvo proscrito y después retirado
del servicio.
Departamento dé La Paz 785

Daza al investirse del mando le encomendó la pre-


fectura de La Paz, siendo ascendido a la alta clase de
General de Brigada en 20 de octubre de 1876.
Cuando la guerra del Pacifico, se dirigió a la cam-
paña a la cabeza de la tercera división. Pasó a res-
guardar el puerto de Pisagua con los batallones Paucar-
pata, Aroma, Independencia y Vengadores, en unión del
general Carlos de Villegas.
La escuadra chilena compuesta de 20 naves con
10,050 hombres se presentó ante Pisagua en son de
combate. Lanzaron bombas y granadas contra el puer-
to, cuyos defensores bien parapetados, rechazaron por
dos veces a las lanchas que trataron de desembarcar.

Luego se reconcentraron en las orillas del mar. durante


cinco horas^ no dejaron desembarcar un solo hombre,
hasta que acosados por el número, se retiraron a la cos-
ta. Los chilenos incendiaron el salitre de los almace-
nes, que se comunicó al carbón, la densa humareda se
hizo insoportable, \- viéndose amenazados por retaguar-
dia, se ordenó la retirada. La resistencia fue heroica
de los defensores de Pisagua (2 de noviembre de 1880).
\illamil en su retirada se encontró en la disper-
sión de San Francisco, donde el general Ramón Gonzá-
lez, se portó heroicamente.
Se incorporó al ejército de Tacna, de donde se vi-
no muy enfermo. Murió en 1886.
D. Romualdo, nacido en Sorata, militó en el ejér-
cito, ascendió a coronel. Prefecto de La Paz en 1843,
de Sucre, Cobija y Santa Cruz. Desterrado por Lina-
res al Perú, a su regreso se retiró del servicio.
D. Jacinto, paceño, abogado. Oficial mayor de
Instrucción Pública y Culto en la administración Lina-
res. Durante el gobierno del Triunvirato, encargado
de la cartera. Prefecto de La Paz en 1863 y 1864. Di-
putado por La Puz al Congreso de 1872. La noche de
99
786 Diccion ario Histórico del
la cencerrada se fracturó ambas piernas al saltar una
pared, falleciendo a los pocos días.
Villamil de Rada 1). Emeterio.— Nació en Sora-
ta de la provincia de Larecaja el 3 de mayo de 1804:
fueron sus padres Ildefonso Villamil e Isidora de Rada..
Ingresó en el Colegio Seminario, hizo sus estudios con
b.istante aprovechamiento. En 1825 arengó a Bolívar
mereciendo muchos aplausos. Emprendió viaje a Eu-
ropa, con Lord Berhing en 1826, ¿dedicándose en Lon-
dres a los estudios lingüísticos. Recorrió el viejo mun-
do, regresando en 1833. En la Universidad de La Paz,
recibió el grado de doctor en literatura, y fue por po-
co tiempo profesor.Su amistad con Salaberry, hizo
que Santa Cruz impidiera su ingreso al Congreso de
1834.
Descubiertos los minerales de cobre de Corocoro
en 1843, trabajó Villamil con tesón en ese negocio; más
comprometido en la revolución contra Ballivián, fugó
al Perú, contraendo matrimonio en Lima con Mercedes
Castjñedd.
Descubiertos los minerales de California en 1848,
se dirigió aiií donde fundó un diario en cuatro
Villamil,
idiomas, que !e produjo pingües ganancias. Ávido de
fortuna ma-iJó i'ievar de New York casas de madera,
las- que fueron reducidas a cenizas por un incendio.
Viéndose arruinado pasó a México, donde contrajo re-

laciones con un pastor protestante que lo llevó a Aus-


tralia. La muerte súbita de su amigo le sumió en la

miseria, pues, sus recursos se habían agotado, y tuvo


que ganar la vida de barredor de calles y jornalero.
Con ruda labor reunió recursos con los que regresó
después de cinco años de ausencia, apareciendo en Val-
paraíso en 1856. Restituido al país fue elegido diputa-
do por Sorata al Congreso de 1857, sierido su
presidentt'. L) .trocado Córdova emigró otra vez al Pe-
Departamento dh La Paz j'^l

rú. En Arequipa publicó su folleto tremendo contra


Linares: juicio de la revolución Linares^ así como se le
atribuye, Manifiesto y programa del Presidente cons-
el

titucional de la nación, dirigida por Córdo\a, en el que


se hacen cargos a Linares, cargos casi irrefutables.
Con el golpe de Estado regresó al país; y fundó el

diario La Bandera Tricolor. Elegido diputado por So-


rata a la Constituyente de i86í. Su actitud fue se-
vera contra el dictator. Concluido el Congreso, se re-

tiró a Tipuani al laboreo de sus minas. En 1868, le en-


comendó el gobierno el cargo de Comisario demarcador
de ¡Imites en el Brasil. Cumplió su cometido demar-
cando el limite de la Bahíj de Cáceres, fijando después
su residencia en Río. Viendo sus bolsillos x-acíos, ad-

juntó sus libros ai Barón de Cabo Frió, se dirigió al

muelle y se arrojó a las olas del mar. Poliglota profun-


do. Ha dejado muchos manuscritos.
Villaverde D. Luis.— Natural de Burgos: hijo de
Andrés Villaverde y María Landieras. Contrajo ma-
trimonio con María Orueta, viuda del depositario gene-
ral Juan Rojas Valladares en 8 de iriarzo de 1739, ^^

cuyo enlace tuvo a Manuel José en 20 de marzo de


1742, Manuel Francisco en 17 de abril de 1743. Este
caballero fue regidor del Cabildo, alcalde ordinario, be-
nefactor de pobres. Murió en 1755.
Villaverde Orueta, Manuel José -Nadó en La
Paz el 20 de marzo de 1742, hijo del anterior, casó con
María Josefa Norberta Landavere Paredes en 2 de agos-
to de 1780, de cuyo enlace tuvo a María en 1803, esta
llegó a casar con Ft-rnando Viderique.

Villegas D. Juan Bautista —Paceño, doctor de la


Universidad de Chuquisaca. Era ministro de la Corte
de esta ciudad en 1829 Tuvo la desgracia de simpati-
sar con los enemigos de su patria. La guarnición de la

población fuerte de setecientos hombres se hallaba a las


-

7SS Diccionario Histórico del

órdenes de Luis Castro, quien se había puesto a órdenes


de Blanco. Destituido el Presidente en Sucre, el pre-
fecto de La Paz, general Francisco López, ordenó a Cas-
tro entregar la fuerza al coronel Francisco Anglada,
desobedeció y se puso en marcha para Chuquisaca; más
la fuerza se defeccionó» en la Ventilla, regresando a la
ciudad. Castro huyó al Perú
El Prefecto a algunos sindicados en la rebelión
mandó tomar la no-
presos, entre ellos a Villegas. En
che del 13 de enero un grupo encabezado por el perua-
r,o Octavio .Wuiillo, plumario de Villegas, atacó el cuar-

tel con el intento de librar a los presos, siendo rechaza-


do por las fueizis leales.
López convencido de que Villegas era agente de
Gamjrra, le hizo juzgar por un consejo de guerra ver-
bal, siendo fusilados el 29 de enero, Villegas, Murillo y
dos soldados.
Villalobos D. Juan Prancisco— Natural de Sevi-
lla. Fue el segundo escribano que tuvo La Paz, se ti

tulaba «público y del consejo». Este sujeto se había


asilado en Chuquiyapu, después de la derrota de Gua-
qui. D. José nieto de este llegó a ser clérigo y fue
benefactor del hospital.
Villalobos D José Rosendo— Nacido en La Paz,
abogado, diputado nacional, prefecto del departamento.
Muy joven se ha consagrado a la poesía,que ha
en la

sobresalido bastante. Sus composiciones poéticas han


sido aplaudidas por el insigne poeta Bustamente.
Villodres Diego Antonio Martín,— Natural de
D
Granada, doctor de Córdoba, caballero de la orden de
Carlos 111, electo en 1806 para el obispado de Concep-
ción de Chile, de cuya silla se hizo cargo en 1809. Por
motivo de la guerra de la independencia, se escapó has-
ta Lima. Admitida la renuncia de La Santa, el Rey le

nombró su sucesor en i8ió, trasmitió sus poderes al


DEPARTAMENTO DE La PaZ jSg

deán Zarate para el gobierno, pero como este había


muerto, al canónigo Mendizábal, quien se hizo cargo el

2 de septiembre de 1817, ordenando rogativas públicas


por el nuevo obispo. Antes de posesionarse fue electo
en 1818 para el arzobispado de Charcas, de la que
tampoco tomó posesión, permaneciendo en Porco has-
ta terminada la guerra. Después de Ayacucho vino
hasta La Paz, no se le permitió seguir adelante. Se re-
tiró a España, muriendo en Córdoba sumamente po-

bre,

Viscaino D. Juan.— Era cirujano, el presidente La


Gasea le destinó como a vecino fundador de La Paz,
con este motivo se trasladó de Lima a esta ciudad, sien-
do el primer cirujano que tuvo La Paz, él tasaba según
su ciencia y conciencia, previo juramentólos medicamen-
tos que se hablan de v,ender al público, que sea dicho
de paso, en esa época tenían un excesivo valor, que
para conocimiento inücaremos a la ligera, un purgante

se expendía por seis pesos, una libra de azúcar con un


litro de agua de borrajas por siete pesos, una pósíma de
cebada, peras, higos,- violetas por ocho pesos.
Era buscado hasta por las provincias, fue conocedor ín-
timo de casi todoel departamento. No sabemos cuan-
do falíeció.
Viscarra D. Hilario.— Moqueguano. Hijo del que
fue corregidor de Sicasica Diego Viscarra. Era gradua-
do bachiller en Medicina, fue nombrado cirujanodel ejér-
cito patriota en el aílo 1809, de carácter bastante apa-
sible, ageno de hacer mal a nadie, cuando Yanguas fue
aprisionado, herido por el populacho, a pesar que su he-
rida no era grave, Viscarra la abultó, a fin de que pu-
diera libertarse con más prontitud. Había apercibido por
sus sueldos de agosto y septiembre ochenta pesos, que
--£}oyeneche !e mandó reponer inmediatamente en las
V yqp Diccio nario Histórico del
cajas reales. Fue casado con Matilde Camasa, de cu-
yo enlace tuvo a Ramón en 13 de a^íosto de 1810. Ig-
noramos la suerte posterior de este médico. Supo-
nemos que el matemático Domingo Viscarra, haya sido
deudo suyo.
V¡snie¿ra Velasateáui D. Juan de.— Natural de
Visca\a. El Rey Carlos II por decreto de 26 de febre-
ro de 16S9 le confirió el título de conde de Olmos, en
atención a los servicios que habían prestado sus ascen-
dientes en las gueiras de Alemania, Flandes, Lombar-
dín y enla conquista de las Indias. El maestre de cam-
po conde de Olmos, vino a establecerse a Potosí, el mo-
narca por provisión real de 27 de febrero de 1698 le

nombró corregidor de La Paz, de cuyo destino tomó po-


sesión el 11 de julio de 1698. De su matrimonio con
Francisca Moneada Galindo, ¡e nacieron en esta ciudad,
Leocadia Francisca Javier en i ? de diciembre de 1698,
Juan Ftlipe en 3 de mayo de T700, habiéndole llevado
a la pila la duquesa de Estrada. Falleció el 23 de ju-
nio de i/CO, fue inhum.ado en Santo [domingo, de una
manera solemne, con asistencia de los dos cabildos, la

nobleza de la ciudad, conducido al templo a las seis de


la tarde con acompaíiamiento de luces encendidas, can-
tos fúnebres, depositado en un suntuoso catafalco, al

día siguiente sepultado después de los oficios de difun-


tos.

La Pi-z lil saludar la aurora del siglo diez y ocho


había progresado bastante, podía contar con una pobla-
ción probable de veinte y tres mil ciento sesenta
y nue-
ve habitantes de los cuales trece mil eran indígenas.
La faita de padrones de ese año nos priva de especifi-
car de una manera ir.ás segura. ,•,,;.

Al despedirse del siglo místico, monacal, en que, se


habían extendido las misiones, multiplicado los claustros,
era una socjedad cj^votn fanática, alguien ha dicho nne
Departamento DE La Paz . 791

la idea, el pensamiento, las más insic^nificantes acciones


de la vida dependian del obispo, de los confesores, de
los predicadores, que tenían [^ran prestigio en el \ecinJ.a-
rio, como consecuencia de este misticismo, se habían
multiplicado las fiestas, procesiones, rogativas, novena-
rios, corridas de ejercicios, que en tarde y en maílana
preocupaban a nuestros
antepasados; a^recrado a esto
las siestas, hacían de los habitantes de esa época una
vida completamente desocupada, monótona, por falta
de movimiento social, reduciéndose las conversaciones
a asuntos caseros; pero en cambio se habían multipli-
cado los milagros, los condenados, las ahnas en pena,

las fantasmas, que recorrían la población con trajes mo-


nacales en altas horas de la noche. Lo aue muchas
'veces alborotaba, aterrorizaba al vecindario, porque la

ignorancia campeaba a sus anciías, no existiendo una


sola escuela pública, es cierto que, primero los jesuí-
si

tas, después conventos abrieron sus escuelas,


los otros

en las que únicamente se daba una educación religiosa,


bastante deficiente e ineficaz.
La clase mestiza era laboriosa, se ocupaba en tra-
bajos manuales en diferentes oficios y artes, pero según
el ambiente de la época, no quería en su ignorancia que

darse en zaga a los chapetones, criollos, deseaba ardien-


temente el ministerio de los altares para sus hijos. Era
la clase que más erogaba para el servicio del culto, fes-
tejando los gremios a sus respectivos patrones, en !;^s

que gastaban sumas considerables; ios herreros a Sp.n


Lorenzo, los plateros a San Eloy, los carpinteros a San
José, los pintores a San Lucas, los zapateros a San
Crispin, montereros a la Pastora, los talabarteros a
Santiago, ios cordeleros a San Sebastián, de suerte que
agregadas estas fiestas a las oficiales de la catedral, a
la de los conventos, a la que celebraban los indígenas

^n sus --cnorfivíis parroquias hacían una cadena no


7Q2 Diccion ario Histórico del
interrumpida de fiestas, durante el año. Cuanto no de-
bían gastar en pago de derechos, ceras,fuegos artificiales
comilonas. Además en las funciones de la semana
magna, la cholada contribuía con su parte a soberbias
procesiones en las que las andas de las imágenes os-
tentaban una aglomeración de ceras, llevando el varón
su consabido estandarte, la esposa una corona o un ins-
trumento de la pasión de Cristo, admirablemente cu-
bierta de joyas, terminando la función con una esplén-
dida y opípara cena.
Todo en este siglo debía tener carácter religioso,
así en la fiesta de San Juan Bautista, en su víspera los

cerros que circundan la ciudad así como las calles,, pla-


zas, hacían fogata?, presentando una inmensa hoguera
en la [lohlación; los mestizos recorrían la calles con
sus jarras de agua persiguiendo a las hembras, desgra-
ciada que caía en sus manos, quedaba como un pato
la

saliJo del ugua, por que "el agua era bendita", sana-
ba de las enfermedades, no hacía mal.
Los desvalidos indios fueron obligados a celebrar
fiestas, los maíiaceros la de San Francisco, los ba-

x-eteros de la patrona de la ciudad, en la que eroga-


ban sumas considerables, levantando en los respectivos
frontis, elevadísimos altares, repugnantes, de pésimo
gusto, adornados de láminas de plata, cuyes objetos
eran fletados a precios subidos de algunos españoles,
q'.'e teníap. ese negocio.

Los mismos, bajo severas prnas y multas estaban


obligados a concurrir a las fiestas en traje de baile, y
según las festividades. En el día de la Patrona, los lu-

josos, a guisa de ángeles, en el Corpus los danzantes


de figura repugnante, que subsistieron hasta más allá

delaño 1860; en el de San Sebastián los chunchos, etc.


La monotonía de la población era interrumpida de
cuando en cuando por la llegada de un obispo, de un co-
Departamento de La Paz 793

rregidor, el ascenso al trono de un nuevo soberano o el

nacimiento de un real infante, que daban lugar a mo-


mentos de regocijo; pero arte todo las corporaciones ofi-

ciales debían asistir a la catedral al consabido Tedeum


pasando de palacio de la gobernación, en que
allí al te-

nia lugar la ceremonia del besamanos, dirigiéndole al

mandatario, frases bajas, aduladoras.


En lo material el pueblo había progresado bastan-
te, se conocían ya algunas casas de dos pisos, entre
ellas sobresalían sus bonitos campanarios que parecían
atalayas de una ciudad parecida a un vasto monasterio.
Su mercado público situado en la plaza principal, en
las de San Sebastián, la pequeña plazuela de Capacana-

gui, tenían para su expendio abundante pan, excelen-


tes frutas de sus valles, productos de toda clase.

Vivaiico Juan. — Este español, fue corregidor de


Sicasica de 1689 a 1693. Era caballero de la orden de
Calatrava. Habiendo caído sumamente enfermo, fue
conducido a esta ciudad, dejó de existir en 13 de enero
de 1694.

Wolf D. Alejandro.— Oe nacionalidad alemana,


estableció una fábrica de cerveza de inmejorable cali-
dad que pronto llegó a prestigi.use y adquirir populari-
dad, rindiéndole pingües utilidades, y en vista de ello el
señor Otto Richter organizó una empresa de gran mag-
nitud y con fuertes capitales, sin poder hacer compe-
tencia apesar de haber hecho traer fabricantes especia-
les de Alemania, a su «muerte y la de Wolf una nue-
va Empresa compró el actual edificio que es amplio y
de mucha valía donde se halla establecida la Cervece-
ría Boliviana Nacional teniendo al comienzo como fa-

bricantes a hijos del país: los señores Ergueta y Aseen-


joo
7Q4 Diccionario Histórico del

cío Fernández, habiendo nerfeccionaJo notablemente es


te último, con un capital de más de dos millones de pe-
sos, teniendo al frente otra fábiica fundada con perse-
verante labor por el señor Arancivia denominada Cer-
vecería El Inca y manejada por el sefíor Federico Arc.n-
civia, hijo del anterior.
Los primitivos fundadores de esta industria que ha
progresado tanto, fueron los señores Adalberto Violand
y Felipe Pinilla, cu\-a instalación en pequeña escala no
duró mucho tiempo.
Durante la administración Ibérica no hubo ningu-
na industria. Los artículos que salían de los telares
délos Obrajes, eran toscos, y se hicieron de uso en-
tre los indios y la ^ente muy pobre.

Se fabricaba pólvora, de la que hacían mncho uro


los indios para sus festividades, por existir mucho sali-

tre (nitrato de potasa) en el país.

La alfarería existió desde el período incaico. Des-


de la fundación de la ciudad se establecieron muchas lo-

cerías, en lasque se trabajaron las tuberías para las

fuentes públicas y menajes de uso doméstico.


En la República se establecieron las siouientcs in-
dustrias: la de fósforos en 1846 por Bernardo Pérez, que
hizo competencia al extranjero; la de galones, para te-

jidos de oro y plata; la de galvanismo para objeto de fi-

ligrana; la de curtimbres; pequeñas cer\-eceri::s; la de


sulfato de quina, etc.
Al presente tenemos muchas industrias, que por
ser muy conocidas no las mencionamos.

Yanauillca. — El cacique de Chanca, Uscauillca,


declaró la guerra al Inca, se dirigió al Cuzco, habiendo
confiado el mando de su formidable ejército íi Ynnauijl-
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 7Qg
en, y a Tojellouülca. Estos inx'adieron el Collasuyo,
liaciendo una guerra de exterminio, los de Choqueya-
pu hicieron una resistencia desesperada, defendiendo sus
hogares, pero sucumbieron ante el número. > fueron casi
exterminados, la población fue incendiada y destruida
en su mayor parte, la memoria de estos terribles inva-
sores quedó por mucho tiempo grabada en ia memoria
de los collas.

Como no cesaran los disturbios entre los habitan-


tes del Collasuyo, el Inca Yupamqui, se trasladó desde
tiCuzco al lugar de los sucesos, visitó la población del
Chcqueyapu, donde los naturales no dejaron de moles-
tarlo, pero con su tacto poiítico los hizo más asequibles
y obedientes al gobierno de los incas.
En el reir.adodel Inca TupacYupanki se subleva-
ron nuevamente los collas, los choqueynpus después de
dar muerte a ¡as autoridades establecidas por el sobe-
rano del Cuzco, fueron a engrosar las fue'zas de Cari,
que erael jefe de la insurrección, más vencido este y
hecho prisionero se desbandaron sus fuerzas, termi-
nando la suble\-ación con el tratado de paz celebrado
en Cluicuito.

Yanguas Pérez D. francisco -Natural del lugar


Freguaxastes en Rioja de Castilla la Vieja: hijo de Cris-
tóbal Yanguas Ramírez y Sebastiana Pérez. Vino con
licencia real en calidad de comerciante. Casó con Eu-
lalia Rodríguez en 26 de julio de 1800, en quien íuvo a
María Josefa en 13 de octubre de 1801. Alcalde de 2?
voto en 1805.

En el Cabildo de i ° de enero de 1809, obtuvo cin-


co votos para alcalde de primer voto, siendo proclam.a-
do con este carácter.
En la noche del 16 de julio de 1809, al toque de las
campanadas que convocaban a los capitulares, se insta-
79<^ Diccionario Histórico del

ló el Cabildo como a las nueve y media de la noche ba-


jo la presidencia de Yanguas, y con la asistencia del
alcalde de 2 ? voto José Antonio Diez de Medina, el al-
férez real José Domingo de Bustamante, el alcalde pro-
vincial José Ramón Loayza, comandante Diego Quint
el

Fernández Dávila, los regidores Mariano Castro y Juan


Bautista Sagárnaga, el asesor Baltazar Alquiza, con el

fedataiio José Cenaro Chávez de Peñaloza.


Todos los pedidos del pueblo fueron concedidos sin
observación alguna. Los capitulares estaban poseídos
de profundo terror, a excepción de los miembros adictos
a la revolución.

A horas una \' media de la mañana, se clausuró el

Cabildo, previa venia del pueblo,


Yanguas nos hace saber que todo se hizo por «mie-
do al pueblo», y lo confirman Ayoroa y Castro, que no
pertenecieron a las filas de la revolución.
Con la renuncia de Dávila, el Cabildo asumió las

funciones de Gobernador Intendente.


Continuó presidiendo las sesiones del Cabildo, pe-
ro en su carácter de peninsular, era imposible que se
hubiera conformado cori el nuevo orden de cosas, que
de cerca amenazaba con la ruina de los chapetones, la

pérdida de los dominios de su Rey. Hl pueblo aperci-


bido de sus manejos en favor de la causa real, en Li

mañana del 12 de septiembre '"¡izo aparecer figurado en


una horca a Yanguas.
Reunido el Cabildo abierto el mismo día, el pueblo
pidió a gritos la cabeza de Yanguas o que renuncie la

vara, según la solicitud de Medina. Asustados los ca-


pitulares trataron de dilatar el asunto, mandando que al

día siguiente, oyendo al alcalde, se tomaría la resolu-


ción conveniente. El pueblo insistió, entonces Yan-
c^g[i2LS presentó su renuncici.
Departamento dh La Paz 797

Según la orden virreinaticia que ordenaba la repo-


sición de las autoridades depuestas por !a revolución,
fue llamado otra vez a ocupar su asiento, pero para en-
tonces ya trabajaba activamente por la contrarrevolu-
ción,encabezando un grupo considerable, preparó el
movimiento para el 12 de octubre, con este objeto con-
vocó al partido realista a su casa, después de oraciones,
mandó algunos a casa de Landavere, otros a la de Pla-
ta, como treinta a la de Chirveches, con órdenes de
reunirse al menor aviso. El dejando la mayor parte

en su casa salió a rondar con los más atrevidos a media


noche dirigiéndose al puente de Coscochaca, en cuyo
punto el comisario que liabía mandado en observación
regresó con la iioticia de :;ue las fuerzas de Tiahuanacu
estaban sobre el mandó
Alto, se dirigió a su casa, lla-

mar demás conjurados, que con prontitud se


a los reu-
nieron más de doscientos hombres.
Sobre que punto se situarían para recibir a los pa-

triotas y atacarlos, fue el asunto de discusión en


esos
momentos, hubieron diversos pareceres, mientras tanto
las fuerzas patriotas ya ocupaban la plaza, se velan las

fogatas, se oía la algazara, el movimiento de los caño-


nes, entonces se encaminaron a situarse a la Riberilla,
viéndose ya amenazados, seguidos pero no por todos,
se entraron en formación en la casa de Yanguas, ce-
rrando la puerta. Apenas aclaró el día bajaron las tro-
pas sitiaron la casa, rompiendo a cañonazos la puerta,
tomaron presos a Yanguas y otros realistas. El alcal-

de fue maltratado, herido, conducido al cuartel; pero fa-


vorecido por el clérigo Viscarra, el mercedario Tejada.
El cirujano Viscarra abultó la gravedad de la herida,
logrando que se le pusiese pronto en libertad. Defec-
cionado Indaburu y después destrozado por Castro,
Yanguas permaneció oculto hasta la llegada de Goyene-
che, este no le dio ocupación ninguna.
798 Diccionario Histórico del

El Cabildo, dividió la población en manzanas, po-


niendo en cada una un alcalde de barrio, con la condi-
ción que vigilen la conducta de vecinos y en espe-
los

cial de los muchachos mal entretenidos que en los dis-


turbios pasados fueron los que más bulla y alborotos
promovieron.
A aproximación de los argentinos huyó a Are-
la

quipa, donde permaneció algunos años. Restituido a


La Paz, murió el i8 de junio de 1830.

Yáñez de Montenegro D. Andrés.— Nació en La


Paz el 24 de noviembre de 1717: hijo de Felipe Yáñez
de Montenegro y Micaela Cadena. Llegó a desempe-
ñar el cargo de alguacil de! Cabildo.
D. Pedro José Yáñez de Montenegro, descendiente
del anterior, en la revoluciónde julio de 1809 fue sub-
teniente de compañía de milicianos voluntarios de la
la

reunión nacional, teniendo por capitán a Pedro Leaño y


teniente Félix Illanes. Durante la ocupación de Goye-
neche anduvo prófugo. Se incorporó en las fuerzas ar-
gentinas, concurrió a varias acciones de armas. Des-
pués de Ayacucho se restituyó al pais, en 1839 era ma-
yor de plaza.

Yáñez de Montenegro D. José María— Nació en


La Paz el 24 de noviembre de 1796. En la revolución
de 1809 fue ascendido a subteniente de caballería, des
pues de Chacaltaya anduvo oculto. Se decidió por la

carrera eclesiástica, ordenándose de sacerdote en Are-


quipa en 10 de septiembre de 1818. Cura de Caquia -

viri. Chanca, Caracato, capellán de la Catedral y pro-


pio de Chulumani. Creada la diócesis de Cochabam-
ba por ley de 17 de junio de 1843, ^ue eregida por Pío
IX en 25 de junio de 1847. Montenegro fue su primer
obispo, se consagró en La Paz por Mariano Fernando de
Córdova. Murió en 1853,
Departamento de La Paz 799

Yáñez Plácido.— Paceño, nacido de las filas de la

plebe. Se había enrolado en el ejército desde 1828,


ascendiendo hasta coronel. Estuvo retirado del servi-
cio en las administraciones de Belzu y Córdova, en la
época de Linares mandó el batallón zAngelitos a los que
disciplinaba a palos, con crueldad y fiereza. Enemigo
acérrimo del partido belcista, en su innoble corazón pro-
yectaba una venganza: había dicho «voy a limpiar la
casa de ratones*, según afirma D. Antonio Quijarro que
le oyó No obstante Achá al partir de esta ciudad al
encomendó la Comandancia General con man-
interior le
do sobre columna municipal.
la

Bajo prtítextos de connatos revolucionarios mandó


aprisionar a los más distinjzuidos belcistas, situándolos
en el Loreto, Policía y cuartel Sucre. La bestia feroz
sedienta de sangre, fraguó una farsa bien combinada,
cuyo director fue Benavente. El comisario Manuel
Monje tuvo el encargo de aparentar un ataque con un
piquete por el Comercio dando tiros al aire, tres com-
pañías del 2? harían lo propio por la calle Bolívar. Yá-
ñez al oír los tiros se encaminó al Loreto y mandó vic-
timar a Córdova, Belzu, Tapia, Hermosa, Lorenzo Ve-
ga, José María Torres, Luis Balderrama, José María
Ubierna, Pedio Espejo, Mariano Calvimonte,.José Ugar-
te, José Zuleta y muchos de tropa fueron victimados,
en medio de la más espantosa confusión, unos de pié,

otros de rodillas y otros tendidos en el pavimento.


Mientras el comisario Dávila sacrificaba a los presos de
la policía, el alcaide Aparicio a los de la cárcel y el co-

mandante Saiitos Cárdenas hacía \-ÍLtimar a los presos

del cuartel del 2^.

llenó de terror >• eepanto a la


Tan horrendo crimen
Nación, solo Achá permaneció impasible, no le negó sus
favores al asesino, no le destitu\ó, ni le sometió a jui-

cio cuál lo requería la justicia y la vindicta pública.


8oo Diccionario Histórico del

Responsable ante la posteridad, así como sus ministros


que no supieron llenar su deber.
El coronel argentino Corcino Balsa jefe del bata-
llón 2 ? de acuerdo con su paisano Ruperto Fernández
para colocarlo a este en la presidencia trató de apode-
rarse del batallón 3 ^ comandado por Cortés, que esta
ba alojado en el cuartel de la Moneda, para el efecto en
la mañana del 23 de noviembre, dispuso que la esquina
de la Moneda, las torres de las Recogidas, las alturas de
Carahuichinca, unos paredones frente al cuartel fueran
ocupadas. Balsa con dos compañías tomó la columna
municipal y una sección de artillería, se situó en la ca-
lle del Recreo, cerca del cuartel. Todo se hizo con el
silencio posible.
Una detonación de tiros de fusil, anunció al bata-
llón 2? la eminencin del pelii^ro, Cortés corrió a su
cuerpo y encontrándose con Balsa, éste le asestó un ti-
ro de pistola y Cortés caía gravemente herido. Princi-
pió el combate a las cuatro y media de la mañana y si-
guió tenaz y sangriento durante dos horas más. El
comportamiento del 3? fue heroico, perecieron más de
130 liombres. Caballero con 20 hombres se abrió paso
dirigiéndose a San Pedro, para incorporarse al gobierno.
A las 7 y media estaba tomado el cuartel y triunfante
Balsa.
La multitud apoyó a creyendo que Yáñez
Balsa,
estaba dentro el cuartel; pero este durante el combate
paseaba en la acera del palacio, en él se había encerra-
do después. El pueblo convencido de su error corrió a
la plaza en busca del victimador, cuando este oyó el

mugido popular había ganado los tejados, colocándose


en una de las chimeneas. Un cañonazo bastó para
abrirla e hizo estremecer el edificio. La multitud inva-
dió los patios y sucesivamente los tres pisos buscando

al criminal para aniquilarlo. En esto se oyó en la pía-


i

Departamento de La Paz 8o

za gritos de ¡allí! ¡allí está el asesino! Un sargento del


batallón 3 ? le asestó un tiro de rifle; la bala le alcanzó

y el hercúleo cuerpo de Yáñez cayó desde esa altura a


la casa de Pedro García. El pueblo se apoderó del ca-
dáver y lo arrastró desnudo y mutilado hasta el Pan-
teón.

Yépez Castellanos Eusebio.— Este español vi-


I).

no de corregidor de Sicasica en 1756. Fue casado con


María Herboso y Figueroa. Este general durante su
gobierno residió en Chulumani, rica y valiosa provin-
cia por sus productos y muy especialmente la coca.

Cuántos absurdos no se emitieron sobre ese pre-


cioso vegetal, pidiendo su destrucción. El 2 ? Conci-
lio Límense, reputó una cosa sin provecho y apare-
la

jada para los abusos y supersticiones de los indios, y una


real cédula de 18 de octubre de 1569, al luiberse hecho
relación de'que el creer los indios que mascando la coca
adquirían más fuerzas, era ilusión del demonio Toledo
hizo ordenanzas para la plantación de la coca y la grabó

con cinco por ciento. En Potosí se expendían cien mil


cestos anuales, en conjunto con la peruana, que vendi-
dos a cinco pesos, pasaba de medio millón. Matienzo
calcula el doble. El sabio Unánue, dio pruebas convin-
centes de que la coca era alimenticia )' un tónico efi-

caz.

^,, Para los trabajos agrícolas de Yungas se introduje-


ron esclavos africanos, que resultaron poco aptos, por
ser viciosos y díscolos, y a ellos se atribuye la intro •

ducción del cancro, la lepra y la sarna En 1808 ocu-


rrió un movimiento general en el partido, los negros en
unión de los dueños de Ocoba)a sitiaron a
mestizos \-

Chulumani y poco faltó para que corriese la misma


suerte de Sorata en 1781. El alcalde de Santa Her-
mandad, comisionado para sosegar ei partido, levantó
lOI
8q2 Diccionario H istórico del

horcas, en que sucumbieron porción de pardos y more-


nos.

Zaballa Ballanales D. Juan Santos. Natural de —


San Salvador, Viscaya, obispado Santander: hijo de Jo-
sé Zaballa y Josefa Ballanales. Al avecindarse en es-
ta ciudad casó con María Pascuala Sans Tejada Nieto,
hija de Antonio Sans Tejada y María Clara Nieto, na-
turales de Muquegua, de cuyo enlace tuvo a José María
Antonio en 9 de septiembre de 1808. En el mismo año
era alcalde de primer voto. Los soldados milicianos de
Indaburu cometían toda clase de abusos contra el ve-
cindario, así por lebrero de 1808 en la provisión de com-
bustible (algunas cargas de taquia) ciertos soldados en-
tre ellos uno apodado limeño, vejaron a la autoritaria
esposa de! alcalde Zaballa, maltratando también al pa-
riente de estos Manuel Martínez Pinillo, a los canaris,
que como ministros de justicia quisieron detener al in-
solente soldado. Llevada la queja a Castillo se detuvo
al insolente miliciano, pero Indaburu ayudante mayor,

intervino y ordenó la libertad de su favorito, como el


soberbio Pinillo fuera principalmente al cuartel fue arro-
jadj a culatazos. Zaballa creyendo deprimida su auto-
ridad, ocurrió con su acusación contra Indaburu ante el

alcalde de segundo voto Benito Blas Abariega. instrui-


do el proceso terminó mediante transacción por influen-
cias de Castillo y Maruri. En el Cabildo reunido el i P
de enero de 1809 fue nombrado procurador general, to-

mó posesión mediante juramento de estilo. Parece que


fue adicto en un principio a la causa separatista, pero
después fue opositor; se retiró a Moquegua por asuntos
de los intereses de su esposa, donde permaneció largos
años.
DEPARTAMENTO DE LA PaZ 8o3

Zabaila 0. José María —Nació en La Paz el 9 de


septiembre de 1808, fue hijo del anterior. Siguió la
carrera miíitar, mandando diferentes cuerpos de caba-
llería, cuya arma fue de su predilección. Comandante
de caballería en la victoria de Ingavi. Fue ascendido
a la alta clase de General de Bri^^ada. Murió en 1844.
Zalles D. Juan María.— Natural de Madrid, hijo de
Blas Zalles y María Juana López, al radicarse en esta
ciudad casó con Eugenia Iriondo, liija de José Iriondo y
Juana Diez de Medina en 18 de abril de 1823, de cuyo
enlace tu\o \arios hijos. A\urió en 1841.
D. Cesáreo, Prefecto del departamento de La Paz
en la administración Campero, Diputado suplente en
1886, Prefecto de La Paz en 1895. D. Hzequiei, Pre-
fecto de La Paz. D. Luis, abogado, viajó por el viejo
mundo, Cónsul general en el Ecuador en 1880, Ministro
de la Corte. El primer poeta festivo que ha tenido La
Paz.
Zalles D. Juan María. —
Nacido en La Paz, hijo de
don Luis Zalles y de doña Florencia Calderón de la
Barca, educado en el Colegio de San Calixto. Aboga-
do. Secretario en la Legación de Chile. Prefecto de
La Paz en 191 2. Ministro de la Guerra. Ministro de
Gobierno en 1914.
Debutó en esta cartera firmando el decreto de sitio
y la clausura de las imprentas independientes. Com-
ponían entonces Gabinete don Julio Zamora, Minis-
el

tro de Hacienda; don Plácido Sánch.ez, Ministro de Jus-


ticia; don Néstor Gutiérrez, Ministro de Guerra; don
Aníbal Capriles, de Instrucción, y don Cupertino Ar-
teaga de Relaciones Exteriores.
Zambrana Guzmán D. Dle^o— Dean de Guadix.
El Rey y consejo de Indias, habiendo resuelto la divi-
Charcas en dos catedrales
sión del extenso obispado de
La Paz y Santa Cruz, hechas las tramitaciones del ca-
ATm ral!.
804 Diccionario Histo rícq del

so, Felipe II se dirigió a ¡a Santa Sede jctí este objeto.


El Papa Paulo V por su bula dada en julio de 1605 Su-
per Santum Marcom creó el obispado de La Paz des-
membrándola de Charcas, ordenando al obispo de esta
iglesia para que la pusiera en forma de Catedral, eri-
giera e instituyera en tila las dignidades, canonicatos y
otros beneficios; como todo lo concerniente al culto.

Zambrana fue elegido por su primer obispo, de-


biéndolo ser también gobernador de Charcas. Salió de
Kspana, en e! camino le alcanzaron las bulas de arzo-
bispo de La Plata; más no llegó a Maguira habiendo fa-
llecido er. el \iaje tahez en Panamá, por lo que los

histori'.íJores le colocan en el número de los obispos de


aquella diócesis. Por real cédula de 8 de febrero de
1609 se ordenó que Cabildos de La Paz y Charcas,
los

entregaran por prorrata los proventos que les corres-


pondían por el tiem^io que había gozado del título de
obispo de La Paz y arzobispo de La Plata; así mismo
las cajas reales de esta ciudad en 9 de noviembre de

1Ó09 pagaron quinientos pesos, suma que en iWadrid le


había dado el Rey para la recepción de sus bulas.

El Rey por cédula de 17 de noviembre de 1607, de-


legó y comisionó al presidente de la Audiencia de Char-
cas Alonso MalJonado Torres, para que efectúe la divi-

sión, quien por auto dictado en Potosí a 17 de febrero


de 1639, adjudicó a la diócesis paceña seis provincias
Paucarcolla, Chucuito, Omasuyos, Larecaja, Pacajes,
Sicasica, las dos últimas las dividió con la Sede de Char-
cas, con un número de setenta y dos doctrinas, de
total

las cuales catorce eran administradas por frailes. Al


tiempo de la división las parroquias del obispado de
La Paz, eran las más pingües por lo que calculadamen-
te la renta era de veinte mil pesos, más o menos, las

dignidades ganaban mil quinientos pesos, los racioneros


Departamento de La Paz 805

ochocientos, por !o que liasta 1647 no hubieron racione-


ros en la Catedral por lo ridiculo de la dotación.
Por erección posterior debía componerse el Cabil-
do, de deán, arcedean. chantre, cuatro canónigos, doc-
toral, magistral y dos de merced, dos racioneros, el

párroco de las piezas debía ser sochantre, el de San Pe-


dro, sacristán.

Zapata D. José Manue'.— Limeño. En esta ciu-


dad casó con Juana González Lafuente en 13 de febre-
ro de 17QÓ. Muerta su esposa contrajo segundas nup-
cias con Teresa Quinteros en 4 de mayo de 1804; es-
tableciéndose después en Yungas con asuntos mercanti-
les. Tomó parte en la rexolución de 1809, se eiicontró
al Lanza en Irupana y Chicanoma, después de
lado de
cuya derrota, soportó una prisión de cuatro meses, to-
davía se le condenó a un estraílamiento perpetuo de ¡a
provincia de Chulumani. No desmayó en sus propósi
tos, se incorporó en el ejército argentino, en el que fue
colocado de teniente de compañía, siguió las peripecias
de la guerra. Desgraciadamente no sabemos donde mu-
rió este patriota.

Zapata D. MiliiUél, alias Queñallata, yungueíio,


residente en Chupe. Cuando se dirigía Lanza a la
provincia de Yungas a combatir al obispo La Santa for-
tificado en irupana, a su paso sublevó los pueblos de
Yanacache, Chupe, Chirca y los puso a órdenes de Za-
pata, con el carácter de capitán, el que organizó una
compaílía, teniendo por teniente a José Hilarión Andra-
de. Con la que fue a incorporarse a las fuerzas patrio-

tas siluaJas enChulumani, combatiendo contra la plaza


de Irupana, en cuya acción fueron derrotados los patrio-
tas. Irritados los revolucionarios, por diligencias de
Linares y Jaén, Zapata permitió que los suyos decapita-
ran a Juan Zavala, al mismo tiempo habían sido captu-
rados Antonio Ruiz en Coroico, Agustín Jibaldi, Miguel
8o5 Diccionario Histórico del
Ignacio Zabala, un Curro, Miguel Guilarte, ios que con-
ducidos a Chulumani, fueron fusilados en esa plaza el

26 de octubre de orden de Zapata. Después de la de-


rrota de Castro y Lanza por Tristán: se metió en lo más
espeso de los bosques, de este modo pudo librarse de la
muerte. Hn la sentencia tantas veces citada, fue con-
denado pena de horca, debiendo salir al patíbulo
a la
arrastrado en un cerón por una bestia de albarda. Los
realistas hicieron esfuerzos inauditos para capturarlo, lo

buscaron por todas partes, sin poder dar con él, talvez
fiigó a la tierra de los bárbaros y fue devorado por al-

[;ura íier;\

Zarate D. Guillermo.— Natural de La Plata, hijo


del maestre de campo Francisco Solano de Zarate y
Francisca Paula de Oiiguela. Estudió en la Universi-
dad de Chuquisaca, donde se recibió de doctor en cá-
nones y teolo.Líía, y también fue abogado de la Audien-
cia de Charcas. Opositor al curato de la Catedral, se
ordenó el 21 de diciembre de 1793. Secretario dfl obis-
po Ochoa durante su administración, examinador sin."*-

dai, pro\'isor y vicario general. En 2Ó de agosto de


1^95, exccmukó a los que en la cuaresma no habían

cumplido con los preceptos de la iglesia, así como ofició

al gíjbern:u"or para que sean estrañados de la ciudad.


Canónigo doctoral por oposición, arcediano en 1718
y deán en 1804. Depuesto el obispo La Sania, fue
i'.ombrado golernador de la diócesis. Durante la re\'0-
lució:i scportó mLcIías amarguras. Concedió que el
Colegio Seminario fuera ocupado por las tropas; ordenó
que los cu:as europeos comparecieran en la capital bajo
pena de suspensión. En 7 de octubre observó el auto
de excomunión de La Santa, no lo puso en circulación.
En los momentos álgidos de la revolución, cuando
Goyeneche venía con fuerzas superiores, tuvo en su
casa reuniones con los principales gerentes de ).3 reyo-
Departamento de La Paz 807

lución para solucionar por medios decorosos los asuntos


graves que se iban produciendo.
Como de una ascua de fue^^o se desprendió dt-l ut,-

bierno, entregándoselo a La Santa. Suscribió la acta


de subordinación a la Junta de Buenos Aires. Su casa
fue destrozada en la explosión del 28 de septiembre de
.1814, a cuyo frente se encontraba e¡ palacio \-iejo (ca-
lle Bolívar) que había sido del obispo Balderrama, Una
casa de dos pisos, pequeña, como muchas de la ciudad.
-Murió en 1817.
Zavala D Miguel Ignacio Viscaino: hijo de An- —
drés Domingo Zavala y Petronila Aldecoa. Este capi-
'tán casó en esta ciudad con Rosa Calderón S'^njinés en
30 de junio de 1779 Cuando la revolución del ano
1809 se hallaba en la provincia de Yungas entregado a
labores agrícolas: era rico, pero tacaño, probablemente
necesitaban dinero los revolucionarios y trataron de sa-
carie algo. Detenido por el capitán Zapata, allías Que-
ñallata, según afirma Jaén, que en Pacallo el último lo

tenía ya por para victimarlo, y


los cabellos lo contuvo po-
niéndole la puntería del trabuco sobre el
agresor, y le
ordenó que lo Chulumani, en cuya plaza
condujera a
el 25 de septiembre fue fusilado, lomismo que el Cu-
rro y ahorcados Guilarte e Jibaldi.

Su hermano Juan fue decapitado en Coroico por


orden de Queñallata.
José Zavala, no sabemos si era hijo o pariente de

los ajiteriores, era casado con María Fernández Duarte


desde 1810. Rico comerciante y uno de los vecinos
más acomodados de esta población. Enemigo de la re-
volución de julio, trabajó en las filas contrarrevolucio-
narias. Cuando sucumbió Indaburu después de su
traición se ocultó en un convento; enfurecida la plebe
saqueó sus almacenes. A
aproximación de Castelli
la

íse retiró a Arequipa, donde permaneció algún tiempo,'


8o8 Diccionario Histórico del
Ss restitiiNÓ a La Paz terminada la guerra de la Inde-
pendencia.
Z8,^arra de las Ruelas 1). Agustín— Limeño,
perteneciente a las casas de !os Peralta, Ruelas, mar-
queses de Casares. Era alcalde ordinario de esta ciu-
dad en 1661, cuan.!a acaeció en i p de diciembre La su-
blevación de los mestizos encabezados por Gallardo, en
la que fueron victimados el corregidor Cañedo y otros
españoles. Zegarra despiedro mucha actividad en so-
meter a los rebeldes, estuvo valeroso en la resistencia
y castigo de los insurrectos, como diligente en el descu-
brimiento de La Plata y alhajas robadas. En 1668 acom-
pañó al corregidor hasta los bosques de Apolobamba en
persecución de Juan Vargas y otros autores de la suble-
vación de Laicacota, en las minas de Salcedo, los que
capturados fueron conducidos a esta ciudad y ejecuta-
dos en la plaza pública. Fue casado con María Sebas-
tiana Larrea Peralta Farfán, aquí le nació Agustín en
28 de agosto de 16Ó2, otro Agustín en 28 de agosto de
1663. Ascendió a maestre de campo, regidor perpe-
tuo del Cabildo, alférez real desde i658. Murió en
1693.
Su hijo Antonio nacido en Lima, casó en esta ciu-
dad con María Antonia Ortíz Coloma. Era sargento
ma\-or de ejército en 1691.
Zegarra Ruelas Marmolejo D. Juan —Limeño.
En esti ciuJad casó con Leandra la Cueva Olesi de cu-
yo enlace tuvo¡a Mariana Teresa en 2 de febrero de
1694, María Teresa Ignacia en 16 de febrero de 1696,
Antonio Modesto en 13 de junio de 1698. Era alguacil
mayor del santo oficio en 1694, comisario general en
1698.
Zegarra D. Isidro.— Nació en La Paz el 11 de
mayo de 1761: hijo de Pedro Ignacio Zegarra Ulloa y
Águeda Jáurigue. Estudió ^n la Universidad de Chu-
Departamento de LaPaz 8oq

quisaca hasta obtener el grado de bachiller, a la noticia


de la muerte de su padre dejó sus estudios. En 1795
vivía en la casa de Clemente Tapia, calle Meja^üira,
barrio Morcilleria, donde también habitaba el doctor
Catacora, del que era amigo y muy especialmente de
Murillo. Casó con Lorenza Machicao, en quien tu\'0 a

Pedro Francisco en ló de septiembre de 1785.


Revolucionario desde ios primeros momentos, fra-
casada la revolución del Cuz:o en 1805, denunciados
los paceños comprometidos, fueron capturados muchos
en la ciudad. Zegarra era capitán de la tercera com-
pañía del batallón. En la noche de la captura de los

comprometidos, Murillo había pasado en su casa, del

que era abogado y consultor jurídico. En la casa ins-


piraron temores algunas mujeres en el ánimo de Muri-
llo, el que al día siguiente se declaró en detención.
Consumada la revolución de julio, fue nombrado capi-

tán de la segunda compañía de Granaderos, teniendo


por teniente a Sebastián Aparicio, y subteniente a Ma-
riano Cárdenas. Estuvo en el campamento de Tialuia-
nacu, con cuyo destacamento regresó a contener la

contrarrevolución fraguada por Yanguas; se opuso en la

casa de Indaburu a la entrega de armas a Goyoneche:


aprisionó a Murillo cuando le consideró que obraba de
acuerdo con los realistas. Fracasada la revolución fue
aprisionado, en el juicio que se le siguió se defendió con

tal energía, que confundió a los cargos que se le hacía

con lógica abrumadora; desde el día 22 de septiembre


en que fue capturado sufrió toda clase de hostilidades.
Se le condenó a ó años de presidio en las islas Malvi-
nas, con confiscación de sus bienes. El 7 de marzo sa-
líacamino del destierro, que sobre-
más la revolución
vino en Buenos Aires le libró de los calabozos, conti-

nuó viaje hasta Buenos Aires, permaneciendo en la Ar-


io?
8i o Diccionario Histórico DEL

gentina hasta después de la v^ictoria de Ayacucho, en


que regresó al país. Murió el 5 de noviembre de 1831.
Zegarra Guzmán D. Prancisco.— Natural de Cha
chajpoyas: hijo del general Antonio Zegarra y Catalina
Guzmán. Habiendo sido asesinado el corregidor Cañe-
do por el populacho, el Virrey^ le nombró corregidor iiv-

terino de La Paz, de cuyo destino se hizo cargo en mar-


zo de 16Ó2, cesando en sus funciones en 1664.
Zegarra Guzmán D. Jeiónimo.— Natural di? Tru
hijo de Juan Zegarra Guzmán y Jacoba Enrique?
jillo:

Hurtado. En esta ciudad contrajo matriíiionio^.,con


Constanza Gerarda del Río^viuda de Antonio de Argan-
dona, de cuyo enlace tLiyq a Jacoba María en 28 de
abril de 1722, María del Carmen en 16 de julio de 1725,
lievó a la pila el obispo de Arequipa Juan Cabero Tole-
do, le i^autizó > confirmó el obispo de La Püz Alejo
Fernánd-i-z Rojas Acebedo. Aiiibos obispos bajaron des-

de el palacio episjopal hasta la catedral re\'estiJüs de


pontifical, acompañados de los des cabildos y se relia-

ron a vuelo toda? ¡as ca¡r:panas. Siendo la adulación a


los hombres del poder igual en todos los tiempos. El

re\- Felipe \ le nombró corregidor de La Paz^ tomó po-


sesión de su destino el i ? de enero de 1722, dejó el

puesto en 20 de enero de 1727.


Sería hombre de bastante influjo en la península
pvjique era mu\' lico, y taUez dadivoso con el sobera-
no como el Virrey Morcillo, lo cierto es que, obtuvo por
spgunda \'ez el correginuciitó de La Paz,' tomó posesión
el9 de marzo de 1743. Construyó el puente Ayacu-
cho en 1745 dejó el puesto en 1747. Hizo su testamen-
to cT 21 de enero de 1747 y falleció en 23 de eriero del
mismo ano. . ^
'

Zua/:o D. Hipólito.— Hste español fue casado con


Lina Tapia en quien tuvo a Ramón en 21 de agosto de
1789. Ramón fue niembro de los "Hermanos de la Ca-
Departamento d e La Paz 8ii

riJad" que los chapetones formaron, no sabemos si con


buenas intenciones, o bien perversas; los que el día de
la ejecución de los protomártires, ''andaban con cliaro-
ias, con biscochos, rosquetes y copas de vino ofrecien-
do a los reos para ver si querían tomar".

Muy tarde se organizaron las sociedades como "la

de Socorros Mutuos de San José, la de San Vicente,


.que prestaron a sus asociados positivos bienes.

La de «Obreros de la Cruz», bastante seria, que


ha construido una hermosa casa, en la que mantiene
una escuela de instrucción primaria, la de Obreros «E
Porvenir> )' otras.

Zuazo D. Juan Pederico.— Nació el 8 de febrero


de 1825 en su fin-
ca Checta, cerca
de Achacachi. Ccn-
cluiJos sus estudios
se recibió ae abo-
líido el 20 de junio
de j8j;6. Desem-
p. ñó los si^íLientes
put^>tos; Juez de
pitido en 84 7, 1

dt fensor de pobres
en 1848, secretario
de cámara en iS^^g,
reh.tor, sensor. juez
d- letras de Sica -
s i V- a, Omasu)os,
Miiñ cas )' la Ciu-
dad, ministro de la
Co:te de Laz Paz,
munícipe de 1875 ^
1879, diputado a los
conareíos de 1854
v 1855, a l^s Cons
Doctor Juan Federico : uazo tituyentes de 1868

y 1878, prefecto de La Paz en 1886. Electo segundo


8i2 Diccionario Histórico del

Vicepresidente de la República en 1892. Falleció antes


de tomar posesión el 5 de iiir>io de 1892.

Zuazo D rederico.— Nació en La Pdz el 8 de febre


'

_J ro de 1857.
'
Hijodei Dr
¡

I
,
Juan Pede-
I
rico Zi;nzo
)'María Ca
;
lar.mana.
Hizo sus
1 estudios e:".

el Colecrio
^ \

i
Ayacucho,
I
recibiendo
el grado de
doctor e n
1887. üíi-
\
cial prime-
ro Mi
d^l
nisterio de
G o bi er no
en la admi-
nistrac i ó n
Daza. S e
encaminó a
1 a guerra
del Pacífico
en el regi
miento Mu-
Doctor Federico Zuazo
rillo, sien-
dü llamado al Estado Mayor.
Munícipe en 1881, 1884
y 1886, Diputado por Caupolicán al Congreso de 1884,
Diputado por Puerto Pérez al Congreso de 1888 nue-
vamente por el mismo distrito en 1892, Encargado de
Negocios ante el gobierno de Bélgica en 1890, ante la

Corte de España en 1896, Senador por el Departamen^


to de La Paz en 1896, Gobernador Federal de La -Paz
durante la revolución. Periodista fundador de El Dia-
rio, La Tribuna. Murió el 18 de diciembre de 1899.
-

_^ Departamento dé La Paz 813

Su hermano Ezequiel, abogado, diputado nacional,


actualmente Presidente del Concejo Municipal de La
Paz.

La Paz de Ayacucho, capital del departamento de


su nombre, está situada a los 16? 35' de latitud aus-
tral y 71 ? 16' de longitud occidental del meridiano de
París, a !a altura de 12,393 P'^s sobre el nivel del mar.
Ciudad sana, con enfermedades muy conocidas;
sin temblores, ni otras plagas que azotan a muchas
poblaciones.
Cuantos han pisado su suelo, se han encariñado
a la "perla incrustada en la cencha de ios Andes y me-
cida por el magestuoso llümani".

Í^IIST

- ——
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Nicolás Acosta.
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Santa Cruz, por José L. Calderón.
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MAY 1 7 1995
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