Credo Presentacin
Credo Presentacin
Credo Presentacin
Esmé Thompson
El Credo
Fco. Javier Cremades Fernández
0. EXHORTACIÓN
El Credo. 2
1. INTRODUCCIÓN
El Credo. Creer. 3
1. INTRODUCCIÓN
El Credo. Definición. 4
1. INTRODUCCIÓN
El Credo. Definición. 5
1. INTRODUCCIÓN
El Credo. Contenido. 6
2. LOS SÍMBOLOS DE LA FE
El Credo. Símbolo. 7
2. LOS SÍMBOLOS DE LA FE
El Credo. 11
(Rufino de Aquileya)
Artículo 3: “…que fue concebido por obra y gracia del Espíritu santo, nació de Santa María
Virgen…”
• Se dice que “fue concebido” y que “nació”, los verbos que describen al hombre. Es decir se
encarnó, vino al mundo como venimos los hombres (hasta en eso se hizo igual a nosotros).
• Jesucristo es hombre porque ha sido enviado, lo ha elegido, nosotros no.
• La común-unión entre dos seres no es posible
si no son de la misma naturaleza.
• Jesús es el hombre en plenitud porque es Dios.
Cuanto más de Dios seamos mejores hombres
seremos.
• La humanidad de Cristo, muestra de la dignidad
de la condición y singularidad humanas. Por ello
esta naturaleza ha de considerarse sagrada e
inviolable.
Artículo 5: “…descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos…”
La Gloria. Tiziano
El Credo de los Apóstoles. Creo en Jesucristo. 24
3.2. SEGUNDA PARTE
• Cristo esta objetivamente presente en su Iglesia por el poder del Espíritu Santo. En la
Eucaristía y el resto de sacramentos, en su Palabra leída en comunidad…
• La Iglesia es Santa en sí misma: no se le pueden imputar nuestros pecados personales.
• La Iglesia depositaria de la tradición.
• Católica: del griego katà olón (según la totalidad). En doble sentido: porque posee la plenitud
de los medios de Salvación por la presencia plena de Cristo; y porque ha sido enviada a todos
los hombres.
• “Ser hombre” equivale a “no ser Dios”. Ser pecador equivale a ponerse en contra de Dios.
• El pecado posee una triple dimensión: rechazo
de Dios, dimensión religiosa; rechazo de los
demás, dimensión social y eclesial; y rechazo
de uno mismo, dimensión personal.
• “No hay nadie tan perverso y tan culpable que
no deba esperar con confianza su perdón
siempre que su arrepentimiento sea sincero.”
(Catecismo romano, 1, 11, 5)
• Las dos fases de la vida: presencia en la tierra, desde que nacemos y hasta que morimos; y
posterior a la muerte, en un primer momento sobrevive nuestra alma, hasta el final de los
tiempos en que resucitará nuestro cuerpo. No sobrevivimos reencarnados, sino que somos el
mismo en las dos fases.
• La resurrección: fruto de la pertenencia al cuerpo de Cristo.
• Carne: ser en el cuerpo, en el mundo
y en relación con los demás. La
plenitud de la Resurrección lo implica
todo (hombres, fraternidad, universo).
• Hemos sido creados para vivir eternamente con Dios y por ello, nuestro destino es el cielo.
Dios no ha inventado la muerte, sino que esta es consecuencia del pecado:
«Es verdad que la muerte no formaba parte de nuestra naturaleza, sino que se introdujo en
ella; Dios no instituyó la muerte desde el principio, sino que
nos la dio como remedio.»
(San Ambrosio, De excessu Fratis sui Satyri)