Tuberculosis Congénita

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TUBERCULOSIS CONGÉNITA

La Tuberculosis congénita es una enfermedad de baja ocurrencia, pero con alta


morbimortalidad resultado de una infección por Mycobacterium tuberculosis, ya sea
durante la vida intrauterina, o antes de completar el paso por el canal del parto
Para considerar una tuberculosis del RN como congénita debe existir uno de los
siguientes criterios:
- Lesiones tuberculosas en la primera semana de vida.
- Complejo primario hepático o granulomas hepáticos caseificantes
- Tuberculosis del tracto genital materno.
- Descartar la posibilidad de transmisión postnatal de tuberculosis con búsqueda
del posible caso índice entre las personas del entorno.
El Mycobacterium tuberculosis puede transmitirse:
- Verticalmente al feto vía transplacentaria en madres con tuberculosis
endometrial o con infección placentaria miliar,
- intraparto por aspiración, ingestión o contacto directo, pero la transmisión por
estas vías es rara, y es más habitual la adquisición postnatal por inhalación.

Cuadro clínico

Se pueden presentar al nacer, aunque por lo general suelen iniciarse en el primer mes
de vida (media de 2-4 semanas) en forma de fiebre, dificultad respiratoria,
hepatoesplenomegalia, letargia, irritabilidad, lesiones cutáneas, retraso del crecimiento,
exudado otico, ictericia, convulsiones y distensión abdominal. (1)

Diagnóstico:
Se basa en los factores de riesgo materno y el estudio histológico y bacteriológico de la
placenta. Se debe sospechar en las siguientes circunstancias:
- Aparición durante el periodo neonatal de una neumonía de evolución tórpida con
deterioro del cuadro clínico y radiológico, a pesar de antibioterapia de amplio
espectro.
- Si la madre ha sido diagnosticada de tuberculosis en el pasado o durante el
embarazo.
- Cuando existe una linfocitosis en LCR con hipoglucorraquia e
hiperproteinorraquia o focalidad neurológica de causa no aclarada,
especialmente con parálisis de pares craneales. en ausencia de un patógeno
bacteriano identificado en el cultivo.
- Hepatoesplenomegalia, lesiones focales hepatoesplénicas, distensión
abdominal, adenopatías, ascitis de etiología no filiada.
- Sepsis con cultivos negativos y evolución desfavorable a pesar de tratamiento
antibiótico.
- Sintomatología inespecífica prolongada y de causa no aclarada (tos pertussoide
dificultad respiratoria progresiva, otorrea persistente, ictericia, pausas de apnea,
letargia o irritabilidad, estancamiento ponderal, rechazo de tomas),
especialmente asociada a febrícula o fiebre persistente, leucocitosis con
desviación izquierda y aumento de reactantes de fase aguda (2)

En el recién nacido se recomienda realizar

 Prueba de la tuberculina (PT) (hasta en un 80% de los casos puede ser negativa por
falta de respuesta a esta edad)

 Determinación de Interferon gamma (IGRAs): QuantiFERON-TB Gold In Tube (QF)


(la menor producción de interferón en respuesta a estímulos antigénicos en el recién
nacido conduce a un alto número de resultados indeterminados).

 Hemograma y bioquímica con función hepática y PCR. (Son frecuentes la leucocitosis,


neutrofilia, anemia, trombopenia, aumento de transaminasas y elevación de PCR)

 3 aspirados gástricos o aspirado traqueal (en niños intubados) en días consecutivos


para realizar baciloscopia, cultivo y PCR a M. tuberculosis

 Estudio del LCR: bioquímica, citoquimia ADA, cultivo para micobacterias y PCR M.
tuberculosis

 Ecografía cerebral (ventriculomegalia, engrosamiento y calcificaciones meníngeas,


tuberculomas e infartos). Se debe valorar asi mismo la realización de una RM cerebral.

 Ecografía abdominal (hepatoesplenomegalia, adenopatías mesentéricas, lesiones


focales múltiples en hígado y bazo y ascitis) (3)

 Radiografía de tórax (TC pulmonar si dudas diagnósticas)


Son criterios de TBC congénita:
- El aislamiento de Mycobacterium tuberculosis en algún cultivo de lesiones
tuberculosas en la primera semana de vida del RN
- La demostración de complejo primario hepático
- Hallazgos histopatológicos compatibles con TBC extrahepática. También puede
tipificarse la bacteria por PCR, ADN y radioinmunoensayo.
- Confirmación de TBC en la placenta o en genitales maternos (2)

Tratamiento:
El RN deberá separarse de la madre hasta que ésta no sea contagiosa. Si no existen
signos de infección en el niño, éste recibirá profilaxis con isoniacida durante 3 meses y
entonces será reevaluado con un nuevo PPD y radiografía, si son negativos y el niño
está asintomático se finalizará el tratamiento. Se hará un nuevo control de PPD y
radiografía a los 6 meses.
Si existe algún signo clínico o analítico de infección deberá iniciarse precozmente el
tratamiento con
- Isoniacida (10-15 mg/kg/día),
- Rifampicina 10-20 mg/kg/día y
- Pirazinamida (20-40 mg/kg/día).
Es aconsejable añadir estreptomicina 20-40 mg/kg/día o etambutol (15-25 mg/kg por
día) si hay signos de TBC miliar o meningitis o hasta completar el estudio. (3)
Los dos primeros fármacos se administrarán durante 6-9 meses y los dos últimos
durante los primeros 1-2 meses. Se añaden corticoides para reducir la inflamación en
caso de meningitis tuberculosa con la finalidad de disminuir la presión intracraneal o si
existe compresión traqueal.

Bibliografía
(1) Kliegman, R., Stanton. B. Nelson Tratado de Pediatria. Elsevier. 20° edicion
(2) Asociación Española de Pediatría. Protocolos de neonatología. Infecciones
Congenitas.2° edición.2008.
(3) Servicio de Neonatologia. Hospital Universitario Vall d’Hebron. Recién nacido hijo
de madre con tuberculosis (o en contacto con tuberculosis). Tuberculosis congénita.
2015

TUBERCULOSIS GANGLIONAR

Es la causa más frecuente de tuberculosis extra pulmonar. Se objetiva en más del 25


% de los casos de tuberculosis, siendo más frecuente en pacientes infectados por VIH.
Manifestaciones clínicas
Se sospecha TB ganglionar en un niño cuando presenta adenopatías de crecimiento
lento y progresivo, de predominio unilateral, hasta en un 75% de los casos, asociado a
los factores de riesgo. Sin embargo, se puede desarrollar afectación en más de una
cadena ganglionar. Inicialmente estas adenopatías son de consistencia dura, indoloras
y no eritematosas, para luego supurar espontáneamente hasta necrosarse y convertirse
en una escrófula, lesión caracterizada por una fistula entre el ganglio y la piel con salida
de líquido caseoso purulento.(1)
La afectación mediastínica suele ir asociada a afectación pulmonar (18-42%). El
crecimiento ganglionar en esta localización puede producir síntomas de compresión de
estructuras vecinas como obstrucción traqueal, bronquial o esofágica
En orden de frecuencia, los ganglios cervicales son los más comúnmente afectados
seguidos de otras cadenas ganglionares como los axilares, intramamarios,
intrabdominales e inguinales
Diagnóstico:
a través de una historia clínica completa y la sospecha de la enfermedad, ya que solo
en el 86,7% de los casos se presenta una PPD positiva, siendo esta prueba poco
específica.
la baciloscopia para la búsqueda de bacilos. Se puede aislar la micobacteria por cultivo,
sin embargo, por su baja sensibilidad, su resultado negativo no excluye el diagnóstico.
La ecografía permite localizar las adenopatías, especificando su tamaño, forma,
ecogenicidad y vascularidad. (2)
La biopsia quirúrgica excisional es de gran utilidad, pero no en todos los casos es posible
obtener la muestra del ganglio más representativo. Actualmente los métodos más
eficaces son la citología por aspiración con aguja fina (PAAF), y la reacción en cadena
de polimerasa

Tratamiento:
El tratamiento incluye fármacos bactericidas y bacteriostáticos. Una fase intensiva de 10
semanas con Isoniazida (H), Rifampicina (R), Pirazinamida (Z) y Etambutol (E);
adicionalmente una de sostén en donde se utilizan HR durante 20 a 24 semanas.(3)
Primera fase
- Rifampicina (R) 10 mg/kg/día
- Pirazinamida (Z) 30 mg/kg/día
- Isoniazida (H) 5 – 10 mg/kg/día
- Estreptomicina 20 mg/kg/día o Etambutol15 mg/ kg/día
Segunda fase
- Isoniazida (H) 15 mg/kg/día
- Rifampicina (R) 10 – 15 mg/kg/día

Bibliografía
(1) Tovar, M., Tang , A., Concha, N. Tuberculosis extrapulmonar en pediatría: un reto
diagnóstico. MÉDICAS UIS. Enero. 2013.
(2) Kliegman, R., Stanton. B. Nelson Tratado de Pediatria. Elsevier. 20° edicion
(3) Niederbacher, J. TUBERCULOSIS EXTRAPULMONAR EN NIÑOS. Asociación
Colombiana de Neumología Pediátrica. 2015

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