Marcada Gemo8
Marcada Gemo8
Marcada Gemo8
Marcada
**1
“Corre, corre vamos un poco más, por dios pero ¿dónde cojones está la patrulla?, me
cago en el puto niñato y me cago en el paquete de tabaco que me casco to los días,
aghhh, agh...”
La persecución por las calles de aquel pueblo costero continuó unos minutos más, al
final del último callejón, apareció un coche patrulla interceptando el paso a aquel
niñato, que había tenido a la sargento corriendo tras él durante veinte minutos
Agente 2: Cuantas veces te tengo que decir que cuando nos veas no eches a correr ¿eh?
Si al final siempre te pillamos imbé... A sus órdenes mi Sargento, ya tenemos al pájaro,
es uno de los frecuentes, poca cosa llevaría se lo digo yo
Sargento: Como en tu puta vida te vuelva yo a gritar que te pares y no lo hagas, te vas a
pasar la vida corriendo
1
En verde se indica el pensamiento de Esther y en rosa el de Maca
Marcada 2
Ambos agentes ya con el detenido dentro del vehículo se miraban y hacían señas con los
ojos
Mientras la sargento trasmitía ese mensaje otro coche patrulla se acercaba al lugar,
bajándose los agentes y acercándose a la sargento
Agente 3: Mi sargento tenemos la bolsa que tiró en los arbustos, a simple vista parece
unos gramillos de coca, pero llevaba varias bolsitas de plástico ¡eh!... ya sabe
Sargento: Y para eso ¿cuánto tiempo habéis necesitado?
Agente 3: Eh puessss, es que hay mucho tráfico y...
Se dirigía al último coche patrulla en llegar y finalmente los dos vehículos emprendían
el camino hacia el Cuartel
“si es que no puede ser joder, la mala suerte que tengo, mi día libre y donde voy ¿eh?
¿dónde? al cuartel, por dios, si llevo ahí metida toda la vida joder”
Raúl se iba a por lo pedido y ella entraba en la sala de cacheos, donde el chaval había
decidido sentarse en la única silla que había, ella se apoyaba en la pared de enfrente con
su pierna, sacaba un cigarro llevándoselo a los labios sin perder de vista al chaval
“te vas a cagar chaval, tu cooperas como que me llamo Esther García Paredes, según
quien escriba el capítulo claro”
Caminaba por el pasillo del edifico central del cuartel, un largo pasillo que finalizaba en
el despacho del Teniente y dejaba a ambos lados las oficinas de los distintos grupos en
que se dividía el mismo.
Saludaba a los distintos agentes y abogados de oficio que se iba encontrando en su lento
caminar, su mente era en esos momentos un torbellino de ideas sobre cómo salirse con
la suya y conseguir ese caso para su grupo. Dios que difícil se le hacía a veces verse en
esa nueva situación, después de años en el servicio de información
Desde los dieciséis años en el Cuerpo, dos años interna en el colegio de huérfanos de
allí al norte, hija de Guardia Civil, criada en Casas-Cuarteles y su último destino ese
pequeño pueblo costero que en verano se convertía en una gran ciudad
“yo se lo suelto así como si nada y luego ya veremos, pss a ver como convenzo al peazo
mendrugo pan éste”
Después de tocar dos veces a la puerta, la voz del Teniente le daba paso
V: ¿El chichi pa farolillos? Jajaja aysss perdona siempre lo he querido decir jajajaja
E: ¿Vas a seguir mucho rato?
V: No perdona, hasta la siguiente evaluación y dependiendo del resultado de la misma
no hay permiso para ti (ante la expresión que adquiría el rostro de Esther proseguía) ya
ya no te me estreses, creen que es pronto y no me mires así, no fui yo quien la cagó en
la última
E: Joder, sabes que fue para la operación y además fue solo algún canuto y... joder, dios
si no fuera por... me piraría y que le diesen al tribunal, al cuerpo y a la madre...
V: Relax que te embalas, si estás limpia no tendrás problemas, ya lo sabes... ¿por qué a
la terapia vas no?
E: Que remedio, de todas maneras no te creas que no voy a consultar con la asociación
todo esto ¡eh! que fuerte sin vacaciones... já panda de...
V: Bueno va, ¿a qué venías?
E: Voy a abrir una operación, cuando tenga todo cuadrado te daré los detalles
V: Oca, pero ojo nada de jugaditas, si es mucho bacalao ya sabes quién tiene que ser el
pescadero
E: Por supuesto claro cuando lo tenga todo atadito se lo paso a tu adorado Javier ¿no?
V: No fui yo, haces que me repita, quien decidió no formar parte de la judicial siéndolo
E: Aghhhh en fin, ya te diré, ahora voy a ver si como algo, el día va a ser larguillo
V: Por cierto, esta semana está de guardia el tres. Y ya sabes quien empieza hoy en él,
quiere conocer a los jefes de áreas, así que, ahora tú y yo nos vamos para allá y nos
presentamos
E: No me jodas, tú ya la conoces y yo pues puedo ir mañana oh...
V: Negativo vamos ya, así te lo quitas de encima, ¿total de vista ya la conoces no?
Además está Mariano todavía con ella, jajaja me ha llamado escandalizado hace un rato,
no soporta las maneras de la nueva escuela, como lo vamos a echar en falta, ¿verdad?
E: Y tanto, total que era verdad lo que contaban de ella en instancia ¿¿no? Una borde de
cuidao
V: Pues eso parece, pero no seré yo quien hable de bordería, a veces es la única forma
de que todo salga bien. Pero esta me está ganando en unas horillas ya le han puesto
mote
E: ¿Si? ¿Cuál?
V: La vinagre (al ver la cara de desconcierto de Esther aclaraba) Estás espesa hoy,
Wilson, vino, agrio, ¿lo pillas?
E: Jajaja ayss, ya ves tú
V: Ahora en serio no creo que tengamos problemas con ella, tiene sus manías en
horarios y bueno Eva ya se me ha quejado que ha devuelto varios atestados por falta de
gestiones, y te diré una cosa tiene razón joder, la decano y Mariano nos tienen mal
acostumbrados
E: Ptsss en cuanto lleve unos meses en instrucción se le quitarán las tonterías
V: No sé yo, pero bueno vamos a verla y después me invitas a una birra
E: Sí, tú tranquilo ¡eh!, no vaya a ser que se te estropeé la cartera al sacarla
“mare mía, mare mía que la voy a conocer (se tocaba la nalga derecha) cachis en la mar
estoy acumulando tics, pero bueno a lo importante que llevo no sé cuantos meses...
¿cinco? ¿seis? Psss no sé, mucho tiempo, que no ha habido forma de que me la
presentaran, echando el pity a la misma hora para verla pasar y ahora... la voy a tener a
mano je je je, ayss que duro es ser lesbianilla a veces, sobre todo si te pierden las
heteros en fin”
Marcada 5
Por caprichos urbanísticos, el edificio que albergaba las distintas sedes judiciales, se
encontraba casi pared con pared con el cuartel, era el siguiente número en la calle
Este hecho simplificaba bastante los trámites entre los juzgados, tres juzgados de
instrucción, otros tantos de instancia y un juzgado de lo penal, y la guardia civil.
Incluso, cuando escaseaban los vehículos aptos para el servicio, se presentaban a los
detenidos en el juzgado que tocase a pie
Pero como contras, tenía que sus señorías podían a golpe de teléfono y personalmente
involucrarse y controlar los operativos más insistentemente. Solo asomándose al
ventanal controlaban el patio de la Casa Cuartel
Causa por la que Esther conocía a la nueva juez, ésta llevaba en instancia alrededor de
seis meses y ahora sustituía en el instrucción tres a Don Mariano quien a sus sesenta y
largos años se jubilaba
Habían coincidió en varias ocasiones en alguna cafetería, la jueza solía desayunar con
una de las forenses judiciales más queridas por Esther, Cruz, mujer del Teniente
Vilches, en los juzgados, incluso en el pabellón, cuando la jueza había acudido al
domicilio de Vilches, pero nunca antes se habían o les habían presentado
Así Esther sabía que la jueza había llegado de Madrid, que tenía pareja y que había
elegido esos juzgados para estar cerca de sus padres Los Wilson, Pedro Wilson padecía
algún problema de salud y su hija prefería estar cerca de ellos, poco más
En esos pensamientos estaba la sargento cuando la voz del teniente a su lado le hacía
detener sus pasos y mirarlo
E: ¿Qué?
V: Nada de meter la pata, ni bravuconadas, ni de hacerte la listilla, ¿estamos?
E: Tranquilo jejeje tendré que dejar que se asiente primero, ¿no? Luego ya pues...
V: A ti definitivamente te va la marcha ¿no? Con ésta ten cuidado ¿vale? Estás en la
mirilla y lo sabes, otra reclamación y...
E: Ya ya, estate tranquilo
V: ¡Y dale!
E: Jajajaja vale hablaré lo justo, oye ¿crees que se acordará de lo de la procesión?
V: Para no acordarse, salió hasta en la prensa
E: Psss se fue de madre, tampoco fue para tanto, si no hubiera sido la Señora Rosario
Wilson nadie le hubiera dado importancia
V: Pero tú te crees que en plena procesión, con el paso del Cristo bajándolo de la cruz,
la pobre mujer llorando emocioná y de repente le aparece una guardia civil con su
Marcada 6
Conchi: Buenos días niña y buenos días Teniente, que raro verlo a usted por aquí,
aunque ya le tocaba solo faltabais vosotros
E: ¿Que tal con su señoría?
Conchi: Puesss más fama que otra cosa, a mí de momento me ha tratado con mucha
educación, se le nota la clase
E: Jum en fin, vamos al lío que tengo prisa
Conchi: Escucha una cosa te voy a decir, ésta es de libro así que ten cuidado ¡eh!
E: Estáis pesaditos hoy. Nos vemos Conchi
El Teniente, quien había entrado primero, dirigía su mirada primero a Don Mariano y a
continuación fijaba su vista en Macarena, emitiendo una sonrisa, tras él, la Sargento
quedaba paraba en su pose habitual, piernas separadas, brazo izquierdo extendido y
mano derecha en su costado izquierdo por debajo del brazo del mismo lado
Ambas quedaban mirándose, la magistrado ya en pie, vestida con falda clara y blusa
clara, adornadas por un cinturón ancho de igual color que los zapatos de tacón, la
sargento entonces reaccionaba y adelantaba un paso hacia el escritorio, tomaba la pose
de primer tiempo de saludo militar y extendía su mano hacia la magistrado
M: En realidad solo quería una primera toma de contacto, esta mañana vamos un poco
retrasados, conocer a los jefes de áreas, bueno algunos ya los conocía, me gustaría
reunirme más detenidamente más adelante, ahora mismo estoy tomando contacto con
todo esto, de nuevo claro y bueno ya saben los matices irán surgiendo conforme
vayamos trabajando (se dirigía entonces hacia la sargento) pero si ustedes tienen algo
que decir pues...
“si hasta el despacho parece diferente, jeje verás me veo viniendo todos los días, huy me
está hablando a mi” “a ver reacciona” “auch... será cabrón el codazo que me ha dado”
E: No pues que... ejem... como bien dice usted señoría se irá viendo, pero vamos con
que entienda lo cortos que vamos de personal y material pues... (Vilchez ponía los ojos
en blanco e intervenía cortando a la sargento)
V: Nada nuevo para su señoría imagino, no queremos retrasarles, si no ordenan nada
mas, nosotros nos vamos
Don Mariano: Sí que ordeno sí, Esther ¿cómo va mi despedida?
E: Don Mariano no soy yo quien la prepara pero conociendo a Eva seguro que es la
leche
Don Mariano: No espero menos, ya me dijo Claudia que era el viernes, tengo unas
ganas, te quiero ahí ¡eh!, nada de rollos que nos conocemos
E: No me la perdería por nada y ahora mejor nos...
La Sargento era interrumpida por dos toques en la puerta que anunciaban así la entrada
en el despacho de una quinta persona
E: Me retiro que tengo asuntos pendientes (se dirigía hacia Macarena) señoría
cualquiera cosa que necesite de mi puede llamar al corporativo o a la extensión de mi
área, que tengan buen día
Dicho esto se giraba hacia la puerta pasando delante del sargento jefe del equipo judicial
Todos los presentes quedaban en un silencio incomodo, todos menos Don Mariano
quien miraba al suelo negando y sonriendo
Una vez solos en el despacho, Maca continuaba mirando la puerta por la que habían
desaparecido los agentes, Don Mariano percibiendo el estado ensimismado de su
compañera, giró su cuerpo hacia el ventanal mirando por el mismo, justo al tiempo de
ver como Esther entraba en la Casa-Cuartel
Don Mariano: Cuando se supo que venía destinada esto fue un hervidero de rumores,
su caso era muy conocido entre los guardias, solo había visto alguna foto de ella en
algún periódico poco más y cuando entró aquí, con su metro sesenta y poco, el pelo
corto o mejor dicho trasquilado, tenis y jeans desgastados, no me lo podía creer, después
me di cuenta que pese a ser menuda es capaz de llenar cualquier espacio con su
presencia. En cierta forma puede incomodar
M: Quizás...
Don Mariano: ¿Me dejas darte un consejo?
M: Por supuesto
Don Mariano: No creas ni la mitad de lo que se habla de ella, no es la mejor en cuanto
a burocracia, eso es verdad, han sido demasiados años en anti-terrorismo y es normal
que no esté acostumbrada a tener que hacer una diligencia por cada cosa que hace, pero
cualquier cosa que necesites lo tendrás al momento
M: Le voy a ser sincera, esto de conocer tanto a los Agentes es nuevo para mí y saber
que la jefa de un área tan importante ha estado suspendida y que está aquí en destino
forzoso, es un poco...
Don Mariano: ¿Crees que en Madrid no los había? Pues igual que aquí, no soy yo
quien tiene que justificarla, pero te puedo asegurar que está limpia. Y de los rumores
tendrás que empezar a ignorarlos, porque igual que sabemos de ellos, ellos saben de
nosotros. Y prepárate cuando haya celebraciones conjuntas como la del viernes, al día
siguiente alguien de nosotros se habrá liado con alguno de ellos, aunque sea mentira, la
cuestión es hablar. De lo que yo he oído de Esther, solo hay algo que se aproxima a la
verdad je je (Maca se giraba y le miraba a los ojos, sonriéndole para después volver a
mirar por el ventanal encogiéndose de hombros) pero si yo tuviese su edad y sin pareja
como ella, también hablarían de mi, también. Pero bueno siempre es fácil criticar
alguien sin conocer la historia que lleva detrás. Confío en que no actuarás guiándote por
prejuicios
M: No lo he hecho nunca
Don Mariano: Bien, hora de ir a ver a la Decano y continuar con las presentaciones
La Sargento había citado a sus agentes para la mañana siguiente, era consciente de la
carga que llevaban y unas horas más de descanso no les vendría nada mal, más
pensando en las vigilancias que iniciarían a partir de la reunión
Marcada 9
Sin dejar de mirar como la Sargento apuraba su cigarro, cogía su teléfono móvil
marcando un número de memoria
deberíamos hablarlo por teléfono, en el procedimiento que está en espera de juicio iba
como infiltrada, luego pasó a víctima y después se abrió una investigación por posible
colaboración con banda armada. Te hablo de oídas, el caso entró cuando yo salía
M: ¿Colaboración?
Fernando: Renunció a la protección y bueno había rumores de que tenía algún
protector en la banda, pero creo que no se pudo demostrar, encima con todo este follón a
la tía le dio por irse de farras, tuvieron que retrasar su declaración como tres o cuatro
veces y bueno por lo que comentaban se aficionó a ciertas cosas, por eso el retiro, pero
si es la misma lo apañaron con la suspensión y sacándola del grupo. De todas maneras y
por lo que yo la traté la tía los tiene muy bien puestos y es una gran perdida en la lucha
M: Joder no me extraña entonces
Fernando: Tampoco te pases en cuanto admiración se refiere, es fácil ser héroe cuando
no respetas nada tu vida
Unas horas después, ya en el domicilio del teniente, charlaba en la cocina con Cruz,
mientras ésta última preparaba la cena que poco después degustarían
M: Cada vez que vengo aquí me recuerda a los antiguos patios de vecinos
C: Lo es, en realidad es como una gran familia conviviendo en diferentes pisos, pero no
te creas, lo es para lo bueno y para lo malo. A mí al principio no me gustaba, parece que
todo el mundo te puede controlar, ya sabes a quien traes a casa, con quien te vas, como
y cuando, vamos hasta cuando alguna vez discutía con Rodolfo lo hacía en voz baja.
Después te acostumbras y empiezas a verle el lado bueno, no tienes que cerrar la puerta,
si duermes sola te sientes protegida y si alguna vez me falta algo siempre hay a quien
pedírselo
M: Claro y como eres la mujer del jefe cualquiera se niega
C: Jajaja pues sí, oye alguna ventaja tiene que tener
M: ¿Quién vive al lado?
C: Esther, una suerte para poco por casa y no tiene niños. Bueno pues diez minutos más
y cenamos
M: Estupendo, aprovecho para hacer una llamada, salgo al balcón si no te importa
C: Mujer puedes hacerlo aquí, no hay problema
M: Náh así cotilleo un poco a tus vecinos
El pequeño balcón daba al patio interior de la casa cuartel, éste era de forma rectangular
cerrado por dos edificios uno enfrente del otro, la parte de atrás daba a un pequeño
jardín usado por los hijos de los guardias y donde se habían dispuestos varios columpios
y lugar de reunión en las noches calurosos que incitaban a largas charlas entre
compañeros y familiares
Se apoyó en la barandilla con el móvil en la mano, estaba abstraída con la mirada fija en
unas bicicletas de tamaño pequeño aparcadas justo enfrente cuando...
M: Ya, que tonta, perdone y en cuanto al regreso bien, en realidad digamos que es mi
hábitat
Maca se mantenía mirando a ambas de forma disimulada, pudiendo observar como Cruz
miraba a Esther con gesto enfadado y como esta de un salto pasaba al balcón ocupado
por ellas para a continuación colgarse de la barandilla, quedando con el cuerpo fuera del
balcón y muy próxima a Cruz, separándolas solo el espacio ocupado por la barandilla
E: Se te está pegando lo gruñón (decía con una sonrisa para a continuación soltarse y
llevar ambas manos al rostro de Cruz, ésta parecía querer recular sin conseguirlo,
momento en el que Esther le daba un beso que en principio iba dirigido a la mejilla pero
que acabó recibiendo Cruz en los labios respondiendo al mismo de una forma muy
natural) guapa no te enfades (con las manos aún en su rostro se giraba hacia Maca)
buenas noches señoría (dicho lo cual de un salto se descolgaba cayendo al patio)
V: Bueno chicas, os dejo mañana tengo que pegarme un buen madrugón, no rajéis
mucho de mi ¡eh! (dicho esto daba un pequeño beso a su mujer y se dirigía a la
habitación principal)
M: Bien, bueno hasta diría genial, la verdad es que nunca hemos sido muy pegajosos
y... (se quedaba en silencio)
C: Y... (daba pie a que continuase)
M: Hoy le he llamado para... bueno le he llamado y cuando nos hemos despedido me he
quedado con la sensación de que hacía mucho que no hablábamos (decía con la mirada
en el café) he tenido que mirar en el registro del móvil para confirmar que hacía 3 días
que no lo hacíamos (ya mirándola sonreía) el hablar digo
C: Ya (contestaba sonriendo) puede ser normal, los dos andáis muy ocupados y...
M: No sé, encima llevamos tres semanas sin vernos, pero bueno no me como la cabeza,
cuando estamos juntos nos va bien y ni siquiera discutimos, digamos que estamos
cómodos y ambos confiamos en el otro
C: Pero ¿tenéis planes de volver a vivir en la misma ciudad o...?
M: No lo hemos hablado, él está en la Audiencia Nacional y no creo que lo quiera dejar
y yo no me veo de nuevo en Madrid, aquí estoy muy cerca de mis padres, con amistades
de toda la vida y con nuevas ¡eh!, así que ahora mismo no me planteo otra cosa, ya se
irá viendo. Oye esto no viene a cuento pero, aquí es normal descolgarse del balcón ¿en
vez de usar las escaleras?
C: No hija, eso es exclusivo de ella, como otras cosas
M: Sé que eres su amiga y tal, pero debes reconocer que llama un poco la atención
C: (Cruz suspiraba y a continuación decía) Ya habrás oído los rumores y sí, sí que la
llama, a veces más de lo necesario si es que lo es en algún momento (guardaba silencio
como pensando en lo siguiente que iba a decir) no te vayas a creer todo lo que cuentan,
no lo ha tenido nada fácil, cualquier otro estaría disfrutando de sus 200 % de nomina,
retirada y... (nuevamente quedaba en silencio, no sabiendo como continuar)
M: Es muy importante para ti, ¿verdad?
C: Muchísimo, además es una historia muy personal, y ahora mismo estoy muy
enfadada con ella y todo lo que te dijese no iba a ir muy a su favor
M: Mujer es un primer piso y bajito además
C: Jajaja no es por eso, en resumen tiene que llevar una vida ordenada y ésta por no
ordenar ni da órdenes
M: Ah pero...
C: Bueno cambiemos de tema mejor, que te ha...
Ante este cambio y viendo que no iba a sacar más información, se apoderó de ella una
sensación de insatisfacción, al mismo tiempo, se daba cuenta que su curiosidad por la
sargento en vez de disminuir aumentaba
Llevaba un rato en la oficina, revisando denuncias realizadas en las calles que les había
marcado el “niñato”, efectivamente por esas calles en el último trimestre habían
aumentado las denuncias, conocía las zona pero necesitaba un plano más preciso y
sobretodo la ubicación de todos los negocios abiertos en esa zona, definitivamente tenía
que aprovechar la noche para desplazarse a ellas y sacar fotografías aprovechando el
poco tráfico que ofrecía la media noche, además de tener una primera visión de que tipo
de gente se movía por ahí en la noche, con suerte encontraría alguna prostituta de las
conocidas
“cago en, todavía no han arreglado la cámara, si es que no puede ser joder, eah me
tendré apañar con el móvil y a ver si saco tiempo y le echo un vistazo, lo mismo es una
chorrada, no mejor no, que la última la tuve que pagar”
Marcada 13
Con todo ese entramado en su cabeza decidió salir a fumar al patio. Cuando ya estaba
en el fijó su vista en la barrera principal del acuartelamiento, allí un compañero parecía
discutir con una mujer que a simple vista le resultaba familiar. Se dirigió hacia la
barrera a paso lento aprovechando la oscuridad para aproximarse sin ser vista y poder
oír lo que allí se discutía. Justo en esos momentos...
-: Mi sargento (paró sus pasos y volvió su cabeza hacia el lugar del que provenía la voz)
es la loca de los pitufos
E: La acabo de reconocer, ¿el de barrera es nuevo?
-: Sí (disimulaba la risa)
E: Vale, ¿ya os habéis divertido bastante no?
-: Eh sí claro, ya sabe hay que aprovechar estas oportunidades para curtir a los nuevos
E: Sois la hostia macho (murmuraba mientras continuaba su camino hacia la barrera,
desde donde ya escuchaba la voz de su compañero y de la mujer)
Agente: A ver señora, que le estoy diciendo que esto no es una comisaría y que aquí no
hay inspectoras
Señora: Y yo le digo que si que hay una, que además lleva mi caso, parece muy joven
usted, ¿es nuevo verdad? Claro por eso no me conoce, pero vamos a ver muchachillo...
Agente: No me llame así
Señora: Como quieras cariño, pero me tienes que ayudar
E: ¿Dolores?
Dolores: Ay que alegría verte, este compañero tuyo que decía que no existías ains,
escucha han vuelto, tengo la casa invadida (decía temblándole la voz y agarrándose al
brazo derecho de la sargento) vinieron esta tarde y esta vez quieren más... han
intentado...
E: Vale tranquila (abrazaba a la mujer tratando de calmarla)
Agente: Lo siento mi sargento, estaba muy nerviosa y solo preguntaba por una
inspectora
E: Tranquilo, a ver Dolores nos vamos a sentar y me cuenta todo
“ay dios mío que esta vez viene peor, jesús como no voy a estar medio pirá, si entre
unas cosas y otras...”
D: Si para eso he venido, a ver esta vez son verdes igual de pequeñitos, entraron por la
cocina sabes y yo estaba echada en el sillón, con la novela, ¿la ve?
E: Eh no, no la veo
Dolores: Pues está muy bonita ¡eh!, un día si quieres te la cuento de que va o mejor te
vienes para casa y la ves conmigo, bueno el caso es que uno me toco la pierna y...
cuando pude levantarme había miles de hombrecillos, como pude salí de casa y he
estado en la iglesia hasta que han cerrado y ya pues me acordé de lo que me dijiste de
que si volvían viniese a buscarte (terminaba de decir toda compungida)
Ante la conversación que ambas estaban manteniendo el agente de barrera no podía salir
de su asombro, viendo como ahora la sargento le preguntaba por el aspecto de los
Marcada 14
hombrecillos y como anotaba en una pequeña libreta los datos que la señora le iba
dando
Agente: Que fuerte que fuerte, vamos me lo cuentan y no me lo creo (murmuraba para
él y a continuación fingía, cumpliendo la orden, retransmitir el aviso)
E: Bueno pues ya viene Cris a por ti (decía mientras guardaba su teléfono móvil) tiene
que portarse bien con ella, ¿vale? Mejor con ella que con los hombrecillos esos
¿verdad?
Dolores: Preferiría quedarme aquí contigo, pero bueno
Así se las encontraba la jueza cuando se dirigía hacia la salida del Cuartel a la espera de
que la recogiese el taxi que minutos antes había solicitado
M: Buenas noches
Agente: Buenas señoría
Ante este término Dolores pegaba un codazo a Esther quien no había dejado de mirar a
Maca desde su aparición
Ante su titubeo Dolores se quedaba mirándola con gesto concentrado y Esther temiendo
la siguiente reacción de la señora, conociendo sus problemas psicológicos, se disponía a
interceder cuando
“ale ya me ha mandado deberes, como era eso de jum te vas dejando mi... psss no me
acuerdo, pero había uno del Benedetti ese, como era ah tus manos son mi caricia... mis
acordes cotidianos... jum... te quiero porque tus manos... trabajan por la justicia o algo
así, pues vaya churro, me pega por lo de la justicia pero... como era ese tan famoso... me
gustas cuando estás callá, no así no era, me gustas cuando callas porque..., yo que sé, lo
mío es leer derechos jaja, menos mal que Cris no lee el pensamiento o me lleva a mi
también. Y ahora a ver si pillo algo caliente donde Teresa porque hasta que le quieran
dar algo en el Hospital...”
E: Señoría
La jueza levantaba la vista y por primera vez veía a la sargento con el uniforme, tardaba
unos segundo en contestar
Ante la contestación seca de la sargento ambas quedaban mirándose con gesto retante,
en esos instantes y pese al enfado la Jueza pudo advertir en el otro rostro unas
tremendas ojeras, además de ver como la sargento en pie, se llevaba la mano derecha a
su costado izquierdo con mal disimulado gesto de dolor, pero su enfado podía más y
terminaba por decir
“ni se te ocurra bostezar que te acaba de echar la bronca... que bonita es... todavía más
enfadada... no quiero ni pensar en la carita que tendrá cuando... espabila que va a creer
que estas peor de lo que dicen”
Mientras tanto dos plantas más arriba la jueza solicitaba a una de sus funcionarios que
llamase al cuartel para que subieran al detenido de la noche por atentado contra agente
de la autoridad
C: Bueno no parece que haya alterado la fijación de la placa, también es casualidad que
te haya dado la patada justo ahí (la sargento no parecía escucharla) ey ¿estás bien?
E: Eh, sí es solo que...
C: Tienes unas ojeras espantosas, ¿estás durmiendo bien?
E: Um... no lo consigo Cruz... joder estoy haciéndolo todo según la terapeuta pero... no
lo logro, solo con las pastillas pero... estoy en mitad de una operación y cuando me las
tomo pues sí, claro duermo... pero después me encuentro aplomada y me cuesta hilar
ideas y bueno no sé...
C: Sabes de sobra que es un proceso lento, pero vas muy bien, ¿por qué lo otro sí que
está controlado no?
E: Sí, ni siquiera tengo impulsos... ganas si ¡eh! que no veas lo que me ha costado ver la
diferencia
C: Es normal, un fumador deja de fumar y no es necesario en su vida que lo haga, pero
lo tuyo es como un enfermo que padece trastornos alimenticios comer tiene que comer,
es una necesidad y se lo pide el cuerpo, no el de la guardia civil claro
E: Ja ja tamos graciosilla hoy, ¿no?
C: Lo justo, bueno a ver solo ha sido un hematoma, parece que no ha tocado la placa
que te pusieron, te tomas lo que te dijo y te voy a traer una pomada que viene muy bien
para el pedazo morado que llevas. Con la dichosa mudanza tenemos que estar yendo de
una sala a otra, no te vistas que ya te pongo una poca aquí mismo, en seguida vuelvo
E: Vale
Marcada 18
Instantes después de que se marchase Cruz, la sargento veía como la puerta se semiabría
y una cabeza conocida asomaba
M: Uff que mala pinta tiene esto, a ver (decía mientras con su mano izquierda apartaba
la de Esther) ¿esto también ha sido del golpe?
La sargento no sabiendo a que se refería intentaba mirar hacia donde lo hacía Maca
E: No, eso es una cicatriz por otra cosa (dicho lo cual Maca levantaba la vista y clavaba
sus ojos en los de Esther)
E: Mejor no (nuevamente quedaban mirándose pero por primera vez no solo sus ojos
quedaban enganchados, sin no que también quedaban unidas sus manos)
Ninguna había escuchado la puerta abrirse, ni los tacones de Cruz pisar el parqué de la
sala, solo fueron conscientes de que no estaban solas cuando escucharon su voz,
soltándose al momento
M: Eh... bueno... no... que... ejem nada, que faltaban los informes y ya que pasaba por
aquí pensé en subirlos
C: Ah, déjame decirte que pocos de los tuyos pasan por aquí
M: Ya (sonreía) que me pillaba de camino, bueno pues ¿los tienes o?
C: Sí, dame cinco minutos y yo misma te los subo, quiero comentarte algo de uno de
ellos
M: Vale bien, Sargento espero que se mejore y por cierto ¿le han tomado ya
declaración?
E: Va en el atestado
M: Bien pues nada lo dicho, a ti Cruz te veo ahora y Sargento la próxima vez que
necesite tiempo, prefiero que lo hable conmigo directamente a la jugadita de esta
mañana
Esther abría exageradamente los ojos y se quedaba mirando a la puerta por la que ya
había salido la Jueza. Cruz entonces fijaba su vista en Esther
Marcada 19
Tenía que reconocer que de una manera inconsciente había establecido una rutina, justo
a esas horas le encantaba mirar hacia el patio, ver como se mezclaba la vida de un
cuartel con las de las familias que allí vivían, ver convertirse al guardia más rudo en un
padre devoto, y porque no decirlo baboso, con su niña de apenas tres años en brazos
Y ver a la sargento, en esos días no había fallado ningún día, ver como nada más salir
prendía un cigarro, se dirigía al grupo entrante, quienes como jugadores de fútbol hacían
un rondo, en medio el que parecía jefe de turno y entregarle unos folios. Después
comentar algo al resto, como parecía tener una especie de tic nervioso, justo antes de
hablarles se tocaba la nalga derecha, podía percibir como le prestaban atención, como
preguntaban algo y como al finalizar lo que les dijera, les decía algo gracioso
provocando las risas de sus compañeros
Claudia: Maca
M: ¡Eh! sí dime
Claudia: Venía a preguntarte si necesitabas algo o puedo marcharme
M: Claro perdona, yo también me marcho ya
Claudia: Vaya mañanita y todavía nos queda todo el fin de semana, menos mal que por
lo menos tenemos fiesta
M: Sí, oye... me he quedado con una duda y no me parecía preguntártelo con ellos
delante
Claudia: Tú dirás
M: Es por el informe médico de la sargento, la placa que lleva, ¿sabes qué le pasó?
Claudia: Ujum, fue un disparo. He escuchado varias versiones de lo ocurrido, pero
vamos la que parece más fiable, porque Esther de eso nunca habla, es que le disparó una
Marcada 20
terrorista muy buscada, como era... tenía apodo de animal... no me acuerdo, la cosa es
que la tipa acabó en prisión y Esther aquí
M: Ya
Claudia: Si te interesa mucho puedo preguntar o...
M: No tranquila
Ambas continuaban mirando por el ventanal hacia el patio, desde donde se podía ver
como Esther estaba apoyada en un vehículo oficial hablando por teléfono, en un instante
se incorporaba y llevaba su mano derecha a la nalga del mismo lado, provocando una
sonrisa en la jueza
Claudia miraba a unos instantes a la jueza para, a continuación, volver su vista a Esther
Claudia: ¿Bueno hace una cañita? Me ha avisado Javier que si queríamos están en “el
esquina”
M: Pues mira sí, iba a casa de mis padres pero no apetece nada
Mientras tanto Esther, una vez terminada la llamada, se encendía otro cigarro y dirigía
sus pasos hacia la barrera
Le estoy diciendo que no espikin inglish y que no hay transleiter. Macho no hay
manera. Mi Sargento
“en ingles dice, si casi no me manejo en español como para complicarme más, en fin
haré el esfuerzo”
E: Pues no, pero mientras tú buscas a alguien ahí dentro, a ver si me puede entender con
ellos, si seguro que les han robado, fijo, amos solo hay que mirar la cara llevan por dios
La sargento avanzaba hacia donde se encontraban una pareja de ancianos con aspecto
ingles
Mientras tanto la Jueza junto con Claudia y Juan, otro Secretario Judicial, llegaban a la
altura de la barrera del cuartel caminando tranquilamente por la acera
Los tres detenían el paso cuando escuchaban claramente como la sargento decía:
E: Ujum... good afer... afternoon, I,m (“como era sargento?, bueno que mas da jefa”)
boss, waths upp sir?
Marcada 21
Sir: Were on the beach, we went for a bath and someone took advantage to steal
backpacks. We are left with nothing and...
“la leche, que me maten con tomate si he pillao algo”
E: A ver, ujum si you espiked inglish eslowly yo anderstand si no nou, ok?
Dicho lo cual retomaba su camino hacia la salida casi tropezando con los tres judiciales
y sus sonrisas
le contesto: Pregúntale al paisano, je je total que va y le dice: Oiga ¿donuts sin bujero
tiene? Jajaja aysss y el paisano ¿lo qué?
Todos: Jajaja y...
E: Pues nada el paisano sacó el donut de toda la vida y le dice ¿se refiere a estos? Y el
chicli: No de los que no tienen bujero... a esto ya el chicli medio cabreado... porque
claro el paisano ya iba pillando lo que le quería decir y parecía que se estaba medio
cachondeando, yo girándome para otro lado que pensé que me daba algo de aguantarme
la risa... y finalmente como en barrio sésamo el chicli le explicó la diferencia, que
estaba en el bujero, agujero para el resto de hispanohablantes
Todos: Jajajaja
-: Esther (se giraban los tres viendo como llegaba hasta ellos la Decano, mujer de unos
cincuenta y largos años, con traje de falda y chaqueta)
E: Señoría (le sonreía)
Decano: Ufg... que carrerita me he pegado (se apoyaba en el brazo de Esther)
E: Jeje ya se le ve (los otros tres después de saludar a la decano, se quedaban
esperando)
Decano: He tenido una mañana un tanto complicada y no te he podido llamar, ¿qué tal
el golpe?
E: ¿Y para eso casi se me desmonta corriendo? Si no ha sido nada (le volvía a sonreír)
Decano: ¿Seguro? (ponía su mano en la mejilla de Esther y ésta se apoyaba un segundo
en ella)
E: Segurísimo (no dejaba de sonreírle)
Decano: No me iba tranquila a casa (dejaba una última caricia) venga no os entretengo
más que además tengo al marido esperándome en el coche, tomaros una a mi salud,
hasta mañana
Todos: Hasta mañana
Juan: Venga pues ahora sí, para adentro (abría la puerta del bar, dejando paso a
Claudia, a continuación lo hacía Maca, quien había presenciado la escena sonriendo, y
por último entraba Esther)
El bar-cafetería a esas horas estaba muy concurrido, agentes comiendo o tomando café,
los trabajadores de la zona con su menú diario, diferentes miembros judiciales y el
grupo del a guardia civil judicial dirigido por Javier
Nada más entrar Claudia y Maca se dirigían a la mesa ocupada por Javier y los suyos,
Juan dudaba para finalmente dirigirse a esa mesa. Una vez allí y después de saludar en
general, se giraba buscando a la Sargento, ésta había directamente a la barra del local
Ya con las mesas juntas y en espera de que la sargento se sentase junto a ellos,
comenzaban una conversación disentida entre ellos
Marcada 23
Maca, que desde que se sentara no había perdido de vista a la Sargento, observaba como
charlaba con el camarero y como en esos instantes una mujer mayor salía de la cocina y
la saludaba, podía apreciar como por el gesto de la cocinera parecía estar echándole la
bronca por algo. Vio con sorpresa, como entonces la Sargento tras poner un pie en el
elevador de la barra de un impulso se subía a la misma apoyando una rodilla, cogía a la
mujer y le daba un beso, ante los esfuerzos de la misma por zafarse
Raúl intercalaba su mirada entre Esther y la mesa con la Secretaria, para decir
rápidamente
Raúl: Entonces me lo como aquí. Y digo yo, desde cuando tomas tú algo con Javier
E: Psss no es con el que quiero tomar algo (bajaba la voz) mira hacia las una
Raúl: Jejeje, definitivamente (pasaba un brazo por encima de los hombros de Esther)
nos pueden acusar de tener muy poca vergüenza pero de mal gusto no, ¿a que no?
E: Jeje, no te entusiasmes que ambas están pilladas
Raúl: Que corta rollos eres a veces, en fin, vamos para allá
M: Oye estos dos uhm (señalando con los ojos a Esther y Raúl, quienes en ese momento
se sentaban frete de ellas)
Marcada 24
Claudia: Jajaja que va, vamos ni de coña, se conocen desde pequeños y estuvieron en el
Colegio juntos, el de la Guardia Civil me refiero y mañana en el café te cuento más
(guiñaba un ojo a Maca) ¿Que tal chicos?
Raúl: Ahora estupendamente (decía mientras le guiñaba un ojo provocando un ligero
rubor en Claudia, percatándose Maca de ello)
Pasado un tiempo era el grupo de Javier el que primero abandonaba el bar junto con
Juan
Provocando que Esther elevara los ojos ante la mirada curiosa de Maca, quien le sonreía
Claudia: No pero muchas gracias, estoy de reformas y los obreros ya llevan muchas
horas sin vigilancia, así que mejor me marcho. Bueno chicos hasta mañana, Señoría (se
levantaba e iba hacia la barra)
“ahora es cuando debería irme yo también, pero es que... por quedarme un poquito más
tampoco pasa nada, además yo no tengo reformas”
Raúl: Esto pues yo también me voy (salía disparado hacia la barra., cruzándose con
Claudia que volvía)
E: Anda sí tira, bueno pues yo voy a pedir ya mi... (de pie ya se encontraba de cara con
Claudia, quien había retornado a la mesa)
Claudia: Con las prisas me olvidaba de preguntarte, ¿qué tal el golpe?
E: Ah, nada un moraillo que tengo, pero no sé que cosa me ha puesto Cruz, que casi no
duele, ahora está cogiendo un color muy raro
Claudia: A ver (decía subiéndole la camiseta) joder moraillo dice
E: Psss
Raúl: Eso no es nada, a ver (se acercaba más hacia el costado de Esther, Claudia
continuaba sujetándole la camiseta y Esther se giraba hacia Maca haciéndole una mueca
graciosa con la cara, Maca contestaba con una sonrisa y se incorporaba sin llegar a
acercarse, intentado ver, lo que esa mañana no había podido apreciar)
Raúl: Vaya puntería ha tenido, te ha endiñado donde el taponazo
E: Sí pero dice Cruz que la placa no la ha movido (dicho esto Raúl se apartaba y Maca
se topaba de lleno con el vientre de Esther, miraba un momento el morado para después
fijarse en el perfecto vientre de Esther y sus marcados abdominales)
Claudia: Joder Esther que envidia de barriga (pasaba su mano por los abdominales de
Esther)
“¿también Claudia?”
Marcada 25
Se quedaban solas, todavía de pie mirando hacia la salida del local, Esther se giraba
hacia la Jueza
“a ver Macarena ¿se puede saber que haces?, levántate y tira para casa que encima hoy
llega Fernando y tú aquí... que... jeje se está tocando el culete y eso lo hace cuando está
nerviosa”
Una vez hecho el pedido Esther regresaba a la mesa, encontrándose a Maca revisando
su móvil, nada más sentarse llegaba hasta ellas Teresa
Maca observaba la escena con una tierna sonrisa dibujada en su rostro, así veía como
Teresa intentaba peinar a Esther y ésta aguantaba la situación como buenamente podía
Nada más irse Esther se sacudía el pelo ayudada por una mano, mientras guiñaba un ojo
a Maca y se instauraba un silencio en la mesa
El agente señalaba hacia la barra y veía a dos agentes de policía local, quienes
levantaban las manos saludándola. La sargento consciente de que la podían escuchar
desde allí decía
E: Desde luego lo buena persona que eres y con la mala gente que vas
E: No que... bueno tengo que apuntarme las cosillas, son tantas que a veces me despisto
M: Ya y en una agenda ¿no ha pensado nunca? (decía en tono sarcástico)
E: Náh me apaño bien así, es que se me ha acabado la libreta y la verdad, no me veo yo
cargando con una agenda a todos sitios, parecería una agente de seguros en vez de una
agente de la guardia civil
En esos momentos el camarero retiraba la ensalada y al poco les traía los primeros
Estaban enfrascadas en una amena conversación sobre los casos de esa semana, el atraso
que se llevaba en el Juzgado, cuando un tipo con apariencia de operario se acercaba en
movimientos tímidos a la mesa
“joder con esta mujer es imposible comer tranquilamente, cuando no es uno es otro, jaja
al final usa todo el papel de la mesa de agenda, anda que el lápiz guarripeis que me lleva
por dios”
Tras alguna que otra interrupción al fin habían llegado a los cafés y se disponían a
marcharse del bar
Ya fuera del local Esther encendía un cigarro, ofreciéndole uno, Maca negaba con la
cabeza y sacaba del bolso su móvil, momento en el que Esther, sabiéndose al lado de la
jueza se volvía hacia la cristalera de entrada al bar para ver el reflejo de ambas en él
“jeje ni con cola, no pegamos ni con superglue de ese, si es que con esos vestidillos que
me usa, taconazos y yo... jaja, psss oye en la variedad está el gusto dicen, lo mismo si le
pongo chanclas... no, no no le van...”
“eso tú disimula como si no supieras que tiene un mercedes último modelo, negro,
matrícula... jeje si me conozco hasta la marca de caramelos que lleva en el cenicero
ayss, que te está hablando”
M: No mucho, es que tengo el coche en el taller, que por cierto tengo que recogerlo
ahora y...
E: Entonces pase del taxi, yo la llevo, que me pilla de paso
M: ¡Eh!... bueno pero cualquier taller ¿le pilla de paso?
E: ¡Eh!, no, no lo que pasa que... ejem... que bueno que me imagino que lo tiene en la
mercedes, si es que el coche en el que la vía una vez es el suyo claro
M: Vale, si no la trastoco mucho
E: Náh además lo tengo fuera, es aquel
E: A ver déjeme un momento, es que a veces se atasca, y con esto de los recortes o lo
arreglamos a la española, osea en plan chapuzas, o no hay nada que hacer (dicho esto
accionaba el mando del vehículo e intentaba abrir la puerta del copiloto, resultando
imposible)
Marcada 28
E: Ve lo que le decía
M: No se moleste la parada está aquí mismo y...
E: Que no, si esto no es nada, ahora la abro desde dentro, pero échese para atrás, no
vayamos a accidentarnos
Esther se introducía en el vehículo, se giraba hacia la puerta del copiloto y con las
piernas estiradas metía un fuerte golpe con estas, abriéndose la puerta
E: A la, ya podemos irnos (“que como sigamos tardando Cruz me fusila” murmuraba)
E: Espere es que Raúl es muy alto y le gusta estirar las piernas, a ver coja de la palanca
y tire
“vivan los recortes, la crisis mundial, los políticos corruptos y la madre que los parió”
En el vehículo solo se escuchaban las transmisiones, Maca miraba por la ventanilla sin
atreverse a abrirla y Esther conducía en aparente calma
M: Sargento
E: Jum, diga (giraba hacia la derecha)
Marcada 29
M: Mientras van en los vehículos, solo escuchan las transmisiones estas, ¿no?
E: Que va, sería un rollazo, imagínese escuchando toda la noche solo las transmisiones,
ahora es verano y hay meneo pero en invierno, apenas se escucha nada
M: ¿Y qué emisora o música escucha una sargento de la guardia civil? (preguntaba
curiosa)
E: Pues una no lo sé, pero yo pues... esto (ante su duda Maca encendía ella misma la
radio del vehículo, comenzando a sonar, había sido un acto totalmente impulsivo,
comenzaba a sentirse muy bien al lado de la sargento, desconociendo el motivo y sin
pensar realmente en ello)
E: Que querrán ahora estos de mi (cogía el micrófono de la radio) aquí beta, ¿qué
necesitan?
-: Le hago una privada
La radio emitía un sonido indicando que la llamada privada llegaba, Esther pulsaba el
botón que aceptaba la llamada
E: Dime
-: Usted estaba buscando a la Popis, ¿verdad?
E: ¿La habéis visto?
-: La tenemos aquí mismo, me está contando que ha vuelto hace poco de su país y que
había perdido su teléfono
E: Vale, entretenla un momento, ¿dónde estáis?
-: En la carretera F.420,5
Marcada 30
Provocando que la jueza mirase a la sargento, mientras ésta no sabía dónde meterse
E: A ver, llevo un paquete, lo entrego y voy para allí (nuevamente la jueza se giraba
sorprendida hacia la sargento) no que, es un decir ¡eh!, vamos una forma de hablar
policial
-: Se está poniendo muy pesada, que solo quiere hablar con usted, ¿qué tipo de paquete?
¿rosa?
E: Eh pues (miraba a la jueza) uno jolines, que todo lo queréis saber. Dale conversación
o...
-: ¿La detengo por cualquier cosa? Jejeje a ver si se va a entretener con el...
E: Uff, que llevo la radio en abierto, sea consecuente por dios (cortaba al agente antes
de que prosiguiera)
“el paseito al final me cuesta el retiro verás, por dios, una magistrado aquí escuchando
todo esto y menos mal que no se han puesto pesaditos con lo del paquete”
“jejeje vaya panda, tanta guardia civil, tanto Tejero y luego míralos, si son como críos,
la verdad es que es un cuartel con agentes muy jóvenes, además es pequeñito, como una
gran familia y supongo que será normal”
“nada no hay manera, tiene razón Claudia es hablarle de eso y se encierra en banda”
Esther emitía un sonoro suspiro y negaba con la cabeza, igual que se había formado el
ambiente distendido y amigable entre ellas, ahora se instauraba un silencio incomodo
La jueza pensando que su curiosidad había estropeado el momento tan ameno que
estaba viviendo con la sargento y ésta porque a pesar de todo, le seguía costando hablar
de aquello, aun sintiéndose cómoda
Marcada 31
Maca miraba hacia donde lo hacía Esther viendo como el hombre llegaba hasta su
puerta, momento en el que Esther alargaba su brazo derecho hasta la manilla de la
puerta
E: Otra vez se ha atascado, espere lo intento desde fuera (salía del vehículo)
-: Buenas tardes sargento, ¿cómo va?
E: Hola Ángel, bien liada como siempre (llegaba a la puerta del copiloto y se disponía
abrir ante las miradas de la jueza desde dentro y de Ángel a su lado. La puerta no se
abría y entonces colocaba su pierna en el vehículo a modo de palanca mientras tiraba de
la empuñadura de la puerta, consiguiendo así abrirla)
Ángel: Esto te lo arreglo yo ahora en un pis pas
E: Negativo, que pague el Ministerio (sonreía) aunque estaba yo pensando que lo
mismo desenroscando eso (señalaba) con una 15 podría ceder y...
Ángel: ¿Con una quince? Que va es más de 13 (se agachaba y miraba)
La jueza desde dentro seguía la conversación de ambos con ambas cejas levantadas, una
vez paraban descendía del vehículo y el encargado del taller la reconocía
Al final había tenido que correr para llegar a recoger a Fernando el aeropuerto, Ángel el
encargado del taller, se empeñaba en regalarle el arreglo del vehículo por haber llegado
acompañada de la sargento, a lo que ella se negaba
Cada día estaba más a gusto con la decisión tomada, pedir ese pueblo había sido una de
sus mejores decisiones, tenía cerca a su familia, a su amiga de la infancia Ana y otros
más, conocer a gente como Cruz, Claudia y alguno más le había resultado gratificante.
Con Claudia en poco tiempo había congeniado como si se conocieran de años
Hasta su trabajo como magistrado le resultaba más placentero, el trato en el juzgado era
muy ameno, unido a la escasa delincuencia y a la cercana colaboración policial
Debía reconocer que había disfrutado pasando el mediodía con la sargento y poco a
poco estaba comprobando el respeto y cariño que se le tenía
Siempre con una sonrisa medio canalla en su rostro y cierto aire gamberro, que sin
saberlo le atraía. Aunque más lo hacía esos ojos por momentos vacíos, por momentos
llenos de vida, la sargento parecía vivir en una dualidad constante
Imaginaba que lo vivido en el norte le afectaba en gran manera, había visto diligencias
de Fernando sobre atentados y las victimas pasaban años con graves problemas
psicológicos. Conocía el alto porcentaje de guardias civiles dados de baja por el
síndrome del norte, años en la lucha, marginados, amenazados
Sabía por Claudia que no le gustaba hablar de esos años, pero al gozar por primera vez
de cierta intimidad con ella, le había sido imposible no preguntar por ello, no volvería a
insistir, lo que vio en sus ojos, una especie de lucha por seguir adelante sin conseguirlo,
le había dolido, no sería ella la que le volviese a molestar por algo que pertenecía al
pasado
Al pasar por una tienda de suvenirs del aeropuerto, no había podido evitar comprar una
pequeña agenda con un bolígrafo de igual tamaño, de cuero marrón claro. No sabía si en
algún momento se la regalaría pero le había encantado el hecho de comprarla para ella
Claudia: Hey cuanto tiempo sin saber de ti... ujum sí, esta noche... nada en el
restaurante de siempre... sí, nos dejan el salón hasta que queramos con barra libre,
musiquita y eso... es la cena de Don Mariano ¿crees que se la perdería?... no sé... pues
ya sabes lo cerrada que es para algunas cosas...
Algo hacía que Maca a partir de ese momento comenzara a prestar atención a la
conversación
Así dirigiendo sus pasos hacia donde se encontraban Vilchez, Cruz y Don Mariano,
Maca solo tuvo que presentar a Fernando a Don Mariano, el teniente y su mujer ya lo
conocían de sus anteriores visitas
Claudia: Don Mariano, no se puede quejar, pedazo despedida, me ha dicho Eva que al
final han tenido que poner una mesa más
Don Mariano: Jeje si al final parece que me quieren y todo. Lo que pasa es que os
gusta una fiesta más que nada
Claudia: Pues sí ¿no?
-: Don Mariano, se lo ha pensado bien, mire que ya no hay obras que mirar por las
calles
Don Mariano: Isabel, que gusto que pudieras venir (le daba dos besos)
En el momento de la presentación ambas se dieron dos besos que apenas rozaron sus
mejillas, para a continuación, charlar animadamente, gastando bromas a Don Mariano y
su ya jubilación
¿Ese era el tipo de mujer que le gustaba a la sargento?, sus pensamientos eran
interrumpidos por una Eva, quien anunciaba que había llegado el momento de tomar
asiento
Laura, pareja de Javier, al ver el gesto desafiante de Isabel y sabiendo como podía
tomárselo éste, le agarraba del brazo dándole tranquilidad
C: Uf ya se han puesto a hablar de trabajo, no hay manera que desconecten (le decía a
Maca mientras señalaba a Vilchez y un hombre sentado a su lado al que desconocía)
M: ¿Quién es?
C: Un jefazo (le contestaba en un susurro)
M: Ah, como no va con uniforme creía que era político
C: Ya, la verdad es muy raro que haya venido, mira por fin aparecen este par (señalaba
la puerta)
Marcada 35
Maca miraba y por la puerta aparecían Raúl y Esther, ambos en traje de gala, ella con
falda, tacones y guerrera verde, él con pantalones, guerrera y zapatos relucientes, los
dos con el tricornio en la mano
Era la primera vez que la veía con ese tipo de uniforme y debía reconocer que le sentaba
muy bien, hasta parecía más alta y formal, no le hizo falta fijarse mucho para comprobar
lo que había dicho Isabel, a la guerrera de Esther parecía que le faltaba espacio para
colgar más medallas
E: Buenas noches a todos, anda que os ha faltado tiempo para comenzar, Don Mariano
ayss que se me ha jubilao, cachis en la mar, ¿con quien me tomo yo ahora el primer
cafelillo? (llegaba hasta él y sin él levantarse lo rodeaba con sus brazos dándole un
beso)
Don Mariano: Jeje, seguro que te falta gente, anda y siéntate (le señalaba su asiento
junto a Isabel)
E: Venga sí (miraba a Isabel y ésta le guiñaba un ojo, haciéndola tragar saliva, justo
cuando iba a tomar asiento junto a ella, se percataba de la presencia del caballero
sentado en al lado de Vilchez, entonces se dirigió hacia el dándole un apretón de manos
con cariño y respeto)
“amos, amos, que las tengo aquí a todas jeje, la cena ¿es homenaje a Don Mariano o a
mí? jeje”
El dormir le había sentado de maravilla, en verdad tenía ganas de pasárselo bien, cuando
supo que Isabel acudiría sintió cierto fastidio, pero ahora que la tenía sentada a su lado y
estaba charlando con ella, debía reconocer que de alguna forma había echado de menos
su sentido del humor, su descaro y su fuerte carácter
Pero tenía muy presente el porque de su ruptura, la fiscal tenía hábitos que en nada le
ayudaban
Le había extrañado la presencia del Coronel en la fiesta, sabía que alguna de sus
operaciones habían sido instruidas por el juez, pero también conocía lo poco que al
Coronel le gustaba asistir a este tipo de actos, no quiso evaluar la razón de su asistencia,
si algo quería de ella sería el mismo Coronel el que la buscara
“pss por dios si parecen la barbie y el ken, son la perfección en pareja, pues a mí eso me
aburre tela, lo bien que iba a desentonar conmigo ayss”, ese había sido su pensamiento
nada más verla acompañada de su pareja
Marcada 36
Desde el otro lado de la mesa la jueza hacía esfuerzos por estar atenta y participar en la
conversación que había en su lado, mientras trataba de no perder la que acontecía en el
otro lado
Roberto: Si es que no tienes remedio, por cierto Esther ya te vale, esta mañana ha
vuelto a venir el espía
Isabel: ¿Que espía?
Roberto: Un ex-militar que se cree espía, me ha entregado varios folios pintorreados,
me dice: Déselos a la sargento que la estoy ayudando
E: Jeje pobrecillo, es que estuvo en la legión francesa y se quedó medio trastornado, la
cuestión es que se cree espía y de vez en cuando viene me da los folios de sus
investigaciones y se va tan tranquilo creyendo que coopera
Eva: Yo he flipado con los folios, no se entiende nada
E: El otro día se lo comenté a Cris, la trabajadora social (aclaraba) y me dijo que tiene
no sé que trastorno pero que puede llevar una vida relativamente normal, así que pues
nada cuando venga se le atiende y se le dan las gracias
Marcada 37
J: Que yo sepa, somos guardias civiles no una ong (intervenía silenciando al resto y
haciendo que la jueza fijase su vista en ese lado)
Isabel: Desde luego Javiercito eres único, es por gente como ella por la que os llaman
benemérita, por mucho que te fastidie, tú ni caso cielo, que eres un amor (terminaba
diciéndole a Esther cogiéndola por el mentón a para girarla hacia ella, momento en el
que los ojos de la jueza se desviaban)
Isabel: Se te ve genial (bajaba su brazo hasta quedar apoyada en la pierna de Esther)
E: Eh, tú también
Llegado el momento Don Mariano les dirigió unas palabras, celebrando el haber
trabajado con ese gran grupo de compañeros y amigos. Lo hizo desde el pequeño
escenario reuniéndolos en la pista de baile. Poco después las primeras copas ya estaban
siendo degustadas y la música invitaba al baile, así lo hacían Eva y su grupo, a quien
pronto se unió la fiscal y algún que otro funcionario
Esther charlaba animadamente con el juez, mientras observaba como Raúl flirteaba con
Claudia sin reparo alguno y como la jueza se mantenía al lado de su pareja, charlando
con Cruz y otros conocidos
Era la canción que sonaba cuando los ojos de ambas se volvieron a encontrar y ambas se
sonrieron en la distancia, momento que la Jueza, sabiendo que Fernando se encontraba
en el aseo, le hacía una señal con la cabeza
“ayss que quiere que vaya, a sus órdenes y a sus pies por dios, esta canción me viene al
pelo, como me dijo la interprete que era, tu, tu así me matas ay si te cojo ay si te cojo
jejeje... mis ganas ayss”, se dirigía hacia ella bailando al ritmo de la canción
“jejeje me... ¿me la está cantando?... Macarena hija que no porque sea lesbiana le tienen
que gustar todas”
M: Alguna vez, ¿me dejará probarme el tricornio? (le decía una vez que Esther llegaba
a su lado)
E: Jum, si acepta los efectos secundarios, cuando quiera
M: Jeje ya, y cuales ¿son? (le seguía el juego)
E: Lo primero puede crecerle el bigote y lo segundo, casi peor, la mala leche
M: Jajaj pues o necesito gafas o usted bigote como que no, uhm
E: Si eres hija del cuerpo va con salto generacional, y mi padre lo lleva
M: Entonces esperemos que si sus hijos continúan la tradición sean nenes. Fuera de
bromas el traje le...
Fernando: Estás aquí, por un momento no te veía (llegaba Fernando cortando a la
Jueza)
Raúl: No me lo puedo creer, yo que venía gimoteando pensando que iba a tener que
estar viéndolos juntitos y está solita (se encontraba con Esther) ¿se puede tener más
suerte?
E: Ya te digo, pero escucha que si eso te presto el tricornio para las babas, por favor,
¿se puede ser más baboso?
Raúl: No te me pongas envidiooooooosa, que yo llevo esperando más tiempo que tú,
pero mira yo la he estado observando y que quieres que te diga, muy guapillos los dos
pero no sé... he pensado que podemos...
Mientras Raúl le contestaba ella se encontraba con la mirada del Coronel, quien con un
movimiento le invita a salir al jardín
“lo sabía éste no había venido a la despedida, dios por favor, por favor te lo pido, que no
sea lo que creo ¿vale? Apiádate un poquito de mi, que además me estoy portando muy
bien, que tu mejor que nadie tienes que saber que estoy limpia y... y hace un montón
que no participo en una... pues eso que estoy siendo buena anda porfi”
Coronel: Sabes que no he venido a la cena solo por el Juez (le decía ya en el jardín)
E: Algo me olía, pero creí que se habían olvidado de mí
Coronel: No es así... solo estábamos esperando... Esther el juicio se acerca y es muy
probable que le levanten la incomunicación (Esther elevaba los hombros en gesto
pasota) sabemos... estamos seguros que de alguna forma va a intentar comunicarse
contigo
E: Eso es imposible Coronel y de todas maneras ¿para qué lo iba a hacer?
Coronel: No lo sé, pero es así, el lado oscuro todavía quiere tu cabeza (Esther sonreía)
ya sabes están en plena negociación con ellos, entregarles una guardia civil condenada
por colaboración sería un bonito premio (ponía su mano en el hombro de Esther dándole
un pequeño apretón) pero el General no va a ceder, sabe que estás limpia, más allá de lo
que digan las estúpidas evaluaciones...
E: No me jodas, ¿quién es el soplón?
Coronel: Que más da, si le levantan la incomunicación vas a tener a los mejores
policías detrás tuyo, esperando que Aitziber desde prisión se comunique contigo para
caerte encima, escúchame bien Esther, el general te ofrece una salida, Kaboul, allí se
está entrenando a nuevos policías y cuerpos de inteligencia, rollos de la OTAN, te
sacamos de aquí, llega el juicio y bang limpia. En nada de tiempo volverías al grupo, no
se te ha instruido para trabajar en un pueblo Esther
E: ¿Qué pasa si me niego?
Coronel: Te quedas expuesta
E: Es que, ¿para qué cojones se iba a comunicar conmigo?, no tiene sentido (se rascaba
la cabeza) necesito otra copa
“dios sabía que no le traía nada bueno, ¿y para que se va a comunicar conmigo? Que me
va a decir... lo siento cary... no sé quien me la puso en la mano y creía que era de
Marcada 39
juguete... entonces se disparó... uff... y las otras víctimas pues a lo mejor me robaron las
huellas uff... ufff”
El Coronel entraba en el salón un instante para regresar al jardín con una botella y dos
copas en la mano
Esther quedaba parada con mil pensamientos diferentes en su cabeza, no concebía que
Aitziber quisiera comunicarse con ella después de todo lo pasado, se rellenaba de nuevo
la copa y se sentaba en el suelo apoyando la espalda en la pared
C: ¿Qué haces aquí? (no obtenía contestación, observaba la postura de Esther, sentada y
con la cabeza mirando al cielo, para percatarse después de la botella vacía que había a
su lado. Acercándose finalmente hacia ella)
C: Esther, ¿qué pasa? (preguntaba preocupada) Esther (le cogía la cara) ¿qué ha
pasado? ¿ha sido el Coronel? ¿te ha dicho algo de Aitzber? (lanzaba preguntas sin
obtener contestación)
E: Nada no ha pasado nada (sonreía tristemente y se deshacía de su mano)
C: ¿Te... te la has bebido sola?
E: Ujum (se levantaba muy lentamente) ¿me acompañas en la próxima?
C: No y para ti no va a haber una próxima
E: Jajaja ya, claro, que ahora tampoco voy a poder tomarme una copa, mira Cruz busca
a tu marido y pégate un baile con él (comenzaba a caminar hacia el salón, siendo
detenida por Cruz)
Marcada 40
Estaba pasando una velada divertida y animada, Raúl había resultado un tipo divertido y
el tonteo descarado que llevaba con Claudia en cierta forma le hacía gracia
No la había vuelto a ver desde que hablase con ella y fuesen interrumpidas por
Fernando, se mantenía atenta a las conversaciones e incluso su cuerpo se animaba
bailando alguna que otra canción, pero sus ojos no dejaban de buscarla sin conseguirlo,
por eso cuando vio a Cruz saliendo hacia el jardín no pudo evitar sentir unas ganas
inmensas de seguirla, seguro que en ese jardín estaría la sargento
No solo los ojos de la jueza habían buscado a Esther, los de la Fiscal también y como
ella no había podido evitar salir
Nada más pisar el jardín sus pasos se detuvieron ante lo que encontraron, podía ver la
cabeza de Cruz, de espaldas a ella y la de la Sargento muy próxima de la primera. Ver
como Esther daba un paso atrás llevándose las manos a la cara para luego pasar al pelo,
despeinándose en un movimiento nervioso
Para su sorpresa vio como en esos momentos una tercera llegaba, Isabel, abrazando a
Esther por detrás mientras parecía decir algo a Cruz. Ésta parecía no contestarle y se
marchaba del lugar, podía apreciar perfectamente la sonrisa malévola de la fiscal
Lo que sus ojos vieron después, la hizo apretar el puño, más cuando notó como su
corazón parecía querer galopar y el azoramiento llegaba a su rostro. Desvió su mirada
tratando de calmarse y sin lograrlo, regresó en pasos rápidos al salón
Esther continuaba su asedio sobre Cruz hasta que sus ojos se encontraron, tomando
conciencia de lo que hacía y de lo que se había prometido no volver a repetir, entonces
repitiendo varios lo siento, se aparataba de ésta, momento en el que notaba otro cuerpo
diferente pegado a ella por la espalda, abrazándola
Isabel: Cruz será mejor que vuelvas dentro, lo mismo tu maridito te está buscando
Llegaba todavía azorada y sin entender, o más bien, no queriendo hacerlo, lo que le
había hecho sentir, la escena presenciada en el jardín
Mientras estaba en la barra no podía resistir el mirar hacia la entrada del jardín, su
mente caprichosa ella, no paraba de recordar la escena y lo que es peor insistía en
desarrollarla más allá de lo visto
Llegado el momento y dado el cáliz que estaban tomando las caricias de ambas, Isabel
tomó conciencia del sitio y de lo que tenía planeado para esa noche, frenando a Esther y
convenciéndola de marcharse ya al hotel que tenía reservado
En el ascensor que les subía al piso de Maca, ésta no daba tregua a un Fernando, que por
momentos creía, no poder seguir el ritmo de su chica, le daba la vuelta y ahora era él el
que la acorralaba contra la pared, queriendo aminorar el ritmo, al mismo tiempo cogía la
mano de Maca que ya se colaba entre su pantalón (espera ya hemos llegado)
Cogidos por esa misma mano llegaban a la puerta de la jueza, ésta sacaba las llaves del
bolso, mientras Fernando desde atrás la rodeaba con sus brazos por la cintura, mientras
su boca exploraba la oreja derecha de ella, quien abría la puerta para a continuación
deshacer el abrazo, girarse y agarrándolo por las solapas de la chaqueta hacerlo entrar
en el piso
En otro ascensor la situación no era muy diferente, Esther acorralaba a Isabel contra la
pared, sus manos ya habían levantado el corto vestido de ésta y su boca se centraba en
devorar el cuello de quien respiraba entrecortadamente sin disimulo alguno, agarrándose
Marcada 42
Un tiempo después...
Ropa desperdigada por la habitación, dos cuerpos sobre una cama, uno el de Fernando,
semisentado con la espalda apoyada en el cabezal, intentando normalizar la respiración.
El de Maca a horcajadas, con sus manos aun apoyadas en los hombros del primero y la
cabeza mirando al techo de la habitación
Fernando: Te quiero
Maca entonces se inclinaba e iniciaba otro beso cargado de pasión, Fernando respondía
al beso intentado transformarlo imponiendo algo de ternura, cuando ya creía estar
consiguiéndolo Maca abandonaba su boca para dirigirse al cuello y de allí a su torso,
cuando también lo abandonaba Fernando la paraba y negaba con la cabeza, provocando
que Maca volviera a su posición inicial y con su vista fija en los ojos de Fernando,
coger la mano derecha de este llevándola directamente a su centro, Fernando sonreía y
comenzaba a ejecutar lo que su chica con ese gesto le pedía
Ropa desperdiga por la habitación, dos cuerpos sobre una cama, uno el de Esther,
semisentada con la espalda apoyada en el cabezal, intentando normalizar la respiración.
El de Isabel a horcajadas, con sus manos apoyadas en los hombros de Esther y mirando
fijamente a unos ojos que por momentos le causaban escalofríos, mientras hacía el
mismo intento con su respiración
Marcada 43
Isabel: Esta noche es mía, déjalo todo detrás del ventanal (decía mientras se
incorporaba lo justo para sacar la botella de champán de la cubitera y coger las dos
copas que había junto a ella, regresando a su posición inicial sobre Esther, ese
movimiento hacía que de la botella cayesen pequeñas gotas de agua que aterrizaban en
el torso de Esther)
Un vez descorchada la botella y servidas las dos copas, Isabel recogía una de esas gotas
del pecho de Esther en una provocativa caricia
Isabel: Tengo lo que necesitas (dicho esto dejaba la botella en su cubitera y su copa en
la mesita, para abrir el cajón de la misma)
Esther permanecía mirando sus movimientos, cuando del pequeño cajón sacaba un
pitillera metálica y dejaba dentro un objeto familiar para ambas, abría la pitillera y
sacaba un cigarro que colocaba en la boca de Esther, prendiéndolo a continuación
Una vez hechas, acercaba la pitillera a Esther, ofreciéndole un canuto de plata, ésta
giraba su cabeza nuevamente hacia el ventanal mientras emitía un sonoro suspiro, para a
continuación cerrar los ojos fuertemente
Isabel: Vamos cielo solo por esta noche (decía mientras le obligaba a mirarla, Esther
negaba con la cabeza) está bien como quieras (esnifaba provocándola mientras Esther
desviaba su vista hacia cualquier punto de la habitación, hasta que su deseo podía más
que ella y volvía su vista de nuevo hacia Isabel, quien después de limpiarse la nariz,
llevaba su mano a la pitillera arrastrando el polvo que quedaba, llevando a continuación
su mano a la boca, degustando el polvo que se había quedado en sus dedos, en un gesto
que mezclaba provocación y sensualidad, a lo que Esther respondía aplastando el
cigarro en el cenicero y lanzándose a su boca, provocando una sonrisa victoriosa en la
fiscal)
El beso tomaba por momentos carices febriles y Esther dirigía su mano izquierda hacia
el cajón que había quedado abierto, estaba cogiendo ya el objeto depositado allí cuando
la mano de Isabel la paraba, haciéndolo caer
Isabel: Ahora mismo solo quiero tu boca (decía mientras soltaba su mano y de manera
muy lenta arrastraba a Esther)
lo que había sentido al verla acorralando a Cruz y después besando a la fiscal. Recuerdo
que le hacía estremecerse y excitarse, cerraba entonces los ojos intentando aplacar ese
deseo, avergonzándose por ser la primera vez que sentía deseo por otra persona teniendo
abrazado a su cuerpo a Fernando
Finalmente el cansancio podía con ella y el sueño anhelado para alejar ciertos
pensamientos, llegaba
Esther de forma autómata también se levantaba dirigiéndose al baño, una vez dentro
Isabel en un movimiento rápido localizaba la chaqueta de Esther, buscaba en sus
bolsillos el móvil de esta y una vez encontrado lo manipulaba accionando el modo
silencio, momento en el que este comenzaba a sonar
Isabel: Olvidaros de la sargento por un día (murmuraba con una sonrisa en su boca)
Iba en el taxi cuando se percató que llevaba muchas horas sin recibir una sola llamada,
lo sacó de su chaqueta y con asombro observó que tenía una cantidad importante de
llamadas perdidas
E: Raúl
Raúl: Joder Esther, ¿dónde cojones te has metido? (no la dejaba contestar) llevamos de
culo desde poco después de la cena, te he llamado no cuantas veces y me has hecho
recorrerme no sé cuantos hoteles
E: Estábamos fuera del pueblo, ¿qué ha pasado?
Raúl: Un pirado ha secuestrado al hijo de su pareja, no hay manera de hacerle soltar
prenda, se han organizado grupos y...
E: Vale estoy llegando al cuartel, ¿estás fuera?
Raúl: Sí, pero escucha, Vilchez debe estar en su despacho ve a verlo antes de hacer
nada, está muy quemado contigo, luego hablamos y me cuentas
E: Jum
Marcada 45
Llevaba desde muy temprano en el despacho, la prensa se había hecho eco de todo lo
sucedido, desde la detención del padre del chaval no se había adelantado nada, el niño
continuaba en paradero desconocido y ni el Teniente ni Javier avanzaban en la
investigación
J: Señoría lo tenemos todo dispuesto para tomarle declaración, mientras los equipos
continúan registrando su domicilio y el de sus padres, de momento no hay más
M: ¿La madre sigue ingresada? (se giraba hacia el ventanal)
J: Sí (se acercaba al ventanal)
M: Ya que estamos aquí prefiero tomarle yo directamente la declaración (se llevaba las
manos a la frente) lo quiero aquí en media hora
Justo en esos momentos la sargento entraba al cuartel, con chaqueta, tricornio y corbata
en una mano
J: Que fuerte, a qué horas aparece, pero esta vez no se va a escapar de rositas
M: Creí que estaba en el caso (decía mientras sus ojos no perdían de vista a la sargento)
J: No desde la cena está mising y encima aparece con el uniforme a medio poner, que
vergüenza
M: Javier déjate de vergüenzas y vamos a seguir
-: Mi sargento
E: Ya, que me espera en el despacho
-: Sí ¡eh!... está muy cabreado
E: Gracias (le tocaba el brazo en agradecimiento y se dirigía en pasos rápidos hacia el
despecho del teniente)
La puerta del mismo estaba abierta y podía escuchar las diferentes transmisiones y la
TV prendida
E: Teniente
V: Entra y cierra la puerta (una vez hecho lo ordenado, se levantaba de su asiento, cogía
un papel y un bolígrafo, ofreciéndoselo a la sargento) en estos momentos te comunico
que serás propuesta para suspensión de empleo y sueldo en base a falta grave. Falta
consistente en no estar localizada conforme a la ley, no incorporarte a tu turno y (la
miraba de arriba abajo) súmale negligencia en el correcto vestir
E: Teniente yo...
V: Me importa dos cojones donde hayas estado y lo que te haya pasado. Me importa
muy poco lo que te dijera el Coronel, lo mal que lo has pasado, me da igual (le miraba
desafiante y enfadado)
V: Ahora ponte a las órdenes de Javier, el caso es primordial, un solo problema con él y
remuevo lo que sea para que la suspensión sea inmediata (decía mientras Esther ya se
encontraba en la puerta dándole la espalda, se disponía a abrirla cuando) como en tu
puta vida vuelvas a tocarle un pelo a Cruz, me olvidaré de tus padres, de ti y hasta de la
guardia civil
Marcada 46
Tras cerrar la puerta del despacho caminaba por el pasillo mientras en un movimiento
intranquilo se rascaba la cabeza. No lograba entender en que momento quedó
desconectada, hasta que recordó que la última vez que lo usó fue cuando habló con su
madre justo antes de entrar al restaurante
Realmente parecía que todos estaban en el caso del niño, nadie en el pasillo, las distintas
dependencias abiertas y vacías de personal, teléfonos sonando sin que nadie acudiera a
callarlos
Pasaba cerca de los calabozos cuando un leve ruido llegó a sus oídos, aminoró el paso
concentrándose en él, dejó sus cosas sobre la primera silla que encontró a su paso y se
dirigió hacia la puerta de los calabozos
E: Joder, que cojones (entraba ya en los calabozos, todas las celdas estaban abiertas
menos una, se dirigió veloz hacia ella, el ruido ya era muy claro) para ahora mismo,
¿me oyes?
Una vez abierta se encontraba una escena dantesca, un hombre sentado en el suelo
rodeado de sangre, cortándose de manera afanosa, con una cuchilla de afeitar en su
mano y sonrisa en su rostro
E: Hijo de puta (se abalanzaba hacia él, propinándole una fuerte patada que le hacía
soltar la cuchilla, el hombre después del impacto conseguía revolverse y nuevamente se
veía forzada a arremeter contra él, rodaron por la minúscula celda hasta que pudo
retenerle contra el suelo) Vilchez, Vilchez, joder agh agh (viendo que nadie parecía
escucharle, levantó la cabeza del hombre para en un movimiento seco pegarle un fuerte
golpe con la suya) auch, joder (cayendo el hombre inconsciente al suelo) joder joder (se
llevaba la mano a su frente malherida, que comenzaba a sangrar, cuando se percataba de
algo escrito con sangre en la pared de la celda, saliendo veloz hacia el despacho del
teniente y entrando en trompa en este)
E: Ese hijo de puta (hablaba atropelladamente) se está desangrando llama a una
ambulancia yo voy a por el niño (salía del despacho como había entrado)
V: Pero que narices (salía detrás de ella viéndola ya salir del pasillo a la carrera, al
llegar a la altura de los calabozos se encontraba con el hombre yaciendo en el suelo y la
pintura en la pared)
Café en mano Claudia, Conchi y la jueza miraban por el ventanal esperando ver
aparecer a Javier y el detenido, Maca quería aprovechar la oportunidad de observar al
hombre mientras era conducido hasta el Palacio
Pero lo que las tres vieron aparecer, fue a una Esther a la carrera, subiéndose en un
vehículo a la vez que gritaba algo a un compañero, quien también a la carrera se subía al
Marcada 47
vehículo, saliendo del acuartelamiento a velocidad enrabiada, con las luces y sirenas
accionadas
Esther se situó en el centro de la parcela ojeando toda la extensión de unos 800 metros
cuadrados, había basura acumulada en varios montículos, restos de hogueras esparcidos
por la misma, pinos y unos cuantos árboles frutales
Agente: Joder menuda hostia (se giraba para ver el objeto que le había hecho caer,
Esther llegaba hasta el, siguió la mirada de su compañero y vio un tubo metálico que
sobresalía del suelo. Un trozo de tela metálica sujeto con una goma elástica cubría el
extremo)
E: Emilio (se limitó a decir estremeciendo a su compañero al percibir miedo en su voz)
Ella reprodujo los segundos previos en su memoria: El ruido al caer al suelo, que no
había sido sordo sino una reverberación hueca. Bajo sus pies se escondía algo. Un
escalofrío atravesó a ambos, la sargento no había fallado estaba enterrado
E: Dios mío (susurraba mientras retiraba la tela metálica y miraba por él)
Emilio: ¿Ve algo?
E: No
Esther intentó mover el tubo pero fue en vano. Algo lo sujetaba firmemente bajo tierra y
Emilio se arrodilló y, apartando las hojas y la pinaza con las manos, retrocedió a medida
que descubría el contorno de un rectángulo de tierra suelta. Cuando se encontraba a
poco más de un metro de Esther, los dos parecieron comprender simultáneamente qué
había debajo de ellos
Ambos comenzaron a cavar con sus manos, la tierra ofrecía apenas resistencia, como si
alguien hubiera cavado allí recientemente
E: ¡Mierda!
Esther levantó la mano, y Emilio vio un profundo tajo en la palma de su mano donde un
palo afilado le había traspasado la piel. El corte sangraba profusamente, pero ella
reanudó la tarea, cavando y apartando la tierra a los lados
E: Lo sé (contestó ella)
Había dejado al descubierto un trozo de madera alrededor del tubo. Una abrazadera
metálica rodeaba el conducto, manteniéndolo bien sujeto. Emilio sacó su navaja
dándosela a la sargento quien comenzó a intentar destornillar la abrazadera. Debido a la
sangre del corte, la empuñadura le resbalaba en las manos. Al final desistió, tiró la
navaja a un lado y agarró el tubo. Apoyó el hombro contra ella y, con una mueca de
dolor, empujó hasta que se oyó primero el siniestro gemido de la madera y luego un
sonoro chasquido al ceder la abrazadera y partirse la tabla en la que estaba sujeta
El agujero medía apenas veinte centímetros cuadrados y afiladas astillas sobresalían del
borde como dientes. Esther acercó el ojo a la abertura. Movió la cabeza en un gesto de
negación
Emilio continuó cavando a lo largo del contorno de la madera, con la sensación de que
el corazón iba a salírsele por la boca a cada nueva sección que desenterraba. Había
tablas unidas mediante clavos, formando la tapa de lo que sólo podía ser una caja larga
y rectangular
E: Cuidado (advertía, antes de emplear el tubo a modo de palanca para desprender las
tablas)
Emilio, aún de rodillas, se inclinó hacia atrás y se tapó los ojos para protegerse de la
lluvia de tierra. Aunque todavía enterrada en su mayor parte, la madera se astilló, pero
Esther no cejó en su empeño hasta romper las delgadas tablas con las manos. Al ceder
Esther se tendió en el suelo para introducir el brazo en la estrecha abertura
Mientras palpaba el interior, alzó la mirada hacia u compañero con la mandíbula tensa
Más rápido, si podía ser, Esther arrancó otro trozo de madera. Miró la parte inferior y se
la entregó a Emilio, que vio arañazos en la superficie, como si un animal hubiera
quedado allí atrapado. Tuvo que sacar varias más hasta que vieron cuál era el contenido
de la caja. Ambos quedaron sin habla. Para entonces la ambulancia llegaba a su altura y
el personal de la misma bajaba rápidamente acudiendo velozmente hacia ellos
Esther se quedó mirando el ataúd, una vez los servicios sanitarios se llevaban al niño,
mientras diferentes patrullas y miembros de la policía judicial llegaban. En el ataúd
quedaba una linterna a la derecha y un mendrugo de pan medio comido a la izquierda
Maca quería ver la escena sin esperar más y después poder formalizar el auto de prisión
provisional, con vigilancia psiquiatra, por si intentaba suicidarse nuevamente
Así llegaba a la parcela junto a Javier, Claudia y demás comitiva judicial, comprobando
como el equipo de Javier enfundados en buzos y con mascarillas, marcaban cada indicio
y prueba
Se dirigían a una de las zonas más apartadas, allí continuaba una ambulancia, con los
sanitarios por la parte derecha, fumando un cigarro y charlando tranquilamente
-: Menuda hostia le ha endiñado, vamos que si alguna vez pierdo los nervios ni se te
ocurra imitar al tipo este ¡eh!, ya te lo voy advirtiendo, si es que con lo pequeñita que
es, creía que le volaba la cabeza, por dios
-: Pequeñita, pero bien que quería ir a no sé donde, a cargarse al cabrón ese, ahora fíjate
lo que te digo le hace eso a mi hijo y que quieres que te diga, lo mismo hasta soy yo
quien le pide que lo reviente sin contemplaciones
-: Ya y te pasas la justicia por las narices, de todas maneras ya sabes, esta gente (bajaba
la voz) la guardia civil me refiero, siempre ha tenido la mano muy suelta, vamos ya los
has visto hasta para endiñarse entre ellos jajaja
Ante lo que escuchaban pausaban sus pasos, viendo como en la parte contraria a ellos,
se encontraba Raúl de pie y Esther sentada apoyada en un árbol con la cara tapada por
sus manos manchadas de barro y sangre
Sincronizaron sus movimientos, sin hablar, quedando ambas cerca de esa escena y sin
ser vistas
Raúl: Vamos, levántate tienen que curarte eso, no paras de sangrar, Esther por favor
E: Que, ¿me vas a dar otra hostia si no lo hago?
Raúl: No me hagas esto, por favor, estabas bloqueada vale, no había forma de hacerte
entrar en razón
E: Jum bonita forma sí señor... me cago en mi puta suerte, tenía que haberlo reventado
allí mismo
Raúl: Claro y ¿quién narices hubiese rescatado al niño?
E: Quieres dejar de comerme la cabeza (se levantaba) voy donde Cris, lo mismo ella
puede...
Raúl: Puede ¿qué? Esther (la sujetaba) déjalo ya
Marcada 50
E: No lo pienso dejar (gritaba) ¿has visto lo que ha hecho? ¿Has visto dónde lo ha
metido? (se intentaba deshacer de la sujeción a la que la sometía Raúl)
Raúl: Basta ya Esther... ese hijo de puta (perdía la paciencia) ese hijo de puta no es
Aitziber me oyes y no eras tú la que estaba en el puto ataúd, esta vez no eras tú Esther.
¿Lo entiendes?
E: Por supuesto que lo entiendo, como entiendo que no tengas ni puta idea de lo que se
siente ante algo así, pero yo sí que la tengo, yo sí sé lo que se siente, porque yo sí sé lo
que es estar encerrada durante días en unos metros cuadrados, mira exactamente estos
(extendía sus brazos en cruz) sé lo que se siente cuando crees que ya se habrán olvidado
de ti y de repente aparecen y por una rendija te dan alimentos como si fueses un puto
animal o cuando cada vez que les daba la gana entran simplemente a darte de hostias, y
también sé lo que se siente cuando lo único que quieres es que quien sea, se apiade de ti
y por fin morirte, no tienes ni idea de lo que fue aquello Raúl... y... ha sido como...
como... volver a vivirlo otra vez...
En esos momentos Claudia tomaba del brazo a Maca, quien miraba la escena con los
ojos llorosos y los puños apretados
Claudia: Mejor los dejamos (decía con voz ronca y con los ojos rojo) Maca
Maca veía como Conchi llegaba hasta Esther y le quitaba la mano con la que se tocaba
la frente, mientras parecía regañarle cariñosamente
Nada más irse Conchi, Esther volvía a tocarse la frente molesta, haciéndola sonreír por
el gesto, se levantaba y entraba al aseo de su despacho, de donde salía con un pequeño
botiquín
Marcada 51
Una vez acababa se intentaba levantar cuando Maca la paraba presionándola con su
mano en el hombro
M: Déjeme ver eso (directamente le alzaba la cabeza hacia ella por la barbilla y
comenzaba a retirar el apósito que cubría los puntos)
E: No pero que ya me lo han...
M: Estese quieta, se le ha mojado y de ahí el picor
E: Ah, no pero señoría puedo yo (ahora la orden la recibía con la mirada) vale (miraba
como podía de reojo a Claudia, quien le sonreía para después levantarse y seguir con lo
suyo)
Mientras tanto Maca le limpiaba la zona con yodo, pausadamente y tomando aire con
disimulo, extrañamente su pulso se aceleraba y sus manos no la obedecían con mucha
precisión
M: Ahora lo deja un poco al aire y después se coloca este otro apósito uhm
E: Sí, sí, claro
M: La herida de la mano, ¿Qué tal?
E: Bien, esa no pica (le sonreía)
Maca entonces le cogía con cuidado ese brazo y de repente se percataba de otra cicatriz
no vista hasta ahora
M: Y... ¿y esto? (le levantaba un poco la manga de la camiseta corta que ahora vestía)
E: Eh... nada de... esa hace mucho tiempo, me... (ante la mirada interrogativa de Maca
proseguía sin mucha convicción) me partí el humero
M: ¿Se partió el humero? ¿Cómo?
E: Pues... esto... ujum... echando un pulso (Maca abría los ojos)
M: En... en un...
E: No que, uf verá (se levantaba) de siempre me han vacilado con mi estatura vale y
bueno había un niñato que siempre me molestaba por eso y por ser hija de Guardia, no
recuerdo a quien se le ocurrió pero acabamos echando un pulso y... era muy fuerte
¡eh!... pero yo no me dejaba ganar claro y en un momento... crash, me jodí el hueso ese
M: Tuvo que dolerle mucho ¿no? (tocaba la cicatriz y Esther en un movimiento rápido
se la apartaba)
E: Jeje (minimizaba su acción) pss yo creo que me dolió más los pellizcos en los
mofletes que me dio mi madre después (elevaba los hombros y sonreía graciosamente)
Claudia: Maca cuando quieras cerramos (ambas se giraban hacia ella)
M: Ah sí (volvía a girarse ahora hacia la sargento) sargento descanse uhm, lo tiene más
que merecido (inevitablemente dejaba un caricia en su rostro y se giraba para regresar a
su despacho, pero detenía sus pasos y retornaba hacia la sargento dejando un beso en su
mejilla)
Claudia: Cuídate y descansa (llegaba hasta ella y le daba un beso)
Esther se quedaba un momento parada viendo marchar a las dos hacia el despacho de la
Jueza
Marcada 52
“si no fuera porque voy más dopada que Ben Johnson juraría que...”
Conchi: Niña, venga para casa que me ha dicho Teresa que te ha dejado allí la comida
preparada
E: Sí (seguía sin moverse)
“no lo que pasa es que... ufff que me habrán dado que me cuesta pensar... no puede ser
que encima sea tierna... porque lo que me ha hecho es de un tierno que marea...”
Conchi: Esther
E: Eh si ya me voy
Claudia: Uf, vaya paliza de fin de semana (se tiraba en una de las butacas del
despacho)
M: Y que lo digas
Claudia: ¿Qué haces esta noche?
M: Viene Ana a cenar a casa, ¿te unes?
Claudia: Sí
M: ¿Tampoco os veis hoy?
Claudia: No, es verdad que no te había contado, hay novedades importantes en mi vida,
acabemos con esto y luego te cuento (le guiñaba un ojo)
Raúl: Madre mía nena, Teresa ha dejado aquí comida para un regimiento
E: Eva y Roberto vienen, así que, no está de más, después se pasará alguno más
Raúl: Se supone que deberías irte para la cama y dormir
E: No tengo ganas, ¿te hace una play?
Raúl: Hecho
E: Ays joder, la mano (se la enseñaba)
Raúl: Una Wi entonces, no presumes de ser ambidextra, pues ale
E: Pero eso es para otras cositas chaval, pero, vemos a ver como se me da, de todas
maneras con lo malo que tú eres... (recibía un cojinazo) los puntos, que me los ha
curado toda una magistrado
Raúl: Anda que no tienes tú suerte ni nada, al final va a tener razón Javier, eres una
suertuda de cuidao
Eva: No matarse por ir a abrir que ya lo hago yo ¡eh! (abría la puerta del piso de Esther)
ey Cruz, pasa
C: Hola, ¿pero qué tenéis aquí montado?
Eva: No hemos venido a hacerle compañía a la malherida y al final parece esto una
celebración, ¿Y el jefe?
C: No lo sé, acabo de llegar, llevo todo el día en el anatómico, me ha contado algo
Emilio que me lo he cruzado, ¿cómo está?
Eva: Genial, se queja un poco de la mano pero lleva toda la tarde con la wii, así que no
será mucho. Pero pasa
Marcada 53
C: No si está acompañada me voy para casa, que las niñas tienen que estar a punto de
llegar
E: Cruz (llegaba hasta ellas)
C: ¿Cómo estás cariño? (iba hacia ella y le daba un cariñoso abrazo)
E: Bien solo ha sido un cortecillo
C: Ya, a ver ¿cuántos puntos?
E: Pss, no sé
C: ¿Y en la cabeza?
E: Ahí han sido pocos
C: Desde luego estás hecha una pupas, acabas siempre marcada (la revisaba) y ¿todo
bien entonces?
E: Sí (la miraba a los ojos sonriéndole)
-: Evaaaa
Eva: Ya voy, venga Cruz te veo otro día
C: Sí, pasarlo bien
E: Que... que yo quería hablar contigo pero...
C: Escucha (se acercaba a ella quedando a muy corta distancia) no pasa nada vale, todo
está bien entre nosotras, sabes que te quiero un montón, porque lo sabes ¿verdad?
E: Sí, lo siento, no me comporte como...
C: Ya está (prestaba atención) ya está aquí Rodolfo y las niñas
E: Venga pues, ale para casita que llevas todo el día sin verlas (comenzaba a llevarla
hasta la puerta)
C: Bueno, descansa un poco, aunque con lo que tienes montada poco...
E: Sí, sí, venga buenas noches (no lograba esquivar el beso de Cruz y miraba hacia el
hueco de las escaleras)
C: Ya voy por dios, ni que me estuvieras echando
E: No, pero ¿cómo dices eso? (se rascaba la cabeza sin dejar de mirar a las escaleras,
siendo pillada por Cruz)
C: ¿Pasa algo?
E: Que no Cruz, venga vete ya
Candela: Ya era hora que te acordaras que tienes hijas (aparecían primero sus hijas y
después Vilchez)
E: Buenas noches renacuajas, Vilchez
V: ¿Todo bien?
E: Sí, hasta mañana (cerraba la puerta y se quedaba apoyada en ella)
Ana no perdía detalle de la cara de Maca, que estaba completamente girada hacia donde
estaba Claudia hablando, no aguantando más le daba una pequeña patada
M: ¿Qué?
Ana: ¿Qué? Eso quisiera saber yo, que haces espiando, que tú eres jueza no espía, eso
ya lo hacen por ti
M: Ja... ja (decía en tono sarcástico) no espiaba y baja la voz
Ana: Y “bajaba la voz” ¿qué es lo que te interesa tanto de la llamada?
M: A mí, nada
Claudia: Vale, espera un momento... (se dirigía a ellas) los del Cuartel, que se van a un
pub cerca de aquí, ¿os apetece?
Ana: Pues...
M: No, en nada me voy a la cama y tú deberías irte para casa que habías quedado con...
con ese
Ana la miraba sorprendida pero en el fondo tenía razón y tenía una cita pendiente
Claudia: Que no... oye no todo el mundo aguanta bien las empalmadas...
Ana: Que fuerte está tonteando a saco... ¿con quién? (ante el silencio de Maca
proseguía) dios no me jodas, no te gustará el mismo tío que a ella ¿no?, perdona que
tontería acabo de decir, si con el voto de fidelidad y castidad que te has impuesto con el
señor Fernando (la picaba para ver si reaccionaba) no puedes
M: Tú cuando dices todas esas cosas, ¿las piensas o las escupes sin más?
Ana: Pues tú me dirás, que andas muy rarilla, medio en la inopia y puedes negarlo pero
se te han ido los ojillos con algo que has escuchado, la pena es que no me he quedado
con lo que ha sido
Claudia: La que tienen montada estos
Ana: ¿Quienes? (comenzaba a indagar por su cuenta)
Claudia: Los del Cuartel, perdona que no los conoces, me ha llamado Raúl (sonreía) ya
sabes
Ana: Aja, el poli buenorro (Maca negaba con la cabeza, “frío, frió” pensaba Ana, quien
no perdía detalle de Maca)
Claudia: Sí, es más que eso, la cosa es que estaban acompañando a Esther... es el grupo
que se junta siempre, yo he salido alguna vez con ellos, casi todos guardias, Esther es la
que ha encontrado al niño, que se ha cortado con no sé qué cosa y... (miraba a Maca)
bueno pues eso que se han ido juntando gente y aunque la Policía Local no vaya a ir al
Marcada 55
cuartel a decirles que bajen el volumen de la música, han preferido ir a un local a seguir
la marcha
Ana: Aja (“si me pinchan ahora mismo no me sale sangre, no puede ser, a ver tengo
que pensar algo rápido, con razón últimamente su único tema es la guardia civil, vamos
que un poco más y me se hasta el nombre de quien la fundó”) pues sí que es querida
esta Esther, para que por un cortecillo la acompañen tantos
M: No ha sido solo un cortecillo (exageraba la palabra y se levantaba como un resorte
del sillón sirviéndose otra copa)
Ana: Uy perdona, que sabía yo (“caliente, caliente”) y esta Esther...
M: ¿Y esta Esther qué? (la cortaba) si no la conoces que más te da
Claudia: Sí que la conoce
M y Ana: ¿Cómo?
Claudia: Que sí la conoce, es la que llevo la investigación del robo en tu hotel, este
invierno
Ana se quedaba con la boca abierta mirando a una y a otra, mientras su cerebro
recordaba
Ana: Pues, ays no sé, vinieron varias, pero claro si era (se acordaba) hostia
M y Claudia: ¿Qué?
Ana: ¿Así bajita, delgadita y con el pelo corto?, pero si además creo que tengo su
número en el hotel
Claudia: Esa misma
M: Ea, ya sabes quién es, una vez saciada tu curiosidad... (paraba al ver a Ana
comenzar a reírse sin disimulo alguno) ¿nos cuentas el chiste? (le gesticulaba con la
mano en negación)
Ana: Es que... así de repente me he acordado y... jesús pero ¿si son la antítesis?... lo
mejor es que al final tendré razón jajaja
Maca la miraba con los ojos rojos, conteniendo las ganas de llorar que le habían entrado
al recordar la escena, daba un trago después a su copa buscando calma
M: Jamás en mi vida he deseado tanto dar un abrazo a alguien como esta mañana
Marcada 56
Y los días fueron pasando, Maca cada vez más adaptada en su regreso a la Instrucción y
Esther recuperándose, como bien le avecinara Raúl a Claudia, apartando de su mente y
de su vida, todo lo relacionado con Aitziber
Pero gracias a los cafés mañaneros y las cañitas del almuerzo en el bar de Teresa, la
jueza iba conociendo más a la sargento, por anécdotas profesionales contadas por sus
compañeros y otras no tan profesionales contadas por Raúl
Así, iba formando en su cabeza una idea de como era Esther, dejando a un lado la parte
conocida aquel día, en que en un niño se salvó de una muerte segura
Pero lo que más le inquietaba era la necesidad de saber de ella, si por alguna razón
Esther faltaba a su cita, ambas seguían fieles a la cita diaria, Esther parada en el patio
fumando y mirando con disimulo al ventanal y Maca tras ese ventanal mirando hacia el
patio, solo una cosa había cambiado era justo a la hora de entrada de ésta, su día se
torcía y no se recuperaba hasta que alguien por cualquier motivo la nombrase, sabiendo
así, que se encontraba bien
Más fácil lo tenía la sargento, ella tenía clarísimo lo mucho que le gustaba la juez, no
solo físicamente, le encantaba el fuerte carácter que esta estaba demostrando sin dejar
de lado su lado judicial, conocía a muchos otros jueces que imponían carácter solo, para
llevar las investigaciones hacia donde ellos querían, sin importar nada más que la
estadística
Sabía por Raúl, que se mezclaba sin problemas con los agentes en el bar de Teresa, a
quien ya se había ganado, que bromeaba con ellos y que estaba consiguiendo lo que
pocos, ser cercana sin dejar de perder respeto por ello
Pero, poco pudo comprobar ella, esos días parecía que sus soplones se habían
organizado para hacerla recorrerse el pueblo y alrededores durante horas, rastreando
como buen can todo aquello que oliese a delito
Pero por suerte, los días se fueron tranquilizando, viniendo días de paz
Sargento agachada recogiendo unos documentos de Conchi, a quien se les había caído
tras abrazo sorpresivo por parte de la sargento, quien con pantalones de baja cintura,
camiseta cuya longitud llegaba justita hasta la cadera, sin cinturón, con pistola
enganchada al jean, cuando se levanta, el jean no queda en su sitio, dejando ver una
parte de su anatomía, concretamente sus marcados huesos de la cadera, provocando
que... la jueza quedase pegada a la imagen que ofrecía y que sus pulsaciones, quien
sabe, se aceleren sin necesidad de ingerir taurina
Sargento subida a una de las vallas perimetrales del cuartel parece que arreglando, una
cámara de seguridad que la cosa está muy mala, estirándose, vestimenta muy parecida a
la anterior, ella junto a Claudia pasando por debajo
Claudia: Esther ¿tan mal llevas el recorte salarial que no te da para pantalones de tu
talla?
Sargento que por subirse los jeans, casi se precipita y Jueza que, debe refrescarse la
boca consecuencia de los segundos que la ha tenido abierta
“o quizás un ¿casco?”
Sargento, que con poco trabajo le da por arreglar todo lo que le pidan aunque no tenga
ni idea, debajo de una mesa del juzgado presidido por Maca, torso dentro, ayss otra vez
estirándose, camiseta que sube, piernas estiradas casi retorciéndose, por lo que la dueña
está intentado hacer debajo de la mesa, y vualá vientre que queda expuesto ante una
jueza que sale despacho en busca de, vete tú a saber, y que se topa de lleno con un
vientre que reconocería entre mil, ahora a refrescar boca y carraspear que se ha quedado
en mitad de la estancia parada con sus funcionarios mirándola esperando órdenes.
Carraspeo que es seguido por un CRASH, cabeza de Esther golpeando madera de la
mesa, AUCH, eso ha dolido
Sargento entrando con un detenido a sede judicial, Jueza que sale a por un café,
Sargento que se percata de que solo hay abierta una puerta, estampa contra la otra al
detenido mientras ella se aparta dejando paso a la Jueza, aprovecha y le regala una de
sus sonrisas: Más maja no puedo ser, Jueza que ante lo gentil de su gesto no ve lo que
ha hecho con el pobre detenido
E: Jeje ¿pero qué hacéis? No habíais visto una bandera a media asta ¿o qué?
Raúl: Graciosilla, se ha atascado y no hay manera de bajarla ni de subirla
Marcada 58
E: Te podría hacer un chiste fácil, pero paso, haber quitarse un momento, voy a probar
yo que para eso tengo estudios (cogía una de las cuerdas y comenzaba a tirar, para un
lado para el otro, a ver saltando) nada, no hay manera
Raúl: Estudios, estudios
E: Es igual, total alguien habrá muerto hoy ¿no? Pues ya está asunto arreglado
-: Esto mi Sargento el Teniente ha dicho que se arregle sí o sí
E: Un mundo de posibilidades nos ofrece el Jefe, bueno pues vamos a ver
Típico en España, todos miraban y aportaban modos, pisándose unos a otros sin llegar a
solucionar el problema, solo faltaba que alguno de ellos dijera eso de “tomamos una
cañita y luego vemos”
Esther ya subida en el techo del todoterreno miraba hacia el palo examinándolo, Raúl
cámara en mano grabando, más agentes que ante el alboroto han salido al patio
alrededor, paisanos que pasan por la calle, empiezan a advertir que en el cuartel pasa
algo y se paran en los aledaños para ver que hacen los guardias con la bandera. Brigada
que se contagia del estado de guasa y cachondeo que está adquiriendo el patio, decide
participar
Brigada: Si vas a tocar la bandera habrá que hacerlo bien, tenemos la escolta (cuatro
guardias se cuadraban) nos falta la música, eso lo pongo yo (sacaba su móvil) jeje que
lo llevo aquí de tono
Raúl: Venga pues ya está, Esther cuando quieras, mi Brigada dele a la música
Marcada 59
Esther lanzaba la cuerda atada al arnés quedando enganchada a una de las trabillas del
mástil y se preparaba para empezar su peculiar escalada y el brigada mirando el teléfono
esperando que comenzara a sonar
M: ¿Qué es eso?
Claudia: Pues (prestaba atención) por dios, parece el himno de la guardia civil (iba
hacia la ventana) jaja ¿pero qué hacen?
M: ¿En serio va a subirse a eso? (preguntaba preocupada una vez que lo veía)
Claudia: Jaja y ¿la música? (abría la ventana descubriendo al dueño de la música) ey
como salga la decano verás
Raúl: Aquí ante ustedes una sargento de la guardia civil jugándose la vida por la patria
y su bandera (retransmitía)
Al verla colgada de una sola mano la jueza no puede reprimirse y finalmente grita:
SARGENTO, provocando un: CRASH, precipitación de Esther sin remedio hacia el
techo del vehículo, menos mal que el arnés le ha sostenido algo, encima le cae la
bandera cubriéndola totalmente
Así empezó a llenarse el garaje, de agentes con sus familias, algún paisano conocido, el
funcionario con vocación de disjey y otros que aprovechando eso de: “bajo a fumarme
un pity” se habían unido y... no había faltado la llamada de Raúl a Claudia invitando a
su juzgado, en teoría a otros también, a la improvisada celebración. Hay que ver lo
provechoso que a ambos, les estaba resultando la tarifa plana en el móvil
Llegaron junto con Juan, se habían dispuesto varias mesas con aperitivos y pudieron ver
como uno de los Agentes del Palacio era el encargado de cortar jamón, mientras otro, ya
del cuartel, se encargaba de la barbacoa y había varias mujeres preparando más platos
Fueron saludando a unos y a otros hasta que llegaron donde estaba la Decano, mujer de
unos cincuenta y algo años, apasionada de la Guardia Civil y su historia
Carmen: Llegáis a tiempo, venga serviros un vinillo, si preferís cerveza allí tenéis el
grifo (se le notaba las muchas celebraciones de ese tipo a las que había asistido)
Claudia: Jeje Carmen que ambientada se le ve
Carmen: Me encanta, esta gente sabe montárselo muy bien, fíjate todos colaboran en
algo
M: Y la culpable de todo esto, ¿dónde está? (intentaba localizarla con la mirada)
Raúl: Muy buenas señoras, la sargento ha ido a por más vino (llegaba hasta ellas
contestando a la jueza pero mirando a la secretaria)
M: ¿Ha ido a comprar más?
Raúl: No, lo tenemos hay detrás (señalaba una puerta al fondo) se ve que Vilchez lo
tiene muy bien guardado (al ver la vista de la jueza anclada a la puerta señalada
continuaba) si quiere puede ir, que como siga tardando el vino se habrá agriado
M: Pues... sí, así le ayudo y eso (decía con timidez marchándose ya)
Raúl: Claro (se giraba hacia Claudia bajando la voz) le ha faltado tiempo ¡eh! (movía
las cejas graciosamente, provocando que Claudia le tocase cariñosamente el brazo
Marcada 61
Nada más atravesar la puerta buscaba por esa nueva estancia a la sargento, cuando al
escuchar un quejido su vista se alzaba hacia el lugar de donde provenía. Arriba de unas
estanterías la sargento parecía forcejear con algo
Mientras Maca miraba todo con curiosidad, podía ver carros de muñecas, algún coche
tele-dirigido, una maquina de gimnasio, maletas acumuladas
“ya estamos”
M: Ah... que... (buscaba algo donde dejar la vista fija) la verdad y alguna vez se lo he
dicho a Cruz, me sorprende mucho ver como se mezcla el lado policial con el familiar
E: Bueno eso es la Guardia Civil (volvía a colocarse la camiseta, se apoyaba en una
mesa y se disponía a fumar un cigarro) ¿no fuma verdad?
M: No, lo deje hace un tiempo (se apoyaba junto a ella) ¿ha crecido en una casa cuartel?
E: En varias y además nací en una, esta es muy moderna en comparación a otras en las
que he estado
M: Entiendo que le gusta entonces
E: Jum, a veces preferiría otra cosa más independiente pero en verdad es mi hogar
(hacía una pausa mientras pensaba) fíjese que cuando voy a algún pueblo, me gusta
saber dónde está la Casa Cuartel, es como mi refugio si algo me pasase solo tendría que
acudir allí y tendría ayuda
M: Ya pero no sé, veo a los niños por aquí jugando y a pocos metros los detenidos, es
un poco... (no sabía calificarlo)
E: No se deben mezclar, es tarea de los padres enseñarles los límites, anda que no me he
llevado yo collejas y pellizcos por meterme donde no debía
M: Si tuviese hijos, ¿los tendría aquí?
E: Sí, aquí todavía crecen como lo hicimos nosotros y además si mi mujer estuviese (lo
hablaba sin tapujos y sus ojos se encontraban) embarazada, donde mejor dejarla cuando
yo trabajase (desviaba la mirada) serán cabrones, mire donde me han puesto el álbum
(señalaba otra estantería) saben que soy pequeñita pues ale, ellos a colocarme las cosas
en todo lo alto (iba hacia la estantería)
M: ¿De qué es? (la acompañaba)
E: Creo que fotos de pequeña (estudiaba la estantería)
M: ¿Podría verlas? (miraba hacia el álbum)
E: Sí, la cosa es bajarlas, es que se ha roto la escalera y... (se iba hacia ella) na, si con
un punto de sutura se arreglaba pero como tampoco va bien la máquina de soldar, pues
(se giraba y la miraba) aunque (se tocaba el culo) podríamos (la miraba a ella y luego a
la estantería)
Marcada 62
Leía la suela Manolo Blahni, “tanto pijerío, tanta bodega y le compra los zapatos a un
manolo, ya ves tú, si ya lo dice mi madre son ricos porque saben ahorrar, si no de que”
E: Ahora lo coge y retornamos a la mesa (se desapoyaba de la pared, llegaba con ella
hasta la estantería y volvían a la mesa) bien, baje con cuidado (le decía de espaldas a la
mesa)
“no te gires, no te gires, que está de pie ahí indefensa jeje, no, no que me puede salir mi
lado piraña y la armo”
M: Sargento
Marcada 63
E: Eh... (se giraba y se la encontraba como sabía de pie en la mesa, con las manos en los
bolsillos, de la impresión daba un paso atrás, provocando una sonrisa en la jueza) jeje
está pa hacerle el dirty dancing
M: NO (sacaba las manos de los bolsillos y las extendía protegiéndose) eso sí que no
E: Jeje, now I’ve had the time of may life (le cantaba extendiendo sus manos y
cogiendo las suyas) no I never felt like this before... jajaja venga siéntese que le traigo
los zapatos (le obedecía sin poder borrar la sonrisa de su rostro)
M: Jaja será... ayss
E: A ver que se los pongo (volvía a quedarse mirando los zapatos “¿qué color es este?”
M: Le..ujum... ¿le gustan? (trataba de controlar su voz sintiendo las caricias en sus pies
mientras se los colocaba)
E: Jum (seguía a lo suyo)
M: Me los regaló mi madre, son unos Manolos
“todavía pavonea de ello, jeje pues venga voy a pavonear yo de la camiseta del
mercadillo, que son unas Lolas, que la Lola decía: Las llevo baratas oiga, baratas,
baratas, a tres leros niña, coge las que quieras en un minuto jeje ayss”
Raúl: (“lo sabía jeje si es que tengo un radar yo pa estas cosas y ¿ahora qué hago?”
pensaba y sin darse cuenta tropezaba con un juguete, anunciando su llegada y
rompiendo la cercanía de ambas)
Marcada 64
M: Así que pequeño (miraba el hematoma) se ve que no vimos el mismo barrio sésamo
usted y yo
E: Lo que pasa es que yo ahí no me lo veo por eso... (se callaba al notar la suave caricia
que la jueza comenzaba a dejar en la zona) por eso no se lo había dicho (aguantaba la
respiración y retiraba la mano de la jueza con la suya, bajándolas a su costado)
M: Debería... ujum... echarse algo (continuaba a su espalda, sin soltar su mano y
aprovechando para aspirar el aroma que desprendía el corto cabello de Esther)
E: Bueno, vamos a picar algo de esto (rompía el momento y se iba hacia la mesa, Maca
suspiraba mientras se mordía una uña) mire que casualidad (le enseñaba la etiqueta del
vino)
M: Pues... sí
E: Su padre suele donarnos vinos para la patrona
M: No lo sabía
E: Que, ¿es del bueno o?
“es la tercera vez que me retira la mano al tocarle alguna marca o cicatriz”
Raúl: Hora del café chicas (entraba con una bandeja en la mano, esta vez las encontraba
sentadas en la mesa con las espalda apoyada en la pared)
Claudia: Es que esto de que no haya sillas mata a cualquiera, que lleve tacones claro
Esther se levantaba y colocaba con la ayuda de Raúl otra mesa al lado de la suya, una
vez dispuestos los cafés, se sentaban como ellas, y en un gesto natural Raúl, apoyaba
dejaba apoyada su mano en la pierna más cercana de Claudia, quien la cubría con una
de las suyas, haciendo oficial para ellas la relación que comenzaba entre ellos, y que a
ninguna de ellas extrañó
Marcada 65
Raúl: Está el brigada buscando cohetes, verás cuando el teniente se entere de todo esto
E: Lo raro es que no les haya llevado barbacoa a los detenidos
M: ¿Hace eso?
E: Ujum, es de la vieja escuela, ya sabe, antes cuando apenas había presupuesto, eran
las mujeres de los Guardias las que preparaban la comida de los detenidos, para que no
se muriesen de hambre
Claudia: ¿Sí?
Raúl: Pues anda que no ha preparado mi madre tortillas para ellos
M: Y... si ahora pasara algo así, ¿también tendrían que cocinar las mujeres de?
E: Jeje, vete preparando Clau (la chinchaba)
Claudia: Ni de broma, además, para eso está la ley de igualdad
E: Ale majo, vete enseñando a hacer tortillitas... jeje... (en un movimiento rápido sin
que las judiciales la viesen sin sonido, le deletreaba a Raúl) Tiende bragas, si quieres te
ens...
Raúl: Tengo secadora (contestaba indignado cortándola) no me hace falta tenderlas
listilla
E: Jajaja, mira que eres fácil de picar, pero he de reconocer que has estado rápido
M: Pero... (los miraba desconcertaba, pero pronto retomaba a la pregunta que quería
hacer) Y en su caso, ¿quien la haría? (la cortaba)
E: Pssss, está clarísimo, yo no tengo igualdad de esa, en mi caso somos muy iguales ya
de por si, así que, le toca a la otra parte (se encogía de hombros)
M: Pues yo no lo veo justo, las de antes no trabajaban fuera pero ahora (comenzaban a
monopolizar la conversación entre ellas y la miraba directamente a los ojos)
E: Entonces que hago, lo investigo, lo detengo, lo custodio y ¿también le hago la
tortilla?, ya puestos también se la doy, no te digo (la miraba retante y se cruzaba de
brazos)
M: Puestos a eso, ¿se la hago yo (se daba cuenta del gambazo, pero ya no podía
rectificar) que después tengo que juzgarlo?
Raúl: No creo yo que... (intentaba relajar el ambiente) volvamos a eso, para darles un
bocadillo habrá ¿No?
E: Pues yo, no sé hacer tortillas, usted me dirá (seguía empecinada)
M: ¿Y yo sí? Además ¿no ha dicho antes que le enseñaría?
E: Pero que no me refería a esas tortillas, dios... que me refería a... a otra cosa leñe
Claudia: Jajaja, me muero... pero como ha desvariado la conversación tanto, vosotros
sois los guardias, vosotros os hacéis cargo, o es que os creéis que nosotras vamos a
mandar a un tipo a prisión después de hacerle la toritilla, sería de locos, jajaja
(terminaba de decir contagiando con sus risas al resto)
E: Jeje es igual, en el mercadona venden hechas ¿no?
Todos: Jajaja
Claudia: ¿Y esto? (cogía el álbum)
Raúl: Fotos (lo miraba) hostia si son de la época del doctor tricornio
E: Jeje sí
M: ¿Quién era ese?
Raúl: Jajaja cuéntaselo
E: Uff, pues... es... bueno no sé que me pasó de pequeña, pero la cuestión es que me
gustaba disfrazarme de fantasma, me escapaba de madrugada y entraba a los calabozos
a asustar a los detenidos, jejejeje mare que caras ponían los pobres... (las judiciales la
escuchaban con los ojos totalmente abiertos ante lo escuchado) la cosa es que el
cabroncete de mi padre me caló, no sé cómo se enteró y una noche, iba yo hacia los
Marcada 66
calabozos, con mi sabana, mi máscara, toda prepará, entro en los calabozos, me preparo
para asustar al primero cuando... zaca aparece un tío con bata blanca, tricornio, sin cara
y con una porra en su mano, gritando y persiguiéndome (parecía recordarlo) jajaja, no sé
el tiempo que estuve corriendo despavorida... hasta que me cazó mi padre jejeje, ya sin
bata claro, que cabrón, luego siempre me decía como seas mala vendrá el doctor
tricornio (los veía reírse) oye que por lo menos estuve un mes durmiendo con ellos
Así continuaron con naturalidad hablando y riendo, en alguna ocasión las risas por las
travesuras de Raúl y Esther en el Colegio, hicieron que la cabeza de la jueza se apoyase
en el hombro de ésta, facilitado por lo juntas que estaban sentadas, pero...
-: ¿Esther? (entraba en la sala una abogada de oficio conocida por los cuatro) ah si estás
ahí, señoría y demás buenas tardes
E: Julia (se levantaba de la mesa como un resorte)
Julia: Acabo de salir de un juicio y me lo han contado, eres el chismorreo ahora mismo,
aunque eso no es nuevo ¿verdad? (se acercaba con total descaro a la sargento)
Julia: ¿Vienes un momento? (le señalaba la salida) Hasta luego (se despedía de ellos)
Esther la seguía y quedaron paradas en la puerta, Julia le decía algo mientras una de sus
manos se situaba en la cintura de Esther
“y... esta... pero ¿con esta también?... já... ves eso te pasa por pensar en tonterías... pues
se acabó la fiesta... me voy a casita... la próxima que se preocupe ésta... o... la otra o
todas las que tenga... uf mira que me lo habían dicho”
“¿se ha ido enfadada? Y porque se iba a enfadar, no te digo ¿me enfado yo porque lo
nombre? Pues no directamente me enveneno al tragarme la bilis, pero con ella no me
enfado, que me ha cortado uff, me ha quitado las ganas de todo, tanta caricia, tanta
caricia, mejor me voy a trabajar que encima me pone nerviosa” Terminaba de pensar
mirando sus manos.
E: Me voy a la oficina a ver si ha entrado algo, a las once estate preparado (se marchaba
también)
Raúl: Pues (se acercaba a Claudia apoyando sus manos en sus piernas) yo no me doy
por vencido ¡eh!
Marcada 67
Un tiempo después...
Estaba en la oficina revisando las nuevas denuncias, pero sin poder concentrarse en
ellas, pensando en cómo la Jueza le había mirado después de que llegase Julia
E: Dime papa
Papa: ¿Dime papa?, ¿se puede saber porque no contestas las llamadas de tu madre?
E: Ando liada y...
Papa: Me es igual, pero hija mía, no ves que si no la contestas a quien vuelve loco es a
mí, que ya iba a empezar a llamar a todo dios
E: Bueno, lo siento ahora me la pasas y ya está
Papa: Vale, pero Esther sabes que después de lo que pasaste no nos puedes tener así,
sacas un minuto de donde sea y solo con oírte ya nos quedamos tranquilos
E: Si (suspiraba) tienes razón lo siento
Papa: Ahora te paso con tu madre, pero antes, me explicas ¿qué es eso de que te
vuelven a suspender? (preguntaba haciendo que Esther alzase ambas cejas)
E: Pues... pues... que... que sí, creo que diez días
Papa: ¿Diez días? (alzaba la voz) ¿y quién es el listo esta vez?
E: Vilchez
Papa: ¿Vilchez? Y a razón de que suspende a la mejor agente que tendrá en su vida.
Esther con esta falta ya no asciendes en tu vida y encima te quedas al borde la expulsión
E: Ya, pero es normal papa, estuve ilocalizada un día o día y medio, no me di cuenta y
tenía el móvil en silencio
Papa: ¿Y?, que pasa falla un móvil y se pierde a una guardia, pues a la antigua usanza
se entra a casa del guardia y se le despierta con dos tostas
E: No estaba en el cuartel (esperaba contestación, que no llegaba) ¿Papa?
Papa: Y... jeje... ¿ande andabas? (se le olvidaba la regañina)
E: En un hotel
Papa: Dios que me hubiera gustado a mi pillar tu época, y que, ¿muy golfilla la
muchacha?
E: Papaa (le regañaba)
Papa: No te pongas así, ya que tu madre no me dio hijo varones, tendré que hablar
contigo de mujeres ¿no?, que para eso me has salido liviana de esas
E: Uff
Papa: Escucha, estoy pensando que voy a llamar a Vilchez, que éste es tan gilipollas
como era su padre, voy a explicarle yo como narices suspende a una Guardia por un día,
cuando esa guardia normalmente hecha más horas que un reloj
E: Ni se te ocurra, no pasa nada, así aprovecho y voy a veros
Papa: Manda narices, o sea ¿qué hace falta suspenderte para que vengas?
E: Uf no es eso, pero no quiero más problemas con él
Papa: ¿Y que más problemas tienes tú con Vilchez?, si te ha visto crecer y su mujer
es... un momento, Esther (volvía a alzar la voz)
E: Que, papa me estás poniendo de los nervios
Marcada 68
Papa: De los nervios estoy yo, vale que después de aquello te me enviciaste, pero ¿que
te dije yo de las mujeres de los compañeros? ¿Eh? A esas hay que respetarlas como si
fuesen tu madre. Y más a ella que es como una hermana
E: Y... y eso hago... o eso intento (se tocaba el culo)
Papa: Deja de tocarte el culo que a tu madre no le gusta... cago en la leche si es que...
jeje... clavá a mi... con Cruz... mare mía (no salía de su asombro)
E: Papa por dios que me buscas la ruina, ni palabra de esto a mama
Papa: ¿Entonces es verdad?
E: NO... bueno... hubo algo... pero estaban separados y no se ha vuelto a repetir
Papa: Ufff, me han vuelto las ganas de fumar y tó... y ¿no puedo contárselo al Cabo?
(se atusaba el bigote)
E: Que no papa... por favor y deja de tocarte el bigote que a mama no le gusta (lo
imitaba)
Papa: Hay hija es que, que pedazo mujer, Jesús, estoy pensando que no, mejor no lo
llamo. Y bueno ahora cuéntame, ¿que tal la moto?
E: No va
Papa: ¿Como que no va?
E: Le hice lo que me dijiste y no ha funcionado
Papa: Eso es porque NO (remarcaba la palabra) hiciste lo que te dije
E: Bueno ya estamos, quemé el carburador como TU (remarcaba también) me dijiste,
pegó un petardazo, que casi se me queda la cara de una monster y se ha deformao
Papa: No puede ser (exageraba la palabra) que hicieras lo que te dije, algo no hiciste
bien
E: Ya está el listo
Ana: Has dicho todo estaba genial hasta que... (la invitaba a seguir “dios mío dame
paciencia”, pensaba)
M: Pues que estamos pasando un rato muy agradable sabes, con Claudia, Raúl y... ah
que ya es oficial, estos dos están juntos
Ana: Tarde piaste, eso ya lo sabía yo, cenaron el otro día aquí, venga sigue
M: No me metas prisa, que bastante me cuesta, estaba también... Esther...
Ana: ¿Y? (al escuchar otra vez ese nombre se impacientaba y pensaba “tengo que
aprovechar lo del congreso para ir al cuartel y hacerle una inspección in situ, porque
mira como me la tiene”)
M: Pues, uf Ana te acuerdas que dije que le había cogido cariño ¿Verdad? (Ana le
contestaba con la cabeza y volvía a invitarla a seguir con la mano) pues... eso y cada vez
me cae mejor, es un poco trasto y medio gamberrilla pero... yo que sé Ana (se tapaba la
cara con la mano) mira que hemos coincidido poco, pero (volvía a encoger los hombros)
Ana: Ujum ¿y todo esto te preocupa o? (sentada en la butaca, adoptaba postura de
psicóloga, lápiz en mano)
M: ¿Qué haces? (levantaba) cuéntame cuéntame y te pones a hacer el tonto
Ana: Que poco sentido del humor tienes, desde que compré esta butaca me ha apetecido
hacerlo, venga no te enfades sigue, te preocupa o no (veía como Maca se apoyaba en el
mueble recibidor y se quedaba mirando sus zapatos)
M: Claro que me preocupa, ¿cómo no me va a preocupar? (levantaba su vista hacia
Ana)
Ana: Perdóname pero yo no veo porque te va a preocupar que alguien te caiga bien, no
veo el problema (“jeje esta vez lo sueltas todo verás, te conoceré yo”, pensaba)
M: ¿Qué no ves el problema? No me lo puedo creer, pues yo sí, fíjate, que me miro
veinte veces en el espejo antes de salir para el trabajo (daba vueltas por el despacho de
Ana) que cuando la tengo cerca me pongo nerviosa, que se me tuerce el día si no la veo
aunque sea por la ventana, que esa es otra, no sabes lo que me he aficionado yo a la
ventana por dios, que es llegar al despacho y voy corriendo a pegarme a ella, a la
ventana digo (al verle la cara de desconcierto aclaraba) es que está al lado del Cuartel
Ana: Ah si es verdad, no me acordaba yo que...
M: Espera que hay más, sabes tú lo poco cariñosa o tocona que yo soy, pues hija con
ella se me va la mano (Ana se llevaba una mano a su boca) puedes reírte, total es de
risa, que se da un golpe, ahí voy yo a tocarlo, que se me pone delante, me da por olerla,
encima huele superbien. Total que no me reconozco Ana (acababa de decir
desconcertada)
Ana: Vamos a tomarnos otra copa (“que empiezo a necesitarla” pensaba)
E: Por enésima vez, deja de comerme la cabeza, que yo no tengo culpa de que te hayas
empeñado en un imposible (decía mientras caminaban por una calle)
Raúl: Otra vez, porque va a ser un imposible, cuando le he dicho que estabas en el
almacén le ha faltado tiempo para ir a buscarte
E: Pero vamos a ver, que era por educación, esa gente funciona así desde pequeños y
claro pues ella...
Raúl: Que no, que no me engañas, que tú lo notas como yo. Y por lo menos me
deberías reconocer que le llama la atención
E: Hay dios mío lo pesado que puedes llegar a ser, venga sí le llamo la atención ¿y?
Raúl: ¿Te parece poco? Eso es un mundo si no mírame a mi y no me vengas con que
tiene pareja, que me lo sé muy bien y eso un día se tiene y al otro no, esas cosas pasan
cada día
Marcada 70
Estaba tomándose el café mirando por la ventana, con una sonrisa en su boca, al
recordar como se había desahogado con Ana, era una suerte tenerla en su vida, con su
sentido del humor hacía que cualquier problema pareciese menor de lo que creía
Claudia volvía su vista a la puerta del despacho sin ver a nadie, al verla Maca le hacía
mirar hacia el patio
Claudia: Me has dicho que te diga que no, pero sí, sí que es, ¿Y qué hace ahí?
M: Eso quisiera saber yo (mientras Ana hablaba con el Guardia de la puerta cogía su
móvil marcando el número de Ana y viendo como al poco estaba le contestaba) Dime
que estás haciendo ahí (ambas veían como Ana daba vueltas sobre si misma buscando a
Maca) en el edificio de enfrente
Ana: Es verdad que no me acordaba, buenos días a ti también
M: Me respondes
Ana: Vengo a coordinar lo del congreso
M: Déjate de chorradas para eso tienes un jefe de seguridad
Ana: No esta vez prefiero hacerlo yo y te voy a tener que dejar que me acaban de dar la
tarjeta de visita
M: Espera, espera y ¿por qué no lo hablas con Javier?
Ana: Pues no lo sé, de todas maneras me dicen que voy a hablar con el Jefe así que,
estate tranquila, venga chao ya hablamos (cortaba y entraba en el patio del Cuartel)
M: La mato, como haga o diga algo la mato (no había quien la despegara de la ventana)
Desde esa posición privilegiada, ambas veían como Ana hablaba primero con un Agente
y después con el brigada
Brigada: Verá señora, esta semana no está el Teniente, que es quien lleva estos temas,
pero si quiere me acompaña al despacho y allí vemos que podemos hacer
Ana: He llamado a Vilchez, el Teniente vamos, quedé con él en pasarme y me dijo que
me entrevistase con la sargento
Brigada: ¿Con la sargento? ¿Seguro que le dijo eso?
Ana: Sí segurísima, creo que es aquella ¿no? (señalaba el lugar donde se encontraba
Esther, quien parecía terminar sus ejercicios)
Marcada 72
Brigada: Sí, entonces lo mismo le dijo algo a ella, Esther (gritaba) ven para acá
Esther obedecía y a medio camino reconocía a la mujer, de unos treinta y largos años,
rubia a media melena, vestida como una moderna empresaria, entonces se quitaba la
camiseta, lo único que tenía a mano y se quitaba el sudor de su cara con ella,
quedándose en top deportivo
E: Buenos días (saludaba a ambos de manera verbal y tenía que dar un paso atrás
cuando Ana se aproximaba a ella dándole dos besos improvisados) ujum (carraspeaba)
¿ha pasado algo en su hotel?
Brigada: Es por un congreso nenica, ¿Te ocupas? (intervenía)
E: Eh (se miraba) si algo me ha dicho el jefe, pero déjeme ducharme y estoy con usted
Ana: Sí (la escaneaba) claro
E: Bien pues en diez estoy aquí, si quiere ir a tomar algo o...
Ana: No (contestaba rápido) la espero (nada más irse ambos hacía un gesto al aire de
ok)
“uf me va a sentar mal el café, con tanto nervio (pensaba todavía pegada a la ventana)
encima que suerte la ha visto en... Macarena” (se llamaba ella misma al orden)
A los diez minutos regresaba todavía con el pelo húmedo y ya en sus clásicos jeans y
camiseta, encontrando a la empresaria sentada en uno de los bancos del patio
Ana un paso por detrás, no perdía detalle de la sargento, viendo como iba saludando y
no siendo consciente de lo que su visita al edificio estaba causando entre los guardias
que por allí rondaban
La sargento abría la puerta de su oficina dándole paso, una vez que Ana pasaba,
observaba la oficina, tres mesas alargadas con papeles amontonados, ordenadores de lo
que ella creía ya no se fabricaban, una gran pizarra, no se podía ver el color de las
paredes por la cantidad de folios y fotos que en ellas había
E: Siéntese (Ana miraba la silla que la sargento le ofrecía frunciendo el ceño y mirando
a la sargento con cara de súplica) eh... un momento (cogía un rollo de papel que estaba
apoyado en la pared recortaba un trozo y lo ponía en el asiento de la silla) ala ya está
(Ana tomaba asiento con extremo cuidado)
Ana: Sí que se notan los recortes, ¿y no hay otro despacho donde? (Esther le contestaba
negando con la cabeza)
E: Bueno, a ver, me ha dicho el jefe que la delegación de gobierno habían mandado
algo sobre el Congreso (se disponía a arrancar el pc, ante la atenta mirada de Ana)
cachis en la mar ya me lo han tocado (se levantaba y daba un porrazo encima del
monitor) bien, es que está medio estropeado (le explicaba, mientras trasteaba por el pc)
Esther para relajar el ambiente y que la mujer se sintiese cómoda decía utilizar su
sentido del humor, sentada su silla simulaba pedalear, en movimientos exagerados
Ana: Pero (miraba debajo de la mesa, al pensar que realmente así funcionaba la
impresora)
E: Jeje que era broma (cogía el papel de la impresora y se levantaba a dárselo a Robert)
Ana: Esto es de locos (murmuraba, cuando de pronto escuchaba voces en el pasillo y se
agarraba fuerte a la silla por lo que pudiera pasar)
Ana: Agh... (se levantaba despavorida y se colgaba de lo primero que pillaba que era la
sargento)
Raúl: La suerte que tiene, si es que se le cuelgan solas (murmuraba)
E: Ay no apriete tanto que me ahoga (giraba con Ana en sus brazos) como se meta
debajo del archivador nos monta una camada
Plash plash (e escuchaba mientras Ana no hacía ningún intento de bajar, más bien lo
contrario rodeaba con sus piernas la cintura de la sargento, quien agotada ya, la apoyaba
contra la pared, intentando ver como acababan con el bicho
-: Por fin, ya está, voy a tirarla (decía portando su porra en alto con el bicho pegado)
E: Llévala a la protectora, lo mismo la reaniman para animal de compañía, pedazo
bicho (decía todavía en la misma posición)
Raúl: Jajaja o preparamos un arrocito, lo mismo cuela como bogavante
E: Venga ya está, tranquila puede bajar (le decía a una Ana que ocultaba su rostro en el
cuello de Esther)
Ana: Es verdad que huele bien (se le escapaba, todavía oculta en su cuello)
E: Y ¿por qué iba a oler mal? (se apartaba para verle la cara)
Ana: Ays no sé, son los nervios, lo he pasado fatal, voy a hacer un escrito al ministerios
o donde sea que...
E: Un minuto más y me hernio ¡eh!, que no estoy yo diciendo que pese, al contrario,
pero... (la cortaba)
Ana: Ay si perdone (por fin se bajaba y se arreglaba la ropa)
E: Vamos a hacer una cosa, mejor nos vemos en su hotel ¿qué le parece?
Ana: Genial
-: Que fuerte, que fuerte, luego la tía no querrá que cuchicheen de ella, pero si se la
tiene acorralada contra la pared en plena oficina (decía una agente que pasaba por el
pasillo)
-: Jejeje es mi ídola tío, yo a Agentes como ella, haría como los galácticos del fútbol,
que quieres unas rayitas toma, que quieres tirarte a tres tías tómalas y mañana, me
rescatas a niños o te cargas un comando, a gente así, nene, hay que mimarla
M: Ana, para por favor (decía secándose las lágrimas producidas por todo lo contado
por Ana)
Ana: Yo había un momento que hubiera pagado lo que fuera por desaparecer de allí
M: Exagerada
Ana: Já, tenías que haber visto la silla esa, los ordenadores que usan los pobres, que
casi le firmo una donación por dios y... cuando venga a verme, le regalo una de las
agendas del merchandising por...
M: No (la cortaba) no... que... que no le gustan (ante su contestación Ana fruncía el
ceño)
Ana: Te voy a dar dos consejos por lo que pueda pasar, uno vete poniendo en forma
que como te coja tu sargento te puede destrozar, oye que la tía me ha tenido en brazos
no sé...
M: ¿Cómo? y... y ¿qué hacías tú en sus brazos? (la cortaba enfadada)
Ana: Tranquila, es que apareció el bicho ese y tuve que agarrarme a lo que fuese y es
verdad, huele muy bien, vale que acababa de ducharse pero la verdad es que sí, no he
sabido yo que perfume o suav (al ver la cara de Maca paraba) mejor sigo con el consejo,
Marcada 75
E: Oye, pues esto de la moqueta y los cojines esturreados por aquí, es como más
agradable
-: ¿Te parece?, no estaba muy convencida
E: Muchísimo mejor, donde a parar, no como la... el diván ese (le decía tumbada en el
suelo apoyada en unos cojines)
-: Te creo, has hablado hoy más que en todo el año
E: Eso no es verdad, lo que pasa que hoy...
-: Estás contenta y diría que hasta tranquila
E: Jum, ¿hemos acabado por hoy? (se sentaba apoyándose ahora en la pared)
-: Sí (le sonreía, se levantaba de su sillón y se sentaba a su lado)
E: Jeje estabas deseando probarlo, ¿qué no?
-: Sí, pero solo contigo (le decía bajito y en tono juguetón)
E: Aghum- bostezaba (perdona, anda ven un poquito) echaba hacia delante su cuerpo, la
terapeuta entonces pasaba un pierna por el hueco que dejaba, se apoyaba en la pared y
descansaba su cabeza en el hombro de Esther, mientras sus brazos la rodeaban
Marcada 76
-: ¿Me cuentas cómo es? (la balanceaba y Esther giraba su cara hacia atrás para mirarla
y encogerse de hombros)
E: Es... (volvía su vista al frente y ladeaba su cabeza, provocando la sonrisa de su
terapeuta) pijina como tú, más alta que yo pero más baja que tú (ahora le hacía negar
con la cabeza) tiene dos pedazos de ojos que parecen dos luceros y... ¿te puedes creer
que Raúl dice que tiene la nariz grande?... bueno a lo mejor un poco así alargadilla, pero
ya ves tú, además le da personalidad y después es aghhh (se le abría la boca, se
acomodaba más en la terapeuta apoyando su cabeza en ella)
-: Tienes que bajar el ritmo Esther y tratar de descansar (doblaba su pierna hasta ahora
estirada y apoyaba su codo en ella para poder acariciarle el pelo)
E: Jum (se le empezaban a cerrar los ojos) creo... que el verbo gustar se me está
quedando chico... jum...
-: Aprovecha y duérmete (estiraba su cuello para verle la cara) échate conmigo (se
dejaban caer de lado en el suelo y la terapeuta continuaba con su caricia) Esther ¿a qué
hora tienes que volver?
E: A las... agh... tres
-: Bien
E: Anda que... jum... dos bollys aquí tumbadas y na de na jeje (notaba el otro cuerpo
moverse por la risa) hace dos siglos esto era incons... inconcebible, amos con el poco
mercao que habría... agh... como para desaprovechar...
-: Vero, ¿Vero?
Vero: Si (se incorporaba) dime (le contestaba bajito)
-: Quedan 15 minutos para el siguiente paciente
Vero: Uhm... sí (con cuidado se levantaba e iba hacia su mesa, recogiendo una carpeta
para dirigirse a la puerta)
-: ¿A qué hora la despierto? (parada en la puerta miraba a Esther)
Vero: A las (miraba su reloj) dos y poco (también la miraba)
-: Así dormidita parece una niña... provoca...
Vero: Abrazarla (sonreía) es un trasto, pero no consigo que duerma y retome horarios
(suspiraba) vamos a la consulta de María (se marchaban)
Raúl: Sí, en cuanto salga Esther te recogemos, vale un besazo cariño (colgaba y se
guardaba el móvil) Esther (alzaba la voz) ¿cuándo vas a arreglar la antena de la tele?
E: Cuando tenga tiempo (contestaba desde su habitación) no te digo, ya podría
arreglármela él, no, no mejor no, que este tiene de manitas lo que yo de... ¡eh!... pues...
lo que sea que no soy eah (murmuraba para ella)ale ya está (aparecía en su salón) vamos
ya a la dichosa cenita
Raul se levantaba del sofá y la miraba de arriba a abajo para comenzar a negar con la
cabeza
E: Yo todavía lo que no me explico es porque la pijina ésta quiere cenar con nosotros
Raúl: Agradecida que es la muchacha (caminaban por el patio “y tanto que es raro,
Claudia la conoce lo mismo es por eso, pero vamos entonces ya se podría haber
estirado el otro día, que un poco más y me dejo medio sueldo allí”)
E: Mira, ¿qué hace ahí el coche de la jueza?
Marcada 78
Raúl: Eh... si dijo que lo dejaba ahí, es que la llevaron al aeropuerto desde aquí
E: Ya, pues esto es solo para cuando están de guardia, no para que aparquen cuando
quieran, por muy señorías que sean
Raúl: Ayyyy (le cogía el moflete) que malos que son los celos
E: ¿Qué celos? Es así... entonces... ¿está en Madrid con el Ken?
Raúl: Ujum, pero ¿eso no estropeará la noche no?
E: No (suspiraba)
E: Amos, amos, amos, si está aquí todo el pijerio que hay en cien kilómetros a la
redonda (miraba por las cristales uno de los salones del hotel)
Raúl: Jeje, la verdad es que sí, vete terminando ya el cigarro que nos está esperando
E: Voy (apagaba el cigarro en el cenicero de la entrada) por dios, tened cuidado chicos,
esto a lo mejor se contagia jeje (decía bajito)
Claudia: Pues que yo sepa hay cierta Magistrado que frecuenta mucho este sitio (le
soltaba a propósito)
E: Eh...
Raúl: Cariño tú dásela a ésta (señalaba a Esther) una semana y la tienes comiendo
sardinas con las manos en cualquier chiringuito jajaja
E: Graciosillo, además no me gustan las sardinas por muy de pescado que sea jeje ayss
“no, no, no para no te la vayas a imaginar así... o... sí porque las sardinas son muy
pringosas y lo mismo no hay servilletas... ayss yo creo que estoy peor ¿no?”
Raúl: Esther (le señalaba a Ana que de repente y sin que ella se diera estaba a su lado)
E: Hola, ¿qué tal? (la saludaba y miraba su figura, después de que Ana le diera dos
besos y comenzara a andar hacia el salón en el que iban a cenar, hablando con Claudia y
Raúl)
“ésta lleva más dinero encima del que yo cobro en tres meses fijo... jeje ¿no había
vestido que marcara más su culete?... lo flipo con este pueblo... no sé yo si será de los
que tenga la renta per capita esas más alta, pero en cuestión de bellezas está el
primerísimo... jeje y la segunda dama de las fiestas es... Clau... no a esa ya no puedo
mirarla ni pensarla... entonces Cr... tampoco... pues... Ana... es igual la reina la tengo
muy clara... aunque ella esté ahora mismo en... paso de pensarlo, además a ver si te
aclaras, ¿no dices que con el ken ella está muy bien?, lo que pasa es que yo que sé... la
barbie y el ken están muy vistos, pero por ejemplo la barbie y la nancy serían un
puntazo... no... demasiado descompensadas... además soy más pequeña que ella... pues
entonces... la barbie y la monster, que están de moda... jeje... esa arrasaría fijo... sigo
fatal ¿no?”
Ana: Pues... a mi... me parece super bonito y super tierno (se emocionaba) oyéndote
cualquiera diría que eres así de tierna y de... (se callaba al ver la cara con la que la
miraba Esther) no a ver no me malinterpretes es que... es que (no sabía como salir)
hablas así medio macarrilla, hablar ¡eh!, no que lo seas y... pues eso que me parece muy
bonito
E: ¿Medio macarrilla? (se quedaba pensando) no, yo creo que no, mi hablar es medio
dejao no medio macarilla ¿No?
Raúl: Es macarra, te pongas como te pongas. Lo que no tengo idea es de donde lo
pillarías
Claudia: A mí me hace gracia
E: Pues ahora que lo decís no sé, lo mismo como se metían tanto conmigo por
pequeñaja, sería un acto de autodefensa de esa ¿no?
E: ¿Te acuerdas la de veces que tuve que hacer pis en tarros? Jesús, estaban
obsesionados con que yo fumaba, oye que me despertaban a las 3 o las 4 de la mañana,
me hacían atravesar el patio en pijamilla muerta de frío, vamos que ya no sabía yo hacer
pis en el water
Raúl: Es verdad, pero es que claro aquí la niña el primer día se presentó en el Colegio,
de la Guardia Civil no lo olvidéis, con rastas, jaja madre mía le dejaron la cabeza a lo
Teniente Oneill
Ana: ¿En serio? (le tocaba el pelo) jaja ¿no tienes fotos?
E: Sí, sí que tengo, ahora ni idea donde, con que maldad me rapo el tío aunque... oye
pues tenía mi punto ¡eh!
Raúl: Sí y tanto que te costó dos meses sin salir, es que cuando fueron a hacerle el
primer control, perdonar que no sabéis como es, lo hacían de madrugada, entraban en
silencio a las habitaciones e iban directos a la cama de a quien le tocase... jeje y en vez
de una rapada se encontraron una pelirroja jajaja y menos mal que no se encontraron a
las dos jaja es que ésta había ido al baño, si no en vez de dos meses la echan jaja
Claudia: ¿Pero es que ahí se podía?
E: Entre bollys más fácil, como duermes en la misma planta, eso sí, con el silenciador
puesto o no salías de ahí en tu vida, ahora chico-chica era mas complicaillo, aunque jeje
también, que cuando teníamos imaginarias te podías encontrar cualquier cosa en los
baños jeje que época madre
Ana: Y ¿cuánto tiempo estuvisteis ahí?
E: Dos años internos, solo podías salir el fin de semana y las fiestas, si no la liabas claro
Ana: Ya, ¿cuántos pudiste salir entonces? (le chocaba su hombro con el suyo)
Raúl: Jaja, ya te ha calado
E: Pocos (negaba con la cabeza) eran unos dictadores, no me dejaban relacionarme, ni
quejarme, ni fumar... me cogieron manía o algo
Raúl: Eso es verdad, yo creo que fue la bolly mayor
Claudia: La... ¿qué?
Raúl: Es que a ellas las vigilaba una sargento super-mega-hiper bolly, así en plan butch
que le dicen ahora y... claro llegó esta fastidiándole el negocio y le dio por ella
E: Dios oye llegué a cogerle miedo, mira que era salida la tía jejeje, es que nos
entregaron los uniformes, todas allí desnudas probándonoslos y la tía sin perder detalle
y cuando íbamos pasando para formar delante de ella, la tipa diciendo “hay que ver los
culitos que os hace el uniforme” mientras nos lo palmeaba y en las duchas, jesús, era
como un lavadero de coches, nos metían a unas 20 debajo de unos chorros y la bolly
Marcada 81
controlaba el agua, dar-cortar, dar-cortar, todas allí con los pezones apuntando alto, oye
que te descuidabas y te saltaban un ojo jeje, se le salían los ojos de las órbitas jeje que
tía
Ana: ¿Que os metían a 20 en la ducha? (preguntaba y no obtenía contestación porque su
móvil comenzaba a sonar y lo contestaba) Perdonar, ¿sí? (salía hacia el jardín)
E: Yo aprovecho para fumarme un pity, ale ya podéis besuquearos unos minutillos jeje
ayss (se marchaba hacia el jardín)
Nada más salir veía a Ana hablando por teléfono y no queriendo ser indiscreta se
encendía el cigarro y caminaba hacia el lado contrario a la empresaria, no sin antes
saludarla con la mano
Ana: Jeje, ha salido a fumar, me cae genial Maca y además tiene un montón de
anécdotas
M: Sí (sonreía) si es que con lo trasto que es, las que habrá formado por ahí
Ana: ¿Y tú qué tal? ¿Vais a salir o?
M: Sí, lo estoy esperando, vamos con una pareja de amigos de Fer al Fortuny
Ana: Típico de Fernando ¿sabes lo que ha pedido tu sargento para cenar?
M: Que (irremediablemente volvía a sonreír)
Ana: Lubina sin adornos jaja ay Maca que mujer
“creía yo que esto iba a ser más pijo pero no, se está bien jeje por lo menos todavía no
se me ha pegado el osea... sabes, lo mismo no lo veo tan pijo por mi pijina... no... no
puede ser si no coincidimos ná”
-: ¿Sargento?
E: Eh (se giraba hacia donde provenía la voz) Don Pedro, ¿cómo estamos?
Pedro: Bien, mejorando (llegaba hasta ella y le daba la mano) casi no te reconozco
E: ¿Puede fumar o? (preguntaba después de sonreír)
Pedro: Lo he dejado, ya después de cenar algún habano sí que me fumaré
E: ¿De cenita con Doña Rosario? Sacándola un rato (lo veía fruncir el ceño) no a ver...
es que a veces que, vamos me refiero, que no es que sea un perro es...
Pedro: Jajaja (comenzaba a reír) si es que tienes una forma de hablar más graciosa, ayss
pero no es de negocios, para ella es que estoy con unos amigos, que ella y mi hija han
hecho tándem y no me dejan hacer nada
E: Ayss estas mujeres, mientras se lo tome con calma no pasa nada
Pedro: Eso les digo yo, tenía ganas de verte, que desde que te hice caso y contraté a los
de seguridad no ha vuelto a pasar por la finca
E: He estado liada, pero mis chicos sí que pasan por allí, ¿está contento con ellos?
Pedro: Sí, pero el encargado va un poco de sheriff, a ver si un día te pasas y me lo
asustas un poco, eso sí, sin que mi hija se entere, por cierto ¿que tal con ella en el
juzgado?
E: Genial... vamos que bien... es muy seria ¡eh!, pero...
Pedro: Sí que es seria (la cortaba) pero seguro que te la ganas en nada...
“dios le oiga jeje”
Pedro: Si quieres le hablo de ti y de lo bien que te portaste cuando el problema con las
lindes de la finca
E: No, no mejor no, bueno voy a volver a la mesa que se van a creer que me he fumado
el paquete, cuídese ¡eh! y salúdeme a Doña Rosario. La pobre que no sé como me habla
después de aquello
Marcada 82
“oye pues ahora que lo pienso a los suegris los tengo medio ganados... no... vamos
siendo hombre de negocios como va a aceptar cambiar un magistrado de la audiencia
nacional por una sargento de la guardia civil, ¿pues no ves que no?”
-: ¿Esther?
La mesa fue montada en el jardín, donde terminaron de cenar. Para Ana estaba siendo
todo un descubrimiento Esther y además congeniaba muy bien con la nueva pareja
E: No
Ana: No te gusta que la toquen entonces
E: Sacto
Ana: ¿Por?
E: Pues... (se acercaba más a ella mientras las dos parejas mantenían una conversación
distinta) hubo alguien a quien yo quise muchísimo, una jartá vamos, pues normalmente
ya en la cama, para dormir (le levantaba repetidamente las cejas) me la solía tocar, se
quedaba dormida haciéndolo (se callaba recordando) ya sabes en plan peli romántica en
la que la chica acaricia y besa las cicatrices de su héroe como queriendo...
Ana: Ya, como queriendo borrar la cicatriz y el daño que provocó, te refieres a eso ¿no?
E: Sacto otra vez, hay que ver lo rápido que me pillas, la cosa es que la misma que me
acariciaba y que quería borrarla me hizo ésta (se levantaba la camiseta y le enseñaba
rápidamente la cicatriz de su torso)
Ana: Joder... parece un dis...
E: Sí, lo es (la cortaba) desde eso, no ha habido mujer con la que haya estado que no me
la tocase, la cicatriz digo, aunque la conociera de una sola noche, así que ahí comprendí
yo lo que quería decir Sabina con su canción
Ana: ¿Cual?
E: Yo no quiero calor de invernadero, yo no quiero besar tu cicatriz (le cantaba bajito)
yo no quiero París con aguacero ni Venecia sin ti
Ana: Lo que quiero (le seguía) corazón cobarde es que mueras por mi
Ambas: Y morirme contigo si te matas (cantaban a dúo) y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren
E: Uff yo creo que me voy a ir, que tengo que pasar todavía por la panadería
Ana: Nos tomamos esta y ya nos vamos, aunque yo creo que ya me quedo aquí hoy, me
parece (se reía) que nos hemos pasado un poquito
E: Jeje puesss yo creo que también, si es que se está aquí superbien (decía balanceando
el columpio en el que estaban ambas sentadas) si quieres te llevo
Ana: No, si de todas maneras pensaba venir mañana temprano
E: Hoy
Ana: ¿Hoy? ¿Cómo que hoy?
E: Que ya es hoy no mañana (miraba su reloj)
Ana: Ya pero que yo venía mañana y hoy también
E: Eso era ayer, que viniste y hoy
Ana: Jum me acabo de perder jaja (sonaba su teléfono) que raro a estas horas, espera
¡eh! (lo descolgaba sin mirar) Dígame
Marcada 84
“joder en los fics del foro, al que me he aficionado, esta frase tiene mucho éxito”
“me... me acaba de decir ¿que sueñe con la mujer desnudada? Pero si no me había
dejado acabar... dios que mujer”
“¿luego? Pero si son las tantas... no irán a cotillear de mi... pero que dices no tendrán
ellas más cosas de las que hablar que de ti ayss si es que sigues fatal”
hacía conformarme y conocer a Esther ha sido como dejar caer la venda y darme cuenta
de que ahora lo quiero más como amigo que como pareja
Ana: ¿Y él como se lo ha tomado? (preguntaba semitumbada en el sofá del salón de la
jueza)
M: Um (se encogía de hombros) yo creo que se lo esperaba, date cuenta que desde que
me vine aquí nunca le he sacado el tema de volver a convivir, imagino que él también
pensaba que nos habíamos estancado, hemos quedado en que nos damos el tiempo que
él esté en Bruselas, pero creo que por mi parte está clarísimo, no le voy a mantener
atado a mi cuando no le quiero lo suficiente. No puedo hablar nada malo de él y
tampoco del tiempo que hemos estado juntos
Ana: No te voy a decir que me sorprenda, sabes de sobra que yo no lo veía normal,
podías pasar días sin hablaros y el tiempo sin veros últimamente era mucho, lo que me
ha sorprendido es que te hayas decidido tan rápido
M: Después de hablar por teléfono con Esther, no podía volver a la cama junto a él, me
pasé casi toda la noche en la terraza, de pronto me di cuenta que cinco minutos de
conversación con ella, habían sido más emocionantes, que todo el fin de semana junto a
él
Ana: ¿Y con ella?
M: Nada, no tiene nada que ver, me cae genial y vale que me encanta, pero...
Ana: Me alegra que lo reconozcas (la cortaba) hay que ver lo provechosa que te salió la
noche en la terraza (sonreía)
M: La verdad es que sí (sonreía) no gano nada negándolo, me gusta, todavía me parece
increíble pero es así
Ana: Ya te lo dije anoche, a mi me parece un encanto, es divertida, atenta y por otro
lado es muy cariñosa (se quedaba pensando) pero... ¿crees que ha podido superar todo
aquello? Es demasiado... no sabes cómo lloré mientras me lo contaba... y ella me
ladeaba la cabeza sonriendo y me decía: “No pero que estoy bien un poco más pirá pero
eso es de fábrica”. No sé, es muy fuerte, lo sería para mí mucho más para una guardia
hija del cuerpo
M: ¿Te... te refieres a lo del zulo?
Ana: ¿No lo sabes? Joder creía que lo sabías (se llevaba la mano a la boca)
M: Sé que la secuestraron en un zulo, que la dispararon y que después tuvo algún
problema de adicción, ¿te contó cómo fue? (se mordía una uña)
Ana: Sí, Maca no creo que debiera contártelo (se incorporaba un poco y veía como
Maca recogía sus piernas abrazándolas con su vista clavada en ella, en modo suplica)
jamás óyeme bien, jamás le digas que te lo conté (le asentía con la cabeza) bien, te
cuento a mi forma, ella ya había participado en varias operaciones, que le dicen ellos,
atrapando a terroristas, la cosa es por ese entonces una de las cabecillas no estaba
fichada, vamos que no sabían nada de ella, solo tenían conversaciones telefónicas,
escritos pero nada más, por hackers dieron más o menos con su paradero y allí
mandaron a Esther, como le va el rollo de escalar y todo eso, consiguieron que la
contratasen en un multiaventuras en la montaña. Ahí pues eso, se infiltró y fue
consiguiendo información, al poco congenió muy bien con la encargada y ya sabes
(levantaba las cejas) total que se liaron (veía como Maca cerraba los ojos) un tiempo
después se enteró que la buscada era la misma persona de la que ella se había
enamorado (hacía una pausa) imagínate por un momento la situación
M: Ujum (carraspeaba) prefiero... sigue por favor (se tapaba la cara)
Ana: Después de mucho pensarlo avisó a los suyos y ya estaba todo preparado para
atraparla, cuando a quien atraparon fue a ella, los terroristas esos se la llevaron y la
encerraron... en... un zulo y... (comenzaba a emocionarse) ahí no me lo contó pero
Marcada 88
imagino todo lo que paso, 50 días Maca... 50, con lo nerviosa que es... imagínatelo (se
limpiaba las lagrimas que ya corrían por sus ojos) ¿sabes quién le abrió la puerta el día
50? (le negaba con la cabeza, al tiempo que trataba de contener su llanto) la hija de puta
esa y ¿sabes lo que hizo? Dispararla a bocajarro, eso sí, la suerte es que no tenía mucho
tiempo y dejó la puerta abierta, así, pudo avisar antes de perder la conciencia... a la tipa
esa (decía con desprecio) la...
M: La salvó (decía con las vista perdida)
Ana: ¿Cómo?
M: Que la salvó (se levantaba e iba a por una caja de pañuelos) dejó la puerta abierta a
propósito, esa gente no suele cometer esos errores, están acostumbrados a ir contrarreloj
(se sonaba)
Ana: Ah, ¿y para que dispararla entonces?
M: Buscaba tiempo para escapar, por una parte la liberaba y por otro ganaba tiempo
para huir (se restregaba la cara)
Ana: Pues que se joda... que no lo ganó... la detuvieron cuando intentaba pasar a
Francia (cogía un pañuelo y también se sonaba) que hija de puta, es que no me sale otro
nombre (se quedaba observando a Maca, mientras esta servía otra copa y se apoyaba
con las dos manos en el mueble con la cabeza agachada) Maca (decía preocupada)
M: Has dicho después de mucho pensarlo (se incorporaba y la miraba) ¿te hablo de
tiempo?
Ana: No (pensaba) no, solo dijo los días de cautiverio y que de esto hace ya casi dos
años, que yo recuerde. Como se te nota el oficio (bromeaba intentado relajarla)
M: No, es que Fer me habló de una posible colaboración de Esther y... no sé, puede que
se basarán en el tiempo que transcurrió entre que Esther supiese que era la cabecilla
hasta que avisó
Ana: ¿Colaboración? No, yo no tengo ni idea de policías ni de lo tuyo, pero aun
conociéndola de hace nada, te digo que eso es imposible, por dios si por un simple robo
de 200 euros ha llamado a medio pueblo, si al hablar se le nota que le encanta su
trabajo. No puede ser
M: Ya, pero como tú has dicho, imagínate por un momento la situación, enterarte que la
persona a la que amas es una terrorista y tú eres guardia, ¿la entregas sin más? Esther
sabría que si la entregaba era para encerrarla para toda la vida (continuaba elucubrando)
y además seguro que se le acusa de más victimas si era cabecilla, estamos hablando de
una condena de más de mil años
Ana: Total, luego no cumplen las penas (se encogía de hombros)
Se quedaban unos instantes en silencio, Ana observando a una Maca que se mantenía
con la vista perdida y ésta recordando las conversaciones en las que ese tema había
salido estando ella presente
promiscuidad, estaban relacionados con una mujer y sospechaba bien, es la misma que
le disparó
Ana: Promiscuidad es demasiada palabra, que le gusten mucho las mujeres y que no
quiera compromisos, no significa tanto
M: No claro, en eso he podido comprobar que los rumores son ciertos (volvía a
morderse la uña)
Ana: Que quieres que te diga, después de lo pasado, a cualquiera se le quitan las ganas
de enamorarse. Te das cuenta que después de todo, lo que menos importa es que sea
mujer (afirmaba más que preguntar)
Volvían a quedarse en silencio, cada una con pensamientos diferentes, Maca anclada a
Esther y todo lo pasado y Ana preocupada por su amiga, a ella ya no solo le parecía que
el sentimiento de Maca hacia Esther fuese una simple atracción, en el caso de que
ambas se gustasen e iniciasen algo, ¿cómo respondería Esther?
E: Ya... no si voy para allá... jum... va con atraso... no, les he dado mi número y que me
llamen... no voy a estar aquí esperando dos horas para una chorrada de juicio, vale... sí...
¿al tres?... y no ¿podéis ir ninguno? Vale venga voy yo
“cachis en la mar... llevaba sin ponerme así de nerviosa por una mujer desde... pues...
desde ¿el instituto?... ni con... paso de pensarla... ¿qué me miran? Joder tengo que
controlar el tic este de tocarme el culo, cada día me parezco más a el Nadal jeje... bueno
pues voy para el tres, lo mismo ha salido a tomar café o algo...”
Una vez en la puerta del despacho de la secretaria judicial daba dos toques y la abría
E: Con permiso (se callaba al ver a Claudia y a Maca en el despacho) buenos días
(saludaba con la mejor de sus sonrisas)
M y Claudia: Buenos días (le respondían al unísono)
Claudia: Pasa no te quedes en la puerta, tengo varias gestiones para ti
E: A ver si un día me llama para algo que no sea trabajo
Claudia: A ver (la imitaba) si un día no nos traes tú trabajo, esto es solo la continuación
del tuyo
E: Jeje, vale (de pie observaba como Claudia permanecía sentada en su sillón mientras
Maca estaba de pie junto a ella, con folios en la mano)
Claudia: Siéntate mujer, mira te las doy por orden de urgencia (antes de sentarse las
miradas de la jueza y ella se encontraban)
E: Jum (cogía la documentación y comenzaba a leerla “dios me tiemblan hasta las
pestañas, se va a creer que tengo parkinson”)
Marcada 90
“ a veces es de un obediente”
Pensaba mientras veía como Esther introducía su mano en los bolsillos de sus
pantalones, buscando algo
“ya está buscando papelillos, debería de aprovechar y regalarle la libreta pero es que
con Claudia aquí menudo corte”
E: No que (se levantaba, todavía buscando en los bolsillos) es que tengo que apuntarme
algunas cosas y... ¿tiene papel para...
M: Venga conmigo a mi despacho (intervenía) tengo que hablar con usted de la
operación de contrabando. Claudia luego seguimos
Claudia: Sí, de todas maneras tengo que bajar a registro, venga luego os veo (se
levantaba y se iba)
M: Bien pues, ¿vamos?
E: Sí claro, usted primero (recogía la documentación y la seguía “Dios pedazo vistas
jejeje que penilla que el despacho no esté más lejos” pensaba con su vista puesta en el
final de la espalda de la jueza)
De vuelta en el despacho...
M: Aparte de eso me gustaría que le echase un vistazo a esto, lo lleva Javier, pero me
gustaría que usted me diese su punto de vista (apoyada en la mesa de su despacho le
entregaba el atestado a Esther sentada en la butaca)
E: ¿Ahora? (la miraba desde su posición)
M: Lo antes posible (desde su posición más alta miraba la frente de una Esther, que
parecía empezar a leer) no le ha quedado marca (decía a la vez que llevaba su mano a la
frente, apartando el flequillo de Esther)
Ésta al notar la caricia que comenzaba a dejar en su frente la jueza, sin levantar la vista
de los papeles, retiraba la mano de la jueza dejando un beso en ella
“dios no tendrá bastante con ponerme esas pedazo piernas delante mi cara como para
que también me toque, dios mío lo bien que le queda la falda... a estas ¿le llaman
ejecutivas no? uff es igual... verás que la lío... uf... tengo que relajarme o me acabo
enganchando a ellas como si fuesen... yo que sé”
“por valiente eso te pasa por valiente, dios se me va a salir el corazón del pecho”
M: Achus (estornudaba)
E: Jesús (la miraba)
M: Es que pasé frío la otra noche y estoy medio acatarrada (se giraba en busca de un
pañuelo)
E: Ah por eso tiene los ojillos rojos (se levantaba y cuando la jueza volvía a girarse
quedaban prácticamente enfrentadas. Entonces dejaba los papeles en la mesa y echaba
la butaca para atrás) a ver (se aproximaba más a ella, dejando una de sus piernas en
medio de las de la jueza y llevaba su mano a la frente de ésta) no... no... ujum vamos
que (“¿pa que te pones a medirle la fiebre si no tienes ni idea? Si además tal para ti va a
estar caliente sí o sí” sus pensamientos eran interrumpidos por el sonido de su teléfono)
vaya perdone (retiraba la mano y sacaba su teléfono) ¿Sí?
Ninguna de las dos variaba la posición, el único cambio que realizaban era que sus
cabezas se giraban hacia lados contrarios
Marcada 92
E: Vale sí, no, no tardo estoy en el tres es solo subir, venga hasta ahora (colgaba) que...
que es que tengo juicio, iba retrasado pero han suspendido el anterior, así que, tengo que
subir ya. Yo creo que está un poco cali... caliente vamos (“¿Me habla de la fiebre o? De
que te va a hablar si no”) hoy debería terminar e irse temprano
M: Sí, lo tenía pensado, es que almuerzo con mis padres
E: Bien (le sonreía sin moverse)
M: El... ¿el juicio?
E: A sí, jeje se me va la pinza, pues (daba un paso atrás “que corra el aire o la armo”)
que... oiga si se encuentra mal cuando acabe, yo espero estar libre, puedo acercarla
“Siiiiii”
E: ¿El qué?
C: Rodolfo, no sé cómo, pero sabe lo que pasó en la terraza la noche de la despedida de
Don Mariano y también lo que te dijo
E: Ya, ¿él no nos vio?
C: Según me dijo no
E: Entonces alguien se lo dijo
C: Ya sabes cuánto cotilla hay suelto
E: Jum, no sé es que el Coronel me habló de un topo y... bueno ya veré (se giraba hacia
ella) si es que, ¿ves porque yo no quería que se lo contarás?
C: Es mi marido y sabes que lo adoro, tenía que contárselo, justo nos habíamos
separado por falta de comunicación, no podía volver a intentarlo volviendo a omitir
cosas, hemos hablado mucho y ha entendido lo mucho que te quiero y lo importante que
eres para mí, pero como una hermana no como amante o pareja (Esther la miraba
emocionada) además, yo el recuerdo que tengo de aquel fin de semana es muy bonito y
tierno (le tocaba el pelo) aunque tú fueses puestísima y yo estuviese tan mal por lo de
Rodolfo
E: Tierno, tierno (ladeaba la cabeza, se desapoyaba de la mesa y se colocaba entre las
piernas de Cruz) sí... jeje pero vamos que no estuvo nada mal, ¿qué no?
C: Jaja eres un bicho, uhm yo también te he echado de menos (se abrazaban)
Ante la interrupción Esther, se giraba mirando hacia la puerta todavía abrazada a Cruz y
ésta al ver la seriedad que se había instaurado en la cara de quien interrumpía deshacía
el abrazo y se bajaba de la mesa
C: Maca
M: Cruz sube a mi despacho en cuanto puedas (se marchaba sin mirar a Esther)
C: Me lo parece o se ha molestado
E: No creo, ¿por qué lo iba a hacer?
C: No sé, se le ha cambiado la cara
E: Nah, si además he quedado con ella para acercarla a casa, es que está malilla (le
aclaraba(
C: Pero... Esther cuidado (le advertía)
E: Que no Cruz, solo hablamos el otro día por teléfono y vale que le mola ponerme
taquicárdica pero... que va... no creo
C: Obviando la parte de que tiene pareja, Maca no es Isabel, ni Julia, ni ninguna con las
que has tenido algo después de Aitziber, no es de relaciones abiertas Esther, todo lo
contrario
E: Jum, creo que con ella podría ser diferente
C: ¿Crees o lo sabes?
“Yo muriéndome por... y ella, pero no, no puede ser Claudia me dijo que era imposible,
que son como hermanas, muy cariñosas, demasiado cariñosas pero... es que primero fue
el beso en el balcón, luego lo que vi en la dichosa cena y ahora... (daba vueltas por el
despacho) pues se va a fastidiar y me va a llevar a casa, aunque sea solo para que no se
abrace a nadie durante un rato... joder mira lo que me hace pensar... lo mismo debería
controlarme y coger unos días... no sé... con ella es todo tan... dios si hasta no me ha
dado tiempo a pensar que es una mujer... total en mi vida he tenido prejuicios... me
Marcada 94
gusta una mujer que pasa, nada no pasa nada... mi gente se quedaría un poco... bastante
sorprendida pero ya está... si lo peor es como es... voy a decirle a la Decano que me voy
para casa... entre ella y el resfriado no tengo la cabeza para nada”
E: Ya estoy aquí (aparecía desde dentro del cuartel separándoles aún la reja de éste)
Maca solo la miraba sin contestar, todavía no se le había pasado el enfado, pero el solo
verla hacía que su corazón comenzara a latir más rápido. Estaba intentado controlarlo
cuando la veía colgarse a la reja y traspasarla de un salto cayendo a pocos metros de
ella, haciendo que tampoco pudiese evitar sonreír
Esther guiaba el coche hasta la casa de los padres de Maca, mientras ambas se
mantenían en silencio, espiándose a cada segundo y apartando la mirada si se
encontraban
E: Bueno, ahora es cuando yo puedo cotillear lo que escucha una magistrado (sin darle
opciones intentaba encender la radio) Jesús tanta analt... analo... tanto digitalismo lo
complica todo en vez de facilitarlo (conseguía encenderlo sin ver como Maca desviaba
su cabeza hacia la ventanilla sonriendo y negando con la cabeza)
Maca no hacía ningún movimiento, se sentía anclada a esos ojos, con un nudo en la
garganta trataba de aguantar esa mirada como podía, hasta que era Esther la que
apartaba la mirada
Esther entonces clavaba su vista en esos ojos marrones que se le mostraban decididos,
mientras su mano intentaba medir la fiebre y Maca no podía evitar lanzarle un beso por
su gesto
“dios... otra vez... con ella no sirve ninguno de los trucos de los fics”
E: ¿Para que lo desperdicia lanzándolo al aire? Mejor démelo (le colocaba su mejilla)
“dios me la llevaba ahora mismo a la pilarica y no salíamos de allí hasta pasado el fin
del mundo... no que dicen que es en mayo... bue es igual hasta pasado mucho tiempo”
E: Ah sí jeje (se tocaba el culo para después abrirle la puerta) todo recto ¡eh! no tiene
perdida jeje, espere que le doy salida (imitaba a los agentes de circulación haciendo que
paraba un vehículo y le daba paso a ella cuadrándose y saludándola en pose militar)
M: Jajaj hasta mañana
“Ta luego maja, dios estoy que no quepo en mi pero... ¿y ahora como narices vuelvo?”
-: Sargento la vienen a buscar o quiere llamar a alguien (llegaba hasta ella el guarda de
la puerta)
E: Pues (escuchaba un vehículo a su espalda y se giraba hacia él) ¿es Pepe el de la
lonja?
-: Sí
E: Entonces ya tengo como irme (paraba el camión que salía de la finca levantando su
brazo)
Pepe: Sargento ¿qué hace por aquí? (preguntaba desde la cabina del camión)
E: He venido a... es igual ¿vas para el pueblo? (le afirmaba con la cabeza) pues ale
llévame (abría la puerta y subía al camión)
Pepe: Me viene de perlas, esta mañana me han denunciado sus compañeros de tráfico
E: Cabrones... si es que les gusta un boli más que... que yo qué sé, a ver ¿dónde la
tienes?
A la mañana siguiente...
Raúl: Lo sé señoría, pero como le he dicho está en la calle, justo con este tema
M: En cuanto llegue, que suba a verme, no pienso firmar estas órdenes de detención con
solo indicios, esta vez su jugadita no cuela
Raúl: Sí, no tiene que tardar mucho, dijo que era solo media hora, lo mismo hasta he
llegado, ¿puedo asomarme un momento? (señalaba la ventana del despacho)
M: Si, claro (sonreía por primera vez y continuaba revisando la documentación)
Raúl: Hostia si es Erika (exclamaba feliz mirando al patio) mire ya ha llegado Esther
Raúl: ¿Que hará aquí? Jeje va con el uniforme (hablaba para él) lo mismo la han
destinado a este hospital, voy a verla (se giraba encontrándose con la mirada seria de la
jueza) es una amiga, desde el pasado verano no nos hemos podido ver, bajo a verla y le
digo a Esther que suba
M: No tengo todo el día Raúl (volvía su vista al patio, viendo ahora como la mujer con
el uniforme de urgencias móviles volvía a abrazar a Esther) joder
Marcada 97
M: Tú sigue tardando que verás como acabamos hoy (decía en voz alta todavía en la
ventana)
Claudia: Maca (entraba en el despacho) me dice Doña Carmen que en cuanto pueda
sube a hablar contigo, me ha sonado a marrón de última hora
M: Perfecto
Claudia: ¿Pasa algo?
M: No (suspiraba) nada, deja abierto estoy esperando a que la sargento (pronunciaba su
empleo con enfado) venga de una vez
Subía con rapidez las escaleras, pensando en que realmente le había alegrado
encontrarse con Erika y conocer los nuevos planes de la pareja. Nada más llegar a la
planta del juzgado se encontraba con la figura de Julia en el mostrador. Aumentó el
ritmo de sus pasos para llegar al despacho de la jueza sin tener que detenerse a
saludarla, pero justo cuando iba a cruzar el mostrador ésta se daba la vuelta
encontrándola de cara
Llegaba hasta la puerta del despacho y tras dar dos toques en ella abría sin esperar,
encontrando a Maca de espaldas a ella mirando por el ventanal
E: Señoría
Maca no le contestaba y se giraba hacia la mesa, rebuscando entre los folios que había
en ella, hasta que cogía unos y...
M: Aquí tiene las órdenes de detención (los blandía en una mano sin mirarla)
E: Ah, creí que habría problemas con ellas (las cogía y comenzaba a leerlas) están...
¿están sin firmar?
M: Así es, hasta que no tenga más pruebas no las firmo, no son lo suficientemente
convincentes (tomaba asiento, sin mirarla todavía)
E: ¿Cómo que no son suficientes? Tiene los videos, las fotos, las declaraciones de los
protegidos (continuaba enumerando sus argumentos, cada vez más alterada al ver que
Maca escribía en el ordenador sin prestarle atención) voy hablar con la decano no me
parece...
M: ¿Que no le parece? (se levantaba y apoyaba ambas manos en el escritorio)
E: Le he traído lo suficiente como para firmar estas órdenes, si no me las firma no me
queda otra que ir a ver a la decano
M: ¿Me está amenazando?
Caminaba por el juzgado leyendo unas diligencias cuando detenía sus pasos al escuchar
la voz de la magistrado
Esther desde su posición más alta mantenía cogido con sus dos manos el rostro de
Maca, mientras ésta la agarraba de la camiseta buscando más contacto y propiciaba que
Esther se bajase del escritorio, llevándola hasta el ventanal y acorralándola en él,
mientras sus labios no se separaban nada más que para coger el aire necesario
El beso continuaba sin ningún vestigio de que pudiesen pararlo, hasta que Maca
apreciaba el sabor a sangre en su boca, momento en el que paraba de besarla, apoyando
su frente en la de ella y retiraba con su dedo gordo la pequeña gota de sangre que salía
del labio de Esther
Las dos hacían lo que Claudia les indicaba con la mente totalmente en blanco y el deseo
todavía a mil. Esther salía a toda prisa del Juzgado sin saludar a quien sí lo hacía y con
una sensación en su cuerpo incapaz de descifrar y Maca, una vez en el aseo de su
despacho, se apoyaba en el lavamanos mientras se miraba en el espejo, todavía jadeante
y con las pulsaciones descontroladas
Marcada 100
Nada más entrar al Cuartel divisaba a Raúl charlando con otro compañero y se dirigía
rápida hacia él
E: ¿Qué tal? (decía a ambos) ven conmigo un momento Raúl (lo introducía en el patio
de las viviendas) la he liado... la he liado parda Raúl (comenzaba a moverse de un lado a
otro)
Raúl: ¿Qué has hecho? (preguntaba preocupado al verla así)
E: Dios Raúl, la he armado pero bien, a lo grande, dios, si es que... (continuaba
moviéndose intranquila, mientras se tocaba el culo repetidamente)
Raúl: Quieta (la paraba con sus brazos) me estás asustando, respira y cuéntame
E: Uff le he arreao un muerdo Raúl, se me ha puesto a gritar, con la cara esa que pone
cuando se enfada que a mí me pone a mil y... diciendo tonterías de celos... y... no me
podido aguantar y la he besado. ¿Te lo puedes creer? Dios lo que me faltaba (se tapaba
la cara)
Raúl: Pero (no entendía nada) pero ¿a quién?
E: A quien va a ser Raúl, a veces pareces tonto, a la jueza
Raúl: ¿A Maca?
E: Sí, dios me ha dado una hostia que casi me vuelve la cara
Raúl: Jajaja pero... ¿por eso llevas sangre?
E: Es que me ha arreado dos hostias como dos soles
Raúl: ¿Dos hos...? Joder... jaja... lo siento no es que quiera reírme pero es que... ¿no te
ha valido con la primera hostia?
E: Yo que sé... he perdido el norte completamente (sacudía sus manos) ¿y ahora que
hago?
Raúl: A ver tranquilidad, joder Esther cuando te dije que tantearas el terreno no me
refería a que a la primera de cambia la besaras
E: Gracias ¡eh! no me veas lo que ayudas
Raúl: Vale, perdona, yo solo veo una solución, te tranquilizas y antes de que se vaya
subes (la veía negar con la cabeza) te toca dar la cara, subes y te disculpas y aquí no ha
pasado nada
E: Ni de coña, yo creo que no vuelvo a subir ahí en la vida (ante la mirada de Raúl
proseguía) que no me voy a controlar... que... que besa que te mueres... que lo mismo
entro ahí y...
Raúl: Un momento, ¿has dicho que besa que te mueres?
E: Joder Raúl, no me pongas más nerviosa, eso he dicho sí
Raúl: Pero entonces ¿te ha besado?
E: Dios mío, pues claro, después de la segunda hostia, creo
Raúl: Pues entonces no hay problema, de alguna manera te ha correspondido, así que lo
dicho subes y te disculpas
E: No... yo ahora mismo... no... no subo uff menudo subidón llevo, vamos ni cuando me
metía toda la harina de Madrid para olvidar lo del zulo, fíjate lo que te digo (se miraba
las manos)
Raúl: Jajaja hay dios mío, si es que no se te puede dejar sola y encima otra marca
Carmen: Lo siento Maca, me han llamado hoy para avisar, ha sido aleatorio y le hago
tocado a tu juzgado. Lo quieren para mañana
M: Bien, no pasa nada, me quedo hasta que lo tenga
Marcada 101
Carmen: Bien, venga os dejo, mañana a primera hora me entregas la estadística (se
marchaba del despacho)
Una vez cerraba la puerta Claudia se levantaba y miraba hacia una Maca que se
mantenía con la barbilla apoyada en sus manos
Desde que hablase con Raúl había volcado todos sus esfuerzos en preparar la redada que
harían esa noche, si quería más pruebas era la única manera de dárselas, en cuanto a
disculparse, prefería hablar con ella en otro momento, no se sentía lo suficientemente
tranquila como plantarse ante ella
E: Voy a echar un cigarro, en cuanto lo tengáis todo os vais a casa a descansar que
mañana relevareis a los que participan esta noche, Roberto ¿están todos avisados?
Roberto: Sí, ¿al final viene el Teniente?
E: Jum, él vendrá cuando vayamos a entrar, pues eso voy a fumar
Roberto: Y a cenar
E: ¿Cómo?
Roberto: Que vayas a cenar (se acercaba a ella hablando en voz baja) ¿has comido
hoy?
E: No, es que... con todo este lío
Roberto: ¿Estás sin comer desde el desayuno?
E: Sí, bueno no, creo que tampoco he desayunado. Pues eso (se separaba de él) voy a
fumar y a cenar (le guiñaba un ojo)
“con tanto nervio ni me he acordado de comer jesús, pues a ver como hago para ganar
algo de peso porque como presente así, a que mis padres, la colleja que me va a soltar
mi madre va a ser peor que las de mi señoría”
Pensaba mientras llegaba al patio y se encendía el cigarro, como era ya habitual su vista
se fijaba en el despacho de la jueza, encontrando que la luz del mismo estaba prendida
“¿Todavía está ahí? Pero sin son las (miraba su reloj) las ocho”
Guardó todos los datos y apagó el ordenador, mientras movía en círculos su cuello,
atenazado por todo lo acontecido. Sin pensar en nada, se levantaba de su butaca y antes
de marcharse decidía mirar por la ventana, fue fijar su vista en el patio y distinguir la
figura de quien le había hecho perder el control como nunca antes. La vio apoyada en
un coche de cara a ella mientras fumaba y sin saber cómo o por qué, el corazón
comenzó a bombear sangre como si hubiese estado parado demasiado tiempo, apoyó su
frente en la ventana mientras sus ojos se clavaban en esa figura, justo cuando a quien
Marcada 102
Ninguna fue consciente del tiempo que transcurrió hasta que Esther lanzó su cigarro al
suelo y a pasos rápidos se dirigía al cuarto de barrera con el único propósito de
conseguir la clave de seguridad del palacio de justicia para esa semana. No escuchó la
conversación que allí mantenían sus compañeros y salió a la carrera con el código
grabado en su memoria, sin ser consciente de que de pronto, no hacían falta ni papelitos
ni notas
Fue verla salir a la carrera y tener que buscar apoyo, primero en la ventana y después en
el escritorio, agarrándose a él con las manos, de tal forma, que sus nudillos se
mostraban blancos, buscando no perder la consciencia por la velocidad que había
cogido su respiración, pero con la suficiente fuerza como para esperarla, frente a una
puerta abierta para ella
Cerró los ojos, que sentía más grandes y cristalinos, durante un segundo y cuando
volvió a abrirlos, la persona que todo su ser deseaba, estaba frente a ella.
No había lugar para saludos, ni para palabras, solo lo había, para encontrarse en mitad
del despacho, unirse en un beso febril y gemir en boca ajena
Mientras sentía, que quería morir en esa boca, se dejaba llevar hasta quedar apoyada en
el escrito, ayudándose de sus manos para quedar sentada en él y atraparla entre sus
piernas, a la vez que se deshacía se sus zapatos. Oyendo como chocaban contra el
parquet y como ese sonido contribuía a aumentar más aún su excitación
Apretándola contra ella con una fuerza inaudita y sin pensar en el morado que
seguramente le saldría en el interior de su muslo, ocasionado por el contacto de éste con
la pistola de Esther
Sintiendo que las caricias de Esther, eran como lava ardiendo corriendo por su cuerpo,
dejaba de besarla, para encontrarse con unos ojos que también ardían, haciéndola
agarrar su camiseta y levantarla
Una vez lanzada lejos, se aproximaba más a ella y volvía a gemir en su boca con algo de
dolor al golpear con su muslo nuevamente la pistola, momento en el que Esther, se daba
cuenta sacándola del cinturón para dejarla en el escritorio
Marcada 103
M: No (pedía separando y agarrando su rostro entre sus manos, para lanzarse de nuevo
a su boca y morder con pasión desmedida su labio inferior)
Esther no necesitó nada más, mientras sus labios eran castigados por los dientes de
Maca, bajó sus manos hasta los glúteos de ésta, levantándola lo justo, para poder subir
el vestido que llevaba e inmediatamente comenzar a bajar la cremallera lateral de este,
liberó sus labios para poder dirigirlos al cuello de una Maca que acariciaba su nuca
enterrando sus dedos en su corto pelo
Entonces separaba sus labios de esa piel, solo para quitarle el vestido, lanzarlo lejos y
volver a unirse en otro beso jadeante, al contactar ahora sí, piel con piel
El mismo trayecto realizado por el vestido, hizo la ropa interior de la jueza, primero el
sujetador, sin preámbulos innecesarios en ese momento y segundo el tanga, teniendo
que separarse lo justo, para que ella doblase sus piernas pegando sus tibias a su vientre,
permitiéndole besar sus rodillas, mientras sus manos lo arrastraban en su dirección,
hasta que fuera ya de su cuerpo era lanzado al suelo. Una vez desnuda cogía sus largas
piernas separándolas para volver a colarse entre ellas, a la vez que dejaba un ligero
mordisco en uno de sus tobillos
Provocando otra punzada, ya casi dolorosa, de placer en la espalda de una jueza, que
lejos de avergonzarse al estar completamente desnuda ante ella, se excitaba hasta limites
no conocidos, aún más al sentir el vientre desnudo de Esther
Quien ya acariciaba sin tregua, el interior de sus muslos, con destino marcado, mientras
sus labios devoraban su cuello. Absorbiendo entre ellos esa piel que le resultaba
adictiva por su olor y sabor
M: Dios (anclaba sus manos en la espalda de Esther, clavando sus uñas en ella al sentir
las primeras caricias en su entrepierna) uhm (gemía sin control alguno y la separaba de
su cuello para besarla, justo en el momento que Esther entraba en ella)
Sintiendo que no aguantaría mucho más, se veía obligada a dejar su boca, para poder
agarrarse a su cuello y estirar el suyo hacia atrás, propiciando una inclinación que
Esther aprovechaba, para atrapar uno de sus senos con la boca, mientras sus dedos
continuaban llevándola a la locura y haciendo que tuviese que soltarse de su cuello para
buscar apoyo en el escritorio con sus dos brazos
Movimiento que Esther ahora usaba para enterrar su cara en su entrepecho, mordiendo
su piel, mientras con su mano libre la hacía levantar las caderas un poco más, lo justo
para que su mano tuviese el suficiente espacio para, sin salir de ella, poder tocarla con
su pulgar
De regreso a su cuello con su mano izquierda su otro pulgar era atrapado por los dientes
de Maca
Marcada 104
Cuando ya notaba en sus dedos, las vibraciones que presagiaban el final y mientras
notaba los talones de ella clavándose en el final de su espalda, la hacía volver a ella
ayudándola con su otra mano, para que acabase como había empezado, en su boca
Recuperando el aliento se pegaba más a ella, si era posible, dejando interminables besos
por su cuello y tratando de abarcar toda su espalda con las manos. Tratando de saciarse
de su olor y sintiendo como el roce de su pecho con el de ella, ocasionado por el ritmo
frenético que aún marcaban, hacían que su deseo renaciera en ella, como si lo anterior
solo hubiese sido un clímax previo al gran éxtasis
Continuaba abarcando toda su espalada, dejando que sus uñas disfrutaran de su piel,
tropezaba con el sujetador de Esther y en un movimiento rápido, como si lo hubiese
hecho toda la vida, se lo quitaba, dirigiendo sus manos hacia el cinturón, mientras sus
bocas volvían a unirse, en un beso que volvía a deformar sus labios
Con la ayuda de Esther, y una vez que estaba en sus mismas condiciones, comenzó a
tirar al suelo, todo lo que en el escritorio sobraba, apartando el arma y el ordenador todo
lo posible, para finalmente comenzar a echarse en él, con la vista fija en sus ojos y
llamándola con movimientos casi felinos
Soltando un gemido gutural en su boca, sin ningún pudor, cuando Esther, después de
recorrer todo su cuerpo con sus ojos, se acoplaba a ella en una unión que le parecía
perfecta y escuchando muy lejano, como la melodía de su móvil comenzaba a sonar
Un tiempo después, continuaban regalándose besos sentadas encima del escritorio, con
sus piernas entrelazadas de tal forma, que les permitía tener el máximo contacto entre
sus cuerpos
M: Um (la abrazaba más hacia ella al tiempo que se escondía en su cuello, mientras
disfrutaba de las caricias que Esther dejaba en su espalda)
E: Tiene frío (decía al notar su vello erizarse)
M: Un poco, ¿va a seguir con el usted? (salía de su escondite)
E: Pues se encogía de hombros) pues... no... ¿no? (ladeaba su cabeza y recibía un beso)
M: Um... creo que ya no tiene caso (volvía a besarla) Esther (decía su nombre por
primera vez)
E: Jum (sonreía encantada)
M: ¿Que tienes que... (callaba al escuchar, ahora con total claridad su móvil) ¿qué hora
es?
E: Las diez (contestaba después de mirar su reloj y volvía a abrazarla)
M: Uf, tenía que cenar con mis padres (dejaba un beso en su cuello) ya veré que me
invento (volvía a besarla y volvía a sonar un teléfono esta vez el del despacho) joder
(dejaba su cuello)
E: Cójalo... digo cógelo, puede ser importante (deshacía el nudo de piernas y se estiraba
hasta llegar al teléfono, dándoselo, no sin antes ver, el número que marcaba la pantalla.
M: ¿Sí?... ah... no... no es que he tenido que quedarme por trabajo... sí...
Haciéndola recordar el prefijo del número que llamaba y sospechando de quien podía
ser, la imitaba bajándose de la mesa y sin querer escuchar la conversación, comenzaba a
vestirse, enfundándose el arma, mientras veía como en movimientos torpes ella también
lo hacía
Una vez vestida y viendo que no colgaba se introducía en el baño, refrescándose la cara.
Se miró las manos con una sonrisa triste y negando varias veces con la cabeza, tomaba
la decisión de salir e irse de aquel despacho
E: Tengo que... ujum... (se giraba hacia ella) hoy tenemos redada, así que tengo que
(señalaba la puerta con su cabeza)
M: Sí, yo... eran mis padres, mi padre quería que estuviese hoy por algo de sus negocios
(contestaba de cara a ella pero sin mirarla) y... todavía estoy a tiempo de llegar
E: Bien (buscaba que sus ojos se encontrasen, sin conseguirlo) nos vemos entonces
(salía del despacho, a paso tranquilo al principio y una vez sabía no podía verla,
comenzaba a correr bajando las escaleras a saltos) ¿qué te creías? (hablaba en voz alta
mientras salía rauda del edificio)
“joder, soy una imbécil, dios, joder Fernando, podías haber llamado en otro momento”
Cogía su teléfono llamándola, un tono, dos tonos, tres tonos, cuatro... si quiere dejar un
mensaje...
M: Mierda, no lo coge, puedo preguntar por ella en la puerta y... dios y cuando salga
¿qué le digo? (se restregaba la cara, al tiempo que su móvil sonaba y lo cogía sin mirar,
creyendo que era ella) perdona no he...
-: No pasa nada, acabamos de empezar a cenar
M: ¿Papa?
Pedro: Claro hija, es que como estabas tardando mucho he dicho voy a llamarla, ¿no
me estabas pidiendo perdón?
M: Eh sí... (cerraba los ojos crispada)
Pedro: Pues si puedes vente ya, que quiero que estés delante, no te preocupes que yo te
disculpo con esta gente, ten cuidado, hasta ahora (colgaba)
M: Joder
Nada más salir del edificio había notado debilidad en su cuerpo, mantenía la respiración
agitada y comenzaba a nublarse su vista
Marcada 106
“tengo que tranquilizarme estoy demasiado nerviosa (se apoyaba en una de las paredes
del palacio) justo ahora no por favor... por favor... vamos cálmate... respira vamos...
dios... (se miraba las manos, que ya comenzaban a temblar sin control) es psicológico...
Vero siempre me lo dice... es mi... puto cerebro... vamos para... no... por favor, un
cigarro, venga no puedes entrar así al cuartel... no consigo calmarme... no sirve... no
sirve Vero... no sirve... tiemblo más... tira el cigarro y corre hasta que no puedas más
vamos, tienes que sudar así parará... corre”
Salía corriendo como alma que lleva el diablo, sin escuchar la melodía de su móvil,
dejando a un lado el cuartel y no siendo consciente de la intranquilidad que generaba en
dos pares de ojos que la veían pasar por la puerta del cuartel.
V: Que narices... (la había visto pasar corriendo y se iba al cuarto de cámaras) sal un
momento (ordenaba al guardia encargado de ellas y una vez solo, comenzaba a mover
las cámaras traseras intentado ver a Esther sin conseguirlo, rebobinaba unos segundos y
podía verla correr sola)
Se tomaba unos minutos más revisando las cámaras, hasta que finalmente cogía su
teléfono
V: Cruz...
Raúl: Cariño, tengo que irme ya y como sigas así no llego (la besaba despidiéndose de
ella en la puerta, teniendo que parar al escuchar su móvil) a ver que quiere ahora Robert
(descolgaba) dime
Roberto: Raúl es... joder, es Esther ha pasado corriendo por la puerta del cuartel como
ida, no perseguía a nadie, he tratado de seguirla pero se ha metido a la playa y no he
podido cogerla todavía, lleva la cara desencajada...
Raúl: Pero... como...
Roberto: Lleva todo el día muy nerviosa, más de lo que ella es, no come desde ayer y...
espera... la tengo... la meto como sea al coche y...
Raúl: Sí, súbela directamente a su piso, yo voy ya
Claudia: ¿Qué pasa?
Raúl: Esther (le costaba hablar) está teniendo una crisis, tengo que irme (le daba un
beso y se marchaba)
Llegaba hasta la misma playa corriendo, encontrándola llena de gente paseando por ella
y notándose más temblorosa aún
“no... (comenzaba a llorar) no me sirve nada... para (trataba de parar el temblor de sus
manos agarrándoselas entre ellas y apretándolas con algo de violencia) para... por favor
(se dejaba caer al suelo) tienes que parar... vamos... (de repente un recuerdo llegaba a su
mente: “cuando creas que no puedes controlarlo, búscame” Cruz...”
Se levantaba como podía y tras secarse las lágrimas con su camiseta, volvía a correr
dirección al Cuartel, sin oír el coche que llevaba siguiéndola desde hacía un rato y el
cual no había podido acceder a la zona de la playa
Marcada 107
C: ¿Mejor?
E: Sí, necesito ducharme (sentada en una silla continuaba escondiendo sus manos, esta
vez bajo sus glúteos)
C: Dámelas
E: No, están... siguen temblando Cruz (ante la mirada de ésta finalmente las mostraba)
C: Mírame, mírame a los ojos (le cubría sus manos con las suyas) solo ha sido una
crisis, es muy normal, le pasa a mucha gente Esther, no pasa nada
E: Jum, pero... pero hacía meses que no tenía ninguna, tiene que ser mono Cruz, lo
mismo es eso y...
C: No, la coca no produce esto, estuviste enganchada unos meses y llevas limpia casi un
año, es solo una crisis nerviosa y no tienes que darle más vueltas, mañana vas a la
consulta de Vero y ahora acábate el caldo y te vas a la cama. Esto ha pasado por no
cuidarte (no quería regañarla pero le era imposible)
E: No, no puedo dormir tengo trabajo (bebía el caldo)
C: Eso ahora lo hablarás con Rodolfo y Raúl (le acariciaba el pelo, observando como el
temblor de sus manos ya era menor)
E: ¿Y ahora quién me llama? (sacaba su móvil del bolsillo entregándoselo a Cruz)
contesta tú (decía al tiempo que la llamada finalizaba)
C: Es tu madre (exploraba el móvil) te ha debido llamar antes, ahora la llamo para que
esté tranquila mientras tú te duchas (se sorprendía ante el número de llamadas perdidas
de Maca registradas en el móvil) ¿puedes ducharte sola o?
E: Sí (se miraba las manos) se van parando
C: Lo ves tonta, venga te acompaño al baño y vuelvo para llamar a tu madre
C: Pues eso Encarna, están preparando una redada y se lo ha dejado aquí, ahora bajo y
se lo doy
En: Esta niña, siempre igual, mira que sabe lo mal que lo pasamos si no nos contesta,
pues no hay manera con ella, ayss, es que te parecerá una tontería pero llevo todo el día
con mal cuerpo y después de aquello, me preocupo enseguida
C: Es muy normal
En: Justo hoy se lo comentaba al psicólogo, ya voy sola, mi Pepe ha dejado de ir, se me
hace el fuerte y dice que ya está bien, pero... no... si hay noches que de repente en mitad
del sueño empieza a gritar “dejármela a mí”, jesús me pega unos sustos que ni Tejero en
el Congreso. Imagino yo, que con el tiempo, se nos irá pasando, pero es que fue muy
duro Cruz, bien que lo sabes
C: Sí (suspiraba)
En: Que mi Pepe organizó a todos los de su promoción para ir a buscarla, que me lo
detuvieron para que no hiciera nada, cuando pillaron a... la... a esa (decía con rabia y
dolor) aunque no sé que fue peor, si el secuestro o lo de después, es que como
estábamos acostumbrados a no saber nada de ella durante meses, ya sabes cómo estaba
siempre infiltrada o escondida, y como nos informaron casi al final, pero y después ¡eh!
(comenzaba a emocionarse) que no sabíamos donde andaba Cruz, que... no hacía nada
más que frecuentar a mala gente... ¿y cómo la encontraron? ¡eh!... drogada y en una
bacanal de esas, dios mío, menos mal que mi Raúl, la sacó de eso, no tendré tiempo
suficiente para agradecérselo, ¿sabes que anda enamorado?
C: Sí (trataba de controlar su voz entrecortada por la emoción)
En: Dice mi niña que la muchacha es muy buena
C: Sí (no podía hablar más)
Marcada 109
En: Y... ¿no habrá una así para mi hija? Si es que ya nació sufriendo, que estuve tres
días de parto y hasta ahora que no ha tenido suerte. No tuve que dejarla ir de mis brazos
tan niña, que solo tenía 16 años Cruz
C: La habrá Encarna, verá que sí (miraba a Raúl que llegaba hasta ella) espere un
momento
Raúl: Tarda mucho Cruz, voy a sacarla de la ducha (le informaba)
C: Encarna
En: Las niñas ¿verdad?, no te entretengo más, ya sabes que a ti te debo mucho, que se
que me la cuidas muy bien (con eso le hacía taparse los ojos) y a tu marido, por todo lo
que movió para que la destinaran ahí
C: De eso sabe que Rodolfo...
En: Ya, si no lo sabe ni Pepe, aunque no me parece bien, dila que me llame en cuanto
pueda, ¿vale? Y convéncela para que se venga unos días con nosotros
C: Yo se lo digo, pero descansen que está bien (se sentía fatal engañándolos, cortaba y
se tapaba la cara, tratando de no llorar, entonces notaba una mano en su hombro)
Rodolfo (comenzaba a llorar)
V: Tranquila (se agachaba y la abrazaba)
C: No se merece pasar por todo esto (decía entre sollozos) sabes lo buena que es,
siempre le faltan manos para ayudar, no se lo merece... (continuaba desahogándose
abrazada a él)
V: Tú misma lo has dicho, es solo una crisis, sabes que es fuerte como un roble, mañana
estará perfecta
Raúl: Esther (tocaba en la puerta del baño) tienes que salir, no tenemos mucho tiempo
(al no obtener contestación abría la puerta, encontrándola tumbada en la bañera,
mientras le caía el agua de la ducha) Esther (se precipitaba hacia ella) levanta
E: Raul... no... no me veas así... otra vez... no (se tapaba la cara y se encogía en la
bañera)
Raúl: Levántate, tienes que dirigir una redada, vamos (llegaba hasta ella y cogía su
albornoz)
E: Sí... pero es que (se quitaba las manos de la cara y lo miraba) ¿no estás enfadado?
Raúl: No, venga levántate ya (la veía levantarse sin apenas fuerzas) ayúdame a
ponértelo (la envolvía con el albornoz) ahora, agárrate a mi (la cogía en brazos
sacándola de la ducha y llevándola hasta la cama) te has empeñado en que te vista como
tú madre y al final los has conseguido
E: Jum (sentada ya en la cama seguía abrazada a él)
Raúl: Te voy a vestir ya como vas a ir a la redada, así ganamos tiempo (le levantaba la
cabeza y ella se resistía volviéndola a apoyar en su hombro) venga, deja que seque el
pelo (se dejaba y con otra toalla comenzaba a secárselo) Dime donde está la ropa
interior (miraba hacia donde ella le señalaba) bien y ¿qué camiseta quieres para debajo
del antibalas?
E: Yo no uso de eso
Raúl: Hoy lo llevamos todos, dime cual (iba hacia el cajón que nuevamente le indicaba,
cuando volvía con la ropa, la veía con la cabeza agachada) no tienes nada de lo que
avergonzarte (comenzaba a vestirla) al revés, has demostrado ser muy fuerte, solo son
unos estúpidos temblores y pronto desaparecerán (continuaba animándola mientras la
vestía) jod (apreciaba varios arañazos en su espalda)
E: ¿Qué?
Raúl: Como se las gasta su señoría (trataba de bromear)
Marcada 110
Diez minutos después, Esther dormía tranquila mientras él se mantenía despierto, con
cuidado se levantaba despacio, marchándose a la cocina
M: Buenos días Conchi (llegaba hasta ella, todavía con las gafas de sol puestas)
Conchi: Buenos días señoría, tenemos 8 detenidos por la operación de contrabando
(comenzaba a ponerla al día, según su cometido) hace poco han cerrado los atestados,
los tiene en su mesa, Claudia está con ellos
M: Bien, Conchi, ¿puedes conseguirme un café bien cargado?
Conchi: Claro, deme cinco minutos y lo tiene en su despacho
M: Gracias (se dirigía a su despacho, viendo ya la espalda de Claudia) buenos días
(saludaba)
Claudia: Hey, buenos días (se giraba para mirarla en el momento que ésta colgaba su
bolso y se quitaba las gafas) ¿mala noche?
Marcada 111
Nada más llegar a la planta baja, la veía girar hacia el ala donde se ubicaba la sala de los
forenses, haciendo que corriese más para poder pararla
M: Esther (alzaba la voz intentando llamar su atención) Sargento (por fin paraba y se
giraba)
E: Señoría (se sorprendía al verla)
M: Esther (llegaba hasta ella y bajaba la voz) te llevo llamando desde anoche y (cogía
aire) ¿podemos hablar?
E: Voy con prisa y... y tengo que irme a descansar (esquivaba su mirada)
M: Ya (se daba cuenta) es solo un minuto (decía mientras la cogía de un brazo
metiéndola en la primera sala que encontraba abierta) Esther (la arrinconaba contra la
pared) escúchame yo (se callaba al verla hacer gestos con los ojos)
E: Cruz (se zafaba de la jueza) buenos días
C: Buenos días (respondía todavía sorprendida por la intromisión, mirando a una y a
otra)
M: Eh...Cruz, ¿puedes dejarnos cinco minutos?
C: Sí claro... pero ¿todo bien? (preguntaba a ambas)
M: Sí
E: Sí
C: Vale, hasta ahora (se marchaba y paraba en la puerta) mejor la cierro
Una vez solas, Esther miraba al suelo y metía las manos en sus bolsillos traseros y Maca
la miraba sin moverse del sitio
E: Es... que... (se tocaba el culo y paraba al notar la mano de Maca cogiendo la mano
con la que se tocaba, entrelazando los dedos) me puse a trabajar (mentía) y no lo
escuché
M: Bien, me dijo Claudia, que estabais muy liados. Ya he visto que como castigo me
has traído 8 detenidos (juntaba su frente con la de ella) ¿podemos vernos después?
E: Sí, pero tengo que dormir y descansar (la hacía sonreír)
M: Claro, hacemos esto, descansas y cuando estés libre me llamas, ¿te parece?
(separaba sus frentes y soltando sus manos, le cogía el rostro)
E: Jum... pero ¿solo para vernos?
M: Para lo que tú quieras y ahora déjame besarte (lo hacía provocando que Esther la
rodeara con sus brazos por la cintura)
Un beso sincero y calmo, que poco a poco ganaba en intensidad, mientras Esther
comenzaba a llevarla hasta la pared
E: Podíamos vernos ahora (rompía el beso solo para comenzar a besar su cuello)
M: Me encantaría (disfrutaba de sus besos y de la sensación de tenerla pegada a ella,
después de pasarse la noche pensando en lo complicado que, por su estupidez, iba a
resultar volver a tenerla así) pero yo tengo mucho trabajo (hacía que dejase su cuello) y
tu... ¿has dormido algo esta noche?
E: No... todavía nada, pero eso no importa estoy acost... (el dedo índice de Maca le
hacía callar)
M: Creo que mi plan es mucho mejor, tú descansas y yo trato de terminar lo antes
posible hoy, así después, nos vemos sin ninguna prisa uhm (acariciaba sus ojeras al
percibirlas)
E: Jum (se abrazaba más a ella) sí, que remedio (protestaba haciéndola sonreír, mientras
escuchaban los toques en la puerta)
C: Chicas lo siento pero tengo aquí los informes (decía desde la puerta)
M: Si no te preocupes Cruz (volvía a besarla) espero tu llamada y ahora vete a
descansar (se despegaba de la pared para salir) gracias Cruz (salía finalmente de la sala
con una sonrisa imposible de borrar)
C: Como diría tu padre, estás tardando en irte a la cama
E: Sí... pero espera un momento (volvía a tocarse el culo) jolines otra vez estoy de
subidon, es que como todavía no me lo creo... pues me altero un poco (sacudía sus
manos)
C: Como continúes igual, hablaré yo misma con Vero para que te suba la medicación
(le advertía al verla nerviosa)
E: No, no no... no tranquila que no..
C: ¿Todo arreglado con ella entonces?
E: Jum
C: ¿Entonces bien?
E: Jum
C: Esther, ¿tan difícil es decir sí o no? Que estás siempre con el jum en la boca
E: No, pero paso de decirlo por si me llevo otro revés
V: Cruz (entraba en la sala encontrándose a las dos) ¿qué haces todavía danzando por
aquí? Como te vuelva a ver por aquí o por el cuartel antes de las 5 de la tarde, te
encierro en un calabozo, verás como ahí, sí duermes
M: Sí, sabes esa sensación de estar descubriendo algo, totalmente increíble (le
contestaba con la mirada iluminada y cristalina) así es como estoy
Claudia: Ya, pues no te quiero bajar yo de la nube, en la que pareces estar, pero
tenemos 8 detenidos esperando. ¿Comenzamos?
M: Sí, me he despejado de golpe, venga que quiero terminar temprano
Claudia: Es la primera vez que te escucho decir eso, pero antes de eso, cotilleame un
poco, ¿cómo habéis quedado?
M: Pues (sonreía) va a descansar y luego por la tarde nos vemos (la había arrugar el
entrecejo) ¿qué?
Claudia: Te voy a decir un secreto, la cerradura del piso de Esther, está rota, solo hay
que empujar un poquito para abrirla (terminaba de decir guiñándole un ojo) eso sí,
tienes que dejarla descansar ¿vale? (se daba cuenta de lo que había dicho y trataba de
rectificar) me refiero que ya sabes el tute que llevan, unas horitas de sueño no les viene
mal
M: Ya, no si, de todas maneras hasta que salgamos pues (elevaba las cejas) algo habrá
dormido ya
J: Chicas mañana más (se despedía de ellas, mientras caminaban por la acera)
M y Claudia: Hasta mañana
M: Claudia
Claudia: Sí
M: ¿Y ahora cómo entro?
Claudia: Con seguridad, después de todo eres la jueza, el de la puerta seguro que te
reconoce, pasas de largo y si te llama, se lo dices claramente. Te veo mañana o (volvía a
meter la pata) pues eso hasta mañana
M: Hasta luego (llegaba a la puerta del cuartel y tal y como le decía Claudia, entraba sin
preguntar)
-: Señoría
M: Mierda (murmuraba) ¿sí?
-: ¿La anuncio o...?
M: No hace falta, gracias (caminaba por el patio central hacia las viviendas) uff, no sé
como lo hace, pero es pensarla y me pone el corazón a mil (llegaba hasta las escaleras y
comenzaba a subir) ¿y si ahora hay alguien?... pues saludo y ya está, me da igual, quiero
verla, haya quien haya, jaja no he sido yo tan decidida en mi vida (llegaba hasta la
puerta) es esta, a ver(empujaba) va a oír antes mis latidos que mis pasos (la puerta cedía
y entraba en el piso)
Nada más entrar, se encontraba con una luminosidad impropia de quien busca el sueño,
andaba por el pequeño recibidor, cuando a su derecha, en lo que parecía una pequeña
cocina, veía varios taper puestos en la mesa, entró en ella y cogió la nota que había
encima de ellos: “Tienes que tomártelo todo, no olvides la pastilla TQ Cruz”, terminaba
de leer y la dejaba en su sitio
“¿Qué pastilla?”
Pensaba mientras buscaba por encima de la mesa o de la encimara, alguna caja o blister
de medicinas que le diera una pista, sin encontrar nada
“Si es que no hemos hablado joder, lo mismo es por todo lo que pasó, no sé”
Marcada 114
Giró a la derecha, viendo la puerta de la habitación abierta y otra puerta cerrada. Sin
más dirigió sus pasos a la habitación, viéndola dormir, boca bajo, con la cabeza debajo
de la almohada, en pantalón corto y camiseta de tirantes, con las persianas levantadas
Dejó su bolso en una butaca pequeña y sin más, se sentaba en la cama con cuidado de
no despertarla, mientras sonreía por la imagen que observaba
“Me encanta la curva del final de su espalda, no sé cuantas veces me habré quedado
pegada a esa imagen”
Pocos instantes después, el beso ganaba en intensidad, haciendo que sus cabezas girasen
de un lado a otro, mientras la jueza la agarraba pos sus nalgas pegándola completamente
a ella
Aun con sus manos apoyadas en el colchón, descendía la presión de sus labios con los
de ella, tratando de frenar el volcán en que se estaba convirtiendo la jueza, para poder
llevar a cabo su plan, disfrutarla por entero
Así, cerraba su boca con un corto beso, para después dejar salir su lengua al exterior,
acariciando con ella sus labios y siendo sorprendida, cuando la jueza la imitaba y
también dejaba salir la suya encontrándose a mitad de camino, con sus alientos
chocando, deslizando la punta de su lengua por la inferior de la otra, ocasionando un
envite de las caderas de la jueza, buscando más contacto, primero en un movimiento
necesitado y casi brusco, y después en un movimiento sensual necesario para, alzando
más sus caderas, deslizar su centro por el vientre de una Esther, que la miraba
directamente a los ojos, mientras sus lenguas se secaban, como lo haría un pez fuera del
agua, para volver a atraparlas entre sus labios
Cuando sus brazos comenzaban a temblar por el esfuerzo, dejaba su boca para comenzar
a besar cuello, permitiendo que descansasen, mientras su boca, besaba, succionaba y
lamía, sus manos, ahora libres comenzaban a acariciar una su pecho y otra su muslo
Por eso, mientras su boca ahora degustaba sus pechos, con sus manos le hacía bajar las
caderas, separándola de ella, rompiendo ese contacto abrasador, para poder comenzar a
descender por su vientre ardiente, repartiéndole besos y mordiscos certeros que le
hacían volver a cerrar sus piernas contra ella, casi aprisionándola
Rompía su celda, cuando su cabeza llegaba al inicio de pubis, separando sus piernas con
las manos, sin necesidad de esfuerzo, casi abriéndose para ella, permitiéndole que sus
manos pronto pudieran acudir a su torso, por donde se deslizaban con pasión, hundiendo
sus dedos en intervalos, mientras su boca encontraba un lugar muy adictivo, al que no
temía engancharse
Sin poder detenerse en besar el interior de sus muslos o sus ingles como le hubiera
gustado, por el ansia que se apoderaba de ella de atraparlo con su boca, deslizaba su
nariz por su centro, impregnándose de él y su esencia, para levantar la mirada y verla
con la vista fija en ella y su boca entreabierta
No necesitó mucho para entender esa mirada casi fiera, dándole permiso para hacer con
ella lo que quisiera, sin importar los tiempos, las citas no realizadas, las no charlas
frente a un café, las películas no compartidas
Marcada 116
Quien dicta cuando dos personas pueden entregarse, quien puede decir si es pronto o
tarde y quien puede juzgar que tiempo necesitan dos personas para que sus cuerpos
puedan disfrutarse sin límites
Respondió a esa mirada con un beso primero y bocado después, queriendo abarcarlo por
completo, mientras su lengua se lanzaba ansiosa hacia él, cerrando los ojos por el placer
de tenerla así, notando como llevaba sus manos a su pelo, agarrándose a él, mientras sus
caderas se elevaban sin reservas, tratando de respirar constantemente por la boca,
lanzando su aliento caliente a la misma zona que su boca recorría, centrándose en esa
perla henchida de deseo
Preparando su cuerpo para atravesar esa puerta y conquistar el paraíso que hay tras ella,
haciéndola levantar sus piernas y por ende sus caderas, ayudada por sus manos, para
dejar sus piernas apoyadas en sus hombros, mientras la punta de su lengua ya se
introducía en ella provocando un hondo gemido en ambas que les hacía buscar sus
manos y unirlas con fuerza, cuando su lengua, por fin, la atravesaba totalmente, primero
entrando y saliendo, abriendo lo ojos para cerciorarse de que realmente era ella, y
segundo, trazando círculos en su interior buscando ese punto, que sabía, la haría llegar
al máximo placer, ahogándose por el esfuerzo, soltando su mano para poder subir más
sus caderas, excitándose aun más, ante el dolor que comenzaba a sentir en su boca por
los movimientos de su lengua y llevando su mano una vez libre a esa perla henchida,
dándole así el mayor placer posible
Con una punzada, ya casi de dolor, en su propio centro, iniciaba el camino ascendente
hacia su boca, no sin antes dejar otro beso en su pubis, arrastrando su lengua dolorida
por todo su torso hasta llegar a su cuello, totalmente estirado hacia atrás, mordiendo su
barbilla cuando la jueza levantaba su cabeza y la miraba todavía jadeando y con unos
ojos que indicaban sus ganas de provocarle ahora ella, tanto placer como el recibido
“Joder estamos desnudas y la puerta abierta, mejor dicho las puertas” (miraba por la
habitación, no encontrando con que taparse y finalmente se decidía por la sabana que
había ido a parar al suelo)
Marcada 117
Llegaba hasta la cama y se sentaba en ella, inclinándose lo justo para besar la espalda de
Esther
Marcada 118
Maca no perdía detalle de sus movimientos, mientras ella terminaba de cenar, había
dejado que fuese la que primero entrase en la cocina y preparase la comida que antes
había visto en los tapers
CRASH
-: Ya la tiene
PUSH
-: En nada la saca esposada, verás
Marcada 120
AUCH
-: Oh, oh, ¿ese quejido era de la sargento?
PANK
-: Aunque ella no quiera, creo que deberíamos entrar
PUNK
-: Joder un minuto más y si no sale entramos
E: Joder, me cachis en la mar, parece una leona (salía de la pecera del juzgado, donde
suelen esperar los detenidos a que se les tome declaración) ¿pero que se ha metido esta
tía?
Empleado: Mare mía le ha destrozado la camiseta, si es que es muy grande, que puede
pesar ¿100 kilos? ¿está esposada ya?
E: No, solo he salido a coger aire, pero la tengo ya medio ganada ¡eh! Cago en los
burgers, en la comida basura y en los wiskys a dos euros
Empleado: ¿Seguro que no quieres que te ayudemos?
E: No, se pondría peor, voy pa dentro (respiraba hondo y hacía lo dicho)
M: Genial Ana (hablaban por teléfono) yo que sé, estoy como en una nube
Ana: Ni que lo digas, además de perdida, llevamos sin vernos dos semanas
M: Sí, vente a cenar hoy
Ana: No puedo, aunque no lo creas no eres la única con una vida sexual activa
M: Jajaja, ya, lo siento pero la mía es muy activa. Ahora en serio quiero hablar contigo
Ana: ¿Problemas?
M: No, solo necesito tu punto de vista sobre algunas cosas, ¿Estás en el hotel?
Ana: Sí, vente a comer, si tu sargento te deja
M: Hoy tiene mucho lío, me paso entonces
Ana: Aquí te espero
Colgaba con una sonrisa en su boca y salía de su despacho, abriendo los ojos al
encontrarse a Esther, con el torso casi desnudo cubierta solo por el sujetador, hablando
tranquilamente con Conchi
Ana: Ays Maca, ¿crees que la mujer se habrá dado cuenta? (preguntaba mientras
comían en el despacho de Ana)
M: Yo que sé, la verdad es que estoy viviéndolo con tanta naturalidad, que me preocupa
muy poco quien se vaya enterando. En el Cuartel ya es voz populi, hasta me dan recados
para ella y según Claudia, en el Juzgado también se van dando cuenta. Y (paraba al
escuchar el bip que anunciaba un sms en su teléfono) espera (lo leía) nada que ya me
traen la termomix (guardaba el móvil)
Ana: Yo, es que todavía como que no me lo creo, mírate, comprando una termomix
M: Sí (ponía sonrisa boba) es que odia las verduras, todo tiene que ser triturado o no
come y Teresa, esa es otra que nos caló enseguida...
Ana: ¿Calo? Ays, si hasta te está pegando su forma de hablar, en cuanto a Teresa para
no, si os encerrabais en sus aseos como dos adolescentes
Marcada 122
Ana quien había aprovechado la llamada para adelantar papeleo burocrático en su PC, al
escuchar esto último, comenzaba a prestar atención a la llamada
Marcada 123
Fernando: Bien (guardaba silencio unos instantes) te extraño (confesaba haciendo que
Maca cerrase los ojos) te llamo cuando sepa los días exactos y quedamos, lo mejor es
que directamente vaya allí
M: No (contestaba rápido) prefiero que sea en Madrid, tengo que dejarte, me llamas con
lo que sea chao
Fernando: Un beso
Ana: Mira, otro tema del que hablar, con los que os gusta a vosotras eso
DING DONG
DIN DONG
M: Uhm (se estiraba en él y conseguía abrir los ojos) voy (anunciaba su intención de
abrir la puerta, se incorporaba del sofá y fijaba su vista en el reloj que mostraba su
televisión) las dos de la mañana (llegaba hasta la puerta y miraba por la mirilla) jejeje
(veía una rosa. Abría la puerta y se encontraba con brazo estirado portando una rosa)
jeje entra tonta (tiraba del brazo portador de la rosa, tratando de introducir en su casa a
la dueña del mismo) me en... Esther
E: ¿No te gusta?
M: Pero... (la miraba de arriba abajo) pero ¿dónde has estado?
E: Uff, mejor no te lo cuento que luego dices que te da asco, coge la rosa (se la daba y
se quitaba las zapatillas) cachis en la mar (decía con ellas en la mano)
M: Tira eso ahora mismo a la basura
E: Pero... es que estas me gustan mucho y (ante la mirada de Maca rectificaba) vale...
pero yo creo que lo mismo lavándolas
M: Ni de coña meto yo eso en la lavadora, en ninguna lavadora (la veía arrascarse a
discreción por todo el cuerpo) Esther, ¿no habrás cogido pulgas?
E: Sí, ¿por qué te crees si no que voy con el uniforme de celador?, es que zapatillas no
nos han podido dejar, pero bueno me han inyectado algo... lo que pasa (continuaba
arrascándose ante la mirada) es que todavía pica un montón
M: Pero... ¿te has duchado?
E: Sí, bueno nos han fumigado más bien (todavía no se habían movido del recibidor)
mejor me vuelvo a duchar
M: ¿La rosa no será del sitio donde hayas estado?
E: Jeje, nah tranquila (comenzaba a desnudarse) esto también lo puedes tirar que son los
uniformes antiguos (se terminaba de desnudar) ¿hace una duchita?
M: Cariño, me encanta ducharme contigo pero hoy prefiero quedarme con las ganas
E: Jejeje y eso que no sabes donde he estado, si no, lo mismo no me dejabas dormir en
tu cama, pues nada dame un besito en los morritos venga (se los ofrecía y recibía un
piquito) no seas tacaña (volvía a ofrecérselos y recibía otro beso un pelín más largo pero
antes de que Maca retirase sus labios conseguía atrapárselos)
M: No me líes y tira para la ducha (conseguía soltarse) ¿quieres que te prepare algo
mientras?
E: No (le contestaba marchándose a la ducha)
Marcada 124
M: Pues... agh (bostezaba) mejor la espero en la cama ya, ¿dónde habrá estado para
coger pulgas? (pensaba en voz alta) mejor no saberlo porque entre lo que yo veo en el
juzgado y lo que ella me cuenta tengo unos sueños, que ni el director de Saw
“mi madre siempre me echaba aloe para las picaduras de las avispas, digo yo que para
esto también funcionará (se secaba el cuerpo) en el armario de la derecha, de que
derecha ¿la suya o la mía?, porque depende, ¿de qué depende? Es igual... será este digo
yo (abría un armario) pero... es... after shave, bleu de chanel, contorno de ojos for men
¿es el armario del ken?... pero... si me dijo que... si además llevamos todo el mes
juntas... si solo nos hemos despegado para trabajar ¿y entonces por qué sigue teniendo
armario? Yo no lo tengo, en mi casa sí... pero aquí no... joder...”
M: Esther ¿qué haces? (alzaba la voz preguntándole) que son casi las tres y hoy me he
levantado a las siete, agh (bostezaba) al final me duermo, pues nada mejor voy a por ella
(murmuraba, a la vez que se incorporaba de la cama y se dirigía al baño, nada más
entrar la encontraba desnuda, con la toalla en la mano y la vista fija en el armario)
Llegaba hasta ella, abrazándola por detrás y cerraba el armario, después le quitaba la
toalla que seguía teniendo en la mano, para desde esa misma posición, comenzar a
secarle el pelo
M: No he podido enviarle aún sus cosas, está en Bruselas pero en unos días viene y lo
haré, todavía tengo una conversación pendiente con él (terminaba de secárselo y le hacía
girar la cara hacia ella) ¿no habrás pensado ninguna tontería? Uhm
E: No, es (se giraba hacia ella) solo ha sido extraño (se abrazaban) me sigue picando un
montón (volvía a arrascarse)
M: Jaja
E: Y no se me va el olor a cochino de la nariz (se escondía en su cuello, tratando de
impregnarse de su olor)
M: Pero... ¿has estado en una cuadra?
E: Sí (las caricias de Maca la iban calmando) no ha tenido otro sitio mejor donde
intentar suicidarse, una cuadra abandonada, con los animales medio salvajes, sin
limpiar... y el tipo encima elige una cuerda que no..
M: Ya (la callaba con un beso) ahora te pongo aloe, vete a la cama (se besaban y Esther
hacia lo dicho)
“joder se me había olvidado por completo, como nunca abro ese armario, mañana será
lo primero que haga, bastante bien se lo ha tomado soy yo y le armo la de san quintín”
Pensaba, mientras cogía el tarro de aloe y salía del baño, encontrándola ahora parada
delante de la cama, mirando la luz
“pero... como... cuando... ¿quieres dejar de decir preposiciones?... o ¿no lo son?... lugar,
tiempo, modo... yo que sé... es igual... se ha dado cuenta... es... es... muy tierno... pero...
ahora mismo ya no sé ni que pensar... mejor me voy”
Marcada 125
M: Esther (llegaba hasta ella y repetía sus movimientos, es decir la abrazaba por detrás)
E: Jum, tengo que irme, he recordado que he dejado sin hacer unas gestiones y lo
mismo (se intentaba tocar el culo pero el cuerpo de Maca completamente pegado a ella
lo imposibilitaba) no tenía que haber venido, soy una... (se callaba al notar como
agarraba esa misma mano apretándola)
M: Primero (la besaba en la mejilla desde atrás) aquí puedes venir siempre que quieras
(besaba su cuello) segundo llevas trabajando desde esta mañana, sea lo que sea que te
falte por hacer, llamas al turno de noche y le pides que lo hagan por ti o lo haces tú
misma mañana (volvía a besar su cuello) y tercero eres una...
E: Soy una... yo que sé (se giraba sin llegar a deshacerse del abrazo) no tengo derecho a
llegar a las dos llena de pulgas, ni hacer que tú no descanses bien, primero por las horas
a las que aparezco y segundo... y segundo por... (se le quebraba la voz) por tener que
dormir con luz, creo... creo... que... lo mejor es que..
M: Escúchame bien (le cogía el rostro callándola)
E: NO (conseguía soltarse) no mereces todo esto... no... ¿no te das cuenta?... te estoy
cambiando la vida, quizás... no sé (se restregaba la cara con sus manos) no mereces
esperar a alguien que... no tiene horarios, que apenas duerme... que... (se miraba las
manos) que... tiene que ponerse alarmas para recordar que tiene que comer... que (volvía
a mirarse las manos) que está medio trastornada..
M: ¿Que tonterías estás diciendo? (se abalanzaba hacia ella, cogiéndole la cara) no estás
trastornada, solo son pequeños tras... manías (corregía la palabra) que con el tiempo y la
terapia se irán, fue muy duro lo que pasaste (no la soltaba haciendo que la mirase) sé lo
que te pasó (le confesaba) y he leído... me he informado y hay personas que han pasado
por lo mismo que tú y ni siquiera tienen fuerzas para salir de su casa y tú estás
trabajando, haciendo una vida normal
E: No es normal, no lo es
M: ¿Sabes lo que no es normal? Que en nada de tiempo me hagas sentir todo lo que me
haces sentir (le daba un beso) que me encante esperarte, que me dé igual que llegues
llena de pulgas, porque lo me importa es que llegues (la besaba) porque me encanta
como estás cambiado mi vida (volvía a besarla)
E: Maca (se unían en un beso largo e intenso, para después unir sus frentes y mirarse
diciendo con sus ojos lo que su corazón ya sentía y su boca callaba)
M: No... vuelvas (se le entrecortaba la voz por lo intenso del momento) no vuelvas a
pensar algo así jamás (volvían a besarse) ahora vamos a dormir y mañana entrarás más
tarde a trabajar
E: Sí... pero... ¿es que no me vas a dejar un triste pijamilla?... que me tienes desnuda
todo el rato (sonreía)
M: Jeje sí pero después (se besaban) tengo que cansarte un poquito para que duermas
genial uhm
Y los días fueron pasando, conociéndose, disfrutándose y sobre todo para la Magistrado,
adaptándose a una sargento un tanto inquieta
M: Cariño, ¿qué te parece si pedimos arroz con bogavante? (bajaba la carta para verla y
veía con fruncía el ceño) ¿qué?
Marcada 126
E: ¿Cinco euros?, ¿solo llevaba cinco euros? (preguntaba asfixiada después de reducir
al tipo y rescatar el bolso de la anciana)
-: Hija que quieres con la paga tan pequeña que tengo
E: Cachis en la mar, si la bandeja que he tirado cuesta más
M: Reme ¿qué tal? (hablaba por teléfono, mientras la esperaba)... ujum... sí estamos
comiendo o intentándolo en el puerto, es que Esther ha fabricado un... no sé cómo
definirlo, una cosa para poder montar una mesa y sillas en la proa de la Pilarica...
(comenzaba a probar los aperitivos que habían pedido en espera del arroz) pues veniros
esta noche... nada... no tenéis que traer nada... jajaja pues haz como yo cuando quiero
que descanse, la pongo a trabajar más... jajaja y lo a gusto que duerme después
M: Ujum, sí pues (comía palomitas) en teoría íbamos a entrar en la sesión de las ocho,
pero ¿qué hora es?... las nueve menos cuarto, lo mismo si nos da tiempo para las de las
diez... ujum... espera voy a tirar las palomitas... sí ¿te lo puedes creer? Yo engordando y
ella igual de delgada... si nada, ya sabes lo nerviosa que es... le está explicando a la
taquillera del cine, como arreglar la paga de viudedad de su abuela... no de la abuela de
la del cine... eso ¿pero es que es que estás aquí? ¿en este mismo centro comercial?... ah
pues... escucha, vi yo el otro día en esa tienda una camiseta que me encantó para ella,
espérame allí que voy, venga hasta ahora (colgaba el teléfono y se dirigía hacia su
chica) Esther cariño
E: Jum (se volvía hacia ella)
M: Que está Ana abajo, voy con ella a comprarte una cosa
E: Jum (se besaban y volvía su vista hacia la taquillera) como te iba diciendo, no le
pueden exigir ese escrito según el artículo 25 que reformaba el 104, que a su vez
reformaba el 17, apúntatelo todo bien, no te vayan a poner pegas
M: Ujum, sí... ya mama... tienes que ir dejando que vaya haciendo cosas... está muy
recuperado (sentada en la terraza de una heladería, degustaba una copa de helado con
cuatro bolas) ya... tú dile que lo haga todo tranquilo y sin alterarse (miraba a su
alrededor esperando ver aparecer a Esther, quien minutos antes, había salido disparada
en apoyo de una patrulla por una pelea multitudinaria en la playa, viendo que no llegaba
retomaba la degustación, pero entre volver a coger la cuchara, soltar la servilleta y
aguantar el móvil, terminaba por tirar la bebida que estaba tomando) cago en...
Rosario: Macarena hija ¿qué vocabulario es ese?, últimamente usas unas expresiones
que me está pareciendo mentira que hayas estudiado en las carmelitas
M: Lo siento es que he tirado la bebida (veía llegar a Esther, con los jeans sucios y la
camiseta desgarrada) espera un momento Mama. muack (la recibía con un beso tapando
el auricular del teléfono) ve al aseo te limpias un poco (sacaba de su bolso una camiseta
y se la entregaba)
Rosario: Tiene que ser, que últimamente sales mucho con la sargento, sabes que la
aprecio (no se percataba que su hija no la escuchaba y seguía a lo suyo) pero tiene un
vocabulario y una forma de hablar, que dista mucho... (mejor la dejamos ahí)
E: Jum (se iba a marchar pero se daba la vuelta) de camino pido otro helado ¿No? (le
preguntaba mirando la copa ya casi terminada)
M: Dios mío cariño... aghr... (gemía mientras se agarraba como podía al cabezal de la
cama, mientras en un movimiento de contorsionista encorvaba su espalda, para al
instante volverla a bajar, a la par que sus piernas eran elevadas por las manos de Esther,
quien se afanaba en emular al aleteo de las mariposas con su lengua en su clítoris, para
sin aviso, entrar en ella con ese mismo órgano, imponiendo un ritmo que hacía que, su
respiración se acelerara, que gimiera sin control, que sus músculos pélvicos comenzaran
a contraerse, que sus nalgas, caderas y manos se tensarán, alcanzando esa fase previa a)
Esth (su boca de repente era tapada por la mano de la susodicha)
E: Shsh cariño, espera, he oído algo (había abandonado ese divino lugar, soltando sus
piernas y se había colocado perpendicular a ella, manteniendo su boca callada con su
mano, para prestar atención a los ruidos que llegaban desde el patio)
M: T... m... to... Es... suel... a (intentaba soltarse sin conseguirlo)
E: Espera, espera... (seguía prestando atención) auch (recibía un mordisco en toda la
mano)
Marcada 128
E: Auch, cago en la leche, ¿quien ha dejado el patinete este aquí? (se le escuchaba gritar
desde el patio)
M: Te aguantas, otra vez (tenía tapado el auricular del móvil) ¿sí? (lo colocaba en su
oreja)
Pedro: Hola, hija mira es que...
M: Papa (casi gritaba)
Pedro: Macarena, que efusividad, ¿esperabas mi llamada?
M: No digo sí, da igual, cuéntame (se retorcía en la cama)
Pedro: Que... ¿estás bien?
M: Sí (“já estoy genial” murmuraba)
Pedro: Ah... estoy aquí con Felipe y nos ha surgido una duda
M: Háblame de Felipe, papa
Pedro: Pero... si lo conoces desde pequeña... ¿qué quieres que te hable yo de Felipe?
Marcada 129
M: Esther (la llamaba mientras bajaba las escaleras del camarote) los chicos se marchan
(se la encontraba sentada en la pequeña nevera)
E: Jum (abría sus piernas para acogerla entre ellas y abrazarla)
M: ¿Todo bien? (enfrentaba su rostro con el de ella y enterraba sus dedos en su pelo
acariciando su cuero)
E: Era el Coronel (apoyaba su frente en la de ella) tengo que reunirme con él, ¿Maca
estás segura?
M: Totalmente, no te preocupes más uhm (la besaba siendo correspondida al momento)
Por unos momentos se olvidaban de los chicos que continuaban en cubierta, del Coronel
y de todo lo que les rodeaba, hasta que una canción comenzaba a sonar
Mientras escuchaban la letra era irremediable que sus ojos brillasen y sus bocas
formasen una sonrisa emocionada
M: ¿Te... te gusta? (volvía a juntar sus frentes, mientras sus manos se agarraban fuerte a
su cintura, apretando su camiseta entre ellas)
E: Sí (siendo consciente que no podía agarrarse su culo por los nervios que estaba
sintiendo, agarraba el de ella) ¿Y... y a ti?
M: Mucho (terminaba de declarar todavía con sus miradas pegadas, para
inmediatamente besarla intensamente)
Ana: Chicasssssss (gritaba por el hueco de la escalera) que nos vamos, dejar ya el
pasteleo, que este no es un fic de soledechile (terminaba por decir provocando la risa de
las dos)
E: Venga ve subiendo
M: ¿Y tú?
E: Voy a prepararle la wii a Emilio (le daba otro beso) tira para arriba
Se separaban y todavía sentada encima de la nevera la veía subir por las escaleras
E: Cachis en la mar (se bajaba) ya estoy con el subidón... porque eso significaba que...
que no nos lo hemos dicho pero... es como que sí ¿no?... subtexto de ese que le llaman
(sacudía sus manos) jolines si es que... que todavía no me lo creo jesús... leñe pilarica
tenía que haberte comprado más grande que aquí no puedo hacer ni el pino (hacía un
barrido con su vista por todo el camarote) náh aquí solo puedo desfogar con ella jejeje, a
ver si se largan de una vez y... puedo tranquilizarme jejeje (iba en busca de la wii,
encontrándola debajo del neceser de Maca) pero... ¿y esta quién es? (cogía el maletín)
neceser dándole vueltas viendo el dibujo que había en él) Betty Boop (leía) ¿Betty qué?
Por favor si parece la Heidi operada a lo guarrilla... ¿pero por qué te entretienes con
cualquier cosa?, en mitad de un subidón te pones a mirar a la Betty ésta (cogía la wii) si
es que, a pesar de todo sigues fatal (subía las escaleras)
Nada más subir a cubierta los veía de pie, todavía charlando entre ellos, se dirigía hacia
Emilio dándole la wii y sin prestar atención a lo que se hablaba comenzaba a
impacientarse, más cuando fijaba su vista en ella y la veía hablar con Ana, repasando su
figura enfundada en un corto vestido blanco de estilo ibicenco con sandalias anudadas
en su tobillo
E: A ver (daba dos palmadas y cuando tenía su atención proseguía) como dijo Lola
Flores: SI ME QUEREIS JIRSE (terminaba de decir consiguiendo la risa y atención de
todos)
Ana: Jajaja ¿Que prisa tienes?
E: Es que tengo que acostar a la niña
Ana: Ya, pues la niña ya está grandecita para acostarse solita
Marcada 131
E: No, que no es a ésta (la agarraba de la mano atrayéndola hasta ella y enseguida
notaba como se abrazaba a su espalda) que también, pero a ésta todavía le quedan
deberes, es a otra que tengo abajo
Ana: ¿Que deberes Maquita? ¿y quién es la otra que tienes abajo?
E: Todo lo quieres saber, ya podías haber sido periodista, a la grande náh, unos
ejercicios de gim (la mano de Maca tapaba su boca cortando su explicación)
M: ¿No tenías prisa? Pues no te enrolles más (guiñaba un ojo a Ana y besaba el cuello
de Esther)
Y de ahí, a comenzar otra vez a despedirse unos de otros, pero como pasa en todas las
despedidas después de una agradable cena, quedan cosas por decir y al final no sabes
cuantos besos acabas dando y alargas todo lo que puedes la conversación hasta que
llegas al coche
Cambiaba quien la abrazaba, en la primera podía verla abrazada por ella misma y en la
segunda era otra, quien la abrazaba
Cambiaba el lugar, con ella sentadas en una roca del último pico escalado juntas, con la
otra sentadas en lo parecía, un pequeño velero
Cuatro diferencias muy fáciles de distinguir, la quinta para ella era, que la segunda
contaba con la suerte de poder seguir abrazándola, lo que para la primera era un
imposible
La sexta y la séptima eran las que le hacía mirarlas fijamente, ¿cambiaba su sonrisa? ¿y
sus ojos? ¿mostraban lo mismo?
Aitziber: ¿Que estoy haciendo? (cogía la foto donde ella no aparecía, acariciando su
rostro con un dedo mientras sonreía, para romperla, cerrando los ojos, en multitud de
cachitos) bien, volvamos a lo importante (después de tirar los cachitos de la foto,
tomaba un bolígrafo y comenzaba a escribir lo siguiente)
“Solo firmaré la tregua, si se me dan, garantías suficientes de que “ella” dejará de estar
“marcada” como objetivo. Esa y la no entrega de armas, son mis únicas condiciones...”
De vuelta en el velero...
aldea solo con el conocimiento de que uno de esos habitantes era el cabecilla, sin más
pistas, el recibimiento no fue muy bueno, ya sabes cómo son esos pueblos, están de
acuerdo con la lucha y un español no es bien recibido. El primer mes solo hablé con
ella, era la encargada del multiaventuras y los turistas a los que guiaba. El resto del día
lo dedicaba a abrir rutas, coloque las escuchas en las principales estancias del negocio,
según me pidió el Coronel y comencé a esperar que dieran resultado. Al siguiente mes,
casi la tenía descartada, hacía una vida completamente normal, apenas se reclutaba en
su casa o en el despacho, participaba en casi todas las actividades que se organizaban,
no asistía a reuniones privadas ni se alejaba del pueblo más de los justo para comprar lo
necesario para el negocio. Esa casi inocencia, más quizás lo cansada que llegué a la
operación, me hicieron unirme más a ella, comenzó a pedirme que la acompañase a las
compras, siempre que yo tenía escalada me acompañaba y bueno... se dio, es muy
atractiva y tiene un carácter muy envolvente (detenía su explicación al volver la vista a
ella y verla con los ojos cerrados) es muy largo Maca, lo mismo...
M: No pares cariño, quiero saberlo (dejaba una caricia en su mejilla y veía como ella
apoyaba su rostro en ella)
E: Creo que... no sé... si hubiese llegado allí en condiciones normales, no hubiéramos
llegado a tanto, no te voy a negar que si hubiera pasado algo pero no tan... (su mirada
volvía a perderse, sin ser consciente del desasosiego que su historia estaba produciendo
en Maca) bueno... no hubo avances hasta tres meses después, ahora puedo decir, que
comenzó a descuidarse, dejó de ser tan meticulosa en sus llamadas telefónicas y en sus
comunicaciones por red, de realizar llamadas de largos minutos sin que se pudiera sacar
nada de ellas a hacerlas cortas e imprecisas, no sé que le pasaría...
M: Tú (la interrumpía)
E: ¿Cómo?
M: Lo que le pasó eras tú, sigue (se giraba pegándose más a ella)
E: Al poco el Coronel me marcó a ella y a uno de los proveedores del negocio, yo no
me lo creía pero volví a registrar su casa (bajaba la cabeza) fue... no sé... mientras ella
dormía yo buscaba y buscaba, con auténtico pavor a que fuese verdad, hasta que
encontré un bunker debajo de su casa y el grupo descifró su último mensaje por internet.
El Coronel me ordenó salir de allí pero yo me bloqueé, era... todavía me resultaba
increíble que fuese ella, ¿cómo podía acariciarme o hablarme de futuros viajes
sonriendo? Cuando cinco minutos antes había ordenado asesinar a alguien, ¿cómo podía
llevar una vida tan normal? (lanzaba las preguntas al aire) no sé cuantas horas pasé
sentada en el suelo de mi baño hasta que reaccioné y me dispuse a marchar, cuando ya
lo hacía entró en mi casa, sonriendo Maca (negaba con la cabeza y se aguantaba las
ganas de llorar) para decirme que tenía un helicóptero esperándonos, que cuando
llegásemos a donde fuera que fuésemos me lo explicaría todo. No recuerdo que le dije,
sé que grité y que ella también lo hizo, justificando que no era una asesina que solo
luchaba por algo mucho más importante que una vida, que incluso la suya propia. Ese
fue mi mayor error, el Coronel me había ordenado salir de allí sin levantar ninguna
sospecha... y yo estaba discutiendo con el objetivo si marcharme con ella o no, ¿te das
cuenta? Arruinando la operación tomara la decisión que tomara, le pedí que me dejara ir
y lo hizo, justo en ese momento Xapo y tres más entraron en trompa, tirándola al suelo y
llevándome a mi (hacia una pausa para limpiar sus lágrimas) ahí empezó lo peor
M: Ya está cariño (se incorporaba sentándose a horcajadas sobre ella y cogía su rostro
con las manos) no tienes que seguir, lo siento (la besaba) lo siento
E: No... no pasa nada, quería contártelo (intentaba sonreír y se abrazaba a ella)
M: Entonces ella... ella no te secuestró
Marcada 134
E: No, fue Xapo, la quería desbancar y aprovechó la situación, es por él por quien
querían, que yo llevase protección una vez salí del agujero. Los días de mi secuestro no
sé que haría ella, imagino que esconderse, una vez fichada supongo que se convirtió en
la persona más buscada en España y Francia. Volví a verla cuando entró en el agujero y
me disparó, me he pasado muchos meses soñando con sus ojos en ese justo momento y
no he conseguido saber que veía en ellos. Pero... (dejaba su cuello para mirarla de
frente) alguna vez... dejará de atormentarme ¿verdad?
M: Claro cariño, lo dejarás atrás, ya lo estás haciendo ¿no?
E: Sí, hasta te lo he contado sin (se miraba las manos en su espalda) sin derrumbarme,
vaya final de noche (le sonreía)
M: No pasa nada, pero si se complica todo, ¿tiene que ser Kaboul?, ¿no puede ser algo
menos peligroso?
E: No lo sé, puedo... ya veremos cuando hable con el Coronel
M: Y después del juicio ¿qué vas a hacer?
E: Juntas lo decidiremos ¿no? (unía sus frentes)
M: Sí (sonreía con toda su alma, ante el “juntas” usado por Esther)
Días después...
E: Ahora tira fuerte (le pasaba un cable, estando ambos en el tejado del edificio de
viviendas del Cuartel)
Raúl: Agh... joer (cogía aire) ¿estás segura que tu padre dijo que había que sacarlo
entero?
E: Jum (desviaba un momento su vista del cable a la calle) al suelo (alzaba la voz y se
tiraban ambos, escondiéndose)
Raúl: ¿Qué pasa?
E: Las chicas están pasando por la puerta, irán a desayunar
Raúl: ¿Y?, no me jodas que me has hecho mancharme solo por eso (se incorporaba)
E: Que... es que... ella no quería que subiese al tejado (se incorporaba también) espera,
mi padre (sacaba el teléfono y contestaba) dime
Raúl: Luego me dices a mi calzonazos, ¿quién es la tiende bragas ahora? (se limpiaba
indignado)
Papa: ¿Cómo vais?
E: Está durísimo, no hay narices a sacarlo
Papa: ¿Que todavía no lo habéis sacado? Tie cojones, si lleváis media hora ya. ¿Alguna
vez te explicare algo y lo harás a la primera?
E: Bueno, perdona ¡eh!, no todos somos tan listos ni tan fuertes como tú
Papa: Jeje, eso ya lo sé. Y digo yo, la prisa por arreglar la antena ¿a qué se debe? Si tú
no ves la televisión. No me contestes, oye esto
E: Jum (prestaba atención al ruido que se escuchaba por el móvil) hostia, no me jodas
Papa: Jejeje ¿lo escuchas?
E: Te han dado el tractor
Papa: Sí, aquí estoy probándolo, verás cuando me vea llegar con el tu madre. Por fin
voy a poder llevarla a la romería como un torero va al rocío
E: Ellos van en caballo
Papa: ¿Y donde duermen listilla?, en un tractor
E: Bue, oye suena bien ¿Eh?
Marcada 135
Papa: Sí, ya estás tardando en venir y lo probamos recogiendo las almendras. ¿Cuando
empieza la suspensión?
E: Al final no hay suspensión, ¿pues no ves que salve al niño?, han decidido
perdonarme, mira que me jode, casi hubiese preferido que me petasen
Papa: Esther... una cosa es que te consienta el hostia y demás palabrejas y otra ya son
esos términos, que soy tu padre
E: Jum... yo soy tu padre jejeje, ¿ande decían eso?
Raúl: Son iguales (murmuraba)
Papa: No tengo idea hija, pero con que poquita gracia lo dices tú jejeje, bueno a ver,
¿pa qué arreglas la antena?
E: Para mi chica, que le gusta el telediario y esas cosas (le contestaba como si tal cosa)
Papa: Pero... agh... (casi se caía del tractor de la impresión)
E: Jajaja
Pedro: Cago en la leche
Raúl: ¿Se ha caído? Jajaja, que pena no haberlo visto
Papa: Dile al cabronazo ese que... Esther (alzaba la voz)
E: Queeeeee
Papa: Pero, pero chica de pretendienta o ¿de qué? (se atusaba el bigote)
E: Chica papa, no voy a decir más, es tan bonito y tan especial que me da cague
hablarlo por si se estropea y espera... es que... (había reanudado la tarea de tirar del
cable de la antena) te paso con Raúl ( le daba el teléfono)
Papa: Pedazo cabroncete, ya estás tardando en describírmela, no mejor, ¿por qué no
venís los cuatro un fin de semana?
Raúl: Pues... pues sí, así también conocéis a Claudia, es más guapa que la suya, que te
quede claro
Papa: Eso ya lo juzgaré yo jejeje
Raúl: De juzgados va la cosa sí
Papa: Pero escucha, más guapa que mi Encarna no la hay
Raúl: Podríamos ir el fin de semana que viene, las chicas no están de guardia
E: Jum, después se lo comento a Vilchez, no creo que ponga ninguna pega (fumaba un
cigarrillo, todavía en el tejado)
Raúl: Pero, ¿te das cuenta de lo que significa?
E: ¿El qué?
Raúl: Que lenta eres a veces, se la vas a presentar a tus padres
Marcada 136
E: Y tú a la tuya no te digo
Raúl: Ya, pero no es lo mismo, vale que yo quiero a tus padres como a los míos (bajaba
la vista) pero...
E: Estarán encantados (lo cortaba)
Raúl: ¿Quienes?
E: Tus padres, allá donde estén, seguro que están super orgullosos de ti (lo veía con la
cabeza agachada) eras tela de buena gente, un profesional con letras mayúsculas, tienes
una novia para toma pan y moja, auch (recibía un pellizco) jeje, ¿qué te pasa hoy?
(preguntaba al verlo emocionado)
Raúl: No sé, estoy un poco tonto, me he despertado feliz, he abierto los ojos y lo
primero que he visto ha sido a Claudia en mis brazos, después he pensado que tú estabas
un piso más abajo durmiendo con Maca y... (tragaba el nudo que se le estaba formando
en la garganta) entonces he escuchado a Pablo y Oscar gritando y peleándose mientras
Emilio intentaba llevarles al colegio... y... he imaginado por un momento que eran
nuestros hijos, los tuyos y los míos, llevándolos al colegio cualquiera de nosotros
cuatro, viviendo en familia Esther
E: Hey, sí que te has levantado tonto sí (trataba de bromear y pasaba su brazo por los
hombros de él) ya somos una familia, sabes que para mi eres más que un hermano
Raúl: Desde que perdí a mis padres en aquel maldito accidente a mis 17 años, tú has
sido mi única familia, tú y los que siempre te han rodeado como tus padres y Cruz, pero
ahora han llegado las chicas y... creo que podemos Esther, mira ese patio (lo señalaba
con los ojos) ¿no te gustaría ver jugar y crecer a nuestros hijos en él?
E: Yo no sé si sirvo para eso (quitaba su brazo)
Raúl: Llevas una semana durmiendo más de cinco horas ininterrumpidas cada noche,
hoy has desayunado sin que yo o el móvil te lo dijera, dejas que ella te compre la ropa,
te esfuerzas en degustar los platos que cocina y hasta temes que se enfade por
desobedecerla y subir al tejado. Esther, ya lo estás haciendo y solo hay que ver la cara
de Maca cuando te mira, para ver que además, lo estás haciendo muy bien (ahora era él
el que la abrazaba por los hombros) no vuelvas con el Coronel, quédate aquí con
nosotros
E: Raúl (se emocionaba y ambos se abrazan)
Raúl: Yo no soy como Cruz, que cada rato te dice lo que te quiere, pero sabes que lo
hago y mucho
E: Yo también, tonto y... y lo de la ropa... me la compra ella, pero es de mi mismo
estilo, no se vayan a confundir ahora las lectoras
M: Decidme, que los dos que se están abrazando en el tejado no son ellos (regresaban
del desayuno, paseando por la puerta del Cuartel)
C: Sí, sí que lo son (los miraba sonriendo) chicas voy un momento a casa, luego nos
vemos
M: Cruz, diles que se bajen de ahí ya y sin caídas, Claudia que te pare... (se callaba al
encontrársela con los ojos llorosos mirando al tejado) Claudia (llamaba su atención)
Claudia: Uhm, me he levantado hoy de un tonto, son tan... me emociona lo
compenetrados y el cariño que se tienen (continuaba mirándolos, mientras una lágrima
se escapaba) creo que si fuesen hermanos no se querrían tanto, no sabes lo tranquilo que
está Raúl desde que Esther está contigo
M: ¿Sí? (parecía contagiarse por la emoción)
Claudia: Sí, dice que ya puede dormir tranquilo sin preocuparse por donde o que estará
haciendo Esther, que estás consiguiendo que vuelva a ser la de hace dos años atrás. Y
Marcada 137
esta mañana... me ha dicho que le encantaría que los cuatro formásemos una familia
aquí (la miraba llorando)
M: Ven tonta (le abría sus brazos
Claudia: Me he emocionado, debo estar hormonando (se abrazaba a ella)
M: Pues nada cariño, cuando acabes vienes a casa (hablaba con ella por teléfono
mientras conducía)
E: Sí, creo que terminaré pronto, ¿cenas donde tus padres?
M: Sí, estoy llegando (la escuchaba trasteando con algo) ¿qué haces?
E: Nada, que he conseguido arreglar el monitor que te dije, al final era un cable pelado
M: Esther, habrás desconectado la luz, que la última vez por poco te quedas pegada
E: Jeje, no... bueno sí, tengo que dejarte ha llegado el testigo que esperaba
M: Vale, te espero en casa y ya sabes, ten cuidado, muac (le mandaba un beso)
E: Ta luego cariño (colgaba)
M: Yo creo que esta noche, debería dejárselo caer ya a mis padres, por lo menos tantear
el terreno, mi madre algo tiene que saber, nos hemos cruzado con alguna amiga de ella,
dudo mucho que no le hayan cotilleado nada (decía en voz alta, aparcando el coche en
la finca de sus padres)
Rosario: Bien (tocaba la pierna de su marido sentado junto a ella) es Fernando, ¿ves?,
ya te dije que no podía ser verdad, que a la gente le gusta mucho hablar sin saber
Pedro: Con Fernando no está (hablaban en susurros) eso te lo dijo tu propia hija, de lo
otro pues... yo hasta que no lo vea no me lo creo, pero han sido varios los que han
venido con el mismo cuento
Rosario: Bien se van a ver (continuaban con la oreja pegada a la conversación que
mantenía su hija)
M: Estoy a que mis padres... has venido en coche... vamos a cenar si quieres te
esperamos, bien hasta ahora
Rosario: Magnifico, se van a ver y encima cenan aquí, verás cómo se arreglan y se
olvida de... de lo otro
Pedro: No lo veo yo tan claro, que Felipe me dijo que parecían las de la serie del
hospital, caminando abrazadas y sonriendo. Me gustaba a mi esa serie ¿todavía la
echan?, yo creo que... (se callaba al ver la figura de su hija enfrente de ellos) ¿qué tal
Fernando?
Marcada 138
M: Bien, lleva en Madrid un día y ha bajado en coche, viene a cenar (se echaba el pelo
hacia atrás con mirada preocupada) tengo sus cosas en casa, si me hubiese avisado las
hubiera traído aquí. Voy a llamar un momento
Rosario: ¿A Fernando? Pero si viene...
M: No es a Fernando (cortaba molesta y salía del salón con el móvil en la mano)
Pedro: Jeje seguro que la va avisar, hace bien, que luego hay malentendidos y... (se
callaba ante la mirada que recibía por parte de su mujer) mejor me callo, ¿lo que suena
es la alarma?
Rosario: Pues parece que sí (comenzaba a sonar el teléfono que conectaba con la
seguridad de la finca)
Pedro: ¿Sí? (lo cogía)... avisad a la guardia civil... ah que ya lo habéis hecho... sí
avisadme de cualquier cosa (colgaba) se han colado dos hombres por la alambrada, no
parecen peligrosos, Macarena (la llamaba)
Los pensamientos de los tres eran interrumpidos por el sonido del teléfono
Pedro: Sí
Marcada 139
E: Gracias otra vez chicos (se despedía dando salida a la ambulancia en la carretera,
miraba para ambos lados de la carretera y volvía a la garita de seguridad de la finca,
justo, cuando un coche entraba en ella después de hablar con el guarda. “pero si me dijo
que cenaban los tres solos, ¿habrá venido algún hermano?”) Bueno nosotros nos vamos
ya, el trozo de alambrada lo hemos medio apañado para que no pueda entrar alguien, le
dices a Don Pedro que mañana sin falta la arreglen, oye (terminaba por picarle la
curiosidad) ¿quién iba en ese coche?
Guardia: Fernando Ayuso, lo esperaban para cenar
E: Fern... ¿estás seguro?
Guardia: Sí, he llamado para comprobarlo
E: Emilio vámonos (se introducía en el vehículo a la vez que comenzaba a sonar su
móvil, anunciándole quien la llamaba mediante la canción usada como tono)
“por imbécil... me pasa por imbécil... y mira que vi el armario y sus cosas todavía están
allí en cajas sí, pero ya ves tú... que lo mismo estaba en un congreso o algo así... dios
como si no hubiera vivido yo esto antes jesús... me está doliendo tela... jajja... no
querías relaciones abiertas pues ahí lo llevas... pues que se prepare, porque si algo hay a
lo que sé jugar, es a esto”
M: Fernando yo creo que no deberías darle más vueltas. Estoy muy segura de la
decisión que tomé y en el fondo tú también lo estás (conversaba con él mientras se
dirigían a su casa, para entregarle sus efectos)
Marcada 141
Fernando: Todo ha sido muy rápido y... ¿estás segura que no es por la separación?
Quizás si pido destino aquí...
M: Esa no es la cuestión, no me lo pongas más difícil de lo que ya es, ¿es un accidente?
(fijaba su vista en la carretera)
Fernando: Eso parece (reducía la velocidad del vehículo)
Maca miraba los vehículos de la guardia civil que se iban encontrando, según
avanzaban, dándose cuenta de un sentimiento nuevo en ella, el de la familiaridad con
ese cuerpo, ya no eran los cabrones que están en la carretera para cogerte in fraganti y
denunciarte con cualquier excusa, ahora los sentía cercanos, no veía el uniforme si no a
los hombres y mujeres que lo portaban
Fernando subía la ventanilla del coche y emprendía la marcha sin despedirse, mientras
Maca, agarraba sus manos sobre su regazo, desviando su vista hacia la derecha, con
rabia y frustración, al darse cuenta que esa noche nada estaba saliendo bien y parecía
imposible poder hablar con Esther
M: En cuanto lleguemos te doy tus cosas, creo que ya no tenemos nada más que hablar
(rompía el silencio)
Fernando: Como quieras, solo espero que seas consciente de lo que estás haciendo
M: No puedes llegar a imaginarte lo segura y consciente que soy, yo solo espero que no
tires por la borda los años que hemos estado juntos, creí que podríamos ser amigos, tú
decides si quieres serlo o no (concluía)
M: Esther (la llamaba desde el patio viéndola tumbada en el balcón) Esther (alzaba más
la voz)
E: Jum (se erguía quedando apoyada con su espalda en la pared) ¿ya has terminado?
(preguntaba sin todavía mirarla)
M: Baja (omitía la pregunta) tengo un taxi en la puerta, vámonos a mi casa, tenemos
que hablar
E: No (se estiraba) estoy muy bien aquí y no tengo nada de lo que hablar (la miró de
reojo al tiempo que Maca se introducía en el portal de acceso a su vivienda) estupendo
(se incorporaba introduciéndose en el salón)
M: Esther cariño, no es lo que estás pensando, sé que esa frase está muy usada, pero es
la verdad (nada más entrar en la vivienda, comenzaba a explicarse)
E: No te he pedido ninguna explicación (se quitaba la camiseta y se aproximaba a ella)
M: ¿Que... que haces? (preguntaba mientras veía como se pegaba a ella y comenzaba a
besarle el cuello)
E: ¿Tengo que explicártelo? (seguía en su cuello, le cogía el bolso tirándolo al sofá y
comenzaba a bajarle la cremallera del vestido) no necesité hacerlo la primera vez y
¿ahora sí?
M: No (le agarraba la mano) cariño (cogía su rostro) ha venido a por sus cosas y hemos
cenado en mi...
E: Que no quiero saber nada (se soltaba y comenzaba a desabrocharse los jeans) mejor
dedicamos el tiempo a lo que mejor se nos da
M: Estás consiguiendo enfadarme, deja de desnudarte y escúchame (retenía sus manos
con las suyas)
E: Pues no te enfades, aquí la única que tendría derecho a enfadarse soy yo y no lo
hago, lo único que me jode es que no fueses sincera
Marcada 143
Por unos momentos el salón quedaba en silencio, cada una con un pensamiento distinto
y con las pulsaciones alterándose por los mismos
M: Hubieses... ¿te daría igual que siguiese con él? (rompía el silencio, alterada y sin
todavía poder creer lo que significaba ese solo)
E: Sí (se daba la vuelta mirándola) si es lo que quier... (no podía continuar por el
impacto de la mano de Maca en su cara)
M: ¿Qué clase de mujer te crees que soy? (perdía el control y comenzaba a gritar)
E: Una que por imbécil creí diferente, pero que en realidad, no lo es (paraba su mano
cuando nuevamente se dirigía a su rostro)
M: Te lo dije una vez (unía su frente con la de ella) no soy ninguna de ellas, no soy
ninguna de esas... de esas... (decía con una mezcla de rabia y dolor)
E: Ya claro (sonreía cínicamente) tienes razón, con ellas no había engaños (lograba
separar sus frentes) todo estaba muy claro, podíamos tirarnos a quien nos... (no podía
evitar que su mano volviera a impactar en su cara) deja de pegarme (ahora era ella la
que la sujetaba, empujándola hacia la habitación)
M: Suéltame (pedía entre jadeos sin ya control alguno de sus emociones) que me
sueltes (comenzaba a forcejear y caía con ella en la cama) ni se te ocurra tocarme, ve a
por cualquiera de ellas (continuaba entre jadeos, mientras Esther intentaba bajar la
cremallera) rómpelo de una vez (pedía justo cuando rompía la cremallera del vestido,
sin contestarle, consiguiendo subirlo hasta su vientre, mientras ella misma se deshacía
de la ropa que todavía cubría su cuerpo)
Fue sentirla de regreso en su cuerpo y tirar de su pelo para acercar su rostro a ella y
morder su mejilla con fuerza, tomando el control y haciéndola girar para quedar ella
encima y comenzar a morder su cuello, reteniendo su piel entre sus dientes, presa de una
calor y deseo desconocido, que le hacía desear que sus caricias quedasen marcadas en
su piel, como una más de sus cicatrices, sintiendo que el deseo la estaba consumiendo
por mucho que quisiese parar y controlar todo lo que en esa habitación estaba pasando
Jadeando las dos, se desnudaban sin ningún atisbo de ternura, queriendo ganar una
lucha, que sin saber cómo, se había establecido entre ambas. Esther siendo consciente,
que por primera vez en su vida, los celos hacían acto de presencia en ella y queriendo
borrar del cuerpo ajeno los rastros que el otro hubiera podido dejar y Maca esforzándose
en borrarle a ella, los rastros de todas las anteriores
M: Eres una imbécil... no he estado con él (decía mientras su labios devoraban sus
pechos) desde que le dejé... no he estado con nadie que no seas tú (subía a su boca,
mientras su cuerpo se acoplaba permitiendo que su mano se colara entre ellas y llegase
al centro de Esther) dime que tu tampoco... dime que no has estado con nadie más,
dímelo (le exigía, mordiendo otra vez su mejilla)
Marcada 144
E: Uhm... (gemía sin control y sacando fuerzas de donde no tenía conseguía darle la
vuelta) no lo he hecho... (retiraba la mano de Maca y comenzaba ahora ella a devorarla,
besando, lamiendo y succionando su pecho) ni siquiera me he podido fijar en nadie más
(hablaba entre jadeos)
M: Esther (conseguía subirla hasta su cara cogiéndola por el rostro y encontrándose con
sus ojos, mientras jadeaban haciendo que sus alientos chocasen y sus centros se
uniesen)
Sintiendo que el corazón parecía querer salirse de su pecho, que la garganta se le había
resecado por los continuos jadeos y gemidos, fue mirarla a los ojos y arrepentirse de la
impulsividad y casi violencia del momento, frenando su ataque, amansando sus
movimientos y uniendo su frente con la de ella, tratando de mantener su vista en los
ojos que llevaba adorando meses, mientras su mano y la de ella se colaban por sus
cuerpos, imponiendo un ritmo, ahora más lento, que buscaba la conexión perdida y
desterraba la fiereza impuesta por los celos
Así, buscó su cuello, besándolo ahora con pasión y sin dureza, para a continuación
volver a su boca, besándola con toda su alma
Cuando volvió a abrir los ojos y buscó los suyos, se los encontró rojos, todavía dilatados
y con una expresión que no le conocía
M: No te vayas a dormir aquí cariño (decía aun en la bañera, con su espalda apoyada en
ella y Esther en sus brazos)
Marcada 146
E: No, mare mía como hemos puesto el suelo (se incorporaba y tiraba la toalla) ale que
vaya empapando, si es que no tienes respeto por el medio ambiente (volvía a su
posición)
M: Tendrás morro, eres tú a la que le gusta llenarla hasta el borde y luego mira la que se
arma
E: Armamos jeje, lo bien que me has relajao en el baño este que nos hemos dado (se
miraba las manos disimuladamente) auch, no me muerdas más
M: Me encanta morderte enfadada o sin enfadar (dejaba un beso en su mejilla y
continuaba acariciándola)
E: Estaba pensando, que los próximos ahorros puedo invertirlos en poner cristales en la
parte del aseo de la pilarica, así podríamos ver el fondo
M: Cariño, como sigas gastando en la pilarica no vas a poder comprarte un coche
E: Tss, desde que llegué aquí no me ha hecho falta ninguno y encima ahora tengo el
tuyo, es que así cambio la ducha por bañera y sería la hostia un baño como el de hoy,
allí
M: No coge una bañera
E: Sí que coge
M: Te digo que no
E: Y yo te digo que sí, lo tengo medido
M: Cabezota y oye
E: Jum
M: Pasado mañana nos vamos a que tus padres
E: Jum, vamos en un solo coche es tontería ir en dos
M: Sí...y a la vuelta cenamos con mis padres
E: ¿Qué... cómo...? (le tapaba la boca)
M: Es lo justo, yo conozco a tus padres y tú a los míos (le soltaba la boca)
E: Pero... es que no hace falta, yo ya los conozco y no creo yo... que (su mano
comenzaba a buscar su culo pero la mano de Maca se lo impedía)
M: Jajaja ¿hasta en el agua te tocas el culo?
E: Y que quieres que haga si me dices esas cosas (se giraba quedando de cara y tirando
más agua al suelo)
M: Ecologista, acabas de tirar unos cuantos litros al suelo, aparte de casi aplastarme el
pecho izquierdo
E: El pecho izquierdo dice, la teta cariño, cuánto daño te hicieron las carmelitas esas,
uhm deja que lo cure (se sumergía a por él)
M: No te creas que te vas a escabullir, en cuanto volvamos cenamos con ellos
E: Jolines, no me gusta ser el centro de atención (ahora besaba su cuello)
M: Jajaja esa sí que es buena, siempre llamas la atención por una causa o por otra, si
además ya lo saben, no lo hemos hablado claramente pero lo saben y a mi padre lo
tienes de tu parte
E: No esperaba menos de Don Pedro, casi tan majo como su hija pero no tan rico,
bueno rico de gustar, de billetes ya es otra cosa. Uff (comenzaba a besar su cuello con
pasión) vámonos a la cama que después del centrifugado viene el secado (se levantaba y
le ayudaba con una mano)
M: Jaja uhm me encanta como dominas los ciclos del lavado
Conseguían salir del baño, con algún resbalón de por medio y una vez secadas, ya en la
cama, continuaban regalándose besos y caricias, comenzando a resurgir el deseo entre
ambas
Marcada 147
Liberando finalmente ese pezón para castigar de igual forma a su homónimo, mientras
escuchaba su respiración agitada, sintiendo como la rodeaba con sus piernas y como sus
manos acariciaban su espalda
Liberó su boca, lamiendo la piel que encontraba mientras bajaba por su costado,
tropezando con la cicatriz que sabía, más la marcaba, mirándola fijamente, sin dejar de
moverse sobre ella, para finalmente dejar un beso en ella, aun sabiendo que no le
gustaba, y después morderla, con lo que ella creería pasión y que, sin embargo para ella,
era rabia y dolor
Mirándola a los ojos cuando rompía el beso y se ayudaba de sus rodillas para acoplarse
a ella de tal forma que pudieran colar sus manos entre ellas. Volviendo a su boca
cuando así lo hacían, dejando escapar una lágrima cuando los cerraba ahora por placer y
dejándose envolver por su otro brazo
Abandonando su boca, ahora para acudir a su cuello, besándolo mientras subía hacia su
oído solo, para susurrarle un te quiero quebrado, mientras sus manos y cuerpos
continuaban una danza que culminaba con ambas exhaustas y con el corazón henchido
de amor
E: Se lo quise contar y no me dejo Raúl, para una vez que quería hablar del tema sin
tapujos y me dijo que no, que no quería saberlo, ¿a ti que te parece? (conducía el coche
de Maca, mientras se dirigían a recoger a Claudia)
Raúl: Raro, me parece raro, pero las mujeres de por si sois raras, no sé, lo mismo le
incomoda un poco el saber la vida que llevaste después de aquello, como ella he tenido
una vida muy digamos, clásica
E: Jum, pero yo creo que es importante que lo sepa, por lo menos me dio tiempo ha
decirle el resumen de aquello, alcohol, sexo y coca
Raúl: Entonces no le des más vueltas, en cierta forma se lo has dicho, a mí tampoco me
gustaría escuchar a Claudia contarme lo que ha hecho anteriormente en la cama o si la
ha compartido con más de una persona
M: Claro qué fácil es para ti, a mi me enferma el solo hecho de imaginármela con otra,
como para saber lo que hizo mezclando todo eso
Ana: ¿Te estás oyendo? Cuando regreses tú y yo vamos a tener una conversación muy
seria, todos tenemos un pasado y tú también has estado con otros, es super retrograda y
hasta da miedo el “me enferma”
M: Lo que tú digas, solo es una forma de hablar (una vez terminaba se sentaba frente a
su portátil)
Ana: Te voy a dar un consejo, porque soy muy esplendida, vete olvidando de las
Aitziber, Julias y demás, lo único importante es lo que hay entre vosotras, nada más
M: ¿Sabes el apellido? (tecleaba en google: Aitziber terrorista 2009)
Ana: ¿De quién?
M: De... de nadie (comenzar a abrir las diferentes opciones que google le daba para esas
palabras)
Ana: Como estás hoy. Te tengo que dejar, hablamos a tu vuelta y pásalo bien con los
suegros jaja, espera, ¿tú sabrías que regalarle a un niño de 7 años?
M: Si se llama Pablo, una Wii así, dejará de pillarme desnuda cada vez que se le
estropea
Ana: ¿Pero... cómo?
M: Déjalo, te estás pareciendo a mi chica cuando se pone nerviosa, adiós tonta (dejaba
su móvil, mientras continuaba su búsqueda)
Una foto, eso es lo que buscaba, ponerle cara de una vez, pero después de unas cuantas
páginas que hablaban de su carrera en la banda armada, del momento de su detención y
alguna noticia suelta de su estancia en prisión, no había encontrado ninguna
Volvió a una de las noticias de su detención y en esa encontró una foto de uno de sus
traslados, con la cara tapada con un pasamontañas, custodiada por dos guardias civiles
también con sus rostros ocultos
Amplió la imagen tratando de ver algo más pero después de un tiempo mirándola, solo
pudo concluir que se trataba de una mujer morena, de larga melena por la coleta que
llevaba y más próxima a su estatura que a la de Esther
Cerró la página decepcionada y un recuerdo vino a su mente “no estaba fichada”, sin
pensar más volvió a coger su móvil
E: Fiu fiu (silbaba) pivonazo, ¿tienes quien te lleve? Jejeje que yo te puedo llevar a...
AUCH, animal que casi me estampo contra la ventanilla
Raúl: Pues no le silbes a mi chica, que además no es un perro
E: Si era bromilla, hola Clau (paraba el vehículo mientras Raúl salía a saludarla y le
ayudaba colocando la maleta en el maletero del coche)
M: Lo sé (la cortaba) gracias otra vez Laura. Nos vemos el lunes, chao (colgaba y a la
vez que lo hacía cierta desazón se apoderaba de ella, ¿qué estaba haciendo?, ¿qué
conseguía con esa foto? ¿Por qué sentía que necesitaba conocer su rostro?
Sin querer pensar más, apagaba el portátil y se marchaba al baño para terminar de
arreglarse y bajar a esperarlos
Una vez hecho, salía de su edificio portando una pequeña troiler en el momento justo en
que Esther estacionaba en frente y salía rauda a recibirla, borrando al ver su sonrisa,
todos sus pensamientos anteriores
Claudia: Mirad lo que llevo (decía en el asiento de atrás semiapoyada en Raúl) las fotos
de la última cena en la “pili” (se le hacía muy largo el nombre del velero y lo resumía a
su forma) toma Maca nosotros ya les hemos visto (se las entregaba)
M: A ver (comenzaba a verlas)
Marcada 151
E: Vosotros a vuestro rollo ¡eh! que ya estás aquí la chofer, unos que si arrumacos y la
otra a ver fotitos, pues nah, no preocuparse que llegará mi momento. Solo os falta
ponerme en la radio el “hablar por hablar” que por cierto lo presenta una Macarena... y
ya pues... pues... ¿por qué a veces me quedo en la mitad de la frase?
M: Eres así de original (le daba un beso) y de quejica, con estos tacones no puedo
conducir que se me enganchan en la alfombra (la miraba y al verla que iba a volver a
protestar le tapaba la boca) auch, que no me muerdas (volvía a sus fotos) mira esta
E: Jolines, ¿en qué momento mi pilarica se convirtió en el yate de playboy y yo no me
entere?
Raúl: Jejejejeje la cosa es que yo tampoco, auch que... que
Claudia: Que, que que ¿qué?
E: Venga enséñame más
M: Ni hablar, se han acabado las fotos para ti, que te entusiasmas
Claudia: Castigados sin fotos jajaja por salidos
E y Raúl: No estamos salidos
E: Somos de fácil apreciam... aprecibi... amos que distinguimos muy bien la belleza,
¿qué no?
Pepe: Cachis en la mar, ya están aquí (se levantaba sin ningún cuidado de la mesa)
Manolo: Pepe acabas de arruinar toda la partida (le regañaba y se giraba hacia la
carretera) esa no puede ser si es un cochazo
Pepe: ¿Pues no ves que apenas se ve a la conductora? y el cabezón de atrás es Raúl,
auch que me quemo leñe (se quemaba con la punta ardiente de su puro) voy pa ya
(comenzaba a correr)
Los otros tres pasaban del semáforo y de quien cogía el coche, todos se bajaban del
mismo para ver como un hombre de cincuenta y tantos años, con un gran bigote y un
metro ochenta aproximado de estatura, cogía en brazos a una Esther, que se colgaba de
él, enganchando las piernas a su cintura
Los otros tres continuaban viendo la escena sonriendo y Raúl, cuando los veía soltarse y
caminar hacia ellos, iba a su encuentro
Pepe: La tuya Raúl, es la más alta y morena, ¿a que lo he clavado? (miraba a uno y a
otro)
E: Jolines, ¿cómo lo has sabido?
Pepe: Jejeje ¿pues no ves que esa te podría llevar en el hombro como si fueses un loro?
Raúl: Jajajaaja
E: Graciosillos
Pepe: Oye pues tiene nariz de jueza ¿eh?
E: Ya estamos con la nariz, mírala a los ojos y verás
Raúl: Ja ja (trataba de contener su risa) y porque no la has visto correr jajaja auch bruta
E: Las pijas corren así, listo, no ves que temen mancharse si se caen
Pepe: Venga presentármelas ya, que no están mirando con cara de corderillos
(comenzaban a andar llegando hasta ellas) Señorías, Agente Pepe García a sus pies (se
colocaba en posición de saludo militar)
M: Olvídese de eso, soy Macarena pero llámeme Maca (no esperaba a nadie y se
presentaba a si misma, dándole dos besos)
Pepe: Encantado seño... (paraba al ver su mirada) pues eso que encantado, menudo
carácter (murmuraba)
Claudia: Por descarte yo soy Claudia, pero puede llamarme Claudia jajaja (también lo
besaba)
Pepe: Encantado también, ¿no hay más bellezones a los que besar? ¿en el maletero a lo
mejor? Jejeje que es broma (aclaraba provocando la risa de todos) venga ponerse cada
uno con la vuestra que voy a echaros una fotillo
E: Ya estamos, ahora media hora pa que atine (lo chinchaba)
Pepe: No empecemos listilla y ponte ahí
Se colocaban los cuatro delante del coche y el padre de Esther comenzaba a trastear su
móvil mientras comenzaba a dar pasos hacia atrás
E: Jejej no te pongas colora anda, pero Papa ¿para qué te vas tan lejos?
Pepe: Para que salga el coche no te digo y empínate un poco que descuadras la foto
canija
E: Cachis en la mar, verás cómo te enganche el bigote
Pocos minutos después llegaban a la casa, viendo como una mujer dejaba la fregona en
el gran porche, corriendo mientras hacía aspavientos con las manos y trataba de
deshacerse del delantal que llevaba
Entrando a la casa al tiempo que ellos se bajaban del coche, ya aparcado en la parcela
que rodeaba la vivienda
Pepe: Esther (la llamaba en voz baja) en un descuido nos vamos a probar el coche
E: Jum
Pepe: ¿A cuánto lo has puesto?
E: Jejeje con ella a máximo 160
Pepe: Bue, eso es primera para ese coche
E: Jum, pero si lo pongo a más, su pellizco es sexta para mí
Pepe: Eah, ese es el castigo por ser clavá a mí, que te gusten las marimandonas, ¿qué
no?
E: Jejeje cuánta razón llevas, auch mama (no la veía venir cuando ya la tenía encima,
apretujándola, besuqueándola a la vez que escaneándola y todo lo que en ese momento
acabase en andola)
En: ¿Que os decía yo? (la madre de Esther hablaba con ellas recogiendo la cocina
después de cenar) a mi Raúl le pones lo que sea en la mesa y se lo come sin más y mi
Esther, ya le puedes poner agua bendita que no hay manera. Menos mal (más que
conversación con ellas les regalaba un mitin, mientras ellas secaban la cubertería usada,
revisando su pedicura a hurtadillas) que cuando me dijo que veníais fui a la farmacia a
comprarle sus vitaminas, ¿es que no has visto que tiene manchas blancas en las uñas?,
mira son estas, le tienes que dar una al día (como buena suegra que se precie comenzaba
a inmiscuirse sin que nadie se lo pidiese) no las va a querer, desde ya te lo digo, pero
con ella es como con mi Pepe, chantaje emocional. Que no quieres la pastilla de la
circulación, no hay postre, que vas a la partida y estás más de dos horas, no hay postre
(la mujer continuaba su discurso sin ver como las otras dos levantaban sus cejas y tenían
que reprimir sus risas) tú quítale el postre cuando no quiera hacer algo, eso es infalible
en ellos
Claudia: Y Encarna... jum (trataba de controlar su risa) ¿a qué postre se refiere?
En: A “ese” postre pillina, pero tú tranquila que mi Raúl no funciona así, a ese, si te lo
ganas de verdad (la suegra mandaba un misil) confiará en ti y le digas lo que le digas lo
hará
M: Me parece bien, pero usted ha pensado que quitándole el postre ¿usted también se
queda sin él?
En: Jejejej cuanto tenéis que aprender (negaba con la cabeza) no te he dicho cuando se
lo tienes que quitar, eso lo decides tú. ¿Lo entiendes?
M: Eh... pues... pues sí pero es que... aún así, no lo veo claro
Marcada 154
En: Porque llevas tres días como quien dice, deja que lleves más de treinta años y verás,
todo el día encima y más y más, que a una le gusta, pero leñe también me gusta la
novela y los cafés con mis amigas
“confirmado, son iguales jejeje y como me gusta por dios, que mi suegra me acaba de
confirmar unas décadas de buenísimo sex... joder me acabo de fastidiar una uña”
“jejeje se acaba de fastidiar una uña, cachis espero que no sea la de la margarita pa una
flor que me se... las otras no se cuales serán (pensaba mientras inclinada completamente
en el sillón cotilleaba lo que pasaba en la cocina) anda que si su madre la viera jejej uff
vaya día me lleva dando con los vaqueros jesús y mira que a mí el gris psss pero en ella-
auch”
Pepe: Que te me distraes (tirando de su oreja le hacía ponerse recta en el sillón) ya que
tu madre sigue sin dejarte entrar en su cocina, arréglame el portátil que dice no se que
de Troya (se lo colocaba en las piernas)
Raúl: Jajaja Troya dice, serán troyanos
Pepe: Niño si yo digo...
Raúl: Troya es troya, pero son troyanos
E: Hay que formatear (se disponía a ello)
Pepe: Lo que sea pero rápido, que hoy no he podido ver mi ferboc
Raúl y E: Jajaja ¿el qué?
Pepe: Mi ferboc, que tengo un montón de amigos
E: Es facebook
Pepe: ¿Y yo que te he dicho listilla?
E: Bue, es igual
Raúl: Pepe al final no nos has dado tu veredicto
Pepe: Jejeje si es que las he visto más sentadas que de pie, venga Esther mientras
operas al trasto ese, que empiece el desfile
Dicho esto se unían los tres en el sofá más grande de cara a la puerta de la cocina
E: Dile a mi señoría que venga (le daba un codazo a su padre) estate atento, pero oye
sin pasarse, que la mía va más apretá y no vale mirar por el hueco de sus mangas, ni
tampoco el lunar de su escote, ni tampoco su... (la mano de su padre le impedía
continuar)
Raúl: Te aguantas como yo
M: ¿Queríais algo? (llegaba hasta ellos con las manos en su espalda)
E: Cariño (hacía que se ruborizase) es que estamos aquí con la duda, ¿a que los jueces
sabéis donde está el norte?
M: Eh... pues... sí claro (se incomodaba por la mirada de los tres) ¿algo más?
Pepe: Jejeje un momento, señálamelo (pedía consciente de que para ello tenía que
girarse)
M: Pues (metía las manos en sus bolsillos y apoyaba uno de sus pies en el tacón,
entonces miraba a Esther quien con los ojos le indicaba el norte) pues está por allí (se
giraba para señalarlo)
Pepe: Jejeje muy bien y tú cuidao con los colmillos que me arañas el parquet
(murmuraba a su hija)
M: ¿Contentos ya?
E: No (todos clavaban la vista en ella) si el norte está por ahí ¿dónde estaría el este? (la
veía pensar y decía rápido a los otros) ahora solo puedo mirar yo
M: Por allí (señalaba levantando su brazo frente a la cara de Esther, quien a propósito
miraba por el hueco que su camiseta de mangas cortas abiertas permitía, viendo el
sujetador que llevaba)
E: Sin tirantes genial (se le escapaba a la vez que se levantaba casi tirando el portátil)
M: Esther (la regañaba mientras su rostro se ruborizaba, regresando a la cocina)
Pepe: Jajajaa ayss que me dá, ¿pero cómo eres tan bocazas? Que la has puesto colorá
jajaja
En: Oye, ¿qué les estáis haciendo a las niñas? (entraba en el salón, tras ver entrar a la
jueza colorada como un tomate)
E: Todavía nah jejeje (le murmuraba a su padre) auch mamaaaaaaaaa
Claudia: Vaya tres (los miraba por la ventana de la habitación de la planta superior, que
le había designado Doña Encarna)
M: Sí (se sentaba en el alfeizar de la ventana)
Claudia: Cuando preparaba la maleta para venir, estaba nerviosa, era como si en verdad
fuese a conocer a mis suegros, luego he pensado no... vale que se quieran pero no puede
ser igual y... jajaja por dios, me ha escaneado como a ti y me ha intentado
marimandonear como a ti, total se ha comportado como una suegra
M: Eso nos convierte en cuñadas, a ver cómo nos organizamos para llevarnos mal
Pepe: Chicos (llamaba su atención, mientras los tres estaban tumbados mirando hacia el
cielo con sus cabezas unidas)
E: Jum
Raúl: Sí
Pepe: Me retiro
E: Es pronto papa
Marcada 156
Pepe: No, no me retiro a dormir, que también en un rato, pero no es eso, dejo el cuerpo
E y Raúl: ¿Cómo?
Pepe: Sí, estoy torpón, el otro día se escapó un toro de la finca Toborne y... cago en la
leche... me vi torpe, encima llevaba a un chaval recién salido de la academia y... (negaba
con la cabeza) estoy fallón, más vale una retirada a tiempo que acabar liándola. El año
que viene cumplo 60, es un buen momento para retirarme y dedicarme a mi campo y a
mi Encarna, ya he corrido bastante detrás de cabronazos (ante el silencio de ambos
proseguía) A partir del año que viene, ya podéis cargarme de nietos, sin límites que aquí
cogemos todos
E: Me has dejado en blanco
Raúl: Pues... pues... pues
Pepe: ¿Quieres arrancar ya?
Raúl: Que estoy preparando una cenita para pedírselo a Clau
E: Eso no se pide se hace jejeje bueno aunque yo tengo que pedirlo y hacerlo, ¿o
hacerlo y pedirlo? (continuaba divagando hasta que veía a su padre casi rodando con
Raúl) jejeje yo también quiero (se tiraba encima de ambos)
Pepe: Muy bien hecho cabroncete (dejaban de rodar) os quiero un montón y estoy muy
a gusto pero va siendo hora de irse a dormir
Raúl: Sí pero seguimos sin veredicto
Pepe: Verás (aun tumbado se atusaba el bigote y daba un pequeño cabezazo a Raúl) con
la tuya delinquía yo día sí y otro día también, nada más que para que ella me tomara
declaración jejeje y la tuya (ahora se lo daba a ella) he de decir, que la cosecha del 80 de
los Wilson es para arrasar en todos los concursos nacionales e internacionales jejeje.
Pero no llegan a mi Encarna ¡eh!, esa es insuperable. Y ahora vamos a demostrarles lo
mucho que nos gustan (se levantaban y comenzaba a caminar hacia la puerta, con él
encabezando el trío)
E: Al final te has recreado la vista pa náh jejeje que tío, ¿qué pasa? (preguntaba al verlo
frenar en seco)
Pepe: Cada uno con la suya ¡eh! (comenzaba a andar otra vez)
Raúl: Sí vamos (le había entrado prisa de repente)
Pepe: Y nada de escándalos (volvía a frenarlos) que mi Encarna tiene el oído muy fino
y lo mismo me fastidias el plan
E: Que no venga (avanzaban y tras un par de pasos era ellos los que frenaban)
Al notar que no le seguían se volvía hacia ellos, encontrando a Raúl con las manos
unidas mientras realizaba un ejercicio extraño provocando que su pecho bajase y
subiese. Y a Esther haciendo el pino sin pared
Pepe: ¿Se puede saber qué hacéis? (preguntaba sorprendido provocando que su hija
perdiese el equilibrio y que Raúl quedase inmóvil)
Raúl: Que... pues es que le gusta cuando marco pectorales (contestaba avergonzado)
E: Y yo es que... como todavía no me lo creo... me pongo nerviosa y más si lo hago con
premeditación, que es jueza y sabe que eso, es agravante
Pepe: Amos, amos y amos menuda juventud, venga ya pa dentro
Lograban atravesar la puerta y se despedían de él, subiendo las escaleras entre bromas y
pequeños empujones
E: A la machote a... Mama, ¿qué haces aquí? (se la encontraban en mitad del pasillo)
Marcada 157
En: Daros las buenas noches, ven aquí grandullón (lo abrazaba) que guapo eres madre
(lo estrujaba con sus besos) quieta ahí (le enganchaba por la oreja cortando su huida)
Raúl: Jajaja buenas noches Encarna y hasta mañana petarda (entraba en su habitación)
En: Ven aquí bicho (la abrazaba) cariño si bajas, da igual la hora, me despiertas
E: No es necesario, mama (disfrutaba de su abrazo)
En: Que sí, déjame disfrutarte un ratito anda
Aprovechaba que volvía a estirar su cuello para ella y comenzaba a delinearlo con su
lengua, de arriba a abajo, mientras sus dos manos quemaban los muslos, de quien se
dejaba llevar por ese caudal de pasión en que se convertía Esther, sintiendo la necesidad
de cerrar sus piernas por el calor que comenzaba a sentir, sin hacerlo, mordiendo su
oreja todavía agarrada a su nuca
Mientras, ella no le daba tregua y colaba ahora sus manos por debajo del camisón,
subiendo por su vientre, disfrutando de la sensación de tocar con su palma esa piel ya
ardiente y de la seda del camisón deslizándose por sus nudillos, sin dejar de besar ahora
sus hombros, dándose el placer de contemplarla entre sus manos, apoyada en ella, con
su cuello totalmente estirado y su boca entreabierta, sintiendo las caricias de su largo
cabello en su espalda, viendo como su pecho comenzaba a bajar y subir, sintiendo como
se movía sobre ella y como sus pezones se marcaban en esa divina tela negra, llegando a
ellos y atrapándolos entre sus manos, en un movimiento suave
Marcada 158
Al escucharla y mientras ella dejaba su nuca para ahora agarrarse a su muslo, bajaba sus
manos hacia sus muslos, paseándolas por su interior y deslizando sus pulgares por todo
su centro, notando como esa caricia le hacía arquear la espalda contra ella
Sacando fuerzas para aguantar el envite, retiraba sus manos de ahí, solo para levantar su
camisón y quitárselo, gimiendo ambas cuando sus cuerpos contactaban en la misma
posición
Volviendo a unirse en un beso febril, que les hacía buscar sus lenguas con ansia,
encontrándose a veces, fuera de sus bocas. Torciendo sus cuellos en giros casi
imposibles
Cubriendo su pecho, ahora descubierto, con sus manos para después arrastrarlas por su
torso hasta su centro, donde la derecha acudía rauda a acariciarlo y la izquierda a pasear
por su ingle en movimientos circulares
Mientras sus dos pechos comenzaba a necesitar aire, más cuando los gemidos tenían que
silenciarse y dejar salir el aire de a poco, aun más cuando la mano izquierda de Esther,
abandonaba el muslo para entrar en ella y la derecha se centraba en la perla que adoraba
Hincando sus talones en sus glúteos ante los movimientos de su chica sobre ella, quien
por el placer que estaba sintiendo mordía su mejilla, ahogando así, sus gemidos
Haciendo que su pelvis comenzara a buscar sus glúteos, necesitando ese contacto,
mientras sus manos continuaban saciándola y disfrutándola
M: Esther (casi gritaba adivinando donde llevaba sus manos. Algo dentro de ella se
desataba, comprobando lo que ya sabía, esa mujer era capaz de llevarla a la locura y de
hacer que hiciese lo que quisiese, con el corazón y las pulsaciones a mil, perdiendo la
conciencia de donde se encontraba, cuando sus propios dedos eran depositados en su
clítoris y su cuello era mordido sin piedad. Jadeando como nunca, cuando la mano que
cubría la suya le indicaba los movimientos a emular)
Cerraba, ahora sí, los ojos con fuerza, reteniendo esa imagen en sus retinas cuando la
veía acariciándose a si misma, mientras su mano derecha sustituía a su izquierda,
entrando en ella con desesperación, moviéndose ambas en compás
Pudiendo ahora sí, atrapar ese pecho con su mano, apretándolo con fuerza cuando creía
ahogarse y tenía que controlarse para no alcanzar el orgasmo antes que ella y sin
necesidad de contacto alguno
Marcada 159
Continuando las dos esa danza improvisada, a la par que sus bocas buscaban cualquier
sitio para besar y morder, durante un tiempo más
Así, hasta que sentía el intenso orgasmo que recorría el cuerpo de Maca, desplomándose
sobre ella a la vez que varios espasmos sacudían su cuerpo, como cogía su mano
izquierda y la llevaba a su boca mordiéndola
No dejando espacio para que se recuperarse, por la desesperación que ella misma sentía,
la hacía caer en la cama boca abajo, acoplándose a su espalda y buscando consuelo en
sus glúteos, mientras ella comenzaba a mover sus caderas ayudándola
Pocas horas después, como era costumbre desde hace dos años y algunos meses, se
despertaba con el corazón a mil, la boca seca y desorientada. Miraba alrededor
buscando tranquilizarse cuando la notaba entre sus brazos, entonces hundía su nariz en
su cuello, impregnándose del aroma que llevaba meses calmándola
Una vez conseguido comenzaba a soltar su abrazo con la intención de irse, cuando...
M: Cariño has dormido muy poco, ven que te acaricie (con sueño sujetaba como podía
su mano)
E: No, sigue durmiendo, voy a ver a mi madre
M: Pero si estamos en mitad de la noche Esther.
E: Me lo ha pedido ella, ahora subo, te quiero (la besaba y salía de la cama)
Nada más bajar se dirigía a la habitación de sus padres y aunque se conocía de sobra la
casa, cierto ruido estridente le ayudaba a llegar
E: Mare mía como ronca, si parece un jabalí (entraba y se iba al lado de la cama donde
sabía dormía su madre) mami (no obtenía respuesta) mama (la meneaba un poco) joli
(una mano tapaba su boca)
En: Tira para el salón que en seguida voy y ni se te ocurra tirarle del bigote
Hacía lo dicho acomodándose en el sofá, hasta que la veía llegar con algo en sus manos,
entonces se incorporaba quedando sentada y se cruzaba de brazos en un gesto infantil
En: No empieces con las pataletas que te la vas a tomar (se sentaba con ella)
Marcada 160
Compartían ese abrazo durante un rato, echadas en el sofá, mientras la madre de Esther
la acunaba sin dejar de acariciar su cabello
En: De esas me hizo muchas, si es que, más bicho y trasto no me pudo salir (tomaban
café en el porche de la casa, mientras el resto continuaba durmiendo)
M: Ya me imagino (se apoyaba en la pared sentada en el típico poyete de casa de
pueblo andaluz)
En: Hubo una vez que, ya has visto como se vive en un cuartel ¿verdad? (la veía
afirmar con la cabeza sonriendo) los niños los dejábamos jugando hasta tarde en el
patio, ahí nada les iba a pasar, pues un día: “y esta niña que no sube”, yo preocupada
bajé y nada ni un niño allí, total que me fui a casa de mis vecinas por si estaba con
alguna y nada, nadie la había visto y mi Pepe de servicio en la calle. Comenzamos a
buscarla sin lograr encontrarla, así que, me fui a que el Capitán a avisarle, nada más
decírselo me dice: “será posible, mira que esta tarde la he echado de allí, seguro que está
en los calabozos”. Y allí que nos fuimos (perdía su vista, recordando y sonriendo al
hacerlo) entramos allí y la encontramos durmiendo en uno, como el angelito que es.
Tuve que tirar su ropa, me daba miedo que hubiese cogido algo ahí encerrada y después
cuando la estaba bañando, le preguntaba “¿por qué has hecho eso?” Y me contestó:
“tengo que saber lo que se siente ahí dentro, así los castigaré con eso o no”. “¿Y qué se
siente?” Volví a preguntarle y me dijo: “no sé mami me he dormido”, jajaja tenía nueve
añitos y ya lo tenía muy claro. Si es que (volvía a negar con su cabeza) siempre llevaba
en un papelillo los derechos de los detenidos apuntados y en cualquier descuido la
tenías leyéndoselos a cualquiera que pasara por el patio jajaja
M: ¿Quería que fuese guardia?
En: No, yo quería que fuese enfermera pero a mí ni caso me hizo, siguió a su padre.
Como la llevaba a todas partes como si fuese su monillo, con meses ya la subía al patrol
de la guardia civil, jajaja me decía “voy a lucir a mi canija” y ahí que se la llevaba,
Marcada 161
mientras Maca también lo hacía apretando fuerte sus manos con la de ella) le llegué a
gritar... “mira lo que has dejado que le hagan a tu canija”... en seguida la casa se llenó
de gente, compañeros y sus mujeres que venían de muchos sitios, familia, amistades...
todos intentando ayudarnos a sobrellevar la espera... pero... nada me servía... en mi
cabeza solo tenía la imagen de mi niña con nueve años dormida ahora en un agujero...
no fui consciente de cómo pasaban los días, casi siempre sedada, hasta que un día Pepe
vino a la cama y me dijo “mi canija es muy fuerte y sabe que la estamos esperando,
saldrá de esta, pero su padre va a intentar ayudarla” y se fue, organizó a compañeros
pero los detuvieron para que no pudieran intervenir, le pegó a un mando, le retiraron el
arma y durmió varias noches encerrado en un calabozo, temían que hiciera algo o
incluso se lo hiciera
M: Encarna (lloraba sin ningún reparo abrazándose a ella)
En: Pude volver a respirar cuando me avisaron de que estaba en el hospital (seguían
abrazadas y notaba como Maca hacía más presión en su abrazo) no fue el final, ¿lo
sabes? (preguntaba en su hombro y la contestaba con una pequeña afirmación de su
cabeza) su psiquiatra me dijo que con la droga y... lo demás... buscaba evadirse...
olvidar todo lo que pasó hay encerrada, mi niña (rompía ahora en un llanto desgarrado
contagiándolo a quien la abrazaba con el corazón oprimido)
M: Encarna (no podía pronunciar más)
En: Pero ya va estando bien (trataba de normalizarse) le falta comer más y dormir, eso
va a ser más difícil, porque los recuerdos estarán siempre ahí, pero comer (se separaba y
sacaba pañuelos de su delantal, limpiando primero el rostro de su nuera, quien se dejaba
todavía con pucheros) tienes que ayudarla, nunca ha sido buena para comer (dejaba de
limpiarla para hacer lo propio con su rostro) pero... es necesario que por lo menos
retome el habito... la psiquiatra me dijo que la cocaína no tiene síndrome de abstinencia
pero su falta, sí produce anorexia nerviosa, es como si se olvidara de comer, para ella es
como si no lo necesitara
M: Y... es... que... a veces parece como si le aburriese comer (cogía un pañuelo para
terminar de limpiarse)
En: Eso es de siempre, de pequeña y no tanto, tenía que contarle mil cosas o
entretenerla para que fuese comiendo (iba tranquilizándose)
M: Eso hago... Encarna (volvía abrazarse a ella buscando consuelo)
En: Venga tranquila, no podemos llorar más, que en nada está despierta
M: Sí (dejaba un fuerte beso en la mejilla de Encarna y se separaba) se me habrán
hinchado los ojos
En: Un poco, pero estás igual de guapa, voy a preparar otros cafés estos están helados
Se quedaba sola y tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para no comenzar a llorar
de nuevo. Ya conocía lo contado por Encarna, pero escuchar de su voz todo lo sufrido,
hacía que su subconsciente se imaginase viviendo la situación
E: Mira lo que te traigo (pocos minutos después se asomaba por la media puerta de la
casa) buenos días cariño (salía y antes de ser respondida notaba como Maca tiraba de
ella para sentarla en sus piernas, casi tirando los cafés) pasas de las mayores vergüenzas
al achuchón, ¿en una noche? (le sonreía feliz y ajena a lo acontecido en ese porche)
M: Buenos días amor (la besaba apretándola contra ella)
E: Deja que suelte los cafés (lo hacía en el poyete donde estaba Maca sentada) hoy
recuérdame que compre un euromillón de esos, es mi día de suerte, mi madre acaba de
dar un abrazo que casi me rompe y ahora tú (como siempre que se abrazaban juntaba su
frente con la de ella)
Marcada 163
M: Porque te queremos y sabemos lo mimosa que eres (dejaba un beso en sus labios y
se refugiaba en su cuello, queriendo parar el mundo en ese justo momento)
E: Me encanta que me mimes, ¿por qué tienes los ojos hinchados y llorosos?
M: No sé, puede que tenga alergia a algo (hablaba mientras besaba su cuello)
Pepe: Buenos días (se asomaba a la semipuerta apoyándose en ella)
E: Estás hecho un jabalí, menudos ronquidos pegas (se soltaba lo justo de Maca para
inclinar su cuerpo hacia su padre y así chocar su frente con la de él, cerrando ambos los
ojos al contacto. Instantes después, comenzaba a hacer fuerza con su cabeza mientras él
aguantaba desde su posición)
Pepe: Sigo siendo más fuerte que tú, canija (se desunían y algo en el rostro de Maca le
hacía observarla, percatándose de la emoción que cubrían los ojos de la misma) ¿cómo
ha dormido señoría? (la veía entrecerrar los ojos) perdón Macarena (lo volvía a hacer)
ah no... Maca, ¿he atinado por fin? (le sonreía peinándose su bigote)
M: Sí (alargaba su brazo para acariciar su mejilla)
Pepe: Cuidao (subía sus cejas) por menos se me enamoran
M: Pepe (medio le regañaba negando con la cabeza y sonriendo)
E: Jejeje fantasmilla
Pepe: Venga (abría la semipuerta pasando por ella) acompañarme, os voy a enseñar una
hermosura
E: Yo ya la estoy viendo (susurraba al tiempo que dejaba un beso en los labios de Maca
y se levantaba de encima de ella tirando de sus manos para levantarla)
Caminaba junto a ella con su mano enganchada en el bolsillo trasero del pantalón de
Esther, pocos metros hasta llegar a lo que parecía una nave, viendo como su suegro
abría el gran portón y ante sus ojos aparecía la “hermosura”
E: Marimand... auch, luego la bruta soy yo (se sentaba encima de sus piernas,
abrazándose a su cuello)
M: Quiero y necesito tenerte abrazada diez minutos (le decía cogiendo su rostro)
E: ¿Diez minutos? y ¿Así?
M: Sí, querría más, pero sé que no se puede. Estate tranquila en mis brazos, uhm
E: Pero... es que...
M: Shusss
Como bien aventuraba el delegado del gobierno en cinco minutos, llegaban hasta ellos,
dos ambulancias, un equipo de salvamento marítimo y una patrulla de policía local
Don Pedro continuaba hablando todavía con el Delegado y sin perder de vista a su
todavía no nuera
Media hora después, la sargento pisaba otra vez tierra y antes de poder recuperarse un
Don Pedro emocionado se tiraba encima de ella abrazándola
Pedro: Ay madre mía estás hecha un Cristo (todavía agarrándola por los hombros la
miraba de arriba a abajo viendo la multitud de arañazos que se había hecho)
E: Náh, tranquilo esto con un poco de yodo se va (lo miraba a los ojos y lo notaba
perdido) Don Pedro (gritaba cogiéndolo ahora ella mientras él parecía desmayarse)
Erika: Déjame a mi Esther (llegaba hasta ellos Erika, médico de una de las
ambulancias)
E: Erika, cachis en la mar que es mi suegro, sálvamelo o su hija me mata (la agarraba
del chaleco dejándolo caer)
Erika: Jajaja tranquila parece solo un mareo (se lograba soltar de ella y acudía a ver a
Don Pedro, quien había sido salvado de una caída por el ATS)
Marcada 166
Una vez que tanto Don Pedro como el pescador estaban siendo atendidos algo le hacía
girar su vista, hasta una de las palmeras, nada más verlo comenzaba a correr
persiguiéndolo
Pedro: Gracias... ya estoy mejor... ¿y ahora donde va? (preguntaba cuando pasaba
corriendo por delante de él)
E: Párate hijo de puta (se lanzaba a por él cayendo ambos al suelo e iniciando un
forcejeo, hasta que conseguía quedar sentada sobre su barriga) eres un maldito hijo de
puta (lo agarraba por la camisa)
-: Suéltame soy policía
E: Eso ya lo sé (le gritaba al rostro) ¿a eso le llamas tu ser policía?, llevas siguiéndome
dos semanas y ¿te dedicas a hacer fotitos mientras un pobre hombre casi se ahoga?
-: Lo que quieras, pero por lo menos, yo no me follo a asesinas de compañeros (recibía
un puñetazo en todo el pómulo) te vas a cagar, te pienso denunciar, acabas de pegar a un
policía (se preparaba para recibir otro puñetazo cuando dos guardias civiles paraban y
levantaban a la sargento casi de un puñado) tenéis que detenerla soy policía (se
levantaba como podía viendo como el más mayor de los guardias civiles se dirigía hacia
él, mientras el otro luchaba con la sargento tratando de retenerla)
E: Emilio suéltame, maldito cabrón (seguía forcejando)
Emilio: Esther ya vale, no te quiero hacer daño, vamos
-: Esa pedazo loca me ha pegado, está más loca de lo que dicen
E: Vuelve a llamarme loca y te reviento (gritaba)
-: Eso es lo que er... (otro puñetazo le hacía callar mientras nuevamente era agarrado por
la camisa) no tienes ni idea de lo que estás haciendo, esa loca y... aghhh (callaba cuando
su espalda impactaba contra una pared) vete olvidando del uniforme que llevas,
suéltame guardia, pikoleto de mierda
-: Primero (volvía a hacer que su espalda impactara contra la pared) soy Teniente no
guardia, segundo a ti ya no hay quien te enseñe a ser policía, pero por lo menos te
enseñaré a respetar a quien sí lo es. Esa a la que tu llamas loca (lo volvía a hacer) ha
salvado a más gente de lo que tú lo harás en tu vida, esa ha luchado y casi perdido la
vida para que gentuza como tú no tengáis que preocuparos de vigilar vuestra nuca por si
un puto terrorista os la vuela (repetía su acción) y sí, probablemente esté un poquito
loca, hay que estarlo para tirarse a un acantilado lleno de rocas para salvar a un
pescador, pero eso, mira qué casualidad, es lo que debe hacer un policía, imbécil (y lo
volvía a repetir, con más fuerza) Ahora (le colocaba la chaqueta y camisa) te vas a
perder de mi vista, vas a ir a llorarle a los hijos de puta que te han manado a seguirla y
me los mandas, que yo me ocuparé
-: Tiene que atenderme, me han lesionado
V: Ese no es mi problema, voy a contar hasta tres o te llevo al cuartelillo y sus
compañeros te lo explican, lárgate de una vez (lo empujaba y se quedaba parado viendo
como a pasos torpes llegaba hasta su coche marchándose de allí) joder (gritaba para él
solo)
E: No tenías que meterte, es asunto mío (una vez solucionado Emilio la había dejado ir)
V: Escúchame bien (la cogía del brazo apartándola en busca de mayor intimidad) ¿qué
cojones tienes en esa cabeza?
Marcada 167
E: Casi nos ahogamos y el tío mirando y haciendo fotos, ¿qué querías que hiciera?
(hablaba casi gritando)
V: No me refiero al hijo de puta ese, me refiero a, ¿cómo cojones te tiras al agua así?
E: Se iba a ahogar y... ¿y qué iba a hacer si no?
V: ¿Tú no entiendes que no vale todo?, era un caso para llamar a rescate, que podías
haber muerto los dos, que hubiera pasado si no está tu suegro ¿eh? Dime... ¿cómo
cojones ibais a salir de ahí? ¿Cómo quieres que no te llamen loca haciendo cosas así?
E: No estoy loca... solo... no lo estoy... y me estoy poniendo nerviosa (se miraba las
manos como siempre.)
V: No sé cuánto tiempo llevo diciéndote, que tienes que respetar tu vida, aunque sea
solo un poco Esther, solo... (tragaba el nudo que se le había formado en la garganta al
ver como otras tantas veces, la transformación que se daba en Esther, de sargento casi
de hierro a niña indefensa) solo un poco, hay mucha gente que te quiere, ya es hora de
que empieces a pensar en nosotros cuando hagas estas cosas, joder (con una mano la
atraía hacia él abrazándola)
E: No estoy loca... ufmm (aspiraba su nariz dejándose abrazar) no soporto que me
llamen loca, un poco pirada, pero loca no
Erika: Sí pero yo creo que me voy a retirar pronto, que se me está subiendo a la cabeza,
está chula la jaima que ha montado Ana, me la imaginaba más pija. ¿verdad Pedro?
Pedro: Pues claro ya os lo había dicho, si es que a los jóvenes os gustan nada más que
los antros, ¿verdad Vilchez?
V: Verdad (se retrepaba en la silla) pero creo que a mi también se me está subiendo,
Emilio no bebas mucho que conduces tú
Emilio: Ve Pedro, para eso sirven los galones jajaja
Pedro: Jajaja mirad quien viene por ahí (todos se giraban hacia donde indicaba viendo
como Ana se acercaba a ellos)
Emilio: Hola Ana (se levantaba de su asiento sonriéndole)
Ana: Hola (le guiñaba un ojo disimuladamente) ¿qué tal? como... (se quedaba parada
mirando a uno de ellos) Esther por dios, ¿qué te ha pasado?
E: Cachis en la mar, si ésta ha reaccionado así verás la otra (le murmuraba a Erika) náh
unos pequeños arañazos, auch cuidao (se había abalanzado hacia ella y aun sentada la
examinaba cogiéndola por el flequillo)
Ana: Pero... como... ¿cómo te has hecho todo esto? (continuaba su examen soltando su
flequillo) Madre mía Esther prepárate, no te digo más
E: Venga seguid poniéndome nerviosa, voy al aseo
Ana: Pero... (la veía marcharse) uff... Pedro ¿no cenabais hoy?
Pedro: Sí jejeje ahora iremos
Ana: Ahora iremos no, se tiene que cambiar que va manchada de sangre, a tu mujer le
da algo si se presenta así
Pedro: Pues que se vaya acostumbrando, que tiene por nuera a una heroína jejeje (a éste
comenzaba a notársele los burbons consumidos) ya le digo yo a Carmen, es nuestra
mujer de la casa, que vaya haciéndose de botiquines jejeje menudo rato me ha dado mi
nuera Ana, que yo pensaba que no lo contaba
Ana: Veremos si cuentas la que se forma esta noche en tu casa, ¿a qué hora cenáis?
Pedro: No sé... creo que Esther me dijo a las nueve
Ana: Pues no le da tiempo (pensaba) creo que tengo algo de ropa en el despacho
E: Que despacho ni que nah, mejor aprovechamos el tiempo tomando otra copita, suegri
¿qué dice? (otra que mostraba ligeros síntomas etílicos, una vez que regresaba a la
mesa)
Pedro: Pues claro, total la bronca la vamos a tener igual, Vilchez ¿tú qué dices?
V: Jejeje yo ya tengo conductor (palmeaba la espalda de Emilio denotando síntomas
parecidos a los otros dos) Erika ¿tú que...
Ana: Hey (lo interrumpía) mejor paráis “el tú que dices” que habéis montado y
empezáis a despejaros un poquito. Ahora mismo os pido unos cafelitos cargados y tú
(señalaba a Esther) tirando para mi despacho
Pedro: Ana no seas cortarollos jejejeje
Ana: ¿Cortarollos? (preguntaba asombrada por la expresión usada por Pedro) Madre
mía Esther ¿qué le has hecho?
E: Que qué me he hecho, que qué le hecho, menuda te ha dado a ti con el verbo hecho...
no ese no es... hechar... no tampoco ese es sin hache... (paraba su divague preguntándole
al resto) hacer ¿no?... es igual, estás muy cansina
Ana: Emilio cariño puedes... (los ojos de Emilio le informaban del gambazo) que más
da si van medio pedos
E: Suegri cariño jejeje
Pedro: Vilchez cariño jejeje (no le hacía falta nada para seguirla)
V: Erika car...
Ana: Emilio por favor haz algo (otra vez lo interrumpía)
Marcada 169
Ana: No has quedado nada mal, he conseguido hasta vestirte a tu estilo (la examinaba
vestida con unos pantalones negros bajos de cintura comprados para los camareros del
chilout y una camiseta suya con escote en V) bien ahora creo que tengo por aquí unos
zapatos de...
E: No, eso sí que no, a tus zapatos no me subo ni de coña, me quedo con mis zapas (se
agachaba y daba una vuelta al falso del pantalón) ves, queda guay
Marcada 170
Emilio: Sí, a mi me gusta, bájate un poco el pantalón que se te vea un poco la cadera y
parecerá que te has vestido tú. Lo único ten cuidado con el escote, se te pueden ver los
arañazos que tienes ahí
Ana: Pues nada, hora de que os vayáis que ya, llegáis tarde (la veía con las manos en
los bolsillos y la cabeza agachada) ey ¿qué pasa?
E: Es... que... que... es que no tengo ganas de cena, que estoy hecha polvo, me está
dando el bajón
Ana: Ayss si es que eres un trasto (se acercaba abrazándola) tienes que ir Esther
E: Ya pero es que, yo lo que quiero son mimos de mi señoría no broncas
Ana: No te preocupes que yo me encargo de amansar a la fiera
M: Pero déjame subirte los pantalones (se disponía a ello) siempre tienes que ir
enseñando... Esther (alzaba la voz al notar en la zona más baja de su espalda más
apósitos)
E: Es... que es que... me he dado varios golpes, tengo más por aquí (se levantaba la
camiseta)
M: Esther (daba un taconazo en el suelo mientras se tapaba la cara)
E: Que estoy bieeeen (le retiraba las manos del rostro) venga que se te ha movio el
peazo cinturón ese que me llevas, lo único es que mañana tengo que ir a que me curen,
porque se me han incrustado algunas piedrecillas, pero bueno me lo hace Erika que está
de servicio
M: No, te lo hago yo
E: Jejeje y muy bien además, pero yo hablaba de las curas
M: De lo mismo que hablo yo
E: Que son muchas
M: Da igual, ¿también te las ha curado ella?
E: No ella estaba con t... con otro (rectificaba) no sé para que quieres molestarte estando
ella, que son muchas y repartidas
M: Por eso mismo te las curo yo. Y ahora vamos a entrar (la besaba) que al final me
enfado
E: Jejeje tú también estás muy guapa (la veía abrir la puerta)
M: Hay... hay una cosa que debes saber (se volvía hacia ella seria)
E: Jum ¿Qué?
M: Que... que se me ha olvidado decirle a mi madre lo especial que eres para la comida,
no sé que habrá pedido
E: Jolines ¿y si ahora no me gusta? (pataleaba) que encima no tengo hambre (se cruzaba
de brazos)
M: Te aguantas y no empieces con las pataletas, hoy no tienes derecho a ellas, dame
otro beso
E: Marimandona, auch, que no me muerdas. Ya ya (cortaba su intención de hablar) que
me aguante (volvía a callarla con un beso)
Instantes después lograban entrar en el salón, encontrándose allí solo a Doña Rosario
M: Ya te digo
E: ¿Sabe con quién me tome un cafelito...? (se callaba al ver su plato con pescado en
medio de muchas verduras. E instintivo en ella se cruzaba de brazos)
M: Esther (le hacía descruzar sus brazos) ¿Con quién lo tomaste? (trataba de distraerla)
E: Con Maika (lo conseguía)
Rosario: ¿Maika Vergara?
E: La misma, menudo problemón tiene en casa
Rosario: No me digas (se sorprendía) si ella siempre se las da de que todo les va genial
E: A ver qué va a decir la pobre, el cambio de acera de su hija (se encontraba con los
ojos de su suegra asesinándola) ayss no se enfade con cada cosa que diga, que soy un
poco bocazas
Pedro: Jajaja
Rosario: Pedro (otra vez le regañaba)
Pedro: Cuenta que les pasa a los Vergara que me ha entrado la curiosidad (comenzaba a
comer)
E: Pues (veía a los tres comiendo y miraba su plato notando como se le erizaba el vello,
entonces desviaba su vista hacia Maca buscando clemencia pero ésta le señalaba el plato
sin compasión) pues... lo siento pero no puedo. Rosario ¿podría apartarme las verduras?
Es que tengo las manos fastidiadas
M: Esther (volvía a regañarla) ya te lo ha... (intentaba rectificar rápido conociendo sus
bromas con el verbo hacer)
E: ¿Me lo haces? Jejeje auch (se dolía por el nuevo pisotón ahora bajo)... si será mejor
no vayamos a liar... auch... ve, me duelen las manos constantemente y tengo que
quejarme
Rosario: Tranquila Macarena no me cuesta nada, pero cuéntame ya lo de Maika (hay
que ver lo que une un cotilleo)
Sentados ahora en los sofás del salón, Maca estudiaba unos documentos sentada junto a
su padre mientras Esther y Rosario hablaban en otro sofá situado en frente
E: ¿Quieres dejar de taconear? (preguntaba mientras su señoría se tapaba la cara con sus
manos y sus pies aporreaban el suelo)
M: Mañana (retiraba las manos de su cara) me enseñas por donde te has tirado para
acabar así (señalaba su cuerpo desnudo lleno de arañazos y algún hematoma)
E: No mejor que no
M: Te digo que sí
E: Y yo te digo que no, pero si estoy bien, mira (se señalaba) no me he roto nada
M: Deja que coja a Ana, “nada Maca es muy poco lo que se ha hecho” (la imitaba)
claro ella tan tranquila, como Emilio no se cree que es catwoman
E: ¿Cat qué? ¿quién es esa? (se acercaba a ella)
M: Una, qué más da (contestaba enfadada)
E: Jejeje no te enfades que ya sabes lo que nos pasa cuando te enfadas (la abrazaba por
la cintura)
M: Esther (cogía rostro) cuando te digo que tengas cuidado, ¿tu cerebro que entiende?
E: Jejeje eso (comenzaba a besar su cuello) por eso (beso) llego arañá (beso) pero sana
y salva (beso con pequeño mordisco, que la sargento sabe que ese mordisquito en esa
parte en cuestión, aumenta las revoluciones de su señoría)
M: Uhm (su camisa ya ha volado) pero tú no decías (adiós al pedazo de cinturón... ayss
que fácil de quitar son las falditas) que estabas muy cansada (ya la tiene casi desnuda)
E: Jum (beso en el hombro y fuera el sujetador) pero ¿sabes lo que hacen los
escaladores cuando conquistan una cima? (beso en el entrepecho y subiendo, mientras
sus manos acarician su espalda y glúteos casi sin rozarla)
M: Pues... uhm... (mediante un beso entreabierto le comprueban las pulsaciones en la
yugular, la tiene a punto) colocan una bandera
E: Sacto (arrastra con sus manos el tanga de su señoría) eso es lo que yo, voy a hacer
(desnudita para ella) la pequeña monster (la lleva hasta la cama sin parar de acariciarla)
va a plantar su bandera (ya tumbada se acomoda en ella) en la casita de la barbie
M: Uhm... sí... además (beso largo) la barbie se deja (decide participar subiendo su
pierna de tal forma, que permite la conexión que hace, que ambas suspiren en la boca a
la que están unidas mediante sus lenguas, que sus pelvis inicien movimientos que
producen gloria, que sus respiraciones se alteren sin remedio, que tengan que separar
sus lenguas en un gran esfuerzo para respirar cuando la nariz no puede recoger
suficiente aire ella sola, que sus manos se busquen y se unan con fuerza, que la mano
libre de quien está en contacto con la cama se clave en el glúteo de la que no, que esa
misma pierna sea subida más alto para que el contacto pueda ser total, que vuelvan a
suspirar cuando se consigue ese contacto, que su señoría estire el cuello hacia atrás y
que su sargento acuda rauda a venerarlo, que esas uñas clavadas en el glúteo quieran
abarcar más piel y asciendan disfrutando de su acción, que el cuerpo dueño de ese
glúteo reaccione a semejante caricia erizando su vello, que tengan que soltar sus manos
porque se mueren por tocar y acariciar, que jadeen sin contenciones que los suegris
están en otra planta, que sus bocas vuelvan a unirse en un beso que ahora contiene y
convierte en sensual, porque quiere conquistar a su barbie disfrutando de la conexión
creada, que después de muchos besos y caricias más, separe su rostro para contemplar y
disfrutar la conquista, que acepte la conquista y entregue las llaves de su casita
mirándola a los ojos, que después sea ella la que también disfrute del estallido de su
conquistadora
Marcada 175
Carmen: La he preparado porque sé que te gusta y para que ella la pruebe, mira me ha
quedado buenísima (le mostraba un recipiente con manteca colorá)
M: No te ofendas, pero no la va a querer probar y además hasta media mañana no suele
desayunar. Pero yo, sí que me voy hacer una tostadita (sentadas en la cocina se disponía
a ello) y mira que no debería he ganado algo de peso
Carmen: Pues se te ve muy bien, ahora la sargento (negaba con la cabeza) en confianza
niña, le hace falta mucha manteca colorá y unos buenos pucheros
E: Ya estoy aquí (entraba en la cocina) buenos días Carmen
Carmen: Buenos días, sargento mire lo que le he preparado (le señalaba la manteca)
E: Cag... (se callaba no queriendo ser maleducada y miraba la manteca tratando de que
la grima que sentía al ver ese pasta roja y con tropezones no se reflejara en su rostro)
¿es... ujum manteca?
Carmen: Sí (contestaba feliz) que te diga Maca lo rica que me ha salido
M: Buenísima ¿quieres? (sonreía mostrándosela)
E: No (tragaba saliva) yo... yo es que Carmen no desayuno (escuchaban un pitido)
Carmen: El de la lonja, disculparme (salía de la cocina)
E: Cachis en la mar, ¿cómo te puedes comer eso? (se sentaba en la encimera y la veía
levantarse, tostada en mano acercándose a ella) ni de coña
M: Está muy rica tonta (llegaba hasta ella y se dejaba atrapar por sus piernas) prueba un
poco y te hago la de la mijilla de pan uhm
E: Jejeje no cuela (se acercaba a su boca) te falta el albornoz y enseñarme cacho (la
besaba y juntaba su frente con la de ella)
M: Éste tampoco me ha funcionado uhm... te quiero (le susurraba)
E: ¿Cuánto me quieres? (atrapaba su culo con sus manos)
M: Mucho (volvía a besarla)
E: Cachis...
M: En la mar (continuaba su frase) jajaja uhm (reía contra su boca) eres de un
romántico que asusta
Pedro: Soltando que llega tu madre (entraba interrumpiendo el beso y leyendo el
periódico) tampoco es cuestión de traumatizarla
M: Buenos días papa (se retiraba ruborizada)
Pedro: Buenos días, hoy es un gran día, más para ti Esther, que estuviste en
antiterrorismo, mira que pedazo portada lleva hoy el periódico (lo exponía en la mesa)
Ambas se acercaban a la mesa y miraban hacia la portada del periódico donde se podía
leer: La banda terrorista anuncia una tregua indefinida
M: Jajaja lo siento cariño (le susurraba volviéndola a coger para después besarla)
-: ¿Tardará mucho?
V: Tiene que estar al llegar, ¿cómo que no ha venido el Coronel, Xavi?
Xavi: Está muy liado, ya sabe todos los politicuchos dando por saco con esto de la
tregua, como he tenido un seguimiento aquí al lado, me dijo que me acercara a charlar
con ella
V: Ya... charlar, puedes quitarte el pasamontañas, no creo que haya muchos terroristas
por aquí
Xavi: Jajaja eso nunca se sabe, nos está prohibido cuando entramos en un cuartel, ¿qué
cojones le ha pasado a la enana? (preguntaba mirando hacia la barrera, por donde
entraba la sargento)
V: Déjame un segundo que le diga una cosa y la tienes para ti (avanzaba hacia Esther)
E: Buenos días Vilchez, es que he estado curando... ¿es de los míos? (se percataba de la
presencia del hombre con el rostro cubierto por el pasamontañas)
V: Sí, Esther escúchame bien (bajaba la voz) no le debes nada a nadie
E: Pero... ¿de qué hablas?
V: De ellos y del Coronel
E: Ah, tranquilo solo vendrán a informarme
V: Lo que sea, luego te veo (se iba)
Xavi: Enana, ¿qué cojones te has hecho ahora? (llegaba hasta ella y le removía el pelo)
E: Nada (retiraba su cabeza) y no me llames así, ¿por qué has venido tú?
Xavi: Estaba aquí al lado, joder no he pillado nada en el bar y tengo hambre
E: No te preocupes tengo algo en casa, allí hablamos mejor (comenzaban a andar hacia
las viviendas)
Xavi: No me jodas, que tengo hambre y tú eres capaz de darme un biofrutas
E: Tengo algo de comer
Xavi: Eso es nuevo
Claudia: Para ser lunes, no tenemos mucho (miraba por el ventanal del despacho)
M: Mejor (apoyaba su frente en él)
Claudia: ¿Estás bien?
M: Sí, solo es mal humor, ve llamando y empezamos (se retiraba del ventanal y se
sentaba en su butaca al tiempo que Claudia salía del despacho) tengo que quitármela de
la cabeza (hablaba para ella mientras abría uno de los cajones cerrados con llave y del
fondo sacaba la reseña policial que días antes le entregara Laura)
Xavi: ¿Para qué llenas la nevera? Si yo te veo más delgada, ¿te lo dice la loquera?
(degustaba el bocadillo que se había hecho tirado en el sofá de Esther)
E: Déjate de rollos y empieza (estaba sentada en puf enfrente de él)
Xavi: En febrero juicio y en marzo de vuelta a la acción. Por lo que he oído, el jefe está
preparando algo gordo y te quiere con él
E: En marzo, eso son cinco meses (hablaba casi para ella)
Xavi: Sip, estarás deseando, esto tiene que ser tela de aburrido. No te preocupes por las
evoluciones ni nada de eso, el jefe pasa, por él como si te sigues metiendo. Si es que
enana, mira que te lo dije, cuando descansábamos sí pero a diario no, pero tú a tu rollo
Marcada 179
como siempre (una vez acabado el bocadillo comenzaba a mirar el salón) ¿a qué estás
jugando?
E: ¿Qué dices? (seguía pensando en los pocos meses que en el supuesto de irse le
quedaban ahí)
Xavi: Joder, ¿es que te ha dado por jugar a las casitas? (se levantaba examinándolo
todo) no te falta de nada (se giraba hacia la habitación)
E: ¿Te ha dicho algo del poli al que pegué ayer?
Xavi: No (seguía su examen) que se joda, más le tenías que haber dado. Son unos
vendidos. No me extraña que el jefe tenga prisa por rescatarte de esto, ¿quién es betty
boop?
E: Nadie, sal de la habitación (lo hacía con las manos en la espalda)
Xavi: Tss estás rara, como tensa
E: Me estás poniendo tú, no sé quien cojones te crees para entrar juzgándolo todo (se
levantaba)
Xavi: ¿No será por esta? (le enseñaba un marco digital cogido de la habitación)
E: Suelta eso Xavi, estás empezando a hartarme
Xavi: No está mal su señoría, pero enana (lo dejaba en la mesa) ¿apostamos cuanto
tardas en aburrirte?, con razón me ha mandado el jefe, el soplón le habrá dicho en lo que
te está convirtiendo la jueza
E: ¿Y tú lo vas a cambiar? (cogía el marco)
Xavi: Puede que no, pero tú no eres esto. Y te pasará como a muchos otros, dejarás el
grupo para jugar a las casitas y luego volverás pidiendo acción en vena. Ahí tienes al
jefe con tres intentos. Tienes cinco meses para seguir jugando, pero te apuesto lo que
quieras que antes, te habrás cansado
E: Lo que tú digas, ¿algo más que deba saber?
Xavi: No, de seguirte se están cansando y... (volvía a coger el marco y miraba una foto
de su señoría en la pilarica) jajaja en un descuido te pone a criar hijos rodeados de uvas
jajaja ¿lo pillas? Jajaja ayss, si todavía fuera la fiscal lo entendería más, es la caña y te
daba carta libre pero est... (le arrebataba el marco)
E: Si no tienes más que decirme prefiero que te vayas, me has cansado
Xavi: Ey relax, relax... lo mismo me he pasado, venga enana no te enfades conmigo,
bruto he sido siempre
E: Jum (se rascaba el pelo) es mejor que...
Xavi: Si ya me voy, que además tengo prisa, de todas maneras (se comenzaba a ajustar
el pasamontañas) sé que vendrás, porque uhm (olía el pasamontañas) te encanta este
olor tanto como a mí, sangre, sudor y miedo, la combinación perfecta (se acercaba a
ella) en cuanto vuelvas, y tú y yo, nos peguemos una buena fiesta, te olvidarás de todo
esto. ¿Recuerdas el tono de llamada que usa el coronel desde su última mujer?... a ti
siempre te ha gustado Sabina (se iba al equipo de música) jeje menos mal, hay cosas
que continúan igual (decía examinando los cds) aquí lo tienes
E: Xavi, no quiero echarte
Xavi: Bingo, la tengo, esto que te canta Sabina te pasará con tu señoría (comenzaba a
sonar la canción al tiempo que volvía a remover su pelo) adiós enana (comenzaba a irse)
ah, se me olvidaba (giraba sobre si) ¿te puedes creer que la hija de puta esa tenía una
foto tuya? Pero tranquila ya me he encargado yo de que en el próximo registro de su
celda se lo expliquen
E: Ni se te ocurra (lo cogía por la camisa) déjala en paz
Xavi: Nain Esther, ni de coña permito que una puta terrorista tenga tu foto
E: He dicho que lo dejes y vete de una vez (lo soltaba señalando la puerta)
Marcada 180
Xavi: Escucha (se señalaba su propio oído y comenzaba andar hacia la puerta) justo
ahora (se marchaba)
E: Que me guste Sabina, no quiere decir que comparta todas sus letras, imbécil (gritaba
hacia el balcón)
Xavi: La cabra tira al monte (contestaba desde abajo) y tú siempre has estado como una
puta cabra, jajaja
V: ¿Vas a seguir mucho rato? (la veía saltar desde su balcón para inmediatamente de un
salto volver a colgarse a él y subir)
E: ¿No quería una lectora saber si también subía así?, pues cuando me tocan lo que no
tengo también lo hago. Cago en la leche, encima como fumo menos me canso menos
jolines (seguía en ello)
V: El sudor para las heridas que te has curado ¿cómo va? (se apoyaba en la pared)
E: Me da igual, que esa es otra. No hay manera de conseguir tranquilidad, cuando no
me dan por un sitio me dan por otro (continuaba su ejercicio)
V: Hasta donde yo sé, tienes medicación para esto, no hace falta que te machaques
E: Estoy hasta las narices de las pastillas, parezco un abuela con achaques... aghh...
aghhhh... (hacía una pausa)
V: Estaba muy claro a lo que venía Esther. Este siempre ha sido el faldero del Coronel
E: Lo que tengo unas ganas de saber aghh (se volvía a colgar) es quien es el puto soplón
V: A mí no me mires, ten por seguro que por mí, a pesar de todo no volverías al grupo.
Tampoco es alguien que te mire mal ¿no?
E: No sabes lo que me ha cabreado Vilchez, que le ha dado tiempo hasta de criticar las
uvas de mi... aghhh... suegro, cago en la leche... ¿cómo puede hablar así de las mujeres?
Raúl: ¿Que ha pasado?
V: Ha venido Xavi
Raúl: ¿El del grupo?
V: Ujum
Raúl: A ese ni caso Esther, ha sido un chulo playas toda su vida. Tú mejor que nadie lo
sabes
E: Lo que me jode es que el Coronel, no venga de frente y me mande al imbécil este
(hacia una pausa, por fin cansada)
V: Ese es su verdadero estilo, a la cena aquella vino a hacerte la pelota y ahora que ve,
que te puede perder te manda a este. No olvides que conoce muy bien tus puntos
débiles. Insistirá, ya lo verás, no quiere perderte, quiere poder volver a echarte a los
perros y después colgarse él las medallas
Encerrada en el baño del despacho, miraba la foto que tenía en sus manos para después
mirar su propio reflejo en el cristal, negando con la cabeza cuando tomaba conciencia
Marcada 181
Raúl: Jejeje con lo que a ti te gusta hacerlo... me refiero a hablar jajaja, no te preocupes
algo se nos ocurrirá, Vilchez me voy contigo
Claudia: Vaya momento, se podía cortar la tensión (una vez acabado volvían a su vicio,
desde hacía un tiempo común, mirar por la ventana)
M: Pedazo de... sé muy bien a qué se refería, se lo habrán chismorreado
Claudia: Ya sabes cómo es esto, en cuanto haya pisado el palacio se lo habrá contado
alguien
M: ¿Sabes... no sé... cuanto estuvieron juntas oh...?
Claudia: Juntas no... vamos Esther nunca la trajo a ninguna cena o reunión y tampoco
habló de ella como si fuesen pareja
M: Pero algo hubo ¿no?
Claudia: Eh... ¿no es mejor preguntárselo a ella?
M: Va Claudia... ¿qué se decía?
Claudia: Maca (suspiraba) te hablo de rumores es ella quien tiene la verdad, ¿eso está
claro?
M: Sí, va Claudia por favor
Claudia: Se “hablaba” (remarcaba la palabra) que Isa, la fiscal (aclaraba) era la pareja y
Julia pues... la... (hacía una pausa negando con la cabeza) que poco me gusta esto... la
otra, la amante o como quieras llamarlo. Había hasta quien decía que en realidad era la
“invitada”. Me imagino que entiendes a lo que me refiero
M: Sí
Claudia: Pero... (precisaba al ver el rictus serio en el rostro de la jueza) Esther acababa
de llegar y todavía estaba recuperándose (al no ver cambio en su rostro y apreciar ahora
como apretaba sus mandíbulas insistía) seguía enganchada Maca, yo lo sé por Raúl,
estaba dejándolo pero tuvo varias recaídas, lo mismo influyó, no sé. Y de todas maneras
eso es pasado Maca. No creo que sea aconsejable o sano ahondar en eso (no obtenía
contestación) no... ¿no habéis hablado de eso nunca? Lleváis casi cuatro meses (seguía
sin obtener contestación) ¿Maca?
M: No quise (se cubría el rostro con sus manos) no la dejé (descubría su rostro y
apoyaba su frente el frío cristal) sabes... a veces... a veces me da miedo... porque de
repente estoy descubriendo cosas nuevas en mi... que no he sentido antes... y... no sé...
no lo sé Claudia
Claudia: ¿Sabes lo que necesitas?, un achuchón de tu chica, mira ahí la tienes, olvídate
de todo Maca, lo que importa es lo que tenéis y lo más importante, sabes que Esther te
adora. Te cubro cinco minutos con ella (acariciaba su espalda) vamos Maca
M: Sí gracias Claudia (se separaba del ventanal)
Claudia: Me debes una (levantaba sus cejas graciosamente tratando de animarla) hasta
ahora
Una vez sola volvía a mirar hacia el patio fijando su vista en ella, como tantas veces,
luchando por alejar de su pensamiento la opresión en el pecho ocasionado por lo
contado por Claudia
Así, abría la ventana, viéndola, ahora sin cristal, hablando con un compañero mientras
fumaba un cigarrillo
Marcada 183
Al momento, la veía mirar hacia ella, provocándole una tímida sonrisa que se hacía más
grande cuando la veía introducir su mano en su camiseta y simulaba el ritmo del
corazón con ella
Una leve inclinación de su cabeza y ya la podía ver tirando el cigarrillo y salir, como
siempre que la invitaba así, a la carrera del cuartel
Subía las escaleras, como siempre que la llamaba, sin poder prestar atención a lo que
hubiese alrededor, como el escalador que ve la cima a unos metros y entonces deja de
sentir el frío o las quemaduras, olvidándose de la falta de oxigeno, deseando conseguir
su mayor sueño
Una vez en la puerta del despacho, daba un toque para abrirla en seguida, sin poder
esperar más. Con los mismos nervios que la primera vez y aún, casi cuatro meses
después, sin poder creérselo
Era verla abrir su puerta con esa sonrisa medio canalla y todo se borraba. Todo menos
unas ganas enormes de abrazarla y retenerla en sus brazos - amor- la envolvía contra
ella sin dejarle escapatoria, derritiéndose cuando sentía como respondía al abrazo con la
misma necesidad que ella
E: ¿De qué?
Raúl: Vacilas a tu abuela (también se iba)
E: Jajajaja desde luego que poco sentido del humor tenéis, que estamos en la patrona
(gritaba) ¿y el brigada cohetero donde anda? (salía detrás de ellos) venga no enfadarse...
que era una bromilla, es que a primera hora... oye no me ignoréis (continuaba
persiguiéndoles) me ha llamado el Coronel para decírmelo, como sigáis ignorándome
coloca las banderas mi tía la Frigida digo Frigida a secas
E: Mi brigada, cago en la madre que lo pario, que llevo el maletero lleno de cohetes,
¿para qué se pone al lado a tirar ese?
Brigada: ¿Y yo que sabía? ¿Cuántos te han dado?
E: La tira, venía acojoná, digo verás que revienta el coche con el niñato dentro
Brigada: Anda ya, si tú has llevado explosivos y como si nada
E: Eah me estoy haciendo mayor, que ya me toca. No voy a ser Peter Pan toda la vida
Eva: Muy parados os veo y seguro que queda mucho por hacer (llegaba hasta ellos)
E: Mira la listilla, eso tú que no has dado palo al agua, ¿dónde has estado?
Eva: Juicio en la audiencia provincial, mi brigada mejor tire el siguiente lejos de mí
Brigada: Panda de acojonados (se marchaba petardo en mano y puro en boca) ¡viva la
Pilarica! (gritaba)
Eva: Adivina a quien he visto allí
E: Pues si has estado en la audiencia, un asesino o un violador, ya ves tú la ilusión
(abría el maletero)
Eva: Como se nota que estamos en la patrona, a mi no me desquicias que lo sepas
E: Jejeje
Eva: He visto a Isa (miraba el maletero) madre mía cuanto cohete
E: ¿Y qué tal está?
Eva: Genial, hemos tomado un café rápido y nada, que todo le va muy bien, se ha
dejado (se apoyaba en el maletero) el pelo más largo está guapísima e igual de cabrona,
me dice dale recuerdos y un besazo a mi sargento con mucho cuidado jajaja
E: Jejeje, me alegro que le vaya bien (se sentaba a su lado)
Eva: También me ha dicho (bajaba la voz) que a veces se tiene que morder los dedos
para no llamarte. Si es que (le removía el flequillo) no sé que tienes o que haces, que las
dejas marcadas jajaja
E: Marcada te voy a dejar a ti (se levantaba y la agarraba levantándola de golpe) que te
toca limpiar los calamares
Eva: No, eso no, venga Esther (la agarraba de la camiseta) que yo también te quiero
aunque no te haya probado jajaja
E: No cuela
Eva: Joder Esther, ordéname otra cosa por fa, que son kilos y kilos (seguía sin soltarla)
E: Que facililla soy, te nombro panadera oficial de la patrona
Eva: Gracias (se colgaba de ella) eres mi sargento preferida jajaja
Reían ambas todavía colgada de ella, sin ser conscientes de que, una persona desde una
ventana, presenciaba la escena con una seriedad extrema en su rostro
Subida en un andamio elevado guiado por el guardia conocido como chicli o bujero, se
afanaba en colocar todas las banderitas por el patio
Marcada 187
E: Chicli, no me menés de un sitio a otro tan rápido (PUMP petardazo) jesus y solo
llevamos dos días
Juan: Sargento (la llamaba a voces desde el ventanal de su despacho)
E: ¿Que pasa Juan? (le contestaba también a voces)
Juan: Que me ha llamado mi mujer preguntándome, que hay esta noche (seguía a
voces)
E: Pinchitos y después bingo erótico
Juan: ¿El qué? (no la escuchaba)
E: Bingo er... (se callaba al ver a varios paisanos mirándola) Chicli acércame a los
juzgados
Chicli: ¿Por fuera?
E: No, pégame a la valla y con cuidao
Juan: Este año que bien te lo has montado
E: ¿Has visto?, te decía que pinchitos y para los íntimos bingo erótico
Juan: ¿Quien ha comprado esta vez los juguetes?
E: Creo que Laura y Eva
Juan: Entonces me llevo la cartera jajaja, es que el año pasado los compró el brigada y
acuérdate, nada más que picardías
E: Jajaja eah que le gustan al hombre, bueno corre la voz de los pinchitos, de lo otro a
los íntimos ya sabes
Juan: Muy bien, te dejo que tengo lío (cerraba su ventana)
E: Chiqui, ahora con mucho cuidao súbeme todo lo que de la maquina esta
Chicli: Mi saento, no es por ná, pero creo que al dezpacho de zu zeñoría esto no llega
(le hablaba a los mandos desde abajo)
E: Tú dale para arriba (la subía) cago en la... me he quedado a un metro (miraba para
arriba)
-: Sargento
E: Doña Carmen (tragaba saliva al ver a la Decano asomada a su ventana) que... que...
verá...
Carmen: ¿Que estás liando ya?
E: No, no lío nah, lo que pasa es que estaba yo colocando las... esta noche bingo erótico
(sabía por dónde atajarla)
Carmen: No me digas, creía que era mañana (lo conseguía)
E: Mañana es la misa y todo eso, no puede ser. Tráigase a su marido que esta noche hay
buenos premios jejeje (cortaba su risa al verla seria) bueno eso me han dicho
Carmen: Jajaja ¿no serán picardías? que me tocaron dos
E: Pues ya tiene de quita y pon jejeje, no sé lo que son, pero que más da, si la cuestión
es echar unas risas
Carmen: Nos vemos esta noche, es que voy con prisa, tengo reunión en la Audiencia
E: Muy bien (veía como iba a cerrar la ventana) no déjela abierta
Carmen: ¿Para qué?
E: Para que ventile, aprovechando que se va, ¿no le parece?, que algún pity a
escondidas se echa ahí, ¿qué no?
Carmen: Shsss baja la voz, para eso soy la Decano algún privilegio tendré que tener,
hasta luego (se marchaba dejándola abierta)
E: Bien, solo tengo que engancharme a ella y estoy
Chicli: Mi saento, el concepto y la idea están bien, pero zu zeñoría tiene la ventana
cerrá, ¿no sería mejor subir por las escaleras como ziempre?
Marcada 188
E: Entonces le quitas to la gracia, amos allá (se sujetaba por fuera el andamio y
colocaba una pierna en la ventana abierta de la decano, un saltito y estaba enganchada
en el alfeizar de la ventana de su señoría)
Chicli: Mi zaento avisela que la puede matar del zusto
E: Esa... agh... es... la idea (hacía esfuerzo sujetándose) menos la parte de matarla
(conseguía subirse y se acomodaba en el alfeizar) oye chicli vigila no vaya ser que le dé
por tirarme jejeje (se quedaba mirándola mientras su señoría escribía en el ordenador de
espaldas a ella) mírala, si es que es guapa hasta decir basta y eso que solo le veo la
cabeza y algo de la nariz jejeje... Eah es lo que tiene ser magistrado, a ella le dan un
pedazo butaca y a mí una silla reciclá, que me parece que las últimas las conseguimos
en el paro ¿o nos la regalo el Carrefour de sus cajeras?, yo que sé. Y que hago yo aquí
hablando para mí en vez de llamarla, pasa el tiempo y sigo fatal (con las piernas
estiradas en el alfeizar y su espalda apoyada en el tabique daba dos toques en la ventana,
provocando que...)
Del primero ni se inmute, que su señoría anda redactando una sentencia de tropecientos
mil folios, de los que solo se van a leer como mucho diez peroooo, hay que escribirlos
Del segundo parece que algo ha escuchado, porque ha movido su cabeza del monitor a
la puerta
Es necesario un tercero que está muy concentrada y con éste mueve un poco su butaca,
gesto característico en ella, lleva a sus labios la yema del dedo gordo de la mano
izquierda
Con el cuarto se gira lo justo para abrir los ojos de par en par por la impresión y saltar
de la butaca como si quemase
M: Pero... pero... Esther bájate ahora mismo de ahí (le grita sin abrir la ventana, por lo
tanto la otra continúa sentada en el alfeizar, con sonrisa medio canalla instalada,
viéndola gesticular sin saber que dice
E: Chicli, ¿te sabes algún poema?, que de golpe se me han olvidado todos (aprovecha
que todavía no abierto la ventana)
Chicli: Eh... (trataba de recordar) A las zinco de la tarde... eran las zinco en punto de la
tarde... espere que creo que este es de toros y nezezitamos uno de amor, a ver...
E: Rápido que está reaccionando, mare mía un poema o me la forma, que está apretando
la mandíbula (se hace necesario ralentizar el tiempo) ¿el peter pan no entraba por las
ventanas? Algo de amor diría ¿no?
Chicli: Er Peter Pan... no lo ze, ¿es el enano verde?
E: ¿Que enano Chicli? Me vas a buscar la ruina, quieres pensar algo
Chicli: Zi es usted la que se ha empeñao en subir... espere
E: Cachis en la mar, ahora se ha tapado la cara con las manos, mala señal... que se me
va a enfadar Chicli... ayuda a tu Sargento jolines... el Romeo este, cuando subía por las
ramas esas, ¿qué le decía?
Chicli: Deje de preguntarme cosas que no ze, así no me concentro
E: Y ese de: me gustas cuando estás callá porque pareces ida y es que un beso te ha
dejao así, ¿tampoco te lo sabes?
Chicli: Calleze ya mi zaento, déjeme penzar
E: Ya tendrás tiempo en mi funeral, me duele la cara, no de ser tan guapa que también,
pero es de tanto sonreír. Que ha empezao a taconear. Y ahora es cuando se transforma
en “la niña los tacones”, lo siguiente es la estocada, no te digo más
Chicli: Mi zaento lo ziento, no me acuerdo de ninguno
Marcada 189
acariciarla) bajame (lleva su boca hasta la de ella con el único objetivo de morder su
labio inferior) me estoy muriendo por tocarte
Todos dispuesto es la gran mesa central, muchos de ellos, con alguna copa de más. El
ambiente perfecto para comenzar a jugar y echar unas risas, que para eso se organizaba
Antes de cada jugada o bingo, Eva enseñaba el premio a los allí presentes, entre
aplausos, risas, ¿eso qué es?, risas, aclaraciones, ¿lleva las pilas puestas?, risas, ¿no lo
habrás comprado en un chino?, risas, ays yo quiere llevarme ese con forma de... risas,
¿pero en serio lo vais a usar?, risas, pues claro para eso son juguetes... y más risas
Los menos participativos como Emilio y Maca, hablaban entre ellos sin perderse los
comentarios y risas que se formaban cada vez que Eva enseñaba algún juguete erótico, o
cuando cantaban bingo mintiendo, o cuando el verdadero ganador comenzaba a trastear
el juguete que fuese delante del resto
Juan: Esther, ¿cómo funciona esto? (le mostraba un pequeño juguete enganchado con
una anilla
Luisa: Juan por favor, que vergüenza, ni loca uso yo eso
E: Jajaja ayss Luisa, si habéis triunfao con el premio, es una pasada mira (cogía el
juguete) en la anilla esta tu marido introduce... (continuaba explicando la funcionalidad
del juguete sin ser consciente del cambio de humor que se producía en Maca al
escucharla)
Eva: Silencio (gritaba) Vamos con el siguiente premio, se podría decir que es la joya de
la noche (sacaba el juguete de la caja donde estaba guardaba)
Raúl: La leche (exclamaba Raúl al verlo y varios más)
Eva: Ya sabía yo que este os gustaría
V: Pues no sé yo que decirte, pss yo ya tengo uno y de fábrica. ¿A que sí Cruz?
C: Sí cariño, sigue soñando
Raúl: ¿Yo también sueño? (preguntaba a Claudia en alto provocando la risa del
personal)
E: Yo quiero diez cartones, por lo menos. Ese no se me escapa
Ana: Jajaja ¿pero cómo vas a llevar diez cartones?
E: Y mi señoría otros die... (se callaba al verla levantarse de golpe, con el rostro muy
serio, saliendo al patio) pero...
Juan: Ale, ahora a ver cómo te apañas para llevar veinte cartones jajaja (este seguía a lo
suyo)
E: Pues... pues voy a por ella, que con tantos no puedo (iba a levantarse cuando la mano
de Ana en su hombro le hacía detenerse)
Ana: Juega tú, voy yo a por ella
Nada más salir al patio la veía apoyada en un coche con un cigarro en la mano y la
cabeza agachada
Marcada 191
M: No necesito ayuda lo tengo controlado... Esther (se soltaba de Ana, al verla aparecer
con su bolso y chaqueta en una mano)
E: Ana, Emilio te espera dentro
Ana: Eh... sí, pero Esther ¿os vais?
E: Sí, tengo que estar mañana temprano en la iglesia (terminaba de decir desviando su
vista hacia Maca, quien miraba al suelo) venga, hasta mañana (comenzaba a caminar
hacia la salida)
Ana: Hasta mañana (contestaba a Esther) no pierdas el tiempo y empieza a comportarte
como una adulta o acabarás fastidiándolo Maca (se acercaba hasta ella y dejaba un beso
en su mejilla)
M: Gracias
Ana: Ve con ella
Ambas guardaban silencio el resto del camino hasta el piso de Maca, Esther sin
comprender el cambio de humor de Maca y ésta sin encontrar las palabras adecuadas
para explicarse
E: Estaba pensando que... mañana tengo que madrugar y tú hasta las 12 no tienes que
estar en la iglesia, mejor vuelvo al cuartel y no te molesto (rompía el silencio ante el
garaje)
M: No me molestas. Por favor cariño, solo ha sido un momento tonto sin más... Esther
(giraba su cara hacia ella) lo siento, no era mi intención fastidiar la noche ni... sube
conmigo ¿sí? (provocaba que sus frentes se juntasen) por favor (susurraba)
E: Jum, pero no lo entiendo Maca
M: Aparca el coche (la besaba) y te lo explico
Esther aparcaba el coche en su plaza de garaje y nada más salir de él, era rodeada por
los brazos de Maca, quien se pegaba a su espalda y hacia que comenzasen a andar así
hasta el ascensor
en sus labios, empujando la puerta de cara a ella con una de sus piernas, para cogerla
por la chaqueta y atraerla hacia ella, sin dejar de mirar sus ojos, excitándose con la
transformación que se producía en ellos, volviéndose más oscuros para ella.
Proponiéndose hacerle pasar la mejor noche de su vida) por muy tonta que sea a veces,
nunca olvides que te amo con toda mi alma
C: ¿Otra vez sales a correr? (entraba en su piso y la veía vestida para lo preguntado)
E: Jum, ando un poco nerviosa y sabes que me relaja
C: Bien, pero espero que si has aumentado el ejercicio también hayas aumentado tu
alimentación
E: Que sí, no te preocupes, me voy, oye a ver si buscamos un hueco y hablamos ¿vale?
C: Sí, ¿pero está todo bien? (la cogía por el flequillo)
E: Jum, es solo charlar (se abrazaba a ella)
C: Vale (besaba su mejilla)
Ya en el almuerzo...
E: Puff, no veas la que tuve que liar, hasta Ávila subir y bajar de los trenes
constantemente, esquivando siempre al controlador y se me iba a pillar, largándome del
tren. Y ya en Ávila pues... (se callaba pensando)
M: Pues que, venga sigue (la empujaba un poco)
E: Sigo pero tienes que prometerme que no te enfadarás
M: No me enfado
E: Recuerda que me estaba buscando la vida (dejaba un beso en sus labios) no te vayas
a poner frenética, ¿vale?
M: Sí, venga cuenta
E: Cuando me quedaba náh para llegar a Ávila conocí a una chica y... pasé la noche con
ella, antes de que se despertara le robe el dinero, así llegué a Almería (terminaba de
decir corriendo y en cuanto acababa Maca se incorporaba sentándose a su lado) pero no
vayas a pensar mal de mí, una vez llegué le mandé el dinero y me dejé una pasta en un
libro de esos de antología, es que le gustaba la poesía clásica (la miraba encontrándosela
muy seria)
M: Cuando dices pasar la noche te refieres a... uhm (se cruzaba de brazos)
E: Jum (se encogía de hombros, sonriendo)
M: Y sonríes, te parece de lo más normal
E: Pues... claro ¿no? (preguntaba extrañada) nos gustamos y surgió, yo que sé. Esas
cosas pasan ¿no?
M: A mí no (se levantaba) a mi no pasan ni me han pasado, no me he metido en la cama
de nadie en un rato
E: Bue... quien dice en un rato... tomamos unos cafés y eso. Venga cariño hace mucho
de eso (parece que no se entera de la película)
M: Ya... (se apoyaba en la mesa mirándola seria)
E: No me mires así, que yo me aproveché del dinero, pero tenía 18 años y la tía más de
30, si alguien se aprovechó fue ella jejeje (definitivamente no se entera)
M: A mí no me hace ninguna gracia Esther, ¿cuántas veces has hecho algo así?
E: No te voy a contestar a eso, porque te estás enfadando y has dicho que no lo harías
(ahora era ella la que se cruzaba de brazos) tampoco nos hizo falta a nosotras mucho
para...
M: Me gustabas desde hacía meses, no vayas por ahí (la cortaba)
E: Te dije que para mí el sexo es algo natural, nada que tenga que preparar o... (la veía
tocarse la cara ofuscada) siento no haberte esperado virgen e inmaculada y he hecho
cosas peores, precisamente con una santa no estás (salía su carácter, ahora que
enganchaba la película)
M: Eso está clarísimo, mejor me voy (se desapoyaba y entraba en la habitación a por su
abrigo y bolso)
E: Me he pasado, pero es que últimamente... (iba tras ella)
M: ¿Últimamente qué? (la encaraba)
E: Nada (frenaba en seco) nada, venga cariño no vamos a discutir por algo de hace doce
años (intentaba acercársele)
M: Prefiero marcharme entre el dolor de cabeza y... no estoy para nada (dejaba un pico
rápido en sus labios para marcharse con pasos rápidos)
E: Cachis en la mar, ¿pero qué le pasa?
Desde que se marchara de su casa, no había parado de darle vueltas, hacerlo o no,
llamarlo o no, habría vencido el sí, la necesidad irracional de saber, había hecho que
acabase por llamarlo
Marcada 196
C: No sé como Maca puede leer esto (dejaba una revista en la mesa de Esther) mira que
soy forense judicial, pero madre mía es un ladrillazo. ¿Vas a seguir mucho rato? (le
preguntaba viéndola realizar dominadas en una barra puesta hace poco en la puerta de la
habitación)
E: Unas... aghhh... cuantas... más
C: ¿Te has propuesto competir en algo o qué?
E: No... pero es lo único que me relaja (se soltaba cayendo al suelo) por lo menos...
agh... mira que pedazo cuerpo estoy consiguiendo (se mostraba ante ella con mallas
cortas de running y top)
C: Sí, la talla 34 es una pasada (decía irónica)
E: No me refiero a la talla sino a los músculos, soy toda fibra, toca... no mejor no, no
vaya a ser que entre y la volvamos a tener (se introducía en la habitación en busca de
una toalla para el sudor)
C: Me estoy cansando Esther, llevo muchos años aconsejándote al igual que tu madre,
que lo primero eres tú Esther, tú y tú salud. Llegará un momento en que tu cuerpo no
pueda seguirte, si quieres hablo yo con Vero
E: Nah y no te preocupes es solo que... que... (se sentaba en el suelo apoyándose en la
pared) no logro saber que le pasa... mira el otro día, se marcha de aquí enfadada y luego
me llama, sabiendo que estoy trabajando y cuando llego a su casa me recibe en plan
cinco semanas y media
C: Nueve
E: ¿Nueve qué?
C: Que es nueve semanas y media
E: Es igual, me puso de tal forma, porque claro, yo ahora estoy siendo formal, hace un
tiempo me olvido del curro y me pego el meneo con ella, pero ahora pues trato de ser
responsable, así que cuando conseguí salir de su piso y me fui al control de tráfico, casi
me fundo a todo el pueblo a denuncias. Y esa no es la única vez. Le ha pillao el gusto a
llevarme ardiendo como la plancha de un chiringuito en pleno agosto y... yo que sé...
creo que... creo no, lo ha cambiado... ha cambiado su forma de... ¿me entiendes? La
gente preocupándose por el cambio climático, el cambio de mi barbie si que es para
preocuparse
C: Jajaja no me río de lo que pasa, pero pasan los años y tus términos y conjeturas
pueden conmigo. ¿Lo has hablado?
E: He intentado hablarlo con ella como dijiste pero me sale por peteneras, niega que
sean celos... y... no sé Cruz
C: Puede negar lo que quiera, de alguna manera tienes que hacerla entrar en razón y
hablarlo sin esconderse, después si no podéis solas, buscáis ayuda y punto
Marcada 197
E: Cachis en la mar Cruz, toda la vida huyendo de cualquier cosa que oliese a celos y
ahora mira. Encima cuando yo, ya ves tú lo que hago, si sabes que estoy loca por ella,
que por primera vez no quiero una relación abierta, que cada minuto libre lo quiero
pasar con ella, si prácticamente desde el primer día vivimos juntas, en dos casas pero
juntas y ella, subida en su montaña rusa particular, ahora arriba, ahora abajo, ahora bien
y ahora mal. Menos mal que todavía no le ha dado por acosarme a llamadas o intentar
controlar donde estoy, porque eso ya sería la leche, con todo lo que yo me muevo
C: No le des más vueltas, lo que te he dicho, la sientas y habláis de una vez
E: Que facilillo lo ves, que es más lista que yo y me torea, o empieza a insinuarse o a
tocarme y entonces me olvido hasta de mi empleo (se levantaba de pronto)
C: ¿Que pasa ahora?
E: Que me apetece que me abrace, que se aguante y me abrace (entraba en la habitación
y salía cubriéndose con una sudadera) y fíjate lo que te digo, me va a dar igual si está
ocupada, necesito mi abrazo (se iba para el balcón) gracias Cruz (regresaba hasta ella
para darle un pico y salir disparada por el balcón, dejando a Cruz preocupada negando
con la cabeza)
Claudia: Ya podían dejarnos usar la firma digital, media hora aquí las dos firmando
como tontas (de pie en el despacho de Maca se iban pasando folios para firmar)
M: Después no quieren que haya atrasos en los juzgados (levantaba su vista hacia ella y
apoyaba sus manos en la mesa) ¿he dicho atrasos? (le daba un pequeño empujón con su
hombro)
Claudia: No veo la hora de ir al mé... (era interrumpida por una Esther que entraba en
el despacho, sin tocar la puerta, llegaba hasta ellas, besaba la mejilla de Claudia y
agachándose un poco se introducía entre los brazos de Maca, abrazándose a ella) de
acabar de firmar, parece que hace un poco de corriente
M: Tienes razón (sonreía y con Esther entre sus brazos, ladeaba la cabeza para
continuar firmando, no sin antes dejar un beso en su cuello)
Claudia: Con el frío que hace y hay gente que va en mallas, como si nada (firmaba su
último folio)
M: Pues (volvía a dejar un beso en su cuello y dejaba un segundo sus labios en su piel)
como si nada no, parece que un poco de frío tienen (cogía el último folio que le daba
Claudia)
Claudia: Listo (comenzaba a andar hacia la puerta) cierro la puerta haber si así, entran
en calor (se marchaba)
Una vez veía se despedía Claudia la estrechaba entre sus brazos, dejando interminables
besos en su cuello
Nada más salir del despacho el ordenador de su señoría, emitía el sonido característico
de la entrada de un correo personal. A la espera de Javier, abría la ventana del mismo,
viendo el remitente y abriéndolo sin perder tiempo
Nada más acabar de leerlo, lo eliminaba y llevaba sus manos a su rostro, cubriéndolo
con ellas
J: ¿Estás bien?
M: Sí, dame un minuto (se levantaba dirigiéndose al baño, allí se encerraba y sin querer
mirarse en el espejo, bajaba su cabeza apoyándose en el lavamanos)
Ana: ¿Que significa hipersexualidad?, da igual, deja ya eso Maca (decía al verla en el
sentada en el suelo llorando, rodeaba de fotos en las que la protagonista era Esther)
Puedo llamar a Vero, la hija de los Soler, ¿la recuerdas?, es psiquiatra, mira cómo estás
Maca (se giraba hacia Fernando) podrías por lo menos bajar a por una tila, por favor
Fernando: Le advertí... que sería duro (apretaba sus labios al verla en esa situación)
mejor voy a por la tila (salía del despacho)
Ana: Maca (se arrodillaba junto a ella) déjalo por favor (le quitaba de las manos lo que
estaba leyendo, tirándolo al suelo) cariño (levantaba su rostro) estaba mal recuérdalo,
acababa de salir de un agujero
M: ¿Sabes lo que es hipersexualidad? Uhmm ¿lo sabes? (retiraba su rostro)
Marcada 200
Ana: No lo sé, hiper... no sé para qué narices quería saber un juez la cantidad de polvos
que echaba, pero...
M: Es ninfomanía Ana, ninfomanía (la cortaba)
Ana: Es... es... (rebuscaba entre las fotos y demás hasta dar con el informe médico,
comenzando a leerlo todo lo rápido que podía) aquí dice episodios esporádicos de
hipersexualidad, solo episodios, no quiere decir que lo sea
M: Por eso la coletilla (se sonaba la nariz con rabia) hasta su madre, “las drogas y lo
demás”, Claudia también la ha usado alguna vez, eso (señalaba el informe) “era lo
demás”
Ana: Te lo quiso contar y tú no la dejaste (hablaba con paciencia tratando de calmarla)
M: ¿Acaso sabes lo que me iba a contar?, porque lo mismo solo me iba a decir que
acudía a (buscaba un folio) fiestas swinger (lo tiraba) o que se tiraba a las zorras de la
fiscal y la abogada juntas o... vete tú a saber (la congoja que sentía, mezclada con rabia
y dolor, le hacía volver a acurrucarse en Ana llorando desesperadamente) Ana
Ana: Tienes que tranquilizarte (la abrazaba intentando apaciguarla)
M: ¿Como... sniff... como sé que en este tiempo...?
Ana: No (la retiraba de ella) de eso no dudes
Emilio: Siempre hay algún coche en la entrada (llegaban a la entrada del hotel)
E: Apárcalo en la zona de personal y ya está
Emilio: Tú señoría también está (entraban en la zona de aparcamiento del personal del
hotel) todavía es como... como
E: Como un sueño ¿eh?, aquí los dos pringaillos sin creernos la suerte que hemos tenido
Emilio: Y tanto, aunque yo todavía no estoy en tú fase
Marcada 201
E: Se te hace la durilla, pero te digo yo que está hasta las tranc... (se quedaba callada
intentando reconocer un vehículo aparcado junto al de Ana)
Emilio: ¿Qué pasa? (paraba el coche)
E: Me suena el coche ese y... espera (cogía su móvil llamado con él) Raúl
Raúl: ¿Que se te ha olvidado ya?
E: Nada, hazme un favor mírame esta matrícula (se la daba)
Raúl: Eh... es... eh... ¿no ibais al hotel? (ya tenía los datos y se quedaba parado al ver el
nombre del propietario)
E: Estamos en él... (se hacía un silencio) ¿es de él verdad?... el puto coche es de
Fernando Ayuso, ¿Raúl? (lo apremiaba)
Raúl: Sí... pero Esther... puede ser... que haya venido a algo o a ver a Ana o...
E: Gracias (iba a colgar, mientras Emilio se bajaba del coche y hablaba con una
trabajadora del hotel)
Raúl: No vayas a colgarme, relájate y piensa antes de hacer nada ¿me oyes?, no
empieces con tus cosas, primero ves que hace. No llegues ahora arrasando ¿vale?
E: Jum (suspiraba) no sé qué narices hace aquí
Raúl: Lo que sea que haga, verás que Maca te lo cuenta sin problemas, petarda
escúchame bien, no la líes
E: Que no tranquilo... cago en la leche Raúl (se exaltaba)
Raúl: Venga verás que no es nada, después nos vemos y antes de hacer cualquier cosa
me llamas (colgaba)
E: Emilio (se bajaba del coche, llamándolo)
Emilio: Están en el despacho (llegaba hasta ella) lo acabo de preguntar... es raro de
cojones, están los tres ahí
Ana: Maca por favor, tienes que tratar de calmarte, tómate la tila cariño
M: No puedo... no... puedo... no sé ni cómo la voy a mirar... no lo sé (continuaba en el
suelo llorando, con el pensamiento y el corazón bloqueado, por las imágenes de Esther
en situaciones muy explicitas, algunas en fiestas organizadas en casas privadas y otras
con sus compañeras jurídicas)
Fernando: Traté de advertírtelo y...
Ana: Cállate, no ayudas en nada (le gritaba asesinándolo con la mirada) puedes salir y
dejarnos a solas
Fernando: Sí... estoy en la puerta (salía pasándose las manos por la cabeza en un gesto
inquieto)
Nada más salir se apoyaba en una de las paredes mirando al suelo, hasta que por el
pasillo escuchaba pasos, nada más levantar la cabeza se topaba con los ojos de Esther
E: Ni te imaginas hasta que punto me la suda (abría la puerta sin más y su corazón de
bombear a mil pulsaciones por minuto pasaba a la máxima quietud de golpe. Golpe
causado por la imagen que se encontraba, verla en el suelo llorando en los brazos de una
Ana que levantaba su vista hacia ella, abriendo los ojos ante la sorpresa de verla allí,
mientras Maca ni siquiera parecía reaccionar. Rodeadas ambas de lo que a esa distancia
parecían fotos) Maca (se iba a por ella rauda, mientras Ana se apartaba como podía)
Maca (la nombraba una vez más, con el único propósito de encontrarse con sus ojos y
gritarle a su corazón que todo estaba bien. Pero fue arrodillarse junto a ella y unir sus
miradas y tener la certeza absoluta de que nada estaba bien) Maca... que...
M: No me toques (le gritaba mientras se ayudaba con sus manos arrastrándose hacia
atrás)
E: Maca... ¿qué pasa?... que... (se giraba a mirar a Ana buscando una explicación y esta
cerraba sus ojos negando con la cabeza) Maca (intentaba alcanzar sus manos) cariño
M: No... no... no me toques... por favor no me toques (se tapaba la cara con las manos
llorando)
E: ¿Pero que...? (miraba entonces las fotos allí desperdigadas viéndose así misma) ¿de
dónde habéis sacado esto? (preguntaba mirando a Ana y en seguida caía en el posible
culpable, no haciéndole falta respuesta, bajaba su cabeza un segundo para volver a
levantarla acercándose más a ella) ¿puedes dejarnos solas? (preguntaba a Ana viendo
como al momento salía del despacho) Maca... es... lo que te iba a contar... cuando pasé
por aquello yo... yo me perdí en esto... y... pero eso es pasado Maca eso no...
M: Cállate no quiero escucharlo (retiraba sus manos de la cara mirándola)
E: Es pasado cariño (insistía lo que podía) déjame explicártelo yo... Maca (buscaba su
mirada intentando conectar sin conseguirlo) puedes ir a ver a mi psiquiatra... cariño...
eso (volvía a alzar sus manos buscando las suyas)
M: No me toques (gritaba más fuerte) no se te ocurra volver a tocarme
Fernando: Ya la has oído (interrumpía agarrando el hombro de Esther)
E: Suéltame (se deshacía de su agarre)
Fernando: Será mejor que te vayas
E: Maca (lo ignoraba y volvía a por ella) vamos a casa, allí te explico lo quieras cariño
por favor
M: No puedo (clavaba su mirada en la de ella llorando mientras negaba con la cabeza)
no puedo
E: Maca (suplicaba nombrándola cuando notaba la mano de él nuevamente en su
hombro, volviéndose hacia él mientras con una pierna le hacía la zancadilla tirándolo al
suelo) te he dicho que no me toques (le gritaba agarrándolo por la chaqueta)
Fernando: ¿Ves Maca? ¿lo ves? (continuaba en el suelo sin intención de levantarse y
agarrado por su chaqueta) has agredido a un magistrado delante de otro
M: Suéltalo Esther... suéltalo (gritaba intentado levantarse)
Fernando: Sigue demostrándole lo tarada que est... (un puñetazo que impactaba contra
su nariz lo hacía callar) Aghhh...
E: Ahora sí lo he agredido magistrado (se sacudía la mano del golpe) ven conmigo
Maca
M: ¿Que has hecho?... que... (de rodillas llegaba hasta él, viéndolo sangrar por la nariz)
Le has roto la nariz (clavaba su mirada en la de ella) estás loca...
E: Maca (su nombre se escapaba de sus labios con pesadez al escucharla. Con las
manos ya temblando miraba a ambos, mientras el corazón parecía rompérsele,
intentando respirar y dejando que las lágrimas corriesen libres por su cara. Así y ya sin
mirarla, se giraba para salir sin vuelta atrás)
Marcada 203
E: Emilio... (tragaba saliva intentado poder hablar) ocúpate del magistrado... yo... voy al
cuartel
Emilio: ¿Pero?
E: Haz lo que he dicho, le he roto la nariz (se limpiaba las lágrimas con rabia)
Ana: Esther (agarraba su brazo preocupada)
E: Ve con ella Ana... (se iba a la carrera)
Ana: Est... (se callaba al verla correr y sin esperar más entraba en el despacho, viendo
como Maca intentaba frenar la hemorragia de Fernando) Maca
M: Es... (bajaba el pañuelo de la nariz de Fernando y caía al suelo al, de repente, ser
consciente de lo que le había dicho) Ana (se levantaba como podía gritando) Esther
Ana: Se ha ido (la cogía por los brazos)
M: Ana... ¿qué he hecho Ana?... ¿qué he hecho? (se dejaba caer al suelo presa de un
llanto desgarrador) Ana
Ana: Vero (como podía sacaba su móvil y llamaba, mientras en sus brazos Maca no
paraba de llorar) soy Ana del hotel... sí... ¿puedes hacerme un favor?
Emilio contemplaba la escena sin poder creérselo, viendo las fotos de Esther por el
suelo, Maca acunándose en los brazos de Ana y el Magistrado apoyado en la pared del
despacho, fijando la vista entonces en varios documentos esparcidos al lado del último
Emilio: Magistrado (se arrodillaba a su lado) vamos le llevo a urgencias (lo cogía por
los hombros, desviando su mano al suelo, arrugando un folio en un movimiento rápido
para guardarlo en uno de sus bolsillos a continuación)
M: Tengo... aghh... tengo que ir con ella Ana aghhhh, me ahogo... me estoy ahogando
Ana: Intenta respirar, vamos cariño... Vero viene de camino tranquila... hablarás con
ella después (continuaba acunándola)
M: No me lo va a perdonar... aghh... no lo va a hacer
V: Te has jodido la mano (se la sujetaba con cuidado) Esther déjame avisar a Cruz,
estás temblando
E: No, llama a quien sea (retiraba su mano con un gesto de dolor) y acabemos con esto,
tienes mi placa y el arma, hazlo de una vez
V: No ha sido con ocasión del servicio, en realidad es... lo único grave es que tú seas
guardia, que él sea magistrado no debe contar
E: Venga Vilchez, es un magistrado de la audiencia nacional y otro magistrado lo ha
visto
V: Es Maca, ella no va a...
E: No la nombres, te pido por favor que no la nombres. Por favor llama o empieza a
escribir
V: Vale, pero podrías subir y tomarte...
Marcada 204
E: Vilchez
V: Bien... vale, espera (cogía de la mesa su móvil que empezaba a sonar viendo quien
llamaba) dime... ya... ¿lo tienes?... rota... ujum... gracias Emilio (colgaba) voy a llamar a
la decano (lo hacía) Doña Carmen... aja... le han llamado del hospital... sí... está aquí...
aja... sí... ¿algo más?... bien... ahora escuche usted... ese indiv... magistrado ha sacado
información confidencial de una investigación de la audiencia... exacto el caso de la
sargento... ¿entiende la situación?... aja... bien... sí... puede llamarme a cualquier hora, a
sus ordenes señoría (colgaba) Emilio ha cogido un folio y en él aparece el número de
fax desde donde lo recibió (se callaba al ver que no lo escuchaba) voy a hacer una
información con todo lo que ha pasado... después podrás irte... pero...
E: Y des... des (comenzaba a chocar sus dientes por el temblor, pero hacia un esfuerzo
para acabar cuanto antes) después he venido hasta aquí
V: El resto lo puedo acabar yo (se levantaba de su asiento)
C: Esther cielo (entraba en el despacho)
E: Joder Vilchez)
V: Tenía que avisarla
C: Vamos a mi casa, allí te veo la mano
E: No quiero que me veas nada, quiero irme
C: Lo harás, pero déjame que te ayude primero
Apenas un leve saludo al guardia de la puerta y entraba en el cuartel todo lo rápido que
podía, con el corazón bombeando arrepentido pero decidido a todo lo que hiciese falta
para conseguir su perdón
Nada más abrir la puerta le era imposible callar su boca nombrándola con
desesperación, mientras avanzaba por el piso sin encontrarla, con su corazón
bombeando ahora asustado por su ausencia, más cuando...
-: ¿Decía algo Sargento? (salía del portalillo y preguntaba mirando hacia la ventana)
E: A usted nada Comandante... parece dios, está en todas partes (murmuraba, mirando a
la mujer con bata blanca, con el cabello suelto de color castaño claro, que llegaba hasta
sus hombros y grandes ojos verdes)
Comandante: Termine el entrenamiento de los chicos, que son las seis y ya sabe lo que
tiene que hacer a esta hora
E: Cago en... (volvía a murmurar)
Comandante: Sin protestas, ese fue el trato (volvía a desaparecer)
E: Ptsss... ptsss (llamaba a los chicos que continuaban corriendo por la pista) Cabo
(terminaba por gritar)
Cabo: ¿Qué?
E: Terminando, me acaban de cortar el rollo
Cabo: ¿Quién? Es por agradecérselo
E: Peazo vago, la cansina de la...
Comandante: Continuo aquí (volvía a aparecer de debajo del portalillo)
E: Bué (volvía a murmurar) me piro para dentro chicos (desaparecía de la ventana
introduciéndose en la habitación)
Cabo: Luego pasamos un rato
-: Jajaja es un caso
Comandante: Sí, voy a llamar a agradecer esto, si hay una urgencia me avisas Toni
Toni: Descuide (la veía coger el móvil y caminar hacia la zona ajardinada)
-: ¿Sí?
Comandante: Vero soy Iris, por fin me ha llegado
Vero: Me dijeron que había problemas con la comunicación. ¿Cómo va?
Comandante: Bien y con tu informe espero poder darla de alta mañana, más que nada,
para que deje de volver loco al personal sanitario
Vero: Jajaja, me imagino. ¿Ha ganado peso?
Comandante: Sí pero no me fío nada de ella, le daré el alta si consiente una serie de
controles, demasiado cabeza chorlito como para dejarla a su aire. Se ha cargado de
trabajo, instrucción por las mañanas, tardes entrena a los militares que hacen funciones
de logística y ahora quiere participar en los reconocimientos
Vero: Típico en ella, de todas maneras recuerda lo que te dije, te va a costar hacerla
hablar a mi me llevó meses y nunca llegó a comunicarse conmigo del todo
Comandante: Lo sé, echaré mano de ti. De todas maneras yo no soy psiquiatra
Vero: Bien ¿y tú qué? ¿cuándo piensas volver?
Comandante: De momento no, estoy muy bien y todavía me queda un año
Vero: Ya, algo o alguien te retendrá ahí, cierto Capitán parisino, ¿quizá?
Comandante: No... eso terminó hace unos meses
Vero: Vaya, pues sí que llevábamos tiempo sin hablar
Comandante: Jaja sí
Vero: ¿Puedo saber el motivo?
Comandante: Aburrimiento
Marcada 208
Lo hacía mirándola de espaldas a ella y cerraba sus ojos, mientras apretaba sus labios
C: Maca...
M: ¿Sí?
C: Podríamos tomar un café esta tarde
M: No puedo, tengo la tarde ocupada
C: Ya... (se colocaba junto a ella con la mirada hacia el patio)
M: No te estoy esquivando, sabes lo mucho que aprecio el que no me hayas dado de
lado
Ambas quedaban con la mirada perdida en el patio del cuartel, en un silencio cómodo,
hasta que era Cruz la que lo rompía
Marcada 209
C: Hay algo que siempre he tenido en común con ella, no nos gusta la perfección, en
ninguno de sus modos. Por eso las dos somos tan imperfectas y por eso también
sabemos, que las personas imperfectas se equivocan y no por eso, se las deja de querer
M: Cruz... (se giraba hacia ella)
C: Ven aquí (abría sus brazos para acogerla entre ellos)
M: Me acabas de llamar imperfecta (cobijada en sus brazos sonreía emocionada)
C: ¿Con eso te quedas?
M: No (hacía una pausa) No te imaginas las ganas que tengo de que llegue el juicio y
poder así, intentar verla
De regreso a la habitación...
E: Ya podría darme los trozos más chicos (continuaba centrando toda su atención en la
consola)
Comandante: Todavía protesta
E: ¿Pues no ve que estoy ocupada?
Comandante: Que fuerte... ¿en serio sabe repararlas?
E: Jum, si es electrónico sí, ya lo tengo, mire (le señalaba con unas pinzas de los ojos la
placa de la consola)
Comandante: ¿Qué? (aproximaba su cabeza a la de la sargento para mirar, quedando
muy próximas)
E: Ésta chorrada (cogía un diminúsculo cable con las pinzas) está fastidiando todo el
sistema (se giraba para enseñárselo, encontrándose con el rostro casi pegado a ella de la
comandante y regresaba su vista al cable)
Comandante: Es... es... (sus ojos viajaban de su rostro a la consola, cuando sonaban
dos toques en la puerta)
E: Pase quien sea (alzaba la voz al tiempo que regresaba su vista a la consola)
-: Sargento... (nada más entrar veía a la comandante ponerse en pie) con su permiso
comandante
Comandante: Eh... sí... claro, yo ya me iba. Mañana hablamos sargento (la miraba un
segundo para, a continuación, marcharse)
E: Jum, ¿qué tal capitán? (se enderezaba en la cama estirándose)
Capitán: Destrozado, llevo un día de perros. Joder no le he dicho a la comandante que
quería hablar con ella
E: ¿De mí?
Capitán: Sí, si ella lo aprueba, el general autorizará que participes en los
reconocimientos cuando puedas
E: Genial, no sabe lo que se lo agradezco
Capitán: Las gracias son a ti, nosotros encantado de contar con tu experiencia. ¿Crees
que se opondrá? (preguntaba señalando la puerta)
E: No sé... pero me estoy portando bien... me he llevado un buen susto
Capitán: Como padre que soy, te diría: te lo dije. Demasiado ejercicio físico para tan
poco alimento. El susto nos lo diste a todos, creíamos que era una muerte súbita
E: Jum (se restregaba la cara)
Capitán: ¿Sueño?
E: Se cree la comandante, que no sé que me dopa. No sé qué narices me da, que me deja
hecha polvo, cada vez que como
Marcada 210
Capitán: Jajaja mujer tienes que descansar, para que la comida y demás vaya haciendo
efecto. No te quejes, eres la envidia de la base
E: Ya ves tú la envidia, aquí todo el día encerrada, bueno, menos las clases teóricas
Capitán: No te envidian por eso, lo hacen por quien te cuida y se acaba de marchar
(levantaba sus cejas repetidamente)
E: Panda de salidos
Capitán: Ya... ¿pero es para recrearse la vista o no?
E: Jum, pero yo no estoy para eso y mire que siempre he sido mirona
Capitán: La... la...
E: Anorexia, puede decirlo
Capitán: Eso, ¿repercute en... ya sabes?
E: Ni idea, no es “eso” lo que a mí me ha quitado las ganas
Capitán: Mejor paro de preguntar
E: Mejor
E: ¿Qué es?
-: Crema y pescado... cago en la leche (se adelantaba imitándola) jajajaja ta luego (se
iba)
E: Hasta me vacila un soldaducho gordo (pataleaba colgada a él)
Comandante: Ahora en modo monillo, mejor entro después (pasaba por el pasillo)
-: En media hora, las visitas tienen que marcharse (pregonaba por el largo pasillo de
botiquín)
E: Ni caso chicos... creo que quiero abrirla (les decía mirando la caja) Rai súbela a la
cama
Gordo: ¿Ahora?
E: Jum
Rai: Hecho (la colocaba encima de la cama) ¿la abres tú?
E: ¿Cómo la voy a abrir yo? ¿Pues no ves que lo mismo me da un soponcio?
-: Lo hago yo (se disponía abrir el precinto) joder sí que está duro
Rai: Toma Lola (le entregaba el cuchillo de la cena)
Lola: Dios, hasta yo estoy nerviosa
Marcada 212
Gordo: Pequeño estorbo, no hagas el pino que como entre ojitos, te la cargas
E: ¿Todavía está por aquí? (dejaba de hacer el pino y se parapetaba en la gran espalda
del brigada jefe de cocinas, conocido hasta ahora como gordo
Gordo: Está de guardia (observaba a Lola trajinar con la caja) quieres abrirla ya por
dios, no sé cómo puedes estar en explosivos
Lola: Precisamente por mi calma, fuera precinto (abría la caja observando el interior)
¿qué es esto?... pero...
E: Cachis en la mar... gordo dime que hay (se aferraba a su espalda)
Gordo: Pues... pues... (observaba el paquete en las manos de Lola)
Lola: ¿Barritas? ¿Te manda desde España barritas?
Rai: Energéticas... pss... tanto misterio para unas barritas
E: Sniff... snifff... si es que siempre ha sio de un tierno que pa qué
Rai: Tierno... dice que eso es tierno, ¿qué tienen unas barritas de tierno?, primero un
neceser y después barritas, ¿quién las entiende? (murmuraba para él)
Lola: Hay otra cosa... la pili... ¿quién es esa?
E: Ahora sí que me da...
Rai: Perdóname pero no lo entiendo, continúa hasta las trancas, ¿por qué no le contesta
entonces las llamadas? Si fíjate, yo creo que el número de las fotos se lo ha perdonado
¿a qué juega? (caminaban hacia la salida del botiquín)
Lola: No te enteras de nada, tanto aluminio por tu cuerpo te ha dejado mal, la sargento
cree que su chica merece algo mejor
Rai: ¿Pero qué tiene ella de malo?
Lola: Nada, solo sus problemas, pero para ella es como si por su culpa la hubiese
desquiciado y está empecinada en que su chica sería más feliz con un novio como el que
tenía, pijo, educado, con estudios, etc. ¿lo pillas ahora?
Marcada 214
No podía continuar escuchando sin ser vista y salía antes de que la descubrieran
Comandante: Buenas noches chicos, mañana os vais más temprano, la sargento debe
descansar
Ana: Hey, ¿qué tal?, me acaban de avisar de que estabas aquí (llegaba hasta su mesa)
Vero: Sí, no sabía estarías por aquí (se levantaba) te presento es Cris, Cris Ana
Ana: Encantada (se saludaban con dos besos)
Vero: Siéntate y comparte una copa de vino con nosotras
Ana: Pues sí, que a esta hora apetece (tomaba asiento junto a ellas)
Vero: Quería hablar contigo, ¿cómo está Maca?
Ana: A días, la echa muchísimo de menos, pero la verdad Carlos ha sido de una gran
ayuda, gracias por recomendárnoslo
Vero: Nada, es el mejor en lo suyo
Ana: Lo siento pero tengo que aprovechar, ¿sabes algo de Esther?
Vero: Sí (torcía sus labios) por ella te quería ver. Pero ojo, no es para que te alarmes ni
la alarmes
Ana: ¿Le ha pasado algo?
Vero: Es (suspiraba) lo que te voy a contar no lo sabe, ni su familia ni sus más
allegados, no se lo ha contado a nadie
Ana: Vero habla rápido o tendrás que intervenirme
Vero: Ahora está bien, pero ha tenido que estar ingresada casi 20 días, tuvo un episodio
anoréxico, bastante grave (ante la expresión de preocupación que adquiría el rostro de
Ana continuaba) pero parece que el susto esta vez le ha hecho mella y está cuidándose,
todavía tiene que dormir en botiquín per...
Ana: ¿En dónde?
Vero: Perdona, es el centro de salud de los militares, a partir de mañana durante el día
podrá hacer una vida medio normal
Hacía su ronda, como cada noche que tenía guardia, tras concluir con el ala de los más
graves, dejaba que sus pasos la llevasen a su habitación. Nada más entreabrir la puerta,
una sonrisa se formaba en su rostro cuando la veía dormir boca abajo sin almohada
Sin tan si quiera pensarlo, volvía a dar libertad a sus pasos y estos la llevaban junto a la
cama, recogiendo la sabana para taparla con ella, leyendo la frase impresa en el polo
que llevaba, cuando...
Apagaba la luz del baño, ya con su camisón y como hacía muchas noches, se colocaba
encima el polo blanco. Sentándose en la cama mientras comprobaba el móvil y como
llevaba pasándole tres meses su rostro reflejaba la desilusión al no encontrar en él,
cualquier señal de Esther. Entonces lo dejaba a un lado de la cama y colocaba una de las
almohadas en horizontal, tumbándose en paralelo a ella y colocando su pierna encima
de ella, mientras volvía a coger el móvil y marcaba su número
“E: Venga cariño, que llego tarde y me toca a patrullar la ciudad jejeje
M: Sí (beso) ten cuidado (beso) y acuérdate que te quiero mucho (beso más largo)
Marcada 215
E: Ujmm (el sonido vibratorio del móvil, le hacía moverse en la cama y entreabrir los
ojos, encontrándose a la comandante con el rostro girado hasta el móvil. Cuando éste
dejaba de sonar regresaba su rostro hacia Esther)
Comandante: La... la... la estaban llamando
E: Jum (continuaba medio dormida) no me llaman, me avisan
Comandante: Ah... se había destapado... y...
E: Jum (se le cerraban los ojos)
Comandante: No deberían avisarla a estas horas, usted debe dormir
E: Jumsss... no lo sabe... cree que estoy bien
Comandante: Ya va estando mejor (al verla otra vez casi dormida llevaba su mano
hasta la frente de ella y apartaba su flequillo en una caricia) debería enfrentar sus
problemas, cada uno de ellos
E: Sabe, creo que... uhmsss... tiene razón
Comandante: Pero todos de golpe no, cabeza chorlito (aproximaba su rostro al de ella
para dejar un beso en su frente)
Raúl: Con su permiso señoría (pedía permiso desde la puerta del despacho)
M: Sí (contestaba con la barbilla apoyada en sus manos)
Raúl: Es por el cultivo en el chalet de las afueras, tenemos las imágenes que lo
demuestran, interesaría que ordenase la entrada (algo en su rostro le hacia callar, al
tiempo que ella se levantaba y dirigía su cuerpo hasta la ventana)
M: Hoy tendrás el mandamiento (llevaba sus brazos a su cintura, casi abrazándose a si
misma)
Raúl: Bien... eh...
M: Te está engañando, te cuenta que todo le va bien pero... (las lágrimas, de nuevo
desfilaban por su rostro) pero no lo está, ha perdido mucho peso y... y (un nudo en su
garganta le hacía difícil hablar)
Raúl: ¿Esther? (se acercaba a ella preocupado)
M: Sí, en una instrucción cayó redonda al suelo... y... ha estado ingresada... Raúl (se
giraba hacia él con el rostro totalmente compungido)
Raúl: Joder (la abrazaba) ¿por qué tiene que ser tan petarda?
Marcada 216
M: No seas muy duro con ella, parece que se ha asustado y se lo está tomando en serio
(limpiaba su rostro con un pañuelo)
Raúl: Si hasta ahora no me ha dicho nada, no creo que lo haga. Pero...
M: No puedes decirle que lo sabemos, se lo han dicho a Ana y si se entera en adelante
ya no podríamos enterarnos nosotros
Raúl: Ya, pero ni te imaginas las ganas que tengo de echarle la bronca... pero no, no le
diré nada... Maca yo...
M: Por lo menos esto a hecho que vuelvas a llamarme por mi nombre (trataba de
sonreír)
Raúl: No (suspiraba) lo siento, no lo he llevado muy bien, te echaba la culpa por su
marcha y... la única culpa la tiene ella por ser tan petarda. Si se hubiese esperado,
habrías podido hablar y...
M: Ya no tiene caso... me comporté como una imbécil, me obsesioné, creí que
conociendo lo que había hecho sabría a lo que atenerme (hacía una pausa) nunca antes,
me había sentido como un títere en las manos de alguien (suspiraba) total, mira lo que
conseguí
E: Jejejej eso lo dices por ti gordo, que engulles que da gusto jejeje huy, ¿quien me
llama a estas horas? (sacaba su móvil y al leer al llamante se quedaba callada y con el
ceño fruncido)
M: No sé para que Papa tiene tesorero y abogados, al final siempre tengo yo que
revisarlo todo
Rosario: Macarena es normal, que confiemos más en ti. Se ha hecho tarde, ¿quieres
otro café?
M: No, ¿qué hora es? (miraba su reloj) joder, dame mi móvil
Rosario: ¿Habías quedado con alguien?
M: No (comenzaba a marcar)
KABUL
E: Menudo desfase lleva la peña (decía retrepada en un sofá del Club Social de la base)
Gordo: Normal, la cuarta bandera, mañana vuelve a casa (echaba un vistazo alrededor)
voy a empezar a odiar a ojitos, con menudo bomboncito está hablando
E: Jejeje, ese es un yogurín para ti (miraba hacia la comandante y el soldado con el que
hablaba) vaya, va sin uniforme (se quedaba observando a la susodicha, quien lucía
ataviada con un vestido claro adornado con un cinturón)
Gordo: Sí, al club suele venir de calle (volvía su vista hacia Esther y la encontraba
todavía con la mirada puesta en la comandante) entiendes ahora a la panda de salidos
¿no?
E: Pues... (dejaba de mirarla) oye yo nunca he negado que está muy bien
Comandante: Yo no diría tanto (llegaba hasta ellos sin que se hubiesen percatado)
todavía le queda un trecho para eso
E: Eh... ¿cuantos bailes le han pedido ya?
Comandante: Demasiados, empiezan a dolerme los pies y todavía me falta el principal
(terminaba de decir guiñándole un ojo)
E: Ah
Gordo: Me ha dicho Rai, que se ha conseguido una pasta con la idea de sortear un baile
con usted
Comandante: Si, todavía no sé como deje que me embaucasen, háganme un sitio, en
poco dirán el ganador (con total confianza se sentaba al lado de la sargento, quien se
movía lo que el sofá le permitía para que tomase asiento, una vez hecho le era inevitable
ver como la comandante cruzaba sus largas piernas)
E: Ujum (se aclaraba la garganta ante el gesto) es lo bueno de haberme quedado
esmirriá ganamos espacio, ¿que no?
Comandante: Jajaja sí. ¿Qué toma? (miraba la copa en la mesa)
E: Ron cola (se acercaba a su oído) yo no vuelvo a casa pero festejo que retorno a mi
habitación, estaba cogiendo complejo preso de tercer grado
Comandante: Jajaja (otra vez en una muestra de absoluta confianza, cogía la copa de
Esther y daba un pequeño trago de ella) está aguado
E: Jum (se encogía de hombros) Gordo... Gordo (tenía que volver a llamarlo al estar
completamente concentrado en el camarero de la barra)
Gordo: Estorbo, no me distraigas
E: Jajaja, tráenos una copa anda
Marcada 219
Gordo: Ahora mismo (se levantaba como un resorte, marchándose hacia la barra)
E: Pero gordo, que no te hemos dicho lo que queríamos (le gritaba y él le contestaba
moviendo sus caderas) será... (giraba su vista hacia la comandante y se encontraba con
los ojos de esta)
Comandante: Se... se la ve bien hasta relajada
E: Jum (apoyaba su cabeza en la pared mirándola de lado) aunque esté en plena fase
llorona y sensible (hablaba en voz baja) por primera vez desde...
Comandante: El secuestro (continuaba su frase)
E: Jum (perdía su vista un segundo) hace ya casi tres años y por primera vez me siento
tranquila
Comandante: Me alegro (llevaba su mano a la frente de ella retirando su flequillo) le
ha crecido el pelo
ESPAÑA
Ana: Vamos Maca, anímate y baila conmigo (se acercaba a la mesa que compartía con
Claudia)
Claudia: Por mi no te preocupes, mueve ese cuerpazo tú que todavía lo tienes jajaja
M: No me apetece nada (miraba su reloj) y en poco creo que me iré, sigue a tu marcha
Ana
Ana: Solo espero que al final no te vuelvas un muermo, ahí os quedáis (se marchaba a
la pista de baile de su hotel)
Claudia: ¿Tú no estarás castigándote?
M: No, solo no me apetece, ni si quiera iba a venir. He estado en mi casa y mi padre me
ha dicho que ha hablado hoy con ella, como a todos le ha dicho que está bien. Habla con
todo el mundo menos conmigo Claudia y... eso... me... no sabes como me duele
Claudia: Dale un poco más de tiempo
M: Ya...
KABUL
Fue verlos bailando más que acaramelados, y otro recuerdo asaltó su mente...
“M: Amor, no estamos solas (bailaban pegadas en el jardín de la casa de Ana, como
otras parejas lo hacían)
E: Jum (se pegaba todavía más a ella y calmaba el cosquilleo de sus dedos colocando
ambas manos en los glúteos de Maca) te ha dicho Ana (besaba su cuello tratando de
frenar su premura) ¿en que habitación dormimos?
Marcada 220
M: Sí... uhm... pero como no frenes un poco (subía las manos de Esther hacia su
cintura) no sé si llegaremos
E: Entonces será mejor (continuaba su reguero de besos hasta el hueco de su clavícula)
que nos vayamos porque llevo frenándome toda la noche”
ESPAÑA
Tras despedirse de los más allegados y ya con su largo abrigo puesto, abandonaba la
jaima cuando sus ojos se topaban con la imagen de Emilio y Ana bailando, mientras
parecían comerse con la mirada, así un recuerdo se hacía presente en su cabeza
“E: Me matas con estos vestidos (caminaban como podían por el pasillo que daba a la
habitación y nada más llegar a la puerta, la atrincheraba contra ella, dándole por fin vía
libre a sus dedos, que ávidos por acariciarla se colaban por su corto vestido, mientras
unía sus labios a los de ella)
M: Espera (separaba sus labios solo unos milímetros de su boca) mejor dentro (volvía a
unir sus bocas girándola y abría la puerta, entrando sin separar sus labios, para una vez
dentro cerrarla apoyando su cuerpo en ella) uhm... ahora... haz lo que quieras conmigo
(agarraba su chaqueta, quitándosela mientras sus lenguas se unían en una caricia muy
sensual)”
KABUL
ESPAÑA
KABUL
“Le quitaba su camiseta y nada más tirarla lejos, llevaba sus labios a su cuello,
besándolo con pasión, pasión que incrementaba cuando notaba que la cremallera de su
vestido estaba siendo bajada y su espalda acariciada. Hasta que el cuello que estaba
devorando se ladeaba lo justo para colar una mano que hacía que tuviese que detener
sus besos para atrapar entre su boca su dedo gordo, mano que hacía la presión justa para
empujar su cabeza hasta la puerta, dejándola apoyada totalmente en ella- Esther- la
nombraba excitada, soltando su dedo y totalmente a su merced
E: Haz dicho (se separaba lo justo para poder mirar todo su cuerpo apoyado en la
puerta) que haga lo que quiera y lo que quiero es disfrutarte por entero (manteniendo la
distancia creada, comenzaba a bajar su vestido, descubriendo la piel que adoraba de a
poco, arrastrando el vestido hacia abajo y dejando que su dedo índice, en una caricia,
siguiese su caída al igual que lo hacían sus ojos
M: Esther (sus labios volvían a nombrarla cuando la privaban de la piel, que a unos
milímetros de la suya, la llamaba a gritos quemándola, reteniendo las ganas de
abalanzarse sobre ella y dejando que la contemplara expuesta ante ella, ya solo con sus
braguitas y aún con los tacones, excitándose al ver como sus ojos parecían acariciarla,
incendiándola más aún. Así dejaba libre su respiración, subiendo y bajando su pecho,
cuando, apoyándose con una mano en la puerta, acercaba su boca a la suya, dejando un
beso cálido, sin rozar su piel, que le sabía a poco y que le hacía agarrar su nuca para
atraerla hacia ella)
E: No... no tenemos prisa (hablaba contra su boca y su mano derecha se colaba entre su
ropa interior, comenzando a deslizarla)
M: No... aghhh... no creo que pueda aguantar mucho amor (miraba sus labios y a
continuación sus ojos, ya casi jadeando)
E: Algo se me ocurrirá (dejaba otro beso caliente y envalentonada por lo que tenía
planeado abandonaba sus labios a la vez que separaba su mano de su nuca, regresándola
al costado. Una vez dejada ahí, se colocaba entre sus piernas, con cuidado de no rozarla
y ahora con sus dos manos comenzaba a bajar su ropa interior, con la mirada fija en sus
ojos) no te puedes llegar a imaginar lo mucho que me gustas (dejaba un beso de
despedida, mientras Maca tenía que apretar sus manos contra la puerta, tratando así de
mantenerlas ocupadas)
Lo mismo hacía con su cabeza, elevando su vista al techo, al notar los besos y caricias
que iba dejando por su cuerpo, cerrando los ojos con fuerza al sentirse completamente
húmeda, mientras su ropa interior por fin, abandonaba su cuerpo
Tiraba sus braguitas ya de rodillas, y retenía su pierna con su mano, solo para besarla
con los ojos cerrados, mientras subía por ella, dejándola en el suelo cuando ya llegaba a
su ingle y abriendo los ojos cuando se sabía enfrente de su pubis. Fue verlo y darse
cuenta en seguida de su cambio, entonces se separaba lo justo para mirar su rostro
M: Es... (bajaba su vista hacia ella) me lo hecho para ti (llevaba su mano a la boca de
ella, acariciando con sus dedos sus labios y viendo como estos eran atrapados por sus
labios) solo para ti... te... ¿te gusta?
E: Me encanta (sonreía y llevaba la mano que besaba de vuelta a su costado para volver
a mirarlo sin interrupciones, disfrutando de esa visión unos segundos, para mirándola
nuevamente a los ojos, unir su boca a él, provocando que la dueña de ese pubis llevase
Marcada 222
KABUL
E: Aghhh (boca abajo, daba un gran suspiro y hundía su cara en la cama, sacando su
mano y agarrando con fuerza las sabanas, queriendo retener las ganas de llorar que,
finalizado el recuerdo y sus consecuencias, le asaltaban (Maca)
ESPAÑA
M: Uhmmm (boca arriba, dejaba escapar un último gemido y sin todavía parar de
acariciarse, su rostro se compungía, buscando entonces la almohada para abrazarse a
ella con fuerza) Amor
E: Mare mía, queréis levantar las rodillas leñe (gritaba en medio de la pista, ataviada
con botas, pantalón árido y camiseta marrón. Mientras al grupo de militares españoles a
los que instruía corrían por la pista)
Cabo: Mi sargento, va a acabar con nosotros
E: Enga ya, si solo lleváis 35 minutos
-: Mi sargento (llegaba hasta ella un soldado) ha llegado correo certificado para usted
(le entregaba una carta)
E: Ah... bien gracias (la cogía)
-: Fírmeme aquí (le daba un portafolios y un bolígrafo, viendo como al momento lo
firmaba) si no ordenada nada
E: No, gracias otra vez (miraba un segundo la carta y volvía a mirar a los militares
quienes aprovechando su despiste habían bajado el ritmo) cago en to lo que se menea,
os habéis ganado que después vayamos a la pista americana
Cabo: No mi sargento por dios, otra cosa, eso no
E: Como me ponga a leer esto y bajéis el ritmo otra vez, nos vamos a los túneles,
¿estamos?
Cabo: No se preocupe, lea tranquila
Comandante: Sargento
E: Comandante (terminaba de guardarla)
Comandante: Estoy de guardia y me he dicho, mejor me acerco no sea que cierta
sargento provoque varios colapsos
E: Jejejej no los provocaría yo, es culpa de ellos que son unos vagos. Estaba guardando
la citación judicial
Comandante: ¿Ya le ha llegado?
E: Jum (se giraba para poder ver a los chicos)
Comandante: ¿Cuando se marcha?
E: No lo voy hacer
Marcada 223
E: He regresado, así que a correr un poquito más rápido, panda de vaguillos (volvía a
dirigirlos)
Cabo: Estaba yo pensando, que a pesar de lo cañera que es... aghh... ya cuando todos
estemos en España, podríamos organizar una qued... aghhh quedada, ¿cómo lo ve?
E: Lo veo fatal, mira como te asfixias por una carrerita, pero sí... se podría ver
Cabo: Claro, por ejemplo en su ascenso, ¿tiene que estar a punto no?
E: No, estoy incapacitada para ascender
Soldado: La leche, ¿cómo es eso?
E: Tengo dos faltas muy graves
Soldado: No puede ser, tengo algunos familiares guardias y hablan de usted como una
heroína, no sabe como la admiran
E: Pues que no me admiren tanto y si quieres ser guardia, no sigas mi ejemplo
Cabo: ¿Que hizo para tener dos faltas?
E: Parad y comenzar a estirar (los veía hacerlo y se quedaba en el centro del circulo que
formaban)
Soldado: Sí pero cuéntenoslo
E: Solo para que os sirva de ejemplo, recordad que cuando vosotros vayáis ascendiendo
yo seguiré siendo una sargentucha y así moriré
Cabo: Sí venga, cuéntelo ya, ¿qué hizo para la primera?
E: Me presente a un aviso de atraco con rehenes puesta hasta arriba de coca
Soldado: Joder... ¿y qué pasó?
E: Liberé a los rehenes, con ayuda claro, peroooo se me fue la mano con uno de los
atracadores, su abogado pidió análisis y casi reviento la maquina
Cabo: Madre mía, que fuerte y ¿la segunda?
E: Le rompí la nariz a un magistrado
Soldado: Joder otra vez... y ¿por qué?
E: Por despertarme de mi mejor sueño (veía como todos paraban sus ejercicios
mirándola) que me cuesta mucho dormir para que a alguien se le ocurra venir a
despertarme jejeje (trataba de bromear) venga unas abdominales para ir finalizando
Cabo: Nos ha mentido en la última
Marcada 224
E: No, te puedo asegurar que no. Continuar moviendo esas lorzas, que nos vamos a la
pista
Cabo: Joerrrrrrrrrrrrrr
E: En formación que nos vamos a paso ligero y para que veáis que no soy muy mala
canto yo, de frente paso ligero, ar, amos allá (comenzaban a correr) “dos de mayo es
primavera (repetían) todos se van a la guerra (repetían) unos ríen y otros lloran
(repetían) y otros se mueren de pena. Pero el que más pena lleva (bis) el que lleva la
bandera (bis) le pregunta el capitán (bis) ¿por qué tienes tanta pena? (bis) es por padre o
es por madre o es por culpa de la guerra (bis) ni es por padre ni es por madre (bis) ni es
por culpa de la guerra (bis) es por una muchachita que se va a morir de pena (bis)”
(paraba de cantar) menuda cursilada de canción, ¿de dónde me he sacao yo esto? Se
acabo el cantar, el que llegue primero a la pista se libra de pasarla y si soy yo la que
llega primero dos rondas de pista
“E: Que no te apetece, dilo claro Fran (hablaba con él sentados en las hamacas de la
piscina
Fran: Exacto y estoy aquí pensando como se lo digo o se lo insinúo
E: Mare mía, pues a bocajarro en estos casos... bueno... yo no lo sé, que soy novata,
pero se lo dices y ya está ¿no?
Fran: No, ya sabes como son las mujeres para esto, no se lo puedo soltar así o me gano
el divorcio
E: Ah...
Fran: ¿Tú ya lo has hablado con Maca?
E: ¿El que no quieres? ¿pues no ves que no me ha dado tiempo?
Fran: No mujer, si digo el tema niños
E: ¿El qué?
Fran: Jajaja, tener niños
E: Eh... pues creo que no, es que sabes que pasa, que tu hermana habla mucho, todo el
tiempo me retransmite sus cosillas y entre los Louis Vuitton, los Ulpiano y los sorbetes
de lentejas, a veces no le pillo todo
Fran: Jajaja eran de paella
E: Es igual, pero sabes creo que de eso, no me ha dicho nah, oye ¿me lo tiene que decir?
Fran: Sí, es un tema muy importante cuando quieres una pareja estable
E: Ah... ¿y porque no me lo ha dicho? (se cruzaba de brazos)
Fran: Jajaja no lo sé, lo mismo es pronto
E: Que pronto ni que nah, que nosotras no funcionamos por tiempos, voy a
preguntárselo (se levantaba)
Fran: No Esther (la agarraba por un tobillo) que estamos en plena reunión familiar, eso
hay que hablarlo con tranquilidad
Marcada 225
E: Enga ya (se soltaba) que además, ella quiere que cualquier cosa que cruce mi cabeza
se la cuente, voy pa ya
Fran: Que no (la volvía agarrar por el tobillo y tiraba de él haciendo que cayese al
césped boca abajo) jajaja
E: Auch... que me dejes pijín (desde el suelo forcejeaba con él)
Fran: Jajaja, estate quieta (para retenerla se tiraba en el suelo agarrando fuerte su
tobillo)
Pedro: ¿Ves porque me encanta mi nuera?, ha tirado al suelo al más estirado de mis
hijos jajaja, ¿qué harán?
E: Cary (chillaba desde el suelo con Francisco casi encima de ella) caryghhhhhh
su...el... (su boca era callada por la mano de él, mientras intentaba reptar hacia ella)
Fran: Jajaja que está mi tía Carmen y es más pija que yo
E: Es..o...e...imposible (conseguía decir) te vas a cagar (mordía fuerte su mano)
Fran: Aghh bruta
E: Jajajaja te he avisado (se soltaba y rápidamente se levantaba pero la mano de él
volvía a hacerla caer) auch (y Francisco aprovechaba para subirse en su trasero)
Fran: Toma ya, tengo a una sargento retenida jajajaja ¿ahora qué pequeñaja?
E: Ahora sí que la has cagao, peazo pijin
Claudia: Ujum (carraspeaba) Maca, mira hacia atrás, creo que tu chica ya la está liando
(le susurraba bajo)
M: Pero (se quedaba de piedra al verla debajo de su hermano, casi comiendo hierba,
mientras el estirado de su hermano parecía partirse de risa) joder, esos pantalones son de
lino, imposible sacarles las manchas y además me costaron
Claudia: Una pasta jajaja (la cortaba) anda que tú también
Pedro: ¿Pero qué hacéis? (copa en mano se acercaba hasta ellos en el momento en el
que Esther hacía fuerza y tiraba de lado a su cuñado)
E: Suegriiiiiiii (lo agarraba por el tobillo) ayúdeme... aghhh... del pelo no me tires
cabronazo
Fran: Jajajaja... Papa tú ni caso
Pedro: Jajajaja esperad así, que voy a por la cámara
E: No... le está reclamando la guardia civil... aghhhh... (agarrada a su tobillo continuaba
forcejeando con su cuñado) le puedo detener...
Fran: Que le detengan que es una mentirosa jajajajaja ya te tengo otra vez (volvía a
subirse encima de ella)
Pedro: Francis (se agachaba) con cuidado, que es muy pequeñita (decía guasón
picándola) ahhhhhhhhhhhh (caía de culo una vez que Esther tiraba de su tobillo)
E: Cago en la leche... me ha tirao encima to el vino, verá la que me forma su hija ahora,
pero no voy a ser la única ghhhhhh a la que se la formen (daba un fuerte sacudida y
conseguía subirse encima de su suegri)
Fran: Jajajaja me parto
Pedro: Esther (intentaba frenarla) que esta camisa cuest...
E: Una pasta, que cansinos con la ropa sois
Pedro: Tú no te rías tanto (con una mano lo agarraba del brazo tirándolo hacia él)
Claudia: Ay dios mío, están haciendo un sandwich con ella jajaja (volvía a susurrarle a
Maca)
Marcada 226
M: Sushhh, que estás (señalaba con los ojos a su tía, madre y cuñada) no se han dado
cuenta, mierda (su madre salía a pasos rápidos hacia ellos)
Mientras, el trío rodaba por el césped realizando posturas inverosímiles, muertos de risa,
cual críos en el recreo
Rosario: ¿Se puede saber qué hacéis? (colocaba sus manos en la cintura) ¿no te da
vergüenza Pedro?
Pedro: Jajaja, Cariño, no me lo pasaba también desde que nuestros hijos eran mocosos
(decía subido a los otros dos) ahhhhhhhhh (caía de la pirámide)
Fran: Jajajaja al final me hago pis
E: Huy pis
Fran: Cállate pequeñaja (se tiraba a por ella, sin conseguirlo)
Rosario: Francisco (gritaba mientras Esther reptaba con la espalda en el suelo y se
agarraba a sus tobillos) pero Esther (alucinaba viéndola con la cabeza entre sus piernas)
E: Suegri, regáñelos
Pedro: Esther ni se te ocurra mirar para arriba (se lanzaba encima de ella)
E: Jajajaja tranqui, que no le miro las braguitas lilas jajajaauchhhh (recibía un pellizco
de su suegro)
M: Esther, levántate de ahí ahora mismo (llegaba hasta ellos y alucinaba tanto como su
madre)
Pedro: ¿Se las has mirado? (encima de ella le tapaba los ojos, mientras Rosario
apretaba sus piernas, tratando de tapar lo que su falda permitía ver)
E: Jajajaja auchhhhh (una mano muy conocida por ella le agarraba de la oreja casi
levantándola) ya, ya voy, no tires, suegri quítese de encima o su hija me arranca la oreja
Pedro: ¿Pero se las has visto o no?
Rosario: Pedro (le regañaba al borde del histerismo)
E: Que no he visto nah (lograba empujarlo queriéndoselo de encima pero no calculaba
que si sentaba en el suelo su cabeza) oh... oh... que me maten con tomate he acertao en
el color jejeje (murmuraba ahí debajo)
M: Esther por tu padre sal de ahí
Fran: Jajajaja ahora sí que me hago pis (se partía al verla debajo de la falda de su
madre)
Veinte minutos después el trío se encontraba en la caseta del jardín después de medio
asearse
E: Jejeje (no podía disimular su risa al ver a su suegri y pensar en ciertas braguitas)
mejor vamos saliendo ya o nos quedamos sin postre (elevaba sus cejas graciosamente)
Pedro: ¿Tú estás segura que no has visto nada? (salían ya al jardín)
E: Eh... jeje... no, que no tranqui suegri
Fran: Ríete, perooooooo (lo exageraba) te has quedado sin preguntárselo.
E: Cago en... (llegaban hasta la mesa)
Pedro: ¿El qué?
Rosario: Los tres os sentáis y callados lo que dure la comida
Fran: Jod (los ojos de su madre y mujer lo asesinaban)
E: Suegri ha sido mi...
Rosario: He dicho los tres (la cortaba)
Marcada 227
Claudia: Y digo yo, mucho viene Enrique, siendo Fiscal del Penal, por esta Juzgado
¿no te parece?
Marcada 228
Pepe: Jejeje, mujer de poca fe, será mi propia canija quien se lo diga. Como no va a
llamar a su padre listillo, si es que lo soy, estate atenta a la jugada del peazo marido que
tienes
En: Hasta en lo creído sois iguales
Pepe: Ojo, que voy (marcaba un numero en el móvil) cabroncete, ¿cómo vas?
Raúl: Pepe, bien voy bien ¿y vosotros?
Pepe: No te enrolles, ¿y mi nuera alias tómame declaración que a ti te declaro hasta lo
negro?
Raúl: Jajaja bien, muy gordita y con mil quinientos veinte antojos diferentes, pero bien
Pepe: Yo que me alegro, ahora préstame atención
Raúl: Eh, sí claro
Pepe: Vilchez, ¿tienes por ahí a tu mujer alias examíname lo que quieras que yo me
hago el muerto?
V: ¿No te asfixias con esas preguntas tan largas?
Pepe: Já, tenías que ver el aguante que tengo, ponme a tu mujer esaborio, que todo lo
que tiene de guapa lo tiene de mal gusto jajaja
V: Será... (se la pasaba)
Pepe: Cruz guapa
C: Hola Pepe, súbame el ánimo que ando medio decaída
Pepe: Ahora mismo, morenaza, necesitas señalización pa esas peazo curvas que gastas
resalá
C: Eh... demasiado albañil Pepe jajaja
Pepe: Es que llevo prisa, otro día te lo refino. Ahora préstame atención
C: Eh, sí claro
Un tiempo después...
M: Raúl, ¿para qué me haces venir aquí? (decía al entrar en el salón del piso de Esther y
ver la puerta que comunicaba los pisos abierta)
Raúl: Tranquila, hay algo que queremos que escuches (le decía al tiempo que Cruz
aparecía hablando por teléfono y le hacía una señal de ok con la mano)
M: No (se daba cuenta de sus intenciones) ya hurgué una vez en su vida y mira como
me ha salido, no voy a escuchar nada (se giraba hacia la salida no queriendo participar)
C: Por cierto, ¿te acuerdas de Enrique? (llegaba hasta el sofá y se sentaba colocando el
móvil en función altavoz)
E: ¿De quién? (preguntaba ajustándose el chaleco antifragmentos)
C: Jajaja mujer, si es este, que a Laura y a Eva, les encantaba, como le decían
E: Cruz, ¿qué te ha dao? (la cortaba)
C: La verdad, es que a mí también me gustaba (ignoraba su pregunta) para un mirar y
eso, tampoco te creas
E: ¿Vilchez ha dejado de darte lo tuyo?
C: Al revés, como ahora no tiene a una sargento interrumpiendo nuestro sueño cada
rato, pues está muy descansado
E: Pues... ugmm me alegro por ti, cago en...
C: ¿Qué haces?
E: Ajustándome el equipo que como me he qued (se callaba al darse cuenta de que casi
se le escapaba, alertando a quien en el suelo la escuchaba) pues eso, ya sabes la caca de
material que dan, eah no hay manera (lo dejaba por imposible) bueno, ¿algún
movimiento de funcionarios más, que deba saber?
C: No, solo los que da Enrique en el Juzgado de cierta Magistrado (esperaba unos
segundos) ¿sigues ahí?
E: Jum, justo me he acorado del papanatas ese, pero ¿qué quieres que te diga?, normal
que ronde a mi chica, es normalísimo Cruz (comenzaba a deshacerse del equipo,
mientras la que escuchaba la conversación sufría un cambio aún más brusco en el latir
de su corazón, al oírla definirla así) perfectamente normal y comprensible, hay que ser
muy gay para no hacerlo (tiraba al suelo el chaleco) y cago en la leche, hubiera jurao
que el tal Enrique era gay, pero resulta que tiene lo mismo de gay que Guardiola, por
eso viste igual el pedazo de... Fiscal ese, ¿pero si es un engominao Cruz?, por favor, que
si le metes la mano en el pelo te puedes quedar unía a él de por vida y sin necesidad de
pasar por el registro
C: Bien (interrumpía su monologo) uff por un momento pensaba, mejor no se lo digo
vaya a pasarlo mal, pero veo que lo llevas muy bien, el único detalle es que yo me
refería a Maca y tú dices tu chica, no sé yo hasta que punto
E: Esa será mi chica hasta que me muera (la cortaba) aunque ella no lo sepa, fíjate lo
que te digo
Marcada 231
Con esa declaración, provocaba que tuviese que contener su llanto emocionado,
cubriéndose la boca con su mano, mientras sus labios ya pronunciaban cuatro letras,
que formaban la palabra que siempre salía de su corazón para ella
C: Ah... en verdad, solo la ha invitado a unos cafés, que ella siempre ha rechazado y
hoy le ha regalado una orquídea
E: ¿Una horquilla? (su culo ya sufría los efectos colaterales de sus nervios)
C: Jajaja no, una or-qui-de-a
E: ¿Y eso que es?
C: Una flor, en un centro de cristal, con piedrecitas y tal
E: Enga ya, ¿y eso pa que?
C: De adorno, queda bien en el despacho
E: ¿Pero es que le parece poco adorno ella?, ese despacho no necesita más adorno que
el que ya tiene con ella ahí dentro... ya no me está gustando ese tipejo, ¿sabes si es
buena gente? (no esperaba respuesta) no vayáis a dejar que se le acerque ningún
capullo, ese no es el plan (pataleaba a su estilo) no me estoy muriendo yo para eso, ¿me
oyes?, tiene que ser buena gente (ofuscada continuaba su monologo) y educado, y que
me la cuide y que le haga reír y que...
Y ahí, seguía enumerando la multitud de virtudes que tenía que tener, aquel que se le
ocurriese acercarse a su chica, sin saber que su chica se levantaba del suelo, llorando
sin poder ni querer parar, dispuesta a gritarle que no había nadie así para ella, más
que quien estaba enumerando todas esas virtudes. Pero unos fuertes brazos paraban su
avance y callaban su boca, reteniéndola y ofreciéndole consuelo
Pepe: Cago en la leche, ¿pero cómo es tan romántica mi canija?, mira todo lo que le ha
dicho, ¿en eso también es clavá a mi Encarnilla? (se atusaba el bigote orgulloso)
En: Clavaitos, ¿no te gusto yo a ti más que el pan untado?, ¿o qué me quieres por los
cuatro costados?, pues igual, igualito de romántico (terminaba de decir poniendo sus
ojos en blanco)
A la escritora se le había pasado deciros que en esa mesa había otro móvil, que permitía
escuchar lo que allí acontecía
E: Ya debe saber que no voy, y aun así, me sigue dando toques, para que me acuerde de
comer, ¿qué te parece?
Gordo: Que me va a parecer estorbo, esa mujer sigue coladita por ti y...
Comandante: Que aproveche (llegaba hasta su mesa cortando la conversación)
E y Gordo: Comandante (le contestaban ambos)
Comandante: Tengo hambre (cogía una zanahoria del plato de Esther)
E: Siéntese
Comandante: No puedo, llevo prisa, hoy comeré en el tercer turno (mojaba la
zanahoria en la salsa dispuesta para ello) ¿nos vemos esta noche en el club?
E: No sé (se encogía de hombros)
Comandante: Yo voy a ir (la mordía) uhm... está rico (le guiñaba un ojo y se marchaba
sin más)
E: Rico dice, jesús (negaba con la cabeza)
Marcada 232
Gordo: Esto (miraba a la comandante quien caminaba hacia la salida del gran comedor
y regresaba la vista a Esther, quien comía intentando no degustarlo) jajaja debo estar
hormonando
E: ¿Vosotros también hormonais?
Gordo: Ni idea jajaja pero es que, por un momento he pensado que ojitos (se callaba
pensando)
E: ¿Qué?
Gordo: Pues que ojitos... aysss creo que ojitos te hace ojitos
E: Enga ya
Gordo: Está rico (la imitaba exageradamente, subiendo y bajando sus cejas)
E: Jejeje que le gustan las zanahorias, todas las zanahorias gordo, con lo marujón que
eres, me extraña que no lo sepas
Gordo: A tu chica también le gustaban y mira
E: No es lo mismo (palmeaba la mesa con su mano) ¿te he dicho que me la están
pavoneando?
Gordo: No has hablado de otra cosa desde que te enteraste
E: Cago en la gomina, en los trajes de corte y en las horquillas de adorno. Pues que
sepas que le voy a agradecer los toques
Gordo: No me digas
E: Jum, pero todavía no sé cómo
M: Guau Jesús, así sí que parece grande (decía mirando a “la Pili”, fuera del mar en el
lugar de reparaciones)
Jesús: Sí, estamos terminando de instalar el tipo de cristal que te comenté, pero Maca el
presupuesto se dispara un poco
M: No pasa nada, le va a encantar
Jesús: Sí, la verdad está quedando muy bien. Ah, ya se me iba a olvidar, ven conmigo
(daban la vuelta dirigiéndose a las escaleras de la embarcación) Varios del Club
Náutico, han visto el invento este (señalaba un escalón) y me han pedido que les haga
algo similar y se lo instale. ¿El invento es de ella no?
M: Sí (se encogía de hombros) como todos los que hay en la Pili, a ella no le molestará
que lo hagas.
Jesús: Genial... la hija de Maika, ya ha instalado uno parecido, pero en realidad ¿para
qué es? (preguntaba curioso, haciendo que a Maca, le subiera cierto rubor al rostro)
M: Pues... es... es (ya roja como un tomate no podía explicarle la utilidad del escalón)
Jesús: La cosa es, que yo he pensado que es para sentarse (lo hacía) y estar como en el
escalón de las piscinas, porque el agua llegará por la cintura ¿verdad?
M: Eh... sí, es para eso (contestaba rápido queriendo terminar)
Jesús: Pero claro (continuaba sentado en el amplio escalón) a este de más abajo no le
pillo la utilidad, porque en ese no te puedes sentar, te cubriría el agua (ahí seguía el
hombre intentando saber la utilidad del invento)
-: Buenas tardes, os he visto aquí de charla
M: Hola Sonia, ¿qué tal? (se saludaban con dos besos) ¿qué tal tu madre?
Sonia: Muy bien, déjame decirte que los escalones funcionan de maravilla (le guiñaba
un ojo)
M: Eh... me tengo que ir, Jesús ya me llamas cuando vuelva a estar en el agua, Sonia
saluda a Maika de mi parte, chao (desaparecía a pasos rápidos, todavía con cierto rubor
en su rostro)
Jesús: Pero... al final se ha ido sin decirme para que funciona esto
Marcada 233
Bajaba de un salto del BMR, y nada más pisar suelo, se quitaba el casco y comenzaba a
mover su cuello en círculos, tratando de estirarlo. Una vez hecho, comenzaba a
despedirse de los militares a los que había acompañado en los reconocimientos que se
realizaban por las carreteras y caminos, tratando de detectar posibles emboscadas o
atentados contra los aliados, y dar así paso a convoys de ongs o de la propia OTAN
M: Pasa corre
Ana: ¿Y estas prisas?
M: Que se me queman las patatas (avanzaba por su piso rápido hasta la cocina)
Ana: ¿Cómo? (la seguía alucinando) ¿desde cuándo cocinas?
M: Es que (trasteaba en la vitrocerámica) estoy hiendo al curso que te dije y me ha
apetecido ir probando
Ana: Ah ¿y qué intentas preparar?
M: Tortilla de patatas (se giraba feliz hacia ella)
Ana: ¿Torti...? (lo flipaba aún más) pero, ¿tú no me dijiste que no te medicabas?
M: Así es
Ana: Y te pones a preparar tortilla de patatas, no un risoto o un asado o... además, creí
que a eso, te habían enseñado (levantaba ambas cejas)
M: Jajaja (le tiraba un paño) ¿sabes lo que diría si me viera así? (se señalaba con la
escurridera en la mano)
Ana: Que estás hecha una barbie cocinitas, ¿qué no? (imitaba a la sargento con ambas
manos en los bolsillos y al ver la cara que ponía Maca sonriendo continuaba) cuidado,
no te vayas a confundir que andas muy necesitada de sargento
M: Jajaja sí, pero al conocer lo que siente, me ha dado muchísima fuerza y esperanza,
para esperar lo que haga falta
Decano: A partir de ahora, tendréis que arremangaros las puñetas de las togas. Los
recortes de personal van a ser importantes y... (la decano continuaba su elocución en la
gran mesa del Juzgado donde Decano y Magistrados se reunían)
Pero Maca, ya prestaba más atención a su móvil. Con disimulo lo llevaba hasta su oreja,
marcando previamente el número al que siempre llamaba a esas horas, un tono...
M: Ahora te los doy juntos, estate atenta amor (daba cuatro veces un solo toque)
Una vez hechas las comprobaciones de identidad, tomaba asiento es una pequeña sala
de la base, desde donde prestaría declaración
-: ¿Está nerviosa?
E: No, en realidad estoy deseando que acabe de una vez
-: Ha tenido mucha suerte, otros tardan más de cinco años en celebrarse
E: Jum
-: ¿Es la primera vez que presta declaración por video-conferencia?
E: No, ya lo he hecho otras veces
Una vez en sala, tomaba asiento donde le indicaban y de inmediato la buscaba con la
mirada, encontrándola sentada al lado de dos más
Tras el incidente se percataba de que, su asiento estaba justo en frente del habitáculo
acristalado donde Aitziber y sus dos compañeros eran introducidos
Uno de ellos prácticamente cubría la imagen de Aitziber, pero pronto desvió su mirada
al tribunal, no queriendo que nada le distrajese
Conforme escuchaba las respuestas que Esther daba al tribunal, las ganas de llorar
aumentaban, teniendo que hacer un gran esfuerzo por controlarse y mantenerse
ecuánime
Pero no solo aumentaban las ganas de llorar, también lo hacían las ganas de verla, pero
la pantalla en la que aparecía Esther, solo podía ser vista por el tribunal
Con las manos entrelazadas sobre sus piernas cruzadas, no perdía detalle, anticipándose
a algunas de las protestas o negaciones del Tribunal, cuando notaba la sensación de que
estaba siendo observada, así giraba su vista del tribunal al habitáculo, encontrándose por
primera vez con los ojos de la terrorista
Ésta permanecía con su vista clavada en ella, apoyada con un hombro en el cristal y los
brazos cruzados
Sin achicarse respondía a su mirada fijando su vista en sus ojos, levantando la barbilla
en un gesto retante, sin tan siquiera pensar que a quien estaba retando era una de las
cabecillas de la banda armada
Momento que Maca aprovechaba para soltar todo el aire retenido de manera disimulada
Horas después...
Sin ser consciente que alguien la observaba y detectaba en ella, síntomas que le
indicaban que esa sargento bien podía querer algo, que dicha persona poseía y vendía
sin escrúpulos
Tras tomar un aperitivo con dos de las más allegadas amigas, que había dejado en
Madrid, regresaba a la habitación del hotel, con el pensamiento puesto a muchos
kilómetros de allí, preocupada por lo que pudiera estar sintiendo, al revivir la pesadilla
del secuestro
Cuando retiraba sus manos de su rostro y dirigía una de ellas a la copa que estaba
consumiendo, se percataba que el temblor ya se estaba haciendo presente, desviando la
dirección de su mano hacia uno de los bolsillos de su pantalón, para coger el móvil y
quedarse mirándolo
Deseando que fuese la hora de cualquiera de sus comidas, para ver su llamada y quizás
esta vez sí responderla, al ser muy consciente que de esa forma obtendría su mejor
calmante. Pero la realidad era, que la cena había pasado hacía unas cuantas horas, por lo
que, lo volvía a guardar en su bolsillo con la intención de acabar su copa y marcharse a
su habitación
Ya en la habitación y tras ponerse cómoda, ordenaba una cena ligera, siempre con el
móvil en la mano, esperando y deseando, que si algo iba mal, recurriese a ella. No
queriendo ser, la que tomara la iniciativa y romper así la poca conexión que ahora las
unía, aunque solo fuesen unos toques de teléfono
Cuando ya daba otro trago a su copa, algo le hacía volver la vista hacia la entrada,
encontrándose con dos ojos verdes, que la miraban fijamente, mientras parecía escuchar
algo que le decía quien la acompañaba. Mantenía la mirada fija en esos ojos, y
restregaba sus manos en el pantalón, al tiempo que alguien se sentaba a su lado
Una vez visto y reconocido, el pequeño envoltorio que había en la palma de esa mano,
regresaba su vista hacia los ojos verdes que seguían puestos en ella, distinguiendo en
ellos, esa fuerza propia, de quien está dispuesta a cruzar la barrera sin miedos
Marcada 239
Nada más llegar hasta ella, unía su mano con una de las suyas y comenzaba a andar
hacia la salida del club a paso rápido, mientras esa otra mano dejaba caricias en la
propia con su dedo gordo
Una vez fuera, unía sus labios a los de ella, casi devorándolos, mientras la conducía a la
pared más cercana y con menos luz, arrinconándola y pegando totalmente su cuerpo al
de ella
Detenía esa especie de dejavu, desviando su mirada de esos ojos verdes a el soldado,
que aún permanecía a su lado
Ni siquiera la miraba al salir, pendiente solo del soldado que llevaba delante, por eso no
podía percatarse de cómo la decepción se adueñaba del rostro dueño, de esos ojos
verdes
Sin sueño y sin hallar nada que le entretuviese, comenzaba a adueñarse de ella la
fuerza, que por saber como estaba, le hacía tomar la decisión, de aumentar la llamada
que le avisaría que ya iba a dormir, con la esperanza de que esa noche si le contestase
Nada más salir de allí, comenzaba a correr dirección al edifico donde se ubicaba su
habitación, parando en seco su carrera y comenzando ahora a andar, cuando la
distinguía apoyada en la pared de ese mismo edificio
E: Hágase un favor, manténgase lejos de mi (le decía al pasar por su lado y sin
detenerse)
Comandante: ¿Y si no quiero? (preguntaba y la veía detenerse y girarse hacia ella)
E: ¿Acaso no ha leído lo pirada que estoy?
Comandante: ¿Ese es el único inconveniente?, porque si es así, a mi eso no me...
E: ¿Le gustaría vivir en un mundo de locos? (la cortaba preguntándole, viendo como se
acercaba hasta ella)
Comandante: Si es en el suyo (la mano de Esther tapaba su boca callándola)
Marcada 240
E: La última que pensó igual que usted, acabó tirada en el suelo llorando y sin dejar que
la tocase, créame, no le gustaría (retiraba su mano y al instante notaba como ella
agarraba la chaqueta del uniforme mirándola fijamente)
Comandante: Porque era un sueño, ese del que la despertaron, quizá ella no...
E: Buenas noches comandante (la volvía a cortar y soltándose de ella, comenzaba a
subir las escaleras que llevaban a su habitación sin mirarla)
Comandante: Mierda... me he dejado ver por completo
Una vez dentro de la habitación, buscaba con ansiedad las pastillas en su armario, nada
más hallarlas, sacaba una y se la tragaba sin necesidad de agua ““quizás ella no...” ¿y tú
que sabes? eh... ¿qué cojones sabes tú?... pues para que te enteres aún sabiendo todo lo
que he hecho y siendo una celosa de mucho cuidao, sigue preocupándose por mí, cago
en... me caías bien joder ¿pa qué lo estropeas?” se sentaba en el suelo apoyando su
espalda en la cama, mirando como sus manos temblaban, volvía a ingerir otra pastilla,
ahora con agua “no te imaginas cuanta falta me haces cariño, no lo sabes” llevaba sus
manos hasta su pelo tirando de él, cuando su móvil comenzaba a sonar “no me llames
ahora -regálame tu sonrisa, enséñame a soñar, con solo una caricia me pierdo en este
mar-cuelga- regalame tu estrella, la que ilumina esta noche- venga déjalo ya o te lo
cogeré - llena de paz y de armonía, y te entregaré mi vida - que cuelgues jolines - haces
que mi cielo vuelva a tener ese azul, pintas de colores mis mañanas solo tú - que ya sé
que vas a dormir - navego entre las olas de tu voz, tú y tú, y solamente tú...”
M: Me lo vas a coger como que me llamo Macarena, já, de hoy no pasa (también le
hablaba al teléfono)
M: Estaba en la sala
E: ¿Y por qué no te he visto?
M: Porque (aguantaba su risa) tú solo podías ver al Tribunal
E: Es verdad, les quedaban fatal las togas y eran tela de viejos
M: Sí (se acomodaba en la cama) aunque a todos nos quedan mal
E: Uhm... uhm (negaba a su forma) a ti te queda de infarto, seguro que te costó una
pasta
M: Sí, hecha a medida
E: ¿Te la hizo Prada? Jejeje
M: Jajaja sí, la misma Miuccia
E: ¿Quien?
M: Una... ¿seguro que estás bien?
E: Jum (suspiraba) en realidad me... me tiemblan las manos, pero ya me he tomado las
pastillas
M: ¿Te las has tomado tu solita?
E: Jejeje sí
M: ¿Seguro?
E: Que siiiiiiiiii (exageraba el sí)
M: Hay dios mío, ¿no iras a madurar?, que yo quiero verlo
E: Jejejej pue ser, ya me va tocando ¿no?
M: No lo sé, con mi pequeña monster nunca se sabe
E: Hoy (se miraba las manos) soy yo Rapunzel.
M: Sí, si me dejas ¿Dónde estás?
E: En Kabul
M: Jajaja ya, me refería a ¿dónde estás dentro de la base?
E: Ah... en mi habitación
M: Bien, tienes que relajarte, sabes que las pastillas tardan un poco
E: Jum
M: Túmbate en la cama
E: No puedo, no me he duchado
M: Eso ahora da igual, hazme caso anda (pedía susurrando)
E: Jum pero no susurres
M: ¿Por qué?
E: Eso no me relaja
M: ¿Y por qué no? Si además lo hago genial
E: Yo me entiendo y mis lectoras también jejeje, ya estoy tumbaita
M: Muy bien, ahora vas a dejar que te cuente una cosa
E: Jum, enga
M: Bien, hay cosas que no cambian, sigues siendo obediente y continuas jumeando
E: Jejeje
M: Al final la RAE acabará aceptándolo como nuevo verbo
E: Jejeje, no me hagas risa, eso tampoco me relaja
M: Cachis en la mar (la imitaba) no atino
E: Las barbies de papa no hablan así
M: Pero las barbies de sargento sí
E: Ese no es el plan, uhm uhm (negaba)
M: Colócate boca abajo, como a ti te gusta, que te voy a contar porque no funciona tu
plan (proseguía no queriendo que la cortase) ahora, tienes que hacer como en los fics,
sentir mis caricias en tu espalda
E: Mejor en el culete
Marcada 242
Toni: Aquí, tiene el planing para los días que va a estar fuera (le entregaba unos folios)
tiene que ir apuntando su peso a diario en ellos
E: Jolines, ¿pero es que tengo que ir con esto a todos sitios?
Toni: Claro, no va a parar el tratamiento porque se marche unos días
E: Pero es que esto es
Toni: La comandante ha dicho sin protestas (la cortaba)
E: Jum ¿y dónde está ella?
Toni: Creo que en su despacho
E: ¿Y por qué no me lo ha explicado ella?
Toni: No lo sé, estará ocupada
Marcada 245
Pepe: Nos hace falta un buen jamoncito, dile a tu mujer que nos baje algo para la cata
(lo escuchaba de lejos)
Pedro: Sí, ya va a venir Rosario a traerte jamón, seguramente sí (contestaba a Pepe)
Pepe: Pues se lo decimos a la mía, no mejor no, que nos corta el rollo, ¿ha llegado ya
mi canija?
Pedro: No, la mía acaba de llegar a Bara
M: Papa, sigo aquí (lo cortaba)
Pedro: Jajaja pues náh coge a la canija y os venías para acá, ¿a que hablo igual?
M: Dios mío, te dejo. Ya os llamo esta noche
Pedro: Como tú quieras hija, dale un beso de mi parte (colgaba)
Pepe: Un beso dice, mi canija esta noche te la desgasta
Pedro: Coño Pepe, que es mi hija
Pepe: Y la canija la mía, no te digo
E: ¿Por qué no nos dejan bajar Cabo? (miraba por la ventanilla del avión)
Cabo: No lo sé, odio este aeropuerto. ¿Quién viene a recogerla?
E: Mi chica ¿y a ti?
Cabo: La mía, bien ya abren las puertas, vamos (se ponía de pie y comenzaba a bajar
las mochilas de ambos)
E: Oye (comenzaban a andar hacia la salida del avión)
Cabo: ¿Qué?
E: ¿Tú me ves muy esmirria?
Cabo: ¿Sinceramente?
E: Jum
Cabo: Está hecha un saco huesos, pero ¿cuánto llevan sin verse?
E: Casi cuatro meses
Cabo: Entonces ni se va a enterar, créame, llevo con esta tres misiones, no hay
problema (bajaban la escalerilla) ¿qué pasa ahí?
E: Jolines (se tocaba el culo, mirando para todos sitios hasta que...) Guardia (gritaba)
Guardia
Guardia: Mi sargento (llegaba hasta ellos y se cuadraba ante ella)
E: ¿Que pasa ahí delante?
Guardia: Ha fallecido un inglés en el pasillo de acceso a su terminal, van a tener que
esperar un poco más, la comitiva judicial está al llegar
E: No me jodas, llevo un montón de prisa
Guardia: Pues, ¿viene de Kabul? (preguntaba mirando el uniforme árido con el que
vestía Esther)
E: Jum
Guardia: Yo lo he pedido tres veces ya, pero no me han seleccionado, ¿cuál es su
prisa?
E: Cuatro meses sin ver a mi chica
Guardia: Eso es un código rojo
E: Ahí le has dao compañero, ahí le has dao
-: Madre mía como está la magistrado (dos agentes de la guardia civil, caminaban por
una de las terminales de llegadas dirección a Maca) y eso que solo le veo la espalda,
nena (escaneaba la susodicha espalda de Maca, quien lucía ataviada con jeans claros
Marcada 247
muy ajustados, zapatos de alto tacón y jersey de punto con cuello abierto que dejaba ver
uno de sus hombros. Justo el del brazo que sujetaba su gran bolso)
Agente 2: Me encantan sus zapatos, ¿es color pistacho?, oye no te pases mirándola que
es la mujer de una compañera
Agente 1: Para la siguiente vida, me pido lesbiana jajaja
Agente 2: Sushh, vamos allá, recuerda que ha dicho que es muy jueza
M: No ordeno nada, no. Que tengan buen servicio (los veía saludarla y marcharse)
ahora a ver qué narices quiere esta (murmuraba antes de tocar a la puerta)
Agente 1: Y tanto que es muy jueza, menudo carácter (se marchaban a seguir con sus
rondas)
Agente 2: Jajaja nos ha llamado clones
Agente 1: Le ha dado tiempo hasta de meterse con nuestro verde jajaja, y digo yo, si
una es sargento y la otra jueza, ¿quién manda en esa casa?, ¿se turnan?
Agente 2: A mí me ha quedado muy clarito quien lleva la toga jajaja
E: ¿Esta mujer que hace? (decía en voz alta apoyada en la mesa que había en la
dependencia) pa eso hubiera hecho cola como to quisqui, eah tendré que salir a por ella,
es capaz de empurarse a mis compis con el peazo favor que me han hecho (se
desapoyaba de la mesa con la intención de ir hacia la puerta cuando...)
M: Con permiso (tras dos toques abría la puerta y casi tropezaba con Esther) Es... Amor
(dejaba caer su bolso sin importar el sitio donde lo hiciese y agarraba su rostro, casi
como aquella primera vez, sin necesidad de hablar, con la única necesidad de besarse
con fuerza, mientras las lágrimas ahora corrían por su rostro por la felicidad infinita de
volver a tenerla entre sus brazos) amor (era lo único que salía de su boca, mientras la
empujaba hacia la mesa, aún con su rostro cogido) amor
E: Jum (contestaba entre besos y ya en la mesa, se poyaba en ella) la misma (se
agarraba a su cintura, a su culo, donde pillase como si en ello le fuese la vida) que... que
es que... que es (intentaba hablar entre besos)
M: Que es que ¿qué? (abría los ojos y se topaba con el mismísimo rey de España
mirándola desde un cuadro) joder, no es mi despacho
E: Jejeje no, no lo es (juntaba sus frentes)
M: ¿Y qué hacemos aquí?
E: Yo que sé (sonreía casi a morir)
M: Te quiero amor
E: Jum, yo también, ¿nos vamos al hotelillo?
M: Sí (volvía a besarla) dios cuanto te he echado de menos, no me contestes no hace
falta
E: ¿Por qué?
M: Jum yo también, ¿eso me ibas a contestar no?
E: Jejeje, no, iba a decir que no tienes idea de cuánto (la separaba un poco de ella y la
miraba de arriba abajo) cachis en la mar
M: ¿Qué? (se mordía la yema del dedo gordo a su modo)
E: Estás que te sales, más que nunca. Oye, no habrás sido muy dura con mis compis,
que era pa una sorpresa
M: No, solo un poco, bésame delante del rey corre
E: Jum, enga
E: No, tienes que (sacaba de uno de los bolsillos el planing de la comandante) tienes
que pedirme según esto (se lo daba)
M: ¿Qué es esto?
E: Esto... pues... que es que (la veía levantar las cejas) me ha dao por el quesque este,
que no hay manera, eso es un tratamiento, ¿es qué no has visto como me he quedao?
M: Sí (la agarraba del flequillo tirando de él hacia ella) lo he visto (la besaba y soltaba)
bien, entonces te pido según esto
E: ¿Sabes hacerlo? Jejeje ya tamos jejeje
M: Pues claro, es fácil, si sabes lo que es cada cosa
E: Ah (bajaba sus manos debajo de la mesa y subía una pierna de ella dejándola
apoyada en una de las suyas e inmediatamente comenzaba a acariciarla introduciendo
una mano por sus jeans)
M: La verdad es que te lo han escrito muy clarito. Amor, ya estamos dando bastante el
cante con el uniforme que llevas, como para más (bajaba su pierna)
E: Jum, ojitos es muy apaña pa (callaba al darse cuenta de lo que había dicho)
M: Ojitos (dejaba la carta y el informe)
E: Que... es... que... es... que (la callaban tirando nuevamente de su flequillo y
besándola)
M: Con el quesque, me dan todavía más ganas de morderte y llevo desde que te he visto
conteniéndome
E: Uff, habría que haber pasado de la cena (al no poder tocarse el culo, tiraba de su
pelo)
M: No, eso sí que no, aquí (señalaba el informe) la tal ojitos, que seguro es tuerta y fea
por eso la llamas así, dice cumplimiento estricto. Tuerta y marimandona ¿tengo que
volver a terapia?
E: Jejeje no, no tienes, la muchacha tuerta no es, ni fea tampoco, marimandona sí. Pero
me ha ayudado mucho
M: Bien, entonces paso de ella
E: ¿Cómo que pasas?
M: Ah, una que ya no es celosa
E: ¿Entonces puedo ir mirando pechuguis por ahí?
M: He dicho que yo no soy celosa, de ti no he hablado en ningún momento
E: Cachis en la mar, casi cuela jejeje
M: Te dejo mirar las pechuguis resultonas, las demás no
E: De todas formas, solo quiero mirar unas pechuguis (casi se le iban las manos hacia
ellas) ufff, que larga se me está haciendo la cena caray
M: Jajaja y todavía ni hemos empezado.
M: Amor (devoraba sus labios ya en la puerta de la habitación) cuidado con las pedazo
botas horrorosas que me llevas, porque como me pises me dejas coja para los restos
E: Jejeje, voy más Lara Crofft que nunca, abre de una vez
M: Sí (beso) ya (beso) abro (mordisco)
E: No empecemos a jugar con los verbos, que me da la risa (con un gran esfuerzo se
soltaban y lograban entrar, nada más hacerlo la atrincheraba contra la puerta) debería
ducharme, han sido un puñao de horas (hablaba contra su boca)
M: No importa (comenzaba a quitarle la chaqueta) no pares de besarme (ordenaba)
E: Jum (una vez que la despojaban de su chaqueta era ella la que le quitaba el jersey,
justo cuando el móvil de Maca comenzaba a sonar) pasa de él
Marcada 250
con la toalla) que... que... es... que... que... es... que (se encasquillaba como nunca antes,
sin lograr articular palabra y así la veía acercarse a paso muy lento y quitarle la toalla)
M: Nunca más (se colocaba detrás de ella y comenzaba a secarle el pelo con la toalla)
vuelvas a avergonzarte delante de mí (la veía por el espejo bajar la mirada) ¿has
aprendido la lección?
E: ¿Eh? (le preguntaba levantando la vista y mirándola a través del espejo)
M: ¿Has aprendido que si algo te va mal no tienes porque castigar tu cuerpo?
E: Jum
M: Genial (tiraba la toalla sin importar dónde) eso es lo importante (la giraba hacia ella
y sin más se lanzaba a por sus labios, provocando con su movimiento que su chica
tuviese que buscar apoyo en el lavamanos)
E: Espera, espera (se separaba un poco para escanearla a placer) ufff... (dejaba salir todo
el aire) creo que es la primera vez, que no voy a saber por dónde empezar
M: No te preocupes, ya empiezo yo por ti (se lanzaba de nuevo a por ella) agárrate (la
cogía en brazos, sin poder parar de besarse)
E: Esto... es raro... y además (hablaba entre besos mientras era llevada hasta la
habitación) ten cuidao que vas subía en dos andamios
M: Jajaj, pues a mí me está gustando, esto de poder llevarte
E: Uhm... uhm (negaba a su forma) eso es darte demasiado poder, estoy engordando,
unos kilos más y el poder volverá a ser mío
M: Lo que tú quieras, pero ahora (la dejaba en la cama no sin esfuerzo) es mío, al igual
(dejaba una caricia desde su barbilla hasta el inicio de su pubis) que todo esto
E: Ufff... a carne no te vas a hartar jejeje
M: Sushh (la mandaba callar) cariño ahora estate a lo que tienes que estar, uhm
E: Jum, enga (abría los brazos en cruz)
M: Estás muy marimandona (se quitaba los tacones acomodándose encima de ella
E: Tienes que recordarme quien manda, pero recordármelo muy bien, que me quede
clarito (la besaba mientras iba directa a desabrocharle el sujetador, parando en el último
momento)
M: Dios, ¿qué pasa ahora? (juntaba sus frentes)
E: Que... es... que... es que, jolines (protestaba por su encasquillamiento) no quiero que
te lo quites
M: Eso mañana, que tengo otro más espectacular (daba un pequeño mordisco en sus
labios)
E: ¿Y eso?
M: Ah... no lo tienes que saber todo, y desde ya te lo advierto, deja el quesque cuando
estemos en compañía
E: ¿Por qué?
M: Porque me vuelve loca, dios (se lanzaba a por su cuello)
E: Eah, otra escena sin temita que se chupan mis chicas
M: Sushhhhh
E: Ya, ya me auchhhhhhhhhhh... mare mía... ya me callo
M: ¿Ni así lo quieres? (sentada sobre ella, se inclinaba hacia atrás, apoyando sus manos
en el colchón tras llevar a sus labios un bombón)
E: Pues (recorría su cuerpo con la mirada) así, hasta me da hambre (cambiaba su
postura para poder llegar a su boca y una vez hecho, buscaba apoyo en el colchón,
mientras sus ojos continuaban recorriéndola)
Marcada 252
M: No... ¿no lo vas a coger? (preguntaba cómo podía, primero por el bombón y
segundo porque ese recorrido por su cuerpo hacía estragos en ella. Así se apoyaba ahora
con los codos)
E: Jum pero (lo retiraba de sus labios con una mano) vamos a improvisar un poco
(comenzaba a dibujar su cuerpo con el bombón, como si se tratase de un pincel,
disfrutando de la imagen que ante ella se producía, mientras el pecho de quien era
dibujada, subía y bajaba en un movimiento cadencioso, como lo era el que hacían sus
ojos tratando de seguir al bombón convertido en pincel y a los ojos de quien la pintaba)
M: Es... Esther (la nombraba cuando notaba el bombón, entre sus piernas, abriéndolas
un poco más. La excitación que sentía le hacía inclinar su cuello hacia atrás, provocando
el mayor disfrute de quien la pintaba y miraba. Con la respiración ya agitada, regresaba
su vista a ella, uniendo sus miradas, cuando el bombón ya hacía el camino de retorno
hacia) Esther (adivinaba dicho camino hacia su boca, abriendo sus labios para recibir lo
poco que quedaba de él. Nada más atraparlo entre sus labios, otros los atrapaban a ellos,
degustando ambas, el sabor a chocolate que dejaba) me... me va a encantar darte de
comer así (nada más decirlo notaba como se acomodaba entre sus piernas sonriendo
contra su boca)
Nada más acomodarse se apoyaba en el colchón con ambas manos, tratando de que solo
sus labios estuviesen en contacto con la piel que se disponía a desdibujar
Haciendo un enorme esfuerzo para retener la emoción que eso le provocaba, bajaba por
su cuerpo, sintiendo como ya se incorporaba involuntariamente buscando más contacto.
Sonriendo contra su piel sin dejar que lo consiguiese
Llegando a esa parte de su cuerpo, que hacía que ambas volvieran a estremecerse y que
buscaran sus manos con ansiedad, encontrándose y agarrándose con fuerza a mitad del
camino
El sabor de esa zona, le hacía cerrar los ojos con fuerza, sintiendo como alguna vez leyó
en alguna historia, que estaba en casa. Que Peter Pan por fin la abandonaba y la dejaba
donde quería estar, con esa calma tan ansiada y que solo en ella encontraba “Maca” sus
labios dejaban escapar su nombre y sus ojos buscaban esos otros que contagiados por el
momento ya se clavaban en los primeros
La nombrada, se incorporaba entonces, para poder coger su rostro entre sus manos,
moviéndose sincronizadamente para quedar ahora sentada sobre ella, sin soltarla y sin
dejar de mirarla a los ojos “amor” de sus labios también se escapaban cuatro letras que
juntas, hacían que la emoción se apoderada de ellas por completo
Viendo como los ojos de a quien se las dedicaba brillaban y se cubrían de lágrimas al
momento, juntaba sus frentes en el momento que entraba en ella, a la vez que intentaba
Marcada 253
que sus ojos no se cerrasen por la mezcla indescriptible de emoción y placer, que se
apoderaba de ella
Cuando ya sabía que llegaba al clímax, atrapaba sus labios entre los suyos, gimiendo
contra su boca cuando se producía y manteniendo su mirada unida a la de ella
Poco después la sentía salir, como muchas otras veces, acariciándola para
inmediatamente después abrazarla con todas sus fuerzas “Esther” volvía a nombrarla
cuando, escondida en su cuello, la notaba llorar “Esther” lo volvía a hacer queriendo
volver a ver su rostro
E: Espera (hablaba contra su cuello, llorando y agarrándose a ella) espera... es... espera
un momento
M: Bien (acariciaba su espalda con una mano y la otra acariciaba su nuca, esperando
que poco a poco se calmase) amor, yo también te quiero (le susurraba en su oído)
E: ¿Cuánto?
M: Mucho
E: Cachis en la mar (suspiraba) es que ahora (no abandonaba su cuello) ahora a veces
lloro
M: Vaya... (sonreía mientras besaba su hombro)
E: Cuando me emociono (se iba calmando)
M: Ah... qué cosas (no borraba su sonrisa ni podía parar de besarla ya fuera en el
hombro o en lo poco de su rostro que estaba a su alcance)
E: No me vaciles (exageraba el vaciles)
M: No, no lo hago. Al fin y al cabo así, me acabas de decir que quieres muchísimo
¿verdad?
E: Sí (salía de su escondite en busca de su frente)
M: Dios mío, ahora a veces también dices sí (las juntaban)
E: Jejeje, solo a veces eh, no vayamos ahora a cambiarlo todo. Ufff es durillo
emocionarse
M: Jajaja (le limpiaba las lágrimas que quedaban por su rostro en una caricia)
E: Pero sí, te quiero tela (la veía levantar una ceja) me refiero a mazo (lo volvía a hacer)
mogollón (ya pasaba de bajarla y la dejaba arriba) un taco, un puñao, un...
M: Dios mío (la callaba con un beso) lo peor es que a mí me suena genial
E: Cuidao, lo siguiente es el quesque
M: No, eso no. Tenemos que descansar algo
E: Que descansar ni que nah, a todo lo que demos
M: No, son las (se inclinaba para ver la hora en el móvil) las seis y media de la mañana,
y yo quería salir a las nueve
E: ¿Cual es la prisa?
M: Ninguna, pero nos esperan para comer
E: ¿Y por qué te has empecinao en que fuera hoy?
M: Porque... pues porque era cuando todos podían, yo te presto hoy, te besan, te
achuchan, te pegan las collejas que te tengan que dar y después nos encerramos en “la
pili”, sin interrupciones ni compromisos, ¿qué te parece?
Marcada 254
E: ¿Por qué me vistes así? (de pie frente a una Maca sentada en la cama se dejaba
abrochar la camisa blanca inmaculada del uniforme de gala)
M: Porque este uniforme te queda genial y quiero que te vean con él
E: Pero si ya me han visto con él, yo quería unos jeans y mis zapas jolines, llevo meses
sin ponerme unos (pataleaba)
M: A la tarde te cambias (le colocaba ahora el chaleco) estás guapísima
E: Lo sé (sacaba a relucir su sonrisa más chulesca)
M: Jajaja no seas creída, que luego Vivi dice que te das importancia
E: ¿Vivi? ¿Quién es esa?
M: Una amiga mía, qué más da (se levantaba para colocarle ahora la corbata)
E: En el coche voy en camisa
M: Sí
E: Y sin corbata
M: Que sí
E: Por supuesto sin tricornio
M: Puedo empezar a ignorarte como sigas con la pataleta
E: No, no, eso no. Oye, ¿cómo es que me está bien?
M: Lo llevé a arreglar
E: Y te ha costao una pasta, ¿qué no?
M: Jajaja, no, no ha sido tanto
E: ¿Y cómo sabías que había adel...? auchhh (tiraba de su flequillo hacia ella)
M: Cállate o empiezo a morderte y nos tendrán que echar de aquí (mordía sus labios)
E: ¿Y tú por qué vas en jeans? (preguntaba rápido) ¿y por qué no nos vamos directas a
la pili? ¿y por qué... auchhh eze ha dolido (se tocaba el labio que acababa de sufrir un
gran mordisco) jejeje, ¿que no cuela no?
M: Eres lo peor de lo peor, no sé las horas que llevamos... queriéndonos, al final nos
vamos sin dormir y todavía me provocas
E: Es que eres muy facilona (contestaba como si tal cosa y cuando la veía levantar la
ceja) jejeje en el buenísimo sentido ¡eh!, amos que en este caso es ese sentido, pero que
yo no pien... ya, ya me callo
En: Pepe estate quieto (de pie frente a él trataba de ajustarle la corbata)
Pepe: Es que (sentado en un taburete, hacia movimientos extraños con su bigote) no sé
que me has echado en el bigote que me huele a nenaza
En: Mascarilla para suavizarlo (se apartaba lo necesario para contemplarlo) que
guapísimo estás con este uniforme
Pepe: Lo sé (se inclinaba lo justo para rozarle la mejilla con él) ¿está suavecillo?
En: Jejeje Pepe (le regañaba sonriendo) estate quieto hombre
Pepe: ¿Y tú que te vas a poner? (continuaba con su improvisada caricia)
En: Un vestidito que me he comprado
Pepe: Póntelo ya, que te lo vea yo guapetona
En: Pepe, cuidao ¡eh!, te dije que en casa de los consuegros nada
Pepe: ¿Y por qué?, ellos también harán sus cosas (la atrapaba por la cintura)
En: Te jejeje (ya sentía cosquillas) te... te he dicho que no
Pepe: Pero si el Pedro es como yo en bien hablao, enga un apretoncillo
En: Que no (trataba de negarse)
Pepe: Un achuchon tierno enga
En: Rapidito y sin ruidos que me muero de la vergüenza, jejeje ay Pepe
Marcada 256
E: ¿Qué lío llevas con el móvil? (conduciendo la veía a su lado trasteando el móvil, a
gran velocidad)
M: Nada, Ana que me pregunta una cosa (levantaba la vista y la veía mirarla a ella y al
móvil) también Claudia
E: Y que pasa ¿tienen el día preguntón?
M: Pues sí, pero no te lo voy a contar, todo lo quieres saber (dejaba el móvil)
E: Pues claro, deformación profesional
M: Yo diría de cotilla más bien (sonreía) dame la mano (lo hacía y nada más hacerlo
llevaba su dedo gordo a su boca)
E: ¿Que te ha dao con el dedo?... huy otra vez quiero saber jejeje
M: Supongo que es como tú con tu culete y tu pelo
E: ¿Estás nerviosa? (se extrañaba)
M: No un poco inquieta, ahora paras un momento en la entrada de la finca y no me
vayas a preguntar para que
E: Cachis en la mar, que misteriosa estás
M: Dame un beso corre (se acercaba a ella)
E: Jejeje siempre mandando (la besaba) pues nah, ya estamos aquí, voy un momento a
saludar al segurata (paraba el coche en la entrada)
M: Bien cogía su rostro) voy a tener que maquillarte un poco más, se te ven las ojeras
E: Uff, ¿más potingue?
M: Jajaja sí, solo un poco más, va, ve a saludarlo rápido
E: Jum (no se movía y volvía a besarla)
M: Esther va (sonriendo la besaba, después la veía salir del coche y rápidamente volvía
a coger su móvil)
Segurata: Sargento, que alegría verla por aquí (se saludaban dándose la mano)
E: Jum, vengo unos diillas, oye ¿cómo va todo por aquí?
Segurata: Regular, llevamos dos semanas con palos a las fincas de alrededor
E: No me jodas, os quiero muy al loro en esta ¡eh!
Segurata: Descuide, hemos reforzado la seguridad
E: Cago en... ¿se sabe quiénes son?
Segurata: Raúl y su equipo están seguros de que son Los Sáez
E: No me jodas, ¿ya han salido de prisión?
Segurata: Si, andan sueltos
E: Hablare con Vilchez, hay que tenderles una trampa y caen fijo. Tu empresa sigue en
el puerto ¿no?
Segurata: Sí, su pilarica está cuidada, aunque (bajaba la voz) también hemos tenido que
cuidarla a ella (señalaba al coche)
E: ¿Y eso?
Segurata: Ha dormido en ella muchas noches
E: Ah... (miraba al coche y luego al segurata) es que es de un tierno que marea jejeje,
bueno me voy, luego hablamos con más calma, ¿quién viene por ahí? (veía llegar un
vehículo de alta gama)
Segurata: La señora Carmen Wilson
E: ¿Cuánta gente ha venido?
Segurata: Eh... pues... la señorita Wilson la llama- señalaba el coche
E: Jejeje, se impacienta en náh, enga luego te veo
Segurata: Sí y enhor (se callaba)
Marcada 257
E: ¿Qué?
Segurata: Nada, que sí, que luego nos vemos
M: Dime que no, dime que vas a estar bien y que no te va a pasar nada
E: Jum, ya lo verás
M: Me muero si te pasa algo amor, me muero
En: Agárrame las manos Cruz, que se me van solas, mira como se me ha quedao mi
niña
C: Encarna, hoy no es el día
En: Lo sé y encima otro sacramento que hace vestida de verde
C: Jajaja si, pero está muy guapa
En: Sí, lo poco que se la ve sí, al final se despeina con tanto tirarse del pelo, Esther (la
llamaba)
E: ¿Qué? (llegaba hasta ellas)
En: Deja el pelo ya (se lo peinaba en movimientos no muy delicados)
E: Pégamela ya (le ponía su nuca delante)
En: No
E: Que sí
En: Que te he dicho que no
E: Pues deja de amenazarme con la mirada auch
En: Ya te has llevao un pellizco sigue y verás
C: Jajaja
E: Cruz (agarraba sus manos) dame algo, que estoy de los nervios
C: Jajaja no, tienes que controlarlos, estos son de felicidad
E: Pues bésame por lo menos (pataleaba)
En: Esther, que está toda la familia Wilson
E: Pues los beso a ellos también (daba un pico rápido a Cruz y se tocaba el culo)
C: Jajaja
En: Compórtate y no la líes o te estaré dando collejas hasta el último día de mi vida y
cuando te pregunten si quieres
Pepe: Me llevo a mi canija un momento (interrumpía a propósito llevándosela de allí)
uff por poco
E: Por poco ¿qué?
Pepe: Nah, menua preguntona has vuelto
Marcada 259
Rosario: Macarena (la miraba orgullosa, viéndola enfundada en un largo vestido, color
hielo, de escote halter, cinturón de raso en la cintura y cabello semirecogido, dejando
escapar algunos mechones)
M: Mama yo... yo siento si esto no es lo que tu
Rosario: No importa (la cortaba) tu padre tiene razón, lo importante es que sonrías
como lo haces estando con ella y al final, la boda sí es, lo que yo había imaginado
M: Casi
Rosario: Un detalle sin importancia
M: Pero no te confíes, estará nerviosa y puede que llame la atención en algo, ella es así
y así la quiero
Rosario: Lo sé, venga vamos a salir ya
Marcada 260
E: Doña Carmen
Carmen: ¿Qué?, deja el pelo quieto y ponte el tricornio
E: Jum (lo hacía) pero abrevie, abrevie que ando un poco nerviosilla, sáltese eso de en
la enfermedad y en la salud y to el rollo ese, usted al grano
Carmen: Jajaja, yo no tengo que decir nada de eso, es una boda civil
E: Ah... es igual, usted directamente pregúntenos
En: Eh (tiraba de su brazo) ¿qué te he dicho?, cállate y gírate que ya mismo sale
E: Dios (se tapaba la cara con las manos) no sé si lo voy a soportar, no lo sé
Pepe: Canija ven aquí (la cogía por la solapa y hacía que sus frentes se uniesen) estate
tranquila
E: ¿Que te has echao en el bigote?, hueles a nenaza
Carmen: Si algún día tienen hijos, me pido estar al lado de la sargento para no
perderme ni una de sus reacciones (murmuraba para ella)
V: El de los videos, se forra hoy, todos vamos a querer copia (decía sentados en las
sillas puestas en el jardín, contemplando la escena)
C: Sushh, ya vienen (se giraba hacia el lugar por el que ya aparecían Rosario y Ana)
Ahí seguían debatiendo quien la arreglaba, pero la arreglada ya solo podía prestar
atención a quien aparecía por el pasillo central y terminaba de desatar sus nervios
Llevando sus manos a su cara y abriendo sus dedos para mirarla caminar hacia ella
sonriendo
E: Cachis en la mar
En: Esther no (tarde, la nombrada no esperaba a su chica en el escenario dispuesto para
recibirla y celebrar la unión y salía a su encuentro)
Dejando a los consuegros con la boca abierta y provocando las sonrisas del personal
sentado en las sillas
Marcada 261
Carmen: Nos encontramos hoy aquí reunidos, para unir en matrimonio a Macarena
Wilson y Esther García. Antes de dar lectura al acta matrimonial me gustaría dirigir
unas palabras a todos los presentes y en especial a vosotras. Ante todo, muchas
felicitaciones por haberos decidido a dar el gran paso que supone unir vuestras vidas. En
estos momentos constatáis ante vuestros seres queridos, que habéis encontrado en la
otra, a esa persona que os completa y con la que merece la pena pasar el resto de vuestra
vida
Ahí la Decano dirigiéndose a los allí reunidos y ahí tenemos a la Sargento agarrada por
una mano a su señoría y con la libre agarrándose un cachete de su culete, mientras las
personas allí congregadas, trataban de controlar las risas que les provocaba tal imagen
En: Deja la mano quieta (le exigía en voz baja, sorteando a su marido puesto al lado de
la Sargento, para retirar su mano)
E: Jum (contestaba a su modo y nuevamente se escuchaban las risitas que se le
escapaban al personal que contemplaba la ceremonia, más pendientes ya de Esther, que
de la boda en si)
Carmen: Tolerancia, respeto, paciencia, cariño, confianza, capacidad para perdonar las
faltas de la otra y amor, son los ingredientes imprescindibles de esa formula mágica y
secreta que os dará la felicidad...
Marcada 262
Todos: Jajaja (ya ni siquiera trataban de disimular las risas, provocando que la Decano
cesara provisionalmente sus palabras y que Esther se volviera hacia ellos)
Todos: Jajajaa
E: ¿Pero que les pasa? (intentaba girarse sin conseguirlo y la que sí lo hacía, era su
señoría que miraba a los allí presentes como miraba a los delincuentes en su despacho
cuando quería que callasen)
Todos: Joer... como se nota la toga... le ha faltado el silencio en la sala... un mazo, que
alguien le de un mazo... cuidado que nos manda a hacer puñetas (esas eran algunas de
las diferentes murmuraciones que la mirada de su señoría provocaba)
E: Jejeje, muy bien cariño, que sepan quien manda jejeje que les quede clari (se callaba
al toparse con la mirada fija de la Decano) mejorando lo presente, claro
Pepe: No me seas pelota canija (hablaba bajo)
En: Pepe (le regañaba) a ver si ahora vas a empezar tú
E: Mira como te mandan callar listillo
Pepe: Deja que acabe esto y te coja
E: Enga ya nenaza, nuevo perfom tu bigoton jejejeje auchh (recibía un mordisco en su
mejilla) Carmen cáseme ya
Carmen: Esto es de todo, menos serio. Mejor voy directa y no leo los artículos, Esther
quieres contraer matrimonio con Macarena
Todos: Sushhhh (se mandaban callar unos a otros pendientes del ansiado momento)
Carmen: Repito (asesinaba a discreción con la mirada a todo al que su vista veía)
Esther ¿quieres contraer matrimonio con Macarena y efectivamente lo contraes en este
acto?
Marcada 263
De repente el jardín quedaba mudo, en un increíble silencio, solo asaltado por los
movimientos inquietos en las sillas, el canto de los pájaros y el crepitar del agua de las
fuentes
En esos instantes muy diferentes eran los pensamientos de algunos de los allí presentes
Claudia: (“es muy romántico. ¿Nos dejarán casarnos en la iglesia así de abrazaditos?.
Después de que nazcas cabezón, ahora sería imposible que tu padre me abrazara así”)
Raúl: (“me da igual lo que conteste, me han jodido la apuesta”)
Pedro: (“di que sí, que se queden todos helados, como digas que sí os cambio la
pilarica por un buque”)
Rosario: (“pues así abrazadas quedan genial, monísimas, de portada del Hola.
Calladita gana mucho, después empieza con sus tics y su forma de hablar y... pero es
tan tierna y cariñosa, que no puedo tenerselo en cuenta”)
V: (“¿qué harán cuando vuelva con el Coronel? ¿En la plantilla de personal pedí el
cambio de su puesto? Sí, lo hice, ahora el jefe del área de investigación es de libre
designación, si logro que no se ocupe, en cuanto ella pueda pedir, es suya”)
C: (“¿habrán hablado?, porque ojeras se les ve a las dos. Yo espero que esta vez hayan
hablado algo. No me puedo creer que este viendo su boda, ya era hora que tuviera algo
de suerte”)
Candela: (“que peñazo de bodas, yo paso tela de todo esto. Menos mal que tengo el
talk y puedo chatear con Lis”)
María: (“que guay ez mi chicle, mira como ze eztira y ze eztira y ze eztira... y ze eztira,
ze eztira, ze...”)
An: (“como se les nota, que han desfogado a lo loco, eso se ve a leguas. A ver si la ex-
mujer de Emilio, nos deja un poquito en paz y podemos pensar en algo así para
nosotros. Que guapísimo he vestido a Pablo y que poco se parece a la perr... de su
madre”)
Emilio: (“¿podré yo casarme con Ana?, creo que me parecería a Esther, no me lo
creería”)
Pablo: (“como mola la fuente esa del niño meando, en cuanto Ana me suelte voy pa'llá
y me llevo a María jejeje... alguien se va a mojar”)
J: (“tiene narices que este asistiendo a su boda, todavía tiene la suerte de casarse con
una Wilson, por lo menos ya no tengo que soplar lo que hace con su vida. Y al final no
me ha servido para nada, el Coronel es un pedazo de cabrón, mucho prometerme
ingresar en el grupo y al final nada”)
L: (“que bien ha entrado ella en una familia tan rica y peripuesta, y que poco se
parecen a los Sotomayor, todo el día haciéndome la vida imposible”)
MiriaM: (“todo muy tierno y bonito, pero eso de estar ahí abrazadas no es
protocolario, no, es un poquito vulgar. Y no es justo, yo tuve que casarme super recta y
con mil protocolos distintos. Ahora que lo pienso, mi concuñada ha bajado el
estiramiento de esta familia. Que ahora puedo venir en jeans y mi suegra no me fusila
con la mirada”)
Rober: (“hola, yo soy Rober el hermano menor de Maca, es la primera vez que salgo.
Pues eso, que sepáis que existo”)
Frígida: (“hola, yo soy la tía Frígida y no acepto chistes fáciles, ya tengo bastante con
mi sobrina y mi cuñado”)
Mejor los dejamos ahí y volvemos a la ceremonia que nos ocupa. Estábamos en el
momento justo en el que Esther, abrazada por Maca, debía contestar
Pepe: Toma ya, ahí lo llevas consuegro (casi saltaba como todos los que habían
apostado por el “jum”)
Pedro: Cago en (se quejaba como los pocos que habían apostado por el “sí”)
Rosario: Pedro que forma de hablar es esa (le regañaba)
E: Pero... pero ¿qué pasa? (se soltaba de su abrazo, por el escándalo que se formaba)
M: Dios mío, cuando no es ella son los demás. Pues yo a todos no los puedo abrazar
Carmen: Silencio (se cansaba del cachondeo) ya está bien, parece mentira que los aquí
reunidos, seáis en su mayoría miembros de la Judicatura y de la Guardia Civil
E: No se enfade, es que son un poco, cago en la leche (salía su carácter y se volvía hacia
el personal) si me queréis callarse
M: Jajaja, te ha quedado un poco Lola Flores cariño
E: ¿Quien?
M: Una, que más da
E: Es igual, Carmen pase de ellos, usted solo cuente con nosotras y tú (se giraba hacia
Maca) ven pa'cá (tiraba de ella cogiéndola por la cintura) en cuanto juntemos las frentes
pregunte (lo hacían)
M: Sonríe un poco amor
E: Es que me han cabreao, bésame un poquillo que se me pase
M: Jajaja (lo hacía)
E: Dele caña Carmen (ahora sonreía feliz)
Carmen: Esther ¿quieres contraer matrimonio con Macarena y efectivamente lo
contraes en este acto?
E: Sí quiero (nada más decirlo la besaba con sus frentes unidas y sus manos
entrelazadas)
Carmen: Macarena ¿quieres contraer matrimonio con Esther y efectivamente lo
contraes en este acto?
M: Sí quiero (repetía la anterior acción de su chica y se fundían en una gran beso,
ignorando los aplausos, cohetes y vítores que se formaban alrededor) Amor, te quiero
E: Yo también
Carmen: Como Magistrada de la República Independiente de Justicia, yo os declaro
unidas en matrimonio... Dios, ha sido peor que un parto múltiple, en pleno metro
madrileño ocupado por los del 15 M
Marcada 265
Candela: (“yo sigo pasando tela de las bodas, pero acabo de recibir un talk de Lis
diciendo que se han olvidado de los anillos. ¿Esto lo tengo que decir o paso?”)
**********
**********
E: Tiene que vomitar, créame, se de lo que hablo (le decía en el jardín fuera de la gran
carpa donde se desarrollaba la celebración)
Pedro: No puedo, no sé provocármelo
E: Cago en la leche suegri, al final se van a coscar
Pedro: No puedo, será mejor que nos entreguemos
E: ¿Pero qué?... jejeje mare mía el pedal que ha cogio suegri (se quedaba pensando)
suegri
Pedro: Jum
E: Jejejeje copión, dígame ah
Pedro: ¿Para qué?
E: Dígamelo
Pedro: Ah (lo hacía e inmediatamente unos dedos entraban por su boca directos a la
garganta) aghhhhhhhhhhhh (comenzaba a vomitar hasta su primera maicena)
E: Que asco aghh, mire lo que me ha hecho hacer
Raúl: ¿Como vais?
E: Le acabo de meter los dedos jejejeje mare mía como suena eso
Raúl: Jajajaj, sí que suena mal si. Traigo los cafés
E: Uff, venga termine de echarlo todo y este cafelito lo dejará nuevo, que aun es media
tarde
Raúl: Rapidito que ya empiezan a preguntar por vosotros y eso que tu padre se está
empleando a fondo, con su rumbeo
E: Alguien tiene que quitar al Brigada de dijey, nos falta la de los agujeritos (prestaba
atención a la música) cago en la leche, ¿es la que suena no?
Pepe: Enga Rosario mueve ese cuerpazo que dios te dio (bailaba todo aflamencado en
camisa y sin corbata)
Rosario: Jajaja Pepe, que gracioso eres (rumbeaba toda orgullosa, mientras Encarna a
unos pasos ponía sus ojos en blanco)
Pepe: Cuidao, por menos se me enamoran
Marcada 266
Pepe: Ira mi nuera (la veía llegar rumbeando hacia ellos) guapa, guapa y guapa
M: Jajaja Pepe, usted sí que es guapo (llegaba bailando hasta él)
Pepe: Ven pa'ca (la atrapaba por la cintura bailando)
M: Ya me está diciendo (le hablaba en el oído) donde andan su canija y mi padre
Pepe: Eh... no sé yo donde
M: Pepe (lo cortaba) que nos conocemos
E: Ya estoy aquí (se pegaba a su espalda, besando su hombro) tu padre que necesitaba
un cafelillo (guiñaba un ojo a su padre)
M: Ah (seguían bailando los tres agarrados) no seré yo quien me queje de tener al dúo
canijero para mi, pero estamos dando el cante
Pepe: Pues vamos a darlo un poquillo más (ahora era él el que guiñaba un ojo a su
canija y su canija respondía pegándose todavía más a su espalda) canija (la nombraba
ahora emocionado por el alcohol que ya empezaba a denotarse)
E: Jejeje llorón (a través del hombro de su chica unía su frente a la de él, mientras la
dueña del hombro giraba su cabeza mirándolos como podía) ahora (a su orden ambos la
besaban en los labios)
M: Pero... (se quedaba muerta) pero...
Pepe y E: Jajaja (se descojonaban a dúo)
M: Ni me he enterado (reaccionaba) besarme otra vez correr (lo hacían dándose un pico
de a tres) jajaja, que obedientes sois
Pepe: Clavaitos, me voy a por mi consuegro
M: Cariño ven aquí (tiraba de ella para agarrarla de frente)
Pedro: Quieto todo el mundo (subido en el escenario, tricornio puesto e imitando con
su mano la figura de un arma dejaba a todos parados, haciendo que el Brigada parase la
música) todo el mundo al suelo (lo volvía a hacer imitando a Tejero) dios que ganas
tenía de hacer esto. ¿A que os he acojonado?
Me casé con un enano salerito, pa jartarme de reír, pa jartarme de reír, me casé con un
enano, le puse la cama en alto y no se pudo subir, ole ahí ese tío que va ahí...
Marcada 267
La música en plan verbena volvía a sonar, mientras Esther, Pepe y Fran subían a por
Pedro
Fran: Cuñada a ver si esta te gusta (daba al play y comenzaba a sonar la canción del
momento, en realidad la canción de los últimos meses)
Que no era otra cosa que saltar del escenario, casi cayéndose cuando pisaba suelo,
porque si después de cuatro meses en botas, te calzas unos tacones de la guardia civil y
te pegas el día de pie, dichos pies pueden acabar muy lastimados, e ir a su encuentro,
bailando como ya lo hizo una vez
Pero muchas cosas habían cambiado desde esa primera vez, el personal que había en la
pista, ahora se apartaba formando un corrillo, convirtiendo este baile en el principal de
las novias, Maca no se cuestionaba nada y se dedicaba a esperarla bailando con una gran
sonrisa en su rostro y Esther...
Esther improvisaba un baile medio streptes, quitándose la chaqueta, ante los vítores y
aplausos de los allí reunidos que pedían más
Pepes: Onde lire lire, onde lire sígueme, sígueme (Pepe y Pedro, agarrados por los
hombros y subidos en el escenario, Pedro con tricornio puesto, amenizaban la velada,
provocando las risas del personal que los contemplaba en semejante situación, sobre
todo, cada vez que pronunciaban el sígueme y paraban moviendo sus culetes a la vez, y
guiando a los que bailaban según sus indicaciones y las de la canción) Ahora todo el
mundo nos vamos poco a poco abajo, todos
juntos, y abajo, abajo, abajo, abajo, abajo, abajo...
Y ahora poco a poco arriba,
y arriba, arriba, arriba, arriba, arriba, arriba...
Marcada 269
E: Mare mía, esto parece la verbena del pueblo, faltan los churros y el chocolate
(regresaban a la carpa, ya cambiadas de ropa, una con pantalones negros y camiseta gris
de cuello abierto, con caída en un hombro, para variar que se nota que a la escritora ese
tipo de cuello le gusta y mucho, y otra con vestido, palabra de honor corto de color gris)
M: Jajaja, mi padre se va a pasar una semana en la cama, verás
E: ¿Que te he dicho?
M: Lo más fuerte, es que a mi Tía Carmen en la vida la he visto despeinada y mírala,
con el tocado a medio caer
E: Jejeje ahora no parece una gallina, ahora parece un pavo con el moco colgando jejeje
Pedro: Macarena (como podía llegaba hasta ellas) báilate un pasodoble conmigo hija.
M: Pero... ¿tú sabes?
Pedro: Jum
E: Que no sea copión jejeje que tío. A le cariño, échate un bailecillo que yo voy a
saludar a mi sobri (se despedía de ella con un beso y caminaba hacia la mesa donde
Claudia y Cruz charlaban sentadas)
C: Si puedes trabajar aún, haces bien retrasando la baja, así podrás estar más tiempo con
él, cuando nazca
Claudia: Sí, además Maca me está descargando de mucho trabajo, con lo cual, trataré
de retrasarla lo máximo posible
E: Jejeje, que vaguillas estáis hechas, no me aguantáis nah
C: Mira la que habla, si no puedes ni tenerte en pie
E: Uff (se dejaba caer en una silla) mi chica y el bodorrio, van acabar conmigo
Fran: Cuñada (llegaba hasta ellas) vamos a tomarnos una copita (se acercaba a su oído)
que bien va tu truco, ese de vomitar para seguir bebiendo
E: No, eso es una emergencia, no te vayas a enviciar que eso es tela de duro
Fran: Tranquila, que yo controlo
E: Cago en la leche, no me acojones que yo decía eso y no sabes cómo acabé. Ahora
mismo aviso a tu madre
Fran: No, ni se te ocurra, te quedas sin copa (se marchaba)
E: Que alguien lo siga, que se me envicia, que yo no puedo moverme, cachis en la mar
con lo que yo he sido
Claudia y C: Jajaja
E: Reíros total, bueno a lo que venía, enséñamela Clau
Claudia: ¿El qué?
E: A mi sobri, ¿qué va a ser?
Claudia: Ya la estás viendo (se señalaba su abultada barriga)
E: Así no, destapada que quiero besar a mi sobri
Claudia: Sí, estás que me destapo yo aquí
E: Que Cruz nos cubre
Claudia: No
E: Que sí
Claudia: Que no
Marcada 270
E: ¿Pero por qué siempre tengo que estar igual?, verás como Raúl me la enseña
Claudia: Poco pinta Raúl en esa decisión
E: Jolines (pataleaba) es el padre pinta mucho
Claudia: Es el padre de lo que hay dentro, lo que lo cubre es mío solamente
E: Enga, si es un besillo y un mirar solo
C: Jajaja Claudia por favor, hazlo o nos pasamos así, lo que quede de boda
E: Jejeje enga
Claudia: Pesada es poco, Cruz tápame bien que tengo que levantarme todo el vestido
C: Jajaja, listo (la cubría, quedando encerrada entre la mesa y Cruz)
Claudia: Ahí tienes todo lo que ocupa tu sobrino (se la mostraba)
E: Mare mía (se tapaba la cara) que bonita que es (provocaba la sonrisa de ambas)
Raúl: ¿Qué hacéis?
E: Raúl, es la leche (acariciaba la barriga)
Raúl: Sí que lo es (se arrodillaba con ella) mira si le hago esto jajaja ¿ves? Me saluda,
pon la mano aquí (la guiaba hacia el lado en el que los movimientos del bebe se
percibían)
E: Cachis en la mar, esto da más subidón que toda la harina de Colombia
Raúl: Pues yo no la he probado, pero seguro que sí
Claudia: ¿Puedo ya bajarme el vestido?
E: Jum (besaba la barriga) tápamelo, no vaya a coger frí
Claudia: Encima ahora mandando.
Raúl: Nosotros nos vamos ya, ¿verdad Clau?
Claudia: Sí, estoy muy cansada. ¿Dejarás que te veamos antes de irte a Kabul?
E: Claro (la achuchaba)
Raúl: Vamos a despedirnos de Maca, me llamas petarda
E: Jum (lo achuchaba)
Raúl: Disfruta de estos días
E: Lo haré, enga irse ya, que no son horas de que mi sobri ande en la calle jejeje (los
veía marcharse tras despedirse de Cruz) que bien que se vería mi barbie de barriguitas,
¿que no Cruz?
C: Jajaja no sé yo, si le gustará pasar de barbie a barriguitas, con lo presumida que es
E: Aysss (suspiraba apoyándose en una mano y uniendo la otra a la de Cruz) me he
casado
C: Si (apretaba su mano sonriendo)
E: No sabes lo bien, que se ha rehabilatao mi chica
C: Jajaja dicho así, parece que hables de otra cosa. Se te ve super feliz
E: Lo estoy, bésame un poquillo
C: ¿Es para demostrarme lo rehabilitada que está?
E: Jejeje no, es que te he echado mucho de menos Cruz
C: Y yo a ti
E: Y sí, ahora no tenemos que escondernos para darnos picos, que mi chica lo entiende
C: Por eso ahora te aprovechas y besas a todo el que se ponga delante
E: Jejeje no, solo a quien quiero
C: Yo también te quiero (unían sus labios en un pico sentido)
M: Ejem (carraspeaba delante de ellas)
Rosario: Hace rato que no tomo licor y sigo viendo a tu hija besándose con todo el
mundo, que extraño
Marcada 271
En: Jejeje sí, será la luz o que sé yo (le contestaba “la madre que la parió, que soy yo
misma” murmuraba)
Rosario: Pero... (paraba su baile al ver ahora a su hija, su nuera y Cruz dándose un
pico) esto ya no es la luz ni el licor, mira hacia allí
En: La madre que la parió (casi gritaba) ejem (carraspeaba) ella demuestra así su
cariño, no lo vayas a tomar mal
Rosario: No, pero a mí no me ha besado. ¿No me tiene cariño?
En: Dale tiempo, tú dale tiempo
Volvía a contestar provocando otra vez la sonrisa de quien se lanzaba a por sus labios,
mordisqueándolos de a poco, saboreándolos sin ninguna prisa, reteniendo su excitación,
mientras sus dedos buscaban, dentro de ella, esa zona que le hacía suspirar.
Imprimiendo más ritmo, al ser consciente de que el gran momento llegaba. Abriendo los
ojos para no perder detalle de su rostro cuando éste se producía
Separándose nuevamente de su boca, para tratar de entender lo que quería que hiciese y
encontrando la explicación reflejada en esos ojos y en la sonrisa que mostraba.
Acomodándose entonces mejor sobre ella, para tener el contacto que su entrepierna
ansiaba y buscando otra vez con ansiedad su boca
Uniendo también sus manos apoyadas en la cama, clavando sus uñas en las manos de
quien permanecía con los ojos abiertos, para deleitarse con la imagen que tenía a menos
de un palmo
Sintiendo como esas uñas le ayudaban a retenerse y no acudir rauda a acariciar esa piel
que la llama enrojecida por la excitación
Poco después, la veía estirar su cuello, mientras se agarraba a sus hombros, alcanzando
ese punto que todos queremos retener, pero que se nos escapa del cuerpo en tan solo
unos segundos
M: Ya... me explicarás esto (dejaba caer su cuerpo sobre ella, siendo abrazada al
momento, por unos brazos, a lo que su dueña ahora, daba la libertad para acudir rauda a
su cintura y dejar que sus manos, disfrutaran de la piel, que antes les había sido
prohibida)
E: Fácil, muy fácil (ahora que tenía la libertad de acariciarla y besarla, apenas podía
separar sus labios de ese cuerpo) ahora, podrás disfrutar mucho más de mis caricias
M: Uhm (comenzaba a hacerlo) pues... pues tienes razón (susurraba aprovechando la
cercanía con el oído de su chica)
E: Yo siempre, ties unas cosas (hacía la fuerza justa para tumbarla en la cama, con la
espalda apoyada en ella)
M: Jajaja no empieces amor (se dejaba recostar en la cama, no sin imprimir a sus
movimientos cierto toque felino, procurando que, en movimientos casuales, su bata
cayese abierta, uniendo sus piernas y desplazando sus pies hacia ella, para poder
dejarlas de lado. Todo, sin desviar sus ojos de esos otros que la contemplaban exhaustos
de placer)
Sintiendo como su vello volvía a erizarse, conforme la veía recorrerla con la mirada, y
como esa mirada tenía un efecto inmediato en los latidos de su corazón.
Enorgulleciéndose, al comprobar que no se había equivocado comprando ese tipo de
ropa interior, para esos días
E: No te puedes imaginar cómo te ves así y mucho menos cuanto, me puedes llegar a
gustar (arrodillándose en la cama, cogía una de sus piernas, dispuesta a recorrer a besos
cada poro de su piel)
Y...
E: Jum, eso me dice mi chica. Pero a lo que vamos, no se puede quedar con dudas, las
dudas son malas consejeras
Comandante: Eso, si se les pide consejo, si no, no tienen por qué
E: ¿Eh?
Comandante: Nada, en realidad creo que la duda surgió por usted, porque por ejemplo
yo miro hacia mis una y nada de nada
E: Pues (miraba hacia las una de la comandante) pues es raro, porque la chica no está
nah de mal
Comandante: Por eso. Lo he hablado con Vero, ella es de la teoría de que en realidad
nos gustan las personas no el género
E: ¿Que género?
Comandante: El sexo
E: Pues claro que nos gusta el sexo, amos que habrá tenido que estudiar mucho pa decir
eso
Comandante: Jajaja, no se refiere a eso, se refiero al sexo de cada uno
E: Lo mismo que digo yo, el de cada uno también nos gusta, menos claro está, pero pa
un apaño no viene mal
Comandante: Jajaja, que no se refiere a eso
E: ¿Y entonces?
Comandante: No lo sé, al final me ha liado
E: Cuidao, cuidao, no se me vaya a enamorar ahora que lo tiene controlado
Comandante: Pelín creída también es
E: Pues (suspiraba sonriendo) pues sí, eso me dice mi chica, pero es lo justo nah más,
para sobrevivir y eso. Oiga
Comandante: ¿Qué?
E: ¿Y Vero?, Vero es super bollycao, casi como yo
Comandante: Ni de coña, conozco sus hazañas
E: Jejeje es cañera, pero oiga yo también lo era y mire que formalita estoy
Comandante: La cosa es que últimamente, desde que cierta Sargento cayó redonda al
suelo, hablamos muy a menudo. Pero no, que va (se quedaba mirando su copa mientras
la hacía girar en círculos)
E: Huy, huy huy, caliente caliente eoh jejeje
Comandante: Que no
E: Que sí, que pa un probar está muy bien seleccionada
Comandante: No me líe
E: Mañana viaja a España, lo mismo tendría que verla
Comandante: La veré sí, pero...
E: Huy, huy, huy (la cortaba) No es por nah eh, pero todo la gente que está a mi
alrededor, andan emparentados, no va a ser usted la que no. Ya me encargo yo
Comandante: No, me muero de la vergüenza, que nos conocemos desde la Universidad
E: Mejor, hay confianza
Comandante: Cabezota
E: Jum eso
Comandante: Me dice mi chica (la cortaba continuando su frase) jajaja
E: Uff (miraba su reloj) me voy a ir, que tengo que llamarla
Comandante: Sí, ya es tarde
E: Bueno, páseselo genial, con Vero o sin ella
Comandante: Lo haré
E: Deme un abracillo (se bajaba del taburete y abría sus brazos)
Marcada 276
Comandante: Usted cuídese (se abrazaban) y ya sabe, las cosas antes de hacerlas se
piensan
E: Jum, no se preocupe, mire ya me está llamando. Que se me impacienta en nah
Comandante: Conteste y buenas noches (deshacían el abrazo)
E: Chao (e despedía de ella y andando hacia la salida, contestaba) hola, ¿qué haces?
M: Hola amor, nada repasaba una sentencia
E: Que aplicadilla que es mi barbie (caminaba hacia los barracones)
M: ¿De copitas?
E: Jum, una copilla con ojitos
M: Tú no tomes copas con hombres, tú siempre con mujeres y además con mujeres a las
que apodas ojitos
E: Oye que con hombres también tomo, lo que pasa, que menos al gordo, al resto no le
pongo apodos
M: Ya claro
E: Anda liadilla cual ladilla jejeje
M: ¿Y la vas a aclarar tú?
E: Jum, pues claro, ahí le he dao algunos consejillos
M: ¿Estás en la habitación?
E: Entrando jejeje ¿qué pasa? ¿tienes prisa?
M: Nada, no pasa nada. Y no, no tengo prisa
E: Jejeje
M: No te rías, que vamos a hablar y muy seriamente además
E: Ah, ¿y eso?
M: Estoy muy preocupada cariño, la situación ahí se encrudece a diario
E: Jum, está la cosa complicá, pero tú tienes que estar tranquila, yo ahora me cuido
M: Lo sé, pero... no puedes... ¿podrías dejar de participar en los reconocimientos?
E: No, me ofrecí yo, ahora no puedo dar un paso atrás
M: Alguna forma habrá Esther
E: No, no la hay. Yo solita ya lo había pensado
M: Vaya, que cosas
E: Jejeje, tu chica que progresa adecuadamente
M: Pues sí, voy a tener que ir sumándole positivos, para cuando vuelva premiarla
E: Uff, yo creo que sí, no sabes cómo te echo de menos
M: Sí lo sé, un poco menos que yo a ti
E: Ahora es cuando yo tengo que decir, no yo más, y tú, que no que yo más
M: Pues nada cariño, cuelgo y tú sola te lo dices todo jajaja
E: Mira su señoría como me vacila en la distancia, mare mía cuando te coja
M: Jajaja, no veo la hora. Ah... ¿sabes? Hoy me han regalado una orquídea por nuestro
matrimonio
E: El papanatas engominao, como si lo viera
M: Sí, fíjate que cosas
E: No me enceeeeeeeeles
M: Jajaja, no es mi intención y además, tus chicos lo están tratando no muy bien, que le
han denunciado varias veces
E: Jejeje, que lleve bien la documentación de su coche y no lo harán, no te digo. La ley
es para todos
M: Ya seguro que es por eso, segurísimo
E: Es igual, dime lo mucho que me quieres
M: Muchísimo amor, ya lo sabes
E: Jum y yo a ti, eah ya me ha subio un poquillo el azúcar jejeje
Marcada 277
Gordo: Las altas esferas, están reunidas, aquí está pasando algo
E: Jum, han endurecido los reconocimientos, pero es normal gordo, el atentado de la
semana pasada, ha creado mucha alarma social. Tengo a mi chica mega, ultra, requete
preocupada y de mi madre ni te cuento
Gordo: Normal, mi familia también lo está y eso que yo de la base no salgo. Pero
bueno te quedan cuanto ¿veinte días?
E: Jum, tengo unas ganas de volver que no veas (comenzaba a sonar su móvil y lo
sacaba de su bolsillo) el Coronel gordo, ¿qué querrá?
Gordo: Si no lo coges estorbo, ¿cómo lo vas a saber?
E: Jejeje, en lo despista no me gano positivos
Gordo: ¿Qué positivos?
E: Cosas de mi chica, espera. Coronel (lo contestaba)
Coronel: Buenas Esther, ¿cómo vas?
E: Bien, sin problemas
Coronel: Entonces al grano, corrígeme si me equivoco, en veinte días estás en España
E: Jum
Coronel: Bien, pues según mis planes y si no hay novedad alguna, solo podrás
descansar cinco días, te quiero en Bayona a la mayor brevedad
E: Pero... Coronel, sabe que me esperan... y cinco días es... cinco días es muy poco
Coronel: Es lo que hay, bastante que te he podido sacar cinco días
E: Joder, llevaré sin ver a mi chica dos meses y en cinco días tendré que volver a
separarme
Coronel: Ya sabes cómo es esto, tu mujer también tendrá que ir sabiéndolo
E: Jum (suspiraba)
Coronel: Lo siento, en cuanto se acabe la operación podréis veros. Quería adelantártelo,
para que no hicieras planes, se lo histéricas que nuestras mujeres se ponen con estas
cosas. Te dejo ya te llamo más adelante, cuídate que te necesito al cien por cien. Hasta
la próxima (colgaba sin esperar contestación)
E: Mi chica no se pone histérica, imbécil (hablaba al teléfono) cago en la leche
Gordo: Problemas
E: Cinco días gordo, solo cinco días
Gordo: ¿Para qué?
E: Para estar con Maca antes de incorporarme al grupo
Gordo: ¿Por eso lo de histérica?
E: Jum, se me está cayendo un mito gordo. Para mí este hombre (señalaba el móvil) era
mi ídolo, mi ejemplo a seguir y ahora...
Gordo: Ahora es un cabrón que no ve más allá de sus operaciones, de conseguir
méritos y que su nombre se recuerde. Uno más estorbo, uno más al que no le importa la
gente que tiene a su cargo, solo como usarlos para conseguir sus fines
E: Así es, a ver como se lo digo ahora, con lo preocupada que está
Gordo: Sin rodeos estorbo, que nos conocemos. Mientras sigas en el grupo os tendréis
que ir apañando. Lo importante es que sigáis como hasta ahora
T: Tienes que decirle que se cuide, que no se fíe de nadie y que no le vaya a dar por
hacer de heroína como es su costumbre. Tengo a la clientela del bar medio enfadada
Marcada 278
porque no cambio la tele de canal, todo el día en las noticias (monologueaba sentada en
una de las mesas de su bar) se me pone el corazón a mil cuando hablan de Afganistán,
que yo ni sabía dónde estaba ese país y vaya país, muy peligroso señoría, que es muy
peligroso, que todos los días pasan cosas malas en él
M: Teresa, ya estoy yo bastante preocupada como para que me pongas más
T: No lo puedo evitar, ¿me dijiste veinte días?
M: Sí, veinte larguísimos días
T: Bien, en nada está a salvo, bueno no, porque luego se tendrá que ir a lo de los
terroristas, esta niña siempre en cosas peligrosas
M: Teresa, eres única para dar consuelo
T: Lo intento, yo lo intento
E: ¿Donde va con tanta prisa? (se cruzaban por una de las zonas de la base)
Comandante: Me reclama el General
E: ¿Y eso?
Comandante: No lo sé, pero lo ha hecho de urgencia
E: Joer, suena a movida
Comandante: Sí, después me invita a un café y se lo cuento (le guiñaba un ojo)
E: Hecho, pero usted es la comandante por lo tanto usted invita, que yo además ahora
tengo que mantener a una mujer jejeje, mae mía si me oye
Comandante: Jajaja, cara dura
E: Enga no haga esperar al General, que lo mismo la pone a recoger colillas
Comandante: Jajaja, la veo después, chao
E: A le, sí (seguía su camino)
E: Cinco días, cago en la leche, ufff nos tendremos que apañar, como voy a Bayona,
pues... siempre nos quedará París jejeje, ¿de dónde me suena eso? (elucubraba ella sola,
apoyada en las gradas mientras su Compañía entrenaba) a bocajarro, se lo digo sin más,
total yo no tengo culpa. Mejor llamo ya o voy a empezar a poner de los nervios
(comenzaba a sonar su móvil) jejeje ya se me ha adelantado otra vez. Hola (contestaba)
M: Hola amor, voy conduciendo así que te lo digo rápido, vas a ser tía
Marcada 279
E: Jejeje, menos mal que no eres periodista, que poquillo ibas a ganar con una
información tan pasada de fecha jejeje, dime lo mucho que me quieres, que se te da
mejor
M: Jajaja, que pava que eres, Claudia está ingresada, adelantan el parto, parto de parir,
de dar a luz, de tener al bebe
E: Cachis en la mar, yo quería estar. Oye sé muy bien lo que es un parto, graciosilla
M: Ah, por meterte conmigo y mis informaciones
E: Rencorosa, quiero fotos a mansalva ya lo sabes
M: Lo sé, ¿en qué andas?
E: Con la instrucción... hay algo que tengo que decirte
M: Dímelo
E: Me ha llamado el Coronel
M: Ya... ¿y?
E: Solo... solo voy a tener cinco días de permiso
M: ¿Es una de tus bromas o es verdad?
E: Es verdad
M: Genial (callaba)
E: He protestado y eso, pero me ha dicho que bastante que me los da. ¿Maca?
M: Pues nada, cinco días. Y me imagino que el tiempo que estés en Bayona, no te lo ha
dicho
E: No, pero no puede ser mucho, yo ya no puedo ir de infiltrada, conocen mi cara, iré
directamente a la acción
M: Genial otra vez, no sabes lo tranquila que me dejas con eso (se encendía)
Tranquilísima me quedo, sabiendo que después de dos meses te veré cinco días para que
tú te vayas a la “acción”. Que la acción para ti es enfrentarte a vete tú a saber que
terrorista o terroristas, ¿verdad?
E: Jum, pero yo no tengo la culpa
M: ¿No la tienes?... Uhm... ¿seguro que no la tienes?
E: No... ¿no?
M: Que más da, tendré que conformarme igual. Voy a tener que empezar a hacerme a la
idea de que me he casado con una marinera que se va a pescar bonito al norte, por
meses. Menos mal que no me puedes dejar embarazada e irte por ahí, mientras yo me
quedo esperándote con la barriga
E: Jejeje, calla, calla que te estaba imaginando de Olivia
M: Pues a ti te ha tocado Popeye, no sé yo quien pierde más
E: Jejeje, con lo que a mí me gustan las espinacas jejeje
M: Deja de reírte porque a mí no me hace ninguna gracia
E: Ah... si es por quitarle importancia
M: Tú no vayas a tomarte nada en serio, tú continua riéndote de todo
E: Oye, que no es eso
M: Ya... (ambas quedaban en silencio)
E: No te vayas a enfadar conmigo
M: No lo hago (suspiraba) estoy llegando, llámame después y te cuento
E: Vale... pero... pero
M: No pasa nada amor, solo es rabia y... ya veremos que hacemos
E: Jum
M: Va, cuelga
E: Vale, pero falta algo
M: Te quiero tonta
E: Yo también, luego te llamo
Marcada 280
hablarán con sus seres queridos o amigos, ni una palabra sobre este rescate. Ya saben la
alarma social que está causando el que el ejercito español participe en esta misión. Creo
que no me olvido de nada. Sargento, en dos horas quiero reunirme con usted
nuevamente, para concretar
Pedro: ¿Como habéis quedado al final? (en el pasillo donde se ubicaban la habitación
de Claudia, charlaban en la puerta a la espera de que los padres de Esther, se
despidiesen de Claudia y su familia
Rosario: Se vienen a casa, tu Macarena ¿te quedas también?
M: Sí, total si ya ceno allí es tontería volver a mi casa, solo para dormir
Pedro: ¿Le has mandado ya fotos a Esther?
M: Sí, pero no me ha contestado nada
Pedro: Que extraño, estará ocupada
E: Voy a aprovechar para hacer una llamada, después le veo (no esperaba contestación
y abandonaba el despacho del General, con un destino marcado, que no era otro que
llegar a su habitación y telefonear a su chica desde allí, aprovechando la intimidad que
la habitación le proporcionaría) bueno pues... cago en la leche, no sé porque tengo este
mal rollo (hablaba en voz alta, una vez llegaba a su habitación) amos que... con la de
veces que he escalao una pared y ahora... uff no me puede notar nada extraño (cogía el
móvil después de tomar asiento en el suelo apoyando su espalda en la cama)
Comandante: Desconecte un momento el modo Tomb Raider (se acercaba a ella, ante
el convoy que ya se encontraba formado)
E: ¿Eh?
Comandante: Que me preste atención
E: Ah... sí claro
Comandante: Al mínimo fallo o a la mínima posibilidad de que usted o su equipo,
puedan estar en peligro aborte el rescate
E: Jum (se ajustaba el equipo antes de subir al vehículo que los trasportaría a la zona)
Comandante: Ya estamos, jum no
E: Vale, que sí. Pero en peligro estamos, nada más salgamos de aquí
Comandante: No me capotee, sabe perfectamente a lo que me refiero
E: Que sí (terminaba con el equipo) oiga, si al final la tienen que llamar, me refiero a mi
familia, es muy importante que le diga una cosa a mi chica
Comandante: Esperemos que no y sí, le diría lo mucho que la quiere
E: No
Comandante: ¿Cómo que no?
E: Que no es eso lo que quiero que le diga, eso ella lo sabe. Lo que le tiene que decir, es
que esta vez no es una locura mía, ¿vale?, que no se me ha ido la pinza, que no he
perdio el norte, que no estoy pira, que no hay impulso que te crió, que no
Comandante: Vale, vale, vale (la cortaba) lo he entendido
E: Eso es fundamental para mi ¿lo hará? (agarraba su chaqueta del uniforme)
Comandante: Sí, puede ir tranquila en ese aspecto (cogía sus manos)
Marcada 284
E: Pues al lío, nos vemos a mi vuelta, usted ¿se queda supervisando la evacuación no?
(intentaba desprenderse de la unión de sus manos sin conseguirlo, por la fuerza con las
que la Comandante se las retenía)
Comandante: Si... (hacía una pausa) pue... puedo (suspiraba) ¿puedo darle un beso?
E: Jejeje, no se me acojone, enga déme un besillo (cual su costumbre, con aquellas
personas a las que apreciaba de corazón, unía sus labios con los de ella en un pico
sentido y emocionado, que en verdad le ayudaba a destensarse por la situación y por el
mal presentimiento que notaba en su interior) jejeje cuidao, no se me vaya a enamorar
ahora que la está rondando Vero
Comandante: Jajaja, es un caso. Ni en una situación así pierde el humor
E: Ahora sí me voy, hasta la vuelta Comandante
Comandante: Sí, suerte (nada más verla dirigirse al vehículo en el que la trasladarían,
dejaba salir prácticamente todo el aire retenido en sus pulmones)
Toni: Comandante, nos vamos
Comandante: Dile al Teniente, que me entregue su chaleco, y que será él, quien se
ocupe de coordinar desde la sala de operaciones
Toni: Pero... creí que de eso se ocupaba usted
Comandante: Yo me voy con vosotros, no pienso quedarme aquí esperando
En: Me he ofrecido a quedarme, pero claro la madre de Claudia ha preferido ser ella
Rosario: Es comprensible, de todas maneras dejar que os diga, que me parece precioso
como estimáis a Raúl, prácticamente no hacéis diferencias con Esther
En: Sí que las hacemos, porque mi Esther es mucho más trasto que Raúl jajaja
Rosario: Jajaja, visto así, sí
Pedro: Con las ganas que tenía ella de ver a su sobrino y qué lástima que el niño no la
haya esperado, ¿Verdad hija?
M: Si (contestaba distraídamente, con la cabeza puesta a muchos kilómetros de allí)
La conversación con Esther la había dejado inquieta, pero la actitud de Pepe durante lo
poco que vio de llamada y su comportamiento al subir del aparcamiento, la habían
inquietado por completo
Varias veces, había tenido el impulso de llamarla para asegurarse que estaba bien, pero
siendo consciente que allí era ya muy tarde, no había querido importunarla
Tratando de convencerse de que solo era preocupación por las malas noticias que
llegaban a diario de la situación en ese país
Pero ahora, viendo como Pepe apenas participa en la conversación, ni hacía bromas, ni
siquiera sonreía, las dudas, preocupaciones y la inquietud volvían con fuerza renovada,
apoderándose de ella
E: Ahora como hemos hablado. Pasamos de los helicópteros, aviones o lo que narices
manden, nosotros a lo nuestro (con todo el equipo necesario a sus pies, daba las últimas
instrucciones antes de comenzar a escalar la gran pared) preparamos tres vías, dos de
bajada y una de subida. Al mínimo problema, paramos, reconstruimos la situación y
para arriba. Las transmisiones al pelo, no quiero fallos. En unas horas debemos tener la
mayoría de la pared hecha. ¿Estamos?
Rodrigo: Estamos
E: ¿David?
David: Estamos
E: Pues a divertirse un rato
Rodrigo: Desde luego humor le echa
E: Enga, ¿Cuándo has escalado una pared acojonao de que te hiciesen volar por los
aires?
Rodrigo: Por suerte hasta ahora nunca
E: Pues para todo hay una primera vez. Pensar en el compi, que andará atrapado en una
puta grieta, creyendo que lo han dejado a su suerte. Creedme, pensar eso no es muy
agradable. Al lío (concluía ordenando)
Ya en ella y mientras calentaba agua, se sentaba en la mesa repasando las fotos que
guardaba en su móvil, de los últimos días con Esther, sonriendo con la veía poner caras
para la foto y más, cuando veía las fotos de las que la protagonista ni se había enterado
que le estaban haciendo
Emocionándose cuando las que veía, eran de las dos juntas, abrazadas o no, besándose o
no, pero sonriendo en todas y cada una de ellas-tienes que estar bien amor, tienes que
estarlo
David: Es muy estrecha, ¿Cómo cojones ha caído ahí? (ya en la cumbre se situaban en
la grieta marcada por el avión de reconocimiento del día anterior)
Rodrigo: No tengo idea, ¿Cómo lo vamos a sacar sargento?
E: No lo sé. Voy a entrar, desde dentro os digo, avisar de que lo hago (quitándose parte
del equipo, entraba por la estrecha gruta iluminándose por la linterna dispuesta en su
casco
Toni: Acaban de avisar que la Sargento está dentro de la grieta Comandante (apartados
a varios kilómetros, esperaban acontecimientos)
Comandante: Vamos muy mal de tiempo, llevamos horas expuestos, los terroristas
saben de sobra que estamos aquí, somos un punto muy fácil, no creo que lo
desaprovechen y todavía tienen que sacarlo de ahí, bajarlo y...
Toni: No hay que anticiparse, lo más difícil ya lo han hecho
-: Mi Comandante suban a la ambulancia, nos vamos de aquí ya (un alto mando
aparecía ante ellos a la Carrera)
Comandante: No me pienso mover de aquí sin ellos
-: Es una orden Comandante, en dos estamos rodando
E: Está muerto (desde dentro y tras comprobar las constantes vitales del paracaidista, se
lo comunicaba por transmisiones)
David: ¿Cómo?
Marcada 287
E: Lo que has oído, no ha aguantado el golpe, cago en mi suerte. Comunícalo, a ver qué
narices hacemos ahora con él (comenzaba a salir de la grieta)
David: Recibido, Rodrigo comunica que
Rodrigo: Al suelo (lo cortaba lanzándose hacia él) hay que resguardarse, acaban de
avisar de un avión sospechoso, mi Sargento ¿lo ha recibido?, mi Sargento me oy... (una
fuerte explosión cortaba la comunicación)
M: Me importa dos cojones Vilches, aquí también estamos bajo mínimos, tampoco hay
presupuesto para reparar ordenadores, ni siquiera hay papel higiénico, así que no me
toques las narices y busca una excusa mejor que la crisis (terminar de decir de pie frente
a su mesa)
V: Veo que no he venido en el mejor momento
M: ¿Qué insinúas?
V: No insinúo, lo digo claramente, eres de las pocas con las que se puede tratar ciertos
temas, pero no sé qué te pasa hoy, mejor lo dejamos para otro día
M: Será mejor sí
V: Bien, me marcho entonces (salía del despacho, mientras Maca, una vez más esa
mañana revisaba su móvil) ¿qué narices le pasa hoy a su señoría Conchi?
Conchi: Lleva toda la mañana de mal humor, no hace más que mirar el móvil, debe
andar preocupada
V: Que ganas tengo de que vuelva la Sargento, ella calma a los míos y a los tuyos
Conchi: Jajaja, la verdad es que sí
De regreso a España...
teléfono de la base española en Kabul) Tendré que probar con estos (apuntaba varios de
ellos y comenzaba a marcar y al poco obtenía en todos la misma respuesta,
comunicaban) piensa Macarena, piensa, ¿a quién conozco que me pueda informar? Mi
padre, a Fernando no lo llamo otra vez (volvía a levantar el teléfono esta vez usando la
línea interna) Conchi... aplace lo que quede para mañana, me voy a casa, bien (colgaba
y sin pensarlo, recogía sus cosas con prisa, deseando llegar a casa de sus padres)
Pedro: ¿Qué haces? (entraba en el salón de su casa y veía como Pepe trasteaba el
mando de la televisión sin mucho acierto)
Pepe: Menos mal que has llegao, esto tiene tantos botones que me pierdo
Pedro: Jajaja, ¿no se supone que eres un manitas?
Pepe: Para los cables y circuitos, no pa estas chorradas (tomaba asiento inquieto en uno
de los sillones)
Pedro: ¿Qué quieres ver? Jajaja tengo un canal que... (tomaba asiento en otro)
Pepe: Las noticias (lo cortaba) no estoy yo pa otra cosa
Pedro: Ah, todavía no es la hora del telediario
Pepe: No, ponme ese de noticias veinticuatro horas
Pedro: Pero... ¿qué te pasa? (pulsaba en la televisión el canal de noticias y dejaba el
mando)
Pepe: Que estoy acojonao Pedro (se tocaba nervioso el bigote)
Pedro: ¿Por qué?
Pepe: Porque ya una vez casi pierdo la cabeza, no lo soportaría (negaba con la cabeza
dando énfasis a sus palabras) que yo en Kabul no puedo hacer nah, ni conozco a nadie.
Que mi canija es lo mejor que tengo y lo mejor que he hecho en mi vida
Pedro: Pero... ¿le ha pasado algo a Esther?
Pepe: No lo puedo decir, mi canija me lo ha prohibido
Pedro: ¿De qué hablas? ¿Le ha pasado o no le ha pasado algo? (los nervios también se
apoderaban de él, al ver a su consuegro así)
Pepe: Ayer me dijo que iba a escalar
Pedro: ¿En Kabul? ¿Y para qué?
Pepe: Iría a rescatar a alguien, yo que sé, me dijo que si en cuarenta y ocho horas no
daba señales de vida, llamáramos a un número
Pedro: Joder, eso... eso suena muy mal. ¿Mi hija sabe esto?
Pepe: No, mi canija me dijo que nadie se enterase
M: ¿Enterarse de qué? (entraba en el salón)
Pepe: ¿He dicho enterarse?
M: Déjese de rollos Pepe, ya me está diciendo que narices le dijo ayer Esther
Pedro: Vamos a tranquilizarnos un poco
M: No me pienso tranquilizar (tiraba el bolso en un salón y después colocaba sus manos
en jarra) hasta que me cuente que está pasando
La noticia de última hora, dejaba el salón en un silencio tenso y doloroso. Con los tres
mirando la televisión mientras el ritmo de los latidos de sus corazones se alteraba por
completo, apoderándose de ellos, la desazón, el miedo, la incertidumbre, el dolor y
multitud de sensaciones más, nada halagüeñas
M: Diga... dígame que ella no iba a escalar, dígamelo (girada hacia su consuegro gritaba
a viva voz, sin obtener respuesta, pues quien debía dárselas, se hundía en el sofá,
tapándose la cara con ambas manos y meciéndose en busca de un consuelo imposible de
obtener)
E: No puede ser, no me... no me... duele (se tocaba buscando aquello que le decía su
compañero) joder (notaba la roca aplastando su pie por completo)
David: Jajaja ¿Qué le parece?, hemos venido a rescatar y mire como hemos acabado
E: Necesito luz, necesito ver
David: ¿En serio quiere verlo?, déjelo, mejor muera creyendo que todavía tiene dos
piernas
Hacía lo dicho a Emilio con el corazón encogido, conociendo a su amiga y sabiendo por
tanto, como estaría pasando todo lo acontecido con Esther. Nada más entrar en el
despacho, la veía sentada en la butaca principal del despacho, con su cabeza apoyada en
una mano, mientras con la otra limpiaba las lágrimas que brotaban con total naturalidad
y sin ningún tipo de obstáculo
Ana: Maca (la llamaba con la delicadeza propia de quien teme que, a quien nombra se
puede romper en cualquier momento)
M: Unas iniciales Ana (señalaba la radio) hablan de ella como si solo fuera unas letras,
la Sargento E punto G. ¿Te lo puedes creer? La mandan a rescatar a un pobre muchacho
y ahora es solo una inicial, hijos de... quiero que vuelva Ana... quiero que vuelva (se
dejaba abrazar rota ahora por el llanto)
E: Nada, tómate dos, total vas a morir igual, que más da lo que te dé (apoyaba como
podía su espalda en la pared más próxima, tras ingerir una pastilla, dispuesta a pasar las
horas necesarias para que la sacasen de allí, lo mismo que ya hizo una vez
David: Tiene narices jajaja (se tomaba las pastillas) vine aquí voluntario para poder
comprarme un pisito y casarme jajaja, ya podía haberme hipotecado como todo el
mundo (prácticamente hablaba para él, los nervios y el miedo a la muerte lo hacían
hablar sin parar) ¿Lo sabrán ya?... ¿Tiene pareja Sargento?... sí, sí que la tiene se quitó
el anillo cuando nos equipamos, yo también lo hice... jajaja eso es una premonición, nos
despojamos de ellas antes de subir, tiene gracia nos quitamos los anillos para no perder
un dedo y... digo ellas porque en la base se dice que usted... oiga sabe que se rumoreó
que usted y la comandante médico jajaja ya sabe, ¿estaban liadas?... ¿fue verdad? Venga
unas confesiones antes de morir, cuénteme
E: Cállate de una vez
David: Eso es que no hay nada que contar. Cuénteme como me va a sacar de aquí. ¿Se
va a cortar el pie como el tipo ese que se cortó un brazo? (algo en la expresión del rostro
de la Sargento le hacía pensar que había acertado) no, no... no puede ser... ¿tendría
cojones para eso?
E: ¿Si pudieras coserte la barriga lo harías?
David: Claro, pero no es lo mismo. No serviría de nada, óigame bien, eso no le va a
servir, antes de poder colarse por esa rendija (señalaba una mínima apertura sobre sus
cabezas) estaría desangrada
E: Mi chica me espera y no le voy a fallar, cueste lo que cueste
David: Eso es de locos, hay que estar muy loco para cortarse uno mismo la pierna
E: Jum, pirada me han dicho siempre, es hora de demostrarles que no tienen idea de
cuanto
Comandante: Ha hecho falta perder una vida para que la OTAN, se tome en serio el
rescate
Toni: Por lo menos lo han hecho, ahora todo es seguro y podrán llegar hasta ellos sin
sobresaltos
Comandante: Te admiro, es increíble cómo le ves el lado positivo a todo
Toni: Somos el equipo médico, su salvación en la mayoría de estos casos. Si nos
venimos abajo, ¿Cómo los ayudamos?
-: Les informo de la situación (un alto mando llegaba hasta ellos, interrumpiendo la
conversación) los americanos ya están arriban, van a realizar una serie de detonaciones
controladas, para intentar descubrir la grieta. Se ha cortado el tráfico aéreo y...
Comandante: De repente, ahora todo es posible y ya no hay riesgos (interrumpía su
explicación)
-: Entiendo su ironía Comandante, pero las cosas se han dado así, ahora céntrese en
organizar todo para la evacuación, el Ministro no quiere ni acepta un fallo más
Comandante: La evacuación ya está preparada. Ha dicho detonaciones, ¿cómo saben
que no les afectara?
-: Van a ser de muy pequeña escala, para ir abriendo camino, en cuanto ellos hagan una
señal se detendrán, no hay otra forma, puede creerme
E: Ejercicio, mente en blanco, yo que sé. Ahora no pienses en eso, esta vez no va a ser
tanto tiempo y para tu desgracia pero suerte mía, esta vez tengo compañía, aunque seas
un llorón, que llorón eres un rato
David: Jajaja (reía como podía)
E: Enga cuéntame cómo es tu chica
David: Hermosa y muy lista, es educadora infantil, está preparando las oposiciones, ¿y
la suya?
E: Tutéame ya da igual. La mía... la mía es lo más bonito que he visto en mi vida y...
jejeje también es una empollona, es de las que no le basta con trabajar que también
estudia, hace masters y rollos de esos
David: ¿Y qué hacen con nosotros?
E: Jejeje, yo que sé, será pa compensar ¿no?
David: Yo he sido toda la vida un zopenco
E: Jejeje pues ya somos dos. De pequeña, mi madre me ataba a la silla del escritorio con
un cinturón sino, no había dios que me retuviera sentada estudiando
David: ¿Eres hija de Guardia?
E: Jum, soy la tercera generación, no me vayas a decir que voy a ser la última, que te
arreo una tosta aunque no llegue
David: Jajajaja ¿tosta?
E: Guanta, hostia, torta, como quieras llamarlo. Te voy a un contar un chistecillo, Se
abre el telón y se ve a un Guardia Civil diciéndole a un Policía Nacional: Hijo de Puta,
¿cómo se llama la película? Jejejeje Mira quién habla jejeje, ¿a qué es bueno?
David: Jajaja, sí que lo es... Sargento
E: No seas nenaza, ya verás como salimos de esta, trata de arrastrarte hasta mi
David: Sargento, no creo que aguante
E: Enga ya (apretaba su mano con la suya) mira esto (sacaba un papel de su mochila y
lo iluminaba con la linterna) ¿lo ves?
David: Polvo, cae polvo, ¿qué pasa con eso?
E: La tierra está siendo movida, nos están buscando y no andan lejos (volvía apretar su
mano con la suya) tienes que aguantar un poco más
David: ¿Y tu pierna?
E: Ya ni siquiera siento el cachete del culo, pero es igual, ahora no hables, guarda
fuerzas
Los mejores años de nuestras vidas, las mejores lunas sabor a miel, tus manos traviesas
nunca se olvidan, tu boca impaciente sobre mi piel. Siento dentro que se acaban mis
días, el siguiente héroe caído puedo ser. No quiero leyendas de valentías, ni medallas
por cumplir con mi deber...
¿Y qué hago aquí, mirando al cielo a 10000 kilómetros de tus besos, besando banderas,
abriendo fuego, clavando trincheras si te echo de menos? Jugando mi vida entre
bombardeos. Te echo de menos, ¿y qué hago aquí?
Marcada 293
Los mejores años de nuestras vidas, se los estoy dando no sé a quien o a que emboscao
en una misión suicida, esta puede ser la última vez que te hable, que te escriba, que te
llore, que te diga, que daría mi vida por morir a tu lado y gritarle al viento que fui un
mal soldado
Lejos, extremadamente lejos de tus besos. Intentado en vano cazar las estrellas con los
dedos. Echándote de menos tu carita de melocotón, tu boca, tu pelo. Mirando al cielo,
implorando un tiempo muerto al dueño del universo
Pa que escuches mis versos
E: Lo has hecho jejeje te dije que lo harías (exclamaba feliz al ver salir la bengala de la
grieta)
David: Sí joder, no me lo creo ni yo
E: Ahora solo hay que esperar, vuelve conmigo. Volvemos a casa chaval, nos van a
faltar cachos, pero volvemos
Y me mande de regreso directo a la tierra del fuego, a tu cama en llamas. Con besos de
queroseno y me enveneno aquí sin ti. Extraño tu presencia, carnívoro de tu esencia,
duele más tu ausencia que las balas del infierno
Comandante: Los tienen, han lanzado una bengala desde dentro, ya están iniciando las
maniobras para sacarlos (hablaba acelerada por la emoción)
M: Eso es... (el llanto no la dejaba hablar, pero hacía un esfuerzo sobrehumano) pero
sabes si ella, sabes si...
Comandante: No y yo ahora, tengo que asistirlos no podré volver a llamarte, lo hará
Toni es mi compañero, en cuanto sepa como está, él te llamará
M: Sí claro, no sabes cómo te agradezco que
Comandante: Nada (la cortaba) no me agradezcas hasta que te diga que vuelve junto a
ti
Pepe: Aguanta canija, aguanta por tu padre que soy yo (murmuraba desde uno de los
sillones que había en el salón, donde todos se habían reunido después de la llamada de
la Comandante)
En un silencio que mostraba la ansiedad del momento, cada uno buscaba consuelo de
diferentes formas, unos abrazados a sus parejas, otros tapándose los rostros con sus
manos y Maca, Maca fijaba su vista en el teléfono rezando porque sonara de inmediato
Minutos después lo hacía, sin que ninguno atinara a contestar, ni siquiera ella misma,
quien con el primer sonido estallaba en llanto, presa de la ansiedad y el miedo, que la
atenazaban
Ana: Esto es tétrico de narices, los uniformes de las enfermeras parecen de la segunda
guerra mundial
Emilio: Es un hospital militar, visten así
Ana: Ah... pues mal rollito da y mucho (conversaban en una de las salas de espera)
Emilio: Deja que aparezca el Pater. Ese sí que da yuyo
Pepe: No hay manera de que suelten prenda, que gente más cerrá (entraba en la sala,
hablando a viva voz e ignorando el cartel de: se ruega silencio)
En: Si no estuvieses preguntando cada cinco minutos, lo mismo sí te dirían algo
Pepe: Cago en la leche, tendré yo la culpa de estar nervioso y también la tendré, de
querer saber que están haciendo con mi canija (como llevaba haciendo días tiraba de su
bigote)
Marcada 295
En: Déjate quieto el bigote, que al final te van a quedar cuatro pelos en él ¿y la nuera?
Pepe: De operadora, no paran de llamarla preguntándole por la canija. Voy a dejar la
puerta abierta en cuanto pase cualquiera le pregunto y que no me cabreen que al final la
armo
Ana: No pueden tardar ya mucho, trate de relajarse
Pepe: Como me voy a relajar, ¿es que no habéis visto como le han dejao la cabeza? Por
favor, si parecía una bola de billar apalea
En: Esa es otra, otra vez rapada, que se le van a ver todas las brechas que tiene
Rosario: Ya estamos aquí (entraba a la sala) solucionado el alojamiento
Pedro: No es por nada y no me vayas a decir estirado, pero el personal de este hospital
es un poco antipático
Pepe: ¿Me lo dices o me lo cuentas?
Pedro: Hemos pasado por la chica que está en recepción y claro le hemos preguntado,
ha puesto unos ojos que parecían metralletas
Ana: Jajaja pero si es que al final se van a agobiar. Cariño ¿esta gente tiene potestad
para arrestarnos?
Pepe: Que tengan huev
En: Pepe (lo cortaba) cuidao con lo que dices
C: ¿Ya estáis aquí? (entraba también en la sala)
Rosario: Sí Cruz, hemos encontrado alojamiento para todos, aquí cerquita. ¿Y tus
niñas?
C: Acabo de hablar con Rodolfo y de momento van bien, veremos. Por cierto, que poca
gracia tiene el personal de este hospital, he ido a preguntar y casi me mandan al paredón
Ana: ¿Tú también?
Colgaba a la enésima llamada que recibía solicitando información sobre su mujer y sin
apenas fuerzas, por todo lo sucedido, se apoyaba en la primera pared que encontraba,
cruzando sus brazos y bajando su cabeza por inercia
Comandante: ¿Macarena?
M: Sí (levantaba rauda la cabeza y como le pasara a la Comandante ella también la
intuía) ¿Iris?
Comandante: Sí (pronunciaba emocionada uniéndose a ella en un abrazo necesitado)
todo ha salido bien, ahora vendrá el equipo que la ha intervenido para hablar con
vosotros
M: Bien (se aferraba a ella y como venía sucediéndole los últimos días, por sus ojos
comenzaban a desfilar lágrimas sin ninguna contención) me va a faltar vida para
agradecerte
Comandante: Es mi trabajo (se separaban)
M: Haz hecho más que un trabajo (buscaba un pañuelo y una vez hecho, limpiaba sus
lágrimas) ¿Cuándo podré verla?
Pepe: ¿Quién es esa? (preguntaba al ver a su nuera abrazada a una mujer con bata
blanca y sin esperar invitación para ello se acercaba, sin ser consciente que no era el
único que lo hacía)
Comandante: Ahora será un proceso muy duro para ella, pero (se callaba al verse
rodeada) eh... hola
Todos: Hola (contestaban a la vez)
Pepe: ¿Y mi canija?
En: ¿Cómo está mi hija?
C: ¿Ha salido todo bien?
Ana: ¿Podemos verla? (se unía al bombardeo de preguntas)
M: Vale, vale, tranquilos. Ella es la Comandante Iris, se ha ocupado de atenderla allí y
ha participado
Pepe: Muy bien (la cortaba) ¿pero y mi canija?
Comandante: ¿Canija?
Pepe: Hija, lucero, nenica, niña de mi corazón, corazón de mi vida, mi mejor creación,
mi
En: Creo que ya se figura que eres el padre (cortaba sus explicaciones) cansino
Comandante: Ah, es el padre de la Sargento
Pepe: Pues claro, ¿no se nota?
Comandante: Jajaja un poco si
Pepe: Mare mía, llego a saber que en el ejército había semejantes bellezas y no me hago
Guardia
En: Ya estamos (murmuraba)
Comandante: Jajaja gracias, ya veo de quien heredó la sargento ciertas cosas
Marcada 297
Esperaba que despertase sentada en una silla, pegada a la cama, con su cabeza apoyada
en una mano, mientras la otra se dedicaba a dejar caricias en su cabeza libre de cabello,
cuando de repente percibía como en su rostro se formaba una mueca de dolor
M: Amor (susurraba tratando de contener sus emociones y cogía su rostro entre sus
manos, tratando de no tocar la zona que un esparadrapo cubría) amor
E: Jum (contestaba como podía y como no, provocaba una sonrisa en quien la
contemplaba a unos centímetros de su rostro) a...isma (aun forzándose no conseguía
abrir los ojos, pero lo que si conseguía, era sonreír)
M: Menudo susto me has dado (al igual que en esos días había dejado que las lágrimas
cubrieran su rostro sin ningún autocontrol ni obstáculo, ahora dejaba que sus labios
buscasen saciarse, besándola sin parar y sin importar el sitio, cubriendo todo su rostro
con besos ansiados, mientras las lágrimas caían provocadas por la inmensa felicidad de
tenerla junto a ella) casi me muero
E: Oy...ien (aún doliéndole, la herida que parecía tener en el rostro, sonreía disfrutando
de los besos) e...die...e...oeia
M: ¿Qué me oías?
E: Oo...e... oeia
M: Ah... que oías, ¿durante la operación?
E: Oooo (se desesperaba por no poder hacerse entender y por fin los ojos se abrían) ae
ia
M: Cariño, usa alguna consonante, con tanta vocal no me entero de nada
E: ¿Eh?
M: Nada amor, ¿Cómo estás?, ¿te duele algo?, ¿necesitas algo?
E: Oy...ien... ¿han utilao?
M: Dios mío, no te entiendo nada, ¿te han utilizado? ¿es eso?
E: Oooooo... ais en a mar
M: Jajaja eso sí lo he entendido. Espera, voy a humedecer tu
E: Jejeje couf couf (la risa le provocaba tos) ais... no eoy pa eso jejeje couf... couf...
Marcada 298
M: No entiendo nada pero me encanta verte reír (unía sus labios con los de ella,
reteniendo el beso) voy a darte agua (se separaba para hacerlo)
E: Era (la retenía cogiendo su mano) a ente
M: ¿La gente? Pues han ido a comer ahora vendrán
E: Oo, las entes (veía como arrugaba el entrecejo sin entender) en (tiraba de ella y como
podía hacía que uniesen sus frentes)
M: Amor (con ese gesto conseguía que casi se derritiese)
E: ¿Canto e queres?
M: Muchísimo cariño
E: Jum o ambien... aoa húmeseme jejeje aiss couf couff
M: Que facilidad tienes para entender los verbos a tu antojo, que además siempre es el
mismo antojo
Nada más ver su espalda, se incorporaba llevándose las manos a la cara al ver su pierna
unida a su cuerpo, aunque estuviese escayolada por la parte posterior y llena de hierros
y tornillos
E: Uff que poquillo ha faltao (murmuraba) mami cuidao (advertía al verla entrar en la
habitación casi atropellando a su nuera y abalanzándose hacia ella, comenzando a
besuquearla
Poco a poco era saludada por todos, hecho que hacía que su sonrisa no pudiera borrarse
de su rostro, mientras a Maca le sucedía lo mismo presenciando la escena
Pepe: Menua has armado canija (a este no necesitaba pedirle que juntara sus frentes ya
lo hacia él)
E: Jejeje, exagerados
En: Encima se ríe, el tinte que necesito para cubrir las canas que me han salido ya sabes
de donde va a salir
E: Invito yo no pasa nah ¿y el resto?
M: Se tuvieron que marchar, llevas tres días aquí
E: Ah ¿y dónde es aquí?
M: En Madrid cariño
E: Ah ¿y cuando nos vamos?
M: Estábamos esperando que despertases para decidir tu traslado
Marcada 299
E: Ah ¿Y David?
M: Recuperándose, pero está bien
E: Ah, ¿y entonces no puedo ver a mi sobri?
M: Lo verás allí
E: ¿Y cómo es?
En: Sí que está bien, sí (murmuraba)
M: Guapísimo, después te enseño fotos y algún vídeo
E: ¿Y se parece a su tía?
En: Está perfectamente vamos (volvía a murmurar)
M: Jajaja pues así físicamente no, después ya veremos
E: ¿Y mi suegris porque está tan callaos?
Pedro: Esperando que te calles tú jajaja
E: Eah, se ve que los genes Wilson vienen modificados para vacilarme ¿Y que tengo en
la cara?
M: Te han realizado un injerto, no vayas a tocarte (retenía su mano que una vez
prohibida una acción acudía rápida a desobedecer)
Pepe: Ahora sí que te han marcao canija
E: ¿Y mi pierna?
En: Dios bendito de mi corazón (volvía a murmurar) como no iba a ser Guardia, con lo
preguntona que es
M: Eso es más difícil de explicar, mejor te lo cuenta el cirujano (sonaban dos toques en
la puerta) puede que sea él
Comandante: ¿Se puede? (asomaba su cabeza por la puerta)
E: Jejeje pues claro
Pepe: Ole y ole las médicas bonitas
Comandante: Jajaja, que gustazo de caballero es usted
Pepe: Pues claro, no cuesta nah alegrar al personal y tampoco es que este mintiendo
En: Ahora empieza el otro (murmuraba)
Rosario: Encarna (llamaba su atención hablando bajo) ¿no te molestan esas cosas?
En: No, al principio sí, pero después te acostumbras. Mujer, lo hace con la única
intención de piropear, ya se guardaría él de otra cosa
Rosario: Ah, ya decía yo
Comandante: Se la ve muy espabiladita
E: Jum, ésta (señalaba con la cabeza a Maca) que me despeja en nah jejeje
M: Esther (tapaba la cara de su chica con una mano)
Comandante: Jajaja, venía a despedirme en unas horas regreso a Kabul y quería ver
antes como estaba
E: Deje el usted, que después de casi trocear mi pierna, creo yo que ya hay confianza
Comandante: Pues sí, aunque es raro siempre nos hemos hablado de usted
E: Jum, casi hasta lo hacemos habland (se daba cuenta del gambazo y callaba, mientras
la Comandante no sabía dónde meterse) me refiero a...
M: Ya, déjalo cariño
E: Jejeje. Pero no os pongáis coloradas jejeje Cuando acabe en Kabul, ya sabe que me
debe una paellita, es que dicen que las hace de muerte cariño y a ti te gustan mucho
M: ¿Y no deberías ser tú quien la invitara?, más que nada por agradecimiento y eso
E: ¿Pues no ves que es Comandante?
M: ¿Y?
E: Es igual, nos invita igual
M: Te digo que no, lo haremos nosotras
E: Y yo te digo que lo hará ella
Marcada 300
E: (“no, no me pongas el culete tan a mano, que las manos las tengo bien jejeje. Cachis
en la mar, yo creo que lo hace a cosa hecha, nadie viene a pasar la tarde y la noche en
una Clínica con semejantes jeans apretaos, que eso no puede ser nah de cómodo. Dios
todavía le doy la libertad a mis manos y la lío. No, no, no puede ser que están sus tíos
aquí, que no hay manera que me enganche a la conversación con semejante culazo aquí
a mi lao. Voy a prestar atención a ver que dicen”)
Carmen: Tu padre insiste en que presente a Presidenta del Consejo Vinícola, pero
Macarena, es un cargo con que ocupa mucho tiempo y además no quiero estar en medio
de todos
M: ¿Corre peligro nuestra denominación de origen?
Carmen: No, para nada, pero ya sabes como es tu padre, se anticipa siempre
E: (“ah denominación de origen, este culo sí que es pa tener denominación de esa, amos
más pata negra imposible, ya me he ido otra vez, si es que todavía me acuerdo de lo de
anoche y se me erizan los pelos punkis que llevo. Jejeje anda que si su tía supiera lo que
su sobrina hizo aquí anoche, bueno y la otra noche y...”)
Sin alertar de su presencia se acercaba más a la cama, cogiendo el informe médico que
colgaba del mismo para comenzar a leerlo
Coronel: Jajaja no vayas a arrearme una tosta de las tuyas, sabes que no puedo con las
togas, por muy mujer tuya que sea. Siéntate que no creo yo que puedas estar de pie
mucho rato
E: Con lo que no puedo es con la tontería con la que has venido y ahora contesta a mi
chica
Coronel: A verte y (se giraba hacia Maca nuevamente) siéntese señoría y relaje la toga
que no está en su despacho
M: Será posible (no daba crédito al giro que la conversación parecía dar)
E: No le hagas caso Maca y mejor vete a por un café, no vaya ser que al final le arree y
tengas tú que verlo jejeje
Coronel: A lo que venía, a parte de verte, ¿Qué hago con Javier?
E: Llévatelo, aunque yo lo usaría solo para operativo porque como soplón deja mucho
que desear, mis chicas lo calaron en seguida
Coronel: ¿Qué chicas?
E: Pues como dice mi jefa (ahora era ella la que la señalaba con la cabeza) unas qué
más da jejeje
M: Me voy a por el café (no podía con su genio y prefería marcharse)
E: Jejejeje
Coronel: Jajaja, no se vaya, que yo ya me voy, me quedan solo dos cosas. Primera,
Esther ya sabes que el seguimiento a Aitziber continuará unos años más, ahora con más
motivos al meterse en la rama política de la banda
E: Jum ¿y?
Coronel: Todo esto de tu rescate y... mejor voy al grano como siempre, quiere
comunicarse contigo e incluso verte (terminaba de decir sin darle ninguna importancia,
mientras Maca, aun habiendo superado muchas cosas, no podía evitar cruzar sus brazos
al oír su nombre así como mirar de soslayo a Esther y ésta...)
E: ¿Pa que? (se sentaba en la butaca)
Coronel: Yo eso no lo sé, ¿qué hacemos?
E: Nada (encogía sus hombros) que haga lo que quiera, por mi parte no va a tener
ninguna contestación
Coronel: Hecho, entonces me voy ya
M: ¿La segunda cosa?
Coronel: Esa no le va a gustar señoría
M: Ya empezamos otra vez
E: Al lío Coronel, no me la cabree
M: Pero...
Coronel: Jajaja, hacéis buena pareja, sí señor (por fin se desapoyaba de la cama) las
puertas de mi grupo estarán siempre abiertas para ti
E: Jum, lo sé
Coronel: Mejórate y usted cuídela, nos veremos (sin más salía de la habitación)
E: Menuo tipejo está hecho, ven pa'ca cariño
M: Pelín imbécil el tipo (se sentaba en el apoya brazos)
E: Eah, pasa de él y dame todos los besos que no me has dado hoy (tiraba de su brazos
para que se sentase de sobre ella con las piernas a horcajadas, tratando de no hacerle
daño en la pierna
M: No hemos cerrado la puerta y todavía es temprano, puede aparecer alguna que otra
visita
E: Jolines, ya no hay respeto a los enfermos. No me dejan descansar
M: Jajaja ya claro descansar, segurísimo que es eso (la besaba y unía sus frente) cariño
E: Jum
Marcada 303
E: Ahí llegan, voy a adelantarme, a ver que puedo hacer por ti chaval (se iba hacia el
coche que llegaba, viéndola salir al momento de él) Señoría, Lara ¿que tal?
Lara: Bien... jodidos jajajaja, ya se podían ahorcar a horas más decentes
E: Anda que, vete viéndolo que yo voy a decirle una cosilla a mi señora, digo señoría
jejeje
Lara: Jajaja (se marchaba hacia el cadáver)
M: A ver que cosilla es esa
E: Ven pa'ca (tiraba de ella hacia el lado del coche buscando intimidad) no me extraña
que tardes en venir con lo guapísima que te pones para ver un muerto
M: Si quieres vengo con lagañas
E: Jejeje a mi me gustas igual, dame un besillo
M: Jajaja (se lo daba) dime que tenemos, que Paula anda muy nerviosa y lo mismo
vuelve a despertarse
E: Jum, es la prueba de mañana, mira que la hemos entrenado pero... bueno, a lo que
voy, se dura con el novato
M: No
E: Que sí
M: Te digo que no, sabes que en tus juegos yo no entro
E: Jolines, que es para que aprenda, ha descolgao al muerto, ¿sabes lo que eso significa?
M: Me da igual, préstame atención (cual su costumbre agarraba su flequillo tirando de
él, para acercarla) ven prontito a casa hoy
E: Jejeje, ya estoy tardando ¿no?
M: Sí y no vayas a dejar a Patri en nuestra cama, te la llevas a la suya
Marcada 305
E: Hecho
M: Genial, ahora vamos a acabar aquí ya
A las seis y poco de la mañana y después de un largo turno de noche, regresaba a casa
sin entretenerse, tal y como Maca le había pedido
Así y tras saludar a los compañeros con los que se encontraba por el patio, llegaba hasta
las viviendas, colgándose del balcón de un salto e introduciéndose en el piso que
habitaban
E: Cago en la leche Pedro, menudo susto me has dao (nada más pisar el salón casi
tropezaba con él)
Pedro: Jajajaja que cara has puesto mami (decía tapándose su cara)
E: ¿Qué haces despierto? (preguntaba agachándose ante un guapísimo niño de unos
nueve años, con el pelo castaño claro que terminaba en una pequeña coleta)
Pedro: Te esperaba, quiero que veas el plano, sino mañana mama no me dejará que te
despierte, lo tengo en la cocina ¿vamos? (se abrazaba a ella)
E: Deja que me duche, sabes que no me gusta tocaros cuando vengo de trabajar
Pedro: Vale, te espero y mientras te preparo un cola cao
E: Sabes que no me gusta (protestaba)
Pedro: Te aguantas a mí sí jajaja (se iba hacia la cocina)
Nada más ducharse iba directa a la cocina, donde se lo encontraba con el cola cao casi
bebido
Patricia: Estate quieto primo (en el patio del cuartel forcejeaba con un niño de unos
once años)
-: No me puedes llamar así
Patricia: Es verdad, estate quieto canalla, voy a leerte tus derechos, tienes derecho a
estar callao, tienes derecho a saber que yo mando, tie
-: Eso no es así prima, mejor léelos del papel
Patricia: Paso ahora del papel, te voy a llevar donde nuestras mamas y... no me puedes
llamar prima, soy la jefa
-: Es verdad, estoy tan loco que se me olvida, jefa estoy muy loco
Patricia: Lo sé, por eso te voy a llevar donde mi madre y te va a
-: No puedes decir madre
Patricia: Así es un rollo primo, no me puedes estar diciendo cosas todo el rato
Marcada 307
Ya en el cuartel, cruzaban el patio rápido para que cierta Magistrado no pudiera verlas
por el ventanal. Nada más llegar a las viviendas, encontraba a Pedro apoyado en la
pared con los brazos cruzados
E: ¿Y a ti que te pasa?
Pedro: Nada mami, estaba esperándote. A la ¿qué te has hecho esta vez pelirroja?
E: No la llames así
Paula: Eres un tonto mirón
E: No empecéis ¿y Patri?
Paula: Por ahí arrestando a todo el que la mira, esa niña está flipa
E: Oye, deja de meterte con tus hermanas, enga pa'rriba (lo alzaba lo justo para que el
niño se colgara del balcón) Patri (la llamaba a voces)
Patricia: Ya estoy aquí, mami tienes que decirme otra vez los derechos, se me han
mojao (sacaba un papel guarreado y mojado de su bolsillo)
E: ¿Cómo te metes eso en el bolsillo?
Patricia: ¿Pues no ves que se me ha mojao? Madre mía lo que se ha hecho ahora la
canijilla
E: Cago en, enga ya pa'rriba (repetía la acción del balcón con ella) ahora tú y yo (le
decía a Paula) por las escaleras
Paula: No, no y no (se cruzaba como podía de brazos) no me gustan las escaleras, son
un rollo las escaleras, no puedo con las escaleras
E: ¿Y cómo te agarras listilla?
Paula: Pedro me ayuda
E: Vaya tres, enga (la cogía y como bien había dicho la niña ayudada por Pedro subía)
ahora a lavarse las manos, en tres formados en la cocina (se colgaba del balcón y
Marcada 309
también subía) se me ha quitao el hambre con tanto nervio, verás cuando la vea (llegaba
hasta la cocina y destapaba la cacerola con la comida) ¿qué es esto?, yo paso (lo
calentaba)
Pedro: Ya estamos
E: Bien, a ver os voy dando (comenzaba a llenar platos: Crash (entregaba el plato a
Pedro) Dora Exploradora (lo entregaba otra vez a Pedro que Paula no podía) y Gadget
(lo entregaba a Patricia) enga a comer
Pedro: Falta el de la monster
E: Clavao a su madre, no solo en lo empollon (murmuraba) sí y monster (lo cogía ella
misma)
Una vez dispuesto todo lo necesario para el almuerzo se sentaba con ellos
M: Ya estoy aquí (se anunciaba tras entrar al piso) amor ¿otra vez lo ha roto?
E: Jum (estaba tan concentrada que ni se acordaba de la lesión de Paula)
M: ¿Y mis chicos porqué no salen?
E: Están con la wii (seguía a lo suyo)
M: Pedro está castigado (daba el primer taconazo)
E: ¿Eh?, ¿cómo es eso? (espabilaba e intentaba levantarse)
M: ¿No te lo ha contado?, me va a oír (se iba por el pasillo dirección al salón)
E: Cago en la leche, ya se me ha encasquillao (arrastraba su pierna) cariño espera, Jesús
la tercera guerra mundial y yo coja (avanzaba lo que podía) cariño escúchame un (se
paraba en seco)
M: Esther por tu padre, ¿qué le ha pasado a Paula?
E: Es que, que es que... jolines
Paula: Mami tranquila estoy bien (lucía su brazo)
M: ¿Que te has hecho ahora? (volvía a taconear mirándola)
E: Se... se le ha salido la cabeza del radio, pero nah, se lo h
M: ¿Nada?, ¿eso te parece nada? (lo volvía a hacer)
Paula: Pero que estoy bien (sonreía)
E: No, no es eso a lo que yo me refiero es... pues...
M: Déjalo (se agachaba a la altura de su hija examinando el brazo de su hija)
escúchame bien Paula, otra lesión más y se acaba la gimnasia artística
Paula: No, no mama, eso no (se abrazaba a ella con pucheros)
M: Si te decimos que un salto no lo tienes es que no lo tienes cariño (la separaba de
ellas) tienes que hacernos caso, Bea también te lo había dicho
Paula: Es que... yo quería avanzar
M: Pedro no te aproveches y apaga la wii, sabes que estás castigado
Pedro: Jolines (protestaba cruzándose de brazos) ha sido sin querer
M: ¿Sin querer? (se incorporaba tras besar a Paula y como no, taconeaba) apágala ahora
mismo
E: ¿Pero qué ha hecho?
M: ¿Que qué ha hecho?, además ¿por qué no se lo has contado?
Pedro: Yo que sé (aun con los brazos cruzados pataleaba)
E: Pero... (no se enteraba de lo que allí pasaba pero si recordaba lo que faltaba “solo
espero que no le pregunte ahora” pensaba)
M: Patricia (la llamaba al verla muy quieta mirando la televisión y sin mirarla a ella
desde que había entrado)
E: “(cago en... no se le escapa una (seguía pensando) ya podía habérmela echado más
lenta”)
M: Patricia mírame (la niña lo hacía mordiéndose el labio inferior) ¿el examen? (nada
más preguntar podía ver como en su rostro se formaba un puchero) dios mío de mi vida
(taconeaba) ¿suficiente para aprobar? (ahora la veía negar con la cabeza) genial, esto es
genial, mañana empiezas en refuerzo y sin pataletas, otro más y me entregas todos tus
juguetes policiales
Patricia: No, no, eso no mama
E: Ya va a ir a refuerzo (intervenía al ver a sus tres hijos cruzados de brazos, bueno una
solo el intento y con el rostro compungido) no creo yo que...
M: Tú ven conmigo a la cocina y vosotros sentaditos a hacer los deberes, que después
hablaremos y muy seriamente (daba media vuelta y esquivándola se dirigía a la cocina)
E: (“oh... oh... que mala cara lleva (pensaba) ¿yo no he hecho nah no?”) Esto... enga
hacerle caso no vayamos a enfadarla más y canijo, la última que me ocultas (no
esperaba más y se iba hacia la cocina arrastrando su pie) jejeje que canijillos tengo, se
Marcada 311
han sentao en seguida ¡eh!, obedientes son ¿verdad? (llegaba a la cocina hablando en
voz alta para que la escuchase y la encontraba apoyada en la encimera)
M: Todavía te hace gracia (se cruzaba de brazos)
E: ¿Eh?, bueno son... son chiquilladas. ¿Te lo preparo?
M: ¿Sabes lo que ha hecho Pedro? (ignoraba su pregunta para hacerlo ella)
E: No, todavía no me lo habéis dicho
M: Le ha tocado a Silvia el pecho
E: Jejeje (le entraba la risa floja) enga ya
M: No te rías, a mi hace ninguna gracia, me ha dejado en vergüenza
E: Ah (se le cortaba la risa de raíz) se le habrá ido la mano, no te enfades con él, que la
tal Silvia un día nos busca un problema con los escotazos que lleva (se acercaba a ella)
M: No (cortaba su avance) tengo una mañana de perros en el juzgado, aparece mi hijo a
lo gohst me abraza y después toca un pecho a una letrada, haciéndome pasar la mayor
vergüenza de mi vida. Después llego a casa y mi otra hija, alias la saltimbanqui, está
lesionada otra vez. Esther tiene nueve años y me faltan dedos para contar las veces que
hemos ido a urgencias con ella (se encendía según iba monologueando) y para más inri,
mi tercera hija vuelve a suspender un examen y van cuatro este trimestre. Todo porque
está obsesionada con seguir tus pasos. Pero yo no puedo enfadar porque son
chiquilladas ¿no es así?
E: Bue... ejem... bueno es que han coincido por eso impresiona
M: Ya impresiona, pero es que no es solo eso, es que también estás tú
E: ¿Yo? (señalaba así misma) yo no he hecho nah
M: ¿Seguro?... uhm... ¿estás segura?
E: Sí... ¿no?
M: Te lleva doliendo la pierna desde ayer y me he retenido para no darte las pastillas y
comprobar si por ti misma te las tomabas, pero mira qué casualidad, la caja está sin
empezar. Acaso no sabes ya ¿que si no las tomas después te pasas días sin poder
moverla?, dime ¿no lo sabes ya?
E: Eh... sí, pero es que...
M: Pero es que nada. La señora no quiere parecer una vieja con achaques, pues lo siento
mucho cariño, vieja no eres pero achaques tienes, ya es hora que lo asumas. Se me ha
quitado el hambre, voy a darme un baño, controla a tus hijos (terminaba de decir
marchándose de la cocina)
E: Mis hijos dice, pa lo bueno son de las dos pero si la lían son míos nah más, pues yo
solo apreté el botón no te digo, cago en... y achaques yo no tengo listilla (terminaba de
decirle cruzándose de brazos)
E: Menuo rebote ha pillao, también parece que se hubieran puesto los tres de acuerdo y
me echa a mí las culpas (hablaba para ella en la cocina todavía cruzada de brazos) Eso
es por culpa de la gente, que es muy mal metida, como siempre le dicen que cada uno de
los canijos ha sacao una cosa mía, pues claro entonces la culpa es mía. Jeejeje aunque
parecerse a mí se parecen jejeje casi clavaitos
Marcada 312
Paula: Mami (llegaba hasta ella) colócame esto en el brazo (le daba una funda, que la
niña ya tenía experiencia en lesiones)
E: ¿Vas a bañarte con mama? (se lo colocaba)
Paula: Sí, ya me ocupo yo, no te preocupes que tu Pipi se encarga de quitarle el enfado
E: Jejeje ya hubiera querido ser Pipi Lastrum tan guapa como tú (la besaba
apretujándola)
Paula: Yo soy más pequeña
E: Porque los gordos de tus hermanos no te dejaron espacio
Paula: Jajaja eso es verdad. Listo voy a llenarla de besos, ya verás que se le pasa en nah
E: Enga
E: Jum
Patricia: Vamos a bañarnos con ellas (tiraba de su camiseta)
E: No, mejor vete tú si quieres, pero oye ¿los deberes?
Patricia: Luego me ayudas
E: Pues enga al baño (“ja al baño dice, lo mismo me ahoga” murmuraba una vez la veía
salir de la cocina)
Pedro: Mami (imitaba a sus hermanas)
E: Que te quieres bañar ¿no?
Pedro: Sí, vamos
E: No, yo voy a aprovechar para adelantar trabajo
Pedro: No, eso no puedes
E: ¿Cómo que no?
Pedro: Estás de libre, tienes que estar con nosotros
E: Vosotros os vais a bañar y yo me voy a trabajar
Pedro: Te digo que no
E: Y yo te digo que sí, enga vete con ellas
Pedro: Entonces me voy contigo
E: No puedes y no te me pongas Wilson, arrea pa el baño, pero dame un besillo antes
Pedro: No tardes (la besaba) y no salgas por el balcón que te duele la pierna
E: Vale sí
M: ¿Y mami? (preguntaba a sus hijas, sentada en la gran bañera con Paula entre sus
piernas)
Patricia: En la cocina
Pedro: ¿Puedo mama? (entraba en el baño)
M: Claro cariño
Pedro: Mami se va a trabajar (se desnudaba y se colaba en la bañera)
M: Genial (murmuraba frustrada contra el hombro de Paula) bien, ahora vamos a
aprovechar para hablar muy seriamente, nada de juegos, nada de preguntas, ahora me
tenéis que prestar mucha atención
Pasaba por la puerta del baño y al oírlos en él, guiaba su pasos hacia el balcón, pero
nada más llegar recordaba la advertencia de Pedro y se giraba para salir de la vivienda
por la puerta
Marcada 313
M: Ahora sellamos lo que hemos hablado con un beso (todavía en la bañera y tras tener
una conversación seria con sus tres hijos, se unían en un pico colectivo)
Paula: Ha faltado mami
M: Cuando venga lo repetimos
Pedro: Ya está aquí (exclamaba feliz al escuchar cerrarse la puerta de la vivienda) jejeje
no ha ido a trabajar
E: Ya estoy aquí (abría la puerta del baño, con cuidado de no tirar el gran envase que
portaba en las manos) no nos quedaba helado (se encogía de hombros mirando a su
chica) tomad (se lo entregaba a Patricia para comenzar a desvestirse)
Patricia: Guay hay de varios sabores
E: Pues claro, están los que más os gustan (una vez quitado el jean una mano tiraba de
su camiseta haciendo que tuviera que inclinarse sonriendo)
M: Bésame (deletreaba sin sonido y al instante era obedecida, alargando el beso hasta
que...)
Pedro: Ya está, que os entusiasmáis jejejeje ¿a quién me he parecido?
Paula y Patricia: Al abuelo Pepe jajaja
Después de un gran baño con helado incluido, deberes, paseo y cena, conversaban en el
sofá ahora que los canijos dormían
M: Se agachó diciéndole que qué guapo era y él ni corto ni perezoso, llevó su mano a su
pecho, ríete no hace falta que te contengas (masajeaba el pie malherido de su chica)
E: Jejeje, salido nos ha salido un rato
M: En la bañera me ha dicho que quería tocar su collar, a saber
E: Pues claro, una cosa es que le guste piropear y mirar, y otra muy distinta es que sea
un tocón, mi canijo no es eso
M: El problema es que los dos abuelos lo animan y mi hermano Fran también
E: Bue, es gracioso... oye hoy me he dado cuenta de una cosa
M: ¿Qué cosa?
E: No estoy segura, pero creo que Pau va para bollycao (acabado el masaje se daba la
vuelta acomodando su cabeza en sus piernas)
M: Ah... eso, sí yo también lo creo (ahora acariciaba su cabello)
E: ¿Es que te ha dicho algo?
M: ¿Cómo me va a decir nada si ni ella lo sabe?
E: ¿Y entonces?
M: No sé, es una sensación por cómo reacciona a veces. Por ejemplo si alguna mujer
bonita le dice algo se pone roja y muy tímida, cuando Pedro hace alguno de sus
comentarios sobre mujeres ella se tapa la cara. Y además está María
E: ¿La hija de Cruz?
M: Sí, siempre está pendiente de ella y cuando Candela nos hace de niñera y María la
acompaña, trata siempre de acapararla o de tener contacto con ella, las manitas y esas
cositas
E: Jolines (lo alucinaba) pero... no puede ser, se llevan cinco años
M: Pues claro que no puede ser Pau tiene nueve años, pero mañana quien sabe. Igual
algún día tienen lo que sus madres no
E: Oye, ¿cómo sabes tú eso?
Marcada 314
Instantes después, tras comprobar que el sueño no volvía, se levantaba de la cama tras
besar su mejilla, dirigiendo sus pasos, como hacia muchas otras noches, hacia la
habitación de sus canijos
Nada más entrar sonreía sin proponérselo mirándolos, tomaba asiento en el suelo
apoyando su espalda en la pared, y un recuerdo llegaba a ella...
E: Usted eche como pa una boda jejeje, a mansalva, asegure dos o tres
Doctora: Precisamente nuestra buena fama es por partos únicos, solo tenemos un cinco
por ciento de probabilidades de parto múltiple
E: Ah... es igual usted llénelo (se giraba hacia su chica y no podía ver como la doctora
ponía sus ojos en blanco)
M: ¿Qué le has dicho?
E: Nah, ¿estás cómoda espatarradilla? (cogía su mano)
M: Comodísima, acércate un momento amor
E: Jum ¿qué? (se acercaba a su rostro)
M: Ahora tienes que...
Marcada 315
Doctora: Os dejo diez minutos (la cortaba) Macarena recuerda lo que te he dicho
(salía de la habitación)
E: ¿Qué te ha dicho?
M: Nada, préstame atención
E: Enga, pero no te pongas seria que me asusto
M: Jajaja no cariño, ahora tienes que estimularme
E: ¿Eh?
M: Dios mío (murmuraba) nada, bésame, solo tienes que besarme
E: Jejeje no, que si entra te da vergüenza
M: No va a entrar, tú bésame
E: Pero... ¿qué te ha dao? ¿Te has puesto nervio... (no podía continuar porque Maca
tiraba de su camiseta acercándola lo justo para atrapar sus labios con los suyos.
Comenzando a besarla de una manera tierna y convirtiéndolo al poco en un beso
sensual, entreabriendo sus labios y uniendo sus lenguas en una caricia que despertaba
terminaciones nerviosas) mae mía (conseguía decir entre besos) que estamos en
M: Shushh calla y sigue besándome
E: Jum enga
Minutos después la doctora con dos toques anunciaba su entrada y ellas cortaban el
beso
Mientras tanto la doctora se colocaba entre las piernas abiertas de Maca, con todo lo
necesario a su lado
M: Amor (la llamaba al verla todavía perdida y con una mano le cogía la barbilla para
fijar sus miradas) ¿estás aquí?
E: Jum, ¿pero qué ha pasado?
M: No ha pasado nada, solo tenías que (levantaba una ceja) uhm
E: Jejeje eso era estimular, ¿y lo he conseguido?
M: Por supuesto, ahora dame la mano
E: Jum enga
Doctora: ¿Quiere hacerlo?
E: Jejeje amos que menua pregunta hace aquí la doctora (murmuraba) jejeje
M: Se refiere a si quieres participar en la inseminación cariño
E: Ah... pues claro
Doctora: Colóquese junto a mí
E: Voy (dejaba la muleta que todavía llevaba y a paso lento se colocaba a su lado)
Doctora: Cuando yo le diga, solo tendrá que empujar esto (le enseñaba un pequeño
artilugio)
E: Cachis en la mar (se emocionaba nerviosa) ¿qué pasa si fallo?
Doctora: Jajaja, no puede fallar, el tubo está dentro
E: Ah
Doctora: ¿Estáis listas?
Marcada 316
E: No, espere un momento (volvía hacia Maca) ya has odio que yo no puedo hacer nah
para estropearlo
M: Ya lo sé
E: Mae mía, que al final te preño
M: Jajaja, sí pero venga hazlo ya, que la postura empieza a resultar incomoda
E: Pero es que... que es que....
Doctora: Ejem (carraspeaba para llamar su atención)
M: ¿Qué pasa ahora amor?
E: Que lo quiero hacer bien
M: Pero si ya te ha dicho la doctora que tú no puedes fallar
E: Es que no es eso
Doctora: (“desde luego hay gente a la que le va la marcha, la necesidad que tendrá de
niños con la mujer que tiene” pensaba)
E: ¿Puedo hacerlo desde aquí? (preguntaba a la doctora)
Doctora: Sí, tenga (alargaba el artilugio hasta ella) cuando quiera (la apremiaba)
E: Vale ahora sí. Maca (la nombraba emocionada mirándola a los ojos)
M: Amor (cogía su rostro con ambas manos y juntaba sus frentes) hazlo ahora
Doctora: Como te dije por teléfono ya tengo los resultados (les decía sentada en la
butaca de su consulta, con ellas sentadas tras es el escritorio)
M: Genial
Doctora: Queréis leerlo vosotras o...
E: Diga ya lo que sea y no alargue esto más, que todavía me da
M: Tranquila cariño, dame la mano anda
Doctora: Entonces lo leo yo
E: Que sí, pero no vaya a empezar a decir que la hemoglobina, la pituitaria o sus
muelas, directamente sí o no
Doctora: No quiero que pienses que soy una entrometida, pero ¿siempre es así de
nerviosa?
M: No, solo cuando sucede algo importante, o algo que la emocione, o algo que...
E: Estoy aquí graciosillas
M: Jajaja pobre
Doctora: Jajaja, a ver (abría el sobre con los resultados y en seguida sonreía)
E: Mae mía, ¿eso es que voy a ser madre? (apretaba tanto la mano de su chica que...)
M: Auch, cariño por favor aprieta menos
Doctora: Sí, enhorabuena a las dos
E: Cachis en la mar (soltaba su manos para taparse el rostro) no os asustéis si echo
unas lagrimillas que me he emocionao
M: Jajaja, ven aquí amor (descubría su rostro para ser ella quien lo atrapara en sus
manos y besarla)
Marcada 317
E: Jejeje mi padre que... (su mirada casi la traspasaba) mae mía no salgas en bolas a
recibirme que sabes que me puede dar un soponcio
M: Mentirosa (retornaba a la habitación)
E: Jejeje (la seguía) ¿estás de barbie Cibeles?
M: ¿Acaso has visto alguna vez una barbie gorda?
E: Pero que dices, tú no estás gorda
M: ¿Ah no? ¿Por qué no me vale la ropa entonces?
E: Jejeje yo que sé. Habrá encogio en la secadora
E: Pues eso, que nosotras ya de por si llevábamos un ritmo muy alto, pero es que
ahora...
Pepe: No me digas más
E: ¿Qué?
Pepe: Complejo guarrilla, esa es la fase más guay, aunque vete haciendo de vitaminas,
llegarás a necesitarlas, hazme caso
E: ¿Pero qué fase es esa?
Pepe: Va a querer meneo a todas horas, verás que nada la sacia, y venga y venga y
venga. Tú, como García que eres, a cumplir, todo sea por los canillizos
E: Mae mía, ya le ha dao
Pepe: ¿Qué pasa?
E: Acabo de entrar al piso y (tragaba saliva) y...
Pepe: Valiente y con un par
M: Ya era hora que vinieses (susurraba en camisón corto, muy corto de seda negra,
con sus largas piernas cruzadas y apoyadas en la mesa)
Pepe: Si en la otra fase te concedí las dos orejas, en esta te llevas hasta el rabo
E: Jejeje calla
Pepe: Te dejo canija, ole las toreras de sangre García (colgaba)
M: Has tardado tanto que hasta te he echado de menos (decía muy sentida)
E: Si estaba en la cocina (se tumbaba el cama y abría sus brazos para recibirla)
M: No sé, te he extrañado mucho, amor, ¿Cómo me dejas sola tanto tiempo?
(comenzaba a llorar abrazada a su pecho)
E: Si solo han sido unos minutillos
M: Pues lo justo, dime que me quieres por lo menos, que estoy llorando
E: Jejeje pues claro que te quiero y mucho además
M: Bien, dame un beso corre (antes de acabar la frase sus labios ya se unían en un
beso cargado de sentimientos)
Ana: Todo está medio listo, nos faltan muy pocos detalles (charlaban en el pasillo de
quirófanos)
Rosario: Tenéis que aligerar un poco que solo os queda un mes, que parece mucho
tiempo pero pasa enseguida
En: ¿Cómo no celebráis la boda en tu hotel?
Ana: No Encarna, no quiero casarme donde paso el día cabreada jajaja
E: Sois lo peor, como dice mi chica, no sé cómo me habéis dejado hacerle eso (sentada
en el suelo protestaba sin nadie cerca) ¿cómo no me parasteis?... cago en la doctora
que me dejó apretar el botón, que mira la que armé
E: Cago en la leche, seguir ahí hablando como si nah, que me la están rajando. Tenía
que haber venido armada, se iban a enterar estos, que me le hagan algo mal y la lío
parda. Uff no te imaginas la falta que me estás haciendo, sal y abrázame coño, que lo
necesito
C: Esther cariño (llegaba hasta ella y al momento se enganchaba a una de sus piernas)
E: ¿Cuánto falta Cruz?
C: Lleva solo hora y media, anda... ¿Qué hay ahí arriba? (señalaba el techo)
E: Pues (miraba hacia arriba y por inercia su boca se abría. Momento que Cruz
aprovechaba para introducirle un tranquilizante, cerrándole la boca a continuación)
aona (protestaba)
C: Traga o no te suelto (lo hacía) buena chica (la soltaba)
E: ¿Qué me has dao?
C: Algo para los nervios
E: No lo soporto, no he sufrido tanto en toda mi vida, ríete del secuestro, del atentado y
de todo lo que me ha pasado hasta ahora. Me quedo sin pelotón Cruz
C: ¿Sin qué?
E: Sin un porrón de niños, yo por esto no paso otra vez. Total, familia numerosa ya
vamos a ser ¿Qué no?
C: Jajaja sí. Escúchame un momento (se agachaba a su altura) si estás tranquila, te
consigo algo muy pero muy especial
E: No quiero nah, solo quiero que salga y me abrace
C: Eso hasta dentro de unas horas no va a ser posible
E: Entonces voy a ver si me doy una carrerilla por el aparcamiento
Pedro: No puedes Esther (se unía a ellas) y no se te ocurra volver a intentar hacer el
pino o me chivo a mi hija
E: Usted no me hable, que está de risas mientras rajan a su hija (se levantaba)
Marcada 321
Pepe: Ahí lo llevas consuegro, por reírte (otro que se unía) canija que ahora parece
muy largo, pero luego ni te acuerdas
En: ¿Qué pasa?
E: Mami, que no puedo más (se colgaba de ella) lo mismo tendría que liarla un poco
para calmarme
En: Ni se te ocurra. Ya verás cuando los veas salir, va a ser el día más bonito de tu
vida
Pedro: Eso que has dicho (se había quedado dolido con la contestación anterior de su
nuera)
E: No me tome nada en cuenta, que ahora mismo, hasta podría renegar de la Guardia
Civil
Pedro: Ah, entonces continúas siendo mi nuera preferida
E: Pues claro
En: Como sigas apretándome, lo mismo te vuelves a colar en mi barriga
Rosario: Ya salen (exclamaba a viva voz al ver como abrían las dos puertas para pasar
un carro con tres cunas)
M: Es increíble lo rápido que han crecido, ¿verdad amor? (se giraba para ver su cara)
Marcada 322
E: Jum, parece que fuese ayer y mira que trabajo dieron un rato
M: No nos podemos quejar, tuvimos mucha ayuda, todos se portaron genial
E: Jum, ¿volvemos a la camita?
M: Sí (se levantaba y la ayudaba, abrazándola ahora ella por su espalda. Mientras
ambas miraban a sus hijos dormir)
E: ¿Eres feliz?
M: Muchísimo amor, ¿y tú?
E: No te puedes imaginar cuanto
FIN
E: Sí, espera un momento. Jejeje, ¿veis? Se sigue impacientando en nah, mañana nos
vamos al pueblo y está atacá preparando maletas. También habéis podido ver que al
final no hemos tenido un pelotón, me he conformado con una escuadra, pero es que se
pasa tela de mal y estos canijos son tan trastos que valen por diez ellos solitos
M: Amor, ¿puedes venir ya?
E: Jejeje, que sí, ya voy barbie prisas. ¿Sabéis? ahora que somos unas cuarentañeras,
muchas veces me dice que ya no está bien que le diga mi chica jejeje ella no sabe que lo
será hasta que me muera. Ah que se me olvidaba, recibí carta de Aitziber, bue... me
pedía perdón y me decía que le alegraba saber que me cuidaban y mucho... jum... no le
guardo rencor por mi... pero sí por los compañeros y civiles que... mejor lo dejo ahí, que
todavía me emociono y mi chica se me asusta jejeje.
Me voy chicas, pero antes quiero dedicaros esto, sabéis que me encanta Sabina, pues no
hay mejor manera de despedirme de vosotras que esta canción. Su letra es todo lo que
yo deseo para vosotras. Nos vemos y si os da el alto una Sargento de la Guardia Civil,
pequeñaja, con una marca en la sien derecha y más apañá que todas las cosas, saludarme
que soy yo