Historia Del Paraguay
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Este aviso fue puesto el 17 de marzo de 2013.
La historia del Paraguay abarca desde el comienzo del poblamiento humano hasta
nuestros días. La historia paraguaya puede ser dividida en tres grandes períodos: etapa
precolombina, colonial, y republicana.
Índice
1 Tiempos precolombinos
2 Época colonial
3 Independencia
4 El periodo independiente hasta 1864
5 Guerra De la Triple Alianza
6 Entre dos guerras
7 Guerra del Chaco
8 Guerra civil de 1947
9 Dictadura de Stroessner
10 Transición a la democracia
11 Actualidad
12 Cronología
13 Referencias
Tiempos precolombinos
Artículo principal: Historia precolombina de Paraguay
Áreas de expansión de las lenguas tupíes en América del Sur.
Ante los avá (o guaraníes) se encontraban las etnias cazadoras-recolectoras de los ŷes o
lágidos (por ejemplo los ašé-guayakí) y las de los pámpidos destacándose entre este
segundo conjunto las etnias llamadas por los guaraníes: agaces y payaguás.
Época colonial
Artículo principal: Gobernación del Río de la Plata y del Paraguay
Paraguay fue descubierto por Alejo García y Sebastián Gaboto, a las órdenes de España
en 1524, dándose inicio a una historia de colonialismo, hasta 1811, año en que se
independizó de España.
En 1750, el tratado de límites entre España y Portugal, afectó a Paraguay con las
pérdidas de Guayrá (entre el río Paraná y el Océano Atlántico), la gran provincia del
Itatín y la región de Cuyabá que fueron cedidos al Brasil portugués a cambio de la
Colonia del Sacramento, en la Banda Oriental del río de la Plata.
En 1767 los jesuitas fueron expulsados de España y sus dominios por orden de Carlos
III. Las reducciones pasaron a ser dirigidas por grupos seglares y religiosos, pero
entraron en un proceso de decadencia.
El Virreinato del Río de la Plata fue creado en 1776 por el rey Carlos III, integrando en
su jurisdicción los actuales territorios de Argentina, Uruguay, Río Grande del Sur y
Santa Catarina actual Brasil, Paraguay, Bolivia y el norte de Chile. La creación del
nuevo Virreinato del Río de La Plata desligó al Paraguay del Virreinato del Perú. La
capital del nuevo virreinato se hallaba en la ciudad de Buenos Aires.
En 1777 la provincia del Paraguay fue integrada en el Virreinato del Río de La Plata
dentro del cual se mantuvo hasta 1811.
Independencia
Artículos principales: Rechazo del Paraguay a la Revolución de Mayo, Revolución de
mayo de 1811 e Independencia del Paraguay.
Casa de la Independencia.
En 1806 y 1807 se producen las Invasiones Inglesas, que ocupan las ciudades de
Buenos Aires y Montevideo. Desde Asunción, Córdoba y otros lugares del virreinato se
enviaron tropas que colaboraron a la expulsión de los invasores. Las invasiones inglesas
demostraron la indefensión del virreinato y la declinación del poder español era poco
competente.
En 1810 llegó a Buenos Aires, capital del virreinato del Río de la Plata, la noticia de que
Sevilla había sido ocupada por las fuerzas de Napoleón Bonaparte. En respuesta se
reunió un cabildo abierto, que el 25 de mayo de 1810 reemplazo al virrey Cisneros por
una junta de Gobierno. Entre sus objetivos estaba convocar a la reunión de un congreso
de representantes de todas las provincias del Virreinato del Río de La Plata, para definir
la forma de gobierno del ex virreinato.
A fines de 1810 las tropas al mando del General Manuel Belgrano marcharon en una
expedición para intentar sumar al Paraguay a las recién creadas Provincias Unidas del
Río de la Plata. Las fuerzas de esa expedición no recibieron apoyo local y fueron
derrotadas en las batallas de Paraguarí y Tacuarí ―19 de enero y 9 de marzo de 1811―
por los realistas, entre quienes hasta entonces revistaban los oficiales Fulgencio Yegros
y Manuel Cabañas. Estas batallas, tanto por el éxito de las fuerzas paraguayas como por
la huida en la ocasión del gobernador español Velasco ―al pensar que habían sufrido
un revés militar― y los repetidos contactos de la oficialidad paraguaya con Belgrano,
son consideradas como el comienzo de una toma de conciencia de las propias fuerzas
por parte de los paraguayos.
La inserción de Carlos Antonio López en la vida política del país se inició a la muerte
de Rodríguez de Francia, cuando fue designado consejero y secretario de Mariano
Roque Alonso durante el gobierno de la Comandancia de Armas. Posteriormente, en
1841 es nombrado cónsul del Paraguay (en el mismo sentido que antes Francia y
Yegros) En 1844, el Congreso le otorgó poderes de presidente de la República, por diez
años.
Carlos Antonio López continuó, aunque con un estilo diferente, abriendo lentamente al
país al exterior, la defensa de la independencia paraguaya, amenazada especialmente
por la negación del Gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas de reconocer la
independencia del país y su insistencia en seguir considerando que la incipiente
Argentina tenía derechos sobre la antigua Provincia del Paraguay, heredados del
dominio español.
Entre las acciones de progreso del gobierno de López se destaca la creación del primer
periódico nacional: El Paraguayo Independiente, de la Flota Mercante y del Ferrocarril;
la puesta en marcha de la fundición de Ybycuí, los arsenales nacionales, y la
contratación de unos 200 técnicos europeos que aportaron su conocimiento y su trabajo
para la modernización de la capital y del país. La educación y la cultura fueron otros
campos muy favorecidos por iniciativas de Don Carlos, quien cumplió un segundo y un
tercer periodo de gobierno, hasta su muerte, en 1862.
A lo largo del siglo XIX, el Paraguay había reducido sus pretensiones territoriales para
no aumentar los conflictos externos con el Brasil y la Argentina. No obstante, el
Imperio no observaba la misma conducta, y pretendía imponer los límites a su vecino.1
Por su parte, la Argentina había aumentado sus pretensiones a lo largo de la década de
1850, exigiendo la soberanía sobre todo el Chaco Boreal.2
Éste reveló a los paraguayos que, desde el norte del Paraguay, los brasileños pensaban
realizar una invasión con 12.000 soldados (6.000 que se hallaban en el lugar, más otros
6.000 que llegarían de refuerzo) bien armados y una flotilla de 6 a 8 buques de apoyo.
Prueba de ello era el avance ilegal que realizaron las tropas imperiales sobre la zona,
fundando u ocupando fuertes e instalando campamentos en ese territorio "en litigio".
Así se motivó el "ataque preventivo" al Mato Grosso, en 1865, que resultó totalmente
victorioso para las armas paraguayas. Los aliados quedaron desarticulados, su plan fue
roto en pedazos, y recurrieron a una operación desesperada.
Los 6.000 que debían reforzar, con tiempo y preparación, a las tropas brasileñas que se
hallaban en Mato Grosso, fueron enviados "a los apuros" a socorrer a sus compañeros a
finales del año 1865. El Cnel. Carlos de Morais Camisao y sus subalternos, el Tte. Cnel.
Albino de Carvalho y el Vizconde de Taunay, lideraron el avance, que fue una
verdadera lucha contra "penurias y fatigas".
Con enorme valentía, los brasileños lograron superar, ciénagas, meandros, bosques,
enfermedades y escasez. Cerca de 2.000 de sus compañeros quedaron en el camino
cuando alcanzaron las posiciones controladas por Paraguay.
El Mariscal López, siempre perfectamente informado, ya sabía todo esto y (según Jorge
Thompson en su famosa obra "La Guerra del Paraguay") personalmente, sin informar al
grueso del Ejército que se hallaba en la Fortaleza de Humaitá, partió hasta la Villa de
Concepción, en el Norte. Desde allí, organizó una brillante defensa, que quedó a cargo
del Myr. Martín Urbieta. Solo después de dominar un amplio territorio, López solicitó
autorización al gobierno argentino para cruzar territorio de la provincia de Corrientes,
para enfrentar al Brasil en el Uruguay o en sus inmediaciones.7 La negativa del
presidente argentino Bartolomé Mitre llevó a Francisco Solano López a declarar la
guerra a la Argentina8 y ordenar la invasión paraguaya de Corrientes que se inició con
una serie de éxitos, pero las sucesivas derrotas en la batalla de Riachuelo,9 la Batalla de
Yatay10 y el sitio de Uruguayana11 obligaron finalmente a los paraguayos a evacuar
territorio correntino a fines de 1865.12
La siguiente fase ―iniciada con la invasión aliada del 16 de abril de 1866―14 fue una
lucha por la posesión del extremo sur del Paraguay, especialmente la Fortaleza de
Humaitá, que impedía el paso de buques enemigos hacia el centro del país.15 Las
batallas de Tuyutí y Curupaytí16 ―terribles derrotas de las fuerzas paraguayas la
primera, y sangriento error aliado la segunda― llevaron a la práctica detención de las
operaciones tras una serie de combates menores. Una epidemia de cólera diezmó ambos
ejércitos.17 Cuando el Imperio retomó su ofensiva, a mediados de 1867, aún le costó un
año tomar Humaitá y las demás fortalezas de la zona.18
Mientras tanto, Jovellanos fue sucedido en noviembre de 1874 por Juan Bautista Gill.
Tras la muerte de Gill, lo sucedió su vicepresidente Higinio Uriarte, que tampoco logró
estabilizar la situación política del Paraguay. Tras el período de Cándido Bareiro, ex
embajador de los López en Europa, el Congreso designó en 1880 a Bernardino
Caballero para suceder a Gill; posteriormente sería reelegido y gobernaría hasta 1886.
Durante su mandato se reorganizaron las instituciones, se extendió el ferrocarril y el
telégrafo. Se fundaron varias localidades, decenas de escuelas y se estableció el primer
tranvía en Asunción. Fue sucedido por el general Patricio Escobar, que continuó la
política de aquél; su más recordado aporte a la cultura del país fue la fundación de la
Universidad Nacional de Asunción. Sus opositores fundaron el primer partido moderno
del Paraguay, el Partido Liberal, que seguían la tradición de los opositores al gobierno
de los López. Ese mismo año, los partidarios del gobierno, dirigidos por el general
Caballero, fundaron el Partido Colorado, que reivindicaba la tradición nacionalista y la
actuación paraguaya en la guerra de la Triple Alianza; éste conservaría el gobierno hasta
el comienzo del siguiente siglo.31
Durante los siguientes años dirigió el país el Partido Liberal; no obstante, éste estaba
dividido en fracciones, lo que llevó a una inestabilidad política constante. Tras dos
cortos gobiernos revolucionarios, asumió la presidencia el general Ferreira, que fue a su
vez derrocado por el general Albino Jara. Sucesivas revoluciones dirigidas tanto por
liberales disidentes como por colorados llevaron a los cortos períodos de gobierno de
Emiliano González Navero, Manuel Gondra, Albino Jara, Liberato Marcial Rojas y
nuevamente González Navero, ninguno de los cuales logró completar los cuatro años
prescriptos por la Constitución. El primero en lograrlo desde la presidencia de Escobar
fue Eduardo Schaerer, entre 1912 y 1916; su período de gobierno estuvo signado por un
gran crecimiento económico, causado por las ventajas comerciales que aportó la
Primera Guerra Mundial. Sus sucesores fueron Manuel Franco, José Pedro Montero,
Manuel Gondra y Eusebio Ayala, ninguno de los cuales completó los cuatro años.
Durante el año 1922, los colorados llevaron al país a una larga guerra civil, en la que
fueron derrotados tras larga y sangrienta lucha. Solo a partir de 1924 se inició un
período de estabilidad, con Eligio Ayala, José Patricio Guggiari y Eusebio Ayala
completando cada uno sus cuatro años de mandato.33