Prefacio A Baladas Líricas (Traducción)
Prefacio A Baladas Líricas (Traducción)
Prefacio A Baladas Líricas (Traducción)
Se percibirá fácilmente que la única parte de este soneto que tiene algún valor son
las líneas impresas en cursiva; Es igualmente obvio que, excepto en la rima, y en el uso de
la única palabra "infructuosa" para infructuosamente, que es hasta ahora un defecto, el
lenguaje de estas líneas no se diferencia en absoluto del de la prosa.
Por la cita anterior se ha demostrado que el lenguaje de la Prosa puede estar bien adaptado
a la Poesía; Y se afirmó previamente que una gran parte del lenguaje de cada buen poema
no puede en ningún sentido diferir de la buena Prosa. Iremos más allá. Puede afirmarse con
seguridad que no hay ni puede existir ninguna diferencia esencial entre el lenguaje de la
prosa y la composición métrica. Nos gusta describir la semejanza entre la poesía y la
pintura y, por consiguiente, las llamamos hermanas: ¿pero dónde encontraremos vínculos
suficientemente estrechos para tipificar la afinidad entre la composición métrica y la prosa?
Ambos hablan por y hacia los mismos órganos; Se puede decir que los cuerpos en que
ambos están vestidos son de la misma sustancia, sus afectos son parientes y casi idénticos,
no necesariamente diferentes incluso en grado; La poesía no derrama lágrimas como lloran
los ángeles, sino lágrimas naturales y humanas; No puede presumir de ningún coro celestial
que distinga sus jugos vitales de los de la prosa; La misma sangre humana circula por las
venas de ambos...
Tomando el tema, entonces, en términos generales, permítanme preguntar, ¿qué se
entiende por la palabra poeta? ¿Qué es un poeta? ¿A quién se dirige? ¿Y qué lenguaje se
puede esperar de él? -Él es un hombre que habla a los hombres: un hombre, es cierto,
dotado de una sensibilidad más viva, más entusiasmo y ternura, que tiene un mayor
conocimiento de la naturaleza humana, y un más comprensivo Alma, de lo que se supone
que es común entre la humanidad; Un hombre complacido con sus propias pasiones y
voliciones, y que se regocija más que otros hombres en el espíritu de vida que está en él;
Deleitando contemplar voliciones y pasiones semejantes manifestadas en los
acontecimientos del Universo, y habitualmente impulsadas a crearlas donde él no las
encuentra. A estas cualidades ha añadido una disposición para ser afectado más que otros
hombres por cosas ausentes como si estuvieran presentes; La capacidad de conjurar en sí
las pasiones, que en realidad están lejos de ser las mismas que las producidas por los
acontecimientos reales, sin embargo, (especialmente en aquellas partes de la simpatía
general que son agradables y deliciosas) se parecen más a las pasiones producidas por los
acontecimientos reales , Que de los movimientos de sus propias mentes meramente, los
otros hombres están acostumbrados a sentir en sí mismos: de donde, y de la práctica, ha
adquirido una mayor disposición y poder en expresar lo que piensa y siente, y
especialmente esos pensamientos Y sentimientos que, por su propia elección, o de la
estructura de su propia mente, surgen en él sin excitación externa inmediata.
Pero cualquiera que sea la parte de esta facultad que podamos suponer hasta el
mayor poeta que posea, no puede haber duda de que el lenguaje que le sugerirá, a menudo,
en la vivacidad y en la verdad, debe ser inferior a lo que dicen los hombres en realidad La
vida, bajo la presión real de esas pasiones, ciertas sombras de las cuales el Poeta así
produce o se siente producido en sí mismo.
Por muy exaltada que se desee apreciar el carácter de un Poeta, es obvio que
mientras describe e imita las pasiones, su empleo es en cierto modo mecánico, comparado
con la libertad y el poder de la acción real y sustancial y el sufrimiento. De modo que el
poeta quiere que sus sentimientos se acerquen a los de las personas cuyos sentimientos
describe, no, quizás, por cortos espacios de tiempo, tal vez, para dejarse caer en una
completa ilusión e incluso confundir e identificar su Sus propios sentimientos con los
suyos; Modificando sólo el lenguaje que se le sugiere por una consideración que describe
para un propósito particular, el de dar placer. Aquí, entonces, aplicará el principio de
selección que ya se ha insistido. Él dependerá de esto para eliminar lo que de otro modo
sería doloroso o asqueroso en la pasión; Sentirá que no hay necesidad de engañar o de
elevar la naturaleza; y cuanto más laboriosamente aplique este principio, más profunda será
su fe que ninguna palabra, que su fantasía o imaginación pueda sugerir, se comparará con
Aquellos que son las emanaciones de la realidad y la verdad.
Pero puede decirse de quienes no se oponen al espíritu general de estas
observaciones que, como es imposible que el poeta produzca en todas las ocasiones un
lenguaje tan exquisitamente ajustado a la pasión como lo que la propia pasión propiamente
dicha sugiere Es correcto que se considere como la situación de un traductor, que no tiene
escrúpulos de sustituir las excelencias de otro tipo por aquellas que son inalcanzables por
él; Y se esfuerza ocasionalmente por superar su original, con el fin de hacer algunas
correcciones para la inferioridad general a la que se siente que debe someterse.
Pero esto sería para alentar la ociosidad y la desesperación deshonesta. Además, es el
lenguaje de los hombres que hablan de lo que no entienden; Que hablan de la poesía como
de una diversión y de un placer ocioso; Que nos acompañará con tanta gravedad por el
gusto por la poesía, como lo expresan, como si fuera una cosa tan indiferente como el gusto
por el baile de cuerdas, el Frontiniac o el Jerez. Aristóteles me ha dicho que la poesía es la
más filosófica de toda escritura: es así: su objeto es la verdad, no individual y local, sino
general y operativa; No de pie sobre el testimonio externo, sino llevado vivo en el corazón
por la pasión; Verdad que es su propio testimonio, que da competencia y confianza al
tribunal al que apela, y los recibe del mismo tribunal. La poesía es la imagen del hombre y
de la naturaleza. Los obstáculos que obstaculizan la fidelidad del biógrafo y del historiador,
y de su consecuente utilidad, son incalculablemente mayores que los que ha de encontrar el
poeta que comprende la dignidad de su arte. El poeta escribe bajo una sola restricción, a
saber, la necesidad de dar placer inmediato a un ser humano poseído de esa información
que se puede esperar de él, no como un abogado, un médico, un marinero, un astrónomo, o
un filósofo natural, Sino como un hombre. Excepto esta restricción, no hay objeto entre el
Poeta y la imagen de las cosas; Entre esto, y el Biógrafo e Historiador, hay mil. Tampoco se
debe considerar esta necesidad de producir placer inmediato como una degradación del arte
del Poeta. Es muy diferente. Es un reconocimiento de la belleza del universo, un
reconocimiento más sincero, porque no formal, sino indirecto; Es una tarea ligera y fácil
para el que mira el mundo en el espíritu del amor: más aún, es un homenaje a la dignidad
nativa y desnuda del hombre, al gran principio elemental del placer, por el cual él sabe, y
Siente, vive y se mueve. No tenemos simpatía sino lo que se propaga por el placer: no sería
mal interpretado; Pero dondequiera que simpaticemos con el dolor, se verá que la simpatía
se produce y se lleva a cabo por combinaciones sutiles con el placer. No tenemos
conocimiento, es decir, no hay principios generales extraídos de la contemplación de
hechos particulares, sino de lo que ha sido construido por el placer, y existe en nosotros
sólo por el placer.
El Hombre de la ciencia, el Químico y el Matemático, cualesquiera que sean las
dificultades y repugnancias con que hayan tenido que luchar, lo saben y lo sienten. Por más
dolorosos que sean los objetos con los que está conectado el conocimiento del Anatomista,
siente que su conocimiento es placer; Y donde no tiene placer, no tiene conocimiento. ¿Qué
hace entonces el Poeta?
Considera que el hombre y los objetos que lo rodean actúan y reaccionan entre sí
para producir una complejidad infinita de dolor y placer; Considera al hombre en su propia
naturaleza y en su vida cotidiana como contemplando esto con cierta cantidad de
conocimiento inmediato, con ciertas convicciones, intuiciones y deducciones que, por
hábito, adquieren la calidad de las intuiciones; Él lo considera como mirando esta compleja
escena de ideas y sensaciones y encontrando en todas partes objetos que inmediatamente
excitan en él simpatías que, de las necesidades de su naturaleza, van acompañadas de un
desequilibrio de goce. A este conocimiento que todos los hombres llevan consigo, ya estas
simpatías en que, sin otra disciplina que la de nuestra vida cotidiana, estamos preparados
para deleitarnos, el Poeta dirige su atención principalmente. Considera al hombre ya la
naturaleza como esencialmente adaptados entre sí, y la mente del hombre como
naturalmente el espejo de las propiedades más hermosas y interesantes de la naturaleza. Y
así el Poeta, impulsado por este sentimiento de placer que le acompaña en todo el curso de
sus estudios, conversa con la naturaleza general, con afectos semejantes a los que, a través
del trabajo y del tiempo, el Hombre de ciencia ha suscitado En sí mismo, conversando con
aquellas partes particulares de la naturaleza que son los objetos de sus estudios. El
conocimiento tanto del Poeta como del Hombre de ciencia es placer; Pero el conocimiento
del uno se adhiere a nosotros como una parte necesaria de nuestra existencia, nuestra
herencia natural e inalienable; La otra es una adquisición personal e individual, tardía en
venir a nosotros, y sin ninguna simpatía habitual y directa que nos conecta con nuestros
seres queridos.
El hombre de ciencia busca la verdad como un benefactor remoto y desconocido; Él
la ama y la ama en su soledad: el poeta, cantando una canción en la que todos los seres
humanos se unen a él, se regocija en la presencia de la verdad como nuestro amigo visible y
compañero cada hora. La poesía es el aliento y el espíritu más fino de todo conocimiento;
Es la expresión apasionada que está en el rostro de toda la Ciencia. Se puede decir
enfáticamente del Poeta, como Shakespeare ha dicho del hombre, 'que mira antes y
después.
Él es la piedra de la defensa de la naturaleza humana; Un sostenedor y conservador,
llevando consigo la relación y el amor. A pesar de la diferencia del suelo y del clima, del
lenguaje y de las costumbres, de las leyes y de las costumbres: a pesar de las cosas
silenciosamente pasadas de la mente, y las cosas violentamente destruidas; El Poeta une por
la pasión y el conocimiento al vasto imperio de la sociedad humana, tal como está
esparcido por toda la tierra y por todo el tiempo. Los objetos de los pensamientos del Poeta
están en todas partes; Aunque los ojos y los sentidos del hombre son, sin duda, sus guías
favoritas, sin embargo, seguirá dondequiera que encuentre una atmósfera de sensación en la
que pueda mover sus alas. La poesía es el primero y el último de todos los conocimientos:
es tan inmortal como el corazón del hombre. Si las labores de los hombres de ciencia
alguna vez produjeran alguna revolución material, directa o indirecta, en nuestra condición
y en las impresiones que habitualmente recibimos, el Poeta no dormirá más que en la
actualidad; Estará dispuesto a seguir los pasos del hombre de ciencia, no sólo en esos
efectos generales indirectos, sino que estará a su lado, llevando sensación en medio de los
objetos de la ciencia misma.
Los descubrimientos más remotos del Químico, del Botánico o del Mineralogista
serán objetos propios del arte del Poeta, como cualquier otro sobre el cual se pueda
emplear, si el tiempo llegara cuando estas cosas nos sean familiares y las relaciones bajo
Que son contemplados por los seguidores de estas respectivas ciencias, serán
manifiestamente y palpablemente materiales para nosotros como seres gozadores y
sufrientes. Si llegara el momento en que lo que ahora se llama ciencia, así familiarizado a
los hombres, esté listo para ponerse como una forma de carne y sangre, el Poeta prestará su
espíritu divino para ayudar a la transfiguración y Bienvenido al Ser así producido, como un
querido y genuino recluso de la casa del hombre.-No se supone entonces que alguien, que
sostiene esa sublime noción de Poesía que he intentado transmitir, La santidad y la verdad
de sus cuadros por ornamentos transitorios y accidentales, y tratan de excitar la admiración
de él por las artes, cuya necesidad debe depender manifiestamente de la mezquina suavidad
de su sujeto.
Lo que se ha dicho hasta ahora se aplica a la Poesía en general; Pero especialmente
a aquellas partes de la composición donde el poeta habla a través de la boca de sus
personajes; Y sobre este punto parece autorizar la conclusión de que hay pocas personas de
buen sentido que no permitan que las partes dramáticas de la composición sean defectuosas,
en la medida en que se desvían del lenguaje real de la naturaleza y se colorean por una
dicción Propio del poeta, ya sea peculiar a él como Poeta individual o perteneciente
simplemente a los poetas en general; A un cuerpo de hombres que, por la circunstancia de
sus composiciones que están en el metro, se espera empleará un lenguaje particular.
No es, pues, en las partes dramáticas de la composición que buscamos esta
distinción del lenguaje; Pero todavía puede ser apropiado y necesario donde el poeta nos
habla en su propia persona y carácter. A esto respondo remitiendo al lector a la descripción
antes dada de un poeta. Entre las cualidades que se enumeran como conducen
principalmente a formar un poeta, no se supone nada que difiera en especie de otros
hombres, sino sólo en grado. La suma de lo que se ha dicho es que el Poeta se distingue
principalmente de otros hombres por una mayor rapidez de pensar y sentir sin excitación
externa inmediata y un mayor poder para expresar tales pensamientos y sentimientos que se
producen en él de esa manera. Pero estas pasiones, pensamientos y sentimientos son las
pasiones y pensamientos y sentimientos generales de los hombres. Y con qué están
conectados? Indudablemente con nuestros sentimientos morales y sensaciones animales, y
con las causas que los excitan; Con las operaciones de los elementos y las apariencias del
universo visible; Con la tormenta y el sol, con las revoluciones de las estaciones, con el frío
y el calor, con la pérdida de amigos y parientes, con heridas y resentimientos, gratitud y
esperanza, con miedo y tristeza. Éstas y otras son las sensaciones y los objetos que describe
el Poeta, como son las sensaciones de otros hombres y los objetos que les interesan. El
Poeta piensa y siente en el espíritu de las pasiones humanas. ¿Cómo, entonces, su lengua
puede diferir en cualquier grado material de la de todos los demás hombres que se sienten
vívidamente y ver claramente? Podría probarse que es imposible. Pero suponiendo que éste
no fuera el caso, se podría permitir al poeta usar un lenguaje peculiar cuando expresara sus
sentimientos por su propia gratificación, o la de los hombres como él. Pero los poetas no
escriben sólo para los poetas, sino para los hombres. A menos que, por lo tanto,
defendamos esa admiración que subsiste de la ignorancia y ese placer que surge al oír lo
que no entendemos, el Poeta debe descender de esta supuesta altura; Y, para excitar la
simpatía racional, debe expresarse como otros hombres se expresan…
He dicho que la poesía es el desbordamiento espontáneo de los sentimientos
poderosos: toma su origen en la emoción recogida en la tranquilidad: la emoción se
contempla hasta que, por una especie de reacción, la tranquilidad desaparece gradualmente
y una emoción parecida a la anterior El sujeto de la contemplación, es producido
gradualmente, y sí mismo existe realmente en la mente. En este estado de ánimo comienza
generalmente la composición exitosa, y en un estado de ánimo similar a esto se lleva a
cabo; Pero la emoción de cualquier clase, y en cualquier grado, por diversas causas, está
calificada por diversos placeres, de modo que al describir cualesquiera pasiones que sean
voluntariamente descritas, la mente estará, en conjunto, en un estado de disfrute . Si la
naturaleza es así prudente para conservar en un estado de disfrute un ser así empleado, el
poeta debe aprovechar la lección que se le ha impartido, y debe especialmente tener
cuidado de que, cualesquiera que sean las pasiones que comunique a su lector, esas
pasiones, Si la mente de su lector es sana y vigorosa, siempre debe ir acompañada de un
desequilibrio de placer. Ahora la música del lenguaje métrico armonioso, el sentido de la
dificultad superada y la asociación ciega del placer que ha sido previamente recibida de las
obras de la rima o del metro de la misma o similar construcción, una percepción indistinta
perpetuamente renovada de la lengua estrechamente asemejándose a la del real La vida y,
sin embargo, en la circunstancia del metro, que difiere de ella tan ampliamente, todos éstos
imperceptiblemente componen un complejo sentimiento de deleite, que es el uso más
importante para calmar el sentimiento doloroso siempre encontrado entremezclado con
poderosas descripciones de las pasiones más profundas . Este efecto siempre se produce en
la poesía patética y apasionada; Mientras que, en composiciones más ligeras, la facilidad y
gracia con que el Poeta maneja sus números son, a su vez, una fuente principal de la
gratificación del Lector. Todo lo que hay que decir, sin embargo, sobre este tema, puede ser
efectuado afirmando, lo que pocas personas negarán, que, de dos descripciones, ya sea de
pasiones, modales o personajes, cada uno igualmente bien ejecutado, el uno En prosa y el
otro en verso, el verso será leído cien veces cuando la prosa se lee una vez…
Nada habría contribuido tan eficazmente al fin que tengo en vista, como para
demostrar de qué clase es el placer, y cómo se produce ese placer, que se confiesa
producido por una composición métrica esencialmente diferente de la que He intentado
aquí recomendar: porque el lector dirá que él ha estado satisfecho por tal composición; Y
¿qué más se puede hacer por él? El poder de cualquier arte es limitado; Y sospechará que,
si se propone darle nuevos amigos, eso sólo puede ser a condición de que abandone a sus
viejos amigos. Además, como he dicho, el lector es consciente del placer que ha recibido de
tal composición, composición a la que ha atado peculiarmente el nombre entrañable de la
poesía; Y todos los hombres sienten una gratitud habitual, y algo de un fanatismo
honorable, por los objetos que han continuado por largo tiempo complaciéndoles: no sólo
deseamos estar contentos, sino complacernos en esa forma particular en la que hemos
estado acostumbrados a ser satisfecho. Hay en estos sentimientos suficiente para resistir
una multitud de argumentos; Y yo sería menos capaz de combatirlos con éxito, como estoy
dispuesto a permitir que, para disfrutar enteramente de la Poesía que estoy recomendando,
sería necesario renunciar a gran parte de lo que comúnmente se disfruta. Pero, si mis límites
me hubieran permitido señalar cómo se produce este placer, muchos obstáculos podrían
haberse eliminado, y el lector ayudó a percibir que los poderes del lenguaje no son tan
limitados como él puede suponer; Y que es posible que la poesía dé otros placeres, de una
naturaleza más pura, más duradera y más exquisita. Esta parte del tema no ha sido
descuidada por completo, pero no ha sido tanto mi objetivo actual demostrar que el interés
suscitado por otros tipos de poesía es menos vivo y menos digno de los poderes más nobles
de la mente, Para ofrecer razones para suponer que si mi propósito se cumpliera, se
produciría una especie de poesía, que es poesía genuina; En su naturaleza bien adaptada
para interesar a la humanidad de manera permanente, e igualmente importante en la
multiplicidad y calidad de sus relaciones morales.
De lo que se ha dicho, y de una lectura de los Poemas, el lector podrá percibir con
claridad el objeto que tenía en vista: determinará hasta dónde se ha alcanzado; Y cuál es
una cuestión mucho más importante, si vale la pena alcanzarla; y sobre la decisión de estas
dos preguntas descansará mi reclamo a la aprobación del público.