Casos Clínicos

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 7

SELECCIÓN DE CASOS CLINICOS

Elena tiene 25 años y es su novio quien la lleva a urgencias porque los síntomas, demandas y comportamiento
caótico de ella le están inquietando, cada vez más. La principal queja que ella plantea a los profesionales es:
"No dejo de pensar en matarme". Elena es una secretaria competente, tiene su propio apartamento y es
autosuficiente. Asiste también a clases nocturnas en la universidad, porque desea progresar en sus estudios y
no "seguir siendo una secretaria toda mi vida".

La actual crisis comenzó cuando su novio, Mario, no aceptó su petición de matrimonio tras una relación de 2
años de duración. Elena comenzó a telefonearle a su trabajo exigiéndole cada vez más tiempo para ella, y llegó
a amenazarle diciendo que se mataría si no pasaba cada noche con ella. Mario refería que esas exigencias, las
llamadas telefónicas y las amenazas crecientes llegaban a ser insoportables y que estaba deseando acabar, de
una vez, con esa relación. La noche en que Mario llevó a Elena a urgencias, le había dicho que tenía que
marcharse de viaje de negocios y que estaría fuera varios días. Elena insistió en que se marchaba con el único
fin de alejarse de ella. comenzó a agitarse intensamente y a decir, con un tono violento, que iba a matarse. En
urgencias, Elena menosprecia, airada, a su novio delante de los profesionales y le acusa de estar utilizándola
para rechazarla después. Tras separar físicamente a la pareja, los profesionales pueden obtener la historia del
desarrollo progresivo de los síntomas de Elena.

En respuesta al estrés de los últimos meses, la paciente ha presentado un estado de ánimo depresivo con
oscilaciones, tendencia a la hipersomnia (especialmente por las noches y los fines de semana) y a darse
atracones de comida que le han provocado un aumento de peso de 8 kg. Dice que se siente constantemente
ansiosa y cada vez le cuesta más concentrarse en sus estudios. Ha continuado trabajando durante este periodo
de estrés, buscando el apoyo de sus compañeros de oficina. La atención prestada por Mario o por sus
compañeros de trabajo hace que su estado de ánimo mejore, y este estado se mantiene siempre que ellos
están a su lado. Elena experimenta síntomas más intensos cuando está sola. Incluyen fantasías prolongadas de
matar a su novio y el deseo de hacerse daño a sí misma. Dice que en varias ocasiones ha llegado a hacerse
cortes con una cuchilla de afeitar y afirma que, cuando lo está haciendo, se ve a sí misma como si estuviera
distanciada, aturdida y muerta, sin sentir dolor. Según la paciente, en esos momentos se siente gorda y poco
atractiva, además de considerarse incapaz de despertar el cariño de los demás y poco deseable. Entonces
telefonea a su novio y le amenaza con suicidarse a menos que él vaya a hacerle compañía. Su novio explica que
Elena ha comenzado a perder el control de su mal genio. Por ejemplo, antes de llevarla a urgencias, en plena
discusión había llegado a agredirle a golpes.

Elena es la menor de cuatro hijos y una de las dos niñas. Sus padres se separaron y se divorciaron cuando ella
tenía 3 años porque su padre era alcohólico y abusaba físicamente de su esposa e hijos. Un secreto familiar era
que su hermano, 5 años mayor que ella, había abusado sexualmente de ella cuando tenía 10 años.
Durante la adolescencia, Elena salía con un grupo marginal y comenzó a consumir drogas. Para conseguirlas,
pronto comenzó a mantener relaciones sexuales. La paciente dijo que su madre atribuía su rebeldía
adolescente a la necesidad que tenía de "encontrar un padre" y que pensaba que Elena "confundía sus
impulsos sexuales con el deseo de ser amada y cuidada". A los 16 años de edad, Elena ya había iniciado el
patrón de relaciones inestables y caóticas con hombres que sigue caracterizando su vida adulta.

Trastorno Límite de Personalidad


-------------------------------------------
Diego de 38 años es investigador bioquímico en una empresa farmacéutica. Está casado y vive con su mujer y
su hijo pequeño de 2 años. Trabaja muchísimo, alrededor de las 12 horas diarias, 6 o 7 días a la semana. Casi
nunca se concede un momento de ocio o diversión, tampoco con su familia. Dice: “¡No tengo tiempo para
divertirme, debo atender muchas obligaciones!”. En los últimos cuatro años ha alcanzado una buena
estabilidad laboral, antes estaba siempre viajando por el mundo con becas de investigación y oportunidades
laborales en Estados Unidos y Asia. Actualmente su lugar de trabajo dista solo 15 kilómetros de su casa. Su
mujer cuenta que va a trabajar en transporte público y, de vez en cuando, cogen juntos el metro. En esas
ocasiones ha notado que Diego quiere siempre sentarse en el mismo asiento porque, dice, así estará más cerca
de la escalera de salida y podrá evitar de perder tiempo o quedarse atrapado entre la gente. Como con el tema
del metro, Diego tiene muchas rutinas que pone en marcha, dice, para ahorrar tiempo, aunque no siempre
parecen tan eficaces. Cuando desempeña alguna actividad con su mujer o con su mejor amigo, a menudo les
regaña porque dice que no lo hacen con el cuidado necesario. A menudo se le responde que es muy inflexible
y que, si no se hacen las cosas como dice él, Diego nunca quiere participar en nada. Generalmente es muy
escrupuloso, perfeccionista y ordenado tanto en su trabajo como en su vida personal. Sus cosas están siempre
en un orden perfecto y nunca tira nada. Toda su meticulosidad a veces no le permite hacer las cosas
rápidamente y, actualmente no le han ascendido en el trabajo porque no siempre acaba lo que empieza. Estas
características de Diego hacen pensar que puede presentar un Trastorno de Personalidad Obsesivo
Compulsivo.
Zulema de 28 años vive sola en una gran ciudad y está cursando un máster universitario posgrado. Desde hace
un año trabaja también en un estudio de abogados con un contrato en prácticas. Es soltera y, a los 20 años,
dejó su ciudad en el norte de España, su familia, hermanos y amigos. Desde hace seis meses comparte su piso
con otra chica que trabaja en marketing y que ha conocido gracias a su trabajo. En toda su vida ha tenido
pocas y breves relaciones sentimentales con hombres a causa de su timidez y de los que define como "los
problemas de la infancia". Cuenta que sus padres le exigían mucho y que eran muy duros con sus conductas.
Su última relación se acabó hace dos años, duró seis meses con un chico más joven que ella. Le había conocido
por internet y la dejó porque se sentía inseguro de la relación, además vivía a 100 km de distancia y se
encontraban algunos fines de semana al mes o por teléfono. Zulema presenta un marcado sentimiento de
soledad, timidez, vergüenza, inseguridad, y, en general, dificultades e incomodidad en las relaciones
interpersonales. Va al gimnasio, frecuenta cursos porque le gustaría conocer a nuevas personas, hacer nuevos
amigos pero dice que cuando encuentra una persona nueva se encierra en ella misma, se vuelve tímida y no
sabe qué decir o qué hacer. Dice que debe conocer bien a una persona antes de abrirse a ella y sólo si está
segura que va a agradar. Tiene miedo a hablar en público pero si es necesario lo hace: teme ser ridiculizada y
sentirse no adecuada. Presenta una marcada tendencia al hipercontrol emocional, sentimientos de vergüenza
en las situaciones sociales que alimentan su tendencia a la inhibición social y una fuerte hipersensibilidad a la
evaluación negativa. Estas características de Zulema hacen pensar que puede presentar un Trastorno de
Personalidad Evitativa (ansiedad)
Caso 1
La paciente es un ama de casa de 70 años de edad con dos hijos adultos.
Motivo de consulta: La paciente siempre había sido siempre una persona muy ordenada, por lo
tanto cuando comenzó a olvidarse cosas elementales, su esposo comenzó a preocuparse. La llevó al
médico de familia quien la derivó al servicio de psiquiatría de un hospital general para su examen.
Según su marido, los problemas de memoria se hicieron evidentes cuando la paciente se quejaba de
que no podía recordar algunos nombres. Su esposo notó que a veces era incapaz de acordarse de
cosas que habían sucedido el día anterior. Debido a que cada vez su problema progresaba mas, tenía
dificultad para calcular el dinero al ir de compras, y a menudo volvía sin las cosas que necesitaba.
Siempre había estado orgullosa de su forma de cocinar pero ahora arruinaba la comida. Cada vez
que cocinaba, le ponía demasiada sal o no la salaba. Se olvidaba también de apagar la cocina o
dejaba la canilla abierta. Durante los doce meses anteriores a la consulta no había podido hacer las
tareas del hogar sin ayuda de su marido. Consultó a su médico familiar varias veces y éste le recetó
fármacos neurotróficos, sin resultados aparentes.
Antecedentes: La paciente vivía con su esposo, un maestro jubilado de 72 años. Ella también había
sido maestra pero dejó de ejercer cuando nació su primer hijo y nunca más volvió a trabajar. Su
esposo la describió como una persona serena, sociable y jovial. No había habido mayores problemas
en el matrimonio o con los hijos, sin embargo, en los meses anteriores a la consulta, su esposa se
había vuelto retraida, apática irritable y un poco recelosa.
El padre de la paciente falleció en una institución para enfermos mentales, en la cual había sido
internado a los 75 años por “arterioesclerosis”.
Datos actuales: Al ser examinada la paciente se presenta algo desprolija. Lúcida, pero
notoriamente ansiosa y suspicaz. Desorientada en tiempo y espacio. Recordaba los nombres de sus
hijos pero no sus edades o fechas de nacimiento. Tampoco podía recordar la suya propia ni sabía el
nombre del presidente de su pais. Su lenguaje era bien articulado pero lento, y poco preciso. Tenía
dificultad para encontrar las palabras para expresarse. No podía recordar tres objetos después de un
intervalo de cinco minutos. No pudo copiar un cubo y fracasó completamente al copiar la figura del
“Rey”. Realizaba cálculos con mucha dificultad y no podía contar hacia atrás. Entendía los refranes
sólo en forma literal, y no podía detectar el error de lógica en la “historia del tren” (en esta historia,
se le dice al paciente que casi todos los accidentes ocurren en el último vagón, por eso se decidió
sacarlo). Era incapaz de advertir la naturaleza del problema.
No se detectaron anomalías en el examen físicos y neurológico. Su presión arterial de la era normal
para su edad. Todos los análisis de laboratorio dieron negativos, pero una tomografía computada
mostró una marcada atrofia cortical. Enfermedad de Alzheimer

----------------------------------------------------------------------------------------------

Varón de 41 años de edad, soltero, que convive con su madre; actualmente no desempeña ninguna actividad
laboral.

Motivo de consulta: acude la madre solicitando ayuda para su hijo, porque mantiene una conducta extraña
desde hace aproximadamente un año. Últimamente denota agresividad, sobre todo verbal, aislamiento en
casa, y más concretamente, en su habitación, "amenazas de suicidio" y convencimiento de que "un ente/secta"
controla su vida. Presencia de múltiples conductas estereotipadas sin sospecha de alucinaciones.

Se le solicita que intente convencer a su hijo para ser visto al día siguiente en la consulta; al no acudir, se
realiza la visita domiciliaria a petición de la madre.
El paciente, tras superar el impacto de la sorpresa inicial, nos relata que todo empezó a raíz del contacto con
una secta esotérica hace unos 5 años. Al inicio mantuvo relación con uno de los miembros del grupo,
introduciéndole en un mundo mágico-religioso y esotérico hasta la ruptura de esa amistad, refiriendo el
paciente desde entonces el inicio de un complot maléfico y una persecución hacia su persona, que le causan
una profunda ansiedad, temores y rituales obsesivo-compulsivos para luchar contra estos maleficios.

El paciente presenta ansiedad biopsíquica, anorexia, profunda astenia, insomnio durante las fases del sueño,
dolores generalizados y molestias gástricas inespecíficas. Desde hace 5 años presenta aislamiento sociofamiliar.

Situación socio familiar: el paciente convive sólo con su madre en un piso de reducidas dimensiones. Es el
segundo de dos hermanos. Tiene una hermana, 12 años mayor. Mala relación familiar. La hermana culpabiliza
a la madre de exceso de permisividad y sobreprotección a su hijo, y se desentiende del problema; en la
actualidad se encuentra en una situación muy difícil por el reciente fallecimiento del marido en accidente y por
los problemas de los hijos. El padre abandonó el núcleo familiar 25 años antes por discusiones frecuentes, sin
volver a tener contacto.
Paciente de 50 años que presenta los siguientes síntomas desde hace más de 2 meses:
Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces.
Pérdida de placer en actividades habituales.
Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño.
Cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.
Cansancio y falta de energía.
Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
Dificultad para concentrarse. (2)
Movimientos lentos o rápidos.
Inactividad y retraimiento de las actividades usuales.
Sentimientos de desesperanza y abandono.
Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.

DX. Depresión

Por qué?

Tratamiento
Manson nació el 11 ó 12 de noviembre de 1934. Su madre fue incapaz de recordar la fecha exacta. Su madre,
una mujer con una personalidad dependiente e inestable tuvo a Manson a la edad de 16 años. Su juventud
impidió que pudiera hacerse cargo de manera competente de su hijo. Además su esposo, los abandonó antes
de que Manson naciera.. Así, Manson, fue abandonado sistemáticamente entre los diferentes familiares que
conformaban la familia extensa de la madre. Sus abuelos se hicieron cargo del niño mientras su madre y su tío
cometían robos en gasolineras etc. Finalmente, su madre fue detenida y encarcelada. Manson permaneció con
sus abuelos maternos hasta que decidió irse a vivir con una tía.

La madre de Manson, una vez en el exterior, volvió por su hijo. Juntos emprendieron una vida nómada
juntos, rozando siempre un estilo de vida criminal hasta que su madre encontró a un nuevo hombre. Ante la
indiferencia de su nueva pareja por el niño, la madre de Manson lo abandonó de nuevo en un hogar para
niños. De este modo, la vida de Manson se convirtió en un ir y venir de reformatorios y hogares tutelados,
cometiendo numerosos delitos como el robo de coches y comida, quebrando continuamente la libertad
condicional e intentando sobrellevar el sadismo dominante en este tipo de instituciones. Esto provocó un
enfado crónico y un resentimiento en la persona de Manson que no le abandonó nunca en su vida adulta,
convirtiéndose en un joven adulto resentido con la sociedad y dispuesto a vengarse de todos los males que
esta injusta sociedad le había hecho.

También podría gustarte