Unidad 2 Valores y Etica Ambiental
Unidad 2 Valores y Etica Ambiental
Unidad 2 Valores y Etica Ambiental
INSTITUTO TECNOLÓGICO
DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR
TECNOLÓGICA DE OAXACA
UNIDAD 2
Valores y Ética Ambiental
FUNDAMENTOS DE FISICA
Hora: 07:00-08:00
Docente:
Lic. Jesús Sánchez Alonso
Equipo 2
2
2.1 SISTEMA DE VALORES
El sistema de valores ambientales consiste en una determinada visión del mundo
o en un conjunto de paradigmas que conforman el modo en que un individuo o un
grupo de personas perciben y evalúan los temas ambientales. Está influido por el
contexto cultural (incluidas las creencias religiosas), económico y sociopolítico.
Los seres humanos tienen el derecho de utilizar todos los recursos del planeta
Tierra, sin embargo, no se tiene la conciencia que muchos de los recursos que la
tierra nos regala ya no se puede reponer, al no reponerse deja de existir y si deja
de existir carecemos de la misma. Creemos que nunca se nos agotará el recurso
natural, que un recurso al ser de la Tierra nunca nos hará falta y estamos en un
error enorme.
1
NAREDO, J.; VALERO, A. Desarrollo económico y deterioro ecológico. Madrid: Fundación Argentaria. 1999.
ISBN: 84-7774-981-7. p. 161.
3
Los habitantes del planeta Tierra, no solo es el hombre, sino también los animales
y las plantas, ellos no pueden hablar u opinar, sin embargo, tienen el mismo
derecho a vivir sobre la Tierra que los seres humanos.
Es momento de crear una educación ambiental que no se tuvo por muchos años,
se deben impartir valores ambientales por el bien de la humanidad para crear un
vínculo armonioso entre el humano y su entorno natural.
Así pues, los valores ambientales son los actos, acciones y comportamientos
positivos del hombre con su medio ambiente, valorando y haciendo uso consciente
de todos sus recursos naturales. Por lo tanto, así como existen valores humanos y
sociales, también estos se pueden aplicar en la naturaleza y entre los principales
valores ambientales que debe fomentar toda la humanidad desde temprana edad
en los niños para salvar el planeta son los siguientes:
El amor ambiental, que es valorar, cuidar y conservar ese único hogar como la
vida misma. Este valor tan importante como el amor, se le debe inculcar a los
niños con el ejemplo de cómo se aman sus padres, para que ellos puedan reflejar
ese amor respetando los entornos naturales, las plantas, los animales, los
ecosistemas y todos los elementos vitales para la vida en el planeta.
4
zoológico, acuario, y cualquier otra actividad que les permita conocer la variedad
de especies y ecosistemas del medio que los rodea.
5
sus recursos para la existencia en el planeta. Por eso, se debe tener una relación
de paz y armonía con la naturaleza. Que valoren y no destruyan los recursos
vitales para seguir viviendo.
Iniciativa ambiental, acciones voluntarias a favor del ambiente. Son los padres
los que con el ejemplo deben sembrar esos valores por medios de sus acciones,
donde sus hijos observen como con sus actividades están ayudando al medio
ambiente, y en efecto ellos emitan esas prácticas favorables con el medio
ambiente.
Entonces pues, cada uno de estos valores debe existir en la vida de cada persona
para asegurar su propia existencia y poder combatir con la problemática ambiental
que amenaza la calidad de las generaciones futuras.2
2
TORO CALDERÓN JOSE JAVIER, LOWY PETER, Educación Ambiental: una cuestión de valores. San Andrés:
Universidad Nacional de Colombia, sede Caribe. 2005. pág. 185
6
Así, el contenido de la ética como disciplina filosófica nos remite a la discusión
sobre el bien y el mal. Si esta discusión la aplicamos sólo a las relaciones entre los
seres humanos, estamos ubicándonos en el marco de una ética antropocéntrica,
que está en línea con el desarrollo de los valores occidentales, por ejemplo, el
campo de los derechos humanos. En esta perspectiva, el ambiente es visto como
aquello que debe usarse para satisfacer necesidades o proporcionar felicidad a los
seres humanos. Sin embargo, si consideramos que el comportamiento de los
seres humanos y la naturaleza puede ser visto también desde una perspectiva
ética, ello nos conduce necesariamente a la presunción de que la naturaleza y
todos los seres vivos tendrían derechos intrínsecos que deben ser respetados
(biocentrismo). Es aquí donde se abre un abanico muy amplio de valoraciones
generado por algunas corrientes del Ambientalismo.3
La diferencia consiste en que, en el caso de las cosas, los objetos ya están dados
y acabados, por eso se les asigna un precio (valor económico); mientras que en el
mundo de las personas los valores son parámetros de referencia a seguir, son
factores de orientación para la existencia humana que es inacabada. Desde
3
Schweitzer (1946) y Taylor (1986). Este último sostiene que todos los seres vivos somos iguales y por lo
tanto tenemos los mismos derechos inherentes.
7
luego, existen discrepancias entre lo que los individuos consideran que son sus
valores y los verdaderos valores que los dirigen, de los cuales no se percatan.
Principios
8
Principio de Moore: Pluralidad de los bienes
No existe un solo bien que el ser humano persiga en el mundo sino muchos.
Paráfrasis: G.E. Moore señala que los principales bienes que atraen a los hombres
son la compañía humana, la actividad interesante y la contemplación de objetos
bellos. Sin embargo, el principio es independiente de esa lista. Lo esencial es que
lo que constituye la felicidad es múltiple y no único. Muchas decisiones morales
pueden aclararse cuando se determina cuál es el interés predominante de cada
una de las personas que participan en la situación, y por qué medios puede
asegurarle el disfrute de ese bien.
Paráfrasis: F. Knight advierte que toda decisión moral crea conflicto, porque lo que
era bueno sigue siendo bueno, y lo que era malo sigue siendo malo después de la
decisión. Dicho de otra manera: toda decisión moral implica sacrificio de algo (el
bien que no se puede obtener, pero que sigue siendo bueno, o el mal que se tiene
que sufrir porque la acción ética no lo convierte en bien). El conflicto es esencial a
la decisión moral, y las renuncias que se operan se justifican por el bien global que
se obtiene, pero no hacen menos sensible la pérdida de los bienes renunciados.
Este principio de la complejidad de los actos morales está muy relacionado con el
anterior, de la pluralidad de los bienes: el conflicto ocurre porque deseamos
muchos bienes y no siempre son compatibles entre sí.
Los principios que constituyen la base de toda discusión racional, es decir, de toda
discusión emprendida en búsqueda de la verdad, constituyen los principios éticos
esenciales. Tres de estos principios son:
9
1. El principio de falibilidad: quizá yo estoy equivocado y quizá tú tienes razón.
Pero es fácil que ambos estemos equivocados.
2. El principio de discusión racional: deseamos sopesar, de forma tan
impersonal como sea posible, las razones en favor y en contra de una
teoría [...]
3. El principio de aproximación a la verdad: en una discusión que evite los
ataques personales, casi siempre podemos acercarnos a la verdad [...]
Paráfrasis: Popper subraya que esos principios incluyen aspectos éticos cuando
dice: vale la pena señalar que estos tres principios son principios tanto
epistemológicos como éticos, pues implican, entre otras cosas, la tolerancia: si yo
espero aprender de ti, y si tú deseas aprender en interés de la verdad, yo tengo no
sólo que tolerarte, sino reconocerte como alguien potencialmente igual; la unidad e
igualdad potencial de todos constituye en cierto modo un requisito previo de
nuestra disposición a discutir racionalmente las cosas (Popper, 1994). Estos
principios se hallan, de suyo, dentro del marco de la filosofía de la ciencia y
expresan una dimensión ética bien evidente, porque implican una norma de
conducta que obliga a la duda, al diálogo y a la tolerancia.
La ecuación de Fromm:
10
2.1.3 LA EDUCACIÓN EN VALORES
La relación del hombre con la naturaleza se entiende más como ambición que
como precaución. Todo apunta a que el hombre moderno ha renunciado a su
identidad y pertenencia a la naturaleza de la naturaleza. Para él la naturaleza ha
muerto y los ídolos con los cuales intenta reemplazarla mueren cada vez con una
mayor rapidez. La pérdida de valores comunes implica, a su vez, nuevos
desastres y nuevos peligros. Ha llegado el momento de examinar más de cerca
este vacío de humanismo, el cual se manifiesta mediante un individuo cuya
metamorfosis lo muestra como un animal o una máquina.
Hay voces que expresan cierta alarma y alguna forma de malestar ante un mundo
materialista, problemático y sin principios. Las voces, con justificada razón,
reclaman una educación en valores, es decir, que oriente al ser humano hacia la
búsqueda de un arte de vivir que, por un lado, encauce sendas por donde se
llegue a la felicidad de todos y, por el otro, guíe hacia el respeto y el amor a la
naturaleza. La educación en valores deviene como una inexcusable tarea, porque
la escuela, en este justo momento, va por una dirección y las necesidades del
mundo y de la vida van por otra. La escuela, como depositaria y administradora de
la cultura y de los valores, a través de la educación, debe compensar o atenuar
esas limitaciones (Hernández, 2006).
11
unidad de conocimientos, habilidades y, especialmente, valores. Es decir, en el
aspecto valorativo del conocimiento (saber y saber hacer) y en el valor como
significado del conocimiento de la realidad. Desde esta perspectiva, el aprendizaje
de un conocimiento matemático, físico o profesional debe ser tratado en todas sus
dimensiones: histórica, política, moral, entre otras, es decir, subrayando la
intencionalidad hacia la sociedad. Visto de esta manera, el proceso de enseñanza-
aprendizaje adquiere un carácter integrador (Arana Ercilla, 2006).
Debemos saber que los valores conforman las actitudes de cada persona según
hayan sido inculcados en el seno familiar, de ahí que los profesionales apliquen
los valores de distinta forma que la sociedad en general.
4
Coutiño Díaz, R. (2015). Desarrollo sutentable. Una oportunidad para la vida (3a ed.). México: McGraw-Hill.
12
sobre todo tome decisiones correctas ante las problemáticas que se presenten
teniendo una visión ética hacia sus compañeros y el medio ambiente.
Esto es así porque esta ética recupera y antepone a cualquier otro interés, el
sentido social de la profesión que consiste en proporcionar a la sociedad los
bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades. La ética
5
Fernández y Hortal (1994, p.91), en Ana Hirsch, “Etica profesional. Algunos elementos para su
comprensión”, Revista Galega de Encino, Universidad de Santiago de Compostela, 2004.
13
profesional, como toma de conciencia moral, permite que el profesionista asuma el
compromiso y la responsabilidad de contribuir a través de su práctica profesional a
mejorar y elevar las condiciones de vida de una sociedad.
14
b) En el marco de la prestación de los bienes intrínsecos, la responsabilidad del
profesionista se expresa también en realizar bien el servicio o la tarea y función
que le ha sido encomendada. Esto significa hacer uso de la competencia
especializada con el nivel de excelencia y de calidad que se esperan del
profesionista en tanto que experto o especialista, porque constituye la manera en
que aporta un beneficio a la sociedad.
6
Fernández y Hortal (2002, pp. 82,230), en Ana Hirsch, “Etica profesional. Algunos elementos para su
comprensión”, Revista Galega de Encino, Universidad de Santiago de Compostela, 2004.
15
especializados y de competencias profesionales, no sólo logran obtener el estatus
y poder de expertos en un área del conocimiento o campo de acción, sino también
contraen la responsabilidad moral de hacer un buen uso de esas competencias
profesionales porque la aplicación de esos conocimientos especializados inciden
de manera directa o indirecta en las condiciones de vida, en el bienestar de la
población y el estado de la naturaleza.
16
En la sociedad actual, la formación y la capacitación de las personas es una
necesidad. El desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones técnicas y tecnológicas
en diferentes ámbitos de la vida del hombre han proyectado el quehacer educativo
a un lugar de prioridad. Claro que no siempre ha sido así, fue necesario transitar
por una larga historia y arribar a la Revolución Industrial y a la Ilustración para que
a fines del siglo XVIII, los sistemas educativos nacionales se constituyeran como
una respuesta a la necesidad de universalizar a la educación, en un sentido formal
institucional, y con ello, permitir que la educación, bajo el amparo de las leyes
nacionales y la rectoría del Estado, pasara a formar parte de lo cotidiano en esa
relación cercana entre maestro, alumno, planes y programas de estudio,
comunidad escolar y comunidad social que ahora ya son parte de la vida social,
cultural y política de los seres humanos y de la sociedad misma.
De los catorce a los dieciséis años, la norma desempeña una función social
en tanto hace que el individuo sea o no parte de un grupo.
De los diecisiete a los dieciocho años, Las normas se legitiman por su uso,
no son más que meras costumbres no cuestionadas.
17
De los dieciocho a los veinticinco años, las normas facilitan la interacción
social y son resultado del consenso.
Puede definirse una creencia como la “adhesión a una idea, esto es persuasión de
que es una idea verdadera… la creencia aparecerá… como algo opuesto al saber
y, en cierta medida, a la opinión pero al mismo tiempo como algo que puede
fundamentar inmanentemente la aserción perteneciente a la naturaleza del saber
mismo”. La creencia puede aludir a la “verdad” o falsedad de un objeto o
situación, a la valoración del mismo como bueno o malo o a juzgar una posible
acción en relación al objeto o situación como apetecible o rechazable. Sea cual
18
fuere el contenido de una creencia, la misma constituye “una predisposición a la
acción y una actitud es un conjunto de predisposiciones para la acción
relacionadas entre sí y organizadas en torno a un objeto o situación”.
¿Para qué sirven las actitudes? Entre los estudiosos del tema no hay acuerdo
respecto a la respuesta a este interrogante. Quizá puede contestarse diciendo que
una actitud se puede comparar a una teoría científica en miniatura; desempeña
funciones parecidas y tiene parecidos vicios y virtudes. Una actitud, como una
teoría, es un cuadro de referencia, ahorra tiempo, organiza el conocimiento, tiene
consecuencias para el mundo real y está sujeto a los cambios que le imponen los
nuevos datos. Una teoría, como una actitud, es un juicio previo, puede ser
selectiva y parcial, tal vez contribuye al mantenimiento del status quo,
posiblemente apasiona cuando es puesta en duda y puede oponerse al cambio
cuando los nuevos datos la fuerzan a ello. En una palabra, una actitud puede, en
7
Guadalupe Ana María Vázquez Torre, “Ecología y formación ambiental”, segunda edición, Mc Graw-Hill,
México, 2002, ISBN 970-10-2969-0, pp. 343.
19
mayor o menor grado, actuar como una buena o mala teoría y dependiendo de la
clase de teoría conforme a la cual actúa, la actitud puede servir una función mejor
que otra.
20
Reconocer que si el hombre quiere utilizar a su gusto y en su beneficio al
medio ambiente, deberá utilizarlo racionalmente y tratarlo, como expresaran
algunos alumnos, como si fuera una persona;
Reconocen, aunque no todos, - así se observó _, que la protección del
medio ambiente y las acciones que realizan la hacen como un esfuerzo,
como una labor adicional, como un trabajo voluntario y no como un deber
ciudadano y una necesidad de la época contemporánea;
Expresan con toda seguridad la necesidad de subordinar y concebir, desde
los inicios, la producción y los procesos tecnológicos con la protección;
Generalizan en sus juicios la importancia
de jerarquizar y adoptar prioridades sobre las principales medidas que se
deben adoptar para lograr el óptimo aprovechamiento y utilización racional
del medio ambiente;
Proponen que a pesar de la educación y la conciencia, a desarrollar la
necesidad de la legislación y aplicación de medidas y contravenciones para
aquellos incumplidores de lo establecido para la protección del medio
ambiente;
Reconocen, según se evidenció, la imperiosa necesidad de asumir
actitudes que se reviertan en la protección del medio ambiente mediante
comportamientos favorables y, en especial, la participación de ellos sobre:
la utilización económica de los recursos energéticos, la restauración de las
zonas afectadas por la producción industrial; la disminución del ruido - que
comienza su agudización paulatina en estas regiones -, la conservación de
las fuentes de agua y hasta la utilización de la basura, que algunos alumnos
valoraron como un tesoro. 8
8
“Curso de desarrollo sustentable”, última consulta: octubre de 2006,
http://www.mitecnologico.com/Main/DesarrolloSustentable
21
una educación en valores sobre el tema ambiental, de tal forma que se puedan
extraer algunos elementos para hacer de esta nueva época que empieza, como lo
hemos dicho al principio, el momento de nuevas esperanzas por un porvenir ético
más humano y por consiguiente más acorde con la biosfera.
9
Osorio M., Carlos. Ética y Educación en Valores sobre el Medio Ambiente para el siglo
22
casualmente, sino que exige un trabajo de elaboración personal, social y cultural"
10
VENTAJAS
10
Puig Rovira, 1998.
11
Osorio M., Carlos. Ética y Educación en Valores sobre el Medio Ambiente para el siglo
XXI. http://www.campus-oei.org
23
3) La predicción y la extinción de incendios forestales se lleva a cabo
mediante satélites artificiales.
4) Los modernos métodos de detección permiten advertir la presencia de
incendios poco tiempo después de producirse.
5) Las fuentes de energía renovables, como la energía solar, la eólica o la
geotérmica no se agotan y, en general, contaminan menos que las fuentes
no renovables, como el carbón o el petróleo.
DESVENTAJAS
24
encontrar bienestar tanto económico, social y cultural. Sin medir el daño que este
pueda causarle al entorno donde se desenvuelve.12
12
https://erickazambrano.wordpress.com/2012/06/01/ventajas-y-desventajas-de-la-tecnologia-en-el-
medio-ambiente/
13
Estrella V. (2013) Desarrollo Sustentable. México. Patria
25
La conservación de los árboles que componen los bosques descansa sobre tres
principios fundamentales. El primero es la protección del árbol en crecimiento,
contra el fuego, los insectos y las enfermedades. El fuego, considerado un
destructor de los bosques, es también una herramienta útil para su mantenimiento
si se emplea con precaución. Algunos árboles madereros necesitan de hecho el
fuego para regenerarse con éxito. Insectos como la lagarta peluda, ¡as moscas de
sierra y la procesionaria del pino, y las enfermedades ocasionan grandes pérdidas;
no obstante, medidas de control biológico, ocasionales fumigaciones aéreas,
ciclos de tala adecuados y desbrozado resultan cada vez más eficaces.
El segundo principio está relacionado con los métodos de explotación, que van
desde la tala de todos los árboles (integral) hasta la tala de árboles maduros
previamente seleccionados (selectiva), y con la reforestación, bien por medios
naturales o por plantación de árboles nuevos. La intensidad y frecuencia de las
talas debe tener como objetivo la producción sostenida durante un período de
tiempo indefinido. El tercer principio de la conservación es el uso integral de todos
los árboles abatidos. Los avances tecnológicos, como el aglomerado y el
laminado, han dado uso a las ramas, los troncos defectuosos, los árboles
pequeños que no pueden serrarse en tablones, y los llamados árboles inferiores.
Conservación de la fauna
Uno de los principios básicos de la conservación de la fauna es la disponibilidad
de alimento natural y abrigo para las poblaciones de cada una de las especies de
un hábitat dado. Dos importantes amenazas a las que se enfrenta la vida silvestre
son la destrucción de hábitats, debida a la contaminación, la agricultura, la
extracción de aguas subterráneas y, sobre todo, a la expansión urbana; y la
fragmentación de hábitats en parcelas demasiado pequeñas, para que puedan
mantener las poblaciones autóctonas de animales. El reglamento de caza permite
abatir a muchas especies sin que ello afecte a sus niveles de población, e incluso
puede contribuir al control de especies que se han vuelto demasiado abundantes
en la región que habitan.
Sin embargo la caza furtiva y el tráfico ilegal de plumas, cuernos, marfil y pieles
han llevado a muchas especies al borde de la extinción. Otra amenaza para la
fauna autóctona de un lugar es la introducción, en un ecosistema, de especies
exóticas que pueden, desplazar a las que de forma natural habitan en él. La fauna
salvaje es un importante recurso biológico, económico y recreativo que puede
preservarse por medio de una gestión cuidadosa. Los parques nacionales y
reservas naturales constituyen territorios protegidos que en muchas ocasiones
albergan especies animales y vegetales amenazadas.
Conservación del suelo
26
Entre las medidas básicas actualmente en uso para la conservación del suelo se
encuentra la división de los suelos en categorías de capacidad. En este sistema
los suelos más llanos y estables se asignan a los cultivos anuales, y otras áreas a
las plantas perennes, como las herbáceas y las leguminosas, al pastoreo o a la
explotación forestal. Otro método de conservación consiste en incorporar plantas
regeneradoras del suelo en la rotación de cultivos. Estas plantas fijan y protegen el
suelo durante la fase de crecimiento y, al ser enterradas con el arado, lo
enriquecen.
En muchas áreas estas técnicas han suplantado el uso del arado de reja, asociado
a la práctica del llamado cultivo limpio, que dejaba la superficie del suelo expuesta
a todas las fuerzas erosivas naturales. Los métodos especiales para el control de
la erosión incluyen el cultivo de contorno, en el que los cultivos siguen los
contornos de las pendientes, y se construyen diques y terrazas para minimizar las
escorrentías. Otro método de conservación del suelo es el cultivo en franjas, o
bandas alternas de cultivos y tierra en barbecho. Este método es eficaz en el
control de la erosión eólica en suelos semiáridos que han de quedar
periódicamente en barbecho para ser productivos. Además, el mantenimiento dela
fertilidad del suelo a menudo implica el empleo de fertilizantes inorgánicos
(químicos).
Conservación de las cuencas hidrológicas
Estudios recientes indican que la presencia de vegetación extremadamente densa
no es la condición más satisfactoria para obtener un rendimiento hidrológico
óptimo. Se ha obtenido una mayor cantidad de agua de alta calidad en algunas
regiones de bosques alpinos después de haberse aclarado el bosque natural sin
que esto haya supuesto un aumento de la erosión del suelo o del riesgo de
inundaciones. Una cubierta forestal o arbustiva que contenga multitud de
pequeñas aberturas es más eficaz para la captación de agua que una cubierta
densa y continua, que intercepta buena parte de la nieve y la lluvia y hace que la
humedad se pierda por evaporación.
En la conservación de la cuencas hidrológicas tiene enorme importancia preservar
los humedales. Éstos actúan como sistemas de filtración que estabilizan las capas
freáticas embalsando la lluvia y liberando el agua lentamente, y también como
depósitos naturales para el control de las inundaciones.
27
2.3.4 VALORES Y CONTROL DE CONTAMINACIÓN AMBIENTAL14
Para solucionar el problema de la contaminación es de urgente necesidad tomar
algunas medidas.
1. El Estado debe preocuparse del problema de la contaminación, dando leyes
severas, controlando su cumplimiento y sancionando a los transgresores. El
problema ambiental es un problema que afecta al bien común y a la calidad de la
vida, y, en consecuencia, no puede quedar al libre albedrío de las personas. El
bien común es una responsabilidad del Estado como representante del bienestar
de todos los ciudadanos.
2. Una alta responsabilidad incumbe a los gobiernos municipales, responsables
directos de la disposición de la basura y las aguas servidas; del control del parque
automotor; de las áreas verdes; del control de los ruidos molestos; del ornato, y de
las emisiones contaminantes en su jurisdicción.
3. Los ciudadanos deben tomar más conciencia del problema, exigir respeto por el
medio ambiente y no contribuir a su deterioro. El aporte de los ciudadanos,
individualmente, puede ser muy grande en algunos aspectos:
· No arrojar la basura y los desechos en las calles ni en cualquier lugar.
· Evitar los ruidos molestos, tanto a nivel de barrio (escapes abiertos, bocinas,
música fuerte) como a nivel doméstico.
· Erradicar hábitos sumamente contaminantes, como el escupir y hacer
deposiciones en la calle o en los parques y jardines, etc.
· Sembrar árboles y colaborar en el mantenimiento de las áreas verdes.
· No utilizar productos que contienen contaminantes, como CFC (desodorantes en
aerosol), gasolina con plomo, etc.
· Si utilizan vehículos automotores, regular periódicamente la combustión del
motor para evitar la producción de gases tóxicos.
4. Se deben usar alternativas menos contaminantes como abonos orgánicos en
lugar de los sintéticos; transformar los desechos urbanos orgánicos en abonos;
controlar biológicamente las plagas, es decir, combatir los insectos dañinos con
sus enemigos naturales, etc.
5. Prohibir la propaganda ciega para los insecticidas, herbicidas y otras sustancias
tóxicas, debiéndose alertar obligatoriamente al usuario sobre los efectos
contaminantes y letales de las mismas.
14
Estrella V. (2013) Desarrollo Sustentable. México. Patria
http://kanazuma.blogspot.com/2011/01/233-valores-y-el-uso-racional-de.html
28
6. Educar a la población a través de las escuelas y medios de comunicación (TV,
radio, periódicos) en el respeto por el medio ambiente y en la erradicación de
pésimas costumbres de contaminación ambiental.
La actitud no es un elemento irreducible, un “átomo” de la personalidad, sino que
es un conjunto de elementos que se relacionan entre sí, en la definición que se
cita estos elementos son denominados creencias, pero también podría haberse
llamado conocimientos, expectativas o hipótesis.
Puede definirse una creencia como la “adhesión a una idea, esto es persuasión de
que es una idea verdadera… la creencia aparecerá… como algo opuesto al saber
y, en cierta medida, a la opinión pero al mismo tiempo como algo que puede
fundamentar inmanentemente la aserción perteneciente a la naturaleza del saber
mismo”. La creencia puede aludir a la “verdad” o falsedad de un objeto o situación,
a la valoración del mismo como bueno o malo o a juzgar una posible acción en
relación al objeto o situación como apetecible o rechazable. Sea cual fuere el
contenido de una creencia, la misma constituye “una predisposición a la acción y
una actitud es un conjunto de predisposiciones para la acción relacionadas entre
sí y organizadas en torno a un objeto o situación”.
Toda creencia constitutiva de una actitud presenta tres componentes:
1. Un componente cognitivo porque representa el conocimiento que, dentro de
ciertos límites de certeza, tiene una persona acerca de lo que es verdadero o
falso, bueno o malo, deseable o indeseable.
2. Un componente afectivo porque, supuestas las condiciones adecuadas, la
creencia es capaz de despertar afectos de intensidad variable que se centran:
a) en el objeto de la creencia, o
b) en otros objetos (individuos o grupos) que toman una posición positiva o
negativa con respecto al objeto de la creencia, o
c) en la creencia misma, cuando su validez es notoriamente puesta en duda, como
sucede en el caso de una disputa.
3. Un componente de conducta, porque la creencia al ser una predisposición de
respuesta de umbral variable, debe coincidir a algún tipo de acción cuando es
activada convenientemente.
Quizá sea oportuno aclarar que el término conducta se está utilizando en su más
amplia acepción, es decir, se entiende por conducta cualquier respuesta que un
sujeto presenta ante un estímulo, respuestas que pueden ser fisiológicas,
motrices, mentales, o combinaciones de ellas.
Es muy difícil establecer un límite temporal para decir que una predisposición
constituye una actitud o no llega a merecer tal denominación. Sin embargo, es
29
necesario dejar claro que aquellas predisposiciones que son momentáneas no son
actitudes, es necesario que presenten alguna estabilidad en el tiempo para que se
las juzgue como tales.
¿Para qué sirven las actitudes? Entre los estudiosos del tema no hay acuerdo
respecto a la respuesta a este interrogante. Quizá puede contestarse diciendo que
una actitud se puede comparar a una teoría científica en miniatura; desempeña
funciones parecidas y tiene parecidos vicios y virtudes. Una actitud, como una
teoría, es un cuadro de referencia, ahorra tiempo, organiza el conocimiento, tiene
consecuencias para el mundo real y está sujeto a los cambios que le imponen los
nuevos datos. Una teoría, como una actitud, es un juicio previo, puede ser
selectiva y parcial, tal vez contribuye al mantenimiento del status quo,
posiblemente apasiona cuando es puesta en duda y puede oponerse al cambio
cuando los nuevos datos la fuerzan a ello. En una palabra, una actitud puede, en
mayor o menor grado, actuar como una buena o mala teoría y dependiendo de la
clase de teoría conforme a la cual actúa, la actitud puede servir una función mejor
que otra.
Aunque ciertos autores sostienen que existen algunas actitudes básicas innatas,
por ejemplo el miedo innato a lo extraño, es indiscutible que sea por sucesivas
diferenciaciones de esas actitudes básicas o sea por adquisición de actitudes no
dependientes de ellas, está fuera de discusión que los procesos que posibilitan el
cambio y desarrollo de actitudes son procesos de aprendizaje.
Los componentes de la actitud son 3:
1. Componente cognitivo: se refiere a las expresiones de pensamiento,
concepciones y creencias, acerca del objeto actitudinal, en este caso, la
Estadística. Incluye desde los procesos perceptivos simples, hasta los cognitivos
más complejos.
2. Componente afectivo o emocional: está constituido por expresiones de
sentimiento hacia el objeto de referencia. Recogería todas aquellas emociones y
sentimientos que despierta la Estadística, y por ello son reacciones subjetivas
positivas/negativas, acercamiento/huida, placer/dolor.
3. Componente conductual o coactivo: aparece vinculado a las actuaciones en
relación con el objeto de las actitudes. Son expresiones de acción o intención
conductista/conductual y representan la tendencia a resolverse en la acción de
una manera determinada.
30
Referencia Bibliográfica
NAREDO, J.; VALERO, A. Desarrollo económico y deterioro ecológico. Madrid:
Fundación Argentaria. 1999. ISBN: 84-7774-981-7. p. 161.
Coutiño Díaz, R. (2015). Desarrollo sutentable. Una oportunidad para la vida (3a
ed.). México: McGraw-Hill.
Osorio M., Carlos. Ética y Educación en Valores sobre el Medio Ambiente para el
siglo XXI. http://www.campus-oei.org
31