Humedales de Argentina
Humedales de Argentina
Humedales de Argentina
HUMEDALES DE LA
ARGENTINA
Regiones de humedales
de la Argentina
2017
Esta publicación puede citarse como sigue: Benzaquen, L., D.E. Blanco, R. Bo, P. Kandus, G. Lingua, P. Minotti y R. Quintana.
(editores). 2017. Regiones de Humedales de la Argentina. Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Fundación
Humedales/Wetlands International, Universidad Nacional de San Martín y Universidad de Buenos Aires.
ISBN: 978-987-29811-6-7
Foto de tapa:
Rubén Quintana
Fotos de contratapa:
Francisco Firpo Lacoste, Patricia Kandus, Rubén Quintana y Nadia Boscarol
Edición cartográfica:
Irene Fabricante
Diagramación:
Pablo Casamajor
Permitida la reproducción total o parcial para fines de educación y difusión citando la fuente.
Las opiniones vertidas en los distintos capítulos son de estricta responsabilidad de cada autor.
Octubre 2017
Este documento se elaboró como resultado del proyecto
“El Inventario de los Humedales de Argentina: Una Herramienta para la
implementación de la Convención de Ramsar” (WFF/10/AR/6),
financiado por la iniciativa Humedales para el Futuro de la Convención
sobre los Humedales, e implementado por la Fundación Humedales /
Wetlands International en colaboración con el Área de Recursos Acuáticos del
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Laboratorio de Ecología,
Teledetección y Ecoinformática, Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental
de la Universidad Nacional de San Martín.
La Argentina cuenta con una enorme variedad y cantidad de humedales. Estos ecosistemas albergan una des-
tacada biodiversidad, a la vez que prestan valiosos servicios para el bienestar de la sociedad. Estos espacios
cumplen un rol fundamental para la regulación y purificación del agua, reducen el riesgo de inundaciones, contri-
buyen a mitigar el cambio climático, proveen alimentos y son sitios para la recreación y el turismo. También res-
guardan fauna y flora silvestres e importantes muestras de nuestro patrimonio cultural, arqueológico e histórico.
En el contexto actual de calentamiento global y acelerados cambios en el uso del suelo, generar información de
calidad es indispensable para la conservación y uso racional de los humedales. Es por esto que desde el Minis-
terio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación hemos retomado los valiosos antecedentes disponibles
en los ámbitos académicos, científicos, de la gestión y la sociedad civil para avanzar en la realización de un In-
ventario Nacional de Humedales.
Aquí presentamos los resultados del primer nivel de estudio del mismo. Un mapeo general del país que identifica
las distintas regiones y subregiones de humedales, con su correspondiente caracterización ambiental. Simultá-
neamente, hemos concretado este año talleres de expertos y experiencias de inventario de segundo (sistemas
y subsistemas) y tercer (unidades) nivel de detalle que permitirán validar metodologías y extender los trabajos
a todo el territorio argentino.
Esta publicación es el resultado de un largo camino compartido con la Fundación Humedales/Wetlands In-
ternational, la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad de Buenos Aires, en el marco del proyecto
“El Inventario de los Humedales de Argentina: Una Herramienta para la Implementación de la Convención de
Ramsar”. Para su elaboración, contamos con el apoyo financiero de la iniciativa “Humedales para el Futuro”,
de la Convención sobre los Humedales (Ramsar), así como también con el de numerosos especialistas que han
enriquecido la obra.
El documento ofrece datos confiables para el ordenamiento ambiental del territorio y las políticas públicas am-
bientales. Es además un insumo de relevancia para el Sistema Nacional de Información Ambiental que establece
la Ley General del Ambiente, y un avance en el compromiso global por alcanzar los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de las Naciones Unidas, las Metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica, las Metas de
Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres y el objetivo del Acuerdo de París sobre el cambio climático.
Esperamos que este paso contribuya a profundizar el trabajo colaborativo entre las jurisdicciones, los diversos
sectores, la comunidad científico académica, las organizaciones de la sociedad civil y nuestros pueblos origina-
rios, y así seguir fortaleciendo una política de Estado que garantice un ambiente sano, equilibrado y apto para el
desarrollo de todos los argentinos y nuestras generaciones futuras.
Actualmente los humedales son reconocidos a nivel internacional como los ecosistemas más productivos y
que proveen el mayor número de bienes y servicios a la sociedad, jugando además, un papel fundamental en el
desarrollo de muchas culturas del planeta. Al mismo tiempo gran parte de ellos poseen una biodiversidad ex-
cepcional, lo que los convierte en áreas de gran valor para la conservación. Esto ha llevado a que los humedales
sean considerados ecosistemas claves, particularmente por su papel en el almacenaje y purificación de agua y
en su intervención en los ciclos hidrológicos. Sin embargo, a escala mundial, estos ecosistemas están disminu-
yendo en extensión y perdiendo calidad. Como resultado de ello, los servicios que éstos proporcionan también
desaparecen o se restringen. Las últimas evaluaciones dan cuenta de que en el siglo XX la extensión mundial de
los humedales disminuyó entre un 64 y un 71% y su pérdida y degradación aún continúan a escala global, a una
tasa estimada de hasta el 1,5% anual, dependiendo de la región del planeta. Por este motivo, a nivel internacional
existe una preocupación creciente sobre el efecto que puede tener esta pérdida y degradación de humedales
para la humanidad.
Actualmente, los tomadores de decisiones cuentan ya con información científica para comprender la necesidad
urgente de incorporar medidas adecuadas para conservar los humedales, su biodiversidad y los servicios que
prestan. En este sentido, la Convención Internacional sobre los Humedales (Ramsar, Irán, 1971) insta a las partes
contratantes a plantear políticas inmediatas para cumplir con el objetivo de detener e invertir la pérdida y de-
gradación de los humedales y de sus servicios asociados. Asimismo, alienta a los países que la integran a realizar
inventarios nacionales de humedales como una herramienta fundamental para su reconocimiento, conservación
y uso sustentable. Esto no solo implica considerar a los inventarios como herramienta para la planificación y el
manejo sino también como un insumo para avanzar en el conocimiento de su estructura y funcionamiento. En
ese sentido, y sobre todo para países con grandes territorios como el nuestro, resulta fundamental conocer los
diferentes tipos de humedales existentes, qué cantidad hay de cada uno de ellos, en dónde se encuentran loca-
lizados y cuál es su nivel de integridad.
Desde su inicio, la Convención de Ramsar ha reconocido la importancia de los inventarios nacionales de hume-
dales en la Resolución VII.20 (1999). Éstos son importantes para detectar no solo aquellos sitios que pueden ser
incluidos en la Lista de Humedales de Importancia Internacional (o Lista de Ramsar) sino también para cuan-
tificar los recursos mundiales de humedales a fin de evaluar su situación y pautas de manejo, determinar qué
humedales requieren ser restaurados y efectuar evaluaciones de riesgos y de vulnerabilidad.
En la Argentina, hasta hace pocas décadas, la mayoría de los humedales estaban relativamente libres de los
impactos derivados de las actividades humanas y por lo tanto conservaban su extensión, estructura y funciones
originales. Estas condiciones comenzaron a modificarse durante los últimos años debido a la intensificación de
algunas actividades productivas que se venían realizando y a la incorporación de nuevos tipos de uso del suelo,
y manejo del agua, los que implican una alteración sustancial del régimen hidrológico. En este contexto, se hace
imprescindible avanzar con un Inventario Nacional de Humedales que considere diferentes escalas espaciales
de análisis.
El proceso de Inventario Nacional de Humedales de la Argentina se inició informalmente hace unos 15 años en
un intento de sentar las bases metodológicas para su clasificación e inventario. Para el año 2009 se estableció
como objetivo general del mismo brindar una herramienta que permita evaluar el estado de situación de los
humedales y su oferta de bienes y servicios como base fundamental para la conservación y planificación del uso
de los mismos.
Actualmente, se ha avanzado con inventarios parciales a diferentes escalas espaciales, como ser la evaluación de
los “Sistemas de paisajes de humedales del Corredor Fluvial Paraná-Paraguay y “Los Turbales de la Patagonia:
Bases para su inventario y la conservación de su biodiversidad”. Es por ello, que la presente obra constituye un
paso fundamental en el proceso del Inventario de Humedales de la Argentina ya que describe y caracteriza las
regiones y subregiones de este tipo de ecosistemas en todo el territorio nacional.
Cabe destacar que esta publicación refleja el estado del conocimiento actual sobre los humedales de todo el
país, presentando de manera uniforme sus atributos estructurales y funcionales. Seguramente, no se trate de una
regionalización definitiva de regiones y subregiones de humedales pero constituye un primer e importante paso
para comenzar a armar este complejo rompecabezas constituido por una importante diversidad de ecosistemas
que, de acuerdo a su definición, son considerados humedales. Ello contribuirá, sin duda alguna, a delinear futuras
políticas para la conservación y el aprovechamiento sustentable de los mismos y para darle a los humedales la
visibilidad y relevancia que merecen a la hora de la gestión y el ordenamiento territorial.
Los humedales constituyen el paisaje ecológico con la mayor diversidad biológica en la naturaleza. Son uno de
los ambientes de supervivencia más importantes para el ser humano, ya que no sólo suministran una variedad de
recursos para la vida y la producción sino que también tienen una trascendente función de regulación ambiental.
Ellos proporcionan un hábitat para peces, vida silvestre y plantas, recargan las aguas subterráneas, reducen las
inundaciones, proporcionan agua potable limpia, regulan nuestro clima, ofrecen alimentos y, además, son cen-
tros de importantes actividades culturales y recreativas.
Resulta entonces evidente que el estudio de los humedales es de suma importancia, tanto en el orden científico
como económico. Desafortunadamente, una gran cantidad de humedales se ha perdido en nuestro país en las
últimas décadas, y las pérdidas de humedales continúan hoy. Esto pone de manifiesto la necesidad urgente de
información geoespacial sobre la extensión, el tipo y el cambio de los humedales.
En efecto, la Convención de Ramsar sobre los Humedales ha reconocido la importancia de los inventarios nacio-
nales de humedales como instrumentos esenciales para conformar medidas destinadas a alcanzar la conserva-
ción y el uso racional de los mismos. En la actualidad existe un amplio consenso en que las políticas de hume-
dales deben basarse en un inventario de amplitud nacional de los mismos y de sus recursos a fin de evaluar su
situación y sus pautas, determinar qué humedales requieren ser restaurados y efectuar estimaciones de riesgos
y de vulnerabilidad.
Con esta finalidad, hace unos años se comenzó en Argentina en un trabajo conjunto entre instituciones de orden
académico y científico, y autoridades ambientales tendiente a elaborar un inventario de humedales del país. Para
este trabajo se plantearon tres niveles o escalas de análisis: a nivel nacional subdividiendo al país en grandes
regiones, a nivel intermedio subdividiendo las regiones en sistemas y paisajes de humedales y a nivel de detalle
de las unidades de humedales. La presente obra aborda un primer ejercicio de regionalización de humedales en
nuestro país y presenta los resultados del primer nivel, generando once regiones, seis de las cuales a su vez han
sido subdivididas en subregiones. La Universidad Nacional de San Martín, desde el Instituto de Investigación e
Ingeniería Ambiental, ha participado activamente en este inventario desde sus inicios hasta la gestación de este
trabajo, que representa un panorama integrado y novedoso sobre la diversidad y extensión de los humedales en
el territorio nacional. Desde nuestra Institución consideramos prioritario el esfuerzo realizado para completar y
mantener actualizado el conjunto de datos de humedales para la Nación.
La importancia de contar con un inventario de los humedales de la Argentina ha sido reconocida desde hace va-
rios años por distintos organismos vinculados con la investigación y la conservación de estos ecosistemas. Este
reconocimiento dio lugar a la generación de un ámbito de colaboración entre profesionales e investigadores de
diversas instituciones de gestión, investigación y conservación, con el fin de promover acciones para avanzar en
la elaboración del Inventario Nacional de Humedales.
Esta obra es una muestra cabal de dicha colaboración. La misma es el resultado del Proyecto “El Inventario de
los Humedales de Argentina: Una Herramienta para la Implementación de la Convención de Ramsar” (WFF/10/
AR/6). Este proyecto fue financiado por la Iniciativa “Humedales para el Futuro” de la Convención sobre los Hu-
medales e implementado por la Fundación Humedales/Wetlands International en colaboración con el Área de
Recursos Acuáticos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y el Laboratorio de Ecolo-
gía, Teledetección y Ecoinformática, Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional
de San Martín, y finalizado en el año 2013.
El objetivo del proyecto fue desarrollar el Nivel 1 del Inventario Nacional de Humedales. La identificación y
delimitación de las regiones y subregiones de humedales fueron dirigidas por investigadoras del Instituto de
Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín. La caracterización ambiental de
las regiones y subregiones de humedales fue realizada por especialistas de distintas instituciones incluyendo
las Universidades Nacionales de Buenos Aires, San Martín, Tucumán, Litoral, Córdoba y Patagonia Austral, el
Instituto Nacional de Limnología, el Centro Nacional Patagónico y el CONICET, la Administración de Parques
Nacionales, la Fundación Humedales/Wetlands International y Ecosur. El material elaborado como resultado
del mencionado proyecto fue editado por profesionales y especialistas del Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sustentable, la Fundación Humedales/Wetlands International, la Universidad Nacional de San Martín y la Univer-
sidad Nacional de Buenos Aires.
Nuestro especial agradecimiento a los colegas que realizaron la caracterización ambiental de las regiones de
humedales, y a Irene Fabricante por su enorme dedicación para la elaboración de los mapas que ilustran la pre-
sente obra.
Nuestro agradecimiento también a las siguientes instituciones y personas por su apoyo y colaboración en el
desarrollo de la presente publicación:
A Laura Vidal por su trabajo de coordinación de las contribuciones de los diferentes autores de capítulos en
la primera etapa del proyecto.
A los autores de las fotografías que ilustran la presente obra: Claudio Baigún, Luis Borgo, Nadia Boscarol,
Pablo Brandolin, Leonardo Buria, Marta Collantes, Francisco Firpo Lacoste, Karina García, Alejandro Giraudo,
Alfredo Grau, Rodolfo Iturraspe, Marcos Karlin, Ulf Karlin, Natalia Machain, Gabriela Mataloni, Elizabeth Ma-
zzoni, Ramiro Ramírez, Marcelo Romano, Ana Scopel, Melina Simoncini, Héber Sosa, Jerónimo Sosa y Hugo
Yacobaccio.
A Natalia Morandeira por la elaboración de los gráficos que figuran en los capítulos de caracterización de las
regiones y subregiones de humedales.
A la Delegación del Ministerio de Economía de la provincia de Río Negro en Buenos Aires, por cedernos el
salón para la realización de los talleres del proyecto.
Los editores
Lista de autores y editores
Andrea E. Izquierdo
Roberto Bó
[email protected]
[email protected]
Instituto de Ecología Regional - UNT/CONICET
Grupo de Investigaciones sobre Ecología de Hume-
Facultad de Cs. Nat. e Instituto M. Lillo, Universidad
dales
Nacional de Tucumán
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universi-
dad de Buenos Aires Patricia Kandus
[email protected]
Pablo Brandolín Laboratorio de Ecología Teledetección y Ecoinfor-
[email protected] mática
Universidad Nacional de Río Cuarto Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental,
Universidad de San Martin
Leonardo Buria
Marcos S. Karlin
[email protected] [email protected]
Delegación Regional Patagonia, Administración de Departamento de Recursos Naturales
Parques Nacionales Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad
Nacional de Córdoba
Juan José Cantero
[email protected] Ulf O. Karlin
Facultad de Agronomía y Veterinaria, Universidad [email protected]
Nacional de Río Cuarto Instituto de Ambiente de Montaña y Regiones Ári-
das, Universidad Nacional de Chilecito
Irene Frabricante
Guillermo Lingua
[email protected]
[email protected]
Laboratorio de Ecología Teledetección y Ecoinfor-
Área de Recursos Acuáticos, Dirección de Gestión
mática
Ambiental de los Recursos Hídricos y Acuáticos
Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental,
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable
Universidad Nacional de San Martin
Rubén Lombardo
Alejandro Giraudo [email protected]
[email protected] Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universi-
Instituto Nacional de Limnología, CONICET-UNL dad de Buenos Aires. CONICET
Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de
Nacional del Litoral General Sarmiento
Zuleica Marchetti Carlos Ramonell
[email protected] [email protected]
Laboratorio de Sedimentología - Geomorfología Laboratorio de Sedimentología
Fluvial Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas, Univer-
Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas, Univer- sidad Nacional del Litoral
sidad Nacional del Litoral
Marcelo Romano
Gabriela Mataloni [email protected]
[email protected] Grupo de Conservación de Flamencos Altoandinos
Grupo de Biodiversidad, Limnología y Biología de – Wildlife Conservation Society
la Conservación Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Am-
Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, biente “Ecosur”
Universidad Nacional de San Martín. CONICET
Ana L. Scopel
Elizabeth Mazzoni [email protected]
[email protected] Laboratorio Estación de Biología Sierras SEDE PU-
Laboratorio de Teledetección y SIG NILLA - FAUBA Huerta Grande, Córdoba
Unidad Académica Río Gallegos, Universidad Na- Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Ai-
cional de la Patagonia Austral res
INBA-CONICET
Priscilla Minotti
Mariana P. Silva
[email protected]
[email protected]
Laboratorio de Ecología, Teledetección y Ecoinfor-
Laboratorio Estación de Biología Sierras SEDE PU-
mática
NILLA - FAUBA Huerta Grande, Córdoba
Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental,
Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Ai-
Universidad Nacional de San Martín
res.
INBA-CONICET
Marcelo Morales
[email protected] Heber Sosa
IBBEA, CONICET - UBA [email protected]
Laboratorio de Diatomeas Continentales - DBBE Fundación Humedales / Wetlands International
Inst. de Biodiversidad y Biología Experimental y LAC
Aplicada
Facultad Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Hugo Yacobaccio
de Buenos Aires [email protected]
Instituto de Arqueología, Universidad de Buenos
Rubén Quintana Aires. CONICET
[email protected]
Grupo de Biodiversidad, Limnología y Biología de Pablo Yorio
la Conservación [email protected]
Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, Centro Nacional Patagónico, CONICET
Universidad Nacional de San Martín. CONICET Wildlife Conservation Society
Índice
Resumen ejecutivo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Introducción
Laura Benzaquén, Patricia Kandus, Daniel Blanco, Guillermo Lingua y Priscilla Minotti. . . . . . . . . . . 21
3a.
Subregión Vegas, lagunas y salares de la Puna
Hugo Yacobaccio y Marcelo Morales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
3b.
Subregión Vegas y lagunas altoandinas
Heber Sosa y Belén Guevara. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
8a.
Subregión Lagunas de la Pampa Húmeda
Claudio Baigún y Rubén Lombardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
8b.
Subregión Lagunas salobres de la Pampa interior
Marcelo Romano y Pablo Brandolin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
9.
Región Humedales costeros
9a.
Subregión Playas y marismas de la costa bonaerense
Gabriela González Trilla y Daniel E. Blanco. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
9b. Subregión Playas y marismas de la Costa Patagónica e Islas del Atlántico Sur
Daniel E. Blanco, Gabriela González Trilla y Pablo Yorio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
10.
Región Humedales de la Patagonia
10a.
Subregión Lagos, cursos de agua y mallines de los Andes patagónicos
Leonardo Buria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
11.
Región Humedales antárticos
Gabriela Mataloni y Rubén D. Quintana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
Consideraciones finales
Patricia Kandus, Laura Benzaquén, Priscilla Minotti y Guillermo Lingua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 327
Resumen ejecutivo
yen entre otros bosques inundables, esteros, bañados, en el territorio nacional. Otros aspectos relevantes que
cursos de agua y lagunas. Por el contrario, en la mayo- surgen son: la importancia de los humedales como si-
ría de las regiones del país los humedales se expresan tios que albergan una alta diversidad biológica; el pa-
como parches dentro de un contexto esencialmente pel fundamental y diferente que los humedales juegan
terrestre (paisajes con humedales) e incluyen las ve- en cada una de las regiones en términos de los servi-
gas, mallines, turberas, bañados, lagunas someras, cios ecosistémicos que proveen; el uso que hace la po-
salinas y barreales, entre otros tipos. Los humedales blación de aquellos servicios; y las actuales amenazas
costeros incluyen zonas estuariales y marinas interma-
sobre los humedales a escala regional.
reales que pueden expresarse como franjas angostas
de playas de arena o canto rodado, así como forman- La definición de las regiones de humedales permite
do extensas áreas de marismas. En el sector antártico mejorar la comprensión sobre los fenómenos geográ-
los humedales tienen particular representación en los ficos que condicionan el funcionamiento de los hu-
ambientes costeros pero también pueden darse en la medales y los procesos de interacción y dependencia
superficie de los glaciares. con otras regiones vecinas. Pone de manifiesto la gran
Este trabajo permite apreciar la enorme variedad de abundancia y diversidad de tipos de humedales que
tipos de humedales que hay en nuestro país vinculada hay en el país y conforma una base para el análisis de
a la diversidad de condiciones ambientales presentes su expresión espacial.
Francisco Firpo Lacoste
Introducción
Introducción
Tabla 1.- Funciones ecosistémicas de los humedales y ejemplos de bienes y servicios asociados (tomado de Kandus
et al. 2010).
Función
Funciones específicas Bienes y servicios ecosistémicos (ejemplos)
genérica
Recarga de acuíferos Reserva de agua dulce para el hombre para consumo directo y
actividades productivas
Costa patagónica.
Patricia Kandus
INTRODUCCIÓN 25
Aspectos conceptuales y metodológicos que surgen del documento “Avances sobre la pro-
puesta metodológica para un Sistema Nacional de Clasificación e Inventario de los Humedales
de la Argentina”
- Objetivo general del inventario: brindar una herramienta que permita evaluar el estado de situación de
los humedales y su oferta de bienes y servicios como base fundamental para la conservación y planifi-
cación del uso de los mismos.
- Enfoque: El inventario de humedales debe tener un enfoque de tipo hidrogeomórfico que haga hincapié
en los factores causales de la presencia de estos ambientes y en sus aspectos funcionales. Estos están
fuertemente asociados a su emplazamiento geomorfológico (posición topográfica del humedal en el
paisaje que lo rodea) y al régimen hidrológico.
- Escalas de análisis para el desarrollo del inventario: La expresión de los humedales puede ser percibida
a diferentes escalas espaciales y temporales. El inventario se describe como un marco geográfico con
tres niveles:
Para cada nivel o escala de análisis se identificaron una serie de variables críticas para delimitar y carac-
terizar a los humedales, incluyendo aspectos físicos-ambientales, biodiversidad, bienes y servicios, uso
de la tierra, amenazas y conservación.
En el año 2002 se realizó el Curso-Taller Bases ecoló- (Benzaquen et al. 2009), que brindó un primer mar-
gicas para la clasificación e inventario de humedales, co para el desarrollo del inventario de humedales de
organizado por el Laboratorio de Ecología Regional nuestro país.
de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
Con este marco se están llevando adelante diversas
Universidad de Buenos Aires, con colaboración de la
actividades y proyectos para avanzar en los distintos
ex Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de
niveles o escalas espaciales del inventario. Entre estos
la Nación. Su objetivo fue capacitar a profesionales de
se encuentra el Inventario de Humedales del Corredor
los ámbitos académicos y de gestión en los aspectos
fundamentales de clasificación e inventario de hume- Fluvial Paraná-Paraguay a nivel de sistemas de paisa-
dales, como paso previo para la elaboración de estos jes, que se realizó entre los años 2011 y 2012 en el mar-
instrumentos a nivel nacional. Los principales resulta- co del Proyecto GEF 4206-PNUD ARG/10/003 Pesca
dos y conclusiones del mismo fueron editados como y Humedales Fluviales (Benzaquen et al. 2013). En su
Documentos del Curso Taller (Malvárez y Bó 2004). realización participaron especialistas de organismos
de investigación de la región, ONGs y representantes
En el año 2008 tuvo lugar el Taller sobre Metodología de administraciones nacionales y provinciales vincula-
para el Inventario Nacional de Humedales de la Argen- das a la gestión de humedales.
tina, organizado por Grupo de Trabajo de Recursos
Acuáticos de la ex Secretaría de Ambiente y Desarro- Respecto al nivel 3, las experiencias de clasificación y
llo Sustentable de la Nación, el Grupo de Investiga- delimitación de humedales son muy acotadas. Cabe
ciones sobre Ecología de Humedales de la Facultad mencionar como antecedente diversas publicacio-
de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de nes sobre los humedales subtropicales (Neiff 2001),
Buenos Aires y la Fundación Humedales / Wetlands los turbales, mallines y otros humedales patagónicos
International. Participaron más de 40 especialistas en (Blanco y de la Balze 2004, Mazzoni y Vazquez 2004,
humedales de diversas regiones del país. El Taller con- Peña et al. 2008, Anchorena et al. 2009, Mazzoni y
tribuyó a acordar un marco general sobre aspectos Rabassa 2011), los humedales altoandinos (Boyle et al.
conceptuales y técnicos para la planificación y el de- 2004, Arzamendia et al. 2006, Izquierdo et al. 2015,
sarrollo de un inventario nacional de humedales, pro- 2016), los humedales fluviales costeros del Bajo Delta
poner un conjunto de variables básicas para su identi- (Kandus et al. 1999), y la región chaqueña (Ginsburg
ficación y caracterización, e identificar las escalas de et al. 2005). Actualmente se llevan adelante algunas
análisis pertinentes para la expresión de sus funciones iniciativas que constituyen casos piloto de inventario
en el marco de un inventario. En base a las discusiones de humedales en el nivel de mayor detalle, con el fin
que tuvieron lugar durante ese Taller, en el año 2009 de desarrollar criterios metodológicos y estrategias
se elaboró el documento “Avances sobre la propuesta de identificación, delimitación y caracterización de
metodológica para un Sistema Nacional de Clasifica- humedales, teniendo en cuenta la enorme variedad de
ción e Inventario de los Humedales de la Argentina” tipos existentes en Argentina.
26 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
En los siguientes capítulos se presenta una caracteri- Caessteker, P. y P. Tomàs Vives. 2007. Statut des Inven-
zación ecológica-ambiental de las regiones y subre- taires des Zones humides dans la Région Médite-
giones de humedales identificadas, incluyendo infor- rranéenne Version 2.0. MedWet. Fondation Tour du
mación sobre relieve, condiciones climáticas, estima- Valat, France.
ción de la superficie ocupada por humedales, contexto Canevari, P., Blanco, D.E., Bucher, E.H., Castro, G. y I.
ecológico terrestre, tipos de humedales, biodiversidad, Davidson (eds.). 1998. Los Humedales de la Argen-
áreas protegidas, servicios ecosistémicos y usos de los tina: Clasificación, Situación Actual, Conservación y
humedales, y amenazas y tendencias. Legislación. Wetlands International Publ. 46, Bue-
nos Aires, Argentina.
Este trabajo hace foco en los humedales, sin embargo
se incluyen también los cuerpos de aguas profundas. Davidson, N. 2014. How much wetland has the world
Entre los motivos para incluir a estos últimos se en- lost? Long-term and recent trends in global wet-
cuentra la estrecha relación física y funcional que tie- land area. Marine and Freshwater Research, 65 (10):
nen con los diversos humedales. 934–941.
Finalmente, a modo de conclusión se realizan algunas Evaluación de los Ecosistemas del Milenio. 2005. Los
consideraciones sobre las regiones y subregiones de Ecosistemas y el bienestar humano: humedales y
humedales en base a los aspectos más sobresalientes agua. Informe de Síntesis. World Resources Institu-
descriptos en los distintos capítulos. te, Washington D.C.
INTRODUCCIÓN 27
Ginzburg, R., Adámoli, J., Herrera, P. y S. Torrella. 2005. Mazzoni, E. y J. Rabassa. 2011. Types and internal hy-
Los Humedales del Chaco: Clasificación, inventario dro-geomorphologic variability of mallines (wet-
y mapeo a escala regional. Temas de la Biodiversi- meadows) of Patagonia: Emphasis on volcanic pla-
dad del Litoral fluvial argentino II. INSUGEO. Misce- teaus. Journal of South American Earth Sciences.
lánea. 14: 121-138. Tucumán.
Mazzoni, E. y M. Vázquez. 2004. Ecosistemas de Malli-
Izquierdo, A.E., Foguet, J. y H.R. Grau. 2015. Mapping
nes y paisajes de la Patagonia Austral (provincia de
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sistemas de la Puna y Altos Andes de Argentina. Neiff, J.J. 1999. El régimen de pulsos en ríos y grandes
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Identificación y delimitación de
regiones de humedales
de la Argentina
Patricia Kandus
Identificación y Delimitación de
Regiones de Humedales de Argentina
Patricia Kandus, Priscilla Minotti, Irene Fabricante y Carlos Ramonell
INTRODUCCIÓN
Argentina presenta un gran desarrollo de humedales
vinculados con una extensa red hidrográfica, un balan-
ce hidroclimático favorable y una gran disponibilidad
de emplazamientos geomorfológicos.
Se ha estimado que cerca del 21% de la superficie de
nuestro país incluye humedales (Kandus et al. 2008),
valor semejante al estimado por Junk et al. (2014)
para Brasil, y muy por encima de la media mundial que
ronda entre 5-8% (Junk et al. 2013). Dada la notable
oferta ambiental -fisiográfica, climática, hidrográfica y
ecológica-, los humedales en Argentina presentan una
amplia variedad de tipologías que incluyen ambientes
tan diversos como vegas, lagunas, turberas, pastizales
inundables, bosques fluviales, esteros, bañados y zo-
nas costeras estuáricas y marinas, entre otros (Kandus
et al. 2010b).
En el año 1999, Canevari et al. analizaron por prime-
ra vez la situación de los humedales de la Argentina
a nivel nacional, e identificaron, sobre la base del co-
nocimiento de expertos, seis regiones en términos de
situación, conservación y legislación (Figura 1). Por
su parte, Malvárez y col. (2004) elaboraron la prime-
ra regionalización de humedales de la Patagonia ar-
gentino-chilena, en base a variables entendidas como
Figura 1.– Regiones de humedales de Argentina,
condicionantes de la presencia de humedales y de la
según Canevari et al. 1999.
formación de turbales.
Existen diversos factores ecológicos que ayudan a entender la abundancia y diversidad de tipos de hume-
dales en Argentina.
El país presenta un gran desarrollo latitudinal, que desde la confluencia de los ríos San Juan y Mojinete
(21°46’ latitud sur 66°13’ longitud oeste) hasta la punta Mar Tendido en la isla Cook del archipiélago de
las Sandwich del Sur (59°28’ sur 27°09’ oeste), recorre más de 4.000 kilómetros atravesando zonas tropica-
les, subtropicales, templadas y frías. La estrecha extensión longitudinal (entre cerca de 1.500 km y menos de
300 km, según la latitud) determina una importante influencia oceánica, particularmente del Atlántico sobre
el cual se desarrolla toda la extensión de costas. Además, la localización y desplazamiento de los centros
ciclónicos en el Océano Atlántico y el Pacífico, determina la circulación general de masas de aire de todo el
territorio nacional, y conjuntamente con el emplazamiento de la Cordillera de los Andes a todo lo largo del
sector oeste del país, condiciona los patrones de vientos y precipitaciones.
La Cordillera de los Andes, junto con los macizos del Deseado y Norpatagónico en el sur, el de Brasilia en el
sector noreste y las sierras pampeanas, incorporan energía al relieve. Finalmente, los grandes ríos de la Cuen-
ca del Plata, los valles de los ríos que bajan desde la cordillera hacia el Atlántico y las extensas superficies de
llanura modeladas fuertemente durante los períodos glaciarios e interglaciarios del Pleistoceno y Holoceno,
permiten junto al resto de los factores mencionados, conformar un escenario regional particularmente rico
para el emplazamiento y la diversificación de tipos de humedales.
Meandro abandonado en el valle de inundación del Río Paraná, Sitio Ramsar Humedales Chaco.
Precipitación Evapotranspiración
(PP) (ET)
Régimen
climático
Entrada
Emplazamiento geomorfológico / litología Salida
Flujo Flujo
superficial Componente biótico: superficial
Salida Estructura (especies / estrategias adaptativas) Entrada
Función (estrategias de desarrollo / dinámica
de nutrientes / productifvidad)
Figura 2 - Modelo conceptual sobre la presencia y características de los humedales bajo un enfoque ecohidrogeomór-
fico. Los flujos de entradas y salidas de agua superficiales corresponden a flujos horizontales uni o bidireccionales.
34 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
jos de agua. De acuerdo con Dawson et al. (2003), el hidrológico y a veces incluso en el contexto geomor-
balance de agua en el humedal y, en consecuencia, los fológico (Corenblit et al. 2007).
cambios en el volumen de agua almacenados, pueden
Estas interacciones pueden ser analizadas a diferen-
ser expresados como una relación entre el agua que tes escalas espacio temporales. La biodiversidad, y en
Los bienes y servicios ecosistémicos
entra por precipitación, aporte subterráneo y esco-
rrentía superficial, con lo que sale por evapotranspi-
general la estructura de los humedales, así como las
funciones ecosistémicas, son emergentes de la diná-
del Delta del Paraná
ración, por infiltración hacia la napa o por escorrentía mica de los ecosistemas a escala local y de paisaje,
superficial hacia áreas vecinas. Estos factores afectan pero también están condicionadas por los factores
aspectos estructurales (biodiversidad, biomasa vege- que operan a escala regional (climáticos, geológicos,
tal, tiposLos
dehumedales
suelo, etc.) y funcionales
proveen un conjunto de (ofertaElde há- integridad
término ecológica se refiere
geomorfológicos). Los aspectos estructurales y las
bienes yde
bitat, captura servicios ecosistémicos
nutrientes, que
productividad, a la capacidadfunciones
funciones de soportar son
y mantener
percibidos por la sociedad como bene-
garantizan
hidrológicas como la calidad de vida tantoydelalos
el almacenaje una comunidad de organismos con una
amortiguación ficios ecosistémicos (bienes y servicios), y soportan y
pobladores locales como de los habitantes estructura (composición de especies,
de flujosdede agua, etc.) de los
áreas vecinas (Tabla 1).
ecosistemas de hume- sostienen
diversidad biológica, los usos que se realicen sobre los ecosiste-
características
dal, los que inciden a su vez (feedback) en el régimen del suelo entremas defuncionalidad
otros), humedal (Kandus
y et al. 2010b).
La provisión de bienes y servicios
procesos de cambio comparables a lo que
ecosistémicos a la sociedad depende del
sería un ambiente natural de la región.
mantenimiento de la integridad ecológica
de los humedales.
Los humedales, al
igual que otros eco-
J. Cappato
sistemas, se caracte-
rizan por su estructu-
ra, los procesos que
Plantas de usos
medicinales, culinarios en ellos ocurren y la
Energía solar Apicultura dinámica de cambio.
Fauna silvestre para
CO2 Los aspectos es-
alimento, indumentaria
Recursos pesqueros Atractivo turístico
tructurales incluyen
Captura de la biodiversidad, la
carbono biomasa, la compo-
en biomasa
sición de formas de
Biodiversidad vida, el número de
estratos vegetales y
la conformación de
las relaciones tróficas
Biomasa / Productividad en redes de mayor o
menor complejidad.
Los procesos eco-
Desaceleración de Desaceleración sistémicos se suelen
de flujos de agua
flujos conocer como fun-
Captura de
Amortiguación oleaje
nutrientes y ciones, e involucran,
contaminantes por ejemplo, la cap-
Almacenaje de carbono en
tura de carbono por
el suelo anegado organismos fotosin-
téticos, la productivi-
Amortiguación
de inundaciones dad de los diferentes
Filtro agua niveles tróficos, el
ciclado y almacena-
R. Quintana
R. Quintana
Box 1. Perfiles ecológicos de los humedales basados en variables expresadas a escala regional
(Minotti y Kandus 2007)
En los últimos años se ha incrementado el número de trabajos que cubren la brecha entre observaciones
ecológicas a escala local con procesos de índole regional a global, utilizando enfoques de minería de
datos, que se basan en la aplicación de Inteligencia Artificial en combinación con enfoques estadísticos
multivariados y de simulación numérica. Minotti y Kandus (2007) evaluaron si era posible predecir la
presencia de humedales a partir de distintos factores ambientales de escala regional, usando arboles de
decisión aumentados (Friedman 2002).
Como muestras de la ocurrencia de humedales (clase objetivo) se consideraron las bases de datos de dis-
tribución de humedales definidas por la cartografía de suelos del Instituto Nacional de Tecnología Agrope-
cuaria (Kandus et al. 2008), de cursos y cuerpos de agua del Instituto Geográfico Nacional (IGN SIG250) y
del Atlas de Recursos Hídricos (SSRH-INA 2002), tomando las distintas clases generales de Ramsar. Como
predictores se consideraron variables cuantitativas indicadoras de diferencias en procesos de generación
y mantenimiento de humedales. Teniendo en cuenta una escala de 1:1.000.000, que se corresponde con
grillas con pixel de 1 km, se utilizaron variables geomorfológico-topográficas derivadas del modelo de ele-
vación digital SRTM2 (GEO1-4), variables climáticas provenientes de WorldClim (BIO1-19) y de la caracteri-
zación de ecosistemas de América del Sur del Servicio Geológico de los Estados Unidos (BIO20-21), junto
con variables de cobertura de la vegetación del producto ModisContinuousFields (VEG1-3).
La variable más relevante para predecir la ausencia de humedales es la diferencia entre precipitación y eva-
potranspiración (BIO21), mientras que para indicar la ocurrencia de humedales el conjunto de variables rele-
vantes fue mayor, destacándose, además de BIO21, la temperatura mínima del mes más frio (BIO6), el rango
de temperatura anual (BIO7), las precipitaciones del mes más seco (BIO19) y del trimestre más frio (BIO14).
36
Priscilla Minotti REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
En la Figura 3 se presenta gráficamente el esquema me- Se dispuso también de las capas de cursos de agua
todológico. Las UAs fueron agrupadas identificando un permanentes y temporarios, lagunas permanentes y
primer nivel de heterogeneidad para el potencial empla- temporarias, lagos y salinas del Atlas de Cuencas y
zamiento de los humedales a escala del país, de acuerdo Regiones Hídricas Superficiales (SSRH-INA 2011) y del
al comportamiento de las tres variables en forma simul- Instituto Geográfico Nacional (IGN SIG 250).
tánea, mediante la superposición directa de capas.
Las zonas resultantes fueron interpretadas, reagru- En el caso del Océano Atlántico y del Río de la Plata, el
padas y sus límites ajustados a través de variables de límite exterior costero se extendió hasta la isobata de
ajuste de límites que incorporaron criterios derivados cinco metros, de acuerdo con la cartografía provista
de los documentos sobre la ocurrencia de: por el Servicio de Hidrografía Naval.
zonas morfodinámicas de los ríos de Argentina de
Ramonell et al. (2010); Los límites finales de las regiones y subregiones de
unidades fisiográficas según Pereyra (2003); humedales fueron revisados utilizando las coberturas
unidades geológicas obtenidas a partir del Mapa de alta resolución disponibles mediante la aplicación
Geológico de la República Argentina escala Google Earth (https://www.google.com/earth/) y con-
1:2.500.000 elaborado por Lizuain et al. (1997). sultas con expertos locales.
Figura 3.- Esquema metodológico. UA: Las Unidades de Análisis definidas a partir de la cartografía digital de
cuencas de la República Argentina (CUENCA) (SSRH-INA 2011). VD (variables primarias de delimitación) son:
TOPO (Topografía), PP-ETP (Patrones de Precipitación-Evapotranspiración potencial mensual), TPos (Tem-
peraturas positivas). VA (variables de ajuste de límites): ZMD (zonas morfodinámicas de los ríos de Argentina,
Ramonell et al. 2010); UG (unidades geológicas, Lizuain et al. 1997); PF (paisajes fisiográficos, Pereyra 2003).
GE Imágenes de alta resolución para ajuste de límites disponibles (https://www.google.es/intl/es/earth/).
38 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Box 2. Estimación de la superficie potencial ocupada por humedales a escala regional según
un criterio basado en la cartografía de suelos (Kandus et al. 2008).
Contabiliza la superficie que potencialmente ocupan los humedales estimada a partir del Atlas de Suelos de la
República Argentina en formato digital, realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, en base
a levantamientos elaborados para cada provincia (INTA–Aeroterra 1995).
Para obtener las áreas de humedal se realizó un análisis exhaustivo de los atributos de la base de datos asocia-
da a los polígonos correspondientes a diferentes tipos de suelos, y se reclasificaron los polígonos teniendo en
cuenta:
1) aspectos taxonómicos de las categorías de suelos (Orden, Suborden, Gran Grupo y Subgrupo), seleccio-
nando las clases indicativas de la ocurrencia de procesos hidrogeomórficos en el origen o desarrollo de los
suelos;
2) ocurrencia de factores limitantes (anegamiento, inundación recurrente, impedimentos de drenaje); y
3) categorías cartográficas (lagunas, lagos, esteros, bañados, salinas).
La escala en que se realizó el mapeo de las fuentes de información fue 1:1.000.000. De acuerdo al criterio utili-
zado, la superficie total que potencialmente ocupan los humedales a escala regional fue estimada en 600.000
km2, la cual representa el 21,5% del territorio nacional (sin considerar el sector antártico) y se incrementa al 23%
si se toman en cuenta los lagos de aguas profundas. Las áreas no sombreadas poseen humedales por debajo de
la resolución cartográfica.
IDENTIFICACIÓN Y DELIMITACIÓN DE REGIONES DE HUMEDALES DE ARGENTINA 39
Box 3. Estimación de la superficie actual ocupada por humedales a escala regional según un
criterio basado en la cartografía de tipos de cobertura del suelo (Fabricante et al. en prep.)
Se recopilaron tres fuentes de información que caracterizan los diferentes elementos hídricos y las coberturas
de tipos de suelo y vegetación. La información utilizada provino de cartografía oficial publicada por el Instituto
Geográfico Nacional, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la Subsecretaría de Recursos Hídricos-
Instituto Nacional del Agua, de donde se seleccionaron las categorías indicadoras de la presencia de humedales.
Del SIG 250 (IGN SIG 250) se incluyeron todas las categorías de las capas Cursos de Agua (ríos, arroyos, caña-
das, acequias o zanjas, riachos, zanjones, quebradas y canales de riego; permanentes o temporarios) y Cuerpos
de Agua (lagos y lagunas, salinas o salitrales, bañados, esteros, bajos, cañadas, aguadas o manantiales, áreas
costeras; permanentes o temporarios). Del Atlas de Cuencas y Regiones Hídricas Superficiales (SSRH-INA 2011)
se tomó la categoría de embalses. A partir del Mapa de Cobertura del Suelo (INTA 2009), se seleccionaron las
categorías de vegetación natural o semi-natural de áreas regularmente inundadas, anegadas o acuáticas.
La información seleccionada se combinó utilizando herramientas de geoprocesamiento. La escala en la que se
realizaron los mapeos de las fuentes de información fue 1:250.000.
De acuerdo al criterio utilizado, la superficie total estimada que ocupan los humedales a escala regional resulta
de aproximadamente 336.000 km2, representando el 12% del territorio nacional (sin considerar el sector antárti-
co). Las áreas no sombreadas poseen humedales por debajo de la resolución cartográfica.
40 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Heber Sosa
IDENTIFICACIÓN Y DELIMITACIÓN DE REGIONES DE HUMEDALES DE ARGENTINA
Francisco Firpo Lacoste 41
Figura 4 – Regiones de humedales de la Argentina. Kandus, P., Minotti, P., Fabricante, I. y C. Ramonell.
IDENTIFICACIÓN Y DELIMITACIÓN DE REGIONES DE HUMEDALES DE ARGENTINA 43
Referencias
9b. Subregión Playas y marismas de la costa patagónica e islas del Atlántico Sur
10c. Subregión Mallines y turberas de la Patagonia Sur e islas del Atlántico Sur
Tabla 1.- Valores de superficie, aspectos climáticos, topografía y superficie potencial y actual ocupada por humedales,
REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
(1) Fuente: Kandus et al. 2008. (2) Fuente: Fabricante et al. en prep. (3) Fuente: USGS 2003. (4) Fuente: Hijmans et al. 2005.
Temperatura Máxima del mes más cálido °C (4)
Precipitación Anual mm - Desvío Estándar * (4)
Elevación sobre el nivel del mar - Máximo (3)
Superficie de Humedales %.
Criterio de Cobertura (2)
Humedales Montanos Procordilleranos y Subandinos 65512 16073 25 2617 4 1085 679 5506 219 667 213 18,3 2,9 4,2 30,1 25,8 23,1 -1,2
Humedales del Chaco 324372 150036 46 65161 20 180 100 1240 19 763 140 21,7 1,0 8,0 34,8 26,8 23,3 17,4
Vegas, Lagunas y Salares de la Puna 128724 7192 6 8439 7 4049 589 6870 1294 117 74 6,2 3,3 -7,4 17,8 25,2 18,3 -10,2
Vegas y Lagunas Altoandinas 87453 5390 6 279 0 2592 1129 6929 335 283 175 4,3 5,0 -7,5 17,7 25,1 16,6 -15,4
Humedales Misioneros 32479 1273 4 479 1 300 146 834 59 1719 81 19,9 0,9 8,4 31,4 23,0 22,4 17,0
Rios, Esteros, Bañados y Lagunas del Río Paraná 106895 73579 69 69599 65 41 24 122 -65 1119 162 19,8 1,6 8,3 32,8 24,5 22,6 16,1
Arroyos y Mallines de las Sierras Centrales 51681 370 1 227 0 899 357 2774 242 641 63 15,6 1,7 1,5 29,6 28,1 20,1 7,2
Salinas de la Depresión Central 111507 7290 7 22949 21 377 201 1897 90 465 103 19,8 1,1 4,6 34,1 29,5 21,1 13,7
Humedales del Monte Central 302914 39742 13 12867 4 629 498 4365 -24 289 95 14,7 2,3 -0,3 31,4 31,7 18,6 -2,6
Lagunas de la Pampa Húmeda 275294 129077 47 28751 10 97 78 1228 -34 880 101 15,6 1,6 3,8 30,5 26,8 20,0 10,1
Lagunas salobres de la Pampa Interior 282855 53444 19 21253 8 194 118 790 -52 691 144 16,3 1,0 2,3 32,0 29,7 20,4 14,1
Playas y marismas de la Costa Bonaerense 31846 6777 21 27153 85 5 6 66 -33 718 170 14,7 0,7 3,9 27,9 24,0 13,3 S/D
Playas y Marismas de la Costa Patagónica
e islas del Atlántico Sur 17287 892 5 7656 44 70 120 1293 -27 273 118 9,3 3,5 -0,2 20,4 20,5 0,0 6,5
Lagos, Cursos de Agua y Mallines de los
Andes Patagónicos 124349 10699 9 9402 8 1070 464 3732 98 629 333 6,3 2,5 -3,5 19,0 22,4 -8,3 S/D
Lagunas y Vegas de la Patagonia Extrandina 553103 22663 4 17320 3 517 354 2579 -123 200 52 10,2 2,5 -1,5 24,2 25,7 -0,1 S/D
Mallines y Turberas de la Patagonia Sur e Islas del
Atlantico Sur 46918 4902 10 5664 12 171 172 1460 -29 391 140 5,5 1,1 -2,2 14,6 16,9 -0,4 S/D
44 Humedales Antárticos 711660 S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D S/D
IDENTIFICACIÓN Y DELIMITACIÓN DE REGIONES DE HUMEDALES DE ARGENTINA 45
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Caracterización ambiental
de las regiones y subregiones
de humedales
Patricia Kandus
1 Región Humedales montanos
precordilleranos y subandinos
Andrea E. Izquierdo y Alfredo Grau
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
Se extiende a través de las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca, desde los 22° hasta los 29°
latitud sur, como una estrecha franja (entre 63° y 65°30´ longitud oeste) a lo largo de largos ejes de serra-
nías orientadas de norte a sur, incluyendo las Sierras Subandinas, la Cordillera Oriental, valles interserranos
y parte de las Sierras Pampeanas Occidentales sobre su cara este (Pereyra 2003).
La altitud media es 1.085 msnm, descendiendo hacia el este y sur. La litología es predominantemente sedi-
mentaria, poco compactada (Cruzate et al. 2005a, 2005b), que con lluvias copiosas produce derrumbes o
coladas de barro, localmente denominados “volcanes”. El relieve general es accidentado con fuertes pen-
dientes, y la erosión hídrica es el factor de mayor dinamismo.
Presenta un régimen climático cálido y húmedo o subhúmedo, con gradientes pluviométricos que se ex-
presan de este a oeste y en altura, según las masas de aire ascienden y pierden temperatura (Rodriguez y
Silva 2012). Las lluvias se concentran en el período estival con valores de media anual estimados de 670 mm
y temperatura media mensual de 18 °C (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Hu-
medales de Argentina). Hacia el centro y norte de la región los valores de precipitación son superados am-
pliamente, tal cual se observa en el climatograma de la localidad de Tartagal (Figura 2), donde se registran
1.438 mm, y una temperatura media mensual de 21,6 °C. Hacia el sur en cambio, las condiciones climáticas
denotan restricciones en la oferta hídrica. En la localidad de La Puerta en Catamarca, la precipitación esti-
mada es de 477 mm al año y la temperatura media mensual de 18.8 °C. Hacia el final de invierno y comienzo
de primavera se produce usualmente un período de déficit hídrico (Figura 3). Las precipitaciones pluviales
durante la época estival permiten la formación de una densa red de ríos y arroyos que corren mayoritaria-
mente con dirección oeste-este, entre los que se destacan las cabeceras de los tributarios que dan génesis
a los ríos Pilcomayo, Bermejo, Juramento y Salí-Dulce.
Figura 2.- Climatograma de la estación de Tartagal Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
Aero (Salta). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Región Humedales montanos precor-
dilleranos y subandinos.
La superficie potencialmente ocupada por humedales estimada mediante un criterio edáfico, es del 24%,
en tanto que la superficie actual según el criterio de cobertura de suelos se vería restringida al 4% (Tabla 1
capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). Los humedales están aso-
ciados principalmente a los cauces fluviales en tanto que los ambientes de carácter léntico son minoritarios.
P. Kandus
ÁREAS PROTEGIDAS
En la actualidad aproximadamente el 34% de la super-
ficie de las Yungas está bajo alguna categoría de pro-
tección (según datos Sistema Federal de Áreas Prote-
gidas, SIFAP 2013). Se encuentran diferencias en los
esfuerzos de conservación entre los distintos pisos al-
titudinales, el cual puede considerarse más intenso en
la Selva Montana y de muy escaso a nulo en el Bosque
Montano y la Selva Pedemontana (Brown et al. 2006),
en la cual se encuentra la mayor proporción de hume-
dales asociados a ambientes lénticos de la región.
Alfredo Grau
El área protegida de mayor extensión de la región es la
Reserva de Biosfera de las Yungas, con una superficie
aproximada de 1.300.000 ha; creada en el año 2002,
es una de las más grandes del país e incluye territorio
de las provincias de Jujuy y Salta (Lomáscolo y Mali- Laguna La Tigra, Parque Nacional Los Alisos, Tucumán.
zia 2006). Dentro de su área núcleo se localizan áreas
protegidas de jurisdicción nacional como los Parques
Nacionales Baritú (Salta) y Calilegua (Jujuy), y la Re- En la provincia de Salta, en los alrededores de la ciu-
serva Nacional El Nogalar de los Toldos (Salta), áreas dad de Tartagal se encuentran las áreas de Selva Pede-
de jurisdicción provincial, como los Parques Provincia- montana más extensas y en mejor estado de conser-
les Potrero de Yala (Jujuy) y Laguna Pintascayo (Sal- vación de la ecorregión (Lomáscolo y Malizia 2006),
ta), y parte de la Reserva Municipal de Usos Múltiples albergadas en parte en la Reserva Provincial de Flora
Serranías de Zapla (Jujuy). Dentro de la Reserva de
y Fauna Acambuco.
Biósfera se encuentran las lagunas de Yala, de Tesore-
ro y Pintascayo. En el extremo sur de la región en la provincia de Tu-
En esta región hay otras tres áreas protegidas de ju- cumán se han creado varias áreas protegidas provin-
risdicción nacional: el Parque Nacional El Rey (Salta), ciales: Cumbres Calchaquíes, Los Ñuñorcos-Quebra-
el Parque Nacional Campo de los Alisos (Tucumán) y da del Portugués, Santa Ana, La Florida, Los Sosa y
la Reserva Nacional Pizarro (Salta). En el Parque Na- Aguas Chiquitas; y finalmente el Parque Universitario
cional Campo de los Alisos se encuentra la pequeña Sierras de San Javier, donde se encuentra la lagunita
laguna La Tigra. del Taficillo de carácter transitorio.
Alfredo Grau
1 REGIÓN HUMEDALES MONTANOS PRECORDILLERANOS Y SUBANDINOS 55
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS Y área con mucho potencial (Brown et al. 2006). Las la-
gunas y diques son asiduamente visitadas por perso-
USOS DE LOS HUMEDALES
nas que practican deportes acuáticos y/o avistamiento
La región de la Yungas se caracteriza por un desfasa- de fauna silvestre.
je temporal entre la demanda de agua, especialmente Los humedales proveen diversos productos como pe-
para uso agrícola e industrial que tiene sus mayores
ces para pesca de subsistencia y deportiva, especies
valores en los meses de estación seca (otoño-invier-
no), y los aportes de los ríos que presentan una marca- que son objeto de caza, plantas medicinales, etc., y
da diferencia de caudal entre estaciones (Adler 2006). brindan valores culturales, de inspiración y estéticos.
En tal sentido, el principal uso de los humedales de la
región es para consumo del agua con fines domésti-
cos, agrícolas e industriales.
Los diversos diques y embalses construidos en la re-
gión, proveen agua potable y para riego. Algunos como
Cabra Corral generan energía eléctrica abasteciendo a
las principales ciudades del Noroeste argentino.
Los humedales constituyen importantes hábitats para
la fauna y brindan paisajes y naturaleza de gran interés
turístico y recreativo. La actividad turística es relativa-
mente reciente y ha estado centrada hasta hace pocos
años en la visita a los Parques Nacionales y en la pesca
deportiva (río Bermejo, río Pescado). En los últimos
años, la región está siendo visitada por un número
creciente de turistas que buscan espacios silvestres y
paisajes con un fuerte componente social (Brown et al.
2006). Los servicios son aún muy limitados y el acceso
Alfredo Grau
a muchos sitios es dificultoso, particularmente durante
el período estival cuando se concentran las precipita-
ciones. Sin embargo, la grandiosidad de los paisajes,
la naturaleza exuberante y diversa, y la fuerte impron-
ta cultural indígena y campesina, hacen de la zona un
Dique La Angostura, Tucuman.
Alfredo Grau
1 REGIÓN HUMEDALES MONTANOS PRECORDILLERANOS Y SUBANDINOS 57
Karina García
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2 Región Humedales del Chaco
Zuleica Marchetti
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
CONTEXTO ECOLÓGICO TERRESTRE minadas por pastizales inundables, o integran sólo es-
tacionalmente, paisajes arbóreo-arbustivos o grandes
Los humedales de los grandes abanicos aluviales del salinas. Del mismo modo, muchos de los humedales
Chaco se encuentran asociados a paisajes contras- de esta región constituyen ambientes formados natu-
tantes, tanto por sus características físicas y biológi- ralmente en diferentes etapas de la evolución del pai-
cas naturales, como por su historia de uso. Es así por saje, en tanto que otros, en las cercanías de grandes
ejemplo, que mientras algunos humedales son rodea- ciudades o centros poblados, representan el resultado
dos por lomadas o albardones con diferentes tipos de de la intervención antrópica destinada a algún tipo de
bosques, otros sustentan extensas regiones bajas do- aprovechamiento de los mismos.
Caracterización física-ambiental
Se extiende a lo largo de la porción centro-norte del país, ocupando una parte importante de las provincias
de Salta, Santa Fe y Formosa, la totalidad de Chaco y Santiago del Estero, el este de Tucumán y el norte
de Córdoba.
Se trata de una vasta llanura con pendiente muy suave, conformada por sedimentos cuaternarios de origen
fluvial y eólico, modelada por la acción de los grandes ríos alóctonos que desde las sierras Subandinas la
atraviesan en sentido noroeste-sudeste: el Pilcomayo, el Bermejo y el Juramento-Salado (Morello 2012).
Estos ríos transportan una gran cantidad de sedimentos desde sus altas cuencas, dando origen a la divaga-
ción de los cursos y a la formación de enormes abanicos (o paleoabanicos) aluviales (Iriondo 1993). A los
anteriores se suma una porción importante de la cuenca del río Salí-Dulce, que forma un abanico mucho
más pequeño y lleva una carga de sedimentos también menor.
Toda la región presenta un clima cálido continental subtropical con una temperatura media anual de 21 ºC,
y lluvias que rondan los 760 mm pero son muy variables según el sector (Tabla 1 capítulo Identificación y
Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). En la localidad de Las Lomitas la temperatura me-
dia mensual estimada es 23,7 ºC y la precipitación media anual 1.224 mm, y en San Miguel de Tucumán los
valores son 20 ºC y 1.483 mm respectivamente (Figura 2). En la localidad de Campo Gallo la temperatura
media mensual estimada es 21,8 °C y la precipitación media anual apenas alcanza 591 mm. Esta región aloja
el polo de calor sudamericano, donde la localidad de Rivadavia registra temperaturas máximas absolutas
de 48,7 °C y Campo Gallo de 47,3 °C (Morello 2012). Las lluvias se concentran en los meses de primavera
verano, y los altos valores de evapotranspiración (1.000-1.200 mm) ocasionan que gran parte de la región
se encuentre bajo déficit hídrico durante casi todo el año (Figura 3).
Figura 2.- Climatogramas de las estaciones a) Las Lomitas (Formosa) y b) San Miguel de Tucumán (Tucumán).
TIPOS DE HUMEDALES río Hondo (32.000 ha, límite entre las provincias de
Tucumán y Santiago del Estero) y al dique Los Quiroga
La dinámica de los cuatro ríos principales de la re- (450 ha, provincia de Santiago del Estero) ambos ubi-
gión (Pilcomayo, Bermejo, Juramento-Salado y Salí- cados sobre el río Dulce. El primero, de mayor enver-
Dulce) y las lluvias estacionales, combinadas con un gadura y construido con diferentes objetivos, deriva
relieve heterogéneo, determinan diferentes tipos de parte de su volumen de agua acumulado al segundo,
humedales. Existen tanto humedales como comple- el cual tiene principalmente propósitos de riego.
jos de humedales. Los primeros constituyen unidades Finalmente, una gran variedad de depresiones natu-
individualizables en el paisaje terrestre. Los comple- rales de diferentes dimensiones y distribuidas por los
jos de humedales, en cambio, están conformados por abanicos aluviales chaqueños, son anegadas por las
un conjunto de lagunas, bañados, esteros, meandros lluvias estacionales permaneciendo como lagunas so-
abandonados, etc., con diferentes grados de conecti- meras desde algunos días hasta pocos meses. Puesto
vidad entre ellos. La alternancia de épocas de inunda- que ocupan menor superficie y permanecen como ta-
ción/estiaje y de fuertes lluvias/sequías constituye el les poco tiempo (el período de fuertes lluvias coincide
principal factor que condiciona las características y di- con el de elevadas temperaturas favoreciendo la eva-
námica de los humedales. Por otra parte, los incendios poración), son los humedales menos conocidos, pero
(naturales o inducidos) combinados con el pastoreo quizás los de mayor frecuencia de aparición en la re-
intenso y la tala de amplias superficies de bosques, gión chaqueña.
provocan cambios en el paisaje que modifican paulati-
namente la configuración y funcionamiento de los hu-
medales chaqueños.
Complejos de humedales alimentados
por las lluvias locales
Melina Simoncini
2 REGIÓN HUMEDALES DEL CHACO
Claudio Baigún 63
nales inundables o colonizadas por vinal, esteros y pe- En sus depresiones el río Dulce forma bañados, lagu-
queñas lagunas (2.800.000 ha, Ginzburg et al. 2005) nas, arroyos y tajamares de diferentes profundidades,
también constituyen humedales condicionados por las aguas transparentes y poco salinas y lagunas perma-
lluvias locales. En ambos casos se trata de humedales nentes. A partir de la localidad de Salavina (provin-
de carácter temporario; sólo algunas lagunas de los cia de Santiago del Estero) el río Dulce forma un área
Bajos como La Tigra y Yacaré (provincia de Santa Fe) de cerca de 830.000 ha de derrames (Ginzburg et al.
persisten durante todo el año aunque con menor su- 2005), que se extiende en el sur de la provincia de
perficie y profundidad. Santiago del Estero y norte de Córdoba, con escasas
lagunas y un delta terminal que se amplía hasta des-
embocar sobre la laguna de Mar Chiquita (ubicada en
la subregión Lagunas salobres de la Pampa Interior).
Complejos de humedales formados por la dinámica El río Salado forma por su parte, complejos de hume-
hidrológica de los principales ríos chaqueños dales de anegamiento temporario tales como la serie
de derrames conocidos como Bañados de Figueroa
Anualmente desbordan sobre un relieve de paleo-ca-
en la provincia de Santiago del Estero (300.000 ha)
nales y paleo-albardones determinando diferentes ti-
que incluye esteros, bañados, pequeñas lagunas y te-
pos de humedales. El interfluvio Teuco-Bermejito loca-
rrenos inundados estacionalmente. Derrames similares
lizado al norte de la provincia de Chaco (1.400.000 ha,
son además formados por dos tributarios del Salado,
Ginzburg et al. 2005) constituye un complejo “ence-
el Horcones y el Ureña al final de su recorrido en la
rrado” por la bifurcación en dos brazos del río Berme-
jo (Teuco y Bermejito); incluye lagunas formadas por provincia de Santiago del Estero, y por el río del Valle
represamiento natural de paleo-albardones, cauces el cual, antes de sus aportes al Bermejo forma los co-
abandonados, espiras de meandros, interfluvios altos nocidos Bañados del Quirquincho (provincia de Salta).
en forma de islas y una variedad de ambientes esta- Una serie encadenada de lagunas permanentes (La
cionalmente inundables que alternan con ambientes Loca, del Toro, del Palmar) y otros humedales tempo-
de tierras altas, no inundables. Otro similar, el Bañado rarios vinculados a la dinámica de los arroyos Golon-
La Estrella en la provincia de Formosa (560.000 ha, drinas y Calchaquí (centro de la provincia de Santa Fe)
Ginzburg et al. 2005) se encuentra asociado al río Pil- forman también complejos de humedales. Finalmente,
comayo, tanto en su génesis como en sus principales las salinas del río Saladillo, un paleo-delta ubicado al
características y dinámica. Constituye por alrededor sur de la ciudad de Loreto (provincia de Santiago del
de 300 km de largo y entre 10-20 km de ancho, una de Estero) recibe esporádicamente aportes de agua de
las principales vías de escurrimiento del caudal que el las Salinas de Ambargasta en períodos de grandes llu-
Pilcomayo transporta hacia el río Paraguay. vias formando complejos de humedales temporarios.
64 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Patricia Kandus
2 REGIÓN HUMEDALES DEL CHACO 65
T. multiflora), pirizales (Cyperus giganteus), juncales Los reptiles se encuentran representados por ser-
(Schoenoplectus californicus) y camalotales arraiga- pientes, caimanes y tortugas. Entre las serpientes de
dos (Pontederia cordata, Echinodorus longipetalus). hábitos acuáticos y semi-acuáticos de los grandes
Además un gran número de comunidades forman humedales (ríos y grandes esteros) aparece la curiyú
verdaderos embalsados que incluyen desde especies (Eunectes notaeus), boa de entre 4-5 metros consi-
herbáceas acuático-palustres tales como Eichhornia derada junto a los caimanes los depredadores tope
crassipes, E. azurea, Salvinia sp., Oxycaryum cúbense, de estos humedales (Giraudo et al. 2007), y dos es-
entre otras, hasta leñosas arbustivas como el sarandí pecies de culebras: la falsa yarará del agua o mboi-
(Cephalanthus glabratus), Cestrum laevigatum y cor- estero (Helicops leopardinus) y la ñacanina (Hydrody-
cho (Aeschynomene montevidensis). nastes gigas). Otras especies tales como la falsa coral
(Erythrolamprus guentheri) endémica del Chaco Seco,
Finalmente, las lagunas permanentes propias del valle
la culebra de bañado (Erythrolamprus poecilogyrus),
del río Dulce (aguas con conductividades menores a
E. dilepis, Mastigodryas bifossatus, Thanmodynastes
2.000 mS/cm) presentan especies flotantes libres (Ei-
chaquensis, Xenodon merremi (todas comen básica-
chhornia crassipes, Salvinia biloba, Pistia stratiotes) y
mente anfibios), Psomophis genimaculatus -especie
arraigadas de hojas flotantes (Nymphaea spp.) al tiem-
insuficientemente conocida (Giraudo et al. 2012)- y
po que aparecen circunscriptas por juncales, totorales,
P. obtusus, frecuentan pastizales húmedos, bañados,
pirizales y pehuajozales. Estas mismas comunidades,
lagunas y esteros en busca de alimento. Completan
además de simbolares y pastizales de Leerzia hexan-
el elenco de reptiles los dos caimanes de Argentina,
dra, Luziola peruviana, Hymecahne amplexicaule entre
el yacaré overo (Caiman latirostris) en todo el Chaco,
otras, adquirieron notable desarrollo en el Bañado La
siendo abundante en los humedales de los ríos Teuco
Estrella después de las obras de endicamiento.
y Bermejo, y el yacaré negro (C. yacare) con mayor
Entre los peces, además de especies de amplia dis- frecuencia en los humedales del río Pilcomayo (Piña et
tribución tales como el sábalo (Prochilodus lineatus), al. 2010), así como dos tortugas acuáticas, la canaleta
el dorado (Salminus brasiliensis), la boga (Leporinus chaqueña (Acanthochelys pallidipectoris) y la casqui-
obtusidens), el manguruyú (Zungaro jahu), el surubí to (Kinosternon scorpiodes scorpioides) en categorías
(Pseudoplatystoma corruscans), los dientudos (Oli- amenazada e insuficientemente conocida, respectiva-
gosarcus jenynsii, Roeboides microlepis), palometas mente (Prado et al. 2012).
(Serrasalmus maculatus, S. marginatus, Pygocentrus
nattereri) y mojarras (Cheirodon interruptus, Astya-
nax fasciatus), entre tantas otras, existen algunas de
distribución acotada a unos pocos humedales de esta
región (Liotta 2005). Además de lepidosirena (Lepi-
dosiren paradoxa), el único pez pulmonado de toda
la región Neotropical que habita los humedales del
Bermejo, Pilcomayo y algunos humedales chaqueños,
aparecen cinco Cyprinodontiformes –peces de apro-
ximadamente 10 cm- citados para la laguna Yema y
sus ambientes temporarios asociados, y para el río
Patricia Kandus
pis spp.) y parches de sabanas graminosas. Asimismo, doeste provincial son incluidas dentro de los límites de
la Reserva Natural Manejada Potrero Lote 7B (2.000 Reserva Salinas de Ambargasta.
ha) además de imponentes bosques de quebracho
Chaco por su parte, cuenta con dos Parques Natura-
(Schinopsis balansae) de anegamiento temporario,
les Provinciales, Fuerte Esperanza (28.220 ha) y Loro
incluye una gran cañada temporaria localmente co-
Hablador (30.750 ha) que, ubicados en pleno Impene-
nocida como bañado El Toba. Finalmente, la Reserva
Provincial de Uso Múltiple Lagunas y Palmares (4.052 trable Chaqueño incluyen ecosistemas de humedales
ha) comprende un territorio ubicado en la margen su- tales como pastizales en paleocauces, comúnmente
deste de la laguna El Palmar, otra de las lagunas del llamados “caños”.
eje Golondrinas-Calchaquí y una de las más grandes En Salta, la Reserva Forestal Los Palmares (6.000 ha)
del norte santafesino. Involucra un paisaje dominado incluye a los Bañados del Quirquincho. Estos hume-
por palmares de caranday (Copernicia alba), asocia- dales, asociados principalmente a los derrames de los
dos a superficies boscosas de especies chaqueñas y ríos Dorado y del Valle, alojan entre sus bosques y pal-
del espinal. mares, comunidades palustres como totorales, pehua-
En Santiago del Estero, los humedales se encuentran jozales y extensos pastizales inundables.
incluidos en su mayor parte en reservas provinciales, La desembocadura del río Dulce y los humedales aso-
de las cuales no se conocen sus límites precisos ni su ciados a la misma integran, ya en la provincia de Cór-
grado de implementación. Parte de las áreas inunda- doba, la Reserva Provincial de Uso Múltiple y el Sitio
bles y lagunas asociadas al río Salado se encuentran Ramsar Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita,
dentro de los límites de la Reserva Manga Bajada (en la mayor cuenca endorreica del país y de destacado
el rincón noroeste de la provincia), de la Reserva Ba- valor por el número y diversidad de aves acuáticas en-
ñados de Figueroa (60.000 ha casi en el centro de la tre otros aspectos.
provincia) y de la Reserva Bañados de Añatuya (en la
porción más septentrional de la provincia). Asimismo, Varias zonas de humedales han sido identificadas
una zona de bañados del río Dulce está incluida en la como Áreas Importantes para la Conservación de las
Reserva Laguna Los Porongos y finalmente, parte de Aves (AICAs) (Di Giacomo et al. 2007), incluyendo el
los bañados, esteros y pastizales inundables de la por- Bañado La Estrella Este y Oeste (Formosa), los Bajos
ción santiagueña de los Bajos Submeridionales está Submeridionales (Santa Fe), los Bañados de Figueroa,
protegida por la Reserva Laguna Salada, en tanto que Añatuya (Santiago del Estero) y los del río Dulce (San-
las depresiones salinas con lagunas salobres del su- tiago del Estero y Córdoba), entre otras.
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS Y
USOS DE LOS HUMEDALES
Los humedales chaqueños son hábitats únicos para la
avifauna migrante así como para diferentes especies
de animales que los utilizan como sitios de abreva-
deros, reproducción y alimentación –ver el apartado
AMENAZAS Y TENDENCIAS
Diferentes hechos ya documentan algunas de las ame-
nazas que recaen sobre los ecosistemas de humedales:
El uso excesivo de algunas especies de flora y fauna
ha provocado extinciones locales como la del sim-
bol (Cenchrus pilcomayensis), el sorguillo (Gouinia
paraguayensis y G. latifolia) y el pasto crespo (Tri-
chloris pluriflora), declinaciones en las poblaciones
de la boa de las vizcacheras (Boa constrictor occi-
dentales), la curiyú (Eunectes notaeus) y los cai-
manes (Caiman spp.) (Giraudo 2009); ha llevado
Francisco Firpo Lacoste
Incluye el altiplano y los cordones montañosos por en- amplitud térmica diaria con temperaturas nocturnas
cima de los 3.000 msnm, que ocupan la porción no- de hasta -20 °C y diurnas de 30 °C en verano, y la baja
roeste y centro-oeste del país. Entre las características presión de oxígeno. Incluye dos subregiones:
que dan entidad a esta región se destacan, además
Vegas, lagunas y salares de la Puna
de la altura, el déficit hídrico regional permanente, las
condiciones extremas de salinidad en diversas cuen- Vegas y lagunas altoandinas
cas, los altos índices de radiación ultravioleta, la gran
Figura 1.- Región Humedales altoandinos y de la Puna. 3a. Subregión Vegas, lagunas y salares de la Puna, 3b. Subregión
Vegas y lagunas altoandinas.
3a Subregión Vegas, lagunas
y salares de la Puna
Hugo Yacobaccio y Marcelo Morales
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
Ocupa la porción noroeste del país por encima de los 3.000 msnm, en parte de las provincias de Jujuy,
Salta, Catamarca y La Rioja. El paisaje de la región está definido por un sistema de cadenas subparalelas
de montañas y valles tectónicos, donde se destacan dos componentes: los volcanes, que alcanzan altitudes
superiores a los 6.000 msnm, y las calderas, que son restos de aparatos volcánicos de erupciones altamen-
te explosivas (Pereyra 2003, Matteucci 2012). En esta región quedan incluidos sectores de los altos Andes,
que por su contigüidad y características ambientales presentan una estrecha vinculación con los ambientes
puneños.
Presenta un clima seco y frío con grandes amplitudes térmicas estacionales y diarias, esta última llega a
30 °C (Matteucci 2012). La subregión se caracteriza también por la alta radiación solar debido a su altura,
la marcada estacionalidad en las precipitaciones y la baja presión atmosférica. Las lluvias son estivales,
concentradas entre diciembre y febrero, y oscilan entre 100 y 800 mm (precipitación media anual estimada
para la región: 117 mm) (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argen-
tina). En La Quiaca (3.459 msnm) la temperatura media mensual registrada es de 10,8 °C y la precipitación
media anual de 568 mm (Figura 2). En Abra Pampa (3.507 msnm) la temperatura media mensual estimada
es de 9.9 °C y la precipitación media anual de 208 mm, y en San Antonio de los Cobres (3.758 msnm) los
valores estimados son 7.7 °C y 117 mm respectivamente. Los valores de evapotranspiración potencial supe-
ran los 600 mm, de manera que el área presenta un déficit hídrico permanente (Figura 3).
160 120
140 100
Precipitación − ETP (mm)
120 80
Precipitación media (mm)
60
Temperatura media (ºC)
100
40
80
20
30 60 0
20 40 −20
10 20 −40
−60
0 0
Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Mes Mes
Figura 2.- Climatograma de la estación La Quiaca Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(Jujuy). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Vegas, salares y lagunas de
la Puna.
En cuanto a la superficie ocupada por humedales, tanto la estimación del área potencial como la actual
arrojan coincidencia alcanzando apenas el 6-7% (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones
de Humedales de Argentina), mostrando que se trata de un recurso limitado y con expresión local como
oasis en el contexto de un paisaje de extrema aridez.
P. Kandus
BIODIVERSIDAD
Según Squeo et al. (2006) en el noroeste argentino Vega en Alto Tocomar, Salta.
se encuentran usualmente tres tipos de vegas: a) las
vegas en “cojín” o de “montículos” (frecuentemente gia peruviana –presentándose más frecuentemente en
denominadas bofedales en la bibliografía) domina- vegas ubicadas por debajo de los 4.000 msnm– y Dis-
das por juncáceas como Oxycloe sp. y, Patosia sp. que
tichia muscoides que cubre usualmente un amplio ran-
se encuentran por encima de los 4.000 msnm; b) las
go altitudinal que va desde los 3.500 hasta los 5.100
vegas vinculadas a pequeños cuerpos de agua que
msnm (Skrzypek et al. 2011). Cabe mencionar, que el
usualmente contienen Potamogeton sp., Myriophi-
llum quitense y Ranunculus sp., crecen en agua ricas género Distichia (Juncaceae) frecuentemente es la
en materia orgánica; y c) las vegas de estepa andina especie dominante en humedales de agua dulce a le-
formadas básicamente por poaceas como Deschapsia vemente salobre, mientras que Oxychloe andina (Jun-
sp., Deyeuxia sp., por ciperáceas como Carex spp. y caceae) suele serlo en ambientes altamente salinos
Eleocharis sp. y otras juncáceas. (Squeo et al. 2006).
Otras especies vegetales frecuentemente halladas en En los humedales de la región se destacan las aves
vegas de la Puna son Distichlis humilis y Muhlember- como el flamenco austral (Phoenicopterus chilensis),
78 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Patricia Kandus
la parina grande (Phoenicoparrus andinus) y la parina pericote (Phillotis darwini) y el hocicudo negro (Oxi-
chica (Phoenicoparrus jamesi), la guayata (Chloepha- micterus akodontius). Se encuentran dos especies de
ga melanoptera), siriri colorado (Dendrocygna bico- sapos, el sapo espinoso (Rhinella spinulosus) y el sa-
lor), pato crestón (Lophonetta specularoides), pato pito de la puna ((Telmatobius sp.). Se ha mencionado
zambullidor grande (Oxyura ferrugínea), pato puneño para la Laguna Brava (provincia de La Rioja) la presen-
(Anas puna), pato colorado (Anas cyanoptera), pato cia de reptiles como las lagartijas Liolaemus andinus,
castaño (Netta erythropthalma), pollona negra (Galli- L. ruibali y Centrura punae y el geko Homonota andí-
nula chioropus), gallareta andina (Fulica americana), cola (Ficha Informativa Ramsar Sitio Ramsar Laguna
gallareta gigante (Fulica gigantea), gallareta cornuda Brava 2002).
(Fulica cornuta), avoceta andina (Recurvirostra andi-
na), chorlito de vincha (Phegornis mitchelii), gaviota Con respecto a los peces, existen pocos registros por
andina (Larus serranus), y remolinera castaña (Cincio- encima de los 3.000 metros de altura. En algunas la-
des atacamensis). En la laguna de los Pozuelos (Jujuy) gunas y ríos altoandinos se han registrado bagres del
se han registrado 26.000 flamencos de las tres espe- género Trichomycterus pertenecientes a cuatro espe-
cies. En esta misma laguna fueron censadas en la parte cies: Trichomycterus belensis, T. catamarcensis, T. yus-
austral del sitio: el macá plateado (Podiceps occipita- ka y T. roigi (Fernandez 2013).
les) (300), la guayata (2.000), el pato crestón (2.000),
el pato maicero (Anas georgica) (1.000) y la avoceta Las vicuñas (Vicugna vicugna) pasan mucho tiem-
andina (> 100) (Masciti y Castañera 1991). po alimentándose en las vegas, si bien tienen una
alta competencia por el recurso con el ganado, que
Hay roedores cuyos hábitats son las vegas u orillas de cuando está presente las relega a pasturas marginales
arroyos como el ratón ebrio (Neotomis ebriosus), el (Borgnia et al. 2008).
3a SUBREGIÓN VEGAS, LAGUNAS Y SALARES DE LA PUNA 79
ÁREAS PROTEGIDAS
Nadia Boscarol
vincia de Jujuy), 3) Lagunas Altoandinas y Puneñas de
Catamarca (provincia de Catamarca) y 4) Laguna Bra-
va (provincia de La Rioja). En total las áreas incluidas
en la Lista de Humedales de Importancia Internacional
comprenden 1.806.399 ha (Tabla 1).
Laguna Brava, La Rioja.
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS Y
USOS DE LOS HUMEDALES
Las vegas son usadas para el pastoreo de animales do- Valores espirituales y religiosos están presentes en las
mésticos como llamas, cabras y ovejas con diferente vegas: los ojos de agua de las mismas son conside-
intensidad. En el norte de la Puna se utilizan durante rados por la población local como una comunicación
80 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Nadia Boscarol
3a SUBREGIÓN VEGAS, LAGUNAS Y SALARES DE LA PUNA
Francisco Firpo Lacoste 81
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Patricia Kandus
3b Subregión Vegas y
lagunas altoandinas
Heber Sosa y Belén Guevara
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
La subregión se extiende aproximadamente desde los 28º hasta los 36º latitud sur. Comprende de norte a
sur la porción occidental de las provincias de San Juan, Mendoza y noroeste de Neuquén.
La región abarca las cadenas montañosas denominadas Cordillera Principal Andina y Precordillera. La pri-
mera con altitudes máximas en el Cerro Aconcagua (6.959 msnm) y mínimas que varían según la latitud
descendiendo hasta los 1.600 m; la segunda se extiende paralela a la anterior y está separada de la misma
por un valle longitudinal que tiene entre 50 y 100 km de ancho (Roig-Juñent 2003).
Las condiciones climáticas se desarrollan en un ambiente de altura árido o desértico con escasa vegetación.
El clima es frío y seco, con fuertes vientos y temperaturas medias mensuales en muchos sectores por deba-
jo de cero una buena parte del año. La temperatura media anual registrada en la región es de 4,3 °C (Tabla
1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). Al igual que la subregión
de la Puna, presenta una gran amplitud térmica diaria con temperaturas nocturnas de hasta -20 °C y diur-
nas de hasta 30 °C en verano, las cuales provocan ciclos diarios de congelamiento y descongelamiento. La
precipitación anual registrada ronda los 283 mm, y se registra en general un marcado déficit hídrico (Figura
2). Según Matteucci (2012) las precipitaciones llegan a 600 e inclusive 1.000 mm hacia el sur de la subre-
gión en las cuencas de los ríos Mendoza y San Juan. Las precipitaciones se dan en forma de nieve o granizo
en cualquier momento del año, con una mayor intensidad en verano o en invierno dependiendo del sector
cordillerano, según sea la influencia del anticiclón del Pacífico o del Atlántico. No se identificaron estaciones
con registros climatológicos para confeccionar un climatograma representativo de la subregión.
P. Kandus
Jerònimo Sosa
3b SUBREGIÓN VEGAS Y LAGUNAS ALTOANDINAS
Heber Sosa 89
Heber Sosa
3b SUBREGIÓN VEGAS Y LAGUNAS ALTOANDINAS
Heber Sosa 91
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4 Región Humedales misioneros
Alejandro Giraudo
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Reemplazar
Caracterización física-ambiental
Abarca la provincia de Misiones, quedando delimitada en términos generales por los valles de inundación
de los ríos Paraná, Iguazú y Uruguay. Hacia el sur se extiende incluyendo una pequeña porción de la pro-
vincia de Corrientes, con las cuencas de los arroyos Garupá y Las Tunas y sobre el río Paraná el embalse
de Yacyretá.
Corresponde a la porción sur del Macizo de Brasilia; el relieve regional y el patrón de drenaje están domina-
dos por una meseta basáltica perteneciente a la formación geológica Serra Geral, alcanzando altitudes de
más de 700 msnm (altura media: 300 msnm – Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de
Humedales de Argentina). Se presenta como un relieve con pendientes pronunciadas surcadas por numero-
sos cursos de agua permanente. La mayoría fluyen hacia el Paraná y el arroyo Itaembé, otros hacia los ríos
Iguazú y San Antonio, mientras el resto lo hacen hacia los ríos Uruguay y Pepirí Guazú.
El clima es subtropical húmedo sin estación seca y mesotermal, con veranos muy calurosos. La tempera-
tura media mensual estimada ronda los 21 ºC. Las precipitaciones varían entre 1.655 mm al sur de la región
(en Posadas) y 2.241 mm en el norte (Puerto Iguazú) (Figura 2). Las temperaturas más altas en verano se
ubican entre 35 y 40 ºC, pero no se registran períodos de déficit hídrico (Figura 3). En invierno, las pocas
invasiones de aire polar, pueden llegar a provocar heladas con temperaturas mínimas levemente debajo
del 0 ºC. Se desarrollan las cuatro estaciones, especialmente en la zona sur, con inviernos y otoños breves
(Matteucci et al. 2004).
Figura 2.- Climatograma de la estación Iguazú (Mi- Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
siones). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Región Humedales Misioneros.
Debido al relieve accidentado, la superficie de humedales estimada a escala regional es menor al 4%, según
ambos criterios usados (edáfico y cobertura) (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de
Humedales de Argentina). Estos humedales están asociados principalmente a los cursos de los tributarios
y los valles aluviales de los grandes ríos.
P. Kandus
queños humedales o bañados en la selva, se desarro- phila frontalis) y picudo (Sporophila falcirostris), son
llan comunidades higrófilas con plantas palustres, ar- exclusivas de cañaverales de Guadua, registrándose en
bustos y pequeños árboles donde suelen ser abundan- sus espaciadas floraciones (Areta et al. 2009). La rata
tes los chachíes bravos (Alsophila, Cyathea), helechos tacuarera (Kannabateomys amblyonyx) está también
arborescentes, que sirven de soporte a una hermosa asociada a cañaverales. Martinez-Crovetto (1963) cita
y rara orquídea (Zygopetalum maxillare) endémica de 30 especies relacionadas al Paraná, como el jaboran-
estos sectores (Johnson 2001, Herrera com. pers.). En dí (Sapindus saponaria), varias especies de animales
las márgenes de estos humedales y de arroyos selvá- como el bailarín anaranjado (Pipra fasciicauda) y el
ticos, con condiciones más húmedas, se desarrollan corbatitas picudo (Sporophila falcirostris), propias o
los extraordinarios helechos arborescentes o chachíes más frecuentes en esta formación. Son especies ex-
manso (Dicksonia) y bravos (Trichipteris, Alsophyla clusivas de selvas y pastizales marginales del norte del
spp., Cyathea spp.). El arary (Calophyllum brasiliense), Alto Paraná, la boa arco iris misionera (Epicrates cras-
un árbol amazónico, presenta tres poblaciones relic- sus, en peligro), la yarará del cerrado (Bothrops moo-
tuales en Argentina, asociadas a humedales costeros jeni, vulnerable) y la mosqueta pico pala (Todirostrum
del Paraná o del Iberá, la mayoría inundadas por Ya- cinereum), así como elementos faunísticos chaqueños
cyretá, como ocurrirá con la de San Ignacio (Rodrí- (ranas como Hypsiboas raniceps y serpientes como
guez et al. 2009). Leptophis ahaetulla marginatus), que usan como co-
Selvas marginales, diferentes entre el Paraná y el rredor los ambientes abiertos del Paraná y su pedipla-
Uruguay: Las selvas marginales, una faja angosta al nicie (Bosso 2001, Giraudo 2001, 2004). Las selvas del
borde de los cursos de agua con frecuentes inunda- Uruguay presentan cuatro especies leñosas caracterís-
ciones, muestran particularidades en su fisonomía y ticas, ej. Rupechtia salicifolia (Martinez-Crovetto 1963)
composición, por lo que Martinez-Crovetto (1963) de- y algunos endemismos como Nothoscordum moco-
terminó un distrito fluvial dividido en dos sub-distritos nense, Cyperus burkartii, descriptas para el Parque
el Paranense y el Uruguayense. La tacuaruzú (Guadua Provincial Moconá; y algunas especies poco frecuen-
chacoensis), sólo se encuentra bordeando el río Para- tes del género Dyckia, que se desarrollan en las costas
ná y el Iguazú, mientras que la yatevó (Guadua trinii), del Yabotí Guazú. De la misma manera existen varios
se registra en todos los arroyos Misioneros, y sobre el animales asociados a sus bosques fluviales como el
río Uruguay, por el cual alcanza hasta Punta Lara, Bue- carpinterito ocráceo (Picumnus nebulosus), amenaza-
nos Aires (Martinez-Crovetto 1963, Cabrera 1976). Lla- do y endémico de las selvas del Uruguay del sudoes-
mativamente, tres especies de aves, la paloma morada te de Misiones, además del pepitero picudo (Saltator
(Claravis godefrida), y los corbatitas oliváceo (Sporo- maxillosus) del Moconá (Giraudo et al. 2003a).
Peces, riqueza y endemismos extraordinarios: Con fauna aún poco estudiada, por lo que podría aumen-
unas 300 especies de peces nativos (Gómez y Chébez tar la cantidad de especies exclusivas. Los patrones de
1996, Giraudo et al. 2003a, Menni 2004, Liotta 2005, endemismos, aunque preliminares, muestran especies
2014, López et al. 2008, Casciotta et al. 2012, Araya et exclusivas de los tributarios del Paraná (16 especies,
al. 2013a, 2013b), Misiones presenta una muy elevada más numerosas en arroyos grandes como el Urugua-í
diversidad, conteniendo un 68% de las 440 especies o el Cuñapirú), del Uruguay (26 especies, la mayoría en
continentales argentinas (López et al. 2008), de las la sub-cuenca del Yabotí), o del Iguazú (12 especies).
cuales muchos taxones son exclusivos del área y no Las cuencas altas y medias de los arroyos misioneros
habitan en otros humedales del país, por ejemplo el son muy singulares por presentar aguas cristalinas con
dorado plateado (Salminus hilarii), y la tararira (Hoplias cauces estrechos que atraviesan por profundos valles
australis, Oyakawa y Mattox 2009). Si bien los grandes de basaltos en las serranías donde se alternan rápidos,
ríos colectores como el Paraná y Uruguay concentran remansos y saltos (Giraudo et al. 2003a, López et al.
una significativa parte de la biodiversidad, la presencia 2005). Su singularidad ecológica y su aislamiento de
de secuencias de cascadas de alturas considerables los grandes ríos por saltos y cascadas han brindado el
son importantes en el aislamiento de su ictiofauna, marco para el desarrollo de esta fauna endémica como
favoreciendo la ausencia de grandes depredadores lo se ha comprobado estudiando la evolución y biogeo-
que en conjunto con condiciones ecológicas singula- grafía del género Crenicichla, que apoya la hipótesis
res, propició el desarrollo de especies endémicas. Se de las cascadas como barreras, comprobando que los
destacan 61 especies endémicas/quasi-endémicas de saltos del Moconá, las cataratas del Iguazú y el salto
los arroyos de Misiones (39 exclusivas de Misiones y del Guairá produjeron la diferenciación de varios cla-
las demás también en países limítrofes) (Tabla 1). Es- dos (Piálek et al. 2012, 2015). Por ejemplo Gómez et al.
tos endemismos han sido descriptos mayormente en (2009) mencionan 200 especies en el bajo Iguazú, y
las últimas décadas, un claro indicador de que es una sólo 20 encima de las cataratas en Argentina.
4 REGIÓN HUMEDALES MISIONEROS 101
Tabla 1 - Especies de peces endémicas (*) y/o quasi-endémicas en Argentina de los arroyos y ríos de Misiones (algunas
compartidas con áreas cercanas de Brasil (BR), Paraguay (PR) y Uruguay (UR)). Se indican los arroyos-cuencas donde
fueron registradas y si son tributarios de los ríos Iguazú (T.IGZ), del Paraná (T.PAR) o del Uruguay (T. URU) (basado
en Liotta 2014, Azpelicueta y Koerber 2014, Almiron et al. 2014, Casciotta et al. 2015, Piálek et al. 2015, Casciotta y
Almirón, in litt.).
CHARACIFORMES
ANOSTOMIDAE
1 Leporinus amae 1 Fortaleza, Toro, Yabotí Miní (BR)
CHARACIDAE
2 Cyanocharax obi * 1 Piray Guazú
3 Cyanocharax lepiclastus 1 Fortaleza, Ramos (BR)
4 Cyanocharax uruguayensis 1 Fortaleza, Ramos y SantaMaría (UR)
5 Hypobrycon poi 1 Once vueltas, Acaraguá (BR, UR)
6 Astyanax ita * 1 Tateto-San Antonio
7 Astyanax leonidas * 1 1 Urugua-í, Lobos-Iguazú
8 Astyanax ojiara* 1 Benitez-Yabotí
9 Astyanax paris* 1 Yabotí, Fortaleza-Yabotí
10 Astyanax saguazu 1 Shangay, Once Vueltas (BR, UR)
11 Astyanax troya* 1 Cuñapirú, Tabay
12 Astyanax tupi* 1 Cuñapirú
13 Bryconamericus agna* 1 Tabay
14 Bryconamericus ikaa* 1 Tateto-San Antonio, Verde, Deseado
15 Bryconamericus mennii* 1 Cuñapirú, Urugua-í
16 Bryconamericus pyahu* 1 Tateto-San Antonio
17 Bryconamericus sylvicola* 1 Central-Urugua-í
18 Bryconamericus uporas* 1 Yabotí, Fortaleza-Yabotí, Once Vueltas, Toro
19 Bryconamericus ytu* 1 Shangay
20 Oligosarcus amome* 1 Oveja Negra y Fortaleza-Yabotí
21 Oligosarcus menezesi* 1 Urugua-í
ERYTHRINIDAE
22 Hoplias australis 1 Itacaruaré, Santa María (BR, UR)
23 Hoplias lacerdae 1 Yabotí, Ramos (BR, UR)
SILURIFORMES
PIMELODIDAE
24 Pimelodus britskii* 1 Verde o Deseado, Iguazú
25 Pimelodus ortmanni * 1 1 Iguazú, Urugua-í
Steindachneridion
26 1 Iguazú (BR)
melanodermatum
AUCHENIPTERIDAE
El Alto Paraná muestra la mayor riqueza y diversidad (Erythrolamprus miliaris orinus) y la culebra acuática
taxonómica con unas 218 especies (López et al. 2008). lineada (Helicops infrataeniatus), todas se alimentan
Los tributarios de los grandes ríos están menos co- de anfibios, y la última principalmente de peces. Otras
nocidos con excepciones como los arroyos Urugua-í, son características de grandes ríos como el Paraná o
Cuñapirú y Yabotí Guazú. En este último arroyo, Ara- humedales del sudoeste de Misiones como la ñacaniná
ya et al. (2012) registraron 65 especies, triplicando la (Hydrodinastes gigas) y la curiyú (Eunectes notaeus),
riqueza específica citada para todos los tributarios siendo grandes depredadores de los ecosistemas
del Uruguay, lo que evidencia el escaso conocimiento acuáticos, en conjunto con el yacaré negro (Caiman
existente sobre los mismos. yacare). El yacaré overo (Caiman latirostris), presenta
una población en humedales del sudoeste pertene-
Anfibios, la mayor riqueza en Argentina: Con 60 es- ciente a la subespecies C. l. chacoensis, y otra subes-
pecies, Misiones es la provincia más rica con 34% del pecie, C. l. latirostris, con poblaciones exclusivas en el
total de anfibios de Argentina (Vaira et al. 2012). Entre río Iguazú y el Urugua-í, estando ausente en arroyos
ellas, 20 (30%) son exclusivas de la provincia. Todas las de menor caudal (Cei 1993). Una especie amenazada,
cecilias (anfibios ápodos) que habitan en Argentina, que habita en pajonales y pirizales del sur de Misiones,
están presentes en humedales de Misiones, incluyendo principalmente esteros o pajonales, asociados al río
cuatro especies, tres de las cuales (Luetkenotyphlus Paraná y sus paleocauces, es el raro falso-camaléon
brasiliensis, Siphonops paulensis y S. annulatus) son lineado de estero (Anisolepis longicauda), un género
exclusivas de la provincia. Los sapos y ranas con 56 con pocas especies sudamericanas, con muy escasos
especies (93%), incluyen especies características de registros (Abdala et al. 2012).
arroyos como la rana de las correderas (Limnomedusa
macroclossa) y otras de humedales lénticos como la Aves únicas en los humedales misioneros: Las aves
rana pimienta (Leptodactylus labyrinthicus, Vulnera- acuáticas contienen a las familias de no paseriformes
ble). Varias especies nuevas para la ciencia han sido típicas de humedales subtropicales, aunque las parti-
descriptas provenientes de humedales misioneros cularidades de los ríos y arroyos de Misiones, oligotro-
como Melanophryniscus krauczuki e Hypsiboas curupi. fia y valles estrechos, rodeados por selva, hacen que
por un lado, se registren especies muy singulares o en-
Reptiles adaptados al medio acuático: Los humeda- démicas de estos hábitats, y por el otro que la abun-
les de Misiones albergan una importante cantidad de dancia y riqueza de aves acuáticas sea menor respec-
especies, la mayoría exclusivas de estos hábitats en to a otros humedales del nordeste argentino (ej. los
Argentina. Las tortugas acuáticas están representadas anátidos y los chorlos limícolas). Están representadas
por la tortuga de arroyo misionera (Phrynops williamsi, dos especies de Pelecaniformes, el m’biguá común
Vulnerable), característica de los arroyos con rápidos (Phalacrocorax brasilianus) y cuello de víbora (Anhin-
y correderas, donde también habita la tortuga cuello ga anhinga). Garzas, cigüeñas, cuervillos y espátulas
de víbora (Hydromedusa tectifera). En los humedales, (Ciconiiformes) son más abundantes en humedales
arroyos y bañados del suroeste, se encuentra la rara del sur provincial, aunque se destacan como exclusi-
tortuga cabeza de sapo (Mesoclemmys vanderhae- vos de Misiones varias especies acuáticas amenaza-
gei, Insuficientemente Conocida). Entre las serpientes das (López-Lanus et al. 2008) como el hocó oscuro
acuáticas se encuentran algunas más frecuentes en (Tigrisoma fasciatum fasciatum, Vulnerable), la garza
los arroyos como la falsa coral acuática (Erythrolam- cucharona (Cochlearius cochlearius, Vulnerable), el
prus frenatus), la culebra acuática de panza anaranja- ipequí (Heliornis fulica, Vulnerable) y el tapicurú (Me-
da (Erythrolamprus reginae), la culebra acuática verde sembrinibis cayennensis). Los patos siguen el mismo
104 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Daniel Blanco
patrón, con una especie endémica y extremadamente de mamíferos (42% del total continental argentino),
amenazada, el pato serrucho (Mergus octocetaceus, incluso frecuentemente por especies terrestres como
En Peligro Crítico), un raro anátido buceador de to- el mboreví (Tapirus terrestris) o la paca (Cuniculus
rrentes en ríos y arroyos de aguas claras y rodeados paca), que construye sus cuevas en costas de arro-
por selva en buen estado de conservación (Giraudo y yos y se alimenta de frutos frecuentes en las selvas
Povedano 2003, 2004). Misiones tiene la mayor can- marginales (Giraudo y Abramson 1998), aunque se
tidad de especies de martín pescador en la Argentina tratarán aquellas especies semi-acuáticas, absoluta-
con cuatro representantes, uno de ellos, el martín pes- mente dependientes de los humedales, con adapta-
cador enano (Chloroceryle aenea), hasta el momento ciones especiales. La cuica o comadreja marsupial
exclusivamente registrado en arroyos misioneros (Cas- acuática (Chironectes minimus), exclusiva de Misio-
telino 1990, Mazar-Barnett y Pearman 2001). nes en el país, es el único marsupial existente con
Dos especies de paseriformes son característicos de modificaciones morfológicas para la vida acuática,
los arroyos pedregosos: el macuquiño (Lochmias ne- como cuerpo hidrodinámico, grandes patas traseras
matura), un furnárido y (Phaeothlypis rivularis), un palmeadas, piel no humectable y gran cantidad de
parúlido. Se debe destacar que especies amenazadas cerdas sensitivas faciales (Nowak 1991). Poseen tam-
como la jacutinga (Aburria jacutinga), hermosa pava bién notables adaptaciones acuáticas dos especies
de monte, usa frecuentemente los arroyos misioneros de lobitos de río, el lobito de río (Lontra longicaudis)
y sus selvas marginales para alimentarse. Ya mencio- muy abundante en todos los cursos de Misiones ac-
namos los vencejos de saltos y cascadas. tualmente, y el ariraí, lobo gargantilla o marino (Pte-
ronura brasiliensis), la nutria más grande del mundo,
Notables mamíferos adaptados a la vida acuática: una especie que muy probablemente está extinguida
Los cursos de agua de Misiones son utilizados tem- en la Argentina (Giai 1976, Giraudo y Povedano 2003,
poralmente por casi la totalidad de las 124 especies Giraudo 2009).
4 REGIÓN HUMEDALES MISIONEROS 105
ÁREAS PROTEGIDAS
Misiones es una de las provincias con mayor superficie
de áreas protegidas en Argentina, con más de 4.597,66
km2, distribuidas en 61 unidades de conservación que
suman un 16% de su superficie (Giraudo et al. 2003b).
Estos últimos autores brindan una lista de las áreas
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS Y
USOS DE LOS HUMEDALES
Los humedales de Misiones brindan numerosos servi-
cios ecosistémicos de aprovisionamiento como agua
dulce, alimentos (peces, carpinchos, gramíneas para
ganado, etc.), combustible y maderas (leña de selvas
marginales, madera de diferentes calidades), disponi-
Alejandro Giraudo
bles para una gran cantidad de campesinos y grupos
aborígenes, así como trabajadores rurales y de obrajes
madereros. También proveen recursos genéticos (pe-
ces para criaderos como el pacú, semilleros de plantas
forrajeras, árboles y cañas) y bioquímicos (reservorios
de plantas medicinales como el ambay, Cecropia).
Brindan numerosos servicios de regulación, tales Arroyo Yabotí Miní, Reserva de Biósfera Yabotí.
como regulación climática (moderación de la tempe-
ratura, amortiguamiento de heladas por neblina, pro-
ducción de evaporación y nubes), regulación hídrica Otro uso que se realiza en los humedales de Misiones
(recarga de acuíferos, retención y almacenamiento de es el pastoreo de ganado doméstico, principalmente
agua, regulación de escorrentía), purificación del agua desarrollado en los humedales lénticos con gramíneas
y del aire (potabilización del agua, retención de conta- del sudoeste misionero.
minantes, producción de oxígeno, fijación de carbono
Los cursos de agua de Misiones son aprovechados
a partir de la vegetación acuática y selvas marginales),
para la producción de energía, a través de las centrales
y regulación biogeoquímica (captura y reciclado de
hidroeléctricas de Yacyretá sobre el Paraná (produce
nutrientes, formación de suelos, producción primaria
un máximo de 20.867 GWh, muy importante a nivel
para cadenas tróficas de peces y otros animales me-
provincial y alimenta la red eléctrica interconectada
diante fitoplancton y vegetación).
nacional), de Urugua-í sobre el arroyo homónimo (con
Los ríos y arroyos de Misiones, principalmente los que dos turbinas de 60 Megawatts y dos generadores de
conservan selvas en sus cuencas proveen agua a todas 70 MVA, su producción es muy variable por lo que su
las poblaciones humanas de la provincia, y en muchos importancia es relativa) y el desarrollo de micro-turbi-
casos el proceso de potabilización es mínimo, y exis- nas sobre arroyos menores.
ten lugares (arroyos con selva conservada), con eleva-
da calidad para consumo, tanto humano como animal. Los ríos, arroyos y cascadas, y su fauna y flora, re-
presentan elementos y símbolos fundamentales en la
Los humedales misioneros constituyen sitios de gran cultura aborigen Mbyá-guaraní (Cadogan 1992, Cebo-
relevancia para la conservación de la biodiversidad, re- lla Badie 2000). Por ejemplo una comunidad cercana
producción de peces que sustentan cadenas tróficas, al Iguazú, se autodenomina Yryapú, vocablo que re-
pesca comercial, deportiva y artesanal. Culturalmente presenta el ruido del correr del agua en los arroyos.
una gran parte de la población de Misiones es aficio- El conocimiento detallado de la flora, fauna y su uso
nada a la pesca y caza, que incluye desde situaciones (plantas ictiotóxicas y medicinales) son evidencias de
de supervivencia hasta recreación. Para aborígenes una cultura y cosmovisión profundamente integrada al
Mbyá-guaraníes, que pescan con artes tradicionales de uso sostenible de los humedales y su entorno (Mar-
su cultura como el parí (una trampa) o mediante ictio- tinez-Crovetto 1968). Más de 54 comunidades Mbyá,
tóxicos naturales extraídos de plantas como el ybyra- con 4.000 personas, se encuentran en el borde o cer-
ró (Myrsine laetevirens) y el ychipó chimbó (Thinouia, canías de cursos de agua, que conforman parte impor-
Paullinia) (Giraudo y Abramson 1998, Keller 2009) y tante de sus valores espirituales y religiosos (Sánchez
campesinos de escasos recursos, tanto la pesca como y Giraudo 2003). Los valores de inspiración cultural se
la cacería (que realizan en los arroyos de especies como evidencian en gran cantidad de composiciones litera-
el carpincho o la paca), constituye una de las principa- rias, musicales y pinturas de destacados artistas como
les fuentes de proteínas en sectores donde subsisten Horacio Quiroga, Ramón Ayala, Alcibiades Alarcón,
ambientes selváticos poco modificados y extensos, si Chango Spaciuk, Sigmun Kowalsky, inspirados en los
bien la cacería está prohibida por las leyes provinciales ríos y arroyos de Misiones.
(Giraudo y Abramson 1998 para una discusión).
Las posibilidades de turismo de los humedales misio-
neros son superlativas, siendo emblemáticas las cata-
ratas del Iguazú, declaradas Patrimonio de la Humani- AMENAZAS Y TENDENCIAS
dad y seleccionadas como uno de las siete maravillas
naturales del mundo, con más de un millón de turistas Las principales amenazas de los humedales de Misio-
anuales, además de los Saltos del Moconá y el Salto nes están constituidas por las represas y por la defo-
Encantado en crecimiento. En tal sentido, el turismo restación de la selva Paranaense. Las represas como
constituye una actividad productiva muy importante Yacyretá y Uruguaí, y otras proyectadas como Garabí,
para ciertas áreas, con una afluencia importante y con- Roncador y Corpus, representan profundos cambios
tinua de turistas internacionales, nacionales y locales. ecológicos para los ríos y arroyos, como ser: pérdida
Los pobladores de Misiones usan para esparcimiento de la mayoría de los humedales naturales y de otros
todos los cursos de agua cercanos. hábitats (islas, ambientes lóticos, selvas y pajonales
4 REGIÓN HUMEDALES MISIONEROS 107
costeros), alteración de variaciones hidrológicas natu- de energía y recursos naturales, usados con escasa efi-
rales y propiedades fisicoquímicas del agua (eutrofiza- ciencia, y generando desechos contaminantes.
ción acelerada, acidificación, estratificación térmica),
Las áreas protegidas cubren una importante superficie
alteraciones profundas de las comunidades biológicas
en Misiones, aunque algunas deben ser mejor imple-
(plancton, bentos, perifiton, plantas y animales supe-
mentadas, y expandidas mediante criterios científicos
riores, incluyendo cambios en las comunidades ícticas
por la presencia de barreras para las migraciones), au- y estrategias que mejoren la representatividad de la
mento de invasiones biológicas (peces como Tilapia, biodiversidad y los humedales (Giraudo et al. 2003b,
Geophagus, Ictalurus cf. punctactus y Gymnogeopha- Arzamendia y Giraudo 2009, 2012). Un estado con ca-
gus sp. -no G. che endémico del Uruguaí- han invadido pacidad de control y fiscalización sobre la extracción
las cuencas de Urugua-í y del Iguazú superior, Gómez de los recursos naturales, es fundamental para aplicar
et al. 2009, Krauczuk com. pers.) y desaparición de más efectivamente la legislación vigente sobre am-
especies (Baigún et al. 2011). Por lo menos tres espe- biente (bosques protectores de cursos, corredor ver-
cies de caracoles acuáticos de correderas (Aylacosto- de, extracción selectiva de madera sostenible).
ma chloroticum, A. guaraniticum y A. stigmaticum), se El turismo de naturaleza, se visualiza como una op-
han extinguido en sus hábitats naturales, como con- ción importante de uso sostenible en Misiones, aunque
secuencia de la represa de Yacyretá, de donde eran debe ser dirigido hacia un verdadero ecoturismo, que
endémicos; y otra especie recientemente descubierta, por definición favorece la conservación y sostenibili-
Aylacostoma brunneum posee una única población dad de los recursos naturales reinvirtiendo un porcen-
conocida con baja diversidad genética debido a la taje elevado de los beneficios directos para conservar
afectación de la represa (Vogler et al. 2015). Un pro- hábitats e integrar claramente a los pobladores locales,
yecto de trasvasar agua desde el Iguazú hacia la re- para que reciban un incentivo concreto que estimule la
presa de Uruguaí, significaría graves problemas para protección activa de su entorno (Giraudo 2006).
las especies endémicas de ambos ríos, y un impacto
indeseable en áreas donde los recursos naturales sus-
tentan un turismo creciente. Un aumento de la acidez
del Iguazú fue reportado por Gómez et al. (2009).
La deforestación o tala rasa, y la consecuente frag- AGRADECIMIENTOS:
mentación y degradación de la selva misionera, gene- Especialmente a Wetlands International y el Grupo
ra profundos cambios en el uso de la tierra que reper- de Trabajo de Recursos Acuáticos de la Secretaría de
cuten fuertemente sobre los humedales misioneros. Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación por
Se realiza, en muchos casos, para reemplazar bosques haberme confiado este trabajo. A Jorge Casciotta y
pluriespecíficos, con una diversidad de maderas de Adriana Almirón por aportar datos y trabajos sobre
diferentes calidades y una biodiversidad enorme, por peces. A Ernesto Krauczuk, Raúl Abramson y Vanesa
bosques monoespecíficos, principalmente de pinos Arzamendia compañeros incansables de largas cam-
exóticos, utilizados mayoritariamente para la produc- pañas en Misiones.
ción de pasta de papel, resinas y madera blanda. Por
ejemplo, una única empresa de producción de celulo-
sa, posee cerca de un 13% de la superficie de Misiones
con forestaciones de pinos (Pinus), mayormente en la
cuenca del Uruguaí. Estas coníferas exóticas produ-
cen acidificación del suelo y de los cursos de agua, BIBLIOGRAFÍA
modificación del escurrimiento superficial y de la re- Abdala, C.S., Acosta, J.L., Acosta, J.C., Álvarez, B.B.,
carga de acuíferos, desaparición de la biodiversidad Arias, F., Avila, L.J., Blanco, G.M., Bonino, M., Bo-
asociada a los ecosistemas preexistentes. Otras pro- retto, J.M., Brancatelli, G., Breitman, M.F., Cabrera,
ducciones agrícolas que generan deforestación son M.R., Cairo, S., Corbalán, V., Hernando, A., Ibar-
las plantaciones de tabaco, té, yerba, la ganadería en guengoytía, N.R., Kacoliris, F., Laspiur, A., Montero,
pasturas implantadas y la creciente urbanización. La R., Morando, M., Pelegrín, N., Pérez, C.H.F., Quinte-
deforestación disminuye la retención del agua, acelera ros, A.S., Semhan, R.V., Tedesco, M.E., Zalba, S.M. y
el drenaje superficial, aumenta el arrastre de sedimen- L.Vega. 2012. Categorización del estado de conser-
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Tales modificaciones tienen profundas raíces socio- dancia de la comunidad íctica de la Reserva Bios-
económicas y políticas, basadas en modelos de explo-
fera Yabotí. Arroyo Yabotí. Misiones. Argentina. Re-
tación de los recursos insostenibles, que visualizan a
vista Aquatic (36): 21-33.
los ecosistemas como simples proveedores de servi-
cios e insumos y receptores de desechos, generando Araya, P., Hirt L. y S. Flores. 2013a. Humedales de los
el aumento de la población y del consumo desmedido arroyos de Misiones y Corrientes en relieve ondula-
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5 Región Humedales del corredor
fluvial Chaco-Mesopotámico
Esta extensa región se emplaza en el sector noreste de los grandes ríos asegura la oferta permanente para el
la Argentina, definida por la inclusión de las planicies sostenimiento de la mayor parte de los humedales de
de inundación actuales y los paleocauces de los ríos la región. Aquí se concentra la mayor superficie de hu-
Paraguay, Paraná y Uruguay y diversos tributarios has- medales del país, con una gran variedad de tipos. Es-
ta su desembocadura en el Río de la Plata (excluyendo tos humedales se manifiestan en grandes extensiones
los tributarios de las serranías misionera contenidos en geográficas con carácter fluvial, fluviolacustre y fluvial
la región Humedales misioneros). costero y con frecuencia dominan completamente el
paisaje. Se discriminan aquí tres subregiones:
Se trata de una región con clima subtropical húmedo,
con variaciones térmicas latitudinales y pluviométricas Ríos, esteros, bañados y lagunas del río Paraná
longitudinales. El balance entre precipitación y evapo-
Riachos, esteros y bañados del Chaco Húmedo
transpiración potencial lleva a registrar períodos de
déficit hacia el verano, aunque el aporte de agua por Malezales, tembladerales y arroyos litoraleños
Figura 1.- Región Humedales del corredor fluvial Chaco-Mesopotámico. 5a. Subregión Ríos, esteros, bañados y lagunas
del río Paraná, 5b. Subregión Riachos, esteros y bañados del Chaco Húmedo, 5c. Subregión Malezales, tembladerales
y arroyos litoraleños.
5a Subregión Ríos, esteros,
bañados y lagunas del río Paraná
Roberto Bó y Rubén Quintana
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
CONTEXTO ECOLÓGICO TERRESTRE regresión marina del Holoceno Medio (4.500 años
AP), el que aún se observa claramente en su porción
La subregión comprende extensos paisajes de hume- terminal. Dentro de esta matriz de humedales se en-
dales resultado de: a) el modelado fluvial actual y pa- cuentran parches dispersos de ambientes terrestres
sado del río Paraná y sus tributarios, y b) el modelado tales como isletas y barrancas cubiertas por bosques
marino que tuvo lugar durante la fase de ingresión- y lomadas arenosas con pastizales, entre otros.
Figura 1.- Subregión Ríos, esteros, bañados y lagunas del río Paraná.
5a SUBREGIÓN RÍOS, ESTEROS, BAÑADOS Y LAGUNAS DEL RÍO PARANÁ 115
Caracterización física-ambiental
Comprende el valle de inundación actual del río Paraná en sus tramos medio e inferior, el mega-abanico
aluvial del Paraná en su porción argentina en la provincia de Corrientes, incluyendo los esteros del Iberá,
los paleovalles del Paraná correspondientes a los Bajos de los Saladillos en Santa Fe, y el Delta del Paraná
incluyendo el sector proximal del Río de la Plata hasta la isobata de cinco metros. Ocupa el noroeste de
Corrientes, el este de Santa Fe, el oeste y sur de Entre Ríos y el noreste de Buenos Aires.
Las elevaciones se mantienen por debajo de los 100 msnm. La temperatura media anual para la subregión
es de alrededor de 20 °C (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Ar
gentina), siendo en la estación Sauce Viejo Aero de 19 °C, y presentando una baja frecuencia de heladas
(Figura 2). Hacia el norte de la región, en la estación Corrientes la temperatura media mensual estimada
es de 21,7 °C y la precipitación media anual de 1.289 mm, y en Colonia Carlos Pellegrini los valores son de
21.1 °C y 1.416 mm respectivamente, presentando una baja frecuencia de heladas. Las precipitaciones que
superan en toda la región los 1.000 mm anuales y ocurren durante todo el año, junto con los volúmenes de
agua transportados por los grandes ríos, garantizan la oferta hídrica para el mantenimiento de extensos
paisajes definidos por la presencia de humedales que incluyen, a su vez, una enorme diversidad de tipos de
ambientes (Figura 3).
Figura 2.- Climatograma de la estación Sauce Viejo Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
Aero (Santa Fe). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Ríos, esteros, bañados y
lagunas del río Paraná.
Las estimaciones de la superficie ocupada por humedales a escala regional arrojan valores entre 64 y 70%
según los criterios edáfico y de cobertura respectivamente (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de
Regiones de Humedales de Argentina). La subregión no sólo se destaca por la abundancia de humedales
sino también por la diversidad de los mismos.
P. Kandus
TIPOS DE HUMEDALES
Es la subregión con mayor superficie de humedales,
principalmente de origen fluvial, emplazados o estre-
chamente vinculados a la planicie de inundación actual
del río Paraná. También incluye humedales originados
a expensas de dicho río pero que actualmente se ha-
llan desconectados de él y son alimentados por lluvias,
como los esteros y bañados del Iberá y los humedales
del extremo noroeste de la provincia de Corrientes.
Además, incorpora humedales de antiguo origen cos-
tero marino de la Baja Cuenca del Paraná.
Rubén Quintana
Corrientes.
Humedales del río Paraná entre Yacyretá y Confluen- en algunos casos se suma el aporte de las crecientes
cia (Poi y Galassi 2013c). En este sector la planicie del del río Paraná. En todo este sistema hay pajonales en
río Paraná tiene escaso desarrollo debido a que el cur- los valles de los ríos y grandes masas de pastizales y
so del río corre encajonado con albardones abruptos bosques compartiendo el interfluvio. Hacia las zonas
y playas angostas. El río presenta un diseño de cauces más bajas, flanqueando los esteros y cañadas, se ubi-
múltiples, abundantes bancos e islas de cauce y zonas can algarrobales y palmares de caranday.
de barrancas altas (por ejemplo, entre las localidades
de Ituzaingó e Itá-Ibaté en Corrientes). Entre las islas
se emplazan lagunas y esteros, que en el caso de la Humedales de la planicie aluvial del río Paraná entre
isla Apipé Grande puede afectar hasta el 40% de la Confluencia y Reconquista (Poi y Galassi 2013a). El río
superficie durante las crecientes del río. También in- Paraná, después de su confluencia con el río Paraguay,
cluye ambientes de bajo con playas, esteros y bañados se comporta como un típico río de llanura con lecho
asociados a las orillas de los ríos, a las desemboca-
de fondo móvil y dirección nornordeste-sursudoeste.
duras de cursos cortos (como el arroyo Santa Lucía)
La activa migración del canal y la inundación crean,
y canalizaciones de arroceras. El aporte de agua en
modifican y destruyen las formas del paisaje fluvial
estos humedales está definido principalmente por las
(Paira y Drago 2007). En el paisaje se destacan por
variaciones de caudal del río Paraná que dependen de
su extensa cobertura las lagunas de espiras formadas
las precipitaciones en la alta cuenca, que se producen
por derrames laterales del río y cuerpos de agua se-
entre diciembre y abril, y del aporte del río Iguazú.
milunares originados por derrames laterales de cur-
sos secundarios que conforman lo que se denomina
Humedales de las cuencas fluviales del sudeste cha- localmente “madrejones”. En las posiciones topográ-
queño-paranaense (Giraudo et al. 2013). El paisaje ficas más bajas (islas y barras de arena en el cauce
se caracteriza por una secuencia de cursos de agua principal) se localizan bosques inundables dominados
activos de bajo orden que de norte a sur alcanzan al por sauce (Salix humboldtiana) o aliso de río (Tessa
río Paraná atravesando dos terrazas fluviales bien de- ria integrifolia). Los albardones de las lagunas de es-
finidas. Además, resultantes de la acción de antiguas piras y las barras de las islas más altas están ocupados
redes de drenaje, se observan arroyos intermitentes, por bosques inundables pluriespecíficos. El origen del
esteros, bañados y cañadas (cubiertos por gramíneas) agua de los humedales es mayoritariamente fluvial por
y, en los actuales interfluvios, cubetas u hoyas circu- su alta conectividad hidrológica con el río Paraná, aun-
lares de distintos tamaños. Las precipitaciones son la que también hay aporte de las precipitaciones y de la
principal fuente de agua de estos humedales a las que napa freática.
118 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Humedales de las cuencas fluviales del centro-este y/o subterránea dependiendo del sector. El paisaje a
santafesino (Barberis et al. 2013). El paisaje presenta su vez alterna fisonomías dominadas por herbáceas
un relieve muy homogéneo y la mayoría de las redes (mayoritaria), por leñosas y tierras agrícolas.
de drenaje y bajíos corresponden a paleoformas del
pasado geológico reciente. Allí, los paleovalles del río
Paraná han sido rellenados por sedimentos acarreados Humedales del río Paraná con grandes lagunas (Mar-
por el viento conformando una red de cañadas parale- chetti et al. 2013). Incluye una planicie aluvial que se
las entre las que se destaca la del río Salado en la pro- extiende desde Goya (Corrientes) hasta Victoria (Entre
vincia de Santa Fe. También se encuentran presentes Ríos). Tanto por sus dimensiones intrínsecas como por
cubetas de deflación en los interfluvios (con diámetros su dinámica espacio-temporal, la caracterización de
que varían entre los 200 y 500 m y con profundidades este sistema es compleja. Esto se debe a que en una
que no exceden los 20-30 cm) y bañados con tacurúes faja de 13 a 40 km de ancho coexisten, a mínimas dis-
(hormigueros del género Atta) sobre los cuales, una tancias entre sí, cuerpos lóticos y lénticos de muy va-
vez abandonados, se desarrollan isletas de leñosas. riados tamaños con conectividades y dinámicas mor-
La fuente de agua en estos humedales es diversa, ya fológico-sedimentarias diferentes. Presenta un mosai-
que puede ser tanto fluvial como pluvial y subterrá- co de ambientes donde se identifican humedales:
nea. Este sistema de humedales se halla ubicado en la a) influidos directamente por el cauce principal, que
Cuña Boscosa Santafesina, la cual se caracteriza por la incluyen a las islas del cauce y a las geoformas de
presencia de bosques que alternan con abras grami- los de sectores adyacentes;
nosas y esteros.
b) relacionados con el entorno de cursos importantes
conectados al cauce principal como el río Colasti-
Humedales del Bajo de los Saladillos (Ramonell et al. né, representados por lagunas y pantanos ubica-
2013). Constituye una franja inundable de 35 a 40 km dos entre espiras de meandro, meandros abando-
de ancho, cuyo límite sur lo marca el complejo de la- nados y segmentos de cauce aislados por avulsión;
gunas El Capón–Setúbal y el delta del arroyo Leyes, c) con lagunas someras y pantanos de alta conectivi-
separados del curso actual del río Paraná por el llama- dad (durante crecientes ordinarias) con la red de
do “albardón costero”. Los humedales corresponden cauces menores y relativamente bajas concentra-
a las planicies de inundación actuales de los arroyos ciones de sedimentos finos que se transportan y
Saladillo Dulce y Saladillo Amargo (únicos cauces ac- mínimas tasas de cambio geomorfológico de su su-
tivos del sistema), a las lagunas y esteros en antiguas perficie. Los humedales están dominados por ve-
fajas del Paraná y a las cañadas y esteros en paleo- getación de hábito acuático-palustre y fisonomía
cauces meandriformes y bajíos entre los cuerpos de herbáceo-arbustiva. En períodos de crecientes ex-
dunas longitudinales. Con relación a la fuente de agua, traordinarias esta planicie aluvial queda totalmente
ésta se corresponde a combinaciones pluvial, fluvial cubierta por las aguas;
Rubén Quintana
5a SUBREGIÓN RÍOS, ESTEROS, BAÑADOS Y LAGUNAS DEL RÍO PARANÁ
Rubén Quintana 119
d) en el entorno de brazos importantes pero sin co- Humedales de los grandes esteros de la provincia de
nexión directa con el cauce principal, de carácter Corrientes (Poi y Galassi 2013d). Es el resultado de
semejante al anterior pero con mucha mayor ac- antiguas migraciones del cauce del Paraná. Se carac-
tividad morfológica de sus cauces en tiempos re- teriza por sus extensos esteros (Batel-Batelito, Santa
cientes, lo que involucra la apertura/formación de Lucía e Iberá) e incluye importantes zonas canalizadas
nuevos cursos y el abandono/cegamiento parcial con cultivos de arroz. El patrón del paisaje está de-
o total de otros. La vegetación dominante en este finido por la gran superficie cubierta por vegetación
tipo de humedales presenta fisonomías herbáceo- acuática y palustre y por agua abierta. Entre los hume-
arbustivas y acuático-palustres a los que se suman dales se identifican bañados, esteros y lagunas entre-
algunos parches de bosques de sauce y aliso; lazadas por canales que divagan entre la vegetación.
Los esteros y bañados cubren 75% de la superficie. En
e) conformados por grandes lagunas que alcanzan
los esteros suelen desarrollarse embalsados, que en el
varias decenas de km2 de superficie tales como las
Iberá alcanzan su mayor envergadura. Los bañados se
lagunas Setúbal, Coronda y Victoria, entre las más
sitúan en terrenos con una suave pendiente y suelen
conocidas. Su alimentación se da, principalmente, a
quedar sin agua en épocas de estiaje. Las depresiones
través de cauces propios del sistema, de diferentes
más profundas están ocupadas por las grandes lagu-
tamaños que suelen formar deltas de distintas di-
nas. En terrenos con anegamiento ocasional se empla-
mensiones.
zan los “malezales”, superficies tendidas, colonizadas
principalmente por gramíneas y otras especies cespi-
tosas, que se ubican y alcanzan su mayor extensión en
Humedales del noroeste de Corrientes (Poi y Galassi
el límite oriental del sistema.
2013b). Se desarrolla sobre un relieve plano con esca-
sa pendiente hacia el sur y presenta áreas deprimidas
de deficiente drenaje, alternando con lomadas are- Corrientes.
nosas que no superan la decena de metros de altura.
Predominan las lagunas, bañados y esteros, de origen
pseudokárstico, que se relacionan difusamente con
arroyos. Se destacan los arroyos Riachuelo, Empedra-
Rubén Quintana
Humedales del complejo litoral del Paraná Inferior Humedales del Delta del Paraná (Bó y Quintana 2013).
(Quintana y Bó 2013). Constituido por un conjunto de Formado por una planicie deltaica con sectores de dis-
antiguas geoformas costeras formadas durante la in- tinta antigüedad, originada por sucesivos frentes de
gresión y posterior regresión marina ocurridas durante avance resultantes de la interacción entre el modela-
el Holoceno Medio, entre las que se identifican cordo- do fluvial actual del río Paraná y el costero-estuárico
nes medanosos, playas de regresión marina y áreas del Río de la Plata. Se trata de un área fuertemente
correspondientes a ambientes de una antigua laguna anisotrópica. En el sector aguas arriba el régimen hi-
litoral. A estas se suman ambientes de origen fluvial drológico está definido principalmente por los pulsos
que se encuentran en las desembocaduras de los prin- de inundación del río Paraná. El paisaje está dominado
cipales tributarios entrerrianos (ríos Gualeguay y No- por extensas islas que alternan con fajas de espiras de
meandro y pseudoalbardones dominados por comu-
goyá y arroyo Clé). El paisaje es suave con extensos
nidades de plantas herbáceas, que se corresponden
pastizales higrófilos tendidos y pajonales y juncales en
con extensas praderas de graminiformes (pastos),
depresiones interplayas y en antiguos canales de ma-
plantas latifoliadas (hoja ancha) de carácter hidrófilo
rea actualmente inactivos. La vegetación leñosa es es-
y también juncales de gran desarrollo. Las formacio-
casa y corresponde a bosques abiertos principalmente nes leñosas quedan circunscriptas a los sitios altos (al-
de espinillos que se emplazan como isletas en los sitios bardones y espiras), particularmente asociados a los
altos. El aporte de agua a los humedales corresponde sectores de activa morfodinámica del Paraná. Aguas
a las precipitaciones locales y gran parte de esta zona abajo, en cambio, el régimen hidrológico está defini-
también se encuentra sometida a las crecientes del río do por las mareas regulares de agua dulce asociadas
Paraná y tributarios menores como el Gualeguay. El al estuario del Plata (de un metro de amplitud) y las
origen marino determina que en muchos sectores se extraordinarias producidas por eventos de sudestada
registren situaciones de salinidad importante en los que levantan el nivel de las aguas hasta tres metros y
suelos y en el agua de madrejones y préstamos duran- cubren a las islas completamente. Se trata de un delta
te épocas de balance hídrico desfavorable. en activo crecimiento sobre el estuario, con islas cube-
5a SUBREGIÓN RÍOS, ESTEROS, BAÑADOS Y LAGUNAS DEL RÍO PARANÁ 121
BIODIVERSIDAD
Estos humedales incluyen algunas de las áreas con
Alejandro Giraudo
mayor diversidad biológica de la Argentina como
los Esteros del Iberá y el Delta del Paraná. Los cau-
ces fluviales constituyen corredores latitudinales que
comunican áreas subtropicales con áreas pampeanas
templadas. De acuerdo a su emplazamiento hidro-
geomófico, en estos humedales se van estructurando
diferentes comunidades bióticas, muchas de ellas con Ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus) en camalotal.
integrantes adaptados a los pulsos de aguas altas y
bajas característicos (Quintana y Bó 2011, Poi y Galassi Tessaria integrifolia, Enterolobium contortisiliquum,
2013d). Erythrina crista-galli, Sapium haemastospermum, Myr
Las comunidades vegetales típicas se establecen si- sine parvula, Albizia inundata, Nectandra falcifolia, Sya
guiendo un patrón general asociado a las diferentes grus romanzoffiana, Myrceugenia glaucescens, Allo
porciones del gradiente topográfico local que, a su philus edulis, Blepharocalyx salicifolius, entre otras)
vez, influye en el grado de permanencia del agua y (Bonetto y Hurtado 1999, Kandus y Malvárez 2004,
en la morfodinámica actual. Así, en las zonas más ele- Kandus et al. 2006, Poi y Galassi 2013c, Bó y Quintana
vadas, con menor permanencia de las aguas, se en- 2013, Quintana y Bó 2013). Otros bosques presentes
cuentran fisonomías de bosque mientras que en las en la porción norte de la subregión son los mesófilos
zonas intermedias predominan fisonomías de pastizal, de Anadenanthera y Handroanthus heptaphyllus y los
pajonal o arbustal y en las zonas deprimidas (“bajos”) palmares de Butia yatay, asentados sobre suelos are-
dominan las praderas de herbáceas acuáticas arraiga- nosos, así como bosques degradados de quebracho
das y/o flotantes. colorado (Schinopsis balansae) y urunday (Astronium
Los bosques de mayor desarrollo poseen una gran balansae), palmares de caranday (Copernicia alba),
complejidad estructural y diversidad de especies, las bosques bajos de ñandubay (Prosopis affinis) y alga-
cuales van cambiando latitudinalmente (Cecropia pa rrobales (P. nigra) (Poi y Galassi 2013b, 2013c, Giraudo
chystachya, Croton, Salix humboldtiana, Inga verna, et al. 2013).
En las medias lomas aparece un importante grupo de la velocidad de los flujos determinan fuertes zonacio-
comunidades que soporta condiciones hidrológicas nes, generando un verdadero mosaico de comunida-
fluctuantes en forma periódica. A lo largo de gran par- des en cortas distancias. Así en los bañados, esteros
te de la subregión y sobre todo en el Paraná Medio y lagunas de toda la subregión predominan especies
e Inferior se destacan en los sectores más elevados de herbáceas (Paspalum spp., Panicum spp., Cyperus
chilcales (Baccharis spp.), cardasales (Eryngium spp.), giganteus, Thalia multiflora, Typha spp., Hymenachne
espinillares mansos (Mimosa spp., Sesbania spp.) y pa- grumosa, Eryngium pandanifolium, Polygonum spp.,
jonales de paja de techar (Coleatenia prionitis), entre Scirpus giganteus y Schoenoplectus californicus) y
otros. Hacia los sectores más bajos, dominan varilla- diversas plantas hidrófilas flotantes y arraigadas (Ei
les (Solanum glaucophyllum), carrizales (Hymenachne chhornia spp., Pontederia rotundifolia, Pistia stratio
spp.), canutillares (Panicum elephantiphes), verdola- tes, Hydrocotyle ranunculoides, Victoria cruziana y Ca
gales (Ludwigia spp.), cataysales (Polygonum spp.) y bomba caroliniana, entre otras) (Kandus 1997, Kandus
pastizales de laguna (como Echinochloa spp.). El es- et al. 2003, Malvárez 1999, Poi y Galassi 2013c).
partillar de Elionurus muticus es típico del Alto Paraná
Con respecto a la fauna silvestre, la subregión presen-
y los pajonales de paja colorada (Andropogon late
ta también una alta diversidad dentro de los distintos
ralis) y amarilla (Sorghastrum setosum) del noroes-
grupos. Tal es el caso de los peces donde el corredor
te de Corrientes, mientras que el matorral de sarandí
fluvial Paraná-Paraguay posee la mayor riqueza de
(Cephalanthus glabratus y Phyllanthus sellowianus) y
especies de agua dulce del país (Minotti et al. 2011).
los pastizales de Chloris gayana, Panicum milioides y
Entre ellas se destacan varias especies de bagres (Pi
Luziola peruviana se desarrollan principalmente en el
melodus y Parapimelodus), surubíes y patíes (Pseudo
Delta Inferior (Bonetto y Hurtado 1999, Malvárez y Bó
platystoma y Luciopimelodus), el pacú (Piaractus me
2000, Kandus et al. 2006, Poi y Galassi 2013b, 2013c).
sopotamicus) y el dorado (Salminus brasiliensis). Los
En los bajos anegados las comunidades vegetales sue- bagres junto con el sábalo (Prochilodus lineatus), son
len tener una baja diversidad local y estar dominadas los de mayor número y biomasa en toda la Cuenca del
por una o unas pocas especies. Sin embargo, aspectos Plata. Muchos de ellos, junto con el pirapitá (Brycon
como la profundidad del agua, la tasa de renuevo o orbigianus), son también muy importantes para la pes-
5a SUBREGIÓN RÍOS, ESTEROS, BAÑADOS Y LAGUNAS DEL RÍO PARANÁ 123
Rubén Quintana
tituyendo el 34,4% de todas las registradas para la
Argentina. Algunas especies típicas de esta subregión
son el biguá (Phalacrocorax brasilianus), garza blanca
(Casmerodius albus), mirasol grande (Botaurus pin
natus), mirasoles (Ixobrychus spp.), cigüeña cabeza
pelada (Mycteria americana), cigüeña americana (Ci
Carpinchos en Iberá, Corrientes.
conia maguari), chajá (Chauna torquata), carau (Ara
mus guarauna), cuervillo de cañada (Plegadis chihi),
macá grande (Podiceps major), tordos varilleros (Age
laius spp.), gallaretas (Fulica spp.), Aninga (Anhinga Entre los mamíferos más conspicuos pueden señalar-
anhinga), federal (Amblyramphus holocericeus), po- se al aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), el mono
llona azul (Porphyrio martinicus), entre otras. También carayá (Alouatta caraya), el osito lavador (Procyon
se encuentran especies con estatus de conservación cancrivorus), el guazuncho (Mazama goazoubira), el
conflictivo como la pava de monte común (Penelope ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), el
obscura), capuchino de collar (Sporophila zelichi), ca- lobito de río (Lontra longicaudis), la comadreja colora-
puchino pecho blanco (S. palustris) y el ñandú (Rhea da (Lutreolina crassicaudata), el gato montés común
americana) (Giraudo y Ordano 2003, Bó 2006, Cha- (Leopardus geoffroyi), las ratas coloradas (Holochilus
tellenaz 2008). Además, muchos patos son objeto de brasiliensis y H. chacarius), el carpincho (Hydrochoe
una intensa presión de caza (como Amazonetta brasi rus hydrochaeris) y el coipo o nutria (Myocastor co
liensis, Anas versicolor, Dendrocygna viduata y Netta ypus). Actualmente, estas dos últimas especies, son
peposaca). Estas son también perseguidas por su sometidas a una intensa caza comercial y de subsis-
eventual efecto negativo sobre las grandes arroceras tencia (Bó 2006, Bó y Quintana 2011, Giraudo et al.
(Zaccagnini 2002). 2013, Poi y Galassi 2013c).
Dentro de los reptiles se destacan los yacarés (Cai El relevamiento realizado por Boscarol (2013) mostró
man latirostris y C. yacare), el lagarto overo (Tupi que en el extremo norte de la subregión, correspon-
nambis merianae), la curiyú (Eunectes notaeus), la diente al Alto Paraná, se encuentra la Reserva Natural
ñacaniná (Hydrodynastes gigas), la yarará (Bothrops Provincial Apipé Grande (en el sector de humedales
alternatus), otros ofidios como Hydrops caesurus y entre Yacyretá y Confluencia). En el sector de los este-
Philodryas olfersii, varios colúbridos y tres especies de ros correntinos se destacan el Parque Nacional Mburu-
tortugas acuáticas. Entre los anfibios, más represen- cuyá, la Reserva Natural Provincial Iberá y el Sitio Ram-
tativos merecen ser mencionados el sapo buey (Bufo sar Lagunas y Esteros del Iberá. En la porción central,
paracnemis), la rana criolla (Leptodactylus latrans), el correspondiente al Paraná Medio, se encuentran pre-
sapito panza amarilla (Rhinella fernandezae) y varias sentes la Reserva Natural Manejada Provincial Potrero
especies de ranitas de zarzal como Hypsiboas pulche 7-B y la Reserva Forestal Provincial General Obligado
llus (Bó 2006, Bó y Quintana 2011, Giraudo et al. 2013, (ubicadas en el sector de las cuencas fluviales del su-
Poi y Galassi 2013c). deste chaqueño-paranaense), los Parques Nacionales
Predelta e Islas de Santa Fe, la Reserva Natural Estricta
Provincial Virá Pitá, la Reserva Íctica Isoró y los Par-
ques Provinciales Cayastá y Del Medio-Los Caballos
(pertenecientes al sector del río Paraná con grandes
ÁREAS PROTEGIDAS lagunas). En parte de estos últimos dos sectores y del
La subregión posee una relativamente importante su- ubicado entre Confluencia y Reconquista, se extien-
perficie designada como áreas protegidas, donde se den también los Sitios Ramsar Humedales Chaco (en
conservan áreas representativas de gran parte de los parte) y Jaaukanigás.
sistemas de humedal. Una excepción la constituye el
En el Paraná Inferior se encuentran presentes la Reser-
sector noroeste de Corrientes, en el cual no se han es-
va de Biósfera Delta del Paraná, parte de la Reserva
tablecido reservas.
Natural Estricta Nacional y Sitio Ramsar Otamendi, la
A pesar de la buena cobertura de áreas protegidas en Reserva Provincial El Gato y Lomas Limpias, las Re-
gran parte de su superficie, resulta necesario señalar servas Naturales de Objetivo Definido Educativo Para-
que, con excepción de los parques nacionales y de al- ná Guazú e Integral Delta en Formación y las de Usos
gunas pocas reservas provinciales (como Esteros del Múltiple Isla Botija, Isla Martín García y Río Luján. To-
Iberá y Martín García), la mayor parte de ellas presentan das ellas se encuentran ubicadas en el sector corres-
una baja implementación. En la mayoría de los casos, pondiente a los humedales del Delta del río Paraná.
la infraestructura, el personal (guardaparques, comités
Además existe un importante número de reservas pro-
intersectoriales con funcionamiento efectivo, etc.) y el
vinciales de reducida extensión así como municipales
presupuesto son escasos y/o nulos y, por lo tanto, re-
y privadas (Boscarol 2013, SIFAP 2013).
quieren todavía de una significativa mejora para preser-
var adecuadamente la integridad de los ecosistemas.
na crista-galli, Prosopis nigra, Acacia caven, Mimo si 2013b, 2013c, 2013d). En el Paraná Medio e Inferior
sa pigra, Polygonum spp., Ludwigia spp., Eryngium la modalidad tradicional es la denominada “ganadería
pandanifolium, Senecio bonariensis, etc.). de islas”, la cual constituye una actividad estacional
circunscripta a los períodos hidrológicos de aguas ba-
Presencia de especies vegetales con valor alimenti-
jas del río cuyo fin es el engorde de una relativamente
cio, farmacológico, etnobiológico, de utilidad para
baja carga ganadera, aprovechando el alto valor forra-
la construcción y confección de muebles y artesa-
jero de especies vegetales típicas del humedal (Bó y
nías y para combustible (Salix humboldtiana, Pro
Quintana 2013, Quintana et al. 2014). Sin embargo, en
sopis nigra, Acacia caven, Blepharocalyx salicifo
los últimos años la alta variabilidad climático-hidroló-
lius, Coleataenia prionites, Schoenoplectus califor
gica experimentada y, fundamentalmente, cuestiones
nicus y Allophyllus edulis, entre otras).
coyunturales de índole económica (tales como la agri-
Presencia de especies de fauna silvestre con valor culturización de las zonas altas cercanas) dieron como
comercial y de subsistencia, tales como coipo o nu- resultado un aumento sustancial de la carga animal y
tria, carpincho, ñandú, vizcacha –Lagostomus maxi una mayor permanencia, favoreciendo el ciclo comple-
mus-, lagarto overo, rana criolla, varias especies de to (Engler et al. 2008) e incluyendo, aunque en forma
peces (como sábalos, dorados, surubíes y tarariras) todavía incipiente y localizada, la cría de búfalos de la
y de aves de interés cinegético (cisnes –Cygnus y India (Bubalus bubalis) (Quintana et al. 2014).
Coscoroba-, patos, palomas –Patagioenas, Zenaida
La actividad forestal es también muy importante aun-
y Leptotila-, etc.).
que las especies y las modalidades varían en las dis-
A lo largo de toda la subregión tiene lugar una inten- tintas zonas. Las plantaciones de pinos y eucaliptus
sa actividad de tipo artesanal, basada en la pesca y son predominantes en la porción más septentrional
la caza comercial (concentrada en especies como el (particularmente en suelos arenosos) y las de salicá-
sábalo y el coipo o nutria, respectivamente) y en la ceas (sauce y álamo) lo son en el extremo sur, tanto
apicultura familiar (Bó y Quintana 2013, Quintana y Bó en terrenos canalizados como dentro de grandes en-
2013). En particular, la pesca comercial tiene una gran dicamientos. Actualmente, en algunos establecimien-
relevancia socioeconómica como fuente de trabajo tos de mediano tamaño, la forestación se combina
para amplios sectores de la población local. La espe- con la ganadería extensiva (en los llamados sistemas
cie más abundante en las capturas es el sábalo pero “silvopastoriles”) pero también se encuentran campos
existen otras especies que sostienen a estas pesque- estrictamente ganaderos (modalidad que localmen-
rías como el dorado, la boga, el pacú, el surubí, el patí te se denomina “ganadería a cielo abierto”). En otros
y diversas especies de bagres. establecimientos más pequeños pueden encontrar-
se plantaciones de mimbre (Salix viminalis) y formio
La ganadería extensiva sobre campos naturales (en
(Phormiun tenax) (Galafassi 2011, Quintana 2011, Poi y
bañados dominados por pastizales y pajonales y, en
Galassi 2013b, 2013d, Quintana et al. 2014).
menor medida, en “montes”) es la actividad predomi-
nante a lo largo de gran parte de la subregión. En las La actividad arrocera se realiza en la costa santafesina,
porciones correspondientes al Alto Paraná, partes del principalmente en los departamentos de San Javier y
Paraná Medio y en amplios sectores de la provincia de Garay, y en el centro-este de Corrientes (Poi y Galassi,
Corrientes, la modalidad predominante es la cría y, en 2013b, 2013d). Cabe destacar que esta actividad pro-
menor medida, la recría y la invernada (Poi y Galas- ductiva tiene dos modalidades en la subregión: la que
La alta transformación y vulnerabilidad de los pai- de tierra para la construcción de bordos y ense-
sajes de humedales por emprendimientos urbano- nadas, las obstrucciones de cursos de agua, y las
industriales y grandes complejos turísticos que quemas destinadas a la limpieza de los campos y
normalmente implican actividades de relleno y/o aprovechamiento del rebrote (Bó et al. 2010, Girau-
dragado que modifican sustancialmente la estruc- do et al. 2013, Marchetti et al. 2013, Ramonell et al.
tura y el normal funcionamiento hidrológico de 2013, Poi y Galassi 2013a).
los humedales (Goveto et al. 2008, Bó y Quintana
2013, Giraudo et al. 2013). Estos últimos generan, La sobreexplotación de bosques nativos (por ejem-
además, importantes procesos de eutroficación y plo algarrobales) para su uso como leña o para la
contaminación hídrica (Canziani et al. 2003, Poi de elaboración de postes y otros productos de bajo
Neiff et al. 1999, 2007, Puig et al. 2011). valor agregado (Quintana y Bó 2013).
La presencia y operación de un importante número En la porción inferior del Delta del Paraná la excesi-
de represas (incluyendo sus lagos de embalse) en va extracción de arena afecta drásticamente paisa-
o aguas arriba de la subregión. Las mismas ejercen jes relictuales formados durante antiguos procesos
un “efecto barrera” que transforma el régimen de marinos como los ambientes de médanos y cordo-
pulsos (anegando, incluso, terrenos fértiles), frag- nes arenosos así como de las poblaciones de espe-
menta el paisaje, retarda o impide el flujo de com- cies de fauna únicas como el tuco-tuco (Ctenomys
ponentes bióticos y abióticos (por ejemplo peces rionegrensis) (Quintana et al. 2002, Quintana y Bó
migratorios –Oldani et al. 2005) y acumula sedi- 2013).
mentos y metales pesados (Ravenga et al. 1998). Efectos sobre poblaciones de fauna por activida-
Las elevadas cargas, el manejo inadecuado y las des antrópicas, tales como la intensa presión de
modalidades no adaptadas a los ambientes de hu- pesca (Del Barco 2006), la disminución en el núme-
medal de algunos sistemas ganaderos que llevan ro de algunas poblaciones por ser consideradas da-
a la transformación del paisaje por sobrepastoreo ñinas para las actividades productivas tradiciona-
y pisoteo del suelo, incluyendo la formación de les o bien por la excesiva presión de caza (Giraudo
“peladares”, entre otros impactos (Quintana et al. 2009, Bó et al. 2010, Bó y Quintana 2011) general-
2014). Entre las prácticas de manejo ganadero que mente furtiva (patos silvestres y otras aves, coipos
afectan a los humedales se encuentran la remoción o nutrias, vizcachas, ñandúes, carpinchos y ciervos
5a SUBREGIÓN RÍOS, ESTEROS, BAÑADOS Y LAGUNAS DEL RÍO PARANÁ 129
Delta medio.
Patricia Kandus
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5a SUBREGIÓN RÍOS, ESTEROS, BAÑADOS Y LAGUNAS DEL RÍO PARANÁ 133
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5b Subregión Riachos, esteros y
bañados del Chaco Húmedo
Priscilla Minotti
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
CONTEXTO ECOLÓGICO TERRESTRE las selvas de ribera que enmarcan los cursos de agua
principales, las isletas de bosque en las porciones más
La subregión se caracteriza por presentar fisonomías elevadas y los palmares de caranday (Copernicia alba)
de sabanas palmares y sabanas parque, cuyo aspecto presentes en franjas en los bordes de esteros y baña-
varía según la estacionalidad hídrica (Pereyra 2003). dos, en manchones o como individuos aislados. Esta
La matriz de sabanas está cubierta por espejos de fisonomía característica fue denominada Esteros, Sel-
agua extensos y someros durante la época de lluvia, vas y Cañadas para la provincia del Chaco por Morello
donde resaltan como elementos positivos del paisaje y Adamoli (1974).
Caracterización física-ambiental
Se localiza al este de las provincias de Formosa y Chaco y norte de Santa Fe. Se extiende desde la porción
terminal de los mega abanicos aluviales de los ríos Bermejo y Pilcomayo incluyendo el Bajo río Paraguay
con su llanura aluvial.
El relieve es suave con pendientes extremadamente bajas, la dominancia de los escurrimientos correspon-
de a la dirección noroeste-sudeste, mientras que entre los cauces la pendiente dominante es en el sentido
norte-sur. La subregión se emplaza por debajo de los 100 msnm.
Presenta un régimen climático húmedo-subhúmedo con gradientes pluviométricos que se expresan de
este a oeste. La temperatura media anual es cercana a los 22 ºC y la precipitación anual es de 1.149 mm,
con una concentración en el período estival (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de
Humedales de Argentina). En la localidad de Resistencia la precipitación media anual es cercana a 1.600
mm (Figura 2), en tanto que hacia el oeste en El Colorado es de 1.102 mm. La estacionalidad de las precip-
itaciones promueve que hacia fines de invierno y principios de primavera pueda registrarse un período de
déficit hídrico (Figura 3).
Los cauces fluviales son mayoritariamente autóctonos, con cabeceras formadas por cárcavas de erosión
retrocedente desde la planicie del río Paraguay aprovechando paleocauces existentes. El principal aporte
de agua es pluvial estival, siendo también afectados por las crecientes de los ríos Paraguay-Paraná los
cuales generan efectos de remanso. El balance positivo de entrada-salida de aguas durante la época de
lluvias genera importantes excedentes que fluyen de manera laminar o encauzada. Durante la estación seca
los cursos activos están mantenidos por un flujo de base subterráneo de características salobres (Minotti
et al. 2013).
Figura 2.- Climatograma de la estación Resistencia Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(Chaco). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Riachos, esteros y baña-
dos del Chaco Húmedo.
La estimación de la superficie de humedal a escala regional es alrededor del 60% (Tabla 1 capítulo Identifi
cación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina), pero a escala de paisaje este valor puede
incrementarse a más del 80% según menciona Ginzburg et al. (2005).
P. Kandus
Ecorregiones Chaco Húmedo. Subregión del Chaco de Bosques y Burkart et al. (1999)
Cañadas.
Delta e Islas del Paraná.
138 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Priscilla Minotti
5b SUBREGIÓN RIACHOS, ESTEROS Y BAÑADOS DEL CHACO HÚMEDO
Francisco Firpo Lacoste 139
a diez metros, sobrepasando el albardón e inundando debido a lluvias directas, al escurrimiento superficial
los paisajes vecinos. En la época seca, muchos cursos de áreas vecinas y a su interconexión con los esteros.
mantienen un flujo de base aportado por la surgencia Los bañados son ambientes de escasa profundidad,
de aguas subterráneas con tenores elevados de sales. cobertura vegetal herbácea, que se encuentran secos
Los esteros corresponden a paleocauces que se ac- hacia el fin del invierno (Neiff et al. 2003).
tivan en época de lluvias (Neiff 2001). Presentan su La subregión presenta también una gran cantidad de
curso colmatado con vegetación emergente de alto ambiente acuáticos antrópicos (Minotti et al. 2013).
porte en su parte central, y palmares en las medias En las áreas agrícolas de Formosa la escasez estacio-
lomas laterales. El sustrato es arenoso y en general fir- nal de agua dulce ha motivado la realización de obras
me, pero los sectores donde el agua se estanca pue- de regulación mediante esclusas o tajamares, que en
den tener una capa de limo con restos de vegetación. unos casos impiden temporalmente el drenaje del
Se encuentran estacionalmente inundados o satura- agua hacia el río Paraguay, y en otros acumulan y re-
dos, con sectores que presentan flujos encauzados y
distribuyen las aguas del río Pilcomayo que llegan al
otros con movimiento netamente laminar en el sentido
Bañado La Estrella. También se utilizan cavas o présta-
de escurrimiento noroeste-sudeste. Pueden mantener
mos resultantes de la construcción de caminos como
agua casi hasta la primavera.
áreas de almacenamiento de agua cerca de los pobla-
Los ambientes de aguas más quietas están mayorita- dos y localidades del interior. En las proximidades del
riamente cubiertos por vegetación palustre arraigada río Paraguay hay establecimientos arroceros que han
o flotante (Neiff 2001). El área central suele formar una desarrollado áreas de plantación con canales de distri-
faja irregular de agua libre que escurre lentamente. bución y de desagote del agua.
Las condiciones del fondo son anóxicas con acumula-
ciones de materia orgánica. Predominan movimientos Además de las inundaciones, el fuego es el otro prin-
de agua de tipo vertical, con excedentes en la época cipal agente de disturbio (Herrera et al. 2003). Las sa-
de lluvia, mientras que durante la época seca la mayo- banas y pajonales de los esteros y bañados presentan
ría de los cuerpos de agua quedan aislados e incluso una elevada productividad del estrato herbáceo, y los
se secan completamente debido a la alta evaporación. niveles de herbivoría son insuficientes para asimilar
Las lagunas presentan mayor proporción de aguas toda la biomasa aérea producida. Estas acumulacio-
abiertas permanentes, con profundidades cercanas a nes de material combustible posibilitan el desarrollo
un metro y medio, con fondos areno limosos, aunque de incendios extensivos en el inicio de la primavera,
su extensión varía estacionalmente. Durante la época originados por tormentas eléctricas y por razones an-
húmeda pueden aumentar su nivel en más de un metro trópicas para manejo de pasturas o desmontes.
140 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Priscilla Minotti
a) b)
Sitio Ramsar Humedales Chaco, a) aguas altas, b) aguas bajas.
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CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
Se ubica en el sector este de Corrientes, y el noreste, este y centro de Entre Ríos. La influencia de la estruc-
tura geológica basáltica del planalto brasileño le imprime al relieve una estructura de plataforma sobre-ele-
vada, modelada por prolongados procesos de erosión que han originado geoformas cupulares, bordeadas
por bajos surcados por cursos fluviales de corto recorrido (Pereyra 2003).
El clima es el subtropical húmedo hacia el noreste, que pasa a subtropical semiestépico hacia el sudoeste.
En la estación meteorológica de Concordia (Entre Ríos) la temperatura media registrada es de 19 °C y las
precipitaciones rondan los 1.600 mm distribuidas a lo largo del año (Figura 2). Hacia el sur en Gualeguayc-
hú, la temperatura media estimada es 11,7 °C y la precipitación media anual es 989 mm. Hacia el norte, en
la localidad de Mercedes, los valores estimados son 19,9 °C y 1.243 mm respectivamente. El balance hídrico
es positivo durante casi todo el año, pudiéndose registrar períodos de déficit hacia el verano (Figura 3).
Puede helar suavemente en invierno, aunque las laderas de las lomas y algunos sectores que bordean a
los grandes ríos suelen estar libres de ellas gracias a las neblinas nocturnas y la acción moderadora de las
aguas cálidas (Matteucci 2012).
Figura 2.- Climatograma de la estación Concordia Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(Entre Ríos). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Malezales, tembladerales y
arroyos litoraleños.
La superficie que potencialmente corresponde a humedales asciende al 50% usando un criterio edáfico, en
tanto que considerando la cartografía de coberturas actuales, la superficie se reduce al 21% (Tabla 1 capítulo
Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). Los humedales principalmente se
emplazan a lo largo de los cauces fluviales, pero también se destacan los malezales alimentados por lluvias
locales y, de origen antrópico, las arroceras.
P. Kandus
de norte a sur. Las características físicas de sus aguas se secan completamente, y los cursos de aguas que-
han sido estudiadas en razón de su importancia como dan fragmentados con tramos completamente secos
fuentes de agua para riego, con valores de conductivi- en superficie. En las depresiones del terreno dentro de
dad, pH y sólidos disueltos que los califican en todos las terrazas aluviales se encuentra un tipo de humedal
los casos como de aguas dulces (Díaz et al. 2009). característico de la subregión pero de pequeña expre-
Los arroyos de cabecera y el sinnúmero de peque- sión espacial, que son las charcas temporarias alimen-
ños afluentes reciben la mayor parte del agua pluvial tadas por lluvias y desbordes extraordinarios de los
de manera directa o a través de flujo superficial pero ríos (Menni 2004).
también son alimentados por descarga subterránea de
acuíferos superficiales. Algunos suelen presentar va-
lles pronunciados en forma de “V” de 10 a 15 metros, El río Uruguay: El curso del río Uruguay merece una
con fondos arenosos y/o pedregosos que alternan consideración especial, no sólo por su tamaño y cau-
zonas de hoyas o pozones con correderas, y también dal, sino también porque es el único curso con aguas
pequeñas cascadas o saltitos menores al metro. Otros originadas fuera de la subregión en Brasil y con tribu-
presentan valles colmatados con sedimento y sin cur- tarios importantes del lado uruguayo. Presenta orillas
sos activos, siendo conocidos como cañadas o este- con playas de arena y canto rodado, islotes de arena
ros. Debido a su carácter estacional, se han construido y selvas ribereñas en sus márgenes. Antes de su unión
pequeñas represas o tajamares para retener el agua. con el Río de la Plata, la combinación de sus crecientes
Los cursos principales en cambio, suelen ser de ca- con las del Paraná y las mareas del estuario han per-
rácter permanente, siendo alimentados por lluvias y mitido el desarrollo de un complejo fluvial costero de
aportes superficiales de sus tributarios, y secundaria- islas aluvionales que se extiende hasta la confluencia
mente por aportes laterales de aguas freáticas. Como con el río Gualeguaychú (Iriondo y Kröhling 2008). En
ejemplos están el Miriñay, Aguapey, Ayuí Grande de su tramo medio se ha construido la represa de Salto
Corrientes, el Feliciano, Gualeguay y el Gualeguaychú Grande que inundó una zona de saltos destacados por
en Entre Ríos, y en el límite de ambas provincias se su belleza escénica (Matteucci 2012c). La inundación
encuentran los ríos Mocoretá y el río Guayquiraró. Pre- de las desembocaduras de los principales tributarios
sentan terrazas donde se encajan extensos paleova- y el funcionamiento hidrológico de la represa han ge-
lles originados en los cambios de curso del río Paraná nerado ambientes acuáticos y humedales de perilago
hacia su desembocadura en el río Uruguay (Iriondo y distintivos.
Kröhling 2008). El curso actual suele estar ubicado en
posición central, presentando meandros tortuosos y El pulso principal está dado por las precipitaciones
albardones con un delgado bosque en galería, enmar- que determinan anegamiento e inundaciones durante
cado por franjas laterales amplias de esteros o baña- la época húmeda. En situaciones de sequías, los baña-
dos y bosques ribereños ocupando las terrazas altas. dos y esteros pueden ser afectados también por in-
Durante la época de lluvias todo el valle está comple- cendios naturales y antrópicos estacionales (Matteuc-
tamente inundado, pero luego los pajonales y bañados ci 2012a, 2012b, 2012c).
154 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
BIODIVERSIDAD
Carnevali (1994) y Mateucci (2012a, 2012b, 2012c) pre-
sentan las principales recopilaciones sobre biodiversi-
dad vegetal de la subregión. En los malezales predo-
minan los pajonales de Andropogon lateralis, pero de
acuerdo al grado de anegamiento se presentan tam-
bién praderas de Eleocharis, gramillares acuáticos de
Luziola y abundan ciperáceas de los géneros Carex,
Cyperus y Rhynchospora en los malezales menos pro-
fundos. En los bañados de altura y esteros marginales
de los cursos de agua también predominan ciperáceas
y gramíneas hidrófilas, con comunidades palustres de-
nominadas localmente como pirizales, totorales, espa-
dañales o achirales, siendo destacables los extensos
esteros o bañados laterales de la paja de techar (Co
Rubén Quintana
lettia prionites).
Los arroyos y ríos de la región presentan bosques ri-
bereños y selvas en galería (Muñoz et al. 2005). La
diversidad de especies leñosas va disminuyendo de
norte a sur y desde la desembocadura a las nacien-
tes en los ríos secundarios, siendo especies típicas el
canelón (Rapanea loretziana), el laurel (Ocotea dios Pastizales anegados, Mercedes.
pyrifolia), el sota caballo (Luehea divaricada) y el tem-
betary (Fagara hymalis). Son considerados corredores
biológicos entre la selva misionera (Provincia Paranen- 2008). Hay unas 20 especies amenazadas a nivel in-
se) y los bosques del Delta del Paraná (Carnevali 1994, ternacional (Giraudo y Povedano 2004), como el tor-
Menalled y Adamoli 1995). En las terrazas de los cursos do amarillo (Xanthopsar flavus), el yetapá de collar
principales pueden encontrarse también palmeras de (Alectrurus risora) y la cachirla dorada (Anthus nat
los géneros Butia, Syagrus o Trithrinax. tereri). La fauna de mamíferos asociados a los hume-
La etimología guaraní del vocablo “Uruguay” (río de dales está integrada por especies chaqueñas y para-
los pájaros pintados) da cuenta de la gran riqueza de naenses. Muchos son vulnerables o tienen poblaciones
aves con cerca de 400 especies, 260 de las cuales han en estados críticos (FUCEMA 2006) como el venado
sido registradas a lo largo del tramo del río Uruguay de las Pampas (Ozotoceros bezoarticus), el ciervo de
compartido entre Argentina y Uruguay (Raffo et al. los pantanos (Blastoceros dichotomus), aguará guazú
Rubén Quintana
5c SUBREGIÓN MALEZALES, TEMBLADERALES Y ARROYOS LITORALEÑOS
Rubén Quintana 155
(Chrysocyon brachyurus) y lobito de río (Lontra longi un estudio sobre tarariras del río Aguapey (Lopes et
caudis). Entre los anfibios, se destacan por su carácter al. 1998). En el río Uruguay y en los cursos principales
de ápodo1 el tiflonéctido Chthonerpeton indistinctum son características las especies de peces migradores
que es también considerado vulnerable (Lavilla et al. de gran talla como el dorado (Salminus brasiliensis),
2000). el surubí pintado (Pseudoplatystoma corruscans) y el
sábalo (Prochilodus lineatus) (Baigun et al. 2003). En
La biota acuática del río Uruguay medio e inferior ha los cursos de agua menores se destacan los cíclidos,
sido relevada en estudios ambientales y monitoreos y peces de pequeño tamaño, como las mojarras de
binacionales correspondientes a la represa de Salto los géneros Hyphessobrycon, Brycoamericus y Pseu
Grande (Quiros y Cuch 1982, Quiros y Luchini 1982, docorynopoma y bagrecitos como Otoncinclus e Hi
Leites 2009) y los que se desarrollan en el marco de sonotus. Un carácter distintivo son los peces anuales
la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) del género Austrolebias, cuyos huevos permanecen
(Sverlij et al. 1999, y otros disponibles en la página enterrados en el barro del fondo de charcas y baña-
web www.caru.org.uy). Los estudios de los cursos in- dos temporarios durante la estación seca, retomando
teriores de la subregión son prácticamente nulos, con el desarrollo cuando el agua de lluvias llenó estos am-
relevamientos ictiológicos de carácter ocasional en la bientes (Miquelarena 2003).
provincia de Entre Ríos (López et al. 2005, Demonte
y Arias 2005), muestreos aislados en Corrientes en las La subregión es conocida por su diversidad de fósiles,
nacientes de Miriñay (Caziotta et al. 2005), un estudio asociada a la presencia de estratos con paleo humeda-
de impacto sobre el Ayuí Grande (Adamoli 2008) y les que quedan expuestos en las terrazas de sus innu-
merables cursos (Iriondo y Kröhling 2008). Se desta-
can los del arroyo Feliciano, Las Conchas, Clé, Nogoyá,
Gualeguay entre los tributarios al Paraná y el arroyo
1
Sin extremidades. Palmar, sobre el río Uruguay.
156 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Arrocera.
Priscilla Minotti
5c SUBREGIÓN MALEZALES, TEMBLADERALES Y ARROYOS LITORALEÑOS
Francisco Firpo Lacoste 157
la desembocadura del Gualeguay en el Delta del Pa- Comisión Asesora del Río Uruguay, no hay documen-
raná hay pesquerías artesanales de distinta magnitud. tación sobre los efectos ni los riesgos de dichos usos.
En décadas pasadas las pesquerías de sábalo de Gua-
leguaychú eran muy importantes (Sverlij et al. 1993, Las necesidades de infraestructura energética y de
Baigun et al. 2003) no solo para abastecer mercados comunicaciones del NEA tienen su foco puesto en el
alimenticios sino que constituían fuente de materias río Uruguay. La represa de Garabi para generación hi-
primas de alta calidad para la industria cosmética por droeléctrica tiene proyectado el cierre del río Uruguay
la provisión de aceites y ganoina (para los esmaltes a unos 7 km al sur de la localidad de Garruchos (Co-
nacarados). rrientes), con su cola extendiéndose más allá del límite
con Misiones. La ampliación y mejora de los carriles de
Un uso tradicional ya olvidado era la recolección de la Ruta Nacional N° 14 para facilitar el transporte de
valvas de gran tamaño de almejas nacaríferas del gé- mercaderías, provoca la modificación u obliteración de
nero Diplodon spp. (Bivalvia, Hyriidae) para la fabri- muchos cursos menores que cruzan la traza de la ruta
cación de botones, que fueron reemplazados por los con la consiguiente fragmentación de las selvas en
de plástico a partir de la década del 60 (Rumi et al.
galería aun existentes y perdida de su funcionamiento
2004).
como corredores biológicos. A su vez origina un ex-
tenso desarrollo de humedales artificiales generados
por los préstamos de tierra para la construcción de los
terraplenes de las rutas. También posibilita un desa-
rrollo mayor del río Uruguay como corredor turístico,
AMENAZAS Y TENDENCIAS promoviendo una expansión de los ejidos urbanos no
siempre regulada.
El avance de la ganadería intensiva (feedlots), foresta-
ciones sobre humedales y embalses para arroceras es- Una actividad característica es la explotación de fuen-
tán generando la fragmentación y desaparición de las tes de aguas subterráneas, ya sea para riego de arro-
áreas de malezales, bañados de altura, y humedales ceras o para uso turístico en parques termales. En el
fluviales (Viglizzo et al. 2005). Debido a la densidad caso de las arroceras, las aguas extraídas drenan ha-
de drenaje, los demás usos agrícolas y agroindustria- cia los cursos naturales, y si bien los mantienen acti-
les de la región (cultivos de soja, maíz, cítricos, cria- vos durante la estación seca, aportan tenores salinos
deros de pollos, industrias de productos alimenticios distintos de las aguas superficiales (Minotti 2011). Las
y bebidas) también hacen uso de espacios ocupados perforaciones y piletas de aguas termales producen
por humedales o son receptores directos de efluen- aportes a los cursos naturales con aguas de mayor
tes y escurrimientos superficiales. Salvo en el caso del temperatura y sales tanto de manera directa como por
estudio de riesgo de contaminación en la cuenca del napas superficiales (Miranda et al. 1997, Pesce et al.
arroyo Feliciano (Díaz et al. 2009) y los monitoreos 1999), y los efectos a largo plazo sobre los humedales
del río Uruguay inferior dispuestos en el marco de la son desconocidos.
158 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Rubén Quintana
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Se emplaza en la porción central del país, extendién- constituye una característica distintiva. Incluye tres su-
dose hacia el centro oeste y noroeste, incluyendo a bregiones:
las Sierras pampeanas orientales y occidentales y sus
Ríos y arroyos de los valles intermontanos
valles intermontanos. Las condiciones climáticas indi-
can que la mayor parte de la región está sometida a Arroyos y mallines de las sierras centrales
condiciones de déficit hídrico durante todo el año. La
Salinas de la depresión central
escasez de cuerpos de agua permanente en la región
Figura 1.- Región Humedales valliserranos. 6a. Subregión Ríos y arroyos de los valles intermontanos, 6b. Subregión
Arroyos y mallines de las sierras centrales, 6c. Subregión Salinas de la depresión central.
6a Subregión Ríos y arroyos
de los valles intermontanos
Ulf O. Karlin y Marcos S. Karlin
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
CONTEXTO ECOLÓGICO TERRESTRE zonas de laderas secas y ausencia de agua, con pre-
sencia de rocas (Morello 1958).
Gran parte de esta subregión corresponde a lo que Mo-
rello (1958) denomina “Monte Septentrional”, una uni- En zonas más bajas se presentan algarrobales (bos-
dad fitogeográfica, climática y geomorfológicamente ques de Prosopis), ubicados en el fondo de los bol-
muy homogénea de norte a sur. Burkart et al. (1999), sones, en las márgenes no inundables de ríos perma-
siguen los criterios de Morello, e identifican a la ecorre- nentes en forma de galería, rodeando salares, o en
gión como Monte de Sierras y Bolsones, agregándole la masas más chicas en la base de los conos de deyec-
prepuna o cardonal, y extendiéndola hacia el sur. ción. Muchas veces se encuentran acompañados por
otras especies como el tala (Celtis spinosa), el chañar
En la subregión predominan los arbustos conforman-
(Geoffroea decorticans), la sombra de toro (Jodina
do comunidades en forma de estepas, con plantas bien
rhombifolia) y arbustos como atamisque (Capparis
separadas, que dejan el suelo descubierto la mayor
atamisquea), brea (Cercidium praecox spp. glaucum),
parte del año. Los arbustales se desarrollan en un ma-
y jumes (Suaeda divaricata y Allenrolfea vaginata), en-
yor rango de altitud, desde la base hasta mayores al-
tre otras.
turas y se diferencian en distintas comunidades según
la abundancia y especies con las que se asocian. Los El arcal (bosques de Acacia visco) puebla las quebra-
árboles conforman bosques en manchones o franjas das angostas de las nacientes de los ríos. Esta especie
localizadas ubicándose sólo en aquellos lugares donde se encuentra acompañada por algarrobos, tala, chas-
hay agua disponible. Otra formación importante son qui-yuyo (Maytenus viscifolia), sombra de toro, aguari-
los cardonales, ubicados no sólo como límite entre el bay o terebinto (Schinus areira) y molle (Lithraea mo-
monte propiamente dicho y la puna, sino también en lleoides), entre otras.
Caracterización física-ambiental
Esta subregión se emplaza en las provincias de Salta, Catamarca, oeste de Tucumán, centro de La Rioja, y
norte de San Juan, entre las latitudes de 25º y 32º sur.
Las sierras corresponden a antiguas superficies de planación regional levantadas y fragmentadas duran-
te la Orogenia Andina (Pereyra 2003). Entre los cordones montañosos se destacan las Cumbres Calcha-
quíes, Sierras de Quilmes, de Fiambalá, de Aconquija, Ambato, de Velasco, Famatina-Soñogasta, Malanzán,
Umango-Villa Unión, entre otras. La altura media de esta subregión supera los 2.000 msnm (Tabla 1 capítulo
Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). Algunos de estos sistemas alcanzan
gran altitud como la Sierra de Aconquija que supera los 5.000 metros.
Figura 2.- Climatograma de la estación La Rioja. Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Ríos y arroyos de los valles
intermontanos.
Los humedales en esta subregión abarcan menos del 2% de la superficie a escala regional según ambos
criterios considerados (edáfico y cobertura) (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de
Humedales de Argentina). Los humedales se restringen a cursos de agua temporarios, pequeñas vegas y
también embalses artificiales que constituyen los únicos cuerpos de agua libre permanentes en un contexto
de extrema aridez.
P. Kandus
Ulf Karlin
6a SUBREGIÓN RÍOS Y ARROYOS DE LOS VALLES INTERMONTANOS
Ulf Karlin 167
Criptohumedales: ríos subterráneos y ambientes con del embalse de Ullum, existente en la Reserva Natural
agua subterránea semisuperficial, donde llegan las raí- Presidente Sarmiento, San Juan, con 720 ha (Flores y
ces de numerosas leñosas y gramíneas freatófitas. Suvires 2012).
Vegas: en zonas altas del piedemonte proximal, con Existen algunos embalses artificiales, que pueden
agua aflorando. tener cierta magnitud en superficie. Ejemplos son
Lagunas naturales: la única para mencionar es la de Ullum, el complejo Los Caracoles y Los Cauquenes
Brealito, en Salta, de sólo 70 ha de extensión y en zona (San Juan), Chañarmuyo (La Rioja) (Rolón y Roton-
de cardonal. daro 2011), Embalse Lateral Villa Unión (La Rioja), y la
Dársena en San Carlos (Salta). Otros humedales arti-
Pequeños espejos de agua, producto de descargas ficiales se forman en los azudes (que se utilizan como
de ríos a márgenes más bajos: Como ejemplo, Laguna tomas de agua en los ríos o arroyos), que se disponen
de los Patos al norte de Villa Vil (Catamarca) de 3,5 ha.
en la mayoría de los ríos ubicados cerca de los pue-
Humedales alimentados por descargas provenientes blos, y las numerosas represas que se construyen para
de embalse: El único relevante es el humedal producto dar agua al ganado.
168 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Ulf Karlin
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Patricia Kandus
6b Subregión Arroyos y mallines
de las sierras centrales
Ana L. Scopel, Juan José Cantero, Mariana P. Silva
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
CONTEXTO ECOLÓGICO TERRESTRE tituyendo una matriz heterogénea del paisaje serrano
(Suarez y Vischi 1997, Vischi et al. 1999).
Desde el punto de vista fitogeográfico, la región perte- En las pampas, se desarrolla una cobertura herbácea
nece al Distrito Chaqueño Serrano (Cabrera 1976, Luti sobre suelos bien desarrollados, a partir de materia-
et al. 1979). La vegetación se distribuye a lo largo del
les residuales provenientes de la desintegración de las
gradiente altitudinal formando pisos: el Bosque Serra-
rocas antiguas o de materiales loéssicos y palustres,
no entre los 500 y 1.300 msnm (con Zanthoxylum coco
con profundidades que superan los 80 cm, horizontes
y Lithraea molleoides), el Matorral Serrano, Arbustal
texturales y alto contenido de materia orgánica. Los
de altura o Romerillal (con Heterothalamus alienus
niveles de altitud y el tipo de rocas subyacentes, es-
como especie dominante y con menor representación
de especies xerófilas que en otros distritos chaque- tablecen diferencias entre las mismas. La Pampa de
ños) hasta los 1.700 msnm (florísticamente heterogé- Achala, que se encuentra a una altitud media de unos
neo), y en las porciones más elevadas se encuentra el 1.000 msnm, constituye un sistema único, en el que
piso de Pastizales (dominado por gramíneas en mata: confluyen especies de orígenes austrobrasilero y cha-
Festuca hieronymi, Nassella filiculmis, Schizachyrium queño, netamente andino, y otras provenientes del sur.
condensatum, Deyeuxia hieronymi y Eragrostis airoi- Así, los bosques de maitén (Maytenus boaria) y taba-
des) y Bosquecillos de altura (con Polylepis australis, quillo (Polylepis australis) encuentran allí su extremo
Kageneckia lanceolata y Escallonia cordobensis). Las norte, y más austral de su distribución, respectivamen-
comunidades de los pastizales se ubican en relación a te. La palmera palma (Trithrinax campestris) también
lugares con suelos incipientes y/o someros y humedad es una especie característica de esta subregión, cons-
elevada, sin límite de altitud estricto. Estas unidades tituyendo los palmares de crecimiento más meridional
de vegetación se intercalan en su distribución, cons- de la Tierra.
Caracterización física-ambiental
Corresponde a las sierras centrales de nuestro país, emplazadas al sur de Santiago del Estero, a lo largo de
la provincia de Córdoba y norte de San Luis.
Las sierras están formadas por rocas ígneas y metamórficas elevadas en el terciario con bloques de granito
y gneis fracturados y cubiertos posteriormente por sedimentos, siendo plegados y erosionados y dando
origen a bolsones, valles y campos. Se presentan tres tipos de relieves dominantes: los cordones serranos
dispuestos longitudinalmente en sentido norte-sur, las planicies elevadas o “pampas” y las depresiones in-
terserranas o valles. Las sierras tienen una pendiente suave hacia el este y abrupta al oeste y se distinguen
claramente cuatro cordones montañosos: oriental, central, occidental y las del noreste de San Luis. Los
valles corren en sentido longitudinal, como los de Punilla y Calamuchita, y entre las cumbres planas encon-
tramos las pampas de Achala, Pocho y Oláen. La altura media registrada es de 900 msnm (Tabla 1 capítulo
Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina).
Las precipitaciones presentan valores medios que rondan 641 mm y las temperaturas medias registradas
oscilan en 15,6 °C (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina),
presentando ambas variables cambios asociadas al gradiente altitudinal y a la exposición de las laderas. En
la ciudad de Córdoba la precipitación anual supera los 1.000 mm y la temperatura media anual es de 17,6 ºC
(Figura 2). En Ascochinga, la temperatura media mensual estimada es de 14,3 °C y la precipitación anual de
706 mm, y en La Cumbrecita la temperatura media mensual estimada es de 13,5 °C y la precipitación anual
de 658 mm. El balance entre lluvias y evapotranspiración lleva a prolongados períodos de déficit hídrico
(Figura 3).
Figura 2.- Climatograma de la estación Córdoba. Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Arroyos y mallines de las
sierras centrales.
Al igual que en la Subregión Ríos y arroyos de los valles intermontanos, los humedales ocupan una su-
perficie reducida (<1%) de acuerdo a ambos criterios considerados (edáfico y cobertura) (Tabla 1 capítulo
Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina).
P. Kandus
especialmente la chaqueña, seguida por la pampeana nycticorax). Las Islas de San Felipe, dentro del embal-
y andino patagónica, a la que se suman elementos en- se homónimo, son áreas intangibles que resguardan
démicos. Si bien la región tiene un alto grado de de- aves de ambientes palustres y sus sitios de nidifica-
terioro, existen aún relictos de los distintos ambientes ción, con más de 50 especies (entre locales y migrato-
con un grado aceptable de conservación, muchos de rias) con variedad de patos (Anas sibilatrix, A. discors,
ellos dentro de áreas protegidas. A. platalea), garzas, macas, entre otras. Entre los rep-
tiles se encuentran: lagartos (Pristidactylus achalensis,
Si bien la mayor parte de las especies no son específi- Tupinambis rufescens), serpientes venenosas como la
cas de los humedales, éstos constituyen áreas de gran yarará ñata (Bothrops alternatus), grande (B. ammod-
importancia para el mantenimiento de esta riqueza ytoides) y chica (B. neuwiedi), coral y cascabel (Crota-
faunística, ya que proveen de alimento, refugio, y en lus durissus), variedad de culebras, lagartijas (Mabuya
algunos casos sitios de nidificación. Entre los mamí- dorsivittata) y la falsa yarará (Waglerophys merremi),
feros asociados a los humedales se destacan el gato entre otros.
de las pajas (Lynchailurus pajeros), coipo (Myocastor
coypo) y lobito de río (Lontra longicaudis). Entre los anfibios se distinguen especies endémicas
como el sapo de Achala (Bufo achalensis), escuercito
La riqueza de aves es muy grande e incluye más de de achala (Odontophrynus achalensis), la ranita cor-
200 especies. Las Sierras Grandes de Córdoba y las dobesa de cuatro ojos (Pleurodema kriegi), y el sapito
de San Luis son consideradas como áreas de ende- de colores (Melanophryniseus stelzneri), a las que se
mismo a nivel global (EBA 058) por la presencia de suman la ranita del zarzal (Hyla pulchella cordovae)
varias especies y subespecies singulares. En la Que- presente en todos los arroyos serranos, el sapo buey
brada del Condorito existen 12 endemismos a nivel (Bufo paracnemis), el escuercito cururú (Odontophry-
de subespecífico y uno a nivel específico. Específica- nus occidentalis), el escuerzo chaqueño (Ceratophrys
mente en pastizales se encuentran: pechos colorados cranwelii) y la rana de las vizcacheras (Leptodactylus
(Sternella loyca), verdones (Embernagra platensis), bufonius). En relación con la ictiofauna, se citan tres
cachirlas (Anhus sp.), piquito de oro (Catamenia inor- especies autóctonas típicas de los arroyos: dos mo-
nata cordobensis), inambú chico (Nothura maculosa) jarras, cola roja (Astyanax eingenmanniorum) y ma-
y silbador (N. pentlandii), remolinera castaña -con la drecita del agua (Cnesterodon decemmaculatus), y el
raza endémica Cinclodes atacamensis schocolatinus-, bagrecito de torrentes (Trichomycterus corduvense).
y remolinera oscura (C. oustaleti), que recorre arroyos En los embalses se encuentra pejerrey (Odontheses
en busca de insectos acuáticos. En los arroyos y em- bonariensis), carpa común (Cyprinus carpio), carpa
balses son frecuentes: martín pescador chico (Chloro- espejo, trucha de arroyo (Salvelinus fontinalis), trucha
ceryle americana) y grande (Ceryle torquata), garcita arco iris (Oncorhynchus mykiss) bagre sapo, dientudo,
azulada (Butorides striatus) y garza bruja (Nyctivorax vieja de agua, tararira y palometa.
6b SUBREGIÓN ARROYOS Y MALLINES DE LAS SIERRAS CENTRALES 179
Sierras de Comechingones.
Ana Scopel
180 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Rubén Quintana
6b SUBREGIÓN ARROYOS Y MALLINES DE LAS SIERRAS CENTRALES
Ana Scopel 181
Sierras Chicas.
Ana Scopel
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6c Subregión Salinas de la
Depresión Central
Marcos S. Karlin y Ulf O. Karlin
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
CONTEXTO ECOLÓGICO TERRESTRE salina donde, a medida que se aproxima a las sierras,
aumentan los materiales más gruesos, con cambios en
Gran parte de esta subregión corresponde al llamado salinidad, infiltración y evapotranspiración. La vege-
Chaco Árido por numerosos autores. Se identifican tación se relaciona con el contenido salino del suelo
y el espesor del horizonte arenoso superficial (Karlin
dos grandes áreas: el complejo salino de las Salinas
2013c). El área del Chaco Árido Leñoso está constitui-
Grandes al noreste, y el área del Chaco Árido Leñoso
da por valles y llanuras, dentro de grandes bolsones
en el centro y sur, el cual también incluye áreas sali- rellenados con sedimentos gruesos y a veces saliniza-
nas de superficies importantes. El primero constituye dos. Los límites orográficos son bastante nítidos, y en-
una cuenca endorreica sedimentaria de origen tectó- cierran un sistema de cuencas arreicas. Los valles son,
nico donde se acumulan materiales finos como arcillas de norte a sur: Valle de Catamarca, Llanos Riojanos y
y limos de origen fluvio-eólico, rodeada de una costa Valle de Concarán.
Caracterización física-ambiental
Esta subregión se extiende por los extensos valles y bolsones intermontanos del centro del país entre las
sierras pampeanas orientales y occidentales, incluyendo el sudeste de las provincias de Tucumán y Cata-
marca, sudoeste de Santiago del Estero, este y sur de La Rioja, este de San Juan, noroeste de Córdoba y
norte de San Luis.
Está conformada por valles y piedemontes serranos dentro de grandes bolsones rellenados con sedimen-
tos a veces salinizados, donde se organiza un sistema de cuencas arreicas (Pereyra 2003, Morello 2012).
Presenta un clima semiárido-árido con precipitaciones que ocurren principalmente en los meses de verano,
oscilan en 463 mm, disminuyendo en un gradiente este-oeste. La temperatura media es de 20 °C (Tabla
1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). En el climatograma se
ilustran las condiciones para la localidad de Chamical (Figura 2).
Comparada con las otras dos subregiones incluidas en esta región, aquí los humedales involucran una ma-
yor superficie (estimación actual 7% y estimación potencial 20% -Tabla 1 capítulo Identificación y Delimi-
tación de Regiones de Humedales de Argentina). Sin embargo, estos ambientes están representados casi
exclusivamente por salinas ubicadas en enormes depresiones que se extienden a lo largo del paisaje y que
emergen de las condiciones limitantes en cuanto a oferta hídrica durante todo el año (Figura 3).
P. Kandus
Marcos Karlin
6c SUBREGIÓN SALINAS DE LA DEPRESIÓN CENTRAL
Francisco Firpo Lacostes 189
En el caso de los barreales estos actúan como verda- de deflación, con lo que en épocas húmedas se restrin-
deras aguadas naturales, las cuales captan agua de ge el arrastre de materiales por acción eólica (Yechieli
escorrentía y, dada su baja conductividad hidráulica, y Wood 2002).
el agua infiltra lentamente. Las grandes pérdidas se
deben principalmente a efectos de evaporación, por lo
que el agua superficial perdura unas pocas semanas. Lagos salinos intermitentes: Son cuerpos de agua
poco profundos que se secan durante la época seca
Los humedales pueden dividirse en las siguientes uni- (invierno-primavera). Se deposita en superficie una
dades funcionales: fina capa de sales solubles al evaporarse el agua acu-
mulada. Está dominada por sales cloruradas y sulfa-
tadas. El agua es aportada por precipitaciones, esco-
Barreales y playas salinas: Son áreas bajas con sue-
rrentía difusa y por la freática en época lluviosa (Dar-
los arcillosos debido a la acumulación de material fino
gám 1995). En sitios donde la acumulación de sales
por acarreo fluvial proveniente de zonas aledañas más
alcanza mayor espesor se los denomina “salares”, tales
altas, intercaladas por dunas. Las playas salinas pre-
como el de San José, Monte Negro y Monte de las Ba-
sentan suelos de alto contenido de sales solubles y
rrancas (Capitanelli 1979).
deposición de limos arcillosos y limos arenosos finos.
Sayago (1981) describe los barreales como áreas de
acumulación de material fino por arrastre hídrico. Se Lagos salinos efímeros: Normalmente se mantienen
forman alrededor dunas consolidadas por vegetación. con agua a lo largo del año. En años de sequía pueden
Los barreales se encuentran afectados por procesos perder toda el agua por evaporación. Su profundidad
de deflación-acreción debido a procesos fluvio-eóli- media es de alrededor de 30 cm y la máxima profun-
cos; se vuelven pantanos en la época húmeda, mien- didad es de 70 cm. Se destacan los de San José de las
tras que en épocas sin lluvia, al secarse, la contracción Salinas y Lucio V. Mansilla. A diferencia de los lagos
de la masa agrieta la superficie del suelo en forma po- intermitentes, estos lagos se alimentan de vertientes y
ligonal, con estructura laminar por el levantamiento de aguas subterráneas (Dargám 1995).
los bordes.
Dentro de la matriz de las salinas y barreales se en-
cuentran las dunas o médanos consolidados por ve-
Salinas: Llanura de sedimentos limo arcillosos ocupa- getación, responsables de controlar la dirección de la
dos por sales y parches de vegetación halófita. Cos- escorrentía, aportando una importante cantidad de
tras salinas finas y ampollas salinas son características especies vegetales y actuando como nichos de anima-
de estas geoformas (Dargám 1995). Las pendientes de les silvestres.
estas geoformas son menores al 0,1% (Ruiz Posse et
al. 2007). Ocasionalmente el área central de este am- Los diques más importantes de la región son los de
biente es ocupado por lagunas salinas efímeras (Dar- Cruz del Eje, Pichanas, La Viña (Córdoba), Los Sauces,
gám 1995). La napa freática se encuentra cercana a la Olta y Anzulón (La Rioja), Las Pirquitas (Catamarca).
superficie provocando la deposición de sales solubles Las represas construidas para la acumulación de agua
al producirse ascenso capilar del agua. Al bajar la napa para consumo humano y/o animal, si bien de escasa
en época seca, la evaporación promueve la precipita- superficie, deben ser tenidas en cuenta como hume-
ción y cristalización de las sales. La presencia de la dales artificiales por la gran cantidad existente en la
napa freática cerca de la superficie limita los procesos región.
190 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Los reptiles y anfibios más representativos son la tor- de retroceso numérico en la provincia, preservar un
tuga terrestre (Chelonoidis chilensis), escuerzo de las sitio de invernada de aves patagónicas, y mantener
salinas (Chacophrys pierotti), lampalagua (Boa cons- un relicto del bosque chaqueño occidental (Chebez
trictor occidentalis), boa arco iris (Epicrates alvarezi), 2005a). Este último se localiza dentro de la Reserva,
iguana colorada (Tupinambis rufescens) y la rana co- en el Refugio de Vida Silvestre Monte de las Barrancas,
ralina (Leptodactylus laticeps) (Reati et al. 2010). con una superficie de 7.656 ha.
Debido al carácter de temporalidad y estacionalidad Reserva Provincial de Usos Múltiples Salinas de Am-
de las lagunas, no se encuentran peces en estos am- bargasta: Se encuentra en la provincia de Santiago del
bientes. Estero. Su objetivo es proteger un sector de la depre-
sión de las Salinas Grandes con flora y fauna de am-
bientes salinos (Chebez 2005b).
Reserva de Usos Múltiples Salinas Grandes: Ocupa Parque Nacional Sierra de Las Quijadas y Reserva
190.000 ha mayormente privadas del norte de Córdo- Provincial Sierra de Las Quijadas: Entre ambas cubren
ba en ambientes denominados Chaco Árido Occiden- una superficie de 300.000 ha en el noroeste de San
tal y Bolsones Salinos. Su objetivo es conservar espe- Luis. Sólo sus sectores al este corresponden a esta su-
cies de flora y fauna endémicas, y especies en proceso bregión (unas 40.000 ha) (Chebez 2005a).
192 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Salinas Grandes.
Las tendencias climáticas muestran aumento en las Tanto en áreas salinas y de barreales, ciclos de sequía
temperaturas y las precipitaciones medias, y aumento y lluvias torrenciales modificarían la geomorfología del
en la variabilidad de las precipitaciones (Karlin 2012), ambiente. Ciclos secos pueden promover la formación
factor clave en el funcionamiento de estos ecosiste- de médanos, los cuales con la falta de agua, podrían
mas. El aumento de la variabilidad climática (Karlin avanzar sobre otros ambientes, cambiando la dinámi-
2012) incrementa las incertidumbres económicas de ca de pastoreo y las áreas de captación de agua en
los pobladores. Los desajustes en la carga animal por microcuencas. Ciclos húmedos, de lluvias torrenciales,
aumento de la misma en épocas favorables y reducción promoverían la erosión hídrica de los médanos vege-
tados reduciendo la superficie de éstas áreas de mayor
por causas naturales como aumento en la mortandad,
biodiversidad (Karlin et al. 2011). Por otra parte, lluvias
provocan la sobrecarga sobre los recursos forrajeros,
torrenciales producirían inundaciones, aislando a las
la cobertura vegetal y, en consecuencia, aumentan los
comunidades instaladas en zonas más bajas topográ-
procesos erosivos. Estos procesos pueden reducir la
ficamente. También podrían aumentar las enfermeda-
biodiversidad y la cantidad de hábitats favorables para
des tales como el dengue (por aumento en la cantidad
la fauna local.
de agua libre, reservorio de mosquitos), la incidencia
A su vez, estas tendencias climáticas podrían provocar de Mal de Chagas y virosis varias (por aumento en las
una aceleración en los procesos del ciclo biogeoquí- poblaciones de sus vectores) y las endozoonosis.
194 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
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7 Región Humedales
del Monte Central
Heber Sosa y Belén Guevara
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
CONTEXTO ECOLÓGICO TERRESTRE destacan elementos del Espinal. Hacia el sur ingresa
la Provincia Patagónica, representada por una estepa
Si bien la aridez constituye una característica distintiva arbustiva de especies afilas de hojas reducidas o es-
de los paisajes de la región, ésta es sumamente he- pinosas, con plantas en cojín. Esta parte de la región,
terogénea, ya que cuenta con elementos de distintas incluye el Distrito Payunia (Cabrera 1976) o Provincia
Payunia (Martínez Carretero 2004). Se caracteriza por
regiones biogeográficas y presenta diferentes condi-
la desaparición de especies de Larrea y Condalia y la
cionantes edáficos para el desarrollo de la vegetación.
aparición de Verbenáceas, Asteráceas y Apiáceas en
Desde el norte, y particularmente para la provincia de
cojín. En general para los humedales y hábitats xeró-
San Juan se destacan los valles intermontanos con
filos asociados a la cuenca del Desaguadero, hasta el
planicies de escasa pendiente (depresiones) donde
río Colorado, la vegetación se presenta en bosques
se definen cuencas cerradas o con drenaje deficiente, marginales de Prosopis flexuosa, Bulnesia retama y
llamadas bolsones (Burkart et al. 1999). La formación Geoffroea decorticans principalmente, sectores que
de mayor extensión es la estepa arbustiva representa- en gran medida se encuentran invadidos por Tama-
da por Zigofoleaceas (Larrea, Bulnesia y Plectocarpa) rix sp., sobre todo en las márgenes de cursos de agua
encontrándose localmente planicies de bosques xe- permanente o semipermanente (Sosa 2007). El sector
rófilos, dominados por géneros Prosopis y Acacia, y central de la cuenca del río Colorado es muy similar,
escasas pasturas en praderas de suelos sedimentarios con bosques xerófilos marginales y pastizales pam-
arenosos en su mayoría (Cabrera 1976). Sobre la mitad peanos apareciendo Prosopis caldenia, como elemen-
sur de esta provincia y desde el este de La Pampa se to característico.
Laguna Llancanelo.
Heber Sosa
196 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
CARACTERIZACIÓN FÍSICA-AMBIENTAL
Esta región ocupa parte de las provincias de San Juan, Mendoza, San Luis, La Pampa, Neuquén, Río Negro
y sur de Buenos Aires. La misma, involucra el piedemonte cuyano con las extensas planicies y conos alu-
viales de los ríos San Juan, Mendoza, Tunuyán, Diamante, Atuel, Grande-Barrancas. El flujo de estos ríos,
se encuentra actualmente disminuido por motivos naturales y antrópicos, y es colectado por el sistema de
los ríos Desaguadero-Salado-Atuel-Chadileuvú y finalmente por el río Colorado. El valle del río Neuquén
también queda incluido en esta región debido a que presenta un régimen asociado a las precipitaciones
estivales, semejante a los anteriores (Ramonell et al. 2010).
Hacia el sur, la región incluye mesetas y montañas bajas de suelos arenosos-pedregosos y paisajes volcá-
nicos de carácter distintivo dentro de la región, conocidos como “la Payunia”. La región se extiende hasta
el extremo este del río Colorado, antes de llegar a la costa. Se trata de una zona con una suave pendiente
regional, donde las bajadas alcanzan cientos de kilómetros. La altura media registrada es de 629 msnm.
El clima es templado árido continental con precipitaciones medias regionales que no alcanzan 300 mm
(pero se incrementan hacia el sudeste) y una temperatura media que ronda los 15 °C (Tabla 1 capítulo
Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). En los climatogramas se ilustran las
localidades de Malargue y San Rafael (Figura 2). Las condiciones de elevada evapotranspiración potencial,
determinan que la región esté sometida a un marcado déficit hídrico todo el año (Figura 3).
La estimación regional de superficie potencial de humedales según el criterio edáfico arroja un 13%, pero se
reduce al 4% al realizar la estimación de la superficie actual usando el criterio de cobertura (Tabla 1 capítulo
Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina).
60 120
50 100
40 80
30 60
20 40
10 20
0 0
Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun
Mes
Figura 2.- Climatogramas de las estaciones a) Malargüe y b) San Rafael (Mendoza).
Natalia Machain
Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre Bañado en Sitio Ramsar Laguna LLancanelo, Mendoza.
Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Región Humedales del Monte Central. P. Kandus
Heber Sosa
En la región se encuentran numerosos diques y embal-
ses, tales como Ullum (San Juan), El Carrizal, Los Re-
yunos, Agua de Toro, Potrerillos, El Nihuil (Mendoza),
el Complejo Cerros Colorados (Neuquén) y Casa de
Piedra (límite entre Río Negro y La Pampa). Humedal temporal en Payunia. Mendoza.
central asociado a humedales de llanuras de la cuen- dis chihi), flamenco austral (Phoenicopterus chilensis)
ca del Desaguadero se encuentran bagrecitos de to- (Chebez 2005) y poblaciones de anátidos principal-
rrente (Trichomycterus cordobae y T. heterodontus), mente del género Anas, como el pato barcino (A. flavi-
como así también la anguila criolla (Symbranchus rostris), maicero (A. georgica), colorado (A. cyanopte-
marmoratus) y el dientudo (Oligosarcus jenysi); tam- ra), cuchara (A. platalea), entre otros.
bién se mantienen poblaciones relictuales de otuno
(Diplomystes sp.). Las poblaciones ictícolas incluyen Una importante diversidad de aves migratorias utiliza
elementos exóticos como la carpa (Cyprinus carpio) estos humedales como áreas de concentración no re-
(Dominino et al. 2006, Sosa 2007). productiva, como los playeros de los géneros Tringa y
Calidris que frecuentan la región en la temporada de
Los anuros tienen elementos que participan en su dis- primavera–verano austral en grandes concentraciones,
tribución en la mayoría de los ambientes acuáticos de existiendo conteos de hasta 12.000 individuos regis-
la región como Chaunus arenarum, Leptodactylus oce- trados en Laguna Llancanelo de Calidris bairdii y C.
llatus, y otros que son propios como Pleurodema ne- fuscicollis (Sosa 2005).
bulosa (típica en Guanacache, Mendoza y San Juan), P.
bufonina (típica en el Parque Provincial Tromen como En lagunas saladas las especies residentes dominantes
única especie de anfibio), y Odontophrynus occiden- son el flamenco austral (P. chilensis), gallaretas (Fulica
tales (Lavilla et al. 2000, Lavilla y Cei 2001). spp.) y los cisnes coscoroba (Coscoroba coscoroba) y
de cuello negro (Cygnus melancoryphus), siendo im-
Por la variedad de ambientes, las aves acuáticas en- portantes zonas de reproducción. El caso más emble-
cuentran distintos hábitats para el desarrollo de una mático para la región es el flamenco austral, con más
importante diversidad. Los grupos de mayor abun- de 10.000 parejas que crían regularmente en Laguna
dancia son los anátidos, rálidos y ardéidos en hume- Llancanelo, en la provincia de Mendoza (Sosa y Martín
dales de agua dulce con vegetación emergente, los 2011).
que representan importantes refugios para la nidifi-
cación. Se destacan algunas especies típicas del do- Entre los mamíferos asociados a humedales se desta-
minio chaqueño, como la cigüeña americana (Ciconia ca el coipo Myocastor coypus como el único mamífero
maguari), chajá (Chauna torquata) y espátula rosada estrictamente acuático para la región. La gran mayoría
(Ajaia ajaja); incluso algunas crían en el centro norte de los mamíferos presentes en la región, utilizan los
de la región. Entre las especies típicas de la provincia humedales principalmente como abrevaderos o como
pampeana se destacan el cuervillo de cañada (Plega- zonas de alimentación (Sosa y Candia 2015).
Daniel Blanco
7 REGIÓN HUMEDALES DEL MONTE CENTRAL
Ulf Karlin 201
de Buenos Aires, y en el sur de Mendoza y norte de Debido al carácter aluvional que tienen la mayo-
Neuquén la pesca de salmónidos en ríos de aguas to- ría de las cuencas y subcuencas de la cordillera y
rrentosas. Esta actividad brinda un importante rédito precordillera, el área se encuentra sometida a una
económico para la región. fuerte erosión hídrica, de tipo laminar y por surcos
de erosión (formación de cárcavas).
La producción hidroeléctrica involucra embalses como
el Ullum en San Juan, el Potrerillos y Nihuil, en Men- Sobrepastoreo: la ganadería extensiva presiona se-
doza. En la mayoría de los humedales artificiales se lectivamente las pasturas que generan los humeda-
desarrolla el turismo y se practican deportes náuticos. les.
Incendios de pastizales. Se utiliza como una herra-
mienta de manejo de las pasturas naturales (pajo-
nales de Cortaderia spp.) o para ahuyentar anima-
AMENAZAS Y TENDENCIAS les silvestres considerados peligrosos para los luga-
reños.
Largos períodos de sequías. En general para toda la
Introducción y expansión de especies exóticas: El
región el problema de déficit hídrico es el mayor li-
jabalí (Sus scrofa) provoca daños a colonias de cría
mitante, asociado a la fuerte demanda por parte de
de aves acuáticas y degradación de comunidades
los usuarios del agua, zonas agrícolas, poblaciones
de plantas macrófitas. La carpa (Cyprinus carpio)
e industrias, entre otros usos.
se extiende por la totalidad de los humedales de la
Canalizaciones para desviar cursos de los ríos para región y desplaza a especies locales. El tamarindo o
la construcción de caminos, rutas, o para evitar el tamarisco (Tamarix sp.) se distribuye regularmente
embanque de puentes carreteros. en todos los cursos de agua de las cuencas medias,
desarrollando bosquecillos en abanicos aluviales y
Uso del agua en la cuenca media para riego en zona
matorrales en el llano (fondo de lagunas), invadien-
agrícola. En general los metros cúbicos concesio-
do comunidades locales y transformando las co-
nados para el riego sobrepasan la media anual de
berturas. El burro salvaje (Equus asinus) compite
los caudales naturales. Esto hace que aguas abajo
por alimento y agua con la fauna nativa.
de la zona de riego, los ríos se encuentren sin agua
(caso río Mendoza y río San Juan). Caza furtiva con fines comerciales (coipo) y captu-
ra de aves con fines comerciales.
Los embalses sobre los principales ríos del sistema,
modifican las escorrentías naturales de los hume- Riesgo de contaminación de napas y cursos de
dales que se encuentran agua abajo. Salinización. agua superficial por actividad petrolera y minera.
Figura 1.- Región Humedales de la Pampa. 8a. Subregión Lagunas de la Pampa Húmeda, 8b. Subregión Lagunas salo-
bres de la Pampa Interior.
8a Subregión Lagunas de
la Pampa Húmeda
Claudio Baigún y Rubén Lombardo
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
Corresponde a la porción oriental de la región, emplazada en la provincia de Buenos Aires y sur de Santa
Fe. Incluye las denominadas Pampa Ondulada en la porción norte, Pampa Deprimida en el centro-este y
Pampa Austral en el sur. Las alturas rondan 97 msnm, pero alcanzan más de 1.200 msnm en el complejo de
Sierras de bonaerenses (Ventania y Tandilia) hacia el sur de la subregión.
La temperatura media registrada para la subregión es de 15,6 °C y la precipitación de 879 mm (Tabla 1 ca-
pítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). El clima en la porción norte
puede clasificarse como subtropical húmedo o templado oceánico con temperaturas medias mensuales
de 15,9 °C, en la localidad de Junín, donde se registra una precipitación media anual de 980 mm. Hacia el
centro de la subregión en la localidad de Las Flores, la temperatura media mensual estimada es de 16,8 °C,
con precipitaciones registradas de 979 mm. En el sur, el clima es templado-frío, entre subhúmedo y seco,
con precipitaciones que pueden alcanzar los 1.000 mm anuales y temperatura media mensual de 13,5 °C,
(climatograma de Tandil Aero, Figura 2). Estas condiciones climáticas determinan que en el año se registren
períodos de exceso y déficit hídrico, cuya magnitud depende de la zona que se trate (Figura 3).
Figura 2.- Climatograma de la estación Tandil Aero Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(Buenos Aires). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Lagunas de la Pampa Hú-
meda.
La red de drenaje de la porción septentrional, está formada por cursos subparalelos con dirección sursu-
doeste-nornoreste que drenan hacia los ríos Paraná y de la Plata; en cambio los de la porción austral al sur
del río Salado drenan hacia el Océano Atlántico, al este y sudeste de las sierras bonaerenses.
En todo el territorio se destaca la presencia de lagunas, permanentes o temporarias de aguas dulces o
salobres. La superficie regional de humedales potencial (según el criterio edáfico) asciende al 47%, sin em-
bargo, de acuerdo al criterio de cobertura apenas llega al 10% (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación
de Regiones de Humedales de Argentina). Esta marcada diferencia puede tener su origen en las diferencias
metodológicas de ambas estimaciones, pero también cabe señalar que se trata de un área con una larga
historia de actividad agrícola y ganadera cuyo progreso en muchos casos se asoció al desarrollo de obras
de infraestructura hidráulicas.
P. Kandus
Los ríos de la región pampeana se caracterizan por un curso sinuoso y con abundante presencia
de macrófita flotante que reduce la velocidad de la corriente y proporciona diferentes micro y
macrohábitats para diversos organismos acuáticos.
Claudio Baigún
8a SUBREGIÓN LAGUNAS DE LA PAMPA HÚMEDA
Claudio Baigún 211
Las lagunas pampeanas poseen una destacada variabilidad hidrológica que les permite
en pocos años crecer o desecarse completamente, tal como se observa en la laguna Las
Talitas, Buenos Aires (enero 2011).
como parte de la Pampa Ondulada se distinguen cur- a 10 ha y unos 200.000 humedales que posee una su-
sos que corren formando amplias llanuras aluviales perficie entre 0.01 y 0.05 ha. Por su parte, Geraldi et al.
con meandros abandonados, lagunas, bañados y zo- (2011) encuentran 13.824 lagunas con superficie ma-
nas inundadas intermitentes (Lombardo 2013). yor a 10 ha, con un importante porcentaje entre 10 y
50 ha, mientras Bohn et al. (2011) estiman que existen
Entre los ambientes lénticos, un tipo muy característi-
más de 2.000 con superficies menores a una hectárea
co son los bañados, que representan cuerpos de agua
solamente en el sur de la provincia de Buenos Aires.
de pequeñas dimensiones y con duración variable, que
En todo caso, este número es siempre variable y de-
usualmente ocupan las depresiones de terrenos for-
pendiente de las condiciones climáticas que regulan el
madas por acción eólica. Alimentados por lluvias lo-
aporte de las precipitaciones.
cales, poseen un perímetro no definido y muy escasa
profundidad. Sin embargo, los humedales lénticos más Las lagunas de la Pampa húmeda pueden ser de tipo
característicos corresponden a las llamadas lagunas endorreicas o bien conectadas con tributarios, a me-
que se identifican como lagos de tercer orden (Hutch- nudo representando incluso las nacientes de ríos au-
inson 1957). Se trata de ambientes someros, con bajo tóctonos. No es infrecuente observar que varias de
volumen, sin talud y cubetas de tipo elipsoidal bien estas lagunas formen sistemas encadenados (Enca-
definidas sin diferenciación entre una zona litoral y una denadas del Oeste, Encadenadas del Salado) que se
profunda, de carácter permanente o transitorio, bajo conectan por ríos cortos y de bajo caudal. La mayo-
desarrollo de línea de costa (por lo general inferior ría de las lagunas pampeanas se han formado durante
a cuatro), profundidad máxima casi siempre inferior períodos secos del Cuaternario (Tricart 1973). Pueden
a cuatro metros, y con una relación de profundidad tener así diverso origen:
máxima a profundidad media de 0.7 (Dangavs 1976,
Quirós 2004).
Tectónico: Lagunas situadas a lo largo de fallas (ej. En-
Las lagunas pampeanas carecen de un ciclo térmico
cadenadas del Oeste y otras asociadas a la subcuenca
marcado o estratificación permanente, y se destacan
del Vallimanca y laguna Melincué en Santa Fe), rela-
por tener sedimentos limosos, limo-arenosos o limo-
tivamente profundas (de cuatro a siete metros), con
arcillosos propios diferentes al paisaje circundante
fondos arenosos y alto contenido de sedimentos en
(Ringuelet 1972). Su número es por cierto elevado y
suspensión. Estas lagunas han sido luego modeladas
diversos autores han estimado su cantidad para la
por la acción fluvial y eólica.
provincia de Buenos Aires (que incluye también una
porción de la subregión Lagunas salobres de la pampa
interior) dependiendo del criterio clasificatorio que se Eólico: Lagunas creadas en depresiones intermeda-
aplique. Toresani et al. (1994), por ejemplo, mencionan nosas, por lo general no permanentes, de fondos fan-
la existencia de unas 1.400 lagunas con longitud ma- gosos y alta carga de sedimento en suspensión, muy
yor a 500 metros, mientras Dangavs (2005) sugiere comunes en el oeste y noroeste de la provincia de
que existen unas 10.500 lagunas con superficie mayor Buenos Aires.
212 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Claudio Baigún
Laguna pampeana.
Derivadas del modelado fluvial: Lagunas localizadas c) lagunas temporarias que tienen agua menos de
en canales abandonados o llanuras de inundación, con tres meses,
formas irregulares y por lo general alargadas, con fon-
dos arcillosos y tosca, siendo este tipo de humedal el d) lagunas efímeras que acumulan agua solo unos po-
dominante en la Pampa húmeda (ej. Encadenadas del cos días al año y solamente debido a las lluvias; son
Este y la mayoría de lagunas de la cuenca inferior del muy comunes en la porción centro-oeste.
Salado). Por lo general, las lagunas vinculadas directamente al
río Salado exhiben cambios hidrológicos y de calidad
Derivadas de endicamientos por dunas costeras: Son de agua siguiendo el régimen de dicho río (Gabellone
lagunas usuales en el sur de la provincia de Buenos et al. 2001). Estas variaciones producen modificacio-
Aires y que se destacan por tener fondos fangosos y nes en la salinidad y en sus componentes bióticos y
ser mayormente temporarias. abióticos, siendo frecuente que en períodos de sequía
aumente la biomasa algal, la conductividad y el conte-
Una particularidad propia de los humedales de la Pam-
nido de nutrientes (Izaguirre y Vinocur 1994).
pa húmeda es su variación hidrológica. El aporte de
ríos, surgentes de napas y precipitación, representan La gran mayoría de las lagunas pampeanas poseen un
los procesos que conservan sus niveles, mientras que pH mayor a 8 (básico), un elevado tenor de Na+, así
los distributarios, la evaporación e infiltración contri- como de haluros solubles y bicarbonatos, siendo por lo
buyen a su desecamiento. Dangavs (2005) reconoce tanto bicarbonatadas sódicas cloruradas o cloruradas
cuatro grandes categorías de ambientes de acuerdo a sódicas (Ringuelet et al. 1967). En la pampa húmeda es
la permanencia del agua, considerando: usual encontrar ambientes oligohalinos (0.5 a 5 g/l) y
a) lagunas permanentes que mantienen el agua du- mesohalinos (5 a 15 g/l), incrementándose la salinidad
rante todo el año, aun cuando pueden exhibir hacia el suroeste y norte de la región pampeana. Las
grandes fluctuaciones y son dominantes en la baja lagunas oligohalinas se localizan fundamentalmente
cuenca del Salado, en la baja cuenca del Salado y sureste de la provincia
b) lagunas estacionales que poseen agua más de tres de Buenos Aires, mientras las mesohalinas se encuen-
meses por año, tran en el sector norte y oeste de dicha cuenca.
8a SUBREGIÓN LAGUNAS DE LA PAMPA HÚMEDA 213
Con relación a su productividad el estado trófico de que favorece la productividad algal teniendo también
las lagunas pampásicas oscila entre un estado meso importancia los efluentes domésticos, industriales y
a hipereutrófico (Quiros et al. 2002b), presentando al urbanos cuando las lagunas se encuentran próximas
igual que otros lagos someros diferentes estados al- a las ciudades. Estas lagunas poseen una relación pro-
ternativos de equilibrio que oscilan entre estados de fundidad promedio/profundidad de la zona fótica ma-
transparencia, turbidez moderada y alta turbidez (Qui- yor a uno, implicando que la luz se extingue antes de
rós et al. 2002a, Allende et al. 2009). Así, las lagunas llegar al fondo, carecen de vegetación litoral abundan-
denominadas claras, son de tipo meso-eutrófico, exhi- te y soportan un intenso proceso de mezcla que res-
ben una baja concentración de nutrientes, de macrófi- uspende los sedimentos y moviliza así los nutrientes
tas sumergidas, un menor desarrollo algal, y por ende contenidos en ellos. No es tampoco infrecuente que
una mayor transparencia. Ello se explica por la baja re- la interfase agua–sedimentos presente condiciones de
lación profundidad promedio/profundidad de la zona
anoxia, siendo común encontrar altas concentracio-
fótica (profundidad a la que penetra la luz solar) que
nes de fósforo en los sedimentos (Echaniz y Vignatti
es menor a uno, lo que implica que la misma alcanza
2013). Diovisalvi et al. (2015) señalan que las lagunas
el fondo. Poseen además conspicuos cinturones de
pampeanas exhiben una muy baja transparencia con
plantas acuáticas arraigadas (juncos y totoras) en las
orillas que utilizan los nutrientes contenidos en el se- relación a su productividad primaria (contenido de
dimento. Esta vegetación amortigua la capacidad de clororfila a), y por el contrario, poseen altos niveles de
mezcla del viento favoreciendo así su transparencia. fósforo y nitrógeno total. Estas cargas de nutrientes
Las lagunas meso-eutróficas que corresponden a un favorecen el desarrollo de fitoplancton que reduce así
estado claro, presentan menor concentración de clo- la transparencia y le otorga al agua un color verdoso
rofila y fósforo total y una mayor relación nitrógeno característico, siendo la macrófita casi inexistente.
total/fósforo total. Un segundo grupo de lagunas también turbias pero
Por su parte, las lagunas altamente turbias son eutró- de color marrón poseen una elevada carga de ácidos
ficas e hipereutróficas y poseen una muy baja relación húmicos, fúlvicos y material inorgánico, por lo que ex-
clorofila/fósforo total. Se caracterizan por una alta car- hiben una muy baja transparencia y baja densidad de
ga de nutrientes, a menudo aportados por la cuenca, fitoplancton así como de macrófitas acuáticas.
Bentos: Entre los organismos bentónicos son abun- Reptiles: Los reptiles asociados a humedales pampea-
dantes los rotíferos bdelloideos y entre los microcrus- nos incluyen la tortuga de laguna (Phrynops hilarii)
táceos sobresalen los copépodos ciclopoideos, her- que habita la región noreste de la Pampa y la culebra
pacticoideos y cladóceros (Ilyocriptus sp., Leydigia de agua marrón (liophis miliaris) restringida al noreste
leidigii, Alonella karua, Bosmina huronensis y Cerio- de la provincia de Buenos Aires.
daphnia dubia) así como los ciclopoideos (Acantho-
cyclops robustus). Ostrácodos (Cyprideis salebrosa)
y oligoquetos (Limnodrilus hoffmaisteri) son también Anfibios: Su relación con los humedales se circuns-
taxones frecuentes y entre los insectos, los dípteros cribe básicamente a la etapa reproductiva. La mayor
quironómidos (Procladius sp., Coeloranypus lobensis) cantidad de especies presentes en la región son del
representan taxones con presencia recurrente (Rodrí- orden Anura, siendo las más comunes Bufo arenarum,
guez Capítulo et al. 1995). En los ríos de planicie y de B. d’orbignyi, B. fernandezae, Ceratophrys cranwelli,
muy baja pendiente la distribución de especies se en- C. ornata, Leptodactylus gracilis, L. latinasus anceps,
cuentra dominada por ostracodos, cladoceros y oligo- L. latinasus latinasus, L. mystacinus, L. ocellatus, Phy-
chetos, mientras que en los ríos de mayor pendiente salaemus biligonigerus, Plerodema nebulosa, Odon-
se destacan los turbelarios, hirudineos, gasterópodos tophrynus americanus, O. occidentalis, Hyla pulchella
quilínidos (Chilina), ancílidos e hidróbidos. Entre los in- pulchella, Elachistocleis bicolor, Leptodactyíus gracilis,
sectos abundan los efemerópteros Baetidae (Baetis), L. latinasus latinasus, L. mystacinus, L. ocellatus, Phy-
Caenidae (Caenis), los tricópteros Hydroptilidae (Hy- salaemus biligonigerus y Odontophrynus occidentalis.
droptilasauca) e Hydropsychidae (Smicridia pampea-
na), los zigópteros coenagriónidos, los coleópteros
Dryopidae, Elmidae, Hydrophylidae (Berosus), Dytis- Peces: La cuenca del Salado está habitada por 48 es-
cidae, los dípteros Simulidae, Tipulidae, Chironomidae pecies de peces, representando el límite meridional de
(formas reótopas) e Hydrellidae (Rodríguez Capítulo grupos de amplia distribución de la ictiofauna parano-
et al. 2004). platense (López y Miquelarena 2005). La región pam-
peana incluye especies con diferente rango de distri-
bución (Rosso 2007). Entre las más ubicuas se en-
Mamíferos: Algunos mamíferos tienen su ciclo de vida cuentra el bagre cantor (Pimelodella laticeps), el bagre
estrechamente asociado a los humedales y entre ellos sapo (Rhamdia quelen), diversas mojarras (Astyanax
se destaca el coipo o nutria (Myocastor coypus) que eigenmanniorum, Bryconamericus iheringii, Cheirodon
es muy abundante en la región. El venado de las pam- interruptus), tachuela (Corydoras paleatus), dientudo
pas (Ozotoceros bezoarticus), por el contrario, posee (Oligosarcus jenynsii), madrecita de agua (Jenynsia
distribución muy restringida en la Pampa Húmeda y multidentata, Cnesterodon decemmaculatus) y peje-
solo se lo localiza en la Bahía de Samborombón (Ca- rrey (Odontesthes bonariensis). Existen también es-
nevari y Vaccaro 2007). pecies de distribución restringida como el bagarito
(Parapimelodus valenciennesi), viejas de agua (Lori- etc. (Menni 2004). Ello se ve potenciado por las carac-
cariicthys anus, Hypostomus commersoni), mojarras terísticas limnológicas de estos ambientes, donde las
(Astyanax fasciatus, Hyphessobrycon anisitsi), saba- fluctuaciones de su volumen y salinidad en función de
lito (Cyphocharax voga), tararira (Hoplias malabari- las condiciones pluviométricas, permiten que muchas
cus), killis o peces anuales (Austrolebias sp.), especies lagunas pequeñas pueden pasar de un estado de com-
anfibióticas que ingresan desde el estuario del Río de pleta colmatación a otro de desecamiento casi total
la Plata como la lisa (Mugil platanus), mandufia (Pla- en pocos años. Asimismo las comunidades de peces
tanichthys platana) y otras netamente de agua dulce parecen sufrir variaciones supra-anuales asociadas a
que ascienden desde el Río de la Plata por el Salado los cambios limnológicos (Freyre et al. 2003). En las
y que habitan temporalmente las lagunas conectadas lagunas turbias la abundancia de peces es por lo ge-
a este curso como es el caso del sábalo (Prochilodus neral alta y Odontesthes bonariensis y Parapimelodus
lineatus), dientudo (Acestrorhynchus pantaneiro), do- valenciennesi suelen ser especies dominantes, dado su
rado (Salminus maxillosus), mojarra (Hyphessobrycon capacidad de aprovechar el zooplancton como princi-
meridionalis), palometa (Pygocentrus nattereri), pira- pal ítem alimentario. Ello promueve, a su vez, un efecto
ña (Serrasalmus spilopleura), cascarudo (Callichthys cascada, ya que la predación sobre esta comunidad
callichthys), bagre torito (Trachelyopterus striatulus), favorece el desarrollo algal, manteniendo así la laguna
mandubí (Ageneiosus valenciennesi), patí (Luciopi- condiciones de baja transparencia. De tal modo en es-
melodus pati), bagre amarillo (Pimelodus maculatus) tas lagunas el flujo de energía se canaliza a través del
y anguila (Gymnotus carapo). Dos especies de killis plancton y los peces planctívoros asociados (Quiros
(Austrolebias nonoiuliensis, Megalebias elongatus) son et al. 2002a). Por su parte, especies como Cyphocha-
consideradas endémicas (Lopez et al. 2002). La única rax voga, Lorichariicthys anus y Cyprinus carpio que
especie exótica detectada es la carpa (Cyprinus car- se alimentan de organismos asociados al fondo, repre-
pio) de amplia distribución en los ambientes pampási- sentan un eslabón también importante de la cadena
cos (Maiztegui et al. 2015). de energía asociada al bentos, a la vez que favorecen
la resuspensión de nutrientes y materia orgánica apor-
Los ensambles de peces de las lagunas pampásicas
tando a la turbidez del agua. En las lagunas claras, por
pueden ofrecer notables variaciones, que parecen se-
el contrario, la producción de peces es menor, pero
guir los ciclos de sequía e inundación o bien deber-
la diversidad específica mayor. Predominan allí espe-
se al stress térmico por baja temperatura (Colautti
cies insectívoras y microcarnívoros como Oligosarcus
et al. 2015). A su vez, la ictiofauna exhibe una pérdi-
jenynsii, Bryconammericus iheringii y Cheirodon inte-
da de riqueza y diversidad de especies siguiendo un
rruptus, así como netamente ictiófagas como Rhamdia
gradiente suroeste y gobernado básicamente por un
sapo y Hoplias malabaricus, que es considerada como
descenso en la temperatura y un aumento de la salini-
el carnívoro top de la fauna íctica de la región.
dad (Menni et al. 1996, López et al. 2001). Este mismo
gradiente afecta a otros organismos acuáticos como Aves: Las lagunas y bañados pampeanos se caracte-
tecamebianos, hirudíneos, oligoquetos, moluscos pe- rizan por una diversa y abundante avifauna acuática,
lecípodos, gasterópodos, crustáceos entomostracos, incluyendo especies que nidifican en grandes colonias
Claudio Baigún
los humedales.
Entre los servicios de regulación, los humedales pam-
peanos controlan en buena medida las inundaciones
al actuar como reservorios en períodos de lluvias in-
tensas. También actúan como sumideros de carbono Las lagunas representan un importante generador de
y nutrientes gracias a la presencia de la vegetación recursos económicos para muchos actores relacionados
acuática, retienen sedimentos, reciclan nutrientes, con el uso de los recursos de los humedales.
mantienen el caudal de los ríos que nacen de ellos, re-
cargan los acuíferos y depuran el agua que es vertida Los humedales poseen también alto valor estético y
por efluentes urbanos e industriales y como producto son sin duda parte de la cultura de las poblaciones
de la actividad agrícola y ganaderas. Finalmente, en- asentadas a sus orillas que desarrollan infraestructu-
tre los servicios culturales se destaca la pesca comer- ra dirigida a su mejor aprovechamiento. Representan
cial, actualmente no permitida y solo ocasionalmente asimismo un imán para los habitantes de los centros
autorizada, pero que fue muy importante en el pasa- urbanos próximos. Por otro lado, proporcionan una
do (Baigun y Delfino 2002), y la deportiva/recreati- fuente de inspiración para actividades artísticas como
va que moviliza considerables recursos económicos fotografía, monumentos y pintura y aportan a la edu-
(Grosman 2001, Mancini y Grosman 2008). El pejerrey cación de la sociedad acerca del valor paisajístico que
es por lejos la especie preferida (Baigún y Anderson poseen. Finalmente entre los servicios de soporte a los
1994) y moviliza una enorme cantidad de usuarios y ecosistemas terrestres se destaca su rol en el reciclado
recursos económicos (Baigun y Delfino 2003). La ac- de nutrientes que drenan por escorrentía y su metabo-
tividad cinegética, particularmente de aves, es asimis- lización y circulación a través de organismos vegetales
mo relevante. y peces.
Pesca de tararira en juncales. Los humedales pampeanos ofrecen una alta diversidad de actividades como
la pesca de especies estrechamente relacionadas a las macrófitas arraigadas.
Claudio Baigún
8a SUBREGIÓN LAGUNAS DE LA PAMPA HÚMEDA
Claudio Baigún 219
Los canales pampeanos tienen como principal misión evacuar los excesos de agua de las áreas
agrícola-ganaderas y poseen cauces rectos, profundos y con alta velocidad de corriente capaces de
transportar altas cargas de sedimentos.
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8b Subregión Lagunas salobres
de la Pampa interior
Marcelo Romano y Pablo Brandolin
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
Se emplaza al oeste de la subregión anterior y comprende una pequeña porción sur de Santa Fe, centro-
este de Córdoba, sudeste de San Luis, noroeste de La Pampa y la porción oeste de la provincia de Buenos
Aires.
La subregión tiene suaves pendientes y una actividad neotectónica significativa (Quirós et al. 2002). El pai-
saje incluye el piedemonte de las Sierras pampeanas orientales, y porciones de lo que se considera una de
las vastas cuencas sedimentarias continentales, incluyendo las llamadas Pampa Arenosa y Pampa Medano-
sa (Mateucci et al. 2012). La elevación media es de 194 msnm (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación
de Regiones de Humedales de Argentina), con una suave pendiente general hacia el Atlántico.
El clima es templado-subhúmedo a templado continental. La temperatura media registrada para la subre-
gión es de 16,3 °C y la precipitación de 690 mm (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones
de Humedales de Argentina). En el extremo sur de la subregión en la localidad de Santa Rosa la tempera-
tura media es de 15,8 °C y las precipitaciones de 855 mm (Figura 2). Hacia el norte, en la localidad de Villa
María, la temperatura media mensual estimada es de 16,8 °C y la precipitación media anual de 762 mm. A
diferencia de la otra subregión pampeana, la relación entre precipitación y evapotranspiración potencial
determina condiciones de mayor restricción hídrica (Figura 3).
Figura 2.- Climatograma de la estación Santa Rosa Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(La Pampa). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Lagunas salobres de la
Pampa Interior.
La superficie regional de humedales potencial (según el criterio edáfico) es de 19%, pero de acuerdo al cri-
terio de cobertura solo llega al 8% (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales
de Argentina). La presencia de lagunas salobres en una matriz agrícola constituye el carácter distintivo de
la subregión.
P. Kandus
dad y complejidad del paisaje, que incluye el curso paleocauces o paleollanuras de inundación vin-
del río Dulce, lagunas temporarias y permanentes, culadas a los distintos ríos de la provincia de
amplios pastizales salinos inundables con matorra- Córdoba (como el Primero o Suquía, Segundo
les de halófitas y áreas elevadas con bosquecillos o Xanaes, Tercero o Talamochita, Cuarto o Cho-
aislados (Bucher y Bucher 2006). Los bañados así cancharava, Quinto o Popopis).
como su gran diversidad son sostenidos y mode-
lados por los pulsos anuales de inundación y los En este sector la concentración de sales es muy
incendios naturales y de generación antrópica. A variable, encontrándose lagunas salinas, sub-
su vez la laguna Mar Chiquita, actualmente con salinas (Ringuelet 1962, Ringuelet et al. 1967) y
una superficie aproximada de 600.000 hectáreas en algunos casos hasta lagunas de agua dulce
(PROMAR 2015), constituye el cuarto lago salado (<0,5 g/l de sólidos disueltos totales). Las más
de mundo, aunque su superficie varía ampliamen- destacadas son las lagunas La Picasa, Martín
te en el tiempo, dependiendo de las condiciones García, Las Tunas, los Bañados del Saladillo, La
climáticas de la cuenca (Bucher y Bucher 2006). Felipa y los Bañados de La Amarga, entre otras.
Su salinidad fluctúa con el nivel de la laguna en- 3) El tercer grupo de humedales se encuentra en el
tre mesosalina e hipersalina extrema. De la infor- oeste de la provincia de Buenos Aires y la región
mación disponible se sabe que ha oscilado entre oriental de La Pampa. El paisaje aquí es llano, con
valores de 360 g/l (en 1915) a valores de alrededor suaves lomadas y ha sido modelado por acciones
de 25 g/l (en 2003). Datos de septiembre de 2012 hídricas y eólicas. Además presenta condiciones
indican una salinidad de casi 75 g/l, dado que el mayores de aridez y semiaridez, consecuencia
nivel de la laguna viene descendiendo desde 2003 del exceso de evapotranspiración que se registra
(PROMAR 2013). en todo el territorio. Esto hace que la mayoría de
2) Al sur y sudeste de la provincia de Córdoba y su- sus ecosistemas acuáticos sean lagunas someras.
roeste de Santa Fe, se encuentran numerosas lagu- En esta zona se verifica un extenso desarrollo de
nas que, de acuerdo a Cantú y Degiovanni (1987) humedales temporarios de escasa profundidad, al-
pueden clasificarse según su origen en: tamente variables en extensión, ya que en la mayor
parte de los casos su nivel de agua depende de las
a) lagunas de origen eólico asociadas a distintos precipitaciones y en menor medida de descargas
tipos de dunas, subredondeadas alongadas en
freáticas. Estos lagos someros son sumamente di-
sentido nornoreste-sursudoeste, e íntimamente
versos en su contenido de sales. En el noroeste de
relacionadas al nivel freático;
la provincia de Buenos Aires encontramos un im-
b) lagunas asociadas a cubetas de deflación, re- portante desarrollo de cubetas irregulares de ori-
dondeadas o ligeramente ovoidales, general- gen eólico cuaternario, con orientaciones sudoes-
mente temporarias y alimentadas por agua de te-noreste en concordancia con la orientación de
lluvia o flujo freático; los médanos, como consecuencia de la acción de
los vientos dominantes. La mayoría son lagunas
c) lagunas de origen mixto (tectónicas y eólicas),
temporarias, mesohalinas, que aumentan su salini-
redondeadas o subredondeadas sin límites defi-
dad en períodos secos (Geraldi et al. 2011). Más al
nidos, alimentadas por flujo freático; y
oeste, en la provincia de La Pampa, encontramos
d) lagunas de origen fluvial, semilunares, subre- frecuentemente lagunas temporarias de conteni-
dondeadas o irregulares, asociadas a meandros, dos salinos generalmente altos y sumamente va-
Nadia Boscarol
8b SUBREGIÓN LAGUNAS SALOBRES DE LA PAMPA INTERIOR
Pablo Brandolín 229
Grupo de flamencos comunes (Phoenicopterus chilensis) en una laguna del sureste de la provincia de Córdoba.
zorros (Lycalopex gymnocercus), gato montés (Onci- que destacar que solamente la Reserva Provincial de
felis geoffroyi) y pumas (Puma concolor), entre otros, Uso Múltiple y Sitio Ramsar Bañados del Río Dulce y
que a pesar de ser especies no exclusivas de humeda- Laguna de Mar Chiquita, ubicada en gran parte en esta
les utilizan los mismos como refugios ya que en gene- subregión, posee una superficie de 996.000 hectá-
ral son los únicos ambientes naturales que quedan sin reas, lo que indica lo poco equitativamente que están
alteración en la región (principalmente en el sudeste distribuidas las áreas de reservas y la falta de protec-
de Córdoba y sur de Santa Fe). En las últimas décadas ción en la mayoría de la subregión.
han sido frecuentes los avistamientos de aguará guazú
En la provincia de Córdoba encontramos cuatro reser-
(Chrysocyon brachyurus), especie amenazada para la
vas de jurisdicción provincial: Bañados del Río Dulce
Argentina, en los Bañados del río Dulce (Haro et al.
y Laguna de Mar Chiquita, Reserva Natural de Fauna
2006).
Laguna La Felipa, Reserva Natural Las Tunitas y Reser-
Muchos cuerpos de agua de la subregión albergan va Natural Las Tunas, aunque estas últimas dos aún no
importantes poblaciones de peces entre las que se están implementadas. De jurisdicción privada encon-
destaca el pejerrey (Odontesthes bonariensis), ya que tramos al Refugio de Vida Silvestre Las Dos Hermanas
sostiene pesquerías deportivas, artesanales y comer- al sur de la localidad de Arias. Al sudoeste de la pro-
ciales, algunas de gran magnitud (Bucher y Etchegoin vincia de Santa Fe cercana a la localidad de Rufino se
2006). encuentra la Reserva Ecológica Laguna la Salada de
jurisdicción municipal. Para la provincia de La Pampa
encontramos la Reserva Provincial de Flora y Fauna
Parque Luro donde se protege el bosque de caldén
y una laguna típica de la región, y la Reserva Natu-
ÁREAS PROTEGIDAS ral Laguna Guatrache protegiendo ambientes típicos
de lagunas, ambas reservas de jurisdicción provincial.
En toda el área descripta podemos encontrar sola- Finalmente para la provincia de Buenos Aires en esta
mente nueve sitios protegidos oficialmente que inclu- subregión encontramos a la Reserva Natural de Obje-
yen humedales dentro de sus límites. Estas reservas, tivo Definido Chasicó que conserva la laguna homóni-
en su mayoría de gestión provincial, abarcan una su- ma junto a las estepas, matorrales y bosquecillos xero-
perficie total de 1.082.675 hectáreas (SIFAP 2013). Hay mórficos asociados (SIFAP 2013).
8b SUBREGIÓN LAGUNAS SALOBRES DE LA PAMPA INTERIOR 231
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
Y USOS DE LOS HUMEDALES
Los humedales de esta subregión proveen a la comu-
nidad una serie de bienes y servicios ecosistémicos de
gran importancia. Entre ellos se encuentra la retención
de agua y almacenaje a corto y largo plazo, la recarga
de acuíferos, el control de inundaciones, la retención y
estabilización de sedimentos así como la transforma-
ción y degradación de nutrientes y contaminantes, lo
cual contribuye a la depuración de aguas.
Pablo Brandolín
Grandes humedales como Mar Chiquita y los Bañados
del río Dulce, así como las grandes lagunas pampeanas
y sus humedales asociados, contribuyen a la atempe-
ración de las condiciones climáticas extremas a nivel
local y regional. Así mismo estos humedales desempe-
ñan un importante rol en el ciclado de nutrientes y en Ejemplo de canalizaciones para drenar una laguna.
la asimilación e inmovilización de carbono en suelo y
en biomasa, lo cual contribuye a mitigar los efectos del
cambio climático.
agro-ganadero. A pesar de esto, específicamente las
Estos humedales proveen hábitats críticos para espe- lagunas y alrededores, por su condición de elevada
cies migratorias, ya que cumplen una función de so- salinidad y anegamientos periódicos, poseen una baja
porte de sus poblaciones en períodos críticos de sus aptitud agrícola, aunque algunas constituyen un re-
ciclos biológicos, especialmente en el caso de flamen- curso hídrico estratégico para la ganadería extensiva
cos altoandinos y migrantes hemisféricos. Proveen (Cantero et al. 1998).
además hábitats críticos para la reproducción de mu-
chas especies animales, hábitats para especies de in- El principal uso que se realiza de las lagunas es el tu-
terés comercial, cinegético, cultural, etc., producción rístico. De igual manera, el aprovechamiento en esta
de forraje para el ganado doméstico y especies de modalidad es aún incipiente, siendo realizado por par-
la fauna, especies de peces para pesca deportiva, de ticulares o a través de clubes de pesca o uso comercial
subsistencia y comercial (proteínas para el consumo por los propietarios de los establecimientos en donde
humano), especies de interés cinegético, así como de se encuentran (Grosman 2008). Algunas lagunas han
interés turístico y recreacional (aves, mamíferos, rep- tenido un fuerte desarrollo de la pesquería comercial
tiles, anfibios). Constituyen una importante reserva basada en el pejerrey (Mar Chiquita, La Picasa, etc.)
genética de especies vegetales tolerantes a estas con- aunque en la mayor parte de la región esta actividad
diciones, y de altísimo valor, por ejemplo para el me- presenta escasa infraestructura y malos accesos viales
joramiento de plantas forrajeras (Cantero et al. 1998). a los sitios (Cantero et al. 1998).
Brindan productos animales y vegetales alimenticios, Muchas lagunas del sector sur de la subregión tienen
y no alimenticios (cueros, pieles, plumas, materiales una larga historia de uso minero. Desde el siglo XVIII la
de construcción) y productos minerales como la sal.
extracción de sal ha tenido un importante desarrollo, pri-
Ofrecen ambientes de interés paisajístico (turismo y
mero abasteciendo los saladeros y luego a numerosas
recreación).
industrias, entre ellas la alimenticia. En el año 2012 las
Las condiciones generales del suelo y clima de esta salinas del sudeste de la provincia de La Pampa produ-
subregión brindan un escenario propicio para un uso jeron el 38% de la sal utilizada en el país (Roldán 2013).
Proceso de desecación por canalizaciones en los Bañados del río Saladillo, Córdoba. Se ve el retroceso del
límite de costa de la laguna generando extensas playas barrosas.
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9 Región Humedales
costeros
La Región de los Humedales costeros se extien- esta región el Delta del río Paraná y su frente de
de desde la ciudad de Buenos Aires, en el estua- avance sobre el estuario, dado que se privilegió
rio del Río de la Plata (34º30’ latitud sur) hasta el criterio de unidad del corredor fluvial, quedan-
Tierra del Fuego (aproximadamente 55º latitud do incorporado a la subregión Ríos, esteros, ba-
sur), incluyendo también las costas de las islas ñados y lagunas del río Paraná.
del Atlántico Sur (islas Malvinas, Georgias del Sur
y Sandwich del Sur). De acuerdo a las características geológicas, geo-
morfológicas y climáticas, puede dividirse en
Esta región queda a su vez confinada entre la is- dos grandes sectores costeros, definidos como
obata de 5 metros en el mar y aproximadamente
subregiones, al norte y al sur del río Negro:
la altitud de 10 metros sobre el nivel del mar en
el continente. Probablemente este ultimo criterio Playas y marismas de la costa bonaerense
promueva errores de comisión (quedan incluidas
áreas que no son costeras), pero la escala impi- Playas y marismas de la costa patagónica e
de una delimitación más fina. Queda excluido de islas del Atlántico Sur
Figura 1.- Región Humedales costeros. 9a. Subregión Playas y marismas de la costa bonaerense, 9b. Subregión Playas
y marismas de la costa patagónica e islas del Atlántico Sur.
9a Subregión Playas y marismas
de la costa bonaerense
Gabriela González Trilla y Daniel E. Blanco
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
Esta subregión abarca la zona costera de la provincia de Buenos Aires e incluye al Río de la Plata. Se ex-
tiende desde la Reserva Costanera Sur en la Ciudad de Buenos Aires (34°36’36” latitud sur, 58°21’ longitud
oeste), hasta la desembocadura del río Negro (41° 2’ latitud sur; 62°47’ longitud oeste).
En líneas generales, la costa bonaerense se desarrolla sobre sedimentos jóvenes, de edad Pleistocena-Ho-
locena. Está caracterizada en su mayoría por costas de acumulación, en las que se localizan el delta del río
Paraná, playas de gran desarrollo, constituidas casi exclusivamente por sedimentos arenosos terrígenos y
biogénicos, en tanto que los acantilados ocupan áreas restringidas (Codignoto 1997). El régimen de mareas
es micromareal en el sector norte y mesomareal en la porción sur de la subregión (Schnack 1985).
El clima dominante es templado, con veranos templado-cálidos e inviernos frescos. La temperatura media
estimada es de 14,7 ºC y la precipitación media anual oscila en 717 mm (Tabla 1 capítulo Identificación y
Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). La Figura 2 muestra el climatograma de la localidad
de Mar del Plata con una temperatura media anual de 13,9 ºC y una precipitación superior a los 1.200 mm.
Sin embargo, en esta subregión se registra un marcado gradiente norte-sur a lo largo de la costa con tem-
peraturas medias estimadas que van desde los 18 ºC en la Ciudad de Buenos Aires y los 12 ºC en Bahía Blan-
ca. Para esas mismas localidades el rango de precipitaciones va desde 1.200 mm a 613 mm. En cuanto al
balance entre precipitación y evapotranspiración potencial muestra un período de déficit estival (Figura 3).
Figura 2.- Climatograma de la estación Mar del Plata Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(Buenos Aires). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Playas y marismas de la
costa bonaerense.
La superficie que corresponde a los humedales en esta subregión se estima entre el 48% (superficie po-
tencial de acuerdo al criterio edáfico) y 41% (superficie actual de acuerdo al criterio de cobertura del sue-
lo) (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). Se destaca el
desarrollo de los humedales a lo largo de toda la subregión, pero en particular por sus características y
extensión, aquellos en emplazamientos geomorfológicos particulares como los ambientes estuáricos, lagu-
nas costeras y bahías complejas.
P. Kandus
Rubén Quintana
9a SUBREGIÓN PLAYAS Y MARISMAS DE LA COSTA BONAERENSE
Patricia Kandus 241
evento estuárico marino que ocupaba una cota de dos desarrolla a lo largo de 150 km de costa, desde Pun-
a cinco metros asignable al Holoceno. En la actualidad ta Piedras hasta Punta Rasa, con un ancho que varía
la morfología costera está totalmente alterada por los entre 2 y 23 km y con aguas someras hasta la isobata
sucesivos rellenos realizados en la ribera de la ciudad. de los 3,5 m (Dadon y Matteucci 2006, Volpedo et al.
El nivel mencionado se conserva actualmente en el 2005). La Llanura de Ajo se extiende ocupando el in-
sector sur entre La Plata y Quilmes, donde se distin- terior del Cabo San Antonio y desemboca en la Bahía
gue la presencia de cordones litorales subparalelos Samborombón a través de la ría de Ajo. Esta “llanu-
constituidos por sedimentos areno limosos, y una pla- ra” se caracteriza por la presencia de antiguos canales
ya actual integrada por una morfología de barras y ca- de marea en la actualidad desconectados de la bahía,
nales subparalelos. Estas geoformas reconocidas son donde se desarrollan extensos cañadones y bañados
equivalentes a las que conformaban originariamente la de agua dulce de régimen estacional y que raramen-
costa de la ciudad de Buenos Aires. te sobrepasan el metro de profundidad (Blanco et al.
1988).
Uno de los aspectos sobresalientes de esta subregión
es la presencia de cuatro grandes sistemas de maris- La albufera Mar Chiquita es un cuerpo de agua somero
mas, humedales que se caracterizan por la presencia y salobre de 25 km de longitud y unas 5.800 ha de su-
de vegetación herbácea (espartillares) o arbustos ena- perficie, que se comunica temporariamente con el mar
nos (jume). De norte a sur éstas son: Bahía Samborom- abierto (Gómez y Toresani 1998) y está sometido a un
bón-Llanura de Ajó, albufera de Mar Chiquita, estuario régimen micromareal (Schnack 1985).
de Bahía Blanca y Bahía Unión-Bahía Anegada (Sch- El estuario de Bahía Blanca es un sistema costero
nack 1985). En estos sistemas el agua del mar-estuario mesomareal que ocupa un área aproximada de 2.500
inunda las zonas bajas dos veces al día, generando una km2 (Melo 2004), donde el ambiente intermareal está
corriente bidireccional horizontal. El movimiento del dominado por extensas planicies de marea -en mu-
agua promueve el intercambio de materia y energía chos casos desprovistas de vegetación-, marismas y
entre las marismas y otros ecosistemas costeros adya- cangrejales.
centes. En particular, las mareas sirven como vehículo
El complejo Bahía Unión-Bahía Anegada es un sistema
de exportación de materia orgánica producida en las
costero de baja profundidad y régimen mesomareal
marismas, la cual alcanza elevados valores (Gonzalez
(Schnack 1985), que se caracteriza por la diversidad
Trilla et al. 2009).
de tipos de humedales, incluyendo vastas planicies in-
La Bahía Samborombón es considerada el humedal termareales, canales de marea, playas marinas y pe-
mixohalino más extenso de Argentina (24.400 ha). Se queñas islas e islotes (Yorio 1998).
242 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
BIODIVERSIDAD
La vegetación de las marismas de la costa bonaerense
se caracteriza por la alta dominancia de tres especies
que suelen conformar un mosaico de parches: espar-
tillares de Spartina alterniflora en la marisma baja y
espartillares de S. densiflora con estepa de Sarcocor-
nia perennis (jume) a elevaciones mayores (Isacch et
al. 2006). Otras especies que comúnmente aparecen
en estas marismas son Apium sellowianum, Limonium
brasiliense y Cortaderia selloana (Cagnoni 1999). Al
Patricia Kandus
aumentar la altura del sustrato y disminuir la influencia
de las mareas, estas comunidades empiezan a enri-
quecerse con especies típicas de los ambientes terres-
tres adyacentes, del pastizal pampeano en el caso de
la porción norte de la costa, y del matorral halófilo y
la estepa arbustiva halófila hacia el sur. Así, en Sambo- Spartina alterniflora, Bahía Blanca, Buenos Aires.
rombón, además de las especies antes mencionadas,
encontramos Juncus acutus, Salicornia ambigua y S.
virginica, Scirpus californicus, S. robustus, S. maritimus En estas marismas se desarrollan vastos “cangrejales”
y Adrotrichum trigynu,; Cortadera selloana, Phragmi- (Boschi 1964), los que se caracterizan por la presencia
tes australis, Panicum prionitis, Distichis spicata, Pas- de Neohelice granulata, Uca uruguayensis, Cyrtograp-
palum vaginatum, Heliotropium curasavium y Moner- sus angulatus y C. altimanus (Spivak et al. 1994). N.
ma cylindrica. En las zonas más húmedas hay Scirpus granulata es un cangrejo cavador que genera extensas
maritimus y S. californicus. En Bahía Blanca, más allá colonias con densidades de hasta 60 cuevas por m2,
del alcance de las mareas ordinarias aparecen forma- tanto en las planicies no vegetadas como en las maris-
ciones vegetales dominadas por arbustos, con espe- mas (Iribarne et al. 1997, Botto e Iribarne 2000). En el
cies como Cyclolepis genistoides, Atriplex undulata, ambiente submareal, encontramos el gusano polique-
Lycium chilense, Heterostachys ritteriana y Allenrolfea to Laeonereis pandoensis. Gran parte de la Albufera
patagónica (jumes), que también suelen acompañar a Mar Chiquita, y en particular sus áreas más protegidas,
S. perennis (Isacch et al. 2006). En un estrato más bajo está dominada por rasgos que fueron denominados
aparecen especies herbáceas como Cressa truxillensis, “arrecifes” por Orensanz et al. (2002), de composición
Frankenia juniperoides y Limonium brasiliensis (Neb- calcárea formados por el gusano poliqueto Ficopoma-
bia 2005). tus enigmaticus, originario de Australia, que arribó a
nuestro país probablemente en la primera mitad del tuarino-marismas” (Blanco et al. 2006). Entre las aves
siglo XX. Estos arrecifes tienen hasta siete metros de playeras neárticas se destacan el playerito rabadilla
diámetro y unos 0,5 metros de altura, y son muy im- blanca (Calidris fuscicollis), playero blanco (Calidris
portantes en la modificación de los patrones de circu- alba), playero rojizo (Calidris canutus), la becasa de
lación y sedimentación en la albufera (Orensanz et al. mar (Limosa haemastica) y el chorlo pampa (Pluvialis
2002). dominica), mientras que entre las especies neotropica-
En cuanto a la ictiofauna que caracteriza a la subre- les se destacan el ostrero común (Haematopus pallia-
gión, en el Río de la Plata dominan especies afines a tus) y el chorlito doble collar (Charadrius falklandicus)
los ríos Paraná y Uruguay (Cousseau 1985), entre las (Blanco et al. 1995, 2006). Una especie emblemática
cuales cabe mencionar a la vieja de agua (Paraloricaria de la subregión es la gaviota cangrejera (Larus atlan-
vetula), el bagre blanco (Pimelodus albicans), la boga ticus), endémica de la costa atlántica sudoccidental y
(Leporinus obtusidens), el armado (Pterodoras granu- cuyas principales áreas de cría se localizan en el estua-
losus), la carpa (Cyprinus carpio) y el patí (Luciopime- rio de Bahía Blanca (Yorio et al. 2013).
lodus pati). Entre las especies anádromas de dicho río Entre los mamíferos marinos que frecuentan las aguas
se destacan el bagre de mar (Netuma barba) y la an-
costeras se destacan el lobo marino de un pelo (Otaria
choita (Lycengraulis grossidens) (García et al. 2003).
flavescens), franciscana o delfín del Plata (Pontoporia
Valiñas et al. (2010) por su parte documentan la pre-
blainvillei) y delfín nariz de botella (Tursiops trunca-
sencia de especies de peces que usan las marismas
tus). Entre los mamíferos terrestres se destaca el ve-
bonaerenses como lugar de alimentación y refugio
nado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus), que
durante las pleamares, incluyendo a la anchoita, lacha
tiene uno de sus relictos de distribución en la Bahía
(Brevoortia aurea), sardina (Ramnogaster arcuata),
pejerrey (Odontesthes argentinensis), corvina rubia Samborombón, donde habita pastizales y marismas.
(Micropogonias furnieri), lenguado (Paralichthys orb- En la actualidad esta especie ha sido categorizada a
ygnyanus), lisa (Mugil platanus) y la madrecita (Jenyn- nivel nacional como “en peligro” (Resolución SAyDS
sia multidentata). 1030/2004).
En esta subregión se identifican al menos 44 especies Tres especies de tortugas marinas: verde (Chelonia
de aves acuáticas que utilizan la costa, donde las aves mydas), cabezona (Caretta caretta) y laúd (Dermo-
playeras (Scolopacidae, Charadriidae, Haematopodi- chelys coriacea), categorizadas como en peligro de
dae y Recurvirostridae) son el componente más im- extinción (Resolución SAyDS 1030/2004) se observan
portante durante los meses de verano austral, seguido regularmente en las aguas costeras de la provincia de
por las gaviotas y gaviotines (Laridae, Blanco et al. Buenos Aires, desde finales de la primavera hasta prin-
2006). La distribución de la avifauna acuática no es cipios del otoño, en especial la Bahía Samborombón
uniforme a lo largo de la costa bonaerense. Las mayo- y el estuario de Bahía Blanca (González Carman et al.
res riquezas y abundancias se asocian al paisaje “es- 2011).
244 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Daniel Blanco
Cangrejal con espartillares en Parque Nacional Campos del Tuyú, Samborombón, Buenos Aires.
Además las marismas albergan densidades elevadas hab.), Punta Alta (61.600 hab.), Miramar (35.397 hab.)
de estadios juveniles de peces (Lasta 1995, Sinque y y Villa Gesell (31.730 hab.).
Muelbert 1998, Cousseau et al. 2001, Valiñas et al 2010)
Las actividades económicas predominantes son el tu-
y crustáceos (Bemvenuti 1998), con algunas especies
rismo, la pesca comercial y deportiva y la actividad
que son blanco de captura por pesquerías artesana-
portuaria. Además del Puerto de Buenos Aires -que
les o de pequeña escala, como la lisa, la corvina ru-
es el principal puerto del país-, a lo largo de la cos-
bia, el pejerrey, el lenguado (Vieira et al. 1998, Lasta
et al. 2000, Cousseau y Perrotta 2004) y el camarón ta bonaerense se asientan varios puertos, siendo los
(Penaeus paulensis) (Bemvenuti 1998). Asimismo, las más importantes los de Mar del Plata, Bahía Blanca,
marismas son el hábitat para especies de aves que Necochea-Quequén y General Lavalle. El puerto de
presentan poblaciones en disminución o amenazadas, Mar del Plata concentra alrededor del 40% de los des-
como el espartillero enano (Spartonoica maluroides), embarques de la pesca marítima del país (Navarro et
el burrito negruzco (Porzana spiloptera) (Birdlife Inter- al. 2014), y, en tierra, se ubican la mayor parte de las
national 2004) y el espartillero pampeano (Asthenes plantas procesadoras de pescados. Las principales es-
hudsoni) (Isacch et al. 2004, Cardoni et al. 2007), y de pecies desembarcadas en ese puerto en términos de
mamíferos que se encuentran en esta misma situación, toneladas son la merluza (Merluccius hubbsi) y el ca-
como el venado de las pampas (Vila et al. 2008). lamar (principalmente Ilex argentinus). En relación a la
pesca deportiva destaca Bahía San Blas.
Las marismas muestran una alta capacidad de absor-
ber y/o estabilizar el exceso de aporte de nutrientes al El complejo portuario Puerto de Bahía Blanca ocupa
sistema. Por ejemplo en Bahía Blanca, se ha visto que 25 kilómetros sobre la costa norte del estuario del mis-
S. alterniflora aumenta su biomasa en áreas afectadas mo nombre. Este puerto de aguas profundas ha sido
por el aporte de efluentes cloacales, llegando a alcan- históricamente un puerto de cereales por su proximi-
zar valores de 1.500 gm-2 de peso fresco, comparado dad a las principales zonas agroexportadoras del país.
con valores máximos de 500 gm-2 de peso fresco en Actualmente es también un polo químico y petroquí-
áreas no afectadas por aportes de nutrientes (Isacch mico, y exporta principalmente materias primas. Se
et al. 2007). En el caso de la Bahía Samborombón, los destaca además la principal base naval de la marina de
humedales costeros actúan como filtros disminuyendo guerra, en Puerto Belgrano. El puerto de Quequén, por
los aportes de nutrientes y contaminantes producto su parte, desarrolla sus actividades en relación a los
de la actividad agrícola (Lasta y Jaureguizar 2003). productos provenientes de la pesca y exportación de
productos agrícolas, incluyendo subproductos de la
Con respecto a los usos de los humedales de la su- industria aceitera (INDEC 2008).
bregión, es importante destacar que la misma incluye
parte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y se En cuanto al turismo, la costa bonaerense se des-
extiende a lo largo de 20 partidos de la provincia de taca por sus playas de arena, que reciben más de
Buenos Aires, abarcando importantes centros urbanos, 7.000.000 de visitantes por año (casi exclusivamente
entre los cuales se encuentran la Región Metropolitana argentinos), con una oferta turística muy variada, des-
de Buenos Aires (14.819.137 habitantes, según INDEC de pequeñas localidades de veraneo y loteos recien-
2010), La Plata (649.613 hab.), Mar del Plata (616.142 tes, hasta ciudades balnearias de gran tamaño como
hab.), Bahía Blanca (299.101 hab.), Necochea (91.836 Mar del Plata.
Rubén Quintana
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9b Subregión Playas y marismas de la Costa
Patagónica e Islas del Atlántico Sur
Daniel E. Blanco, Gabriela González Trilla y Pablo Yorio
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Figura 1.- Subregión Playas y marismas de la costa patagónica e islas del Atlántico Sur.
9b SUBREGIÓN PLAYAS Y MARISMAS DE LA COSTA PATAGÓNICA E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR 253
Caracterización física-ambiental
Esta subregión abarca la franja costera que se extiende desde la desembocadura del río Negro hasta Tierra del Fuego,
incluyendo el sector costero de las provincias de Río Negro, Chubut y Santa Cruz, y de las islas Grande de Tierra del
Fuego, Isla de los Estados, Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
En líneas generales las costas de Patagonia son erosivas, con desarrollo de acantilados activos de gran altura y exten-
sión (Isla y Bujalesky 2008). Los fondos están constituidos por materiales volcánicos, sedimentitas terciarias y/o depó-
sitos glacifluviales cuaternarios con gravas y cantos rodados (Feruglio 1950). Entre las formas de acumulación marina
menos frecuentes se encuentran las playas de grava, ocasionalmente arenosas. El régimen de mareas dominante es
macromareal (mayor a cuatro metros; Schnack 1985).
En cuanto a las islas del Atlántico Sur, las costas indentadas y acantiladas de las Malvinas están compuestas princi-
palmente por depósitos marinos del Paleozoico inferior y por rocas continentales del Paleozoico Superior, incluyendo
algunas de origen Cuaternario (Schnack 1985). Las costas de las islas Georgias y Sandwich del Sur se caracterizan por
el relieve de origen glaciar, con numerosos fiordos.
El clima dominante es frío, árido y semiárido, con escasas precipitaciones y vientos muy fuertes del sector occiden-
tal y sudoccidental. Sin embargo, se observa una considerable variación climática a lo largo de la misma debido a la
extensión latitudinal de la subregión. Las temperaturas medias anuales varían de norte a sur entre los 15 °C y los 5 °C.
Las precipitaciones medias anuales oscilan entre los 200 y 300 mm en el sector continental, siendo de 250 mm en San
Antonio Oeste, 229 mm en Comodoro Rivadavia y 416 mm en Río Gallegos (Figura 2). El balance entre precipitación y
evapotranspiración potencial es generalmente deficitario (Figura 3). En la isla de Tierra del Fuego las precipitaciones se
incrementan hacia el sur, pasando de 331 mm en Río Grande, a 528 mm en Ushuaia. En las islas del Atlántico Sur el clima
dominante es oceánico frío y húmedo, y se registran precipitaciones anuales que varían entre 700 mm en islas Malvinas
y 1.300 mm en las islas Georgias del Sur, con temperaturas mínimas medias de -2,7 °C y máximas medias de 8,6 °C.
Figura 2.- Climatograma de la estación Río Gallegos Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(Santa Cruz). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Playas y marismas de la
costa patagónica e islas del Atlántico Sur.
La proporción de superficie de humedales estimada es sensiblemente menor que en la subregión Playas y Marismas de
la Costa Bonaerense, rondando entre 8 y 11% (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales
de Argentina). En este sentido, son determinantes las características geomorfológicas, aunque teniendo en cuenta la
amplitud de las mareas, estos guarismos debieran incrementarse en forma considerable.
P. Kandus
Nadia Boscarol
9b SUBREGIÓN PLAYAS Y MARISMAS DE LA COSTA PATAGÓNICA E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR
Patricia Kandus 255
También son de mencionar en este sector costero pa- (Calidris fuscicollis) (Blanco y Canevari 1995). Entre las
tagónico los asentamientos de mamíferos marinos, especies Neotropicales se destaca por su abundancia
como el lobo marino de un pelo (Otaria flavescens), el el chorlito doble collar (Charadrius falklandicus). La
lobo marino de dos pelos (Arctocephalus australis) y importancia de la costa patagónica para este grupo
el elefante marino del sur (Mirounga leonina), los cua- de aves ha resultado en la elaboración de un plan es-
les utilizan las playas continentales y de las islas e islo- pecífico para su conservación en el marco de la Red
tes costeros para criar y descansar. Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (Blanco y
Galindo Espinosa 2012).
En cuanto a la avifauna, un total de 19 especies de aves
marinas reproducen en más de 300 colonias mixtas En cuanto a las islas del Atlántico Sur, se destacan
constituidas por entre una y ocho especies (Yorio et por su importancia para la nidificación de aves mari-
al. 1998). Éstas utilizan las costas e islas adyacentes nas como pingüinos, albatros y petreles. En las islas
para anidar y los intermareales o aguas someras para Malvinas encontramos concentraciones significativas
alimentarse, descansar o durante el traslado desde las de muchas especies de pingüinos, principalmente de
colonias a sus áreas de alimentación en zonas pelági- penacho amarillo (E. chrysocome), de vincha (Pygos-
cas. Entre las especies de mayor relevancia en cuanto a celis papua) y de Magallanes (S. magellanicus) y gran
distribución y/o abundancia se encuentran el pingüino parte de la población mundial de petrel gigante co-
de Magallanes (Spheniscus magellanicus), el pingüino mún (Macronectes giganteus) y prion pico fino (Pa-
penacho amarillo (Eudyptes chrysocome), el cormo- chyptila belcheri). A estas se suman otras especies de
rán imperial (Phalacrocorax atriceps) y la gaviota co- aves marinas globalmente amenazadas y que nidifican
cinera (Larus dominicanus). Además de las aves mari- en las islas, como el albatros ceja negra (Thalassarche
nas, varias especies de aves costeras utilizan los hume- melanophrys), pingüino frente dorada (Eudyptes chry-
dales patagónicos, incluidos garzas, ostreros, macáes, solophus), petrel barba blanca (Procellaria aequinoc-
flamencos y anátidos (Yorio 1998). Cabe resaltar que tialis) y pardela oscura (Puffinus griseus) (Di Giacomo
la gaviota de Olrog (Larus atlanticus) y el pato vapor 2005). También encontramos en estas islas al quetro
cabeza blanca (Tachyeres leucocephalus) -ambas ca- malvinero (Tachyeres brachypterus), una especie en-
tegorizadas por la IUCN como cercana a la amenaza y démica, y a la caranca (Chloephaga hybrida).
vulnerable, respectivamente, y a nivel nacional (Reso-
lución ex SAyDS 348/2010) como amenazadas-, son Las islas Georgias del Sur por su parte albergan una
altamente dependientes de los humedales costeros de las mayores concentraciones de aves marinas nidi-
durante todo su ciclo anual (Agüero et al. 2012, Yorio ficantes de los océanos australes -incluyendo a unas
et al. 2012). El macá tobiano (Podiceps gallardoi), ca- 30 especies de pingüinos, albatros y petreles-, consti-
tegorizado por la IUCN como críticamente amenazado tuyéndose en el segundo sitio más importante a nivel
y a nivel nacional como en peligro de extinción, utiliza mundial para albatros errante (D. exulans) y el primero
los humedales costeros durante la temporada invernal para albatros cabeza gris (T. chrysostoma) (Di Gia-
(Imberti et al. 2004). como 2005). Las islas Sandwich del Sur por su parte
también albergan poblaciones importantes de aves
La costa patagónica de por sí constituye un impor-
marinas nidificantes.
tante corredor migratorio para numerosas especies
de aves acuáticas, incluyendo sitios claves para la ali- Las costas de las islas también son importantes para la
mentación y concentración no reproductiva de varias cría de mamíferos marinos como el lobo marino de un
especies de aves playeras neárticas, como es el caso pelo (Otaria flavescens), el lobo marino de dos pelos
de el chorlo rojizo (Calidris canutus), la becasa de mar (Arctocephalus australis) y el elefante marino del sur
(Limosa haemastica) y el playerito rabadilla blanca (Mirounga leonina) .
AMENAZAS Y TENDENCIAS mentarse o descansar (Yorio et al. 2001). Por otro lado,
las actividades recreativas resultan muchas veces en
Esta subregión se encuentra aún en un estado de con- un aumento de la contaminación con residuos sólidos
servación relativamente bueno en comparación con (Tagliorette et al. 2003). La acumulación de basura en
otras regiones costeras del mundo. Sin embargo, va- la costa puede también provenir de basurales urbanos
rios sectores costeros de Patagonia están expuestos a por efecto de los fuertes vientos de la región, mien-
presiones crecientes producto de actividades econó- tras que en los sectores alejados de centros urbanos
micas que dependen en gran medida de los recursos proviene de las flotas pesqueras que operan en aguas
naturales renovables (Barragán Muñoz et al. 2003). costeras.
Cabe señalar que dada la conectividad de los sistemas
Los hidrocarburos constituyen una de las mayores
marinos y su interconexión con los sistemas terrestres
amenazas de contaminación para los humedales del
(Stoms et al. 2005), las consideraciones sobre amena-
litoral Patagónico. El vertido de hidrocarburos, parti-
zas e impactos sobre los humedales de la costa pata-
cularmente crónico, produce una contaminación leve
gónica deben no solo tener en cuenta las actividades
a moderada en algunas áreas costeras (Commendato-
que se desarrollan directamente sobre los mismos sino
también las actividades desarrolladas mar adentro, en re et al. 2000). Las concentraciones de hidrocarburos
ambientes terrestres adyacentes a la costa y a lo largo más elevadas se han registrado en los puertos patagó-
de las cuencas fluviales. nicos, evidenciando un manejo inadecuado en las ope-
raciones portuarias (Commendatore y Esteves 2007).
En el litoral patagónico existe una veintena de asenta- Los accidentes que producen derrames importantes
mientos urbanos que generan impactos sobre el am- son poco frecuentes en las costas de Patagonia, aun-
biente. La contaminación urbana e industrial aún se que han ocurrido algunos de diversa magnitud en las
concentra en las ciudades costeras (Fundación Pata- últimas décadas (Boersma 1997, García Borboroglu et
gonia Natural 2010), por lo que varias localidades del al. 2008). Por otro lado, se encontraron niveles mode-
litoral muestran evidencia de eutroficación, como por rados de metales pesados en sedimentos en las zonas
ejemplo la Bahía de San Antonio (Esteves et al. 1996), portuarias -en particular en Comodoro Rivadavia- y en
la Bahía Nueva (Esteves et al. 1997a), la Bahía Engaño algunos sitios de la Bahía Ushuaia, asociados funda-
(Esteves et al. 1997b), la Ría Deseado (Esteves et al. mentalmente a la actividad industrial, y niveles altos
1997c) y la Bahía Ushuaia (Torres et al. 2009). en algunos sitios de la Bahía de San Antonio, cuyo
Las actividades recreativas también han crecido en posible origen sean residuos mineros ubicados próxi-
varias localidades del litoral marítimo patagónico, mos a la costa (Gil et al. 1999, Amín et al. 1996). La
coincidentemente con el incremento poblacional en actividad de las plataformas de extracción de petróleo
las localidades costeras. Dichas actividades, si se de- en mar abierto, constituye una amenaza ante posibles
sarrollan sin regulación, pueden ser perjudiciales para accidentes que deriven en vertidos de hidrocarburos
la fauna que utiliza las playas para reproducirse, ali- (Fundación Patagonia Natural 2010).
Nadia Boscarol
9b SUBREGIÓN PLAYAS Y MARISMAS DE LA COSTA PATAGÓNICA E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR
Daniel Blanco 261
La introducción de especies invasoras es una de las delfín austral (Lagenorhynchus australis), marsopa de
principales causas de pérdida de diversidad biológica anteojo (Australophocaena dioptrica), marsopa espi-
a nivel global. Varias especies exóticas han sido repor- nosa (Phocoena spinipinnis) y delfín liso (Lissodelphis
tadas en las costas de la Patagonia y e islas del Atlán- peronii) en Tierra del Fuego (Goodall et al. 1994).
tico Sur, entre las que se destacan la ostra japonesa
(Crassostrea gigas), el alga wakame (Undaria pinna- La pérdida y degradación de los humedales también
tífida), el cangrejo verde (Carcinus maenas) y el dien- es un problema creciente en algunos sectores coste-
te de perro (Balanus glandula) (Orensanz et al. 2002, ros de Patagonia. Por ejemplo, se ha efectuado el re-
Schwindt 2008). La mayoría de las especies exóticas lleno de marismas y planicies intermareales para uso
han sido introducidas a través de los puertos y algunas residencial en la ría Gallegos (Ferrari et al. 2002). Por
como el wakame y el diente de perro se están expan- otro lado, las actividades recreativas que utilizan vehí-
diendo rápidamente a lo largo de la costa. Se ha re- culos “todo terreno” contribuyen a la degradación de
gistrado la presencia de ratas (Rattus spp.) en algunas ambientes costeros, particularmente en las marismas
localidades de la Patagonia (Schiavini 2005). Las ratas y dunas costeras (Tagliorette et al. 2003). La construc-
son también un problema en las islas Georgias del Sur, ción de puertos altera la conformación natural de las
donde depredan nidos de petreles (Matteucci 2012). costas.
A pesar de constituir una actividad de pequeña escala,
la pesquería artesanal con redes agalleras ha resultado
en la mortandad de ejemplares de pingüino de Maga- AGRADECIMIENTOS
llanes, cormorán imperial y tonina overa (Cephalorhyn-
chus commersonii) en las costas de Santa Cruz (Iñi- Agradecemos a Rubén Quintana y Elizabeth Mazzoni
guez et al. 2003, Alegre et al. 2004) y de tonina overa, por la revisión y comentarios al capítulo.
262 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Daniel Blanco
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Corresponde a la porción sur del país, incluyendo el Se identifican tres subregiones que difieren en cuanto
sector cordillerano desde el norte de Neuquén, y la es- a sus condiciones topográficas y climáticas:
tepa que se desarrolla hacia el sur de la falla de Huin-
cul (aproximadamente 39º latitud sur) que corre entre Lagos, cursos de agua y mallines de los Andes Pa-
los ríos Neuquén y Limay y entre los ríos Colorado y tagónicos
Negro (límite geológico de la Patagonia sensu Ramos
Lagunas y vegas de la Patagonia extrandina
et al. 2004). Comprende parte de las provincias de
Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Mallines y turberas de la Patagonia Sur e islas del
Fuego incluyendo las islas del Atlántico Sur. No se in- Atlántico Sur
cluye aquí el sector costero patagónico que conforma
una subregión dentro de la región costera.
Figura 1.- Región Humedales de la Patagonia. 10a. Subregión Lagos, cursos de agua y mallines de los Andes Patagó-
nicos, 10b. Subregión Lagunas y vegas de la Patagonia extrandina, 10c. Subregión Mallines y turberas de la Patagonia
Sur e islas del Atlántico Sur.
10a Subregión Lagos, cursos de agua y
mallines de los Andes patagónicos
Leonardo Buria
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Figura 1.- Subregión Lagos, cursos de agua y mallines de los Andes Patagónicos.
10a SUBREGIÓN LAGOS, CURSOS DE AGUA Y MALLINES DE LOS ANDES PATAGÓNICOS 271
Caracterización física-ambiental
Se extiende como una franja estrecha a lo largo de la Cordillera de los Andes en dirección norte–sur, inclu-
yendo la porción occidental de las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. Su relieve enér-
gico deriva de la Orogenia Andina y resulta en la elevación de una serie de cordones montañosos alineados
en sentido longitudinal formando un paisaje de valles y sierras, a los que se suman procesos de vulcanismo,
y en el pasado reciente, eventos de glaciación que dejaron su impronta contundente en el paisaje.
La altura media estimada es de 1.070 msnm (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de
Humedales de Argentina). En la porción septentrional, las alturas medias oscilan en 2.500 msnm, alcan-
zando el Volcán Lanín 3.776 m y el Cerro Tronador 3.491 m. Hacia el sur, en términos generales las alturas
disminuyen pero se destacan cerros de gran altura como el San Lorenzo (3.706 m) o el Fitz Roy (3.359 m).
Esta subregión se extiende hacia el este, con alturas que rondan los 800 msnm.
El clima es templado a templado-frío y húmedo con nevadas y lluvias invernales, con una temperatura
media mínima anual mayor a 0 ºC y heladas durante casi todo el año. La temperatura media anual estima-
da es de 6,3 ºC y la precipitación de 629 mm (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones
de Humedales de Argentina). Se establece un gradiente de temperatura norte-sur y de precipitaciones
oeste-este determinado por la presencia de los Andes y los vientos predominantes del oeste. En el sector
norte, en la localidad de San Martin de los Andes, la temperatura media estimada anual es de 10 ºC y la
precipitación anual de 1.065 mm. El climatograma ilustra la localidad de Bariloche (Figura 2). Hacia el sur,
en Carrenleufú la temperatura media anual estimada es de 9,3 ºC con precipitaciones de 1.489 mm. En El
Chaltén la temperatura media anual desciende a 7,6 ºC y la precipitación anual a 800 mm. Desde el punto
de vista del balance hídrico, se registran períodos de déficit en verano (Figura 3). La oscilación interanual
de El Niño también introduce cambios en los ciclos hídricos debido a su efecto sobre las temperaturas y las
precipitaciones (Paruelo et al. 1998, Lábraga y López 2000).
Figura 2.- Climatograma de la estación Bariloche (Río Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
Negro). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Lagos, cursos de agua y
mallines de los Andes Patagónicos.
La superficie ocupada por humedales fue estimada en 8-9% de la subregión (Tabla 1 capítulo Identificación
y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina). Estos ambientes se emplazan en depresiones que
facilitan el almacenaje y la permanencia de agua o el aporte de agua subterránea (mallines), cursos de agua
alimentados por deshielos y lluvias, lagos de origen glaciario y ambientes periglaciares.
P. Kandus
TIPOS DE HUMEDALES
Los humedales de la Patagonia andina agrupan am-
bientes de diversas características que incluyen una
numerosa cantidad de grandes y pequeños lagos, ma-
llines, turberas, ambientes periglaciares y una impor-
tante red hidrográfica (Iglesias y Pérez 1998, Zagarese
et al. 2000, Modenutti et al. 2010). El factor que más
influye en la abundancia y los ciclos hídricos de los hu-
medales es el régimen de precipitación y de deshielo
(Paruelo et al. 1998). Los grandes ríos se alimentan de
Leonardo Buria
aguas cordilleranas y desde allí corren a través de la
Patagonia extrandina al océano Atlántico, aunque al-
gunos de ellos atraviesan los Andes y desembocan en
el océano Pacífico.
Una mezcla de rocas plutónicas e ígneas de origen
volcánico domina la región, lo que determina que las Arroyo de montaña.
aguas cordilleranas sean soluciones muy diluidas bi-
carbonatadas cálcicas y silícicas (Pedrozo et al. 1993,
Drago y Quirós 1996). En general, las aguas son leve- o creados por el hombre, localizados entre los 39 y
mente ácidas o neutras, con pH en el rango de 6 a 45° latitud sur. El lago más septentrional es el Aluminé
7,5 y conductividad que oscila entre 10 y 150 µS cm- (provincia de Neuquén) y el más austral es el Argentino
1. Los ecosistemas acuáticos andinos han sido defi- (provincia de Santa Cruz). Estos grandes cuerpos de
nidos como sistemas de alta relación luz:nutrientes. agua se caracterizan por tener un área mayor a 5 km2
Bajo estas condiciones se generan altas relaciones y profundidades máximas que superan los 100 metros,
carbono:fósforo, que resultan en redes tróficas con sobrepasando en algunos casos los 400 metros (lago
baja calidad de recursos para los herbívoros (Balseiro Nahuel Huapi). El régimen termal es monomíctico cáli-
et al. 2007). Estos sistemas acuáticos se caracterizan do, en verano las aguas superficiales se calientan y las
por la presencia de especies endémicas y por la intro- del fondo permanecen frías sin mezclarse. La mezcla
ducción de especies de salmónidos hace más de 100 total del cuerpo de agua se produce entre otoño y pri-
años. mavera, cuando se enfría la superficie hasta alcanzar la
Los principales cuerpos de agua, en término de tama- misma temperatura que las aguas profundas. La capa
ño, son los grandes lagos de origen glaciar, tectónico superficial de mayor temperatura en verano alcanza
Patricia Kandus
10a SUBREGIÓN LAGOS, CURSOS DE AGUA Y MALLINES DE LOS ANDES PATAGÓNICOS
Luis Borgo 273
los 40 metros (Quirós y Drago 1985). Estos lagos son –lixiviados- tiñen levemente sus aguas. Las macrófitas
extremadamente transparentes debido a su condición también son importantes en la contribución de sustan-
oligotrófica a ultraoligotrófica, lo que significa que po- cia orgánica disuelta. En estos ambientes se desarro-
seen contenidos bajos de nutrientes y una muy baja lla una zona litoral caracterizada por la presencia de
producción de algas. Esta condición también permite abundante vegetación, tanto sumergida como emer-
que la luz penetre a más de 50 metros de profundidad gente (Balseiro et al. 1997, Bastidas Navarro y Mode-
(Morris et al. 1995). Algunos lagos como el Mascar- nutti 2007).
di, el Frías (provincia de Neuquén), el Argentino y el
La profusa red de ríos y arroyos muestra una marca-
Viedma (provincia de Santa Cruz) reciben abundante
da heterogeneidad espacial a lo largo de su trazado.
sedimento glaciar, lo que reduce significativamente la
Estos ambientes se caracterizan por la presencia de
penetración de la luz debido al incremento de las par-
sustrato rocoso en su lecho y, generalmente, altos gra-
tículas en suspensión (Modenutti et al. 1998).
dientes. Sus aguas poseen una relación iónica similar a
Por otra parte, existe una importante cantidad de la- la de los lagos, con calcio y bicarbonatos como iones
gos pequeños -menores a 5 km2- y someros -no supe- dominantes (Pedrozo et al. 1993). El régimen de estos
ran los 12 metros de profundidad- ubicados en depre- ambientes es pluvionival, caracterizado por dos picos
siones tectónicas, volcánicas o glaciares. Estos hume- anuales de crecidas, una asociada a las lluvias de otoño
dales, dependiendo de su profundidad, son dimícticos y otra a los deshielos de primavera. Las cabeceras de
o polímicticos, las aguas se mezclan completamente las cuencas, conformadas por arroyos menores, se en-
y tienen la misma temperatura dos o muchas veces cuentran en sitios cubiertos por densos bosques, que
al año, respectivamente (Modenutti el al. 2010). Los limitan la producción primaria por el sombreado que
ubicados en los estratos de más altura, por encima de producen. Estos arroyos reciben una abundante can-
los bosques (aproximadamente a 1.700 msnm), po- tidad de hojarasca del bosque de ribera, cuyo ciclado
seen aguas muy transparentes y carecen de vegeta- es el factor más importante en su dinámica, constitu-
ción acuática. Estos se congelan parcial o totalmente, yendo la base de la trama trófica (Albariño y Balseiro
dependiendo de su volumen, en los meses de invier- 1998, 2002). Existe también una abundante cantidad
no. Los ubicados a menor altura, dentro de las áreas de arroyos menores de carácter semipermanente o
vegetadas, se caracterizan por la fuerte influencia del estacional, con un régimen hídrico caracterizado por
bosque circundante. El aporte de la materia orgánica la presencia de agua solo en los periodos de lluvias
vegetal y las sustancias que de ellos se desprenden o deshielo (principalmente entre otoño y primavera).
274 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Patricia Kandus
Los mallines son abundantes y presentan una gran va- embanques fluviales y márgenes de vertientes (Iriondo
riedad de tamaños y formas. Pueden constituir peque- et al. 1974, Blanco y de la Balze 2004). Dentro de esta
ños ecosistemas en áreas localizadas y relativamente subregión se restringen a la zona andina, localizándo-
aisladas, o conformar un complejo de humedales más se en sectores muy definidos de bosques lluviosos y
o menos continuos o encadenados, localizándose en selva valdiviana (Roig 1998, Rovere et al. 2002). Los
llanos aluviales, cauces fluviales, cubetas y depresio- suelos de turbera poseen abundante materia orgáni-
nes. Se encuentran a lo largo del gradiente oeste-este, ca permitiendo que prospere una vegetación densa
observándose tanto en la región alta como en zonas compuesta por briófitas, arbustos y árboles higrófilos
más bajas de bosque. Presentan praderas higrófilas de (Brion et al. 1988, Bonvisutto 1989, Roig 1998, Rovere
ciperáceas, juncáceas y gramíneas (Roig 1998, Raffae- et al. 2002). Las aguas suelen tener una coloración ro-
le 1999, Mazzoni y Vázquez 2004). En los mallines el
jiza debido a la proliferación de bacterias ferruginosas,
suelo es ácido, pobre en oxígeno, con exceso de anhí-
con pH ácido y alta concentración de materia orgánica
drido carbónico y alta concentración de materia orgá-
disuelta (Blanco y de la Balze 2004).
nica (Iriondo et al. 1974, Raffaele 1999). Las aguas su-
perficiales tienen pH levemente ácido a neutro (6-7) y Si bien en la mayoría de los grandes ríos de la Patago-
la conductividad es generalmente menor a 150 µS cm- nia (Limay, Neuquén, Chubut) se han construido em-
1. La coloración del agua suele ser pardo-rojiza debido balses artificiales, solo algunos de ellos se encuentran
a la elevada concentración de materia orgánica y a la en la región cordillerana (tales como el Amutui Qui-
presencia de bacterias del hierro (Briones 1978, Úbeda mey -Chubut- y Alicura -Neuquén y Río Negro). Aun-
1998). Por su disponibilidad permanente de agua y su que las represas son abastecidas con aguas de los ríos
alta densidad y riqueza florística son sitios de alta di- cordilleranos, sus condiciones fisicoquímicas difieren
versidad biológica. considerablemente de las que poseen sus tributarios.
Las turberas se desarrollan en zonas con precipitacio- Por ejemplo, Mariazzi et al. (1991) encontraron salini-
nes mayores a los 1.000 mm anuales en áreas que po- dades mayores (aproximadamente en un 20%) en los
seen la napa freática superficial, como riberas de ríos, embalses que en los ríos que los alimentan.
10a SUBREGIÓN LAGOS, CURSOS DE AGUA Y MALLINES DE LOS ANDES PATAGÓNICOS 275
toreadores (Díaz Villanueva 2002). En estos sitios el y Nycticorax nycticorax), patos (Merganetta armata,
perifiton alcanza mayor desarrollo y está representado Tachyeres patachonicus, Anas specularis, A. sibilatrix,
por diatomeas, aunque en áreas con alta irradiancia A. georgica y Oxyura ferruginea), el cormorán imperial
la crisofita Hydrurus foetidus es responsable de flora- (Phalacrocórax atriceps), el biguá (P. olivaceus), los
ciones algales (Díaz Villanueva y Albariño 1999). Las cauquenes común (Chloephaga picta) y cabeza gris
ninfas de efemeróptera son los pastoreadores domi- (C. poliocephala) y distintas especias de macá (Podi-
nantes, en particular la Meridialaris chiloeensis es clave ceps gallardoi, P. occipitales, P. rolland, P. mayor y Po-
reduciendo y controlando el perifiton, que es domina- dilymbus podiceps). En esta área también se encuen-
do por Nitzschia palea (Díaz Villanueva et al. 2004). El tra presente el huillín (Lontra provocax), un mustélido
caracol Chilina dombeiana puede codominar la comu- anfibio que alcanza los 120 cm de longitud cuyas po-
nidad (Díaz Villanueva 2002). blaciones se encuentran restringidas y se la considera
La biodiversidad de vertebrados de los humedales de una especie en peligro de extinción.
esta región es variada, con especies de alto valor de
conservación por su estado de distribución restrin-
gido y su escasa abundancia poblacional (Perotti et
al. 2005). La ictiofauna se caracteriza por una baja
riqueza de especies y un alto grado de endemismos
ÁREAS PROTEGIDAS
(Arritia et al. 1983), con un patrón decreciente al au-
mentar la latitud. Las especies de peces presentes son Si bien la mayoría de las áreas protegidas patagónicas
el bagre otuno (Diplomystes viedmensis), puyén chico fueron concebidas bajo un enfoque fuertemente pai-
(Galaxias maculatus), puyén grande (G. platei), pela- sajista, asociado a la combinación montaña-bosques-
dilla (Aplochiton zebra), peladilla listada (A. teniatus), lagos, en términos generales las mismas involucran
bagre de torrente (Hatcheria macraei), bagre pinta- una buena muestra de los humedales que allí se alojan.
do (Trichomycterus areolatus), pejerrey patagónico Esto incluye varios Parques Nacionales, que en con-
(Odontesthes hatcheri) y perca de boca chica (Perci- junto cubren una superficie que supera los dos millo-
chthys trucha) (Baigún y Ferriz 2003). La batracofau- nes de hectáreas: Lanín, Nahuel Huapi, Los Arrayanes,
na se distingue por una serie de endemismos y distri- Lago Puelo, Los Alerces, Perito Moreno y Los Glaciares
buciones restringidas. Entre las especies más impor- (los primeros cinco, junto con varias áreas protegidas
tantes se encuentran Bufo rubropunctatus, B. variega- de nivel provincial, conforman la Reserva de la Bios-
tus, Pleurodema thaul, Alsodes gargola, A. monticola, fera Andino Norpatagónica). También se encuentran
A. verrucosus, Batrachyla antartandica, B. leptopus, B. varias áreas protegidas provinciales: Lagunas del Epu-
taeniata, Eupsophus roseus, E. calcaratus, E. vertebra- lauquen, Copahue-Caviahue, Cuchillo Curá, Batea Ma-
lis, Hylorina sylvatica, Rhinoderma darwinii y la espe- huida, Chañy y Boca del Chimehuín en la provincia de
cie microendémica Atelognathus nitoi que habita en Neuquén, Río Limay y Río Azul-Lago Escondido en la
el Parque Nacional Nahuel Huapi (Úbeda et al. 1994, provincia de Río Negro, Lago Epuyén, Río Turbio, Nant
Úbeda et al. 1999, Ochoa y Úbeda 2002). Dentro de y Fall y Lago Baggilt en la provincia de Chubut, y San
las aves acuáticas de la Patagonia andina se destacan Lorenzo, Tucu Tucu, Lago del Desierto y Península de
varias especies de garzas (Ardea cocoi, Egretta alba Magallanes en la provincia de Santa Cruz.
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10b Subregión Lagunas y vegas de
la Patagonia extrandina
Elizabeth Mazzoni
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
Se extiende desde la falla Huincul, hasta el río Coyle, entre las subregiones de los Andes Patagónicos y la
de la Costa Patagónica. Comprende parte de las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz.
La elevación media es de 517 msnm (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Hume-
dales de Argentina). La presencia de los macizos norpatagónico y del Deseado, junto con planicies estruc-
turales y los valles y terrazas fluviales derivadas de la dinámica de los ríos Chubut, Deseado, Chico, Santa
Cruz y Coyle, aportan un componente sustancial a la heterogeneidad del paisaje y condicionan la oferta de
ambientes para la presencia de humedales.
El clima es frío, ventoso y seco con características de semidesierto. La temperatura media estimada es de
10,2 ºC (Tabla 1 capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina), pero de
norte a sur se establece un gradiente térmico con temperaturas medias anuales que varían entre 8 y 14 ºC
hacia el norte y de 5 a 8 º C hacia el sur (Matteucci 2012). Los climatogramas ilustran a las localidades de
Maquinchao y Trelew (Figura 2). La precipitación media anual es 200 mm (Tabla 1 capítulo Identificación y
Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina), con valores bajos en casi toda la región. Las preci-
pitaciones se concentran en el invierno, originadas en el Anticiclón del Pacífico, y la aridez se relaciona con
la presencia de la Cordillera de los Andes que oficia como barrera para las masas de aire húmedo. Toda la
región está sometida a un marcado déficit hídrico, particularmente en verano (Figura 3).
Figura 2.- Climatogramas de las estaciones a) Maquinchao (Río Negro) y b) Trelew (Chubut).
P. Kandus
Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Lagunas y vegas de la Pata-
gonia extrandina.
TIPOS DE HUMEDALES
Los humedales continentales de la Patagonia extran-
MAR
dina se caracterizan por su localización dispersa. Éste
ARGE
es quizás su rasgo más significativo, sumado a sus re-
lativamente pequeñas dimensiones, con unas decenas
NTINO
o pocas centenas de hectáreas en la mayoría de los
casos. Hay dos tipos de humedales más numerosos:
las lagunas y los pastizales húmedos (llamados local-
mente vegas o mallines). Además se suman, con una
frecuencia menor, cuerpos de agua de mayor magni-
tud, asociados en su mayoría a obras hidroeléctricas o
embalses construidos para regadío, y cursos fluviales
alóctonos, con sus correspondientes llanuras aluviales.
MAR
ARGE
Las lagunas ocupan depresiones naturales conocidas
regionalmente como “bajos sin salida” (Fidalgo 1972)
NTINO
que se distribuyen con diferente frecuencia y tamaño
según el ambiente litológico y geomorfológico en el
que se emplazan (Mazzoni 2001, Martínez 2012). Fre-
cuentemente se encuentran en ambientes sedimenta-
rios y sobre coladas basálticas (Figura 4). Su régimen
es temporario en la mayoría de los casos, dependiente Figura 5.- “Bajos sin salida” en el ambiente de mese-
exclusivamente de las precipitaciones (Figura 5). El tas sedimentarias. Nótese la gran frecuencia de depre-
tamaño del cuerpo de agua presenta grandes fluc- siones de diverso tamaño que contienen lagunas de
tuaciones anuales o interanuales, pudiendo secarse régimen temporario. La imagen superior corresponde
completamente en los años con escasos aportes. Los al año 1999, cuando las precipitaciones en la zona sólo
fuertes vientos de primavera y verano contribuyen a alcanzaron 169 mm, en tanto que la imagen inferior
incrementar los procesos de desecación. Su profundi- muestra la situación en el año 2002, cuando llovieron
dad suele ser inferior a cinco metros. Las característi- algo más de 400 mm (estación meteorológica del ae-
cas físico-químicas del agua varían significativamente ropuerto de Río Gallegos). El agua se aprecia en to-
nalidades azules. Fuente: Imágenes Landsat 228/096
(muchas son salobres), aún entre lagunas muy próxi-
del 17/02/99 y 26/09/02 disponibles en Laboratorio
mas entre sí. Esta circunstancia provoca un uso dife-
de Teledetección y SIG. UARG-UNPA. Procesamiento
rencial por parte de la fauna autóctona y el ganado.
digital: E. Mazzoni.
Las pocas lagunas permanentes reciben aportes sub-
terráneos y suelen estar ubicadas en los ambientes
volcánicos: sobre mesetas basálticas, en sus laderas
u ocupando cráteres. Entre muchas otras manifesta- Colhué Huapi en la provincia del Chubut que, ubicados
ciones, pueden citarse la Laguna Blanca en la provin- en el ambiente sedimentario, integran la cuenca endo-
cia del Neuquén y los lagos Strobel, Quiroga y Cardiel rreica de mayor extensión de la Patagonia extrandina
en Santa Cruz. Una excepción son los lagos Musters y (Figura 6). Desde el sudoeste reciben el aporte del río
Senguer que, en años de precipitaciones extraordina-
rias, provoca que las cuencas se colmen y drenen ha-
71° 00’ 70° 30’ cia el río Chico, tributario del Chubut. En estas ocasio-
nes la cuenca se transforma en exorreica, con vertiente
hacia el Atlántico.
Río Chico
69° 30’ 69° 68° 30’ O Los mallines o vegas son praderas de gramíneas, jun-
cáceas y ciperáceas de alta densidad y riqueza florís-
tica cuya génesis está asociada a la presencia de agua
en o cerca de la superficie del suelo (Movia 1984). Exis-
45° 15’ te una importante variedad de mallines, dependiente
de las condiciones topográficas, geomorfológicas e
Lago hidrológicas del sitio de emplazamiento. Ocupan zo-
Musters nas bajas concentradoras de humedad, como planicies
de inundación en valles principales (llanuras aluviales),
45° 30’
Lago pisos de cañadones asociados a cauces efímeros o
Colhué Huapi ico bordes de lagunas. En el sector occidental de la re-
Ch
SARMIENTO Río gión se desarrollan también en planicies glaciares y
fluvioglaciares. En estos sitios de emplazamiento, el
nivel freático brinda un aporte de agua significativo,
45° 45’S
0 25 km además del que puede proveer el contacto directo con
cursos fluviales o lagunas. Otros mallines se desarro-
llan en pendientes, en sitios donde se producen aflora-
Figura 6.- Imagen satelital de la cuenca que contiene mientos de aguas subterráneas, comúnmente en lade-
a los lagos Muster y Colhué Huapi, en el centro-sur de ras de mesetas basálticas y, de forma esporádica, en
la provincia de Chubut. En azul se distingue el prime- el contacto entre niveles de terrazas. En estos casos,
ro de los cuerpos de agua, de carácter permanente aparecen “colgados” en las pendientes y suelen exten-
y aguas más profundas, mientras que las aguas so- derse longitudinalmente siguiendo pequeños cursos
meras del Colhué Huapi se observan en tonalidades de agua (Movia 1984, Mazzoni y Vázquez 2004).
celestes. Entre ambas cubetas se asienta la localidad
La superficie que ocupan estos ecosistemas en la su-
de Sarmiento y la zona de chacras circundante. Los
bregión ha sido estimada en porcentajes que oscilan
tonos verdes más oscuros indican suelos saturados
entre el 1 y el 4% (Bran 2004). Datos obtenidos para
con mallines. Estos se aprovechan para la cría de ga-
las cuencas más importantes de la provincia de San-
nado vacuno. Fuente: Imagen Landsat 229/092 del
ta Cruz (Mazzoni y Vázquez 2004) muestran que las
19/12/01 obtenida del sitio web www.glcf.umd-edu.ar
planicies de inundación están cubiertas en un 60% por
(University of Maryland). Procesamiento: E. Mazzoni.
mallines, lo que suma un total de 8.800 km2, equiva-
Laboratorio de Teledetección y SIG. UARG-UNPA.
lentes al 3,5% de la superficie provincial. Sin embargo,
el 55% de los mismos se encuentran con evidencias
Típico río patagónico en cuyas márgenes se concentra la vegetación arbórea natural e implantada. La
fotografía corresponde al valle del río Chico, donde se asienta la localidad de Gobernador Gregores,
Santa Cruz (figura 4). En la “isla Fea”, ubicada en su proximidad, se han realizados obras para regadío. Las
chacras están delimitadas por cortinas arbóreas “rompeviento”.
Elizabeth Mazzoni
288 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Elizabeth Mazzoni
notorias de degradación. En estas formas del paisaje, cientes en la franja occidental de Patagonia. Atravie-
la abundancia de mallines depende de las caracterís- san el área extrandina con dirección predominante
ticas hidrológicas de la corriente: flujos de tipo distri- oeste-este, desaguando en el Océano Atlántico en for-
butivo con baja velocidad, capaces de irrigar amplios ma de estuario. En el ambiente de meseta, fluyen con
sectores, resultan los más favorables para su desarro- diseño meandroso o anastomosado, con islas, barras,
llo. En los ambientes de meseta volcánica, la presencia meandros abandonados y activos sobre los que crece
de mallines muestra una relación inversa con la dis- abundante vegetación ribereña de tipo arbórea (Coro-
tancia al borde basáltico, siendo muy frecuente hasta nato et al. 2008) o mallines. Los estuarios penetran 30
distancias inferiores a un kilómetro. Para la provincia km y más en el interior del continente favoreciendo la
de Neuquén, se ha estimado que los mallines de estos mezcla de masas de agua continentales y marinas, si-
ambientes alcanzarían las 72.000 ha (Mazzoni 2007). tuación que origina un ambiente de gran riqueza pro-
La circulación superficial y subsuperficial del agua en ductiva (Perillo et al. 1999).
los mallines, tanto espacial como temporalmente, in- De norte a sur se destacan los ríos Negro, Chubut,
fluye fuertemente en su fisonomía y en el grado de Santa Cruz, Coyle y sus tributarios. El caudal varía de
homogeneidad interna que presentan (Mazzoni 2008, casi 1.000 m3/seg hasta menos de 10 m3/seg, con régi-
Mazzoni y Rabassa 2013). Este aspecto está condicio- men pluvio-nival en casi todos los casos. Las crecidas
nado tanto por la fuente de agua como por la micro- anuales ocurren en primavera, producto de la fusión
topografía y las características edáficas del sitio de nival en las altas cuencas, aunque los ríos septentrio-
emplazamiento. En general, suelen distinguirse secto- nales, como el Negro y el Chubut, tienen también cre-
res anegados, húmedos y semihúmedos con diferente cidas de otoño-invierno debido a las precipitaciones
composición botánica (Boelcke 1957, Speck et al. 1982, de esa estación. El río Santa Cruz, en cambio, tiene
Movia et al. 1987, Mazzoni y Vázquez 2004, Mazzoni crecidas de verano-otoño debido a la abundancia de
2007, Suárez et al. 2010), a lo cual se suman también precipitaciones estacionales o bien a la ablación de los
franjas ecotonales y/o alteraciones en la vegetación glaciares de descarga que aportan a los lagos Viedma
natural por procesos de degradación.
y Argentino. Las crecidas están reguladas en casi to-
Los cursos de agua de régimen permanente constitu- das las cuencas por los lagos naturales o los embalses
yen otro tipo de humedales de especial importancia realizados para generación de hidroelectricidad. Estos
regional, en tanto en sus márgenes se asientan nume- lagos, además, retienen la carga sedimentaria fina dis-
rosos centros urbanos y se desarrollan áreas agrícolas minuyendo el aporte de caudal sólido en las cuencas
(valle del río Negro y del Chubut, entre otros). Estos inferiores y otorga alta transparencia al agua (Corona-
cursos discurren en valles amplios que tienen sus na- to et al. 2008).
10b SUBREGIÓN LAGUNAS Y VEGAS DE LA PATAGONIA EXTRANDINA 289
BIODIVERSIDAD
La vegetación acuática incluye Zannichellia sp., Pota-
mogeton sp. y Myriophyllum sp. (Iglesias y Pérez 1998).
Esta última forma, en primavera y verano, un denso
tapiz rojizo y constituye un componente esencial (des-
enraizada y acumulada por el oleaje) del hábitat de
muchas especies de aves. En la zona de Laguna Blan-
ca hay abundantes colonias de una especie de alga
Elizabeth Mazzoni
cianofícea Nostoc sp. (Padula 2013). En las márgenes,
así como a lo largo de los cursos fluviales, aparecen
Juncus sp. y Cyperus sp.
Los mallines presentan alta biodiversidad vegetal, con
juncos, gramíneas y ciperáceas. La especie más re-
presentativa es Juncus balticus, comúnmente llamada
Heterogeneidad interna de los mallines. Las diferentes
“pasto mallín” que, conjuntamente con Carex gayana
tonalidades y texturas de la fotografía permiten diferen-
se extienden tanto desde las zonas anegadas hasta las ciar unidades hidro-eco-geomorfológicas en este mallín.
semihúmedas de estos ecosistemas. Ambas son las es- En primer plano se observan los sectores más secos, con
pecies nativas más características de estos humedales gramíneas en mata y cortaderas. Hacia el centro se apre-
(Boelcke 1957, Bran et al. 2004). También son frecuen- cian los sectores húmedos y anegados, alimentados por
tes las exóticas Taraxacum officinale, Trifolium repens vertientes ubicadas junto a las laderas. La arboleda mues-
y Poa pratensis. En mallines de Patagonia Norte apa- tra la localización del puesto rural.
rece además Juncus lesueurii tanto en condiciones de
anegamiento como en las zonas más secas, mostran-
do gran capacidad de adaptación en todo el gradiente a) Junquillales altos de Schoenophectus californicus,
hídrico de estos ecosistemas (Movia et al. 1982). Gan- en pantanos de escasa profundidad, márgenes de
dullo y Schmid (2001) opinan que esta especie sería lagos y lagunas, meandros de aguas tranquilas,
una pionera de la vegetación del mallín favoreciendo, etc., con agua en superficie durante todo el año.
con su enmarañado sistema radicular y poderosos ri- b) Praderas muy densas de hidrófilas en lugares ane-
zomas, la acumulación de sedimentos y materia or- gados durante parte del año con J. balticus, Pratia
gánica. La mayor parte de las especies actualmente repens, Carex sp. y Caltha sagittata, entre otras.
presentes en los mallines son exóticas (europeas, en c) Praderas con Festuca pallescens y J. balticus, como
general) o cosmopolitas (Paruelo et al. 2006). dominantes, con cobertura próxima al 70% en sue-
Como se señaló en párrafos anteriores, la fisonomía los con buena disponibilidad de agua, no anegados.
de los mallines está fuertemente determinada por su d) Coironales en las áreas de ecotono humedal-estepa
composición botánica. Pueden diferenciarse: (Roig 1998).
En las zonas más cálidas de la región, hay mallines Pueden citarse: el cisne de cuello negro (Cygnus me-
con abundante proporción de cortaderas (Cortaderia lanocoryphus) y los cauquenes común (Chloephaga
araucana y C. rudiuscula), particularmente en suelos picta), cabeza gris (C. poliocephala) y cabeza colorada
arenosos, y en mallines salinos, domina el género Dis- (C. rubidiceps), especies categorizadas como vulnera-
tichlis. Muchos mallines muestran asociaciones entre ble, amenazada y en peligro de extinción respectiva-
los tipos b, c y d arriba descritos. mente, además de gallareta chica (Fulica leucoptera),
chorlo doble collar (Charadius falklandicus), flamen-
La biodiversidad de los humedales de esta región es co austral (Phoenicopterus chilensis), macá plateado
rica y variada. Los cuerpos de agua constituyen un (Podiceps occipitalis), pato maicero (Anas georgica),
hábitat crítico de comunidades acuáticas complejas, pato barcino (Anas flavirostris), biguá (Phalacrocorax
integradas por especies de invertebrados, peces, an- olivaceus), garza bruja (Nycticorax nicticorax), entre
fibios y aves (Perotti et al. 2005). Algunas zonas han muchas otras especies. En Santa Cruz destaca el macá
sido catalogadas como áreas de biodiversidad sobre- tobiano (Podiceps gallardoi), en peligro de extinción
saliente, como la Meseta de Somuncurá y las cuencas (Roesler et al. 2011).
de los lagos Musters, Colhue Huapi y sus tributarios
(Bertonatti y Corcuera 2000). Si bien la Meseta de En cuanto a la ictiofauna, tanto en lagunas como en
Somuncurá no constituye un humedal en sí misma, cursos de agua, hay una gran riqueza en el norte de
está considerada como el segundo reservorio de agua la subregión: de 29 especies citadas por Baigún y Fe-
más importante de la Patagonia y posee numerosas rriz (2003) para la Patagonia, 25 están presentes en el
lagunas donde habitan especies de flora y fauna en- sector norte. Esta mayor riqueza específica se debe a
démicas, como la rana de Somuncurá (Somuncuria so- que la ictiofauna de los humedales del norte patagóni-
muncurensis) y la rana de piel moteada (Atelognathus co incluye elementos de las subregiones ictiogeográfi-
reverberii). En el Arroyo Valcheta, principal curso del cas Brasílica y Austral (Perotti et al. 2005). En la zona
área, habita también la mojarra desnuda (Gymnocha- de las lagunas Carri Laufquen pueden encontrarse
racinus bergi), única especie de characiforme sin esca- madrecitas de agua (Jenynsia multidentata y Cneste-
mas (Paruelo et al. 2006). rodon decemmaculatus), pejerrey bonaerense o blan-
co (Odontesthes bonariensis), puyén (Galaxias macu-
Las cuencas cerradas son ambientes propicios para latus), pejerrey patagónico (Odontesthes hetcheri) y
el desarrollo de endemismos. Además de los anfibios algunas especies del género Percichthys (Rodríguez
arriba citados, en las lagunas del centro-oeste de Neu- 2013). En la subregión, se encuentran también varias
quén habita la rana de la Laguna Blanca (Atelognathus especies exóticas de peces, como la trucha arco iris
patagonicus). En su conjunto, las lagunas y lagos de (Oncorhynchus mykiss), entre otras. Su introducción
esta subregión constituyen también sitios de nidifica- ha alterado la biodiversidad natural en muchos cuer-
ción, alimentación y descanso de numerosas especies pos de agua (más información en la sección sobre
de avifauna acuática, muchas de ellas migratorias. Amenazas y tendencias).
10b SUBREGIÓN LAGUNAS Y VEGAS DE LA PATAGONIA EXTRANDINA 291
ÁREAS PROTEGIDAS
La región cuenta con varias áreas protegidas que in-
cluyen humedales:
En la provincia de Neuquén se encuentra el Parque Na-
cional y Reserva Natural Estricta Laguna Blanca, de-
signado Sitio Ramsar por su relevancia como hábitat
de aves acuáticas, en especial el cisne de cuello negro
que nidifica en el Parque. Se han avistado 119 especies,
de las cuales 25 son nidificantes (Duarte Vera et al.
2012). Además habitan especies endémicas como la
ranita de la Laguna Blanca, ya mencionada, y la violeta
de los volcanes (Viola congesta). En la misma provin-
cia se encuentra también la Reserva Provincial El Man-
Patricia Kandus
grullo, en la Península Cabo Alarcón, ubicada sobre la
margen izquierda del embalse Ezequiel Ramos Mexia.
En la provincia de Río Negro, el Área Natural Protegida
Provincial Meseta de Somuncurá, con una superficie
de 1.600.000 ha tiene por objetivo proteger la flora y
Mallín, Santa Cruz.
fauna endémica. También se encuentra el Parque Pú-
blico Provincial Laguna Carri Laufquen, de aproxima-
damente 700 ha, que tiene la finalidad de preservar
el ecosistema y restos fósiles y brindar a la población
del lugar (Ing. Jacobacci) un sitio para recreación y
Recientemente a fines del año 2014 se ha creado el
descanso.
Parque Nacional Patagonia en el noroeste de la pro-
En la provincia de Chubut, se encuentra la Reserva vincia de Santa Cruz con una superficie de 52.811 hec-
Provincial Laguna Aleusco, con sitios de nidificación táreas. Protege una importante porción de la Meseta
del flamenco austral (Phoenicopterus chilensis) y otras del Lago Buenos Aires, incluida en la ecorregión de la
aves acuáticas. estepa patagónica.
Actividades recreativas en diversos ríos de la región. a: Río Limay, canotaje; b: Río Santa Cruz.
a b
Elizabeth Mazzoni
10b SUBREGIÓN LAGUNAS Y VEGAS DE LA PATAGONIA EXTRANDINA
Elizabeth Mazzoni 293
creativas y deportes náuticos. Los mismos usos se de establecimientos agropecuarios (estancias turísti-
asocian a los lagos y lagunas de mayores dimensiones. cas). En sus márgenes se localizan cascos y puestos
El lago Musters, por ejemplo, abastece a Comodoro Ri- de estancia, que suelen obtener agua de las vertientes
vadavia, Sarmiento, Rada Tilly y Caleta Olivia mediante que los alimentan.
un acueducto de más de 150 km de extensión. En ríos,
lagos y lagunas se practica la pesca (por ejemplo, lago
Cardiel en Santa Cruz). En numerosas lagunas se han
introducido (a veces ilegalmente) diversas especies Mallin en estepa patagónica.
con ese fin.
En los ríos, la realización de importantes obras de in-
fraestructura posibilitó la generación de hidroelectri-
cidad, (que aporta el sistema interconectado nacional,
particularmente represas en los ríos Limay y Chubut) y
el desarrollo de zonas agrícolas a lo largo del río Negro
y en tramo inferior del Chubut. Están proyectados, asi-
mismo, dos grandes embalses sobre el río Santa Cruz.
Otras obras de sistematización para riego se han reali-
zado en la cuenca de los lagos Muster y Colhué Huapi
y en el río Chico, tributario del Santa Cruz.
Los mallines se utilizan como un recurso forrajero, tan-
to para el ganado bovino como ovino. La producción
Elizabeth Mazzoni
AMENAZAS Y TENDENCIAS
Las principales amenazas que afectan a los humedales
de la región están relacionadas con la intervención an-
trópica. En los mallines, el sobrepastoreo y el pisoteo
del ganado (producidos por la aplicación de técnicas
de manejo poco apropiadas) conduce a la degrada-
ción del ecosistema, que se manifiesta en: disminución
de la cobertura vegetal, reemplazo de especies, dese-
cación de la superficie, compactación del suelo, salini-
zación y erosión (Del Valle 1993, Raffaele 1999, 2004,
Bonvissuto et al. 2008, Mazzoni y Vazquez 2009, entre
otros).
Las lagunas se ven afectadas por la introducción de
salmónidos exóticos y traslocación de especies nativas
de peces (Perotti et al. 2005). Un caso especialmente
grave lo constituye la introducción de la perca criolla
(Percichthys trucha) y en menor medida trucha arco
iris (Oncorhynchus mykiss) en la Laguna Blanca (pro-
vincia de Neuquén), que condujo a la desaparición de
la población de la rana endémica Atelognathus pata-
gonicus en dicho cuerpo de agua, entre otros efectos
Elizabeth Mazzoni
Elizabeth Mazzoni
10b SUBREGIÓN LAGUNAS Y VEGAS DE LA PATAGONIA EXTRANDINA
Patricia Kandus 295
la categorización de Atelognathus patagonicus como que reguló tal actividad. En la actualidad, el riesgo se
especie amenazada de extinción en Argentina y en pe- encuentra restringido a la ocasional ruptura de ductos
ligro por IUCN (Úbeda y Grigera 2007). o accidentes similares.
Otras amenazas sobre las lagunas son los procesos de Una tendencia que afecta a las lagunas en su conjunto
eutrofización y la contaminación con residuos petro- es el proceso de desecación, que se evidencia tanto
leros. Los lagos y embalses de la meseta patagónica en el tiempo geológico reciente como en las últimas
varían entre mesotróficos y eutróficos (Quirós 2000). décadas, asociado a variaciones climáticas. Las prin-
En general no se encuentran muy perturbados, sin cipales evidencias geomorfológicas se encuentran
embargo se están presentando algunos problemas de en los antiguos niveles de playa y cordones litorales
eutrofización en cuerpos de agua usados para activi- arriba señalados. Según Sack (1994), muchas cuencas
dades de riego intensivo y cría de peces (Temporetti habrían contenido grandes lagos durante períodos
et al. 1998). También aparecen problemas de sedimen- de mayor humedad efectiva en el Cuaternario tardío.
tación, vinculados con procesos de erosión tanto hídri- Schavitz (1991, 1994), basándose en análisis sedimen-
ca como eólica. tológicos y palinológicos de pequeñas depresiones de
la Patagonia norte, ubica estas fluctuaciones entre fi-
El vertido de hidrocarburo, lodos y aguas de forma- nes del Pleistoceno hasta el Holoceno, lapso temporal
ción en depresiones naturales o excavadas a esos fi- en el que se produjo un cambio desde un clima húme-
nes (“piletas”) fue una problemática ambiental signi- do a uno árido-semiárido. Para las décadas recientes,
ficativa en décadas pasadas, cuando llegaron a existir no hay estudios sistemáticos, sin embargo, relatos de
en las áreas petroleras de la meseta patagónica unas pobladores en el área central de la provincia de Santa
12.000 piletas, no adecuadamente impermeabilizadas Cruz e información de las cartas topográficas elabora-
o tratadas (Súnico 2000). Las mismas constituían un das en las décadas de 1940-1950, indican la existencia
riesgo para la fauna silvestre (especialmente avifauna) de lagunas permanentes, que se encuentran secas en
y el ganado, lo cual derivó en la sanción de legislación la actualidad.
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10c Subregión Mallines y turberas de la
Patagonia Sur e islas del Atlántico Sur
Gabriela Mataloni
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Paisaje de mallines en la Estancia Cullen, zona norte (estepa) de Tierra del Fuego.
Marta Collantes
300 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Figura 1.- Subregion Mallines y turberas de la Patagonia Sur e islas del Atlántico Sur.
10c SUBREGIÓN MALLINES Y TURBERAS DE LA PATAGONIA SUR E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR 301
Caracterización física-ambiental
Ocupa la porción sur del sector continental al sur del río Coyle en la provincia de Santa Cruz, e incluye el
sector argentino de la isla Grande de Tierra del Fuego, Isla de los Estados y el interior de las islas del At-
lántico Sur: Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. No se incluye el sector costero que conforma la
subregión Playas y marismas de la Costa Patagónica e Islas del Atlántico Sur.
En el sector continental el paisaje se desarrolla sobre planicies estructurales y terrazas fluviales, las cua-
les se continúan en Tierra del Fuego con alturas que oscilan entre 100 y 200 msnm (Pereyra 2003). En
la porción más austral de Tierra del Fuego e islas de los Estados, donde la Cordillera Andina se prolonga
cambiando su dirección en sentido oeste-este, se elevan hasta 900 y 1.000 msnm. En el archipiélago de las
Malvinas el relieve es suavemente ondulado, con una serie de elevaciones alineadas de orientación norte-
sur en ambas islas principales. El cerro más elevado es el pico Alberdi, en la isla Soledad, de 705 msnm
(Matteucci 2012a). Por el contrario, los archipiélagos de las islas Georgias del Sur, Sandwich del Sur son islas
subantárticas de origen volcánico y con carácter montañoso, emergidas sobre la continuación de los Andes
sobre la dorsal Scotia (Dalziel et al. 2011).
El clima de la subregión es frío templado, dominado por vientos del oeste, y hacia los sectores insulares
tiene carácter oceánico. Las temperaturas medias registradas para la subregión rondan los 5,5 °C (Tabla 1
capítulo Identificación y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina), siendo la media en invierno
cercana a 0 ºC, y 10 ºC en verano. La precipitación media anual es de 390 mm (Tabla 1 capítulo Identifica-
ción y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina), aumentando hacia el sur de Tierra del Fuego
(climatograma de la localidad de Ushuaia, Figura 2). El balance entre precipitación y evapotranspiración
mensual resulta en valores positivos de marzo a septiembre mostrando déficit hídrico en el período estival
(Figura 3), pero estas condiciones también se modifican hacia el sur. donde el clima isohigro y las bajas
temperaturas determinan que no haya déficit hídrico en todo el año.
Figura 2.- Climatograma de la estación Ushuaia Figura 3.- Patrón anual del balance mensual entre
(Tierra del Fuego). Precipitación (PP) y Evapotranspiración Potencial
(ETP) para la Subregión Mallines y turberas de la
Patagonia Sur e islas del Atlántico Sur.
La superficie estimada de humedales oscila entre el 10 y 12% de la subregión (Tabla 1 capítulo Identificación
y Delimitación de Regiones de Humedales de Argentina), aunque es esperable que la proporción aumente
hacia el sur de Tierra del Fuego e islas Malvinas donde se registra un importante desarrollo de turberas de
diversas características según su emplazamiento hidrogeomórfológico.
P. Kandus
TIPOS DE HUMEDALES rano, así como pequeñas áreas donde el material del
suelo ha sido removido por el viento (cubetas de de-
Toda la subregión se caracteriza por la presencia de flación) que pueden inundarse temporariamente.
mallines, principalmente en las zonas de estepa, y de En la provincia de Tierra del Fuego, al norte del río
turberas, sobre todo en el sur de Tierra del Fuego. En Grande, en las zonas más bajas de los valles, donde
Santa Cruz los humedales del área continental poseen se desarrollan suelos orgánicos sobre rocas terciarias
una alta diversidad fisonómica y florística por estar ricas en nutrientes, se encuentran vegas húmedas neu-
asociados a diferentes estratos geológicos y regíme- trófilas de alta productividad (2.400 kg/ha de biomasa
nes hidrológicos. Según Martínez Carretero (2004) en verano), mientras que en zonas altas, formadas por
pueden identificarse tres unidades de humedales cuyo depósitos cuaternarios pobres, se desarrollan vegas
desarrollo depende de las condiciones locales del te- acidófilas menos productivas (980 kg/ha) (Collantes
rreno: turberas andinas en contacto con los bosques, y Faggi 1999). Hacia el sur, entre el río Grande y la cor-
mallines con acumulación de materia orgánica, y pra- dillera de los Andes se presentan cursos de agua de
deras con suelos arcillosos saturados. baja pendiente y muy meandrosos, cuyos valles alojan
La estepa patagónica del sur de Santa Cruz se carac- vegas y turberas de alimentación fluvial, además de
teriza por la presencia de vegas o mallines, como se cuerpos de agua (Iturraspe y Urciuolo 2000).
denomina localmente a formaciones netamente dife- Tradicionalmente, se ha definido a los turbales (peat-
renciadas de las áreas circundantes por su tipo de sue- lands, en inglés) como ecosistemas de humedal que
lo altamente orgánico y flora característica (Raffaele acumulan materia orgánica muerta (turba) derivada
1999). Estos se ubican en el fondo de los valles y ca- de plantas adaptadas a vivir en condiciones de satura-
ñadones producidos por derretimiento de los hielos ción permanente, reducido contenido de oxigeno y es-
pleistocénicos. Su origen se debe a que la presencia casa disponibilidad de nutrientes (Roig y Roig 2004).
de un horizonte arcilloso en el suelo limita la percola- Una turbera (mire, en inglés) es un tipo de turbal, o una
ción, dando lugar a una napa subsuperficial que puede parte del mismo, donde la turba es producida en la ac-
aflorar sobre el suelo en forma permanente o tempo- tualidad y es acumulada en forma continua en forma
raria. De acuerdo a las ondulaciones del terreno, exis- de estratos, debido a que la tasa de descomposición
ten “vegas húmedas” en el centro de las depresiones, y es menor que la de producción. Existen dos tipos prin-
“vegas xéricas” más cerca de los bordes de las mismas. cipales: la turbera cóncava (fen, en inglés), más rica en
Estos humedales son ricos en biomasa y productivi- nutrientes y de acidez más moderada, frecuentemen-
dad, llegando a constituir el 30% de la superficie en la te dominada por ciperáceas, particularmente Carex
región esteparia al sur del río Coyle (Collantes y Faggi spp, mientras que la turbera elevada (bog, en inglés)
1999). El pulso natural dominante en estos humedales es muy ácida y pobre en nutrientes, y está frecuente-
es el inicio de la temporada productiva con el deshielo mente dominada por musgos del género Sphagnum.
(Collantes y Faggi 1999). En la meseta santacruceña Cabe señalar, sin embargo, que en la literatura es fre-
existen también numerosas lagunas someras, algunas cuente que los términos “turbal” y “turbera” se usen
de las cuales son permanentes y otras se secan en ve- indistintamente.
Expresión espacial de una turbera de valles cordilleranos, al sur de Tierra del Fuego. A la izquierda se observa
el río Lasifashaj, y en el ángulo superior derecho una zona anegada por diques de castores.
Rodolfo Iturraspe
10c SUBREGIÓN MALLINES Y TURBERAS DE LA PATAGONIA SUR E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR
Gabriela Mataloni 303
En Tierra del Fuego, las turberas de la zona del eco- de turbales del sector argentino de la isla de Tierra
tono son típicamente cóncavas, y los suelos turbosos del Fuego, y constituye la principal reserva de turba
tienen un pH superficial de 5 a 6. Están dominados por de Sudamérica (Iturraspe 2010). Según Coronato et
varias especies de Carex, y tienen una biomasa de unos al. (1989) distintas turberas de esta zona tienen tasas
2.000 kg/ha (Collantes y Faggi 1999). El ciclo hidroló- de crecimiento en espesor de 0,51 a 0,71 mm/año. En
gico anual muestra crecidas en la primavera temprana el interior de la Isla de los Estados existen turbales
asociadas al descongelamiento y estiajes entre febre- graminosos y de Astelia pumila, alimentados por las
ro y abril. Una fuente de disturbio importante son las abundantes precipitaciones en el área (Loekemeyer et
crecidas invernales ocasionales por lluvias y deshielo, al. 2005).
que rompen la cubierta de hielo de los ríos y pueden
formar diques de témpanos que luego son expulsados Los suelos de casi toda la extensión de las Islas Malvi-
violentamente del cauce principal. nas están formados por turba, y por eso, de acuerdo
a la clasificación de Ramsar, estas islas serían en sí un
Los cordones montañosos de la cordillera de los An- gran humedal (Scott y Carbonell 1986). La gran mayo-
des están separados por grandes valles de origen gla- ría de las turberas activas están dominadas por Aste-
ciar, en cuyo fondo hay turberas en su gran mayoría de
lia pumila, y otras por el musgo Sphagnum sp. Ambos
Sphagnum y en algunos casos de Astelia o Carex, que
tipos albergan lagunas someras generalmente ácidas
pueden alcanzar profundidades de hasta 10 m (Itu-
con fondos arenosos o arcillosos. Se destaca la ausen-
rraspe y Urciuolo 2000) y alternan con pequeños bos-
cia de turberas de Sphagnum magellanicum (Malvárez
ques formados sobre afloramientos de rocas basales o
et al. 2004). Dado que las primaveras y veranos son
depósitos fluvioglaciares. Las turberas de Sphagnum
secos y ventosos, la fuente principal de disturbios son
presentan gran parte de su superficie cubierta por la-
gunas o charcas (Roig y Collado 2004). Estos cuerpos los incendios por la acumulación de materia orgáni-
de agua pueden congelarse totalmente en invierno, y ca durante el invierno (Matteucci 2012a). En las áreas
sus condiciones físico-químicas varían fuertemente no inundadas permanente o periódicamente que contie-
sólo debido al ciclo hidrológico anual, sino también nen lagunas, lagos y arroyos, existen también humeda-
a diferencias estructurales condicionadas por su ta- les alimentados por la napa freática y dominados por
maño y por la topografía del humedal. Esto da como plantas acuáticas. El clima y la topografía son mucho
resultado una alta diversidad ambiental en este tipo menos favorables al desarrollo extensivo de humeda-
de humedales (González Garraza et al. 2012). Hacia el les en las islas del Atlántico Sur. En el relieve acciden-
este la cordillera pierde altura, y en Península Mitre el tado de las islas Georgias del Sur, existen fangales y
relieve se suaviza hasta conformar extensas planicies turberas en arroyos y manantiales, y musgales (exten-
de turbales, también abundantes en cuerpos de agua siones cubiertas por otros tipos de musgos) en suelos
(Iturraspe y Urciuolo 2000). Esta zona, de 2.400 km2 húmedos. En las islas Sandwich del Sur, en el verano
de extensión, concentra casi el 90% de la superficie hay pequeñas áreas permeadas por agua de deshielo.
304 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Los ojos de agua de las turberas pueden estar enteramente colonizados por musgos del género Sphagnum.
Gabriela Mataloni
10c SUBREGIÓN MALLINES Y TURBERAS DE LA PATAGONIA SUR E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR
Rodolfo Iturraspe 305
de nutrientes (Quiroga et al. 2013). En el valle de An- La avifauna de las islas Malvinas es rica y abundan-
dorra, que contiene tanto turberas elevadas de Sphag- te, contándose una especie endémica de pato vapor
num magellanicum como cóncavas de Carex spp., la (Tachyeres brachypterus) y subespecies endémicas
mayoría de las aves más frecuentes son pequeñas e del macá de oreja blanca (Rollandia rolland) y la gar-
insectívoras, como la mencionada remolinera común za nocturna (Nycticorax nycticorax). Existe una gran
y la dormilona tontita (Muscisaxicola macloviana) en- población del cauquén colorado (Chloephaga rubidi-
tre otras. En verano abundan asimismo los cauquenes ceps), una especie en peligro de extinción en la zona
(Cloephaga spp.). La presencia de diques de castor continental de Sudamérica. Las dos especies endé-
(Castor canadensis) evidencia la distribución de esta micas de peces de agua dulce (Aplachiton zebra y
especie exótica introducida (Iturraspe et al. 2009). En Galaxis maculatus) han declinado debido a la intro-
la Península Mitre se encuentran numerosas especies ducción de la trucha marrón (Salmo trutta) (Scott
de fauna nativa, incluyendo algunas amenazadas y vul- y Carbonell 1986). En las islas Georgias del Sur no
nerables como el zorro colorado fueguino (Lycalopex existen árboles ni arbustos. Hay en total unas 75 es-
culpaeus lycoides), nutria de Magallanes (Lontra feli- pecies de plantas vasculares herbáceas, un tercio de
na), huillín (Lontra provocax), carancho austral (Phal- las cuales son introducidas y se hallan alrededor de
coboenus australis), chorlote blanco (Chionis alba) y las antiguas estaciones balleneras. Las islas albergan
remolinera antártica (Cinclodes antarcticus). En sus numerosas especies de aves, entre ellas pingüinos y
cursos y espejos de agua, no sembrados con salmóni- albatros. Existen también roedores exóticos. En las
dos, se conservaría la ictiofauna nativa de aguas inte- islas Sandwich del Sur se encuentra una sola especie
riores (Loekemeyer et al. 2005). También en las costas de planta vascular, Deschampsia antarctica, y nume-
profundamente recortadas de la Isla de los Estados se rosos musgos y líquenes. Hay importantes colonias
encuentran la nutria de Magallanes, el huillín, el caran- de pingüinos, y el cormorán Phalacrocorax (atriceps)
cho austral y la remolinera antártica, así como una im- georgianus es probablemente endémico de la zona
portante avifauna costera. (Matteucci 2012a).
306 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
Rodolfo Iturraspe
Gabriela Mataloni
sión y su estado prístino no tienen comparación a ni-
vel global. Este hecho, además de su valor estético, las
hace objeto de actividades de turismo de naturaleza y
educación ambiental. Tradicionalmente, sin embargo,
las turberas de Sphagnum han sido explotadas para la
extracción de turba, usada en un tiempo como com-
bustible y ahora principalmente como abono y sus-
Una de las dos turberas que han quedado encerradas
trato para cultivos. En el Valle de Tierra Mayor existen dentro del ejido urbano de Ushuaia, Tierra del Fuego.
emprendimientos turísticos. Los márgenes de las tur-
beras soportan también ganado ovino y bovino.
En Tierra del Fuego, el sobrepastoreo ovino y el pi-
soteo interactúan con los fuertes vientos de la este-
pa fueguina, constituyendo el principal agente de
AMENAZAS Y TENDENCIAS degradación de los suelos de las vegas (Iturraspe y
Urciuolo 2000). Entre las amenazas más importantes
En la provincia de Santa Cruz, tanto los pastizales de que sufren las turberas se cuentan la explotación mi-
suelos húmedos como las vegas de cañadones y las nera, el pastoreo y la modificación del régimen hídrico
comunidades perilacunares se encuentran degradados en las zonas marginales por la actividad de castores.
por el sobrepastoreo, con signos de fuerte compacta- En 2011, el gobierno provincial estableció criterios de
ción por pisoteo, disminución de la riqueza vegetal e ordenamiento y zonificación de turberas (Resolución
invasión de especies exóticas; en áreas de explotación 401/2011 de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y
petrolera, se suma la amenaza de contaminación por Ambiente de la provincia), los que toman en cuenta
hidrocarburos (Collantes y Faggi 1999). Según Mazzo- los bienes y servicios ecosistémicos de las turberas
ni y Vázquez (2004), el pastoreo excesivo y prolonga- para propender a su conservación, priorizan para el
do sería la posible causa de que en la cuenca del río uso minero las unidades degradadas y abandonadas,
Gallegos predominen los mallines degradados (25,3% y la conservación prístina y usos no extractivos en el
de la superficie) sobre los húmedos (5,1%). resto del territorio.
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11 Región Humedales antárticos
CARACTERIZACIÓN ECOLÓGICA-AMBIENTAL
Caracterización física-ambiental
La Antártida se encuentra rodeada por el Océano Antártico, el que representa el 15% de la superficie total
de los océanos del mundo. Su límite norte –que presenta características muy particulares tanto en el aspec-
to físico como biológico– es la Zona de la Convergencia Antártica, o Frente Polar Antártico, situado entre
los 50º y los 60º de latitud sur. En esta zona, las aguas frías y menos salinas que fluyen hacia el norte desde
la Antártida se encuentran con las aguas subantárticas más tibias que fluyen hacia el sur desde los océanos
Atlántico, Indico y Pacífico (Laws 1992), con lo que se establece un claro límite tanto oceanográfico como
biológico (Quintana et al. 1995). La corriente circumpolar, que rodea completamente al continente antár-
tico, es la responsable de las condiciones climáticas rigurosas que lo caracterizan (Ehrmann y Mackensen
1992, Lawyer et al. 1992).
Los archipiélagos de las islas Shetland y Orcadas del Sur, junto con la costa oeste de la Península Antártica
hasta los 72º latitud sur, pertenecen a la región de la Antártida marítima (Huiskes et al. 2006). Esta región
se distingue de la Antártida continental por su clima más húmedo (precipitación media anual 400–500
mm en el norte, descendiendo hasta 50–100 mm en el sur) y menos frío, con dos a cuatro meses al año con
temperaturas medias mensuales sobre los 0 ºC. Estas condiciones determinan la disponibilidad de una con-
siderable cantidad de agua líquida durante los meses de verano. Por el contrario, en la zona de Antártida
continental, que comprende al resto del continente antártico (incluida la costa este de la Península Antárti-
ca), a lo sumo se puede encontrar un mes con temperaturas medias positivas, mientras que la precipitación
anual es solo de 30–70 mm, por lo que a pesar de estar formada por una gigantesca extensión de hielo,
se corresponde con un desierto frío, donde el agua líquida está disponible sólo en pequeñas cantidades y
durante períodos de tiempo generalmente cortos e impredecibles (Huiskes et al. 2006).
Desde el punto de vista político, el Tratado Antártico, que entró en vigencia en el año 1961, regula las rela-
ciones internacionales con respecto a la Antártida, definiéndola como la región comprendida al sur de los
60° latitud sur. La Antártida Argentina forma parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur. Comprende un sector circular delimitado por el paralelo 60º latitud sur al norte, el polo sur, y
los meridianos de 25º y 74º latitud oeste. De esta superficie aproximada de 5 millones de km2, sólo un 25%
está ocupado por tierra firme y barreras de hielo (Izaguirre y Sánchez 2006).
P. Kandus
Rubén Quintana
TIPOS DE HUMEDALES
Tradicionalmente, el estudio de los ambientes antár-
ticos ha dividido a éstos en marinos y terrestres, con
los últimos incluyendo tanto ecosistemas terrestres en
sentido estricto (“secos”) como ambientes de agua
dulce. Sin embargo, existe una fuerte interacción entre
los distintos ambientes terrestres, dada por la varia-
ción temporal de la disponibilidad de agua en estado
líquido y reflejada en la distribución de pequeños or-
ganismos tales como las algas y cianobacterias (Allen-
de y Mataloni 2013). Sólo desde hace aproximada-
mente una década se ha propuesto el uso del término
“humedal” para Antártida y muchos trabajos de inves-
tigación han comenzado a reconocer la importancia
de los pulsos de agua líquida como reguladores de las
interacciones entre un cuerpo de agua y el paisaje cir-
cundante (Rochera et al. 2010).
Sabacká y Elster (2006) definieron como humedal en
la Antártida a todos los tipos de hábitats en los que el
derretimiento del permafrost, los glaciares y los ban-
cos de nieve da como resultado la provisión de agua
líquida durante el breve período estival. Desde este
punto de vista, en la zona de Antártida marítima los
paisajes costeros son frecuentemente ricos en hume-
dales.
Entre los tipos de humedales presentes se cuentan
Rubén Quintana
Charcos en depresiones.
áreas de nidificación, cría y descanso de avifauna y nos ambientes de la Antártida continental, donde son
mamíferos marinos. Aquí se produce el intercambio de la mayor fuente de biodiversidad y de fijación de car-
materia y energía entre las comunidades acuáticas y bono (Moorhead et al. 2005).
terrestres por vía de las relaciones tróficas que tienen
En la Antártida no existen peces de agua dulce. Las
lugar entre ambas zonas. Muchas especies de aves y
tramas alimentarias están enteramente compues-
mamíferos marinos se alimentan en el mar y descan-
tas por comunidades planctónicas donde el eslabón
san o se reproducen en las áreas terrestres, aportando tope es a lo sumo un pequeño crustáceo (tales como
al ecosistema terrestre nutrientes fundamentales, tales Branchinecta gaini y Boeckella poppei), por lo que su
como el nitrógeno, a través de la ingestión de orga- simplicidad las hace especialmente interesantes para
nismos marinos y su posterior deyección en aquellas el estudio de interacciones tróficas. La composición y
áreas en que se congregan. Aparte de este aporte de abundancia del plancton en cuerpos de agua some-
nutrientes, la diversidad microambiental que ofrecen ros varían en relación a la cantidad de nutrientes, que
los humedales costeros es aprovechada por un gran son mayormente aportados por poblaciones de aves
número de organismos, en particular los que integran y mamíferos marinos (Izaguirre et al. 2003), desta-
los “tapetes microbianos”. Los tapetes microbianos cándose las algas mixotróficas (pequeñas crisofitas)
son una comunidad dominada por las cianobacterias como dominantes en ambientes oligotróficos, ya que
filamentosas del orden Oscillatoriales (Phormidium están fuertemente adaptadas a bajas temperaturas e
spp., Leptolyngbya spp.) las que a través de sus vainas intensidades de luz y complementan su dieta con la
mucilaginosas atrapan y fijan partículas de sedimento, depredación de bacterias. Además se encuentran las
proveyendo de refugio y nutrientes a algas, bacterias, clorofitas flageladas (Volvocales), más exitosas en
microorganismos heterótrofos (ciliados, flagelados, ri- ambientes hipereutróficos, donde la concentración de
zópodos) y metazoos (rotíferos, tardígrados y nema- clorofila supera 1 mg.L-1 (Allende y Mataloni 2013). La
todos) (Mataloni 2007). Tienen una gran importancia gran cantidad de endemismos que caracterizan a la
ecológica ya que colonizan casi todos los ambientes microbiota de los humedales antárticos (Komárek et
de humedal enumerados anteriormente además de ser al. 2008, Mataloni y Vélez 2009) evidencia la singu-
los colonizadores primarios en sucesiones formadoras laridad de estos ambientes a nivel global y sugiere un
de suelos minerales (Wynn-Williams 1990). Pueden papel fundamental como reservorios de una biodiver-
cubrir áreas de cientos de metros cuadrados en algu- sidad aún no totalmente relevada.
11 REGIÓN HUMEDALES ANTÁRTICOS 317
Gabriela Mataloni
11 REGIÓN HUMEDALES ANTÁRTICOS
Rubén Quintana 319
sido introducida por el hombre; pese a esto, sus ca- Los ecosistemas antárticos son particularmente frági-
racterísticas ecológicas y fisiológicas le han permitido les ante los disturbios y poseen una muy baja resilien-
sobrevivir en la Antártida Marítima. Otro ejemplo es el cia ya que requieren largos tiempos de recuperación.
de la introducción en los años 50 en la base argentina Por ejemplo, las zonas de humedales costeros con
Primavera de una gramínea del género Poa originaria desarrollo de líquenes y musgos son particularmente
de Tierra del Fuego. Si bien esta planta no se ha dis- sensibles al impacto humano. Las briofitas, a pesar de
persado en la zona, aún sobrevive en el sitio de su in- ser muy resistentes al frío, el hielo y la sequía, son muy
troducción en condiciones climáticas rigurosas (Agraz vulnerables al pisoteo y tardan muchos años en recu-
et al. 1994, Pertierra et al. 2013). perarse debido su bajísima tasa de crecimiento. Así,
el tiempo necesario para que un colchón de musgos
La pesca no regulada afecta la integridad ecológica vuelva a cubrir un sustrato rocoso de la Antártida Ma-
del océano austral y reduce drásticamente las pers- rítima puede ser de unos doscientos años, y una sola
pectivas de sustentabilidad de las especies de peces pisada puede destruir un talo del liquen Usnea antarc-
involucradas. En algunos casos se ha observado una tica de unos seiscientos años de edad (Kappen 1984).
sobreexplotación del recurso como en el caso de No- Por ejemplo, la construcción en la isla 25 de Mayo
tothenia rosii, cuyas poblaciones, reducidas en más de (Shetlands del Sur) de la base coreana King-Sejong en
un 90% entre 1965 y 1982, no se han recuperado des- la década del 90 produjo la destrucción de la mayor
de entonces a pesar de las medidas de conservación parte del suelo primigenio de Caleta Mariana y con ello
implementadas (en el año 1982 entra en vigencia la la desaparición de la flora y la microfauna asociadas. El
Convención sobre Conservación de los Recursos Vi- impacto de las actividades locales comprende el des-
vos Marinos Antárticos). Actualmente, se estima que plazamiento de vehículos y el pisoteo provocado tanto
la pesca ilegal representa un porcentaje equivalente por el personal de las bases como de los contingentes
al de la pesca regulada debido a que tanto la inmensi- de turistas que arriban a ésta (Quintana 2006).
dad de este océano como las condiciones inhóspitas En cuanto al turismo antártico, aún no existe un siste-
de su entorno obstaculizan la aplicación y el control de ma establecido del manejo de la cantidad de visitan-
las medidas de conservación. Además, tanto el tipo de tes y del crecimiento de dicha actividad. Dicho creci-
arte de pesca como el material de descarte de la acti- miento ha sido tal que entre el verano 1984-85 hasta
vidad pueden generar otros daños, incluyendo la mor- 1999-2000 el número de visitantes se incrementó des-
talidad incidental de aves en la pesca de palangre y la de un 2.509,19% (de 544 visitantes a 13.687) y llegó a
muerte de las focas antárticas cuando éstas quedan alcanzar un máximo de 45.213 turistas en la temporada
enredadas en las redes y las líneas de pesca o bien si 2007-08. En el verano de 2013-14 desembarcaron en
ingieren material plástico (Izaguirre y Sánchez 2006). este continente 37.405 turistas, casi todos a través de
Gabriela Mataloni
11 REGIÓN HUMEDALES ANTÁRTICOS 321
Charco ornitogénico.
cruceros fletados por compañías localizadas en países refugios glaciares y representan actualmente “puntos
miembros del Tratado Antártico, mientras que el res- calientes” de biodiversidad (Fraser et al. 2014). Esto la
to lo hizo en veleros u otras embarcaciones privadas. convierte en objeto de atención para la investigación
Este número supera al total de personal destacado en científica, pero por otra parte su particular paisaje vol-
todas las bases científicas del continente y cada viaje cánico atrae al turismo, ya que recibe más de 10.000
suele durar entre diez y veintiún días. Otras activida- visitantes al año (British Antarctic Survey 2004), los
des turísticas ofrecidas últimamente por las compa- que pueden alterar la importante evidencia científica
ñías especializadas incluyen campamento, escalada, disponible sólo en las condiciones excepcionales de
canotaje, buceo y sobrevuelos en helicópteros (IAATO este singular medio. Está claro que el principal proble-
2005). La mayoría del turismo antártico se desarrolla ma del manejo del turismo en la Antártida es que esta
en sitios relativamente accesibles y con alta riqueza actividad trasciende las fronteras de los países y que,
faunística. Estos sitios se encuentran principalmente por lo tanto, deberá ser encarado como una estrate-
en la costa oeste de la Península Antártica, en el sec- gia global, a fin de lograr que se desarrolle de mane-
tor antártico argentino, mientras que el segundo lugar ra sostenible y con el menor impacto posible sobre el
corresponde al Mar de Ross. ambiente. Esto representa uno de los grandes desafíos
antárticos para los años venideros (Quintana 2006).
La superposición de actividades humanas en puntos
de alta concentración de biodiversidad constituye un Los desechos derivados de la actividad turística repre-
punto conflictivo. La irrupción de grupos de visitantes sentan otro problema de envergadura para la región
en áreas de nidificación de aves y de cría de mamí- ya que a muy bajas temperaturas la degradación de
feros marinos puede llevar a la interrupción temporal residuos es extremadamente lenta. Varios estudios
o permanente de los ciclos reproductivos, como es (Lenihan 1992, Miller et al. 1999, Lurman et al. 2010)
el caso de las colonias de pingüinos, que son poco demostraron que las aguas de la Bahía Winter Quar-
tolerantes a la presencia de visitantes. La llegada de ters aún poseían un nivel de contaminación significa-
grandes contingentes de turistas puede aparejar tam- tivo debido a los desechos vertidos en sus aguas cua-
bién la introducción de nuevos organismos con posi- renta años antes. Aunque en la actualidad el Protocolo
bles consecuencias negativas para la biota nativa. Por al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Am-
ejemplo, la isla Decepción posee condiciones ambien- biente contempla reglamentaciones rigurosas para el
tales extremas derivadas de su actividad volcánica manejo de los residuos, aún resulta complicado poder
pasada y actual. Se postula que los sitios de activi- llevar a cabo un efectivo sistema de control de las em-
dad geotérmica como éste pueden haber constituido barcaciones que surcan los mares antárticos.
322 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
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Consideraciones finales
Francisco Firpo Lacoste
Consideraciones finales
Priscilla Minotti
CONSIDERACIONES FINALES 329
de los humedales en estas áreas depende de la exis- interanual tendría una importante afectación sobre la
tencia de emplazamientos geomorfológicos y caracte- expresión de los humedales en relación al contexto te-
rísticas litológicas que faciliten el almacenaje del agua rrestre. Aquí, una enorme diversidad de lagunas (tur-
superficial (por lluvias locales o desbordes de cauces) bias, claras, vegetadas y de aguas abiertas) y praderas
o aportada en forma subterránea desde los acuíferos. con pastizales y pajonales hidrófilos se expanden y
La superficie estimada de humedales en estas regiones contraen, conectan y desconectan según se trate de
y subregiones no supera el 7% de la superficie (con ex- años afectados por el fenómeno del Niño, la Niña o
cepción de la subregión Salinas de la Depresión Central años neutros, jugando un papel fundamental en la re-
(6c), para la que se estimó una superficie de humeda- gulación de los excedentes hídricos de la zona. Hacia
les del 21% vinculada a la presencia de grandes exten- el oeste, en la subregión Lagunas salobres de la Pampa
siones de salinas). Los humedales presentan una gran interior (8b), las condiciones climáticas regionales se
diversidad de tipos: turbales (vegas y mallines carac- tornan más rigurosas, con un marcado déficit hídrico
terizados por la presencia de praderas húmedas con regional que determina que los humedales caracterís-
abundante contenido de materia orgánica en los sue- ticos estén representados casi con exclusividad por
los) que garantizan la provisión de agua dulce para mu- lagunas someras salobres o saladas, salinas y salitrales.
chas comunidades, así como forraje de calidad para la En el caso de la región Humedales del Chaco (2), en un
actividad ganadera local; bañados con praderas y pa- contexto regional de marcado déficit hídrico, sobresa-
jonales vinculados a los cauces fluviales; lagunas some- le la heterogeneidad de los paisajes presentes a escala
ras con una gran variedad de condiciones limnológicas; regional. La región concentra sistemas complejos de
salinas y barreales. Todos ellos cumplen roles críticos humedales, alimentados por precipitaciones locales
en cuanto a la regulación de los regímenes hídricos lo- (ej. Bajos Submeridionales) o por desbordes de los
cales y de los ambientes terrestres circundantes. principales ríos alóctonos (ej. derrames del Bermejo y
En las regiones Humedales montanos precordilleranos Bañados de Figueroa) que se imbrican con paisajes te-
y subandinos (1) y Humedales misioneros (4), y las su- rrestres donde los humedales constituyen elementos
bregiones Malezales, tembladerales y arroyos litora- individuales como lagunas someras de diversos tipos.
leños (5c) y Mallines y turberas de la Patagonia Sur Las regiones Humedales del Chaco (2) y Humedales
e islas del Atlántico Sur (10c), al igual que en el caso de la Pampa (8) mostraron diferencias notorias entre
anterior, los humedales son entidades aisladas confi- las estimaciones de la superficie ocupada por hume-
nadas en emplazamientos geomórficos dentro de una dales con los dos criterios usados. En el caso de la re-
matriz terrestre. Sin embargo, el contexto climático re- gión 2, los valores pasan de 46% de la superficie con
gional ofrece un balance hídrico positivo vinculado a la el criterio edáfico al 20% con el criterio de coberturas.
provisión de lluvias y/o a la escasa evapotranspiración En las subregiones pampeanas estos valores son de
asociada a las bajas temperaturas y, en cambio, es el 47% al 10% en la subregión 8a y del 19% al 8% en la
relieve enérgico el factor que limita la expresión es- subregión 8b. Más allá de los aspectos metodológicos
pacial de los humedales. En las dos primeras regiones ya mencionados, no se puede desconocer que ambas
(1 y 4), la estimación de la superficie actual ocupada regiones han sido el foco de una profunda transfor-
por humedales no supera el 4%, pero los mismos for- mación en el modelo agrícola-ganadero durante las
man una intrincada trama que se integra a los ecosis- últimas décadas. Este es un proceso que involucró un
temas boscosos del entorno, resultando en arroyos, avance notable de la frontera agrícola por sobre las
cascadas, pequeños pantanos y lagunas que confor- coberturas naturales y el desarrollo de obras de in-
man ambientes críticos en el ciclo de vida de muchas fraestructura para la gestión del agua que no pueden
especies. La subregión Malezales, tembladerales y ser ignorados a la hora de valorar estos resultados.
arroyos litoraleños (5c), aunque también está limitada
por su topografía, se caracteriza por la abundancia de La región Humedales costeros (9) se extiende a lo lar-
humedales (estimada en el 21% de la superficie regio- go de los más de 5.000 km de costa y los humedales
nal), y la diversidad de sus tipos. Se encuentran aquí ocupan una gran proporción (con estimaciones del
malezales, bañados de altura, humedales asociados a 85% de la superficie de la subregión bonaerense y del
la abundante red hídrica y complejos fluvio-costeros 44% de la subregión patagónica e islas del Atlántico
relacionados con el tramo final del río Uruguay. En el Sur). Su situación de interfase entre las aguas abiertas
caso de la subregión Mallines y turberas de la Patago- profundas (marinas o estuáricas) y el sector terrestre
nia Sur e islas del Atlántico Sur (10c), los humedales (continental o insular), y su régimen hidrológico domi-
ocupan aproximadamente un 12% de la superficie y los nado por la influencia mareal, la diferencian del resto
más importantes corresponden a una gran variedad de las regiones. Debido a la forma y posición geográ-
de turbales, que incluyen vegas o mallines y en par- fica del país, en esta región se registran fuertes gra-
ticular turberas. Estos ambientes se destacan por sus dientes térmicos y de amplitud de mareas en sentido
servicios como sumideros de carbono y su papel en norte-sur, que se imbrican con gradientes locales de
salinidad, energía del oleaje e inundabilidad, asociados
la regulación del flujo hidrológico y la depuración de
a la interfaz tierra-agua. Dentro de esta región, los hu-
la calidad de las aguas. La subregión Lagos, cursos de
medales se expresan casi sin solución de continuidad
agua y mallines de los Andes Patagónicos (10a), con
de norte a sur, con una gran variedad de ambientes.
una superficie que ronda el 8%, también podría incluir-
A veces los humedales se expresan en parches aisla-
se en este último grupo de regiones aunque el balance
dos, en angostas franjas y otras veces formando ex-
hídrico regional no es tan favorable y presenta un con-
tensos complejos de marismas, particularmente en la
siderable déficit hídrico estival.
subregión bonaerense como en Samborombón, Bahía
La subregión Lagunas de la Pampa Húmeda (8a) resul- Blanca, Mar Chiquita y San Blas. En Patagonia también
ta bastante particular, ya que la variabilidad climática se internan en el continente formando rías y estuarios
330 REGIONES DE HUMEDALES DE LA ARGENTINA
volucran, particularmente en los paisajes de humedal, ha sido mencionada como amenaza para las regiones
la fragmentación y pérdida de conectividad de estos Humedales montanos, precordilleranos y subandinos
ambientes, provocando la degradación de los hume- (1), Humedales de la Pampa (8) y Humedales coste-
dales que persisten. El proceso de transformación de ros (9) y las subregiones Malezales, tembladerales y
los modos de producción agrícola-ganadera que ocu- arroyos litoraleños (5c), Ríos y arroyos de los valles
rrió durante las últimas décadas constituye uno de los intermontanos (6a) y Lagos, cursos de agua y mallines
principales motores de este proceso de pérdida y frag- de los Andes Patagónicos (10a). La actividad minera,
mentación de humedales. que puede involucrar tanto la extracción excesiva de
agua como la contaminación por vertido de residuos,
La presión sobre los ecosistemas de humedal, deriva-
emerge como una amenaza en las regiones Humeda-
da de la sobreexplotación de recursos naturales, pare-
les altoandinos y de la Puna (3) y Humedales del Monte
ciera naturalizarse; por lo cual no sorprenden los nive-
Central (7), y subregiones Ríos y arroyos de los valles
les de degradación en áreas de gran fragilidad, donde
intermontanos (6a), Arroyos y mallines de las sierras
los humedales conforman apenas parches aislados en
el paisaje terrestre; por ejemplo en la región Humeda- centrales (6b) y Mallines y turberas de la Patagonia Sur
les de la Patagonia (10) donde los procesos de deser- e islas del Atlántico Sur (10c). En este sentido deben
tificación por sobrecarga ganadera atentan contra la ser señalados con particular énfasis, los proyectos de
integridad de los mallines. También, en áreas donde explotación de litio que ponen en riesgo la integridad
la matriz del paisaje está conformada por humedales, y permanencia de ambientes tan particulares y sensi-
como en el caso de la planicie de inundación del río bles como los salares y las vegas de la subregión 3a.
Paraná (subregión 5a) se registran niveles de deterioro Las amenazas citadas a lo largo del presente traba-
de las cubiertas vegetales y otros impactos asociados jo, interpelan acerca de los modos de producción y
a la sobrecarga ganadera y modalidades de esta acti- uso de los recursos, dado que ponen de manifiesto la
vidad no adaptadas a los ambientes de humedal, que estrecha conexión entre los humedales y los ecosis-
pueden impactar sobre la sustentabilidad de otras ac-
temas terrestres y acuáticos aledaños. Por una parte,
tividades de importancia económica como la pesca y
la gestión de los recursos hídricos debe incorporar la
la apicultura.
dimensión de los humedales, teniendo en cuenta los
La extracción excesiva de agua de los humedales o servicios de regulación hidrológica que brindan y los
aguas arriba de los mismos en los cauces y vertientes requerimientos de aportes de agua por parte de estos
de aporte, es señalada como una amenaza, en parti- ecosistemas, como sostén del desarrollo urbano y de
cular en las subregiones Vegas, lagunas y salares de la las actividades productivas. Finalmente, como estra-
Puna (3a), Malezales, tembladerales y arroyos litora- tegia de gestión, el establecimiento de pautas de or-
leños (5c), Ríos y arroyos de los valles intermontanos denamiento ambiental del territorio debiera abordar
(6a) y Lagunas salobres de la Pampa Interior (8b) y a los humedales en forma conjunta e integrada a los
en la región Humedales del Monte Central (7). La con- ecosistemas terrestres y acuáticos en el paisaje, re-
taminación, ya sea a partir de los centros industriales, conociendo los valiosos servicios ecosistémicos que
usos agropecuarios y las concentraciones urbanas, brindan.
Estero.
Priscilla Minotti
CONSIDERACIONES FINALES 333
A MODO DE CIERRE Benzaquén, L., Blanco, D., Bo, R., Firpo Lacoste, F., Kan-
dus, P., Lingua, G., Minotti, P. y R. Quintana. 2009.
La regionalización busca poner en evidencia la impor- Avances sobre la propuesta metodológica para un
tancia de considerar al paisaje como vínculo clave en- sistema nacional de clasificación e inventario de los
tre los humedales y su dependencia con los flujos de humedales de Argentina. Informe Técnico.
agua regionales (superficiales o subterráneos). Esto es
Brinson, M. y A.I. Malvárez. 2002. Temperate freshwa-
un aspecto de singular relevancia para la toma de de-
ter wetlands: types, status, and threats. Environ-
cisiones en el ordenamiento ambiental del territorio y
mental Conservation 29 (2): 115–133.
la valoración de los servicios ecosistémicos. Las regio-
nes y subregiones de humedales ponen de manifiesto Burkart, R., Bárbaro, N., Sánchez, R.O. y D.A. Gómez.
la gran abundancia y diversidad de tipos de humeda- 1999. Ecorregiones de la Argentina. Administración
les que hay en el país, y conforman una base para la de Parques Nacionales y Secretaría de Recursos
comprensión y el análisis de su expresión espacial. Naturales y Desarrollo Sustentable. 43 pp.
Este trabajo es un primer ejercicio de regionalización Fabricante I., Minotti, P. y P. Kandus. En prep. Mapa de
de humedales del territorio nacional y como tal cons- humedales de Argentina a partir de coberturas del
tituye la primera versión del nivel 1 del Inventario de suelo.
Humedales. En esta oportunidad se han generado 11
regiones, 6 de las cuales a su vez han sido subdivididas Kandus, P., P. Minotti y A.I. Malvárez. 2008. Distribution
en subregiones. of wetlands in Argentina estimated from soil charts.
Acta Scientiarum, 30 (4): 403-409. Brasil.
En cada unidad regional se han destacado los as-
pectos sobresalientes de la distribución espacial y la Loveland, T R y J.T. Merchant. 2004. Ecoregions and
abundancia de los humedales, los tipos de humedales ecoregionalization: Geographical and Ecological
presentes, el aporte que realizan al mantenimiento de Perspectives. Environmental Management 34 (1):
biodiversidad regional, los servicios ecosistémicos que S1–S13.
proveen, los usos más significativos y las amenazas
Minotti, P., Ramonell, C. y P. Kandus. 2013. Regionaliza-
para su conservación.
ción del corredor fluvial Paraná-Paraguay. En Ben-
Estamos seguros de que este marco regional consti- zaquén, L., Blanco, D., Bó, R., Kandus, P., Lingua, G.,
tuye un avance sustancial en el conocimiento de los Minotti, P., Quintana, R., Sverlij, S. y L. Vidal (eds.).
humedales del país y esperamos se adopte como una 2013. Inventario de los Humedales de Argentina.
herramienta clave para su gestión. Sistemas de paisajes de humedales del Corredor
Fluvial Paraná-Paraguay. Secretaría de Ambiente y
Desarrollo Sustentable de la Nación. Proyecto GEF
4206 – PNUD ARG/10/003.
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cience 58 (5): 403-414. and shelf areas. BioScience, 57 (7): 573-583.
Esta publicación presenta las regiones
y subregiones de humedales de la
Argentina (Nivel 1 del Inventario
Nacional de Humedales) identificadas
en base a variables que condicionan
la presencia, expresión espacial y
características ecológicas de los
humedales. Comprende también una
caracterización ambiental
de cada una de las regiones y
subregiones identificadas, que abarca
aspectos físicos y ecológicos.
Este trabajo permite apreciar la gran
abundancia y diversidad de tipos
de humedales que hay en nuestro
país, así como el papel fundamental
y diferente que juegan en cada una
de las regiones en términos de los
servicios ecosistémicos que proveen.
La definición de las regiones de
humedales permite mejorar la
comprensión sobre los fenómenos
geográficos que condicionan el
funcionamiento de los humedales y
conforma una base para el análisis de
su expresión espacial.
ISBN: 978-987-29811-6-7