El Juicio de Nuremberg
El Juicio de Nuremberg
El Juicio de Nuremberg
ÍNDICE
A. Antecedentes
B. Los acusados
o B1. Abogados defensores
Los 24 acusados
Organizaciones acusadas
C. El Tribunal Militar Internacional
o C1. Los jueces del Tribunal Militar Internacional
o C2. El consejo Fiscal
D. Las imputaciones
E. Los preparativos para el juicio, octubre de 1945
F. El juicio
G. Los veredictos
H. Las sentencias
I. Cumplimiento de las penas
J. Vídeo
K. Documentales
L. Fuentes
A. Antecedentes
En plena guerra y todavía sin que se hubiera abierto el ansiado segundo frente en Europa
las potencias aliadas habían decidido crear una comisión de crímenes de guerra. Todo
surgió en Moscú a finales de 1943, durante un encuentro entre Stalin, Roosevelt y
Churchill. Sin embargo no fue hasta Abril de 1944 cuando se aceleró el proceso.
El 2 de mayo de 1945, dos días después del suicidio de Hitler, Truman designó a Robert
Jackson como representante norteamericano en el procedimiento. En junio se reunieron
el Londres delegaciones de los cuatro países que estarían representados durante el
procedimiento, Estados Unidos de América, el Gobierno Provisional de la República
Francesa, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviética. Habían sido ellas las que habían hecho el mayor esfuerzo durante
la guerra y los otros diecinueve países de la coalición aliada decidieron finalmente
delegarles la responsabilidad de hacer justicia.
Finalmente se decidió la localización del juicio. Berlín habría sido la ubicación más natural
pero, al ser una ciudad destrozada por la guerra, carecía de las instalaciones necesarias
para albergar una empresa de tanta envergadura. Nuremberg se convirtió en la mejor
opción, contaba con el mayor juzgado que aún se tenía en pie en Alemania y la prisión
anexa al juzgado también se conservaba en buenas condiciones.
Una vez formulado los cuatro cargos: Conjura o conspiración, crímenes contra la paz,
crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad solo quedaba escoger a los
protagonistas. Cada una de las cuatro potencias seleccionó a un juez y a un suplente
que asistiría a las audiencias y que únicamente votaría en caso de enfermedad del
primero.
Para facilitar el trabajo, los cuatro países acusadores decidieron dividirse los cuatro
cargos. Los norteamericanos se encargaron de la conjura, los británicos se centraron en
las invasiones, los franceses en los crímenes contra la paz y los soviéticos se quedaron
con los cargos tercero y cuarto, esto es, crímenes de guerra y crímenes contra la
humanidad.
Quedaba quizás los más importante por decidir y que ni estuvo ultimada ni siquiera
después del comienzo del juicio el 20 de noviembre; los acusados. Anteriormente se
había llegado a la conclusión de que Italia ya había sufrido bastante, con lo que en
Nuremberg los italianos no se sentarían en el banquillo de los acusados. En cuanto a los
alemanes los capturados por británicos y norteamericanos sufrían por su destino en los
dos campos en los que estaban internados, Dustbin y Ashcan.
Muchas figuras clave como Hitler, Himmler o Goebbels se habían suicidado, el jefe de la
RSHA Reinhard Heydrich asesinado, Fritz Todt responsable de los trabajos forzados
muerto en un accidente aéreo. De entre los que quedaban, Góring, Von Ribbentrop y
Hess. La dificultad yacía en que se desconocía bastante a hombres como Ernst
Kaltenbrunner, director de la RSHA y sustituto de Heydrich, o Alfred Rosenberg el
ideólogo del régimen y ministro de los Territorios Ocupados del Este.
Varios casos iban a ser difíciles de probar, como el caso de Constantin von Neurath,
destituido en 1938 como ministro de Asuntos Exteriores en favor de von Ribbentrop y
sustituido por Heydrich como gobernador de Bohemia y Moravia. Gustav Krupp, elegido
a propuesta de los británicos como representante de la industria armamentística
alemana, con mucho retraso, se descubrió que el inculpado eran un septuagenario senil
medio paralizado por un ataque cerebral desde 1941. Fue en vano el intento de Jackson
de sustituirlo por su hijo Alfre Krupp.
Robert Ley, líder del frente de Trabajo Alemán (DAF) el único sindicato permitido por los
nazis, se suicidó el 25 de octubre de 1945 evitando así sentarse en el banquillo de los
acusados.
B.Los acusados
A continuación la lista de los 24 acusados, cada uno de los nombres contiene el enlace
a la biografía correspondiente que tenemos de ese mismo personaje en el Foro, donde
se pueden ver abundantes fotografías y vídeos de todos ellos durante el juicio.
El gabinete del Reich, en total 48 personas que habían tenido cartera ministerial
con Hitler, incluidos aquellos a los que ya se procesaba individualmente, y a
todos los demás miembros del Consejo Secreto de Defensa y del Consejo de
Ministros.
La Schutzstaffel o SS, nació como el servicio de guardaespaldas personales
de hitler. Creció hasta convertirse en la élite militar y racial del partido. Las
unidades de las SS participaron en las acciones que desembocaron en la guerra.
Administraron los campos de concentración. Asesinaron a partisanos, rehenes y
judíos a traves de los Einsatzgruppen.
]La Sturmabteilung o SA, los camisas pardas del partido en los años veinte y
treinta. Llegó a contar con miles de miembros perfectamente organizados
amenazaban a los opositores del partido y a los judíos.
El Sicherheitsdienst o SD, Servicio de seguridad e inteligencia del partido
creado por Himmler y dirigido por Heydrich hasta el asesinato de éste en 1942.
Como otras organizaciones del aparato nazi sus funciones se solapaban con
otras entidades, como la Abwehr a la que absorbió en 1944. Sus agentes
participaron en actividades de sabotaje y de espionaje.
La Geheime Staatspolizei o Gestapo,Creada en 1933 por Göring.
Instrumento de represión y terror entre los propios ciudadanos alemanes,
también participó en la ejecución de los partisanos y en el asesinato de judíos.
El Estado Mayor y Alto Mando de las Fuerzas Armadas Alemanas, alrededor de
130 oficiales con un cargo diferenciado en el seno de la jerarquía militar entre
1938 y 1945: comandantes en jefe de uno de los tres ejércitos, o jefes de
Estado Mayor o con cargo en el OKW.
El cuerpo de Líderes Políticos del NSDAP, organización jerárquica mediante la
cual los nazis proclamaban sus órdenes e ideología. Comprendía desde los
ministros, el Gauleiter jefe de los Gau (distrito), en Alemania y en los territorios
ocupados en 1943 era de 43 en total. Cada Gau estaba dividido en varios Kreise
o distritos, cada uno de ellos dirigido por un Kreisleiter o líder del distrito. El
número total de Kreise en 1943 era de 920. Cada Kreis, a su vez, estaba
dividido en varios Ortsgruppen o grupos locales, dirigidos por los
Ortsgruppenleiter (líder de grupo local). El Ortsgruppe era la unidad básica del
NSDAP y debía estar formado, al menos, por 15 militantes. Los Ortsgruppen
fueron divididos en Zellen (células), dirigidos por un Zellenleiter (líder de célula)
y las Zellen fueron divididas en Block (bloques), dirigidas por un Blockleiter o
líder de bloque. En total más de 600.000 miembros, pero en los ámbitos locales
no exhibieron demasiada autoridad ni cometieron delitos graves por lo que, en
este caso, la acusación se limitó a llevar a juicio a la cúpula.
Joachim von Fritz Sauter hasta el 5/01/1946 y Martin Horn hasta el final del
Ribbentrop juicio
Constantin von
Otto Freiherr von Luedinghausen
Neurath
Organizaciones acusadas
Defendido Abogado
Estado Mayor y Alto Franz Exner hasta el 27/01/1946 y Hans Laternser hasta el final
Mando del juicio
Francia
Fiscal jefe
Consejeros jefe
Consejeros asociados
Sidney S. Alderman
General de Brigada Telford Taylor
Coronel John Harlan Amen
Ralph G. Albrecht
Consejeros Auxiliares
República Francesa
Fiscales Jefe
François de Menthon
Auguste Champetier de Ribes
Charles Dubost
Edgar Faure
Ayudantes de la fiscalía
Pierre Mounier
Charles Gerthoffer
Delphin Debenest
Henry Delpech
Jacques B. Herzog
Constant Quatre
Serge Fuster
Henri Monneray
Fiscal Jefe
Consejero directivo
Consejeros delegados
Fiscal Jefe
Ayudantes de la fiscalía
D. Las imputaciones
Cargo primero: Conjura o conspiración
Participación como responsable, organizador o cómplice en el complot para
cometer los otros tres cargos.
Cargo segundo: Crímenes contra la paz
Planificación o prosecución de una guerra de agresión
Cargo tercero:Crímenes de guerra
Violación de las leyes y costumbres de la guerra, entre ellas el maltrato de la
población civil en territorio ocupado, el asesinato de prisioneros de guerra y el
asesinato de rehenes.
Cargo cuarto: Crímenes contra la humanidad
Asesinato, exterminio, esclavización y persecución por motivos políticos o
raciales de la población civil antes o durante la guerra.
En octubre de 1945 los 24 jerarcas nazis no supieron hasta el día 6 que se sentarían en
el banquillo de los acusados. Reunidos y alojados en la prisión situada junto a la sala de
vistas, su ansiosa espera se prolongó aún des semanas más hasta descubrir los detalles
de los crímenes de los que se les acusaba.
Otro detalle no menos importante era decidir quién iba a ser el presidente del Tribunal.
El norteamericano Biddle parecía el candidato más idóneo pero considerando que los
norteamericanos iban a dominar el juicio con sus recursos, sería mejor que el Tribunal
lo dirigiera un representante de otra nacionalidad. El elegido fue el Británico Geoffrey
Lawrence.
F. El juicio
Posteriormente serían los soviéticos y los franceses los que presentarían sus
acusaciones. El 17 de diciembre comenzaron las acusaciones del caso contra las
organizaciones, incluida la SS. Parte del caso de la SS se basaba en pruebas de la
implicación de sus médicos en experimentos con los prisioneros de los campos de
concentración.
A pesar de que se presentaron pruebas irrefutables del holocausto perpetrado por los
nazis, la acusación no plasmó del todo su naturaleza genocida, en parte debido a que
los soviéticos se negaron a aceptar que el exterminio de los judíos se pudiera diferenciar
de los asesinatos de otros grupos políticos y raciales indeseables, como los eslavos y los
comisarios soviéticos, y en parte también porque los Aliados no habían logrado capturar
a Eichmann, huido a Argentina. Se insistió tan poco en le tema de los judíos que un
testimonio que resultaría fundamental durante el proceso, el del comandante de
Auschwitz, Rudolf Höss, salió a la luz porque fue llamado como testigo de la defensa de
Kaltenbrunner.
Otra de las organizaciones acusadas fue el OKW (Oberkommando der Wehrmacht o Alto
Mando de la Wehrmacht). La fiscalía pretendía probar la implicación del OKW, tanto de
su personal como en lo relativo a las acciones llevadas a cabo por la Wehrmacht, en
crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Desde el 2 de enero, la fiscalía presentó los casos contra cada uno de los acusados en
relación con los cuatro cargos. El primero que se trató fue el de Kaltenbrunner. Durante
las tres semanas que siguieron, la exposición se hizo de manera aleatoria, con
interrupciones para la presentación de pruebas relacionadas con el resto de los cargos,
e incluso con la introducción de los casos referentes a crímenes de guerra y contra la
humanidad.
Nada despertaba tantas emociones en la sala como las interminables listas de las
atrocidades cometidas por los alemanes. Resultó evidente que ni las mujeres ni los niños
eran ajenos a los asesinatos masivos perpetrados por los nazis. El único español que
testificó durante los juicios fue Francisco Boix, y lo hizo a petición de los franceses,
contra Ernst Kaltenbrunner y Albert Speer. Pudo probar durante el juicio la presencia de
ambos en Mauthausen y demoler así su alegato de que desconocían los campos de
exterminio. En su declaración fueron proyectadas algunas de las fotografías que habían
sido preservadas de la destrucción en Mauthausen y que fueron sacadas del campo por
los españoles y escondidas en el patio de la casa de Anna Pointner, que vivía cerca del
campo.
Ernst Kaltenbrunner junto a Himmler en una visita al Campo de concentración de
Mauthausen, en una de las fotografías usadas como prueba
Los rusos intentaron culpar a los alemanes de la matanza de oficiales polacos en Katyn,
en 1941. Insistieron en incluir este cargo en la acusación, aunque ya se sospechaba que
habían sido ellos mismos. Cuando llegó el momento de presentar la acusación ante el
tribunal, en julio, se vio claro que no se podía probar con rotundidad que los culpables
hubieran sido los alemanes. Despejándose muchas dudas de quiénes eran realmente los
culpables.
A principios de marzo, la fiscalía había acabado de presentar el caso contra los acusados.
Había llegado el momento de escuchar a los que se sentaban en el banquillo. El primero
en testificar, dejando claro que aún se respetaba la jerarquía entre los acusados, fue
Hermann Göring.
Göring llegó a declarar que la política de los nazis contra los judíos no era sino parte de
un programa nacionalsocialista mucho más amplio. Los muchos papeles que había
desempeñado a lo largo del régimen nazi, especialmente el de supervisor, a finales de
los años treinta, del plan cuatrienal que había hecho entrar a la economía alemana en la
senda de la guerra,o la dirección de la fuerza aérea, dejaban claro que había estado
implicado en los detalles políticos y militares de la acusación formulada por los aliados.
También lo acusaban de ser responsable personal de varios crímenes de guerra y de
crímenes contra la humanidad. Sin duda era el acusado de mayor peso del juicio.
Hermann Göring sentado en el estrado de los testigos, flanqueado por dos agentes de la
Policía Militar (Military Police, MP). 8 de marzo de 1946
Uno de los puntos más importantes de la estrategia de la acusación era demostrar que
las fuerzas armadas alemanas compartían plenamente los planes ofensivos nazis. Ése
fue el motivo de la acusación contra Wilhelm Keitel, jefe del Estado Mayor del OKW. En
su defensa Keitel afirmaba que se había limitado a cumplir órdenes además de estar
orgulloso, como buen soldado prusiano, de la lealtad mostrada hacia Hitler. Keitel había
firmado varias de la órdenes en las que se fundamentaba la fiscalía para acusar a los
militares por crímenes de guerra, entre ellas, las represalias contra civiles por acciones
cometidas por los partisanos, y el decreto Nacht und Nebel (noche y niebla), que
autorizada la detención sumaria y el encarcelamiento o la ejecución de los opositores al
régimen.
Como responsable de las relaciones nazis con otras organizaciones afines fuera de
Alemania. Rosenberg fue uno de los partícipes del plan para invadir Noruega, idea nacida
de sus contactos con Quisling. Ayudó a formular las políticas mediante las cuales se
gobernaron los Territorios Ocupados del Este. Fue el encargado del sistema de saqueo
organizado de los tesoros culturales de otros países. A partir de 1941, fue la máxima
autoridad en los Territorios del Este y conocía las brutalidades que ahí se producían. Sus
subordinados participaron en el asesinato en masa de judíos, y fue el propio rosenberg
quien propuso la utilización de judíos para ejecutar rehenes. También aprobó el envío
de mano de obra forzosa, incluidos niños.
Varios de los acusados charlan durante un descanso de quince minutos concedido por el
tribunal. Primera fila, de izquierda a derecha: Hermann Göring, Rudolf Hess, Joachim von
Ribbentrop, Wilhelm Keitel, Alfred Rosenberg y Hans Frank. Segunda fila: Erich Raeder,
Baldur von Schirach, Fritz Sauckel, Alfred Jodl, Franz von Papen (de pie, hablando con
Keitel) y Arthur Seyss-Inquart. 23 de noviembre de 1945
Hans Frank fue uno de los acusados que reconoció sus sentimientos de culpa y
responsabilidad, y que sabía que su administración había llevado a la miseria a millones
de personas mientras fue gobernador de Polonia. El gueto de Varsovia y el campo de
concentración de Auschwitz se construyeron bajo su mandato. Si bien su sentimiento de
culpa le llevó a intentar quitarse la vida, encontró consuelo volviendo a la práctica del
catolicismo. Siguió ensalzando la figura de Hitler y prefería responsabilizar a Himmler.
Como gobernador de los territorios polacos ocupados, Frank aplicó una política destinada
a acabar con el país como nación. Par ello, procedió a asesinar en masa a todo aquel
susceptible de resistirse a la dominación alemana, impuso unas exigencias económicas
desproporcionadas a la vista de los recursos del país y procedió al exterminio de millones
de judíos de ses país. Puede que sea cierto que Frank no fuera el artífice de los crímenes
que llevó a cabo su gobierno, pero sí intervino de manera consciente en la aplicación del
terror.
A continuación le tocó el turno a Julius Streicher, ferviente antisemita y gran orador que
le convirtió en uno de los agitadores nazis más eficaces. El resto de prisioneros le
rehuían. A pesar de ello nunca ocupó un cargo de responsabilidad en el gobierno, y se
pasó la mayor parte de la guerra bajo arresto domiciliario acusado de corrupción. La
acusación se centró principalmente en su activa participación en el adoctrinamiento
antisemita durante los años treinta Predicó el odio hacia los judíos durante veinticinco
años. Semana a semana infectando el espíritu germánico de antisemitismo e incitó a los
alemanes a perseguirlos. A partir de 1938, empezó a abogar por la aniquilación de la
raza judía y, durante la guerra, intensifico su antisemitismo aun cuando conocía las
matanzas en masa de judíos. Su incitación al exterminio constituye un crimen contra la
humanidad.
Hjalmar Schacht confesó haber sido un admirador de Hitler hasta 1937, año en el que
dimitió de su puesto de ministro de Economía. En todo momento trató de explicar el
magnetismo personal de Hitler, tratando al mismo tiempo de distanciarse de la acusación
que pesaba sobre él.
El siguiente fue Walther Funk, sucersor de Schacht como ministro de Economía, si bien
la autoridad real en ese campo estuvo en manos primero de Göring y más tarde de
Speer. Las revelaciones sobre la magnitud del Holocausto lo pusieron al borde de un
ataque de nervios. Dijo haber hecho todo cuando estuvo en su mano para ayudar a los
judíos, pero admitió que tuvo que anteponer la voluntad del Estado a su conciencia. Funk
había discriminado a los judíos en su paso por el Ministerio de Propaganda, defendió el
pogromo de la noche de los cristales rotos. En 1942 accedió a depositar en el Reichbank
el oro y las joyas enviadas por las SS, Consciente de que procedían de las personas
asesinadas en los campos de concentración. Confiscó las reservas de los bancos
centrales checo y yugoslavo. Estaba al corriente de los programas de trabajos forzados,
A pesar de ello, nunca fue una figura destacada en sus ámbitos de actividad, lo que
resultó ser un atenuante.
El próximo en subir al estrado fue Karl Dönitz, ferviente defensor de la guerra submarina.
La acusación contra Dönitz se centraba en las órdenes que éste había dado a las
tripulaciones de los submarinos en los primeros compases de la guerra: que no había
que prestar ayuda a los supervivientes de los navíos hundidos o destruidos, pues la
permanencia del submarino en la zona ponía en peligro su seguridad. Según la fiscalía,
la orden violaba las prácticas marítimas internacionales acordadas antes de la guerra. A
pesar de que Dönitz creó y formó la flota de submarinos, no participó en la conspiración
de guerra. Sin embargo, posteriormemente, dirigió una guerra de agresión.
El Juez Naval (Flottenrichter) Otto Kranzbühler, con uniforme militar, interroga desde el
atril al testigo Peter Josef Heisig (en el estrado de los testigos, fuera de la imagen). El Gran
Almirante (Grossadmiral) Karl Dönitz solicitó que fuera Kranzbühler, compañero de la
Kriegsmarine, quien le defendiera. 14 de enero de 1946
Le tocaba ahora al acusado Erich Raeder que insistió ante el tribunal que el rearme no
tenía más propósito que la defensa, reconstruyó la marina alemana y admite haberlo
hecho violando el tratado de Versalles. Estuvo presente en la conferencia Hossbach,
aunque alega que el discurso fue una estratagema de Hitler para alentar al ejército a
rearmarse más rápidamente. Afirmó que la invasión de Noruega, que presuntamente
ordenó Hitler a instancias suyas, fue una acción preventiva, ya que los británicos también
contemplaban ocupar el país.
Baldur von Schirach era, con treinta y ocho años, el acusado más joven de entre todos.
Por medio de la violencia física, Von Schirach llegó a controlar todos los grupos que
competían con las Juventudes Hitlerianas. Se valió de la organización para llevar a cabo
un entrenamiento militarista y someter a sus miembros a un programa intensivo de
propaganda nazi. a partir de 1938, las HJ fueron la principal cantera de reclutas de las
SS. No obstante, a pesar de las actividades militaristas del movimiento, von Schirach no
participó en la planificación de ninguna guerra de agresión. Como Gauleiter del Reich en
Viena, von Schirach participó en la deportación de los judíos a los campos de
concentración.
La acusación pasó al siguiente acuasdo Fritz Sauckel, a partir de 1942 fuel el encargado
de explotar la mano de obra de los territorios ocupados. Los comisarios a su cargo
enviaron al Reich a unos cinco millones de trabajadores, pocos de ellos voluntarios, y
los transportaron y trataron con brutalidad. Sauckel tenía conocimiento de los métodos
implacables que se utilizaban para conseguir dicha mano de obra esclava. Su
procedimiento consistía en obtener la mayor cantidad posible de mano de obra al menor
coste.
El siguiente en subir al estrado fue Alfred Jodl, fiel seguidor nazi apenas tuvo problemas
en cumplir las órdenes que le llegaban se sus superiores más inmediatos como Keitel o
Hitler, por ejemplo, la orden de ejecución sumaria para los comandos aliados capturados
y de agentes secretos que trabajaban en la Europa ocupada, así como de comisarios
soviéticos. El prinicpal argumento de jodl en su defensa era que se había limitado a
cumplir con su deber y que, en la medida en que su opinión tenía peso, consideraba que
Alemania se había visto abocada a una serie de guerras, muchas de ellas contra su
propia voluntad. Jodl afirmó que en más de una ocasión había estado en desacuerdo con
las directrices del Führer y que había hecho todo lo posible por hacerle entrar en razón.
Franz von Papen, antiguo canciller, representaba a una parte importante de la sociedad
alemana que había saludado la llegada de los nazis al poder. La fiscalía no encontró
indicios de que participara en los planes de ocupación de Austria por la fuerza ni que
estuviera de acuerdo con ellos cuando se llevaron a cabo.
El abogado especializado en derecho penal Egon Kubuschok (izquierda) se encargó de
defender al Gabinete del Reich (Reichsregierung), así como al que fuera Canciller de
Alemania durante la República de Weimar, Franz von Papen (derecha)
Le tocaba el turno a Albert Speer, para muchos asistentes se erigió como el acusado que
despertó más compasión. Cuando advirtió que Hitler estaba decidido a continuar con la
guerra aun sabiendo que aquello supondría la ruina y la destrucción del pueblo alemán,
supuestamente diseñó un plan para asesinarlo.
Albert Speer sentado ante el micrófono en el estrado de los testigos. Junio de 1946
En 1944, transfirió la competencia de los prisioneros de guerra del OKW a la SS. Fue
responsable de la campaña para linchar a los soldados de las fuerzas aéreas aliadas.
A fnales de agosto de 1946 todo quedó a la espera de los veredictos y las sentencias.
G. Los veredictos
El punto culminante del juicio se produjo el 1 de octubre de 1946. Los horrores que
cometieron los nazis quedaron al descubierto. Por fin los jueces habían llegado a un
veredicto y los acusados regresaban al banquillo. Ante todo el mundo esperaban el
destino que les aguardaba.
Portada de la edición especial (Sonderausgabe). El titular se hace eco de las sentencias de
los veintidós acusados del proceso principal, entre las que se incluyen doce penas de
muerte y tres absoluciones (Schacht, Papen y Fritzsche)
El primer cargo, la acusación de conspiración que habían presentado los
norteamericanos, fue el más costoso a la hora de llegar a un consenso por parte de los
ocho jueces del tribunal. Para alcanzar un acuerdo, tuvieron que reducir sustancialmente
el alcance del cargo de conspiración, que inicialmente era el principal. Por lo que respecta
a los otros tres cargos, sólo se consideró pertinente el de guerra de agresión y
únicamente a partir de 1937, la fecha del memorando Hossbach.
Se tardaron dos días en leer la sentencia, puesto que abarcaba un período de veinte
años desde el ascenso de los nazis hasta sus actos de guerra y comprendía tanto un
resumen de las pruebas como las resoluciones del tribunal sobre el alcance de los cargos.
Hasta el segundo día no se comenzó a abordar el papel de cada uno de los acusados y
declarar si se habían probado los cargos contra ellos.
Los veredictos de los jueces sorprendieron a casi todos los presentes en la sala, la gran
mayoría incluyendo a la gente que seguía de cerca el juicio pensaba que todos los
acusados serían declarados culpables de todos los cargos y condenados a la horca. La
sorpresa fue que algunos de ellos evitaran la muerte e incluso fueron absueltos.
H. Las sentencias
Uno a uno, los que habían sido hallados culpables fueron llevados a la sala de vistas para
escuchar las sentencias. Muchas sentencias fueron, como poco, desconcertantes. Al igual
que con los veredictos hubo cierto descontento después de escucharlas.
Karl Dönitz
Rudolf Hess
Wilhelm Keitel
Alfred Rosenberg
Hans Frank
Wilhelm Frick
Ernst Kaltenbrunner
Walther Funk
Hjalmar Schacht
Veredicto: absolución
Hans Fritzsche
Veredicto: absolución
Albert Speer
Arthur Seyss-Inquart
Veredicto: absolución
Alfred Jodl
Fritz Sauckel
Erich Raeder
Julius Streicher
Veredicto: no criminal.
Veredicto: no criminal.
Veredicto: no criminal.
La fecha de las ejecuciones se mantuvo en secreto para los condenados, pero la noche
del 15 de octubre de 1946 ya sabían todos que los ahorcamientos estaban programados
para la madrugada del día siguiente.
Hermann Göring se suicidó ingiriendo una cápsula de cianuro dos horas antes de la hora
programada para que subiera al patíbulo, construido en el gimnasio del patio de la
prisión, a unos treinta y cinco metros del bloque de celdas donde habían transcurrido
sus últimos días.
Joachim von Ribbentrop ocupó el lugar dejado por Göring como el primero en ir a la
horca. En apenas dos horas los diez condenados fueron colgados. El último fue Arthur
Seyss-Inquart. De camino al patíbulo, la mayoría intentaron aparentar coraje. Algunos
se mostraron desafiantes, otros resignados, otros rogaron a Dios. Todos menos Alfred
Rosenberg pronunciaron unas últimas palabras en el cadalso. Pero el único que hizo
referencia a Hitler o a la ideología nazi fue Julius Streicher.
Tres patíbulos de madera se alzaban en el interior del gimnasio, una sala de diez metros
de ancho por veinticinco de largo. Se utilizaban dos patíbulos para agilizar el proceso de
manera que cuando se abría la trampilla y la víctima desaparecía la policía militar traía
al siguiente hombre en ser ejecutado.
Los cuerpos fueron fotografiados para acabar con posibles rumores de que alguno de
ellos había logrado escapar, luego fueron incinerados y sus cenizas esparcidas en un río.
Los siete acusados que habían sido condenados a prisión, Raeder, Funk, Von Neurath,
Von Schirach, Dönitz, Speer y Hess, cumplieron sus sentencias como únicos reclusos de
la prisión de Spandau, en Berlín. Uno a uno fueron liberados, en algunos casos antes de
tiempo por problemas de salud, en los casos de von Neurath en 1954, Raeder en 1955
y Funk en 1957 con la excepción de Hess que pasó el resto de su vida en prisión, como
único recluso más de veinte años.
1.- Sinopsis :
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se comienzan a realizar juicios por los crímenes
cometidos durante el gobierno de Hitler. Haywood, un juez americano retirado es enviado a
Alemania para presidir el Tribunal Internacional de Nuremberg, y decidir la culpabilidad o
inocencia de los acusados. Sin embargo, pronto se verá que los implicados en el caso no son
sólo los que se sientan en el banquillo sino todos los que participaron en la guerra.
FICHA
VENCEDORES O VENCIDOS
TÉCNICA
Titulo original Judgment at Nuremberg
Estudios Estudios Roxlom Films. Inc. Warner Bros. Inc
Nacionalidad EEUU
Año 1961
Duración 172 min.
Director Stanley Kramer
Guión Abby Mann
Burt Lancaster, Spencer Tracy, Richard Widmark, Maximiliam
Intérpretes Schell, Marlene Dietich, Judy Garland, Montgomery Clift, William
Shatner, Edward Binns, Kenneth Mackenna.
Género Drama
3.- Cuestiones :
3.1 - Situar el año en el que transcurre el acontecimiento que se narra y cita cual es :
II Guerra Mundial encabezados por los Estados Unidos, presidido por el juez Haywood, juzgaron
a los vencidos, representados principalmente por Alemania.
Se les atribuyen a los acusados crímenes cometidos en nombre de la ley de los cuales son un
buen ejemplo la esterilización de enemigos políticos, deficientes mentales, y los asesinatos,
brutalidades, torturas y atrocidades que los acusados siendo jueces aprobaron.
Rudolf Petersen fue sometido a la esterilización sexual tras ser juzgado en un tribunal presidido
por el juez Hostetet en el que fue “examinado” con una serie de preguntas para comprobar si
padecía de deficiencia mental hereditaria.
El abogado defensor Lawson, hizo mención de casos similares sucedidos en los Estados
Unidos, mencionando, entre otras, la de Virginia, donde el juez Oliver Wendell Holmes
apoyó una ley que permitía la esterilización de dementes y delincuentes.
Con este caso se plantea en el juicio la culpabilidad o inocencia de las acusaciones expuestas
por EEUU en el que se juzgan como crimen de guerra tal hecho. Sin embargo tales prácticas
fueron aprobadas por jueces norteamericanos, lo que hace cuestionarse cómo es posible que
EEUU acuse a Alemania de tales brutalidades cuando esos mismos hechos fueron aprobados
por jueces estadounidenses.
También se plantea un debate moral entre la perfección social que pretende la exclusión de
personas “asociales”, es decir de delincuentes, deficientes, asesinos..., y entre el hecho de que
no puede someterse a seres humanos a tal esterilización sea cual sea su condición.
Exponer las diferentes posturas del juez fiscal y del jefe militar :
El jefe militar considera que para poder enfrentarse a la Unión Soviética, por el bloqueo territorial
de Berlín, Estados Unidos necesita el apoyo de Alemania, por lo que defiende que en los juicios
de Nuremberg se declare a los acusados inocentes de toda acusación, para así favorecerse de
su apoyo.
El juez fiscal defiende su postura de juzgar a los acusados por sus crímenes
con total justicia, con independencia de que USA necesita el apoyo de Alemania y las
consecuencias que supondría en el orgullo alemán el declarar culpables a los acusados.
El fiscal Haywood juzga culpables a los acusados porque considera la gravedad del hecho de
haber tomado parte conscientemente en un sistema cruel y de injusticia impuesto por el
gobierno con total desprecio de los derechos morales y legales reconocidos.
Aunque también considera cierto que existen otros que deberían compartir la responsabilidad
de lo sucedido, no por ello puede excusarse que los acusados son responsables de sus actos.
Los acusados tomaron parte en la promulgación de leyes y decretos, cuyo propósito era el
exterminio de seres humanos y por un derecho penal que toda nación civilizada tiene en común,
cualquier persona que induce a otra a cometer asesinato, que provee a otras de medios para
consumir el crimen o que actúa de cómplice en un crimen, es culpable.
Los jueces discrepan la decisión del tribunal dictada por el juez Haywood ya que según ellos, la
teoría de que los acusados actuaban en el absoluto convencimiento de estar sirviendo a los
intereses de su país, es una teoría que no puede ser juzgada ante el tribunal.
Estoy muy de acuerdo con la sentencia del fiscal Haywood, ya que no se puede justificar el
genocidio, la esterilización y las brutalidades cometidas durante el régimen nacionalsocialista
de Hitler, ni para preservar la supuesta pureza de la raza aria ni para solventar la crisis del
pueblo alemán. Tampoco se puede considerar inocentes a los acusados, porque me parece
obvio que atenerse estrictamente a la ley no justifica ninguna actuación contra los derechos
humanos, por lo que nadie debe ampararse en la literalidad de las leyes para eximirse de la
responsabilidad de sus actos y decisiones.
Por primera vez los Estados vencedores (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la
Unión Soviética) promulgan unos Estatutos mediante los cuales ya no sancionan a la
potencia perdedora, sino que persiguen, detienen y juzgan a sus líderes de forma
individualizada como responsables de los crímenes cometidos tanto dentro como
fuera de sus fronteras naturales.
Estos valores, defendidos en Nuremberg, son los que nos forman como personas
integrantes de una sociedad libre, madura y asentada en principios morales y éticos
perfectamente coordinados y establecidos.
Por mi parte, entre los Juicios de Nuremberg y los celebrados en otros lugares se
llegó a encausar a todo el entramado nazi y sus siguientes ramificaciones:
ENLACE RECOMENDADO
LA DESNAZIFICACIÓN DE ALEMANIA
Las potencias vencedoras contra Alemania definieron los Crímenes de Guerra como
la violación y anulación sistemática de los derechos y libertades de la población civil
y militar tanto en Alemania como en el resto de países invadidos por este.
Jerarquía nazi:
Ideólogos nazis: Personas con alto nivel cultural o social que, afines
y afiliados al Partido Nazi y ocupando cargos de responsabilidad en la
política nacional, influyeron sobre la población mediante la prensa y la
radio con el objetivo de provocar desprecio y odio infundado contra
los considerados no arios.
Los médicos:
Todos estos puntos fueron establecidos por este orden de forma estructurada y
llevados a la práctica mediante mecanismos bien definidos por el gobierno nazi a fin
de conseguir eliminar a unos 18,5 millones de judíos de toda Europa así como a
gitanos romas y sintis, ciudadanos de países clasificados como subhumanos y cultos
y tendencias religiosas y políticas no acordes a las leyes raciales nazis.
Este Tribunal establece unos Estatutos con el fin de someter a juicio a quienes han
sido responsables directos e indirectos de los Crímenes de Guerra y Contra la
Humanidad cometidos en Europa y anteriormente enunciados. Así mismo se
incluyen en los Estatutos todas las medidas legales que aseguren a los procesados
una defensa veraz y legal ante las acusaciones de las que son objeto.
No cabe duda que comenzando por los acusados y terminando por otros países en la
línea política de la Alemania nazi cuestionaron la legitimidad de este Tribunal ya que
era la primera vez que se tomaban medidas disciplinarias y sancionadoras contra un
gobierno independiente; no existían precedentes históricos.
Estas nuevas reglas internacionales son aprobadas por las anteriormente citadas
potencias mundiales vencedoras que sientan precedente para la futura consolidación
del Tribunal Penal Internacional de La Haya.
Si bien en un principio son estas cuatro potencias las promotoras de los Estatutos,
otros 19 países más suscribirán su apoyo a las mismas.
PROCESADOS Y TESTIGOS