Tema 13

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 18

TEMA 13: LA PROGRAMACIÓN EN EL PRIMER CICLO DE

EDUCACIÓN INFANTIL. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y


METODOLOGÍA ADECUADA PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS DE
CERO A TRES AÑOS.

0. INTRODUCCIÓN.
1. LA PROGRAMACIÓN EN EL PRIMER CICLO DE EDUCACIÓN
INFANTIL.
1.1. CONSIDERACIONES GENERALES.
1.2. PECULIARIDADES DEL PRIMER CICLO.
2. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y METODOLOGÍA ADECUADA PARA
LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A TRES AÑOS.
2.1. OBJETIVOS.
2.2. CONTENIDOS.
2.3. LAS ACTIVIDADES.
2.4. FASES DE LA PROGRAMACIÓN INMEDIATA.
2.5. METODOLOGÍA.
2.5.1. PRINCIPIOS BÁSICOS.
2.5.2. POSIBLES EJES O UNIDADES DE
PROGRAMACIÓN.
2.5.3. METODOLOGÍA MÁS ADECUADA PARA NIÑOS
DE CERO A TRES AÑOS DE EDAD.
2.5.4. LA RELACIÓN CON EL EDUCADOR.
3. CONCLUSIÓN.
0. INTRODUCCIÓN

En este tema vamos a reflexionar sobre la importancia y necesidad de las


programaciones y la manera en la que el profesor planifica su intervención educativa
respondiendo a unos parámetros e intenciones previamente meditados y
contextualizados en lugar de improvisar sus tareas, lo cual está demostrado que
conduce a un descontrol que puede provocar un bagaje muy pobre en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.

El papel que ha de asumir el profesor en las actividades de desarrollo del


currículo, tanto individualmente (Programaciones de Aula, entendidas como un
conjunto de unidades didácticas) como en equipo (Proyectos Curriculares de Centro),
implica una adecuada formación que le permita asumir ese ejercicio de
responsabilidad de una manera libre y consciente.

1. LA PROGRAMACIÓN EN EL PRIMER CICLO DE LA EDUACIÓN


INFANTIL

1.1. CONSIDERACIONES GENERALES

Es necesario diseñar una correcta programación que facilite la tarea de


organización de la clase, considerando la realidad del alumno y del medio, evitando
siempre la improvisación y la rutina, realizando un control continuo a través de la
evaluación, y fomentando una enseñanza más estructurada y coherente.

Dicho esto podemos afirmar que, en el caso de la actividad escolar, la


programación es el proyecto en el cual se define el trabajo a realizar por alumnos y
profesores en función de unos objetivos específicos de manera ordenada y sistemática,
lo cual marcará el camino eficaz del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las principales funciones que debe cumplir la programación son las siguientes:

- Integra los factores que intervienen en el área didáctica para dotarles de


sentido y rigor a la hora de operar.
- Imprime coherencia y continuidad en las acciones didácticas del profesor.
- Sirve para realizar una evaluación continua objetiva de los avances del niño
en el rendimiento escolar.
- A partir de lo analizado en los resultados de la evaluación, pasa a ser una
herramienta de control y ajuste continuo de la actividad didáctica adaptada
a las exigencias de los alumnos para llegar a cumplir los objetivos pautados.
Una programación educativa ha de poseer una serie de características, entre las
cuales tienen gran relevancia las siguientes:

- Debe incluir los intereses y capacidades de los alumnos y de las exigencias


del currículo.
- Adaptarse al tipo de centro educativo (rural o urbano).
- Incentivar la participación activa de los alumnos.
- Tiene que ser motivante para que los alumnos se adapten al medio, tanto
en grupo como a nivel individual.
- Según los niveles, edades, programaciones y acciones educativas tiene que
secuenciarse en base a criterios lógicos, psicológicos y científicos.

Las programaciones en el aula están fuertemente relacionadas con el concepto


de unidad didáctica, que puede definirse como un medio para planificar los contenidos
del proceso de enseñanza-aprendizaje en la práctica escolar, en función de unos
objetivos didácticos previamente definidos, y cuyo logro sólo tiene sentido a través de
la realización de una serie de actividades y experiencias de valor formativo.

Los elementos que debe incluir la programación de una unidad didáctica están
interrelacionados y son partes de un conjunto integral, los cuales vamos a detallarlos a
continuación:

- Los objetivos reflejan las capacidades que queremos que los alumnos
desarrollen.
- Los contenidos incluyen los aspectos a trabajar, tales como los conceptos,
técnicas, procedimientos, actitudes y valores. Por ello, en una unidad
didáctica la selección de contenidos tiene que guardar coherencia en
relación a una serie de capacidades a las cuales influiremos en su desarrollo
mediante las estrategias metodológicas y las experiencias concretas de los
aspectos anteriores y del sistema de evaluación configurado. Dentro de los
contenidos, el currículo del sistema educativo distingue entre conceptos,
procedimientos y actitudes, teniendo una importancia similar, pues ayudan
a conseguir las capacidades marcadas en los objetivos.
- En cuanto a la metodología incorporaremos las estrategias básicas que
vayamos a utilizar, los principios que marcan nuestra acción educativa, los
modelos organizativos pautados, etc.
- Las actividades son las experiencias con los alumnos para trabajar los
contenidos y desarrollar las capacidades de enseñanza-aprendizaje
establecidas en los objetivos.
- La evaluación es la valoración a partir de la información obtenida en los
aprendizajes de los alumnos, en la actuación del profesor, etc. Se trata de
una actividad en la que se recopila información y se analiza si se está
produciendo un correcto proceso de enseñanza-aprendizaje, observando
los problemas que plantea dicho proceso.

1.2. PECULIARIDADES DEL PRIMER CICLO.


En la escuela infantil el niño va a continuar lo que ha iniciado en su círculo
familiar, ampliando el proceso de descubrimiento de sí mismo, de los otros, y de su
entorno, realizándolo fundamentalmente a través del juego.

En cualquier caso, el bebé entre cero y tres años se desarrolla a partir de unas
situaciones claves que podemos resumir en los siguientes procesos:

 El desarrollo físico: junto a la salud es uno de los factores fundamentales de


los niños de cero a tres años. El desarrollo físico se da tanto en dimensiones
externas como en internas, y estará caracterizado por el tipo de entorno, la
alimentación y unas adecuadas condiciones higiénicas y médicas.
 El desarrollo cognitivo: los bebés piensan desde el momento que nacen. El
desarrollo cognitivo se produce a la vez que los demás desarrollos, y su
progreso está directamente relacionado con el hecho de que los demás
aspectos tengan lugar de una forma simultánea.
 El desarrollo afectivo: la capacidad afectiva aparece ya desde los primeros
años de vida. El niño avanzará en su desarrollo gracias al surgimiento y
estructuración de los sentimientos, las emociones, y a las diversas
percepciones que el niño ha de aprender a entender por sí mismo y a
controlar para poder comunicarse y relacionarse con los demás.
 El desarrollo de la sociabilidad: el niño convive en un mundo en el que no
está solo y donde va a descubrir la presencia de los demás seres. Primero
conocerá la existencia de las personas que lo atienden, y posteriormente
ampliará su sociabilidad a otros adultos y niños. La relación social en los
niños es una fuente continua de aprendizaje, además de ser uno de los
recursos más ricos con los que contamos los docentes en el proceso
educativo.

La dificultad de la acción pedagógica en el primer ciclo está determinada por la


necesidad de responder a los requerimientos cambiantes de los niños, los cuales
empiezan a diferenciarse entre uno mismo y el resto de personas y empiezan a adaptar
sus ritmos biológicos a las rutinas familiares y escolares, a pesar de que tienen una
gran dependencia de los padres y otros adultos y la autonomía en las actividades la van
consiguiendo paulatinamente.

Todas las actividades que se imparten en el centro de Educación Infantil en el


primer ciclo tienen que formar y educar, debiendo planificarse en el área de los
proyectos y programaciones curriculares. Así pues, podemos identificar las siguientes
características relativas a la programación de este primer ciclo:

- Como educadores tenemos un papel fundamental en el niño, ya que


además de garantizar la función educativa tenemos que darnos cuenta de la
gran dependencia que tienen sus ámbitos de experiencia en relación a la
familia.
- Debemos estar pendientes de las posibilidades madurativas del niño para
ayudarles a progresar en sus aprendizajes, confiando en sus posibilidades y
capacidades.
- Tenemos que favorecer la iniciativa y propuestas del niño.
- Son fundamentales las actividades de descubrimiento, experimentación y
manipulación.
- El juego es un método importantísimo para el desarrollo de las capacidades
del niño debido a su carácter motivador y por las posibilidades de
interacción y participación que propicia.
- A través del enfoque globalizador establecemos conexiones entre lo que
pretendemos enseñar a los niños y lo que ellos ya saben, despertándoles
curiosidad e interés por descubrir la realidad que les rodea bajo nuevas
perspectivas.
- Es importante integrar a las familias, ya sea directa o indirectamente, en el
proceso educativo de los niños.
- Establecer un ambiente afectivo acogedor y seguro para que el niño pueda
desarrollar todo su potencial personal.

En el primer ciclo se suele estructurar la programación en torno a rutinas


cotidianas, hitos evolutivos como el control de esfínteres, etc., aunque también pueden
intercambiarse algunas formas de organizar y estructurar la programación entre el
primer y segundo ciclo.

En cuanto a la ordenación de los contenidos en la programación, se progresa de


lo global a lo específico y de contenidos simples a otros más complejos, aunque en el
primer ciclo son muy simples y pueden aplicarse a una gran cantidad de situaciones de
la vida cotidiana.

Las rutinas sobre la comida, el sueño, la higiene, el juego, etc. conforman un


recurso educativo que atiende a las necesidades del niño y le ayuda a desarrollarse en
un ambiente de estabilidad y seguridad. Por ello, las rutinas pueden establecerse como
ejes globalizadores en los que centrar la acción educativa.

La intervención educativa se tiene que dirigir progresivamente a que cada bebé


ajuste sus ritmos individuales a las rutinas de alimentación, descanso e higiene de la
vida cotidiana del grupo, de forma que se fortalezca la relación entre el educador y el
bebé. Al mismo tiempo, el educador deberá fomentar la interacción con otros niños y
posibilitar que el niño utilice todos sus sentidos y experimente diferentes vivencias en
la exploración de si mismo, de los demás y de su entorno, sin llegar a producir una
excesiva sobreestimulación que pueda ocasionarle inquietud.

En cuanto a los tipos de programación para el primer ciclo de Educación Infantil,


destacaremos los cuatro siguientes:

 Programación en torno a las necesidades vitales de los niños.

Se comienza seleccionando unos indicadores que van a ejercer de ejes


organizativos durante toda la programación. Estos indicadores los obtenemos de entre
todas las diferentes necesidades vitales que puede requerir un niño de estas edades,
argumentando que prácticamente el total de la tarea de los profesionales se centra en
atender estas necesidades.
 Programación en torno a capacidades o aspectos relevantes del desarrollo
psíquico de los niños en estas edades.

Aquí, para cada edad se van a pogramar los diferentes aspectos del desarrollo
cognitivo, afectivo y social que consideremos importantes para el proceso de
enseñanza-aprendizaje de los niños de estas edades.

La propuesta trata de argumentar que estos aspectos no se pueden atender en


el núcleo familiar y requieren la intervención de un profesional especializado en
Educación Infantil, ya que es aquí donde la tarea educativa se distingue claramente
frente a la tarea asistencial.

 Programación en base a capacidades globales o aspectos relevantes del


desarrollo físico-psíquico de los niños de estas edades.

Este tipo de programación se encarga de elegir y sintetizar los aspectos más


relevantes en el desarrollo de los niños de estas edades, seleccionando aquellos que se
definen como transversales por encontrarse presentes en toda la etapa educativa.

 Programación en torno a modelos didácticos: rincones de juego, talleres,


proyectos, diseño de actividades, etc.

Esta propuesta está caracterizada en su desarrollo por la programación y la


calidad de las intervenciones de los educadores frente a una programación basada en
la asistencia. El punto de partida se centra en las necesidades básicas de los niños o en
los aspectos relevantes de su desarrollo psíquico. Se distingue del resto de propuestas
en su organización basada según un modelo didáctico de actividad y funcionamiento, y
el argumento que lo caracteriza es que la actividad profesional con niños de estas
edades no debe permitir la dejadez ni la falta de atención a su desarrollo físico y
psíquico.

Para concluir, diremos que la intervención educativa a efectos prácticos debe


programar muchas de estas atenciones de manera simultánea, por lo que no se
desarrollarán de forma separada.

2. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y METODOLOGÍA ADECUADA PARA


LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A TRES AÑOS.

2.1. OBJETIVOS

Según el Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen


las enseñanzas mínimas de Educación infantil, cabe citar que engloba ciertas
consideraciones generales de la etapa infantil entre cero y seis años, distinguiendo
mayoritariamente aspectos del segundo ciclo (3-6 años), aunque hay hechos comunes
en toda la etapa.

Así pues, citaremos en un principio las consideraciones generales de este Real


Decreto en cuanto a los objetivos de toda la etapa de Educación Infantil, para explicar
más adelante el concepto de “objetivo” y alguna peculiaridad que tiene lugar en el
primer ciclo de cero a tres años:

La Educación infantil contribuirá a desarrollar en las niñas y niños las


capacidades que les permitan:

- Conocer su propio cuerpo y el de los otros, sus posibilidades de acción y


aprender a respetar las diferencias.
- Observar y explorar su entorno familiar, natural y social.
- Adquirir progresivamente autonomía en sus actividades habituales.
- Desarrollar sus capacidades afectivas.
- Relacionarse con los demás y adquirir progresivamente pautas elementales
de convivencia y relación social, así como ejercitarse en la resolución
pacífica de conflictos.
- Desarrollar habilidades comunicativas en diferentes lenguajes y formas de
expresión.
- Iniciarse en las habilidades lógico-matemáticas, en la lecto-escritura y en el
movimiento, el gesto y el ritmo.

Dicho esto, a la hora de tener que plantear la programación es necesario


seleccionar los contenidos para poder plantear unos objetivos coherentes y realizar un
plan de actividades que ayude a alcanzarlos y desarrollar los procesos adecuados de
enseñanza-aprendizaje.

Un objetivo es un logro o una meta, consecuencia de un proceso. Los objetivos


no son únicos, sino que están relacionados entre ellos y se consiguen obtener
simultáneamente, por lo que especialmente en estas edades, decimos que son fruto de
un proceso.

Normalmente sucede que los niños progresan más en unos objetivos que en
otros, lo cual implica que antes de establecer los objetivos didácticos debamos
plantearnos de manera precisa el objetivo final que queremos lograr. Así pues, diremos
que los objetivos diseñados en una programación de curso suelen ser objetivos finales
o metas que se lograrán en un amplio plazo de tiempo. En cambio los formulados para
una unidad didáctica son objetivos didácticos, muy claros y precisos, ya que se
relacionan directamente con el trabajo y la actividad que se va a desarrollar
inmediatamente con los niños.

Los objetivos didácticos están supeditados a la consecución de un objetivo final,


por lo que es preciso establecer una correlación entre objetivos didácticos, finales de
curso y finales de ciclo.
En el caso concreto del primer ciclo, la mayoría de los objetivos se encaminan
hacia la configuración general de la personalidad, basándose en la consecución de
hábitos, actitudes y rutinas del equilibrio y del comportamiento general.

Por otro lado, dado que en esta etapa es cuando se producen los mayores
logros hacia la integración social y la autonomía, los objetivos se dirigirán hacia las
áreas afectadas: comunicación y lenguaje, descubrimiento y control del propio cuerpo,
desarrollo motor y comportamiento social.

Para que estos objetivos se puedan cumplir, el educador debe intervenir


propiciando la participación del niño en actividades y vivencias relacionadas con las
tres principales áreas de experiencia: identidad y autonomía personal, descubrimiento
del mundo físico y social y la comunicación y representación.

2.2. CONTENIDOS

Los contenidos del currículo de la Educación Infantil se estructuran según las


siguientes áreas de experiencia:

- Identidad y autonomía personal.


- Medio físico y social.
- Comunicación y representación.

Esto no significa una idea dividida de la intervención educativa, sino que se


pretende estructurar un marco útil para que el profesorado pueda configurar el
proyecto curricular y decidir las actividades de enseñanza-aprendizaje que incluye en la
programación globalizada.

El desarrollo de cualquier actividad implica seleccionar la información concreta


que se va transmitir a los niños, ordenándola en secuencias y destacando los
contenidos más adecuados, haciéndolas útiles para el día a día del niño.

Cuando elegimos los contenidos, escogemos alguna de las propuestas de


programación y orientamos las actividades en función de los objetivos y criterios de
evaluación diseñados.

El currículo señala tres tipos de contenidos: conceptos, procedimientos y


actitudes, los cuales están interrelacionados mutuamente y toman mayor o menor
interés sin dejar nunca de estar presentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje. No
obstante, en el primer ciclo cabe destacar la importancia de los procedimientos por
encima de los conceptos y las actitudes.

Antes de cumplir los tres años ya podemos requerirle al niño la colaboración en


el baño, el vestido, la recogida de juguetes, la comida, etc., por lo que muchos de los
contenidos guardarán relación con estos aspectos, dirigiéndose principalmente a la
incorporación de hábitos que fomenten la salud.
Durante este primer ciclo, el niño experimenta por primera vez lo que significa
la vida en grupo e irá aprendiendo a relacionarse con otras personas, a superar las
dificultades pidiendo ayuda a los adultos y a tener una actitud positiva con respecto a
la regularidad de las rutinas.

Como hemos dicho anteriormente, son de vital importancia los contenidos


procedimentales, mediante los cuales el niño aprende a tomar la iniciativa,
planificando y secuenciando sus propios mecanismos de acción que le ayudarán a
desenvolverse de forma autónoma y permitirán un enriquecimiento de las relaciones
interpersonales y el desarrollo de sus primeras experiencias en las actividades
cotidianas.

Durante el último tramo del ciclo, el niño podrá ya realizar de manera cada vez
más autónoma algunas actividades relativas a su higiene corporal, su alimentación y su
descanso, así como al mantenimiento y cuidado de los objetos y dependencias donde
desarrolla su día a día.

Por último, destacaremos como una cuestión de gran importancia el hecho de


reconocer el peligro en situaciones habituales y promover el interés por la actividad
física y el juego, enseñando a los niños a evitar conductos que pongan en peligro su
integridad física, fomentando una actitud de tranquilidad y superación ante las
adversidades venideras.

 Organización de los contenidos.

Aunque en Educación Infantil pueden sugerirse programaciones con


experiencias y actividades que aparentemente no guardan ninguna relación, lo normal
es que el orden en el que los niños pueden acceder a ellas sea asequible y cada
experiencia o actividad sea significativa para su progreso.

Esto requiere un amplio conocimiento del grupo de niños y de su nivel


madurativo, así como una correcta ordenación de las actividades y contenidos, a través
de los cuales dotamos de sentido objetivo y pedagógico a la información que recibirán
los niños y a las tareas que van a ejercer, permitiendo que se vaya forjando el
conocimiento en la mente.

2.3. LAS ACTIVIDADES

Los objetivos y contenidos no son suficientes para integrar una programación


para los niños, ya que la programación real la podemos encontrar en lo que hacen
dentro y fuera de las aulas.

El trabajo desarrollado durante el horario escolar convierte una programación


en experiencia. En realidad, no sólo afectan al niño las tareas preliminares al desarrollo
de la programación, como las de organización del espacio, ambiente, uso de los
materiales y mobiliario,etc., sino que son las actividades lo que más puede afectar en
sus procesos de aprendizaje, pues propician que se comprometan con unos contenidos
concretos y estimulan una dinámica orientada a aprender de una manera determinada.

Los profesionales de la docencia debemos manejar una amplia gama de tareas


que estimulen y ayuden a aprender a los niños de estas edades, seleccionando siempre
las que más puedan adecuarse a las características del niño o del grupo que vamos a
tratar.

Los criterios a considerar al seleccionar las actividades son los siguientes:

- Ser coherentes con los niveles de desarrollo de los niños y con los objetivos
a lograr en base a los contenidos elegidos.
- Han de potenciar procesos de aprendizajes significativos a través de los
cuales el niño tenga la capacidad de cumplirlos al mismo tiempo que
progresa.
- Tienen que estimular la propia actividad del niño, su iniciativa, interés y
curiosidad.
- Deben responder en función de los rasgos de pensamiento del niño de estas
edades, siendo capaces de desarrollar sus habilidades y destrezas.
- Orientar al niño hacia el juego y hacer que se divierta jugando por sí mismo
y con otros niños o adultos.
- Potenciar la comunicación y las relaciones interpersonales, en todas las
variedades de expresión posibles.
- Deben inculcar al niño a que sea él mismo quien estructure su propia
actividad de forma natural y espontánea, ofreciéndole posibilidades para
poder elegir y mostrarle lo que ha hecho y aprendido en una determinada
actividad.
- Favorecer la percepción y el movimiento, ofreciéndole posibilidades de
experimentación, exploración y manipulación.
- Transferir lo que va aprendiendo y asimilando el niño a otras situaciones de
la vida extraescolar.

2.4. FASES DE LA PROGRAMACIÓN INMEDIATA.

Toda programación que vaya destinada a niños de Educación Infantil debe


cumplir las siguientes fases:

 Fase de preparación.

- De los elementos básicos de la programación:

- Descripción del contexto educativo y del grupo al que va destinada.


- Selección y organización de contenidos.
- Planteamiento de los objetivos didácticos.
- Selección de actividades y elaboración del plan de acción con los
niños.
- Elección de los criterios de evaluación.
- De la organización:

- Espacio en el que va a tener lugar el plan de trabajo previsto.


- Atención individualizada, por parejas o grupos reducidos.
- Disposición de materiales y recursos didácticos.
- Organización del tiempo disponible en las sesiones.

- De la colaboración con los padres:

- Convocatoria de reuniones, entrevistas personales, diálogos para


ofrecerles información y obtener sugerencias, etc.
- Solicitar su disposición y colaboración, además de posibles
aportaciones de material u otro tipo de ayuda.
- Información detallada sobre la programación y los resultados
obtenidos por los niños.

 Fase del desarrollo de la programación.

- Recopilación de información sobre conocimientos previos de los niños.


- Introducción a las tareas y actividades propuestas.
- Intervención del profesor.
- Anotación de observaciones sobre el proceso de desarrollo y aprendizajes
del niño.

 Fase de la valoración de lo realizado y programado.

- Estimación de las tareas o actividades que hemos seleccionado como


evaluadoras.
- Análisis del proceso marcado en el desarrollo de la programación: de la
secuencia de actividades y contenidos, de su adaptación, y del grado de
interés que promueve en los niños.
- Evaluación de los objetivos y de los resultados conseguidos.
- Valoración del trabajo colectivo de los niños y de sus aprendizajes.
- Reflexión sobre los métodos de actuación y vivencia del educador.
- Anotaciones y observaciones relevantes que podamos utilizar en
programaciones posteriores.
- Esquema en el que se relacionen los objetivos de etapa, de ciclo y
didácticos.

2.5. METODOLOGÍA.

2.5.1. Principios básicos.

Los principios generales y orientaciones didácticas que establece el Diseño


Curricular para la Educación Infantil no son específicos para la edad de cero a tres años,
sino que son válidos para toda la etapa infantil. A nivel global, podemos enumerar los
siguientes principios:

 Crear aprendizajes significativos, de forma que el niño relacione sus


experiencias pasadas con los nuevos aprendizajes, gracias a las actividades
que promueven su interés.
 Globalización del aprendizaje, siendo éste el punto de partida para
establecer una gran cantidad de conexiones y relaciones entre lo nuevo y lo
aprendido. Por tanto, se trata de un proceso global que acerca a la persona
a la realidad que quiere conocer.
 Principio de juego: la actividad del juego caracteriza propiamente esta etapa
y en él se integra un componente motivador con grandes posibilidades para
que el niño desarrolle aprendizajes significativos y el profesor organice los
contenidos de manera global.
 Principio de actividad: la actividad física y mental es una de las bases
fundamentales del aprendizaje y desarrollo. Además contará con un
carácter constructivo, pues mediante el juego, la acción y la
experimentación el niño va a poder descubrir propiedades y relaciones para
ir formando sus propios conocimientos.
 Principio de socialización: la interacción entre los niños es uno de los
recursos metodológicos que más consideración tendrá para los educadores.
Los conflictos, interacciones y reajustes creados en el grupo posibilitan el
progreso intelectual, afectivo y social.
 Fomentar un entorno agradable, acogedor y seguro, al mismo tiempo que
una relación de confianza y afecto con el educador.
 Establecer una correcta organización y disposición del material, espacio y
tiempo, de tal manera que pueda favorecer la autonomía y la flexibilidad.
 Necesidad de estimular una coherencia educativa, tanto entre los propios
componentes del grupo docente como entre dicho equipo y los padres, para
lo cual se requerirá una gran coordinación.

Como se ha dicho anteriormente, estos principios son válidos para los dos ciclos
de la etapa infantil (entre cero y seis años). De todos modos, las características
específicas de los niños de cero a tres años hace que se deban atender una serie de
consideraciones básicas, que definiremos a continuación:

 La atención debe ser personalizada a la medida de cada bebé, como por


ejemplo el hecho de cuidar con detalle la manera en la que el niño quiere
que le cojan en brazos.
 Tiene que existir una continuidad en las personas que están al cuidado del
niño, siempre que nos lo podamos permitir. Los padres trabajadores que
cambian constantemente de cuidador para su niño no le están ayudando a
desarrollar ciertos aspectos afectivos.
 Dotar un equilibrio entre la uniformidad y la variedad, o lo que es lo mismo,
considerar al mismo tiempo las rutinas y la flexibilidad, tanto en las
prácticas del educador como en el ambiente físico que rodea al niño,
tratando de evitar la sobreestimulación o el desorden.
 Hay que evitar de igual manera que el bebé se exponga a una inquietud
excesiva, calmando su llanto lo antes posible sin que eso lo entienda el niño
como un mecanismo para conseguir lo que quiere a través del lloro.
 Debemos transmitir al bebé desde que nace una actitud en la que vea que
aprender cosas nuevas es algo agradable, a la par que necesario.
 En este primer ciclo tiene una mayor importancia la relación con la familia,
especialmente el intercambio de información.

2.5.2. Posibles ejes o unidades de programación.

En el primer ciclo de Educación Infantil los contenidos y experiencias de


aprendizajes se tienen que estructurar según unos ejes muy concretos que permitirán
un correcto aprovechamiento de todo el potencial educativo de las actividades del día
a día. Entre estos ejes destacan los siguientes:

- Las rutinas.
- El juego.
- El descubrimiento del propio cuerpo.
- El descubrimiento del espacio.

 Las rutinas de la vida cotidiana.

Las rutinas de alimentación, sueño, higiene, etc., tienen una función


organizativa y educativa, ya que contribuyen a ofrecer al niño un marco estable y
seguro fundamental para su desarrollo.

Como las actividades rutinarias ocupan gran parte del día en la vida de los
niños, no debemos afrontarlas como tareas que hay que terminar lo antes posible y
pasar a otras actividades diferentes, sino como un espacio de tiempo especialmente
diseñado para convivir juntos, comunicarnos y aprender.

Mediante las rutinas los niños aprenden contenidos procedimentales,


conceptuales y actitudinales. Cada rutina puede posibilitar el desarrollo de capacidades
muy diversas; por ejemplo la rutina de la alimentación permite trabajar aspectos como
el lenguaje, las texturas, colores, olores, sabores, relaciones sociales, etc.

 El juego.

El juego, el aprendizaje y la exploración se interrelacionan en la experiencia de


los niños. Así, durante el primer año de vida las experiencias lúdicas forjan los puntos
básicos para el desarrollo de la curiosidad por el mundo que les rodea y para la
formación de una actitud positiva hacia sí mismo y hacia los demás.

En la planificación de los juegos los propios niños marcarán las pautas según lo
que les interese y convenga en cada momento. Será importante la consideración de
ciertas condiciones como la estabilidad del entorno social (personas con las que
desarrolla y ejerce los juegos), la necesidad de evitar la monotonía proponiendo una
gran diversidad de juegos para quelos niños exploren y consoliden ciertas conductas, o
el hecho de evitar una excesiva intervención que mine la creatividad e iniciativa del
niño.

 El descubrimiento del propio cuerpo.

La intervención educativa debe ofrecer al niño la posibilidad de descubrir y


conocer su cuerpo a partir de la exploración de distintas posturas y movimientos, así
como de los segmentos que más llamen su atención. Así pues, vamos a citar algunos
contenidos fundamentales en este proceso:

- El contacto corporal con las otras personas y objetos.


- La estimulación física que el niño recibe del adulto mientras interactúa con
él a la hora de resolver sus necesidades básicas.
- La observación e identificación de su imagen a través del espejo.

Todo esto ayuda a que el niño empiece a edificar un conocimiento global de su


cuerpo que le permita distinguirse de los otros seres y del mundo exterior.

Durante este primer ciclo, el uso de los sentidos se convierte en el principal


procedimiento que debemos programar de manera continuada para que el niño se
explore a sí mismo y descubra la realidad exterior, ya que el niño indaga y conoce su
cuerpo al mismo tiempo que va percibiendo paulatinamente y de forma más concisa
las necesidades básicas relacionadas con su bienestar corporal.

 El descubrimiento del espacio.

El niño no sólo va a explorar su propio cuerpo, sino que también se dedica en


estas edades a explorar el espacio, lo cual puede servir también como eje
metodológico. Para ello se requiere una disposición del espacio teniendo en cuenta las
necesidades particulares de los niños y los cambios que pueden producirse, como por
ejemplo el niño que evoluciona de gatear a caminar.

En el primer ciclo debemos disponer de espacios en donde los niños puedan


moverse libremente, ya sea arrastrándose, gateando, o dando sus primeros pasos, ya
que se producirá la exploración y familiarización con los primeros objetos que les
resulten interesantes.

Por último, daremos una gran importancia al hecho de respetar el equilibrio


entre la autonomía y la ayuda del adulto en la exploración y descubrimiento del
espacio por parte del niño.

2.5.3. Metodología más adecuada para niños de cero a tres años de edad.

A nivel general, los modelos didácticos más convenientes para establecer en


estas edades son los que puedan adaptarse mejor a las demandas y necesidades de los
niños. Como debemos prestar una atención muy individualizada, diremos que no existe
un modelo único, aunque sí se pueden aportar una serie de criterios y orientaciones
para seleccionar en cada momento la metodología más adecuada a las circunstancias
particulares de los niños. Veremos, pues, los siguientes puntos característicos:

 Los modelos didácticos elegidos han de guardar respeto por las


características de globalidad y unidad de los niños y el tipo de pensamiento
que mayoritariamente poseen en estas edades.
 Tienen que ofrecer secuencias de actividades que estimulen todas las
capacidades del niño y desarrollen su potencial.
 Deben ser fundamentalmente lúdicos y orientados a la actividad del juego,
de tal manera que puedan estimularse las relaciones interpersonales.
 Por último, deberán plantear situaciones y problemas que los niños puedan
resolver por sí mismos, permitiendo una mejora de su autoestima y su
autonomía. Se necesita elaborar una programación que permita al educador
explicar coherentemente lo que realiza y que le ayude a profundizar en
estrategias y conocimientos científicos. Para obtener grandes resultados, es
muy conveniente una metodología basada en el juego, las actividades, el
desarrollo de habilidades y destrezas, los talleres de ejercicios, etc.

2.5.4. La relación con el educador.

La relación entre niño y educador es un factor a valorar muy interesante, pues


en los comienzos de este ciclo los bebés tienen una gran vinculación a los educadores y
dependen en gran medida de su sensibilidad para ayudarles a cumplir sus necesidades
básicas y deseos, tanto afectivas como en cuestiones de alimentación, higiene, etc. Así,
un educador tendrá que atender todas las cuestiones referentes al juego con el niño,
mostrarle cariño para que se sienta respetado y querido, saciar su alimentación y tratar
de que siempre esté limpio, acariciarle y atenderle constantemente, etc.

El educador es una figura fundamental para el niño, ya que es uno de los


principales responsables de promover su desarrollo. Para ello necesita aprender a
interpretar al niño y empatizar con él, hacerle ver que todas las acciones que realiza
surgen por algún motivo y que poseen significado, de tal manera que se muestre
atento a ellas y las pueda responder, animándole para que consiga esos pequeños
logros y ofreciéndole todas las ayudas que necesite, etc.

En cualquier caso, independientemente del tipo de intervención que establezca


el educador con el niño, la prioridad será estimular la calidad de la relación,
aprovechando todas las posibilidades que encontramos en las rutinas para satisfacer
todos los requerimientos del niño en un entorno agradable, tanto para educador como
para el pequeño.

Para que esta relación entre el educador y el niño sea de verdad estimulante
debemos implicarnos con él en el máximo de situaciones posibles, ya que para que el
niño conforme una vinculación emocional segura y positiva se necesita tiempo,
constancia, mucha dedicación y una presencia continua en la limpieza y a la hora de
estimular el lenguaje, tanto en los hábitos de comida como en el fomento de la propia
autonomía.

Para terminar, diremos que no se va a poder buscar la estimulación del niño y


mantener con él relaciones positivas y enriquecedoras si pretendemos análogamente
ajustar nuestra intervención a un determinado momento (como las comidas) o a unos
hábitos concretos, por lo que nuestra obligación en el papel de educadores será prestar
atención a todos los momentos del día y a todas las circunstancias posibles.

3. CONCLUSIÓN.

En este tema hemos dado respuesta a la necesidad de programar la


intencionalidad educativa en el primer ciclo de Educación Infantil. A pesar del carácter
continuo y procesual en toda la etapa infantil desde cero a seis años, cada ciclo
presenta unas características o peculiaridades que lo hacen diferentes, de ahí que
debamos distribuir la programación del primer ciclo (de cero a tres años) en torno a
unidades didácticas que contengan los adecuados objetivos, contenidos, actividades,
una metodología que las aplique y una evaluación final del proceso.

Para ello hemos analizado cada uno de estos elementos concretos de la


programación adaptados para los niños del primer ciclo de Educación Infantil,
estudiando también el desarrollo del niño en estas edades en su faceta física, cognitiva,
afectiva y de sociabilidad, al mismo tiempo que destacamos en este apartado el papel
del educador y su relación con el niño.

Para concluir, estudiamos los principios metodológicos específicos para esta


etapa y proponemos un tipo de metodología adecuada en base a unos ejes o unidades
de programación tales como las rutinas, el juego o el descubrimiento de sí mismo y del
espacio que rodea al niño.
BIBLIOGRAFÍA

- Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las


enseñanzas mínimas de Educación infantil.
- TAVERNIER, R: “La escuela infantil antes de los seis años”. Ed. Martínez Roca.
Barcelona, 1987.
- ASENSI, J.: “Cómo programar las actividades de los alumnos” en Enciclopedia de
la Educación Preescolar. Ed. Santillana Diagonal Madrid, 1986.
- GOLDSCHMIED, L: “El niño en la guardería”. Ed. Reforma de la Escuela.
Barcelona, 1985.
- DAVID, M. Y APPEL, G.(1986): “La educación del niño de 0 a 3 años”. Experiencia
del instituto Loczy. Madrid Ed: Narcea.
- ESCAMILLA, A.: “Unidades didácticas: una propuesta de trabajo de aula”
Edelvives, Zaragoza, 1993.
- MORENO, J.M.: “Organización de centros de enseñanza, Luis Vives, Zaragoza,
1978.
- DISEÑO CURRICULAR BASE. Educación Infantil (1989) MEC Madrid.
- FRABBONI, F: “La educación del niño de cero a seis años. Ed. Cincel. Madrid,
1987.
- PRIETO, M.A. “Modelos de programación en Enciclopedia de la Educación
Preescolar. Santillana Diagonal, Madrid, 1986.
- WILLIS A. y RICCINTI, H.: “Orientaciones para la Escuela Infantil de cero a dos
años”. Morata, S.A. Madrid, 1990.
- MEC: “Cajas Rojas para la Educación Infantil” Servicio de Publicaciones del
Ministerio. Madrid, 1992.
- MEC: ‘Propuesta de Secuencia. Educación Infantil” Escuela Española, Madrid,
1992.

También podría gustarte