Los Contextos de Pedro Simón Abril
Los Contextos de Pedro Simón Abril
Los Contextos de Pedro Simón Abril
- En cuanto a la práctica de la enseñanza, según indica José López Rueda: Pedro Simón
Abril dividió la enseñanza del griego y del latín en seis semestres, al final de cada uno
de ellos, el alumno tenía que ser aprobado en un examen para la clase siguiente; en caso
de suspender, debería repetir el semestre completo.
1er semestre: Corresponde al aprendizaje de la gramática latina y griega.
2º semestre: Lectura de autores sencillos.
3er semestre: Lectura de obras dialogadas (Terencio, Cicerón, Aristófanes,
Luciano…).
4º semestre: Textos en prosa, como las epístolas de Cicerón o las epístolas de
Demóstenes, unto a textos de Platón y de San Basilio Magno. Se completa el
semestre con la lectura de historiadores griegos y romanos.
5º semestre: Después de dos años de formación, los alumnos empezaban con la
lectura de los poetas (elegíacos, como Tíbulo, Propercio o Calímaco; líricos,
como Horacio o Píndaro; y heroicos, como Virgilio u Homero).
6º semestre: Una vez que se conocen los autores clásicos, se comienza con la
elocuencia, de acuerdo con los manuales griegos (Teón, Hermógenes, Aftonio)
sobre los latinos (Cicerón, Quintiliano).
Biblia (sobre todo del Nuevo Testamento y, en concreto, de las Epístolas de S. Pablo)
supuso que la lengua griega se convirtiera en una obligación para los humanistas,
incluyendo entre los textos más comentados los de Basilio Magno.
Esta finalidad del aprendizaje del griego (el comentario de textos contenidos en el
Nuevo Testamento) quizá sea la causa del escaso número de alumnos matriculados en
los cursos de lengua griega, como señala José López Rueda: "El número de alumnos
que asistía a las clases de Griego no debió de ser nunca muy elevado" (262), máxime
después de Trento y de los problemas sufridos por el erasmismo en el mundo católico, a
pesar de lo cual Pedro Simón Abril mantiene como referencia la pedagogía y los
tratados del humanista de Rotterdam.
imprenta de Pedro Madrigal. Aquí podemos hallar otra obra muy reeditada, pues en
BNE se encuentran las ediciones de 1592, 1600, 1615, 1678, 1679 o la versión para las
escuelas jesuitas (en cuatro tomos) de 1797.
Publicó en latín y en castellano en 1577 Las seis comedias de Terencio, obra
impresa en Zaragoza, que se reimprimió al menos nueve veces: en Alcalá (1583),
Barcelona (1599), Valencia (1762), Madrid (1890) y cinco ediciones más realizadas a lo
largo del siglo XX. Según indica en el Prólogo, para realizar la edición, Pedro Simón
Abril consultó sus dudas con Francisco Sánchez de las Brozas (“El Brocense”).
4. La lógica. [Lámina 8]
- Pedro Simón Abril realizó una traducción de la Ética de Aristóteles (ética o moral a
Nicómaco) que se publicó en 1918, como complemento a la argumentación retórica o a
la argumentación de la lógica y que debió ser para uso de sus alumnos Opinión de
Erasmo sobre la ética aristotélica. Precisamente la lógica corrió mejor suerte. Si para la
retórica había seguido los ejercicios de retórica (progymnásmata) bizantinos, en la
Filosofía (tanto en el tratado dedicado a la Filosofía Racional o Lógica de 1587 como en
el dedicado a la Fisiología o Filosofía natural, que quedó sin imprimir hasta el siglo XX,
sigue a Aristóteles. En el primero de los tratados, con el precedente de la edición del
Órganon que realizó en 1572 (Introductionis ad libros logicarum Aristotelis libri duo),
la lógica del Estagirita sirve solo como base, pues emplea sobre todo los Tópicos de
Cicerón, al que complementa con diferentes fuentes clásicas, entre las que cabe destacar
a Quintiliano o a Alejandro Numenio (Morreale). Un resumen de esta primera parte la
encontramos en el tratado de 1586 Las sentencias de un renglón por orden alfabético
colegidas de diversos autores, donde reúne sentencias clásicas, acercándose una vez a
Erasmo, en concreto a los Adagia. En este tratado de filosofía y su resumen eliminó lo
más posible lo ejemplos de la oratoria forense, sustituyéndolos por ejemplos literarios.
Se trataba de una lógica literaturizada al estilo de los tratados humanistas del sur (como
la Dialéctica de Lorenzo Valla), frente a la dialéctica estricta del humanismo del norte
(como la Dialéctica de Rodolfo Agricola o la de Petrus Ramus), que distingue
claramente entre una lógica proposicional y una retórica literaturizada, que terminará
confluyendo con la poética. En ambos humanismos, se trataba de una reacción contra la
Escolástica, que sin embargo Pedro Simón Abril (según M. Morreale) no comparte. La
Escolástica se impuso de nuevo en las universidades españolas después de Trento (pues
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