Apuntes T. Ley, Actos Juridicos y Bienes Prof. Verdugo Por Pablo Zepeda

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

NOCIONES JURÍDICAS FUNDAMENTALES

La sociedad requiere de normas para la consecución de un fin común. Hay distintos


órdenes normativos, como por ejemplo; el manual de Carreño que prescribe normas de
trato social. También existen normas de carácter moral, las cuales no necesariamente
están vinculadas con alguna religión o sistema filosófico. Estas normas morales son
internas, es decir; su sanción sólo ocurre en la conciencia del individuo.

Las normas jurídicas conforman lo que se denomina “ordenamiento jurídico”. Son por
esencia coercibles y sancionables.

¿A qué de refiere lo jurídico?

Se refiere a que las normas jurídicas operan en el plano del deber ser.

La coercibilidad es la cierta pretensión por parte del estado con respecto de la


obligatoriedad de las normas jurídicas, por ejemplo; Paul Schafer abusó sexualmente
contra menores de edad, hecho que está penado por nuestro ordenamiento, ya que el
abuso de menores está consagrado en el código penal. Por lo tanto, lo que se busca con
el ordenamiento jurídico es que efectivamente se cumplan las normas contempladas en
él, sancionando a aquellas personas que las infringen

Debemos entender entonces por ordenamiento jurídico, aquellas prescripciones de


conducta de carácter coercible. La voluntad y el aspecto psicológico tienen importancia
para el ordenamiento jurídico únicamente cuando estas se exteriorizan, por lo tanto, la
voluntad influye en la punibilidad del acto. El fin buscado con la norma prescrita en el
ordenamiento, es regular que no se cometan ciertos actos, como por ejemplo; un
homicidio, por lo que el estado realizará o incurrirá a todo lo que esté a su alcance para
sancionar aquellas conductas punibles como el homicidio. La sociedad no puede existir
sin ordenamiento jurídico, ya que actuaríamos como salvajes. El ordenamiento jurídico da
lugar a lo que se denomina estado de derecho.

En un estado de derecho, tanto las autoridades como los ciudadanos regulan su actuar
de acuerdo al ordenamiento jurídico. El cual tiene un grado mínimo de eficacia, si ese
grado mínimo no se logra, el ordenamiento jurídico sería ineficaz.

¿Es lo mismo decir derecho que ordenamiento jurídico?

No es lo mismo. El derecho admite una gran clasificación, como aquella distinción entre
derecho natural y derecho positivo.

1. Derecho natural: Conjunto de principios (normas) que han sido establecidas por Dios
(desde una concepción religiosa) o por la razón (desde una concepción racionalista).
Estas leyes son inmanente, es decir; superiores e inviolables, como por ejemplo; el
derecho a la vida.

2. Derecho positivo: Es aquel derecho creado por el hombre. El ordenamiento jurídico


está referido a este tipo de derecho, ya que es creado por el hombre.

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¿Cómo se clasifica el orden jurídico?

Una primera clasificación es aquella que nos dice que el derecho positivo se divide en
derecho público y privado. El primero mira el interés de la comunidad en conjunto (justicia
distributiva), y el segundo mira al interés de los individuos en sus relaciones particulares
(justicia conmutativa).

a. El derecho público regula la organización política del estado, y tiene por objeto
regular las relaciones entre el estado y sus órganos, y también con los particulares en
un plano de superioridad (porque el estado actúa como autoridad). Dentro del
derecho público encontramos por ejemplo; el Derecho Constitucional que establece
los deberes, los derechos y las garantías constitucionales, Existen otras ramas como el
Derecho Penal, que es aquel conjunto de normas que regula la actividad punitiva del
estado, el Derecho Tributario, el Derecho Administrativo, etc.

b. El derecho privado es el conjunto de normas que regulan las relaciones entre


particulares, o las relaciones ente particulares y el estado, cuando este último actúa
como sujeto de Derecho Privado. Dentro del derecho privado encontramos el
Derecho Civil, el Derecho Comercial (Que se le aplica a los comerciantes, por lo tanto,
es un derecho de carácter especial) y el Derecho del Trabajo (el cual se discute si es
privado o público). En el derecho privado, algunas normas pueden ser de orden
público (las cuales son irrenunciables) y otras de orden privado.

Las normas de derecho privado pueden ser alteradas o cambiadas por los acuerdos
de los particulares, porque en estas no hay interés publico comprometido, en cambio,
las normas de orden publico no pueden ser alteradas por lo particulares.

Las normas de derecho privado son supletorias de la voluntad de las partes, por lo
tanto, dispositivas y derogables. Una norma de Orden Publico en cambio es
imperativa, absoluta e inderogable, como por ejemplo; el contrato de matrimonio
anterior a la nueva ley de matrimonio civil.
Dos normas de orden público, son por ejemplo; los artículos 12 y 1.892 del código civil,
el primero nos dice que: “Podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes,
con tal que sólo miren al interés individual del renunciante, y que no esté prohibida su
renuncia.”. Por su parte, el artículo 1892, nos habla acerca de la lesión enorme y nos
dice; “Si se estipulare que no podrá intentarse la acción rescisoria por lesión enorme,
no valdrá la estipulación; y si por parte del vendedor se expresare la intención de
donar el exceso, se tendrá esta cláusula por no escrita.”

Dentro del Derecho Privado, existe una clasificación entre Derecho Común y Derecho
Especial.

i. Derecho Común: Es un derecho de carácter supletorio, ya sea a la voluntad de los


particulares o a las disposiciones del derecho especial.

ii. Derecho Especial: Son normas aplicables a determinadas situaciones jurídicas, por
ejemplo; el Derecho comercial es una rama especializada del derecho privado, el
Derecho del Trabajo también es una rama especializada del derecho privado.
Existen otras también como el Derecho minero, o el Código de Justicia Militar.

El Derecho Civil es por esencia el Derecho Supletorio, porque suple todas las otras
ramas del derecho, lo que significa que en el caso de que no exista una norma en la
rama especializada, se regirá por el derecho civil. En la aplicación rige el criterio de la

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especialidad; “La norma especifica prevalece frente a una Ley común “. El principio
de la especialidad está reconocido en los artículos 4 y 13 del código civil. El primero
nos dice que; Las disposiciones contenidas en los Códigos de Comercio, de Minería,
del Ejército y Armada, y demás especiales, se aplicarán con preferencia a las de
este Código. Por su parte, el artículo 13 nos dice que; Las disposiciones de una ley,
relativas a cosas o negocios particulares, prevalecerán sobre las disposiciones
generales de la misma ley, cuando entre las unas y las otras hubiere oposición.

El derecho civil es el derecho privado, común o supletorio, y general, es decir, se le


aplica a la generalidad de las personas que se encuentran en una situación
determinada. Es aquella rama de la ciencia jurídica que regula las situaciones
patrimoniales de los sujetos, las relaciones de familia y establece normas respecto de
la personalidad (además contiene las normas de Teoría de la Ley en el Titulo Preliminar
del Código Civil).

Análisis de la definición de derecho civil


1. Es derecho privado; ya que regula las relaciones entre particulares, o las relaciones
ente particulares y el estado, cuando este último actúa como sujeto de derecho
privado
2. Es derecho común o supletorio; porque suple todas las otras ramas del derecho.
3. Es derecho general; es decir, se le aplica a la generalidad de las personas que se
encuentran en una situación determinada.
4. Regula las situaciones patrimoniales de los sujetos.
5. Regula las relaciones de familia.
6. Establece normas respecto de la personalidad.

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CÓDIGO CIVIL CHILENO

A modo de introducción debemos decir que en Francia, a raíz de la revolución de 1.789


surge la necesidad de crear un nuevo ordenamiento, distinto al que regía entonces, ya
que los jueces eran súbditos del rey, por tal razón Napoleón creyó necesario crear y dictar
un código civil a un grupo de juristas (entre los que se encontraba Dommat y Pothier) que
lo elaboraran. Este fue dictado en 1.804.

Al momento de la independencia de la República de Chile, regían en el país un Derecho


Castellano y un Derecho Indiano. Los primeros gobernantes chilenos decidieron regirse por
el Derecho Castellano, éste obviamente no era el más apropiado para la realidad
nacional, debido a que la idiosincrasia criolla era muy diferente a la española.

Francisco Miranda conoce a Don Andrés Bello en Inglaterra, y le da trabajo en la


embajada de Venezuela. En Europa se preocupó por estudiar todas las fuentes del
derecho francés, español, entre otras. Bello llegó a Chile a la edad de 50 años. Era
Bachiller en letras (Título que le otorgó la Universidad de Caracas), profesor de derecho
romano del Instituto nacional.

En 1840 se crea por orden del Congreso una Comisión Legislativa encargada de elaborar
un Código. Andrés Bello en ese entonces era senador e integrante de dicha Comisión. Por
la ineficacia de la Comisión se nombró una Junta Revisora que se encargaría de revisar el
proyecto elaborado por Andrés Bello.

La Junta Revisora no cumplió con la tarea encomendada y fue necesario formar una
Comisión Revisora, que fue una mezcla entre los dos anteriores grupos mencionados, y
que se encargó de revisar el proyecto inédito de Bello terminado en 1.852. Algunos
postulan que los errores que se detectan en el código, son producto de la comisión de
revisores antes de su promulgación. Finalmente esta Comisión presenta el proyecto Inédito
de Andrés Bello en 1.853, el cual fue aprobado el 14 de Diciembre de 1.855, y entró en
vigencia el 1 de enero de 1.857.

Andrés Bello, para escribir el código civil, se inspiró en el código francés, en el derecho
romano (En materia de propiedad). Debió acoger algunas leyes españolas (vigentes en
ese momento), y se dice que se baso en las siete partidas y en el fuero Real. Con respecto
a la materia de obligaciones y contratos, fue influenciado por el jurista francés Pothier.

Estructura del código civil


1. Titulo preliminar; en donde se tratan algunas materias fundamentales, como la ley, su
promulgación, etc.
2. Cuatro libros; A su vez, los libros se dividen en títulos, cada titulo tiene párrafos, cada
párrafo tiene artículos, y cada artículo tiene incisos, por ejemplo; el artículo 25 tiene
dos incisos, el artículo 141 tiene cinco incisos.
3. 2.524 artículos.
4. Titulo final.
5. Artículo final.

Los libros del código civil chileno


1. Libro primero: De las personas.
2. Libro segundo: De los bienes, y de su dominio, posesión, uso y goce.
3. Libro tercero: De la sucesión por causa de muerte y de las donaciones entre vivos.
4. Libro cuarto: De las obligaciones en general y de los contratos.

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Principios que guían al código civil

1. Omnipotencia de la ley: La ley es la principal fuente del derecho. Con respecto a la


interpretación de la ley, el Art. 19 del CC nos habla de la omnipotencia de la ley
escrita.

Art. 19. Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, a pretexto de consultar su
espíritu.

Pero bien se puede, para interpretar una expresión obscura de la ley, recurrir a su intención o espíritu,
claramente manifestados en ella misma, o en la historia fidedigna de su establecimiento.

2. La buena fe: La regla general es que las personas se comporten de buena fe y no con
dolo, por lo tanto, la ley presume la buena fe y la mala fe es aquella que debe ser
probada. Esto opera tanto en materia contractual y extracontractual.

3. Enriquecimiento sin causa: Todas las personas tienen un patrimonio (atributo de la


personalidad). El enriquecimiento sin causa normalmente proviene del ejercicio de
una actividad laboral o por azar, pero el patrimonio no puede ser sin causa y debe
volver al estado anterior (esto es una obligación jurídica), ya que no puede haber un
crecimiento del patrimonio sin un motivo o esfuerzo que lo justifique.

4. La concepción matrimonial de la familia y la preeminencia de la descendencia


legítima: Para Andrés Bello los hijos legítimos son aquellos que provienen o que nacen
dentro del matrimonio. Los que nacían fuera del matrimonio eran los hijos de
barragana o ilegítimos no dignos de protección. No se permitía la investigación de la
paternidad legítima, y además, no se les reconocían los derechos de alimento o
sucesorios (Los derechos sólo eran de los hijos legítimos).

La Ley 10.271, dictada en 1952, permite la investigación de la paternidad y se le


reconocen derechos a los hijos nacidos fuera del matrimonio. Los hijos naturales
reconocidos por el padre o la madre tienen derecho a alimentos, que además de
cubrir la alimentación, cubre otras necesidades. Hijos ilegítimos son aquellos que no
pueden demostrar que son hijos de una persona, por lo que se les otorga sólo
alimentos mínimos.

Con respecto a los derechos hereditarios, en el código civil, originalmente, sólo se


reconocían derechos a los hijos legítimos, con la Ley 10.271 varió, ya que le conceden
derechos a los hijos naturales. El hijo natural tiene derecho a la mitad de lo que le
corresponde al hijo legítimo, pero en conjunto, los hijos naturales no pueden llevarse
más de la cuarta parte de la herencia.

La Ley 19.585 (Ley de filiación) del 26 de Octubre de 1998 modifica el código civil y
establece que los hijos sólo son hijos, eliminando los naturales o ilegítimos, dando los
mismos derechos a los hijos nacidos dentro del matrimonio o fuera de él.

5. Protección al derecho de propiedad: El artículo 582 del código civil, se refiere al


estatuto de dominio, y en su inciso primero nos dice que; “El dominio (que se llama
también propiedad) es el derecho real en una cosa corporal, para gozar y disponer
de ella arbitrariamente; no siendo contra ley o contra derecho ajeno”.

6. Libre circulación de los bienes: Un titular puede enajenar, ceder o transferir sus bienes.
El libre comercio de los bienes promueve la riqueza del patrimonio de las personas, al

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contrario, el entrabamiento de los bienes, provoca la disminución de la riqueza.


Nuestro código civil no permite el usufructo sucesivo, entendiéndose por usufructo; la
facultad de uso y goce de una cosa de otro titular, dueño de la cosa. El legislador
pone un plazo al usufructo por ser contrario a la libre circulación de los bienes; termina
con la muerte del usufructuario en las persona naturales (hasta la fecha de muerte), y
en el caso de las corporaciones o personas jurídicas, el código civil establece un plazo
máximo de treinta años (Artículo 770, inciso 3 del código civil).

Influencia del código civil en Latinoamérica

Ecuador y la Gran Colombia (Colombia cuando abarcaba territorialmente a Venezuela)


promulgaron el código civil chileno como suyo. Uruguay también lo adopto textualmente
en gran porcentaje, en cambio, en Argentina, influyó de manera distinta, pues Dámaso
Vélez Sarsfield se basó en nuestro código civil para redactar el de su país.

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TEORIA DE LA LEY

Art. 1. La ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la forma prescrita por la
constitución manda, prohíbe o permite.

1. DECLARACIÓN DE LA VOLUNTAD SOBERANA QUE: Se refiere a; que de acuerdo a lo


que es nuestro derecho positivo, la ley emana de la soberanía, entendiéndose esta
como la facultad que tiene un estado de subordinarse jurídicamente a sus propias
leyes. La soberanía la ejerce la ciudadanía con la elección de sus representantes en
los poderes ejecutivo y legislativo.

2. MANIFESTADA EN LA FORMA PRESCRITA POR LA CONSTITUCIÓN: Se refiere a la


constitucionalidad de las leyes, las cuales se basan en el principio de supremacía
constitucional consagrado en la constitución, el cual nos dice que; la constitución es
la ley más importante de nuestro ordenamiento, a ella se subordinan las leyes
restantes. Estas leyes restantes deben ajustarse a la constitución tanto en la forma
como en el fondo.

a. Forma: Las leyes deben ser creadas por los órganos y los procedimientos que la
constitución establece.
b. Fondo: La ley debe ajustarse en su contenido y materias a la constitución,
respetando los derechos y garantías que la misma establece.

Existe un control preventivo de constitucionalidad de las leyes, la cual es ejercida por


el tribunal constitucional, con el fin de que las leyes se ajusten a la constitución, no
obstante, existen leyes que no son sometidas a este control, como las leyes de
nacionalización por gracia. Sin embargo estas excepciones al control preventivo de
constitucional no son totales, ya que a petición de al menos 10 senadores o diputados,
pueden exigir que una ley sea objeto de control por parte del tribunal constitucional.

Un precepto será ley, únicamente cuando cumpla con una serie de requisitos, como
por ejemplo; aquellas leyes que sólo pueden tener su origen en el mensaje
presidencial y no en la moción parlamentaria, por ejemplo; toda ley en materia de
impuestos, sólo tiene iniciativa presidencial.

3. MANDA, PROHÍBE O PERMITE: En virtud de lo anterior, las leyes son susceptibles de la


siguiente clasificación:
a. Leyes imperativas: Aquellas que ordenan realizar un determinado acto, como por
ejemplo; la norma que ordena la inscripción en los cantones de reclutamiento de
todo hombre que hubiese cumplido los 18 años de edad.
b. Leyes prohibitiva: Aquellas que ordenan a no realizar un determinado acto, como
por ejemplo; la norma que prohíbe fumar en los vehículos de la locomoción
colectiva.
c. Leyes permisivas: Aquellas que permiten la realización de determinados actos en
determinadas condiciones, por ejemplo; la norma que le permite testar a todos los
mayores de 18 años.

Los derechos se pueden renunciar; en virtud del artículo 12 del código civil; “Podrán
renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que miren al interés individual
del renunciante, y que no este prohibida su renuncia”.

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Existen casos en que del derecho nacional entra en pugna con el derecho internacional,
por ejemplo; la globalización atenta contra la soberanía, ya que impide que los estados
puedan ejercerla en plenitud. Con relación a los derechos humanos; los derechos
supranacionales, pueden llegar a ser, incluso, más importantes que la constitución de un
país, por ejemplo; el pacto de San José de Costa Rica prohíbe la censura, y por lo tanto,
dio objeto a la posterior derogación de la censura consagrada en nuestra constitución, ya
que ningún país que haya suscrito este pacto puede negarse a él, inclusive si su
constitución dice lo contrario. Estos tratados o pactos internacionales pueden incluso
regular el derecho interno, ya que no se pueden amnistiar los derechos humanos, esto
quiere decir que los derechos nacionales deben adaptarse a los derechos
internacionales, por ejemplo; la no diferenciación entre hijos legítimos e ilegítimos.

REQUISITOS DE OBLIGATORIEDAD DE LA LEY

Estos requisitos de obligatoriedad de la ley son la promulgación y la publicación de la ley.

Primer Requisito de obligatoriedad: PROMULGACION DE LA LEY

Art. 6. La ley no obliga sino una vez promulgada en conformidad a la Constitución Política del Estado y
publicada de acuerdo con los preceptos que siguen.

Promulgación de la ley es el acto por el cual el presidente de la república certifica la


existencia de una ley y ordena su ejecución. Se lleva a cabo a través de un decreto
supremo, que son normas jurídicas de rango inferior a la ley, ejecutada por el presidente
de la república en conformidad a las facultades que le concede la constitución.

Después de la promulgación de la ley, esta se dirige a la contraloría general de la


república; la cual cumple la función de llevar el registro oficial de las leyes que se dictan
en Chile, y además velar por la legalidad de los actos de la administración a través de la
toma de razón, medio por el cual se revisa que todos estos actos promulgatorios estén
adecuados al derecho.
En la toma de razón no se revisará la ley, sino el decreto promulgatorio, ya que la
contraloría no puede pronunciarse sobre la constitucionalidad de una ley, pues no tiene
facultades para ello.
Cuando se nombra a algún funcionario público de alto grado, o en el caso de otorgar
pensiones de gracia, etc., el presidente de la república firma un decreto supremo, el cual
va a la contraloría general para verificar la legalidad del decreto supremo (tómese
razón).

Los decretos exentos son aquellas resoluciones que están exentas de la toma de razón,
por ejemplo; el decreto promulgatorio respecto del cuál la contraloría no podrá
pronunciarse ante un vicio de legalidad, ya que esta función le compete a otros órganos,
como por ejemplo; el tribunal constitucional, que puede declarar la inaplicabilidad por
inconstitucionalidad.

Segundo requisito de obligatoriedad: PUBLICACION DE LA LEY.

Es requisito de obligatoriedad de la ley, ya que la ley no obliga sino una vez publicada de
acuerdo a los preceptos que el mismo código civil establece. La publicación de la ley es
el medio por el cual el estado da a conocer la existencia de una ley para así exigir o
sancionar su incumplimiento una vez que esta es conocida por todos.

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Art. 6. La ley no obliga sino una vez promulgada en conformidad a la Constitución Política del Estado y
publicada de acuerdo con los preceptos que siguen.

Art. 7. La publicación de la ley se hará mediante su inserción en el Diario Oficial, y desde la fecha de éste se
entenderá conocida de todos y será obligatoria.
Para todos los efectos legales, la fecha de la ley será la de su publicación en el Diario Oficial.
Sin embargo, en cualquiera ley podrán establecerse reglas diferentes sobre su publicación y sobre la fecha o
fechas en que haya de entrar en vigencia.

¿Se puede publicar una ley en otro diario que no sea el oficial?

En virtud del inciso tercero del artículo 7 del código civil, podemos afirmar de que sí se
puede publicar una ley en otro diario que no sea el oficial, ya que este artículo nos dice
que; “Sin embargo, en cualquiera ley podrán establecerse reglas diferentes sobre su
publicación y sobre la fecha o fechas en que haya de entrar en vigencia”.

¿Se pueden publicar leyes secretas?

Santo Tomás decía que la publicidad era una parte esencial de la ley pero en la práctica
se pueden dictar leyes secretas en virtud del mismo inciso señalado anteriormente (Inciso
tercero del artículo 7) pero no se puede abusar de esta facultad (Hay abuso cuando se
dictan leyes secretas en materia que deberían ser públicas).

¿Cuál es la importancia de la publicación?

Su importancia radica que; desde la fecha de publicación la ley, esta se entenderá


conocida y será obligatoria para todos los habitantes de la república. Lo anterior en virtud
de los Incisos 1 y 2 del artículo 7 del código civil. El inciso uno señala que; “La publicación
de la ley se hará mediante su inserción en el Diario Oficial, y desde la fecha de éste se
entenderá conocida de todos y será obligatoria”, y el inciso segundo señala que; “Para
todos los efectos legales, la fecha de la ley será la de su publicación en el Diario Oficial”.

En virtud del inciso tercero del mismo artículo (Art.7), la misma ley podrá establecer reglas
diferentes sobre su publicación y sobre la fecha o fechas en que haya de entrar en
vigencia, y respecto de este último punto (fecha en que haya entrar en vigencia), existe
lo que se denomina vacancia legal, que es aquel periodo que va desde la publicación
de la ley hasta su entrada en vigencia.

Art. 8. Nadie podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya entrado en vigencia.

¿Podemos todos conocer todas las leyes?

a. Presunción de hecho: Es común que la ley presuma situaciones a partir de ciertos


hechos que son conocidos, como por ejemplo; dentro de un matrimonio se deduce
como hecho conocido la cohabitación. En caso de que el embarazo de la esposa
sea un hecho desconocido, se puede llegar a deducir la paternidad del marido a
partir de un hecho conocido que puede ser el vínculo matrimonial o la cohabitación,
aunque de hecho no sea así. Otro ejemplo es aquella ley que presume que el
alimentante de un menor tiene los ingresos para pagar alimentos.

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b. Presunciones de derecho: No se permite probar en contrario, cuando la ley presuma


de derecho no admitirá pruebas en contrario, por ejemplo; que la existencia natural se
inicie con la concepción, es una presunción de derecho.

c. Ficciones legales: Son aquellas creaciones de la ley que no corresponden a una


realidad por ejemplo, el artículo 545, inciso primero del código civil que nos dice que;
“Se llama persona jurídica una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente”.

d. Principio de inexcusabilidad de la ley: La generalidad de los habitantes de un país


determinado no podrán alegar desconocimiento de la ley para no darle
cumplimiento, en este sentido, el artículo 8 del código civil sería una verdadera
presunción de derecho respecto del conocimiento de la ley. Hernán Corral, respecto
al principio de inexcusabilidad señala que no es presunción de ningún tipo, sino el
principio que se puede excusar alegado el desconocimiento de una ley para exigir su
incumplimiento. Además, señala que como la regla general no es absoluta, permitiría
una serie de excepciones para casos particulares, ya que en ciertos casos particulares,
el juez puede excusarse pero moderadamente para no producir injusticia.

5. Desconocimiento de la ley: El artículo 2.299 del código civil, respecto del que da no
que no debe. Señala que; “Del que da lo que no debe, no se presume que lo dona, a
menos de probarse que tuvo perfecto conocimiento de lo que hacía, tanto en el
hecho como en el derecho.”. A partir de esto podríamos llegar a invocar el principio
de enriquecimiento in causa. En caso de que exista error de derecho se puede pedir
la repetición de lo que se ha pagado por error, lo anterior en virtud del artículo 2.297
que nos señala que; “Se podrá repetir aun lo que se ha pagado por error de derecho,
cuando el pago no tenía por fundamento ni aun una obligación puramente natural”.

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INTERPRETACION DE LA LEY

Consiste en determinar el sentido y alcance de una norma jurídica, también es llamada


“Hermenéutica Legal”. También existe lo que se denomina “interpretación jurídica” que no
es lo mismo, ya que incluye la interpretación de los contratos, testamento u otros
instrumentos jurídicos.

Por ejemplo; Se plantea el siguiente caso respecto a la capacidad. Los dementes son
incapaces, no pudiendo adquirir derechos ni obligaciones (Art. 1.447 CC). Si se esta frente
a un esquizofrénico se puede decir que es incapaz pero, ¿Un psicópata es incapaz?,
¿Qué quiere decir el código civil con el termino demente?, ¿Cuál es la intención del
legislador?, ¿Incluir a aquellos dementes que la medicina define como tales o también
aquellos que sólo tengan indicios de demencia como los bipolares?

¿Qué normas deben ser interpretadas, las normas claras u oscuras?

Actualmente la norma más aceptada es que toda norma debe ser interpretada, sea esta
clara u oscura, ya que se debe determinar el sentido y alcance de estas.

¿Cuál es la voluntad de la ley?, ¿La voluntad del legislador?

Lo que se debe buscar es la voluntad objetiva de la ley. La ley en si misma, independiente


de quien la redactó, la ley tiene su propio sentido y lógica.

Nuestro sistema de interpretación es reglado, pues el legislador nos da ciertas normas de


interpretación. Esto está ligado a la superioridad de la ley (fuente del derecho), minimiza a
la costumbre y la labor del juez.

Métodos de interrelación de la ley

1. Método lógico tradicional (Escuela de la exégesis): Interpreta la ley, principalmente,


basándose en el texto. Da importancia, fundamentalmente, a las palabras de que se
ha valido el legislador. Para determinar el sentido de la ley, busca la intención de un
supuesto legislador que creo una ley.

La principal crítica nos dice que este método no da una adecuada respuesta a la
evolución social, ya que la sociedad evoluciona más rápido que los textos legales, por
ejemplo; el artículo 2.474 del código civil en su número 1º, nos habla del posadero. Si
este artículo se interpretara con este método, podemos concluir que; si aplicáramos
este precepto respecto de un hotel, no serviría de nada, ya que la ley dice
expresamente “posada” y no hotel, a pesar de que el objeto de la posada y el hotel
sea el mismo (el alojamiento de personas), la ley sólo re refiere al posadero, y por lo
tanto, el método lógico tradicional petrificaría el ordenamiento.

También existen los que se denominan; métodos modernos de interpretación

2. Método histórico evolutivo: Implica desligar la intención de la ley de la voluntad del


legislador. Sostiene que la ley, desde el momento que comienza a regir, tiene voluntad
propia, objetiva y distinta del autor, la cual debe ajustarse a los tiempos, cambiando
de acuerdo a las realidades que la sociedad va presentando, y por lo tanto; este
método, permite interpretar la ley conforme a la actualidad.

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La principal crítica que se le hace a este método, nos dice que permite
arbitrariedades, porque cada intérprete llegaría a una conclusión diferente.

3. Método de la libre investigación científica: Postula que el interprete debe legislar, que
debe crear normas de acuerdo a los valores y la necesidad social del momento en
que se pretende aplicar la ley, por lo que debe investigar cual sería la posición del
legislador en el momento actual.

Este método se critica por ser un caos, ya que se daría paso a la arbitrariedad, pues se
crearían normas de acuerdo a la voluntad de quien interpreta.

4. Método Positivo Teleológico: Consiste en buscar siempre el fin práctico de la ley, de


manera que consiga el fin para el cual fue dictada.

5. Escuela del Derecho Libre: La ley pasa a ser algo contrario a la justicia, porque
encasilla a los jueces en un molde y los hace fallar a todos de la misma forma. El
interprete (juez) es libre de crear su propia norma, ya que su fin no es la ley, sino la
justicia, por lo que aplicaría la ley de acuerdo a sus valores y pensamientos.

Clasificación de la interpretación: La interpretación de la ley se puede clasificar de dos


maneras:
1. INTERPRETACION DE AUTORIDAD O PÚBLICA
2. INTERPRETACION DE DOCTRINAL O PRIVADA

2. Interpretación doctrinal o privada: Es aquella que realizan los tratadistas, juristas,


profesores, etc. Esta interpretación no tiene fuerza obligatoria, sin embargo es la más
libre, y su influencia va a depender del prestigio del autor.
Produce en los hechos una gran influencia, porque muchos jueces recurren a las obras
de algunos tratadistas, que le ayuden a discernir al momento de dictar sentencia.

1. Interpretación de autoridad o pública: Es aquella que emana de órganos públicos y


que tiene diversos grados de obligatoriedad.

a. Interpretación Autentica: Es aquella que proviene de otra ley, mediante lo que se


denomina; ley Interpretativa (esta es la que tiene mayor grado de obligatoriedad).

b. Interpretación Judicial: Esta es también pública porque tiene algún grado de


obligatoriedad, la realiza el Juez a través de las sentencias. Tiene la característica
de que en nuestro sistema es de efecto relativo, porque sólo afecta a las partes
que intervienen en un juicio.

Art. 3. Sólo toca al legislador explicar o interpretar la ley de un modo generalmente obligatorio.

Las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se
pronunciaren.

c. Interpretación de otros Organismos Públicos: Como por ejemplo la Contraloría


General de la República, el Servicio de Impuestos Internos, Dirección del Trabajo,
Las Superintendencias de Seguridad Social, de AFP, de Bancos, etc.

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ELEMENTOS DE INTERPRETACION DE LA LEY

1. Elemento Gramatical: Da importancia a las palabras en que se ha valido el legislador


para su redacción.

2. Elemento Histórico: El interprete debe recurrir a la historia de la ley, y buscar voluntad


del legislador

3. Elemento Lógico: El objeto se busca en la misma ley, es decir, consiste en desentrañar


el objeto de la ley para interpretar de acuerdo a esta finalidad. La disposiciones de la
ley se deben interpretar en armonía con otras disposiciones de la misma ley para llegar
a su objeto.

4. Elemento Sistemático: Consiste en integrar la norma interpretada a un cuerpo de leyes


o sistema jurídico, de tal manera que la ley debe interpretarse de acuerdo a lo que
digan otras leyes.

Elementos de interpretación en el código civil

1. Elemento Gramatical: Lo encontramos en el artículo 19, inciso 1 del código civil, el cual
nos dice que; “Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal,
a pretexto de consultar su espíritu”.

¿En que sentido se deben entender las palabras de la ley?

La regla general nos dice que las palabras de la le deben entenderse en su sentido
natural y obvio, pero además señala dos excepciones, las definiciones legales y las
palabras técnicas.

a. Sentido natural y obvio: El artículo 20 del código civil no señala que; “Las palabras
de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las
mismas palabras”. Tradicionalmente, el sentido natural y obvio de las palabras son
aquellas consignadas en el diccionario de la RAE, pero Carlos Ducci nos dice que
el uso general de las palabras no es igual en toda habla hispana, y por lo tanto, en
caso de confrontación, debe primar el uso general por sobre el sentido tradicional.

b. Definiciones legales: El artículo 20 del código civil no señala que; “Las palabras de
la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las
mismas palabras; pero cuando el legislador las haya definido expresamente para
ciertas materias, se les dará en éstas su significado legal”, por ejemplo; por infante
se entenderá todo aquel que no ha cumplido 7 años.

c. Palabras técnicas: Se refiere a aquellas palabras relativas a una ciencia o arte en


particular. están contempladas en el artículo 21 del código civil, el cual nos señala
que; “Las palabras técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el sentido que
les den los que profesan la misma ciencia o arte; a menos que aparezca
claramente que se han tomado en sentido diverso”.

2. Elemento Histórico: Consiste en el estudio de la época en que se dicta la ley y los


antecedentes que el legislador tuvo en consideración para dictarla. El inciso 2 del
articulo 19 del código civil nos dice que; “Pero bien se puede, para interpretar una
expresión obscura de la ley, recurrir a su intención o espíritu, claramente manifestados

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en ella misma, o en la historia fidedigna de su establecimiento”. Lo anterior nos indica


entonces, que el elemento histórico es subsidiario del elemento gramatical.

¿A que se refiere la ley (Art. 19) con la frase: “claramente manifestado en ella misma”?

Por ejemplo; el decreto ley 2.695 contiene varios considerando que dan a conocer las
razones por las que se está legislando en este aspecto, las que serían las deficientes
constituciones de dominio de las pequeñas propiedades raíces rurales y urbanas.
El legislador en varias ocasiones ha usado una técnica legislativa en donde expone los
motivos por los que dicta una ley. Podríamos encontrar la historia fidedigna de una ley
en el mensaje que envía el presidente de la república cuando toma la iniciativa de
legislar. También puede ocurrir que un legislador presente una ley por medio de una
moción, en la que también encontramos la historia fidedigna del establecimiento de
la ley, al mismo tiempo podríamos encontrarla en las actas de discusión del Congreso
respecto a la ley o en las comisiones legislativas (actas de las sesiones y comisiones).

3. Elemento Lógico: El elemento lógico lo encontramos en las relaciones lógicas que


existen en una misma ley, de manera que no resulten contradictorias. El artículo 22 en
su inciso segundo nos señala que; “El contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido
de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida
correspondencia y armonía”.

4. Elemento Sistemático: Busca interpretar la ley por las relaciones entre las diversas leyes
que conforman el ordenamiento jurídico, ya que debe existir una coordinación entre
ellas. El inciso 2 del artículo 22 del código civil nos señala que; “Los pasajes obscuros
de una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente si versan
sobre el mismo asunto”.

¿Qué ocurre en aquellos casos en que los elementos anteriores no han podido interpretar
una ley determinada?

El artículo 24 del código civil señala que; “En los casos a que no pudieren aplicarse las
reglas de interpretación precedentes, se interpretarán los pasajes obscuros o
contradictorios del modo que más conforme parezca al espíritu general de la legislación y
a la equidad natural”. Se coloca en la hipótesis, de no obstante haber aplicado los
elementos anteriores, pero aun queda la duda de como interpretar la norma. En este
caso se introducen dos nuevos elementos de interpretación de la ley, los cuales son el
espíritu general de la legislación y la equidad natural.

1. Espíritu general de la legislación: Hace alusión a los Principios Generales del Derecho,
ya que el orden jurídico está sustentado en ellos, además, se debe señalar también
que no puede existir norma alguna que atente contra estos principios, por ejemplo; no
puede existir ley que vaya en contra del derecho a la vida. Estos principios generales
son:

a. Non aldere, non altere: Este principio que provine del derecho romano, nos dice
que ninguna persona debe causar daño a otra.

b. Reparación integral del daño: Este principio nos dice; que ante un daño causado
(responsabilidad extracontractual) se debe indemnizar. Nuestro ordenamiento
señala que todo daño se debe indemnizar.

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¿El daño moral se indemniza?

Nuestro código civil en su artículo 2.329 señala que; “Por regla general todo daño
que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser reparado
por ésta”. Por su parte el artículo 1.556 señala que “La indemnización de perjuicios
comprende el daño emergente y lucro cesante, ya provengan de no haberse
cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse
retardado el cumplimiento”. Por lo tanto, en virtud del 1.556 del código civil,
debiéremos entender que el daño moral debe ser indemnizado, porque se refiere
a todo daño (sea moral o no), pero el artículo 2329 nos da a entender que sólo se
debe indemnizar el daño moral en materia extracontractual, y no en materia
contractual, ya que se refiere solamente al daño emergente y al lucro cesante, no
obstante, lo anterior no significa que los tribunales no hagan caso a la
indemnización en materia contractual.

c. Enriquecimiento sin causa: Toda persona tiene un patrimonio. Ningún patrimonio


debe empobrecerse o enriquecerse injustificadamente perjudicando a otro (a
costa de otro), esto quiere decir que nuestro sistema busca el equilibrio
patrimonial.

Por ejemplo; el legislador en el año 1.855 no conocía el fenómeno de la inflación,


por lo tanto no contemplaba ninguna norma que tuviera que ver con la
reajustabilidad. En el año 1.955, la inflación comenzó como un fenómeno lento, de
un 1% anual, llegando luego al 2%. En 1.971, hubo un choque, del cual la persona
afectada demandó el pago del arreglo del vehículo, el cual costaba doscientos
mil pesos pero el juicio duró un año, y con la inflación, necesitaba alrededor de un
millón para costear las reparaciones. La sentencia dijo que debía pagársele los
doscientos mil provocando un empobrecimiento sin causa en el patrimonio del
demandante. En 1.972, La corte de Rancagua dictaminó que nadie puede
empobrecerse sin causa, por lo tanto aplicó en este caso el espíritu general de la
legislación y se estableció por primera vez la reajustabilidad.

d. Principio de Buena Fe: Se presume que las personas actúan de buena fe, esto
significa que la mala fe hay que probarla. El dolo no se presume, sino que ha de
ser probado.

e. La Libre Circulación de los Bienes: Significa el libre comercio de los bienes, ya que
el principio contrario, el entrabamiento de los bienes, provoca la disminución de la
riqueza. Nuestro sistema protege el sistema de dominio, porque es consustancial a
los bienes su libre circulación, el poder disponer de las cosas.

Un entrabamiento de los bienes es el derecho de usufructo, entendiéndose este


como la facultad de uso y goce de una cosa, pero hay otro titular, dueño de la
cosa. El legislador pone un plazo al usufructo, ya que este es contrario a la libre
circulación de los bienes, por lo que termina con la muerte del usufructuario en las
persona naturales (hasta la fecha de muerte), y en el caso de las corporaciones o
personas jurídicas, el código civil establece un plazo máximo de treinta años
(Artículo 770, inciso 3).

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¿Son válidas las cláusulas de no enajenar?

No se puede provocar un entrabamiento del bien, por lo tanto, no deberían ser


válidos, pero si alguien enajena una propiedad respecto a la cual se comprometió
a no enajenar, debe indemnizar.

2. Equidad natural: Es la justicia aplicada al caso concreto de que se trata (Justicia


como principio general del derecho y equidad como caso concreto). Los jueces
aplican la equidad en aquellos casos en que por justicia lo creen necesario, por lo
tanto, el juez debe buscar la proporcionalidad en un caso concreto.

Un ejemplo de equidad sería la institución de los bienes de familia que protege a los
familiares, estableciendo que su enajenación no está autorizada si no existe
autorización del otro cónyuge, en caso de que uno de los cónyuges enajena sin
autorización, el acto sería nulo. En caso en que se afecte a un tercero que iba a
adquirir este bien, los tribunales han resuelto que el bien es familiar desde el momento
en que se registra en el conservador de bienes raíces, por lo que la protección
provisoria solo afecta a los cónyuges y no a terceros.

Los vacíos de la ley o lagunas del derecho

Este no es un problema de interpretación de la ley, sino de integración de la ley, porque


hay que solucionar un caso del cual el sistema no tiene una norma acorde a una situación
que se le presenta a un juez. Dado el principio de inexcusabilidad consignado en el
código orgánico de tribunales, el juez no puede excusarse de fallar, aun en un caso
donde no hay norma.

¿Cómo realiza el juez esta labor integradora?

1. Una primera posibilidad es mediante la analogía, la cual consiste en aplicar normas


similares que contempla la ley para otras situaciones (En las normas de derecho
estricto, las normas de excepción no se puede aplicar la analogía). Por ejemplo; Las
normas de tuición para los hijos en caso de divorcio contemplado en la antigua ley de
matrimonio civil, es decir, divorcio sin disolución de vínculo. Las hijas de toda edad
debían vivir con la mujer y los hijos menores de 14 años también, y los varones después
de los 14 años podían vivir con el padre (vigente sólo hasta 1989). El Código no se
puso en otras situaciones, como el caso de la Nulidad y se planteó el problema de
quien tiene la tuición de los hijos, para dar solución al problema, aplicó la analogía al
caso, equiparándolo a la del divorcio (Esto no se encuentra en el código civil, ya que
no es una regla para interpretar la ley, sino que es una regla de integración de la ley).

2. Una segunda posibilidad es mediante la equidad, entendiéndose esta como


elemento de integración del derecho y no de interpretación, como lo dice el artículo
24 del código civil. El artículo 170, numero 5 del código de procedimiento civil señala
cuales son los requisitos de las sentencias (Que deben tener), y en su numero 5 dice;
“las normas legales o en su defecto los principios de equidad en que se basa la
sentencia”.

Sin perjuicio de las reglas antes vistas, para la interpretación de la ley, el código civil
contempla dos reglas mas para la interpretación:

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1. Primera regla: Se consigna en los artículos 4 y 13 del código civil, y se refiere a los que
se denomina “principio de la especialidad”, que consiste en que la ley especial
prevalece por sobre la ley general.

Art. 4. Las disposiciones contenidas en los Códigos de Comercio, de Minería, del Ejército y Armada, y demás
especiales, se aplicarán con preferencia a las de este Código.

Art. 13. Las disposiciones de una ley, relativas a cosas o negocios particulares, prevalecerán sobre las
disposiciones generales de la misma ley, cuando entre las unas y las otras hubiere oposición.

2. Segunda regla: Se consigna en el artículo 23 del código civil. Que señala que; “Lo
favorable u odioso de una disposición no se tomará en cuenta para ampliar o
restringir su interpretación”. La interpretación que debe darse a la ley se hará por su
genuino sentido. Esto no se opone a la equidad natural, sino que sólo establece (en
sentido histórico) que el juez no va a favorecer a uno o a otro.

Aforismos jurídicos

Son una serie de reglas de carácter jurídico que vienen del derecho romano, que se han
transmitido en el tiempo y que han servido para interpretar la ley. La doctrina ha sido muy
cautelosa respecto de su aplicación, ya que pueden llevar a interpretaciones
equivocadas.

1. “Donde existe la misma razón debe existir la misma disposición”: Este es el argumento
de analogía también llamado “A pari “. Un ejemplo respecto de este aforismo es la
garantía que existe en la disposición que habla de las cosas que se introducen en la
posada.

2. “A contrario censu”: El argumento de contradicción, esto significa que cuando la ley


expresa su voluntad en un sentido, en un caso determinado, significa que en los otros
casos la voluntad de la ley es la contraria, y por lo tanto, los excluye. Un ejemplo
respecto a este aforismo es la ley que regula resguardar a los trabajadores,
imponiendo descuentos de salud, previsión, y descuento por planilla para el sindicato.
En caso de que a un miembro de un sindicato se le impone una multa, esta no puede
ser descontada por planilla, porque la ley no habla de multas, por lo tanto, las excluye.

3. “El que puede lo más, puede lo menos”: “El que no puede lo menos, con mayor razón
no puede lo mas “, o “al que se le prohíbe lo menos con mayor razón se le prohíbe lo
más”. Este argumento se denomina “A Fortiori”. Supongamos que la ley dice que se
autoriza al menor adulto para que pueda enajenar libremente los bienes que
componen su pecunia profesional (también suposición) pero no dice nada de
arrendamiento de los mismos bienes. Aquí deberíamos interpretar que si puede
vender, con mayor razón podría arrendar, “Si puede lo mas, puede lo menos “.

4. Argumento de la no distinción: Cuando la ley no distingue, no le es lícito distinguir al


intérprete, por ejemplo; si una ley señala que desde una fecha determinada, todos los
inmuebles de la ciudad deberán pintarse de color verde. ¿Y esto se aplica a los
edificios? El legislador no distinguió, por lo que el intérprete no podría distinguir.

5. Per Absurdem: Debe rechazarse toda interpretación de la ley que lleve a un absurdo,
por ejemplo; a comienzos del 2004 comenzó a regir la nueva ley de alcoholes, la cual
señala que los establecimientos que expenden bebidas alcohólicas para ser
consumidas fuera del local (botillerías, supermercados), podrán funcionar entre las 9 y

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la 1 de la mañana del día siguiente; la madrugada del día sábado y feriados podrán
hacerlo hasta las 3 de la mañana. Al interpretarse aquella disposición surgió la
incógnita al no determinar si es que el día domingo era feriado o festivo, por lo que la
mayoría optó por no extender el horario a las 3 de la mañana del día domingo, por ser
este un día festivo y no feriado. En ese sentido existía un absurdo en la interpretación
de la ley, ya que un día festivo tiene una connotación religiosa, por lo tanto, un día
festivo, no necesariamente puede ser o no feriado, y por lo tanto, el domingo es un día
feriado. Lo mismo ocurrió a causa de la misma ley, respecto de los establecimientos
que expenden alcohol para ser consumido en el mismo local (discotecas, bares,
restoranes).

Interpretación auténtica

Es aquella que proviene del propio legislador y que se efectúa mediante otra ley posterior
a la que se pretende interpretar de tal manera que; cuando hablamos de interpretación
autentica o legislativa, necesariamente estamos frente a dos leyes, por una parte se dicta
una ley que da problemas de Interpretación.

La interpretación privada y la judicial son no univocas, quien zanja esas diferencias es el


legislador. Por un lado existe la ley interpretada y por otro la ley interpretativa. Esta
Interpretación es de carácter general y obligatoria para todos los habitantes de la
republica, y así lógicamente resulta obligatoria para el juez.

El articulo 3, inciso 1 del código civil nos señala que; “Sólo toca al legislador explicar o
interpretar la ley de un modo generalmente obligatorio”. Estas leyes interpretativas
plantean algunos problemas, como a continuación se señalan:

1. El de la fecha de la ley interpretativa: El legislador al dictar una ley interpretativa con


fecha posterior a la ley interpretada, le dará la misma fecha de la ley interpretada
(Articulo 9 Inciso 2, del código civil).

2. El de que si es necesario que la ley interpretativa diga expresamente que es


interpretativa: Porque para este caso se da el fenómeno anterior, de que la ley rija
situaciones acaecidas en forma previa a su promulgación. Implicaría que la ley se
retrotrae, aplicándose para situaciones anteriores. Se sostiene que no debe
expresamente decir que es interpretativa.

3. Limites de la ley interpretativa (Artículo 9, inciso 2): No afectara a las sentencias


judiciales ejecutoriadas en el tiempo medio, por el efecto de cosa juzgada. El
problema esta en que la ley que se ha dictado en forma genésica es susceptible de
varias modificaciones.

Estaremos frente a varias sentencias judiciales que establecerán distintas resoluciones,


por ejemplo; el bono que se dio a los universitarios al servicio del estado. Algunos
servicios bonificaron a inclusive a técnicos, lo que la contraloría estableció
improcedente, por lo que algunos de los técnicos demandaron al estado, y los
tribunales fallaron contra ellos, estimando que la ley favorecía a todos los que tuvieran
categoría universitaria o profesional. Posteriormente el estado dictó una ley
interpretativa y aclaró el sentido de la ley, en cuanto a que expresamente deben
considerarse los contadores que hayan estudiado en un instituto comercial.

¿A quienes se ven involucrados por esa ley interpretativa?, Quienes no habían ido a
juicio, y aquellos que fueron a juicio y ganaron, los involucraba positivamente, en

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cambio, a aquellos que fueron a juicio y perdieron, los involucra negativamente,


porque el fallo del tribunal es imposible que se vea afectado por una ley
interpretativa, pero en la medida en que la misma ley faculte, expresamente, a los
jueces para que adecuen los fallos a la nueva interpretación, podrían ser modificadas
las sentencias judiciales.

4. El problema de la retroactividad de las leyes interpretativas: La retroactividad dice


relación con la pretensión de una ley para regir una situación acaecida con
anterioridad a su publicación. La doctrina distingue; pregunta si jurídicamente la ley
interpretativa es retroactiva.
La ley interpretativa sólo establece el sentido equivoco que le habían dado a la ley,
por lo tanto en el plano jurídico la ley no tiene efectos retroactivos, pero de hecho, la
doctrina dice, que la ley es retroactiva. La ley es retroactiva porque en la realidad
regula situaciones acaecidas en el pasado.

Nuestro código reconoce que nuestras leyes presenten problemas de interpretación o


vacíos, y en el artículo 5 del código civil señala que; “La Corte Suprema de Justicia y
las Cortes de Alzada, en el mes de marzo de cada año, darán cuenta al Presidente de
la República de las dudas y dificultades que les hayan ocurrido en la inteligencia y
aplicación de las leyes, y de los vacíos que noten en ellas”

Interpretación de los organismos públicos

Esta interpretación es más bien de carácter restrictivo a ciertos ámbitos de su propio


actuar, por ejemplo; la contraloría general de la republica y sus dictámenes, los cuales son
vinculantes para los funcionarios públicos, pero no para los jueces.

El servicio de impuestos internos, afecta a los contribuyentes, sin perjuicio de poder


reclamar de la interpretación que se haga por parte del mismo organismo. Esta
reclamación es difícil, porque el juez en primera instancia para causas tributarias es el
director regional del SII, la segunda instancia son las cortes de apelaciones.

La dirección del trabajo es otro organismo que también puede interpretar, así también la
superintendencias de isapres, bancos, de valores y seguros, etc.

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EFECTOS DE LA LEY

1. EL EFECTO DE LA LEY EN EL TIEMPO


2. EL EFECTO DE LA LEY EN EL ESPACIO
A. Respectivo a la persona o estatuto personal.
B. A los bienes o estatuto real.
C. Estatuto Mixto, aplicable a los actos jurídicos.

Efectos de la ley en el tiempo

Desde el momento de publicación en el diario oficial, podemos distinguir ciertos periodos:

1. En primer lugar esta el periodo que va desde la publicación de la ley, hasta su


derogación, este seria el periodo normal de vigencia de la ley.

2. El segundo periodo es el posterior a su derogación, indiferente a que tipo sea.


Cualquiera pondrá fin a la vigencia de la ley. O sea no podrá regir hechos posteriores
a su derogación.

3. Existe un tercer periodo, el anterior a su publicación, el cual será el más complicado


de intelegir, es aquel periodo en que la ley no existía.

¿Es posible que la ley pueda regir para hechos anteriores a su publicación?

Durante el periodo que media entre la promulgación de la ley y su publicación, la regla


general es que durante ese periodo la ley no rige.

Art. 9. La ley puede sólo disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo.
Sin embargo, las leyes que se limiten a declarar el sentido de otras leyes, se entenderán incorporadas en éstas;
pero no afectarán en manera alguna los efectos de las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo
intermedio.

Supervivencia de la ley
Es posible, excepcionalmente, que leyes que han sido derogadas sigan rigiendo, por
ejemplo; un contrato que se celebra conforme a una ley (incorporación del contrato a
derecho vigente), la derogación de la ley no los deja inválidos, ya que la ley sigue
rigiendo, no para la generalidad de las personas, pero si a las partes de quienes celebran
el contrato. Lo anterior está consagrado en el artículo 22 de la ley sobre el efecto
retroactivo de las leyes.

Art. 22, Ley sobre efecto retroactivo de las leyes. En todo contrato se entenderán incorporadas las leyes vigentes
al tiempo de su celebración.

Exceptuándose de esta disposición:

1º Las leyes concernientes al modo de reclamar en juicio los derechos que resultaren de ellos; y

2º Las que señalan penas para el caso de la infracción de lo estipulado en ellos; pues ésta será castigada con
arreglo a la ley bajo a la cual se hubiere cometido.

Principio de irretroactividad de la ley

La ley puede disponer para lo futuro y no tendrá jamás efecto retroactivo (Art. 9, inciso 1
del código civil, que se refiere a la consagración jurídica del principio de irretroactividad

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de la ley). Este principio no rige al legislador, ya que por otra ley de igual jerarquía podría
derogar el artículo 9 del código y dictar una nueva ley, por lo tanto, es obligatoria para el
juez, quien debe procurar no dar efecto retroactivo a la ley, a excepción de aquellos
casos en que la ley señale su efecto retroactivo.

¿Tiene el legislador alguna limitación para dictar leyes con efecto retroactivo?

Sí, estas limitaciones son:

1. En materia penal: En esta materia, No existe la opción de que el legislador dicte leyes
retroactivas, porque la constitución dice que los delitos deben estar tipificados antes
de la perpetración del mismo. Nadie puede ser condenado por un delito que no esta
tipificado y promulgado si el delito se ha perpetrado antes.

También debe estar tipificada y especificada la pena. No es posible aplicar penas en


forma retroactiva. Al contrario, cuando se atenúan las circunstancias para el Reo, no
corre la irretroactividad de la ley, ya que si una persona es condenada a 20 años, y
posteriormente se le aplican leyes nuevas que rebajan las penas para ese delito, el se
puede acoger por el principio indubio pro reo, no así a leyes que agraven la pena.

2. En materia civil: No señala expresamente una limitación a la retroactividad de la ley,


pero una interpretación de la ley nos lleva a aquello, señalando los límites en el
campo del derecho privado, específicamente con lo señalado en el artículo 19,
numero 24 de la constitución, el cual establece la teoría de que la ley en materia de
propiedad no puede tener efecto retroactivo. Este artículo nos dice que la
constitución asegura el derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda
clase de bienes, ya sean corporales o incorporales, luego establece que sólo la ley
puede establecer la forma de adquirir la propiedad, su uso, goce, disposición y las
razones para las cuales puede accederse al dominio.

Las cosas incorporales, son los denominados meros derechos, y dentro de estos se
encuentran los derechos personales, los derechos reales y los derechos intelectuales.
Los derechos personales son aquellos que podemos reclamar de ciertas personas que
por un hecho suyo o la voluntad de la ley directamente, contraen la obligación
correlativa, es decir, el pago del precio en el contrato de compraventa da la garantía
de exigir la entrega de la cosa del contrato (Donde Hay acción, necesariamente
debe haber derecho). Los derechos intelectuales, dicen relación con los derechos
que derivan de la creación del intelecto. De esta manera una ley posterior no puede
violentar los derechos intelectuales.

Lo que la constitución garantiza es que algunos de los atributos o facultades


esenciales del dominio no serán alterados. Básicamente, el dominio confiere
facultades de Uso, Goce y Disposición. Respecto de las facultades no esenciales, el
legislador no establece garantías especiales.

La retroactividad dice relación con el hecho de que el legislador necesita dictar leyes con
efecto retroactivo, como las leyes de indulto o de amnistía. Respecto de esto el legislador
tiene estas limitaciones ya explicadas, como las penales y las respecto del derecho de
propiedad.

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Para resolver las controversias sobre efecto retroactivo:


1. Existe la posibilidad de que la ley en sus disposiciones transitorias establezca la
retroactividad de la ley, solucionando así el problema de intelegir si es o no
retroactiva.
2. En segundo lugar tenemos las teorías sobre la retroactividad de la ley
3. Ley sobre efecto retroactivo de la ley.

Teoría sobre la retroactividad de la ley

1. Respecto a este tema, encontramos en la doctrina; la teoría de los derechos


adquiridos, las meras expectativas y facultades legales, esta es la teoría clásica. En su
elaboración se puede citar a Raundau, Lasalle, y al jurista italiano Gabba.

Esta teoría establece que una ley es retroactiva sólo cuando afecta derechos
adquiridos, por el contrario, si sólo afecta meras expectativas o facultades legales, no
tendrá efecto retroactivo.

Entenderemos por derechos adquiridos; todo aquello consecuencia de un derecho o


acto para producirlo conforme a la ley vigente, y que se incorpora inmediatamente al
patrimonio de una persona, sin que importe que las circunstancias de hacerlo valer se
presente cuando otra ley rija. El derecho adquirido se produce porque la ley
establece que una acción crea un derecho que se adhiere al patrimonio del sujeto,
sin importar si se usa o no dicho derecho.

Esta teoría necesita ciertos supuestos para operar, estos son la patrimonialidad del
derecho, o sea el conjunto de derechos y deudas que en algún momento
determinado la persona tiene. El patrimonio es un derecho esencial e inherente a la
persona humana, es atributo de la personalidad. Los derechos que ingresan al
patrimonio son sólo los derechos susceptibles de apreciación pecuniaria, entonces
esta teoría tiene el problema de que sólo abarca los derechos que tienen expresión
pecuniaria, y no regula otras situaciones que en ciertos casos debieran quedar fuera
de la retroactividad.

Gabba dice que existen las meras expectativas, las cuales son las esperanzas de llegar
alguna vez a adquirir el derecho del que se trata, por lo tanto, si una ley afecta esas
meras expectativas de incorporar algo al patrimonio, esa ley no es retroactiva porque
afecta solo meras expectativas, no derechos adquiridos.

Las facultades legales, como su nombre lo indica, son la posibilidad entregada a la


voluntad del sujeto de hacer o no uso, de una posibilidad que le otorga la ley, por
ejemplo; según la ley, los mayores de 18 años con su juicio a cabalidad pueden
otorgar testamento, esto es una facultad legal. Si uno hace uso de esa facultad, ese
instrumento se adhiere al patrimonio, amparado por la ley. Si no ha ejercido la
facultad legal, puede ser modificada por ley. En el caso de que ya estén ejercidas
esas facultades legales la ley no podrá afectarla.

2. Sólo los derechos adquiridos patrimoniales son protegidos por la ley frente a la
retroactividad, no solucionan problemas que se presentan por las distintas posiciones
que un individuo puede tener frente a una norma. Frente a esta crítica a la teoría
clásica, surge una nueva teoría, la cual ha sido denominada como la teoría de las
situaciones jurídicas de Paul Roubbier.

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Paul Roubbier dice que la teoría clásica es limitada o no soluciona una serie de
situaciones en que el individuo puede encontrarse. Los hombres frente a la norma, no
tienen sólo situaciones de carácter patrimonial, sino que, por ejemplo; la situación de
marido-mujer, el estado civil de separado, la categoría civil de hijo, o la categoría de
un demente, interdicto por disipación, etc. Estas situaciones tienen etapas, existe un
momento en que la situación jurídica se constituye a la vida del derecho, por ejemplo;
el momento en que marido y mujer se casan; posteriormente esa situación jurídica
producirá efectos, el marido tomará la administración de los bienes de la mujer, e
inclusive podrá enajenarlos. Luego, la situación jurídica se extingue, por ejemplo; el
matrimonio se extingue por la muerte de uno de los cónyuges, o por sentencia judicial
que declara el divorcio.

Según esta teoría; ¿Cuándo una ley será retroactiva?

Esta fase en la que la situación jurídica en que se constituye y extingue la situación


jurídica es la fase dinámica. La fase estática es aquella en la que se produce el
efecto.

Conforme a esta teoría una ley será retroactiva cuando afecte a los requisitos de
constitución de la situación jurídica, o bien, afecte a los requisitos de extinción de la
misma, por ejemplo; la ley establece que el matrimonio se puede realizar a partir de
los 18, entonces, el legislador estima que esa edad es muy breve para decidir si
quieren casarse, así el legislador establece que el matrimonio se genera a partir de los
24 años, y los matrimonios de menos de 24 quedan nulos. Esa ley es retroactiva porque
afecta la constitución del acto jurídico, porque ese matrimonio ya estaba establecido
y había nacido a la vida del derecho, una ley posterior no podría modificarlo porque
cumplió con los requisitos que eran exigidos al momento de su constitución.

Respecto de su extinción si se establecen requisitos para dicha extinción y una nueva


ley revive la institución o la relación jurídica extinta, esa ley será retroactiva.

La fase estática es aquella en que los efectos de la situación jurídica se van


produciendo, como por ejemplo; en la administración de los bienes de la pareja, el
enajenar un bien raíz; es un efecto de la situación jurídica, si la ley ataca un efecto
producido, como por ejemplo; la enajenación, esa ley será retroactiva, porque los
efectos no pueden ser atacados por una ley posterior según Roubbier. Si los efectos no
se han producido o le establece nuevos requisitos, esa ley no será retroactiva, aun
cuando modifique el estatus de la situación jurídica.

La retroactividad y las leyes de derecho público


Paralela a las teorías, encontramos el derecho público, y su problema de la retroactividad,
por lo tanto, al no ser aplicables estas teorías, podemos concluir que estas tendrán
siempre aplicación inmediata (leyes de derecho público). Las leyes de derecho publico
no dan lugar a situaciones jurídicas privadas, por lo general, son siempre normas
estatutarias. El derecho público no genera derechos adquiridos. La ley se aplica con
efecto inmediato.

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TEORIA GENERAL DE LOS ACTOS JURIDICOS

Nuestro código civil no formula la teoría de los actos jurídicos, no obstante, esta ha sido
formulada en base a la teoría de los contratos. La teoría francesa, la del negocio jurídico,
resalta la voluntariedad de los contratos. Esta teoría es adoptada por el derecho italiano y
el alemán, pero nuestro país prefiere la teoría de los actos y no el negocio jurídico.

LOS HECHOS

Hay que hacer una primera distinción respecto a los hechos, a que estos pueden ser
simples o materiales o jurídicos.

a. Hechos simples o materiales: Todo acontecimiento de la naturaleza o del hombre que


no produce consecuencias de derecho.

b. Hechos jurídicos: Todo acontecimiento de la naturaleza o del hombre que si producen


consecuencias de derecho o efecto jurídicos, como por ejemplo; la muerte, que da
origen a un gran número de situaciones jurídicas, como por ejemplo; la sucesión, el fin
del matrimonio, y el perfeccionamiento de un seguro de vida.

Todo hecho del hombre puede ser voluntario o involuntario, puede haber intención de
realizar un acto pero no así la voluntad de provocar los efectos jurídicos, por lo tanto, un
hecho jurídico además de ser voluntario, puede ser también lícito o ilícito, pero los ilícitos
corresponden al campo de la responsabilidad delictual o cuasidelictual. Cuando un acto
jurídico es voluntario y además busca producir un efecto jurídico determinado, se referiría
entonces a la materia en estudio; los actos jurídicos.

Concepto de acto jurídico

El acto jurídico es una manifestación de la voluntad, conciente y voluntaria, destinada a


producir un efecto jurídico predeterminado y querido por el autor, y estos efectos queridos
pueden ser la creación, la modificación o la extinción de derechos subjetivos. La esencia
del acto jurídico radica en la voluntad de producir los efectos jurídicos.

CLASIFICACIONES DE LOS ACTOS JURÍDICOS

Primera clasificación: ACTOS JURIDICOS UNILATERALES Y BILATERALES.

a. Acto jurídico unilateral: Requiere de la voluntad de una sola parte. Normalmente se


dice que este acto jurídico tiene un autor, por lo mismo, podemos decir que el
testamento es un acto jurídico unilateral que tiene un único autor.

Los actos jurídicos unilaterales, pueden ser unipersonales (una persona) o


pluripersonales (dos o más personas). Lo que interesa, es que la voluntad vaya
orientando a una misma intención. En el caso del testamento es un acto jurídico
unipersonal, ya que la ley no permite los testamentos mancomunados
(pluripersonales). Un acto jurídico pluripersonal es el establecimiento de gastos
comunes.

b. Acto jurídico bilateral: Se requiere la concurrencia de dos o más voluntades que se


orientan en un sentido contrario, por ejemplo; en un contrato de compraventa; una
parte quiere comprar y la otra quiere vender. En el mutuo, una parte presta dinero y la

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otra recibe el dinero prestado. El Pago de una deuda es un acto jurídico bilateral, ya
que una parte realiza el pago de la deuda y el acreedor de esta la cancela. La
tradición es un acto jurídico bilateral, ya que una parte recibe y otra entrega la
tradición.

Novación: Cambiar una obligación por otra, por lo tanto extingue un derecho y adquiere una nueva
obligación.

Los actos jurídicos bilaterales son llamados también convenciones, ¿Cuál es la


relación entre contrato y convención?

La convención es un acto jurídico bilateral, y el contrato es una clase o especie de


convención. Los contratos son aquellas convenciones que crean derechos (El pago no
es contrato pero si es convención), por lo tanto, la convención es el genero, y el
contrato la clase o especie de convención.

¿Qué ocurre con la nomenclatura en nuestro ordenamiento?

El artículo 1.438 del código civil señala que contrato o convención es lo mismo para
nuestro ordenamiento, no obstante, es un error doctrinal de quién codificó (Andrés
Bello).

Art. 1438. Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no
hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas.

El contrato puede ser unilateral o bilateral, será unilateral cuando genere obligaciones
para una de las partes y bilateral cuando cree obligaciones para ambas partes o para
todas las partes del contrato.

Unilateral
Crea Contrato
Bilateral
Acto
Jurídico Modifica
Bilateral

Extingue

Un ejemplo de contrato bilateral es el contrato de arrendamiento, porque crea


obligaciones para ambas partes, ya que el acreedor debe generar el uso y goce de la
cosa arrendada, y el arrendatario debe pagar la renta.

El contrato unilateral crea obligaciones para una de las partes, por ejemplo; el
comodato (préstamo de una cosa para que se use gratuitamente), también es un
contrato real, porque se perfecciona con la entrega de la cosa, no basta la voluntad,
y es unilateral porque termina a obligación con la devolución de la cosa prestada. El
contrato de prenda es un contrato de garantía, ya que mediante la entrega de una
prenda, se garantiza una obligación.

La importancia de los contratos unilaterales y bilaterales radica en que existen


instituciones que se aplican a los contratos bilaterales, por ejemplo; el artículo 1.489 del
código civil; se refiere a la condición resolutoria tácita, y el artículo 1.552.

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Art. 1489. En los contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria de no cumplirse por uno de los
contratantes lo pactado.

Pero en tal caso podrá el otro contratante pedir a su arbitrio o la resolución o el cumplimiento del contrato,
con indemnización de perjuicios.

Art. 1552. En los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de cumplir lo
pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte, o no se allana a cumplirlo en la forma y tiempo
debidos.

Existen los contratos que se llaman sinalagmáticos, son los mismos contratos bilaterales,
crean obligaciones para ambas partes. Los contratos sinalagmáticos imperfectos,
cuando se perfeccionan son unilaterales, pero posteriormente se pueden transformar
en bilaterales, obligando a la otra parte que no tenía obligaciones. En el comodato, el
comodatario es el único obligado y el comodante no tiene obligación, no obstante,
puede adquirir obligaciones cuando, a sabiendas, ha prestado una cosa imperfecta.

¿Los contratos sinalagmáticos imperfectos pueden considerarse en las disposiciones


referidas a los contratos bilaterales?

La disposición debe atenderse al contrato bilateral, a su perfeccionamiento, no a los


efectos que ocurren con posterioridad, por lo tanto, no pueden ser considerados en
las disposiciones referidas a los contratos bilaterales.

Segunda clasificación: Actos Jurídicos CONSESUALES, REALES Y SOLEMNES.

a. Actos jurídicos consensuales: Son aquellos que requieren para su perfeccionamiento


solamente la voluntad de las partes, por ejemplo; el contrato de arrendamiento, la
compraventa de las cosas muebles, el contrato de mandato.

b. Actos jurídicos reales: Son aquellos que se perfeccionan con la entrega o la tradición
de la cosa. Estos actos pueden ser títulos de mera tenencia, o bien, ser títulos
traslaticios de dominio.

c. Actos jurídicos solemnes: Son aquellos que requieren determinadas solemnidades para
su perfeccionamiento.

Formalidades de los Actos Jurídicos

Los actos solemnes son aquellos en que la ley exige la concurrencia de determinadas
formas externas que se exigen como condición de validez del acto. Al exigirse una
determinada forma externa como vía de validez, si esta se omite, el acto será nulo. Las
formalidades pasan a ser solemnidades en la medida que se exijan como condición
de validez.

a. Solemnidades ad solemnitatem: Transforma al acto jurídico en solemne, y cuando


estas se omitan, el acto será nulo (también existen casos en que la omisión de una
solemnidad no acarrea la nulidad). Un ejemplo de acto jurídico solemne es el
testamento, el cual es siempre solemne, ya que nuestro código civil lo señala
como un acto jurídico mas o menos solemne, por lo que puede ser más solemnes
en algunos casos y menos en otros, como por ejemplo; el testamento militar. El
matrimonio es un acto jurídico solemne, como bien sabemos; es un contrato con
ciertas características especiales, es solemne porque se exige la presencia de un

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oficial del registro civil y dos testigos. La compraventa de bienes raíces también es
un acto jurídico solemne, la solemnidad consiste en la escritura publica. El Art. 1801
del código civil establece que es solemne a su vez la cesión de derechos
hereditarios.

Art. 1801. La venta se reputa perfecta desde que las partes han convenido en la cosa y en el precio;
salvas las excepciones siguientes.
La venta de los bienes raíces, servidumbre y censos, y la de una sucesión hereditaria, no se reputan
perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado escritura pública.
Los frutos y flores pendientes, los árboles cuya madera se vende, los materiales de un edificio que va a
derribarse, los materiales que naturalmente adhieren al suelo, como piedras y sustancias minerales de
toda clase, no están sujetos a esta excepción.

b. Formalidades por vía de prueba o ad probatione: Se trata de formalidades que la


ley exige por vía de prueba para facilitar la prueba del acto, no para que se
perfeccione el mismo. El Art. 1.709 del código civil, en su inciso primero nos dice
que; “Deberán constar por escrito los actos o contratos que contienen la entrega o
promesa de una cosa que valga mas de dos unidades tributarias”. No produce la
nulidad ni inexistencia, ni menos la nulidad relativa, sino que sólo el no poder
probar con testigos

c. Formalidades por vía de publicidad: Consisten en que ciertos actos que pueden
acarrear consecuencias para terceros, o en virtud de los cuales terceros pueden
verse involucrados, deben ser publicados. Con la publicación de la celebración
de este acto jurídico se le permite al tercero enterarse de este pero si la
publicación no se realiza, el tercero no estará en condiciones de estar al tanto, por
lo que el acto no les es oponible (la inoponibilidad es la sanción a la omisión de la
formalidad por vía de publicidad, y además es la regla general de la generalidad
de los actos jurídicos).

Art. 1707. Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo pactado en escritura
pública, no producirán efecto contra terceros.

Tampoco lo producirán las contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido al


margen de la escritura matriz cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado en cuya
virtud ha obrado el tercero.

El Art. 1.707 del código civil, que dice relación con las “contra escrituras”, que en el
fondo; es una alteración a una escritura primitiva, pero esta alteración posterior no
tienen por qué conocerla terceros, salvo que se inscriba al margen esa escritura
(marginalmente), pues allí se ven afectados.

d. Formalidades habilitantes: La ley exige, en algunos casos, la concurrencia de


autorizaciones de determinadas personas que vienen a complementar la voluntad
de una persona que está actuando. En nuestro sistema existen varias posibilidades
de formalidades habilitantes, por ejemplo; en el caso de los menores adultos, ya
que según la ley, están en la categoría de los incapaces relativos, por lo que su
voluntad no es completa, por lo que necesita la complementación de esta, la cual
será realizada por su representante legal (padre, madre, tutor, etc.). En el caso de
la omisión de esta solemnidad se dará la nulidad relativa del acto. Por ejemplo; en
las sociedades conyugales, quienes administran los bienes es el marido, lo cuál
esta señalado en el artículo 1.749, que nos dice que; “El marido es el jefe de la
sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los de su mujer;
sujeto, empero, a las obligaciones y limitaciones que por el presente Título se le

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imponen a las que haya contraído por las capitulaciones matrimoniales”. La


omisión de esta formalidad acarrea la nulidad relativa, y deberá ser la alegada
sólo por la mujer que se vea afectada por la enajenación de un bien de la
sociedad sin su autorización previa.

Tercera Clasificación: ACTOS JURÍDICOS ENTRE VIVOS Y POR CAUSA DE MUERTE:

a. Actos jurídicos entre vivos: Son aquellos que no requieren la muerte de uno de los
participes. En esta clasificación se encuentra la generalidad de los actos jurídicos.

b. Actos jurídicos por causa de muerte: Aquellos en que para producirse los efectos del
acto es necesario que se produzca la muerte de una parte, el ejemplo más claro es el
testamento, el cual puede estar perfeccionado como acto solemne, pero sus efectos
se va a producir cuando muera el causante o testador.

Cuarta Clasificación: ACTOS JURÍDICOS INSTANTANEOS O DE TRACTO SUCESIVO; también


podemos agregar los actos jurídicos de ACTUACION DIFERIDA.

a. Actos jurídicos instantáneos: Son aquellos en que los efectos del acto se producen
instantáneamente con la perfección del acto o contrato, por lo que una vez cumplida
las prestaciones este se extingue.

b. Actos jurídicos de tracto sucesivo: Son aquellos en los cuales las obligaciones de las
partes se van cumpliendo en el tiempo, de manera tal que; en la medida que se
vayan extinguiendo irán surgiendo nuevas obligaciones. Un ejemplo es lo que ocurre
con el contrato de trabajo, porque las obligaciones se van cumpliendo en el tiempo.
Tienen vital importancia para los actos restitutorios, por ejemplo; para el menor que
trabaja sin que el empleador conozca su edad, si una vez averiguada esta resultase
despedido, el despedido no debe restituir lo ganado por el trabajo realizado. Estos
contratos no se resuelven, sino que se terminan. La terminología para los actos de
tracto sucesivo es la resolución en el momento su terminación.

Para otros efectos importantes, este tipo de acto jurídico dice relación con la “Teoría de la
imprevisión”, la cual nos dice que si producto del cambio de las circunstancias, una de
las partes recibe un exceso oneroso; ¿Debe ser revisado aquel acto? Sí, debe ser revisado.
Esta revisión se da en los contratos de tracto sucesivo en los de ejecución diferida. La
teoría de la imprevisión es un planteamiento que efectúa la doctrina, y que consiste en
que las cláusulas de un contrato se pueden revisar cuando el cumplimiento del mismo se
ha hecho excesivamente para una de las partes. Las condiciones que se tuvieron
previstas al contratar cambian; Entonces, ¿Se puede alterar un contrato si cambian las
condiciones que se tuvieron antes de contratar? Otros dicen que sí y otros dicen que no.

Quinta Clasificación: ACTOS JURÍDICOS PRINCIPALES Y ACCESORIOS; Atiende a si el


contrato puede subsistir por si mismo o bien necesita de otro acto jurídico para subsistir

a. Actos jurídicos principales: Aquellos que no requieren de otro acto jurídico para
subsistir.

b. Actos jurídicos accesorios: Aquellos que requiere de otro acto jurídico,


necesariamente, para poder subsistir.

La generalidad de los actos jurídicos son principales, como por ejemplo; la compraventa,
el arrendamiento, el comodato, etc., pues no requieren de otro acto jurídico para subsistir.

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Sin la existencia de un acto jurídico principal, el acto jurídico accesorio no existe. La


hipoteca, necesariamente, debe acceder a un contrato principal, al igual que la fianza,
ya que no es posible la fianza de algo si no se debe nada. En la hipoteca, se entrega un
inmueble en garantía de una obligación, entonces, hay un contrato, que puede ser una
compraventa, que ha quedado adeudando pero para garantizar ese precio adeudado
se hipoteca la casa, por lo que el acreedor puede pedir que el inmueble en garantía se
remate. La prenda también es un acto jurídico accesorio la diferencia radica que en vez
de recaer en bienes inmuebles, recae en bienes mueles. En la fianza uno obliga con su
bien.

La importancia de la clasificación radica en aquel aforismo jurídico que nos dice; “Lo
accesorio sigue la suerte de lo principal”, por lo tanto, todos los contratos accesorios
como la prenda o la hipoteca, seguirá la suerte del contrato principal.

Supongamos, a modo de ejemplo; que existe una deuda de un contrato de mutuo que
podría recaer posteriormente en una hipoteca, supongamos también que las
obligaciones del contrato principal se extingan por preclusión. En el caso de que la
obligación del contrato de mutuo haya prescrito, el contrato de hipoteca también
prescribe.

Quinta clasificación: ACTOS JURÍDICOS A TITULO GRATUITO Y A TITULO ONEROSO; Esta


calificación atiende a la forma en que se produce la utilidad del acto jurídico,
independiente, de que la generalidad de los actos jurídicos persiga una utilidad.

a. Actos jurídicos a titulo oneroso: Cuando la utilidad que genera aprovecha a ambas
partes del acto jurídico, por ejemplo; en el arrendamiento, la utilidad buscada por el
arrendador es el pago de una renta, esa es la utilidad que busca en el contrato,
mientras que el arrendatario busca el uso y goce de la cosa arrendada, por lo tanto,
este contrato de arrendamiento es un contrato a titulo oneroso.

En el contrato de compraventa, el vendedor busca el pago del precio, mientas que el


comprador busca la posesión de la cosa comprada, y esa será su utilidad. El contrato
de sociedad es oneroso porque todas las partes aportan algo a beneficio de lo que
las utilidades de la sociedad vaya aportar después

b. Actos jurídicos a título gratuito: Esa utilidad se produce sólo para una de las partes en
beneficio de otra que no tiene ningún gravamen particular, como por ejemplo; el
contrato de donación, en virtud del cual uno da a otro una cosa gratuitamente,
entonces allí existe una persona que se beneficia de la donación que es el donatario,
mientras que, el donante es aquel que no se beneficia con la donación, por el
contrario, significa un detrimento de su patrimonio en beneficio del donatario. Existe la
condenación o remisión de una deuda, que consiste en el perdón que hace el
acreedor de una deuda al deudor, este es un acto jurídico a título gratuito porque el
acreedor no recibe ningún beneficio.

Sexta Clasificación: ACTOS JURÍDICOS PUROS Y SIMPLES O SUJETOS A MODALIDADES; Esta


clasificación atiende a la forma en que se producen los efectos del acto jurídico.

a. Actos jurídicos puros y simples: Son aquellos en los cuales los efectos se producen de
manera normal, sin sufrir alteraciones en la regla general del acto, por ejemplo; si A
celebra un contrato de compraventa con B, si paga al contado, es un acto jurídico
puro y simple porque no hay ninguna alteración en los efectos.

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b. Actos jurídicos sujetos a modalidades: Son aquellos en que los efectos del acto se
alteran, ya sea porque la ley así lo dispone, o bien, porque existe una cláusula
acordada por las partes, o testamentaria, que altera el efecto normal, que pueden
provenir de las partes, de la ley o del testamento.

Modalidades de los Actos Jurídicos

Son los elementos que alteran los efectos de un acto jurídico. La doctrina acostumbra
clasificar las modalidades de los actos jurídicos, en clásicas y modernas.

A. MODALIDADES CLASICAS: Condición plazo y modo.

a. Condición: Hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento de un


derecho, o bien, su extinción, por ejemplo; si tenemos un contrato de donación de
un automóvil entre un padre y un hijo, este es un acto jurídico puro y simple, pero si
el padre condiciona la donación será un acto sujeto a modalidades.

b. Plazo: Es un hecho futuro y cierto del cual depende el ejercicio o la extinción de un


derecho, por ejemplo; A donará a B un bien en una fecha determinada por el
donante, por lo tanto, el plazo puede ser determinado o indeterminado.

c. Modo: Consiste en asignar una cosa a alguien pero sujetándolo a ciertas cargas u
obligaciones, hay una diferencia con la condición, ya que la condición no permite
adquirir el derecho, en cambio, en el modo sí se adquiere el derecho pero con
una carga, por ejemplo; en el testamento uno puede heredar su patrimonio a una
institución pero con la carga de que esta o parte de esta sea destinada para un
fin determinado por el testador.

Los italianos dicen que el modo comúnmente opera a propósito del testamento y
de la donación.

B. MODALIDADES MODERNAS: Instituciones del derecho que han ido encontrando su


explicación a través de la modalidad. La regla general nos dice que la generalidad
de los contratos no contienen las cláusulas siguientes por la simple celebración, sino
porque las partes lo han pactado.

a. La representación: consiste en que una persona actúe a nombre de otra, y que los
efectos de ese acto se radican en el patrimonio de esa otra persona. Nuestro
derecho civil permite, por regla general, que una persona pueda actuar en
representación de otra (Art. 1.448 del código civil).

Art. 1448. Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.

b. La cláusula penal: Es una multa que las partes pactan y que se debe aplicar en
caso de incumplimiento del contrato. La regla general nos dice que la
generalidad de los contratos no contienen cláusula penal.

c. La codeudaria solidaria: Toda vez que dos personas le deben a otra una
determinada suma de dinero la obligación se divide, de tal manera, que cada
uno de los deudores deberá su cuota. El efecto normal es que la deuda se pague
en proporción a lo que se debe. La solidaridad consiste en que cuando dos
personas le deben a uno una cantidad de dinero, estas están obligadas a pagar el

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total, de manera tal, que la deuda no se divide en cuotas, por lo tanto, el efecto
normal de una deuda conjunta nos dice que la deuda no se divide, sino que cada
uno está obligado a pagar el total.

d. La arras: Son cosas que se dan en señal de quedar convenidos de que se va a


celebrar un contrato futuro, y de tal manera, que si las partes se retractan, las arras
se pierden o bien hay que restituirlas dobladas. El efecto normal es que no existan
arras.

Séptima Clasificación: ACTOS JURÍDICOS NOMINADOS E INNOMINADOS:

a. Actos jurídicos nominados: Son aquellos que tienen nombre asignado por la ley, y por
lo tanto, tienen una reglamentación legal, por ejemplo; la compraventa o el
arrendamiento son contratos nominados, pues están consagrados en el código civil y
además existe una extensa regulación de estas.

b. Actos jurídicos innominados: Son aquellos que no tienen un nombre legal, por lo tanto,
la ley no establece reglas especiales que se les pueda aplicar. Por necesidad existen,
por lo tanto, un montón de contratos que no están regulados, por ejemplo; el contrato
de leasing, el cual es un contrato de financiamiento de una cosa con ciertas
peculariedades, pues permite usar una cosa y posteriormente comprarla, haciendo
uso de una opción en la ultima cuota.

Otros ejemplos de este tipo de acto jurídico son; el Joint venture, que es un contrato
de asociación empresarial para desarrollar negocios. Los contratos de licencia de
marca o Franchising, el cual permite el uso de una marca bajo ciertos procedimientos.
El contrato de corretaje matrimonial, especie de agencia matrimonial. Para aplicar la
ley en ellos, es necesario aplicar la analogía.

Octava Clasificación: ACTOS JURÍDICOS DE ADMINISTRACION Y DE DISPOSICION:

a. Actos jurídicos de administración: Son aquellos que no implican la enajenación de


bienes del patrimonio, es decir, en los actos de administración, normalmente, no hay
una perdida o una salida de bienes (de carácter patrimonial). En los actos jurídicos de
disposición si hay una enajenación, una salida de los bienes de un patrimonio. Un
ejemplo de acto jurídico de administración es el contrato de arrendamiento.

b. Actos jurídicos de disposición: Son aquellos actos que implican la enajenación de los
bienes de un patrimonio.

Esta clasificación importa respecto de las facultades que son necesarias para efectuar
cierto tipo de acto, por ejemplo; si el marido (jefe sociedad conyugal) arrienda un
inmueble de la sociedad conyugal, por regla general, no le pide autorización a la mujer,
salvo que el arrendamiento sea por más de cinco años si la cosa es urbana u ocho si es
rural, en cambio, si desea enajenar el bien debe, necesariamente, solicitarle la
autorización.

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ELEMENTOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS

Art. 1444. Se distinguen en cada contrato las cosas que son de su esencia, las que son de su naturaleza, y las
puramente accidentales. Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las cuales o no produce efecto
alguno, o degenera en otro contrato diferente; son de la naturaleza de un contrato las que no siendo esenciales
en él, se entienden pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial; y son accidentales a un contrato
aquellas que ni esencial ni naturalmente le pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas especiales.

De esta disposición, se deduce que existen tres categorías de elementos de los actos
jurídicos. La doctrina es la que dice que se trata de elementos, mientras que el código
señala que se trata de cosas, pero la referencia de la doctrina es más correcta.

Los elementos esenciales: Son aquellos sin los cuales el acto jurídico, o bien, no produce
efecto alguno, o degenera en otro acto jurídico diferente.

¿Cuándo un contrato no producirá efecto alguno?

Cuando se produce la omisión de los elementos esenciales comunes o generales a todo


acto jurídico, por ejemplo; la voluntad, pues si no existe una voluntad el acto no genera
sus efectos. El objeto también es un elemento esencial, pues es la cosa sobre la cual
recae el acto jurídico, sino existe la cosa el acto jurídico tampoco produce sus efectos.
Todo acto jurídico requiere, además, de una causa, la cual es el motivo que lleva a las
personas a contratar.

¿Cuándo degenera en un contrato diferente?

Los contratos contienen ciertos elementos esenciales, sin los cuales se genera en uno
diferente, por ejemplo; una compraventa en el cual se omite el precio pasaría a ser una
donación, pues el precio es un elemento esencial. Lo mismo puede ocurrir en el caso
contrario, si se le establece un precio a la donación, se omitiría su elemento esencial de la
gratuidad, y derivaría en un contrato de compraventa.

Elementos de la naturaleza: El Art. 44 del código civil señala que; “…son de la naturaleza
de un contrato las que no siendo esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin
necesidad de una cláusula especial…”. Lo anterior significa que en los actos jurídicos
existe una serie de cláusulas que se incorporan automáticamente aunque las partes no la
hayan pactado. Estos son los elementos de la naturaleza, de tal manera, que los
contratantes pueden eliminarlos si así lo pactasen, por ejemplo; en el contrato de
mandato, ¿Debe el mandatario pagar por el mandato? Por naturaleza es remunerado u
oneroso, porque se entiende pertenecerle sin necesidad de una cláusula especial. En las
obligaciones de garantía se trata de responder por la propiedad de la cosa y por los
defectos que esta puede presentar. La condición resolutoria tácita va envuelta en los
contratos bilaterales, consiste en que una de las partes de un contrato no cumple con él,
la parte afectada puede solicitar dejarlo sin efecto, además de una indemnización por los
perjuicios causados.

Elementos accidentales: Son aquellas que no le pertenecen al acto jurídico ni esencial, ni


naturalmente pero que las partes agregan por medio de cláusulas especiales, por
ejemplo; la compraventa establece que el precio se debe pagar de manera inmediata,
pero a su vez, las partes pueden pactar la forma de pago, la cual sería un elemento
accidental incorporado al acto jurídico por las partes.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Conforme a la autonomía de la voluntad, por lo tanto, se pueden eliminar los elementos


naturales de todo acto o contrato, como también incorporar elementos accidentales.

REQUISITOS DE EXISTENCIA Y VALIDEZ DE LOS ACTOS JURÍDICOS

Los requisitos de existencia o validez son aquellos en que su omisión acarreará la


inexistencia del acto jurídico o su nulidad. El problema se da, porque nuestro sistema no es
claro respecto a si la omisión de estos acarrea su nulidad o inexistencia.

A. REQUSITOS DE EXISTENCIA: Aquellos los cuales su omisión acarreará su inexistencia, por


ejemplo; la compraventa de un automóvil el cual no existe, carecería de objeto, y por
lo tanto, sería inexistente. En el caso de un matrimonio manifestado sin la presencia del
oficial de registro civil, se omitirían las solemnidades ad solemnitatem, y por lo tanto,
debería ser inexistente, no obstante, no acarrea en todos los casos su inexistencia.
1. La voluntad
2. El objeto
3. La causa.
4. Las solemnidades (Ad solemnitatem).

B. REQUISITOS DE VALIDEZ: Aquellos en los cuales su omisión acarreará la nulidad del


acto, esta a su vez puede ser absoluta o relativa dependiendo del caso que se trate.
1. La capacidad de las partes
2. La voluntad exenta de vicios
3. El objeto licito
4. La causa lícita

En el caso que exista incapacidad de las partes, dependiendo del caso, este acarreará su
nulidad absoluta o relativa. Se va a producir una nulidad absoluta; cuando un impúber
celebre un contrato, en cambio, si celebra un menor adulto, su nulidad será relativa. La
omisión de la voluntad exenta de vicios también acarreará la nulidad relativa, mientras
que ante la ausencia del objeto o la causa lícita acarrearán su nulidad absoluta.

Primer requisito de existencia: LA VOLUNTAD

Todo acto jurídico por esencia requiere de la voluntad, sea este un acto jurídico unilateral
o bilateral, va a necesitar de la voluntad de las partes que concurren en este. En el acto
jurídico unilateral, la voluntad no presenta mayores inconvenientes, porque se manifiesta
en un solo sentido. El problema se da en los actos jurídicos bilaterales, porque las
voluntades se manifiestan en dos o más sentidos. Cuando dos o mas voluntades se
encuentran en un determinado sentido se denomina “consentimiento”.

Respecto a la voluntad, don Arturo Alessandri nos dice que; “La voluntad es la aptitud o
disposición moral para querer algo”, por su parte, don Carlos Ducci dice que; “La
voluntad es la potencia del alma que mueve a hacer alguna cosa”. Independiente del
concepto, este representará siempre el querer íntimo de la persona humana, aquello que
lo lleva a manifestar su voluntad en un sentido determinado, el cual es indispensable para
que exista un acto jurídico.

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Requisitos de la voluntad

Doctrinariamente se dice que la voluntad debe cumplir con dos requisitos para ser
obligatoria:
1. La seriedad: Se refiere a que la voluntad se haya expresado con la intención de
constituir una obligación.
2. La exteriorización: O manifestación de la voluntad, ya que esta debe exteriorizarse, y
no quedar en el interior del individuo. Lo anterior dice relación con aquella nota
distintiva de la norma jurídica o del derecho en general, pues la exterioridad es una
característica propia de las normas jurídicas.

No obstante existe una voluntad expresa y otra tácita. Existen casos en que la voluntad se
manifiesta de una forma explícita y clara. La tacita es aquella que se deduce de ciertas
circunstancias que se presentan en una situación jurídica. Existen ciertos actos que
pueden deducir voluntad, a pesar de que esta se haya expresado tácitamente. En
nuestra legislación existen diversos casos en que la voluntad se va a expresar mente.

En materia de herencia, el heredero es libre de aceptar o no una herencia, y si este no


manifiesta su voluntad expresamente pero enajena los bienes de la herencia, se
entenderá que la ha aceptado. En materia de obligación, respecto a la condonación de
una deuda, si el acreedor devuelve el título en que se consagra la deuda al deudor, se
entiende que le está perdonando la deuda, desprendiéndose del documento que le
acredita que, efectivamente, se le debe y con el cual puede exigir que se le pague.
Respecto a los contratos y lo consignado en el Art. 2.124 del código civil.

Art. 2124. El contrato de mandato se reputa perfecto por la aceptación del mandatario. La aceptación puede
ser expresa o tácita.

Aceptación tácita es todo acto en ejecución del mandato.

Aceptado el mandato, podrá el mandatario retractarse, mientras el mandante se halle todavía en aptitud de
ejecutar el negocio por sí mismo, o de cometerlo a diversa persona. De otra manera se hará responsable en los
términos del artículo 2167.

Un problema mas complejo es el del silencio, porque la voluntad, aunque sea tácita se
manifiesta en la realización de un cierto acto, pero el silencio simplemente no expresa
voluntad. Por regla general, del silencio no es posible extraer una voluntad, pues el que
nada dice, no está manifestando su voluntad en ningún sentido. Sin embargo, existen
casos en los cuales el silencio puede constituir la voluntad, pero sólo en casos
excepcionales como:

i. Cuando la ley le da expresamente ese carácter; esto ocurre en el caso del mandato y
en lo consignado en el Art. 2125 del código civil, o cuando la ley le da ese carácter; a
propósito del comodato, ya que en algunos casos pasa a llamarse precario, cuando
la cosa se tiene por la mera tolerancia de su dueño.

Art. 2125. Las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios ajenos, están obligadas a
declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona ausente les hace; y transcurrido
un término razonable, su silencio se mirará como aceptación.

Aun cuando se excusen del encargo, deberán tomar las providencias conservativas urgentes que requiera
el negocio que se les encomienda.

ii. Cuando las partes así lo han acordado, es decir, las partes en una cláusula
contractual, han señalado que el silencio va a constituir manifestación de la voluntad,

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

por ejemplo; en el caso de una sociedad que está próxima a extinguirse, esta podrá
renovarse por otro periodo, a menos que otra de las partes manifieste su voluntad por
la extinción.

iii. A propósito del silencio circunstancia; Según Arturo Alessandri y lo contenido en su


obra “El valor jurídico del silencio”; el silencio circunstancial consiste en que existen
oportunidades en que las circunstancias que acompañan al silencio, permiten
atribuirle la manifestación de la voluntad. En este sentido, podemos encontrar, en
diversos asuntos, como el silencio implica una declaración de voluntad que puede ser
considerada por la ley de esa manera, por ejemplo; la contratación de un seguro de
vida, en el cual quien contrata es un trapecista que no advierte cual es su profesión, el
silencio manifestado se presumiría de mala fe, por lo tanto, debe ser informada todas
las circunstancias al contratar.

iv. Cuando la voluntad real es diferente de la voluntad que se ha declarado, es decir,


puede ocurrir que la voluntad de las partes coincida con la que han declarado, no
hay mayor inconveniente, a menos, que la voluntad real es distinta de la que se ha
declarado. En este caso, es preciso determinar cual va a predominar, la interna o la
declarada. Puede ocurrir también, que la discrepancia entre estas dos voluntades no
haya sido provocada por una intención de las partes, o bien, haya sido provocada;
en este caso estamos frente una simulación, las partes han manifestado una voluntad
que no tienen, esto es lo que se denomina la “simulación absoluta”. La simulación será
relativa cuando lo que se pretende hacer es encubrir un acto con otro.

¿Cuál es la voluntad que prima en el caso que haya divergencia entre la voluntad real
y la declarada?

Existen dos grandes escuelas respecto a la resolución de este problema; La francesa y


la alemana. En el sistema francés se estima que lo que debe primar es la voluntad real,
relacionado con el principio de la autonomía de la voluntad, por su parte la escuela
alemana conforme a la cual siempre debe primar lo que se ha declarado por sobre la
intencionalidad real. Lo que hay es una protección de los derechos de los terceros,
pues estos son los que pueden conocer la voluntad declarada, no así la interna.

Nuestro código sigue la teoría francesa, pero además se deduce de algunas


disposiciones, como el Art. 1.560 referido a la interpretación de los contratos, el cual
señala que; “Conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse a
ella más que a lo literal de las palabras”. No resguarda en gran medida los derechos
de tercero, lo que si ocurre con la teoría alemana.

Voluntad en los actos jurídicos bilaterales

Aquellos actos en los cuales dos o mas voluntades se encuentran para perfeccionar
un acto, se denomina “consentimiento”. Se encuentran sobre el mismo objeto jurídico,
por lo tanto, el consentimiento es un proceso aun más complejo respecto a lo que
ocurre en los actos unilaterales en donde se encuentra una voluntad única. Nuestro
código civil no contemplo normas en relación a la formación del consentimiento, sin
embargo, el código de comercio si contemplo normas al respecto. Este último se dictó
diez años después (aproximadamente) que el código civil, fue redactado en gran
parte por Juan Ocampo, jurista de nacionalidad argentina. El derecho civil es el
derecho común y supletorio, mientras que, el derecho comercial es especial, por qué
se tienen que aplicar normas propias de los comerciantes a materias civiles, pues lo
lógico sería que en el caso de una omisión se integrara el derecho con estas normas.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

La corte suprema falló en contra a la aplicación de las normas de derecho comercial.


La doctrina, en oposición, sostiene que si son aplicables. La primera razón se refiere al
elemento histórico del código de comercio, pues en el mensaje se indica claramente
“a propósito de la formación del consentimiento se formulan reglas que vienen a llenar
un vacío de la legislación comercial y civil”. De tal manera que el legislador tuvo la
intención de integrar el derecho. Un segundo argumento es el de la analogía, pues el
aforismo jurídico “donde existe la misma razón, debe existir la misma disposición”, es
decir que; tratándose de materias análogas, se deben aplicar las normas más
parecidas a las materias semejantes, por lo que no habría impedimento de aplicar
estas normas en materia civil. Un tercer argumento es el siguiente; Don Arturo
Alessandri señala que; “Las cosas son lo que son, independientemente donde estén
ubicadas”. Las normas que el código de comercio contenga sobre el consentimiento
son normas de carácter general aplicables a todas las situaciones posibles.

Regulación del código de comercio respecto de materias civiles

Existen dos elementos del consentimiento, los cuales son, claramente, identificables; la
oferta y la aceptación, que son lógicas en cada negociación.

A. LA OFERTA: Es la proposición que una persona efectúa a otra con el objeto de


celebrar un acto jurídico en determinadas condiciones. También se le llama
policitación o propuesta. Esta oferta para que obligue debe reunir los siguientes
requisitos:

1. Debe ser completa, debe contener todos los elementos necesarios para que el
contrato se pueda perfeccionar al momento de la manifestación de la voluntad,
en el caso de ser incompleta, el contrato no se podrá perfeccionar en el
momento. Esto lleva a determinar que las negociaciones preliminares o previas no
son ofertas completas, y por lo tanto no obligan.

2. Puede ser verbal o escrita; se deduce claramente del Art. 97 y 98 del código de
comercio.

Art. 97. Para que la propuesta verbal de un negocio imponga al proponente la respectiva obligación,
se requiere que sea aceptada en el acto de ser conocida por la persona a quien se dirigiere; y no
mediando tal aceptación, queda el proponente libre de todo compromiso.

Art. 98. La propuesta hecha por escrito deberá ser aceptada o desechada dentro de veinticuatro
horas, si la persona a quien se ha dirigido residiere en el mismo lugar que el proponente, o a vuelta de
correo, si estuviere en otro diverso.

Vencidos los plazos indicados, la propuesta se tendrá por no hecha, aun cuando hubiere sido
aceptada.

En caso de aceptación extemporánea, el proponente será obligado, bajo responsabilidad de daños y


perjuicios, a dar pronto aviso de su retractación.

3. Puede ser expresa o tácita; será expresa cuando es explícita y cuando expresa el
deseo de contratar realmente, mientras que, será tacita aquella oferta que revela
inequívocamente una invitación a contratar.

4. Debe ser determinada; significa que la oferta debe hacerse a un sujeto


determinado o individualizado (es la regla general contenida en el código de
comercio), sin embargo, en la ley del consumidor se modifica la regla general,
estableciendo casos excepcionales. Esta materia está regulada en el Art. 105 del

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

código de comercio, el cual en su inciso primero señala que; “Las ofertas


indeterminadas contenidas en circulares, catálogos, notas de precios corrientes,
prospectos, o en cualquiera otra especie de anuncios impresos, no son
obligatorias para el que las hace”. Esta norma es objeto de críticas, pues parece
ser una invitación a celebrar irresponsablemente.

B. LA ACEPTACION: Es aquel acto por el cual la persona, a la cual va dirigida la oferta,


manifiesta su conformidad con esta. Esta persona es denominada “aceptante”. La
aceptación puede ser expresa o tácita, como también pura y simple, es decir, que
simplemente se acepta la oferta sin agregar otras condiciones, sin embargo, existe la
aceptación condicional, la cual no forma el consentimiento, es decir, contesta
indicando las condiciones con las cuales pretende contratar. El Art. 102 del código de
comercio señala que; “La aceptación condicional será considerada como una
propuesta”, se formaría así una nueva oferta. El artículo 101 del código de comercio
nos dice que; “Dada la contestación, si en ella se aprobare pura y simplemente la
propuesta, el contrato queda en el acto perfeccionado y produce todos sus efectos
legales, a no ser que antes de darse la respuesta ocurra la retractación, muerte o
incapacidad legal del proponente”, se deduce que se tienen que dar dos requisitos:

1. Que la aceptación sea pura y simple.


2. Que se formule mientas está vigente la oferta.

¿Hasta cuando se entiende vigente la oferta o cuando pierde su validez?

1. Cuando vence el plazo voluntario o legal para que se formule la aceptación. En primer
lugar, la vigencia de la oferta se dará cuando expire el plazo voluntario fijado por la
partes. El vencimiento del plazo legal se dará cuando no exista un plazo voluntario
acordado por las partes. La ley nos dice que en este caso se debe distinguir si la oferta
ha sido verbal o escrita.

Cuando ha sido verbal, la oferta o propuesta, el Art. 97 del código de comercio


señala que la oferta debe ser inmediata o en el acto, si no se expresa en el acto, el
proponente queda libre de todo compromiso, se le aplica a los distintos modos de
práctica. En el caso de la oferta escrita habrá que distinguir si la persona que recibe la
oferta viven en el mismo lugar del oferente, en este caso la aceptación deberá darse
en un plazo de 24 horas (Art. 98 del código de comercio), el cual se cuenta desde el
momento en que la persona toma conocimiento de ella. Cuando la propuesta se
hace por escrito y quien responde, lo hace de la misma manera, la oferta deberá
realizarse a vuelta de correo se estuviere en otro lugar diverso. La jurisprudencia ha
entendido que se refiere al momento en que inmediatamente se ha recibido la oferta.

Art. 97. Para que la propuesta verbal de un negocio imponga al proponente la respectiva obligación, se
requiere que sea aceptada en el acto de ser conocida por la persona a quien se dirigiere; y no mediando
tal aceptación, queda el proponente libre de todo compromiso.

Art. 98. La propuesta hecha por escrito deberá ser aceptada o desechada dentro de veinticuatro horas, si
la persona a quien se ha dirigido residiere en el mismo lugar que el proponente, o a vuelta de correo, si
estuviere en otro diverso.

Vencidos los plazos indicados, la propuesta se tendrá por no hecha, aun cuando hubiere sido aceptada.

En caso de aceptación extemporánea, el proponente será obligado, bajo responsabilidad de daños y


perjuicios, a dar pronto aviso de su retractación.

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Art. 99. El proponente puede arrepentirse en el tiempo medio entre el envío de la propuesta y la
aceptación, salvo que al hacerla se hubiere comprometido a esperar contestación o a no disponer del
objeto del contrato, sino después de desechada o de transcurrido un determinado plazo.

El arrepentimiento no se presume.

2. Según el artículo 99 del código de comercio pierde validez cuando hay retractación,
es decir, un arrepentimiento de contratar de una de las partes, en este caso; el
oferente, el cual legalmente, puede retractarse en el momento intermedio de la
oferta y la aceptación, a esta se le llama “retractación tempestiva”. El artículo 100 del
código de comercio respecto a la obligación de indemnizar señala en su inciso
primero que; “La retractación tempestiva impone al proponente la obligación de
indemnizar los gastos que la persona a quien fue encaminada la propuesta hubiere
hecho, y los daños y perjuicios que hubiere sufrido”, pero se debe determinar si
estamos hablando de responsabilidad en materia contractual o extracontractual.
Ante esta incógnita, existen tres teoría:

a. Arturo Alessandri señala que esta obligación de indemnizar es un “abuso del


derecho”, porque la ley le otorga a las personas derechos o facultades, pero no
justifica el ejercicio abusivo del derecho, produciéndole daños al supuesto
aceptante. El derecho debe ejercerse sin causar daños a terceros, es decir, el
proponente puede retractarse pero no debe causar daños al patrimonio ajeno, de
lo contrario, hay abuso del derecho y se procede la indemnización.

b. Avelino León Hurtado señala que la razón por la que se debe indemnizar, es
porque se refiere a una obligación de carácter legal, la ley es fuente de
obligaciones.

Por lo tanto, estaríamos ante la presencia de una obligación legal, y el artículo 99 del
código de comercio señala que; “…salvo que al hacerla se hubiere comprometido a
esperar contestación o a no disponer del objeto del contrato, sino después de
desechada o de transcurrido un determinado plazo”.

No procede la retractación tempestiva en estos casos que señala el Art. 99 del código
de comercio, lo que hace el proponente, es entonces, entregar una oferta con plazo.
Cuando la oferta es con plazo, el proponente queda obligado, aún cuando se
retracte. En este caso hablamos de “declaración unilateral de voluntad”, en virtud de
la cual el proponente queda obligado por su propia voluntad, ya que es destinatario
nada ha manifestado.

c. Carlos Ducci señala que estaríamos frente a una “responsabilidad precontractual”.


Los contratos se pueden clasificar en consensuales, reales y solemnes. En estos dos
últimos, el solo consentimiento no permite que se exija legalmente el cumplimiento
del contrato acordado, porque falta que se cumplan los requisitos para su
perfeccionamiento, sin embargo, prima aquí un criterio de equidad y de buena fe.
Si bien el acuerdo libremente pactado no podría generar obligaciones
contractuales aún, de todas maneras va envuelta en él, la buena fe entre las
partes de que se cumplirá lo pactado.

Respecto a esta teoría, si analizamos, por ejemplo; las disposiciones de los artículos
101 y 106 del código de comercio, vemos como la relación contractual de las
partes se inicia recién con la aceptación, por lo tanto, la responsabilidad que se

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

genera por los gastos y perjuicios sufridos a consecuencia de la retractación


tempestiva, será precontractual.

Art. 101. Dada la contestación, si en ella se aprobare pura y simplemente la propuesta, el contrato
queda en el acto perfeccionado y produce todos sus efectos legales, a no ser que antes de darse la
respuesta ocurra la retractación, muerte o incapacidad legal del proponente.

Art. 106. El contrato propuesto por el intermedio de corredor se tendrá por perfecto desde el momento
en que los interesados aceptaren pura y simplemente la propuesta.

La caducidad de la oferta

El profesor Alessandri nos dice que esta se produce por la muerte o incapacidad legal del
proponente. Si se produce antes de darse la aceptación, el proponente no queda
obligado, tampoco sus herederos, por lo tanto, la caducidad no produce ningún tipo de
responsabilidad, a diferencia de lo que ocurre con la retractación tempestiva. En caso de
caducidad, el consentimiento no llega a formarse, por lo tanto, no genera
responsabilidad. La responsabilidad que genera la retractación tempestiva es
excepcional, y expresamente señalada en la ley, de manera que su interpretación debe
ser restrictiva.

Sin embargo, existe otra opinión, la cual nos dice que la oferta con compromiso de
esperar respuesta por un tiempo determinado, engendra la obligación de no retractarse,
y esa obligación pasa a los herederos y subsiste mientras el plazo está pendiente.

Momento y lugar en que se forma el consentimiento

El contrato puede ser celebrado entre presentes o entre ausentes. El primero se refiere los
contratos celebrados entre personas que se encuentran en un mismo lugar, por lo tanto,
en ellos la aceptación puede ser conocida por la otra parte al tiempo o inmediatamente
de ser emitida. El segundo se refiere al contrato celebrado entre ausentes, es decir,
aquellos que se celebran entre personas que se encuentran en distintos lugares, por lo
tanto, en ellos la aceptación puede ser conocida sólo después de cierto tiempo, más o
menos largo, de ser formulada.

Momento en que se forma el consentimiento en los contratos entre presentes

Esta situación se rige por el artículo 97 del código de comercio, el cual señala que; “Para
que la propuesta verbal de un negocio imponga al proponente la respectiva obligación,
se requiere que sea aceptada en el acto de ser conocida por la persona a quien se
dirigiere; y no mediando tal aceptación, queda el proponente libre de todo compromiso”,
por lo que hay consentimiento en el momento de la aceptación.

Momento en que se forma el consentimiento en los contratos entre ausentes

i. Teoría de la declaración o aceptación: También se le conoce como agnición, y


señala que el consentimiento se forma en el momento en que el destinatario da la
aceptación, se conozca o no la respuesta por parte del oferente.

ii. Teoría de la expedición: Conforme a esta, el consentimiento se forma no con la


aceptación, sino cuando el destinatario remite esta, por ejemplo; respecto a la
respuesta por correo, la expedición se produce con el depósito de la carta en la
oficina de correos. Se le critica, pues esta no da seguridad, ya que queda sujeta al

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

arbitrio del aceptante, y la aceptación podría quedar en nada si antes de enviarse es


destruido el sobre que la contiene.

iii. Teoría de la Información o del Conocimiento: Esta señala que el consentimiento se


forma cuando el oferente toma conocimiento efectivo de la aceptación. De acuerdo
al ejemplo de la teoría anterior, se refiere al momento que recibe la carta, la abre y
la lee. Se le critica, porque el criterio de la aceptación se presta para fraudes, pues al
proponente le bastaría no tomar conocimiento de la correspondencia para dejar en
suspenso y a su arbitrio la formación del contrato.

iv. Teoría de la recepción: Surge como respuesta y critica a la teoría de la información,


pues existen personas que no abren su correo en forma inmediata, por lo que el
momento de aceptación seria de acuerdo al destinatario. Esta teoría afirma que el
consentimiento se forma cuando se recibe materialmente el documento de la
aceptación, no importando que el destinatario haya tomado conocimiento efectivo
de ella.

Nuestro sistema consagra la teoría de la declaración o aceptación en virtud de lo


expresado en los artículos 99, 101 y 104 del código de comercio. Esta es la regla general
acerca del momento de formación del consentimiento.

Art. 99. El proponente puede arrepentirse en el tiempo medio entre el envío de la propuesta y la aceptación,
salvo que al hacerla se hubiere comprometido a esperar contestación o a no disponer del objeto del contrato,
sino después de desechada o de transcurrido un determinado plazo.

El arrepentimiento no se presume.

Art. 101. Dada la contestación, si en ella se aprobare pura y simplemente la propuesta, el contrato queda en el
acto perfeccionado y produce todos sus efectos legales, a no ser que antes de darse la respuesta ocurra la
retractación, muerte o incapacidad legal del proponente.

Art. 104. Residiendo los interesados en distintos lugares, se entenderá celebrado el contrato, para todos sus
efectos legales, en el de la residencia del que hubiere aceptado la propuesta primitiva o la propuesta
modificada.

Sin embargo, existen excepciones a esta regla general, las cuales se refieren a:

2. La voluntad de las partes; estas pueden convenir que el contrato se estime perfecto
en un momento distinto del señalado por la ley (Art. 101 código de comercio).

3. En materia de donaciones irrevocables; nuestro código civil sigue la teoría de la


información, pues dispone en el artículo 1.412, el cual señala; “Mientras la donación
entre vivos no ha sido aceptada, y notificada la aceptación al donante, podrá éste
revocarla a su arbitrio”.

4. Los contratos reales y solemnes, que se entienden celebrados en el momento de la


entrega de la cosa y en el cumplimiento de la solemnidad, respectivamente.

¿Cuál es la importancia del momento en que se forma el conocimiento?

1. Porque las condiciones de validez del contrato quedan determinadas en ese


momento.
2. También es importante por el problema del cambio de legislación, respecto a este
tema; el Art. 22 de la Ley sobre efectos retroactivo de las leyes, señala que; “En todo
contrato se entenderán incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su celebración”,

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

y para determinar que legislación estará vigente, se deberá tener en cuenta la del
momento en que este se perfecciona.
3. La formación del consentimiento pone fin al derecho de revocar la oferta.
4. el momento de la formación del consentimiento determina si hubo o no objeto ilícito.
Así por ejemplo; lo hay o no según que el contrato se celebre antes o después de la
declaratoria de quiebra de los contratantes.
5. la formación del consentimiento, fija el punto de partida de la prescripción o de la
caducidad de ciertas acciones, por ejemplo; el artículo 1.896 del código civil señala
que; “La acción rescisoria por lesión enorme expira en cuatro años contados desde la
fecha del contrato”.

Lugar en que se forma el consentimiento

Las mismas teorías, vistas en relación al momento, se aplican a lugar de formación del
consentimiento. Según la teoría de la declaración, el consentimiento se forma en el lugar
en que la aceptación se dio. Según la teoría de la expedición, se forma en el lugar desde
el cual se envió la aceptación.

Según ambas teorías, el consentimiento se forma en el domicilio del aceptante. Según las
teorías de la recepción y del conocimiento, en cambio, el consentimiento se forma en el
lugar del domicilio del oferente, donde este recibe la aceptación o toma conocimiento
de ella.

El artículo 104 del código de comercio consagra la teoría de la declaración o


aceptación, nos dice este artículo; “Residiendo los interesados en distintos lugares, se
entenderá celebrado el contrato, para todos sus efectos legales, en el de la residencia del
que hubiere aceptado la propuesta primitiva o la propuesta modificada”

La importancia práctica de determinar el lugar en que se perfecciona el consentimiento:

1. Fija la competencia de los tribunales.


2. Determina la legislación de que país es aplicable.
3. Los casos en que la voluntad de las partes pueden interpretarse por los usos o la
costumbre, el lugar del perfeccionamiento es el que señala el uso o la costumbre que
tiene cabida, ya que una y otra varían de acuerdo con los países, y aún con las
regiones de un mismo país.

Los vicios del consentimiento

También se le llama vicios de la voluntad, corresponden a ciertos obstáculos que se


presentan a la voluntad, y que como son coetáneos a sus manifestación el efecto que
produce es anular la voluntad. El Art. 1451 señala que; “Los vicios de que puede adolecer
el consentimiento, son error, fuerza y dolo”.

Algunos sostienen que existe otro vicio que sería la lesión. Esta, en materia de derecho
civil, consiste en un daño que se causa a consecuencia de un acto jurídico, lógicamente
que no cualquier lesión va a provocar que el acto jurídico se rescinda o provocar una
consecuencia jurídica porque la pequeña lesión es normal en todo acto jurídico, por lo
tanto, esta debe ser enorme o grave para viciar el consentimiento.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

¿La lesión cuando es grave, es realmente un vicio del consentimiento?

Algunos sectores dicen que si, como en el caso de Carlos Ducci, quien señala que la
lesión viciaría la potencia del alma que es la voluntad, sin embargo, otro sector, más
convincente en sus argumentos, nos dice que la lesión no vicia la voluntad, la primera
razón es gramatical, ya que el artículo 1.451 dice expresamente que los únicos vicios del
consentimiento son el error, la fuerza o el dolo, y por lo tanto, no se quiso incluir la lesión
como vicio del consentimiento. Otra razón es aquella circunstancia en que la lesión opera
como vicio aritmético, es decir, opera en base a parámetros matemáticos objetivos, los
cuales determinarán si hay o no lesión, y por lo tanto, lo anterior es ajeno a la voluntad y
no habría vicio del consentimiento. Otros dicen que un vicio objeto que todos pueden
verificar, por ejemplo; en materia de mutuo hay vicio cuando el interés cobrado es alto,
por el cual el mutuario puede sufrir un daño. Otra razón nos dice que la persona que
contrata en condiciones de lesión está en conocimiento de lo que hace, por lo que no
sería un vicio del consentimiento, y no está determinado en la generalidad de los actos
jurídicos, sino sólo en aquellos que la ley señala.

Por lo tanto, los únicos vicios del consentimiento son: el error, la fuerza y el dolo.

Primer Vicio del Consentimiento: EL ERROR.

El error es aquel falso juicio o equivocada o apreciación que se tiene respecto de un


hecho o de una persona o bien respecto de un principio norma jurídica que se
presupone, es decir, que se cree en un sentido determinado. Este se puede clasificar en
error de hecho y de derecho.

A. ERROR DE DERECHO: Aquel falso juicio o equivocada apreciación que se tiene de una
ley o de principios jurídicos fundamentales.

¿El error sobre un punto de derecho vicia o no el consentimiento?

El artículo 1.452 del código civil señala que; “El error sobre un punto de derecho no
vicia el consentimiento”. Esta disposición está relacionada con el Art. 8 del código
civil, el cual contiene el principio de inexcusabilidad de conocimiento de la ley, por lo
tanto, lo lógico es que nadie podrá alegar el error de derecho como vicio del
consentimiento.

B. ERROR DE HECHO: Vicia el consentimiento, y es susceptible de ser clasificado de


diversas maneras: error, esencial, sustancial, en la persona y accidental.

1. El error esencial: es llamado también error obstáculo u obstativo, porque este error
es la clase más grave, a tal extremo, que algunos señalan que se produce un
obstáculo que acarrea la inexistencia de la voluntad, por lo que el contrato
debería ser nulo o inexistente jurídicamente.

¿Cuándo estamos ante un error esencial?

El Art. 1453 señala dos hipótesis respecto al error esencial, consignando lo siguiente;
“El error de hecho vicia el consentimiento cuando recae sobre la especie de acto
o contrato que se ejecuta o celebra, como si una de las partes entendiese
empréstito y la otra donación; o sobre la identidad de la cosa específica de que se
trata, como si en el contrato de venta el vendedor entendiese vender cierta cosa
determinada, y el comprador entendiese comprar otra”. La primera posibilidad nos

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

dice que el error es esencial cuando recae en la naturaleza del acto o contrato,
pues las voluntades no se encontraron y no hubo consentimiento. La segunda
posibilidad se da cuando recae sobre la identidad de la cosa específica de que se
trata.

El error esencial siempre acarreará la nulidad relativa, porque de acuerdo con


nuestro sistema, la nulidad absoluta procede en los casos que se señalan en el Art.
1682, del código civil

Art. 1682. La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por la omisión de
algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en
consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o
acuerdan, son nulidades absolutas.

Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y contratos de personas absolutamente incapaces.

Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad relativa, y da derecho a la rescisión del acto o
contrato.

2. Error sustancial: Se encuentra consignado en el Art. 1454, el cual señala que; “El
error de hecho vicia asimismo el consentimiento cuando la sustancia o calidad
esencial del objeto sobre que versa el acto o contrato, es diversa de lo que se
cree; como si por alguna de las partes se supone que el objeto es una barra de
plata, y realmente es una masa de algún otro metal semejante”.

3. Error accidental: Es aquel que no recae en la calidad esencial o sustancia de la


cosa, la regla general, es que no vicia el consentimiento, por ejemplo; en una
compraventa de automóviles, se vende un auto deportivo creyendo que era de
tal persona pero la realidad no era tal, no pudiendo alegarse la nulidad relativa
del acto, pues no se vicia el consentimiento, ya que no afecta la calidad esencial
de la cosa comprada.

Excepcionalmente puede viciar el consentimiento, en aquellos casos que señala el


inciso segundo del Art. 1454 del código civil, el cual señala que; “El error acerca de
otra cualquiera calidad de la cosa no vicia el consentimiento de los que contratan,
sino cuando esa calidad es el principal motivo de una de ellas para contratar, y
este motivo ha sido conocido de la otra parte”.

4. Error en la persona: Está contemplado en el Art. 1455, el cual señala que; “El error
acerca de la persona con quien se tiene intención de contratar no vicia el
consentimiento, salvo que la consideración de esta persona sea la causa principal
del contrato”. La regla general, entonces, es que no vicia el consentimiento, salvo
que sea la causa principal del contrato, por lo que es importante determinar
cuando el error en la persona es la causa principal del contrato, esto se da
cuando estamos frente a un contrato “Intuito Personae” , como por ejemplo; el
matrimonio, el contrato de sociedad, etc. El problema de interpretación es el
siguiente:

¿Que se debe entender por error acerca de la persona?

Existen dos interpretaciones; la primera se refiere a la identidad física de la persona,


en este caso, el inciso segundo del Art. 1.455 señala que; “Pero en este caso la
persona con quien erradamente se ha contratado, tendrá derecho a ser
indemnizada de los perjuicios en que de buena fe haya incurrido por la nulidad del

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

contrato”, mientras que la segunda interpretación se refiere a las cualidades


personales. Podemos decir que para la mayoría de nuestra doctrina y
jurisprudencia, el error está referido sólo a la identidad física, por lo que habría una
aberración en el Art. 1.455, porque las cualidades personales no vician el
consentimiento.

¿Qué ocurre con el error en el matrimonio?

Hasta el año pasado regía en chile la ley de matrimonio civil de 1.884, la cual
decía que el error en la identidad de la persona viciaba el consentimiento, por lo
que las cualidades personales provocaban tal vicio. Respecto a este caso, muchos
demandaron la nulidad del matrimonio, los cuales no fueron correspondidos.

El derecho canónico rechazó hasta 1.983 la nulidad del matrimonio por error en la
cualidad personal, y en nuestro sistema, la ley 19.947 del 2004 incorporó el error en
las cualidades personales como causal de nulidad, siempre cuando esta haya sido
la intención que llevó al contrato.

Segundo vicio del consentimiento: LA FUERZA

La fuerza es una amenaza o coacción que se realiza sobre una persona con el objeto
preciso de obtener su consentimiento, obligándole a expresar la voluntad en un sentido
determinado. Es la amenaza de causar un mal grave e irreparable a una persona si no
contrata en un determinado sentido.

En nuestra doctrina vamos a encontrarnos con diversos conceptos:

a. Los profesores Alessandri, Somarriva y Vodanovic, señalan que; “La fuerza es la presión
física o moral ejercida sobre la voluntad de una persona para determinarla a ejecutar
un acto jurídico”.

b. Carlos Ducci nos dice que; “La fuerza es el temor que experimenta una persona
debido a una impresión física o moral, y que la obliga a manifestar su voluntad en un
sentido determinado”.

c. Víctor Vial del Río nos dice que la fuerza corresponde a; “Apremios físicos o morales
que se ejercen sobre una persona destinados a que preste su consentimiento para la
celebración de un acto jurídico”.

La fuerza física (Absoluta o viscompulsiva); se refiere a un reemplazo de la voluntad, por lo


que no puede considerarse un vicio del consentimiento, sino inexistencia del acto jurídico
o un caso de nulidad relativa. La fuerza moral; corresponde a las amenazas, consiste en
hacer saber a la víctima que si no consiente en un determinado sentido sufrirá un daño.

¿Qué pasa si a un hombre se le obliga a firmar un documento extendiéndole la mano,


forzándolo?

Según la doctrina tradicional, la fuerza que vicia el consentimiento se refiere a la presión


moral. En el caso del ejemplo, simplemente no habría voluntad, porque la parte no tuvo
alternativas para decidir, mientras que en la fuerza de amenaza, la víctima se representa
la posibilidad de elegir, si celebra el acto o contrato, su voluntad estaría viciada.

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Don Avelino León Hurtado difiere de esta opinión y dice que tanto la fuerza física como la
fuerza moral vician el consentimiento, por que la ley no distingue, y donde la ley no
distingue, no incumbe distinguir al intérprete (argumento de la no distinción).

La fuerza debe contar con ciertos requisitos para viciar el consentimiento:

1. La fuerza debe ser grave o importante; La fuerza es grave cuando es capaz de


producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en cuenta su
edad, sexo y condición. Se mira como fuerza de este género todo acto que infunde a
una persona un justo temor de verse expuesta ella, su consorte o alguno de sus
ascendientes o descendientes a un mal irreparable y grave (Art. 1.456), pues hay un
grado de fuerza que afecta a los necios, por lo tanto debe causar una impresión
fuerte a una persona de sano juicio.

2. Se debe apreciar siempre en concreto; la gravedad de la fuerza no debe analizarse


en abstracto, sino en concreto, es decir que para determinar si la fuerza fue realmente
grave, hay que tomar en cuenta las condiciones personales de quién, en cada caso
particular, fue víctima de la coacción o amenaza. Lo que para una persona puede
constituir fuerza grave para otra puede no serlo. Por ejemplo: distinta es la impresión
que produce en una anciana la amenaza de ser golpeada, que la impresión que
produce la misma amenaza en un hombre joven y fuerte, que podría resistir sin
esfuerzo el mal con que se pretende intimidarlo.

Don Eleodoro Yañez, conocido jurista y diputado de la república durante el gobierno


de Carlos Ibáñez, fue obligado a venderle sus diarios al fisco, por lo que
posteriormente alegó la nulidad del acto o contrato, argumentando que se vio
obligado a vender por miedo a represalias de carácter político. En el juicio se
concluyó que se debía estudiar el caso en concreto, porque resultaba banal que una
persona de la ascendencia de Eleodoro Yañez, se viera amenazado por represalias
políticas, y por lo tanto, lo que realmente ocurrió en este caso, fue que el demandante
se arrepintió de la venta.

Excepcionalmente, la ley presume la gravedad de la fuerza cuando la amenaza


infunde en la víctima un justo temor de verse expuesta ella, su consorte, o alguno de
sus ascendientes o descendientes a un mal irreparable o grave. Concurriendo estas
circunstancias la víctima de la fuerza no estará obligada a probar la gravedad de la
misma, por ejemplo; una amenaza de homicidio reúne todas las condiciones
necesarias.

3. La fuerza debe ser determinante; Quiere decir que la fuerza debe ser empleada con el
fin de obtener la declaración de voluntad; ésta debe ser el efecto de aquella (Art.
1.457). Debe ser la causa determinante del acto o contrato en que la voluntad se
presta. De este requisito se deriva otro que es obvio y es que la fuerza debe ser actual,
ya que es evidente que la fuerza que produce temor debe actuar en el momento en
que el acto se ejecuta, aunque el daño con que se amenaza sea para el futuro.

¿El estado de necesidad constituye fuerza?

En un estado de necesidad, un individuo contrata en condiciones que son inicuas, es


decir, injustas por una situación desesperada que lo afecta que no es provocada por
una persona sino por otras circunstancias, incluso, de la propia naturaleza, por
ejemplo; en el caso de un andinista que esta en peligro de morir de hipotermia en
medio de la cordillera, y se encuentra con un lugar donde poder refugiarse, pero en

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este refugio le ponen como condición para hospedarse el pago de una suma
exagerada, a la cual el andinista se encuentra obligado a aceptar, pues es su vida la
que está en juego, y por lo tanto hubo fuerza y no debe, necesariamente, pagar la
suma acordada.

El ejemplo clásico, proveniente de la naturaleza; El capitán de un barco, que en


peligro de naufragar, debe pedir ayuda a un tercero para que lo salve. Ese tercero le
pide condiciones que exceden lo razonable (condición leonina), pero el capitán
acepta, a fin de que lo salven. Otro ejemplo, proveniente de la acción humana; es el
secuestro de un hijo por cuya liberación se pide un subido rescate, el padre no tiene
dinero y se ve obligado a pedir un préstamo o vender una cosa para obtener el
dinero.

El profesor Carlos Ducci, estima que el estado de necesidad sí constituye fuerza que
vicia el consentimiento, ya que:

a. El artículo 1.457, no excluye la posibilidad de que la fuerza provenga de otro origen


que no sea una de las partes o un tercero.

b. Lo importante es el temor, no la causa de ese temor, para que la fuerza logre viciar
el consentimiento.

La doctrina clásica, representada por Arturo Alessandri Rodríguez señala que el


estado de necesidad no constituye fuerza que vicia el consentimiento, por las
siguientes razones:

a. En el caso de fuerza, basta que se pruebe que hubo temor. De esta forma se
podrá declarar la rescisión del contrato, en cambio, en el caso del estado de
necesidad, se requiere que, además, la contraparte del afligido se aproveche de
sus circunstancias.

b. En algunas legislaciones extranjeras el estado de necesidad vicia el


consentimiento, pero constituye un caso de lesión, sin embargo, en nuestra
legislación la lesión sólo tiene cabida en casos expresamente determinados por la
ley, dentro de los cuales no se considera la lesión creada por un estado de
necesidad.

4. La fuerza debe ser injusta o ilegitima; la amenaza de incurrir a acciones legales está
permitido por la ley, pero en algunos casos puede ser constitutivas del vicio de fuerza,
cuando esta amenaza se obtiene en condiciones de contratación injustas.

La fuerza es injusta o ilegítima cuando el procedimiento o amenaza de que se vale la


persona que la ejerce, no son aceptados por la ley o el derecho. Por eso la amenaza
de ejercitar una acción judicial en contra de un deudor no constituye fuerza, porque
en caso de ejercitarse, el acreedor estaría haciendo uso de su derecho.

Pese a que el código civil no exige expresamente este requisito, hay consenso en la
doctrina nacional, en el sentido de que el apremio debe ser contrario a la ley o el
derecho. Los profesores Alessandri, Somarriva y Vodanovic, nos dicen, que si bien el
Código Civil no se refiere expresamente a este requisito, un ejemplo de él lo
encontramos en el artículo 1.456, inciso final que nos habla del temor reverencial.

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Temor reverencial: temor de desagradar a las personas a las que se les debe sumisión
y respeto. Este no vicia el consentimiento, a pesar de que algunas posturas doctrinarias
señalen que si produce un vicio, pero la ley es clara, y por lo tanto, el temor
reverencial por ser grave no vicia el consentimiento.

¿Qué sanción se impone la fuerza como vicio del consentimiento, y cuál es el plazo
de prescripción para pedir la nulidad relativa del acto o contrato en caso de fuerza?

La sanción es la nulidad relativa del acto o contrato, y el plazo de prescripción para


solicitar la nulidad relativa es de cuatro años, contados desde la fecha que ha cesado
la fuerza.

Tercer vicio del consentimiento: EL DOLO

En el área del derecho civil existen tres campos en donde el dolo juega un papel
determinante, por lo que los conceptos pueden tener variación. Existe dolo en el derecho
civil:

1. En el incumplimiento contractual; es decir, uno compromete su voluntad en un


contrato, y después, intencionadamente no lo cumple, por lo tanto, el dolo seria una
agravante de responsabilidad, y va a obligar a responder por perjuicios más amplios
que lo normal (Art. 1.558 del código civil).

2. En materia de delitos o cuasidelitos civiles; conductas de carácter ilícito que


producen un daño. En este caso el vicio es un elemento de la responsabilidad civil (Art
2.284 del código civil).

3. El dolo como vicio del consentimiento, el Art. 44 del código civil señala que; “El dolo
consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro”. Lo
anterior corresponde a una definición genérica del dolo, y al ser legal deberíamos
atenernos a ella, pero en los tres campos distintos hay que apreciarlas de distinta
manera, especialmente como vicio del consentimiento, por lo tanto, el dolo tipificado
como vicio del consentimiento sería; “Una maquinación o ardid (artificio) de carácter
fraudulento con el propósito de obtener un error en la otra parte que la lleva a
contratar”, por lo tanto, existe por parte de uno de los contratantes un engaño, de tal
manera que la otra parte consienta en forma equivocada.

Clasificación del dolo.

1. El Dolo puede ser bueno o malo

a. Dolo Bueno: Es el engaño menor, producto de las exageraciones que son comunes en
el comercio, a través de las cuales el comerciante pondera su producto. Se trata de la
jactancia o exageración de las cualidades o del valor de la cosa ofrecida. Esta clase
de dolo no vicia el consentimiento.

b. Dolo Malo: Es aquél en el que existe la intención de dañar. Supone un


comportamiento ilícito, destinado a engañar a otra persona, y que la induce a la
manifestación de voluntad

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2. El dolo puede ser positivo o negativo:

a. Dolo Positivo: Consiste en un hecho tendiente a representar como verdaderas


circunstancias falsas, o a suprimir o alterar las verdaderas.

b. Dolo Negativo: Una abstención. En este caso el engaño consiste en ocultar


sagazmente hechos verdaderos. Un ejemplo de abstención dolosa es el silencio o
reticencia; una persona calla estando obligada a hablar y otra persona celebra un
acto jurídico que no habría celebrado o lo habría celebrado en otras condiciones, si la
primera hubiera hablado.

3. El dolo puede ser principal o incidental:

a. Dolo Principal: Es el que determina o decide a una persona a celebrar el acto jurídico
en que recae. A no mediar este dolo, la persona no habría celebrado el acto o
contrato, por ejemplo; una persona pide al vendedor unos candelabros de plata y
éste le entrega, a sabiendas unos de cobre plateado.

b. Dolo Incidental: Es el que no determina a una persona a celebrar un acto jurídico,


pero sí a concluirlo en distintas condiciones de aquellas en las que lo habría
concluido., por ejemplo; el cliente pide determinados candelabros y el vendedor, a fin
de obtener mejor precio, asegurara que son de plata sin serlo.

Requisitos para que el dolo vicie el consentimiento (Art. 1.458).

Art. 1458. El dolo no vicia el consentimiento sino cuando es obra de una de las partes, y cuando además
aparece claramente que sin él no hubieran contratado.

En los demás casos el dolo da lugar solamente a la acción de perjuicios contra la persona o personas que lo han
fraguado o que se han aprovechado de él; contra las primeras por el total valor de los perjuicios, y contra las
segundas hasta concurrencia del provecho que han reportado del dolo.

1. Debe ser principal, inductivo o determinante. El inciso primero del Art. 1.458 nos dice
que; “El dolo no vicia el consentimiento sino cuando es obra de una de las partes, y
cuando además aparece claramente que sin él no hubieran contratado”. Debe ser
determinante del acto, por lo tanto, debe ser anterior o simultaneo al consentimiento.

2. Debe ser obra de una de las partes, eso lo diferencia de la fuerza, ya que el dolo de
terceros no vicia el consentimiento. Una excepción a esta regla son los actos jurídicos
unilaterales, ya que en ellos, necesariamente, el dolo proviene de un tercero, y en este
caso, el dolo que emana de un tercero ajeno al contrato no vicia el consentimiento.
Ejemplos de actos unilaterales susceptibles de viciarse con dolo son los artículos 1.234,
1.237, 1.782 del código civil.

En los demás casos, el dolo da lugar solamente a la acción de perjuicios contra la


persona o personas que lo han fraguado o que se han aprovechado de él; contra las
primeras por el total valor de los perjuicios, y contra las segundas hasta concurrencia
del provecho que han reportado del dolo.

El dolo es personalísimo; es decir, solamente se le puede atribuir a la persona que ha


cometido la acción u omisión que induce al engaño a otra persona. Lo anterior se
puede ejemplificar en el contrato de mandato, en donde el mandante puede actuar
con dolo, sin saber el mandatario lo que está sucediendo, por lo tanto, este último está
libre de dolo.

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La prueba del dolo

Siguiendo la regla del artículo 1.698, el dolo debe probarse por quién lo alega, siendo
admisibles todos los medios probatorios para acreditarlo, por lo tanto, el dolo no se
presume, salvo en los casos, especialmente, previstos por la ley (Art. 1.459). Esto
concuerda con lo señalado en el artículo 707 del código civil, el cual nos dice; “La buena
fe se presume, excepto en los casos en que la ley establece la presunción contraria.
En todos los otros la mala fe deberá probarse”, sin embargo, Existen casos excepcionales
en que el dolo se presume, por ejemplo; el artículo 706 inciso final del código civil, el cual
nos señala que; “el error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe,
que no admite prueba en contrario”.

La condonación del dolo futuro no vale

La sanción del dolo es una institución de orden público, por ello y para evitar que las
partes eliminaran prácticamente el dolo como vicio del consentimiento, el artículo 1.465
dispone en su parte final; “La condonación del dolo futuro no vale”, es decir, el dolo no
puede perdonarse antes de cometerse. La condenación del dolo futuro adolece de
objeto ilícito y se sanciona con nulidad absoluta.

¿Cómo se sanciona el acto jurídico viciado por dolo?

Se debe distinguir entre:

1. El dolo principal o determinante y obra de una de las partes, vicia el acto con Nulidad
Relativa (Art. 1.458, inciso 1, y Art. 1682).

2. El dolo incidental sólo da derecho a la indemnización de perjuicios contra las


siguientes personas:
a. Contra los que lo han fraguado, por el total de éstos,
b. Contra los que se han aprovechado de él, por el valor del provecho que han
reportado del dolo (Art. 1.458, inciso 2).

¿Cuál es el plazo de prescripción para pedir la nulidad relativa por dolo?

Cuatro años contados desde la fecha de celebración del contrato.

Segundo requisito de validez: LA CAPACIDAD

La capacidad, también llamada “aptitud negocial”, es la aptitud legal para el goce y


ejercicio de los derechos civiles. De lo dicho anteriormente, podemos deducir que existen
dos tipos o especies de capacidades; la capacidad de goce y la de ejercicio.

a. Capacidad de Goce: Llamada también capacidad adquisitiva, es la aptitud de


adquirir derechos. Es aquella que constituye el atributo de la personalidad, por lo que
es inherente a toda persona, es decir, toda persona, sin distinción de raza, edad, sexo
o estirpe, tiene capacidad de goce. No existe excepción a esta regla, pues los
dementes, los infantes, incluso, los recién nacidos tienen capacidad de goce.

b. Capacidad de Ejercicio: Es la aptitud legal de una persona para ejercer derechos y


contraer obligaciones sin el ministerio o intervención de otra persona que actúe en
nombre de él.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

En aquellos casos en que se reúne la capacidad de goce y de ejercicio, estamos en


presencia de la “plena capacidad”, entendida esta como; la aptitud de incorporar
derechos a su patrimonio y de ejercerlos por si mismo, por ejemplo; si a una persona se le
permite enajenar un bien de su propiedad, estamos en presencia de ella (de la plena
capacidad), porque se encuentra facultada para poder actuar u obligarse por si misma.

La regla general nos dice que todas las personas son legalmente capaces, por lo tanto,
son capaces de goce y de ejercicio. Lo anterior se encuentra consagrado en el artículo
1.446 del código civil, el cual nos dice que; “Toda persona es legalmente capaz, excepto
aquellas que la ley declara incapaces”. De lo anterior, podemos deducir que existen
personas incapaces, es decir, aquellas que no pueden actuar por si misma en forma
válida, y que necesitan de la intervención de otra persona, sólo son incapaces de
ejercicio, pues la incapacidad de goce no existe. Esta se puede clasificar en incapacidad
absoluta o relativa.

Art. 1447. Son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordomudos que no pueden darse a
entender por escrito.

Sus actos no producen ni aun obligaciones naturales, y no admiten caución.

Son también incapaces los menores adultos y los disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar lo
suyo. Pero la incapacidad de las personas a que se refiere este inciso no es absoluta, y sus actos pueden tener
valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos, determinados por las leyes.

Además de estas incapacidades hay otras particulares que consisten en la prohibición que la ley ha impuesto a
ciertas personas para ejecutar ciertos actos.

Incapacidad Absoluta

También llamada “incapacidad natural”, se refiere a la capacidad de aquellas personas


que no están en condiciones de declarar su voluntad concientemente, por lo tanto, es la
más grave de las incapacidades. El artículo 1.447 en su inciso primero señala que; “Son
absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordomudos que no pueden
darse a entender por escrito”. En virtud del inciso segundo del Art. 1447 del código civil;
“Sus actos no producen ni aun obligaciones naturales, y no admiten caución”,
entendiendo que las obligaciones naturales serían imperfectas al nacer con problemas, y
que por lo tanto, adolecerían de nulidad. Tampoco admiten caución, es decir, las
obligaciones que se contraen para garantizar otra obligación también adolecen de
nulidad. El inciso segundo del Art. 1.682 del código civil nos dice que; “Hay asimismo
nulidad absoluta en los actos y contratos de personas absolutamente incapaces”.

a. Los Dementes: Para estos efectos, son aquellos que sufren una enfermedad mental
que afecta a su capacidad de discernimiento. La definición médica nos dice que es
una categoría de enfermedad mental que incluye un progresivo deterioro de las
facultades mentales (memoria, inteligencia, juicio). Existen distintos tipos de demencia,
por ejemplo; la demencia senil que se provoca por la edad (alzaimher).

b. Los Impúberes: Son los varones menores de 14 años y las mujeres menores de 12 años,
por lo tanto, deben actuar por intermedio de sus representantes legales. Los
impúberes no deben ser confundidos con los infantes, o sea, con los que no han
cumplido 7 años.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Art. 26. Llámase infante o niño todo el que no ha cumplido siete años; impúber, el varón que no ha cumplido
catorce años y la mujer que no ha cumplido doce; adulto, el que ha dejado de ser impúber; mayor de
edad, o simplemente mayor, el que ha cumplido dieciocho años; y menor de edad, o simplemente menor,
el que no ha llegado a cumplirlos.

c. Los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito: Su incapacidad no


proviene de su sordomudez, sino del hecho de no poder darse a entender por escrito.
Su incapacidad cesa, de acuerdo con el Art. 472, si ha llegado a darse a entender y a
ser entendido por escrito.

Art. 472. Cesará la curaduría cuando el sordomudo se haya hecho capaz de entender y de ser entendido
por escrito, si él mismo lo solicitare, y tuviere suficiente inteligencia para la administración de sus bienes;
sobre lo cual tomará el juez los informes competentes.

Incapacidad Relativa

Es aquella que afecta a determinadas personas que la ley declara incapaces de


obligarse por si mismas, ya sea en razón de su edad o en la forma como administran sus
bienes. La ley les exige que se obliguen por medio de otras personas. El inciso tercero del
Art. 1.447, nos dice que; “Son también incapaces los menores adultos y los disipadores
que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo…”.

a. Los disipadores: El Art. 445 del código civil nos señala que la disipación consiste en
realizar hechos que demuestran una total falta de prudencia, como el juego habitual,
los gastos ruinosos, las donaciones cuantiosas e injustificadas, etc. Para que los
disipadores sean relativamente incapaces, se requiere que se haya declarado su
interdicción, por lo que la disipación deberá probarse para que no pueda disponer
libremente de sus bienes.

b. Los menores adultos: Son aquellos que no son impúberes, es decir, las mujeres y los
hombres mayores de 12 y 14 años, respectivamente, pero que son menores de 18
años. En este caso se trata de una incapacidad relativa establecida en razón de la
edad, y por lo tanto, adolecerán de nulidad relativa aquellos actos en que se omita la
autorización del representante legal, siempre y cuando esta sea requisito del acto o
contrato.

En contraposición a los absolutamente incapaces que no pueden intervenir


personalmente en los actos jurídicos, los relativamente incapaces pueden hacerlo por si
mismo, con las debidas autorizaciones que le den validez a sus actos. Lo anterior se
deduce del mismo inciso tercero del Art. 1.447, el cual nos señala que; “…la incapacidad
de las personas a que se refiere este inciso no es absoluta, y sus actos pueden tener valor
en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos, determinados por las leyes”.

Los actos de los relativamente incapaces realizados sin las formalidades habilitantes,
adolecen de nulidad relativa, en virtud de lo dispuesto en el Art. 1.682 del código civil,
pues esta disposición, en su inciso primero nos dice que: “La nulidad producida por un
objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por la omisión de algún requisito o
formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en
consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los
ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas.”

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Segundo requisito de existencia: EL OBJETO

El artículo 1.445 del código civil, en su número 3 nos dice que; “Para que una persona se
obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario… …que recaiga sobre
un objeto lícito”. Por su parte, el artículo 1.460 nos dice que; “Toda declaración de
voluntad debe tener por objeto una o más cosas que se trata de dar, hacer o no hacer. El
mero uso de la cosa o su tenencia puede ser objeto de la declaración”. Por lo tanto, en
virtud de lo señalado en las dos disposiciones anteriormente mencionadas, podemos
deducir que la voz objeto tiene dos sentidos:

a. Objeto del acto o contrato: Son los derechos y obligaciones que el acto crea o
modifica, extingue, transfiere o transmite.
b. Objeto de la obligación: Es la cosa o el hecho a que el derecho u obligación se
aplica.

En las relaciones jurídicas, existe un vínculo entre el sujeto activo que es el acreedor, así
también existe un sujeto pasivo que es el deudor. En virtud de lo anterior, el sujeto pasivo
debe dar, hacer o no hacer algo, por lo que esto es lo que constituye la obligación. Por su
parte, el acreedor está facultado para exigir que el deudor dé, haga o no haga algo, por
lo que esta obligación de dar, hacer o no hacer va a recaer en una cosa. Por ejemplo; en
la compraventa de un automóvil, el objeto del acto o contrato es el dar, pero el objeto
de la obligación es el automóvil.

¿A qué tipo de objeto se refiere el artículo 1.445 número 3 del código civil, al objeto del
acto o contrato o al objeto de la obligación?

El profesor Eugenio Velasco nos dice que el artículo 1.445, número 3 del código civil, se
refiere al objeto de la obligación, o sea, a aquel requisito de validez, por lo que los
derechos y obligaciones pueden recaer en cosas o en hechos. Lo anterior nos lleva a
concluir que existen dos clases de objetos:

1. El objeto cuando es una Cosa material: El Art. 1.461, inciso 1 y 2 se refieren al objeto
cuando recae en una cosa material

Art. 1461. No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de voluntad, sino las que se
espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean comerciables, y que estén determinadas,
a lo menos, en cuanto a su género.

La cantidad puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para
determinarla.

2. El objeto cuando es un Hecho: El inciso 3 del Art. 1.461 se refiere al objeto cuando
recae sobre un hecho.

Art. 1461, inciso 3. Si el objeto es un hecho, es necesario que sea física y moralmente posible. Es físicamente
imposible el que es contrario a la naturaleza, y moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a
las buenas costumbres o al orden público.

¿Qué ocurre cuando el objeto de la obligación recae sobre un objeto?

1. Debe ser real.


2. Debe ser comerciable.
3. Debe ser determinado o determinable.
4. Debe ser lícito.

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1. Debe ser real: Respecto de este requisito que debe reunir el objeto cuando recae
sobre una cosa, y en virtud de lo señalado en el Art. 1461 del código civil, se puede
deducir que se dan tres posibilidades:

a. Que la cosa exista actualmente.

b. Que la cosa existió pero ya no existe: Por ejemplo; este sería el caso del agricultor
que realizó la cosecha de trigo y lo guardó, y que mientras estaba guardado lo
vendió, ignorando que al momento de la venta el trigo se había quemado, por lo
que ya no existía.

Respecto de la compraventa, el Art. 1.801, inciso primero del código civil señala
que; “La venta de una cosa que al tiempo de perfeccionarse el contrato se supone
existente y no existe, no produce efecto alguno”. Este es un argumento que utiliza
Don Luis Claro Solar para afirmar que Don Andrés Bello tomó en cuenta el
concepto de inexistencia en el Código Civil, aun cuando la doctrina no reconoce
más que la nulidad absoluta.

c. Que la cosa no exista pero se espera que exista (“venta de la cosecha futura”):
Las partes están conciente de que la cosa no existe pero se espera que existe y en
esas condiciones se ponen de acuerdo y contratan de acuerdo a esa condición.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con la venta de cualquier cosa que esté en un
proceso de fabricación, como también en el caso de una cosecha, en ambos
casos el contrato tiene objeto. El problema se da al cuestionarse si los contratos
son condicionales o aleatorios.

En los contratos condicionales, el objeto es un hecho futuro cierto de recibir la cosa


que aun no existe pero se espera que exista, por lo tanto, lo que importa es que
legue a existir el objeto, mientras que, en los contratos aleatorios, lo que es objeto
del contrato es un evento incierto de perdida o de ganancia, es decir, no importa
si haya o no objeto o que no llegue a existir, porque lo que se compra es la suerte.

Nuestro código reconoce el hecho de que la venta sea condicional, el Art. 1.813
del código civil señala que; “La venta de cosas que no existen, pero se espera que
existan, se entenderá hecha bajo la condición de existir, salvo que se exprese lo
contrario, o que por la naturaleza del contrato aparezca que se compró la suerte”.
La regla general será que los contratos que versan sobre objetos que no existen
pero se espera que existan serán condicionales.

a. La estipulación de las partes; acuerdan de que es aleatorio.


b. La naturaleza del contrato; existen ciertos contratos que por su naturaleza hay
un riesgo de perdida o ganancia.

2. Debe ser comerciable: Las cosas son comerciables cuando son susceptibles de
dominio o posesión privada, su exigencia la encuentra en el Art. 1.461. La regla
general es que las cosas sean comerciables, pudiendo ser objeto de dominio o
posesión privada, salvo a casos excepcionales como aquellos que, por razón de su
naturaleza, no pueden ser comerciables, es decir, que la naturaleza los ha hecho de
dominio común, por ejemplo; el alta mar que está mas allá de las 200 millas marítimas,
el cual no pertenece a ninguna nación y por lo tanto, nadie esta facultado de
apropiárselo. Existe otro caso excepcional, en razón del destino de los bienes, por
ejemplo; los bienes nacionales de uso publico cuyo uso pertenece a la nación toda
(Calles, plazas, playas –DL 1.939-, etc.).

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3. Debe ser determinada o determinable: La cosa debe estar individualizada de tal


manera que se permita el cumplimiento de la obligación, lo contrario hace imposible
que la obligación se pueda cumplir, el Art. 1.461 señala; “…y que estén determinadas,
a lo menos, en cuanto a su género”.

La cantidad también debe estar determinada, el inciso segundo del Art. 1461 se
refiere a este tema, señalando que; “La cantidad puede ser incierta con tal que el
acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para determinarla”. Cuando la
cantidad es incierta, el mismo contrato tiene que señalar la forma de determinación,
en caso contrario, no va a existir objeto.

¿Qué ocurre cuando el objeto de la obligación recae sobre un hecho?

1. Debe ser determinado, por ejemplo; construir una casa.


2. Debe ser físicamente posible, es decir, no debe ser contrario a las leyes de la
naturaleza.
3. Debe ser moralmente posible, es decir, que el objeto sirve como un enlace del
derecho con la moral, porque el Art. 1.461, inciso tercero señala que; “Si el objeto es
un hecho, es necesario que sea física y moralmente posible. Es físicamente imposible
el que es contrario a la naturaleza, y moralmente imposible el prohibido por las leyes,
o contrario a las buenas costumbres o al orden público”.

Tercer requisito de validez: EL OBJETO LÍCITO

El requisito de validez del acto jurídico consiste en que sea lícito. El código civil no definió
lo que debe entenderse por objeto lícito, por lo cual debemos acudir a la doctrina.
Respecto de las definiciones que se refieren al objeto lícito, Avelino León Hurtado nos dice
que el objeto lícito es aquel que versa sobre cosas comerciables o sobre contratos
autorizados por las leyes y que no sean contrarios a las buenas costumbres y al orden
público. Eugenio Velasco nos dice que aquel que esta conforme con la ley, que cumple
con todas las cualidades por ella determinada; realidad, comercialidad, determinación, y
si es un hecho, además debe ser moral y físicamente posible.

Primera Causal de Objeto Ilícito: LO QUE CONTRAVIENE AL DERECHO PÚBLICO CHILENO


(Art. 1.462).

El código civil señala un catalogo de objetos ilícitos, estos son los consignados en el caso
1.462 del código civil, el cual nos señala que; “Hay un objeto ilícito en todo lo que
contraviene al derecho público chileno. Así la promesa de someterse en Chile a una
jurisdicción no reconocida por las leyes chilenas, es nula por el vicio del objeto”. Debe
entenderse por derecho público; aquel conjunto de normas que regula la organización
del estado y sus atribuciones, y que regula las relaciones del estado, cuando actúa como
autoridad, con los particulares. Si algún contrato adolece de objeto ilícito, adolecerá
también de nulidad absoluta

Por ejemplo; un contrato en virtud del cual, un individuo se compromete con otro a matar
a un tercero. Este contrato contraviene al derecho penal (rama del derecho público). Al
momento del matrimonio, se pacta aplicar otra legislación en caso de divorcio, este
contrato o esta disposición adolecería de nulidad absoluta al ir en contravención a la
legislación chilena. También podría ocurrir que en un contrato gravado por un impuesto,,
por acuerdo de las partes, no pagará impuestos, o bien, que se alteren los sujetos
tributarios. Normalmente para la ley, ambas partes deben pagar los impuestos, o está

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facultada para cobrar la totalidad de los impuestos a cualquiera de las partes, por lo que
dicha disposición, adolecería entonces de objeto ilícito.

Segunda Causal de Objeto Ilícito: LOS PACTOS SOBRE SUCESIONES FUTURAS (Art. 1463).

Se refiere a lo denominado “pacto sobre sucesiones futuras”, consignado en el Art. 1.463


del código civil, el cual nos señala en su inciso primero que; “El derecho de suceder por
causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de una donación o contrato,
aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona.” La idea está en que no
es posible contratar con respecto a derechos hereditarios que aún no se han incorporado
al matrimonio, por oposición, cuando han pasado al patrimonio se puede disponer
libremente de él. El pacto sobre sucesión futura consiste en que el derecho a suceder a
una persona viva no puede ser objeto de una donación o contrato, aun cuando
intervenga el consentimiento de la misma persona.

Ante la siguiente situación: “A, hermano de B, ambos hijos de C. A, a raíz de problemas


económicos (giro doloso de cheques) es llevado a la cárcel. B asiste a visitarlo y le
propone comprar sus derechos hereditarios. A y C acceden, por lo que se realiza la venta,
A paga sus deudas y queda libre”. ¿Es válido este contrato? En virtud del Art. 1.463 del
código civil no es válido, porque genera el interés de que muera un tercero. Cuando el
causante muere, sus bienes pasan al patrimonio del heredero, sólo en esta condición se
pueden disponer de ellos, mientras el causante este vivo, no se pueden comercializar.

El inciso segundo del Art. 1.463 del código civil nos dice que; “Las convenciones entre la
persona que debe una legítima y el legitimario, relativas a la misma legítima o a mejoras,
están sujetas a las reglas especiales contenidas en el título De las asignaciones forzosas”.
Allí nos encontramos con el Art. 1.204, el cual contiene una norma de excepción, que
para poder explicara se deben explicar algunos términos propios del derecho sucesorio.

Cuando una persona muere, su patrimonio es objeto de una división ideal o abstracta,
que nos dice; que la mitad de su patrimonio constituye la mitad legitimaría, esta sólo se
puede adjudicar, testada o intestadamente, ciertos parientes o el/la cónyuge, quienes
pasan a llamarse legitimarios, también llamados herederos forzosos, por ejemplo; los hijos o
el cónyuge, como también pueden ser eventualmente los nietos. Existe la cuarta de
mejora, la cual, el causante puede asignarla a alguno de esos legitimarios, quedando
mejorado respecto de los demás legitimarios. La cuarta de libre disposición la puede
heredar a quien el causante estime conveniente.

Artículo 1204. Si el difunto hubiere prometido por escritura pública entre vivos a su cónyuge o a alguno de sus
descendientes o ascendientes, que a la sazón era legitimario, no donar, ni asignar por testamento parte alguna
de la cuarta de mejoras, y después contraviniere a su promesa, el favorecido con ésta tendrá derecho a que los
asignatarios de esa cuarta le enteren lo que le habría valido el cumplimiento de la promesa, a prorrata de lo que
su infracción les aprovechare.

Cualesquiera otras estipulaciones sobre la sucesión futura, entre un legitimario y el que le debe la legítima, serán
nulas y de ningún valor.

El causante puede disponer o no de su cuarta de mejora, si fallece sin testamento, los


herederos forzosos, simplemente, acrecen sus cuotas, se van a llevar también la cuarta de
mejora y la de libre disposición. El Art. 1.204 es una excepción al Art. 1.463. Es una
excepción especial, es un acto que consiste en no disponer de la cuarta de mejoras, es
decir, es un pacto que implica un no hacer. Es un acto solemne, ya que requiere de
escritura pública.

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Vamos a suponer lo siguiente: A, es padre de dos hijos (B y C). A celebra un acto con C de
no disponer de su cuarta de mejora, sin embargo, antes de morir, contraviene su promesa
y dispone de ella, perjudicando a C. Este contrato no está prohibido por la ley, no
obstante, en virtud del Art. 1.204, es inoponible para aquella persona que resulta
perjudicada, pudiendo reclamar su parte, por lo que este acto no adolece de nulidad.

Tercera Causal de Objeto Ilícito: EN LA ENAJENACION DE LAS COSAS ENUMERADAS EN EL


Art. 1.464

Dice relación con las enajenaciones de las cosas que se encuentran enumeradas en el
Art. 1464 del código civil.

Art. 1464. Hay un objeto ilícito en la enajenación:

1. De las cosas que no están en el comercio;

2. De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona;

3. De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en ello;

4. De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio.

El objeto ilícito, en este caso, está en la enajenación de las cosas que se enumeran, no
obstante, surge un primer problema; que es de interpretación de la ley. El asunto primero,
es determinar que debe entenderse por enajenación, porque es en la enajenación
donde está, precisamente, el objeto ilícito. En esta materia Don Andrés Bello se guió por el
derecho romano, que contempla distintos sistemas de adquisición del domino. En el
sistema francés, un contrato de compraventa es suficiente causa para que se pueda
modificar el dominio. En el sistema romano, los contratos no generan derechos reales
como el dominio, sólo de carácter personal (obligaciones).

El sentido técnico de la enajenación; Dos acepciones

1. En sentido amplio:
a. Se refiere el traspaso de los derechos que un titular detenta sobre una cosa a un
tercero.
b. Además, la constitución de derechos reales limitativos del dominio y gravámenes
sobre la cosa de que se trata.

Definitivamente, hay actos que no significan traspasar las cosas que se tienen a un
tercero, pero si la colocan en peligro de ser traspasadas. Cuando uno hipoteca un bien
raíz de su propiedad, se está encaminando a una futura enajenación, si no se paga la
deuda con quien se hipotecó.

2. En sentido restringido: Traspasar derechos de un sujeto a otro.

Aquí surge el problema interpretativo. El 1.464 nos dice que hay objeto ilícito en la
enajenación, por lo tanto:

¿Se refiere a la enajenación en sentido amplio o restringido?

La doctrina respecto a este problema dice lo siguiente;

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a. Don Luis Claro Solar, en su “Tratado de derecho civil chileno y comparado”, nos dice
que nuestro código uso el concepto en un sentido restringido, argumentando que uno
de los principales principios que el código civil acepta es la libre circulación de los
bienes, por lo tanto, todo lo que afecte a la interpretación de los bienes debe tratarse
de forma restrictiva, refiriéndose sólo al traspaso.

b. Don Arturo Alessandri, discrepa de esta opinión y nos dice que la ley se refiere a la
enajenación en el sentido amplio, argumentando que aceptar la postura de Claro
Solar da lugar a fraudes en perjuicio de los acreedores que se protegen en el Art.
1.464.

c. Además hay otra argumentación, referida al aforismo jurídico que nos dice; “Cuando
la ley no distingue, no le es lícito distinguir al interprete”, por lo tanto, la postura de Luis
Claro Solar iría en contravención a este aforismo, por lo que se deber entender la
enajenación, tanto en un sentido amplio como estricto.

Análisis del Art. 1.464

1. “De las cosas que no están en el comercio”.

Esta norma se refiere a las cosas incomerciables, que no son susceptibles de apropiación
o de apreciación pecuniaria. El arrendamiento de una cosa no susceptible de
apreciación carecería de objeto, al no existir una enajenación sino la mera tenencia, y
por lo tanto, no podría caer por lo consignado en el 1.464 del código civil.

2. “De los derechos y privilegios que no pueden transferirse a otra persona”.

Se refiere a lo que la doctrina denomina “derechos personalísimos”. Los derechos


personales se pueden traspasar, o transmitir, a otra persona. Cuando muere, no los
transmite a los herederos, por lo tanto, los derechos personalísimos son aquellos que sólo
puede ejercer su titular, por ejemplo; el derecho de alimentos, los derechos que se
pueden constituir sobre bienes hereditarios a favor del cónyuge sobreviviente, el pacto de
retroventa, etc.

3. “De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el
acreedor consienta en ello”.

¿Qué debe entenderse por cosas embargadas?, ¿Qué se entiende por embargo?

a. En sentido restringido: El embargo es la aprehensión compulsiva de una cosa,


hecha por el mandamiento de un juez, en virtud de la cual, se priva al deudor de
su facultad de disposición de donde se sigue que una de las consecuencias que
produce el embargo, es una especie de incomerciabilidad de la cosa pero sólo
restringida al titular.

Estos procedimientos de apremio, son propios del juicio ejecutivo, aquel que por
excelencia tiene por objeto el cobro de las deudas.

b. En sentido amplio: Incluye, lógicamente, el embargo en un sentido restringido,


pero es amplio, porque incluye a las denominadas “medidas precautorias” de las
que un juez puede disponer para asegurar los resultados de un juicio.

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¿A qué tipo embargo se refiere el Art. 1.464?

La doctrina y la jurisprudencia nos dice que el embargo hay que entenderla en un


sentido amplio, porque la ley no distingue, y se esa manera se impiden perjuicios
contra los acreedores.

¿La compraventa de cosas embargadas acarrea objeto ilícito?

Andrés bello en este caso se aparto del derecho francés y se rigió por el derecho
romano. El derecho francés nos dice que en virtud del contrato se adquieren los
derechos reales. En Francia la existencia del contrato es suficiente para adquirir el
dominio. En el derecho romano se necesitan dos requisitos para adquirir el
dominio; el título y el modo de adquirir.
El dominio es la causa remota del dominio, mientras que, el modo de adquirir es la
causa cercana que va a provocar, efectivamente, la adquisición del dominio. En
el caso de la compraventa, por si sola, esta no acarrea la adquisición del dominio.

La tradición es un modo de adquirir el dominio, mediante la entrega que se hace


de la cosa, existiendo la capacidad o voluntad de enajenar por una parte y por la
otra de adquirir, entonces, de esa manera, la tradición nos aparece como otro
acto jurídico separado de la compraventa que también requiere voluntad, y es la
tradición quien va a provocar la enajenación del dominio. Cuando se trata de
cosas muebles, se efectúa mediante la entrega material, mientras que, cuando se
trata de bienes raíces o inmuebles, la tradición se produce por la inscripción del
título en el conservador de bienes raíces.

a. Don Eugenio Velasco nos dice que; la mera compraventa de la cosa


embargada es válida porque no es enajenación, y la causal del objeto ilícito
se refiere a la enajenación.

Art. 1810. Pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales, cuya enajenación no esté
prohibida por ley.

b. Don Arturo Alessandri nos dice que; en virtud de este artículo queda inválido el
argumento del profesor Velasco, porque la ley nos dice que no pueden
venderse en el Art. 1810, y por lo tanto también prohíbe la enajenación en el
Art. 1.464, por ende, si la enajenación está prohibida, con mayor razón se le
prohíbe la compraventa.

El profesor Velasco argumenta, señalando que los números 1 y 2 son normas


prohibitivas, mientras que en el número 3 no ocurre lo mismo, sino que hay dos
hipótesis en que la enajenación de las cosas embargadas es posible; cuando
el juez lo autorice o cuando el acreedor consienta en ello, por lo tanto, su
teoría sigue siendo válida, no obstante, lo dicho por el Art. 1.810. Alessandri
contradecía a Velasco diciendo que no había que atenerse al tenor literal de
las palabras, sino al sentido de la ley que busca el no contratar en
determinadas condiciones, por lo tanto, la compraventa de cosas
embargadas adolece de objeto ilícito. Existen fallos que favorecen ambas
teorías, por lo que la jurisprudencia está dividida en este sentido.

Otro problema que se ha discutido respecto del Art. 1464, que es el de las cosas
embargadas por decreto judicial. Existen las enajenaciones voluntarias y las
forzadas, la primera se refiere a aquella en que ha existido consentimiento de la

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parte a la que le embargaron, mientras que la segunda, es aquella que se realiza


por intermedio de la justicia. En el caso de encontrarse un bien embargado por
dos tribunales distintos,

¿Qué tipo de enajenación prevalecerá?

a. Don Luis Claro Solar nos dice que; se refiere solamente a las enajenaciones
voluntarias porque lo que la norma busca evitar el fraude a los acreedores, en
cambio, en las enajenaciones forzadas quien está actuando es un juez, el cual
no podría realizar actos que puedan menoscabar a los acreedores, porque en
este caso, el tribunal que primero llegue a la condición de rematar puede
enajenar.

b. Don Arturo Alessandri, por su parte, señala que; este remate igual podría
perjudicar a algún acreedor, concluyendo que el Art. 1.464 se debe aplicar en
ambos casos, o sea, enajenación voluntaria o forzada.

En el caso de las acreencias de los bancos, aunque existan varios embargos


decretados a favor de algún banco, el remate se puede realizar por el banco
que en primer lugar llegue a ese estado.

c. Don Eugenio Velasco nos dice que el Art. 1.464 no distingue, y se adhiere a la
voluntad de que es necesario evitar los fraudes.

Otro problema dice relación con el asunto del embargo y los terceros, porque
podría ocurrir que un juez decretara el embargo sobre una casa, sobre la cual un
tercero se encuentra en trámites de compra. El Art. 453 del código de
procedimiento civil, nos dice que; “Si el embargo recae sobre bienes raíces o
derechos reales constituidos en ellos, no producirá efecto alguno legal respecto de
terceros sino desde la fecha en que se inscriba en el respectivo registro
conservatorio en donde estén situados los inmuebles”. En el inciso segundo
agrega; “El ministro de fe que practique el embargo, requerirá inmediatamente su
inscripción y firmará con el conservador respectivo y retirará la diligencia en el
plazo de veinticuatro horas”.

¿Qué ocurre con los bienes muebles?

El embargo va a afectar al tercero cuando este conocía de la existencia del


embargo, o sea, hay que acreditar la mala fe.

Otro de los problemas que conlleva esta disposición dice relación con las
prohibiciones convencionales de enajenación. En el mundo jurídico, es común
que, producto de cláusulas de carácter contractual, el propietario de una cosa o
especie se comprometa a no enajenar un bien por las más diversas razones, es lo
que ocurre, por ejemplo; con los bancos, cuando uno compra una casa con
crédito, ocurre lo mismo con las viviendas SERVIU por un plazo de cinco años, en
las adquisiciones de bienes nacionales.

En cualquier contrato de compraventa, se podría acordar una cláusula de no


enajenar, en donde el que esta comprando se compromete a no enajenar el bien
que está adquiriendo. En aquellos casos en que no se cumple la prohibición;

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¿Es válida esa enajenación?

Es válida porque el Art. 1.464 no comprende este tipo de enajenaciones, sin


embargo, hay que distinguir:

1. En el caso de las cláusulas voluntarias de no enajenar; pues el Art. 1464,


número 3 no resulta aplicable, pues lo que ocurre es un incumplimiento
contractual, algo distinto a una prohibición, por lo que ahí procede es la
obligación de indemnizar los perjuicios.

2. En aquellos casos, en que las impone el Estado, el SERVIU, o los Bancos, tienen
un origen de carácter legal, y existe la posibilidad de aceptar o rechazar el
contrato. Tampoco es aplicable el numero 3 del Art. 1464 del código civil, pues
de ninguna manera se puede incluir estas prohibiciones de no enajenación a
las que nos hemos referidos, pero en el caso de que se enajene en estas
condiciones son nulas porque una ley así lo indica, por ejemplo; la ley de
bancos. La doctrina encuentra la nulidad por objeto ilícito en este caso en otra
causal, en el Art. 1.466 del código civil, el cual nos dice que; “Hay asimismo
objeto ilícito en las deudas contraídas en juego de azar, en la venta de libros
cuya circulación es prohibida por autoridad competente, de láminas, pinturas
y estatuas obscenas, y de impresos condenados como abusivos de la libertad
de la prensa; y generalmente en todo contrato prohibido por las leyes”,pero en
este caso, no nos estamos refiriendo a un contrato prohibido por las leyes, por
lo que no le es aplicable por esta causal, no obstante, estas cláusulas de no
enajenar deben ser razonables, porque no pueden ir en contravención a la
libre circulación de los bienes.

Los caminos a seguir para que una enajenación de una cosa o especie
embargada sea valida son los siguientes;

1. Que la enajenación sea autorizada por el juez o los jueces, en el caso de que
una cosa haya sido embargada por dos o más tribunales. En aquellos casos en
que no autoricen la totalidad de los jueces adolecerá de objeto ilícito y por lo
tanto la enajenación será nula.

2. Que autorice el acreedor, porque existe un interés de recibir el pago de la


deuda con la venta del bien embargado, sea su voluntad manifestada en
forma expresa o tácita.

5. “De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio”.

Este artículo (1.464) en su numero 4, planteo en su momento, dudas de interpretación,


complejas y polémicas. Con posterioridad al código civil, se dicta el código de
procedimiento civil, el cual en el Art. 296 señala que; “La prohibición de celebrar actos
o contratos podrá decretarse con relación a los bienes que son materia del juicio, y
también respecto de otros bienes determinados del demandado, cuando sus
facultades no ofrezcan suficiente garantía para asegurar el resultado del juicio”. En su
inciso segundo agrega que; “Para que los objetos que son materia del juicio se
consideren comprendidos en el número 4 del artículo 1464 del Código Civil, será
necesario que el tribunal decrete prohibición respecto de ellos”. Sino dicta una orden
de prohibición no se entenderá incorporada en el número 4 del Art. 1,464, y más bien,
estaríamos frente a la causal comprendida en el número 3 del mismo artículo

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(entendiéndose por embargo por decreto judicial, todas las medidas precautorias), y
por lo tanto, a este número (4) no se le da aplicación por existir una derogación tácita.

Cuarta Causal de Objeto Ilícito: LOS ACTOS CONTRARIOS A LA MORAL: Dentro de los actos
contrarios a la moral existen dos causales de objeto ilícito,

1. La condonación del dolo futuro; Esta tratada en el Art. 1.465, que señala; “El pacto de
no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en cuanto al dolo contenido
en ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación del dolo futuro no
vale.”, esta disposición se refiere al asunto de una cuenta aprobada, en donde nos
dice que al aprobar una cuenta no estamos condonando el dolo que puede existir en
esa cuenta que nos están pasando.

Esta regla, en el código, aparece como particular para un caso específico, y a partir
de esto se formula una regla general. No es posible renunciar al daño que se nos
puede causar por una mala intención, por lo que el dolo futuro o la culpa grave futura
no puede perdonarse (porque se equivale al dolo), ni en el plano contractual ni
extracontractual.

¿El dolo pasado se puede perdonar?

Las cosas son disponibles, pertenecen a su titular, por lo tanto, son perdonables; en
aspectos patrimoniales es perdonable.

2. La venta de libros y objetos considerados inmorales: el Art. 1.466 nos dice que; “Hay
asimismo objeto ilícito… …en la venta de libros cuya circulación es prohibida por
autoridad competente, de láminas, pinturas y estatuas obscenas, y de impresos
condenados como abusivos de la libertad de la prensa; y generalmente en todo
contrato prohibido por las leyes”. La moral es sumamente evolutiva y variable, por lo
que el juez es quien decide lo que es o no es inmoral, por ejemplo; ocurre en la
comuna de Providencia, en la que se encuentra prohibida la venta de revistas
pornográficas, sosteniéndose en esta regla del Art. 1.466.

Quinta Causal de Objeto Ilícito: EN LAS DEUDAS CONTRAÍDAS EN JUEGO DE AZAR

El Art. 1.466 nos dice que; “Hay asimismo objeto ilícito en las deudas contraídas en juego
de azar…”, esta norma se esta refiriendo, en primer lugar, a las deudas contraídas en los
juegos de azar, por lo que adolecen de nulidad absoluta por objeto ilícito, además de
acarrear sanciones de carácter penal. Se debe entender por juegos de azar; aquellos
juegos en los cuales predomina la suerte respecto de su resultado. En el caso de los juegos
de azar autorizados por ley, uno puede reclamar el pago del premio ganado, no así las
sanciones de carácter penal, las cuales no son válidas en estos casos.

Para la ley, los juegos de azar se clasifican en lícitos e ilícitos

A. Juegos Ilícitos: Los juegos de azar, aquellos que sus resultados dependen de la suerte.
Las deudas contraídas por este tipo de juego son nulas, no confieren ni acción ni
excepción para lo que se ha dado en virtud de ello.
B. Juegos Lícitos: pueden ser de destreza corporal o física o de destreza intelectual
a. Destreza corporal: Son juegos lícitos que provocan acción y excepción, por lo que
es posible reclamar el pago

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b. Destreza Intelectual: Sólo se produce excepción, no hay acción, por ejemplo; en el


caso del ajedrez, si se apuesta una determinada cantidad, el ganador no puede
reclamar el pago de la apuesta, pero si recibe el pago puede retenerlo.

Los artículos 2.260 y 2.263 del código civil contienen esta regla:

Art. 2260. El juego y la apuesta no producen acción, sino solamente excepción.

El que gana no puede exigir el pago.

Pero si el que pierde, paga, no puede repetir lo pagado, a menos que se haya ganado con dolo.

Art. 2263. Sin embargo de lo dispuesto en el artículo 2260, producirán acción los juegos de fuerza o destreza
corporal, como el de armas, carreras a pie o a caballo, pelota, bolas y otros semejantes, con tal que en ellos no
se contravenga a las leyes o a los reglamentos de policía.

En caso de contravención desechará el juez la demanda en el todo.

Sexta Causal de Objeto Ilícito: LOS CONTRATOS PROHIBIDOS POR LAS LEYES.

Art. 1466 inciso final; “Hay asimismo objeto ilícito… …y generalmente en todo contrato
prohibido por las leyes”. Según Eugenio Velasco; una norma prohibitiva es aquella que
señala que un acto no se puede realizar jamás, y un acto no estará prohibido por la ley,
toda vez que es posible subsanar esta prohibición. Ejemplos de esta causal son:

1. El Art. 1.796 del código civil, que se refiere a la nulidad del contrato de compraventa
de conyuges no separados judicialmente, pues; “Es nulo el contrato de compraventa
entre cónyuges no divorciados perpetuamente, y entre el padre o madre y el hijo
sujeto a patria potestad”. La nueva ley de matrimonio civil introduce una nueva regla
que nos dice que se permite el contrato de compraventa entre conyuges, siempre
que estén separados por decreto judicial.

2. El Art. 1.796 señala que; “Se prohíbe a los administradores de establecimientos


públicos vender parte alguna de los bienes que administran, y cuya enajenación no
está comprendida en sus facultades administrativas ordinarias; salvo el caso de
expresa autorización de la autoridad competente”.

La regla del Art. 1.466, es plenamente coincidente con lo que dispone el Art. 10 del
código civil, el cual nos dice que; “Los actos que prohíbe la ley son nulos y de ningún
valor; salvo en cuanto designe expresamente otro efecto que el de nulidad para el caso
de contravención”.

Cuarto requisito de validez: LA CAUSA LÍCITA

Es un requisito de validez de un acto jurídico, y por si sola es un requisito de existencia el


Art. 1445, numero 4 del código civil nos dice que; “Para que una persona se obligue a otra
por un acto o declaración de voluntad es necesario: 4. que tenga una causa lícita”. Es
polémico este asunto, pues un sector de la doctrina, denominados “anticausalistas” dicen
que la causa no tiene utilidad, porque estiman que el objeto es suficiente papel para
reemplazar el asunto de la causa. Los grandes causalistas franceses son Dommat y Pothier.
Dentro de los anticausalistas podemos mencionar a Planiol, y en Chile, el profesor
Alessandri también era considerado anticausalista.

El gran problema de la teoría de la causa es determinar qué es la causa, o qué debe


entenderse por causa de un acto o contrato. Otra polémica respecto al tema, cuestiona

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si estamos hablando de causa del acto o contrato, o de la obligación, ambos deben


tener una causa lícita.

¿Qué debemos entender por causa?

Existen diversas teorías:

1. Teoría de la causa eficiente: Los romanos pensaban que los motivos que arrastraban a
las personas a contratar no podía ser la causa, ellos más bien, estimaban que la causa
era la fuente de la obligación, o sea, aquello de lo cual emanaba el acto, era lo que
constituía la causa. ¿Por qué una persona puede resultar obligada? Porque hay una
fuente de obligación que es la causa, por ejemplo; ¿Por qué un padre tiene que
pagar la pensión alimenticia, Cuál es la causa de esa obligación? La ley, pues ella
dispone que los padres deben alimentos a los hijos. El problema de esta teoría es el
que confunde la causa con el objeto de la obligación (en los contratos), por lo que
esta teoría se rechaza porque una cosa no puede ser a la misma vez causa y efecto.

2. Teoría de la causa ocasional, subjetiva o psicológica: Conforme a esta teoría, la causa


de un acto o contrato es aquel fin lejano y, esencialmente, variable, de carácter
personal, psicológico, que lleva a una persona a contratar, por lo tanto, un mismo
contrato puede tener diversas causas.
En el Art. 1467, inciso 2, nuestro código civil dice que; “Se entiende por causa el motivo
que induce al acto o contrato”. La importancia está en que a partir de ella, la teoría
de la causa pasa un papel “moralizador” que obliga a investigar en las motivaciones
psicológicas de las personas. Esta teoría acarreaba una inseguridad jurídica, lo cual se
reflejaba en el siguiente ejemplo; teniendose como contexto histórico, la Francia de
los tiempos de Pothier, del cual sus alumnos no se conformaban con su enseñanza,
porque veían un papel demasiado formal de la causa.

Un hombre casado, celebra un contrato, con el cuál se compromete a pagarle a una


mujer, una cantidad de dinero determinada. El asunto a simple vista parece lícito,
pues pareciera ser una donación. Esta teoría nos dice que hay que buscar lo que
induce a esta persona a pagar, y en este caso, sería para mantener una situación de
adulterio que resulta contrario al derecho, y que adolece de causa ilícita y que por lo
tanto debe ser anulado. Pero si se celebra el mismo tipo de contrato, pero en donde
la causa tiene como fin terminar una situación de adulterio, esta sería lícita. Aquí es
donde actúa el papel moralizador de la causa

Otro ejemplo; son los contratos de corretaje matrimonial que se dieron en Francia, los
cuales adolecieron de causa ilícita, porque existía gente que se lucraba uniendo a
gente que no se conocía, cosa que no se podía concebir en dicho lugar.

Existes autores convencidos, como Don Manuel Somarriva, quien estimaba que la
causa, en nuestro sistema era la emocional, y se apegaba al Art. 1.467, diciendo que
era el motivo que generaba contratar. Posteriormente, Don Carlos Ducci también
llegó a la conclusión de que nuestro código civil se basaba en esta teoría pero la
modifica, porque si la entendemos como la entendieron los franceses, se puede llegar
a errores o confusiones, pues estudiar el perfil psicológico lleva a esto, pues lo que
interesan son los motivos de carácter jurídico, por lo tanto, deben excluirse los otros
motivos demasiado subjetivos. Don Ricardo Hevia (“La causa en el código civil
chileno”) también acepta la teoría de la causa emotiva, pero también la modifica,
porque dice que debe atenderse a las razones socioeconómicas que llevaron a

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contratar, y si son lícitas, ese contrato sería valido, de lo contrario, adolecería de causa
ilícita.

3. Teoría de la causa final: La mayoría de la doctrina, y nuestra jurisprudencia nos dice


que nuestro código propugna la teoría clásica. Esta señala que la causa de los actos
o contratos es aquel fin próximo e inmediato, que determina la voluntad a obrar (fin
determinante), que es el que realmente nos lleva a manifestar la voluntad en un
sentido especifico pero ese fin próximo lo encontramos en la estructura del contrato,
en su naturaleza, o sea, en los contratos que son de idéntica naturaleza. La causa será
siempre la misma cualquiera sea el motivo psicológico que lleve a las partes a
contratar.

¿Cuales son los argumentos de validez de esta teoría?

En primer lugar, una razón histórica. En segundo lugar, el Art. 1.467 en el inciso primero,
segunda parte nos dice que; “La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente”
este asunto dice relación con los actos jurídicos gratuititos, la causa, en este sentido,
sería la mera liberalidad, el simple deseo hacer bien a otra persona es una causa
válida. Un tercer argumento son los ejemplos que se contienen en el Art. 1.467, en el
inciso tercero, son propios de la teoría de la causa final. En este artículo se nos dice
que; “Así la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe, carece de
causa; y la promesa de dar algo en recompensa de un crimen o de un hecho inmoral,
tiene una causa ilícita”. Para la teoría clásica, la causa es invariable, y va a depender
de la naturaleza del contrato de que se trate, por lo que habría que entrar a clasificar
los contratos, y de ahí determinar la causa, pero nunca será una causa emocional,
sino una causa inherente a la estructura del contrato.

Es necesario hacer una distinción de la causa en los diversos tipos de contrato, pues se
da una distinción en los contratos onerosos (estos se dividen en unilaterales y
bilaterales) y gratuitos.

a. En los contratos onerosos bilaterales; se persigue la utilidad de ambas partes, y


ambas partes contraen obligaciones, por ejemplo; en el contrato de compraventa
el vendedor contrae la obligación de dar o entregar la cosa vendida, mientras
que el comprador contrae la obligación de pagar el precio. Entonces la teoría
clásica nos dice que la causa de la obligación de una de las partes es la
obligación correlativa que contrae el otro, no existe una obligación de carácter
psicológico.

b. En los contratos onerosos unilaterales; se celebran en utilidad de ambas partes


pero genera obligación para una de ellas. Normalmente, estos contratos tienen la
característica de ser reales, por ejemplo; un contrato de mutuo, este se
perfecciona cuando se hace tradición del dinero. Antes no hay contrato, porque
el contrato es real, y se obliga una sola parte (la que recibe el dinero, pues se
obliga a restituir la suma que ha recibido más los intereses). La causa de esta
obligación es la entrega o la tradición de la cosa, pues sólo en virtud de esa
entrega o tradición nace el contrato.

c. En los contratos gratuitos; el Art. 1.467, inciso primero nos dice que, “La pura
liberalidad o beneficencia es causa suficiente”, por lo tanto, se refiere a aquellos
contratos en los cuales se persigue la utilidad de una de las partes, sufriendo la otra
el gravamen. La causa es, entonces, la mera liberalidad, por ejemplo; en una
donación; uno la hace por mera liberalidad, y no habría que entrar a investigar los

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motivos. En el caso; A deja una herencia a B, porque piensa que fue quien le salvo
la vida, cuando en realidad quien lo salvo fue C, la causa sería lícita en virtud de la
teoría clásica, no obstante, existe un error en la persona. Cuando no se trata de un
error en la persona pueden haber casos en que no haya causa, por ejemplo; A
deja una asignación a B por haberle salvado la vida, cuando en realidad se salvo
por causas naturales, en este caso, adolece de nulidad absoluta por no tener
causa.

Los requisitos con los que debe cumplir la causa son los siguientes:

1. Debe ser real; dice el Art. 1.467 que; “No puede haber obligación sin una causa real y
lícita; pero no es necesario expresarla”. Que la ley diga que no es necesaria
expresarla, significa que los actos jurídicos, normalmente, tienen causa, o sea, la ley
presume que los actos jurídicos tienen causa, y quien alegue que un acto jurídico no
tiene casa, será él quien deberá probarla. Los actos jurídicos en nuestro sistema, más
que nulos son anulables, porque gozan de una validez provisional.

Ejemplos de contratos en los cuales la causa no es real son muchos, pero se deben
destacar los contratos simulados (que encubrían situaciones que se querían
resguardar, y que no contienen una verdadera manifestación de voluntad). La
doctrina en estos casos dice que no hay voluntad al no ser esta real.

El mismo articulo, en su inciso tercero nos dice que; “Así la promesa de dar algo en
pago de una deuda que no existe, carece de causa…”. Esto es otro argumento que
nos dice que nuestra doctrina acoge la teoría clásica.

2. Debe ser lícita; el Art. 1.467, en su inciso segundo nos dice que “Se entiende… …por
causa ilícita la prohibida por ley, o contraria a las buenas costumbres o al orden
público”. En su inciso final además señala que; “…la promesa de dar algo en
recompensa de un crimen o de un hecho inmoral, tiene una causa ilícita”,
claramente, se están dando a conocer los motivos que llevan a contratar, por lo que
aquí se plantea el problema de qué teoría es la que realmente adopta, pues en este
caso nos daría a entender que acoge también la teoría psicológica.

La crítica de los anticausalistas nos dice que la causa no sirve; primero, porque viene a
entrabar al comercio jurídico, pues siempre se podrá alegar que un contrato no tiene
una causa. La solución a esto se encuentra en las teorías abstractas. En segundo lugar,
dicen que la teoría del objeto es suficiente para resolver los problemas que presenta la
causa, porque por ejemplo; en el caso de dar algo en recompensa de un crimen o de
un hecho inmoral, acaso esto ¿No es un acto contra el derecho público chileno? La
teoría de los actos abstracto nos dice que se refiere a aquellos actos que surgen sin
necesidad de causa, o sea, que se abstraen de tener causa lícita. Esto se da en los
títulos negociables de comercio, como las letras, cheques, pagarés, etc.

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LA INEFICACIA DEL ACTO JURÍDICO

Los actos jurídicos, por diversas razones o causas, pueden llegar a ser ineficaces, o sea, no
van a generar los efectos que le son propios, o dejarán de producirlos. En esta materia de
la ineficacia de los actos jurídicos, la expresión tiene un sentido amplio y otro restringido.

i. En sentido amplio, se produce por cualquier causa, o sea, sea esta intrínseca o
inherente al acto mismo, o bien, la causa de la ineficacia consiste en un hecho
extrínseco o ajeno a él. En otras palabras, el acto jurídico puede hacerse ineficaz
porque acarrea ciertos vicios que concurrieron a su nacimiento o generación,
también puede ocurrir que se haga ineficaz a su perfeccionamiento por hechos
ajenas al acto mismo y que le restan eficacia. En un sentido amplio cubre todos los
casos en que un acto jurídico se haga ineficaz, o sea, incluye la inexistencia jurídica, la
nulidad absoluta o relativa, y cualquiera otra causa que provoque la ineficacia.

ii. En un sentido restringido, la ineficacia, sólo se refiere a aquellos casos en que el acto
jurídico en que a consecuencia o a causa de un hecho posterior extrínseco, ajenos a
la estructura del acto jurídico mismo, deja e producir sus efectos. ¿Qué caso estarían
exentos? No esta ni la nulidad ni la inexistencia porque se trata de hechos posteriores
a la generación del acto, por ejemplo; la inoponibilidad, una suspensión del acto, una
revocación, la caducidad, etc. Son múltiples las causas en que pueden operar, por
ejemplo; en la resolución, entendiéndose como causal de ineficacia en sentido
estricto, porque el derecho ha nacido validamente, por lo que no puede alegar la
nulidad, ni la existencia, si una de las partes no cumple con su obligación, por lo que el
contrato va a quedar sin efecto, y por ende, va a quedar ineficaz ante el
incumplimiento de una de las partes.

INEFICACIA EN SENTIDO AMPLIO

¿Cuándo un acto jurídico es inexistente y cuando será nulo?

Algunos juristas dicen que cuando a un acto jurídico le faltan o se han omitidos ciertos
requisitos que son de existencia, esto va a provocar que, simplemente, el acto no tenga
existencia de carácter legal. En el caso de la nulidad, lo que ocurre es que se ha omitido
un requisito de validez de un acto jurídico que va a acarrear su ineficacia.

Cuando la comisión del delito de que se trata, afecta a un requisito de validez que se ha
exigido en la razón de la naturaleza del acto o contrato, estaremos frente a una nulidad
absoluto, cuando se omitan los requisitos de existencia, acarrearán la inexistencia. La
diferencia tajante se encuentra en los caracteres de la acción, porque en cuanto a los
efectos, estos serían los mismos.

La teoría de la inexistencia jurídica ha sido una discusión que nuestra doctrina aún no ha
sido capaz de resolver, pero podemos entender por ella (inexistencia jurídica), como
aquella sanción de ineficacia que afecta a los actos jurídicos celebrados con omisión de
los requisitos generales exigidos para su existencia, o bien, por omisión de un requisito
exigido para el contrato específico. Estaríamos ante un acto inexistente, cuando no haya
ni voluntad, ni objeto, ni causa o alguna solemnidad exigida para la existencia del acto.
En una compraventa que no se pacta precio estaríamos en presencia de una inexistencia
según esta teoría.

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El gran promotor de esta teoría es el alemán Zacharie, por lo tanto, esta teoría no es
propia del derecho francés, sino del alemán. Este autor la formuló respecto de los
derechos de familia, señalando la inexistencia que ocurrió a propósito de un matrimonio
de personas del mismo sexo que engañaron a la legislación vigente de ese entonces. Este
autor plantea que existirían varias diferencias entre inexistencia y nulidad:

1. La nulidad debe ser declarada por un tribunal, mientras que la inexistencia no requiere
ser declarada por un tribunal, porque es la nada, y no necesita ser declarada.

2. En cuanto a los efectos, la inexistencia no puede producir efecto alguno, porque es la


nada y la nada no produce efectos, en cambio, la nulidad produce todos sus efectos
mientras no sea declarada por un tribunal.

3. El tiempo corrige los errores en los actos jurídicos, por ejemplo; un acto nulo se puede
sanear con el tiempo cuando la nulidad no se alega en los plazos establecidos por ley,
mientras que, la inexistencia jurídica no se puede sanear, porque algo que no existe
no puede ser saneado.

4. la voluntad de las partes puede ser saneada por las partes; la nulidad relativa se
puede sanear, no así en la absoluta, porque existe un interés publico que no se lo
permite, mientras que, un acto jurídico inexistente no se puede sanear por voluntad de
las partes, porque es la nada.

5. En materia procesal, cuando hablamos de acción nos referimos al ejercicio legitimo


de un derecho, por ejemplo; en una deuda, el acreedor tiene acción de cobrar. La
excepción es la posibilidad de defensa, y la ley otorga oportunidades u opciones con
las cuales se puede defender. La nulidad se puede ejercitar como acción pero
también es una excepción que se puede oponer al demandante. En cuanto a la
inexistencia, esta no da acción, porque es la nada y no un derecho imperfecto, y de
la nada no puede existir una acción para exigir el cumplimiento, sin embargo, puede
operar como excepción, o sea, es una posibilidad de defensa que tiene el
demandado. Lo anterior ocurre porque en un sistema procesal como el nuestro, no
existe una declaración previa de admisibilidad de las demandas.

¿Nuestro código civil acepta la teoría de la inexistencia jurídica?

La tesis mayoritaria, sostenida por la corte suprema y por Don Arturo Alessandri Rodríguez,
nos dice que el código civil chileno no considero la inexistencia jurídica, porque no
distingue entre inexistencia jurídica y nulidad absoluta. Las razones las encuentran;

1. Primera razón, es una aplicación de texto, del elemento gramatical, El Art. 1.682 nos
dice que; “La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida
por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de
ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o
estado de las personas que los ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas”. Las
más graves omisiones de requisitos que se puedan contener, son aquellas que se
exigen en relación a la naturaleza del acto o contrato, y van a producir la nulidad
absoluta, no dice que serán inexistentes.

2. Segunda razón, de interpretación lógica, o incluso, sistemática del orden jurídico;


Alessandri nos dice que el asunto de la inexistencia jurídica no es de importancia,
porque si en la mente del legislador podría aceptar la teoría de la inexistencia jurídica,
lo más obvio es que las hubiese incorporado en el código civil, pero en el Art. 20 del

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código civil no dice nada respecto de la inexistencia jurídica, pero si se refiere a la


rescisión o nulidad.

3. Un tercer argumento es el que dice que conforme al Art. 1682 del código civil, en
concordancia con el Art. 1.447 resulta que los actos ejecutados o celebrados por los
absolutamente incapaces están sancionado con la nulidad absoluta pero dentro de
estos, Alessandri destaca los actos del demente, y dice que en el caso del demente,
es el caso más típico de inexistencia porque este carece de voluntad, sin embargo, es
sancionado expresamente con la nulidad absoluta.

Existen sectores de nuestra doctrina que sostienen que nuestro ordenamiento se


contempla la teoría de la inexistencia. Don Luis Claro Solar señala que en el código civil,
existen disposiciones que reconocen la inexistencia:

1. El Art. 1.444 nos dice que; “…Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las
cuales o no produce efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente…”, o sea,
al no producir efecto alguno es inexistente, porque un acto nulo producirá sus efectos
hasta ser declarado como tal por sentencia judicial.

2. el Art. 1.701 del código civil, que se refiere a los actos solemnes nos dice que; “La falta
de instrumento público no puede suplirse por otra prueba en los actos y contratos en
que la ley requiere esa solemnidad; y se mirarán como no ejecutados o celebrados
aun cuando en ellos se prometa reducirlos a instrumento público dentro de cierto
plazo, bajo una cláusula penal: esta cláusula no tendrá efecto alguno”.

3. Señala que el profesor Alessandri tiene razón al sostener que el código civil no se
refiere expresamente a la inexistencia, algo obvio si se entiende que la inexistencia es
la nada, por lo que la nada no puede ser regulada.

4. Respecto del argumento de Alessandri de los absolutamente incapaces contra


argumenta, pues en algunos casos pueden consentir, por ejemplo; en el caso del
demente que puede manifestar una voluntad no orientada que es necesario
desvirtuar.

La jurisprudencia acoge la teoría de la nulidad por sobre la de la inexistencia jurídica.

LA NULIDAD

Art. 1681. Es nulo todo acto o contrato a que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del
mismo acto o contrato, según su especie y la calidad o estado de las partes.

La nulidad puede ser absoluta o relativa.

Es la sanción legal de ineficacia que se establece por la omisión de requisitos y


formalidades que la ley establece en razón de la naturaleza del acto o contrato, y de la
capacidad y estado de las personas que intervienen en el.

El Art. 1681 nos dice que “Es nulo todo acto o contrato a que falta alguno de los requisitos
que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según su especie y la
calidad o estado de las partes”. Se trata de una sanción, o sea, se trata de una
consecuencia negativa que se impone a quien ha otorgado o celebrado un acto jurídico
nulo. En segundo lugar, es una sanción legal, porque es la ley la que contempla la sanción

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(la nulidad). El juez debe constatar la existencia de la nulidad y proceder a su


declaración, por eso se dice que las sentencias de nulidad son declarativas y no
constitutivas, porque la nulidad va en el acto mismo (en este caso la sentencia tendría
efecto retroactivo).

La nulidad puede ser absoluta o relativa

La nulidad absoluta es la sanción legal de ineficacia de un acto jurídico que se ha


celebrado con omisión de un requisito exigido en consideración a la naturaleza o especie
del acto de que se trata (Resguarda el interés público).

La nulidad relativa es una sanción legal de ineficacia, pero se establece para la omisión
de un requisito exigido en atención a la calidad o estado de las personas que intervienen
en el acto. Al atender al estado o calidad de las personas, la nulidad relativa dice
relación con relaciones de carácter privado. Nuestro sistema denomina también a la
nulidad relativa como “rescisión”.

¿Cual es la regla general en materia de nulidad?

La respuesta nos la da el 1682 del código civil, en su inciso final: “Cualquiera otra especie
de vicio produce nulidad relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato”

La nulidad absoluta

Art. 1682. La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por la omisión de algún
requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la
naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan, son nulidades
absolutas.

Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y contratos de personas absolutamente incapaces.

Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato.

Las causales que hacen procedente la nulidad absoluta, se encuentran señaladas en el


Art. 1.682 del código civil. Se nos menciona allí; el objeto ilícito, la causa ilícita, la omisión
de solemnidades que la ley prescribe para el valor de ciertos actos, y los actos o contratos
celebrados por personas absolutamente incapaces, sin embargo, este señalamiento que
hace el Art. 1.682 resulta algo restringido, con respecto al problema de la inexistencia
jurídica.

Alessandri nos dice que nuestro código civil no acepta la inexistencia, y ¿Qué ocurre en
aquellos casos en que hay omisión de un requisito de existencia del acto jurídico, por
ejemplo; un caso de ausencia de voluntad, como la simulación. El asunto se tiene que
resolver a través de la nulidad absoluta, por lo que procede en mucho más casos que los
que señala el Art. 1,682, pues habría que agregar la falta de voluntad, causa y objeto.

Los caracteres de la Nulidad Absoluta:

Art. 1683. La nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, aun sin petición de parte, cuando
aparece de manifiesto en el acto o contrato; puede alegarse por todo el que tenga interés en ello, excepto el
que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba; puede
asimismo pedirse su declaración por el ministerio público en el interés de la moral o de la ley; y no puede
sanearse por la ratificación de las partes, ni por un lapso de tiempo que no pase de diez años.

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Tanto la nulidad absoluta como la relativa, presentan determinados caracteres en


relación a diversas materias, por ejemplo; en cuanto a quien puede solicitarla, en cuanto
a lo que prescribe, etc.

1. Dice relación con el sujeto activo; o sea, quien puede alegar la nulidad (quien puede
entablar la demanda de nulidad). El Art. 1.683 nos dice que; “…puede alegarse por
todo el que tenga interés en ello…”. No a cualquier particular le corresponde solicitar
la nulidad absoluta por mucho que proteja un interés general, no por ella le otorga,
indiscriminadamente la posibilidad de demandar a cualquiera, porque se debe tener
interés en ella. Si no existe interés no puede haber acción, por ejemplo; en una
indemnización de perjuicio, se tiene que haber sufrido un daño, porque sin acción no
hay interés, y por lo tanto, no puede ser ejercida.

La corte suprema ha señalado, que existe interés en la nulidad de un acto o contrato,


en la medida que los efectos del mismo nos afectan, y por lo tanto, nos interesa
eliminarlos.

El interés tiene que ser pecuniario, o sea, patrimonial; no basta el interés meramente
moral, aun cuando se trate de una nulidad absoluta.

¿Es necesario ser parte en el contrato para alegar la nulidad absoluta?

No, perfectamente un tercero puede alegar la nulidad absoluta, con tal de que
cumpla el requisito de tener un interés, y que este sea patrimonial.

El Art. 1.683 agrega lo siguiente; “…excepto el que ha ejecutado el acto o celebrado


el contrato, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba…” Este asunto es lo
que se conoce como la “nemo audito”, significa que nadie será oído cuando alega su
propia torpeza, cuando alega su propio dolo o culpa.

El problema se presenta en la parte que dice; “…sabiendo o debiendo saber el vicio


que lo invalidaba…”. Si se relaciona con el Art. 8 del código civil (principio de
inexcusabilidad); “Nadie podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya
entrado en vigencia”, si la ley se presume conocida por todos, y si ha sido parte en el
contrato, no puede solicitar la nulidad absoluta, porque siempre debió saber el vicio
que tenia el acto o contrato, por lo dispuesto en el Art. 8 del código civil, pero ese no
puede ser el sentido del Art. 1.683, porque equivale a presumir el dolo, la mala fe, y por
el contrario, el derecho presume la buena fe. Se presumirá la mala fe, en aquellos
casos en que la ley se remita expresamente a ella.

Por el principio “per absurdem”, tienen que existir casos en que una de las partes
pueda alegar la nulidad absoluta. El sentido consiste en que se debe haber tenido un
conocimiento efectivo del vicio que invalidaba el contrato, o sea, una real mala fe,
una conciencia de la ilicitud del contrato que se estaba celebrando, por ejemplo; en
el caso de contratar con un demente. En el momento de constitución del acto, no se
tenía conocimiento de la demencia de la otra parte pero, posteriormente, una vez
celebrado el contrato, se enteró de la incapacidad. En este caso podría alegar la
nulidad de los efectos del contrato, porque no tenía conocimiento de la demencia
del sujeto, pero si hubiese estado en conocimiento del vicio, no habría podido solicitar
dicha nulidad.

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El nemo audito presenta dos problemas:

a. El caso del representante que obra con dolo; celebra el contrato sabiendo, o
debiendo saber del vicio que adolecía, posteriormente, el representado alega la
nulidad, ¿Puede el representado alegar la nulidad? Nuestra jurisprudencia, estimo
que de acuerdo a lo que señala el Art. 1.448 del código civil; “Lo que una persona
ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese
contratado él mismo”, y en virtud de lo consignado dicho artículo negó la acción

Posteriormente, aceptó la acción del representado, a raíz de un problema que


surgió por una enajenación que realizo el presidente de la república a un
particular. Enajenó un bien que estaba comprendido en una zona declarada
“inalienable”, por lo que el fisco pidió la nulidad de este contrato pero el
demandado alegó que el presidente de la república había celebrado este
contrato sabiendo o debiendo saber del vicio que lo afectada, y como este es el
representante del fisco, este último no podría solicitar la nulidad absoluta del acto
o contrato.

Nuestra jurisprudencia estimó que el dolo sólo puede afectar a la persona que lo
ha tenido, aquella que ha actuado con dolo, por lo que reconoció el carácter
personalísimo que tiene el mismo, o sea, sólo afecta a la persona que lo ejerce no
al representado, por lo tanto, este ultimo podrá alegar la nulidad absoluta del acto
o contrato.

b. El problema del causante que ha actuado con dolo, respecto a los herederos,
¿Pueden estos últimos alegar la nulidad absoluta del acto o contrato? La
jurisprudencia sostiene que el heredero es el continuador del causante y lo
representa de tal manera que no puede tener mas o menos derechos de los que
tenia el causante, y no podrá alegar la nulidad absoluta del acto o contrato, pues
se entenderá que tenía conocimiento del vicio al momento en que se constituyó el
acto, pero la jurisprudencia, posteriormente, acepto la acción de los herederos,
sosteniéndose en dos argumentos:

i. El dolo es personalísimo, no se puede transmitir a los herederos.

ii. Un argumento de texto nos dice que si se analiza el 1.483, que nos dice; “La
nulidad absoluta puede… …alegarse por todo el que tenga interés en ello,
excepto el que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato, sabiendo o
debiendo saber el vicio que lo invalidaba”, se concluye que la ley se refiere sólo
al causante y no a los herederos, porque menciona, únicamente, al que celebra
el contrato o el que ejecuta el acto, además, el Art. 1.757, inciso 2 señala que
“La nulidad o inoponibilidad anteriores podrán hacerlas valer la mujer, sus
herederos o cesionarios”.

2. El Art. 1.683 del código civil señala; “La nulidad absoluta puede y debe ser declarada
por el juez, aun sin petición de parte, cuando aparece de manifiesto en el acto o
contrato...”. En virtud del principio dispositivo, el juez juega un papel pasivo en los
juicios civiles, pues debe actuar a petición de parte, no yendo más allá de lo que le
solicitan. Este artículo se aparta de este principio y adopta uno inquisitivo, o sea, de
iniciativa propia para el magistrado, de tal manera que está facultado, o más bien
obligado, para declarar una nulidad absoluta. Podrá declarar la nulidad, como lo
dice el Art. 1.683; “…cuando aparece de manifiesto en el acto o contrato…”. Queda

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claramente establecida con el sólo merito del acto o contrato, sin tener que recurrir a
otras pruebas, entonces, esta facultad del juez va a operar cuando se trate de actos o
contratos escritos, porque si necesita recurrir a otras pruebas para declarar la nulidad,
se excedería de las facultades que le otorga la ley.

3. También puede alegarse por el ministerio público, en el interés de la moral y de la ley,


o sea, aquí tenemos otra entidad que puede alegar la nulidad. No se requiere un
interés pecuniario del ministerio público (no se refiere al ministerio público de la
reforma procesal penal, sino que a la fiscalía judicial).

4. La nulidad absoluta “…no puede sanearse por la ratificación de las partes…”, porque
en ella, existe un interés de la sociedad.

5. Sin embargo, si puede sanearse por el transcurso del tiempo, pues el Art. 1.683 del
código civil nos dice que no podrá sanearse “…ni por un lapso de tiempo que no pase
de diez años…”. Lo que nos quiere decir con la doble negación, es que es factible su
saneamiento en un plazo de 10 años.

La Corte Suprema señala que es una prescripción extintiva de la acción para solicitar
la nulidad absoluta, por lo tanto, la nulidad absoluta se puede alegar hasta un plazo
de 10 años. Lógicamente que esta acción para pedir la nulidad absoluta es
irrenunciable, por lo que dentro de ese plazo se podrá solicitar, pero una vez expirado,
la acción habrá prescrito.

6. La nulidad absoluta no opera de pleno derecho, y requiere de una declaración del


tribunal en forma expresa. Se refiere a la validez provisional de los actos o contratos,
porque, mientras no se declaren nulos, seguirán existiendo. El Art. 1.683 nos dice; “La
nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez…”

7. Es irrenunciable; las partes no pueden pactar o introducir cláusulas, en las cuales se


obliguen a no alegar una nulidad absoluta. La norma específica que nos lleva a esta
conclusión es el Art. 1469, el cual nos dice; “Los actos o contratos que la ley declara
inválidos, no dejarán de serlo por las cláusulas que en ellos se introduzcan y en que se
renuncie la acción de nulidad”.

Nulidad Relativa

El artículo 1.682 del código civil señala específicamente las causales de nulidad absoluta,
y en su inciso tercero señala que; “Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad
relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato”, por lo tanto, todos los actos
nulos, cuyo vicio no este señalado en el Art. 1682, adolecerán de nulidad relativa. Esta
tiene por objeto proteger el orden privado, pues, más bien, protege los intereses de
determinadas personas. Las causales en las cuales procede la nulidad relativa son:
a. Ante la existencia de algún vicio del consentimiento.
b. En los actos celebrados por personas relativamente incapaces.
c. Ante la omisión de las formalidades habilitantes establecidas en consideración al
estado o a la calidad de las personas que ejecutan el acto o celebran el contrato.

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Los caracteres de la Nulidad Relativa:

Art. 1684. La nulidad relativa no puede ser declarada por el juez sino a pedimento de parte; ni puede pedirse su
declaración por el ministerio público en el solo interés de la ley; ni puede alegarse sino por aquellos en cuyo
beneficio la han establecido las leyes o por sus herederos o cesionarios; y puede sanearse por el lapso de tiempo
o por la ratificación de las partes.

1. En cuanto al sujeto activo, es decir, quienes están facultados para alegar la nulidad
relativa; el artículo 1.684 nos da a entender, que sólo pueden alegarla aquellas
personas en cuyo beneficio lo han establecido las leyes, o por sus herederos o
cesionarios (aquellos a quienes las personas en cuyo beneficio estableció la ley la
nulidad relativa, transfiriendo por acto entre vivos los derechos y acciones emanados
del acto nulo).

De la misma disposición podemos mencionar que, en primer lugar, no podrá


declararse de oficio por el juez. En segundo lugar, tampoco puede ser solicitada por el
ministerio público (fiscalía judicial).

2. La nulidad relativa puede sanearse por el transcurso del tiempo. El Art. 1.691 en su
inciso primero nos dice que; “El plazo para pedir la rescisión durará cuatro años”, este
es el periodo denominado “cuadrienio”, por lo tanto, una vez transcurrido este plazo,
el acto o contrato se sanea completamente.

El plazo será contado de manera diversa, según sea el vicio que lo invalida. La regla
general nos dice que el plazo se contará desde la fecha del acto o contrato, no
obstante, el Art. 1.691 nos da a conocer algunas reglas especiales. El Art. 1.692
establece reglas para los herederos que deban intentar esta acción de nulidad
relativa.

Art. 1691. El plazo para pedir la rescisión durará cuatro años.

Este cuadrienio se contará, en el caso de violencia, desde el día en que ésta hubiere cesado; en el caso de
error o de dolo desde el día de la celebración del acto o contrato.

Cuando la nulidad proviene de una incapacidad legal, se contará el cuadrienio desde el día en que haya
cesado esta incapacidad.

Todo lo cual se entiende en los casos en que leyes especiales no hubieren designado otro plazo.

Art. 1692. Los herederos mayores de edad gozarán del cuadrienio entero si no hubiere principiado a correr; y
gozarán del residuo en caso contrario.

A los herederos menores empieza a correr el cuadrienio o su residuo, desde que hubieren llegado a edad
mayor.

Pero en este caso no se podrá pedir la declaración de nulidad pasados diez años desde la celebración del
acto o contrato.

3. La nulidad relativa podrá sanearse por la ratificación de partes. La ratificación es


entonces; la renuncia a alegar la nulidad relativa. Al conceptualizar la ratificación
como una renuncia, se debe relacionar el Art. 1.684 con el Art. 12 del código civil, el
cual nos señala que; “Podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal
que sólo miren al interés individual del renunciante, y que no esté prohibida su
renuncia”. Al realizar esta relación, demostramos que la renuncia es un acto unilateral,
y requiere, por lo tanto, de la voluntad de una sola parte.

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Esta ratificación puede ser expresa o tácita, esto se deduce del artículo 1.693, el cual
nos dice que; “La ratificación necesaria para sanear la nulidad cuando el vicio del
contrato es susceptible de este remedio, puede ser expresa o tácita”. El Art. 1.695 se
refiere a la ratificación tácita, y nos dice que; “La ratificación tácita es la ejecución
voluntaria de la obligación contratada”.

La ratificación como medio para sanear la nulidad relativa debe cumplir con ciertos
requisitos:

a. Debe emanar de la parte que tiene derecho a alegar la nulidad. Lo anterior


confirma que la ratificación es unilateral, ya que no emana de ambas partes, sino
de quien tiene derecho a alegarla, por ejemplo; ante un caso en que adolece de
error, quien lo sufrió podrá alegar la nulidad relativa pero no la otra parte, lo mismo
ocurre con el dolo. La ley establece la nulidad relativa como beneficio a quien
sufre el dolo, error u otro.

b. Conforme al Art. 1.697, para que la ratificación sea válida, sea esta expresa o
tácita, es preciso que se efectúe por persona capaz de contratar, es decir,
requiere de la plena capacidad, por lo que no es válida la ratificación de un
menor de edad.

c. El Art. 1.694 señala que; “Para que la ratificación expresa sea válida, deberá
hacerse con las solemnidades a que por la ley está sujeto el acto o contrato que
se ratifica”. Como podemos apreciar, el Art. 1.694 nos habla sólo de la ratificación
expresa, sin embargo, la jurisprudencia nos indica que esta disposición también se
aplica a la ratificación tácita, por lo tanto, para que sea válida, en la ratificación
tácita también deberían cumplirse con las solemnidades (ad solemnitatem) que
requiere el acto o contrato.

Los efectos de la nulidad

Para que se produzcan los efectos de la nulidad es preciso que se decrete por intermedio
de una sentencia judicial que se encuentre ejecutoriada, o sea, que tenga la fuerza de
cosa juzgada, o bien, que sea una sentencia que no vaya a ser objeto de discusión (una
sentencia es ejecutoriada; cuando no existe la opción de interponer recurso contra ella,
cuando se han extinguido los plazos para presentar recursos, o cuando habiendo recurso
en contra de la sentencias, que se interponen dentro del plazo, son fallados confirmando
la sentencia). A consecuencia de la cosa juzgada se produce acción, no así la
excepción, porque la sentencia está ejecutoriada. Esta puede ser cumplida, o sea, otorga
una acción de cumplimiento (el “imperio” de poder ejecutar las sentencias). La
excepción consiste en que el asunto no puede discutirse nuevamente.

Ambas nulidades producen los mismos efectos, porque tanto la nulidad absoluta como la
relativa pertenecen a un género común, que es el de las causales de ineficacia, por lo
que producen los mismos efectos. Se deben hacer distinciones entre los efectos de la
nulidad entre las partes, y posteriormente, los efectos de la nulidad respecto de terceros.

1. Los efectos de la nulidad entre las partes: Se debe hacer otra distinción que consiste
en;

a. Si no se han cumplido las obligaciones que emanan del contrato; en este caso, la
obligación que no se ha cumplido se extingue, o sea, la nulidad judicialmente
declarada aparece como un modo de extinguir las obligaciones, así lo indica el

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Art. 1.567, número 8 del código civil; “…Las obligaciones se extinguen además en
todo o parte: …Por la declaración de nulidad o por la rescisión”. Frente a un
contrato que tiene una causal de nulidad, el cual no se ha cumplido, y frente a
una acción de cumplimiento, la nulidad aparece como un medio de defensa.

b. Si se han cumplido las obligaciones que emanan del contrato; El Art. 1.687 nos dice
que “…La nulidad pronunciada en sentencia que tiene la fuerza de cosa juzgada,
da a las partes derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si
no hubiese existido el acto o contrato nulo…”. Las partes tienen derecho a volver
al mismo estado en que se encontraban antes de contratar, por ejemplo; en el
caso del matrimonio, cuando se declaraba la nulidad, las partes recuperaban el
estado civil de soltero. Este efecto, en primer lugar, es retroactivo, de tal manera
que si se ha pagado un precio, se puede solicitar su devolución, de igual manera
podrá solicitar la otra parte, la restitución de la cosa entregada por el precio
(restitución en integrum).

¿Cómo se realizan las restituciones?

En el código civil, existen ciertas reglas de las prestaciones mutuas. Estas se ubican a
propósito de las obligaciones que se deben recíprocamente el poseedor de una cosa y el
propietario real de la misma, y a propósito de la acción reivindicatoria. Puede ocurrir que
el poseedor le haya realizado arreglos a la propiedad ajena, por lo que puede solicitar el
pago de lo gastado en dichos arreglos.

Estas reglas son importantes, porque son principios generales para todos aquellos casos en
que se requieran restituciones mutuas. Las encontramos en los Art. 904 y siguientes, y a su
vez se encuentran en el párrafo cuarto del título XII (De la reivindicación), bajo el epígrafe
de “prestaciones mutuas”.

Son aplicables, porque el inciso 2 del Art. 1687, nos indica que “En las restituciones mutuas
que hayan de hacerse los contratantes en virtud de este pronunciamiento, será cada cual
responsable de la pérdida de las especies o de su deterioro, de los intereses y frutos, y del
abono de las mejoras necesarias, útiles o voluptuarias, tomándose en consideración los
casos fortuitos y la posesión de buena o mala fe de las partes; todo ello según las reglas
generales y sin perjuicio de lo dispuesto en el siguiente artículo”. Todo ello según las reglas
generales, existe una remisión a las reglas de prestaciones mutuas.

La regla general es que las partes tienen derecho a volver al estado anterior al que tenían
antes de contratar, sin embargo, estas reglas de las restituciones en integrum tienen
ciertas excepciones:

1. La primera dice relación con la restitución de los frutos; la ley entiende que hacer
restituir los frutos a uno de los contratantes que los ha percibido le puede provocar la
ruina. La ley dispone, que el poseedor de buena fe no está obligado a la restitución de
los frutos. En el Art. 907, en su inciso tercero nos dice que; “El poseedor de buena fe no
es obligado a la restitución de los frutos percibidos antes de la contestación de la
demanda…”.

2. El artículo 1.687 del código civil, después de establecer el carácter retroactivo de la


restitución, en la parte final de su inciso segundo señala; “Sin perjuicio de lo prevenido
de sobre el objeto o la causa ilícita”. Se Refiere al Art. 1.468 que dice; “No podrá
repetirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas”,
establece una sanción o pena para aquella persona que ha pagado o dado una

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cosa de mala fe, o sea, con un objeto o causa ilícita a sabiendas. Respecto de este
asunto debemos hacer la misma distinción del nemo audito, porque no se trata del
conocimiento presunto de la ilicitud, porque ha establecido, expresamente, que debe
ser a sabiendas, o sea, una mala fe específica que deberá ser probada, en caso
contrario, no se le podrá privar de la restitución.

3. el Art. 1.688 del código civil señala lo siguiente; “Si se declara nulo el contrato
celebrado con una persona incapaz sin los requisitos que la ley exige, el que contrató
con ella no puede pedir restitución o reembolso de lo que gastó o pagó en virtud del
contrato, sino en cuanto probare haberse hecho más rica con ello la persona
incapaz”. Agrega en su inciso segundo; “Se entenderá haberse hecho ésta más rica,
en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, le hubieren sido
necesarias; o en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, que
no le hubieren sido necesarias, subsistan y se quisiere retenerlas”.

a. En primer lugar, se debe decir que esta excepción opera sólo en aquellos casos en
que el contrato se anula por incapacidad, en el resto de las causales no se aplica
esta disposición por ser de derecho estricto.

b. Cuando el contrato del incapaz ha sido celebrado por un representante legal o en


el caso del menor adulto autorizado por su representante legal, el contrato no es
nulo, a no ser de que se probare que el menor se haya hecho más rico. De tal
manera que si el menor no se ha hecho más rico, o bien, ha sufrido un
empobrecimiento, el que contrató con él no podrá solicitar la restitución en
integrum.

c. Si el incapaz gasta en algo justificado, y que le era necesario, o si no las ha


gastado y quisiera retenerlas, se podrá solicitar la restitución en integrum.

2. Los efectos de la nulidad respecto de terceros: Las sanciones de ineficacia, siempre


dan lugar al problema de cómo se determina que afectan a terceros. Si uno de los
contratantes ha enajenado a un tercero, la cosa que era objeto del contrato que
después fue declarado nulo; ¿Deberá restituir la cosa? El Art. 1.689 nos da la respuesta
a este asunto, señalándonos que; “La nulidad judicialmente pronunciada da acción
reivindicatoria contra terceros poseedores…”. De acuerdo con esta disposición, la
nulidad le es oponible al tercero, pero cumpliendo ciertos requisitos.

Lo que ocurre en este caso, es que de la nulidad nacen dos acciones; una es de
carácter personal que persigue anular el contrato, y se tendrá que entablar contra la
persona con la cual se contrató, pero a causa de la enajenación, la acción personal
no será suficiente para la restitución de la cosa. Este problema se soluciona
otorgándose una acción reivindicatoria que procederá contra el tercero que posee la
cosa.

Ambas acciones se podrán interponen en un solo juicio, el Art. 18 del código de


procedimiento civil señala que; “En un mismo juicio podrán intervenir como
demandantes o demandados varias personas siempre que se deduzca la misma
acción, o acciones que emanen directa e inmediatamente de un mismo hecho, o que
se proceda conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos que autoriza la
ley”.

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¿Interesa que el tercero se encuentre de buena o mala fe?

No menciona la buena o mala fe, por lo que si el legislador no distingue, tampoco


distingue el intérprete, por lo que no importa si el tercero se encuentre de buena o
mala fe, no obstante, el tercero podrá interponer las acciones que genera el contrato
que celebró con la otra parte que, anteriormente, celebró un acto o contrato nulo.

El Art. 1.689 del código civil nos dice que; “La nulidad judicialmente pronunciada da
acción reivindicatoria contra terceros poseedores…”, pero a continuación agrega;
“sin perjuicio de las excepciones legales”. Este asunto consiste en que, en ciertos
casos, el tercero no va a estar afecto a esta acción reivindicatoria, va a ocurrir a su
vez; cuando el tercero ha adquirido el dominio por prescripción de la cosa de que se
trata. Nos aparece aquí el tiempo como un factor de estabilización de las relaciones
de carácter jurídico. Cuando una persona adquiere, imperfectamente, el dominio de
una cosa se constituye, más bien, en un poseedor, y cuando reúne cierto tiempo de
posesión se transforma en dueño. El dominio tiene una característica que es la
exclusividad, o sea, si uno es dueño de una cosa, otra persona no puede ser dueño de
la misma. Respecto de la cosa que es objeto del litigio de nulidad, el titular de dominio
tendrá que interponer una acción reivindicatoria respecto al poseedor de ella.

El titular puede perder el dominio de la cosa; una de las formas de extinción del
dominio privado es la denominada “prescripción adquisitiva”, y como se menciona
anteriormente, es extintiva para el titular del dominio. La prescripción adquisitiva se
puede clasificar en ordinaria o extraordinaria; la prescripción ordinaria, el plazo de
posesión que se exige son dos años para los bienes muebles y cinco años para los
inmuebles, y en el caso de la prescripción extraordinaria, el plazo es de diez años para
todo tipo de bienes. La prescripción ordinaria requiere el cumplimiento de ciertos
requisitos que le permiten la adquisición en un periodo breve, al contrario de la
prescripción extraordinaria, en la cual falta una serie de requisitos para poder
prescribir, por eso demora más.

Existen tres tipos de nulidad; la nulidad civil, la nulidad procesal, esta ultima consiste en
privar de efectos a un acto jurídico procesal que no cumplió con los requisitos legales
y causó perjuicio, por lo que las reglas de la nulidad civil no se aplican a las reglas de
la nulidad procesal. La nulidad procesal tiene sus propias reglas, las cuales están
contempladas en el código de procedimiento civil. La otra nulidad que existe, es la
nulidad de derecho público (omisión de ciertos requisitos de validez de ciertos actos
públicos o administrativos). En este tipo de nulidad, la discusión sobre si se puede o no
aplicar las normas de derecho civil es constante respecto de la prescripción, por lo
que, ninguna de las posturas es categórica, no obstante, debería ser más categórica
la postura que señala que la nulidad de derecho público es imprescriptible.

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INEFICACIA EN SENTIDO ESTRICTO

Puede tomarse en un sentido amplio, donde se incluyen tanto las causas intrínsecas
(nulidad e inexistencia en algunos casos) del acto jurídico, como también las extrínsecas.
Ineficacia en sentido restringido, se refiere a aquella provocada por causas extrínsecas al
acto mismo. Las causales externas no estarían dentro de la ontología del acto, pero
pueden producir ineficacia del acto.

1. Suspensión del Acto Jurídico: Un acto Jurídico puede haberse perfeccionado


completamente y sin embargo sus efectos pueden no producirse, esto ocurre porque
esos efectos están subordinados a la ocurrencia de un hecho futuro, por ejemplo; lo
que sucede con el testamento. Este es un acto jurídico que se perfecciona en vida del
testador, y que como testamento mismo no producirá efectos sino en virtud de la
muerte del testador. Otro ejemplo son las capitulaciones matrimoniales (convenciones
de carácter patrimonial que los cónyuges celebran antes del matrimonio). En nuestro
sistema, las capitulaciones tienen un sistema restrictivo, por ejemplo; la separación de
bienes, la cuota mensual que una esposa recibirá, etc. Estas capitulaciones no
producen ningún efecto hasta que se celebre el acto del matrimonio.

Existen dos modalidades que llevan la causal de suspensión, estas suspenden la


exigibilidad principal del acto jurídico. Lo anterior es lo que acontece con la condición
suspensiva y el plazo suspensivo.

La condición consiste en un hecho futuro e incierto del cual dependerá el nacimiento


o extinción de un derecho. La condición admite una gran clasificación, encontramos
así la condición resolutoria, atañe a la extinción de un derecho, es un hecho futuro e
incierto que provoca la extinción y pérdida de un derecho. Existe también la
condición suspensiva, en virtud de esta, las partes estipulan que la exigibilidad de una
obligación contenida en el contrato se va a producir solo en virtud del cumplimiento
de la condición.

Respecto del Plazo como modalidad del acto jurídico, es también un hecho futuro,
pero cierto, es decir, necesariamente debe acontecer, por eso se suele incurrir en el
equivoco que será condición de un contrato, la muerte de un sujeto x. Eso no seria
condición, porque necesariamente debe de morir. Nos encontramos así con un plazo
incierto, pero no condición. El plazo produce la suspensión en el cumplimiento de la
obligación, aquí la obligación nace, pero esta sujeta a la imposibilidad de ejercer, el
plazo afecta así, la exigibilidad.

2. La revocación: Consiste en aquella manifestación de voluntad tendiente a privar de


sus efectos a un acto jurídico, y que es formulada por su autor en los actos jurídicos
unilaterales, o bien, por alguna de las partes en los actos jurídicos bilaterales.

Respecto de los actos jurídicos unilaterales, estos pueden ser revocados a entera
voluntad del que los ha otorgado. El acto puede ser perfecto, pero la decisión
unilateral de su autor, le privara de efectos. Esto acontece específicamente con el
testamento, el cual es esencialmente revocable.

En materia de oferta, el autor de la oferta puede retractarse hasta antes que haya
tomado conocimiento el futuro aceptante, o cuando existe aceptación puede hacer
uso de la retractación tempestiva.

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En materia de actos jurídicos bilaterales, se requiere la concurrencia de dos o más


voluntades, por lo tanto, los contratos por regla general no pueden ser dejados sin
efectos mediante la revocación por una de las partes. El artículo 1545 nos dice; “Todo
contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.

La revocación unilateral del acto jurídico bilateral, ocurre en los denominados


contratos de confianza, o In Tuito Persona. Esto sucede con el mandato, el contrato se
celebra en virtud de una persona, aquí el mandante puede revocar y dejar sin efecto
dicho contrato. El contrato de sociedades, también es un contrato In Tuito Persona.

3. La caducidad: Es la ineficacia de un acto jurídico que acontece con el sólo imperio


de la ley, a causa de hechos sobrevinientes que afectan la eficacia del acto jurídico.
Lo anterior ocurre, por ejemplo; con los testamentos privilegiados. El testamento es un
acto más o menos solemne pero siempre es solemne, entonces hay testamentos que
son menos solemnes como el militar o marítimo, estos son los llamados privilegiados,
porque se dan en ciertas condiciones que la ley establece ante una muerte
inminente. ¿Qué pasa con el testamento privilegiado si no muere el causante? Si no
muere después de treinta días después del evento que lo llevo a constituir, caduca
quedando sin efecto, pudiendo realizar un nuevo testamento. Lo mismo ocurre con la
caducidad de los plazos, por ejemplo; si se compra una casa con hipoteca por un
plazo de 20 años, posteriormente -al segundo año- esta propiedad se incendia,
disminuyéndose severamente la garantía, por lo que el riesgo para el acreedor ha
aumentado, porque la garantía no es solvente.

La expresión “caduca” se encuentra en nuestro código a propósito de las donaciones


revocables, Si A establece que va a donar su automóvil a B cuando muera, pero B
fallece antes que A; si este último se muere, los herederos de B no pueden reclamar el
auto, el Art. 1.143 nos dice que “las donaciones revocables caducan por el sólo hecho
de morir el donatario antes que el donante, por lo tanto la expresión caducidad no es
ajena a nuestro código. A propósito de los títulos ejecutivos, que son documentos
(Escritura pública, cheques, factura, etc.) en los cuales consta de manera fehaciente
una obligación, de tal modo que la ley permite que con estos documentos se pueda
proceder al embargo y posterior realización de los bienes del demandado. Resulta
que la ley establece un plazo especial de cierta brevedad para hacer uso de estos
títulos ejecutivos, si uno no hace uso de estos en el plazo correspondiente, el titulo va a
caducar.

4. La inoponibilidad: Es la ineficacia de un acto jurídico, o de su nulidad, respecto de


terceros que no van a poder ser afectados por los efectos de ese acto jurídico en
razón de que las partes no dieron cumplimiento a un requisito externo de eficacia que
tenia por objeto proteger a los terceros. Es efectivo que nuestro código no contiene
orgánicamente un capitulo a la inoponibilidad, sin embargo, en diversas de sus
disposiciones se le reconoce su existencia, incluso reconociendo la expresión
“inoponibilidad”. La inoponibilidad es una sanción distinta de la nulidad, porque no se
discute la validez de un acto sino que los efectos que podrían producir, los cuales no
le serán aplicables a tercero afectado.

Nuestro código civil reconoce la inoponibilidad como sanción:

a. Respecto del marido como administrador de la sociedad conyugal, esta


administración está sujeta a una serie de limitaciones en el 1.749, como la
autorización de la mujer para poder consentir en un acto que implique dicho

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requisito. ¿Que ocurre si el marido excede estos plazos y no le pide autorización a


la mujer?, por ejemplo; el marido arrienda un bien urbano por más de cinco años.
El acto le será inoponible a la mujer porque no se le solicitó su autorización. El Art.
1.757, lo reconoce expresamente en su inciso segundo, estableciendo que; “La
nulidad o inoponibilidad anteriores podrán hacerlas valer la mujer, sus herederos o
cesionarios”.

b. A propósito de las contraescritura, que son documentos en los cuales se viene a


alterar lo que se ha pactado en un documento primitivo, cuando este ultimo es
una escritura privada no hay inconveniente de modificarlo a través de otra
escritura privada, el problema se da cuando la escritura primitiva consta por
escritura pública (ante notario), si ocurre dicho acto, no producirá sus efectos
contra terceros. Esta materia se trata en el Art. 1.707, el cual nos dice en su inciso
primero que; “Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo
pactado en escritura pública, no producirán efecto contra terceros”. No dice
expresamente inoponibilidad, pero al decir que no producirán efecto contra
terceros dice que es inoponible, pues ese es su efecto. Existe otra hipótesis; Si el
documento primitivo es modificado por otra escritura pública ¿Le es oponible a un
tercero esa contra escritura privada? No, porque la sola alteración no es suficiente
para que sea oponible a tercero, porque si bien es pública, el tercero no tiene
como saber que la misma es pública. Por regla general, la contraescritura pública
no produce efectos contra terceros, pero si puede llegar a provocarlos, esto toda
vez que se cumpla con un requisito de publicidad que consiste en que se haya
tomado razón al margen de la escritura primitiva de la existencia de esta
contraescritura.

c. Existe otro caso de inponibilidad, que trata el Art. 1902 referido a la cesión de
créditos. Esta última consiste en el traspaso de créditos desde el sujeto activo
(quien puede ejercerlo). La disposición nos dice que; “La cesión no produce efecto
contra el deudor ni contra terceros, mientras no ha sido notificada por el cesionario
al deudor o aceptada por éste”.

Finalmente, debemos decir que la inoponibilidad no sólo puede alegarse de los


efectos del acto mismo, sino que también respecto de la nulidad de un acto. El Art.
2.058 del código civil nos señala que; “La nulidad del contrato de sociedad no
perjudica a las acciones que corresponden a terceros de buena fe contra todos y
cada uno de los asociados por las operaciones de la sociedad, si existiere de hecho”.

MODALIDADES DE LOS ACTOS JURÍDICOS

Son cláusulas estipuladas por las partes o dispuestas por la ley, y que vienen a alterar los
efectos normales del acto jurídico. Podemos señalar que existen ciertas modalidades
clásicas del acto jurídico (condición, plazo, modo). También existen las modalidades
modernas a las cuales nos vamos a referir.

1. La solidaridad: En materia jurídica de derecho civil consiste en la alteración del efecto


normal del acto jurídico cuando dos o más personas contraen una obligación con un
acreedor, de modo tal que cualquiera de estas personas debe pagar el total de la
obligación. La expresión solidaridad viene del latín … Lo normal es si se te otorga un
crédito a dos personas, cada una de estas deberá responder por lo que le , por
ejemplo; si un acreedor presta tres millones a tres personas, cada una de ellas esta

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obligada a pagar un millón cada uno, es decir, pagar lo que le corresponde, pero
cuando la obligación es solidaria se obliga el efecto normal, porque cada uno de los
deudores no sólo responde por su cuota sino que por el total de ella, de tal manera
que si un individuo le presta diez millones a dos personas, cada uno de ellos deberá
pagar los diez millones, pero en el caso de que uno de los deudores pague el total de
la deuda, se extinguirá la obligación del otro.

La solidaridad puede emanar de la convención de dos personas, las cuales pueden


asumir voluntariamente que dicha deuda es solidaria. Existe otra solidaridad que
emana del testamento, respecto de las deudas del causante en relación con los
herederos, de modo tal que los acreedores pueden demandar a uno de los herederos
por el total de la deuda, a pesar de que esta se haya dividido en la herencia. Existe
también la solidaridad legal, determinadas personas deben responder por diversos
hechos según lo señale la ley, por ejemplo; esto ocurre en la ley del transito 18.290, en
el caso de la responsabilidad solidaria entre el conductor y el dueño del vehículo
(véase el Art. 2.317 del código civil, respecto del cuasidelito).

Art. 2317. Si un delito o cuasidelito ha sido cometido por dos o más personas, cada una de ellas será
solidariamente responsable de todo perjuicio procedente del mismo delito o cuasidelito, salvas las
excepciones de los artículos 2323 y 2328.

Todo fraude o dolo cometido por dos o más personas produce la acción solidaria del precedente inciso.

2. La cláusula penal: No existe demasiado acuerdo entre la doctrina, sin embargo, altera
los efectos del acto jurídico. La cláusula es aquella en virtud de la cual se pacta una
pena para el evento de que exista un incumplimiento contractual. Detrás de la
cláusula penal hay una indemnización de perjuicio. Lo normal será que ante el
incumplimiento, se realice lo que dispone el artículo 1.489 del código civil, pues la
parte puede pedir la ejecución forzada o la resolución del acto o contrato, o la
indemnización de daños y perjuicios, dichas acciones deberán ser declarados por el
juez, por lo que el incumplimiento deberá ser probado. La cláusula penal viene a
eliminar el juicio, y la prueba y da lugar inmediatamente a la indemnización.

¿Por qué la cláusula penal es una modalidad?

a. Es una cláusula accidental, pactada en forma expresa por ambos contratantes.


b. Altera el efecto normal del acto

3. La representación: Lo normal es que los efectos de un acto jurídico se radique en las


personas que han concurrido al acto o comparecido a él, expresando su voluntad en
orden a contraer las obligaciones que corresponde, por ejemplo; si A contrata con B,
los obligados son A y B. En virtud de la representación, los efectos del acto jurídico se
van a radicar en una persona que no ha concurrido personalmente al acto, esto
ocurre porque ha operado la representación que puede ser convencional, o bien,
legal.

La ley establece determinados casos de representación legal, es decir, la ley otorga la


facultad, así el Art. 43 del código civil nos dice; “Son representantes legales de una
persona el padre o la madre, el adoptante y su tutor o curador”. No son los únicos
representantes, respecto de la quiebra existe el síndico de quiebra, el cual se
contempla en dicha ley. En la generalidad de los casos la representación va a unida
al contrato del mandato, en virtud de su naturaleza, en donde una persona confía o
encarga a otra, dos o más negocios por cuenta de la primera. El mandatario tiene la

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

facultad a nombre del mandante, es decir a representación de él, por lo que el


mandante es el que resulta obligado, no el mandatario.

En nuestra legislación, el Art. 1.448 es el que establece la regla general, el cual nos
dice; “Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por
la ley para representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si
hubiese contratado él mismo”, por lo tanto, la representación es procedente a todos
los actos jurídicos, por ejemplo; en materia de matrimonio, el artículo 103 del código
civil establece que; “El matrimonio podrá celebrarse por mandatario especialmente
facultado para este efecto. El mandato deberá otorgarse por escritura pública, e
indicar el nombre, apellido, profesión y domicilio de los contrayentes y del
mandatario”. La excepción a esta regla es la facultad de testar, la cual no puede ser
delegable según lo estipulado en el Art. 1.004.

Teorías para explicar la representación

C. Teoría de la ficción legal: La cual es defendida por Pothier, el cual decía que la
representación era una creación de la ley, y que por lo tanto, no correspondía a la
realidad, sin embargo, la ley equiparaba a la realidad, por lo que la voz que se
expresa es la del representado.
D. Teoría del mensajero o nuncio: Defendida por Savigny, el cual decía que el
representante era un medio o vehículo, que en forma mecánica trasportaba la
voluntad del representado para que, posteriormente, esta fuera manifestada.
E. Teoría ecléctica: Nos dice que la representación es una cooperación de voluntades,
en cuanto ambos concurren al acto con su voluntad y cooperan a que el acto se
perfecciones, pero la obligación recae en uno de ellos.
F. Teoría de la modalidad: La voluntad que se expresa es la del mandatario y no la del
mandante, por lo que no hay nuncio, ficción legal, o cooperación de voluntades, sino
que, más bien, se trata de una modalidad del acto jurídico que se va a expresar en la
delegación de la concurrencia a un tercero.

En el caso del “nemo audito”, el cual nos dice que “nadie puede aprovecharse de su
propio dolo”; si el representante actúa con dolosamente, el representado no se verá
afectado, por lo que podrá alegar la nulidad absoluta del acto.

DE LOS EFECTOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS

Este asunto va a determinar a quien afecta o favorece los derechos u obligaciones que
un acto jurídico genera. Aquí podemos formulas una regla de carácter general, la cual
nos dice que los actos jurídicos producen sus efectos sólo entre las partes, y por lo tanto,
no favorece ni perjudica a terceros. Lo anterior nos quiere decir que los contratos afecta a
las partes que concurren a un acto, un aforismo jurídico nos ratifica dicha regla “Res inter
alios acta”, con lo que se quería señalar que el asunto de que se trataba el acto era
exclusivo de quienes habían contratado y no de tercero. Este asunto ha sido recogido en
el principio de derecho que nos habla de los efectos relativos de los actos jurídicos.

El profesor Jorge López Santamaría nos dice que este asunto lo encontramos en el Art.
1.545 del código civil, el cual nos dice que; “Todo contrato legalmente celebrado es una
ley para los contratantes, y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o
por causas legales”, esto significa que el contrato es obligatorio para los contratantes, y

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para el resto el contrato no es una ley, y por ende, quedan excluidos, por lo que resulta
determinar quienes son parte del acto o contrato.

Las partes del contrato

Son parte del contrato; los contratantes, aquellos que han concurrido a la formación del
acto en forma personal o validamente representado, por lo que no solo será parte aquel
que concurre personalmente al acto sino que también por intermedio de la
representación. Debería ocurrir que los terceros son todos aquellos que no son parte del
contrato y que no han actuado o concurrido al mismo, no obstante, existen los terceros
relativos y absolutos. Lo anterior nos quiere decir que existen terceros que están
relacionados con las partes y otros que no lo están.

Terceros relativos; personas que no han concurrid a la celebración del acto, sin embargo,
están o estarán en una relación jurídica con quienes han sido parte en un acto o contrato.
Terceros absolutos: Aquellos que no están en relación jurídica con las parte y tampoco lo
estarán nunca.

Los terceros relativos de alguna manera se van a ver afectados, de manera que se
pueden tomar en cuenta como parte del contrato.

¿Quiénes serían terceros relativos?

1. Los causahabientes o sucesores a título universal (herederos): Si son los continuadores


del causante, por lo tanto, que serían parte de los contratos que “el que contrata
para sí, contrata para los herederos”.

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DE LOS BIENES Y DE LOS DERECHOS REALES

Objetos de derecho: Son aquellos bienes o cosas sobre los cuales se ejercen
determinados derechos reales.

¿Es lo mismo decir cosa o bien?

En materia económica se distingue entre:

a. Cosas: Todos aquellos que tienen existencia en el mundo en que vivimos, por ejemplo;
un terreno desierto.
b. Bienes: Aquellas cosas que son útiles y susceptibles de apropiación, por ejemplo; un
automóvil.

En materia jurídica, el legislador no distingue cosa de bien, pero nos indica que los bienes
consisten en cosas, por ello se concluye que en nuestro sistema legal o civil; cosa y bienes
son expresiones sinónimas, es decir, cosa es lo mismo que bien.

Cosa es todo lo que tiene entidad espiritual, corporal, artificial o abstracta, por ello, el
concepto de bien o cosa tiene un sentido amplio, pues abarca todo aquello que se
percibe por los sentidos o por el pensamiento, por lo tanto, la energía eléctrica es un bien
o cosa y el objeto de derecho por el cual se paga.

CLASIFICACIÓN DE LOS BIENES

Primera Clasificación: CORPORALES E INCORPORALES: Atiende según si las cosas pueden o


no percibirse por los sentidos.

Art. 565. Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales.

Corporales son las que tienen un ser real y pueden ser percibidas por los sentidos, como una casa, un libro.

Incorporales las que consisten en meros derechos, como los créditos, y las servidumbres activas.

1. Corporales: Tienen un ser real y pueden ser percibidos por los sentidos.

2. Incorporales: Consisten en meros derechos, como los créditos, y las servidumbres


activas. Esta clasificación viene del derecho romano (de Gayo).

 Créditos: Corresponden a la parte activa de una obligación, es decir, al acreedor.


Estos últimos, van referidos a los derechos personales, por ejemplo; como el que
tiene el prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el
padre por alimentos (Art. 578).

 Servidumbre Activa: En un derecho real, que corresponde a gravámenes impuesto


a un predio a favor de otro predio de distinto dueño (tránsito, acueducto, etc.).

De esta ultima clasificación, se colige que engloba los derechos reales, personales y, en
un tiempo moderno, los intelectuales. Estos últimos se consagran con posterioridad al
código civil de Bello, son embargo, ciertas disposiciones aluden a ellos, anticipándose a su
época, por ejemplo; el Art. 584.

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Art. 584. Las producciones del talento o del ingenio son una propiedad de sus autores.

Esta especie de propiedad se regirá por leyes especiales.

Derechos reales: El Art. 577 del código civil define lo que es derecho real, y nos dice que;
“Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada persona”. En
su inciso segundo, agrega que; “Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de
usufructo, uso o habitación, los de servidumbres activas, el de prenda y el de hipoteca. De
estos derechos nacen las acciones reales”.

1. Con la expresión “…sin respecto de determinada persona”, se alude a un sujeto pasivo


universal, que se ejerce respecto de todos o erga omnes, en cambio, cuando se
adquiere un crédito, se hace por la intención correlativa de los actos jurídicos a una
sola persona cierta, mientras que, los derechos reales empece (perjudica) a terceros.

2. La acción que recae sobre el dominio es llamada acción reivindicatoria, también


llamados derechos propter rem sobre la cosa, por ello, algunos opinan que el derecho
real es mayor en perfección que el derecho personal, pues dado el carácter pasivo
del sujeto universal, da derecho de persecución, pudiendo recuperar la cosa de quien
esté.

3. Los derechos reales se ejercen sobre cosas y los personales sobre personas.

4. Los derechos reales son de números cerrados (derecho romano; cláusulas), o sea, no
hay más derechos que los contemplados por ley, y las partes no las pueden modificar,
por ello, de dicho modo un derecho de interés público. Sin embargo, algunos autores
agregan dos derechos reales que el código civil no contemplaría:

a. Derecho de aprovechamiento de las aguas


b. Derecho de concesión, o pertenencia minera

Otros indican que estos derechos no son más que una especie del derecho real de
dominio.

Derechos personales: El Art. 578 nos dice que; “Derechos personales o créditos son los que
sólo pueden reclamarse de ciertas personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición
de la ley, han contraído las obligaciones correlativas; como el que tiene el prestamista
contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por alimentos. De estos
derechos nacen las acciones personales”.

1. De estos derechos nacen las acciones personales, por ellos, estos derechos es lo
mismo que obligación desde el punto de vista activo (acreedor), en razón a exigirlo
respecto del tercero.

2. Son ilimitados en numero, se pueden crear todos aquellos que se estimen


convenientes, no adoleciendo de objeto ilícito y no siendo contrario a la ley, la moral
o las buenas costumbres (de allí el nacimiento de los contratos atípicos o
innominados).

3. El derecho personal es inoponible a terceros, pues solo compete a las partes.

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Segunda Clasificación: MUEBLES E INMUEBLES: Art. 566: “Las cosas corporales se dividen en
muebles e inmuebles”.

Respecto a esta clasificación, el legislador le da suma importancia a los bienes inmuebles.


Lo anterior por mentalidad histórica, por ejemplo; el código civil francés nos dice que los
bienes inmobiliarios son la base de la fortuna. Pareciera que se aplica sólo a los bienes
corporales pero el Art. 580 extiende esta clasificación a las cosas incorporales, señalando
que; “Los derechos y acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo sea la
cosa en que han de ejercerse, o que se debe”. El hecho de que algo se reputa no quiere
decir que lo sean, sino que considera que lo son.

El criterio general para esta clasificación consiste en si ellas se pueden trasladar de un


lugar a otro sin que se cause detrimento o cambie su naturaleza:

a. Bienes muebles: El Art. 567 nos dice que; “Muebles son las que pueden transportarse de
un lugar a otro, sea moviéndose ellas a sí mismas, como los animales (que por eso se
llaman semovientes), sea que sólo se muevan por una fuerza externa, como las cosas
inanimadas”. En virtud del Art. 571, se consideran también muebles los productos de
los inmuebles y las cosas accesorias a ellos, para el efecto de constituir un derecho
sobre dichos productos o cosas a favor de un tercero.

Art. 571. Los productos de los inmuebles, y las cosas accesorias a ellos, como las yerbas de un campo, la
madera y fruto de los árboles, los animales de un vivar, se reputan muebles, aun antes de su separación,
para el efecto de constituir un derecho sobre dichos productos o cosas a otra persona que el dueño.

Lo mismo se aplica a la tierra o arena de un suelo, a los metales de una mina, y a las piedras de una
cantera.

b. Bienes inmuebles: En virtud de lo que disponen los artículos 568, 569 y 570 del código
civil, son inmuebles las cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro, como las
tierras y las minas. También las que adhieren permanentemente a ellas, como los
edificios y los árboles. Finalmente son inmuebles las cosas que están destinadas
permanente por su dueño al uso, cultivo o beneficio de un inmueble. Para nuestra
legislación, los términos inmueble, finca o bien raíz son sinónimos.

Diferencia de tratamiento jurídico para bienes muebles e inmuebles

1. Respecto al perfeccionamiento de la compraventa: Si se trata de bienes inmuebles,


estamos en presencia de un contrato solemne que consiste en una escritura pública,
mientras que si se trata de bienes muebles, su compraventa es meramente
consensual.

2. Respecto de la tradición: La tradición es el modo de adquirir el dominio de las cosas


que consiste en la entrega que el dueño hace de ellas a otro, habiendo por una
parte, la facultad e intención de transferir dominio, y por otra, la capacidad e
intención de adquirirlo. Lo que se dice del dominio se extiende a todo los otros
derechos reales. Generalmente, esta situación ocurre cuando existe un título traslaticio
de dominio. La tradición de bienes inmuebles se hace por la inscripción del bien en el
conservador de bienes raíces, mientras que, si se trata de bienes muebles se hace por
la simple entrega material de la cosa.

3. Respecto de la prescripción adquisitiva ordinaria: Es un modo de adquirir el dominio,


en que una persona se hace poseedor de una cosa, transcurrido un determinado

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tiempo. El plazo de prescripción ordinaria para bienes inmuebles es de cinco años,


mientras que, el plazo para bienes muebles es de dos años.

4. Respecto a la enajenación de las especies hereditarias: La sucesión por causa de


muerte o derecho de herencia es un modo de adquirir el dominio de las cosas
transmisibles dejados por una persona, se le denomina “acción real de petición de
herencia”. Para que proceda la enajenación de los bienes hereditarios: Si se trata de
muebles; puede enajenarlos libremente sin ningún inconveniente, pero si se trata se
bienes inmuebles; es necesario cumplir con ciertos trámites e inscripciones en el Art.
688 del código civil, sólo así podrá enajenar.

Art. 688. En el momento de deferirse la herencia, la posesión de ella se confiere por el ministerio de la ley al
heredero; pero esta posesión legal no habilita al heredero para disponer en manera alguna de un inmueble,
mientras no preceda:

1. El decreto judicial que da la posesión efectiva: este decreto se inscribirá en el Registro de la comuna o
agrupación de comunas en que haya sido pronunciado; y si la sucesión es testamentaria, se inscribirá al
mismo tiempo el testamento;

2. Las inscripciones especiales prevenidas en los incisos 1. y 2. del artículo precedente: en virtud de ellas
podrán los herederos disponer de consuno de los inmuebles hereditarios; y

3. La inscripción especial prevenida en el inciso 3.: sin ésta no podrá el heredero disponer por sí solo de los
inmuebles hereditarios que en la partición le hayan cabido.

El artículo 688 establece las inscripciones necesarias para su enajenación. La primera


inscripción es genérica (decreto judicial que da la posesión efectiva), la segunda es
especial (prevenida en los incisos 1 y 2 del Art. 687). En virtud de esta última, los
herederos pueden enajenar el bien de consuno (de común acuerdo). El bien va a
quedar inscrito a nombre de uno de los herederos.

5. Respecto a la administración de la sociedad conyugal: El marido es el jefe de esta, y


como tal, administra los bienes de la sociedad y también los propios de la mujer. El
marido, para enajenar algún bien de la sociedad, si se trata de un bien inmueble;
deberá contar con el consentimiento de la mujer, y si esta se niega no podrá hacerlo
(y si lo hiciere, dicha enajenación adolecería de nulidad relativa), mientras que, para
enajenar un bien mueble de la sociedad no requiere ninguna autorización pues los
administra con total libertad.

6. Respecto de la lesión enorme: En una compraventa, la lesión enorme procede


cuando un bien se ha comprado o vendido en condiciones desfavorables pero sólo si
se trata de inmuebles (por ejemplo; una casa de un valor de cien millones es vendido
en veinte). Los muebles no están afectos a lesión enorme (Art. 1891 del código civil).

Art. 1891. No habrá lugar a la acción rescisoria por lesión enorme en las ventas de bienes muebles, ni en las
que se hubieren hecho por el ministerio de la justicia.

7. Respecto a la administración de los bienes del pupilo: El pupilo es una persona que
está sometida a una curaduría (ya sea por demencia o minoría de edad). El curador o
el representante legal, para enajenar un bien mueble del pupilo debe llevar una
cuenta documentada de los bienes el pupilo, mientras que, tratándose de un

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inmueble, la ley exige la máxima exigencia al respecto, por lo tanto, para enajenar un
bien inmueble, esta debe hacerse en pública subasta1 (ante el juez).

8. Respecto a la prelación de créditos: Esta dice relación con el orden en que se pagan
los acreedores, pero primero se debe entender la diferencia que se da en el materia
de garantías reales entre los bienes; ya que si el bien que se entrega en garantía es un
mueble, queda sujeto como prenda (Art. 384), mientras que, cuando se trata de
inmuebles se constituye hipoteca (Art. 2407 y siguientes). Volviendo a la prelación de
créditos, ante la existencia de una deuda con varios acreedores se les debe pagar a
todos, pero se dan casos en que se discrimina, específicamente en la prenda e
hipoteca. Dicha discriminación se denomina “privilegio”, y conforme a ella, el grado u
orden de prelación de un acreedor prendario es de segunda clase, y tratándose de
un acreedor hipotecario, este tiene preferencia de tercera clase.

9. En materia penal o delitos de apropiación: Con respecto a los delitos de apropiación


contra voluntad del dueño, en el caso de bienes muebles puede ser robo o hurto,
según si hubo o no violencia o fuerza, respectivamente. Si hay apropiación de un bien
inmueble sin consentimiento del dueño se trata de una usurpación.

DISTINCION ENTRE BIENES MUEBLES E INMUEBLES

1. Bienes inmuebles: El Art. 568 nos dice que son; “Inmuebles o fincas o bienes raíces son
las cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro; como las tierras y minas y
las que adhieren permanentemente a ellas, como los edificios, los árboles”. En su
inciso segundo agrega; “Las casas y heredades se llaman predios o fundos”.

Clases de inmuebles:

a. Inmuebles por naturaleza: Aquellas cosas que no pueden transportarse de un lugar


a otro sin que se altere su sustancia, como por ejemplo; la tierra.

b. Inmuebles por adherencia: Aquellos que siendo muebles, se reputan inmuebles por
estar, permanentemente adheridos a un inmueble (Art. 568, inciso primero), como
edificios o árboles.

¿Qué ocurre con las casas de Chiloe?

En este caso se trata de un bien que es mueble por naturaleza, pero cuando este
bien mueble sea adherido a un inmueble, pasa a ser en ese momento, en que se
encuentra adherido, un bien inmueble.

c. Inmuebles por destinación: También se trata de bienes muebles, reputados por ley
como inmuebles (Art. 570), pues están permanentemente destinados al uso de un
inmueble, como por ejemplo; las lozas de un pavimento. Otro ejemplo nos dice
que un predio de de producción lechera, las vacas son inmuebles por destinación.
La importancia de estas categorías, se da porque se rige por el aforismo jurídico “lo
accesorio sigue la suerte de lo principal”, de tal manera, que en la compraventa
de una finca o predio se deben entender incorporados todos aquellos inmuebles

1
La pública subasta debe realizarse ante un juez, y postores ajenos. Antes de su realización debe ser publicitada
para que pueda asistir todo aquel que tenga interés en adquirir el bien inmueble.

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que son por destinación. Lo anterior es lo que señala el Art. 1830; “En la venta de
una finca se comprenden naturalmente todos los accesorios, que según los
artículos 570 y siguientes se reputan inmuebles”.

Lo mismo acontece a propósito de la hipoteca, pues el Art. 2420 nos dice que; “La
hipoteca constituida sobre bienes raíces afecta los muebles que por accesión a
ellos se reputan inmuebles según el artículo 570, pero deja de afectarlos desde que
pertenecen a terceros”, cuando se hipoteca un bien raíz, también se hipotecan los
muebles o inmuebles por destinación, siempre que pertenezcan al dueño. Por
regla general se entiende que si se hipoteca el predio también los inmuebles por
destinación. Al delegar un inmueble se entienden también los accesorios.

Art. 1121. Si se lega una casa con sus muebles o con todo lo que se encuentre en ella, no se entenderán
comprendidas en el legado las cosas enumeradas en el inciso 2. del artículo 574 sino
sólo las que forman el ajuar de la casa y se encuentran en ella; y si se lega de la
misma manera una hacienda de campo, no se entenderá que el legado comprende
otras cosas, que las que sirven para el cultivo y beneficio de la hacienda y se
encuentran en ella.

En uno y otro caso no se deberán de los demás objetos contenidos en la casa o hacienda, sino los que
el testador expresamente designare.

Respecto de las cosas de comodidad u ornato, por ejemplo; los cuadros, los
espejos, cajas fuertes, etc. El código civil nos dice que cuando pueden removerse
fácilmente, se reputan muebles, por lo tanto, no van a estar incluidas en la venta.,
mientras que si estas mismas están empotradas en las paredes, se van a considerar
parte de ellas, es decir, se les va a considerar inmueble.

2. Bienes muebles: Son aquellos bienes que pueden transportarse de un lugar a otro. La
doctrina agrega que puedan transportarse siempre que no sufran detrimento en su
sustancia.

Se clasifican en:

a. Muebles por naturaleza: Puede tratarse de cosas animadas (semovientes) o


inanimadas: Serán animadas, toda vez que se puedan mover por ellas minas, por
ejemplo; los animales. Serán inanimadas toda vez que sólo se muevan por medio
de una fuerza externa que le impulsa, por ejemplo; las sillas y las mesas.

b. Muebles por anticipación2: Existen ciertos bienes que son inmuebles pero que se les
considera muebles por anticipación, para constituir derechos sobre ellos en favor
de una persona distinta al dueño.

Art. 571. Los productos de los inmuebles, y las cosas accesorias a ellos, como las yerbas de un campo, la
madera y fruto de los árboles, los animales de un vivar, se reputan muebles, aun antes de su separación,
para el efecto de constituir un derecho sobre dichos productos o cosas a otra persona que el dueño.
Lo mismo se aplica a la tierra o arena de un suelo, a los metales de una mina, y a las piedras de una
cantera.

Tiene importancia para el efecto de las solemnidades, ya que por ejemplo; para
vender un bosque no es necesaria una escritura pública, sino que puede ser
meramente consensual.

2La vida jurídica se ve afectada cuando se aplica el estatuto de bienes inmuebles. Es mejor aplicar el estatuto
de bienes muebles.

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Tercera Clasificación: COSAS O BIENES ESPECÍFICAS Y GENÉRICAS: Se atiende a la


especificación que se hace en el acto jurídico de que se trata.

1. Cosas específicas: Es la determinada por sus caracteres propios que la distinguen de


todas las demás de su mismo género o especie, por ejemplo; el auto “Alfa Romeo”
patente tanto.
2. Cosas genéricas: Es la determinada sólo por los caracteres comunes a todos los
individuos de su género o especie, por ejemplo; un auto “Alfa Romeo”.

Cuarta Clasificación: COSAS O BIENES PRINCIPALES Y ACCESORIAS: El código civil no la


contempla en forma explícita, pero sí la reconoce.

1. Cosas principales: Son las cosas que tienen una existencia jurídica independiente, o
sea, pueden existir sin la necesidad de otros bienes.

2. Cosas accesorias: Son las cosas que no tienen una vida jurídica independiente, sino
que están subordinadas a otras, por lo tanto, sin ellas no pueden subsistir. Se
fundamento en el aforismo “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”.

Nuestro código civil lo reconoce en varias disposiciones.

Art. 587. El uso y goce de las capillas y cementerios, situados en posesiones de particulares y accesorios a
ellas, pasarán junto con ellas y junto con los ornamentos, vasos y demás objetos pertenecientes a dichas
capillas o cementerios, a las personas que sucesivamente adquieran las posesiones en que están situados, a
menos de disponerse otra cosa por testamento o por acto entre vivos.

Art. 1122. Si se lega un carruaje de cualquiera clase, se entenderán legados los arneses y las bestias de que
el testador solía servirse para usarlo, y que al tiempo de su muerte existan con él.

Art. 1127. Pueden legarse no sólo las cosas corporales, sino los derechos y acciones.
Por el hecho de legarse el título de un crédito, se entenderá que se lega el crédito.
El legado de un crédito comprende el de los intereses devengados; pero no subsiste sino en la parte del
crédito o de los intereses que no hubiere recibido el testador.

Art. 1830. En la venta de una finca se comprenden naturalmente todos los accesorios, que según los
artículos 570 y siguientes se reputan inmuebles.

Esta clasificación tiene la característica de que también es aplicable para las cosas
incorporales, principalmente, derechos personales y reales. Así por ejemplo, un
derecho real que es, claramente, principal es el de dominio, mientras que un ejemplo
de derecho personal accesorio son los créditos. Ejemplo de derecho real accesorio
son la prenda y la hipoteca, mientras que, un derecho personal accesorio son la fianza
y la codeudaría solidaria.

Existen dos clasificaciones que se prestan a confusiones, estas son:


 Cosas o bienes consumibles y no consumibles.
 Cosas o bienes fungibles y no fungibles.

Quinta Clasificación: COSAS O BIENES CONSUMIBLES Y NO CONSUMIBLES:

A. Consumibilidad Objetiva

1. Cosas consumibles: Son aquellas cosas que, en razón de sus caracteres


específicos, se destruyen natural o civilmente por el primer uso.

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Será natural cuando la cosa perece naturalmente, por ejemplo; los alimentos, los
cigarros o los medicamentos. En la destrucción material importa el detrimento físico
o la alteración de la sustancia de la cosa. La destrucción civil o jurídica ocurre
cuando se enajena, o sea, el uso natural de la cosa implica hacerlo ajeno, por
ejemplo; el dinero.

2. Cosas no consumibles: Son aquellas cosas que, en razón de sus caracteres


específicos, no se destruyen natural o civilmente por el primer uso, por ejemplo; los
zapatos, una mesa o un automóvil.

El Art. 575 del código civil se equivoca, y se refiere a los bienes fungibles como los
consumibles.

Art. 575. Las cosas muebles se dividen en fungibles y no fungibles.


A las primeras pertenecen aquellas de que no puede hacerse el uso conveniente a su naturaleza sin que se
destruyan.
Las especies monetarias en cuanto perecen para el que las emplea como tales, son cosas fungibles.

Nuestro código civil atiende a la consumibilidad objetiva, sin embargo, otros sistemas
modernos atienden a la subjetiva.

B. Consumibilidad subjetiva

a. Cosas consumibles: Son subjetivamente consumibles las cosas que se consideran


desde el punto de vista de su valor pecuniario y cuyo primer uso importa
enajenación en razón del destino a que se encuentran afectadas. No va a
depender de la naturaleza de la cosa, sino que de ciertas cosas que tienen un
grado de consumibilidad respecto de los sujetos, por ejemplo; los alimentos de un
almacén son subjetivamente consumibles para el almacenero, pues los tiene para
enajenarlos.

Las cosas subjetivamente consumibles pueden ser al mismo tiempo objetivamente


consumible, por ejemplo; pueden ser subjetivamente para el almacenero y
objetivamente para cualquier persona, no obstante, esta clasificación no encuentra
mayor sentido práctico.

b. Cosas no consumibles: Son subjetivamente no consumibles las cosas que a pesar


de serlo objetivamente, están destinada a cualquier uso que no sea el de la
consumición o destrucción material o civil, por ejemplo; una botella de vino de
cosecha antigua que se le facilita a un negocio para exhibirla en la vitrina.

Sexta Clasificación: COSAS O BIENES FUNGIBLES Y NO FUNGIBLES: El concepto de cosas


fungibles que nos da el código civil se confunde con el de las cosas las consumibles3, no
obstante, la doctrina ha rectificado la definición dada por el código civil.

a. Cosas fungibles: Son aquellas cosas que presentan entre si una igualdad de hecho,
por lo tanto, tienen el mismo poder liberatorio, es decir, se les considera equivalentes
entre si. Un ejemplo clásico es el del dinero, pues un billete de cinco mil, tiene el mismo

3 La razón de dicha confusión se da porque, generalmente, las cosas consumibles son a su vez fungibles, por
ejemplo; una botella de vino es fungible y a su vez consumible, pero si esta es antigua, y además, tiene un valor
histórico por haber pertenecido a tal persona, sería fungible y a su vez no consumible. También puede ocurrir
que existen cosas fungibles pero no consumibles. Normalmente, ambos conceptos pueden presentarse juntos o
no, pero son dos clasificaciones independientes.

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poder liberatorio4 que cinco billetes de mil, al igual que dos botellas de vino de la
misma marca y cosecha, o dos libros de la misma especie, del mismo autor y de la
misma serie o edición.

b. Cosas no fungibles: Son aquellas cosas que no presentan entre si una igualdad de
hecho, por lo tanto, no tienen el mismo poder liberatorio, o sea, no se les considera
equivalentes entre si, porque no tienen las mismas características.

Respecto al dinero, es fungible por naturaleza, y además, es consumible civilmente


porque el bien no se destruye, sino que se enajena.

¿Puede haber fungibilidad convencional?

Sí puede haber una fungibilidad convencional, pues las partes pueden estimar que una
obligación se extinga con el pago de una u otra cosa, por lo tanto, serían fungibles.

Séptima Clasificación: COSAS O BIENES DIVISIBLES Y NO DIVISIBLES

Las cosas son divisibles cuando es posible ser fraccionada en diversas partes, no obstante,
existe una divisibilidad física y jurídica. Todas las cosas pueden ser divididas físicamente. En
cuanto a la divisibilidad jurídica, esta a su vez, se clasifica en material e intelectual.

En la divisibilidad jurídica material, se atiende a un criterio normativo, no meramente físico,


en donde hay que atender en el hecho de que si la cosa se puede fraccionar
materialmente sin que pierda notoriamente su valor, al considerarse las partes en su
conjunto, por ejemplo; el automóvil tiene una invisibilidad material, o bien, un diamante
de tamaño importante pasa a tener una indivisibilidad jurídica, a pesar de que sea posible
que sea divisible materialmente porque puede perder su valor, o los animales, los cuales
son materiales o jurídicamente indivisibles.

Cosas intelectualmente divisibles son las que pueden dividirse en parte ideales o
imaginarias, aunque no lo puedan ser materialmente, sin embargo, Existe una
indivisibilidad jurídica intelectual. Este asunto dice relación con las cosas incorporales, por
ejemplo; el derecho de dominio es un derecho real divisible, pero la servidumbre es
jurídicamente indivisible, o se tiene íntegramente o no se tiene.

Octava Clasificación: COSAS O BIENES PRESENTES O FUTUROS: Nuestro código civil no hace
esta clasificación en forma expresa.

a. Cosas presentes: Son aquellas que tienen una existencia real al momento en que se
genera la relación jurídica.

b. Cosas futuras: Son aquellas que no existe, pero que se esperan que existan cuando se
genera la relación jurídica.

Novena Clasificación: COSAS COMERCIABLES E INCOMERCIABLES: Nuestro código civil


tampoco contempla expresamente esta clasificación, sin embargo, la reconoce a
propósito del objeto (específicamente en el Art. 1464).

4
Poder liberatorio se refiere al pago, compra, adquisitivo.

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a. Cosas comerciables: Cuando pueden ser objeto de relaciones jurídicas de carácter


privado, de tal manera, que las cosas comerciables son susceptibles de apreciación
privada, o bien, se pueden ejercer derechos reales, o bien, ser objeto de derechos
personales.

b. Cosas incomerciables: Son aquellas que no pueden ser objeto de relaciones jurídicas
por parte de particulares. No podrán ser susceptibles de ejercer derechos reales
respecto de ellas, y tampoco serán objeto de derechos personales.

¿En razón de qué las cosas pueden ser incomerciables?

1. En razón de la naturaleza del bien: es decir, hay cosas que son común a todos los
hombres, como por ejemplo; el alta mar, el aire, etc. Aquellas que nadie se puede
apropiar.

2. En razón del destino del bien: A lo cual están destinados, es decir, hay cosas que
son sustraídas del comercio jurídico con el objeto de afectarlas (de afectación) a
un fin determinado que en razón de ese destino las hace incomerciables. Estos
bienes son los denominados “bienes nacionales de uso público”, por ejemplo; las
plazas, las calles, etc.

Décima Clasificación: COSAS O BIENES PRIVADOS, Y BIENES NACIONALES

a. Bienes privados: Son aquellos que pertenecen a los particulares, sean estos personas
naturales o jurídicas. Respecto de estos bienes, la regla general es la comerciabilidad,
sin embargo, existen excepciones a ciertos bienes que son privados y que son
incomerciables, por ejemplo; el derecho de alimentos, el cual no puede ser objeto de
enajenación o venta al ser personalísimo.

b. Bienes nacionales: el Art. 589 del código civil nos dice que; “Se llaman bienes
nacionales aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda”. Existen dos clases de
bienes nacionales:

Art. 589. Se llaman bienes nacionales aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda.

Si además su uso pertenece a todos los habitantes de la nación, como el de calles, plazas, puentes y
caminos, el mar adyacente y sus playas, se llaman bienes nacionales de uso público o bienes públicos.

Los bienes nacionales cuyo uso no pertenece generalmente a los habitantes, se llaman bienes del Estado o
bienes fiscales.

i. Bienes nacionales de uso público: del Art. 589 se debe deducir que son bienes
nacionales todos aquellos bienes que pertenecen a la nación toda y que su uso le
pertenece a todos los habitantes de la nación

Características:
1) Su uso pertenece a todos los habitantes.
2) Son incomerciables por destino (no son susceptibles de apropiación por parte
de particulares, ni tampoco por prescripción adquisitiva).
3) Son inalienables (no pueden ser objeto de enajenación).

Sin embargo, es efectivo que algunos bienes nacionales son susceptibles de ser
otorgados en concesión o permiso de uso a particulares, pero ello no implica

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posesión o derecho de apropiación por prescripción adquisitiva, por ejemplo; lo que


ocurre con el borde costero.

ii. Bienes fiscales: Son aquellos cuyo uso no pertenece, generalmente, a los habitantes,
es decir, el dominio pertenece a la nación toda, no así su uso. El fisco es la figura
patrimonial del estado, por lo tanto, el estado también posee bienes, por ejemplo;
aquellos bienes que son del estado y que están destinados al servicio público, como
el edificio del congreso, las intendencias, los locales del ministerio público, corte de
apelaciones, SII, etc.

¿Qué ocurre, por ejemplo; con el desierto?

En nuestro país, todos los bienes raíces que no tengan dueño, se entienden estatales. Son
los denominados bienes raíces vacuos. Lo anterior se deduce del Art. 590 del código civil,
el cual nos dice que; “Son bienes del Estado todas las tierras que, estando situadas dentro
de los límites territoriales, carecen de otro dueño”.

El dominio público del estado marítimo, terrestre, fluvial, lacustre y aereo

El estado tendría ciertos dominios:

1. Respecto del dominio público terrestre, se refiere a los bienes nacionales de uso
público y fiscales que se que se mencionó anteriormente.

2. Existiría un dominio público marino; El mar puede ser clasificado en diversas partes;

a. El alta mar: Es una cosa común a todos los hombres, por lo tanto, no es susceptible
de dominio y ninguna nación o individuos tiene derecho de apropiarse de ella. Lo
anterior se deduce del Art. 585 del código civil. El uso del alta mar, incluso su
explotación, están regidas por las normas de derecho internacional público.

b. El mar adyacente: También llamado mar territorial; es la parte de la superficie


marítima que baña la cosa te un estado y se extiende hasta cierta distancia de
dicha costa, nuestro código civil, en su Art. 596 nos dice que; “El mar adyacente
que se extiende hasta las doscientas millas marinas contadas desde las líneas de
base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial”

Los bordes costeros son irregulares, por lo que se trazan líneas de base recta que se
fijan en base a coordenadas. Estas 12 millas marinas son una extensión de la
soberanía del estado adyacente o estado ribereño, es decir, la legislación, en
nuestro caso la chilena, se aplica eficientemente.

c. La zona contigua: Se encuentra a continuación del mar adyacente, y se extiende


hasta 24 millas marinas. Respecto de esta zona, el estado ejerce el derecho de
policía y fiscalización. No es territorio chileno, ni propiedad del estado. Si se
comenten delitos dentro de la zona contigua son competentes a las leyes
chilenas.

d. Mar patrimonial: O zona económica exclusiva; se extiende hasta las 200 millas
marinas. El estado de chile no plantea una propiedad sino un derecho de
explotación exclusiva.

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e. Playa de mar: Todo sector cercano al mar y que contiene arena. Para el código
civil (Art. 594) “Se entiende por playa de mar la extensión de tierra que las olas
bañan y desocupan alternativamente hasta donde llegan en las más altas
mareas”. Es la playa de mar la que se entiende como bien de uso público. Dentro
de la franja de ochenta metros contados desde la playa de mar no puede ser
objeto de apropiación privada. El libre acceso dice relación con estas (decreto ley
1939).

3. El dominio publico fluvial (ríos) y lacustre (lagos); es aquel que esta referido a las
aguas. Conforme al código de aguas, este nos dice que el agua es bien nacional de
uso público, es decir, el agua es de dominio del estado y su uso pertenece a la nación
toda. Existen concesiones de aprovechamiento de agua que tienden a
comercializarla, llegando a perder su carácter de uso público.

4. El dominio publico aéreo; se refiere a aquel sector que está por sobre el territorio de
cada país. Se presta a discusiones en cuanto a su concepción, pues para algunos
existe realmente un espacio aéreo, y otros dicen que es un intervalo entre dos
propiedades materiales. La doctrina moderna nos dice que el estado subyacente
tiene plena soberanía sobre su territorio, incluido el espacio aéreo y el mar territorial. Lo
anterior le da derecho al estado el uso del cielo. En cuanto a la aeronavegación se
reglamenta en base a acuerdos internacionales, en los que cada país es dueño de
regular su espacio aéreo y el ingreso de aeronaves, por lo que no existe un derecho
libre de pase de estas. Sólo hay derecho libre de aterrizaje en los casos forzosos.

EL DERECHO DE PROPIEDAD

Concepto de propiedad:

Se le llama indistintamente “dominio”, por lo que propiedad y dominio serían sinónimos. En


el derecho comparado hay un grado de diferencia porque el dominio es para referirse al
derecho sobre cosas materiales, y la propiedad tiene un sentido más amplio (cosas
materiales o inmateriales o meros derechos). La importancia del derecho de propiedad
esta en que es el derecho más amplio y completo, es el que otorga una mayor cantidad
de potestades al titular. En un sistema económico como el nuestro el derecho de
propiedad o dominio es el más protegido por la constitución o diversas leyes, porque se le
estima como la base de la generación del progreso.

Existen dos tipos de definiciones de la propiedad o dominio:

1. Definiciones analíticas: Son aquellas que enumeran cuales son las facultades que el
derecho de propiedad otorga a su titular. Así la definición de dominio que se
contempla en el Art. 582 del código civil es una definición analítica.

Art. 582. El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en una cosa corporal, para gozar y
disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra la ley o contra derecho ajeno.

La propiedad separada del goce de la cosa, se llama mera o nuda propiedad.

En esta definición podemos constatar que se incluyen dos facultades del dominio en
forma expresa; una es la facultad de gozar de la cosa, y la otra es la facultad de
disponer de ella.

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2. Definiciones sintéticas: Tienden a señalar en su esencia lo que es el derecho de


dominio, no hace mera recopilación de las facultades. Existen dos conceptos de
carácter sintéticos, que son:

a. Del alemán Wolf; la propiedad es el más amplio derecho de señorío que pueda
tenerse sobre una cosa.

b. Del italiano Dusi el dominio o propiedad es el señorío unitario, independiente y


virtualmente comercial sobre una cosa corporal.

Características del derecho de propiedad:

3. Es un derecho real; tanto la definición del 582 código civil nos indica de un derecho
real, de igual manera el 577 señala que son derechos reales, en primer lugar, el de
dominio. En las definiciones sintéticas al hablar del más amplio derecho de señorío se
refiere al derecho real.

4. Es, generalmente, un derecho absoluto; significa que el derecho de que se trata,


puede ser ejercido sin tomar en consideración si el ejercicio del derecho va a causar
daño a terceros, por lo tanto, al decir que es un derecho absoluto se deduce que
puede ser un derecho arbitrario, que puede ser ejercido sin ninguna racionalidad.

Existe una teoría que se denomina “del abuso del derecho”, nos señala que los
derechos deben ser ejercidos dentro de sus límites, y se debe ejercer de acuerdo a la
finalidad que tiene. Lo anterior, en relación los derechos absolutos, nos dice que
habrían derechos que estarían al margen de esta teoría, porque se pueden ejercer en
forma arbitraria, incluso, causando daño a terceros.
Nuestro código civil de alguna manera reconoce este carácter absoluto del dominio,
en el Art. 582 del código civil nos dice; “para gozar y disponer de ella arbitrariamente”,
pero a continuación la misma disposición establece una limitación, al decirnos; “no
siendo contra la ley o contra derecho ajeno”, es decir, que el código civil nos
establece dos limitaciones:

1) Debe ajustarse a la ley.


2) No debe ajustarse a derecho ajeno.

5. Se trata de un derecho exclusivo; es una regla general. Significa que se le atribuye a


un titular en forma exclusiva, facultado para disponer de la cosa como estime
conveniente, estando a salvo de eventuales intromisiones que terceros deseen hacer
del ejercicio de su derecho. Es un derecho del propietario la acción de cerramiento y
de demarcación, esta última consiste en señalar, exactamente, cuales son los
deslindes de una propiedad. La acción de cerramiento es aquella que permite cercar
la propiedad demarcada.

¿Qué ocurre en el caso de los condominios o copropiedades?

Existen ciertas situaciones en las que el dominio tienen varios titulares, por ejemplo; dos
personas compran un automóvil o una casa. En estos casos, la idea de copropiedad
no se opone al derecho exclusivo, primero porque se trata de una situación
excepcional, y además porque en la comunidad, cada titular es dueño de su porción,
de lo que se denomina parte alícuota, y respecto de esta, el titular puede ejercer los
derechos de dominios que estime más conveniente. La exclusividad esta referida a los
terceros que no son parte de la propiedad y que se intrometen en ella.

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Diversas tendencias doctrinales han establecido diversas excepciones a la regla de


exclusividad:

a) El derecho de uso inocuo: Significa que, en ciertos casos, una cosa ajena puede
ser utilizada por una persona distinta del titular siempre que no le cause daño a la
cosa.

b) El derecho de acceso forzoso: Consiste en el derecho a entrar a un predio vecino


a objeto de realizar un acto relativo a la utilización del predio propio (Art. 943).

c) Principio del mal menor: Dice relación con el estado de necesidad, y nos dice que
existen derechos que son de mayor entidad que el de dominio, este ultimo es
patrimonial, existen derechos que son propios de cada persona y que prevalecen
por sobre los patrimoniales, como el derecho a la integridad física.

6. Se trata de un derecho perpetuo, sin embargo, no significa que estemos frente a una
idea de perpetuidad del dominio, porque las cosas perpetuas, prácticamente no
existen. La idea que esta detrás de este principio, nos dice que el dominio subsiste
mientras existe la cosa misma, independientemente, del ejercicio que se pueda hacer
de él, es decir, el dominio no lleva en si mismo un plazo que lo extinga o haga
caducar por no usar, sin perjuicio de la apropiación prescriptiva de un tercero sobre la
cosa.

Las facultades del dominio

1. Facultad de uso: Consiste en que el titular del derecho de dominio puede aplicar la
cosa a todo los servicios que es capaz de proporcionar sin que afecte la entidad de la
cosa, sin que la cosa sea destruida, o sea, hay dos cosas que la facultad de uso no
permite, que son:

a. Apropiarse de los frutos de la cosa.


b. No destruirla

El Art. 582 contiene la definición de dominio o propiedad, pero no menciona la


facultad de uso. La explicación a esta omisión estaría en que el código civil francés
tampoco establece la facultad de uso, en el derecho francés siempre se estimo que
la facultad de uso estaba subsumida por la facultad de goce. Doctrinas mas
modernas se han preocupado en señalar las diferencias entre ambas facultades.

En la facultad de uso o habitación no hay facultad de apropiación de bien, de frutos.


Lo cual puede ser importante, pues determina un contrato que confiera solo derechos
de ese tipo y no apropiarse de los frutos.

2. Facultad de goce: Esta facultad consiste en que el dueño puede apropiarse de los
frutos que produce la cosa. Así tenemos entonces, por ejemplo; que el dueño de un
árbol puede hacerse dueño de los frutos del mismo, el dueño de un capital se hace
dueño de los intereses que produce. Nuestro código civil presenta una incongruencia
en este sentido, pues por una parte, uno adquiere los frutos en virtud de la facultad de
goce propia del dominio o se adquiere por accesión (Art. 643), que es un modo de
adquirir distinto.

Art. 643. La accesión es un modo de adquirir por el cual el dueño de una cosa pasa a serlo de lo que ella
produce, o de lo que se junta a ella. Los productos de las cosas son frutos naturales o civiles.

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3. Facultad de disposición: Es una facultad propia y exclusiva del dominio. Tiene dos
formas de expresión o contenido, por una parte esta la disposición material, y por otro
lado, la disposición jurídica o enajenación. Es la facultad más importante.

a. Facultad de disposición material: Dice relación con la facultad del dueño de una
cosa para transformarla, degradarla, e incluso, para destruirla. Se reconoce la
posibilidad de que la ley pueda poner ciertas limitaciones a esta facultad, por
ejemplo; respecto de la ley de monumentos nacionales (Ley 17.288), los
monumentos no pueden ser demolidos si no son autorizados por el consejo de
monumentos nacionales.

b. Facultad de disposición jurídica (enajenación): Es la facultad, del titular de


derecho de dominio, de transferir su derecho a otra persona, o bien, constituir
sobre la cosa un nuevo derecho real a favor de un tercero que constituye una
limitación a su derecho. En el fondo, nos encamina al concepto de enajenación.

Esta facultad dice relación con el principio de la libre circulación de los bienes, como
también se relaciona con la libertad de comercio, de lo contrario, el impedirse la libre
circulación de los bienes, se produce la degradación de la riqueza. Este, es un
principio de orden público, no obstante, nuestro código civil establece ciertas
posibilidades de limitaciones al dominio, por ejemplo; no se permiten los usufructos
sucesivos o alternativos. Respecto de la hipoteca, el Art. 2415 nos dice; “El dueño de
los bienes gravados con hipoteca podrá siempre enajenarlos o hipotecarlos, no
obstante cualquiera estipulación en contrario”. Las cosas donadas también se pueden
enajenar.

El problema principal que plantea la facultad de disposición en relación con la libre


circulación de los bienes, es determinar la validez de las cláusulas de no enajenar
voluntarias, pues es efectivo que en algunas oportunidades la misma ley limita la
enajenación (por ejemplo; lo que ocurre con las casas SERVIU, las cuales no se
pueden enajenar ni entregarla en cualquier tipo de acto o contrato durante cinco
años). Las cláusulas voluntarias son aquellas que se estipulan entre partes, en las
cuales el titular de derecho de dominio se compromete a no enajenar un
determinado bien por cierto plazo o indefinidamente. Son bastante comunes en la
vida jurídica comercial, no obstante, el no enajenar es una renuncia a dicho derecho
y podría constituir un objeto ilícito, y por consiguiente, nulidad absoluta.

Las argumentaciones de quienes dicen que estas cláusulas son validas serían las
siguientes:

1. En el campo del derecho privado rige el principio de la libertad contractual, salvo


que la ley expresamente prohíba hacer algo, pero no existe norma alguna que
prohíba la estipulación de una cláusula de no enajenar.

2. En ciertos casos, la ley prohíbe la cláusula de no enajenar. El Art. 2415 respecto de


la hipoteca nos dice; “El dueño de los bienes gravados con hipoteca podrá
siempre enajenarlos o hipotecarlos, no obstante cualquiera estipulación en
contrario” ¿Por qué la ley prohíbe? Porque la regla general es la validez de dichas
cláusulas.

3. Respecto de los aforismo jurídicos, existe aquel aforismo que nos dice que; “el que
puede lo mas puede lo menos”, por lo tanto, el dominio tiene tres facultades, y el

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

dueño puede desprenderse de las tres si lo estima pertinente, como también


podría transferir sólo una de ellas.

4. Este argumento lo encontramos en el reglamento del registro del conservatorio de


bienes raíces (del año 1.857 en virtud del Art. 695 del código civil). Ocurre que en
su Art. 53, cuando habla de los títulos que pueden inscribirse en el conservador, en
su número tercero, nos dice que puede inscribirse; “Todo impedimento o
prohibición referente a inmuebles sea convencional, legal o judicial que
embarace o limite de cualquier modo el libre ejercicio del derecho de enajenar”.
La norma permite la estipulación de ciertos pactos. Quienes defienden esta
postura, estiman que este reglamento es un decreto con fuerza de ley.

Art. 53. Pueden inscribirse:

1. Toda condición suspensiva o resolutoria del Diario Oficial minio de bienes inmuebles o de otros
derechos reales constituidos sobre ellos;

2. Todo gravamen impuesto en ellos que no sea de los mencionados en los números 1 y 2 del artículo
anterior como las servidumbres. El arrendamiento en el caso del artículo 1962 del Código Civil y
cualquiera otro acto o contrato cuya inscripción sea permitida por la ley;

3. Todo impedimento o prohibición referente a inmuebles sea convencional, legal o judicial que
embarace o limite de cualquier modo el libre ejercicio del derecho de enajenar. Son de la segunda
clase el embargo, cesión de bienes, secuestro, litigio, etc.

¿Qué ocurre cuando hay incumplimiento de la cláusula?

No se trata de actos prohibido por las leyes, por lo que estaríamos frente a un
incumplimiento contractual y daría lugar solo a la indemnización de daños o
perjuicios.

Tesis que sostienen la nulidad de la cláusula:

1. En el texto del mensaje del código civil se reconoce expresamente la libre


circulación de los bienes, el cual no puede alterarse.

2. Si la validez fuera la regla general, no se comprende por qué en determinados


casos la ley ha debido legalizar estas causas como ocurre en la donación con
gravamen, por lo cual esta posición neutraliza totalmente el argumento contrario.

3. La cláusula de no enajenar es contraria al Art. 582.

4. También infringe al 1810 del código civil, y estamos hablando de una enajenación
convencional no de una cláusula contractual.

5. Respecto del argumento del conservador, se le reconoce el planteamiento de la


posibilidad, pero qué es lo que realmente hace el reglamente, permite la
inscripción pero no nos dice cuales serán los efectos. No se le reconoce su
carácter legal, al ser este un reglamento.

La cláusula de no enajenar según este sector es nula, porque adolecería de objeto


ilícito al ser prohibido por las leyes, y además es contrario al principio de la libre
circulación de los bienes.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

La posición ecléctica nos dice que son válidas pero sometidas a ciertas condiciones
sin las cuales las cláusulas son nulas.

1. Debe ser un tiempo relativamente breve; algunos dicen que no podría exceder los
diez años, porque es el plazo de la prescripción de las acciones. Otros dicen que 5
años porque es el plazo de prescripción ordinario de las acciones.

2. Debe haber un interés legitimo en la enajenación, por lo que debiera tener algún
motivo jurídico económico que la justifique y que no podría venir de la
arbitrariedad.

LOS MODOS DE ADQUIRIR EL DOMINIO

Título es la causa remota de adquisición de un derecho real, modo es el hecho idóneo


para producir, en concreto, la adquisición del derecho, ejemplos clásicos son la
compraventa, la permuta, y los que señala el Art. 588 del código civil.

Art. 588. Los modos de adquirir el dominio son la ocupación, la accesión, la tradición, la sucesión por causa de
muerte, y la prescripción.

De la adquisición de dominio por estos dos últimos medios se tratará en el Libro De la sucesión por causa de
muerte, y al fin de este Código.

En nuestro sistema, para adquirir el dominio, se exige la concurrencia de un título y de un


modo, esta es la teoría tradicional, proviene del derecho romano, y fue desarrollada en la
edad media. En otros sistemas, basta con el sólo título para adquirir un derecho real. Este
sistema opera en Francia.

El Art. 588 del código civil enumera los modos de adquirir el dominio, en forma no taxativa:

1. La ocupación
2. La accesión
3. la tradición
4. La sucesión por causa de muerte; que es un modo de adquirir el dominio de las cosas
transmisibles dejados por una persona.
5. la prescripción adquisitiva o usucapión, que es un modo de adquirir las cosas ajenas, o
de extinguir las acciones y derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no
haberse ejercido dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo, y
concurriendo los demás requisitos legales (Art. 2492).
6. la ley, que en determinados casos opera como modo de adquirir.

Clasificación de los modos de adquirir el dominio:

1. Originarios y derivativos:
a. Los primeros (los modos originarios) permiten la cesión del dominio,
independientemente del derecho de un antecesor (el derecho nace en este
titular) por ejemplo; la ocupación, la accesión, la prescripción, y la ley.
b. En los modos derivativos, el derecho es traspasado de otro titular que se llama
“antecesor”, por ejemplo; la sucesión por causa de muerte, la tradición, etc. La
importancia de esta clasificación radica en la existencia de aquel aforismo jurídico
que nos dice que; “nadie puede transferir mas derechos que los que tiene”, por
esto se debe examinar los derechos del antecesor.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

2. A título universal o singular:


a. Se adquieren todos los derechos de una persona o una parte alícuota (herencia).
b. Se adquieren bienes determinados (legado)5.
La prescripción y la tradición, normalmente operan a título singular, por excepción la
tradición opera a título universal, en el caso de la cesión de derecho real de
herencia(en el caso del derecho de herencia).

3. A título gratuito u oneroso:


a. en el primer caso no hay un desembolso pecuniario por parte del adquiriente, por
ejemplo; accesión, prescripción, sucesión por causa de muerte, etc.
b. En el segundo caso, el adquiriente debe efectuar un sacrificio pecuniario para
adquirir el derecho.
En la tradición, lo central es el título, por ejemplo; si es una donación, será a título
gratuito, y si es una compraventa será a titulo oneroso.

4. Por actos entre vivos o por actos de ultima voluntad:


a. no se requiere la muerte de una persona, por ejemplo; la ocupación, la accesión,
prescripción y la ley.
b. Se presupone la muerte de una persona, por ejemplo; la sucesión por causa de
muerte.

Reglas especiales de los modos de adquirir:

1. Permiten adquirir otros derechos reales, no sólo de dominio. No obstante, que el Art.
588 habla de “dominio” se pueden adquirir otros derechos reales. Así por la tradición y
la sucesión por causa de muerte se pueden adquirir el dominio, el usufructo, los
créditos, las servidumbres, etc. La ocupación y la accesión sólo permiten adquirir el
dominio, por la prescripción no se pueden adquirir las servidumbres discontinuas e
inaparentes6.

2. Se puede adquirir un derecho por sólo un modo de adquirir, no pueden concurrir


copulativamente dos modos. La jurisprudencia sostiene que si se puede poseer a
varios títulos7.

3. La tradición exige un título. El Art. 675 exige un título translaticio de dominio, que son
aquellos que por su naturaleza, sirven para transferir el dominio, por ejemplo; la
compraventa, la permuta, la transacción si recae sobre un objeto no disputable.

Se discute si todos los modos requieren un título. Existen dos posiciones al respecto:

a. Para Alessandri Rodríguez, todos los modos requieren un título, y agrega que en la
ocupación, accesión y prescripción, el título se confunde con el modo. En la sucesión
por causa de muerte, si esta es abintestato, el título es la ley, si es testada, el título es el
testamento. Señala que esto se deduce del sistema de organica general del código
civil.

5 Siempre opera en la sucesión testada.


6
Es una limitación al dominio que trata acerca de un gravamen que pesa sobre un predio a favor de otro predio
de otro dueño. Si ambos predios pertenecen a una misma persona no podemos hablar de servidumbres
discontinuas.
7
Porque un modo extingue a otro.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

b. Somarriva señala que el titulo se exige sólo en la tradición, porque el Art. 675 sólo se
refiere a la tradición, y lo hace de un modo excepcional, además, el Art. 588 sólo
habla de modos de adquirir y no de título. Este autor se pregunta; ¿En el caso del
modo la ley, cuál sería el título? Alessandri responde; la ley, la jurisprudencia a
propósito de la expropiación. Sostiene que opera la ley como modo de adquirir, la
que igualmente serviría de título.

Primer Modo de Adquirir el Dominio: LA OCUPACION

Por la ocupación se adquiere el dominio de las cosas que no pertenecen a nadie, y cuya
adquisición no es prohibida por las leyes chilenas o por el derecho internacional. Sus
requisitos son:

1. Las cosas no deben pertenecer a nadie.


2. Su adquisición no debe estar prohibida.
3. La aprehensión material con la intención de adquirir el dominio.

1. Las cosas no deben pertenecer a nadie: Res nullius, ya sea porque nunca han tenido
propietario o han dejado de tenerlo, o abandonadas por su dueño al primer
ocupante. Por aplicación del Art. 590, la ocupación solamente procede sólo respecto
de bienes muebles.

2. No debe estar prohibida por la ley chilena o por el derecho internacional:


Expresamente se encuentra en los artículos 609, 611, 622 del código civil. El derecho
internacional prohíbe el “pillaje”.

Art. 609. El ejercicio de la caza estará sujeto al cumplimiento de la legislación especial que la regule.
No se podrá cazar sino en tierras propias, o en las ajenas con permiso del dueño.

Art. 611. La caza marítima y la pesca se regularán por las disposiciones de este Código y, preferentemente,
por la legislación especial que rija al efecto.

Art. 622. En lo demás, el ejercicio de la caza y de la pesca estará sujeto a las ordenanzas especiales que
sobre estas materias se dicten.

No se podrá, pues, cazar o pescar sino en lugares, en temporadas, y con armas y procederes, que no estén
prohibidos.

3. Aprehensión material con intención de adquisición: Existen dos elementos:


a. Elemento material, real o de hecho: La aprehensión es material si, efectivamente,
se toma la cosa pero puede ser también presunta, en el caso de ejecutarse acto
que manifiesten la intención de adquirir, por ejemplo; aquel cazador que persigue
a un animal, le dispara y le hiere gravemente, esto último es la entidad por la cual
se presume la ocupación del animal.
b. Elemento psíquico (la intención): Debe haber intención de adquirir el dominio, de
allí que ni los dementes ni los infantes no podrían adquirir.

Ocupación de cosas animadas e inanimadas

1. Cosas animadas: Nuestro código civil, en los Art. 607 y 608, señala que la caza y la
pesca son especies de ocupaciones por las cuales se adquiere el dominio de los
animales bravíos.

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Clasificación del Art. 608:


a. Bravíos: Son aquellos que viven naturalmente libre e independiente del hombre
como las fieras y los peces.
b. Domésticos: Son los que pertenecen a especies que viven ordinariamente bajo
dependencia del hombre, como los perros, gatos, gallinas, etc.
c. Domesticados: Son aquellos salvajes por naturaleza pero se han acostumbrado
a la domesticidad, y en cierto modo, reconocen el imperio del hombre. Si estos
pierden la costumbre de volver al amparo humano se les aplican las reglas de
los animales bravíos.

Teorías que producen el apoderamiento del animal: En nuestro sistema, el apoderamiento


se produce en los siguientes casos:

a. Con la aprehensión material.


b. Si se ha herido gravemente al animal y el cazador lo persigue.
c. Si el animal cae en trampas o redes del cazador o pescador.
d. Si el animal fue herido por un cazador pero capturado por otro, el animal pertenece al
primero.

Tanto la caza como la pesca, están sujetas a la legislación especial correspondiente, si se


caza en tierra ajena sin permiso del dueño lo que cace será para el dueño, además se le
debe indemnizar los perjuicios. El Art. 602 regula la situación de las abejas que huyen de la
colmena y el Art. 621 el caso de las palomas que abandonan un palomar.

Ocupación de cosas inanimadas

1. La invención o hallazgo: Es una especie de ocupación por la cual el que se encuentra


una cosa inanimada que no pertenece a nadie, adquiere su dominio, apoderándose
de ella. Ejemplo; Art. 624 del código civil.

2. La res derelictae: Son cosas abandonadas por su dueño al primer ocupante. Ejemplo;
arrojar una moneda para que la coja el primer ocupante (Art. 624, inciso tercero). En
caso de duda si se abandonó o no la cosa, debe optarse por la negativa.

3. El tesoro: Es una especie de invención o hallazgo, según el Art. 625 del código civil; Se
llama tesoro la moneda o joyas, u otros efectos preciosos, que elaborados por el
hombre han estado largo tiempo sepultados o escondidos sin que haya memoria ni
indicio de su dueño. Si el tesoro se encuentra en terreno ajeno, se divide en partes
iguales, entre el dueño del terreno y la persona que haya hecho del descubrimiento.
Pero esta última no tendrá derecho a su porción, sino cuando el descubrimiento sea
fortuito o se haya buscado con permiso del dueño del terreno. Si el tesoro se
encuentra en terreno propio, todo el tesoro pertenece al dueño.

4. La captura bélica: Este tema pertenece al derecho internacional, y se debe distinguir


entre el motín y la presa. El motín se refiere al apoderamiento de bienes del enemigo
la guerra terrestre. Este debe tener un límite, pues no es lícito para el derecho
internacional, que el enemigo se apodere de bienes privados. La presa es cierto
apoderamiento de bienes del enemigo en guerra marítima. En esta, el enemigo
puede apoderarse de bienes particulares, por lo tanto, sería lícito de que el enemigo
se apodere de la marina mercante (particular) del enemigo. El Art. 641 se refiere al las
presas hechas por bandidos, piratas o insurgentes.

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5. Especies muebles al parecer perdidas, y especies naufragas: Siendo posible, estos


bienes deben ponerse a disposición del dueño, en caso contrario, se venderán en
pública subasta deduciendo del producto las expensas de aprehensión y
conservación. El remanente se divide entre quien encontró la especie y la
municipalidad respectiva. Subastada la especie, se mira como irrevocablemente
perdida para el dueño (Art. 633 del código civil).

Segundo Modo de Adquirir el Dominio: LA ACCESIÓN

Es un modo de adquirir, por el cual, el dueño de la cosa pasa a serlo de lo que ella
produce o de lo que se junta a ello (Art. 643).

Criticas de la doctrina:
a. Generalmente constituye una manifestación de la facultad de goce.
b. No se atiende a la voluntad del adquirente.

Clases de accesión:
1. De frutos y continua:
a. Accesión de frutos o por producción: En virtud de ella, el dueño de una cosa, lo es
también de lo que ella produce. Fruto es lo que una cosa da periódicamente, y sin
detrimento de su sustancia, por ejemplo; las flores y frutos de un árbol. Producto es lo
que una cosa da periódicamente con detrimento de su sustancia, por ejemplo; las
piedras de una cantera. En el Art. 643 se señala; “Los productos de las cosas son frutos
naturales o civiles”, es decir, el código civil los confunde en este caso pero en otras
normas no sucede ello, por ejemplo; en el Art. 537.

Clasificación de los frutos: Se dividen en naturales y civiles.


i. Frutos naturales: son los que da la naturaleza, ayudada o no de la industria
humana, se llaman pendientes mientras adhieren a la cosa que los produce
como una planta arraigada al suelo, se llaman percibidos si han sido
separados de la cosa productiva, por ejemplo; una madera cortada, y se
dicen consumidos, cuando se han consumido verdad3eramente o se han
enajenado (Art. 644 y 645 del código civil).
ii. Frutos civiles: Alessandri los define como la utilidad que el dueño de la cosa
obtiene, al conceder a un tercero el uso y goce de ella, y según el Art. 647, se
llaman frutos civiles los precios, pensiones o cañones de arrendamiento o
censo, etc. Se llaman pendientes mientras se eleven, y percibidos desde que se
cobran.
Los frutos pertenecen al dueño, sin perjuicio de excepciones, ya sean voluntarias o
legales.

b. Accesión continua: Es la accesión propiamente tal, consiste en la unión de dos o más


cosas por obra del hombre o de la naturaleza, que originariamente estaban
separadas, y que pasan a formar un todo indivisible, y puede ser de inmueble a
inmueble, de mueble a mueble, y de mueble a inmueble.

i. Accesión de inmueble a inmueble

1) Aluvión: Es el aumento que recibe la ribera del mar o de un río o lago, por el lento
e imperceptible retiro de las aguas. El terreno de aluvión accede a las heredades
riberanas, dentro de sus líneas de demarcación, prolongadas directamente hasta
el agua (Art. 649 y 650 del código civil). El inciso final del Art. 650 señala que; “”

104
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2) Avulsión: Se refiere a la parte del suelo que por una avenida o por otra fuerza
natural violenta es transportada de un sitio a otro, conserva el dueño su dominio,
para el solo efecto de llevársela; pero si no la reclama dentro del subsiguiente año,
la hará suya el dueño del sitio a que fue transportada.

3) Mutación del albeo de un río o división de este en dos brazos que no vuelven a
unirse: en tal caso, los propietario riberanos con permiso de la autoridad
competente, puede hacer las obras necesarias para restituir las aguas a su cauce,
y la parte de este que quede en seco, accede a las heredades continuas como
en el caso del aluvión.

4) Formación de una nueva isla: Requisitos;


a. La isla debe formarse en ríos o lagos no navegables por buques de más
de cien toneladas; En el caso contrario pertenece al estado, por
aplicación del Art. 597 del código civil.

Art. 597. Las nuevas islas que se formen en el mar territorial o en ríos y lagos que puedan
navegarse por buques de más de cien toneladas, pertenecerán al Estado.

b. La isla debe formarse de manera definitiva, en caso contrario, se mira


como parte del cause.

ii. Accesión de mueble a inmueble

Se trata de la edificación, plantación o siembra, ejecutados en un inmueble. si


los materiales, plantas, semillas pertenecen a una persona distinta al dueño del
suelo8. Además, es necesario que los materiales se incorporen en la
construcción, o que las plantas arraiguen en el suelo, si esto ocurre, se aplica el
aforismo; “lo accesorio sigue la suerte de lo principal” para determinar a quien
pertenece el edificio, siembra o plantación.

1. Se edifica, planta o siembra con materiales ajenos en suelo propio: Hay


que distinguir tres situaciones;
a. Si el dueño de los materiales no conocía el uso hecho por el dueño del
inmueble; en todas ellas, este último adquiere el edificio, plantación o
siembra.
 Si procedió con justa causa de error (buena fe), o sea, por motivos
fundados, creían que los materiales le eran propios, existe un
derecho alternativo; pagarle al dueño su justo precio, o restituir de
la misma naturaleza, calidad, y actitud.
 No hay justa causa del error, es decir, no hay motivo suficiente,
además del ya referido derecho alternativo, se deben pagar los
perjuicios causados.
 Mala fe, es decir, a sabiendas de que los materiales eran ajenos.
Además de lo anterior, se aplica la pena del hurto.

b. Si el dueño de los materiales tuvo conocimiento del uso del uso que el
hizo el dueño del inmueble; el código civil señala que debe pagársele
el justo precio (compraventa) u otro tanto de igual naturaleza
(permuta) y actitud.

8 Estas normas no se aplican si existe un contrato.

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2. Si se edifica, planta o siembra con material propio del suelo ajeno; hay que
distinguir;
a. Si el dueño del inmueble tuvo conocimiento de esta situación; debe
pagar el valor del edificio, plantación o siembra.
b. Si el dueño del inmueble no tuvo conocimiento de la situación; existe un
derecho alternativo, entre hacer suyo lo realizado con las
indemnizaciones que correspondan, o que se le pague el justo precio
del terreno más intereses.

3. Si se edifica, planta o siembra con material ajeno en suelo ajeno; el dueño


del terreno puede dirigirse contra quien hizo la edificación, y por analogía,
se puede aplicar el mismo derecho alternativo mencionado anteriormente,
no obstante, el dueño de los materiales solo puede dirigirse contra quien
hizo la construcción.

iii. Accesión de mueble a mueble

Es decir, dos cosas muebles que pertenecen a distintos dueños se unen; la


cosa accesoria pertenece al dueño de la cosa principal, hay tres especies;

1. Adjunción: Es una especie de accesión, en la cual dos cosas muebles


que pertenecen a distintos dueños se juntan una a otra, de modo, que
pueda separarse y subsistir después de separadas, por ejemplo; el anillo
de A más el diamante de B, o el espejo de A más el marco de B.

Según la doctrina, si no pueden separarse también hay adjunción con


mayor, pues lo que realmente importa es que mantengan su fisonomía
en caso de separarse, no si realmente se separan o no.

El dueño de la cosa principal se hace dueño de lo accesorio, si no hay


conocimiento por una parte ni mala fe por la otra, pero debe pagar al
dueño de lo accesorio el valor de este.

Determinación de la cosa principal

a. Su estimación; o sea, el valor de venta, pero la ley hace primar el


valor de afección, por ejemplo; el anillo de un antepasado.
b. Si no hay gran diferencia en la estimación, es accesoria la cosa que
sirve de ornato o complemento a la otra.
c. No se puede aplicar lo anterior, será principal la cosa con mayor
volumen.

2. Especificación: Es la creación de una cosa nueva, de una obra o


artefacto, empleando materiales ajenos sin consentimiento del
propietario. La nueva especie pertenece al dueño del material, en la
medida de que no haya conocimiento ni mala fe, a menos, que la obra
valga mucho más que el material utilizado9.

9
Parte de la doctrina señala que lo material (por ejemplo; un bloque de mármol) más el trabajo del hombre (que
no sería cosa) sería un modo de adquirir distinto, específico.

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3. Mezcla: Es la unión de dos o más cuerpos sólidos o líquidos que se


confunden en el conjunto, dejando de ser diversos y reconocibles, no
habiendo conocimiento ni mala fe, la mezcla pertenece en común, a
los dueños de las cosas mezcladas, a prorrata del valor de los
materiales que a cada uno corresponde, a menos que el valor de una
materia sea considerablemente superior, en tal caso, el dueño de esta
puede reclamar la cosa producida pagando el precio de la materia
restante.

Tercer Modo de Adquirir el Dominio: LA TRADICIÓN

La tradición es el modo de adquirir el dominio de las cosas que consiste en la entrega que
el dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte, la facultad e intención de
transferir dominio, y por otra, la capacidad e intención de adquirirlo. Lo que se dice del
dominio se extiende a todo los otros derechos reales.

Características de la tradición:
1. Es un modo de adquirir el dominio, tiene un gran campo de aplicación, permite
adquirir no sólo el derecho sino los demás derechos reales.
2. La tradición es una convención. Extingue la obligación de transferir el dominio.
3. En un modo derivativo.
4. Opera título singular, por regla general (se trata de un bien determinado).
5. Puede operar a titulo gratuito u oneroso.
6. opera entre vivos.

Requisitos de la tradición:

1. Presencia de dos partes; el tradente y el adquirente: Tradente es la persona que por la


tradición, transfiere el dominio de la cosa entregada por él o a su nombre. Adquirente
es la persona que por la tradición, adquiere el dominio de la cosa recibida por él o a
su nombre (inciso 1 del Art. 673 del código civil). Este requisito es una consecuencia de
que la tradición sea una convención, es decir, un acto jurídico bilateral, el cual
presenta una diferencia con lo que sucede en el sistema francés, ya que en tal país
basta con el contrato para la adquisición del dominio pero en nuestro sistema del
contrato solo nacen derechos personales, y para que opere la transferencia del
dominio, se requiere de un modo de adquirir.

Requisitos del tradente:


a. Debe ser dueño de la cosa que entrega o titular del derecho que transfiere.
b. Debe tener la facultad para transferir el dominio o el derecho de que se trate. En
relación al primer requisito del tradente, si la tradición es hecha por quien no es
dueño no es nula, sino que es válida pero no transfiere el dominio. Lo anterior es
una aplicación del aforismo “nadie puede transferir más derechos que los que
tiene”, a mayor abundamiento, no existe ninguna norma del código civil que
prescriba la nulidad de la tradición hecha por quien no es dueño, sino más bien
ocurre lo contrario, así es como el Art. 682, inciso 1 señala; “Si el tradente no es el
verdadero dueño de la cosa que se entrega por él o a su nombre, no se adquieren
por medio de la tradición otros derechos que los transmisibles del mismo tradente
sobre la cosa entregada”. Por su parte, el 683 señala que “La tradición da al
adquirente, en los casos y del modo que las leyes señalan, el derecho de ganar
por la prescripción el dominio de que el tradente carecía, aunque el tradente no
haya tenido ese derecho”.

107
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La tradición, al ser un acto jurídico, exige capacidad de ejercicio. Luego, si se es


plenamente capaz, se puede actuar por si o a través de mandatario. La facultad
de transferir se refiere al poder de disposición, Alessandri explica que esto se refiere
a la idoneidad del agente, para ser sujeto de una relación determinada, esto se
conoce como “legitimación”.

2. Consentimiento del tradente y adquirente: Al ser la tradición una convención, para su


eficacia se exige que concurran las voluntades del tradente y del adquirente. Ello se
desprende del Art. 670, 672 y 673. La tradición también puede hacerse mediante
representantes debidamente autorizados, en tal caso, se entiende hecha por el
respectivo mandante (Art. 671, inciso final).
Para que sea valida la tradición, se requiere que el mandatario, o representante legal,
obre dentro de los límites de su mandado o representación legal (Art. 674). Si en
principio, la tradición fue inválida, por haberse hecho sin la voluntad del tradente o de
su representante, se valida retroactivamente por la ratificación del que tiene la
facultad de enajenar la cosa, como dueño o como representante del dueño (Art.
672). El Art. 673 se refiere la ratificación del adquirente o de su representante.

Error en la tradición: Existen tres clases de error:


1. Error en la cosa tradida; se refiere al error en la identidad de la especie que debe
entregarse (Art. 1453).
2. Error en la persona a quien se hace la entrega; afecta su validez y produce su
nulidad (Art. 676).
3. Error en el título; acá hay dos especies; primero, si ambas partes creen que se trata
de títulos translaticios de dominio pero de distinta naturaleza, por ejemplo; Si una
parte cree que es un titulo translaticio, y la otra, un título de mera tenencia.

Art. 676. Se requiere también para la validez de la tradición que no se padezca error en cuanto a la
identidad de la especie que debe entregarse, o de la persona a quien se le hace la entrega, ni en
cuanto al título.

Si se yerra en el nombre sólo, es válida la tradición.

Art. 677. El error en el título invalida la tradición, sea cuando una sola de las partes supone un título
translaticio de dominio, como cuando por una parte se tiene el ánimo de entregar a título de
comodato, y por otra se tiene el ánimo de recibir a título de donación, o sea cuando por las dos partes
se suponen títulos translaticios de dominio, pero diferentes, como si por una parte se supone mutuo, y
por otra donación.

Situación de las ventas forzadas: Son aquellas que se realizan en pública subasta por
decreto judicial, a petición de un acreedor. En este caso, el juez asume la
representación del deudor para realizar la tradición. La doctrina analiza el problema
de que el juez representa a quien no desea consentir, y se señala que se debe aplicar
la teoría de la representación como modalidad del acto jurídico. No sería la voluntad
del representado la que contrata sino la del representante.

3. Existencia de un título translaticio de dominio: Este requisito lo exige el Art. 675 para la
validez de la tradición, y son aquellos que por naturaleza son actos para transferir el
dominio, como la permuta, el aporte en sociedad, la compraventa, el mutuo, la
novación, la transacción si recae sobre un objeto no disputado.
La corte suprema, ha señalado que en caso de nulidad del título, la tradición no
transfiere el dominio. El Art. 675 señala que se requiere además que el título sea válido
respecto de la persona a quien se confiere, por ejemplo; la donación irrevocable
entre cónyuges.

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4. La entrega: Es el elemento material de la tradición, la forma de realizarla difiere según


se trate d e un derecho personal, de un bien mueble o inmueble.

Efectos de la tradición
1. El efecto normal: Es la transferencia del dominio del tradente al adquirente.
2. Si el tradente no es dueño, el adquiriente puede iniciar una posesión, y si reúne los
demás requisitos legales puede adquirir por prescripción adquisitiva.
3. Si el tradente no es dueño pero adquiere después el dominio, se entenderá haberse
este transferido, desde el momento de la tradición (Art. 682).

Época para exigir la tradición


Lo normal, es que la tradición sea exigible desde que se perfecciona. Debe recurrirse al
título, ya que puede haber un plazo, una tradición. Según al Art. 681, se puede pedir la
tradición de todo aquello que se deba desde que no haya plazo pendiente para su
pago, salvo que intervenga decreto judicial en contrario, norma que debe concordarse
con el Art. 1578 que señala que es nulo el pago hecho al acreedor “Si por el juez se ha
embargado la deuda o mandado retener su pago”.

Tradición de derechos reales sobre bienes muebles

Debemos distinguir; Existe la tradición real y la tradición ficta o simbólica:

a. Tradición real: Es aquella que se hace física o naturalmente, entregando la cosa. La


tradición de una cosa corporal mueble, deberá hacerse significando una de las partes
a la otra que le transfiere el dominio y figurando esta transferencia por uno de los
medios siguientes:
 Art. 684, número 1: “Permitiéndole la aprehensión material de una cosa presente”

b. Tradición ficta o simbólica: Es aquella que se hace por medio de una ficción, ya sea
un símbolo, un signo que representa a la cosa tradida.

Casos de tradición ficta:


1. Mostrándosela; esto se conoce como tradición de larga mano (Art. 684,
número 2).
2. Entregando las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que
este guardada la cosa (Art. 684, número 3).
3. Encargándose el uno de poner la cosa a disposición del otro en el lugar
conveniente (Art. 684, número 4)
4. Por la venta, donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la
cosa mueble como usufructuario, arrendatario, comodatario, depositario, o
a cualquier otro título no translaticio de dominio (Art. 684, número 5).
5. Recíprocamente, por el mero contrato en que el dueño se constituye
usufructuario, comodatario, arrendatario, etc. Esto se conoce como la
“Cláusula Constituto Posesorio”.

Tradición de bienes muebles por anticipación: Según el Art. 685, la tradición se verifica en
el momento de la separación de estos objetos.

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Tradición de derechos reales sobre inmuebles

Se efectuará, la tradición del dominio de los bienes raíces por la inscripción del título en el
registro (de propiedad) del conservador (Art. 686, inciso 1).

Fines de la inscripción en el conservador de bienes raíces


1. Forma de efectuar la tradición sobre los bienes raíces.
2. Sirve de publicidad para la constitución, transferencia y transmisión de los derechos
reales, así se señala en el mensaje de nuestro código. Se puede mantener la historia
de la propiedad raíz, conocer sus gravámenes y evitar engaños a terceros.
3. Es prueba, requisito y garantía de la posesión (la inscripción no prueba el dominio).
4. Es solemnidad de ciertos actos o contratos.

La inscripción como prueba, requisito y garantía de la posesión 10


a. La inscripción como prueba: La posesión de los derechos inscritos se prueban por la
inscripción, mientras esta subsista, y con tal que haya… un año completo, no es
admisible ninguna prueba de posesión con que se pretenda impugnarla (Art. 924)
b. La inscripción como requisito: Si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse
por inscripción en el registro del conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella
sino por este medio (Art. 724).
c. La inscripción como garantía de la posesión: Para que cese la posesión inscrita, es
necesario que la inscripción se cancele, sea por voluntad de las partes o por una
nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro o por
decreto judicial. Mientras subsista la inscripción, el que se apodere de la cosa a que se
refiere el título inscrito no adquiere posesión de ella ni pone fin a la posesión existente
(Art. 728).
Contra un título inscrito, no tendrá lugar la prescripción adquisitiva de bienes raíces o de
derechos reales, constituidos en estos, sino en virtud de otro título inscrito, ni empezará a
correr sino desde la inscripción del segundo (Art. 2505).

La inscripción como solemnidad del acto o contrato; por ejemplo; en el usufructo sobre
inmuebles por acto entre vivos (Art. 767), el fideicomiso sobre inmuebles (Art. 735), en la
constitución del censo (Art. 2027). En la hipoteca la doctrina discute. No se discute si la
inscripción es la forma de efectuar la tradición del derecho real de hipoteca, lo que se
debate es si la inscripción es una solemnidad:

a. Un sector de la doctrina sostiene que la inscripción es solemnidad, se basa para ello en


las siguientes normas:
El Art. 2409 señala que; “La hipoteca deberá otorgarse por escritura pública. Podrá ser
una misma la escritura pública de la hipoteca, y la del contrato a que accede”, por su
parte, el 2410 prescribe que; “…deberá además ser inscrita en el Registro
Conservatorio; sin este requisito no tendrá valor alguno; ni se contará su fecha sino
desde la inscripción”.

b. Otro sector de la doctrina señala que la inscripción no es solemnidad, y se basan en el


Art. 2419 que señala; “La hipoteca de bienes futuros sólo da al acreedor el derecho de
hacerla inscribir sobre los inmuebles que el deudor adquiera en lo sucesivo y a
medida que los adquiera”.

10 De memoria

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El conservador de bienes raíces

El Art. 695 señala que; “Un reglamento especial determinará en lo demás los deberes y
funciones del Conservador, y la forma y solemnidad de las inscripciones”. La
jurisprudencia ha señalado que el reglamento del registro conservatorio de bienes raíces
publicado el 24 de junio de 1857 pero que empezó a regir el primero de enero de 1859 es
un decreto con fuerza de ley.
El conservador es un auxiliar de la administración de justicia, es un ministro de fe pública,
debiendo existir uno en cada comuna o agrupación de comunas que constituyan el
territorio jurisdiccional de un juez de letras. Los libros fundamentales que lleva son los
siguientes:

1. El índice: Se va formando en orden alfabético, a medida que se realizan las


inscripciones correspondientes en los registros.

2. Los registros: Se encuentran constituidos por tres registros particulares;


a. El registro de propiedad: Se inscriben según el inciso primero del Art. 32 del
reglamento; las translaciones de dominio, o sea, las transferencias, transmisiones y
adquisiciones por prescripción.
b. El registro de hipotecas y gravámenes: Se inscriben, entre otros, las hipotecas, los
censos los derechos de usufructo, uso y habitación, los fideicomisos, las
servidumbres
c. El registro de interdicciones y prohibiciones de enajenar: Se inscriben las
interdicciones y prohibiciones de enajenar e impedimentos relacionados en el Art.
53, número tercero, o sea; “Todo impedimento o prohibición referente a inmuebles
sea convencional, legal o judicial que embarace o limite de cualquier modo el
libre ejercicio del derecho de enajenar”, por ejemplo; el embargo, la cesión de
bienes, el secuestro, etc.
Los registros deben llevarse en conformidad con las siguientes normas: Art. 34, 35, 36,
37, 40, 41, 47, 48, entre otros.

3. El repertorio: El conservador, además, debe llevar un libro denominado “repertorio”, el


cual estará encuadernado, foliado y cubierto con tapa firme, en el cual se anotará
todos los títulos que se le presentan. Se encuentra regulado en el Art. 21 hasta el Art. 30
del registro conservador. El conservador no tiene atribuciones para determinar la
validez de los títulos que se le presentan.

Está sujeto a un régimen de responsabilidad, que opera del siguiente modo:

a. Responsabilidad civil: En caso de errores cometidos en sus certificaciones o por


inscripciones mal hechas, deben indemnizar los daños causados.
b. Responsabilidad penal: Debe responder por los ilícitos penales cometidos en
ejercicio de su cargo.
c. Responsabilidad funcionaria: Puede ser objeto de sanciones en caso de faltas a
sus deberes de auxiliar de la administración de justicia.

Obligación del conservador de inscribir los títulos que se le presenten

En principio, el conservador debe inscribir las inscripciones que se le presenten, no


pudiendo rehusarlas ni retardarla. El reglamento lo autoriza a negarse si la inscripción es,
en algún sentido, legalmente inadmisible. Los fundamentos de la negativa se expresan

111
Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

con individualidad en el título, dejando constancia en el repertorio. El perjudicado puede


reclamar ante el juez de letras (causal genérica).
La doctrina señala que es una formula imprecisa, se refiere a defectos formales y a
causales de nulidad absoluta que aparecen de manifiesto en el acto o contrato. El
reglamento señala algunos ejemplos de inscripciones legalmente inadmisibles:

1. Si no es auténtica o no está en el papel competente la copia que se le presenta.


2. Si no está situada en el departamento o no es inmueble la cosa a que se refiere.
3. Si no se ha dado al público el aviso del Art. 58, número 4.
4. Si es visible en el título algún vicio o defecto que lo anule absolutamente
5. Si no contiene las designaciones legales para la inscripción (Art. 13 del registro
conservatorio).

El Art. 14 del reglamento también autoriza a rehusar inscripciones, hasta que se le haga
constar que judicialmente se ha puesto la pretensión en noticia de los interesados a
quienes pueda perjudicar la anotación, en caso de que el dueño del fundo lo venda
sucesivamente a dos personas distintas, y después de inscrito por un comprador
apareciesen otros solicitando igual inscripción o si un fundo aparece vendido por persona
que según el registro no es su sueño o actual poseedor (Art. 14 del reglamento).

El Art. 58 del reglamento se refiere a los bienes raíces jamás inscritos.

Las partes no tienen un plazo para inscribir un título, a menos que tenga un plazo de
caducidad.

Bienes muebles registrables

1. La ley de navegación establece un régimen de inscripción para las naves, pero tanto
la doctrina como la jurisprudencia han señalado que tal inscripción es sólo una
medida administrativa, y la tradición se efectúa de acuerdo al derecho común, es
decir, por la entrega real o simbólica.

2. El código aeronáutico regla la inscripción de aeronaves. La dirección general de


aeronáutica civil debe mantener un registro de aeronaves pero la inscripción es una
medida administrativa. La tradición se efectúa por la entrega real o simbólica.

3. La ley de transito y sus sucesivas modificaciones crean un régimen de inscripción que


también se refiere a las prohibiciones que afecten a un vehículo pero la tradición de
estos bienes se efectúan de acuerdo al Art. 684 del código civil.

Inscripciones a que da lugar la sucesión por causa de muerte

La inscripción tiene por fin principal realizar la tradición de los bienes raíces pero cumple
otros fines como mantener la continuidad histórica de la propiedad raíz o dar publicidad
a los actos realizado sobre ellos. Para nuestro código civil el traspaso de los bienes del
difunto al heredero se produce en el momento del fallecimiento, en el cual se adquiere la
posesión legal aunque lo ignore el heredero. El heredero adquiere el dominio por el modo
sucesión por causa de muerte y no necesita de la tradición, ya que una cosa se adquiere
sólo por un modo. El Art. 688 del código civil, exige ciertas inscripciones que deben
practicar el heredero para disponer de los bienes hereditarios:

1. La de la posesión efectiva que se practica en el conservador de bienes raíces de la


comuna o agrupación de comunas correspondiente.

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2. Inscripción especial de herencia, en cuya virtud, los herederos pueden disponer de


consuno de los raíces hereditarios.

3. Inscripción del acto de partición, es decir, se inscribe la escritura pública de común


acuerdo o la sentencia del juez partidor si no hubiese acuerdo. Por esta inscripción el
heredero, puede disponer por si solo de los inmuebles hereditarios que le han
correspondido en la partición.

Sanción que afecta a quienes disponen de los bienes hereditarios sin efectuar las
inscripciones del Art. 688

Existen dos posiciones:

a. Para la primera, estas disposiciones eran nulas absolutamente porque el Art. 688
contenía una prohibición, las que tenían por fin organizar el régimen conservatorio. Se
trataba de una norma de orden público, luego se señalo que incluso procedía la
nulidad absoluta respecto de las ventas forzadas, es decir, aquellas realizadas por el
ministerio de la justicia. Luego, esta posición se rectifica, agregando que las ventas
forzadas no eran nulas porque no eran hechas por el heredero, pero se mantuvo la
nulidad absoluta para la enajenación de los herederos sin cumplir estas inscripciones.

b. La doctrina, especialmente Don Luis Claro Solar, criticó fuertemente esta primera
posición sostenida por la corte suprema, en virtud de ello, el máximo tribunal
reaccionó y declaró que disponer era equivalente a enajenar, y que por lo mismo,
una compraventa sin cumplir con las inscripciones del Art. 688 no era nula, ya que no
importaba la enajenación. De la compraventa sólo emanan derechos personales,
además, se citaba al Art. 696 del código civil, en virtud del cual, los títulos cuya
inscripción se prescribe en los artículos anteriores no darán o transferirán la posesión
efectiva del respectivo derecho mientras la inscripción no se efectué de la manera
pertinente. O sea, estas enajenaciones serían válidas pero no transferirían la posesión
efectiva del bien.

Inscripción del legado de un inmueble

Legatario es el sucesor a título singular de una especia determinada. Sucede que el Art.
688 se refiere solo al heredero pero no al legatario. Para Claro Solar, en este caso, el
legatario también debería inscribir el título, porque el 688 obliga a inscribir el testamento.
Otros sostienen que el legatario no debería practicar inscripción alguna ya que el 688 es
una norma excepcional de derecho estricto, razón por la cual, no debe extenderse del
heredero al legatario.

Lo más adecuado, y en conformidad al sistema registral en nuestro sistema conservatorio,


es la posición de Claro Solar, ya que de este modo se mantiene la publicidad de la
propiedad raíz y la contrarrelación histórica.

¿Cómo se debe efectuar la inscripción del legado?

Existen dos posiciones:

a. El legatario puede inscribir el inmueble a su nombre, previa comprobación del


fallecimiento del causante, pago del impuesto que grava su asignación y con la
presentación del testamento ante el conservador respectivo.

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b. Debe existir una escritura pública de pago del legado, otorgada por la sucesión del
causante o por el juez partidor, o por el albacea.

Inscripciones relacionadas con la prescripción adquisitiva

La usucapión es un modo de adquirir el dominio pero cuando esta opera, es necesario


practicar una inscripción que no tiene por fin efectuar la tradición. Tiene por objeto
mantener la historia y la debida publicidad de la propiedad raíz. Si se desprende del Art.
689.

Art. 689. Siempre que por una sentencia ejecutoriada se reconociere, como adquirido por prescripción, el
dominio o cualquiera otro de los derechos mencionados en los artículos 686 y siguientes, servirá de título esta
sentencia, y se inscribirá en el respectivo Registro o Registros.

Art. 2513. La sentencia judicial que declara una prescripción hará las veces de escritura pública para la
propiedad de bienes raíces o de derechos reales constituidos en ellos; pero no valdrá contra terceros sin la
competente inscripción.

El Art. 52, numero 1 del registro conservatorio señala que debe inscribirse la sentencia
ejecutoria que declare la prescripción adquisitiva del dominio.

Tradición del derecho real de herencia

En virtud del modo sucesión por causa de muerte, el heredero adquiere el derecho real
de herencia, pero este heredero, puede ceder su derecho de herencia a un tercero.

En relación a esto último; ¿Cómo se efectúa la tradición? ¿Cómo opera la cesión de esta
universalidad jurídica?

Existen dos posiciones:

a. Don Leopoldo Urrutia, explica que la universalidad jurídica herencia es diversa de los
bienes que la componen, por ello, si hay inmuebles no se necesita la tradición, no es
necesario realizar la inscripción. Por lo anterior, se debe aplicar la regla general del
Art. 670.

b. Don José Ramón Gutiérrez, la tradición de la herencia exige la tradición conservatoria,


cuando comprende bienes raíces. Se basa para ello en el Art. 580, norma que señala
que los derechos y acciones se reputan muebles o inmuebles, según lo sea la cosa en
que han de ejercerse o que se debe.

Al parecer, prevalecería la primera posición pero de todas maneras, debe realizarse la


inscripción de todas maneras hay que inscribir (en el caso de inmuebles) pero no como
forma de efectuar la tradición, sino para mantener la historia de la propiedad raíz, la
concadenación de la propiedad y la debida publicidad de los bienes.

Tradición de derechos personales

La tradición de los derechos personales que un individuo cede a otro, se verifica por la
entrega del título hecha por el cedente al cesionario (Art. 699 del código civil).

La cesión no produce efecto contra el deudor, ni contra terceros, mientras no ha sido


notificada por el cesionario al deudor o aceptada por esta.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Paralelo entre tradición y entrega

1. La tradición es un modo de adquirir, la entrega tiene un relevante aspecto material


pero no es un modo.
2. La presencia de ánimos en la tradición no existen en la entrega.
3. En la tradición se exige un título translaticio de dominio, mientras que, en la entrega
hay un título de mera tenencia.
4. En la tradición, el adquirente se hará dueño o a lo menos poseedor. Por regla general,
la mera tenencia no permite adquirir por prescripción.

Sin perjuicio de lo anterior, el código civil se confunde:

1. El Art. 2174 señala que el préstamo de uso o comodato se perfecciona por la tradición
de la cosa, cuando en realidad debiera decir entrega de la cosa, pues se trata sólo
de un préstamo.

2. En el depósito, se señala que este se perfecciona con la entrega hecha por el


depositante al depositario (Art. 2.212). El 2.213 regula la forma de hacer la entrega
(estas disposiciones están correcta).

3. En el mutuo, en el 2196 habla de entrega, debió haber dicho tradición, no obstante,


en el artículo siguiente se corrige señalando que el mutuo se perfecciona con la
tradición.

POSESIÓN

La teoría de la posesión fue elaborada por Savigny, y posteriormente por Porhier. En


nuestro código civil se encuentran en el título VII del libro segundo, bajo el epígrafe “De la
posesión”, Art. 700 y siguientes.
Bello se inspiró principalmente en el tratado de la posesión de Pothier y en menor grado
en las partidas.

Concepto de posesión:

1. En sentido corriente, es la ocupación de una cosa, sin importar si se tiene derecho o


no a tenerla bajo nuestro poder.
2. Concepto legal; la posesión es la tenencia de una cosa determinada con animo de
señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal, tenga la cosa por él mismo o
por otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él (Art. 700).

Por lo anterior, en nuestro código civil, la posesión no es una mera relación de hecho entre
el titular y la cosa, además, se exige el animus o elemento psicológico, por ejemplo; un
arrendatario no es poseedor pues reconoce dominio ajeno.

Naturaleza jurídica de la posesión

Se discute, si es un hecho o un derecho. Savigny explica que la posesión es un hecho, ya


que se funda, básicamente, en hechos materiales, además sería un derecho por las
consecuencias jurídicas que genera. Para Von Ihering la posesión es un derecho, porque

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

es un interés jurídicamente protegido o tutelado. En nuestro sistema la posesión es


claramente un hecho, pues el Art. 700 nos dice que es la tenencia, y como indica nuestro
código, la tenencia es un hecho. La posesión no está incluída en los derechos reales
establecidos por ley, sin perjuicio, de que de este hecho se generen muy importantes
consecuencias jurídicas.

Elementos de la posesión

1. El animo: Animus domini o animus posidendi; es el animo de señor o dueño. Es un


elemento intelectual de carácter psíquico; sentirse propietario de la cosa.

Es el ánimo que más importa. Para iniciar la posesión, además se exige el corpus
(tenencia, apoderamiento material), pero para conservarla, sólo se requiere el ánimo.

2. El corpus: el código civil lo denomina tenencia (Art. 700). Es el poder físico que se
ejerce sobre la cosa, es una ocupación material y actual de la cosa, es el
apoderamiento con posibilidades de disponer materialmente de ella.

Mera tenencia, es la que se ejerce sobre una cosa, no como dueño sino en lugar o a
nombre del dueño. El Art. 714 se refiere a la mera tenencia.

Paralelo entre dominio y posesión

1. Ambas recaen sobre cosas determinadas.


2. Ambas son exclusivas.
3. El dominio es una relación jurídica entre una persona y una cosa, mientras que, la
posesión es una situación de hecho.
4. El dominio se adquiere en virtud de un modo, mientras que, la posesión puede emanar
de varios títulos, por ejemplo; compraventa y prescripción.
5. El dominio está protegido por acción de dominio reivindicatoria, mientras que, la
posesión, aunque es un hecho, también está protegida por acciones posesorias.

Ventajas o consecuencias de la posesión

1. Habilita al poseedor para llegar a adquirir el dominio de la cosa por prescripción. Art.
2498, inciso primero; “Se gana por prescripción el dominio de los bienes corporales
raíces o muebles, que están en el comercio humano, y se han poseído con las
condiciones legales”.

2. Otorga una presunción legal de dominio. Inciso segundo del Art. 700; “El poseedor es
reputado dueño, mientras otra persona no justifica serlo”.

3. El poseedor está protegido por las acciones posesorias reguladas en el Art. 916 y
siguientes. Pero en ciertos casos, la ley ampara al poseedor con la acción de dominio
lo que se conoce como acción publicial

4. El poseedor de buena fe no está obligado a restituir los frutos percibidos antes de la


contestación de la demanda (Art. 2510, regla tercera).

Art. 2510. El dominio de cosas comerciales que no ha sido adquirido por la prescripción ordinaria, puede serlo por
la extraordinaria, bajo las reglas que van a expresarse:
3. Pero la existencia de un título de mera tenencia hará presumir mala fe, y no dará lugar a la prescripción, a
menos de concurrir estas dos circunstancias:

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Cosas susceptibles de posesión

Son susceptibles de posesión las cosas comerciables o susceptibles de apropiación


privada. No se pueden poseer las cosas comunes a todos los hombres, ni tampoco los
bienes nacionales de uso público. No hay discusión respecto a la posibilidad de poseer
una cosa corporal pero en la doctrina civil clásica, principalmente extranjera, se discute si
es posible o no poseer las cosas incorporales. Nuestro código civil en su Art. 715 acepta la
posesión de las cosas incorporales, pues como señala; “La posesión de las cosas
incorporales es susceptible de las mismas calidades y vicios que la posesión de una cosa
corporal”. El inciso final del Art. 1506 señala que; “El pago hecho de buena fe a la persona
que estaba entonces en posesión del crédito, es válido, aunque después aparezca que el
crédito no le pertenecía”. El profesor Vitorio Pescio estima que no hay posesión de las
cosas incorporales
Clasificación de la posesión

1. Posesión regular e irregular (permiten llegar adquirir el dominio por la vía de la


prescripción adquisitiva).
a. Posesión regular: Es la que procede de un justo título (Art. 704), y ha sido adquirida
de buena fe. Además, si el título es translaticio de dominio, es necesaria la
tradición.
b. Posesión irregular: Es aquella a la que falta algún requisito de los exigidos, respecto
a la posesión regular, sin embargo, también puede conducir a la prescripción
adquisitiva.
En efecto, la posesión regular lleva a la prescripción ordinaria de dos años para los
muebles y de cinco para los inmuebles. La posesión irregular lleva a la prescripción
extraordinaria que es de diez años para toda clase de bienes.

2. Posesión útil e inútil


a. Posesión útil: es aquella que lleva a la prescripción, por lo tanto, aquella posesión
que no conduce a la usucapión será una posesión inútil.
b. Posesiones inútiles: Son las viciosas, y son posesiones viciosas; la violenta y la
clandestina (Art. 709). Posesión violenta es la que se adquiere por la fuerza, la que
puede ser actual o inminente (Art. 710). Posesión clandestina es la que se ejerce,
ocultándola a los que tienen derecho para oponerse a ella (Art. 713).

Primera Clasificación de la Posesión: POSESION REGULAR E IRREGULAR

La posesión puede ser regular e irregular; la posesión regular va a permitir llegar a adquirir
por la vía de la prescripción ordinaria, al contrario de la irregular que permitirá adquirir por
la vía extraordinaria.

1. Posesión Regular: Es aquella en la cual concurren tres elementos o requisitos:


a. Que exista un justo título.
b. Que haya sido iniciada de buena fe.
c. Si se invoca un título translaticio de dominio, es necesario que se haya llevado a
cabo la tradición, es decir, debe cumplirse con este requisito que señala el inciso 2
del Art. 702.

2. Posesión Irregular: Es aquella en la cual falta alguno de estos requisitos para que exista
posesión regular. Procede de un titulo injusto o no se ha iniciado de buena fe o si el
titulo que se invoca translaticio no ha operado en la tradición.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Posesión regular

Elementos constitutivos de la posesión regular


1. El justo título.
2. La buena fe.
3. Si el título es translaticio de dominio se exige la tradición.

1. Primer Requisito de la posesión regular: EL JUSTO TITULO

La doctrina nos dice que, en materia posesoria, el justo título es aquel acto o hecho en
que se funda la posesión y que por su naturaleza es apto para atribuir el dominio,
siendo además autentico, real y válido. Nuestro código civil no lo define, sigue un
criterio negativo. En el Art. 704 señala cuales son los títulos injustos.

Art. 704. No es justo título:


1. El falsificado, esto es, no otorgado realmente por la persona que se pretende;
2. El conferido por una persona en calidad de mandatario o representante legal de otra sin serlo;
3. El que adolece de un vicio de nulidad, como la enajenación que debiendo ser autorizada por un
representante legal o por decreto judicial, no lo ha sido; y
4. El meramente putativo, como el del heredero aparente que no es en realidad heredero; el del legatario
cuyo legado ha sido revocado por un acto testamentario posterior, etc.
Sin embargo, al heredero putativo a quien por decreto judicial se haya dado la posesión efectiva, servirá de
justo título el decreto; como al legatario putativo el correspondiente acto testamentario que haya sido
judicialmente reconocido.

Caracteres del justo título

1. Debe tratarse de un título que permita atribuir el dominio: Al contrario de lo que


ocurre con el contrato de mera tenencia como el arrendamiento, es decir, debe
tener aptitud suficiente para atribuir el dominio, y no debe tratarse de un título de
mera tenencia o de aquellos que reconocen dominio ajeno, como el comodato,
arrendamiento, prenda, etc.

2. Debe ser verdadero, es decir, debe tener existencia legal. Por lo tanto, el numero
uno del Art. 704 señala como título injusto “el falsificado”, por su parte, el numero
cuatro del mismo artículo se refiere al heredero aparente.

3. Debe ser válido, de ahí que el número tercero del Art. 704 señale como titulo
injusto “el que adolece de un vicio de nulidad”.

Clasificación de los títulos


Nuestro código civil señala que existen dos clases de títulos, unos son los constitutivos
de dominio y otros son los translaticios de dominio, es decir, el Art. 703 nos entrega dos
clases de títulos, sin embargo, la doctrina nos dice que existen ciertos títulos que son
declarativos de dominio, los cuales vendrían siendo una tercera clasificación.

1. Títulos constitutivos de dominio: Los títulos constitutivos de dominio son aquellos que
son modo de adquirir originarios. El inciso segundo del Art. 703 nos dice que; “Son
constitutivos de dominio la ocupación, la accesión y la prescripción”. Existen
algunos casos en los que estos títulos no operan como modo de adquirir. En este
caso van a pasar a ser títulos justos que pueden llevar a adquirir la posesión por
prescripción. El código civil incurre en un error, pues no es posible que la

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

prescripción pueda ser justo título en la forma que el código civil la señala porque
será la consecuencia.
2. Títulos translaticios de dominio: El inciso tercero del Art. 703 nos dice que; “Son
translaticios de dominio los que por su naturaleza sirven para transferirlo, como la
venta, la permuta, la donación entre vivos”. Podemos agregar el aporte en
sociedad, el cual es también un titulo translaticio de dominio cuando un socio
aporta una especie a la sociedad, esta última se hace dueña de la especie. La
transacción también puede ser titulo translaticio de dominio cuando no se refiere
al objeto disputado. La transacción es un contrato por el cual las partes solucionan
un conflicto eventual, haciéndose concesiones recíprocas, por ejemplo; dos
individuos alegan ser dueños de un caballo X y van a un conflicto. En medio del
juicio llegan a un acuerdo en que ambos reconocen el dominio de la parte A, a
cambio del reconocimiento, A le entrega a B tres caballos corrientes. En ese caso,
respecto de lo anterior, los tres caballos corrientes son título translaticios de dominio
porque no eran los que estaban en disputa.

¿Se debe hacer la clasificación del titulo atendiendo en forma abstracta o


concreta?

El análisis debe hacerse en abstracto, es decir, basta con que el titulo en teoría sea
de aquellos que permita eventualmente transferir el dominio, para que estemos
frente a un titulo translaticio de dominio. El ejemplo más clásico ocurre en la venta
de cosa ajena, la cual no permite la adquisición del dominio porque “nadie puede
transferir mas derechos de los que tiene”, pero al tratarse de una compraventa, se
tratará de un título translaticio de dominio y un justo título, el cual le permitirá
adquirir por prescripción ordinaria.

3. Título declarativo de dominio: Aquellos que simplemente reconocen un derecho


preexistente. La doctrina nos dice que del mismo Art. 703 se desprende la
existencia de estos títulos que son declarativos de dominio. Es lo que ocurre con las
sentencias judiciales, o la transacción cuando recae sobre el objeto disputado.

Las sentencia de adjudicación en juicios divisorios y los actos legales de partición

Ocurre que, por diversas circunstancias, varias personas pueden llegar a ser
titulares de una misma cosa, por ejemplo; una comunidad hereditaria de los bienes
de un causante. El Art. 703 nos dice que; “Pertenecen a esta clase las sentencias
de adjudicación en juicios divisorios, y los actos legales de partición”, es decir, nos
dice que son translaticios de dominio, sin embargo, otras disposiciones nos hacen
determinar que no son translaticios de dominio sino declarativos. Por una parte, el
Art. 718, inciso primero, nos dice; “Cada uno de los partícipes de una cosa que se
poseía proindiviso, se entenderá haber poseído exclusivamente la parte que por la
división le cupiere, durante todo el tiempo que duró la indivisión”, en virtud de este
artículo, los actos de adjudicación hacen desaparecer el periodo de comunidad,
lo mismo acontece en el Art. 1344, el cual tiene el mismo sentido y nos dice que;
“Cada asignatario se reputará haber sucedido inmediata y exclusivamente al
difunto en todos los efectos que le hubieren cabido, y no haber tenido jamás parte
alguna en los otros efectos de la sucesión”, por lo tanto, en ambos casos no habría
comunidades hereditarias.

Cuando adjudica uno de los miembros de la comunidad hereditaria, estaríamos


en presencia de un título declarativo de dominio, pues lo que acontece es el
reconocimiento de un derecho preexistente, mientras que si adjudica un tercero,

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

se va a tratar entonces de un título translaticio de domino, y por lo tanto, el código


civil no se equivocaría al incluir la sentencia de adjudicación dentro de los títulos
translaticios de dominio. Los artículos anteriores rigen la situación cuando adjudica
uno de los miembros hereditarios, y no así cuando adjudica un tercero.

Los títulos injustos

El código civil no nos define que son los justos títulos pero sí los enumera en el Art. 704.
Por una parte, la disposición es taxativa, esto significa que no existen otros títulos
injustos que no sean los que allí se indican, pero por otra parte nos dice que también
se trata de una disposición genérica. La disposición taxativa no admite que se creen
categorías nuevas que generen un justo título, por el contrario de lo que ocurre con
una disposición es genérica.

Los títulos pasan a ser injustos, cuando a los mismos les afectan ciertos vicios que dicen
relación con el acto mismo, y no así con la calidad de dueño que pueda investir o no
la persona que otorga el titulo, es decir, un titulo otorgado por una persona no dueña,
puede ser perfectamente titulo justo y por lo tanto puede llevar una posesión regular.

Análisis del Art. 704

1. “El falsificado, esto es, no otorgado por la persona que se pretende”.

Existen distintos tipos de falsificaciones:

a. La falsificación propiamente tal, la cual consiste en la creación de un instrumento


o documento que en realidad no existe, y todo lo que hay en él es falso.

b. La falsedad material, la cual consiste en alterar el contenido de un documento


verdadero, haciendo adiciones, enmiendas o correcciones en el título, que alteran
su contenido.

¿La falsedad material, transforma el titulo en injusto?

La corte suprema ha dicho que para que el titulo se transforme en injusto, la


falsedad material debe tratarse de un asunto de importancia que altere la esencia
o la naturaleza del título. Lo anterior nos lleva a concluir que se pueden hacer
alteraciones que no transformarán el titulo en injusto.

c. La falsedad ideológica, la cual consiste en consignar hechos falsos en un


documento autentico, es decir, hay una alteración de los hechos verdaderos y se
consignan en un documento verdadero.

¿La falsedad ideológica, transforma el título en injusto?

La corte suprema nos señala que no los transforma en injusto, porque se tiene que
proteger la buena fe de los terceros.

2. “El conferido por una persona en calidad de mandatario o representante legal sin
serlo”.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

No debe confundirse con la venta de cosa ajena, pues en este el individuo


comparece como dueño sin serlo, mientras que en el otro caso ocurre que se actúa
en representación del verdadero dueño sin serlo realmente.

3. “El que adolece de un vicio de nulidad, como la enajenación que debiendo ser
autorizada por un representante legal o por decreto judicial, no lo ha sido”.

Es el denominado el “titulo nulo”. El problema se da al determinar si se refiere a la


nulidad relativa o absoluta. Puede darse que un titulo injusto que puede llegar a ser
justo, esto ocurre en el caso de la nulidad relativa, el cual puede ser ratificado. El Art.
1705 del código civil nos indica que; “La nota escrita o firmada por el acreedor a
continuación, al margen o al dorso de una escritura que siempre ha estado en su
poder, hace fe en todo lo favorable al deudor”.

4. “El meramente putativo, como el del heredero aparente que no es en realidad


heredero; el del legatario cuyo legado ha sido revocado por un acto testamentario
posterior, etc.
Los títulos putativos son aquellos cuya existencia cree el que lo invoca pero que no
existe en la realidad. No se trata de un título defectuoso que adolezca de una clase
de nulidad, mas bien, estamos frente a un titulo que no existe pero que, por diversas
razones, una persona lo invoca creyendo que lo tiene pero en realidad no lo tiene. Lo
anterior tiene relación con la teoría de la apariencia, en la cual se le reconocen
efectos jurídicos a asuntos que lo parecen, por ejemplo; el deudor que le paga a un
acreedor que no lo es, y como se trata de un acto de buena fe la obligación se
extingue. La ley indica que el titulo putativo es un titulo injusto, y por lo tanto habrá una
posesión irregular y solo podrá adquirir por prescripción extraordinaria.

¿Cuando puede ocurrir que un sea heredero sea aparente?

En el sistema sucesorio nuestro se va llamando por orden a los sucesores de una


persona, entonces puede ocurrir que no concurran las personas en dicho orden,
siendo que aparecen más atrás en la línea de sucesión, e invoquen la calidad de
heredero.

En el testamento se pueden designar legatarios de determinados bienes, actualmente


se puede saber cual ha sido el ultimo testamento que una persona ha otorgado, cosa
que antes no se podía determinar. En el caso del heredero putativo, la regla general
nos dice que su título es injusto, sin embargo, la ley nos da una excepción a esa regla
en el inciso segundo del Art. 704; “Sin embargo, al heredero putativo a quien por
decreto judicial se haya dado la posesión efectiva, servirá de justo título el decreto;
como al legatario putativo el correspondiente acto testamentario que haya sido
judicialmente reconocido”, de tal manera que es perfectamente posible que el
heredero putativo pueda llegar a adquirir por una prescripción ordinaria cuando se le
ha otorgado la posesión efectiva de la herencia, pues el decreto judicial le servirá de
justo título.

El Art. 1269 nos dice que; “El derecho de petición de herencia expira en diez años.
Pero el heredero putativo, en el caso del inciso final del Artículo 704, podrá oponer a
esta acción la prescripción de cinco años”, o sea, le permite al heredero putativo
adquirir por prescripción ordinaria en el plazo de cinco años.

2. Segundo Requisito de la posesión regular: LA BUENA FE

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

La buena fe adquiere suma importancia en esta materia, puesto que nuestro código
civil establece una presunción de buena fe a propósito de la posesión en el Art. 707,
que nos dice; “La buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley establece
la presunción contraria”.

¿La presunción de buena fe, nuestro código civil la establece para un caso en
particular o es una norma general?

Actualmente tanto la doctrina como la jurisprudencia estiman que esta presunción de


buena fe se tiene que extender a todo el derecho. Algunos nos dicen que la buena fe
es en consecuencia un verdadero principio general de derecho (extendiéndose a
todas las ramas de derecho), no obstante, que nuestro código civil la reconoce a
propósito de una situación particular.

En el Art. 1546 encontramos una referencia a la buena fe, a propósito de los contratos;
“Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo
que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la
naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella”.
Algunos agregan que la buena fe se debe encontrar previo y posterior al contrato.

¿Qué es la buena fe?

En general, podemos decir que la buena fe corresponde a una convicción intima de


que se esta actuando legítima y correctamente, es decir, el individuo cree que su
accionar es legítimo. A propósito de la posesión el Art. 706, inciso primero nos da un
concepto de buena fe, y nos dice que “La buena fe es la conciencia de haberse
adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos, exentos de fraude y de todo otro
vicio”, posteriormente el mismo artículo nos da algunos ejemplos; “Así en los títulos
translaticios de dominio la buena fe supone la persuasión de haberse recibido la cosa
de quien tenía la facultad de enajenarla, y de no haber habido fraude ni otro vicio en
el acto o contrato”.
Para que uno pueda adquirir una posesión regularmente de buena fe, se tiene que
estar convencido de que actúa correcta y legítimamente.

Un asunto importante es el del momento en que se requiere la buena fe. Algunos


autores estiman que la posesión se debe iniciar de buena fe, por lo tanto, después
podemos perder la buena fe, sin embargo, no va a cambiar nuestra posesión regular
o irregular. El Art. 702, inciso segundo, al definir la posesión regular se refiere también a
este asunto; “Se llama posesión regular la que procede de justo título y ha sido
adquirida de buena fe; aunque la buena fe no subsista después de adquirida la
posesión. Se puede ser por consiguiente poseedor regular y poseedor de mala fe,
como viceversa el poseedor de buena fe puede ser poseedor irregular”, por lo tanto,
aunque sea irregular, se podrá adquirir por prescripción ordinaria.

¿Determinar si un sujeto o un poseedor de buena fe es un asunto de hecho o de


derecho?

Parte de la jurisprudencia ha determinado en algunas sentencias que se trata de un


asunto de derecho porque habría cierta aplicación de las reglas que señalan los
artículos anteriores, por lo tanto, se trata de algo jurídico. Otras sentencias indican que
se trata de un asunto de hecho porque la posesión es un hecho, y los hechos son los
que se deben probar en el juicio, y dicha determinación es un asunto de hecho.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

El recurso de casación en el fondo es un recurso de derecho, pues los hechos son


privativos de lo que se denominan jueces de fondo, que determinan si se aplico la ley
correctamente de la forma como se debería. El profesor Alejandro Guzmán estima de
que la posesión es un asunto de hecho y no de derecho.

El error juega un importante papel en una serie de instituciones de carácter jurídico,


nuestro código civil establece algunas reglas especiales y clasifica el error de hecho o
de derecho. El justo error en materia de hecho no se opone a la buena fe, así lo dice
el Art. 706, inciso tercero; “Un justo error en materia de hecho no se opone a la buena
fe”. El justo error es aquel que tiene un fundamento de razón, es decir, que conforme a
ciertos criterios de justicia, es aceptable se cometa un error. Ejemplo clásico es el
contrato de compraventa con un menor adulto creyéndose de que este último es
mayor de edad. No es justo error de hecho si se contrata con un impúber.

¿Qué ocurre con el error de derecho?

Aquí la ley cambia sustancialmente, pues el error en materia de derecho constituye


una presunción de mala fe que no admite prueba en contrario, es decir, el error en
materia de derecho pasa a constituir una presunción de derecho de mala fe que no
admite prueba en contrario

Esta presunción de mala fe cuando hay un error en materia de derecho ¿Es también
una presunción que se debe aplicar a todo el derecho?

La respuesta más aceptada es aquella que nos dice que no, puesto que estamos
frente a una norma excepcional (706) y las normas excepcionales no pueden
extenderse por analogía al ser de derecho estricto.

El Art. 707 nos dice que la buena fe se presume excepto en los casos que la ley
establece la presunción contraria, después agrega que en todos los otros casos la fe
deberá probarse. Esta es una regla que favorece bastante al poseedor, porque de
alguna manera la ley va a estimar que el individuo tiene una posesión regular en
cuanto demuestra su posesión, porque la buena fe la va a presumir.

¿En que casos se presume la mala fe?

1. Cuando se alega o se invoca un error de derecho.

2. En el caso de los poseedores de los bienes del desaparecido, cuando estos


individuos sabían y ocultaron la verdadera muerte del desaparecido. Dice el Art.
94, número 6; “En la rescisión del decreto de posesión definitiva se observarán las
reglas que siguen… … El haber sabido y ocultado la verdadera muerte del
desaparecido, o su existencia, constituye mala fe”.

3. Ante la existencia de un título de mera tenencia. El Art. 2510, número 3 nos dice
que;

Art. 2510. El dominio de cosas comerciales que no ha sido adquirido por la prescripción ordinaria,
puede serlo por la extraordinaria, bajo las reglas que van a expresarse:

3. Pero la existencia de un título de mera tenencia hará presumir mala fe, y no dará lugar a la
prescripción, a menos de concurrir estas dos circunstancias:

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1. Que el que se pretende dueño no pueda probar que en los últimos diez años se haya reconocido
expresa o tácitamente su dominio por el que alega la prescripción;

2. Que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia, clandestinidad ni interrupción
por el mismo espacio de tiempo.

Cuando uno invoca para poseer un título de mera tenencia, la ley entiende que se
está de mala fe, porque se está amparando en un título que no es translaticio de
dominio.

3. Tercer requisito de la posesión regular: LA TRADICION

La tradición pasa a ser un elemento de la posesión cuando se invoca un titulo


translaticio de dominio.

¿Por qué razón se exige la tradición para que estemos frente a una posesión regular?

Los títulos translaticios de dominio otorgan al acreedor un derecho personal para exigir
la tradición, y es realmente la tradición la que coloca la cosa en poder del
adquirente. El inciso final del Art. 702, inciso final contiene otra presunción en cuanto a
determinadas circunstancias se entiende efectuada la tradición, sólo opera para los
bienes muebles porque la tradición de los inmuebles se adquiriere con la inscripción
del titulo en el conservatorio de bienes raíces, y nos dice que; “La posesión de una
cosa a ciencia y paciencia del que se obligó a entregarla, hará presumir la tradición;
a menos que ésta haya debido efectuarse por la inscripción del título”.

Posesión Irregular

El Art. 708 nos dice que la posesión irregular es la que no proviene de justo título o se ha
iniciado de mala fe, o si el título que se invoca que es translaticio de dominio no le ha
seguido la tradición.

Art. 708. Posesión irregulares la que carece de uno o más de los requisitos señalados en el artículo 702.

Art. 702. La posesión puede ser regular o irregular.

Se llama posesión regular la que procede de justo título y ha sido adquirida de buena fe; aunque la buena fe no
subsista después de adquirida la posesión. Se puede ser por consiguiente poseedor regular y poseedor de mala
fe, como viceversa el poseedor de buena fe puede ser poseedor irregular.

Si el título es translaticio de dominio, es también necesaria la tradición.

La posesión de una cosa a ciencia y paciencia del que se obligó a entregarla, hará presumir la tradición; a
menos que ésta haya debido efectuarse por la inscripción del título.

¿Qué importancia tiene que una posesión sea regular o irregular?

1. Ambas permiten adquirir por prescripción, pues se trata de posesiones útiles, pero
serán distintos los plazos exigidos, puesto que cuando se trata se posesión regular, se
exige un plazo dos años para la prescripción de bienes muebles y cinco años para
inmuebles, mientras que si se trata de una posesión irregular, se exigen diez años para
la prescripción de ambos tipos de bienes.

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2. A determinados poseedores, la ley les concede la denominada acción reivindicatoria


publiciana, concede la cosa al poseedor regular de la misma, acción que no da lugar
frente a la posesión irregular.

En cuanto a la presunción de dominio del Art. 700, la ley no distingue entre posesión
regular o irregular y se aplica a ambos dominios. A propósito de las acciones
posesorias, la ley no distingue a las acciones o interdictos posesorios 11 que tienen por
objeto la conservación o la recuperación de los bienes.

Segunda clasificación de la Posesión: UTIL E INUTIL

Útiles son aquellas posesiones que permiten adquirir por prescripción sea posesión regular
e irregular, mientras que, las inútiles no permiten adquirir por prescripción.

Posesión inútil

La posesión inútil se refiere a las posesiones viciosas, dentro de las cuales se incluyen la
violenta y la clandestina.

a. Posesión Violenta: El Art. 710 nos dice que posesión violenta es la que se adquiere por
la fuerza, y después agrega que la fuera puede ser actual o inminente. Fuerza
inminente es la fuerza futura que ha de venir. La fuerza actual es la que se denomina
vía de hecho, es decir, el poseedor ejecuta actos de fuerza que le permiten iniciar una
posesión.

Otra posibilidad en donde nos podemos encontrar con violencia, es la que nos indica
el Art. 711 nos dice que; “El que en ausencia del dueño se apodera de la cosa, y
volviendo el dueño le repele, es también poseedor violento”. El Art. 712 nos dice que la
violencia se puede ejercer contra el verdadero dueño, en contra de un poseedor que
no es dueño, o bien en contra de cualquier otra persona que la tiene en lugar o a
nombre de otro.

La violencia se puede ejercer personalmente, o bien, a través de agentes, y puede ser


ratificada posteriormente de forma expresa o tácita.

b. Posesión Clandestina: El Art. 713 nos dice que posesión clandestina es aquella que se
ejerce ocultándola a los que tienen derecho para oponerse a ella, por lo tanto, no es
necesario que, al momento de iniciarse la posesión, exista el vicio de clandestinidad,
porque lo que interesa, según la ley, es que se ejerza ocultándola, y dicho
ocultamiento, aunque sea posterior, va a transformar la posesión en clandestina y,
posteriormente, la va a hacer inútil.

Se señalan dos características respecto de la clandestinidad:

1) Es un vicio relativo; sólo puede alegar la clandestinidad quien puede oponerse a


ella, la persona a la cual se oculto la posesión.

2) Se trata de un vicio temporal, por cuanto si cesa la clandestinidad, la posesión


deja de ser viciosa y se transforma en regular, pudiendo adquirirse por
prescripción.

No confundir Las acciones o interdictos posesorios con la incapacidad interdicta, puesto que las acciones
11

posesoria, también son llamadas “interdictos posesorios”.

125
Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Las posiciones viciosas son inútiles y no permiten adquirir el dominio por prescripción, se le
estima como un hecho antijurídico que no puede ser considerado por el derecho
(posición de Pablo Rodríguez Grez).
¿Por qué se ha creado cierta polémica?

Eduardo Belmar sostiene que las posesiones viciosas serían útiles, y ha defendido esta
posición con bastante vehemencia. Realiza un planteamiento que se debe respetar por
razones científicas. Este autor sostiene que la posesión viciosa también puede ser útil, pues
en el mensaje del código civil se señala que toda posesión es amparada por la ley
(párrafo veinticinco), además, el Art. 729 del mismo orden nos dice que; “Si alguien,
pretendiéndose dueño, se apodera violenta o clandestinamente de un inmueble cuyo
título no está inscrito, el que tenía la posesión la pierde”, la pierde porque el poseedor
violento o clandestino ha comenzado a adquirir y por lo tanto, puede llegar a prescribir.
Señala el siguiente ejemplo; una persona compra de buena fe una cosa ajena, es decir,
compra de buena fe una cosa de la que tiene facultades legales de enajenar exentas de
vicios, pero posteriormente se entera que quien le vendió no era dueño de la cosa, y
comienza poseerla ocultándola del dueño. En este caso, estaríamos frente a un poseedor
que se ha transformado en clandestino que, sin embargo, es titular por tener justo titulo, ha
iniciado de buena fe y al titulo translaticio le ha seguido la tradición.

En el código civil no existe referencia alguna sobre la posesión violenta o clandestina. Esta
postura no es acogida en nuestro ordenamiento porque su afán de referirse a la posesión
violenta o clandestina fue para excluirla de las posesiones útiles.

La mera tenencia

Es la situación más precaria a la que un individuo se puede encontrar frente a una cosa, el
Art. 714 la define como “Se llama mera tenencia la que se ejerce sobre una cosa, no
como dueño, sino en lugar o a nombre del dueño”. Estamos frente un caso en que existe
el corpus pero no el animus, porque se esta reconociendo dominio ajeno. El mismo
artículo señala una serie de ejemplos; “…El acreedor prendario, el secuestre, el
usufructuario, el usuario, el que tiene el derecho de habitación, son meros tenedores de la
cosa empeñada, secuestrada, o cuyo usufructo, uso o habitación les pertenece”.

Es efectivo que en ciertos casos puede ir vinculada a un derecho real. Lo anterior es lo


que ocurre con el derecho de usufructo, el titular de ese derecho es dueño del mismo,
pues sobre las cosas incorporales existe una especie de propiedad, pero respecto de la
cosa no es más que un mero tenedor. Respecto del derecho de uso o habitación ocurre
lo mismo pero de un modo más restrictivo porque no puede adueñarse de los frutos del
bien. En otros casos la mera tenencia aparece ligada a un derecho de carácter personal
que vincula al propietario de la cosa y al mero tenedor, el caso del comodato del
arriendo, del depósito, del acreedor prendario, etc.

Características de la mera tenencia

1. Es absoluta; significa que no se puede ser mero tenedor y poseedor para otros. El
individuo será mero tenedor respecto de la cosa y respecto de terceros.

2. Se dice que la mera tenencia es inmutable o indeleble, es decir, que la mera


tenencia, por sí sola, no puede transformarse en posesión por el mero transcurso del
tiempo. El Art. 716 que, “El simple lapso de tiempo no muda la mera tenencia en
posesión; salvo el caso del artículo 2510, regla 3”. Lo anterior se rige por el principio

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“nadie puede mejorar su propio título”, pues si el mero tenedor pudiera prescribir, se
podría dar lugar a fraudes, por ejemplo; una persona que arrienda de mala fe un
inmueble para después adquirirlo por prescripción.

Art. 2510. El dominio de cosas comerciales que no ha sido adquirido por la prescripción ordinaria, puede
serlo por la extraordinaria, bajo las reglas que van a expresarse:

3. Pero la existencia de un título de mera tenencia hará presumir mala fe, y no dará lugar a la prescripción, a
menos de concurrir estas dos circunstancias:

1. Que el que se pretende dueño no pueda probar que en los últimos diez años se haya reconocido expresa
o tácitamente su dominio por el que alega la prescripción;

2. Que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia, clandestinidad ni interrupción por el
mismo espacio de tiempo.

Esta disposición se refiere a las “excepciones aparentes”, a propósito de la


prescripción extraordinaria. El mero tenedor puede llegar a adquirir por prescripción, y
las excepciones del Art. 2510 son aparentes, pues no se trata de meros tenedores, sino
que de poseedores que por diversas razones han llegado a esa posición. Lo
fundamental es determinar si el mero cambio de voluntades del poseedor podría
llegar a prescribir, en virtud del principio “nadie puede aprovecharse de su propio
dolo” no es factible. No depende exclusivamente del mero tenedor, sino que ha
habido la concurrencia de otros hechos que no dependen de su sola voluntad, y ellos
son los que le permiten prescribir.

En la posesión extraordinaria no es necesario ningún título, la buena fe se presume de


derecho, pero la existencia de un titulo de mera tenencia hace presumir mala fe y no
da lugar a la prescripción a menos que se prueben dos circunstancias:

a. Que el que se pretenda dueño lo pueda probar, que en los últimos diez años se
haya reconocido expresamente su dominio por el que alega la prescripción. Al
verdadero dueño de la cosa no se le reconocía como tal por haber realizado un
mero abandono de la cosa (hecho objetivo).

b. Se tiene que acreditar que el que alega la prescripción ha poseído sin violencia,
clandestinidad ni interrupción por el mismo lapso de tiempo.

Muchos han pensado que en estas reglas habría una excepción, sin embargo, lo que
ocurre es que realmente se trata de excepciones aparentes, pues este individuo que
quiere prescribir era mero tenedor pero se transformó en poseedor por cambiar su
animo, pero ello no es suficiente, además, pasó un lapso de tiempo donde se
comportó como dueño (diez años, periodo largo), además, porque hubo una total
pasividad por parte del dueño. Hay un cambio de suma trascendencia que proviene
tanto del mero tenedor como del dueño de la cosa que modifica la relación jurídica
que ha existido entre ambos.

Dos asuntos misceláneos relativos a la posesión

1. Dice relación con la posesión y su transmisión; La posesión no se transmite, por


cuanto se trata de un hecho, y los hechos no se transmiten por cuanto no integran
el patrimonio del causante, por lo tanto, no se transmite la posición a los herederos.
Lo señala claramente el Art. 717; “Sea que se suceda a título universal o singular, la
posesión del sucesor, principia en él; a menos que quiera añadir la de su
antecesor a la suya; pero en tal caso se la apropia con sus calidades y vicios”. La

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ley permite añadir las posesiones anteriores pero en tal caso, se tiene que agregar
esa posesión con sus vicios y calidades.

2. Respecto a la transferencia de la posesión; la posesión tampoco de transfiere,


pues lo que se trasfieren son los derechos, sin embargo, aquí en esta materia se
puede aplicar la misma regla del Art. 717, pues nos dice que “…Sea que se suceda
por titulo universal o singular…”, no distingue si la sucesión es por vía hereditaria o
por acto entre vivos. Un comprador inicia una posesión previa y puede agregar
una posesión anterior, pudiendo protegerse de futuras reclamaciones de terceros.

Estas posibilidades se relacionan con el Art. 2500, que nos dice que; “Si una cosa ha
sido poseída sucesivamente y sin interrupción por dos o más personas, el tiempo del
antecesor puede o no agregarse al tiempo del sucesor, según lo dispuesto en el
artículo 717”.

DE LA ADQUISICION, LA CONSERVACION Y LA PERDIDA DE LA POSESIÓN

Respecto de la adquisición se puede iniciar una posesión, ya sea para sí pero también es
posible una posesión a través de mandatarios o representantes legales (Art. 720)

Cuando la posesión se adquiere para si, es necesaria la capacidad del adquirente,


porque para iniciar una posesión se requiere de un hecho que se denomina “corpus” pero
además se requiere del “animus”, por ello que los que no tienen capacidad para
percatarse de sus actos no pueden adquirir.

El Art. 723 nos dice “Los que no pueden administrar libremente lo suyo, no necesitan de
autorización alguna para adquirir la posesión de una cosa mueble, con tal que concurran
en ello la voluntad y la aprensión material o legal; pero no pueden ejercer los derechos
de poseedores, sino con la autorización que competa”. El mismo artículo en su inciso
primero modifican de alguna manera las reglas de capacidad para las personas que no
teniendo suficiente juicio o discernimiento pueda iniciar posesión de bienes muebles sin
autorización alguna, pero para ejercer los derechos de poseedores tienen que solicitar la
autorización competente. Esta regla no se aplica a los bienes inmuebles, pues para su
adquisición se requiere de la plena capacidad o de la autorización del representante
legal.

Respecto de la adquisición de la posesión por medio de mandatario o representante, el


Art. 721 permite que la posesión se inicie a través de un mandatario o representante legal,
y especialmente, el código civil se ocupa de determinar en que momento principia la
posesión cuando se inicia por el acto de un mandatario o representante legal. El Art. 721
en este sentido nos dice que; “…la posesión del mandante o representado principia en el
mismo acto, aun sin su conocimiento”.

El código civil también se refiere a la posibilidad de que una persona tome una posesión a
nombre de otra persona que no sea su mandatario o representante legal (agente
oficioso)

¿Qué ocurre sin un agente oficioso inicia una posesión en su nombre?

En ese caso la persona interesada puede adoptar dos posiciones:

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1. Aceptar esa posesión, ratificarla e iniciar la posesión. Una vez aceptada la posesión se
retrotraen en los efectos al momento en que el agente oficioso tomó la posesión.
2. Rechazarla, sin ratificarla de manera alguna, y en tal caso no ha iniciado ninguna
posición, y dicho acto le será inoponible por falta de concurrencia.

Para adquirir la posesión, una regla de carácter general nos dice que la posesión se toma
cuando hay una reunión del corpus y el animus, pero dado a nuestro sistema de
inscripción registral debemos distinguir si se trata de bienes muebles e inmuebles.

Adquisición conservación y pérdida de los bienes muebles

1. Adquisición de la posesión de los bienes muebles: Su posesión se adquiere cuando se


reúnen el corpus y el animus.

2. Conservación de la posesión de los bienes muebles: La posesión de bienes muebles se


considera mientras se tenga el ánimo de señor o dueño, aunque no se tenga el
corpus. El Art. 727 nos dice que; “La posesión de la cosa mueble no se entiende
perdida mientras se halla bajo el poder del poseedor, aunque éste ignore
accidentalmente su paradero”. De tal manera, que es posible perder temporalmente
el corpus, en tal caso el animus es suficiente para conservar la posesión. Lo mismo
ocurrirá si, por ejemplo, el poseedor la entrega a otra persona en calidad de mero
tenedor, el Art. 727 lo señala expresamente. Respecto del animus, se debe señalar que
tampoco es necesario que exista ininterrumpidamente, incluso, en el caso de los
dementes, no pierden la posesión por caer en demencia.

3. Perdida de la posesión de bienes muebles: Se pierde la posesión:

a. Cuando se pierde simultáneamente el animus y el corpus, por ejemplo; cuando la


cosa se vende. Cuando una cosa se abandona para que la haga suya el primer
ocupante (res delictae).

b. La regla general, nos dice que cuando se pierda el corpus, conservándose el


animus se conserva la posesión pero hay casos excepcionales en los cuales se
pierde el corpus y se mantiene el animus y, sin embargo se pierde la posesión.
Ocurre en el caso en que un tercero la adquiere con ánimo de hacerla suya (caso
del Art. 726). Un caso similar se da cuando sin pasar una cosa a otras manos se
hacen imposibles los actos posesorios, caso del Art. 2502.

¿Qué ocurre con la perdida del animus?

La perdida del animus va a acarrear la perdida de la posesión por regla general, por
ejemplo; lo que ocurre con el constituto posesorio Art. 684 numero 5. El dueño de la
cosa la vende, pero no la entrega.

Adquisición, conservación y pérdida de los bienes inmuebles

Se debe distinguir entre los bienes inmuebles inscritos y no inscritos.

1. Adquisición de los bienes inmuebles no inscritos: Para estos efectos es preciso recurrir al
título en virtud del cual se invoca la posesión. Existen tres posibilidades:

a. Que se invoque el apoderamiento de la cosa con ánimo de señor o dueño; en


este caso, la posesión se va a adquirir en virtud de ese apoderamiento. Es lo que

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dice el Art. 726 “…”. Los bienes inmuebles no inscritos no están sujetos a normas de
excepción, por lo que quien se apodera se hace poseedor. El Art. 729 nos dice
que; “Si alguien, pretendiéndose dueño, se apodera violenta o clandestinamente
de un inmueble cuyo título no está inscrito, el que tenía la posesión la pierde”.

b. Que se invoque un título no translaticio de dominio; se refiere a los títulos


constitutivos de dominio (se debe agregar la sucesión por causa de muerte). En
estos casos la posesión se adquiere sin necesidad que se practique ninguna
excepción, incluso, en la sucesión por causa de muerte, porque la adquisición
legal de la herencia se produce al momento de la muerte del causante.

En relación a la ocupación, la doctrina se divide en cuanto a indicar si la


ocupación procedería, por cuanto esta es apta en aquellos casos de cosas que
no pertenecen a nadie, y en Chile las cosas que no tienen dueño pertenecen al
estado (Art. 590). Otros indican que lo anterior es efectivo, pero que se refiere a
que el estado es dueño y nadie lo discute, y el objeto de estudio es el inicio de la
adquisición y como dueño podrá poner fin al inicio de la adquisición. A lo más, lo
que habría una posesión irregular.

c. Que se invoque un titulo translaticio de dominio sobre un bien raíz no inscrito; la


intención del legislador en el mensaje del código civil era que todos los bienes
raíces del país en algún momento llegaran a estar inscritos.

¿Se puede iniciar una posesión de un bien nunca antes inscrito alegando un titulo
translaticio de dominio?

Existen dos posiciones:

a. Algunos dicen que para que se pueda iniciar la posesión, se debe practicar la
competente inscripción. Este requisito de carácter legal se extrae del Art. 724,
el cual nos dice que; “Si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse
por inscripción en el Registro del Conservador, nadie podrá adquirir la posesión
de ella sino por este medio”. Esta posición dice que el Art. 724 se refiere en
general a los inmuebles, porque respectos de estos es que se debe hacer la
tradición por la inscripción. Como la norma dice que respecto de estos bienes
nadie puede adquirir la posesión sino por este medio, entonces, aún cuando se
trate de bienes inscritos, se tiene que hacer la competente inscripción.

La inscripción de un bien que nunca antes ha sido inscrito se hace, según el Art.
693, que contempla una norma expresa para hacer la inscripción en estos
casos; “Para la transferencia, por donación o contrato entre vivos, del dominio
de una finca que no ha sido antes inscrita, exigirá el Conservador, constancia
de haberse dado aviso de dicha transferencia al público por medio de tres
avisos publicados en un diario de la comuna o de la capital de provincia o de
la capital de la región, si en aquélla no lo hubiere, y por un cartel fijado,
durante quince días por lo menos, en la oficina del Conservador de Bienes
Raíces respectivo” De tal manera que este artículo establece un
procedimiento con ciertas reglas de publicidad. Además, el Art. 58 del
reglamento del conservador de bienes raíces contempla una norma muy
simular, lo único que agrega es un plazo posterior a la petición de los carteles
que es de treinta días que debe esperar el conservador para proceder a
inscribir dicho bien.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

Esta primera posición nos dice que si uno alega o invoca un título translaticio de
dominio, para iniciar una posesión debe inscribir el bien, sino no tiene posesión
regular ni irregular.

b. Una segunda posición nos dice que para adquirir la posesión regular, sí se va a
requerir la inscripción, pero para adquirir la posesión irregular de un bien no
inscrito, no se requiere la inscripción. Señalan que la inscripción es requisito
para aquellos bienes que ya están inscritos, y respecto de los que no han sido
inscrito se puede iniciar una posesión que será irregular. Agregan, que esto
estaría confirmado por lo que señala el Art. 728, en su inciso segundo, que
dice; “Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa a que se
refiere el título inscrito, no adquiere posesión de ella ni pone fin a la posesión
existente”. En el fondo, esta argumentación nos dice que no se debe olvidar
que para adquirir la posesión regular, invocando un título translaticio de
dominio, se debe inscribir pero si no se inscribe y concurren el corpus y el
animus dicha posición se transforma en irregular, pudiendo adquirir por
prescripción extraordinaria.

2. La conservación y la pérdida de los bienes inmuebles no inscrito: Se deben aplicar las


reglas que se aplican a los bienes muebles, por lo tanto, se va a perder si falta el
corpus o el animus, y con mayor razón, si faltan ambos. Principalmente se va a perder
la posesión cuando haya una enajenación.

Problema de “las inscripciones de papel”


Resulta que en nuestro país existen muchos bienes raíces no inscritos, y se dio que
ciertas personas, en conocimiento de estas reglas, ubicaron terrenos que no estaban
inscritos, dentro de los cuales vivía gente, siguieron dicho procedimiento e inscribieron
las propiedades a nombre de ellos y después enajenaron.

¿Hacen perder estas inscripciones la posesión material de las personas que, por largo
tiempo han vivido en el inmueble, no han inscrito?

Las opiniones se dividen:

a. Una nos dice que los poseedores materiales no se pierden, porque la inscripción es
un hecho de una garantía real que es la inscripción, y agrega que esta es una
mera inscripción de papel que no tiene ningún fundamento de hecho al haberse
efectuado por una persona que no es poseedor material. En el fondo, esta
posición lo que pretendió es proteger a las personas que vivía en estos lugares, y
que de pronto se encontraron con juicios de desalojamiento siendo que vivían allí
por largos años.

b. Otra posición nos dice que la mera inscripción de papel hace perder la posesión.
Lo único que se hace en estos casos es castigar al poseedor material, pues debía
haberse preocupado de inscribir el bien, o a lo menos, debería haber alegado la
prescripción adquisitiva.

Adquisición, conservación y perdida de los bienes inscritos

Se le denomina “Teoría de la posesión inscrita”. Se encuentra regulada en el código civil,


en disposiciones como la 686, 696, 702l, 724, 728, 730, 2505 y 924.

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Toda la economía funciona bajo la posesión de los inmuebles inscritos, por ejemplo; la
hipoteca no se puede hacer respecto de un inmueble que no esta inscrito.

1. Adquisición de los bienes inmuebles inscritos: ¿Cómo se inicia la posesión de los bienes
inscritos? Se debe distinguir:

a. Que se invoque un título no translaticio de dominio; en este caso, no es necesario


practicar ninguna inscripción para que se inicie la posesión, porque el Art. 724 que
es el que exige la inscripción, se refiere sólo a aquellos casos en que se requiere un
titulo translaticio de dominio. Los títulos no translaticios que se podrían invocar son,
la accesión o la sucesión por causa de muerte, la cual no requeriría la inscripción,
porque según el Art. 722; “La posesión de la herencia se adquiere desde el
momento en que es diferida, aunque el heredero lo ignore”, y según el Art. 688, la
posesión de la herencia se confiere al heredero por el ministerio de la ley.
Respecto de la ocupación, no puede operar porque se refiere a cosas que no
pertenecen a nadie, también se debe descartar la prescripción, pues es una
consecuencia de una posesión que ya se ha iniciado.

b. Que se invoque un título translaticio de dominio (Regla general):

¿Cuándo realmente se puede iniciar la posesión?

Nadie discute que para adquirir la posesión regular es necesario efectuar la


tradición, con la competente inscripción que se realiza en el registro de propiedad.
El problema se da en la posesión irregular;

¿Puede iniciarse una posesión irregular si no se realiza la inscripción?

Dos posiciones:

A. La Minoritaria: Dice que si no se inscribe el título, es posible iniciar una posesión


irregular, alguien que inicia una posesión de buena fe y tiene un justo título,
podría iniciar la posesión irregular, ya que le faltaría un requisito y podría llegar
a adquirir por prescripción adquisitiva.

B. La Mayoritaria: Dice que si no se inscribe no se adquiere ni siquiera la posición


irregular. Las razones son:
a. Porque el poseedor inscrito, no pierde su posesión si no se cancela la
inscripción que sustenta su posesión.
b. El Art. 2505, a propósito de la prescripción, no permite la prescripción
respecto de título inscrito. Si se inicia posesión irregular se quebrantaría
dicha disposición, pues podría prescribir.
c. El mensaje del código civil contiene un párrafo en el que se indica que es
la inscripción la que da la posesión real efectiva del inmueble, y mientras
no se ha cancelado, el que no inscribe su titulo, no posee, es simplemente
un mero tenedor.

2. La conservación de los bienes inmuebles inscritos: El poseedor inscrito conserva su


posesión mientras se mantenga la inscripción a su nombre. Este asunto se deduce del
Art. 728, “Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se
cancele”. Es por eso que se dice que la inscripción es garantía de la posesión.

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Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

3. Perdida de la posesión de un bien inscrito: Cuando la inscripción se cancela termina la


posesión de un bien inscrito.

¿Como se cancela la inscripción?

a. El Art. 728 indica, en primer lugar, la voluntad de las partes. Lo anterior puede
acontecer en aquellos casos en que las partes involucradas en un contrato
acuerdan dejarlo sin efecto, opera a propósito de la resciliación, tiene su
fundamento en el Art. 1545, porque las cosas pueden deshacerse de la misma
forma en que se hace.

b. Una nueva inscripción, en la que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro.


Esta es la forma más común en que una inscripción se cancela.

¿Es posible cancelar una inscripción en virtud de in titulo injusto?

Nuestra jurisprudencia no se define por una sola posición, pues han existido fallos
en que no se cancela la inscripción precedente. El fundamento final de esta ha
sido una razón de justicia o equidad, pues en caso contrario se le abre camino al
despojo de la propiedad por medio de títulos injustos. En otros fallos el titulo injusto
cancela la posesión, pues el Art. 728, no distingue entre la justicia o injusticia del
titulo. Se agrega que el Art. 730 permite la inscripción de un título aún más injusto.

Art. 728. Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se cancele, sea por voluntad
de las partes, o por una nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por
decreto judicial.

Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa a que se refiere el título inscrito, no
adquiere posesión de ella ni pone fin a la posesión existente.

Art. 730. Si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de otro, la usurpa dándose por dueño de ella, no se
pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra; a menos que el usurpador enajene a su propio
nombre la cosa. En este caso la persona a quien se enajena adquiere la posesión de la cosa, y pone fin
a la posesión anterior.

Con todo, si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de un poseedor inscrito, se da por dueño de ella y
la enajena, no se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra, sin la competente
inscripción.

c. El decreto judicial; el Art. 728 nos dice que; “Para que cese la posesión inscrita, es
necesario que se cancele… …por decreto judicial”. El caso más común de
aplicación de esta regla, es el caso de la nulidad del titulo, va acarrear la nulidad
de la inscripción.

Prescripción adquisitiva

En el sistema de derecho civil existen dos clases represcripción, por una parte esta la que
se denomina extintiva, que es aquella que extingue las acciones y derechos de carácter
personal. La prescripción adquisitiva es un modo de adquirir el dominio. Don Andrés Bello
trato al final del código civil la prescripción, y estableció ciertas reglas que son comunes a
ambos tipos de prescripciones.

Reglas comunes a ambas prescripciones

133
Cátedra de Derecho Civil I, Profesor Ismael Verdugo B. Apuntes de Pablo Zepeda C.

1. La prescripción debe ser alegada; en el Art. 2493 dice; “El que quiera aprovecharse de
la prescripción debe alegarla; el juez no puede declararla de oficio”. En nuestro
sistema de carácter procesal civil, rige el principio dispositivo, que significa, que son las
partes las que dan impulso al procedimiento y el juez no puede hacer más que lo que
las partes les indican. Se aplica, incluso, en el derecho administrativo, pues todas las
faltas que cometen los funcionarios públicos prescriben si no son sorprendidos (plazo
común seis meses).

Existen ciertos casos de excepción en que el juez puede declarar de oficio la


prescripción, es lo que se denomina “principio inquisitivo”. Puede ocurrir, por ejemplo,
en materia penal; pues incide en la acción penal y en la prescripción de la pena. La
acción penal es la facultad que se tiene para perseguir la sanción de un delito, y sin
que nadie se lo solicite puede declarar su prescripción de oficio. En el caso de la
prescripción de la pena, ya se había dictado sentencia pero el individuo andaba
desaparecido y en libertad, aparece después de cumplido el plazo de la pena.

¿En materia civil puede declarar una prescripción de oficio?

Ocurre a propósito de la prescripción extintiva, cuando lo que se hace valer es un


titulo ejecutivo. Se llaman así porque permiten la ejecución (embargo) de los bienes
de una persona, pero cuando el titulo ejecutivo tiene más de tres años desde que la
ejecución se hizo exigible, el juez debe denegar la ejecución de oficio, porque la regla
general para los títulos ejecutivos es que prescriban en tres años (tiempo suficiente que
el acreedor puede demandar al deudor).

2. No se puede renunciar anticipadamente a un plazo de prescripción; así lo dice el Art.


1494. La prescripción es un riesgo para el acreedor porque el plazo de tiempo va
hacer que la deuda se extinga, y si la ley permitiera renunciar la prescripción, los
acreedores obligarían a renunciar en forma anticipada a ella (parecido a lo que
ocurre con la denuncia del dolo). Se puede renunciar a la prescripción una vez
cumplido el plazo y no antes, porque es una norma de orden publico.

¿Qué ocurre si se estipula una renuncia anticipada?

Estaríamos ante un acto prohibido por las leyes, y su sanción es la nulidad absoluta por
objeto ilícito.

Art. 1494. El plazo es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación, y puede ser expreso o
tácito. Es tácito el indispensable para cumplirlo.

3. Las reglas relativas a la prescripción corren a favor y en contra de toda persona; El Art.
2497 se refiere a esta regla y nos dice; “Las reglas relativas a la prescripción se aplican
igualmente a favor y en contra del Estado, de las iglesias, de las municipalidades, de
los establecimientos y corporaciones nacionales, y de los individuos particulares que
tienen la libre administración de lo suyo”. Esta regla se estableció porque
antiguamente las reglas de prescripción no se aplicaban al estado, o en contra del
cual no se podía adquirir el dominio de bienes por prescripción. Las iglesias también
tenían ciertos beneficios en esta materia.

Podemos definir la prescripción adquisitiva como un modo de adquirir las cosas ajenas por
haberlas oseado durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos
legales (Art. 2492).

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Características de la prescripción adquisitiva

1. Es un modo de adquirir originario; el derecho nace en la persona que prescribe y


desligado de todo derecho que pueda tener otra persona.
2. La prescripción permite adquirir el dominio pero además permite la adquisición de
otros derechos reales; dice el Art. 2498, en su inciso segundo; “Se ganan de la misma
manera los otros derechos reales que no están especialmente exceptuados”. Se
refiere a ciertas servidumbres que no se pueden adquirir por prescripción, estas son las
discontinuas e inaparentes. Las servidumbres discontinuas son aquellas que se ejercen
interrumpidamente y que no dependen de un hecho actual del hombre, y las otras
son inaparentes porque se ejercen permanentemente en forma oculta, en que no hay
una apariencia.

3. Se trata de un modo de adquirir a titulo singular; porque permite la adquisición de


cosas específicas y no de universalidades, con la única excepción de la prescripción
de una herencia que es una universalidad jurídica.

4. La prescripción adquisitiva es un modo de adquirir a titulo gratuito; en cuanto no existe


desembolso económico para el prescribiente.

5. Opera por actos entre vivos, porque no esta vinculado con el fallecimiento de otra
persona para que se pueda concretar.

Elementos o requisitos de la prescripción adquisitiva

Se deducen del Art. 2492 del código civil:

1. La posesión: En esta materia nos remitimos a todo lo que se ha señalado


anteriormente sobre la posesión.

¿Es posible la prescripción entre comuneros que tienen pro-indiviso una cosa?

No es posible prescribir contra un comunero. La razón la da el Art. 1317 nos dice que;
“…la partición del objeto asignado podrá siempre pedirse…”.

Art. 1317. Ninguno de los coasignatarios de una cosa universal o singular será obligado a permanecer en la
indivisión; la partición del objeto asignado podrá siempre pedirse con tal que los coasignatarios no hayan
estipulado lo contrario.

No puede estipularse proindivisión por más de cinco años, pero cumplido este término podrá renovarse el
pacto.
Las disposiciones precedentes no se extienden a los lagos de dominio privado, ni a los derechos de
servidumbre, ni a las cosas que la ley manda mantener indivisas, como la propiedad fiduciaria.

2. El plazo: No basta una mera posesión, sino que tiene que haber durado durante un
cierto plazo que la ley señale. Existe una descripción ordinaria que requiere la posesión
regular que en el plazo de dos años sobre bienes muebles y cinco en inmuebles (Art.
2508). Puede ser también extraordinaria, que opera cuando existe una posesión
irregular, y el plazo es de diez años para ambos tipos de bienes (Art. 2511).

Art. 2508. El tiempo necesario a la prescripción ordinaria es de dos años para los muebles y de cinco años
para los bienes raíces.

Art. 2511. El lapso de tiempo necesario para adquirir por esta especie de prescripción es de diez años contra
toda persona, y no se suspende a favor de las enumeradas en el artículo 2509.

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Instituciones que producen la alteración de la prescripción

1. Interrupción de la prescripción: Es la perdida del tiempo corrido hasta un momento


determinado para ganar por prescripción una cosa por cuanto ocurre un hecho al
cual la ley le atribuye esa facultad, y que lógicamente, ocurre ese hecho antes que se
complete totalmente el tiempo necesario para prescribir. Si el hecho acontece con
posterioridad el bien ya está ganado por prescripción.

¿Qué clases de interrupción existen?

a. Interrupción natural: Tiene a su vez dos casos en que se produce; Se contemplan


en el Art. 2502:
i. Cuando sin haber pasado la posesión a otras manos se ha hecho imposible el
ejercicio de actos posesorios como cuando una heredad ha sido
permanentemente inundada.
ii. Cuando se ha perdido la posesión cuando ha entrado en posesión de la cosa.
Sin embargo, la ley nos dice que son causales de interrupción, el efecto que
produce no es el mismo. El Art. 2502, en el inciso segundo nos dice que;
“Interrupción civil es todo recurso judicial intentado por el que se pretende
verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor”, es decir, a pesar de que se trata
de una interrupción, produce los mismos efectos que una suspensión. En el
segundo caso, se hace perder todo el tiempo de la posesión anterior a menos que
se haya recobrado legalmente.

b. Interrupción civil: Esta señalada en el Art. 2503, que nos dice que; “Interrupción civil
es todo recurso judicial intentado por el que se pretende verdadero dueño de la
cosa, contra el poseedor”. Lo que ocurre es que el que se pretende dueño de la
cosa intenta cualquier recurso o acción judicial contra el poseedor, sin embargo,
la ley es sumamente amplia y podría ser cualquier excepción, no sólo
reivindicatoria, pudiendo ser incluso precautoria.

¿Qué ocurre cuando la demanda se interpone ante un tribunal incompetente,


interrumpe la prescripción o no?

Nuestra jurisprudencia estima que de todas maneras interrumpe la prescripción,


porque demuestra de alguna manera, que el titular de derecho ha ejercido
alguna actividad con respecto del bien, y el que normalmente determina la
competencia no es el cliente sino el abogado, no siendo responsabilidad del
representado. Existen tres casos en que no se va a entender interrumpida la
prescripción:

1) Cuando la demanda no ha sido legalmente notificada (Art. 2503); para


notificar una demanda debe cumplir con la reglas establecidas en el código
de procedimiento civil (Título VI; “De las notificaciones”).

2) Cuando el recurrente desistió expresamente de la demanda o se declaro


abandonada la instancia; estamos frente a dos casos; desistir consiste en retirar
la demanda, mientras que el abandono de la instancia o de procedimiento

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consiste en que las partes en un juicio no realizan diligencias por un plazo de


seis meses.

3) Cuando el demandado obtiene sentencia de absolución; el demandante no


logró acreditar que era dueño de la cosa.

2. Suspensión de la prescripción: Es la detención del curso del plazo de prescripción


durante el tiempo que dura una causa suspensiva, pero una vez terminado el tiempo
de la causa suspensiva, sigue corriendo el plazo de prescripción.

El fundamento de la suspensión es la protección de los incapaces. La suspensión es


una institución que opera por el solo imperio de la ley, por cuanto se da la
circunstancia de que una persona está incapacitada, no pudiendo actuar por si
misma para defender un derecho y depende de la diligencia o negligencia de su
representante legal. El Art. 2509 nos dice que; “La prescripción ordinaria puede
suspenderse, sin extinguirse…”.

¿Cuáles son las causas de suspensión de la prescripción?

1) A favor de los menores, los dementes, los sordos o sordomudos que no pueden
darse a entender claramente, y todos los que estén bajo curadería.
2) A favor de la mujer casada en sociedad conyugal mientras dure esta (no se trata
de una incapacidad de la mujer casada).
3) La herencia yacente, aquella que no ha sido aceptada ni repudiada por los
eventuales herederos (a partir de los 15 de la muerte del causante). No confundir
la herencia yacente por la vacante, porque esta ultima es aquella que en
definitiva es delegada al fisco.
4) La prescripción se suspende siempre ente cónyuges.

Prescripción extraordinaria

Es aquella que requiere de una posesión irregular y que requiere de un lapso de diez años
(se deben omitir las posesiones inútiles). De acuerdo a los que dice el Art. 2511, la
prescripción extraordinaria no se suspende a favor de las enumeradas en el Art. 2509 pero
si se interrumpe.

La mera tenencia y la prescripción extraordinaria


La mera tenencia es indeleble, es decir, que el transcurso del tiempo no constituye
posesión.

¿Existe algún caso en que la mera tenencia permita la prescripción?

No existe caso alguno en que la mera tenencia pueda llegar a rescribir, porque el artículo
2510 señala algunos casos en que, aparentemente, la mera tenencia dará lugar a una
prescripción pero la verdad es que un mayor análisis de la norma lleva a sostener que no
lleva a prescribir. Lo que ocurre es que el Art. 2510 permite que, por la concurrencia de
otros hechos que no dependen de la sola voluntad del tenedor, este pueda prescribir
eventualmente.
Existen cambios en el tenedor y el propietario que altera la situación jurídica de ambos.
Para la prescripción extraordinaria no se requiere ningún título, pero se presume en ella de
derecho la buena fe, sin embargo, de la falta de un titulo adquisitivo de dominio. El
número del Art. 2510, número tres nos dice que; “Pero la existencia de un título de mera

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tenencia hará presumir mala fe, y no dará lugar a la prescripción, a menos de concurrir
estas dos circunstancias”. Estas circunstancias son:

1. Que el que se pretende dueño no pueda probar que en los últimos diez años se haya
reconocido expresa o tácitamente su dominio por el que alega la prescripción.

2. Que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia, clandestinidad ni
interrupción por el mismo espacio de tiempo.

Esta excepción es aparente porque el mero tenedor se transformó en poseedor porque


cambio el ánimo, porque transcurrió un plazo extenso y porque el propietario no
reconoció su dominio.

Contra titulo inscrito no hay prescripción, y la sentencia de prescripción hace de escritura


pública para la propiedad. El DL 2675 “de regularización” permite que una persona
inscriba un bien a su nombre, acreditando que es poseedor regular. Algunas de sus
disposiciones se han declarado inconstitucionales por la corte suprema.

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