Arquitectura Colonial Del Perú

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Arquitectura Colonial del Perú

La arquitectura colonial peruana a pesar de provenir en su mayor parte de patrones o


modelos ibéricos y europeos (con determinados aportes islámicos), posee una personalidad
propia, producto de la modificación creadora de las influencias transmitidas desde España
y, en menor grado, el resto de Europa.

La ocupación de los andes centrales por los españoles dio inicio a un proceso de fundación
de ciudades. En América la ciudad se convirtió en elemento fundamental para la
explotación del territorio, el manejo de su economía (manufactura, comercio, control
gubernamental) y la marcha del programa de cristianización masiva de las poblaciones
aborígenes bajo la idea de unificación política por la autoridad de la corona española. El
desarrollo de esta arquitectura fue marcado principalmente por la actividad religiosa que
dio origen a catedrales, parroquias y conventos urbanos y rurales. Esta arquitectura tuvo
desde un inicio un estilo Renacentista, Mudéjar y Herreriario alrededor del siglo XVI, más
tuvo un estilo Barroco en el siglo XVII y por último un estilo Rococó y Neoclásico en el
siglo XIX. Para esto, se trabajaron técnicas y materiales indígenas, lo que hizo de este arte
un arte andino. Ya que se utilizó el adobe y la quincha.

Para la arquitectura del siglo XVI, tan sólo se construyeron casas y patios en Lima y Cusco,
e iglesias en otros departamentos que son la única muestra de arquitectura de aquella época.
Entre ellas destacan: La Casa de Jerónimo de Aliaga (Lima), La Merced (Ayacucho),
Iglesia de San Jerónimo (Cuzco) y la Asunción (Puno).La mayoría de las iglesias de fines
del siglo XVI poseían planta gótica-isabelina con nave alargada y separada por presbiterio
o capilla mayor por un gran arco denominado “arco triunfal”.

En los templos nuevos o reconstruidos en el siglo XVII, se tendió a sustituir este tipo por el
más difundido del período barroco: la iglesia de planta en cruz latina, de una nave sola o
con capillas laterales conexas formando naves laterales, totalmente abovedada, con cúpula
de “media naranja” sobre el crucero (La Compañía-Cusco, San Francisco-Lima).

En las ciudades, la vivienda colonial tuvo una fuerte influencia peninsular, especialmente
andaluza. Fueron casas de uno o dos pisos, con un zaguán que permitía el ingreso.
Usualmente, este zaguán permanecía abierto todo el día para la llegada de los vendedores
ambulantes o las visitas. De ahí, un bello patio dominaba el ingreso rodeado de los
dormitorios y habitaciones principales. En el primer piso se encontraba la sala que
usualmente conectaba a otro patio (traspatio) y finalmente a la cocina.

En el siglo XVI y XVII, las casas de dos pisos tuvieron usualmente un balcón cerrado por
donde se podía observar la calle, estos balcones poseían celosías, a fines del XVIII y
principios del XIX se construyeron bajo los cánones del neoclasicismo y del estilo imperio,
imponiéndose el uso de ventanas de guillotina. Los balcones le confirieron a Lima una
personalidad propia, ya que en ninguna ciudad americana existieron tantos balcones como
en la capital del virreinato peruano.
Si bien la arquitectura colonial peruana nació a partir de modelos peninsulares y europeos,
con el devenir de los años logró afirmarse como una arquitectura con personalidad propia,
única en América.

La fundación de ciudades españolas fue el inicio de la ocupación del territorio andino. Sobre
las antiguas ciudades prehispánicas se asentaron los primeros poblados españoles y en ellas
plasmaron su ideario del mundo conocido. Sus reglas definieron la configuración de la ciudad
pues de acuerdo a la posición en el plano se sabia la condición de la persona. Las primeras
construcciones en edificarse fueron el cabildo, la catedral y las casas alrededor de la plaza
mayor. Las construcciones más cercanas a la plaza eran propiedad de los vecinos más
prominentes de la ciudad, es decir, aquellos que habían sobresalido en las empresas de
conquista. Sin embargo, son pocos los ejemplos de arquitectura del siglo XVI. Tan solo
algunas casas o patios ubicados en Lima o Cuzco o algunas iglesias en provincia son la única
muestra de las construcciones de aquella época, pues los terremotos de 1687, 1746 y las obras
edilicias del siglo XX, fueron los principales agentes de destrucción de dichos monumentos.
Del siglo XVI destacan: la casa de Jerónimo de Aliaga (Lima), La Merced (Ayacucho),
Iglesia de San Jerónimo (Cuzco) y la Asunción (Juli, Puno).

La mayoría de las iglesias de fines del siglo XVI poseían planta gótica-isabelina con nave
alargada y separada por presbiterio o capilla mayor por un gran arco denominado
triunfal.(Wuffarden, 2004: 76).

Las portadas de las iglesias conservaron las formas clásicas italianas, a pesar de que los
alarifes tuvieron gran libertad para interpretarlas, haciendo hincapié en un sentido bastante
decorativo. Como indica Antonio San Cristóbal, acaso el estudioso más importante de la
arquitectura virreinal peruana, la portada lateral de la iglesia limeña de San Agustín es una
de las poquísimas portadas existentes de Francisco Morales (alarife) que muestra en todo su
esplendor sus formas clásicas, propias del renacimiento tardío.
El siglo XVII estuvo marcado por la llegada del barroco. Este estilo arribó al Perú en un
momento de gran madurez artística de los alarifes afincados en el Perú. La reinterpretación
del estilo y su adaptación al medio local hicieron que el virreinato del Perú se conviertiera en
la expresión del barroco americano. Y es que la riqueza del barroco peruano radica en la
diversidad de interpretaciones, pues se adaptó y aprehendió elementos de las principales
ciudades del virreinato (Lima, Cuzco, Trujillo, Puno, Arequipa, Cajamarca, etc.), pero
también tuvo que adaptarse a una serie de factores que lo condicionaron (principalmente de
índole económico).

Mientras el barroco se afianzaba, en el Perú hubo un cambio en la construcción y diseño de


las naves. Las iglesias dejarían las plantas isabelinas y se adaptaron a la cruz latina con
bóveda de cañón y cúpulas en el crucero. No hay que olvidar que todos estos cambios son
producto de las acciones que la Contrarreforma Católica tomó para afianzar la simbolización
del culto católico. Son ejemplo del barroco: San Francisco el viejo, iglesia de las Trinitarias,
La Merced, San Pedro, la Portada del Perdón de la Catedral (Lima); La Merced, Santo
Domingo, San Francisco, Santa Catalina (Cuzco) etc.

La iglesia fue la propulsora de una arquitectura monumental. Conventos y monasterios fueron


los edificios más grandes y bellos durante todo el virreinato. Destacan por su tamaño: Santa
Catalina (Arequipa), San Francisco el viejo, La Merced (Lima), Santo Domingo (Trujillo).

Como se mencionó líneas arriba, en el siglo XVII hubo un transito de la planta isabelina a la
cruz latina. No obstante, las catedrales de Lima y Cuzco escapan a esta clasificación. Las dos
fueron construidas sobre una planta procesional de tres naves con capillas laterales y coro de
canónigos colocado en medio de la nave central (García Bryce, 1995: 368). Son del tipo
hallenkirche o iglesia salón con las bóvedas a la misma altura. Lo que llama la atención en
ambas es que si bien poseen una misma planta, fueron construidas con materiales
completamente diferentes, pues siguieron la tradición constructiva de su respectiva región
(Lima-costa, Cuzco-sierra).

Las iglesias del siglo XVII destacaron también por la construcción de portadas-retablo en sus
fachadas. Construidas principalmente en piedra, tuvieron un papel simbólico y
evangelizador, ya que anunciaban a los transeúntes la importancia de la iglesia, su carácter
monumental e invitaban a su contemplación.

El virreinato peruano tuvo una diversidad de centros arquitectónicos importantes. Las


tradiciones y elementos regionales permitieron el desarrollo de escuelas y de áreas de
influencia. Cuzco, Arequipa y Puno fueron las difusoras de las principales técnicas
constructivas locales. En estas ciudades hubo una búsqueda de lenguajes propios alejados del
barroco y de su realismo, experimentando en muchos casos con la naturaleza y los elementos
bucólicos andinos. Un buen ejemplo sería la portada de La Compañía, en la ciudad de
Arequipa.

En las ciudades, la vivienda colonial tuvo una fuerte influencia peninsular, especialmente
andaluza. Fueron casas de uno o dos pisos, con un zaguán que permitía el ingreso.
Usualmente, este zaguán permanecía abierto todo el día pues a él llegaban los vendedores
ambulantes o las visitas. Un bello patio dominaba el ingreso rodeado de los dormitorios y
habitaciones principales. En el primer piso se encontraba la sala que usualmente conectaba a
otro patio (traspatio) y finalmente a la cocina. Muchas casas en Lima tuvieron huertas en las
que cultivaban productos de panllevar.

Las casas de dos pisos tuvieron usualmente un balcón cerrado por donde se podía observar
la calle. En el siglo XVI y XVII estos balcones poseían celosías, a fines del XVIII y principios
del XIX se construyeron bajo los cánones del neoclasicismo y del estilo imperio,
imponiéndose el uso de ventanas de guillotina. Los balcones le confirieron a Lima una
personalidad propia, ya que en ninguna ciudad americana existieron tantos balcones como en
la capital del virreinato peruano.

Estilo barroco
El barroco se distinguió y caracterizó por su
recargada ornamentación, de líneas
predominantemente curvas, que daban un
aspecto de libre movimiento. Predominaron los
elementos decorativos en
las columnas, pilastras (columnas
embebidas), cornisas, además de una
modificación de las formas clásicas; las
columnas griegas pierden su pureza al
retorcerles, como gruesas serpientes, sus fustes
hasta formar la columna salomónica y los
adornos adquirieron gran exuberancia.

Un elemento característico de éste estilo es


el almohadillado que aparece en los muros de
la Basílica y Convento de San Francisco de
Lima. Este estilo predominó desde mediados del
siglo XVII hasta fines del siglo XVIII. Dio
origen al churrigueresco y rococó. Son
representativas muestras del barroco en Lima,
el Palacio de Torre Tagle, las iglesias de San
Francisco y San Marcelo. En Cuzco la Catedral del Cuzco (barroco mestizo), las iglesias de
Santo Domingo y San Sebastián. En Arequipa la Iglesia de la Compañía.
Estilo barroco churrigueresco
Fue la forma más recargada del barroco y se distinguió por el empleo complicado y
caprichoso de los adornos en forma exagerada, su propugnador fue
un arquitecto español llamado José Benito de Churriguera. Son magníficas muestras de este
estilo en Lima la fachada de las iglesias de Nuestra Señora de la Merced y San Agustín.
Estilo barroco francés o rococó
En el siglo XVIII, con la introducción de la dinastía francesa de los Borbones, llegó
a España este estilo que se caracterizó por los balcones que no son redondeados, la
disminución de los adornos en la ornamentación en las columnas (estas son menos
retorcidas), sin dejar las características propias del barroco que son el empleo de las líneas
curvas y ondulantes.
Son características del estilo rococó la Quinta de Presa, la Casa de Larriva (fachada en
estilo rococó pero granadino), la Casa de las Trece Monedas (fachada en estilo rococó
limeño), la Casa de Osambela y el Paseo de Aguas, todas ubicadas en Lima.

Estilo neoclásico
A fines del siglo XVIII y principios
del siglo XIX llegó el estilo
llamado neoclásico, que se
caracterizó por el predominio de una
tendencia hacia el retorno de los
estilos clásicos de la arquitectura
greco-romana (empleo de columnas
románicas con capiteles corintios y
sin ninguna ornamentación, líneas
rectas y sencillez en las mismas,
además de frontis triangular).
Era pues, una reacción contra el
barroco. Son magníficas muestras de
este estilo el altar mayor y las torres
de la Catedral de Lima, la fachada de la Basílica y Convento de San Pedro, el altar mayor
de la Basílica y Convento de San Francisco, las pilastras de la Casa de Osambela, la
fachada del Fuerte de Santa Catalina y el Cementerio Presbítero Matías Maestro.
ANEXOS:
ETAPAS DEL URBANISMO COLONIAL:
El sistema de las ciudades coloniales interiores se completó con una serie depuertos de mar,
que estaban comunicados con las primeras, pero también con lapatria española. Parejas de
ciudades típicas de la época colonial son Bogotá-Cartagena (esta última ha sido sustituida
después por los nuevos puertos deBarranquilla y Buenaventura) o Lima-El Callao; la
ciudad portuaria de El Callao seencuentra a sólo doce kilómetros de la ciudad de Lima.
1. DESARROLLO DE PRIMEROS PUNTOS DE APOYO PEQUEÑOS:
Como fase anterior a la urbanización (bases de expedición protegidas confortificaciones
simples, de existencia efímera).
2. PERÍODO EXPERIMENTAL:
Hasta 1520 aproximadamente, en el que se fundaron en la zona caribeña lasprimeras
ciudades como puntos de partida para la conquista y asignaciónterritorial de la tierra firme;
aquí se produjo asimismo el primer asentamiento delpoder eclesiástico y laico.
3. ÉPOCA DE MAYOR ACTIVIDAD DE FUNDACIONES URBANAS ENTRE1521
Y 1572:
Durante la que se crearon en Latinoamérica cerca de 20 de las principalesciudades y
muchos asentamientos de órdenes. En el decenio 1534-1544, dondese concentran las
actividades más importantes de los conquistadores, seprodujeron las principales
fundaciones urbanas en la Suramérica española y seestablecieron como poblaciones
permanentes.
4. CONSOLIDACIÓN DE ESTRUCTURAS URBANAS EXISTENTES
YCOLONIZACIÓN DE TERRITORIOS LEJANOS ENTRE 1573 Y 1750.:
Allí se reglamentaban los rasgos característicos de la estructura de la ciudadcolonial:
alrededor de la plaza rectangular situada en el centro, prevista para elcrecimiento venidero,
se debían asentar las principales instituciones del poderlaico y eclesiástico con edificios
monumentales En las ciudades coloniales

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españolas se produjo un desnivel entre el centro y la periferia, tanto en la calidadde las
construcciones como en la distribución socio-urbana: alrededor de lasinstituciones centrales
cerca de la plaza se crearon las residencias de las familiaslíderes, que representaban
palacios suntuosos de la nobleza o distinguidas casasburguesas de grandes patios interiores.

5. En el marco de las llamadas reformas borbónicas de finales del siglo XVIIIla


construcción se sometió a nuevas normas:
El estilo barroco es relevado por el neoclasicismo, con el que se identifican
los jóvenes estados latinoamericanos tras la independencia. De gran importanciapara el
posterior desarrollo de las antiguas ciudades coloniales en el siglo XIX esel hecho de que
también tras la emancipación política de España el planoajedrezado no sólo seguía siendo
obligatorio, sino que incluso llegó a aplicarsecon más rigor dentro de la colonización
interior. El plano ajedrezado se completóa partir de la segunda mitad del siglo XIX muchas
veces con calles diagonales,que debían permitir una mejor comunicación entre las distintas
partes de laciudad. Frecuentemente se trazaron nuevos barrios en las afueras de la
ciudad,rectangulares en sí, pero girados por un cierto ángulo respecto al centro de laciudad.

Bibliografía

 Chávez Ruíz, Alejandro. Historia del Perú - Descubrimiento, Conquista y


Virreinato. Lima.
 Pons Muzzo, Gustavo. Historia del Perú - Descubrimiento, Conquista y Virreinato.
Lima.
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 Salinas García, Telmo. Historia del Perú - Descubrimiento, Conquista y Virreinato.
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 html.rincondelvago.com
 educared.fundaciontelefonica.com.pe

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