Trastornos de La Inclinación Sexual
Trastornos de La Inclinación Sexual
Trastornos de La Inclinación Sexual
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Introducción …………………………. 2
Concepto …………………………. 8
Voyeurismo …………………………. 14
Exhibicionismo …………………………. 15
Frotteurismo …………………………. 16
Masoquismo sexual …………………………. 17
Sadismo Sexual …………………………. 17
Pedofilia o Paidofilia …………………………. 18
Fetichismo …………………………. 18
Travestismo …………………………. 19
Otro trastorno parafílico especificado …………………………. 20
Trastorno parafílico no especificado …………………………. 21
Etiología …………………………. 22
Tratamiento …………………………. 23
Conclusión …………………………. 24
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INTRODUCCIÓN
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En la CIE-10 (2) los criterios son fundamentalmente tres (F66): 1)
Impulsos sexuales y fantasias de carácter recurrente e intenso que implican
objetos y actividades inusuales; 2) actúa de acuerdo a los impulsos o siente
un marcado malestar a causa de estos y 3) la tendencia se ha presentado al
menos durante seis meses. El término “parafilia” es epígrafe propio del
DSM-IV, denominándose en la CIE-10 como Tratornos de inclinación sexual.
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TRASTORNOS DE LA INCLINACIÓN SEXUAL
Historia:
Por ejemplo, las relaciones sexuales con animales (zoofilias), son prácticas
realizadas en personas del campo y no eran consideradas como algo malo;
en cambio, en personas que viven en las ciudades, esta actividad puede
considerarse como una enfermedad mental.
Han surgido otras parafilias o se han ido trasformando, debido a los cambios
que hay en las sociedades; así encontramos que cuando apareció el teléfono
surgió una nueva parafilia cuando realizan llamadas obscenas (escatología
telefónica), lo mismo sucede con la computadora y otros medios.
La Biblia:
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18:6. En el Deuteronomio se hace referencia al travestismo masculino y
femenino en 22:5.
Grecia y Roma:
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Siglos XVI a XVIII:
Siglo XIX:
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Los avances en la ciencia fueron los siguientes:
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desviación: Fetichismo, Homosexualidad, Sadismo y Masoquismo.
Aunque también hace referencia a Travestismo y Transexualismo,
Satiriasis y Ninfomanía, Exhibicionismo y Voyeurismo, Zoofilia,
Cleptolagnia (excitación o satisfacción sexual producida por el robo) y
Lolitaismo (preferencia sexual de la persona adulta por jóvenes
adolescentes).
II. Concepto:
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aseguran que un individuo padece un determinado trastorno) consiste en que
la excitación sexual del sexo opuesto depende de una fantasía no
relacionada con la mera disponibilidad de una pareja sexual del sexo
opuesto que consientan las relaciones. También es considerado un síndrome
psiquiátrico con conductas estereotipadas.
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más atinado porque expresa unos actos en los que el medio es utilizado
como fin; es decir, se busca únicamente el placer sexual de la excitación
genital como fin en sí mismo, cuando en realidad es el medio que utiliza la
naturaleza humana para la efusión del líquido seminal y la procreación, a
través de la unión amorosa de un hombre con una mujer.
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En sentido opuesto, el límite entre lo normal y lo enfermizo podría
cambiar hacia una mayor restricción. En tal sentido, y sin pretender incluir
como parafilias ciertas conductas sexuales, según los criterios del DSM-V o
CIE 10, hay motivos para afirmar que las hay muy próximas a dichos
trastornos, si nos atenemos a lo que hace humano el acto sexual; en otras
palabras, si una persona es atraída por otra y con ella busca la fusión
amorosa, el acto será normal; en cambio si lo que busca es exclusivamente
la excitación genital que conduce al orgasmo el acto deberá ser considerado
muy cercano a lo parafílico, (ajeno al amor). Por supuesto que esta
afirmación, por su simplicidad, puede provocar no pocas controversias,
especialmente si reparamos en los casos que incluiría; por ejemplo, una
relación amorosa hombre-mujer, por la práctica abusiva de los actos
sexuales consumados, pueden conducir a prácticas contranaturales, donde
fácilmente se descubre el elemento parafílico o desviado. Pero, incluso en
una relación coital por vía vaginal, también puede darse lo desviado si lo
genital (simple fricción mecánica) se impone al componente erótico; o dicho
de otra forma: cuando los estímulos de la atracción erótica hombre-mujer
quedan eclipsados por una impulsividad fuerte dirigida al placer genital; lo
cual no es excepcional hoy en día en la vida matrimonial o de pareja. Esta
anormalidad es mucho más frecuente en el hombre, permaneciendo la mujer
en estos casos en una situación incómoda y mal comprendida. Sus quejas
están llenas de fundamento, porque hay que aceptar como inhumano que el
marido la trate ignorando su propio sentir, y que incluso la viole, forzándola a
unas prácticas no deseadas. El victimismo de la mujer no es simple retórica
sino penosa realidad. Este criterio que expongo puede resultar exagerado,
sin embargo hay que recordar que ciertas prácticas sexuales, como el sexo
oral o la masturbación, fueron consideradas parafilias hasta mediados del
siglo XX; (actualmente se consideran prácticas no parafílicas, siempre y
cuando la actividad del sujeto no se limite a ellas).
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La característica esencial de la parafilia es la presencia de repetidas
e intensas fantasías sexuales de tipo excitatorio, de impulsos o de
comportamientos sexuales que por lo general engloban: 1) Objetos no
humanos, 2) El sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja, o 3)
Niños u otras personas que no consienten, y que se presentan durante un
periodo de al menos 6 meses. Para algunos individuos, las fantasías o los
estímulos de tipo parafílico son obligatorios para obtener excitación y se
incluyen invariablemente en la actividad sexual. En otros casos las
preferencias de tipo parafílico se presentan solo episódicamente (por ej.
durante periodos de estrés), mientras que otras veces el individuo es capaz
de funcionar sexualmente sin fantasías ni estímulos de este tipo. El
comportamiento, los impulsos sexuales o las fantasías provocan malestar
clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de
la actividad del individuo.
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Fetichismo
Travestismo fetichista
Exhibicionismo
Escoptofilia (incluye; voyeurismo)
Paidofilia
Sadomasoquismo (incluye: Masoquismo; sadismo)
Trastornos múltiples de la inclinación sexual
Otros trastornos de la iniciación sexual (incluye: Froteurismo;
necrofilia)
Trastornos de la inclinación sexual sin especificación (incluye:
Desviación sexual sin especificar)
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Necrofilia, cuando la excitación se produce ante la presencia del
cadáver
Masoquismo sexual, o necesidad de sentir daño físico corporal y la
humillación para la excitación genital.
Coprofilia o excitación genital por las heces.
Pedofilia, si la excitación es con niños.
Violación, o excitación genital ante la resistencia de la mujer a ser
penetrada.
Sadismo: a diferencia del masoquismo, la excitación se provoca ante
el dolor físico y humillación del otro.
Fetichismo trasvestista, o excitación sexual al vestirse con ropas del
otro sexo.
Voyeurismo: del verbo voir (ver) y el sufijo (-eur), de modo que, la palabra
voyeur significa, literalmente “el que ve”, así que no deja mucho lugar a
equívocos. El voyeurismo, llamado también escoptofilia está totalmente
relacionado con el acto de mirar. Desde el ámbito clínico, se considera que el
voyeur es una persona que obtiene excitación sexual observando a personas
sin ropa o que están realizando alguna actividad sexual. Es importante
mencionar que el voyeur no tiene por qué realizar ninguna actividad sexual
posteriormente. En algunos casos, el voyeur puede masturbarse viendo la
escena en cuestión, pero no es eso lo que le define como voyeur, sino la
excitación viendo dicha escena.
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Psicopatológicamente, los datos más fiables proceden aún del
antiguo estudio de Tellison y Adams (1979) (25) en el que nos proponen un
retrato del voyeurista como un individuo con grandes dificultades para
establecer relaciones heterosexuales; su parafilia les permitiría soslayar la
relación social y sexual con las mujeres. Por lo general, se da en hombres
jóvenes, y a menudo parece esfumarse al llegar a la mediana edad. Sujetos
que prefieren atisbar ocultos a las mujeres que no conocen, lo que acentúa la
condición prohibitiva de su acción; son en su mayoría heterosexuales y su
excitación alcanza el máximo en situaciones en que corren el evidente riesgo
de que les descubran
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o cruising es una forma no dañina de canalizar las pulsiones exhibicionistas y
voyeuristas.
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al área genital o zonas vinculadas a la sexualidad como los pechos o los
glúteos. El sujeto que lo lleva a cabo puede usar para el roce cualquier parte
de su cuerpo, siendo frecuente que en el roce se empleen manos o
genitales.
Es necesario tener en cuenta que la excitación por el contacto
físico o el roce con la propia pareja o incluso por un roce involuntario con
desconocidos no se incluye dentro de esta parafilia, siendo necesario que se
lleve a cabo de forma activa y voluntaria por parte del sujeto el roce con
personas desconocidas que no han dado su consentimiento para ello. La
puesta en práctica de las fantasías de un frotteurista supone un delito contra
la libertad sexual en numerosos países, pudiendo acarrear penas de cárcel.
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los genitales y pechos mediante pinzas, tenazas u otros instrumentos,
empleo forzado de consoladores de tamaño excesivo o con superficie
erizada de púas. Algunos sádicos necesitan contar con una víctima forzada
para obtener placer, en tanto que otros se excitan con una víctima dispuesta
al juego. Cuando el actor es masoquista, tiene considerables dificultades
para encontrar el compañero/a adecuado. De ahí que algunos masoquistas
recurren a la autoflagelación, lo cual en ocasiones roza la alta peligrosidad
(p. ej. colgarse por el cuello) e incluso es causa (plausiblemente involuntaria)
de muerte; es la llamada “hipoxifilia” o la obtención de placer sexual por la
privación de oxígeno.
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muchas personas cuando son llevados o practicados por la pareja sexual, el
caso del fetichista es diferente, en virtud que al fetichista le excita más el
objeto en sí que la persona que lleva ese elemento.
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Todos los autores están de acuerdo en que el travestismo como
parafilia se da fundamentalmente en sujetos heterosexuales. El DSM-IV es
especialmente estricto en este criterio y “elimina” a todos los hombres
homosexuales que se visten con ropas del sexo opuesto. En líneas
generales, se trata pues de hombres heterosexuales, normalmente casados
y con hijos. En algunas ocasiones, mantienen en secreto su condición
incluso para sus esposas.
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trastorno parafílico que causan malestar clínicamente significativo o deterioro
en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que
no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos de la categoría
diagnóstica de los trastornos parafílicos. La categoría de otro trastorno
parafílico especificado se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por
comunicar el motivo específico por el que la presentación no cumple los
criterios de ningún trastorno parafílico específico; esto se hace registrando
“otro trastorno parafílico especificado” seguido del motivo específico (p. ej.,
“zoofilia”).
Algunos ejemplos de presentaciones que se pueden especificar
utilizando la designación “otro especificado” son, entre otros, la excitación
sexual intensa y recurrente que implica la escatología telefónica (llamadas
telefónicas obscenas), la necrofilia (cadáveres), la zoofilia (animales), la
coprofilia (heces), la clismafilia (enemas) o la urofilia (orina) que han estado
presentes al menos durante seis meses y que causan malestar importante o
deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
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III. Etiología:
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IV. Tratamiento:
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CONCLUSION
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de fantasías (o al llevar a cabo conductas parafílicas reales) experimenta la
liberación de dicha tensión. Es decir, no es que el contenido de la fantasía
sea placentero en sí mismo, sino que resulta placentero al ser aceptado por
el sujeto (descarga de tensión). Desde el punto de vista terapéutico,
considerando que el sufrimiento de los sujetos que padecen viene
ocasionado por los esfuerzos por controlar y reprimir mentalmente
determinados contenidos sexuales, habría que tener en cuenta que una
terapia cognitiva centrada en la detección y detención de los pensamientos
negativos no será eficaz. Si no hay una profunda reestructuración cognitiva
detrás, la detección y detención de pensamientos, por sí solos, no servirán
de nada (e incluso podrían empeorar la situación), ya que intentar detectar y
detener sus pensamientos es justo lo que hacen los sujetos y es ahí donde
está la raíz del problema
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REFERENCIAS BIBLOGRÁFICAS
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