Perfil Psicomotor

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PERFIL PSICOMOTOR

El desarrollo motor, o también llamado psicomotor, hace referencia a los cambios


producidos con el tiempo en la conducta motora, que reflejan la interacción del
organismo humano con el medio. Éste forma parte del proceso total del desarrollo
humano, que no ha acabado aún al llegar a la madurez. Desde la infancia el niño
va experimentando y descubriendo, progresivamente, habilidades sencillas e
individuales. Con el paso de las diferentes etapas por las que atraviesa un niño, éste
tiende a mecanizarlas, a combinarlas y a modificarlas hasta llegar a un punto en el
que ya no deberíamos hablar de habilidades motrices básicas sino de unas
habilidades deportivas. La mayoría de las habilidades que se dan en el deporte
tienen su origen y fundamento en las habilidades físicas básicas, como son:
caminar, correr, saltar, equilibrio, volteos, balanceos, lanzar, patear, etc.

La valoración de las habilidades motrices de los niños participantes en el presente


estudio se realizó a partir de la Batería Psicomotora de Da Fonseca (1985), modelo
desarrollado por Luria y readaptado por Da Fonseca [9], quien propone la valoración
de la actividad motriz como el resultado de la relación entre los subcomponentes de
la dimensión neurológica, expresada en tres unidades funcionales en las cuales se
integran diferentes factores estos son distribuidos por Luria en 3 unidades
funcionales las cuales tienen como propósito: la primera regular el tono y la función
de vigilancia (atención alerta y cognición); la segunda facilita la capacidad de
obtener, captar, procesar y almacenar la información (planeamiento motor) y la
tercera programa, regula y verifica la actividad (praxias).

Estos factores se evalúan en la Batería Psicomotora o BPM. Esta Batería se


construye con base en la calidad del perfil psicomotor porque refleja el grado de
organización neurológica de las tres unidades, es un instrumento psicopedagógico
que puede ser utilizado para identificar niños que no poseen las competencias
psicomotoras necesarias para su aprendizaje, además de que permite identificar
varios componentes del desarrollo psicomotor de forma estructurada y no
estereotipada.
Las características clave del desarrollo motor de 0 a 24 meses:
Recién Nacido – Mira bien, pero sólo tiene un alcance de 15 a 20 centímetros. Esta
es la distancia entre el pecho y la cara de la madre. No puede enfocar, mira
directamente a los ojos y debemos entrar en su campo de visión. Ha desarrollado
plenamente el sentido del olfato, tiene paladar y todavía no tiene control de la
cabeza, a pesar de que ya es capaz de mover los brazos, gesticular y estirarlos.

1 mes – Es capaz de enfocar objetos a 25 cm de distancia. Aún no tiene la


persistencia del reflejo de prensión, es decir, ya no cierra los puños cuando algo le
estimula en la palma. Todos los músculos son más fuertes, por lo que se dará cuenta
de un mayor control en el posicionamiento de la cabeza y la capacidad para conducir
su movimiento, pero aún así se le cae la cabeza hacia atrás. Consigue distinguir
entre la luz y la oscuridad pero no los colores.

2 meses – Es capaz de levantar la cabeza por sí sola durante más tiempo cuando
está acostado boca abajo. Ya puede mantener la cabeza recta por un tiempo.

3 meses – Al tumbarse boca abajo ya es capaz de utilizar sus brazos como apoyo
y levantar totalmente la cabeza. Empieza a sentarse con la cabeza alineada al
cuerpo.

4 meses – Ya puede mantenerse sentado. Tiene un control completo sobre su


cabeza y lo utiliza para explorar el mundo que le rodea, mirando a ambos lados.
Tumbado de espaldas, levanta la cabeza durante varios segundos; acostado boca
abajo, comienza a subir con el apoyo de las manos y los brazos y gira la cabeza.

5 meses – Tiene cada vez mayor fuerza en las extremidades.

6 meses – Utiliza los miembros para moverse, rodando hacia atrás y adelante.
Apoya la mayor parte de su peso en las extremidades superiores e inferiores, se
sienta con la espalda recta y sin apoyo, transfiere objetos de una mano a la otra y
tiene una mejor coordinación ojo / mano.
8 meses – Tiene más fuerza y control sobre sus movimientos musculares, que utiliza
para explorar y satisfacer su curiosidad por el mundo, lo que es más frecuente en
esta etapa.

10 meses – Se sienta sin ayuda y por su propia iniciativa. Domina algunos


movimientos finos, como las pinzas con los dedos y el pulgar, puede gatear y
caminar aferrándose a las cosas. No todos los bebés gatean, lo que no significa que
no tienen la capacidad para hacerlo.

12 meses – Comienza a caminar agarrado de la mano. Puede elegir entre mantener,


colocar o mover una caja de juguetes.

14 meses – Puede comenzar a dar sus primeros pasos y caminar distancias cortas.
En este punto, caminar se está convirtiendo en una tarea donde se encuentra más
seguro y ya está más o menos establecido, aunque todavía necesita ayuda para
levantarse.

Será capaz de pasar las páginas de un libro si ha tenido libros cerca y ha ido
practicando.

16 meses – ¡Ya camina! Ya se sienta y levanta cuando quiere. La exploración del


mundo adquiere una nueva perspectiva. Sube las escaleras con el mismo pie.

18 meses – Como se establece el equilibrio, comienza a correr, caminar y saltar


hacia atrás, pero aún así lo hace con los dos pies.

24 meses – Sube escaleras sin ayuda. Puede relacionarse con una pelota usando
los pies y las manos. Camina cambiando de dirección y corre. Ahora ya se puede
parar de repente.

Los logros motores del primer año traerán una independencia cada vez mayor, lo
que permite a los niños explorar su entorno más ampliamente e iniciar la interacción
con los demás. En el segundo año de vida, los niños se vuelven más móviles como
sus habilidades motoras más perfeccionadas. Los expertos en desarrollo infantil
creen que la actividad motora durante el segundo año es vital para el desarrollo
competente del niño y que pocas restricciones, con excepción de la seguridad,
deben ser colocados en sus aventuras.

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