Módulo Política I

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AUTORIDADES

Canciller
Su Excelencia Reverendísima
Mons. MARIO ANTONIO CARGNELLO
Arzobispo de Salta

Rector
Pbro. Lic. JORGE ANTONIO MANZARÁZ

Vice-Rectora Académica
Mg. Dra. MARÍA ISABEL VIRGILI DE RODRÍGUEZ

Vice-Rectora Administrativa
Mg. Lic. GRACIELA MARÍA PINAL DE CID

Secretario General
Dr. GUSTAVO ADOLFO FIGUEROA JEREZ

3
Carrera: Relaciones Internacionales
Curso: 2º Año
Materia: Ciencias Políticas I
Profesor: Lic. Mabel Panozzo
Año Académico: 2015

FUNDAMENTACIÓN

El licenciado en relaciones internacionales se enfrenta


constantemente con instituciones políticas complejas y yuxtapuestas, con procesos globales
que interactúan nacional y localmente, con relaciones entre el estado y la sociedad cambiantes
y diferentes en cada país; y debe ser capaz de analizar y comprender esa complejidad caótica
por momentos. En ese marco, esta materia se inserta en el Plan de Estudios de la carrera para
darle al estudiante las herramientas teóricas básicas que le permitan comprender estos
procesos, es decir, incorporando los elementos que brinda la ciencia política actual como
insumo indispensable de su formación profesional.

Asimismo, entendemos que el futuro licenciado debe adquirir la


capacidad de análisis de los procesos en curso, por lo que los conceptos y teorías
desarrollados en la materia constituirán una excusa para la práctica de ésta habilidad. Se trata
de inducir una mirada sobre la realidad basada en el aporte de la ciencia política, lo que incluye
las relaciones de poder, la formación y vigencia de instituciones, los grupos, las ideas, el
régimen político, etc., pero sobre todo incluye una mirada inquieta, escrutadora, que sepa
descubrir la diversidad de pensamientos y la complejidad de los procesos.

En ese marco hemos establecido dos grandes ejes de este


curso: la democracia y el Estado, considerándolas como temáticas centrales del análisis crítico
del mundo político actual, en parte por las transformaciones en curso, en parte por los debates
que se suscitan a su alrededor.

Para esto nos valdremos tanto de la bibliografía obligatoria que


desarrolla los conceptos y teorías, como de constantes ejercicios de interpretación de esos
textos (indispensables en una modalidad de estudio a distancia), de debates de actualidad que
agudicen la capacidad de análisis y a su vez, generen procesos de interacción entre los
estudiantes y finalmente de los acontecimientos de actualidad que nos sirvan de laboratorio de
opiniones y análisis.

OBJETIVOS GENERALES
Que los alumnos comprendan y sinteticen conceptos y teorías propios de la
ciencia política, distinguiendo los principios que dan lugar a los enfoques principales de esta
materia.

Que los alumnos sean capaces de analizar los procesos e instituciones


políticas actuales.

Que los alumnos conozcan la conformación institucional del Estado moderno


y las diversas posturas e ideologías de las que se deriva su constitución, modelos y reformas
sucesivas.

3
 Que los alumnos conozcan y valoren la complejidad del régimen democrático,
en sus aspectos ideológicos, institucionales, de gobierno y de participación ciudadana.

 Que los alumnos utilicen conceptos y vocabulario específico de la disciplina


para el análisis de la realidad local, nacional e internacional.

CONTENIDOS PROCEDIMENTALES GENERALES


 Reconocimiento en los fenómenos sociales de los factores de poder
explícitos e implícitos.
 Análisis de la sociedad y en especial de los procesos políticos, utilizando la
fundamentación conceptual de la disciplina.
 Expresión clara y sintética de sus propias ideas, manejo solvente del
vocabulario específico.

CONTENIDOS ACTITUDINALES GENERALES


 Valoración de la realidad de manera crítica y reflexiva, percibiendo su
complejidad.
 Valoración de las normas democráticas y sus limitaciones, obstáculos y
problemáticas relacionadas con su vigencia.
 Valoración del rol de la política para la consecución de los fines sociales.

CONTENIDOS POR UNIDADES DE APRENDIZAJE

UNIDAD 1: Orientaciones ideológicas de la modernidad

Contenidos:
Las ideas políticas del liberalismo clásico. Fundamentación y límites a la
autoridad. Los derechos individuales. Liberalismo y democracia. Los postulados
del marxismo y los lineamientos principales de la izquierda clásica. La crítica al
liberalismo. La socialdemocracia y el rol del estado. Libertad e igualdad como
fines sociales en contradicción. La actualización de los postulados ideológicos
hacia fines del siglo XX. Neoliberalismo y tercera vía.

Bibliografía obligatoria:

MÓDULO DE CÁTEDRA: Orientaciones ideológicas de la modernidad

Karl MARX y Federico ENGELS. El manifiesto comunista. Ed. Varias y ediciones


on line.-

Anthony GIDDENS. Mas allá de la derecha y la izquierda. Una nueva política


para el nuevo milenio. En Revista Instituciones y Desarrollo Nº2, Diciembre de
1998. Institut Insternacional de Boernabilitat de Catalunya, Barcelona –
www.iigob.org/revista/?p=2_06

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UNIDAD 2: Nociones elementales acerca del Estado
Contenidos:
El Estado, complejidad del concepto y construcción del fenómeno estatal.
Características y aportes desde distintas corrientes teóricas. Legitimidad y uso
del poder en la autoridad estatal. El Estado como construcción social. La
formación histórica del Estado: absolutismo; estado liberal; estado de bienestar;
reformulación actual. La limitación del poder y la realización de los fines sociales
a través del estado. Burocracia y poder político, límites y dilemas de una relación
conflictiva.

Bibliografía obligatoria de la unidad:

MÓDULO DE CÁTEDRA. Nociones elementales acerca del Estado

Juan Manuel ABAL MEDINA y Matías BARROETAVEÑA. El estado, en J. Pinto


(comp.) Introducción a la Ciencia Política. Eudeba, 3º edición, febrero de 2001.

Guillermo O’DONNELL. Apuntes para una teoría del Estado. www.top.org.ar

Aldo ISUANI; Bismark o Keynes ¿Quién es el culpable?; en Isuani, Lo Vuolo y


Tenti; El estado Benefactor un paradigma en crisis. Miño y Dávila, Bs. As., 1991

Mabel THWAITES REY; Tecnócratas vs punteros. nueva falacia de una


vieja dicotomía: política vs administración; en revista ENCRUCIJADAS Nº
6, abril de 2001, UBA, Buenos Aires.- www.cienciapolitica.com.ar

UNIDAD 3: La teoría democrática


Contenidos:
El concepto sustancial de democracia y la definición procedimental. La
democracia ateniense y los ideales y principios que se mantienen hasta nuestros
días. Instituciones antiguas y modernas. Principios actuales de la democracia.
Las teorías descriptivas: Schumpeter y Dahl, la democracia como competencia.
El resurgimiento de los ideales de la participación.

Bibliografía obligatoria de la unidad:

MÓDULO DE CÁTEDRA: La democracia en la teoría

Sofía RESPUELA. La democracia: una discusión en torno de sus significados, en


J. Pinto (comp.) Introducción a la Ciencia Política. Eudeba, 3º edición, febrero de
2001.

Bernard MANIN. La democracia de los modernos. Los principios del gobierno


representativo, en Revista Sociedad, Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires.

UNIDAD 4: Representación y diseños institucionales


Contenidos:
Significado y atribuciones de la función de representación. Representatividad y
responsabilidad en la democracia moderna. El sentido y alcance de la crisis de
representación actual, ¿crisis del modelo de representación? Liderazgo,
populismo y neopopulismo en América Latina.

5
Bibliografía obligatoria de la unidad:

MÓDULO DE CÁTEDRA: La teoría de la representación

Adam PRZEWORSKY. Democracia y Representación. Revista del CLAD


Reforma y Democracia Nº10. Caracas. Febrero de 1998. También edición on line
desde www.clad.org.ve

Marcos NOVARO. Crisis de representación, neopopulismo y consolidación


democrática. En Revista Sociedad Nº, Universidad Nacional de Buenos Aires. Y
edición on line en www.politica.com.ar

UNIDAD 5: Elementos para el análisis del sistema electoral

Contenidos:
Los sistemas electorales como generadores de representación, alcance y límites
de esta influencia. Elementos y tipos de sistemas electorales. Los sistemas
electorales locales, nacionales y de América Latina. Las alternativas de reforma
del sistema electoral argentino.

Bibliografía obligatoria de la unidad:

MODULO DE CÁTEDRA: Elementos para el análisis del sistema electoral

Guillermo MOLINELLI; Los sistemas electorales, en J. Pinto, ”Introducción a la


ciencia política”, Eudeba, 3º edición, febrero de 2001.

ESTRATEGIA METODOLOGICA:

El desarrollo de la materia se basará en la lectura de la bibliografía obligatoria y en el desarrollo


de las temáticas a través de los trabajos prácticos y los debates en el foro de la materia. Los
módulos por unidad son guías para el tratamiento de los temas y contienen algunas actividades
sugeridas que buscan el mejor aprovechamiento de los textos y el aprendizaje del análisis
crítico. En todos los casos están pensados como complementos y acompañantes de los textos
de estudio, aun en aquellos casos en los que se dirigen a avanzar sobre aspectos o enfoques
poco desarrollados en éstos.

Los trabajos prácticos se consideran herramientas centrales para el aprendizaje y su enfoque


estará dirigido al análisis de los textos, aplicación a estudios de caso, ejercicios de
comprensión y análisis de la realidad. Entonces, como la estrategia es ir acompañando y
fortaleciendo el estudio, favoreciendo la realización de actividades grupales, se formularán
numerosas propuestas en el transcurso del año, mas allá de las que se requiera para
regularizar. Entre todas ellos el estudiante deberá cumplir con los requisitos de regularización
de la materia, buscando adicionar la ventaja de la flexibilidad temporal propia de la modalidad a
distancia.

También se prevé sugerir la realización de debates en el foro sobre las interpretaciones de


acontecimientos políticos de actualidad o procesos de discusión pública que tengan relación
con los contenidos de la materia. En ese sentido los debate y trabajos prácticos especificados
para cada unidad no resultan una enumeración taxativa, sino que se prevee la propuesta de
otras actividades de este tipo según los acontecimientos y requerimientos de cada etapa de
aprendizaje.

6
REGULARIZACIÓN:
¡¡IMPORTANTE!!

Los requisitos para regularizar la materia serán informados por el docente


a través de los canales pertinentes de comunicación:

- Tablón de anuncios.
- Foro de la materia.
- Cuadros de regularización publicados en la página web.

¡¡¡Manténgase atento!!!

BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA:
Anthony GIDDENS. Mas allá de la derecha y la izquierda. Una nueva política
para el nuevo milenio. En Revista Instituciones y Desarrollo Nº2, Diciembre de
1998. Institut Insternacional de Boernabilitat de Catalunya, Barcelona –
www.iigob.org/revista/?p=2_06

Aldo ISUANI; Bismark o Keynes ¿Quién es el culpable?; en Isuani, Lo Vuolo y


Tenti; El estado Benefactor un paradigma en crisis. Miño y Dávila, Bs. As., 1991

Bernard MANIN. La democracia de los modernos. Los principios del gobierno


representativo, en Revista Sociedad, Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires.

Karl MARX y Federico ENGELS. El manifiesto comunista. Ed. Varias y ediciones


on line.-

MÓDULO DE CÁTEDRA: Orientaciones ideológicas de la modernidad

Marcos NOVARO. Crisis de representación, neopopulismo y consolidación


democrática. En Revista Sociedad Nº, Universidad Nacional de Buenos Aires. Y
edición on line en www.politica.com.ar

Guillermo O’DONNELL. Apuntes para una teoría del Estado. www.top.org.ar

Julio PINTO (comp.) Introducción a la Ciencia Política. Eudeba. Buenos Aires. 3º


edición, febrero de 2001.

Adam PRZEWORSKY. Democracia y Representación. Revista del CLAD


Reforma y Democracia Nº10. Caracas. Febrero de 1998. También edición on line
desde www.clad.org.ve

Mabel THWAITES REY; Tecnócratas vs punteros. nueva falacia de una


vieja dicotomía: política vs administración; en revista ENCRUCIJADAS Nº
6, abril de 2001, UBA, Buenos Aires.- www.cienciapolitica.com.ar

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Currículum resumido
Lic. Mabel Panozzo

Domicilio: Av. Ragone 621 Bº Pablo Saravia – Salta


E-mail: mailto:[email protected]@ucasal.net
Fecha de Nac.: 03/04/1974

Estudios Universitarios

Licenciada en Ciencia Política


Universidad Nacional de Rosario - 1998
Profesor Universitario de Ciencia Política
Universidad Católica de Salta - 2002

Estudios de posgrado

Certificate in “Políticas Públicas: Temas Emergentes en Gobierno”. Georgetown University


y Universidad Católica de Salta; junio a noviembre de 2003
Curso de Posgrado: “Gestión y Control de Políticas Públicas”. Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO) y el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP); 84
hs cátedra, junio – noviembre de 2002
Curso de Posgrado “Estadística no paramétrica con SPSS”, 35hs. con evaluación.
Resolución Interna 443/01. Mayo 2001

Estudios en curso

Maestría en Administración de Negocios


Escuela de Negocios - Universidad Católica de Salta.
Iniciada en abril de 2004 – tesis en elaboración

Actividades profesionales

Asesora política de la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta.


Desde agosto de 2002.

Asociada y directora de Panozzo & Asoc. Consultora Política de Investigación y


Tendencias, en actividad desde febrero de 2000.

Integrante de Citoyen Consultora Política, desde octubre de 1998 a fines de 1999,


Realización de estudios de opinión pública y análisis situacionales.

8
Experiencia docente

Adjunta a cargo de la Cátedra de Ciencia Política I de la Universidad Católica de


Salta, Carrera de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias
Jurídicas. Desde marzo de 2000, y continuo. Cargo concursado.

Auxiliar Docente de la Cátedra de Introducción a la Ciencia Política de la


Universidad Católica de Salta, Carrera de Relaciones Internacionales de la
Facultad de Ciencias Jurídicas. Desde el año académico 1998 y continúo.

Auxiliar Docente en subrogancia de la Cátedra Ciencia Política I de la Universidad


Católica de Salta, Carrera de Relaciones Internacionales modalidad
Distancia. Desde abril 2002 y continuo.

Jurado en concurso docente - varios.

Presentación en Congresos y dictado de seminarios

Ponente en el VI Congreso Nacional de Ciencia Política. “La política en un mundo


incierto: representación, gobernabilidad democrática e inclusión social”.
Sociedad Argentina de Análisis Político y Universidad Nacional de Rosario,
Rosario, noviembre de 2003. Título del trabajo: “Actores e instituciones en
la reforma electoral de Salta”
Ponente en el V Congreso Nacional de Ciencia Política. “La primacía de la política”.
Sociedad Argentina de Análisis Político y Universidades Nacionales de Río
Cuarto, Villa María y Córdoba, Río Cuarto, noviembre de 2001. Título del
trabajo: ”Ley de lemas, partidos políticos y gobernabilidad.”
Dictado de una jornadas en el VI Seminario sobre Formación Etica y Ciudadana.
El Estado y la Política en su Realidad Dinámica, Resolución Ministerial en
trámite, Ministerio de Educación de la Provincia de Salta y CEALD.
Diciembre de 2000.

Otras actividades y antecedentes

”Ley de lemas, partidos políticos y gobernabilidad.” Publicación on line en


www.camdipsalta.gov.ar .-

A cargo de la Presidencia del Consejo de Profesionales en Ciencia Política y


Relaciones Internacionales de Salta, periodo 2004 – 2006.-

9
Las orientaciones ideológicas de la
modernidad

Este primer tema del programa de Ciencia Política I tiene la intención de revisar
el debate ideológico central del siglo XX, a partir de las dos principales posturas
políticas que fueron la base de los procesos y las instituciones actuales.

Si bien se revisan algunas cuestiones puntuales de cada postura y aquellos


aspectos que marcan su evolución o transformación, el propósito no es alcanzar
un conocimiento acabado de la filosofía que inspira al liberalismo y a las
posturas de izquierda, sino establecer los lineamientos ideológicos que dieron
pie a la controversia política en la etapa reciente y permiten entender los
cambios en las instituciones políticas y en las relaciones estado – sociedad.

Así, se revisará el pensamiento del liberalismo desde sus fundadores hasta el


neoliberalismo, en tanto que filosofía individualista que interpreta un rol
determinado para la política y para la sociedad y da lugar a un diseño
específico de las relaciones de autoridad. También se revisará los lineamientos
iniciales de la visión estructuralista del marxismo y de modo mas general, las
posturas de izquierda sobre la sociedad, el estado y las relaciones de poder.

El tratamiento de la temática pretende vislumbrar las razones que dieron pie a


las profundas controversias sobre el rol del estado, la estructura deseada del
estado, las formas de interacción social, el diseño de los fines de la sociedad y
las formas de alcanzar esos fines, entendiendo que esos interrogantes y esas
controversias, son centrales para la política de todos los tiempos y por lo tanto,
continúan vigentes aunque con respuestas mas o menos diferentes.

De esta forma, los contenidos de esta unidad son el marco de comprensión


ideológico de los contenidos que se verán en las otras unidades de la materia
desde un punto de vista mas teórico y permiten resumir los ejes que se plantean
en el transcurso del año.

10
Unidad I
Objetivos de la unidad

 Que los alumnos conozcan los fundamentos generales del


debate ideológico del siglo XX.
 Que los alumnos interpreten el debate político actual
considerando los elementos ideológicos que los originan.
 Que los alumnos sean capaces de analizar políticamente a las
instituciones y orientaciones del estado y el gobierno, los objetivos que se persiguen y
las estrategias utilizadas.
 Que los alumnos profundicen el análisis de la idea de “bien
común” y analicen las diversas estrategias propuestas para alcanzarlo.

Contenidos:
Las ideas políticas del liberalismo clásico. Fundamentación y límites a la
autoridad. Los derechos individuales. Liberalismo y democracia. Los postulados
del marxismo y los lineamientos principales de la izquierda clásica. La crítica al
liberalismo. La socialdemocracia y el rol del estado. Libertad e igualdad como
fines sociales en contradicción. La actualización de los postulados ideológicos
hacia fines del siglo XX. Neoliberalismo y tercera vía.

Bibliografía obligatoria

Módulo de cátedra: Orientaciones ideológicas de la modernidad

Karl Marx y Federico Engels. El manifiesto comunista. Ed. Varias y ediciones


on line.-

Anthony Giddens. Mas allá de la derecha y la izquierda. Una nueva política


para el nuevo milenio. En Revista Instituciones y Desarrollo Nº2, Diciembre de
1998. Institut Insternacional de Boernabilitat de Catalunya, Barcelona –
www.iigob.org/revista/?p=2_06

Bibliografía de consulta:

N. Bobbio. Liberalismo viejo y nuevo en El Futuro de la Democracia. FCE,


México, 1986
M. Caminal Badía. Manual de Ciencia Política. Ed. Tecnos, Madrid, 1996
Giovanni Sartori. Elementos de teoría política. Alianza Editorial, Buenos Aires,
1999. Capítulos: Ideología, Igualdad, Liberalismo.-

Anthony Giddens. La tercera vía y sus críticos. Ed. Taurus, Madrid, 2001
David Held. Modelos de Democracia. Cap. 2, 4 y 8, Alianza Editorial,
Madrid,1992
John Locke. Ensayo Sobre el Gobierno Civil. Ed. Varias
Macpherson C.B., La democracia liberal y su época. Alianza, 1987. -
Juan Carlos Portantiero. Los usos de Gramsci. Plaza y Valdés, México, 1987
Sheldon Wolin. Política y Perspectiva. Amorrortu editores, Bs. As., 1974. Cap. 9
El liberalismo y la decadencia de la filosofía política.-

11
Introducción

¿Conocen el término “cosmovisión”? Es una palabrita que me encanta


personalmente porque considero que nos es útil para empezar a entender algunas
cosas interesantes. La cosmovisión es la visión del mundo, la manera como
interpretamos las cosas del mundo, como entendemos las relaciones, los hechos,
las sociedades; es nuestro punto de partida, nuestros valores fundamentales.
¿Ponemos un ejemplo bien clarito? Nuestra cosmovisión es occidental y hay quienes
conciben al mundo de una manera totalmente diferente a la nuestra y decimos que
tienen una cosmovisión oriental. Una cosmovisión es difícil de describir, de definir y
es casi imposible intentar cambiar la concepción del mundo que uno tiene porque
forma parte de nuestra vida hasta en los detalles más ínfimos.

A partir de nuestra mirada sobre el mundo surgen nuestras ideas y valores,


actuamos, nos relacionamos, buscamos alcanzar determinados objetivos y sueños.
Según la sociedad que consideramos que tenemos, soñamos con una mejor.

Entonces, la idea de cosmovisión es un punto de partida que nos sirve para


comprender otras instancias, como por ejemplo la que nos ocupa en este momento.
¿Qué son las ideologías? Yo podría darles alguna específica definición teórica, pero
prefiero quedarme con el clímax logrado cuando nos pusimos a pensar en el mundo
y que la parte aburrida se la achaquen a Sartori. La ideología parte de una
cosmovisión y la desarrolla, la analiza de un modo particular; es un pensamiento (y
como tal puede alcanzar un desarrollo teórico y filosófico importante) que interpreta
la realidad y las relaciones sociales. Es una respuesta a la pregunta acerca de cómo
es nuestra sociedad y sobre todo acerca de cómo queremos que sea. Puede partir
de una idea muy simple, pero tan fundamental que sustenta toda nuestra
perspectiva sobre la sociedad y da lugar a un abanico de ideas y propuestas sobre
los más variados aspectos de la realidad, o dicho de otro modo, desarrolla un
pensamiento universal y totalizador sobre la sociedad y lo político.

De un modo más poético, Carlos Strasser alude a las ideologías como “mapas
generales que pueden decirnos dónde están los grandes ríos, las llanuras, las
montañas, los valles y las ciudades (o las salinas y las ciénagas) de la política.
Señalarnos no sólo su ubicación sino también las distancias, las comunicaciones o
los cruces, precisar los obstáculos entre medio. Asimismo, dónde estamos situados

12
los humanos.” Y añade más adelante: “De lo mismo que expresé algo más arriba
resulta la necesidad de la ideología como discurso que reduce la realidad, siempre
tan compleja, a mapa indicativo; a realidad–compleja–tal–como–puede–
entendérsela–y–enfrentársela, o sea tal como puede ser abarcativamente
manejada.”1

Por otro lado, hay que considerar que las ideologías pueden llegar a un nivel tal de
desarrollo teórico y fundamentalmente político, que corren el riesgo de convertirse
en estructuras de pensamiento muy cerradas, que no aceptan la crítica ni son
capaces de considerar propuestas alternativas. Algunos autores, como Sartori,
elevan esta nota al punto de considerar al dogmatismo una característica propia de
la ideología, pero aquí no nos referimos a la formulación de los elementos que
conforman una ideología sino a la forma en que es propagada entre el público y
entre las ideologías rivales.

En ese plano, se consideran la única visión válida sobre el mundo y como tal, la
única habilitada para impulsar cambios y promover una vida mejor para los
hombres. Eso, sumado a los resultados de diversos acontecimientos políticos,
resume lo sucedido durante el siglo que acaba de concluir. ¿Qué es la “guerra fría”
sino la división y el combate ideológico desplegado en todos los planos? ¿Qué
fueron los regímenes fascistas sino ideologías cerradas que se veían a sí mismos
como muestras exclusivas de lo que había que hacer en el mundo? Casualmente
una de las enseñanzas del siglo ha sido la convivencia entre las ideologías.

Desde la caída del muro de Berlín, como un icono que sobresale sobre la multitud
de cambios acaecidos en las últimas décadas del siglo, los ideólogos están
revisando sus ideas. No coincido con quienes señalan que vivimos una época sin
ideologías, creo que nuestras ideas clásicas están puestas en discusión y que
hemos dejado atrás la ortodoxia de las ideas. Estamos aprendiendo a convivir en
un mundo con problemas y visiones diferentes, con ideas que fracasaron en su
implementación pero se quedaron con nosotros como ideales y como fuerza
inspiradora. Por lo tanto, muchas de las ideas que vamos a ver a continuación, las
encontramos hoy de otras formas, o en otras manos y también encontraremos
viejas ideas hoy abandonadas porque los problemas del mundo hoy son otros y hay
que pensar nuevas respuestas.

1
Carlos Strasser, “La sociedad y la política, en necesidad de ideología”; Revista Saap, nº2, año
2003, pag. 237

13
Como vemos, las ideologías son necesarias porque analizan a la sociedad actual y
su forma de organización, tienen una visión de la sociedad ideal y bajan esos
elementos hasta las propuestas concretas. Las ideas fundamentan nuestros actos y
no hace falta ser grandes filósofos para interpretar una ideología, como tampoco
hace falta haber pasado por la universidad para tener ideas pertenecientes a una
ideología en particular. Es más, en cada alternativa que se nos presenta, en cada
solución que se propone para un problema, encontramos una perspectiva
ideológica; eso no ha cambiado a pesar que critiquemos a nuestras viejos
esquemas. Por eso hemos incorporado en este curso, que no tiene orientación hacia
la teoría o filosofía política, un escueto análisis sobre las principales ideologías que
orientaron la acción durante el siglo XX y siguen siendo, en lo mas elemental, las
ideas que decodifican los debates actuales.

Profundicemos algunos conceptos

Acerca del concepto de “ideología”

Siguiendo a Sartori2, debemos decir que “ideología” es lo contrario de


“pragmatismo” y, paradójicamente, también es muy diferente de “idea”. Las
ideologías no son ideas porque éstas se discuten, se razonan permanentemente,
se fundamentan con argumentos y pruebas, y las ideologías si bien nacen a partir
de ideas, están constituidas por postulados indiscutidos que son utilizados como
“palancas para la acción”. Entonces, las ideas originarias ya no reciben el
tratamiento lógico de una idea, “ya no son pensadas” sino que se toman como
verdades no sujetas a comprobación, es decir, son ex-ideas, pasaron a convertirse
en creencias en vez de nociones filosóficas.

Sartori también nos dice que las ideologías están en relación con las mentalidades
de los hombres, con las actitudes frente a las ideas. Cuando se escucha una
propuesta, hay quienes adoptan una postura abierta y piensan las distintas
posibilidades que ésta idea abre, encontrando que algo de razón tienen en medio
de una serie de defectos o errores. En cambio, hay quienes son mas cerrados a las
nuevas ideas y cuando creen que algo es cierto, no hay quien lo convenza de lo
contrario. Sartori dice que es una cuestión de autoridad, porque también influye el
valor que cada persona le otorga a las fuentes de información: las mentes abiertas
analizan la información y no quien la dice, mientras que hay quienes otorgan tal
nivel de confianza a determinada fuente que … “si lo dice la BBC”… creen hasta
que hay armas nucleares en Irak y se entabla, por lo tanto, una relación de
fidelidad y de creencia hacia la autoridad informativa muy difícil de romper. Si esta
relación que se produce frente a lo que dice un líder político, o un partido, estamos
a las puertas de una ideología puesto que creemos en las ideas que nos
transmiten sin ponerlas a prueba.

2
Giovanni Sartori. Elementos de teoría política. Alianza Editorial, Buenos Aires, 1999. Capítulos:
Ideología.

14
Entonces, decir que las mentes cerradas son proclives a creer en ideologías,
significa señalar que las ideologías son un sistema de creencias (ex-ideas) rígido e
impermeable, porque se mantiene firme aunque la realidad le demuestre que no
está tan acertada. En cambio el pragmatismo sería un sistema de creencias
relativamente estables pero no rígidas, no inamovibles, porque la mente abierta,
aunque crea en determinadas verdades, siempre las está analizando y las descarta
cuando encuentra que no se ven en la práctica.

Dice Sartori: las ideologías están destinadas a las grandes masas y entonces
tienen que ser sencillas y requerir poca información, simplemente porque las
masas están menos educadas que las élites (casi por definición) y tienen menos
información sobre los acontecimientos (sobre todo porque los flujos de información
los dominan las élites). Las elites exigen más información y un desarrollo mas
detallado de las afirmaciones e ideas contenidas en los ideales de acción, es decir,
son menos permeables a las ideologías.

Pero además, para describir una ideología debemos considerar también la


“intensidad emotiva” con la que son consideradas, que varía entre las personas y/o
entre épocas y países. Es decir, las ideologías pueden ser fuertemente vividas (y
se convierte casi en fanatismo) o ser consideradas válidas pero sin que despierte
un fervor significativo. Según Sartori, una definición estricta consideraría que
ideología se atribuye específicamente a las creencias fuertemente sentidas hasta
el nivel del fanatismo.

Liberalismo

Lo que hoy conocemos como liberalismo es una corriente de pensamiento que se


desarrolla hacia el siglo XVII y XVIII a partir de las ideas sostenidas por diversos
autores y por los cambios sociales y económicos que se dan por entonces. A su vez,
como movimiento de época, el liberalismo alcanza gran influencia durante los
acontecimientos y reformas políticas de la modernidad, cuya repercusión se
extiende hasta nuestros días. Como sabemos, las instituciones como el estado
moderno, el reconocimiento de derechos individuales y sus respectivas garantías, la
vigencia de un mercado capitalista, aunque sean hoy apropiadas por gran parte del
mundo, tienen una clara raíz liberal.

Pero, ¿qué es el liberalismo? Norberto Bobbio y Sartori dirán que hay que distinguir
dentro de lo llamamos liberalismo a lo que éste tiene de postura ético - moral, de
teoría política y de teoría económica, que aunque se complementan mutuamente,
son diferentes y hasta pueden darse una sin la otra.3 Como idea ética se sostiene
en una visión individualista de la sociedad y aboga por el reconocimiento de la
libertad como principal derecho individual que debe ser reconocido así como los

3
N. Bobbio; El Futuro de la Democracia; FCE, México, 1986

15
demás derechos esenciales. Como teoría económica fundamenta el mercado libre y
como teoría política denuncia el poder opresivo del estado y articula un estado
mínimo. A partir de una idea individualista de la sociedad supone un orden
espontáneo y autorregulado que deja para lo político un papel secundario,
concentrado en establecer las condiciones necesarias para la vigencia de este orden
social, es decir, dedicado esencialmente a brindar garantías a los derechos
individuales. ¿Vemos estos temas en detalle?

La visión individualista de la sociedad

Jonh Locke escribía en 1688 su famoso “II Ensayo sobre el Gobierno Civil”4, libro de
referencia obligada para la política liberal, comparable en el ámbito político a la
repercusión alcanzada en lo económico por “La riqueza de las naciones” de Adam
Smith. En el texto de Locke encontramos una imagen acabada del individualismo,
porque nos muestra al hombre en su calidad de individuo como el punto de partida
de toda la concepción sobre la sociedad. Dice que, por naturaleza, los hombres
somos seres racionales y apasionados, con intereses y necesidades, pero sobre
todo, somos seres libres, no estamos sujetos a ninguna voluntad extraña a la
nuestra.

Este simple esquema de partida habilita una vida en plenitud, puesto que gracias a
que somos libres de hacer lo que nuestra razón y nuestros intereses nos indican
que hay que hacer, alcanzamos la plenitud de nuestras capacidades y toda nuestra
personalidad. No es ésta la primera vez en la historia del pensamiento político ni de
los movimientos políticos que se aboga por la libertad del hombre y de las
sociedades, pero si es la primera vez que se le otorga a la libertad un rol tan
importante en la misma definición de hombre, no como un simple deseo natural
sino como componente constitutivo, como derecho indelegable.

Reconocemos en éste un esquema de pensamiento individualista porque el centro


de la mirada es el individuo mas que cualquier otra forma o resultado social. Los
objetivos, las necesidades, las estrategias y las soluciones son individuales, pero
también son individuales los logros alcanzados: el desarrollo personal. La sociedad
entonces, es simplemente el marco en el que el hombre despliega su individualidad.

Los derechos que nos pertenecen a los hombres por naturaleza no tienen una
función figurativa en la teoría, todo lo contrario, nos están resumiendo el sentido de
su programa. Los hombres tenemos derechos que nos pertenecen individualmente
y a todos por igual porque es el individuo el principio de la sociedad y el que da

4
En algunas ediciones puede encontrarse este mismo texto con el título “Ensayo sobre el gobierno civil”.

16
origen al estado. Es la sociedad y el estado los que se amoldan, por decirlo así, a
esa condición preexistente; la primera porque encuentra que relaciones de
intercambio como las establecidas por el mercado económico le permiten alcanzar
el equilibrio mas objetivo en la satisfacción de intereses individuales. El estado
porque pasa a desempeñar el rol de garante de los derechos individuales y
resguardo de las condiciones que habilitan el desarrollo de la sociedad.

Profundicemos algunos conceptos

 ¿A qué llamamos “pensamiento individualista”? Como su


nombre lo indica se trata de un pensamiento basado en el individuo, pero no por
esto supone un hombre aislado, fuera de la sociedad y del mundo. Reconocemos
un individualista cuando todas sus referencias y sus argumentos últimos
descansan en los valores, intereses, expectativas, posibilidades de realización,
proyectos y formas de vida de cada uno de los miembros de la sociedad civil. O
como dice el liberalismo, lo que se constituye en fundamento de la organización
social son los derechos e intereses de los hombres.
En paralelo encontramos al “pensamiento colectivista” sobre el hombre y la
sociedad, donde la visión sobre la relación hombre – sociedad se invierte para
darle preeminencia a lo social. El pensamiento colectivista no subsume al hombre
individual en la marea o en el anonimato de la sociedad, simplemente señala que
sus posibilidades de realización dependen de las condiciones sociales, de las
características de la sociedad en la que vive. Es cierto que algunos exponentes de
éstas ideas han dejado un lugar muy humilde a la acción individual porque han
señalado que el objetivo es una sociedad justa y buena (Platón) o que el hombre
no puede cambiar el destino señalado por su posición social inicial, pero lo central
para distinguir estas posturas reside en identificar cómo es el diseño de la
sociedad.
El individualismo señala que la sociedad es un conjunto de hombres relacionados
entre si por sus necesidades e intereses. El colectivismo señala que la forma de
vida de los hombres es la sociedad, que sin ella la naturaleza del individuo se
encuentra incompleta.
En las ideologías que estamos analizando vemos que a partir de esta idea inicial
se derivan diversos conceptos que van conformando una visión completamente
diferente de la sociedad. El liberalismo es individualista, la visión de la izquierda, a
pesar de todos los matices que adopta, es colectivista.

La sociedad del liberalismo

¿Qué imagen de sociedad alcanzamos con esta idea? Una sociedad pacífica y
armónica sostenida naturalmente en las relaciones de intercambio entre los
hombres. Anteriormente Thomas Hobbes había señalado que los hombres somos
tan ambiciosos, egoístas e inescrupulosos que resultaba imposible establecer un
orden sin que una autoridad poderosa imponga reglas que sean límites rígidos para
corregir la naturaleza de los hombres. John Locke dice lo contrario: los hombres
somos seres interesados y ambiciosos, pero también somos racionales y como tales
nos guiamos por reglas morales básicas más que por impulsos irracionales; esta

17
condición nos permite tener una convivencia pacífica y provechosa, donde cada uno
desarrolla sus habilidades, intercambia bienes y busca satisfacer sus intereses.
Pongamos un ejemplo. Si estamos organizando un festival de música y surge un
conflicto en la definición del orden en el que actuarán las bandas y solistas
inscriptos ¿cómo resolvemos la cuestión? Si Hobbes tiene razón el más fuerte o el
que puso la plata o el amigo del dueño, definen el programa. Si Hobbes no tiene
razón y los hombres somos seres racionales como dice Locke, entonces cuando
estamos por iniciar la pelea alguien pone algo de cordura y propone algunos
criterios para definir: “hagamos un sorteo”, “por orden alfabético”, “organicemos
categorías” “los que nunca cantaron que actúen primero y los consagrados al final”
o alguna otra regla que signifique asumir un camino racional y previsible para
arreglar nuestros conflictos y llegar al final del festival sanos, felices y contentos.

La idea liberal es esa. Los hombres, por nuestra razón y nuestros criterios morales
optamos por alternativas pacíficas y racionales que nos previenen de conflictos y
nos permiten crecer a todos y cada uno. Por eso decimos que nos encontramos con
la imagen de una sociedad autorrealizada, porque no depende de un ámbito
político (como el estado hobbesiano) para satisfacer los intereses más elementales.

La armonía social, en vez de ser responsabilidad de una autoridad


gobernante, no era designo de nadie, sino resultante derivada del equilibrio
espontáneo de las fuerzas económicas. El rango de ciudadano quedaba
absorbido por el de productor, y la participación política, pese a los heroicos
intentos de los reformadores liberales por ampliar el derecho a voto, parecía
tener más el carácter de una medida defensiva que de una actividad auto
realizadora: “cada uno es el único custodio seguro de sus propios derechos e
intereses” y por ello la justicia exigía un sufragio igual, donde cada uno
pesara “tanto como cualquier otro individuo en la comunidad”.5

¿Nos queda clara otra idea hoy muy difundida en el mundo pero originalmente de
raíz liberal? La sociedad, el ámbito social es el que permite a los hombres alcanzar
todos sus ideales e intereses, es el ámbito de la satisfacción individual. La
concepción de la antigüedad, especialmente de los griegos, era exactamente la
contraria; la sociedad (si es que existía un ámbito que pudiera llamarse así)
permitía trabajar y por lo tanto satisfacer las necesidades elementales para la vida,
pero el ámbito en donde el hombre colmaba sus expectativas y se realizaba como
persona, era lo público – común, lo político6.

El liberalismo deshecha cualquier interpretación de la realidad que considere a la


sociedad como un todo, o al hombre al servicio de la sociedad o concretando sus
intereses gracias a un tipo de organización social en particular. Para el liberalismo

5
Sheldon Wolin; Política y Perspectiva, pag. 326
6
Un desarrollo realmente muy interesante de esto nos realiza Hannah Arendt en La Condición Humana

18
el mejor hombre no es resultado de la mejor sociedad sino de sus propios impulsos
y ambiciones; entonces, el hombre se perfecciona en la medida que es libre para
desarrollar sus capacidades individuales y la mejor organización es aquella donde
existen los menores obstáculos para su despliegue.

Lo verdaderamente radical del liberalismo fue su concepción de la sociedad


como una red de actividades llevadas a cabo por actores que ignoraban todo
principio de autoridad. La sociedad representaba, no solo un orden
espontáneo y auto adaptado, sino una condición no alterada por la presencia
de la autoridad. ...
La antigua tarea de distribuir bienes de acuerdo a cierta norma de justicia
fue trasferida a la esfera política y asignada al criterio impersonal del
mecanismo de mercado. Lo poco que sobrevivía del concepto de justicia
consistía en un principio hobbesiano de equidad o, más popularmente, de
identificación de justicia con seguridad.7

¿Es esto algo propio y original del liberalismo? Evidentemente si, pero
fundamentalmente como expresión de una época que, tras el lento devenir de la
Edad Media, era cada vez mas individualista en lo cultural, lo religioso, lo filosófico
y lo económico. Es entonces cuando los historiadores sitúan el surgimiento de la
sociedad como esfera que se destaca cada vez más y es en ese contexto que el
liberalismo entiende que la riqueza de la vida de los hombres y los medios para su
desarrollo están en la esfera privada y en las relaciones sociales, fuera del control
político, estableciendo así una fuerte diferenciación entre lo público (político) y lo
privado – social, o si queremos decirlo de otro modo, entre lo estatal y lo no-
estatal.

Por medio de la concepción liberal del Estado finalmente se hacen


conscientes y constitucionalizadas, es decir, fijadas en reglas fundamentales,
la contraposición y la línea de demarcación entre el Estado y el no–Estado;
por no–Estado entiendo la sociedad religiosa y en general la vida intelectual
y moral de los individuos y grupos, y la sociedad civil (o de las relaciones
económicas en el sentido marxiano de la palabra.8

De allí que digamos que el liberalismo no otorga un rol preponderante a la política,


al menos en comparación con otras teorías que entienden que la política tiene la
capacidad de transformar la sociedad o hasta el carácter de la humanidad en su
conjunto, y que sea tan conocida su fórmula del Estado mínimo.

7
Wolin, op.cit., pag. 323
8
N. Bobbio, Liberalismo viejo y nuevo en “El futuro de la democracia”, pag. 90

19
El rol de la política para el liberalismo

Para Locke la actividad política es instrumental; garantiza el marco o las


condiciones para la libertad, de modo que los fines privados de los individuos
pueden ser realizados en la sociedad civil. La creación de una comunidad
política es responsabilidad que tienen los individuos para asegurarse sus
fines. Por lo tanto, la pertenencia a una comunidad política, es decir, la
ciudadanía, otorga a los individuos responsabilidades y derechos, deberes y
poderes, limitaciones y libertades. En relación con las ideas de Hobbes, ésta
era una postura mas radical y significativa, ya que ayudó a inaugurar uno de
los principios centrales del moderno liberalismo europeo, es decir que el
estado existe para salvaguardar los derechos y libertades de los ciudadanos,
quienes son, en último término, los mejores jueces de sus propios intereses;
y que consecuentemente el estado debe ser restringido en ámbito y limitado
en la práctica, con el fin de garantizar el máximo posible de libertad para
todos los ciudadanos.9

El liberalismo entiende que el poder del estado deben limitarse porque ahoga al
individuo y a la sociedad en sus aspectos mas ricos y provechosos, no solo desde el
punto de vista económico sino en todos aquellos aspectos que conforman la vida
social. Un estado que tenga posibilidades de invadir la esfera de lo social es
inconveniente simplemente porque no respeta los derechos individuales que
reclaman la potestad del hombre individual sobre sus bienes, sus intereses, su
moral, su manera de conseguir sus intereses, etc.

En este sentido es indispensable considerar nuevamente el contexto histórico:


estamos atravesando lo que conocemos como Estado absolutista, donde el rey y los
señores feudales en menor medida, ejercían derechos absolutos sobre todos los
planos de la vida de los hombres y donde se podía comprobar diariamente que el
hombre no era libre en ningún sentido puesto que estaba sujeto al capricho, a la
subjetividad y al poder personal de un rey.

Entonces, lo que hace la idea liberal es destacar que el poder político debe ser
utilizado para respaldar los derechos de los hombres, deben articularse las
instituciones de manera de limitar el poder personal, esto es, establecer una red de
garantías para posibilitar el ejercicio de la libertad. Cuando habla de estado mínimo
no se refiere primordialmente a la cuestión del tamaño del Estado, es decir, al
número de funciones y tareas que asume y los recursos que utiliza, sino antes que
nada al principio institucional garantista que el estado debe adoptar.

Es verdad que el Estado liberal nació como expresión de la desconfianza


frente al poder estatal, y, por ello, con el fin de reducir mas que aumentar el
ámbito y el rol del Estado. Por lo tanto, en el siglo XIX el Estado liberal, de
hecho, se construyó como un ‘Estado pequeño’, si no como un Estado
mínimo y, por consiguiente, como un Estado que ‘hace poco’ o casi nada.

9
D. Held; Modelos de Democracia, pag. 72

20
Pero el Estado liberal no se caracteriza por su dimensión o por la cantidad de
cosas que hace; se caracteriza por su estructura, y por ello es, ante todo, un
Estado constitucional en la acepción garantista del término. Nada impide,
por lo tanto, que el Estado liberal se convierta en un ‘Estado grande’ o
incluso, ovni-interventor; pero con una condición esencial: que a medida
que deje de ser un Estado mínimo, tanto más importante es y que siga
siendo un Estado constitucional.10

Si lo miramos en relación a la organización política vigente en ese entonces,


evidentemente hablamos de un “achique estructural” pero que, y lo que es mas
importante, está mostrando un “achique político”, una importante cesión de poder a
organizaciones de la sociedad, a la vez que una concentración y una limitación del
poder ejercido por el Estado. Hablamos de la formación de un Estado al que ya no
le son reconocidos múltiples poderes porque la esfera social es ahora protagonista,
pero que es un Estado Constitucionalista que se convierte en garante de los
derechos individuales en la medida que, manteniendo el monopolio del poder
coactivo, establece mecanismos para controlar el uso del poder de parte del
gobernante.

El Estado liberal es el Estado que permitió la pérdida del monopolio del


poder ideológico, mediante la concesión de los derechos civiles, entre los
cuales destacan el Derecho de libertad religiosa y de opinión política, y la
pérdida del monopolio del poder económico, por medio de la concesión de la
libertad económica, y terminó por conservar únicamente el monopolio de la
fuerza legítima, cuyo ejercicio está limitado por el reconocimiento de los
derechos del hombre, y de las diversas obligaciones jurídicas que dieron
origen a la figura histórica del Estado de Derecho. … La característica de la
doctrina liberal económico – política es una concepción negativa del Estado,
reducido a simple instrumento de realización de los fines individuales, y en
contraste una concepción positiva del no – Estado, entendido como la esfera
de las relaciones en la que el individuo en relación con los otros individuos
forma, desarrolla y perfecciona su propia personalidad.” 11

Entonces, las facultades del poder estatal deben ser restringidas sólo a lo
estrictamente necesario para establecer garantías a los individuos y dejar de lado
toda otra actividad que puedan llevarse a cabo en lo social y económico12. De allí
que la fórmula liberal sea conocida como “estado mínimo” y la función política sea
resumida en: a) el establecimiento de garantías para los derechos humanos
presente en el sistema legal y la administración de justicia independiente; b) la

10
Sartori, Elementos de Teoría Política, pag. 140
11
Bobbio, op.cit.
12
Esta idea liberal es distinta a la de “subsidiariedad”. Los liberales dicen esto le pertenece al estado, esto
a la sociedad civil, porque se supone que esa es la mejor manera de establecer óptimos equilibrios entre
los diversos intereses de los hombres. El principio de subsidiariedad dice que el ámbito superior debe
hacer todo aquello los ámbitos inferiores no hacen, hacen incorrectamente, insuficientemente o resultan
ineficaces; pero si el día de mañana los ámbitos inferiores (las empresas, las organizaciones sociales )
mejoran su capacidad y están en condiciones de llevar a cabo esas tareas, entonces les corresponden. El
liberalismo tiene una concepción más rígida de la cuestión.

21
seguridad o el establecimiento de un orden estable que haga previsibles las reglas
de juego, los derechos, las garantías; c) la realización de actividades e inversiones
necesarias para que los privados lleven a cabo su actividad privada (como las
grandes obras de infraestructura). ¿Lo decimos de otra manera? La principal
función del gobierno es la de garantizar las condiciones para que el hombre
desarrolle sus capacidades de acuerdo a su propia y libre iniciativa. El estado debe
ser “mínimo” porque de otra manera invadiría terrenos que le pertenecen al
individuo, o que el hombre desarrolla mejor por su cuenta que con la ayuda del
estado.

Esta situación permitía tratar al gobierno como una forma de actividad que,
pese a no ser productiva en sí, contribuía a mantener condiciones que
permitían a la sociedad continuar con la tarea básica de producir. Después
de todo, alguien tenía que ser responsable de mantener la ley y el orden, de
vigilar que los caminos se hallaran en buen estado, y la defensa nacional, en
forma adecuada.13

Al examinar los fines de la legislación, Bentham formuló de modo conciso y


franco este problema. Decidió que el legislador debía aspirar a cuatro
objetivos principales: subsistencia, abundancia económica, igualdad y
seguridad. Los dos primeros –subsistencia y abundancia- podían ser
logrados mejor a través de la inacción gubernamental, vale decir, si los
individuos quedaban libres de buscar las mejores oportunidades económicas.
La dificultad principal aparecía en la igualdad, ya que, si se adoptaba una
política deliberada para equiparar fortuna, los temores resultantes de las
clases adineradas con respecto a su propiedad paralizarían la iniciativa. En
consecuencia, la igualdad debía ser reemplazada por la seguridad de
posesión, ya que el malestar psicológico creado por la nivelación social sería
mas profundamente sentido, es decir, produciría mas dolor que los placeres
experimentados por aquellos cuya situación mejoraría un tanto. Como lo
expresara antes Adam Smith, “un grado muy considerable de desigualdad
no es un mal tan grande como un grado muy pequeño de inseguridad, ni
mucho menos”.14

Liberalismo político y libre mercado

Hemos iniciado este tema diciendo que los autores mas importantes de la ciencia
política contemporánea ponen el acento en la necesidad de diferenciar el liberalismo
político del liberalismo económico, puesto que, como dice Sartori, los fundadores
del pensamiento político eran anteriores al despliegue del capitalismo como tal y
principalmente, porque no estaban pensando en la acumulación de capital cuando
proclamaron la necesidad de proteger la libertad individual.

13
Wolin, op.cit., pag. 326
14
Wolin, op.cit. pag 355

22
Para los verdaderos padres fundadores desde Locke a los autores de los
Federalist Papers, y desde Montesquieu a Benjamín Constant el liberalismo
significa rule of life (imperio de la ley) y Estado constitucional, y la libertad
era libertad politica (la libertad de la opresión política) no el libre comercio,
el libre mercado y (en los desarrollos spencerianos) la ley de la
supervivencia del mas capacitado. Hay que añadir que puesto que el
liberalismo político nació mucho antes que el liberalismo económico, pudo
funcionar sin laissez-faire, también es plausible que pueda funcionar en el
futuro sin laissez-fair.15

Es cierto que el liberalismo político señala a la propiedad como uno de los derechos
fundamentales del hombre, pero no está pensando en la propiedad como piedra de
acumulación de capital, es decir, como sustento de un sistema económico; está
pensando en la propiedad como herramienta para la libertad individual, en tanto
que, sino podemos ser propietarios, entonces estamos sujetos a la voluntad de
cualquier otro hombre mas poderoso que nosotros. Nuevamente tenemos que
pensar en el feudalismo, donde ser propietarios era una situación privilegiada e
inestable puesto que era resultado de una cesión especial otorgado por el rey, y por
lo tanto, dependía de la relación política que se estableciera con éste. Pero peor era
la situación de los no propietarios puesto que se encontraban plenamente a merced
del señor feudal que les tocara en turno, y entonces ni siquiera eran dueños de sus
vidas ni de sus familias.

El liberalismo no puede reducirse a premisas o presupuestos económicos, ni


siquiera, in nuce. Si la propiedad es un concepto económico referido a una
sociedad adquisitiva y a la multiplicación industrial de la producción,
entonces no es éste el concepto que mantiene el liberalismo. El liberalismo
predice y defiende al individuo, y lo defiende con aquella seguridad que le da
su propiedad: una propiedad que es garantía, y que no tiene nada que
compartir con una visión económica de la vida.16

Entonces, como dice Locke, la propiedad era la vida, la libertad y las posesiones y
en ese marco, el tratamiento especial que le otorga el liberalismo. Es cierto que
posteriormente los movimientos liberales fueron fervientes difusores del laissez
faire, del mercado y del capitalismo, pero en esencia, esas ideas no pertenecen al
cuerpo de las ideas del liberalismo político.

La tesis es, por lo tanto, que los súbditos se convierten en ciudadanos


(provistos de derechos y de ‘voz’) sólo en el interior de estructuras sociales
que dispersan el poder y que permiten una variedad de poderes intermedios
y equilibrados. Los mecanismos y estructuras de mercado pueden muy bien
no gustarnos. El problema sigue siendo reemplazarlos sin perder de vista
que la infraestructura que requiere el liberalismo y que el comunismo
destruye es la difusión socio-económica del poder.17

15
Sartori, op.cit. pag. 139-140
16
Sartori, op.cit. pag. 141
17
Sartori, op.cit. pag. 142

23
La idea de igualdad en el liberalismo clásico

Los liberales dicen que todos los hombres son iguales y tienen los mismos
derechos. Esta proclama significó un profundo cambio respecto de la concepción
vigente, dispuesta a llevar a cabo tratamientos dispares entre las personas de
acuerdo a la clase social, el sexo o la ocupación; avalando la discriminación por
considerar que las personas tenían distinta “naturaleza”18. Pero esta igualdad liberal
no es plena igualdad, al contrario, es una concepción restringida puesto que se
refiere exclusivamente a la igualdad ante la ley, a un principio de garantía para la
vigencia de los derechos naturales y está muy lejos de ser igualdad de
oportunidades o de cualquier forma de igualación entre los hombres.

Si bien “todos los hombres son iguales por naturaleza”, esto no significa
para Locke, “todo tipo de igualdad”. Los liberales estaban preparados, no
solo para aceptar diferencias de nacimiento, posición social y riqueza como
hechos naturales, sino también para aceptar esas desigualdades como
socialmente útiles. Los liberales entendían por igualdad una relación con la
autoridad política, antes que un hecho sociológico. En consecuencia, Locke
definía la igualdad como “el derecho igual que cada hombre tiene a su
libertad natural, sin estar sometido a la voluntad o autoridad de ningún otro
hombre”. De estos dos factores –el temor al subjetivismo y el valor de la
igualdad- derivaba la fórmula liberal para la autoridad. El subjetivismo debía
ser superado librando a la autoridad de sus elementos personales. La
sociedad política se forma por un acto de consentimiento en el cual cada
hombre entrega su poder natural “en manos de la comunidad”, es decir, a
una autoridad impersonal. La comunidad, a su vez, actúa a través de un
sistema de leyes destinadas a tratar imparcialmente a los individuos: ‘la
comunidad pasa a ser árbitro mediante reglas establecidas y permanentes,
imparciales e iguales para todas las partes’.”19

Esto nos lleva directamente al tema de la relación entre liberalismo y democracia.


Históricamente fue una relación conflictiva puesto que, si bien el liberalismo y las
instituciones liberales dieron pié para las instituciones democráticas y los países
democráticos son aquellos que tienen una estructura constitucional liberal, también
es cierto que los autores liberales mostraron una abierta desconfianza hacia los
principios democráticos. Sartori realiza una interesante comparación a partir de los
principios de igualdad sostenidos por ambos, es decir, por la igualdad jurídica o
igualdad de derechos del liberalismo y la igualdad política o igual derecho a
participar en la toma de decisiones y en la formación del poder que plantea la

18
Muy conocida es la aprobación de la esclavitud de parte de Aristóteles, quien afirmaba que los esclavos
no eran completamente hombres porque la naturaleza no les había dado la capacidad de razonar y por lo
tanto se asemejaban mas a las bestias que a la naturaleza humana. Como no eran hombres no debían ser
tratados como tales.
19
Wolin, op.cit. pag., 372

24
democracia. Señala que la disonancia radica en una lógica diferente que implican
ambos pensamientos.

Por un lado el liberalismo tiene una lógica vertical al plantear la necesidad de


control del gobernante como puntapié inicial para la defensa de la libertad
individual y bajo esa premisa está dispuesta a aceptar las diferencias que se dan
naturalmente en la sociedad; mientras que la democracia tendría una lógica
horizontal puesto que prioriza la búsqueda de igualdad entre los hombres en el
plano de lo social. Pero por otro lado, “en el plano de los resultados” puede decirse
que el liberalismo tiene una lógica horizontal al establecer controles sobre el poder
mientras que la democracia pretende establecer un mecanismo vertical de
participación popular en las decisiones de gobierno.

El liberalismo en cuanto tal requiere igualdad de derechos y leyes iguales,


mientras que desconfía de las igualdades dispensadas gratuitamente desde
lo alto y de los modos desiguales de igualar. Por otro lado, las libertades de
la democracia son libertades de y el espíritu democrático es ampliamente
insensible al carácter apriorístico de la libertad para. Se puede decir también
que el liberalismo se centra en el individuo, la democracia en la sociedad y
mientras que el liberalismo tiene un ímpetu vertical (favorable a la
diferenciación que genera preeminencia), la democracia es difusión
horizontal. Si dejamos la esfera tocquevilliana de los principios y
descendemos a la más terrenal de los resultados, la distinción se
transforma: el liberalismo es sobre todo una técnica de control y de
limitación del poder del Estado, mientras que la democracia es la inserción
del poder popular en el Estado. De ello se deriva que mientras que la mayor
preocupación del liberalismo es la forma del Estado (el como, o método de
formación de las normas), el problema de la democracia es sobre todo el
que, es decir, el objeto, el contenido de estas normas.20

Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

La idea de los derechos fundamentales del hombre ha ido cambiando a lo largo


de la historia, también de la mano de los distintos movimientos políticos e
ideologías que caracterizan a la edad moderna. Si buscamos en Internet la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano dictada
durante la Revolución Francesa y las Declaraciones de Derechos Universales
aprobadas por la ONU, (por ejemplo en la página de la ONU: www.un.org)
encontraremos fácilmente éstas diferencias. Las primeras Declaraciones
aluden a derechos individuales frente al estado y frente a los demás hombres,
en cambio, la diversidad de Declaraciones del Siglo XX tienen en mente a un
hombre (individual y ciudadano) que actúa en sociedad y que como tal tiene
múltiples identidades (de raza, de género, de edad) y realidades (laborales,
nacionales). Inclusive las últimas declaraciones se refieren no ya al hombre
considerado individualmente sino colectivamente, como actor genérico en el
mundo (derechos ambientales, especialmente).

20
Sartori, op.cit. pag. 144

25
En ese plano, Sartori, llama la atención sobre el “peligro” de confundir el orden de
los postulados, señalando que el principio es el entramado liberal y la democracia
debe sostenerse en esa estructura en vez de avanzar sobre ella. Esto es, frente al
avance de la democratización en todas las instancias sociales, y al reconocimiento
de derechos cada vez mas amplios, no debe desconocerse la importancia de la
garantía estatal para los derechos. Como veremos en la próxima unidad, este rol
garante se sostiene en el monopolio de la coacción, en el control del poder del
gobernante, en toda la estructura conocida como “Estado de Derecho”.

El liberalismo y la democracia, después de un largo período de fructífera


convergencia, si no además de simbiosis, han llegado a dividirse, a
desembocar en dos caminos divergentes. Las fisuras surgen cuando los
componentes de la democracia liberal llegan a estar desequilibrados, es
decir, cuando se requiere más democracia a expensas de menos liberalismo.
Un ejemplo oportuno lo proporciona la erosión del constitucionalismo
perpetrada por las nuevas constituciones que son tan democráticas como
para perder su razón de ser garantistas. … El intinerario que va desde la
libertad hasta la igualdad sigue este orden, un orden que no es reversible: la
ausencia de impedimentos y constricciones o la libertad para, precede
necesariamente a la libertad de y a la participación en.21

¿Se dan cuenta como todos los mecanismos institucionales tienen una razón de
ser? ¿Cómo se plasman todos los ideales y se hacen presentes los distintos pasajes
de la construcción ideológica? Como entiendo que la sociedad es individualista,
construyo al poder estatal al servicio de los requisitos de esas individualidades
mediante la limitación del poder, su división, el ejercicio del gobierno bajo el
imperio de la ley, etc; como entiendo que el hombre es capaz por si mismo de
defender sus intereses y alcanzar lo que ambiciona, y que el modelo de intercambio
capitalista permite alcanzar un equilibrio justo entre los diversos intereses de la
sociedad, debo aceptar las condiciones en las que se desarrolla este intercambio y
los resultados que obtiene; como entiendo que el mas fundamental de los derechos
naturales es la libertad, porque ésta le permite desplegar mejor sus capacidades
que si estuviera bajo la influencia o guía de cualquier autoridad, entonces considero
que las funciones de la política tienen que ver con asegurar las condiciones que
permitan al hombre vivir en libertad, mas que favorecer directamente que los
hombres ejerzan mejor sus derechos. En fin, como señala Sartori, la estructura
liberal consiste en la proteger al hombre de los poderes de un poder descontrolado
y ésta sigue siendo una premisa esencial en el mundo actual y se descubre como lo
esencial del liberalismo político.

En el Este es donde se van redescribiendo las virtudes políticas (que, en mi


interpretación, son su esencia) del liberalismo: y, por lo tanto, se redescubre

21
Sartori, op.cit. pag. 145

26
que el poder incontrolado es intolerable y desastroso; que los jueces y los
tribunales deben ser verdaderamente independientes; que las constituciones
no son únicamente cualquier tipo de estructura que un Estado se da a sí
mismo, sino unas estructuras de garantía que circunscriben y limitan a los
detentadores del poder.22

Aclarando algunas ideas que se mencionan

 Normalmente se señala que el liberalismo promulga una “libertad


negativa“ pero puede no quedarnos muy claro que se está diciendo con eso. La
libertad “positiva” es la que nos posibilita hacer, es la idea que se tiene
comúnmente acerca de la libertad, la posibilidad de elegir que queremos hacer y
hacerlo, como la llama Sartori, la “libertad para” hacer cosas . En cambio los
liberales conciben a la libertad como “ausencia de impedimento”, como “libertad
de”, destacando que la libertad no existe cuando alguien mas poderoso puede
imponerse sobre la voluntad de un individuo mas débil. Según esta idea, ¿cómo
hacemos que el hombre sea libre? Asegurando que ningún poder y ninguna
persona en particular podrá obstaculizar el ejercicio de su derecho a la libertad,
estableciendo garantías jurídicas y limitaciones al poder político.
Generalmente, cuando en los textos nos encontramos con estas cualidades en los
conceptos (“en positivo”, “en negativo”) se referirán a esta forma de definir:
entrando por la idea en sí, por lo que significa, por lo positivo; o de acuerdo a su
contrario (al impedimento, a la necesidad de garantías), por su negativo. Pero en
este caso nos está mostrando toda una manera de entender al concepto.

 Una discusión que se vuelve cada vez mas importante en el


debate político es la que se entabla entre la idea de “Igualdad de derechos” y la
“igualdad de oportunidades”, mas adelante lo vamos a tratar mas ampliamente
pero podemos ir marcando las diferencias. Una cosa es decir que todos tenemos
derecho a ser propietarios, ese derecho está ampliamente reconocido y no puede
ser negado a nadie, porque se corresponde con principios universales
reconocidos. Pero una cosa muy diferente es que todos seamos propietarios
porque para eso tenemos que haber juntado la cantidad de dinero suficiente como
para hacernos de una propiedad (en el marco de una sociedad de mercado, por
supuesto); y entonces entran a jugar las “diferencias” que efectivamente existen
en la sociedad que hacen que no todos los hombres puedan hacer uso de sus
derechos legítimamente reconocidos. Hoy hablamos de que tenemos derecho a
estudiar, según esta proclama todos podemos estudiar en la universidad; pero si
ahora nos ponemos realistas yo les pregunto, ¿todos podemos estudiar? Algunos
no “podrán” porque no es su vocación, o porque no tienen la inteligencia suficiente
para las exigencias propias de este nivel, pero otros no estudian en la universidad
porque las condiciones sociales no se lo permiten, porque tienen que trabajar para
vivir, o lo han hecho toda su vida, porque no tienen una institución educativa
cercana (y esto ustedes lo sabrán muy bien), en fin, por un sin fin de razones que
tienen que ver con la sociedad y nos llevan a decir que unos pueden ejercer su
derecho y otros no, simplemente porque no tienen la oportunidad.
Hay quienes profundizan la idea y dicen que el objetivo debe ser más que la
libertad, el igualar las condiciones de partida (el comienzo de la vida, las
condiciones de la familia) porque de otra manera no tiene mucho sentido el hablar
de la igualdad de derechos.

22
Sartori, op.cit. pag. 148

27
28
Marxismo y pensamiento de izquierdas

EL MANIFIESTO COMUNISTA
Marx y Engels escriben el famoso Manifiesto en 1848, cuando el movimiento obrero
estaba naciendo, el primer capitalismo desplegaba sus características en todo el
mundo y las revoluciones políticas habían sido ya realizadas. ¿Están ya situados a
mediados de siglo? Estado liberal “puro”; grandes industrias con mano de obra
intensiva; obreros sin protección alguna, explotados en trabajos mal pagos y
altamente inseguros; grandes ciudades pobladas de pobres en su mayoría;
ambiente intelectual dominado por el cientificismo, el positivismo, el idealismo, el
liberalismo. ¿Se dan una idea de la fuerza que pudo alcanzar para los sectores
obreros un manifiesto como este en el ambiente que describimos? Alcanza tal
fuerza que coadyuva a la organización del movimiento obrero, otorgándole una
orientación mas clara, con un discurso motivador y una demanda bien definida.
Pero el enfoque sobre la realidad que nos muestra este texto es mucho mas que
una proclama política coyuntural. Es toda una declaración de principios y una
ideología encontrada con el liberalismo en boga, una interpretación que alcanza
tanta fuerza que obliga al propio liberalismo a escuchar sus argumentos y
transformar en parte sus instituciones a fin de evitar una crisis mayor23.

La visión marxista de la sociedad tiene dos grandes diferencias con el liberalismo al


que se enfrenta; critica la visión individualista y entiende que las relaciones en una
sociedad son básicamente conflictuales.

Si bien Marx y Engels no negaban que las personas tuviesen sus


capacidades, deseos e intereses únicos por libre elección, criticaban la idea
de que el punto de partida para el análisis de la vida política, y de su forma
de organización mas deseable, pudiese ser el individuo y su relación con el
estado. En palabras de Marx, “el hombre no es un ser abstracto situado
fuera del mundo. El hombre es el mundo humano, el estado, la sociedad”
(en The Critique of Hegel’s Philosophy of Right). Los individuos solo existen
en interacción con y en relación con otros; su naturaleza sólo puede ser
comprendida como un producto social e histórico. No es el individuo solo,
aislado, el que es activo en los procesos históricos y políticos, sino que lo
son los seres humanos que viven en relaciones concretas con otros y cuya
naturaleza se define a través de estas relaciones. (…) La clave para entender

23
De manera clara se atribuye buena parte del surgimiento del Estado de Bienestar a la expansión del
pensamiento y la organización comunista, entonces, se reforma el estado y las formas de actuación típicas
del liberalismo, pero sus principios básicos se mantienen y se previenen de la expansión del movimiento
comunista. Ampliaremos esto en otra unidad de la materia.

29
la relación entre las personas es, de acuerdo con Marx y Engels, la
estructura de clases.24

Por otro lado la idea de conflicto, de las desiguales relaciones de poder en la


sociedad. El liberalismo concebía relaciones sociales armónicas porque aún ante la
diversidad de intereses o ante el conflicto de intereses, los hombres establecían
relaciones de intercambio que le permitían alcanzar resultados “de equilibrio”
(llegar a un precio justo para decirlo en términos económicos, aunque la referencia
al intercambio se da en todos los ámbitos), es más, la riqueza de una sociedad
consistía en la pluralidad de intereses, en que cada uno busque la forma de obtener
lo que desea. ¿Qué conflicto podía llegar a existir? Sólo aquel que se origina cuando
un individuo interfiere en el ámbito de las decisiones privadas de otro individuo, es
decir, afecta sus derechos.

El Manifiesto es bastante crudo con esta visión y acusa al liberalismo de ser una
teoría un tanto ingenua porque cree que gracias a la inteligencia y la iniciativa
individual por sí solas, el mundo y las relaciones sociales marcharán
automáticamente hacia una situación de igualdad y de progreso constante. Es
ingenua porque deja de lado las relaciones de poder existentes entre los hombres y
las desigualdades sociales que imposibilitan el desarrollo de la mayoría convirtiendo
en fábula propagandística a la igualdad de derechos. Los derechos formales, dicen
Marx y Engels, son sólo eso, formales, porque en la práctica la vida económica
determina que los derechos sólo pueden ser ejercidos por unos pocos. El estado
reconoce que todos los hombres son libres e iguales, pero la realidad demuestra
que la mayoría de los hombres no son ni libres ni iguales, por lo que la libertad que
defienden los liberales protege la privilegiada libertad que tienen unos pocos. El
marxismo tiene carácter de denuncia de todas las facetas de la explotación del más
fuerte sobre el más débil.

La política es algo mas que una idea, un proyecto o una visión de la “naturaleza de
las cosas”; la política es la expresión de algo mas real: la economía, las relaciones
económicas que mantienen los hombres entre sí para satisfacer sus necesidades.
¿Qué relaciones políticas son establecidas por las relaciones económicas propias del
capitalismo? La dominación, puesto que el patrón explota al obrero, que se traduce
en la política como la dominación de una clase sobre otra utilizando al estado como
principal herramienta.

Como verán, estas pocas palabras nos están diciendo muchas cosas, por lo que
vamos a proceder a esquematizar un poco este comentario:

24
Held, op.cit. pag. 133

30
Acerca de la interpretación de la sociedad:

Visión del conflicto como relación social básica. Si el liberalismo tiene una
visión armónica de la sociedad porque entiende que aunque los intereses sean
diferentes se pone en práctica un mecanismo que lleva al acuerdo entre esos
intereses, el marxismo entiende que los intereses son tan dispares que no existe
ninguna posibilidad de acuerdo, de consenso, de interés común; no porque los
hombres sean tan tozudos o irracionales de encerrarnos en nuestro parecer sino
porque el interés de uno se contradice frontalmente con el interés de otro y hace
imposible cualquier acuerdo. Y además considera que este tipo de relación es la que
normalmente se establece entre los hombres, no como individuos, sino como
grupos que tienen condiciones sociales enfrentadas. De manera muy gráfica dice el
Manifiesto: la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de
la lucha de clases.

La economía como origen de las relaciones sociales y políticas. Son las


relaciones de producción las primeras, las que dan fundamento a todas las demás
relaciones. Lo social, cultural, político y hasta lo religioso se derivan del tipo de
relaciones establecidas por el modelo económico.

De allí los conceptos de estructura y superestructura25. La estructura, el pilar, el


fundamento último, reside en las relaciones de producción. La superestructura, es
decir aquello que es determinado por la estructura, consiste en todo lo demás, lo
social, lo político, lo moral, lo religioso, lo familiar, etc. ¿Qué es una estructura para
un edificio? Lo mismo que la economía para la realidad.

En el debate posterior del marxismo se ha discutido abundantemente el alcance de


esta determinación. ¿Se pueden modificar las relaciones políticas sin cambiar el
modo de producción? ¿o procurar relaciones sociales algo mas equitativas tiene
algún sentido si no establecemos nuevas formas de relación económica? Los
deterministas o estructuralistas dicen que no, pero autores como Gramsci
responden afirmativamente.

La división en clases sociales. Entonces, como las relaciones de producción


son determinantes y son duales, y como la historia es historia de conflictos, la
sociedad está dividida en clases, partida en dos. Las clases sociales son producto
del modo de producción, una entidad en la que sus miembros tienen idéntica
posición en las relaciones de producción y, por lo tanto, igual situación social,
intereses y hasta expectativas. Traigamos a colación el ejemplo clave: en el modo

25
Alguna bibliografía menciona infraestructura en vez de superestructura.

31
de producción capitalista encontramos dos agentes que son protagonistas de las
relaciones propias de este sistema, el capitalista y el obrero. Pues bien, la sociedad
se divide precisamente en la clase social capitalista y la clase social obrera.

Pero además, los intereses de una clase se enfrentan a los intereses de la otra
clase, por lo tanto sus relaciones son de conflicto, de lucha, de dominación. Una
clase puede alcanzar sus intereses en la medida que avanza sobre los intereses de
la otra y se convierte en dominante. ¿Cuál es el interés del capitalista? La ganancia.
¿Cómo satisface su interés? Disminuyendo los costos de producción, entre los
cuales uno de los mas importantes es el costo laboral. ¿Cuál es el interés obrero?
Tener un salario más alto que le permita vivir mejor. ¿Se dan cuenta? No se trata
simplemente de que sean dos clases diferentes, se trata de dos clases enfrentadas,
con intereses contrapuestos, donde una domina a la otra y la dominada debe
sobrevivir hasta iniciar el avance que termine superando a su anterior clase
dominante. Así ha sido la historia de todos los tiempos. Sólo la lucha y el cruce de
intereses lleva a la próxima etapa. El marxismo plantea la relación de clases como
un juego de suma cero, donde lo que gana uno es exactamente igual a lo que
pierde la otra parte.

Cambio y revolución. Seguimos con la idea de la historia y acabamos de


decir que se avanza a partir del conflicto, del enfrentamiento de clases. Eso en
cuanto a las relaciones sociales. Visto desde lo puramente histórico, nos
encontramos con cambios revolucionarios. La historia no es una constante
evolución en línea recta hacia un destino de grandeza como creían los iluministas y
cientificistas. La historia está llena de quiebres, de marchas y contramarchas. Viene
a cuento aquí la idea de dialéctica (especialmente si saben de qué se trata esto)
como esta concepción basada en la relación de pares de opuestos cambiantes, que
avanza en tres momentos: tesis o momento inicial y “positivo”; antítesis o
momento “negativo” porque la relación de pares es la contraria a la existente en el
primer momento; y síntesis o momento final confluencia de los momentos
anteriores, no como suma sino como síntesis, dando lugar al establecimiento de
nuevas relaciones a partir de los aspectos positivos de la tesis y la antítesis. Este
razonamiento dialéctico podemos aplicarlo a la historia pero también a las
relaciones de clases.

Entonces el cambio es inherente a la historia y a las relaciones sociales; el cambio


es inexorable, el sentido del cambio está predeterminado y también puede
anticiparse que el cambio no es una simple reforma parcial, es un cambio rotundo,
revolucionario.

32
Con estas ideas preliminares veamos como las aplicamos al modo de producción
capitalista.

Acerca de la sociedad capitalista:

La división en clases. Las condiciones básicas del modo de producción


capitalista indican que algunos son “dueños de los medios de producción”, y otros
no tienen nada y “están obligados a vender la propia fuerza de trabajo”; entonces,
la relación de producción que se establece es entre burgueses dueños del capital y
los obreros que no tienen más que su salario para sobrevivir. Esas son las clases
del capitalismo. Burguesía y proletariado, unos quieren obtener siempre mayores
ganancias, los otros quieren vivir mejor.

La condición de la clase obrera. Los burgueses obtienen la ganancia que es


finalidad del modo de producción a costa del proletariado, por lo que mantienen a
ésta clase en una situación de dominación descarnada. Los obreros trabajan pero el
empresario en compensación les paga menos dinero de lo que el trabajador aporta
en la transformación de la materia prima. Esa es la idea de plusvalía, que el patrón
se queda con parte de lo que le corresponde al obrero. Entonces, la relación de
dominación se convierte en explotación abierta porque el salario no alcanza a cubrir
las necesidades básicas y la familia del proletario vive en condiciones de indigencia,
apenas sobrevive.

El estado como dominación al servicio de la burguesía. Decíamos que de las


relaciones de producción se derivan las relaciones sociales (y por lo tanto la
situación de clase) y de éstas las relaciones políticas. Si las relaciones sociales son
de explotación abierta y descarnada, ¿cómo se les ocurre que serán las relaciones
políticas? De explotación también, pero encubierta. La política tiene para Marx la
función de legitimar las relaciones económicas, difundir un entramado ideológico
que permita establecer las condiciones que necesita el modo de producción para
desarrollarse. El estado es la estructura de la clase burguesa que sostiene al
capitalismo y le brinda la legitimidad necesaria26. Lo sostiene porque garantiza el
derecho a la propiedad sin el cual sería imposible pensar en la existencia del capital
privado o en la obtención de ganancia. Lo legitima porque impone el discurso liberal
sobre la protección universal de los derechos de los ciudadanos, cuando en realidad
desconoce la situación y los derechos de los proletarios y son en la práctica,
derechos burgueses, necesidades e intereses de la clase dominante. Dice que el
estado es impersonal cuando en realidad es gobierno de una clase; dice que es

26
Para ampliar este punto en el unidad siguiente leeremos a Guillermo O’Donnell.

33
justo cuando sólo es justo con el capitalista; dice que es poder controlado y
limitado cuando el verdadero poder se encuentra en la economía y es ilimitado.

Clase dominante. Clase dominada.


Quiere garantías para la Necesita mayor
Estado:
Súper-estructura

libertad y la seguridad y bienestar; quiere


para el desarrollo de sus participar en igualdad
capacidades e intereses de condiciones y tener Organiza y utiliza la
particulares. iguales posibilidades de estructura de clases.
desarrollo. Establece orden y
Burguesía seguridad a partir del
Proletariado monopolio de la coacción.
Legitima el orden vigente
y difunde principios
básicos.
Estruct

Dice actuar con igualdad


Empresario Obrero para todos pero actúa al
servicio de una clase.
Posee capital; extrae Obligado a vender su
plusvalía porque quiere fuerza de trabajo;
cada vez mayores recibe un salario de
ganancias. subsistencia.
ra

El estado es aparato de dominación porque está al servicio de la clase dominante,


pero, ¿cuáles aparatos utiliza para dominar? El monopolio de la coacción física, las
fuerzas de seguridad, la policía, el ejército, las cárceles, y por supuesto, el sistema
legal y el poder judicial; pero también el discurso ideológico en todas sus facetas.

Como tal, el estado juega un papel central en la integración y control de las


sociedades divididas en clases, y en las sociedades capitalistas esto implica
un papel central en la reproducción de la explotación del trabajo asalariado
por el capital. La noción liberal del estado “mínimo” está, de hecho,
directamente relacionada con un fuerte compromiso con ciertos tipos de
intervención para restringir el comportamiento de quienes cuestionan las
desigualdades producidas por el llamado libre mercado: el estado liberal o
democrático liberal es por fuerza, en la práctica, un estado coercitivo o
poderoso. La conservación de la propiedad privada de los medios de
producción contradice los ideales de un orden político y económico
compuesto de ciudadanos “libres e iguales”. El movimiento a favor del
sufragio universal y de la igualdad política era, en términos generales,
reconocía Marx, un paso delante de suma importancia, pero su potencial
emancipador estaba severamente limitado por las desigualdades de clase y
las consecuentes restricciones en cuanto al margen de elección en la vida
política, económica y social de muchas personas.27

El estado como modelador de relaciones. Pero en otros textos, Marx brinda una
visión un tanto diferente de la acción estatal al analizar como el aparato estatal, a
la vez que aparato de dominación, tiene el poder suficiente para realizar

27
Held, op.cit., pag. 143

34
transformaciones reales en la sociedad. ¿qué es lo que descubre aquí? Que los
movimientos y grupos políticos son tan dispares que deben confluir de alguna
manera en el aparato estatal. El estado no puede ser un simple brazo de la
burguesía, debe disimular esta circunstancia integrando a los diversos sectores. De
esta manera el poder del estado es mayor al que simplemente podría esperarse de
una estructura clasista.

Marx señalaba que el aparato del estado es simultáneamente un “cuerpo


parásito” en la sociedad civil y una fuente autónoma de acción política. Por
lo tanto, describiendo el régimen de Luis Bonaparte, escribía: este poder
ejecutivo, con su enorme organización burocrática y militar, con su
ingeniosa maquinaria estatal, abarcando a amplios estratos, con una
multitud de funcionarios que llegan al medio millón, aparte de un ejército de
otro medio millón, este horroroso cuerpo parasitario … envuelve al conjunto
de la sociedad francesa como una red y cubre todos sus poros [en el 18
Brumario de Luis Bonaparte]. Se describe al estado como un inmenso
conjunto de instituciones, con capacidad para modelar a la sociedad civil, e
incluso para restringir la capacidad de la burguesía para controlar al estado.
Marx concedía al estado cierta autonomía frente a la sociedad: los resultados
políticos son el resultado de la trabazón entre coaliciones complejas y
disposiciones constitucionales.28

La sociedad deseada o comunismo:

La idea de revolución. La revolución es inevitable porque la burguesía no


deja otro camino, extrema la situación del proletariado y demuestra que las
reformas políticas por sí solas no llevan a ningún lado. ¿De qué sirve modificar el
estado o ampliar los derechos dentro del estado liberal que se dedica a asegurar las
condiciones de desarrollo de la burguesía y del capitalismo? Es necesaria una
revolución que modifique el modo de producción, el único camino que puede incidir
definitivamente en la eliminación de toda desigualdad y dominación.

Ahora bien, ¿quién debe llevar a cabo esta revolución? Marx y Engels afirman que
la clase obrera debe ser la que encare el proceso, no solo por su situación de clase
explotada, sino también porque ésta misma situación la deja al margen de
cualquier interés particular egoísta. La clase obrera es portadora de intereses
generales por la simple razón de que no tienen nada propio que defender. Esta
“capacidad emancipatoria” de los proletarios es la que conducirá hacia una nueva
sociedad, la sociedad comunista.

En este esquema nos interesa entender a la revolución como una estrategia política
más que como el objetivo final de la lucha. Una forma de acción: hay que cambiar
todo de cuajo, hay que producir un cambio dialéctico, un cambio de estructura.

28
Held, op.cit, pag. 147

35
Implica afirmar que la organización actual de la sociedad no tiene remedio, no hay
reformas posibles, no hay avances porque lo que genera el conflicto y la
desigualdad está en la base del sistema; entonces hay que cambiar el sistema.

Hasta aquí podemos seguir el pensamiento de Marx, pero no podemos avanzar


mucho mas en cuanto a la estrategia para alcanzar el comunismo porque nuestro
estratega se murió en las vísperas y dejó algunos baches en el desarrollo teórico29
que dieron pie al intenso debate político que caracteriza la historia del pensamiento
de izquierda y como no queremos enredarnos mejor lo dejamos así y continuamos
el tema en otro momento...

La sociedad comunista. Se supone que la revolución proletaria concluirá en


una “dictadura del proletariado” que tendrá por misión preparar el terreno para la
instauración de una sociedad comunista. No es mucho lo que Marx escribió sobre el
tema, dejando dudas importantes a sus lectores y dando lugar a distintos
interpretadores que buscaban fundamentar sus propias acciones políticas y
terminaron generando un profundo debate que luego seguiremos en parte. Pero
veamos que podemos sacar en claro, al menos de lo que se pensaba en primera
instancia.

La dictadura es un periodo posrevolucionario que se extiende por un tiempo


indefinido y consiste en un gobierno fuerte en manos del proletariado. Implica la
expansión del estado hasta los últimos rincones de la sociedad, pero no el típico
estado burgués de dominación sino uno nuevo, una herramienta de transformación
de la sociedad. El estado invade la esfera social y económica para abolir la
propiedad privada, raíz de la desigualdad, y establecer un modo de producción
basado en la propiedad colectiva, la producción común de bienes y la redistribución
equitativa de los mismos. Cuando se alcance este objetivo, se pasaría a la etapa
“comunista”, la sociedad sin clases y el estado quedaría resumido a su mínima
expresión porque ya no habría necesidad de imponer un orden (ya establecido por
la sociedad) y solo sería necesario un ente administrador de los asuntos comunes.

Entonces la idea de comunismo es la idea de una sociedad sin clases, porque ya no


existe la propiedad privada que es el origen de las desigualdad, una sociedad de
hombres libres verdaderamente porque la sociedad no le impone restricciones de
clase; sin conflictos porque no habría diferencias de intereses; en consecuencia una

29
Carlos Marx murió mientras escribía el tercer tomo de su obra cumbre, “El Capital”, precisamente
cuando estaba redactando el capítulo sobre las clases sociales, primer punto a tratar de su teoría política.
El resto de su obra, muy interesante por cierto, deja algunos puntos sin tratar o presenta algunas
ambigüedades que impiden ser ciento por ciento concluyente en cuanto a su pensamiento.

36
sociedad sin política, porque ya no habría necesidad de un mediador para los
conflictos.

Marx siempre destacaba el hecho de que la transformación de la sociedad y


del estado sería un proceso lento, las personas que participen “tendrían que
pasar por largas luchas, por una serie de procesos históricos que
transformarán las circunstancias y a los hombres” (en “Guerra civil”). Pero la
lucha era tanto necesaria como justificada puesto que el fin era el
comunismo: una forma de vida en la que la sociedad y el estado estarían
plenamente integrados, donde el pueblo gobernaría los asuntos comunes de
forma colectiva, donde todas las necesidades serian satisfechas y donde “el
libre desarrollo de cada uno” sería compatible con “el libre desarrollo de
todos”. En este mundo de abundancia material y autorregulación, el estado
“desaparecería” finalmente por completo. Los gobiernos, las legislaturas y
las judicaturas ya no serian necesarias. Como instituciones, se basan en el
supuesto de que existirían conflictos importantes de interés en la sociedad y
en que éstos deben ser organizados y regulados. Pero en el comunismo,
todo vestigio de clase desaparecerá y con ella las bases de todo conflicto. Y
puesto que las necesidades materiales del pueblo estarán satisfechas y no
existirá la propiedad privada, la raison d'etre de las fuerzas de “orden
público”! habría desaparecido. Será necesaria alguna coordinación de las
tareas en términos generales, tanto en la vida comunitaria como en el
trabajo, pero esto se logrará sin crear un estrato de funcionarios
privilegiados. […] Y puesto que todo el mundo coincide en cuestiones básicas
de la política pública, en las elecciones no habrá probablemente oposición y
se convertirán en meros mecanismos para garantizar la rotación de las
tareas administrativas. De este modo pensaba Marx, “el fin de la política” se
habrá alcanzado.30

Una cosa es pensar a la sociedad comunista como el final de una estrategia que
tiene a la revolución como mecanismo, que es como fue pensada por algún sector
de los seguidores del marxismo, y considerada por el momento en este comentario.
Otra cosa es pensarla como síntesis de los ideales políticos de la izquierda, única
manera que puede ser considerada actualmente, cuando la vía revolucionaria
parece haber sido desterrada de las probabilidades políticas tras el derrumbe de la
URSS:

El marxismo denuncia la explotación que sufre el obrero y desnuda al mundo


moderno de toda la armazón estructural e ideológica que desarrolla para justificar
la injustificable situación social. Al denunciar a la desigualdad como obstáculo para
cualquier objetivo social, la acción política debe encaminarse a modificar todos
aquellos procesos que originan la diferencia, la explotación, que habilitan a una
clase a dominar a la otra. Eso es lo que significa la sociedad comunista, la
búsqueda de la igualdad.

30
Held, op.cit. pag. 162

37
EL DEBATE DE ENTREGUERRAS

Estos postulados iniciales, con todas las lagunas y contradicciones que contienen,
pero impulsados por la claridad de sus motivaciones y principios, dieron lugar a
distintas corrientes de pensamiento que, apoyadas en la acción política, debatieron
acerca de las estrategias que debían llevarse a cabo para alcanzar el objetivo de la
igualdad. En todas ellas era visible el mismo enemigo común: la propiedad privada,
el mercado capitalista, la explotación de la clase obrera; pero los cambios que
lentamente iba experimentando el estado hacían de éste el centro del debate. ¿El
estado era simplemente un instrumento de dominación de la burguesía o era un
aparato que podía alterar las condiciones sociales impuestas por el capitalismo?

A fines del siglo XIX, en Alemania con impulso propio y en Inglaterra en menor
medida, se dan una serie de reformas que producen beneficios directos para la
clase obrera; cuestiones como las leyes obreras, el reconocimiento de las 8 horas
de trabajo, la prohibición del trabajo infantil, las primeras expresiones de la
seguridad social, sumada a las reformas políticas que ampliaban la participación
efectiva como el reconocimiento de los sindicatos obreros y la lenta ampliación del
sufragio, obligaron a reflexionar sobre la concepción del estado que se tenia hasta
el momento.

El dato central -y a partir de él la necesidad de una modificación en la táctica


de los socialistas- era que esa presencia organizada de las masas cambiaba
la situación de éstas en el sistema político: la conquista de la ciudadanía las
interiorizaba (aunque conflictivamente) en el estado, que así perdía su
exterioridad frente a ellas. Ese estado modificado ya no podía ser percibido
linealmente como “comité administrativo” de la burguesía: la forma de la
dominación se había complejizado a punto tal, mediante la democratización
arrancada al antiguo esquema liberal restringido, que ahora “prosperamos
mucho mas con los medios legales que con los medios ilegales y la
subversión”. La paradoja de la que viene a dar cuenta Engels es ésta: la
legalidad burguesa mata a la burguesía y da vida al movimiento socialista de
masas. 31

Engels entendía que la época de la insurrección se había agotado y el ascenso al


poder de la clase obrera se daría ocupando poco a poco los distintos enclaves en la
estructura de poder de la sociedad, antes que por la revolución y destrucción del
estado. De igual manera, Kautsky entendía que el desarrollo del capitalismo y la
presión de las masas organizadas modificaba la propia esencia del estado:

La igualdad de todos los ciudadanos ante el derecho, el reconocimiento en


cada uno de ellos de los mismos derechos y deberes políticos y ciudadanos
significaba ya una ruptura con el Estado tal como era desde su comienzo …
Si se convierte en el órgano de una minoría explotadora ello no se debe a la

31
J. C. Portantiero, pag. 25.

38
manera de ser del Estado sino a la de las clases trabajadoras, a su desunión,
a su ignorancia, a su falta de autonomía o incapacidad para la lucha.32

El estado podía dejar de ser considerado como el aparato de dominación de la


burguesía y pasar a ser visto como un ámbito de lucha, al cual podían acceder las
clases trabajadores y obtener beneficios visibles. Como consecuencia de ésta nueva
visión sobre el estado el Partido Comunista aprueba el Programa de Gotha, en
1875, donde se afirma la vía democrática del estado y se formula un programa
político que tiene al sufragio universal, la reforma laboral y el reparto igualitario del
poder político, económico y social como objetivos de acción.

Pero con la revolución rusa de 1917 las aguas se dividen. De un lado tendremos al
grupo socialdemócrata, que se identifican con los postulados del Programa del
Gotha o II Internacional; del otro lado encontramos a los comunistas
revolucionarios y radicales encabezados por Lenin y agrupados en la III
Internacional o Comintern

La vía revolucionaria

La revolución rusa (1917) abogaba abiertamente por la revolución violenta, la


dictadura del proletariado y la transformación radical del estado; además su
experiencia significaba un verdadero laboratorio para la teoría marxista.

Lenin distingue dos “aparatos” que se entrelazan al interior del Estado


capitalista: uno de clase, opresivo; otro “técnico” y por lo tanto, neutral. El
primero está formado por el ejército permanente, la policía y los
funcionarios. El proletariado no puede adueñarse del aparato del Estado y
ponerlo en marcha. Pero si puede destruir todo lo que de opresor, de
rutinario, de incorregiblemente burgués en el antiguo aparato de estado,
sustituyéndolo por uno nuevo, su propio estado.
La conclusión, a partir de esa premisa de la dualidad del Estado, parecía
simple: “de este aparato del Estado (que bajo el capitalismo no es
totalmente del estado pero que en nuestras manos, bajo el socialismo, será
íntegramente del Estado) podemos apoderarnos y ponerlo en marcha de un
solo golpe, con un solo decreto, pues el trabajo efectivo de contabilidad, de
control, de registro, de estadística y de cálculo corre aquí a cargo de
empleados, la mayoría de los cuales son por sus condiciones de vida
proletarios o semiproletarios.33”

Lenin se opone a la idea de que la revolución se daría sólo en países altamente


desarrollado y con clase obrera numerosa, y por consiguiente afirmaba que la
revolución era posible en países atrasados. Como leímos en el Manifiesto, Marx y
Engels afirmaban que era necesario que el capitalismo evolucione, se desarrolle
hasta extremar las condiciones de desigualdad, para que la clase obrera sea

32
Op. cit. pag. 25
33
Lenin, El estado y la revolución, citado en Portantiero, pag. 32

39
numerosa, poderosa y tenga conciencia de su situación de clase y hasta el punto de
actuar en un sentido revolucionario. Lenin debía justificar la revolución en un país
tan poco industrializado como la Rusia zarista y de allí la justificación de la
revolución en cualquier país, al margen de su desarrollo industrial.

Pero la idea de revolución en Lenin es un poco mas compleja. No basta con la


conciencia de clase, sino que requiere un partido de revolucionarios profesionales
para coordinar y dirigir la acción del conjunto de los trabajadores. Un partido
liderado por dirigentes expertos que sepan encaminar la revolución y
posteriormente la dictadura del proletariado. El fin del capitalismo será violento,
tendrá la forma de una guerra entre naciones y la clase obrera debe preparase, es
decir, organizar partidos revolucionarios en cada país, sostener la revolución en
todo el mundo como si fuera una sola. A eso estaba dirigido el Comintern, la unión
de partidos comunistas del mundo, organizado porque la revolución proletaria debe
ser una revolución internacional para poder sostenerse.

Los escritos de Lenin hacen hincapié en los métodos revolucionarios y formulan una
estructura para el periodo inicial. La dictadura del proletariado será un instrumento
de la mayoría, un verdadero proceso democratizador, con sistemas representativos
diferentes a la burguesa representación parlamentaria. Los soviets o parlamentos
soviéticos se inspiran en procesos de democracia directa pero terminan confluyendo
en verdaderos parlamentos corporativos, con un poder decisorio débil y ahogados
por el poder del partido revolucionario. Pero en todo el esquema que formula no
queda nada claro cuáles son las condiciones que deben darse para superar la
primera etapa de la revolución y alcanzar la fase comunista.

La vía democrática

Esta contundente postura rusa a favor de una revolución violenta agudizó la


división en la izquierda porque forzó a los moderados a sentar postura a favor del
estado liberal. El movimiento obrero en el mundo había ya alcanzado reformas
concretas, se había aprobado legislación obrera (aún contra los intereses de la
burguesía), los partidos políticos obtenían cada vez mayor poder en el parlamento y
por lo tanto, mayor influencia en el gobierno. Después de todo el estado no era tan
malo porque podía ser modificada su orientación pro-burguesa y convertirse en un
espacio neutral que facilite el camino hacia una sociedad socialista.

Se los llamó reformistas, justamente por esta idea de que el estado liberal podía
ser reformado gradualmente hasta llegar a la sociedad socialista. La revolución
proletaria podía no ser una revolución violenta sino la lenta transformación del

40
estado desde adentro, es decir, formar un partido político, participar en elecciones
y al ganarlas establecer políticas que modifiquen la situación de la clase obrera.
Pero, si bien la democracia fue considerada en un principio como un medio para
llegar al socialismo, posteriormente la democracia pasó a formar parte del fin: la
socialdemocracia. En la práctica, se alejaron del objetivo socialista y hasta del
marxismo, para centrarse en conseguir mejoras en las condiciones de vida de los
trabajadores, dentro del capitalismo.

Entonces, la estrategia asumida tenia tres elementos muy simples: 1º ampliar la


base parlamentaria; 2º acceder al gobierno para participar de la redistribución; 3º
ampliar los estados de bienestar, sin cuestionar prácticamente las bases
capitalistas. Aún los partidos comunistas de Europa terminaron por asumir esta
estrategia, aplazando el objetivo de revolución y la sociedad comunista.

La socialdemocracia europea entonces, adopta la forma de organización de un


partido político en el abanico de alternativas democráticas, se pone a prueba en las
elecciones, es decir, acepta las reglas de juego liberales; pero participa del lado de
la clase obrera, defiende los intereses de los que son dominados por los poderosos,
busca mecanismos de igualación.

Pero las diferencias con el leninismo no son solamente de estrategia política, giran
también alrededor de la concepción del estado, la determinación económica de los
cambios sociales y el sentido de la revolución.

La concepción del estado. Algo hemos dicho ya acerca de esto: el estado es


entendido como una entidad neutral e impersonal, producto de la confluencia de
fuerzas sociales encontradas. El estado no es el aparato de dominación de la
burguesía, es un espacio de negociación poderoso porque tiene la capacidad de
imponer condiciones a todos los sectores sociales y, por lo tanto, de provocar
cambios en la sociedad.

La revolución. Antonio Gramsci, un intelectual italiano del partido comunista, señala


que en sociedades desarrolladas el modelo leninista de revolución violenta no es
apropiado porque el estado actúa de una manera mucho mas encubierta que en
sociedades menos desarrolladas. En las sociedades modernas la cohesión no viene
dada sólo por la coerción, por el monopolio de la fuerza en manos del estado. La
legitimidad del capitalismo es consecuencia de procesos mas complejos atribuidos
por Gramsci a la hegemonía cultural de la clase dirigente, que, mediante la
manipulación en los procesos de socialización (la escuela, la familia, los grupos
intermedios), los medios de comunicación, las iglesias y sindicatos, inculca sus

41
ideas y valores en todos los ámbitos. El capitalismo, los principios liberales y hasta
la desigualdad son aceptados casi sin discusión, como si fueran naturales.

En ese marco, la lucha para instaurar una sociedad comunista es mucho mas
compleja y la revolución supone la transformación cultural de las masas y la toma
de posiciones pequeñas en el seno de la sociedad. Es un trabajo lento y continuado
que debe actuar en ámbitos muy dispares y no solamente en lo político.

Pero si traducimos estos aspectos en términos aún más teóricos lo que se está
debatiendo es la determinación de la estructura sobre la superestructura y estamos
introduciendo una opinión que parece corregir la visión clásica al plantear cierta
autonomía de las esferas. Los escritos de Marx de forma un tanto confusa y más
claramente los textos de Lenin, entienden que si la realidad de las clases sólo se
explica y se modifica por las relaciones de producción y el estado es un aparato de
la clase dominante, la acción sobre este estado no tiene sentido, hay que apuntar
desde el principio al modo de producción. En cambio, si se supone que a través de
la acción en la superestructura política se podrá mejorar la situación social, imponer
restricciones a la acción empresaria y lentamente modificar las relaciones de
explotación, es porque no todo está determinado de manera causal por la situación
en la estructura. Si yo supongo que la acción cultural y política impone reformas a
los códigos en los que se basa el capitalismo para actuar, estoy cambiando el
sentido de la acción.

Es que el estado era concebido de una manera estrechamente


institucionalista, como un mecanismo de gobierno en sí mismo “neutral”,
externo a la economía: como señala Rusoni, no era visto por la
socialdemocracia como un momento de la contradicción social sino como un
campo en el que chocaban contradicciones exógenas a la instancia de
regulación que él expresaría. A partir de esta percepción que deja fuera del
conflicto de clases a todo lo no institucionalizado, se yergue la “hipótesis
socialtecnocrática” de transición al socialismo: la tarea a emprender será la
de transformar, con el apoyo del estado, a la economía organizada dirigida
por los capitalistas en una economía planificada por los trabajadores.
La mezcla entre una concepción puramente institucionalista de la política y
otra racionalista – tecnocrática de la gestión económica confluirá en una
imagen instrumentalista del estado, definido como un lugar en sí mismo
vacío donde operan voluntades y proyectos de clase. La imagen, basada en
una separación orgánica entre lo político y lo económico, paralizará la
actividad de la socialdemocracia ya no sólo a favor de la transición al
socialismo sino aun a favor de un mantenimiento de la técnica
gubernamental democrática para la resolución de conflictos.34

34
Portantiero op.cit. pag 26

42
Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

35
Siempre se relaciona a la socialdemocracia con el Estado de Bienestar , pero
averiguemos en qué consiste esa relación.
El EB se basaba en la acción del estado en torno del crecimiento económico, la
situación social y el mercado laboral, con vistas a forzar un proceso de
redistribución de la riqueza. En lo político se considera propio del estado de
bienestar la estrategia de “conciliación de clases”, que se concreta en la
participación de organizaciones obreras y empresarias en la gestión de políticas o
la mediación del estado en la relación laboral. ¿Qué relación tienen éstas
estrategias e instituciones con las ideas socialdemócratas?

35
Hago alusión a una modalidad estatal vigente en gran parte del mundo desde 1930 hasta mediados de
los años 70 aproximadamente, y sobre la cual ampliaremos en la siguiente unidad.

43
GUÍA DE LECTURA:

EL MANIFIESTO COMUNISTA

1) La historia es la “historia de la lucha de clases” dice al iniciar, ¿qué consecuencias de esa


misma lucha señalan para las clases en pugna?
2) ¿Qué serían las “contradicciones de clase”?
3) “La burguesía moderna es ya de por sí, fruto de un prolongado curso evolutivo”, ¿por qué
dice esto? ¿En qué consiste la evolución?
4) Dice que la burguesía pasa de clase oprimida a conquistar la hegemonía, ¿qué
consecuencias políticas trae este paso? ¿Qué instituciones da lugar y con qué
características?
5) Explicar la frase: “en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha
establecido una explotación abierta, descarada, directa y escueta”.
6) ¿Qué significa que “la burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar
incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de
producción, y con ello todas las relaciones sociales”? ¿Cómo se da éste proceso?
7) La burguesía es la clase dominante (detenta la hegemonía exclusiva), ¿sobre qué aspectos
ejerce ese dominio y de qué manera?
8) Cuando hablamos de la teoría de la historia decimos que es dialéctica y materialista,
porque se basa en la idea de contradicción, de ruptura, en las condiciones económicas
de una sociedad que impulsa el cambio, el progreso, en todas las otras esferas. ¿De qué
manera describe esto el Manifiesto en la transformación de la sociedad feudal? ¿Cuál
era el obstáculo que frenaba el desarrollo de las fuerzas productivas?
9) ¿Por qué dice que toda la sociedad burguesa moderna “se asemeja al hechicero que ya no
logra dominar las fuerzas subterráneas que ha desencadenado con sus conjuros”, o
igualmente más adelante: “las armas de que se sirvió la burguesía para derribar al
feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía”?
10) ¿Cómo describe el trabajo de los obreros?
11) ¿Por qué dicen que “en esta etapa los proletarios no combaten contra sus propios
enemigos sino contra los enemigos de sus enemigos”? ¿siempre será así?
12) ¿Cuáles son las razones por las que el desarrollo capitalista aumenta la fuerza y la
conciencia proletaria? ¿cuál es la consecuencia para la lucha de clases?
13) El Manifiesto dice que la lucha de clases se acerca a su desenlace, ¿cómo está
preanunciado?
14) ¿Por qué el proletariado es la única clase verdaderamente revolucionaria? ¿cómo es su
existencia, su modo de vida, que lleva a decir que, como “no tienen nada propio que
consolidar” deban destruir todo?
15) Dicen los autores que toda clase dominante domina en tanto le asegura a la clase
dominada las condiciones de su existencia, ¿cuál es el análisis que realizan de la
situación de la burguesía y del proletariado?
16) ¿Qué significa la propiedad privada para los comunistas?
17) ¿En que se basan para criticar al Estado moderno diciendo que “nuestro derecho no es
mas que la voluntad de vuestra clase erigida en ley”? ¿qué derechos serían aquellos que
muestran más claramente estar al servicio de la burguesía?
18) El partido comunista se declara abiertamente en contra de la sociedad burguesa, ¿qué es
lo que quiere abolir de esa sociedad?
19) Dicen que, entonces, el poder político perderá su carácter político. ¿Por qué razón será
esto? ¿qué es lo que alegan para afirmar que, gracias a la revolución, quedarán abolidas
las condiciones para la existencia del antagonismo de clase?

44
45
RESUMEN DE LAS IDEAS POLÍTICAS EN DEBATE

DERECHA IZQUIERDA

Estado mínimo El estado como protagonista del


LA VISIÓN cambio, instrumento de
SOBRE LO redistribución.
PÚBLICO Orden impersonal (imperio de la ley)
Escenario o campo de conflictos
Monopolio de la coacción legítima sociales.
en cuanto su poder deviene del Si el estado es una figura neutral,
poder de la comunidad. entonces puede ser una
Defensa de la libertad natural. herramienta para los fines sociales y
proletarios. En ese caso se coincide
con la democracia, los criterios
universalistas de las políticas,
políticas redistributivas y el control
del mercado.

Libertad individual: diversidad y Igualdad: como justicia social, lo


VALORES pluralismo que incluye los principios de la
REPRESENTA cooperación social y la protección a
DOS Igualdad de derechos e igualdad
los débiles.
política, pero no igualdad social o de
condiciones porque eso sería La libertad por si sola encubre las
igualación y significaría anular la relaciones de poder y favorece a los
libertad. poderosos.
Defender al individuo del poder Defiende a la sociedad de los
personal por medio de los poderes sociales, por medio del
mecanismos competitivos del estado.
mercado.

Visión individualista armónica de la Visión colectivista y conflictual de la


SOCIEDAD sociedad. sociedad.
Cada uno intercambia sus recursos El actor social no es el individuo
y necesidades en el mercado; el sino las relaciones de los hombres,
mercado capitalista se constituye en los hombres en relación. La
modelo de relaciones sociales. naturaleza de los hombres solo
puede ser entendida como un
producto social e histórico.

46
La actualización de la izquierda y de la derecha

NEOLIBERALISMO

Esta es, básicamente, la estructura del liberalismo clásico, el de principios del siglo
XVIII. Si bien los desarrollos posteriores de esta teoría realizaron algunos cambios
interesantes, sobre todo en torno a restarle un poco de inocencia al planteamiento,
nos parece que con lo dicho hasta aquí hemos resumido las ideas centrales del
liberalismo. Lo que sí vamos a hacer es mencionar brevemente la última versión del
liberalismo, la actualización, por eso mismo llamada “neoliberalismo”.

Como habrán podido comparar, el estado de bienestar no tuvo mucho que ver con
los principios liberales o con el “estado mínimo” propiciado por esta corriente, pero
si tuvo mucha injerencia en lo que fueron las críticas hacia el estado benefactor que
arreciaron hacia la década del ‘80. Lo interesante es cómo para fundamentar esas
críticas los liberales reflotan los principios clásicos casi intactos y entonces dicen
que el estado de bienestar es:

- paternalista; al proteger a los ciudadanos igual que un padre a sus hijos


menores (refiriéndose a la red de subsidios y beneficios propios de las políticas
sociales y de seguridad social) no los deja ser libres, tomar decisiones propias,
hacer valer sus intereses y desarrollar sus capacidades de manera autónoma.

- “elefantiásico”; para referirse con sorna al tamaño desmesurado de la


estructura y funciones del estado, que invade la esfera social y privada al asumir
tareas que le corresponderían, resulta antieconómico y pone trabas al desarrollo
individual y, finalmente, genera un déficit creciente que desestructura la economía.

- Generador de distorsiones en lo económico, provocando crisis y


alterando todo el sistema; por ejemplo con la política de subsidios que modifican el
sistema de precios en el mercado; las empresas estatales que provocan monopolios
y afectan la competencia.

¿Se están imaginando que es lo que proponen los neoliberales entonces? No hagan
trampa recurriendo a cualquier información que tenga que ver con la actualidad
sino que piensen solamente en los argumentos que hemos denominado “clásicos”.
Lo que hacen es recuperar la idea del estado mínimo como la mejor estrategia para
favorecer la libertad, el desarrollo individual, la satisfacción de intereses, el

47
crecimiento económico, porque de otra manera, con un gobierno ampliado en sus
funciones difícilmente los derechos individuales puedan ponerse en práctica.

Tal como lo ha demostrado claramente el nuevo “orden de bienestar”, los


problemas del poder político arbitrario son todos los intentos de planificar y
regular la sociedad. En nombre del “interés común” o del “bien social” los
agentes del pueblo, ya sean representantes o burócratas, tratan de
remodelar el mundo social a través de la dirección económica del estado y
de la redistribución de los recursos, entre otras cosas. Pero Hayek sostiene,
haciéndose eco de la crítica al poder despótico de J. S. Mill, que sean cuales
fueren las intenciones detrás de tales esfuerzos, el resultado es un gobierno
coercitivo. Es coercitivo porque los conocimientos son ineludiblemente
limitados; sabemos y podemos saber muy poco tan sólo de las necesidades
y deseos de los más cercanos, no digamos de los millones de personas que
componen la sociedad; ¿cómo sopesaríamos los distintos objetivos y
preferencias? Cualquier intento sistemático de regular las vidas y las
actividades de los individuos es forzosamente opresivo, y constituye un
ataque a su libertad: la negación del derecho del individuo a ser juez último
de sus propios fines. Esto no quiere decir, señala Hayek, que no existan
“fines sociales”, que define como “la coincidencia de intereses individuales”,
pero hay que limitar la concepción de estos últimos a áreas de “común
acuerdo”, y existen (y siempre existirán) relativamente pocas.36

¿Cuál es el principio filosófico de la crítica? La concepción individualista de la


sociedad y la consideración acerca de la primacía de los intereses individuales. El
mayor cambio que podemos apreciar en la sociedad desde el origen de las teorías
liberales hasta nuestros días consiste en la amplísima diversidad de situaciones,
intereses, expectativas, utopías que podemos encontrar. Vamos a ver con las
teorías marxistas como la fuerza contundente de la división en clases de la sociedad
parecería unificar los intereses de los individuos que forman parte de esa clase, al
menos en algún sentido. Si bien los liberales nunca coincidirían en ésta afirmación
porque nunca incorporaron a la “clase” como una categoría de análisis, lo que
destacan es el hecho que hoy las clases sociales como tales parecen haberse
disuelto, no existir grupos que representen a interés social alguno. Hoy mas que
nunca el origen de los intereses es individual y existe escasa coincidencia entre
personas diferentes así tengan idéntica posición social. La pregunta clave aquí es la
siguiente: ¿acaso podemos suponer que existe un interés homogéneo en la
sociedad si apenas dos personas no alcanzarán un acuerdo pleno acerca de cuáles
son sus intereses, deseos y expectativas? Y en referencia al estado de bienestar:
¿podemos suponer que una autoridad podrá conocer y poner en práctica aquello
que conviene, que coincide con el interés de todos o al menos de la mayoría?. Si el
interés de la mayoría no existe, entonces el intento del estado de intervenir en la
formulación de los fines sociales, es coercitivo, atenta a la libertad individual.

36
Held, Modelos de Democracia, pag. 298 y 299

48
Nozick presenta un número de argumentos que conciernen a lo que él llama
el “estado mínimo” o el “marco de la utopía”, la forma menos entrometida
de poder político que se corresponda con la defensa de los derechos
individuales. Trata de establecer que moralmente “ya no se puede justificar
un estado extenso”, ya que “violaría el derecho de los individuos a no ser
forzados a hacer ciertas cosas. Nozick cree que los individuos son
extraordinariamente diversos. No existe comunidad que pueda servir como
ideal de todas las personas, porque existe un gran abanico de concepciones
de la utopía.37

¿Y entonces qué tipo de acuerdos podemos alcanzar? Si el estado no es un


instrumento para el acuerdo entre los diversos intereses de la sociedad, ¿cuál es el
mecanismo? ¿adivinaron? Bien, el mercado, la libre competencia de productores y
consumidores en el mercado. No solo como respuesta económica, sobre todo como
respuesta política de articulación de voluntades hacia la conformación de acuerdos
legítimos.

En “Anarchy, State and Utopia”, Nozick expone un conjunto de argumentos


que conforman una interesante reafirmación de las ideas liberales desde
Locke hasta J. S. Mill. Partiendo del supuesto de que no existe ninguna
entidad social o política a excepción de los individuos –“solo existen
personas individuales con sus propias vidas individuales” – Nozick
argumenta que, en términos generales, no se puede justificar ningún
principio general que especifique unas prioridades o patrones de distribución
determinados para la sociedad. La única organización legítima (o modo de
ordenamiento) de los recursos humanos y materiales es la eventualmente
negociada por y a través de las actividades libres de los individuos en
intercambio competitivo unos con otros. Por consiguiente, las únicas
instituciones políticas que pueden estar justificadas son las que apoyan el
ámbito de la libertad, es decir, las que contribuyen a mantener la autonomía
y los derechos individuales. 38

Entonces, resumamos, en la sociedad individualista del neoliberalismo, el sustento


lo constituyen los individuos relacionados entre si a través de la competencia,
donde aprovechan al máximo sus capacidades, satisfacen sus intereses y alcanzan
sus fines. Allí se manifiesta en todo su esplendor la pluralidad y diversidad de la
sociedad. El Estado mínimo entonces, es apoyado porque frente a cualquier otra
forma, es el único que permite el libre desarrollo de las relaciones entre los
hombres.

El Estado es un mal necesario, indispensable para la construcción de un orden, la


vigencia de la ley y la construcción de una base para la familia, los negocios y el
comercio; esas son sus funciones y la razón de su existencia.

Si el fin de una sociedad es que el individuo alcance los fines que él mismo se
propone alcanzar, no puede suponerse que el Estado lo ayudará en esa tarea,

37
Held. Op. cit. pag. 296
38
Held, op. cit. pag. 295

49
porque los fines que los individuos pueden proponerse son de tan variado orden
que sería imposible satisfacer esos requerimientos, (sin violar el derecho a la libre
iniciativa, es decir, sin actuar coercitivamente); así como también es difícil suponer
que los hombres se pongan de acuerdo y consideren algo como un interés común,
un bien común a todos.

La famosa “mano invisible” de Adam Smith, que tantos comentaristas han


interpretado como símbolo de la convergencia con planes racionales,
individualmente concebidos, es un bien racional para toda la sociedad,
equivalía exactamente a su teoría del comportamiento moral individual:
tanto el bien moral de la sociedad como su bienestar material se originaban
en el instinto, el deseo y la pasión, y ni uno ni otro eran resultado de la
acción encaminada a promover el bien de la sociedad en su conjunto.39

La reformulación de la izquierda británica o “tercera vía”

En los últimos años, ante el renacimiento de las teorías neoliberales y


especialmente ante el fracaso de la experiencia comunista simbolizada en la
disolución de la URSS, la izquierda entra en un confuso proceso, algunos dicen de
disolución, otros de reformulación, otros de reafirmación. En este modulo,
queremos realizar algunos comentarios acerca la llamada tercera vía. Aparte de ser
la reformulación mas reciente, y a pesar de no estar teóricamente muy
desarrollada, el interés consiste en su importancia política.

La “tercera vía” dice basarse en las experiencias de Bill Clinton en Estados Unidos y
Tony Blair en Inglaterra, justamente los países que vivieron mas de cerca las
políticas neoliberales. Responde de alguna manera al movimiento que señala el “fin
de las ideologías” tratando de sentar una posición clara que la diferencie tanto del
“viejo socialismo” como de las posturas neoliberales, supuestamente las únicas
válidas después del fracaso de la URSS. Hay quienes señalan que esta postura en
realidad se acerca tanto al centro que pierde su identidad de izquierda, pero lo que
dice Anthony Giddens (el reconocido mentor intelectual de la tercera vía) es que
sigue siendo de izquierda porque defiende los mismos principios: la justicia social,
la solidaridad y la equidad. Lo que hace es reconocer que el mundo ha cambiado
desde principios del siglo y por lo tanto hay que revisar los postulados porque
algunos ya no son los adecuados para acercarse a los objetivos y otras estrategias
han demostrado estar equivocadas.

Después de 1989 no podemos pensar en la izquierda y en la derecha como


muchos hacían antes. Tampoco pueden los socialdemócratas seguir

39
op.cit. pag. 357

50
considerando al capitalismo o a los mercados como la fuente de la mayoría
de los problemas que acechan a las sociedades modernas. El gobierno y el
estado están en el origen de los problemas sociales, igual que los mercados.
La política de la tercera vía quiere aprender también de una lección esencial
de 1989 y los años posteriores, el hecho de que una sociedad civil fuerte es
necesaria tanto para un régimen democrático eficaz como para un sistema
de mercado que funcione bien.40

Hoy el mundo está totalmente globalizado, la industria se guía por los adelantos
tecnológicos al igual que nuestra vida cotidiana, la economía marcha al compás del
comercio internacional y los movimientos financieros. Las sociedades han
cambiado, las culturas, el mundo del trabajo, el trabajo independiente y
profesional, la conformación de las familias, etc., modifican nuestra forma de
analizar al mundo y por lo tanto las propuestas políticas no pueden ser las mismas.

¿Qué es lo que hay que rever desde el punto de vista de la tercera vía?

 La idea sobre el mercado. Dice desafiante Anthony Giddens que “los mercados
no siempre aumentan la desigualdad, sino que pueden, en ocasiones, ser la manera
de acabar con ella.” Esto es un gran cambio para la izquierda puesto que, como
hemos visto, el mercado y las relaciones capitalistas que giran alrededor de él son
el origen y el mecanismo que reproduce las desigualdades sociales. Ahora la tercera
vía acepta al mercado y hasta le reconoce resultados beneficiosos:

Los mercados tienen, o pueden tener, consecuencias beneficiosas mas allá


de la eficiencia productiva. Una economía de mercado exitosa tiene un
importante “currículum oculto”. Si está adecuadamente regulado, el
intercambio en el mercado es esencialmente pacifico. Las relaciones de
mercado han sido frecuentemente impuestas mediante el uso de la fuerza.
Pero una vez que se ha establecido una economía de mercado, la gente que
participa en relaciones de intercambio tiene raramente necesidad de recurrir
a ella. […]
además las relaciones de mercado permiten elecciones libres a los
consumidores, al menos allí donde haya competencia entre múltiples
productores. […] Los mercados también pueden favorecer actitudes de
responsabilidad, ya que los participantes necesitan calcular las
consecuencias probables de lo que hacen, ya sean productores o
consumidores. Este factor ayuda a explicar otros aspectos del potencial
liberador de los mercados, pues las decisiones que toma un individuo no
vienen dadas por un régimen autoritario o por la burocracia.
Una economía de mercado que funcione bien genera mucha mayor
prosperidad que ningún sistema rival.41

 La idea sobre el estado de bienestar. La tercera vía recoge parte de las críticas
liberales al estado de bienestar porque reconoce la necesidad de acotarlo no solo

40
Giddens, La Tercera vía y sus críticos, pag. 38 y 39
41
Giddens, op.cit., pag 45

51
por razones fiscales sino también políticas. La fuerte injerencia del estado en los
asuntos de la sociedad civil perjudica los objetivos socialistas.

Más aún, mientras se necesita un Gobierno activo para promover políticas


igualitarias, la izquierda ha de aprender a reconocer que el propio Estado
puede producir desigualdad, además de tener otros efectos
contraproducentes sobre la vida de los individuos…Todos los Estados de
Bienestar crean problemas de dependencia, riesgo moral, burocracia,
formación de grupos de interés y fraude.

La reforma de los sistemas de bienestar es necesaria por tres razones:

 No acompañan los cambios sociales y económicos. Las dinámicas de


desigualdad son diferentes y los riesgos también, porque ahora hay que prestar
atención al trabajo femenino, la incidencia de familias monoparentales, las
necesidades educativas y los problemas originados en los sistemas de seguridad
social por los adelantos de la medicina que prolongan la vida, entre otros.

 En algunos países el estado de bienestar se ha vuelto insostenible,


realizando más promesas de las que puede cumplir y generando conflictos entre
generaciones y entre excluidos y beneficiados. Esto se avizora especialmente en
los sistemas de pensiones.

 El estado de bienestar tiene sus propias limitaciones y contradicciones. No


está en condiciones de afrontar las nuevas situaciones de exclusión ni de
resolver las redes de pensiones que producen desincentivos económicos y
sociales importantes.

Se trata de asumir los desafíos del mundo actual y restablecer el equilibrio perdido
entre estado – mercado – sociedad civil.

El estado puede crecer y extenderse demasiado; los neoliberales tenían razón


en esto. Pero donde el estado está demasiado restringido, o pierde su
legitimidad, aparecen también graves problemas sociales. Lo mismo puede
decirse del mercado. Una sociedad que deja que el mercado se infiltre
demasiado en otras instituciones experimentará un fracaso en la vida pública.
Una que no deje suficiente espacio a los mercados, sin embargo, no será
capaz de generar prosperidad económica.42

42
op.cit. pag. 61

52
La izquierda tradicional o La nueva izquierda o tercera vía
socialdemocracia

 Preocupada sobre todo por el  La desigualdad y los problemas


bienestar colectivo para contrarrestar la sociales están generados por el
desigualdad e inestabilidad producida mercado, pero también por el estado y
por el mercado. el gobierno.

 Se define por su preocupación por los  Persigue como ideales a la justicia


mercados y sus peligros, cuyos social y a la solidaridad. Pero reformula
excesos deben ser contenidos los procedimientos tradicionales para
necesariamente por el estado. El adecuarlos a la nueva sociedad
problema es el capitalismo y las industrializada, tecnológica y
empresas, la desigualdad y el poder globalizada.
corporativo.
 El mercado puede ser una
herramienta para superar la
 El mercado genera desigualdad.
desigualdad. Pero no se autorregulan,
por lo que hay que controlarlos.

 Los objetivos se resumen en un


 Busca reemplazar los fundamentos
fortalecimiento de la sociedad civil y la
de la economía de mercado por un
reconstrucción de la esfera pública;
control gubernamental centralizado.
manteniendo los ideales y cuestiones
clásicas
 La competencia del mercado por la
 Se busca apoyar al mercado en un
protección estratégica. marco ético y social renovado y
alcanzar responsabilidad en la
producción de bienes públicos.
 Los mecanismos de fijación de
precios por los planes industriales.
 Gobierno activo en la generación de
políticas de igualdad, pero
reconociendo defectos y peligros en su
 Los beneficios ganados en el actuación. La intervención estatal debe
mercado por los subsidios públicos y dirigirse a evitar la dependencia
los acuerdos parciales. excesiva del mercado, sus costos
sociales.

53
Nociones políticas elementales acerca
del Estado

El Estado moderno es un aparato de dominación, una estructura política


compleja para establecer determinado orden en la sociedad, por lo tanto, es una
estructura asentada en fundamentos ideológicos explícitos o mas o menos
encubiertos. Pero a su vez, es una relación de poder que se impone entrelazando
una diversidad de relaciones sociales con el fin de establecer acuerdos y
obligaciones para alcanzar fines determinados; por lo tanto, no puede ser
mirado aisladamente sino en términos de esa relación compleja que establece
con los intereses, conflictos, fines y grupos sociales.

Una forma de analizar esos acuerdos e imposiciones es la mirada histórica,


marcando los cambios que las transformaciones sociales y políticas han
provocado en la estructura estatal, casi como adaptaciones. Vemos así como, si
bien el estado marca el rumbo de la sociedad, las metas y las modalidades de
esta imposición son producto de discusiones políticas y de debates sociales y
por lo tanto están guiadas por las condiciones sociales en las que se establece
la dominación estatal, generándose un proceso de dos caras en permanente
cambio.

En esta unidad veremos primero el concepto de Estado Capitalista Moderno,


haciendo hincapié en el debate acerca de los llamados “atributos de estatidad”;
en segundo lugar abriremos camino a esta mirada histórica que nos muestra
“distintas modalidades estatales” como la absolutista, la liberal y el estado de
bienestar, deteniéndonos especialmente en este último que, con su crisis, nos da
pie finalmente, para reflexionar sobre el alcance de las transformaciones
actuales.

54
Unidad II

Objetivos de la unidad

 Que los alumnos comprendan al estado en la complejidad de su organización, en los


principios ideológicos que lo legitiman y como modalidad específica de ejercicio del
poder.
 Que los alumnos interpreten al estado como un proceso en constante evolución, y de
allí, que sean capaces de analizar los factores de cambio actuales.
 Que los alumnos conozcan las principales definiciones de estado desde la ciencia
política.

Contenidos: Nociones políticas fundamentales acerca del Estado

El Estado, complejidad del concepto y construcción del fenómeno estatal.


Características y aportes desde distintas corrientes teóricas. Legitimidad y
uso del poder en la autoridad estatal. La formación histórica del Estado:
absolutismo; estado liberal; estado de bienestar; reformulación actual. La
limitación del poder y la realización de los fines sociales a través del estado.

Bibliografía obligatoria de la unidad:

Módulo de cátedra

Juan Manuel Abal Medina y Matías Barroetaveña. El estado, en J. Pinto (comp.) Introducción a
la Ciencia Política. Eudeba, 3º edición, febrero de 2001.

Guillermo O’Donnell. Apuntes para una teoría del Estado. www.top.org.ar

Aldo Isuani; Bismark o Keynes ¿Quién es el culpable?; en Isuani, Lo Vuolo y Tenti; El estado
Benefactor un paradigma en crisis. Miño y Dávila, Bs. As., 1991

Mabel Thwaites Rey; Tecnócratas vs punteros. nueva falacia de una vieja dicotomía:
política vs administración; en revista ENCRUCIJADAS Nº 6, abril de 2001, UBA,
Buenos Aires.- www.cienciapolitica.com.ar

Bibliografía de consulta en los temas de la unidad:

Bobbio, Matteucci y Pasquino. Diccionario de política. Alianza editorial, 1997


Max Weber; “Sociología del Estado”; en Economía y Sociedad. F.C.E., México, 1996
Jordi Sánchez; El estado de bienestar en Caminal Badia (comp.), Manual de Ciencia Política,
ed. Tecnos, Madrid 1996
Oscar Oszlak. Las nuevas reglas del juego en la relación estado y sociedad; Revista del CLAD
Reforma y Democracia, Nº 9. Ediciones on line desde www.top.org.ar o www.clad.org.ve

55
El concepto político de Estado.

La idea de estado es central para la ciencia política, porque lleva inserta la pregunta
que motiva al conocimiento político: ¿por qué existe la autoridad? ¿a que responde
el hecho de que unos hombres manden y los otros obedezcan? ¿cómo es que las
sociedades se organizan en vez de vivir en medio del caos? La teoría y la filosofía
política de todos los tiempos han girado en torno a esa discusión.

Algunas corrientes de pensamiento han respondido que la existencia de la autoridad


es algo natural al hombre y que entonces, no había mucho de que inquietarse y
menos provocar reformas institucionales que terminarían contrariando nuestra
naturaleza. Aristóteles decía que la forma propia de existencia humana consistía en
establecer relaciones desiguales donde unos tienen poder de mando, autoridad, y
otros, simplemente de acuerdo a la conformación de su naturaleza, estaban
destinados a obedecer.

Otras corrientes de pensamiento, por el contrario, entendieron que la existencia de


la autoridad y la forma en la que esta se constituye es producto de la decisión de
los hombres. Autores como Hobbes y Locke, interpretaron que el estado no se
sostiene sobre la nada o sobre poderes divinos, sino que depende del consenso de
la sociedad para existir, es decir, los hombres aceptamos que alguien nos gobierne
porque entendemos que esa es mejor manera de vivir que la no existencia de una
autoridad. Para decir esto desarrollaron una “ficción teórica” que parte de la
pregunta: ¿cómo sería la sociedad si no existiera un gobierno? Hobbes responde
con la idea de la guerra de todos contra todos, con su famosa frase “el hombre es
el lobo del hombre”. Según Hobbes, los hombres somos egoístas, ambiciosos e
inescrupulosos, somos capaces de cualquier cosa con tal de obtener lo que nos
interesa, pero tras esto, ponemos en riesgo lo que ya tenemos y nuestra propia
vida corre peligro. Entonces, los hombres establecemos una autoridad para que
imponga reglas estrictas que logren el establecimiento de un orden en la sociedad.
El estado, entonces, tiene una razón de ser, no es un capricho o producto
inescrutable de la naturaleza. A los hombres nos conviene que exista el estado
porque de él se deriva el orden, la seguridad y la vida de cada uno.

Pero entremos directamente en nuestro tema: ¿en qué consiste la originalidad de la


organización estatal? En los siguientes rasgos (un poco esquemáticos para poder
ampliarlos después):

56
a) la progresiva centralización del poder por una instancia cada vez mas
amplia, que termina por comprender el ámbito entero de las
relaciones políticas;
b) la afirmación del principio de territorialidad de la obligación política;
c) la progresiva impersonalidad del mando político43.

a) Frente a la desconcentración del poder que se presenta en el feudalismo, el


estado moderno centraliza de una manera compleja todas las instituciones
de poder en una sola y unifica la relación política entre la población y la
autoridad. Esto implica por un lado, desarticular las diversas instituciones
anteriormente existentes que tenían un poder independiente al del estado y, por
otro lado, establecer una única relación política entre el poder y los gobernados,
consistente en la relación de obediencia en un plano de igualdad de derechos.
Entonces la relación política estatal es la ciudadanos y gobernantes, donde para ser
un ciudadano con plenos derechos no se requiere otro requisito mas que el de
haber nacido en el territorio (o “nacionalizarse), sin que interfieran características
particulares y privadas como el sexo, la raza, el nivel económico o las relaciones
sociales y familiares.

b) La segunda característica nos habla de la estabilidad y afirmación territorial


del estado. El modelo estatal se afirma sobre un territorio que ya no es moneda
de cambio del gobernante ni su propiedad privada, como en las formas políticas
previas, sino simplemente un limite geográfico para la autoridad política, y a la vez,
el reconocimiento de su poder exclusivo sobre el mismo. El gobernante tiene
obligaciones para con el territorio y a su vez, éste es el único requisito para afirmar
la relación política de ciudadanía.

Entonces, y volviendo a la cuestión de las relaciones políticas, cuando hablamos del


“principio de territorialidad de la obligación política”, estamos diciendo que una
persona tiene obligaciones para con un estado en particular solo porque ese estado
domina un territorio en particular. No hay un contrato de fidelidad, o un pacto de
sumisión, hay un reconocimiento de los habitantes de ese territorio sobre su
derecho a mandar sobre un territorio determinado, derecho reconocido a su vez,
por los habitantes y autoridades de otros territorios.

43
La clásica definición jurídica que indica que el Estado es la “nación jurídicamente organizada en un
territorio determinado”, nos parece una definición pobre, en tanto deja de lado todos los factores políticos
y sociológicos en juego, lo complejo y cambiante de su organización, además de ser inexacta porque no
todo Estado es una nación.

57
c) El ultimo aspecto que mencionamos como rasgo original del estado se refiere a
la impersonalidad del mando político y nos está indicando uno de los ejes de
evolución y cambio del estado. Hoy tenemos en claro que obedecemos no a un
gobernante en particular sino al estado como estructura de autoridad, como
institución. Durante el absolutismo, el poder lo ejerce la persona del rey, y lo
ejerce subjetivamente (es decir, traslada al ámbito político sus caprichos,
preferencias, odios y puntos de vista); con el Estado, el poder se objetiviza (las
decisiones son válidas para todos, incluso para el gobernante, la personalidad del
gobernante se diluye en el engranaje de organismos y co-gobiernos).

Otros modelos de organización de la autoridad

La historia nos indica que, el estado, tal como lo entendemos hoy, es una realidad
singular, propia de la modernidad, un modelo de organización de la autoridad entre
tantos. Repasemos un poco otros modelos de organización:
 La polis griega se basaba en la autoridad sobre una pequeña ciudad,
conformada como comunidad, un territorio reducido y una sociedad dividida según
principios hereditarios.
 La república y el primer imperio romano mostraba la relación de territorios
realmente extensos unidos por una autoridad común, superior, exclusiva y
personalista, basada en instituciones clasistas y diferenciadas, en territorios con
distinto status y organización; es decir, un sistema bastante complejo que no
pretendía alcanzar o dar continuidad a una identidad, cultura, historia o idioma
común.
 El sistema feudal era una organización fuertemente territorial a partir de las
ciudades y el poder se disputaba entre autoridades e instituciones que se
entrecruzan entre sí (clero, nobleza, monarcas, burgueses); con relaciones de
servidumbre (vasallaje) entre el rey y los señores feudales, entre éstos y los
campesinos. Entonces, la relación política fundamental era en realidad una relación
privada consistente en intercambio de favores y responsabilidades mutuas
(seguridad y fidelidad, principalmente).

Pero el la organización estatal de la modernidad está lejos de ser un modelo único y


muy por el contrario, es un “modelo en construcción” que se fue desarrollando
hasta llegar a nuestros días y sigue en constante transformación. El origen del
estado puede ser resumido, como una “tendencia a la centralización y a la gestión
monopolista del poder de parte de una instancia unitaria y monocrática, aun
cuando estuviera fundada en un sólido cuerpo de funcionarios”44. El estado
absolutista hace esta tarea de centralizar el poder, estabilizar el territorio,
organizar un cuerpo de funcionarios especializados al servicio de los fines estatales.
Posteriormente el estado liberal despersonaliza al poder y lo limita, iniciando el
proceso de “objetivación” del mando político. Pero el modelo liberal resulta ser

44
Pierangelo Schiera, en Bobbio, Matteucci y Pasquino, Diccionario de Política.-

58
insuficiente ante los cambios en la sociedad y la economía del siglo XX y entonces
hablamos del estado de bienestar para referirnos a un estado mucho mas activo,
mas interventor en la sociedad que busca hacer realidad un ámbito mas amplio de
derechos porque ha cambiado su relación con los ciudadanos.

Esto es lo que vamos a ver en esta unidad, primero profundizaremos en la


definición de estado, en sus características, luego seguiremos una evolución
histórica básica y finalmente, profundizaremos en la visión sobre su significado y la
complejidad de su funcionamiento. Para ello, seguiremos de cerca la interesante
bibliografía de ésta unidad, por lo que el módulo nos servirá de guía en éste
recorrido.

Hay una idea que nos tiene que quedar clara para analizar al estado desde la
ciencia política. El estado es la organización de la autoridad, el
establecimiento de una relación política fundamental, es producto de una
visión particular sobre la sociedad y sobre la autoridad. Es difícil acordar una
definición única porque ésta depende de la teoría política adoptada, de la
concepción acerca de la relación estado – sociedad, de cómo entendemos la
influencia del fenómeno estatal. Pero al margen de la definición que adoptemos, el
estado es una institución que establece normas y organiza a la sociedad de
una manera determinada, institución que se basa en el uso monopólico del
poder y se sostiene en un sistema de organizaciones especializadas para
llevar a cabo sus finalidades.

Es decir, el estado organiza a la sociedad mediante el establecimiento de reglas


(llamadas leyes) que se imponen sobre los habitantes de un territorio, y que están
destinadas a mediar en las relaciones sociales conduciéndolas por caminos pacíficos
y predecibles. Pero hay que hacer notar que siempre decimos que el estado
impone un orden, como resultado del uso del poder, de su despliegue en una
amplia y extendida organización que alcanza a todas las relaciones sociales45.
¿Cómo hacer que los hombres sigan unas reglas de comportamiento en sus
relaciones sociales sino es con poder efectivo?

Para comprender esto, veamos una serie de características que están detrás de la
idea de estado.

45
En esta situación se sostuvieron las críticas de algunos sectores anarquistas e izquierdistas para rechazar
al estado como organización posible de la sociedad puesto que alegaban que el estado era un ente
regulador de toda la vida de los hombres, dejando nulos espacios para la libertad o estableciendo un orden
inequitativo.

59
LAS CARACTERISTICAS DEL ESTADO

A) Centralización del poder: las instancias de poder en una sociedad son


absorbidas por el estado por lo tanto, no hay órgano extra estatal que detente
poder. Solo así se puede organizar a una sociedad, establecer un orden.

B) Monopolio de la coacción física legitima: solamente el estado puede ejercer


la fuerza sobre la sociedad de manera legítima. Es el símbolo del poder y la
autoridad y la condición para el establecimiento del orden, pero no es gobierno
despótico, puesto que cuenta con el consentimiento (la legitimidad) de la
sociedad, fundado en alguna razón reconocida.

C) Dominación impersonal: se obedece a un órgano, a una estructura, a un


sistema de autoridad. Rousseau dirá que eso posibilita que el hombre sea libre,
porque no esta dominado por ningún otro hombre, sino que las condiciones son
iguales para todos.

D) Aparato administrativo burocrático: la administración publica que se


organiza en funciones y tareas especializadas al servicio exclusivo del estado.

E) Internalización de una identidad colectiva: el estado representa una


identidad que va mas allá de su autoridad. Los primeros estados se organizaron
en base a una cultura previa, a un sentimiento de nacionalidad común y se
alega el derecho de los pueblos de constituir un gobierno propio. No todos los
estados son naciones, pero todos concluyen construyendo o representando una
identidad propia en la que los ciudadanos se reconocen.

F) Externalización del poder: el poder que detentan los estados no solo es


reconocido internamente y por eso se genera obediencia, también es reconocido
externamente por los demás estados.

A) CENTRALIZACIÓN DEL PODER

El estado no se construye sobre la nada, es una organización social que se


sobrepone a todos los conflictos y los grupos con ambición de poder. Si vemos la
evolución histórica del estado encontramos conflictos permanentemente: el rey
erige su poder a costa de los señores feudales, de los imperios, de otros reyes que
ambicionan su territorio, mas tarde de burgueses que quieren influir en las
decisiones y en las instituciones de gobierno, y así sucesiva y permanentemente. El
estado debe afirmar su “monopolio de la fuerza” sobre ese conjunto social

60
conflictivo. Si lo pensamos bien, el Estado argentino no salió de la nada, fue
resultado de un largo proceso de construcción, signado por luchas políticas, guerras
civiles, acuerdos, rupturas y nuevos acuerdos. Oscar Oszlak lo describe muy bien
en el libro que mencionamos como bibliografía complementaria; mostrando a las
claras que el Estado es tal cuando concentra poderes, cuando logra asumir de una
manera nueva los conflictos que marcan la vida política en el momento fundacional,
cuando logra establecerse una institucionalidad reconocida por los demás actores
en tanto y en cuanto el Estado también los está reconociendo.

Para reflexionar

Si el Estado es el resultado de luchas políticas y consiste en alcanzar


mecanismos que encaucen los conflictos principales, ¿cuáles son los conflictos y
por ende los mecanismos que caracterizaron el proceso en Argentina? Les digo
el mas claro: el poder en manos de las elites políticas y económicas de las
regiones encauzado a través de las instituciones federales: provincias
autónomas, Poder Legislativo con dos Cámaras, y la mas importante de ellas
representando a las provincias.

La particularidad del modelo estatal es que la construcción de este poder no se


hace “en contra” de los otros grupos, al estilo de un botín de guerra o de una
victoria vengativa. El poder estatal se construye integrando a todos las relaciones
políticas en una sola, la estatal; los conflictos no desaparecen sino que se enmarcan
en la nueva organización.

“Desde su pre historia, el estado se presenta claramente como la red de


enlace del conjunto de tales relaciones (hablando conflictos y clivajes
sociales, religiosos, económicos), unificadas en el momento político de la
gestión del poder.46”

El estado puede imponer un orden porque se organiza como instancia superior de la


sociedad, producto de ella, pero con capacidad para mediar en los conflictos
ejerciendo control y autoridad sobre todos los grupos y habitantes. De esta
manera, se constituye en una unidad mas amplia y agregativa que cualquiera de
los grupos existentes.

“La doctrina de los politiques (…) se resume en la necesidad de la unidad del


país, en la observancia del mandato del soberano como ley suprema y en el
reconocimiento del soberano mismo y de su derecho como instancia neutral
opuesta por encima de los partidos y de los súbditos: la única en condiciones
de conservar la paz.47”

46
Pierangelo Schiero, “Estado moderno” en Bobbio y otros, Diccionario de política
47
Op. Cit.

61
Entonces, cuando hablamos de la centralización del poder estamos diciendo: el
estado no es la única instancia de la sociedad que tiene potencialmente el poder,
pero, a través de distintos procesos históricos, el estado ha ido aunando todas
estas instancias hasta ser el único que detenta el poder sobre todos los otros bajo
el principio de la objetivación y la neutralidad de la organización.

Otros modelos de organización de la autoridad

En los prácticos lo vamos a ver puntualmente, pero el texto de G.


O’Donnell nos trae una visión muy particular sobre este tema. O’Donnell
entiende que ésta es la característica central del Estado y que como tal,
la sociedad en la que se constituye el Estado le imprime sus propias
características. El Estado moderno se organiza a la par que se extiende
el capitalismo en todo el mundo, y éste tuvo la capacidad de transformar
absolutamente todas las relaciones sociales y la configuración de la
sociedad y hasta el pensamiento de los intelectuales y fuerzas políticas.
Esta simultaneidad no es una mera coincidencia, es una relación directa,
puesto que el Estado se constituye en un espacio para encauzar los
conflictos del capitalismo, en un espacio que responde a una
determinada configuración social y una determinada relación de clases.
O’Donnell dice que el estado resulta ser el componente político de la
dominación capitalista puesto que realiza las tareas políticas que no
puede realizar el capitalismo en el ámbito privado, esto es, el burgués no
puede establecer el exclusivo dominio de los medios de producción, pero
el Estado si puede (con el orden jurídico y el monopolio de la coacción)
establecer las condiciones (el derecho a la propiedad) que hace posible
este dominio desigual. Esta es una tarea política, que exige justificación
y, según este politólogo argentino, esta justificación esta dada por la
relación de ciudadanía y la creación de la nación como identidad
colectiva, es decir, la justificación es el principio de la igualdad y de un
cuerpo común que supera todas las desigualdades. Es decir, según
O’Donnell el Estado es el componente político de una relación social
desigual, y como tal, se debe al mantenimiento de esa relación social, al
orden establecido. Lo seguimos discutiendo en los prácticos pero les
puedo asegurar que es un texto interesante..

Esta idea de neutralidad constituye uno de los pocos ejes comunes al espectro
político tanto liberal como socialdemócrata, y aunque es foco de las criticas
marxistas, su importancia en la evolución histórica del estado, en el establecimiento
de un orden social y de un universal sistema de garantías es indudable. De allí que
algunos autores caractericen al proceso de instauración del estado a partir de esta
visión técnica.

“Se tiene una visión técnica del poder que, al entenderlo como orden político
externo necesario para garantizar la seguridad y la tranquilidad de los súbitos,
apuntaba expresamente hacia el cumplimiento del proceso de integración y de
reunificación del propio poder en la persona del príncipe, apoyado por un

62
aparato administrador (la organización de los cargos) eficiente y funcional para
los intereses de los estratos sociales cambiantes.”48

B) MONOPOLIO DE LA COACCIÓN FÍSICA LEGITIMA

La más clásica de las definiciones de estado y la que concita mayor acuerdo entre
los politólogos es la de Max Weber49, que dice así:

“Por estado debe entenderse un instituto político de actividad continuada,


cuando y en la medida en que su cuadro administrativo mantenga con éxito
la pretensión al monopolio legítimo de la coacción física para el
mantenimiento del orden vigente.”

Y mas adelante aclara:

“Es de suyo evidente que en las asociaciones políticas no es la coacción física


el único medio administrativo, ni tampoco el normal. Sus dirigentes utilizan
todos los medios posibles para la realización de sus fines. Pero su amenaza y
eventual empleo es ciertamente su medio especifico y, en todas partes, la
ultima ratio cuando los demás medios fracasan.”

Weber está diciendo: el estado es la institución en la sociedad a la que se le acepta


el uso de la fuerza contra los ciudadanos porque tiene una finalidad claramente
establecida (alcanzar el orden) y la estructura necesaria para lograr el objetivo (la
estructura administrativa). Esto es el “monopolio legitimo de la coacción”, la
aceptación del uso exclusivo del poder.

Ejercicio: ¿dónde vemos que el estado ejerce el monopolio de la coacción? ¿dónde vemos
que está faltando? Justicia por mano propia, Colombia, Irak. Hacer ejemplos

Entonces, el estado es primariamente, la forma de organización del poder propia de


la modernidad, porque sin monopolio del poder es imposible establecer un orden.
Pero este monopolio es efectivo porque tiene la capacidad de “obtener obediencia”,
y solo así alcanza los resultados que se propone. Los ciudadanos contribuyen a la
existencia del poder estatal cuando siguen sus directivas (por la sola razón de que
emanan del estado) y solo así puede decirse que el estado estable un orden.

“Debe entenderse por ‘dominación’, de acuerdo con la definición ya dada, la


probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para
mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). No es, por tanto,
toda especie de probabilidad de ejercer ‘poder’ o ‘influjo’ sobre otros
hombres. En el caso concreto de esta dominación (autoridad), en el sentido
indicado, puede descansar en los mas diversos motivos de sumisión: desde
la habituación inconsciente hasta lo que son considerados puramente
racionales con arreglo a fines. Un determinado mínimo de voluntad de

48
Op. Cit.
49
Todas las citas de Weber han sido tomadas de su conocido capítulo “Sociología del Estado”; en
Economía y Sociedad. F.C.E., México, 1996

63
obediencia, o sea de interés (externo o interno) en obedecer, es esencial en
toda relación autentica de autoridad.”

Esto ya lo había dicho Hobbes de otra manera: el Leviatán (el estado) es el único
mecanismo para evitar que los hombres vivamos en el caos total donde ni siquiera
están aseguradas nuestras vidas, por eso obedecemos y respetamos una autoridad
superior. El mecanismo consiste en que todos renunciemos a nuestro derecho a
decidir sobre la vida de los hombres y se lo cedamos al estado soberano; de esta
manera, uno y nadie mas que uno, tiene el poder de decidir sobre la vida y la
muerte de todos50.

Profundizando en los conceptos analizados

Acerca de la soberanía y el monopolio de la coacción.

La idea de soberanía se refiere al exclusivo poder para tomar


decisiones (un poder formal, en el sentido que nadie más que el
soberano tiene derecho a mandar), es esencialmente, un derecho en
manos de la autoridad que le permite mandar.
El monopolio legítimo de la coacción habla del poder efectivo en manos
del Estado y de las características y condiciones que éste tiene. No se
refiere a la potestad de un ente aislado, sino a una relación que se
establece entre la autoridad que toma la decisión y la ciudadanía que
decide obedecer y hace que esa decisión se efectivice. La autoridad
tiene el poder de tomar decisiones porque puede amenazar con el uso
de la fuerza y hasta utilizar la fuerza si es necesario, para hacer que
ésta decisión se cumpla y así, imponer un orden estable y predecible.
Los ciudadanos pueden decidir no obedecer, pero saben que el estado
puede utilizar toda su fuerza en contra de ellos, y que ellos no cuentan
con recursos similares, mientras que pueden obedecer porque
consideran legítimo la posesión de éste monopolio en manos de la
autoridad.

La condición de ineludible de esta centralización del poder en el estado se hace


evidente en situaciones en las que el gobierno no es capaz de hacer valer este
monopolio, esta exclusividad, aunque sea en algún sector de su territorio: ¿qué es
una guerra civil sino el cuestionamiento al monopolio del poder en manos de un
grupo? ¿acaso hay Estado en los territorios dominados por la guerrilla colombiana,
donde el Ejército Nacional no puede entrar simplemente porque hay otra
organización que tiene mas poder, que ordena y obtiene obediencia de parte de la
población del lugar?

50
Fíjese como esta noción es distinta a la de soberanía. La idea de soberanía se refiere al exclusivo poder
para tomar decisiones (un poder formal, en el sentido que nadie más que el soberano tiene derecho a
mandar). El monopolio de la coacción se refiere a que las decisiones adoptadas son efectivas (son
obedecidas) porque se respaldan en la amenaza efectiva del uso de la fuerza. La relación de los conceptos
viene dada por la condición monopólica.

64
Lo dicho hasta aquí podría derivar en la construcción de un estado despótico, o en
la verdadera sumisión de la población a los dictados del estado sino no fuera por los
demás componentes de este modelo estatal. Por un lado vemos que la población
acepta que el estado mande, es decir legitima su autoridad, pero también vemos
que se establecen límites a la autoridad de manera de no caer en un monopolio
personal del gobernante.

Veamos ahora la cuestión de la legitimidad, porque esta en el centro de la noción


de monopolio de la coacción.

Hemos señalado que el dominio del estado no es el del ganador de una batalla (que
alcanza su poder por enfrentarse a otros sectores de la sociedad y tiene la intención
de aniquilarlos o por lo menos de extraerles toda su fuerza) sino que es una
organización que se constituye en instancia superadora de todos los clivajes y
conflictos sociales de manera de poder intermediar y establecer condiciones que
confluyan en un orden determinado51. Si la autoridad puede imponer un orden no
es solamente porque tiene las herramientas para hacerlo (el monopolio de la
coacción, la estructura administrativa), sino también porque la sociedad en su
conjunto acepta que sea el Estado quien las detente. A esa aceptación, que se
transforma en obediencia, se refiere la noción de legitimidad.

Es la justificación de la autoridad, la razón, la creencia personal por la cual


consideramos que es bueno, positivo, o simplemente aceptable que una autoridad
ordene y yo obedezca. Es la respuesta individual y social al por qué de la
obediencia política, respuesta evidentemente fundada en el sistema de creencias:

“Si determinado individuo o grupo se dan cuenta de que el fundamento y los


fines del poder son compatibles o están en armonía con su propio sistema de
creencias y actúan en pro de la conservación de los aspectos básicos de la
vida política, su comportamiento se podrá definir como legitimación.52”

Hasta aquí, no nos referimos a la legitimidad que puede alcanzar un gobernante


particular en un momento dado, sino a la básica legitimidad del modelo estatal
como forma de organización política: ¿creemos que esta es la mejor forma de
organizarnos y por lo tanto aceptamos aquellas condiciones que se derivan de esta
organización? ¿o creemos que el estado es un órgano de sujeción que impone un
orden injusto y que, por lo tanto, debe ser desarticulado?

51
Con esto estamos queriendo decir que el orden que establece el estado no es inocente e imparcial.
Indudablemente responde a la conformación de la sociedad, los intereses e ideas predominantes.
52
Pierangelo Schiero, op. cit.

65
Max Weber señala también que las razones por las cuales obedecemos, es decir, el
tipo de legitimidad, da lugar a distintas formas de dominación, el gobernante es
distinto de acuerdo a los motivos que nos llevan a obedecerlo.

Profundizando en los conceptos analizados

Según la clásica clasificación del sociólogo Max Weber, existen tres tipos puros de
dominación legitima con su propio principio de legitimidad:
Dominación tradicional – legitimidad tradicional: descansa en la creencia cotidiana
en la santidad de las tradiciones que rigieron desde tiempos lejanos y en la legitimidad
de los señalados por esa tradición para ejercer la autoridad (autoridad tradicional). Se
obedece a la persona del señor llamado por la tradición y vinculado por ella (en su
ámbito) por motivos de piedad, en el circulo de lo que es consuetudinario. El soberano
no es un superior, sino un señor personal, su cuadro administrativo no esta constituido
por funcionarios sino por servidores, los dominados no son miembros de la asociación
sino compañeros tradicionales o súbditos. Las relaciones del cuadro administrativo
para con el soberano no se determinan por el deber objetivo del cargo sino por la
fidelidad personal del servidor. No se obedece a disposiciones sino a la persona
llamada por la tradición o por el soberano tradicionalmente determinado, y los
mandatos de esa persona son legítimos de dos maneras:
Dominación carismática – legitimidad carismática: descansa en la entrega
extracotidiana a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de un líder y a las ordenaciones
por el creadas o reveladas (llamada autoridad carismática).
Se obedece al caudillo carismáticamente calificado por razones de confianza personal
en la revelación, heroicidad o ejemplaridad, dentro del circulo en que la fe en su
carisma tiene validez. El reconocimiento al líder no se considera como una relación de
obediencia sino como un deber de los llamados, en méritos de la vocación y de la
corroboración, a reconocer esa cualidad. Este reconocimiento es, psicológicamente,
una entrega puramente personal y llena de fe surgida del entusiasmo o de la indigencia
y la esperanza.El cuadro administrativo es elegido a su vez por cualidades
carismáticas: los discípulos, el séquito, los hombres de confianza.
Dominación racional – legitimidad legal: descansa en la creencia en la legalidad de
ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas
ordenaciones a ejercer la autoridad (autoridad legal).
Se obedecen las ordenaciones impersonales y objetivas legalmente estatuidas y las
personas por ellas designadas, en mérito de la legalidad formal de sus disposiciones
dentro del circulo de su competencia. A este tipo de legitimación se relacionan algunas
ideas:

 Que todo derecho puede ser estatuido de modo racional con la pretensión de ser
respetado, por lo menos, por los miembros de la asociación.
 Que todo derecho según su esencia es un cosmos de reglas abstractas, por lo
general estatuidas intencionalmente, que la judicatura implica la aplicación de esas
reglas al caso concreto, y que la administración supone el cuidado racional de los
intereses previstos por las ordenaciones, dentro de los limites de las normas jurídicas.

 Que el soberano, en tanto que ordena y manda, obedece, por su parte, al orden
impersonal por el que orienta sus disposiciones.
 Que el que obedece solo lo hace en cuanto miembro de la asociación y solo
obedece “al derecho”.
 Domina la idea de que los miembros de la asociación, en tanto que obedecen al
soberano, no lo hacen por atención a su persona, sino que obedecen a aquel modo

66
impersonal, y que solo están obligados a la obediencia dentro de la competencia
limitada, racional y objetiva, a el otorgada por dicho orden.

Por su parte, la estructura administrativa consiste en un cuadro profesional, que se rige


por reglas preestablecidas y hace realidad los ordenamientos estatuidos, es decir, un
órgano racional.

C) DOMINACIÓN IMPERSONAL

Hasta aquí tenemos que el estado moderno es resultado de un proceso constante


de centralización monopólica del poder, territorializado y nos falta mencionar su
carácter impersonal. Este rasgo supone que el estado no es un rey, un gabinete o
un gobernante en particular, es una estructura que se mantiene en el tiempo y que
supera a los hombres. El poder estatal no significa el monopolio de la coacción en
manos de una persona (el gobernante) sobre otras (el pueblo) porque este poder
se ha objetivado y se establecen criterios y normas generales sobre toda la
población y sobre el mismo gobernante. También significa que el gobernante no
ejerce su poder subjetivamente, como durante el absolutismo, donde el ejercicio de
la autoridad era sinónimo de los caprichos, deseos, puntos de vista, prejuicios,
virtudes y defectos personales del rey. En cambio en el Estado moderno, las
subjetividades se encuentran atravesadas por una serie de mecanismos
institucionales proclives a asegurar que el gobernante se encuentre al servicio de
los fines del Estado y de la sociedad (en términos de orden y estabilidad).

La “impersonalidad” del poder también ha sido un proceso paulatino y podría


describírselo paso a paso porque cada expansión o reforma del sistema estatal
incorpora nuevas modalidades de impersonalidad. Pero, por ahora, solo vamos a
ver sus rasgos principales.

Escuchamos habitualmente que lo que gobierna, o mejor dicho, lo que los


ciudadanos obedecen es a la ley (y no al gobernante en persona), ¿qué es la ley
sino un elemento objetivo y general para establecer obligaciones con criterios
impersonales y bajo modalidades impersonales? La ley es el criterio general que se
aplica de modo jurídico formal al caso particular evitando que el caso particular sea
resuelto según criterios individuales y subjetivos.

La ley es la herramienta de estabilidad, de objetividad, la forma neutral de imponer


un orden a la sociedad. De esta manera el ciudadano no está dominado por otros
hombres, sino sujeto a la ley, igual que el gobernante. Hasta tal punto es
importante este aspecto en la conformación estatal que se incorpora como parte
sustancial de su definición el principio de legalidad.

67
“Se entiende por principio de legalidad el principio de acuerdo al cual todos
los órganos del estado, o sea todos los órganos que ejercen un poder
publico, se considera que actúan dentro del ámbito de las leyes, salvo en
casos excepcionales establecidos expresamente, y legalizados también por el
hecho mismo de haberse establecido expresamente. El principio de legalidad
tolera el ejercicio discrecional del poder, pero excluye el ejercicio arbitrario,
cuando por ejercicio arbitrario se entiende un acto realizado de acuerdo con
un juicio exclusivamente personal de la situación.53”

El criterio de legalidad es el aspecto mas moderno de los hasta aquí abordados:


distingue al estado absolutista de los posteriores. El único límite que encontraba el
Estado Absolutista era la voluntad personal del rey, lo que lo convertía en algo
bastante caprichoso, arbitrario e inestable y sobre todo, en una amenaza constante
para los ciudadanos que no sabían que podían esperar de su gobernante. El criterio
de gobierno de la ley cambia esta situación: el gobernante no puede actuar
caprichosamente sino que debe limitarse a lo que la ley le permite y sobre todo
debe hacer lo que la ley le obliga.

Desde el Estado Liberal, la forma de autoridad se caracteriza por actuar legalmente


en dos sentidos: por un lado debe ejecutar la ley, es decir que se encuentra
limitado por la ley; por otro lado, debe hacer leyes, es decir que debe actuar por
intermedio de la ley. La noción de Estado de Derecho hace referencia a esta
subordinación a la ley, al gobierno como orden jurídico único y coherente.

No nos olvidemos que este es un aspecto importante del pensamiento liberal en un


doble sentido: el poder del Estado debe estar limitado porque de otra forma invade
fácilmente lo privado (impidiendo la individual búsqueda del propio interés) y en su
segundo sentido, la ley está para marcarle una orientación a la autoridad,
consistente en la protección de los derechos individuales, anteriores a las
prerrogativas del gobernante. Este es el Estado garantista al que se refiere Sartori:
el Estado al servicio de los derechos del hombre, no como una mas de sus
funciones, sino como la principal de ellas, su razón de ser54.

Otro elemento trascendente que hace a la impersonalidad de poder estatal es la


división de poderes. Es necesario distinguir la división de poderes de la mera
división de funciones, porque la segunda es posible encontrarla en distintas formas
de organización política, pero la primera caracteriza al modo estatal de la
modernidad.

53
Pierangelo Schiero, op. cit.
54
De hecho, si recordamos a Locke, los hombres no necesitan del gobernante para establecer un orden,
porque la sociedad misma, a través de la competencia y del trabajo, ya organiza una relación pacífica y
fructífera; el Estado es necesario solamente para garantizar que las reglas de ese orden se cumplan
efectivamente de manera duradera.

68
La división de funciones se refiere a que, las distintas tareas del estado son
realizadas por diversos organismos o personas en vez de por uno solo. Así, el
mismo Estado Absolutista contaba con un sistema judicial y hasta con un
parlamento, con funciones específicas. Aunque el rey absoluto contaba con la
última palabra en todos los casos, los jueces arbitraban en los conflictos y los
parlamentarios hacían escuchar su voz en algunas cuestiones de estado. Es decir,
se repartían el trabajo pero el poder estaba en una sola mano, en el gran decidor
de todas las cuestiones. En cambio, la división de poderes hace referencia al control
del poder por medio de un contrapoder.

Pero es en la teoría donde lo vemos aún mas claro. Cuando Locke habla de división
de poderes señala que uno de ellos tiene que ejercer la justicia y el otro tiene que
legislar y gobernar, pero allí acaba toda distinción. En cambio, Montesquieu, quien
hace famosa la teoría de la división de poderes, agrega al clásico reparto de tareas
la noción de peso y contrapeso de poderes. Cada organismo del Estado debe
cumplir su misión, pero además debe controlar a los demás poderes.

El Estado se encuentra así limitado en dos sentidos: verticalmente se encuentra


impedido por el marco legal – formal; horizontalmente encuentra el permanente
control de los otros poderes que conforman el Estado. Veamos un ejemplo: el Poder
Legislativo tiene la función de dictar la ley, aunque no puede hacerlo solo porque
para que una ley sea válida tiene que estar refrendada por el Poder Ejecutivo. A su
vez, el Judicial puede declarar que una ley vigente es inconstitucional, y de esa
manera controla que los demás poderes no se excedan en sus funciones actuando
discrecionalmente. El Poder Ejecutivo tiene una función amplia y poderosa, como es
gobernar, pero el legislativo tiene poder para controlar políticamente cada una de
sus acciones, y hasta enjuiciarlo si es necesario. Y así se continúa el sistema de
pesos y contrapesos, no sólo división de funciones sino también distribución del
poder para que ninguno de ellos sobrepase al resto y gobierne sin control55.

Para tener la capacidad de ejercer el control sobre los otros poderes el organismo
en cuestión debe ser necesariamente independiente: cada poder tiene su origen y
fuente de legitimidad propia y su instrumento de protección frente al poder de los
demás poderes. Esta fuente de legitimidad propia depende de la organización que
se dé cada gobierno; por ejemplo, en el sistema presidencialista, el Poder
Legislativo tiene poder propio para enjuiciar al Ejecutivo si es necesario porque lo
respalda su origen, la elección popular, es decir, es un poder plenamente

55
Para mayores precisiones ver Montesquieu, El Espíritu de las Leyes, o cualquier manual de derecho
constitucional.

69
representativo; pero no es un poder exclusivo porque al Poder Ejecutivo también lo
respalda el mismo origen y de una manera autónoma, en elecciones diferentes. En
cambio el Poder Judicial no puede alegar representatividad, porque su origen reside
en un acuerdo entre el Poder Ejecutivo y el Senado por eso para constituir su
independencia se refuerza el mecanismo con la estabilidad en el mando. Para
resaltar esta cuestión creo que muy bien vale bajar a la realidad: los argentinos
sabemos muy bien las complicaciones y debilidades devenidas de un Poder Judicial
poco independiente y sabemos muy bien lo importante que resulta el mecanismo de
selección de los jueces para afectar esa independencia.

D) APARATO ADMINISTRATIVO BUROCRÁTICO

Max Weber señaló que la burocracia es propia de cualquier tipo de organización


moderna, tanto pública como privada, porque se correspondía con el aumento de la
complejidad de tareas y del horizonte que abarca una organización racional
moderna y también predijo que los planteles administrativos serían cada vez
mayores en todo el mundo, que las estructuras burocráticas tendrían cada vez
mayor importancia y estarían cada más tecnificadas.

Pero, ¿qué es la burocracia? Es el aparato administrativo que tiene cualquier


organización, es el cuerpo de personal que, por profesión, conoce y aplica los
ordenamientos estatuidos a la actividad cotidiana de la organización, logrando que
ésta funcione y exista en los hechos en todo su ámbito de actuación.

Ahora bien, lo interesante del enfoque weberiano reside en atribuir a la


organización burocrática lo distintivo del Estado moderno. Es decir, estamos frente
a un Estado cuando éste posee una estructura burocrática racionalmente
organizada y que se constituyen en estructuras de apoyo para la acción del
gobernante, es decir hacen realidad el poder estatal, dispersan su presencia en
todos los rincones del territorio.

Pero no se trata de cualquier organización administrativa, se trata de estructuras


jerarquizadas en forma de pirámide, con relaciones de mando y funciones
estrictamente establecidas, guiadas por procedimientos predeterminados, rígidos y
técnicamente específicos, es decir, estructuras racionales.

“La totalidad del cuadro administrativo se compone, en el tipo mas puro, de


funcionarios individuales, los cuales:
1) personalmente libres, se deben solo a los deberes objetivos de su cargo;

70
2) en jerarquía administrativa rigurosa;
3) con competencias rigurosamente fijadas;
4) en virtud de un contrato, o sea (en principio) sobre la base de libre
selección según calificación profesional;
5) son retribuidos en dinero con sueldos fijos, con derecho a pensión las
mas de las veces, son revocables siempre a instancia del propio funcionario
y en ciertas circunstancias también pueden ser revocadas por parte de quien
manda, su retribución está graduada primeramente en relación con el rango
jerárquico, luego según la responsabilidad del cargo y, en general, según el
principio del “decoro estamental”;
6) ejercen el cargo como su única o principal profesión;
7) tienen ante sí una carrera, o perspectiva de ascensos y avances por años
de ejercicio, o por servicios o por ambas cosas, según juicio de sus
superiores;
8) trabajan con completa separación de los medios administrativos y sin
apropiación del cargo y
9) están sometidos a una rigurosa disciplina y vigilancia administrativa.”56

Este carácter técnico y de apoyo que caracteriza a la burocracia le permite existir al


estado, mas allá de los hombres que constituyan el gobierno, es decir, le da
continuidad, objetividad y estabilidad.

En la actualidad, después de décadas en las que las características del estado se


mantuvieron mas o menos estables, la administración vuelve a ser objeto central
de las miradas puesto que se la considera el factor principal para el logro de las
metas que se propone el estado. Desde distintos sectores se entiende que el
funcionamiento de la burocracia está resultando una traba para la eficacia del
estado, para alcanzar resultados positivos en términos de impacto sobre la vida de
los habitantes. Por esto es que la llamada “nueva gerencia pública” apunta
precisamente a cambiar la modalidad de actuación de la burocracia, actualizando
por ejemplo, los criterios de profesionalización y estructura vertical que nos
señalaba Weber a fines del siglo XIX o trayéndolos a la luz nuevamente cuando
parecen ser necesarios. Sobre éstos temas avanzaremos en un apartado posterior
de ésta unidad.

Pensando los conceptos

Weber dice que los Estados tienen una estructura burocrática profesional como
personal administrativo, y que es profesional porque está rígidamente organizada y
compuesta por personal especializado técnicamente. Weber escribió en Alemania
a fines del siglo XIX y principios del XX. ¿En qué medida podemos decir que los
Estados latinoamericanos cumplen con esta características de los estados
modernos?¿El ingreso a la administración pública está basado en parámetros
técnicos y profesionales o cuáles han sido los principales criterios de selección de
personal? ¿Está organizada en estructuras piramidales con funciones claramente
diferenciables cada organización?

56
Max Weber; Tipos de dominación, en Economía y Sociedad

71
E) INTERNALIZACIÓN DE UNA IDENTIDAD COLECTIVA

El Estado cumple una función simbólica importante que se considera una mas de
sus características constitutivas, referida a la representación y construcción de una
identidad colectiva entre la población de su territorio. Como lo dice Oscar Oszlak,
esta tarea simbólica por un lado brinda un mecanismo ideológico de control y, por
otro lado, facilita la comunicación entre la gente creando un marco común de
referencia.

El aspecto mas conocido de esta función simbólica del estado está dada por el
llamado principio de la nacionalidades y el derecho a la autodeterminación, que es
un principio relativamente nuevo.

Cuando surge el Estado moderno el concepto de nación era casi desconocido pero
sirvió como un elemento legitimador de los nacientes estados, a tal punto que
Maquiavelo insistía que Italia debía organizarse entera bajo un mismo estado como
lo estaban haciendo Inglaterra, España y Francia, acompañando la historia, cultura
e idioma que los identificaba. De allí que normalmente asociemos Estado y Nación,
simplemente porque el estado moderno nació como Estado-nación, pero hay que
hacer notar que la evolución posterior nos muestra que han sido mas los estados
que se constituyeron y a partir de allí construyeron una identidad nacional común.

Nuestros propios estados americanos son ejemplo de ello. ¿Acaso las guerras de
independencia alegaban un principio nacional? ¿acaso “Argentina” existía como tal
en la identidad de “los argentinos”? Hay quienes dicen que nos reconocíamos
“rioplatenses” o “latinoamericanos” pero la definición de nuestro territorio fue
resultado de factores estratégicos y políticos antes que culturales o nacionales. Y
está claro que nuestro territorio tampoco es resultado de una identidad cultural
estrictamente hablando.

Si hoy tenemos una identidad nacional fue precisamente porque el Estado se ocupó
de “construir” la nación. Sarmiento lo consideró una tarea estratégica e ineludible,
porque entendía que la falta de identidad común entre los habitantes
(especialmente aquellos habitantes nuevos, inmigrantes, con culturas diferentes
alejadas de nuestro territorio) le restaba fortaleza al Estado y sería un obstáculo
para el desarrollo. Pero además definió las políticas que serían necesarias de llevar
a cabo para “desarrollar la identidad nacional”: educación universal para niños y

72
jóvenes, difusión de un idioma oficial común y la vigencia del estado en todo el
territorio.

El principio antes aludido del derecho a la autodeterminación nacional fue producto


de acontecimientos posteriores. La Primera Guerra Mundial, con la resultante
desarticulación de los imperios coloniales, dio paso a las corrientes nacionalistas
que alegaban este derecho de los pueblos a establecer un estado independiente. El
siglo XX es el siglo de los estados nacionales, puesto que numerosos estados se
constituyeron alegando este principio, luego de guerras, conflictos políticos o
armados.

“El principio de las nacionalidades consagra, teóricamente, el derecho de toda


nación cultural, de toda nacionalidad, a dotarse de una organización política
propia. Este principio se fundamenta en un hecho “objetivo”, la existencia de
una nación, estableciendo con ello una diferenciación significativa con el
posterior derecho de autodeterminación que tenderá a defender las mismas
metas, posibilidad de secesión de un territorio hasta entonces integrado en un
Estado para la creación de uno nuevo, sobre un fundamento subjetivo como es
la voluntad de los habitantes del territorio en cuestión.”57

Asimismo, desde las últimas décadas del siglo y lo que hemos recorrido hasta aquí,
nos muestra un panorama distinto. Por un lado tenemos que muchos estados
soportan fuertes presiones nacionalistas o regionalistas (que alegan ser nación) que
ponen a prueba esta capacidad estatal de crear y sostener una identidad común.
Algunos estados como la vieja Yugoslavia, han fracasado en el intento, otros, como
España, han debido adecuar su organización para brindar mayor autonomía política
a sus regiones-nación. Pero, como contrapartida, encontramos tendencias opuestas
que debilitan la constitución de la nacionalidad. Hoy hablamos de una única cultura
global, de la homogeneización de la cultura y hasta del idioma producto de la
globalización y sus consecuencias en todos los ámbitos. La nación entonces, deja de
ser el eje de identidad de los países, pero el Estado no puede abandonar la tarea de
construir y mantener una identidad colectiva.

F) EXTERNALIZACIÓN DEL PODER

Decimos que el estado es soberano porque nadie mas ejerce el poder internamente
o sea que detenta el monopolio legítimo del poder dentro de su territorio, pero para
que esta facultad no se vea amenazada requiere ser reconocida por los poderes y
Estados que se constituyen por fuera de su territorio. A esto se refiere esta

57
Andrés de Blas y Ramón García Cotarelo, Teoría del Estado, citado en Román Castro, Temas Clave de
Ciencia Política, Gestión 2000, Madrid, pag 69

73
característica de externalización del poder estatal, un Estado existe cuando obtiene
el reconocimiento como tal por los otros Estados del mundo y esto significa que los
demás Estados limitan su poder a ejercerlo en los límites territoriales de cada uno.

Este principio básico para las relaciones internacionales no siempre ha sido


respetado a lo largo de la historia y constituye un aspecto cuestionado actualmente
de diversas maneras y en proceso de transformación. Cada vez en mayor medida
esta potestad está siendo cuestionada sobre todo por las organizaciones
internacionales y las grandes empresas trasnacionales quienes por medios formales
e informales, pública u ocultamente, por mecanismos consensuados o impuestos
influyen en las decisiones del estado. Las políticas económicas, el derecho vigente,
el comportamiento de la justicia, las políticas culturales, el desarrollo de los
territorios locales, la vigencia de procedimientos democráticos y principios de
política liberal, las políticas frente a la violencia, etc, son hoy materia de discusión
internacional y resultado de consensos, presiones, amenazas y hasta intercambios
políticos a nivel internacional.

Algunos analistas han llegado a señalar que esto llevará a la desaparición del
Estado como forma de organización puesto que su poder se encuentra seriamente
cuestionado en la práctica. ¿Se desarticulará el estado tal como lo entendemos
hoy? ¿Podrá convivir el Estado nacional con un gobierno mundial? ¿Estaremos en
los inicios de una era de gobierno mundial o de qué forma de autoridad? Este
resulta ser un interesante ejercicio, casi profético por cierto, que podríamos discutir
en el foro, ¿no les parece?.

74
La evolución histórica del Estado.

La intención de esta parte de la unidad no es hacer un recorrido histórico sino dejar


en claro la idea de Estado de una manera práctica y mostrar como lo que
denominamos el “fenómeno estatal” está en constante movimiento impulsado por
los conflictos sociales predominantes y los principios legitimantes que le van dando
forma. El estado es una construcción social y como tal responde a determinados
principios, determinados desafíos y hasta determinadas estrategias de políticas
definidas por la relación entre los actores políticos de cada momento.

Siglo hacia el Siglo Fines siglo


Siglo XV Siglo XX
XIII XVIII XX

ESTADO ESTADO DE ¿CRISIS DEL


Transición ESTADO LIBERAL
ABSOLUTISTA BIENESTAR EB?

Del Resuelve Resuelve Busca expansión Difusión de


feudalismo policentrismo y concentración y económica y políticas
al estado establece discrecionalidad disminuir la neoliberales
moderno normas estables del poder en brecha social.
que permiten la nombre de los
Expansión de lo
expansión del derechos
estatal.
comercio individuales.
Políticas definidas
Expansión de lo entre estado,
privado empresarios y
sindicatos.

Participación
Rey apoyado por Democracia de
política creciente
burguesía masas.
de la burguesía

Asimismo, el presente módulo tratará de constituirse en guía de lectura de la


bibliografía de la materia, más que en un desarrollo de conceptos y procesos allí ya
definidos.

Con esa idea definiremos como Estado Absolutista al existente hacia los siglos XIV
– XV, resultado de la desestructuración del mundo feudal y caracterizado por la
concentración del poder en la persona del rey, la institucionalización del territorio y
la organización de un sistema administrativo profesional (administración de justicia,

75
recaudadores de impuestos y ejército, principalmente), conjunto de características
que le dio estabilidad y cierta predecibilidad institucional. A partir de ellas el rey
legitima la posesión del monopolio de la fuerza en manos de la autoridad, y
centraliza tareas como la emisión de monedas y la seguridad interior, estableciendo
un orden jurídico único y un sistema centralizado de impuestos para sostener toda
la estructura profesional administrativa.

Con el paso de los años y la expansión de la burguesía, llegaron las críticas a la


concentración de poder en manos de una persona que caracteriza al absolutismo.
La creciente implantación del capitalismo requería un orden mas estable y menos
arbitrario para afirmar la expansión; a su vez, la burguesía presionaba por
participación y por una apertura del régimen que contribuyera a controlar el
ejercicio del poder y así, evitar la creciente amenaza a los derechos individuales58.
Luego de la Independencia Norteamericana, las dos Revoluciones Inglesas y la
Revolución Francesa, se abre paso al desarrollo liberal de este modelo de Estado,
etapa conocida como Estado Liberal.

Y ponemos el énfasis en que se trata de una profundización del modelo, puesto que
encontramos las mismas características que en la etapa anterior con la importante
reforma institucional tendiente a ejercer control sobre el uso del poder y establecer
un modo impersonal en el ejercicio de la autoridad. Es decir, a la concentración
institucional del poder, al monopolio de la coacción, a la legitimidad legal, a las
funciones esencial de brindar seguridad y establecer condiciones indispensables
para el orden social y el desempeño económico, el Estado liberal le agrega la
conformación como Estado de Derecho. Es decir, le agrega la subordinación del
poder al poder del orden jurídico establecido, la independencia de poder, el control
del poder, en fin, lo que hemos caracterizado como impersonalidad del poder y
engranaje institucional para garantizar la vigencia de derechos individuales. La
importancia de éstas reformas lleva a afirmar que recién aquí tenemos un modelo
acabado de lo que llamamos “Estado Moderno”.

En cuanto a las políticas que se consideraban indelegables en esta etapa, vigilancia


del orden interno, defensa frente a la amenaza externa, establecer condiciones para
el despliegue del capitalismo industrial (moneda, comercio, propiedad,
previsibilidad impositiva, obras de infraestructura como caminos, puentes, vías de
ferrocarril), nos dibujan lo que conocemos como Estado Mínimo.

58
Los argumentos liberales contra el poder político ilimitado se encuentran desarrollados en el módulo de
la Unidad I, así como en la bibliografía de dicha unidad.

76
Un segundo espacio de especiales transformaciones entre el absolutismo y las
etapas posteriores está constituido por el parlamento; originalmente era un espacio
de consulta para el rey integrado por miembros de la nobleza, es decir, un ámbito
exclusivo y con nulo poder. Posteriormente fue: a) asumiendo mayor poder;
aprobando leyes, controlando al rey ya sea obstaculizando acciones del Ejecutivo o
imponiendo políticas determinadas; b) integrándose a partir de mecanismos
participativos cada vez mas representativos, esto es, elecciones cada vez mas
populares, siguiendo la evolución del derecho al voto. De esta manera el
Parlamento fue el protagonista del Estado Liberal, puesto que allí se encontraban
las instituciones de control al gobernante.

Estado
Estado Liberal Estado de Bienestar
Absolutista

Antecedentes desde
Siglos XVIII –
Época Siglos XV - XVII 1880, apogeo hacia
principios del XX
1930

Centralizado, Centralizado, Centralizado,


Forma de poder concentrado y desconcentrado e desconcentrado e
personalizado impersonal impersonal

Crecimiento,
Seguridad y Seguridad y
Fines políticos integración social,
estabilidad libertad
igualdad.

Gobernantes y
Gobernantes y ciudadanos.
Relación política Gobernantes y
ciudadanos. Estado partícipe en la
fundamental súbditos
Estado garantista. resolución de
conflictos.
Modelo Estado mínimo
Mercantilismo Políticas keynesianas
económico liberal

Funciones Seguridad y Seguridad social y


Seguridad y justicia
asumidas justicia desarrollo económico

Administración
Ejército, policía,
Estructuras Parlamentarización pública, empresas
jueces,
características del estado. públicas, negociación
impuestos
colectiva
Crisis fiscal del estado.
Arbitrariedad y Cuestión social Crisis de
Críticas y crisis extralimitación Sufragio universal gobernabilidad.
del poder Guerras mundiales Políticas
“paternalistas”

Expansión de la Movimientos Crisis económica


Cuestiones que
burguesía y del sociales y partidos Nuevas relaciones
desestabilizaron
capitalismo de masa laborales y sociales

77
Asimismo, con el paulatino reconocimiento del sufragio universal, primero
masculino y mas tardíamente femenino, se produjo una transformación importante
en el régimen al incorporarse a los sectores pobres en la plenitud de sus derechos
políticos. Como señala Isuani, esto significó un cambio significativo en los principios
legitimadores del Estado, puesto que si antes la existencia del Estado se justificaba
por la imposición de un orden que permitiera el desarrollo del capitalismo, ahora
debía dar cuenta de las necesidades y demandas de los sectores víctimas de la
transformación económica, es decir, si quería ganar las elecciones no podía seguir
siendo indiferente a la cuestión social. Esta, entre otras razones, y como lo señala
la bibliografía, dio lugar al establecimiento del llamado Estado de Bienestar.

Hacia finales del siglo XIX y principios del XX el Estado liberal se había
transformado y se encontraba en crisis. Lo cerrado de su estructura y lo limitado de
sus funciones no se acomodaban muy bien a la emergencia de las masas, al
creciente poderío de las organizaciones sociales y al sufragio universal. ¿Acaso un
Estado mínimo podía responder en igual medida a los reclamos de la poderosa clase
obrera que ahora tenía participación mayoritaria en las elecciones? Ciertamente no.

Lo que se conoce como Estado de Bienestar es entonces, un estado que adopta una
actitud diferente frente a los problemas de la sociedad, estableciendo así, un nuevo
principio legitimador. Si el EL establecía una tajante separación entre las tareas de
la autoridad y las tareas de la sociedad, el EB entiende que debe actuar
directamente en aquellas cuestiones en las que el mercado no da buenos resultados
por si mismo, esto es fundamentalmente en el bienestar y la seguridad social de los
ciudadanos así como en el desarrollo económico cuando resulta necesario. Es decir,
el EB rompe la barrera que el liberalismo había planteado entre el Estado y la
Sociedad, pero esta intervención se asienta sobre las bases y principios de
legitimidad estatal universalmente reconocidos: la limitación del poder, la garantía
a los derechos individuales. Es el mismo Estado con funciones ampliadas; el poder
del estado se encuentra igual de controlado y constreñido que en el EL, las
instituciones de control son las mismas y la función esencial sigue siendo establecer
las garantías requeridas por el respeto a los derechos individuales. Sólo que ahora
se entiende que los derechos válidos son mucho mas que los “derechos del hombre
y el ciudadano” entendidos en un sentido restrictivo, son los derechos de los
hombres actuando en sociedad, como grupos, como trabajadores, como nación, son
los hombres en su igualdad, pero también en la identidad particular que le dan
determinados caracteres como la niñez, el sexo, la raza; en fin, todo lo que

78
conocemos como “derechos sociales”. Entonces, se amplía el ámbito de garantía a
los derechos, pero también se cambia el rol del estado: ahora actúa en pos de la
realización de esos derechos, interviniendo para modificar la realidad social, y no
tan solo para garantizar el reconocimiento de derechos (¿se acuerdan la discusión
sobre la libertad positiva y la libertad negativa, entre la libertad de y la libertad
para?).

Dicen autores como Klauss Offe que el EB es un estado de conciliación de clases,


puesto que postula un nuevo modelo de relación entre las clases sociales (ricos,
clase media y pobres), donde el estado adquiere un rol de mediador (conciliador)
entre los inevitables conflictos que se presentan por la distribución de los recursos,
propagando una visión de Estado como instancia neutral. En ese marco, las
políticas típicas del EB se ven destacadas como espacios de participación y
armonización aparente de intereses, mas que por sus efectivos impactos
económicos. Entonces, si el EB es una respuesta a la creciente participación popular
(vía sufragio universal) y a la creciente conflictividad social (vía organizaciones
sindicales y movimientos populares), sus medidas deben ser analizadas como
respuestas a acuerdos corporativos y como canales de conciliación de clases.

Esta creciente participación por distintas vías, por un lado sufragio universal,
partidos de masas, parlamentos representativos; por otro lado, reconocimiento del
rol de los sindicatos, asociaciones de empresarios, grupos de interés de diverso
tipo; sumado a los nuevos fines sociales asumidos por la política, lleva a señalar al
EB como un Estado de democracia de masas, aunque ésta no es una definición que
abarque a la totalidad de características de éste modelo.

De la mano de éstos objetivos y finalidades estatales, un rasgo saliente del EB fue


la constante expansión de su organización administrativa, la burocracia puesta a
disposición de la intervención en la sociedad, de la participación de masas y
corporaciones, de la seguridad social y de los derechos sociales. Expansión que
quedaba “disimulada” en épocas de bonanza pero que cuando llegaron las épocas
de “vacas flacas” constituyó una pesada carga para el Estado y las economías
nacionales, trayendo aparejado no solo problemas económicos sino también
políticos fundamentales.

El EB sostuvo su legitimidad en el hecho de satisfacer las demandas y de brindar


servicios concretos que apunten al logro del bienestar general, por lo que la eficacia
de las políticas era el eje del sostenimiento de ésta legitimidad, y la eficiencia se

79
volvió un aspecto crítico cuando las fuentes de financiamiento se fueron
estrechando59.

Si el extenso aparato estatal y las políticas redistributivas se sostienen con


impuestos, el componente de la legitimidad y de los resultados se torna
trascendente puesto que si no se observan resultados en torno al logro de la paz
social, el progreso económico, el bienestar general y encima se aumentan
constantemente los impuestos para financiar al estado, la amenaza de una
“rebelión fiscal” se torna cada vez mas cierta.

Hacia mediados de los años setenta se desata una crisis económica global que
atacó la solvencia fiscal del EB, dando pie a todos aquellos que, por diversos
motivos, criticaban los fundamentos del EB.

En ese marco, el neoliberalismo critica al EB señalando que:


- su sistema impositivo bloquea el crecimiento económico y genera
condiciones antieconómicas con su red de subsidios que desplazan los
incentivos a invertir y trabajar;
- el estado era improductivo, porque no generaba desarrollo económico y
sus políticas eran ineficaces e ineficientes;
- el sistema de seguridad social inhibe la iniciativa individual e impide a los
ciudadanos desarrollar sus capacidades personales. Llamaron al EB
“estado paternalista” porque trataba como hijos a los individuos en vez
de considerarlos hombres adultos en el goce pleno de sus derechos.

Asimismo, se expandió la visión de que el EB generaba situaciones de


ingobernabilidad como resultado del aumento de las demandas provenientes de
diversos sectores que no encuentra respuesta en el estado, por ineficacia y falta de
recursos. Es un problema político puesto que el EB, recordemos, buscaba
recepcionar las demandas mas heterogéneas y aumentar la participación
democrática de los diversos sectores; pero, ¿qué pasa cuando como consecuencia
de esta participación se da lugar a demandas e intereses contradictorios entre sí?
¿cómo hace el estado para responder a todos a la vez? O simplemente, ¿cómo hace
para responder toda una serie de nuevas demandas provenientes de sectores antes
inexistentes producto de la diversidad social, de los cambios en la economía, el
trabajo, la cultura y la sociedad toda? Es un problema de “sobrecarga del estado”,

59
La eficacia se refiere al cumplimiento de los objetivos propuestos, la eficiencia se refiere a la relación
costo – resultado. Es posible ser eficaz sin ser eficiente, por ejemplo cuando efectivamente se asiste a la
población con necesidades alimentarias, se le da de comer, pero el costo de este servicio es tan alto que no
es eficiente.

80
puesto que nos encontramos con mayores demandas desde distintos grupos a los
que me veo obligado a responder puesto que tengo compromisos políticos con
todos los sectores (al menos desde el principio de legitimidad del modelo estatal);
en consecuencia, el estado es menos eficaz.

Lo cierto es que, a partir de los setenta, impulsado por la crisis económica mundial,
las críticas hacia el EB encontraron terreno fértil e incluso se desplegaron en
diversos países políticas de desmantelamiento del EB de la mano de la creciente
influencia de políticas neoliberales. Aún así, no puede decirse que nos encontremos
frente a un nuevo estado mínimo puesto que en la mayoría de los países el modelo
del EB sigue vigente aunque con algunas restricciones o modificaciones.

Como señala Esping Anderesen, el EB en las distintas modalidades con las que se
implantó en los países centrales, basó su asistencia en la extensión del empleo y la
familia con un jefe de familia asalariado. En cambio, en las últimas décadas se
expandió el trabajo precario, el desempleo y familias con dos asalariados, mujeres
que trabajan, jóvenes que no consiguen trabajo, jubilados que viven cada vez mas
años, es decir, las bases del EB se enfrenta a nuevos desafíos. Pero, como señala
Klaus Offe, no es previsible una desarticulación plena del EB puesto que las
demandas por seguridad social siguen vigentes y no existen alternativas efectivas
al EB ya significa la única respuesta que ha dado el capitalismo a la necesidad de
legitimación del estado y conciliar los conflictos de clases.

Como puede verse, no hemos hablado en este punto de las políticas económicas del
EB, y esto por razones muy precisas. Una es que éstas son muy conocidas y hasta
ustedes las analizan en otras materias casi junto con nosotros, y esa popularidad
deja al EB en su mínima expresión, ocultando su mas pleno significado. Otra razón
fundamental es que, como lo fundamenta claramente el texto de Isuani, el EB es
algo diferente de las políticas keynesianas y no pueden confundirse. Esta distinción
nos permite entender porque, aún frente al achique del estado y las políticas
liberales, podemos seguir hablando de la existencia de un EB real en gran parte del
mundo.

81
GUÍA DE LECTURA

Lectura obligatoria: EL ESTADO (por Abal Medina y Barroetaveña) en


“Introducción a la ciencia política”

1) ¿A que se referirá Oszlak con las cuatro capacidades y condiciones que señala para la
existencia del estado? Ejemplifiquemos y comparemos con las características señaladas
en el módulo.
2) De la clásica definición de Weber rescatar los elementos principales y justificarlos.
3) En el proceso de formación de los estados absolutistas, ¿cómo influyeron los intereses y
actividades económicas?¿cuál fue el rol de la política en este contexto?
4) ¿Por qué se asocia estado absolutista con “concentración del poder”?
5) ¿Cuál es la fundamentación del estado absolutista que presenta Hobbes? ¿Por qué se dice
que es diferente al principio del origen divino?¿Por qué Hobbes establece la ficción del
contrato? ¿qué significa éste?
6) ¿Qué crítica puede hacérsele al estado absolutista? O mejor dicho, a la luz de la evolución
posterior, ¿qué defectos tenía esta forma estatal?
7) ¿En qué consisten las “contradicciones” entre estado absolutista y los intereses de la
burguesía?
8) ¿Cuáles son las características del estado liberal?
9) ¿A qué se refieren los autores cuando hablan de la independencia de la sociedad civil? ¿en
qué consiste la relación estado – sociedad para el liberalismo?
10) ¿Qué quiere decir que “en la visión liberal, el estado cumple una finalidad negativa? ¿cómo
es la relación entre el estado moderno y el capitalismo?
11) ¿Cómo definimos al estado de bienestar? Revisar los objetivos y las estrategias que se
mencionan.
12) En la cita de Klaus Offe rescatar las razones por las cuales este autor define al EB (o
estado asistencial) como una “fórmula pacificadora”. Entonces, ¿cuáles son los actores
intervinientes?
13) ¿Cuáles son las causales de la crisis del EB? ¿En qué sentido cuestionan los autores que
la derecha “no explica cómo solucionar los problemas que obligaron a la intervención
estatal”?
14) ¿De qué manera el EB unió legitimidad con efectividad? ¿a qué se refieren los autores?
15) Construyamos una definición de estado desde la perspectiva sistémica.¿Qué es lo que
hace el estado desde esta perspectiva?
16) Según esta visión, ¿cómo son las relaciones estado – sociedad?
17) ¿Por qué dicen los autores que el objetivo del estado es “presentar y reproducir al sistema
en su conjunto a los menores costos posibles”? ¿a qué se refieren?

82
EJERCICIOS DE COMPRENSIÓN

A) Las siguientes características están ligadas a una o varias de las etapas del estado.
Distingamos con una A lo propio del estado absolutista, con una L lo propio del estado liberal y
con una B lo propio del estado de bienestar. Ensaye una justificación de su elección.

Poder centralizado, concentrado y


personalizado

Seguridad y justicia como fines


exclusivos

Principio de universalidad

Estado partícipe en la resolución


de conflictos sociales

Crisis por expansión del sufragio


universal

Expansión de administración
pública, empresas públicas y
negociación colectiva

B) Leer las siguientes afirmaciones y, de acuerdo a los textos de la unidad, señalar si son
Falsas o Verdaderas, escribiendo los argumentos que justifican su respuesta. como se
imaginarán son proposiciones tramposas así que hay que leerlas con los cuatro ojos bien
abiertos.

1. Un estado es legítimo cuando los gobernantes ganan las elecciones.

2. El orden se impone con la amenaza del uso de la fuerza.

3. El monopolio del uso de la fuerza en manos del estado quiere decir que el
gobernante puede hacer lo que quiera.

83
4. La división de poderes significa que el estado es débil y no puede ejercer
todo su poder.

5. El tipo de legitimidad que tiene el régimen argentino actualmente es


racional.

6. El estado como instancia de orden se presenta cuando se disuelven los


conflictos sociales.

7. El estado de bienestar es un estado de derecho.

8. El estado moderno es democrático, sino no es un estado.

9. El estado es predecible porque las leyes limitan las acciones del gobierno.

10. El Estado es la constitución de un país.

11. Es un requisito para la conformación del estado moderno la existencia de un


ejército oficial y un ente administrativo profesional.

12. Un estado es legítimo cuando sus leyes son obedecidas.

13. Para establecer el orden, al estado le basta con dictar leyes.

14. El estado es una instancia de orden porque impone su fuerza y con ello
desaparecen los conflictos en la sociedad.

15. El tipo de legitimidad que tiene el régimen argentino actualmente es


carismático.

84
16. La división de poderes significa que el gobernante se encuentra controlado
por otros.

85
GUÍA DE LECTURA

Aldo Isuani: Bismark o Keynes ¿Quién es el culpable?

1. El texto distingue entre Estado de Bienestar y Estado Keynesiano, completemos el


siguiente cuadro para establecer los parámetros de ésta diferenciación, pero no lo demos
por concluido solo con los primeros párrafos, eh?

EB EK
Tiempos
Causas
Objetivos
Rigidez / flexibilidad
Campo de acción
¿Qué sucede en los ‘70?

2. ¿Cómo son las acciones estatales de protección social durante el medioevo y durante el
Estado Liberal? ¿en qué se diferencian con las acciones del EB?
3. Éstas, ¿son diferentes porque cambian los sectores políticos protagonistas del Estado o
cuáles son los factores que inducen al cambio?
4. ¿Cuáles son las medidas que se consideran propias del EB?
5. El autor discute la noción general acerca de la época de instauración y expansión del EB y
señala como argumentos los motivos que originaron éstas políticas, ¿Cuáles son estos
determinantes y porque muestran un “temprano” EB?
6. ¿Por qué el autor discute la idea de que el EB está originado en fundamentos económicos?
7. ¿Qué objetivos busca alcanzar el EB? ¿libertad, igualdad, seguridad o cuál?
8. ¿Cuál fue el rol del Estado en la expansión del capitalismo?
9. ¿La opinión del autor es que el Estado ausente, mínimo, no interventor en la economía, es
la postura histórica del Estado o que ésta fue la política de un periodo acotado?
10. Descubra los problemas que originaron a las políticas keynesianas.
11. ¿Cuáles son las medidas típicamente keynesianas?
12. Es muy considerar que el pleno empleo es una medida básica del EB, ¿con qué
argumentos discute esta idea el autor?
13. ¿Cuáles son los factores que determinaron la crisis de los años ‘70?
14. Hasta aquí, ¿el EB provocó una redistribución del ingreso? ¿Qué opina el autor? ¿la crisis
de los ’70 puede deberse a que ésta redistribución restó recursos al capital y de esta
manera frenó el crecimiento?
15. Por lo señalado hasta aquí, ¿la crisis de los ’70 discute las bases del EB o del EK?
16. ¿Cuál es la opción conservadora para superar la crisis? Ataca a las instituciones y
objetivos del EB?
17. A qué conclusiones llega el autor, ¿puede preverse el desmantelamiento del EB en un
futuro próximo?

86
La democracia en la teoría

¿Qué es la democracia? ¿Es un ideal de sociedad al que pretendemos llegar


algún día o un régimen político (con la particular organización institucional que
esto implica)? ¿Es una forma de vida (lo que implica una serie de valores y
prioridades) o una forma de prevenir conflictos de poder? ¿Es un sueño o es una
realidad?

Partiendo de la legitimidad alcanzada por el régimen democrático y de los


principios de organización social que ella encara, esta unidad temática realiza
un recorrido por las diversas respuestas que la teoría política supo dar esos
interrogantes. Algunas posturas han puesto el énfasis en la visión ideal de la
sociedad encarada por los valores de igualdad, libertad y solidaridad y han
entendido que los mecanismos institucionales de la democracia responden a
esos principios. Otras teorías, desde posturas mas realistas, dejan de lado los
ideales y se quedan exclusivamente con los mecanismos y reglas de juego que
caracterizan a las democracias vigentes, develando que la igualdad y la
soberanía popular están lejos del funcionamiento efectivo de los sistemas que se
llaman democracias.

A pesar de esto, la intención del paneo teórico que realizaremos no pretende


decidir cuál de las posturas resulta mas correcta o efectiva en términos
analíticos, sino evidenciar la complejidad de cuestiones que rodean a la noción
de la democracia. Cuestiones como las formas políticas e institucionales
mediante las cuales alcanzar la igualdad, la participación o la soberanía
popular; o los conflictos que se plantean entre un estado republicano, los
principios ideológicos y los procedimientos democráticos son temas que serán
analizados de una u otra forma por los distintos autores. También pretendemos
dar un marco teórico elemental para el análisis de cuestiones que serán
profundizadas en unidades subsiguientes, como la cuestión de la
representación, la influencia de la opinión pública y las reglas de juego
institucionales.

El desarrollo de las teorías sobre la democracia pretende entonces, no solo


plantear los aspectos centrales de las posturas clásicas sino también, plantear
interrogantes político – analíticos que permitan analizar el funcionamiento de los
sistemas democráticos.

87
Unidad III

Objetivos de la unidad

 Que los alumnos distingan las instituciones, normas, actores y procesos presentes en
la relación gobernantes - gobernados en la democracia.

 Que los alumnos conozcan y diferencien las principales teorías que analizan la
democracia.

 Que los alumnos valoren la complejidad y debilidad del régimen democrático.

 Que los alumnos analicen críticamente la democracia argentina.

Contenidos:
El concepto sustancial de democracia y la definición procedimental. La
democracia ateniense y los ideales y principios que se mantienen hasta nuestros
días. Instituciones antiguas y modernas. Principios actuales de la democracia.
Las teorías descriptivas: Schumpeter y Dahl, la democracia como competencia.
El resurgimiento de los ideales de la participación.

Bibliografía obligatoria de la unidad:

MÓDULO DE CÁTEDRA: La democracia en la teoría

Sofía RESPUELA. La democracia: una discusión en torno de sus significados, en


J. Pinto (comp.) Introducción a la Ciencia Política. Eudeba, 3º edición, febrero de
2001.

Bernard MANIN. La democracia de los modernos. Los principios del gobierno


representativo, en Revista Sociedad, Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires.

Bibliografía de consulta en los temas de la unidad:

Giovanni Sartori. Elementos de teoría política; capítulo: Democracia. Alianza Editorial,


Buenos Aires, 1999

Norberto Bobbio. El futuro de la democracia. Fondo de Cultura Económica, México, 1984

David Held. Modelos de Democracia. Alianza Editorial, Madrid, 1996

Macpherson, La Democracia Liberal y su época, Alianza Ed., Argentina, 1994

Alan Touraine. ¿Qué es la democracia? Fondo de Cultura Económica, Bs. As, 1995

88
¿A qué llamamos democracia?

En los primeros párrafos de su texto Sartori nos dice que las democracias son
difíciles, porque deben ser promovidas y creídas, es decir, dependen para su
continuidad, de un principio legitimador. Lo curioso es que este principio
legitimador de la democracia está cada vez mas alejado de las instituciones que
caracterizan a la democracia, de la forma como se ejerce el poder. Esto no es así
porque las democracias se hayan “deformado” con el tiempo sino porque el
principio legitimador es eso, una idea, un proyecto por realizar, un principio
orientador, mientras que el diseño institucional se asienta sobre lo real, lo posible,
aun cuando se fundamente en esas ideas.

Se puede responder a esta constatación que la democracia como es (en la


realidad) no es la democracia como debería ser, y que la democracia es,
ante todo y por encima de todo, un ideal. En gran medida esto es la
democracia como autogobierno, como gobierno del pueblo en primera
persona sobre si mismo. Así es la democracia igualitaria, es decir, reducida
a un ideal generalizado de progresiva mayor igualdad. Un elemento ideal o
normativo es ciertamente constitutivo de la democracia: sin tensión ideal
una democracia no nace, y, una vez nacida, rápidamente se distiende. Más
que cualquier otro régimen político, la democracia va contracorriente,
contra las leyes de la inercia que gobiernan a los agregados humanos. Las
monocracias, autocracias, las dictaduras son fáciles, se derrumban por sí
solas; las democracias son difíciles, deben ser promovidas y ‘creídas’.60

A pesar de esa distancia, la importancia de la idea sigue vigente, puesto que se


supone que el gobierno y las reformas institucionales se encaminan hacia ella. Esa
es la idea de un principio legitimador, la justificación de las instituciones existentes,
el fundamento para exigir cambios y para interpelar al gobernante. Entonces, y ya
para entrar en nuestro tema, ¿cuál es el principio legitimador de la democracia?

Cuando veíamos al Estado en la unidad anterior nos encontramos con que la


legitimidad es tan solo un aspecto del fenómeno político que venía a sostener
ideológicamente toda una estructura de controles, autoridades e instituciones. De
eso se trata aquí también puesto que la democracia actual no es mas que uno de
los regímenes políticos que se asientan sobre el estado moderno, pero la
democracia tiene un componente esencial: los ideales, referidos principalmente al
principio del autogobierno, como gobierno del pueblo, y, en consecuencia, al ideal
generalizado de progresiva mayor igualdad.

60
Sartori, Elementos de Teoría Política, pag. 31.-

89
La legitimidad democrática postula que el poder deriva del demos, del
pueblo, es decir, que se basa sobre el consenso ‘verificado’ (no presunto)
de los ciudadanos. La democracia no acepta auto-investiduras, ni tampoco
acepta que el poder derive de la fuerza. En las democracias el poder está
legitimado (además de condicionado y revocado) por elecciones libres y
periódicas. Hasta aquí, por un lado, hemos establecido únicamente que el
pueblo es el titular del poder. Y el problema del poder no es únicamente de
titularidad; es sobre todo de ejercicio.61 – 30

Entonces si ya hemos reconocido inicialmente cuáles son los componentes de la


legitimidad democrática, nos falta ver la conformación de la autoridad y los
procedimientos inherentes a ella que es lo mismo que decir que hemos visto el
poder como titularidad, pero lo mas importante es lo que nos falta, el poder como
ejercicio, la democracia tal cual es. Dicho de otra manera, una cosa es la
democracia tal cual la vivimos y analizamos desde los procesos y resultados y otra
cosa lo que cada uno de nosotros piensa cuando piensa en el significado de la
democracia.

A esta mirada sobre los aspectos institucionales del régimen se denomina definición
procedimental, descriptiva o definición mínima. Como lo dice su nombre, se trata
de definir a la democracia tal cual es, mas allá de cómo queremos que sea. Ahí es
cuando nos encontramos con las elecciones para elegir los representantes que
ocuparán los diversos cargos de gobierno, con la vigencia de una serie de derechos
individuales elementales para el ejercicio del voto y la libre expresión, con partidos
políticos que postulan candidatos, con un estado de derecho establecido en todos
sus aspectos, con la responsabilidad de los representantes hacia la ciudadanía y
algunas otras características que podríamos agregar a partir de nuestra propia
visión del funcionamiento de la democracia.

Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

¿Ya se contestaron esa pregunta acerca de que entendemos por democracia en lo


personal? El titulo no es un mero capricho, eh? Por favor, no sigamos sin hacerlo.
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¿Podemos analizar lo que acabamos de escribir y distinguir en el texto aquello que
se refiera a valores o principios orientadores de aquello que sea institucional, legal
o procedimental?

61
Op. Cit. Pag 30

90
Hemos empezado a los trotes, en unos pocos párrafos hemos visto varios tipos de
definiciones y de aspectos de la democracia, ¿los repasamos?:

- la democracia como principio legitimador: el gobierno del pueblo.


- La democracia como ideal de igualdad que, por definición no nos está
diciendo lo que la democracia es, sino que describe a las democracias
deseadas.
- La democracia como ejercicio del poder, la definición procedimental, esto es
como mecanismos, procedimientos e instituciones que regulan la lucha por
el poder.

La cuestión es que ninguna de esas definiciones por sí misma identifica plenamente


a la democracia, puesto que es todo eso. Por ejemplo, es evidente que la definición
procedimental nos brinda una descripción muy precisa, muy gráfica de la
democracia, pero ¿acaso la democracia es nada mas que elecciones, derechos
políticos, sistemas representativos y sistemas de control?, ¿o es algo mas? ¿qué
pusimos nosotros en el ejercicio? Lo mismo sucede con los ideales, puesto que si
nos quedáramos con ellos, entonces, como dice Bobbio, concluiríamos que ningún
país del mundo es ni ha sido democrático, porque ¿acaso en algún país no existen
diferencias de riqueza y pobreza? Si, me dirán, en Suiza; bueno, pero en Suiza
como en tantos otros países los niveles de apatía son alarmantes, al punto que muy
pocos ciudadanos saben quién es el que los gobierna, y la participación es sin lugar
a dudas, un componente importante de la idea de democracia.

Entonces, si no podemos utilizar analíticamente el concepto sustancial de


democracia debemos quedarnos con el procedimental, pero entendiendo de que
estaríamos en un nivel descriptivo, y que la orientación hacia determinados ideales
forma parte sustancial de este régimen. Y Sartori agregará, nos ponemos de
acuerdo en lo mínimo para distinguir qué es democracia de lo que no-es
democracia y a partir de ahí podemos empezar a establecer grados de democracia
de acuerdo a nuestra idea del mejor gobierno. Entonces diremos: Cuba no es un
país democrático porque no realiza elecciones libres (procedimental) aunque
existan buenos niveles de igualdad (sustancial); Irak no es una democracia porque
se sospecha de la limpieza de sus elecciones y los ciudadanos no son
verdaderamente libres; Suiza es mejor democracia que Italia porque se acerca mas
a la igualdad; Estados Unidos es mejor democracia que Alemania porque hay mas
libertad individual. México es mejor democracia que Venezuela porque se respetan
mas las normas constitucionales. Y así podríamos seguir, pero les dejo lo más
jugoso para ustedes.

91
Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

¿En qué es mejor nuestra democracia respecto a otros países u otras etapas de
nuestra historia? (No vengan con que en nada porque esa no es respuesta de un
analista universitario y no le saquen todos los defectos porque eso también es muy
fácil).
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LA DISCUSIÓN SOBRE LOS IDEALES DEMOCRÁTICOS


El sentido de la igualdad

Vamos a seguir a Sartori en un recorrido muy interesante que realiza para


profundizar y complejizar la idea de igualdad que sostienen los demócratas.

En un primer sentido, señala, podemos entender que la igualdad adopta un sentido


sociológico, una sociedad de iguales entre sí, y evidentemente esta interpretación
tiene su asidero histórico puesto que ésta es la forma como se entendieron las
primeras democracias modernas.

… Tocqueville percibió la democracia americana en clave sociológica, como


una sociedad caracterizada por la igualdad de condiciones guiada
predominantemente por un «espíritu igualitario». En parte aquel espíritu
igualitario reflejaba la ausencia de un pasado feudal; pero expresaba
también una característica profunda del espíritu americano.
Aquí la democracia no es, por lo tanto, lo contrario de régimen opresivo, sino
de «aristocracia»: una estructura social horizontal en lugar de una estructura
social vertical.62

Pero esta democracia social también puede entenderse como la democracia de


los pequeños grupos (al estilo griego) donde puede presentarse el autogobierno
y la relación cara a cara entre iguales, pero acotada en tamaño.

De la acepción originaria se recaba fácilmente un segundo significado de


«democracia social»: el conjunto de las democracias primarias —pequeñas
comunidades y asociaciones voluntarias concretas— que estructuran y
alimentan la democracia en el nivel de base, en el ámbito de la sociedad civil.
En este sentido un término fértil es el de «sociedad multí-grupo»,
estructurada en grupos voluntarios que se autogobiernan. Aquí, por lo tanto,
la democracia social significa la infraestructura de microdemocracias que

62
Op. Cit. Pag 32

92
sirve de soporte a la macro-democracia de conjunto, a la superestructura
política.63

En un segundo sentido, la igualdad ya no tiene un sentido sociológico sino


estrictamente económico.

La «democracia económica» es, a primera vista, un término que se explica


por sí solo. Pero únicamente a primera vista. Desde el momento en que la
democracia política gira sobre la igualdad jurídica-política, que la democracia
social desemboca principalmente en la igualdad de estatus, en esta
secuencia la democracia económica significa igualdad económica, por la
aproximación de los extremos de la pobreza y de la riqueza, y, por lo tanto,
por medio de redistribuciones que persiguen un bienestar generalizado.
Esta es la interpretación que podremos llamar intuitiva del término.

Pero éste es solo el significado intuitivo, porque, en la teoría, cuando hemos


hablado de democracia económica, nos hemos referido a las formas
democráticas que pueden darse en instituciones puramente económicas como
fábricas y empresas, es decir, no en la sociedad en su conjunto sino en
ámbitos específicos.

La democracia económica es la democracia en el puesto de trabajo y en la


organización-gestión del trabajo. … En su forma acabada la democracia
industrial se configura, por lo tanto, como el autogobierno del trabajador en
el propio lugar del trabajo, del obrero en la propia fábrica; un autogobierno
«local» que debería estar integrado a nivel nacional por una «democracia
funcional», es decir, por un sistema basado sobre criterios de
representación funcional, de representación por oficios y competencias.

Pero, como podemos ver, estos sentidos de la democracia como igualdad, no están
refiriéndose a la democracia como régimen político, sino a otros aspectos que
complementan a las instituciones políticas.

La democracia en sentido social y/o económico entienden y completan la


democracia en sentido político, son también, cuando existen, democracias más
auténticas, puesto que son micro-democracias, democracias de grupos
pequeños. Por otro lado, si no se da la democracia en el nivel del sistema
político las pequeñas democracias sociales, y de fábricas corren en todo
momento el riesgo de ser destruidas o amordazadas. Por ello, ‘democracia’ sin
calificativos significa democracia política.

Entonces, podemos pasar de lleno a la discusión sobre el significado de la igualdad


como tal. Es decir, ¿a qué igualdad nos referimos? A una igualdad económica previa
a la democracia o a una que la democracia instituye? Sigamos el camino que nos
propone Sartori64.

63
Las citas que a continuación se realizan pertenecen al texto de Sartori, págs. 32 a 34
64
Op. Cit. Pags. 51 a 53

93
Aristóteles ya distinguía en La ética a Nicómaco (Libro V) entre dos tipos
muy distintos de igualdad, una ‘aritmética’ y otra ‘proporcional’. El criterio
de la primera es ‘lo mismo para todos’; el criterio de la segunda es ‘lo
mismo para los mismos’, y por lo tanto cosas iguales para los iguales pero
desiguales para los desiguales. …

Está claro que a veces adoptamos la primera y a veces la segunda igualdad.


Las leyes son iguales en cuanto que son idénticas para todos, mientras que
los impuestos directos son proporcionales, en proporción a la riqueza, y
por lo tanto iguales para iguales pero desiguales para desiguales. Hasta aquí
todo está claro. Pero la igualdad proporcional plantea, a medida que va
profundizándose, dos problemas: primero, cuánta proporción y segundo, y
más difícil, a quién atañe la proporción. Aquí, recuérdese, la regla no es ya
«a todos lo mismo», sino «lo mismo (iguales cuotas, privaciones o beneficios)
a quien es igual, igual para cada uno». Por lo tanto, la pregunta se convierte
en: ¿Qué «semejanza» es relevante? Y, paralelamente, ¿en función de qué
diferencias han de agregarse los iguales? ¿Cuáles son las diferencias
relevantes? Son preguntas que abren la caja de Pandora.
Simplificando al máximo los criterios de la igualdad proporcional pueden
reducirse a dos: 1) a cada uno en razón a sus méritos, capacidades o
talentos, 2) a cada uno en razón a sus necesidades (de lo que le falta). Es
superfluo subrayar, en concreto, que cada criterio es susceptible de
innumerables interpretaciones. ¿Qué méritos? ¿Qué capacidades? ¿Y qué
necesidades, en qué medida? Tampoco acaban aquí las complicaciones.
Para desenredar la madeja conviene referirse a una perspectiva histórica.
Históricamente la primera igualdad es la isonomia, nosotros la llamaremos
igualdad jurídico-política: iguales leyes, iguales libertades e iguales
derechos. Estas son igualdades fáciles (aritméticas): igual se traduce por
«idéntico para todos». Existe, después, la igualdad social (véase:
democracia social) que no plantea problemas desde el momento en que se
despliega como un ethos. La tercera igualdad, por el contrario, está llena de
problemas, la igualdad de oportunidad, o en las oportunidades, que es la
típica reivindicación igualitaria de nuestro tiempo.
Aquí, a partir de un término común se ramifican y derivan, en realidad,
dos igualdades: 1) la oportunidad como igual acceso, 2) la oportunidad
como igual punto de partida. Igual acceso quiere decir «igual
reconocimiento e iguales capacidades» y por lo tanto promueve una
meritocracia: igual carrera (promoción) a igual talento. Igual punto de
partida es algo distinto y algo bastante más. A este respecto se requiere
la igualdad de las posiciones y condiciones iniciales de la competición:
igual educación para todos para comenzar; pero después también un
bienestar relativamente igual que haga desaparecer la ventaja de los ricos
sobre los pobres. Y en este punto la igual oportunidad de posiciones de
partida desemboca en la igualdad económica.
Y en este punto el problema se hace eminentemente político en el sentido
de que libertad e igualdad entran en colisión. Iguales condiciones
materiales (aunque entendidas de modo elástico) requieren un Estado
’fuerte’. Lo bastante fuerte como para imponer expropiaciones y tan fuerte
como para decidir a favor de quién, con respecto a qué y en qué medida. Si
es así, el Estado que tiende a la igualdad se transforma en el Estado
coercitivo que debe hacer pedazos y barrer —si quiere tener éxito— la
«libertad de resistencia de los ciudadanos.
El núcleo del problema es que iguales tratamientos (leyes iguales) no
producen resultados iguales (igualdades en resultados); de lo que se deriva
que para convertirse en iguales se necesitan tratamientos desiguales (leyes

94
sectoriales y discriminaciones compensatorias). Si los corredores lentos y los
veloces deben llegar juntos a la meta, los veloces deben ser penalizados y
los lentos favorecidos. No existen entonces, oportunidades iguales. Por el
contrario, o mejor dicho dando la vuelta al argumento, con el fin de ser
igualados a la llegada se necesitan en el punto de partida «oportunidades
desiguales» (tratamientos preferenciales).

¿Están viendo el punto de vista de Sartori? La cuestión es que llevar al extremo


la idea de igualdad implica forzar situaciones existentes para alcanzarla, puesto
que en la sociedad existen diversas fuentes de desigualdad. Entonces, forzar la
igualdad va en contra, necesariamente, de la libertad individual (del derecho a
gozar de los frutos del trabajo, del derecho a la propiedad y hasta de la básica
libertad individual de hacer lo que no vaya en contra de los derechos de los
demás. Además, implica establecer discriminaciones entre los ciudadanos (es
contra de la igualdad de trato) y otorgar un poder casi absoluto a quien tenga la
autoridad para disponer cuáles discriminaciones son las necesarias, en qué
sentido y en qué medida se requieren. Es decir, entramos en colisión con los
principios fundamentales de la democracia y hasta del Estado de Derecho.

Bien entendido, entre libertad e igualdad se dan muchas posibles soluciones


de equilibrio, muchas posibles compensaciones; pero sigue existiendo, sin
embargo, un punto de ruptura más allá del cual (por citar a Tocqueville)
nos espera únicamente «la igualdad en la servidumbre». El problema de la
igualdad sigue estando, pues, muy abierto. Entre la libertad y la igualdad
puede existir una feliz conjunción, pero también una peligrosa disyunción.
En las democracias liberales la libertad promueve, o al menos permite,
políticas y resultados igualitarios. En los regímenes comunistas la igualdad
no ha producido la libertad y ha nivelado solamente a la baja, en el
malestar65.

El sentido de la libertad

La lección que hoy nos llega del Estado y de la parábola de la experiencia


comunista confirma lo que la doctrina liberal ha mantenido desde siempre,
es decir, que la relación entre libertad e igualdad no es reversible, que el
iter procedimental que vincula los dos términos va desde la libertad a la
igualdad y no también, en sentido inverso, desde la igualdad a la libertad.
La «superación» de la democracia liberal no ha existido. Fuera del Estado
democrático-liberal no existe ya libertad, ni democracia.66

Sartori afirma que la raíz de la democracia reside en la libertad política: es decir en


el derecho de todo ciudadano a que le sean reconocidos sus derechos y a ser
protegido del poder del Estado. Y hasta lo podemos decir de otro modo: la igualdad
central a la que se refiere la democracia es la igualdad política, esto es, iguales
derechos para todos, igual status de ciudadano, igual poder frente al Estado. Como

65
Op. Cit. Pag. 53
66
Op. Cit. Pag. 43

95
vemos, no se trata de la libertad individual en sí, sino de la libertad del individuo
frente al Estado.

La libertad que interesa en este nivel es la libertad política: la libertad del


ciudadano en el ámbito del Estado. Es, por consiguiente, una libertad
específica y eminentemente práctica. No es la libertad moral, no es el libre
arbitrio (la libertad de querer), no es una libertad omnicomprensiva, ni
tampoco es una libertad suprema, la «verdadera libertad» (tal y como ha
sido concebida de distintas formas, por ejemplo, por Spinoza, Leibniz,
Hegel o Croce). En el Ensayo sobre el entendimiento humano Locke definía
la libertad como autodeterminación del yo «acting under the determination
ofthe self», mientras que en el segundo de los Dos tratados sobre el
Gobierno la define como el no estar «sujetos a la inconstante, incierta,
desconocida y arbitraria voluntad de otro hombre». …
Locke comprendía bien, por consiguiente, que en el nivel político no se
busca la «esencia de la libertad» y no interesa la investigación metafísica
sobre la naturaleza última de la libertad. Para Locke la libertad política
es, sustancialmente, la libertad frente al arbitrio de los poderosos.
Posteriormente se ha dicho que la libertad política es una libertad
frente (frente al Estado), no una libertad para. Exacto. Y hoy se ha
extendido el uso de declararla una libertad «negativa», no una libertad
«positiva». … Sigue estando el hecho de que la libertad para es l a
condición necesaria de todas las libertades de. Si estamos impedidos —en
prisión o amenazados de prisión— las libertades en positivo se convierten
en letra muerta.
Entonces sería mejor llamar a la libertad política «protectora» (en lugar
de negativa), puesto que es la libertad de los poderes menores, de los
poderes de los ciudadanos particulares, necesitados de protección
porque son fáciles de oprimir. Bien entendido, no es que la libertad
política sea únicamente libertad para (negativa o protectora). Cuando
se despliega la libertad política se convierte también en libertad de (de
votar, de participar, etc.); pero hay que caracterizarla como libertad
para, como no-impedímento, porque éste es su aspecto primero. 67

DEMOCRACIA PROCEDIMENTAL

Pero supongo que hasta aquí no ha quedado clara la definición procedimental o


mínima, así que vamos a dejar de dar vueltas en la cuestión y retomar la definición
descriptiva que a Sartori le parece mas acertada:

Democracia es el procedimiento y/o mecanismo que: a) genera una


poliarquía abierta cuya competición en el mercado electoral, b) atribuye
poder al pueblo, y c) impone específicamente la capacidad de respuesta a
los elegidos frente a los electores.68

¿Vemos otra? Extensa pero interesante y con amplia difusión en los círculos
académicos.

67
Op. Cit. Pags. 48 y 49
68
Op. Cit., pag, 48

96
“Hago la advertencia que la única manera de entenderse cuando se habla de
democracia, en cuanto contrapuesta a todas las formas de gobierno
autocrático, es considerarla caracterizada por un conjunto de reglas
(primarias o fundamentales) que establecen quién está autorizado para
tomar las decisiones colectivas y bajo que procedimientos. ... Ahora bien,
por lo que respecta a los sujetos llamados a tomar (o a colaborar en la toma
de) decisiones colectivas, un régimen democrático se caracteriza por la
atribución de este poder (que en cuanto autorizado por la ley fundamental
se vuelve un derecho) a un número muy elevado de miembros del grupo. ...
Por lo que respecta a la modalidad de la decisión la regla fundamental de la
democracia es la regla de mayoría, o sea, la regla con base en la cual se
consideran decisiones colectivas y, por lo tanto, obligatorias para todo el
grupo, las decisiones aprobadas al menos por la mayoría de quienes deben
tomar la decisión...
Es necesaria una tercera condición: es indispensable que aquellos que están
llamados a decidir o a elegir a quienes deberán decidir, se planteen
alternativas reales y estén en condiciones de seleccionar entre una u otra.
Con el objeto de que se realice esta condición es necesario que a quienes
deciden les sean garantizados los llamados derechos de libertad de opinión,
de expresión de la propia opinión, de reunión, de asociación, etc.... Las
normas constitucionales que atribuyen estos derechos no son propiamente
reglas de juego: son reglas preliminares que permiten el desarrollo del
juego.” 69

¿Nos queda claro a qué reglas se refiere Bobbio? Para la teoría de la democracia la
importancia de las elecciones reside en el hecho de que es el procedimiento para
formar gobierno, y no solamente la forma en la que el pueblo se hace escuchar y
elige “representantes”. Para que esto sea posible es necesario adoptar algunos
principios básicos de funcionamiento: ante todo reconocer derechos políticos
iguales para todos los ciudadanos, a expresar sus opiniones, a participar, a
organizarse, a ser informados, a elegir libremente entre postulantes que ofrezcan
diferentes alternativas reales, a postularse uno mismo en iguales condiciones; pero
también se requiere establecer un Estado de Derecho que garantice esos derechos
y limite el poder del gobernante y un sistema de toma de decisiones basado en
acuerdos mayoritarios. Y hasta podríamos agregar las reglas propias de la república
que de manera tan interesante debate el texto de Manin que tenemos que leer.

EL FUNCIONAMIENTO DE LA DEMOCRACIA

Pluralismo, participación y poliarquía

La democracia moderna se inicia en el reconocimiento de que la sociedad no es una


sola, no es homogénea, sino que está atravesada y diferenciada por una diversidad
de intereses y de opiniones, hasta podemos pensar que existen tantos intereses y
orientaciones políticas como personas, es decir que la sociedad no es una sola sino

69
N. Bobbio. El Futuro de la Democracia. Pag. 14 y 15.

97
un conjunto formado por millones de partes, cada una diferente. Bueno, la
democracia procesa esas diferencias otorgándoles un espacio propio de
participación a cada ciudadano y a cada grupos de opinión (partidos, sindicatos y
otros grupos) que agrega, condensa, resume, los intereses de los ciudadanos. Por
eso decimos que el pluralismo es un principio democrático elemental y que la
participación también.

Ahora bien, la idea de poliarquía avanza un poco mas sobre esta cuestión; ya no
es simple diversidad de intereses sino diversidad de poderes, de centros de poder,
como resultado de la canalización y expresión de opiniones individuales a través de
organizaciones mas grandes y estables, los grupos, quienes, con los recursos de
poder que le otorga el hecho de ser tal (el número, la representatividad sectorial,
los dineros que llegan a juntar, la capacidad de presionar, de negociar, y toda otra
serie de recursos organizativos) tienen una verdadera capacidad de incidencia en
las cuestiones públicas. Así, los sindicatos y las asociaciones empresarias participan
efectivamente de la formulación de políticas que afectan su actividad, incidiendo
mas de lo que puede llegar a incidir un individuo o un partido político; en cambio,
los partidos políticos tienen la capacidad de influir en las orientaciones generales
del gobierno y en la respuesta a la ciudadanía de una manera representativa y
responsable. La democracia, entonces, se organiza a partir de la presencia de
diversos centros de poder, incluyéndolos en mecanismos de participación sobre la
toma de decisiones.

Entonces, la participación es un derecho individual fundamental en la democracia,


no solo como reconocimiento de los derechos inalienables de hombre y el
ciudadano, sino también como un mecanismo que encauza la diversidad social y
permite resolver pacíficamente los conflictos. Como lo señala Manin, los fundadores
del sistema norteamericano, asumieron que la sociedad es conflictiva por
naturaleza y que era imposible ahogar esa diversidad de intereses en una sola
orientación mientras que era perfectamente posible y beneficioso reconocerla e
incorporarla al régimen, a través de mecanismos de discusión que permitan arribar
a acuerdos mas o menos estables entre los sectores.

El lugar de los partidos políticos

Aquí es donde nos aparecen indudablemente los partidos, como ámbitos necesarios
para la democracia porque organizan la participación, la postulación de candidatos,
la elaboración de programas de gobierno. Pero lo curioso de los partidos es que no
han sido presupuestos por ningún teórico de la democracia o de los sistemas de
gobierno y son un producto “natural” de la práctica política democrática, que han

98
llegado a posicionarse de tal forma que hoy se les reconoce un lugar irremplazable
en el sistema.

Y cuando se afirma que la democracia no puede realizarse sin la


intermediación de los partidos se hace referencia al sistema partidista como
sistema de agregación y canalización del voto. Nada más, pero tampoco
nada menos. Los electores se expresarían en el vacío y creerían en el vacío
–el caos de una multitud de fragmentos- si faltase el marco de referencia y
de alternativas propuesto por los partidos. De hecho, cada vez que una
dictadura cae y se vuelve a votar, vuelven a crecer los grupúsculos que se
proponen para ser votados. Los supervivientes, los votados, se convierten
en partidos. Es un proceso totalmente espontáneo que por sí mismo
atestigua la inevitabilidad de los partidos.70

Entonces, tenemos por un lado la participación individual de los ciudadanos que se


encauza en grupos políticos organizados que adquieren un protagonismo indudable.
Es decir, los partidos organizan la participación y la discusión de intereses y
alternativas ideológicas en la sociedad, facilitando el camino de la democracia. ¿De
qué manera? Clarifican el escenario político al establecer alternativas posibles
respecto de los programas políticos, el análisis de los sucesos cotidianos, la
búsqueda de alternativas, es decir, postulan ideologías claras y diferentes entre sí,
sobre las cuales es posible debatir y organizar gobiernos. A su vez, como
organización para las elecciones, preparan y seleccionan candidatos válidos, es
decir, que tienen, de acuerdo al partido, las condiciones y las capacidades
suficientes para asumir el cargo al que se postulan, pero además, preparan equipos
de gobierno y personal de apoyo para cubrir los cargos necesarios. A su vez,
cumplen un rol de formación en la sociedad que es sumamente importante, puesto
que, con la discusión ideológica constante, con la formación de militantes, con la
divulgación y ejercicio de derechos ciudadanos a la participación y a las exigencias
propias de los mecanismos electorales, lo que hacen en formar ciudadanos en las
prácticas democráticas.

Pero también sucede que los partidos asumen tal autonomía que terminan
dominando el escenario político, entonces, algunos críticos como Schumpeter dicen
que los partidos presentan a los candidatos y que los ciudadanos no son libres de
elegir puesto que eligen entre esas alternativas cerradas que les presentan los
partidos. Se los acusa también de deformar la representación puesto que los
representantes actúan como emisarios de los partidos mas que como voceros del
pueblo y de que se sienten responsables ante la organización que “los puso en el
cargo” en vez de saberse elegidos por los ciudadanos. De mediadores de la

70
Sartori, op.cit., pag. 44

99
ciudadanía se convierten en paso obligado y obstáculo para la participación libre y
la expresión de demandas.

De mayorías y minorías

Lo leímos recién en Bobbio, la democracia es un mecanismo para tomar decisiones,


¿cuál mecanismo?, el acuerdo de la mayoría. Para designar representantes y
gobernantes, para aprobar leyes y establecer acuerdos el mecanismo es el mismo.
Como se darán cuenta, hablar de mayoría implica desechar otros mecanismos como
la unanimidad, puesto que entendemos que ésta es imposible en cuerpos
multiformes y diversos como son las sociedades modernas.

Y hablar de mayorías implica hablar de minorías, que, en democracia, cumplen un


rol tan importante como el de las mayorías. Es mas, si las minorías no tuvieran los
recursos de poder que la democracia les otorga, entonces la democracia sería la
tiranía de la mayoría que tanto temía Aristóteles. El voto y la participación de las
minorías en organizaciones en las que no tienen el poder suficiente de tomar
decisiones, obliga a las mayorías a declarar sus fundamentos y debatirlos en
asambleas abiertas y a su vez, el reconocimiento de iguales oportunidades para
todas las organizaciones políticas implica otorgarle espacios y recursos que le
permitan ganarse las preferencias de los electores y acumular poder en las
siguientes elecciones. Es decir, son mayorías y minorías circunstanciales.

Hay dos tipos de minorías en las que, como hace Sartori, hay que detenerse. En
primer lugar las llamadas “minorías intensas”, aquellos grupos minoritarios que
sienten apasionada e intensamente sus preferencias e intereses y por eso son
capaces de movilizarse mas activamente que aquellos de “baja intensidad”,
haciéndose escuchar mas fuerte y logrando resultados mas importantes que otras
minorías (aunque sean mas importantes y representativas) y aún en contra de la
opinión de la mayoría.

No nos podemos adentrar en el grado en que la intensidad incide y trans-


forma la teoría y la praxis de las democracias. Bastará con señalar cómo la in-
tensidad se refleja en el referendum, es decir, en el modo en el que un
elemento de democracia directa puede insertarse en la democracia
representativa.
.... Por otro lado, las elecciones no son «finales» en el mismo sentido en el
que lo es un referéndum. Las elecciones eligen o no eligen (con suma cero)
un representante; pero así se origina un proceso que prosigue en el
parlamento y aun después en el gobierno, que ya no es, por lo general, de
suma cero. Las elecciones deciden quién tendrá que decidir; y los electos,
cuando se encuentran cara a cara, debaten, negocian y con frecuencia llegan
a soluciones (decisiones) de compromiso, lo que significa de suma positiva:
nadie lo pierde todo, y todos, aunque en muy distinta medida, obtienen algo.

100
Por consiguiente, las elecciones ponen en marcha un proceso representativo
«continuo» que tiende a producir resultados de suma positiva. Lo que implica
que aquel proceso permite acomodar, o por el contrario congelar y
arrinconar, las demandas de las minorías intensas.
No sucede así en el referéndum. Aquí el voto no decide quién decidirá, sino
que decide ipso facto. El voto refrendario es concluyente, y es
necesariamente de suma cero: la mayoría (refrendaría) lo gana todo, y quien
queda en minoría, incluyendo aquí a las minorías intensas, lo pierde todo. De
lo que se desprende que en las sociedades segmentadas (divididas por, y
entre, intensas minorías religiosas, étnicas o de otro tipo), así como sobre
cuestiones «calientes» (como, por ejemplo, la cuestión racial), el referéndum
es contraproducente: no acaba con los conflictos, sino que, por el contrario,
los agrava71.

Pero sigamos siguiendo a Sartori respecto de otras minorías muy particulares y


muy analizadas en la teoría política como son las élites, es decir, los grupos de
selectos muy cercanos a la cúpula del poder (o directamente conformando dicha
cúpula) que lejos de los principios representativos, influyen directamente en la
toma de decisiones. La cuestión es que, si un grupo ajeno a los mecanismos
democráticos toma las decisiones, entonces la democracia es una fantochada y la
participación es una farsa. Pero, ¿cuándo estaríamos en presencia de una elite?

Dahl sugiere que el poder se revela sólo cuando una decisión es


controvertida. Por lo tanto, la «prueba» propuesta por Dahl se formula
así: para demostrar la existencia de una clase en el gobierno (el
«sistema de los líderes» de Michels) es necesario establecer que, para
todo un conjunto de decisiones controvertidas, prevalece siempre un
mismo grupo identificable como tal. Por el contrarío, si este grupo no es
el mismo, no perdura, y no prevalece regularmente, entonces Mosca,
Michels y, en los Estados Unidos, C. Wright Mills están equivocados: la de-
mocracia no ha sido derrotada por la oligarquía, sino que existe y
funciona, en términos de Dahl, como «poliarquía».72

Pero seguiremos con esta cuestión mas adelante porque la teoría de Schumpeter
también se sustenta en la idea de que las elites dominan el espacio público, aunque
establecen mecanismos que ocultan su rol y establecen una participación sesgada y
poco libre.

TEORÍAS Y MODELOS DEMOCRÁTICOS

MODELO CLÁSICO: ATENAS

La etapa de la democracia en las ciudades – estado griegas duró aproximadamente


unos 200 años, de los siglos VI a IV antes de Cristo, y la experiencia democrática

71
Op. Cit., pags. 59-60
72
Op. Cit, pag. 55

101
de Atenas fue una excepción, un experimento de convivencia política basado en la
igualdad de participación, la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades. La
organización política griega fue muy particular desde el momento que se constituía
con ciudades – estado de reducidas dimensiones, autosostenidas por el comercio
marítimo y la producción agrícola. A su interior, las diferencias de clase y status se
hacían notar y significaban una profunda diferenciación hacia algunos habitantes,
principalmente la gran proporción de esclavos que sostenía su economía, los
extranjeros y las mujeres.

El atractivo del modelo consiste en la participación directa e igual de todos los


ciudadanos en la toma de decisiones públicas, el verdadero gobierno del pueblo,
contrastando con la democracia moderna caracterizada por la representación.
Aunque no hay que dejar de lado que este participativo régimen, en realidad
privaba de participar a la mayoría de la población, integrada por mujeres,
extranjeros y la gran cantidad de esclavos. Y si a eso le sumamos que existió en
pequeñas ciudades (polis) y no en los complejos sistemas estatales nacionales de
hoy, comprenderemos fácilmente lo impracticable de este modelo tal cual lo se lo
plantea. Pero en esa cuestión profundizaremos cuando hayamos descrito el modelo.

Lo mas atractivo hasta nuestros días del modelo griego es la forma de implementar
la igualdad y la plena participación, es decir, aquellos aspectos que incluimos como
la definición prescriptiva de la democracia. Leamos una parte de la Oración Fúnebre
de Pericles, que resulta muy significativa:

Tenemos un régimen de gobierno que no invalida las leyes de otras


ciudades, sino que más somos ejemplo para otros que imitadores de los
demás. Su nombre es democracia, por no depender del gobierno de pocos,
sino de un número mayor; de acuerdo con nuestras leyes, cada cual está en
situación de igualdad de derechos en las disensiones privadas, mientras que
según el renombre que cada uno, a juicio de la estimación pública, tiene en
algún respecto, es honrado en la cosa pública, y no tanto por la clase social
a la que pertenece como por su mérito, ni tampoco, en caso de pobreza, si
uno puede hacer cualquier beneficio a la ciudad, se le impide por la
oscuridad de su fama. Y nos regimos liberalmente no solo en lo relativo a los
negocios públicos, sino también en lo que se refiere a las sospechas
recíprocas sobre la vida diaria, no tomando a mal al prójimo que obre según
su gusto, ni poniendo rostros llenos de reproche, que no son un castigo,
pero si penosos de ver. Y al tiempo que no nos estorbamos en las relaciones
privadas, no infringimos la ley en los asuntos públicos, mas que nada por un
temor respetuoso, ya que obedecemos a los que en cada ocasión
desempeñan las magistraturas y las leyes, y de entre ellos, sobre todo a los
que están legisladas en beneficio de los que sufren injusticia, y a las que por
su calidad de leyes no escritas, traen una vergüenza manifiesta al que los
incumple...
Por otra parte, nos preocupamos a la vez de los asuntos privados y de los
públicos, y gentes de diferentes oficios conocen suficientemente la cosa

102
pública; pues somos los únicos que consideramos no hombre pacífico, sino
inútil, al que nada participa en ella, y además, o nos formamos un juicio
propio o al menos estudiamos con exactitud los negocios públicos, no
considerando las palabras daño para la acción, sino mayor daño el no
enterarse previamente mediante la palabra antes de poner en obra lo que es
preciso.73

Como vemos, la inspiración que brinda un modelo de sociedad deseada, o la forma


como se traslada la concepción sobre la sociedad es importante, es el punto de
partida del modelo.

Indaguemos en lo que estamos leyendo

¿Cuántos y cuáles valores e ideales se mencionan en la oración fúnebre de


Pericles? Yo personalmente encontré 6 o 7, que podría resumirlo en dos valores
más generales.¿Cuál podríamos decir que es el más importante o el que da pie
para la vigencia de los otros?
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Pero vayamos concretamente al sistema político. La democracia ateniense se


caracterizó por hacer realidad esta idea de la soberanía del pueblo (no por nada el
significado literal del vocablo democracia tiene su origen en el griego y significa
“gobierno del pueblo”). Es el demos en persona quien tiene a su cargo la función de
legislar y ajusticiar y un fuerte poder de control sobre los gobernantes.

Esta idea también se conoce como autogobierno: nosotros gobernamos sobre


nosotros mismos; es un proceso en que los gobernantes deben ser los gobernados,
¿bajo qué condiciones? Nada menos que la activa participación en los asuntos
públicos y la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. La participación se ve
reflejada en las multitudinarias asambleas, que se reunían mas de 40 veces en el
año con un quórum de 6.000 personas y tomaba decisiones sobre todas las
cuestiones internas importantes, evaluaba el comportamiento de los jefes militares
y regía las relaciones internacionales del estado.

Los demás cargos eran elegidos por sorteo, en su mayoría, y no duraban mas de un
año en sus funciones. Esta forma de limitar el poder y preservar a la asamblea
también se hacia evidente en la conformación colegiada de los puestos ejecutivos.
El principio de igualdad, que veíamos en el texto de Pericles, se ve realizado en las

73
La oración fúnebre de Pericles en Tucídedes, Historia de la guerra del Peloponeso, citado en D. Held,
Modelos de democracia, pag. 31

103
instituciones que evitaban mediante diversos mecanismos la generación de
espacios de poder diferenciados para cualquier autoridad o líder que no fuera la
asamblea soberana.

Pero la participación no es solo un principio de gobierno, es un principio para la vida


de los ciudadanos, “consideramos hombre inútil al que no participa en los asuntos
públicos”. Aquí nace también este concepto que lo encontraremos en distintos
momentos de la teoría política: la virtud cívica. ¿Cómo es un buen ciudadano?
¿qué cualidades tiene que tener? ¿qué le está pidiendo el régimen político a los
hombres? La democracia griega les pedía que se dediquen activamente a la ciudad
porque de ellos dependía la marcha del estado, que formen su propia opinión de
manera fundamentada para que tomen decisiones sólidas, que subordinen su vida
privada a la pública y al bienestar general porque influirían en la comunidad entera
con sus decisiones. La virtud privada era igual a la virtud pública no en el sentido
atribuido posteriormente de que el buen hombre (moral privada) es buen ciudadano
(moral pública) sino en el sentido de que el buen hombre es aquel activo,
comprometido con los asuntos públicos.

“En esta comunidad, el ciudadano tenía derechos y obligaciones; pero ni


esos derechos eran atributos del individuo privado, ni esas obligaciones las
imponía un estado dedicado al mantenimiento de una estructura destinada a
proteger los fines privados del individuo. Mas bien, los derechos y
obligaciones del ciudadano estaban relacionados con su posición social; se
derivaban de su existencia como ciudadanos: eran derechos y obligaciones
“públicas”. La “vida buena” solo era posible en la polis.”74

En la práctica, la democracia griega fue profundizando los procesos y defectos que


dieron origen a las profundas críticas que le realizaron los filósofos de la época
hasta su decadencia y desarticulación definitiva. Entonces, ¿cómo funciona la
democracia griega?

 total responsabilidad de funcionarios y ciudadanos ante la asamblea


soberana;
 control popular de los gobernantes;
 debate extenso y popular;
 toma de decisiones luego de la deliberación en reuniones masivas;
 participación espontánea pero influida y condicionada por recursos como: la
habilidad de oratoria; el enfrentamiento entre grupos de líderes rivales; las
redes informales de comunicación e intrigas; las presiones por medidas
rápidas y concluyentes de parte de facciones completamente opuestas; la
excitación del momento; la ausencia de sistemas de control de la conducta
impulsiva.

74
D. Held, op.cit, pag. 32

104
 y como consecuencia de lo anterior, el sistema es sumamente inestable
políticamente.

Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

¿No les parece interesante cómo encontramos situaciones similares a las actuales
a pesar de las diferencias? ¿Por qué no señalamos esas diferencias y similitudes?
¿Es hoy el funcionamiento de la asamblea y la forma de participación igual a la
ateniense? ¿Qué influye para que esto no sea así?

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Distancias y diferencias entre la modernidad y la democracia griega.

¿Es deseable regresar al modelo griego de democracia directa? Muchos dicen que
sí, porque realiza plenamente el ideal de participación, resta distancia entre los que
mandan y los que obedecen y asegura que las demandas del pueblo lleguen a buen
puerto; además, con las tecnologías actuales es muy posible pensar en establecer
asambleas virtuales y tomar decisiones colectivas desde salas de chateo.. Es decir,
parece que es la respuesta correcta a las críticas que recibe la democracia
representativa.

¿Qué nos parece a nosotros? ¿La democracia griega es deseable, es un ideal, una
referencia para la democracia actual? ¿Siguen siendo nuestros sus valores y
principios?

Sartori y muchos otros autores nos hacen notar que las diferencias entre nosotros y
el modelo griego van mucho mas allá que una simple cuestión de cantidad de
ciudadanos o de la existencia de representantes incómodos, puesto que lo que ha
cambiado es la concepción que tenemos acerca del hombre, de la sociedad, y del
poder, y muchas cosas que para los griegos eran aceptables, en nuestra concepción
básica serían erróneas.

Alain Touraine destaca que, debido a las grandes diferencias en las concepciones de
la vida, la libertad, lo individual y lo político, podemos suponer que el modelo
antiguo es, además de impracticable, totalmente distinto de lo que hoy
consideramos un buen gobierno.

105
“Tal la libertad de los antiguos, que, recordando una imagen de Aristóteles,
es como la de los astros, ya que consiste en integrarse a una totalidad. La
meta de la ciudad es dar felicidad a todos. … ¿Pero que es la felicidad si no
la integración cívica que no conduce a la fusión en un ser colectivo sino a la
mayor comunicación posible.
¿En qué se opone la libertad de los antiguos a esta concepción
cívica, republicana de la democracia? En el hecho de que, en el
mundo moderno, la política ya no se define como la expresión de las
necesidades de una colectividad, de una ciudad, sino como una
acción sobre la sociedad. … La política se ocupa de la acción del
poder sobre la sociedad y ya no de la creación de una comunidad
política. …

Es decir, nuestra libertad ya no es la libertad de los antiguos, pero tampoco nuestra


concepción de la organización política y social lo es, y entonces lo que hoy
llamamos democracia en realidad, es una idea nueva.

Lo que permite indirectamente la formación del Estado en el mundo


moderno es la aparición de la categoría de lo social. La sociedad ya no es un
orden, una jerarquía, un organismo; está hecha de relaciones sociales, de
actores definidos a la vez por sus orientaciones culturales, sus valores y sus
relaciones de conflicto, cooperación o compromiso con otros actores
sociales. Desde entonces la democracia se define ya no como la creación
política de la ciudad sino como la penetración del mayor número de actores
sociales, individuales y colectivos, en el campo de la decisión.”75

Sartori alude a estas diferencias no como productos aislados de la


democracia, sino como resultado de la “distancia histórica” que existe
entre uno y otro modelo, por lo que es natural que la democracia griega
hoy sea “indeseable”. Vamos a detenernos en los puntos que señala
Sartori como parte de esta distancia histórica.

 La esclavitud. El hombre griego era un ciudadano a tiempo completo y el


sistema funcionaba puesto que eran los esclavos y los extranjeros quienes se
ocupaban de las demás cosas, entre ellas trabajar y producir bienes; mientras que
hoy consideramos que la realización de la persona no está dada por la participación
en la polis, sino en el desarrollo personal y laboral, también pensamos que todos
los hombres somos libres por naturaleza así que nos resulta inaceptable la
esclavitud.

 La atrofia de la política. El ciudadano a tiempo completo no es aconsejable


porque genera atrofia de la política, es decir, el hombre se ahoga en su dimensión
pública, pone en ella toda su vida, su pasión, su interés, olvidando sus otras

75
Touraine, “¿Qué es la democracia?”; pág. 40 y 41

106
actividades. Los hombres somos políticos, parte de nuestra vida consiste en vivir en
sociedad, relacionarnos con los demás, organizar nuestras relaciones y establecer
códigos comunes, ¿pero que pasaría si todos los hombres durante todo el día nos
ocupamos de la política y si nuestra vida estaría regida por decisiones tomadas
entre todos? Para empezar, suceden dos cosas: según nuestra concepción el
individuo no es libre porque estaría dominado por el peso de la mayoría en la que
su influencia es ínfima; y segundo, el ámbito público se convierte en el escenario
privilegiado de las pasiones humanas, y al no existir mediaciones, se exacerban los
conflictos, se dificultan los acuerdos y se paraliza el sistema político.

La democracia ateniense acaba, diríamos nosotros, en la lucha de clases.


Y es un resultado que no sorprende. El ciudadano lo era a tiempo
completo. De ello resulta una hipertrofia de la política que se co-
rresponde con una atrofia de la economía. El «ciudadano total» creaba
un hombre desequilibrado.76

A eso llama Sartori hipertrofia de la política. La relación estado – sociedad, público


– privado se distorsiona porque uno de los términos invade todos los ámbitos y la
modernidad se distingue, precisamente, por separar ampliamente éstas esferas77.

 La noción de soberanía. los griegos consideraban que era indivisible y por


eso mismo llegaban a aceptar los gobiernos autoritarios, porque la soberanía recae
en quien tiene el poder. Ahora consideramos que los gobiernos deben ser limitados
y que, en cualquier caso, la soberanía reside en el pueblo y es ejercida por el
gobernante.

Por lo tanto, los escolásticos medievales no podían aceptar la


ínevitabilidad del despotismo como lo habían entendido los griegos. Y la
doctrina de la soberanía popular emerge en el contexto de un dominio
despótico que ya no podía ser visto como «natural». Por un lado, debía
ser legitimado; por otro lado podía ser limitado. En el Digesto, Ulpiano ha-
bía establecido que quod prindpi placuit, legis habet vigorem, lo que en
un principio se acepta se convierte en ley; pero decía también que el
príncipe tiene dicha potestad porque el pueblo se la ha conferido.78

 La concepción pluralista de la sociedad. Actualmente consideramos que el


hombre no es un engranaje mas de la comunidad, sino una entidad independiente
con opiniones y personalidad propia y de allí que no podríamos organizarnos para la

76
Op. Cit. Pag 31
77
Otro ejemplo clásico de hipertrofia de lo político está dado por el ciudadano total del totalitarismo,
donde el estado pretende influir no solo en el comportamiento público de los hombres sino también en su
comportamiento privado, en su pensamiento, en sus gustos estéticos, en su moral privada, etc.; donde no
hay nada que no sea estado.
78
Op. Cit. Pag 38

107
unanimidad como en la Grecia antigua y en cambio, tenemos una idea
completamente diferente de la libertad ahora centrada en el individuo.

Permaneciendo en la polis, es necesario comprender bien que la unidad po-


lítica de los griegos no era una ciudad-Estado… sino una ciudad-
comunidad, una koinonia, una auténtica Gemeinschaft en la que los
ciudadanos vivían en simbiosis con su ciudad, a la que estaban ligados no
sólo por un destino común de vida y muerte (los vencidos eran pasados
por el filo de la espada o vendidos como esclavos), sino también por un
sistema de valotes que era indiferenciadamente ético-político…
Reconocer el principio de mayoría sería, en este contexto, como validar
un principio de desunión, la división que lleva a la ciudad al desastre. …
El cambio tiene lugar con Locke porque con él el derecho de la mayoría
se inserta en un sistema constitucional que lo disciplina y controla. Pero el
catalizador fue la emergencia de una concepción «pluralista» del orden
político. Al final del siglo XVII, a partir de los desastres y horrores de las
guerras de religión, se originó el ideal de la tolerancia, mientras que la fe
católica se fragmentaba en las sectas protestantes. Sobre ésta y otras
premisas se va afirmando lentamente la creencia de que la diversidad y
también el disenso son compatibles con el mantenimiento del conjunto,
la idea de que la concordia puede también ser discordia, la idea de la
concordia discors. Si es así, y cuando es así, la cosa pública puede
articularse e incluso desarticularse en mayorías y minorías. 79

El individuo y la libertad individual. Ya lo hemos dicho, el hombre griego era


plenamente hombre en la medida que se encontraba inmerso en la vida política,
es decir, en su comunidad, hasta el punto que aquel que no participaba era un ser
complentamente incompleto y carente. “En suma, para los griegos el hombre
era, por completo, el ciudadano, y la ciudad precedía al ciudadano: era el
polites el que debía servir a la polis, no la polis al polites.” ¿Y hoy? Evidentemente
no es así.

Para nosotros no es así. Nosotros no mantenernos que los ciudadanos


están al servicio del Estado, sino que el Estado (democrático) está al
servicio de los ciudadanos. Tampoco mantenemos que el hombre se
resuelve en la politicidad, que el ciudadano sea «todo el hombre».
Mantenemos, por el contrario, que la persona humana, el individuo, es
un valor en sí mismo, independientemente de la sociedad y del Estado.
Por consiguiente, entre nosotros y los antiguos, todo se vuelve del revés.
..Dicho de modo breve, el mundo antiguo no conocía al individuo – persona,
no consideraba lo «privado» (privatus en latín es privación, cortar) como
esfera moral y jurídica ‘liberadora’ y promotora de autonomía, de
autorrealización.…..
Por lo tanto, ¿eran libres los atenienses o no? Sí, pero no en el mismo
sentido que nuestro concepto de libertad individual. … Cuando se niega.,
entonces, que los griegos fueran individualmente libres se quiere decir que
en su ciudad el individuo estaba indefenso y en poder de la colectividad. El
individuo no tenía «derechos», y no gozaba en ningún sentido de «defensa
jurídica». Su libertad se resolvía totalmente en su participación en el poder
y en el ejercicio colectivo del poder. En aquel momento esto era mucho.

79
Op. Cit. Pag 38-39

108
Pero tampoco en ese momento se «garantizaba» al individuo. Ni tampoco
se mantenía, entonces, que el individuo tuviera que protegerse o que
tuviese derechos individuales que hacer valer.80

Concluimos junto con Sartori?

De todo lo anterior se desprende que la democracia indirecta, es decir,


representativa, no es únicamente una atenuación de la democracia directa;
es también un correctivo. Una primera ventaja del gobierno representativo
es que un proceso político todo entretejido por mediaciones permite
escapar de las radicalizacíones elementales de los procesos directos. Y la
segunda ventaja es que la participación ya no es un sine qua non; incluso
sin «participación total» la democracia representativa sigue subsistiendo
como un sistema de control y limitación del poder. Lo que permite a la
sociedad civil entendida como sociedad prepolítíca, como esfera autónoma
y autosuficiente, desplegarse como tal. En suma, el gobierno
representativo libera con fines extrapolíticos, de actividad económica o de
otro tipo, el enorme conjunto de energías que la polis absorbía en la
política. Quien vuelve a exaltar hoy la democracia participativa no recuerda
que en la ciudad antigua eran los esclavos los que se dedicaban a trabajar y
que la polis se hundió en un torbellino de exceso de política.81

80
Op. Cit. Pag., 40 y 41
81
Op. Cit. Pag 31

109
EJERCICIOS DE COMPRENSIÓN Y ANÁLISIS

Completemos el cuadro para comparar ambos modelos, nos basemos en


nuestras ideas y conocimientos anteriores y al finalizar la unidad volvamos
a leerlo.

Democracia griega Democracia moderna


Igualdad ante la ley

Soberanía del pueblo

Toma de decisiones mediante


asambleas

Participación de todos los


ciudadanos en las asambleas
(democracia directa)

Principio de la mayoría para la


toma de decisiones públicas

Respeto a la ley

Cargos gubernativos electos por


sorteo

Igual poder para todos los


ciudadanos

Derechos reconocidos según la


clase social de pertenencia

El ideal de libertad (aunque


nuestra libertad no sea la misma
que la de los antiguos)

Formación de facciones que


influyen en las decisiones

Decisiones guiadas por la presión


del público

Discusión guiada por líderes rivales

Participación en cuestiones
públicas considerada como una
virtud, una cualidad que hace a la
realización del hombre

110
TEORÍAS DEL ELITISMO COMPETITIVO

Para teóricos realistas, como Weber y Schumpeter, la teoría clásica de la


democracia, tal como se había planteado por la tradición de la idea en torno al bien
común, tiene poco sentido. A la vista del funcionamiento de las democracias
occidentales, resulta una ficción pretender que el pueblo posea el poder de decidir
directamente en los asuntos políticos. En la práctica, la democracia representativa
es un arreglo por el cual las élites adquieren el poder de decidir a través de la lucha
competitiva por el voto del pueblo.

La política puede encontrar muy distintas formas de resolver el conflicto en torno a


quién tiene el poder y la democracia no es mas que uno de ellos, tal vez sea la
forma más pacífica y la única que puede prevenir sobre los gobiernos tiránicos,
pero no es mas que eso: un acuerdo tácito entre los grupos de poder de una
sociedad que aceptan reconocer el poder de quien gana las elecciones. El pueblo
legitima al gobernante, otorga todo el poder a un grupo dirimiendo el conflicto
potencial, pero la condición es el tiempo, el mandato a plazo que tiene el
gobernante o dicho de otra manera, la nueva oportunidad que tienen los grupos
competidores para hacerse con el poder. ¿Verdad que suena tan realista que la
democracia pierde toda la magia que podríamos encontrarle?

Las teorías realistas de la democracia se dedicaron a despojar la teoría de los


valores orientadores, de lo que parecía ser la democracia y se dedicaron a analizar
el funcionamiento de las instituciones y procedimientos tal cual como se presentan,
dejando a la vista los intereses y actores predominantes.

¿Vamos esquemáticamente?

La visión de la sociedad: entienden que el siglo XX se caracteriza por una nueva


sociedad, pluralista y hasta dividida por las diversas organizaciones que la
atraviesan, encauzan sus orientaciones, intereses, ideologías y clases. Esta visión
de la sociedad es la que los lleva a criticar la idea de voluntad general de Rousseau
o el ideal de bien común para la política. ¿Acaso una sociedad con muy diversos
intereses e inquietudes puede coincidir en un interés, en una idea de bien, en una
misma orientación? Evidentemente no, simplemente porque la idea de bien común
parte de la concepción de una sociedad mas o menos homogénea, sin grandes
diferencias de intereses y nada mas lejos de nuestra realidad. Si miramos a nuestro
alrededor nos encontramos con tal heterogeneidad, con tal variedad de visiones,
intereses, actividades e identidades que difícilmente podremos pensar en algo que

111
articule como una sola voz a esa amalgama multiforme que es la sociedad
posmoderna.

Concepción de la democracia: Un buen régimen político debe hacer que los


diversos valores vigentes (pluralismo) compitan entre sí para que la sociedad defina
cuál predomina. ¿Adivinan cuál es régimen político? La democracia, puesto que
cada candidato que se postula a elecciones representa determinadas ideas,
intereses y orientaciones. ¿Qué gana cuándo gana las elecciones? Nada mas y nada
menos que todo el poder del estado (¿recuerdan lo del monopolio de la coacción, la
imposición de un orden, el reconocimiento de derechos, la puesta en marcha de
determinados fines sociales? Bien, de eso estamos hablando). La ciudadanía tiene
poder, pero formal, como un árbitro en un juego de caballeros: los jugadores
aceptan las reglas de juego, aceptan que el árbitro decida y se atienen a las
consecuencias.

Por esto decimos que la democracia para éstos autores es un método para tomar
decisiones.

“Por democracia Schumpeter entendía un método político, es decir, un


arreglo institucional para llegar a decisiones políticas –legislativas y
administrativas- confiriendo a ciertos individuos el poder de decidir en todos
los asuntos, como consecuencia de su éxito en la búsqueda del voto de las
personas. La vida democrática era la lucha entre líderes políticos rivales,
organizados en partidos, por el mandato para gobernar. Lejos de ser una
forma de vida caracterizada por la promesa de igualdad y de las mejores
condiciones para el desarrollo humano en un contexto rico en participación,
la suerte del ciudadano democrático era, sencillamente, el derecho periódico
a escoger y autorizar a un gobierno para que actuase en su nombre. La
democracia puede servir a una variedad de fines, por ejemplo el logro de la
justicia social. Pero era importante no confundir estos fines, argumentaba
Schumpeter, con la democracia misma. El tipo de decisiones políticas que se
tomasen era una cuestión independiente de la forma en que se adoptaran:
las condiciones de legitimidad de facto de las decisiones y de los que las
tomaban, como resultado de las elecciones periódicas entre élites políticas
rivales.

La esencia de la democracia está, tal como lo subrayaban acertadamente los


teóricos de la democracia protectora, en la habilidad de los ciudadanos para
sustituir un gobierno por otro y, por lo tanto, para protegerse del riesgo de
que los políticos encargados de tomar las decisiones se transformen en una
fuerza inamovible.”82

Los partidos políticos: como el mundo moderno se caracteriza por el predominio


de las organizaciones, la política también. Los partidos políticos son las
organizaciones que representan la pluralidad de intereses sociales, encauzan la
voluntad de los electores al regular la competencia electoral y se convierten en

82
D. Held, Modelos de Democracia, pag. 201

112
maquinarias electorales al servicio de sus líderes y abocados a conseguir votos.
Constituyen la estructura de apoyo de los candidatos y en ese sentido pueden ser
vistos como asociaciones profesionales que manipulan el voto y la opinión de la
masa de electores mediante artilugios como la propaganda, los eslóganes y la
información.

Entonces, si los candidatos terminan ganando las elecciones gracias a la actividad


de los partidos, podrá entenderse que los políticos electos no son representantes
libres sino que se deben al partido y es el partido el que influye directamente en la
toma de decisiones y en las votaciones parlamentarias. Por esto esta teoría se
llama “elitismo competitivo” y no simplemente “liderazgo competitivo”, lo que está
en juego no es cuál es el candidato que ganará sino que orientación, que grupo
dentro de las alternativas posibles.

Esto está relacionado con algunas teorías previas que hacían mención a un proceso
supuestamente inevitable al que denominaron “ley de hierro de las oligarquías”
(Michels) consistente en la creciente formación de elites al interior de las
organizaciones, quienes terminarían absorbiendo toda la representación y
bloqueando la participación directa de los asociados en la toma decisiones y la
marcha de la organización. (Entonces de acá tenemos que pensar, ¿cómo suponer
que es posible la participación a gran escala dentro de gobiernos democráticos si
las mismas organizaciones de base de la participación terminan poniendo
obstáculos inevitables y formando elites internas inamovibles?

Los electores: evidentemente el papel que la teoría le otorga a los electores no es


muy significativo. Tienen el poder de decidir entre los candidatos, pero después se
acabó su papel porque su influencia sobre los representantes es casi nula. Pero ni
siquiera la elección es una tarea que cumplan a conciencia, simplemente porque la
masa de electores es influenciable, voluble y su opinión evidentemente es
manufacturada por los distintos grupos de interés que actúan en el escenario. En
esas circunstancias, parece lógico no brindarle mayores espacios de participación y
menos alguna influencia en la toma de decisiones cada día más complejas.

(Los teóricos clásicos) deben desterrar la idea de que el pueblo tiene


opiniones concluyentes y racionales sobre todas las cuestiones políticas; que
sólo puede hacer efectivas esas opiniones o actuando directamente o
eligiendo “representantes” que llevarán a cabo su voluntad; que el poder de
adoptar decisiones es un elemento esencial de la democracia. Si “el pueblo”
no puede considerarse “decisor” o “gobernante”, entonces, ¿qué papel, si es
que hay alguno, se le puede atribuir? En opinión de Schumpeter, “el pueblo”
es, y no puede ser nada mas que “el productor de los gobiernos”, un

113
mecanismo para seleccionar “los hombres capaces de tomar las decisiones”.
83

Y aquí es donde viene la famosa analogía del mercado que tanto se difunde de la
teoría de Schumpeter. Lo que hace el elector es optar, aceptar o rechazar, las
alternativas que se le presentan, es decir, analizar los productos que existen en el
mercado (que ya están dados por los partidos y no tiene ninguna influencia en su
elaboración ni postula productos propios). El elector, ¿elige a conciencia? No, elige
guiado por la publicidad, la campaña del partido y hasta por el carisma del
candidato, por cualquier cosa menos por la razón, los intereses particulares y
comunitarios o la capacidad de gobernar. ¿Qué hacen los candidatos, es decir los
productos? Compiten por la mayor porción del mercado (es decir, por la demanda)
con todas las estrategias a su alcance. Pero resulta ser que en un mercado
competitivo, con pluralidad de gustos y caracteres, si se quiere ganar no hay que
ser muy precisos en lo ideológico, la referencia a intereses puntuales, las
alternativas de acción, o cualquier otra cosa que pueda llamar la atención de un
público específico y alejar a la mayoría. ¿Qué tenemos entonces? Creo que ustedes
lo saben mejor que yo.

Pero recordemos el detalle: el sistema funciona porque el periodo de gobierno del


ganador es limitado y por lo tanto la competencia entre elites se perpetua.

¿Es democrático este modelo? Despoja hasta tal punto de valores e ilusiones que
parece una especie de otro planeta y no el modelo al que a nosotros nos gusta
referirnos, pero, como dice Sartori, sigue siendo democrático en la medida que la
competencia entre organizaciones garantiza la pluralidad.

Admitamos, pues, que ninguna organización política, o de relevancia


política, sea democrática en su estructura interna. Incluso así, en el
nivel del sistema político, la democracia definida por Schumpeter
subsiste: subsiste porque está planteada por la dinámica competitiva
entre organizaciones. La democracia en conjunto no es una suma estática
de organizaciones internamente democráticas; por el contrario, es
resultado de las interacciones entre una pluralidad de organizaciones en
lucha para lograr el voto popular.84

83
Schumpeter, Capitalismo, socialismo y democracia, pag. 269, según lo cita D. Held, op.cit., pag. 211
84
Sartori, op. cit. Pag. 56

114
TEORÍAS PLURALISTAS

Que las elecciones sean un juego entre algunos pocos candidatos y los electores
apáticos y poco influyentes en la determinación de las ofertas, nos indica que la
democracia es un juego bastante cerrado y que el poder se encuentra en pocas
manos. Realmente muy lejos de los ideales inspiradores de la democracia. Robert
Dahl, no desdeña el análisis competitivo pero señala que el poder y la toma de
decisiones está determinado por relaciones mucho más complejas que la
establecida entre unas pocas elites al momento de la elección. Es decir, la
democracia puede ser un juego cerrado entre elites que se presentan a elecciones,
pero también es un juego abierto entre todos los grupos de interés que influyen
diariamente en las decisiones y establecen redes de control de los gobernantes. No
estamos aquí de vuelta en la idea de la amplia y maravillosa participación que todo
lo puede y todo lo vigila. Simplemente estamos diciendo que la sociedad está
caracterizada por la presencia de múltiples grupos de poder, organizados a partir
de intereses comunes y que están alertas para actuar cuando la política pretende
afectar ese interés particular, y que de esa manera alcanzamos un equilibrio
democrático porque impide que una sola elite gobierne. No tenemos unas pocas
elites, tenemos una poliarquía, diversos centros de poder que, de alguna manera,
equilibran el juego democrático.

A finales de la década del ’50 Robert Dahl estudiaba como funcionaba y cómo había
sido la evolución de una comunidad típica de Estados Unidos y llegaba a la
conclusión de que las desigualdades en los recursos políticos eran un hecho, pero la
tendencia era no acumulativa, es decir, que la forma en que los recursos políticos
estaban distribuidos fortalece el pluralismo en lugar de la oligarquía. El poder está
disperso entre varios grupos de la sociedad, con fuerza diferente, representando
intereses diversos, y el proceso de intercambio de esos intereses se realiza a través
de organismos gubernamentales. Como resultado tenemos un modelo más
competitivo y se llega a políticas más satisfactorias que si fueran apenas unos
pocos los que toman las decisiones.

El papel del estado, entonces, es el de mediar entre los grupos, el tomar la decisión
a partir del consenso y de esa manera, alcanzar un equilibrio posible entre los
intereses. El gobierno debe proteger las libertades de los intereses en juego e
impedir que una facción poderosa socave la libertad de los demás. En eso consiste
la democracia.

115
Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

¿Alguna vez nos hemos preguntado cuántos intereses entran en juego en una
decisión y la multiplicidad de presiones que tiene el decisor? Por si no se les
ocurrió, les tiro algunas ideas para iniciar el ejercicio. Algo como fijar el precio del
dólar, o los componentes de un bolsón alimentario, o la suba de los servicios
públicos, o la trayectoria por la que pasará una ruta. No nos quedemos con la
primera idea sino que realmente nos sentemos en el sillón del decisor. .
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Estaríamos de acuerdo con Dahl si encontramos que los interesados son varios y
que casi todos tienen sus formas de presionar, de influir en la decisión.

Dahl apoyaba la idea de que la competencia entre grupos de interés


organizados estructura las políticas resultantes y establece la naturaleza
democrática de un régimen. Sean cual fueren sus diferencias, casi todos los
teóricos empíricos de la democracia defienden una interpretación de la
democracia como un conjunto de disposiciones institucionales que crean una
rica textura de la política de los grupos de interés y permiten, a través de
competencias por influir y seleccionar líderes políticos, el gobierno de
múltiples minorías. 85

Con estas ideas el pluralismo desafía la teoría “clásica” de la democracia que


otorgaba un rol decisorio fundamental a las mayorías. En Atenas la constitución de
las mayorías era la base para la vida democrática y fue casualmente la constitución
de facciones, la ruptura de esa mayoría la que provoca la desarticulación de la
democracia. Aún el mismo Schumpeter, que desprecia el papel del pueblo, otorga a
la mayoría del electorado el poder de decidir quien gobernará eligiendo entre elites
alternativas. En cambio el pluralismo, como su nombre lo indica, entiende que es a
partir de las minorías como se construye la democracia, ya sea en la forma de
decisiones por consenso, o porque la “política pública es resultado de una serie de
impactos en el gobierno, relativamente descoordinados desde todos los lados de las
fuerzas en competencia, sin que ninguna posea una influencia excesiva”; ya sea
porque las minorías se controlan entre sí, ya sea porque la distribución de poder
impide la formación de autocracias o tiranías.

85
Held, op.cit., pag. 234

116
“El carácter democrático de un régimen está garantizado por la existencia de
múltiples grupos o múltiples minorías. En efecto, argumentaba Dahl, la
democracia puede definirse como el “gobierno de las minorías”, ya que el
valor del proceso democrático residen en el gobierno de “múltiples
oposiciones minoritarias” mas que en el establecimiento de la “soberanía de
la mayoría.”86

¿Esta idea de múltiples grupos actuando en defensa de sus intereses habla de una
ciudadanía activa e influyente? No, la participación no es esencial para el sistema
simplemente porque lo que interesa es la acción de los grupos organizados, mas
que la del ciudadano particular, aislado. Desde este punto de vista, entonces, se
define a la participación política como un derecho individual que no debe ser
promovido desde el estado, sino tan sólo respetado, porque comporta ciertos
riesgos: la agudización del conflicto, la multiplicación de los intereses en juego.

“La decisión de las personas de participar en el proceso político y en las


instituciones es una decisión personal. Es más, un margen de inacción o
apatía podía ser incluso funcional para la continuidad estable del sistema
político. Una participación extensa podría llevar fácilmente a un incremento
del conflicto social, a una excesiva desorganización y fanatismo, tal como se
ha visto en claramente en la Alemania nazi y la Italia fascista. La falta de
participación política puede interpretarse, además, de forma bastante
positiva: puede estar basada en la confianza en los que gobiernan.”87

TEORÍAS PARTICIPATIVAS

A partir de la crítica a las teorías procedimentales, en el sentido de que, por


basarse en lo meramente descriptivo estaban dejando de lado el verdadero
significado de la democracia, surgieron algunas opiniones que rescataron la idea
originaria que, como vimos, privilegiaba la participación, la soberanía del pueblo, la
libertad y la igualdad en la definición democrática.

En ese sentido, los comunitaristas retoman los argumentos de Jean Jaques


Rousseau respecto a lo necesario de la participación pública para asegurar el
principio de la libertad y el autogobierno. Rousseau es el autor de una muy
difundida crítica a la representación como un obstáculo para la libertad, puesto que
señalaba que la única forma de ser libres era siendo a la vez gobernados y
gobernantes. Si se designa representantes y se les otorga el poder de gobernar,
entonces estamos siendo esclavos de nuestro representante y sólo somos libres el
día de la elección, señalaba. En cambio la participación directa trae aparejado el

86
Held, op.cit. Pag.234
87
Held, op.cit. Pag. 232

117
autogobierno y la educación de la virtud cívica; la participación nos hace menos
egoístas porque debemos sopesar las situaciones e intereses distintos a los
nuestros y encontrar un interés común, una fórmula de bienestar general; la
participación nos hace responsables de nuestras opiniones y decisiones ante la
comunidad en general.

En la actualidad los teóricos de la participación aceptan por razones prácticas el


mecanismo representativo, pero entienden que el sistema debe favorecer la
participación, brindarle mayores ámbitos de acción y mayor poder de decisión. De
esta manera alcanzamos mejor los ideales democráticos, tomamos decisiones mas
consensuadas, alcanzamos mayores niveles de tolerancia política y tenemos
mejores hombres y ciudadanos. En este sentido, propugnan cambios institucionales
que amplíen los espacios para la participación como:

 Referéndum como método de toma de decisiones

 Modificar los sistemas electorales favoreciendo una mayor


representación y responsabilidad de los electos (como los sistemas
de listas abiertas que explicaremos en la unidad respectiva).

 Jurados políticos integrados por ciudadanos para aconsejar


legislación

 Extender participación a nuevos ámbitos no necesariamente


políticos (microdemocracias) como los municipios, los lugares de
trabajo, las escuelas.

 Reformar los sistemas de selección de líderes dentro de los


partidos a fin de evitar el predominio de las oligarquías

O sea, la idea de los “participativos” es que la democracia es mucho mas que


procedimientos para la toma de decisiones, que debe ser un proceso de
deliberación, persuasión y de decisiones que busca crear y mantener una buena
vida en común. ¿Qué se le dice a ésta teoría? La verdad es que, como se plantea
como una estrategia para reformar la democracia vigente, se le dicen muchas cosas
desde distintos sectores políticos y a la vez, se implementa muy lentamente alguno
de sus principios.

Algunas de las críticas giran en torno de la sencillez y hasta ingenuidad de los


argumentos teóricos, puesto que olvidan la dimensión del poder y de los conflictos
a la hora de tomar decisiones y consideran que la participación es una obligación
antes que un derecho y entonces, ¿qué pasa si un ciudadano no quiere participar?
¿lo obligamos dejando de lado su derecho a decidir, su libertad política?

118
Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

La lista acerca de las reformas institucionales propuestas no pretende ser


exhaustiva, puesto que hay muchas otras reformas que también apuntan a
aumentar la participación y el control de los ciudadanos de la marcha del gobierno.
Algunas de estas nuevas medidas se han implementado en Argentina, ¿hacemos
el esfuerzo de rastrearlas? La mayoría de ellas se han incorporado en la reforma
constitucional de 1994 y no les voy a decir mas nada porque sería dictarles.
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Además, desestiman la complejidad de la toma de decisiones en la actualidad.


¿Ustedes se han dado cuenta de la cantidad de decisiones que se toman
diariamente desde el gobierno? Les puedo asegurar que aunque desconozcamos la
vida diaria de una administración pública, que aunque seamos algo reacios a leer
los diarios, podríamos hacer una lista bastante larga de decisiones públicas
cotidiana. Y si no me creen, hagan la prueba y después me cuentan. Pero la
cuestión que nos ocupa acá es la siguiente: ¿estaríamos dispuestos a participar de
alguna parte de las decisiones diarias? ¿Estaríamos en condiciones (que implica
contar con la información suficiente, analizar el problema desde los diferentes
puntos de vista, considerar los diferentes intereses en juego, estudiar las
alternativas posibles, su implementación, sus costos, los recursos con que se
cuentan, los resultados previsibles, etc.) para opinar responsablemente sobre las
cuestiones que públicamente se discuten? Esta podría ser una tarea inabarcable
porque no nos olvidemos que nosotros seguimos normalmente con nuestra vida
particular. Entonces, se le critica a esta teoría que olvida la complejidad de la
participación y de la toma de decisiones diarias, pero además, que su modelo tiene
en mente un ciudadano total, al estilo griego. ¿Se acuerdan de la hipertrofia de la
política?

Lo interesante de éstas cuestiones es que nos plantea el desafío de repensar nuestra


democracia. ¿Acaso algún argentino puede decir que la democracia que queremos es
la que tenemos? Seguramente coincidimos en que nos vendría bien un poco mas de
participación, nuevos mecanismos que aumenten el control sobre los representantes,
que favorezcan la toma de decisiones eficaces y que todos los intereses de la

119
sociedad se vean mas implicados en las decisiones adoptadas. ¿Pero cuáles son
éstos mecanismos?

Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

Sartori no tiene problemas en criticar a esta teoría desde diversos aspectos y aún
como propuesta política. ¿Qué tal si revisamos esos argumentos? Vamos a tener
que rastrear diversas partes de su texto, inclusive la cuestión de las minorías
intensas, pero vale la pena el intento.
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Y estoy pensando en mecanismos realistas porque, seamos sinceros: podemos


considerar que la participación es el mejor mecanismo para tener una mejor
democracia, para encaminarnos hacia el logro del bienestar general, para ser
ciudadanos mas educados, más virtuosos, pero, ¿podemos suponer que estamos
como sociedad, dispuestos a participar responsable y honestamente en las cuestiones
públicas de manera de influir directamente y de controlar efectivamente? ¡QUE
TEMA!!! Mejor lo dejamos para el foro, mientras tanto lo vamos pensando bien, porque
para cháchara ya hemos tenido bastante.

120
CUADRO COMPARATIVO TEORIAS DE LA DEMOCRACIA

Teoría elitista Teoría pluralista Teoría participativa

Actores Estado – elites Estado – grupos de Estado – grupos -


políticos partidarias interés diversos ciudadanos
principales

Quien toma la Líder político Por consenso entre Gobierno de acuerdo a


decisión grupos de interés y la opinión pública o
gobierno mediante referéndum

Formas de Elección de líderes – Asociaciones, partidos, Elecciones y


participación delegación de facultades elecciones, negociación referéndum, debates
con el estado sobre cuestiones
públicas

Instituciones Partidos - competencia Partidos - grupos de Ciudadanos aislados -


para la electoral interés - elecciones Opinión pública –
participación grupos – información
pública

Sentido de la Instrumental: la elección Instrumental: Participación como


democracia de líderes otorga intercambio de autogobierno: lleva a la
legitimidad a las intereses y decisiones libertad y el alcance del
decisiones consensuadas bien común.

Características Apático, manipulable, Activo en pos de la Participativo – integrado


del ciudadano instintivo defensa de sus a la comunidad -
intereses – apático informado – opinión
políticamente formada

Sociedad Similar al mercado. Regida por los Individualista


Poder concentrado en intereses particulares.
algunas pocas elites. Poder disperso entre
los grupos

......

-----

121
Representación y diseños
institucionales

En la unidad 4 nos introduciremos en la cuestión de la representación y la


forma como se plasma en las instituciones que interactúan en el régimen
político.

Una primera modalidad de tratamiento de estos temas consiste en la


representación política como concepto y como teoría, donde abordaremos
cuestiones como las formas de representación, la inserción de la representación
en la idea democrática y las relaciones que entablan el sistema político entre
representantes (los políticos, los electos y el Estado) y representados (la
sociedad toda, los electores, la opinión pública, las demandas sectoriales).

La segunda modalidad es más analítica y de actualidad y utilizaremos los


textos y artículos de Marcos Novaro. En conjunto, analizan las modalidades de
representación típicas de América Latina, su actualidad y las causalidades
propias de la llamada “crisis de representación”, dándonos pie para tratar
temas como el populismo, el rol de los medios de comunicación, el rol de los
políticos, la función simbólica y representativa de los liderazgos. Según esta
interpretación, estaríamos asistiendo a un cambio en las formas de
representación, un cambio en la sociedad que afecta el carácter de los sujetos
“representables”, a la vez de reeditar viejas tradiciones políticas.

122
Unidad IV

Objetivos de la unidad

 Que los alumnos comprendan la función de representación política en el proceso


democrático y sean capaces de polemizar sobre la relación representante -
representado.

 Que los alumnos valoren la función de las organizaciones políticas que participan del
proceso de representación.

 Que los alumnos analicen a las instituciones políticas como canales de participación y
representación, considerando sus posibilidades, restricciones y reglas de
funcionamiento.

 Que los alumnos incorporen argumentos desde la teoría para el debate público de la
crisis de representación y la reforma de las instituciones democráticas.

Contenidos:
Significado y atribuciones de la función de representación. Representatividad y
responsabilidad en la democracia moderna. El sentido y alcance de la crisis de
representación actual, ¿crisis del modelo de representación? Liderazgo,
populismo y neopopulismo en América Latina.

Bibliografía obligatoria de la unidad:

MÓDULO DE CÁTEDRA: La teoría de la representación

Adam PRZEWORSKY. Democracia y Representación. Revista del CLAD


Reforma y Democracia Nº10. Caracas. Febrero de 1998. También edición on line
desde www.clad.org.ve

Marcos NOVARO. Crisis de representación, neopopulismo y consolidación


democrática. En Revista Sociedad Nº, Universidad Nacional de Buenos Aires. Y
edición on line en www.politica.com.ar

Bibliografía de consulta de los temas de la unidad:


Norberto Bobbio. El futuro de la democracia. Fondo de Cultura Económica, México, 1984

Marcos Novaro; Representación y Liderazgo en las democracias contemporáneas; Homo


Sapiens Ediciones, Rosario, 2000

Bernard Manin, “La metamorfosis de la representación” en Mario Dos Santos (comp.) ¿Qué
queda de la representación política?, CLACSO y Nueva Sociedad, Caracas, 1991

Giovanni Sartori. Elementos de teoría política. Alianza Editorial, Buenos Aires, 1999.

123
La representación moderna

En la unidad anterior nos hemos referido a la democracia como un régimen basado


en el reconocimiento de los derechos ciudadanos a participar en la toma de
decisiones públicas; principio que se hace realidad cuando se establecen sistemas
de representación para la constitución de gobiernos. Es decir, la idea de democracia
moderna se articula alrededor de la idea de representación de una manera clara y
contundente, pero la teoría analizada hasta aquí deja en las sombras a la idea
misma de representación, tal vez por considerarla un elemento mas del régimen o
simplemente por el carácter general de los enfoques analizados.

Por eso esta unidad se dedica a sacar de las sombras a la función de representación
y preguntarnos de una vez aquellas cuestiones básicas que quedaron solapadas:
¿qué es la representación? ¿qué entendemos por calidad de la representación?¿por
qué la democracia sería el sistema que provee los mejores representantes? ¿por
qué la representación nos desilusiona constantemente? ¿qué significa la crisis de
representación de la que todo el mundo habla actualmente?

Y aquí vuelve a presentársenos la distancia entre la idea y la práctica, entre la


noción abstracta y los aspectos a considerar para analizar los procesos empíricos.

La idea de representación nos dice que el representante es “la voz” del pueblo, que
es quien va a llevar las demandas y los intereses de todos a las instancias de
gobierno. Pero en la práctica encontramos que el llamado representante a veces
expresa los intereses ciudadanos pero no siempre de aquellos que lo votaron, a
veces los propios y muchas veces los intereses de su partido, corporación o grupo
privado al cual se encuentra relacionado.

Entonces, ¿qué pasa cuando el vínculo representativo parece cortarse, es decir,


cuando el representante no representa al representado, cuándo se quiebra la
confianza y la legitimidad?. ¿Es un mal político y por lo tanto es una falla
individual?, ¿resultaron insuficientes los controles ciudadanos sobre el
comportamiento de los representantes y por lo tanto es una falla institucional o de
la cultura cívica?, ¿es resultado de que las elecciones no son el mejor mecanismo
para elegir a los mejores representantes y por lo tanto es una falla de formulación
del régimen político?

124
La idea que sostiene estos interrogantes no es otra que la originaria de la
democracia: el pueblo es quien elige representantes y como soberano originario
sigue detentando el derecho de hacer escuchar su voz; por lo tanto, puede juzgar
la “fidelidad” de esos representantes y reclamar determinado comportamiento. La
idea es esa, ahora bien, la forma de plasmar este vínculo y de interpretarlo
contiene aristas mas complejas.

Continuaremos realizando algunas precisiones de lo que acabamos de decir, que


nos permitirán ir respondiendo aspectos de los interrogantes recién formulados.
Serán facetas de la representación muy puntuales, solo como guías y comentarios
de la rica bibliografía que tiene esta unidad.

Indaguemos a partir de lo que estamos leyendo

Para compenetrarnos con el tema busquemos a nuestro alrededor alguien a quien


consideramos un “buen representante”. No hace falta que sea alguien importante o
que tenga un cargo destacado, simplemente alguien a quien conozcamos bien
para saber como se desenvuelve o algún grupo que nosotros vemos que actúa en
representación de un grupo mayor o una comunidad mas o menos definida. ¿Lo
tenemos? Bueno, ahora pensemos:
¿Qué cualidades tiene ese representante? ¿cómo es su persona?
¿A qué intereses representa?
¿Cómo se comunica con sus representados?
¿Cómo sus representados se comunican con él?
¿Qué pasa cuando hay que tomar una decisión difícil?
¿Hay casos en los que debe “convencer” a sus representados sobre lo que hay
que hacer o las decisiones a tomar?

LA EXPRESIÓN DE INTERESES

La función expresiva de la representación: se refiere a esta tarea de expresar


los intereses y demandas del representado, “hacer oír su voz” adonde por sí mismo
no puede llegar. Nace de la necesidad práctica de hacer posible escuchar todas las
voces de los ciudadanos en una deliberación pública de dimensiones manejables (es
impracticable que todos concurramos a la plaza pública a dar nuestra opinión sobre
todas las cuestiones) y establece la obligación primera del representante.

125
Ahora bien, ¿el representante expresa de una manera pura e inmediata estos
intereses y demandas? Hay quienes señalan que esto es posible porque estos
intereses están determinados claramente y el representante es un mero transmisor
de algo dado, preexistente. Pero hay quienes señalan que el representante hace
mucho mas que simplemente transmitir, y que gran parte de su tarea es hacer que
esos intereses y demandas individuales se conviertan en demandas públicas,
colectivas. Esa es la función de agregación de demandas, el hecho de convertir
algo privado en un interés común a muchos. Es una conversión necesaria que
posibilita el debate y las decisiones públicas pero que, inevitablemente, transforma
el interés originario. El representante, según esta idea, no expresa el interés
ciudadano en su forma “natural” sino facturada, elaborada, de manera de expresar
intereses públicos. Esa transformación puede distorsionar en alguna medida la
petición originaria, pero a su vez, la hace posible.

La dimensión expresiva de la representación nos lleva al concepto de


representatividad, o representación sociológica como la llama Sartori. Es una
especie de medida de la posibilidad de expresar las diferencias ideológicas
existentes en una sociedad, de que los diversos intereses se vean efectivamente
representados o si quieren decirlo así, de la “pureza” en la transmisión de
demandas. El descubrimiento de la representación proporcional al que se refiere
Przeworsky.

Esta idea apunta directamente a la pregunta acerca de por qué razón el


representante se mantendría fiel a los intereses de quienes lo eligieron y responde
que sería por la identificación y la similitud de situaciones entre representante y
representado. Cuando nosotros suponemos que una mujer va a representar de
mejor manera los intereses de las mujeres, o cuando suponemos que un obrero
representará mejor los intereses de los obreros que un intelectual o que los
empleados administrativos de esa fábrica, estamos siguiendo el mismo
razonamiento. La identidad o la pertenencia a un grupo, nos estaría “garantizando”
la transmisión de demandas, la representación del interés de ese grupo y, por lo
tanto, alivianando la tarea de control del gobernante, o el ejercicio constante de
expresión de intereses de manera individual o multitudinaria en ámbitos públicos

El criterio de la representatividad proporcional se aplica de diversas formas. La mas


habitual se refiere a las diferencias ideológicas entre los ciudadanos que se muestra
en el sistema de partidos y en la distribución de votos en las elecciones. Si el
parlamento “refleja” fielmente la distribución de votos a los candidatos entonces
hablamos de un sistema “representativo”. Y por esto es que Sartori llama

126
“representación espejo” a esta forma de valorar el proceso. Apunta a lograr un
órgano representativo que sea una muestra en pequeño de la diversidad de
opiniones de la sociedad, pensando que el origen de los representantes (en este
caso el voto a determinado partido) nos asegura la “pureza de la opinión (que el
elegido representará la opinión de los votantes a ese partido). .

También lo reconocemos cuando las instituciones suponen diferencias de intereses


previas a cualquier elección, como la asignación de bancas de senadores nacionales
para cada provincia, o para cada sector étnico (Suiza), racial (Sudáfrica), religioso
(algunos países musulmanes) o social (régimen fascista).

Como vemos, la cuestión reside dónde se reconoce la raíz de los diferentes


intereses e ideologías. Si se supone que las diferencias residen en un único y
evidente parámetro, entonces podemos aplicar este criterio como la base de la
representación. De esta forma, el modelo corporativo que aplicaron los
fascismos, presuponía que la pluralidad venía dada por la forma de inserción en la
economía y organizaron parlamentos con representantes obreros, empleados,
empresarios, rurales e industriales. En cambio, si se supone que las diferencias no
se basan en ningún parámetro pre establecido, entonces hay que organizar la
representación de la manera más general posible y hablar de representatividad
luego, de acuerdo a cómo se expresaron los ciudadanos en las elecciones.

Ampliando conceptos

El modelo corporativo tiene muy mala fama por su asociación con los regímenes
fascistas, pero lo cierto es que se lo aplica en ámbitos muy diferentes, en algunos
casos asegurando con éxito la participación de los distintos sectores. En Argentina
se aplica en los Consejos de las universidades nacionales y algunas de ellas
trasladan la fórmula hasta el sistema electoral. Con todo el abanico de
posibilidades originada en la autonomía universitaria, la autoridad colegiada
superior está formada, por ejemplo, en un tercio por representantes de los
docentes, elegidos de entre sus pares (o sea, no solo que los docentes votan, sino
que los candidatos a ocupar esos lugares tienen que ser docentes), otro tercio por
representantes de los alumnos también elegidos entre sus pares, y finalmente un
tercio de representantes no docentes.

LA GENERACIÓN DE IDENTIDADES

La representación es mucho mas que transmisión de demandas, cumple también


una función simbólica muy importante, puesto que entre el representante y el
representado se crea una relación de identificación estable, duradera o no, pero
que está siempre presente. Aludimos al hecho de “sentirse representado por” el

127
representante, mas allá de la coincidencia de intereses o proyectos originarios. De
nuevo, la identificación común genera representación porque siento que “es uno
mas de nosotros”. En las décadas pasadas se generaron fuertes lazos de identidad
partidaria, haciendo que la legitimidad del representante o la adhesión a un
candidato fuera casi automática por el solo hecho de pertenecer a un partido del
cual yo también me sentía parte.

La identidad puede sostenerse en ideologías, en cuestiones raciales, histórico-


culturales, de origen socioeconómico, en la referencia general a ideas y problemas
sustanciales o no tener un fundamento aparente y parece que se asentara en
cuestiones como la simpatía, la adhesión a un tipo determinado de carisma o a
cualidades propias de los liderazgos personales.

En tiempos donde la identificación ideológica parece haber decaído, los especialistas


en diseño de campañas han entendido muy bien esta idea y buscan
constantemente cuál es el tema que separa las percepciones de la ciudadanía, para
que su candidato se acerque a la percepción mayoritaria y logre simbolizarla. De
esta manera se genera algo mas que el simple voto: el lazo mas fuerte y estable
que significa la identificación con el candidato.

Pero se imaginarán que la representación como identidad cumple funciones mucho


mas allá del marketing político, porque estamos hablando nada más y nada menos
que de la conformación de un escenario de debate público, de la forma de
interpretar la opinión pública, de encauzar la participación, de la legitimidad de los
representantes y hasta del poder de negociación que tiene ese representante frente
a otras posturas. No es lo mismo un candidato que gana las elecciones porque era
la mejor oposición al gobernante que aquel que las gana porque sus votantes se
identifican con su persona y sus ideas. La confianza y las expectativas depositadas
son mucho mayores en el segundo caso y las consecuencias se verán en el margen
de acción resultante. Como ejemplo, nada mejor que nuestro presidente Kirchner,
que hoy concita una adhesión y una esperanza que nada tienen que ver con los
resultados de las elecciones o con el origen de sus votantes.

La forma en la que se presente este lazo de identidad y confianza será decisivo


para el análisis de la representación. No podemos entender la historia política de
América Latina sino hacemos alusión a esa modalidad de representación tan
particular que constituye el populismo caracterizada precisamente por el tipo de
relación que se establecía entre los ciudadanos y el líder. Existe en esa relación una
fuerte identificación que no tiene que ver con la “representación sociológica”, con el
origen común o con la simple expresión de intereses que me representan sino que

128
va mucho mas allá. El líder populista representa una compleja trama de relaciones
en la sociedad, expresa demandas y problemas, pero también significa símbolos de
unidad y de identificación para distintos sectores. Él mismo representa la
complejidad social a la vez que le otorga unidad y evita la disgregación. Si
solamente nos quedáramos con la faz expresiva de este representante podríamos
llegar a decir que parece un demagogo, pero cuando incorporamos la faz simbólica
vemos que es un generador de identidades para la sociedad, un ámbito de
inclusión. (Hemos encontrado un corto e interesante artículo donde se discute la
actualidad de esta idea, y figura entre los ejercicios de esta unidad, unas páginas
mas abajo.)

Otro ejemplo de la representación como identidad lo constituyen los partidos


tradicionales, sobre todo en las décadas pasadas, cuando éstos generaban
“identidades políticas tradicionales”. Se llama así a la estable relación de
identificación que se establecía entre el ciudadano y el partido político al que
adhería, ya sea por razones ideológicas o simbólicas, y que permitía al partido
contar con un “núcleo duro de votantes”, puesto que sus adherentes no dudaban en
votar a los candidatos del partido, casi sin conocerlos, por el solo hecho de ser
miembros del partido. En todo el mundo encontramos resultados electorales muy
similares durante largos periodos de tiempo, junto a un minoritario número de voto
fluctuante, que nos muestran la presencia de identidades tradicionales. Nada de
esto es desconocido para nosotros, que hemos contado con fuertes partidos que
generaban identidades estables entre la población por lo menos hasta los años
noventa y la mayoría de las provincias todavía hoy los tienen.

Casualmente este cambio en las identidades representativas que acabamos de


mencionar nos permite señalar que el estilo de representación está cambiando en
todo el mundo y que hoy no se establece esta identificación tan estrecha entre el
representante y el representado. Antes los líderes políticos concitaban adhesiones
por ser buenos representantes de una idea y perdían todo apoyo cuando la
traicionaban. Hoy las ideas no concitan adhesiones en el electorado88 y entonces los
líderes atraen por si mismos, mas allá de lo que hagan.

En ese sentido, los debates analíticos mencionan la presencia de “líderes


delegativos” (idea acuña por O’Donnell en artículo muy interesante) para hacer
mención a la gran libertad de acción que hoy parecen tener los líderes en América

88
Esto está ampliado en la bibliografía. La cuestión es que cuando hablamos de crisis de representación
no es solamente porque los políticos han traicionado a la ciudadanía. Es notable también como los
ciudadanos no se fijan en las mismas cosas que antes importaban. Tal vez los políticos han abandonado
las ideas porque las ideas tradicionales ya no ganan votos.

129
Latina. Estos líderes tienen un amplio respaldo electoral pero luego no son
controlados por sus votantes, es como si los ciudadanos le dejaran las manos
completamente libres para actuar, como si la confianza depositada fuera ciega, o
como si en realidad no importara lo que hicieran. Ellos pueden apelar a amplios
segmentos de intereses, pueden hacer exactamente lo contrario de lo que dijeron
que iban a hacer y sin embargo, concitar un amplio apoyo y una adhesión
carismática evidente. Nosotros hemos sido inspiradores de esta idea: Menem
prometió salariazo y revolución productiva, hizo exactamente lo contrario pero
siguió ganando elecciones y teniendo muy buena imagen pública hasta finales de
los ’90.

O’Donnell entiende que este tipo de liderazgo es una muestra del desinterés
generalizado por la política; en cambio Novaro propone analizarlos como una nueva
forma de líder representativo, más simbólicos que expresivos, que logran
concentrar en su figura los únicos símbolos generadores de identidad que existen
en las sociedades actuales.

Pero dejemos esta discusión para otro momento y sigamos analizando las diversas
aristas de la representación.

LA LIBERTAD DE ACCIÓN DEL REPRESENTANTE

Hasta aquí, la pregunta acerca de quién es el representante está siendo respondida.


El representante es aquel que debe expresar los intereses de la ciudadanía y en ese
accionar la representa, es decir, simboliza su diversidad y su unidad en un mismo
momento. En términos teóricos se dice que el representante representa a la
sociedad ante el poder. Pero a su vez, representa intereses a la hora de tomar
decisiones, es decir, gobierna, y para la sociedad, está mostrando el ejercicio del
poder, es representación del poder.

Por su parte, el representado es aquel que, como miembro de la sociedad, tiene


intereses a ser representados, para lo cual deposita su confianza en un tercero, con
el cual se identifica. No son actores aislados sino que se establece una relación
específica conocida como el vínculo de la representación.

Ahora analizaremos aquellas aspectos relacionados con los alcances de esta


relación. ¿De qué manera el representante protege mis intereses?, ¿como él lo
considera oportuno o como los representados le indican? ¿que libertad de acción
tiene el representante?

130
Nada mejor que un clásico párrafo de Norberto Bobbio para tocar estos temas
porque expresa muy claramente la diferencia entre el mandato de un representante
político y el mandato de un representante en otros ámbitos:

En términos simples se acostumbra decir que el problema de la


representación puede tener diversas soluciones de acuerdo con las diversas
respuestas que ... se den a las preguntas: “¿cómo lo representa?” y “¿qué
cosa representa?” Son conocidas las respuestas mas comunes a estas dos
preguntas. A la primera: A puede representar a B como delegado o como
fiduciario. Si A es un delegado es simple y sencillamente un portavoz, un
nuncio, un legado, un medio de sus representados, y por tanto su mandato
es extremadamente limitado y revocable ad nutum. Si en cambio A es un
fiduciario, tiene el poder de actuar con cierta libertad en nombre y por
cuenta de los representados, en cuanto goza de su confianza, y puede
interpretar a discreción los intereses de ellos.(...) Para la segunda pregunta
(“qué cosa”) también se pueden dar dos respuestas: A representa a B con
respecto a sus intereses generales como ciudadano, o bien respecto a sus
intereses particulares, por ejemplo, como obrero, como comerciante, como
profesionista, etc. Debe hacerse notar que la diferencia sobre el “que cosa”
repercute también sobre en la diferencia sobre el “quien”.89

Si yo contrato a un agente de ventas para que encuentre al comprador de un


inmueble le doy órdenes muy precisas, un margen de acción muy acotado y
desconoceré los actos que realice fuera de esas condiciones. El agente de ventas
me representa plenamente en cuanto a la venta del inmueble y actuará en mi
nombre, pero es nada mas que un delegado porque no le permito decidir que es lo
más conveniente para mis intereses. El embajador de Francia en Argentina
representa ante nosotros a toda la nacionalidad francesa y los intereses de los
franceses en relación a la Argentina, pero cumple órdenes, es un delegado, no un
representante político. Un sindicalista que está negociando aumento de salarios no
está autorizado a aprobar cualquier propuesta que le ofrezcan; no solo tiene
establecidos rígidos parámetros, sino que debe someter esa propuesta a
consideración de la asamblea gremial, puesto que no es un representante político
sino un delegado de sus pares.

Un diputado es un representante pleno, puesto que el mandato representativo


incluye la toma de decisiones por cuenta propia (los diputados aprueban leyes, los
representados las aceptan y obedecen, aunque no estén de acuerdo puntualmente).
La diferencia es clara: en este caso no hay necesidad de consultar a los
representados antes de tomar la decisión.

Cuando se eligen representantes políticos, estamos eligiendo gobernantes, estamos


otorgando amplia libertad de acción a los electos. Ellos deciden en nombre nuestro
en todas las cuestiones públicas que tomen entre sus manos, y el sistema

89
Norberto Bobbio, El futuro de la democracia, FCE, México 1991, pag. 56

131
interpreta que, como son representantes de la pluralidad de intereses de la
sociedad, las decisiones resultantes serán el resultado de un proceso de
consideración de todos esos intereses en juego.

Por esto también es que Sartori señala que los representantes representan a la
nación en su conjunto, y no a tal o cual interés, o al sector de sus votantes. Una
vez en el poder, el representante toma decisiones para todos, y al decidir debe
pensar en el interés de todos y no solamente en la preferencia de un sector. Es
decir, debe combinar su obligación expresiva originada en la elección, por un lado,
y la obligación de gobernar, por el otro, en donde impone su decisión ante la
opinión de todos los ciudadanos.

Ampliando conceptos

A esto se refiere Marcos Novaro cuando habla de la diferencia entre la


“representación ante el poder” y la “representación del poder”. La primera hace
referencia a la faz expresiva y ascendente, de los ciudadanos hasta el estaddonde
el representante se caracteriza por llevar las demandas e intereses de la sociedad
mostrando las divergencias, matices y pluralidades de opinión. En ese ámbito el
ciudadano puede exigirle al representante la fidelidad a su promesa originaria o a
su obligación expresiva.

La segunda hace referencia a la función gubernativa y a la relación descendente


de la representación, donde el representante hace presente el poder quo; e tiene
en sus manos y transforma la confianza originaria en obediencia a las leyes y
resignación de determinados intereses en pos de la búsqueda de acuerdos
implícitos en cada política de gobierno. Aquí se encuentra mas explícito el rol del
liderazgo, como generador de ideas e impulsor de orientaciones de acción conjunta
y la imagen del representante como autoridad que nos representa.

Una consecuencia de esa libertad necesaria es la imposibilidad de reclamar al


gobernante por las decisiones tomadas. El representado puede y debe evaluar el
accionar de quien lo representa, pero no puede incidir directamente en esos actos
precisamente porque consideró que él actuaría en su nombre.

Bernard Manin90 es quien desarrolla de manera extensa esta afirmación de que la


democracia no tiene mecanismos institucionales para obligar a los representantes a
seguir los dictados de los representados. Los ciudadanos podemos hacernos
escuchar cuando nos manifestamos públicamente, pero no podemos desautorizar al
representante que hemos votado, cuando dice algo que no está de acuerdo con
nuestras ideas e intereses. El mecanismo claro y contundente sería la revocación
de mandatos, aquel que permite que, cuando el electorado considera que un

90
En “Principios del Gobierno Representativo”.

132
funcionario no cumple con las funciones encomendadas, lo despide, como a
cualquier empleado que esté a sus órdenes91.

La revocación es una figura muy diferente a la del juicio político. Éste considera que
el funcionario parece haber cometido un delito y que para seguir siendo investigado
debe quedarse sin fueros, o, en otros casos, que el representante está en
imposibilidad de continuar su mandato por alguna enfermedad física o mental. La
revocación de mandatos implica afirmar que el representante ya no tiene mi
confianza para seguir actuando como tal.

Esto muestra que el representante político no tiene un mandato imperativo, es


decir, no está obligado a respetar una orden expresa. Es verdad que tiene una
especie de mandato, que dice algo así como la obligación de representar los
intereses del pueblo, pero éste no es un mandato preciso e inconfundible. Por eso
es que tanto Manin como Przeworski se esmeran en analizar las circunstancias que
permiten interpretar el mandato ciudadano y las circunstancias que hacen imposible
tener un mandato imperativo, razones que nosotros la podríamos resumir en:

- el interés de la ciudadanía es general y no específico, brinda márgenes


de acción al representante;

- el interés de la ciudadanía reside en los resultados y no tanto en los


instrumentos que conducen a ese resultado (queremos estar mejor, y podemos
dejar que los gobernantes decidan las cosas que hay que hacer para que estemos
mejor).

- La promesa electoral puede caer en saco roto o no conducir a los


resultados esperados por el desconocimiento real de la situación al momento de
realizarlas (es tan común escuchar a los gobernantes que recién asumen decir que
se encontraron con una grave situación que el gobierno anterior ocultó para
beneficiarse!!) y entonces seguir la promesa sería ir en contra del interés del
electorado.

- Lo mismo sucede cuando cambian las circunstancias del contexto. Si se


devalúa la moneda en Brasil o hay atentados terroristas nunca antes imaginados, el
gobernante deberá cambiar el rumbo para adaptarse.

- La necesidad de construir consensos, es decir de no sostener posturas


absolutamente cerradas originadas en un grupo de la sociedad, para entablar el

91
¿Hace falta aclarar que la revocación de mandatos es muy rara de encontrar en un estado? El único caso
que la contempla es Venezuela, y la única vez que se puso en práctica fue con el plebiscito que podría
haber terminado con el mandato de Chávez.

133
diálogo con posturas diferentes igualmente válidas. Como dice Sartori, el mandato
imperativo resta espacio de negociación al representante y lo convierte en un
delegado, y en ese marco no podemos pensar la toma de decisiones colectivas,
simplemente porque solo tenemos una opción determinada antes de escuchar otras
opiniones. O como dice Przeworski: “Históricamente, el argumento principal ha sido
que se debe permitir que los legisladores deliberen. La gente quiere que sus
representantes aprendan los unos de los otros.”

“Las democracias representativas que nosotros conocemos son democracias


en las que por representante se entiende una persona que tiene las
siguientes características: a) en cuanto goza de la confianza del cuerpo
electoral, una vez elegido ya no es responsable frente a sus electores y en
consecuencia no es revocable; b) no es responsable directamente frente a
sus electores, precisamente porque él está llamado a tutelar los intereses
generales de la sociedad civil y no los intereses particulares de ésta o
aquella profesión.”92

¿Esto quiere decir que los representantes no tienen ningún tipo de mandato y que
los representados estamos a expensas de ellos? ¿no existe acaso ningún
mecanismo institucional que me asegure que los representantes trabajarán a favor
de los intereses del pueblo? Porque si no es así, entonces estamos frente a un
dictador y la democracia como sistema tiene realmente muy pocas ventajas.

Pero la teoría nos da algunas esperanzas, basadas no en la confianza y la moral de


los hombres en general y de los representantes en particular, sino en los fríos
mecanismos institucionales del sistema republicano. El representante se inclinará a
seguir los intereses de sus votantes porque ambiciona ser reelegido (para
mantenerse en el poder) y sabe que los votantes le quitarán su apoyo si no supo
hacer bien las cosas. Es decir, el representante especula con el comportamiento del
elector y se comporta en consonancia. Y las instituciones especulan y previenen los
comportamientos de los políticos y gobernantes.

Así entramos de lleno al tema del control ciudadano sobre el representante.

Participación y control al representante

Hemos señalado que el cuerpo de ciudadanos sigue manteniendo el derecho a


participar y a ser escuchado, simplemente porque ese es el principio organizador de
la democracia. Ese principio nos pone en condiciones de exigirle al representante el
cumplimiento de algunas metas, de cierto nivel de eficacia respecto a lo que
esperamos de sus acciones. ¿Es necesario reiterar? En ningún momento hemos

92
Norberto Bobbio, El futuro de la democracia, FCE, México 1991, pag. 57

134
dicho que podemos exigirle al representante que no cumplió con lo que le hemos
pedido, porque eso haría referencia a alguna forma de mandato imperativo que
está muy lejos de la representación moderna. Lo que estamos diciendo es que el
representante tiene cierta “responsabilidad” para con los representados por lo
que debe rendir cuentas de sus actos.

Dice Sartori que la representatividad no nos asegura una buena representación, es


decir, que el representante sea uno de nosotros (por semejanza o idéntico origen)
no nos dice nada acerca de su desempeño. Éste puede traicionar las ideas
pregonadas, puede pensar diferente “a los de su clase” y entonces no expresar los
intereses que se supone que representaría, y no vale la pena seguir enunciado las
posibilidades porque creo que son muy conocidas... Por otro lado, mas que la
fidelidad originaria, a los ciudadanos nos interesa que en su actuación el
representante responda a las expectativas que se tenían y obtenga resultados
positivos, nos interesa que el representante rinda cuentas, que pague por su falta
de fidelidad o sea premiado por haber sido capaz de interpretar la voluntad popular.

La responsabilidad es una forma de reconocer que el poder es otorgado por los


ciudadanos y que, si bien no existen órdenes expresas, los mandatarios no están
completamente libres en su accionar, que si bien tienen plenas facultades para
gobernar según su criterio serán juzgados por su actuación.

La representación, en suma, debe implicar no solo un modo de selección,


sino la accountability (el control del poder), pues no importa sólo quién
gobierna sino cómo lo hace y el marco institucional en el que actúa.
Representar significa, en términos estrictos, operacionalizar la modalidad
democrática de la legitimidad, por lo que se requieren que funcionen ciertos
dispositivos de control, y que se pueda “medir” la representatividad de un
gobierno.”93

¿Por qué es necesario controlar? Porque somos humanos, tenemos ambiciones y


cometemos errores y no hay mecanismo institucional que nos de la garantía de la
fidelidad y responsabilidad del representante.

“Toda organización mínimamente compleja, incluidas las políticas, está


sujeta a una contradicción, una tensión inherente que no admite solución
final, ni enteramente consensual, ni estable. Por un lado, los miembros de la
organización normalmente esperan la provisión de ciertos bienes públicos y
la solución de algunos problemas de acción colectiva. Esta expectativa exige
tomar medidas que son efectivas (es decir, generalmente producen tales
provisiones y soluciones), así como colectivamente vinculantes (las
decisiones se toman en nombre de los miembros de la organización y se
aplican a todos ellos, en principio independientemente de sus opiniones

93
Marcos Novaro, Representación y liderazgo en las democracias contemporáneas, pag. 51

135
respecto de tales decisiones). En una empresa, en una universidad o en un
sindicato puedo optar por retirarme. (...)
El otro polo de la contradicción resulta de la creencia extensamente
compartida de que es peligroso dotar a los individuos de demasiado poder.
Este peligro parece crecer geométricamente cuando estos individuos tienen
autoridad para tomar las decisiones colectivamente vinculantes respaldadas
con la supremacía en el control de los medios de coerción en una
organización de la cual es difícil o costoso retirarse. Incluso si se confía en
que un detentador de poder dado no abusará de su posición, no hay
garantía de que ésto no sucederá en el futuro. La conclusión racional es que
de alguna manera el poder tiene que ser controlado. Sin embargo, la misma
conclusión vale para cualquier solución a ser adoptada: ya que no hay
seguridad que algunos de nosotros seamos (y seguiremos siendo)
angelicales altruistas, las motivaciones de aquellos que controlan a los
poderosos y los poderes que deben asignárseles para que puedan
efectivamente ejercer esos controles, son también sospechosas. La vieja
fórmula ¿Quis custodiet ipsos custodes? resume este problema. En un
mundo en el cual no todos son pillos pero donde no muchos pueden ser
considerados como realmente altruistas y, especialmente, donde nadie
puede presumir ser inmune a las tentaciones del poder, ¿cómo pueden
establecerse controles efectivos?”94
La teoría a acuñado un nombre en inglés para designar y clasificar este control al
gobernante: a) accountability horizontal para el control entre instituciones que,
como lo desarrolla el texto de Prezworsky, va mucho mas allá de la clásica división
y equilibrio de poderes entre ejecutivo, legislativo y judicial; b) accountability
vertical para el control ciudadano.

Evidentemente el método mas contundente y claro de accountability vertical reside


en el voto, en ese juicio público del cual depende el futuro del representante. Pero
también encontramos otras modalidades menos institucionalizadas como las
movilizaciones públicas, la acción de movimientos sociales o de organizaciones
comunitarias que están pendientes de la eficiencia gubernamental y tienen
capacidad de denunciar públicamente acciones que no responden al interés general.
No por inconstantes o informales estos grupos son menos útiles como mecanismos
de control y si no vayamos sumando el accionar conjunto de organizaciones como
Poder Ciudadano, grupo de victimas de delitos cometidos por policías, ong
ambientalistas y tantas otras que actúan localmente. No toman decisiones pero
inciden en las acciones de gobierno, puesto que hacen sentir a los gobernantes que
el ojo público está detrás de ellos observándolos. Un poco lo que señala Dahl
cuando dice que el gobernante nunca toma las decisiones solo sino que siempre se
ve obligado a escuchar las distintas opiniones y toma una decisión que resulta de
este proceso de presiones múltiples y de formación del consenso.

94
Oscar, Oszlak Accountability Horizontal: La institucionalización legal de la desconfianza política,
op.cit. página 3

136
Las teorías interpretativas de la representación

La representación ha sido analizada desde dos grandes teorías: la pluralista y la


institucionalista. Las diferencia, a grandes rasgos, la forma como analizan la
conformación del mandato representativo y el lugar que le otorgan al representante
en la relación. Las teorías pluralistas entienden que el representante no hace mas
que expresar un interés ya existente y conformado en la sociedad, en cambio las
institucionalistas entienden que los líderes y las organizaciones mediadoras
cumplen un papel importante en la formación de identidades políticas y por
consiguiente, en la identificación de los intereses. En esta teoría los intereses, las
demandas y los ideales son interpretados y hasta construido por los grupos,
mientras que los pluralistas entienden que es producto del proceso de agregación,
es decir, los grupos no son más que actores expresivos de intereses reales de la
sociedad.

(Según las teorías pluralistas) la democracia consiste en la competencia y


agregación de intereses en sociedades organizadas en grupos y partidos que
persiguen metas particulares y fines éticos – políticos en conflicto. Tanto el
utilitarismo liberal y socialista como el pluralismo asumen que estas
sociedades corresponden a un desarrollo mas o menos espontáneo de
fuerzas sociales y a cierta racionalidad de la vida colectiva y de la acción
individual. Los intereses “a representar” se naturalizan, de este modo, en
una variedad de identidades sociales y políticas y en sus respectivas
expresiones organizativas. Puede existir una “voluntad general”, pero sólo
en términos de una fórmula de consenso entre los cálculos de utilidad de
todos los grupos intervinientes, expresada en la ley. Y lo fundamental es que
la sociedad a pasado a ser el polo activo de la representación,
extremándose, por lo tanto, su carácter “expresivo”: representar significa,
tan sólo, satisfacer preferencias que pueden ser registradas y medidas en la
sociedad a través de procedimientos claramente formalizados.95

Para ver el significado que puede tener la interpretación de los institucionalistas,


recordemos el papel cumplido por los partidos políticos de masas al momento de su
organización y cómo cambiaron las reglas de juego de lo político al integrarse las
demandas de los sectores anteriormente excluidos de la política.

(Alessandro Pizzorno) señala que cuando se formaron los partidos de masas


y las modernas organizaciones de intereses se hizo evidente que los
intereses representados no surgían espontáneamente de las voluntades
individuales, y que ni siquiera eran previos a su puesta representativa (es
decir que no podían considerarse al “pueblo” u otras categorías sociopolíticas

95
op cit. Pag. 176

137
como unidades a priori). Los miembros de las organizaciones de intereses no
se correspondían con los sujetos con derecho a voto que, formalmente al
menos, debían ser representados, y los partidos, en tanto “núcleos de
identificación y expresión de los intereses políticamente representables”
resolvían esta divergencia estableciendo un vínculo de mediación entre
ambos términos que no simplemente implicaba agregar intereses sino que
los ordenaba de acuerdo a un principio de identidad que les daba un sentido
político determinado. ... Estas identidades sostenían los vínculos entre la
opinión pública y los gobernantes, y articulaban el voto ciudadano con los
reclamos y apoyos de grupos sociales que agregaban intereses concretos.96

Estas teorías llaman la atención sobre el papel cumplido por los grupos mediadores
en la representación. Los pluralistas entienden que son meros agregadores,
transmisores de demandas existentes en la sociedad, los otros consideran que son
actores fundamentales para la conformación de la demanda social. Los
institucionalistas entienden que los pluralistas sólo consideran los intereses
particulares y su incidencia pública, mientras que dejan de lado las ideas
trascendentales que orientan a la política; ideas que, aunque no pueden ser
consideradas algo similar al “interés general” si actúan como ideales, como el
sustrato común que identifica a la sociedad. En la conformación de este ideal es
donde juegan un rol importantísimo los líderes y los partidos políticos y de esa
manera entrelazan la relación ascendente y descendente de la representación.

La mediación entre la misión o causa, conjunto de ideas que forman la


convicción del líder al que nos referimos ya como el “mandato representativo
descendente”, de un lado, y el reconocimiento de sus seguidores, que
supone la identificación, a la luz de esas ideas, de determinadas preferencias
que se espera satisfacer (mandato ascendente), mas el juicio del público
ante el cual el gobernante debe argumentar y justificar sus actos y
decisiones, poniéndose en referencia a su misión, del otro, definen el
carácter público de la representación. Este doble mandato compromete al
representante y da sentido a la noción de responsabilidad, pero no conlleva
la negación de la libertad de decisión del representante, como sí sucede en
el caso del mandato imperativo. El mandato representativo no consiste, en
un sistema de normas que el gobernante es mandado a aplicar, ni en una
sumatoria de demandas que esperan de él satisfacción, aunque por lo
común vaya acompañado de ambos. Si algo “expresa” es la creatividad de
sentido que posee el carisma político, su capacidad de traer a la existencia
una idea trascendental, el “bien común” o el “interés general” de la Nación o
Pueblo y, en base a ella, darle una forma y orientación a las expectativas,
los intereses y las opiniones de los gobernados.97

Pero al margen de esta discusión interpretativa, lo cierto es que los partidos


políticos parecen ser irremplazables en las democracias actuales, por lo que deben
ser tenidos en cuenta en la teoría de la representación. Pensemos un poquito en el
papel que cumplen.

96
Novaro, op cit, pag. 24
97
op cit, pag. 178 y 179

138
¿Podemos imaginarnos una necesidad, una demanda de un sector social que no sea
expresada mediante alguna forma de organización, o que se desentienda de los
partidos? ¿Acaso no le reclamamos permanentemente a los partidos actuales que
no dicen los verdaderos reclamos de la gente, que “están en otra cosa”? Esto es
representar y si no contáramos con la organización de los partidos políticos sólo nos
quedaría respaldarnos en un líder mesiánico que se adjudicara toda la
representación en su persona. Los partidos políticos han demostrado ser la mejor
manera de encauzar las demandas de los diversos sectores sociales, han sabido
cumplir con la función de “agregación de demandas”.

Los intereses, las demandas, los problemas particulares no pueden ser atendidos
por el estado, porque su función es la generalidad, crear políticas que regulen el
orden social. De allí que, para que las demandas particulares sean una demanda
política deben ser expresadas mas abarcativamente y es la tarea de los grupos de
interés y los partidos políticos. Estos grupos son representantes, porque se
establecen como mediadores en la relación estado – sociedad, encauzan el conflicto
social al expresar demandas públicamente y fortalecen la identidad de los grupos
que se asocian a sus ideas.

Otros autores, como Norberto Bobbio, han llamado la atención sobre el hecho de
que, si bien el representante no se debe a sus representados, en la práctica, se
debe al partido político que pertenece, el cual sí parece hacer uso de algunos
mecanismos propios del mandato imperativo. Otros autores han respondido que, en
realidad, el verdadero representante es el partido político, tanto como los grupos de
presión, mas que la persona del representante.

139
La crisis de representación

En las últimas décadas la política parece haber cambiado bastante y los grupos
representativos parecen haber perdido la capacidad de concitar identidades,
representar intereses y conciliar los conflictos. Son muchos los aspectos que se
analizan en este proceso, y podríamos resumirlos en:

Nuevos intereses sociales no integrables por los grupos tradicionales.


Cuando se formaron los partidos políticos y los grandes sindicatos parecía
haberse encontrado un esquema de representación suficientemente abarcativo
de la realidad como para alcanzarse el objetivo de la sociedad pacífica e
integrada, pero actualmente, como algo dijimos con la crisis del estado de
bienestar, los intereses están mucho más diversificados que la relación
empresario – obrero o derecha – izquierda, y los viejos esquemas
representativos no parecen ser suficientes.

La fragmentación de las demandas y la aparición de nuevas identidades y


actores determinó que las negociaciones fueran cada vez más costosas.
Entrando los dispositivos y procedimientos establecidos en una crisis de
efectividad y, en consecuencia, de legitimidad. Esto volvió, al mismo tiempo,
más dependientes de la representación política a los actores sociales, que
para superar la fragmentación y dispersión de la acción colectiva, requerían
ahora urgentemente canales institucionales que les permitieran “unificarse”
en torno a demandas y programas.98

Partidos políticos catch all o profesionales. Por su parte, los partidos


políticos han cambiado su estructura e ideología al prestarle una atención casi
exclusiva a la consecución de votos. Ahora diluyen sus posturas ideológicas para
conformar a mayor cantidad de electores, abandonan lazos de identidad
tradicionales y diseñan a sus candidatos según los dictados del marketing
político. ¿Quién puede sentirse identificado, representado por las banderas de un
partido que ya no presta atención a sus banderas?

Lo más importante a destacar en este sentido es que, a medida que se


debilitan las identidades partidarias, en parte como consecuencia de
estrategias de los mismos partidos para tener éxito en las elecciones, se
pierden también recursos para integrar lo diverso en una voluntad política
unificada; y a causa de ello, cuando esta capacidad sea puesta a prueba por
la irrupción de demandas no integrables por los mecanismos establecidos de

98
Novaro, op cit, pag. 35

140
agregación, los partidos ya no podrán refugiarse en principios ideológicos o
identidades diferenciadas y consistentes para retener a sus votantes. El
resultado de ello ha sido la pérdida de confianza en los partidos
tradicionales, el “desencanto político” de amplios sectores, así como el
desarrollo de una multitud de nuevas corrientes políticas.99

Influencia de los medios de comunicación en la conformación de intereses


y la transmisión de demandas. Los medios de comunicación disputan a los
líderes políticos la construcción de los ideales comunes, los mensajes públicos
que interpreten la realidad y propongan alternativas, pero sobre todo, los medios
se apropian de mediación al decirse la “voz de la opinión pública”, los
“representantes de la gente”, favoreciendo la pérdida de legitimidad de los
tradicionales representantes pero sin alcanzar a reemplazarlos (puesto que no
está entre sus propósitos).

99
Novaro, op cit, pag 27

141
Diario El Tribuno, Salta, 30 de Enero de 2006

Entrevista al sociólogo Marcos Novaro

''El populista invoca la voluntad popular y


lo impacientan las instituciones''
El sociólogo Marcos Novaro considera que "el populista se convierte en un agente de la
voluntad directa del pueblo y eso tiene en general consecuencias negativas" y afirma "que
en Argentina hasta ahora fue casi imprescindible tener rasgos importantes de populismo".
Sin embargo, Novaro no comparte la descalificación que la ortodoxia neoliberal hace del
populismo y considera que puede ser un instrumento apto para generar consensos y
organizar a los sectores menos favorecidos.

Corresponsalía
Buenos Aires

- Actualmente se habla mucho de "populismo" y se le atribuye este calificativo al


presidente Néstor Kirchner y al presidente de Venezuela, Hugo Chávez. ¿Usted
qué opina al respecto?

- Hay una discusión muy intensa por el significado de esa palabra o, mejor dicho, cada
quien le puede dar el significado que le plazca. Es un mote. Muchas veces se usa de una
forma equivalente a demagogia o a la "manipulación de la voluntad ciudadana". En
definitiva, una forma de aludir a algún tipo de perversión de la política democrática.

- Pero también se le puede asignar un perfil teórico más delineado...

- La discusión más académica sobre el populismo incluye a los economistas de la


tradición más ortodoxa, que critican las políticas expansivas intervencionistas a las que
consideran "distorsivas, causales de inflación, desequilibrios y crisis económicas". En
cambio, la tradición más politológica describe al populismo como una forma de crear
consenso popular en oposición a elites sociales, culturales, políticas o a una
combinación de ellas. Es la apelación al pueblo contra la oligarquía.

- Es decir, hay varios sentidos para interpretar el término...

- Creo que el término está en boga nuevamente porque se discute si hay un "populismo
necesario". En América Latina, el populismo quedó muy desacreditado en la transición
democrática en los ´80 o los ´90. La referencia se tornó negativa porque habían
terminado generando inestabilidad, crisis económicas, golpes de estado, gobiernos muy
precarios y situaciones de debilidad institucional. Las democracias tenían que ser
curadas de populismo. Se confiaba en políticas que las iban a hacer más responsables y
generarían estabilidad y progreso. Cuando entra en crisis esta idea optimista, se produce
un renacer del populismo.

- ¿Eso es bueno o malo?

142
- Yo tengo seria desconfianza a eso porque no hay mucha novedad en este planteo
respecto de los viejos populismos que ya mostraron conflictividad política, social y
económica.

- El populismo ¿sería como una especie de proceso en donde se busca la inclusión


de los sectores marginales pero sin ningún marco teórico ni un objetivo muy
preciso sobre cómo desarrollar esa inclusión?

- Antes de las transformaciones democráticas, el populismo no era liberal, no estaba de


acuerdo con las constituciones liberales y democráticas existentes. Tampoco era un
proyecto marxista revolucionario, era una vía intermedia...

- Como el peronismo...

- El peronismo era un ejemplo de esto, como Getulio Vargas en Brasil y Cárdenas en


México. Había movimientos populares con rasgos revolucionarios sin llegar a ser
marxistas en términos de una definición de clase. Planteaban una lucha política entre lo
que se llamaba "pueblo" y sus enemigos; y esa división del campo político era el
principio básico de su movilización. Ahora, si un rasgo del populismo es su carácter
impreciso y poco definido, lo deja afuera de los modelos de "partidos del orden" o
"partidos revolucionario". Es una vía intermedia con componentes transformadores y
elementos de integración a un orden tradicional.

- ¿Es autoritario o democrático?

- Otro elemento del populismo es el desprecio por las mediaciones institucionales,


porque contiene una sobrevaloración de la espontaneidad popular, es una celebración de
las virtudes del pueblo y de su capacidad de crear voluntad política. Siempre en el
populismo hay una apelación a la espontaneidad de la masa y de su comunicación
directa con un líder y con un movimiento frente a alternativas más institucionales.

- Es decir, prescinde de los requisitos institucionales...

- Cuando las mediaciones no funcionan bien, el populista concluye que toda mediación
institucional es una distorsión de una voluntad más espontánea y virtuosa del pueblo y
hay que dar lugar a esa voluntad. El populista se convierte en un agente de la voluntad
directa del pueblo y eso tiene en general consecuencias negativas sobre la vida política.

- ¿Cómo definiría en este contexto al gobierno de Kirchner?

- Este gobierno tiene rasgos populistas. Reivindica los intereses del pueblo, pero
privilegiando esos objetivos por sobre la forma en que se realizan. Entonces, no importa
si las medidas se toman por decretos de necesidad y urgencia o en contra de la carta
orgánica del Banco Central. ¿Y quién dice cuáles son sus intereses? Bueno lo dice la
mayoría, el líder y la opinión pública del momento; y eso en Kirchner está muy
presente, pero está latente en general en la política argentina. El oficialismo y la
oposición son populistas.

- ¿El populismo tiene algún rasgo rescatable?

143
- Yo no lo descalificaría. Aunque suele ser un arma peligrosa y una amenaza a la
calidad institucional, a veces es un instrumento imprescindible para generar consenso
político.

- ¿Es necesario ser populista para poder llegar al poder en la Argentina?

- Los gobiernos sin esos rasgos tuvieron poca suerte, como Raúl Alfonsín, que fue poco
populista. Menem fue mucho más hábil en el uso de estos recursos, en la descalificación
de sus enemigos políticos como una partidocracia, la apelación a esta virtud del pueblo
y de la opinión mayoritaria. El ex presidente riojano fue un neoliberal y un populista.

La ilusión reparadora

"Argentina y Venezuela sufren fractura social y la movilización populista volvió a tener


un carácter reparador. Sentimos que estamos excluidos, pero de alguna manera nos
reincluyen, por lo menos simbólicamente, a través de ideas de voluntad popular, de
gobierno de gente como nosotros y que nos vuelven a considerar. Aunque sea algo de
carácter puramente simbólico y de reparación muy circunstancial, funcionan. Chávez es
muy efectivo en eso: a pesar de la enorme cantidad de recursos que reciben por el
petróleo, la situación social en Venezuela no mejoró".

144
Elementos para el análisis del sistema
electoral
El sistema electoral es un mecanismo fundamental del régimen democrático
puesto que tiene tareas múltiples en la relación estado – sociedad; es el
encargado de asignar representación en las diferentes categorías (los
ciudadanos eligen quienes los van a representar); es el medio de expresión
política más directo que tiene la ciudadanía (al optar entre propuestas,
candidatos e ideologías diferentes). Pero a su vez, y mas centralmente, permite
el control exógeno de los gobernados, el juicio público de las acciones del
gobernante, puesto que en cada elección se veta o apoya a los políticos que
buscan ser reelectos.
Habiendo visto ya como se inserta el sistema electoral en la teoría democrática,
esta unidad consiste en la definición de los distintos aspectos y elementos que
lo componen, como la fórmula electoral, el circuito o circunscripción, los tipos de
candidatura y de listas, etc.; elementos que nos permitirán realizar
comparaciones entre sistemas adoptados por diversos países.
Pero además, queremos analizar los efectos que producen los sistemas
electorales sobre el reparto de poder entre partidos políticos, en la formación y
fortaleza de determinado sistema de partidos, en la eficacia de los gobernantes
o en la relación gobernantes-gobernados. Tema éste que es bastante
controvertido pero nos permite debatir acerca de la incidencia de determinado
diseño electoral sobre la calidad de la democracia y las condiciones de la
gobernabilidad en un momento dado. De esta forma, estaremos en condiciones
de examinar más detenidamente el debate público sobre la llamada “reforma
política”, debate que, muchas veces, pone en el centro al sistema electoral
atribuyéndole multitud de culpas y multitud de facultades.

145
Unidad V

Objetivos de la unidad

 Que los alumnos valoren los mecanismos institucionales que intervienen en el proceso
de representación.

 Que los alumnos incorporen nociones y vocabulario específico referido a los sistemas
electorales y realicen comparaciones entre sistemas existentes.

 Que los alumnos sean capaces de analizar el sistema electoral vigente en nuestro país
y de establecer los posibles efectos de eventuales reformas.

Contenidos
Los sistemas electorales como generadores de representación, alcance y límites
de esta influencia. Elementos y tipos de sistemas electorales. Los sistemas
electorales locales, nacionales y de América Latina. Las alternativas de reforma
del sistema electoral argentino.

Bibliografía obligatoria de la unidad

Módulo de cátedra. Ciencia Política I. Relaciones Internaciones. UCS.-

Guillermo Molinelli; Los sistemas electorales, en J. Pinto, ”Introducción a la ciencia política”.-

Bibliografía de consulta de los temas de la unidad:

Daniel A. Sabsay; La naturaleza de los sistemas electorales y sus impactos en los


sistemas de partidos políticos, trabajo presentado en el IX Curso Interamericano de
Elecciones y Democracia, IIDH/CAPEL/IFE

Código Electoral Nacional y leyes electorales provinciales

Caminal Badía; Manual de Ciencia Política, Tecnos, Madrid, 1996

146
La elección de representantes

En las unidades anteriores decíamos que la relación representante – representado


revestía diversas aristas porque:

- Se supone que el representante defiende los intereses de la sociedad pero, a


la vez, el representante forma parte del gobierno y como tal, tiene plena libertad
política en sus decisiones.

- Se supone que el representante es responsable ante la sociedad toda, pero en


la práctica, el representante actúa en nombre de un sector en particular del cual se
dice representante.

- Se supone que el representante se debe a quienes lo eligieron pero, aunque


esto fuera deseable, la democracia no prevé mecanismos para asegurarse esta
responsabilidad. No hay revocación de mandato en la mayoría de los casos, ni
“juicio de residencia”, ni mandato imperativo, ni rendición de cuentas.

Lo único que nos queda es la reelección. Si el mandato de los representantes no


fuera por un tiempo limitado y no existiera la posibilidad de presentarse
nuevamente a las elecciones, el pueblo no podría juzgar si la actuación del
representante fue positiva o negativa para sus intereses. ¿Recordamos los cuatro
principios del gobierno representativo que veíamos en la unidad sobre la
democracia?

Entonces, como dice Sartori: las elecciones son necesarias porque es la manera
como los representados están protegidos, en tanto no tienen otra forma de
protegerse y expresarse frente a su representante. Las elecciones forman la
representación, legitiman al representante y al régimen político todo; y finalmente,
juzgan la actuación de los representantes premiando o castigando a través del
voto.

Es esta importancia la que ha llevado a los autores pluralistas a prestar atención a


los procedimientos relacionados con las elecciones porque entienden que estos
procedimientos inciden directamente en la forma como los intereses de los
ciudadanos llegan al poder. Y así entramos a nuestro tema de los sistemas
electorales.

147
Qué pensamos nosotros, ¿la forma en la que son elegidos los representantes incide
en la “calidad” de la representación? ¿Si cambiamos en algo nuestro sistema
electoral tendremos mejores representantes?

¿Mejores en qué sentido? Porque podemos estar hablando de mejor


representatividad (en lo sociológico o “espejo” de la sociedad) o de mayor
responsabilidad (respecto de las demandas, promesas y resultados obtenidos), o de
más eficacia y eficiencia en las políticas de gobierno. ¿Incide en éstos aspectos si el
gobernador es elegido por simple mayoría o por ballotage, si los diputados surgen
de distritos grandes o chicos, de listas abiertas o cerradas, del monopolio partidario
para la nominación de candidatos? Si fuera así, entonces bastaría con un detallado
y concienzudo estudio institucionalista, relativo a lo que llamamos ingeniería
electoral, para encontrar la fórmula mágica del buen gobernante.

Recordemos el ejemplo que brinda Sartori para señalar las limitaciones existentes
en la relación entre el diseño institucional y la calidad de representación: Aún
estando de acuerdo en señalar que un distrito electoral relativamente pequeño
permite aumentar la responsabilidad y el control ciudadano sobre el representante
de una forma contundente, no siempre obtenemos la forma de responsabilidad que
beneficia a la democracia y siempre veremos menguados los resultados en
términos de representatividad. Tenemos mayor responsabilidad porque el territorio
acotado permite a los electores conocer al elegido, diferenciando su accionar, y
permite al representante conocer mejor las necesidades y opiniones de su
electorado; en la práctica, el representante se ve obligado a demostrar los
beneficios que propició para sus electores si pretende ser reelecto. Bien, para la
responsabilidad, pero ¿cómo alcanzar representatividad con sistemas mayoritarios
que restan cargos para las minorías? ¿cómo obtener debates sobre el interés
general si los votos están bien identificados y cada elector está en condiciones de
exigir políticas dirigidas específicamente a su interés particular? También la
responsabilidad se ve afectada.

A pesar de estas dificultades por todos conocidas y hasta de algunas conclusiones


contradictorias que muestran los estudios de caso, la mayoría de los analistas
coinciden en señalar que hay aspectos generales de los sistemas electorales que
afectan en alguna medida la calidad de la representación, y sobre todo, la forma o
la idea que se tiene acerca de ella.

Esta coincidencia nos dice que la clave no estaría en los mas recónditos detalles del
sistema electoral, sino en los principios generales que inspiran su diseño y la
medida en que estos principios se plasman en el diseño. O sea, podemos decir que

148
en la ingeniería electoral no afectan tanto los tornillos que utilicemos como la
estructura en si misma.

Como vamos a ver a medida que avancemos en la unidad, el lenguaje que


utilizamos cuando hablamos de sistemas electorales es muy particular. Casi les
diría que es un caso anómalo en la ciencia política porque tiene un elevado
desarrollo conceptual (frente a la imprecisión de muchas otras temáticas, o al uso
recurrente de conceptos comúnmente conocidos) y una complejidad que no parece
de las ciencias sociales. Para eso hemos incluido un glosario al final de este módulo,
que espero les resulte práctico y me sugieran los términos que sea necesario
agregar, pero que no espero que se lo aprendan de memoria, puesto que, como
acabamos de decir, el secreto de este tema no es analizar los detalles sino el
conjunto.

En el detalle yo me encuentro con circunscripciones y fórmulas electorales de muy


diverso tipo que puedo combinar de cientos de maneras y que dan lugar a
influencias diversas y cruzadas, a consecuencias evidentes o confusas, importantes
o inocuas. En el conjunto yo me encuentro con la idea general que inspira la
combinación de los elementos anteriores, me encuentro con las consecuencias
generales, en fin, me encuentro con el sistema electoral en pleno y no con algunas
de sus partes.

Esta distinción es tan importante que la primera premisa que debemos adoptar
para el estudio de esta materia dice mas o menos así: “de nada sirve analizar los
elementos que integran el sistema electoral por separado si quiero analizar el
funcionamiento del sistema, puesto que los elementos interactúan de forma tan
estrecha que la clave del análisis reside en esa interacción”. Pongo un ejemplo muy
local y después seguimos el rumbo: en Salta elegimos diputados provinciales según
un principio proporcional (decimos que queremos repartir los cargos entre los
partidos de acuerdo al resultado electoral) y desde distritos o circunscripciones
departamentales; en cada departamento se eligen un número predeterminado de
cargos según la población. Hasta aquí todo bien, es un sistema muy parecido a los
diputados nacionales y podemos decir que tenemos un sistema proporcional. Pero
cuando lo vemos actuando nos encontramos con que la mayoría de los cargos se
los lleva un mismo partido, o que no se refleja el resultado electoral en la
composición de la cámara, ¿por qué? Por la combinación de elementos en el
sistema: en muchos casos el distrito departamental es chico y solo elige un
diputado haciendo imposible repartir los cargos entre los partidos. Por lo tanto,
mientras el sistema tenga circunscripción departamental, los cargos de cada

149
departamento respeten la distribución de población y el número de diputados no se
duplique o triplique, tendremos siempre resultados mayoritarios. Vamos a volver
con el ejemplo.

Pero al fin y al cabo lo que importa es dilucidar si el sistema electoral de Salta es


bueno o es malo, si es imitable o debe ser reformado. Y las respuestas pueden ser
muchas porque depende del criterio que se adopte para analizarlo y depende que
se espera de los sistemas electorales. Entonces, para no seguir dando vueltas,
vamos a entrar de lleno en la cuestión de los criterios generales que sirven para
analizar los sistemas electorales.

LOS PRINCIPIOS MAYORITARIO Y PROPORCIONAL Y SUS CONSECUENCIAS

De acuerdo a la combinación de los diversos elementos que conforman el sistema


electoral encontramos dos grandes tipos de sistemas, los mayoritarios y los
proporcionales.

Sistemas mayoritarios: aquellos inspirados en la necesidad de brindar


los apoyos necesarios al gobernante para que pueda desarrollar sus políticas, es
decir, prioriza la capacidad de gobernar y entiende que un gobierno necesita un
poder fuerte, traducido en la mayoría legislativa, para hacerlo sin inconvenientes.
Este sistema tiene la ventaja de ser muy transparente en la responsabilidad del
gobernante, y de esa manera se favorece el juicio retrospectivo. ¿Lo vemos claro?
El sistema mayoritario otorga la mayoría o la totalidad de los cargos que se eligen a
quien gana las elecciones, entonces genera automáticas mayorías institucionales. Si
suponemos que ejecutivo y legislativo se eligen juntos, y por sistema mayoritario,
entonces el ejecutivo tiene un claro apoyo legislativo y no encuentra trabas para
adoptar las medidas que propone. La responsabilidad sobre los resultados están
muy claras: son del partido gobernante.

Sistemas proporcionales: prioriza la representación como espejo de la


sociedad porque entiende que la democracia implica la expresión de la pluralidad
social y la construcción de consensos para gobernar. Electoralmente llamamos
proporcional al sistema que pretende traducir los votos en cargos, trasladando el
resultado electoral a la composición del cuerpo que se elige y de allí la idea de
espejo: si el partido A alcanzó el 20% de los votos, le debería corresponder el 20%
de los cargos que se eligen. Esta traducción nunca es perfecta y por eso hablamos
de que es una aspiración, o el propósito que inspira al diseño del sistema. Como
vemos, este principio no está pensando en la capacidad de gobernar sino en la
expresión de la pluralidad social.

150
Para determinar si estamos ante un sistema inspirado por el principio mayoritario o
por el principio proporcional debemos analizar como se presentan los elementos
que integran el sistema electoral (cuestión que comentaremos mas adelante pero
que se encuentra bastante desarrollada en la bibliografía), pero también debemos
analizar la relación entre los resultados electorales y la forma de distribución de
cargos que resulta del sistema. Es importante este doble análisis porque es común
encontrarse con sistemas que, por ejemplo, tienen una fórmula proporcional pero
alcanzan resultados mayoritarios, o viceversa. Para reseñarlo, basta con ver los
resultados que produce el proporcional sistema salteño:

Diputados Provinciales, Salta, octubre de 1999

Resultado Proporción
Cargos
electoral en de cargos
obtenidos
porcentaje obtenidos

Frente Justicialista 58.0 23 77%


Alianza Salteña 40.7 7 23%
Partido Obrero 0.8 -
Partido Humanista 0.3 -
Alianza Unión Popular 0.2 -
Total 100% 30 100%

Resultados electorales
Cargos obtenidos

Alianza
Salteña Frente Alianza
Frente 41% Justicial Salteña
Justicia- ista 23%
lista 77%
58%
otros otros
1% 0%

¿Lo vemos? El reparto de cargos se acerca poco a los resultados electorales y la


visión del espejo resulta bastante distorsionada. El sistema es mayoritario.
Podemos decir que el sistema ayuda a gobernar, pero limita la expresión de los
intereses minoritarios.

¿Cuál de los dos principios es el mas apropiado? Aquí se acaba la ciencia y entran
en juego criterios políticos muy atendibles. Hay que considerar la historia de un
país, las diversidades de pensamiento social, los conflictos, las fuerzas políticas

151
existentes y el sistema que permite representarlas a todas, la cultura de los
electores, en fin, una multiplicidad de factores que hacen que resulte muy difícil
tener una conclusión contundente para un país cualquiera, o proponer reformas
importantes de la noche a la mañana.

El siguiente es un texto de Marcos Novaro100, acerca de la forma como se interpretó


la adecuación de determinados sistemas electorales al momento histórico que vivía
cada país. Creemos que resulta interesante porque, sin hablar de efectos derivados
del sistema electoral, o de leyes como las de Duverger101, hace referencia a la
forma de la representación, a la conformación de gobiernos y a la forma de
resolución de conflictos que se entendieron consecuencia del sistema electoral.

En Europa continental la experiencia de Weimar había sido aleccionadora


respecto de los peligros del sistema proporcional y el multipartidismo (la
inestabilidad y el desorden que acarreaban favorecían a los partidos extremistas
y obligaban a recurrir a “los aspectos no racionales de la representación” para
conservar el orden, según Friedrich), y de la necesidad de garantizar mayorías
sólidas y perdurables que apoyaran a los ejecutivos. De manera que, en los
ochenta y los noventa al extenderse la presunción de una crisis irreversible de
los partidos de masas, fue natural que floreciera el interés por los sistemas
mayoritarios de circunscripciones uninominales, que muchos países europeos
habían abandonado a principios de siglo precisamente por presión de dichos
partidos. De esos sistemas se espera que reduzcan el número de partidos y su
independencia (dos problemas que se tornan agudos con la crisis de las
identidades y la estatización de los aparatos partidarios), restablezcan la
relación representativa entre electores y elegidos, “simplificando” las
mediaciones (partidistas sobre todo) que “distorsionan” esa relación, y
configuren un reflejo no distorsionado de los intereses de la sociedad, en
particular a nivel local, a la vez que mayorías amplias en el plano nacional. ...

La experiencia reciente, sin embargo, muestra que éstos sistemas


favorecen la emergencia de “nuevos notables”, la creación de mayorías
“artificiales” antes que la responsabilidad personalizada de los representantes, y
que es difícil lograr en sociedades complejas como las contemporáneas una
representación transparente de los intereses locales, que no sea fragmentaria y
disfuncional para la toma de decisiones.

En Estados Unidos e Inglaterra esta fue la oportunidad también para que


se revisara la simple conflictiva cuestión de los mecanismos de distribución de
las bancas entre Estados y distritos. La denuncia de la manipulación de que

100
M. Novaro, Marcos Novaro; “Representación y Liderazgo en las democracias contemporáneas”;
Homo Sapiens Ediciones, Rosario, 2000, pag. 49 y 50.-
101
En los años ‘40, el prestigioso politólogo Maurice Duverger, escribía lo que él consideró la forma
como el sistema electoral actuaba sobre el sistema de partidos y lo resumió en tres simples reglas:
1º) el escrutinio mayoritario a una sola vuelta tiende al bipartidismo (sistema con solo dos partidos
importantes); 2º) la representación proporcional tiende al multipartidismo (de tres a cinco partidos con
resultados electorales significativos); 3º) el escrutinio mayoritario a dos vueltas (ballotage) tiende a una
multipartidismo atemperado por las alianzas. Posteriormente él mismo matizó sus famosas leyes
señalando que mas que producir efectos directos, el sistema electoral actuaba como acelerador o freno de
tendencias propias de las fuerzas sociales. (Duverger, “Sociología Política”, editorial Ariel, 3º edición,
Barcelona, 1981)

152
eran objeto el tamaño y los límites de los distritos uninominales puso en
evidencia la doble tensión que el sistema de representación anglosajón padecía
en forma crónica: por un lado, entre el derecho a un voto igual y la
representación de comunidades locales compactas, y por otro, entre la
funcionalidad y eficacia decisional del sistema mayoritario y los problemas de
justicia derivados de la consecuente exclusión de amplias minorías del
electorado de la posibilidad efectiva de enviar representantes a las cámaras. La
preocupación se centraba, entonces, en cómo garantizar la igual consideración
de los intereses de todos los individuos y grupos, para lo cual los sistemas
proporcionales aparecían como una alternativa novedosa y justa, a la inversa de
lo que en ese mismo momento se estaba volviendo la opinión predominante en
Europa continental.

El tema se entrelaza inmediatamente con las consecuencias y relaciones que se


encadenan detrás del sistema electoral, sobre el poder del gobernante, sobre el tipo
de partidos y la cantidad, sobre la estabilidad de los partidos y la sobrevivencia de
los nuevos, sobre la expresión de la ciudadanía, los individuos y los grupos, sobre
la cercanía del representante con el representado, sobre la capacidad de control y
la responsabilidad del representante.

Bueno, creo que, aún dejando abierta la ventana sobre este tema, es momento de
pasar al análisis de los principales elementos que se conjugan en el sistema
electoral.

Ampliando ideas y conceptos

Douglas Rae sistematiza las reglas generales que debe cumplir todo sistema
electoral:
 Imparcialidad: no puede favorecer a un partido concreto y perjudicar a
otro de forma expresa. Para garantizarla se tienen que dar los siguientes
extremos: integridad de la administración y voto secreto, garantías contra la
intimidación y represalias; indiferencia de partido para aplicar la fórmula electoral
(o sea que los cálculos sean los mismos sea cual sea el partido que sacó los
votos), publicidad de las reglas electorales, igualdad de oportunidades para
todos los partidos que compitan.
 Conveniencia histórica: un sistema electoral debe acomodarse a la
estructura de las instituciones de un país.
 Control del fraccionamiento excesivo: la existencia de muchos partidos
con posibilidades de triunfar puede dificultar la gobernabilidad, por lo que se
recomienda cierto control sobre el número de partidos que no implique
manipulación política sino que sea resultado de las opciones electorales de los
votantes.
 Viabilidad de los partidos pequeños: su existencia es básica para la
canalización de determinadas preferencias no recogida por los partidos grandes.
Entonces, si el criterio anterior aconseja la existencia de barreras electorales
para impedir la atomización, este aconseja que ésta barrera no sea demasiado
alta sino que permita la existencia de partidos pequeños.

153
 Aproximar el partido y el electorado: estableciendo circunscripciones
que no impliquen demasiada cantidad de habitantes de manera de mantener
102
cierta relación de confianza y familiaridad entre partido y electorado.

Elementos que conforman el sistema electoral

 La Circunscripción:
Es la unidad electoral básica que consiste en la división de los electores
con relación al territorio (excepto en las circunscripciones únicas de
extranjeros) a partir de la cual se realiza la distribución de los cargos
electivos. Las circunscripciones pueden analizarse de acuerdo al
proceso de su delimitación o según sus dimensiones.

La delimitación de un circuito electoral generalmente se justifica sobre la base de


criterios de distribución demográfica, dirigiéndose al objetivo de mantener lo más
estable posible la relación cantidad de electores / cantidad de cargos a elegir. Esta
no es una cuestión caprichosa o de simple comodidad, sino que responde al
principio democrático de todo sistema electoral: el derecho de cada ciudadano a
hacer valer su voto en igualdad de condiciones que el voto de cualquier otro
ciudadano, o dicho de manera mas simple y conocida: un hombre igual a un
voto103.

Esta igualdad de la representación por circunscripción no siempre es posible y en


oportunidades se justifica en la combinación de otros criterios utilizados
conjuntamente para la delimitación de circunscripciones: territoriales, raciales,
políticos. Por ejemplo, la Cámara de Diputados de la Nación en Argentina tiene un
criterio político como punto de partida: los diputados se eligen en circunscripciones
provinciales porque ellas representan las identidades propias de nuestro sistema
político y porque así se responde a los pactos que dieron origen a nuestro estado.
Además, este criterio justifica un desigual reparto de cargos en cada circunscripción
porque primero reparte un mínimo de dos diputados por provincia, y luego recién
aplica el criterio de un hombre = un voto para distribuir los cargos según la
población de cada circunscripción, beneficiando a las provincias menos pobladas.
Entonces, el criterio político justifica la sobre-representación de las algunas
provincias, perjudicando la representación de los ciudadanos de las provincias mas

102
Douglas Rae, según Román Castro en “Temas básicos de ciencia política”, pag. 118.
103
Este es el principio que diferencia a la democracia liberal de otros sistemas, especialmente de los pre-
democráticos donde el voto era censitario o cualificado y regían complejas estructuras que determinaban
valores diferentes según la clase social. Asi, por ejemplo, en algunos periodos Inglaterra tuvo un sistema
en que los propietarios tenían mas votos que los no propietarios, y además votaban en todos los distritos
en que tuvieran propiedades. Este principio no debe confundirse con los sistemas de doble voto, o votos
múltiples, como vamos a analizar mas adelante.

154
pobladas, utilizando el elemento de la asignación mínima de cargos a alguna
circunscripción.

Pero también encontramos circunscripciones dibujadas en base a principios mas


oscuros y mas especuladores puesto que se basan en los cálculos acerca de los
resultados que obtendrán las fuerzas políticas (especialmente la gobernante en el
momento de hacer la delimitación). Este problema es un asunto serio y ha recibido
la denominación de gerrymandering, aludiendo al manipuleo al que es sometido el
mapa electoral, a partir de un cálculo muy simple: se trata de concentrar en una
circunscripción el voto favorable y de dispersar o romper el distrito que concentra
votos opositores. Como vemos, es una operación efectiva especialmente en
circunscripciones uninominales o en aquellos sistemas que tienen facilidades para
reformar los límites y adecuarlos a los cambios de opinión del electorado. En
nuestro país se hizo evidente en la elección de 1912, cuando el Partido Conservador
armó un distrito a la medida del Partido Socialista a fin de restarle posibilidades a la
creciente Unión Cívica Radical. Esa fue la única elección con distritos uninominales
en nuestro país, y permitió la llegada de Juan B. Justo a la Cámara de Diputados.

El otro aspecto desde el cual analizar a las circunscripciones reside en su


magnitud, no medida en términos territoriales sino en relación a la cantidad de
cargos que se deben elegir en ella. En ese sentido podemos hacer una clasificación
muy simple entre circunscripciones uninominales o plurinominales, y a su vez entre
las segundas, pequeñas, medianas y grandes104:

Circunscripciones según su magnitud

Cantidad de cargos
que se eligen
Uninominal 1
Plurinominal pequeña 2a5
Plurinominal mediana 6a9
Plurinominal grande 10 o más

 Fórmula electoral:
La democracia se define porque para saber quien gobierna hay que realizar una
elección popular donde se presentan todos quienes se postulan para ocupar los
cargos. Bien, pero una vez que se hace la elección, ¿cómo saber quien ocupa cada
cargo? ¿cómo saber cuántas bancas de diputados le corresponde a cada partido? A

104
Dieter Nohlen, Sistemas electorales y partidos políticos; pag 53

155
eso se dedica la fórmula electoral que es el procedimiento matemático utilizado
para determinar la conversión de los votos en cargos.

Las fórmulas electorales

Principios de Tipos de fórmulas


Fórmulas Ejemplos
decisión electorales

Gran Bretaña
Simple o pluaralidad El que gana se lleva todo. Gobernador en
Mayoritarios Salta

El que gana Para ganar, hace falta


alcanza una alcanzar una mayoría de Presidente en
Absoluta Argentina
representación votos, generalmente
mayoritaria. incluye ballotage. Francia

Gobiernos con
el apoyo político
suficiente para La minoría obtiene
gobernar. representación. Senado argentino
Semiproporcionales Voto acumulativo, voto desde el 2001
limitado, voto único Japón
transferible.

D' Hondt Argentina


Proporcionales
Fórmula del divisor
Hagenbach-Bischoff Suiza y Austria

Aspira a que las Suecia y Noruega


Saint-Lagüe
listas alcancen
tantos cargos
como indica la
proporción de Hare Italia hasta 1993
votos obtenida. Fórmula del cociente
Las cámaras
Droop Grecia
como reflejo de
lo que piensa la
ciudadanía.
Combinan circunscripción
Mixtos única proporcionales con Alemania, México
subdivisiones territoriales
uninominales

156
Encontramos diversas fórmulas implementadas en el mundo que pueden
clasificarse de acuerdo al principio que guía la decisión, en mayoritaria o
proporcional. Como cada una de ellas tiene múltiples subtipos, nos pareció mas
claro ponerlo en el cuadro que se encuentra en la página siguiente.

Creo que con algunos ejemplos la idea de fórmula electoral será muy práctica. Para
elegir presidente de la Nación los argentinos adoptamos una fórmula de mayoría
absoluta a dos vueltas, esto es, si la mayoría absoluta de los votos no es obtenida
por ningún candidato en la primera elección se realiza otra, que, como tiene solo
dos candidatos, permite que uno de ellos alcance la mitad mas uno de los
sufragios. ¿Dónde está la matemática? En la definición de mayoría absoluta: mas
de 45% de los votos o mas de 40% y un diferencia mayor a 10% con el segundo
candidato. Es un procedimiento objetivo y transparente para asignar los cargos.

Para elegir senadores nacionales, adoptamos una fórmula también mayoritaria pero
diferente, que favorece a la mayoría pero brinda espacios a la minoria: “al partido
que mas votos tiene le corresponden dos cargos, al partido que lo sigue en votos,
uno”. Fíjense, que no se necesita la mayoría de los votos para obtener la mayoría
de los cargos (solo se necesita ser el mas votado) y tampoco se establece una
relación proporcional entre los votos y los cargos obtenidos (el segundo partido
puede obtener, con el 10% de los votos, el 33% de los cargos).

Para elegir diputados nacionales utilizamos la fórmula D' Hondt, que se convierte
automáticamente en la mas conocida de las fórmulas proporcionales y en la cual
nos vamos a detener un poquito. Ella indica que ante un resultado electoral hay
que dividir los votos de cada partido tantas veces como sea la cantidad de cargos a
elegir, luego ordenar los divisores obtenidos y asignar los cargos.

Lo veamos en un caso puntual: supongamos una provincia que elige 7 diputados y


donde se obtiene el siguiente resultado electoral:

Partidos A B C D
Votos obtenidos 71.406 42.213 15.630 8500
Porcentaje de votos
50.8% 30% 11.1% 6.3%
obtenidos

Ahora dividimos el total de votos de cada partido tantas veces como el número de
cargos a elegir (7)

157
A B C D
Total de votos / 1 71.406 42.213 15.630 8.500
Total de votos / 2 35.703 21.106 7.815 4.250
Total de votos / 3 23.802 14.071 5.210 2.833
Total de votos / 4 17.851 10.553 3.907 2.125
Total de votos / 5 14.281 8.442 3.126
Total de votos / 6 11.901 7.035 2.605
Total de votos / 7 10.200 6.030
Total de votos / 8 8.925 5276
Total de votos / 9 7.934 4690
Ahora hay que ordenar los cocientes resultantes de mayor a menor hasta cubrir 7
(o sea, los cargos a cubrir).

A B C D
71.406 1º 42.213 2º 15.630 7º 8.500
35.703 3º 21.106 5º 7.815 4.250
23.802 4º 14.071 9º 5.210 2.833
17.851 6º 10.553 3.907 2.125
14.281 8º 8.442 3.126
11.901 7.035 2.605
10.200 6.030
8.925 5276
7.934 4690

Conclusión: el partido A gana 5 bancas, el partido B gana 3, el partido C, solo una y


el partido D no tiene diputados porque su cociente es muy bajo.

Ese es el mecanismo. Para hacer un cálculo rápido hay que considerar que se
acerca mas o menos a la proporción de votos alcanzada. El partido A sacó 50% de
los votos y le corresponden el 55% de las bancas (5 sobre 9), el partido B tiene
30% de votos tiene, el 33% de los cargos a cubrir, o sea 3. Entonces sabiendo el
porcentaje de votos obtenidos uno puede darse una idea de cómo se distribuyen los
cargos.

El problema de ese cálculo rápido es que la distribución puede variar ante


relativamente pequeñas diferencias de votos y tengamos que recurrir al cálculo
completo para saber a quién le corresponde la última banca en juego.

¿Mas o menos quedó claro?

Si analizamos el efecto que produce la adopción de cualquiera de éstas fórmulas


veremos que ninguna de ellas es de por sí exitosa. Las de mayoría favorecen a los
partidos grandes y/o tradicionales, las semiproporcionales a los segundos partidos y
las proporcionales, que según el principio de decisión no deberían producir efecto

158
directo alguno, terminan favoreciendo a los partidos grandes o a los mas chicos,
pero rara vez a los medianos. Este primer análisis debe ser profundizado
necesariamente en relación con la influencia del conjunto de elementos del sistema
electoral, en especial al tamaño de la circunscripción o la existencia de la barrera de
entrada.

 Candidatos:

La presentación de candidatos puede ser personal, cuando solo figura el nombre de


un candidato o de lista. En la lista se encuentran los candidatos designados por las
agrupaciones políticas de acuerdo al número de cargos que deben elegirse.

La lista puede ser cerrada y bloqueada (como en el sistema argentino),


denominada así porque el elector no puede alterar ninguno de sus elementos y la
asignación de cargos se realiza siguiendo el orden impuesto por el partido. Es decir,
suponiendo una fórmula d’hondt, sabemos que a un partido le corresponde 4
cargos, ¿quienes son esos cuatro candidatos que son electos? Precisamente los
que, según la lista presentada en el cuarto oscuro, figuran en 1º, 2º, 3º y 4º orden.

Cerradas pero no bloqueadas, cuando se permite cambiar el orden de los


candidatos en la lista. Por ejemplo, el sistema de preferencia que implica que el
elector puede votar individualmente a alguno de los miembros de la lista para
colocarlo en el primer orden. Entonces para saber a cuáles de los 4 candidatos de
un partido les corresponde la banca, hay que hacer un segundo recuento de votos,
esta vez individual para armar el orden de preferencia dado por el electorado.

Abiertas, también conocidas como panachage, cuando tanto el orden como los
candidatos de distintos partidos pueden ser combinados dando lugar a un nuevo
listado según la voluntad del elector. Como pueden imaginarse, el escrutinio de
votos con este sistema se torna mucho mas complejo aún.

 Formas de emisión del voto:

Pueden clasificarse en voto único (con lista cerrada y bloqueada), voto múltiple
(donde el elector tiene mas de un voto de acuerdo a la cantidad de cargos que se
eligen), voto preferencial (cuando el elector organiza su orden de preferencia) y el
panachage (el sistema que mayor libertad permite al elector porque le permite
cambiar tanto el orden como el nombre de los electores).

159
En Argentina tenemos voto único y votos múltiples en aquellas provincias que
tienen ley de lemas. Con ese sistema el elector tiene dos votos: primero elige el
partido o lema por el cual quiere votar y después elige el candidato de ese partido o
el sublema. Entonces con una boleta está haciendo dos opciones o votos: al lema y
al sublema.

 Barreras de entrada:

"Se usa el término "barrera legal" cuando la participación de los partidos, en la


asignación de escaños, depende de que éstos obtengan un mínimo de votos, en
relación con votos válidos emitidos. Si los partidos no superan esa barrera, no
pueden acceder a ningún cargo.

Estos umbrales se establecen para evitar el fraccionamiento excesivo de la


representación, es decir, para dificultar la existencia de partidos muy pequeños que
dispersarían los intereses políticos, dificultando la formación de consensos y
decisiones conjuntas, es decir, favoreciendo la inestabilidad política. Si bien son
muchos los elementos que tienden a desalentar la existencia de partidos pequeños
(por ejemplo fórmulas mayoritarias) la barrera es el único procedimiento legal que
está puesto expresamente para lograr ese objetivo.

Esto se hace evidente cuando vemos el resultado de los sistemas electorales


proporcionales con y sin barreras de entrada, que dejan fuera a los partidos más
chicos. Sino, veamos la composición de la legislatura de la ciudad de Buenos Aires,
que funciona sin barrera legal y con multiplicidad de partidos.

160
Resumen de elementos del sistema electoral

 Uninominal (1 cargo)

 Plurinominal pequeña (2 a 5 cargos)


Circunscripción
 Plurinominal mediana (6 a 9 cargos)

 Plurinominal grande (10 o más cargos)

 Mayoritarias
Fórmula electoral
 Proporcionales

 Personal

Cerrada y bloqueada

Candidatura
Cerrada pero no bloqueada
 Lista
(tachas, preferencia)

Abierta o panachage

 Nulas

Barreras  Bajas

 Altas

 Único u ordinal

Tipo de voto  Voto múltiple

 Voto categórico, preferencial o panachage

161
EJEMPLO Y EJERCICIO

El sistema electoral en Argentina

Distrito único en todo el país.


Presidente
Uninominal

Circunscripciones provinciales
Senadores Nac.
Plurinominales pequeñas
Circunscripción

Circunscripciones provinciales.
Magnitud variable
Diputados Nac.
Plurinominal grande en
algunas, medianas la mayoría

Mayoritaria – pluralidad con


Presidente
base mínima y ballotage

Semiproporcional
(La 1º minoría se lleva la
mayoría de los cargos, la 2º
Fórmula electoral Senadores Nac.
minoría obtiene
representación, pero la 3º
minoría no.)

Proporcional con sistema


Diputados Nac.
D’hondt

Lista cerrada y bloqueada


Tipo de voto
También llamado voto ordinal de lista

Barrera 3% en cada circunscripción

Nominación Monopolio partidario

Otros elementos Renovación parcial de la Cámara de Diputados, lo


influyentes que disminuye la magnitud de las circunscripciones.

162
PARA COMPLETAR

El sistema electoral en tu provincia

Gobernador

Senadores Prov.
(si hay)
Circunscripción

Diputados Prov.

Gobernador

Senadores Prov.
Fórmula electoral
(si hay)

Diputados Prov.

Tipo de voto

Barrera

Nominación

Otros elementos
influyentes

163
Indaguemos a partir de lo que estamos haciendo

Respecto al sistema electoral argentino, pensemos y busquemos la información


necesaria:
Para la conformación de las instituciones, ¿cómo incidió el cambio de sistema
electoral para presidente? Recordemos que antes de 1994 el presidente era
elegido en un Colegio Electoral conformado por representantes de todas las
provincias y ahora se elige por distrito único y con segunda vuelta.
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¿Hay algún elemento que quiere ser reformado por algún sector político o por la
opinión pública? ¿Qué fundamentos se menciona para apoyar ese cambio?
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¿Crees que esas reformas propuestas traerían aparejado una mejora en la calidad
de representación?
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164
GLOSARIO

Sistema electoral: conjunto de reglas y procedimientos que regulan el proceso


mediante el cual las preferencias electorales se articulan en votos y cada uno de
estos votos se traducen en la distribución de la autoridad gubernativa (o cargos
parlamentarios) entre los partidos políticos en competencia.

Sufragio: se llama así al derecho a voto. Actualmente se considera que el sufragio


democrático es: a) universal, b) libre, en tanto la participación es abierta, plural y
competitiva; c) igual porque no existen diferencias cuantitativas por el número de
votos disponibles; d) directo, o sea sin intermediarios y; e) secreto, a fin de
garantizar la privacidad. Esas características no se dieron de un día para el otro,
sino que fueron evolucionando y recién hacia mediados del siglo XX la mayoría de
los países democráticos se encuadran en estas condiciones.

Sufragio universal: cuando están habilitados para votar toda la población de un


país, sin distinción de sexo, raza, ocupación, algún criterio económico, aunque
generalmente se considera alguna restricción (considerada restricción “técnica”)
como la edad o la nacionalidad. Estas limitaciones se consideran técnicas porque no
resultan ser discriminatorias por lo que hay que tomar ciertas precauciones, por
ejemplo, si el límite de edad es de 45 años sería restrictivo, en cambio un límite
alrededor de los 16-18 años, como es en la mayoría de los países actualmente, no
lo es.

Sufragio restringido: cuando el derecho a voto está limitado por criterios que
resultan discriminatorios para una parte de la población adulta. Encontramos
restricciones por sexo (hacia la mujer), por capacitación (solo votan los que
alcanzan cierto nivel de instrucción, como por ejemplo: saber leer y escribir),
raciales (no votan los negros, por ejemplo) criterio censitario (cuando el votante
debía ser propietario de tierras o tener determinada actividad profesional), o mas
modernamente el criterio ideológico cuando no se permitía votar a quien tuviera
alguna afición con ideologías no deseadas por el régimen (comunismo, por
ejemplo).

Mandato imperativo: cuando un representante tiene el mandato expreso de hacer


algo determinado a favor de sus representados.

Elecciones competitivas: características de democracias representativas, se


definen en la medida en que existe competencia entre candidaturas alternativas,
hay libertad de propuestas, procedimiento reglado y periódico, garantías jurídicas,
y no existen limitaciones sustanciales (además de las técnicas como la edad o la
inscripción) para ser elector o candidato.

Elecciones semi-competitivas: Son sistemas donde, aunque estén jurídicamente


reconocidas la competencia y la pluralidad, en realidad existen impedimentos reales
que limitan el pluralismo de partidos y dificultan la competencia entre candidatos.
Generalmente se ha dado en países con democracias recientes o poco
desarrolladas, donde se limita la existencia de algunos partidos (los comunistas,
por ejemplo) o existe la preeminencia de algún partido dominante (como el PRI
mexicano hasta los años ’90).

Elecciones no competitivas: son aquellas donde no se permite la presentación de


candidaturas independientes y plurales a una elección. Generalmente se ha dado en

165
regímenes comunistas, fascistas o dictatoriales, donde las elecciones no son mas
que una fachada para ratificar formalmente a la elite gobernante. También se tiene
en cuenta en esta categoría la existencia de restricciones censitarias, capacitarias,
por sexo o por ideología importantes, que limiten la participación de una parte
significativa del electorado.

Fórmula electoral: el procedimiento matemático reglado que determina los cargos


que le corresponden a cada lista partidaria a partir del voto del electorado en cada
una de las circunscripciones.

Circunscripción, circuito o distrito: conjunto de electores agrupados con una


base territorial, a partir de cuyos votos se procede a la distribución de los cargos
por lo que se entiende que es la unidad electoral básica. La mayoría de las
circunscripciones están definidas por el territorio, pero también se definen sin base
territorial como, por ejemplo, la de los electores nacionales residentes en el
extranjero.

Tamaño de circunscripción: se determina por la cantidad de cargos que


corresponde elegir en la circunscripción o distrito. Generalmente se diferencia la
circunscripción uninominal (cuando se elige un solo cargo) de las plurinominales, y
a éstas en circ. chicas (hasta 5 cargos), medianas (5 a 9 cargos) y grandes (mas de
9 cargos).

Listas sábanas: dentro del sistema de listas, se denomina lista sábana a la que se
encuentra en las circunscripciones grandes y muy grandes, por ejemplo México,
donde una parte de la Cámara de Diputados es elegida en una circunscripción
nacional única de 200 cargos.

Ingeniería electoral: como el sistema electoral integra varios elementos que


pueden llevar a resultados diferentes según la forma cómo estén combinados y el
contexto en que se funcione, se dice que es toda una obra de ingeniería. También
alude, un poco irónicamente, a los inventos y combinaciones estrafalarias o ajenas
al contexto político, que se diseñan pensando en reformas del sistema electoral.

Sistemas electorales fuertes: Sartori denomina así al sistema electoral que


termina imponiendo restricciones a la libertad de elección del votante. Se supone
que el elector nunca quiere “perder su voto”, entonces, si un sistema electoral
“perjudica” a los partidos chicos (porque resulta difícil alcanzar cargos, por ejemplo
con barreras electorales altas), reduce las alternativas reales y va imponiendo
condiciones a la expresión del votante. El clásico sistema fuerte es el uninominal
porque entre todos los candidatos que se presentan uno solo es el que gana,
entonces, en la práctica, el elector se ve inducido a optar entre los dos candidatos
con más posibilidades.

Sistemas electorales débiles: con la misma idea, Sartori llama sistema electoral
débil a aquel que no tiende a influir en la elección de los electores. Fórmulas
proporcionales, circunscripciones plurinominales, barreras electorales bajas o muy
bajas, son algunos de los elementos que se supone, permiten trasladar “más
limpiamente” las opciones de los votantes sin influir en ellas.

Sistemas de partidos: es la relación establecida entre los partidos de un mismo


país. Maurice Duverger, hacia mediados de siglo, llamó la atención sobre la
influencia del sistema de partidos en el funcionamiento del régimen político y

166
consideraba que, por ejemplo, el sistema de partidos influye en los resultados del
sistema electoral (así como luego estudió la manera como el sistema electoral
induce modificaciones en el sistema de partidos, formulando las clásicas leyes que
se comentan en la bibliografía). Para clasificarlos recurrió a dos criterios
concurrentes: el número de partidos y la distancia ideológica. De acuerdo al
número de partidos relevantes tendremos sistemas: de partido único, bipartidistas,
multipartidismo moderado (cuando los partidos no se distancian mucho
ideológicamente) y multipartidismo extremo (cuando hay partidos extremos) y
sistemas atomizados (muchos partidos relevantes, incluyendo partidos
antisistema).

Partidos relevantes: son los que inciden en el juego político, ya sea por los
resultados electorales que alcanza o su importancia histórica. Como criterio mas
objetivo, generalmente se considera que un partido con mas de 10% de los votos,
es un partido relevante.

Distancia ideológica: se supone que la distancia se mide en un continuo que va


desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, pasando por el centro y las
posiciones intermedias; pretende medir la potencialidad conflictiva de un país o, por
el contrario, la posibilidad de establecer consensos duraderos. Entonces, si un país
tiene partidos extremos fuertes, seguramente el debate político se polariza y se
dificulta la formación de consensos básicos que alivianen el conflicto. Seguramente,
hoy tendríamos que rever esta categoría (o simplemente señalar que es raro
encontrar grandes distancias) puesto que fue establecida en los años de guerra fría
cuando los partidos eran fuertemente ideológicos.

“Perder el voto”: en el área que estudia el comportamiento de los votantes, se


afirma que el ciudadano tiene tendencia a votar por algunas de las candidaturas
fuertes porque no quiere perder su voto, es decir, votar a quien finalmente, no será
elegido. Evidentemente, esto afecta las posibilidades de crecer de los partidos
chicos, especialmente cuando nos encontramos en sistemas mayoritarios.

Voto tradicional o voto cautivo: cuando los partidos mantienen un cierto número
de votantes en cada elección se dice que tienen voto tradicional. Es el afiliado o
simpatizante que siempre elige al partido, sin importar quienes sean los candidatos,
puesto que los supone leales al pensamiento partidario, del cual él es afín.
Generalmente coincide con una historia partidaria importante, la referencia a
líderes, hechos y símbolos que lo identifican.

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