Multilocalidad Ciudad Sin Fronteras
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Javier Nuñez-Villalba
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La Paz - 2010
Esta publicación fue realizada con el apoyo de Abigail Reynolds Hodgen Publication Fund,
Universidad de California, Berkeley y el Posgrado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad
Mayor de San Andrés (CIDES-UMSA).
D.L. :
ISBN: : Encuadernado
Impreso en Bolivia
Printed in Bolivia
Índice
PRESENTACIÓN................................................................................................ 7
PRIMERA PARTE
URBANIZACIÓN EN BOLIVIA: MOVILIDAD Y MULTILOCALIDAD...... 21
SEGUNDA PARTE
DELIMITACIÓN E INSTITUCIONALIZACIÓN DEL ESPACIO URBANO..... 111
Función social de la propiedad y ciudadanía en
la frontera urbana-rural
Amonah Achi........................................................................................................ 113
TERCERA PARTE
RUPTURAS Y CONTINUIDADES ENTRE LO RURAL Y LO URBANO.... 203
CUARTA PARTE
RECOMENDACIONES PARA POLÍTICAS PÚBLICAS................................ 295
EDITORES........................................................................................................... 347
AUTORES............................................................................................................ 349
Presentación
no se las puede definir solamente por sus carencias, tal como se suele
hacer en estudios y políticas urbanas. Lo multilocal es un rasgo funda-
mental de las ciudades bolivianas y sus zonas marginales.
La compleja realidad urbana de nuestro país es un desafío y una
tarea pendiente para la investigación social. La discusión teórica so-
bre la urbanización suele suponer la centralidad de la ciudad y la
importancia de su impacto en sus periferias. Tal acercamiento re-
produce modelos desarrollistas de centro-periferia que reinscriben
iniquidades en vez de enfrentarlas. Recientemente se ha empezado
a reconocer la importancia de las redes que componen una ciudad.
El caso de las ciudades bolivianas puede contribuir con importantes
elementos a esta última línea de análisis, puesto que pobladores de
ciudades bolivianas mantienen múltiples e importantes enlaces con
familias y comunidades en otras zonas urbanas, en áreas rurales y
más allá de las fronteras nacionales.
El objetivo de esta colección de investigaciones es indagar en los
contornos e implicaciones de las múltiples localidades que compo-
nen la ciudad, es contribuir a una comprensión mejor de las realida-
des urbanas en el país. Además de abrir un espacio de diálogo sobre
temas urbanos en el país, también busca proveer una orientación em-
pírica y teórica para la política urbana. Asimismo, esta colección de
investigaciones apunta a la exploración de una contribución particu-
larmente boliviana a los estudios urbanos, de tal manera que pueda
brindar pautas para la política urbana local y regional.
1 Nos referimos a la ciudad boliviana como una tipología, entendiendo que existen profundas
diferencias entre las metrópolis, las ciudades intermedias y las pequeñas. Para este ensayo,
la ciudad boliviana se refiere a las tres principales aglomeraciones urbanas: La Paz-El Alto,
Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra.
14 CIUDAD SIN FRONTERAS
Bibliografía
Urbanización en Bolivia:
Movilidad y multilocalidad
Itinerarios urbanos.
Continuidades y rupturas urbano rurales
Nelson Antequera Durán
Introducción
Lo urbano y lo periurbano
1 Silvia Rivera et al. (1992: 84) dan cuenta de cómo los ayllus del norte de Potosí, en particular
los ayllus de la Provincia Bustillos, conservan el tipo de control vertical de los pisos ecológi-
cos bajo el modelo de archipiélago territorial, donde los ayllus poseen tierras en las alturas
(región que localmente denominan suni), en los valles (región localmente denominada
likina) e incluso se reconoce un territorio intermedio denominado taypirana o chawpirana.
30 CIUDAD SIN FRONTERAS
Entre julio y septiembre es común que los hombres hagan viajes lar-
gos hacia los valles llevando productos de la puna como sal, cueros de
oveja y llama, lana y principalmente chuño. Hasta hace pocos años se
realizaban estos viajes con grandes caravanas de llamas. Un viaje de tres
o cuatro días a pie duraba tres semanas con llamas. En la actualidad, la
mayoría se traslada en camiones o colectivos. Los productos llevados a
los valles se intercambian principalmente con maíz (Cfr. Platt 1986: 231).
Otra estrategia que han desarrollado los ayllus para acceder a
distintos pisos ecológicos ha sido el desarrollo del control de nue-
vos pisos ecológicos en las regiones como el Chapare o el Alto
Beni. Estas regiones que se encuentran en zonas tropicales han
sido ocupadas gradualmente por los miembros de los ayllus que
tienen su residencia en las alturas. En estos asentamientos prima la
lógica del control espacial del ayllu, y en muchos casos están su-
jetos al control de los ayllus centrales ubicados en la puna (Conde
y Santos 1987: 117).
Es necesario recalcar que en ningún caso los campesinos contro-
lan toda la variedad de pisos ecológicos, pero sí acceden a la mayor
variedad posible, por lo cual muchos campesinos tienen doble do-
micilio: uno en el valle o en los nuevos asentamientos mencionados
y otro en la puna.
Quienes no tienen productos para intercambiarlos en los valles
optan por irse a trabajar en las ciudades durante los meses en que no
hay labores en el campo. Los trabajos en la ciudad normalmente son:
ayudantes en la construcción, cargadores en los mercados y, algunos
más afortunados, en el comercio minorista. Después de las labores
de cultivo, especialmente en el mes de diciembre, que es cuando hay
mayor movimiento económico en las ciudades, también se desplazan
las mujeres, niños y ancianos a las ciudades en gran cantidad para
pedir limosna en las calles.
La insuficiencia de la producción agrícola, las condiciones climáticas
adversas, así como la cada vez menor disponibilidad de tierras están
ocasionando desde hace más de veinte años el sistemático abando-
no del campo y la migración a las ciudades. Si bien antiguamente la
economía doméstica rural se complementaba con viajes a los valles,
donde también tenían acceso a tierras, poco a poco estos viajes de
intercambio fueron reemplazados por la migración estacional a las ciu-
dades y posteriormente la migración estacional fue dando paso a la
migración definitiva. Además, la posibilidad de que los hijos accedan
a mejores condiciones educativas y laborales que garanticen su subsis-
tencia es otro de los incentivos para la migración (Madrid 1998: 90-94).
ITINERARIOS URBANOS 31
Doble domicilio
2 Platt (1981) menciona solo dos regiones, la puna y el valle. El control de tierras del trópico es
posterior a 1981, tiene lugar principalmente a partir de 1985, cuando se dio el desplazamiento
masivo al trópico cochabambino y paceño donde el cultivo principal es la coca. Los cultivos
o intercambios de productos de los valles estaban destinados principalmente al consumo
familiar. En cambio, la producción de la coca está destinada al mercado, lo cual permite com-
plementar la producción de la puna.
34 CIUDAD SIN FRONTERAS
Conclusión
Bibliografía
Porto Velho
Capital
Río Branco Ríos
Guayaramerín
> 1.000 m
Brasilea
> 3.000 m
2 BRASIL
Cobija Riberalta
1 - Plata (16-17e)
2 - Goma (19e)
Puerto 3 - Estaño (<1985)
Maldonado 4 - Coca (> 1980)
5 - Soya (> 1990)
6 - Hidrocarburos (> 2000)
PERÚ
150 kms
Trinidad
Elaboración propia
Juliaca Cáceres
4
6
Océano Pacífico
Calama
ARGENTINA
Tasa neta de
migración (%)
51
10
5
0
-5
-10
-17
Crecimiento anual %
7,15
4,00
2,00
1,00
0,50
0,15
Desaparecido entre
1992 y 2001
Desaparecido
antes de 1992
100 a 500.000
10 a 100.000
5 a 10.000
2 a 5.000
Menos de 2.000
Minería de la plata
La Villa Imperial de Potosí, la ciudad hispana más grande del siglo
XVI, es un ejemplo claro del proceso de urbanización que se inició
tempranamente en Bolivia como resultado de la explotación de la
plata. En esa época, Potosí fue una de las ciudades más habitadas del
LA LOCALIZACIÓN DE LAS CIUDADES DE BOLIVIA... 45
La explotación de la goma
A partir de la década de 1880, se llevaron a cabo una serie de explo-
raciones geográficas en el Oriente boliviano. Destacó en estas empre-
sas Eduardo Heath, quien impulsó la llegada de compañías y casas
comerciales2. Se dio inicio así a la explotación de la goma (Medrano
2009a: 98). Gracias a esta actividad surgieron centros poblados como
Riberalta, Cachuela Esperanza y Cobija, que más tarde se constitui-
rían en verdaderas capitales regionales en el Oriente.
El Estado boliviano, en la región Nororiental, creó nuevas enti-
dades administrativas como el “Territorio Nacional de Colonias del
1 Su riqueza fue tan grande que en su monumental obra Don Quijote de la Mancha Miguel
de Cervantes acuñó el dicho español “vale un Potosí”, que luego fue reconocido por la Real
Academia Española refiriéndose a una extraordinaria riqueza.
La producción de la plata, que explotaba la Corona española en el famoso Cerro Rico de Poto-
sí, fue de trascendental importancia en la época de la Colonia. En el lapso de los años 1556 a
1799 se estima que la producción de la plata controlada por la Real Caja de Potosí, representó
un 20% de la producción mundial (Arduz 1985).
2 The Benin Gum C.A., registrada en Nueva York, la casa francesa de Braillard y Ca. The Or-
thon Rubber Co. Limited registrada en Londres.
46 CIUDAD SIN FRONTERAS
* Fuente: M.V. Ballivian, noticia política, geográfica, industrial y estadística de Bolivia, pp. 2-3
(Medrano, 2009b).
** Fuente: Medrano (2009a).
*** Fuente: Medrano (2009ª); Tapia (1992:98).
5 El Cerco a La Paz de 1781 fue liderado por Túpac Katari. La rebelión bloqueó las actividades en
la región ocasionando muertes y epidemias por falta de agua y alimentos. Un aumento en los
tributos indígenas y el abuso de los corregidores fueron los factores detonantes (La Prensa, 2005).
6 En este acápite es necesario hacer notar que aproximadamente 200 años después y por el
mismo método, un cerco a la ciudad de La Paz, se modificó la vida política del país con la
expulsión del último presidente liberal elegido constitucionalmente, Gonzalo Sánchez de
Lozada, en la denominada Guerra del gas, el año 2003.
7 La Guerra Federal de 1899, que enfrentó a paceños y chuquisaqueños por móviles econó-
micos, concluyó con el traslado de la sede de gobierno a La Paz. Uno de los líderes de esa
rebelión fue el general liberal José Manuel Pando (La Prensa, 2005).
LA LOCALIZACIÓN DE LAS CIUDADES DE BOLIVIA... 51
8 La necesidad de conexión entre La Paz y El Alto fue cada vez más dinámica. Este dinamismo
aumentó con la fundación de la Escuela de Aviación el año 1923 en El Alto, localizada en
este lugar por la topografía plana del terreno y la disponibilidad de espacio. Años más tarde,
en ese mismo lugar se instalaron las primeras oficinas del LAB (Lloyd Aéreo Boliviano), una
empresa de transporte aéreo. Luego se construyó un pequeño aeródromo, que actualmente
es el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy.
52 CIUDAD SIN FRONTERAS
9 Esta autopista fortaleció la conexión vial facilitando y mejorando los desplazamientos entre
las ciudades de La Paz y El Alto.
LA LOCALIZACIÓN DE LAS CIUDADES DE BOLIVIA... 53
10 Cada familia tenía un promedio de cinco a seis hijos, y la tasa de mortalidad estaba ba
jando (Baby, 1995).
54 CIUDAD SIN FRONTERAS
11 Según el Censo Nacional de Población y Vivienda (CNPV) del año 2001 la población urbana
de La Paz y El Alto sumó un total de 1.436.936 habitantes mientras que Santa Cruz sumó un
total de 1.116.059 habitantes (Pereira y Montaño, 2004: 17).
56 CIUDAD SIN FRONTERAS
EVOLUCIÓN DE LA MASA
EDIFICADA A TRAVÉS DEL TIEMPO
AÑO 1.548
AÑO 1.556
AÑO 1.605
AÑO 1.798
AÑO 1.884
AÑO 1.902
AÑO 1.935
AÑO 1.955
AÑO 1.962
AÑO 1.967
AÑO 1.970
Figura 7: Fotografía aérea del centro de la ciudad de La Paz del año 1930
Figura 8: Crecimiento del asentamiento urbano entre los años 1976 y 1996
Fuente: (Demoraes, 1998)
r = 1/t*LN(Nt/No)*100
r= índice de crecimiento
13 Las imágenes de satélite que permitieron hacer el análisis fueron tomadas por el satélite
Landsat 5 del año 1990 y Lansat 7 del año 2006.
60 CIUDAD SIN FRONTERAS
La Paz
Aeropuerto
El Alto
K
0 2.5 5 10
Figura 10: Crecimiento del asentamiento urbano entre los años 1990 y 2006
Fuente: Elaboración propia
t= tiempo
LN = Logaritmo Neperiano
Nt = Superficie Final (2006)
No = Superficie Inicial (1990)
P = Po * Exp (r*t)
P = Superficie estimada
Po = Supeficie Inicial (1990)
Exp = Exponencial
r = índice promedio anual de crecimiento
t = años calendario para estimar la superficie
1548* 1795* 1864* 1935* 1956* 1976** 1990*** 1997** 2006*** 2010***
La Paz 4,5 112 184 518,7 2.297 3.300 4.379 6.400 7.316,6 7.752,6
Total 4,5 112 184 532,7 2.429,9 6.000 8.713,4 13.000 20.727,6 27.952,6
14 El Alto fue reconocido oficialmente como ciudad el primero de octubre de 1988 a través de
la Ley 651, a pesar de que desde el año 1985 era un municipio independiente, separándose
definitivamente de la jurisdicción de La Paz.
15 A través de la promulgación de la Ley del 6 de marzo de 1985 se dispone la creación de la cuarta
sección municipal de la provincia Murillo, con su capital El Alto en el departamento de La Paz.
16 La convergencia de ambas ciudades se concentra en un punto vital de conexión en el lugar
denominado “la Ceja de El Alto”. Este lugar es un punto de acceso vial que conecta a las dos
ciudades. Si bien existen otras alternativas de conexión vial entre ambas ciudades, “la Ceja
de El Alto” es la más concurrida por su enlace con la Autopista.
LA LOCALIZACIÓN DE LAS CIUDADES DE BOLIVIA... 65
K
0 2.5 5 10
Camino al lago
Titicaca Zona Norte
de El Alto
Autopista La Paz
La Ceja
Altiplano Aeropuerto de El Alto
Altitud media: 4000 m.
Ciudad Satélite
Zona Sur
de El Alto La Paz
altitud media del centro urbano:
3400 m.
Camino a Viacha
Camino a Oruro
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
Nociones de espacio
para que los miembros pudieran tener varias tierras en zonas diversas
ecológicamente, desde la costa hasta los valles orientales. Este modelo
de territorialidad del archipiélago contrastaba vivamente con las aldeas
nucleadas de Europa y con el inmediato control territorial del Medi-
terráneo, característica distintiva de la cultura española. “Una visión
panorámica de la cordillera oriental y de las cuencas intermontanas re-
velaría un mosaico de múltiples aldehuelas (normalmente disputadas),
aisladas de sus vecinos, aunque atadas fuertemente a través de lazos de
parentesco y a la ideología de sus “autoridades” étnicas lejanas” (1988:
20 Larson). Según Klein el sistema del archipiélago vertical basado en
este “parentesco elaborado, intercambio y obligaciones laborales, fue
fundamental para mantener una sociedad poderosa y económicamen-
te vital en la meseta” (1992: 18). Como tal, los ayllus se han descrito
como poseedores de estructuras “nidificadas” (Platt 1986), “de cajas
chinas” (Astvaldsson 2000), y de “fracciones” (Goldstein 2005: 30).
Si bien esta forma de vida sufrió mucho debido a la poderosa des-
trucción del sistema administrativo andino por parte de los invasores
españoles, la introducción de enfermedades y el maltrato de perso-
nas, no quita el hecho de que después de 400 años de influencia
europea actualmente haya grupos en los Andes Centrales cuya eco-
nomía dominante, aún alterada por necesidad, se organiza a lo largo
de las líneas del control vertical propuesta por Murra (1972).
Si bien no está claro cómo los ayllus se formaron inicialmente,
Klein sostiene que: “los registros de los Andes sugieren que en un
principio las motivaciones religiosas y/o técnicas fueron las que lle-
varon a la formación de complejos gobiernos intercomunitarios. La
existencia de centros ceremoniales aislados de los asentamientos agrí-
colas y la creación de sistemas complejos de regadío parecen reforzar
esta interpretación” (1992: 12). Los principios de asociacionismo del
ayllu podrían referirse a colectividades de varias escalas ligadas con
la descendencia de antepasados remotos. Éstos iban desde el cadáver
real momificado de un ancestro fallecido más o menos recientemente
hasta las parejas ancestrales que surgieron de un lugar de origen mí-
tico para fundar grupos étnicos enteros (Salomon 1991: 22-24).
Las estrategias coloniales tanto de los incas como los españoles utili-
zaron la organización del ayllu en su propio beneficio aplicando nue-
vos ideales de ordenación del estado de la comunidad en el panorama
social local (Silliman 2001). Estos invasores impusieron sus ideales de
jerarquía y, a su vez, se enfrentaron a las interpretaciones y respuestas
locales. Este proceso revela cómo se formó la representación local y
cómo surgieron las nuevas disposiciones de la comunidad y del paisaje.
80 CIUDAD SIN FRONTERAS
Críticas
fue “un ideal que dio forma a las relaciones sociales de producción e
intercambio” y “que formaba parte integrante de una ideología y visión
del mundo” (Larson 1988: 20). Con la adopción de un análisis instru-
mental o elección racional, puede verse que los individuos tienen pre-
ferencias, están orientados hacia objetivos y actúan intencionalmente
en determinadas circunstancias. Bajo esta lectura, el modelo de Murra
solo se puede entender cuando se analiza en su contexto histórico
cambiante como una construcción social y no inmutable.
La aparición de formas modernas de vinculación con las unidades
familiares y con la sociedad mundial es aún muy característica del
ideal del archipiélago vertical. Al eliminar nuestra forma de entender
la migración desde la necesidad occidentalizada por contar todo en
términos de tiempo y lugar específico, algunos aspectos de la socie-
dad podrían verse como un modo de abarcar espacios tanto físicos
como virtuales y patrones que no se corresponden con el continente
que el Estado moderno podría desear imponerles. De acuerdo con
un documento IWGIA titulado, “La liberación de los indígenas y mo-
vimiento de los derechos sociales en el Kollasuyo, Bolivia “[los indí-
genas] retan a la sociedad afirmando su patrimonio social y cultural,
enfatizando la significación histórica de sus sistemas de auto-gobier-
no, defensa del desarrollo, etc…” (1978: 7). Con este fin, Murra ha
demostrado el ideal en el que los andinos negocian circunstancias di-
fíciles y, al hacerlo, guía el estudio hacia la valoración de la sociedad,
de percepciones y aspiraciones de los migrantes mediante la conti-
nuidad simultánea y la transformación de las sociedades andinas.
Recorriendo espacios
Sociedad adaptativa
Conclusión
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De la contradicción
al continuum urbano rural
la urbanización, el legado colonial
y la cultura de la democracia
Charles Dolph
1 Los ayllus son el sistema precolonial de parentesco y etnicidad que persisten en el presente.
Véase Rivera Cusicanqui (1990: 98-102) para una descripción mas detallada del funciona-
miento de los ayllus.
DE LA CONTRADICCIÓN AL CONTINUUM URBANO RURAL 95
2 Según Rivera Cusicanqui (1990: 102), esta ley era posible por el aumento en ingresos de la
minería, facilitando la eliminación del tributo bajo el pretexto de “emancipar” la población
rural y otorgarla una ciudadanía “igual.” Se ve aquí, otra vez, la interdependencia entre los
sectores agrarios y minerales.
98 CIUDAD SIN FRONTERAS
3 Cuando la demanda global para el estaño cayó en los años treinta, debido a la Gran De-
presión comenzada en 1929, el Presidente Daniel Salamanca atacó las tropas paraguayas en
El Chaco, precipitando la Guerra del Chaco (1932-35) en la cual Bolivia perdió casi 20% de
su territorio nacional (Kohl y Farthing 2006: 44). No obstante, La Guerra del Chaco tenía
el efecto de movilizar los obreros, campesinos, y estudiantes con un nuevo sentimiento de
nacionalismo (fuertemente dirigido hacia las oligarquías de la minería y la agricultura), pro-
duciendo las condiciones socio-políticas para la Revolución de 1952 (Kohl y Farthing 2006).
DE LA CONTRADICCIÓN AL CONTINUUM URBANO RURAL 99
5 Aunque hay poca chance de cambiar el nombre por varias razones (La Razón 18 de enero
2010), es una idea simbólica de la importancia del espacio urbano en la última década.
102 CIUDAD SIN FRONTERAS
Según James Dunkerley (2007: 139), uno de los momentos más sim-
bólicos de la catarsis de 2003 ocurrió en el pueblo de Patacamaya
donde un minero y un coronel se abrazaron y el coronel dejó pasar 58
camiones de obreros que pedían la renuncia de Sánchez de Lozada.
Según David Harvey, los movimientos sociales de resistencia al
“nuevo imperialismo” del neoliberalismo reflejan, en general, un “ale-
jamiento en el terreno de organización política desde los partidos
políticos tradicionales y movimientos obreros hacia lo que era en
agregación necesariamente una dinámica política menos enfocada de
acción social a través del espectro entero de la sociedad civil” (2003:
168; mi traducción). La situación boliviana refleja importantes confor-
maciones y diferencias con el marco de Harvey. En primer lugar, es
obvio que los movimientos sociales en Bolivia en la última década
han surgido en respuesta a las fuerzas del mercado y la nueva ronda
de acumulación por desposesión implementada después de la NPE.
La “catarsis de 2003” también refleja claramente una dinámica de
acción social dispersa, desprovista de una ideología dogmática y a
escala nacional (Albó 2006).
Para entender los éxitos de los movimientos sociales urbanos, su-
giero que deben ser interpretados desde la nueva articulación entre
clase y etnicidad, un proceso que Leslie Gill (1997) ha nombrado “re-
localizando clase”. Rivera Cusicanqui (1990: 107-115) ha notado que
aunque las estructuras organizacionales de los sindicatos obreros y los
ayllus eran frecuentemente compatibles, esto no era verdad para sus
metas y métodos políticos. En este contexto, el vicepresidente actual,
Álvaro García Linera, identifica que había un aislamiento entre intere-
ses obreros e indígenas en la época neoliberal. Según García Linera,
DE LA CONTRADICCIÓN AL CONTINUUM URBANO RURAL 103
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108 CIUDAD SIN FRONTERAS
Delimitación e
institucionalización del
espacio urbano
1 En el país existen alrededor de dos millones de viviendas construidas, pero según datos del
INE 2001 faltan 300.000 viviendas para cubrir la demanda total (déficit cuantitativo). Esta
situación es más crítica en cuanto a calidad de la vivienda, porque el 43% de las viviendas
existentes carecen de condiciones mínimas de habitabilidad (déficit cualitativo).
2 El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 define el
derecho a la vivienda adecuada con los siguientes componentes: Seguridad jurídica de la
tenencia (en propiedad, alquiler, o anticrético), o protección contra el desalojo. Accesibi-
lidad económica: implica que el Estado debe ayudar a las familias desfavorecidas. Gastos
soportables: el sostenimiento de una vivienda no deben perjudicar el logro de otras necesi-
dades. Disponibilidad de servicios básicos e infraestructura (agua potable, energía eléctrica,
alcantarillado, recojo de basura) a un costo accesible. Localización en un lugar de fácil acce-
so a oportunidades de empleo y servicios sociales (educación, cultura, salud y recreación).
Habitabilidad, Seguridad y privacidad, Adecuación cultural.
114 CIUDAD SIN FRONTERAS
4 Con el término comunidad, no nos referimos a una acepción cultural particular, como la “comu-
nidad andina” o “indígena”, sino a la idea de “comuna”, lo que está “en común”. La colectividad
que administra lo común puede existir en base a criterios étnico-culturales (las comunidades
indígenas) o socioeconómicos en torno a la autogestión de recursos concretos (los comités
de agua, las juntas vecinales, los sindicatos agrarios, etcétera). Esta comunidad puede hibridar
legados culturales muy distintos. En los barrios periurbanos de Cochabamba, Cajías muestra
que la memoria de los ex-mineros, entre permanencia y recreación en sus nuevos espacios de
migración, se permeó de representaciones campesino-indígenas y de sus repertorios de acción
al mismo tiempo que aportó a sus aliados varios de sus aprendizajes militantes: su “capacidad
de liderazgo”, “las prácticas asambleístas”, y “la manera tradicional de enfrentar los conflictos
con una lógica de “guerra” y “hasta las últimas consecuencias” (2004: 22).
116 CIUDAD SIN FRONTERAS
6 Las OTB reciben mínimamente la “co-participación popular”, una pequeña parte del presu-
puesto municipal distribuida en función al número de habitantes de cada OTB. Entonces la
Ley de Participación Popular representa un gran cambio para los barrios ilegales y periurba-
nos tradicionalmente discriminados por el Gobierno municipal. Es interesante notar que ello
introduce una contradicción y una gradación entre niveles de legalidad que son explotables
políticamente: un barrio ilegal puede ser una OTB legal, lo cual abre un margen de negocia-
ción (clientelista) entre el barrio y el municipio.
7 El minifundio es una finca rústica de extensión tan reducida que dificulta su explotación; su
antónimo es el latifundio.
FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD Y CIUDADANÍA... 121
Un suelo servido
En los barrios surgidos del mercado informal, existe una correlación
entre la cantidad de familias que habitan el lugar y la cantidad de
servicios disponibles. Al inicio de un asentamiento, pocos de los
compradores de un lote quieren hacer el sacrificio de irse a vivir allí
porque no hay transporte, luz, agua, escuela, etcétera. Los que se
mudan al barrio nuevo dejando su alquiler, su anticrético o su casa
prestada en un barrio más cómodo y central de la ciudad son los que
más necesitan de una casa propia.
Los primeros vecinos son los que más participan en el esfuerzo co-
lectivo para mejorar el asentamiento: participan más en los trabajos
comunitarios para, por ejemplo, abrir caminos, presionan y apoyan más
al dirigente para que gestione la llegada de servicios, porque son los
que sufren cotidianamente de las carencias del barrio. A medida que
se mejoran los servicios, más familias se asientan y se van mejorando
los servicios. Este círculo virtuoso es difícil de arrancar, por culpa de
los “pasajeros clandestinos”14. En muchas organizaciones colectivas, el
quieren vivir, que desocupen por favor para los que quieren.
¡Esto es la voz de los 110 que vivimos aquí!
Celestino: Olmedo [el barrio vecino] para traer la luz, han obli-
gado a la gente a que construyan casas para que cuando venga
la inspección, se les dé. ¿Por qué nosotros no podemos hacer lo
mismo? (asambleas generales del barrio “Hábitat para la Mujer-
Comunidad Maria Auxiliadora”, 7 de marzo y 4 de junio de 2006).
Un suelo seguro
En los casos de movimientos de ocupación de la tierra como los
comunarios de Pampa San Miguel, los demandantes de suelo depen-
den totalmente del loteador, quien no les vende un terreno sino el
derecho de estar en su lista. El poder arbitrario del loteador de sacar
a alguien de su lista, y de su derecho a un lote es absoluto. No obs-
tante, este poder se basa, en parte, sobre la aceptación por las “bases”
de su legitimidad: el loteador es a la vez un dictador y un garante del
interés colectivo de acceder a un lote, lo cual depende de la eficacia
de la acción colectiva; es decir de la movilización obligatoria de la
fuerza física de todos los miembros del movimiento de ocupación.
En los casos más comunes donde el loteador vende el lote y en-
trega una minuta de compra al demandante, éste es menos depen-
diente. Sin embargo, la minuta no es un documento legal; el único
propietario legal sigue siendo el loteador, quien tiene registrado en
Derechos Reales el título sobre el terreno agrícola no fraccionado.
Entonces, las familias dependen del loteador para cualquier trámite
128 CIUDAD SIN FRONTERAS
17 Los programas promovidos por el Banco Mundial, como ARCO, favorecen la regularización
hasta la etapa del título de propiedad individual registrado en Derechos Reales. Sin embargo,
como lo muestra Payne (2004), los habitantes de los asentamientos informales ya pueden
compartir una percepción eficaz de seguridad de la tenencia, tener acceso a crédito y ser-
vicios públicos e invertir en mejoras en su vivienda, todo ello sin la necesidad de títulos
legales individuales: el reconocimiento público a instituciones sociales que regulan armóni-
camente la tierra y garantizan colectivamente la tenencia (como una organización vecinal)
o políticas públicas más flexibles como la regularización de asentamientos en conjunto sin
ir hasta la titularización individual, pueden ser mecanismos menos costosos y más eficaces
para la seguridad de la tenencia, en particular de los pobladores más débiles.
130 CIUDAD SIN FRONTERAS
Conclusión
Bibliografía
1 El caso de Cochabamba resulta paradigmático, pues una gran cantidad de cuencas hidrográ-
ficas que prestan servicios ambientales a las áreas urbanas tienen sus nacientes en un área
protegida colindante con la misma ciudad, el Parque Nacional Tunari (Boillat et al., 2008).
Sin embargo, la declaratoria de «parque natural» no ha permitido evidenciar un manejo am-
biental sustentable en esta frágil área natural.
2 Un ejemplo de esta situación pudo evidenciarse en los “desastres naturales” de febrero del
2002 en la ciudad de La Paz, con el saldo trágico de decenas de muertes y cuantiosas pérdi-
das materiales.
3 Voz aymara que alude a un cerro o montaña blanca.
4 Cotahuma, deriva de la voz aymara qota uma, que quiere decir “agua del lago”, pues existe
la creencia de que las aguas de este río provienen del lago Titicaca; la zona se encuentra
próxima a la divisoria de aguas entre las cuencas del lago Titicaca y del Amazonas; el río
Cotahuma es un tributario de las nacientes de la cuenca del Amazonas.
ECOLOGÍA DE BARRIO MISERIA EN LA CIUDAD DE LA PAZ 139
5 Tales como los desastres en New Orleans, Manila y Centroamérica, lista a la que podemos
agregar las riadas y granizada de febrero de 2002 en La Paz o los permanentes aludes en las
laderas paceñas.
ECOLOGÍA DE BARRIO MISERIA EN LA CIUDAD DE LA PAZ 141
6 En el macrodistrito Cotahuma, el 10,42% de las viviendas tienen piso de tierra, 50% de estas
viviendas tienen paredes de adobe; 77%, techos de calamina; más del 19% cuentan con
dormitorios habitados por más de tres personas (GMLP 2008), teniéndose en cuenta que
el desglose de los datos del macro distrito de Cotahuma podría revelar mayores carencias
en la ladera oeste de La Paz, pues los porcentajes enunciados incluyen a los pobladores de
Sopocachi y San Jorge cuyas condiciones socioeconómicas son mucho mejores las de los
pobladores de los otros barrios del Macrodistrito.
7 El club decano del fútbol paceño y boliviano.
ECOLOGÍA DE BARRIO MISERIA EN LA CIUDAD DE LA PAZ 143
8 Tembladerani es una palabra que entremezcla los idiomas español y aymara (aymarañol), y
alude a un “lugar que tiene tembladeras o temblores”.
144 CIUDAD SIN FRONTERAS
Conclusiones
Bibliografía
1 Región que abarca el conjunto de la provincia de Caranavi, la cuarta sección, Palos Blancos,
y la quinta sección, La Asunta, de la provincia Sud Yungas y el cantón Teoponte de la pro-
vincia Larecaja.
2 Los principales ríos de la cuenca son: el Coroico, el Kaka y el La Paz, antes de tomar la
denominación de río Beni.
154 CIUDAD SIN FRONTERAS
Abel Iturralde
LA PAZ
Franz Tamayo
Saavedra
Camacho
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Larecaja
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Caranavi
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J.M. Pando
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El eje de Coroico
Coroico junto a Chulumani e Irupana eran los tres principales pueblos
coloniales situados en los Yungas5 de La Paz. Ellos surgen como enti-
dades administrativas de la región agrícola y forestal yungueña, cuya
4 Esta cuenca está definida hidrográficamente por el río Kaka y sus afluentes: los ríos Conzata,
Mapiri, Tipuani, Atén, Challana, Zongo y Coroico, y, por el Alto Beni propiamente dicho.
5 Yungas es una palabra de origen aymara que denomina a la región tropical situada al este
de los Andes. Su connotación climática y geográfica provee la especificidad a este término.
156 CIUDAD SIN FRONTERAS
El eje de Sorata
Uno de los rasgos de la presencia española en los Andes, desprendi-
da del carácter feudal de la conquista, fue el surgimiento de pueblos
intermedios dotados de relevancia política y económica. La existencia
de una bien estructurada clase terrateniente arraigada a su propiedad
rural influyó fuertemente en el desarrollo de los pueblos coloniales.
Uno de esos pueblos fue Sorata, erigido gracias al potencial agríco-
la de su entorno, pero sobre todo porque fue paso obligado hacia
Tipuani, uno de los más famosos yacimientos auríferos regionales
desde la época precolombina.
El clima de Sorata, por su situación a 2.700 msnm le provee más
bien un clima templado. El pueblo está ubicado en el valle del río
Conzata, a una distancia de 150 km de la ciudad de La Paz, lo que
favoreció para su autonomía política y económica. Sorata jugó así un
rol relativamente más preponderante que Coroico, en lo referido a
la ocupación humana de las tierras tropicales del Departamento. El
pueblo fue fundado en 1598, pero su verdadero florecimiento eco-
nómico tuvo lugar alrededor de 1850, cuando se establecieron en la
zona inmigrantes extranjeros con capitales listos para invertirlos en la
extracción de la quina y la goma ( Jáuregui et al. 1991). Las principa-
les fueron las familias alemanas que dieron origen a la Casa Gunther
y a la Casa Richter, empresas que, a diferencia de los hacendados
tradicionales, desde un inicio, combinaron los negocios de extracción
forestal con la producción agrícola y con el comercio de diversas
mercancías de consumo6. Por otra parte, la economía de la goma y
de la quina generó un circuito mercantil interno que se extendió por
toda la provincia Larecaja. En esta región, el Estado también había
hecho concesiones de tierra a otros proyectos capitalistas extranjeros,
como al propuesto por el inglés Martin Conway (Antezana 1996: 67).
Por otra parte, es oportuno señalar que la extracción forestal, espe-
cialmente del caucho, exigía fuertes inversiones y, asimismo, innova-
ción en la forma de la organización de la producción. Sin embargo,
si bien la Casa Richter y la Casa Gunther presentaban una estructura
productiva de tipo empresarial, también tuvieron que adecuarse al
sistema imperante en Bolivia, reproduciendo, en cierta forma, rela-
ciones de producción homólogas a las de las haciendas terratenien-
tes. Por esa vía, aseguraron el concurso de la fuerza de trabajo a
6 La Casa Gunther, por ejemplo, obtuvo una concesión de superficie de tierras que alcanzó a
los 4.500.000 acres, instalando un gran almacén comercial en Sorata convirtiéndose así en
un verdadero motor económico regional.
158 CIUDAD SIN FRONTERAS
través del enganche7. Por otra parte, empresarios locales como Be-
nedicto Goytia y Adalberto Violand, conocidos hacendados paceños,
no permanecieron indiferentes frente al nuevo élan económico que
prometía beneficios a la inversión.
Para comprender la magnitud de la acción empresarial, vale la
pena hacer mención a la amplia red de poblaciones que florecie-
ron en función de Sorata: Sarampiuni, Mapiri, San Carlos, Santiago,
Achiquiri y Charopampa, donde se encontraban repartidas las ins-
talaciones de acopio de goma, los talleres de acondicionamiento
y transformación de materia prima o las destilerías de alcohol de
caña. Al mismo tiempo, es indudable la conexión entre Sorata y
otras poblaciones clave como Guanay y Puerto León para garantizar
el transporte y la organización de la producción misma. La acción
empresarial, al demandar mano de obra, generó de manera simul-
tánea y paralela el asentamiento de familias campesinas, es decir,
inauguró, en cierta forma, la colonización campesina en la selva
paceña8 (Zalles 1993).
Por último, remarquemos también que la hacienda empresarial se
articuló con la actividad minera en dos sentidos: 1) incursionó en la
explotación, el rescate y el comercio de oro y 2) Sorata fue, para el
entorno minero de Tipuani, un lugar de aprovisionamiento de insu-
mos, de alimentos y de mano de obra trabajadora.
En síntesis, tanto Sorata como Coroico, hasta antes de la reforma
agraria de 1953, fueron los núcleos urbanos de avanzada hacia las
tierras tropicales del norte del departamento de La Paz.
9 Los campesinos sin tierra siempre estuvieron presentes en la sociedad rural, aún antes de
la reforma agraria. Conocidos como: arrimados, yernos, huajchas, estas denominaciones
denuncian la precariedad laboral en la que se desenvolvían.
162 CIUDAD SIN FRONTERAS
10 Antes de iniciar nuestro examen vamos a advertir que el mismo tomará el censo del Año
2001 como referente sobre el cual diseñaremos la estructura actual que presenta la estratifi-
cación social. Los datos de los otros censos, 1976 y 1992, los expondremos en los cuadros y
ellos servirán para certificar la variación histórica de la diferenciación social.
11 Aquí cabe una digresión. La categorización del INE plantea un problema de orden empírico,
pues, en nuestro entender, tanto el trabajo doméstico, como la población joven, en el medio
rural no pueden entrar dentro el rubro de la inactividad. Así, en lo que toca a la cuestión del
trabajo doméstico, una vez que analicemos el conjunto de datos y las variables que juegan
en la construcción de cada uno de los cuadros, veremos que esta categoría está asimilada
con la de los jornaleros, es decir con la de los trabajadores eventuales. Dicho de otra manera,
el estatus de la persona varía en función de las preguntas de la encuesta. En consecuencia,
hay que entender que el “trabajo doméstico” camufla la presencia de un sub-proletariado,
de una fuerza de trabajo que se encuentra subordinada en el sistema de división del trabajo
y que coyunturalmente, en época de cosecha, deviene propiamente tal, al recibir un jornal.
Pues, a este propósito, añadamos que, en la colonización, el jornal es la forma generalizada
de retribución por la realización de un trabajo agrícola. Al respecto digamos que aún cuando
se retribuye en especies, el monto de la retribución se lo hace en función del precio que
tienen el jornal en el mercado local, especialmente en lo que se refiere a la cosecha de arroz
o cacao que ocupa a jornaleros, hombre y mujeres, en periodos específicos del año agrícola.
12 A título indicativo señalemos que la tasa neta de desempleo a nivel nacional, en 2001, era
de un 14,44%, según las encuestas nacionales de empleo del INE.
164 CIUDAD SIN FRONTERAS
Estatus socioeconómico n % n % n %
Fuente: INE. Cuadro. Elaboración propia en base a los censos nacionales de 1976, 1992 y 2001.
* Engloba a las personas que hacen trabajo doméstico sin remuneración fija y a aquellos que bus-
can empleo por primera vez.
** Los miembros de las cooperativas son asimilados a los independientes.
*** Los profesionales liberales son asimilados a los patrones.
Grupos socio-profesionales n % n % n %
Fuente: INE. Cuadro. Elaboración propia en base a los censos nacionales de 976, 1992 y 2001.
* Reúne a “peones”, “sin especificación” y a aquellos que “buscan trabajo por primera vez”.
** Reúne a los empleados, los policías y militares. Para 1976 incluimos allí a choferes e independientes.
*** Profesiones liberales y técnicos.
13 En ese escenario, la nueva ruta que vincula La Paz con Caranavi (conocida como Cota-
pata-Santa Bárbara), es un factor que potencia el flujo de mercaderías y facilita la intro-
ducción de maquinarias.
166 CIUDAD SIN FRONTERAS
15 Conocida por Hábitat en Bolivia, esta institución cristiana ecuménica tiene su sede en Geor-
gia, Estados Unidos. En el Alto Beni había construido 389 viviendas el presente año 2000.
168 CIUDAD SIN FRONTERAS
Ciudad de
1976 1992 2001 Caranavi -2001
Sin especificación 372 2,26 4.871 10,51 14.536 22,38 5.158 7,94
Busca empleo
44 0,27 235 0,51 -- -- -- --
primera vez*
Fuente: INE. Cuadro. Elaboración propia en base a los censos 1976, 1992 y 2001.
(*) Este rubro no es mencionado en la encuesta de 2001.
(**) El porcentaje es calculado sobre el total de 2001 (64.958).
16 Crist y Nissly, en el estudio que realizan, muestran que un 71% de los jefes de familia habían
asistido a la escuela, de lo que puede deducirse que el analfabetismo alcanzaba en 1973 a
un 29% en una muestra que está referida a la Área I del Alto Beni (Crist y Nissly 1973: 143).
Por su parte, Douglas Kitt indica que el analfabetismo, a partir de las estimaciones del INC,
alcanzaba un índice del 30% en la misma área (Kitt 1977: 115).
172 CIUDAD SIN FRONTERAS
jornaleros,
domésticos, Clase popular
representantes de I Jornaleros I Jornaleros
cooperativas, II Trabajadores ocasionales II Trabajadores ocasionales
trabajadores de III Artesanos pobres I Sub-proletariado
III Artesanos pobres
servicio en IV Mineros
alimentación, V Obreros agrícolas, forestales
artesanos VI Obreros factorías agrícolas
VII Campesino sin tierra
trabajadores IV Mineros VIII Campesino colonizador
agrícolas V Obreros agrícolas, forestales II Proletariado
VI Obreros factorías agrícolas
Clase media
IX Propietario medio agrícola
trabajadores VII Campesinado sin tierra X Mediano artesano
operarios VIII Colonizador campesino III Campesinado XI Mediano comerciante
asalariados IX Propietario medio agrícola XII Mediano transportista
XIII Empleados administrativos
Grupos sociales n % n % n %
Conclusiones
Bibliografía
2 La Paz pidió tratar como asuntos varios un proyecto de resolución que dejaba de lado los seis
informes en los que Chuquisaca logró introducir su demanda de retorno de los poderes. Las
resoluciones de plenaria solo necesitaban de la aprobación por mayoría absoluta, por lo que La
Paz vio la oportunidad de no tener que conseguir los dos tercios para dejar de lado al pedido
chuquisaqueño. La directiva, dominada por el MAS, aceptó la propuesta de manera rápida.
182 CIUDAD SIN FRONTERAS
unión de una capital que solía ser itinerante. Naturalmente, aquel com-
bate que La Paz libró en nombre de un federalismo que olvidó ni bien
alcanzado el triunfo, permanece en la memoria colectiva sucrense como
la afrenta injusta a la preeminencia que le pertenecía, desalojándola del
camino a la modernidad. Este duelo irresuelto suele ilustrarse con un
episodio repetido en las instituciones de la ciudad blanca: la masacre
de Ayo Ayo rememora que un grupo de estudiantes de la aristocracia
sucrense pereció salvajemente a manos de un batallón de indígenas
norteños. Una densidad en el registro de la memoria larga que tendría
la ocasión de volver a la superficie en el momento en el que se decide
que Sucre aloje a la Asamblea Constituyente, tanto porque era la oca-
sión para replantear de principio a fin el diseño del país —e indudable-
mente procesaría múltiples aristas del “fondo histórico”— como por el
paradójico reconocimiento que le daba, puesto que era honrada como
la capital oficial al mismo tiempo que se le negaría ese reconocimiento
al evitar la posibilidad de que plantee su demanda de capitalidad.
Ya entrado el siglo XX, la presencia del Estado central como cons-
tructor de una hegemonía que contenga a la derrotada región chu-
quisaqueña tendió a ser relativamente nula, como sucedió en buena
parte del país. A la pérdida de los recursos económicos destinados al
poder central, menguando su importancia política, se le sumará que
se mantuvo relegada del erario común; en un progresivo aislamiento
que terminará por asociar su pertenencia equívoca a la nación boli-
viana en relación con su pasado republicano. Ciertamente, el reclamo
se asentaba en que Chuquisaca pertenece a una Bolivia en la que
Sucre es capital plena, antes incluida en lo que tradicionalmente se
llamó el Bloque Sur, junto a Tarija y Potosí. Pero a distancia del norte
“aymara”, y de la polaridad La Paz-Santa Cruz y del eje horizontal
que componen estas ciudades desde 1952. En el registro de la me-
moria mediana la radicalidad no se basó en la simple reacción de las
élites locales, que ciertamente carecen de un perfil económico diri-
gencial propio3, sino en la prescindencia del Estado y en la relativa
4 Véase lo siguiente: la cantidad de dinero que llega para todos los municipios (27, exceptuan-
do Sucre) es prácticamente igual que lo que recibe la Universidad, tal es así que los servicios
de la administración pública fueron un cuarto del total del PBI chuquisaqueño en el 2007,
que representa el 5% del nacional.
LA ACCIÓN COLECTIVA TERRITORIAL DE LA MEDIA LUNA 185
11 Los cuatro nombres de la ciudad son: “Charcas” por los primigenios habitantes preincaicos;
“Chuquisaca” en tanto capital del pueblo de los Charcas; “La Plata” como nombre dado por
Pedro de Anzures cuando funda la actual ciudad el 29 de septiembre de 1538, y “Sucre” en
referencia al mariscal independentista de Ayacucho.
LA ACCIÓN COLECTIVA TERRITORIAL DE LA MEDIA LUNA 189
15 Entretanto, el ejecutivo arremetía creando la Renta Dignidad, extensión del antiguo Bonosol,
universalizando el estipendio de 200 Bolivianos (equivalentes a 22 USD) para todos lo ma-
yores de 60 años. Los recursos saldrían de un recorte del Impuesto Directo a los Hidrocar-
buros (IDH) que iba directo a las prefecturas, lo que motivó la encendida respuesta de los
departamentos enlazados por la Junta Democrática de Bolivia, en lo más mínimo dispuesta
a dialogar sobre la “distribución de la renta petrolera”.
LA ACCIÓN COLECTIVA TERRITORIAL DE LA MEDIA LUNA 191
16 Andrés Heredia y Abraham Cuéllar, suplentes de Róger Pinto (Podemos) y José Villavicencio
(UN), aparecieron en el pleno, junto a María Elsa Calle y Carlos Guasace, suplentes de los
masistas Gerald Ortiz y Guido Guardia, respectivamente, ambos disidentes del MAS.
LA ACCIÓN COLECTIVA TERRITORIAL DE LA MEDIA LUNA 193
en las prefecturas de Potosí y Oruro, mientras que las otras siete es-
taban en manos de una oposición que venía de aprobar los estatutos
autonómicos para sus regiones nucleares.
A principios de agosto, el bloque cívico prefectural cruceño, voz
suprema de la Media Luna ampliada, afirmó que aceptaba el plebiscito
revocatorio —y la corte electoral oriental anunciaba que no presentaría
ninguna demanda de nulidad—, arrastrado por la percepción, además
de tener toda la legalidad en contra, de que el control de las siete pre-
fecturas y la seguidilla de resultados favorables redundaría en un golpe
electoral que el oficialismo no podría contrarrestar. Igualmente, los
disturbios cruzados no mermaban: el Consejo Nacional Democrático
(Conalde), a fin de saberse solidario con Chuquisaca, demandó la rea-
lización de un referéndum por la capitalidad, y los repertorios de pro-
testa florecían por doquier. La Media Luna alistó una huelga de ham-
bre generalizada para recuperar la proporción que les correspondería
de los impuestos a los hidrocarburos. La Central Obrera Boliviana se
mantenía en estado de emergencia y sus bloqueos inmovilizaban a la
capital paceña por la desatención de su Proyecto de Ley de Pensiones.
Tampoco hallaba solución la protesta de los choferes de micros, que
querían un incremento de los pasajes. Los discapacitados exigían un
bono anual de 3.000 bolivianos Así, Evo Morales no consiguió pisar ni
Santa Cruz —donde se interrumpieron las caravanas programadas—ni
Chuquisaca ni Beni ni Pando ni Tarija, teniendo que realizar su último
acto de campaña en la amigable ciudad de La Paz.
19 Cuando Evo Morales resultó elegido Presidente en el 2005 no obtuvo votaciones significati-
vas en la región amazónica del país, algo que se expresó en la inferioridad numérica en la
Cámara de Senadores, donde el MAS contó con 12 senadores frente a los 13 de Podemos,
Unidad Nacional y el MNR. Esta vez, en Pando, el ascenso de Morales fue de 32 puntos, ya
que pasó del 20 por ciento al 52 por ciento a los dos años y medio de gestión. En Beni, el
salto fue del 16 por ciento al 41 por ciento, en Tarija, del 31 por ciento al 49 ciento, en Santa
Cruz, del 33 al 38,15 por ciento.
20 Sin embargo, las apreciaciones aquí expuestas no resultarían modificadas en grado sumo,
más bien confirmadas, si trabajásemos con los datos proporcionados por el referéndum para
la aprobación de la Nueva Constitución Política del Estado de enero de 2009. Algunas cifras
utilizadas en este acápite son de elaboración propia en base a los datos de la CNE y de las
cortes departamentales.
LA ACCIÓN COLECTIVA TERRITORIAL DE LA MEDIA LUNA 197
Palabras finales
Bibliografía
Entrevistas
Diarios nacionales
Recursos web
www.chuquisaca.cne.org.bo
www.ine.gov.bo
www.cne.org.bo
Tercera parte
Rupturas y continuidades
entre lo rural y lo urbano
En las puertas de la gran metrópoli
Desarrollo local y relaciones interculturales
rural-urbanas en Viacha
Fernando Galindo
Introducción
El espacio-territorio de Viacha
3 Primera División del Ejército, las unidades militares: Max Toledo 23 de Infantería, Bolívar 2
de Artillería, Bilbao Rioja Artillería Anti Aérea RA6 y además la Escuela Militar del Músicos
del Ejército.
EN LAS PUERTAS DE LA GRAN METRÓPOLI 209
4 Este proyecto fue resultado de un convenio entre el gobierno militar de Hugo Banzer y el
Banco Mundial firmado en marzo de 1976 sobre la base de una propuesta de desarrollo
regional elaborada por la Corporación de Desarrollo de La Paz (CORDEPAZ). En su primera
fase (1976-1981) el convenio establecía la inversión de un crédito de 9,5 millones de dólares
para un proyecto de desarrollo integral para el altiplano paceño que contemplaba la cons-
trucción de infraestructura, comunicaciones, saneamiento básico y crédito agropecuario. La
segunda fase con fondos del gobierno boliviano iba a ser iniciada a inicios de los ochenta,
pero quedó trunca debido a conflictos sobre la administración del mismo entre la gente de
las comunidades y el gobierno. En sus inicios, tuvo un área de cobertura de 800 kilómetros
cuadrados. Uno de sus objetivos centrales era el mejoramiento de los ingresos y de la cali-
dad de vida de los pequeños productores.
5 Un indicador de este cambio es que el 2008 se estimaba que la producción anual de leche
en Viacha era de aproximadamente 8 millones de litros.
212 CIUDAD SIN FRONTERAS
6 La cuenca lechera del altiplano comienza en la provincia Omasuyos, desde Achacachi, pa-
sando por Batallas, Pucarani y Laja; continúa por Ingavi (donde está Viacha) y sigue por Ayo
Ayo y Patacamaya, abarcando finalmente parte de la provincia Villarroel.
EN LAS PUERTAS DE LA GRAN METRÓPOLI 213
7 Esto no significa, sin embargo, que las instituciones hayan dado un giro completo en sus
propósitos modernizadores del agro, sino más bien expresa el desarrollo de una sensibilidad
hacia formas de ser y de hacer desarrollo desde la visión indígena y campesina, la cual en
lo cotidiano del negocio del desarrollo a veces queda reducida a buenas intenciones dentro
del marco de las demandas de sus agencias financiadoras que exigen resultados efectivos en
los procesos de intervención en desarrollo. Por otro lado, si bien hay instituciones con aper-
tura intercultural y/o sensibilidad hacia el otro, existen también instituciones que todavía no
han desarrollado esta apertura o sensibilidad intercultural, las cuales en muchos lugares son
todavía la mayoría.
216 CIUDAD SIN FRONTERAS
a esto último, hoy por hoy los productores aymaras muestran con
orgullo sus vacas Holstein como expresión de su cosmovisión e iden-
tidad (figura 2).
8 De manera un tanto rígida, puede distinguirse entre instituciones de desarrollo con apertura
intercultural e instituciones con una visión y práctica de desarrollo monocultural, las cuales
probablemente son todavía la mayoría. Entre aquellas instituciones con apertura intercul-
tural, es interesante notar que las mismas están atravesadas por tensiones en su intento de
combinar actividades e iniciativas de desarrollo que apuntan a fortalecer la economía de
intercambio y aquellas que apuntan a revalorizar y fortalecer la economía de reciprocidad.
218 CIUDAD SIN FRONTERAS
Conflictos rurales-urbanos
Desde la aprobación de la LLP, las relaciones rural-urbanas en Viacha
están atravesadas por múltiples tensiones y conflictos, algunas de las
cuales se describen a continuación.
EN LAS PUERTAS DE LA GRAN METRÓPOLI 221
-Tensión territorial
Con la LPP, Viacha emerge como un municipio de una gran extensión
territorial (4.380,33 km²) compuesto por siete distritos municipales.
Sus límites se extendían desde las puertas de la metrópoli La Paz/El
Alto hasta la frontera con el Perú. Los siete distritos de inicio fueron:
-Conflicto campo-pueblo
Con la implementación de la LPP en Viacha, se reactiva una secular
tensión entre los habitantes del pueblo, a quienes se conoce como
“vecinos” y los habitantes del campo, indígenas y campesinos. Si
bien esta tensión tiene bases sociales, históricas y culturales de larga
data, la LPP pone en escena dos nuevos elementos, 1) la pugna por
el control y asignación de recursos de coparticipación para proyectos
de desarrollo en las comunidades, y 2) la pugna por el control de
la instancia municipal de toma de decisiones. Aquí brevemente nos
referimos al primer elemento y en la siguiente sección al segundo.
La pugna por el control de recursos económicos se expresa fun-
damentalmente en la distribución de los mismos para proyectos en
las comunidades. Desde el inicio, y ésta es una tendencia general
también en otros municipios, la distribución fue inequitativa, con
mayores recursos asignados a la ciudad de Viacha y comunidades de
alrededor, y menores recursos para las comunidades rurales sobre
todo las más alejadas. Esto, como se indicó anteriormente, fue una
causa central para el proceso de redistritación del municipio. Sin em-
bargo, es interesante que tanto vecinos como indígenas y campesinos
se quejaban de una insuficiente asignación de recursos. En el fondo,
esta tensión expresa prioridades y visiones distintas de desarrollo: un
desarrollo modernizador de las ciudades y un desarrollo rural de las
comunidades rurales con énfasis en lo productivo.
El conflicto campo-pueblo, que en parte se generó alrededor de
la distribución de recursos y la definición de prioridades de desa-
rrollo, tuvo dos consecuencias interesantes. Por un lado, despertó
viejas prácticas de discriminación étnica de los “vecinos” respecto de
los indígenas y campesinos. Por otro, debilitó la solidaridad aymara
generando competencias intracomunales por acceso a recursos. Res-
pecto a esto, Blanes concluye que “para captar recursos en mejores
condiciones, las OC tienden incluso a quebrar vínculos de solidari-
dad entre las organizaciones originarias, como paree ser el caso del
sector Machaqa” (Blanes 2000: 54).
-Colaboración rural-urbana
Si bien en la actualidad persisten varias tensiones como las descritas
en el anterior punto, a partir del 2005 se evidencia el inicio de un
periodo de encuentro y colaboración rural-urbana en el ámbito mu-
nicipal de Viacha. Una característica central de este periodo emer-
gente es que se comienza a asumir el reto de responder al desafío
intercultural en el plano de la toma de decisiones orientado a la
búsqueda de un desarrollo local que integre los intereses rurales y
urbanos. Para ilustrar esta tendencia emergente en esta sección se
describen ejemplos relativos al nivel de la toma de decisiones y la
vida cotidiana
9 En realidad, esto fue resultado del conflicto de ingobernabilidad del año 2004 suscitado a
raíz de malos manejos administrativos que condujo a la destitución de la alcaldesa. Como
resultado, Viacha tenía dos alcaldes, uno apoyado por los distritos urbanos 1 y 2 (Eulogio
Poma) y otro apoyado por los campesinos del distrito 3 (Isabel Tapia). El conflicto se resol-
vió con la intervención del Ministerio de Participación Popular que hizo un acuerdo con los
representantes de los siete distritos para descentralizar el presupuesto de coparticipación
tributaria y designar subalcaldes en cada uno de los distritos, dejando acéfala la alcaldía
hasta las siguientes elecciones municipales.
226 CIUDAD SIN FRONTERAS
Visiones y
Sistema Mallku de la prácticas de
Mallku de Ejecutivo
natural de comunidad, desarrollo
la Central de
toma de Mallku de la
Agraria SIMACO*
decisiones Subcentral
Conclusiones y aperturas
Conclusiones
a) El desarrollo económico productivo en la región central del alti-
plano antes de 1976 era intracultural. Las iniciativas de desarrollo
promovidas desde fines de esta década promueven un modelo de
desarrollo monocultural introduciendo innovaciones productivas
(ganadería) y culturales (economía de mercado) que desestruc-
tura o invisibiliza el desarrollo intracultural previo estructurando
relaciones interculturales negativas. A mediados de los noventa se
inicia un proceso de apertura intercultural que pone en diálogo y
acerca tanto la lógica de mercado como de intercambio que da un
nuevo impulso a las iniciativas de desarrollo. El desafío de un de-
sarrollo rural sostenible en la zona de Viacha pasa por encontrar
formas creativas de combinar estas dos lógicas o la construcción
de un desarrollo rural local intercultural.
b) En el plano de la toma de decisiones políticas, tomando como
escenario el proceso de participación social generado a partir de
la implementación de la LPP, describimos el desencuentro a nivel
municipal entre dos sistemas de toma de decisiones: el sistema
228 CIUDAD SIN FRONTERAS
Aperturas
a) Si bien los abordajes de las relaciones rural-urbanas plantean la
necesidad de ver las mismas en términos no dicotómicos, sino com-
plementarios, por lo general, se concluye que en último término hay
EN LAS PUERTAS DE LA GRAN METRÓPOLI 229
Bibliografía
1 Agradecimientos: La investigación de trabajo de campo en la que recabé los datos que ana-
lizo en el presente artículo fue generosamente financiada por una beca para la investigación
de la Fundación Wenner-Gren, así como por una beca “Fulbright-Hays Doctoral Dissertation
Research Abroad” del Departamento de Educación de los Estados Unidos. Agradezco de
manera especial las sugerencias de mis colegas en el Taller de Disertación Doctoral de la
Universidad de Illinois en Urbana quienes leyeron una versión anterior de este ensayo, así
como los comentarios y la paciencia de Nelson Antequera y Cristina Cielo. Por supuesto,
agradezco también a las mujeres del comercio informal en Cochabamba, quienes generosa-
mente compartieron su conocimiento y experiencias conmigo. Cualquier error u omisión en
este texto es de mi entera responsabilidad.
234 CIUDAD SIN FRONTERAS
Bibliografía
1 El presente ensayo es parte del informe de investigación La vecindad que no viajó: Migra-
ción internacional y desarrollo comunitario en zonas periurbanas de Cochabamba (2009),
publicado por el PIEB. La investigación se impulsó por el Centro Vicente Cañas y se de-
sarrolló en el marco de la Convocatoria Nacional Temática “Impacto Económico y Efectos
Socioculturales de la Migración Transnacional en Bolivia” del Programa de Investigación Es-
tratégica en Bolivia (PIEB), y auspiciado por el Defensor del Pueblo y Pastoral de Movilidad
Humana. El equipo de investigación fue coordinado por Theo Roncken y conformado por
Oscar Alquizalet, Cristina Cielo, Redner Céspedes y Yeshid Serrudo.
252 CIUDAD SIN FRONTERAS
con el centro atiborrado de la ciudad. Más allá, se ven hasta los cerros
verdes de la zona norte, la cual miran con anhelo algunos vecinos de los
barrios marginados de la zona sur: “Imagínese que las Lomas de Santa
Bárbara se convierta como en las Lomas de Aranjuez, soñar no cuesta
nada, esto que se convierta en Pacata Alta, como se puede ver, una be-
lleza […]. A veces pienso, miro ese cerro, ojalá este cerro se convertiría
en ese cerro, en el Tunari y así podríamos tener bastante agua”. Este
tipo de mirada hace hincapié en lo que les falta a barrios como Lomas.
Pero Lomas de Santa Bárbara posee algunas características propias,
a diferencia de otros barrios más urbanizados. Entre éstas se destacan
sus vínculos fuertes con el campo. Desde el cerro donde se encuentra
Lomas, volviendo la espalda a la ciudad, uno vislumbra la Laguna de
La Angostura entre las colinas. La Angostura es el punto que señala
la salida definitiva de lo urbano y la entrada al Valle Alto rural, región
de procedencia de muchos de los vecinos del barrio2. Y se sienten en
el barrio los aires del campo y valle rural. Chanchos, ovejas y perros
deambulan por las calles de Lomas, donde pasan unos pocos vehícu-
los. Hasta hace poco, la tenue luz de velas daba un ambiente hogareño
a las reuniones de manzano o a la reunión semanal de los delegados
de manzano. Ahora ya hay luz eléctrica en Lomas. Pero los ritmos ba-
rriales y las relaciones sociales más aldeanas y familiares permanecen.
Cuando se asentó el área que ahora es Lomas, era más campo que
ciudad. Contó una vecina: “Todo esto era espina, no había nada, pri-
merito yo he venido a este lugar, no había nada”. Esta zona árida se
fue asentando tras la organización de loteadores, quienes se aprove-
charon de los requerimientos de vivienda de los recién llegados a la
ciudad. Un vecino relató sobre el asentamiento de Lomas:
2 De acuerdo a encuestas realizadas por el Centro Vicente Cañas en 2007 en este y otros
barrios de la zona sur, casi 80% de los vecinos actuales de Lomas de Santa Bárbara son de
procedencia rural. En contraste, en otros barrios de la misma zona periurbana de Cochabam-
ba menos de la mitad de vecinos vienen de zonas rurales (Cielo y Céspedes 2008).
254 CIUDAD SIN FRONTERAS
Si a uno nos ven de la zona sur, piensan que estamos con tie-
rra. Usted va en el trufi, yo varias veces así me dado cuenta, así
una señora de pollera se sienta al lado de una señora así con
carteras bien jailona, se hace a un lado, porque piensa que
está con pura polvadera y la puede ensuciar de alguna manera.
Siempre tienen que discriminarnos porque ellos se creen de
alta categoría pero no debería de haber eso.
3 Estos porcentajes, tanto en Lomas como en los otros barrios, a lo mejor subestiman la múl-
tiple residencia de los vecinos, por dos razones: (1) Es probable que una cierta cantidad de
vecinos que tienen residencias fuera del barrio han respondido negativamente, ya que hay
un prejuicio contra vecinos que “no viven” en el barrio; y (2) La pregunta de la encuesta
solamente preguntó por residencia en otra parte de la ciudad. Suponemos, basado en la
recolección de datos cualitativos, que el número sería considerablemente más alto si se hu-
biera incluido residencias fuera de la ciudad en la pregunta.
260 CIUDAD SIN FRONTERAS
de tener las visas apropiadas, sino de toda una serie de otras cuali-
dades valorizadas en cada ámbito. Las valorizaciones del ámbito de
la clase media y de los medios masivos estadounidenses han tenido
una influencia enorme en el ámbito boliviano citadino. Así es que la
migración internacional desde lo rural, desde lo periférico y desde lo
urbano constituyen prácticas y fenómenos netamente distintos.
Organismos internacionales apuestan por la posibilidad del co-
desarollo a través de la migración externa. En el modelo de co-desa-
rrollo, se busca facilitar que la migración internacional no solamente
beneficie al país receptor con la labor de los migrantes, ni que se
queden los beneficios económicos con los individuos migrantes y
sus familias. Políticas de co-desarrollo fomentan estrategias para que
la migración internacional también sea aprovechada por las comuni-
dades y por los países de origen de los migrantes. Pero en un barrio
como Lomas, es difícil imaginar cómo la migración al exterior podría
ser de utilidad para los vecinos del barrio. Igual que en otras partes
de la ciudad, domina la imagen pública de la migración como opor-
tunidad de inclusión en el mundo globalizado. En esta imagen, uno
solamente tiene que trabajar, estudiar, maximizar su potencial indivi-
dual, y podrá entrar al círculo mágico del capital. A la vez, por la mis-
ma aceptación de problemas económicos como asuntos “privados”,
aunque sea a nivel de manzano, el colectivo pierde la posibilidad de
retar las exclusiones implícitas en esas valorizaciones.
La debilidad interna del colectivo de Lomas a nivel barrial y de su
dirigencia impulsa su búsqueda de apoyo en instituciones externas,
sean éstas autoridades públicas u organizaciones no gubernamenta-
les. En respuesta a los problemas perpetuos de titulación de tierra,
por ejemplo, algunos vecinos se organizaron para apelar al mismo
presidente de la República para declarar las tierras suyas por usu-
fructo. Sin embargo, debido a la misma fragmentación barrial que
caracteriza la comunidad, la propuesta generó polémica y debilitó la
acción colectiva.
Al ser sus pobladores entre los más marginados de los sistemas
socio-culturales de la ciudad, también tienen menor acceso a las he-
rramientas que se requieren para incidir en decisiones y mecanismos
municipales. En contraste con barrios más profesionalizados, los ve-
cinos de Lomas tienen un bajo promedio de educación formal4. Esto
dificulta la incidencia en la gestión municipal y en trámites legales.
Bibliografía
1 Este término aymara significa “hablador”, y designa a las personas que venden promesas y
fantasías de una mejor vida.
270 CIUDAD SIN FRONTERAS
La llamada “guerra del gas”, en octubre del 2003, marcó un hito so-
cial y político en el país. El Alto fue su epicentro y sus residentes los
actores principales. Este protagonismo político tiene sus raíces en la
sangre derramada: 44 de las 63 personas asesinadas por las Fuerzas
Armadas cayeron en El Alto (Auza 2004). Éste fue uno de los momen-
tos históricos determinantes de la “revolución democrática y cultural”
que llevaría a Evo Morales a la presidencia de Bolivia (Stefanoni y Do
Alto 2006). Aunque se podría ver el papel de El Alto en las jornadas
de octubre como una “explosión social” explicada por factores ex-
ternos (i.e. neoliberalismo, propuesta de exportación de gas a Chile,
etcétera), las particularidades sociales y culturales de esta ciudad son
272 CIUDAD SIN FRONTERAS
2 En el año 2001 esta ciudad tenía una población oficial de 649.958 (INE 2001). Estudios
recientes estiman que la población de El Alto se acerca a los 900,000, sobrepasando a la
ciudad de La Paz (Albó 2006).
3 El Decreto Supremo 21060 fue el mecanismo legal mediante el cual se implementó el pro-
yecto neoliberal en Bolivia. Una historia exhaustiva del neoliberalismo en Bolivia se encuen-
tra en Kohl y Farthing (2007).
CIUDADANÍA POLÍTICA CALLEJERA 273
Ciudad y ciudadanía
5 Lo que es muy diferente a afirmar que estos territorios sean simples contenedores de iden-
tidades. Para una crítica de esta visión de espacios, véase Harvey (1997, 2009).
6 Esto es evidente en las primeras ordenanzas de planificación urbana que recibió Pedrarias
Dávila en 1513 (Crouch, Garr y Mundigo 1982). Cabe resaltar que las ciudades de los impe-
rios Inca y Azteca reflejaban esta dualidad (Von Hagen y Morris 1998 y Soustelle 1996).
7 Cuando me refiero a las ciudades de la Colonia como “duales”, es importante resaltarlo, no
pretendo simplificar la complejidad de los procesos y del espacio a una simple dicotomía.
Pero para los propósitos de este ensayo, esta noción de dualidad basta para resaltar la íntima
interacción de procesos y espacios de exclusión.
8 Harvey (2009), construyendo sobre el trabajo de Lefebvre (1991), se refiere a “espacios rela-
cionales” para describir cómo múltiples espacios internalizan procesos históricos.
278 CIUDAD SIN FRONTERAS
10 Aquí se refiriere al referéndum de julio del 2004, promovido por Carlos Mesa para definir
la utilización de los hidrocarburos. El referéndum surgió como respuesta a las demandas de
nacionalización de octubre del 2003, pero terminó siendo un simulacro político con pocos
resultados palpables para la población (Bautista 2006).
282 CIUDAD SIN FRONTERAS
11 De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano del PNUD (2005), menos de cien familias
poseen 25 millones de hectáreas, mientras que dos millones de familias campesinas trabajan
en cinco millones de hectáreas.
286 CIUDAD SIN FRONTERAS
Por 500 años esos q’aras12 han gobernado y ahora nos toca a
nosotros. Ya sabemos cómo son ellos, mucho discurso y poca
acción. Así son nomás […] Pero también hay aymaras que son
12 El término q’ara significa “pelado”, y alude a los blancos y mestizos. Pero como lo indica el
testimonio, trasciende el color de la piel: alude también a cierta complicidad con el Estado
y las estructuras de poder.
288 CIUDAD SIN FRONTERAS
q’aras, no es solo una cosa del color de la piel. Son los llunk’us13
que copian las formas que ellos hablan y no hacen. Tenemos
que irnos formando y preparando ideológicamente para man-
tener la hegemonía. Ahora nos toca por 500 años (orador, 5 de
junio del 2006).
13 Un llunk’u es un servidor del patrón, designa al indígena que trabaja a favor del poder po-
lítico y que reproduce la “colonialidad del poder”.
CIUDADANÍA POLÍTICA CALLEJERA 289
Conclusiones
Bibliografía
Recomendaciones para
políticas públicas
La transformación de Medellín
como laboratorio urbano para la
ciudad boliviana
Experiencias y desafíos para Santa Cruz de la Sierra
Francisco Alejandro Vásquez Rodríguez
1 Nos referimos a la ciudad boliviana como una tipología, entendiendo que existen profundas
diferencias entre las metrópolis, las ciudades intermedias y las pequeñas. Para este ensayo,
la ciudad boliviana se refiere a las tres principales aglomeraciones urbanas: La Paz-El Alto,
Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra.
LA TRANSFORMACIÓN DE MEDELLÍN... 299
Tanto es así que hoy por hoy hay una frase hecha entre los habi-
tantes de Medellín, que plantea que “Medellín pasó del miedo a la
esperanza” es difundida ampliamente por quienes lideraron política-
mente la ciudad entre los años 2004 y 2007, en una administración
municipal a la que se le atribuye haber iniciado un complejo proceso
de conciliación y negociación de diversos procesos sociales que con-
vergieron en la transformación de la ciudad.
En ese sentido, el ex-alcalde Sergio Fajardo sintetiza el porqué era
necesario ese proceso transformador: “Durante muchos años en Me-
dellín construimos rejas que nos separaron. Paredes invisibles que di-
vidieron la ciudad, convirtiéndola en fragmentos, en pequeños guetos
en los que solo nos relacionábamos con aquellos parecidos a nosotros,
solo conocíamos espacios reducidos, porque la violencia, el miedo,
la desconfianza, nos impidieron movernos libremente. Necesitábamos
entonces una concepción que atendiera nuestros dos problemas funda-
mentales: la violencia y las desigualdades sociales.” (Fajardo 2007: 148).
Para ello se recurrió a una serie de programas y proyectos trans-
formadores, pero sin duda la apuesta se hizo en torno a una fuerte
inversión en educación para la población, plasmada en el modelo de-
nominado “Medellín la más educada” que, en un concepto amplio de
educación, agrupa una serie de intervenciones estatales destinadas
a producir cambios sustanciales al disminuir la violencia y generar
oportunidades para el conocimiento y el desarrollo de los habitantes
de esa ciudad. Pero también fue muy importante un potente proceso
de renovación urbana enmarcado en “el cambio de piel de la ciudad”,
a través de intervenciones físicas en la ciudad enmarcadas en un
concepto de urbanismo sostenible y en miras de la regeneración del
tejido social de las comunidades intervenidas.
El punto central entonces es cómo pasó Medellín de ser una de las
ciudades más violentas del planeta a convertirse en una ciudad ejem-
plo no solo en Latinoamérica sino también para otros lugares del pla-
neta. Todavía es apresurado brindar respuestas acabadas y contun-
dentes, pero sin duda que la segunda urbe colombiana se atrevió a
dar un paso adelante en cuanto a implementar propuestas acordes a
los planteamientos y requerimientos urbanísticos actuales, en donde
según Borja (2003), las políticas urbanas deben buscar compromisos
positivos mediante una intervención transformadora permanente so-
bre unas realidades territoriales múltiples, es decir, está la necesidad
de hacer ciudad sobre la ciudad.
Un concepto que bien puede ayudarnos a entender tal concepción
del urbanismo lo encontramos en la idea de que se trata de entender
LA TRANSFORMACIÓN DE MEDELLÍN... 303
Urbanismo social
2 Decimos que fue el líder del concepto, dado que se desempeñó como gerente de la Empre-
sa de Desarrollo Urbano (EDU), organismo adscrito a la Alcaldía de Medellín pero con au-
tonomía administrativa y financiera. A la EDU se le encargó poner en acción en el territorio
el concepto de urbanismo social y diseñar y ejecutar los PUI.
310 CIUDAD SIN FRONTERAS
que la ciudad con que llegamos al fin del siglo ha perdido su rum-
bo, quedando dividida entre una plataforma moderna e integrada al
mercado mundial y un resto de la ciudad inorgánico, descapitalizado
y plagado de problemas sociales. La ciudad boliviana está en medio
de esa encrucijada, siendo, según Prado Zanini (2008), una ciudad
contradictoria en la que coexisten una parte moderna —y su imagen
de modernidad, riqueza y oportunidades— y una corona periurbana
que presiona para ser tomada en cuenta. Tal planteamiento muestra
las dos caras de Santa Cruz, aspecto reafirmado al considerar que,
detrás de su imagen exitosa de ciudad próspera y globalizada, nos
encontramos con una realidad distinta en la que el bienestar no ha
sido capaz de llegar a la mayoría de las personas, concentrando la ri-
queza y profundizando la pobreza y la segregación (CEDURE 2007).
No es casual que el primer PUI se desarrollara en la zona nororien-
tal de Medellín, conocida como la zona más violenta de la ciudad a
principios de la década de los noventa, e históricamente la menos de-
sarrollada, con barrios que crecieron de manera informal, sin planifi-
cación y como efecto de desplazamientos rurales e inclusive urbanos,
provocados por la violencia y la falta de oportunidades. De hecho,
según Fajardo (2007), las condiciones de la zona nororiental eran
deficientes, con los índices más bajos de calidad en educación, mayor
desempleo y subempleo, carencia significativa de espacios públicos,
viviendas precarias y de alto riesgo y mayores tasas de homicidios. Allí
convergieron todas las líneas de inversión, con aportes de las secre-
tarías de la Alcaldía, es decir, en educación, emprendimiento, presu-
puesto participativo, salud, vivienda, seguridad y convivencia, deporte
y recreación, medio ambiente, cultura ciudadana, paz y convivencia.
De esta forma, se atendía a la Medellín pobre y marginal, y se le
daba la posibilidad de sentirse parte de la ciudad, con oportunida-
des y proyectos que impactaran la calidad de vida de la población,
además de hacerla partícipe de la construcción de la ciudad. Aunque
Medellín sigue siendo una ciudad dual, con experiencias como el PUI
y el enfoque del urbanismo social, la brecha es cada vez menor, por
lo menos en equidad y segregación socio-espacial. Un ejemplo impor-
tante es lo que ha pasado con el Plan Parcial de Mejoramiento Integral
de Moravia, el cual ha sido desarrollado en uno de los sectores más
deprimidos de la ciudad, que incluso llegó a erigirse sobre el antiguo
basurero de la ciudad. El plan, como tal, busca mejorar la apropia-
ción y respeto democrático de lo público; asimismo ha posibilitado la
reubicación de familias en viviendas de interés social y ha fijado pau-
tas de responsabilidad social de toda la ciudad con dicho territorio.
316 CIUDAD SIN FRONTERAS
Consideraciones finales
Bibliografía
Introducción
Antecedentes
Chaco Norte
Subandino Sur
Entre Ríos
TARIJA
Uriondo
Yunchará
Padcaya Caraparí Yacuiba
LA CONTINUIDAD URBANO RURAL Y EL USO DE SUELO URBANO
Bermejo
desarrollo local, está el hecho de que en las áreas urbanas se dan los
procesos de transformación de materias primas como una condición
para lograr niveles de competitividad territorial. Sin embargo, por el
hecho de no manejar las estrategias de forma integral, las políticas
diseñadas no son de impacto en los procesos productivos o de in-
tercambio. Eso resta posibilidades al logro de los objetivos, pues las
estrategias están pensando o solo en la generación de materia prima
o solo en la transformación, hecho recurrente que conlleva a la conti-
nua dispersión de recursos que hacen simplemente a la postergación
de nuestras regiones.
El proceso de planificación está relegado a las áreas urbanas, con-
siderándolas áreas marginales en el territorio, lo que impide la vi-
sualización de escenarios propicios para el desarrollo concertado. La
brecha ha sido consolidada en el imaginario de los actores donde no
se reconoce el rol y la importancia de los asentamientos humanos.
Se ha institucionalizado una visión según la cual la dinámica urba-
na corresponde a un segundo plano en contextos departamentales,
regionales y municipales y que la problemática urbana es un hecho
aislado de estos contextos territoriales. Esto se evidencia en la falta
de planificación urbana a nivel departamental, carencia que veremos
que la categoría de uso de suelo urbano busca remediar.
En las planificaciones más recientes en Tarija, de cara al diseño
de estrategias de desarrollo para el departamento, se concluyó que
éste requiere de una estrategia integral donde era importante incor-
porar lo referido a la dinámica urbana. Por esta razón, se desarrolló
un capítulo exclusivo de análisis y propuesta en el documento final
del PDOT dedicado a la problemática urbana. La propuesta plantea
lineamientos urbanos que debieran ser considerados en el momento
de la formulación de planes municipales y urbanos de ordenamiento
territorial, a fin de orientar correctamente la posterior planificación y
de diseño urbano de las cuatro ciudades del departamento, las mis-
mas que se desarrollan en contextos diferentes y bajo diferentes roles
(Tarija, Bermejo, Yacuiba y Villa Montes).
En estos procesos, la voluntad política de las autoridades en los
diferentes niveles territoriales ha dado importancia y espacios al pro-
ceso de planificación en lo que corresponde a la planificación fí-
sica, estratégica y participativa. Cabe mencionar que en la gestión
2006, Tarija era el único departamento en Bolivia que contaba con
Planes Departamentales de Uso de Suelo, de Ordenamiento Terri-
torial y de Desarrollo Económico aprobados. El trabajo interrelacio-
nado entre los planes facilita la alineación a la visión de desarrollo,
330 CIUDAD SIN FRONTERAS
Chaco Norte
Subandino Sur
PDOT
Instrumento técnico
Instrumento técnico
orientador promueve la
normativo determina los
articulación de los
usos del suelo en función PLUS POT
centros mediante una
a potencialidades y
jerarquización de los
limitantes
mismos
Los resultados del proceso se deben plantear desde dos ópticas di-
ferenciadas, desde un enfoque en los resultados del proceso de pla-
nificación y desde los resultados del proceso de implementación. En
342
Villa Montes
El Puente
San Lorenzo
Iscayachi
TARIJA
Entre Ríos
Concepción
Yunchará Caraparí
Padcaya
Yacuiba
Bermejo
Conclusiones
Cristina Cielo
Es candidata doctoral en Sociología (Universidad de California Ber-
keley, EE.UU.). Sus investigaciones giran en torno a los temas de la
marginalidad urbana, políticas e instituciones públicas y conceptos
y prácticas del desarrollo. Ha realizado investigaciones y proyectos
con el Centro Filipino de Periodismo de Investigación, el Consejo de
Organizaciones Civiles de Veracruz, México y el Centro Vicente Ca-
ñas en Cochabamba. Actualmente trabaja en el marco del programa
Sawyer de la Facultad de Humanidades, Universidad de Witwaters-
rand (Sudáfrica). Correo electrónico: [email protected].
Autores
Acción Andina-Bolivia
El Equipo de Investigación sobre Migración y Desarrollo de Acción
Andina-Bolivia fue conformado en 2007 en colaboración con el Cen-
tro Vicente Cañas (CVC) en Cochabamba. Conformado por Theo
Roncken (coordinador), Yeshid Serrudo, Redner Céspedes, Cristina
Cielo y Oscar Alquizalet. El equipo buscó precisar el impacto de la
migración internacional en la presencia o no de elementos que ge-
neren condiciones para el desarrollo comunitario. Profundizaron la
investigación en el marco de la Convocatoria “Impacto Económico y
Efectos Socioculturales de la Migración Transnacional en Bolivia” del
PIEB. Correo electrónico: [email protected].
Amonah Achi
Socióloga originaria de Costa de Marfil, África y de Francia, licenciada
en Ciencias Políticas (IEP Rennes, Francia), con Maestría de Investi-
gación en Ciencias Sociales (EHESS, Francia) y Maestría en Asistencia
Humanitaria Internacional (Universidad de Aix-en-Provence). Traba-
jó en la Fundación Pro Hábitat en Cochabamba y Save the Children
UK en Costa de Marfil y como investigadora independiente con el
PIEB, el CEPLAG y el Centro AGUA sobre diversas problemáticas,
principalmente: el trabajo de los niños en la economía rural y urba-
na; el suelo, el agua y la vivienda en los barrios marginales. Correo
electrónico: [email protected].
Charles Dolph
Licenciado en antropología (Kenyon College, EEUU), y trabajó en Bo-
livia entre 2003 y 2005 como voluntario del Cuerpo de Paz estadouni-
dense. Sus investigaciones se enfocan en procesos de urbanización y
migración, la producción del espacio social, la antropología del traba-
jo, y movimientos sociales y el Estado en América Latina. Actualmente
es estudiante de maestría (George Mason University, EEUU) y realiza
su tesis sobre migrantes bolivianos en Buenos Aires, Argentina.
Bruno Fornillo
Investigador argentino con el Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET-Argentina). Obtuvo su Licenciatura
en Historia (Universidad de Buenos Aires, Argentina) y tiene maes-
tría en la Sociología de la Cultura (IDAES-UNSAM). Actualmente está
doctorando en Ciencias Sociales (UBA) y en Geopolítica (Paris VIII,
Francia). Correo electrónico: [email protected].
J. Fernando Galindo
De origen boliviano, es investigador social para el Centro de Investi-
gación y Promoción del Campesinado (CIPCA). Recibió su doctorado
en Sociología Rural por la Universidad de Missouri-Columbia. Es pro-
fesor de sociología educativa de la Universidad Mayor de San Simón
(Cochabamba) e investigador del CIPCA donde investiga el impacto
de la interculturalidad en el desarrollo rural sostenible en Bolivia.
Correo electrónico: [email protected].
AUTORES 351
Kaylen Jorgensen
Doctorante de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad
de Queensland (Brisbane, Australia). Licenciada en Periodismo (Uni-
versidad de Tejas Austin, EE.UU.) y ha trabajado en comunicación
y en temas de género y desarrollo participativo en África, Australia
y los Estados Unidos. Sus áreas de investigación incluyen aspectos
de identidad, pertenencia, tierra, territorio y movilidad. Actualmente
trabaja en la elaboración de su tesis basado en investigaciones en zo-
nas periurbanas de Cochabamba. Correo electrónico: kaylen6@gmail.
com.
Javier Nuñez-Villalba
Geógrafo boliviano con licenciatura (UMSA, La Paz) y Maestría en
Geografía (Universidad de Alcalá de Henares, España). Las líneas de
interés que sigue son: el ordenamiento territorial, las herramientas de
la geografía y la vulnerabilidad urbana. Fue becario de la Fundación
Carolina y del IFEA (Lima). Ejerció como consultor en Ordenamiento
Territorial del Municipio de La Paz e investigador adjunto en el Insti-
tuto Francés para la Investigación y el Desarrollo (IRD). Es investiga-
dor y coordinador de la Maestría en Geopolítica de los Recursos Na-
turales del Instituto de Investigaciones Geográficas (UMSA). Correo
electrónico: [email protected].
Isabel Scarborough
Antropóloga boliviana-americana, licenciada en Antropología (Bryn
Mawr College, EEUU) doctorando en Antropología Sociocultural
(Universidad de Illinois Urbana-Champaign, EEUU). Sus intereses
incluyen temas de género en el desarrollo internacional, prácticas
culturales e identitarias, la antropología de mercados y la ciudadanía
cultural y política. Ha colaborado con la Asociación de Estudios Bo-
livianos, donde fue miembro del directorio y co-editora del boletín
352 CIUDAD SIN FRONTERAS
Alberto A. Zalles
Sociólogo e investigador independiente, especialista en análisis so-
cio-político de América Latina. Boliviano por nacimiento, licenciado
en Filosofía (UCB, Cochabamba), obtuvo su maestría en Ciencias So-
ciales (FLACSO, Ecuador). Últimamente ha publicado sobre el na-
cionalismo y la democracia en Bolivia, la Asamblea Constituyente
boliviana, el proyecto autonomista de Santa Cruz y las tendencias
políticas a nivel latinoamericano. Actualmente es profesor de Español
en Bélgica (Collège Saint François d’Assise, Ans-Liège). Correo elec-
trónico: [email protected].
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