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Sumario: Nociones generales; Clasificación de los servicios públicos; Principios rectores de los
servicios públicos; Prestación de los servicios públicos; Clasificación de los servicios públicos;
Régimen jurídico de los servicios públicos.
1. NOCIONES GENERALES:
El servicio público es uno de los temas más importantes del derecho administrativo, y se ha
convertido en la razón de ser del Estado social de derecho, pues es la materialización de éste en
pro del bienestar de todos los ciudadanos. Art. 1º de la CP., Sentencia T-406/1992.
Garantizar la efectiva prestación de los servicios públicos es un deber del Estado para con
sus asociados, ya sean prestados por él directamente o por particulares. Art. 365 inc. 2do.
Los servicios públicos en Colombia se concibieron como los pilares del bienestar social a
partir de la Constitución de 1991, que establece, en el Capítulo 5 del Título XII, que “los
servicios públicos son inherentes a la finalidad social del Estado”, y que “el bienestar
general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población son finalidades sociales
del Estado”. A su vez, la Corte Constitucional ha dicho que los servicios públicos
“constituyen un instrumento necesario para la realización de los valores y principios
constitucionales fundamentales”.
Se entiende por servicio público la actividad organizada que se realice conforme a la ley
vigente, con el fin de satisfacer necesidades de interés general en forma obligatoria, regula y
continúa, uniforme y en igualdad de condiciones.
Criterios para determinar el carácter público de un servicio: Criterio orgánico órgano que lo
presta; Régimen jurídico: a que se somete el procedimiento de su organización y funcionamiento;
Funcional.
Al hablar de servicio público, no me refiero sólo a los servicios públicos domiciliarios; estos últimos
únicamente son una clase de servicio público que, debido a su impacto social, se le ha dado
gran importancia. El concepto de servicio público, tal como lo veremos en esta Materia, es
amplio y abarca toda una ideología
En doctrina existen diferentes tipos de criterios para clasificar los servicios públicos:
De Policía: En Colombia, de acuerdo con el numeral 4° del artículo 189 Superior, el presidente de
la República es la suprema autoridad de policía de la nación y en ejercicio de sus atribuciones le
corresponde conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado,
e incluso, fuera de su potestad. “la esencia del poder de policía reside en la posibilidad de limitar
total o parcialmente ciertas actividades de los particulares en razón del interés general“.
Para atender las graves perturbaciones del orden público puede hacer uso de las atribuciones
ordinarias de policía a las que se refieren los artículos 212, 213 y 215 de la Constitución.
Fundamentos constitucionales art. 2, 216 y 218 CP.; Ley 1801 de 2016 (código Nacional de Policía
y convivencia); Sentencia C-024 de 1994 y C-492 de 2002. Reglamentación D. 4222 de 2006 y la
resolución No.00912 de 2009.
Por eso, bien vale la pena distinguir entre poder de policía, función de policía y mera ejecución o
actividad de policía, las formas de la policía administrativa.
La Corte Constitucional comparte y reitera aquí la distinción realizada en tal sentido por la Corte
Suprema de Justicia (1982) cuando distinguió esos conceptos así:
El poder de policía se ejerce directamente por quienes tienen origen representativo: El Congreso,
las asambleas departamentales y los concejos distritales y municipales.
La Corte Constitucional ha precisado varias acepciones para la expresión “policía” en nuestro
ordenamiento jurídico, siendo una de ellas la policía administrativa. La policía, según la Corte, se
puede entender (i) o bien como la Policía Nacional, (ii) o bien como las autoridades
administrativas de policía, (iii) o bien como una forma de preservar o restablecer el orden público
mediante el poder, la función y la actividad de la policía administrativa, (iv) o bien como la
policía judicial.
La norma, integrada por 243 artículos, trae tres libros, el primero de ellos referido al objeto del
código, ámbito de aplicación, bases de la convivencia y autonomía de la Policía Nacional, art.
1º a art. 23; por su parte, el libro segundo se refiere a la libertad, los derechos y deberes de las
personas en materia de convivencia art. 26 a art. 148; por último, el tercer libro se refiere a los
medios de policía, medidas correctivas, autoridades de policía y competencias, procedimientos
y mecanismos alternativos de solución de desacuerdos o conflictos. Art. 149 a 243.
Es una norma de orden público y de carácter preventivo, que busca no sólo establecer las
condiciones para la convivencia en el país al exigir a los ciudadanos el cumplimiento de sus
deberes y obligaciones, sino que también busca determinar el ejercicio del poder que tiene la
Policía Nacional.
El punto de las multas está contenido en el artículo 180 de la Ley 1801 de 2016 el cual
especifica que existen dos tipos, las generales y las especiales. Serán cobradas acorde al salario
mínimo diario legal vigente.
Multa Tipo 1: Tiene un costo aprox. de $ 98.360 (4 salarios mínimos diarios legales). Se encuentran
entre otras:
Limitar u obstruir las manifestaciones de afecto y cariño que no configuren actos sexuales
o de exhibicionismo en razón de la raza, origen nacional o familiar, orientación sexual,
identidad de género u otra condición similar.
Permitir que animales o mascotas en espacio público esparzan las bolsas y recipientes de
basura puestas para la recolección.
Ingresar y salir de las estaciones de transporte público masivo por sitios distintos a las
puertas destinadas para el efecto.
Multa Tipo 2: tiene un costo aprox. de $196.720 (8 salarios mínimos diarios legales). Se encuentran,
entre otras:
Multa Tipo 3: Tiene un costo aprox. de $393.440 (16 salarios mínimos diarios legales vigentes). Se
encuentran entre otras:
Perturbar o permitir que se afecte el sosiego en el vecindario por altos ruidos, fiestas,
reuniones cuando afecten la tranquilidad de las personas.
También le puede interesar: Cómo evitar que se lleven su carro a los patios
Multa Tipo 4: tiene un costo aprox. de $786.880 (32 SMDLV). Se encuentran entre otras:
Tolerar, permitir o inducir por acción u omisión a que un animal ataque a una persona,
animal o bienes de terceros.
Tenga en cuenta:
En este nuevo Código se crea el descuento por pronto pago que consiste en el 50% del valor
sobre la multa que le impusieron, si usted paga dentro de los cinco días hábiles siguientes a la
expedición del comparendo.
Si usted tiene una multa general de tipo 1 y 2 podrá, solicitar dentro de los cinco días hábiles
siguientes a la expedición del comparendo que se conmute la multa por la participación en
programa comunitario o actividad pedagógica de convivencia.
Durante 2017, si a usted le imponen la multa tipo 3 y 4 puede obtener un descuento adicional al
de pronto pago por un 25% de su valor total, si dentro de los 5 días hábiles siguientes a la
imposición del comparendo solicita la participación en programa comunitario o actividad
pedagógica de convivencia, es decir, se puede ahorrar el 75% del total el comparendo.
Se le impondrá además de otras medidas correctivas que sean aplicables y las sanciones de tipo
penal a que haya lugar, multa por metro cuadrado de construcción bajo cubierta, de área de
suelo afectado o urbanizado o de intervención sobre el suelo, según la gravedad del
comportamiento, de conformidad con el estrato en que se encuentre ubicado el inmueble, así:
1. a) Estratos 1 y 2: De 5 a 12 SMLMV.
2. b) Estratos 3 y 4: De 8 a 20 SMLMV.
3. c) Estratos 5 y 6: De 15 a 25 SMLMV
En ningún caso, la multa podrá superar los 200 SMLMV y el valor del total de las multas
impuestas y liquidadas, no podrá ser superior al valor catastral del inmueble.
Los siguientes son algunos aspectos a tener en cuenta frente a las multas:
A la persona que pague la multa durante los 5 días hábiles siguientes a la expedición del
comparendo, se le disminuirá el valor de la multa en un 50%, lo cual constituye un
descuento por pronto pago.
A cambio del pago de la Multa General tipo 1 y 2 la persona podrá, dentro de un plazo
máximo de 5 días hábiles siguientes a la expedición del comparendo, solicitar a la
autoridad de policía que se conmute la multa por la participación en programa
comunitario o actividad pedagógica de convivencia.
El no pago de la multa dentro del primer mes dará lugar al cobro de intereses equivalentes
al interés moratorio tributario vigente. Así mismo se reportará el Registro Nacional de
Medidas Correctivas, el cual será consultado por las entidades públicas, de conformidad
con las normas vigentes.
Si transcurridos 90 días desde la imposición de la multa sin que esta hubiera sido pagada
se procederá al cobro coactivo, incluyendo sus intereses por mora y costos del cobro
coactivo.
Agendar un curso pedagógico (aplicable para las multas tipo 1 y 2): Inicialmente cinco Casas de
Justicia de Bogotá, en Los Mártires, Suba Pontevedra, Fontibón, Kennedy y Usme, se dictarán los
cursos pedagógicos. El infractor se debe acercar con el comparendo y documento de
identificación.
Pagar el comparendo (aplicable para las multas tipo 3 y 4): Si lo hace durante los 5 días hábiles
siguientes a la imposición del comparendo tendrá un 50% de descuento sobre el valor total de la
multa. Debe cancelarlo en un plazo máximo de 30 días calendario. Después de 1 mes sin pagar
la multa correrán intereses.
Objetar el comparendo: Si el infractor no está de acuerdo con la medida correctiva tiene 3 días
hábiles para apelar la decisión ante un inspector de Policía. Esta cita se agenda en la Alcaldía
Local de la localidad donde fue cometida la infracción. Luego del proceso con el inspector el
comparendo puede levantarse o persistir en el cobro de la multa.
Si transcurridos seis meses desde la fecha de imposición de la multa esta no ha sido cancelada
con los intereses respectivos, la persona no podrá:
La nueva norma define las multas generales, que clasifica en cinco tipos, y las consecuencias por
el no pago de las mismas, las cuales variarán dependiendo del tipo de multa impuesta por la
autoridad de policía.
En tal virtud, define la privacidad como el derecho que tienen las personas de satisfacer sus
necesidades y desarrollar sus actividades en un ámbito que le sea exclusivo y, por lo tanto,
considerado como privado.
Indica los comportamientos contrarios a la posesión y mera tenencia de bienes inmuebles. Por
ejemplo, en caso de perturbación de los derechos de posesión, servidumbre o mera tenencia,
las personas podrán instaurar querella ante el inspector de Policía, mediante el procedimiento
único consagrado dentro del código, art. 213.
De igual manera, establece las competencias de la autoridad en materia de prevención y
protección de las fuentes hídricas, de cuidado de las especies de flora y fauna silvestres y de
contaminación del aire.
La nueva legislación indica las principales características del proceso verbal inmediato y del
proceso verbal sumario y que deberán cumplir las autoridades de Policía.
Es oportuno agregar que estos procesos estarán regidos por los principios de oralidad, gratuidad,
inmediatez, oportunidad, celeridad, eficacia, transparencia y buena fe y su aplicación será
obligatoria para las actuaciones adelantadas por las autoridades de Policía, en ejercicio de su
función y actividad.
XXXEl servicio público de policía está íntimamente ligado al orden público interno, y únicamente
puede estar a cargo del Estado, a fin de garantizar su imparcialidad. Resulta además claro que a
la prestación del servicio público de policía no pueden concurrir los particulares, y así lo precisa el
artículo 216 de la Carta Política al estipular que “la Fuerza Pública estará integrada en forma
exclusiva por las Fuerzas Militares y la Policía Nacional”.
El uso de la fuerza en Colombia, sólo puede llevarse a cabo dentro de los límites legales, y por los
miembros activos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional. Ni los militares que se
encuentran gozando de permiso, ni los policías que disfrutan de sus vacaciones, pueden ejercer
las funciones propias del servicio mientras no se reincorporen a sus cargos.
En todas las actuaciones policiales, se deberán preservar los derechos y garantías establecidos
en la Constitución Política y la Ley, observando los principios rectores contenidos en los artículos 4
a 34 del resolución No.00912 de 2009, Como: Dignidad Humana, Legalidad, Territorialidad,
ejercicio de los derechos y deberes, responsabilidad, coordinación, celeridad y eficacia, libertad
personal,
Este servicio propende a la armonía social, la convivencia ciudadana, el respeto recíproco entre
las personas y de estas hacia el Estado, da a la actividad policial como un carácter
eminentemente comunitario, preventivo, educativo, ecológico, solidario y de apoyo judicial.
Así mismo, se constituye en la base sobre la que se asientan el resto de los servicios del Estado, en
la medida en que estos necesitan un entorno de respeto a la ley y el orden para funcionar
adecuadamente. Art. 35 R/912/06.
El nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia que entro en vigencia en enero de 2017,
cambia el derecho policivo. La ciudadanía debe ser informada de que las condiciones
cambiaron, es decir, que sus quejas, peticiones y reclamos deben ser presentadas ante la
autoridad de policía para que la resuelva de acuerdo con el artículo 10 numeral 6 de la nueva
ley.
Para mayor ilustración, el nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia denomina cada
actividad para su fácil identificación, como se describe a continuación:
Del urbanismo: El Código Nacional de Policía y Convivencia (Ley 1801 /2016) deroga el
Artículo 108 de la Ley 388/1997 Procedimiento Imposición de Sanciones y los Artículos 1 y 2
de la Ley 810/2003 en materia de multas. Se crean los comportamientos contrarios a la
integridad urbanística, Título XIV, Capítulo I, Artículos 135 a 138.
Objetivos:
ii). Promover el respeto, el ejercicio responsable de la libertad, la dignidad, los deberes y los
derechos correlativos de la personalidad humana.
vi). Establecer un procedimiento respetuoso del debido proceso, idóneo, inmediato, expedito y
eficaz para la atención oportuna de los comportamientos relacionados con la convivencia en el
territorio nacional.
Principios.
La libertad y la autorregulación.
El debido proceso.
La solidaridad.
Necesidad: Las autoridades de policía solo podrán adoptar los medios y medidas
rigurosamente necesarias e idóneas para la preservación y restablecimiento del orden
público cuando la aplicación de otros mecanismos de protección, restauración,
educación o prevención resulte ineficaz al fin propuesto.
Prestar el auxilio que requiere la ejecución de las leyes y las providencias judiciales y
administrativas.
En síntesis, tanto la función de policía como la actividad de policía son monopolio del órgano
unipersonal y primera autoridad política de las respectivas entidades territoriales, existiendo al
efecto una unidad de mando en cabeza del Presidente de la República, cuyo poder sobre
gobernadores y alcaldes, en sus calidades de agentes del Estado, así como de aquéllos sobre
éstos, tiene una clara consagración constitucional (CP Art. 296).
Esta es, quizás, la clasificación más importante que hace la Constitución de los servicios públicos,
y
“se garantiza el derecho de huelga, salvo en los servicios públicos esenciales definidos por
el legislador. La ley reglamentará este derecho”.
Como puede verse, el principio de continuidad restringe en los servicios públicos
esenciales el derecho de huelga que gozan los servicios públicos en general.
“El carácter esencial de un servicio público se predica cuando las actividades que lo
conforman contribuyen de modo directo y concreto a la protección de bienes,
“La Constitución ha establecido dos requisitos diferentes para que se pueda excluir el
derecho de huelga de una determinada actividad.
En primer término, es necesario que ésta sea materialmente un servicio público esencial. Y,
en segundo término, desde el punto de vista formal,
Por su parte el legislador, definió como servicio público esencial las actividades que se
desarrollan, Sentencias C-473/94; C-521/94.
Reglamentación del transporte público aéreo, marítimo, fluvial, férreo, masivo y terrestre y
su operación en el territorio nacional, de conformidad con la Ley 105 de 1993, y con las
normas que la modifiquen o sustituyan. (Ley 336 de 1996)
En la sociedad contemporánea les ha reconocido una doble condición; pues de un lado, son
esenciales para la calidad de vida individual de las personas y de otro, desde el punto de vista
colectivo, constituyen la base del desarrollo económico y social de la comunidad. Una sociedad
no puede desarrollarse suficiente, ni dignamente, sin tener acceso a los servicios públicos.
Aunque se discute si “jurídicamente” todos los servicios públicos son esenciales, lo real es que el
concepto de esencialidad ha evolucionado con el desarrollo de la sociedad y con el
entendimiento de que los seres humanos, no sólo tenemos derecho a la vida, sino que además
ese derecho es a la vida digna, lo que trae como consecuencia que mecanismos jurídicos como
es la acción de tutela, amplíen su ámbito de protección y sea cotidiano el amparo del derecho
de acceso a este tipo de servicios.XXX
Domiciliarios. El servicio público domiciliario es entonces, aquel que reciben las personas en su
domicilio o lugar de trabajo y sirven para satisfacer las necesidades básicas de bienestar y
salubridad de la población.
La razón de ser de la existencia de la teoría del servicio público son los usuarios, que en los
términos del artículo 14 de la Ley 142, son las personas naturales o jurídicas que se benefician con
la prestación de un servicio público domiciliario, bien como propietario del inmueble en donde
este se presta, o como receptor directo del servicio; se trata entonces de la persona que recibe
la facilidad o prestación con el fin de atender necesidades que en el contexto de Ley son
esenciales.
En el caso colombiano, los usuarios tienen una especial protección constitucional y legal, pues
tienen entre otros derechos los de:
a ser informados en relación con las condiciones en las que puede recibir el servicio;
a que se les cobren tarifas justas, las que además de obedecer a criterios de costos deben
contener factores de solidaridad y redistribución de ingresos;
a que se les responda prontamente las peticionas, quejas y recurso que presentan a las
empresas;
en algunos casos a acceder en forma gratuita al “mínimo vital” del bien objeto del
servicio, tal como se deriva del bloque constitucional y del artículo 365 de la Carta.
Por lo advertido el régimen de los servicios públicos tienen tres capítulos esenciales, ello son:
La ley 142 de 1994, en su artículo primero, define como servicios públicos domiciliarios:
Dicha ley, en su artículo 4º, le da categoría de servicios públicos esenciales, con un órgano
especial para su vigilancia, que es la SISPD.
Contenido de la ley 142: Principios art. 1º al 13; Definiciones especiales art. 14; las personas
prestadoras de servicios públicos art. 15 y 16; régimen jurídico de las empresas de servicios
públicos art. 17 a 26; Participación de entidades públicas en empresas de servicios públicos art.
27; los bienes de las empresas de servicios públicos art. 28 y 29; Régimen de Actos y contratos de
las empresas art. 30 a 38; contratos especiales para la gestión de los servicios públicos art. 39 a
40; Régimen Laboral art. 41 a 44; del control de gestión y resultados art. 45 a 52; Información de
las empresas de servicios públicos art. 53 a 55; De las expropiaciones y servidumbres art.56 y 57;
Toma de posesión de las empresas de servicios públicos art. 58 a 60; liquidación de las empresas
de servicios públicos art 61; Regulación, control y vigilancia del estado en los servicios públicos-
control social de los servicios públicos domiciliarios- art. 62 a 66; De los ministerios Art.67; De las
comisiones de regulación art. 68 a 74; De la superintendencia de servicios públicos domiciliarios;
Art. 75 a 83; Presupuesto y contribuciones para las comisiones y la superintendencia de servicios
públicos art. 84 y 85; El régimen tarifario de las empresas de servicios públicos art. 86 a 88;
formulas y prácticas de tarifas art. 89 a 98; de los subsidios art. 99 y 100; estratificación socio
económica art. 101 a 104; Organización y procedimientos administrativos -principios y
reglas- art.105; de los procedimientos administrativos para actos unilaterales art. 106 a 115; Las
expropiaciones y servidumbres art. 116 a 120; toma de posesión y liquidación art. 121 a 123; las
formulas tarifarias art. 124 a 127; el contrato de servicios públicos-naturaleza y características del
contrato-art. 128 a 133; de la prestación del servicio art. 134 y 135; el cumplimiento y la prestación
del servicio art. 136 a 143; de los instrumentos de medición del consumo art. 144 y 145; de la
determinación del consumo facturable art. 146; de las facturas art. 147 a 151; defensa de los
usuarios en sede de la empresa art 152 a 159; normas especiales para algunos servicios -agua
potable y saneamiento- art. 160 a 166; energía eléctrica y gas combustible art. 167 a 176;
régimen de transición y otras disposiciones art. 177 a 189.
Competencia de los municipios en materia de servicios públicos. La Ley 142 de 19944, dispone
que la competencia de los municipios y por ende del Alcalde, es la prestación de los servicios
públicos.
educación y salud;
Todos estos servicios derivan del fundamento social del Estado colombiano que establece la
Constitución Política. Las regulaciones legales de estos preceptos constitucionales no evidencian
una política coherente del Estado en materia de desarrollo social, sino más bien la preocupación
por reglamentar la asignación y uso de los recursos financieros destinados a estos servicios. Se
destaca la Ley 60 de 1993, en la cual se regula el manejo del situado fiscal y la participación de
los municipios en los ingresos corrientes de la nación.
Mediante el situado fiscal se dota a departamentos y distritos de recursos financieros para
atender funciones relativas a la prestación de los servicios de educación y salud, en tanto que los
recursos destinados por la Nación para los municipios (Ley 60/93, art.21), deben aplicarse, en
términos sociales a:
Permanentes y esporádicos; los primeros son los prestados de manera regular y continua
para la satisfacción de necesidades de interés general. Los esporádicos; su
funcionamiento o prestación es de carácter eventual o circunstancial para satisfacer una
necesidad colectiva transitoria.
Por el origen del órgano del Poder Público o ente de la administración que los presta;
Nacionales, Distritales, Departamentales, Municipales: nacionales por la República u otros
órganos del Poder Nacional. Hay servicios públicos de competencia concurrente; son
aquellos en cuya prestación concurren distintos órganos de los niveles del Poder Público,
bien sean nacionales, distritales, Departamentales o municipales y los hay que son
prestados en forma exclusiva por órganos de la administración o por los particulares.
Servicios públicos obligatorios y optativos. Los primeros los señalan como tales la
Constitución y las leyes; y son indispensables para la vida del Estado. Los optativos, el
orden jurídico los deja a la potestad discrecional de la autoridad administrativa
competente.
A la luz del artículo 365 de la Constitución Política de Colombia, “Los servicios públicos son
inherentes a la finalidad social del Estado. Es deber del Estado asegurar su prestación eficiente a
todos los habitantes del Territorio Nacional”.
La principal característica que tienen los servicios públicos, y que los diferencia de los otros es la
necesidad del interés general que se busca satisfacer; el ejercicio de este servicio conlleva
prerrogativas públicas por parte de los prestadores. Esto debe permitirlo el legislador.
La noción de servicio público es considerada como una de las formas clásicas en que se
manifiesta la actividad administrativa.
En los últimos años el derecho administrativo ha tenido que asumir la incorporación de las nuevas
tecnologías en la Administración pública o lo que es lo mismo: la aparición de la Administración
pública electrónica.
El principal desafío para el derecho administrativo ante estos cambios ha sido adaptar y ampliar
el marco legal existente para mantener las mismas garantías jurídicas que existen en el papel
también en la vía electrónica.
Desde el siglo XVIII, comienza a emplearse, la locución de servicio público, pero solo hasta
la mitad del siglo XIX,
La primera vez que se habló del servicio público en los órganos jurisdiccionales franceses
fue en el llamado fallo Blanco,
donde se hizo responsable al Estado “por el daño causado a los particulares por personas
que el Estado emplea en el servicio público”.
En los países de América Latina, la tradición legal es heredada del desarrollo doctrinario y
jurisprudencial de países como España, Italia, y principalmente Francia.
La noción de servicio público se originó en Francia, y ha sido desarrollada tanto por la doctrina
como por la jurisprudencia.
En Colombia pueden cohabitar dos regímenes jurídicos, que rodean la prestación de los servicios
públicos.
Un régimen privado en el que están sometidas todas las organizaciones que prestan o
satisfacen el servicio público en cuanto a su constitución, régimen y desarrollo de su
objeto social.
estará sometido al régimen de derecho público, y, por ende, deberá acatar las
investigaciones, ordenes o sanciones que imponga el estado a través de sus instituciones.
Otro aspecto que debemos resaltar del art. 365, es con relación a la persona que presta el
servicio.
Así como la adopción de un modelo jurídico que permite que sean prestados en
escenarios de libre competencia, trae como consecuencia
que ni los servicios públicos, ni las entidades que los prestan se sometan al
régimen ordinario propio de las entidades públicas,
así mismo, que tampoco se estén sujetos al régimen de derecho privado, al que se
someten los comerciantes y las mercancías.
por eso es que existen desarrollos legislativos y jurisprudenciales tendientes a impedir que a
estos servicios y a las entidades que los prestan,
se les aplique los regímenes ordinarios y por el contrario a facilitar que estén sujetos a las
condiciones especiales que lo caracterizan.
también es especial el régimen de sus actos, contratos y servidores, a los que les resultan
aplicables las normas constitucionales referida a la descentralización, pero no las normas
de rango legal,
la aplicación del derecho público sin que ello sea incompatible o contradictorio con
nuestro modelo jurídico.
En Colombia la definición vigente sobre los servicios públicos se encuentra en el artículo 430 del
Código 26 Sustantivo del Trabajo; allí son definidos como “toda actividad organizada que tienda
a satisfacer necesidades de interés general en forma regular y continua, de acuerdo con un
régimen jurídico especial, bien que se realice por el Estado, directa o indirectamente, o por
personas privadas”.
destinando un capítulo completo dentro del Título XII, sobre el régimen económico y de la
hacienda pública,
titulado De la finalidad social del Estado y de los servicios públicos. Artículo 365 y 2º
Por su parte, el artículo 366 afirma que “el bienestar general y el mejoramiento de la
calidad de vida de la población son finalidades sociales del Estado”.
A su vez, la Corte Constitucional ha dicho que los servicios públicos están relacionados
con la parte dogmática de la Constitución,
También manifiesta la Corte que estos servicios deben regirse por los principios de
eficiencia y universalidad, los cuales debe garantizar el estado.
Por tal razón, los servicios públicos son considerados como una de las más importantes
funciones administrativas del Estado.
la segunda, mediante indicios que conjuntamente dan certeza al respecto; tales indicios
son:
La principal característica que tienen los servicios públicos, y que los diferencia de los otros
es
el ejercicio de este servicio conlleva prerrogativas públicas por parte de los prestadores.
Esto debe permitirlo el legislador.
Como dice la Constitución Nacional, los servicios públicos pueden ser prestados por el
estado o por particulares;
respecto a lo último, la Corte ha dicho: “El servicio público de interés general prestado por
un particular hace que éste adquiera el carácter de autoridad, pues existe un ejercicio del
poder público, y la característica fundamental del servicio público, como se mencionó
anteriormente, es que tiene un régimen especial en atención al servicio”(P)
Por su parte, la ley 472/98 consagra los servicios públicos como derecho colectivo,
en su artículo 4°, literal j, “El acceso a los servicios públicos”, y que su prestación sea
“eficiente y oportuna”,
La construcción de la idea de servicio público hace relación a sus elementos esenciales, que
pueden agruparse en dos:
9. PRINCIPIOS GENERALES:
ii). Principio de permanencia. Un servicio público debe ser proporcionado de manera regular y
continua, de tal manera que no haya interrupción en su prestación.
iii). Principio de adecuación. El servicio público debe responder en cantidad y calidad a las
necesidades de los habitantes del municipio. El órgano responsable deberá contar con el
equipo, instalaciones y personal suficiente para cubrir las demandas de la comunidad.
iv). Principio de obligatoriedad. Predica que el estado tiene el deber de asegurar su prestación,
mientras subsista la necesidad de carácter general que está destinado a satisfacer.
v). Principio de continuidad. Como la oferta permanente de usar un servicio público dado,
dentro de los calendarios, de los horarios y bajo las condiciones y términos señalados en su
normatividad reguladora.
La prestación de los servicios públicos en Colombia está orientada por los principios de la
solidaridad, la equidad y la redistribución del ingreso.
2007. vi) Regímenes jurídicos especiales de los servicios públicos. No obstante lo anterior,
debe advertirse nuevamente que, dada la mezcla y diversidad de regímenes jurídicos que
se ha venido produciendo en materia de servicios públicos, el régimen al cual nos hemos
referido es el que resulta, por regla general, de la naturaleza de la entidad prestadora del
servicio, pero sin olvidar que la dinámica de este tema implica que para diversos servicios
públicos en particular se han expedido estatutos legales especiales que pueden
modificar, para el respectivo servicio, las reglas que hemos analizado. Tal es el caso, por
ejemplo, de los siguientes regímenes especiales: de los llamados servicios públicos
domiciliarios, contenido en la ley 142 de l994 del servicio de electricidad, establecido en la
ley 143 de 1994; del servicio público de educación, consagrado en las leyes 30 de 1992,
115 de 1994 y 749 de 2002; del servicio público de transporte público, fijado en las leyes
105 de 1993, 336 de 1996, 769 de 2002 y 1005 de 2005; del servicio público de
telecomunicaciones, establecido en las leyes 72 de 1989 y 37 de 1993 y el decreto 1900 de
1990, y del servicio público de la seguridad social, contenido en las leyes 100 de 1993,797 y
860 de 2003 y 1122 de 2007. XXX
CAPITULO OCTAVO.
En el artículo 209 de la Constitución, se dice que: “La función administrativa está al servicio de los
intereses generales y se desarrolla…, mediante la descentralización, la delegación y la
desconcentración de funciones…”.
Pero se le atribuyeron competencias a las entidades territoriales, por ejemplo el artículo 287 de la
Carta expresa: “Las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses, y
dentro de los límites de la Constitución y la ley…”
Que haya descentralización administrativa en Colombia significa que a las entidades territoriales
mencionadas (departamentos, municipios) el constituyente les ha otorgado poderes, funciones,
atribuciones, que les son propias, que no van a depender del gobierno central. Es decir se vienen
entregando responsabilidades a las entidades territoriales en materias específicas, porque no es
en todos los órdenes. Las autonomías existen para gobernarse, administrar los asuntos de los
territorios específicos, parcialmente en relación con los impuestos, para la planeación y el
desarrollo, para la participación en los ingresos corrientes de la Nación y para el manejo de los
asuntos de recursos naturales de la zona. No existe autonomía legislativa, ni judicial, ni de
organización armada, por ejemplo, éstas están en cabeza de la autoridad central, entre otras
muchas. Excepción manifiesta a lo anterior se aplica a las entidades indígenas, si las hacemos
coincidir con las comunidades indígenas, a las que la Constitución les ha dado la facultad
expresa de desarrollar su jurisdicción, y sin duda también la legislación.
Del estudio atento de las normas constitucionales y de su desarrollo legislativo, se observa que se
consagra la descentralización territorial, y la desconcentración, a pesar de que son figuras
jurídicas diferentes (art. 209 de la C.P.), en Colombia no existe la verdadera descentralización,
sino una modesta “descentralización”, o técnicamente un híbrido que es la desconcentración.
Las razones de esta afirmación son las siguientes:
3. el patrimonio es limitado,
La organización administrativa está integrada por los entes del poder ejecutivo que
habrán de realizar las tareas que conforme a la constitución y a las leyes respectivas les
han sido asignadas.
Otras divisiones especiales son las provincias, las entidades territoriales indígenas y los
territorios colectivos.
Las entidades territoriales indígenas son gobiernos locales indígenas que ocupan alguna
porción departamental o municipal.
Por su parte, los territorios colectivos han sido adjudicados a la población afrocolombiana
que predomina en la zona del Pacífico, permitiéndole organizarse de formas asociativas
comunitarias y empresariales.
a través de las cuales se busca hacer efectivo el respeto a la identidad comunitaria local
y a su capacidad de auto-determinarse,
sin que se ignore por eso la necesidad de que ciertas actividades sean coordinadas y
planeadas desde el poder central.
En síntesis, el municipio que antes aparecía relegado en un tercer plano, después de la nación y
los departamentos, es hoy la célula fundamental de la estructura política y administrativa del
estado.
Dentro de los modelos de organización territorial tenemos: El estado unitario y el estado complejo
que serían el estado federal y el confederal. Las distintas formas de estado regional y
descentralizado son consideradas formas de estado unitario.
que es una forma de estado absolutamente imposible, para radicar en cabeza de las
entidades territoriales el ejercicio de un determinado catálogo de competencias,
que en todo caso estarán sujetas a unos controles de tutela por parte de la autoridad
central.
Decimos que un Estado es Unitario si las funciones del poder público – legislativa, ejecutiva y
judicial, – son exclusivas de un poder central, lo que quiere decir que estas funciones se ejercen
por medio de organismos de carácter nacional. Lo anterior implica que las entidades territoriales
en las cuales se divide el territorio carecen de autonomía e independencia en estas áreas.
Con el fin de hacer claridad en las relaciones que pueden existir entre autoridades centrales y
autoridades locales al interior de un Estado Unitario, se desarrollaron los conceptos de
centralización, desconcentración, delegación y descentralización, los cuales de acuerdo a su
aplicación en cada país, modifican el papel del Estado en términos de organización
administrativa.
4. EL CONCEPTO DE AUTONOMÍA:
la autonomía tiene como propósito otorgar una mayor libertad a los entes territoriales
para que estas puedan gozar de un mayor bienestar y control de los intereses que les son
propios.
La autonomía territorial se plasmó de forma expresa en el artículo 287 de la Constitución bajo los
siguientes términos:
Las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses, y dentro de
los límites de la Constitución y la ley.
Administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus
funciones.
Una autonomía política que conlleva a que los gobernantes de los distintos niveles territoriales
sean elegidos por sus habitantes.
Esto permite entender la autonomía territorial como una expresión del principio
democrático. (P)
pues las autoridades territoriales son elegidas a partir del voto directo y universal de sus
habitantes:
porque las autoridades territoriales se constituyen a partir del voto directo y universal de las
comunidades.
En este contexto, y con fundamento en los artículos 259 , 260 y 316 de la Carta Política,
las autoridades de los departamentos y municipios pueden calificarse como propias pues:
está proscrito que una autoridad superior imponga “a la entidad territorial una autoridad
ajena a la respectiva comunidad política”, y
las autoridades no tienen la calidad de agentes del gobierno nacional, sino que son
verdaderos representantes de las comunidades que los eligieron, frente a las cuales son
responsables políticamente.
Una autonomía administrativa que otorga a cada ente territorial la competencia para manejar
de forma independiente los asuntos que se encuentren bajo su jurisdicción, lo cual debe hacerse
con sujeción a la ley y a la Constitución.
Una autonomía fiscal en virtud de la cual los entes territoriales gozan de una limitada potestad en
la fijación tributos, pueden administrar sus recursos y participar en las rentas nacionales.
Si bien las entidades territoriales no gozan de soberanía fiscal, pues su actividad está sujeta
a la regulación legal,
en todo caso son autónomas “tanto para la decisión sobre el establecimiento o supresión
de un impuesto de carácter local,
autorizados en forma genérica por la ley, como para la libre administración de todos los
tributos que hagan parte de sus propios recursos (art. 287-3 y 313-4 C.P.)”.
De esta suerte, la potestad tributaria de los entes territoriales no involucra el poder de crear
tributos de forma autónoma o independiente.
Para efectos de establecer un impuesto municipal se requiere de una ley previa que autorice su
creación.
Una vez creado el impuesto, los municipios adquieren el derecho a administrarlo, manejarlo y
utilizarlo en las obras y programas que consideren necesarias y convenientes para el municipio y
la comunidad en general de acuerdo con una política preconcebida.
Así, existe una autonomía política que faculta a los entes territoriales para realizar, a través de la
ley, un desarrollo directo e inmediato de la Constitución,
lo que les permite no sólo auto organizarse, sino, sobre todo, encauzar sus aspiraciones
regionales
por la vía por ellos mismos determinada y sin mayores sujeciones al poder central.
una serie de competencias administrativas que habrá de desarrollar de una forma más o
menos independiente,
Lo anterior significa que la única autonomía posible es la administrativa, pero para precisar
su alcance,
para determinar si ellos son una real manifestación de autonomía, aunque sea
meramente administrativa, y
con los desarrollos legislativos y jurisprudenciales que se han llevado a cabo a lo largo de
los 20 años de vigencia de la Constitución.
a lo que es necesario añadir que en los términos de los arts. 303 y 314 CP, las cabezas
visibles de la administración local y seccional (alcaldes y gobernadores) son elegidos
popularmente.
De la misma forma, el art. 296, en materia de orden público, confiere una facultad
preferencial al Presidente sobre los mandatarios seccionales y locales.
Por su parte, el art. 303 CP convierte a los gobernadores en agentes del Presidente en
materia de orden público y de política económica general
y los arts. 304 y 314-2 autorizan al Presidente para suspender o destituir a los gobernadores
y alcaldes,
que es la propia Constitución la que en los arts. 299 y 312 convierten a las asambleas
departamentales y a los concejos municipales en corporaciones exclusivamente
administrativas y
sin perder de vista que el art. 308 CP permite que la ley establezca limitaciones a los
montos que las asambleas pueden destinar para el pago de honorarios de los diputados y
el funcionamiento de las contralorías departamentales.
Y algo similar ocurre con otras autoridades municipales, como el Personero, pues el art. 118
CP más el art. 176 de la ley 136 y la ley 200,
Una situación parecida ocurre con las contralorías territoriales frente a la Contraloría
General. En ambos casos, a pesar de no existir una dependencia orgánica, existe una
dependencia funcional.
De la misma forma, cuando el art. 287 CP dice en el numeral 2º que es una manifestación de
autonomía de las entidades Territoriales “ejercer las competencias que les correspondan”,
De esta manera, los arts. 150 y 189 de la Constitución establecen un largo y exhaustivo
listado de 53 materias cuyo desarrollo, a cargo del Congreso y del Presidente,
prácticamente agotan los cometidos estatales esenciales.
Mientras que el catálogo de materias que la Constitución asigna a los departamentos y
municipios en los arts. 300, 305, 313 y 314
con lo cual las competencias originarias y aptas para que las entidades territoriales
generen un impacto político, social y económico real, son prácticamente inexistentes.
A ello se añade que en los términos del art. 189 numeral 11, el monopolio de la potestad
reglamentaria de las leyes está radicado en el Presidente,(P)
con lo cual las competencias que corresponden a las entidades territoriales no sólo
estarán intermediadas por la ley, sino también por lo que en cada caso disponga el jefe
del ejecutivo nacional.
De esta forma, las competencias de los entes territoriales dejan de ser propias y se
convierten en meras competencias de ejecución y desarrollo de la voluntad del gobierno
central.(P)
Pero las sujeciones no sólo se establecen respecto del sector central de la administración, sino
desde lo seccional hacia lo local. Así, en los términos del art. 305-10 CP, los gobernadores tienen
la facultad para revisar los actos de los concejos y los alcaldes y si los consideran
inconstitucionales o ilegales, los remiten al Tribunal Contencioso Administrativo para que resuelva
sobre su validez. Y el art. 314-2 faculta a los gobernadores para suspender o destituir a los
alcaldes.
Además de lo anterior y a pesar de que los repartos de competencias son tan estrictos y de que
el sector central se reserva la dirección funcional y operativa de la mayor parte de ellas, de
forma solapada traslada a las entidades territoriales, especialmente a los municipios, los costos
financieros que genera el funcionamiento de muchas de las competencias que le corresponden
y así los municipios terminan sufragando una porción significativa de las funciones que son
responsabilidad del sector central de la administración, como la seguridad pública, la justicia y la
función electoral, que de no ser subsidiadas por estos, se verían completamente paralizadas.(P)
1. Administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus
funciones.
Igual suerte corre el tercer elemento constitutivo de la noción de autonomía y que consiste en la
facultad de las entidades territoriales de “Administrar los recursos y establecer los tributos
necesarios para el cumplimiento de sus funciones”.
Se trata de un elemento de vital importancia, pues en última instancia, la verdadera autonomía,
más allá de la asignación de competencias,
a la vez que son los ingresos monetarios los que aseguran que la entidad territorial subsista
autónomamente.
Y si bien es verdad que existe un buen número de impuestos territoriales, los mismos, de
conformidad con lo establecido en los arts., 300-4 y 313-4 CP,
solamente se pueden crear bajo las condiciones que establezca el legislador nacional,
que es también el que determinará los parámetros a partir de los cuales se pueden
recaudar los demás ingresos básicos de los entes territoriales (operaciones de crédito
interno y externo, operaciones de mercado y tasas y tarifas por la prestación de servicios
públicos).
sobre todo si se tiene en cuenta que ella supone tanto disfrutar de la capacidad de
generación, como la de disposición de los bienes y recursos.
A ello hay que agregar que el estado central está provisto de otra serie de instrumentos
como la ley general de presupuesto,
que le permiten intervenir sobre las finanzas locales y seccionales para dirigirlas, no sólo en
el monto y en la forma del gasto, sino indicando las áreas en las que estos recursos deben
ser invertidos.
De esta manera, los recursos provenientes de las transferencias (situado fiscal e ICN), están
rígidamente dirigidos, así:
educación 30%, salud 25%, agua potable y saneamiento básico 20%, educación física 5%
y el 20% restante, que quedaba para libre inversión,
Mientras que los recursos que se pueden obtener a través de fondos de cofinanciación
tienen que obedecer a proyectos
De la misma forma, las regalías que reciben los departamentos y los municipios
productores y los municipios portuarios,
Por último, el art. 287 dice que “participar en las rentas nacionales” es una manifestación de
autonomía,
cuando en realidad se trata de un enunciado cuyo alcance no parece tan claro, pues él
supone establecer un nexo de dependencia entre el centro y la periferia,
Además, las rentas nacionales que se trasladan a los entes territoriales (transferencias,
regalías y fondos de cofinanciación), como se vio,
son recursos que vienen con una destinación específica en sectores y porcentajes y cuya
inversión es supervisada desde el sector central de la administración.
Aparece claro que de lo que se trata es de una mera gestión de recursos, cuando lo que
resultaría una verdadera manifestación de autonomía es permitir que las entidades
territoriales puedan generar los recursos necesarios que demande su funcionamiento.
Reconocer el derecho a participar en estas rentas, no es otra cosa que establecer un lazo
de subordinación entre la administración central,
que recauda y distribuye el grueso de la carga tributaria del país y las administraciones
territoriales,
que se deben limitar a esperar que desde el centro se les transfieran esos recursos, a veces
más como una graciosa concesión, que como un derecho.
Cuando se dice Republica Unitaria, se habla de reunir la decisión de las actividades del estado,
de la administración pública o de cualquier otra organización en un centro.
La Republica Unitaria implica que las facultades de decisión están reunidas en los órganos
superiores de la administración.
La relación jurídica que liga a los diversos órganos colocados en la situación que se acaba de
describir, constituye lo que se denomina relación de jerarquía.
Mediante dicha relación se explica cómo se mantiene la unidad del poder administrativo, a
pesar de la diversidad de los órganos que lo forman.
La relación de jerarquía consiste en una relación de dependencia que implica ciertos poderes
de los órganos superiores sobre los inferiores, en cada grado de la jerarquía, hasta el Presidente
de la República, que es el jefe jerárquico superior de la administración pública.
Estado unitario: Aquel que solo posee un centro de impulsión política y gubernamental.
que las entidades territoriales ejerzan sus propias competencias conforme a la ley.
el cumplimiento de las funciones asignadas a cada nivel del estado. Sentencia C-1096/01.
a través de los cuales busca satisfacer las necesidades de los asociados. Centralización
administrativa:
es la existencia de una voluntad única que produce decisiones, constituida por una
autoridad jerarquizada que parte del centro del estado.
para que las ejerza un agente local u otra persona jurídica a nombre de aquél, de tal
manera que cuando toman decisiones
lo hacen en nombre de la entidad que desconcentra, lo que significa que realmente no
poseen autonomía.
El artículo 209 Superior establece los principios, objeto y el control de la función administrativa,
distinguiéndolos, entre principios finalísticos, funcionales y organizacionales. Entre los primeros
(finalísticos), tenemos que la función administrativa propiamente dicha, se encuentra al servicio
de los intereses generales del estado; entre los funcionales se encuentran la igualdad, la
moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad; y, por último, entre
los organizacionales se hallan la descentralización, desconcentración y delegación de funciones.
Es el fenómeno jurídico político que consiste en que todas las tareas y funciones públicas se
radican en la persona jurídica del estado. El estado monopoliza todas las tareas y funciones
públicas.
No se le reconoce vida jurídica a las colectividades locales, el estado es la única persona jurídica
pública.
Como sistema de manejo del estado, implica una administración rigurosamente jerarquizada, las
autoridades locales ejecutan órdenes, pero no toman decisiones. (P)
Los órganos administrativos se agrupan unos respecto de otros en situación de dependencia tal
que el último depende del primero.
En la centralización existe una relación jerárquica, que es una relación de dependencia que
implica poder de los órganos superiores sobre los inferiores, ese poder tienen unos elementos que
se ejercen sobre las personas: poder de nombramiento (art., 189 No. 1 y 13 de la CP); poder de
mando (art. 41, 44, y 56 L 489); poder de vigilancia; poder disciplinario; poder de revisión; poder
para la resolución de conflictos de competencia.
6. LA DESCONCENTRACIÓN ADMINISTRATIVA.
modo de estructurar los entes públicos en su dependencia con el jefe del ejecutivo.
Debe recordarse, sin embargo que, en cierta medida, personas jurídicas pueden ser
igualmente sujetos de desconcentración.
Las funciones continúan monopolizadas por las autoridades centrales, pero ejercidas por agentes
suyos que
se desplazan físicamente a diversas partes del territorio y que toman decisiones a nombre
de la entidad central. Ej., el establecimiento de una brigada militar por el Ministerio de
defensa en un determinado lugar o región del país; Ej., cuando un establecimiento
público nacional crea oficinas o agencias seccionales o regionales.
Desconcentración territorial y simplemente jerárquica o funcional.
es decir, que continúan siendo ejercidas desde la capital Ej., funciones que el presidente
otorga a los ministros; funciones que el ministro otorga a sus funcionarios inferiores.
mandato legal que ordene el traslado de competencias en relación solo con algunas
funciones;
Señala la ley, que en el acto correspondiente se determinarán los medios para su adecuado
cumplimiento y
finalmente dispone que los actos cumplidos por las autoridades en virtud de la
desconcentración administrativa
solo serán susceptibles del recurso de reposición en los términos establecidos en las normas
pertinentes.(P).
La propia norma que atribuya la competencia habrá de prever los requisitos y términos de la
desconcentración así como la propia posibilidad de su ejercicio.
Por una parte, crear órganos para ubicarlos fuera del lugar sede del organismo, sin afectar
la unidad organizativa.
Según nuestro sistema administrativo, la desconcentración puede ser por materia o por
territorio. Para Maurice Bourjol, los tipos de desconcentración son: vertical, horizontal y por
servicio. C-727/00.
Desconcentración, que no es otra que descongestionar los órganos superiores con miras a
facilitar y agilizar la función pública, de conformidad con los principios funcionales de eficacia y
celeridad que gobiernan dicha función.(P)XXX
7. LA DELEGACIÓN DE FUNCIONES.
en virtud de la cual, y en los supuestos permitidos por la Ley se faculta a un sujeto u órgano
que hace transferencia.
de los asuntos administrativos, con el objeto de realizar y desarrollar los fines del estado
Ha de observarse, con todo, que dados los elementos propios de estos mecanismos para
la realización de la función administrativa, la ley regula de manera específica los efectos
que asigna a cada uno de ellos, en relación con el régimen propio de los actos objeto de
delegación y desconcentración en la vía gubernativa, como acontece con los artículos 8
y 12 de la propia Ley 489 de 1998.
Las autoridades administrativas a quienes se autoriza a delegar funciones, no son otras,
que los ministros, directores de departamento administrativo, superintendentes,
representantes legales de organismos y entidades que posean una estructura
independiente y autonomía administrativa, en quiénes se puede delegar, a saber, “en los
empleados públicos de los niveles directivo y asesor vinculados al organismo
correspondiente”.
normalmente los recursos que caben, son los procedentes, como si el acto hubiera sido
expedido por el delegante.(P)
La delegación, está regulada, art. 209 y 211 de la CP, art. 9 a 14 de la ley 489\98. Es
una atenuación de la centralización.
Los artículos 9, 10, 11, 12, 14, de la ley 489, consagran las principales reglas que regulan la
delegación.
Los organismos y entidades administrativas del orden nacional podrán delegar sus funciones en
en este caso el delegatario no es un colaborador del agente, por tal razón la delegación
no se concreta en un acto administrativo unilateral, por eso se habla de delegación
impropia.(P)
Sin perjuicio de las delegaciones previstas en leyes orgánicas, en todo caso, los ministros,
directores de departamento administrativo, superintendentes, representantes legales de
organismos y entidades que posean una estructura independiente y autonomía administrativa,
podrán delegar la atención y decisión de los asuntos a ellos confiados por la ley y los actos
orgánicos respectivos, en los empleados públicos de los niveles directivos y asesor vinculados al
organismo correspondiente, con el propósito de dar desarrollo a los principios de la función
administrativa enunciados en el artículo 209 de la Constitución Política y en la presente ley.
Los representantes legales de las entidades descentralizadas podrán delegar funciones a ellas
asignadas, de conformidad con los criterios establecidos en la presente ley, con los requisitos y en
las condiciones que prevean los estatutos respectivos.
Seguidamente el artículo 10 contiene los requisitos para la delegación y al respecto señala que
“en el acto de delegación, que siempre será escrito, se determinará la autoridad delegataria y
las funciones o asuntos específicos cuya atención y decisión se transfieren”.
Estos convenios estarán sujetos únicamente a los requisitos que la ley exige para los convenios o
contratos entre entidades públicas o interadministrativos. Estos convenios son de carácter
temporal según la jurisprudencia de la Corte Constitucional.XXX
2. EL RÉGIMEN DE DESCENTRALIZACIÓN.
como un proceso político que busca una repartición territorial de las responsabilidades,
evidentemente respetando las grandes direcciones del Estado.
que les permita asumir algunas de las funciones del gobierno nacional, haciendo parte de
un Estado unitario.
Ley 14/83, fortalece los fiscos municipales, Catastro, Industria y comercio, licores etc.
Ley 12/86, regula la cesión del IVA, pasa del 30% al 50%.
de una crítica del Estado en los países del tercer mundo que en el pasado ha asumido un
número creciente de funciones reguladoras.
Son muy recientes los ejemplos de gobernantes que, una vez en el poder, hacen tabla rasa de
todas las expectativas creadas durante su campaña electoral para hacer gala de “realismo” y
convertirse en fervorosos implementadores de las “políticas de ajuste”.
La propuesta de descentralización del actual modelo neoliberal está agotada, pues nunca ha
pretendido ser una descentralización política real, sino que sólo se ha quedado en una forma de
administración desconcentrada del territorio nacional. Es lo más conservador como proyecto de
descentralización, porque apunta sólo a robustecer tanto el rol del Estado Central, como el único
actor legítimo de generación de políticas públicas para el país, como del mercado, en tanto uno
de los mecanismos principales de asignación de recursos públicos.
Para los estructuralistas, la crisis del estado latinoamericano tiene dos dimensiones:
El marxista las interpreta como mecanismos de manejo de crisis por el Estado que a su vez debe
ajustarse a las nuevas condiciones de acumulación mundial.
Un estado descentralizado aún no centralizado, se otorga mayor poder a los gobiernos locales,
que les permite tomar decisiones propias sobre su esfera de competencias. La orientación
política y gubernamental que plantea que los diversos organismos de la administración estatal
deben gozar autonomía regional.
como un proceso político que busca una repartición territorial de las responsabilidades,
evidentemente respetando las grandes direcciones del estado.
Los tres objetivos que persigue la descentralización según BAGUENARD (1994) son:
con la desconcentración del poder se espera que las decisiones sean más acertadas,
pues los gobernantes locales están más cerca del problema a resolver;
que les permita asumir algunas de las funciones del gobierno nacional, haciendo parte de
un estado unitario.
que éstos puedan tomar decisiones relacionadas con el desarrollo local, y en que se
creen nuevos espacios para la participación ciudadana.
en una legislación que apoya la participación ciudadana, cambios que buscan una
mayor autonomía local,
crear la responsabilidad política de los elegidos frente a los electores, ampliar los espacios
de participación democrática.
en cuanto a que ambas tienen en cuenta las transferencias de recursos, se refiere además
a la autonomía en la formulación de nuevos impuestos
a nivel local, es decir a que los municipios tienen ingresos propios, recaudados e invertidos
a nivel local.
i). CARACTERÍSTICAS:
Las políticas de descentralización tienen dos objetivos principales, por un lado, democratizar el
ejercicio del poder en las regiones, y por otro lado, otorgar más responsabilidades y autonomía
fiscal a los entes territoriales.
5. LA DESCENTRALIZACIÓN ADMINISTRATIVA.
Es la atribución que se otorga a las personas jurídicas públicas distintas de la nación para
autogobernarse mediante la radicación en ellas de ciertas facultades para que las ejerzan
autónomamente.
6. DESCENTRALIZACIÓN TERRITORIAL.
Los entes territoriales en Colombia tienen la responsabilidad del acceso de la población a los
servicios de educación, salud, agua potable y saneamiento básico, y por la reducción de la
pobreza por necesidades básicas insatisfechas. Cuentan con recursos propios, reciben cerca del
40% de los ingresos corrientes de la Nación, reciben recursos de regalías y ejecutan el 64% de la
inversión total del país.
7. ELEMENTOS:
*Necesidades locales, las determina la constitución y la ley. Art. 288, 298, 311 y 356 de la C.P., L
60\93, L 489\98 art. 7.
La prestación de los servicios corresponde a los municipios, el control de dicha prestación a los
departamentos y la definición de planes, políticas, y estrategias a la nación.
*Personería jurídica. Para que una colectividad pueda manejarse así misma, requiere tener la
capacidad de ser sujeto de derechos y obligaciones. Art., 3o del CRD y art.4o D. 1333\86.
*Autoridades locales: autoridades propias, elegidas por la misma comunidad o nombradas por
sus representantes.
*Control por parte del poder central: por tratarse de un sistema unitario las entidades territoriales
no gozan de total autonomía.
34. ELEMENTOS.
*Existencia de una actividad especial digna de autonomía. En un momento dado el estado
considera que determinada actividad ha adquirido tal importancia que se hace necesario
entregarla a una entidad para que la ejerza autónomamente, Ej., la ESAP.
*Personería jurídica. Estas entidades requieren capacidad para ser sujetos de derechos y
obligaciones. Art. 68, 70, 82 y 85 de la ley 489\98.
*Autoridades propias. En la práctica este elemento está limitado la mayoría de las autoridades
directivas provienen del poder central, las autoridades inferiores son nombradas por la misma
entidad.
*Control por parte del poder central. Las entidades no son independientes, hacen parte de la
organización estatal.
Constituye una modalidad particular del ejercicio de la función administrativa con caracteres
específicos que la separan notablemente de los otros dos tipos anteriores de descentralización.
La descentralización por colaboración se origina cuando el estado adquiere mayor ingerencia
en la vida privada y cuando, como consecuencia, se le presentan problemas para cuya
resolución se requiere una preparación técnica de que carecen los funcionarios políticos y los
empleados administrativos de carrera. Para tal evento, se impone o autoriza a organizaciones
privadas su colaboración, haciéndolas participar en el ejercicio de la función administrativa. De
esta manera, la descentralización por colaboración es una de las formas del ejercicio privado de
las funciones públicas.
Según Gény “está constituida por instituciones colocadas en los límites del derecho público y del
derecho privado, que descargan a la administración de una parte de sus tareas sin atenuar de
manera apreciable su energía y su autoridad sobre los administrados”.
Esta modalidad de descentralización como afirma Tafur, se caracteriza por “el ejercicio de una
función pública desarrollada en interés del estado y en ejercicio de dicha actividad en nombre
de la organización privada”. Podemos citar como ejemplo de descentralización por
colaboración las funciones de las cámaras de comercio. En la Constitución se consagra en el
artículo 210 que preceptúa: “Las entidades del orden nacional descentralizadas por servicios solo
pueden ser creadas por ley o por autorización de esta, con fundamento en los principios que
orientan la actividad administrativa. Los particulares pueden cumplir funciones administrativas en
las condiciones que señale la ley. La ley establecerá el régimen jurídico de las entidades
descentralizadas y la responsabilidad de sus presidentes, directores o gerentes”.
“Un segundo fenómeno dominante de la vida administrativa moderna ha sido el desarrollo cada
vez más señalado de la colaboración de los particulares en las tareas de interés general. Porque
a medida que el Estado desarrollaba su control sobre tareas nuevas ocurría que no podía
asumirlas todas directamente a través de sus órganos habituales, por lo cual tenía que apelar a
la cooperación de los mismos administrados.
“Sin perjuicio de los controles pertinentes por razón de la naturaleza de la actividad, la entidad
pública que confiera la atribución de las funciones ejercerá directamente un control sobre el
cumplimiento de las finalidades, objetivos, políticas y programas que deban ser observados por
el particular.
“Por motivos de interés público o social y en cualquier tiempo, la entidad o autoridad que ha
atribuido a los particulares el ejercicio de las funciones administrativas puede dar por terminada
la autorización. La atribución de las funciones administrativas deberá estar precedida de acto
administrativo y acompañado de convenio, si fuere el caso”.
La celebración de convenio, si fuere el caso, cuyo plazo de ejecución será de cinco (5) años y
para cuya celebración la entidad o autoridad deberá: Elaborar un pliego o términos de
referencia, con fundamento en el acto administrativo expedido y formular convocatoria pública
para el efecto teniendo en cuenta los principios establecidos en la ley 80 de 1993 para la
contratación por parte de entidades estatales; Pactar en el convenio las cláusulas excepcionales
previstas en la ley 80 de 1993 y normas complementarias, una vez seleccionado el particular al
cual se conferirá el ejercicio de las funciones administrativas” (ley 489 de 1998, art. 111).
Los representantes legales y los miembros de las juntas directivas u órganos de decisión de las
personas jurídicas privadas que hayan ejercido funciones administrativas, no podrán ser
contratistas ejecutores de las decisiones en cuya regulación y adopción hayan participado.
La entidad pública que confiera la atribución de las funciones ejercerá directamente un control
sobre cumplimiento de las finalidades, objetivos, políticas y programas que deban ser observados
por el particular.
Como podemos apreciar, el legislador cumple con la obligación que le impuso el constituyente
de determinar el régimen aplicable a los particulares que temporalmente desempeñen
funciones públicas y la consiguiente regulación de su ejercicio (Const. Pol., art. 123).
“Las cámaras de comercio no obstante su carácter privado pueden ejercer la función pública
de administrar el registro mercantil. Los artículos 123 y 365 de la Constitución Política, permiten al
legislador disponer que un determinado servicio o función sea prestado por un particular de
acuerdo con el régimen que para el efecto establezca.
“La función pública de la administración del registro mercantil, se lleva a cabo bajo la estricta
vigilancia y control del gobierno, que de esta manera participa en la prestación de los servicios
inherentes al mismo. No se observa, por este concepto, violación alguna al texto del artículo 338
de la Constitución Política”.
Igualmente en sentencia C-166 del 20 de abril de 1995, magistrado ponente doctor Hernando
Herrera Vergara, al hacer referencia al tema que nos ocupa expresó: “Al respecto debe
puntualizarse que el acrecentamiento de las tareas que el estado moderno debe asumir, y en
particular de aquellas que el poder ejecutivo desempeña, condujo al afianzamiento progresivo
de una tendencia, que tuvo sus manifestaciones iníciales en el derecho público francés, y que
justamente estriba en autorizar el ejercicio de funciones administrativas o particulares más allá del
marco de la concesión, pues, rebosando ese ámbito limitado y tradicional, se buscó el concurso
de sectores no estatales mediante modalidades novedosas de acción que en algunos eventos
pretenden la integración de personas particulares en las estructuras administrativas, y en otros,
favorecen la existencia de entidades pertenecientes al sector privado a las que el estado les
asigna determinadas funciones públicas, con el objeto de satisfacer, por ese medio, intereses de
carácter general”. En el mismo sentido se ha pronunciado la corte en las sentencias: C-316/99 y
866/99.
CAPITULO NOVENO.
1. GENERALIDADES.
El término “función pública” puede ser visto desde tres perspectivas, las cuales conforman
globalmente el concepto objeto de estudio:
General: desde este sentido, usamos la acepción estudiada para referirnos a aquellas
actividades que se encuentran exclusivamente en cabeza del Estado.
Relación Laboral: Desde la órbita de las relaciones suscitadas entre el Estado como
empleador y los servidores públicos en su condición de subordinados.
Establecidos estos criterios, es oportuno mencionar que el concepto de función pública hace
alusión a
la acción desplegada y/o cumplida por una persona natural en virtud de su relación
laboral con el Estado, y a través de la cual manifiesta de forma directa o indirecta la
voluntad de la administración.
Estos servidores públicos ejecutan actividades que van dirigidas al logro del bienestar de la
sociedad, a la postre, están al servicio de la nación y de los ciudadanos;
por lo que tanto su vinculación como su ejercicio laboral están provistos de solemnidades
y de un régimen jurídico especial.
En virtud de lo anterior, la función Pública no sólo es tomada en su acepción formal, sino que
también es vista con un criterio finalista,
es decir se toman en cuenta además de las funciones que los servidores públicos deben
cumplir de acuerdo con la constitución y la ley,
En los actuales momentos el modelo burocrático es criticado porque no ha podido atender las
necesidades de los ciudadanos; “las principales críticas se centran en la falta de eficiencia y
efectividad, altos costos fiscales, burocratismo, rigidez de las políticas de remoción y falta de
rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos”.
El servicio civil de carrera está integrado por los siguientes elementos, los cuales permiten la
aplicación de los criterios de mérito, igualdad, desarrollo, estabilidad, desarrollo personal y
estímulos:
Provee un marco normativo con reglas claras y definidas sobre el funcionamiento del
sistema en su conjunto.
El nacimiento del servicio civil se asocia a cinco procesos históricos: “1) la separación de lo
público y lo privado; 2) la separación de lo político y lo administrativo; 3) el desarrollo de la
responsabilidad individual; 4) la seguridad en el empleo; 5) la selección por mérito e igualdad.
La función pública se rige por unos principios constitucionales puntualizados en la ley 909
de 2004 artículo 2, los cuales son, transparencia, eficacia, moralidad, merito, igualdad,
economía, imparcialidad, publicidad y celeridad.
Los funcionarios del estado están en la obligación de declarar sus bienes y rentas, antes
de ingresar al cargo y a la hora del retiro del mismo.
Estará prohibido el favoritismo en los cargos públicos, esto implica que los servidores
públicos no podrán nombrar como empleados a personas con las que tengan relación de
parentesco (cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad y primero civil).
(Constitución Política, Artículo 126) entre otras prohibiciones. Por tanto, a los funcionarios
del estado les es aplicable un régimen de inhabilidades e incompatibilidades,
Todos los funcionarios públicos se posesionan en su cargo prestando juramento, por medio
del cual se obligan solemnemente a defender la Constitución y cumplir las labores para
las cuales fueron designados.
Ninguna persona podrá desempeñar más de un empleo público ni devengar del Estado
más de una partida presupuestal. Con excepción de las siguientes causales:
Las que reciban los profesores universitarios que se desempeñen como asesores de la
Rama Legislativa;
Las percibidas por el personal con asignación de retiro o pensión militar o policial de la
Fuerza Pública;
Los honorarios percibidos por los miembros de las Juntas Directivas, en razón de su
asistencia a las mismas, siempre que no se trate de más de dos juntas;
Las que a la fecha de entrar en vigencia la presente Ley beneficien a los servidores
oficiales docentes pensionados. (Ley 4 de 1992, Articulo 19)
El Estado cuenta con unos órganos responsables de guiar, vigilar y formular las políticas
pertinentes con el propósito de hacer más eficiente y eficaz la función pública, éstos son:
La Comisión Nacional del Servicio Civil. Es un órgano creado por disposición constitucional,
es el encargado de regular todo lo concerniente con la carrera administrativa de los
empleados públicos.
3. EL RECURSO HUMANO.XXX
Los recursos humanos, mejor expresados como potencial humano constituye en toda
organización el factor principal e indispensable para prestar servicios de calidad y lograr las
metas y objetivos fijados, cualquiera fuera su naturaleza administrativa, operativa e incluso
política.
La existencia de este servicio profesional de carrera beneficia tanto a servidores públicos como a
la ciudadanía.
Contar con expedientes digitalizados repercutirá en la mejora de los tiempos de atención a las
solicitudes de información sobre datos del personal que se tienen en el área de Recursos
Humanos.
4. LA CARRERA ADMINISTRATIVA.
El servicio civil de carrera está integrado por los siguientes elementos, los cuales permiten la
aplicación de los criterios de mérito, igualdad, desarrollo, estabilidad, desarrollo personal y
estímulos:
Cuenta con un método que permite evaluar el desempeño de los servidores de carrera.
Provee un marco normativo con reglas claras y definidas sobre el funcionamiento del
sistema en su conjunto.
Uno de los debates contemporáneos de mayor vigencia en la gestión del talento humano de las
organizaciones públicas gubernamentales, está relacionado con la vigencia y efectividad de la
carrera administrativa para la modernización del Estado, la democratización de la sociedad.
El nacimiento del servicio civil se asocia a cinco procesos históricos: “1) la separación de lo
público y lo privado; 2) la separación de lo político y lo administrativo; 3) el desarrollo de la
responsabilidad individual; 4) la seguridad en el empleo; 5) la selección por mérito e igualdad.
Las reglas del sistema de servicio civil, garantizan a la ciudadanía la profesionalidad y objetividad
de los funcionarios públicos, su vocación democrática y el respeto a los principios de igualdad,
mérito y capacidad en las diferentes instancias de la carrera funcionarial, lo cual debe reflejarse
en un cuerpo normativo especial.
El servicio civil de carrera está integrado por los siguientes elementos, los cuales permiten la
aplicación de los criterios de mérito, igualdad, desarrollo, estabilidad, desarrollo personal y
estímulos:
Cuenta con un método que permite evaluar el desempeño de los servidores de carrera.
Provee un marco normativo con reglas claras y definidas sobre el funcionamiento del
sistema en su conjunto.
En desarrollo de la CP/91, se promulgó la Ley 27 de 1992 que permitió regular la carrera a nivel
nacional y territorial, pero que adoleció de muchas deficiencias e incongruencias que motivaron
al gobierno a tramitar otra norma reguladora de la carrera administrativa en el país que se
convirtió en la Ley 443 de 1998, que posteriormente fue declarada inexequible(C-372/99) buena
parte de su articulado relacionado con las disposiciones que integraban las Comisión Nacional
del Servicio Civil y aquellas que otorgaban competencia a los jefes de las entidades para
convocar a concurso a sus empleados. Posteriormente se expidió la Ley 909 de 2004, por la cual
se expiden normas que regulan el empleo público, la carrera administrativa y la gerencia pública
y en virtud de la cual se viene adelantando el proceso de selección para aproximadamente
cien mil empleos a nivel nacional.
De acuerdo con el mandato constitucional, los empleos de los organismos y entidades son de
carrera administrativa, con excepción de:
aquellos cuyas funciones deban ser ejercidas en las comunidades indígenas conforme
con su legislación
los empleos de cualquier nivel jerárquico cuyo ejercicio implica confianza que tengan
asignadas funciones de asesoría institucional,
los empleos que no pertenezcan a organismos de seguridad del Estado, cuyas funciones
como las de escolta, consistan en la protección y seguridad personales de los servidores
públicos;
los empleos que cumplan funciones de asesoría en las Mesas Directivas de las Asambleas
Departamentales y de los Concejos Distritales y Municipales; y,
los empleos cuyo ejercicio impliquen especial confianza que tengan asignadas funciones
de asesoría institucional, que estén adscritos a las oficinas de los secretarios de despacho,
de los Directores de Departamento Administrativo, de los gerentes, tanto en los
departamentos, distritos especiales, Distrito Capital y distritos y municipios de categoría
especial y primera.
La provisión de los empleos de carrera se hará, previo concurso, por nombramiento en período
de prueba, o por ascenso. En caso de vacancia definitiva, el encargo o el nombramiento
provisional sólo procederán cuando se haya convocado a concurso para la provisión del
empleo.
Mientras se surte el proceso de selección convocado para proveer empleos de carrera, los
empleados de carrera tendrán derecho preferencial a ser encargados de tales empleos, si
acreditan los requisitos para su desempeño. Sólo en caso de que no sea posible realizar el
encargo podrá hacerse nombramiento provisional.
Resultando de interés para los objetivos propuestos en esta catedra, el sistema ordinario
de carrera aplicable a los empleados del Estado que prestan sus servicios en las entidades
de la Rama Ejecutiva de los niveles Nacional, Departamental, Distrital, Municipal y sus
entes descentralizados; en las Corporaciones Autónomas Regionales; en las Personerías;
en las entidades públicas que conforman el Sistema General de Seguridad Social en
Salud; al personal administrativo de las Instituciones de Educación Superior de todos los
niveles, cuyos empleos hayan sido definidos como de carrera; y finalmente, al personal
administrativo de las instituciones de educación primaria, secundaria y media vocacional
de todos los niveles.
Las carreras específicas de carácter legal corresponden, en los términos del artículo 4º de la Ley
909 de 2004, a aquellos sistemas que ―en razón de la singularidad y especificidad de las
funciones que cumplen las entidades en las cuales se aplican contienen regulaciones
específicas para el desarrollo y aplicación de la carrera administrativa en materia de ingreso,
capacitación, permanencia, ascenso y retiro del personal y se encuentran consagrados en leyes
diferentes a las que regulan la función pública. Conforme esta disposición, el mismo artículo 4º
estipula la existencia de carreras específicas en los casos del Departamento Administrativo de
Seguridad – DAS; el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario – Inpec-; la Unidad Administrativa
Especial de Impuestos y Aduanas Nacionales –DIAN; las Superintendencias; el Departamento
Administrativo de la Presidencia de la República; la Unidad Administrativa Especial de la
Aeronáutica Civil – Aero civil; el personal científico y tecnológico de las entidades públicas que
conforman el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología; los que regulan la carrera diplomática y
consular, y, la carrera docente.
El concurso ha sido instituido entonces por la Ley como un procedimiento idóneo para proveer
cargos de carrera administrativa, y se conforma por una serie de actos y hechos administrativos,
a saber: la convocatoria, el reclutamiento, la aplicación de pruebas o instrumentos de selección,
la conformación de la lista de elegibles y el periodo de prueba.
i). Convocatoria.
Dentro de las etapas del proceso de selección se encuentra inicialmente la convocatoria, que
se constituye en el primer paso del procedimiento de selección y consiste en un llamado que
hace la Administración a quienes reúnan determinadas calidades o condiciones para
incorporarse a un empleo de carrera administrativa.
En ella se consagran las bases del concurso, las cuales difieren de acuerdo con el tipo de
concurso y el cargo por proveer.
ii). Reclutamiento.
Otra fase del proceso de selección es el reclutamiento que tiene como objetivo atraer e inscribir
el mayor número de aspirantes que reúnan los requisitos para el desempeño del empleo objeto
del concurso.
Se debe elaborar una lista en la que aparezcan los candidatos admitidos y los rechazados.
Durante esta instancia se verifican cuales y cuantas de las personas que acudieron a la
convocatoria, se adecuan a las características mínimas exigidas para merecer ser registradas
como participantes.
iii). Pruebas.
La tercera etapa consiste en la aplicación de pruebas que tiene como fin esencial apreciar la
capacidad, idoneidad y potencialidades del aspirante y establecer una clasificación de los
mismos respecto a las calidades requeridas para desempeñar con eficiencia las funciones y
responsabilidades del cargo. Con la realización de las pruebas se busca la evaluación del
candidato no sólo en el aspecto intelectual por medio de exámenes de conocimientos
generales y profesionales específicos de acuerdo con el cargo, sino también sus condiciones de
preparación, competencia, capacidad o aptitud física, comportamiento social, idoneidad
moral, presentación personal, capacidad para relacionarse con las personas, antecedentes
personales y familiares, etc., para lo cual se practicarán pruebas sicológicas, entrevistas y todos
aquellos otros mecanismos que se consideren aptos para ese fin.
Es quizás la etapa más importante del concurso, puesto que en ella se llevan a cabo los
exámenes de conocimiento necesarios para determinar las habilidades y capacidades de los
convocados inscritos. Éstas evaluaciones pueden ser de varias clases dependiendo de la
necesidad del servicio que se requiera, igualmente, se efectuarán pruebas psicotécnicas y
entrevistas presenciales para determinar las condiciones personales de los participantes.
En este orden de ideas, los resultados de los exámenes deberán ser valorados de acuerdo al
principio de confiabilidad y validez de los instrumentos utilizados dentro del proceso, los cuales
permitirán encajar a los aspirantes con los puestos a proveer.
1. Lista de Elegibles.
Una vez se verifiquen los resultados de los exámenes efectuados y de acuerdo al principio de
mérito, se conformará la lista de personas seleccionadas con las que se cubrirán las vacantes
para las cuales se solicitó la convocatoria, dicha lista estará vigente durante dos (2) años. Lo
anterior, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 31 de la referida ley.
Con base en los resultados del concurso, se conformará una lista de elegibles, cuya vigencia
será de dos (2) años, la cual incluirá los aspirantes que hayan aprobado el mismo, en estricto
orden de mérito. La provisión de los empleos objeto de convocatoria, será efectuada a partir de
quien ocupe el primer puesto de la lista y en estricto orden descendente. Una vez provistos los
empleos objeto del concurso, las entidades deberán utilizar las listas de elegibles en estricto
orden descendente, para proveer las vacantes que se presenten en el mismo empleo, en otros
iguales, similares o de inferior jerarquía, ubicados dentro del mismo nivel. En este último caso, la
no aceptación del nombramiento no constituye causal para la exclusión de la lista de
elegibles.(P)
La persona seleccionada por concurso abierto será nombrada en período de prueba, por un
término de seis (6) meses, al cabo del cual le será evaluado su desempeño laboral. Aprobado el
período de prueba, por obtener calificación satisfactoria en el desempeño de sus funciones, el
empleado adquiere los derechos de carrera y deberá ser inscrito en el Registro Público de la
Carrera Administrativa.
El desempeño laboral de los empleados de carrera deberá ser evaluado respecto de los
objetivos previamente concertados entre evaluador y evaluado, teniendo en cuenta factores
objetivos, medibles, cuantificables y verificables; el resultado de esta evaluación será la
calificación para el período establecido en las disposiciones reglamentarias. No obstante, si
durante este período el jefe del organismo recibe información, debidamente soportada, de que
el desempeño laboral de un empleado es deficiente podrá ordenar, por escrito, que se le
evalúen y califiquen sus servicios en forma inmediata.
Ahora bien, el retiro del servicio de los empleados de carrera se produce en los siguientes casos:
por declaratoria de insubsistencia del nombramiento, como consecuencia de calificación no
satisfactoria en la evaluación del desempeño laboral; por renuncia regularmente aceptada; por
retiro con derecho a jubilación; por invalidez absoluta; por edad de retiro forzoso; por destitución,
desvinculación o remoción como consecuencia de investigación disciplinaria; por declaratoria
de vacancia del empleo en el caso de abandono del mismo; por revocatoria del nombramiento
por no acreditar los requisitos para desempeñar el empleo y, por orden o decisión judicial.
7. FUNCIÓN ADMINISTRATIVA.
La función administrativa es la que el Estado realiza bajo un orden jurídico, y que consiste en la
ejecución de actos que determinan situaciones jurídicas para casos individuales.
8. FUNCIÓN PÚBLICA.
El vínculo que une al Funcionario Público con la Administración puede ser de dos clases:
Esto significa en relación con la Función Pública que los Funcionarios o los Servidores, en su
relación con el Estado, con la Administración (en relación con el vínculo que lo une con la
Administración),
Así se señala en la ley que orienta la Función Pública en Colombia, la Ley 909 de 2004 en
su artículo.
evitando inversiones riesgosas que vayan a significar detrimento del patrimonio estatal,
De otra parte, se busca que, en las actuaciones públicas, el Servidor Público, utilice el
menor número de trámites y
Principio de eficacia: Todas las actuaciones que realice el Servidor Público deben estar
orientadas al cumplimiento de los Fines Estatales.
Principio de publicidad: Todas las actuaciones de los Servidores son públicas y por lo tanto
deben ser conocidos por todas las personas para que puedan ser sometidas al escrutinio.
Ningún acto puede ser considerado como reservado a no ser que la ley le haya otorgado
tal carácter. Solo por expresa disposición legal, el acto tiene el carácter de reservado. art.
24 CPACA.
Principio de imparcialidad: Todos los actos y actuaciones que realicen los servidores, en
relación con la administración,
deben buscar el interés general, por tanto, no pueden buscar intereses personales, en
provecho propio, o de un tercero.
El único interés que debe orientar a los Funcionarios y Servidores es, la finalidad mediata
de la función administrativa, esto es,
el Interés General, so pena de estar esa actuación viciada por lo que se denomina Desvío
de Poder.
un interés, o una relación con un tercero para la ejecución de una determinada actividad
que está asignada a su cargo,
tiene que declararse impedido; y cuando un particular vea que un Funcionario Público
tiene un vínculo, relación, o interés propio o de un tercero en un asunto, lo que tiene que
hacer es recusarlo
Cuando nos referimos al Servidor Público, siempre será una persona natural. No podrán ser
Servidores las personas jurídicas.(P)
El servidor, en los términos del Estatuto Contractual “son las personas naturales que prestan
sus servicios dependientes de los organismos y entidades de que trata este artículo, con
excepción de las asociaciones y fundaciones de participación mixta en las cuales dicha
denominación se predicará exclusivamente de sus representantes legales y de los
funcionarios de los niveles directivo, asesor o ejecutivo o sus equivalentes en quienes
delegue la celebración de contratos en representación de aquellas”.
En síntesis es una persona natural que se vincula bajo una relación de dependencia de
una entidad Estatal, la cual se vincula a la administración a través de una situación legal o
reglamentaria o a través de un contrato, que no es un contrato administrativo ni regido
por este estatuto, sino un contrato de trabajo bajo unas condiciones laborales allí
consagradas.
Con la consolidación del Estado Social de derecho, se abre paso a una nueva generación de
derechos fundamentales dentro los cuales la constitución da especial tratamiento a los asuntos
que atañe al trabajo y la seguridad social. El régimen de la función pública recibe un tratamiento
privilegiado, puesto que cerca de la mitad de los 380 artículos de la Constitución Política
contienen disposiciones sobre el modelo y el régimen de función pública en Colombia.XXX
C). Moralidad: Se refiere la idoneidad legal y moral de las personas que desempeñan tareas en
función pública.
D). Eficacia. Como la función pública trata de una actividad del estado, este garantiza la
efectividad técnica en los servicios que presta.
F). Publicidad: Es la difusión efectiva de las convocatorias en condiciones que permitan ser
conocidas por la totalidad de los candidatos potenciales.
En Colombia la función pública como un sistema que hace parte de la organización del estado,
se consolida a partir de la Constitución Política de 1991, como así precisa en los artículos
122 al 131
que configuran el capítulo II del título V de la Carta alusiva al tema de la función pública.
El tema de la función pública hace parte de los temas que son objeto de estudio del derecho
administrativo.
Tradicionalmente ha predominado la idea según la cual los funcionaros deben estar sometidos a
reglamentaciones especiales en relación con su situación de empleados; es decir que están
sometidos a una situación de derecho público. Los empleados de la administración que trabajan
en obras públicas o empresas estatales similares a las de los particulares, están sometidas en sus
relaciones colectivas al código sustantivo del trabajo (CST) y en sus relaciones de derecho
laboral individual están sometidos a la ley 6\45, al decreto, 2127\45, decreto 3135\68, Art., 5o;
decreto 1848\69 art. 3o y 7o; decreto 1950\73, art. 3o, y decreto 1042\78, art. 76.
Clasificación Constitucional:
Conforme al artículo 125 de la carta los empleos en los órganos y entidades del estado son de
Carrera y
Elección popular,
Trabajadores oficiales.
Trabajadores oficiales.
Formas de vinculación al empleo público: Empleos de carrera administrativa. Los empleos de los
órganos y entidades del Estado son de carrera, excepto los que determine la ley.
Los empleos cuyo ejercicio implica especial confianza, que tengan asignadas funciones
de asesoría institucional, asistencia o de apoyo, que estén al servicio directo e inmediato
de los funcionarios señalados en le ley.
Empleos de Periodo:
Los personeros.
Comisiones de regulación.
Directores de ESE.
Jefes de control interno en el nivel territorial
Gobernadores.
Alcaldes.
La noción de Servidor Público que la Constitución emplea en diferentes normas (Arts. 6, 122, 123,
124, 126, 127 y 129), sugiere la idea de la asignación y cumplimiento de funciones estatales por
una persona natural, a través de un vínculo jurídico que implica o no subordinación laboral.
(Santofimio, 2002
El término servidor público comprende a todos los trabajadores que laboran para el estado.
Así pues, los empleados públicos y los trabajadores oficiales son servidores públicos.
los empleados públicos y los trabajadores oficiales son especies de ese género.
los miembros de las corporaciones públicas, los empleados públicos y los trabajadores
oficiales.
Un servidor público es una persona que brinda un servicio de utilidad social. Esto quiere
decir que aquello que realiza beneficia a otras personas y no genera ganancias privadas
(más allá del salario que pueda percibir el sujeto por este trabajo).
Consisten en que los funcionarios públicos emiten actos ilegales, abusan de la confianza
depositada en ellos para apropiarse usar determinados bienes encargados a ellos. También
cuando influencian en determinaciones de adjudicación de contratos o asunto que ellos otros
funcionarios estén conociendo, resoluciones, sentencias, cambio de un favor o dinero. También
para cometer arbitrariedades sobre particulares en uso de su cargo y así obtener un beneficio
propio de un tercero.
Los delitos contra la administración pública son: peculado; peculado por apropiación; peculado
por uso; peculado culposo; concusión; cohecho propio: celebración indebida de contratos;
tráfico de influencias; prevaricato por acción; prevaricato por omisión.
14. EMPLEO:
“No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en la ley o reglamento y para
proveer los de carácter remunerado se requiere que estén contemplados en la respectiva planta
y previstos sus emolumentos en el presupuesto correspondiente.
Ningún servidor público entrará a ejercer su cargo sin prestar juramento de cumplir y defender la
constitución y desempeñar los deberes que le incumben”. Art. 122 Constitución Política
Según la naturaleza de las funciones, las competencias y los requisitos exigidos para su
desempeño, los empleos se clasifican en los siguientes niveles:XXXX
ASESOR Asistir, aconsejar y asesorar directamente a los empleados públicos de la alta dirección.
Constitución política art. 150-19-lit f.; ley 909/04; ley 4/92; Ley 411/97; D. 1092/12; D. 1919/02;
decretos 2400 y 3074 de 1.968, sus reglamentarios 1950 de 1.973 y 583 de 1.984, el decreto 3135
de 1.968.
El trabajador oficial desempeña entonces un empleo público que debe encontrarse incorporado
en las respectivas plantas de personal. El legislador ha señalado diversos criterios para identificar
estos empleos: 1. Criterio Orgánico: Tiene en cuenta la naturaleza jurídica de la entidad u
organismo estatal y el carácter de adscripción o vinculación a un organismo. 2. Criterio
Funcional: Se fundamente en la naturaleza de las actividades o funciones específicas asignadas
al empleo.
Los trabajadores oficiales se vinculan por medio de un contrato de trabajo. Los empleados
públicos, se vinculan con la administración mediante una modalidad legal o reglamentaria,
profiriéndose el acto de nombramiento y ejecutándose la respectiva posesión.
En efecto, el régimen que regula las condiciones laborales está previamente determinado en la
Constitución, la ley y el reglamento, pero, sin embargo, en virtud del Decreto 1092 de 2012, el
empleado público cuenta ahora con la posibilidad de hacer uso de mecanismos de
negociación colectiva respecto de algunas condiciones laborales.
Modalidades de Provisión: La legislación actual establece 3 clases de nombramiento:
Nombramiento ordinario.
Nombramiento en provisionalidad.
Las prestaciones sociales constituyen, pagos que el empleador hace al trabajador, directamente
o a través de las entidades de previsión o de seguridad social, en dinero, especie, servicios u
otros beneficios, con el fin de cubrir los riesgos o necesidades del trabajador.
La ley laboral clasifica las prestaciones sociales a cargo del empleador en los siguientes dos
grandes grupos:
Las prestaciones sociales comunes, que son aquellas que corren a cargo de todo empleador
independientemente de su capital. Pertenecen a esta especie las prestaciones por accidente y
enfermedad profesional, el auxilio monetario por enfermedad no profesional, el calzado y vestido
de labor, la protección a la maternidad, el auxilio funerario y el auxilio de cesantía.
Las prestaciones sociales especiales, que por el impacto económico que conllevan, están a
cargo de ciertas empresas atendiendo a su capital, como son la pensión de jubilación, el auxilio
y las pensiones de invalidez, escuelas, especialización, primas, servicios y el seguro de vida
colectivo. Sentencia C-823/2006.).
Teniendo en cuenta lo expresado, los empleados públicos de la Rama Ejecutiva de los niveles
nacional y territorial, tienen derecho a las siguientes prestaciones sociales, las que se establecen
como un derecho mínimo para los trabajadores oficiales, por cuanto pueden ser sobrepasadas,
en virtud de lo que se prevea por el contrato de trabajo y demás mecanismos laborales que lo
integran, así:
Vacaciones;
Prima de vacaciones;
Prima de navidad;
Subsidio familiar;
Auxilio de cesantías;
Pensión de jubilación;
Pensión de sobrevivientes
Auxilio de enfermedad;
no Indemnización por accidente de trabajo o enfermedad profesional;
Auxilio funerario;
Pensión de invalidez;
Auxilio de maternidad
Los factores saláriales, a que tienen derecho los empleados públicos del orden nacional y
algunas entidades territoriales de acuerdo con las normas vigentes, están clasificadas en:
Bonificación por servicios prestados. Prima de servicios.
7. RÉGIMEN SALARIAL.
Ley 4ª de 1992.
“Mediante.la.cual.se.señalan.las.normas,.objetivos.y.criterios.que.
debe.observar.el.Gobierno.Nacional.para.la.fijación.del.régimen.salarial.y.prestacional.de.los.em
pleados.públicos,.de.los.miembros.del.Congreso.Nacional.y.de.la.Fuerza.Pública.y.para.la.fijación
.de.las.prestaciones.sociales.de.los.Trabajadores.Oficiales.y.se.dictan.otras.disposiciones,.de.conf
ormidad.con.lo.establecido.en.el.artículo.150,.numeral.19,.literales.e).y.f).de.la.Constitución.Polític
a”..
Decreto 1042.
de1978.“Por.el.cual.se.establece.el.sistema.de.nomenclatura.y.clasificación.de.los.empleos.de.lo
s.ministerios,.departamentos.administrativos,.superintendencias,.establecimientos.públicos.y.unid
ades.administrativas.especialen.del.orden.nacional,.se.fijan.las.escalas.de.remuneración.corresp
ondientes.a.dichos. empleos.y.se.dictan.otras.disposiciones.
Salario
Teniendo.en.cuenta.las.definiciones.que.las.altas.Cortes.han.presentado.sobre.salario,.así.como.l
as.características.que.permiten.identificar.en.términos.generales,.cuándo.una.suma.que.recibe.u
n.empleado.constituye.salario,.se.destacan.los.siguientes.aspectos: .El.salario.es.una.contraprest
ación.que.tiene.carácter.retributivo.
.El.salario.comprende.todas.las.sumas.que.habitual.y.periódicamente.recibe.el.empleado.y.que.r
etribuyen.el.servicio. .El.salario.es.una.contraprestación.directa.y.onerosa.por.la.prestación.de.un
.servicio..
.El.salario.no.opera.por.la.mera.liberalidad.del.empleador
El.salario.constituye.un.ingreso.personal.del.trabajador.en.su.patrimonio
La Comisión Nacional del Servicio Civil CNSC es un órgano autónomo e independiente, del más
alto nivel en la estructura del Estado Colombiano, con personería jurídica, autonomía
administrativa, patrimonial y técnica, y no hace parte de ninguna de las ramas del poder
público.
La Constitución prevé la existencia de una única Comisión Nacional del Servicio Civil, lo cual
excluye la posibilidad de organizar comisiones seccionales o departamentales encargadas de la
administración y vigilancia de las carreras en el orden territorial.
La Comisión Nacional del Servicio Civil, en los términos del artículo 113 de la Constitución, es un
órgano autónomo e independiente, del más alto nivel en la estructura del Estado Colombiano,
con personería jurídica, autonomía administrativa, patrimonial y técnica, y que no hace parte de
ninguna de las ramas de poder público.
El papel de la Comisión Nacional del Servicio Civil –CNSC- está señalado por el artículo 130 de la
Constitución Política y por los alcances dados a esa norma por la Corte Constitucional. De esas
dos fuentes, se obtienen sus características básicas:
La Comisión es una entidad del orden nacional, autónoma e independiente de las ramas del
poder público, con personalidad jurídica propia, autonomía administrativa y recursos propios. Su
objeto es la administración y vigilancia de las carreras de los servidores públicos, excepción
hecha de las que tengan carácter especial.
el diseño del sistema de evaluación del desempeño laboral de los empleados de carrera
que será adoptado por las entidades que conforman el sistema general de carrera.
La Comisión Nacional del Servicio Civil es, entonces, la entidad encargada de garantizar
el mérito y la igualdad en el ingreso y la permanencia de los empleados de carrera
administrativa, lo que la convierte en nuevo actor institucional en el modelo de función
pública en Colombia. Representa uno de los mecanismos institucionales más
representativos del ordenamiento jurídico para eliminar el dualismo en la provisión de
empleos de carrera. Fue conformada por concurso de méritos y actúa desde el 7 de
diciembre de 2004.
La Comisión, tiene una planta de personal propia conformada por cuatro cargos (tres
comisionados y un pagador) y
trece empleados asignados ante todo por el Departamento Administrativo de la Función
Pública y
Al respecto la Corte Constitucional en sentencia C-372 de 1999, ha dicho que “se trata en
realidad de un ente autónomo de carácter permanente y de nivel nacional, de la más alta
jerarquía en lo referente al manejo y control del sistema de carrera de los servidores públicos,
cuya integración, período, organización y funcionamiento debe ser determinada por la ley. No
hace parte del ejecutivo ni de otras ramas de órganos del poder público y debe ser dotada de
personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio, para que pueda cumplir con
eficiencia los cometidos constitucionales que le corresponden”.
El artículo 7° de la ley 909 de 2004, por su parte reitera que la citada Comisión es un órgano de
garantía y protección del sistema de mérito en el empleo público en los términos establecidos en
la citada ley, de carácter permanente de nivel nacional, independiente de las ramas y órganos
del poder público, dotada de personería jurídica, autonomía administrativa y
patrimonio propio.XXX
El Código Disciplinario Único se refiere a los principios rectores de la ley disciplinaria: legalidad,
debido proceso, reconocimiento de la dignidad humana, presunción de inocencia, gratuidad
de la actuación disciplinaria, celeridad de la misma, favorabilidad e igualdad ante la ley
disciplinaria.
2. ii) Deberes. Se señalan como deberes los contenidos en la Constitución Política, los
tratados internacionales, las leyes, las decisiones judiciales y disciplinarias, y las
convenciones colectivas y los contratos de trabajo tratándose de trabajadores oficiales.
Cumplir con eficiencia e imparcialidad el servicio y abstenerse de cualquier acto que
cause la suspensión de un servicio esencial. Cumplir las disposiciones que sus superiores
adopten siempre que no sean contrarias a la Constitución y desempeñar el empleo, sin
obtener beneficios adicionales a las contraprestaciones legales y convencionales y
capacitarse y actualizarse en el área donde desempeña su función.
Utilizar la información reservada a que tenga acceso en forma exclusiva para los fines a que
están afectos y tratar con respeto a las personas con que tengan relación. Realizar
personalmente las tareas que le sean confiadas y responder por el ejercicio de la autoridad que
se le delegue. Dedicar tiempo reglamentario a las funciones y resolver los asuntos en el orden
que corresponda y acreditar los requisitos exigidos para la posesión.
Motivar las decisiones que lo requieran, y consultar siempre los intereses del bien común. Explicar
la procedencia del incremento patrimonial obtenido durante el ejercicio del cargo al ministerio
público o al nominador. Denunciar los delitos, contravenciones y faltas disciplinarias. Permanecer
en el desempeño de sus labores mientras no se haya hecho cargo de ellas quien deba
reemplazarlo.
Dictar los reglamentos sobre el trámite del derecho de petición, calificar a los empleados en la
oportunidad prevista por la ley y dar a los bienes y valores el uso que le han sido encomendados
y responder por los útiles, equipos, muebles y bienes confiados a su guarda.
También publicar en la entidad, una lista de las licitaciones declaradas desiertas y de los
contratos adjudicados, adoptar el sistema de control interno y el control interno disciplinario,
publicar mensualmente en la entidad los informes de gestión, resultados, financieros y contables
para efectos de control social y poner en práctica mecanismos para facilitar la participación de
la comunidad.
iii) Prohibiciones. Dentro de las prohibiciones más importantes que se imponen a los servidores
públicos figuran: incumplir sus deberes, abusar de los derechos o extralimitarse en ejercicio de sus
funciones; solicitar dádivas, regalos o favores por sus funciones; ocupar indebidamente edificios
públicos; ejercer violencia contra los demás, retardar el despacho de los asuntos a su cargo; no
atender derechos de petición, presentar documentos falsos; dañar los elementos; nombrar
personas que no reúnan los requisitos exigidos; incumplir las decisiones judiciales o administrativas;
discriminar con base en raza, color u origen étnico; propiciar paros o huelgas en servicios
públicos esenciales. También se les prohíbe proporcionar información sobre asuntos de la
administración sin estar facultado para ello.
En cualquier circunstancia la utilización del empleo para presionar a los ciudadanos a respaldar
una campaña política constituye causal de mala conducta. Tampoco pueden los servidores
públicos aceptar cargos de gobiernos extranjeros o de organismos internacionales sin
autorización del gobierno.
Haber sido sancionado disciplinariamente tres o más veces en los últimos cinco años por faltas
graves o leves dolosas, inhabilidad que dura tres años a partir de la última sanción, o hallarse en
estado de interdicción judicial o inhabilitado como consecuencia de sanción disciplinaria o
suspendido en el ejercicio de su profesión. También genera inhabilidad haber sido declarado
responsable fiscalmente.
No pueden ser inscritos como candidatos a cargos de elección popular, ni designados como
servidores públicos ni celebrar contratos con el Estado, los condenados por delitos que afecten el
patrimonio del Estado. Tampoco el servidor público que haya dado lugar con su conducta
dolosa o gravemente culposa a que el Estado sea condenado a una reparación patrimonial,
salvo que asuma el valor del daño.
A su vez señala el Código Disciplinario que el servidor público puede ser sujeto de las siguientes
sanciones: Destitución e inhabilidad general, para las faltas gravísimas dolosas o realizadas con
culpa gravísima; Suspensión en el ejercicio del cargo e inhabilidad especial para las faltas graves
dolosas o gravísimas culposas; Suspensión para las faltas graves culposas; Multa para las faltas
leves dolosas; Amonestación escrita para las faltas leves culposas.
Habrá culpa gravísima cuando se incurra en falta disciplinaria por ignorancia supina,
desatención elemental o violación manifiesta de reglas de obligatorio cumplimiento. La culpa
será grave cuando se incurra en falta disciplinaria por inobservancia del cuidado necesario que
cualquier persona del común imprime a sus actuaciones.
Se ocupa también en esta parte el código, de regular lo relacionado con las pruebas, las
nulidades y las atribuciones de policía judicial en este campo.
Aplicación: Debe aplicarse por las oficinas de Control Disciplinario Interno, Personerías
Municipales y Distritales, la Jurisdicción Disciplinaria y la Procuraduría General de la Nación.
Función. Tiene una función preventiva y correctiva, para garantizar la efectividad de los
principios y fines de la Constitución, la Ley y los tratados internacionales que se deben observar
en el ejercicio de la función pública.
Destinatarios de la ley disciplinaria. Todos los servidores públicos aunque se encuentren retirados
del servicio y los particulares con un tratamiento diferente en este código.
Clasificación de las faltas. Gravísimas (art 48, son taxativas); Graves; leves.
Clases de sanciones: Destitución e inhabilidad general, para las faltas gravísimas dolosas o
realizadas con culpa gravísima; Suspensión en el ejercicio del cargó e inhabilidad especial para
las faltas graves dolosas o gravísimas culposas; Suspensión, para las faltas graves culposas; Multa,
para las faltas leves dolosas; Amonestación escrita, para las faltas leves culposas.
Falta disciplinaria. (Tipicidad). La falta disciplinaria. Constituye falta disciplinaria, y por lo tanto da
lugar a la acción e imposición de la sanción correspondiente, la incursión en cualquiera de las
conductas o comportamientos previstos en este código que conlleve incumplimiento de
deberes, extralimitación en el ejercicio de derechos y funciones, prohibiciones y violación del
régimen de inhabilidades, incompatibilidades, impedimentos y conflicto de intereses, sin estar
amparado por cualquiera de las causales de exclusión de responsabilidad contempladas en el
artículo 28 del presente ordenamiento: incumplimiento de deberes; extralimitación en el ejercicio
de derechos y funciones; prohibiciones; violación del régimen de inhabilidades,
incompatibilidades, impedimentos y conflicto de intereses.
Antijuridicidad (ilicitud sustancial). La falta será antijurídica cuando afecte el deber funcional sin
justificación alguna, (artículo 5 Ley 734 de 2002 culpabilidad). En materia disciplinaria queda
proscrita toda forma de responsabilidad objetiva. Las faltas sólo son sancionables a título de dolo
o culpa. (P)
Calificación de la falta Las faltas disciplinarias son: Gravísimas (Artículo 48 de le ley 734 de 2002,
son taxativas); Graves; Leves.
Criterios de gravedad o levedad. El grado de culpabilidad (P); La naturaleza esencial del
servicio; El grado de perturbación del servicio; La jerarquía y mando que el servidor público
tenga en la respectiva institución; La trascendencia social de la falta o el perjuicio causado; Las
modalidades y circunstancias en que se cometió la falta, que se apreciarán
teniendo en cuenta el cuidado empleado en su preparación, el nivel de
aprovechamiento de la confianza depositada en el investigado o de la que se derive de la
naturaleza del cargo o función, el grado de participación en la comisión de la falta, si fue
inducido por un superior a cometerla, o sí la cometió en estado de ofuscación originado en
circunstancias o condiciones de difícil prevención y gravedad extrema, debidamente
comprobadas; Los motivos determinantes del comportamiento; Cuando la falta se realice con la
intervención de varias personas, sean particulares o servidores públicos; La realización típica de
una falta objetivamente gravísima cometida con culpa grave, será considerada falta grave.
No hay quejoso: De oficio; Cualquier otro medio creíble (Medios de comunicación, otra entidad
etc.) Art.70/734702.
Facultades del Quejoso: Presentar y ampliar la queja bajo la gravedad del juramento; A aportar
pruebas que tenga en su poder; recurrir la decisión de archivo y el fallo absolutorio; Podrá
conocer el expediente. (art. 90/734/02).
Auto inhibitorio: Parágrafo del Artículo 150 de la Ley 734 de 2002. Cuando la información o queja
sea: manifiestamente temeraria; se refiera a hechos disciplinariamente irrelevantes o de
imposible ocurrencia; sean presentados de manera absolutamente inconcreta o difusa.
Auto de cargos descargos. 10 días hábiles para presentarlos. Art. 166/734/02; No es obligatorio
presentarlos. Art. 167/734/02; Se presentan por escrito y doble; Se pueden solicitar la práctica de
pruebas o decretarlas de oficio.
Alegatos de conclusión. Esta consagrado en el Art. 92 No. 8/734/02; Son 10 días hábiles para
presentarlos; Art. 21/734/O2yArt. 210 C.C.A.; Aunque hay contradicción con el artículo
169/734/02, prima el artículo 92 en garantía del investigado; No son obligatorios por escrito y
doble.
Fallo. Si no hubiere pruebas que practicar, el funcionario de conocimiento proferirá el fallo dentro
de los veinte días siguientes al vencimiento del término para presentar descargos, o al del
término probatorio, en caso contrario.
Contenido del fallo. El fallo debe ser motivado y contener: La identidad del investigado; Un
resumen de los hechos; El análisis de las pruebas en que se basa; El análisis y la valoración jurídica
de los cargos, de los descargos y de las alegaciones que hubieren sido presentadas; La
fundamentación de la calificación de la falta; El análisis de culpabilidad; Las razones de la
sanción o de la absolución, y; La exposición fundamentada de los criterios tenidos en cuenta
para la graduación de la sanción y la decisión en la parte resolutiva.
El procedimiento verbal se adelantara contra los servidores públicos en los casos en que el sujeto
disciplinable sea sorprendido en el momento de la comisión de la falta o con elementos, efectos
o instrumentos que provengan de la ejecución de la conducta, cuando haya confesión y en
todo caso cuando la falta sea leve.
Recursos: Contra el fallo proferido en audiencia sólo procede el recurso de apelación, que se
interpondrá en la misma diligencia y se sustentará verbalmente o por escrito dentro de los dos
días siguientes. Será decidido dos días después por el respectivo superior Procede el recurso de
reposición cuando el procedimiento sea de única instancia, el cual deberá interponerse y
sustentarse una vez se produzca la notificación por estrado, agotado lo cual se decidirá el
mismo.
Segunda Instancia: será decidido dos días después por el respectivo superior.
Por revocatoria del nombramiento por no acreditar los requisitos para el desempeño del empleo
de conformidad con el artículo 5° de la ley 190 de 1995, y las normas que lo adicionen o
modifiquen.
Por muerte.
La protección especial. No pueden ser retiradas del servicio en desarrollo del Programa de
Renovación de la Administración Pública las madres cabeza de familia sin alternativa
económica, las personas con limitación física, mental, visual o auditiva, y los servidores que
cumplan con la totalidad de los requisitos, edad y tiempo de servicio, para disfrutar de su pensión
de jubilación o de vejez en el término de tres (3) años contados a partir de la promulgación de la
presente ley.
La Corte Constitucional hizo extensiva esta protección también a los padres cabeza de familia.
CAPITULO DECIMO.
“La juventud es el tiempo de aprender la sabiduría, así como la vejez es el tiempo de practicarla”
Jean-Jacques Rousseau”.
1. NOCIONES GENERALES.
Fundamento constitucional y legal Art. 150 inc. Final CP, ley 80/93; ley 1150/07 y D. 1582/15.
¿Qué es contrato? Es un acuerdo de dos o más voluntades con el fin de crear obligaciones entre
las partes.
Una declaración bilateral productora de efectos jurídicos entre dos personas, una de las cuales
es un órgano de la Administración del Estado que actúa en ejercicio de la función administrativa.
Elementos del contrato Administrativo:
¿Que se entiende por contratos estatales? Son actos jurídicos generadores de obligaciones que
celebren las entidades estatales, previstos en el derecho privado o en normas de derecho
público, como los que a titulo enunciativo se nombran a continuación: Contrato de obra,
contrato de consultoría, contrato de prestación de servicios, contrato de concesión, encargos
fiduciarios y de fiducia pública, entre otros
Es cualquier contrato que se celebra con el estado para prestar un servicio o vender un bien sea
entre personas jurídicas o naturales.
Art. 32 ley 80/93. “Actos jurídicos generadores de obligaciones que celebren las entidades a que
se refiere el presente estatuto, previstos en el derecho privado o en disposiciones especiales, o
derivados del ejercicio de la autonomía de la voluntad”.
Desigualdad de partes. Una de las partes contratantes podrá ser, una persona natural o
jurídica, nacional o extranjera, con domicilio dentro o fuera del territorio de la República; y
la otra, será la Administración. La primera podrá ejercer su autonomía de voluntad de
modo limitado, debiendo someterse a las normas de Derecho Público que regulan el
contrato en concreto, a diferencia de las normas del Derecho Civil que consagran la
libertad contractual. En tanto, la Administración gozará de prerrogativas que le permiten
sostener algún grado de superioridad ante su contraparte en el contrato., considerándose
atribuciones como el ius variandi; la potestad extintiva o poder de poner término
anticipado y unilateral al contrato fundado en el interés público; poder de sustitución del
contratante; poder de dirección; poder de inspección; poder de control; interpretación
unilateral, entre otras.
Cláusulas exorbitantes. Las cláusulas exorbitantes o prerrogativas del poder público tienen
reconocimiento en el ordenamiento jurídico Colombiano y afectarán el contrato que la
Administración celebre toda vez que sean consignadas en él de modo explícito, o que
exista una norma expresa y previa de ley que así lo permita, o implícito, indistintamente.
i). De obra: Son aquellos contratos cuyo objeto es la construcción, mantenimiento, instalación,
realización de trabajos materiales sobre bienes inmuebles, sin tener en cuenta la modalidad de
ejecución y de pago.
Objeto. La construcción, mantenimiento, instalación y, en general, para la realización de
cualquier otro trabajo material sobre un inmueble.
iii). Prestación de Servicios: Los contratos de prestación de servicios son utilizados para desarrollar
actividades relacionadas con la administración o funcionamiento de la entidad. Una de las
particularidades de este contrato es que únicamente se celebra con personas naturales cuando
el trabajo contratado no puede ser ejecutado por un personal de planta o cuando se celebre
por los conocimientos especiales de la persona. En estos casos no se crea una relación laboral
con la entidad.
La ejecución de estos contratos se hace bajo cuenta y riesgo del concesionario pero bajo la
vigilancia y control de la entidad estatal.
En contraprestación se da una remuneración que puede ser: (i) derechos, (ii) tarifas, (iii) tasas, (iv)
valorizaciones, (v) una participación que se le otorgue en la explotación del bien, (vi) en una
suma periódica, única o porcentual y, (v) en general, cualquier otra modalidad acordada por las
partes.
Bajo este tipo de contratos se han celebrado los contratos de infraestructura más importantes de
Colombia tales como la Ruta del Sol, Avenida de las Américas, Concesión Bogotá Villavicencio,
Concesión Red Férrea del Atlántico.
v). Encargos fiduciarios y fiducia pública. Este tipo de contrato tiene como fin la administración o
manejo de recursos vinculados a los contratos estatales. Lo anterior con sujeción a los estatutos
de cada una de las entidades estatales y teniendo en cuenta que está expresamente prohibido
para las entidades estatales, constituir directamente patrimonios autónomos. Por lo tanto, por lo
general si se llegan a requerir, se exigirá al contratista que lo haga, estando esto anunciado
desde el momento en que se publican las condiciones de selección y las condiciones para la
respectiva contratación
Su objeto es la transferencia a una entidad fiduciaria vigilada por la SFC de recursos vinculados a
los contratos estatales para su administración y manejo, tiene reglas especiales respecto de la
fiducia mercantil y control especial.XXX
El régimen del contrato estatal es un régimen mixto, en el que participan los principios generales
de la contratación, comunes al derecho público y privado; los principios del derecho público
rectores de la actividad administrativa. Principios de derecho civil. Art. 1618 a 1624 del C.C.
En los términos del art. 13 de la Ley 80 de 1993, los contratos que celebren las entidades estatales
se rigen por las disposiciones comerciales y civiles pertinentes, salvo las materias que tienen una
regulación especial en el Estatuto General de la Contratación (ver ficha Estatuto General de la
Contratación).
La misma ley vuelve a repetir en el Artículo 40, refiriéndose particularmente al Contenido del
Contrato Estatal que: “del contenido del contrato estatal. Las estipulaciones de los contratos
serán las que de acuerdo con las normas civiles, comerciales y las previstas en esta ley,
correspondan a su esencia y naturaleza”
Hoy en día la contratación estatal está regulada por las siguientes normas: Ley 80 de 1993, Ley
1150 de 2007, Decreto 1082 de 2015, Ley 1474 de 2011, Decreto 777 de 1992, Ley 1437 de 2011,
Código Civil y Código de Comercio;
¿Cuál es el fin de la contratación estatal? Con la celebración de los contratos las entidades
estatales deben buscar el cumplimiento de los fines del Estado, así como la continua y efectiva
prestación de los servicios públicos y la efectividad de los derechos e intereses de las personas
que viven en Colombia. El particular, por su parte, al contratar con el Estado debe considerar
que al celebrar y ejecutar tales contratos colabora con el Estado en la consecución de sus fines,
así como el cumplimiento de su función social.
Para la consecución de los fines del Estado, las entidades estatales así como los particulares
deben cumplir a cabalidad con los deberes y obligaciones que les impone la ley.
La Ley 80 de 1993 determina en forma expresa que todos los que participan de esta naturaleza
son contratos solemnes, según lo reflejan los textos de sus artículos 39 y 41
Los contratos que celebren las entidades estatales constarán por escrito y no requerirán ser
elevados a escritura pública, con excepción de aquellos que impliquen mutación del dominio o
imposición de gravámenes y servidumbres sobre bienes inmuebles y, en general, aquellos que
conforme a las normas legales vigentes deban cumplir con dicha formalidad.
Los contratos del Estado se perfeccionan cuando se logre acuerdo sobre el objeto y la
contraprestación y éste se eleve a escrito.
Los contratos estatales son intuito personae y, en consecuencia, una vez celebrados no podrán
cederse sin previa autorización escrita de la entidad contratante.
En todo contrato, y en general en todo negocio jurídico, se distinguen “las cosas que son de su
esencia, las que son de su naturaleza, y las puramente accidentales” y son de la esencia
aquellas “sin las cuales, o no produce efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente.
Ahora bien, en atención a lo dispuesto por el artículo 1500 del Código Civil, los contratos pueden
ser solemnes, consensuales o reales; y en tratándose de contratos celebrados por la
administración pública, debe tenerse en cuenta que “el contrato estatal es un negocio jurídico
solemne porque debe constar por escrito, salvo algunos casos de urgencia manifiesta, la única
prueba de su existencia es el documento que la ley pide como solemnidad constitutiva, tal
como se desprende de los artículos 1760 del Código Civil.
En efecto, cuando el negocio jurídico es solemne, la solemnidad exigida, amén de
perfeccionarlo o hacerlo surgir a la vida jurídica, cumple la función de demostrar su existencia, si
esa solemnidad consiste en un escrito o documento, con la característica de ser la única prueba
admisible para ello por así disponerlo la ley.
Son aquellos sin los cuales el contrato no tiene valor, o degenera en otro diferente. Estos son: la
capacidad, el consentimiento, el objeto y la causa. En algunos ordenamientos jurídicos y para
algunos contratos puede exigirse como validez también la forma.
Un sujeto activo o acreedor, un sujeto pasivo o deudor, una manifestación de voluntad que
ambos sujetos o partes expresan, y según la manera en que se realice determinará la forma
contractual; un vínculo jurídico, que obliga al deudor con respecto al acreedor y permite a este
peticionar el cumplimiento de la prestación ante el incumplimiento, y el objeto de la prestación
que puede consistir en una cosa (contrato de compra-venta o locación de cosas) o en un hacer
(contrato de locación de servicios o de obra). Consentimiento, objeto y causa.
Los contratos del Estado se perfeccionan cuando se logra acuerdo sobre el objeto y la
contraprestación y éste se eleve a escrito.
Elementos Accidentales Son aquellos que las partes establecen por cláusulas especiales, que no
sean contrarias a la ley, la moral, las buenas costumbres o el orden público. Por ejemplo: el plazo,
la condición, el modo, la solidaridad, la indivisibilidad, la representación,
La contratación estatal es el conjunto de normas que regulan todos los procedimientos que se
adelantan para que las identidades del Estado puedan realizar sus procesos de abastecimiento
cuando identifican una necesidad.
Contratos interadministrativos Ley 1150 de 2007, artículo 2º, numeral 4, literal c, modificado por el
artículo 92 de la Ley 1474 de 2011 El objeto del contrato debe estar en armonía con el objeto de
la entidad ejecutora.
Ley 53 de 1909; ley 110 de 1912; ley 61 de 1921; ley 167 de 1941; acto legislativo 528 de 1964;
decreto 3130 de 1968; decreto 1670 de 1975; decreto 150 de 1976; decreto 222 de 1983.
Ley 1150/07.
La ley 1150 de 2007 reforma la ley 80 de 1993, tiene una vigencia seis meses después de su
publicación.
Disposiciones generales;
El contrato (32-43);
Objeto de la ley:
Cumplir los cometidos del estado; Prestar continua y eficientemente los servicios públicos;
Garantizar la efectividad de los derechos e intereses de los administrados quienes deben
colaborar; Cumplir una función social.
Capacidad para contratar, art. 6º: Todas las personas autorizadas legalmente.
Los consorcios: Dos o más personas en forma conjunta presentan una misma propuesta para la
adjudicación, celebración y ejecución de un mismo contrato=respondiendo solidariamente.
Las uniones temporales: IDEM. Las sanciones por el incumplimiento de obligaciones derivadas de
la propuesta y del contrato se impondrán de acuerdo con la participación en la ejecución de
U,T.
Los principios de la contratación estatal tienen como fin: 1) Servir de base y fundamento de todo
el ordenamiento jurídico; 2) Actuar como directriz hermenéutica para la aplicación de las reglas
jurídicas y; 3) ser usadas como fuente integradora del derecho, en casos de insuficiencia
normativa.
Igualdad art 13
Economía.
Responsabilidad
Como consecuencia de lo anterior, cualquier decisión que sea adoptada en el proceso debe
estar debidamente motivada y cualquier persona debe tener la posibilidad de verificar y
cuestionar esa motivación. Debe garantizarse claridad absoluta sobre los fundamentos que tiene
la administración en su actuación, desde que decide comprometer recursos a un determinado
proyecto hasta que el destinatario recibe los bienes o servicios contratados.
La oferta más favorable será la que se ajuste a los requisitos y condiciones objetivas de
evaluación indicadas en los pliegos de condiciones.
Este principio se define a partir de los siguientes criterios: el precio, el plazo, el cumplimiento en
contratos anteriores, la calidad, la experiencia, etc., los cuales, considerados integralmente
(ponderación) permiten determinar la propuesta más favorable. Dichos factores podrán
concurrir todos o los que la administración discrecionalmente establezca, de acuerdo con las
necesidades del servicio y el fin del contrato.
En otras palabras, la selección objetiva comporta: i) la obligación de fijar previamente los criterios
de selección (art. 24 ord. 5º), ii) el llamado público para que, en igualdad de oportunidades, se
presenten las ofertas (principio de concurrencia (art. 30 num. 3), y iii) la transparencia (art. 24).
La verificación documental de las condiciones antes señaladas será efectuada por las
Cámaras de Comercio de conformidad con lo establecido en
Modificado por el art. 88, Ley 1474 de 2011. La oferta más favorable será aquella que,
teniendo en cuenta los factores técnicos y económicos de escogencia y la ponderación
precisa y detallada de los mismos, contenida en los pliegos de condiciones o sus
equivalentes,
resulte ser la más ventajosa para la entidad, sin que la favorabilidad la constituyan
factores diferentes a los contenidos en dichos documentos.
En los contratos de obra pública, el menor plazo ofrecido no será objeto de evaluación.(P)
La entidad efectuará las comparaciones del caso mediante el cotejo de los ofrecimientos
recibidos y
En ningún caso se podrá incluir el precio, como factor de escogencia para la selección de
consultores.
instituido para garantizar el pleno desarrollo de los principios, entre otros de: Imparcialidad,
contradicción, publicidad y moralidad.
De igual forma, bajo el numeral 8 del mismo artículo, prevé que las autoridades no
actuarán con desviación o abuso de poder,
para lo cual se deben ceñir a la ley y a la finalidad del interés público, prohibiendo eludir
los procedimientos de selección objetiva y los demás procedimientos previstos en el
presente
2. PRINCIPIO DE ECONOMÍA:
En desarrollo de este principio, la norma legal busca asegurar la selección objetiva del contratista
mediante los procedimientos y etapas que sean estrictamente necesarios, dentro de términos
preclusivos y perentorios, con el impulso oficioso de la Administración para evitar dilaciones en la
escogencia.
Bajo esta misma orientación, la propia normativa señala que la interpretación de las
disposiciones que regulan los procedimientos contractuales no debe dar lugar a trámites
diferentes o adicionales y proscribe la falta de decisión de la Administración cuando ella se
fundamenta en defectos formales o inobservancia de requisitos.
Las reglas del procedimiento deben estar al servicio de los fines estatales y la adecuada,
continua y eficiente prestación de los servicios públicos, al tiempo que propende por la
adopción de procedimientos que solucionen prontamente las controversias.
Los contratos del Estado “deben siempre corresponder a negocios debidamente diseñados,
pensados, conforme a las necesidades y prioridades que demanda el interés público; el
ordenamiento jurídico busca que el contrato estatal no sea el producto de la improvisación ni de
la mediocridad (…)
El principio de Economía tiene como finalidad asegurar que todas las actuaciones adelantadas
por la Administración durante la actividad contractual, se cumplan con eficacia y eficiencia
surtiendo todos los trámites que sean necesarios, considerando que todo proyecto debe estar
precedido de los estudios técnicos, financieros y jurídicos precisos, que permitan optimizar los
recursos y evitar situaciones dilatorias que ocasionen perjuicios para cada una de las partes
contratantes.
El principio de economía tiene consecuencias sobre el tiempo, el dinero y los medios invertidos
en procesos de contratación pública bajo la regla de que los trámites se adelantaran con
austeridad de tiempo, medios y gastos y se impedirán las dilaciones y los retardos en la
ejecución del contrato.
Se aplica el silencio administrativo positivo, esto es, que luego de 3 meses de haber presentado
una solicitud ajustada a derecho, sin haber recibido respuesta, se entenderá que la decisión es
favorable al solicitante.
Las conductas por las cuales los servidores públicos pueden ser responsables la señala la ley 80
de 1993 y entre ellas se encuentran: abrir licitaciones sin haber realizado el pliego de peticiones,
o cuando esos se hayan hecho incompletamente.
Debe proteger los derechos de la entidad, evitando sobrecostos y respondiendo en forma rápida
las solicitudes de los contratistas y de los ciudadanos beneficiarios de las obras. Debe proteger los
derechos de terceros que se puedan ver afectados con la ejecución del contrato para que
sufran la menor cantidad de daños posibles y para que sean indemnizados si fuere necesario.
Pero aunado a las responsabilidades de las entidades y sus servidores públicos, tenemos otros
actores igual de importantes, y cuya responsabilidad es tan significativa como la del Estado; los
contratistas y la Interventoría.
Los interventores responderán civil, fiscal, penal y disciplinariamente, tanto por el cumplimiento
de las obligaciones derivadas del contrato de interventoría, como por los hechos u omisiones
que les sean imputables y causen daño o perjuicio a las entidades.
Los contratistas responderán civil y penalmente por sus acciones y omisiones en la actuación
contractual.
De igual manera, los servidores públicos responderán cuando hubieren realizado licitaciones, o
concursos públicos sin haberse elaborado previamente los correspondientes pliegos de
condiciones, diseños, estudios, planos y evaluaciones que fueren necesarios o cuando los pliegos
de condiciones hayan sido elaborados de forma incompleta, ambigua o confusa.
Cuando un proponente sienta que es excluido de un proceso contractual sin razón justificable,
tiene ciertos mecanismos para mostrar su desacuerdo y objeciones. Es preciso recordar que es
deber de la administración establecer todas las causales por las cuales se deniega la
participación o retirar a un proponente de cualquier licitación, es decir, que el acto
administrativo mediante el cual se cierra una etapa de contratación debe ser motivado
allegando todos los estudios, calificaciones e informes correspondientes y necesarios para llegar
a tal conclusión.
Por eso, los servidores públicos y los particulares están obligados a proteger los intereses de la
entidad y responderán por actuaciones u omisiones que causen daño o perjuicio a la misma. En
consecuencia, los servidores públicos deben:
Buscar el cumplimiento de los fines de la contratación.
Proteger los derechos de la entidad, del contratista y de terceros que se pueden afectar.
En cuanto a los particulares, sus actuaciones llevan a que respondan ante el Estado y sus leyes,
desde lo civil y lo penal cuando:
No cumplen con la calidad de los bienes o servicios contratados. Por omisiones y acciones
que comprometan lo público.
Por otra parte, los consultores, interventores y asesores externos responderán civil y
penalmente por el incumplimiento de las condiciones estipuladas en el contrato y por las
acciones u omisiones que causen perjuicio a la entidad, al contratista o a terceros
involucrados con la ejecución del contrato
Se establece supuestos en los cuales compromete no solo la responsabilidad del Estado por los
daños antijurídicos ocasionados con motivo de la actividad contractual, sino también de los
Servidores Públicos y los Contratistas que intervienen en la misma.
De acuerdo con el numeral 3 del artículo 25 de la ley 80 de 1993 tanto las entidades como los
servidores públicos, deben responder “cuando hubieren abierto licitaciones sin haber elaborado
previamente los correspondientes pliegos de condiciones, diseños, estudios, planos y
evaluaciones que fueren necesarios, o cuando los pliegos de condiciones hayan sido elaborados
en forma incompleta, ambigua o confusa que conduzcan a interpretaciones o decisiones de
carácter subjetivo por parte de aquellos”.
(tiene su fundamento en los artículos 2347 y 2349 del Código Civil de la responsabilidad indirecta
por hechos ajenos y artículo 2341 del mismo artículo sobre responsabilidad sobre el hecho propio
que se seguía sustentando aún con normas del derecho privado).
de conformidad con la cual las prestaciones a cargo de cada una de las partes se miran
como equivalentes a las de la otra.
Así, el contratista cuya propuesta fue acogida por la administración, considera que las
obligaciones que asume en virtud del contrato que suscribe, resultan proporcionales al
pago que por las mismas pretende recibir,
fundado en los estudios y proyecciones que realizó en relación con los factores
determinantes del costo de ejecución de las prestaciones a su cargo y la utilidad que
pretende obtener a partir de la misma.
Una vez las partes suscriben el contrato, éste se convierte en ley para ellas y se torna
obligatorio su cumplimiento en los términos pactados, de acuerdo con el principio pacta
sunt servanda (art. 1602, C.C.),
de tal manera que sin imposibilitar su ejecución, la hagan mucho más onerosa para la
parte afectada, en lo que se conoce como el rompimiento del equilibrio económico del
contrato, caso en el cual,
bien sea mediante una indemnización integral de perjuicios, en el caso del hecho del
príncipe,
Para establecer el rompimiento de la ecuación económica del contrato, debe ocurrir una
alteración anormal de las prestaciones mutuas del contrato. Las causas de tal alteración,
pueden ser:
Los actos producidos por la misma entidad contratante (el hecho del príncipe).
Contratar con el Estado es un excelente negocio en Colombia porque la ley asegura a los
contratistas contra el riesgo de la pérdida,
excepto cuando se trata de un craso error o una obvia imprevisión por parte del
contratista.
La Ley 80 (el artículo 25, el numeral 14) pide al Estado prever las partidas presupuestales
para atender los pagos originados en el restablecimiento del equilibrio económico.
El papel central que juega el principio de equilibrio económico en la contratación pública
colombiana quedó evidente en el proceso de la reforma de la Ley 80.
La Ley 1150 de 16 de julio de 2007, que reforma la Ley 80, modifica y precisa varios
aspectos de la contratación sin tocar el tema del equilibrio.
En una sola ocasión, en el artículo 4 de la Ley 1150, el legislador se acerca al tema del
equilibrio cuando exige que los pliegos de condiciones deben incluir la estimación,
tipificación y asignación de los riesgos previsibles involucrados en la contratación.
El principio del equilibrio es el privilegio de los que contratan con el Estado porque las normas
privadas equivalentes no existen. El Código de comercio, en el artículo 868, plantea la teoría de
la imprevisión que justifica las modificaciones en los contratos solo en los casos de la
imposibilidad de prever las situaciones excepcionales, como las graves crisis económicas o las
guerras.
Fuerza mayor – imprevisión Hecho del príncipe – tributos Indebida conducta contractual del
estado Mayor cantidad de obra – obras adicionales Mayor cantidad de obra – obras
adicionales Mora – intereses Mora firma del contrato – en el pago de anticipo Reajuste, revisión
de precios, inflación monetaria Reciprocidad de las prestaciones, carácter sinalagmático del
contrato estatal Riesgos del contrato Suspensiones – prórrogas – mayor
permanencia Temporada invernal Teoría de la imprevisión y contratos a precio global Teoría de
la imprevisión y hecho del príncipe.
Licitación pública.
Concurso de Méritos.
Contratación directa.
1. La licitación Pública.
Procede cuando el bien o servicio a contratar supere un valor determinado de acuerdo al valor
de los recursos que ejecute la entidad, salvo que el contrato a celebrarse o las circunstancias de
escogencia encajen en alguna de las excepciones regida por los procesos de selección
abreviada, concurso de méritos o contratación directa. Su duración es aproximadamente de 3
meses.
Etapa preparatoria
Solicitud:
Estudios previos.
Aviso de convocatoria
Se entiende por subasta inversa para la presentación de la oferta, la puja dinámica efectuada
electrónicamente, mediante la cual los oferentes, durante un tiempo determinado, ajustan su
oferta respecto de aquellas variables susceptibles de ser mejoradas, con el fin de lograr el
ofrecimiento que representa la mejor relación costo-beneficio para la entidad, de acuerdo con
lo señalado en el pliego de condiciones.
Etapa preparatoria
Solicitud
Procedimiento.
Estudios previos.
Debe incluir la ficha técnica mínimo con éstos requisitos: clasificación, identificación,
unidad de medida, calidad y desempeño.XXX
Debe llevar fecha y hora de la subasta inversa, la periodicidad de los lances y el margen
mínimo para mejorar la oferta de los lances.
Qué es un concurso de méritos y para qué sirve? Un concurso de méritos es una de las
modalidades de selección de contratistas del Estado, que sirve para la escogencia de
consultores o proyectos, en la que se utilizan como criterios de selección la experiencia, la
capacidad intelectual y la organización de los proponentes, según sea el caso.
Las Entidades Estatales deben seleccionar sus contratistas a través del concurso de méritos para
la prestación de servicios de consultoría de que trata el numeral 2 del artículo 32 de la ley 80
de1993 y para los proyectos de arquitectura.
Lista corta: Consiste en la precalificación que se haga para adelantar un solo proceso de
Concurso de Méritos. La entidad conformará la lista con un numero plural de precalificados que
no podrá exceder de seis (6) cuando se trate de presentar una propuesta técnica detallada
(PTD), ni de diez (10) cuando se deba presentar una propuesta técnica simplificada (PTS).
En caso de no lograr integrar la lista con al menos dos (2) interesados, la Entidad revisará las
condiciones establecidas y hará los ajustes que considere necesarios en los criterios para su
conformación y dará paso a una nueva convocatoria. En el evento en el que en esta segunda
oportunidad no se logre la conformación de lista corta y se presente sólo un interesado, podrá
llevarse a cabo el proceso, siempre que se cumpla con lo dispuesto en el artículo 90 del Decreto
2474 de 2008 (Adjudicación con única oferta).
Lista multiusos: Consiste en la precalificación que se haga para varios Concursos de Méritos
determinados o determinables, que tengan objeto común o similar, en los que se exija la
presentación de propuestas técnicas.
Sistema de Precalificación: Conformación de una lista limitada de oferentes para uno o varios
procesos de concursos de méritos. El proceso se adelanta con este sistema, cuando la entidad
así lo decida en la etapa de planeación.
Concurso abierto: Es aquel concurso donde todo interesado puede presentar oferta sin que
exista un número límite o alguna precalificación.
¿Cómo puede llevarse a cabo un concurso de méritos? Un concurso de méritos puede llevarse a
cabo mediante la utilización de dos sistemas a saber: a) Concurso con precalificación, con
conformación de Lista Corta, y Lista Multiusos; b) Concurso abierto.
¿En qué consiste un concurso con precalificación? En el concurso con precalificación, las
entidades estatales deben surtir la fase de precalificación que es independiente del trámite del
concurso. Este trámite está previsto en el artículo 63 del Decreto 2474 y se presentará al examinar
el concurso.
El criterio mediante el cual usted puede escoger uno u otro sistema se refiere al tipo de
propuesta técnica que solicite, así: Si solicita una propuesta técnica simplificada (PTS) puede
utilizar cualquiera de los sistemas, Si solicita una propuesta técnica detallada (PTD) solo puede
utilizar el siguiente sistema: Concurso con precalificación, Con conformación de lista corta. En la
selección de proyectos de arquitectura siempre se utilizará el sistema de concurso abierto por
medio de jurados.
Un concurso de méritos con precalificación se adelantará cuando: Usted solicite una propuesta
técnica simplificada (PTS), Usted solicite una propuesta técnica detallada (PTD), mediante la
conformación de una lista corta, Para llevar a cabo el concurso de méritos con precalificación,
usted debe seguir los siguientes pasos:
Comité evaluador.
El Decreto 2474 de 2008, que reglamentó la Ley 1150 de 2007, definió los estudios previos como el
conjunto de documentos que sirven de soporte para la elaboración del proyecto de pliego de
condiciones, de manera que los proponentes puedan valorar adecuadamente el alcance de lo
requerido por la entidad, así como la distribución de riesgos que se propone, ordenando
ponerlos a disposición de los interesados de manera simultánea con el proyecto de pliego de
condiciones.
Deben contener como mínimo los siguientes elementos (El Decreto 2474 de 2008):
La descripción de la necesidad que la entidad estatal pretende satisfacer con la
contratación.
El análisis que soporta el valor estimado del contrato indicando las variables utilizadas para
calcular el presupuesto de la respectiva contratación, así como su monto y el de posibles
costos asociados con el mismo. En el evento en que la contratación sea a precios
unitarios, la entidad contratante deberá soportar sus cálculos de presupuesto en la
estimación de aquéllos. En el caso del concurso de méritos, no publicará el detalle del
análisis que se haya realizado en desarrollo de lo establecido en este numeral. En el caso
del contrato de concesión no se publicará ni revelará el modelo financiero utilizado en su
estructuración.
El soporte que permita la tipificación, estimación y asignación de los riesgos previsibles que
puedan afectar el equilibrio económico del contrato.
2. Aviso de convocatoria.
Los avisos de convocatoria pública deben contener información relacionada con el objeto a
contratar, identificando las cantidades a adquirir; modalidad de selección del contratista; plazo
estimado del contrato; fecha de presentación de la oferta y el lugar y forma de presentación de
la misma; el valor estimado del contrato y la indicación que la Entidad Estatal cuenta con la
disponibilidad presupuestal; mención si la contratación está cobijada por un Acuerdo Comercial;
forma como los interesados pueden consultar los Documentos del Proceso; indicación si hay
lugar a precalificación y sí la convocatoria es susceptible de ser limitada a Mipyme, entre otros
aspectos.
Está vinculado a aquellos documentos que contienen las condiciones de una licitación, un
contrato o un permiso administrativo.
En un Pliego de Condiciones se indica cómo y con qué hay que hacer realidad los proyectos de
obras y servicios que se contratan. En el Pliego que se concuerda y firma, contiene las relaciones
que existirán y que tienen que cumplirse, entre el propietario y el ejecutor de cualquier proyecto,
servicio o concesión administrativa. Este documento debe contener toda la información
necesaria para que el proyecto llegue a buen fin de acuerdo con los planos constructivos del
mismo, indica las condiciones generales del trabajo, la descripción y características de los
materiales a utilizar, los planos constructivos, y la localización de la obra o servicio. También
señala los derechos, obligaciones y responsabilidades de las partes que lo suscriben. Señala así
mismo como se desarrollará el trabajo y como se resolverán los conflictos que puedan surgir.
En estos documentos se especifica la forma en la que se debe desarrollar el proyecto, por lo que
la firma contratada acepta estas cláusulas al presentarse a la licitación en cuestión.
Las partes en las cuales se suele dividir un pliego de condiciones son las siguientes: condiciones
generales (esta parte del documento debe incluir la descripción general del contenido del
proyecto, los criterios o aspectos normativos, legales y administrativos a considerar por las
empresas que intervengan, listado de planos que componen el proyecto, etc., es decir, se
describe el contenido del proyecto a grandes rasgos); especificaciones técnicasdispone de dos
apartados perfectamente diferenciados: 1). Especificaciones de materiales y equipos: deben
estar bien definidos todos los materiales, equipos, máquinas, instalaciones, etc. que se utilizaran
en el proyecto. La definición se hará en función de códigos y reglamentos reconocidos. Las
especificaciones hacen referencia a Normas y Reglamentos nacionales o internacionales.
2). Especificaciones de ejecución: en este apartado del Pliego se hace constar cómo será
realizado el proyecto, es decir, su proceso de fabricación o construcción a partir de los
materiales que serán utilizados; cláusulas administrativas (en este apartado del Pliego se
determina la forma de medir las partes ejecutadas del proyecto, valorarlas y
pagarlas); prescripciones de gestión de los residuos (en este apartado se determina lo
relacionado con el almacenamiento, manejo, separación y, en su caso otras operaciones de
gestión de los residuos de construcción y demolición dentro de la obra).
Sólo las adendas pueden modificar los requisitos de participación establecidas en el Pliego de
Condiciones o su equivalente en mínima cuantía. Según el Decreto 1082 de 2015, en su
2.2.1.1.2.2.1 señala como se pueden realizar modificaciones en los pliegos de condiciones.
Sin embargo, para que la Adenda tenga fuerza vinculante y no afecte la participación de los
proponentes en el proceso de selección, es obligatorio efectuar la publicación en el SECOP con
anterioridad, dando un tiempo prudente para que sea de conocimiento general.
La Entidad Estatal debe ordenar la apertura del proceso de selección, mediante acto
administrativo de carácter general, sin perjuicio de lo dispuesto en las Disposiciones Especiales
para las modalidades de selección.
6. Comité evaluador.
Todo proceso de selección adelantado por las entidades estatales en Colombia, requiere la
conformación de un comité evaluador, a quienes se les atribuye unas funciones específicas, las
cuales no pueden sobrepasar, ya que al extralimitar éstas podrían incurrir en faltas disciplinarias.
Su principal función se encuentra consignada en el artículo 2.2.1.1.2.2.3. del Decreto 1082 de
2015.
Tal como se observa, este comité asesor debe aplicar el procedimiento establecido en el pliego
de condiciones o su equivalente en mínima cuantía para comparar y evaluar de forma objetiva
las propuestas presentadas dentro del proceso de selección.
Éste contiene el estudio objetivo de los documentos presentados por los proponentes, para el
cumplimiento de los requisitos habilitantes y de asignación de puntaje, los cuales son evaluados
desde la óptica jurídica, técnica, financiera, organizacional, económica y de experiencia,
dando como resultado una serie de recomendaciones al representante legal de la entidad
estatal.
7. La Audiencia.
ETAPA PREPARATORIA.
Procedimiento.
Estudios Previos.
Aviso de convocatoria
Pliego de condiciones
Adjudicación
1. SOLICITUD CONTRATACIÓN: la solicitud estaba a cargo del SIGOB (sistema de gestión para
la gobernabilidad) y por el jefe de la área administrativa encargada de la contratación.
2. ESTUDIOS PREVIOS.
3. La descripción de la necesidad que la entidad pretenda
Los estudios deberán ser firmados conjuntamente por los funcionarios pertenecientes a las
siguientes dependencias.
Área técnica
Área de contratos
8. La indicación del lugar en donde se podrán consultar los estudios y documentos, salvo
caso de contratación por urgencia manifiesta no se requieren garantía ni el R.U.P.
1. Etapa pre contractual: La etapa pre contractual, inicia con la elaboración del estudio
previo y termina con la adjudicación del proceso de contratación.
Esta etapa es la base fundamental del proceso de contratación ya que se es allí donde se
establece el insumo para dar inicio a un proceso de contratación.
1. Etapa contractual.
Una vez surtido el proceso de selección, la entidad, elaborará la minuta del contrato.
Perfeccionamiento del contrato: Será el lapso en el cual surgen las obligaciones a cargo de las
partes; Ocurre una vez existe un acuerdo de voluntades que se eleva a escrito y se efectúa el
correspondiente Registro Presupuestal (D. 111/96). La única excepción a esta regla es la
contratación resultante de la urgencia manifiesta.
Acuerdo, concurrencia de voluntades derechos y deberes, realización del objeto del contrato y
demás obligaciones, termina con el término de vigencia pactado, estabilidad de la obra,
sanciones (aplicabilidad de cláusulas excepcionales).
El contrato se perfecciona con la firma de las partes, art. 39 a 41. Ley 80/93.
es importante señalar que el mismo se debe elevar a escrito y debe ser firmado por parte
de la Entidad por la Ordenadora del Gasto y
si se trata de persona jurídica o por la persona natural que demuestra la capacidad para
obligarse.
Ejecución del contrato. Para que el contrato se pueda ejecutar, es necesario haber
agotado las siguientes etapas:
es necesario establecer que las mismas, deben ser concertadas por las partes (Entidad
Estatal y Contratista).
Para que se lleve a cabo la modificación del contrato, esta debe ser solicitada por la
entidad (el supervisor)
en donde se indique de manera clara y precisa las razones o fundamentos que dieron
origen a la misma,
así como la justificación de los factores para llevar a cabo la modificación.
el valor a adicionar no excederá el 50% del valor inicialmente pactado expresado éste en
salario mínimos legales mensuales vigentes.
Es importante señalar que el cesionario, debe tener las mismas o mejores calidades que el
cedente.
III. Etapa postcontractual: Corresponde al período en el cual se evalúan finalmente los resultados
financieros de la ejecución del contrato, y se resuelven los desacuerdos que existieren respecto
de tales resultados.
El contrato ha perdido vigencia, balance técnico y financiero del desarrollo del contrato,
desacuerdo la entidad liquida por AA, Termina con el pago retribución o devoluciones.
Requisitos: Presentes todas las actuaciones surtidas (CT), debe agotarse liquidación bilateral,
debe haberse resuelto reclamaciones y peticiones, declarar siniestro de incumplimiento si fuere el
caso, Liquidación aprobada liquidación contractual informe final de evolución al banco de
proyectos.
Esta etapa inicia con la terminación del contrato y culmina una vez se haya realizado la
liquidación del mismo.
Liquidación: Procede por regla general, en los contratos de tracto sucesivo, es decir
contratos cuya ejecución se prolonga en el tiempo.
De conformidad con lo dispuesto por el artículo 217 del Decreto 019 de 2012,
conforme lo señalado por el artículo 32 de la Ley 1150 de 2007, modificado por el Decreto
en mención.
a que llegaren las partes para poner fin a las divergencias presentadas y poder declararse
a paz y salvo.
en general para avalar las obligaciones que deba cumplir con posterioridad a la extinción
del contrato.
Procesos de selección.
Licitación publica
Selección abreviada
Concurso de méritos
Contratación directa
Urgencia manifiesta.
Concesión, etc.
Para adelantar el proceso de licitación pública se deben tener en cuenta los requisitos ya
estudiados:
Resolución de apertura.
Declaratoria de desierta.
Audiencia de adjudicación.
Los actos y los contratos que tengan por objeto directo las actividades comerciales e
industriales propias de las empresas industriales y comerciales estatales y de las sociedades
de economía mixta.
Los contratos de las entidades, a cuyo cargo se encuentre la ejecución de los programas
de protección de personas amenazadas, programas de desmovilización, reincorporación,
población desplazada, protección de derechos humanos, y la población con alto grado
de exclusión.
Se encuentra regulado por el artículo 16 y siguientes del decreto 734 del 2012 el cual
establece.
Selección abreviada de menor cuantía.
Etapas:
Aviso de convocatoria.
Pliego de Condiciones.
Resolución de apertura.
Comité de evaluación.
Declaratoria de desierta.
Adjudicación.
Selección abreviada Subasta inversa: (Comprende las fases de la menor cuantía) y las siguientes:
Generalidades:
Ficha técnica.
Procedencia de la subasta.
Declaratoria de desierta.
Estudios previos.
Pliego de condiciones.
Informe de Precalificación.
Audiencia de precalificación.
Comité de evaluación.
Declaratoria de desierta.
Adjudicación.
Se acude a esta modalidad por disposición expresa de la ley, cuando se presenta una de las
causales del artículo 2º de la ley 1150/07. Estas causales son:
4. El lugar en el cual los interesados pueden consultar los estudios y documentos previos.
¿Qué es? Es el proceso de selección correspondiente a aquellos contratos cuyo valor sea inferior
al 10% de la menor cuantía de cada entidad, según la definición del numeral 2 del Artículo 2 de
la Ley 1150 de 2.007.
Contratación mínima cuantía. La contratación cuyo valor no excede del 10 por ciento de la
menor cuantía de la entidad independientemente de su objeto, se efectuará de conformidad
con las siguientes reglas:
Se publicará una invitación, por un término no inferior a un día hábil, en la cual se señalará
el objeto a contratar, el presupuesto destinado para tal fin, así como las condiciones
técnicas exigidas.
El término previsto en la invitación para presentar la oferta no podrá ser inferior a un día
hábil. Conocimiento de ofertas en acto público
La comunicación de aceptación junto con la oferta constituyen para todos los efectos el
contrato celebrado, con base en lo cual se efectuará el respectivo registro presupuestal.
Estudios previos para la contratación de mínima cuantía. Art. 2212151 del decreto 1082, la
entidad estatal debe elaborar unos estudios previos que deben contener lo siguiente:
La descripción del objeto a contratar identificado con el cuarto nivel del Clasificador de
Bienes y Servicios.
Procedimiento para la contratación de mínima cuantía. Art. 2212152 del decreto Las siguientes
reglas son aplicables a la contratación cuyo valor no excede del 10% de la menor cuantía de la
entidad estatal, independientemente de su objeto:
La entidad estatal puede exigir una capacidad financiera mínima cuando no hace el
pago contra entrega a satisfacción de los bienes, obras o servicios.
Si la entidad estatal exige capacidad financiera debe indicar cómo hará la verificación
correspondiente.
estos serán contestados por la entidad estatal antes del vencimiento del plazo para
presentar ofertas.
La entidad estatal debe revisar las ofertas económicas y verificar que la de menor precio
cumple con las condiciones de la invitación.
La entidad estatal debe publicar el informe de evaluación durante un (1) día hábil.
(Sic) En caso de empate, la entidad estatal aceptará la oferta que haya sido presentada
primero en el tiempo.
5. Publicación en Secop
10. No RUP.
11. a) Se publicará una invitación, por un término no inferior a un día hábil, en la cual se
señalará el objeto a contratar, el presupuesto destinado para tal fin, así como las
condiciones técnicas exigidas;
12. b) El término previsto en la invitación para presentar la oferta no podrá ser inferior a un día
hábil;
14. d) La comunicación de aceptación junto con la oferta constituyen para todos los efectos
el contrato celebrado, con base en lo cual se efectuará el respectivo registro
presupuestal.(P)
2. La descripción del objeto a contratar identificado con el cuarto nivel del Clasificador de
Bienes y Servicios.
-Objeto
-Condiciones técnicas
-Valor estimado
-La forma como el interesado debe acreditar su capacidad jurídica y la experiencia mínima, si se
exige esta última, y el cumplimiento de las condiciones técnicas exigidas.
Capacidad Jurídica.
1. a) El objeto social de la persona jurídica para efectos de verificar que esté autorizada
para cumplir con el objeto del contrato
3. c) Las facultades del representante legal de la persona jurídica para presentar la oferta y
obligar a la persona jurídica a cumplir con el objeto del contrato
La entidad estatal debe señalar en un acto administrativo la justificación para contratar bajo la
modalidad de contratación directa, el cual debe contener los requisitos establecidos en el
artículo 73.
7. CLAUSULAS EXCEPCIONALES.
Surge un cuarto grupo, constituido por todos aquellos negocios jurídicos que no pertenecen a
ninguno de los grupos anteriores. Tal es el caso del contrato de consultoría, de comodato, de
leasing.
¿Es posible pactar las cláusulas exorbitantes en los contratos que pertenecen a este cuarto
grupo? Para la Sala la respuesta debe ser negativa, por las siguientes razones: De un lado,
porque, como se ha visto, este tipo de poderes requiere, cuando menos, autorización legal para
su inclusión y posterior utilización, debido a la naturaleza que tienen estas prerrogativas-por su
carácter extraordinario e inusual, en relación con el derecho común-, y, de otro, porque el
legislador es el único que puede disponer competencias para la expedición de actos
administrativos en desarrollo de los contratos estatales, actos que, como es sabido, constituyen el
mecanismo de ejercicio de las exorbitancias contractuales. De este modo, en ejercicio de la
autonomía de la voluntad privada no es posible constituir este tipo de poderes, en contratos en
los que la ley no ha impartido autorización expresa, o excluirlos en los que el legislador los ha
previsto como obligatorios.
Salvo las sanciones como multas, cláusula penal y la caducidad, en general no tienen un
efecto punitivo contra el administrado que le colabora en la consecución de los fines del
Estado,
sino que son medios de control para evitar que las entidades públicas tengan obstáculo
jurídico
que les imponga interrupción, retardo o paralización en la continuidad de la actividad,
función o servicio público,
para beneficio del interés común y a su vez en preservación del patrimonio público ya que
impide la violación del principio de economía, susceptible de afectarse por la mora en el
cumplimiento del objeto contratado.
Por tanto, tienen lugar las que permiten la interpretación, modificación y terminación
unilateral (arts. 15, 16 y 17, ley 80/93), incluida la modalidad mas importante, la caducidad
(art. 18, ibídem),
también son pertinentes los poderes sancionatorios de la llamada cláusula penal y las
multas, lo mismo el que le permite hacer efectivas las garantías.
En todo caso también es potestad del contratante proceder a la liquidación unilateral del
contrato
Por tanto, el ejercicio de las potestades excepcionales por las entidades estatales
Los límites temporales que tiene la Administración para la aplicación de las cláusulas
excepcionales en los contratos estatales, son los establecidos por la ley(P).
La facultad del Estado para liquidar unilateralmente el contrato aparece frente al contratista
particular marcada por los fines institucionales que debe cumplir “( ) y
sin perjuicio del derecho que le reconoce la ley de solicitar ante la jurisdicción de lo
contencioso administrativa la nulidad de los actos y la reparación de los daños
antijurídicos.
Estos actos administrativos contractuales, expedidos por la entidad pública contratante durante
la ejecución o cumplimiento o liquidación del contrato (caducidad, terminación, modificación,
interpretación o liquidación), al no ser concebidos sin la existencia del mismo, deben ser
impugnados mediante la acción de controversias contractuales.
En los actos en que se ejerciten algunas de estas potestades excepcionales deberá procederse
al reconocimiento
En los contratos privados, los acuerdos celebrados por las partes muestran un criterio de
igualdad entre las mismas;
Pero esa condición de igualdad que caracteriza al contrato privado se rompe cuando se
trata del contrato administrativo
porque el concepto de igualdad de las partes desaparece en la medida que una de ellas
es pública y
está en un plano de desigualdad superior frente al administrado que interviene en el
contrato y
Las cláusulas exorbitantes constituyen la expresión de prerrogativas que por mandato legal se
otorgan a la Administración,
lo que hace que el principio de igualdad que caracteriza los contratos privados se rompa
y
Si bien es cierto las cláusulas exorbitantes son estipulaciones contractuales, en la medida que
hacen parte del contrato administrativo, constituyen, como lo hemos venido afirmado,
potestades de la Administración dentro del contrato, que en algunos opera por mandato legal,
en la medida en que si no se pactan, se consideran incorporadas al mismo y en otros, sí depende
de la voluntad de las partes, incluirlas o no en el contrato administrativo, ya que es facultativa su
consagración.
Lo anterior nos permite decir que en los contratos administrativos existen dos clases de cláusulas:
las que provienen del acuerdo de las partes y las que se derivan de la ley,(P) en la medida
que obligan a su inclusión en el contrato;
las primeras son las típicas cláusulas contractuales, ya que su naturaleza está determinada
por la voluntariedad de quienes intervienen en el contrato administrativo y
que están referidas principalmente al objeto del contrato y a la ejecución del mismo y
Así las cosas, es viable decir, con el profesor Escobar Gil, que lo que comúnmente se
llaman cláusulas excepcionales
el cual se justifica por los fines de interés general que se persiguen con la contratación
estatal;
También se ha estimado que las cláusulas exorbitantes son la estipulación legal del contrato del
estado, que rompe la igualdad típica del acuerdo de voluntad regido por normas de Derecho
privado, para establecer precisa prerrogativa transitoria y unilateral a favor de la entidad pública
contratante.
cuyo fin último es la prestación adecuada del servicio y el cumplimiento de los fines del
Estado.
Potestades que están incluidas en unas cláusulas, de forma expresa o de forma tácita
dependiendo del tipo de contrato o dependiendo de la potestad a la que hagamos
referencia.
Así las cosas, las cláusulas exorbitantes del contrato estatal son aquellas disposiciones
contractuales que otorgan potestades en favor de las entidades estatales, que quiebran
el principio de igualdad entre las partes del contrato para el logro de los fines del Estado, y
cuya aplicación está conferida a la entidad contratante, sin necesidad de previa
declaración judicial.
Las potestades excepcionales están consagradas en la ley “con el exclusivo objeto de evitar la
paralización o afectación grave de los servicios públicos a su cargo y asegurar la inmediata,
continua y adecuada prestación de los mismas”, al tenor de lo expresamente consagrado en el
artículo 14 de la Ley 80 de 1993.
En tal virtud, puede desde ya definirse que ni las multas, ni la cláusula penal pecuniaria, (P) son
potestades excepcionales,
pues están excluidas del señalamiento taxativo realizado por el artículo 14 de la Ley 80 de
1993, y
por su carácter excepcional existe sólo una oportunidad improrrogable para su ejercicio;
Tienen elementos extraños a los contratos de carácter civil y comercial que puedan regir
entre particulares;
En este punto es menester recordar que, el contrato estatal, al igual que el contrato en
general,
es un acuerdo de voluntades que está encaminado a crear obligaciones, y que como tal,
del mismo se puede predicar
que en su contenido también incorpora una serie de elementos que son de la esencia, de
la naturaleza y accidentales, tal y como lo expresa el artículo 1501 del Código Civil.
lo mínimo que las partes deben declarar para precisar el interés que pretenden desarrollar
jurídicamente, y el sentido en que quieren hacerlo” (Ospina, 2000);
muy a pesar de que las mismas no se mencionen en el texto del acto jurídico,
mientras que los elementos accidentales están constituidos por aquellas cláusulas del
contrato que se deben pactar en el contrato
para que sean entendidas como parte del mismo, o en otras palabras,
son “los pactos que varían los efectos subsidiarios normales establecidos por la ley según la
naturaleza del acto en cuestión” (Ospina, 2000).
Es en este sentido que, las cláusulas exorbitantes del contrato estatal pueden ser de dos
clases, o de la naturaleza del contrato, o accidentales,
o que la ley considere que es necesario que se indiquen en el texto del acto jurídico para
que puedan tener efectos.
Pero para determinar cuáles son las cláusulas exorbitantes de la naturaleza del contrato y
cuáles son las cláusulas exorbitantes accidentales,
lo primero debe ser determinar cuáles son las cláusulas exorbitantes con base en las
características mencionadas anteriormente.
La doctrina ha sido muy unánime en determinar que existen ciertas cláusulas que son
consideradas como potestades excepcionales del Estado o cláusulas exorbitantes,
dichas potestades se harán efectivas siempre que las partes no lleguen al acuerdo
respectivo,
sin intentar primero interpretar o modificar el contrato de la misma forma que se hace en
el derecho común, por acuerdo entre las partes del contrato.
Ahora, por disposición expresa del inciso segundo del numeral segundo del artículo 14 de
la ley 80 de 1993, que preceptúa que
“en los casos previstos en este numeral, las cláusulas excepcionales se entienden
pactadas aun cuando no se consignen expresamente”
elementos de la naturaleza del contrato estatal, aclarando eso sí, que la ley ha
exceptuado a ciertos contratos que, si bien son estatales, no le son aplicables las
mencionadas cláusulas.
Las cláusulas excepcionales de multa y cláusula penal de cobro directo, deben entenderse
como un elemento accidental del contrato estatal, toda vez que su no incorporación en el texto
del contrato les niega toda efectividad.
Estas cláusulas se deben pactar cuando el contrato tenga por objeto el ejercicio de una
actividad que constituya un monopolio estatal,
Las entidades pueden pactar estas cláusulas en los contratos de suministro y en los de
prestación de servicios.
En los contratos de explotación y concesión de bienes del Estado, se debe incluir también
la cláusula de reversión.(P)
En primer lugar, es del caso señalar que como lo ha venido sosteniendo la doctrina,
los contratos de concesión son aquellos que celebran las entidades estatales con el
objeto de otorgar a una persona llamada concesionario,
puede tener por objeto la construcción, explotación o conservación total o parcial de una
obra destinadas al servicio o uso público;
Según la ley, se actúa bajo el control del ente concedente, lo que implica que siempre
existirá la facultad del ente público de
Esta facultad es de origen constitucional, por cuanto según el artículo 365 de la Carta,
Esto implica que en el contrato de concesión, deben distinguirse los aspectos puramente
contractuales (que son objeto del acuerdo de las partes), de los normativos del servicio
(que corresponden siempre a la entidad pública).
El concesionario debe asumir, así sea parcialmente, los riesgos del éxito o fracaso de su
gestión, y por ello obra por su cuenta y riesgo.
Al respecto, v.gr., la Ley 105 de 1993 dispone que para recuperar la inversión en un
contrato de concesión, se podrán establecer peajes o valorización.
Según la misma ley, los ingresos que produzca la obra dada en concesión serán en su
totalidad del concesionario,
hasta tanto éste obtenga dentro del plazo establecido en el contrato, el retorno del
capital invertido.
Dada la naturaleza especial del contrato de concesión, existen unas cláusulas que son de
la esencia del contrato,
“Al tenor de lo preceptuado por el artículo 1618 del Código Civil, debe estarse a la intención de
los contratantes iniciales, lo cual vincula a los concesionarios del contrato. Esa intención es clara
en el sentido de que a la terminación del contrato todos los bienes destinados a la explotación
de ese campo, revertirán al Estado” (Consulta del 3 de febrero de 1994 de la Sala de Consulta y
Servicio Civil. Consejero Ponente: Dr. Humberto Mora Osejo).
La reversión implica, pues, por la naturaleza del contrato de concesión, que al finalizar el término
de la explotación o concesión, los elementos y bienes directamente afectados a la misma y
colocados por el contratista para la explotación o prestación del servicio, se transfieran por parte
del concesionario al Estado -que como es obvio, siempre tendrá la calidad de entidad
contratante-, sin que por ello ésta deba efectuar compensación alguna.
Esta cláusula, muy a pesar de que la ley 80 de 1993 indique que la misma es exorbitante, o
potestad excepcional del estado, es evidente que no lo es, ya que con dicha cláusula sólo se
consagra una norma procesal que fija jurisdicción; no admite ser declarada por la
administración, ni se deriva de la ejecución o no ejecución del contrato.
C). La caducidad:
equivale a un juzgamiento que efectúa una de las partes del mismo, la entidad estatal,
respecto del comportamiento de la otra parte del negocio jurídico,
“Cuando la entidad estatal declara la caducidad del contrato por incumplimiento del
contratista,
debe establecer la existencia de los hechos constitutivos del mismo, y ésta será la
motivación del acto administrativo respectivo;
que ésta puede concretar y volver realidad con su sola declaración, sin necesidad de
recurrir al juez del contrato para obtener su pronunciamiento.
Desde el punto de vista doctrinal hay un criterio genérico para señalar que la caducidad
es la facultad que tiene la Administración para dar por terminado un contrato, por la
ocurrencia de uno de los hechos previstos por la ley -y antes también por el contrato -,
ya sea por culpa imputable al contratista o por simples acontecimientos que no obstante
se refieren a éste, no constituyen incumplimiento del mismo.
En el contrato celebrado por la Administración existía un plazo de ejecución, que una vez
transcurrido permitía conocer el real cumplimiento del mismo; y otro plazo para su liquidación,
siendo este último el que terminaba jurídicamente el contrato y durante el cual, por tanto, podía
la entidad pública sancionar al contratista con la caducidad del contrato, pues en esta etapa se
encontraba aún vigente y, por ende, no estaba ausente la potestad de autotutela para declarar
su incumplimiento. El carácter sancionatorio que reviste la declaratoria de caducidad del
contrato estatal es algo que no puede ponerse en duda, ya que no sólo significa el
aniquilamiento del contrato sino que comporta para el contratista la inhabilidad para celebrar
contratos durante cinco (5) años (art. 8 lit c) ley 80 de 1993
Que ese incumplimiento afecte de manera grave y directa la ejecución del contrato, y
Que se evidencie que ese incumplimiento y afectación grave del contrato, pueden
conducir a su paralización.
Por colaboración con grupos al margen de la Ley. Ley 104 de 1993, art. 82.
El plazo ordinario o de ejecución tiene como finalidad establecer cuándo debe dársele
cumplimiento a la obligación en forma oportuna y en las condiciones pactadas, es decir, mirar la
exigibilidad de la obligación.
Si la prestación se ejecuta en la forma y término debidos no existiría razón válida para declarar
de caducidad, de modo que, un acto administrativo proferido en tales condiciones se
encontraría viciado de nulidad por falsa motivación.
No obstante, se debe precisar que la facultad de declarar la caducidad del contrato pierde
eficacia cuando cualquiera de las partes intervinientes acude al juez del contrato para obtener
la resolución o la terminación del mismo, pues a partir de este momento cualquier diferencia que
exista debe ser solucionada por la jurisdicción.
También sobre este tema, la Corte ha consolidado desde sus inicios una clara doctrina,
resaltando que para tener esa calificación el perjuicio que se teme debe tener varias
características, reiteradas de manera uniforme en innumerables pronunciamientos,
destacándose entre ellas la inminencia del daño, su gravedad, la urgencia y la
impostergabilidad de las medidas necesarias para conjurarlo.
Es el tema de la caducidad del contrato uno de los más controvertidos dentro de los aspectos
sustanciales que regulan la contratación de la administración, no sólo por considerarse como la
máxima expresión de la superioridad del estado frente al particular que entra en relación con
éste con ocasión de la realización de una obra o la prestación de un servicio público, sino
porque además, aún el tratamiento administrativo a que se somete dicha facultad no es
definido, en muchos aspectos fundamentales que miran a su regulación, como es aquel al cual
nos referiremos luego, relativo al momento apropiado para su declaración, en forma que se
cumpla el objeto previsto con la caducidad y se eviten sus abusos con el consiguiente perjuicio
al contratista que lo aboca, en la mayoría de las veces, a la quiebra por la actuación inconsulta
de la Administración.
A nadie escapa que la máxima sanción que se pueda imponer a un contratista durante el
desarrollo de la relación obligacional, es declararle la caducidad, sanción que no sólo hace
exigible la cláusula penal pecuniaria, sino que además inhabilita al contratista para contratar
con el estado y lo coloca en condiciones de descrédito que lo conducen finalmente a la
quiebra. Por eso, no era claro que pudiera aplicarse la mencionada sanción, por ejemplo, en los
casos de la muerte o de la incapacidad del contratista, donde no cabe duda que en esos
hechos no interviene su voluntad dirigida a incumplir sus obligaciones.
Hoy en día, por disposición de la Ley 80 de 1993, la causal que justifica la imposición de la
medida,
sólo es el incumplimiento de las obligaciones por parte del contratista, pero no cualquier
incumplimiento,
sino el que afecte de manera grave y directa la ejecución del contrato y evidencie que
puede conducirá la paralización del contrato.
conducta que no sólo da lugar a la terminación del vínculo, sino a que el mismo sea
condenado al pago de las indemnizaciones
salvo que se considere que el monto de la cláusula penal es suficiente para indemnizar los
perjuicios.
Definición: Para ubicar en una forma precisa el tema es perentorio saber qué se entiende por
caducidad.
Desde el punto de vista doctrinal hay un criterio genérico para señalar que la caducidad es la
facultad que tiene la administración para dar por terminado un contrato, por la ocurrencia de
uno de los hechos previstos por la ley -y antes también por el contrato-, ya sea por culpa
imputable al contratista o por simples acontecimientos que no obstante se refieren a éste, no
constituyen incumplimiento del mismo.
Que ese incumplimiento afecte de manera grave y directa la ejecución del contrato, y
Que se evidencie que ese incumplimiento y afectación grave del contrato, pueden
conducirá su paralización.
que afecten de manera grave y directa la ejecución del contrato y evidencie que puede
conducir a su paralización,
c). Otras causales: No obstante, a pesar de que la Ley 80 de 1993, redujo a una sola causal la
declaratoria de caducidad, existen dentro de la legislación otras causales aisladas que conviene
mencionar: 1. Por colaboración con grupos al margen de la ley art. 82 de la ley 104/93; 2. Por
alcances fiscales art. 86 ley 42/93; 3. Por no protección a la ingeniería nacional ley 64/78; 4. Por
no prorrogar la garantía del contrato; 5. Por mora en el pago de las obligaciones para fiscales ley
789/02.
Pues aunque mediante ambos poderes puede la entidad dar por terminado el contrato,
en la terminación unilateral
no se dan las sanciones que se imponen por la caducidad ya que ésta supone un
incumplimiento del contratista (P).
Son razones de oportunidad y conveniencia las que llevan a su declaración y así lo declaró el
Consejo de Estado en providencia del 6 de septiembre de 1974.
Cuando las exigencias del servicio público lo requieran o la situación de orden público lo
imponga;
Por cesación de pagos, concurso de acreedores o embargos judiciales del contratista que
afecten de manera grave el cumplimiento del contrato.
parece que se estuviera frente a una norma imperativa. Para ello, tal como se hizo al
hablar de la caducidad,
se debe analizar cada causal, teniendo en cuenta que ellas son las que servían de
fundamento para la “rescisión” -terminación en nuestro medio del contrato.
En dicho acto se debe indicar la compensación a favor del contratista, cuando ella proceda.
Por eso la ley ordena que en los actos en que se ejerciten las potestades excepcionales deberá
procederse al reconocimiento y orden de pago de las compensaciones e indemnizaciones a
que tengan derecho las personas objeto de tales medidas y se aplicarán los mecanismos de
ajuste de las condiciones y términos contractuales a que haya lugar, para mantener la ecuación
o equilibrio inicial del contrato.
No obstante, la Ley 643 de 2001 sobre la explotación de juegos de suerte y azar ha consagrado
la terminación unilateral del contrato de concesión sin indemnización para el contratista, cuando
valorada la gestión y eficiencia de los concesionarios, públicos o privados, la calificación es
insatisfactoria.
permite que cuando durante la ejecución del mismo surjan discrepancias sobre la
interpretación de sus estipulaciones,
que puedan conducir a la paralización o a la afectación grave del servicio público que se
pretende satisfacer con el objeto contratado,
4. La modificación unilateral
El contrato regulado por el régimen privado es, por naturaleza, inmutable por una sola de las
partes, sólo puede variarse dentro del ámbito de la autonomía de la voluntad, por acuerdo entre
ellas; es ajeno a él que una de las partes pueda modificarlo sin el consentimiento de la otra, pues
el contrato es Ley para las partes. Por el contrario, en el régimen público, el contrato adolece de
esa característica, pues la entidad puede introducir modificaciones al acuerdo contractual, en
ejercicio del poder de control y dirección y en razón del interés general, para lograr la ejecución
idónea del objeto contratado. Es lo que en el lenguaje doctrinal se conoce como el ius variandi
que no es más que una manifestación de los poderes de la Administración, que le permiten
obtener la ejecución oportuna y adecuada del contrato.
De ahí que si durante la ejecución del contrato y para evitar la paralización o la afectación
grave del servicio público que se deba satisfacer con él, fuere necesario introducir variaciones en
el contrato y previamente las partes no llegan a un acuerdo, la entidad estatal, a través de acto
administrativo motivado, puede modificarlo mediante la supresión o adición de obras, trabajos,
suministros o servicios (art. 16), pero haciendo el reconocimiento económico al contratista, por las
compensaciones e indemnizaciones a que tenga derecho (art. 14, inc. 2o).
Sin embargo, el legislador ha previsto la renuncia del contratista en los casos en que esa
modificación supere ciertos topes, pues no cabe duda que la posibilidad de introducir
modificaciones en forma unilateral al contrato, genera un grado de inestabilidad al contratista
que lo induce a terminar la relación, por lo cual se ha previsto la posibilidad de que éste desista
de su ejecución, cuando el monto de la modificación supere el 20% del valor del contrato, caso
en el cual, para evitar la paralización y afectación grave del servicio, la entidad debe adoptar
las medidas que garanticen la ejecución del contrato modificado, evitando que el contratista
tenga que acudir a la acción judicial, como ocurría en el Derecho argentino donde se
consideraba la variación en este porcentaje como causal para que el contratista acudiera ante
el Juez. En este sentido, expresa el inciso 2° del artículo 16 citado: “Si las modificaciones alteran el
valor del contrato en un veinte por ciento (20%) o más del valor inicial, el contratista podrá
renunciar a la continuación de la ejecución. En este evento, se ordenará la liquidación del
contrato y la Entidad adoptará de manera inmediata las medidas que fueren necesarias para
garantizar la terminación del objeto del mismo“.
Síntesis:
Debemos partir del desarrollo que ha tenido la contratación pública para entender la secuencia
que actualmente tiene este ejercicio, posterior a la reforma de la ley 80 de 1993. Para ello es
necesario conocer previamente, algunas definiciones, postulados jurídicos y antecedentes
alrededor de este término.
En Colombia, como en muchos otros países, existe un régimen jurídico especial para esos
contratos. De este régimen justamente nos ocuparemos a continuación, presentando
inicialmente las principales etapas históricas de la contratación estatal, para profundizar luego
en el estatuto vigente sobre la materia.
Así mismo, es preciso hacer mención de la ley 167 de 1941, antiguo Código Administrativo, que
dedicó uno de sus capítulos a los “Contratos de la administración” y las leyes 4 de 1964 y 36 de
1966 sobre contratos de obra pública.
Segunda época. Esta se iniciaría, a nuestro modo de ver las cosas, con la expedición del
decreto 528 de 1964, de la reforma judicial de ese año, porque radicó en la jurisdicción de lo
contencioso-administrativo el conocimiento de los litigios emanados de contratos administrativos.
Ello permitió el desarrollo jurisprudencial desde el punto de vista del derecho público, y no desde
el ángulo del derecho civil que aplicaba la Corte cuando era de su órbita dicha competencia.
Ejemplo de esto la sentencia 12 de abril de 1935 de la sala de negocios generales de la Corte
Suprema de Justicia, en la cual se afirmaba: “La nación al contratar, queda sometida a las
prescripciones del derecho común que gobiernan los contratos, siendo una de ellas la del
artículo 1602 del Código Civil”.
Tercera época. Este tercer período de la contratación administrativa inicia con la expedición del
decreto-ley 150 de 1976, cuyo mérito mayor fue sin duda el de lograr compilar, mediante un gran
esfuerzo de síntesis, toda la legislación anterior en un solo estatuto.
Igualmente, el artículo 16 de la misma norma prevé que para evitar afectación grave del servicio
respectivo, la entidad puede mediante acto motivado disponer la supresión o adición de obras,
trabajos, suministros o servicios, pero si las modificaciones alteran el valor del contrato en un 20
por ciento o más de su valor inicial, el contratista puede renunciar a la continuación de la
ejecución, caso en el cual se liquidará el contrato.
Este estatuto fue criticado por: El cúmulo de disposiciones allí contenidas y la precaria celeridad;
excesivos controles establecidos para determinados contratos, los que generaron parálisis
administrativa, con la consecuente desatención del servicio público y de las necesidades
básicas de la comunidad. Entre los formalismos administrativos se encontraba la revisión de
determinados contratos por parte del Consejo de Estado y de los Tribunales Administrativos, la
aprobación del Ministro o Jefe del Departamento Administrativo correspondiente cuando se
trataba de los contratos de los establecimientos públicos nacionales que excedían de una
determinada cuantía, y la obtención de concepto favorable del Consejo de Ministros, que por su
carácter de previo y obligatorio, extensivo a las entidades descentralizadas de los distintos entes
territoriales llegó a impedir no sólo el perfeccionamiento sino su ejecución, especialmente en el
contrato de obra pública.
Quinta época. La ley 80 de 1993. Es otra etapa en la materia. En sustitución del decreto-ley 222
de 1983, el Congreso de la República expidió esta reglamentación legal que rige los contratos
que suscriban las entidades estatales, con el objeto de dar cumplimiento a los fines de la
administración, la continua y eficiente prestación de los servicios públicos y la efectividad de los
derechos e intereses de los administrados.
Este estatuto de contratación, con el objeto de superar la lenta tramitación de los contratos que
suscribía la administración, suprimió trámites y requisitos que impedían el desarrollo de una
administración eficiente de la cosa pública.
Por eso, la divulgación del Estatuto es de especial trascendencia para la correcta gestión y
ejecución de los recursos públicos en todas las instancias que tengan esta competencia. Por
tanto, se generaron responsabilidades fiscales, disciplinarias y penales en contra de los
administradores que por ignorancia, impericia o desconocimiento, efectuaren ejecución de
recursos por fuera de los parámetros normativos dispuestos para tal fin.
-Consigna unas normas y principios generales para todas las entidades estatales de todos los
niveles, por lo que se considera universal, facilitando que la gestión de la administración pública
sea ágil y eficiente.
-Autonomía de la voluntad establecida entre las partes, bajo un contrato estatal legalmente
celebrado lo cual constituye una ley que se debe acatar y cumplir. Dentro del contrato se
pueden incluir todas las condiciones convenientes, si no son contrarias a la Constitución Política,
las leyes y al mismo Estado colombiano.
-La inclusión de cláusulas extraordinarias o excepcionales, ya que una de las partes actúa con el
objeto de satisfacer el bien público (el contratista).
Sexta época. Está constituida a partir de la ley 1150 de 2007 que introdujo reformas a la ley 80 de
1993 con miras a la eficiencia y la transparencia en la contratación con recursos públicos. Nos
referiremos a ella precisando en el recorrido de este capítulo, los cambios más destacados que
la citada reforma realizó a la ley 80 de 1993.
El código civil, en su art. 1495 precisa lo que es el contrato, confundiendo el concepto de
contrato con obligación, cuyo contenido está formado por prestaciones de dar, hacer o no
hacer. Esta deficiencia fue corregida en el estatuto mercantil que en el art. 864, define el
contrato como: un acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir entre ellas
una relación jurídica patrimonial.
a). Principio de la buena fe. Art. 83: “Las actuaciones de los particulares y de las autoridades
públicas, deberán ceñirse a los postulados de la buena fe, la cual se presumirá en todas las
gestiones que aquellos adelanten ante estas”.
b). Supresión de requisitos administrativos adicionales a los de ley. Art. 84: “Cuando un derecho
o una actividad hayan sido reglamentados de manera general, las autoridades públicas no
podrán establecer ni exigir permisos, licencias o requisitos adicionales para su ejercicio”.
c). Responsabilidad extracontractual del Estado. Art. 90: “El Estado responderá patrimonialmente
por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las
autoridades públicas. En el evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de
uno de tales daños, que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa
de un agente suyo, aquél deberá repetir contra éste”.
d). Responsabilidad de los servidores públicos. Art. 124: “La ley determinará la responsabilidad de
los servidores públicos y la manera de hacerla efectiva”. (Leyes 190 de 1995: Estatuto
Anticorrupción y 734 de 2002: Código Disciplinario Único).
e). Incompatibilidades de los servidores públicos. Art. 127: “Los servidores públicos no podrán
celebrar, por sí o por interpuesta persona, o en representación de otro, contrato alguno con
entidades públicas o con personas privadas que manejen o administren recursos públicos, salvo
las excepciones legales …”.
f). Principios de la función pública. Art. 209: “La función administrativa está al servicio de las
intereses generales y se desarrollará con fundamento en los principios de igualdad, moralidad,
eficacia, economía, imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la delegación y
la desconcentración de funciones…”
g). Iniciativa privada y empresa. Art. 333: “La actividad económica y la iniciativa privada son
libres, dentro de los límites del bien común, para su ejercicio nadie podrá exigir permisos previos ni
requisitos, ni autorización de la ley. La libre competencia económica es un derecho de todos que
supone responsabilidades…”.
h). Prestación de servicios públicos estatales. Art. 365: “Los servicios públicos son inherentes a la
finalidad social del Estado. Es deber del Estado asegurar su prestación eficiente a todos los
habitantes del territorio nacional. Los servicios públicos estarán sometidos al régimen jurídico que
fije la ley, podrán ser prestados por el Estado, directa o indirectamente, por comunidades
organizadas o por particulares…”
Este Estatuto tiene carácter preferencial frente a otras normas sobre la materia, con excepción
de normas orgánicas o estatutarias, y sus puntos más sobresalientes son los que a continuación se
señalan.
Con absoluta claridad el estatuto contractual precisa que la administración celebra bajo la
denominación de contratos estatales, tanto los contratos previstos en el derecho común regidos
por dichas normas, como los contratos regidos por normas especiales de derecho público y los
que la propia ley señala, enunciando entre otros, los contratos de obra, de consultoría, de
concesión y de prestación de servicios.
Bajo el decreto 222 de 1983, la clasificación dual de los contratos, administrativos los unos y de
derecho privado de la administración los otros, se desvirtuó. En la práctica, a los segundos se les
incluyeron las cláusulas exorbitantes de caducidad, terminación, modificación e interpretación
unilateral, convirtiéndolos, por esta razón, en contratos administrativos.
En efecto, la ley 80 de 1993 ha denominado contratos estatales todos los contratos que celebre
la administración, y todos se encuentran regidos por el interés general y por el cuidado de los
recursos públicos, así como por el principio de la autonomía de la voluntad.
En consecuencia, la ley 80 de 1993 rige para todos los órdenes de la administración, ya sea el
nacional o el territorial.
Es conveniente señalar que la ley 1150 de 2007, reformatoria de la ley 80 de 1993, se refiere a la
contratación con recursos públicos.
El estatuto contractual, por su parte, en el art. 32 define el contrato estatal (CTE), como: “todos
los actos generadores de obligaciones que celebren las entidades a que se refiere el presente
estatuto, previstos en el derecho privado o en disposiciones especiales, o derivados del ejercicio
de la autonomía de la voluntad (…)“. Esta definición no incluye un elemento del contrato como
lo es la consensualidad (P), pues el contrato necesariamente nace de un acuerdo de voluntades
y no de cualquier acto generador de obligaciones. El concepto de “acto generador de
obligaciones“, en cambio, comprende todas las manifestaciones de voluntades que se
exteriorizan e interesan al orden jurídico, tanto los actos o negocios jurídicos unilaterales como las
convenciones, de las cuales el contrato es solo una especie.
La ley 80\93, también se aplica los actos unilaterales, como son las licencias art. 33 a 37.
La norma acabada de relacionar, resulta aún más confusa al mencionar que el concepto de
contrato estatal comprende los actos derivados de la autonomía de la voluntad, pues, cual
puede ser está tratándose de la administración pública?, será la misma autonomía de la
voluntad privada? Posiblemente si, bajo los presupuestos de las actuaciones públicas, es decir,
como una actividad reglada.
La autonomía de la voluntad privada es un poder reconocido a los particulares para regular sus
relaciones jurídicas que se proyecta en la libertad de contratar o no contratar; libertad de
escoger con quien; libertad de determinar el contenido de la disposición entre otras.
En este sentido, nada impide que el estado al discutir el contenido del contrato acuerde
libremente las reglas a las que ha de someterse para su cumplimiento, por encima de las normas
de carácter supletivo y de la costumbre mercantil, siempre que en sus actuaciones busque la
realización de sus propios fines, definidos en la constitución política y la ley.
De la misma manera, el art. 40 del estatuto contractual prescribe que las entidades estatales
podrán celebrar todo tipo de contratos y de acuerdos que se requieran para el cumplimiento de
los fines estatales, si es del caso, celebrar también contratos atípicos, e incluir en los mismos todas
“las modalidades, condiciones y, en general, las cláusulas o estipulaciones que las partes
consideren necesarias y convenientes, siempre que no sean contrarias a la constitución, la ley, el
orden público y a los principios y finalidades de esta ley y a los de la buena administración“
La actividad contractual del estado sigue siendo esencialmente reglada, tanto en relación con
el proceso de formación de la voluntad del ente público, como en su manifestación externa. Ej.,
la apertura del proceso de selección, la elaboración de pliegos de condiciones, la presentación
y evaluación de las propuestas o la formalización del contrato, aspectos que pueden llevar a
que se declare nulo el contrato en caso de que se omita el cumplimiento de lo prescrito para tal
efecto.
El parágrafo del art. 32 de la ley 80\93, ha previsto que los contratos que celebren los
establecimientos de crédito, las compañías de seguros y las demás entidades financieras de
carácter estatal, que correspondan al giro ordinario de los negocios propios de su objeto social,
no estarán sujetos a esta ley, sino a las disposiciones legales y reglamentarias aplicables a las
mencionadas actividades.
Con el mismo criterio que se adoptó para las entidades financieras, el legislador excepciono de
la aplicación del estatuto de contratación a las empresas de servicios públicos domiciliarios. Al
respecto la corte constitucional declaro ajustadas a la carta las disposiciones que consagran el
régimen excepcional de contratación de las empresas dedicadas a estas actividades, aun
cuando fueran de naturaleza estatal, por considerar que son un desarrollo de los art. 365 a 367 y
no del inciso final del art. 150, lo cual permite considerar que el carácter especial de estos
contratos no está simplemente en la voluntad del legislador sino, que incluso, es propio del
marco constitucional previsto para los servicios públicos domiciliarios. C-066\97.
5. Contratos regulados.
Los contratos regulados por el estatuto contractual son los celebrados por las entidades
relacionadas en el artículo 2o de la ley 80\93 modificada por la ley 1150/07 y compiladas por el
decreto 734/12.
La Nación, las regiones, los departamentos, las provincias, el distrito capital y los distritos
especiales, las áreas metropolitanas, las asociaciones de municipios, los territorios indígenas y los
municipios; los establecimientos públicos, las empresas industriales y comerciales del Estado, las
sociedades de economía mixta en las que el Estado tenga participación superior al cincuenta
por ciento (50%), así como las entidades descentralizadas indirectas y las demás personas
jurídicas en las que exista dicha participación pública mayoritaria, cualquiera sea la
denominación que ellas adopten, en todos los órdenes y niveles.
ii). Autonomía de la voluntad. Esta se concede a los servidores públicos para el cumplimiento de
los objetivos encomendados a la entidad estatal, confiriendo autonomía pero en el marco de un
estricto régimen de responsabilidades, respetando normas imperativas y de aspectos cómodos:
competencia, presupuestos de selección, potestades excepcionales de derecho público.(P)
iv). Universalidad del estatuto. Su aplicación se extiende a todos los niveles de la administración,
esto es porque los imperativos de interés general, la presencia de recursos públicos, el principio
de la autonomía de la voluntad, las reglas y principios que la ley desarrolla determinan que
estatuto contractual sea de aplicación general, tiene fundamento constitucional en el inciso final
del art. 150 que confiere al congreso la facultad de expedir un estatuto general de contratación.
v). Supresión de trámites y requisitos. Esta supresión está justificada por el contenido de principios
del nuevo estatuto, en especial por el de economía, suprimiendo los pasos que no se impida la
gestión de las entidades y no dificulten la ejecución adecuada y operativa del objeto
contractual, como consecuencia de esto se prohíbe la exigencia de sellos autenticaciones y de
formalidades no previstas expresamente en la ley. Se eliminan todas las aprobaciones y revisiones
administrativas posteriores que actualmente rigen y que únicamente retardan el proceso
contractual.
Objeto de la ley: Introducir modificaciones a la ley 80 de 1993. Mejorar la eficiencia y hacer más
transparente la contratación pública.
i). De las modalidades de selección. La escogencia del contratista se efectuará con arreglo a las
modalidades de selección de licitación pública, selección abreviada, concurso de méritos y
contratación directa, con base en las siguientes reglas:
a). Licitación pública. La escogencia del contratista se efectuará por regla general a través de
licitación pública, con las excepciones que se señalan en los numerales 2, 3 y 4 del artículo 2º de
la ley 1150/07.
Cuando la entidad estatal así lo determine, la oferta en un proceso de la licitación pública podrá
ser presentada total o parcialmente de manera dinámica mediante subasta inversa, en las
condiciones que fije el reglamento.
b). Selección abreviada. La Selección abreviada corresponde a la modalidad de selección
objetiva (P) prevista para aquellos casos en que por las características del objeto a contratar, las
circunstancias de la contratación o la cuantía o destinación del bien, obra o servicio, puedan
adelantarse procesos simplificados para garantizar la eficiencia de la gestión contractual.
De conformidad con las condiciones que señale el reglamento, en desarrollo de estos procesos
de selección, las propuestas técnicas o de proyectos podrán ser presentadas en forma anónima
ante un jurado plural, impar deliberante y calificado.
La entidad deberá justificar de manera previa a la apertura del proceso de selección de que se
trate, los fundamentos jurídicos que soportan la modalidad de selección que se propone
adelantar.
El procedimiento aplicable para la ejecución de cada una de las causales a que se refiere el
numeral 2° del artículo 2º de la ley 1150/07, deberá observar los principios de transparencia,
economía, responsabilidad:
Las entidades estatales no podrán exigir el pago de valor alguno por el derecho a participar en
un proceso de selección, razón por la cual no podrán ser objeto de cobro los pliegos de
condiciones correspondientes.
Estos principios deben ser tenidos en cuenta por los órganos de control y el departamento
nacional de planeación, al momento de evaluar el desempeño de las entidades y organismos
administrativos y al juzgar la legalidad de la conducta de sus servidores públicos en el
cumplimiento de sus deberes constitucionales, legales y reglamentarios; garantizando en todo
momento que prime el interés general sobre el particular.
En las entidades públicas de cualquier orden se tendrá un control interno que obliga a diseñar y
aplicar métodos y procedimientos, a través de la coordinación de sus actuaciones para el
adecuado cumplimiento de los fines del estado (Art. 209 y 269 C.N).
Son principios especiales y legales que se deben observar en el proceso de la contratación, los
siguientes:
En los pliegos de condiciones se estipularan: Los requisitos objetivos necesarios para participar en
el correspondiente proceso de selección; se definirán reglas objetivas, justas, claras y completas
que permitan la confección de ofrecimientos de la misma índole, aseguren una escogencia
objetiva y eviten la declaratoria de desierta de la licitación; y se definirán con precisión las
condiciones contractuales.
Por regla general, salvo expresa excepción, la escogencia del contratista se efectuaba
mediante el proceso de licitación o de concurso público. Los interesados podían conocer y
controvertir las actuaciones administrativas, las cuales a su vez eran públicas. Los actos
administrativos, salvo los de trámite, eran motivados. El desarrollo de este principio es regulado
ahora por el artículo 2° de la ley 1150 de 2007, ley que a su vez derogó el numeral 1 y el
parágrafo 1° del artículo 24 de la ley 80 de 1993.
La Ley 1150 de Julio 16 de 2007″ por medio de la cual se introducen medidas para la eficiencia y
la transparencia determinó varias modalidades para la selección o la escogencia del contratista
a saber: licitación pública; selección abreviada; concurso deméritos; contratación directa.
Conforme la ley, se entiende por licitación pública, el procedimiento mediante el cual la entidad
estatal formula públicamente una convocatoria para que, en igualdad de oportunidades, los
interesados presenten sus ofertas y seleccione entre ellas la que mejor convenga. En la
intervención que tengan las entidades estatales en las contrataciones, es esencial que las
mismas se desarrollen teniendo en cuenta los principios de transparencia, economía y
responsabilidad. Así mismo, deben aplicarse las normas que regulan la conducta de los
servidores públicos, las reglas de interpretación de la contratación, los principios generales de
derecho y los particulares del derecho administrativo
La escogencia del contratista se efectuará por regla general a través de licitación pública. De
ser así la entidad estatal podrá recibir las ofertas de quienes estén interesados en participar en
ella en forma parcial o total de manera dinámica mediante subasta inversa en las condiciones
que rige el reglamento.
Mediante esta modalidad se seleccionará el contratista para los casos en que por las
características del objeto, las circunstancias de la contratación o la cuantía o la destinación del
bien, obra o servicio, puedan a través de un proceso simplificado, sometido a reglamentación
por parte del Gobierno Nacional.
Según las condiciones del reglamento las propuestas técnicas o de proyectos podrán ser
presentadas en forma anónima ante un jurado plural, impar deliberante y calificado.
Solamente procederá en los siguientes casos entre otros: Urgencia Manifiesta; Contratación de
empréstitos; Contratos ínter administrativos.
Según este principio, regulado por el artículo 25 de la ley 80 de 1993, y por la ley 1150 de 2007 en
su artículo 7°, los contratistas deben prestar garantía única para el cumplimiento de las
obligaciones surgidas del contrato. Adicionalmente esta norma precisa que las garantías
consistirán en pólizas expedidas por compañías de seguros legalmente autorizadas para
funcionar en Colombia, en garantías bancarias y, en general, en los demás mecanismos de
cobertura del riesgo.
Se interpretarán adecuadamente las normas y procedimientos, buscará satisfacer los fines del
Estado (Prestación de servicios continuos, eficientes y adecuados). Las solicitudes que presenten
los contratistas debe resolverse antes de los tres (3) meses para no constituir el silencia
Administrativo Positivo.
El contratista deberá constituir póliza a favor de la administración para amparar los riesgos
durante la ejecución, terminación, liquidación y extensiones según la clase del contrato.
Las entidades deberán constituir reservas y compromisos para los ajustes por actualización de
precios. Previamente se deberán obtener las autorizaciones, aprobaciones y estudios de
conveniencia costo –beneficio- necesidad. El acto de adjudicación o el contrato no se
someterán a aprobaciones administrativas posteriores excepto los controles del Estado. No
intervendrán en los procesos contractuales las corporaciones de Elección Popular ni los órganos
de Control.
Las entidades estatales abrirán licitaciones o concursos cuando existan las respectivas partidas o
disponibilidades presupuestales. Los jefes de la administración podrán delegar la facultad de
celebrar contratos conforme a la ley y las cuantías establecidas. Los fondos destinados a
cancelar las obligaciones serán entregados en fiducia para obtener rentabilidad y rendimientos
financieros.
3) De responsabilidad: mediante el cual los servidores públicos responden por sus actuaciones y
omisiones, debiendo indemnizar los daños que llegaren a causar por razón de ellas.
Busca el cumplimiento de los fines de la contratación estatal. Vigila la correcta ejecución del
contrato. Protege los derechos de la entidad contratante, del contratista y de terceros.
Estos y las entidades responderán por abrir licitaciones o concursos sin haber elaborado
previamente los pliegos, diseños, estudios, planos y evaluaciones necesarias, la responsabilidad
se asemeja a la administración de bienes ajenos bajo los postulados de la ética y la justicia.
La dirección y manejo de la actividad contractual como del proceso de selección será del jefe o
representante legal no de los consejos, juntas, corporaciones de elección popular, órganos de
control ni comités asesores.
a). Responsabilidad de las entidades estatales (art. 50 ley 80/93): Estas responderán por las
actuaciones, abstenciones, hechos y omisiones antijurídicos que le sean imputables y que causen
perjuicios a sus contratistas.
b). Responsabilidad del servidor público (art. 51 ley 80/93): Responderá disciplinaria, penal y
civilmente por sus acciones y omisiones en la actuación contractual en los términos de la
Constitución y la Ley.
Al hablar de responsabilidad de los servidores públicos, ésta puede ubicarse desde diferentes
ángulos, a saber, responsabilidad penal, disciplinaria, económica o pecuniaria, fiscal, política y
por la gestión administrativa.
La Ley 678 de 2001, mediante la cual se desarrolla la acción de repetición, define el dolo y la
culpa grave y señala algunos eventos en los cuales se presume la configuración de dichos
aspectos subjetivos por la realización de aquellos, Aspectos subjetivos cuya valoración la debe
hacer el juez en un caso concreto. Desde luego, no existe la menor duda que en los eventos que
relaciona la ley como dolosos o de culpa grave, se configuran al aparecer acreditados.
Dolo: Dice la Ley 678 de 2001 que “la conducta es dolosa cuando el agente del Estado quiere la
realización de un hecho ajeno a las finalidades del servicio del Estado” (art. 5).
Culpa grave: La misma ley, dice que “la conducta del agente del Estado es gravemente culposa
cuando el daño es consecuencia de una infracción directa a la Constitución o a la ley o de una
inexcusable omisión o extralimitación en el ejercicio de las funciones“.
d). Conductas en que puede incurrir un funcionario: Señalemos entonces qué conductas en
materia contractual podrían acarrearle responsabilidad al servidor público:
Tienen en materia contractual como obligación primordial los servidores públicos, que los fines
del contrato sean cumplidos realmente y a cabalidad, según el artículo 3o e inciso primero
artículo 26 de la Ley contractual. De esta obligación principal se derivan otras, tales como: los
servidores públicos responderán por sus actuaciones y omisiones antijurídicas y deberán
indemnizar los daños que se causen por razón de ellas (art. 26-2). Cuando hubieren abierto
licitaciones o concursos sin haber elaborado previamente los correspondientes pliegos de
condiciones, términos de referencia, diseños, estudios, planos y evaluaciones que fueren
necesarios, o cuando los pliegos de condiciones o términos de referencia hayan sido elaborados
en forma incompleta, ambigua o confusa que conduzcan a interpretaciones o decisiones de
carácter subjetivo (art. 26-3). Celebrar contratos, sin los requisitos legales, o sin tener
competencia para ello, no legalizar oportunamente los pagos al contratista o utilizar maniobras
que impidan el cumplimiento de las obligaciones de aquél, como no entregarle los planos, no
entregar los bienes sobre los cuales haya de realizar el contratista alguna actividad, ordenar la
ejecución de contratos sin los requisitos exigidos, o sin perfeccionar, adjudicar un contrato a
quien no tenga objetivamente, hecha la selección, la mejor propuesta, etc.
Lo anterior significa que existe una obligación a cargo del Estado de exigirle al funcionario que
por su conducta dolosa o gravemente culposa, tenga que pagar alguna indemnización como
consecuencia de una sentencia en la que se haya condenado a la misma. Pero la ley no sólo
facultó a la Entidad para hacerlo, sino que extendió la acción a cualquier persona en protección
del patrimonio público y la mantuvo, como la legislación anterior, para el Ministerio Público y
como facultad oficiosa del Juez, con la modificación a que se hará referencia más adelante.
f). Responsabilidad de los particulares: La Ley 80 de 1993, hace responsable a todas las personas
que de una u otra forma participen en la actividad contractual, como consultores, interventores
o asesores, funciones en las que lógicamente pueden originar perjuicio a las partes contratantes;
por tanto, no sólo serán responsables en la medida del cumplimiento de su obligación
contractual derivada del contrato de prestación de servicios que celebren con la entidad, sino
que además pueden resultar comprometidos patrimonialmente cuando su actuación afectó a
ésta o al contratista durante la ejecución del contrato en el cual se dio la participación del
asesor, del interventor o del consultor con conceptos que generaron el perjuicio. No sobra
decirlo, pero en esta actividad que cumplen estos particulares, lo hacen con la independencia y
profesionalismo que corresponde a su leal saber y entender y por tanto, habría que concluir que
asumirían la responsabilidad cuando su conducta estuviera también enmarcada en el dolo o
culpa grave, pues el desempeño normal, en condiciones de eficiencia como lo hubiera hecho
cualquier profesional, no puede serles reprochado.
Pero no quedan libres de responsabilidad, o por lo menos ya hay norma que lo indica
expresamente, pues la actividad de asesoría, interventoría o consultoría debe demandar la más
alta precisión conceptual, máxime cuando su desenvolvimiento en la rama del saber, maneja
aspectos técnicos que suponen en el contratista un máximo conocimiento y exigen, por tanto, su
responsabilidad.
g). Responsabilidad de los contratistas (art. 52 ley 80/93): Responderán civil y penalmente por sus
acciones y omisiones en las actuaciones contractuales en los términos de la ley y en especial
cuando formulen propuestas artificiosamente bajas, por ocultar inhabilidades e
incompatibilidades o suministrar documentación falsa. Deberán responder por el objeto del
contrato, del servicio o del bien.
Los Consorcio y Uniones temporales responderán por las acciones y omisiones de sus integrantes,
de acuerdo con el Art. 7º de esta ley.
h). Responsabilidad de los consultores, interventores y asesores (art. 53 ley 80/93): Estos
responderán civil y penalmente tanto por el cumplimiento de las obligaciones derivadas del
contrato de consultoría, interventoría y asesoría; como por los hechos u omisiones que les fueren
imputables y que causen daño o perjuicio a las entidades derivados de la celebración y
ejecución de los contratos respecto de los cuales hayan ejercido esas funciones.
j). La igualdad: el equilibrio entre las prestaciones y derechos que caracteriza a los contratos
conmutativos, así como la buena fe, son principios igualmente aplicables.
Si se rompe esta igualdad o equivalencia por causas no imputables al afectado, las partes
deben adoptar con prontitud las medidas necesarias.
Son reglas de interpretación la de que con la contratación estatal, las entidades buscan el
cumplimiento de los fines estatales, la prestación de los servicios públicos, y la efectividad de los
derechos e intereses de los administrados.
4) Derecho al debido proceso. El artículo 17 de la ley 1150 de 2007, consagró el debido proceso
como principio rector en materia sancionatoria de las actuaciones contractuales. En desarrollo
de lo anterior y del deber de control y vigilancia sobre los contratos que corresponde a las
entidades sometidas al Estatuto General de Contratación de la Administración Pública, tendrán
la facultad de imponer las multas que hayan sido pactadas con el objeto de conminar al
contratista a cumplir sus obligaciones. Esta decisión deberá estar precedida de audiencia del
afectado que deberá tener un procedimiento mínimo que garantice el derecho al debido
proceso del contratista y procede solo mientras se halle pendiente la ejecución de las
obligaciones a cargo del contratista. Así mismo, podrán declarar el incumplimiento con el
propósito de hacer efectiva la cláusula penal pecuniaria incluida en el contrato.
Para facilitar la protección del interés público, la cláusula penal y las multas así impuestas, se
harán efectivas directamente por las entidades estatales, pudiendo acudir para el efecto entre
otros a los mecanismos de compensación de las sumas adeudadas al contratista, cobro de la
garantía, o a cualquier otro medio para obtener el pago, incluyendo el de la jurisdicción
coactiva.
1. i) Derecho de turno. La ley 1150 de 2007, adicionó como deber de las entidades el respeto
al derecho de turno y precisó que se respetará el orden de presentación de los pagos por
los contratistas. Solo por razones de interés público, el jefe de la entidad podrá modificar
dicho orden dejando constancia de tal actuación. Las entidades deben llevar el registro
de presentación por parte de los contratistas, de los documentos requeridos para hacer
efectivos los pagos derivados de los contratos, de tal manera que estos puedan verificar el
estricto respeto al derecho de turno. Dicho registro es público. Lo anterior no se aplica
desde luego a los pagos cuyos soportes hayan sido presentados en forma incompleta o
que se encuentren pendientes del cumplimiento de requisitos (ley 1150 de 2007, art. 19).
Los contratos, los procedimientos de selección y los procesos judiciales en curso a la fecha en
que entra a regir la nueva ley, continuarán sujetos a las normas vigentes en el momento de su
celebración o iniciación. Art. 13 ley 80/93.
12) Entidades estatales. Para efectos de la contratación estatal son entidades estatales las
siguientes:
La nación, las regiones, los departamentos, las provincias, el distrito capital y los distritos
especiales, las áreas metropolitanas, las asociaciones de municipios, los territorios indígenas y los
municipios; los establecimientos públicos, las empresas industriales y comerciales del Estado, las
sociedades de economía mixta en las que el Estado tenga participación superior al 50 por
ciento, así como las entidades descentralizadas indirectas y las demás personas jurídicas en las
que exista dicha participación pública mayoritaria, cualquiera sea la denominación que ellas
adopten, en todos los órdenes y niveles.
La ley 1150 de 2007, en su artículo 10 estableció un nuevo tratamiento para las cooperativas y
asociaciones de entidades territoriales a las cuales la ley 80 de 1993 en el parágrafo del artículo
2° venía dando la denominación de entidades estatales para los solos efectos de dicha ley. Al
derogarse este parágrafo por la ley 1150 de 2007, esta norma dispone que las cooperativas, las
asociaciones integradas por entidades territoriales y en general los entes solidarios de carácter
público, estarán sometidos al estatuto general de contratación; igualmente, se derogó el artículo
66 de la ley 458 de 1999, norma que daba el régimen de derecho privado a los entes solidarios
de carácter público.
1. i) Servicios públicos. Son servicios públicos los que están destinados a satisfacer las
necesidades colectivas en forma general, permanente y continua, bajo la dirección,
regulación y control del Estado, así como aquellos mediante los cuales se busca preservar
el orden y asegurar el cumplimiento de sus fines (véase ley 142 de 1994, de servicios
públicos).
2. ii) Servidores públicos. Para la ley de contratación estatal se entiende por servidor público
a las siguientes personas: las personas naturales que prestan sus servicios a los organismos y
entidades, con excepción de las asociaciones y fundaciones de participación mixta en las
cuales dicha denominación se predica exclusivamente de sus representantes legales y de
los funcionarios de los niveles directivo, asesor o ejecutivo o de sus equivalentes en quienes
se delegue la celebración de contratos en representación de aquellas.
También lo son los miembros de las corporaciones públicas, que tengan capacidad para
celebrar contratos en representación de estas.
Las personas que se hallen inhabilitadas para contratar por la Constitución y las leyes;
Las sociedades distintas de las anónimas abiertas, en las cuales el representante legal o
cualquiera de sus socios
con cualquiera de los socios de una sociedad que formalmente haya presentado
propuesta para una misma licitación o concurso;
Los socios de sociedades de personas a las cuales se haya declarado la caducidad, así
como las sociedades de personas de las que aquellos formen parte con posterioridad a
dicha declaratoria (ley 80 de 1993, art. 8°, núm. 1).
A las anteriores, la ley 1150 de 2007 adicionó en el artículo 18, una nueva inhabilidad así: “Las
personas naturales que hayan sido declaradas responsables judicialmente por la comisión de
delitos de peculado, concusión, cohecho, prevaricato en todas sus modalidades y soborno
transnacional, así como sus equivalentes en otras jurisdicciones. Esta inhabilidad se extenderá a
las sociedades de que sean socias tales personas, con excepción de las sociedades anónimas
abiertas”. Y agregó el parágrafo 1° que aclaró que en las causales de inhabilidad por
parentesco o por matrimonio, los vínculos “desaparecen por muerte o por disolución del
matrimonio”.
Los miembros de las juntas o consejos directivos. Esta compatibilidad solo se predica
respecto de la entidad a la cual prestan sus servicios y de las del sector administrativo al
que la misma esté adscrita o vinculada (ley 80 de 1980, art. 8°, núm. 2).
7. LA LIQUIDACIÓN UNILATERAL
Se presenta cuando no es posible que por mutuo acuerdo entre la Entidad y el contratista pueda
hacerse el ajuste de cuentas para declararse recíprocamente a paz y salvo, una vez que haya
finalizado el contrato o se presenten los otros eventos en los que deba practicarse la misma. Esta
es realmente una facultad exorbitante de la Administración mediante la cual se impone la
voluntad de la Entidad a la del particular, expresión de la potestad general de dirección y
control que debe ejercer sobre el contrato, prevista en la Ley 80 de 1993, artículo 61.
En principio, la liquidación del contrato debe realizarse de común acuerdo por las partes
contratantes, dentro del término fijado en el pliego de condiciones (art. 24, ord. 5o literal f), pero
a falta de fijación en los pliegos, se debe practicar, a más tardar, antes del vencimiento de los
cuatro meses siguientes a la finalización del contrato o a la expedición del acto administrativo
que ordena su terminación o caducidad o a la fecha del acuerdo que la disponga, término que
ya había sido sugerido por la jurisprudencia del Consejo de Estado para evitar la indefinición en
el mismo y el abuso por parte de la entidad que se amparaba en la falta de esa liquidación para
no hacerlos pagos pendientes al contratista.
a). Clases de liquidación del contrato: Con la entrada en vigencia de la Ley 446 de 1998, se
puede hablar de la existencia de tres modalidades para la liquidación del contrato: a) Voluntaria
o por mutuo acuerdo, b) unilateral y, c) judicial.
La Liquidación por mutuo acuerdo, en colaboración armónica para dejarse mutuamente a paz y
salvo, permite a las partes contratantes ajustar las obligaciones pendientes de reconocimiento
entre ellas, pues el acta contentiva del acuerdo es un vehículo apto para conciliar diferencias
existentes, para transigirlas, evitando pleitos futuros, toda vez que en este momento, la entidad
puede reconocer obras ejecutadas y no pagadas, hacer compensaciones por extracostos,
hacer reconocimientos, con los cuales las partes ajusten y mantengan el equilibrio económico
del contrato. La ley 80 de 1993, en su artículo 60, habilita a las partes para que no queden
asuntos pendientes o en conflictos, al establecer que “en el acta de liquidación constarán los
acuerdos, conciliaciones y transacciones a que llegaren las partes para poner fin a las
divergencias presentadas y poder declararse a paz y salvo”.
Esta liquidación unilateral o puede hacerse dentro del plazo inicial previsto por las partes o
dentro del término de cuatro meses que establece la Ley 80 de 1993,
pero si vence el plazo para liquidar el contrato, la entidad cuenta con un término de dos
meses a partir del vencimiento anterior para proceder a hacer la liquidación unilateral,
plazo que trajo la Ley 446 de 1998, al modificar el artículo 136 del C.C.A. y que surgió para
llenar el supuesto vacío legislativo
que encontraron algunos al considerar que después del vencimiento del plazo para
liquidar, la Administración perdía competencia para hacerlo.
Quienes así pensaban desconocían que la liquidación del contrato, apenas es una
manifestación de paz y salvo recíproco de las partes y
una mutua liberación del vínculo contractual entre ambos,(P) que puede hacerse en
cualquier momento, máxime que por lo general
sólo contiene una relación histórica de la ejecución del contrato y el cumplimiento de sus
obligaciones.
Por ello, la liquidación por mutuo acuerdo puede hacerse en cualquier tiempo, aplicación
del principio de la autonomía de la voluntad, y
Esta figura es traída por la reforma que introdujo la Ley 446 de 1998, la cual si bien constituye una
innovación, deja un vacío importante en su regulación, pues hace que la sola pretensión de
liquidación judicial del contrato conduzca a la iniciación de un proceso ordinario, ya que no
previó un trámite especial para ellos, lo que en el fondo lo hace inoperante. De acuerdo con la
citada ley, el contratista, único legitimado para ello, puede presentar demanda de liquidación
judicial del contrato, cuando la entidad deja pasar el término adicional de dos meses que se le
confiere para hacer la liquidación unilateral del contrato, debido a que no se logró la misma en
el plazo acordado en el contrato o en el de cuatro meses fijado por la ley, sin que haya proferido
el respectivo acto.
16. Competencia:
La capacidad es una de los elementos del contrato, e indica que quien celebre un contrato
debe contar con capacidad legal para ello. Y puede definirse como la aptitud y la posibilidad
de intervenir como sujeto activo o pasivo de relaciones jurídicas. Dicha capacidad, comprende
tanto el poder para ser titular de derechos y obligaciones e igualmente la facultad de actuación
o ejercicio para hacer reales y efectivos dichos derechos. Una especie concreta de la
capacidad la constituye la capacidad para contratar. La ley 80\93 regulo tanto la capacidad
de los sujetos públicos como la capacidad o competencia de los sujetos privados que
intervienen en las relaciones jurídicas a que dan lugar los contratos estatales. En tal virtud,
estableció que están habilitados para celebrar contratos con las entidades estatales las personas
consideradas legalmente capaces en las disposiciones vigentes (art. 6o). Por consiguiente, no
pueden acordar contratos con las entidades estatales las personas incapaces, las cuales, según
el régimen de la contratación estatal, son quienes se catalogan como tales conforme a la ley
civil o comercial u otros estatutos, e igualmente las que están incursas en causales de inhabilidad
o de incompatibilidad. Con respecto a la capacidad o competencia de los sujetos públicos, la
ley 80\93 determina cuales son las entidades estatales con personería jurídica, y los organismos o
dependencias del estado a los cuales se autoriza para celebrar contratos. La competencia y la
capacidad de los sujetos públicos y privados para celebrar contratos son calidades o atributos
específicos que deben tener dichos sujetos, con el fin de que puedan ser titulares y hacer
efectivos los derechos y obligaciones que emanan de la relación contractual. C-178\96.
Para que pueda hablarse de capacidad para celebrar un acto jurídico, se debe tener
personería jurídica, o personalidad jurídica. No obstante tratándose de la contratación estatal, la
ley 80\93, le ha dado esta capacidad a organismos que no tienen personería jurídica, Ej., las
superintendencias, las unidades administrativas especiales, los presidentes de la sala
administrativa del CS de la J, el contralor general de la república, el procurador general de la
nación, C-374\94.
Son competentes en el nivel territorial los siguientes servidores: los gobernadores, los alcaldes
municipales y de los distritos capital y especiales, los contralores departamentales, distritales y
municipales, y los representantes legales de las regiones, las provincias, las áreas metropolitanas,
los territorios indígenas y las asociaciones de municipios, en los términos legales que regulen su
organización y funcionamiento.
También lo son, los representantes legales de las entidades descentralizadas en todos los órdenes
y niveles.
El artículo 21 de la ley 1150 de 2007 adicionó el artículo 12 de la ley 80 de 1993 con un inciso (2°) y
un parágrafo del siguiente tenor: “En ningún caso, los jefes y representantes legales de las
entidades estatales quedarán exonerados por virtud de la delegación de sus deberes de control
y vigilancia de la actividad precontractual y contractual”.
Y el parágrafo dice: “Para los efectos de esta ley, se entiende por desconcentración la
distribución adecuada del trabajo que realiza el jefe o representante legal de la entidad, sin que
ello implique autonomía administrativa en su ejercicio. En consecuencia, contra las actividades
cumplidas en virtud de la desconcentración administrativa no procederá ningún recurso”.
18.
i) El registro único de proponentes. Dentro de las medidas para la eficiencia y la
transparencia se prevén en la ley 1150 de 2007 un conjunto de normas; dentro de las
cuales se precisan las relacionadas con el registro único de proponentes, como sistema de
información única de acreditación de los proponentes nacionales o extranjeros que
aspiren a celebrar contratos con entidades estatales. Lo anterior también con el propósito
de racionalizar los trámites y costos en la contratación con recursos públicos y con miras a
la selección objetiva.
Las entidades estatales alimentarán el sistema con la información sobre contratos, multas y
sanciones a los inscritos; para tal efecto enviarán mensualmente la información correspondiente
a la cámara de comercio de su domicilio.
Esta norma también regula lo referente a la capacidad residual del proponente o factor K de
contratación.
1. ii) La contratación pública electrónica y el SECOP. Sobre estos aspectos debemos hacer
las siguientes precisiones:
2. a) Contratación pública electrónica. El artículo 3° de la ley 1150 de 2007 habilita
jurídicamente la utilización de medios electrónicos y nuevas tecnologías de información
en la contratación pública. Al respecto, la citada norma permite la sustanciación de las
actuaciones, la expedición de los actos administrativos, documentos, contratos y, en
general, de los actos derivados de la actividad precontractual y contractual por medios
electrónicos. En el trámite, notificación y publicación de tales actos, podrán utilizarse
soportes, medios y aplicaciones electrónicas.
3. b) El Sistema Electrónico para la Contratación Pública, SECOP. Con el fin de materializar los
objetivos relacionados con la contratación pública electrónica, se crea para que sea
desarrollado por el gobierno nacional, el Sistema Electrónico para la Contratación Pública,
SECOP, el cual dispondrá de las funcionalidades tecnológicas para realizar procesos de
contratación electrónicos bajo los métodos de selección señalados en el artículo 2° de la
ley, según lo defina el reglamento; servirá de punto único de ingreso de información y de
generación de reportes para las entidades estatales y la ciudadanía; contará con la
información oficial de la contratación realizada con dineros públicos, para lo cual
establecerá los patrones a que haya lugar y se encargará de su difusión por los canales
electrónicos; integrará el registro único empresarial de las cámaras de comercio, el diario
único de contratación estatal y los demás sistemas que involucren la gestión contractual
pública. Así mismo, se articulará con el sistema de información para la vigilancia de la
contratación estatal, SICE, creado mediante la ley 598 de 2000, sin que este pierda su
autonomía para el ejercicio del control fiscal a la contratación pública.
La administración del SECOP corresponderá al organismo que designe el gobierno nacional, sin
perjuicio de la autonomía que respecto del SICE confiere la ley 598 de 2000 a la Contraloría
General de la República.
Dicho procedimiento consiste en una serie de actos separables y coaligados entre sí, a través de
los cuales, se establecen previamente las condiciones de contratación, las cuales son iguales
para todos, e innegociables, para que mediante llamado público, las personas interesadas,
presenten libremente propuesta secreta, que competirá abiertamente con otras en igualdad de
condiciones, las cuales serán dadas a conocer en acto público, para que previa evaluación
imparcial, se determine y haga público, aquella que reuniendo las condiciones requeridas, haya
ofrecido las de mercado, más convenientes y ventajosas para el Estado, ganándose el derecho
público subjetivo de ser el contratante del Gobierno. Todos los participantes en este
procedimiento tendrán, según sea el caso, el interés legítimo o el derecho público subjetivo de
denunciar o exigir el cumplimiento de las normas que prevén el procedimiento, para efecto de
lograr la eficacia, eficiencia y honradez de su tramitación.
Según lo dispuesto por la Ley 80 de 1993 “se entiende por licitación pública el procedimiento
mediante el cual la entidad estatal formula públicamente una convocatoria para que, en
igualdad de oportunidades, los interesados presenten sus ofertas y seleccione entre ellas la más
favorable”.
*Cuando procede de la licitación pública: Es importante tener en cuenta que en materia
contractual estatal la licitación pública es la regla general, pero especialmente procede en los
siguientes casos: Objeto complejo y de mayor cuantía; Obra pública de mayor cuantía;
Consultoría acompañada de diseño y construcción; Concesión, etc.
*Para adelantar el proceso de licitación pública se deben tener en cuenta los siguientes
requisitos: Planificación; Estudios y documentos previos: (Art. 2.1.1 Dcto. 734/12); Descripción de la
necesidad; Descripción del objeto a contratar; Fundamentos jurídicos de la modalidad de
selección; Análisis del valor estimado del contrato; Justificación de los factores de selección;
Soporte de la tipificación, estimación y asignación de riesgos previsibles; Análisis de la exigencia
de garantías.
*Modificación de estudios previos: Se entiende que los estudios y documentos previos son los
definitivos al momento de la elaboración y publicación del proyecto de pliego de condiciones,
los cuales podrán ser modificados en el curso del proceso de selección.
La escogencia del contratista se efectuará siempre a través de Licitación Pública, salvo en los
casos expresamente determinados en el artículo 2, numerales 2, 3 y 4 de la Ley 1150 de 2007.
*Requisitos previos:
Para emprender el proceso de contratación es necesario agotar unos requisitos previos; dentro
de los cuales se destacan: la competencia de la entidad, las autorizaciones y aprobaciones
requeridas para la contratación, obtención de la licencias ambientales del caso, la existencia
del Certificado de Disponibilidad Presupuestal (C.D.P.) conforme lo dispone el artículo 19 del
Decreto 568 de 1996; ya específicamente, tratándose de Licitación, de los estudios previos, de los
pliegos de condiciones, todos pertenecientes a la fase preparatoria. Los permisos ambientales
previos son obligatorios en los Contratos de Obra Pública.
Prefactibilidad y Factibilidad.
Forman parte del entorno de la etapa precontractual, deberán realizarse por la dependencia
responsable del proyecto, incluyen como base esencial, la comprobación de la necesidad en la
adquisición del servicio, suministro, obra o labor a que el contrato se refiere; en ellos se analizan
su conveniencia y oportunidad, su adecuación a los planes de inversión, desarrollo, de
adquisición de bienes productos o servicios, presupuesto y Ley de apropiaciones, igualmente y
cuando sea necesario el estudio deberá estar acompañado de la elaboración de los diseños,
planos y proyectos requeridos (artículo 25, numerales 7, 12, inciso 1º; Art. 26 Numeral 3°, Art. 30,
numeral 1º, inciso 2º, de la Ley 80 de 1993 y Art. 2.1.1 del Decreto 734 de 2012).
El pliego de condiciones, se puede definir como el documento que establece las reglas y
requisitos que la administración señala al contratista que pretende acceder a su contratación.
Fija las estipulaciones o disposiciones generales, especiales y técnicas que rigen los
procedimientos de la licitación o concurso, la evaluación, adjudicación, y las bases del futuro
vínculo contractual, aplicables a los contratos, teniendo en cuenta su categoría, esencia o su
naturaleza. Art. 2.2.3 a 2.2.5 del decreto 734/12.
La dependencia encargada, que solicita el bien o el servicio, recibirá las observaciones de los
interesados en el proyecto de pliego de condiciones durante el plazo dispuesto en el artículo
2.2.5 del Decreto 734 de 2012, es decir, durante todo el tiempo de su publicación en el Portal
Único de Contratación.
El artículo 4 de la Ley 1150 de 2007, exige que con anterioridad a la presentación de ofertas, es
decir, de la apertura del proceso de selección y consecuente publicación del Pliego de
Condiciones definitivo, se celebre en los procesos de Licitación Pública una audiencia en donde
los oferentes y la entidad revisarán la asignación de riesgos con el fin de establecer su
distribución definitiva en ejecución del contrato, que permita la tipificación, estimación, y
asignación de los riesgos previsibles que puedan afectar el equilibrio económico del contrato.
Dicha audiencia puede ser la misa para aclarar las preguntas u observaciones que tengan los
interesados de ciertos aspectos del Pliego de Condiciones.
La información sobre la Licitación Pública que pretenda dar apertura la entidad de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 33 de la Resolución 2125 de 1994, y de la Resolución 403 de 1995
proferidas por la Superintendencia de Industria y Comercio, deberá ser remitida a la Cámara de
Comercio de la jurisdicción y a la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio
“Confecámaras” dentro de los cinco (5) primeros días de cada mes. La información así remitida,
deberá allegarse con un mes de antelación a la apertura de la Licitación o Concurso. (Art. 22
núm. 7 de la Ley 80 de 1993; Art. 12 del Decreto 856 de 1994).
El Profesional universitario del área de presupuesto o quien haga sus veces debe expedir un
Certificado de Disponibilidad Presupuestal, con el cual garantiza la existencia de apropiación
disponible y libre de afectación para la asunción del compromiso que se pretende realizar, en
cumplimiento al mandato Decreto 734/12.
Cuando sea preciso, el estudio debe estar fundamentado en diseños, planos y evaluaciones de
prefactibilidad o factibilidad. Con este requisito quiere el estatuto contractual que las entidades
lleguen al contrato, buscando el cumplimiento de los fines estatales, la continua y eficiente
prestación de los servicios públicos y la efectividad de los derechos e intereses de los
administrados.
Así mismo, la ley reguló la distribución de riesgos en los contratos estatales al disponer que los
pliegos de condiciones o sus equivalentes deberán incluir la estimación, tipificación y asignación
de los riesgos previsibles involucrados en la contratación.
3) Los avisos publicitarios. Dentro de un plazo comprendido entre los 10 y los 20 días calendario
anteriores a la apertura de la licitación o concurso, se deben publicar hasta tres avisos, con
intervalos entre dos y cinco días calendario, según la naturaleza, objeto y cuantía del contrato.
Como resultado de dicha audiencia y cuando resulte conveniente, el jefe de la entidad debe
expedir las modificaciones pertinentes, y prorrogará, si fuere necesario, el plazo de la licitación o
concurso hasta por seis días hábiles.
Sin perjuicio de lo anterior, dentro del plazo de la licitación, cualquier interesado puede solicitar
las aclaraciones adicionales que la entidad responderá por escrito y copia de la respuesta se
debe enviar a todas las personas que retiraron pliegos.
5) La evaluación de la propuesta. Las propuestas de los oferentes deben ser objeto de los
correspondientes estudios técnicos, económicos y jurídicos, para que la entidad pueda formarse
una idea de las condiciones que las diferentes personas le ofrecen para contratar.
Los referidos estudios se deben poner a disposición de los oferentes para su conocimiento,
quienes no podrán completar, adicionar, modificar o mejorar sus propuestas.
La entidad puede prorrogar dichos plazos antes de su vencimiento y por un término total no
mayor a la mitad del inicialmente fijado, siempre que las necesidades de la administración así lo
exijan.
La ley 1150 de 2007 en su artículo 9° modifica algunos aspectos de la adjudicación que venían
siendo regulados por los numerales 10 y 11 del artículo 30 de la ley 80 de 1993, como se comenta
en seguida:
*Posibilidad de adjudicación al segundo. También prevé la norma citada que en aquellos casos
en que la entidad declare la caducidad del contrato y se encuentre pendiente de ejecución un
porcentaje igual o superior al 50 por ciento del mismo, con excepción de los contratos de
concesión, se podrá contratar al proponente calificado en segundo lugar en el proceso de
selección respectivo, previa revisión de las condiciones a que haya lugar.
1. ii) La forma del contrato estatal. Por regla general, los contratos estatales deben constar
por escrito sin que requieran ser elevados a escritura pública, salvo aquellos que impliquen
mutación del dominio o imposición de gravámenes y servidumbres sobre bienes inmuebles
y, en general, los que conforme a las normas legales deban cumplir con dicha formalidad.
Razones de certeza recomiendan la forma escrita, aunque la ley guardare silencio. Si el contrato
escrito suele plantear problemas de interpretación, cuánto más no habría de proponer el
acuerdo verbal. En lo escrito las partes pueden conocer previamente el grado de
responsabilidad y el alcance de las obligaciones respectivas, al punto de saber cada una el
grado de participación y la extensión y oportunidad de derechos y obligaciones, lo mismo que el
mérito que se asigna a los distintos actos previos, concomitantes y posteriores, en la formación
del contrato. A eso se agrega que el escrito permite diferenciar aspectos de interés general y los
que estrictamente pertenecen al campo económico o patrimonial del particular contratista.
Las exigencias de interpretación bien pueden versar sobre el tenor del contrato escrito y la
redacción de cada una de sus estipulaciones. Lo mismo podrá advertirse en cuanto a los efectos
del contrato respecto de terceros que resultan afectados por él.
No es el funcionario, agente del Estado, quien fija los fines del contrato, sino la ley; pero sí quien
elige la forma de satisfacer las necesidades de la administración. De su criterio depende el
motivo determinante para contratar y que, en todo caso, sea legal, lícito, claramente expresado
y riguroso.
20. i) Son estipulaciones o cláusulas de los contratos estatales, aquellas que de acuerdo con
las disposiciones civiles, comerciales y las previstas en la ley 80 de 1993, correspondan a su
esencia y naturaleza.
En los contratos estatales pueden incluirse las modalidades, condiciones y, en general, las
cláusulas o estipulaciones que las partes consideren necesarias y convenientes, siempre que no
sean contrarias a las disposiciones normativas, al orden público y a los principios y finalidades de
la ley de contratación y a los de la buena administración.
1. ii) En los contratos estatales se puede pactar el pago anticipado y la entrega de anticipos,
pero su monto no podrá exceder del 50 por ciento del valor del respectivo contrato.
iii) Adición. Los contratos no pueden adicionarse en más del 50 por ciento de su valor inicial
expresado en salarios mínimos legales mensuales (ley 80 de 1993, art. 40, parg.).
1. i) Contrato de obra. Son contratos de obra los que celebren las entidades estatales para
la construcción, mantenimiento, instalación y, en general, para la realización de cualquier
otro trabajo material sobre bienes inmuebles, cualquiera que sea la modalidad de
ejecución y pago.
1. ii) Contrato de consultoría. Son contratos de consultoría, los que celebren las entidades
estatales referidos a los estudios necesarios para la ejecución de proyectos de inversión,
estudios de diagnóstico, prefactibilidad o factibilidad de programas o proyectos
específicos, así como a las asesorías técnicas de coordinación, control y supervisión.
Son también contratos de consultoría los que tienen por objeto la interventoría, asesoría,
gerencia de obra o de proyectos, dirección, programación y la ejecución de diseños, planos,
anteproyectos y proyectos.
Ninguna orden del interventor puede darse verbalmente. Es obligatorio para el interventor
entregar por escrito sus órdenes o sugerencias y ellas deben enmarcarse dentro de los términos
del respectivo contrato.
iii) Contrato de prestación de servicios. Son contratos de prestación de servicios los que celebren
las entidades estatales para desarrollar actividades relacionadas con la administración o
funcionamiento de la entidad. Estos contratos solo pueden celebrarse con personas naturales
cuando tales actividades no puedan realizarse con personal de planta o requieran
conocimientos especializados.
En ningún caso estos contratos generan relación laboral ni prestaciones sociales y se celebran
por el término estrictamente indispensable.
1. iv) Contrato de concesión. Son contratos de concesión los que celebran las entidades
estatales con el objeto de otorgar a una persona, llamada concesionario, la prestación,
operación, explotación, organización o gestión, total o parcial, de un servicio público, o la
construcción, explotación o conservación total o parcial de una obra o bien destinados al
servicio o uso público, así como todas aquellas actividades necesarias para la adecuada
prestación o funcionamiento de la obra o servicio, por cuenta y riesgo del concesionario y
bajo la vigilancia y control de la entidad concedente, a cambio de una remuneración
que puede consistir en derechos, tarifas, tasas, valorización, o en la participación que se le
otorgue en la explotación del bien, o en una suma periódica, única o porcentual y, en
general, en cualquier otra modalidad de contraprestación que las partes acuerden.
2. v) Encargos fiduciarios y fiducia pública. Los encargos fiduciarios que celebren las
entidades estatales con las sociedades fiduciarias autorizadas por la Superintendencia
Bancaria, tienen por objeto la administración o el manejo de los recursos vinculados a los
contratos que tales entidades celebren. Lo anterior sin perjuicio de lo previsto en otras
disposiciones legales sobre la materia.
Los encargos fiduciarios y los contratos de fiducia pública solo podrán celebrarse por las
entidades estatales con estricta sujeción a lo dispuesto en el estatuto (ley 80 de 1993), y
únicamente para objetos y con plazos precisamente determinados. En ningún caso las entidades
públicas fideicomitentes pueden delegar en las sociedades fiduciarias la adjudicación de los
contratos que se celebren en desarrollo del encargo o de la fiducia pública, ni pactar su
remuneración con cargo a los rendimientos del fideicomiso, salvo que estos se encuentren
presupuestados.
La ley 1150 de 2007 en su artículo 25 dispone que la selección de las sociedades fiduciarias,
públicas o privadas, se hará con rigurosa observancia del procedimiento de licitación o concurso
previsto en esta ley. No obstante, los excedentes de tesorería de las entidades estatales, se
podrán invertir directamente en fondos comunes ordinarios administrados por sociedades
fiduciarias, sin necesidad de acudir a un proceso de licitación pública.
Los actos y contratos que se realicen en desarrollo de un contrato de fiducia pública o encargo
fiduciario cumplirán estrictamente con las normas previstas en este estatuto, así como con las
disposiciones fiscales, presupuestales, de interventoría y de control a las cuales esté sujeta la
entidad estatal fideicomitente.
Sin perjuicio de la inspección y vigilancia sobre las sociedades fiduciarias que le corresponde
ejercer a la Superintendencia Bancaria y del control posterior que deben realizar la Contraloría
General de la República y las contralorías departamentales, distritales y municipales sobre la
administración de los recursos públicos por tales sociedades, las entidades estatales deben
ejercer un control sobre la actuación de la sociedad fiduciaria en desarrollo de los encargos
fiduciarios o contratos de fiducia, de acuerdo con la Constitución Política y las normas vigentes
sobre la materia.
Sin perjuicio de la responsabilidad que es inherente a la ordenación del gasto, la fiducia pública
no implica transferencia de dominio sobre bienes o recursos estatales, ni genera patrimonio
autónomo.
A la fiducia pública le son aplicables las disposiciones del Código de Comercio sobre fiducia
mercantil, en cuanto sean compatibles con lo dispuesto en esta ley.
El artículo 15 de la ley 1150 de 2007 al regular el régimen contractual de las entidades financieras
estatales, modificó el parágrafo 1° del artículo 32 de la ley 80 de 1993, y dispuso que los contratos
que celebren los establecimientos de crédito, las compañías de seguros y las demás entidades
financieras de carácter estatal, no estarán sujetos a las disposiciones del estatuto general de
contratación de la administración pública y se regirán por las disposiciones legales y
reglamentarias aplicables a dichas actividades.
vii) Prórroga o adición de concesiones de obra pública. Como en el caso anterior, para poner a
tono la legislación con el pronunciamiento de la Corte Constitucional en sentencia C-949 de
2001, el artículo 28 de la ley 1150 de 2007 precisa que “en los contratos de concesión de obra
pública, podrá haber prórroga o adición hasta por el sesenta por ciento (60%) del plazo
estimado, independientemente del monto de la inversión,
siempre que se trate de obras adicionales directamente relacionadas con el objeto
concesionado o de la recuperación de la inversión debidamente soportada en estudios técnicos
y económicos. Respecto de concesiones viales deberá referirse al mismo corredor vial. Toda
prórroga o adición a contratos de concesión de obra pública nacional requerirá concepto
previo favorable del Consejo Nacional de Política Económica y Social-Compes. No habrá
prórrogas automáticas en los contratos de concesiones”.
viii) Elementos que se deben cumplir en los contratos estatales de alumbrado público. Mediante
el artículo 29 de la ley 1150 de 2007 se incluyen en el estatuto general de contratación,
elementos que se deben cumplir en los contratos estatales de alumbrado público, norma según
la cual, todos los contratos en que los municipios o distritos entreguen en concesión la prestación
del servicio público de alumbrado a terceros, deberán sujetarse en todo a la ley 80 de 1993,
contener las garantías exigidas en la misma, incluir la cláusula de reversión de toda la
infraestructura administrada, construida o modernizada, hacer obligatoria la modernización del
Sistema, incorporar en el modelo financiero y contener el plazo correspondiente en armonía con
ese modelo financiero. Así mismo, tendrán una interventoría idónea. Se diferenciará claramente
el contrato de operación, administración, modernización y mantenimiento de aquel mediante el
cual se adquiera la energía eléctrica con destino al alumbrado público, que se regirá por las
leyes 142y 143 de 1994. La CREG regulará el contrato y el costo de facturación y recaudo, con el
servicio de energía, de la contribución creada por las leyes 97 de 1913 y 84 de 1915 con destino a
la financiación de este servicio especial inherente a la energía. Los contratos vigentes a la fecha
de la presente ley, deberán ajustarse a lo aquí previsto”.
a falta de dicho medio por algún mecanismo determinado por la autoridad territorial,
así como los propios del Sena, ICBF y cajas de compensación familiar, cuando
corresponda (ley 1150 de 2007, art. 23).
Los contratos estatales son intuitu personae (en consideración al contratista) y, por
consiguiente, no pueden cederse sin previa autorización escrita de la entidad
contratante.
Para los efectos presupuestales que genere el contrato estatal, la administración realizará
directamente los ajustes o modificaciones presupuestales necesarios, de conformidad con lo
previsto en la ley orgánica de presupuesto.
Hay urgencia manifiesta para contratar, en los siguientes casos:1) Cuando la continuidad del
servicio exige el suministro de bienes, o la prestación de servicios, o la ejecución de obras en el
inmediato futuro; 2) Cuando se presenten situaciones relacionadas con los estados de
excepción; 3) Cuando se trate de conjurar situaciones excepcionales relacionadas con hechos
de calamidad o constitutivos de fuerza mayor o desastre que demanden situaciones inmediatas;
y 4) En general, cuando se trate de situaciones similares que imposibiliten acudir a los
procedimientos de selección o concurso públicos.
Si fuere procedente, dicho funcionario u organismo solicitará al jefe inmediato del servidor
público que celebró los referidos contratos, la iniciación de la correspondiente investigación
disciplinaria, y dispondrá el envío de los asuntos a los funcionarios competentes para el
conocimiento de las otras acciones.
Lo anterior se entiende sin perjuicio de otros mecanismos de control que señale el reglamento
para garantizar la adecuada y correcta utilización de la contratación de urgencia.
24. i) Órganos que lo ejercen. De conformidad con el estatuto contractual, los siguientes
organismos ejercen control en la gestión contractual: el ministerio público, la Fiscalía
General de la Nación, la Contraloría General de la República, la comunidad y las
dependencias de control interno.
25. ii) El ministerio público. La Procuraduría General de la Nación y los demás agentes del
ministerio público, de oficio o a petición de cualquier persona, adelantan las
investigaciones sobre la observancia de los principios y fines de la contratación estatal y
promueven las acciones tendientes a obtener las sanciones pecuniarias y disciplinarias
para quienes quebranten la ley contractual.
iii) La Fiscalía General de la Nación. La Fiscalía General de la Nación, de oficio o por denuncia,
investiga las conductas constitutivas de hechos punibles en la actividad contractual y acusará a
los presuntos infractores ante los jueces competentes.
1. iv) Las contralorías. La intervención de las autoridades de control fiscal se ejerce una vez se
hayan agotado los trámites administrativos de legalización de los contratos.
De conformidad con los artículos 267 y 272 de la Constitución Pública, la Contraloría General de
la República y las contralorías regionales ejercerán el control fiscal en forma posterior y selectiva,
directamente o mediante empresas privadas conforme a los procedimientos y principios que
establezca la ley.
El control posterior se ejerce respecto de las cuentas correspondientes a los pagos efectuados
para verificar que estos se ajustaron a las disposiciones legales.
Una vez liquidados o terminados los contratos, según el caso, la vigilancia fiscal incluirá un control
financiero, de gestión y de resultados, fundado en la eficiencia, la economía, la seguridad y la
valoración de costos ambientales.
El control financiero tiene por objeto establecer si los estados financieros reflejan razonablemente
las operaciones de una entidad, comprobando si sus operaciones y transacciones cumplieron las
normas correspondientes y los principios de contabilidad universalmente aceptados.
Las autoridades de control fiscal pueden exigir informes sobre su gestión contractual a los
servidores públicos de cualquier orden.
1. vi) El control interno. Las entidades públicas están obligadas a diseñar y aplicar según la
naturaleza de sus funciones, métodos y procedimientos de control interno, de
conformidad con lo que disponga la ley, que podrá establecer excepciones y autorizar la
contratación de dichos servicios con empresas privadas colombianas (Const. Pol., art.
269).
Para hacer la ubicación de los actos y hechos que pueden ser atacados mediante la
acción contractual, art., 141 CCA,
hay que dilucidar los distintos eventos que se dan en la actividad de la contratación
estatal,
que se inicia con el acto que ordena la apertura del proceso de contratación, continua
con la adjudicación del contrato, su ejecución, hasta obtener la liquidación del mismo.
Actos separables del contrato son todos aquellos que se expiden antes del surgimiento del
contrato. No constituyen actos separables del contrato los que se originan dentro de la
ejecución del contrato.
Los actos contractuales distintos de los separables del contrato se demandan mediante la
acción contractual.
Los actos separables también pueden demandarse en acción contractual, cuando sean el
fundamento de la nulidad absoluta del contrato.
Durante la ejecución del contrato se originan actos y hechos que pueden ser atacados
mediante el ejercicio de las acciones contenciosas;
Los actos que profiera la entidad en la ejecución del contrato, pueden ser impugnados
por el contratista para obtener la declaración de nulidad y el consecuente
restablecimiento o indemnización. Si el contratista persigue la invalidez de la actuación o
la simple nulidad del acto. En ambos casos se ejerce la pretensión, de nulidad o de
nulidad y restablecimiento, las cuales se formulan con identidad propia pero en ejercicio
de la acción contractual.
Nulidad del contrato. Puede ser relativa o absoluta y se solicita mediante el ejercicio de la
acción contractual. Art. 44, 45, 48, 75,
1. NOCIONES GENERALES.
Por otra parte, el concepto de daño antijurídico implica que el Estado es responsable cuando,
independientemente de que su actuación haya sido irregular o no, ella produzca un daño a
alguien que no tiene la carga o el deber de soportarlo.
Es el daño la razón fundamental para que exista la posibilidad de una responsabilidad. Por dicha
razón, existe una relación directa entre estos dos conceptos. Siempre que se hable de una
responsabilidad determinada debe comprenderse que con anterioridad se ha causado un daño
o una lesión igualmente determinada. Es por ello necesario tener en cuenta la relación
mencionada, entre estas dos categorías de análisis en el derecho.
Es entonces vital que todo daño causado sea demostrado. Art. 167 del CGP.
Títulos de Imputación.
Falla Presunta: Este aparente título de imputación no debe ser entendido como uno diferente a
la falla del servicio, debido a que su definición es igual, en lo relativo a la prestación tardía,
defectuosa o no prestación del servicio médico – hospitalario. La diferencia, según el Consejo de
Estado, radica en que corresponde al demandante probar el daño y el nexo causal, pues aquí
se le exonera de probar la falla del servicio, es decir, la falta de diligencia y cuidado que tuvo el
médico u hospital en la realización de los procedimientos o tratamientos que se debieron aplicar
al actor.
De lo anterior es importante resaltar que ello no significa que al actor se le haya relevado de
toda la carga probatoria, sino que ella se limitó a solo dos aspectos, los cuales son el hecho
dañoso y el nexo causal entre el hecho y la falla, la cual es presumida.
Cargas dinámicas de la prueba Esta teoría involucra “(…) un desplazamiento del onus probandi,
según fueren las circunstancias del caso, en cuyo mérito aquel puede recaer, verbigracia, en
cabeza de quienes están en mejores condiciones técnicas, profesionales o fácticas para
producirlas, más allá del emplazamiento como actor o demandado o de tratarse de hechos
constitutivos, impeditivos, o extintivos”.
El término “responsabilidad civil” puede entenderse, en un sentido antiguo y muy estrecho del
derecho civil, como la obligación de indemnizar el daño material ilegítimamente causado por
culpa o negligencia. Tres son así los elementos del concepto clásico de responsabilidad:
Responsabilidad del Estado es la obligación que pesa sobre éste de reparar los daños
causados por el hecho ilícito de sus órganos.
en el sentido de que nadie puede soportar más exacciones o perjuicios de parte del
estado que aquellos que la ley expresamente señala como obligatorios o lícitos.
pero el tema está generalmente tratado en las legislaciones a propósito de los daños
provocados por la Administración del Estado.
Atendiendo a la “rama” del poder público que provocó el daño la responsabilidad del Estado
suele clasificarse en:
Analizar el fenómeno de la responsabilidad del Estado causada por los hechos del legislador ha
sido un trabajo desarrollado tanto por la doctrina como por la jurisprudencia internacional a
mediados del siglo XX.
sin que esto significase que la jurisprudencia del Consejo de Estado encontrase las bases
de esta responsabilidad en diferentes disposiciones de la Constitución de 1886,
tales como los artículos 2º, 16 y 30, que consagró el principio de legalidad del Estado para
proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos, y
garantizar la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con el título de derecho.
Sin embargo, los primeros fallos relacionados con este título de imputación en Colombia
fueron emitidos por el máximo Tribunal de lo Contencioso Administrativo colombiano en el
año de 1998 y
Consejo de estado: Así las cosas, para la Sala es claro que puede existir responsabilidad del
Estado derivada de una norma declarada inexequible por la Corte Constitucional, pero para
que esta se configure, deben estar plenamente acreditados sus dos elementos constitutivos, esto
es la ocurrencia del daño antijurídico y la imputación al ente demandado.
La solo declaratoria de inexequibilidad de la Ley, per se, no genera de manera automática la
obligación de reparación por parte del Estado. (…)
Por el contrario, para que la acción de reparación directa prospere por la declaratoria de
inexequibilidad de la ley debe la sentencia de constitucionalidad expresamente reconocer los
efectos retroactivos, los hechos consolidados en vigencia de las normas, declaradas
posteriormente inconstitucionales, se encuentran amparadas por el principio de legalidad y
garantía constitucional.
Sólo excepcionalmente será admisible la responsabilidad patrimonial del estado derivada del
error judicial cometido por las altas corporaciones de justicia y demás tribunales y juzgados en los
eventos en que éste sea absolutamente evidente y no se requiera realizar ninguna labor
hermenéutica para hallarlo configurado.
Se ha llegado al punto de que la responsabilidad del Estado es mucho más generosa que
la que el derecho civil impone a los particulares, y
El daño especial
El riesgo excepcional
Del mismo modo, la responsabilidad llamada judicial sólo existe como tal en la medida en que
emerge de actos judiciales típicos; los daños que un órgano judicial realice en cumplimiento de
funciones de tipo administrativo, darán lugar a la responsabilidad administrativa y no judicial.
Es de mucha importancia advertir esta circunstancia, pues la responsabilidad estatal por actos
legislativos y judiciales stricto sensu puede considerarse mínima o prácticamente inexistente, al
menos en nuestro país.
4. LA RESPONSABILIDAD:
Es la obligación que tiene una persona que ha inferido daño a otra, de reparar dicho daño.
En derecho civil hay responsabilidad cada vez que una persona debe reparar el perjuicio
o daño sufrido por otra.
La responsabilidad civil puede variar, según la fuente de donde provenga; por tal razón
puede ser:
Legal,
Para que exista esta clase de responsabilidad es necesario que haya una relación anterior
entre el autor del daño y quien lo sufre y
que el perjuicio sea causado con ocasión de esa relación. Vínculo jurídico anterior.
Extracontractual; Contrario a lo que sucede en el caso de la responsabilidad contractual,
o que aun así exista tal vínculo, el daño que sufre la víctima no proviene de dicha relación
anterior sino de otra circunstancia.
El autor del daño está obligado a indemnizar a la víctima de un perjuicio que no proviene
de un vínculo jurídico previo entre las partes.
sino que es necesario que ese daño haya devenido del actuar doloso o culposo del autor
del daño.
el daño,
la relación de causalidad entre el daño y el actuar doloso o culposo del sujeto generador
del daño.
Así, una vez constatada la presencia de estos tres elementos, se está en presencia de una
responsabilidad la cual genera el deber de indemnizar los perjuicios por parte del agente
generador del daño (quien fue el que actuó con culpa o dolo) a la víctima del mismo.
La Responsabilidad por falla del Estado, es el título de imputación de mayor relevancia dentro
del ordenamiento jurídico colombiano
Responsabilidad Objetiva(teoría mediados del siglo xix): Al contrario de lo que sucede con
la teoría clásica de la culpa, la teoría de la responsabilidad objetiva o teoría del riesgo
como también se le conoce,
7. RESPONSABILIDAD SUBJETIVA:
La falla en el servicio,
sea probada o
presunta
Anónima.
8. RESPONSABILIDAD OBJETIVA:
El daño especial
El riesgo excepcional
Falla en la prestación del servicio: La falla del servicio, en Colombia, es el régimen de imputación
de responsabilidad atribuida al Estado en “…donde predomina la culpa de la administración por
extralimitación de funciones, retardo en el cumplimiento de obligaciones, obligaciones
cumplidas de forma tardía o defectuosa, o por el incumplimiento de obligaciones a cargo del
Estado. Son entonces acciones u omisiones que se predican de la administración y que en su
funcionamiento, resulta en cualquiera de aquellas irregularidades generadoras de daños
imputables al Estado…”, la cual se fundamenta en el deber que tiene el Estado colombiano de
responder por los daños antijurídicos que ocasione, con sus actividades u omisiones, a los
administrados quienes no tienen el deber jurídico de soportar tales cargas.
En este título de imputación se debe acreditar, por parte del demandante, la ocurrencia del
daño antijurídico alegado; la falla del servicio como tal, en donde se deberá probar que el
servicio estatal no funcionó, funcionó de forma errónea o tardía; y el nexo causal entre el daño
antijurídico y la falla en el servicio.
i). Falla Probada: En este título de imputación corresponde al demandante probar todos los
elementos de la responsabilidad del Estado, siguiendo los lineamientos que trae el principio de
onus probandi incumbit actori, el cual alude a que “(…) la comprobación de la existencia de tres
elementos fundamentales: el daño antijurídico sufrido por el interesado, el deficiente
funcionamiento del servicio, porque no funcionó cuando ha debido hacerlo, o lo hizo de manera
tardía o equivocada, y finalmente, una relación de causalidad entre este último y el primero, es
decir, la comprobación de que el daño se produjo como consecuencia de la falla del servicio”.
En este título de imputación se puede concluir que fue llamado así debido a que la manera de
probar la falla del servicio era el tradicional, es decir, el consagrado en el artículo 167 del CGP, lo
que permite concluir que verdaderamente a lo que se hace referencia es a la forma de probar
la falla, pero este se fundamenta igualmente en la falla del servicio, que sería el verdadero título
de imputación.
el daño,
la relación de causalidad entre el daño y el actuar doloso o culposo del sujeto generador
del daño.
Este sistema por mucho tiempo ha sido considerado como el régimen común de
responsabilidad estatal,
Es aquella en la cual a pesar de saber que ocurrió una falla que genero un daño por parte
del estado,
para indicar que no se requiere establecer en el proceso quien fue el autor material del
daño causado;
pero esto no significa que no deba establecerse los hechos a partir de los cuales se
pretende imputarle al mismo ese daño (…)
para que haya lugar a condenar patrimonialmente al estado por un caso en particular es
necesario demostrar la relación causal
iii). falla presunta: Este aparente título de imputación no debe ser entendido como uno diferente
a la falla del servicio, debido a que su definición es igual, en lo relativo a la prestación tardía,
defectuosa o no prestación del servicio médico – hospitalario. La diferencia, según el Consejo de
Estado, radica en que corresponde al demandante probar el daño y el nexo causal, pues aquí
se le exonera de probar la falla del servicio, es decir, la falta de diligencia y cuidado que tuvo el
médico u hospital en la realización de los procedimientos o tratamientos que se debieron aplicar
al actor.
De lo anterior es importante resaltar que ello no significa que al actor se le haya relevado de
toda la carga probatoria, sino que ella se limitó a solo dos aspectos, los cuales son el hecho
dañoso y el nexo causal entre el hecho y la falla, la cual es presumida.
La falla presunta por su parte, indica una actuación de la administración donde se presume la
actuación irregular,
En el caso de la falla del servicio, hay que decir, que le corresponde al particular
en el cual se sigue aplicando el concepto de falla del servicio pero en cierto modo
inverso, puesto que es la entidad demandada quien tiene la mayor carga probatoria.(P)
debido a que en el sistema de la falla probada los requerimientos probatorios son muy
exigentes y
iv). falla relativa: La falla relativa por su parte, hace referencia a que a la administración se le
aplica el principio general de derecho que expresa: nadie está obligado a lo imposible y así, una
entidad pública no está conminada a realizar actuaciones que no se encuentre en capacidad
de realizar; lo que significa, que si se llega a causar un daño ante la no actuación de la
administración, la falla será relativa.
Casos en que hay falta de servicio. 1. El servicio ha funcionado mal, por ejemplo: las negligencias
médicas en hospitales públicos, accidentes ocasionados por vehículos públicos, etc.
3. El servicio funcionó tardíamente, por ejemplo: una ambulancia llega tarde a atender a
una víctima y ésta muere.
Para indemnizar el perjuicio solo basta con demostrar la realización de una acción o la omisión y
el nexo de causalidad entre ese actuar o esa omisión y el daño.
Estos regímenes están constituidos por aquellos eventos en los cuales el Estado
compromete su responsabilidad sin necesidad de
que medie el elemento subjetivo es decir la culpa o falla del servicio, ya sea presunta o
probada. Elementos el hecho el perjuicio.
Para indemnizar el perjuicio solo basta con demostrar la realización de una acción o la
omisión y el nexo de causalidad entre ese actuar o esa omisión y el daño.
no requieren que el estado haya incurrido en una falla del servicio para que se vea
comprometida su responsabilidad patrimonial;
por tanto, al actor le corresponderá probar el hecho dañoso sufrido y el nexo causal entre
uno y otro.
La exoneración para el estado queda sujeta a demostrar una causa externa, sea esta la
fuerza mayor o el hecho exclusivo de la víctima o de un tercero.
En cualquier caso, se debe señalar que por responsabilidad objetiva se debe entender la
que se imputa al sujeto agente a título distinto de la culpa.
Para que el daño antijurídico atribuido al estado sea indemnizable, se exige que éste sea
consecuencia del cumplimiento regular o irregular de sus obligaciones o del incumplimiento de
las mismas.
en ella se atiende única y exclusivamente al daño producido: basta éste para que su
autor sea responsable, cualquiera que haya sido su conducta, haya o no culpa o dolo de
su parte.
Es el hecho perjudicial, el hecho liso y llano y no el hecho culpable o doloso el que genera
la responsabilidad.
El que crea un riesgo, el que con su actividad o su hecho causa un daño a la persona o
propiedad de otro, debe responder de él. Tal es el fundamento de la responsabilidad
objetiva.
Se mantienen las teorías existentes antes de la Constitución Política de 1991, bajo el esquema del
título jurídico de la imputación.
Daño Especial. Este régimen también denominado responsabilidad por ruptura de la igualdad
ante las cargas públicas o teoría del daño especial,
quien sufre el daño se ve en la obligación de soportarlo, sin embargo tiene derecho a que
se le indemnice.
Dos elementos deben estar presentes para que se configure esta clase de responsabilidad
sin lugar a dudas,
perjuicios que son especiales y anormales en el sentido que implican una carga o
sacrificio adicional al que los administrados normalmente deben soportar por el hecho de
vivir en sociedad.
Pero cuando dichas cargas ya no son iguales, cuando el equilibrio se rompe y ese
principio de igualdad se pierde así sea por el obrar legítimo de la administración,
por lo tanto sólo se aplicará en los eventos en que el caso concreto que se estudia no
pueda ser subsumido dentro de los diferentes regímenes de responsabilidad consagrados.
La actividad debe tener como consecuencia el menoscabo del derecho a una persona.
El menoscabo del derecho debe tener origen en el rompimiento del principio de igualdad
frente a la ley y a las cargas públicas.
El rompimiento de esa igualdad debe causar daño grave y especial, en cuanto recae sólo
sobre alguno o algunos de los administrados.
El caso concreto no puede ser susceptible de ser encasillado dentro de otro de los
regímenes de responsabilidad de la administración.
Por otro lado, el titulo de imputación de daño especial al igual que el riesgo excepcionales es
una creación Jurisprudencial y ha sido definida por el Consejo de Estado como:“
Aquel que se inflige al administrado en desarrollo de una actuación legítima del Estado ajustada
en un todo a la legalidad pero que debe ser indemnizado por razones de equidad y de justicia
distributiva (P), en la medida en que la administración se ha beneficiado de un daño anormal,
desmesurado o superior a aquel que deben sufrir los administrados en razón a la naturaleza
particular del poder público, el cual entraña de esta suerte un rompimiento de igualdad ante las
cargas del poder público.
Lo que es común en estos dos títulos (daño especial y riesgo excepcional) es el rompimiento de
la igualdad de las cargas públicas.(P).
Las diferencias más notorias serian en cuanto al agente en que causa del daño, el daño especial
es siempre el Estado mientras que en el excepcional podría ser un tercero; en cuanto al tipo de
daño en el daño especial se puede catalogar como daño jurídico en la medida en que se
causa bajo una actuación legal, mientras que en el riesgo excepcional el daño puede ser
derivado de un hecho licito o ilícito en el cual en este último caso habría lugar a falla del servicio.
emplea medios o utiliza recursos que colocan a los administrados, bien en sus personas o
en sus patrimonios,
excede notoriamente las cargas que normalmente han de soportar los administrados
como contrapartida de los beneficios que derivan de la ejecución de la obra o de la
prestación del servicio.
Si el riesgo así creado por la administración se realiza, esto es, se materializa, se produce un daño
indemnizable.
sino sólo aquel que reviste la connotación de antijurídico, es decir, no se repara el daño
justificado, esto es aquel que quien lo padece tenga la obligación de soportar.
Además, como en todos los casos de responsabilidad, debe tratarse de un daño que
tenga un vínculo causal con la actividad de un ente público.
Para que se configure la responsabilidad por riesgo excepcional, es necesario que el daño se
cause en desarrollo de una actividad que genera un riesgo para la sociedad, es decir que en sí
misma es peligrosa, por ello al desarrollarla el estado a sabiendas de su peligrosidad se ve
obligado a reparar dichos daños.
en donde la etapa probatoria sería mucho más extensa y difícil o por riesgo excepcional,
en cuyo caso se daría la diferencia con el daño especial, porque el daño si sería
efectivamente antijurídico.
excede notoriamente las cargas que normalmente han de soportar los administrados
como contrapartida de los beneficios que derivan de la ejecución de la obra o el servicio.
Sin embargo, el sistema se extendió a todos los casos en los cuales la actividad del estado se
catalogaba de peligrosa, es decir, el uso de armas de fuego, aeronaves, vehículos automotores,
entre otros.
Por tratarse de una responsabilidad objetiva el estado sólo se podía exonerar si probaba la
existencia de la intervención de un factor de naturaleza externa,
Otro elemento propio de la teoría del riesgo es el principio de igualdad de las personas ante las
cargas públicas, principio según el cual el estado debía responder por los daños que causaba
aun ejerciendo su actividad legítima. Hecho que sirve de precedente a la confusión que se
generó entre la llamada responsabilidad por riesgo y la responsabilidad por daño especial.
Los presupuestos necesarios para que nos encontremos frente a un riesgo excepcional
son:
Que se haya creado un riesgo de naturaleza excepcional: El riesgo excepcional -cuando
se atribuye al uso de armas- no se crea con el mero porte de ésta por parte de la fuerza
pública o con la sola presencia armada de los efectivos policiales en el lugar de los
hechos, sino por participar éstos en cumplimiento de su misión institucional.(P)
Que el riesgo excepcional que ha sido creado finalmente se realice: Así pues, la sola
imposición del riesgo no habilita a quien diga verse afectado por ello para reclamar una
indemnización.
Es necesario que el riesgo se realice, pues sólo en tal caso los efectos pueden comportar
daño antijurídico.
por no ir más allá de lo que una persona debe normalmente soportar por el hecho de vivir
en comunidad y de comportarse en forma solidaria al asumir cabalmente sus cargas
públicas.
Es plausible, sin embargo, que el riesgo excepcional legalmente impuesto logre realizarse
en virtud de un defecto de conducta de la administración.
que con mayor claridad el Consejo de Estado ha situado dentro del criterio de
responsabilidad objetiva basada en el riesgo(P).
Dentro de este esquema basta que el actor demuestre la creación del riesgo o la puesta
en la situación de riesgo,
En síntesis, esta teoría consiste en la creación de un riesgo por parte del Estado que causa daño
a un particular.
En un sistema jurídico como el colombiano, que cuenta con un gran número de procesos
acumulados en donde alegar la falla del servicio, implica unos 5 o 6 años más de proceso, a
contrario sensu de lo que ocurre cuando se alega un régimen de responsabilidad objetiva como
el riesgo excepcional o el daño especial. Porque en este segundo título de imputación no se
debe probar la falla del servicio, es decir la negligencia en la actuación u omisión de la
autoridad administrativa, que involucra una etapa probatoria mucho más compleja y como
consiguiente un período probatorio más amplio, para practicar las pruebas que buscan
encausar o demostrar la ocurrencia del actuar negligente de la administración.
En tratándose del daño especial el estado es quien debe llevar a cabo la acción, omisión
u operación administrativa de forma directa.
Mientras que en el riesgo excepcional la conducta puede ser realizada por un tercero,
En este mismo orden de ideas, frente a la actividad que se realiza generadora del daño
especial
sin embargo esta lo puede generar pero sin la existencia del nexo causal entre esa
actividad riesgosa y el daño generado,
mientras que en tratándose del riesgo excepcional la administración no sólo tiene que
generar un riesgo excepcional,
sino que además debe haber un nexo causal entre la actividad riesgosa y el daño
causado al administrado.
Resulta pues claro que la importancia del riesgo de naturaleza excepcional sirve para
diferenciar ambos títulos de imputación únicamente cuando el nexo causal interfiere
directamente. Es decir, que si de la conducta de la administración resulta un riesgo de
naturaleza excepcional y especial, el cual no causa el daño directamente, no se podría
circunscribir la responsabilidad dentro del título de imputación de la responsabilidad por
riesgo excepcional. Porque para que esto ocurra el riesgo de naturaleza especial y
excepcional desarrollado por el actuar de la administración, debe contar con el nexo de
causalidad efectivo entre la conducta realizada (incluye el riesgo) y el daño causado.
el nexo causal entre éste y la acción u omisión de la entidad pública demandada, para
que se pueda deducir la responsabilidad patrimonial, sin entrar a analizar la licitud o
ilicitud de la conducta del agente, la cual resulta irrelevante.
El consejo de estado se ha preocupado por enlistar los casos en los que ha aplicado el
riesgo excepcional, que aunque no es un listado taxativo y se puede ir ampliando, si
constituye una línea uniforme de casos en los cuales se ha aplicado este título de
imputación; tales como: conducción de energía eléctrica, accidentes de tránsito, daños
causados a los conscriptos, actividades terroristas y posiblemente se amplié a los “daños
causados por vicios de fabricación y elaboración de productos alimenticios.
1. a) Definición de riesgo: Una actividad será peligrosa cada vez que, con cosas o sin ellas,
una persona moral o jurídica, con su actividad, genera más peligros de daño de los que,
por si misma, está en capacidad de soportar una persona.
Se puede afirmar entonces que el riesgo es la probabilidad de que ocurra un daño, como el
resultado del ejercicio de una actividad o cosa que es considerada peligrosa.
b). Elementos:
Para el caso concreto del régimen excepcional se puede hablar de tres elementos, (i) que se
haya creado un riesgo de naturaleza excepcional, (ii) que el riesgo excepcional creado
finalmente se realice y, (iii) que el riesgo de naturaleza excepcional que se ha creado y
posteriormente realizado haya sido impuesto de modo perfectamente legal.
1). Cosas peligrosas: Esta categoría puede dividirse en substancias, instrumentos e instalaciones.
En cuanto a las sustancias peligrosas es claro que el estado es responsable de los perjuicios que
cause por la manipulación y/o almacenamiento de explosivos o combustibles. En la actualidad
el estado también utiliza otras substancias peligrosas como por ejemplo el glifosato.
2). Instrumentos peligrosos: Dentro de este acápite se encuentran las armas y los vehículos de
dotación oficial.
3). Instalaciones Peligrosas: los daños causados por las redes de energía eléctrica.
Responsabilidad del Estado con ocasión de los daños ocasionados por actos terroristas.
De las situaciones que entran a jugar un papel importante dentro de este esquema de
responsabilidad, es que siempre concurre el hecho de un tercero y por ende se podría señalar en
un primer momento que se está frente a una causal de exoneración de responsabilidad.
Dadas las circunstancias especiales en que se suceden los acontecimientos, puede no ser ajeno
a la acción u omisión del estado, lo que permite atribuir a éste responsabilidad patrimonial.
6). El daño:
Para que el daño resulte antijurídico debe constar que a la víctima no se le ha impuesto el
deber jurídico de soportarlo y
por cuanto lo que se examina como antijurídico no es la actuación del Estado sino el
daño ocasionado.
La sola antijuridicidad del daño no existe instantáneamente la anti juridicidad del hecho
que lo ocasiona o causa y en virtud de esta apreciación el daño se sitúa y se analiza en
cabeza de la víctima.
Para que el daño resulte antijurídico debe constar que a la víctima no se le ha impuesto el
deber jurídico de soportarlo y
Para imponer al estado la obligación de reparar un daño “es menester, que además de
constatar la antijuridicidad del mismo,
(…) Igualmente no basta que el daño sea antijurídico sino que éste debe ser además
imputable al estado, es decir,
debe existir un título que permita su atribución a una actuación u omisión de una
autoridad pública.
Esta imputación está ligada pero no se confunde con la causación material, por cuanto a
veces,
Uno de los pronunciamientos más importantes sobre esta fuerte tendencia del consejo de
estado, se hace mediante el fallo de fecha 8 de mayo de 1995, en dicho fallo se señaló
que en el caso de la responsabilidad extracontractual del estado, son títulos de
imputación, además de la falla del servicio (la cual calificó como el título de imputación
más frecuente), la culpa personal en relación con el servicio, la igualdad de las personas
ante la ley, la igualdad frente a las cargas públicas, el riesgo excepcional, el error
jurisdiccional y la equidad.
Estos títulos jurídicos varían teniendo en cuenta el origen o la fuente de la responsabilidad, ya que
no se podrá atribuir el mismo título jurídico de imputación para un contrato, en el cual serían tales
principios de la contratación estatal, el equilibrio en las prestaciones sociales que emana del
importante principio de la ecuación contractual y demás derechos y obligaciones de los
contratos conmutativos.
En tanto que, para la responsabilidad extracontractual los títulos de imputación son otros, tales
como: la falla en el servicio, la igualdad de las personas ante la Ley (art. 13 C.P.), el riesgo
excepcional, el error judicial, el anormal funcionamiento de la administración de justicia y
principios de justicia como el del enriquecimiento sin causa.
i). Régimen actual. Finalmente, la ley 270 de 1996 (estatutaria de la administración de justicia)
acercó de manera definitiva el régimen de responsabilidad del estado en materia judicial al
régimen general, al reiterar en el artículo 65 el principio de responsabilidad estatal consagrado
en el artículo 90 de la Constitución Política, en el sentido de que el estado es responsable
patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción o la
omisión de sus agentes judiciales. En desarrollo de ese principio, la misma norma precisa que esa
responsabilidad puede darse por el defectuoso funcionamiento de la administración de justicia,
por el error jurisdiccional y por la privación injusta de la libertad.
1. ii) Responsabilidad por el error jurisdiccional. En relación con el error jurisdiccional, se define
que es el cometido por una autoridad investida de facultad jurisdiccional, en su carácter
de tal, en el curso de un proceso, materializado por medio de una providencia contraria a
la ley. No obstante lo anterior, debe tenerse en cuenta que en la sentencia de revisión del
proyecto de ley estatutaria, la Corte Constitucional ha precisado lo siguiente:
2) Que el error jurisdiccional que compromete la responsabilidad del estado no consiste en una
simple equivocación o desacierto derivado de la libre interpretación jurídica de la que es titular
todo administrador de justicia. Por el contrario, la comisión del error jurisdiccional debe
enmarcarse dentro de una actuación subjetiva, caprichosa, arbitraria y flagrantemente violatoria
del debido proceso, en otras palabras, debe enmarcarse dentro de los mismos presupuestos que
la jurisprudencia, a propósito de la revisión de las acciones de tutela, ha definido como una “vía
de hecho”.(P)
3) Que no es posible reclamar responsabilidad del estado por error jurisdiccional por la actuación
de las altas corporaciones judiciales, sin perjuicio de la viabilidad excepcional de la acción de
tutela.
La ley estatutaria también consagra dos condiciones o presupuestos para que sea posible la
responsabilidad por error jurisdiccional, a saber: que el afectado haya interpuesto los recursos de
ley, excepto en los casos de privación de la libertad cuando esta se produzca en virtud de una
providencia judicial, y que la providencia contentiva del error esté en firme (art. 67).(P)
Igualmente puede darse este caso con mayor razón cuando la ley sea de contenido particular,
evento que, aunque excepcional, puede darse en la práctica.
En las mencionadas circunstancias, considero que la jurisprudencia debería admitir la
responsabilidad del estado por el hecho de las leyes, por lo menos cuando la ley ha sido
declarada inconstitucional y ha causado un daño especial. Al respecto, hoy puede afirmarse
que la jurisprudencia colombiana ha comenzado a marchar en esa dirección. En efecto, en
relación con los daños causados por una ley declarada inconstitucional, si bien no se conocen
aún casos concretos al respecto, el Consejo de Estado y la Corte Constitucional han previsto esta
posibilidad. A su vez, con relación a la responsabilidad del estado por la expedición de una ley
que ha causado un daño especial, el Consejo de Estado también la ha reconocido, en armonía
con la aplicación del principio de la igualdad ante las cargas públicas y el concepto de daño
antijurídico, aunque ligada dicha responsabilidad a la actuación compleja del estado propia del
trámite de un tratado internacional.
Ejemplo. El caso del Palacio de Justicia. El Consejo de Estado, al definir la responsabilidad del
estado en los luctuosos hechos del 6 de noviembre de 1985 que marcaron la vida nacional y, en
particular, a la rama judicial, con ponencia del doctor Daniel Suárez Hernández, aplicó una vez
más la teoría de la falla o falta del servicio. Veamos apartes de esa providencia:
“El concepto anterior, el de la falla del servicio como sustento del régimen de responsabilidad
extracontractual del Estado, no solo ha sido cotidiano y reiterado sustento jurídico de la justicia
contenciosa administrativa para decidir las controversias sobre responsabilidad patrimonial
pública, con mayor fuerza en la actualidad, con base en lo previsto en el artículo 90 de la Carta
Política vigente, que continúa orientando en número mayoritario las providencias respectivas.
Precisamente y para darle claridad a algunas anticipadas concepciones doctrinales, la Sala ha
clarificado la vigencia jurisprudencial de la teoría de la falla del servicio, en simultaneidad con el
concepto de daño antijurídico, sobre el cual actualmente se estructura el régimen constitucional
del artículo 90 sobre responsabilidad patrimonial de los entes oficiales.
Según el art. 124 dela Constitución, corresponde al Ministerio Público, intentar las acciones a que
hubiere lugar para hacer efectiva la responsabilidad disciplinaria en que hubieren incurrido los
funcionarios del sector público, con motivo del ejercicio de sus funciones. Conforme a este texto
dela Carta Fundamental, existen estas formas de responsabilidad: civil, penal, administrativa o
disciplinaria. Hay otra forma de responsabilidad, extraña a nuestro estudio, en el cual pueden
incurrir ciertos altos funcionarios públicos o gobernantes -los ministros y los gobernadores de
Estado-y es la responsabilidad política, que se traduce en los votos de censura y, en ciertas
ocasiones, en la remoción.
Se considera que son faltas o culpas personales aquellas cometidas en el ejercicio de la función,
pero que presentan el carácter de faltas o culpas graves o de faltas o culpas intencionales.
La ley 678 de 2001, regula la responsabilidad patrimonial de los agentes públicos a través del
ejercicio de la acción de repetición de que trata el artículo 90 de la Constitución Política o del
llamamiento en garantía con fines de repetición.
Dicha acción se orienta a garantizar los principios de moralidad y eficiencia de la función
pública, sin perjuicio de los fines retributivo y preventivo inherentes a ella, tal como se precisa en
la referida norma.
De acuerdo con ley 678 de 2001, cuando el daño causado por el Estado ha sido consecuencia
de la conducta dolosa o gravemente culposa de sus agentes, las entidades públicas deberán
ejercitar la acción de repetición o el llamamiento en garantía. El incumplimiento de este deber
constituye falta disciplinaria.
Cuando la reparación patrimonial a cargo del Estado se origine en una conciliación o mediante
cualquier otra forma permitida por la ley para solucionar un conflicto, será competente el juez o
tribunal que haya aprobado el acuerdo o que ejerza jurisdicción territorial en el lugar en que se
resuelva el conflicto.
Cabe destacar que la Corte tiene ya por sentado que esa responsabilidad patrimonial de los
servidores del estado no es de carácter sancionatorio, sino reparatorio (P), tal como se dijo entre
otras en la sentencia C-309 de 2000 en la cual a propósito de la responsabilidad fiscal de
aquellos, se expresó: “… esta responsabilidad no tiene carácter sancionatorio, ni penal ni
administrativo, pues la declaración de responsabilidad tiene una finalidad meramente
resarcitoria”(P), lo cual resulta igualmente predicable en relación con la acción de reembolso
que consagra el artículo 90 de la Constitución para que el Estado ejerza con el único propósito
de reintegrar a las arcas públicas el valor de la condena que hubo de pagar como
consecuencia del actuar doloso o gravemente culposo de sus agentes.
2) Sobre el debido proceso en estos casos. También ha dicho la Corte Constitucional, que “La
vinculación del servidor público como tercero interviniente y su citación que los vincula a lo que
en el futuro se resuelva, lejos de lesionar su derecho defensa lo garantiza a plenitud para que no
sea sorprendido con la legitimidad y legalidad de su actuación como servidor público,
controvertir las pruebas del cargo, alegar en forma oportuna, ejercer el derecho de impugnar las
providencias desfavorables, todo lo cual no solo redunda en propio beneficio como servidor
público que eventualmente podría ser demandado luego si se tratara de dos procesos
diferentes, sino como salta a la vista, también en beneficio del propio Estado”.
10. Eximentes de responsabilidad: fuerza mayor y caso fortuito, culpa exclusiva de la víctima y
hecho de un tercero.XXX
el daño, el hecho generador del mismo y un nexo de causalidad que permita imputar el
daño a la conducta (acción u omisión) del agente generador.
El nexo causal se entiende como la relación necesaria y eficiente entre el hecho generador del
daño y el daño probado. Relación de causa-efecto.
El nexo de causalidad es un elemento autónomo del daño(P) y del fundamento que no admite,
ningún tipo de presunción como sí lo admite la culpa o la falla.
que la relación causal debe ser probada en todos los casos por el actor si se tiene en
cuenta que no existen presunciones del nexo causal.
sino que le permite probar esa relación mediante pruebas indirectas que puedan aportar
los elementos que permitan al juez inferir la causa del daño.
i). La imputación.
Constatada esa relación causal mediante la aplicación de las teorías que ha elaborado la
doctrina y que ha recogido la jurisprudencia, se procede a hacer la imputación entendida –de
acuerdo con el profesor Juan Carlos Henao- como “la atribución jurídica de un daño a una o a
varias personas que en principio tienen la obligación de responder. Es una verdadera atribución
jurídica con relevancia en el mundo del derecho.
La verdadera función de este tipo de causales es la de evitar la atribución jurídica del daño al
demandado, es decir, impedir la imputación.
y cuyo efecto dañoso no podía evitarse por las medidas de precaución que
racionalmente eran de esperar”.
De acuerdo con la doctrina francesa, “es un caso constitutivo de fuerza mayor el evento
que presenta las tres características siguientes:
1. Es un hecho externo
2. Es un hecho imprevisible
3. Es un hecho irresistible.
El hecho constitutivo de fuerza mayor debe ser ajeno a la actividad dentro de la cual se
ha causado el daño(P);
dicho de otra manera, la fuerza mayor está definida como aquel hecho
que no depende del actuar de ninguna de las partes que se encuentran vinculadas al
hecho dañino:
Para establecer qué es lo previsible en cada caso concreto, se requiere analizar las
circunstancias particulares
se deben verificar las previsiones normales que habrían de exigirse a quien alega la fuerza
mayor.
La Corte Suprema de Justicia ha dicho que este elemento de la fuerza mayor consiste en
que
haya sido absolutamente imposible evitar el hecho o suceso aludido, no obstante los
medios de defensa empleados para superarlo.
La jurisprudencia del Consejo de Estado colombiano, por su parte, tiene por sentado que
para que se configure la fuerza mayor se debe probar la existencia de un hecho externo a
la actividad administrativa en ejercicio de la cual se causó el daño, imprevisible en su
ocurrencia e insuperable, entiéndase irresistible en sus efectos.
Las causales eximentes de responsabilidad: fuerza mayor, caso fortuito, hecho exclusivo y
determinante de un tercero o de la víctima, constituyen eventos que dan lugar a que sea
inadmisible imputar, desde el punto de vista jurídico, la responsabilidad por los daños cuya
causación da lugar a la iniciación del litigio, a la persona o entidad que obra como demandada
dentro del mismo. En relación con todas ellas, tres son los elementos cuya concurrencia
tradicionalmente se ha señalado como necesaria para que sea procedente admitir su
configuración: (i) su irresistibilidad; (ii) su imprevisibilidad; y (iii) su exterioridad respecto del
demandado.
En cuanto tiene que ver con (i) la irresistibilidad como elemento de la causa extraña, la misma
consiste en la imposibilidad del obligado a determinado comportamiento o actividad para
desplegarlo o para llevarla a cabo; en otros términos, el daño debe resultar inevitable para que
pueda sostenerse la ocurrencia de una causa extraña, teniendo en cuenta que lo irresistible o
inevitable deben ser los efectos del fenómeno y no el fenómeno mismo, pues el demandado
podría, en determinadas circunstancias, llegar a evitar o impedir los efectos dañinos del
fenómeno, aunque este sea, en sí mismo, irresistible, caso de un terremoto o de un huracán
(artículo 64 del Código Civil) algunos de cuyos efectos nocivos, en ciertos supuestos o bajo
determinadas condiciones, podrían ser evitados.
Por lo demás, si bien la mera dificultad no puede constituirse en verdadera imposibilidad, ello
tampoco debe conducir al entendimiento de acuerdo con el cual la imposibilidad siempre debe
revestir un carácter sobrehumano; basta con que la misma, de acuerdo con la valoración que
de ella efectúe el juez en el caso concreto, aparezca razonable, como lo indica la doctrina: “La
imposibilidad de ejecución debe interpretarse de una manera humana y teniendo en cuenta
todas las circunstancias: basta que la imposibilidad sea normalmente insuperable teniendo en
cuenta las condiciones de la vida”
En lo referente a (ii) la imprevisibilidad, suele entenderse por tal aquella circunstancia respecto
de la cual “no sea posible contemplar por anticipado su ocurrencia” ,toda vez que “Prever, en el
lenguaje usual, significa ver con anticipación” , entendimiento de acuerdo con el cual el agente
causante del daño sólo podría invocar la configuración de la causa extraña cuando el hecho
alegado no resulte imaginable antes de su ocurrencia, cuestión de suyo improbable si se tiene en
cuenta que el demandado podría prefigurarse, aunque fuese de manera completamente
eventual, la gran mayoría de eventos catalogables como causa extraña antes de su ocurrencia,
más allá de que se sostenga que la imposibilidad de imaginar el hecho aluda a que el mismo
jamás hubiera podido pasar por la mente del demandado o a que éste deba prever la
ocurrencia de las circunstancias que resulten de más o menos probable configuración o a que
se entienda que lo imprevisible está relacionado con el conocimiento previo de un hecho de
acaecimiento cierto.
Sin embargo, el carácter imprevisible de la causa extraña también puede ser entendido como la
condición de “imprevisto” de la misma, esto es, de acontecimiento súbito o repentino, tal y
como lo expresan tanto el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, como el
artículo 64 del Código Civil y la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, de acuerdo con
la cual “imprevisible será cuando se trate de un acontecimiento súbito, sorpresivo, excepcional,
de rara ocurrencia”. La recién referida acepción del vocablo “imprevisible” evita la
consecuencia a la cual conduce el entendimiento del mismo en el sentido de que se trata de
aquello que no es imaginable con anticipación a su ocurrencia,(P) toda vez que esta última
comprensión conllevaría a que la causa extraña en realidad nunca operase, si se tiene en
cuenta que prácticamente todos los sucesos que ocurren a diario ya han sido imaginados por el
hombre.
Así pues, resulta mucho más razonable entender por imprevisible aquello que, pese a que pueda
haber sido imaginado con anticipación, resulta súbito o repentino o aquello que no obstante la
diligencia y cuidado que se tuvo para evitarlo, de todas maneras acaeció, con independencia
de que hubiese sido mentalmente figurado, o no, previamente a su ocurrencia. En la dirección
señalada marcha, por lo demás, la reciente jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, la
cual ha matizado la rigurosidad de las exigencias que, en punto a lo “inimaginable” de la causa
extraña, había formulado en otras ocasiones:
Y, por otra parte, en lo relacionado con (iii) la exterioridad de la causa extraña, si bien se ha
señalado que dicho rasgo característico se contrae a determinar que aquella no puede ser
imputable a la culpa del agente que causa el daño o que el evento correspondiente ha de ser
externo o exterior a su actividad, quizás sea lo más acertado sostener que la referida exterioridad
se concreta en que el acontecimiento y circunstancia que el demandado invoca como causa
extraña debe resultarle ajeno jurídicamente, pues más allá de sostener que la causa extraña no
debe poder imputarse a la culpa del agente resulta, hasta cierto punto, tautológico en la
medida en que si hay culpa del citado agente mal podría predicarse la configuración, al menos
con efecto liberatorio pleno, de causal de exoneración alguna, tampoco puede perderse de
vista que existen supuestos en los cuales, a pesar de no existir culpa por parte del agente o del
ente estatal demandado, tal consideración no es suficiente para eximirle de responsabilidad,
como ocurre en los casos en los cuales el régimen de responsabilidad aplicable es de naturaleza
objetiva, razón por la cual la exterioridad que se exige de la causa del daño para que pueda ser
considerada extraña a la entidad demandada es una exterioridad jurídica, en el sentido de que
ha de tratarse de un suceso o acaecimiento por el cual no tenga el deber jurídico de responder
la accionada.
Por otra parte, a efectos de que opere el hecho de la víctima como eximente de
responsabilidad, es necesario aclarar, en cada caso concreto, si el proceder activo u omisivo de
aquélla tuvo, o no, injerencia y en qué medida, en la producción del daño. En ese orden de
ideas, resulta dable concluir que para que el hecho de la víctima tenga plenos efectos
liberadores de la responsabilidad estatal, es necesario que la conducta desplegada por la
víctima sea tanto causa del daño, como la raíz determinante del mismo, es decir, que se trate de
la causa adecuada,(P) pues en el evento de resultar catalogable como una concausa en la
producción del daño no eximirá al demandado de su responsabilidad y, por ende, del deber de
indemnizar, aunque, eso sí, habrá lugar a rebajar su reparación en proporción a la participación
de la víctima.
De lo expresado surgen las tres instituciones eximentes de responsabilidad: Fuerza mayor, caso
fortuito y el hecho de un tercero.
Es una institución ajena a la administración con entidad suficiente para romper el nexo de
causalidad entre la falla del servicio y el daño, tradicionalmente también se habla de caso
fortuito como términos sinónimos de iguales efectos liberantes art. 1º ley 95 de 1890 que dice: se
llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio, un
terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por funcionario
público.
Con fundamento en esta definición ambas figuras deben satisfacer las condiciones de
irresistibilidad e imprevisibilidad para que rompan el nexo o vinculo de causalidad que es
necesario para que haya responsabilidad por el daño ocasionado.
La concepción unicista del caso fortuito y la fuerza mayor como figuras sinónimas, ha sido
revisada por la jurisprudencia del consejo de estado,
encontrado diferencias entre estas dos nociones y dándoles un trato distinto en cuanto al
poder liberatorio de responsabilidad administrativa.
la fuerza mayor como un hecho irresistible, tiene como elemento la irresistibilidad (P),
es una autonomía entre la libertad y la autoridad, entre el ciudadano y el estado, hay una
fuerza un acto estatal, y esa fuerza es mayor o superior, es irresistible.
Para tal fin es necesario en primer término recordar que si bien el artículo 69 del Código Civil
asimila el concepto de fuerza mayor al de caso fortuito (concepción unitaria),
A su vez, el caso fortuito debe ser interior, no porque nazca del fueron interno de la
persona, sino porque proviene de la propia estructura de la actividad riesgosa, puede ser
desconocido y permanecer oculto. En tales condiciones, según la doctrina se confunde
con el riesgo profesional y por tanto no constituye una causa de exención de
responsabilidad.
Ejemplo. De modo que en este caso se configuró una fuerza mayor, por cuanto la reacción
asumida por el conductor fue producida por un hecho exterior (presencia de un caballo en la
vía), que en momento alguno estaba determinado por la actividad del conductor; era
irresistible, ya que ante la presencia del animal en la vía y la inminencia de chocar con él, a fin
de evitar un accidente al señor Lagos Hidalgo no le quedaba otra alternativa que tratar de
esquivarlo, sólo que las malas condiciones del terreno impidieron corregir la maniobra a efectos
de encarrilarse y continuar normalmente su camino. En cuanto a la previsibilidad, ninguno de
los testigos, refirió al tránsito y circulación habitual de semovientes por ese sitio, ni existían
señales de tránsito que informaran sobre esa situación, a fin de exigirle al entonces alcalde que
estuviera especialmente atento a esa situación y por tanto en ese momento y lugar no era
posible prever su ocurrencia.
Ejemplo No. 2º: Fuerza mayor – inexistencia/ caso fortuito inexistencia/ culpa de la víctima –
inexistencia/ falla del servicio por omisión. La excepción de fuera o caso fortuito no tiene
vocación de prosperidad. La Sala no vivencia la nota de irresistibilidad que tal eximente de
responsabilidad demanda. Una administración cuidadosa no sólo debe preocuparse por hacer
las obras bien, sino también por vigilarlas, mientras están en construcción, para que los
ciudadanos no se sientan invitados a transitar por las carreteras o los puentes inconclusos. Toda
vía pública abierta, sin señales de peligro, es un mensaje amplio de confianza del ente estatal
hacia los peregrinos que los utilizan. La nota de no causalidad tampoco aparece en la realidad
fáctica que se examina. No hubo imprudencia de los que hicieron uso del puente; la conducta
de la víctima es imputable a la administración, pues ésta inspiró la confianza para que la
ciudadanía hiciera uso de él. Por lo demás el hecho de la víctima no aparece como ilícito y
culpable.
Caso fortuito como eximente de responsabilidad. Hay caso fortuito cuando la causa del daño es
desconocida; la esencia del caso fortuito está en la imprevisibilidad,(P) el caso fortuito se
relaciona con acontecimientos provenientes del hombre y la fuerza mayor a hechos producidos
por la naturaleza. De manera más reciente ha insistido la Sala en la distinción entre fuerza mayor
y caso fortuito basada en el origen de la causa.
Caso fortuito es el suceso interno que se da dentro del campo de actividad de quien produce el
daño. La esencia del caso fortuito está en la imprevisibilidad.
Para que el hecho de la víctima tenga plenos efectos liberadores de la responsabilidad estatal,
es necesario que la conducta desplegada por la víctima sea tanto causa del daño, como
la raíz determinante del mismo, es decir,
que se trate de la causa adecuada, pues en el evento de resultar catalogable como una
concausa en la producción del daño
Para que este fenómeno opere como causal de exoneración de responsabilidad civil, la
culpa de la víctima-acreedor debe aparecer como la causa exclusiva del perjuicio; y
debe estar caracterizarse por ser imprevisible e irresistible para el demandado.
Requisitos y Efectos:
1. La conducta debe ser realizada por aquel que goza del carácter de acreedor de la
obligación incumplida, o por aquel quien sufrió personalmente un perjuicio.
3. Al igual que en fuerza mayor, el hecho de la víctima debe ser irresistible. Es decir, el hecho
culposo de la víctima-acreedor debe poner al demandado en una situación de
imposibilidad para evitar el daño.
4. El hecho debe ser imprevisto. Es decir, debe ser un evento de un carácter tan
remotamente probable y súbito que ni siquiera una persona diligente hubiera
razonablemente tomado medidas para precaverlo.
Se trata en este caso de una tercera persona que no guarda relación jurídica contractual con el
estado, y es causa adecuada del daño sufrido.
porque su conducta por si sola causó un daño, o concurrir con la culpa de la víctima.
En este tipo de eximente, un tercero es causa del daño sufrido por la víctima, y es importante
destacar que en la producción del evento dañoso interviene un sujeto que no es el ofensor o
entidad pública.
Cuando se comprueba que el hecho realizado por el tercero fue la única causa del
perjuicio,
La violación entonces, por parte de la víctima, de las obligaciones que en cada caso
concreto pesan sobre ella como persona administrada,
Así, en los eventos en que la falla del servicio o la culpa de la víctima son provocadas por
la otra parte, la responsabilidad no puede ser compartida.
Y ello es apenas lógico en la medida en que la causa que origina el perjuicio puede ser
atribuida a una u otra parte, más no ambas a la vez.
a). Una relación de causalidad entre el hecho de la víctima y el daño. Si la culpa del afectado
fue la causa única, exclusiva o determinante del daño la exoneración es total, si esa culpa no
tuvo incidencia alguna en la producción del evento perjudicial aquella no se configura y si
apenas fue una causa concurrente se producirá una libración parcial. Si la víctima no contribuye
en alguna forma a la producción del evento perjudicial, su conducta no puede tener
repercusiones en el campo de la responsabilidad
b). El hecho de la víctima debe ser extraño y no imputable al ofensor. Si el obrar de la víctima fue
provocado, propiciado o impulsado por el ofensor de tal manera que no le sea ajeno, no se
tipifica la exoneración de responsabilidad.
c). Que el hecho de la víctima sea ilícito y culpable. Esta última característica se ha explicado
diciendo que tal ilicitud y culpabilidad deben ser las necesarias para que tal conducta configure
un delito o cuasidelito. Cualquier circunstancia particular del caso no puede aceptarse como
hecho de la víctima, pues se corre el riesgo de pecar por informalidad jurídica en la aplicación
de la ley y el derecho, al caso concreto
Cuando el actor acredita que ha sufrido un perjuicio, lo mismo que la relación causal con el
hecho que lo origina, es procedente la aplicación del régimen de responsabilidad presunta,
teniendo la administración la posibilidad de exonerarse demostrando su comportamiento o
accionar prudente que impiden la catalogación de su conducta como omisiva, imprudente o
negligente.
Cuando además de la falla del servicio se configura la culpa de la víctima del daño, la
apreciación de éste estará sujeta a la reducción. Basta leer para confirmar este aserto los
artículos 2344 y 2357 del C.C., normas aplicables en su orden, ante la carencia de otras que
regulen en el campo de la responsabilidad estatal dicho fenómeno”. Apenas obvio que si la
víctima actuó imprudentemente, pudiéndosele endilgar alguna responsabilidad, ese hecho
disminuye proporcionalmente el monto de la indemnización. El artículo 2357 del C.C. establece
expresamente la reducción cuando la Víctima se ha expuesto imprudentemente al daño,
trayendo a colación el conocido aforismo “nadie puede alegar su propia torpeza“.
El hecho del tercero debe ser imprevisible e irresistible como la fuerza mayor, que dicho tercero
no tenga relación dependencia con el presunto responsable y en forma general se requiere que
sea la causa única o exclusiva del daño. Características: Ser la causa única o exclusiva del daño;
Que el tercero se encuentre debida y plenamente identificado o individualizado; Que no exista
relación de dependencia entre el tercero y el presunto agente del daño; Que el hecho del
tercero no haya sido provocado por el presunto responsable; Que sea irresistible e imprevisible
para el presunto responsable.
11. Perjuicios.
Con relación al estado: El perjuicio que es provocado por el estado a una persona que no
tiene el deber jurídico de soportarlo.
El Daño material es la pérdida o deterioro de las cosas o de los animales, causada por la acción
de un tercero.
Se entiende por tales aquellos que recaen sobre los bienes materiales que hacen parte
del patrimonio de una persona natural o jurídica.
Estos daños tienen repercusiones económicas que nuestro código civil clasifica
como daño emergente y lucro cesante.
Daño emergente: El daño emergente corresponde al valor o precio de un bien o cosa que ha
sufrido daño o perjuicio.
Cuando el bien o la propiedad de una persona ha sido dañada o destruida por otra,
estamos ante un daño emergente,
y la indemnización en este caso será igual al precio del bien afectado o destruido.
este concepto ha sido precisado por la doctrina y la jurisprudencia para referirlo a todo
empobrecimiento directo que sufre la victima del hecho,
como son los gastos que debe realizar para afrontar las consecuencias materiales del
mismo.
Aquí se incluyen los costos de adquisición o reparación de una cosa destruida y averiada,
los gastos médicos que debe sufragar un lesionado.
Lucro cesante: El lucro cesante hace referencia al lucro, al dinero, a la ganancia, a la renta que
una persona deja de percibir como consecuencia del perjuicio o daño que se le ha causado.
Si una persona no hubiera sufrido de un daño o perjuicio, se hubiera seguido lucrando sin
problemas, lucro que se pierde, que cesa por culpa del daño o del perjuicio,
y por supuesto que el responsable será quien causó el daño y el perjuicio, y en algunos
casos tendrá que indemnizar a la víctima del daño o perjuicio.
El lucro cesante es una manifestación concreta del daño patrimonial, es un tipo de daño
patrimonial de perjuicio económico.
El lucro cesante consolidado o vencido es la perdida de utilidad o ganancia que una persona
afectada por el hecho dañoso experimenta en su patrimonio desde la fecha del insuceso y
hasta la sentencia que impone la obligación indemnizatoria y el lucro cesante futuro es la
perdida que se sufre entre la fecha del fallo y aquella en la cual finaliza la obligación
indemnizatoria.
Por vía de doctrina y jurisprudencia, los daños morales se han subclasificado en dos grupos: el
moral puro o subjetivo y el moral objetivado. El primero corresponde al dolor íntimo, las angustias,
los padecimientos(P) y quebrantos que afectan los sentimientos de una persona. El segundo es
aquel que a pesar de estar relacionado con los sentimientos de la persona tiene repercusiones
en las actividades económicas de la víctima y esta manifestación externa permite la valoración
objetiva del perjuicio, Ej., quien en razón de un hecho que afecta intima mente a una persona,
esta a raíz de su postración emocional, sus complejos, y angustias, abandona su profesión oficio
o actividad económica o experimenta una merma en su capacidad productiva, lo cual le resta
ingresos económicos para atender a la propia subsistencia y a la de su familia.
Son aquellos que modifican el comportamiento del ser humano como tal, privándolo de las
experiencias que hacen grata su existencia y elevan el nivel de su calidad de vida, es el
atentado a la integridad personal Ej., perder para siempre un ojo, ese no poder ver, no poder
aparecer ante los semejantes como persona normal.
El daño fisiológico es una limitación que sufre la victima para realizar las actividades vitales que
hacen más placentera y grata la vida de cualquier ser humano.
A propósito de los daños morales, la doctrina ha considerado que éstos son “esos dolores,
padecimientos, etc., que pueden presentarse solamente como secuela de los daños infligidos a
la persona. Que no son entonces daños propiamente dichos, y que por otra parte, constituyen un
sacrificio de intereses puramente morales, que justifican una extensión del resarcimiento, esta vez
con función principalmente satisfactoria“. No obstante, se ha adoptado un criterio más amplio,
para considerar que hay lugar a indemnizar todo perjuicio moral, sin importar su origen, como el
derivado de la pérdida de bienes materiales o el causado con el incumplimiento de las
obligaciones derivadas del contrato, siempre que, como sucede en relación con cualquier clase
de perjuicios, aquellos sean demostrados en el proceso. Así, aunque en una primera etapa, la
jurisprudencia ha sido renuente a reconocer indemnización de perjuicios de carácter moral,
derivados de la actividad contractual, por cuanto consideró que “estos sólo se configuran
cuando se presenta la violación de alguno de los derechos de la personalidad del sujeto“, en
etapas posteriores ha considerado que hay lugar a reconocer la indemnización del daño moral
derivado de la imposición de una sanción contractual, cuando se tenga la convicción y la
certeza de que la víctima lo padeció; certeza y convicción que debe suministrar quien los
reclama, con elementos de prueba que no dejen duda de que debe accederse a una condena
por ese concepto. Debe destacarse que la distinción entre el daño moral y el material, ha
presentado dificultades de orden doctrinario. El argentino Orgaz ofrece un criterio esclarecedor
al respecto. Afirma que “la distinción entre las dos categorías de daño no depende, en
conclusión, de la índole de derechos afectados sino tan sólo de la repercusión que tenga el acto
ilícito sobre el patrimonio de la víctima” y Jorge Peirano Facio agrega: “Naturalmente, en cuanto
a tal repercusión debe precisarse, aunque no lo digan los partidarios de esta tesis, que ella debe
ser apreciada en el momento de producirse el daño (en tanto que éste integra el concepto de
responsabilidad extracontractual), y no en el período de la reparación, ya que en este aspecto,
incluso el daño moral, si se admite su reparación, incide sobre el patrimonio de la víctima en
tanto que se entiende que una suma de dinero puede colmar la lesión infringida por él (sic)“.
Para que haya lugar a la reparación del perjuicio basta que el padecimiento sea fundado, sin
que se requiera acreditar ningún requisito adicional. Corresponde al juez tasar discrecionalmente
la cuantía de su reparación, teniendo en cuenta las condiciones particulares de la víctima y la
gravedad objetiva de la lesión. La intensidad del daño es apreciable por sus manifestaciones
externas; por esto se admite para su demostración cualquier tipo de prueba. Sin embargo, la
jurisprudencia puede deducir su existencia en casos como el de la muerte de los parientes más
allegados. El perjuicio material, en la modalidad de daño emergente es el menoscabo o lesión
que afecta los bienes de la víctima o de los perjudicados con los hechos imputados a la
administración y “que puede generarse tanto por la destrucción, deterioro, privación del uso y
goce, etc., de bienes existentes en el patrimonio al momento del evento dañoso, como por los
gastos que, en razón de ese evento, la víctima ha debido realizar“. En la modalidad de lucro
cesante es la ganancia o provecho que el actor dejó de percibir como consecuencia del
evento dañoso (P). Se debe demostrar que tales hechos le han causado un grave sufrimiento,
susceptible de reparación, de la naturaleza de aquel que se padece por la pérdida de un ser
querido o el agravio que se infiere al cuerpo o a los sentimientos o a los derechos fundamentales
de las personas con una lesión o una injuria. El demandante debe acreditar haber padecido un
daño emocional significativo con los hechos provenientes de la administración. Si bien el
sufrimiento moral se padece interiormente, son sus manifestaciones externas las que permiten su
afirmación. Por lo tanto, no basta con asignar calificativos a los hechos; es necesario demostrar
su existencia, a través de cualquier medio de prueba.
Esta acción permite que el administrado que haya recibido un daño o perjuicio en desarrollo de
la actividad estatal, ya sea originado en un hecho, una omisión o en una operación
administrativa, pueda acudir directamente ante la jurisdicción contenciosa para obtener el
resarcimiento del mismo, esta acción está regulada en el artículo 140 del CPACA
Caducidad de la acción. La acción de reparación directa tiene una caducidad de dos años.
Contados a partir del día siguiente del acaecimiento del hecho, omisión u operación
administrativa u ocupación temporal, art. 164 del CCA., no requiere de agotamiento de vía
gubernativa.
ii). De grupo.
De conformidad con el art. 3º y 46 de la ley 472/98, las acciones de grupo o clase están
establecidas para obtener, exclusivamente, el reconocimiento y pago de la indemnización de
los perjuicios que se hayan ocasionado a un conjunto de personas, no menor de 20, que en
forma individual los han recibido bajo unas mismas condiciones e iguales causas. Sent. C-215/99;
T-536/94.
Objeto: las acciones de grupo o de clase tienen como objetivo obtener el reconocimiento y
pago de la indemnización de unos perjuicios, que han sufrido un conjunto de personas, no menor
de 20, que se han visto afectadas por un daño a un interés colectivo.
Para actuar en estas acciones de grupo, es necesario que se acredite, no solo la existencia de
un interés legítimo en quien formula la pretensión, sino que además debe demostrar que
pertenece a un grupo de individuos no menor de 20 de los que resultaron afectados por una
causa común, dicho grupo se puede incrementar durante el transcurso del proceso.
Los sujetos pasivos de la acción serán las autoridades públicas o los particulares que con su
acción u omisión hayan causado un perjuicio individual a un número plural de personas, en
número no inferior a 20 y que reúnan condiciones uniformes respecto a la misma causa que la
origino.
La oportunidad para ejercer la acción será máximo de 2º años contados a partir de la fecha en
que se causo el daño o cesó la acción que vulneraba el mismo.
Las acciones de grupo o de clase (art. 88, inciso segundo, C.P.), las cuales se originan en los
daños ocasionados a un número plural de personas que deciden acudir ante la justicia en
acción única, para obtener la respectiva reparación y que a pesar de referirse a intereses
comunes, se pueden individualizar en relación con el daño cuya indemnización se persigue. En
este caso, se trata de proteger intereses particulares de sectores específicos de la población (por
ejemplo, consumidores), de ahí su denominación original de clasificación.
En cuanto se refiere a las acciones de clase o de grupo, hay que señalar que éstas no hacen
relación exclusivamente a derechos constitucionales fundamentales, ni únicamente a derechos
colectivos, toda vez que comprenden también derechos subjetivos de origen constitucional o
legal, los cuales suponen siempre – a diferencia de las acciones populares – la existencia y
demostración de una lesión o perjuicio cuya reparación se reclama ante la juez. En este caso, lo
que se pretende reivindicar es un interés personal cuyo objeto es obtener una compensación
pecuniaria que será percibida por cada uno de los miembros del grupo que se unen para
promover la acción. Sin embargo, también es de la esencia de estos instrumentos judiciales, que
el daño a reparar sea de aquellos que afectan a un número plural de personas que por su
entidad deben ser atendidas de manera pronta y efectiva.
En el caso de la caducidad para la instauración de la acción de grupo, se está frente a
circunstancias diferentes a las que se protegen mediante la acción popular, toda vez que es
evidente que se refiere a derechos de distinta entidad, pues se trata de derechos subjetivos que
si bien pertenecen a un conjunto de personas, aquellos pueden ser también objeto de acciones
individuales para el resarcimiento que corresponda a cada una de ellas. La garantía
constitucional se reduce entonces, a la alternativa de acudir a un mecanismo ágil de defensa en
un lapso prudencial, sin que con ello se elimine la posibilidad para los miembros de ese grupo, de
ejercer posteriormente y dentro de los términos ordinarios de caducidad, las acciones
individuales que correspondan. Por consiguiente, la fijación de un término de caducidad para
ejercer la acción de grupo encuentra pleno sustento en la defensa de la seguridad jurídica, el
interés general y la eficacia de la administración justicia y en el deber consagrado en el artículo
95-7 de la Constitución de colaborar con el buen funcionamiento de la misma.
La doctrina ha definido como las acciones de grupo, cuyo objeto no es otro que obtener el
reconocimiento y pago de la indemnización de perjuicios por los daños producidos a un derecho
o interés colectivo. La diferencia sustancial entre la acción popular y la de grupo es que la
primera pretende la protección de los derechos e intereses colectivos, mientras que la segunda
persigue la reparación de un perjuicio por un daño común ocasionado a un número plural de
personas.
Resulta fundado y razonable que el legislador haya determinado que las jurisdicciones
contencioso administrativa y civil ordinaria sean las competentes para conocer y tramitar tanto
las acciones populares como las de grupo. En tal virtud, cuando la norma acusada señala cuales
procesos son de competencia de una u otra jurisdicción, lo hace teniendo en cuenta la
naturaleza de la función desarrollada por la persona o funcionario que produjo u ocasionó el
daño al interés o derecho colectivo. Además, la distribución de competencias que el legislador
hace entre las dos jurisdicciones tiene sustento en el factor subjetivo, ya que se violaría el debido
proceso si se desconociera la naturaleza jurídica de los autores del perjuicio, pues en algunos
casos éstos serán particulares, y en otros, personas públicas y privadas con funciones
administrativas, las causantes de los hechos dañosos a los derechos e intereses colectivos.
Se establecen dos modalidades a través de las cuales, las personas afectadas en un derecho o
interés colectivo que hubieren sufrido un perjuicio, pueden hacerse parte del proceso iniciado en
virtud de una acción de grupo: el primero, antes de la apertura a pruebas, mediante la
presentación de un escrito en el que se indique el daño sufrido, su origen y el deseo de acogerse
al fallo y de pertenecer al grupo; el segundo, dentro de los veinte días siguientes a la publicación
de la sentencia, suministrando la misma información y siempre que su acción no haya prescrito o
caducado. Para la Corte, dicha disposición no vulnera el debido proceso; por el contrario,
asegura la efectividad del principio del Estado social de derecho y en particular, uno de los fines
esenciales del Estado, como lo es el de garantizar la efectividad de los principios y derechos
consagrados en la Constitución, uno de ellos, el que tiene toda persona para acceder a la
administración de justicia. Y es que la finalidad perseguida es permitir a aquellas personas que
sufrieron un mismo daño o perjuicio a un derecho o interés de la colectividad, y que por motivo
de desinformación, desconocimiento u otro, no conocieron de la existencia del proceso puedan,
previo el lleno de unos requisitos fijados en la norma, acogerse a los beneficios de la sentencia.
Ello no sólo favorece al particular, sino también a la administración de justicia, pues evita que
ésta se desgaste con un nuevo proceso por los mismos hechos y contra la misma persona.
iii). Popular:
Se encuentra consagrada en el art. 88 de la CP, y fue desarrollada por la ley 472/98, es diferente
de la acción de grupo, se ejerce con el objeto de proteger derechos o intereses colectivos.
La acción popular está consagrada para proteger derechos o intereses colectivos, que tengan
que ver con el patrimonio, el espacio, la seguridad, la salubridad pública, la moral administrativa,
el medio ambiente, la libre competencia económica y los demás que sean similares y que la ley
considere como tales.
Las acciones populares están concebidas sobre la base de la prevención de la violación de los
derechos colectivos, para evitar su amenaza, con un procedimiento preferencial, ágil y
despojado de formalismos Sent. T-482/94.
Las acciones populares tienen por objeto: La protección de los derechos e intereses colectivos;
Evitar el daño contingente, hacer cesar el peligro, la amenaza, la vulneración o agravio sobre los
derechos e intereses colectivos. Restituir las cosas a su estado anterior, cuando fuere posible.
Cualquier persona está legitimada para interponer la acción sea natural o jurídica, pública o
privada.
El carácter público de las acciones populares, implica que el ejercicio de las acciones populares
supone la protección de un derecho colectivo, es decir, de un interés que se encuentra en
cabeza de un grupo de individuos, lo que excluye motivaciones meramente subjetivas o
particulares. No obstante, suponen la posibilidad de que cualquier persona perteneciente a esa
comunidad, pueda acudir ante el juez para defender a la colectividad afectada, con lo cual se
obtiene de manera simultánea, la protección de su propio interés.
La carencia de contenido subjetivo de las acciones populares (P) implica que en principio, no se
puede perseguir un resarcimiento de tipo pecuniario en favor de quien promueve el reclamo
judicial de un interés colectivo. Solamente, en algunos casos, el legislador ha previsto el
reconocimiento de los gastos en que incurra la persona que actúa en defensa del interés público
o de una recompensa, que de todas maneras no puede convertirse en el único incentivo que
debe tener en mira quien debe obrar más por motivaciones de carácter altruista y solidario, en
beneficio de la comunidad de la que forma parte. He afirmado que su propia condición permite
que puedan ser ejercidas contra las autoridades públicas por sus acciones y omisiones y por las
mismas causas, contra los particulares; su tramitación es judicial y la ley debe proveer sobre ellas
atendiendo a sus fines públicos y concretos, no subjetivos ni individuales. Dichos mecanismos
buscan el restablecimiento del uso y goce de tales derechos e intereses colectivos, por lo que
también tienen un carácter restitutorio. Estas acciones tienen una estructura especial que la
diferencia de los demás procesos litigiosos, en cuanto no son en estricto sentido una controversia
entre partes que defienden intereses subjetivos, sino que se trata de un mecanismo de
protección de los derechos colectivos preexistentes radicados para efectos del reclamo judicial
en cabeza de quien actúa a nombre de la sociedad, pero que igualmente están en cada uno
de los miembros que forman la parte demandante de la acción judicial.
La acción popular puede promoverse durante el tiempo que subsista la amenaza o peligro al
derecho e interés colectivo, sin límite de tiempo alguno No obstante, encuentro que la
excepción que en la misma disposición se prevé cuando la acción se dirige a “volver las cosas a
su estado anterior“, en cuanto establece un plazo de cinco (5) años para instaurarla (P),
contados a partir de la acción u omisión que produjo la alteración, desconoce el debido
proceso y el derecho de acceso a la administración de justicia, de los miembros de la
comunidad que se ven afectados en sus derechos e intereses colectivos. Carece entonces de
fundamento razonable y por lo mismo violatorio de derechos y principios constitucionales, el que
a pesar de que exista la probabilidad de subsanar y hacer cesar una situación que afecta
derechos esenciales de una comunidad presente o futura, se cierre la oportunidad para
cualquiera de los sujetos afectados de actuar en su defensa, al establecer un término de
caducidad cuando se demanda el restablecimiento de las cosas al estado anterior a la
violación del derecho, mientras ello fuere físicamente posible.
Estimo en relación que la finalidad de esta acción es no sólo la de permitir a la persona afectada
en un derecho colectivo ejercer las acciones populares para obtener la protección de su
derecho, sino además, extender esa facultad a aquellos funcionarios públicos que, como el
Procurador, el Defensor del Pueblo y los Personeros tienen a su cargo la defensa de los derechos
e intereses públicos.
Debe precisar en relación con esta acción, que la posibilidad que se concede para que una
persona diferente al afectado, actúe en su nombre en el ejercicio de una acción popular, debe
entenderse referida a la actuación de un apoderado judicial y no a la actuación de un
agente oficioso. No puede ser otro el sentido de la acción, al disponer la notificación al Defensor
del Pueblo, establece que ésta procederá “cuando se interponga una acción popular sin la
intermediación de un apoderado judicial“; es decir, la ley prevé dos situaciones: i) La
instauración de una acción popular directamente por la persona afectada por la violación de
derechos o intereses colectivos; ii) La presentación de dicha acción por medio de apoderado
judicial que lo represente, en virtud del poder que le sea conferido por el interesado.
El carácter restitutorio de las acciones populares justifica de manera suficiente, la orden judicial
de restablecer cuando ello fuere físicamente posible, la situación afectada al estado anterior a
la violación del derecho. El objetivo esencial de una acción popular es la protección efectiva de
derechos intereses colectivos, de manera que se hagan cesar los efectos de su
quebrantamiento, de manera obvia, si ello es posible. Por tal motivo, es al juez a quien
corresponde determinar si ese restablecimiento es factible o si al no serlo, debe decretarse una
indemnización, más aún, cuando la acción popular no persigue esencialmente un beneficio de
tipo pecuniario.
Es fin esencial del Estado garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes
consagrados en la Constitución. La acción popular no hace cosa distinta que buscar esa
efectividad, al subsidiar la presentación de esas acciones a personas de escasos recursos y así
facilitar su acceso a la administración de justicia, pues debido a los gastos que puede demandar
el ejercicio de las mencionadas acciones, quedarían sin la posibilidad de lograr la protección de
sus derechos e intereses colectivos.
iv). Repetición:
Es una acción contenciosa traída por la CP/91, pero solo desarrollada con la expedición de la
ley 678/01, se asemeja a la acción de reparación directa. Es una acción civil de carácter
patrimonial, ya explicada en capítulos anteriores.
1. Nociones Generales:
El Estado colombiano está organizado en dos partes: las ramas del poder público y los
organismos del Estado.
i). Las ramas del poder público son: la rama ejecutiva, la rama legislativa y la rama judicial.
ii). La otra parte que compone la organización del Estado es el conjunto de Organismos, estos
son: las instituciones que componen el grupo de los organismos de control como la Procuraduría
General de la Nación, la Defensoría del pueblo y la Contraloría General de la República. Un
segundo grupo es el de los organismos de la Organización electoral, los cuales son: el Consejo
Nacional Electoral y la Registraduría Nacional del Estado Civil. El tercer grupo de los Organismos
del Estado son el Banco de la República y la Comisión Nacional del Servicio Civil. La agencia
Nacional de Televisión.
d). Sector descentralizado por servicios: Los establecimientos públicos; Las empresas industriales y
comerciales del Estado; Las superintendencias y las unidades administrativas especiales con
personería jurídica; Las empresas sociales del Estado Las empresas oficiales de servicios públicos
domiciliarios; Los institutos científicos y tecnológicos; Las sociedades públicas y las sociedades de
economía mixta.
e). Entidades y organismos estatales sujetos a régimen especial: El Banco de la República Los
entes universitarios autónomos, Las corporaciones autónomas regionales, La Agencia Nacional
de Televisión La Comisión Nacional del Servicio Civil.
2. ii) Estado federal. Por el contrario, se predica esta noción de estado federal de aquella
forma de organización estatal en que las partes que lo integran gozan de autonomía más
o menos plena, si bien la soberanía y la personalidad ante el derecho internacional se
reservan al Estado globalmente considerado. Por tanto, los sistemas federales otorgan
autonomía a las provincias en los planos político, fiscal y administrativo con el propósito de
que estos asuntos se resuelvan dentro del ámbito de la respectiva región. Conocemos
bien en la historia política colombiana los acalorados debates que se originaron por la
discusión de estos puntos. El centralismo fue defendido por Antonio Nariño, quien clamó
por la formación de un gobierno central que tuviese su sede en Bogotá, y desde allí
gobernase a todas las provincias. El federalismo, por el contrario, tuvo como uno de sus
más notables voceros a Camilo Torres, quien era partidario de conformar un gobierno
semejante al de Estados Unidos de América, en el cual las provincias fueran autónomas
políticamente pero unidas entre sí por un pacto federal.
iii) Naturaleza del Estado colombiano. La Carta Política de 1991, señala el carácter jurídico del
Estado, al definirlo como un Estado social de derecho, organizado en forma de república
unitaria, descentralizada, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto a la
dignidad humana, el trabajo y la solidaridad, dentro de la prevalencia del interés general (Const.
Pol., art. 1°).
1. iv) Estructura del estado colombiano. El Estado colombiano está organizado por las ramas
y órganos que a continuación se describen: La rama legislativa. La rama legislativa la
forma el Congreso de la República que está integrado por:
a). La rama legislativa. La rama legislativa La forma el congreso de la república que está
integrado por: El senado de la república y la Cámara de representantes.
La rama ejecutiva del poder público en el orden nacional por su parte se integra así:
Sector descentralizado por servicios: Los establecimientos públicos; Las empresas industriales y
comerciales del Estado; Las superintendencias y las unidades administrativas especiales con
personería jurídica; Las empresas sociales del estado y las empresas oficiales de servicios públicos
domiciliarios; Los institutos científicos y tecnológicos; Las sociedades públicas y las sociedades de
economía; Las demás entidades administrativas nacionales con personería jurídica que cree,
organice o autorice la ley para que formen parte de la rama ejecutiva del poder público.
c). La rama judicial. La rama judicial se integra por: La Corte Constitucional; El Consejo Superior
de la Judicatura. La Corte Suprema de Justicia; El Consejo de Estado; La Fiscalía General de la
Nación; Los tribunales; Los juzgados.
Los órganos de control; También forman parte de la estructura del Estado los siguientes
organismos de control: El ministerio público integrado por: La Procuraduría General de la Nación
y La Defensoría del Pueblo; La Contraloría General de la República; La Auditoría General de la
República.
En términos sencillos, se entiende por reforma administrativa el proceso tendiente a adecuar las
estructuras de la administración pública a las cambiantes necesidades que ella debe satisfacer.
Es pues, un proceso de modernización y actualización de estructuras, de métodos y de
herramientas de trabajo.
Como bien lo expresa Debbasch, “El tema de la reforma administrativa ocupa un lugar
importante en los problemas gubernamentales y en las reivindicaciones de la opinión pública”.
El Congreso de la república expidió la ley 489 del 29 de diciembre de 1998 “Por la cual se dictan
normas sobre la organización y funcionamiento de las entidades del orden nacional, se expiden
las disposiciones, principios y reglas generales para el ejercicio de las atribuciones previstas en los
numerales 15 y 16 del artículo 189 de la Constitución Política y se dictan otras disposiciones”.
Dicha ley tiene por objeto regular el ejercicio de la función administrativa, determinar la
estructura y definir los principios y reglas básicas de la organización y funcionamiento de la
administración pública.
Implicaciones de la ley 489. La ley 489 posibilita la reforma de administración pública como una
política permanente del estado con miras a su modernización basada en principios consagrados
en la Constitución como la descentralización, la desconcentración, la coordinación, la
delegación así como principios de la función administrativa entre ellos la eficacia, la eficiencia y
la transparencia.
La ley crea instrumentos jurídicos, administrativos y técnicos para modernizar el estado conforme
a los preceptos de la Carta de 1991 y acordes con la sociedad del nuevo milenio.
Con base en las disposiciones, normas y reglas generales para los fines antes citados, el gobierno
nacional expidió un conjunto de decretos (70 aproximadamente) que desarrollan la ley 489 en
materia de reforma institucional.
Aquí nos hemos preocupado más por las posibilidades que dicha ley contiene sobre reformas de
la administración, pero como la ley 489 es el estatuto actual de la administración pública
volvemos a ocuparnos de ella más adelante, para estudiar con más detalle todo su contenido.
La ley 573 de 2000 otorgó facultades extraordinarias al presidente de la república entre otros
aspectos para reformar los organismos de control: Contraloría General de la República,
Procuraduría General de la Nación y Fiscalía General de la Nación.
Con fundamento en las mencionadas facultades se expidieron algunos decretos leyes para
reestructurar los citados organismos, así: Fiscalía General de la Nación, decreto 261 de
2000; Procuraduría General de Nación, decretos 262, 263, 264 y 265 de 2000; Contraloría General
de la República, decretos 267, 268, 269, 270 y 271 de 2000.
También merece destacarse el decreto-ley 254 de 2000, que contiene el régimen para la
liquidación de las entidades públicas del orden nacional, luego modificado por la ley 1105 de
2006.
Objetivo. El gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, desarrolla el programa de renovación de
la administración pública: Hacia un Estado comunitario.
El programa está concebido como un ambicioso proceso que busca renovar la administración
pública mediante tres objetivos principales, a saber:
La ley 790 del 27 de diciembre de 2002 contiene disposiciones para adelantar el Programa de
Renovación de la Administración Pública y otorga facultades extraordinarias al presidente de la
república para el desarrollo de la reforma, dentro de los siguientes criterios: Se deberá subsanar
problemas de duplicidad de funciones y de colisión de competencia entre organismos y
entidades; Se deberá procurar una gestión por resultados con el fin de mejorar la productividad
en el ejercicio de la función pública. Para el efecto deberán establecerse indicadores de gestión
que permitan evaluar el cumplimiento de las funciones de la entidad y de sus responsables; Se
garantizará una mayor participación ciudadana en el seguimiento y evaluación en la ejecución
de la función pública; Se fortalecerán los principios de solidaridad y universalidad de los servicios
públicos; Se profundizará el proceso de descentralización administrativa
trasladando competencias del orden nacional hacia el orden territorial; Se establecerá y
mantendrá una relación racional entre los empleados misionales y de apoyo, según el tipo de
entidad y organismo; Se procurará desarrollar criterios de gerencia para el desarrollo en la
gestión pública.
ii). Rama ejecutiva. Está formada como lo vimos en su oportunidad, y obra bajo la dirección del
presidente de la república.
Así mismo, los ministerios, los departamentos administrativos y las superintendencias constituyen el
sector central de la administración pública nacional, art. 38 ley 489. Los organismos y entidades
adscritos o vinculados a un ministerio o un departamento administrativo que gocen de
personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio o capital independiente,
forman el sector descentralizado de la administración pública nacional y cumplen sus funciones
en los términos que señale la ley.
Las gobernaciones, las alcaldías, las secretarías de despacho y los departamentos administrativos
son los organismos principales de la administración en el correspondiente nivel territorial. Los
demás les están adscritos o vinculados, y cumplen sus funciones bajo su orientación,
coordinación y control en los términos que señale la ley, las ordenanzas o los acuerdos, según el
caso.
iii). Administración pública. Es una noción más amplia que la de gobierno y que la de rama
ejecutiva. Así, la administración pública, según el artículo 39 de la ley 489 de 1998 se integra por
los organismos que forman la rama ejecutiva del poder público y por todos los demás organismos
y entidades de naturaleza pública que de manera permanente tienen a su cargo el ejercicio de
las actividades y funciones administrativas o la prestación de servicios públicos del Estado
colombiano.
LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL.
1. Nociones Generales:
1. INTEGRACIÓN.
2. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.
Requisitos:
Ser colombiano de nacimiento.
Ciudadano en ejercicio.
Mayor de 30 años.
Elegido para un período de 4 años art. 190 CP y toma posesión ante el Congreso de la
República. Art. 188 a 201 CP.
Jefe de Estado.
Jefe de Gobierno.
Porque los ministros son nombrados libremente por el jefe del Estado, sin obligación de
tener en cuenta las opiniones predominantes en el parlamento;
El jefe del estado ejerce realmente la función ejecutiva, y los ministros son consejeros suyos
y colaboradores responsables por los actos de la administración. Como veremos, la
Constitución Política de 1991 le añadió a nuestro presidencialismo un matiz parlamentario.
En este sistema el parlamento absorbe la marcha de los negocios públicos, y el ejecutivo queda
subordinado a la opinión que predomina en las cámaras. En otras palabras, el jefe de estado
tiene una representación honorífica que puede llegar a ser meramente decorativa, con un
mínimo de acción.
El gabinete se debe componer de personas que gocen de la confianza del partido que
predomina en el parlamento;
El gabinete se halla subordinado al parlamento, en tal forma que debe dimitir cuando el
resultado de la votación en las cámaras demuestre que ha perdido su confianza;
El jefe del estado, que lo es de la rama ejecutiva, nombra y separa los ministros, siguiendo
las orientaciones parlamentarias en cada situación;
tiene poderes muy limitados, y su acción radica especialmente en el gabinete y en el
primer ministro.
Desde luego que la moción de censura, inscrita en nuestras instituciones a partir de la Carta de
1991, desdibuja el presidencialismo estricto y le da un matiz parlamentarista a nuestro sistema.
Además la extensión de la figura a los directores de departamento administrativo y a los
superintendentes, así como a los secretarios de despacho en la administración local, deja la
administración en manos de la política, situación bastante inconveniente a nuestro juicio.
El artículo 189 de nuestra Carta Política institucionaliza nuestro régimen presidencial y otorga al
primer mandatario el título de “jefe del estado, jefe del gobierno y suprema autoridad
administrativa”.
Esta concentración de funciones, dentro del modelo constitucional del régimen presidencial, al
unificar en un órgano unipersonal la jefatura del estado y del gobierno, le otorga al primer
mandatario un particular liderazgo en el país. art.56ley 489/98.
Bajo este nombre genérico se agrupan los decretos que la Constitución puso bajo el nombre
global de estados de excepción, que comprenden:
Son transitorios y sus efectos cesan automáticamente cuando se restablezca el orden público,
mientras que los de emergencia, en sus tres modalidades, tienen una vocación de permanencia.
Estos decretos tienen la virtud de suspender ciertas leyes(P) y prevalecer sobre ellas por la
sucesión de hechos anormales y perturbadores del Estado Social de derecho.
Son los decretos que expide el presidente de la república en uso de las facultades que le
confiere la Constitución para los estados de excepción, en los términos del artículo 214, que dice:
Los estados de excepción a que se refieren los artículos anteriores se someterán a las siguientes
disposiciones:
Los decretos legislativos llevarán la firma del presidente de la república y todos sus ministros
y solamente podrán referirse a materias que tengan relación directa y específica con la
situación que hubiere determinado la declaratoria del estado de excepción.
Tan pronto como hayan cesado la guerra exterior o las causas que dieron lugar al estado
de conmoción interior, el gobierno declarará restablecido el orden público y levantará el
estado de excepción.
El presidente y los ministros serán responsables cuando declaren los estados de excepción
sin haber ocurrido los casos de guerra exterior o de conmoción interior, y lo serán también,
al igual que los demás funcionarios, por cualquier abuso que hubieren cometido en el
ejercicio de las facultades a que se refieren los artículos anteriores.
Decretos de emergencia económica. Son los dictados por el presidente de la república con
fundamento en el artículo 215 de la Constitución y tienen como finalidad conjurar los hechos
amenazantes, sobrevinientes o calamitosos, que comprometan el orden económico, social o
ecológico del país. Estos decretos tienen fuerza de ley.
El decreto que declara la emergencia debe ser motivado, firmado por todos los ministros y
determinar el número de días que va a durar. El gobierno debe convocar al Congreso si este no
se hallare reunido para los diez días siguientes al vencimiento de dicho término (Const. Pol., art.
215). El control de estos decretos está asignado a la Corte Constitucional.
Luego, mediante el decreto 80 de 13 de enero de 1997, se hizo uso una vez más del estado de
emergencia económica y social. Fueron causas de esta determinación el desmedido
endeudamiento externo de los sectores público y privado, el ingreso extraordinario de divisas, la
crítica situación del déficit fiscal, la pérdida de competitividad de la producción nacional en los
mercados internacionales y la desaceleración de la economía.
Para expedir normas con fuerza de ley cuando la necesidad lo exija o la conveniencia
pública lo aconseje.
Estas autorizaciones están previstas en el numeral 10 del artículo 150 de la Constitución actual. El
control de estos decretos está asignado a la Corte Constitucional (Const. Pol., art. 241).
Se expiden por la necesidad de definir la orientación de una ley y de señalar pautas para
su aplicación a los funcionarios administrativos.
Las leyes susceptibles de su aplicación son las de carácter administrativo, es decir, las que
deben ser puestas en ejecución por parte de los empleados administrativos.
por lo cual se dice que son funciones eminentemente administrativas, con cierto grado de
participación del legislador
¿Qué diferencia existe entre los decretos leyes dictados en ejercicio de facultades
extraordinarias y los decretos legislativos dictados en los estados de excepción?
Tanto los Decretos Leyes, dictados en ejercicio de facultades extraordinarias, como los Decretos
Legislativos, dictados con ocasión de los llamados estados de excepción, tienen rango, fuerza y
valor de ley. Sin embargo, se diferencian en cuanto a su estructura y razón de ser.(P)
Los Decretos Legislativos no requieren una autorización previa por parte del Congreso
para que el Gobierno ejerza la función legislativa.
Por lo tanto, existe una potestad legislativa que es originaria para el ejecutivo y es
reconocida expresamente por la Constitución Política.(P)
La intervención del Congreso no parte de una ley que habilite al Presidente para ejercer
dicha función normativa, sino que se circunscribe simplemente a un control posterior.(P)
En el evento de los Decretos Leyes dictados con ocasión de las facultades extraordinarias,
con el fin de que éste expida decretos con fuerza de ley sobre las materias que
expresamente se le asignen en la ley de habilitación,
las cuales deben ser precisas y limitadas, sin que el Presidente pueda, al ejercerlas,
excederse de los precisos parámetros establecidos en la delegación.
Las facultades extraordinarias se van agotando en la medida en que se van utilizando, ya que el
Gobierno legisla por expresa delegación del Congreso.
2. f) Decretos de planificación. Son los que puede dictar el presidente cuando el Congreso
no ha expedido, en las oportunidades previstas por el artículo 341 de la Carta, el plan
nacional de inversiones públicas. No hay hasta el momento experiencia constitucional
sobre estos decretos. El control de estos decretos está asignado a la Corte Constitucional
conforme lo preceptúa el artículo 241 numeral 5 de la actual ley de leyes.
4. g) Decretos ejecutivos. Son los decretos que expide el presidente de la república en uso
de las facultades que le confiere la Carta Política, para el giro normal de los asuntos
administrativos, tales como nombramientos, creación y supresión de cargos (art. 189, ords.
1°y 13). El control de estos decretos está asignado al Consejo de Estado.
4). Responsabilidad del presidente de la república: El presidente puede ser acusado ante la
Cámara de Representantes por cualquier ciudadano, pero solo si la denuncia verdaderamente
presta mérito, la Cámara formula acusación ante el Senado para que este la conozca “por
hechos u omisiones ocurridos en el desempeño del cargo” (Const. Pol., art. 174). Las reglas que se
deben observar en estos juicios, están previstas en el artículo 175 de nuestro ordenamiento
supremo.
El país manejó con fortuna la institución del designado para suplir las faltas del presidente. No era
necesario introducir modificaciones a una institución que había funcionado bien. No obstante, el
constituyente de 1991, prefirió la institución de la vicepresidencia, que ya había sido de recibo en
otras de nuestras constituciones, sin buenos resultados.
planes generales,
490. Preparar los proyectos de ley relacionados con su ramo. 2. Preparar los proyectos
de decretos y resoluciones ejecutivas que deban dictarse en ejercicio de las atribuciones
que corresponden al Presidente de la República como suprema autoridad administrativa y
dar desarrollo a sus órdenes que se relacionen con tales atribuciones. 3. Cumplir las
funciones y atender los servicios que les están asignados y dictar, en desarrollo de la ley y
de los decretos respectivos, las normas necesarias para tal efecto. 4. Preparar los
anteproyectos de planes o programas de inversiones y otros desembolsos públicos
correspondientes a su sector y los planes de desarrollo administrativo del
mismo. 5. Coordinar la ejecución de sus planes y programas con las entidades territoriales
y prestarles asesoría, cooperación y asistencia técnica. 6. Participar en la formulación de
la política del Gobierno en los temas que les correspondan y adelantar su ejecución. 7.
Orientar, coordinar y controlar, en la forma contemplada por las respectivas leyes y
estructuras orgánicas, las superintendencias, las entidades descentralizadas y las
sociedades de economía mixta que a cada uno de ellos estén adscritas o vinculadas. 8.
Impulsar y poner en ejecución planes de desconcentración y delegación de las
actividades y funciones en el respectivo sector. 9. Organizar y coordinar el Comité
Sectorial de Desarrollo Administrativo correspondiente. 10. Velar por la conformación del
Sistema Sectorial de Información respectivo y hacer su supervisión y seguimiento.
492. d) Los ministros. Estos altos funcionarios forman el gobierno, conjuntamente con el
presidente y los directores de departamento administrativo, según lo preceptúa el artículo
115 de la Constitución Política.
Son calidades necesarias para desempeñar el citado cargo: ser ciudadano en ejercicio y
tener más de 25 años de edad.
Los ministros del despacho ejecutivo son los inmediatos colaboradores del presidente de la
república, de su libre nombramiento y remoción. Son los órganos de comunicación entre
el gobierno y el Congreso.(P)
Dentro de las primeras, señalaremos las previstas en la Carta de 1991, que prescribe que
los ministros son órganos de comunicación del gobierno con el Congreso; presentan a las
cámaras proyectos de ley; toman parte directa, o por intermedio de los viceministros, en
los debates de las cámaras o de sus comisiones permanentes, cuando son requeridos por
estas.
Sus funciones administrativas están previstas en el artículo 61 de la ley 489 de 1998, así:
Estos altos funcionarios, están al frente de los departamentos administrativos, que son
reparticiones de linaje técnico y no político.
Por eso sus directores no pueden ser citados a las plenarias del Congreso, sino tan solo a
sus comisiones constitucionales permanentes. (P)
El acto legislativo 1 de 2007 que extendió la noción de censura a estos altos funcionarios
desfigura totalmente su linaje técnico.
489. i) Organización y funcionamiento de los departamentos administrativos. La
estructura orgánica y el funcionamiento de los departamentos administrativos, sin perjuicio
de lo dispuesto en la ley 489 de 1998, se rigen por las normas de creación y organización.
Habrá, en cada uno, un director de departamento y un subdirector que tendrán las
funciones, en cuanto fueren pertinentes, contempladas para el Ministro y los viceministros,
respectivamente. Art. 59 y 61 de la ley 489.
En los departamentos administrativos funcionarán, además, las unidades, los consejos, comisiones
o comités técnicos que para cada uno se determinen.
3. ii) Moción de censura: el acto legislativo No. 1 de 2007. Mediante este, acto se reformó la
Constitución en orden a extender a los directores de departamento administrativo y a los
superintendentes la moción de censura reservada antes a los ministros.
4. LAS SUPERINTENDENCIAS.
Su función es controlar a las empresas privadas de distintas áreas para garantizar que
cumplan con las normativas vigentes y que no vulneren los derechos de los consumidores
Titularidad y delegación:
Inspección y vigilancia del presidente sobre los servicios públicos, Art. 189-22. Dentro de esta
atribución podemos encontrar las superintendencias:
Notariado y registro.
De subsidio familiar
Y general de puertos.
Estas funciones las desarrolla de acuerdo a las disposiciones dadas por el legislador de acuerdo
con el artículo 150-8 CP.
2. ii) Creación. Al disponer la definición citada que las superintendencias son creadas por la
ley, se quiere decir que solamente el Congreso o. el presidente, en ejercicio de expresas
atribuciones para el efecto, pueden dar vida jurídica a tales entes configurantes del sector
central.
Lo anterior por cuanto el ordinal 7º del artículo 150 de la Constitución dispone que corresponde
al Congreso, mediante leyes (a iniciativa exclusiva del gobierno según el art. 154), determinar la
estructura de la administración nacional, y crear, suprimir o fusionar ministerios, departamentos
administrativos, superintendencias, establecimientos públicos, y otras entidades del orden
nacional. Es muy importante anotar que ni en la Constitución de 1886, ni en sus reformas,
figuraban las superintendencias. Este vacío se subsana con la constitución actual.
El primer antecedente sobre estos organismos data del año 1923, cuando se creó la
Superintendencia Financiera. Hoy, además de esta, existen la de Sociedades, la de Industria y
Comercio, la de Salud, la de Servicios Públicos Domiciliarios, y la de Subsidio Familiar. La
Superintendencia de Notariado y Registro está organizada como unidad administrativa especial.
1. iv) Clasificación. De la definición que antes se anotó, surge una importante clasificación
así:
y las que simplemente se ocupan de los asuntos que les señale la ley.
La Corte Constitucional en la sentencia C-415 del 28 de mayo de 2002 (M. P. Dr. Eduardo
Montealegre Lynett), estableció que las decisiones de las superintendencias dictadas en virtud
de las atribuciones jurisdiccionales que les confirió la ley 446 de 1998 (solución de discrepancias
sobre la ocurrencia de causales de disolución de sociedades, sanción de conductas constitutivas
de competencia desleal y adopción de medidas de protección al consumidor) y mediante las
cuales se declaren incompetentes o adopten el fallo definitivo, son apelables ante la respectiva
autoridad judicial.
Las superintendencias sin personería jurídica, forman junto con la Presidencia de la República, y
demás organismos previstos en el numeral 1 del artículo 38 de la ley 489 de 1998, el sector
central de la rama ejecutiva del poder público en el orden nacional la posibilidad de que los
superintendentes puedan ser objeto de la moción de censura atenta gravemente contra el
contenido complejo, especializado y técnico de sus funciones de administración y no de
gobierno.
Con su autorizada opinión de especialista, Jaime Vidal Perdomo explica tales entidades en los
siguientes términos:
Podemos mencionar como unidades administrativas especiales sin personería jurídica, las
comisiones de regulación, la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional de Colombia.
Las unidades administrativas especiales sin personería jurídica hacen parte del sector central de
la rama ejecutiva, según el literal e), numeral 1, del artículo 38 de la ley 489 de 1998.
Están sujetas al control político y a la suprema dirección del órgano de la administración al cual
están adscritas o vinculadas.
Estas entidades también integran la rama ejecutiva en el sector descentralizado por servicios y al
frente de ellas está un consejo directivo y un director, gerente o presidente designado por el jefe
del Estado.
personería jurídica;
1. ii) Creación. Según nuestra Constitución, solamente el Congreso tiene competencia para
crear organismos de esta naturaleza, puesto que el ordinal 7° del artículo 150 le entrega,
entre otras atribuciones, la de determinar la estructura de la administración nacional,
mediante la creación de ministerios, departamentos administrativos y establecimientos
públicos.
iii) Finalidad. Así mismo, cuando la definición señala que los organismos a los cuales nos venimos
refiriendo, están encargados principalmente de atender funciones administrativas, está
indicando que los establecimientos públicos se ocupan de tareas estatales, es decir, de servicios
públicos cuya prestación compete al Estado:
Todos los miembros de los consejos directivos o asesores de los establecimientos públicos
deberán obrar en los mismos consultando la política gubernamental del respectivo sector y el
interés del organismo ante el cual actúan.
Los consejos de los establecimientos públicos deben ser presididos por el ministro o el director de
departamento administrativo a cuyo despacho se encuentre adscrita la entidad o por su
delegado.
v). Régimen de inhabilidades e incompatibilidades. Los representantes legales y los miembros de
los consejos directivos o asesores de los establecimientos públicos, están sujetos al régimen de
inhabilidades, incompatibilidades y responsabilidades previstas en el decreto 128 de 1976 y
demás normas que lo modifique o adicionen.
Así mismo, los particulares miembros de los consejos directivos o asesores de los establecimientos
públicos, según la ley 489 de 1998, aunque ejercen funciones públicas, no adquieren por ese solo
hecho la calidad de empleados públicos. Su responsabilidad, lo mismo que sus
incompatibilidades e inhabilidades, se regirán por las leyes que regulan la materia y los estatutos
internos del respectivo organismo.
vii) Derecho aplicable y régimen de los actos y contratos. Los establecimientos públicos
funcionan conforme a las reglas del derecho público, es decir, que el régimen legal aplicable a
ellos lo constituyen las distintas ramas que lo integran, o sea el derecho constitucional, el derecho
administrativo y la hacienda pública.
Los actos unilaterales que expidan los establecimientos públicos en ejercicio de funciones
administrativas son actos administrativos y se sujetan a las disposiciones del CCA.
Los contratos que celebren los establecimientos públicos se rigen por las normas del estatuto
contractual de las entidades estatales y las disposiciones que lo complementen, adicionen o
modifiquen, sin perjuicio de lo dispuesto en las normas especiales.
viii) Ejemplos de establecimientos públicos. Dentro de los establecimientos públicos del orden
nacional encontramos:
el Icetex,
el Incoder,
el Sena
Las unidades administrativas especiales y las superintendencias con personería jurídica, conforme
al artículo 82 de la ley 489 de 1998, son entidades descentralizadas, con autonomía
administrativa y patrimonial, las cuales se sujetan al régimen jurídico contenido en la ley que las
crea y en lo no previsto por ella, al de los establecimientos públicos.
La ley 100 de 1993, al establecer el régimen de las empresas sociales del Estado, determinó en los
artículos 194 y 195 su naturaleza y régimen jurídico.
En relación con la naturaleza, dispuso el artículo 194 de ley 100, ya citada, que la prestación de
servicios de salud en forma directa por la nación, se hará a través de las empresas sociales del
Estado, que constituyen una categoría especial de entidad pública descentralizada, con
personería jurídica, patrimonio propio y autonomía administrativa, creadas por la ley.
En cuanto al régimen jurídico precisa la ley 100 que dichas empresas se someterán a lo siguiente:
El nombre deberá mencionar siempre la expresión “Empresa Social del Estado”; el objeto debe
ser la prestación de los servicios de salud, como servicio público a cargo del Estado o como
parte del servicio público de seguridad social; La junta o consejo directivo estará integrada de la
misma forma dispuesta en el artículo 19 de la ley 10 de 1990; el director o representante legal
será designado según lo dispone el artículo 192 de la ley 100 de 1993; Las personas vinculadas a
la empresa tendrán el carácter de empleados públicos y trabajadores oficiales, conforme a las
reglas del capítulo IV de la ley 10 de 1990; En materia contractual se regirá por el derecho
privado, pero podrá discrecionalmente utilizar las cláusulas exorbitantes previstas en el estatuto
general de contratación de la administración pública; el régimen presupuestal será el que se
prevea, en función de su especialidad, en la ley orgánica de presupuesto, de forma que se
adopte un régimen de presupuesto con fundamento en el sistema de reembolso contra la
prestación de servicios, en los términos que han sido previstos en la ley; Por tratarse de una
entidad pública podrá recibir transferencias directas de los presupuestos de la nación o de las
entidades territoriales; Para efectos de tributos nacionales se someterán al régimen previsto para
los establecimientos públicos.
No obstante lo anterior, la ley 1122 de 2007 que hace algunas modificaciones al sistema general
de seguridad social en salud, dedica algunos artículos de la misma a regular lo referente a las
empresas sociales del Estado y en especial a la designación de los gerentes de dichas empresas,
modificando así la ley 100.
Dentro de esta modalidad de empresas sociales del Estado del orden nacional se hallan el
Instituto Nacional de Cancerología, el Sanatorio de Agua de Dios, y la ESE Luis Carlos Galán
Sarmiento.
14. Empresas oficiales de servicios Públicos.
Las empresas oficiales de servicios públicos domiciliarios y las entidades públicas que tienen por
objeto la prestación de los mismos, según el artículo 84 de la ley 489 de 1998 que las clasifica
como entidades descentralizadas, se sujetan a la ley 142 de 1994 o ley de servicios públicos, a lo
previsto en la ley 489 en los aspectos no regulados por aquella y a las normas que las
complementen, sustituyan o adicionen.
16. i) Integran la rama ejecutiva. Según el artículo 115 de la Constitución Política y el artículo
38 de la ley 489 de 1998, estas entidades forman parte de la rama ejecutiva en el sector
descentralizado por servicios, aclaración importante puesto que con la legislación anterior
tan solo estaban vinculadas a ella. Al frente de estas entidades se encuentra un gerente o
presidente que es designado por el presidente de la república.
17. ii) Definición. De conformidad con el artículo 85 de la ley 489 de 1998, las empresas
industriales y comerciales del Estado, son organismos creados por la ley o autorizados por
esta, que desarrollan actividades de naturaleza industrial o comercial y de gestión
económica conforme a las reglas del derecho privado, salvo las excepciones que
consagra la ley, y que reúnen las siguientes características:
personería jurídica;
capital independiente,
los productos de ellos o el rendimiento de tasas que perciban por las funciones o servicios,
y contribuciones de destinación especial en los casos autorizados por la Constitución.
iii) Dirección y administración de las empresas industriales y comerciales del Estado. La dirección
y administración de las empresas industriales y comerciales del Estado está a cargo de una junta
directiva y de un gerente o presidente.
1. iv) Designación del gerente o presidente de las empresas industriales y comerciales del
Estado. El gerente o presidente de las empresas industriales y comerciales del Estado es
agente del presidente de la república, de su libre nombramiento y remoción.
2. v) Régimen de los actos y contratos. Los actos que expidan las empresas industriales y
comerciales del Estado para el desarrollo de su actividad propia, industrial o comercial o
de gestión económica se sujetarán a las disposiciones del derecho privado. Los contratos
que celebren para el cumplimiento de su objeto se sujetarán a las disposiciones del
estatuto general de contratación de las entidades estatales.
3. vi) Ejemplos de empresas industriales y comerciales del Estado. Encontramos entre otras las
siguientes: el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo -Fonade-, Fondo Nacional de
Ahorro, Caja Promotora de Vivienda Militar, la Industria Militar y la Imprenta Nacional de
Colombia.
5. i) Definiciones legales. La ley 489 de 1998 las define en su artículo 97 así: “Las sociedades
de economía mixta son organismos autorizados por la ley, constituidos bajo la forma de
sociedades comerciales con aportes estatales y de capital privado, que desarrollan
actividades de naturaleza industrial o comercial conforme a las reglas del derecho
privado, salvo las excepciones que consagra la ley”.
El Código de Comercio también se ocupa de definir esta clase de entidades descentralizadas, y
en su artículo 461 las concibe en los siguientes términos: “Son de economía mixta las sociedades
comerciales que se constituyen con aportes estatales y de capital privado. Las sociedades de
economía mixta se sujetan a las reglas del derecho privado y a la jurisdicción ordinaria, salvo
disposición legal en contrario”.
Cuando el accionista sea un establecimiento público o una empresa industrial y comercial del
Estado, su representación corresponderá al respectivo representante legal, pero podrá ser
delegada en los funcionarios que indiquen los estatutos internos.
1. iv) Naturaleza de los aportes estatales. En las sociedades de economía mixta los aportes
estatales podrán consistir, entre otros, en ventajas financieras o fiscales, garantía de las
obligaciones de la sociedad o suscripción de los bonos que la misma emita. El Estado
también podrá aportar títulos mineros y aportes para la explotación de recursos naturales
de propiedad del Estado.
2. vi) Ejemplos de sociedades de economía mixta. Dentro del grupo de entidades definidas
como sociedades de economía mixta se encuentran: la Previsora S. A. Compañía de
Seguros, la Financiera Energética Nacional “FEN”, la Sociedad Hotel San Diego S. A., entre
otras.
Del régimen Jurídico que regirá las empresas, sociedades y filiales a que se refiere el artículo 94
de la Ley 489 de 1998, con fundamento en lo previsto en el artículo 210 de la Constitución,
corresponde a la potestad de configuración del legislador. En esta medida dispuso, (i) en el
artículo 38, parágrafo, de la misma ley, que las sociedades públicas y las sociedades de
economía mixta en las que el Estado posea el noventa por ciento (90%) o más de su capital
social, se someten al régimen previsto para las empresas industriales y comerciales del
Estado; (ii) en el art. 94, inc. 1º, de la mencionada ley, que las empresas y sociedades que se
creen con participación exclusiva de una o varias empresas industriales y comerciales del Estado
o entre éstas y otras entidades descentralizadas y entidades territoriales se rigen por las
disposiciones establecidas en los actos de creación, y las disposiciones del Código de
Comercio; (iii) que las filiales en las que participen más de una empresa industrial y comercial del
Estado, entidad territorial u otra entidad descentralizada se regirán en cuento a sus actos,
contratos, servidores y las relaciones con terceros por las disposiciones del derecho privado, en
especial las propias de las empresas y sociedades previstas en el Código de Comercio y
legislación complementaria; y, (iv) que las filiales de las empresas industriales y comerciales del
Estado con participación de particulares se regirán por las disposiciones previstas para las
sociedades de economía mixta. Régimen jurídico de sociedades y filiales dispuesto en el artículo
94 de la Ley 489 de 1998, en cuanto se someten a las reglas del derecho privado, que no se
opone las disposiciones constitucionales, pues obedece la potestad que para su configuración
entregó la propia Constitución al legislador (art. 210). Sociedades y filiales que para la eficacia
de la gestión económica dispuesta en el acto de creación, es decir para desarrollar actividades
de naturaleza industrial y comercial, deben estar sometidas a un régimen que les permita la
competencia con particulares, sin que por tal circunstancia pierdan su condición de entidades
públicas.
La ley 489 de 1998, derogó los decretos 1050 y 3130 de 1968 y el decreto 130 de 1976, que
contenían, entre otros aspectos el régimen jurídico de las entidades descentralizadas y dentro de
este lo referente a las entidades descentralizadas indirectas o de segundo grado.
En relación con las entidades descentralizadas indirectas, la ley 489 de 1998, recogió parte de la
normatividad prevista para esta modalidad de entidades en los decretos 3130 de 1968 y 130 de
1976.
El artículo 95 de la ley en mención regula también la figura de las asociaciones entre entidades
públicas.
Como organismos para la regulación de los servicios públicos domiciliarios, la ley ha previsto las
comisiones de regulación definidas así en el artículo 48 del Estatuto de Organización y
Funcionamiento de la Administración Pública:
“Las comisiones que cree la ley para la regulación de los servicios públicos domiciliarios mediante
asignación de la propia ley o en virtud de delegación por parte del presidente de la república,
para promover y garantizar la competencia entre quienes los presten, se sujetarán en cuanto a
su estructura, organización y funcionamiento a lo dispuesto en los correspondientes actos de
creación”
Actualmente existen por disposición de la ley 142 de 1994 y con competencia para regular el
respectivo servicio público, las siguientes comisiones de regulación:
Conforme a lo dispuesto por el artículo 40 de la ley 489 de 1998, constituyen nuevas formas de
organización administrativa
el Banco de la República,
y los demás organismos y entidades con régimen especial otorgado por la Constitución
Política, que se sujetan a las disposiciones que para ellos establezcan las respectivas leyes.
Las corporaciones no están adscritas a ninguna institución de orden nacional; son autónomas
administrativa y financieramente y tienen patrimonio propio. Para garantizar su autonomía, la ley
99 de 1993 estableció que la asamblea corporativa, el consejo directivo y el director general
fueran sus principales órganos de dirección y administración, con funciones específicas para
cada uno. De esta forma se asegura la descentralización efectiva de la gestión ambiental en
Colombia.
La asamblea corporativa dirige las corporaciones y está conformada por los gobernadores,
alcaldes y representantes de las demás entidades territoriales de su jurisdicción. Entre las
funciones de la asamblea figura la de adoptar los estatutos de la corporación y las reformas que
se le introduzcan, para someterlos a la aprobación del Ministerio del Medio Ambiente.
Son funciones de tales corporaciones, las siguientes: Ejecutar planes, proyectos y programas de
desarrollo sostenible relacionados con el medio ambiente; Otorgar concesiones, permisos y
licencias ambientales para el uso de los recursos naturales renovables o para actividades que
afecten o puedan afectar el medio ambiente; Expedir reglamentos para el manejo de los
recursos naturales, como lo establece la ley 99 de 1993 (22 de diciembre).
Dentro de las corporaciones autónomas regionales podemos citar las siguientes: Corporación
Autónoma Regional de Cundinamarca 2CAR”, Corporación Autónoma Regional de la Frontera
Nororiental “Corponor”, Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge
“CVS”, y Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca “CVC”.
banca central.
iii) Agencia Nacional de Televisión. Según la Constitución de 1991, “La intervención estatal en el
espectro electromagnético utilizado para los servicios de televisión, estará a cargo de un
organismo de derecho público con personería jurídica, autonomía administrativa, patrimonial y
técnica, sujeto a un régimen legal propio.
Dicho organismo desarrollará y ejecutará los planes y programas del Estado en el servicio a que
hace referencia el inciso anterior” (art. 76).
La dirección de la política que en materia de televisión determine la ley, sin menoscabo de las
libertades consagradas en esta Constitución, estará a cargo del organismo mencionado.
“La televisión será regulada por una entidad autónoma del orden nacional, sujeta a un régimen
legal propio. La dirección y ejecución de las funciones de la entidad estarán a cargo de una
junta directiva integrada por cinco (5) miembros, la cual nombrará al director. Los miembros de
la junta directiva tendrán período fijo. El gobierno nacional designará dos de ellos. Otro será
escogido entre los representantes legales de los canales regionales de televisión. La ley dispondrá
lo relativo al nombramiento de los demás miembros y regulará la organización y funcionamiento
de la entidad”(art. 77).
1. iv) Entes universitarios autónomos. La ley 30 de 1992 que organiza el servicio público de la
educación superior, al hacer referencia al régimen especial de las universidades del
Estado y de otras instituciones de educación superior estatales u oficiales, dispone en su
artículo 57 que las universidades estatales u oficiales deben organizarse como entes
universitarios autónomos con régimen especial y vinculados al Ministerio de Educación
Nacional en lo que se refiere a las políticas y la planeación del sector educativo. Así mismo
se señala que los entes universitarios autónomos tendrán las siguientes características:
personería jurídica, autonomía académica, administrativa y financiera, patrimonio
independiente y podrán elaborar y manejar su presupuesto de acuerdo con las funciones
que les correspondan.
2. v) Entes de naturaleza única. También la ley ha previsto como organismos estatales sujetos
a régimen especial, algunos definidos como de naturaleza única. Dentro de este grupo se
encuentra el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras “Fogafín” y la Central de
Inversiones S.A. “Cisa”.
3. vi) La Comisión Nacional del Servicio Civil. Sobre este organismo hicimos referencia en el
capítulo de función pública.
vii) Entidades privadas con funciones públicas. Recordamos aquí que la Federación Nacional de
Cafeteros y las cámaras de comercio son entidades privadas, que tienen como particularidad
desempeñar funciones públicas; La Federación en cuanto administradora del Fondo Nacional
del Café y las segundas mediante la función de llevar el registro mercantil y el registro de
proponentes en los términos de la ley 80 de 1993. También cumplen funciones públicas las cajas
de compensación familiar; Las curadurías urbanas en virtud de lo señalado por la ley 388 de 1997
y el decreto 1052 de 1998; también son de este género de entidades, las cámaras de comercio.
Entidades territoriales:
La Constitución Política en su artículo 286 señala que “las entidades territoriales son los
departamentos, los distritos, los municipios y los territorios indígenas”.
(32) departamentos.
(5) distritos.
(1096) municipios.
(34) provincias
(166) comunas
(5) regiones
Ley 1454/11.
Departamentos
Distritos especiales
Áreas metropolitanas
Se crean, además:
Se entiende como una entidad territorial las personas jurídicas, de derecho público,
que componen la división político-administrativa del Estado, gozando de autonomía en la
gestión de sus intereses.
Son entidades territoriales los departamentos, municipios, distritos y los territorios indígenas y
eventualmente, las regiones y provincias. Art. 297 a 299 de la CP.
Región.
Área Metropolitana.
Asociación de Municipios.
ii). Región:
a). Definición:
El artículo 286 de la C.P. dispone que la ley “podrá darles el carácter de entidades territoriales a
las regiones y provincias que se constituyan en los términos de la Constitución”. Ley 1454/11.
b). Forma de creación: Ley ordinaria que disponga el procedimiento para tal fin, dentro del cual
se establecerá qué le corresponde hacer a las asambleas departamentales y al gobernador.
Dotar a las regiones de los instrumentos suficientes y eficaces a fin de que cuenten con
mayor capacidad y autonomía en la administración.
iii).Departamento:
a). Definición: Es una división política administrativa del estado, conformado por dos o más
municipios, que goza de personería jurídica, patrimonio propio y autonomía.
Colaborar con las autoridades competentes en la ejecución de las tareas necesarias para
la conservación del ambiente y disponer lo que requiera la adecuada preservación de los
recursos naturales.
Cumplir las demás funciones administrativas y prestar los servicios que señalen la
Constitución y las leyes.
e). Categorías:
–Segunda categoría: Población comprendida entre 390.001 y 700.000 Habitantes y cuyos ICLDA
sean iguales o superiores a 122.001 y hasta de 170.000 SMLMV
–Tercera categoría: Población comprendida entre 390.001 y 700 habitantes y cuyos ICLDA sean
iguales o superiores a 60.001 y hasta de 122.000 SMLMV.
–Cuarta categoría: Población igual o inferior a 100.000 habitantes y cuyos ICLDA sean iguales o
inferiores a 60.000 SMLMV.
Art. 286 de la CP; Decreto 1222/86; ley 223/95 art. 221 consumo de licores y cigarrillos; ley 100/93;
ley 715/01 sistema de participación;
2). Integración: Están compuestas por diputados, elegidos popularmente, con la calidad de
servidores públicos, en número de once a treinta y uno, según la población del departamento,
para periodos de 4 años y quienes pueden ser reelegidos indefinidamente.
3). Calidades:
No haber sido condenado por pena privativa de la libertad, con excepción de los delitos
políticos o culposos.
4). Inhabilidades:
Quien haya sido condenado por sentencia judicial, a pena privativa de la libertad,
excepto por delitos políticos o culposos; o haya perdido la investidura de congresista, o la
de diputado o concejal; o excluido del ejercicio de una profesión o se encuentre en
interdicción para el ejercicio de funciones públicas.
Quien dentro de los doce meses anteriores a la fecha de la elección haya ejercido como
empleado público, jurisdicción o autoridad política, civil, administrativa o militar, en el
respectivo departamento.
Quien dentro del año anterior a la elección haya intervenido en la gestión de negocios
ante entidades públicas de cualquier nivel en interés propio o de terceros, siempre que los
contratos deban ejecutarse o cumplirse en el respectivo departamento.
Quien dentro del año anterior haya sido representante legal de entidades que administren
tributos, tasas o contribuciones, o de las entidades que presten servicios públicos
domiciliarios o de seguridad social de salud en el régimen subsidiado en el respectivo
departamento.
Quien tenga vínculo por matrimonio o unión permanente o de parentesco en segundo
grado de consanguinidad, primero de afinidad o único civil, con funcionarios que dentro
de los doce meses anteriores a la elección hayan ejercido autoridad civil, política,
administrativa o militar en el respectivo departamento.
Quien esté vinculado entre sí por matrimonio o unión permanente o parentesco dentro del
tercer grado de consanguinidad, segundo de afinidad o único civil, y se inscriba por el
mismo partido o movimiento político para elección de cargos o de corporaciones
públicas que deban realizarse en el mismo departamento en la misma fecha.
5). Incompatibilidades:
Aceptar o desempeñar cargo como empleado oficial; ni vincularse como contratista con
el respectivo departamento.
Ser representante legal, miembro de juntas o consejos directivos, auditor o revisor fiscal,
empleado o contratista de empresas que presten servicios públicos domiciliarios o de
seguridad social en el respectivo departamento.
6. Funciones:
Adoptar de acuerdo con la Ley los planes y programas de desarrollo económico y social y
de los de obras públicas, con la determinación de las inversiones y medidas que se
consideren necesarias para impulsar su ejecución y asegurar su cumplimiento. (a iniciativa
del gobernador)
Con sujeción a los principios que señale la ley, crear y suprimir municipios, segregar y
agregar territorios municipales, y organizar provincias.
Solicitar informes sobre el ejercicio de sus funciones al contralor general del departamento,
secretario de gabinete, jefes de departamentos administrativos y directores de institutos
descentralizados del orden departamental; y
a). Denominación:
–Ordenanzas.
–Resoluciones: para los casos de nombramientos o para la decisión sobre puntos que no
imponen obligaciones ni crean derechos a los asociados.
8. Ordenanzas.
b). Procedimiento:
2). Aprobación: Los proyectos de ordenanza deben ser discutidos y aprobados en tres debates,
celebrados en días diferentes, de lo contrario será archivado.
3). Sanción del proyecto aprobado: El proyecto pasa a conocimiento del gobernador, para que
este lo sancione y ordene su publicación.
y si insistiere, aquel pasará al tribunal administrativo del departamento para que decida
definitivamente sobre su exequibilidad.
c). Control:
3). Control político. Teniendo en cuenta que las asambleas son de elección popular, se podría
hablar de un control político ejercido por los electores. Sin embargo, dicho control es general
sobre la actividad de la asamblea, no sobre actos particulares.
Ley 4 de 1913 art. 85 y SS; ley 56 de 1996; Ley 617/00; Decreto 1222/86.
En este sentido dispuso el artículo 29 de la Ley 617 de 2000, lo siguiente: “articulo 29. Sesiones de
las asambleas. El artículo 1o. de la Ley 56 de 1993, quedará así:
Artículo 1o. Sesiones de las Asambleas. Las asambleas sesionarán durante seis (6) meses en forma
ordinaria, así:
El primer período será, en el primer año de sesiones, del 2 de enero posterior a su elección
al último día del mes de febrero del respectivo año.
El segundo y tercer año de sesiones tendrá como primer período el comprendido entre el
1o. de marzo y el 30 de abril.
El segundo período será del primero de junio al 30 de julio, y el tercer período será del 1o.
de octubre al 30 de noviembre.
Podrán sesionar igualmente durante un mes al año de forma extraordinaria, que se remunerará
proporcionalmente al salario fijado
2). GOBERNADOR:
i). Concepto:
y agente del presidente de la República, para el mantenimiento del orden público, para
la ejecución de la política económica general y para los asuntos que mediante convenios
la nación acuerde con el departamento.
ii). Elección: Es un funcionario de elección popular para un periodo institucional de 4 años, sin
que pueda ser reelegido para el periodo siguiente.
Muerte
Renuncia aceptada
Interdicción judicial
Licencia
vi). Inhabilidades:
1. Quien haya sido condenado en cualquier época por sentencia judicial, a pena privativa
de la libertad, excepto por delitos políticos o culposos; o haya perdido la investidura de
congresista, diputado o concejal, o excluido del ejercicio de una profesión; o se
encuentre en interdicción para el ejercicio de funciones públicas. (P)
3. Quien dentro de los doce meses anteriores, a la fecha de la elección haya ejercido como
empleado público, jurisdicción o autoridad política, civil, administrativa o militar, en el
respectivo departamento, o quien como empleado público del orden nacional,
departamental o municipal, haya intervenido como ordenador de gasto en la ejecución
de recursos de inversión o celebración de contratos, que deban ejecutarse o cumplirse
con el respectivo departamento.
4. Quien dentro del año anterior a la elección haya intervenido en la gestión de negocios
ante entidades públicas departamentales o en la celebración de contratos con entidades
públicas de cualquier categoría en interés propio o de terceros, siempre que los contratos
deban ejecutarse o cumplirse en el respectivo departamento. Así mismo, quien dentro del
año anterior haya sido representante legal de entidades que administren tributos, tasas o
contribuciones, o de las entidades que presten servicios públicos domiciliarios o de
seguridad social de salud en el régimen subsidiado en el respectivo departamento.
5.Quien tenga vínculo por matrimonio o unión permanente o de parentesco en segundo grado
de consanguinidad, primero de afinidad o único civil, con funcionarios que dentro de los doce
meses anteriores a la elección hayan ejercido autoridad civil, política, administrativa o militar en
el respectivo departamento; o con quienes dentro del mismo lapso hayan sido representantes
legales de entidades que administren tributos, tasas o contribuciones, o de las entidades que
presten servicios públicos domiciliarios o de seguridad social de salud en el régimen subsidiado
en el respectivo departamento.
6. Quien haya desempeñado el cargo de contralor departamental o procurador delegado
en el respectivo departamento durante un período de doce meses antes de la elección
del gobernador.
7. Quien haya desempeñado los cargos a que se refiere el artículo 197 de la Constitución
Política que son: ministro, director de departamento advo, magistrado de la corte
suprema de justicia, de la corte constitucional, del consejo de estado, del consejo superior
de la judicatura, o del consejo nacional electoral, procurador general de la nación,
defensor del pueblo, contralor general de la república, fiscal general de la nación,
registrador nacional del estado civil, comandantes de las fuerzas militares, director general
de la policía, gobernador de departamento o alcaldes.
vii). Incompatibilidades:
2. Tomar parte en las actividades de los partidos o movimientos políticos, sin perjuicio de
ejercer libremente el derecho al sufragio.
4. Intervenir, en nombre propio o ajeno, en procesos o asuntos, fuera del ejercicio de sus
funciones, en los cuales tenga interés el departamento o sus entidades descentralizadas.
viii). Funciones:
Cumplir y hacer cumplir la Constitución, las leyes, los decretos del gobierno y las
ordenanzas de las asambleas departamentales.
Crear, suprimir y fusionar los empleos de sus dependencias, señalar sus funciones
especiales y fijar sus emolumentos con sujeción a la ley y a las órdenes que excedan al
monto legal fijado para el respectivo servicio en el presupuesto inicialmente aprobado.
Revisar los actos de los concejos municipales y de los alcaldes y por motivos de
inconstitucionalidad o ilegalidad remitirlos al tribunal competente para que decida sobre
su validez.
Escoger de las ternas enviadas por el jefe nacional respectivo los gerentes o jefes
seccionales de los establecimientos públicos del orden nacional que funcionen en el
departamento.
a). Control: administrativo, control jurisdiccional, control fiscal, control por vía de excepción.
Control de tutela: El presidente de la república, en los casos taxativamente señalados por la ley,
suspenderá o destituirá a los gobernadores.(P)
El gobierno y el agente respectivo del ministerio público, pueden solicitar la anulación de los
actos de los gobernadores ante la jurisdicción administrativa, cuando consideren que ellos son
susceptibles de anulación.
Control Jerárquico.
Se realiza por medio del poder de instrucción, en los casos del mantenimiento del orden público,
para la ejecución de la política económica general y para aquellos asuntos que mediante
convenios la nación acuerde con el departamento.
2. Control Jurisdiccional:
-Cuando sus actos atentan contra una norma jurídica superior. Se produce mediante la
demanda de nulidad, demanda de restablecimiento del derecho, demanda de reparación
directa y cumplimiento, la demanda de definición de competencias administrativas, las
pretensiones contractuales, acción de tutela, acción de cumplimiento, acciones populares y las
de grupo.
5. Áreas metropolitanas:
Las Áreas Metropolitanas son entidades administrativas de derecho público, formadas por un
conjunto de dos o más municipios integrados alrededor de un municipio núcleo, vinculados entre
sí por dinámicas e interrelaciones territoriales, ambientales, económicas, sociales, demográficas,
culturales y tecnológicas que para la programación y coordinación de su desarrollo sustentable,
desarrollo humano, ordenamiento territorial y racional prestación de servicios públicos requieren
una administración coordinada. Ley 1625/13. Leyes 388 de 1997, 1454 de 2011, 1469 de 2011 y sus
decretos reglamentarios, entre otras.
Características:
Vecindad de municipios.
Entidad sociológica.
Creación:
Las Áreas Metropolitanas pueden integrarse por municipios de un mismo departamento o por
municipios pertenecientes a varios departamentos, en torno a un municipio definido como
núcleo.
Será municipio núcleo, la capital del departamento; en caso de que varios municipios o distritos
sean capital de departamento o ninguno de ellos cumpla dicha condición, el municipio núcleo
será el que tenga en primer término mayor categoría, de acuerdo con la Ley 617 de 2000.
Son competencias de las Áreas Metropolitanas sobre el territorio puesto bajo su jurisdicción,
además de las que les confieran otras disposiciones legales, las siguientes:
3. c) Ejecutar obras de infraestructura vial y desarrollar proyectos de interés social del área
metropolitana;
Iniciativa de creación:
Entrega del proyecto a la Registraduría nacional del estado civil: Para que dentro de los 10 días
hábiles siguientes, lo publique, con la finalidad de que se debata ampliamente.
La fecha para realizar la consulta popular en ningún caso será inferior a tres (3) meses, ni superior
a cinco (5) meses a partir de que se haya decretado la convocatoria y sea publicada en la
página web de la Registraduría Nacional del Estado Civil. En este lapso deberá difundir
periódicamente el llamamiento a consulta popular a través de los medios masivos de
comunicación que tengan mayor impacto en los municipios interesados.
Previamente a la radicación del proyecto ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, los
promotores remitirán el proyecto a la Comisión Especial de Seguimiento al Proceso de
Descentralización y Ordenamiento Territorial del Senado de la República y de la Cámara de
Representantes, para que en un término no mayor a un (1) mes, emitan concepto sobre la
conveniencia, oportunidad y demás aspectos relevantes de la constitución de un área
metropolitana o anexión de uno o varios municipios
Protocolizar la conformación del área: Se realizará por parte de los alcaldes y presidentes de los
diferentes concejos municipales, en un plazo no mayor a 30 días, definirán las atribuciones,
financiación y autoridades, en la notaría primera del municipio núcleo o metrópoli.
Consulta Popular: Su aprobación se hará por mayoría absoluta de votos en cada municipio
interesado en la anexión, mediante la concurrencia de al menos la cuarta parte de la población
registrada en el censo electoral.
1. Los Alcaldes de cada uno de los municipios que integran el Área Metropolitana.
4. Un delegado permanente del Gobierno Nacional con derecho a voz pero sin voto.
5. Un (1) representante de las entidades sin ánimo de lucro que tengan su domicilio en el
área de su jurisdicción y cuyo objeto principal sea la protección del medio ambiente y los
recursos naturales renovables, elegido por ellas mismas.
Parágrafo 1°. La Junta Metropolitana será presidida por el Alcalde del municipio núcleo o en su
ausencia por el Vicepresidente.
Parágrafo 2°. La Junta Metropolitana tendrá como invitados permanentes, con derecho a voz
pero sin voto a los Presidentes de los Consejos Asesores Metropolitanos. Así mismo podrá tener
invitados especiales u ocasionales, de conformidad con las necesidades temáticas en ejercicio
de sus competencias.
Funciones:
Alcalde Metropolitano:
Funciones:
1. Hacer cumplir la Constitución, la Ley y los acuerdos que expida la junta metropolitana.
2. Reglamentar por medio de decretos los acuerdos que expida la junta metropolitana.
5. Presentar a las juntas metropolitanas una terna de candidatos para que elijan el gerente.
Funciones:
Velar por la ejecución del plan integral de desarrollo metropolitano. •Vincular y remover el
personal del área metropolitana con sujeción a las normas vigentes sobre la materia.
Dirigir la acción administrativa del área metropolitana con sujeción a la ley y a los
acuerdos metropolitanos.
Celebrar los contratos necesarios para el buen desempeño y funciones propias del área.
Funciones Generales:
Régimen Patrimonial: Cuenta con patrimonio y rentas propias, que están constituidos por:
-Producto de una sobretasa del 2000 sobre el avalúo catastral de las propiedades situadas
dentro de la jurisdicción del área.
Control Fiscal:
Ejercida por la contraloría departamental, en el caso de que el área este conformada por varios
departamentos, el control fiscal lo efectuará la contraloría general de la república.
ASOCIACIÓN DE MUNICIPIOS:
Conformación: 1.Es voluntaria, se conformará mediante convenio suscrito por los alcaldes, previa
autorización de los concejos.
Características:
Están obligados a cumplir con los estatutos y reglamentos de la asociación y a acatar las
decisiones que adopten sus directivas.
Organización:
ADMINISTRACIÓN LOCAL:
Distritos.
Municipios.
Territorios Indígenas.
Distritos:
Definición: Es una entidad territorial de orden local sometida a un régimen especial respecto de
los municipios comunes, lo cual le da el carácter de distrito.
El distrito turístico y cultural de Cartagena de Indias, el distrito capital, turístico e histórico de Santa
Marta y el distrito especial, industrial y portuario de Barranquilla.
MUNICIPIOS:
Definición: “Entidad territorial fundamental de la división político – administrativa del Estado, con
Creación:
Requisitos:
Que el área del municipio propuesto tenga identidad (social, económica, cultural y
natural)
Que cuente, por lo menos, con 14000 habitantes y que el municipio o municipios de los
cuales se pretende segregar no disminuya su población por debajo de dicho límite, según
certificación del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE.
Expedición de conceptos por parte del órgano departamental de planeación con base
en dicho estudio.
No podrá crearse un municipio que sustraiga más de la tercera parte del territorio del
municipio o municipios de los cuales segrega.
Iniciativa de creación:
El gobernador
Iniciativa popular.
Funciones Generales:
Prestar servicios públicos que determine la ley.
Funciones Específicas:
Administrar los asuntos municipales y prestar los servicios públicos que determine la ley.
Velar por el adecuado manejo de los recursos naturales y del medio ambiente, de
conformidad con la ley.
PERSONERÍA MUNICIPAL:
Definición:
Ejercerán las funciones de ministerio público y las que le delegue la Procuraduría general de la
nación. Cuentan con autonomía presupuestal y administrativa.
Personero municipal:
Definición:
Funciones Generales:
Funciones Específicas:
Recibir las quejas y reclamos que cualquier individuo o institución le hagan llegar,
referentes a la violación por parte de funcionarios del Estado, o por agentes ajenos al
Gobierno, de los derechos civiles o políticos y de las garantías sociales.
Solicitar las informaciones que al respecto considere necesarias, para lo cual tendrá
acceso a las dependencias de carácter nacional, departamental y municipal de su
jurisdicción.
Todas las autoridades que realicen capturas o retenciones, allanamientos o actos que limiten la
libertad de los ciudadanos, deberán notificar tales acciones, su motivo y el lugar de su
realización al Personero Municipal de la respectiva jurisdicción en un término no superior a las 24
horas siguientes a la realización de dichos eventos, so pena de constituir causal de mala
conducta que será sancionada con la destitución del empleo.
Solicitar a los funcionarios de la Rama Jurisdiccional los informes que consideren
necesarios, sobre los hechos investigados que se relacionen con la violación de los
derechos humanos y que hubieren sido sometidos en el respectivo municipio, sin que para
tales efectos exista reserva del sumario, previo el cumplimiento de las formalidades
previstas en el Código de Procedimiento Penal para tales efectos.
Promover la acción jurisdiccional en los casos que exista fundamento para ello.
Ejercer las demás funciones que le asigne la ley, el Concejo Municipal y las autoridades
competentes en desarrollo de las normas consignadas en el presente artículo”.
CONTRALORÍA:
Definición:
El control fiscal de los municipios le corresponde a las contralorías departamentales, las cuales
son entidades técnicas, dotadas de autonomía administrativa y presupuestal, salvo lo que la ley
determine sobre las contralorías municipales. Únicamente los municipios clasificados en
categoría especial y primera, y aquellos de segunda que tengan más de 100.000 habitantes,
podrán crear y organizar sus propias contralorías.
Contralores Municipales:
de ternas integradas con dos candidatos presentados por el tribunal superior de distrito
judicial
Funciones:
Definición:
Organización:
Existirá una junta administradora en cada una de las comunas y corregimientos, se conformará
de cinco a nueve miembros, elegidos por votación popular para períodos de cuatro años.
Funciones:
Distribución de las partidas globales que les asigne el presupuesto municipal y las demás
que les delegue el concejo y otras autoridades locales.
Inspecciones de policía:
Son oficinas creadas por los concejos o por las asambleas, dependientes del respectivo alcalde
municipal, encargadas de
conocer de las contravenciones sobre las cuales les atribuyen competencia las normas
nacionales de policía,
de aquellos asunto o negocios que les asigne la ley, las ordenanzas o los acuerdos
Categorías de Municipios:
Categoría especial: población superior a 500.001 habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre
destinación anuales superen los 400.000 S.M.L.M.V.
Primera categoría: población entre 100.001 y 500.000 habitantes y cuyos ingresos corrientes de
libre destinación anuales sean superiores de 100.000 y hasta 400.000 S.M.L.M.V.
Segunda categoría: población entre 50.001 y 100.000 habitantes y cuyos ingresos corrientes de
libre destinación anuales sean superiores de 50.000 y hasta 100.000 S.M.L.M.V.
Tercera categoría: población entre 30.001 y 50.000 habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre
destinación anuales sean superiores de 30.000 y hasta 50.000 S.M.L.M.V.
Cuarta categoría: población entre 20.001 y 30.000 habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre
destinación anuales sean superiores de 25.000 y hasta 30.000 S.M.L.M.V.
Quinta categoría: población entre 7.001 y 20.000 habitantes y cuyos ingresos corrientes de libre
destinación anuales sean superiores de 15.000 y hasta 25.000 S.M.L.M.V.
Sexta categoría: población igual o inferior a 10.000 habitantes y con ingresos corrientes de libre
destinación anuales no superiores a 15.000 S.M.L.M.V.
CONCEJO MUNICIPAL:
Composición: Se componen por concejales elegidos por votación popular, para períodos de 4
años y cuyo número varía de 7 a 21, de acuerdo con la población del municipio.
Calidades:
Inhabilidades:
1). Haya sido condenado en cualquier época por sentencia judicial a pena privativa de la
libertad, excepto por
funcionarios que dentro de los 12 meses anteriores a la elección hayan ejercido autoridad
civil, política, administrativa o militar en el respectivo municipio;
o con quienes dentro del mismo lapso hayan sido representantes legales de entidades
que administren tributos, tasas o contribuciones,
o celebrar con ellas, por sí o por interpuesta persona, contrato alguno, teniendo en cuenta
las excepciones hechas por la ley.
Faltas absolutas:
Muerte
Renuncia aceptada
Interdicción judicial
Faltas Temporales:XXX
Licencia
Causales de destitución:
La no incorporación injustificada al ejercicio de sus funciones, después del vencimiento de
una licencia o suspensión o de la cesación de las circunstancias que originaron una
incapacidad legal o física transitoria.
Funciones:
Reglamentar las funciones y la eficiente prestación de los servicios a cargo del municipio.
Autorizar al alcalde para celebrar contratos y ejercer pro tempore precisas funciones de
las que corresponden al concejo. (a iniciativa del alcalde)
Votar de conformidad con la Constitución y la Ley los tributos y los gastos locales.
Reglamentar los usos del suelo y, dentro de los límites que fije la ley, vigilar y controlar las
actividades relacionadas con la construcción y enajenación de inmuebles destinados a
vivienda.
Elegir personero para el período que fije la ley y los demás funcionarios que esta
determine.
Dictar las normas necesarias para el control, la preservación y defensa del patrimonio
ecológico y cultural del municipio.
ALCALDE:
Definición:
Es el jefe de la administración local y representante legal del municipio, elegido por voto popular
para períodos de 4 años, sin que pueda ser reelegido para el período siguiente.
Calidades:
Haya sido condenado en cualquier época por sentencia judicial a pena privativa de la
libertad, excepto por delitos políticos o culposos,
con funcionarios que dentro de los 12 meses anteriores a la elección hayan ejercido
autoridad civil, política, administrativa o militar en el respectivo municipio;
o con quienes dentro del mismo lapso hayan sido representantes legales de entidades
que administren tributos, tasas o contribuciones,
Incompatibilidades:
o con personas privadas que manejen o administren recursos públicos provenientes del
mismo. (tendrá vigencia hasta 12 meses después del vencimiento del período
constitucional o de aceptación de la renuncia)
Prohibiciones:
que no estén destinadas a satisfacer créditos o derechos reconocidos con arreglo a la ley,
Faltas absolutas:
La muerte
Renuncia aceptada
Interdicción judicial
Destitución
Vacaciones
Permisos para separarse del cargo (aceptada o concedida por el respectivo gobernador
o por el presidente en el caso del distrito capital)
Causales:
Funcionarios facultados:
Causales:
Por virtud de investigación disciplinaria que verse sobre una falta grave o gravísima, si así lo
solicita quien adelanta la investigación o el procurador general de la nación.
Funcionarios facultados.
Los ciudadanos pueden revocar el mandato de los elegidos, siempre y cuando exista una
votación popular que de como resultado dicha revocatoria, caso en el cual se producirá una
vacante absoluta y deberá procederse a la elección de un nuevo alcalde. Ley 134/94, Ley
131/94. Voto programático.
Denominación.
Decretos y Resoluciones.
Control.
Control administrativo:
Los actos son revisados por el gobernador y pueden ser enviados al Tribunal Administrativo
por motivos de inconstitucionalidad o ilegalidad.
Control jurisdiccional.
Por parte de la jurisdicción Contenciosa Administrativa cuando los actos atentan contra el
principio de legalidad.
Territorios Indígenas.
Creación:
Funciones.
Velar por la aplicación de las normas legales sobre usos del suelo y poblamiento de sus
territorios.
Diseñar las políticas y los planes y programas de desarrollo económico y social dentro de
su territorio, en armonía con el plan nacional de desarrollo.
Promover las inversiones públicas en sus territorios y velar por su debida ejecución.
Representar a los territorios ante el gobierno nacional y las demás entidades a las cuales
se integren.
Protección:
XXXLa nueva Constitución Política consagra como base de su ordenamiento jurídico – político e
institucional: La organización como República Unitaria (art. 1); La descentralización en autonomía
de sus entidades territoriales (art. 1); La soberanía popular (art. 2); El reconocimiento de la
Diversidad étnica y cultural de las diversas regiones que lo conforman.
i). Autonomía de las Entidades Territoriales. Las entidades territoriales gozan de autonomía para la
gestión de sus intereses, dentro de los límites de la Constitución y la Ley, y en virtud de ella
podrán: Gobernarse por autoridades propias; Ejercer las competencias que les corresponden;
Administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para su cumplimiento; Participar en las
rentas nacionales. Art. 287 – CP.
En esta última oportunidad, se sintetizó la tensión entre unidad y autonomía así: “La conciliación
entre los principios de unidad y autonomía, ha de hacerse bajo el entendido de que según lo
establece el artículo 287 de la Constitución, las entidades territoriales son titulares de poderes
jurídicos, competencias y atribuciones que les pertenecen por sí mismas y que no devienen
propiamente del traslado que les haga de otros órganos estatales, para gestionar sus propios
asuntos e intereses. De esta suerte, aunque se reconoce la existencia de un ordenamiento
superior, igualmente se afirma la competencia de dichas entidades para actuar dentro del
espacio que según dicha autonomía se les reconoce”.
Según Vidal. Perdomo, los departamentos son entidades territoriales en que está dividido el país,
asiento de las autoridades de carácter local y sede de una serie de funciones que responden al
deseo de autoadministración.
Para Jacobo Pérez, se trata de una “entidad administrativa territorial integrada por municipios y
bajo la autoridad de un gobernador”. Los departamentos constituyen, pues, una modalidad de
descentralización territorial que tiene como propósito abastecer las urgencias regionales.
2. v) Hacienda pública departamental. Para este efecto las asambleas cuentan con
potestad para imponer contribuciones. Además, los bienes y rentas de los departamentos
están garantizados por la ley. El título XI de la Carta Política, capítulo II, consagra la
organización departamental y lo propio lo hace el IV del Código Departamental, el cual
compila todo lo relacionado con este particular.
Los Gobernadores determinarán anualmente, mediante decreto expedido antes del treinta y
uno (31) de octubre, la categoría en la que se encuentra clasificado para el año siguiente, el
respectivo departamento. Para determinar la categoría, el decreto tendrá como base:
Certificación del Contralor General de la República sobre los ingresos corrientes de libre
destinación recaudados efectivamente en la vigencia anterior y sobre la relación porcentual
entre los gastos de funcionamiento y los ingresos corrientes de libre destinación de la vigencia
inmediatamente anterior, y Certificación del DANE sobre población para el año anterior.
La Dirección General del DANE y el Contralor General de la República remitirán al Gobernador
las certificaciones a más tardar el treinta y uno (31) de julio de cada año. Si el respectivo
Gobernador no expide la certificación sobre categorización en el término señalado, dicha
certificación será expedida por el Contador General de la Nación en el mes de noviembre.
Cuando en el primer semestre del año siguiente al que se evalúa para la categorización, el
departamento demuestre que ha enervado las condiciones para disminuir de categoría, se
calificará en la que acredite en dicho semestre, de acuerdo al procedimiento establecido
anteriormente y teniendo en cuenta la capacidad fiscal. Decreto 192 de 2001.
Es un ente ejecutivo, no legislativo. Integrada por: Siete (7) Diputados para el caso de las
Comisarías erigidas como Departamento, y En los demás Departamentos no menos de once (11)
Diputados ni más de treinta y uno (31).
El artículo 299 de la Constitución Política, modificado por el artículo 3° del acto legislativo 1 de
2007 dispone: “En cada departamento habrá una corporación político-administrativa de
elección popular que se denominará asamblea departamental, la cual estará integrada por no
menos de 11 miembros ni más de 31. Dicha corporación gozará de autonomía administrativa y
presupuesto propio, y podrá ejercer control político sobre la administración departamental”.
El régimen de inhabilidades e incompatibilidades de los diputados será fijado por la ley. No podrá
ser menos estricto que el señalado para los congresistas en lo que corresponda. El período de los
diputados será de cuatro años y tendrá la calidad de servidores públicos.
Para ser elegido diputado se requiere ser ciudadano en ejercicio, no haber sido condenado a
pena privativa de la libertad, con excepción de los delitos políticos o culposos y haber residido
en la respectiva circunscripción electoral durante el año inmediatamente anterior a la fecha de
la elección.
Los miembros de la asamblea departamental tendrán derecho a una remuneración durante las
sesiones correspondientes y estarán amparados por un régimen de prestaciones y seguridad
social, en los términos que fijen la ley”.
También dice la ley 56 de 1993 que cada período ordinario, puede ser prorrogado por diez días
calendario más a voluntad de la respectiva asamblea.
1. ii) Integración. Los miembros que integran las asambleas se denominan diputados. Para ser
diputado se requiere ser ciudadano en ejercicio, tener 21 años de edad a la fecha de la
elección y no haber sido condenado a pena privativa de la libertad, salvo que la
condena haya sido motivada por delitos políticos o culposos y haber residido en la
respectiva circunscripción electoral durante el año inmediatamente anterior a la fecha de
la elección. Los diputados son elegidos por sufragio directo para períodos de cuatro años
y son reelegibles indefinidamente.
Adoptar de acuerdo con la Ley los planes y programas de desarrollo económico y social y
los de obras públicas, con las determinaciones de las inversiones y medidas que se
consideren necesarias para impulsar su ejecución y asegurar su cumplimiento.
Con sujeción a los requisitos que señale la Ley, crear y suprimir municipios, segregar y
agregar territorios municipales, y organizar provincias.
El artículo 300 de la Carta señala las atribuciones de las asambleas, las cuales ejerce por medio
de los actos administrativos denominados ordenanzas.
Los Diputados están amparados por el régimen de seguridad social previsto en la ley 100 de 1993
y sus disposiciones complementarias. En todo caso se les garantizará aseguramiento para salud y
pensiones
25. El gobernador.
Por mandato del artículo 303 de la Constitución, en cada uno de los departamentos debe haber
un gobernador, funcionario que ostenta al mismo tiempo el carácter de agente del presidente
de la república y el de jefe de la administración seccional. Es además representante legal del
departamento.
1. i) Elección y período. Según el acto legislativo 2 de 2002, los gobernadores son elegidos
popularmente para períodos institucionales de cuatro (4) años y no podrán ser reelegidos
para el período siguiente.
ii). Funciones:
Departamento. Los representantes del departamento en las juntas directivas de tales organismos
y los directores o gerentes de los mismos son agentes del gobernador.
Fomentar de acuerdo con los planes y programas generales, las empresas, industrias y
actividades convenientes al desarrollo cultural, social y económico del departamento que
no correspondan a la Nación y a los municipios.
Crear, suprimir y fusionar los empleos de sus dependencias, señalar sus funciones
especiales y fijar sus emolumentos con sujeción a la ley y a las ordenanzas respectivas.
Con cargo al tesoro departamental no podrá crear obligaciones que excedan al monto
global fijado para el respectivo servicio en el presupuesto inicialmente aprobado
Los Gobernadores tiene el mismo régimen prestacional de los empleados públicos del orden
nacional, Decreto 1919 de 2002. Adicionalmente tienen derecho al reconocimiento de la
Bonificación de Dirección (prestación social equivalente a una suma igual a cuatro (4) veces el
salario mensual (A.B.M. y G.R.), pagadera en dos contados: el 30 de junio y el 30 de diciembre de
cada año.
El artículo 306 de la Constitución Política expresa: “Dos o más departamentos podrán constituirse
en regiones administrativas y de planificación, con personería jurídica, autonomía y patrimonio
propio”.
Su objeto principal será el desarrollo económico y social del territorio de los Departamentos que
la integran.
La nueva Constitución sentó las bases para la libre conformación de regiones y de provincias
donde se quisiera, mediante consultas populares, y permitir una ordenada evolución hacia esas
metas.
Su objeto principal es prestar los servicios públicos que determine la Ley; construir obras; ordenar
el desarrollo del territorio; promover la participación comunitaria y el mejoramiento de la calidad
de vida de sus habitantes
La ley sobre modernización de la organización municipal, define al municipio como una entidad
territorial fundamental de la división político-administrativa del Estado, con autonomía política,
fiscal y administrativa, dentro de los límites fijados por la Constitución y la ley.
El artículo 311 de la actual Carta Magna, les entrega las siguientes responsabilidades: a) prestar
los servicios públicos que determine la ley; b) construir obras; c) ordenar el desarrollo del territorio;
d) promover la participación comunitaria y el mejoramiento de sus habitantes.
3. El Concejo Municipal.
5. ii) Integración. Dispone el artículo 312 de la Carta que cada concejo municipal estará
integrado por no menos de siete ni más de veintiún miembros, atendiendo la población
respectiva. El artículo 22 de la ley 136 de 1994 de modernización municipal desarrolla esta
disposición constitucional.
iii) Calidades. Por autorización constitucional, la ley puede demandar requisitos especiales para
ser elegido concejal.
2. v) Período. Los concejales son elegidos para un período de cuatro años, y la ley podrá
determinar los casos en que tengan derecho a honorarios por la asistencia a sesiones. La
aceptación de cualquier empleo público constituye falta absoluta (Const. Pol., art. 312,
inc. 1° modificado por el art. 4° del acto. Leg. 2 de 2002). Cada municipio constituye una
circunscripción electoral.
3. vi) Atribuciones de los concejos. El artículo 313 de la Constitución, señala a los concejos las
atribuciones de los concejos.
A partir del año 2007: En los municipios de categoría tercera se podrán pagar anualmente
hasta setenta (70) sesiones ordinarias y hasta doce (12) sesiones extraordinarias al año. En
los municipios de categoría cuarta se podrán pagar anualmente hasta sesenta (60)
sesiones ordinarias y hasta doce (12) sesiones extraordinarias al año. En los municipios de
categorías quinta y sexta se podrán pagar anualmente hasta cuarenta y ocho (48)
sesiones ordinarias y hasta doce (12) sesiones extraordinarias al año. No se podrán pagar
honorarios por otras sesiones extraordinarias o por las prórrogas
2. ii) Para ser elegido alcalde se requiere ser ciudadano en ejercicio y haber nacido o ser
residente en el respectivo municipio o en la correspondiente área metropolitana durante
un año, anterior a la fecha de su inscripción o durante un período mínimo de tres años en
cualquier época, según lo preceptúa el artículo 9° de la ley de organización municipal.
iii) Carácter. El alcalde es pues el jefe de la administración municipal y el representante legal del
municipio y es elegido ahora popularmente, para períodos de cuatro años. Recuérdese que
anteriormente era elegido tan solo para dos años, luego para tres años y antes de 1986 era
nombrado por el gobernador.
2. La Contraloría.
La Constitución Política dispone en su artículo 272 que la vigilancia de la gestión fiscal de los
distritos y municipios donde haya contraloría, corresponde a estos y se ejercerá en forma
posterior y selectiva.
Corresponde a los concejos distritales o municipales organizar las respectivas contralorías, como
entidades técnicas dotadas de autonomía administrativa y presupuestal. Igualmente, les
corresponde elegir contralor para período igual al del alcalde.
Los contralores distritales y municipales, cumplen sus atribuciones de conformidad con el artículo
272 de la Carta Política y el artículo 165 de la ley 136 de 1994.
La ley 617 de 2000 limitó la creación de contralorías distritales y municipales a los distritos y
municipios de categorías especial y primera, y aquellos de segunda categoría que tengan más
de 100.00 habitantes. Así mismo dispuso la citada ley, que en los municipios o distritos en los
cuales no haya contraloría municipal, la vigilancia de la gestión fiscal corresponderá a la
respectiva contraloría departamental.
32. El personero.
Funciones. La ley 136 de 1994, sobre modernización y organización municipales les asigna
distintas funciones. Entre ellas destacamos las siguientes: vigilancia administrativa y judicial;
defensa de los intereses de la sociedad; cuidado del derecho de petición; defensa del
patrimonio público, de acuerdo con la carta, la ley y los acuerdos.
El personero ejerce en el municipio, bajo la dirección del procurador, las funciones de ministerio
público. Las personerías municipales y distritales son entidades encargadas de ejercer el control
administrativo municipal, y cuentan con autonomía presupuestal y administrativa.
La ley 1031 de 2006 modificó el período de los personeros municipales, distritales y del Distrito
Capital, en un texto del siguiente tenor: “A partir de 2008 los concejos municipales o distritales
según el caso, para períodos institucionales de cuatro (4) años, elegirán personeros municipales o
distritales, dentro de los primeros diez (10) días del mes de enero del año siguiente a la elección
del correspondiente concejo. Los personeros así elegidos, iniciarán su período el primero (1°) de
marzo siguiente a su elección y lo concluirán el último día del mes de febrero. Podrán ser
reelegidos, por una sola vez, para el período siguiente”.
El personero distrital será elegido por el concejo durante el primer mes de sesiones ordinarias,
para un período institucional de cuatro años, que se iniciará el 10 de marzo y concluirá el último
día de febrero y podrá ser reelegido, por una sola vez, para el período siguiente. Ley 1551/12.
No podrá ser elegido personero quien sea o haya sido en el último año miembro del concejo, ni
quien haya ocupado durante el mismo lapso cargo público en la administración central o
descentralizada del Distrito. Estarán igualmente inhabilitados quienes hayan sido condenados en
cualquier época por sentencia judicial a pena privativa de la libertad, excepto por delitos
políticos o culposos, excluidos del ejercicio de una profesión o sancionados por faltas a la ética
profesional.
Recapitulando, tendremos que el “área metropolitana está constituida por un núcleo central y
unas zonas vecinas dependientes de esta. Esta relación de dependencia es de linaje múltiple:
física, social, cultural y, desde luego, económica”.
“Cuando dos o más municipios tengan relaciones económicas, sociales y físicas, que den al
conjunto características de un área metropolitana, podrán organizarse como entidad
administrativa encargada de programar y coordinar el desarrollo armónico e integrado del
territorio colocado bajo su autoridad; racionalizar la prestación de los servicios públicos a cargo
de quienes la integran y, si es el caso, prestar en común algunos de ellos, y ejecutar obras de
interés metropolitano.
iii) Definición legal. El artículo 1° de la ley 128 de 1994, define las áreas metropolitanas como
entidades administrativas formadas por un conjunto de dos o más municipios integrados
alrededor de un municipio núcleo metrópoli, vinculados entre sí por estrechas relaciones de
orden físico, económico y social, que para la programación y coordinación de su desarrollo y
para lo racional y estación de tres servicios públicos requiere una administración coordinada.
El artículo 2° de la ley en referencia dispone que las áreas metropolitanas están dotadas de
personalidad jurídica de derecho público, autonomía administrativa, patrimonio propio y
autoridad y régimen especial.
Concepto. Una de las mejor concebidas reformas al régimen municipal, es la autorización dada
a la ley para que establezca la asociación de municipios en orden a la prestación común de
servicios públicos, dejando de lado en gran parte consideraciones puramente regionales, para
pensar en el interés general y común de varios municipios.
Marco jurídico. El artículo 356 de la Constitución Política, prevé que la ley establezca las
condiciones y las normas bajo las cuales los municipios puedan asociarse entre sí para la
prestación de los servicios públicos. Art. 125 y 153 de la ley 136/94.
36. i) Fundamento. Hoy resulta de fácil apreciación la existencia de un continuum para las
diversas ciudades, que va desde las grandes urbes, las capitales de departamento, las
ciudades intermedias hasta los municipios de precaria importancia económica, escasa
población y magros recursos fiscales.
Desde luego que el buen suceso del desarrollo de esta nueva forma de administración local
depende de la adecuada clasificación de los municipios. La misma Constitución, en su artículo
320 como se puede apreciar, suministra los criterios en que ha de inspirarse la categorización: las
condiciones de población, los recursos fiscales, su importancia económica y su situación
geográfica.
1. ii) Categorización de municipios. Por las razones expuestas anteriormente, se abrieron las
puertas al establecimiento de distintas categorías de municipios, cada una de las cuales
debe estar dotada de su propio estatuto que regule el perfil propio de cada clase de
distritos.
El texto constitucional de 1991, en su artículo 320, reza: “La ley podrá establecer categorías de
municipios de acuerdo con su población, recursos fiscales, importancia económica, situación
geográfica, y señalar distinto régimen para su organización, gobierno y administración”.
Conforme a la ley 617 de 2000, los distritos y municipios se clasifican atendiendo su población e
ingresos corrientes de libre destinación así: Categorías Población Ingresos corrientes de libre
destinación (SMLMV): Especial 500.001 en adelante Más de 500.000; Primera 100.001 a 500.000
100.001 a 500.000; Segunda 50.001 a 100.000 50.000 a 100.000; Tercera 30.001 a 50.000 30.000 a
50.000; Cuarta 20.001 a 30.000 25.000 a 30.000; Quinta 10.001 a 20.000 15.000 a 25.000; Sexta Igual
o inferior a 10.000 Inferior a 15.000.
En cada una de las comunas o corregimientos habrá una junta administradora local de elección
popular, integrada por el número de miembros que determine la ley.
Funciones. Las tareas que corresponde desarrollar a las juntas administradoras locales, están
previstas en la ley de organización municipal en general.
Al tenor de lo dispuesto en el artículo 321 de la Constitución Política de 1991, se consagra que las
provincias se pueden constituir con municipios o territorios indígenas de un mismo departamento.
Esta gestión de administración se desarrollará con base en lo que al respecto haya prescrito la
ley en cuanto al régimen administrativo. Dicho estatuto básico contemplará el cumplimiento de
las funciones que le deleguen tanto las entidades nacionales como departamentales y las que le
asignen la ley y los municipios que las integran.
Las provincias se crearán mediante ordenanzas a iniciativa del gobernador, de los alcaldes de
los respectivos municipios o del número de ciudadanos que determine la ley.
A una provincia ya constituida podrá ingresarse previa una consulta popular en los municipios
interesados.
ii). Los consejos indígenas. Cuando un territorio indígena comprenda territorio de dos o más
departamentos, su administración se hará por los consejos indígenas en coordinación con los
gobernadores de los respectivos departamentos. Los territorios indígenas pueden constituirse
como entidad territorial en los términos presentes en la ley orgánica de ordenamiento territorial.
Los consejos indígenas gobernarán los territorios indígenas en los términos señalados en la
Constitución, la ley y los reglamentos según los usos y costumbres de sus comunidades debiendo
entre otras funciones ejercer las siguientes: Velar por la aplicación de las disposiciones legales
relativas al uso del suelo y poblamiento del territorio; diseñar la política, planes y programas de
desarrollo económico y social del territorio indígena en armonía con el plan nacional de
desarrollo; Promover las inversiones públicas en el territorio indígena y velar por su debida
ejecución; percibir y distribuir sus recursos; Velar por la preservación de los recursos
naturales; Coordinar los programas y proyectos promovidos por las diferentes comunidades de
sus territorios; Colaborar con el mantenimiento del orden público en su territorio conforme a las
instrucciones y disposiciones expedidas por el gobierno nacional; Representar a los territorios ante
el gobierno nacional y las demás entidades a las cuales se integran, y; Las demás que le señalen
la Constitución y la ley.
iii) Los recursos naturales. Los recursos naturales en los territorios indígenas son explotables pero sin
desmedro de la integridad cultural, social y económica de las comunidades indígenas. En las
decisiones que se adopten sobre dicha explotación, el gobierno propiciará la participación de
los representantes de las respectivas comunidades.
Hoy existe en un importante reconocimiento de los territorios indígenas, que posibilita el que estos
grupos no hayan sido reconocidos como propietarios colectivos de los territorios que lograron
conservar, 31 millones de hectáreas, algo así un tercio del territorio nacional, donde tienen cierta
posibilidad de un manejo interno de sus asuntos comunitarios; existe también, hasta cierto punto,
algunas formas de mantener su autonomía, estimular sus sistemas de salud y algún control entre
los sistemas educativos, tanto tradicionales como los de la cárcel institucionalizada.
A pesar de los avances legislativos con respecto a la población indígena, aún el 15% de ellos,
carece de tierra o no cuenta con reconocimiento por parte del estado de su territorio y derechos
de autonomía; aparte de ello, existen varios grupos que sí gozan de este reconocimiento, pero
que se encuentran sometidos a fuertes procesos de colonización de diferentes tipos.
En muchas ocasiones sus territorios son influidos e impactados por diferentes problemáticas que
atañen al resto de la sociedad nacional, como lo son la guerra, el narcotráfico, o la presión de
multinacionales por la apropiación de recursos naturales de sus zonas, casi todos en territorios
ancestrales, muchos de ellos considerados sagrados.
Los indígenas colombianos están distribuidos entre más de 80 etnias, de las cuales las más
numerosas son los Wayuu, los [[Nasa] maya indicao pepere viki y olpas], Senú y Emberá. Habitan
en todos los departamentos, pero los de mayor porcentaje de población indígena son Amazonas
(43,4%), La Guajira (40%), Guainía (32%), Vichada (31%), Vaupés (29%), Cauca (19%) y Putumayo
(12%).
iv). Territorio indígena: es el espacio donde ese grupo humano puede libremente practicar y
desarrollar su cultura sin que nadie pueda interferir ni prohibírselo, salvo el caso en que no se
observen las normas de convivencia que ellos mismos se han comprometido a practicar, como
sería el caso del respeto a la Constitución Política y los derechos humanos. En estricto sentido, los
territorios indígenas no son propiedad de dichos pueblos, aunque un poco se les parezcan, ellos
tienen el derecho de usar y gozar de tales espacios para su bienestar y desarrollo propio, pero no
pueden disponer de él como se hace con la propiedad y tampoco prohibir su uso por los no
indígenas mientras aquellos respeten los valores en que sustenta su unidad. La confusión, pues, se
genera al concebir a los pueblos como superhombres y a los territorios como cosa de su
propiedad, cuando son algo bastante diferente.
Por medio del acto legislativo 2 del 6 de julio de 2007, se adicionó el artículo 356 de la
Constitución Política para organizar las ciudades de Buenaventura y Tumaco como distritos
especiales, industriales, portuarios, biodiversos y ecoturísticos; la ciudad de Popayán se organiza
como distrito especial y ecoturísticos, histórico y universitario; la ciudad de Tunja como distrito
histórico y cultural; el municipio de Turbo (Antioquia) como distrito especial y el municipio de
Cúcuta se constituirá como distrito especial fronterizo y turístico.